A LOS VIVOS
RÍO DE LAS FLORES DESANGRADAS
AUTOR MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
LUGAR:
LA CAMPIÑA, MIRADOR DEL HENARES
Prefacio:
Es mi libro
con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de plasmar
surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de absorción
y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno buscador
de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la concepción de lo
que me parece bello para escribir en base a eso se surten las imágenes como
abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.
Ya que la
poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor del
castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas
temporadas seguidas de escritura durante dieciocho años. Un abrazo y gentil
saludo autor Miguel Esteban Martínez García
El castellano.
Contenido
Preludio de la certera posesión:
Inmenso placer secuaz, inefable:
Río de todas las flores desangradas:
CLAREZA:
I
Avanzo esta
mi tarde callada,
veo mi voz
que grita en la penumbra,
lentamente, camino un contento de letra,
el sol no anda turbio,
me siento en la piedra su belleza,
la soledad avanza matando,
que si oyera cantara,
estrella como diamante,
de blanca ala,
clareando vegas, lares, valles, montes,
riveras, endrinos y zarzales,
bajo la horrida sombra un nogal excelso,
acuesto agravios y señales;
y pajarillos de auroras evanescen,
dormidos, que canten grillos y
chicharras,
de un verano que se aproxima,
verdor de cerros, tus pechos,
candor de senderos, tus piernas,
tu ramaje que canto,
piador, clareando de la cepa, al olivo,
pasando el girasol.
Soy hijo del trigo, y una amapola.
Los grillos que en oscuro velo aparecen,
cerros, y montes, te orean,
creería que mi tarde quiebras,
como rayo de Poniente.
II
Y arpa abismal,
oh mis grillos amables,
con azul chaqueta en el raso,
rocío permisivo, le creería en el rostro
de almendras.
Adornada la reina espiga,
antigüedad y fiereza, viste el noble
comunero,
en su Campiña, se mete sin juntarse,
entre las filosas lenguas,
Donde oye:
-Plantamos, o recogemos.
A las puertas florecen las azucenas de la
tarde,
más lozana ella, que un cebollino,
bonita, como una caléndula,
harta de sensata,
como si floreciese alta como lirio
de las peñas nevadas,
y bajara reluciendo como bendita cicuta
de pantano, algún ciego de armónica
ligera,
y pluma clara de alegre escritura,
entonces, se promete, admirarte siempre,
mientras vea el sol nacer
y poder esperar la golondrina,
píe:
Hipsípila, siempre vivirá como su padre
Sol.
Förüq er lobo-bohemio Esteban
OCASO EN SIMIENTE:
Hoy avanzo, hendido de aguas azures,
henchido como va un
fértil vientre,
dotado de notas
angelicales
y sumisos cristales
obscuros complacen,
suspiros precoces
laten,
arriba van al astro
sonrisas caducas y
besos incipientes
sus llamas liberadas,
avidez que escala
cual seco rayo
todas primaveras
sanguinosas,
desde el ababol
flamígero
o su sangre de
tierra,
hacia el divino
laurel empero
que busco a Calíope,
ajada de lares y
númenes húmedos
su floresta desnuda,
como la transparente noche.
Asido ramilletero
pulcro,
como un cangrejo
cosechador su agua, su río,
servir flores al
eternal precio sus simientes.
Era mi empeño como
una oratoria,
como robar un beso o
un alba,
como dedicar o
servirme,
del fuego diestro,
que su empeño era, es
ser justo,
acompañar y unir
deslices,
como unir y cantar
siempre áureos surcos
de alma,
necesito soñar para
escribir.
Pintar, lo que se
siente,
lo que habita detrás
de los sentidos,
infra-realidad de mi
ojo sangre,
oh, realidad preñada.
Como vientre femenino
fecundado de ocasos.
Förüq Esteban er-lobo
bohemio
LUMBRE LÍQUIDA:
¡Oh, manantio de espejos!
fuente
rebrotada,
es palabra,
candor de exactitud,
o brea encendida,
mi pupila, llama que brota,
iridiscencia en acto
puñal álgido,
cavo abismos en azadilla,
en cumbre de Éfeso,
en bosque de Cumas,
con quietud prolífera descubro,
valles y señales,
oculta la tiniebla,
oh mano de fruto,
diamante blando es espera,
ruina de la palabra,
ciencia apócrifa,
conjuradora,
como noche latiente,
y denso párpado,
su azabache,
lo que callo
sólo es ceniza,
lo que vivo
es savia sangre,
o las dos,
ojo de tierra
me viese apuesto,
le clavaría semilla
al crisol, la recta forma,
carbón, celda de luz,
temblor de infinita melodía,
vapor de mares,
sol sin los días
reflejo durmiente,
no olvidé quién ser.
quiero y valido su querencia,
contento, oh su acento,
de verbo alegre juega,
galantía clemente,
su sola aspa,
vente flor de virtud,
desde premisa
que aprietas y conjuras.
canción de espada,
blasón de tu sonido,
casta sin flor en la mejilla,
va mi prestancia a tu cáliz,
lirios de los valles
riegan Orféo y Eurídice,
mis huesos ya no laten de tristezas,
ojos de otros ojos
dicen cavé mi vide en balde,
en un baldío,
donde anhelaba fortuna,
y logré traiciones,
encierros y besos de sangre,
oh río de mis almas desangradas,
no fue osadía pedir pan
en aquel lugar,
brotaron malvas y abrojos pares,
retiros de razón heridora,
memoria de cuánto,
vivo por besarle un Ocaso.
Quedándome al cobijo
su terneza de luz obscura.
Esencial premura cuánto la amo.
Förüq Esteban er-lobo bohemio
AMARSE IN RADICE VERITAS EST:
I
La noche vuelve de la tarde,
a la salvación,
solución del alma quebrada,
no puedo ver las estrellas,
sí escuchar el sollozo
mi luna, mi luna semper,
todo que nada está hecho,
oh destrucción de luz,
efímera, pequeña, ingrávida,
susurro por eco
no digas mi nombre
acudiré
a donde vengo y vine a germinar,
oh pequeña ángel,
nada como tu gozo,
no estoy asustado,
soy, sí yo soy paranoia,
quiebro de mi destino,
puedo arrojar tu rostro a mi corazón,
sin orgullo no hay nada,
nada como la conciencia,
oh placer en aval,
nada, nada como una mente,
cabalgar, y no sopesar
actuar,
oh vacío, sin arrullarte no hay nada,
de sol, de brillo, de bruma,
de humedad permisiva,
sentirse la noche,
todo este ruido dentro mi cabeza,
sin miedo, sin embargo,
prominente sujeto, dispuesto
a conquistar, arrasar, vencer, y mantener
puesto,
Tierra, no hay lugar mejor,
todo lo que amé
amo y amaré girando como manecilla,
un reloj de pulso,
mi corazón gira dentro de él,
cerrado como esfera reflector;
quién soy,
hijo de mi regocijo inter-dimensional,
no vine a morir gratis
vine a trascender primero,
a resurgir segundo,
transmigrar tercero,
siento los ángeles sollozar,
no de perdida, ni ganada la guerra,
ídem arriba que abajo,
amo desconocer,
desconozco incierto,
encegando la ausencia,
que se detiene por el lugar,
y veía a dónde no avanzará,
desconozco de mentira,
odiaría desconocer,
lo ignoro falsamente.
Incierto,
incierto,
incierto,
opacidad sola,
que detiene,
en ausente lugar.
Y veía que cegado,
allí no irá, allí no irá,
lo conozco de mentira
y veía que sin pensar
veía, intuía
la ausencia que devela,
la Claridad.
Y desconocía que sin pensar,
todo es un desvelo,
lo conozco de incierto,
lo ignoro de mentira,
lo miento que es verdad,
quisiera Beligerante no saber.
Quisiera desconocer,
lo sé de mentira,
qué calla, qué deshace,
qué desvela,
qué dejará de hacer.
Todo es un desvelo,
nada es sueño,
lo desconozco de incierto
lo sé seguramente desconociendo,
no quisiera no saber,
lo desconozco intrínseco.
Förüq Custodio Martínez
ELEGÍA TERCERA:
Diestra escribía la tarde,
envuelta de
ojos,
cantando
con mi soledad multiplicada
este sol
que nunca muere
que nunca
ha de morir,
miraba mi
mano que él escribe,
camino las
llamas tersas,
no tengo
miedo,
de esos
cristales
ni de su
espejo ardiente,
quién
escribe por mi mano,
que dueño
pudiesen tener estas letras,
escucho
ángeles llorar,
gimiendo mi
nombre
hendiendo
mi mano vetusta,
luz, oh luz
lisonjera
que te
hiendes descarnando mi pecho
de espiga y
ababol,
limpias
esta herida sanguinosa,
virtud
justa como ciega,
siento mi
regente crepitar,
llamando,
llamándome,
sin llegar
a ningún parco final
mares de
tiempo
que
naufragan en mi carne,
elegía de
hoja repleta,
haz que me
crezca
hirsuta,
mi tinta
difunta
forrando
mis casi veinte años
escribiendo
a mis soles difuntos
y lunas
derretidas en albas puntuales,
haz que
desborde mi sangre
en río
todas flores desangradas,
este sueño
que me enraizaban tus versos,
y planeaba
seguir viviendo,
siempre
para ello,
vidrio
inefable que no ocultas
el ímpetu
ni fuerza,
que corren
y danzan en mi espalda.
Esteban er-lobo bohemio
ODA TERCERA:
I
Grandioso, que tú me
alzas
viles lindes inconclusos
que lloro,
mi vigía con auras,
recompongo mi coro;
siendo hoz destellando,
todo incoloro.
II
Oh alma, sin llantos
tibios
servil cuanto dirijo
ciego, bruma,
anublan cielos, lirios,
severo tiento no huma.
Destellar que calmoso,
pulcro, fuma.
III
Si sea por la alta lira
alzar su carne, el
intransigente sol,
glorificas mi pira,
como el trigo y girasol,
flameante como hornillo
tu tornasol.
IV
En tersas noches solas,
mi suave canto puro,
ensombreciese;
duras montañas de olas,
de árbol noble moviese.
Frondas y la furia de mar
entonas.
V
Desfallezco, ir subiendo,
aljibe mi esencia,
terneza firme;
solo voy descubriendo,
canto de áspero al irme,
ninfas, hadas, sátiros, a
plañirme.
VI
Por ti bravo, voy calmo.
Al valor y hermosura de
antaño.
por ti toda, me ensalmo.
Mi barba de ermitaño.
Osando cautivo, lamer su
letra.
Förüq castellano Miguel
Esteban
EL ORO ROJO DEL REY:
Oculta intención en aire
que espiro,
suspiro breve mecido
en agua helada una mirada,
al final y comienzo de todo,
como un pronóstico que se anticipa,
al espejo y su pececillo de plata,
flores niñas ya no danzan
un cierzo de noviembre veleidoso,
que arrastraba hojas como forrajes,
besos como nieve roja,
aroma de azul caída,
el miedo no sonaba en los corazones
helados,
sí el rubor de campanario,
en cal viva, peces y pájaros
al festín de Dante y Baco,
era el resonar del oro rojo del rey,
por cielos vastos,
y vidas de un pez de papel,
tiempo de caricias llegaba,
como a callar una razón enlutada;
mañana y pasado seguiré viviendo,
al otro lo dejo en tus manos,
beso tras beso deshojado, desposeído,
fauces un vil olvido de filo
renacido,
iré allá, donde el océano no envuelve,
a buscar mi tristeza perdida,
y una ola serena de espuma breve,
mi rostro en vidrio
como plañe el azur un libro,
árboles cantores
un bosque perdido,
cada vez que voy a encontrarme,
bosque de nieve granate,
y vetas oro noble,
campo, campo lindo,
hay en mi olvido,
vestido de zarza y endrino,
calidez de transparencia,
signo febril de hoz,
y simiente,
ternura tanta monte santo,
que quien a ti vino,
es peregrino,
existe mi pena que ya no mira,
si acaso pasa.
Naipe como caracol
del resto de mi espejo.
Förüq
II
Fue un día hecho,
como ninguno,
no me sostenía
niebla alguna, mental, mundana,
no buscaba yo honores,
ni delicias otorgaban
destinos ni azares,
encontré sin planear
ni anticipar éxito alguno,
un tesoro brindó la tierra,
una maravilla,
un tesoro hecha flor
de los difuntos,
era frondosa cubierta
de numerosos botones
de flores de pétalos naranjas,
como el fuego difunto más vivo,
se me reveló a continuación
el segundo tesoro
de sangre Azur del rey
era una rosa abierta,
tan bella que cuando ella hablaba
callaba toda la belleza del patio de la
araña,
era escondida entre la maleza y forraje
la envidiaban y protegían,
la rosa Azur del rey,
sólo abría en flor
una vez cada cien años,
yo pude acariciarla,
y obtener el tesoro su belleza
iracunda en mis retinas de ojos,
tal revelación del descubrimiento,
brilló mi intuición,
y solo pude atribuir
que era rosa Hija del atardecer
y la hermosa Alba que precede
a la Reina Luna,
mi ignorancia no deslumbraba ya,
como tesoro de necios,
ni tinieblas envolvían mi pensamiento,
me sentía vil, afortunado
sin importar comparación,
no entendían mis anhelos
ni pretensiones,
el por qué ni para qué mis dones de
tierra
me fueron otorgados antes yo nacer,
todo llegaría resuelto a su momento,
como la luz surge de maternal cristal
oscuro,
veo mi futuro en mi mano
para lucharle,
y por lo tanto
conozco lo que no debo
ni considerarlo.
Förüq
Enhiesta albilla:
Amándote ferviente cada
llama,
presa amapola en fuego se
quedó,
sonriente aurora, ella la
heredó,
tu corazón caliente
fuerte se ama.
Renuevo esta mi sangre,
dulce dama,
veraz la rosa, amor
siempre alegó.
Al latido, su beso le
ofreció,
la flor abierta en agua
se proclama.
El estambre una súplica
advenida,
piel la acaricia y le
brindó su daga,
su gineceo blanco, su
avenida.
Óvulo atravesado cual
semilla
su tierra, anclada joven
la biznaga,
germina fértil vientre,
enhiesta albilla.
El CASTELLANO
I
27 abril 2016
Raíz:
Tibio resplandor dorado
mi aura escapa de mi
cuerpo
para no saber quién ser
el ababol del camino
clama
por enternecer la
primavera
a rojo carmesí cuando la
tierra estalla
en flores ellas dejan su
río de sangre
allí donde el olmo viejo
crepitando mi sentido
estaré
me nace una espiga de la
mirada
a la hora que se acuesta
una malva
luce el colorín su trino
la caléndula cierra sus
flores en verso
a la hora que el tejo
exhala por el tiempo
transcurrido hueso viejo
y su tornasol afilado
hoy es tiempo de colgar
sus flores al viento
por si llora mi cielo
cuelgo ramilletes
en chopos silentes que la
vida
vio colgar de mis pupilas
al dulce trigo en verde
olivo
que mi ser yace más que
vivo
mi ser es primavera
a la hora que su caricia
blande entera
mi tierra y su entraña
abre
al esplendor de un
estambre
y se eleva mi lumbre
quieta
río de sangre que me
crece
por soñar soñé y me
enraizó la flor
y que la flor sólo sea la
flor
Porque jamás mil máquinas
podrán hacer
una flor y elevado mece
su amor
por la verde grama
que se afila de mis ojos
la guadaña
por el ancho largo
trepó y escaló su cielo
al fiel desliz me hallaba
esperando adoptar su
sabiduría
que reverbera en cada
pétalo
en cada hoja, en cada
raíz
de su fiel testigo
estático
quedando quien fui
y la tierra que seré.
El Castellano
II
28 abril 2016
El tiempo que se abra
y brote mi vida
al compás de un Sol mayor
resumen de existir en el
brote
de una zarza que allí
baila mi hada
estallando en flores su
pelo
tierra yerma que vio
trinar
el estruendo de un zorzal
quien te viera caminar
vestida de espiga y
lavanda
por ti se abre la Rambla
tus cabellos iridiscentes
al brillo
canta al son mi grillo
por un camino se bifurca
el reguero
el gato lame su pelo
yo estoy esperando por si
te encuentro
mi señora de las flores
silvestres
se Acuña mi aliento
en una flor del viento
una flor pálida nació del
cielo
con sus colores alegró al
tiempo
de sus hijas nacieron
alegres vientos
del norte que en color
vistieron el bosque
una flor naciente abría
su esplendor
a un Sol de mayo por ella
tormentas
nacieron germinando a su
paso
vivezas de antaño
por los prados viste mi
calma
fiel a encontrar tu amor
un día
por si el cielo se abre
que sepas que él te mira
mi señora de las flores
silvestres
un cardo de la dama en tu
mirada
por si vivo mi vida te
entraña
fiel de esperanza
una flor bajó del cielo
a expensas de sangre
tener
ella se volvió mujer
con tu nombre en la piel
por la floresta danzaba
mi suplicio invernado
fiel testigo maravillado
con amor en las venas
esperando las flores
de primavera y sus
caléndulas
despertaba por fin Ostara
y el cariño de la tierra
mecieron los terrenos
un soplo de su aliento
me floreció un beso
Cuando los jacintos
abrieron
sus flores al horizonte
del terreno
yo estaba despierto
surcando la mente de
quien me piensa
con paso lento y decidido
transmutaba la flor de
Odin en luz
cabalgando un arco iris
de estrella
sonaba la campanilla
entre grama dolida
era el momento de acostar
los dientes de León
al tiempo que besaba
fragancias de colores
mi jardín de duendes.
El Castellano
III
29 abril 2016
Todo se baña al calor
de tus ojos
ciñendo la danza
de mi azada
se enhebra mi calma.
Vespertino guiño
de gramas preñadas,
por la sed de arrojo
por tus estrellas
desdobladas
Viene mi caléndula con
una sonrisa enfundada
Yo estaba caminando sobre
mi línea
la noche me contaba sus
mentiras
sobre un parco negro
límite
me encontraba
disparé a la luna sin
hueso
se me acercó un cuervo
con alas azabache
pregunté a la noche
que su abrazo en letanía
aguarda
si yo era merecedor de su
dama
yo soy la voz de pasados
lejanos
soy la voz de un futuro
soy eco de tormenta
al fuego de su rayo
llevo a cuestas montañas
enjambres de abejas
quieres oír su nombre
que la oscura soledad
late
Él es Siempre
como un relámpago de
sangre
como una luz que mece y
envuelve
es el despertar en otra
carne
en otro cuerpo
las sombras cantan a su
vuelta
yo que camino por la
ortiga que me mueve
hoy verá el cielo llover
flores
y los campos abrirán sus
colores
al rey astro que nada ni
nadie
contra él puede
por si brilla mi suerte
de la mano de la dama
nocturna
contará aquel cuervo que
me vio.
El Castellano
RAÍZ DEL AURA:
Arrostran secuelas
de cicatrices
en mi nueva forja,
abren caléndulas
temperamentales,
cebollinos de lares
silvestres,
a Numidio le ofrezco,
jacintos silvestres
que evanescen,
y mis rosas caninas por
abrir,
no falten a tu vuelta,
ajipuerros inquietos
aguardan los campos
el reverdecer
de otoño sembrado,
romo hierro acrecienta mi
sangre,
labriego invocado,
irritable,
a la vuelta de mi fortuna
sosegada, trillada
entera,
como tupida yedra abraza
la sombra de su árbol,
no piso cenizas que se
parecen,
honraré sin coturno
a Cécrops
esperando laurel eterno,
cúantos ríos nos
desconocen,
este honroso polvo,
Musa mía no abandones tus
juegos
modula tu laúd sonoro
que tu voz parte y
pretende
dulce y armoniosa,
al fugaz viento
tiende mi fulgor de
armas,
se duerma así
con mis oídos dejando
se afilen trompetas
y clarines bélicos,
brillante mira
displicente
mi hiel de suerte,
hoy no vendí ni un atisbo
de espíritu a su cruel
destino,
argento un color
nombré escudero
que enraizó en la tierra
como un blanco chopo de
belleza.
Förüq
II
2017
Raíz descubierta:
Sueño, un haz subordinado
hoy tuve una experiencia
subjetiva al cansancio
intuido
de aquel retoño de
lagartija salamanquesa
de mi pared habitante de
mis tiestos,
la regué y corrió a
detenerse vertical
frente mis ojos,
en aquella pared donde
caza,
detenida sin presura,
yo acerqué mi mano
tapándola
por completo sin
asustarse siguió inmóvil
y pude acariciarla con
cariño,
empiezo,
que no he terminado,
enmudeció mi soliloquio
confinado,
abandoné mi voz,
bajo el latir de tierra
sangre huye,
rojos carmines en avidez
de rizados estambres,
sobre las montañas y su
blanco gineceo,
esencias despiertan,
palabras bullir
en carne fundida de suelo
en fértil, serena de
aliento
en bruma niña,
madre de este gris
anisado,
con crispado horizonte,
toda caída sin destello
ni florida estampa
que seca mi ala,
iris de soturna
carcoma mía
en tejado de oscuridad,
de tronco y su nido,
vamos tejo,
si yo creo que eres mío
háblame de tus penas sin
escapar,
de tus romances oscuros
a vientos de luna,
piérdeme la compostura
oxidada,
haz que me lloren sin
miedo tus hojas
que yo deseo ser tu
eterno amigo,
compañero.
En raíz descubierta
que afila el tiempo,
será mi cuerpo.
El Castellano
III
Cuerno sonoro,
cuerno vivo,
cuerno hueco
brillo frío templado,
vive tu osadía la
bravura,
osamenta quebrada,
viertes tu sangre,
dando brío a la fuerza,
tu luz no tiene rienda,
tu puñal me dio vida,
y a Quoth el cuervo,
tu fiel agonía,
late, sangre fluye,
corre el lobo que soy
bailé entre serpientes
altura desbocada
he oído alzarse
almas bajo la tierra,
arde regio sol-ferro,
oscuras alas blanden
sus filos de alba.
Regentan iris
la lucha que reinará.
Habla desde la leyenda
el origen de Iberia,
quién espantará
mis gritos entre ruinas,
desciende su poder
somos los otros,
canción de una piedra,
férreo el destino,
amplia senda
honro mis dioses
abrídme el camino,
surcarán abiertos
libres vivos;
oda por esta tierra en
llamas
por esta tierra en
trizas.
Ahogarán alientos
bajo el dios del Trueno
ávidos guerreros
resplandecen,
raíz de plomo
incandescente.
El castellano
IV
Por la vía
que los vetustos
olmos blancos
protegen los desnudos
álamos
que aguardan erguidos,
al descanso de trémulos
corceles
y sus carros, cruzan sin
herir el sendero,
abatida mi contemplación
fue silenciosa entre
páramos
angostos esquilmados del
ocre
ardiente, encorajinado,
como un negro suelo que
rozo
con los ojos.
La sombra que un ciprés
rutila
se acrecienta erguida,
ahilándose
con aspavientos que
retuerce la luz
sin franco obstáculo.
Era de la tierra habitado
un bronco grito sin
suerte,
refirió su desventura
y miradas no esquivaron,
quedaron vistas cuatro
espigas
juntas en tierra
arremolinada,
por las vides de
semblanza
y el resurgir del añil
del santo olivo,
misteriosa sombra de
ciprés
háblame como se habla a
la primavera
para que se lleve los
fríos,
quiero compartir tus
preocupaciones
preservarte como me
preservarás
cuando muera,
al sigilo del rojo brezo
me alzo como flor
que la primavera arrebata
al invierno,
y abeja que baila sobre
coronas,
como agua clara
que da la misma luna,
así como tú sombra,
yergues tu profunda
pupila
desde la misma senda
que te vio nacer
pura, limpia serena
aguardando al alba
tu desnacer
que tiña tu ojera suave.
El Castellano
V
Candor en raíz:
Sembrar unos versos,
en nueva hornada
que el río lleva
en estribillo
cantad pues
que cantaremos
los mineros del verso.
Luz y claridad
en seno de nueva
alborada.
Certeza en mi corazón
que late a las raíces
del antaño oculto,
por padre soy minero
por madre soy barquero,
cavando esta mi sombra
voy al hoyo del Sol.
Medito cual azada
de tres cabezales.
Tiemblo,
retemblando voy contento.
Onda vítrea marco mi
andar,
por costales del Álamo
forjador, a su boca de
fuente solariega.
Sed cándida de funesto,
aciago sol.
Luz en aire es del
herbario viejo,
padrón de arpa y su son.
Cantó mi campana
vengo por piadoso cerro
como solitario
señor.
Oro jovial seré
como vena del ámbar
relumbraré
mi añil,
amarillo viejo.
Pintaré lunas
y sus anchas ojeras
que relucirán sin ocasos
ni malvas espantarán,
fríos vernales.
Vendrá la niebla clara
por arboledas
y pinos tupidos
que caracolean
mis ideas reverdeciendo
los antiguos pesares
y su alameda errante,
vine por el murmuro de la
piedra;
arraigado yo voy de mi
insepulta tumba.
Hierros repican
sones como astros
cinceles,
desnaciendo de la roca
su candor mineral.
El Castellano
Flor de difunto:
Caléndula dorada de mi
vida,
tibia, eterna, esposa del
Sol de día,
amarilla, gran luz de los
campos
flor de difunto en tu
grandeza antigua.
Que baile el tiempo sobre
tu flor
que ni te importa la
estación,
sobre tu quietud alcanzo
la verdad
del ser sin preocupación
alegría da verte, belleza
creada
del rayo de sol, dame tu
luz
descíframe el saber de tu
ser
para tu oro tener
ese por el que el muerto
encuentra
su luz y la abeja tu beso
tener
lozanía del camino si
silvestre naces
al ocaso del lucero
tus flores cierras en
verso.
El Castellano
Cáléndula joven del
camino,
vieja de la senda que
lleva a tu casa,
ardor de luz brotado
entre florestas hirientes,
alza tus pétalos comunión
de insectos,
por estos solitarios
caminos
que me llevan a verte
alzas en pitanza
tu verde semblanza,
de la tierra vida en
añoranza,
fulgor entre tus sienes,
darás de flor simientes,
así demostrarás que no
hay tierra
sin flor así no importe
estación,
María oro, flor de los
difuntos,
luz entre luces del alba,
sostenme la caricia en tu
flor,
que me creo abeja por un
día,
álzate entre cardos y
malvas que te rodean,
demuestra que eres única,
que ni caracoles osan
morderte por tu savia fuerte,
señero silvestre donde
los haya,
oro luciente entre
engranajes verdes,
espera a tu ababol
compañero
que tú sigues dando flor
sin ser primavera entre
despertares y albores
de vidas y sus trinos,
navegas mi alma esta
mañana
glorificando mi tierra
yerma,
te aman mis ojos, te
admiran latidos precoces,
eres más que silvestre
flor
eres una vida precoz de
luz,
si pudieras ser mujer yo
sería tu eterno acompañante,
colmas la belleza de lo
sencillo
eres mi alegría del
camino,
pasarán fugaces las
generaciones
y brotarás cualquier
terreno
que el reposo tornó sin
construcción,
para que tú grites
que la belleza también
tiene casa
contigo,
Calendula arvensis.
El Castellano
Danza en mi oscuridad:
Es el eco furtivo
de estas sombras,
rompe el silencio
guarda su pálpito
es como el mío,
es como el mío,
cuando un agujero
se abre del cielo,
sombras de gatos
caminan la ciudad,
iluminan mejores tiempos,
que ya pasaron,
canta mi grito solitario,
maestro del animal,
cierran las pestañas,
me ha traicionado el
viento,
solo, solo en este oasis
de cemento,
mi mala yerba brotará
entre su asfalto,
cruces torcidas
el día escapa deprisa,
un párpado negro al
acecho,
me piensa la oscuridad,
su negra ala no me bastará
al día que llega
desaparecerá,
desaparecerá,
escucho notas de este
vacío
perplejo, perplejo ante
su miedo,
voy por escalas al
infierno,
carreteras oscuras
va construyendo mi vida,
la ciudad desvanece,
la tierra muerde los
cuerpos,
este invierno
ya no me seduce,
se clavan mis uñas en la
celda
de mi cabeza,
el tiempo esfuma etéreo,
nunca más labraré mi
miedo,
aúllan persianas con el
viento,
estoy en el otro lado,
contemplo vidas inertes
pasar,
el espectáculo de la soga
comienza,
es una flor de sangre
abriendo su polen,
no hay un alma
en esta calle de mi
mente,
se retuercen mis ideas
en adversidad,
crepita que arde
esta lengua de frío,
amanece mi sangre
escribiendo sin
madrugada,
el día comienza su
alborada.
El Castellano
Otro beso:
Mañana saldrá el sol si
yo miro tus ojos,
el mundo se hará pequeño
solo para que nos
conozcamos,
tiraré la moneda al pozo
de oro,
contestarán sus doradas
gotas,
que los sueños hay que
vivirlos
para que sean realidad,
al verdor del monte
sembraré dulces
vericuetos,
para que diluyan
escarchas hirientes,
y sus blancos de sabor a
nube,
se rizarán cumbres
dolerán sigilos del
álamo,
dejando su nieve
en fusión de escalas al
cielo,
eternos alambres
alumbrados
por el sol y su
desquicia,
me llorarán los ríos
nuestras gotas de unión,
tu alma pura, colorada
será como mi alma,
intransigente comunión,
destellos sin calma,
ganaré la batalla,
la noche será mi criada,
la luna rajará crisoles
en estampa helada,
las estrellas me
arroparán la sábana,
amor yo nuestra primera
noche
no seré hombre,
se destaparán los reinos
olvidados
seré el rey animal
gobernando tu cuerpo,
mi ciprés tendrá sabor a
mujer desnuda,
todo lo teñirá el rojo
bermellón,
al tañer de nuestras
almas en hoguera,
las sombras se unirán
todas
hasta vivir en tus
cabellos,
yo pasados los siglos
volveré a vivir para
pedirte otro beso.
El Castellano
COSECHADOR TU AGUA:
¡Armaos, perros
poetastros,
poneos vestimentas,
vestimentas de amores mediocres,
vuestras líneas sin más
tardar!
Es tarde para volver
atrás;
No dudéis ni un suspiro
de este yerto que cruzó
el río de la Estrida.
¡Mas, por regio el Sol
caudillo,
por su blancura de Madre,
oh dulce, cuantas
estrellas siembran el horizonte,
hay los cielos.
Y hojas hay en mis manos
escritas.
¡Remate yo, de mi origen,
si os devuelvo a la tersa olvidada!
Suenan las grandes
trompetas
que ni en toda Babilonia,
ni en alta torre de
Hércules
su resonar pueden
disolver.
Recobrara mi aliento,
mis ojos cobraran su luz.
¡Mas por el regio Sol
caudillo, por su blancura de Madre!
Día tras día nuevo,
tirando tajo de verso
recto.
Embestía y no halagaba a
ninguno.
Por un pajarillo envío
por una hermosa
golondrina,
que allí donde se vea una
alborada,
Hipsípila caudillo hijo,
siempre vivirá como
invencible Sol.
FÖRÜQ castellano Miguel
Esteban Martínez García
AGUA:
Eslabón vasto, ardido,
deslizado,
un iris de gota que a ti
te llega,
marcha tenue, compás de
tu eterna huida
que te marca y da vida,
fulgente fuente en
infinitud de bocas
que tu ser desprende,
de su nombre y su
alambre,
irisado canto de nubes
derretidas,
comunión de trinos,
un beso a la tierra que
deja herida,
límite de árboles y sus
soles,
siembra de azul,
despensa de tu saliva,
hoy buscaba belleza y
belleza eres tú,
río corre directo a tu
nacer
río levántate,
jamás te canse tu
desnacer,
efímero latido de tierra,
tú vena del cielo,
una solar yaga del gris,
un hogar, cuna de mi
tempestad,
para ser agua inmortal
elemento
capaz de crear y
destruir,
de vivir siempre tejiendo
la realidad,
alcanza, desvela que te
debo esta existencia,
sin saberte nada
existiera,
equilibrio que en tus
vasos juega
para estallar en creación
llamada vida.
Suspiro fresco
en labio extinto
de sombra.
Día que no se encuentra
su densa forma,
cuerpo con agua de
estrella,
querer vivo que llega al
aire
tiende y espera,
la muerte que renace
por fuegos de brea
en el aire.
Abren batientes pétalos
de viejo silencio
esquilmado,
esplendoroso.
Acurrucados sobre un
lecho
que la brisa abre,
en trocados rayos de sol,
esquivos en plano
de verde follaje.
Astuta golondrina
encontrando
dócil rama.
Mundo sin mentira de
vida,
manantial reluciente de
esmeraldas
ahonda y todo siente,
que la sangre miente.
Terruño ojo victorioso
aplaca sus arpas
irascibles
estrujando abismos
dolorosos,
petrificados.
Reniega la boca vegetal
casi viva,
promesas en frente de
violetas,
cantan amando el claror
lírico, estremecido.
Coágulo de viento
en cientos de porciones,
esta luna quieta
semejanza quiere
descubierta la zona
umbría
donde invicta llagó mi
alma.
El Castellano
Ríos que me tibian el
corazón,
eslabones de sangre,
¿Dónde está la paz, dónde
está el amor?
ríos de sangre se comen
mis venas,
cada tropiezo,
otro borbotón,
otro alfeñique para
mirar,
¿dónde quedo yo?
que el sol sea mi pena,
cantando espero mi
triunfo,
se afila mi papel,
crepita mi alma,
tropiezo con la tiniebla,
hoy navego sobre mis
versos,
aliento de la sombra de
la creación,
hijo de la luz y de la
sombra,
no acabaré de irme,
no cesará mi terco
aljibe,
enamorado sin luz avanza
parco el sonido,
deslumbrado albor,
desnudo mi árbol,
hoy centellea mi rayo,
para decir que yo aquí no
he muerto,
se viste mi sangre de
caléndula y margarita
por si vuelvo al desliz
de mi vida,
pasajera de un caudal
que mi entraña mece,
piel con piel, dolor con
dolor,
enamorado corazón,
hoy avanzo sin mirar el
color de mi flor,
estoy latiendo en el
umbral de los dos,
mi sangre está llorando,
el cruel desliz de la
parca efímera,
me siembro en los campos
para perderla de vista,
suenan los trigos, de la
verde espiga al girasol
se viste brotando mi
amor,
viene a plañir mi alma
por el sendero sin prisa,
se alza la dicha,
mi ser crepita el alma,
hoy me visto de espiga,
y que el campo me
enternezca
al cuchillo dorado de la
piedra caliza,
hoy mi amor al albor
gime por su caricia
y que el alma dolorida
entienda
que ella maravilla es mi
vida,
por este siglo y los que
me quedan,
escrito yo en la piedra.
Lima el albor mi nervio,
aliento cruzado que cae
tejido,
la ilusión se hace nido,
borbotones de sangre que
crepitan,
alcanzo la cima,
el sentido cae dolorido,
de vid y espino alcanzo
el sonido,
al compás de un famélico
ciprés,
mi alma dirá viviste,
encontrando la flor
por la que mi mundo se
desviste,
rayos a la aurora
para su fiel investidura,
flor de niebla que avanza
mi umbral se desvanece,
bullen las fuentes,
el río es otro río de
sangre más,
lucen las mortajas
coloradas,
fiel desliz que cruza mi
alma,
desgañitándose el alba,
el amor por parir una
flor,
elevado al rayo de sol,
quién te viera quién te
vio
rasguñado tornasol
se desangra mi campo del
girasol,
millas aparte mi nombre
se blande,
el beso me derrama las
mejillas,
en albor quedan las
caricias,
de la piel escritas,
sentidas,
danzan las estrellas,
me vuelvo a ver en tu
vida,
donde el te amo formo
bandera,
y en tu ser queda,
resquicios sin nombre
que el ser come,
la rosa y la espina gimen
en tu nombre,
avanzo el ser
resguardado,
sin franca escalo la
tapia,
a tu cuerpo me encaramo,
hoy soy de ti
como el pájaro a su nido,
como la sed a su agua por
beber,
como el río a su montaña
por descender,
como el caracol a su mata
por comer,
crepito el fuego que me
brota
por tu corazón,
soy yo sin más razón,
tránsito veloz,
tu calma y su verdor,
me visto de malva
gimiendo una runa en el
sol,
me anclas el gozo en la
flor,
me blande el coraje
por el viento exclamo
mi valor amarte sin
condición.
Desde mi umbral a la
flor,
cantas mi canción,
te aúllo un caracol,
mi vida tornó a mejor,
irisado rayo de sol,
una fuente y un diente
un afilado canto irisado,
hoy acepto mi destino
porque muerto vivo si no
te miro,
tengo tu imagen enraizada
en mí,
es por mi sino que
maldije,
pero hoy después de tanto
tengo el sendero labrado,
mi cuclillo trina al
infinito horizonte,
mi ser se hace grande,
mantenme afilándome en la
piedra,
hacia el centro me quedo
exhausto.
para pulirte del
alabastro.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Yo soy siempre:
Todo queda bajo el
esfumino de mi grillo,
colgando pensamientos en
tejados,
al compás de una cigarra,
piel con piel flor con
flor
elevado resquicio de tu
amor,
sueños atrás volaba mi
alma ingrata,
nervios posibles y su
cama,
sí soy yo sí eres tú,
qué pasa ahora,
instante de cerrar mis
ojos,
por comenzar la historia
de mi vida,
y sus siglos de dura
existencia carcomida
al disparo de la ilusión
y su mentira
donde los demonios llaman
y me quieren,
deslizada la tela de
araña
mi vida es lo que me
queda,
soy Dios de mí mismo
ahora,
el demonio me cuelga la
espera
mitad luz mitad sombra es
mi ahora,
mantenme lejos del nunca,
yo soy por siempre,
ojos renegados de este
humor vivo,
gatos maullando a la luna
en el tejado,
imposibles galanes,
cuando yo me caso con
lobaluna de antaño,
animal feroz corre por
mis carnes,
solitario ángel armado
para el enemigo,
este es mi sino,
tejos crepitando su savia
en albor
asidos a su quietud
imperfecta
que el tiempo no
determina final,
vida trenzada en albor
siniestro mi ida
soy WECHE soy fuerza por
y para siempre,
el verso me teje,
tinta mi sangre, pluma mi
garra,
por acampar la estrella y
su cama
hoy por qué no mantenme
fuera de la mentira del fin del universo,
porque yo soy mi universo
particular,
humor desdoblado asesino
del tiempo,
mi mano acabando con el
aliento imperfecto,
soy el imán de hombre que
te atrae a mí de nuevo,
soy la ecuación perfecta
que asesina tu velo,
toda mi realidad se
construye de mi mano,
para acabar elevando al
tercer cielo y noveno abismo mi canto
entonado en cal y arena
como caracola de mar serena,
es tiempo hoy de morir
por las ilusiones fugaces prometidas
y su tela aterciopelada,
vestida de nácar,
hoy es final de mi
espera,
es el comienzo de mi
poder,
mírame estoy rasguñando
mi piel a placer,
está quedando solo mi
sangre vestida de hiel,
hoy como ayer a tu lado
estaré para asesinar la quietud
y su asolada desilusión,
hoy por ti mañana será
nuestro eterno comienzo,
para extender nuestras
alas al cielo,
todo comienzo exhala su
final de su mano izquierda,
elevado amor que me cae
por el párpado,
y en mi vena que aguardo
para estallar amor al viento
este amor que por ti
siento.
tornada mi sangre la
verdad de mi aliento,
en difusión magnánima del
sentimiento preso,
muerta mi araña
mi corazón es lo que
queda.
El Castellano
Blándeme en mitad del
campo,
sólo allí que la encina
enraíce mi carne,
el hinojo lata al son el
tambor de sus flores,
la carrasca grite
verdades del monte,
vereda quieta,
enarbolada,
soledad disparada sin
descanso,
sólo allí reinará mi
alma,
en letras escritas en las
hojas de vida,
las lindes teñirán de
rojo y negro,
de tinta y sangre el
resurgir del añil
aliento dibujado de toda
vida en color,
del albor a la muerte en
flor
se alzará mi latido con
su amor.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Hálito silente,
yo creo en ella
porque su piel demuestra
que los sueños se
cumplen.
Volamos juntos al viento
como molinillo diente de
león.
Hoy la vereda canta
nuestra canción
dos corazones en un mismo
latido unidos al unísono
Su carita que llama a la
mía
de su cuerpo es mi
caricia
por ella el piropo jamás
escrito
solo desvelado en su oído
Sólo al viento le pido
viento bonito
mantenme en su destino.
Que de lo vivido muerdo
su corazoncito.
Del ababol a la verde
espiga.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Sentido yerto:
Renace en la piel,
en el albor sin
conciencia,
hace más frío que antes
sentido muerto, caído
olvido yerto
raíz del ser
más callado que el
invierno
avanza camina a voz
todo lo que he perdido
polvo de estrellas,
hierro de océanos
piedra de montañas...
hazme recordar alas
cansadas
cosas grises que te
gustaba sentir
mi amada así sabes
horizontales que no puedo
olvidar
ejes verticales de
conciencia
sin dormir
danza la primavera del
lugar
con mi soledad pintada
en la sangre de mis ojos
todo lo que veo teñido
la ilusión cae en gotas
derramadas
cayendo congeladas
desnudo mi cuerpo en la
penumbra
del segundo quieto
raíces comiendo mis venas
hojas de mi historia
mustia, abatida
sentido muerto
viviendo por ver morir el
momento
momentos atrás que cae el
recuerdo
sin miedo, sin
sentimiento
todo hirviendo
sólo este sarmiento de
cuerpo
esperando que juzguen a
su alma
libre de maldad
quién estará allí
quién vendrá a darme un
camino que seguir
solo en la oscuridad
donde todo comienza
las sombras me
reconfortan
y veo en luz mi vida
para encontrarte
algo que darte de dentro
de mí.
Un amor rugiendo en la
boca de la estrella.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Aguerrido albor:
Diestro del mar a la
montaña,
visten sus flores
coloradas orgullosas y sentidas
cual caricia de su
jardinero que las ama
el viento armado escala
cual seco rayo
su sol enturbiado se
paran las oraciones
hipsipila dejó su
crisálida
en un caballo alado
recorre sierras y sus manantiales
recolectando toda
simiente desde todo confín
al inerte sombrío albor,
mientras su fría luz
crece y camina
sin franca tapia ni verja
que detenga su escalar
vuela vaga la libélula
para posarse en su hombro
recio brazo arrido
ninguna simiente cae a su lado inerte
que lleva que trae a su
castillo olvidado
hechiceros de todos los
reinos desvelaban que sólo
un reino se mantendría
vivo
y no era el del humano
ser
Hipsipila cabalgaba por
naturaleza su religión
abarcando de la tierra a
la lluvia
cual rayo cortado de Sol
su cabello
los pájaros trinaban en
su castillo
Hipsípila siempre vivirá
como invencible Sol.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Final con comienzo:
Retina escarlata,
su ojo de niebla
y bruma que avanza
donde corta mi flor de
luz
el sendero,
esposa del Sol al mirar
lumbre quieta, retina
abierta
muerte final con comienzo
en alabado fin de existir
y quebrar el tiempo
conquistando el terreno.
Sangrando raíces que
gritan,
aullando hojas al viento,
pintando su dispersión
eterna
como sustento y cobijo
de toda vida
mecido del insecto al
mamífero
desde el helecho
al alto árbol
hoy canto para ti
vida vegetal.
Mi caricia te sembrará
una y mil vidas más.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Flor de tierra:
Fuego en el agua de su
mirada
de los vientos
auspiciada,
la ceniza consumía su
carne
ardía sin mesura su
compostura
naufragó valles y sus
caricias
su bandera fue de su vena
acequia
molinillos fugaces sus
pestañas
de él se enamoraban las
hadas
de ella la primavera
entera
con cabellos del rayo de
Sol nacidos
ojos de tierra sin lugar
era bella
clamaba su voz la cima de
la montaña
descendió abismos
para anclar su esencia en
la belleza
que late y envuelve su
huella
conquistada en miel
su ambrosía
gemía la caricia
para brotar altares de
hueso
y murciélagos de sangre
lloraba piedras en
sabiduría prendidas
la bondad alzaba en
servicial entrega
su fuerza era de su amor
hoguera
él lloraba flores para
ella su amada
su verbo a veces tornaba
carmín
en pétalos de silvestres
rosas desangradas
su voz germinaba la
tierra a su paso
el amor a la tierra no le
detuvo
ni sostuvo en fracaso,
encontró con ella el amor
que le fue negado
llorando espinas
y si sus abrojos nacieron
no fue
más que para rajar el
viento
difuminando el tiempo en
estaca
de eternidad con fuente y
manantial
anclado gozo en armonía
bailando de la mano y
naciendo del alba
jamás capturada
pupila enfrentada
que mecía
que gritaba.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Quimera quieta:
Umbrío, tibio,
al resguardo de voz
habitada
serena, llena de luz
en este linde
donde corta mi sendero
y florece mi sombrero
al viento
ojos llenos de paz,
sendero atravesado
en árboles de sosiego
encontrados
en hálito congelado,
lumbre quieta se dibuja,
espino amarillo que
clavas al guiño,
calor de mi calor,
cauce de mi sangre
displicente
desde la montaña al valle
luce mi traje
para encontrarte
vestida de Sol y
caléndula,
resplandor dorado
al trasluz de tu amor,
granate mi sed de tu
cuello
al destape
mi río de calma y arrojo
en réquiem por la rajada
tierra
en albor de la centella
colmando su belleza
donde mi carcoma quieta
mira y avanza
sintiéndose en armonía
plena,
yo fumándome un cigarro
en la piedra de tu
belleza,
quién te alzara voz
entre los campos en flor,
fuego de tu fuego sin mas
razón,
ciprés que clama
protección
para sus muertos que vela
tejo morador de siglos y
cobijo,
ababol de versos de piel
y abrojos,
desde la verde espiga
a la mora sin espina
y su zarza esquiva
hoy te veo como eres
y perdona
me apasiona
ser guerrero de nuestra
luz
donde avanza mi quimera
y mi pasión poseerte
entera.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Tierra en el viento:
Quieto silencio investido
doblado en el filo de la
hoja
ese umbral que corta mi
calma
avanza en un sentido
rápido, veloz el
resguardo de tu
amada voz
encontrada cercana
donde estática enhebra la
silente parca
fluye de un confín a otro
confín
yendo mi barca
atravesando el brillo
al compás del sí bemol mi
traslúcido pío
y su suplicio en la
carcoma
que recorre mi horizonte
infinito pintado en el
borde de la ola
en la espiral de la araña
y su tela
la flor de difunto abre
su luz
al resplandor del cielo
que cae emplomado
Se corta mi alma para
aullar
en la centella
quemándose en su hoguera
hoy el viento lleva
nuestro nombre
mi árbol será sentido
en cada flor de niebla
la bruma su color gris
dejará
en este jardín de mundo
viví,
para sembrar mi aliento
que cayó como tierra en
el viento.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Silbido de la centella:
Claman verdades de la
tierra
por nacer y resurgir
el eterno ciclo de la
vida, muerte
y resurrección de la
simiente al albor
de sangre sin condición
yo soy por siempre
Así como dura sonrisa y
guiño
al azar de la existencia
efímera esencia
apellido y nombre que
nada representa
como resplandor de la
centella
cargo el silencio y el
infinito de mi verbo
resopló en la montaña sin
nombre
de mi tierra que jamás
tuvo dueño
latido sin final
agua de manantial
va girando mi vida por
enraizar
yo soy siempre
el eterno comienzo sin
final
aullido del viento
hoguera crepitando la
tierra del volcán
Río que acaba y resurge
del mar
ese soy yo por despertar.
Resurgir:
Hoy las fuentes bullen
los ríos desbordan
las vidas dejan sus
grises
de invierno y sonríen
al alba de la lluvia
que toda vida mece
sal al jardín ayer sembré
mis ojos
esperando que la tierra
fuese sangre
las raíces mi boca
y la planta mi cuerpo
para con longevidad
imperial
llegado el momento
decir de este jardín yo
no he muerto.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS:
Ojos trazados para todo
lo que tú ves
negados a mirar, del
laberinto ausentes
prohibidos, coartados de
la mirada detrás suya
no soy yo, no eres tú
después del hecho
despierto
perpendicular a todo
rostro que amanece
y arrasa mi ser en
estupor
en silencios por
conquistar de perdidas mentes
incapaces de reconocerse,
de adaptar su momento
y residencia mental a lo
perfecto brillando cobijado
qué paso con lo que soñé
y el segundo cambió
aguardé congelado en el
seno de la luz y alma
sobre todo lo que vino y
vendrá
hablo con la piedra del
mirar
no hay rosas sin espinas,
ni rosa sin cruz por
florecer
en todo ser humano,
como la flor quiere la
abeja
la logia me quiere
despierto
informe forma de vivir
siempre
conociendo que ya estoy
muerto
sin sentido morir de
nuevo
volver, ilusiones,
esperanzas,
pasado de un mundo hecho
me siento vivo respiro mi
aliento
estoy vivo muerto para la
sociedad que jamás me verá
siguiendo sus
superficialidades que tienen de verdades
todo cambio redención,
de toda elegía del ser
fuerza que me mantiene
quemando mares
de gentes asumidas en
superficies planas
de falsedades hipócritas
de reconocerse
mundo mío del acero, días
para los días
de la creencia de que
puedo exprimir la perfección
que mi cuerpo guarda
así en inspiración no
duerma ni esté cansado
seguro en el arraso de la
soledad
un día tengo su medicina
para volverlo sueño del
acto plasmado y realizado
puedo escapar por mis
ojos
tráeme tu mano te alcanzo
una estrella
sonido dirigido a mi
consecuencias del grito
sobrevivido
todas las cosas que creo
pasan ahora
y pueden cambiar
bebiendo paz y fumando
destellos pensados
desde que vine a vivir,
claro me ves de
existencia
amando al Sol
dame tiempo seré llama
sufriéndote
por tu típica existencia
impulsiva de tus deseos
enormes imperios me
quieren inmersos
en sus planas filosofías
y creencias de sentidos inertes
escapo con el sueño
soy el sentido del sin
miedo
calor helado del cielo,
fulgentemente ostentado
en tu caricia del sin
nombre rayo de sol
lágrima de lluvia cae de
nuevo
prende el suelo en vida
bebiendo todo lo que has
sufrido sin sentido
forma de los ángeles
buscando la felicidad
de los dioses que
cobijamos dentro
ese dentro es ausencia
del tiempo inventado
planos de existencia de
lo más simple a lo más bello.
Te acecho desde que
vengo.
El Castellano a
10-03-2015
ODA AL RÍO MUNDO:
De un mar de tierra
que tú desembocas,
que raspas sus siglos
afligidos
de volver a comenzar,
como plañía la eternidad
azogada
en verdes espigas,
y senderos verdecidos del
inmortal forraje,
cuna de mis erizos
seculares,
y orugas de hojas recias,
desde el caracol judío
blanco,
al cerro bajo,
haces llorar el alma de
belleza
que contigo Mundo juega
traviesa,
siglos solariegos
entre juncos de tu
extensa rivera,
hábil tenaza del cangrejo
cosechador de tu agua,
vienes que sublimas mi
esencia
volandera, entre surcos
de tu inmensa
hacienda de toda idea,
espárragos trigueros tu
orilla en sombra
de boscaje ofrenda,
rito y culto a lo ignoto
de tu belleza evidente,
Oh, río Mundo,
ruedo tus acequias que
llenas,
cobijo en respeto, tus
barbos cobrizos
y carpas doradas,
arteria y vena del
terreno
desde tu álgido nacer
en Riopar,
paradigma de chopos
amantes,
y cepas de vida,
desnudo mi canto
te ofrendo
en compás de arraigo a mi
tierrica bella,
castellana,
que se alce mi voz desde
la encina erigida,
hasta un compás en cumbre
donde tierra nace,
y raíces gritan de su
silencio sediento,
oh, Castilla cantaré
extasiado
a tu saliva,
y lágrima de belleza
en tu horno de espejos
del río Mundo.
Förüq castellano Miguel
Esteban Martínez García
Prímula escarlata:
abril 03, 2021
Abría un abril,
cubriendo la Campiña,
en baja luz de luna que
enhechiza,
metamorfoseando la vaga
lluvia
que lentamente caía,
bajo cielo derretido,
emplomado,
ya goteaban mis flores de
difunto,
sobre una porción,
de terreno respirando la
interperie,
pretérita una primavera
ya llegada.
La luna sempiterna
hermoseaba su metal noble,
purísimo al candor sin
lumbre quieta,
era bastante para lanzar
un beso al alba,
y ver si recogía algo,
quintales de nubes
plañían
su melodía jamás
interpretada,
ni escuchada sólo una vez
sobrecogedora.
A la estrella fugaz que
siempre veo,
lanzo un rito antiguo,
como cometa que el negror
atraviesa desceñido,
olmo mío,
dime tus penas tú que
tienes alma,
que baila entre oscuros
romances de savia,
al brillo de mi espino
escribo,
beso de camino entre mi
rosal canino,
hojas húmedas del héroe
entre el lodazal,
herido blanquísimo,
contienda los tímidos
alisos,
sus estrellas blancas,
entre piedras pálidas,
que carraspean su canto
olvidado,
¿Cómo he acabado aquí
donde todo comienza?
Pienso en su prismático
mirar,
a punto mi buque y puerto
negro
en llamas.
¿Cómo suena su flor?
Acaso fuese líquida,
el yunque mi pecho
está martilleando sobre
un cincel
de murmurio grave.
Y suenan las espaldas,
mi vida aterciopelada
sujeta incandescente rosa,
sobre azul de mares y
vetustas olvidadas,
al tiempo que rezaba
serenata,
al azur prodigioso los
altos cielos,
tronco flamígero,
en colores sobre las
naciones,
absoluto diamantino,
su astilla de su color
carnal,
que se extendía,
besando su torso sembrado
por mis castos dioses,
algunos que me odian,
sigo consejo perenne,
al pairo se va lo que
debe de irse.
Se querían entre fracasos
y transiciones,
como dos muelles fugaces,
aquí yacía mi letra,
en mi jardín de luna,
y sombras vanas a secar,
memoria acaso
el desliz me incubara,
fundadores que caminan,
esta mi soledad original
de campo abierto,
encima de mis lápidas y
todas sanguijuelas.
Förüq castellano Miguel
Esteban
Ceremonia terruña:
Tiempo que era llanamente
hondo,
como pozo sin poso, ni
fondo,
severamente profundo,
como fantasmal visita
sobre lazo silencioso,
buscaba yo tamborileo
grave,
entre hileras sordas
enre nuevas flores
de trompetas de los
ángeles,
danzar entre círculos de
grama húmeda
y corajes de aventar
nuevas espigas
de olor a yesco trébol
rojo.
Hice una hilera de
guijarros;
preparé mi propio templo
con torreón y almena
nueva,
un foso bordeando y
cuidando
mi nueva siembra de
ababoles,
templo asilvestrado con
urna para ofrenda
y depósito nueva agua
virginal,
era suficiente de tiempo
insuficiente
a nuevo otoño que
comenzaba,
con olor a hojas de
chopos arrebatadas,
y majuelos agudos en
espinas,
rebordes cardillos de as
damas
erigiéndose
tempranamente,
maduraban los tomatillos
del diablo,
solanum nigrum
que ni caracoles
resistían
sus lustrosas hojas
morder,
las colas de zorro ya se
divisaban aventando
terreno de su nueva
simiente,
afinaba mi cuerda
tendido a ras terreno,
sembrado a pretil gesto,
como se siembra una pipa,
y tarda treinta y un años
que porto en girar el
sol,
carrasquillo háblame,
que penas traes de virgen
encina.
Cuéntame tus oscuros
romances
con vientos de luna,
y tus flores de difunto
casadas con Sol Ferro.
Dime a mí que te cuido
con esmero,
aguardando tus flores de
piedra
y tus bellotas del
mañana.
Árbol mío,
avanzo este mi caduco
corazón humano,
como vampiro solar
me remarco,
un solo de voz
desangelada,
y volví a honrarte,
de esta nueva tierra.
A viento pagano,
voz de alma, amada,
inamovible,
firme, regia,
de raíz arcana.
Tu rostro en verdor
de hojas afiladas llevas,
acaso igual o semejante
a hermanas blandes.
Río de encinas y flora
reborde,
amor de tierra a lo que
es
y crece en ella,
vine por vuestras voces,
jamás marchiten vuestras
notas,
de longevidad imperial.
Förüq castellano
Voz de tu preludio:
Eran dos voces,
se querían ambas entre
dos labios,
eran como azules
sin helada madrugada,
una sangre agitada,
sí dentro de la noche,
se deslizaban como
espinas,
entre flores álgidas,
melodía de perro afónico,
y luna plena,
fugaz melancolía,
era la voz hembra,
el brillo se conjugaba
de secuaz beso nítido,
rostro en hora,
giraba flotando como
fantasmal,
sábana de anhelo
pertinaz,
un valle estiraba y tus
gemelas,
reflejas piernas, bulle y
besa,
hondo antepasado de
diente afilado,
y lecho de abrojo,
arcaicos deseos se
conocieron,
bajo mar y hondo terreno,
beso de intimidad sola,
de extenso horizonte,
desecho el sótano en luz
que amuralla,
poniente de carne de
cristal,
y pluma en abanico
llameante,
labio de quietud ,
escarlata hoguera por
ocaso
del lobo mesetario,
que buscaba luna y
entabló,
del cielo regia sequía,
silencio que oigan,
dos voces puras,
se quisieron,
sin forma anhelante,
como el poder nunca pudo,
y la creencia,
sin exacta ciencia,
sabía que impulso no
dispara
tres veces ni a revés,
tiene, ni blande
retroceso.
Oscura música que en
perpetua,
sinfonía,
soledad cantaba,
su silencio de cristal.
Y tierra levanta,
Förüq castellano Miguel
esteban
Brotado:
Númenes asocia y respeta;
con silencio espectral,
la muerte,
en blancos corceles,
de huesos bellos,
hados dan brillo a tu
belleza,
que perjura, rinde, y
somete
lluvia entre maternas
cenizas.
Brota el testigo del
falso juramento;
se baña en fuente, de
leves ninfas,
prisioneros hace el
hechizo
que metamorfosea
la callada noche,
que orna el cielo de
fantasmal rigor.
Signos que ríen feroces,
a la sangrante piedra del
destino
que hondamente negrea,
sopor entre las voces.
Jóvenes siervos son.
Lares propicios a dioses.
O saepe mecum...
Aguza mis saetas,
incansable,
entre espasmos,
relámpagos,
un destino atronador.
No limaré salvo mis
huesos,
testimonio mudo, del
mineral de azabache,
entre calderos de
estrella y estelas breves;
por gemas de verde jaspe.
Grosfo me guardará el
latido,
este caballero proceloso,
ahuyenta, las zozobras,
en lentitud de los días,
combato, gallardamente
aguerrido,
altivos rostros, sucio
suelo, tocan.
Fuga sin escudo,
sacrificio del
torbellino,
junto a mi laurel reposo
con mi diablo de flores
converso,
de un tiempo que servil
ya no yagaba.
Förüq el castellano
Primavera tu hoguera:
marzo 09, 2021
I
Tu solo espíritu
de alto cielo,
preside mi honrosa vida.
Feraz raíz insobornable
como dicha falaz
incuestionable
devienes primavera.
En joviales muslos
y lozanas alegrías.
Levísima, poderosa,
atónita,
en alas mi Golondrina.
Alzas que me sublevas
a beber de tu fuente
inarrable.
Rayo celeste, vital,
frente la tierra, todo
cánticos.
Crear tu azul gloria,
es soñarla, como sueña la
orugüilla
volar en alas montadas.
Azul, verde, amarilla tu
sonrisa,
seno turgente mío erizado
donde te guardo.
II
Me palpitas de rubor
a espada rompiendo,
esquelas y señales, sin
esquemas
avanzo este humo de
bolígrafo.
Mi árbol en piel saturas,
lentamente, como llueve
sobre
noche de suelo mojado.
Cargado voy en verde
savia,
pujante de tu hálito
fugaz, repentino,
ingobernable,
como luz derretida,
y agua batiente.
Como piedra o calor
esponjado.
Permite te escriba,
vomo se habla a la
muerte,
para enamorarla.
III
Suspirante desliz
estrellado,
aristas como filos un
rubor
franqueza, de honorable
sabor.
Embeberte, es de liminal
vértigo de espadas.
Atrevida, de hermosa,
sensible azada,
sacas mis penas y alegría
se erige,
de este tu muchacho
desnudo,
que jura te amó
un día en penumbra
para así, por fín,
no perderte nunca.
Arena vívida de vergüenza
ausente, melodioso tu
amor.
No aplaco, le custodio,
como mi vara de nardo
en lecho marino.
Förüq castellano Miguel
Esteban
Memorias frías:
Usurpar vestal en llamas,
clarividente hechizo,
usufructo de solas
corrientes,
como vertical latido
auge de todo lo que
elucubró
llegar a ser más que
desliz pasajero, temporal.
Como signo arcano,
revoloteando que ungido,
vestía pliegues y
orillas,
de nácar y estela
atemporal,
como higo del demonio
y mezcalito.
Era solo desquicia
labrada
de un placer atónito,
en aras de trinchera,
y remembranzas todo lo
que te quiero Musa.
Con topo, invención,
u fulgente espía.
Era solo gritar,
te necesito más que en
tinta
y hojas papel infausto.
No creo sobrevivir al
ocaso de mi error,
o quedar relegado a cruel
olvido.
No se puede nadar en ojo
remolino,
aún sea espira de vértice
y entraña desangelada.
Este remolino fluvial
que me absorbe y navega
mis venas,
Oh mi turquesa,
en crisálida, de
cristalina esencia,
planeo la noche,
vestida cual azur
hermoso,
reincido, no deseo ser
clavo sin martillo
en tu destino,
ni espina sin rosa malva,
como rosa sin cruz acaso
es logia,
acequia sin agua ni arada
tierra,
es el verso sin destino,
destinataria eres,
por ser armada mi
soledad,
Como densas calzas un
cruel devenir,
en grilletes condición
impuesta por sistema,
sabiendo quién soy,
simple y llano un hombre
de bien,
que bailen su mentira
médica,
diagnosticada por cinco
días de insomnio,
que libre no es quien
pide ayuda asustado,
le condenan vida entera,
a su negocio de remedios.
Förüq castellano Miguel
Esteban
Rauda estela:
Surco de noche
ya se retira
sonando el día
y sus rosas heladas
de invierno,
iris matutino
clamado
en este fiel olivo,
surca mi sangre
entre verticales filos,
mi gris vencido del alba
serena, más desnuda
que la transparencia
que el azul afila.
Se clava este verde
militar de ciprés
como cuchillo enervado,
y su canto
en estos sigilos de
chopo,
cargo mi revolver
naciente del verso
por un sol de plumas
cae fusilado el aliento,
algo que clavar
al firmamento
héroe del norte
de mi silencio.
Fantasmas
del imperio perdido
su bandera del tiempo
dormido.
Fúlgidos nervios
cabalgan los acres
de esta trinchera
donde mantengo alerta.
Jauría de sienes
hendidas,
con fauces somnolientas
quise ser siempre
con esta mente,
profundicé el idioma
de la flor,
hablé con la tierra,
aún guarda mis abrojos
sembrados.
Entre brotes verdes,
impacientados,
aguardan el bravo
crepitar de la tormenta,
y sus besos azules.
Ahonda esta vida
silos del demonio,
simientes oscuras
de malas yerbas.
En este campo yermo
crece mi ilusión
que no me siembren
el dolor,
seré como la flor
soñaré con las piedras,
reiré con abejas,
jugaré con el viento
como la vida grita.
Ahora que la mañana
consume los suspiros
ahogados,
ahora que el cielo
luce sus corceles
dorados.
Es por esta pizarra
que me habla el río
me habla qué más
que ser agua.
Deslices anudados
entre corajes
florecientes.
II
Voluble cielo
cuidó tu rauda ala clara,
próvido planeta
de florido consuelo,
por su sol fúlgido
lucido.
semejanza quiere contigo
corona el día por
aspilleras suaves
las glorias que descifra
tu nombre,
sublime en altura por
quier
anublen desventura
por mesura,
encumbrarse la ya
satisfecha
estela endógena no osaba,
realizada dispuesta
en manos y cruz de Apolo.
Amante lebrel
de sentenciar causa y
retiro.
Aragua tribute el franco
templo,
inimaginado,
con peñascos y mi
arroyito,
alevoso corredor
robusta bizarría
entre furor de tus solos
labios,
felonía de caverna
umbría,
retiemblo atónito
sorteando fieras,
amansando mustia frente,
sacro fuego tu esplendor
contigua.
Entre tus cauces férreos
amada,
quebraste tu saliva y mi
lira,
¡Oh musa, tu encanto
no me retires,
Batida mi hada,
pastorcica de Castilla,
invencible de esta dicha.
III
¿Acaso dormiré la noche?
Se callarán los susurros
nocturnos,
el blanco cielo ya no
acostará plomizo,
su letargo de otoño
aguarda,
taimada mía no marchites
mis leves hojas;
No todavía.
Ampara mi dorada yedra
escucha sus notas de
savia verde,
abre y abrirán rizos
en acristaladas fuentes.
Allí el clarín entone
enamorando a la dama del
lago,
serpeo mi suerte cuando
me dictó verte,
común lache yo perezco
en brazos de mi lejanía
nunca hallada,
a ti entrego mi labriego,
inquieto, escita de su
linde quieto,
aplaca mi bajel de ala
irascible,
relampaguea incesante
alta como la luz etérea,
perenne que yo estaré
atento
para osar y no
desprenderme;
perjura, retrocede, y
avanza
alzándote por falaces
bocas,
que desaconsejaron
y creíste amigos,
no poseo yo almendro
de almendras de oro,
pero todo se dará,
sin caer en el vulgo,
mi sed al menos procuro,
es la sangre cándida,
arremete, marca su
cántaro rodado,
blando, una solitud
escarchada,
a la que se desea tras
todo estío,
lisonjero de tórridas
llamas
secuaces del terreno.
Hoguera me tiendes la
llama
sin rendir tu escuadra,
preso tiembla el morir
noble.
Peinadas parras de la
sombra,
tupida vida que acicalan
acariciando al rey Sol.
El Castellano
Catarsis:
marzo 05, 2021
Verdad
quién te encontrase,
tu idea eterna perdida
mi vía para cerrar los
ojos
ausencia que revive la
voz
iridiscente abismo de
color
perder conocimiento
introspección del vacío
perpetuo de locura
ausencia llamada dicha
gozo del millón de caras
invenciones
deseos
inspiración del rayo de
Sol
sueños en la realidad
incendiada
seguridad tejida
a través del cielo
sueños del alma
donde cada sangre
grita su libertad
yo no estoy hablando
ni tú escuchando
puedo verte sin mirar
escucharte gritar
mi momento llegó
las promesas derritieron
quedó el sentir añil
de quien fui
sigo el final de los días
del hombre
despierto para caminar al
Sol
cargo en la espalda
mis pasados pensamientos
perdidos
asedios de mente
blindados de quien quise
ser
desierto embalse de
recuerdos ahogados
sangrando el ruido del
destino incierto
quedó ser yo mismo
el caos en esencia de sí
mismo.
II
CATALEPSIA Oda a reina Musa:
Catatonia madre de
impresión superior,
que encumbras musa y te
encumbra de este nicho de bronce,
lápida con flor de
silencio,
Oh Catatonia,
flor de muerto de esquela
en sangre viva,
yerto circulaba de
aflicción,
en oscuro tapial primero,
al suburbio universal,
señero por señal,
de mis signos yertos
vitales,
te ensalzo sangre,
que amurallo tus sones
vestigios,
piramidales,
titánico siembro,
el númen victorioso
mi gesta,
vestal de cuervo Förüq su
madre
Oscuridad, sacerdotisa.
Del tercer orden las
cosas habidas,
dilucidadas extensas.
Queda solear, este solar,
de letra perdida
hasta atronar mi vuelta a
la novena espada,
que el guerrero Miedo,
me conocerá.
Para cantar mi victoria
de todo parco lugar.
Förüq Castellano
III
Mira mis ojos,
es lo que no reconoces,
el verde metálico del
gris en turquesa bañado,
el azur dentro de mi
noche perenne
sobre la copa mis
árboles,
te hablaré como el amor
flagrante,
que exuda, que dirige sin
parca compostura,
sin directriz,
no sea complacernos Musa,
oh, si osase tu gemida
ventura,
oh, si elucubrase tatido
feroz,
de alma a pecho,
de carne a víscera,
no se desdibuja osadía,
en alarido interno,
ni mi sentir cae
disuelto,
sin tu cobre mirada que
electrificas,
saber preso en tela d’ esta araña,
hemos venido por el miedo
descalzos,
canta el mirlo nunca de
nuevo,
osará la mentira vestirse
Miguel
de tu realidad falsa,
ni la mentira verdadera
dejará de ser mentira.
Vengo de sones de abajo,
mirando alto,
necesito tu oscuridad
para recto poder dormir,
necesito sueño para
embeber tu cuerpo,
hasta esencia sanguinosa,
oh, granate sangre
mercurial,
dame espada.
Regiré alarido vestido,
de florestas y azares,
sí con sabores a mujeres
desnudas,
será la tierra tu piel,
cándida, ensoñada,
te abrigaré hasta el
sentido,
que llora nuestra
subrepticia
nuestra noche llorada,
el tiempo derretirá,
habrá premisa de
arroparnos en vivos colores,
vistiendo infiernos de
flores,
sólo será cenit y dolmen
de placer expuesto,
como alma que encuentra
cuerpo,
como verdad y templo,
función,
y sierpe de sangre,
aleteo precoz demente,
ser pez de tu cristal en
tu espuma de vientre.
Förüq castellano Miguel
Esteban
Sincrónico fulgor:
Sincrónico fulgor: marzo
03, 2021 Prefacio mi entrega: Presento ante ustedes, abrojos versados, mi
presunta creación, mi decencia en vals, abro portón inspiracional en tres,
tierra, esto es tierra noctámbula, grillos laten, pasada luna llena febrero,
adentrando número sagrado en Marzo, todo cambia, todo está cambiado, en la
verdad. Nada por olvidar, deseo colmar, tibieza placer, jamás ya esquivo,
repletaste y colmaste belleza intransigente en pulcritud del fuego de mis ojos,
uno ardo, dos te adoro, tres fascinación cursa, repleto camino sin ser ni con
altiveza de pasos destruyan sin honrar. Fase novena activa, oh legión, dame
cítara, bajo que voy subiendo, permisividad infausta dictada a la milicia,
porte sembrado, abrojos, inculco que descubro esta mi espina del Señor, donde
iré por fuera de la noche, sendero a oscuridad magnánima, te estoy besando
recuerda, bailo en tu densidad.
Miro tus vidrios, deseo
sublimar imagen sí, en oxímoron, cómo hacer base de mi pretensión particular,
llenarte como me llenas de letra a mi alma mecha de luz que prende, incendia su
oscuridad. Mírame estoy desnaciendo mi decencia, oh, maestra la noche, señorita
escarlata, colcúlcame claridad en mi brea, pretendo amarte, tocar violín, limar
aspereza y ser su cuerda yerta, grillos criquean, oda a luna sempiterna, en
primavera climatológica presente, vuelo alto, como el momento, debido aguardo
tu beso eternamente, al claro oscuro escribo, no estoy perdido hierro luce mi
alma, esta calma que estalla, arriba tu horizonte Musa, blandiendo azar de
nueve fieras, tres velas, y un candelabro. Dentro portal de tierra. Oh Lvgvs,
he venido a servir a tu rebelión, oh, Lugh, oh Sol Ferro, ven dame luz, ven,
dame sola arma convenza, oh Lugus, he venido a nacer en tu dicha, gloria, mi
Tierra, diosa mi Luna semper, sempiterna, encendida, oh, gloria dame blasón,
Helvetios, Mercurio, venimos a transmigrar, venimos a incendiar alma, arma y
honrada amada esencia. Siempre te amaré, quizás y va a ser algo, nunca
cambiará, te amo esta noche de penumbra, para así ni en locura olvidarte ni
abandonarte nunca. Esteban er-lobo bohemio Förüq castellano a 3-3-2021 Miguel
Esteban Martínez García
Cuerda yerta:
Estridente vuela la hoja,
devanando respiros
cautivos
volando patios de arañas
de grises fauces.
Chirría el viento yunques
metálicos
suena su desvelo por
lomas
afiladas, al desdén de
voces mentales,
azares corren su suerte
por grilletes y
sujeciones retuercen.
En un jardín del otoño
caduco
mi voz se descubre, sola,
sola
como cuando nace la
tierra,
y en su yerma plácida
crece la amapola.
Cautivos espejos no
reflejan lo que siento,
sulfurante sino condenado
para no ser yo ser él el
que hable,
de sensaciones
acristaladas
y pensamientos sin vaho
empobrecimiento deslizado
por aislamientos que
libertad llora,
allí creció una rosa
de trocitos de papel y
pintura
porque nada es eterno,
esperaba ser real
aislé al tiempo con vacío
seco
abrí las puertas de
negros lirios
luces me afilaban asidas
de momentos
decrépitos, sí estuve
allí
en sus sopas
medicamentosas
y para curar mi cordura
nada hicieron
porque me llamaron loco.
Pero yo sé quien soy.
El Castellano
Orfanato de inspiración:
Recuerdos que llaman a un
presente,
de zarzas de tu piel
con las que pincharse y
enamorarse,
de besos en la espina del
demonio
y nubes de calma dulce de
ángel
sángrame las palabras
bonitas
viento del sentimiento
áspero florecido,
tersa de seda camino tu
camino
despertando en tu templo
de azúcar,
cabalgando tu incesante
ilusión bebida,
hoy me encuentro clavo a
clavo
con mi sueño que sembré
en tu lengua,
escalo tus montañas
esperando encontrar el
tesoro que arde,
que late en tu bosque de
corazón,
escucho las voces de mi
mundo torcido,
te encuentro las alas,
te alimento las
mariposas,
hoy te quiebro el
silencio
en el blanco cuarzo de
esta distancia
que sintoniza que llora
flores de niebla y humedad,
me crecen las cuerdas,
mis pozos se llenaron con
tu saliva,
aquel invierno que te
tuve en mis brazos,
esperanzas nos llaman a
sembrar el nuevo año,
deshacer los siglos que
nos juntaron,
quiero encadenar a la
dificultad
en los grilletes del
olvido,
hacer luz en cada
oscuridad que tienta nuestra llama,
quiero desangrar estas
rosas de sangre
y escribir el te amo a
sangre y fuego,
acariciar tu pelo
sentirlo entre mis dedos,
reinar tus pájaros y
suspiros,
prender fuego a tu reino
con mi cuerpo,
tenerte un poema en cada
rama de viento,
tanto quisiera vida que
solo te quiero a ti,
mi dulce sinfonía,
mi flor de cada caricia,
rocío de tu alma
proscrita
lágrima que camina
en cada tambor de mi
tierra
en cada arteria de mi voz
que te encuentra,
mato el dolor con mi
palabra de corazón
esta noche te canta mi
pasión,
flor con flor semilla de
tu amor,
agua de tu boca para
vivir
quiero ser araña que te
araña
esta noche invernada,
despertar nuestro sueño
que reines luna mi cielo,
quiero beber de tu
cuello,
derretirme en tus ojos de
hielo,
mandar al cuerno todo
intruso de nuestro desvelo,
abrigarte la noche fría
ser tu sol cada día,
renacer en cada semilla
perdida
que nos brotó el aliento
en dos almas unidas en la
eternidad del beso.
El Castellano y
Leannán-Sidhe
Estameña flor:
marzo 02, 2021
Silbido de la sangre:
Claman verdades de la
tierra
por nacer y resurgir
la quietud estameña,
sobre la misma tierra
el eterno ciclo de la
vida,
como traje de la mujer
soñada,
muerte en memoria hilando
recuerdo vano.
Resurrección como
caminillo de hormigas
por la soberbia de la
simiente al albor
de sangre sin condición.
Yo soy por siempre
miel de infortunio
desaconsejado.
Así como dura sonrisa y
guiño besado.
Al azar de la existencia
efímera esencia del
crepúsculo más sonrojado;
apellido y nombre que
nada representa
como resplandor de la
centella
vil chisporroteo sin
sonar,
cargo el silencio y el
infinito de mi verbo
a lomo de frialdad en
escama
resopló en la montaña sin
nombre
latido de mi húmeda
lombriz azulada,
de mi tierra que jamás
tuvo dueño
latido sin final
agua de manantial núbil
destelleo,
va girando mi vida por
enraizar
yo soy siempre
sendero de sierpecilla
inútil,
con el manto de su
desnudez violenta.
El eterno comienzo sin
final
aullido del viento, arena
en una gota de lluvia,
hoguera crepitando la
tierra del volcán.
Río que acaba y resurge
del mar,
ese soy yo siempre por
despertar.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
14-1-2019
Resurgir:
Hoy las fuentes bullen
los ríos desbordan
las vidas dejan sus
grises
de invierno y sonríen
al alba de la lluvia
que toda vida mece
sal al jardín ayer sembré
mis ojos
esperando que la tierra
fuese sangre
las raíces mi boca
y la planta mi cuerpo
para con longevidad
imperial
llegado el momento
decir de este jardín yo
no he muerto.
El Castellano y
Leannán-Sídhe 14-1-2016
II
Sangre y muerte aplaco
regio,
duramente como astro
viril,
como amor estameño que
canta a su veta amada,
en sístole de barretero,
abriendo surco nuevo en
piquete,
trágica que ella así
vino,
flor de metal desde el
suelo,
amparo en destino reguero
pulcro,
todo reguero que trueca
su suerte;
por muertes de estaño
fino,
enamorada dinamita que
surca lecho,
un son que grita un baño
de raudo fuego,
sin piedad de obrero,
ni réquiem apiadado por
la tierra,
un raso enlutado de
oscura piedra nacido,
concavidad de caseta y
vals minero,
como sinfonía nocturna
que abre yacimiento,
regreso y no entristeces,
estameña vida en cobre
cubierta,
santa presencia
de altas colmenas,
y simientes que el tiempo
avelan,
fontana tú, serena,
viniste al mundo
en la fundición de la
primera Armonía,
sombra tú de planeta sin
espejos,
turbiedad que no arrostra
diamantes,
opacidad serena,
sola,
sola,
como sola nace nueva
tierra,
gris fantasma
que velas tu brillo
maleable,
rutilas cenizas metálicas
de todos los ayeres en
cuerpo metálico, tangible,
sigiloso sembrado, tu
vanal estallido,
a sacar de ti mina y
provecho,
raíces pétreas,
tu sino de planta de
humo,
copia sin espejo,
ni sombra acaso tu
reflejo,
perpetua osadía
sembrada por el Cosmos.
El Castellano
Gloria oscura en auge:
Elevado trigal de mi
oscuridad,
amapolas desangradas, río
de sangre
por llegar,
de este confín
al inframundo.
Del pozo de Airón
va este celta carpetano,
Sigfrido en Alemania
nombrado.
Escudero del dragón
Cuelebre.
Araña tejida en el ojo
del lugar,
el cuerpo ama el frío
caido,
deslumbrado, yerto de la
pupila
con su telaraña montada,
en su palabra,
en cicatriz silente,
doliente,
abrasada cual fuego leña
abrasa.
Avanza mi trino
comulgado,
vivo por la ley
de mi corazón invernado,
del suplicio,
al suspicaz verbo
por visualizar,
para su estampa domar,
en el cerro del lugar.
Por el templo de mi
congelado habitar
gloria,
de este mundo cruel
jamás caigo destruido,
parco dulce tormento,
que mece de vuelta
al inicio del
sentimiento,
jamás dicta su única
verdad,
Luz es Luz
Madre de Oscuridad,
comienzo de todo.
Voy con mi caballo a
cuestas,
turbado esquivo nacido,
cual linde deseado
perdido.
Quiero encontrarte,
conocerte,
tornada quien tú eres,
en efecto y beldad,
amarte.
Ya te amo en verdad,
lleve donde me llevase el
cante,
el umbrío, tibio,
parco hálito,
allá donde mi latido no
cupiese,
te llevo en mi huerto
mi flor oscura,
en este invierno que el
Sol
de amarillo la vida
ungiese,
y la tierra en encina y
esparto blandiese.
Gloria,
puedo empezar
sólo basta dibujar,
detrás de mis ojos
mi amada está,
llamada poesía a su
entraña
de Gloria oscura,
vivaraz entraña retuerta.
Musa-araña dicte lo que
es de ella.
El Castellano
Subrepticia:
Ese mi único secreto,
revelado entre celdas de
leche
y rosas de sanatorio.
Su encuentro en estadía
de larva,
o alma anclada en forma
de éter,
forma concisa,
fuego en lágrimas mi
sangre,
a dulce mordisco
te di de beber de mi
índice.
Hoy, perfección
intangible, onírica
del mundo propio del
sueño,
belleza lejos de mundo
conocido.
Fuente los cielos, candor
de dragones,
rizados en todos los
colores,
nube de evolución,
granate profundo de ojos,
partida de sed sanguínea,
Ser perfecto, cómo
llamarte,
que al volar, te dije
vuelve cuando quieras,
no voy a intentar
capturarte.
Förüq castellano
II
Espiral de reposo:
Soliviando, viene
bregando,
un azar tangible
epicúreo,
adoctrinado al hervor de
la verde cepa.
Raíces al templo del
mañana,
vistas a lo que nunca dio
causa
y siempre estuvo y está.
Inmiscuido como ascua
besa
su final de ceniza.
Empíreo, cromado
sentimiento
de conciencia filosa.
Quizá algún día vuelvas,
Subrepticia hermosa,
quizá más crecida
tras alimentarte de los
cielos,
y su bruma del gris
encorajinado
y su zinc y su plomo.
Puedes escuchar los
sones.
Se afila el clamor
entre trompetas
de todos los ángeles.
Förüq castellano
III
Atisbo de nácar:
Noche de colores
enervados
de rienda alzada como
vetusta estela
coloreada por oscuridad
sempiterna
que todo atisbo envuelve.
Es el son sanguíneo del
sigilo
alzo, que dirijo sus
resplandores
consecutivos, es un
latido de tierra,
repicar de los fusiles,
y sus hocicos al
horizonte cantando
un inmiscuir de la brea
y su pólvora encendida.
El dormitar de faroles
y su réplica de luz
intransigente
vuelve al pozo sin poso,
es mi sola alegría
descorchada,
entre la caricia de mi
guardia.
Mi cielo en repiqueteo de
colores
que difuminan la densa
oscuridad
de la noche.
Förüq castellano
Sigilo de solitud:
Por el tercer orden de
las cosas,
avanzo mi solitud extensa
el infierno de la araña
custodia,
el destello nacido de la
tiniebla
susurro en eco de cicutas
sangrantes
es el estambre de la flor
llamada muerte,
un sueño eternal
en las lindes del
descampado
que atraviesan las almas
al transmigrar,
eterno hálito inmemorial,
un telar entre escarchas
azules,
y vides de lúgubre
ambrosía
cantada por Dante,
y el grajo negro de
Apolo,
surca los párpados
yertos,
descubramos hálitos
flamígeros
en sinfonía yerma de
corazones espinados,
y zarzas en umbral
sigiloso.
Puertas al reino de los
condenados,
suenan los sones, suenan
los clamores
de brea y tinta
exaltados,
era una noche lúgubre,
las pestañas no bailaban
en los ojos fríos.
Era una neblina cegadora
que abría un fuego tras
la oscuridad,
unos ángeles blindados
tras la puerta helada un
enero,
unidades de la creación,
vida hermosa,
sueño hermoso
reflecta maravilla,
mundo negro en el que me
encontré.
Hijos de la tormenta en
la noche oscura,
a ti noche oscura canto.
A ti noche oscura te
escribo.
¿Por qué no me das el
sueño que tanto ansío?
Paso noches enteras de
insomnio escribiendo poemas hasta
enloquecer, llevo ya
cinco días sin dormir y veo que se van
mermando mis facultades
mentales y escribo frases sin sentido,
garabatos en hojas de
papel.
Me asomo a la ventana y
contemplo las sombras de la noche como fantasmas,
deambulando sin rumbo.
Mientras apuro la botella
esperando matar esos fantasmas de
mi cabeza que suenan como
delirios con sus voces.
Me estoy volviendo loco.
Solo veo sombras y
figuras que se dibujan en tu oscuridad como
demonios.
Sólo los gatos y lechuzas
salen a cazar como los murciélagos.
A ti noche lúgubre y
oscura te escribo que bajo tu protección de tu oscuridad
ven salir los ladrones y
asesinos a hacer sus acometidos
de muerte y delito de
acero y sangre.
A ti noche lúgubre y
oscura te escribo.
Tú que no entiendes de
genocidios ni de muerte ni de fosas
comunes selladas con cal
y tierra ni de fusilamientos.
Tú solo ciegas la luz del
sol y solo el fuego y los fusiles iluminan
tu oscuridad.
EL CASTELLANO
Preludio de la certera posesión:
Mi alma anclada en gozo,
de que tú seas su ilusión
verdadera,
quimera de piel y amable
entrega,
soy tuyo hasta el tiempo
que me verá desvanecer a
tu lado
naufragando mi barco,
hoy te visto de amaranto,
perfumada de rosa esquiva
tu mirada,
para encender mi candil y
su verso,
a ti estoy sujeto como el
inicio del tiempo,
que jamás me verá
desvanecer de tu puerto,
hoy avanzas mi canto,
para pintar de tu color
su verso,
que ya no se retuerce ni
retorcerá
muerto el beso,
queda servirte mi flor de
hueso,
despierto
despierto mi reino vuelto
el nuestro,
resumiendo el latido por
ti confeso,
para resplandecer,
y que viva siempre
nuestra luciérnaga de amor,
iluminando el abismo y su
garra,
para ser yo quien te ama
mi Leana.
Quien te vistió el cielo
de todas las flores mi
amada.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Lugus:
Oh lugh, invencible al
crisol
de tus lenguas travesadas
fiel carrusel de rayos
sin secuela
de su rizada espera,
blanca luz de tu vera,
entre compases que
hielan,
a tu vespertino canto
derriten, despiertan
tus mil llamas liberadas,
desnaces a la noche que
aguarda,
oh Sol de mis soles,
acoge este iridiscente
canto
en tu seno en mi pecho
que te aguardo,
al fragor de serpientes
frías,
al valor de fieras
enardecidas,
bajo y bajaré para
alcanzarte.
El rey lucero,
todo lo colma su brillo,
la tierra deja paso a toda vida en color,
a través de la caricia
nos trae Lugh.
Reinando el Sol está,
hablé con la lombriz de boca gris
que apareció tras mirar
fijamente preguntando
a una flor de difunto me
comentó
que podría indicarme de
la tierra
donde todo es libre
Lugh
mi padre astro,
Dios de las artes,
este afán que me enciende
la vela
para que me encuentre
luna madre de Lugh
soberano,
encuentra su cuervo en su
castaño,
estribo sin llano
un real cerro
de rivera del antaño
tajo,
salpicando este corazón
por piedra,
con mi dicha
que se acuesta y briza,
mi profunda raíz de tomo,
con negro abismo
despejado,
centelleando.
Wotan, Lugh, Morrighan,
ese veris perdida y
encontrada,
Dagda, Balar, Mórrigán,
Lúgh,
y tú mi amada Brigid
Genii locorum dioses
ancestrales
abrir este camino,
Diancech sana este mi
cuerpo
Badhbh Catha sigue
fuerte,
tierra entierra la maldad
sepulta los problemas,
como en tu ser el ciclo
el eterno resurgir en ti
cierra
y comienza,
resurgiendo, abriendo
camino,
escudo en fuego sembrado,
hueso del pagano,
me deberán cuanto yo he
plasmado,
hierro al hierro,
fondo escueto
del vítreo traspuesto,
senda de la idea,
por ellos socarrada,
lucha, cuanto más arduo
es el camino,
cuanto más se abren las
pruebas
más se hinchan las
fuerzas,
sólo vencer en
firmamento,
agujereado de huesos,
siembras que tiembla la
luna.
3 claman los genii
locorum
que no han muerto, que ni
el olvido puede con ellos,
Diancech sana este mi
cuerpo
Badhbh Catha sigue fuerte
líbrame del cobarde,
Epona sálvame del
semejante soy tu mala yerba,
Dagda, Balar, Mórrigán,
Lúgh,
y tú mi amada Brigid
poesía,
elevar mi canto
que yo con mis actos
os hago un manto,
Cernunnos comienza
nuestra caza,
Candamvis alumbra esta
montaña centelleando
el relámpago,
abriendo el cielo de
nuestra bruma,
tejiendo nuestro amado
ocaso,
que jamás hemos visto los
que vivimos en el suelo,
ahora y siempre se
escuche nuestro canto.
Regio Lugh meditando.
Sin mis vencejos
no brota esta fuente.
Abren montes
sucios de azul sereno,
deslumbra un fulgor.
Dios del destino,
dios de luz y del fuego
diestro,
doradas sierpes bajan el
acecho
flamígero.
sí o no mi lucero,
afrenta amanece,
antepasados servid al
viento
de vuestros hijos.
No hay bajeza por
recorrer,
raya la senda
cristal hondo, que lluvia
mezca.
Renovado filo incierto,
entra luz en círculo
piedras de mi padre Lugh
escrita la noche,
ancho dilata diáfana
derrota
cae a mis pies.
Vieja honra goza nuestra
libertad,
tumulto en casta recio,
esquilas límpidas las
mías
en luz de mi Sol padre,
titilan tersos
los verdes de tierra
espejando joviales
reflejos,
dios de fuego y de toda
Iberia,
desde portal del bosque
de Cernunos,
Candavmmis abre los
cielos
velo de tormentas,
apacienta bella, tu recta
belleza,
sobre mi haz
fiero, funde mi luciente,
a avivar el trueno.
A galopes de oscuridad
magnánima.
Dios de brillo terso,
En este otero mi alma
despertará.
Aciago comienzo de sangre
en grito ceremonial,
ondas pulcras cantará,
dilatando cauce de gran
Airón.
¿Vendré ya a la luna?
Ya filo de alba,
pura tiembla mi brisa
nocturna
aprende mi resto del
mañana.
Lugh Solar y Poderoso,
jamás a ti te hable el
olvido disuelto,
ni se rija tu onda
luminosa como tronco esbelto,
digno a abatir el rayo,
noble melancolía por tu
madre difunta
Tailtiu,
en el alto cielo,
tu grandeza
sea reguero de oro.
La tierra secunda en
nueva cosecha
por talentos colmados a
florecer,
viento sonoro guarda tu
hermosura
Rey Padre,
El páramo yerto perecerá
en ámbar blando
de aroma besando tu
frescor
de vida nueva.
Abatirá la sombría
dulzura la tierra,
ilumina mi pluma al
honrarte,
suspiro de mi estruendo
crepuscular;
nombro al pájaro
misterioso
que te pertenece
cuervo que otorga el
anochecer,
Sicut nubes, quasi naves,
velut umbra.
Años pasan yo busco mi
recto yermo,
triste aflicción por
aquel tomo de tierra
como las sombras
vaporosas.
A ti Creador de luz,
acógeme, pinta esta mi
noche negra,
amigo de imagen solar,
soy por cuantos Soles he
nacido.
Por sosiego de tierras
ignoradas
dame su gloria.
Camino afable con tu
candor a seguir,
blasón yo no pido
ayúdeme a desplegar y
sembrar mi porte,
en tierra a cabalgar
y deslumbrar.
Lughnasadh, Lammas, abro
celebración
para generar nueva vida
en cosecha nueva
limpiando en tu nombre
Lugh,
toda tierra.
Oh gran dios del Olimpo
celta,
Lugus señor,
tu espada cenit de todos
los talentos,
oh gran Sol,
divinidad de tierra,
tu sola estirpe
encumbrada.
Patrón de artesanía,
amplísimo espectro, padre
de las virtudes,
gran brujo, sabio cuervo,
aquel que te sigue por
doquiera,
iluminoso, blanco
cuervo tú.
oh padre,
abre ya en savia nueva
tierra,
también te llamó el Cesar
a ti, Mercurio,
llegara tu culto para
Lughnasad.
Solo uno; dios del Sol
tú,
oh Lugh.
El Castellano
Oda al Sol:
Gran Sol, gran hervor de
rayos espadas
día clavado; tu iris
sediento sanguinoso
en Vestal iridiscente en
flamas a lo alto,
a lo alto brillas como
crece el talento
sembrado en nuestro
corazón,
rueda de fuego, Lugh en
tu gloria,
germino toda dicha padre
de mi conocimiento,
oidor, de cuánto arte ha
conocido, padre Supremo.
Escúchame mientras te
honren este,
el día de mi musa en
armas.
El invierno se ha ido,
nos dejó atrás,
los campos están
verdecidos y cantando en flores
que trae Ostara y su
caricia de divina nota
de savia que escala todo
terreno, y fríos ya lejanos,
Toda la tierra duerme en
tu ausencia.
Incluso en los más
oscuros tiempos
tu luz es el camino
para aquellos que
necesitan un faro
de esperanza, de brillo,
de sosiego,
relumbrando en la noche.
Tu esposa regentada por
madre Luna,
buscando toda tu luz,
toda oscuridad empuja,
La primavera está aquí, y
días aún más cálidos vendrán
los campos están desnudos
y vestidos de celestial verde de lanzas
y el ganado pastando.
Encendemos estas velas en
tu honor,
Regreses la vida de nuevo
al mundo.
Mi lira te cante la sola
noche que traes flagrante.
OH LUGUS
Solar y poderoso,
sol sobre nosotros, te
pedimos
tu regreso al alma
incendiada,
en virtud que te amima y
habla,
que traigas a nosotros la
luz
y el calor de tu vida.
Trae de nuevo la vida de
nuevo a la tierra.
Trae de nuevo la luz a la
tierra.
y aleja la saeta oscura
que te retiembla la calma,
al alba más preciosa.
Maestro encumbrado
del arte que florece
y en nuestras entrañas
germinamos,
nosotros los escribas
cabalgamos todo tiempo
difunto,
guiados por tu sazón y
hoguera de tu Honrosa Luz.
Diestro compás
en sol mayor,
bruma de idea socarrada.
Flamígero desdén;
congelado en ascuas
de fuego azul.
Horizonte sin prisas
que arrostró
todos los rostros
de abril.
Abre el nuevo fervor de
tu luciente.
Y su solitario azar de
relámpagos
de tu azur hermoseando,
enclaustrado.
Vírgenes encinas, y
almendro de soto,
entre un nogal
dependiente de su sombra.
Al verdor de inusitados
pinos,
me caracolea
la fronda del monte.
Musario cerro desnudo,
Espino amarillo de mi
dossier,
Caléndulas solariegas
que amarillean su
silvestre ralea,
esposa complaciente de
Sol naciendo.
Brilla esta infamia
de campo abierto.
A esta última lagartija
lanzo un baquio seguro,
sin disfraz ni apellido
perenne.
Mudez última
de sangrada amapola.
Sanguínea tormenta
de dureza blanda
con agua de mi terco
aljibe
obtuso en litigio de iris
vespertino,
y su sangre que baila
el suelo terreno,
que en culto a ti Lugh yo
beso.
Y avanzo como raíz de los
dioses en la Tierra.
Hijo y sirviente de
Candavmis dios del Trueno.
Förüq
Reflexión:
Como el Sol brilla en lo
alto de los cielos,
es nuestro deber cuidar y
hacer florecer todos los talentos,
y sus virtudes sembradas
y habitadas en nuestro caduco corazón humano,
en y con manos de la
divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa
aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este
planeta que dirige y domina.
El Castellano 29-04-2019
LUGH
31-07-2017
Vida que las montañas me
respiran,
raíz en su abismo de
hondo tajo,
aire bonito relátame mi
destino,
subiré los montes y
cerros,
alcanzaré mi soberbia
allá donde el alba
despierta
y el linde vuelve vago,
plácido, ferviente,
sed de tallos
y savias que luz llena,
erigiéndose cumbres
y cimas de hervores
a la matutina belleza
que anida.
Y en el ser germina,
febril loma desdeñada
por rizos en apogeo
entre rayos que culminan,
desnuda hacienda
ultrajada,
río de encina, cuervo
nacido,
por lo que me quedó sin
decir,
Wotan, Lugh, Morrighan,
ese veris perdida y
encontrada,
Dagda, Balar, Mórrigán,
Lúgh,
y tú mi amada Brigid
Genii locorum dioses
ancestrales
abrir este camino,
Diancech sana este mi
cuerpo
Badhbh Catha sigue
fuerte,
tierra entierra la maldad
sepulta los problemas,
como en tu ser el ciclo
el eterno resurgir en ti
cierra
y comienza,
resurgiendo, abriendo
camino,
escudo en fuego sembrado,
hueso del pagano,
me deberán cuanto yo he
plasmado,
hierro al hierro,
fondo escueto
del vítreo traspuesto,
senda de la idea,
por ellos socarrada,
lucha, cuanto más arduo
es el camino,
cuanto más se abren las
pruebas
más se hinchan las
fuerzas,
sólo vencer en
firmamento,
agujereado de huesos,
siembras que tiembla la
luna.
3 claman los genii
locorum
que no han muerto, que ni
el olvido puede con ellos,
Diancech sana este mi
cuerpo
Badhbh Catha sigue fuerte
líbrame del cobarde,
Epona sálvame del
semejante soy tu mala yerba,
Dagda, Balar, Mórrigán,
Lugh,
y tú mi amada Brigid
poesía,
elevar mi canto
que yo con mis actos
os hago un manto,
Cernunnos comienza
nuestra caza,
Candamvis alumbra esta
montaña centelleando
el relámpago,
abriendo el cielo de
nuestra bruma,
tejiendo nuestro amado
ocaso,
que jamás hemos visto los
que vivimos en el suelo,
ahora y siempre se
escuche nuestro canto.
El Castellano
II
08-2017
Impetuoso campo de mi
celaje,
allende mis altas torres
de belleza;
Inmobles rastros en
piedra tumbados,
estos barbechos que me
piensan;
Por almenas seculares,
remembranza en bastión,
de andariegos siglos,
me enhechizan flores de
sangre,
perduradora loma
desgañitada;
Tráfago en mimbre
cabalgo,
recama tu alma
como una losa sin frente,
ni gemelo tiznado,
por tener ajuar astro
renombrado,
alzo mi quieta dicha
entre gentíos de mi
oeste,
desvencijada suerte,
por azares de plomo y
zinc,
fúlgidas cabelleras
norteñas en crestas
sin linde mutable,
acababa de irme
y no soy adorable,
es una fosa de recuerdos
ahogados en silencio,
vagaroso desdén
que me enjalbega
en cuerpo,
mi luna fija, vaporosa,
luz en libertad de mi
regazo,
abismo cercenado,
de cálido espanto;
sosiego, quietud del
bastardo,
regio Lugh meditando.
Sin mis vencejos
no brota esta fuente,
naturaleza cuando amarte
se vuelve arte.
El Castellano
III
10-04-2018
Abren montes
sucios de azul sereno,
deslumbra un fulgor.
Dios del destino,
dios de luz y del fuego
diestro,
doradas sierpes bajan el
acecho
flamígero.
sí o no mi lucero,
afrenta amanece,
antepasados servid al
viento
de vuestros hijos.
No hay bajeza por
recorrer,
raya la senda
cristal hondo, que lluvia
mezca.
Renovado filo incierto,
entra luz en círculo
piedras de mi padre Lugh
escrita la noche,
ancho dilata diáfana
derrota
cae a mis pies.
Vieja honra goza nuestra
libertad,
tumulto en casta recio,
esquilas límpidas las
mías
en luz de mi Sol padre,
titilan tersos
los verdes de tierra
espejando joviales
reflejos,
dios de fuego y de toda
Iberia,
desde portal del bosque
de Cernunos,
Candavmmis abre los
cielos
velo de tormentas,
apacienta bella, tu recta
belleza,
sobre mi haz
fiero, funde mi luciente,
a avivar el trueno.
A galopes de oscuridad
magnánima.
Dios de brillo terso,
En este otero mi alma
despertará.
Aciago comienzo de sangre
en grito ceremonial,
ondas pulcras cantará,
dilatando cauce de gran
Airón.
¿Vendré ya a la luna?
Ya filo de alba,
pura tiembla mi brisa
nocturna
aprende mi resto del
mañana.
El Castellano
Suspiro fresco
en labio extinto
de sombra.
Día que no se encuentra
su densa forma,
cuerpo con agua de
estrella,
querer vivo que llega al
aire
tiende y espera,
la muerte que renace
por fuegos de brea
en el aire.
Abren batientes pétalos
de viejo silencio
esquilmado,
esplendoroso.
Acurrucados sobre un
lecho
que la brisa abre,
en trocados rayos de sol,
esquivos en plano
de verde follaje.
Astuta golondrina
encontrando
dócil rama.
Mundo sin mentira de
vida,
manantial reluciente de
esmeraldas
ahonda y todo siente,
que la sangre miente.
Terruño ojo victorioso
aplaca sus arpas
irascibles
estrujando abismos
dolorosos,
petrificados.
Reniega la boca vegetal
casi viva,
promesas en frente de
violetas,
cantan amando el claror
lírico, estremecido.
Coágulo de viento
en cientos de porciones,
esta luna quieta
semejanza quiere
descubierta la zona
umbría
donde invicta llagó mi
alma.
El Castellano
Ríos que me tibian el
corazón,
eslabones de sangre,
¿Dónde está la paz, dónde
está el amor?
ríos de sangre se comen
mis venas,
cada tropiezo,
otro borbotón,
otro alfeñique para
mirar,
¿dónde quedo yo?
que el sol sea mi pena,
cantando espero mi
triunfo,
se afila mi papel,
crepita mi alma,
tropiezo con la tiniebla,
hoy navego sobre mis
versos,
aliento de la sombra de
la creación,
hijo de la luz y de la
sombra,
no acabaré de irme,
no cesará mi terco
aljibe,
enamorado sin luz avanza
parco el sonido,
deslumbrado albor,
desnudo mi árbol,
hoy centellea mi rayo,
para decir que yo aquí no
he muerto,
se viste mi sangre de
caléndula y margarita
por si vuelvo al desliz
de mi vida,
pasajera de un caudal
que mi entraña mece,
piel con piel, dolor con
dolor,
enamorado corazón,
hoy avanzo sin mirar el
color de mi flor,
estoy latiendo en el
umbral de los dos,
mi sangre está llorando,
el cruel desliz de la
parca efímera,
me siembro en los campos
para perderla de vista,
suenan los trigos, de la
verde espiga al girasol
se viste brotando mi
amor,
viene a plañir mi alma
por el sendero sin prisa,
se alza la dicha,
mi ser crepita el alma,
hoy me visto de espiga,
y que el campo me
enternezca
al cuchillo dorado de la
piedra caliza,
hoy mi amor al albor
gime por su caricia
y que el alma dolorida
entienda
que ella maravilla es mi
vida,
por este siglo y los que
me quedan,
escrito yo en la piedra.
Lima el albor mi nervio,
aliento cruzado que cae
tejido,
la ilusión se hace nido,
borbotones de sangre que
crepitan,
alcanzo la cima,
el sentido cae dolorido,
de vid y espino alcanzo
el sonido,
al compás de un famélico
ciprés,
mi alma dirá viviste,
encontrando la flor
por la que mi mundo se
desviste,
rayos a la aurora
para su fiel investidura,
flor de niebla que avanza
mi umbral se desvanece,
bullen las fuentes,
el río es otro río de
sangre más,
lucen las mortajas
coloradas,
fiel desliz que cruza mi
alma,
desgañitándose el alba,
el amor por parir una
flor,
elevado al rayo de sol,
quién te viera quién te
vio
rasguñado tornasol
se desangra mi campo del
girasol,
millas aparte mi nombre
se blande,
el beso me derrama las
mejillas,
en albor quedan las
caricias,
de la piel escritas,
sentidas,
danzan las estrellas,
me vuelvo a ver en tu
vida,
donde el te amo formo
bandera,
y en tu ser queda,
resquicios sin nombre
que el ser come,
la rosa y la espina gimen
en tu nombre,
avanzo el ser
resguardado,
sin franca escalo la
tapia,
a tu cuerpo me encaramo,
hoy soy de ti
como el pájaro a su nido,
como la sed a su agua por
beber,
como el río a su montaña
por descender,
como el caracol a su mata
por comer,
crepito el fuego que me
brota
por tu corazón,
soy yo sin más razón,
tránsito veloz,
tu calma y su verdor,
me visto de malva
gimiendo una runa en el
sol,
me anclas el gozo en la
flor,
me blande el coraje
por el viento exclamo
mi valor amarte sin
condición.
Desde mi umbral a la
flor,
cantas mi canción,
te aúllo un caracol,
mi vida tornó a mejor,
irisado rayo de sol,
una fuente y un diente
un afilado canto irisado,
hoy acepto mi destino
porque muerto vivo si no
te miro,
tengo tu imagen enraizada
en mí,
es por mi sino, que
maldije,
pero hoy después de tanto
tengo el sendero labrado,
mi cuclillo, afila, al
infinito horizonte,
mi ser se hace grande,
mantenme afilándome en la
piedra,
hacia el centro me quedo
exhausto.
para pulirte del
alabastro.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Yo soy siempre:
Todo queda bajo el
esfumino de mi grillo,
colgando pensamientos en
tejados,
al compás de una cigarra,
piel con piel flor con
flor
elevado resquicio de tu
amor,
sueños atrás volaba mi
alma ingrata,
nervios posibles y su
cama,
sí soy yo sí eres tú,
qué pasa ahora,
instante de cerrar mis
ojos,
por comenzar la historia
de mi vida,
y sus siglos de dura
existencia carcomida
al disparo de la ilusión
y su mentira
donde los demonios llaman
y me quieren,
deslizada la tela de
araña
mi vida es lo que me
queda,
soy Dios de mí mismo
ahora,
el demonio me cuelga la
espera
mitad luz mitad sombra es
mi ahora,
mantenme lejos del nunca,
yo soy por siempre,
ojos renegados de este
humor vivo,
gatos maullando a la luna
en el tejado,
imposibles galanes,
cuando yo me caso con
lobaluna de antaño,
animal feroz corre por
mis carnes,
solitario ángel armado
para el enemigo,
este es mi sino,
tejos crepitando su savia
en albor
asidos a su quietud
imperfecta
que el tiempo no
determina final,
vida trenzada en albor
siniestro mi ida
soy weche, soy fuerza,
por y para siempre,
el verso me teje,
tinta mi sangre, pluma mi
garra,
por acampar la estrella y
su cama
hoy por qué no mantenme
fuera de la mentira del fin del universo,
porque yo soy mi universo
particular,
humor desdoblado asesino
del tiempo,
mi mano acabando con el
aliento imperfecto,
soy el imán de hombre que
te atrae a mí de nuevo,
soy la ecuación perfecta
que asesina tu velo,
toda mi realidad se
construye de mi mano,
para acabar elevando al
tercer cielo y noveno abismo mi canto
entonado en cal y arena
como caracola de mar serena,
es tiempo hoy de morir
por las ilusiones fugaces prometidas
y su tela aterciopelada,
vestida de nácar,
hoy es final de mi
espera,
es el comienzo de mi
poder,
mírame estoy rasguñando
mi piel a placer,
está quedando solo mi
sangre vestida de hiel,
hoy como ayer a tu lado
estaré para asesinar la quietud
y su asolada desilusión,
hoy por ti mañana será
nuestro eterno comienzo,
para extender nuestras
alas al cielo,
todo comienzo exhala su
final de su mano izquierda,
elevado amor que me cae
por el párpado,
y en mi vena que aguardo
para estallar amor al viento
este amor que por ti
siento.
tornada mi sangre la
verdad de mi aliento,
en difusión magnánima del
sentimiento preso,
muerta mi araña
mi corazón es lo que
queda.
El Castellano
Blándeme en mitad del
campo,
sólo allí que la encina
enraíce mi carne,
el hinojo lata al son el
tambor de sus flores,
la carrasca grite
verdades del monte,
vereda quieta,
enarbolada,
soledad disparada sin
descanso,
sólo allí reinará mi
alma,
en letras escritas en las
hojas de vida,
las lindes teñirán de
rojo y negro,
de tinta y sangre el
resurgir del añil
aliento dibujado de toda
vida en color,
del albor a la muerte en
flor
se alzará mi latido con
su amor.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Hálito silente
yo creo en ella
porque su piel demuestra
que los sueños se
cumplen.
Volamos juntos al viento
como molinillo diente de
león.
Hoy la vereda canta
nuestra canción
dos corazones en un mismo
latido unidos al unísono
Su carita que llama a la
mía
de su cuerpo es mi
caricia
por ella el piropo jamás
escrito
solo desvelado en su oído
Sólo al viento le pido
viento bonito
mantenme en su destino.
Que de lo vivido muerdo
su corazoncito.
Del ababol a la verde
espiga.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Sentido yerto:
Renace en la piel,
en el albor sin
conciencia,
hace más frío que antes
sentido muerto, caído
olvido yerto
raíz del ser
más callado que el
invierno
avanza camina a voz
todo lo que he perdido
polvo de estrellas,
hierro de océanos
piedra de montañas...
hazme recordar alas
cansadas
cosas grises que te
gustaba sentir
mi amada así sabes
horizontales que no puedo
olvidar
ejes verticales de
conciencia
sin dormir
danza la primavera del
lugar
con mi soledad pintada
en la sangre de mis ojos
todo lo que veo teñido
la ilusión cae en gotas
derramadas
cayendo congeladas
desnudo mi cuerpo en la
penumbra
del segundo quieto
raíces comiendo mis venas
hojas de mi historia
mustia, abatida
sentido muerto
viviendo por ver morir el
momento
momentos atrás que cae el
recuerdo
sin miedo, sin
sentimiento
todo hirviendo
sólo este sarmiento de
cuerpo
esperando que juzguen a
su alma
libre de maldad
quién estará allí
quién vendrá a darme un
camino que seguir
solo en la oscuridad
donde todo comienza
las sombras me
reconfortan
y veo en luz mi vida
para encontrarte
algo que darte de dentro
de mí.
Un amor rugiendo en la
boca de la estrella.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Aguerrido albor:
Diestro del mar a la
montaña,
visten sus flores
coloradas orgullosas y sentidas
cual caricia de su
jardinero que las ama
el viento armado escala
cual seco rayo
su sol enturbiado se
paran las oraciones
hipsipila dejó su
crisálida
en un caballo alado
recorre sierras y sus manantiales
recolectando toda
simiente desde todo confín
al inerte sombrío albor,
mientras su fría luz
crece y camina
sin franca tapia ni verja
que detenga su escalar
vuela vaga la libélula
para posarse en su hombro
recio brazo arrido
ninguna simiente cae a su lado inerte
que lleva que trae a su
castillo olvidado
hechiceros de todos los
reinos desvelaban que sólo
un reino se mantendría
vivo
y no era el del humano
ser
Hipsipila cabalgaba por
naturaleza su religión
abarcando de la tierra a
la lluvia
cual rayo cortado de Sol
su cabello
los pájaros trinaban en
su castillo
hipsipila siempre vivirá
como invencible Sol.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Final con comienzo:
Retina escarlata,
su ojo de niebla
y bruma que avanza
donde corta mi flor de
luz
el sendero,
esposa del Sol al mirar
lumbre quieta, retina
abierta
muerte final con comienzo
en alabado fin de existir
y quebrar el tiempo
conquistando el terreno.
Sangrando raíces que
gritan,
aullando hojas al viento,
pintando su dispersión
eterna
como sustento y cobijo
de toda vida
mecido del insecto al
mamífero
desde el helecho
al alto árbol
hoy canto para ti
vida vegetal.
Mi caricia te sembrará
una y mil vidas más.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Flor de tierra:
Fuego en el agua de su
mirada
de los vientos
auspiciada,
la ceniza consumía su
carne
ardía sin mesura su
compostura
naufragó valles y sus
caricias
su bandera fue de su vena
acequia
molinillos fugaces sus
pestañas
de él se enamoraban las
hadas
de ella la primavera
entera
con cabellos del rayo de
Sol nacidos
ojos de tierra sin lugar
era bella
clamaba su voz la cima de
la montaña
descendió abismos
para anclar su esencia en
la belleza
que late y envuelve su
huella
conquistada en miel
su ambrosía
gemía la caricia
para brotar altares de
hueso
y murciélagos de sangre
lloraba piedras en
sabiduría prendidas
la bondad alzaba en
servicial entrega
su fuerza era de su amor
hoguera
él lloraba flores para
ella su amada
su verbo a veces tornaba
carmín
en pétalos de silvestres
rosas desangradas
su voz germinaba la
tierra a su paso
el amor a la tierra no le
detuvo
ni sostuvo en fracaso,
encontró con ella el amor
que le fue negado
llorando espinas
y si sus abrojos nacieron
no fue
más que para rajar el
viento
difuminando el tiempo en
estaca
de eternidad con fuente y
manantial
anclado gozo en armonía
bailando de la mano y
naciendo del alba
jamás capturada
pupila enfrentada
que mecía
que gritaba.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Quimera quieta:
Umbrío, tibio,
al resguardo de voz
habitada
serena, llena de luz
en este linde
donde corta mi sendero
y florece mi sombrero
al viento
ojos llenos de paz,
sendero atravesado
en árboles de sosiego
encontrados
en hálito congelado,
lumbre quieta se dibuja,
espino amarillo que
clavas al guiño,
calor de mi calor,
cauce de mi sangre
displicente
desde la montaña al valle
luce mi traje
para encontrarte
vestida de Sol y
caléndula,
resplandor dorado
al trasluz de tu amor,
granate mi sed de tu
cuello
al destape
mi río de calma y arrojo
en réquiem por la rajada
tierra
en albor de la centella
colmando su belleza
donde mi carcoma quieta
mira y avanza
sintiéndose en armonía
plena,
yo fumándome un cigarro
en la piedra de tu
belleza,
quién te alzara voz
entre los campos en flor,
fuego de tu fuego sin más
razón,
ciprés que clama
protección
para sus muertos que vela
tejo morador de siglos y
cobijo,
ababol de versos de piel
y abrojos,
desde la verde espiga
a la mora sin espina
y su zarza esquiva
hoy te veo como eres
y perdona
me apasiona
ser guerrero de nuestra
luz
donde avanza mi quimera
y mi pasión poseerte
entera.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Tierra en el viento:
Quieto silencio investido
doblado en el filo de la
hoja
ese umbral que corta mi
calma
avanza en un sentido
rápido, veloz el
resguardo de tu
amada voz
encontrada cercana
donde estática enhebra la
silente parca
fluye de un confín a otro
confín
yendo mi barca
atravesando el brillo
al compás del sí bemol mi
traslúcido pío
y su suplicio en la
carcoma
que recorre mi horizonte
infinito pintado en el
borde de la ola
en la espiral de la araña
y su tela
la flor de difunto abre
su luz
al resplandor del cielo
que cae emplomado
Se corta mi alma para
aullar
en la centella
quemándose en su hoguera
hoy el viento lleva
nuestro nombre
mi árbol será sentido
en cada flor de niebla
la bruma su color gris
dejará
en este jardín de mundo
viví,
para sembrar mi aliento
que cayó como tierra en
el viento.
El Castellano y
Leannán-Sídhee
Tu grillo:
febrero 12, 2021
Clareando su lividez
por sotos vastos, reales,
mi río navega.
Soliviando su bandoneón
dirige, blande mi grillo
el afilar de su tercera
cuerda.
Entre el suelo de un
ciprés enhiesto,
rigen blandamente espigas
rojas,
jóvenes, juguetonas
como si tuviesen sangre
para sonreír
al viento que pasa
y no atraviesa.
Reposa que aguarda el
cráneo
la tierra.
Ay la tierra, hay de
ella,
sombras que complacen y
acervan
la mansa espera.
Soliviar vetusto
que Ninfas y Sátiros
pastorean.
II
Es un tejado llorando por
la piedra,
con acequia desnuda de
canalón;
un cimiento que plañe la
helada,
y le agrieta el tiempo
que ya no escapa.
Sauce triste, abatido,
con portón
al mundo del grillo.
Entre blanda grama
fenece que acicala su
alma.
Entre un arpa estacional,
y panales de ambrosía.
A la lluvia primera
abre su fiel Parnaso
devorado
entre caracoles sonoros.
Grita la raíz acrisolada
en ámbar
de intelecto mayor.
Cúspide de serena
esfinge,
y dolmen de divina pluma.
III
El grillo único pidió un
deseo
al manantial eterno de
Hipsípila,
y fue no sucumbir
tras el acople, todo sonó
en manantío, y lo inerte
reposó su voz, de nuevo.
Para siempre.
Soledad dantesca de
umbría
melodía, extendida por el
Baco imperio
regentado por el claro de
luna,
donde fluía su sangre de
luz,
rojiza.
IV
Solar afán, solar
entrega,
llegas que dictas tu
pertenencia;
tu arraigo de hiladora,
hermana de negro hilo,
traes que cobijas mi
jardín florido.
Mi grillo luce de nuevo
su primavera luciente
en lira de su candor de
estrella.
Es su centígrado
que tu lustre musa
engrandece.
Un solo marcó el ascua,
irisada,
por su reposo en
madriguera;
un deseo concedido él
cantaba alegre,
a su musa del Alba.
Albilla más hermosa,
clareada sólo por sus
pétalos de mujer fecunda.
V
Era un patio sombrío
con mi vena de acequia
reverberando.
Un jardinero a la araña
de su rosa;
la protegiera,
la cuidara como besaba la
luna Sempiterna,
con tus labios de mujer
serena.
Desliz en nácar, pétalos
de tus falanges me hablan, marcando,
asignando, el vívido
resplandor
envuelto, aterciopelado.
Envolvió mi vida, tus
latidos flamantes
de estela considerada.
VI
Avancé mi yermo,
con mi grillo en mi
bolsillo,
divisé en umbrío,
frondoso parral,
mi secuela descendiente,
Hipsípila me protegía.
Pude abrir una nota
al astro mayor,
de armónica congelada.
Desnudabas musa mi latir
que sólo su premisa
abarca.
VII
Ahondaba que saltaba,
el ímpetu de carcoma
cromada,
al resplandor de su
tacto,
y quizá su matrimonio
en unión con su oscuro
astro,
blandía a la séptima
sílaba,
luna que busqué por
sombra y abismo
en esquela.
Era un disparo y azogué
lo que el cosmos me
negaba.
VIII
Fui dichoso, me enaltecía
mi soledad pulcra
arrebolada.
Espejaba ella el vestido
a mi mujer verdadera.
No brillaba mi sola
desquicia,
era lugar y tiempo
suficiente;
para ser de la tierra
enhiesta espiga.
Ella mi única amapola
Reina del jardín de
Hipsípila.
Un soto y un llano;
desperté del bolsillo su
oro trasnochado.
IX
Blándeme Oscuridad,
en tu acero y ala de
pecho.
Que canten azabaches
tu magia del cinco
labrado este año.
Afortunado avanzo mi
pulso
por candelabro este mayo.
Mi cenit por rectitud
del alma mía.
Un último acorde y me
encontré
en la pluma tu arpa,
mi Ninfa que obligas no
fenezca
el grillo que me da
frenesí.
El Castellano
Granate arterial:
VIII
Renuevo esta mi sangre
yerta,
para servirte mi dulce
dama,
bajo níveo nogal,
allá bajo su fronda suave
y denso selvaje
que auras allá quema,
bajo hórrida, tupida
sombra,
servirte a las puertas
de adorado averno
beoda sed en brindis
de nueva, flagrante
condena,
dioses del inframundo
canten,
allá donde excelsitud
de tu aurea sonrisa
entabla,
y a mis miedos sólo
arredra,
bullicio entre ramas
saborear dulces trinos
cantores,
que la vida entona;
se amurallan las horas,
se quede la frágil vida,
que honroso te siembro,
escuálida y temblorosa,
fuegos y dichas
apacienta,
entre este brindis
áspero,
de animosas delicias,
mi sangre fugaz, honrada
te sirvo,
pa' ser rama para ser de
caudal tu savia,
fausto, aterido soplo,
de horrores no regalaba
ni flauta ni prenda a
favonio
arrebataba,
mis estrellas sin temor,
piadoso de nublados ojos,
espíritu de leyes rotas,
caos antiguo
que desvelado, no huye,
ni mi risueña sien
relega en acto
a no seguir queriéndote
ferviente.
Förüq castellano er-lobo
bohemio a 17-07-2020
El observador:
A esa flor que es flor en
mitad de invierno,
parte de raíz profunda
guardando, enterrando lamentos,
de nube densa emplomada,
en floración perpetua
abriendo a un ocaso desde
el alba,
afán superior en fresco
oscuro, umbrío patio,
un cielo tangible en vals
terreno,
todo llevado por una
primavera ficticia,
en profanado silencioso,
vano vilano,
un cruelo alzado,
la pluma escurre
sigilosa,
como mariposa nocturna,
blanca grisácea como
agitar
de un ala cansada,
mi zorzal es único
y no espera en precaución
al milano señor.
Ninguna rosa ha engañado
la perfidia de suelo
terreno,
trampa esquiva del
bermellón en pétalo
de rosa humilde canina,
silvestres aguas de
gancho azul,
andar mío amargo por su
vereda enajenada,
corazón de ceniza
inmiscuido,
arriar mi harapo de
sentimiento,
no tengo sombra,
ni me hace falta,
acaso fue bastante.
Rasgar anhelos
y vicisitudes atadas a
ilusiones.
Una flor descendió de los
cielos castellanos,
fé escurridiza,
sobriedad bajo sol
humilde de marzo,
desdén altivo
como hundir la esperanza
en una parca sonrisa,
girón de viento o paso
definitivo,
temor recio de observar a
los dioses
tras aparente muerte.
El Castellano a
09-03-2019
TOMO II SIMIENTE
SOLAR
SIMIENTE SOLAR
AUTOR:
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ
GARCÍA
LUGAR: Cabanillas del
Campo GUADALAJARA España
PREFACIO:
Señales y azares:
Abre que se agita
presurosa una tarde,
de templada mirada
y querellas entre flores
y ágiles mariposas,
hervidero era este
silencio
de mi bondad manantial,
completo dictaba
el son de mi despierto,
lozana puridad de
abrevadero,
opacidad, completa era y
bastaba
a sombra, asida
en oportunidad
la reluciente, cuan
estela breve
en azabache
osasen peinarla
como materia tuviese,
mantos blancos
lucientes vestía
madre tristeza,
de tallos
y capullos,
de flores sin savia
ni vivaces fronteras
de colores ni frescas
fragancias
a desnudas mozas que los
ríos
trenzando orillas,
descubren,
inocencia de rubor
y sopor de belleza
sus curvas fecundas
plagien,
entre copa de fresnos,
y hayas secuaces
entre robles y álamos
encenizados,
se estire mi suerte entre
piquillos
y trinos de verdecillos,
era una sinfonía que casi
el tacto alcanzaba,
satinaban los
pensamientos,
y sonaban en madrigueras
de sueños,
penas quedaban en
destierro,
sin ellas nada en
existencia
mereciese a gozo
amplificar,
bondad que no te pongo
nombre,
ni competencia servil te
disuelve,
entre arenas de fabulaciones,
y brea de desmerecerte,
eres señero,
y lanza erguida sin
yodoformo,
ni sueño visualizado,
cumbre y manadero
en fuente de aljibe
y abrevadero,
risco con tapiz de
siemprevivas;
rosas pétreas,
y álgidos escaramujos
sin tábano
que suerte
vuela el monte,
buscando depósito
y botijo de sangre.
Bondad sin atrio ni
costumbre,
eres bella aunque nunca
duelas.
Förüq castellano er-lobo
bohemio
FANTASMAL VISITA:
Cálido yo, ante un
segmento de cobre
y su templado escalofrío,
un son en llamas del
sonido, humeante.
Se rizaba un acordeón,
en patitas algún diablo
foráneo,
como un visitante
fantasmagórico,
se quedaba sentado con
nosotros,
sin reclamar ni vender
derechos
consiguió en aire de
alguna imagen,
turista o pusilánime
prisionero aún condenado,
hablaba solo con sus
azares encausados
de invisibilidad
trasnochada,
muletero de frío cálido
ventisqueo,
era su sombra algo más
recelosa incluso ya no le
temía,
partía brisas con
miradas,
y servía naipes helados;
en copa alguna hada
verde,
vestía de hojas su
desnudez violenta,
relamía eclipses en
alguna grama, de patio umbrío,
eternidad caracoleaba,
sin lazo,
ni pedernal florido,
era tiempo de batallar,
sobre poste cóncavo
de pino frío y señales
en cable tenso de
telégrafo,
jugaba notas, y rúbricas,
de alaridos esquivos,
y densos fantasmas,
flotaban,
y hacían de esta bruma,
todo corral, y pretil
llanto,
como rocío de toda
roseta, de penitente,
abierta a la fugaz
mañana,
del hombre y su negra
tijera.
Miradas extrañas, que le
analizaban,
y encendían su yerta,
hórrida imagen capturada,
flotaba en aire;
de plenilunio,
y solsticio embrujado,
como calor desfasando,
un chirrío,
descorchado, en alguna
mente,
que, con él, sin saber
se encuentra,
soldando vapores de
océanos,
y espumas, y sus sirenas.
Entre vastedad que
incendia,
todas cosas vanas,
preguntó alguien,
sin destino, si existir
por sí mismo
valiese,
era tiempo necesario;
lo que no se elige,
tampoco se duda, ni
pregunta,
acaso hablamos,
o te acabo de pensar,
cadillo foráneo, forraje
de todo sendero
que lleva a conocerte,
como clavo en sombrero,
y cimitarra en tierra
asida.
Förüq
Lluvia sembrada:
Recorrí un palmo
de tierra sembrada,
como un lazo silencioso,
erguía,
era suficiente
para completar
el fondo fantasmal.
Hice una cumbre
con las piedras de
labranza
hileras de rastrojos
me surcaban.
Vestía su pliegue
nuevas cintas de esparto.
Más allá de juncos
y yerbas jóvenes.
Márgenes atrás
seguía viendo campos
y pulgas arrinconadas,
agrupándose en soga
harinosa.
Su pecho, un buen trabajo
como dos cinceles
apuntaban,
su tez serena
asilvestrada,
su tierra de mirada,
lo siento,
no la cambio por nada.
Fluía todo campo por sus
ojos.
Su cabello de realeza
imaginada.
Peinarse en fino no
pudiese.
Azabache mortal,
y destellos de Lilith
o sombra de Eva.
noche cenagosa que se
pega
en mi palabra.
Sus orígenes de corriente
por tierras de fuego,
huérfanas.
Por capas de agua abajo
reflexionaba años
halagüeños
confirmaba mi cable,
férrea unión, palmo a
trecho,
cruzar la vida terrestre
fue encontrarla.
Mujer de viejas flores
rebrotadas,
con gotas de rocío
su brillo cristalino,
igual que dones de lluvia
relumbraban su cuerpo.
Tiempo en piel
sobre mis pies de paja,
sobre el barro
la tierra fértil,
con hocico de riera
cruzaba sotos perdidos.
Surqué su reflejo
de años esperando,
su flor de tierra
le otorgó su iris.
Mi pala de vida
ya no tenía que sacar
más terrones tristes.
Hundido entre caléndulas
mi voz parecía
tocar el arpa de su
acento,
como insobornable
miel de su voz,
a reposar fabuloso
marjal,
era su torso sembrado.
En juncias,
barbecho de Artemisa.
Förüq castellano
Cosechada la idea:
Silenciosa, insomne,
en la línea de un mar de
grama,
donde brilla y reluce un
silencio
y un poste de luz
sigilosa y atónita,
como tubería hundida del
cielo
a ras terreno,
en tripa de estaño, y
venas de cobre
risa matutina del alba.
Canales hundidos de nueve
zanjas
hace trescientos
kilómetros
no los veo,
verdor que se espesa
entre espalderas de joven
parral,
como terrestre ajuar de
lluvia,
entre el duro calizo de
cieno y tierra,
una glándula en milla
arcillosa,
vibrando insinuante toda
raíz terrena.
Lámparas entre el campo
de luna sola,
lucen las luciérnagas,
como ecos solos
que holgazanean erizos
seniles
buscando caracoles.
Contra la roca y cerro
bajo
entierra drenador seco,
a encogerse como
ventilador
quemado de savia,
cielos que remolinean
miles estorninos
de torvo ceño,
lanzo mi atarraya,
al río Mundo,
estira tersura
pegajoso pulgar
hincando cebo grueso
de hígado en cebo
esperando cangrejo ávido,
adentrase en su perdición
de trampa,
ataque de jaula perfecta
anudada en reluciente
alambre,
luego entrará seguro
del fondo del río,
como réquiem
por los cosechadores del
agua
los cangrejos cantarán.
Ya se hundía silo dorado
de fardos de nueva
cebada,
centeno lucía como ola
fracturada,
en rojizo de labriego era
su eral,
oficio ya veía trilladora
oxidada,
y el molinete de la
acequia
surtía agua
al canal y río de riego,
la simiente del arado
esperaba ya ser
enterrada, sin mortaja
en el terreno ataúd
su nueva temporal vida.
Förüq castellano
HALO DE ENTUMIDA ALMA:
Al sentido intransigente
mi tinta escudo,
era mi corral umbrío
de flores llanas
en pétalo armadas,
como azares que lluvia
plañe segura sus corolas,
claro entre el oscuro
rojizo terreno,
redil de un patio de
estrellas,
a mi entumida alma canto,
esta soledad acristalada
que me crece como musgo
en la piedra de mi
corazón.
Voces yertas sequedad
en tierra escuchaban,
regué su sed,
atisbo cómo será la vida
en centro
mi globo estrella
luminaria del día,
si acaso su lumbre sola
se sostiene
ingrávida cómo que viaja,
el hueso de luna su
esposa
por mares de arena
su magnético mirar
partida la sombra que me
acompaña,
resumí en cáliz mi
aposento
en sangre nueva y
borbotón yacente,
no es por mí mi halo baja
a rodearte
este pájaro me habita
desde soto de carne
a hacer nido en razón
ausente
en tormento dulce
dormido,
tres monedas mi suerte
acuñada
por ti
por mí
por el rifle poesía.
Mi contento brotaba
como germina-arte, la
fuente,
implacable éter naciente,
auras revolotean púrpura
violácea
vil abrazar mi azul
en oscuro cuarto vestido
en tul,
verde, amarilla la sola
lagartija
me fascinaba.
Manso alacrán soberano
con la araña lobo lycosa
lycosa;
tarántula maternal,
del zorzal al colorín
del verdecillo al
verderón
del pardillo al canario
de cimbre,
del herrerillo al
matemático estornino,
hoy tu piel, diviso;
para por fin hacer nido
sedoso,
en tu placer
y humedad permisiva.
Förüq castellano
Niebla sonora:
Cielo no me juzgues,
pero sí me gustas,
y mil desánimos me
invaden,
como amar una utopía,
enamorarse de una nube.
Que surca el azul
celeste,
de propia vida.
Apagar fuego echando más
leña,
ver una quimera de piel;
en imposible caudal
Ambrosíaco,
ver la luz sin tener
ojos,
enamorarse de una
lagartija
de mi jardín y esperar
que me hable cada día...
Pisar un abrojo
y saborear dulce,
como imaginar la miel
de tu cuerpo.
Escuchar la niebla del
sonido.
Es todo lo que siento,
vals de nirvana
si mi doncella mi boca
adentra su boca,
sí de trece veleros
trece estrellas de
luceros
que es el amor
que te proceso
me ayudarías
a amarte
¿hasta mi honda
sepultura?
llamas de amarte
profundas en tus ojos
un tiempo
de locura en la vida
llamas de amor
me sirvan llamas de amor
me soplan llamas de amor
en tus brazos
te ardo
llamas de amor
avisa llegues bien a
destino
profundo en tus ojos
llamas de amor.
förüq el castellano
Bosque de jardín umbrío:
En el bosque de tus ojos
quiero perderme.
En el campo celestial de
tu mirada.
Vivo, y quiero vivir,
siempre.
Del paraíso de tu cuerpo,
soy caricia de lluvia,
soy melodía de viento,
soy te amo sin tiempo.
Porque de tu corazón, soy
eterno,
y tu amor es lo más
bello,
y caigo en el sueño,
en que abres tus pétalos,
para mí,
bajo aquel árbol del
deseo,
y crecen las flores,
y el lago emana,
de la belleza de tu alma,
de las violetas y
amapolas,
del jardín de la alegría,
eres tú la ninfa mía.
Y las flores de malva,
tienen envidia,
las rosas celosas,
crearon sus espinas;
porque mi amor, fue para
ti.
Las campanillas más
sencillas,
crearon en flores sus
voces,
en notas, de amor al que
llaman,
y buscan, trepando y
enredándose,
en la maleza, y la
piedra,
el helecho en duelo,
rechazó la flor, y la
semilla,
a esperas, de ganar tu
amor,
con sus hojitas en
belleza,
que se despliegan como un
caracol.
Las droseras ansiosas,
su trampa, desplegaron,
en son de atraparte,
en sus dulces gotitas de
reclamo.
El musgo enamorado, así
se quedó,
pequeñito y suave, como
el terciopelo,
para acariciar tus pies,
y sonreír
con la lluvia, y el agua.
Donde la roseta cantaba,
y de la luna, se creía
preferida,
abrió su amapola, azul y
negra,
la adormidera;
siendo el sueño de las
hadas,
su prima, la
golondrinera,
su amapola amarilla,
fuego del bosque de las
sombras,
liberó su ninfa con una
gota de rocío,
con ella, llegó la
primavera,
contigo ninfa mía, llegó
la belleza,
y tú, amor, en alas de
mariposa,
abrigaste cada sueño,
arropaste, cada
pensamiento,
y ahora, no sólo eres mi
amor,
también, la más linda
flor de mi sentimiento.
Nunca marchitarás, porque
si pasa, desaceré yo.
Gran luz, gran luz, al
conocerte.
Cabalga un sueño, hermoso
en los albores,
cruzando el mar, su alma
está.
Su casa, su amor y su
hogar,
en el corazón de su
doncella, está.
Guerrero niño, vasallo
nombrado, del amor.
Gran luz en su reino,
creado de ilusión,
de fuego incombustible,
su interior.
Cabalga su amor, su
doncella más cerca está.
Crecen las flores, en los
alrededores están.
Deleitadas y coloradas,
dejando en pétalos, su
complicidad,
para el romance, que
viendo están.
Mientras va el río de
colores,
con paso lento, y
decidido.
En besos de gotitas,
que dan vida, a las almas
al pasar.
Llora una plantita, con
una gota de rocío.
- ¿Qué pena tienes tú,
plantita,
tú, que eres linda, y la
luz
y el río,
te besa, y acaricia, cada
día?
-Mariposa quisiera ser,
¡Mariposa quisiera ser!
Volar a la otra orilla,
y a mi amada Quimera,
que está solita, poder
besar.
Al viento le pido, cada
día
que traiga sus semillas,
para que, con las mías,
abandonemos la soledad.
El castellano
Urdimbre argenta:
Puedo escribir todos mis
pensamientos,
y ninguno podrá reflejar
mis sentimientos,
el amor no quiere ser
pensado,
ni si quiera ser
conocido,
sólo sentido.
Yo te sentí amor
y por querer pensarte,
desapareciste entre la
tenue, luz de luna, que me abrigaba.
allí la razón, apagó los
latidos, de un corazón.
Como tierra yerma,
marchitó aquella flor,
que,
un día, llamé amor;
y ninguna pudo ocupar, su
lugar,
sólo la hiedra brotó,
hasta tapar la luz, que me daba calor.
Pero yo te sentí, amor.
y lo vuelvo a hacer.
Cerré los ojos y allí,
estabas,
como si no pudieses
salir,
de mi interior.
Como si quisieras
besarme,
o decirme algo.
Pero tú bella en sueños,
no hablas.
en sueños, no hablas.
Y nos quedamos
mirándonos,
a ciegas.
Yo te aviso, que en el
bosque
de mi mente, solo hay un
camino,
y es un laberinto.
El final lleva a
despertar,
y enfrentarse con la
realidad.
Pero tú bella, en sueños,
no me hablas.
y yo a primera vista,
me enamoré de ti,
por si algún día acaso,
el sueño se cumple,
y ya de realidad me
dices,
te estaba esperando,
siempre te amé.
Logré lo que soñaba,
logré encontrar amor,
conseguí felicidad en el
pequeño
y largo momento.
No entendí de ella sus
lágrimas,
o quizás sí.
Si su felicidad fue la
mía,
al revés también sería.
Al revés también sería.
Y yo la esperaba como
aquel día.
Pero con otra compañía.
No lo elegí, sin saberlo
ella seguía en mi camino.
La consolé cuando llegó
en lágrimas,
no me dijo por qué,
pero sentía su dolor.
Tenía un presente,
y no soportaba la idea
de quien por ti sufre
es quien te quiere.
Y esa noche lo que tenía,
se esfumó como suspiro
de oscuridad del callejón
conocido.
Esa noche vinieron los
jinetes del tiempo,
me mataron en el sueño,
pero el sueño lo termino
yo,
y mejor esa noche solo me
quedo
contigo amor y mejor,
muero con tu calor
para terminar en ti con
el color
de caricias, y besos
como un romance, que no
acabó.
Buscándote en el
silencio.
Buscándote debajo de una
piedra,
o en el fondo de una
cueva.
en la flor sin cortar,
o en el fondo del mar.
En la nube o fuera del
cielo.
En lo que se ve,
y en lo que solo se
siente.
En el sueño y en el
recuerdo,
en mi felicidad o en mi
tormento.
Buscando, te encontré
lejos.
Ahora que en letras te
tengo
estás cerca de ser mi
vida
y yo, tu verso.
Bella, vuelas libre
doncella,
sol te toca, acaricia tus
efímeras alas
de mariposa desvelada.
Viento te lleva, allí
donde el amor creó,
reflejo de libertad
soñada.
Encerrada en tu sangre de
lluvias pasadas,
dejaste atrás nubes de
tormentos,
rozando tu destino me
arrastras.
El manto de las hojas te
protege,
buscadora de sueños
de la fronda de mis
sentimientos.
Viviendo en la ternura de
la dulce mirada,
volando con la fuerza de
la palabra sincera.
Durmiendo hasta que se
oculta el alba,
ángeles y dragones,
arropo en el corazón.
Para tu despertar, mi luz
quisiera llevar,
para encender tu corazón,
el fuego de mis ojos,
cientos de tonterías para
tu sonrisa.
Entre las flores de miel
y azúcar que forman tu piel,
pintando mi vida.
En la caída color gris
quedó,
color gris quedó.
En la huida el tiempo y
la situación
que cortó un camino en
dos.
Vuela libre, pidiendo ser
vista de nuevo.
Su esencia mariposa del
amor.
Me llama en la noche,
me acaricia su velo,
viene altiva en cada
sueño.
Con sus caricias,
desvanecerse quiere,
renacer en la oscuridad
del ocaso eterno.
Comprendiendo y
llevándose mi dolor.
Yo, sin comprender su
aparición.
Recreando su alma
viajera.
Sueños serán, más cada
día,
amo más.
En la belleza de
imaginar,
la complazco con la
sencilla palabra de amor
a su alma sin cuerpo.
que me acompaña desde que
sufro
por el querer.
Fantasma o fantasía,
me guarda caricia,
sin saber yo su razón.
Ella, hasta dudando de su
existir,
que yo por amar, la amo.
Más no sé la razón de su
compañía,
cuando el reloj marca la
una en madrugada.
Más si pudiese saber,
preferiría no saber,
quién es preso de quién,
o si ella y yo,
somos presos del querer.
Te vi, detrás de la
estrella más brillante
del azul nocturno eterno.
En el suspiro de amor que
corre y descansa
entre la inmensidad de un
parpadeo.
Entre la oscuridad que
alcanzó a ver
la belleza que envuelve
tus piernas.
Adentrándome para reposar
contigo,
siendo una sombra más,
pero especial para ti.
Te encontré en mi sueño
más cálido,
en el cielo encerrado que
liberé.
En la noche que la luna
baña tu cuerpo,
y en la noche que mi amor
corrió por tus senos.
Y te amé, aunque fuese un
día en la penumbra,
para así, por fin, no
olvidarte nunca.
Es solo la vida en mis
ojos donde un día
se mide por las veces que
te imagino a mi compañía.
Y una noche la vida de mi
palpitar sin sueños.
No importa que no te
tenga,
no importa que no te vea,
porque te siento,
y te siento más allá de
donde acaba el firmamento,
en todo lo bello, en mi
nostalgia y en mi recuerdo.
Donde me di cuenta de
que,
el sentimiento descansa,
no muere, como la flor
sale en primavera.
No importa que no te
tenga.
Porque después del
invierno volverás a florecer,
te amé, y a mi pesar, y a
mi conciencia, te liberé,
pero con el saber que, si
vuelves será para quedarte.
Porque te amo a pesar de
tus humores y tus huidas;
porque a mí no me
engañas, yo soy para ti,
y muero si no me cuidas.
porque te entregué mi palpitar,
por lo que somos,
y por lo que seremos,
nos queremos.
No vivo viendo tierra
vivo para sembrar en ella,
y tu amor prefiero
sembrarlo a diario,
la luna de guía marcando
a tu presencia cada poema y cada letra.
Sed de reguero:
Manantial fulgente de
inspiración,
es tu mirada tierna sin
compasión.
Matices de esmeraldas tu
pupila,
enfrentada con mi pupila.
La golondrinera el aroma,
de tu piel frágil, y
esquiva,
con sus amapolas
amarillas,
el color de tus cabellos.
Un piropo, un suspiro;
de mi amor eterno.
Irrefrenable el deseo,
de entre tus afiladas, y
moldeadas, piernas.
que corre, que escapa, y
vuelve, el cosquilleo.
Tu boca junto a mi boca,
bebiendo
del mismo, agua, del
deseo.
Tu piel con mi piel
avivando,
el fuego del sentimiento.
Aunque te marchaste, sin
cumplir mis anhelos,
me robaste mi primer
beso,
de niño, que nunca había
sentido el amor.
Me dolió que te
marcharas,
a otro país, sin
despedida.
No te pude decir, que te
amaba,
pero si regalarte, una
rosa amarilla.
Supuse que te lo
imaginabas.
Desde que tu recuerdo,
me acaricia,
siembro en la misma
jardinera,
al último suspiro de
verano,
golondrineras amarillas y
al igual que espero,
sus amarillas amapolas,
en primavera.
Espero, que vuelvas,
aunque sea como mariposa
O abeja a mi terraza
acariciada por los álamos;
y bañada, por el monte de
horizonte.
Espero.
Vida en gris, de la que
tú eres, mi luna esperada.
Se cavan surcos de ti, en
mi alma soñadora,
por donde fluye el
solitario beso;
la tierna caricia anhela
ser algo más.
Mis ojos quieren
atraparte, en su firmamento,
mis sentimientos
arroparte, con fuego.
Pero yo, sólo te quiero a
ti, mi vida en verso,
mi motivo para ser, solo
tuyo, para no necesitar, nada más.
Ser el sueño, hecho
realidad, la felicidad, de dos caminos,
que se cruzaron, en el
destino.
Tiempo para esperar, vida
para soñar,
cuando te vi llegar
provocaste mi despertar,
y ya no quiero descansar,
solo luchar, te quiero amar.
Nos merecemos algo más,
en este papel que jugamos,
saber si nos amamos, si
el deseo, quiere ser pasajero,
el mío, quiere hacerse
eterno, y ser tu sustento.
Sólo espera su momento,
el sueño para vida plena,
avanza cruza cada noche,
el cielo azul, de matices violetas,
siempre te encuentra, la
soledad, me abandonó, para poder servirte.
Ahora avanza la duda, el
temor, si realmente te merezco.
Pero del corazón, nace mi
valor, lo sincero el dulce te espero,
el te quiero.
El pensamiento, que
paraliza, cuando te veo, la sensación del amor.
Todo lo que me queda por
decirte, y lo que no te dije,
vida para vivirte.
Avanza, no se separa, no
se aleja, te alcanza.
Porque eres lo más
hermoso de mi mundo,
camino que surca nuestro
antiguo paraíso.
Permanece como el compás
de mi pulso,
desde que te conocí supe,
para lo que viví.
Fluye mi vida por tu
cauce, el camino de mi amor;
allí donde viven, por el
querer, alegrías.
Voy allí y te encuentro
dormida, al final del bosque,
te encuentro soñando, con
otros días, de amores profundos.
Como el azul del cielo,
que, a tu lado, te hacía brillar,
mi caricia hace una
pequeña sonrisa en tu rostro,
mientras acercas tus
labios para besar los míos,
y fundimos nuestra vida
bajo aquellos árboles.
Vistas de un amor eterno
que devolvería vida,
para quitar su despertar,
de melancolía.
El lobo vigilaba su
guarida, allí su mano le sacó, para ver el mundo.
No quiso volver a su
cobijo, las palabras dulces y tiernas,
guiaban mi alma a viajar,
uniendo su ser volaba hasta regresar.
Te necesito más allá de
este sentido, que grita por tenerte,
te necesito más que el
fuego a la madera, gritó mi vida por tenerte,
y a la vez te adoro, en
cada golpe de viento y reflejo.
Me encuentras, y tu
recuerdo, reciente, me besa,
mientras no puedo evitar
recrearme,
en el deseo, y
corresponderte.
Transparente sentimiento,
para sentirlo, una vez más.
La noche está llamando,
moviendo su tranquilo velo,
a flor los recuerdos, que
te piensan, una vez y otra.
en la soledad, mis manos
quieren sentirte, mis ojos verte,
maldita mi suerte, que
dejó
que te fueras para
soñarte.
Ahora, los minutos me
ganan,
sin ti,
no quiero el cielo, sin
ti.
Como la brisa a la mar,
mi alma reclama, tu compañía,
cómo encontrar sentido,
en lo vivido, por su final, si ya no está.
Tú mi noche, y mi día,
quiero verte, una vez más,
para así no sentirte
soledad, en la oscuridad,
tu reflejo llegará, allí
donde se encuentre mi felicidad, tú, estarás.
Hoy, la noche
me llama una vez más,
para soñar que a mi lado
estás.
El tiempo para sentirte,
lima mis nervios con solo mi despertar,
y no verte llegar, para
no verte llegar.
Amor dónde estás, si te
fuiste quién, te podrá domar.
El castellano
Noche velada:
Luna plateada de mi
cielo, en las noches voy a tu encuentro,
pero te escondes entre
bloques de hormigón y cemento.
Quiero verte, pero
incluso te escondes, por las violetas ramas.
Más los dragones, del
cielo sonámbulo te acarician.
Cielo obtuso, de sueños
fluorescentes,
tú, de color líquido,
solo templado con miradas intermitentes,
por el tiempo de espera
angosto.
El murciélago,
baila con el colchón de
tu luz,
rasgando sombras,
para reposar siendo una
más.
Oscura nebulosa de tu
vítreo trasluz dime,
por qué te busco incluso
estando solo.
Flores opaco reflejo de
luz violeta incluso de noche;
artificie luzca.
Lucero de ciudad,
rompiendo la obscuridad.
La noche se detiene para
sentir que estás conmigo otra vez más,
humo, humo, humo.
De tierra a ceniza
llamando,
le ganó el cigarro y el
trago,
recuerda que tus ojos
tienen sangre
y también se emborrachan.
Cállate sólo eres una
fantasma que yo sólo veo.
el castellano
Ceguera:
No lo veo, pero yo
también lo estoy sintiendo,
esto no es sólo lo que
siento, es un simple lamento,
de no hacer todo lo
posible porque me sientas en este momento.
Por darme a mi momento,
sin haber parado a pensar cómo iba el tuyo,
quiero compartir que mi
base de existir fuiste tú desde conocerte y verte,
esta es mi vida con la
enfermedad mía de la ceguera.
Decirle, que la amo aún,
así de no poder verla, no se vaya de mi lado.
Entre noches de humo y
suspiros de minutos,
busco tu aroma en mi piel
entre el calor de mi cama;
tu sabor en vasos de
agua.
vivo muriendo en el oasis
de tu compañía,
en tus recuerdos,
esperando la arena de tu piel para adéntrame.
La luna perpetua de
noches en vela de navegante,
sin mar ni tierra, ni
final, solo con un duelo al tiempo de tempestad.
Ya olvido quién soy para
adaptarme a un tiempo que no me corresponde,
soñando noches de miel,
despertando nubes de nostalgias,
acercándome a ti al
cerrar los ojos alejándome en la tristeza,
nadando un océano sin
saber nadar, navegando a la deriva en tus piernas.
Adentrándome en tu vida
sin querer, donde ya se juntó mí querer con el tuyo,
el halagar cala dentro y
profundo, llora la distancia;
comienza el despertar de
los tambores, llamando a los soldados de la tierra.
Con el susurro de la luz
en cristal de gotas de agua,
pensamientos cálidos me
arropan tu compañía,
solo una vida solitaria
desde aquella lejanía;
un sol pernocta durmiendo
disfruta su luna
con tacto terciopelo una
vida de amor eterno
un caballero busca a su
mujer la extraña.
Avanza entre montañas de
azores
y valles de bosque y ríos
dulces,
noche de amor entre nubes
acolchadas,
con el frío de un mundo
en sangre que estaba en guerra.
Ahora su patria era su
tierra en la hoguera.
Se despierta frío y solo
tras pintar con nostalgias recuerdos.
El castellano
Tu voz:
Eres fuego en el agua,
eres luz en la noche,
calor en mi alma de
hielo,
amor en mi mundo de
ilusiones en viento,
bésame al final de este
deseo de chincharte,
acaríciame con tus
labios,
el mordisquito en la
oreja,
el susurro en el cuello,
noche de eco entre
imágenes,
pupilas mirando pilares
al cielo,
entre verde y violeta de
árboles,
ojos de gato, tu gemido,
tímido y feroz,
tu voz.
Entre fuerza y coraje
saca su garra al tiempo,
lo efímero del segundo al
pasar del minuto,
la seda del sentimiento,
en su carita del beso,
el piropo y su carmín el
despertar de su recuerdo,
acariciando su pelo
siendo sus ojos, siendo su boca,
siento sus nervios, me
atrapan enredándose contigo,
el momento que dejó el
silencio,
el tímido beso con fuego
en el interior, su dulce sabor.
Mariposas recorriendo
cada paraje de la piel.
Tú y yo solos los dos,
tiempo de infinito, sensible el instinto,
se sirve de tu aliento,
crea mi armonía,
cada caricia te hace
real.
Sostén mi placer cada
anochecer,
sé el tiempo que nunca se
fue,
sé mi sonrisa y cada
imagen que quiero ver,
detén este instante para
hacerlo real,
el sueño hecho realidad,
la historia sin final,
mi eterno amor, sin
dudar,
corazón carmesí, como
flor de abril,
navega mi sensación.
Es un te amo lo que me
encanta escuchar,
los mil que me quedan por
decirte;
los que nunca se irán.
El castellano.
Los pequeños detalles:
Una nube de tranquilidad
me cobija mientras observo el paisaje. El caserón vuelve a relucir con el
cuchillo dorado de la piedra caliza, que resiste el embiste del viento y las
lluvias; la lagartija tomando el sol está, tuerce la cabeza y cierra un ojito,
aprovechando los últimos rayos de sol; el escarabajo de tierra camina lento con
sus fuertes patas, tropieza y vuelca quedándose varios minutos intentando
ponerse derecho; mientras, se despierta uno de los dos grandes murciélagos, que
aquella cámara de la gran casa rústica, ocupaban.
Amapolas y amarillos de
espinos, con el verdor de los pinos.
Vides para cuidar y
cultivar, un pequeño jardín con caseta para las gallinas; frambuesas y
arándanos, en un pequeño huerto al lado de la puerta, un pequeño estanque de
azulejos en el aljibe, donde nadan tres carpas y un barbo, oscurece y el joven
rapaz, de cernícalo primilla, del palomero oscuro de la casa, se lanza a por un
pequeño ratón de campo, que andaba merodeando, buscando algún resto de harina o
de grano.
Con los primeros rayos de
sol, la mariposa de bellos colores azulados, dando sus aleatorios vuelos en
busca de flores de lavanda, es atrapada por el pequeño mochuelo, que salta del
agujero de aquella antigua encina.
Avanza el día con el
volar de un salto de un saltamontes, al criquear de un grillo cebollero bajo el
frescor de su madriguera, bajo una atocha de esparto, ya dorada, a mis pasos
bordeando las vides, detengo mi visión en un diente de león que paseaba una doncella
escarlata, o mariquita; buscando pulgones que comer, voy hasta el roquedal con
una trilladora oxidada, que vio mucho oficio, se descubre un bello lagarto
ocelado, que asustadizo rehúye mis pasos, un alacrán camina lento su despiste,
sin alerta, por la piedra, y una araña lobo lycosa lycosa, le lanza fulminante
mordedura sin defensa del aguijonazo del alacrán, todo sigue su curso
instintivo, de silvestre ecosistema, donde ni la culebra bastarda se molesta en
bufarme, ávida busca nuevo escondrijo; todo sigue la supremacía del devenir de
las estaciones, y genética de condiciones, que todo animalito sigue sin recelo.
El castellano
Relente:
En este linde se
construyó mi pecho habitado,
se escaló la colmena de
labios grises,
por la escarapela fluía
veloz el sosiego
de mi vida quieta,
por romances oscuros
caminaban mis nervios,
una ruptura de estrella
tumbaba la compuerta de
la belleza,
para sembrar allí latidos
etéreos,
recto escalafón dorado al
beso
y tu cuello me nace
doliente
fulgente fuente enternece
mi suerte,
yo hablé con mi amor que
no existe
y aturdida me contestó la
voz,
era como un eco sordo en
alta voz
resquebrajando un patio
de perdices
y altiva sonaba por las
cumbres
jugando y riendo con
lobos
sí esos que habitan mis
ojos,
aullando y espantando los
dolores
en mi sien,
mis dolores que se
querían
como hermosas flores
desnudándose
en altas espinas
profundas,
allí sólo caminaba mi
rosa, toda
siento deciros que yo soy
del viento
y el viento es mío
en estiaje gris pálido
cruza mi relente
del cielo su lluvia,
con impetuosa fama,
sacude la tierra y su
flor bella clara ,
dejándome ser como el
rocío primero,
en recorrer tus labios,
quiero habitarte en
canción
que haga surcos de mí
en tu alma verdadera.
El Castellano
Piedra-corazón:
No es una piedra, es mi
palpitar,
su latido cesó y en
piedra cristalizó,
ella lo tiene en cuenco
con agua,
a símil de mascota que
nunca muere.
Le sonríe cada día,
normal es mi palpitar,
no huye, es piedra fiel a
su amor.
Con caricias sintió que
palpitó,
que fue su inspiración,
su amor y su dolor,
pero en piedra
cristalizó, pudo darle calor,
ya que nunca quiso mi
dolor.
Esa piedra-corazón,
fue músculo,
pero murió y ahora solo
le queda esperar,
esperar que el agua y el
tiempo,
le otorguen musgo y
sangre verde,
que ablande los
cristalitos de su interior,
y resucitar.
Quizá algún día, cuando
ella se olvide
que es una piedra,
volverá su palpitar.
Pero yo ya noté la
ausencia
de vivir sin corazón.
el castellano
Desvelo dulce:
Café a la una y once de
la noche,
despiertos los
murciélagos,
raspando sombras,
bailando a la luz de las
farolas.
La ciudad que no duerme,
mi mente volando,
siguiéndote,
enredándome en tu pelo,
atravesando la luz
incandescente,
como buen murciélago mi
vuelo,
cazando letras para tu
sentido despierto.
Sorbo de un café con
leche y con hielo,
anhelos y sueños de un
amor eterno.
En aroma de café a la
compañía de una Leannán Sídhe,
Leannán-Sídhe del reino
idílico,
el mío nocturno,
tu fuego el día de mi
noche,
quémame porque me dejo
quemar,
soy fénix esperando
resucitar.
Con brea de estrella un
corazón puro,
con oro y plata
los reflejos de la noche
en la ciudad.
como buen murciélago mi
vuelo,
enredándome en tu pelo.
Vívido desliz:
Muero por un beso
vivo por un querer
cruel del destino
condena de una pasión
que creó tu pestañeo
al dejarme ver
tu cielo encerrado
fijamente tres minutos,
y morí con tu pestañeo.
demostró que fui
importante para ti
y que a pesar y muy
a mi pesar de los
problemas
seguí en tu mirada
atrapado
hasta que la aguja
de aquel reloj de pulso
se paró al pasar
ciento ochenta segundos
mi cambio de vida
cuando consumí
medio giro al decir:
-Siempre te amaré.
II
Enciendo maquinaria
de este tiempo disuelto,
en pétalos de éter y
formol,
desangra la rosa secreta,
y un estambre rige,
destello que precipita,
el albor.
calidez de ilusión,
y araña que arrastra,
tejiendo el eterno
sentimiento.
Yo que arrastro
mis aciertos,
como desnudo sol.
una noche cualquiera,
y activé el engranaje
mi reloj de pulso.
III
Mi carmesí caléndula,
fijó su pestañeo,
en mi camino de destino.
Alumbraba un candil
dormido, una luna llena
de enero.
Era tiempo suficiente
para huir y quedarse.
En la boca formaba
toda sombra de opacidad.
destrenzaba un halo.
Sujeto de una lágrima
pasajera, un segundo más,
y devoró el dulce
tormento.
IV
Giré entonces la tuerca
de mi corazón oxidado,
por tantos aullidos
nacarados,
y su ente femenino
me atisbó un beso
a mi alma.
Era el crepitar de la
llama,
que mandabas como loba
y como luna se prendiesen
todos los colores
de mis sueños
consumiendo mi tiempo
abierto,
que completo el giro,
dictó la vuelta
al inicio del sentimiento
preso
que sin retorno
siempre te amaré.
El castellano Förüq
Lozana silvestrita:
Mañana fría
en la que aventar
espigas recién brotadas
al revuelo de una
mariposa vigía
flora-posando, todo el
doquier
ensimismado.
Suelo ario que se blandía
sin atisbo de despedida.
Larva que soñaba volar
sobre alas de mariposa
cabalgada.
etéreo desliz de fronda
suave;
que espartos abrían
rajando tierra
en calima de cerro viejo.
Las jaras en abanico
se apoderaban del
terreno,
al transcurrir
de los caracoles sonoros
judíos, blancos.
Soto de perdigones
entre insectos inherentes
afilan ideas mi paso.
Abría el cielo un febrero
un carrusel de
luciérnagas por estrellas
del techo la concavidad
presa o caverna abisal
de horizonte helado.
Los pinos caracoleaban
cada vado
entre secuaces
carrasquillos de flor en
piedra,
romeros entre tomillos
atisban como señero
el cerro bajo.
Torreones de álamos
acicalaban al viento
sones de nuevas nieves
fugaces.
Daturas y tomatillos
del diablo, hacían
distinción
entre nuevo verdor
de retama que ya en flor
amarilleaba.
Ya asomaba todo vástago
de simiente
del invierno casi
gastado.
Ababoles ya sonreían sus
dientecillos
de suaves hojas
en jóvenes plántulas.
Lucían incluso espinas
señores cardos
y breves cardillos de las
damas.
Vorágine terreña:
Hijos de la niebla,
regresad sueños dulces
sin áspero corpiño
ni denso verde, espumosa
moral,
como ensueños
caracoleados
que no disipan
en bravo pecho
de gloria tranquila en
cerro.
Disipada bruma que años
no regresa,
cada momento caminante,
de silenciosa fuente,
y ceño anhelante,
de ávida inocencia
entorchada conciencia
que vuela lides
monótonas y seguras,
donde noches escapan,
como el corazón
endurecido
pierde visión de luz,
era un huerto de luna
en la campiña,
de ortigas y forrajes
entre zarzales y
tomillos,
entre brezos y
carrasquillos,
con fuente de añil
transparencia líquida,
entre esperanzas que alma
titubeaba,
servil de días rojizos,
que no se llevaba su paz
ni tempestad enfurecida.
Al pie de un jaral
que ni el tiempo doliente
con él puede ni sepulte
umbral plácido
de fértil viña que el río
tajo
escala cumbre,
poco antes que el río
sorbe
a su mujer encuentre.
Iniquidad en blasón
de noble comunero,
que ni desenraizarse,
ni matar por su tierra
puede.
Förüq castellano
10 Olvido:
Olvido.
Olvidarte nunca podré.
Nunca te podré separar de
mí.
Estás en mis sueños, en
mis
noches más frías y en las
más
calientes.
Como una manta que me
abriga y me arropa
cuando me descubro solo.
Como mi sombra.
como mi reflejo.
Olvido ¿Por qué nunca te
encuentro?
Será porque no te busco,
porque
vendería todos los
mañanas,
por un ayer junto a ti,
amor.
Ya sé que soy inmaduro,
pero te quiero, y lo
sabes.
Si ahora no lo ves, ya lo
verás.
Pero mi tiempo ya pasó.
Como guillotina
que partió mi palpitar en
dos,
para darte una mitad.
Olvido.
Olvidarte nunca podré.
Siempre te amaré.
Esteban el castellano
16
Primavera:
A ti te escribo
primavera,
tú, que llenas de vida el
campo.
Pones los campos en flor
y verde.
Tiñéndolos de color.
Los pájaros silvestres,
anidan en las ramas
de tus árboles;
dan de comer
a sus pachoncillos,
y trinan como nunca,
antes del alba y después.
Los animalitos nocturnos,
también salen a cazar,
murciélagos, mochuelos, y lechuzas, más en esta época;
que hay más vida, y
alimento.
los erizos, salen de su
letargo, invernal, a cazar caracoles e insectos,
y comer frutas
silvestres.
A ti primavera te canto,
que llenas de vida el
campo, tiñéndolo
de color, y vida.
Esteban el castellano
17
Poema al alba:
A ti te escribo que con
los gorjeos de los pájaros
ven salir tus primeros
rayos de sol que iluminan la tierra
y los campos.
a ti te canto luz del
alba.
Ruiseñores, jilgueros y
demás pájaros silvestres gorgojan minutos
antes de ver tus rayos.
Yo veo tus amaneceres
azulados y tus puestas de sol rojizas nunca
me he perdido una.
Quizás, soy un loco
bohemio, que no duerme porque está enamorado
de tu naturaleza.
Esteban el castellano
Nocturnidad en colmillo:
Llameantes pesquisas
de acariciar tu éter
sediento
noctámbulo,
preciosa de magia
insobornable,
quién pudiera besar
tú honda alma
incuestionable,
cuando tú escribes musa,
los destellos dejan de
ser secuaces,
las mariposas no se
aplastan
embeben tus manos
por mí encauzadas.
Entiendo la secuencia
tu rocío suave permisivo,
sólo dicta que perpetúa
fragancia
de nuestra secreta flor.
No llegaré porque sí lo
haré
a colmar el atrio
castellano,
con mi dicha floreciente
mi sentido a escribirte
mi sentido a difundirme
en la beldad tu entraña
en ese alarido despierto
que clama,
algunos cambian
mi amor por ti es más
duro que el bronce,
horda madre de las brujas
yo por oscuridad,
compararte pudiera
obstara diosa triple que
entonas los campos
prendiendo en flor los
campos,
yo por la flor sea la
flor
no osaría compararte
pero si mi musa es raíz
salvaje
yo abro cielo terreno
y si no soy raíz de los
dioses sus hermanos versos,
yo no soy hombre soy
hartazgo de bestia
e-nominada porque la amo
sin febril demarcación
cuerda,
si me arrebatan su espina
en mi pechera,
no habrá piedad existente
porque la verdad de las
cosas
a veces es su contrario
en puridad,
como es arriba canto
porque igual ídem es
abajo,
vivir es más complejo
y fácil morir,
con lo que morir de gusto
es vivir de gusto
contigo,
necio sería que no niego,
si pierdo sin vencer,
ganarte el cariño es
lema,
reverbera mi palabra de
alabastro,
en fuente de ópalo tu
regia sangre,
he vencido ya creo
escribiendo
mi una de sangre de la
madrugada,
ay de los que pueden
morir dije,
bienvenida a su nuevo
mundo,
porque naciste golondrina
para la eternidad,
única, rememorada, pero
en condena:
-Jamás sola porque vivo.
förüq el castellano
21
Contigo sangre refulge:
Te ensalzo mi divina
amapola,
por cuántos pétalos
te hicieron esfinge de
sangre,
enardece a mi espiga
que dorada te acompaña,
mi céfiro que en tu seno
acoges,
mi sol blandía
entre pajarillos
sones sobre trinos
de cabeza púrpura,
belleza te tuviera
secuestrada,
yo, con mi áureo espino
en mano,
puras tus alas,
nosotros,
carne y cuerpo de tinta
en pluma,
coloso atemporal,
de rayos en perpleja
simiente,
osadía mi amapola,
traer derecha en frente,
la llameante lira de
occidente,
al instante, nítida y
luciente
me traes dique
inspiraciones,
por aureola y tu flor
secuaz.
Mi vida mi sangre
bermellón, morada,
te desnudo mi brisa
desconocida,
por mi jazmín
que ámbares completa,
tu belleza cuidaba,
entre los bastiones
que mi cordura cercaba,
enramada hasta cintura,
en mi jardín soberano y
delicado,
beso tu brillo de tierra,
mi amapola.
El castellano, Förüq
Preámbulo derramado:
Devanados de un destino,
fundado en el vals
mi propio engranaje,
místico, áspero,
en flor de supremacía
donde ninfas musas
bailan,
destino insumiso,
parco,
vestido mi precoz
precipitación,
como gota de rocío
resbala del precipicio su
flor,
a lomos de un caracol;
me pregunto
si acaso vivir
tiene sujeción a la vida,
y la cuerda es de bronce.
Seguiré acontecido
mi suerte ausente,
amándote al silencio
que cerraba los ojos,
y seguía preguntando,
si mi ilusión
colmaba la expectativa,
ojos del metal noble,
fuego al hierro
que mi camino ablanda,
fecundador de mitos y
desgracias
mi reverberar de nombre,
solo, traspuesto,
al océano impredecible,
como capataz musa,
de tu huerto de
estrellas,
por corralillo
y redil de estelas
y destellos
indiscernibles,
voy rumbo al ímpetu
de solana luna
y su guiño me cuelga,
sí acabaré de irme
dejando alto mi
estandarte.
Förüq castellano
Silencio regenerado:
Saeta, saeta bella,
saeta parca,
saeta ilusa, saeta
inocente,
es el final del
espectáculo
saeta madre encubridora,
de toda mentira
enclaustrada,
yo te amo saeta,
saeta alada,
saeta heridora,
saeta encausada,
saeta parca,
saeta celestial,
saeta infernal,
saeta canta,
que mis ojos sean tus
ojos,
saeta que mis manos sean
tus manos,
esta cruel noche un
diciembre,
que yo soñaba estaba
escribiendo,
un canto a tu cabello de
oscuridad,
saeta mística,
saeta horrida y hermosa,
tu beldad piramidal,
se estrechen caminos,
el cielo se abra para
escucharte
mi saeta esquiva,
mi saeta complaciente,
como es arriba es abajo
canto,
seguir peones vuestro
circo,
que este trovador
de campo llano,
sabe quién es y de donde
llegó,
ahora te odian saeta,
ahora te aman saeta
alada,
me diriges por el parnaso
sin final,
o me quitas hasta la
vestidura
más pesada,
volemos abismos amada,
volemos cimas inefables
cariño,
hasta donde se oculta el
sol por el este,
sociedad de creer o no
creer
yo elegí creerte saeta
y hoy sigo en la cepa
esta vida que me cabalga
la estampa,
cerros intransigentes
molinillos al fragor de
vientos voraces,
esparto entre las jaras y
solas carrascas
brezos soleados por
flores ausentes
un invierno que se
desdibuja solo,
saeta amada elévame en
tus alas
yo vine por el son recto,
blandiéndome de un hinojo
solar,
esta vida que sin ti
saeta la creería una
dulce mentira,
por la que morir
y no morir por una
crueldad
impuesta por el ajeno
que nunca
nunca serás tú
mi amada saeta,
esta existencia
que se dobla y niega a sí
misma
para decir que yo soy el
rey
que yo soy el cuchillo,
que yo soy el proceder
inmiscúyete,
otra vez yo sé quién soy
mundo
este es mi manifiesto y
el de mi saeta bella mi
espada,
mi vida,
mi indecencia,
mi crueldad de espira,
mi corralillo espectros
yertos,
era y es
el hipócrita dejará su
vestido,
el trigo limpio
será trigo limpio
ahora y siempre,
espiga y cante
hasta rodeado
mi padre trigo.
Vengo de las espigas de
abajo,
asolando verdades,
mi panada amada,
por la saeta olvidada,
se despertará
por los que venimos
del trigo limpio.
Volando sobre parajes
entre tierras de añil
barbecho
y su azada de viento
mi solaz saeta entre
cardos
de todo fértil sendero
que lleva al infierno.
El castellano Förüq
Mecha de oscuridad:
Vengo que vuelvo
de un silencio, profundo,
de un vacío completo,
traigo para sembrar
un ascua melífera,
del seno las arduas
estrellas
que llevo
que cuelgan de mis ojos
cual arañas,
una vid de vida
en seno esta anublada,
azul
escarcha,
todo colmaba el ímpetu de
suspirar
sin brasa diestra,
ni compás ambivalente,
sobre estos treinta años
que
y que no me sostienen,
porque aún no me hicieron
nacer,
sobre los lustres que ya
no son,
anudando galaxias
y su cobre perpetuado de
sólida luz
inmaterial,
electrificas mi mirada
como aljibe rebosante de
ilusión líquida,
toda esta sed que vive el
pasado,
y en bruma cegada,
muestra,
que tiende tu rosa
helada,
embebida de pétalos de
espectrales
sábanas purísimas,
nací en vez primera sin
terminar,
y no fui ni abeja ni
vencejo,
para poderte acompañar,
era de un eral sujeto,
como membrillo de un
árbol sin escuela,
y pera de chopo
milenario,
todo cruzaba mi relente
y acabé tendido
en mi osadía de seco tajo
llamándose gloria
para acabar conociéndote.
como dije en primera vez:
mecha de luz:
-Vuelvo de tu vacío
repleto,
anidando cobre de
galaxias,
desde luego aún no hace
treinta años
que nací allí;
en vez primera sin
terminar,
vida húmeda y animosa,
alzado a luces de alba
sin acabar,
vino tu silencio conmigo
sin ti,
como alto arbusto
fragoroso,
me paseó mi jardín
como un mordisco
y un beso sonoro
deslizando
que suyo me jabra
hendiendo la tierra,
una boca de metal de
pala,
que abre zanja.
tu alma de recto augurio,
o ave como futuro de
hibernación,
ave nocturna
en tablilla de azabache,
como puro origen
inmiscuido,
nulidad insobornable,
traición de hechizo
y nota de caligrafía
desangelada,
mudez última de
relámpago,
pluma de mi ojo abierto,
soledad infinita de mi
despierto,
como fe sin cargos
rueda mi vertiente,
siempre relevada por dios
sollozo,
palanca usé con la puerta
de Plutón,
alcé el margen
de rebelión sanguínea de
los dioses,
cielo asido el vil
manifiesto de relámpago
surqué, gloria vespertina
de héroe,
Cocitus cantando su aire
de oscuridad iluminada
clavando negras riveras,
hundiendo
y desplazando los montes;
lago estigio me alimenta
el latido,
y mi férrea sangre
directa a superar lo
inabarcable,
tu rama vestigios de
plata corté
del cóncavo bosque en tu
acre,
creció en su lugar
segunda rama,
de titanio,
que conseguí cercenar
rotundo
y hoy llevo clavadas sus
hojas,
en dos talones fundidos,
columna y cadera,
con todas sus espinas de
titanio
sujetando cada diente
mío.
bajar al averno es
sencillo,
subir los aires en altos
cielos,
nadie pudo;
yo allí voy a mitad
camino.
El castellano
Förüq Er-lobo bohemio
Dicho azur:
Adentro esta bruma azul
de mi contento,
avanzo estas flores del
invierno,
por árboles desnudos y
sus cantos,
yaciente mi sed de nuevo,
florido cierzo,
primoroso veo y beso mi
sañudo suelo,
lumbre sin sol
en que la luna no
aparece,
presurosa de melancólica
siembra,
una estrella emblanquece
por cielo extenso,
y en lluvia derrama que
desgrana
la vejez de la grama
vieja del camino,
custodiado por la señora
malva;
acrecienta mi linde vago
por majuelos perennes
y solas zarzas,
lágrimas de mi tristura,
regocijo de varios,
ya que antiguo son,
solo mi leana ablandaba
mi lira.
amores ponderables
mi ser no rehúya,
desquicias mayores, otros
oigan en retirada,
a murmurio grave me alzo,
en esta tela de araña
y la luz de alborada
me tiende en extasía.
Förüq el castellano
Siembra erguida:
Izar de un cantar,
de tu cariño enfuscado.
batir vuelo, elevándome
entre lares de hayas
y sombras de hojas
escritas y reveladas
de ceniza de fresnos,
sembrada,
deseos, sueños y corajes,
y sus raíces del alba
por ocaso admirado
que cerraba flores en
versos,
y musas y jerarquías,
de hadas y elementales,
entre árboles y frondas
suaves,
su idioma en vertiente
asilvestrada,
lejanías de suspiros,
y granates lucientes
entre fortalezas
pedernales,
y cuchillos solares,
hija de la niebla.
doncella oscura,
te llamo desde este
latido
proscrito, que te busca;
y entre espinas
su luz gorjea
que amarte no es vanidad
de ambición ni naciente
ni floreciente.
Es un dulce designio,
entre mis lares
cabalgados,
y riveras de río
sanguinoso
de todos los lirios
y su hidromiel,
sangrada,
tus cauces, insobornables
que pureza y rocío en
flor
hasta albor de raíces
brotado,
destino y camino
ingobernable,
valle de signo y tierra
alumbrada,
oh se cavan surcos de mí
en tu alma
verdadera, nunca para
agraviarla ni dolerle,
una dicha y una alegría
tejida,
tu sonrisa,
que abre el aura
y deja su energía en
mirada,
ya maldigo a este
incierto saber
si terco y necio
me reniega osadía,
ventura y fortuna
de a tu vera conservar mi
labor
y creencia, seguras,
un beso te dejo
entre zarzales de fuego,
hay alma,
hay alma,
hay alma
porque sin ti;
belleza no existiera.
Miles de lumen, Lit C et
sumun Canae.
Förüq castellano a
29-07-2020
Ferviente tajo floreciente:
Exultación, de saturnina
rienda,
desempeño en posesión
y toma de filo
relucientemente acrisolado.
Protección servil bajo y
hondo metal;
luz de esfera, espiral
canta,
cariño a sepultura
animar,
honrar, preservar,
oda desde este cementerio
solemne alzar de honra,
escala áspera, tangible,
vine y me derretí;
su voz dulce,
inmancable, ni en fíbula
ni en broche al corazón,
que ya sube y derrama,
mil rocíos en flor de
caléndula,
mil fragantes deslices
me indulta, que a ellos
induce,
poder de arder
flamante,
sombra eres
de Ostara la brillante,
se queman de mí
injurias, infamias,
desquicias de campo
abierto,
por este duende,
por este arte,
tornando tu sola mirada,
acampo que acompañaré
toda vítrea lágrima,
estigma que camina sus
fábulas necias.
Si soñar, te sueño,
viviendo bajo el orden,
se asigna a defender tu
pulcra sonrisa,
uno, ni abismo comparable
al arma reluzco y hago
visible,
de Ostara, la brillante,
es viento del este,
es aurora, la bella,
que blande, que rige,
estela inconmensurable,
rocío de nacer, de toda
vida en color,
oh gloria,
oh amapola,
de sangre de tierra
en sola viola,
campanas restañen,
una morada y fortaleza
inabarcable,
tu amor cruzando y
surcando mi sangre,
era, eres d' este amor
espuela,
abre tu bosque umbrío,
deja abierto de tu santa
ternura,
portón verdadero,
vine por la voz surcada
de un herrerillo,
vine sin calzas
desnudo como me conoce
un diamante blando
y su des nacer limpio,
de turquesa
y azur marino,
elevé ancla en tu
aprecio,
tinta de brea
y sangre de azada, mi
bandera,
supresor del ruido activo
silencio mortecino,
dicta,
segundo poder
conquistar,
a un sin miedo dama
oscuridad,
le preguntan
si luz fue antes
o si tú mi musa pariste
esa luz
que inspira, plañe y
regodea
sin calzas ni dureza.
tengo permiso y orden
de presentarte al tercer
poder.
III
Mantener
uno, todo azar de
intensidad
y fuerza que arde hasta
esquela,
mantengo tu cariño
vivo en mi ser,
dicha es poco,
lo siguiente a dicha
que se extendía,
bajo puertas del dulce,
sinuoso,
umbrío averno,
tomo, que explayo,
número y lugar a defender
te imploro
susurrando,
ven flagrante a nuestro combate,
te espero hasta tiempo
en clepsidra me derrame
colmado de todo júbilo,
arder. conquistar.
mantener.
Coraza, armadura base, de
Zeus;
y atenea musa; que armo y
amo.
Förüq castellano Setanta
a 30-07-2020
Vientecillo elucubrado:
Rompe el melancólico
fulgor
el sol en corazón
que la niebla un
diciembre
difumina en son,
yo bogaba difuso
como primavera lozana
luciente,
suspiro, oh tempestuoso
recuerdo
mis flores marchaban,
suspiro de pasión
vino arrebatarme mi
desventura,
desde navío en reposo,
cuanto no veas
acuérdate del agua
hermosa,
tanto en alma
como en popa de nave,
el cielo carmesí me
embravece,
surcando bonanza,
acuérdate alma de mí,
viva fortuna,
que de boca invoca,
musa transparente
su dulce porte,
semblante de arma en
dueño,
oh sueño,
contigo tantas veces,
despacio, o desvarío,
cómo alzarte y cantarte
lleno,
sin flores ni pajaritos
impíos
sin caléndulas azules,
locura de dulce armonía,
lumbre en astro de numen
mía,
agrava como amarte
derritiéndonos en la
nieve.
Cielo, suelo y anhelo
de hojas arrebatadas,
crujidos de mis tumbas
yertas, abiertas,
dones de sufrimiento
desploma,
sombría yacija de cuna,
cruel aroma
estiran las rosas de
muerto,
y no lo claman vanas
de aliento divino,
quebranto de sosiego
anclado
a la fría tierra
de este diciembre
que viento ardoroso,
aclama en soberana lucha.
förüq castellano
Inmenso placer secuaz, inefable:
Clama ante la aurora,
presurosa aura
intranquila,
ardua la dicha exclama,
que si por querer fuera
igualara el agua de los
montes
que, subiendo, baja,
afilo este mi solo
intelecto
por muralla que no cierro
desvela el clamor de la
intranquila rosa,
quién a igualar mi dicha
baja,
furor ostentado de la
piedra frigia,
va mi reguero desnudo
por musario cerro,
su cernícalo avizor
vigía,
milano señor en soberano
cardo,
luces del alba
plañen sus rayos
de nueva alborada,
ven, agita la guardia,
conmensurable acequia
mi sangre estrena,
voy por piedad avistada,
luna habla,
destello de noche febril
que otro año más no
enfriaba.
Iimperios de ojos
cerrados
en nocturnidad en cegada,
franca tapia de espejo
y su beligerante reflejo.
Amima, mi viborilla,
secuaz tu alma sólo
destrenzo,
tiempo, hálito voraz
que enciende calor presto
de caballero,
a su dama hoguera,
corriendo por fuera el
granate,
sanguinoso,
por escalas a este placer
inmenso,
esfera tu secuela
en faz instintivo,
desaprendido,
rumbo al carmesí
insobornable,
destino dicte quedarme
en tu nube intangible,
en vaporoso éter, tu
magia,
hoy vine a besarte,
y a desprenderme,
de tu cauce en tu cuello
aliviarte,
bronce en ala y su verdor
de óxido que rige,
que envanece,
que resplandece.
anhelándote.
Förüq castellano
Sentimiento labrado:
Viento, viento bonito
lleva al cielo cada
escrito
arropa este amor en mi
cuerpo
en mi corazón te llevo
hadita de mi sentimiento
noche hoy en tu sosiego
me encuentro entre nubes violetas
y el cristal luminoso
de esta luna de invierno
bañan mi cuerpo tus
latidos
sordos de oscuridad
y a este cielo sonámbulo
lanzo mis ilusiones al
viento
siento tu caricia de alma
y te bebes mi calma
despierta esta rosa
sangrienta y su aroma de romance antiguo atraviesa el pecho tu amapola eterna
primavera
cuando mis ojos te ven
entera cada sentido despierto
como fiera al acecho de
tu latido hoy en tu bosque me pierdo
tu imagen surca mis
sueños
como cada noche que
siento tu beso
y como me cuidas,
como soy yo tu alegría
mi vida vistes de
amanecida dicha,
hoy la hierba escala mi
montaña
la lluvia germina todas
mis semillas
de pasión y fuego,
donde entero me entrego
al placer que muerde
y envuelve en quimeras,
como sencilla tu sonrisa
y tierna tu caricia,
ya no hay súplicas
solo felicidad
desbordando mis cauces,
te sostengo fuerte en mis
brazos
para nunca soltarte
para eterno tenerte
si por soñar soñé acabar
con la soledad fría y escarcha de esta melancolía
llegaste tú a mi vida
como cada noche siento tu
melodía
y me acompañas cada día,
salió el sol después de
la tormenta
y ame tu esencia
regando mi interior tu
voz de alma amada
tú bella y dorada calma,
rompí las cadenas que me
anclaban al pasado para luchar por mis sueños y alcanzarlos, entendí el idioma
del silencio
y hoy contigo
lento construyo mis
escaleras al cielo,
este firmamento clama de
azul sediento, ermitaño en su montaña del sentimiento
el amor jamás salió de su
cuerpo,
de él decían que quería
comprender al amor, tras una flor la conoció y la preguntó
qué eres, amor,
no solo nací de esta flor
tu inocencia me enamoró,
curaré tus heridas de
dolor viviré de tu amor.
Vuelvo a este dulce
tormento buscando llenar de amor el cielo, labrando el campo de tu alma
y bella mi amada
te bajaré las estrellas
para que puedas acariciarlas, estas flores cantan la canción
que te enamora el
corazón.
Vuelvo a luchar como ayer
con tu amor jamás
desfalleceré
eterno en tus alas
viviré.
El castellano y
Leannan-Sidhe
Azar relegado:
Navego los límites de tu
silencio
tu luna, reina mi cielo
en este horizonte de
ilusiones y sueños
tus besos florecen mis
recuerdos
las mariposas de tu piel
tersa de seda acaricio eterno el momento que escapa entre tus labios cuando
brota el te quiero,
y en mis ojos te
encuentro,
donde me enseñaste a
vivir el momento
porque nada es para
siempre
escribo el sentimiento
ese que me hace amarte
despierto
este viaje sin retorno
me hace buscarte cada
noche
para que tu amor surque
mi sangre
y mis sueños de tu mano
puedan acariciar
lento muerdo el placer
preso
y la lluvia envuelve
nuestros cuerpos
recorro tus parajes, me
pierdo en tu bosque este fuego late en esplendor
encuentro tu dorado amor
oigo los aullidos del
corazón
atrapo mis flores de
pasión
quiero y te quiero en
cada amanecer
donde agradezco cada
aliento
cada suspiro que asesina
al tiempo
y da vida a mi
sentimiento
mi eternidad alcanzo
acariciando tu cielo, entero me entrego como el calor de un lucero, sintiendo
tu amor latiendo,
avanzando tu cuerpo como
quimera de pasión y fuego,
condenando al tiempo
a morir en nuestro
pestañeo con un beso, encontrando el lenguaje del alma en cada verso,
cabalgando juntos cada firmamento,
flor de sangre naciendo
en mi pecho
clamando este amor que te
profeso,
cálido, el momento, de
desnudar mi alma
mi bella, amada, una flor
en tu mirada
vuela libre, doncella, tu
esencia mariposa del amor,
en mi interior quedaste
de mi ser te adueñaste
puedo sentir como tú
sientes
en cada pensamiento
vives,
a tu lado siento
desvanecerse el dolor
este ardor de pasión
jamás me abandonó,
hoy agradezco que me
arropases en tus alas
para nunca soltarme
para abrigarme cada noche
fría
por ser mi eterna
compañía
y locura del ansía mía,
tu amor mi sinfonía
como tu beso de cada día
fiel me entrego a la
caricia,
mi amor sin descanso
incesante fluye el verso
por tu abrazo,
a tus pies me encuentro
esta mi sangre te entrego
este fuego late en cada
beso,
germinaste dentro todas
estas semillas de amor eterno,
hoy hadita te canto a la
orejita
encuentro tierna tu
sonrisa
en cada flor encuentro la
belleza amanecida
en tus labios descrita,
en tu piel mi caricia
en tu corazón siente mi
brisa
cómo me hago lluvia y río
en cada silencio que
rompemos juntos
como juntos nos verán
hasta el fin del tiempo.
El castellano y
Leannan-Sídhe
Sendero mi suerte:
Corro, a observar,
el vago nublo,
del invierno de mi
suerte,
tras él, el brillante
sol,
reluce de nuevo,
una fuente de retozos
azules,
y caléndulas,
flores de Odín,
bordeadas por espinos,
o majuelos silvestres,
un aspa de luz y de frío
vil, sordo,
oh de luz, y de frío,
era mi azul desquicia
yerta,
oh cuan abarca mi
ineptitud
entre señeros dulces
y crueles ramajes de
idea,
oh de luz, y de frío
era mi azul miedo.
ámbar blando arredra
cantando
de sol y de frío era mi
oscuro invierno,
partido,
quebrado entre destellos
de flora,
y sus flores sujetas,
encontrase siguiera
amigos entre los insectos
vendría por mí el solo
halo
de soledad que amilano,
vil milano
hermano mi cernícalo
avizor,
por altas torres y
agrestes sendas
que arregazan
caracoleando,
oh mi ámbar
de luz y de frío
sangre del tiempo,
petrificado,
por misario cerro
voy con azor en mano
en busca de la insigne
perdiz huidiza mi dulce
tormento.
Oh mi suerte, sombra de
agua
oh mi luz, y de frío mi
insignia pasajera.
Förüq el castellano
Soto en sol naciente:
Noche silenciosa umbría,
de negrez, adjunta;
al crujir del halo
que destella su pulcritud
en estela,
coraje por violetas
ausentes
y flores yescas
alumbradas
por la dulce luna casi
llena de enero,
mis falanges ensalman
el sendero inencontrable
hasta el portón verdadero
de nueve cerrojillos
infranqueables,
orando por mí mismo se
abra
esta insepulta tierra
que me sostiene,
mi semblante perdido
jamás abra el yelmo,
en clave de unión
se abra el aleteo fugaz
prometido,
que encarnan tus maderas
reflejas piernas,
un sopor y obtuve tu
anhelado sabor
de tierra nueva virgen,
como letal aleación de
savia y raíz
formando tronco y hojas
esbeltos,
como dos rocíos se forman
en tu sonrisa,
cómo te enraíza el
sórdido éter embelesado,
dictando retorno
de mi primorosa,
mi musa cristalina;
soberana en turmalina
esencia,
umbría vivirá nuestra
caricia,
por el vespertino cauce
de río en arteria,
bajo que encumbro
el placer nacarado,
insubordinado,
rumbo a la tercera
estrella
que osó mirarte
colmando tú de lo bello,
lo bonito
este parco horizonte
asiduo.
Entonando en primor
la lira toda mi carne.
Es adorarte ferviente.
Förüq El castellano
Niebla encorajinada:
Cielo de tu amor que
acaricio,
en el suspiro del tiempo
desvanecido, en cada luna que te encuentro,
en cada vida que te
siento.
Cómo no hacerlo si vives
dentro,
si cada minuto lo vuelves
tierno. Vuelo, con este sentimiento de fuego,
cabalgo el firmamento,
encontrando el verso
despierto.
Como estas ganas de
devorarte lento,
que sientas el deseo
morder tu cuello,
y la sangre de cada flor
de piel y verso.
Donde el agua y la poesía
hacen el amor con tu
cuerpo.
En este campo de
sentimiento
la sangre de la tierra
vistió de amapolas, cada beso de amor sin tiempo.
el bronce deja su
cuchillo
a las espigas del cielo.
Hhierro baña la sangre de
este guerrero,
vivo y muerto por tus
suspiros.
de tu corazón preso,
guardián de cada latido, redentor en el silencio frío.
Amante serpiente en el
calor de la ilusión que te dibuja en mi mente.
Siempre presente, a la
hora que la oscuridad late y envuelve.
Donde te volviste mi
bendición,
realidad, abrigo y latido
de la inspiración
invencible.
Como invencible dios sol,
que toda vida rige. amada hada, esposa de este mío sentir,
acompañante de cada vuelo
fulgente.
Tu semilla de amor
germinaste en mi pecho, amapola roja y negra, sangre y tinta
que cada verso expresa
sin descanso.
Fluyendo como el río que
brota en almas a su paso. voz amante de tu presencia en mi mente,
donde el te amo, cada
noche, se siente.
cura de soledad y
maravilla hasta la muerte. donde mis rosas dejarán su sangre.
Nunca dejaré de escribir
al amor,
a esta pasión de tenerte,
a cada luna que de malva
el cielo me tiñe,
a todas las flores
sencillas donde te veo,
donde descubrirás que
este duende te será fiel,
y a cada semilla que nace
pone tu nombre,
donde encontró su latido
noble,
y mil veces más fuerte
lento se apodera de tu
bosque.
Las campanillas en flor
le oyen
y distingue el espíritu
de cada árbol,
en cada pequeña vida a
dios encuentra,
donde la armonía la
acaricia el idioma oculto
de las hojas al viento.
Como el abrazo de la
yedra al árbol
y el beso del rocío
primero a las flores del campo.
En paz me siento en mi
entorno,
y en la ciudad muero
lento.
bendita la vida por darme
tu amor,
por darme ojos para ver
cada vida en color, siente esta caricia sin dolor
observa que de mí el
cielo se apiadó,
donde sin envidia ni mal
eterno vivo, como poeta
sin tiempo en tu recuerdo, voy allí lejos de este mundo,
donde empieza nuestro
bosque sin destino,
donde libre, todo sigue
su espiral sagrada,
el ciclo de la vida y la
muerte,
el resurgir del agua, la
sangre y de la tierra.
Amada te canto, de tu
mano siempre mi te amo, contigo siento la fuerza
de la tierra, el agua, el
viento, el fuego, y la magia que en arrullo acarician mi cuerpo,
contigo no temo a ningún
abismo, infierno, ni tormento,
a ti te debo cada verso.
El castellano y
Leannan-Sidhe
La polilla negra:
Acogía perturbador
pensamiento
en tristeza, errático
mío,
infortunio, todo dormido
ceño,
mi sangre colmaba
lóbrega y repleta,
sobre la frente de nublos
negros
que encogidos, no
lloraban.
era gris mi despedida
de noche tranquila,
relucida,
noche azulada, indebida,
de destello desvelado,
y pilares al cielo en
hondo tributo,
y carros llevando agua
imantada
de grises leviatanes.
sombra de hombro
incierta,
arrastra vendavales
furtivos,
en espiral sobrecogedora,
y sones de blanca
nocturna luna,
lánguido mi pecho ya
profuso,
se alzará
a desmembrar, el eterno
desliz,
de luz anclada.
En vals y alas,
pequeña mariposa
nocturna,
gira la espiral
su terror escondido,
embebiendo el ingrato
desvelo,
fulgor de sus círculos
errantes,
quimera desangelada
de vago destino caduco,
derredor intranquilo
enreda,
misteriosa negrez;
sin partitura de blanca
seda,
frenesí que jamás se
separa de mí.
coloso de su imán final
de lisonjera luz,
del candil que atraviesa
toda dama oscuridad,
como su cuerpecito leve,
frágil,
tembloroso
que ardió en su atracción
final
a la llama en luz
intransigente.
Förüq el castellano
Beso de ascua:
Vuelvo,
sin caminar
ni fronda,
resquicios
de mi soledad
crepitan,
su falta
de cariño externo,
porque mi soledad
atónita grita,
nada buscaba;
sólo volví
porque nadie me buscaba,
como un azar sin venas
ni razones buscadas,
estoy para ti
sin yo estar,
no tengo ojos
ni respiros
de pez de cara muerta,
una generación ciega
abre que sulfura
sin oxígeno.
Era bastante
y no acabé por huir,
bastante
era tiempo escaso,
imaginada tez
serena en néctar
tu sola dulzura,
te busqué en un papel,
respondió tu carmín
del beso de ayer,
sin inicio de final,
sin ser último
para ser primero,
un escarpar
de mi ausencia habitada
en torres y almenas
de incandescente,
lóbrega,
quietud profanada.
el final depende del
principio
dijeron,
por lo que tu último beso
empieza
en la eternidad
del sentimiento.
El castellano
Dulcera en claror:
¿Lo recuerdas?
cuando creíamos
dentro del ser haber
encontrado algo.
Recuerdo que los días
están hechos,
mantente.
¿Recuerdas un vivir al
filo de la navaja?
tentando la suerte
nuestra circunstancia
que nos unió
como agua y oro de
aceite.
Recuerdo a veces
llorábamos a las flores,
y otras nos sonreían.
¿Recuerdas el evanescer
interior
que se apoderaba del
firmamento,
y descendían astros, a
mecernos?
Recuerdo tu sonrisa pura,
inocencia de escala,
un desear estar contigo,
para volver todo hacerte
brillar,
¿crees amor huido que
algo haya cambiado?
dilucido que seguirás
siendo
la misma piedra de
melodía,
de eco presuroso,
que se adentraba en mis
ojos,
para inaccesible
habitarme,
como canción sepulcral
el infinito reverberante,
que me erizaba la piel
completando mi existencia
de palmo a trecho
voy manando,
y aunque hoy piedra
del rayo en cegado,
dicha en mi pecho
quedaste,
dicha en mi alma
blandiste,
porque yo te conocí
porque yo tuve que
sentirte,
como agua de rocío
y destino plañidero,
incluso hoy en sueños, te
sigo viendo,
brea de estrella en carne
de la belleza,
pupila de mi pupila
por el tiempo helada,
he venido hoy a desafiar
a mi dulce tormento,
sin tenerte te tengo
dentro,
sin quererte sigue en
vela y cañón,
mi naipe y última carta,
no se reveló.
¿ves que algo haya
cambiado reitero?
sí, que hoy en día
duermo con tu recuerdo
etéreo imaginado,
y no con tu piel y carne
de estrella.
Esteban er-lobo bohemio
Sed de luz:
Cuanto te acercas a mí
miedo intuyo somero sin
rivera
a estar cerca,
más cuanto te alejas
miedo a estar sin mí
alegas,
dijo un librillo,
franca tu vera destrenzo,
viva esta espuela,
horizonte vasto me
acercas
como lloverte amor sin
cesar,
paraísos yertos sin
escalas
ni vals terreno,
puridad acaso bastó
como lobo de orejas
afiladas
sin aullar no era lobo,
me acerqué hocico
he irremediable
contestó un azar de tres
caras
y nueve venas razones,
como derribar la franca
tapia
verja de nueve
cerrojillos iridiscentes,
los ángeles valientes
morían primero
sin ascua eterna
ni mármol florido,
quizá puede como alimento
de vano murmurio,
hoy oso al por mayor
reminiscencias al recto
lado,
acompañar tu furor de
armas,
desde nimbo pasajero,
y desquicias propias
trasmutadas,
al impetuoso servir de la
llaga,
Pléyades cercanas como
resoplar la luz
y capturarla a ojos
fríos,
indicio que su halo dicta
inspiración a raudal,
halo indiscernible
que casi saboreas
confines,
de sosegada dicha
insobornable,
miedo a tu cercanía
cuando caminas lejos,
miedo a tu lejanía cuando
cerca
brillas en faz y luna
imperecedera,
arrobando mi haz luminoso
sin brida
ni correa,
As de trece tréboles de
cuatro aspas,
era mi vida sin contar,
un brote de cruel
infortunio desaconsejado,
semilla o tiesto
espontáneo,
a nadie cambio,
ni dolor ni regia
tristura
porque hoy me blanden
poeta raíz de dioses,
quién soy ellos y yo lo
saben,
y seguimos sin tener
miedo,
en esta trinchera del
verbo onírico,
incuestionable
hervor de primaveras
desnudas,
y solas saetas en busca
de una vida
que mejor, peor, no
niego,
qué mejor que un absoluto
diamantino,
en esencia mineral
candente,
cristal de sus pulsos
que no niego ni me
arrebatan
a estigma puro revalidado
en azoteas caducas,
y ojos suaves un abril
doliente,
era lo mismo,
que perder venciendo,
aojo que el buen ojo
curo,
insignia las estrellas
quedan muy cercanas,
si nos llaman a la lucha,
puede defienda mi patio
debido no es mío.
Divagaciones aparte,
pregunté al eco de
sombra,
sin quererla como uña a
carne,
iluminaría mi pluma
saturnina,
hoy quedé en darla un
besito
como la imaginación
no osaba,
miel de afortunar, y
tremendo desliz
en número y orden,
como afeitar bombilla
broma, como lamer
hacienda sin construirse,
en serio pongo balanza,
y un kilo mis sueños
pesan más que cien kilos
mis ilusiones,
amar, amarte, en este
ente intransigente
me lleva sin anchas
calzas
es flagrante,
como el cimiento del
verso
es tu letra,
lo fidedigno, que me hace
parte
del transcurrir minúsculo
en vida caduca que nos
desliza el destino,
no hace falta amarre para
osar,
ni buscar luz, cuando ya
eres parte de mí...
El castellano Förüq
PUPILA TIERRA ENERVA:
Planicies serenas del
azul imantado,
por surcos de febril
labriego
como barca entre trillas
se deslizan,
espigas y fauces grises,
de nublos
voraces.
Carros con aperos
entre terrazos quietos;
su nueva siembra.
Riveras atrás y acres en
verdor
de nueva grama,
endrinos y espinos
aislados entre hondo
campo,
de pinos y caricias
suaves
de joven matorral.
La vid desplegaba su
nombre de vida.
Cardos brillaban en
espinas erguidos,
saludando a nuevo cierzo
que se alejaba.
Sones en caminillos de
hormigas,
el sol medía de la llaga
sus hormigueros.
Romeros afilan la suerte
del sendero,
que como una rama precoz
pronto, verde rodeaba.
Cristales de roca entre
el suelo cálido.
Latido férreo de tierra
arcillosa
el escarabajo negro
paseaba,
y lombrices purpúreas no
asomaban,
el raso donde el pardillo
y el verderón jugaban
su genética de vida,
perdigones entre
codornices
sonsacaban el linde,
donde viborilla y
culebras
hacían honor
de tranquilo serpear.
Era bastante el sueño
precoz
casi saludando nueva
veris
por el tronar de ojos
suaves
ya no sonaban en sienes
acristaladas
ni hacían bajo de
pensamientos pobres.
Fertilidad en raudal,
como espasmo que
generación abre;
giraba la torcaz
buscando cobijar
y al cielo abarcar.
El cielo que morado
lloraba,
el gris del nublo la
tierra asumía
en aljibe y abrevadero.
Mi son minero, me pulía
la sangre,
en estalactita y veta, el
bordear
mi vena.
De mi semblante pardo
no cambio nada.
Todo me lleva a lomo un
caballito del diablo
que por sierras mis
rúbricas, deja.
A mi sol broncíneo,
saludo.
entre simientes frías
esperando
ser nueva vida en color.
Del fuste a la Oliva,
al tordo redondo de olivo
señor.
Sepulcro en cobre:
Al panteón de mis
escritos hoy escribo
de luto efímero en
memoria,
vida remota atisbo sin
sien acuartelada,
caléndula y rosa canina
pintarán su estirpe
de historia incrédula
jamás cincelada,
al reluchar indemne
polvo de metal estriben,
y de lirio en cuello que
nacieron,
de espanto en puerta,
aliento y yugo fidedigno,
en pusilánime destino,
en cuerda que míseramente
gozaba,
puertas sin desquicia
atónita,
en umbrales carmines de
besos
sin corral ni ascua
sembrada,
pedí sus alas
yo que de sol desnudo
descendía,
dócil, de grajo en mano
fecundo,
inocente, de justicia
ausente,
presuroso cerca mis
verduras afables,
no se alejaban ya,
de tierra y rayos
fragorosos,
lides eternas ya os
abrazo,
Castilla dividida
por cumbres enojosas,
jamás creadas,
alzaban mis sentires
terruños,
fango de simientes
yertas,
ojos al patio socavado
de iracunda hacienda de
letra.
Destino magnífico
cercenado
de mi mente penitente
y mis ángeles custodios,
arte deslumbraba que
regocijaba,
condenas del poder y la
mentira,
beldad ya me asombres.
Padrón de cielo en
terrestre escala,
tumba al igual de
socarrada
sola idea,
ya nunca más esquiva,
miel de mis dioses
y vespertina alma,
penetré yo, su muro
de eternal silencio,
y mi mármol florido
gemía,
en las llagas solares
sus hoyos rectos
ay que vil no me apresa
pomposa letra que me
corona,
y dolor desciende.
Glorias miro y exclamo:
-¿Dónde?
Ornaba mi sepulcro
dulces abrojos versados,
memorias de fantasía
erguía mi pluma de
antorcha,
austero en bóvedas mi
sentido inerme
ceñido divino laurel
en universo en arco y
saeta
crepitante olvido,
perdurable halago
en formol mi verso.
Embargado reinaba el
suelo,
pálida luz descorchada,
presentaba la espina en
mi corazón
que lívida me lo
arrancaba,
maraña atroz
que tu divino acento
Musa, mi alma imploraba.
Förüq castellano
Yunta cadente de mi huebra:
Hueso, eje:
Huebra, yunta, barbecho,
acre, cadente, copa de
vieja encina,
plañidera lozana,
hilanderas, yugada,
sembradío, huero, huera,
yesca,
materia muy seca, azumbre
anisada.
I
Avanza mi alma yerta,
un encono trashumante,
que viste todos los
campos
de mozas plañideras que
visten
el azul inmenso inefable
todos los cielos
terrenos,
estiran las señoras
damas hilanderas
la nieve todos los cerros
del tremendo espacio
inconmensurable,
afilan viejas encinas sus
henchidas copas,
un verde espumoso
dentado,
y sus flores de tierra
que dan las bellotas del
mañana,
barbecho por tres años
esperando
sea huebra bajo yunta
acre cadente como lozana
espiga
casada con el ababol
vespertino de primavera
que trae Ostara,
tempranamente,
alivio mi yesca tierra
de materia muy seca,
como ascua que plañe
segura
nueva vida de seca leña,
sé cariño mi moza amante
allá donde lloran las
flores,
sé cariño mi señora moza
de alma joven,
honores consagren mi
sagrada cepa,
Dionisio le pedí permiso,
con fuste Ambrosíaco
de nueva sangre,
aunque mi sed prefiera
media azumbre anisada,
de anís seco
que por meloso lo elijo
dulce
como canta mi carajillo,
y me habla de espíritu en
alza,
entre mi sembradío de
penas y tormentos,
huera pena,
huero camino de ella,
mi larga sombra que no se
detiene,
como terreno de yugada
por dolor.
Förüq el castellano
TIERRA DE ENTRAÑA:
Siente, siento la magia
primigenia,
esencial canto primero
la llamada furtiva del
guerrero,
el alarido primero,
una melodía jamás
nunca más escuchada,
interpretada o inventada,
un desfase en alarido de
cópula
un respirar flamígero de
la tierra en azul lluvia
y, verde savia enraizada.
Trompetas del averno en
superficie,
llamando deseoso,
con espiral armada y
clarines bélicos,
todos dispuestos del
difunto, nunca más;
terreno, un gramófono de
vida
un rebosar en pila
demencial
sin fin, ni poso,
ni quietud escarlata
un son de divino,
redondo, caracol
respirar permeable
entonado,
tierra
materia a tierra,
espíritu
alma y rojo granate,
arrojo,
desfogue, vida de la no
vida
cursada
y abismo lleno de humedad
Ostara de primavera,
en estío de verano
abriendo, socavando
cual estalactita pretil
de gozo y frescor
angelical,
tormenta perfecta clamada
a rito y furtivismo en
danza,
rastreo pertinaz
de risco y elegía de
alegría
todo era y es
llanto de emoción
todos mis llameantes
castos, bravos, valientes
unidad de avanzada
mis castos dioses.
Llamo, te imploro
como quien soy
vigía, guardián,
centauro protector
castellano con Fenrir,
a mi izquierdo lado,
fuerza imperial,
sangre inmortal
de linaje y única
descendencia
Solar,
Cuervo Förüq iluminoso
de druida poseedor y
maestro
todas funciones,
virtudes, y artes.
Yo sin nombre,
yo primero y último
guerrero
en pie
Escriba antiguo
el más adelantado y
vetusto
todo lo antiguo
nunca habló
porque yerto,
silente, yace, que reposa
su vida muerta Awen,
Odín
Creador universal
que no soy yo,
pero
yo soy la historia
que reside escrita,
inacabada
en mi libreta,
soy dueño
de cuanto existe en mi
cabeza,
Óh, Candamvis, en dos, te
alzo,
en tres, te amo,
mi dios dador,
castellano,
ferviente dador del
relámpago asido
dios de la tormenta
del risco y toda cima de
cumbre terrena,
tres te despierto
porque siempre reposas
despierto,
es nuestro momento
a ti mi gloria abre
esponjada la tierra,
apaga todo
lo que arde desde sí
mismo,
extendiéndose,
riega todo terreno,
de agua dura, limpia
serena.
protege todo campo,
te canto
óh invencible
como mi sol padre,
riega este infierno
de astro apagado,
haz que resople el viento
fantasmal
todos los altos cielos,
llamo a la muerte
llamo a vida,
a germinar toda semilla
en eternidad
de longevidad imperial,
madre planta,
padre tallo,
os hablo,
magia fuego, tierra,
ceniza, agua.
Río, acequia, sangre
movimiento, sed colmada,
fronda suave de verdor
inusitado,
llamo a Vivir
llamo a Vivir
llamo a Vivir en mi Razón
a MUSA LEANNÁN-SÍDHE.
SIEMPRE
SIEMPRE;
para siempre
y cada siglo
que empieza
nuestra condena
para sentir que sientas
escuchar
la lluvia
en la tierra de tus ojos,
musa Señora Hada.
Contigo
debido soy eterno
Centauro Castellano
lit C et sumun Canae
tu protector.
Förüq
Osadía en clave:
Venga, venga cantando,
la sola idea en hoguera,
del oficio que arde,
su desquicia alada,
De campo yerto;
que por yerto no es
campo,
si no hondo cementerio
de acristalada secuaz,
idea.
Eco ciego de purísima
imagen,
crascitaba mi tiempo,
quemo pensado,
era mejor que si luz,
no hubiera visto.
Sonaba ya una matinata,
del alba nocturna sin
calzas,
ni categoría difunta.
Cómo estancia de estela
breve,
sin descorchar.
Reinaba un hueso de luna,
descalza de un noviembre
que lloraba, nubes y
agravios,
penas y tormentas en
flor.
Traje de bruma,
sombra en agua de
señales,
en tierra y sus tordos,
escarbando en busca,
de lombrices azuladas;
de ideas que prevalecen,
como venas de senderos,
como laberintos
dando vueltas a la
peonza,
del mismo asunto,
sin vida, sin embargo,
era bonita idea,
por la que morir sin
pensarlo,
sin crueldad acrisolada,
ni mentira sin conocerla
verdadera.
Förüq castellano Miguel
Esteban
Oficio arde
del dulce mirarte,
y ojos dulces
no hallen tristura
ni en la paz de guerra
armada ventura,
llorar puedan
orillas suaves,
entre sargazos
y plebeyas sienes
caracolas
y espumas de olas,
tronos de sirenas
entre sajadas
marejadas entre tules
y densos, profundos
azules,
ay de mí espuela
y sus noches de tierra
de ventisca
y tormentas de soledad,
ideal aún yacente
animaba tus pechos
graves cuan pedernal.
La más bella
que en mi lugar
sólo belleza hallaba
a reclamar
mi bella doncella amapola
de oda y elegía en sangre
su tierra toda.
Escucha mi ama
de tu cárcel
ni en ojos
ni en rubores
encuentro llave
tus cerrojillos vida,
dicha y fortuna
en flores no me descubran
ni fuga ni huida
que todo destino
sólo a ti me precede
a cuidarte,
servirte
y amarte
como todo dicta
qué alegría
eres, niña de amapola.
Canción
de tornasola.
Förüq castellano er-lobo
bohemio a 24/07/2020
Reflector:
Esto es todo en cuanto yo
creo, amor, posibilidades a completarme, a ser feliz sin querer serlo,
posibilidades a recto cumplir todos mis anhelos, sin la temporalidad por lo
notorio en los sentidos, ni del nervio afilado un placer, me provocas,
fugacidad de lo caduco de la carne, parte es todo un todo de una parte, no
colma yacija que mi historia de alma porta en cuerpo terreno, ¿Dónde quedamos?
Posibilidades de Puerto incierto, una travesía, un suspiro, un aullido de
viento, lo que creo e invoco, es más que lo que pueden alcanzar sentidos, ojos
y palabra, mi regocijo, mi rifle, mi vida, mi poesía.
Cántico;
oh, tendido
de la lumbre
en cama.
Acaso de azul hundido
a mí muerte
pura tierra
procuro
de suspiro
y templo verde,
sombra de señor olvido
que demás
cenizas desplaza,
ya la tierra
sólo engulle
lo que es de ella,
Primavera viste
en filo de flor y agua,
alguien viera
este frívolo tranvía
sin escala de esquela
ni duro hueso
de estaca y vela.
Fundido en carne
y parca de amigos
gusanos.
Entre crujir
de caminillos ávidos
y repiqueteo final
de víscera
en eco de ataúd
indolente,
estallido como cicatriz
causa el rayo al árbol
deseado
pulcritud de festín
alimento de injuriosa
vida breve que desea
alas,
Es tórax abriendo a
última toma de aire
sin respiro ni célula en
sangre roja
regada.
Lúgubre detalle
de como bella es la vida
bello festín de tenebrios
es cada muerte,
ciclo eterno
de vagido, llanto,
respiro,
sonrisa, suerte, copla,
elogio de noche, azar
insumiso
que muerde la hora,
yugo destino, saeta,
cuerda,
yunque ilusión, risa,
mentira,
siembra, espera
baile, danza final
labriego en calavera.
Festín o sobriedad
en fría escama
lumbre de chasquido
inicial
Vista y nulidad en visión
para tercera campanada
ser ceniza de hoguera.
O comienzo de nueva vida
Carne y frenesí
de dantescos dioses del
Averno
Inicio con final
anunciado.
Tierra y sangre de ella.
Förüq castellano er-lobo
bohemio
Auge conmigo renasce:
Noche tus horas breves
un agujero sin salida,
oscuro, de escalofríos
que hacen
temblar,
derretido el suplicio,
un alarido interno,
estremece,
Dama escarlata,
de luces ciegas,
y hielo flamígero
derretido,
tus sones no me vencen,
ni mis ojos te lloran,
ni esta parca azabache,
cae efímera,
sin ascua su prendida
vela,
ni este dolor cae
resuelto,
en vela de navegante,
sin final, su eterno
principio,
para a la mañana
volver a revivir
la misma pesadilla y
sierpe
tu descatálogo,
uno yo he perdonado,
a diferencia,
dos y persona de baja
ralea,
tres me quiero y Vty me
quiere,
que me mantiene despierto
en vela llamando,
llamándote
desconsiderada,
ay de tus luces firmes,
de tus sopores que me
caminan,
todas mis soledades
dementes,
este rumbo sin
astrolabio,
en océano de brea,
de noche fumando
y versando
todos estos cigarrillos
del diablo probe, que soy
yo,
para contemplar que no
vienes
no vienes, no vienes
y ni está piedad
reluce como ámbar blando,
ni lágrimas de hadas
ni sollozo de lluvia
mis castos dioses.
Noche, noche ay de mí,
sin tu sonrisa
ni tu quietud escarlata.
El código del guerrero,
el estigma,
la fragua
de campo abierto,
el cantar silencioso
de lágrima que chilla,
un evanescer en mecedora
solitaria
y carcoma sin mueble,
un descender primero,
los colores,
tus ojos que imagino,
el gris, un tambor de
sílaba,
un naipe ardiendo,
una compuerta
de un embalse sin agua
era mi pena
era mi tristeza ya jamás
acompañada,
madre de mi aflicción
particular,
cumbre de musario cerro,
locura quieta mía,
desangelada,
sopor infernal respirando
su llama,
de dulce tormento cosido,
su estela que flagra,
luces miles
que no eran blancas,
en sótano de luz
de traumas docenas
y tenebrios celadores
De soga y sopa
medicamentosa,
que se apaguen estás
todas luces
artificiosas de la flor ciudad,
que tu cielo cariño
quiero mirar
y recto, honrado rezar.
Förüq castellano er-lobo
bohemio
Río de todas las flores desangradas:
Queréis amar como se ama
a la bondad,
queréis amar como se ama
a la sola, oscura voz,
queréis amar como se ama
al primer amor,
pues id a esa piedra,
alegre o triste del
invierno lluvioso,
sobre los musgos y su
piel aterciopelada, sedosa,
que mi maravilla
mejicana,
en mí enraizada no la
cambio por nada,
queréis seguir a dios,
sí ese el que crea,
pues no améis mi corazón
que es como su amor,
una Piedra,
queréis ver el alba más
preciosa,
no sigáis banalidades de
señoriales utopías,
que mi amor es vida,
y a ella canta,
a su belleza ignota mi
Musa Armada,
de paraíso inocente y
miel desvencijada,
así frente al enemigo
canto,
queréis amor,
o encontrarlo,
pues id a la Piedra del
río todas las flores desangradas,
que es mi amor por mi
pequeña,
piedrita bella,
mi camarada, mi cruz y mi
condena,
a una felicidad
extasiada,
mi amor que no se vende y
sí arriesga,
porque hay certeza,
y es que ella a mí
también me ama.
Förüq Castellano Miguel
Esteban
Linde quieto abierto:
Derecho firmamento
cristalino
entre filos férreos,
es una piedra que camina,
piedra aventurera,
seca y umbría,
reposa y duerme
cantares del linde,
centellea rayos irisados
se riza con los besos de
lluvia,
acaso quiso ser otra,
ella tan yerma, tan
plácida,
imperecedera,
cerrada como se cierran
los rayos de luna,
acantonada, de estéril
estampa,
dejas muda alabanza,
el día que te hice de
voz,
piedra bella, sola,
estridente sin patio de
sonido,
y esta voz que te di
voz dorada como tu piel
de minera,
como un soto sin
perdices,
avanzabas solo tú,
la vida quieta,
sembrándote allí por
donde anduvieras,
al candor de piedra única
igual a la siguiente y a
la anterior,
sin afán superior
hasta que este poeta te
dio voz,
como flores que sin color
acaso fuesen,
un despertar en brazos de
cieno,
un respirar de la
montaña,
un cuchillo calizo que
afilan
erosiones de las eras,
latido férreo, sangre de
mineral,
o compostura de arenas,
piedra de mi casa,
piedra de tu casa,
la tierra.
II
Piedra potencia eterna,
nacida como nace una
estrella,
cumbre de filos por
bandera,
hogar, cobijo y morada
de lagartijas que cuelgan
tus venas,
colchón de rayos de sol,
asolada tu espera
por quien te dio voz,
lideras tu guerra sin
cuartel,
antes de yo nacer,
tú dabas alientos al
suelo
sin importar pertenecer,
siempre fuiste
siempre eras su piel,
de la cantera, al nicho,
del mausoleo, al caserón
viejo,
del silo al castillo,
tu fortaleza empedernida,
tu aval de honda certera,
Siempre estabas
siempre estuviste,
como río a su voz del
mar,
osado no fui yo
quien te encontró,
solo fui encargado
de darte moción verdadera
ojalá pudieses
contestarme
mi piedrita bella.
III
Devuélveme a tu vida
eterna,
del soto a tu quimera
verdadera,
clávame la oscuridad de
tu cueva,
en esta esfera pulida sin
espera,
risco de tu sien
enarbolada,
millones de hijos
esencia desnuda de tu
alma pura,
techo sin compostura
del ser invertebrado,
techumbre que pizarra
llora,
su azabache de cristal,
tu sangre de fuego y agua
que nunca te alcanza
sólo partirte puede,
grieta de helada, tus
filamentos
que encaran tu azar de
vida sin dueño
a tu sangre de musgo me
cuelgo,
en verde musgo tu
fantasma muerdo,
vida de herramienta,
azar de la idea,
al paraje que te conforma
al que sostienes su vida
siendo el suelo techo de
esta hacienda,
si tuvieses dolores todos
gritarían
que se acabase la muerte
en la tierra.
El Castellano
Vine con la lluvia nativa:
Gran Sol Padre, gran
hervor al fervor de rayos espadas
día empalado; tu iris
sediento sanguinoso destellante ciego
en Vestal Hispana
iridiscente siembra en flamas a lo alto,
a los cielos hundidos
brillas, como crece la espina talento
sembrado, enraizado en
nuestro corazón enfervorizado,
rueda de fuego y bronce,
oh, Lugh en tu gloria te canto,
germino mi alma, toda
dicha plañe, padre de mi conocimiento,
que es tuya, oidor, de
cuánto arte ha conocido, Padre Sol Superior.
Escucha mi alma de
abrojo, mientras te honren, este,
el día de mi musa en
armas fundidas.
El invierno se ha ido,
tinta, oh, savia de mi escritura, atrás mi pasado punible,
los campos están
verdecidos, hueso y fierro del pagano, cantando en flores
que trae Ostara mi
brillante amante, y su caricia de divina nota
de savia acrisola, que
escala todo terreno, y fríos ya señeros,
Toda la tierra, oh,
Madre, duerme en tu ausencia.
OH LUGUS
Solar y poderoso,
magnificas, mi arma es tu alma
SolFerro sobre nosotros
en tu gloria, pido,
oh Elevado, tu regreso al
alma incendiada,
en virtud azada y rayo
secular, que te amima, y habla,
que traigas la sangre mi
letra, a nosotros la luz seca y ardorosa
y el calor de tu vida,
hilvanes, mi parco destino de Tres Hermanas de Negro hilo.
Trae de nuevo la vida
fervorosa, de nuevo a la campiña y vereda castellana.
Trae de nuevo la luz a la
fiera en vespertina hoguera mi hueste.
aleja la saeta oscura parca de su sigilo
yerto, que te retiembla la calma,
al alba más preciosa
jamás inviolada, avanza mi porte, vine con la lluvia.
Maestro encumbrado, he
llegado a dos días de primavera,
del arte que florece,
lamo tu tierra palmo a trecho, esse Veris dilectus.
Alzo en un sentido,
merezco la sola
Parquedad, hacer mi esposa la weche.
Madre de mi fuerza,
soy el creador fúlgido,
de vellos iridiscentes en
pecho,
vine por las voces del
cerro las ánimas, padre,
resoplar y resplandecer
el solo brillo,
en crisol de valles,
y destellos finitos la
ingratitud humana,
que develo y expulso,
a dos días besar La
Brillante Ostara,
en nuestras entrañas germinamos los yertos
escitas, guerreros la Parca,
nosotros los escribas de
hoja en puño y alma en letra
cabalgamos todo tiempo
difunto,
guiados por tu sazón y
hoguera de tu Honrosa Luz invencible.
Diestro compás invicto.
en sol mayor, como es
arriba rebrillaras abajo
bruma de idea infausta,
socarrada.
Flamígero desdén
encumbrado;
congelado éter flamígero,
en ascuas,
de fuego azul, en
violáceo fulgor.
Horizonte sin prisas
Índigo que se me arrostró
con todos los halos
de un marzo su crueza.
Abre el nuevo fervor de
tu luciente Lucero invencible.
Oh, Padre, su solitario
azar de relámpagos,
de tu azur hermoseando,
enclaustrado.
Vírgenes encinas, y
almendro de soto,
entre un nogal
dependiente de su sombra.
Al verdor de inusitados
pinos,
me caracolea
la fronda del monte.
Musario cerro desnudo,
Espino amarillo de mi
dossier,
Caléndulas solariegas,
que amarillea su
silvestre ralea,
esposa complaciente de
Sol naciendo.
Brilla esta infamia
de campo abierto.
A esta última lagartija
lanzo un baquio seguro,
sin disfraz ni apellido
perenne.
Mudez última
de sangrada amapola.
Sanguínea tormenta
De dureza blanda
con agua de mi terco
aljibe
obtuso en litigio de iris
vespertino,
y su sangre que baila
el suelo terreno,
que en culto a ti Lugh yo
beso.
Y avanzo como raíz de los
dioses en la Tierra.
Encumbrado Escita y
sirviente de Candavmis dios del Trueno.
Reflexión:
Como el Sol brilla en lo
alto de los cielos,
es nuestro deber cuidar y
hacer florecer todos los talentos,
Y sus virtudes sembradas
y habitadas en nuestro caduco corazón humano,
en y con manos de la
divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa
aura y amor, a
luz de rey Padre astro
que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.
El Castellano Förüq
Miguel Esteban T.
LLAMEANTE OSCURIDAD:
Cálido yo, ante un
segmento de cobre
y su templado escalofrío,
un son en llamas del
sonido, humeante.
Se rizaba un acordeón,
en patitas algún diablo
foráneo,
como un visitante
fantasmagórico,
se quedaba sentado con
nosotros,
sin reclamar ni vender
derechos
consiguió en aire de
alguna imagen,
turista o pusilánime
prisionero aún condenado,
hablaba solo con sus
azares encausados
de invisibilidad
trasnochada,
muletero de frío cálido
ventisqueo,
era su sombra algo más
recelosa incluso ya no le
temía,
partía brisas con
miradas,
y servía naipes helados;
en copa alguna hada
verde,
vestía de hojas su
desnudez violenta,
relamía eclipses en
alguna grama, de patio umbrío,
eternidad caracoleaba,
sin lazo,
ni pedernal florido,
era tiempo de batallar,
sobre poste cóncavo
de pino frío y señales
en cable tenso de
telégrafo,
jugaba notas, y señales,
alaridos esquivos,
y densos fantasmas,
flotaban
y hacían de esta bruma,
todo corral, y pretil
llanto
como rocío de toda
roseta, de penitente,
abierta a la fugaz
mañana,
del hombre y su negra
tijera.
Miradas extrañas, que le
analizaban,
y encendían su yerta,
hórrida imagen capturada,
flotaba en aire;
de plenilunio,
y solsticio embrujado,
como calor desfasando,
un chirrío,
descorchado, en alguna
mente,
que con él sin saber
se encuentra,
soldando vapores de
océanos,
y espumas, y sus sirenas.
Entre vastedad que
incendia,
todas cosas vanas,
preguntó alguien,
sin destino, si existir
por sí mismo
valiese,
era tiempo necesario;
lo que no se elige,
tampoco se duda, ni
pregunta,
acaso hablamos,
o te acabo de pensar,
cadillo foráneo, forraje
de todo sendero
que lleva a conocerte,
como clavo en sombrero,
y cimitarra en tierra
asida.
Förüq
Fulge mi astro:
Quimera mía,
gloriosa siembra,
abren portones
verdaderos,
estoy oscureciendo,
sí allí donde todo cuerpo
desvanece,
negro puerto al que
arribar,
somos carne, iris
flamígero
de horizonte,
somos bruma que
desciende,
y todo envuelve,
ven amor este océano
de mar abierto nos
pertenece,
halo tras halo,
es lo que sentimos
brillo,
destellando primero,
abre tu riera serena,
déjame adentrar tu
extasía
en color como tierra
esponjada,
no te detengas,
no ceses tus armas,
mi gloria en carne
doncella segura,
volvamos el abismo un
barco,
para llegar más lejos,
dentro, muy dentro
donde alma bulle
bajo el signo de luna
azabache
y bajo druida índigo
cuervo,
llamo a mi falange de
Austria
de Viena, Praga
y a mis vampiros
inimaginados
de bohemia Hungría,
Budapest en mis armas,
por la rosa secreta todo
canto,
gemido tuyo de silencio,
poesía.
Reina mi condena,
por la que morir y
renacer
en tu campiña, de pechos
canela
en rama felicidad
por la que fui, soy, y
seré,
último dios sin consumar,
sin tus labios besar,
sin tu amapola regar,
he venido alzando
tinieblas,
disecando miedos,
construyendo nuestro
reloj,
para volver a soñarnos,
de engranaje, y péndulo
de cristal de roca,
porque somos tierra.
Duros hijos del azabache
mercurial,
brisa, brisa,
de este octubre que te
dibuja,
caballo solar monto,
astas de centella,
alas de Pegaso,
carne y cuerpo de
centauro,
arraso todo campo
tendido en pena bóveda,
Quimera incendiemos
la vieja ropa,
no he venido a asumirme,
ni doblegarme,
a indicar llanamente,
que mi guerra por ganar
tu cariño,
no ha finalizado,
El Castellano Förüq
er-lobo bohemio a 8-10-2020
Lágrima del hierro:
Lágrima del hierro:
Escribo a la madre
belleza,
olvidada, de lágrima
inerte,
sólida, al vítreo cristal
mineral,
al brillo metálico
insoslayable.
De llama perpetua, y solo
crisol
de brillo calizo.
Era sobre una lisa
pizarra,
tallada una punta de flecha,
que venía a plañir el río
cuervo,
de mi visita en mi
infancia,
una luna azabache regía,
mi compostura
empedernida,
hoy en día,
hablo que me responde,
la belleza encontrada,
en mi piedra bella,
tesoro intangible,
única al fragor de
heladas grises,
y solanas que llora el
cielo terreno.
A mi `piedra de sangre.
II
Oh, si tu respuesta
fuese,
soy sangre, viva-muerta,
que te aguarda y espera;
a mi cuarzo, cristal de
roca,
de reloj en eternidad
azogada,
silente como silencio
reverberante,
su eterno segundo, que
vi,
su pureza de espejo.
Oh, caracola de hilo en
carbono,
tu forma de espiral
sagrada,
de principio sin final.
Oh mi magnetita de unión
y atracción férrea,
como mi amor a la sangre.
Bajo sello arcano
transmuto esta coralina
esencia.
III
En auge mi amado
mercurio,
único sólido líquido,
como lágrima precipitada,
oscura, sin poder secar
del alma.
A este río vestigial,
ancestral,
que vine sin horadar su
impronta eterna,
mi muerte, como reflejáis
vosotros,
mis reliquias, que besáis
incesantes.
Inmutables.
Al hierro en mineral
candente,
en sed de forjarse,
como se forja una lágrima
las hadas,
en ámbar, oro líquido,
traspasando umbrales
temporales, sucesivos,
en brillo, áureo,
del fulgor en
cristalizada,
perfecta armonía.
En crisálida.
Förüq castellano Miguel
Esteban a 11-04-2021
TINIEBLA LUMINOSA:
Vida, pensamiento,
tiempo,
dualidad luz, oscuridad;
pensamiento, sentimiento,
como todo indica,
en principio todo era y
fue
oscuro,
y una chispa
como un relámpago
prendió de azar el abismo
absoluto había,
esa luz surgida rápido
fue multiplicando,
en fulgor y pariendo
luciérnagas de estrellas
los densos cielos,
como luz y oscuridad
eran desde su origen
inmensos
y veloces,
rápido surgió su
atracción y deseo
encadenado.
Ambos reclamaron su
espacio universal
si uno existía
se concordó el otro debía
ser opuesto
y existir a la vez.
hijo y vespertino del
Averno,
abismático era todo
destello,
centella descendiente de
rayo obscuro,
así no podemos
deshacernos
ni suprimir toda
oscuridad interna
ni demonios habitantes
nuestro intelecto,
debido jamás podríamos
brillar entonces
como inusitado resplandor
de centella,
ni osas brillo esencial
purísimo al tacto,
ni azar de ascua
encendida acaso fuéramos.
Esa dualidad inherente
es tan necesaria
como respiro de pez en su
medio,
absoluto diamantino
y hierro en sangre
hematíes dementes
y espigas rojas
de excelsitud en
relevante esencia,
mitad luz mitad sombra
azul
de cariño enfundado
era simple y llanamente
mi cariño enfuscado
batallante.
Förüq castellano a
8-8-2020
PENAR FÉRREO:
Lloro en la densidad del
sollozo,
en abanico de sopores que
avanzan,
que tejen la puridad del
placer,
lloro en la frecuencia
del gemido
inefable, inaudito,
de cumbre y risco
inaudible
de las aras y vestigiales
sendas,
que todo amanecer
descubren,
canto a los labios de la
hoguera
de mi cima sin bandera,
canto del zorzal a su
zarzal
que asienta,
trino de vid y girasol,
pintado de caléndula.
Mi llanto de brezo de
fuego,
entre el cerro alto que
baja
mi cardillo para
entregarse a su dama.
Lloro por avenidas de
ángeles
que perdieron sus alas,
en sintonía de falsos
ideales de un progreso falso
sobre torres de humo
del interés humano,
social, deshumanizado,
que vendía y aposentaba
material
vestido de granate rubí
excelso que portaba
el lustre en movimiento,
llamado beneficio,
construir la destrucción
del pasado
se pudo, en retinas
huecas,
y seres de número y
oficina.
Lloro a mi savia de
ciprés
de una caída un abril
febril
como hoja temprana de
otoño que voló, era mi vida,
un tenor de conciencia,
una tijera roja,
sobre papel quemado de
sucesos difuntos,
que brillaban más que el
albor en sol ferro,
lloro por mis sueños
sembrados,
por el valor de virtud
de soñar.
De soñar, sin maldición
que me sueña.
Presentes sucesiones de
difuntos
que corren
a arremolinarse,
como si años no hubieran
nacido
y ahora les diesen
privilegio
y fase contada para
renacer y volver a matarse,
a esperas de esta vez
no ser de mentira
verdadera.
Förüq castellano er-lobo
bohemio a 28-09-2020
Metal llameante en tu vidrio:
Iridiscente encanto,
en tu áspero relente
sembrado,
quién sabe de tu ternura
sin conocerte,
aplacas que embebes
mi furtivo viento,
entre mis soledades
y punciones áureas,
como mis nervios
blincan aterciopelados
en tu tacto almibarado;
montaña suave
me enterneces
como sol crepita a lo
alto,
un rayo sedoso
tu pulcra virtud,
como espadas lunares,
vertidas en filo
enigmático,
y absoluta entrega,
no puedo más estallar,
mi devoción ardiente,
en éter,
la lágrima el azabache,
de arma ancestral,
y mi mercurio celoso,
te cuenta Musa,
que no encuentro
nueva desquicia
ni en tu sueño diamante,
confusos crujen,
mis sigilos de chopo
forjador,
se requería algo
simbólico
y voy que comienzo.
Polvo y sangre
mi verdad moviese
sin calor lascivo,
ni viento en reflejo
desesperado,
mi sentido de escribirte
en canción resurgida,
como aquel capitán
del barco hundido
renasce,
abrazado a la bella
sirena escarlata
abrazado,
fiero con el cuello
atado,
su cantada armada
bajo océano
de un abril encantado,
y como usted,
sola de valor y
hermosura,
que todo pecho hiende,
cautivo muriendo vivo
yo en tu pecho,
corrige mi gallardía
una nota abismática
en escama turquesa
como mi vítreo iris,
mis ojos,
te miran, leen,
y convergen,
en viles espuelas,
que se afligen
como mi espíritu de Lugh
Sol ferro que porto,
presurosa tú,
polvorosa pluma,
oh mi blanda Musa
de cristal candente
y agua en traje su
sombra,
quién amimarte pueda,
sin que retrocedas,
quién encontrase,
su luz dadora,
y forjadora,
su contienda de vida,
en tus poemas solares
entregas,
agora, el tal mañana,
me rinde razón perdida,
y claustro admiración
secreta,
desenfundada,
mayor importunio,
es no osar seguir este
camino
de espigas rojas;
y dispares ilusiones,
de fiera, y dura tierra,
maravillado, señora,
como Némesis en inmortal
saeta,
la ciencia de la rosa
secreta,
tu aura perfecta,
tu obra de castro y
castillo,
entre poetas,
perpetua materia
es mi esencia de verso,
que afila,
mi oscura golondrina,
mi dulce miseria,
temer que no se ajuntará,
mi visión,
alumbrando contigo,
mi preñez,
en desconocimiento.
Förüq el castellano
Miguel Esteban
En mitad un candelabro:
I
Extinguía una ausencia,
que brillaba bajo una
luz,
tosca, de un sol de
abril.
Calentaba su glándula en
acre arcilloso.
Un barro que sostenía,
un charco que su agua
formaba miel roja.
El cubo sostenido de la
rama,
colgaba mis peticiones,
sobre una plancha
repostada
en muro de adobe.
El breve amanecer,
erguido en unas manos
sonrojadas.
Ella en pie, sobre el
polvo
de una tabla,
bordaba ínfimas costuras,
sobre su respiro
valiente.
II
Mi cuchillo con pereza,
cortando un destello en
negrura.
Encima, un eral
donde sembraban patatas,
dejaba pruebas, una
ligera sombra
de un almendro silvestre
de oro.
Que yacía como un dios
sin nombre.
Escrita en sangre en su
falda,
yacía mi testimonio,
como caligrafía de un
cernícalo,
tragado por el árbol.
Era un vuelo de
misterioso oficio,
bajo honda raíz de tomo,
enraizada la calavera,
siendo morada de
tenebrios,
su follaje de pesadilla y
bestiario.
III
Despierto los antepasados
de llama en el cobre
un candelabro.
Mis piedades como cruz,
de barro en cementerio,
fundido de parábolas
y nidos de tordos,
en sus cipreses.
Infundados en negror
extendido,
volaban fantasmas y
afectos,
como sentires de las
tumbas.
El aire cantando,
ladrones y brujas,
terreno de dientes,
calaveras rojas, y
calaveras azules,
sin pérdidas,
historia de palabra
relamida.
Förüq castellano Miguel
Esteban a 16-04-2021
Tu alma de fuente:
TU ALMA DE FUENTE:
Desasirse, tu voz
ocurriera,
quedar sin partir mi
alma,
como estalactita,
como sola queda la
caracola
vacía y hueca sin hallar
tu letra,
desasirme y quedar
yo, sin árbol ni aire,
consumirme como llama de
vela,
apogeo, torre de breve
arena,
cae de arriba,
este demonio sin pena,
hablar de mudas
solitudes,
como eterno, es lo
temporal,
verdad colmada de
ausencia,
arder sin quemarse,
e infierno azul de otra
vida,
aprieto de verso me
solicitas,
te dijo mi ventana,
como entraña de invierno
duro,
alma, asómate,
viste su hermosura
porfiada,
¿Viste que mañana seré
hoja incrédula?
De planta que yaga pura,
que brilla oscura mi
siembra,
mañana iremos a desnacer,
porque hoy sin tu
respiro,
ni poema solar, no es
vivir,
¡Ay! Lo que no dicen tus
ojos hechiceros,
yugo amante, fiel,
que no abandona su
sombra,
necesitaba tu dura grana
de piel,
y tus rosáceos, granates,
áureos labios,
mi alma traslúcida,
imponente,
reniega a achicarse,
lleve donde lleve,
el aire de poniente,
reluce por ella,
todo apócrifo misterio,
te debo tanto que no me
imagino,
embargando sangre,
jamás esquiva,
jamás esquiva.
Todo este campo,
cubre y cubriría.
II
El nombre y la vida
conservan mi ceniza,
seña clara el luctuoso
querer
de las criaturas del
alba,
mi sudor siembro,
como apremio de obras
que dilatan al fulgor
su bronce perenne.
Sabe su dios
por cuánto parecen
contradecirse,
sin procurar hacienda
esta pluma mía,
sollozo de mi hada tal
vez,
que dicté
no abandonar ni en locura
su vera effigia,
mi otra vía mercurial
divaga si pensamiento o
porfía,
si tatido o latido de
ciego ansiando luz
que nunca encontró,
triste la clepsidra ve
agotarse sus lágrimas,
de tiempo ausente para
finalizar,
como se quiere en vez
primera,
resplandor en cielo
infinito,
es mi conjuro sin oficio,
como deseo de su holganza
y seco trino,
que crascita mi noche,
vuelta tuya,
en vez primera sin
terminar,
dioses por dónde iba,
por donde soy siempre,
por y para siempre fiel,
a virtud, de nota y
silabario
tu recta ánima.
Förüq castellano Miguel
Esteban
Desvelo dulce dictado
marzo 11, 2022
Quisiera escribir
simientes estelares,
como arroja de albas
fugaces, y fuentes,
tan nítidas como sonrisas
un destino resplandeciente,
efímero como perpetua
muerte,
entre agujeros celestes
de luz férrea
y caminillos guarderías
de estrellas
donde contigo refugiarme,
destello flagrante mi
sola dicha
que avanza despierta,
al despertar y verte,
sin ataduras, sin
suplicio no sea adorarte,
ascuas deseo pertinaz y
hojas de vida,
castillos en aire mis
ganas que no se vencen,
de apretarte, de
sonrojarse,
cumplir tus anhelos en
sangre estridente
que porto y me lleva,
por tenacidades de un
amor cantado
hoguera del sentido
despierto,
que es
junto a ti blandir mi
sendero, suerte y camino,
especial y brilladora,
armónico
y disonante,
de segmentos cálidos de
hielo,
tus caricias,
oh, ternura sin igual ni
semejante,
cuál ternura única,
adoración me cursa,
como besarte y seguir
besándose
no cerrar mis ojos
porque quiero seguir
viéndote,
hasta mi descorchar áureo
de Simiente,
hasta dejar huella por
conocerte.
Förüq castellano Miguel
Esteban Martínez García
A 11/03/2022
ROJA SANGRE CARMÍN:
Roja, sangre roja
mundo cerraba en cuerpos,
sobre su ojo carmín
alzaban pestañas, de
rojas
venas distancias,
negra, densa mirada
de sangre coagulada
que al mundo cierra,
sobre sus venas razones,
heridoras, lluviosas
sienes
diáfano anochecer,
conoció a un hombre y a
una mujer
que se unieron como dos
gotas
al helor,
sentidos vanos negándose
a florecer.
II
El cementerio viene a
nosotros,
donde todos postreros
dormimos entre divinos
laureles
y azules nogueras
nada nubla entonces
y la tierra besa
amorosamente con traje,
rojo, azul, dorado,
custodiándonos por
filosos cipreses,
y pasos que acompañan
todo vivo,
hasta juntarse con
nosotros,
allí, cercano el mirto
e hinojo solar.
III
Era como besarte, mujer
a sol claro para
perder mi lengua con la
tuya
toda la vida,
ascensión de divinos
marjales, en boca,
relámpagos de energía
un Sol y su luna
entre tres más de ellos,
labios en caída
entre escarchas azules
y un baile de ocasos
llegó tan grande el beso
conmoviendo nichos
y bríos secuaces
ahondará nuestro beso
hasta ser siembra de
vida.
Förüq castellano Miguel
Esteban Martínez García
SOL HUMILDE:
Oh, la lluvia,
pie estridente y corto
cabello,
baja a rodearte la
figura,
desciende ante un muro al
sol,
un cielo preñado.
Hombre que bebe anís y
sol
bajo mis ojos tatuados
iridiscentes
para contemplarte,
mi cabeza entre fauces
que beben sangre.
Todo ha sido y lo que no
pudo ser
es gloria difunta,
centro de mundo donde va
pleno mi trompo,
nunca merecida la
añadidura Tierra se repite,
en ciclo eterno.
II
Como las palabras través
unos labios
en avidez de fuego,
escritura del álamo
poesía de colibrí.
Instante como breve astro
afluente de belleza,
horizonte de atrio
crepuscular
donde embeber un trago de
luna,
y acompañar el ronroneo
de gatos fugaces entre
las piernas.
Llego al suelo de pleno
sueño y vuelvo a vivir
mi agua de cuerpo
dormido,
Verdad y fábula juntas
es admirarte luego de
amarte.
III
Oh semillas de himno en
girasol.
Las sombras se hundieron
y mostraron tu cuerpo,
mi boca sus dientes
afilados,
una cascada como rosa
pétrea
que fluye y persiste
su linde lunar hasta tus
pechos,
límpido el sol de
poniente
bajo mis heridas de ojos
mis labios que conocen tu
azúcar
y miel quemada.
Förüq castellano Miguel
Esteban Martínez García
SONES Y TRINOS:
Vestido de arrieros
paisajes
de búhos y tahúres,
como logros quiméricos,
entre caballerías de
raza,
cabalgan sus acres,
bajo el viento de meseta
castellana,
mi hierro blande su hoja
por desnudar la capa
mi corazón, ceño sin
despertar
de su duda, su romance
castizo, campesino,
y su flor en alma
que jamás por su poder
marchita.
II
Viento ilusorio de campo
a campo de vid
y endrino, de trigo
verde,
a girasol, pregunto yo,
a la gloriosa luz
cegadora,
si no le basta mi llama
azul,
hasta prender en flor,
el honroso romero
por estos dulces montes,
que hilan vespertinos,
rudas fragancias,
rueca al fulgor
de piedad parca
sobre todo lo que alcanzo
a ver,
rosas silvestres
sobre ultramares de
tierras,
jilgueros encima los
recios cardos.
III
Era esta la tarde,
del alma y su esposa,
Bruma predilecta,
sobre mi erguido ciprés
caminaba sollozando,
brevemente,
oscureciendo mi fuente,
que sangre surtía
incansable, bellamente,
insobornable, si secaba
ella,
cesaba yo.
Mi fuente en pecho
es un hada,
con C una coraza,
con C un corazón
Quimera es amante
de un amante suyo.
Förüq castellano Miguel
Esteban Martínez García
VAGOROSO SUEÑO:
Crece sobre la plaza
de mi corazón, la sombra
piedra en sangre de musgo
rincón de esa piedra
hay, primaveras partidas
con ascuas de crepúsculos
violetas, flores
ausentes,
no cortadas, bañan mi
vena,
bañando el amor de mi
piedra
reposando el agua mi sol
yerto, este febrero,
me dijo una aurora
blanquecina
de la primavera exiliada,
cantando, que creció
en mi corazón sombrío,
que si yo guardaba en
pecho
sus rosas de alba.
II
Yo asentí que nunca
cortaba
mis flores ilusiones,
que mi hada las bebía,
y bañaba con rocío
cada mañana,
el cristal de mis sueños
no luce quebrado
secreto de alba frente
mi corazón florido,
al puro lirio blanco
sangraba que lloraba
no tener tiempo
vista mi hada
yo le dije,
ella te traerá rosas
mi corazón rocío granate
mi sangre para regarte,
III
Me vi vagando
en un febril
laberinto de espejos.
Noche que pregunta sobre
el secreto
del sueño que deambula
como solitario fantasma,
fantasma humilde
y vaporoso,
baila en llamas
la hoguera de mi rezo
verdadero
en bóveda de alma
prismática
y su sollozo
de canto o de eco,
noche amistosa, misterio
de lágrima,
que fabricas
el cristal del fantasma
mi sueño que ves, y soy
yo.
Förüq castellano Miguel
Esteban Martínez García
Romance heroico sortilegio sembrado:
I
Miro su ventana de
transparencia,
estelar, afilo ubérrima
vara
sin sacar tajada, la
necesito,
deshacerme de los días
sin asa
me forran y envuelven,
miro su rostro,
otra vez , sin miedo
acérrimo calla,
No soy tu tiempo, ni
acecho tu porte
la encontraré, sin
presagio amilana,
para hacerte saber que
los eclipses
suceden, el sol muere a
embelesada
y renace despierto,
necesito
caer en ti, hacerte
descongelar parda
en mi sentido vívido
despierto,
el tiempo y la historia
de mí no acaba,
ella, jamás narrada,
necesito
ver a través mis sentidos
que emanan,
conjugar el reino inerte
viviendo,
para construirte a mi
lado mi dama,
si vivo, más lento muero
por vivir
para acercarme a ti, así
acariciarla,
empero, te empero te
necesito
hasta que llegue fría luz
en aspa,
toda vida surca, pozo de
vidrios,
apuntando sueños, el osar
rasca
besar terneza de rostro
acaecido
para ningún astro importe
acechanza,
deslumbrar en luz
sigilosa en todo,
yo atónito que fui, seré,
melaza,
admirando tu cálida
terneza
de mujer valedera, mi
ascua brasa
este rey de azada,
diestro te amanso
no llora más que savia,
para amar;
vidas en color, rezando
acechando,
quiebren firmamentos
secuaces, ama,
efecto el sortilegio en
luz turquesa,
antigua, abata todas
alimañas
recoja mi porvenir, y mi
pecho,
para no encontrarlos más,
asentaba
que sin ti, la felicidad
veo bronce
afilaré y volveré a mi
rama
tañida toda tercera
caricia,
de mi madrugada, no es un
ala
es no ser necio, el lugar
donde acabo,
no es el lugar arduo, de
donde se ara
donde estaré cuando las
hadas gimen,
de la belleza, serviles
me empañan
atrapen, sonrojen, cuando
me arropen;
yo, pediré permiso para
así alzar
quedarme la dicha y ame
mi palpitar.
Förüq castellano Miguel
Esteban Martínez García
REALEZA LA TIERRA:
Vernales campos me
avanzan como torbellinos y ventisqueros,
llenos de hojas y fuentes
que aventan la vida,
de los huesos sembrados;
poeta tejido
de la solaz llaga fértil
al arrope de un calor,
plantan los besos
huidizos,
besos repletos que atraen
siempre
a la parca lisonjera sin
apellido,
largos hilos teje este mi
puñal jactancioso,
revestido de relámpagos y
truenos azures,
divino silencio, ya no
más, ultrajado instrumento
hasta mi locura quieta,
si loco, solo, he de hallar,
Treinta más loco solo
habido quedaré.
Clamor de misma azada y
pluma,
herramienta un destino
demencial,
vestirá la caléndula de
mi lugar.
Paseen las sombras
que a la muerte no harán
fértil.
Delante mi castigo, este
León no amansa,
estoy para sentir,
aún en infierno silente
sacaré
garra y letra de
cernícalo avizor que amo,
para llegada mi vejez
recordar que sigo siendo
quien yo era, sí,
canto con la voz
encarecida,
templanza de fuego y
madera,
sin arma, más que mi
garganta,
sin vida más que una
divina planta,
Néctar de mi sangre que
habla,
levantando a Castilla de
mi alma,
labrada entera la tierra,
me adentra.
Förüq castellano Miguel
Esteban
VIEJA VIGA:
Iré brotando breve
como germina una
almendra,
día tras día
sol tras luna,
hablando hondo
de precipicios y suertes
blande toda palabra
honesta,
veces que no me
entenderán
no me pedirán luz y
sombra,
nada verán en mis poemas.
Mientras en la tiniebla
densa
todo germina,
como razón se hila.
Oh, flor de belleza,
oh incansable palabra
alzada.
II
Agua limpia
de sangres rojas,
transparencia de pez de
cristal,
era mi sollozo impune,
como lágrima tejida sin
poder precipitar,
sigo vuelo toda belleza
asida,
perfecta vida
de poeta que fue soldado,
agua y fuego sangra toda
roca,
linea que la fuente
brota,
olvido todo sabe,
precavido,
voy de asignar movimiento
a lo que no conozco.
III
Oh vieja viga, es mi
poema
maestra sobre un rito
sujeta, llegó la guerra,
un grito de infortunio,
muerte vuelve siempre
por sus lágrimas retoños.
La poesía regresa igual
de oídos rectos,
y verdades ciegas,
preguntar:
-Cuánto vale una estrella
lejana.
Estoy aquí trescientas
veces en el viento.
El salto,
cuántas veces concurrido.
Förüq castellano Miguel
Esteban
GALERÍA DEL ALMA:
Leo el oscuro día
atravesado,
como versos flotando en
tintero,
bien amados.
Sortilegio divino, las
flores armando
el viento furtivo,
permisivo conductor
de errores y grietas, de
aciertos enfoscados
como una galería que a
nadie glorifica
el recuerdo vivido,
alma de misterio blanco.
Purísimo de Sol negro,
brujo elevado al cielo,
puerta de trofeos y
tragedias.
Elevar fúlgido, y
fehaciente, ojos y mirada
dulce cual miel o néctar
de Ambrosía,
Espejo que no solo acecha
el reflejo
si no asume la sombra
cruel del esperpento osamos,
hierro luce mi calma
esta erguida invernada,
bruñendo soles de
escarcha azulada,
oh dolor grotesco, ola de
mi sangre
que avanza en un sentido,
rumbo a bañarte
mi pecho sonríe hasta
volver a elaborarte,
magia de vidrios del
sueño,
agua, brea,
mercurio, iris sediento,
atónita rezaba mi espina
en el corazón,
nadie la arrancará.
Förüq castellano Miguel
Esteban
SOLLOZO DE GUERRERO:
Quién es el último que
habla,
quién el primero que
calla.
Belleza, parca, luz,
amor,
tierra siempre dice no,
no trae mi ceguera,
ni de viento se llenan
cabezas,
áltamente necio sería,
si viese mis huesos
durar hinchados de
orgullo,
de huesos y de cráneos
de sepulcros y horizontes
negros,
he venido,
aquí volveré novecientas
veces
repleto de tierra en el
viento,
oh glorioso sollozo,
habrás de saberme
repleto mi nombre
de parcas segadoras,
morir como soldado
mi propio destino.
Mis músculos arriados
superponen horizontes
violáceos,
romperé el término, el
lenguaje,
la bruma y el ocaso,
gime todo silencio
perdurable.
No es gemido mi canto.
No es sollozo
culto al vivo ni al
muerto.
Es un designio atemporal
una exclamación de dicha
inmortal,
ley del humo del horno
toda palabra brotada,
más allá de labios y
manos,
crepitar de la simiente,
un río de sangre sobre la
tierra fértil
una lágrima, cumbre
del precio luminoso
cegador,
grito y llama,
así sólo así
poder moverme entre la
bruma siempre gris.
Förüq castellano Miguel
Esteban
Jardín de tinta:
febrero 12, 2022
Noche, oh largueza breve
de piernas de ángeles,
alguien dijo grande
que la palabra gigante
es silencio,
por lo que el silencio
es inmensurable palabra
perenne,
en este negro jardín de
yedras azules,
voy perdido encontrando,
un destino parco,
brillador,
fuego traslúcido,
tu calor, la apología que
hace tu verbo, beso, verso,
sol este negro de noche
caduca,
sed viva estampa fulgente
de armas,
era una herencia disuelta
en sed de poemas,
una sangre que no se
apaga,
todo es más que una parte
del todo
que nunca llega,
hay un brillo desertor,
de alma renegada,
desertando a morir de tu
contienda,
amada así conoces mi alma
de grillo,
no me dictes nunca jaula
iré surcando abismos allá
para encontrarte,
dulce sonrojado misterio
es tu silabario,
hay un hinojo solar, una
desquicia yerta,
comiendo sus paticas de
abeja,
el sonido reposa
despierto,
el sueño llora colores
a su dama obscuridad que
le envuelve,
sed de rayos, de sequías,
de campos,
de jardines amarillos,
sed de tu ambarina sonrisa,
es un azar por el que
dictan las peludas patas de la araña,
de la leyenda del
atrapa-sueños,
y el amado murciélago
castellano alza vuelo,
por colchones de nubes,
su sigilo esplendente,
el color es eternidad
de la fuente de la
sangre,
rojo sagrado, tinta
bermellón,
como el jardín que porto,
en vena y arteria,
negro jardín de tinta
noctámbula,
por los suelos, levanta
ya tu frente,
oh mi Sol sordo,
sé que me escuchas con la
luz irradias a la vida
y a lo que descansa sin
tiempo para despertar
de tu beso,
flameo contigo en curvas
de armas,
oh Castilla, descanso con
tus pétalos y espaldares,
de tierra, de sangre, de
virginal agua,
es aquella magia vestida
de hierro sanguinoso,
y a veraz colmillo
obtiene postor y reclamo,
estridencia clama,
que la tierra devora lo
que es de ella,
y que el agua es su sed y
sangre,
canta mi premisa:
-Los duros somos tierra,
los demás ceniza que se
desplaza,
Aere perennius,
más duros y
resplandecientes que el bronce,
por el tercer orden todas
las cosas habidas,
mi amor no caerá
trasplantado,
cuando amo es por mi
nombre,
Siempre, por, y para
siempre,
vivo y tu aliciente.
Förüq castellano Miguel
Esteban
AQUILÓN:
Aquilón, oh dios de los
vientos septentrionales
de vertiente helada
norteña, levántate,
acoge, tú el más viejo de
la vetusta,
de plata fina,
y pretiles sollozos
bellos,
como llora toda belleza
imantada,
torbellino de cuantos nos
sujeta la madre natura,
dentro acoges la locura
justa,
de quien acoge tus
aullidos,
frenético azar jamás
vencido,
oh, rauda fuerza de
tempestad,
el viento no es mío,
ni trepando, enviciado en
ti,
sólo soy tu hijo, Padre
de los vientos,
seguirá invicto tu grito
de lobo.
Este humilde loco baja a
verte,
y subo a cumplir mi
destino.
El amor es semilla y raíz
de la verdad,
aunque duerma como duerme
la hoja,
aunque respire como
suspira la piedra,
locura divina, zarcillo
de fuego,
escuchando, la locura
quieta,
y tu cascabel de oro,
he venido a escuchar tu
lobería,
tus yerbas que laten,
baja ya tu belleza insobornable
siempre temida,
por elogiar te, es
respetarte,
sólo soy fantasma que
desea sublimar tu frío
Glorioso.
Förüq castellano Miguel
Esteban
REPIQUETEO DE CARACOL:
I
Abuela es la fe mía,
sobrada bien hondada,
en abundancia,
que se halla donde estoy,
siempre,
usara yo esta palabra,
donde no habita,
caducidad d' este ser
de lo que estoy velloso,
sin litigio a reparar,
amparo de apoyo cariñoso,
aquella su herida cerré
amimando, presagiando,
brotaría, germinaría un
día
su luz furtiva.
II
Allá alumbrado
su resplandecer airoso;
brillase ajeno el cantar,
que no es de otro,
ni mío cabe pensar.
Mora silvestre,
de mi zarza,
mora castellana,
te quiero,
de mi zarzal,
verdadera mora
inefable, vestida en
carnaval,
bonita de dulzura,
risible, inocente,
parece tu faz.
III
Azúcar de aire,
y de la imberbe nube
caracoleas la maleza,
dando aviso de espina,
devanadera de erizadas
manos,
mi carne de gallo,
gritas alegremente,
grito de alegría,
enamorada
de inclemente grito
agudo,
pardo y prolongado;
te miro con curiosidad,
y nadie observa a quien
mira.
IV
Oscilo los campos,
y páramos,
los baldíos,
y arroyuelos,
de sus acequias,
los almendrucos fugaces,
bienes y haciendas,
paseas como cuna labrada,
también te beso,
ciño a tu semblante,
tu gracia femenina,
rescoldo, que me mueve,
como sangre y pan trigo,
de prado en agua perenne.
Förüq er-lobo bohemio
Esteban
SUS PIES EN LA GRAMA:
Imaginé sus pies y el
rocío permisivo,
mi caléndula otoñal,
me bailó su agua
nectarina.
Fuertemente en mis ojos
solos entreabiertos,
mis pupilas entonaban una
savia maldita
de una higuera del
demonio u estramonio,
al divisar en mente su
regio caminar acorde un perdido son,
de espigas y caracoles a
esta primera lluvia copiosa
este otoño que ya era
extendido,
como silbando al terreno
nuevas hojas breves,
tan hermosos eran sus
pies de dama,
que me daba miedo dejar
de visualizarlos,
a ojos cerrados,
todavía no habían
conocido mis senderos,
me llenó el alma su
huella,
como mariposa leve,
danzarina,
posándose sigilosa en un
tridente de trébol,
sigilosamente se detuvo
su caminar,
sacó del bolsillo, una
nota doblada,
en la cual ella decía
Migue llegó su momento,
no está usted soñando,
-Yo no creí aquello,
no sabía si era la voz
del averno o Paraíso terreno-
soy caballero Esteban, su
Musa,
he venido a cumplir una
promesa
hice a su alba más
preciosa
nunca vista,
sólo soñada onírica..
No hay preludio amado.
Béseme como si tiempo no
hubiera.
-Yo ya tenía mi corazón
en la yerba de sus pies,
cómo negarme,
cómo estropear aquel
sueño,
No se vaya compañera
le traigo la flor de
Hércules
de la montaña más remota
con raíz,
y verdor secuestrada
indemne,
¿ Cuál es el nombre del
pájaro negro ,
que mora las hojas estos
Robles,
ave misteriosa que con su
crascitar
anuncia cada noche?
Una palabra su nombre
otorga
en el idioma más antiguo,
nuestros ancestros le
tejieron, Musa,
-Förüq, es respuesta-.
Ese nombre de cuervo
morador,
béseme Förüq, soy yo tu
Musa,
Förüq...
FLOR DE TU PUPILA:
Hablo de la pupila,
sobre que muere el amor
en su ausencia de color,
y de este que no escapa
a resucitar de su brillo
y cuando entra relámpago
de luz.
Entre arena y piedra
crece la rosa,
esquivando a ser cortada,
igual, luz y color,
alimentan la pupila
enamorada,
así diferente el sueño,
que se nutre de sangre y
razón,
anémona razonada,
no es ni la rosa, ni las
pupilas
que la ven.
Perlas de flores y
caracolas nítidas,
herencia de lo que
prevalece,
como raíz del alma es el
sueño,
muerte germinada de cada
flor
cortada,
tétrica se ve la tierra
sin su rosa viva,
sola se siente la pupila
muriendo lentamente
sin su color y luz
amados,
coral de hierro es todo
sueño de sangre,
lúgubre manotazo, asesino
del ser,
sin sueño ni anhelo
pertinaz,
todos los colores forman
ausencia de luz,
verte cariño en pupila,
es sumar los colores
que trae la vida y que
formar a esta,
para poder llamarte Amor.
Förüq castellano Miguel
Esteban
ODA AL CARACOL SILVESTRE:
Caracol silvestre,
caracol serrano.
Te escribo caracol del
camino enervado
¡Oh tus fauces! Blandas
que muerden
su estadía alimenticia.
Del romero al tomillo,
desde la jara resinosa,
al brezo flamante.
Tu deslizar por el
terreno húmedo,
de la amapola a la
caléndula arvensis
con su savia dura.
Desde el musgo a la
piedra
igual a la siguiente;
idéntica a la anterior.
Oh caracol, judío blanco,
oh caracol marrón de todo
jardín,
caracol estriado
la pulcritud de carbono
de tu casa,
mi casa.
Miguel Esteban Martínez
García
FLAMA DE PÉTALO EN HOGUERA:
No quiero ser llorado el
grillo
que tierra adhieres y
abrigas,
en sed de flama y pétalo
de hoguera,
hermano mi alma,
que jamás estríen
vuestras voces
mi alerta,
alineando sollozos de
nubes
y caracoles de color, con
instrumento
de alma das amapolas,
mi corazón con siniestra
forma de ellos.
Agrupándose en espirales
santas,
caracolas,
y oyendo el ala, ola o
sólo su aliento
que me escucha,
con herida inabarcable
van mis ramas del
difunto,
sin calor, sin pena
redimida,
levantar hermanas parcas,
vuestras alas enamoradas,
que sin perdonar,
no os quiero me elevéis
de lo vivo,
ni en mano de tormentas
sembraréis el rayo
a mi destino prevalente.
Ni a dientes me surcaréis
mi honda calavera.
Mi terciopelo de sangre
no es almendra espumante,
ni codicia tiene mi voz
enamorada,
alma sin rosa,
sin cruz, y sin delito
condenado.
Alma en metales por
fuentes y abrevaderos,
manantial desangelado,
amor de la espina, muerte
enamorada,
no me veo más vivo
contigo,
no te veas dichosa
conmigo.
Förüq castellano Miguel
Esteban
SED DE LUZ:
Cuanto te
acercas a mí
miedo
intuyo somero sin rivera
a estar
cerca,
más cuanto
te alejas
miedo a
estar sin mí alegas,
dijo un
librillo,
franca tu
vera destrenzo,
viva esta
espuela,
horizonte
vasto me acercas
como
lloverte amor sin cesar,
paraísos
yertos sin escalas
ni vals
terreno,
puridad
acaso bastó
como lobo
de orejas afiladas
sin aullar
no era lobo,
me acerqué
hocico
he
irremediable
contestó un
azar de tres caras
y nueve
venas razones,
como
derribar la franca tapia
verja de
nueve cerrojillos iridiscentes,
los ángeles
valientes morían primero
sin ascua
eterna
ni mármol
florido,
quizá puede
como alimento
de vano
murmurio,
hoy oso al
por mayor
reminiscencias
al recto lado,
acompañar
tu furor de armas,
desde nimbo
pasajero,
y
desquicias propias trasmutadas,
al
impetuoso servir de la llaga,
Pléyades
cercanas como resoplar la luz
y
capturarla a ojos fríos,
indicio que
su halo dicta
inspiración
a raudal,
halo
indiscernible
que casi
saboreas confines,
de sosegada
dicha insobornable,
miedo a tu
cercanía cuando caminas lejos,
miedo a tu
lejanía cuando cerca
brillas en
faz y luna imperecedera,
arrobando
mi haz luminoso sin brida
ni correa,
As de trece
tréboles de cuatro aspas,
era mi vida
sin contar,
un brote de
cruel infortunio desaconsejado,
semilla o
tiesto espontáneo,
a nadie
cambio,
ni dolor ni
regia tristura
porque hoy
me blanden
poeta raíz
de dioses,
quién soy
ellos y yo lo saben,
y seguimos
sin tener miedo,
en esta
trinchera del verbo onírico,
incuestionable
hervor de
primaveras desnudas,
y solas
saetas en busca de una vida
que mejor,
peor, no niego,
qué mejor
que un absoluto diamantino,
en esencia
mineral candente,
cristal de
sus pulsos
que no
niego ni me arrebatan
a estigma
puro revalidado
en azoteas
caducas,
y ojos
suaves un abril doliente,
era lo
mismo,
que perder
venciendo,
aojo que el
buen ojo curo,
insignia
las estrellas quedan muy cercanas,
si nos
llaman a la lucha,
puede
defienda mi patio
debido no
es mío.
Divagaciones
aparte,
pregunté al
eco de sombra,
si quererla
como uña a carne,
iluminaría
mi pluma saturnina,
hoy quedé
en darla un besito
como la
imaginación
no osaba,
miel de
afortunar, y tremendo desliz
en número y
orden,
como
afeitar bombilla
broma, como
lamer hacienda sin construirse,
en serio
pongo balanza,
y un kilo
mis sueños
pesan más
que cien kilos mis ilusiones,
amar,
amarte, en este ente intransigente
me lleva
sin anchas calzas
es
flagrante,
como el
cimiento del verso
es tu
letra,
lo
fidedigno, que me hace parte
del
transcurrir minúsculo
en vida
caduca que nos desliza el destino,
no hace falta
amarre para osar,
ni buscar
luz, cuando ya eres parte de mí...
El castellano Förüq
DICHA ANGELICAL:
Dicha angelical
Esplendente guiño
de tu furor inusitado, desmembrar estelas malvas en azules besos,
quebrando mi alma si pudiera para brillarte una aurora lo que me provocas, como
un puente irisado a una centella incipiente, unir dos abismos, como mechas
prende la luz endógena, abismática,
de horizontes traspuestos, avecilla piadora, y su vuelo estridente,
tus melodías circulares como metáforas madres, de un disparo azuraste mi dicha
cuando qué explayar si mi mundo eres tú si me permites, ya somos nuestros, de
manifiestos y mechas de oscuridad, diestro compás ambivalente al fuego terco
que avanza, de boca a pecho y su granate durmiente, tu agua ciega o sangre,
allá voy, por lo que me quedó sin descubrirte,
Musa puede que fuera muy parco al insinuarte mi desapagada razón
que no escribo notas ni canciones a difuntas,
y rectifico, si escribo siempre eres eje, pluma herramienta, Musa,
mi arquitecta, mi predilecta dama vampiro, a los mitad vivos nos cuesta asumir
nuestra cristalina verdad, y, desde nuestro lapso breve de coincidencia,en
tierra numinosa, te tejiste voluntariamente muerta de silencio espectral, que a
murallas mil, argucias solas en hiel, es complicidad absoluta un silencio
compartido profundo, brillador, te sugerí cogieras tu libertad, y sigue siendo
tuya, quería la vieses privilegio como ave enigmática anuncia cada primavera,me
encanta lo propuesto, y me fortalezco, en pesquisa, soy libre por elegir
amarte, como el poder no quiso, y mi fortaleza ha de ser tu contento, mi
doncella Atenea.
Esplendente guiño
de tu furor inusitado,
desmembrar estelas malvas
en azules besos,
quebrando mi alma
si pudiera
para brillarte
una aurora
lo que me provocas,
como un puente irisado
a una centella incipiente,
unir dos abismos,
como mechas prende
la luz endógena,
abismática;
de horizontes traspuestos,
avecilla piadora,
y su vuelo estridente,
tus melodías circulares
como metáforas madres,
de un disparo azuraste
mi dicha
cuando qué explayar,
si mi mundo eres tú,
si me permites,
ya somos nuestros,
de manifiestos
y mechas de oscuridad,
diestro compás ambivalente
al fuego terco
que avanza,
de boca a pecho
y su granate durmiente,
tu agua ciega o sangre,
allá voy,
por lo que me quedó
sin descubrirte,
Musa,
puede que fuera muy parco
al insinuarte
mi desapagada razón
que no escribo notas
ni canciones a difuntas,
y rectifico,
si escribo siempre
eres eje, pluma,
herramienta, Musa,
mi arquitecta,
mi predilecta dama vampiro,
a los mitad vivos
nos cuesta asumir
nuestra cristalina verdad,
y, desde nuestro lapso breve
de coincidencia,
en tierra numinosa,
te tejiste voluntariamente
muerta, de silencio espectral,
que a murallas mil,
argucias solas, en hiel,
es complicidad absoluta,
un silencio compartido profundo,
brillador, te sugerí
cogieras tu libertad,
y sigue siendo tuya,
quería la vieses privilegio.
Como ave enigmática
anuncia cada primavera,
me encanta lo propuesto,
y me fortalezco,
en pesquisa,
soy libre por elegir amarte,
como el poder no quiso,
y mi fortaleza
ha de ser tu contento,
mi doncella escarlata.
II Cristal de aire:
I.
Cristal de aire:
Acreciento, voy menguando
al paso ferviente de tu sola voz,
en agua destilada, candente
cristal de gotas sólidas,
cadena sin mi nombre,
que crascita entona
un yo te desvestí
a mi helor
un cristal que sublima en aire,
caracola resistente
hiriente , vespertina a fragor
cual buque emergiendo
d'este abismo llamado verbo,
coagula mi aire
en novecientas ascuas,
que flagran tu sendero de luz,
cuál no dio fuelle a tus alas,
mi amada voz,
hacen nueve formas,
nueve cerrojillos de hielo,
en novecientas nueve hojas
que encierra
tu corazón en mi agua´
siniestro caracol
con mi desvelo en hoz.
Inocente no soy,
ni ángel,
ni vendido,
ni por éxito mendigo,
el que no me acepte es su problema,
yo sé quién soy.
Miles dei lumen,
Förüq Miles dei lumen versus littera
fagro methafora creavi blandus laetitia exspectare sed ardit.
Guerrero de luz,
en verso arde,
ardiendo metáfora,
crea caricia,
expectante de la sed que arde,
novecientas noventa y nueve hoja,
esconden tu asido ramillete
que esconde tu cristal de viento,
hoy es por mí
que empecino
que soy culpable
de alzar mi cenit
en cúspide inefable,
de esencia que no llora,
dicta, que sólo es tu voz .
Pureza en vena dispuesta.
Una asonancia predilecta,
pude servir,
me quedé en tu frazada
del juego
que como todo juego
sólo abre
sólo despliega la opción.
a perder venciendo,
tu voz sólo eso,
musaraña cristalina,
de nácar y espejo quebrado
con mi cruz a lomos avanzo.
El Castellano
Förüq
Belleza:
I
Ruge mi vida
con impetuosa saliva,
un desdén de mares afilados,
cose que hila esta malva sensitiva,
azures sarnosos que avanzan
al latir fieles compases destapados
de mi escondida idea,
belleza eres por mares no sostenida,
balanza sin yacija, ni muerte escondida
acaso a ella conoces
que incluso, la tornas, bella,
mira la ventana crispada al infierno,
el parpadeo oscuro de la luz.
tú que definirte nadie podría,
ni el más inteligente
ni el más ignorante,
cumbre de ideales, pedernales deslices,
pólvora de sensaciones, fragor vaporoso,
bendices sin perdonar,
es tu prisma un ocaso sin lejana letanía
de esta realidad que se pierde,
atraviesa tu puñal absorto
hiende mi carne,
solo encontraré que brotará mi cuerpo
todas las flores de los campos,
tu cúspide sin hallar, tu vida sin hallar
cumbre tuya se llama planeta Tierra
abismo centelleante hasta perder la cordura,
madre del acto,
belleza deidad suprema,
nadie la mata solo se la llama
y no siempre responde,
déjame tu azul manto sin amaranto
una noche bailaré con lobos
hablaré de amor con mi quimera,
el miedo me conocerá,
amada mía belleza de las flores
sángrame un horizonte de colores,
deshoja mis infinitas espirales,
haz que me crea como los mortales,
para blandir nuestro nombre entre nubes,
cabalgarán mis corceles tus verdes sienes,
yo no seré yo, así como tú eres distinta
para cada retina,
hada infernal
como Leviatán celestial,
tú no entiendes de las maldades del hombre,
sólo pintas de la realidad todos los colores.
contigo izo cumbre,
resoplo agravios y señales
repetición
que nací para servirte,
como pájaro a su nido
señorita ruego
que elija este cuervo,
sin agraz durmiente
sopla mi sed de florecer tu alma
primavera preciosa,
desde mi mar a mi risco
osaré vestirme
de rudo hombre viejo,
soñaré como me sueña mi sueño
que yo en tus lares era el primero.
Señorita bella madre de mi izada bandera,
alza mi curva sombra
por la carne de mi siembra,
reverdeceré con tu cariño
primavera amada,
Mirenla anclada de mar
a la montaña de mi idea,
vengo que voy a vencer mi propio desespero
rizando como riza su vida el helecho,
desde la sombra de abeja,
a mi ceniza bella,
no habrá osadía que no te nombre
mi dama al hervor de siglos
años que llevas ya florecidos,
me despido por si te encuentro
El Castellano
II
BELLEZA EMINENCIA:
Avanzas el campo de mi celaje,
desdén de pocos y antiguos mares,
resoplo a la altura tus montes,
bella eminencia,
el fuego que me late
dentro de una lágrima,
padre viento te imploro me cedas paso,
voy a despertar tu Aquilón,
granate viste mi sed
entre relojes disueltos
y esfuminos perennes,
una vida en un grano de arena,
esencia que necesita
reencontrarse,
somos los encargados del fuego azur,
necesitamos alabar
mirarnos en el espejo se mira el hielo,
caminos d' este desvelo,
encontré
la aguja mi destino enervaba,
verso, pulcra sonrisa
nacimiento de una tornasola alba,
amo tu resquicio onírico,
no necesito caer de nuevo sin encontrarte,
oh, belleza,
afilas que surcas vetas
vetas espumantes,
dentro el laberinto tus espejos,
quien dijo locura y no Vestal
de Sabiduría,
despojos floridos
del ser claveteado,
esta es mi sombra de parral excelso,
venga admirar esta raíz salvaje
de noguera abre
el Portón verdadero del infierno,
y sus lares de Estrida caudal y niebla roja,
tiemblo en el umbral,
me desdoblo en el ser y su contrario,
respuestas quise,
hoy necesito enterrarlas,
para que no florezca mi miedo a ser feliz,
resquicio parco,
su esencia mi doncella,
vine a planearla,
como pretil gota de lluvia,
sí la más fresca recolectada,
todo lo hecho,
más que un guiño
más que un parpadeo vetusto de corazón,
he tratado de huir
de un mundo que nunca vi hermano,
alguien vencerá al Miguel sin alas,
en principio sin final,
fumo mi cigarro,
hoy, por y para siempre,
brindo con mi soledad
por si acaso un día se rinde,
todo me suena,
como si fuera a empezarte de nuevo.
Esteban er-lobo bohemio a 09-05-2022
ARRULLO DE LUNA UMBRÍA
Arrullo
de luna umbría:
I
Aquellas
parcas sombras, truena la feraz noche
venían
densas creciendo,
que ni
permitían ya ver las cosas,
pisaba el
lindero dejaba el otoño entreabierto
no temas
amada que marchite
volveré a
bajar el Mesías de la flor
vista y
traída en noble influjo
los ojos
una bella golondrina,
como
aurora de puro amor
bajará
también el trueno relampagueando,
el abismo
inmensurable de acento en mano,
traeré mi
imaginación toda centauros
y con luz
abrigaré la idea más sencilla
dulce
amor, toda sueños feliz yo de hechizos
y tersas
corrientes,
umbrales
expone el ávido mundo,
fiero
instante y borré el olvido pudiente.
II
Magnífico
ademán aguarda
la bestia
esperanza
ocultando
estoques entre tiniebla magna,
dance mi
talle, que de hermosa
pudiera
adivinarte,
oh, de
rostro encendido
entre
centellas y aperos
de
decisiones fulminantes,
mi llanto
secas,
suspiro
bello de noche, serena, altanera,
la
esperanza es de altos cielos
virtud y
temeroso don precioso,
en
sombría torre brota y retumba
el tañer
de una campana
a su
bajera, corría un límpido arroyuelo,
de espuma
que camina y brilla
su
misteriosa figura que engulle toda.
III
De
melancolía hija no la llamé aún pudiendo
soledad
vine a
hablar contigo luna umbría,
amiga
amante, en cada sueño,
de
ilusión tu beldad hermana,
oh, de
luz viva sanguinosa o plateada,
tenue
como brillante,
te busco
sin consuelos,
sin
cantilejas humanas,
llevaré
tu esfera
siempre
dentro de mi alma,
te busqué
entre nubes, vientos,
y
ramajes, siempre huías de mí
entre
edificios de ciudad y cantiles
sola
armonía llamé a tu pronta belleza,
ilusión,
que mis ojos en ti se vieron.
Förüq
Miguel Esteban Martínez García
Lugar La
Campiña Guadalajara provincia País España
DESIGNIO SUPERIOR
Quiero hablarte Musa,
quiero hablarte sofisticado,
mi Doncella Escarlata
blande que erige
mi elegía primordial,
te hablo de lo poco conozco,
mi vínculo supremo,
que es un cauce
se llama Sangre,
que estoy vivo
por los enésimos lustros
me reverberan,
que me conciben estas ganas
a morderte,
a saberte a lamerte,
desde tus pies de jara
a tu torso
y canal de tus estrellas rizadas,
necesitamos base,
tu pléyades soberana
me ampara
oh estela indefinida
alzo un alma en larva
me trajiste mi adorada,
hoy Subrepticia
sabes eres mi perfección encausada
un mordisco y gota mi sangre
fusionó que inscribió
alianza, comunión de argentos astros,
hoy soy el señor principito,
rey del tercer reino seres que cosas habidas
insectos mensajeros de mis castos dioses
Subrepticia volviste
y estoy vivo para ti
perfección no creada
ensimismada que por mí alimentada
mecanismo vivo estelar,
alzo a tus Pléyades Hermanas
darme misión
no habrá poder ni prestancia
detenga mi avanzar
soy que hablo
que vivo soy el Rey
a mi mando mensajeros, constructores,
polinizadores mi reino avanza
somos vida
somos cauce
somos sangre, somos quitina
éter y magia
energía esfera dantesca
orden designio superior
te extrañaba Subrepticia
mi temor fue que volvieras
mucho más crecida
tras alimentarte de los cielos
de su Zinc y de su plomo
con tu compañía serviremos
a la eternidad
oh elevado vínculo
vine a contarte
que vuelve cuando quieras
jamás voy a intentar capturarte.
Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García semilla
estelar madurador amarillo El Inocente
INVOCACIÓN
Raicita te estoy consagrando
Raíz de mandrágora;
estoy llamando a tu sabiduría ancestral
otorga te ruego los dones de Tierra
a tu hijo te habla,
tú nacida planta mágica
de la penumbra
y un espíritu cayó a tu vera y rivera,
raíz abuela, raicita mágica,
acoge mi súplica
abre el portón terreno inspiracional
esta noche de luna gibosa creciente,
que ensordezca mi camino,
que todas las hadas te honren
favor y tú entrega divina,
deseo seas casa seas puerta y ventana
para observar tu conocimiento,
y si es tu poder
acojas en ti a mi Musa
mi señora hada Leannán-Sídhe
dueña de la profundidad
y toda penumbra acrisolada
quien te habla, yo, Förüq vampiro
Hipsípila dragón volador
hijo sus castos dioses
te solicito seas hoy y hasta que yo me concedan morir,
hogar mi Musa y hada,
que nunca me sienta sin ella
y pueda vivir en ti raicita,
cuidada y protegida
conozco tu poder,
y donde hay una raíz mandrágora como tú
jamás puede habitar un demonio
Brigid diosa irlandesa de la adivinación,
de la poesía, la sabiduría,
el agua de los ríos,
te llamo, te imploro y yo te amo,
sé llave y amplifica mi ruego,
que llora mi sangre
será virtuoso,
oh Minerva, no me desampares
yo, el protegido, los castos dioses
semilla en tierra hijo de ellos,
necesito diosa tu aprobación,
Midir dios irlandes del otro Mundo,
hijo de Dagda,
conozco tu elegancia,
y mi fin no es vano, ni mi destino infausto
necesito tu ayuda
y des energía de las profundidades riges
a mi señora hada Musa Vampiro
Leannán-Sídhe
estoy consagrando,
y humilde pidiendo vuestro favor y gracia
como es arriba es abajo
y siempre unidos venceremos que hemos vencido
Awen portón de Tierra abierto.
Lit C et summun Canae
Förüq y Leannán-Sídhe
PRECIPITACIÓN DE MI ALMA 2024
Ojos trocados,
trazados para verse,
imperios de ojos cerrados,
claro de existencia me crees,
ejes a tratar,
colgado del alambre todo mece,
repiqueteo
buscando tu compañía,
ecos zumban el tañer
de las campanas flamígeras,
desdén de ángeles, algunos,
otra vez sacrifico tomo,
y un destellante bello fulgor,
beso tus labios por fuera,
soledad de dulce comparsa,
tú recuerdas todo lo que dije,
siempre te admiro,
hasta un sin vivir
que late y expande mi cuervo,
sones alzan
elevan que mi alma bulle,
de ti no retrocede.
Dime si soy tuyo
cual no me desvelas signo,
arma y desventura,
todo lo que vi,
infausto a ojos claros,
remiendos de lo que mi querer expuso,
adiós azules montes
redenciones,
altas torres, adiós fuentes,
viento y sin sabores,
álzate de un espíritu
ocupa tu cargo a mi lado,
desnaceré de tu pizarra,
alto, alto como curvatura de Luna,
mares azabache me tibian el corazón,
estoy vivo de nuevo
y qué,
sones crepitan los altos cielos,
vorágines y altas valkirias
númen y orden,
camino descalzo tus abrojos,
ilumina mi blanco cuervo,
nada volverá atrás,
imperios de un placer preso,
gime mi libertad,
si amarte es para siempre
tuyo soy pero contigo,
desdén amancilla la estaca
mi verde febril,
mosca medicamentosa,
va mi barca del ancho río
que separa un confín de un sin vivir,
y de nuevo digo:
-Ángel, yo sobreviviré.
El Inocente Förüq
Miguel Esteban Martínez García
Vamos
abrojos hechos verso,
esto es una pirámide,
el demonio está en la mente.
Está danzando entre murallas,
hijos, ángeles, Querubines
que demonios servid a la causa;
estoy danzando a la sombra
demoníaca
centenares, legiones
vamos abrojos, hijos mi demonio,
por la sombra este dragón
busca su dios,
vamos hijos mi verso,
servid a la centella olvidada
ser fuertes y luchad como un arcangel.
Vamos hijos del demonio, hijos del intelecto,
ser fuertes y disparad como un ángel,
sabed llegó el momento;
el demonio de la mente danza
danza entre muros,
congelados sones, sombras y obscuridad,
Vamos abrojos del verso,
hijos mi cabeza
ser fuertes y disparad como ángel.
La fuerza está servida
vamos, derribemos
al suplicio dormido. Es el fin.
Förüq y Leannán-Sídhe
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
Lugar: Castilla España país
a 19-06-2024
FLOR DE NIEBLA
Leannán.-Sídhe es tu lágrima obscura,
oh, granate congelado,
es tu palabra vestida de humedad,
voz prismática
soles cuarteados,
inequívoca, luminosa,
brilladora, que todo abarca,
herida y manantio
fuente de espejo,
llama sostenida,
iris de tu propia sombra,
exactitud encarnada,
tu energía irradias,
puñal de crisoles,
y miradas derretidas,
puñal de jactancias
y amados rayos,
espadas,
frutos y simientes estelares
cosechas,
cúspide en vértigo,
cavas abismales dentelladas
de rubor excelso,
oh rectitud de ascua,
quise ver través tu ojo de tierra,
Ostara, la Brillante,
mi cristal fugitivo,
destino fértil,
diamantino que baila en tus labios,
pétalos de Ambrosía,
palabra pura,
callada, amor acaso fuese mía,
alzo vientos y cierzo septentrionales,
viendo a través esta tierra,
aire, luz, mi saliva,
quieto de existencia
clamor de valles,
gloria inasible,
tachonada tus líricas huellas,
cruz y sacramento mi ceniza,
tembloroso de paso firme,
osadía o impermeable letra,
ente de un ente mi sangre,
vida de la vida bajo tierra,
latido rebelde a morir,
firme,
los duros somos bronce,
aunque nos derriben
es para alzarnos más fuertes,
mundo hable sus espinas,
que esta vibración y ennergía
es invencible.
Oh Sol ferro
tu misma luz, infinita melodía.
Förüq
er-lobo bohemio
Soy de ti
Lunamar Solano Musa
solamente tiempo
tiempo de la flor
a la tierra
tiempo a su Sol,
tiempo de Tierra
energía sin límite
alimento a tu raíz salvaje,
padre de toda poesía
estático elemento vestigial,
que telúrica azada
saco terrones como versos
vestigiales
lo que te hace
hizo ser telúrica espada
inmaterial,
entidad de candor mineral,
loba bohemia de mí,
estrella al fulgor.
Tiempo de SOL,
candor de aspas,
rayos al crisol
de luzarrero iridiscente,
madre y padre
dios sin función,
las posees todas,
abanderas a Saturno,
tienes el poder
de la lanza de Lugh
tornasol tu hijo
pulcritud lumínica
sin parejo
luz aeterna,
soy hijo tu sed,
soy hijo tu luz,
soy acequia del tiempo invernado
de Ostara,
soy eje,
soy vida de la palabra sembrada
por los labios grises
por mi Subrepticia enervada
comienzo es este
quién me sigue la espuela,
pregunto.
El Inocente Förüq Esteban er- lobo bohemio castellano
A 17-06-2024
3339
Lugar Castilla España
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
FINAL
A
una hora impertinente y blasfema
brillaba
ella, sobre mi escritorio crepuscular,
era
mi pluma derramando tinta blanca
cubriendo
el cielo nocturno,
era
desdeñosa, entregada y dedicada
a
verter centellas como simientes estelares,
la
verdad, este tiempo no se medía
era
como un navío anclado al horizonte,
y
en su mitad, latía mi verso.
Instantes
que crepitan sobre sus ascuas,
estas
nubes cristales,
y
todo noticias desmesuradas,
con
un río de sangre detenido,
y
ojos fijos enclavados a la tierra.
Se
agolpaban mundos de arena
colgados
de telas de araña.
Avanzaba
ya casi, mi dama solar,
el
tiempo que duermo ni lo cuento
porque
en su presencia duermo despierto.
Mi
relámpago partía en dos mi situación
una
salida fácil y otra mejor,
infrecuentes
instantáneas de ti,
que
asumo,
y
perduran en lo que te siento,
oh,
velero fémina,
quisiera
disolver estás nubes
de
cristal de roca y aire,
que
me apresan,
deletrearte
indigno racimos de alas,
entre
los estambres una arcilla dolida,
que
renace, y forma
una
flor de sangre humana.
Förüq
castellano Miguel Esteban Martínez García
Lugar
UME Guadalajara España
A
6/04/2022
Lugar Castilla España
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
PUERTA
DE LA ETERNIDAD
Poeta sin tiempo,
escriba antiguo
deshaciendo el sentimiento,
vuelvo a caer en tus ojos
miel de dioses, de ti Cernunnos
vuelvo a desangrar la rosa,
crece la amapola
su sangre enraiza
este el mío corazón,
vengo a por tu beso Morrigan,
vengo a por tu aliento,
vengo a morder tu cuello,
ginetes del tiempo
muertos en este horizonte sediento,
escalé la montaña
hasta llegar al cielo
robé allí tu amor eterno,
ven amada mía mi mujer mi hadita duende
rompamos las cadenas del placer
en gemidos envuelto,
volvamos
al dulce momento nacarado
de aullidos a la luna de luz de plata,
yo lobo celta
yo druida antiguo
vine a por tu beso solamente
me quedé en tu corazón viviendo
Margarita
me llevé tu corazón
de adormideras envuelto,
las hadas gimieron
este amor eterno,
el dragón verde
me nombró su escudero,
yo de la rama roja
yo espíritu antiguo
amigo de hadas,
leo la naturaleza,
ella me dice
las raíces gritan
las hojas mueren,
el aire se asfixia,
los ríos lloran,
las almas duermen
buscando venganza
el ser humano,
depredador asesina a su madre
y raíces dicen
todo lo que no puede hablar
en silencio grita
pero todo muere en silencio.
Este pájaro de fuego
habita mi cuerpo
demonio antiguo
que habla en poesía,
idioma de dioses,
flores amando mariposas
como amores imposibles
yo alcancé tu alma y esencia,
yo fundí mi latido contigo mi Diosa
y mil veces más fuerte
vengo a derrotar al tormento, la distancia
guerrero de mil batallas del abismo,
ángel dorado allí abajo
yo surcaré el infierno
y en la muerte traeré
tu amor de nuevo,
serás mi esposa mi amor,
mi amada, mi flor, mi mujer,
mi novia, mi esposa, mi Margarita
mi hadita duende,
serás tú solo tú solo yo inseparables los dos,
aun tenga que revelarme a la creación,
escriba con el demonio dentro,
lit et summun canae,
miles Dei lumen,
mea unguis timor malum,
mors erit uxor mea.
Esta amapola canta,
tu amor dentro late
como sabia de roble,
vuelvo al inicio del sentimiento,
vuelvo a amarte sin tiempo,
en este lecho de antiguo romance
tu sangre beberé
mi sangre te daré,
eternidad en mi pupila,
muerte sin cielo,
condena a renacer
en segundo estado
de transmigración de las almas,
en letras rompo mi condena
para ocupar mi lugar merecido,
aun mariposa en siguiente vida
sabré en que flor encontrarte mi hada duende
mi cristal de cuarzo, mis pétalos blancos,
mi ojitos de grillo y de aceituna,
voy allí voy al final del bosque del olvido
y te encuentro desnuda
mi caricia te dice
un te amo hadita duende,
este soy yo en este poema hablando de cómo me veo yo,
y mi amor imaginario en aquel entonces con mi hada Leana,
hoy tienes su bendición,
tu sonrisa despierta el beso
en instante eterno, tu vida me urgió dentro mi mujer
a verso lanza y garra,
rescaté el amor eterno,
nací de nuevo en tu corazón preso, en tu corazón viviendo
en nuestra casa que pinté a óleo con diez años,
agarré tu piel
bebí el placer
respiré el fuego
probé el vicio y el demonio
quisieron a golpes
matar mi inocencia
hoy he venido a vencer
mi pasado maldito,
he venido a aceptar a dios
como fuerza celeste,
aun rebelde mi fe nunca murió
hoy como ayer luché
y tu calor tu amor
tu rosa tu piel tu seda
tu bondad pura me regó,
flores crecieron en esta mía entraña,
todas blancas, todas silvestres,
todas Margaritas,
el sol iluminó la oscuridad maldita,
he venido a casarme contigo
a hacerte mía ya lo eres, ya soy tuyo,
como nadie te ha hecho
a despojar al tiempo de sus ataduras,
a eterno morir en tus besos,
he vuelto y el mundo temblará
porque de nuevo siento amor,
amor por mi mujer,
María Margarita Perez Vallejos mi hadita duende
mi Leana olé,
el corazón siente fuego,
el alma estalla en luz de lucero,
el espíritu habla más allá
de sombras y te abraza, te besa duerme a tu lado
hoy y siempre, hoy y siempre,
la batalla como la primera venida
será dura pero de nuevo venceremos,
a mi la fuerza,
a mí la esperanza de la nueva lucha,
a mí la bendición de diosa luna,
a mi el poder de Dios Sol
a mi su furia de fuego,
maldigo a quien destruye este planeta,
maldigo a quien destruye a diosa Flora
y a madre natura,
jamás mis manos mataron un animalito,
como celta en armonía vivo
con la naturaleza de dios Padre,
Conchobar Mac Nessa dentro
hoy tu poder siento,
como serpiente antigua
eterno viviré como cuervo
en esta tierra,
y cuando el hombre se destruya
por avaricia el mundo seguirá su curso sin él
y la naturaleza apoderará
las ciudades
no habrá ningún ser tan dañino
como el hombre,
los cielos se volverán rojos
el cielo llorará sangre,
los ríos sangrientos envenenarán
y el eterno resurgir vendrá,
lo más hermoso de este mundo
es el paraíso de la naturaleza
pero para el hombre lo más hermoso es el oro
y el dinero demonio,
vengo a amarte sin tiempo,
vengo a crear mi eternidad en el cielo
como en la tierra,
vengo a caminar las aguas
a romper los hielos,
a fundirme en fuegos,
a incendiarme de pasión en tus ojos ,
vengo a destruir mis cadenas
y amarte libre mi mujer mi Margarita
como el pájaro a su vuelo,
yo pájaro sin alas,
yo pez que cortaron sus aletas,
yo hombre
que jamás pudieron cortar su libertad,
a galeón cruzaré la travesía de tus piernas,
cuando llegue el momento mi hadita duende,
en tormenta tendré el agua de tu boca,
en caricias prenderé esta hoguera,
en tu corazón sembraré la amapola
eterna del amor que quema,
ninfa mía ven ven conmigo
a esta tierra de fuego,
luna mía, hadita mía ilumíname el camino,
sé mi amparo ,
sé mi abrigo en noches de humo,
Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,
y tú mi amada Brigid
elevar mi canto al cielo,
arroparme este fuego
que dentro tengo
en fe os sirvo como druida antiguo,
yo Cuchulainn en otra vida
os pido bendición,
Artús dame tu fuerza,
Cernunnos caza al cazador,
Taranis riega estas tierras
salva los pocos bosques que quedan,
Epona diosa de la naturaleza sálvala del hombre,
ofrezco este humilde canto
a todos vosotros con esta luz
que me queda darme fuerzas
en este amor que comienza,
y desde ahora siempre estuvo y estará
26-04-2014 eterno vivo, eterno muero,
eterno sirvo yo guerrero antíguo
yo druida de la rama roja celta.
Los dragones volverán a surcar el cielo
y no habrá clemencia para el mal,
serpientes antiguas la lucha sigue viva.
Este mi humilde canto
temblará en la tierra ,
iluminádme este amor que siento
y que de mi alma se apodera,
amada mía, mujer mía, cristal de cuarzo sé mi sombra
como yo soy tu luz y tu calor,
sé entera mía como el pez a su río ,
y la piedra a su montaña,
sé mía como el árbol a su tierra
y el ciprés a sus muertos que vela,
sé mi amparo en la batalla
hoy de nuevo como ayer
juntos veremos el nuevo amanecer,
y la luz que cegará la tierra,
no hay miedo porque te amé y te amo,
aun ciego mi amor
te seguirá perteneciendo
como la abeja a su flor,
no habrá poder
que pueda separar mi alma
de tu corazón,
eterno te serviré
aún tu esclavo mi reina hada
te haré la mujer más feliz del mundo
aún en la muerte
mi alma seguirá el camino a encontrarte
y eterna tenerte,
no me desampares el camino duro,
sé mi fuerza en la lucha
nuestro amor ganará
y derribará el mal
que nos quiso sangrar con mi pasado
y en vida condenar,
la felicidad sigue viva
como la amapola florece
cada junio en el camino
te amo y lo haré
aún tenga que enfrentarme al mundo
mi hadita duende, mi mujer, mi amor, mi Margarita
mi Diosa.
Aquí termina cómo me describía yo,
ahora empieza algo mágico
porque entiendes el término renacer,
como ese gusano que se come mi flor de muerto,
y pronto seré polilla,
ahora empieza nuestra historia escrita por los dos,
aún antígua es de siempre nuestra vida juntos,
es nuestro amor, es todo,
nuestro infinito,
nuestra alma,
nuestro renacer,
te amo y lo seguiré haciendo aun me condenen
te amo soy tuyo como la piedra al fondo de su lago.
Entre montañas de azores y valles de ríos dulces,
ven pasar mi espada árboles antiguos
cobijando a los caídos,
ven lejos los astros orgullosos de sí mismos,
desconocen el hijo del viento que va por los caminos,
¿Dónde irá ese hombre?,
sólo él lo sabe, a una sidhe
le prometió una flor de la montaña más remota.
Con raíces la trajo sin un solo pétalo perdido,
a la orilla del río la puso,
a la orilla del río ella lo quiso.
Cada primavera iba a visitarla,
cada primavera su flor de color distinto vistió.
Un año notó triste a su flor,
extrañaba su montaña.
Su hada le pidió piedras y tierra de donde fue encontrada,
a si lo quiso, a sí sería.
Al llegar a la montaña en el lugar de donde estaba la flor,
allí una serpiente sabia encontró, cual ella le dijo:
Si muere esa flor morirá tu alma,
-¿Qué misterios entraña pues dicha hermosa flor?
Es hija de los cielos como tú, contestó.
Sí quieres saber más pregunta a la reina de las mariposas,
que yo estoy tomando el sol.
Cogió las piedras y tierra y marchó,
en el camino una mariposa se posó en su hombro,
le dijo al oído sígueme mi madre te espera en el bosque,
allí fue, la reina de las mariposas,
le dijo que esa flor fue de las más antiguas en crecer
después de los helechos,
tan antigua que tenía capacidad de sentir intacta como los
humanos.
De ella se despidió tras darla permiso para beber de su
néctar.
Rodeando la flor puso la tierra y las piedras,
decidió tras el consejo de la serpiente y de la reina
mariposa,
visitar a la flor cada mañana.
Su hada también se alegró y de él se enamoró,
en amor juntos vivieron.
Un día la flor se cerró,
en su interior semillas latieron
hasta caer a la tierra con las primeras lluvias;
de cada una de ellas,
brotaron plantas jóvenes con los colores del arco-iris en sus
hojas,
de cada semilla de esa antigua flor
despertaron las hijas sídhe;
hadas que cuidaron el bosque
y cada arroyo, cada lago, cada túmulo
ese fue su origen.
Ese fue nuestro origen .
Mi amor mi mujer, mi hadita duende.
Te amo 26-04-2014
El Castellano y Leannán-Sídhe
Tu tiempo esta corriendo fuera,
Me gustaría quedarme aquí como tú,
quiero que te quedes aquí,
como suena una subrepticia,
en el ojo mi dios Gemineye,
sólo así que
corre tan rápido cual puedas,
cerraré la puerta
pero antes la bloquearé
nadie pueda saltarla,
tú puedes ver aquí,
el final sin comienzo,
la espiral
que tal hijo es el padre
tan padre asemeja el hijo,
tú puedes ver muy lejos
desde el Sol
tú verÁs lo oscuro a mí,
algo erróneo que avanza,
y nunca muere
sí desde el poso tu Sol,
Puerta eternal,
último crujido,
tú necesitas lo erróneo,
el fallo vendrá a mí,
sí desde el Sol:
tiempo marcha alto donde jamás vuelve,
antes no se engañe,
bloquearé la puerta,
y nada entrará por nunca más,
puedes ver el alarido interno,
en fase de cópula,
estridencia recta,
la cornucopia en calzas y égida,
oh celada ancestral,
este tiempo ha desvanecido por ser invento,
ultraísta,
allá los posos del Fierro Sol
muy lejos desde mi Sol Gemineye,
er Ojo mágico,
mi Ojo de Sangre,
Puerta,
Puerta.
Puerta
he bloqueado esta cancela,
su tiempo en mí ha terminado.
Förüq Y AAA
II
Odis
Quiero escribirte sin desolación,
que jamás quise escribir al desamor,
a su silencio vertical,
ni a una caricia rota,
ni a una saeta de palabra hendida,
evité dulzura venenosa de boca gris,
Evité hielo flamígero en ojos,
pócimas irreverentes a lo que no siento,
jamás blandí en mi estaca,
tampoco escribí como se escribe a la parca,
ni mi coraje fue azufre en brea,
una luz pulcra lisa me habitó,
Para ti estos pequeños versos
silenciosos pequeña ángel,
ni pude navegar el mar de lágrimas,
De mi alma helada
Vampiro yo soy
mi réquiem sólo baila
una J castellana donde provengo
debido soy feliz como siempre ha sido
Traigo proclama, traigo manifiesto
Igual que es arriba es ídem abajo
Pudo ser mi pacto,
Pero ya estaba condenado
Escribo a la belleza
a la religión la Naturaleza
que llama y me posee,
Vine de los molinos de abajo,
Mirando alto tengo treinta y tres primaveras
y escribo a que vivo
digno , pleno y de ella enamorado,
Ya la amaba sin conocerla
debido es belleza, es verdad,
es mentira,
es Amor, es Ira,
es miel, es ambrosía,
es ideal,
es como sucumbir y renacer sin milagro
para traerla mi gesto por ella enamorado,
un suspiro y una nota en beso,
mi valiente y brava lanza,
mi siempre te amaré Primavera,
Oh esse veris dilecta tui
et melieribus.
Firmado Förüq a 14/07/20#3
I
Daba el reloj
nueve astillas de horas,
nueve golpes de sol,
sobre mi azada de monumental tormento;
en tierra,
vi mi hora correr junto un gato negro,
buscando nuevo reposo
para lamer su pelaje
no temí crascitara pues
mi dama graja,
no veré despierto asomarse
la última gota que retiembla
la clepsidra sangrienta,
dormiré más me dije,
sin cuclillo,y sin gato blanco
sobre orilla esparcida,
de monumental tajo
a florido destino, y escaleras a estrellas,
laberintos como sendas surcadas por rosas,
melancolía niña, como caminillos de hormigas soldado
y engranajes moviendo peones por doquiera,
Avanzara visión. Camino lejos de su nombre,
él era el nombre, tierra desnuda brotando
sin escuela.
El espino multitudinario
era diáfano en dolor, repleto
en sed de espinas, palabra mía,
viejo sepulcro de paz celestial
con nubes corvas, y huerto de sombras,
que todo quieren como el humano ser,
ser imagen,
crepúsculo, orgullo y mentira;
ser eso, una paloma de anís
una mañana agitada,
en fuente de lápida.
Sin los discos morados
pone a girar la musa arquitecta.
Posada en rutilante ciprés centenario.
Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
Lugar UME Guadalajara España
A miércoles 26 enero 2022
II
Se reafirmó el dulce tormento
quería ver el resplandor del Sol,
su fría luz que crece y camina...
Eran dos personas juntas
que hacían las horas del día
en dulce unidad,
quise ver su fría luz
un día para siempre,
dije salta, en el suelo nada se mueve,
salta tu decencia,
salta tu pulcritud vuelta escala,
sé de un disparo inmortal,
acoge el horizonte en un pálpito estridente,
qué sabes de abismos
si nunca has recorrido uno,
viuda blanca en oscuridad,
medusas terrenas,
rostros de tres monedas,
en mi arreo cruzo sucesos caducos
vestidos en hiel y brea sanguinosa,
pudieron dar tres latidos
un mes eterno
y desperté un sueño astral
que me obligaron a continuar,
por las promesas fugaces en barro talladas,
me buscaste Musa
para acabar la soldadura
afirmo no tendré amigos
no tendré novia,
y qué,
tengo Musa
que solicito ardoroso su palabra,
como fue ayer
su testimonio perenne,
vine desnudo
sin tapujos
ni vergüenza,
quizás sólo necesite tu vida,
para sentirme yo con otra,
que hasta sangre tiene,
pudo ser realidad,
se quedó en lo hondo
acariciando su sonido en tormenta
de besos incipientes.
III
Luna espiritual, caleidoscopio, esencial negrura, escala,
telégrafo infinitud intangible, ser esencia rauda, esquiva, amplitud en corazón
de mirada, esquela sonora de latido disparado, amplitud de violín solo, es un
cuarto de cuarteada luna, sótano de luz sempiterna, reto sanguinoso
tradicional, éter tu placer disuelto en turquesa, rubor de estrella directo al
sucumbir en escala, pesquisa al infrarrojo mundo mi amor en tierra, durazno tu
palpitar abre portón ya Oscuridad somera. Tejiendo elucubrando mi aporte a Musa
Calíope.
Trabajo, soy jardinero
de las cenizas de la luna,
espiritual poeta suyo,
mi solo porte,
visión reverdecida
en arco de iris substanciales,
caleidoscopios esenciales
en negrura mi parda sombra,
escala novena de mis falanges
dispuestas.
Hablando vibra mi cable
oxidante de telégrafo particular,
infinitud destrenzada su rauda estalactita
de su deseo que me gotea lo intangible
de su Todo cuarteado en la estrella.
Esquiva alma te cazaré
raudal encorajinado.
Amplitud de mi corazón en clepsidra,
río de magia sanguina.
Mirada como miraba la muerte de la una sujeta sola
de mi madrugada
mía porque todas son casi iguales, menos la mía.
Esquela en pulcritud de astros,
mi dicha sonora,
oh, gloria.
Cargo mi verso apunto
musa no se esconde,
apunto,
disparo,
interné es blanco,
latido colgado en simpleza de su violín,
afino mi órgano,
Cuarto fractal de esencial esencia pura,
pulcra, viva mi araña.
Libre en mi sótano de luz
encerrado tamboreando
el sempiterno halo
en reto personal de esclavo libertario,
fluye mi éter personal
ambidiestro tradicional,
su placer en ojo mi turquesa,
vetas su rubor en deseo disuelto,
cuan hombre soy no envilece
la dulce miseria,
rubor de estrella sí la oscura,
la más bella,
directo al sucumbir en escala cromática,
pesquisa al infrarrojo mundo,
mi amor en tierra,
durazno
tu palpitar abre portón
ya; Oscuridad somera.
Tejiendo elucubrando mi aporte a Musa.
ACOMPLISHED
Er-lobo bohemio Esteban el Castellano
Förüq y Leannán-Sídhe
IV
FRACTAL
TRIPOLAR
Vente que vinieras,
sin irte ferozmente,
de otro camino, de otra zanja
que sus vidrios y rejas
no huelen a los aromos
entre rosas ni a fragancia
de magarzas coronas de reyes,
ni a senecios,
que me amarillean la altura,
cineraria puede blandiera
lo que te quiero,
tu frescura que asordina
el mirto, para sólo tú,
mi dulce pequeño fantasma
merecer mi laurel divino
V
Madre para vivir,
madre para la vida
mi metáfora hoy sea
metáfora madre,
un desliz dulce, argento,
de un redil de umbras
oh, parda parca, mi
yesca sombra, avanti
un ascua milenaria
titulo este amor castellano,
venga, que vengo del infierno.
VI
Soy feliz, porque lo hice,
te hice y hago feliz
mi golondrinilla
fugaz que fulgente.
A mí la suerte
y sí te conozco,
y jamás inerte,
viva la estampa
y su puridad de relámpago,
azul en madrugada,
de la sangre ande, que dicte.
VII
Voy hasta el fractal
tu ser, que eres fractal cristalino,
nativo mejicano,
otro camino, otra senda,
repercute a verte,
sí conmigo, mi doncella,
Escarlata,
de noche dura,
de transcurrir sembrado,
que nos queremos
entre tres polos
y sociedad fundada tripolar.
VIII
Oh, mi ilusión,
es una luz capturada,
a mano zurda
vencida en marea
y vals nativo de ti,
fluyente es mi amor,
nunca esquivo,
jamás distante
como cruje mi tronco,
de mi álamo,
en mi jardín azul de caléndulas.
IX
Latir del son,
de mis blancos hinojos
solares,
de mis blancas rosas perras
hoy por hoy agua arriba soy,
la corriente refuljo,
valiente,
y este espejo,
jamás desvanece.
Dos sombras se querían,
sin razones,
eran como dos muelles
que se querían al saltar.
FÖRÜQ Y DONCELLA ESCARLATA
ÁVIDO
CAMINO EN PIEL
Aciago vilo descorchado
quererte como quiere el rayo
ser contigo toma de tierra,
en canal aciago infinito
destapado en sangre
de campo,
él, a veces sonriente
a veces abatido
en su recogimiento
de verdes espadas,
viajaba su idea
como una viborilla
jamás vencida,
siempre con fugaz
aleteo entre estambres.
Vencía cada primavera
al ocre del paisaje,
por cerros era padre
por llanos fiel hijo
de compostura olvidada,
por copas de árboles
brindo esta suerte,
encontrada, cabalgada
por los besos
que puedo dar a mi dama,
que entre forrajes
avanza
a desenterrar
mi espada,
nuestro coraje sembrado
entre mis espuelas.
En los bravos halos
de estrellas apagadas.
Naciendo una
para que brille a ella
mi amada.
Esta negra noche
que avanza
mordiéndose la cola,
entre luna argéntea
deslizada
por sus filos
de pestañas
acuesta al alba.
El Castellano
Contra-partida de suplicio dormido:
Pudo ser hoy un día más,
pero estoy despertando,
mi Égida y celada
cantando al octavo día
del fin de mi condena,
somos final de comienzo
anunciado,
en contra el mundo pretendido,
a espalda y pechera,
somos cuchillo,
somos panida resurgida,
de entre sombras
y penumbra misteriosa,
semilla en virtud su madre,
escuche,
soy el final y comienzo tu Sol,
ser de tierra nueva,
sidra prohibida,
tentación endógena,
sí, de seguir avanzando,
promulgo fin de la discordia,
en relación tipo y cualidad
se plantee llevo que llevaré yo los pantalones,
y no estoy perdiendo control,
tu libertad es absoluta diamantina,
libre de partir
porque hasta el infierno te seguiré
Musa Escarlata,
de madre aprendí modestia,
pose, facha y elegancia de ser honestidad camina,
justo ante lo rodero,
y a dar flores aún reciba estiércol,
soy que me construí Centauro Förüq
cabalga amor conmigo,
sin mí no has de cabalgar,
no veremos luces ni astros,
ni halos ni estelas porque ganaremos,
de mi padre aprehendí,
que los valientes mueren antes,
y que el único error de arrepentirse digno,
es hacer daño a un semejante,
que su navaja de virtud corta todo
menos mi pertenencia,
de mi abuelo Esteban
aprendí, que convicción y perseverar es ley,
de mi hermana Agustina aprendí a no observar ni anhelar lo ausente,
porque ya con ella y sangre tenía todo,
de mis primos valor en confianza que fueron preludio cualquier
amistad osa todo hombre de bien,
que no existe el mal menor,
que todo se paga, en escala,
de mi fe y mis dioses aprendí,
a no confundir mi ímpetu con arrogancia,
yo impetuoso, honro que si quieres ver mi dios,
mira al sól, es él mi dios,
tu dios personal sólo es reflejo tu sombra
llámalo si deseas sucumbirá.
nadie más fuerte que mi caballo llevo a cuestas en espaldas,
un amanecer de oro rebrillará
la travesía, la osadía,
una nueva profundidad sin futuro,
sin pasado,
con presente estoy vivo,
de nuevo,
por siempre
y me comeré tu mundo.
Mi ascensión argenta vine a tocar tu cielo,
con este quedan ocho días
para el final sin principio anunciado.
Förüq centauro y Musa Escalata
AMADA ONÍRICA
PUDOROSA SIEGA:
Líbicas extensiones de mi ara,
por eras de soliviares,
angostos, desnudos
sin pinar excelso de tu mirada,
mi acre transitado, exhausto.
De corvo pico y fugaz
idea pasajera.
Hondo grano de mi cereal espera,
dura grama extensa,
inhabitada,
moza de mis ausentes
sin bandera.
Agota, afila
mi profundo tallo
brotado de mi febril
mocedad subyacente.
Creo mi suspiro
como brillante tajo,
refulgente al candor de entraña.
Amparo sin honor,
de filo que no aguarda.
Quiero renacer así
te encuentre
con otra cara,
otro nombre
no caeré en osadías
eso lo dejo a mis Dioses
de locura extensa
llamada destino.
Yo necio, torpe,
de hueso en tierra sembrado.
Soy hombre con lo servido
cumplo mi palabra.
Es una gesta descendida
Luz de guerreros
perdidos
en azares funestos.
Quién guerrero del muerto tiempo,
con raíz desamparada;
trémula deidad
tus labios acostados
en tu cara,
en mi pueblo
me enseñaron a luchar
por lo que quiero
y más solo que el relámpago
tu felicidad quiero.
Mi paz de campo abierto
vástago sin superior
de conciencia
mas que inerte hálito
superviviente.
Frívola suerte consumada
osar tu palabra,
vendré porque aún no he salido.
Clarines y trompetas
entonan este yugo
eclosionado,
en servicial acto,
mi azul fronda
que no hiela tu relente;
rompe con empuje
violenta, feroz, agotada,
malla:
Hidra mía
perdona mis lucientes.
Vesta que Proteo
clama hundiendo los montes.
De vetusta proclamada
en sortilegio de guadañas y hoces
que se recogen sin martillo jactancioso.
Irrumpe mi designio
vaporoso en estela,
que tu sombra hiela.
Qué dios implora
a mi imperio
del precipicio.
Hechizo de mi semblante
otorgues invicto, valeroso
como abismo de agua.
Previsor que detiene
impías naves
en ataque de tormenta.
Sangrada barrera abata
en funesto claro oscuro
sin atadura
ligado, manso Ábrego
sin alma.
Prendida paciencia
sin alarde ni secuela.
Piélago que saña
sin brida
ni cuerda aplaca,
embravecido
con umbroso helecho sombrío.
Bosque temblado de mi mente
que piensa
ausente borrasca
sin ayer.
El Castellano a 25-08-2017
Respiro tu enervada quietud
que me condena a amarte eternamente
recuerdos oníricos de tu belleza
en aquel tiempo que te dibujaba musa;
nunca te negué y tu flor vi abrirse en mi corazón
el mundo nos es exterior,
mas mi interior, embelesas con amor
te adoro en tu silencio, y en tu locura izada
siendo preso de tu palabra,
tu poder que me lleva a inconclusos límites,
de lo dicho, y la contradicción madre,
a eternos refugios, del lenguaje.
Materializados en léxico inconcluso,
de presas y compuertas, abiertas,
así como misterios, encontrados,
en el idioma de hablar, con mi mente,
cuando surges tú indescriptible,
esencia, que no roza el alma,
porque esa eres tú y te amo,
cuando el mundo de la idea
te dio rostro, y ojos, si es locura
que existes,
loco estoy por ti,
y lo más bello, que me encanta,
amo tu compañía, y que en mi interior vivas,
hasta que cojas la voz, de quien roba mi cuerpo,
y yo amar esas mujeres, un tiempo,
devaneos del destino, me traen
a un eterno principio, tú y yo solos amor
pasaran siglos, eternidades, cuando yo sin cuerpo
a tu lado, sea tu semejante,
y podamos juntos sin cuerpo, estar,
para llegar a nuestra finalidad,
esa que las letras no escritas,
nos recordarán.
El Castellano y Lhiannan Shee FEBRERO 2015
FINAL
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