domingo, 16 de junio de 2024

Sendero brillador comienzo dictado Te admiro Musa

  











Quise honestidad,
como se quiere a un sol de Julio,
el día mi nacimiento,
tuve pulcritud
en aspas purísimas,
lo que la verdad cantaba,
un Sol de hierro nos alumbre,
y arda inseguridades
como temores existen,
no hace falta preguntar,
sólo afirmar
que yo te quiero cuidar,
incluso en los días más oscuros,
en esos que no veas peligro,
ni de ti misma;
vine afirmando por cielos de arriba,
todo cuanto yo creo
todo cuanto puedo ofrecer
sin salir malherido.
Era como un inmiscuir recto,
sin molinos gigantes castellanos,
quizá con weches, de los soldados la tierra,
avancé cordilleras,
avancé sierras y sus valles espumantes,
todo lo que vine a descubrir
que hay posguerra inefable,
pasar a segunda fase la lucha
porque vivo,
y te esperé desde que llevo estos ojos verdes,
de gato y lucero que te sigue 
hasta encontrarte,
vine buscando el azabache,
vine buscando unos ojos madera de ciprés,
y no desfalleceré ni vivo ni muerto,
hasta optar iluminar su sonrisa
señorita.


Förüq




Ficha en curso Raíz Ancestral Azur. Nacimos para vencer o muerto-vivo  he de quedar.



Feliz verano que va a comenzar lugnashad
juro con sangre sobrante,
dedicarte un escrito 
cada tres tuyos,
 si me excedo e incumplo 
ruego castigo, con un escrito 
o , poema sarcástico  
que me haga maldecir 
el tiempo regalado sin ti, 
soy tuyo Musa Pequeña custodia; 
Lvgvs son y es 
todos los castos dioses, 
Mercurio Romano, 
a partir de hoy 
este muerto demostrará 
su amor y vida en tu latido,
 Auge palabra clave 
que la pienso y verbalizo 
y neutraliza todo dolor 
mandado.

 Tuyo mi golondrina azabache darkness.cl.
 Donde te encuentres tuyo soy 
 
SIN TI no hay nada merecedor 
que valga ser conquistado. 
DIME DÓNDE DEBO IR. 
 
AMOR SIN CONTRA NI LUGAR. 
3339 T FÖRÜQ 
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
no poseo cuenta bancaria, 
Ni hago ni haré nada ilegal en vida, 
te amo feliz noche doncella escarlata...3 
OE aUGE HEMOS GANADO 
UN CAFÉ CON ANÍS JUNTOS 
Y SU HIELO A DERRETIR EN BOCA... FELIZ LUGNASHAD 
O verano entrante.
LVGVS DIJO.

SANGRE DE SOL



Autor: Miguel Esteban Martínez García



LUGAR: La Campiña España Castilla





Lvgvs































Tabla de contenido

Paradigma, arquetipo de mi inspiración: 6

Faz vivo: 8

Destino irisado floreciente: 9

Embeberse el alma: 9

CADUCEO ESPIRO: 11

EXIMIA FLOR DE CENIZA 12

Abeja de tu arpa silenciosa: 13

Indemne acontecido: 13

La esencia: 14

Al sol mío venidero: 15

Pesquisa superior: 16

Silencio en tu hielo de ojos: 17

FLAMEAR, Destellatoria, OCITÁNUL: 18

Sacerdote de Musa: 19

Beso de agua ignota: 19

Halo chirría: 20

Poema de 2012: 21

Outsider (Fuera lugar): 22

A Calíope: 22

FUENTE EXTASÍA: 23

SILENCIO ESPINADO 23

Umbrío trueno: Oigo estruendo 24

RENACER DEL ASTRO: 25

EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO: 26

Campo de espigas: 28

Piel labrada: 28

Fulgurado sino: 29

Vuelta al inicio: 30

Sangre de musgo: 31

Carmesí inefable: 32

Severidad enfilada: 33

Soliviar llano: 34

Canto de luz fecunda: 34

Remanso y su era: 35

Alborea el otro lado: 36

Tañer de hiedra: 36

Carne espectral: 37

Azares de lluvia: 37

Son, del ascua: 38

Tiempo en floración ruginosa: 39

DOCTRINA DE INMORTALIDAD: 44

Cauce en rectitud: 45

Destello, incesante Tornasola: 46

Secuencia presa en ''Arañal'': 48

Rosa de los tiempos: 48

Flagraré tu ascua: 49

Grillo IX COMPLETO: 51

Aderezada estela clara: 53

poema reeditado 15 de mayo 2013: 53

Réquiem blande: 54

Abre pulso, transparencia habitada: 55

SURCO MELOSO: 56

Cuervo primigenio: 58

Origen en libreta, ¿Cómo llamarte?: 59

Serenidad eternal: I 60

Pureza acristalada de entraña: 64

Desposeído umbrío: 65

Latido inefable: 66

Sangre de Sol: 67

Escrito en sótano de luz 2015: 69

Fractal: 69

El Castellano 72

Mi sangre yerta reedición: 72

Uccellasica Concanauna 73

Zarcillo su campo: 74

Escritos del azabache: 78

Un cuento de 1997 primer escrito con 8 años: 78

Siembra abisal (2011): 79

Mariposa esencial, septiembre 2011: 79

Rubrica el hierro: 80

EXPRESO: 80

Cuatro cartas y diez monedas: 81

83

TOMO SEGUNDO 84

ABABOL SANGRE DE SOL 84

Liras 84

Araña de noble silencio; Oda en Liras 96

Raíz de candor mineral-Oda en liras: 98

Castilla Oda en liras: 100

Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019: Río Tajo: 102

Grillo Oda en liras 104

TOMO III 108

III IX Oscuro haz, luz sembrada: 108

Mi SOL; 108

Oscuro haz, luz sembrada: 108

Tablero de existencia: 110

ERRE QUE ERRE: 110

Graznido escondido: 113

Libreta Hipsípila bitácora Armonía: 116

IX 125

Ama a quien te mire por tener magia: 125

 Alevosía tu vítrea mirada: 129

Ascua espiritual: 132

AÑIL SECUELA: 136

XII 137

Oda de sombra nocturna: 140

Latido sembrado: 141

Espectro en el silencio: 143

ÉGIDA DESPIERTA: 149

Espiga roja sangrante: 151

POR MI PRINCESA ARAUCANA: 158

CERNÍCALO PROFUSO: 160

NIEBLA CON ABISMO EN RAÍZ MILENARIA: 161

SIEMBRA TEJIDA: 162

OCASO SEMBRADO: 163

VI FERVIENTE IRISADA CONDENA: 166

Progreso de la boca gris: 168

Honra castellana: 170

TERCERA ASCUA: 172







Prefacio:

<T COMO ES ARRIBA ES ETERNO ABAJO. FÖRÜQ ER-LOBO BOHEMIO

LECTURA

III 24-05-2019

Paradigma, arquetipo de mi inspiración:

Alma.

Pilar, cimiento, señero, clepsidra de sangre,

veleta de un destino superior fundado en cuerpo razón y voz de lenguaje.

Templo, morar, y fortaleza

de mi égida despierta, armadura de Atenea, escudo base de Zeus, claridad de esquela sembrada,

vida de la vida bajo tierra, sol oscuro de intelecto,

deshojar del árbol naciente en materia hija del éter personal,

torrente de caudal mágico,

ciencia de umbrío tomo,

sembrando luz y sus ríos sanguinosos,

Madre sin ciencia, con superior.

Bondad en nitrato de Chile,

Espiral de comienzo si este arde

pero sin final pautado hasta mi muerte

que será quizá cuando se complete mi hoja.

Fuerza y brío danzan en mi espalda.

Aere perennius.

Más duro que el bronce,

raíz de los  dioses insignia;

es mi estirpe sola,

inspiración; espiral,

comienzo dispuesto del que parte mi sangre o savia,

a mi razón acrisolada

en sótano de luz, inicio sin final determinado,

desempeño soldado escritor poeta Castellano, hoja de Hipsípila su ser, destino morir a mi gusto no al de nadie y completar mi hoja que es mi vida presente, siembra, toda siembra trae cosecha, pulcritud as de nueve espadas, labrado superior, ó Valhalla, sombra, sombrear, dar detalle a un dibujo, sombrear mi celada de intelecto, detalle, arquetipo, paradigma Oscuridad se ama no se vence.



EL CASTELLANO

























Reverdecía la Virgen encina:









Soliviar vetusto acoge, siembra

llano de altas tierras

que es el poema que se piensa,

quiero abrir el mar de encinas; afilarme

en su quieta vereda, enajenada, obtusa,

guardarme en sus flores puras de tierra.

hondar brotado, pulcro del fuego,

y su entraña destellaba como luz vieja.

Crispaban rayos entre brezos de fuego,

cuando un aleteo de nuevos estambres erigió;

cedía angosto paso,

colores de trampa abandonada,

fue la era, entre trilladoras oxidadas,

escalonado asir de místicas palabras

que yertas de conciencia

no escapan. ni difuminan.

Una casa en la loma desgañitada

de la insepulta tierra, madre de las cosas,

rodaba mi paraje perdido, inencontrable

entre voluptuosos pinos erizados

en verde nupcial de un jardín de albas incausado.

Espinos amarillos sujetaban el paisaje

con esparragueras del sueño yermo,

camino del linde quieto de Humanes

se exasperaba voluminoso el río Henares.

Misteriosa caricia mañanera,

al sosiego del jardín que nunca tuve,

tierra que no es de nadie sólo esta se presta

y maneja, como un mampuesto acampa sin esfera;

un continuar de lo que siempre estuvo y está

siendo el poema arena honda, flamígera

sembrado en brea,

y mis manos tierra del siglo que sembró

la retama del ocaso,

soliviares de encinares espumosos

un color duro, recio,

que verdecían ideas su paso,

raíz del mañana acrisolada,

anclada su verde savia.

Perpetua añoranza sin causa, un origen

el sembrado por los dioses;

crascitar que belleza acoge,

que arrulla en sus alas.

Metamorfosea, dictando rubor

entre escalas terrenas,

cónclave rumbo al cielo de las plantas,

un cuchillo de grama blandía

sequedad de estío insubordinado,

oro trigo esmaltada la sed que acusa,

un solo dictaba el grillo

en Sol mayor,

paseaba el camino la zarza,

me crucé con un alacrán soberano

quien yo era,

con sus pincitas

cercenar mi poema puede.

Hombre de lluvia

entre el marjal solanero,

pretiles gestos soterraños,

poza de su silencio

amalgamado de nuevo,

solo desliz pasajero y vuelta

a su patio de caléndulas

de sueños azules.





El Castellano

Faz vivo:



Ojos tuyos que enigmáticamente

avivan el furor de los astros

en abismo paralelo, cósmico;

un crujir de ascua, interna

y desfondada late

la profunda luz

que mi pecho abre,

eterna batalla

cuando en tu mirada

suena la sempiterna noche.

Un deslizar intangible

que marca el tiempo

sobre la ojera de la luna,

desviste que alumbra tu paso

onírico en carrusel

de estelas flagrantes

dictando como es arriba es abajo

tu bella secuela.

Zarpazo superior

y vuelve que se aposenta

azar de tres caras,

corralillo de estrellas

y volví a descubrir

que los ángeles no tenemos miedo,

cromático azar indeleble

un parpadeo bramador,

en escuela errante

del nido mi cuclillo correcto,

sentí al ver en la tierra

mi placer que cierra,

canción de río mi bravísima alma,

por frondoso valle

de faz en luna amante.



El Castellano

























Destino irisado floreciente:









Dama de la noche

tus mil especímenes

de besos en negrura caminantes.

Por un crimen de flores

avanzo que adentro la tiniebla magna,

una sola esfera

mil sombras camino

hacia la negra puerta

del sigilo nocturnal

todo se vence en un abismo

cromado, rasguñado,

las solas tempestades aladas

luz afligida, en torno

la cornucopia veloz

que todo distendí,

mineral candente acusado azabache

pletórico,

entre bruma esfumada,

informe desliz nacarado en musa mayor,

entre el señor Niebla

y sus rocas mortecinas,

abren esqueletos nimbos indescriptibles;

espectral bruma mi soslayo,

entre este humo solitario

y mi adoración endógena,

como sendas surcadas

por mi babosa metálica,

hilvanados caminos plateados,

conjeturas por sombras

y sus halos indiscernibles.



El Castellano

Embeberse el alma:



Ven, aguarda

el suspiro que escampa,

por orillas infranqueables

lo esencial tu magia,

como torrente pulsado,

de falanges paseando,

silencio eterno en las aras,

voz como núbil destelleo,

incesante que acrisola

entre tus dos pétalos de labios,

avalanzó el torrente

queda engarzar y trenzar el beso

fugaz entre dos ríos,

pardo y perenne.

Dulzura incipiente,

como fueres

siempre a tu lado del azul

intangible,

vagando yo aciago

por las lindes de tu alma,

anhelante,

quieto expectante,

de tu rubor en abrevadero

y sola poza,

en destino,

franca, flama

y un deseo que corre

y te acampa,

voy hacia el tercer suceso

tu gracia

terneza, entre puridad

y ardor entre ascua y candelabro,

entre vida, sueño o beber tu guiño celeste,

vaporeado.

Desnací en tu agua quieta,

una vez y así constantemente

avivando la ilusión

abismal que nos envuelve.



El Castellano





LECHO PARA NOBLE SILENCIO:





Encontrase siguiera,

novia, amor y mujer

este dolor enjaulado

de amistades perdidas,

de amores no perdurables

de tiempo libre, efímero,

clavado en la tierra

de tumba yerta, perenne y muda.

Toda divina causalidad

soterraña de limpios besos fatales.

Yacija filosa de alma su boca,

cónclave de Mercurio, Júpiter y Atenea,

bajo mansas lindes

se acostó mi espíritu,

ya solivié que desterré

la parca negra y sus alfileres.

Atraje a mi yermo ambrosía

de musa su esencia,

ya afligido serví impetuoso

al solo halo flamígero,

desdén de pocos

sin superior,

ni madre conciencia

acuné mi desdicha

en su melífera ternura.

Patio manso,

con redil cercado mi cordura,

osamenta de luna desciende

a mi ambrosíaca esfinge,

acunada mi parda, honda sepultura,

vine que traigo sus voces difuntas

en el carrizo de Helios,

en las rosas de labios de mi amada,

que acaricia que regenta

la negra sangre afligida en esta espina,

maldita sombra, ay de mí,

sonríe mi noche furtiva,

con lengua maligna.

¡Oh, divinidad superior!

Cubran tu manto de las flores estigias,

y los ríos dejen de llorar

sangre mortal,

la fecunda alegría sea cenit

y dichosa ceñida a tu torso

de mujer fecunda,

a ti te abran mis flores

cada primavera,

¡Oh, esse  Veris dilectus tui in melieribus!

Escucha, susurra nuestro silencio,

el tiempo que cerraba mis ojos,

y vestía la flor de opacidad,

con el color todos mis sueños,

buenos malos, no niego,

Abrid por Catulo

los cerrojos que atavían

a su agua de palabra,

hoy, siempre, se escuche mi marjal

de claras hierbas,

fecundando su clara tierra de piel,

de mujer valedera.







El Castellano







CADUCEO ESPIRO:



Ola de escollo en tierra

consigna sembrada.

Llamas en ojo de sangre,

horizonte que atiende,

Luciente llama.

Escita levantas

de insignia pasajera;

mi dulzura de cólera nacida,

cantad mis años dulces a Diana

entre boscajes y frondas suaves

donde el torvo cielo no amenaza,

allí se blande mi ser recto

de conciencia pura

cantos se erijan

de verdad desnuda.

Sombra de saetas vanas.

Sangra luz viva,

altiva, nada sin tus honores

consagre el viento de plenilunio

ceñidas las verdes sombras

de las hiedras arrancando

liras al pueblo fragoroso.

Vieja entraña lacerada,

escucha

el reverdecer de la sagrada cepa.

Vestal engarzada,

encorajinados templos

nacidos del fin

de los tiempos,

túmulos de luz

con soterrada cripta,

abriendo, despertando

senderos sin final,

sólo comienzo

llamando la resurrección;

posando nido de nueva sangre,

sonando los clamores,

tambores aguardan la nueva guerra

que trae la vida,

eterno resurgir

en vestigios yertos

transmigrando el eterno

ciclo existencial

por el que

quien nace guerrero,

guerrero muere

y guerrero renace,

en la lucha de completar

su alma en final.

De navegar el Valhala,

así bajar hacia arriba

la osadía

de Parnasos devorados

y furtivo conocimiento, que no acaba

como espiral de perfección era,

de siembra

de capataz del único

origen de tierra,

deslumbrado este hueso avanzo.



Llameante fuego,

de los cielos

acoges y al frío duermes

que los campos

ya no emblanquece.

A ti padre de los vientos

te imploro traigas tu negro vendaval.

Así choques Aquilón norteño,

con Ábrego;

abre esponjada la tierra

a tender umbroso,

páramo sin azote

del fuego del cielo,

oh labrador,

que clama ya,

la enhiesta primavera.

Sin honores

no hay versos,

ni comensales.

Cuál la vigorosa,

valerosa quimera

que el ser no enrosque,

llegada la hora.



El Castellano



EXIMIA FLOR DE CENIZA



Eximio:

ilustre, excelente, notable, magnífico, eminente, destacado, insigne, relevante, sobresaliente, superior



afamado  - cimero - ilustre - insigne



EXIMIA FLOR DE CENIZA:



Limitada siembra, de los que venimos de la urna de arcilla;

o flor de tierra, añiles fervientes inmiscuye,

de salmo en raíces, mi una dicha,

mundo en partición de yacijas terrenas,

piedra y luz es azotea en España tela de araña,

redimido compás de los que no son de mi estirpe,

o íntimo metal soy descendiente de mi Sol.

Luz adjunta mi musa, derramó en virtud,

A sincera vista; discurso de su alma.

como poliedro en la solana que muda crisálida,

vamos marchamos hacia la ausencia repleta,

o al ánimo para siempre,

mi localidad en luna de oro,

bañada en sempiterno campo lírico,

defiendo al ídolo castellano de su encina,

o infierno de paraíso terreno,

flor del monte eximio de entre las ánimas,

brillantez de corona perpleja luciente,

como arribar del barco esencial que trae alimento

a todo espíritu que yaga en su padre tiempo,

lírica naciente de sus pétalos de ceniza,

alimaña enraizada con espiral armada,

llave del portón de madre tiniebla.

Pan y estrella de mi panida olvidada,

palpar vigoroso de orador inmiscuyendo,

certera sentencia relegada,

como cosecha de mi huerto de propia campiña,

anuncio que llegó la primavera

de este soldado,

abrió su primera margarita,

en patio de la araña

abriendo borbotones que alineaban suspiros

de la tierra germinada, en ciclo de muerte y resurrección

del planeta o estrella apagada,

mi dulce miseria,

la llamé eximia flor de ceniza en pétalos de carmesí persona.

primavera del hombre vivo-muerto,

camino a su ínsula radiante.

Alegoría desdichada soy;

de Sol que desnudo canta,

para un mundo de cabezas de grama en dossier,

y cebollinos que caminan,

resistencia particular del otro fuego azul,

tomo un anís en la posada del sueño,

que soñé visitaba Valparaíso.

Donde están los cardos,

anido allá los sones de alma,

y se abre y trasciende el campo de poesía,

con poemas augurales.

De gotas puras,

o lágrimas apodadas sin poder precipitar,

como sembrar de voz el aire

y ver que llora lluvia la virgen de la cueva.



Förüq Castellano



Abeja de tu arpa silenciosa:



Ardorosa retina,

en frente un sol tímido

de centelleante rocío permisivo,

alborada con viento furtivo

de nueva alborada forjada;

pupila en abanico cual veleta,

pura rosa entre mis cristales,

de cal y sosiego,

borbotón espantado

en brea encendida.

Ver florecer tu silueta enamorada,

herida de absoluto diamante.

Desdicha en astro palpitante

entre sus piernas gemelas,

congela este desliz inmiscuido

que quiso ser dentro de tu ser,

adelante mi lozana castellana,

de albor intocable,

y sonrisa numinosa,

ardor en pecho amante

que sienten apretadas las mariposas de tierra

de mi carne;

llagado mi deseo

de cruel infortunio desaconsejado,

no retiro y no alzo mi osadía

en cuchilla de quimera entre mis manos.

aljófares destrenzan almíbares

en escalas de hielo,

con mis fauces entre sus labios,

oh sonrojada nota,

instante de negro cielo, y negro día,

voy rumbo su carmesí terciopelo,

luna no cae ni su azúcar ni sus flores de café.

Agarro tu tempestad,

afiebrado, frío gané el pulso del olvido,

rompí sus esquemas,

y no viví terror que te fueras y no volvieras,

abeja yo que vuela su fatiga animosa,

de plañir nueva siembra,

estridente mi porfía,

escondía la umbría,

sombra fugaz entre mi frente.

Entre que avance

su dimensión del pez muerto,

y su desnudez violenta

sin atisbo de nácar ni alta ojera enfundada.

Espiga en los cuarteles terrenos,

de mi vestida primavera primordial.



Förüq Castellano

Indemne acontecido:



Salir ileso

de tu hechizo que metamorfosea,

prendido de tu arcano fuego,

horadando todos mis resquicios tenues,

lúgubres;

destellando por más de ti.

Tu obscuridad me está llamando,

de nuevo sin mi otro, sin mí, él mismo,

inundar de luz tu abismo,

con la lluvia de mi Sol;

candor en raíz que precipita,

mi arpa luce su vástago simiente,

que del albor a mi albo traje,

nadie negará que yo te ame,

sea como fuere, y el destino mande.

Semblante distendido,

enajenado mi lobo ártico.

Danzo, danzo como espectro ante la luz

beso mi suelo de nuevo.

Florecen mis ganas de beberte

y dejar rastro de flores.

En combustión, que cede y retrocede

con besos en la madrugada escueta.

Guardo retales y tus halos

flamígeros al tacto.

Espero mi fábula

de grillo en jaula.

Déjame ser yo esta noche,

que de Mercurio haré islote.

Dormiré su profunda ojera,

desnaciéndote, surcaré mares

de pecho en boca,

hasta anidar náufrago de tus impases.

Diamantinos, absolutos,

perplejos, conjugados,

vespertinos, incendiados,

acompasadas hendiduras

traspuestas al solo cóncavo,

de la cresta de tu mirada.

Buenas obras se le pide

a tu soldado.

Colmaré tu atrio

hasta resplandecer

tu una dicha, amante.



Förüq Castellano









La esencia:



Hueso, eje:

Mercurio Ninfas ardoroso mi sueño,

desceñida, Apolo, campiña Liris, río silencioso,

liberta, parco asiduo adorador de los dioses,

imbuido en recia doctrina,

Júpiter Estigia diosa púrpura.



La esencia:



Mercurio

tus barbas zigzaguean

el plomo de nobles relámpagos

metales irisados en fundido tacto.

padre dios del brillo primero

sin descendencia,

oh, tu filo insondable,

por el que visualizo

ardua Musa de tu rivera fecunda,

ardoroso mi sueño,

eres tú quien lo desempeña

y otorga.

Desceñido vals

de mil antorchas

a Apolo lanzo

mi baquio seguro,

candente de mi ser, estela,

campiña lucen

los pechos de mi diosa amada Venus,

con su río silencioso

hace mella en el Liris, mi esencia,

Liberta mi oscura Ninfa,

musa que proceso rito y culto,

parco, asiduo,

adorador en hondo terreno

mis dioses del averno,

que beso para tocar el cielo,

como es, arriba, es abajo canto;

imbuido en recta filosa doctrina

de venas razones

amar la oscuridad

sin condiciones,

por Júpiter, no hay guerra

finalizada sin comenzar,

tengo duro, limpio abismo con portón

abierto de inspiratoria doncella escarlata,

llamada volver a comenzar,

diosa púrpura sólo ella mi musa.





Förüq Castellano



Al sol mío venidero:











Canto,

al lánguido fulgor de amores

que desvanecen,

que embisten,

que resplandecen

de la centella indecible,

indefinible,

la esencia que lo atavía,

como furor de las armas viles,

acaso existió

la distancia para el alma, pregunto,

candoroso desdén,

en sopor armonioso,

hermosura presurosa,

de bello luciente,

mi astro,

derramé súbito destello,

acaso abandonaré esa sombra

que corre procelosa,

los campos,

las lindes

de los instantes vehementes,

con parco semblante

de fanal fuego

de sombría melancolía,

canta alma mía,

que ese azar funesto perece,

apelo mi contento,

firmamento no subo,

aquí justo, bajo los cielos,

que puso el hombre.

Avivo que presento,

la corona mi espíritu,

entre lirio y lanza de Atenea,

forjar esmerilado

sueño que arrostró

anhelo quieto,

de caduco rostro,

postrero avance la niebla mía

que no difunde ni envilece,

ángeles clamorosos, fraternales,

de anisada llaga de vida,

os bendigo

en dichoso vuelo.

Yo no dejo mi amor en agua ni en tierra,

sí en la simiente,

vagarosa alma mía

viva tu imagen,

viva tu solo espejo,

por mi carne acompañado,

escuchar mi acento,

de barquilla en brea perdida

en tabaco fugaz.

A formar trino,

armonía cela,

que ya aclama,

entre laureles de mis dioses,

y no perdono

enviarte la somera

golondrina humilde mi suerte,

te dejé una flor con una nota

de único romance,

mi crujido que envanece,

y repican las campanas

los rotundos cristales

que afloran mi pecho

por su transparencia habitada.

Dejé marchar a mi sombra

pero siempre vuelve

porque me quiere,

mayor bogo el veinte y seis

de este mes

que hacen tres lustres

en latencia

mis tres latencias

de treinta años que marco

al fervor mis soles,

un tercio mi vida asida,

cumplimentada

si te ocultas hoy

cuan luna en destreza hermosa,

puede que te alcance

en uno de los soles venideros

y sus hoyos magnos

donde me dan de beber su sangre.



El Castellano

Pesquisa superior:



Cantaré a tu gloria,

de belleza fecunda.

Mi fiel abatimiento;

en rito o plegaria

avanzará o surcará

mi amor valiente.

Tercer cielo

que nueve hojas

me abarcará.

Batiente el reflejo,

tu aura acompasada,

transmigrar tu honda dicha,

será, será, será.

El azul que era malva,

el malva que fue violeta.





II

Cantando a las azucenas

de la tarde guardada.

Bardos mis deseos

no desvanecen.

Y al cantar sujeto,

efluvios siderales.

Tapial este silencio

perdurador.

Franca verja tu amor enjaulado,

bajo nueve cerrojillos

en bronce mi tajo,

abrieron dos.



III

Esencia rauda,

afilar la palabra,

y descuartelar la letra

en un, dos, despierto.

Ánimo mercurial destrenzo,

en dulces acordes,

besando de tu violín,

surco y pulso cuerda.

Un amanecido grillo,

eterno dice que Förüq

Hipsípila no morirá

tras acople.





IV

Cruzo el viento,

y veo la alegría,

a calmar tu férrea nube

canto.

Abre la fiebre argentosa,

el cuarto cerrojillo dorado,

entumido halo,

en penumbra renombrado;

abrió oscuridad sus alas,

letargo de postrero

avance,

ventura por tempestuosa

niebla encaro.

Imagen de luz,

de torre mi penar,

que retira.



V

Orilla que descubre

tu reliquia onírica,

que magia apremia.

Fui directo y ablandé

mi tensión superior.

Camino el Valhalla mi letra

Aposenté.



El Castellano



Silencio en tu hielo de ojos:



Sonatina extensa, yerta,

embelesada; flagro que venzo

un son cobrizo,

del metal noble,

sin margen, ni acerbo, ni curva,

un solo de quebradiza arpa lira,

mi ser no delira, te ama,

con ropa tu intelecto,

en flores de tu vestido solariego,

traspuesta tú,

por los sucesos difuntos ave negra nocturnal prestancia,

voy hacia la décimo octava estrella

que son dos nueves en llamas.

Sin franca, tapia, ni verja,

es un Sol inmiscuido

de onda ojera de luna argenta;

es mi sino,

carrusel, infranqueable de espinosas,

aspas de lucientes,

y su luz que ciega,

es un cantar al crisol de reina musa,

es un heliotropo sondear;

buscando a Leannán-Sídhe,

por concavidades de su hogar,

por astrales límites de su unión

sujeta sangre,

de mi erizada savia.



Förüq















FLAMEAR, Destellatoria, OCITÁNUL:



He bailado en tu obscuridad,

para poder sonetar

nuestra propia luz.

Flamear constante de tu nitidez

de estrella endiosada, incipiente,

flagrante, absorta de atónito atuendo,

dilucidado expuesto,

acreciente mi beso

con el tuyo dado

a mi puridad

de imagen Solar,

avanzo tu alma

el silencio es más lunático

que su reversa palabra Ocitánul,

es un resquicio...

Tibia, desangelada,

de tu musa belleza

y mensaje empíreo

de tu sola alma,

debo decirla

que ya no más sola,

tengo sentido vívido,

y tus falanges lo sostienen

musa golondrina

abeja de mi caléndula de pecho

trenzo el azabache

que nos llora la noche,

para despertar a mi lobo.

Luna en constancia sempiterna

te vuelco en tus cuencas ondulantes

de tus manos abiertas.

Ven, ven a mí

deja tu cena romántica

para mi póstuma celada y su égida

de Zeus y Atenea.

Tu querubín

yace que yaga en un tiesto,

capaz de germinar en flor

el tulipán amarillo vetusto del destierro,

alzo que seré referente

magno de mis castos dioses

en la tierra castellano,

su sangre mi tinta;

Raíz de ellos y Cernunnos, Candavmis.

Ó Valhalla,

venga musa a pasear

mi yermo arcano,

encuentro que sigo tu estela luminaria

de aquí a Mercurio,

exacerbo, a diosa Venus,

y mi dios Gemineye

con ojo sangriento,

me dirige,

que soy yo solamente su sirviente,

nacido de la novena estrella y su telaraña destellatoria,

eres tú musa

digno afán de tercera constelación,

vengo con mi canasto

en clepsidra que plañe la comunión

certera de tu pluma

y nuestros astros,

sonríe plena mi condena,

y el ripio

para quien se guíe

y cabalgue definición,

señor de yertos fantasmas

cabalgando los cielos,

caballos espectrales

de claros relinchos azures,

hálito de hielo bésame;

cabalgaré tu sonrisa

doncella escarlata,

quiebra mi arpa

con mis manos sobre mi pechera,

AERE PERENNIUS.

Más duro que el bronce,

quién me destierra

si yo soy de tierra

y ella es mía,

inmortal, etérea hacienda,

los duros somos tierra

los demás, ceniza.

Mi Sol es invencible,

baja e imanta mi Luna de plata

que eres tú Musa.



Förüq



Sacerdote de Musa:



Silencio me extirpa del vulgo profano

mis cantos olvidarte jamás pueden,

Musa,

sacerdote yo de las Ninfas Musas,

coronada implora tu gloria,

desdén que amancilla los mortales,

espejo inmiscuya,

tu beldad piramidal

.

Doncellas hadas y Sátiros me escuchen

entre el bosque de reina sombría,

mi bardo imperio implore que presida

a la izquierda de mis castos dioses;

Céfiros de tu alma me acaricien la forja,

tempestuoso ímpetu de solana pulcritud;

ungida en tus mares de manos que escriben,

mi árbol alegre lluvias preludia,

sobre la faz de esta espada,

campo de primavera rigurosa

con sus pretiles gestos sin azada furiosa.

Turbio dispongo el alma de la piedra Frigia,

sol humilde me acompase,

púrpura naciente tu sayal desciende,

vid de hondo señero de Falerno,

su umbría sombra en racimo cultiva densa,

a pie de honroso pueblo.

El Castellano



Beso de agua ignota:







I

Modulas tu consistente

clamorosa felicidad,

de oscura nota

que suena la noche en tus ojos,

indescifrable relámpago percibido

en anterior registro,

paisaje latente tu dicha

por mí acompañada.

Dulce acorde

que cae a chorro

por las venas de opacidad de materia.

Rizas que embebes el descansar

de la flor.

Pupila cristalina

en rocío sobre papel de luna.

Silencio sobre polvo de memoria,

oscura cauta luz

de muerte entre los besos,

escaleras y espejos carnales.

Límites de anhelo ojalá los vistiese,

sangrando ríos de escamas inefables.

Entre el crepúsculo más sonrojado.





JUNIO Hace seis años:

II

Descuelgo en tus alas

mi impetuoso servir a tu cantar.

Me adueño de aquel néctar

desvelo de tu silueta.

Donde derrama

el sueño enarbolado de mi calma

que atrapa clamor de fulgores.

Entre tus pupilas que musitan

quédate siempre.

Descampado de ilusiones donde naces

y mi interior floreces.

Oh flor de embeleso,

cristal de tu aliento,

corren puras tus aguas

en los suspiros

donde no encuentro olvido.

Sólo reflejos de tus ojos

a cada hora que se cuela en mi ventana.

Quiero perderme en tu inspiración,

clavar un firmamento con tu sabor,

ser viento que te lleva lo que siento,

ser piel de esencia en tu cuerpo,

rayo que rompe el silencio.

Para tus ojos quizás

solo poeta enamorado,

letra en tu cariño,

jardín en tus recuerdos,

quizás sólo quiera ser yo en tu sonrisa.

Camino tu cielo sin prisa,

me dibujo óleo de tu aliento.

Un nudo de tu destino,

una gota de luz que acampa tu alma.

Quiero ser un latir en tu mirada.



III

Corre el beso, se afila el verso.

Desafío a este silencio.

Cierro mis ojos y dentro te veo,

sólo sueño

y tu destello se vuelve maravilla

en sus pétalos iridiscentes.

En tus pupilas se disuelve mi vida,

vida.

Te bebes mis nervios

y entre jardines noctámbulos amanezco.

Surcando tu cabello azabache,

vendiendo mis mañanas

por el ayer a tu lado acurrucado.

Efímero el segundo

descansa en tu parpadeo.

Cruzando el río de mi adentro te veo,

dando vida al dulce tormento,

ese que me tiene pintándote de ternura

un firmamento,

del color de tu alma pura.

De tus labios tomo la dulzura,

remolino de cariño te vas volviendo,

cuando tu cuerpo manantial secreto

observa como el agua y la poesía

hacen el amor etéreo.







El Castellano y Leannán-Sídhe



Halo chirría:



Hoja, dime tus devenires

desde un otoño caduco,

a tus mil aullidos de árbol.

Entre resquicios opacos, umbríos, lúgubres;

sin luminaria fidedigna;

avanzada de una tenue luz difusa

y un crujido seco, soñador,

de oídos precoces,

un solo de arpa y volví a ser

un chasquido en la ventana

puerta de este mundo

con el halo de mi vívida fantasma

sonámbula,  habitada en todo estridente

reflejo, llamado invierno.



Förüq Castellano



Poema de 2012:



Gran luz, amarillo brillo de tu amor,

luz de tu esencia, sangre de fuego en tus venas

de vida en color, mas atada a tu tierra,

solitaria de tus páramos,

amapola amarilla de montaña,

reina hada del bosque de las sombras,

en tu despertar iluminas espíritus olvidados

del corazón más profundo del bosque.

Mas tu hermana sangrienta roseta de penitente

nace debatiendo qué color vestirá su flor

violeta de reflejo de luna,

manchada de sombras de amor a la noche,

o rojo cual granate hechizado de corazón de sangre congelado,

sea cual sea su manto, no olvida;

vestirse de todos los colores

con el negro más opaco,

de recuerdo al fin y el resurgir,

al comienzo del pétalo amado.

Aún sabiéndote amante de la soledad

también creces en familia,

de sangre marcada tu insignia

recordando que quisiste tener corazón

y te ataron a la tierra,

hasta en tierra muerta creces,

para aliviar tu pena poco necesitas,

tu belleza alivia tu alma,

del viento obtienes tus caricias,

de insectos los besos, y del tiempo

el sustento para tus semillas de tus urnas,

ciegas nacen, ciegas caen a la tierra, en la noche de lluvia.

Un día de primavera a una

se le ocurre el sueño de despertar,

pronto sus hermanas le siguen,

en belleza de la vida ves nacer y morir,

espíritu de reina tu entraña amapola,

nadie te odia, muchos te aman,

bendices la casa si tú, gran luz,

floreces amarilla en la rocalla.

Mas si tu bendición es ser blanca y morada

das el sueño de la más bella hada.

Si naces roja y negra das tranquilidad y alegría

al espíritu que en guerra se encuentra,

si eres roja como el carmín del deseo

tienes el amor del camino que cruzan las almas,

como tu eternidad en la tierra

a la que te ligas y esclavizas.

Quién te daría ese nombre de amor,

quién te nombraría desde la antigüedad

planta de la alegría,

quién conoce tus secretos,

sólo quien se funde con tu sangre,

quien ve tu alegría en la primavera,

que te cobija,

quien ama la vida,

reina flor te ve en la tierra

y amada musa tu belleza,

quién te conociera, quién te conociera.



El Castellano













Outsider (Fuera lugar):



Es mi oficio,

un desempeño,

tangible, armonioso,

y epicúreo.

Bronce de mi sangre belleza

¿Oh dulce sangre!

sanguinoso destello

carmín, bermellón.

Empíreo azar indeleble,

madre y padre de musas,

rito y constancia

fiel prestancia,

litigio iridiscente incendiado de brea,

azabache nacido de oscura retina,

amor al arte es falacia

es honrada servidumbre

a los dioses, mis padres,

mi ruginosa letra endemoniada.

Sangre sin cristo ni espuela,

es azar de siete telarañas,

candil que se enciende,

es endógena inspiración,

inmiscuida,

soy sirviente escribano

del fulgente hálito ambrosíaco,

azar de nueve barcos

bajo océano de tinta roja,

un beso y un epitafio,

una bandera de sangre y brea.

una desquicia resuelta,

una moneda de nueve caras;

un despertar y lamer hacienda,

es el ninfo rey Arte.

mi desempeño a diosa letra,

mi oficio y mi yermo,

mi cementerio,

y mi hospitalillo maldito.

Suerte del aojo enfundado.

Es un grito bajo tierra.

Soy outsider,

camino fuera de la línea,

os compadezco vidas cepas de un día.

Yo muerte siembro

y lo bonito que me florece.



El Castellano





---.T



A Calíope:



Recto escalafón

dorado al beso no dado.

¡Oh! Calíope;

baja imploro

te estoy construyendo

un cielo dorado a ras terreno.

Madre ancestro de musas,

figurados y primigenios.

Estuco tu mirada de puro cuarzo

y tu semblante de estrella inviolada

avanzo tu esmeralda de mujer cristalina,

beso tus pies descalzos Musa.

Necesito colmar tu atrio

de caléndulas solariegas y rosas de muerto,

abriendo fragancia de mujer desnuda

al Paraninfo yerto

Castellano.

Yo Raíz de los dioses en la Tierra.

Tú mi Flor.



Förüq Castellano









FUENTE EXTASÍA:



Cercenas esta hoja ilesa,

la niña de mi verso si acaso pudiera

sangrar este cielo,

y su avenida en estruendo quejumbroso

sonido, al menos

un espasmo,

una lengua de nervio,

una acequia de sangre

es el hombre

si al menos fuese hombre,

fiel testerazo ensartado de bestia

caminan las sangres,

y nadie vendrá a vengar a los hermanos,

desfallezco,

exploto en pétalos bermellón,

soy de mí

preso de una historia que nadie me escribió a mí,

rayo colapsado y su vertiginoso alambre,

es una avenida esta fuente mía

en  un páramo rojo

en un gozo olvidado,

así la mina que se destapa,

ardiendo la pena dorada,

por quien la siembra,

por su azada maestra,

desquicia fina en teja, con tejado

en alma de ángel por cadenas,

destierro enjutado

en duro, desvelado canto de tierra seca

bañada su era en sangre de cepa,

hay un olivo que vive lejos,

hay un señero y estaca de linde quieto,

por los sorbos que me robó la siega,

viento, viento, labrado,

de letra y estalactita

de surco y olmo doblado mi tinta.

Hierve mi fuente niña.



El Castellano



SILENCIO ESPINADO



Mantenme afuera,

sí, dentro de la luz,

fuera de la noche,

las estrellas

colgadas

en racimos a la espera,

solo sólo yo para ti,

crepita mi hueso

esta escarcha deshojada,

por venas del humo

de mi escuela,

por donde se acaba

el suplicio

y yerta la luna

destapa

sus besos de malva,

por ende, este duende

comienza

la libertad de la sombra,

cayendo de nuevo

su araña está,

granate lustre de sed

por avivar

una vez en la existencia

el mar mi sobriedad caminará,

de la mano

tambores de tierra quebrando,

por su camino dorado,

el sueño y su telaraña rizada,

aúlla el camino de la zarza

y destapa

la soledad con capa,

de desertora entraña,

de una vida en la espina,

y su cúspide labrada,

es por el sol

que nace mi albor,

resplandeciente como fulgente

mordiendo mi suerte

es de la luz el siglo resplandeciente,

fuerte siempre fuerte

avivo esta lumbre,

giras, evanescente

acoges mi fuente

que en gris y verde,

en verde, azul y gris,

las muertes, bulle,

para ser un linde y un campo,

un abrojo y un manto,

un despertar en amaranto.



El Castellano



Umbrío trueno:



Oigo estruendo

servil de azote

de relámpagos,

¿Oyes el tintinear

de sus cadenas?

Son cuatro que tiran

los párpados del ojo

de mi abuelo Balar,

agitan los carros

de fantasmales corceles,

abren ellos los sones,

fulgura mi romo hierro,

timbales estruendosos

en polvo y humo figuran

y voces y solanas lunas de acero

y crepitar solo entre mares

de yermos arcanos

y son de armas

sus pesquisas afiladas,

sentencias me iluminan

mis atinados ojos,

entre la sombra

y una deidad suprema,

bailo mi oscura estela

siguiendo cruces y arquetipos,

voraces fauces alineadas.

Divisas tú el crepitar argento

de mis infantes;

es sólo sangre en mis ojos,

reverbera, luce,

cruel insignia advenediza,

como esquela sembrada

en rango de visión,

humo y acero de pecho

y solo azur mi nombre cabalgo,

castellano de su llano,

por coraza su dicha,

por polisíndeton un ente fulgurado

del camaleón yo era,

o Poli- Policarpo Díaz.

Boxeador Español;

todo relativo de intuición que busque

en el campo la espada,

una flama, una vela,

cinco mil razones para seguir

a la musa del ocaso,

de cromada secuencia

en alma sujeta, ella,

amada luna sempiterna.





El Castellano

Oigo son de armas  y  de carros  y  de voces  y  timbales... 

¿no divisas un fulgor de infantes  y  caballos  

y  polvo  y  humo  y  fulgurar de acero?

Giacomo Leopardi "A Italia" (1798-1837)





RENACER DEL ASTRO:



Una de sangre:



Arte supremo,

Lugh,

el sol mi Sol,

amar, la vida,

sentir

la estrella,

sentido sentir,

la luna,

sentimiento,

fugaces atrás

veo,

sonido,

destrenzo

quizás dentro,

la poesía

playa de sangre,

mar adentro,

latido

de la parca

efímero,

ceniza,

mi sentimiento,

era o es

llegó el momento,

ven, revélate,

puedes tomar

tu lugar

dentro de mi cabeza,

verdad,

mentira

todo se acoge en uno,

arráncame de raíz,

mi tiesto es la poesía,

humo

la sombra,

oscuridad me llama,

no estoy en peligro,

yo soy el peligro,

te escucho

gritar quien soy yo,

yo soy tu pasado

tu presente

y tu futuro,

el tren de la noche

me persigue,

lunas atrás

el sonido arañaba,

el cristal gemía,

la oscuridad se retorcía,

mi azabache lloraba,

crepitaba la aguja

de mi reloj,

dormía el astro,

me encontré con la una,

las alimañas vivían,

se rizaba el segundo

entre arañas grises,

todo parecía

renunciar a la luz del día,

vi mi poder vencer,

me gusta más la madrugada

que la luz siguiente al alba,

la una no será más la sola una,

la acompañaré

será la una acompañada

de la madrugada,

mi sonrisa taciturna desvelada.

El párpado deshojado,

el sonido de un grillo errante,

el abrir de la noche

que fue instante,

esferas negras

ilusiones consumidas,

tiempos navegantes,

entre miradas

y lazos que evanescentes

marchaban,

y se quedaban.

Resumido en el besito

que anidaba proscrito.





Es una cruz, un origen

la vela y el candelabro que marcho.

Entumece visión su huella ausente,

aludido encumbra el párpado mío,

deseos en tierra soterraños,

avanzan los años

y se siente se exacerba ella su belleza

es dueña,

avanza sin rival ni reseña,

si su alma acaso me duela,

encuentro mi verso soldado,

por un mundo que cae en harapo,

es clase de fantasma que gasto,

es sangre en mis ojos,

el ruido,

la siembra,

los colores,

la verdad,

las mentiras,

el sol

mi astro,

la entrada, el portal,

la vida, mi secuencia

pureza soledad alacridad extensa.

vine a romper el hielo en su frente,

el gris,

las fuentes,

la calma,

la esencia

que es brillo

que es fulgor destapado,

desavenido destello crispado,

cariño

la secuela,

fantasma de primavera.

Ario yo, en similitud sembrada

cadena de ausencia

arrastra mi alma renegada,

las luces, el orgullo,

abruma mi ser

su historia de plata,

porque la vive entera mi persona,

y de su ente no me puedo desterrar,

si cesa su alma

cesa mi sentido

y aliento forjaría veleidoso

como escalar la sombra de mi parra,

como hacer casa sin tejado,

abandonaría todo menos a mi ser.

En mi guardería propia de estrellas

para ella, mi calma

de espíritu en botella. 



EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO:



Operación cero,

preparado para destrucción completa.

Temblando ruido agresivo

supresores activos,

hostilidad caótica

controlador inactivo,

Ctrl. Alt. Delete.

mente eliminada,

extasía fijada,

dominación eleva la distorsión;

extinta clase,

energía nunca muere.

Raza real avenga el paso,

controla el ruido ahora,

real es terror en el hueso,

juntos:

-Guerra al error,

guerra en la boca de locura,

nadie viene a morir hoy.

Tropas de la luna

blanden metal oscuro.

Más duro que el resto del tributo,

pura luz sellada;

fase helada en un, dos, tres segundos;

vidas en el ojo de una aguja

sistema sobre saturado

dirigiendo bajo tierra,

era del resplandor metálico.

Mortífera debilidad

perfección dicta

destruid el defecto.

Vandalismo ordena

descanse el tributo enajenado.

Llanto de la guerra crispada,

sórdida esencia implícita,

tercera fase encendida,

fuerza canta

ciega su falta,

exterminio en vena férrea,

faroles dormidos

esperanza difunta,

cobres almas anidan

sigilo deslizado

por entes de éter.

Energía, niveles óptimos.

Conquistar y destruir es lema,

pasado rueda

el olvido del tiempo.

Es hora de estremecer;

por un alma disuelta en electricidad,

fase oscura dispuesta,

era lumínica comienza decadencia,

telégrafos disponen alaridos en cópula

sobre postes de pino muerto.

Escarpias frías

sostienen pensamientos,

nueva era decreta,

hoy es mañana tejido en fábrica

de herramienta llamada éxito,

ilusión en cadena

para realidad de quien la estrena.





14-06-2019



Dicen que mi Sol ha muerto,

oh desventura,

mi luz gigante que toca su albor

de nuevo ocaso,

no nació dicen para la vida

por lo que la Parca muerte le rehúye,

invencible astro,

como mi amor

entre cristales de albas intermitentes,

fulgor, crestas de rayos

en soledad de perenne luz,

hervor de ondas inmiscuidas

sola, candorosa al crisol

de aspas luminarias,

hasta el torvo grajo le teme,

oh Sol de mis soles,

cuándo tu osadía de seco tajo

me raje los cielos.

Tosco como ninguno,

esfera al cristal de hielos

tu transparencia cegadora que clavas,

gigante entre infinitud

de argos sumos luceros

lejanos,

tú, ventana de eternidad que todo puede,

caracol de espejos

tú, sola esencia

que llora desangelada

luz como nieve intangible crispada,

hervor entre soles

te alzo mi digna espada.

No elegí nacer

y si vivo es para morir,

morir me pregunta ¿Cuándo?

Morir no quiero...

Pero vivir para morir, menos.



El Castellano

Campo de espigas:



Miro mi soledad

desde el otro lado

donde las sombras nacen

y crujen en las paredes,

caminillos del pececillo

de plata, acurrucada

mi sien

abre los lindes

del sueño retirado.

Es un desfile

la luz del astro

intransigente

sabe que no tiene

mejor en su empeño,

se riza mi idea

sabiéndome cuervo,

adentro el nueve

y el tres sacude.

Vive este caracol

con casa de espejos

habito el espejo

estoy escribiendo en él,

que un día

las imágenes harán

dulce sinfonía,

los sonidos serán

colores derretidos.

Mi casa será una hoguera

mi luz será invencible.

Seré yo el encargado

de cabalgar los tiempos,

el olvido dejará

sus cerrojillos

entre un manto

de abrojos lucidos.

Las hojas llorarán

baladas estridentes,

mi letra rozará

la perfección

de las décadas

florecientes.

Siente el poder

del cuadro

de la oscuridad.

Afílame el cuchillo

hiriente,

tejidas las arañas

de mi carne,

atraviesa esta grieta

de la realidad

que no llora flores,

sólo lleva en tules

almas y su ciego campo

de espigas.



El Castellano



Piel labrada:



Surco de noche

ya se retira

sonando el día

y sus rosas heladas

de invierno,

iris matutino

clamado

en este fiel olivo,

surca mi sangre

entre verticales filos,

mi gris vencido del alba

serena, más desnuda

que la transparencia

que el azul, afila.

Se clava este verde

militar de ciprés

como cuchillo enervado,

y su canto

en estos sigilos de chopo,

cargo mi revolver

naciente del verso

por un sol de plumas

cae fusilado el aliento,

algo que clavar

al firmamento

héroe del norte

de mi silencio.

Fantasmas

del imperio perdido

su bandera del tiempo

dormido.

Fúlgidos nervios

cabalgan los acres

de esta trinchera

donde mantengo alerta.

Jauría de sienes hendidas,

con fauces somnolientas

quise ser siempre

con esta mente,

profundicé el idioma

de la flor,

hablé con la tierra,

aún guarda mis abrojos

sembrados.

Entre brotes verdes,

impacientados,

aguardan el bravo

crepitar de la tormenta,

y sus besos azules.

Ahonda esta vida

silos del demonio,

simientes oscuras

de malas yerbas.

En este campo yermo

crece mi ilusión

que no me siembren

el dolor,

seré como la flor

soñaré con las piedras,

reiré con abejas,

jugaré con el viento

como la vida grita.

Ahora que la mañana

consume los suspiros

ahogados,

ahora que el cielo

luce sus corceles dorados.

Es por esta pizarra

que me habla el río

me habla qué más

que ser agua.

Deslices anudados

entre corajes florecientes.



El Castellano

Fulgurado sino:



Era un día que se podía rezar

a la estrella mayor,

como si una babosa metálica

se tratase,

busco en este astro una razón

abro a su luz mi creación,

que me cuente

de sus paticas que recorren

los campos tiñendo de ocre,

de su insípida lengua

que me recorre,

un hogar lejano donde descansar,

una novena puerta, a transmigrar,

creeme de nuevo si te digo

que soy tu hijo adoptivo,

nacido de estas cuchillas de trillar,

un verbo un suplicio despierto,

cruzo la era solariega

buscando quien yo era,

miro al muro sí ese que dibuja mi mente,

miro a la montaña,

recuerdo que yo soy la montaña,

navego este mar de grama

de esparto y tomillo, tiznada la jara,

sí vivo en Guadalajara,

como cuervo adoptado de Castilla,

avanza mi meseteño aliento,

aúlla que aúllo cual lobo de hierro,

una noche sin despedida de invierno,

avanzo a la llamada de mi averno,

está ardiendo en el cielo,

mi musa belleza,

hasta que se materialice

en mi única florecilla,

llevo mi canasta de melocotones

a ella mi gitana,

arrojo dulce abrojo

la quiero en rojo

a veces en blanco como prima

de la pureza,

sí esa que endereza,

hoy es un día teñido de espadas,

baja mi azul despertando a mi araña,

que hilvano y me hilvana

cual maraña de sábana de su tela,

no nadie entiende

por qué cruzo la espera

fumando el cigarro del minuto sujeto,

mis ojos ardiendo el juego

de su fuego de mujer,

ciegos pálpitos

crujen su negra pupila,

yo no estoy despierto

ella tiene de ausente su presencia,

cuervo soy esperaré su noche

noche negra alza tu sombra lúgubre,

yo cabalgaré tu sien saltando

tus oscuras fauces,

hoy lanzo tu tenue honda,

afilo este cuchillo a ver si canta

junto a mi iris vespertino

su crimen de pasión y de flores,

hasta que se duerman

los campos conmigo.



El Castellano



Vuelta al inicio:



Es del tiempo

la incombustible hoguera

consume la tierra

en perfecta esfera

se alza un maullido

desertor.

Gatos que suenan

como alambres

en casas sin teja

ni tejado.

Soñé un día

su contorno

su silueta

me arrebató

el sueño

diciéndome

y corroborando

su espejismo.

Sol oscuro

en días claros,

humedece mi piel

una áspera lija,

soy de madera

de ciprés.

Soy hijo del Sol

de hierro

y de la luna de acero.

Soy yo el encargado

de partir el viento,

yo que abrí

mi destino en dos mitades,

una para sacrificar

en ofrenda

si se cumplen mis deseos.

Soy de la tierra

una espiga.

Hijo del Sol de invierno,

ardiendo en hoguera,

del cielo

su quimera despierta.

Oye mi respiro

me tiene miedo la fiera.

De este panal

de mundo no soy larva,

soy abejorro mayor

sin reina,

hago énfasis

de esta siembra.

De la tierra

soy flameante espada,

torbellino de este mar

angosto.

Espuma de estas caricias

al alba,

crepita sobre una araña

este fulgor,

Torbellino señor

de rosas sin sangre

y sin cortar.

Como cruel indulto

a la belleza

por encumbrar.

De hojas y espinas nació

este tallo

que ama de verdad.

Que muere en el suplicio

de su despierto tormento

dulce, ensangrentado,

envuelto nacarado.



El Castellano



Sangre de musgo:



Trae este viento

memorias perdidas

del tiempo olvidado.

Trae sangre de los Dioses,

en muérdagos lucientes,

sangre en flor del musgo

por vivas piedras tejen,

espíritus en árboles mecen,

traigo estas vidas

traigo grietas en mi destino,

mi bravura que muerde el suelo,

desenterrando su sable,

sin oxidar que es mi espíritu

para luchar,

voz que me hiende la entraña,

al trueno es ella que silba,

de sus lamentos

vueltos testimonio

de lo que se convierte

la materia,

y su resurgir de tierra,

me avanzan los montes,

me beben los ríos,

para gritar este latido,

que no morirá ni estando muerto,

tiempos perdidos

llevo en una mano

en otra golpea

la voz de mi poesía,

y sus negras nubes de tormenta,

blandiendo su hacha de guerra,

bruma de su gris naciente,

ojos de la noche,

que sigue este lobo de hierro,

gritos en la espesura alimañas

se afilan la entraña,

fuego traigo que yo no deseo,

y fui a la bella fuente,

donde se bañan las almas,

carroña salvaje será mi enemigo,

y sus carnes cantarán con mi espada,

este sol me engendró de hijo,

estoy hecho de tierra y luz,

que mire la carne

que miren ojos que quieren mirar,

el armamento de este temporal,

lucharé por todo aquello

que amaré,

lo que amo será mi guía,

para nunca caer,

deshojaré las ramas de mi tiempo,

y en este cabalgar nocturno,

la novena estrella arroparé,

el tiempo conmigo volverá a nacer,

si es que no lo hizo ya,

mi cuerpo es la forja

dentro llevo la espada,

al tibio resplandor

sigue en pie mi batalla.



El Castellano



Carmesí inefable:



Turbado yaga mi espíritu,

sin voz yace mi gran momento,

puridad en crisálida perpetua,

oh, lacónica eternidad,

no te temo ya

ni tu crisol de hálito

me vence en inmortal secuela,

recto ganaré a la luz,

por su ceniza coronada,

cantaré hasta el etéreo vuelo,

me trasplantará el viento obscuro,

metálico azar,

erigiré un árbol de brea,

en mitad del todopoderoso silencio,

mi flor no sucumbirá,

ni mi verso armado

será litigio de crin en ascua.

Filial prestancia,

que nadie trepa mi solo nombre,

por cantos obtuso,

en sangre

suceden labriegos

fecundos.

Terrazgo de mi amor atado,

canto a mis generales,

despejen el camino,

y entre férreos cipreses

me avalen.

Tanta herida precedida,

tanta voz que muere,

sin soto de almíbar,

pena que no muere,

son este de mi bronce en ala

de un repecho carmesí,

soledad,

mi gloria tan fuerte.

Azucena helada de mi tarde,

resuena en ti

un azar indeleble

para indicar sin sonido,

que tengo corazón y cielo

atrapados en un solo verso.

Olvido sin espejo,

mantuvo suerte segura;

luz sin día ni ojos

fue perfidia en otro astro,

azul, paz,

cuchillo que mi vida hiendes,

a cercenar toda oscura alegría.



Förüq Castellano















Severidad enfilada:



Destino desvencijo.

Como un borbotón de sangre.

Suspiro rápido y hondo,

entraña amilano,

todo me lleva

sin redil ni correa;

a verme en el ojo de tu espíritu,

sí, resquicio parco, opaco, en tu voz,

en un patio de trincheras

y entes esferas, al crisol

de valles y venas,

en el recital jamás yerto de tu verso,

cauce perdido descubierto

entre sótano de luz injerto,

en la pupila del lugar mágico,

riera en rambla

donde crece mi amapola

de pecho abierto,

tu vida la saboreo despacio,

entre regio y mi coraje en flor

de nuevo cierzo;

tu sangre sabe bien,

alma invernada buscando

horizonte en mente concisa

y como no llega a destaparse

eterna dormida avanzo su esquela.

La veo en mis sueños,

resquicios oníricos del ser claveteado,

de vidas mías lejanas al tranvía etéreo.

¿Cómo no hay?

No hay nada que negar

nada que perseguir

que todo arte nace del sentido inerte inaudible,

en manos del destino me encuentro

y me encanta el momento

de verme en el ojo de tu silencio

recordando mi universo de astringente azur sarnoso,

tu voz, amada luz en mitad el reino tenebroso

donde allí sólo canta mi oscuridad.

Alma de fuego encandilada,

estridencia seca, armoniosa,

velo de sigilo

tu suspiro, nada más.

El tiempo es correcto

para la revolución; jamás mil máquinas

podrán hacer una bendita flor,

Densidad recta

en rienda plumosa lamo esta mi pluma estilográfica,

resguardo en Caja de Pandora es mi alma sin espora.

Cinceles celestiales, un soto veleidoso,

donde sembrar el final sin comienzo anunciado,

por esculpir, tu contorno,

con vistas a tu verbo;

divina tez a blancura helada

por deshojar mi fiel recogimiento.

Así me perdí yo

buscando tantos años

el abrigo

de tu amada voz,

haciendo que mi difunta

cobre su vida.



El Castellano





















Soliviar llano:



A las aguas de mi memoria

primoroso apelo,

a tener yo un alma como rambla inmensa,

desapagada,

un tiempo sin días de cobijo alado,

rosario suyo por terco no incendio,

sueño en aras de corcel virgen en grandeza develada,

sudario sonrojado,

metal beleño todo olvido,

arrebujo sin mesurar vil, posible

que por ella mi cruz y mi condena,

deslizan mi viva aflicción

de amor a propia ascua en la tierra,

sorprendido, letal no pienso,

neblina y fortuna

grandeza, gloria no gastan,

voy por epitafio soslayado,

remembra cautiva mi soledad infecunda,

alejar vida y belleza cuándo,

rosales míos crían ajos

cebollinos y puerros acuso,

tonada de mi sayal remiendo,

en boca de santo astro.

Peregrina de azar inamovible;

en alba de seda,

viste su dicha inmaculada,

insinuante su figura.

Sonora ella de silencios perpetuos,

oro de riveras

y burgalesas conciencias,

sendero atisbo

voy largo su densidad llana

aria, agraria,

luminaria bajo luna de signo azabache,

luminaria gitana sólo su mirada,

mi repecho no fulmino,

ni faldeo,

arboleda de mundo monótono,

distinción no apremia,

ni estrella viola

su espuma de ceniza larga,

como lírica paz

se llamó magia.





El Castellano



Canto de luz fecunda:



Imperecedera faz,

en haz luminoso indeleble,

río de tinta terrena,

insubordinada cava mi azada,

sacando olvidos de la piedra,

anisados reflejos que hienden la carne

como el Sol me clava sus espejos en los ojos,

vítreo desliz, enarenado,

es un sol bajo tierra,

hierro de vestido del acero infrahumano

que porto,

soñé desvestir mis sueños como sueño de flores

aguardando su fecundidad de nuevas muertes,

perpetuidad a flote,

en sima de raudales,

pila sacra bajo tierra hierro de estrella,

claridad del destierro

en relámpago de veta azabache,

voy sacando penas por olvidos,

azadón saca terrones a cal y canto,

es mi alma quien se destapa

que una vez en la vida se dispara

una soterrada vía sola, pierde el relente.

En manos de silenciosa vívida estampa,

y su desnudo de ángel custodio,

encenderé las novecientas noventa y nueve velas

del averno,

para encontrar lo que me pertenece

y siempre se me negó,

paz sin guerra...

Que va, otro día se venda.

crisol anidado en tus labios de mujer inmutable,

un deshielo y el cielo me trajo de nuevo,

sobre la luz monto mi corcel de viento,

allá donde la tierra es éter incoloro,

y la suerte es de metal,

de los árboles al bosque

de la sombra carne y cuerpo

de chirrío estacional,

y sus muros de venas

gira mi peonza,

trompo vivísimo,

de aurora incipiente,

montaña o preludio,

el gris se extingue,

luminosa mi trinchera erguida,

con desnudo bronce,

que no es más duro que yo.



Förüq el Castellano a 17-04-2019





Remanso y su era:



Avanza manso

un hontanal

de gramas frescas,

deshilacha al durmiente hombre,

se retira mece y avanza

su calvero expuesto

de su semblanza,

una dama cual blanca cierva

bebía, bebía del vientre

que emana la fuente,

plañía un ababol solitario

del camino, que la rambla sigue,

fiel, duro testimonio sacude

su cuchillo calizo,

huye, huye el tábano por el monte

buscando algún depósito de sangre,

el brezo se apoderó limpio

de un raspado testimonio

la tierra devora lo que es de ella

para ser mi sangre

su eterna ofrenda,

por descampados fugaces

corría mi alma,

como fiel testerazo de hombre,

la espiga rendida,

saludaba a la oliva,

siendo del viento

esta fiel niña

que nunca descubre a quien pasa,

sólo, solo ante ti

me acuerdo de la primavera,

me levanta un sol helado de verano,

para ser mi hoguera

una fuente niña

que desliza, siente, y no consume

mis labios de pradera,

siendo este pasto

mi infinito remanso,

que me habla de la ceniza del fresno,

de la nieve del álamo,

de la sombra de esta abeja,

y su testimonio deja,

entre almendros con sabor a metal,

y encinas sin gorrino,

hoy avanzo el barbecho

para enfrentar mi sino,

a ver si contesta

la brava dama lluvia

que es Dios.



El Castellano



Alborea el otro lado:



Destello que blanquea,

lechoso, estira un seto

en semicírculo,

la retama amarillea

oscuro el agua

de soto sin fondo

en cuchillo en haz de cauce,

compongo el suelo,

con un hueso en mandíbula

pereza coarta la raíz

en mitades que caminan

desencajadas.

Anidaba, un corta vientos,

la franca entre rendijas

que se ocultaban bajo paja,

decencia que iluminaba el sol,

patio largo del atardecer

lleno de harina.

Escuché a mis heridas

por francos capullos segados,

caídos asisten a ungirse

yazco en una hoja roja,

camino por mi corazón,

exime aliento

una raíz salvaje no sostenida

se deslizaba un rosario

con aflicción del marjal

cubierto por la flor.

Como febril estera

y larvas sujetas

en yunques iluminados por savia;

era mi vida el precio

de estas semillas.



El Castellano



Tañer de hiedra:



Cerro gordo de henchidas horas,

marcha lenta sin subrepticia,

pesadumbre del porvenir

sin hojas ni otoño de vastos

suelos empedernidos,

en este rincón deslizado

un senil canto que abre paso

tras espirales en cuencas de flor,

de floresta blanda,

húmeda donde la maravilla

será villa,

Yunquera llanos fueron

sotos sin perdigones,

pero de fuente

de lo que fue siempre

matiz destellado,

ultrajadas sin abrigo,

en este mausoleo de tiempo

que se pierde sin visiones

vientos sin azares de infelicidad

ni ajuares de inamovible primavera,

donde lo único inamovible

es todo lo que siento por ti,

como un carrusel sin soga,

ni cuerda que atañe,

desde esta urdimbre

anclada, armada, hondonada,

dónde mi manso destello

de esta asolada cuesta abajo

que avanzo

por la vera

verdes,

un ojo que endoseló,

sin compostura

mi dulce cicuta

secular es mi enredadera,

mi sentir sin espera

su blanca ojera de nácar

de rosas y crispadas espinas

flojas,

absurdo, burdo, doncel

en sandez segura

tapiz sin fusionar

dichas ni agravios

extiendo mi locura

¿Alguien duda de mi campiña?

Con murria

de escurrajas,

cuenta ni azada

sin sostener este descanso

que lo dicho tiende,

todo recuerdo de lo que alma tengo,

y recuerde mi cordura,

que Úbeda tiene monte

y yo blando su horizonte,

sin alarde

hago corral de lluvia.



El Castellano







Carne espectral:



Incauto silencio verde,

ignorando que la rosa

no ha muerto siempre,

antesala sin espera ni consulta

donde muerte pasea,

enorme llama en fondo de frío,

ojo helado fijo en labios ardientes,

enjambre solapado

a mis trescientos treinta y tres vidrios

de alma que gasto.

Hermosa ni roca te parió viva,

deshechas las estelas

queda asirse esplendoroso

al metal que ruge.

Mareas de afrecho

visten savias lloviznas

que avivan su verde intransigente,

ángel lánguido voz revierte

surcos en iris pervierte,

quedaba alto nacido del hierro,

el norte que soñaba el viento

fruncía de aojos la vestida noche

y su cenicienta espectral

de las maravilladas flores de difunto

acrisoladas en soles pudientes

hechos de silencio.

lúgubres hendiduras del sueño

y el vientre escamado

de la lagartija

que yo amé,

y seguiré perdido amando

porque yo existo.



El Castellano

Azares de lluvia:



Avanzo el día sufriendo con la luz,

escribiendo mi cuaderno

encima de una mesa de pino,

simple, ruda,

como ella misma.

Hacia el ocaso del nueve,

la cerviz descansaba sobre el rastrojo,

una carrasca enervaba sus flores de piedra,

era suficiente descansado el recodo,

abría el cielo un llanto

de llovizna asilvestrada de abril.

Suave se esponjaba la oscura tierra,

la viborilla ahondaba su refugio

bajo la severa piedra,

era un tomillo afilado nuevo

de esta rigurosa primavera,

el solar lucía su verdor

de ángeles cazando lagartijas.

Diestro mi ser dudaba si llamar

al gamusino de escritura,

la cocina de baldosas

invitaba a merodear por algo de cafeína

era redondo el tiempo que alzar clavos

y unir galaxias sobre tejado de aspas,

un día cualquiera;

sin mozas en la vista,

era bastante y no se sujetaba mi pensamiento

de vanidades cualquiera.

Angosto trepaba el tejado de mis densas ilusiones,

atravesar raudales sujetando azabaches del cielo,

estirar la luz y bajar la luna,

era un puñado de estrellas apagadas

y volví a sufrir y endoselar cantando,

un reguero tieso de savia

y el vergel se encendía

clamando la desquicia

de que no duraría la siguiente estación,

sigo las ondas del charco

deslizando en él su solo reflejo,

rambla sin margen repleta

de esta lluvia sin cuartel,

un río me desquita de fluir

como lombriz azulada purpúrea al tacto,

es un recuerdo a mi río Henares

en localidad natal surcada,

un solitario flamígero pensar,

y cambio todos los lugares por ninguno,

que es lo mismo,

cimientos absolutos de oscura tierra,

en tímpanos calizos me sostengo,

como esparto del bronce,

y brezo desnudo sin soslayar herida,

el vals terreno me envuelve

y vuelvo a saltar el pretil gesto de Ostara,

anudando el ombligo de la tarde

con la ojera de la noche.







Förüq El Castellano



Son, del ascua:



He venido por los sones sin tiempo,

resuenan todos en lo alto de la torre,

indico fiel muro

que acuartela voz sin muerte ni memoria,

bronce a lo alto,

pureza inmiscuida en áspero esplendor.

Risa sin agua, tiempo con sonido,

eternidad azogaba sin corazón

ni anchas calzas finitas,

el cielo cayendo turbado está.

Voz con muerte oí e hice caso,

penumbra de vendaval obscuro,

hálito perenne de triunfo en luz segura,

mi culebra, mi sola flor, un campo soterraño

armado en cantos, solapado,

viperina falaz un soto

al que me trasplante,

dulce miel de tosca celda,

filial que enmarca,

sangre sin latido del suelo terreno,

raíz de terrestre prestancia,

clavo instante, cabeza abajo

de la vida de este mundo,

tajo recto aguardo,

con la verdad profusa de cuánto he amado,

espiga de tinta bebiendo la luz,

de su ardor erizado,

crisol a raudo, puro odio,

eternidad sin voz,

agreste reverbera,

empapada en substancia.

no tendrá que aullar como los presos,

oh dignidad serena,

cuervos de muerte me caen los ojos,

reloj de alma y alba en despido,

como rubí dentro del zarcillo,

me senté en un junquillo,

y me entregó un zorzal su ovillo,

hiedra de espíritu suplicante

trepando quinto cestillo

mi torre anublada de hondo cielo,

sombras miro, me miran todas,

mi cántaro es como el de Dagda

ni fin ni repleto,

viaje eterno,

al encumbrar todo

de nuevo rocío.

Ababoles me cuentan

que todo se alza y rige

gracias a raíces primas.



Förüq Castellano



Tiempo en floración ruginosa:



Una flor que es flor

en mitad de tu tiempo,

floración que vino de raíz del averno,

escalando al cielo,

pluma en tinta

de servil vid de Ferento,

albor en cernícalo vigía

primo del vilano señor,

mariposa metálica que revuela

desde soto carmesí de tus muslos

desplegando su lengua furtiva por tu dulce

vientre de nieve,

corola de un silencio húmedo,

como si flor en palabra

nunca hubiese sido,

trampa de arañas en serviciales rosas

de la aurora más funesta, clavada la hora.

Curvatura morada de mi verde sueño,

corazón despierto o mudo

de grito sordo en el pecho,

amor de rayo empeño asolado.

venas en azur sobre tierra,

un destierro de la esencia intangible

al beso y ala vaga de sol minúsculo.

Rebelde en tierra resumen edificado,

sin vigilia feroz me despoblaba,

inmaculado fuego,

terrible y compasivo,

tú amapola,

crecida en luna de mi huero camino,

labrador de arduo sendero,

lebrela tú musa de mi gana acaudalada,

pez de hilo es este instinto,

a veces parco, a veces sumiso,

azul lento en flor de viento,

oval de campana tu concavidad en bóveda.

Mariposa negra que poema trae en ala,

gota de luz colmando el astro,

mariposa negra solar,

mariposa de muerte sembrando

orugas de vida nueva,

azur todo espejo,

de un tiempo que ya calla,

y todo frío, termina.





Förüq Castellano













IX: LUGUS:



Sol de cristal;

Oh lugh, invencible al crisol

de tus lenguas travesadas

fiel carrusel de rayos sin secuela

de su rizada espera,

blanca luz de tu vera,

entre compases que hielan,

a tu vespertino canto derriten, despiertan

tus mil llamas liberadas,

desnaces a la noche que aguarda,

oh Sol de mis soles,

acoge este iridiscente canto

en tu seno en mi pecho que te aguardo,

al fragor de serpientes frías,

al valor de fieras enardecidas,

bajo y bajaré para alcanzarte.





El rey lucero,

todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color,

a través de la caricia nos trae Lugh.

Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris

que apareció tras mirar fijamente preguntando

a una flor de difunto me comentó

que podría indicarme de la tierra

donde todo es libre





Lugh

mi padre astro,

Dios de las artes,

este afán que me enciende la vela

para que me encuentre.





Luna madre de Lugh soberano,

encuentra su cuervo en su castaño,

estribo sin llano

un real cerro

de rivera del antaño tajo,

salpicando este corazón por piedra,

con mi dicha

que se acuesta y briza,

mi profunda raíz de tomo,

con negro abismo despejado,

centelleando.







Wotan, Lugh, Morrighan,

ese veris perdida y encontrada,

Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,

y tú mi amada Brigid

Genii locorum dioses ancestrales

abrir este camino,

Diancech sana este mi cuerpo

Badhbh Catha sigue fuerte,

tierra entierra la maldad

sepulta los problemas,

como en tu ser el ciclo

el eterno resurgir en ti cierra

y comienza,

resurgiendo, abriendo camino,

escudo en fuego sembrado,

hueso del pagano,

me deberán cuanto yo he plasmado,

hierro al hierro,

fondo escueto

del vítreo traspuesto,

senda de la idea,

por ellos socarrada,

lucha, cuanto más arduo es el camino,

cuanto más se abren las pruebas,

más se hinchan las fuerzas,

sólo vencer en firmamento,

agujereado de huesos,

siembras que tiembla la luna.

3 claman los genii locorum

que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos,

Diancech sana este mi cuerpo

Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde,

Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba,

Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,

y tú mi amada Brigid poesía,

elevar mi canto

que yo con mis actos

os hago un manto,

Cernunnos comienza nuestra caza,

Candamvis alumbra esta montaña centelleando

el relámpago,

abriendo el cielo de nuestra bruma,

tejiendo nuestro amado ocaso,

que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo,

ahora y siempre se escuche nuestro canto. 



Regio Lugh meditando.

Sin mis vencejos

no brota esta fuente.



Abren montes

sucios de azul sereno,

deslumbra un fulgor.

Dios del destino,

dios de luz y del fuego diestro,

doradas sierpes bajan el acecho

flamígero.

sí o no mi lucero,

afrenta amanece,

antepasados servid al viento

de vuestros hijos.

No hay bajeza por recorrer,

raya la senda

cristal hondo, que lluvia mece.

Renovado filo incierto,

entra luz en círculo

piedras de mi padre Lugh

escrita la noche,

ancho dilata diáfana derrota

cae a mis pies.

Vieja honra goza nuestra libertad,

tumulto en casta recio,

esquilas límpidas las mías

en luz de mi Sol padre,

titilan tersos

los verdes de tierra

espejando joviales reflejos,

dios de fuego y de toda Iberia,

desde portal del bosque

de Cernunos,

Candavmmis abre los cielos

velo de tormentas,

apacienta bella, tu recta belleza,

sobre mi haz

fiero, funde mi luciente,

a avivar el trueno.

A galopes de oscuridad

magnánima.

Dios de brillo terso,

En este otero mi alma despertará.

Aciago comienzo de sangre

en grito ceremonial,

ondas pulcras cantará,

dilatando cauce de gran Airón.

¿Vendré ya a la luna?

Ya filo de alba,

pura tiembla mi brisa nocturna

aprende mi resto del mañana.











Lugh Solar y Poderoso,

jamás a ti te hable el olvido disuelto,

ni se rija tu onda luminosa como tronco esbelto,

digno a abatir el rayo,

noble melancolía por tu madre difunta

Tailtiu,

en el alto cielo,

tu grandeza

sea reguero de oro.

La tierra secunda en nueva cosecha

por talentos colmados a florecer,

viento sonoro guarda tu hermosura

Rey Padre,

El páramo yerto perecerá

en ámbar blando

de aroma besando tu frescor

de vida nueva.

Abatirá la sombría dulzura la tierra,

ilumina mi pluma al honrarte,

suspiro de mi estruendo crepuscular;

nombro al pájaro misterioso

que te pertenece

cuervo que otorga el anochecer,

Sicut nubes, quasi naves,

velut umbra.

Años pasan yo busco mi recto yermo,

triste aflicción por aquel tomo de tierra

como las sombras vaporosas.

A ti Creador de luz,

acógeme, pinta esta mi noche negra,

amigo de imagen solar,

soy por cuantos Soles he nacido.

Por sosiego de tierras ignoradas

dame su gloria.

Camino afable con tu candor a seguir,

blasón yo no pido

ayúdeme a desplegar y sembrar mi porte,

en tierra a cabalgar

y deslumbrar.

Lughnasadh, Lammas.





Oh gran dios del Olimpo celta,

Lugus señor,

tu espada cenit de todos los talentos,

oh gran Sol,

divinidad de tierra,

tu sola estirpe encumbrada.

Patrón de artesanía,

amplísimo espectro, padre de las virtudes,

gran brujo, sabio cuervo,

aquel que te sigue por doquiera,

iluminoso, blanco

cuervo tú.

oh padre,

abre ya en savia nueva tierra,

también te llamó el Cesar a ti, Mercurio,

llegará tu rito para Lughnasad.

Solo uno; dios del Sol tú,

oh Lugh.









El Castellano







Reflexión:

Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,

es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,

y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,

en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.



El Castellano 29-04-2019





Ababol, sangre de sol:







Ababol, oh tu carmesí sangrante,

oh tu sangre de Sol,

en brea de pétalo flamígero,

sordo me alzo yo solo a tus cantos,

por sembradas frentes,

acoges tu belleza incausada,

rizada ascua gimes

de la tierra al cielo los castos dioses,

en la altura los montes

a la cumbre de sembrados árboles

anidados, repletos de peces.

Monumento tú del yerro,

y tu rivera a mi izquierda,

impetuoso me alzo

desde tu desbordada mar de tierra,

al río en rambla,

de Júpiter complaciente,

príncipe y rey tú,

oh, gran olvidado linaje,

caudillo orador de los vientos,

rajas el ocre

de tierra impune que mi Noto,

muerte no teme;

lámina de bronce mi pecho,

qué clase de muerte

tú difundes y apremias

como divinidad en coro de Ninfas y Sátiros,

mis ojos, sin lágrimas vierte.

Oh sola belleza tú,

amapola venidera,

augur de cuanto he sembrado,

Ababol sonriente, Vestal en llamas

iridiscente,

por Helena de refulgentes estrellas

por cabellos,

derriten todas mis arañuelas,

Padre de los cielos,

Padre del viento, acoge mi fiel ofrecimiento,

en este atrio castellano.







El Castellano



VESPERTINO SALMO:







Rocalla y celada,

roca y yelmo,

entre su negra sangre

te invoco, espíritu del yermo,

entre tu contorsión de sol

creció una espina

en mitad del corazón de la piedra,

no fue rosa ni la más bella de Júpiter,

espiraba su retorcido dolor,

dando vida a su roca base y nicho

su lamento que yaga,

un tallo prendido

sus ilusiones en flores

como espino abría al cielo,

compasión de aflicción,

como una capa y corpiño de dama,

frente un olmo forjador

dador de aliento

al inframundo terreno,

greña de flores mecía

el tallo de la espina

como ternura llorada

abrazaba su desolación,

entre mirtos y espliegos,

y el alhelí de los caminos,

sangre de tierra plañía mi ababol,

que el perdurable fervor

durara, toda la estación.

No era una piedra brotada

era mi corazón,

incrédulo por cuanto

sirvió,

guardián y vigía

de todo lo profesado,

mezo mano

y doy abrazo

a esta sombra mía

que camina.

Entre vientos amantes

de sierras madres

y esta rocalla

que delimita mi pulcro, espinado

corazón.







El Castellano



DOCTRINA DE INMORTALIDAD:



Este es mi reino,

este es mi camino, mi elección,

devoción,

al uno, al Sol.

Mi guerra mi señor.

Antorcha de sola libertad,

reguero tu luz.

Camino de la virtud,

ascua perenne,

tu amada verdad,

forja de mi sangre,

destino atronador,

tu inmortal destello

iridiscente al alma en guerra,

somos los hombres muertos bailando

en tu corazón.

Clama esta nuestra Legión de Luz

un son férreo,

a lo alto los cielos,

Padre Creador te imploro mi humilde servicio

a tus Falanges cromadas de creación.

Alzo mi recia vida a mi sola espada

nacida y sellada por tu tesón,

En tus hoyos crepita mi dicha Sol Señor.

Tráeme que besaré tu Luz.

A ti rindo mis cenizas

y perpetuidad de alma.

Guíame amado,

a incendiar en reino de las sombras

con tu amor,

es mi reverencia, es mi servicio,

osar mi entrega al lado mis castos dioses,

Padre tú de ellos,

mi amor, mi Sol, mi veneración,

soy tu hijo,

destellado te amo,

desde albor cantado,

al origen de tu hierro en mi sangre.

Hoy es siempre por ti,

ángel en tierra

estruendo ciego,

de la vida de tu ceniza,

Sol dador de hálito exuberante,

mi campiña,

mi suelo y mi cielo,

mi salvación sólo tú señor.



Förüq Castellano



Cauce en rectitud:



Empeño asolado,

flamante compostura

en fanal infinito

de las flores del campo,

del ababol al dulce hinojo

diestro me dirijo hacia la suerte,

por coraza mi pecho,

por yelmo mi palabra,

un fiel reflejo por escudo,

es todo lo que pudo la armada  razón,

es todo lo que llegó

al río de las almas de mis venas,

dulce estampa de agua,

a vid de trigo y girasol,

la novena estrella me cabalga,

todo oscuro linde de mi vergüenza deslumbrada.

Ojo de mi ojo, viva siempre la virtud del aojo.

Vida de mi zarza quieta, de cristal en espinas

que su hielo en sangre me temerá;

una fiel hoguera de rizada ascua perenne,

rastrojo al fuego de mi quimera, sola su verdad,

es mi sed verdadera,

escarpada cumbre del hombre,

y su dicha en esquela,

yo lato sin nombre,

allá donde el astro esconde;

sentencio a mi olvido

a no volver jamás,

a este recipiente

de sangre que porto,

que hace cumbre,

resisto aleatorio,

en este panal de esbozos,

me enraízo lejos de este mundo,

me desdoblo en dos dimensiones,

las vidas de un día que me enjuicien

que mi camino no termina, comienza cada día,

en seno de espiral armada;

montaña, yo soy la montaña,

el Juez Supremo ya me dictó mi sendero,

que yo me he ganado,

que yo he tejido,

y que las lombrices

sigan siendo lombrices,

que yo sé dónde dirigir mi vuelo

de cuervo poeta,

mi semblanza tejida

camina sobre una araña,

boca sin besos,

en cuarto umbrío,

me teje ella Litcher la llamo, a mi fiel araña,

un destino, pulcritud de estela alma,

un encuentro sembrado,

letra que complace mi tejado,

resbalarán las aguas,

mi navío fue llamado al negro puerto,

siniestro yo el comandante

sigo mi noche

que ahuyenta que se estampa,

mi letra quedará en mitad de tierra,

porque toda materia

es y será polvo de tierra,

un rezo y un ruego

para que sean iguales a mí

cuando me toque zarpar

al otro puerto blanco,

sin retorno cristalino,

ni rayos irisados.

Sólo un campo de zarcillos

y rosas caninas que destapan auroras,

semblantes del ser que fue alguien,

quien quiso ser...



El Castellano









Destello, incesante Tornasola:



Sangre, pájaro, sombra luna. muerte en vaso de cobre, flor, estambre, lágrima, opacidad serena oscura, tristeza sola, destello incesante, contagioso azar inmiscuido, terco estruendo, vicisitud labrada...





Empiezo.

Desdén flamígero encorsetado,

en sangre de puridad, de alma o cristal en vaso

de alma y su terco sueño que era forma,

vicisitud o estela,

estambre y flor masculina,

luna de muerte oscura en yacija,

y su opacidad serena,

de argenta guillotina

cercenando al tiempo suelto y libre,

su oscura lágrima

de muerte en recipiente de cobre,

sombra y su noguera nunca ruginosa

de raíces en pulcritud de soledad de savia.

Esencia en vals superior,

como ninguna hoja se retira del árbol

sin motivo elevado.

Tristeza caprichosa como pájaro caminante,

y espíritu en captura de azulada raíz

azul hermosea la vicisitud labrada.

Pureza de sangre su única campiña

yerto sentido,

de tuerto ojo sembrado,

sonaba el repicar del taladro,

como un clavo hendiendo otro clavo,

y una astilla sacando otra estaca,

azar alado,

en litigio de iris sediento,

era yo como cristal

de transparencia habitada

agradeciendo a mi musa de agua,

su fábula del pájaro y la flor,

despierto otra vida

que empezaba a soñar mi vida

a partir de mi presente muerte.

Y su vaporoso candor de estela,

un tambor sonaba mi tierra

abría del suelo una lira sobre un arpa

conjugando resonancia crispada

en cuerda y engranaje maldito

como una peineta de brujas afilando

el violín destino, que dictó

que abandono, sin haber comenzado,

y empiezo sin saber continuar,

porque acaso

¿hablo yo?,

¿O despierto sin haber dormido?

ni conocimiento,

seguiré indemne acontecido,

sin dejar de ser correcto,

jactaros del libre

os hace más esclavos,

perseguir sin incendiar vuestra casa del mal,

os lloverá lo cosechado,

se ama la virtud

la bondad destellada hace arder el odio,

y este en contrario resta luz cuando se le ampara.





Förüq Castellano

















Sombra de paraíso:







Midir, Mider, midithir,

Dios irlandés del Otro Mundo,

alza que traes negro, profundo

respiro secreto, que revolotea

entre los rectos huesos,

sangre floreciente

llevas que surca

mis redes cerradas;

por mis venas de océano

salvaguardas,

entre mi ardorosa sien,

claro auge dictas,

entre truenos de adoradores

entre espinas,

silbas que cabrilleas,

centelleando mi padre lucero

entre tus oscuras entrañas,

este mi cuerpo cobrizo

en espasmos de luz vana,

noche alumbrando

su emerger bajo poderosa tierra.

Túmulo del pez vivo,

dormido osarías ser Sol

o su sangre crispada luciente.

Feroz acero me reflectas,

hijo del viento

o hacedor de este mar de tierra,

bruñes tú Mider

los besos de pájaros que surcan

los aires.

Platina de oscuridad,

por los que adentran sus espejos,

oh maravilla ella,

de hollar el tartamudo desliz,

inmiscuido,

fuego de su frío presente,

duro hueso de mi pluma inmóvil,

a ti soberano rindo que desquito mi égida

de Atenea,

y beso los pies de Minerva,

Oh Brigantia,

haz señero de mi solo anhelo,

mantenme en la lucha seguro,

a los pies de mi oro trigo,

aventando espigas, yaciendo,

entre la grama del Parnaso,

anhelando surcar con mi amada

sus páramos descalzos.

Ó Valhalla.







El Castellano



Secuencia presa en ''Arañal'':



Plantado, mi solo eco,

que abría mayo hasta marzo,

dictaba que hermoseaba,

amor en virtud.



De mi dama cantada,

versos sublimes encontraba

bañándose en el pozo de Airón.

Su edad rezaba mi ignorancia.



Evanesciera el susurro de toda lira.

Recuerdo vagando

que Apolo me deja solo,

y yo con mi arrida sien.



Derramo que riego mi pecho

y su yunque en vello,

me hollaba la fatiga de mi neurología,

y su esplendor se retira;



encanto recordaba de mi ferviente

musa de mis dos umbrales,

uno cuerdo, otro mejor.



Mustio el dolor se arrugaba la frente,

atónito que danzaba perplejo.

Invencible Castilla me aguarda.



De foráneos no queda ni simiente,

de insurgentes mi bayoneta,

don funesto de letra bastarda,



preso y yerto ahincó mi historia,

sepulcral victoria me retenga



de mi guarda, la Gloria.





Förüq Castellano



Rosa de los tiempos:



Verde rosa proscrita

abre del tiempo verdades

que inflaman la oscura noche,

al flamear del angosto

su espina cierne,

hojas del tiempo se cierran

rizando, caracoleando

una espiral malva,

vetustos testigos

estambres del fuego

y de las sombras nacidos,

osadía violeta

entre raíces de siglos,

ascua que arde deseos,

crepitan pétalos

encajados, una realidad

sin techo dorado

firmamento anudado

por cuanto ha conocido,

no llegó su marchitar de brea,

guiños al viento descubre,

mira y se sonríe,

en aquel diáfano cuarto

de estrellas sin encarnar.

Claro oscuro de su prendida suerte,

alumbraba lo inerte,

entrometiéndose por rejas

de momentos tenues,

sotos sin hueso regentaba,

vagos lindes sin estatua,

ni otras flores

que su belleza, empañaran,

soledad perpleja del devenir,

aguzada torpe sin rostro

ni desdén devorado,

clama silbidos

que colman de noches

y sus vestigios,

abriendo estelas

tejiendo sus casitas

de arañas que flotaban

como lunas tendidas

del techo de su caverna flor.

Desnudando tristezas

llamando al oro

del alba

y su recto oasis de Sol.



El Castellano

Flagraré tu ascua:



Ven poeta a mi yermo,

arcano es este sentir azabache,

descubierto entre álamos

que blanquean

y un sol oscuro de invierno,

un sol muerto con hoyos crepitantes.

Que nubes negrean su muerte

entre caracoles de faroles

y luces difusas agrietadas,

por adoquines ermitaños.

Ven vida a mis flores rutilantes

umbra fragorosa de sombras de nubes

por corceles suaves te escondes

por hormigones de leche

y sus canosos cristales seniles

tu polvo de estrellas viertes,

más de lo que he perdido eres;

voy soñando mi linde despierto

cal entre cantos de espera

entreabiertas sus esferas yertas.

Estas calles de diciembre se encienden,

como perro ladrando de noche,

mientras tanto te busco, luna dulce;

entre tus mieles luminosas que viertes,

entre cuchillos yertos de asfalto que florecen lágrimas,

y gravas secuaces al fervor de silos yacentes,

el soto mío perviertes en aspas de nueva lumbre,

los edificios suenan

a nanas sonámbulas, con tus pasos desangelados

camino mi azotea,

mientras tus altas ojeras cuelgas.

Una fosa es mi palabra,

que entierra ideas

cual tordos que grama escarban,

verdes espigas, es un perfil angosto,

espolvoreado,

pudiese yo retornar al otro lado

y seguir indemne,

acontecido del suplicio investido

no lo sé.

Mientras seguiré crujiendo

sonidos secos, ellos que ululan, descorchando sueños

en vals de toda carcoma del sentido nacido,

su río desangrado de flores que fluyen

de sentidos dentados en haz purpúreo

y su afligido azar de venas razones,

yo te busco luna por cuanto yo he conocido

por silos de arena blanda,

por coches y entramadas inertes

que jamás desvanecen,

por cristales hirientes

y su reflejo ámbar,

tu idioma secuestrado me desciendes,

días festivos danzaron huyendo

como ecuaciones de estorninos

jamás fugaces.

Terminaste de escuchar mi ruego

sin escapar,

te escondes cuando te busco

entre verdes ramas,

y violetas flores

bajo luz de oscuridad

artificial ciudad,

edificios que no aúllan con el viento,

venas roídas entre encajes grises,

capas de noche humeante,

por cuanto he conocido,

por cuanto he huido

para encontrarte.

Mi flor de tormenta irisada

mi éter y su magia soslayada,

un torbellino sintiéndome en la luz,

madre de toda penumbra subversiva,

no sé el porqué de lo sentido,

un silencioso ruego,

no puedo ayudarme,

sabiendo quién eres.

Relámpago asido soy

que ama verdadero sólo una vez en vida

una vez para siempre,

una vez por todos sus destellos afligidos,

lo sentido es más que un carrusel de estrellas,

más que tu sonrisa venidera,

he perdido venciendo,

ámame como una luz parca y efímera,

como un estruendo en mitad del fuego,

he venido a vivir en tu yacimiento de pecho,

deberán desenterrarme

cual raicita en tu vientre protegida,

hoy es por mí porque siempre es por ti,

imploro piedad me brindes mi poema solar,

serviré aseguro a tu ser

dama de mineral candente,

por los tiempos difuntos,

porque usted valora mi terco empeño

de soslayar nuestro verbo,

arrullando en comunión de astros

tu tez en piel serena, tu miel de dioses dispuesta,

parto de un respeto que no cabe en mi pecho

señorita de once umbrales que quebraste,

no figures límite,

por no tener yo, no tengo ni vergüenza

será abanico de mi pluma esta entrega,

sirviendo, disponiendo,

su munición en una letra

omega fin que es principio de causa,

de señal que aguarda la vuelta al comienzo del sentimiento,

y su fiel tormento nacarado,

volviendo a comenzar, conociendo

que el camino no lleva retorno.

Ni opción a besarte musa.

Sólo amarte como platónica ascua ilusionada

por quererte y admirarte

como el alma eriza

al leer tu esencia

mi doncella escarlata.



El Castellano





Grillo IX COMPLETO:



Clareando su lividez

por sotos vastos, reales,

mi río navega.

Soliviando su bandoneón

dirige, blande mi grillo

el afilar de su tercera cuerda.

Entre el suelo de un ciprés enhiesto,

rigen blandamente espigas rojas,

jóvenes, juguetonas

como si tuviesen sangre

para sonreír

al viento que pasa

y no atraviesa.

Reposa que aguarda el cráneo

la tierra.

Ay la tierra, hay de ella,

sombras que complacen y acervan

la mansa espera.

Soliviar vetusto

que Ninfas y Sátiros pastorean.





II

Es un tejado llorando por la piedra,

con acequia desnuda de canalón;

un cimiento que plañe la helada,

y le agrieta el tiempo que ya no escapa.

Sauce triste, abatido, con portón

al mundo del grillo.

Entre blanda grama

fenece que acicala su alma.

Entre un arpa estacional,

y panales de ambrosía.

A la lluvia primera

abre su fiel Parnaso devorado

entre caracoles sonoros.

Grita la raíz acrisolada en ámbar

de intelecto mayor.

Cúspide de serena esfinge,

y dolmen de divina pluma.





III



El grillo único pidió un deseo

al manantial eterno de Hipsípila,

y fue no sucumbir

tras el acople, todo sonó

en manantío, y lo inerte

reposó su voz, de nuevo.

Para siempre.

Soledad dantesca de umbría

melodía, extendida por el Baco imperio

regentado por el claro de luna,

donde fluía su sangre de luz,

rojiza. 



IV

Solar afán, solar entrega,

llegas que dictas tu pertenencia;

tu arraigo de hiladora,

hermana de negro hilo,

traes que cobijas mi jardín florido.

Mi grillo luce de nuevo

su primavera luciente

en lira de su candor de estrella.

Es su centígrado

que tu lustre musa engrandece.

Un solo marcó el ascua irisada,

por su reposo en madriguera;

un deseo concedido él cantaba alegre,

a su musa del Alba.

Albilla más hermosa,

clareada sólo por sus pétalos de mujer fecunda.







V



Era un patio sombrío

con mi vena de acequia reverberando.

Un jardinero a la araña de su rosa;

la protegiera,

la cuidara como besaba la luna Sempiterna,

con tus labios de mujer serena.

Desliz en nácar, pétalos de tus falanges me hablan, marcando,

asignando, el vívido resplandor

envuelto, aterciopelado.

Envolvió mi vida, tus latidos flamantes

de estela considerada.



VI



Avancé mi yermo,

con mi grillo en mi bolsillo,

divisé en umbrío, frondoso parral,

mi secuela descendiente,

Hipsípila me protegía.

Pude abrir una nota

al astro mayor,

de armónica congelada.

Desnudabas musa mi latir

que sólo su premisa abarca.









VII



Ahondaba que saltaba,

el ímpetu de carcoma cromada,

al resplandor de su tacto,

y quizá su matrimonio

en unión con su oscuro astro,

blandía a la séptima sílaba,

luna que busqué por sombra y abismo

en esquela.

Era un disparo y azogué

lo que el cosmos me negaba.





VIII



Fui dichoso, me enaltecía

mi soledad pulcra arrebolada.

Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.

No brillaba mi sola desquicia,

era lugar y tiempo suficiente;

para ser de la tierra enhiesta espiga.

Ella mi única amapola

Reina del jardín de Hipsípila.

Un soto y un llano;

desperté del bolsillo su oro trasnochado.



IX



Blándeme Oscuridad,

en tu acero, y ala de pecho.

Que canten azabaches

tu magia del cinco

labrado este año.

Afortunado avanzo mi pulso

por candelabro este mayo.

Mi cenit por rectitud

del alma mía.

Un último acorde y me encontré

en la pluma tu arpa,

mi Ninfa que obligas no fenezca

el grillo que me da frenesí.





El Castellano





Aderezada estela clara:

poema reeditado 15 de mayo 2013:



Indómito palpitar entre noches

que dibujan tu silueta,

y aguardan mi renacer del asfalto sembrado,

entre suspiros que exaltan tu belleza invernada.

Fiel de caricia acuchillada

carmines sedosos te recorren que acampan.

Recuerdos del frío

que te tenía yerta, a mí abrazada

como somnífero azar indeleble,

Cada caricia que sentía tu piel de flores repleta,





cada beso que sentía la lluvia nacer de tus labios.

Ahora es tu sombra la que me guarda,

la que en cada sueño se acurruca en mi almohada.

Es tu mirada algo estridente, es hoguera

que ahuyenta mis fríos,

es brillo y bosque que habité,

es donde quiero renacer.

Bajo aquel árbol de ciudad

que no fue sepultado por asfalto

ni hormigones de leche.

Ecos de tu ternura aún me bañan,

aún acampan mi alma

y es en esta calma

donde veo que mi corazón te ama.

Vistió la estrella su estela

arropando nuestro amanecer.





Este fuego no se alineó,

se alimentó de tus latidos sembrados.

Entre mis jardines de sangre

mi amor surcó,

entre mis ojos deslumbró y mi ilusión tocó;

hondo, quedando todos mis anhelos

en tu mirada atrapados.

Halos de tu indeleble trazo,

aguardando mi rizar de ascua

y sigo por mi sendero de polilla,

vengo que atravieso

tu carnal umbral irisado

en lente mi oscuro astro invencible,

placer que del hielo desciende.

Solo abrigado en tu nieve

que ya no más oscura, late.

Al resguardo de mi escudo afilo que desnazco,

tantos suplicios invernados

que no sé dónde alzo

dónde me acabo.

Un querubín me colmó el atrio,

dispuse mi defensa

en estampa de un tiempo que me cambió el rostro.

Hoy es por ti que no es necesario,

seguiré sin conocer tu sembrado nombre

para este castellano fragor

descalzo de su tierra

y talones fundidos,

serás dama oscura que agrieta el azabache

de su entraña,

y viste que derrama su esencia

en negra alma como un silo de umbra.

Es despavorido lo que alcancé a soñar.

pudo ser más mi señora hada dueña de la sombra

que cabalga toda esquela

del tiempo preso,

un latido desertor

clama el son de mi rebelión

resurgir venda que el ojo no vea

me apodero de tu número flamígero,

vendrá, que no se irá

mi devenir del ayer difunto,

bailo, baila mi vela,

dictando que tu iris de letra

me regenera,

y reposo mi estridencia recta,

para combatir a la izquierda tu cariño estrellado,

mineral al candor

de secuencia tangencial,

y ala que te partes en tu pecho,

desnudando quizá algo más.

Quedando raíz salvaje

en atisbo de argento nácar que te beso.

Musa ardua de sentencia clara,

y amor de todos mis dioses del averno.







Föruq Castellano



El Castellano y Leannán-Sídhe



Réquiem blande:



Mi razón hace cumbre y risco

en la soledad de tus ojos,

nacidos para el solo armónico

tu mirada.

Ella que nació

del borde sereno intangible,

letra irisada cual ascua incendiaria

en un soto grama seca,

esto no fue hablar por hablar,

mi soto reverdece,

es como sombra de paraíso y su verde yelmo,

negra es desquicia,

negro es azar,

hoy tuve mal augurio

encontré mi futuro ababol

ya difunto,

ocupado, roído y dado en vil sentencia

sin abrir él,

su capullo era casa de una tijereta ya severa,

feliz ella,

corta-pichas directo a donde más me dolió,

se comió mi ababol

antes de poder desplegar su flor,

como si cortan la rosa

al jardinero que la cuidó con esmero,

mi razón enlutada

ya no era mi cordura en una amapola,

era mi desdicha en una tijereta,

he venido hoy, corriendo alto,

donde mi alma yaga

su cruel injuria de no ser de lo rodero semejante,

vine por sus voces en risco de humildad,

quise descorchar estrellas por sus halos,

vestir lunas y asignarlas colores.

Como sola nace el alba más preciosa

hija del Sol y su esposa,

fui directo a beberme tu luz musa,

soñando que reposaba despierto

toda senda hacia la novena

constelación de tu sonrisa,

abarqué mi solo Mercurio,

sublimé la escarcha tu esencia,

el éter quedó tañendo.

Escuché mi astro susurrar

tu nombre que no conozco,

a la ausencia dilucidada

llorar imágenes,

de colores difuntos perpetuados

en eco tu apostada mirada.

Las luces gimieron todas

en escalas un placer soslayado,

sin barrotes ni celdas

un albor, una fe sin ciencia

de que es posible

vivir colmando lo bonito

tomándote por ejemplo.



El Castellano Förüq



Abre pulso, transparencia habitada:





Vuelve a mí el dulce tormento

para vivir soñando

con el recuerdo.

Y amarte soñando despierto.

Vuelta al final,

sin comienzo anunciado,

dulce tormento,

dulce complacer de masoquismo

desdoblado,

vuelta en espiral cíclica,

algunos no hemos cambiado,

descorchar madre Conciencia

de su eje alineado,

rompo mis filas

avanzo,

voy derecho mi infierno particular,

de vivir soñando despierto,

lo indecible del verso,

busco eje o idea a seguir,

abandono primera persona

en uno, dos, tres,

despierto,

escribir, escritura al menos fue eso,

demonio gigante

con alas de cobre brotado

en raíz oscura;

lejos de esta tierra

crece y riega la acequia

servil hacia el castaño de oro,

espectral rivera de la suerte,

sombra de ángel desplumada.

Réquiem seguro blande el pulso,

en estas calles tórridas de junio

donde todo es lo mismo

y los engranajes

mueven las gentes,

dilucidado precipicio extenso,

acaso yo estoy despierto, pregunto.

Rieles mecen la falda de mi amada,

como un telón que agita el rubor

sonrojado,

destino mi blanca dicha,

de seguir indemne acontecido,

que va no me repito,

limo que agito el ídem trasnochado,

ven poeta, ven

a mi yermo arcano

y todo, cuelga y hiende de un alambre,

cordura que baila de la soga

mecida en patio de la araña,

por sorprender mi gato negro vigila mi alegría.

Cambio de tercio,

ser de tierra cuándo,

acaso ceniza final, transmuta,

no lo sé, igual que desconozco su rostro,

hilvano estas ganas flamígeras

de un repecho sigiloso,

compenetrarme en sus hechizos solos,

caminar al borde de mi nación emocional,

qué quiero yo,

lo primigenio,

que ella sienta felicidad correspondida,

tres ejes de dinero, sexo y comida

quedaron relegados detrás de los sentidos,

y el principio del silencio vana apariencia

tirando el telón de ropa ausente,

en inocencia

y su desnudez violenta

casi transparente,

ni motivo de peso poseyó para tirar y quebrar

el telón de acero de mi fidedigno

DULCE TORMENTO.

De final sin principio,

de principio sin final,

en hálito de vida desmochado,

en cruel invectiva

llamada diosa letra

y su vorágine insumisa.

Hoy siempre por ella un viva.

Esta incrédula condena,

por así verla,

y en oscuridad,

todos gatos son pardos.



El Castellano

SURCO MELOSO:







Te llamo yo a ti

de mi inspiración dulce vientre,

génesis de nube perfecta errante.

Esfera candorosa de todo mi infinito sonriente,

son eres de raíz que me hace árbol,

luz en sombra de ambigüedad

eclipsada,

adorarte hoy ya me atrevo,

en la ilusión, candado de cerrojillos,

fiel amada insepulta,

delirio tangible del vapor en río

mi sangre.

Aliento me delineas que sometes,

por qué me sostienes,

eterna pluma,

suspiro tú

de ceñir pardas esposas al cielo,

anhelarte tanto, rueda por mis espaldas,

lumbre del sentido nacido,

Ven esta hermosa noche,

a desnudar los oscuros rincones,

del verso y su suspiro en estiaje,

de sed del más fuerte,

nuestro juego por la luna,

abarcando el monte.

Vivamente te conforma el color

de toda luz herradora,

te dejo mi faz de amante,

esperando seamos siempre

sol y luna venidera.







El Castellano a 15-06-2019











Cuarto para amarte:



Maravilla tú en pleamar de tierra

Caléndula acrisolada, flamenquilla,

flor de difunto, mexicana;

destrenzados sotos, en compás de enredo,

donde creces mi sola amapola.

Soliloquios tartamudos en impás de soles,

aguas vírgenes me cuentan de tu luz que habita,

ven cariño bebamos la sombra,

trencemos un acorde desangelado

por todo lo que no dijimos y nunca diremos,

destello irisado tu aire que me destellas,

empírea ascua fueres de mi deseo insubordinado,

acaricias que eximes esta incausada dicha,

de percibir un lugar desmembrado

entre lunas y argentos brillos,

telaraña de vorágine y mi anhelo,

concurra por mis castos dioses,

con el tuyo,

una vez en la vida se dispara,

mil y una se intenta ser certero,

voy a hendir tu anhelo,

por esta mi malva-rosa.

Siente vida, porque si vuelvo a vivir

las rosas no caminarán

porque ya lo haces tú,

Luna mujer no me dejes,

avanza el solo arpegio

de tu tela fina,

descúbreme en cuarto para sembrarte

a beso y espada,

el tomo de tierra que discurre,

anhelo tener alma como dispones,

pero creo ya gasté un deseo

y la canjeé

aún vampiro solar,

vengo que traigo un cesto

mis ilusiones, en esquilmada razón

morder el placer extenuado,

en vaporoso gemido de luna sempiterna,

cónclave de tu mineral candente

cadencia ilimitada, difunde,

ando  desaprendiendo, a escribir,

relojes y sus manecillas heladas

a una hora para la medianoche.

Suspiro y me dicta el tiempo,

que no poseo novia

poseo musa,

y es lo segundo mejor

que me pasó en la vida,

lo primero fue nacer,

y este mundo puede quedarse todo,

que yo soy feliz,

gracias doncella escarlata,

gracias mi golondrina azabache

que anuncias toda primavera,

a tu oscuro halo rindo mis falanges,

en oscuro candor que te alza pleitesía

en sola mirada iridiscente a tu abismo de nácar.

Quién osase adentrar.

descubriese que prendiste fuego

a incertidumbre

llamada arte.

Lo siento vida oscura

a imaginaciones particulares,

me siento querido por ti,

Mi ambición no quiere pedir,

sólo ofrecer,

y agradezco no me relegues

de ser vigía tu corazón preso,

contigo mis dioses Musa.



El Castellano

Cuervo primigenio:



Marca sigilosa,

azar de nueve venas.

Concadenado, cruz en esfera.

Sigilo en réquiem

por la sangre olvidada;

flamas en cauce

avanzan en un sentido,

inerme paso del tiempo

como un tren de espigas,

solo, solo ante la vorágine.

Como no canta la despedida;

insepulto ante la encina.

Mi carne sí posee baraja.

Naipe de tres lenguas.

De la vida bajo tierra.

Todo me suena en uno.

Vapor de identidad.

Buscando su esencia perdida.

En vasto soto real.

Camino buscando el agua.

En mi desierto embalse de recuerdos

ahogados;

vengo que voy hacia el poder

del cuervo y su esfinge,

tallada en el roble de mi pecho.

No-vida baila de nuevo.

Hacia el patíbulo de estrellas.

La lira se prendió.

En recto intento,

alcanzando sones

y su fractal azabache.



El Castellano

Origen en libreta, ¿Cómo llamarte?:



Dictan veleidosas las estrellas,

tu aura intransigente

que no conozco yo sirviente,

tu nombre mi dama en la tierra,

oscura soledad que amancilla todos los besos

encumbrados, solos, flamígeros,

sin rubrica ni trazo tangible,

acompañar tu alma esencial,

cómo llamaré sin tu nombre,

mi amor en la tierra,

cuando toda adjetivación propia

a fuente inspiratoria

se mece, que baila tus contornos

en oscuridad liberada de arañal

del que parten mis impulsos.

En mi libreta estalla

que duerme mi mundo,

es mi retiro al Moncayo de la letra,

en cepa de Apolo, en vid de Mercurio,

en racimo de Loki,

te llamé para que me entiendas Musa de agua.

Dilucidar entre mis sombras es parecido,

sendas sin fondo ni poso,

fragua tu belleza mi solo evanescer,

tu partitura,

tu partitura me colma el Atrio,

sierra que cruzo sin encontrar lamento,

ávido, sujeto renombrado,

dulce tormento de amarte sin rienda, sin espuela,

puridad en crisálida del éter dispuesto,

adoro tu alma sin confusión,

sin decreto banal

que interés confluye,

viene tu tristeza a mis floridos zarzales,

agua cae sobre malvas-rosas propias,

que abren de tus lirios espumas virginales.

Entre tus faldas de encina,

no hay ya más oscuras golondrinas

lirando en mi antiguo tejado de ciudad,

como céfiro de sol desnudo me vio el mundo,

sol naciente tu parca mirada aseguro cristalina,

en vano grita que canta

el campesino a su arada tierra

ya no más yerma, ya no más sepulcral

lontananzas de flores arrullas,

en tu sensibilidad exacerbada,

inocente mi cuna de luna,

hermosea la noche

lo hermosa que escribió su partitura

de tiniebla,

ya se aprecia,

ya se siente,

tormenta candorosa, acrisoladamente bella,

en mis cúspides de entraña.

De repente. 



El Castellano

Serenidad eternal:



I

¿Acaso oculto canto

de soledad te envío?

Puede, tan nítido,

que ningún hombre

en tierra, pueda negarlo.

Prende mis rosas azules

entre mis fragantes zarzales.

Ya no musa has tú de esconderte.

Sólo despertar a la luna

tus azares contundentes.

Te logro ver plena

irisando el gozo somero.





II



Danzando yo atrás de la tela de araña.

Púrpura visión,

no se me niega serenidad virginal

que florece

entre el tranvía de estrellas,

pasaje al Otro Mundo del que vengo.

Tempestuosa tú, amada;

sirves al cántico

sanguinoso inicial.



III



Florecientes mármoles

me acogen,

tu magnificencia

exacta, digna de altos dioses.

Perenne diamantino vistes que exhalas,

que desnuda tu letra.

Acorde al compás de mis soles

en tu fecundar

de su ascua

milenaria.





El Castellano a 19-06-2019



































































Operación tres coronas:













































Rayo lunar

Traigo de tu entraña

planetas y luminares,

Conciencia en madre luna,

bajo la constelación del cisne nací

empiezo:



Blander dije yo, mi sangre orquestada a Apolo,

Calíope me brinda

su protección de la luna bajo el signo azabache

mi alma,

Yulé mi gran Sol

lo contacté para rendir pleito

a Lugh hijo de Dagda hermano de Brighit

Brigantia hermanada con Minerva;

me abrió mi ruego una oración a la luna

en energía inconsciente

a veces regresiva, percibida

mi refugio, mi clamor,

la conozco familiarizada,

regenta que consume mis deslices umbríos,

despliego a día de solsticio

de inicio de verano,

mi luna,

mi sabiduría lunar involucrada,

energía básica,

me nutro de mi Luna

y formo égida y celada,

¿Quién más fuerte que yo, Miguel Esteban Martínez García?

Cuido mi alma me preparo

y dispongo mi defensa astral.

Permiso:

Continuo

Toma de contacto

con mi sombra lunar armada,





Por Candamvis dios Padre dame tu electricidad,

hermano tú de Zeus,

dios Castellano,

Rey señor dador sembrador del trueno,

Sirvo a desplegar

mi trueno lunar en tierra

de aquí pa' siempre,

Canta musa,

canta,

canta,

de un verano enternecido,

que me abrió el pecho,

sombra enfundo

un garabato de vileza encontrada,

se apostó

en mi oro trigo,

le atravesaron mis espigas azules

del barbecho de mi cielo castellano,

Ven a este mi fuego azul,

ardieron lanzas apostadas,

ante Lugh no se humilla,

dicha en un, dos, tres, labrada,

osadía superior,

operación tres, marcha

que despliega,

mi solo potencial reverbera,

semblante difuso encendido,

cruel miseria acuchillada,

bondad llama

ternura tornasola,

potencial cargando munición,

guerra al error proclamada,

esto no es un pasquín, es proclama,

Saetas vuelan sus notas

quimérica siembra,

desplegada mi quimera

Hada señora Leannán-Sídhe,

avanzo a los hoyos del Sol

mi Astro mi padre, fiel fundición

de vaporosos mares

de sangre de hierro,

Lugh te estrecho mano,

eres mi hombro eres mi tinta,

mi acero dispuesto, mi fuerza mi semblante eterno,

yo soy para Siempre.

Eco de relámpago solícito,

azul de mares y océanos,

príncipe de tu milicia celestial,

Lugh,

soy tu sangre, soy tu carne,

tus falanges dictan,

yo me blando al nivel

de la montaña nuestro soberano

Candamvis,

Operación tres despierta,

Desposeo mi mundo

en alarido de cópula,

cobres nativos me cuentan

de la electricidad mi alma,

fase oscura apagada,

cázame si puedes esta noche,

red real se despliega,

decencia soterrada,

es lamento por la luna helada

mi partida,

avanzo despierto,

fantasmas que arregazan el inframundo

mis honores consagrados,

regato cristalino

clase de fantasma vestida.

Umbral endógeno

aflicción marca,

la tinta de sola estrella,

vida de no-vida resurrecta

sangre al hueso injertada,

hierro al hierro Dame padre tu acero

por mis hierros estigmatizados,

dulce tormento entablado,

sombra de paraíso

yerto,

en laguna del pozo de Airón,

puerta con mi dominio

del Otro Mundo,

sintonía prendida

en vela de transistor

negra roja es mi alma

brea mi hálito, carmín mi sangre,

despierto lucientes,

conquistar y convertir es lema,

insurrección, dictado a la milicia,

vivir para morir,

vivir para vencer es lema.

Hemos nacido para morir,

nos llaman guerreros muertos,

con jinetes

difuntos de otro desliz no temporal,

Tenemos ganado un blasón

nacimos y estamos marcados

todos bajo el signo de la luna azabache,

nuestro relámpago de espada

es invencible,

Trueno lunar padre convocado

inspiración y magia

disolviéndose,

marcando formación

¡AWEN!







Cuervo Förüq el Castellano

Pureza acristalada de entraña:









I



Heridora luz en la entraña mi pecho ardía.

Crisálida inabarcable mi hondo señero esquilmado,

afinadamente retuerto,

cuántos sones abarcando mi Sol,

abandonaré o quizás, volveré a comenzar,

un tiempo que se come sí mismo por sus patitas doradas,

un repecho y miro alto

donde las almas desvanecen,

puridad en crisantemo ahora suena,

una pureza

que mi dama inmiscuye,

frontal de profunda visión,

si yo por soñar escribía

su éter en esencia afilado.





II



Es un escarabajo

su plateado sino docente,

es una lucha hilvanada,

su azar de novena estrella,

buscando asir la luz primera,

una escala de peldaños esperanzados

a llegar a una cima esmeralda de la idea.

Suave viaja el horizonte,

una divina siembra.

Diestro empeño asolado,

la magia de pureza acuartelada,

honda pesquisa voy al tercer reino,

sin musa con su araña converso,

destino insumiso atrapo

que agazapo,

y su ojera me dicta

un soplo lunático

que precipita

sólo una vez en la vida,

para siempre.





III



Inmiscuida razón.

al hervor de astros,

y soles relojes,

entre cepas de ambrosía,

tendida la umbra

que su piel esquiva,

miré dentro su poso,

me saludó mi vacío completo,

rumbo al dossier solipsista;

hoy es un día, que no enterró cualquiera,

las estrellas lucen apagadas

a lo alto los cerros del cielo.

Mi raíz espejada

con tres broches

savia, tinta y brea,

ea ea tengo espuela,

servil en cántaro todos los fuegos

recolecté

en dieciocho años de propio desempeño.

escribiendo yo y el que me acompaña.

Desliz nacarado,

he visto un hombre mirar el éxito de otro hombre

venderse por un puñado cuarteados

afligidos; aplausos dictados,

hoy no vendieron mi alma,

ni la competencia servil,

blandió feraz carcajada,

hoy el mañana quedó

en estante

encuadernado con solapas

y tapa de hormigón indestructible.

Mi árbol de su raíz

no quedó bajo asfalto

de alquitranes precoces,

siguió respirando,

en un mundo que no fue ni será mío,

podéis quedároslo.

Seguiré trenzando el ocho,

infinito perpendicular

el verde en un tiesto.

Seguiré muerto

si acaso dicen que vivo.



El Castellano

Desposeído umbrío:



Furor sostenido en tu piel,

tangencial, somera,

acaudalada por todos los cauces

que gimen,

las ascuas tus bellas estrellas.

Abro que dispongo

el néctar los dioses

Hidromiel que embebo,

surco mi campiña

quiero cielo y tierra

en un cuenco.

Mi araña dicta, yo converso,

era un patio de astros,

amada, mi sola ojera;

en guardia, armada,

ricé el réquiem

de su insomnio valedero,

esencial,

en vez de un ramillete

de destellos parpadeantes

me prestó un racimo su negrez.

Avanzo mi libreta,

sombras caminan su muerte,

de media tarde.

Estoy preparado para la luz,

y su esquela derramada.

Voy por el tercer aleteo,

que subasto crisol encontrado.

Ven, vuelve a mi partida

Musa.

Brindaremos aojos fugaces,

daños colaterales.

Redención en aspas,

de nuestras ganas de escribir

afiladas.

Ramilletero pulcro

es oficio.

Un tres, tres ilusiones,

vivir, cumplir, servir,

vislumbré que capturé

su alma con una botella.

Tesorero mi destino aflijo,

que me alzo,

a la tercera campanada

de mi suerte.

Observé el sonido

que blandía la alborada,

desaconsejada.

Cristal de valles,

solísimo eco matutino,

mi zorzal en mi zarzal,

florido.

Flores que demuestran

que la vida es más corta

que la duración de la muerte.

Azar inmiscuido de un colorín,

buscando sus semillas  de cardo,

la tierra brindó,

sed y calor

de nueva alborada terrena,

por peñas y peñascos

vigila mi cuervo

desde su nogal excelso,

de hórrida sombra,

portón de los tres umbrales,

luz, tierra, tiniebla.

Un tordo músico

acompasa en un olivo,

desposeído,

como si rasgara el viento en trino

hendiendo su cuchillo,

Carraspeaba un grillo,

su criqueo, en Sol mayor,

Llegó el verano.



El Castellano



Latido inefable:



Cegadora siembra celestial,

en una acogedora alma,

dispuesta, los ríos sanguinosos tangibles.

Afino este mi acordeón del diablo.

Euforia sempiterna

en dos, tres esferas;

euforia es mi Real Acorde.

Sentencia relegada

de ángel desertando a morir.

Vida de la sangre en umbral.

Silenciosa premisa

en vals

de camino en piedra.

Rectitud en escala,

el ímpetu en sincronismo

de fase y etapa.

Dragón silente despierto,

suspiro cromático

una vena, una acequia,

un sendero en aflicción,

particular cercenado.

Bajo el signo de la rosa flamígera

despierto mi quimera

en estela.

Leannán-Sídhe

rompe tu letargo,

cielo e infierno,

comulgan en comunión,

de astros terrestres,

un ruego,

un sentido,

lucha contra uno mismo activa.

portal hacia la novena estrella

abierto.

Redención comienza,

Fase lunar cabalga,

reverbera la sola una.

Alma sin poso ni fondo.

Amarre en oscuridad

servido.

Al desangelado hálito escribo,

que al mar de luna,

le permito hasta donde acaba

mi intelecto.

Errante solar

caballito del demonio,

en cuatro alas montado,

voy a desgañitar

mi sola voz en papel

y tinta carmín

de pluma estilográfica

y su cruz,

carcoma de éter,

dispuesta,

ven a mi astro

no te morderá

la hormiga león que soy yo.

Mineral candente

su coto de luminarias,

invocado.

Estela cultivada refulge,

ahora.

Mientras cruje mi calavera,

un son minero,

exacerbado,

hoy sí musa

me alié con un cuclillo,

quien yo era.





El Castellano FÖRÜQ



Sangre de Sol:



Raudal,

severidad enfilada

de luz crispada,

banal dicha ostentada,

acérrimo devenir,

camino por fuera,

desde el lugar amé antes,

sola noche me cuenta

de un alba siguiente

y sus pestañas,

voy rumbo a descuartelar

mi inmundicia,

en un sótano de luz

donde todo es lo mismo,

cinco cuatro cinco sigo,

hijo de tu sombra me blandí

sin esquela,

sin nombre ya no te busco,

si forma acaso mi acrisolada

imaginación te dibujara.

Seguiré indemne acontecido,

un astro una verdad

crepita desde mi Ser

al mundo en un capullo,

destrenzaré su amalgamada,

afamada beldad,

es rumbo al cuartelillo

de las flamas

donde fijo punto,

y sus estrellas apagadas

me cuentan de tu sola

dicha descarnada,

un rubor sin razón

ya voy por el patíbulo

los astros y estrellas menores,

quiero la gloria el azur concede,

en vitral desposado,

su hervor su ardorosa siembra

de fuego vuelto agua,

sublimación de mi deseo

traspuesto,

nací,

creo viví,

morí ya y sigo viviendo

soñando desde mi muerte,

mi vida presente,

ascuas me rizan el deseo

en el arañal,

donde a ella encuentro

mi musa-araña,

todos los años la visito,

siempre es la misma,

a veces ocupa más tela,

otras, tiene prole,

y otras me escucha le recite

crisol de mis amores versados.

Reducidos todos en uno,

mi amor oscuro,

voy, vuelvo, que aún no he salido,

tengo pavor a cerrar mis ojos,

se derrita mi idea,

dame musa

la gloria otra noche colgada

la tela de araña,

todo se rija en unidad

te conozca yo sin nombre,

te acrisole

que esmalte mi éter fijo,

sin horizonte

sin luna de escarcha azul,

sin infinitos desempeños

manidos infinitud de veces.

Yo te amo sin nombre,

sin imagen, sin corpiño,

sin figura solo te amo

como se ama la vez primera,

de esencia cumbre cenital

y magia, más mi avaricia

se comió hace mucho a sí misma.

Río candente clamoroso,

servil, un ángel oxidándose,

metal del metal,

primor en alas magnánimas,

acompáñame mi deidad

te amo en el mundo

no existe ninguna cosa,

arco iris

de tu oscuridad superior.





El Castellano











Escrito en sótano de luz 2015:











Lloro, tinta en el umbrío cuarto,

atajando vestigios por descubrir,

cenizas en baldío esfuerzo coherente,

dispares, ausentes del frío desvanecido,

por tu piel junto a mi piel, mujer,

río ancho por el silencioso

valle de sembradas flores por vencer,

luminosas; templos y palabra

del Creador Universal,

sin verme lejos de lugar,

al desvalorizado aliento por retratar,

aliento escrito que jamás se podrá juzgar.

Por ser arte del idioma de Artemisa,

vengo por tu piel con alboroto,

por todo el placer vuelto vergel.

Esfinge de mi ser,

proscritos, infectos,

de aunar el febril, velado aliento,

de nuestros protectores yertos,

va mi asamblea de cabezas de grama,

y abrojos clavados en sus pechos,

por descorchar su sangre,

y desenlatar sus cerebros.

Ardiendo, para flagrar cardos caminantes

de las ciudades.



Turbado, esquivo, nacido cual linde

deseado, perdido,

quiero encontrarte.

Lejos de enmarañarte,

conocerte, tornada

quien tú eres,

en efecto y beldad incipiosa,

Mi fiebre como ayer

en sótano de luz acantonado,

de oídos precoces

solapados en paredes frías que retuercen

alaridos en ambrosía de cópula,

Nicho frío de mi silencio amurallado,

lecho de antiguo y nuevo romance,

el escrito en bronce.

Sanguíneo río todas mis flores desangradas,

aliento por desvanecer

como niebla que en azur acaba,

dama, tu traje de astros

te precede,

y el Valhalla nuestro jardín de espectros.







El Castellano

Fractal:



Luna espiritual, caleidoscopio, esencial negrura, escala, telégrafo infinitud intangible, ser esencia rauda, esquiva, amplitud en corazón de mirada, esquela sonora de latido disparado, amplitud de violín solo, es un cuarto de cuarteada luna, sótano de luz sempiterna, reto sanguinoso tradicional, éter tu placer disuelto en turquesa, rubor de estrella directo al sucumbir en escala, pesquisa al infrarrojo mundo mi amor en tierra, durazno tu palpitar abre portón ya Oscuridad somera. Tejiendo elucubrando mi aporte a Musa Calíope.



Trabajo, soy jardinero

de las cenizas de la luna,

espiritual poeta suyo,

mi solo porte,

visión reverdecida

en arco de iris substanciales,

caleidoscopios esenciales

en negrura mi parda sombra,

escala novena de mis falanges

dispuestas.

Hablando vibra mi cable

oxidante de telégrafo particular,

infinitud destrenzada su rauda estalactita

de su deseo que me gotea lo intangible

de su Todo cuarteado en la estrella.

Esquiva alma te cazaré

raudal encorajinado.

Amplitud de mi corazón en clepsidra,

río de magia sanguina.

Mirada como miraba la muerte de la una sujeta sola

de mi madrugada

mía porque todas son casi iguales, menos la mía.

Esquela en pulcritud de astros,

mi dicha sonora,

oh, gloria.

Cargo mi verso apunto

musa no se esconde,

apunto,

disparo,

interné es blanco,

latido colgado en simpleza de su violín,

afino mi órgano,

Cuarto fractal de esencial esencia pura,

pulcra, viva mi araña.

Libre en mi sótano de luz

encerrado tamboreando

el sempiterno halo

en reto personal de esclavo libertario,

fluye mi éter personal

ambidiestro tradicional,

su placer en ojo mi turquesa,

vetas su rubor en deseo disuelto,

cuan hombre soy no envilece

la dulce miseria,

rubor de estrella sí la oscura,

la más bella,

directo al sucumbir en escala cromática,

pesquisa al infrarrojo mundo,

mi amor en tierra,

durazno

tu palpitar abre portón

ya; Oscuridad somera.

Tejiendo elucubrando mi aporte a Musa.

ACOMPLISHED

Er-lobo bohemio Esteban el Castellano







































Contigo, llórame noche:













Escribo al ánimo mercurial,

gota tras gota de incesante

consecución de días

en esquela volátil,

recto devenir en gotas

una tras otra

como gotas del agujero del cielo,

fluctuantes en raudo

taladro de sienes inmiscuido.

Hoy es un mañana prefabricado

y mañana quizá

será un vestigio del ayer labrado.

Zigzagueante azar plumoso,

percusión de hondos campos

señero.

Voy por el inconcluso, magnánimo

éter sin ciencia ni papeles,

escribir acaso dicta,

precoz, voluptuoso,

arraigo terruño,

flagraré recta pesquisa

para guerra de Júpiter,

y Marte quedara insubordinado,

áureo involucrado,

mi pecho en alza,

místico querer

de mi vana sombra

a mi saeta inominosa,

negrura de sola noche que no avanza

y todo el terreno ya devora,

goteo incrédulo

de alisos entre azucenas de la tarde,

fuelle eterno de alaridos,

entre iluminada evanescente,

ven luz a este canasto te haré

oro de mimbre solo.

Hilvanada que trenza su muerte

en escala soporífera

la noche y su magia eternal

como gota adentrando dentro de otra gota

como reguero de una precipitación incesante

donde todo se reducía

al fractal de la gota sola

buscando compañía

de suelo o frente,

de estío o de sudor,

de río o rambla,

de riera o manantial eterno,

en idea de lo que fuera

fundirme en tu cuerpo.

Mi solísima noche,

tu sonido en reloj de esencia

criqueante como grillo

de este estío reverberante.



El Castellano

Mi sangre yerta reedición:



Original 2008

IV 2019



Canta, respira

mi sangre onírica, yerta,

el romo hierro

de tierra por sembrar,

reza que canta la amapola vieja,

sangre rubí del corazón carmesí,

sueña mi semilla despertar brotando

donde el muerto sueñe y cave su vida,

y mi cicuta afligida,

en negror enraíce el paraíso,

de pieles sedientas y bocas esquivas.

Hojas muertas,

corre mi otoño terruño

desde la vereda a toda rambla,

corre mi frío yerto,

desde el infierno fragoroso

al río de esta alma por sembrar,

encina liberta de mi piel esquiva,

beso de tierra y vid,

beso de trigo y girasol,

de cuchillo de espiga mi cante,

de zarza y espina mi amor

real como intangible,

áspero y rígido,

bravo y valiente,

duro y endeble,

metal y simiente,

pan y niebla,

niebla y bruma tizna que desprende,

desde la boca hasta el pecho doliente,

donde canta mi pasión sin despecho,

vive esta sangre caliente,

ascua y lumbre de mis tocones,

nube del cielo por dibujar cantando,

a estampa de sed y viveza por entrañar,

canta mi umbral, desea ser reloj infernal,

quiere tener soles y lunas sin gemir,

invierno llegas,

dibujando transparentes los miedos,

espejo hondo severo

en caracol rotundo sonoro,

avanzas cada campo sin permiso,

helando hasta el hielo,

oda de mi sangre dulce yerta,

por mi tierra me arde la siembra flamígera,

y el beso queda frío, escueto,

parco el sentido enamora el hálito,

quién te viera marchar,

vestida de olivo y centeno,

de olivo y cebada,

de trigo y espada mi guadaña,

por la calma abrasas la esperanza,

en maldición cantas tu canción,

y los cuervos te rinde pleito de negra ala,

de grazno escondido en cada roble,

desde la piedra a la cueva encerrada,

abrasas oscuridad mi entraña,

dibujas tu vívida estampa,

donde el tiempo yace muerto,

y solo los duendes te entienden,

solo las hojas buscan su nueva vida,

d' este sembradío de niebla me avanzas sin piedad,

la dicha y la sombra por ganar,

desde mi tierra encendida hasta la parca bonita,

desde el cante a la maraña,

te canta mi vida quieta

este amor de la mañana

en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu aura,

suspira el petirrojo,

quiere ser río de alma y arrojo,

quiere nacer abrojo,

el espino mece la espina de mi antojo,

y la amapola amarilla,

solo ella abre a la gran luz,

horizonte de mi piel que quiebra como ayer,

enamorado suspiro de río,

enamora mi hielo,

donde duerme,

donde reposa el amor de mi sangre yerta.

Su secuela en escuela, dicta

hoy es para el olmo seco estío chirriante,

grito de carcoma voraz,

por el sendero de hormigas

a la hueca corteza de mi seco árbol,

cruje su cicatriz

de herida reseca.

Un compás de chicharras

y grillos secuaces,

lloró el centígrado,

y soñó toda sangre

que la savia su olmo

latía grana

que jamás yerta circulaba.



El Castellano



Uccellasica Concanauna



¡Oh divinidad antigua!,

antigua divinidad,

primera semilla,

madre y padre

de Dagda esposo de Dana,

padre y madre ellos,

de los dioses,

etérea semblanza tú

de los dioses y su cultivar de astros,

destello de luz fecunda.

Oh musa, oh vida,

entono tu lira este atardecer,

madre creadora del solo destello ramificado,

sien de superior intelecto en estela,

dadora del divino don supremo,

duende Arte y su fauno.

Su caldero de regocijo pulcro,

musa de la que descendió

tu nieta Brigid, Brigantia, Brighid,

fiel luz de poesía.

A ti te honren mis falanges,

este surco y fosa alumbrado

por Lugh tu guerrero del Sol

y su cuervo,

a puño y lanza vivo muerto,

asido a mi destino dictado

al más allá celta,

esperando me abran su portón

verdadero, del otro lado,

custodiado por Ninfas, Sátiros, duendes, dioses,

espíritus, hadas, ó ínsula a la que voy de viaje

desde que nací.

Cepa de vid y vida tú de toda magia,

con raíces acrisoladas en tus cabellos,

guardiana, de hálito férreo del guerrero,

dueña dadora del destino,

hiladora universal,

de tres agujas,

tres madejas; vida, muerte, renacer,

dominas el resurgir de la naturaleza

y sus cauces silvestres,

son tus sueños,

bailo mi cuerno roto sonoro,

te llamo te imploro como hijo llama a su madre,

de mi izquierda el peso de tus argentas vestimentas,

a mi derecha el romo peso en poemas

de mi sangre granate.

Voy allí, voy a descansar mi lucha,

¡Ó, Valhalla!.



El Castellano

Zarcillo su campo: 







Lúgubres alegrías canto,

en tierra, batalla y hondo campo,

feraz siembra

en el campo la espina,

zarcillos por bandera,

hojas en abanico caduco sepulcral,

al ojo de la crueza la rosa,

de belleza mortífera,

y silvestres pestañas espinosas,

al pie de jara te encuentro,

soñando días venideros,

de presente vanagloriado,

un destino, su señero parco

me alumbre.

Canto con bandoneón,

el crujido de mi olmo seco,

encarar de azules caléndulas

su gloria nunca más esquiva,

ronronear entre mármol florecido,

y solas calandrias vigías

de su rocío permisivo.

Cedo angosto paso

al alacrán

de su tierra

y oro virgen

de libertad sin esquela,

carrasquillo fugaz

que promete verdor al monte,

sierras de azores

y ocres en guadaña de esparto,

camino mi cruz

en escala el infierno celeste,

rey sopor calorífero,

tiñe que aclara mi visión

sin nuevo cierzo,

Soberano Lugh del cielo asido,

todo marcha, hacia mi corral

de muerto,

custodiado por el arañal sempiterno,

ciño somero umbral

de esta mi vida bajo tierra,

sangre de musgo me acicala

que desnudas pizarras

acogen su brío eterno,

bajo las alas del río cuervo.

Un malear entre nuevos sones

y erizos secuaces de idea,

batalla feroz sin luciérnaga

ni dormir de faroles,

encuentro la contienda

por caracoles sonoros,

serranos y blancos,

pesquisa de reencarnación

en futuro elemental,

soterraño, guardián

de toda flora en el campo

d' esta espina.







El Castellano



Vena del cielo 2015:





Solitario rayo

luz me arde ahora

en el mirar ciego del sueño;

sin miedo, sin embargo

saboreo el viento,

los cielos me poseen

de nuevo sobre los años

que ellos son,

algo llega a la rosacruz

de ayer

y sus nueve caídas

de sus ángeles despiertos

en tu sueño me ves invernando

dorando mis pelos de murciélago

bailo el colchón de nubes

que sostiene esta mi noche

para desaparecer llorada la tierna cara

saboreando una sombra más

que me vuelve

imperceptible

muerto sabor

de obscuridad sin faros ni luces

ni fusiles que matan hermanos

de su tierra y sangre

crecieron los caminos

y el rojo fuego versado

brotó en flor de amapola venidera,

dime qué debo hacer

¿Algo erróneo?

No puedo volver atrás

se sostiene aparte

la fuerza que nadie alcanzará

nada por cambiar

todo está hecho

algo que asalta aparte

puedo volver y empezar de nuevo

sin mí, sin vida, sin cuerpo

sin lo que me ata a éste mundo

mañana veo el futuro

la destrucción del pasado

quedará atrás.

Corpus, anima, crescens

sol refulsit,

lux

et patientiam meam scientiam

florum, est vita

nosotros no somos lo mismo

la bondad sangra las venas

gustos, deseos, vencer,

arder sin perder aposta la partida

esa que las hiladoras tejen

momento del momento

nacido absorbiendo el hilo del tiempo

las piedras lloran flores

el final es volver a empezar

viendo y amando

el ancla errada de mi lugar,

continúo al cuervo

que me vuelve más fuerte

ave más inteligente de la faz

poder de la misma

energía

en tormenta de conciencia

siendo ese rayo solitario

que partió todo inepto,

inconsciente tormento.







El Castellano



Como ángel soterraño:







Postrero entendimiento

va sin ralo,

sin hálito fugaz, transparente

ni secuela rizada en portento,

en embalse raudo

de mis recuerdos ahogados,

allí repleto,

creció una flor mi pecho

insubordinado,

quise fecundar aras

por campos lunares,

silvestre campo mis flores de sangre,

aliento abrió

y desplegó su flor de sombra,

resurgiendo de mi oscuridad particular,

resucitando del incipiente

sueño emergido,

que mi sol era invencible,

por cuántos entusiasmos en lágrimas.

Mísera y reluciente flor de julio,

por todas las heridas pura,

en alma honrosa,

redonda, completa,

sin prisión quejumbrosa,

en ofrenda armoniosa

retira que alegra mi tristura,

injertos mi cordura,

en ventura decid,

por si vuelvo indemne mi astro,

abrió el repliegue

en destello oscuro, su numen,

sacro, armonioso,

inocente alba,

de altar pernicioso,

por viles sus ascuas melancolías,

excelso combate halle,

entre mudas sienes

desnudo mi fe

del buen hacer magna, dolida,

entre turbas elegantes esquiva,

remembranzas de alta luna,

con el demonio dentro,

en hondo portento

su letra,

ha vuelto.





El Castellano Förüq a 21-07-2019



Todo y nada en unidad:



Diestro empeño, un destino esquivo, soles de cuarzo malvas, recto escalar entre bordes dentados, camino el sonetado final sin comienzo, gualdo iris en flamas, el brillo primero, un sopor, un cuadro de visión serena, colores amalgamados sin directriz uniforme, sinestesia del sentido pardo, parco, soleado, observar colores del sentimiento expuesto, revelado, el azur que fue savia, el blanco vítreo azar del tras luz, avanzaré sin permiso, la sola rabieta del alma, por justo será última, seré hoja de esta noche estival, savia infinita de aliento desvelado, coso mi atelier simétrico, en torno la hoguera iracunda que me lleva, vendrá a mí la amalgama de quimera, día del lobo alfa en anuncio del mesías retirado, seguiré curso sin venda ni esquela dulce, abriré surco de barbecho, sembraré mi vida y me abandonará la turquesa de esmeralda cristalina, sé quién soy, quién fui parece relativo, azar encorsetado y sangre solar muerdo, en este mundo de alquitranes os dejo la miseria, os dejo la indecencia, os dejo el humánimal quien yo era, vestido de ropa vieja avanzo minuto y cierro.





Diestro empeño,

un destino esquivo,

soles de cuarzo malvas,

recto escalar entre bordes dentados,

camino el sonetado final

sin comienzo,

gualdo iris en flamas,

el brillo primero,

un sopor,

un cuadro de visión serena,

colores amalgamados

sin directriz uniforme,

sinestesia del sentido pardo,

parco, soleado,

observar colores

del sentimiento expuesto,

revelado,

el azur que fue savia,

el blanco vítreo azar

del tras luz,

avanzaré sin permiso,

la sola rabieta del alma,

por justo será última,

seré hoja de esta noche estival,

savia infinita

de aliento desvelado,

coso mi atelier simétrico,

en torno la hoguera iracunda

que me lleva,

vendrá a mí la amalgama

de quimera,

día del lobo alfa

en anuncio

del mesías retirado,

seguiré curso

sin venda ni esquela dulce,

abriré surco de barbecho,

sembraré mi vida

y me abandonará

la turquesa

de esmeralda cristalina,

sé quién soy,

quién fui parece relativo,

azar encorsetado

y sangre solar muerdo,

en este mundo de alquitranes

os dejo

la miseria,

os dejo la indecencia,

os dejo el humánimal

quien yo era,

vestido de ropa vieja

avanzo minuto y cierro.





El Castellano



Escritos del azabache:



Te vi detrás de la estrella más brillante

del azul nocturno eterno.

En el suspiro de amor que corre y descansa

entre la inmensidad de un parpadeo.



Entre la oscuridad que alcanzó a ver

la belleza que envuelve tus piernas.

Adentrándome para reposar contigo,

siendo una sombra más,

pero especial para ti.

Te encontré en mi sueño más cálido,

en el cielo encerrado que liberé.



En la noche que la luna baña tu cuerpo,

y en la noche que mi amor corrió por tus senos.

Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,

para así, por fin, no olvidarte nunca.

Es solo la vida en mis ojos donde un día

se mide por las veces que te imagino a mi compañía.

y una noche la vida de mi corazón sin sueños.



No importa que no te tenga,

no importa que no te vea, porque te siento,

y te siento más allá de donde acaba el firmamento,

en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.

Donde me di cuenta, 

que el sentimiento descansa,

no muere, como la flor sale en primavera.

No importa que no te tenga.



Porque después del invierno volverás a florecer,

te amé y a mi pesar, y a mi conciencia te liberé,

pero con el saber que si vuelves será para quedarte.

Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas

porque a mí, no me engañas, yo soy para ti,

y muero si no me cuidas. Porque te entregué mi corazón,

por lo que somos y por lo que seremos, nos queremos.



No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,

y tu amor prefiero sembrarlo a diario,

la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.



El castellano



Un cuento de 1997 primer escrito con 8 años:



Érase una vez un ruiseñor y una serpiente que sólo tenían un ojo cada uno y llevaban viviendo mucho tiempo en la misma casa en paz y armonía. Pero un día que invitaron al ruiseñor a una boda éste le dijo a la serpiente:



-Me han invitado a una boda y no me gustaría ir con un solo ojo ¡Sé buena y préstame el tuyo! mañana te lo devolveré.



Y la serpiente le hizo el favor. Y prestó su ojo al ruiseñor y se pudo ir a la boda con dos ojos.



Pero al día siguiente el ruiseñor no quiso devolverle a la serpiente el ojo y juró que se vengaría de él.



¡Inténtalo si quieres!-Dijo el ruiseñor. Luego cantó:



construiré mi nido en ese árbol tan alto que jamás conseguirás alcanzarlo.



y luego pasó una semana y se vengó del ruiseñor;



Le convirtió en murciélago el cual volaba con una correa de cinturón atado a una pata con la que chocaba y chocaba.



Fantasma:



Me llama en la noche,

me acaricia su velo,

viene altiva en cada sueño.

Con sus caricias, desvanecerse quiere,

renacer en la oscuridad del ocaso eterno.

Comprendiendo y llevándose mi dolor.

Yo, sin comprender su aparición.

Recreando su alma viajera.

Sueños serán, mas cada día la siento más.

En la belleza de imaginar,

la complazco con la sencilla palabra de amor

a su alma sin cuerpo.

Que me acompaña desde que sufro

por el querer.

Fantasma o fantasía,

me guarda caricia,

sin saber yo su razón.

Ella, hasta dudando de su existir,

que yo por amar, la amo.

Mas no sé la razón de su compañía,

cuando el reloj marca la una en madrugada.

Mas si pudiese saber preferiría no saber,

quién es preso de quién o si ella y yo,

somos presos del querer.

Siembra abisal (2011):



Buscándote en el silencio.

Buscándote debajo de una piedra,

o en el fondo de una cueva.

En la flor sin cortar,

o en el fondo del mar.

En la nube o fuera del cielo.

En lo que se ve,

y en lo que solo se siente.

En el sueño y en el recuerdo,

en mi felicidad o en mi tormento.

Buscando, te encontré lejos.

Ahora que en letras te tengo

estás cerca de ser mi vida

y yo tu verso.



Mariposa esencial, septiembre 2011:



Bella, vuelas libre doncella,

sol te toca, acaricia tus efímeras alas

de mariposa desvelada.

Viento te lleva, allí donde el amor creó,

reflejo de libertad soñada.

Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,

dejaste atrás nubes de tormentos,

rozando tu destino me arrastras.

El manto de las hojas te protege,

buscadora de sueños

de la fronda de mis sentimientos.

Viviendo en la ternura de la dulce mirada,

volando con la fuerza de la palabra sincera.

Durmiendo hasta que se oculta el alba,

ángeles y dragones arropo en el corazón.

Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,

para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,

cientos de tonterías para tu sonrisa.

Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,

pintando mi vida.

En la caída color gris quedó,

color gris quedó.

En la huida el tiempo y la situación

que cortó un camino en dos.

Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo.

Su esencia mariposa del amor.

Rubrica el hierro:



Cerré los ojos y allí estabas,

como si no pudieses salir

de mi interior.

Como si quisieras besarme

o decirme algo.

Pero tú bella en sueños

no hablas.

En sueños no hablas.

y nos quedamos mirándonos

a ciegas.

Yo te aviso que en el bosque

de mi mente solo hay un camino,

y es un laberinto.

El final lleva a despertar

y enfrentarse con la realidad.

Pero tú bella en sueños,

no me hablas.

Y yo a primera vista

me enamoré de ti,

por si algún día acaso

el sueño se cumple,

y ya de realidad me dices,

te estaba esperando



siempre te amé.

EXPRESO:

12 de julio de 2011





Cómo derretir las palabras complejas,

cómo congelar los momentos vividos,

vuelvo a mirar dentro de tus ojos,

admiro contemplar que aún me esperas.



Vuelvo a despertar sueño fue,

allí inseparable te encontré,

sin cantar a la tristeza porque tiene fin,

canto y lloro al viento que me trajo tu apoyo.



Pidiéndole sostener la esperanza,

sin ceder en la certeza que dejé marca,

continúo para dejarte mi pedacito.

De nuevo aquí para ti, sin yo estar.



Te encuentro dentro de mí,

y fuera te encuentro en la belleza,

belleza del rayo de sol,

ese que atraviesa la tormenta.



En cada gota de lluvia que da vida a la tierra.

Aunque nos separan miedo, circunstancia y distancia,

te dejo parte de mí para que veas,

que puedo huir, pero no dejar de sentirte.



Siempre vuelvo porque nunca me marché,

ya que siento que nunca te olvidaré.

Destruyo mi coraza quemando sentimientos,

y avivo el fuego con recuerdos.



II



Por qué te escribo

De mi destino no soy dueño,

si mi sino ese fuera

por qué vivir no hubiera, elegiría y tendría.



En lo bueno y en lo malo te escribo,

para conservar tu cariño,

para pintar de color este jardín umbrío.

Por qué te escribo



Para que sientas que sigo a tu lado

en lo bueno y en lo malo.

Cuando llegaste detuve el tiempo

para así crecer de pensamiento,



y conquistar lentamente el verso

de tu corazón y sentimiento,

y aunque no soy perfecto

me gusta escribirte lo que siento.



Por qué te escribo

para no huir en la batalla del amor

en la que ninguno pierde ambos ganamos.

Pido paciencia, salud y calma



por eso te escribo desde mi alma

porque cuando lo hago me creo poeta enamorado.



III



Realidad en una distancia,

como el dolor que se niega,

para mitigar su ausencia.

Como la flor sin agua seca.



Tú chica, yo chico, cruzo la línea,

tu mirada que atraviesa, mi palabra cesa.

Halla mi sonrisa tu cara bonita.

Vela mi compañía una esperanza.



Se lleva el viento mi amor ciego,

lo deja en tu pecho mi cielo,

quiero tus besos que no encuentro

cuando me siento solo.



Sólo pienso en tu abrazo,

llenaste mi mundo revuelto,

¿Cómo sería?, ¿Qué cambiaría?

Sería tu abrazo sincero.



Como tu te quiero

de un once de enero.

Como los nervios que siento

cuando te veo y te leo.



Cuatro cartas y diez monedas:





Vivo para ti; sueño por un devenir.

Como es arriba es abajo,

pudo ser mi pacto,

pero aún no estoy condenado.



Fidelidad a quien me protege.

Sesenta y siete suman; un pasado.

Doce reyes de salud, tres monedas,

un cáliz de vida eterna, una espada.



Para el mundo un sentido, para lo que vendrá,

muchos; pudo ser, vino y se fue.

Sesenta y siete suman,

cuatro cartas y diez monedas de cinco.



No quise saber, solo sumé y escribí,

(50+17=67, 6+7=13)

aunque no entiendas esto no quieras saber

cómo persiguen los números,

ni cómo las letras se enredan por eso

vivo para mí, pero sueño con tu venir.



POETA DEL VIENTO:



Volver al eterno sueño de una pasión vivida.

Del amor que cura sin marca la herida.

Aventura del taciturno que busca el idilio;

se pierde en la forma, encuentra el vello fino.



Busca en letras belleza, cuando ella lo es y era.

Algo sencillo y declaración de amor consentida.

Tormentosa pero reconfortante la espera.



Esperaba, calma en su ventana,

tiempo atrás vino una escarcha,

a ella la veía fiel en su mirada,

su palabra sincera la cobijaba,



de terceras alimañas con envidia.

Un argumento y todo era sencillo,

ya fuese realidad o fantasía,

no se perdía en un camino.



Nostalgia llenó su amor de letra prohibida,

de anochecer que ansiaba un mundo sin ira.

Ella no quiso ver una mirada vacía.

Frío y calor se desearon y surgió el beso,

llegó el viento.



YO ESCRIBÍA:



Eres fuego en el agua,

eres luz en la noche,

calor en mi alma de hielo,

amor en mi mundo de ilusiones en viento,

bésame al final de este deseo de chincharte,

acaríciame con tus labios,

el mordisquito en la oreja,

el susurro en el cuello,

noche de eco entre imágenes,

pupilas mirando pilares al cielo,

entre verde y violeta de árboles,

ojos de gato, tu gemido,

tímido y feroz,

tu voz.



Esteban el Castellano.



Inmortal VOZ:



























Amo esta herida que yaga

que descansa mi azar de oscura luz.

Alcancé mi suelo

mordiendo el vestigio yerto

mi sola ánima en persona,

y hoy advenedizo,

no me arrepiento

de afirmar de sombra a vellos

enraizados,

que no llegó más fuerte

a mi camino sin despedida.

Oigo retemblar de flamígeros sones,

viento o gemido

que va quiero placer inmiscuido,

canción no

rezambullir entre la espada mi blasón.

Sangre Solar escribió:

Mis sueños azotan ruido beligerante,

de armas,

con un trillado estandarte,

Aere perennius,

piedra yo que respira alma,

hálito que ignorado,

no se niega a sí mismo.

Nueve hojas completas

a servir,

en tinta roja.

Cielo abismático,

o Sol de cristal mi padre,

pájaro o disparo,

inmortal llaga de cuervo

sediento.

Que reclama su título

de origen y linaje Solar,

militar guerrero de sí mismo,

Förüq Castellano,

sin rival aún en tierra

le haga merecedor su Gloria

de reunirse con sus hermanos

en el Valhalla,

y trepar las enredaderas

hasta la divina sombra

de mi padre Creador Universal Odín.









Förüq Castellano a 23-07-2019

Lugar La Campiña

Castilla país España







TOMO SEGUNDO



ABABOL SANGRE DE SOL



Liras



7a, 11B, 7a, 7b, 11B.

Lira:

I

Todo lo que descubro

aliento ciego, bucólica siembra

como esbozo elucubro,

abre rayo, desmiembra.

Cercenada estalla, ella, brotada hembra.



II

En sangre de limpia agua,

carmines me recorren, eres mi hombro

un postrero abre fragua,

de mi sino un escombro,

quiero regar la vida de este combro.



III

Engarzando yo, quieto

ella el iris de mi bella natura

brilla en puente Himeto

desde ojo que aojo cura,

suerte, que labrada es sangre que apura.



IV

Hoy campos son de endrina,

para ser retozo que cruje solo.

Desnudar de la encina,

hoy olvido logrolo,

pero a ella con un rolo trina el piolo.



V

Libre por ti soy, ardo.

En rambla sin ribazo de secarral,

por transeúnte cardo.

como raíz de parral

esfumo, alcanzo, sones de su fractal.





VI

Mis astros que son santos,

obtusa furia que engulle impelida,

prosigue, consume a tos,

destapa desvalida,

de toda la tristeza que invalida.



VII

Hasta que engulla esta enorme

sombra que sigue procelosa, rauda

el siglo engasta fome

mi silvestre alma escuda,

te hablaré alto, como el amor exuda.



VIII

Sin directriz, ni engaste,

porque mi carne no tiene baraja,

hoy clamaré desgaste

mi ataraxia cuaja,

que cegaste tuya. Mi dama graja.



IX

Desde rejuvenecer

que gasta emblanquece por cielo extenso,

Sueño del resplandecer,

hoy no bastó, lo menso,

sin solitud desaprenso, repienso.



El Castellano































Culto de mi cultivar. Oda en liras



7a 11B 7a 7b 11B

Culto de mi cultivar:

I

Traigo de mi alma en fuego

incrédula, extraña poesía runa,

al capítulo llego;

de tierra, viril luna;

seco abrojo regio, cumbre que ayuna,



II

Habitado tras yermo,

con mis sentidos inermes postrados,

llana música en termo.

Mi Virgen seduce hados, *

brazos aguerridos amancillados.



III

El silencio esquilmado

escondido de mi alma traigo hendido,

vislumbra trazo arado

solitario, nacido

sangre, impía herida yaga henchido.



IV

Traigo soles difuntos.

Melancolía hija, el siglo enajena,

alzo, beso mis adjuntos;

sin honrosos entrena,

lucha diaria enajeno en cuarentena.









V

Al pie de soto llano,

viperina sierpe de frondosa era

aspereza abre plano,

placer dioses quimera,

todo es bruma siempre gris la espera.









VI

Esfuma lecho real

de sangre gualda disputada grana,

mi directa pluma, lean,

nimbo mis astros cana,

en sonrojada pupila mi lana.











VII

Misterio, azar o tinta

siderales ensueños, envanece,

avanzo, yelmo pinta;

arrepiente, fenece

piedad aflora yerta, no perece.









VIII

Ante Lugh no se humilla,

apego mi faz ya desorientada

cuarteada sien cepilla

mi jofaina aplacada,

mi semblante pardo no cambio nada.



IX

Fervor sí prendo fuego

desde este sueño de orgullo reseco,

Indefinido apego,

sin rastro yo la checo,

con puerta florecida llaga mi eco.





BONUS: (Rima y métrica libre o blanca)



Custodiada por los mil alacranes

que puridad cuida,

por los Suelos

¡Levanta la frente!

Y de placer sucumbe.



El Castellano



Oda completa en liras, ''Oscuridad germina'' 11-1-2019



OSCURIDAD GERMINA

A Obscuridad

-Nec vincere tenebras, et amat,

Oscuridad no se vence, se ama. 















I

Azar disuelto en viento;

vienes, te lavas las manos soturnas,

ensuciando te siento.

Grande en horas nocturnas,

mi potencial en horario alas diurnas.











II

Cuestan más, especias

que el guisado en resultado en finales.

Traje de brumas necias.

Sombra honesta en turbiales.

Granate lustre postrado a venales.



III

Jamás vendido al postor,

por mis colmillos guerra al error ido,

acrisolado impostor.

Voy por hervor florido,

y lunas en alabastro gemido.









IV

Es un son de los grillos.

Acaso se requiere don de gentes.

Redil de carrasquillos;

hematíes dementes;

acequia de almas o entes relucientes.



V

Crisol, hervor de soles.

Lucen lunas gimiendo en alabastro.

Indemne como moles,

yago, yace en mi castro.

Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi Astro.



VI

La vanal inmundicia,

anisando lo habitado en espejo;

ayer de hombre en malicia,

dicha, uno, dos, despejo,

tres, dolido, la rosacruz no alejo.







VII

Con besos por espigas,

y ángeles soterrados, sin vilo;

ya lo digo, no digas.

Hermana negro hilo.

Autocomplaciente la flama, afilo.



VIII

Esta acequia rutila,

y ángeles soterrados, sin yermo,

malva salvaguarda, hila.

Estira aliento, en Lermo.

Mi sed en galego alzado digno ''ermo''.













IX

En el patio su araña,

suya su corona por candelabro.

Se siembra, tiesto apaña;

su saliva yo labro.

Sangre de ámbar atesoro, le jabro.









Serventesio:

Estampas de la sangre resplandecientes,

granate su sangre encumbrada, son venal;

sentido alerta; despierto los lucientes.





Sin bombilla 💡 en sótano de luz, el penal

Entre fauces brillantes adjunto abrojos.

Rebrote de oscuridad en el arañal.

Alguien ya vendrá por mis áureos añojos.







Epodo:

Caldea, hasta rebullir. Yo arrostro antojos.

Avengo eternal raíz; disparo aojos.



El Castellano



Reflexión:

A veces dentro la oscuridad;

a veces dentro de una luz.



MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA























Elegía a la vida, Oda en liras

















Elegía a la vida Oda en liras :



7a, 11B, 7a, 7b, 11B.

I

Perenne diamantino;

abro de tu mirada un absoluto,

cometa matutino,

raudo al Sol impoluto

como una gota cristalina en bruto.









II

Bajo el Sol humilde y ellos

conductores de fracasos y grietas,

reflectores destellos,

y epicúreos ascetas,

vigor de rayos, puridades quietas.



III

Sobre la grama mojada.

Murmullo de un goteo anisado claro,

serpea estela sajada,

en espiral aclaro.

En la incandescente rosa disparo.





IV

Un otoño caduco;

rosa sin cruz aquel cometa roto,

desnuda luz estuco,

casi lloraba, broto.

Como una estrella fugaz yo rebroto.





V

Astilla y ojos boscajes,

ella astilla, en bosque de ojos sedientos:

infinitos anclajes,

sorprende, son atentos,

son de azul perfidia no añila alientos.



VI

¡Oh transcender primero!

aire canto perenne, como estribo;

lanza en viento, el alero,

sus encuentros transcribo.

Aere perennius, ministerio inhibo.





VII

La noche quiere ahogarse,

sí, en sus ojos que su sonido, visten,

desnace así asomarse,

por carcomas inviten.

Es sólo sangre en tu ojo que permiten.







VIII

Es solana mi vena,

cantando, alcanzando, la osada oscura.

Llora mi savia pena,

hada esfinge en premura.

Para tener piel sembrada en tersura.



IX

Brotes en azulete

brote y noche tapada en noctambules;

el nido ramillete,

teje araña hambre y azules,

así descolgar de ella azules tules.



El Castellano



Reflexión:

-Ella la vida, sed de inmortal espera,

llama a la muerte en espiral,

para ser eterna como el tiempo deslizado,

y como todo principio depende del final,

vida llamando muerte, muerte llama vida

su eterno ciclo en resurgir de simiente

al albor elevado corazón de savia o sangre, o los dos.

Miguel Esteban Martínez García a 06-03-2019



Araña de noble silencio; Oda en Liras







Araña de noble silencio; Oda en Liras



Liras:

I

Encontrase siguiera,

novia, amor y mujer determinada,

mi dolor consiguiera,

de amistades borrada

de amores caduceos ya, consignada.





II

Tiempo libre, efímero,

clavado en tierra lenta, su estridencia

tumba muda en señero.

Toda divina ciencia.

Soterraña en limpios besos constancia.





III

Yacija filosa alma

Por Mercurio, Júpiter, Atenea, era

las mansas lindes calma

se acostó mi remera,

ya solivié que desterré rivera.











IV

La parca negra jabra

sus alfileres pulcros, hilaba ella;

traje al yermo que labra.

De musa esencia, bella.

Afligido impetuoso no destella.



V

Solo halo no nacido

abre desdén de pocos, o ningunos.

Superior, advenido.

de melíferos tunos,

en madre conciencia, plañen, algunos.





VI

Le acuné mi desdicha

en su llena, destapada tersura.

Patio manso, la dicha

con redil cercada aura,

mi cordura, hueso de luna premura.



VII

Desciende vespertina.

Helada esfinge, acunada ella labra,

parda, honda saturnina,

vine que traigo cabra.

Sus voces difuntas en la palabra.











VIII



En las rosas de labios

de mi amada, hablasen amores pardos.

Mecen lisos, los sabios.

negra sangre en los cardos,

brutos espinos, esquivos, lombardos.







IX

Sombra, ay de mi llegada,

sonríe mi noche furtiva, noche.

Lengua maligna, holgada

¡Divinidad en broche!

Cubran tu manto la flor su derroche.





Bonus, rima y métrica libre:



Y los ríos dejen de llorar

sangre mortal,

la fecunda alegría sea cenit

y dichosa ceñida a tu torso

de mujer fecunda,

a ti te abran mis flores

cada primavera,

¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus!

Escucha, susurra nuestro silencio,

el tiempo que cerraba mis ojos,

y vestía la flor de opacidad,

con el color todos mis sueños,

buenos malos, no niego,

Abrid por Catulo

los cerrojos que atavían

a su agua de palabra,

hoy, siempre, se escuche mi marjal

de claras hierbas,

fecundando su clara tierra de piel,

de mujer valedera.



El Castellano



Raíz de candor mineral-Oda en liras:



A la vida soterraña.

I

La raíz velo, ligio,

dejas etéreo espacio acompasado

eterno su prodigio,

silencio amalgamado.

Era taciturno espectro clavado.



II

Misterio, lares blancos

que salvajes concitan en tu lengua

confrontan de yermo flanco

saciando imperio en legua

de soledad que amilano sin yegua.



III

Sin inicio, futuro;

solo aplacando de los diablos malos,

en esa idea carburo,

ojo que vence tu halo,

descansando en alegría, sí talo.











IV

Ocho hijos tú me has dado

más los bastardos impíos neonatos,

reconocido honrado.

Anudar yo, sensato

mi vida; que deshilacho. y yo sí trato.



V

Desfallecer, despedir,

corona por el candelabro engarzo

ahora, raíz es redil

fervor, soles esparzo,

como fue, cobrizo capullo zarzo.











VI

Su polilla, o gusano

devana sangre, rueda transmigrada,

Transmigra verde plano,

sobre espica, encontrada.

Infecundo humor oscuro de mi hada.







VII

Coraza por pechera,

carcoma y espuela calzo voy al Parnaso,

tomo de tierra viera

roja sangre, que yo amaso,

pergamino en vana ciencia quiero y aso.



VIII

Los abrojos espanto

espejo terrenal hondo crascita,

sonido injerto tanto.

Entre yertos mil, Escitas.

Escrita alma, el Castellano milita.













IX

Caléndula, la flamante; 8-1=7 sílabas

De su camino, vieja, iluminada.

De la senda tu Dante,

ardor de luz brotada

entre florestas, hiriente, acuñada.



El castellano

Castilla Oda en liras:



Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B

I

Perdurables sus ondas,

cresterías estigias, esbozadas

de la honda voz Gioconda,

en voz difuminadas

de alta torre enfundada, mancillada.







II

Me esmalta la idea obtusa,

con fragor de las risueñas carrascas.

Soledades, acusan,

del ser deshielan, lascas.

Agarrado a dulce señero tasca.



III

Colmillo umbrío tomo.

Cal y tierra entre los follajes regios,

de mi sierra es el plomo,

yesca vida en colegios,

Oda al sendero de umbrío arpegio.









IV

Era una vida atenta,

entre ojos de azores y sus colores,

ya se siente, se alienta,

se enraízan las flores,

esto es Castilla, ensalmaba contenta.



V

Esto es son de cerilla

de sangre henchida, abriendo helada fragua

linde quieto, esterilla.

Por solares besa agua,

sosiego que tu linde entonas ascua.







VI

Lumbre de entrañas vivas,

en quietudes de escarcha, hiende derecha

lenta llama iba altiva.

sonrisas del alba hecha,

quedarse, libérame este haz que arrecha,



VII

Quedarse piel segura

al retorcer del castillo de Almansa,

honda tumba hermosura,

entre sus piedras mansas

y caracoles de astros, nunca cansan.



VIII

Patio en somero alarde,

robusta era en Ermitas del mañana,

un talle del pueblo arde,

sembrado por tu mana;

aro en brea, cúspide nace, engalana



IX

Sueño en fruto severo

rojo carmesí, pesquisa sangrante

el corazón espero.

Ancho venal, cantante,

cantar de la espigada honra, expectante.





Bonus rima y métrica libre:



Y su mañana,

honduras de vidas.

labradas cepas de sarmientos,

acoge en tu alma

este fiel ofrecimiento,

Castilla mi tierra, mi vida,

mi eterna semilla enamorada.

Fiel disparo entre acordeones

de encinas afligidas,

un marco difuso entre colchones de grama,

perdiz entre perdigones viajeros,

voy a tu encuentro,

me hablan fuentes y abrevaderos,

como tus tierras

hacen el amor con parajes dormidos,

respiro tus frías cuchillas

que entre clavos me marcan su herida,

fiel de caricia bebo la sombra

en tu calma sin despedida,

un trino quiebra el silencio

en blanca dama me avanza tu cebada,

un calor presto de caballero

a su dama hoguera,

servil entre abejas

y sus mieles alcarreñas,

tejida, lista,

vaporeada tu siembra

por años cobijan tus azadas

solariegas.



El Castellano



Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019:

Río Tajo:



I

Grita mi estupor, blande;

cuchillos nos hieren volteando, hendiendo,

una boca que es grande.

Ondas agita ardiendo.

Se duerme toda costilla crujiendo.



II

Altiplano enjutado,

por hayas, olmos y los fresnos cenizos;

geología, alojado

saboreada en carrizos.

por soñar de los picos, quebradizos.









III

Virginal luna rige

con sus curvas en rotonda, fecunda,

castiza fuente inflige

y abrevaderos cundan,

dulce azada de agua, el sentir secunda.



IV

Enamoras palabra,

por cimas tu voz se hace la meseta

haciendo el amor, labra,

templo y morar asceta

sus pájaros dormidos, en pipeta.











V

De la cepa que alcanza,

agua furtiva corre por las eras

infinita bonanza,

pitanza riza la era,

vaporizadas Torres de su esfera.





VI

Que en tu alma anidan, alas

sortilegio de rosa y clavel macho,

cenit cavan las palas,

efluvio a ti, el ser lacho,

en su pecho sí, te lleva el despacho.



VII

Fuego, fanal hoguera

en anchos panales de tus abejas.

Cuentan vidas someras

del chopo sin las rejas.

Sus diez mil espumas, sierras no alejas.





VIII

Tu rúbrica ya me dejas.

Es navegante con alas azules

el terreno semejas,

secretos entre tules

tus aguas llevan puros noctambules.













IX

Cual río, haces rebullir

el inframundo, galas entre amores

del verde y azures, bullir.

Agita con sangre y oren.

El candil que abre en espiga sus lores.





Bonus. Rima y métrica libre o blanca:



Anudando en tu cintura

tu idioma olvidado

pasando años fugaces por tu campo,

rodeando en ortiga

el triguero espárrago,

girando de la vid tu capazo

y sus manos,

haciendo de tu Vera

un Dionisio que al tiempo fermenta

tus besos de tierra.

¡Oh, río Tajo!



El Castellano

Grillo Oda en liras

Al grillo:

I

Clareando su lividez

por sotos vastos, reales, relumbrados

De mi río es avidez.

Soliviando el sembrado.

Dirige, este mi grillo renombrado.





II

Es un tejado, él llora.

La acequia desnuda de molinete;

un cimiento que aflora.

Grieta, tiempo replete.

Sauce abatido, colchón al jinete.







III

Entre blanda alma sube,

entre un arpa estacional él, aflige,

lluvia a primera nube.

Nota en cúspide inflige.

Entre caracoles sonoros rige.







IV



Grillo único aunado, uno,

le pidió un gran deseo, renegando,

a manantial de fauno.

No aminorar cantando

tras acople, todo sonó silbando.









V

Solar afán, entrega,

llegas que dictas tu no pertenencia;

tu arraigo de gallega,

hermana negra ciencia,

traes que cobijas mi sola conciencia.



VI

Mi grillo luce nuevo

su primavera luciente socava,

lira estrella relevo.

El centígrado, cava;

que tu lustre entre musas ya no era grava.





VII



Era un patio la sombra,

Vena que era acequia reverberando.

El grillo, desescombra

las arañas dictando.

Oraba como besaba alegando.





VIII



Vengo, avancé mi peral,

con mi grillo en mi bolsillo, cantando.

No divisé umbrío eral,

viva vid, entonando,

mi secuela estaba ya, recta reinando.



IX

Blande regia Oscuridad.

Ahondaba que saltaba, silenciosa

el ímpetu en soledad,

resplandor de enojosa,

y quizá matrimonio en lacrimosa.





Bonus rima y métrica libre o blanca:



En unión con su oscuro astro,

blandía a la séptima sílaba,

luna que busqué por sombra y abismo

en esquela.

Era un disparo y azogué

lo que el cosmos me negaba.

Fui dichoso, me enaltecía

mi soledad pulcra arrebolada.

Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.

No brillaba mi sola desquicia,

era lugar y tiempo suficiente;

para ser de la tierra enhiesta espiga.

Ella mi única amapola

Reina del jardín de Hipsípila.

Un soto y un llano;

desperté del bolsillo su oro trasnochado.

Blándeme Oscuridad,

en tu acero y  ala de pecho.

Que canten azabaches

tu magia del cinco

labrado este año.

Afortunado avanzo mi pulso

por candelabro este mayo.

Mi cenit por rectitud

del alma mía.

Un último acorde y me encontré

en la pluma tu arpa,

mi Ninfa que obligas no fenezca

el grillo que me da frenesí.



El Castellano

TOMO III 

III IX Oscuro haz, luz sembrada:

Mi SOL;



Oscuro haz, luz sembrada:







Larga sombra me abarca,

larga sombra me abraza,

larga sombra que me envuelve

yo quisiera meterla en un mundo más bello,

yo quisiera librarla de hielos que aguardan,

quisiera retornar a un mundo que era negro

sumergirme más profundo que los mares

y encontrar mis verdades,

yo quisiera fundirme fraguas de hierro

ser justicia izada de ser en luz intensa

pero ya no siento nada,

asolada mi estirpe con nombre agujereado,

yo camino descalzo sin miedo ni quietud,

sin estos clavos que me impusieron

camino lejos, lejos sin mi nombre

por si despierta mi azada

con la que sepultar al Miguel Esteban

que no nació todavía,

por si una dicha me aguarda,

no osarán en buscar portentos

a esta larga sombra que avanza,

no cambio sus males

solo servirla flores silvestres

así enamorada torne princesa de profundidades

hada dueña de la sombra,

hada fiel de embeleso en umbrales

por tragar esta mi tierra

que me avanza la despedida,

cuántos pájaros volaron

para ser único pájaro enfundado en trino,

rajado, ultrajado,

cuantas notas se escucharon

hasta ser estrofa de agua

por todos los que estuvieron,

al acecho yerto de esta sombra mía,

que no posee medida,

solo una senda deshaciendo lo trazado,

al firme astro alzo mi perplejo

por toda oscuridad que fusiló mi partida,

me apodero de este jardín

de mi sangre sembrado,

para latir en espejo asomado,

y que viva siempre, siempre

esta sombra fría, vacía, llena en soledades,

completa sin tapiales, hueca de mi carne,

despeñada en vivencias soterradas,

que yo alzaré para sembrar en ella

esta vida que yo le debo a ella,

para que viva siempre mi luz

tejida con ella,

hasta erizarla

y que me responda

cuando nombre a la belleza.

Que sin ella queda sin aliento.



El Castellano















Tablero de existencia:



Otro día más.

Otro día menos.

Horas, minutos, segundos

pasan.

Decisiones, esperanzas, vidas truncadas.

Gentes luchando por cambiar el hastío.

Luchando por cambiar la rutina.

Peones de este juego de ajedrez.

Sólo avanzan en un sentido,

alimentándose de lo que encuentran en su camino

que avanza sin retroceder hasta llegar al final del tablero.

Unos ansían convertirse al llegar ahí en otras fichas más poderosas,

para seguir comiendo a otras gentes.



ERRE QUE ERRE:



Es este el poder del lobo,

desnudo en letra,

sin vestiduras de cordero,

sin más doble cara

que su pluma y su letra,

jactancias reveladas,

abajo de la eternidad

y su aliento deshojado

en saliva y sangre escrita,

que consumieron

siglos pasados, doblados,

en las espigas de los campos,

un desvalijar el aliento de cobre

de los cielos

para plasmar oro en los escritos,

este es el mes celta del serbal

yo soy ciprés

y para mí siempre es el mes

de mi caléndula

porque me regala flor cada mes,

reductos sumergidos al respirar

del pez de cara muerta,

respiros de ratas emergiendo,

abriré las compuertas

desbordaré estos ríos del cielo,

el azul tranquilidad

rebosará la visión,

los cardos de las damas casaré

con cebollinos,

si me repetí es intencionado,

austral mi alma, esmerila

este lobo ártico,

soy yo el encargado

de clavar mis estampas quietas

hasta que un día me griten padre,

hasta ese día lloraré

estos plomizos latidos soturnos,

anhelando que estas piedras

lloren flores y el tiempo enraíce mi serenidad,

siente estos sentidos nublados míos,

el frío se alzará

por la contaminación

hasta ser única estación,

bueno yo no elegí este mundo para venir,

ni que el hombre sea un zoquete

imprudente, desnaturalizado,

se congela mi pensamiento,

fluía veloz su azada,

logrando la siembra

del sargento de mi alma,

condenado con su fiscal borracho,

aventaja por acompasadas

trincheras de este amor sujeto,

quiero estirar los soles

de los días

para adelantar el tiempo

y que llegue nuestro momento,

hasta mi primavera naciente

de mi invierno,

por blanca nieve

decretar a mis zorros blancos

esta glaciación necia del hombre,

a mí porque me gusta el frío

y soy consciente

que hemos avanzado y retrocedido

hasta ser capaces de comer piedras,

en este futuro ocaso helado,

de capa de azufre y plomo mecánico,

entero me siembro

hasta florecer mi sangre

con cristales de hielo.



El Castellano































Graznido escondido:









Con el grajo de Apolo en mis manos,

avanzo

que imploro la gloria

de mi señor Baco,

por su tulipán negro

entre crascitar alado

se rige que place

el torvo cielo

cóncavo,

negra simiente divina,

de mensaje abismático

quebrado a ras terreno.

Torvo, desliz encorvado;

la sola pesquisa

y nota de los dioses del averno.

Lugh rinde pleito de negra ala

en mis manos,

al amanecer de mi honda suerte.

El cisne negrecido

de soto terrestre.

Al nogal excelso

lanzó pertinaz deseo

soterrado.

Dime árbol de mi mañana

si el recto umbral

a mis pies doblegará.

Entre encorsetadas saetas,

y malditos acordes,

un chascar de azabache

sonará

que las almas

incluso del pozo de Airón

reinará bajo tormenta

de Zeus y Atenea,

abriendo la pulcritud

del mortecino Olimpo,

de Parnaso y Ateneo.

Donde, cabalgan corceles difuntos

y espectros bailan

la sonatina de Dante.







Förüq el Castellano.



Poso fantasmal:



Canto, cantando viene la parca

alegre de pletórica,

mi sangre adhiere, entumida

por vagos nublos

de cielo en capa,

avanza mi sola pesquisa,

por afamado viento precoz

entre corajes que tierra

brota sin reseña

y su esquela de estío difunto

estrena.

Mi alma despierta

por el tulipán negro

del cuello su señor Baco.

Una vil sentencia relega

y se anota llena de fortuna.



II

Cobriza estela

entre rayos áureo solares.

Sierras dentadas,

y senderos agrestes,

bajaba el reguero

por el cerro,

condensadas lágrimas

de mis dioses.

El hijo del Sol

blanda su seco tajo,

un septiembre

a una semana por finalizar.

Valles dulces y caricias

de retamas entre jaras

y benditas carrascas

hijas encinas.



III

El esparto rige

que gobierna el acre

palmo a trecho.

Era un recodo fantasmal

de cal y canto sentenciado.

A mis pies de chasquidos

y gemidos enrojecidos.

Avanzaba la sola campiña,

los cebollinos y ajopuerros

ya estremecían

su regio tallo soñador;

este otoño 🍁 cabalgado

todo despertar de simiente.

Era tiempo suficiente.





El Castellano.



Libreta Hipsípila bitácora Armonía:







Cae la noche,

sobre ingrávido

lecho de mi juventud.

Acostando luna de cuarzo

entre áspero frío.

Cuerpo mineral candente

quieto en pantanos de tela

retorcidos sus destellos

en esta nube de leche

el fango fragoroso gira

imploro a esta luna que ame

y el morado cielo ladea

mi sangre verde.

Es por este escarabajo

que llega el verbo

soledad, soledad

tus pulcras alas

que vencen auroras de adoración.

Aurora funesta clavada la hora.

Vorágine o trasiego

luz que ignora

si acaso nace.

Tu liso, amarillo barco

de oscuro torso.

Tus infinitos beso

dime corazón

al apoyo de tus párpados.

Cuál profunda verdad

en esta espectral rivera

de ondas líbicas.

Espuma densa

de océano de ideas entregado.

Profunda ascua invencible

es mi dolor

que más no quiere retirarse,

que sentencias invade

todo ojos

montaña de hojarasca

cristal de pulsos

que tu imagen toca.







Förüq



























Suspiro fresco

en labio extinto de sombra

día que no se encuentra

su densa forma,

cuerpo con agua de estrella

querer vivo que llega al aire.

Tiende y espera

la muerte que renace

por fuegos de brea

en el aire.

Abren batientes pétalos

de viejo silencio esquilando

esplendoroso.

Acurrucados sobre un lecho

que la brisa abre

trocados rayos de Sol

esquivos en plano

de verde follaje.

Astuta golondrina encontrando

dócil rama.

Mundo sin mentira

de la vida

se abre manantial

reluciente de esmeraldas

y todo siente

que la sangre miente.

Terruño ojo victorioso

aplaca sus arpas irascibles

estrujando abismos dolorosos

petrificados.

Reniega la boca vegetal

casi viva

promesas enfrente de violetas

cortan amando al claror

lírico, estremecido.

Coágulo de viento

en cientos de porciones

esta luna quieta

que semejanza quiere.





Förüq





Descubierta la zona Umbría donde yago.











Labro aciaga tierra sin pestañeo

mi ingrávido lecho

de tinta roja y negra.

Aplasta mi sombra

contra sí misma

derrumbando opacidades

de granates profundos

ballesta, súbito forjada,

a tu entraña.

Derrite mar de boca

que pide extensa

negra noche,

y sus espectrales corceles.

Tiembla que rueda

paz, orgullo bello.

El desliz rayóme firme.

Conservo mis principios numerados

reluce mi roce pulido,

entre cielo asido

palpita mi iluminada tristeza

haciendo camino.

Vendrá mi torvo grajo

se constatará mi lucero roto.

Turba mi aliento

bajo mi pecho la quiero,

con montes limpios

enturbiados por sarmientos.

delinea este viento

lividez plena.

Fuga el desaliento

con todos los jirones de mis ascuas.

Diáfano, ancho, repleto a trote primerizo

no cabalgarás,

no cabalgarás si no es conmigo,

cabalga,

cabalga

el llano,

que sólo

a mi lado cabalgarás.

Cabalga que sólo a mí encontrarás





Förüq el Castellano







































































Estoy escuchando semirrecto

el retemblar de hojas huecas

sobre la gravedad

de un arroyuelo que fluctúa

cauce, entre la copa de árboles

sobre semi-vacío  cristal

con limpia brisas

encima de un blindado

cantaba, dictaba, antiguo sargento,

su presionar, disparar,

como hueco en la ausencia del polvo.

Abrid la ensenada

al señor capataz del brillo primero,

tímida la floresta

escondía las amapolas.

Núbiles gestos danzaban

la cabeza en loma que silvestre evanescía

el coraje de la flor

vuelta mujer por Ostara.

Patio de perdices soslayaba

entre el quejido

de carrascas afiladas.

Hacían sus hojas

mi última espada.

A mi izquierda

el peso de su hierro estable.

Sibila destrenzabas

tu cándido mirar

en fraguas de belleza

inviolada.

En tus altos, profundos

ojos de ámbar.

Luna que en fractura

recorre mi tejado de alma.





Förüq

IX

Ama a quien te mire por tener magia:



Número cinco conseguido,

2894 entradas

Amaré a ella mi dulcinea

que me mira con magia,

las sombras ya no caminan

las escuché,

relapso insobornable,

sin proclamar avanzo,

mañana sí hoy también,

el signo de ellos los que protejo

mis dioses,

los guerreros,

los bestiales dueños de la tierra,

flora y fauna

de hálitos sin esquela memorial,

animales del destino frío,

que yo no dirigí

sólo ella mi mujer la Tierra,

yo abracé de este a oeste

de norte a sur,

mi hogar, el hogar de mis ancestros,

la sola ánima me fulguró,

de cornisa a terreno,

y no logró arrebatarme,

las flores clamaron,

por un crimen de flores avanzo

hoy solo anuncio que puede consiga un nueve,

un seis invertido porque soy hombre,

no será hoy,

no sé cuándo,

estoy en jornada de reflexión,

calculando

cómo finalizar mi hoja.

Un soldado de la naturaleza,

asaltando el cielo,

no es mi ámbito

pero si el cielo llama a tierra,

tierra no gana

porque alberga el Infierno,

el dulce tormento

renombrado.

No me niego a mí ser

tú sabes quién soy .



Förüq Miguel Esteban Martínez García





Resplandores consecutivos:









Al tiempo acantonado,

le importa más a la chicharra

el sopor que el frío, pregunto,

para entonar chirrío estacional,

pudo ser mudez primera

de lluvia sin cuartel

ni hacienda,

abandonada su guitarra

amarilla sonatina,

en las lindes de la esencia

allá donde el margen

no es ausente de las orillas,

del amar naciente,

allá donde la mudez no es segunda,

amarillez del óxido

fraternizado,

sin diques ni ribazos someros.



Recta composición enaltecida

sin violencia mi alma renegada,

cómo decir queremos vencer muertos, muriendo,

yo respondo morir vosotros a vuestro gusto

traidores vende patrias,

poco más yo azulando,

mi virgen de la campiña

en amarillez sedosa,

aquí estoy,

aquí estoy,

a veces sonriente

a veces preparado para encontrar,

hielo en la escarcha del sonido,

me llamas, puedes llamarme,

la Roma,

estoy preparado lamiendo propia falcata,

el desembarco en mi tierra,

mía acaso tuviera santo y seña;

no hay movimiento sin unirse con los otros,

acontecimiento,

mi oro no es axón,

mi hierro es blasón

de piedra de mi sangre,

alimento d'esta mi estrella

que me ampara,

el dormir y maullarte el ronroneo,

precoz de tractorcito

mi solo barbecho de Gloria.

Acaso no está

pactado mi sueño cuando escribo,

mi dormir y no despertar

por algo que merezca la pena luchar.

Gracias.

Hijos de la tormenta somos.

Y no morimos matando.

Ni lo queremos

El morir matando.

Se niega a reconocer

que la guerra está ya perdida.

Auge entonó

risueña melodía

en la turquesa de esmeralda cristalina,

te amo más de lo que el poder pudo

jurisconsulta legisladora

en musa de agua granate mía. 



El Castellano



Alevosía tu vítrea mirada:















Abacora mi alma

que supedita, que avasalla, 

caiga y renazca

y vuelta al chasquido inicial,

haiga tierra en el viento

de comenzar, 

raiga, estruendo superior

beligerante traiga estos corceles, 

de fuego a brear la taiga, 

biga, inconmensurable,

diga, sola muerte vi y retrocedí.

Meiga, mi sombreada pesquisa,

higa, en lecho melífero

liga, que gira

la miga, relucida.

Oiga, roiga, mi grana triga, 

siga que avance toda viga.

Báciga que fadiga,

emperdiga mi vida y arraiga,

compás de nueve lebreles,

canta la llama 🔥 

y suena mi voz con sabor a noble

madera, mortecina

sangre que apura,

en mamones 

entre flores yescas del alba

desoiga que trasoiga

la espiga que respiga,

sola, sola,

como nace nueva tierra.

enligue que abstraiga 

litiga mi dulce ortiga,

hoy por hoy,

mañana por ayer,

vi el hinojo solar

hasta resplandecer.

En cuadriga 

de redil desposeído,

avanzo el patio de mi araña,

su virgen sola.

No dejes de mirarme

en la amplitud

la cumbre d´este ciprés

ambiguo;

cernícalos atrás

mi pureza se espeja

con la pizarra.

Sin pulir,

sin capa,

rizado en aliento 

renegado a morir,

embebe tu caracola

de iris despierto

que navego un vaso de agua,

al tarot helado de tus naipes

se afila mi indecencia

de a cal y sangre 

entera poseerte.







Förüq el Castellano





















Ascua espiritual:











Ruido en la opacidad del silencio,

pero impalpable, insumiso

avanzo, como maestro escudero

d'este silencio que envaneces,

sé cuánto alcanza un espectro

ante la luz en osadía,

misteriosa, armoniosa

como vil armónica endiosada,

que besa tus labios,

y habla por tus manos de viento,

inocuo, evanescente, dictado

al trémulo desliz pasajero,

a mi entender conjugando el tuyo

encontraremos los cauces

que toda alma navega,

miénteme dulce

te amo entre ascuas,

me respondes contigo o con nadie,

conjugará mi luna con tu astro atado,

repleta mi ausencia;

con mis muertes quedaré

si no comulgas

me dicte quedarme con mis espíritus

valientes,

entre surcos en ambrosía,

y mis enemigos revelados,

ellos cuanto no conocen envidian,

cuánto no abarcan quieren abarcar,

ellos viven en los cerros,

las nubes, los fulgores iracundos,

las silvestres aguas,

en las flores y tus abismos,

enigmáticos

ignotos que viven

porque les das honor de recuerdo,

nuestras voces vagas aspiran,

como corona de sortilegios,

murmullo de mi silencio

profundo que ves.

Abriendo trompetas de los ángeles,

como ríos que se unen al desnivel,

replétame que hoy no seré

hoy no vendré,

hoy no evitaré,

hoy no buscaré,

porque mejor vivir una mentira

que morir por una crueldad,

hoy sabré quien ser

por no ser quien yo sé

que siempre soy.



El Castellano Förüq



















AÑIL SECUELA:



Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,

pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.

Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.

Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.

Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,

tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,

por el tiempo de espera angosto.

El murciélago baila con el colchón de tu luz,

rasgando sombras,

para reposar siendo una más.

Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,

por qué te siento incluso estando solo.

flores opaco reflejo de luz violeta incluso de noche;

artificie luzzae.

Lucero de ciudad,

rompiendo la obscuridad.

La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más,

humo, humo, humo.

De tierra a ceniza llamando,

su inerme sentido mágico.



Luna plateada, en las noches voy a tu encuentro, pero te escondes. Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.

Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.

Cielo obtuso, de sueños fluorescentes, tú, de color líquido, solo frío con miradas intermitentes, por el tiempo angosto; El murciélago baila rasgando... Sombras, para reposar siendo una más. La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más.





Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,

pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.

Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.

Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.

Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,

tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,

por el tiempo de espera angosto.

El murciélago baila con el colchón de tu luz,

rasgando sombras,

para reposar siendo una más.

La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más.



Viene acariciando, ella,

con sus palabras altivas,

desvanecerse quiere, con letras solitarias.



En sus ojitos los luceros,

por sus labios, disfruta el piropo.

Despeinarla con caricias piden sus manos.



El dulce golpe de su voz quiero escuchar,

dificil de olvidar, todo por ganar.

Creo que la quiero.



Pues díselo.

Calma para llegar,

por poder luchar y no abandonar.

A veces, invade mi pensamiento,

y más deseo crea su recuerdo.

Pienso que no estaré a gusto, hasta que no la diga lo que siento.



XII



Luna plateada de mi cielo,

en las noches

voy a tu encuentro,

pero te escondes

entre bloques

de hormigón y cemento.

Quiero verte,

pero incluso te escondes,

por las violetas ramas.

Mas los dragones,

del cielo sonámbulo te acarician.

Cielo obtuso,

de sueños fluorescentes,

tú, de color líquido,

solo templado

con miradas intermitentes,

por el tiempo de espera angosto.

El murciélago baila

con el colchón de tu luz,

rasgando sombras,

para reposar siendo una más.

Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,

por qué te siento incluso estando solo.

flores opaco reflejo

de luz violeta

incluso de noche;

artifficie luzzae.

Lucero de ciudad,

rompiendo la obscuridad.

La noche se detiene

para sentir que estás conmigo

otra vez más,

recuerda

que tus ojos tienen sangre

recuerda el viento

que aúlla mi nombre

recuerda la luz que tiembla

y cruje la noche en las pupilas

recuerda que me hablaste

de amor en el tiempo

que cae muerto

que pactamos con el hielo

la vuelta del invierno,

recuerda cada latido

de oscuridad

que llama a tus venas de humo

recuérdame en la eternidad del beso,

en cada rosa que robe tu cuerpo,

recuerda que vivo para ti

dando voz a la soledad asesina,

la flor vive soñando

que fue mariposa y abeja,

vive durmiendo la semilla

enamorada de la tierra

para despertar

y enamorarse del sol,

clávame estas nubes de sangre

en el hierro de mi destino,

se me negó la luz

encadenada a esta tierra sin cuerpo,

solo tú me sientes

en este camino

que no lleva retorno

sólo espiral anhelada de renacer

el tiempo ya no nos puede sostener

camino buscando el frío

en este calor que quema el alarido,

te encontré perdido

hoy vives un amor

que sientes soplándote al oído,

en la puerta del infierno caído,

te casaste con la luna

que reinaba en tu corazón,

al viento le diste voz,

a la lluvia la nombraste

lágrimas de mi ayer,

le diste ojos

a la sombra para mirar,

la espina caía herida,

la caricia retornó a las polillas,

la vida marcha deprisa

cuando abras los ojos

ya todo habrá cambiado

solo encontrarás que seguiré a tu lado

aguardando tu otoño

y la caída de tus hojas,

esperando que seas mi acompañante

en los siglos y milenios

que nos condenaron,

encontrarás esta sed del cielo

en cada silencio muerto,

en cada raíz

que grita en su tierra

toma de la vida lo que quieras,

siembra tu aliento

en cada tierra,

tú todo lo tienes

yo solo soy una fantasma

que sólo tú ves.



El Castellano

Oda de sombra nocturna:



Noche silo de oscuridad

destapada, traspasas

mi ventana entre espejos

tu voz se hace la dormida.

Carruajes malvas del sueño

taciturno entre las espigas.

Fuegos y fusiles iluminan

tu dama de oscuridad,

amanecida por soles

que bajo ella

parecen de trapo.



Canto a tus pestañas morenas

a tu iris deslizado

entre colchones sonámbulos

te clavo este guiño

a tu dama de sosiego.



Por este hueso único

desangro a mi murciélago.

Altas, profundas esferas

gimen luciérnagas.

El otoño tupido

se acuesta con mantas

de hojas arrebatadas,

árboles desnudos

que descansan,

ya no hacen el amor

con el viento,

persianas de un tiempo oxidado,

al abrigo la vida contra el frío

de la luz.

Escarchas de punta

lloran las avenidas

victoriosas de la noche

que todo devora

y mece lentamente

con su ojo de sombra.





El Castellano

Latido sembrado:



Solo, acompañado de una doncella escarlata

que me late y envuelve mi fascinación,

este día vuelto noche sólo por ella,



no tengo piel soy agua de su saliva,

rocío de su comunión de estrellas

trashumantes, plácido rasguño de rosa,



yo no tengo sombra, no tengo aliento

ni alma puesto que soy vampiro

de su silencio,



alzo mis cuchillas de luz, coronas vestidas

de fugaces caricias al alba forjada,

edificios hirientes de mi amor etéreo,



canto alto que ella me hace

sentir eterno,

como el cuchillo inmortal de su silencio,



cargo mi luz para atravesar su corazón,

disparo, su alma es mi blanco,

mi párpado de la noche llora por su beso escrito,



rizada saliva verdadera,

estas rosas del alba cantan

que si admirarte es para siempre,



seré guardián de todos los latidos punzantes,

porque solo tú sembraste la belleza,

hasta colmarla de infinitos sonrientes



que mis ojos lloran,

pintando la veneración a lo que en silencio

trepa y escala

la caléndula enraizada en mi corazón.



sigo y seguiré tu camino

que me lleva por el cielo,

corto el aliento de la noche,



al despertar de mis sentidos resplandecientes,

no me despiertes,

eres mi sueño de penumbra y sus formas de mujer.

Late mi caracol siniestro con la forma de corazón.



El Castellano























Espectro en el silencio:













De silencio llora

este alabastro,

con él se rige mi canto,

por las azucenas nocturnas

dentados azares en pétalos;

irisados,

y las flores de azabache

el compás de un grillo

me blande en el silencio.

un cromático desliz iridiscente,

que es mi cruel idioma,

y el de mis ancestros,

avanzo el campo de espinas

sin final elucubrado,

cuando la luna se acuesta

todo placer me secunde;

reposo en tu pecho mi amada dama

la noche se cierra en verso y en mi lira,

y yo estoy despierto al criqueo,

tu grillo encerrado.

Mi placer insubordinado.

Acunando un rosario de madera

trepando tu espalda

cuando la luna se acuesta allí a lo alto,

yo reposo en las flores de niebla

de ojos dormidos,

me mece de vivos colores

como silencio de ente terruño,

un grito despierto y un alarido

que cruza abismos y sus soles

sin pestañear en la cárcel tus ojos,

todo por encontrar, nada por gemir,

resquicios huecos de mi árbol de las cenizas

mírame en claro de luna no soy tu pesadilla

soy jardinero del umbral muerto

vine por tu aldaba

esa que el idioma de mi silencio calla

y nace de la espiga un verso

en granate Parnaso

en abismático diamante,

se afila mi caricia en vals minero

sientes fría mi visita

el cuclillo mece en trino mi sino

a la hora que el horizonte

hace el amor con las flores

dejando su rocío perplejo

yo me alimento de tu ser

por si vuelvo a vivir

no te aguardes

sé mi comunión de estrellas endiosadas

y el infinito que quiero ver

sé mi arco-iris tornasol

yo tendré luz en mis venas

la sangre esquiva huirá de mí

yo seré tu mundo en la sombra

de la subrepticia amada entonándose

en Sol mayor

resplandeceré la cuerda de tu violín

seré más que tu sombra

aliento de muerte y resurrección

en el fondo de un siniestro caracol

con forma de un corazón

mi nota será entonada por el viento y una nube

lloveré para hacer el color con las plantas

seré resquicio taciturno

del verso y su encanto

reinaré a la hora

que la oscuridad late y envuelve

seré tu medio corazón

un sino despierto del rayo de sol

vine a quedarme a tu lado amor,

y el cielo para mí no se construyó

de la tierra al fondo de una cueva

se blande mi ser como ente

de la penumbra que late y envuelve;

ramilletes de luna llevo en los bolsillos

el origen sin final

un susurro sin alzar

un guiño por encontrar

se desdobla mi estampa

sin acabar soy paréntesis del destino

enamorado crujido de tu puerta

soy hoy por hoy

espectro en el silencio

latiendo despierto,

volviendo al dulce final sin comienzo.

















Espectro ríe, aúlla su alarido crepitante, que hace temblar de deseo a su dama, era otra noche situada en la penumbra de la iglesia del pueblo, yacían las tres solitarias de la madrugada al tañer estridente de las campanas de bronce, despertaban los cuclillos de párpado tieso, y seguían el reposo en su nido, revoloteaba un murciélago myotis myotis con prodigioso quiebro de ala, rasgando sombras en aquel descampado húmedo que comía la niebla de la isla de Manx antigua Escocia,

su eco encontraba objetivo en el pelo de la dama de Förüq y rizado se enroscaba en su cabello para decirla al oído : él es mi hermano, es vampiro.

Te necesito mi dama, castellana, toma tu lugar merecido y sé la compañera eterna de tu vampiro 



EL Castellano.



Soy ente resplandeciente,

afilado de una astilla,

estoy hecho de mi propia costilla,

Soy hueso de hierro,

hoy cabalgo mi desvelo,

fumo cigarrillos de tinta,

asustando a mis palabras,

mi realidad se retuerce,

en un suspiro de mi hada

y mi flor de caléndula,

que ella me enraizó

en mi pecho,

soy oculto al ojo,

atravieso paredes

porque ellas no son más duras que yo,

pido mis ilusiones

escribiéndolas en mi árbol de las cenizas,

soy duro porque recio es poco

comparado conmigo,

hablo y converso

con mi demencial silencio,

oscuridad que late y envuelve

es doncella de vestido

con malvas de luna,

mi ser furtivo

esclarecido

pertenece a mi dama

que debo despertar

con un pacto de sangre eternal,

crepitan mis bisagras,

esta soledad bautizada,

desdoblan mis serenos

Rizando los alambres

para colgar estos mis versos,

hoy hablé con un escarabajo verde,

me contó que su familia

esperaba el despertar de mis flores

llevadas a adultas desde simiente,

bella durmiente,

robada a los campos en floresta desnuda

insoslayable,

para mi vida pertenecer y ser de ti,

chirría el grillo de mi idea

otro jardín muerto

me consume mi eterna vida

a mi jardinero del demonio

Hipsípila no se me ha muerto

ni un solo ser vegetal,

en mis años sirviendo a su sed.

Nadie ni yo mismo

puedo ni quiero arrancar

de mi vivir de espectro

a mi dama musa

amor de mi no-vida

mi oscura rienda siniestra,

mi amada aterciopelada,

mi placer que cierra y maneja.

Mi vívida estampa,

un crujido soy en tu ventana,

y fui amante

en arpegio mayor sostenido,

un cuclillo

y un beso por si en tu flor vivo,

vine y no me iré,

aunque me hinque el colmillo

en mi sangre azabache,

hoy veré, hoy te amaré

desde mi nicho floreciente,

al compás en sí menor

mi extasía de color,

sinestesia labrada

en un, dos,

tatidos en tierra abierta

mi zanja espectral

donde yago

con mi caballito infernal.



El Castellano y Leannán-Sídhe.



ÉGIDA DESPIERTA:



Vengo, que escribo

sangre en tierra;

atisbo sanguinoso

en roja espiga,

mi granate lustre

rubor carmín.

Vida de mi no-vida,

oro en vena

acordeón en fuelle de agua,

montado;

ceniza de mi árbol,

difunto, en soles

de alabastro relucientes,

soterraña vía esquiva

del renacer de simiente

y savia encumbrada

que retiembla la entraña.

Iracundo desliz

nacarado por

esferas de azabache.

Un soliviar de acequia

onírico.

Renombrado Parnaso

devorado Atelier

simétrico

de musa Atenea,

por Zeus

alzo mi égida.



II

Brisa tenue

al crisol nacido del valle,

como flor de sombra;

entre este parral de idea,

trashumante avanza

mi densa condena.

Entre escarchas

seniles.

Y vellos erizados,

al trasluz onírico,

vítreo, entre humos.

Rizados por ascua de tintineo llano.

Inédito, sin encontrar,

en la trilladora.

Mecida el alba,

sin ocaso sembrado.

Parral sombrío

de inusitado esplendor

férreo de cobrizo

tomo en aljibe de Apolo,

su negro cisne,

que ahonda su azabache

es como alimentar

la dulce silueta de musa

Belleza.

Como diluir tres gotas del mismo agua,

y erigir entraña a madre Oscuridad,

somera y su hija tiniebla.





III

Febeo quiebro de ala,

en pecho batiente,

una sola pesquisa nacida,

la inconmensurable

alta honra sin esquela,

amplia, dolida.

Encrucijada de honda sien,

descarnada

en profundo tallo

de tu silencio sepulcral.

Silencio profundo,

Bello, inmiscuido,

sus altas torres fecundas.

De sopor

por ángeles abismáticos.

Una sola esfera

de luminaria precoz

y rotunda aria;

designada estela,

su faz agraria.

Trepa mi espalda,

sembrada por Caín.

Remembranza

por cuantos añiles

cantaron mi dicha.

Sola, en alta

ojera celeste

mi musa sempiterna.

Aposté mi desnudez violenta

sin cargos,

Hoy sigo que vislumbraré

indemne acontecido.





El Castellano Förüq



Espiga roja sangrante:



Con el filo descarnado

y brillo reluciente

está la espada que severidad,

dirige

blandiendo surcos

en fosas yertas, funerarias.

A lo que su empeño consta

y sucede.

entre adobes y cuchillos calizos

entre cal y tierra férrea,

la sangre del infrarrojo mundo reverdece.

Quilla de un flagrante monte

que Geríones desplaza,

surcado por el metal

de hilo de cobre esquela nativa

de mis ancestros,

sonaba con el viento

haciendo temblar calaveras

por gramas densas y espigas sanguíneas

en lo alto de aquel poste de telégrafo.

El viento tenía estridencia

y lamento seco como chirriar de gemido.

Digno a desatar quimeras y bestias rectas.

Capaz de dar voz a lo inerte de la vida.

Entre coraje y sentencia

volaba el vilano

en magnificencia del fría aura,

sola como nace la primavera

en una flor contagiosa.





II Hoja:



Allí plantado

como se siembra una pipa

en mitad del abismo,

me encontré, detuve el sonido

entre escalas y cielos soterrados.

con un precoz almíbar

Planté una pila de lluvia sobre marzo,

contestó entre gramófonos la tierra;

de septiembre

una melodía jamás interpretada

y jamás semejante o similar

a haberla escuchado una vez.

Era como un maullido entre gramas

y bocas sedientas de un gato morado.

Como cerrar y esperar que la compuerta secara,

de esa acequia que mi sangre lleva

como desplomar semillas

y aventar espigas granates;

plantado como una sola

de carne y tinta

que la espera viola.

Y frunce su golondrina espectral.

Era un soto de daturas

y ababoles cabalgados,

como un crujir de la mecedora

del linde vago,

era entablar con el alacrán soberano

quien yo era,

como afilar pesquisas

que caminan yertas

su alacridad helada,

por caballos de fuego

y acordeones de agua,

como elevar el ara

y ver qué desquicia se siembra.

Voy por el tercer junco de Castilla,

y hasta su encina afligida,

entre soturnos lindes

teñidos de cal y canto,

arrastrando errores inmortales,

y sueños desangelados.

Premisa que ardía en un solitario espino,

acampado de sus falanges

amilanadas por vastedades

y simientes frívolas

despertaba el otoño

justo en el carrizo

y mi tabaco fugaz

de antigua brea

que expulsaba su color,

rencilla entre espasmos

y savias precoces del terreno,

jamás dormido,

jamás monótono, despierto,

un caminar y descubrir

que todo vuelve a comenzar.







Förüq el Castellano



































DESTINO ELÉCTRICO, TU MAGIA:



























Prendidas las novecientas

noventa y nueve velas del averno,

iluminan mi severidad en oscura

premisa beligerante,

las trescientas treinta y tres ascuas

gasta mi alma,

en pulcritud todos sus cristales

inefables, rectos, filosos,

por quiebro de éter

insobornable,

voy trayendo pretiles gestos

inmiscuidos,

mi sola ánima,

un soto de perdigones viajeros.

En solana luna mi romo acero,

flamígero al tacto

aventaré que descubrí

mi amor por mi salamanquesa

me crujía mi idea un venal,

espacio sin acequia

ni araña tendida a la espera,

un soliviar vetusto que esmaltaba

mi umbría ciencia

de saetas vanas.

Entre musas desnudas

trenzando sus cabellos.

Crecía mi sopor solo,

en deseo relumbrado en el paso

mi rubor infranqueable.

yo amé una lagartija,

y hoy la sigo viendo única;

entre acordeones de fuelle solar

y esta sed que avanza, sigue y prosigue,

mi sanguinoso rubí, carmín fragoroso,

era un deseo férreo, descarnado,

un brillante colmillo que alzo,

el hambre de caza que llama,

agazapado mi servicial instinto,

era su sangre

algo eternal,

un tomo arcano

entre ligueros,

de sus pulcras florestas

de piel y deseo,

de ángeles sin miedo y súcubos

en sus dos piernas femeninas gemelas,

-entre corona y candelabro,

me asediaba la sed

de devolverla a su nueva vida muerta,

incendiaba su luna mi deseo particular,

entre mares de seda y su oro fino

en letras insubordinadas,

era el auge la generación ciega,

blindaba que esmaltaba

el sereno del nueve

un nueve del mes noveno,

de un dos mil diecinueve

imploro el perdón de mis castos dioses

oh Lugh, oh Mercurio romano

soy cuervo que añora la sangre

de su musa esencial

sin credenciales

conocidos más que mi deseo

en ella fraguado,

abro mi runa ruginosa

a este desliz perenne,

en ababol y flor de difunto

entre ella,

el alba más preciosa

que temen hasta mis ancestros

su belleza inviolada.



Förüq El Castellano



POR MI PRINCESA ARAUCANA:







Compases labrados

de un tiempo expirado,

insoslayado

ademanes de que el amor existe

y corre los parajes

de tu sembrada piel,

resguardos oníricos

de lo que llegó a ser,

como la noche

que aguarda el resplandecer.

Siempre nos deseamos

como abejorrito a la flor,

como piedra a la montaña

y agua de cascada a la pendiente

eso es amarte ferviente,

como agua de marzo

abre la primavera,

quiero estar a tu vera entera,

y ser espectro de primera,

no será eterno mi mármol

pero te alzo un beso

como cántaro,

vales mucho corazón

y por si no lo sabes eres sentir

como rayo

que tornasola mi corazón,

te descubrí nos descubrimos

y nada quebrará el designio

que dioses aguardan

mi princesa del lago

de mi ilusión

mi Araucana de emoción,

no partiremos sin ir de la mano,

en alabanza canta un cuclillo,

dejando canten todos los grillos.

¿Cómo encadenar la luz?

Y atar las mariposas,

¿Cómo escribir sin fijar horizontes?

Y anudar plomos sin fundir a ideas fugaces,

cómo conocerte y no besarte,

te entiendo y a la vez te siento,

sin semáforos y alquitranes,

sin hormigones de leche,

puliendo el blanquecer de mis ilusiones

que te prometen,

distancia quejumbrosa

entre alas que sostienen

que en tus ojos soy bruma que florece.

Y mayo que reverdece,

contigo soy lo que quiero ser,

mordiendo las solicitudes

que desvanecen,

entre corajes nacientes

y soles pudientes.

Quiero tu dicha eternamente,

siendo el lado de mi suerte.



II

CERNÍCALO PROFUSO:



Ojos suaves tenía,

como un milano, gavilán

recién nacido de huevo,

miraban tan profundo

que alma dolían.

Soledad mía , extensa, inhabitada,

acaso bastaban moldes de arena,

lejos mi cara pálida

en sus palmas,

eras soplo hondo,

como roca transportando

su propia erosión,

soplo de vida tenue

como si el hielo perpetuo

te hubiese afilado en los Andes chilenos,

yo mera pantera gris de tu cordillera,

fuí a encontrarte

al lago de castillo

por el que solo existía

el invierno para retenernos

como dos gotas se solidifican

en unión

de temperatura yerta, aposentada.

Tú mi amada densa

eras princesa de valle umbrío

y maleza recta,

eras Dulcinea

de mi interior entraña,

a nado crucé tu lago de nereidas,

me llevó a lomos

el barbo de aletas flagrantes de cristal forjado

decenas de peces vigilaban

el tesoro olvidado

en halos de cobre milenario.

Frágil resbaló mi otoño

de alma en cernícalo avizor,

encontré el topillo que recelosa

guardabas en órdenes de pudor.

Princesa mía Araucana

Margarita, María renombrada

nunca me des libertad de la cárcel de tus ojos

suaves, incesantes como pureza anida

lo que siempre se perpetúa.



III

NIEBLA CON ABISMO EN RAÍZ MILENARIA:





Va bregando un excelso, filamentoso

soto sin pérdida de memoria,

junto a esta ducal maravilla,

atrasa mi sosegada flecha,

de esta mi anclada araucana

que goza.

Esta soterrada, primaveral gris lluviosa,

un cristal de espejo,

sin pecho no me borres, no me borres.

Redonda pleamar de tierra,

con su propio mar

en el que sujeta el pinar angosto,

se espeja sin contar

mi flor de difunto,

de este patio sin muerte,

donde hasta el más efímero insecto,

nace y crece,

de  una loma sin carcoma,

a un infinito que se ahoga

trenza parca mi soga.

Hondo rasgón,

violeta al tacto,

es mi oración en carrizo

sin cuerda ni cadena,

de mi perdida marea,

En la umbría  nace mi cicuta virosa,

adormidera compañera

del linde sin sembrar,

luna madre de Lugh soberano,

encuentra su cuervo en su castaño,

estribo sin llano

un real cerro

de rivera del antaño tajo,

salpicando este corazón por piedra,

con mi dicha

que se acuesta y briza,

mi profunda raíz de tomo,

con negro abismo despejado,

centelleando.



IV

SIEMBRA TEJIDA:



Atelier simétrico

las facciones

de tu cara araucana,

sombra densa investida

cubren tus dignas pestañas

donde se acuestan dunas

de lunas que en tus ojos

encuentran.

Diciembre que esparce

vientos vernales,

abriendo silos

con sentires perpetuos,

mi gato negro cruza mi idea

en nuestra casa y su tejado

de tréboles.

Entre corazoncitos de hojas de sauces

abatidos

y mi siembra del mañana,

abriendo las tierras

arados tras corceles,

surcos de mi divina calma,

por cuantas primaveras he conocido,

y todas las que a tu lado

me aguardan.

Incluso aquel pueblo se nos rinde

y nuestro mundo nos coronará,

vencimos y venceremos

a ese cuartelillo de nubes

que en letanía de distancia

separa y su bruma gris

encuentra.

Mares y océanos cabalga

tu Hipsípila con una flor remota

de su helecho

busca a su mujer,

avanza nieves de espuma,

hasta arribar su negro puerto.

Le esperan valles y ríos dulces

por tierras de azores y perdices fugaces.

Su sueño vestía ella

como dormir de las estaciones

era ella su sueño de otra esfera.

Abrían sus flores orgullosas

y deleitadas.

Fúlgidos cabellos,

sangre iridiscente de nueva brea,

cañón y galera,

lanzas de su futura siembra

en el interior de su amada.



V

OCASO SEMBRADO:







Villanos, malandrines encorvados,

me han querido robar el ánimo,

con fuste y aliento marcho mis relojes

con presura de segundos extasiados,

yo vi su horizonte en dura y áspera

semblanza deshojada,

temblaba el azar entre los azares,

una vida de quitina a la espera,

mi aliento es pez de mi jardín de cristal,

he servido a su péndulo,

entre granates y engranajes

danzo atrás el tiempo,

sí ese, mi tiempo, que cuido con esmero,

por si un día me llenase el estómago,

flagro la versatilidad de mi siembra,

cabalga las yemas de mis dedos,

hilvano que voy sobre un abejorro,

aunque no pique sigue siendo abejorrito,

le imploro al verso me abra con presura

una primavera de sabores

entre arduos cipreses con sabor a luna,

marca de silos azules

entre siniestros anocheceres,

amo a quien amo

y yo el Castellano

voy a la araucaria

para llevarle una noche derretida a sus labios,

cazaré el gamusino de sus parajes,

avanzaré con paso lento y decidido

al compás de lunas y soles en desventura,

nacerá la hoguera,

consumiendo todo lo que ya no rozará mi vida,

decreto que estoy vivo,

y que mi vida la arrastro para no ser santo

ni demonio ni mal nacido,

si no un hombre que tuvo voz y espíritu

para ser alguien,

desde la nada,

desde las espinas que sangraban,

vivió trece vidas

que un hombre de su estatura podría vivir,

hoy afilo mi alma

válgame la compostura,

que si vuelvo a su entraña

se abre el cielo y la tierra

para acoger lo que siento,

que es más que un cebollino

más que un tulipán amarillo,

es mi arma, un corazón por letra,

es sangre en hoguera

tristeza se llama sangre en la poesía,

robaré al tiempo sus besos del alba,

mi amor gritará al sol que descienda

y viva en tus ojos mi araucana.

Llegaré por la rivera,

llego de las cordilleras de abajo,

buscando un atajo

para llegar y hechizar

el callejón de tu beso,

entre rizadas ternuras

trasnochar ocasos,

he venido a implorar ruego

por mi inconsciencia

vine a plañir mi alma,

que ya cabalga,

vine a besar tu aura,

riendo entre flores

naciendo en rocío

de mis latidos presos,

encorajinados.





El Castellano



VI FERVIENTE IRISADA CONDENA:







Anegado que negaré,

el solo, flamígero al tacto

crisol, acristalado que acrisola

tornasol en destellos secuaces,

mi sola, rauda estela crispada,

de su hondo llano,

en grama roja montada,

quedará abnegada la indecencia

marcada, en signo luna azabache,

voy por el tercer sigilo mi ascua,

directo al cerro las ánimas,

inundada la luz que late mis ojos.

Parco núbil aleteo de mi alqueza,

araucana hábil en destreza dicta,

que acampa mi segada alma,

incendiada en sus ojos suaves

que rige, que dispara,

voy en mi libélula montado,

hasta llegar que llegaré

a su isla mágica,

Araucanía madre

de su silueta de araucaria araucana

su piel de araucaria filamentosa excelsa,

retiro anzuelo del barbo

guardián, su lago atemporal,

donde reposan y relucen espíritus,

barbo de cobre,

pez de cristal metal noble,

me pide contraseña

para el portón de argentas compuertas

espirituales,

contesto:

-Carassius Auratus

carpa áurea padre del dragón primigenio

que fue carpa que remontó

su río hasta el origen primero

y su primera gota de agua brotada,

allí se convirtió en dragón.

Por eso las carpas doradas

son capaces de hibridar y cambiar de color

en sus vástagos sembrados

el colapso del azul

y la puridad de la turquesa

del agua que habitan.

Contraseña aceptada

vengo por el alma de la princesa

araucana Margarita

para morderla

y que me acompañe siguientes vidas,

dije al caballito de mar vigía

del lago su ilusión valedera,

él era encargado de alejar nadadores

y ahondarlos en sus profundidades,

también vigilaba un cofre mercurial,

donde yacía nuestra condena,

y su desapagado abrojo que sangraba,

un borbotón de azuletes

y absolutos diamantinos

de placer inmiscuido,

sólo se abriría

tras nuestro pacto de sangre,

en litigio sanguinoso

el cobre nativo de estrellas.

Sí esas, las nuestras,

bajo el dulce tormento

nuestra luna azabache.





Förüq el Castellano



Progreso de la boca gris:







Sierpes de carrizos

brota el sílex de la trilladora

como espasmos de cobre

en oro grano de antigua cosecha,

borbotones de amarillo viejo,

al vaivén de unas manos cansadas

se despedía un verano,

relegando una falsa avena,

y un trigo abochornado,

devenir irisado,

por entre estelas que puridad

plañe segura y sangra su tierra,

en manos de un infierno soldado,

llevado en brazos

de un demonio llamado progreso

en sinfonía con aras de la destrucción del pasado,

entre torres de humo que incendian

labores milenarias

en vals de invernaderos

y fábricas de clonación de vida,

entre granos y simientes

de mutación transgénica,

entre tomates con sabor a agua,

y pollos feminizados para engorde,

era la era que oscuridad empuja

pero a diferencia ya nadie buscaba la luz,

Caín en destierro por el infierno,

se reía del devenir del Reino celeste

y lo que desemboca en presente,

una lira acantona

el patio de mi araña,

donde forrajes hacen cuarto

y aventaja sangre la desquicia,

lo silvestre rige alas de azabache,

el cardo ni miedo posee

a impía mano le desenraice,

todo baña la ley de belleza

a su escala,

caracoles lamen su extasía húmeda

les alimenta

como el nocturno cielo

embebe luciérnagas por astros,

carruajes malvas como esbozos oníricos

de un resplandecer de pretil gesto

y lluvia apuntalada,

era bastante el tiempo suficiente

para maldecir,

la lombriz boca gris

de ciudad encontraba su mofa

en lo que no practicaba,

hoy su rol tejido le alimenta,

entre plásticos

y alquitranes de brea,

entre océanos desperdicios

y acristaladas sienes,

por árboles de leche

y hormigones enraizados

era la era encementada,

edificios del gris,

y pura energía entre espasmos

del cobre flamígero azul,

escalas que subían difuntos

buscando a su dios,

que en certeza les dicta destino,

a volver a vivir su infierno terrestre,

nada que negar,

nada que defender,

ya mi número está tejido,

algo por cambiar,

algo que descubrir

mientras todo sigue y seguirá

igual empujando,

los males no retrocederán,

la rosa secreta seguirá sin atisbar

sagrado pétalo al orden del día,

como es arriba será abajo,

idéntico azar de tres caras

y nueve cruces

la lengua no morderá la boca.

ni la niebla desvanecerá mi razón

enlutada, en gris abrumada.





Förüq el Castellano











Honra castellana:



Sentí que hice caso

a la llamada del guerrero,

encumbrada la simiente,

como melodía

jamás entonada,

unas hojas de pétalos

sin cortar,

en flores difuntas,

un inmiscuir de la ceniza

vana ensimismada,

al asilo de mi pulmón

que marchó a otro lado

sin mi pecho por siempre.

Un asilo yermo

sin dudas combatientes,

en fiel yacija ruborosa

donde yacía mi sola suerte.

Azar de nueve venas tres razones,

inexpugnable dicha infondable,

era mi sepulcro de llave

y profunda retina.

Un querer oscuro de pertinaz cicatriz,

llave de la cárcel mi silencio atronador,

vestido de lágrimas los ayes.

Los que venimos de la urna de arcilla

oímos la llamada,

cuando cielo llama a la tierra,

Tierra forma égida,

y siempre canta victoria

porque alberga el Infierno,

los tres umbrales

lo vivo,

lo muerto,

lo etéreo,

rebelión marcada

en argenta mirada

de todo ángel abismático,

superior raíz salvaje

sin eclipsarse,

una lid de vigía sierpe,

feudo su magia castellana,

sus flébiles notas,

recuerda

el trémulo viento,

de musitar encorsetado,

alza que baila su voz extinguida.

Rubor en pecho indolente,

acordeón de fuelle solar,

dicta a mi Förüq,

caballito del diablo en ámbar

atrapado.







El Castellano Förüq





TERCERA ASCUA:







Aguardo los cielos en cinta,

de pretiles resguardos

oníricos,

avengo tu sabor

de áureas gemas amarillas,

de brillo ignoto

añil al sentido.

Colorea tu espumosa

vítrea sonrisa,

mis liras ya en el recio monte,

campos entre jaras

de abismo y sola corriente,

íntimo tu espíritu secuencial,

como mi zorzal

que dispuso tres nidos

como gigante sombra

de la planta que mejor cuidaba,

entre sol que arrebata

y nace,

afán de brote

y lágrima sesgada,

este viento de engaño

que su flor no me diste.

Rezo a tu amimosa intimidad

a su arrojo de mar alzada

y profunda laguna.

mis relámpagos

de estruendos armados

plañirán

como gemidos veloces,

a suspiro perplejo

en tu arca escondida,

mil sones abocan tu dulzura,

palabras de afecto,

en llama dulce

placer que rige y no quema,

envuelto en rienda mi caballo,

auguro viento

que retiembla el camino,

mi férrea torre de Hércules

colma ya tu arroyuelo,

como batalla que mi espada crestea,

centellas ladrad,

que mi placer no hace tatidos,

ruge en vientre

como trueno su profundo escudo,

clavando sereno alarido,

y duro vendaval

de romo alazán,

voy por romo Sol ensangrentado,

por abismo ensordecido

y pulcras fauces ardientes, sedientas,

tu candor musitan

que beberte el alma

es para siempre,



















como furor sin muralla,

patíbulo nuestra guerra.



Förüq el Castellano







FINAL



 

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