SOMBRA DESNUDA, COMPILACIÓN INSPIRATORIA:
I
Yermo terreno del sueño,
un trillado verso avanza
entre espejos y cristales,
fieles aullidos desvalidos
entre semillas sin iris del mal,
entre corceles del fuego,
entre sonrisas fugaces.
Es todo lo que siento
un canto de piedra,
un río desplomado
mi fiel apostada cordura
que viene por enjutos
ojos hirientes
hasta avanzar los besos
de labios grises
y sus fanales colmenas destapadas,
no quiero repetir estos destellos fugaces
ni herir por mis alambres
tejido mi atrapasueños
queda mi parca vida
desnuda con el hastío
que asesino de esta manera,
volando mi dulce murciélago de nácar
entre este amor
de estrella me alzo,
es glorioso este canto,
reducto en lúgubre sigilo
es esta inspiración,
tentación de ángel desertor
de morir,
justo la vida
acabará negándose a finalizar,
soy yo la salud
de la una solitaria de la madrugada,
conquistado el cortejo de la noche,
me cuelgo de mi profanado latido
por estos cordones de hueso
vive y viviré mejor
que mi traje funesto,
limará esta sin razón los ocres
hasta lucirlos verdes brotes,
hasta acabar rendida la caricia
por estos espasmos de cobre,
mi destino teñirá las vivencias
por solares complacientes
y lugares dignos de altos sueños,
esta araña dejará crías
por poemas
en escarchas mutiladas
en este hierro candente
y el incendio de mis hielos,
como dijo el grande
no acabaré de irme,
ni estas solapas fundirán
en tristezas secas,
la sombra será mi mujer,
cambiaré el prisma de ver,
y ahora la luz será
la dama siniestra,
por si un día acabo de irme
solo espero
haber podido contagiar mi locura
que ya es rápida,
desborda sus cauces,
brotando en espinas insomnes
el abrir de las compuertas
a ese abismo sin dueño
donde besan los azules
ese nido de malvas,
que mi ser desprende dominando,
sombras miles en este carruaje vespertino
de mi sangre,
mi río de colores
de almas en sus gotas ferviente,
atado a este sentir,
que late,
que sueña
la carcoma de mi estampa.
II
Prendido en hiel de un abismo, desdoblado compás y su sino, crujiendo el alba más preciosa, por esquinas del cielo de nácar, es esta escarcha un fiel carruaje desmembrado entre corceles ciegos, cabalgada cordura entre cristales, entre espejos ardiendo, un calor entre calores, una vida que ni sí misma se deja atrás. Avanza, mece, y se deshace corre vengo por ti, traigo entre lirios del campo mi silvestre trigo, tráeme tu voz, tráeme tu vida, estoy moliendo mis azares, haciendo surcos en mi alma verdadera, trilla, trillando tu sentir morena, esta espada que es una quimera, entre juncos desnudos, entre pizarras y cuchillos alzo que vuelvo a nacer entre hierro, luchando por la luz que me corresponde, desnace esta era, entre de mi siembra la espera, por esta cerca el campo que dueño acaso tuviera, ni inspiración cabe con barreras,
la idea quiere marchar ensimismada, por riendas de un caballito del diablo, una desventura en plomo un mar de esferas es todo lo que siento, por si pudiera manifiesto, que el gris teñido de bruma, abandona su sepultura, vuelvo a mi gusto muerto, la sombra que me envuelve preside, rige, y desnuda mi alma, para ser por fin rosa de sangre, vestida en azules trajes nocturnos, mi semblanza a este ocaso que mi voz sucede. Entre espartos de mi iris, por alfileres sembrando clavos del campo, anochece siendo de día resplandece la una ausente, y gozo la soledad de mi suerte, sintiendo por fin dicha por fin alegría descubriendo este horizonte por mares de sentir que valgo, y que sí puedo que lo vuelvo bello, hasta en tus molinos que amanezco, silos oscuros por yedras que te alcanzan, es mi siembra una locura quieta, es mi compostura de primera, por la que clavo a mi destino este abismo de tinta encendido.
III
Derecho firmamento
entre filos de gentes,
es una piedra que camina,
piedra aventurera,
seca y umbría,
reposa y duerme
cantares del linde,
centellea rayos irisados
se riza con los besos de lluvia,
acaso quiso ser otra,
ella tan yerma, tan plácida,
imperecedera,
cerrada como se cierran
los rayos de luna,
acantonada, de estéril estampa,
dejas muda alabanza,
el día que te hice de voz,
piedra bella, sola,
estridente sin patio de sonido,
y esta voz que te di
voz dorada como tu piel de minera,
como un soto sin perdices,
avanzabas solo tú,
la vida quieta,
sembrándote allí por donde anduvieras,
al candor de piedra única
igual a la siguiente y a la anterior,
sin afán superior
hasta que este poeta te dio voz,
como flores que sin color
acaso fuesen,
un despertar en brazos de cieno,
un respirar de la montaña,
un cuchillo calizo que afilan
erosiones de las eras,
latido férreo, sangre de mineral,
o compostura de arenas,
piedra de mi casa,
piedra de tu casa,
la tierra.
Piedra potencia eterna,
nacida como nace una estrella,
cumbre de filos por bandera,
hogar, cobijo y morada
de lagartijas que cuelgan tus venas,
colchón de rayos de sol,
asolada tu espera
por quien te dio voz,
lideras tu guerra sin cuartel,
antes de yo nacer,
tú dabas alientos al suelo
sin importar pertenecer,
siempre fuiste
siempre eras su piel,
de la cantera, al nicho,
del mausoleo, al caserón viejo,
del silo al castillo,
tu fortaleza empedernida,
tu aval de honda certera,
Siempre estabas
siempre estuviste,
como río a su voz del mar,
osado no fui yo
quien te encontró,
solo fui encargado
de darte moción verdadera
ojalá pudieses contestarme
mi piedrita bella.
Devuélveme a tu vida eterna,
del soto a tu quimera verdadera,
clávame la oscuridad de tu cueva,
en esta esfera pulida sin espera,
risco de tu sien enarbolada,
millones de hijos
esencia desnuda de tu alma pura,
techo sin compostura
del ser invertebrado,
techumbre que pizarra llora,
su azabache de cristal,
tu sangre de fuego y agua
que nunca te alcanza
sólo partirte puede,
grieta de helada, tus filamentos
que encaran tu azar de vida sin dueño
a tu sangre de musgo me cuelgo,
en verde musgo tu fantasma muerdo,
vida de herramienta,
azar de la idea,
al paraje que te conforma
al que sostienes su vida
siendo el suelo techo de esta hacienda,
si tuvieses dolores todos gritarían
que se acabase la muerte en la tierra.
IV
Camino al infierno,
después de todo,
irrupción de polvo
o tormentos por despertar,
esta es mi vida
este es mi rifle,
no digas por favor,
el cauce se abre
es una noche cabalgada
en sombra enardecida,
te quiero, te miro,
oscuridad presenta
su violácea arpa,
sones con sus cuclillos
despiertos miran un horizonte
de espuelas dormidas,
la noche baila
sobre mi fusil
alzado al alba,
ignota estrella difuminada
quién la puso allí,
baila cariño
esta noche cazaré
el animal que me sonríe
en tus piernas,
seré precursor de la muerte
hasta que mi color brote,
no será una noche más
será una noche menos
para que me llames
cosas que yo por hombre
no puedo pronunciar,
guerrero soy
de esta arma
con rigidez comparada
con barcos de tu puerto
que tanto amas,
canto a este azabache
que llora la noche,
cabalgo salvaje
mordiendo tus riendas,
ven las luces están prendidas,
sólo hay un faro que te llama,
su luz ilumina
tus gemidos nacarados,
encontrados por surcar
por avanzar tu negro refugio,
mantengo la noche de un trago,
disparo sobre esta araña infernal,
me sostengo de mi tela
de carne desnuda
en tu infierno desde que viniste a mí,
tú viniste a mí con ademanes de gata
encendida, volando mis palabras
haciendo del momento
un ruego que pedía
atravesar tu cuerpo con el mío,
te prometo nevar
la cúspide de tu cueva
acabar mi grito con el tuyo,
hacer de la noche un arrullo,
ser caballero de tu reino,
cabalgar su humedad,
deshojar la primavera
en tus labios de mujer.
Ser el tiempo que nunca se fue
porque siempre vuelve.
El Castellano
V
30 de enero de 2013 a las 11:00 ·
GRILLETES DEL ALMA:
Amanecer despierto
en roja sed de don funesto,
en este horizonte de fuego,
clamando, esquivo estruendoso,
como demonio antiguo
avanzo tu cuerpo,
flores y señero en beldad
en tu pupila me deslumbro
sigo el camino de las rosas
en sangre tu esencia de amor
me ahogo en el dulce tormento,
nacarado, infinito dulce tormento
que desvelaron tus labios ensordecidos,
tus caricias arropan mi sentimiento,
vals como condena
a no encontrarte de nuevo
en este arrullo no huyo, no muero
en los latidos estallo
una vez primero para siempre
y la estrella quema el desvelo
de noches y noches soñando tu cuerpo,
sin mar, ni barco solo caminante despierto,
de tu frondoso cuerpo
hoy en tus mares fluyo,
hoy de tu calma me apodero
para nunca más ser sombra del pasado,
como la malva enraíza la tierra yerma
en tu recuerdo entierro
mi mayor ilusión allí sujeto
esa sed que nunca te abandonó,
si miras dentro de tu interior
en oro y tierra
allí estaré amor, entonando
mi canción de ardor
a las lunas sempiternas
que envolvieron tu ausencia sin razón,
soledad con oscuridad
clama la espina de mi corazón,
en la roja sábana de tu calor
quiero anidar mi ilusión,
anhelos como cuchillos clavados
en el cielo de recuerdos
horizonte gris que baña
este el mío cuerpo rosáceo,
a la cuarta campanada de las doce
en su mirada tiembla el mañana de futuro sin presente
quiere tu sonrisa amanecida
en mis labios descrita,
como los rayos de sol de tus cabellos
y los pajarritos cantarán
en nuestra ventana
trayendo los amores imposibles
que separados nunca soltaron
el primer desvelo de sangre y colmillo,
enamorada del corazón reverdecido,
hoy canto a esta sangre mi dolor,
años pasan despacio y te voy llamando
a golpes de silencio luchando
con la templanza de cálido hielo
luchando a golpe de olvido silenciado;
separando nuestro destino
que se unió por un beso
y donde no llegué a entender
perdí las flores de tu piel,
caballero sediento en las batallas del ayer
como el inicio del sentimiento
vuela y gira por mi mente
como encontrarte siempre resplandeciente,
he venido a hierro a matar este silencio
he venido a beber las amapolas de tus labios
a decirte que recuerdo el sabor a fresa
de tu pintalabios,
a que en mis noches
quiero sacarte de mis ojos para tenerte,
y la sabana fría se viste de tu melodía
llega el violeta en su caricia
su voz del alma hecha súplica
de tu caricia,
grillete y cadena de mi espíritu
a amarte eternamente
hasta que no habite silencio
hasta el final del latido
donde mi silencio
se haga eco eterno
de tu recuerdo,
y la hiedra y cicutas
envuelvan mi cuerpo
aquí quedará escrito este amor
que en dificultad
y sin saber años y años de tu mirar
late igual que ayer
por ver junto a mí tu caminar.
Te amo quizás sea algo
que nunca cambiará.
നുന്ചാ അസുമിര്ഇ മി ഫൈനല്
പൊര്ഖുഎ ടെ അമോ ടെ വെര്ദാദ്.
A Leannán-Sídhe
El Castellano y Leannan-Sidhe
VI
Villanos, malandrines encorvados,
me han querido robar el ánimo,
con fuste y aliento marcho mis relojes
con premura de segundos extasiados,
yo vi su horizonte en dura y áspera
semblanza deshojada,
temblaba el azar entre los azares,
una vida de quitina a la espera,
mi aliento es pez de mi jardín de cristal,
he servido a su péndulo,
entre granates y engranajes
danzo atrás el tiempo,
sí ese, mi tiempo, que cuido con esmero,
por si un día me llenase el estómago,
flagro la versatilidad de mi siembra,
cabalga las yemas de mis dedos,
hilvano que voy sobre un abejorro,
aunque no pique sigue siendo abejorrito,
le imploro al verso me abra con presura
una primavera de sabores
entre arduos cipreses con sabor a luna,
marca de silos azules
entre siniestros anocheceres,
para llevar una noche derretida a sus labios,
cazaré el gamusino de sus parajes,
avanzaré con paso lento y decidido
al compás de lunas y soles en desventura,
nacerá la hoguera,
consumiendo todo lo que ya no rozará mi vida,
decreto que estoy vivo,
y que mi vida la arrastro para no ser santo
ni demonio ni mal nacido,
si no un hombre que tuvo voz y espíritu
para ser alguien,
desde la nada,
desde las espinas que sangraban,
vivió trece vidas
que un hombre de su estatura podría vivir,
hoy afilo mi alma
válgame la compostura,
que si vuelvo a la cepa
se abre el cielo y la tierra
para acoger lo que siento,
que es más que un cebollino
más que un tulipán amarillo,
es mi arma, un corazón por letra,
es sangre en hoguera
tristeza se llama sangre en la poesía,
robaré al tiempo sus besos del alba,
mi amor gritará al sol que descienda
y viva en tus ojos mi amor sempiterno.
Llegaré por la rivera,
llego de los molinos de abajo,
buscando un atajo
para llegar y hechizar
el callejón de tu beso,
entre rizadas ternuras
trasnochar ocasos,
he venido a implorar perdón
por mi inconsciencia
vine a plañir mi alma,
vine a besar tu aura,
riendo entre flores
naciendo en rocío
de mis latidos presos.
VII
El sino lanzó un grito a la montaña, contestó un eco con amplia voz
que sorprendió mi anhelo
siendo una luz en el vasto ciprés
que a la luna alcanza
preguntando por mis yedras en maceta del alba,
un silo y un olvido despertó de su nicho,
cantando con la flor un latido desertor queriendo pedirte caricia eternamente.
Encerrada en iris violáceo la flor corría el sueño estertor,
el sol cambió su amanecer por la tibieza y suavidad de su flor,
siendo esposa del sol, caléndula en ojos
que marcados traen un irisado tornasol llamado amor.
Un ocaso se alzaba en guiño a cada noche que la flor cerraba en verso sus pétalos
afilado el cuclillo de la noche
besando una luna de cuerda,
una inmundicia cantaba su siniestro grillo
del calor de muerto,
despertando la siniestralidad agujereada
del hueso,
un camino eterno con acequia de la sangre que lleva en araña del sentimiento
y un difuso vértice de dos gotas de unión
que se juntaban exclamando
como rocío del molinillo diente de león
para volar con el viento juntas nuestras vidas en vaso retorcido de destino.
VIII
Fiel reflejo estridente,
los cuadros de tu vida
danzan entre las baldosas,
entre acorchados pasos
todo va quedando atrás.
Un ocaso florecido
de espadas en sigilo,
tiempos huecos
en lúgubre caricia.
Acaso la luna es luna
o alguien despierta
y la pinta.
Cerrojillos en destierro
de este silo de oscuridad,
avanza que imanta
el día y su prisa
por alzar su despedida,
gritos secos se mueven
tras el ventanal,
sangre que coagula
entre compases
de malas yerbas
de mi patio.
Es un mirlo negro
que me visita
siempre vestido igual
estrujé las vidas
del gato de arena que soy.
Suicidios de cardos
corren el patio
se riza durmiendo
mi gato negro.
La soledad me ama
más que a su estampa
vuela y reposa
mi fiel añoranza,
reverdecer mi ilusión,
socavar con sucesos,
así como besos
de este azar
que no siempre
se pinta negro.
Acuchillar esta realidad
con mi suerte de seguir vivo
para tomar con mi esfuerzo
lo que no me dan.
IX
Surco de noche
ya se retira
sonando el día
y sus rosas heladas
de invierno,
iris matutino
clamado
en este fiel olivo,
surca mi sangre
entre verticales filos,
mi gris vencido del alba
serena, más desnuda
que la transparencia
que el azul afila.
Se clava este verde
militar de ciprés
como cuchillo enervado,
y su canto
en estos sigilos de chopo,
cargo mi revolver
naciente del verso
por un sol de plumas
cae fusilado el aliento,
algo que clavar
al firmamento
héroe del norte
de mi silencio.
Fantasmas
del imperio perdido
su bandera del tiempo
dormido.
Fúlgidos nervios
cabalgan los acres
de esta trinchera
donde mantengo alerta.
Jauría de sienes hendidas,
con fauces somnolientas
quise ser siempre
con esta mente,
profundicé el idioma
de la flor,
hablé con la tierra,
aún guarda mis abrojos
sembrados.
Entre brotes verdes,
impacientados,
aguardan el bravo
crepitar de la tormenta,
y sus besos azules.
Ahonda esta vida
silos del demonio,
simientes oscuras
de malas yerbas.
En este campo yermo
crece mi ilusión
que no me siembren
el dolor,
seré como la flor
soñaré con las piedras,
reiré con abejas,
jugaré con el viento
como la vida grita.
Ahora que la mañana
consume los suspiros
ahogados,
ahora que el cielo
luce sus corceles dorados.
Es por esta pizarra
que me habla el río
me habla qué más
que ser agua.
Deslices anudados
entre corajes florecientes.
El CASTELLANO
X
Oh visión de Quimera,
perdido en vil sueño Ebúrneo,
estirando el nácar de estrella,
vida de una vida bajo tierra,
compostura de signo infinito
en vals un placer corporal,
que canta, silba que yergue
columna y dulce acuarela,
yedras de alba
trepan este esquema,
pernicioso
ángel nocturno,
beso muerdo tu cuello,
por si tu tiempo acaso empero,
sierpe y viborilla de Medusa,
entre carruaje de estelas
y tiernos besos incipientes
piso un abrojo y blando sabor degusto,
un vespertino sino,
oh mi corazón un vilo,
amanecer exhausto,
niebla de soles,
afincar aura
entre sus criaturas hermanas,
hilvanas mi sed
y marcha la estántiga;
una fantasma de vestido su encaje,
mi fortuna ya no brillaba,
abrí manos
señora hada no te escapas,
un alboroto susurra a la diestra,
acaba de empezar
mi idilio nocturnal,
en vela de navegante
sin mar, sin astrolabio ni final,
rutas tu mar de sangres,
resumo mi vida
en un pétalo de caléndula,
modélame
semper a tu vera,
otra senda,
otra siembra no blande,
rumbo tu comunión de astros,
lo siento soy el cisne,
vida,
mi vida
hoy necesito vivir en ti.
Förüq
XI...
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