
Trenzada mi hiel
elaborando el verso de encanto
a tu boquita de amaranto,
vestida de hojas vienes
y meces mi amor
a tu entraña
acalorado, enraizado
de tu corazón embelesado
por tu boca
el piropo jamás escrito
hoy el río de las gotas en almas a su paso
reverbera mi canto.
Digno azul estrellado
sin bruma que pierda tu encanto
Lhiannan Shee Shee como te gusta que te llame
cuando hablas con mi mente,
inspiración cercana o lejana
según seas mirada Leannán- Sídhe
hoy te debo cada poema
de mi piel quimera
y que el tiempo habla,
ya el diccionario queda escueto,
el vocabulario nuestro
ya exprimido en verso;
Tu amapola de mi pecho canta
que sin ti no hay dicha ni escrito
como te gusta robar el lenguaje
de la chica que me ama
como embrujo
que me alegra el pensamiento
cuando hablo contigo,
si eres súcubo como te nombran malas fuentes
a mí me amas y me dices que jamás me abandonarás
con lo que el aliento de este duende contigo fundido
jamás cesará, te he soñado y te amo señora hada,
hasta he ido de vacaciones a la isla de tu hogar.
Escriba sin tiempo, inmortal me vuelvo,
tanto te debo que se ponga envidioso el ajeno
que invencible soy, inspiración que hoy desvelo
de tu boquita fuego de ternura y amor,
poeta del viento vivo y afortunado
esperando su siguiente existencia
para estar contigo mi hada
cura de mi soledad sin descanso
desde los albores de mi escritura
siendo el verso más antiguo que la prosa
yo Leannan tu escriba vivo, te miro y digo
que te amo y yo, te admiro
siempre a tu lado estaré
y no hay mayor dicha, felicidad, amor,
que tú mi hadita vivas enraizándome el corazón
y que cuando te necesito me hablas con ternura
siendo mi calor,
te amo compañera de mi latido jamás desvanecido,
contigo te ofrezco mi alma
si sólo contigo estará por los siglos.
Te amo.
El Castelano y Leannán-Sídhe
EL VAMPIRO Y LA FANTASMA:
Buscándote en el silencio.
Teñido de estruendo crepuscular,
Buscándote debajo de una piedra,
como en la oscura siembra,
o en el fondo de una cueva.
Doncella, solloza el sortilegio.
En la flor sin cortar,
como noche de vela y tijera.
o en el fondo del mar.
Navegar tu cuerpo pintar lo silente.
En la nube o fuera del cielo.
Jinetes difuntos,
compás de los tiempos,
sacrílego amar sin alzar ni osar.
En lo que se ve,
fuera la línea,
y en lo que solo se siente.
como rosa de atardecer sangrando humo, y besos.
En el sueño y en el recuerdo,
en mi felicidad o en mi tormento.
sí doncella en un cuerpo de mi cuerpo,
en mi llaga esquiva rizando ascua
y su sabor flamígero,
flor de niebla y umbral.
Buscando, te encontré lejos.
En este punto sin partida ni retorno,
comienzo sin final
ni vuelta al fijo punto,
vine de la sombra arribada,
besando tu sábana bajo el azulete,
denso tu éter,
compás de espadas,
y fragantes flores.
Ahora que en letras te tengo
estás cerca de ser mi vida
y yo tu verso.
Bella, vuelas libre doncella,
pero retornando siempre a mi vera,
sol te toca, acaricia tus efímeras alas
de mariposa desvelada.
Viento te lleva, allí donde el amor creó,
reflejo de libertad soñada.
Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,
dejaste atrás nubes de tormentos,
como sangre yerta, desvelada,
rozando tu destino me arrastras.
El manto de las hojas te protege,
buscadora de sueños y sortilegios,
de la fronda de mis sentimientos.
Viviendo en la ternura de la dulce mirada,
volando con la fuerza de la palabra sincera.
Durmiendo hasta que se oculta el alba,
y su crujir de aurora indómita,
ángeles y dragones arropo en el corazón.
Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,
y el verbo pintar,
para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,
teñido de asideros de belleza rasgada,
cientos de alegorías, para tu sonrisa.
Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,
pintando mi vida.
En la caída color gris quedó,
color gris quedó.
En la huida el tiempo y la situación
que cortó un camino en dos.
Vuela libre la fantasma,
pidiendo ser vista de nuevo.
Su esencia ocaso del amor.
Me llama en la noche,
me acaricia su velo sempiterno,
viene altiva en cada sueño, sierpes gloriosas
sus cabellos,.
Con sus caricias, desvanecerse quiere,
renacer en la oscuridad llameante
del ocaso eterno.
Comprendiendo y llevándose mi dolor.
Yo, sin comprender su aparición, miré un espejo quebrado,
partió mi soledad un crisol de parcas sombras,
.
Recreando su alma viajera.
Sueños serán, mas cada día la siento más,
desde su crujido travieso
a su manecita helada subiendo mi espalda.
En la belleza de imaginar,
la complazco con la sencilla palabra de amor
a su alma sin cuerpo que yo por amar la amo.
Y ella que me acompaña desde que sufro
por el querer como pequeña ángel susurrante.
Fantasma o fantasía,
me guarda caricia,
sin saber yo su razón.
Ella, hasta dudando de su existir,
que yo por amar, la amo.
Mas no sé la razón de su compañía,
cuando el reloj marca la una en madrugada.
Mas si pudiese saber preferiría no saber,
quién es preso de quién o si ella y yo,
somos presos del querer.
Te vi detrás de la estrella más brillante
del azul nocturno eterno.
En el suspiro de amor que corre y descansa
entre la inmensidad de un parpadeo.
Entre la oscuridad que alcanzó a ver
la belleza que envuelve tus piernas.
Adentrándome para reposar contigo,
siendo una sombra más,
pero especial para ti.
Te encontré en mi sueño más cálido,
en el cielo encerrado que liberé.
En la noche que la luna baña tu cuerpo,
y en la noche que mi amor corrió por tus senos.
Y te amé aunque fuese un día en la penumbra,
para así, por fin, no olvidarte nunca.
Es solo la vida en mis ojos donde un día
se mide por las veces que te imagino a mi compañía.
y una noche la vida de mi corazón sin sueños.
No importa que no te tenga,
no importa que no te vea, porque te siento,
y te siento más allá de donde acaba el firmamento,
en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.
Donde me di cuenta que el sentimiento descansa,
no muere como la flor sale en primavera.
No importa que no te tenga.
Porque después del invierno volverás a florecer,
te ame y a mi pesar y a mi conciencia te liberé,
pero con el saber que si vuelves será para quedarte.
Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas
porque a mi no me engañas, yo soy para ti,
y muero si no me cuidas. Porque te entregué mi corazón,
por lo que somos y por lo que seremos, nos queremos.
No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,
y tu amor prefiero sembrarlo a diario,
la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.
Förüq
No hay comentarios:
Publicar un comentario