viernes, 7 de junio de 2024

Sombra.Desnuda Compilación inspiratoria, solícito

   




SOMBRA DESNUDA, COMPILACIÓN INSPIRATORIA:

 

 

I

 

Yermo terreno del sueño,

un trillado verso avanza

entre espejos y cristales,

fieles aullidos desvalidos

entre semillas sin iris del mal,

entre corceles del fuego,

entre sonrisas fugaces.

Es todo lo que siento

un canto de piedra,

un río desplomado

mi fiel apostada cordura

que viene por enjutos

ojos hirientes

hasta avanzar los besos

de labios grises

y sus fanales colmenas destapadas,

no quiero repetir estos destellos fugaces

ni herir por mis alambres

tejido mi atrapasueños

queda mi parca vida

desnuda con el hastío

que asesino de esta manera,

volando mi dulce murciélago de nácar

entre este amor

de estrella me alzo,

es glorioso este canto,

reducto en lúgubre sigilo

es esta inspiración,

tentación de ángel desertor

de morir,

justo la vida

acabará negándose a finalizar,

soy yo la salud

de la una solitaria de la madrugada,

conquistado el cortejo de la noche,

me cuelgo de mi profanado latido

por estos cordones de hueso

vive y viviré mejor

que mi traje funesto,

limará esta sin razón los ocres

hasta lucirlos verdes brotes,

hasta acabar rendida la caricia

por estos espasmos de cobre,

mi destino teñirá las vivencias

por solares complacientes

y lugares dignos de altos sueños,

esta araña dejará crías

por poemas

en escarchas mutiladas

en este hierro candente

y el incendio de mis hielos,

como dijo el grande

no acabaré de irme,

ni estas solapas fundirán

en tristezas secas,

la sombra será mi mujer,

cambiaré el prisma de ver,

y ahora la luz será

la dama siniestra,

por si un día acabo de irme

solo espero

haber podido contagiar mi locura

que ya es rápida,

desborda sus cauces,

brotando en espinas insomnes

el abrir de las compuertas

a ese abismo sin dueño

donde besan los azules

ese nido de malvas,

que mi ser desprende dominando,

sombras miles en este carruaje vespertino

de mi sangre,

mi río de colores

de almas en sus gotas ferviente,

atado a este sentir,

que late,

que sueña

la carcoma de mi estampa.

 

II

 

Prendido en hiel de un abismo, desdoblado compás y su sino, crujiendo el alba más preciosa, por esquinas del cielo de nácar, es esta escarcha un fiel carruaje desmembrado entre corceles ciegos, cabalgada cordura entre cristales, entre espejos ardiendo, un calor entre calores, una vida que ni sí misma se deja atrás. Avanza, mece, y se deshace corre vengo por ti, traigo entre lirios del campo mi silvestre trigo, tráeme tu voz, tráeme tu vida, estoy moliendo mis azares, haciendo surcos en mi alma verdadera, trilla, trillando tu sentir morena, esta espada que es una quimera, entre juncos desnudos, entre pizarras y cuchillos alzo que vuelvo a nacer entre hierro, luchando por la luz que me corresponde, desnace esta era, entre de mi siembra la espera, por esta cerca el campo que dueño acaso tuviera, ni inspiración cabe con barreras,

la idea quiere marchar ensimismada, por riendas de un caballito del diablo, una desventura en plomo un mar de esferas es todo lo que siento, por si pudiera manifiesto, que el gris teñido de bruma, abandona su sepultura, vuelvo a mi gusto muerto, la sombra que me envuelve preside, rige, y desnuda mi alma, para ser por fin rosa de sangre, vestida en azules trajes nocturnos, mi semblanza a este ocaso que mi voz sucede. Entre espartos de mi iris, por alfileres sembrando clavos del campo, anochece siendo de día resplandece la una ausente, y gozo la soledad de mi suerte, sintiendo por fin dicha por fin alegría descubriendo este horizonte por mares de sentir que valgo, y que sí puedo que lo vuelvo bello, hasta en tus molinos que amanezco, silos oscuros por yedras que te alcanzan, es mi siembra una locura quieta, es mi compostura de primera, por la que clavo a mi destino este abismo de tinta encendido.

III

Derecho firmamento

entre filos de gentes,

es una piedra que camina,

piedra aventurera,

seca y umbría,

reposa y duerme

cantares del linde,

centellea rayos irisados

se riza con los besos de lluvia,

acaso quiso ser otra,

ella tan yerma, tan plácida,

imperecedera,

cerrada como se cierran

los rayos de luna,

acantonada, de estéril estampa,

dejas muda alabanza,

el día que te hice de voz,

piedra bella, sola,

estridente sin patio de sonido,

y esta voz que te di

voz dorada como tu piel de minera,

como un soto sin perdices,

avanzabas solo tú,

la vida quieta,

sembrándote allí por donde anduvieras,

al candor de piedra única

igual a la siguiente y a la anterior,

sin afán superior

hasta que este poeta te dio voz,

como flores que sin color

acaso fuesen,

un despertar en brazos de cieno,

un respirar de la montaña,

un cuchillo calizo que afilan

erosiones de las eras,

latido férreo, sangre de mineral,

o compostura de arenas,

piedra de mi casa,

piedra de tu casa,

la tierra.

Piedra potencia eterna,

nacida como nace una estrella,

cumbre de filos por bandera,

hogar, cobijo y morada

de lagartijas que cuelgan tus venas,

colchón de rayos de sol,

asolada tu espera

por quien te dio voz,

lideras tu guerra sin cuartel,

antes de yo nacer,

tú dabas alientos al suelo

sin importar pertenecer,

siempre fuiste

siempre eras su piel,

de la cantera, al nicho,

del mausoleo, al caserón viejo,

del silo al castillo,

tu fortaleza empedernida,

tu aval de honda certera,

Siempre estabas

siempre estuviste,

como río a su voz del mar,

osado no fui yo

quien te encontró,

solo fui encargado

de darte moción verdadera

ojalá pudieses contestarme

mi piedrita bella.

 

Devuélveme a tu vida eterna,

del soto a tu quimera verdadera,

clávame la oscuridad de tu cueva,

en esta esfera pulida sin espera,

risco de tu sien enarbolada,

millones de hijos

esencia desnuda de tu alma pura,

techo sin compostura

del ser invertebrado,

techumbre que pizarra llora,

su azabache de cristal,

tu sangre de fuego y agua

que nunca te alcanza

sólo partirte puede,

grieta de helada, tus filamentos

que encaran tu azar de vida sin dueño

a tu sangre de musgo me cuelgo,

en verde musgo tu fantasma muerdo,

vida de herramienta,

azar de la idea,

al paraje que te conforma

al que sostienes su vida

siendo el suelo techo de esta hacienda,

si tuvieses dolores todos gritarían

que se acabase la muerte en la tierra.

 

IV


Camino al infierno,

después de todo,

irrupción de polvo

o tormentos por despertar,

esta es mi vida

este es mi rifle,

no digas por favor,

el cauce se abre

es una noche cabalgada

en sombra enardecida,

te quiero, te miro,

oscuridad presenta

su violácea arpa,

sones con sus cuclillos

despiertos miran un horizonte

de espuelas dormidas,

la noche baila

sobre mi fusil

alzado al alba,

ignota estrella difuminada

quién la puso allí,

baila cariño

esta noche cazaré

el animal que me sonríe

en tus piernas,

seré precursor de la muerte

hasta que mi color brote,

no será una noche más

será una noche menos

para que me llames

cosas que yo por hombre

no puedo pronunciar,

guerrero soy

de esta arma

con rigidez comparada

con barcos de tu puerto

que tanto amas,

canto a este azabache

que llora la noche,

cabalgo salvaje

mordiendo tus riendas,

ven las luces están prendidas,

sólo hay un faro que te llama,

su luz ilumina

tus gemidos nacarados,

encontrados por surcar

por avanzar tu negro refugio,

mantengo la noche de un trago,

disparo sobre esta araña infernal,

me sostengo de mi tela

de carne desnuda

en tu infierno desde que viniste a mí,

tú viniste a mí con ademanes de gata

encendida, volando mis palabras

haciendo del momento

un ruego que pedía

atravesar tu cuerpo con el mío,

te prometo nevar

la cúspide de tu cueva

acabar mi grito con el tuyo,

hacer de la noche un arrullo,

ser caballero de tu reino,

cabalgar su humedad,

deshojar la primavera

en tus labios de mujer.

Ser el tiempo que nunca se fue

porque siempre vuelve.

 

El Castellano

 

V

30 de enero de 2013 a las 11:00 ·

 

GRILLETES DEL ALMA:

 

Amanecer despierto
en roja sed de don funesto,

en este horizonte de fuego,

clamando, esquivo estruendoso,
como demonio antiguo

avanzo tu cuerpo,
flores y señero en beldad

en tu pupila me deslumbro

sigo el camino de las rosas

en sangre tu esencia de amor

me ahogo en el dulce tormento,
nacarado, infinito dulce tormento

que desvelaron tus labios ensordecidos,

tus caricias arropan mi sentimiento,

vals como condena

a no encontrarte de nuevo

en este arrullo no huyo, no muero

en los latidos estallo
una vez primero para siempre

y la estrella quema el desvelo

de noches y noches soñando tu cuerpo,

sin mar, ni barco solo caminante despierto,
de tu frondoso cuerpo
hoy en tus mares fluyo,

hoy de tu calma me apodero

para nunca más ser sombra del pasado,

como la malva enraíza la tierra yerma

en tu recuerdo entierro

mi mayor ilusión allí sujeto

esa sed que nunca te abandonó,

si miras dentro de tu interior
en oro y tierra

allí estaré amor, entonando

mi canción de ardor

a las lunas sempiternas

que envolvieron tu ausencia sin razón,

soledad con oscuridad

clama la espina de mi corazón,

en la roja sábana de tu calor

quiero anidar mi ilusión,

anhelos como cuchillos clavados

en el cielo de recuerdos

horizonte gris que baña

este el mío cuerpo rosáceo,

a la cuarta campanada de las doce

en su mirada tiembla el mañana de futuro sin presente

quiere tu sonrisa amanecida

en mis labios descrita,

como los rayos de sol de tus cabellos

y los pajarritos cantarán

en nuestra ventana

trayendo los amores imposibles

que separados nunca soltaron

el primer desvelo de sangre y colmillo,

enamorada del corazón reverdecido,

hoy canto a esta sangre mi dolor,

años pasan despacio y te voy llamando

a golpes de silencio luchando

con la templanza de cálido hielo

luchando a golpe de olvido silenciado;

separando nuestro destino

que se unió por un beso

y donde no llegué a entender

perdí las flores de tu piel,

caballero sediento en las batallas del ayer

como el inicio del sentimiento

vuela y gira por mi mente

como encontrarte siempre resplandeciente,

he venido a hierro a matar este silencio

he venido a beber las amapolas de tus labios

a decirte que recuerdo el sabor a fresa

de tu pintalabios,

a que en mis noches

quiero sacarte de mis ojos para tenerte,

y la sabana fría se viste de tu melodía

llega el violeta en su caricia

su voz del alma hecha súplica

de tu caricia,

grillete y cadena de mi espíritu

a amarte eternamente 
hasta que no habite silencio

hasta el final del latido

donde mi silencio 
se haga eco eterno

de tu recuerdo,

y la hiedra y cicutas 
envuelvan mi cuerpo

aquí quedará escrito este amor

que en dificultad

y sin saber años y años de tu mirar

late igual que ayer

por ver junto a mí tu caminar.

Te amo quizás sea algo

que nunca cambiará.

നുന്ചാ അസുമിര് മി ഫൈനല്

പൊര്ഖുഎ ടെ അമോ ടെ വെര്ദാദ്.
A Leannán-Sídhe

 

El Castellano y Leannan-Sidhe

 

VI

 

Villanos, malandrines encorvados,

me han querido robar el ánimo,

con fuste y aliento marcho mis relojes

con premura de segundos extasiados,

yo vi su horizonte en dura y áspera

semblanza deshojada,

temblaba el azar entre los azares,

una vida de quitina a la espera,

mi aliento es pez de mi jardín de cristal,

he servido a su péndulo,

entre granates y engranajes

danzo atrás el tiempo,

sí ese, mi tiempo, que cuido con esmero,

por si un día me llenase el estómago,

flagro la versatilidad de mi siembra,

cabalga las yemas de mis dedos,

hilvano que voy sobre un abejorro,

aunque no pique sigue siendo abejorrito,

le imploro al verso me abra con presura

una primavera de sabores

entre arduos cipreses con sabor a luna,

marca de silos azules

entre siniestros anocheceres,

para llevar una noche derretida a sus labios,

cazaré el gamusino de sus parajes,

avanzaré con paso lento y decidido

al compás de lunas y soles en desventura,

nacerá la hoguera,

consumiendo todo lo que ya no rozará mi vida,

decreto que estoy vivo,

y que mi vida la arrastro para no ser santo

ni demonio ni mal nacido,

si no un hombre que tuvo voz y espíritu

para ser alguien,

desde la nada,

desde las espinas que sangraban,

vivió trece vidas

que un hombre de su estatura podría vivir,

hoy afilo mi alma

válgame la compostura,

que si vuelvo a la cepa

se abre el cielo y la tierra

para acoger lo que siento,

que es más que un cebollino

más que un tulipán amarillo,

es mi arma, un corazón por letra,

es sangre en hoguera

tristeza se llama sangre en la poesía,

robaré al tiempo sus besos del alba,

mi amor gritará al sol que descienda

y viva en tus ojos mi amor sempiterno.

Llegaré por la rivera,

llego de los molinos de abajo,

buscando un atajo

para llegar y hechizar

el callejón de tu beso,

entre rizadas ternuras

trasnochar ocasos,

he venido a implorar perdón

por mi inconsciencia

vine a plañir mi alma,

vine a besar tu aura,

riendo entre flores

naciendo en rocío

de mis latidos presos.

 

 

VII

El sino lanzó un grito a la montaña, contestó un eco con amplia voz

que sorprendió mi anhelo

siendo una luz en el vasto ciprés

que a la luna alcanza

preguntando por mis yedras en maceta del alba,

un silo y un olvido despertó de su nicho,

cantando con la flor un latido desertor queriendo pedirte caricia eternamente.

Encerrada en iris violáceo la flor corría el sueño estertor,

el sol cambió su amanecer por la tibieza y suavidad de su flor,

siendo esposa del sol, caléndula en ojos

que marcados traen un irisado tornasol llamado amor.

Un ocaso se alzaba en guiño a cada noche que la flor cerraba en verso sus pétalos

afilado el cuclillo de la noche

besando una luna de cuerda,

una inmundicia cantaba su siniestro grillo

del calor de muerto,

despertando la siniestralidad agujereada

del hueso,

un camino eterno con acequia de la sangre que lleva en araña del sentimiento

y un difuso vértice de dos gotas de unión

que se juntaban exclamando

como rocío del molinillo diente de león

para volar con el viento juntas nuestras vidas en vaso retorcido de destino.

 

VIII


Fiel reflejo estridente,

los cuadros de tu vida

danzan entre las baldosas,

entre acorchados pasos

todo va quedando atrás.

Un ocaso florecido

de espadas en sigilo,

tiempos huecos

en lúgubre caricia.

Acaso la luna es luna

o alguien despierta

y la pinta.

Cerrojillos en destierro

de este silo de oscuridad,

avanza que imanta

el día y su prisa

por alzar su despedida,

gritos secos se mueven

tras el ventanal,

sangre que coagula

entre compases

de malas yerbas

de mi patio.

Es un mirlo negro

que me visita

siempre vestido igual

estrujé las vidas

del gato de arena que soy.

Suicidios de cardos

corren el patio

se riza durmiendo

mi gato negro.

La soledad me ama

más que a su estampa

vuela y reposa

mi fiel añoranza,

reverdecer mi ilusión,

socavar con sucesos,

así como besos

de este azar

que no siempre

se pinta negro.

Acuchillar esta realidad

con mi suerte de seguir vivo

para tomar con mi esfuerzo

lo que no me dan.

 

 

IX

 

Surco de noche

ya se retira

sonando el día

y sus rosas heladas

de invierno,

iris matutino

clamado

en este fiel olivo,

surca mi sangre

entre verticales filos,

mi gris vencido del alba

serena, más desnuda

que la transparencia

que el azul afila.

Se clava este verde

militar de ciprés

como cuchillo enervado,

y su canto

en estos sigilos de chopo,

cargo mi revolver

naciente del verso

por un sol de plumas

cae fusilado el aliento,

algo que clavar

al firmamento

héroe del norte

de mi silencio.

Fantasmas

del imperio perdido

su bandera del tiempo

dormido.

Fúlgidos nervios

cabalgan los acres

de esta trinchera

donde mantengo alerta.

Jauría de sienes hendidas,

con fauces somnolientas

quise ser siempre

con esta mente,

profundicé el idioma

de la flor,

hablé con la tierra,

aún guarda mis abrojos

sembrados.

Entre brotes verdes,

impacientados,

aguardan el bravo

crepitar de la tormenta,

y sus besos azules.

Ahonda esta vida

silos del demonio,

simientes oscuras

de malas yerbas.

En este campo yermo

crece mi ilusión

que no me siembren

el dolor,

seré como la flor

soñaré con las piedras,

reiré con abejas,

jugaré con el viento

como la vida grita.

Ahora que la mañana

consume los suspiros

ahogados,

ahora que el cielo

luce sus corceles dorados.

Es por esta pizarra

que me habla el río

me habla qué más

que ser agua.

Deslices anudados

entre corajes florecientes.

 

El CASTELLANO

 X


Oh visión de Quimera,
perdido en vil sueño Ebúrneo,
estirando el nácar de estrella,
vida de una vida bajo tierra,
compostura de signo infinito
en vals un placer corporal,
que canta, silba que yergue
columna y dulce acuarela,
yedras de alba
trepan este esquema,
pernicioso
ángel nocturno,
beso muerdo tu cuello,
por si tu tiempo acaso empero,
sierpe y viborilla de Medusa,
entre carruaje de estelas
y tiernos besos incipientes
piso un abrojo y blando sabor degusto,
un vespertino sino,
oh mi corazón un vilo,
amanecer exhausto,
niebla de soles,
afincar aura
entre sus criaturas hermanas,
hilvanas mi sed
y marcha la estántiga;
una fantasma de vestido su encaje,
mi fortuna ya no brillaba,
abrí manos
señora hada no te escapas,
un alboroto susurra a la diestra,
acaba de empezar
mi idilio nocturnal,
en vela de navegante
sin mar, sin astrolabio ni final,
rutas tu mar de sangres,
resumo mi vida
en un pétalo de caléndula,
modélame
semper a tu vera,
otra senda,
otra siembra no blande,
rumbo tu comunión de astros,
lo siento soy el cisne,
vida,
mi vida 
hoy necesito vivir en ti.


Förüq




XI...


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