miércoles, 26 de junio de 2024

Flor de Hércules a Escarlata

  

PROYECTO FLOR DE HÉRCULES:

 



 

 

 

AUTOR: MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA

LUGAR: LA CAMPIÑA, MIRADOR DEL HENARES, CASTILLA, ESPAÑA

 

 

 

PREFACIO:

 

 

 

Es mi libro con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de plasmar surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de absorción y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno buscador de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la concepción de lo que me parece bello para escribir en base a eso se surten las imágenes como abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.

Ya que la poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor del castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas temporadas seguidas de escritura durante cerca veinte años. Un abrazo y gentil saludo autor Miguel Esteban Martínez García. La obra consta de dos tomos, dos antologías personales, selección propia de mi poesía, recogidas en Manifiesto flor de difunto, si el tiempo se construye aquí hay casi dos décadas construidas del reflejo en escritura particular. Escritos recogidos hace más de diez años.

 

El castellano.

TOMO I

 

 

PROYECTO FLOR DE HÉRCULES





PRIMAVERA TU HOGUERA:

I

Tu solo espíritu

de alto cielo,

preside mi honrosa vida.

Feraz raíz insobornable

como dicha falaz incuestionable

devienes primavera.

En joviales muslos

y lozanas alegrías.

Levísima, poderosa, atónita,

en alas mi Golondrina.

Alzas que me sublevas

a beber de tu fuente inarrable.

Rayo celeste, vital,

frente la tierra, todo cánticos.

Crear tu azul gloria,

es soñarla, como sueña la orugüilla

volar en alas montadas.

Azul, verde, amarilla tu sonrisa,

seno turgente mío erizado

donde te guardo.

 

II

Me palpitas de rubor

a espada rompiendo,

esquelas y señales, sin esquemas

avanzo este humo de bolígrafo.

Mi árbol en piel saturas,

lentamente, como llueve sobre

noche de suelo mojado.

Cargado voy en verde savia,

pujante de tu hálito

fugaz, repentino, ingobernable,

como luz derretida,

y agua batiente.

Como piedra o calor esponjado.

Permite te escriba,

vomo se habla a la muerte,

para enamorarla.

 

III

Suspirante desliz estrellado,

aristas como filos un rubor

franqueza, de honorable sabor.

Embeberte, es de liminal

vértigo de espadas.

Atrevida, de hermosa, sensible azada,

sacas mis penas y alegría se erige,

de este tu muchacho desnudo,

que jura te amó

un día en penumbra

para así, por fín,

no perderte nunca.

Arena vívida de vergüenza

ausente, melodioso tu amor.

No aplaco, le custodio,

como mi vara de nardo

en lecho marino.

 

 

Förüq castellano Miguel Esteban

 

NÚMEN MIS DIOSES:

 

 

Al soberano fulgor

rindo mis cuentas,

al plácido pie de manantial

en fuente sagrada rebrotado.

Trompa que conjugada

con los clarines que sólo

las guerras apremian.

Por cielo medroso

tocaré la lira

en serie los vates líricos

enaltecido yo, tocaré raudas estrellas.

Enaltecido yo, por primavera tangible

y su aciaga, pretil gesta

de lluvia sembrada.

Yo, funesto hijo de Pirra

impetuoso príncipe en templo

de la Vesta.

 

II

¿Cuál quejosa sierpe,

viene a morderme?

Ojalá mi diosa regrese

ya al  cielo y refulgente

guarde estrellas en los rediles

que alumbren al padre de los vientos.

Mi madera de ciprés,

y triple lámina de bronce.

Oh, funestas Híadas.

¿Qué clase de muerte apremiáis,

al que contempló sin lágrima ni pavor

vuestro final sin principio anunciado?

Mudanza no lloran

mis castos dioses.

 

III

¿Quién osado, el que

me resplandece sin haberme conocido?

Falaz sierpe viperina,

a pared de templo ofrendo mi fortuna

que escribe dignamente

glorias sangrientas

en solemnes premisas

como feroz soldado

hablando en escritos

valiente y vencedor sus enemigos.

Lloro mis sinuosos arroyuelos

sanguinosos como hombre

de cielo oscuro.

 

Förüq castellano Miguel Esteban

 

Saeta para Musa Reina Hada:

 

Saeta, saeta bella,

saeta parca,

saeta ilusa, saeta inocente,

es el final del show

saeta madre encumbradora

de toda mentira enclaustrada,

yo te amo saeta,

saeta alada,

saeta heridora,

saeta encausada,

saeta parca,

saeta celestial,

saeta infernal,

saeta canta,

que mis ojos sean tus ojos,

saeta que mis manos sean tus manos,

esta cruel noche un diciembre,

que yo soñaba estaba escribiendo,

un canto a tu cabello de oscuridad,

saeta mística,

saeta hórrida y hermosa,

tu beldad piramidal,

se estrechen caminos,

el cielo se abra para escucharte

mi saeta esquiva,

mi saeta complaciente,

como es arriba es abajo canto,

seguir peones vuestro circo,

que este trovador

de campo llano,

sabe quién es y de ande llegó,

ahora te odian saeta,

ahora te aman saeta alada,

me diriges por el Parnaso sin final,

o me quitas hasta la vestidura

más pesada,

volemos abismos amada,

volemos cimas inefables cariño,

hasta donde se oculta el Sol por el este,

sociedad de creer o no creer

yo elegí creerte saeta

y hoy sigo en la cepa

esta vida que me cabalga la estampa,

cerros intransigentes

molinillos al fragor de vientos voraces,

esparto entre las jaras y solas carrascas

brezos soleados por flores ausentes

un invierno que se desdibuja solo,

saeta amada elévame en tus alas

yo vine por el son recto,

blandiéndome de un hinojo solar,

esta vida que sin ti

saeta la creería una dulce mentira,

por la que morir

y no morir por una crueldad

impuesta por el ajeno

que nunca

nunca serás tú

mi amada saeta,

esta existencia

que se dobla y niega a sí misma

para decir que yo soy el rey

que yo soy el cuchillo,

que yo soy el proceder

inmiscuyente,

otra vez Yo sé quién soy mundo

este es mi manifiesto y

el de mi Saeta bella mi espada,

mi vida,

mi indecencia,

mi crueldad de espira,

mi corralillo espectros yertos,

era y es

el hipocritus dejará su vestido,

el trigo limpio

será trigo limpio

ahora y siempre,

espiga y cante

hasta rodeado

 mi padre trigo.

Vengo de las espigas de abajo,

asolando verdades,

mi panida amada,

por la saeta olvidada,

se despertará

por los que venimos

del trigo limpio.

Volando sobre parajes

entre tierras de añil barbecho

y su azada de viento

mi solaz saeta entre cardos

de todo fértil sendero

que lleva al infierno.

 

 

El Castellano Förüq

 

 

A Calíope:

 

Recto escalafón

dorado al beso no dado.

¡Oh! Calíope;

baja imploro

te estoy construyendo

un cielo dorado a ras terreno.

Madre ancestro de musas,

figurados y primigenios.

Estuco tu mirada de puro cuarzo

y tu semblante de estrella inviolada

avanzo tu esmeralda de mujer cristalina,

beso tus pies descalzos Musa.

Necesito colmar tu atrio

de caléndulas solariegas y rosas de muerto,

abriendo fragancia de mujer desnuda

al Paraninfo yerto

Castellano.

Yo Raíz de los dioses en la Tierra.

Tú mi Flor.

 

Förüq Castellano

 

CONTRA MI CIRCUNSTANCIA:

 

Guía de mi calendario

en atroz

desmembramiento de soles

llamados días de noche yerta

y sin reseña avanza mi letra,

es un vaso de sidra y una espera,

fiel eterno mañana

en el que dejar

lo que jamás haré hoy,

definido en boca gris

de darme al vulgo,

y que seis millones de bocas

escriban similar

o casi igual a mis sarmientos,

sí directamente me preocupa

porque yo soy lo que escribo

y no acepto copias baratas de este ser,

seré mejor que el silencio

enarbolando astros, plantas y sus verbos

de imágenes por raíces,

lo siento mundo no soy de vuestra sociedad,

no necesito vuestro material

ni vuestras fábricas de ciudad,

construcción haciendo progreso

de la BocaGris,

para que todo lo pensado

esté en proceso de construcción,

fábrica deja mi felicidad

en manos del viento,

que mi poema es incendio,

deja mi destino yo soy de tierra,

y esta es mi eterna cepa

ahogando el rol

tejido del social humánimal.

Soy lo que escribo repito,

como viaje sin rumbo,

un vertical azote de mis velas en marcha,

un siniestro vértice un silencio mundo,

unos ojos que hablan

y se responden entre tubos,

estoy cantando en la tubería,

estoy rozando mi osadía.

para consumir mi envoltura

de tela de araña,

mi sonatina despierta

mi soga quieta del árbol de mi sueño,

enarenado mi lobo de hierro,

queda satinada mi estrella de agua,

ardiendo mi sentido,

siendo esto nada más

que una bomba atómica.

Una retina escalada,

un cruce de dos estrellas,

en vastedad atropellada,

del ser, una rigidez de árbol

buscando su simpleza de savia,

un insecto y su corona,

un pergamino mi escrito,

abriendo este angosto camino,

en alguna parte que eriza la piel,

fuego del hielo me valgo,

de mi maullido de pájaro,

entonando mi pianola de sílaba,

todo cambiaba,

resumen de mi vida,

nació y está empezando a soñar

desde su muerte.

 

El Castellano

 

AGUA:

 

Eslabón vasto, ardido, deslizado,

un iris de gota que a ti te llega,

marcha tenue, compás de tu eterna huida

que te marca y da vida,

fulgente fuente en infinitud de bocas

que tu ser desprende,

de su nombre y su alambre,

irisado canto de nubes derretidas,

comunión de trinos,

un beso a la tierra que deja herida,

límite de árboles y sus soles,

siembra de azul,

despensa de tu saliva,

hoy buscaba belleza y belleza eres tú,

río corre directo a tu nacer

río levántate,

jamás te canse tu desnacer,

efímero latido de tierra,

tú vena del cielo,

una solar llaga del gris,

un hogar, cuna de mi tempestad,

para ser agua inmortal elemento

capaz de crear y destruir,

de vivir siempre tejiendo la realidad,

alcanza, desvela que te debo esta existencia,

sin saberte nada existiera,

equilibrio que en tus vasos juega

para estallar en creación llamada vida.

 

 

ALMA EN YACIJA:

 

Mañana será mi vida

una sábana sobre mi calor humano

inerte en acto de no portar nada

si no fiel materia asida

si mi forma acaso tuviera,

si yo no la creara,

si no fuera contorno de mi forma

esta sábana muerta

se creería que portara amor,

dulce aleteo ingrávido al peso,

tiempos de cambio palabras a un silencio que muerde,

estoy esperando las nuevas visiones,

con mi canasta de limones,

estoy aguardando la caricia de las sábanas,

como recipiente de quiebro de sueño,

quisiera escribir un poema con varias ramas,

anclado en una idea que se difumina

la identidad de ser ella,

palabras inertes que quieren ser hechos

y tener movimientos,

a un profuso mar me muevo,

siente mi devaneo,

llegó mi momento

de nada carezco soy real,

soy de la tela de araña soy tejido que me lleva,

noche, noche te encuentro en mí,

fiel yacija del destierro de mi sombra,

versos nacidos de una única cerveza,

buena praxis de mi romance eterno con la luna,

lunático por venir de estar con ella en su ático de Madrid,

no te esfuerces jamás podré ser realista

y describir sin ser parte del asunto,

claramente porque soy yo el asunto,

a formar, en orden,

este es mi rifle esta es mi vida,

por la que sirvo y ejecuto un placer nacarado,

como fruto de estrellas,

¿el hueso?

Es que no encontré un motivo claro para escribir,

solo fue y será escribir.

 

BROTADO:

 

Silba centella,

como enhiesta espina afilada

en son de tañer

del pozo llamado guitarra

con voz pasajera,

fugaz cual angosta siembra

perpetua de otoño,

una muerte trenzada

a su fin de ser origen

de toda vida vegetal,

la muerte de la flor

en comienzo de la vida

sin la semilla

no iniciara

ningún azar profuso

de sangre, quitina, savia

sin alimento

no hay energía

ni este maldito duende

podría escribir sin alimentarse

del hielo ardiente;

es un árbol

es una crisálida

de ser este mi cuerpo,

que al tuyo invita

a su devenir irisado,

de sus canales de riego,

mi realidad se baña en mis ojos,

sin ellos sólo hablaría la oscuridad

de su negra ala,

lo siento me temo

que por conseguir ser completo

he cambiado de lleno,

con mis manos hice una fosa

para plantar un ciprés

como el que plantó tu madre,

y ha consumido en su llama

miles de años de mi pasado,

siento deciros mundo

que soy completo

que he nacido,

nació un ser perfecto

de su crisálida.

 

HE NACIDO

 

He nacido por un principio

libre de causa,  lleno en virtud de fin,

ser completo en alma,  espíritu y cuerpo,

sin atisbo de superioridad

al resto de semejantes

jamás iguales,

diferencia marcada por mi demonio interior

denominado luz de virtud.

Que brota de mi ser

desarrollando yo su intensidad,

el talento como el nombre más ambiguo

de la realidad,

semilla muerta digna que debe ser empapada por el esfuerzo,

dedicación y entrega nuestra

ceñida por la esencia del don supremo Sabiduría.

La vida es de quien la lleva y esta es mi reflexión contra todos vosotros.

 

CROMÁTICO AZAR:

 

Bienvenido a su cuaderno,

es una hoja de chopo,

mecida en vaivén de viento vocal,

un profuso devenir de entraña

que tu ser admira, desentraña

cual iris cromático en escala,

es su cuerpo de mujer un hogar

para tus ojos, como una armónica

sus encantados labios.

Un linde y una cepa que te gobierna.

Inmortal yaga, su ilusión

que te cuelga cual araña,

cristales rotos de tu ser

espejos de un ayer sembrado

en piel.

El sentido se difumina

en su boca de estrella

para el hoy ser ayer

y el ayer ser aciago sueño

cubierto en verde hiel.

Es mi casa su casa

su entraña un nido

y mi espada.

Solar siembra de mi mañana.

Es un canal irisado de sangre

fanal la espera

en la que cuidaré nuestro jardín

y meceré flores

para por si ella muere antes

que no muera la belleza con ella.

 

El Castellano

 

BRILLO DE NOCHE:

 

El sino lanzó un grito a la montaña, contestó un eco con amplia voz

Que sorprendió mi anhelo

siendo una luz en el vasto ciprés

que a la luna alcanza

preguntando por mis yedras en maceta del alba,

un silo y un olvido despertó de su nicho,

cantando con la flor un latido desertor queriendo pedirte caricia eternamente .

Encerrada en iris violáceo la flor corría el sueño estertor,

el sol cambió su amanecer por la tibieza y suavidad de su flor,

siendo esposa del sol, caléndula en ojos

que marcados traen un irisado tornasol llamado amor.

Un ocaso se alzaba en guiño a cada noche que la flor cerraba en verso sus pétalos

afilado el cuclillo de la noche

besando una luna de cuerda,

una inmundicia cantaba su siniestro grillo

del calor de muerto,

despertando la siniestralidad agujereada

del hueso,

un camino eterno con acequia de la sangre que lleva en araña del sentimiento

y un difuso vértice de dos gotas de unión

que se juntaban exclamando

como rocío del molinillo diente de león

para volar con el viento juntas nuestras vidas en vaso retorcido de destino .

 

El Castellano

 

 

ROSA DEL AMANECER:

 

Abejas del alba,

en un cielo desplomado,

que rige su cenit dorado,

un albor que se dirige a la maravilla,

esperpéntica, despeinada por rayos

de solar afán y entrega,

un camino se retuerce en el iris

para la tierra ser sólo de su tierra,

un carruaje de estrellas desmembradas,

y sus violetas nocturnas a cuestas,

es hora es ahora

que la acequia bulle mi sangre,

en la sombra una espera,

vuelan las avispas del medio día,

con sus emplomados trajes,

es la escena un salón de actos,

es una aciaga siembra

de vuestras mentes retorcidas,

de lombrices esparcidas,

panal eterno de la idea,

se asoma, se afila en alambre

de lengua, de palabra que azoga,

mi tenue soga,

mi inmortal sequía,

por el chopo viejo que vive lejos

se clava mi estaca en tierra,

para que sea de su pueblo la primavera.

Con ímpetu y desgaste

que viva siempre este alambre.

 

El Castellano

 

ENHIESTA MALVA:

 

Y que mi sentir no se esfume en vano

donde las frases son emociones que palpitan

un calor llamado arte

la tristeza que quiso llevar una duda

será que esta vida vale la pena¿?

el amor sí existe

está colgando de tus mejillas efímeras,

para darle un sentido a mi existir

aquello que no ha muerto en la eternidad hará cuchillo

así mi alma alto cante, su destino alumbre

será mi dulce muerte rechazada en el vaivén

que llevó a la tiniebla mi verso

este mundo está habitado

por el reino muerto y el reino vivo

yo muerto sostengo,

mi sino de cuervo Förüq

y que nos sobre una explicación

la sed de sangre me alza en albor

mi reino muerto por una amatista por enraizar

y un azabache por llorar

es una clase de fantasma la mía

un eco sordo por alcanzar

siéntelo

es sangre en tus ojos

la noche palpita sin derroche vida de su azabache

un cuclillo despierta a otro cuclillo

un ejército despierta

alerta.

El castellano

Mi rosa

Por la malva-rosa

 

INFRA-REALIDAD DEL HIELO:

 

Hilvano mi sentido de una araña,

tejida su tela de una gota,

esa gota que palpa infinitos,

que crea y destruye,

la supervivencia del ojo,

me mantengo esperando para el brillo,

y quizás el sonido de un grillo,

todo acaba donde el todo comienza,

vive esta rosa de hielo,

y este granate de sangre me vence,

opaca suma de tus parpadeos

hacia la sombra,

que es una eterna, infinita

madre de ausencias y sus tejados,

contémplame allí aullando

extasiado en una siembra de nácar,

quiero vivir hoy en las etiquetas,

en los maullidos sin gato,

ser abeja para zumbar los oídos por despertar,

que me odien por fin por ser quien no soy,

un alarido estremecido,

un temblor de tierra,

un carnal fuego que no se vence a sí mismo,

ser por fin entraña y hueso,

que mi corazón me suba por mi garganta

para que diga que yo te amo.

 

 

El Castellano

 

 

SOY:

 

Tiempo, invento deslizado

como hoguera que consume y su horizontal avenida,

como rosa marchita de otoño,

como hoja al devenir de un árbol tejido

de sus escarpias sucesos, un devenir

que corre avanza mecido en el olvido de sus huesos

por retornar las semillas y su vida,

fanales despensas de un silencio mutilado,

lejana la distancia todo se acoge en uno,

un viento, un pájaro, un aliento, una espera,

un suspiro, un destino, una creencia,

una raíz, una tierra, un dueño

sí el que me lleva los pasos,

su cuchillo dorado que se alza sobre tu rendija,

justo tráeme la luz  este mar de cielo

que me absorbe,

desciende sobre mí su ocaso puro, limpio, violáceo,

como una ventana para pintar

lo que late y se encuentra detrás de mis sentidos,

un destello que me alumbre,

un iris tuyo que me examine,

camino el límite de la existencia,

capaz de morir por una palabra,

mi noche comienza a sonar,

y mi olvido de sueño aún no comienza

no inicia su palpitar,

este agujero lo cavé con mis brazos,

esta fosa desnacerá para iniciar más vidas,

flores por réquiem, abejas por elegía,

mi semblanza yerta

vuelta dicha,

un tiempo como bucle eterno

en el que nada podrá dejar de ser lo que es,

yo soy carne de palabra,

soy quien soy y esta es mi plegaria.

LIT ET SUMMUN CANAE.

 

 

El Castellano

 

 

SON DE GRILLO :

 

Clarín entona sin miedo,

todo lo que siento arriba del astro recuérdame

su violácea arpa del sentido, tejido yo del hierro,

y una escarpia desnuda que anuda,

que desvela mi yunque, mi eje,

apenas dormido yerto el tiempo que te conoció,

arriba muy cerca de la letra dorada,

y su escarcha de silencio senil,

eres más que donde alcanza mi palabra,

un yugo, un arco y una flecha,

una vena trenzada por la sangre consumida

que te lleva que te encuentra,

león aquí león allí en mi corazón,

hilvanas mi calor del fuego,

se funde mi abismo zarzas por ascuas,

Sol por luna dentro de mis ojos te encontrarás,

allí solo habita la luz como quimera una,

que te destapa en sueños,

si por soñarte te hiciste realidad mi bella,

una vez en la vida el tiempo se derretirá,

y nuestros labios beberá,

vuelvo a vivir por ti,

vuelvo a descubrir justo la vida,

matando mi soledad, aumentando el día,

amor que me volviste libre

y elegí amarte

hasta donde cerraban los ojos de la noche,

mi miedo se alimentaba de sus paticas,

yo quiero quedarme contigo

hasta que mi pecho lata abierto,

subiendo cumbres anclando mi sombra,

hasta que la tierra se coma los cardos tras el estío,

hasta que las flores rendidas dejen su belleza,

en son de elevado amor,

que asesine los silos de oscuridad,

que descienda lo perpetuo

y quede asido el cielo

hasta que la imagen sea sonido,

y mi deseo traspase las puertas de tu destino,

solo allí reinará lo sentido.

 

 

El Castellano

 

TEJIDA REALIDAD:

 

Estaba buscando por algo de luz,

dentro de este abismo nacarado,

como brazo de esta realidad desdoblada,

no esperé más le prendí fuego,

y un surco se abrió paso

entre espejos crepitantes,

entre puntas hirvientes,

y sus curvos ejes,

que hacían de la noche una sola,

comía su adentro, estallaba nuestro encuentro,

por soles consumidos,

por vértices y sus filos,

el sendero comía sus espinos,

por mi vida repoblada,

que buscaba tus nubes de azúcar,

encuentra tu miel y mi subrepticia,

por toda la noche sin despedida,

se alza nuestra caricia,

como árbol sin hoja dormida la sinestesia,

queda iridiscencia del beso,

quedan las espinas de mi piel,

un hervor de hiel,

un destino sin cuchillos,

un devenir que no vino ni se fue,

llórame el azabache de tu noche,

pinta en tus ojos conmigo el fin del tiempo,

detén este instante para hacerlo real,

ven conmigo soy tu despertar,

aúlla al hueso de la luna

que parió una flor de cripta y su helecho,

era cuesta abajo mi lluvia

desplomada, hábil tenaza ,arde y no avanza,

por todo lo que quiso ser en trémulo desliz,

era nuestro campamento de estrellas

por luciérnagas,

estoy desaprendiendo a escribir

y eso es bueno,

mi piel que hiberna en verano,

para abrir su cauce y el reguero

al Sol de invierno.

 

 

 

El Castellano

 

 

UMBRA DE PIEL:

 

Flagrante piel desnuda en su redondez,

infinito con cumbre y desnivel,

aullido a media voz,

un golpe de viento, un primor

de desnuda arena en pie modelado

por tu carne de mujer,

yo soy para el viento otro crujido

de su fuente de voces,

de temblores en seno de su carne de ciruela,

prevenido avanzo como un soplido,

me diluyo en agua siendo tu ávida tez serena

como virgen nieve de canela,

suave mi mano nació para tu piano,

al frente me hago presente,

no hay ilusión que se consuma en olvido,

así no hay esperanza que no me vuelva un ovillo,

si estás tejida con hilos de sinuoso frenesí,

silencio envolviendo este mi cuerpo,

sólo por escalar mi vida,

sombra del color, sombra al fin,

era plena primaria,

tímida y risueña,

era mi naufragio en tu arena,

una veleta y su aspa,

desperté y aún seguía tu esencia,

de piel sin piel ni ropa,

destapando una caricia lejana,

por el laberinto que te conforma

hacia la sombra que me da forma,

te espero mi preciosa.

 

 

 

El Castellano

 

 

 

IRIS VESPERTINO:

 

Avidez estallada, corre un presente

sus oscuros lindes la eternidad conoce,

me basta con ser su despierto pliegue,

existencia al fin sin más ser

que todo lo que desemboca mi creencia,

que se estira, se dobla y conforma

en surcos de labrada consonancia,

por todo lo que avanza,

siendo de la tierra más que una estática sombra,

siendo todo lo que quiero ser

es más que un capazo de su vendimia,

más que un panal de labios grises,

es un mundo y yo soy su pétalo,

es un río y soy su gota,

al trémulo ciprés me cuelgo,

para asir mis palabras al cielo,

es por su lago que mi esperanza navega

sus oscuros soles en llamas,

en mi vida solo hubo un abismo para condenarme

y es al fuego de sus labios,

su veneno en mis ojos bulle mi retina,

blancos, amarillos. azules

los tules de su escarcha,

círculos de luz, veta de mi mente,

se conforma, se desnuda la piel en sinuosa forma

el viento que es como un almanaque

y un cofre,

el destino mío irisado se vence,

acoge mi ansia plena,

mi álamo saltó, tembló,

era yo, como un furtivo fuego de tierra,

era mi vena una primavera,

era mi vida como solaz yaga,

que sólo quiero compartir con ella

mi señora bella,

la extasía de mi ilusión verdadera.

 

 

El Castellano

 

VIDA DONDE YAGO:

 

Colgado del tiempo,

expuesto, vulnerable

a un cambio de su viento,

sí todo lo que siento

me mece colgado de tu iris opaco,

por mi retina escarlata

nazco para desnacer en tu cuarto,

para abocarme a mi destino

sin final en el cual te amo,

como flor de todas mis flores

cual rosa oxidada,

mi pasión que corre, avanza

jamás se para

es como lagartija

postrada al Sol de tu amor,

mi vida va desvaneciendo

en son del profeta oscuro,

hielos fugaces,

desiertos transparentes,

ilusiones crepitantes,

quiero permanecer en la guardia

de tu sentimiento

no soy espejismo de viento

yo lato y te envuelvo

para crecer

amaneciendo tu deseo,

sólo eres tú,

nada que yo pueda criticar,

porque como florecita delicada

mueres y te agotas si no te cuido,

llegó mi abismo

en el que loco de amor

cuelgo mis miedos de mi ciprés

que en silos dorados

almacenan el querer de las estrellas

en verticales puntas

deja cristales del alba,

no puedo acabar mis pasos enamorados,

que te pertenecen,

como rayos de tormenta,

y mis venas quietas,

por tu salud abandono a mi ser,

por tu sonrisa y qué no daría yo,

es mi vida al fin y al cabo de Finisterre

es mi desquicia yerta

que asesino pero es mala yerba,

no estoy perdido

porque eres mi sentido

para mi segunda vida

no renuncio, no retrocedo,

no me achanto, no abandono,

no doy nada por perdido

te amo en este infinito

del que cuelgo

y mi palabra

es siempre.

 

 

El Castellano

 

 

SONATINA YERTA:

 

Cabálgalas así puras, redondas, irisadas,

oscuras mis letras en sonatina,

destápalas al viento que mueren por unos besos,

desterrados en son antiguo, quemado,

derramado en sed del vino,

esperando dormido se alce tu boca

por todos mis sueños perdidos

como cerrojillos en vena gris,

brota mi sangre siendo de la tierra

fiel fuente y su simiente plena, verdadera,

amor, el tiempo no nos puede sostener,

acaba como eternidad doblada con ganas de más y más

muertes en caricia helada,

redondas, verdes, suaves,

caminan como corceles sin redil

mis manos buscando y buscando

le regocije una armada palabra,

no busco estrellas porque tus ojos guardan mi firmamento,

en un granate perdido en un hielo derretido

en un suspiro y un guiño,

ya me cansan los abismos por recorrer,

junto y sólo junto a ti quiero yo perecer,

encuéntralas a ellas como el pasar del tiempo

en un piano de madera, como llama eterna de nota

y fuste, de ansia y apetito voraz,

de mi carcoma y su crujido,

de mi grillo y sus grados,

es por tu cuerpo vida,

que las letras se me rinden en mi alta ojera

de nácar.

 

 

 

El Castellano

 

 

DEVENIR ESTALLADO:

 

Llegó el día,

se colgó el agravio

en el árbol de las cenizas,

era mi ceniza como un cielo

ceniciento, enjutado de paredes,

era un viento de alambre

y sus espirales que mecen

nervios cual lindes,

despiertos, desvelados,

ven a por mí en esta cepa

que llora tu nombre,

yo fui tu hombre

más el destino me clavó

otro yerto horizonte,

otra nube de cenizas,

otra máscara que nunca elegí,

otra planta y otra flor,

no puedo deshacer mis pasos,

ni construir nuestra casa por el tejado,

en fin me basta con tejer

nuestro lago,

nuestro infinito remanso

donde Yago,

donde en su espina ardo,

Consumiéndome en tu aliento.

 

 

El Castellano

 

 

DESTINO IRISADO:

 

Eternidad para dañarme,

dejándome caer

nunca signifiqué más y menos

que dolor

afila tu nervio

dejándome a solas,

sólo encontrarás

que perdiste tu hoguera

sostenme los ojos cansados

con su Malva-Cruz

nada cambia

todo retrocede

todo corre y se desvanece

canta, ríe, corre,

yo no volveré,

mi tierra trabajaré

para cavar mi dulce espera

amaré mi polvo,

me sembraré en cada hoguera,

rayo irisado me descubre

llegaré a deshojar la muerte

y su cuna,

desde este nicho

tela de araña

al submundo de los condenados

donde yago,

mi herida si no  cicatrizara

será un recuerdo de que existes

llamándote dolor,

vuelo esta oscura noche

buscando calmar mi sed

siendo consciente

que no volveré a vivir

como cuando estaba vivo

mis pulmones llenos de humo

de noches enteras

fumando cigarrillos en boca del Diablo,

para ser yo

el más grande espejo

de esta soledad deseada

desde antaño destino infundado,

me alimento de todas las flores

que no te he regalado

y nunca te regalaré

cierra tu persiana hoy no te veré,

soñé tanto que por soñar

me llamaron ruego y estirado,

demente su hueso me llamó despecho.

 

El Castellano

 

 

MAULLIDO DE PÁJARO:

 

Una nota y un horizonte

una secuela y una desmembrada caricia,

se afila el viento y sople, sople mi adentro,

esta vida me cuesta la sed,

y quizás sólo quizás una yerta bienvenida,

por la solar acequia planto mi beso,

a un ababol de mi hueso,

es por el perpendicular recibo

que acuso mi piel expandiendo,

trance de mi endiosada calma,

y paz de espíritu que sujeto,

quedando mi gota frenética sin cauce

esta mañana que lo lejano

se torna cercano,

blandido mi cuello en su hoguera,

queda sembrar allí mi primavera,

y mi primer beso de siembra,

Bramando por ella mi cabellera,

como fiel retorno de las polillas,

habitándome en mis semillas,

es por ellas que mi umbral bulle a la fuga,

ella que lanzada, decidida

abandona de su ser el recto abismo

para llegar su alarido

a un destino y un techo,

tejido por c la araña que nos lleva,

tejiendo nuestra vida

de Violeta y malva.

Un fenetro para el desespero,

un puente para superar

la dificultad,

en malla dorada,

en granate humor de sangre doblado,

es por esta luna de venas,

es por este pájaro de maullido,

es por todo lo que vino a ser

y marchó crujiendo

crepitando, desnaciendo.

 

 

El Castellano

 

 

DEMONIO DE FLOR:

 

Que el arte es un demonio con palabra de alas,

una fuerza inmortal que sacude la entraña,

en alborada muestra su zarpa,

siendo del viento su grazno escondido,

viviendo la sed en destartalada acequia de hiel,

un réquiem y una elegía por todo aquel

que sus venas zarpó,

para anclarse en su honda sien,

camuflado de espiga

no hace falta que yo diga,

todo es y será de la caricia

al profuso horizonte de espina,

por su derretida cima viaja mi idea,

encontrando un manantial de sangre,

perdida su costumbre,

queda renacer en el ocaso eterno,

que si vuelvo de nuevo

vuestro aliento se comerá hacia dentro,

para esta abeja ser del viento.

Y el viento ser aullido

de lobo sediento en alambrada de piel,

cavando su azada,

derretido suplicio repetido,

en infinito que cuelga,

grita, desenfunda mi vocabulario yermo,

cual emplomado soldado,

fuente de abrevadero de la sílaba

pronunciada robada, deshabitada,

es de la solariega vega que mi Sol

contra el mundo es eternidad.

Canto viejo, canto de surco y simiente

lo estoy diciendo que no espero a mi yerto,

digno arte de admirarte

que si es para siempre

yo soy más que tu amante,

a la tierra va

a la tierra va mi aliento de serpiente ,

que se ahoga que se deshace

este verano silente.

 

El Castellano

 

ABROJO CONSUMADO:

 

Defiendo entre torres de humo,

al rápido destello veloz me despido,

palabras atrincheradas hueso despierto,

encrucijada entre flores de piel,

hiberno este sentimiento

que me desgarra la sangre,

siendo rayo añil consecuencia en llama,

crepitan de los sones los tambores,

mi brazo está para la lucha,

tejido mi sino está del abrojo

una cruel espina su medio para viajar,

soy de este campo como la fuente

de su encina, soy yo al menos

como mi amado zorzal

como un pájaro en su rama

que el viento le cuenta

de sus alas cansadas,

como un cielo sin techo,

como un tejado sin teja,

como umbral sin muerte ni acto,

despertar en la cueva de luciérnagas,

despertar solo y frío para sentirme en dicha

elaborada, agradecido porque estoy vivo,

mi palabra cual escarabajo verde hoja,

como precipicio de montaña

que ríe que escala su altura difuminada,

es de agua su rima consumada,

siendo yo el último hombre en pie

blandiendo su armada palabra

que avanza, no para,

se consume en eternidad arrancada,

a esta luna de plata que gime auroras,

de sus pestañas escarlata,

un secreto bebido

un halo irisado,

de esta meseta milenaria,

siendo mi alma una flama de lumbre,

un carruaje que lo lleva la noche,

mi ser que a tu alma abrace y alumbre,

porque a veces me consumo,

y si no estoy muerto

que venga a por mi la divina falacia

porque mala hierba nunca muere

y en este nicho de vida

me desvelo fiel Abrojo yerto, consumado.

 

El Castellano

 

FUENTE EXTASÍA:

 

Cercenas esta hoja ilesa,

la niña de mi verso si acaso pudiera

sangrar este cielo,

y su avenida en estruendo quejumbroso

sonido, al menos

un espasmo,

una lengua de nervio,

una acequia de sangre

es el hombre

si al menos fuese hombre,

fiel testerazo ensartado de bestia

caminan las sangres,

y nadie vendrá a vengar a los hermanos,

desfallezco,

exploto en pétalos bermellón,

soy de mí

preso de una historia que nadie me escribió a mí,

rayo colapsado y su vertiginoso alambre,

es una avenida esta fuente mía

en  un páramo rojo

en un gozo olvidado,

así la mina que se destapa,

ardiendo la pena dorada,

por quien la siembra,

por su azada maestra,

desquicia fina en teja, con tejado

en alma de ángel por cadenas,

destierro enjutado

en duro, desvelado canto de tierra seca

bañada su era en sangre de cepa,

hay un olivo que vive lejos,

hay un señero y estaca de linde quieto,

por los sorbos que me robó la siega,

viento, viento, labrado,

de letra y estalactita

de surco y olmo doblado mi tinta.

Hierve mi fuente niña.

 

 

 

El Castellano

 

 

 

PIEL DE LOBO:

 

Torre elevada,

afán y su vanguardia

cosechada,

escriba antiguo

deshaciéndose,

escuchando

el latido disuelto,

en esfera de brillo,

un sentido alarido,

vuelto aullido,

esta noche carcomida,

que debe escapar,

viento al crujido,

yaciente del seno de la ola,

en la boca de la loba,

la flor que se desploma,

la vida que aguarda,

este verano de fuego,

y su canción de grillo y cigarra,

desterrada,

es por ti es por mí,

que el destino no aguanta,

Sol mío invencible,

como lluvia de cielo,

aire aire alcanza a tu hijo,

de profundo monte,

de hoz y guadaña

se teje tu molino,

la amapola, la margarita, la espiga,

el tridente de la estrella tejida,

ven, ven a mí,

por estas hojas por su filo,

abriendo mi cuchillo,

cortaré mi sino,

aguardaré al fiel vivo,

en esta tierra,

en esta hoguera,

quemándose mi quimera quieta.

 

 

 

El Castellano

 

 

SILENCIO ESPINADO

 

Mantenme afuera,

sí, dentro de la luz,

fuera de la noche,

las estrellas

colgadas

en racimos a la espera,

solo sólo yo para ti,

crepita mi hueso

esta escarcha deshojada,

por venas del humo

de mi escuela,

por donde se acaba

el suplicio

y yerta la luna

destapa

sus besos de malva,

por ende este duende

comienza

la libertad de la sombra,

cayendo de nuevo

su araña está,

granate lustre de sed

por avivar

una vez en la existencia

el mar mi sobriedad caminará,

de la mano

tambores de tierra quebrando,

por su camino dorado,

el sueño y su telaraña rizada,

aúlla el camino de la zarza

y destapa

la soledad con capa,

de desertora entraña,

de una vida en la espina,

y su cúspide labrada,

es por el sol

que nace mi albor,

resplandeciente como fulgente

mordiendo mi suerte

es de la luz el siglo resplandeciente,

fuerte siempre fuerte

avivo esta lumbre,

giras evanescente

acoges mi fuente

que en gris y verde,

en verde, azul y gris,

las muertes bulle,

para ser un linde y un campo,

un abrojo y un manto,

un despertar en amaranto.

 

 

 

El Castellano

 

OTRO DIÁLOGO:

 

Saeta alada,

vuela y corre,

se alza y descubre

por ende de mi torre,

ríe en su ser

en sosiego

borbotón sanguíneo

desprende,

de sus alas jamás cansadas,

amplia carcajada

y gira su mira

hacia mi vida

nada puedo negar,

nada puedo defender

el ocaso se alza en vértigo,

no puedo empezar de nuevo

y volverme a equivocar,

este mundo se disuelve

sin empezar,

sin acabar,

quién vendrá a sostenerme

esta cuerda se rompe,

puedo ver mi ilusión,

puedo ver lo que no he hecho,

justo es mi vida,

rehaciéndose,

buscando el sol

para brotar en espinas,

y estallar en luz

un brillo deformado,

un ocaso purpúreo de mi alma,

un opaco punto de mi verso,

estampado,

cual fulgente pintura cromada

en tintes de un ayer imperfecto,

yo creo en ti, yo creo en mí,

nada correcto se puede hacer

porque nadie nos corrige

nadie nos importa más

que tú y que yo,

pupila nacida de sombras

pupila recta y serena

como el azul

de un océano y su puerto,

como nuestro

hicimos el fin del tiempo.

 

El Castellano

 

CARMESÍ:

 

Sangre, sangre

que yo sin ti no tengo

vida para morir

preso de tu bello cuerpo,

al tarot helado

me muestro

fiel desespero

en umbral rojo tejido

cae siniestro, rendido,

sangre, sangre fiel te espero,

por estas ramas

de yedra despierto,

el negro cáliz de fuego,

tu nombre destapo

tu sed abraso,

en esta hora

que cuelga mi cuarto,

araña enfundada, tejida,

avista su caricia,

abre el telar de yerta letra,

descampado oscuro

que me aquieta,

hoy parto mi hiel

con cuchillo de piel

sangre, sangre

carmín al abrir,

estertor añil,

brota, sube, emana

de fanal hoguera,

esta es mi vida quieta,

de verso maldita la estampa

fiel condena

abriendo la subrepticia de la noche,

se mece, se acuesta la rambla,

avenida amada

senderos de pieles tuyas sedientas,

colgando tus pestañas,

la noche escapa,

la tela se difumina

en un mar de azabaches

trenzados, soplados

llorados por la luna soñados,

vistas al cristal de cuarzo

tu entraña de araña

tu fiel boca

de estrella tejida,

naciendo otra súplica,

para acabar mi historia

en ti con el color

y el humor

de mi cuchillo envuelto

en feroces testigos

de lo que sujeta

la araña de esta noche

por mis venas escaladas,

por mis ojos fruncidos,

me rompo,

me quiebro,

en mil cristales de roca,

para ser yo

vivo y afortunado

el osado,

el descubierto

en capa humeante,

en tu ser clavado,

fumando mi cigarro de noche,

y el humo que te dibuje,

puedo caer,

puedo nacer,

puedo reverdecer

mi vida sembrada

en este patio

de media luna,

brotando, sucumbiendo

enraizando

tu soto de boca

despierto besando

esta penumbra que sujeta.

 

 

El Castellano

 

HUESO DE LUZ:

 

Sueño

estos lindes destartalados

esta bruma

y su violeta nocturna

de un ocaso que se destapa

y llama y llama,

a amplio fogonazo su luz

por los candiles que juegan y ríen

luz de consuelo,

se prende un horizonte de huesos

por piel,

vereda abierta del ayer,

nazco, subo y escalo

la hiedra por mi árbol queda,

tu dulce silueta resoplada,

un camino una vid y un olivo,

un apuñalado trigo,

el momento vuela consigo,

fiel tapia caída

reverdecer de mi martillo

resplandece esta luna quieta

de tu ombligo,

cabalgo por el suplicio,

avanzo mi enervado delirio,

hoy no pudo ser un día cualquiera

en mi tijera,

se dibujó la esfera perfecta,

y el susurro de plata corrió sus yardas

y sus escuadras,

brillo de sol, luz de ver el cielo,

de ver un difuso hielo derritiendo,

alzando la puerta a tu alma

que tenías sin pestillo,

espero para el momento

de cenar tu noche,

mi refugio, mi despistado destino

y su hueso crepitando

sobre el último tren

que lleva mi vida

reverbero el canto

porque sin ti no encuentro noche,

ni nido, ni lluvia vuelta poesía

de tu bello cuerpo,

sí, eres todo lo que siento

más que un umbral

llorando de cuarzo

más que una cama de tu regazo

porque eres mi hombro

eres mi trazo,

y mi mente al resguardo,

niebla y sangre de marzo

en hoguera de rosa de la tarde,

en la vida que te habla

eres más que un puñado de pétalos,

más que estrellas de este techo

que cuelga

y derrama llegada la hora.

 

 

El Castellano

 

BEHOLDER, CONTEMPLADOR:

 

Ahora que el día se ha ido,

ahora que navego letras

absorto a la espera

de una nueva palabra

capaz de crear revolución

capaz de hundirse y resurgir.

De flotar y deshacerse

en mundanal ruido de sueño,

temblando su frío sentido,

un recipiente y un vaso de muerte,

una visión y una explosión

de todo lo que prevalece,

de todo lo que incapaz perece,

un maullido de tejado,

un siniestro azar de suerte,

esperé y esperé y todo lo negué

como este verano frío y helado

que todo lo inexistente surqué,

que mi destino se doblaba en mi sien,

era un día en solar negro,

era como un tenebrio que camina,

como una poza sin aljibe,

como una hora cronometrada sin reloj,

era una súplica teñida de sed,

un grillo y un aguacero despierto de sol,

una montaña sin hielo,

un glaciar sin temperatura,

un brazo sin alcanzar,

una tormenta sin sonar,

era la vida una caricia en mano helada

sin sangre sin nombre,

mutable horizonte sin linde

un pájaro de cemento que aturde,

una noche callejera

y olvidada en la tela de araña,

era tu surco algo más

era vena era rabia desplomada

en el barrio de la quimera despierta,

quizás hoy quizás mañana

jamás prenderás mi alzada palabra

en otra alma en otro nombre

porque esta es mi lumbre,

esta es mi estaca.

 

 

El Castellano

 

NIEBLA DE FLOR PROFANADA:

 

Voy serpeando la tierra,

mis pasos que jamás yerran,

jamás altivos cercenan,

una estaca en mi corazón

que conseguí separarla un día,

un hondo surco labrado

de sangre desvalida

me azogó profusa y hondamente,

pero ya no te siento dolor,

quizás tu vago recuerdo profano,

para llegar,

para deshacer tu sendero,

de áspero color

y sus azafranes amarillos

de la tarde,

ya no caigo

por tus amplios lindes

de niebla y cuchillo,

aquí en mi alma

se yergue el umbral,

la sombra me abandona

para besar,

espíritu de agua dime

si el devenir de mi vida sostienes,

por qué angosto lo atrincheras

en diáfano cuarto umbrío,

yo que horizontal vago,

por encontrar un día

el vertical disparo

de mi enhiesto ciprés

con verdes refranes de hojas

con acrisolados

cristales de savia

a su altura quiero yo blandirme,

velando a mis muertos abrojos,

devorando la calma de sotos,

ansiando la voz que me habla

la voz que yerta me domina,

preparé un lecho de cardos

para llegado el día

escribir un epitafio

que ponga, que diga

heme yo brotado de la espina

aquí yace, aquí reposa

todo el amor que sentí un día,

y esta estaca

conseguí arrancármela

en su día.

 

 

 

El Castellano

 

 

RENACIENDO MI OJO DE TIERRA:

 

Diestro empeño asolado

en fanal infinito de campo,

eres miembro de brillo,

inmortal crisálida azogada,

un grito y su descampado,

lluvia y solariega rambla de vida

abarcarte no pudiera,

dónde acaba dónde comienza

tu verdad única,

compás del silente grillo que te alza,

pero jamás te alcanza,

del pájaro a tu rama tu balanza,

tu araña de acequia me abrasa,

para ser plural la templanza,

suave tu nube forjada,

naciente tu acompasada azada,

vida de la muerte sembrada,

eterno réquiem de naturaleza amada,

en vasija en cántaro que emana

crea, seca y rellena

una sangre de etérea tierra

como vena de la era,

mi fiel estampa quieta,

acabando la montaña en llana vega,

acabando el río en otro plural

llamado vida otro umbral tejido

perdido en abismo líquido,

retazos de encinas que me respiran.

Ababoles que caminan

destello fugaz que todo lo que nace

una difusa luz sucumbe,

para dispersar más muertes erguidas,

siempre en arduo silencio de despedida,

tenebrosa y umbría su caricia

que la tierra llena,

que la tierra devora,

para ser otra sombra,

otra estática vida

en otra boca,

en otra araña que lleva

su flama,

el acecho yerto jamás descubierto,

hasta llegado su momento,

hoy puedo verlo

mañana jamás podré negarlo

ni catalogarlo de aleatorio azar

todo tiene su razón y su causa imposible de negar,

para yo ser de la tierra y la tierra ser de mí

mi sangre que porto

en vasija de éste cuerpo,

no pude elegir ser otra vida,

ni tener longevidad imperial

de árbol y su carcoma,

mi tiempo avanza angosto

por descubrir la luz que riega el páramo

en solar entrega

diluyéndose fluyendo como rayos ondulantes

que descubren flores

y el campo afligido tiñe de ocres

con un estío subordinado

al renacer y evanescer de la sed.

 

 

 

El Castellano

 

SER DE TIERRA:

 

Es más que triste

que esté contento

porque estoy cantando

porque eres rama

porque eres gesta que prevalece

porque se agitan los mares,

y salvada de ellos

se alza Castilla

desde su espiga marchita,

fiel de lumbre, eterna hoguera,

sus pasos, castañas en el fuego,

forjando en uno de sobriedad

avivo el manantial,

los  jornaleros tendremos que desfallecer,

alameda mía,

sangre en mis venas no falta,

se forjará mi noche en la azá.

Hoy sólo somos cimientos

mañana torres de sangre y tierra,

de puñal y rama

nuestra verdad,

que claman fusiles,

de gente en estas tierras encumbradas,

este es mi rifle, esta es mi vida,

no me pisarán las rosas del alba,

garantía de mis ojos

que sangrarán los cerrojos,

hay que aprender sobre torres de tierra

aprender cultura,

para saber luchar,

para saber defender,

los valores los cinceles,

las plantas de la vid al olivo

del grano al granero del ayer,

y a sí jamás naufragar,

porque esta tierra cuesta vidas,

y los hambrientos se los come su entraña,

de esparto y fuente mina

mi sierra que camina,

muerta jamás arrastra pena,

violín de cuchillo,

sueño en vergel de sangre,

mi tierra por la razón,

no se agota la espuela,

miles de respiros valientes

troceando nuestra miseria

para ser del pueblo

y el pueblo ser de su tierra.

 

El Castellano

 

 

SUEÑO EXTENDIDO:

 

Presentes sucesiones de difuntos.

Quevedo

 

El cielo como granate yerto,

expandido ¿Cómo? con sus cristales por colores,

mansamente no me amanso.

algunos yertos que caminan

ansían la doblez de mi destino,

sábanas mojadas un olor a humano,

saldrá el sol no con más ganas que ayer,

para sujetar este calor,

vidas que ansían otro destello de vida

tras su estancia en breve instancia de caducidad,

que teje su organismo,

mundo no me  negarás la visión

por este sueño extendido

de mi jardín de mujer,

sin necesidad de podar escalo sus ramas

abordando su infinita sed,

arde mi cuerpo fiel verano,

quisiera ser río y fuente de montaña,

quisiera ser tantas cosas que sólo elegí una,

la que no elegí,

si no dos células y su vientre,

mis naipes se van desvelando

una baraja helada de sangre,

un destino y un cauce,

mi vida que elige electrificar su cobre,

en círculos la polilla

vampiresa de mi ropa,

destino avocado a su perdición,

estamparse y quemarse en la bombilla,

luego pregúntame por qué tanto buscar la luz,

perdido sosteniendo tu puerta,

el monstruo de tu armario tiene miedo,

quiero devorarte

lentamente.

 

 

El Castellano

 

 

ALGÚN ALIENTO:

 

Tú eres mi ventana volada,

eres cielo y fuga de escarcha,

un segundo y un desespero

fumando mi cigarro,

hasta el tiempo de volver a caer en tu cuerpo,

mantenme estas cuerdas,

mantén estas esperanzas,

te vuelves real color

suplicio de rosa gris,

anhelante caricia de tus puertos,

una gota, un oscuro linde,

un respiro de fiel accidente,

momento que se retuerce,

amor demostrado y dolido,

vida de mi sentido,

ufano beso y tiemblo,

carne de esencia, alma plena,

estallido y borbotón de luz,

no eres mala liendre,

eres demasiado buena para beber de mi sangre,

eres un puente de destino

y un alambre rizado,

eres mi sueño en el pasto,

eres flor que se renueva

jamás seca,

eres sueño y camino recorrido,

eres mi ansia que por si vivo

jamás podrás destruir nuestra rosa,

te amo más que dos palabras

es un nombre a nuestro idilio

jamás perdido mi amapola.

 

 

 

El Castellano

 

 

ABROJO EN MI DESTELLO:

 

A veces roto,

a veces nuevo

ecos de este horizonte profuso,

nueva era comienza,

escalando mis aguas,

justo mi vida está empezando

ruptura para ser libre

silencio envolvente

gira mi mente,

no Dios el Demonio eres tú,

Dios del demonio

en este linde por el calor sujeto,

estados febriles

de quebrada conciencia,

tus mentiras son lejanas,

de un océano abierto,

muchas noches te esperé

muchas lágrimas se perdieron

vida aparte,

creo que ya debo irme

dejar esta espina de corazón ,

prenderme en el olvidado brillo,

encontrar la luz del astro,

olvidar a mi umbrío ,

una despedida que me cuelga

la Copa de cerveza,

no bebo pero por un día

no me voy a condenar

más de lo sentido,

más de lo vivido

apelo al olvido,

y su cruel instrumento,

a golpes parados,

melancolía déjate no la conozco,

locura nada esa es pasajera

como humilde tijera,

buscando, buscando

olvidé cómo se escribe

un poema,

dejar de escribir es como morir

demostraré a este verano

que mi tierra de la parcela

llorará flores,

mi combate cincel de arte,

aquello que mi magia sucede

porque tengo sangre,

mi calor mi rojo humor,

ya no soy el mismo reflejo

no soy aquel vendido

soy destello de mí mismo,

fiel abrojo será tarde.

Para derretir todo lo existente.

 

 

El Castellano

 

 

FLOS UMBRA FLOR DE SOMBRA:

 

Está en la lluvia,

ella es Dios,

de ojos abiertos atraviesa

un profuso soliviar,

de flores,

de vivos colores,

escrito sin mentiras su nombre,

era un hombre

vendiéndose a otro hombre

que lo volviera hecho y acto

de material afán de éxito,

pero la naturaleza no se puede cambiar,

el artista no nace,

no se hace,

nace y se hace deshaciéndose a sí,

igual que un pre-bonsái

por podar y desmochar su alma

hojas mías quedaron mustias y abatidas

de haberme rendido al sentir de describir

a un amor furtivo que me acechaba

a un sentir interior que me dominaba,

caí como gota de agua,

y el estruendo me partió la vista,

ahora soy tallo nuevo de persona,

podando y podando,

destruyendo para poder crear

para acariciar este Sol

que retuerce , soslaya, pule, amamanta

el hierro de mi entraña,

el miedo no me para

el dolor por ser dolor se acaba,

siento que siento,

amo a la mujer que amo,

tallada en cuarzo,

al final seré el último hombre en pie,

cada verso que lanzar al viento

como fiel testigo cuchillo

de perder la realidad,

justo a la derecha,

recto para ser erróneo,

sigiloso para hacer ruido,

noche, alas blancas

es de ti el tiempo afilado

astros, diáfanos siglos

caducidad de la ciencia

caducidad de su conciencia,

verde monte para rodar,

azul cielo para atravesar,

siembra para ver la flor llegar,

beso para el placer amansar.

Me estoy perdiendo de verdad,

tengo que fumigar.

 

El Castellano

 

 

CUANDO LA LLUVIA CAE ABAJO:

 

La libertad está tejida

de flechas al horizonte

devanan duros, limpios,

cristales ahogados en profunda sien,

surtidor de velas de los mares,

fuegos en lumbre eterna

por los senderos que labró

el astro verdadero,

inconsciente avenida

mi ser viaja en sinfonía ausente

de tristeza y su carcoma

todas las expectativas

son vivencias

para el vivo

todo cambia

para lanzarlo

y nunca olvidarlo

sólo ser es el reto,

lejos de leones

lejos de sombras cada día,

cada emoción

por mirar

dentro de lo que no se ve,

se siente

promesas

que vuelven en boomeran

rescoldos de vegetales escombros

el pasado se abre en alta simiente

un día amarás decir

es alguien a quien tengo a mi lado

para resurgir de la hoguera

en honda tierra,

y mi ceniza lo siento esta noche

crepitará al viento

que no hay mayor portento

que haber conocido

un día su sustento,

que mi alma escapa de mi cuerpo

para abrazarse al firmamento,

mi lumbre ya avivada

prenderá el cielo

todo lo que siento

indómita expresión del tiempo

al que estoy sujeto

en oscura torre

que yergue mi adentro,

fuera de la noche

dentro de la luz

en veda azul

en vega de solitud

dentro donde tu interés

te miente

donde mis brazos se alzan

asumiendo la eternidad

de mi sendero,

la eternidad del azul del cielo,

donde  desde hace siglos

te espero.

 

 

 

El Castellano

 

 

SEMPERVIVENS:

 

Modelo con cincel de viento

las manos de una caricia,

la vida de mi abeja subrepticia

cómo definirla no sabría.

Estreno un nuevo Julio

una gota sedienta de su estío,

fuera del momento

que mi vida se vuelve luz,

mi vena siempreviva se yergue

acariciando a mi Sol,

que este mes me vio nacer,

viento, viento bonito

llévame en tus alas

de vidas labradas,

quiero que me muerda mi amapola,

que se destape tu lecho,

y me dejes apoderarlo,

para siempre volar

como mitad de poema,

que las aguas surca,

para fortalecer el riego de mi tierra,

con sangre de hierro,

tu fiel desespero,

renace mi araña Lichtter

tejiendo mi existencia

en mitad del verso

hoy por ti, siempre por ti

Lhiannan Shee,

se quedó llana y profunda

la cuenca de tu visión,

siendo hondo destello enfundado,

mi calvero y sus ríos de sombra,

sigo por la línea goteante

de nuestro suplicio,

me pende la mirada tu ventana,

mientras hilvanas libre tus cabellos

de rizos de cielo,

los cuadros de mi creencia los conoces

mi veleta, mi Sol, mi flor,

mi árbol, un puente a encontrarte

una vida,

juntarme, en proceso que rige,

que estalla en dos rayos de tormenta,

te quiero, te necesito,

el Sol dice lo que me susurras,

mi cigarra laboraba

el sentir de una esfera

que canta dentro mi alma,

de un grillo el soneto,

de tu cuello el cristal de cuarzo,

de mí la lluvia en tu agraz de marzo,

mi concepto será ejemplo,

avanzaré por mi sentido puente.

Nuestro destino cruzaré.

 

El Castellano

 

 

APIUM:

 

El barbecho de la espiga,

la mar me trae la ola,

la montaña me trae la cascada

mis ojos llevan el color de siglos

de floresta destapada,

mi tierra se lleva mi espada,

el  aire mi aullido

hondo, redondo

crujiendo en las aguas,

mi vida lo siente

lleva sangre en las venas,

arterias de ángeles

estrellados en su eco

alzado a la Estrella,

sostenme en las bocas

que mi silencio reverbera,

mi montaña bonita será sentida,

mi Santa flor en la boca de la abeja,

que mi vida maneja,

tráeme los pinos de los montes,

el aire de las cumbres,

tráeme tu boca para nacer en ella,

sigo a Lucifer

bueno él me sigue a mí,

cosas peores habrá

como abrir y entornar la puerta

para que pase la maldad,

siento decirte que arrastro mis demonios creados,

para enterrarlos en el campo,

al lado de un sigilo de chopo,

que a sí estén de ojos abiertos,

no me enloquecerán más,

estoy hecho de miedo,

soy de hielo

más fuerte que el don austero,

palabras sepultadas en mi zanja,

mis padres y mi gato son inmortales,

¿por qué me llevaste padre a la ciudad?

que lento muero aquí,

sin sentir el viento de mi campo,

sin mis flores y su aroma

a vendavales desnudos,

estos árboles de cemento

no suenan con el aire,

ni estos cristales atraen abejas,

aléjame de rejas,

salva mi muerte

que es del monte.

 

 

El Castellano

 

 

CORAZA DE TIERRA:

 

Abrasa mi vida, esquiva es

esta piel de caricia

estoy ardiendo, aviva mi resquemor

en este mundo que se retuerce

y envilece entre sus venas razones

la realidad como lirio de negro pétalo

sólo un sendero por abarcar

llamado vida.

Del astro Rey de sí mismo

a la caléndula de tierra,

su esposa efímera.

Avanza mi subrepticia,

entre páramos deshojados

y sus hojas por gentes.

Espiga flagrante, sentido granate

por mis ojos he visto nacer

los genes de tierra,

por mis ojos he visto morir mi amor

que mi pecho yergue

yedras brotaron tapando su calor.

Mi Sol me enraizó

mi ilusión se diluyó,

una flor de sangre brotó

llenando mi vacío interior,

mi amor por su reino vegetal

me mordió.

Ahora sólo encuentro

tranquilidad y sosiego

en las vidas que siembro.

En mis diablos de flores.

Hasta yo morir

a la altura de los montes.

 

 

El Castellano

 

 

EXUL UMBRA:

 

Ataraza mi alma

una fáuce sigilosa

que me devora

hinca, sigue y prosigue,

sembrando mi hastío

que sin él yo no vivo,

respiros inmaculados

a esta sed que mi cuerpo

lo alimente la estrella,

pasado atrás fiel desvelo,

voy construyendo,

voy cavando el surco

milenario de mi destino,

en este cuenco, en esta vasija,

en este recto cuerpo

del que me desprendo,

para que mis manos hablen silencio,

mi sombra es quien habla

de su destierro,

de su rezo al flamígero astro,

mantenme afuera,

espero mi momento,

de entablarme con vuestro Dios,

y preguntarle si merecía tal castigo mi sombra,

sí yo merezco esta pena que me soslaya,

pero si no fuera por este dolor

no sabría que vivo sigo este siglo,

ni mi saeta de luna volaría

a encontrar su desquicia yerta,

y su esfinge malva,

en alto claro

en marco clavado,

es por mis ojos de grillo

que alcancé a ver

mi destino fusilado

para entregarme a un único camino

que me rige que me dirige.

 

 

El Castellano

 

 

YACIJA:

 

Vida mía rozagante curso

en solaz de muertes que caminan,

los oscuros límites plausibles,

como dije no puedes mentir

dentro de mis ojos,

llana voz altiva subiendo sus montes

soy libre por ti

en esta generación ciega,

una vez que se ata el sentir

de mi esfera difusa,

en este lugar yo puedo

sembrar la luz en oro de argénteo astro

mis ojos oxidados

yerguen el vapor de cada día

que estalla su retina,

cristalinos en el verde gozo,

sin despedida,

mi tierra puede subyugar en pie este mi ser,

brillante hielo de cuarzo

tejiendo las manecillas de mi reloj,

esmerilado suplicio que lanzo,

que parte tu acero,

trasquilando mi luna

hasta que despierte mi Sol,

fuera del momento, dentro de la noche,

esperando que torne solamente luz,

desvellonado mi lobo ártico,

en hierro de mandíbula

este ser por la defensa de su valor,

que no fue del tiempo flor

fue indómita expresión,

en un cielo que labró,

vengo de un horizonte iluso,

desempolvando mis muertos,

viviendo el polvo de vida,

mi pasado rescoldado, derramado,

por la ventana desolada,

mañana será eso quizás

una deidad sin nombre,

un cuarto sin lumbre,

veleidoso y regio,

consecuencia sin rastro

nombre escrito sin pluma,

yacija inerte caminando los oscuros lindes

de su destierro,

de suspiro de hielo invernado

con brazos lejanos a través de los tiempos,

su ayer llueve a jirones

sombra que caminará el abismo

para encontrarse,

y desafiar al viento,

estallando en luz plena

jamás dominada su desventura.

 

 

 

El Castellano

 

 

LETRA DE VIENTO:

 

Aguzaré al viento

en vertical estampida de elogios,

para que lata con fuerza

se cuelgue en los solares rendidos

de mi agraz intelecto,

las lagartijas correrán su rambla

cruzando la tierra,

mi carrasca lucirá

un sabor a mujer desnuda,

el verde militar del ciprés

tendrá tacto a luna,

somos silentes dentro de la luz

somos veletas del negro puerto,

fiebre navegante

mar de mi vela,

lumbre eterna,

alma de renegados,

jamás complacidos,

rajaré al destino en dos mitades,

una para sacrificar

por si sale mala,

su alta ojera cruzada,

afilaré mi cuerpo para clavarme

al viento que hasta ti me lleve,

solo un segundo marcha atrás

y me sembré en tus manos,

como flor de centella,

qué bueno que existas en mi realidad,

que teje, desvela, nace y devora

la esencia que te alimenta,

hoy lo siento desperté siendo río

que quiso llegar a las tierras que te modelan,

alarido despierto y aullido

en nácar de tu placer,

para solamente ser lo que tus ojos

digan que soy.

 

El Castellano

 

Blándeme:

 

En mitad del campo,

sólo allí que la encina enraíce mi carne,

el hinojo lata al son el tambor de sus flores,

la carrasca grite verdades del monte,

vereda quieta, enarbolada,

soledad disparada sin descanso,

sólo allí reinará mi alma,

en letras escritas en las hojas de vida,

las lindes teñirán de rojo y negro,

de tinta y sangre el resurgir del añil

aliento dibujado de toda vida en color,

del albor a la muerte en flor

se alzará mi latido con su amor.

El Castellano y Leannán-Sídhe

Renace en la piel,

en el albor sin conciencia,

hace más frío que antes

sentido muerto, caído

olvido yerto

raíz del ser

más callado que el invierno

avanza camina a voz

todo lo que he perdido

polvo de estrellas, hierro de océanos

piedra de montañas...

hazme recordar alas cansadas

cosas grises que te gustaba sentir

mi amada así sabes

horizontales que no puedo olvidar

ejes verticales de conciencia

sin dormir

danza la primavera del lugar

con mi soledad pintada

en la sangre de mis ojos

todo lo que veo teñido

la ilusión cae en gotas derramadas

cayendo congeladas

desnudo mi cuerpo en la penumbra

del segundo quieto

raíces comiendo mis venas

hojas de mi historia mustia, abatida

sentido muerto

viviendo por ver morir el momento

momentos atrás que cae el recuerdo

sin miedo, sin sentimiento

todo hirviendo

sólo este sarmiento de cuerpo

esperando que juzguen a su alma

libre de maldad

quién estará allí

quién vendrá a darme un camino que seguir

solo en la oscuridad

donde todo comienza

las sombras me reconfortan

y veo en luz mi vida

para encontrarte

algo que darte de dentro de mí.

Un amor rugiendo en la boca de la estrella.

El Castellano y Leannán-Sídhe

Diestro del mar a la montaña,

visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas

cual caricia de su jardinero que las ama

el viento armado escala cual seco rayo

su sol enturbiado se paran las oraciones

hipsipila dejó su crisálida

en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales

recolectando toda simiente desde todo confín

al inerte sombrío albor,

mientras su fría luz crece y camina

sin franca tapia ni verja que detenga su escalar

vuela vaga la libélula para posarse en su hombro

recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte

que lleva que trae a su castillo olvidado

hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo

un reino se mantendría vivo

y no era el del humano ser

Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión

abarcando de la tierra a la lluvia

cual rayo cortado de Sol su cabello

los pájaros trinaban en su castillo

hipsipila siempre vivirá como invencible Sol.

 

El Castellano y Leannán-Sídhe

 

 

Flor de Bradomín:

 

Partir me alcance un día,

he  de visitar el prado

que yo por Bradomín

nunca he visitado,

he de colgarme

de la flor serena

un día lluvioso

a colgar mi estandarte,

vive, nació y deslumbró,

deberéis guardarme el vilo,

que yo partiré este humo,

quebraré la voz del eco,

soñaré que estaba despierto,

mi simiente sacará su cuchillo para sembrarse

sola como se destapa la primera

gota de rocío que tiembla

el Sol que visita,

esta la haré generación seca

en pergamino de hoguera,

mi letra caerá en el ojo

desde el infinito parco de este abrojo,

el altiplano enjutado,

dirá que me debéis cuanto yo

Arriano he plasmado,

y este granate será mi lustre recordado,

es y será mi casa,

el esfumino en coro de grillos,

aullando bisagra,

a la luna que escarcha,

hazme libre luna,

saca mi alta ojera con tu luz,

abre mi campo

al murciélago señor,

acaso mi espada mi tiempo no blandiera,

me encumbro de la fiera,

para ser quimera a la espera,

mi Leannán dicta

yo converso

que desde su estampa

al hada infernal de esta

yerta conciencia,

resurgiré

de la espina dorsal

de este cuervo Förüq

que me habita,

el ser que me lleva

cantará soñará

que es y será  otra primavera

para enloquecer desde ingenua siembra,

graznará el solar del fresno quieto

abrirá el despertar de esta gris araña

entre agujeros de la idea

soterrada, descubierta, alzada

entre sierras y barbechos

despierta, riza, besa, evapora

esta sangre de tierra

que es mi amapola del pecho

anclada, versada, cálida, cariñosa,

abierta entre grietas que palpitan,

fulgente, displicente, dispara que flagra,

sentimiento de esta azada

que es mi vida

al borde de la flor

de caléndula

que es esta realidad tejida

y su floresta que riego desde

que el verso me escribió

a mí la felicidad.

 

 

El Castellano,

 

 

Señero quieto:

 

Linde abierto sembrado por Dioses

de plantas que sólo ellos pusieron

y que ven exclamar su muerte

de silencio gritado

lentamente las estaciones.

Es este campo que vive lejos

con señero

un señor de señores

amor de silvestres,

es encargado de ver en flor

sus amores,

vence que atraviesa

sólo su mirada,

un jacinto se yergue

de azules botellas

sus besos de rocío matutino,

matutinos gritos postrados,

con el hervor que reverdece las tierras,

de cal y tierra arenisca,

de arcilla al barro,

de la pizarra al risco

de granito,

es una vida mi estatua,

dulce,  risueña,  sembrada,

albores cruzados crepitando,

mi nido de grama rehaciéndose,

entre luceros anclados,

arriba mi barco

estos océanos y mares

de tierra,

que todo lo rige

su materia,

desnace el tiempo

abriendo el brillo de mi falcata.

Fiera de fieras

yo soy la fiera,

desde las piedras

a esta mi hoguera.

 

 

El Castellano

 

Aciago, recto vilo quemado:

 

Cantares quebradizos

se alzan entre aciagas esferas

de la palabra inexistente,

entre sones terrazgos

que sí puede,

llevarme la espuela,

entre la mente que afila,

que pule mi sangre oxidada,

por el puente de venas de mis manos,

diestro al compás que muerde

yo sí estoy hablando

tú no estás escuchando,

esta vida asida en un tiesto,

por encajes sin alba

por encuentros fugaces

en mi averno tejido,

entre estos soles de trapo

que me levantan las flores,

avanza la flojera del día

que llega a su final,

volviendo madrugada de espadas,

quiero contarte hasta tres,

mi aliento que no sabe contar al tuyo

pero sabe que cuentas con él,

yo que ni segura tengo mi muerte,

colgaré destinos

de sus ramas de fresno,

mi piedra será estatua,

no seré yo quien hable si no ella,

el verde musgo llorará el sino dentado,

esta vida de espectro

no me dará de lado,

de un solsticio me haré un cuarto,

entre mis líneas habitarán espasmos

de ideas ausentes,

de fríos hielos de soledad congelada,

liberaré este reino enfuscado

cual vicio cual tierra sin dueño

de crear nuevos palabros

que serán hijos de la nada,

cabalgada, soterrada

en infinito de la siembra alzada.

 

 

El Castellano

 

 

 

Linde quieto abierto:

 

Derecho firmamento

entre filos de gentes,

es una piedra que camina,

piedra aventurera,

seca y umbría,

reposa y duerme

cantares del linde,

centellea rayos irisados

se riza con los besos de lluvia,

acaso quiso ser otra,

ella tan yerma, tan plácida,

imperecedera,

cerrada como se cierran

los rayos de luna,

acantonada, de estéril estampa,

dejas muda alabanza,

el día que te hice de voz,

piedra bella, sola,

estridente sin patio de sonido,

y esta voz que te di

voz dorada como tu piel de minera,

como un soto sin perdices,

avanzabas solo tú,

la vida quieta,

sembrándote allí por donde anduvieras,

al candor de piedra única

igual a la siguiente y a la anterior,

sin afán superior

hasta que este poeta te dio voz,

como flores que sin color

acaso fuesen,

un despertar en brazos de cieno,

un respirar de la montaña,

un cuchillo calizo que afilan

erosiones de las eras,

latido férreo, sangre de mineral,

o compostura de arenas,

piedra de mi casa,

piedra de tu casa,

la tierra.

 

II

Piedra potencia eterna,

nacida como nace una estrella,

cumbre de filos por bandera,

hogar, cobijo y morada

de lagartijas que cuelgan tus venas,

colchón de rayos de sol,

asolada tu espera

por quien te dio voz,

lideras tu guerra sin cuartel,

antes de yo nacer,

tú dabas alientos al suelo

sin importar pertenecer,

siempre fuiste

siempre eras su piel,

de la cantera, al nicho,

del mausoleo, al caserón viejo,

del silo al castillo,

tu fortaleza empedernida,

tu aval de honda certera,

Siempre estabas

siempre estuviste,

como río a su voz del mar,

osado no fui yo

quien te encontró,

solo fui encargado

de darte moción verdadera

ojalá pudieses contestarme

mi piedrita bella.

 

III

Devuélveme a tu vida eterna,

del soto a tu quimera verdadera,

clávame la oscuridad de tu cueva,

en esta esfera pulida sin espera,

risco de tu sien enarbolada,

millones de hijos

esencia desnuda de tu alma pura,

techo sin compostura

del ser invertebrado,

techumbre que pizarra llora,

su azabache de cristal,

tu sangre de fuego y agua

que nunca te alcanza

sólo partirte puede,

grieta de helada, tus filamentos

que encaran tu azar de vida sin dueño

a tu sangre de musgo me cuelgo,

en verde musgo tu fantasma muerdo,

vida de herramienta,

azar de la idea,

al paraje que te conforma

al que sostienes su vida

siendo el suelo techo de esta hacienda,

si tuvieses dolores todos gritarían

que se acabase la muerte en la tierra.

 

El Castellano

 

Es un fuste:

 

Quiero deslumbrar mi camino,

ayen de estas víboras que caminan,

palpitar el látigo enfoscado

de sedientos corazones.

 

Entre sangres fugaces afilo

esta vida en grana marcada,

deshojada, por cuanto he conocido,

más que tristes metales lascivos.

 

Caparazón este el mío inerte,

vestido de marzos seniles,

agota, coarta la esquela

de mi memoria perturbada.

 

Camino sin camino

por donde se oculta el este,

veo la flor que desviste,

entre pétalos su iris difunto, perturbable.

 

Te construyo sin verja, franca,

tapia ni acantonado te hago

a imagen y semejanza del aire.

 

Que pasa y mira,

que mira pero no descubre,

que nací dueño de tu avenida.

 

A este sol ferro  cuelgo agravios,

ofensas que desvanecen,

como la noche devora lo que es suyo.

 

 

El Castellano

 

Azabache de ojos:

 

Ojos direccionados

a esta luna de azabache,

el tejer de una gota de savia

plañía la desesperanza fría.

 

Siniestro compás mece,

en acorde clavado

a este invierno estirado,

al estallar de bombilla me cuelgo.

 

Curvo escalafón riza besos

de unión de cicuta y sangre,

yermo, plácido, envuelto

en sembradíos de oscuridad.

 

Quisiera que hablaran mis retinas,

de encuentros fugaces

al temblor de esos filos

que la dama oscura blande.

 

Gira presto a enraizar mi sangre,

con destellos de espuma

que las tierras bullen.

 

Yerma, extasía de verdes

por solitudes heridas

una cercenada tajada,

 

Retiembla mi destino

al cabalgar de soles,

fiel estampida de semblanza.

 

 

 

El Castellano

 

Flor de destino:

 

Ama de esta casa, el alma fría,

de mundos retorcidos,

ingrávidos al peso de flores,

destartalado, por gentiles gestos,

azares difusos de mi reino,

saludando a la quema del rastrojo,

un iris por desenclavar,

corona de caléndulas

en soles por doblar,

al rayo seco, tornado en gesta

y sus candilejas fulguradas,

ríe y pasa, pasa y ríe esta espada,

hendiduras febriles

de mis verdes ojos

entre sus cauces la verde grana,

la verde espiga,

un romance del labrador

con su granate amapola,

llora sangre de aquellas santas,

esquiva de obreras guirnaldas,

se cava en rayos seculares del rey astro,

Estallando de luz su rocío primero.

 

 

Cuarto para sembrarte:

 

Duro, seco, estridente,

irusorio destello

al matiz de soles abiertos,

estoy empezando,

alago, avanzo este cuarto

este cuarto de arañas,

repleto, lleno por escuadras

afilo el verbo

preparado, despierto,

granate complaciente

a este lustre olvidado,

quiebra marzo,

estampida en blancas sienes,

réquiem en osadía,

en marca de astros,

luz intransigente,

fulgor

entre tus manecitas

heladas,

miro atrás

nada reverdece el horizonte,

todo son raíces del hombre,

me cuelgan lunas

ojeras sin alba,

quiebro esta ilusión

me afila su espada,

cómo huir

de los que no me conocen

si nunca me conocerán,

me clava la estrella

un tenor en escala mayor,

gimen flores por abrir,

el sol hiela de nuevo,

rizo sorpresas en tus cabellos,

libero el león,

me muevo,

suceden grises

a mis penas,

escarchadas, desvanecidas,

derretidas  en claro oscuro,

por lo que dejó de ser,

llevo que traigo,

resoplos y arterias

en este jarrón de sangre,

hasta que caigan dementes azares,

y sus cruces bienaventuradas

de tu carne,

de mi lumbre,

de este alambre.

 

El Castellano

 

Tierra perdida:

 

Limo, sostengo, agito

la vena enardecida mía,

destapa al fuego en círculo,

retiembla destinos ciegos

en crueles, parcos horizontes

sin orificio,

destrenzo el nervio de hierro,

repto avenidas sin salida,

voy y vengo cantando

esto es tierra perdida,

correcto, en el ojo

y soterrada vía del hambre,

nazco que broté de semilla,

estiro que alzo

sangre en caricia,

marcho sin mirar atrás

esto es tierra perdida,

ocaso malva derrite mi vida,

en ríos sin despedida,

en sábanas de escarcha fría,

correcto

es tierra perdida,

nada es súplica advenida,

fulgor entre sienes de carcoma,

festín de arañas grises,

nada me detiene,

avanzo, el sol me cuenta

que es tierra perdida,

cae la tela tejida,

fiel al descanso de mi subrepticia,

gimen tiempos rizados al ascua,

cantan malas yerbas

sin perfidia

que esto es tierra perdida.

Yo contesto

dorado al fulgente metal

que es mi vida,

es pasión, es luz,

es calor,

este es mi rifle

esta es mi vida,

granate al escape

lustre postrado al rejuvenecer

del marco,

yo no estoy colgado,

venzo que avanzo,

resumo, coarto,

me descubro a la luz templado,

todo dicta

que yo voy

que yo vengo

por tierra perdida,

resplandores sujetos,

acuartelados en énfasis,

porque desconocen su sino

madre de

esta tierra perdida.

 

El Castellano

 

Extasía de cristal:

 

Penumbra arrebolada,

hija de la sombra asolada,

temple de maraña,

tejida araña dormida,

sol en su trapo desnudo,

ven a mi cabeza

retuerce mi idea

que se encadena

sumisa a noble premisa,

no puedo parar

no hay tiempo de pensamiento

sólo escribir duro, seco, limpio

como agua de este río.

Sentido volviendo a la vida,

mi espíritu está creciendo,

tantas luces sin alba

tantos astros sin noche

es muy tarde,

nunca para volver

al origen de savia,

desnudo en este reloj

mirando este cementerio

alzarse, enarbolarse

de la nada y su infinito de cristal,

estoy dolido

que tú te lo has creído

si me quiebro

es para renacer

quemando mentiras,

liberando fieras,

roto al tiempo

entero al fragor

de mi espada,

no tiene vuelta atrás,

océanos abiertos me llevan

a flote de nuevos sueños,

rizado a la espera

engalanando mi quimera,

desiertos abiertos

en cal viva,

mantenme el amor quieto

subiendo montañas deshechas,

viviendo el brillo sin estrella,

ojo de un ojo labrado

mantengo mi esencia

en joya de noche

miro dentro

y todo retuerce de nuevo

dame tu mano,

descubre mi reino perdido

a encontrarse en tu mejilla,

háblame de tus vidas

de tus alas en mi extasía,

sólo allí despacio

latirá su osadía

líbrame amiga

de cerrojos

y sus cerrojillos dorados,

exasperados,

esta noche seré luz de hoguera

y tu cobija quieta,

el único sin miedo

a decir lo que siento,

carrusel sin engranajes

caballo sin jinete

tormenta sin nube,

beso donde no lo imaginas,

sólo yo contra el mundo

abriéndome de la tierra

siendo alma en disparo

certero, agudo, estridente,

como la voz que no se pierde,

yo nací albor

nací para ser tu amor

no me pierdo,

estallo osadías repletas

solitudes que trepan

cruzo líneas

de estos cuatro días

que clava tu voz

desmigajando miedos

porque yo soy el miedo,

batallas aparte

soy tu planta silvestre

amando su tierra

más que a su sangre,

mi esencia verdadera.

 

El Castellano

 

Cornucopia de tierra:

 

No rebotan los tiempos llorando,

en escalas a ese cielo anhelado,

voy que viajo

y bajo mis plantas

la tierra brota, rehúye, fluye,

todo me alza

sobre torres sembradas

y sus trompetas abiertas,

desenfundo esta esencia

de estaciones correr,

hogueras profundas

en lágrimas de lluvia,

plantada mi compostura,

me crepitan las montañas,

los cuervos me rinden pleitesía.

Ante estos ojos

el ávido brillo

de oscuras alas,

frente mi carne

fuego enraíza

esta noble falcata,

encinas me enraízan

el dorado anochecer,

noche oscura

entre espectros de letras,

el día derretirá mis flores,

trepando mis venas de encaje,

mi azada será sangre

no más cuerpo y carne de metal,

al erizado filo

clavaré sentidos despiertos,

mi letra será invencible,

en flameante rebosante inspiración

parida de un rayo de sol,

ay la tierra que me clava la siembra,

ay sol ferro,

yo te hablo

al fulgor de venas

al calor de llama azul,

tú invencible

como la palabra te formó,

extasía lumínica

en candor de lunas aulladas,

ven a mi pecho,

te daré asilo,

desgrana este silo,

que mis manos hablen colores,

solo ante la adversidad

esta negra noche que huye

enjaula su oscura sombra

donde la letanía esconde

sus garras de cristal,

quedando repleto este umbral,

he oído llamar

llamar tus sangres de luz,

a violetas nebulosas

sin cauce

empotradas en sagradas espirales,

busqué tu vida eterna,

me contestaron inviernos

desmochando brotes extenuados

de tiempos atravesados

por tu espada eterna,

fuente fría

que llena dulce la fontana,

la vieja luna sonríe,

lo efímero será áspero y duro,

a la caída de este plomo,

se levantarán estatuas de barro,

tu lobo vestirá el sincero metal

por ser de hierro,

hasta su aullido de plata

a la noche sempiterna,

y sus enredaderas malvas,

campo este de víboras nacido,

por un surco repto,

y el alacrán me saluda,

soy yo tiempo olvidado,

resplandores

de este patio de grillos,

me cuelga la corona de caracoles,

por todas mis lumbres

abiertas

de caléndulas solariegas,

más que hoy

no espero nada,

porque yo siembro lo perfecto,

me responden sus voces del suelo,

al intransigente destello

me parto, me quiebro,

hasta dar mi voz

a estos campos

y sus sotos perdidos

encontrados en cada sangre.

 

El Castellano

 

Ondas mecen:

 

Me cruzan las vías

del tren de la noche,

abierto, caracoleado,

en peregrinaje de estrellas

y sus halos,

este insomne caballero

de tu sonrisa nacarado,

arrebolado entre tus brazos lejanos,

una hoja precipita

al tañer de campanas

en garganta de lluvia,

no hay invierno sin frío

ni frío sin invierno,

vuelta atrás estoy vivo,

una vez en la vida

curva de espejos

entre verdes y ocres,

quién dijo que no tuviera esperanzas,

pálpito fugaz de estrella marchado,

el amarillo viste mis flores,

color efímero, sin despedida,

entre un patio de ojos

y sus carcomas solariegas,

danza este caballito sin diablo,

al cuartel de la cucaracha

van los ojerosos grillos,

todo cuelga de un hilo de lana,

horas minutos

para hacerme libre,

termíname tú porque yo no puedo,

este alfiler parco, sobrio

como él mismo,

entre circo de huecos sones

danzan los vellos de mi piel,

por el agujereado brillo de luna

cuento notas perdidas

y el filo de esta mi cuerda

hasta latir con ella

y su desnuda poesía

con cuerpo de mujer,

lejos de la tierra,

entre un soñar del viento,

se destapa mi cordura

le florean pensamientos

fieles ecos en iris despierto,

dulces ondas como dulces sirenas

enamoradas,

de este marinero sin mar

llamado verso,

al senil aleteo de la polilla,

el invierno nace de un cubito de hielo,

que avanza ya su noche

sin pedir permiso,

al vapor de sienes heladas,

entre un coraje acorazado

de haber realizado una buena siembra

me marcho.

 

 

El Castellano

 

 

Vieja escuela sembrada:

 

Cierra los ojos

es nuestra creencia,

por la que no hay

rosa sin espina,

línea de destino,

déjame sembrar luz

en la retina,

que caiga mi gota

quebrada,

viviendo tus memorias

lejos de la letanía

enroscada,

crepitan los labios grises

entre crujidos por despertar

leones del nuevo día,

Noche, noche

tus minutos erizados vencen

pasan las horas

y las horas

la misma pesadilla tejida,

en vilo en vela

de navegante sin mar

sin barco, sin puerto,

viviré una vez más

esta soledad del párpado

despierto,

muy alto, muy hondo,

todo se retuerce en sol mayor,

hasta la cima

me verán cabalgar,

resume este papel

un furor oxidado,

soy yo, soy yo su raíz

que ni yo mismo entiendo

dichos soterrados en alma difusa

en corazones sedientos

su fría caricia entre espadas

ni yo hago empeño solariego

ay la tierra perdida de tu raíz

quien osado sólo la viera

de viva materia rompiéndose

sucumbiendo sobre los filos hirientes

hondas espumas

riéndo en camino vivo,

en un sentido

con bordes de rosas y cebollinos

y senda de espinos fugaces al alba,

brotando imperecederos

que enriquecen los pliegues sembrados

de esta mi sonrisa

de esta voz en calma y en tormenta

de desnudos sigilos

que te nombra y nombra

si no estás lo hace sin cuenta

Poeta

Haces la ruta sin pena ni sangre

que no sea portada en tus venas

de solana hacia el sol

en un ovillo giras en tornasol

allí donde sus esposas

amarillean y tu sien gotean

en canto al amor

alzado en rayo de Thor

será un caracol

cuando nos vamos

solos sin nosotros

con o sin Dios

nació un vespertino albor

ocultando el dolor

secando lo que plañía

la sin razón

Se duda entre las cosas

por la vaciedad de las cosas vacuas

de fátuos alambres en fanal

hoguera del hambre

de oblícuas espinas

y los nuevos castillos

que sin su castellano chozas son

destruimos

si nos miramos

vencer o vencer otra vez

Oh raíz

ay de tu tierra que te vio nacer

qué guardas

en tus bases en las grietas

que te clavan que estiran

tus lágrimas del ayer

que no nos dejas ir

por caminos distintos

a los limpios valles de oscuridad

reposo y sosiego que clava el camino

¿Será cómo es

por siglos

de siglos?

 

De este tiempo oxidado

que latirá el son

con forma de tu siniestro corazón.

 

 

El Castellano

 

Cristal silvestre:

 

Ámame como se ama a la vida,

porque te amo en caricia

sin despedida,

tú que eres como la noche

en subrepticia,

yo contemplador extasiado,

por el fulgor que se abre paso,

Fin del diario,

 

este es el momento,

que se queda para descubrir

la expectativa

del vivo hacia la vida,

todo cambia y yo lanzo

mi destello sembrado en mis ojos,

susurros en letargo

abiertos al destino parco

estoy en tierras de la luna,

abriendo, tornando bella

su distancia,

todo sembrado

de quien yo era,

esta mi raíz que canta

plena, sacada,

cortada de su tierra,

para nunca olvidar,

alzada a tormentas del tiempo

y su etéreo desliz envuelto,

en las calles

de los sueños rotos

un pasado que dejo atrás

estoy joven para estas nuevas visiones,

existencia clavada,

al crepitar enroscado entre arterias

de alambres,

y su perfección

erizados gritos liberados

hay que pagar el precio

de ser mejor que este talento,

avanzo lento,

me abro por el fuego,

y no hay sangre que no me deje

envuelto,

miro dentro de tus ojos

buscando mi respuesta,

el sol se está enterrando en tus cabellos,

lima este nervio

que llegó su escarcha

siempre aparte,

siempre en alarde,

hasta yo encontrarte

encontrarme yo

en los sotos de tu voz

hasta ser yo el alarido con nombre

de sol, ser por siempre

ser para siempre,

ser siempre,

y Siempre llevar mis apellidos,

Siempre quemándome

en resquemor intransigente,

precisión de mi duende

llamado amarte.

ARTE,

condenada mi sombra,

a este precipicio

que despeña la letra,

a través del umbrío páramo

de esta piel y su yermo bosque de vida,

sigo la estela

vocecilla, elevada sin razón,

porque sí me sobra corazón,

soy yo mi murciélago de nácar,

vuelo que giro el infra-sentido terrestre,

y me quedo en vilo,

es glorioso este sino,

haciendo el amor con los sentidos

en el saco desdoblado,

de mi realidad soterrada,

destapo que descubro malvas

del sueño taciturno

que conduce a contemplarte,

bajo el sigilo de mi araña,

y su tela irisada,

en extasía de espejos carcomidos

sin dueño,

que no sea sinestesia

del cuadro de visión

llamado visión enardecida,

por la que mi ciprés

tiene tacto a caricia desnuda

y mis caléndulas caminan

con sabor a deseos de rubor.

 

 

El Castellano

 

Quiebro en dicha descrita:

 

Muero por un beso

aquel sembrado dirá que vivo

vivo por un querer

cruel del destino

condena de una pasión

que creó tu pestañeo

al dejarme ver

tu cielo encerrado

ese que liberado

jamás me abandonará,

fijamente tres minutos,

y morí con tu pestañeo.

Demostró que fui y soy

importante para ti

y que a pesar y muy

a mi pesar de los problemas

problema no es mi apellido,

seguí en tu mirada atrapado

hasta que la aguja

de aquel reloj de pulso

se paró al pasar ciento ochenta segundos

mi cambio de vida

cuando consumí

medio giro al decir

siempre te amaré.

De este resquicio vivo

yo traigo la flor,

en competencia

de ilusión que marcó

esta hoguera sin pena,

eres tú soy yo,

flamígera condena,

por el párpado del cielo,

por mi astro soslayado,

que yo sólo encuentro cielo

en tu mirar encandilado,

soy un muerto con vida

si no te tengo,

y este firmamento

se me cierra seco,

muchas cosas erróneas

en mi vida

que no hay tiempo para la sombra,

no hay tiempo para tristeza,

ni para la vida quieta,

porque todo resume

en buscarte a ti

mi vida completa,

si este corazón es un tiesto,

quiere y te quiere a tu persona,

enraizada, plena,

resplandeciente,

como el brillo,

como el halo,

de tu limpia, dura

sonrisa de perlas

en océano de resurrección

descubierta en dicha,

mía, mía sin despedida.

 

El Castellano

 

Tordo acompasado:

 

En el océano de este mundo

abierto al cielo,

vive el cuervo,

por el desvencijado respiro mío

avanza, mece y sostiene

un tiempo en réquiem de espadas,

por aquellas voces que sordas

laten, se descubren, alzan,

se quiebran al paso de altares de hueso

por mis atardeceres de murciélago

voy ciego al calor del astro,

siente mi caricia de pájaro

esta vida en un verso,

alzando nuestra luna de acanto

y alabastro gimiendo el ocaso,

azabaches ensortijados, derretidos, extasiados

por el sendero despierto,

por el cauce que trae la vida, la mía,

ojos en resplandores dorados al tacto

de mi astro soslayado,

mi azar es sembrado

vida de vida

late esta caricia

no hay retroceso ni regreso

todo está bajo tierras germinando

por la rosa de su pelo,

tu sangre me colmó en beso,

nuestro cielo de amarantos

fiel al respiro que alcanzó a ver

la belleza en noches de miel,

respira abre en ambrosía mi vida,

en este horizonte dormido

quiero ser de la piel resquicio,

que no me sientan perdido,

quiero ser Siempre tu sonido que acompasa

que clava olvidos

en despertares rizados que consumen

la retina y sus astros,

todo lo que anhelo es la verdad en silvestre flor,

tu eco alto que no hay pájaro sin nido,

esta noche será distinta,

el comienzo empieza ahora,

mi sueño de araña

que todo lo tejido

recompensa trae a lo sentido,

un avance de mi sangre,

ven al nirvana del ruido,

anticipa nuestro solsticio,

Yo que amo en mimbre de esparto

y verde espiga de trigo,

fiel comando el suplicio

de los valles de mi sombra

displicente, enamorada.

Encumbrada.

Sostenla sostenme de la pestaña,

me nacerá un alba,

marcho través del hielo,

su azul en la mirada,

estoy sembrando mi escarcha,

y que venga y queme

este laborado tiempo,

que yo nací del viento,

alguien está llamando

oscuro este romance

entre las malvas del cielo,

se escucha mi nombre,

tengo que cerrar este hielo,

colgando mi estampa

del árbol de las cenizas,

y que nazcan ojos de tierra

de este hueso,

que seguiré soñando

que fue sólo eso

un sueño en despierto umbral

de mi alma y su protectorado.

 

El Castellano

 

Cercenada razón:

 

Ilusoria, despierta, vespertina,

trepando lúgubre escala,

iris destartalado, ansiado

cubierto de cromáticos azares,

por un metal afilado va venciendo

a este brillo irisado vestido

de crueles destellos,

raspados destellos

de todo lo que dejó de ser,

reflejos sin nombre

ilusiones de este alambre,

rizado con hilos que gotean sangre,

despierta mi pesadilla

queda asomar la dicha

y mostrar esta araña,

fulgor desnudo al fragor

de transparentes cristales

que enamoran los hielos

que febrero siembra abiertos,

si estoy despierto se equivocan,

nazco que traigo

un cesto lleno de sueños,

se derrite mi estampa

quieta colgada del árbol

donde hago peticiones,

y que este forraje

se desprenda de mi humor,

no me desalienta,

he crecido para brotar

más duro y recio

que el esparto del monte,

traigo mortandad de idea,

en letra extasiada

al filo de verticales escarpias,

soy yo encargado de esta acequia,

que ni el más osado

pedirá que se calle,

alzo su valía

en desgranada espiga

que rompe mi silencio seco,

si no soy gente lo demuestro,

enseño a mi tinta

a no pertenecer

a este mundo de yertos,

mejor que qué cosa

mejor que la opaca suma

de alientos que se creen

tener originalidad,

de su umbral

prendo a cerilla

todo sembrado a diario

de vacía voz,

yo repleto no soy yo,

soy su extasía floreciente

de imagen y su prima

clavada en alfiler sin cabeza,

como un grito de letra,

y mordisco de fiera,

que deslicen décadas

que seguiré siendo yo mismo

entre grietas, entre esferas

quebradas y su olor

a flores desnudas,

que yo sé lo que hago

si no ni lo haría,

noche corría marcha atrás

esperaré su madrugada

soy taciturno con huerto de luna,

y siembro un quién contra mí,

estoy brotando,

no hay miedo yo soy el miedo,

fiera de esta hoguera,

llamada esperanza,

tengo una llave

y no soy cerrajero,

abro este corazón

y despierto su dragón,

hasta acabar de una tajada

con mi sana razón.

 

 

El Castellano

 

Cruzada ojera de luna:

 

Había sentido

Bravura repleta

no tengo ojos

tengo lágrimas de cristal

al iris en belleza consumada

nadie te alza

tomas tu lugar merecido

jamás colmada

siempre rebosada

de lo bello a lo mejor

sembrado ojo por este ojo

me late me arde una simiente

para el campo de tu alma

vida yo vida no tengo

si no se dirige en mirada

a mi letanía, certera amapola

desde el 2008

jamás en súplica mecida

por este arrojo

en mi pecho sembrado,

viva y descubierta en este tajo

repleto de lo bello a lo bonito

de su interior decretado,

yo hombre de sangre

siembro este sortilegio

de espadas por si llego

a su alma

y liberar libro sus ataduras,

por soñar soñó la primavera

que mis flores eran de ella

yo reviento y exclamo

que son de amapola bella

mi maestra en furor de espigas

nacida

solo tengo un corazón

y es suyo mi dama,

dama blanca

doncella escarchada

de esta vida a esta mi viña,

yo dulce muero despacio

por llenarla de esta dicha,

seguiré en pie porque ella

sigue viva enraizada en este latir

para yo con amplia voz decir

sin ella no hay vida ella es mi vida,

 

El Castellano

 

Negra noche sostiene:

 

A veces me rompo,

a veces me pierdo,

y el mundo reverbera,

se extingue

por oscuras alas

enlutadas,

quieto,

más tranquilo

que un yerto,

hago mis miradas

a su pasado,

no me asustan

sus dulces espantos,

estoy nacido

del hierro de mi idea,

labrado al fulgor

transparente

de mis campos

de soledades,

es por este tiesto

que jamás abandono

lo que siento,

y que mi flor

en vena me muerda,

trepe por mi vera,

hasta sentir que yo

estoy encumbrado de la fiera,

justo aquí justo allí

sólo para servir,

rayos y azares

de consecuencias,

como flores cabalgando estaciones,

al iris lunático sembrado,

hasta atravesar su corazón de cuarzo,

es por este azabache

por el que vive la noche,

suena de nuevo mi caligrafía,

y para esta lluvia

todo valía,

soterrado mi latido

queda decir

que consumado

estallaré sin cuantía

borbotones

que sangren esta luz

intransigente,

el Sol afligido

me nombrará su allegado,

hasta sangrar

retinas indiferentes,

hasta cabalgar sienes

y alientos helados

de espantos,

hasta yo trepar

de mis arañas en sus cuartos,

enterrando esta noche negra

dando inicio a mi condena

de vivir por ella,

porque valdrá la pena.

 

 

El Castellano

 

 

Las vidas que traigo yo:

 

Era esta araña

como un Sol ferro con casa,

era como un encontrarse sin despedida,

por qué,

porque yo empiezo esta obra,

camino destrenzo este campo,

me desmigajan a mí

sus flores extasiadas de difunto,

para decirme

que lo suyo es de todas las estaciones,

como hacer el amor

con azares alados y soldados de los campos,

que su simiente no es vida de un día,

yo digno de admiración

digo que me adopten

pues soy familiar

así no tenga savia

tengo sangre carmín

y mi simiente escrita

dura lo mismo que dura

la tierra sosteniendo vida,

desnazco de la hoguera

al crepitar del rayo luminoso

no soy como él invencible,

pero me cincelo mas recto y recio

que un hierro de carne,

sotoventos atrás

las montañas hablan con la gente,

que sin ciudad no hay gobernante,

sin poesía no hay mundo ni creado ni

ni por crear,

más duro que los montes,

cabalgo esta letra

flamígera, extasiada,

al son de una espuela escrita en bronce,

digna del brillante metal puro,

para yo decir yo aquí

me he curtido y tejido duro.

 

El Castellano

 

Oscuro haz, luz sembrada:

 

Larga sombra me abarca,

larga sombra me abraza,

larga sombra que me envuelve

yo quisiera meterla en un mundo más bello,

yo quisiera librarla de hielos que aguardan,

quisiera retornar a un mundo que era negro

sumergirme más profundo que los mares

y encontrar mis verdades,

yo quisiera fundirme fraguas de hierro

ser justicia izada de ser en luz intensa

pero ya no siento nada,

asolada mi estirpe con nombre agujereado,

yo camino descalzo sin miedo ni quietud,

sin estos clavos que me impusieron

camino lejos, lejos sin mi nombre

por si despierta mi azada

con la que sepultar al Miguel Esteban

que no nació todavía,

por si una dicha me aguarda,

no osarán en buscar portentos

a esta larga sombra que avanza,

no cambio sus males

solo servirla flores silvestres

así enamorada torne princesa de profundidades

hada dueña de la sombra,

hada fiel de embeleso en umbrales

por tragar esta mi tierra

que me avanza la despedida,

cuántos pájaros volaron

para ser único pájaro enfundado en trino,

rajado, ultrajado,

cuantas notas se escucharon

hasta ser estrofa de agua

por todos los que estuvieron,

al acecho yerto de esta sombra mía,

que no posee medida,

solo una senda deshaciendo lo trazado,

al firme astro alzo mi perplejo

por toda oscuridad que fusiló mi partida,

me apodero de este jardín

de mi sangre  sembrado,

para latir en espejo asomado,

y que viva siempre, siempre

esta sombra fría, vacía, llena en soledades,

completa sin tapiales, hueca de mi carne,

despeñada en vivencias soterradas,

que yo alzaré para sembrar en ella

esta vida que yo le debo a ella,

para que viva siempre mi luz

tejida con ella,

hasta erizarla

y que me responda

cuando nombre a la belleza.

Que sin ella queda sin aliento.

 

 

El Castellano

 

Agua de arteria:

 

Déjame mirarte dentro de mis ojos

que yo limpio, sereno, yo pena ya no arrojo

hornea este fiel abrojo

que ya no sienta el pecho en rojo,

libre ajado de suave caricia

de endeble espina

solo te creará cosquilla.

Por estos lares insospechado,

por estos surcos sembrado,

de boca, pecho y guadaña,

sin su hoguera no es quien era,

déjame latir a espera

de vivir dentro de ti

como vives dentro de estos ajuares

de gato de hombre dichoso escarpado,

como siembra y su despertar en mayo,

libérame de ser quien no soy,

porque seré agudo, afilado

rizado como metáfora

en flecha de silencio,

yo por ti seré quien quiero ser,

tu orgullo tu inocente servidor

que solo posee estos ramilletes versados,

abriendo al verdor de todos los campos

hasta llenar tu dicha

del color de las flores de valle,

para vivir en esa orilla

en esa casita del río

llamado tu corazón mi señorita linda

mi amiga no puedo embellecer

la belleza es usted.

 

El Castellano

 

Solitudes, procesionarias descendientes:

 

Alma vuela entre aciagas espadas,

de flamígeros astros

y su radiante, desnuda compostura,

ancla etéreo gozo

cuando soy de mi sombra

y la sombra es de mí

como proyección de mi luz,

como condena a ser siempre yo,

quien partió su destino por la mitad

para disfrutar por doble vez,

devuélveme a la vida

me siento más vivo que ella,

puedo sentir un puente de la distancia,

alzo radiantes esferas

el sueño y su verdad

entre solitudes heladas,

su fuego azul y mi enervada amplitud,

lluvia cae y sólo puedo soñar que soy gota

para deslizarme para fluir

esperando evaporación,

ángeles atrás soy más pleno

que la sangre en mi vena,

esperando que mi sombra

se haga luz y su luz centellee a borbotones,

de que soy pleno, digno, como el crepitar del rayo,

como el gemido de la tormenta,

como una vida relamiéndose el alma,

cuánto tengo, cuánto deseo

pregunta si me falta algo

a mi estampa repleta, recia,

materializada de mí,

clávame filos y luces

yo soy la noche,

siente la noche de mí,

sin astros, sin lunas argénteas,

soy la noche de mi recipiente de sangre,

cruel metamorfosis

de crisálida superior llamada carne,

brotarán simientes

brotarán estos rayos de aura,

todo lo que sembré en mi interior

brotará abriendo mi virtud descendiente,

mi bondad,

la gentileza en aspas,

el fuego de pasión,

la máquina de este corazón,

hago libre el dulce suplicio invernado,

y su tormento nacarado,

mi poder intangible,

mi soledad incombustible,

yo quiero decir:

-Hay luz en mi hogar.

Océanos abiertos donde resurgir,

todos los días que te esperé

hasta hoy decir:

Te seguiré esperando

porque sin ti no puedo finalizar

no puedo salir,

de esta metamorfosis ni de esta larva,

la que no se arrepentirá en los jamases

de devorarte completa mi mujer,

y algo que elegir

de esta edad que no se elige

el sosiego, la calma

que perderás conmigo,

para yo sembrarte la felicidad,

energía de este tren de suspiros

y procesionarias.

 

 

El Castellano

 

Hombre lejano yo:

 

Hoy abre su pupila

una mirada energizada,

abre mi retina mi profunda luz,

clavando en mi mitad

una serena claridad

radiante, profusa, abierta,

mi destino danza en las sombras

mi ser de luz estalla al fragor

de esta luna apagada

y su eclipse de penumbra,

de umbral nacido

en madre oscuridad,

y su latido que alcanza el soñar,

de mi vieja escuela,

párpado en ocasos sembrados,

cabalgo a la novena estrella

por si yo la alzo a ella,

recuerda tu creencia,

desnudo su ámbito en mi hoguera,

abre la puerta,

pasará mi resguardo efímero,

su disparo de letra,

surcaré tu infierno,

te rescataré

en un beso,

sí yo seré grande como el sol,

mi cuclillo te dirá

sentidos granates me trepan,

porque soy mentira,

soy tu mentira rizada

de que no puedes ser feliz,

y  que este alma lata,

necesito el brillo,

romper la línea,

avanzar mis filas,

seré resquemor y sangre de espiga

en tu pelo,

seré yo sin prejuicio,

orgullo, beldad y mentira,

realidad y sueño en la grieta

de tu razón,

seré afilado como el corazón,

orgullo, honor de este clavo

sin tijereta de espejos

sin casa, sin caracol

que no sea amarte sin razón

porque mi razón soñó

desde que te encontró,

al fragor de ascuas preguntó

si el destino clavó

y yo desentierro hasta el miedo,

por qué no puedo osar su furor espigado,

por qué mundo

por qué me tengo que conformar

con ser hombre de lejanía

que siembra sus silencios

en su huerto de luces y rayos

de luna, seré el espejo derretido

carne de imagen consentida,

acércame la caricia,

mi mundo desvanece en letanía,

quema mi petición fumando el cigarro,

y que esta ventana me arranque el alba,

espectro soy

del vivo silencio enjaulado,

mi ternura consume el Sol,

por esta reja,

por esta cerca,

por este tapial,

mi yedra nace

para más alto escalar,

esta fiel atadura cristalina

sulfura, visita la inquieta estampa

azogada en énfasis de su compostura,

para nunca olvidar

para nunca más pronunciar

mi propia lejanía.

 

El Castellano

 

Brotando de raíz::

 

Dentro miro, florece el álveo,

un iris marcado, trenzado en espiras

fuego y su volátil marca de luz,

si nacer acaso partirse pueda,

sería una hoguera de purpúreas

y  negras llamas, sería un camino denso,

como el crepitar de la forja

duro y endeble, maleable y quebradizo,

fulgente y voraz,

al encuentro de mi nuevo crepitar,

y volver a nacer del fuego

con su lengua que me sostiene

como la primavera a las flores,

desnazco hoy para volver a morir

y crearme de la nada,

ni la espada más aguda podrá

guardarme el filo,

agudo y ágil, duro de escarpia helada,

ojo de mi ojo,

carne de mi azada,

sol de los campos,

agujero de luz,

alma sin nombre ni alarde,

lo siento mundo

soy invencible,

de mi pestaña nació una nube

lloró tinta, mi sangre esquiva,

he creado vida

sembré un alarido de simiente,

le contestaron el verdor y énfasis

floreciendo silvestres caléndulas

un latido me alza

partiendo sombras,

soy pleno, completo,

y nombre puse a ellas,

tenían sabor a bellas hadas,

brilla este agujero del cielo,

cuelgo mis suspiros en verso

acaso bajaran,

pozo de mis recuerdos

en verde musgo

mi fantasma muerdo,

de una espiga floreció su vida,

de una espiga traigo la sangre,

de una espiga ríe el granate,

ocasos ocres, misterios en copas azules,

me bebe su cuello

la esencia erizada,

la belleza desmenuzada,

por el dragón de mi fría fuente,

no me verá caer la lluvia,

sólo ella y a su poder

alzo esta tinaja,

inmortal me lleva la acequia,

su verde limpio, sus florestas destapadas,

me bailan rizándose en mi pecho,

sus venas labradas

entre su cuerpo de tierra,

no me pisarán nunca jamás

mis luces sembradas

de mis caléndulas arvensis,

mis silvestres flores de difunto

con las que recuerdo

que la vida

es más corta

que el paso de la muerte.

 

El Castellano

 

 

 

 

Acampado macizo, verso y entraña:

 

Señor sentido granate,

violeta malva

de este sueño cabalgado,

vuelvo a ser yo

en la sombra de tu corazón,

quieto en las aguas

silvestres aguas

vida para ser libre,

miradas a un pasado

que se hunde

que emerge en las bocas

era yo ese yunque atravesado

de este alma que no elegí.

Compostura arde

el ojo y cabeza de la aguja,

compitiendo conmigo

destrenzando la sangre

de este horizonte estirado,

parco,  exasperado,

todo cuelga del astro,

yo no estoy despierto,

esta vida derrite

mi osadía de cuervo,

por lo que quedó sin decir,

tus mentiras eran erróneas

de un océano abierto,

este lo cruza mi hombro.

Este invierno grita en frío,

mi vida comienza a sonar,

todo empieza hoy,

mentiras lejanas

verdades silenciadas,

vida del humo en esta espada,

en esta esfera desdoblada

soy yo quien habla,

de sus lagartijas refugiadas,

estoy haciendo

una creación del rayo de sol,

atravesado por mi línea,

esculpiendo abrojos,

de clavos ilusorios,

Yo hablé con el fuego

dijo estoy creando sombras,

sigo vivo en esta hoguera,

con este destino criminal

de crear el demonio que baila,

rodeando mi cara,

este crisol de cuchillo

y esta escarpia acrisola,

encargado soy

de abrir la acequia

sí de mi tiempo,

a veces quieto,

a veces sin vuelta atrás.

Nací de una almendra

estoy más estable

que una semilla,

sin brotes de mí.

Dime árbol mío

si todo lo di

en qué fallé

yo nada esperé

y solo tuve cariño de una sombra,

que me habla en poesía.

Seguiré mi curso sin mi nombre,

y que mi sangre sea que abre

en claridad de todas

las flores del valle.

La vida se pasa mejor en compañía

si no es así

que el arte me envuelva

en su ala caída,

yo fiel lo elevaré,

alzaré fines y comienzos

de su letra y piel,

lloveré noches con poesía,

sembraré versos como puñales,

la sed querrá beberme a mí.

Ni superior más que la perfección

yo tendré,

estallaré el gozo

en la retina

de mi despierto Lucifer,

para esta vida

y todos mis gritos

que vengan.

Yo seré el árbol de mis cenizas

alzado,  enarbolado.

Sagrado.

 

El Castellano

 

 

Sangre, timón y vela:

 

Aguardo, tiempo atrás

mi sombra volvía luz,

esperando el momento de nuevo,

de cruzar la línea

dentro de la noche otra vez,

todo lo anhelado

todo lo cruzado

frente a mis ojos está,

detengo el horizonte

agoto espirales, sueño alto,

todo lo conseguí en su mano,

aguja de esta aguja que abre,

y soñó conmigo su primavera,

que era la primera,

hablaba la margarita,

bajo estos pies

tierra siente,

bajo los pies la sombra

latiendo está,

lejos cruzo la senda

y el nervio se afila cual cuchillo,

metales de metales hieren, voltean

este surco labrado del ansia,

un soplo y se difuminó

un soplo y se dibujó

su estampa quieta, etérea, inamovible,

cual ascua de llama que no se consume,

carne sin carne

sólo piel de mi deseo, perpetuo

avanzaba sin aspa

me encontré con mi templanza

era mi camino

era mi ascua.

 

 

II

Esta es la luz, siéntela

lanzándose afuera,

cruza mi barrera

polvo de estrellas,

cada día estampa quieta,

cree, viva esta materia,

quédate, mueve líneas,

avanza filas,

nunca te dejaré marchar,

vida para el vivo

y nunca morirás,

no te lo permito

mejorará tu huella escrita

vivirá este haz,

cada día, cada momento

eres lo que siento

algo para nunca olvidarlo,

escalando este sol,

corriendo este alma

espejos y cristales tiernos,

un cuarzo de lustre olvidado,

pasados, años atrás,

un día amarás decir

he resurgido de mis cenizas

de quien yo era,

buscando paz,

sosiego rizado cabalgo,

nada torna lejano

resurgiendo contigo,

palabra y torna vida

esta jara de azares traspuestos,

al brillo a esta escarcha que me habita,

es el final del miedo desenterrado,

morderé la estrella,

perderé mi control

encontraré mi camino

dentro de la luz

fuera de la noche,

rompiendo, quebrando,

alzando, alzándome,

y no me detendrás sin tus brazos,

mantenme fuera, nunca podrás

sin tus brazos

sin tu abrazo.

 

 

 

III

Estados de tu mente,

que estoy esperando resplandezcan,

muchas noches

en vela, con timón y pluma,

todo comienza a sonar,

la lluvia baja arriba,

es la vía que la mentira se marcha,

camino mi manera

estudio el ocaso,

comienza, se abre la tijera del cielo

para ser hoy todo lo que quiero,

me mantendré a solas por ti,

así me lo clava la sangre,

que aguarda

que dibuja todos los cuadros

de mi creencia,

de mi serenidad,

no puedo ver el blanco sin ti,

todas las retinas para mirar,

pero solo este corazón

para sentir.

 

El Castellano

 

 

Retina de ocaso sostenido:

 

Febrero 2016

 

No me desanimé,

estoy flotando hasta la luna,

mi soledad está comiendo mi tiempo nervioso,

y por la mano estoy caminando solo esta tierra.

Un cuchillo de hierro se eleva,

para estos sentimientos sueltos.

Oscura mi vida,

con ella nada de ella es posible

en mi mente

esta clase de locura

corriendo por

luchando por el acero,

descubre mi falta

desatendiendo mi muelle,

una vez más

no me despiertes

sólo recuerda lo que dije,

no me despiertes

no puedo sentir en este silencio,

si usted está allí,

estoy muerto.

Nunca ha sido tan fuerte,

sólo recuerda quien envié,

solo recuerda quien era yo.

No me rompas,

La luna, las estrellas que estoy tocando,

para descubrirme

para descubrir que no me siento de nuevo,

soy dulce perdida

en mi camino,

descubro que estoy muerto.

Levántenme hasta los insensibles,

abajo orando los cielos,

el producto es mi vida silenciosa

hasta las noches oscuras

de dolores,

la única diferencia entre tú y yo

me siento en la noche oscura

porque mis ojos no se abren

y ver mi vida en negro,

estoy muerto por este tiempo silencioso,

respalda tus sentimientos,

no camino más tiempo,

y miro mi tiempo,

disparar y disparar la luz.

Sólo tú eres sólo yo,

la línea es para siempre,

en sumisión,

ardiendo el infierno

rodeando mi vida otra vez,

ocaso acolchado de la primavera,

es hora del grito otra vez,

para este cielo,

todas las esperanzas que llegan a la tierra,

río de mi sentido,

ángel congelado

yo soy el hombre

hermosas mentiras de ti

crece tu corazón

dentro de mi cabeza,

nacido de nuevo,

llama a mi puerto para cerrar,

tú eres mi mar y mi barco,

alcance silencioso, imaginas todo,

travesía cerca, un cauce de sangre

estoy comenzando ésta,

puede sostener mis brazos,

la noche vuelve a sonar,

mi tiempo de matar el dulce tormento

de dolor,

y mi ternura flotando por,

actualizo mi destino,

yo soy para siempre,

soy tu calor

estoy caminando por tu calle,

abiertos estos cielos y su calma,

volar otra vez dentro de mi cerebro,

se bebe sangre

por mi vampiro en la vena

ojos bonitos,

hermosa boca

es tiempo para la eternidad,

yo soy para siempre,

pasado mi tiempo en la piedra,

ojo roto en el hielo,

mis ojos en el fuego,

queman el cielo de nuevo,

voy a su aliento,

voy a su fuerza,

ojo ciego

mi silencioso sueño de ti,

mi espíritu vuela de nuevo,

agua, fuego, tierra, viento

mi alma está creando un nuevo reino,

lleno, sombras caminan sin parar

es mi poder de la luz

dentro de esta noche.

Permiso, siempre lo haré en tu sangre.

 

 

El Castellano

 

Umbral al destierro:

 

La sombra salta,

se acurruca en el crujido

de este hueso,

nace un campo de espinas

dentro mi último filo proscrito,

y se va a las filas,

sonriente fulgor entre sienes,

sopla y sopla

no borrarás mi sombra,

se construye el puente

de los ojos abiertos,

espinas atrás te recuerdo,

puedes encontrarme

en la sangre sin vena,

en el café de mi destino iluso,

sopla y sopla

no alcanzarás mi oscuridad,

alzo este mi parco latido,

cumbre tras cumbre deshojado,

clavando su rosa y su cuchillo,

estampas del viento

entre párpados del aire,

vente a la negra estación,

este invierno azul se escapa,

entre pájaros dormidos,

entre riñones de nubes,

y soles de cerilla,

abro esta legaña

justo para llegar

donde el tiempo acaba,

y se marca la noche sin luna,

un descampado en el cielo,

una espiga

y una flor de sangre,

complemento perfecto

de este alarde,

una nota fugaz,

al compás de un transparente trino,

arde un sí bemol,

barreras esquivas

y su caracol de espejos,

mátame silencio si puedes

ya estoy muerto clavado en tu vientre,

azoga un vibrar de la soga,

otro miedo que colgar

sí del pescuezo,

temple de mi sinfonía,

el frío me está llevando

este laborar sin panal

me deshace,

quién viene a esta rueda,

llamada incógnita,

atraviesa conmigo

el centro de la llama,

abrirán centellas

sus pestañas iridiscentes,

por toboganes de luces desteñidas,

tantas mentiras eran cercanas,

adiós color, adiós flor,

apuñalo tus lucientes

hasta encontrar retinas de ojos navegantes,

esos por los que el brillo está desnudo,

y la razón vive en un capullo.

 

 

El Castellano

Crisol afilado:

Un iris vespertino

que huye, escapa, se esconde

entre fugaces simas

que acrisola.

Late en compás de labriegos

marchados del aura,

de su iris compañero

sortilegio de destellos sin alba,

listado irisado de surcos de latido

militancia fulgente entre rayos

de enervado tornasol,

naciendo su vena tornasola,

como parpadeo de cuchillos

en el que habitar tu mirada,

algo que anclar a tu sonrisa,

sin prisa sin ancla

mas que esta letra,

más que unos ojos de infinito horizonte,

es un amor que resplandece,

y por tus labios crece,

cumbre de mi filo

bastión de solares

donde el sol eres tú

mi férreo astro

Que yo soy hijo del mar

de tu boca,

rezando en el borde

del renglón,

cantando con un cuclillo

que si la tierra se hunde

y el mar se cierra

viviré en tu entraña,

como olmo de tu margen húmedo.

entre solitudes fervientes

y acuarelas de cielo

elevaré mi te amo

por si baja y seas tú

quien lo escuche,

atravieso océanos

déjame ser como el último intento de la ola,

y sembrar tu tez con mis versos de espuma,

afila mi limadura,

salta un corcel de vientos escarchados,

un destino sin piel ni tela

un marco alzarme

en su corazón desvencijado,

ser como el rocío primero

en quedarme en sus labios.

 

El Castellano

 

Aura acompasada:

 

Azar provocado,

algún día despertaré

para construirme a tu lado.

La tierra plañirá

soles descalzos

a llenar con la imagen

de tu vera,

los ocres abandonados

lucirán verdes,

rayos de esperanza

habitarán los ojos

del lobo amor,

las fauces sigilosas

saciarán el hambre

de firmamentos sin ocaso,

el ser crecerá como espiga

que florece a tu lado,

no habrá dicha sin caricia.

Ni versos sin corazón,

mi sangre clama

que fada,

mujer de flores silvestres,

mi ser te ama y llama

en hoguera

de retina encumbrada,

entre los campos

que la razón tiñó

en flor,

por si despacio

enraizaran tu ilusión,

deslumbran

auras bellas irisadas

al fragor de ondas

bailando tu interior,

me derrito este día

para alzar un grito

de azul espada

hasta cortar el cielo

a mi amada fada.

 

El Castellano

 

Drama en azabache:

 

Subordinado al silencio

esculpido, es una torre

donde colgaban mis sueños

rizando versos,

abiertos en oscuros caminillos,

y dulces pestañas insomnes,

era una jauría abriendo

sus fauces,

un crepitar sin trino,

afilando un estornino,

soñaba la ola

que el rompiente

acaba en su azul espuma,

jugaban mis dolores

en un patio de perdices,

babeaba el caracol

pleno como si no tuviera

preocupación,

mientras marchaba la helada

los parajes que dejan

vellos como escarpias,

allá donde caléndulas silvestres

dejan el amarillo del suelo,

hormigas contentas

por la cosecha pasada,

un mirlo que es amigo mío,

dice que el cielo siempre

es el mismo,

el solar de la era

escampa sus brotes del verde

asesinando a los ocres,

al resurgir de las estaciones,

quise sembrarme

como se siembran

las malezas solas,

como una plántula era

aguardando mi primavera,

que me regocijase

la paz y el sosiego

de sentirme con vida

en este planeta tierra,

mejor que vivir estando muerto

y que lombrices cuiden mis versos,

muero estando vivo

sembrando mi aliento

allá donde miro,

y que alambres cuelguen

esquelas ajenas

que sé donde voy

y no es rumbo a fallecer,

recuerde el tiempo

sus espirales afligidas

y estas cuchillas

que trasquilan la temperatura

de este invierno

que no nací olvidado.

El olvido fue que se olvidó

a sí mismo,

y era de grama el nido,

sostenido este granate

de párpado azabache

era o no es, el silencio

de mi noche.

 

El Castellano

 

Rizada espira:

 

Afilada esta araña

esparce el verso de espuma,

entre una fiel madriguera

de la letra y una despedida yerta,

acicala sílabas,

en el hervor de la sombra,

puede verse el ocaso nacarado,

arrastrándose la idea,

vengo sediento

por el oscuro túnel,

que todo se hace verdad,

una alimaña me brota la garganta,

hilvana que hilvana

mi sentir preso de la montaña,

al verdor de enebros

y sotos sin lengua,

todo lo dije y no dije nada,

congelada la mañana

quedaba construir un paso

furtivo del cielo que sujetaba,

llegaba la hora

de enterrar mis abrojos,

por si despertaran de ojos verdes,

blanca la idea conoció

un suspiro de tres caras,

estaba en el bando equivocado,

el cigarro se consumía sonriendo,

el frío era frío por así verlo,

todo se retorcía

y quería volver a comenzar,

vamos eres libre,

eres brotado de mi aliento,

si tienes suerte no te enterrarán

ojos incautos en su pozo de olvido,

puedes oír y soñar

como sueñan las fuentes

que son boca,

como la primavera sueña

que las flores son sus hijas,

levántate y alza estas penas

y su recámara,

que estamos casi a un mes

de conocer la flor,

de mantener a la derecha la vida,

de romper la línea,

te encontré, desgañitada la siembra,

era un partir sin mirar atrás,

brazos de hoguera

con el ascua rizándote la cabellera.

Oscura luz goteándome la tez,

un segundo de largo

y sonó un redondeado afligido

entonaban entre alambres

las sonatinas y su amarilla fauces.

 

El Castellano

 

Carne de metal:

 

Estridente,

vuela que en su compás

se borra, verde zozobra

al caos que ahoga,

fulgurada, metálica

clavos que ahonda,

sensación del cloro

deslizado,

en un patio de cristal,

escondidos gritos

avocan su perdición

de humo,

entre colchones

del sueño

que llaman

a la siembra

de los cuerpos rendidos,

etéreas sábanas

que portan profusa forma

sin ser más que ella,

todo viene y se va

rumbo al destino informe

de la saeta dormida,

clavo este ciempiés

de una almohada,

yerta iracunda

despierta mi gripe

y su migraña,

algo que alimentar

bocas aparte,

habrá que hinchar

el pétalo de su flor,

a sílaba, verso, entraña,

me sobresalta su mirada,

hay que encender el ascua,

este fuelle de vida

aún me cuesta la estampa,

enamorado fuelle inusitado,

cabalgo hoy el astro,

encierro rayos en un jarro,

para esta tierra yerma,

helada,

germinen mis simientes

enamoradas

y enraícen sueños por cumplir,

al sueño del estornino,

grajee mi pico corvo,

corvino de cuervo ensamblado,

ven a mi manera,

la adelfa muere

al crepitar de la yedra,

y la oscura campánula del día

abre con azucenas de otro campo,

este surco que lleva mi sangre

se vence y me vence,

cogeré del tiempo la azada,

y sacaré terrones de disgustos

que tornaban y me acompañaban,

no había elixir sin ella, mi pena,

soslayada,

tentaciones

me cuelgan de las pestañas

de mi inocencia,

otra licencia

a conducir las carreteras

de mis versos,

fiel enjambre de pasajeros

de los campos

de la idea.

 

El Castellano

 

Vida de hielo ardiente:

 

Horizonte de la caída de este solferro

a reinar como una falcata de rayos afilados,

hondos ojos fijos en solariega planicie,

donde frías juegan moteadas las flores de invierno,

el reposo de la vida que se fue a dormir,

como un río de luz brotaba la escarcha,

un diciembre tardío saludaba

con sus manos heladas,

acariciando estos campos redondos

de cardos y caléndulas silvestres,

era un día de hacer manteca,

a mí el frío me hacía sentir vivo,

en este soliviar traigo mi espada,

pongo a sentir la tierra a mis versos,

que con cepillos de grama joven

se blanquea mi calzado,

viajo en mi mente

por el cuchillo calizo de la piedra

del caserón terrazgo, abandonado

que posee mi padre,

rodeado por el fervor de pinos de monte,

donde próximas hacían nido las atochas,

a perdigones que son de la tierra

como la montaña a su roca,

cosas talladas puras como amaneceres

pulidos sin grises hojas,

ola rota mecen mis pasos

de un mar olvidado del que cepas anclan

sueños de vida,

del terreno en el que grillos esperan

el frío en sus agujeros

y su despertar para morir al acoplarse

a la melodía que teje la vida.

Avanzo en este campo de víboras

para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,

como mis pasos gorjean las carrascas,

todo mi mundo reverdece

para mí siempre es primavera,

y mi bravura llora flores por mis venas,

hasta tener del cielo

la malva del alba

hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,

del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,

me nacieron simientes silbadas,

y mis ojos enraizaron el campo.

 

El Castellano

 

Forja de mi sangre:

 

Avanzo esta tierra abierta,

sangre y lágrimas,

hundió sus zarpas,

el honor de la vieja luz,

vieja urdimbre

en venas de cristal,

venga a construir

la casa abierta de niebla,

abra su puerta de oscuridad

es mi mente,

que como un azadón,

hunde entre altos tallos

de mis pensamientos,

muchos días

que me pensé sembrado,

pasó mi negro caballo,

brillaba este pantano,

entre recuerdos de un alba

en que no dolían

y hacían flor,

lengua de metal

hundía sacaba terrones

para oxigenar mi dolor,

anclé mi sombra,

la puse a dormir

entre la grama,

brezos y caléndulas la acompañaban,

barriendo los campos despertó

esta alma sonámbula,

con el zumbar de abejas caminantes,

con el soñar de las flores

que eran mariposas,

avanza mi surco,

cava mi padre recto como su azada,

y los veintisiete años que nos distancian,

es su trabajo su azada,

que alimentarnos desde la ciudad puede,

sueñan mis versos

que fueron construidos para luchar

luchar contra la sangre del hastío interior,

flores que brillaban sin desesperanza,

altas miras en sus estambres,

un polen de estrellas despiertas,

la miel de este intelecto

que abre sus grilletes,

que asoma sus brotes

a la ternura del cariño sembrado

por venas de mi misma sangre,

amo esta vida

como no amarte padre

si tú me sembraste.

 

El Castellano

 

Sangre de ojos:

II

 

Lámina del cielo

tu gris en estiaje

ángel del cielo teje

macabra sinfonía

lluvia se derrama aplomada

por su guiño de ala,

por venas cavas, su quitina,

estrechas vías consumidas

en atroz entrega

del mensaje del cielo,

sangre de tierra en zigzag,

río de caudal

por arterias de arañas,

por acariciar la flor del iris,

un barco y una vela

un puerto y una quimera,

una vida de aciaga solar siembra,

verso saciado cabalga

el colchón etéreo del aire,

hasta anclarse en valse,

sueña el viento ser capturado,

atrápalo en tu mano

y en la otra derrámate como gota,

precipita tu esencia bebe del cáliz

la yaga de nuestro vino,

infinito remansado en cuña de estambre,

es un ojo de tierra,

es una espera,

una inmortales fauces,

la canción con la que bailan las flores,

un cariño de flamígera estrella,

un armazón dorado de escarabajo,

una casa de caracol,

ven, ven conmigo soy aullido,

una entrega de cuarzo llorado,

un cuchillo de sílex afilado,

en el trillar del campo,

soy mis venas naciendo en un charco,

un sorbo y soy fuego en tu mano,

gimo y corro el vasto templo

de mi perdida religión,

viendo el devenir venir

cruzarse, deshacerse, alzarse

para acabar siendo tierra

del inerte azar profuso,

mi tinta se bebe un rayo solar

en patita de un caballito del diablo,

mi vaga libélula de mi suerte,

para que siempre viva

esta hormiga león

siendo mi cosecha más que tus besos,

más que tus rayos de sol,

siendo yo del camino y el camino ser de mí,

irisada vida en son de mis tambores

de insecto tejiendo, volatilizando lo inmortal.

 

El Castellano

 

III

 

Seco y duro, seco y umbrío,

corría el linde quieto

por la arboleda despejada

daban las tres y treinta

de la madrugada que se marcha

por oscuro diván de la sombra,

un espejo tímido sonaba,

el reloj paraba,

con un grito de estrella,

su alcoba fría en la que despertaba,

no quedaba viento de palabra,

ni pensamiento ágil que en eco no quedara,

lanzó aquel espejo contra el suelo,

y rápidamente sangró un borbotón de sombras,

se abría la noche y sus quimeras despiertas,

brotaba de su ceniza de pulmón,

el irisado que la oscuridad clama,

quedando para siempre

su alcoba fría y vacía,

sombra de aquel que sonaba una noche

que ya escapa.

 

El Castellano

 

 

IV

 

Fantasma del tiempo:

 

Indivisible fulgor ostentado

resquicio opaco de la luz

con sabor a fase de luna.

Invierno de los ojos veloz

en una gota de llama de vela

fuego del fuego creado ensimismado

quiero arder lo malo de la maldad

cuando sin sombra ataca

el humor de la sangre existente

si voz tiene cuál fuese dicho ente

hablándote desde la arteria

donde el cuerpo helado busca

y te busca verdad sin pestañeo ni apellido

sin venas surca la ola tibia y oscura

que nació sin viento ni mareada razón

de océano de versos

camino sin recorrido en yerto color

fulgente de la estación sin mente

entresijo de la mecedora

que sensación sola la mueve

con indicio de que la oscuridad me puede

fuerzas que escapan

a la razón del entendimiento

resguardo de luz que por verla doblega

a la insensata dicha escondida

que grita y se engrilla en aquella orilla

distante, que une y divide

ignorantes y sumisos bordes

de lo que existe por soñarlo

suspiro ese suspiro del hastío

y estío de mi río

escapándose a mi legible saber

un vencedor encontrado

círculo perfecto del equilibrio

en la locura nacido

en la frialdad del respiro mecido

yo te tuve, te sostuve

en la risa que dio llanto

en el llanto que dio risa

sin motivo ni razón encausada

allí donde la emoción era transparente

ni necesitaba conciencia para ser

solamente armonía que nadie te describe

porque fui yo quien te tuve

brevemente pero tu recuerdo pasará mi muerte

frío recuerdo de honrarte tan malamente

sin saber describirte

indiferente si vuelvo a encontrarte

porque eres lo más inusual,

te buscan y imposible de encontrar te vuelves

de la suerte llamada casualidad viniste.

Vengo del nacido sin nombre

del que hace lumbre del alarde del hombre

del espíritu parásito engendrado

y el veneno de mi sangre

te llegó a donde el camino se abre

a infinitas escaleras interminables

donde el surrealista se raya la mente

que del caso cuelga el Sol en cruz

en la pared del diáfano enervado calmo cuarto

marcando las marcas de los arañazos de su luz

que en negro dio su astenia quietud

horarios de su ser perdidos

en un atardecer que ya fue

en el azabache de mi bolsillo

sus sombras que recorren mi pasillo

me entretienen para ser fusiladas

al encender la luz,

no puedo creer el encontrarte aquí

inerte arte del único poema que vale

por no tener nada comparable

beso mis sueños que el oscuro espíritu

por no tener color arde

no quiero darte a entender

ni que seas adjetivo ni valoración

solo lo inerte de lanzarte al río y donde llegues

o lo creativo de guardarte en una caja

y enterrarte en el jardín,

para que te crezcan malvas,

es interesante que no llegues a materia

sólo a eternidad de quien te leerá

en mis sucesivas muertes,

tenue destello, elaborado albor

nacido del rayo de sol,

y la noche que ya calló

en las pestañas del amor

milenarios son los espejos de los astros

que dictan y laten en caricia

esa fría cuchilla que se clava

dándote finalidad y fin.

 

FIN

 

Miguel Esteban Martínez García a 19-02-2015

 

Grave soliviar:

 

Miles dei lumen lit c et summun canae versus littera fagro methafora creavi blandus laetitia exspectare sed ardit

 

Es mi vida

un agraz durmiente,

medicamentoso, encumbrado

por cimas de mi subrepticia,

por escalas del alba

yo soy siempre

yo soy para siempre,

como relámpago que se aboga

al nivel de tierra,

como una espiga granate y azabache,

en tinta y sangre nacida,

mi nombre que no se mide

ni deslizarse puede,

es su arma el verso

su impronta y su insignia sagrada,

conocidos miles,

hombres él mismo

gentes que darían su aliento

y su mano por él,

solo habitan para ser contados

en su mano izquierda

de ambidiestro,

brota nace y brilla,

yo soy cuervo poeta

y no saco ojos,

los hincho con belleza

que despliega en poemas

que lloran con mi sangre,

el crujir de mi carcoma.

el erguir de mis flores

de jacinto silvestre cada marzo

y su Llúcia elevada

que muerde sentidos,

yo estoy completo

y nada ni nadie

me parte el pecho

solo sólo, acampado,

acompañado de mi extensa sombra

de 2043 poemas sembrados

en mi patio de mi gris araña,

nadie quién contra mí

;el destello lo hago bello,

seguiré durmiendo

que estaba despierto

hasta despertar mis cuclillos

de este soliviar de mis abrojos

versados,

nadie me calla

al abrir sus altas ojeras de nácar

la primavera resplandeciente

de este sembrado 2017.

 

El Castellano

 

Sepultada Llúcia en agraz durmiente:

 

Se acicalan las Llúcia de marzo,

en febril inicio de la primavera,

que yo te amo Ostara,

algunos rayos fugaces

que han crecido,

entre verdes sienes del camino,

ese que me lleva a verte

mi flor silvestre,

hendida de ondas del alba,

sepultada de brillos

imperecederos en fragor

de ávidos destinos recorridos,

desnudos de quejumbrosas voces,

un musgo naranja renaciendo,

entre filamentos verdes

que hacen de su piel esperanza viva,

de este arbol centenario

de mi semblanza,

no serán mis chopos cantores,

ni mi enervado ciprés silente

su calma abandonara,

acuchillando al viento que espera respuesta,

recuérdame,

estoy sembrando mi vida,

todo lo que espero es maravilla,

me acaba este sendero y su colina,

riveras de mi Arlanza,

compás de mi fortaleza,

mi ejército se alza,

arañas de sus telas,

furtivas segadoras de mi idea,

trepando mis entrañas,

mis telas grises que son de ellas.

antes que griten mis sierras rojas

de mi carne,

antes que el tiempo

haga casa de mi cuerpo yerto,

yo seguiré hacia la luz,

el milagro de mi profunda gesta,

cumbre servil de fecunda primavera,

filo ardiente que brota,

entre siegas blancas

de profusa, verde melena,

al borde de mi vena

subo que traigo una azucena

junto mi malva y su viola de campana,

la cuenca que no es,

la visión que no viera,

justo esta generación que comienza,

justo es vida,

es mi verde hogar,

es mi credo,

son mis hojas verticales

en papeles de sangre y savia,

arderá mi caseta.

en ojos de suspiro padre,

en venda que el ojo no vea,

enséñame tu Dios

le pondré a reñir con los míos,

no me iré aunque quieran mieses,

permanecerán mis caléndulas

echando hijas de piel y tierra

cada primavera sembrada por su amarillo,

me nacerá la ilusión verdadera,

seré dueño de esta quimera,

y baja que canta

por riveras de mi suerte,

el hondo espino de mis dolores,

queriéndose como abejas

a las flores,

Estoy soñando

el tiempo que cerraba mis ojos,

retales que cerrar y su olmo blanco,

su jardín azul, su fuente de cristal,

nada desvanecerá al Miguel sin alas,

seco de hoja de otoño

no me llorarán ni mi jardín azul de caléndulas,

ni mi acristalada fuente,

ni el olmo que no es mío ni su blanco

será mi aura intransigente seca a morir,

sobre los años avanzo,

yo soy el Sol.

 

El Castellano

 

Señero quieto:

 

Linde abierto sembrado por Dioses

de plantas que sólo ellos pusieron

y que ven exclamar su muerte

de silencio gritado

lentamente las estaciones.

Es este campo que vive lejos

con señero

un señor de señores

amor de silvestres,

es encargado de ver en flor

sus amores,

vence que atraviesa

sólo su mirada,

un jacinto se yergue

de azules botellas

sus besos de rocío matutino,

matutinos gritos postrados,

con el hervor que reverdece las tierras,

de cal y tierra arenisca,

de arcilla al barro,

de la pizarra al risco

de granito,

es una vida mi estatua,

dulce,  risueña,  sembrada,

albores cruzados crepitando,

mi nido de grama rehaciéndose,

entre luceros anclados,

arriba mi barco

estos océanos y mares

de tierra,

que todo lo rige

su materia,

desnace el tiempo

abriendo el brillo de mi falcata.

Fiera de fieras

yo soy la fiera,

desde las piedras

a esta mi hoguera.

 

 

El Castellano

 

Ávido camino en piel:

 

Aciago vilo descorchado

en canal aciago infinito

destapado en sangre

de campo,

él,  a veces  sonriente

a veces abatido

en su recogimiento

de verdes espadas,

viajaba su idea

como una viborilla

jamás vencida,

siempre con fugaz

 

aleteo entre estambres.

Vencía cada primavera

al ocre del paisaje,

por cerros era padre

por llanos fiel hijo

de compostura olvidada,

por copas de árboles

brindo esta suerte,

encontrada,  cabalgada

por los besos

que puedo dar a mi dama,

que entre forrajes

avanza

a desenterrar

mi espada,

nuestro coraje sembrado

entre mis espuelas.

En los bravos halos

de estrellas apagadas.

Naciendo una

para que brille a ella

mi amada.

Esta negra noche

que avanza

mordiéndose la cola,

entre luna argéntea

deslizada

por sus filos

de pestañas

acuesta al alba.

 

El Castellano

 

Aciago, recto vilo quemado:

 

Cantares quebradizos

se alzan entre aciagas esferas

de la palabra inexistente,

entre sones terrazgos

que sí puede,

llevarme la espuela,

entre la mente que afila,

que pule mi sangre oxidada,

por el puente de venas de mis manos,

diestro al compás que muerde

yo sí estoy hablando

tú no estás escuchando,

esta vida asida en un tiesto,

por encajes sin alba

por encuentros fugaces

en mi averno tejido,

entre estos soles de trapo

que me levantan las flores,

avanza la flojera del día

que llega a su final,

volviendo madrugada de espadas,

quiero contarte hasta tres,

mi aliento que no sabe contar al tuyo

pero sabe que cuentas con él,

yo que ni segura tengo mi muerte,

colgaré destinos

de sus ramas de fresno,

mi piedra será estatua,

no seré yo quien hable si no ella,

el verde musgo llorará el sino dentado,

esta vida de espectro

no me dará de lado,

de un solsticio me haré un cuarto,

entre mis líneas habitarán espasmos

de ideas ausentes,

de fríos hielos de soledad congelada,

liberaré este reino enfuscado

cual vicio cual tierra sin dueño

de crear nuevos palabros

que serán hijos de la nada,

cabalgada, soterrada

en infinito de la siembra alzada.

 

El Castellano

 

Linde quieto abierto:

 

Derecho firmamento

entre filos de gentes,

es una piedra que camina,

piedra aventurera,

seca y umbría,

reposa y duerme

cantares del linde,

centellea rayos irisados

se riza con los besos de lluvia,

acaso quiso ser otra,

ella tan yerma, tan plácida,

imperecedera,

cerrada como se cierran

los rayos de luna,

acantonada, de estéril estampa,

dejas muda alabanza,

el día que te hice de voz,

piedra bella, sola,

estridente sin patio de sonido,

y esta voz que te di

voz dorada como tu piel de minera,

como un soto sin perdices,

avanzabas solo tú,

la vida quieta,

sembrándote allí por donde anduvieras,

al candor de piedra única

igual a la siguiente y a la anterior,

sin afán superior

hasta que este poeta te dio voz,

como flores que sin color

acaso fuesen,

un despertar en brazos de cieno,

un respirar de la montaña,

un cuchillo calizo que afilan

erosiones de las eras,

latido férreo, sangre de mineral,

o compostura de arenas,

piedra de mi casa,

piedra de tu casa,

la tierra.

 

II

Piedra potencia eterna,

nacida como nace una estrella,

cumbre de filos por bandera,

hogar, cobijo y morada

de lagartijas que cuelgan tus venas,

colchón de rayos de sol,

asolada tu espera

por quien te dio voz,

lideras tu guerra sin cuartel,

antes de yo nacer,

tú dabas alientos al suelo

sin importar pertenecer,

siempre fuiste

siempre eras su piel,

de la cantera, al nicho,

del mausoleo, al caserón viejo,

del silo al castillo,

tu fortaleza empedernida,

tu aval de honda certera,

Siempre estabas

siempre estuviste,

como río a su voz del mar,

osado no fui yo

quien te encontró,

solo fui encargado

de darte moción verdadera

ojalá pudieses contestarme

mi piedrita bella.

 

III

Devuélveme a tu vida eterna,

del soto a tu quimera verdadera,

clávame la oscuridad de tu cueva,

en esta esfera pulida sin espera,

risco de tu sien enarbolada,

millones de hijos

esencia desnuda de tu alma pura,

techo sin compostura

del ser invertebrado,

techumbre que pizarra llora,

su azabache de cristal,

tu sangre de fuego y agua

que nunca te alcanza

sólo partirte puede,

grieta de helada, tus filamentos

que encaran tu azar de vida sin dueño

a tu sangre de musgo me cuelgo,

en verde musgo tu fantasma muerdo,

vida de herramienta,

azar de la idea,

al paraje que te conforma

al que sostienes su vida

siendo el suelo techo de esta hacienda,

si tuvieses dolores todos gritarían

que se acabase la muerte en la tierra.

 

El Castellano

 

Flor de destino:

 

Requiebro olas en fragor de colmenas

alzadas, sembradas en horizontes yertos,

al fugaz aleteo de la luz,

en fulgor de sombras erizadas,

todo lo sentido más que un haz carcomido,

fiebre en destello de mis astros,

todo lo dicho más que un cielo sin aurora,

más que una navaja de filos

por pestañas,

hilvano que trenzo

la sangre dormida,

es una cabaña de cielo

donde cobijo sueños y quebradizos,

en la cabaña

que Dioses abandonaron,

siembro escarchas de hiel,

todo lo que me dijeron es una verdad,

allí donde la puso el hombre,

bajar acaso puede,

grazna mi vida una vez más,

trenes pasan por estas sierras de nubes,

el destino informe ya cansado se apiada,

toboganes de esta bruma gris

me cuentan, me dictan,

del sentir de la maraña,

hasta que lleguen mis flores

del mañana,

entre el palpitar de azucenas

frías de la tarde,

pataleó el latir exhausto

del silvestre del azul

del sueño, del racimo de mi jacinto,

extraviado,

un sol de invierno que ya se marcha,

por cuencos serranos

por alientos en carne de colores,

abriendo rectas sienes

el crepitar de los vientos,

bienvenido a mi mundo,

yo no estoy despierto.

 

 

II

 

Ama de esta casa, el alma fría,

de mundos retorcidos,

ingrávidos al peso de flores,

destartalado, por gentiles gestos,

azares difusos de mi reino,

saludando a la quema del rastrojo,

un iris por desenclavar,

corona de caléndulas

en soles por doblar,

al rayo seco, tornado en gesta

y sus candilejas fulguradas,

ríe y pasa, pasa y ríe esta espada,

hendiduras febriles

de mis verdes ojos

entre sus cauces la verde grana,

la verde espiga,

un romance del labrador

con su granate amapola,

llora sangre de aquellas santas,

esquiva de obreras guirnaldas,

se cava en rayos seculares del rey astro,

Estallando de luz su rocío primero.

 

 

III

 

Resplandece el día,

entre zarzas salvajes y sus espinas,

duerme que dormita un sueño enhebrado

en blanca cordillera, entre grillos

que aterran saetas dormidas,

al trinar de los cardos

en estepas cabalgadas

de verdes y sus trampas

entre erizos de campánulas

que ya no amarillean,

gimen abrojos el suelo que los vio nacer,

llegado el día del topillo

y su cernícalo que le da digna muerte,

entre este patio de arañas grises

descubro que me hincho de colores

estacionales, perennes, mutables, caducos

en crepitar de savia y duende,

se blande, se rige,

se descubre que todo duerme.

 

 

El  Castellano

 

Cuarto para sembrarte:

 

Duro, seco, estridente,

ilusorio destello

al matiz de soles abiertos,

estoy empezando,

alago, avanzo este cuarto

este cuarto de arañas,

repleto, lleno por escuadras

afilo el verbo

preparado, despierto,

granate complaciente

a este lustre olvidado,

quiebra marzo,

estampida en blancas sienes,

réquiem en osadía,

en marca de astros,

luz intransigente,

fulgor

entre tus manecitas

heladas,

miro atrás

nada reverdece el horizonte,

todo son raíces del hombre,

me cuelgan lunas

ojeras sin alba,

quiebro esta ilusión

me afila su espada,

cómo huir

de los que no me conocen

si nunca me conocerán,

me clava la estrella

un tenor en escala mayor,

gimen flores por abrir,

el sol hiela de nuevo,

rizo sorpresas en tus cabellos,

libero el león,

me muevo,

suceden grises

a mis penas,

escarchadas, desvanecidas,

derretidas  en claro oscuro,

por lo que dejó de ser,

llevo que traigo,

resoplos y arterias

en este jarrón de sangre,

hasta que caigan dementes azares,

y sus cruces bienaventuradas

de tu carne,

de mi lumbre,

de este alambre.

 

El Castellano

 

Aciago compostaje:

 

Tantas veces quebrado

como solía ser yo antes,

escalando esta vida,

lejos donde reverdecen cielos,

silvestre en tus aguas,

mirada al pasado que me forma,

se termina mi savia,

incomparable dicha,

sujeta al astro soslayado,

hermanas del fuego deslumbrado,

recto afilado en esta solitud

del hueso,

entre blancas sienes,

entre doradas rosas sin alba,

avanza mi camino fiel de sombra,

aguardando el brillo,

no es una mentira lo sentido,

parado en espera,

deshojando besos del ayer,

de nuevo es mi manera

por la guardia de mis cipreses,

por la desnudez de estas flores

abiertas al color de invierno,

fulgor desangelado,

despierto acres

hermanados de letanía súplica,

hoy surcaré su boca,

me desnacerán dolidas simientes

volarán mis polillas del este,

crecerán tejos sin horizonte,

entre cerros de alarde,

espargasminas enraizarán mi carne,

al techo de esta cueva

brotarán destellos en luciérnaga,

para yo beber mi aciaga espera.

Resoplo agravios en señales,

tiempos agujereados

en mentiras lejanas

laureadas de todo lo que avanza,

brillan hilos por perecer,

arañas trenzadas al amanecer,

no puedo perecer,

me blanden este iris por enternecer,

brechas llamadas a desaparecer,

retiemblan pupilas en noches fugaces

en todo lo que llegué a ver,

diestro aliento en hiel

torcida en extasía de secos metales,

un Sol un Dios

despiértame el dragón,

vestiré en pétalos al albor,

gemiré noches sin luna,

soterraré este cuarto en luz asida,

vendrán a mí estrellas enardecidas,

todo acabará en uno,

un brillo, un relámpago, un son,

un cuarteado corazón,

renegaré de acabar,

tejeré construiré llegaré por puertas

a prender este destino sujeto,

en el parpadeo del suceso

soy hierro tajante,

afilada en cercenada espada

de un tiempo que me perteneció,

soy espíritu, espectro sin nombre

anclado a este devenir postrado

resurge firme su aliento,

entre abrojos de idea,

nunca resignado

siente el color de su noche,

el hálito de caracol,

en su caléndula sostenida,

por su vida alientos hacen súplica,

aguanté, resistiré, me fundiré

con la acidez de mi tierra

asolada, destapada,

colmada, exasperada,

entre tañer de crisoles en capa,

gobernaré

haré reino,

tomaré guardia de este mi camino,

al aguardar de mis rayos

de vivencias dibujadas,

al resoplo del tres,

al dormir del nueve,

nadie me impedirá que me teja

grande.

 

El Castellano

 

 

 

Tierra perdida:

 

Limo, sostengo, agito

la vena enardecida mía,

destapa al fuego en círculo,

retiembla destinos ciegos

en crueles, parcos horizontes

sin orificio,

destrenzo el nervio de hierro,

repto avenidas sin salida,

voy y vengo cantando

esto es tierra perdida,

correcto, en el ojo

y soterrada vía del hambre,

nazco que broté de semilla,

estiro que alzo

sangre en caricia,

marcho sin mirar atrás

esto es tierra perdida,

ocaso malva derrite mi vida,

en ríos sin despedida,

en sábanas de escarcha fría,

correcto

es tierra perdida,

nada es súplica advenida,

fulgor entre sienes de carcoma,

festín de arañas grises,

nada me detiene,

avanzo, el sol me cuenta

que es tierra perdida,

cae la tela tejida,

fiel al descanso de mi subrepticia,

gimen tiempos rizados al ascua,

cantan malas yerbas

sin perfidia

que esto es tierra perdida.

Yo contesto

dorado al fulgente metal

que es mi vida,

es pasión, es luz,

es calor,

este es mi rifle

esta es mi vida,

granate al escape

lustre postrado al rejuvenecer

del marco,

yo no estoy colgado,

venzo que avanzo,

resumo, coarto,

me descubro a la luz templado,

todo dicta

que yo voy

que yo vengo

por tierra perdida,

resplandores sujetos,

acuartelados en énfasis,

porque desconocen su sino

madre de

esta tierra perdida.

 

El Castellano

 

Dicha insoslayable, flagrando vértice:

 

Envejezco este hálito

resquebrajan esencias enamoradas

en este patio de estrellas,

por esta vida en doncel consumado,

al resplandor listado venzo

otra primavera nublado,

por este ángel soterrado no me alzan,

no me niegan la inconmensurable pestaña,

abierta a fulgores en lata,

despeño las ideas sin anclarlas,

me vuelve loco abrir mi baraja,

por esta sangre pesos en oro valen,

su quilataje postrero al tacto,

más quisiera mi sanguijuela

no acabar ebria,

resumo que coarto venas

en canales de riego,

soy maestro sin título

del desvanecimiento extasiado,

y que venga por mi letra

la parca efímera

que mi idea es eterna,

caracola de tierra vence

esta sinestesia

de joven biznaga maniatada,

reitero en mi sepulcro

el tiempo no es mío,

venga  a mí su ladera,

seré anillo para mi quimera,

un animal de este reino

por desenterrar.

Que me acabe el viento

que yo no puedo,

seguiré escribiendo

por arterias razones,

por pensamientos túneles

que esta noche venceré

a la sola una de la madrugada.

Y su lagartija rizada.

 

El Castellano

 

Antaño de vida:

 

Eres pilar sin margen ni curva,

de tu divina compostura,

tus ojos que acaso sombra cubre

un latido donde se bañan los octubre,

vendaval que entierra nichos

para devolverlos a la vida

en este soliviar barroco

que me puede derrumbar

a la llama fugaz que rige,

avanza y consume mi vida

a la tuya asida por los astros

que son santos,

oscura pila dorada al iris

donde se baña tu alma pura

acaso ella llevarme pudiera

entre sus vientos desnudos,

entre sus alientos

de florestas descuidadas,

acaso ella no me hablara

entre el jilguero y su cardillo,

entre la caléndula y su insectito,

yo volara con ella lejos

donde se oculta el alba,

para demostrarla que yo

libero tu mirada

por rayos de su aura imperecedera,

fuente de alta frente,

cumbre de riscos y valles,

alguien acaso arrebatármela puede,

aunque Ovidio te de más flores

quitarme nunca puede,

ni aunque tiemblen

mis huesos rectos y sangrientos,

osarse en gris mi camino viene,

te traígo golondrinas en suaves trazos,

te traigo sueños en colmena,

y sonrisa en luna venidera,

anclada a esta sepultura,

al resoplo trenzada

mi cristalina esencia,

en crepitar de estacas por clavos

que llevo ardiendo en mi pecho,

a este diáfano vacío

vengo que voy llegando,

caminan pensamientos

de sus sombras colgados,

esta osadía

que ya avanza como vidrio quebrado,

haciendo polvos la idea,

porque no me alzarán en marco

ni será eterno mi mármol,

dirá por este mar he llegado,

y el azul acaso será azul

por yo nombrarlo,

viviré de la letra amarrado

hasta que ella sostenerme pueda,

haré juicio de esta arena,

en escala a aquella estela,

sangres me gotean los ojos

de ver desnuda a Diosa Flora

vistiendo de los campos

la miel para cada sentido

mi amapola yo que nací hombre

nada ningún averno,

ningún paraíso cercenado

ninguna deidad personal

de tantas sardinas que adoran

de boca pequeña

podrán negar que yo asalte

que yo recorra tu flor.

 

El Castellano

 

Alevosía sin mirada:

 

Avanzo el patio de mi araña

y su soledad acrisolada,

no dejes de mirarme

en la cumbre de este ciprés,

cernícalos atrás

soy puro como pizarra

sin pulir sin enmascarar,

dirijo mi acequia por lares

descubiertos, insospechados,

en suplicios dormidos

reino el astro,

te debo más

que lo que no puedo alzar,

por sostenerme el cruel devenir,

danza el momento

de tu caracola y su iris,

en arena rasguñada,

al tarot helado de tus naipes

de mujer, afilada mi idea

queda navegar el vaso de agua,

encumbrarme de  la fiera,

sujetar esta quimera,

porque estos sentimientos encauzan,

traspasan la sangre filtran mi insolencia,

si soy hombre de verbo

y escribo parco silencio deshojado

en papel de vida

rizado en aliento renegado a morir,

sólo hay una petición

de rayo en alba postrado,

es contar sonrisas a tu lado,

venceré tormentas

de destino caracoleado,

por el último rayo,

déjame demostrarte esta sangre

este hálito que absorbe

y traspasa pieles sedientas,

es una tela un vello erizado

en penumbra,

por el que abandono mi nombre,

y que mi corazón suba

y hable por mi garganta,

este tiempo de cuchillos

con los que haré un bocadillo,

y que me dejes ser  tu lejana miel,

no conozco el frío

destapa tus cartas

caeré rendido para honrarlas,

porque sólo una vez en la vida,

se puede conseguir todo

lo que uno desea

y que me arranquen como mala hierba

que el mundo

se quedará sin destino solaz,

sin rayos de luna,

sin huerto de estrellas,

porque yo sin ti

pierdo hasta la cordura,

y que me juzguen ojos

y vidas de un día,

que yo sin prisa enamoraré

corceles de viento,

desmenuzaré crisoles

abriré molinos por sus aspas

hasta yo quedarme

en tu vereda fugaz,

con solapa honda, dura,

siempre con destino

de envolver tu aura bella,

listada, estridente

al crepitar de todos mis espejos,

mi pianola

desviste surcos

para cantar el sentido alerta

y que nada escape de la hoguera,

este cuclillo trinará

que si fuese cuervito

viviría en la noche

de tu mirada serena.

 

El Castellano

 

Ondas mecen:

 

Me cruzan las vías

del tren de la noche,

abierto, caracoleado,

en peregrinaje de estrellas

y sus halos,

este insomne caballero

de tu sonrisa nacarado,

arrebolado entre tus brazos lejanos,

una hoja precipita

al tañer de campanas

en garganta de lluvia,

no hay invierno sin frío

ni frío sin invierno,

vuelta atrás estoy vivo,

una vez en la vida

curva de espejos

entre verdes y ocres,

quién dijo que no tuviera esperanzas,

pálpito fugaz de estrella marchado,

el amarillo viste mis flores,

color efímero, sin despedida,

entre un patio de ojos

y sus carcomas solariegas,

danza este caballito sin diablo,

al cuartel de la cucaracha

van los ojerosos grillos,

todo cuelga de un hilo de lana,

horas minutos

para hacerme libre,

termíname tú porque yo no puedo,

este alfiler parco, sobrio

como él mismo,

entre circo de huecos sones

danzan los vellos de mi piel,

por el agujereado brillo de luna

cuento notas perdidas

y el filo de esta mi cuerda

hasta latir con ella

y su desnuda poesía

con cuerpo de mujer,

lejos de la tierra,

entre un soñar del viento,

se destapa mi cordura

le florean pensamientos

fieles ecos en iris despierto,

dulces ondas como dulces sirenas

enamoradas,

de este marinero sin mar

llamado verso,

al senil aleteo de la polilla,

el invierno nace de un cubito de hielo,

que avanza ya su noche

sin pedir permiso,

al vapor de sienes heladas,

entre un coraje acorazado

de haber realizado una buena siembra

me marcho.

 

El Castellano

 

Filo sonriente:

 

Agudo filo nacido

mi destino.

Recuérdame en la tijera

desdoblando la espera,

hoy por hoy

mañana por ayer

el frío en la piel,

de estas cuchillas

sonrientes,

y su esperanza

carcomida, acabada

en hoguera.

Miénteme aparte

ancla en gozo

el violín de mi idea,

corriendo por fuera

marchando lanzas

de tierra

y el tiempo

solo, hinchado, dormido.

Rehúyo de mi pasado

que se clava

en mis brazos.

Mírame aparte

del punto y su silencio

seco.

Esta vida en el centro

de una margarita,

miro su caricia

en pétalo de brea

arde mi sinfonía

deshace la lejanía

hasta ser ese lejano

carrusel de estrellas

por boca.

Vida por mi vida,

y yo qué no daría,

a este cielo desplomado

de fieles compases

oxidados,

es por su plomo

que a veces plomo,

a veces más alzado

que las cumbres,

entre regueros y ramblas

libero mi azada,

en cuerpo de sangre y vena,

no conozco a Pena,

entre su alta ojera

clavo una letra,

abre la acequia

destartalada en honda esencia,

allí donde graznan cuervos

su lenguaje de madera,

soy yo a la espera,

abriendo mi destino

en esferas puras, plenas

ay la tierra

vive esta dorada

escolopendra,

sucesos de huesos

arde la compostura

afila su beso de miel,

todo queda en yacija,

derramada hiel,

entre grietas iluminadas

del iris insomne

soterrando verdades,

completando

liberando sus cavidades

y su dama oscura

naciendo la noche

que ya vuela,

entre testimonios del pueblo,

que pertenece a la tierra

y sólo esta a su materia.

 

El Castellano

Vieja escuela sembrada:

 

Cierra los ojos

es nuestra creencia,

por la que no hay

rosa sin espina,

línea de destino,

déjame sembrar luz

en la retina,

que caiga mi gota

quebrada,

viviendo tus memorias

lejos de la letanía

enroscada,

crepitan los labios grises

entre crujidos por despertar

leones del nuevo día,

Noche, noche

tus minutos erizados vencen

pasan las horas

y las horas

la misma pesadilla tejida,

en vilo en vela

de navegante sin mar

sin barco, sin puerto,

viviré una vez más

esta soledad del párpado

despierto,

muy alto, muy hondo,

todo se retuerce en sol mayor,

hasta la cima

me verán cabalgar,

resume este papel

un furor oxidado,

soy yo, soy yo su raíz

que ni yo mismo entiendo

dichos soterrados en alma difusa

en corazones sedientos

su fría caricia entre espadas

ni yo hago empeño solariego

ay la tierra perdida de tu raíz

quien osado sólo la viera

de viva materia rompiéndose

sucumbiendo sobre los filos hirientes

hondas espumas

riéndo en camino vivo,

en un sentido

con bordes de rosas y cebollinos

y senda de espinos fugaces al alba,

brotando imperecederos

que enriquecen los pliegues sembrados

de esta mi sonrisa

de esta voz en calma y en tormenta

de desnudos sigilos

que te nombra y nombra

si no estás lo hace sin cuenta

Poeta

Haces la ruta sin pena ni sangre

que no sea portada en tus venas

de solana hacia el sol

en un ovillo giras en tornasol

allí donde sus esposas

amarillean y tu sien gotean

en canto al amor

alzado en rayo de Thor

será un caracol

cuando nos vamos

solos sin nosotros

con o sin Dios

nació un vespertino albor

ocultando el dolor

secando lo que plañía

la sin razón

Se duda entre las cosas

por la vaciedad de las cosas vacuas

de fatuos alambres en fanal

hoguera del hambre

de oblicuas espinas

y los nuevos castillos

que sin su castellano chozas son

destruimos

si nos miramos

vencer o vencer otra vez

Oh raíz

ay de tu tierra que te vio nacer

qué guardas

en tus bases en las grietas

que te clavan que estiran

tus lágrimas del ayer

que no nos dejas ir

por caminos distintos

a los limpios valles de oscuridad

reposo y sosiego que clava el camino

¿Será cómo es

por siglos

de siglos?

 

De este tiempo oxidado

que latirá el son

con forma de tu siniestro corazón.

 

 

El Castellano

 

Cristal silvestre:

 

Ámame como se ama a la vida,

porque te amo en caricia

sin despedida,

tú que eres como la noche

en subrepticia,

yo contemplador extasiado,

por el fulgor que se abre paso,

Fin del diario,

 

este es el momento,

que se queda para descubrir

la expectativa

del vivo hacia la vida,

todo cambia y yo lanzo

mi destello sembrado en mis ojos,

susurros en letargo

abiertos al destino parco

estoy en tierras de la luna,

abriendo, tornando bella

su distancia,

todo sembrado

de quien yo era,

esta mi raíz que canta

plena, sacada,

cortada de su tierra,

para nunca olvidar,

alzada a tormentas del tiempo

y su etéreo desliz envuelto,

en las calles

de los sueños rotos

un pasado que dejo atrás

estoy joven para estas nuevas visiones,

existencia clavada,

al crepitar enroscado entre arterias

de alambres,

y su perfección

erizados gritos liberados

hay que pagar el precio

de ser mejor que este talento,

avanzo lento,

me abro por el fuego,

y no hay sangre que no me deje

envuelto,

miro dentro de tus ojos

buscando mi respuesta,

el sol se está enterrando en tus cabellos,

lima este nervio

que llegó su escarcha

siempre aparte,

siempre en alarde,

hasta yo encontrarte

encontrarme yo

en los sotos de tu voz

hasta ser yo el alarido con nombre

de sol, ser por siempre

ser para siempre,

ser siempre,

y Siempre llevar mis apellidos,

Siempre quemándome

en resquemor intransigente,

precisión de mi duende

llamado amarte.

ARTE,

condenada mi sombra,

a este precipicio

que despeña la letra,

a través del umbrío páramo

de esta piel y su yermo bosque de vida,

sigo la estela

vocecilla, elevada sin razón,

porque sí me sobra corazón,

soy yo mi murciélago de nácar,

vuelo que giro el infra-sentido terrestre,

y me quedo en vilo,

es glorioso este sino,

haciendo el amor con los sentidos

en el saco desdoblado,

de mi realidad soterrada,

destapo que descubro malvas

del sueño taciturno

que conduce a contemplarte,

bajo el sigilo de mi araña,

y su tela irisada,

en extasía de espejos carcomidos

sin dueño,

que no sea sinestesia

del cuadro de visión

llamado visión enardecida,

por la que mi ciprés

tiene tacto a caricia desnuda

y mis caléndulas caminan

con sabor a deseos de rubor.

 

El Castellano

 

Quiebro en dicha descrita:

 

Muero por un beso

aquel sembrado dirá que vivo

vivo por un querer

cruel del destino

condena de una pasión

que creó tu pestañeo

al dejarme ver

tu cielo encerrado

ese que liberado

jamás me abandonará,

fijamente tres minutos,

y morí con tu pestañeo.

Demostró que fui y soy

importante para ti

y que a pesar y muy

a mi pesar de los problemas

problema no es mi apellido,

seguí en tu mirada atrapado

hasta que la aguja

de aquel reloj de pulso

se paró al pasar ciento ochenta segundos

mi cambio de vida

cuando consumí

medio giro al decir

siempre te amaré.

De este resquicio vivo

yo traigo la flor,

en competencia

de ilusión que marcó

esta hoguera sin pena,

eres tú soy yo,

flamígera condena,

por el párpado del cielo,

por mi astro soslayado,

que yo sólo encuentro cielo

en tu mirar encandilado,

soy un muerto con vida

si no te tengo,

y este firmamento

se me cierra seco,

muchas cosas erróneas

en mi vida

que no hay tiempo para la sombra,

no hay tiempo para tristeza,

ni para la vida quieta,

porque todo resume

en buscarte a ti

mi vida completa,

si este corazón es un tiesto,

quiere y te quiere a tu persona,

enraizada, plena,

resplandeciente,

como el brillo,

como el halo,

de tu limpia, dura

sonrisa de perlas

en océano de resurrección

mi ababol amapola

descubierta en dicha,

mía, mía sin despedida.

 

El Castellano

 

Solariega atarraya:

 

Verdades, verdades floridas

sólo para ser feliz,

es un surco, engalanado

este forraje vertido,

quieto, bravo

al desdén que marcó

su mirada en mi sien,

por este horizonte

me alzo con cazamariposas,

al azar de capturar sueños

que derraman sentires rizados,

cromados al tacto,

lancé mi atarraya

al río de mi alma

y no para capturar cangrejos,

sólo para sentir que mi alma

porta versos que nadan

en serena compostura encumbrada,

si no nací ayer nazco  hoy

de esta tela,

un destino, besar su entraña,

alborada,

vestida de valles dulces

que hacen gestas dolientes

y su escarcha enamorada

que porta su sangre,

soy su leopardo

soy su cielo ausente

por el que fijo y clavo sueños

jamás corrientes,

mi ser es lluvia

soy cómo un ruego

de la montaña,

quiero ser yo

su aliento de fuego,

el idioma de una piedra,

su fiel compostura despierta

porque si me visto de cordero

solo soy su lobo

para lamer más que su cuerpo,

y brotarme dentro,

era o no era

fue continente de la belleza,

lágrimas de mis Dioses despiertos

porque ella es mi compañera

hasta fijar esta sangre

en fila en orden

para sentir la vida

y su sediento horizonte,

soy de ella como la lluvia

a mis plantas

vistiendo a este señor destino

de traje,

acompañando esta araña

que teje mis sentires por ella

mi ruptura de mi sino,

porque ella es mi camino.

 

El Castellano

 

Cercenada razón:

 

Ilusoria, despierta, vespertina,

trepando lúgubre escala,

iris destartalado, ansiado

cubierto de cromáticos azares,

por un metal afilado va venciendo

a este brillo irisado vestido

de crueles destellos,

raspados destellos

de todo lo que dejó de ser,

reflejos sin nombre

ilusiones de este alambre,

rizado con hilos que gotean sangre,

despierta mi pesadilla

queda asomar la dicha

y mostrar esta araña,

fulgor desnudo al fragor

de transparentes cristales

que enamoran los hielos

que febrero siembra abiertos,

si estoy despierto se equivocan,

nazco que traigo

un cesto lleno de sueños,

se derrite mi estampa

quieta colgada del árbol

donde hago peticiones,

y que este forraje

se desprenda de mi humor,

no me desalienta,

he crecido para brotar

más duro y recio

que el esparto del monte,

traigo mortandad de idea,

en letra extasiada

al filo de verticales escarpias,

soy yo encargado de esta acequia,

que ni el más osado

pedirá que se calle,

alzo su valía

en desgranada espiga

que rompe mi silencio seco,

si no soy gente lo demuestro,

enseño a mi tinta

a no pertenecer

a este mundo de yertos,

mejor que qué cosa

mejor que la opaca suma

de alientos que se creen

tener originalidad,

de su umbral

prendo a cerilla

todo sembrado a diario

de vacía voz,

yo repleto no soy yo,

soy su extasía floreciente

de imagen y su prima

clavada en alfiler sin cabeza,

como un grito de letra,

y mordisco de fiera,

que deslicen décadas

que seguiré siendo yo mismo

entre grietas, entre esferas

quebradas y su olor

a flores desnudas,

que yo sé lo que hago

si no ni lo haría,

noche corría marcha atrás

esperaré su madrugada

soy taciturno con huerto de luna,

y siembro un quién contra mí,

estoy brotando,

no hay miedo yo soy el miedo,

fiera de esta hoguera,

llamada esperanza,

tengo una llave

y no soy cerrajero,

abro este corazón

y despierto su dragón,

hasta acabar de una tajada

con mi sana razón.

 

El Castellano

 

Arácnida:

 

Había sentido

Bravura repleta

no tengo ojos

tengo lágrimas de cristal

al iris en belleza consumada

nadie te alza

tomas tu lugar merecido

jamás colmada

siempre rebosada

de lo bello a lo mejor

sembrado ojo por este ojo

me late me arde una simiente

para el campo de tu alma

vida yo vida no tengo

si no se dirige en mirada

a mi letanía certera suscitada

desde el 2008

jamás en súplica mecida

por este arrojo

en mi pecho sembrado,

viva y descubierta en este tajo

repleto de lo bello a lo bonito

de su interior decretado,

yo hombre de sangre

siembro este sortilegio

de espadas por si llego

a su alma

y liberar libro sus ataduras,

por soñar soñó la primavera

que mis flores eran de ella

yo reviento y exclamo

que son de argenta bella

mi maestra en furor de espigas

nacida

solo tengo un corazón

y es suyo mi dama,

dama blanca

doncella escarchada

de esta vida a esta mi viña,

yo dulce muero despacio

por llenarla de esta dicha,

seguiré en pie porque ella

sigue viva enraizada en este latir

para yo con amplia voz decir

sin ella no hay vida ella es mi vida,

 

El Castellano

 

 

Solar entre clavos:

 

Iris deslizado

entre grises hastíos

que me hacen hombre,

hombre en fin

de tijeras y clavos

iridiscentes,

no cambio mi estampa,

entre verdes fulgores

a todo lo que crepita

sin nombre,

agujereada tela

estos años dulces de cuervo,

con ineptitud de  sangre,

forrajes me tiñen la vista

enferma,

para no saber quien ser,

solamente ser

un crujido

de mi parca mecedora,

que lenta acampa y cabalga

flores de tiempo en mi espalda,

es una noche que grita

que se acabó la luz,

obscura tiniebla

del compás marcado

entre mi coraje y mi blanca piel,

como un párpado desnudo,

y una alimaña de verbo despierto,

quise conocer a mi descendido

aliento entre nubes de plomo,

mi diestro zigzag

mostraba sus pestañas somnolientas,

con el ardor de mil fuentes,

cabalgo esta hendidura

abotonando mi deseo

con solapa y tapa dura,

gentes que ya destierro

y no cabalgan mi idea,

venzo mi granate iluso,

otra despedida

que clavar sin elevada desquicia,

rosácea calma nacida,

entre un tejer de arañas,

vendrá a mí la dulce quimera

enardecida,

que viva

hará caricia

a todas las albas

de mis letras despiertas.

 

 

El Castellano

 

Soliviar barroco:

 

Próvida estampa

que corre, aletea mi profuso alivio

que juega mi mal,

huida de quienes no me conocen

porque nunca me conocerán,

algo que ni yo mismo hago empeño

puesto que tomo lo que no me dan

con mi esfuerzo,

y no deseo lo que no tengo

porque me enseñaron

a amar lo que tengo

por eso no tengo más

que mi silencio,

porque de amar algo

lo acabas perdiendo,

la mujer que siga siendo mujer

para completar a este animal

que me tejieron,

cavo en mi jardín una fosa

para envolver con oro fino mis escritos,

por si un día despiertan

y me llaman papá,

les dejé una receta de cocina

junto a ellos:

Hacer una hoguera

y meter en una maceta envidia,

hipocresía, odio en mundanal caricia,

mal ojo de deseo,

mentiras, juicios malsanos

y dejar la maceta en el fuego

999 segundos,

con eso estarán alimentados

el resto de siglos que me quedan.

Mundanal zozobra que acuso,

acabaré pagando su recibo

en sangre,

todo lo lejano

como un soliviar de mentir más agudo

buscando vencer a la aguda aguja

decretada en espacio,

hoy seguiré mi curso sin mi nombre

por si consigo empalar a mi etiqueta

que brilla y reluce más gorda que yo

que ya parezco medio espectro de mi silencio,

un réquiem se blande entre mis huesos

que ya no crujen,

están plenos, hinchados porque saben

que durarán más que yo.

Y yo duraré nueve vidas de gato de arena,

por ser lo que soy

un rival de mí mismo,

llego a mi abismo.

 

El Castellano

Camino de escarcha:

 

Mantenme en destilación,

es este un real camino,

un abejorro que vive lejos

y posa siempre en las flores,

como quietudes de las estaciones,

resquicios de real amante

de sus estambres,

abierta mi blanca estación,

y su escarcha que inverna,

verdadero amor a tu flor,

camino los lindes del verso

por si acaso descubro

su polen ese que dejan tus ojos,

caminos de grava,

rajada caricia de helada vida,

entra en mi granero del sueño,

entre este manto

de lo que se alza sin dueño.

Corre mi amor

por veredas de torcaces,

y perdigones entre espartos

del monte.

agrieta el linde a mi paso,

necesito acompañarlo de tus pasos,

en religiosa procesión

de anhelos clavados,

en este baldío

se riza mi sino,

en compañía de la espiga,

que siembra mi guadaña,

respiro la jara,

y se abre la añoranza

entre espinos clavados sin ala,

tiembla este granate de sangre,

rezando a este Sol de invierno,

me dé el fulgor de estrellas,

risueña mi dama

trenzando sus cabellos,

entre esta solitud

que ya nunca nos separa.

 

 

El Castellano

 

Ramblas de sueño:

 

Resumo que venzo

agravios y destellos flamígeros.

Hago diestro empeño

en esta casa de arañas

Por la grieta del álamo blanco,

arañas grises me cuentan

de la estación perdida

entre hilos y retales

del hambre.

Escribo a este reposo

que hace el amor

con las heridas del chopo,

grieta acicalada

por entre notas

del viento y su calma,

sueños temblorosos

crepita su carne de madera,

al calor que retuerce

el astro verdadero.

La tierra deja cicatrices heladas,

se yergue la caléndula

en complacencia de espíritus

de carne de arena.

Es mi torre una estatua bella,

fulgores rizados entre blancas sienes,

con el sigilo de carcoma

vendo mi ayer que se desploma,

Agujerea,  crepita,  chirría

mi yunque despierto

clavando este pertinaz dolor,

que si lo sacara cantara de un amor

entre venas.

Parto el cristal de mi suerte

por si afilo mi destino,

mi existencia queda en invierno

alamán del nervio

ese que pasa la puerta

del negro lirio,

mi alma partiendo almendras,

desde mi sol dibujado

a esta luna de azúcar,

Soy reflejo de mi sombra

un esmero de la tinta,

si mi vida fuera papel

No habría  tinta

para escribir

lo fuerte

que late sin balde ,

al suelo de la encina

abre sus fauces

la hormiga león,

tiempo burlado por cortezas

vivas, desprendida

mi soledad,  vuelve

el oscuro,  tenue soldado

alado,  este suplicio abotonado.

 

 

El Castellano

 

 

Registro soterrado:

 

Resopla, para y se piensa,

por pensarse

nació una lombriz azulada,

buscaba su escondrijo húmedo

de la idea,

se aleteaba

como gusano floreciente

haciendo alarde,

él sentado en el trigo

de su verso

no se vio la espalda

llena de abejas

de pensamientos típicos

de su vida parada,

como reposo de barcas.

El puerto rancheaba

oscuros rayos,

era el letargo de su espera

cabalgada su vergüenza

no más románticos cigarros

todos se tornaban

en el uno idéntico

llamado vicio,

el alacrán de su mente

corría feliz o eso creía,

sin tener nadie que lo pisara,

surcos se abrían

en el barbecho soñado

de su dama

que ya era imagen de hoguera,

yerma vida la estampa

que colgaba del poste,

un señero quieto se afilaba

con el viento.

Beba sus penas

en taza de café a temperatura

de la helada que rondaba

lo bonito detenido,

eche el anzuelo en el lago realidad

por si muerde la quimera

Diosa enajenada virtud de virtudes,

arrastré mi pan de celiaco

por su cara y mordí su boca

con suavidad sin dientes,

quería navegar su lengua

otra noche tiznada

de reposos dementes,

cogí las riendas de mi azar

desbocado, rumbo a sus piernas,

amaneció la dicha de estar acompañado,

al último suplicio del espectro engalanado,

gira mi cabeza

que sale un estornino de mi barba,

era este un acre de calaveras

que vestir,

estaba la sonrisa

de todos los tonos sentimentales

de la cara larga,

avanza que da vida

mi escolopendra patidifusa

del millón de espantos,

era un patio de orugas

el caminado por mi salvaje esperpento

difuminado,

un rincón donde clavar la lanza

que nunca sonríe,

caminan dentro, caminan fuera,

más patas que ojos,

sentido inerte de la fiera

por tornar polilla,

y sus pavimentos de la estrella

acolchada de ella

mi almohada.

 

El Castellano

 

Cauce en flor:

 

Inconcluso azar

flor de azahares

en estos cauces

de venas hirientes

parco compás silente,

estalactitas de este amor

fulgente,  evanescente,

con surco de mi sangre

caliente.

Su hechizo de piel

que me abruma la hiel.

Colorines me silban

su quietud,

colorada,  furtiva

en la pulcritud

de sus mejillas

al alba de mis deseos

nacidas.

Enajenada mi estrella

queda sembrar el cielo

con margaritas,

y vestir el astro de traje

para nuestro encuentro

que viene y avanza

mi adentro

queriendo y siendo

el primero.

Un flamígero capítulo

de mi sanguínea vida

al fragor de simientes

que germinan

nuestro ensortijado cauce

de nuestro albor,

engalanado

en un molinillo diente de león.

 

El Castellano

 

Brillante oscuridad:

 

Despedía el día

la porfía de una melodía

una balada por Belcebú,

el pasillo se abría

cruzaba las calles heladas

de enero y su cuero,

danzaban las sombras

entre el descampado

donde las casas eran malas yerbas,

malas por qué

acaso lo bueno es el humo

de un coche,

cuando ellas en primavera,

arrastran las penas

con su fragancia

a mujeres desnudas,

miro dentro de mí

pregunto por qué todo

torna azabache,

habitan cuervos mis ojos,

ya no hay precipicios

en mi mente,

que se dibuja de ladrillo,

miro al cielo

que todo parece una cueva,

acaso ya bajas,

sigue tu curso de Dios personal,

que te seguirá cómodo,

el bajo cero ciñe su lustre,

mi sentimiento afligido

hoy canta con mis dolores,

con rezos fugaces

alargando la noche

teñida en el ojo de mi despierto,

porque me cansa

esta febril, verde, emplomada

mosca impuesta medicamentosa,

hombre en el acre oscuro

por encontrar mi decencia,

estoy colgando del párpado

de la quietud noctámbula,

yo no estoy escribiendo,

soy un vuelo

sí de murciélago,

vendo mis mañanas

por un ayer construido a su lado.

Es como el hueso

de un poema imaginario.

 

El Castellano

 

Azar sin venas:

 

Fiel reflejo estridente,

los cuadros de tu vida

danzan entre las baldosas,

entre acorchados pasos

todo va quedando atrás.

Un ocaso florecido

de espadas en sigilo,

tiempos huecos

en lúgubre caricia.

Acaso la luna es luna

o alguien despierta

y la pinta.

Cerrojillos en destierro

de este silo de oscuridad,

avanza que imanta

el día y su prisa

por alzar su despedida,

gritos secos se mueven

tras el ventanal,

sangre que coagula

entre compases

de malas yerbas

de mi patio.

Es un mirlo negro

que me visita

siempre vestido igual

estrujé las vidas

del gato de arena que soy.

Suicidios de cardos

corren el patio

se riza durmiendo

mi gato negro.

La soledad me ama

más que a su estampa

vuela y reposa

mi fiel añoranza,

reverdecer mi ilusión,

socavar con sucesos,

así  como besos

de este azar

que no siempre

se pinta negro.

Acuchillar esta realidad

con mi suerte de seguir vivo

para tomar con mi esfuerzo

lo que no me dan.

 

El Castellano

 

Campo de espigas:

 

Miro mi soledad

desde el otro lado

donde las sombras nacen

y crujen en las paredes,

caminillos del pececillo

de plata,  acurrucada

mi sien

abre los lindes

del sueño retirado.

Es un desfile

la luz del astro

intransigente

sabe que no tiene

mejor en su empeño,

se riza mi idea

sabiéndome cuervo,

adentro el nueve

y el tres sacude.

Vive este caracol

con casa de espejos

habito el espejo

estoy escribiendo en él,

que un día

las imágenes harán

dulce sinfonía,

los sonidos serán

colores derretidos.

Mi casa será una hoguera

mi luz será invencible.

Seré yo el encargado

de cabalgar los tiempos,

el olvido dejará

sus cerrojillos

entre un manto

de abrojos lucidos.

Las hojas llorarán

baladas estridentes,

mi letra rozará

la perfección

de las décadas

florecientes.

Siente el poder

del cuadro

de la oscuridad .

Afílame el cuchillo

hiriente,

tejidas las arañas

de mi carne,

atraviesa esta grieta

de la realidad

que no llora flores,

sólo lleva en tules

almas y su ciego campo

de espigas.

 

El Castellano

 

Piel labrada:

 

Surco de noche

ya se retira

sonando el día

y sus rosas heladas

de invierno,

iris matutino

clamado

en este fiel olivo,

surca mi sangre

entre verticales filos,

mi gris vencido del alba

serena,  más desnuda

que la transparencia

que el azul afila.

Se clava este verde

militar de ciprés

como cuchillo enervado,

y su canto

en estos sigilos de chopo,

cargo mi revolver

naciente del verso

por un sol de plumas

cae fusilado el aliento,

algo que clavar

al firmamento

héroe del norte

de mi silencio.

Fantasmas

del imperio perdido

su bandera del tiempo

dormido.

Fúlgidos nervios

cabalgan los acres

de esta trinchera

donde mantengo alerta.

Jauría de sienes hendidas,

con fauces somnolientas

quise ser siempre

con esta mente,

profundicé el idioma

de la flor,

hablé con la tierra,

aún guarda mis abrojos

sembrados.

Entre brotes verdes,

impacientados,

aguardan el bravo

crepitar de la tormenta,

y sus besos azules.

Ahonda esta vida

silos del demonio,

simientes oscuras

de malas yerbas.

En este campo yermo

crece mi ilusión

que no me siembren

el dolor,

seré como la flor

soñaré con las piedras,

reiré con abejas,

jugaré con el viento

como la vida grita.

Ahora que la mañana

consume los suspiros

ahogados,

ahora que el cielo

luce sus corceles dorados.

Es por esta pizarra

que me habla el río

me habla qué más

que ser agua.

Deslices anudados

entre corajes florecientes.

 

El Castellano

 

Guardado en un cajón:

 

A veces me rompo

a veces soy grieta

de estas paredes heladas

de corazón.

Seguro para escalar

mi vida una vez más.

Quieto en las aguas

que suena mi pasado

miradas atrás

hoy soy nuevo.

Se puede escuchar

el crepitar de este hielo,

el sonido palpita,

congelado un brillo,

de humo descorchado.

Garras de esta vida

en el filo de su destino

enmascarado,

y su camino de azul caricia,

me aguardo del fuego

soy destello de hielo

me derrito por una flor

que habita los campos

porque sus semillas

las ponen los Dioses.

Enraíza a fuego

este corazón.

El día mío ya suena

y la sombra se retira

a donde puede jugar.

La mentira queda lejana

espero el tiempo

para derretir mi alma

en sus brazos,

y encontrar fieles

testimonios olvidados

de edad desplomada,

su nueva visión caída

tiempos cambian,

en esta fosa de palabras

rescato afecto alumbrado,

resquebraja

la palabra amor.

Sólo soy unos ojos

con funciones vitales

esperando el encuentro

y tener carne.

Hasta abandonar

el espejismo doblado

en profusa imagen

de lo que anhelo

encontrar.

Se consume mi cigarro,

en este grado bajo cero

de libreta.

Habita una estrella

la mirada,

una babosa

su lengua dorada,

con su luz que arrastra.

A la floresta ausente

destapada,

el reposo de la vida

bajo invierno.

En el que vuela

mi demonio arte.

Mi corazón que late

encerrado en un cajón,

llorando flores

por todo aquello

que no muere

es este río frío,

desborda las letras

rompiendo sus cadenas,

amando libre

desnaciendo mis colores

por amor al arte

hasta la muerte.

 

El Castellano

 

Fulgurado sino:

 

Era un día que se podía rezar

a la estrella mayor,

como si una babosa metálica

se tratara,

busco en este astro una razón

abro a su luz mi creación,

que me cuente

de sus paticas que recorren

los campos tiñendo de ocre,

de su insípida lengua

que me recorre,

un hogar lejano donde descansar,

una novena puerta a transmigrar,

creeme de nuevo si te digo

que soy tu hijo adoptivo,

nacido de estas cuchillas de trillar,

un verbo un suplicio despierto,

cruzo la era solariega

buscando quien yo era,

miro al muro sí ese que dibuja mi mente,

miro a la montaña,

recuerdo que yo soy la montaña,

navego este mar de grama

de esparto y tomillo, tiznada la jara,

sí vivo en Guadalajara,

como cuervo adoptado de Castilla,

avanza mi meseteño aliento,

aúlla que aúllo cual lobo de hierro,

una noche sin despedida de invierno,

avanzo a la llamada de mi averno,

está ardiendo en el cielo,

mi musa belleza,

hasta que se materialice

en mi única florecilla,

llevo mi canasta de melocotones

a ella mi gitana,

arrojo dulce abrojo

la quiero en rojo

a veces en blanco como prima

de la pureza,

sí esa que endereza,

hoy es un día teñido de espadas,

baja mi azul despertando a mi araña,

que hilvano y me hilvana

cual maraña de sábana de su tela,

no nadie entiende

por qué cruzo la espera

fumando el cigarro del minuto sujeto,

mis ojos ardiendo el juego

de su fuego de mujer,

ciegos pálpitos

crujen su negra pupila,

yo no estoy despierto

ella tiene de ausente su presencia,

cuervo soy esperaré su noche

noche negra alza tu sombra lúgubre,

yo cabalgaré tu sien saltando

tus oscuras fauces,

hoy lanzo tu tenue honda,

afilo este cuchillo a ver si canta

junto a mi iris vespertino

su crimen de pasión y de flores,

hasta que se duerman

los campos conmigo.

 

El Castellano

 

Vuelta al inicio:

 

Es del tiempo

la incombustible hoguera

consume la tierra

en perfecta esfera

se alza un maullido

desertor.

Gatos que suenan

como alambres

en casas sin teja

ni tejado.

Soñé un día

su contorno

su silueta

me arrebató

el sueño

diciéndome

y corroborando

su espejismo.

Sol oscuro

en días claros,

humedece mi piel

una áspera lija,

soy de madera

de ciprés.

Soy hijo del Sol

de hierro

y de la luna de acero.

Soy yo el encargado

de partir el viento,

yo que abrí

mi destino en dos mitades,

una para sacrificar

en ofrenda

si se cumplen mis deseos.

Soy de la tierra

una espiga.

Hijo del Sol de invierno,

ardiendo en hoguera,

del cielo

su quimera despierta.

Oye mi respiro

me tiene miedo la fiera.

De este panal

de mundo no soy larva,

soy abejorro mayor

sin reina,

hago énfasis

de esta siembra.

De la tierra

soy flameante espada,

torbellino de este mar

angosto.

Espuma de estas caricias

al alba,

crepita sobre una araña

este fulgor,

Torbellino señor

de rosas sin sangre

y sin cortar.

Como cruel indulto

a la belleza

por encumbrar.

De hojas y espinas nació

este tallo

que ama de verdad.

Que muere en el suplicio

de su despierto tormento

dulce,  ensangrentado,

envuelto nacarado.

 

El Castellano

 

Sigilo de sobriedad:

 

Fauces amarillas. El humo de su tabaco seco, cuelga de su blanca sien. Bocas de agudos filos, nada por todo. Tomaba su café de grano recién molido como si goteara del árbol del insomnio. Era un hombre chapado de años. Dormía cuando tenía sueño. Comía cuando tenía hambre. Amaba más a las flores de su jardín que a las personas. La amargura no conocía si no se hubiese casado con ella. Su bigote recto comía por él. Era apuesto, pero le asustaba mirarse al espejo y contemplar que el tiempo podía más. Su diálogo era más parco que una tabla agarrada bajo yunque. No amaba el dinero y sólo lo empleaba en gastarlo para necesidades básicas. Hablaba con sus flores y lo extraño era que le respondían dentro de su cabeza, consecuencia de la soledad avanzada. Seguía la ley del ojo por ojo si le daban amor. Devolvía lo mismo, pero en cuanto al odio, éste, le temía. Gustaba sentarse en su mecedora en el jardín y acercar comida a córvidos negros como azabache y observarles . Era un hombre pleno y hacía honor a su vida, amando lo sencillo, cogiendo su armonía en la mano que sostenía su cigarrillo y que blanqueaba ya su bigote. Con la paz en su soledad, feliz de contentarse en su memoria de cuántos conoció, cambiaba luz en su medianía exacerbada. Afilaba tostadas en miel rebosadas, en su desayuno. Sabía estirar el tiempo como si no existiese. Su simpatía de ignorantes era apreciada por todos los que le medían.

 

Una mañana, en que regaba su patio como si la sed fuera suya, al acercarse al tupido seto, escuchó unos maullidos leves, estridentes y que venían de una camada de gatitos, arañando ,aún en ceguera precoz, en busca de su madre. Su alma de viejo aguerrido se enterneció. Miró a los recién nacidos y sin dudar, sin tener agresividad de la gata madre, se acercó a tomar a uno de ellos, él único de color negro y se hizo el propósito de adoptarlo con todo lo que ello implicaba. Sus hermanos eran blancos, moteados y en manchas negras. El gato negro elegido, resultó ser el más inteligente que muchas personas que conocía. Lo llamó Blackie.

 

Blackie se quedaba pegado al cristal de la ventana, gruñendo, deseando lanzarse a por los cuervitos que su dueño alimentaba.

 

El Castellano

 

Sangre de musgo:

 

Trae este viento

memorias perdidas

del tiempo olvidado.

Trae sangre de los Dioses,

en muérdagos lucientes,

sangre en flor del musgo

por vivas piedras tejen,

espíritus en árboles mecen,

traigo estas vidas

traigo grietas en mi destino,

mi bravura que muerde el suelo,

desenterrando su falcata,

sin oxidar que es mi espíritu

para luchar,

voz que me hiende la entraña,

al trueno es ella que silba,

de sus lamentos

vueltos testimonio

de lo que se convierte

la materia,

y su resurgir de tierra,

me avanzan los montes,

me beben los ríos,

para gritar este latido,

que no morirá ni estando muerto,

tiempos perdidos

llevo en una mano

en otra golpea

la voz de mi poesía,

y sus negras nubes de tormenta,

blandiendo su hacha de guerra,

bruma de su gris naciente,

ojos de la noche,

que sigue este lobo de hierro,

gritos en la espesura alimañas

se afilan la entraña,

fuego traigo que yo no deseo,

y fui a la bella fuente,

donde se bañan las almas,

carroña salvaje será mi enemigo,

y sus carnes cantarán con mi espada,

este sol me engendró de hijo,

estoy hecho de tierra y luz,

que mire la carne

que miren ojos que quieren mirar,

el armamento de este temporal,

lucharé por todo aquello

que amaré,

lo que amo será mi guía,

para nunca caer,

deshojaré las ramas de mi tiempo,

y en este cabalgar nocturno,

la novena estrella arroparé,

el tiempo conmigo volverá a nacer,

si es que no lo hizo ya,

mi cuerpo es la forja

dentro llevo la espada,

al tibio resplandor

sigue en pie mi batalla.

 

El Castellano

 

Vida de hielo ardiente:

 

Horizonte de la caída de este solferro

a reinar como una falcata de rayos afilados,

hondos ojos fijos en solariega planicie,

donde frías juegan moteadas las flores de invierno,

el reposo de la vida que se fue a dormir,

como un río de luz brotaba la escarcha,

un diciembre tardío saludaba

con sus manos heladas,

acariciando estos campos redondos

de cardos y caléndulas silvestres,

era un día de hacer manteca,

a mí el frío me hacía sentir vivo,

en este soliviar traigo mi espada,

pongo a sentir la tierra a mis versos,

que con cepillos de grama joven

se blanquea mi calzado,

viajo en mi mente

por el cuchillo calizo de la piedra

del caserón terrazgo abandonado

que posee mi padre,

rodeado por el fervor de pinos de monte,

donde próximas hacían nido las atochas,

a perdigones que son de la tierra

como la montaña a su roca,

cosas talladas puras como amaneceres

pulidos sin grises hojas,

ola rota mecen mis pasos

de un mar olvidado del que cepas anclan

sueños de vida,

del terreno en el que grillos esperan

el frío en sus agujeros

y su despertar para morir al acoplarse

a la melodía que teje la vida.

Avanzo en este campo de víboras

para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,

como mis pasos gorjean las carrascas,

todo mi mundo reverdece

para mí siempre es primavera,

y mi bravura llora flores por mis venas,

hasta tener del cielo

la malva del alba

hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,

del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,

me nacieron simientes silbadas,

y mis ojos enraizaron el campo.

 

El Castellano

 

 

Trilla mi idea:

 

Canta mi cuclillo canta,

picotea en mi cabeza,

entra al silo de mi idea,

donde telarañas

coagulan mis pensamientos,

abre esta puerta hacia mi oscuridad,

allí donde negros ratones

cobijan con fijos ojos

mi sueño sin desempolvar,

me conduje por escalas

donde colgaban brillantes ojos

sin pestañear,

arriba donde se acumulaban los sacos,

un murciélago despertaba,

era como una sombra que flotaba

entre llenos agujeros de aire,

sombra con alas,

la guadaña estaba recta

pareciera que me esperara,

la trilla afilada,

era nueva de esta primavera

el grano no vio su oficio,

respirad este olor a trigo muerto,

habitantes de mi silo,

hasta la araña teje con tesón

su geométrica hambre,

pardas motas salpican las paredes

por las que corre pegada la salamanquesa,

grietas vivas por este frío infernal,

arriba la sangre parecía evaporarse,

sólo quedaba yo

y esa sombra colgada del techo.

 

El Castellano

 

Carmesí inefable:

 

Turbado yaga mi espíritu,

sin voz yace mi gran momento,

puridad en crisálida perpetua,

oh, lacónica eternidad,

no te temo ya

ni tu crisol de hálito

me vence en inmortal secuela,

recto ganaré a la luz,

por su ceniza coronada,

cantaré hasta el etéreo vuelo,

me trasplantará el viento obscuro,

metálico azar,

erigiré un árbol de brea,

en mitad del todopoderoso silencio,

mi flor no sucumbirá,

ni mi verso armado

será litigio de crin en ascua.

Filial prestancia,

que nadie trepa mi solo nombre,

por cantos obtuso,

en sangre

suceden labriegos

fecundos.

Terrazgo de mi amor atado,

canto a mis generales,

despejen el camino,

y entre férreos cipreses

me avalen.

Tanta herida precedida,

tanta voz que muere,

sin soto de almíbar,

pena que no muere,

son este de mi bronce en ala

de un repecho carmesí,

soledad,

mi gloria tan fuerte.

Azucena helada de mi tarde,

resuena en ti

un azar indeleble

para indicar sin sonido,

que tengo corazón y cielo

atrapados en un solo verso.

Olvido sin espejo,

mantuvo suerte segura;

luz sin día ni ojos

fue perfidia en otro astro,

azul, paz,

cuchillo que mi vida hiendes,

a cercenar toda oscura alegría.

 

Förüq Castellano

 

Severidad enfilada:

 

Destino desvencijo.

Como un borbotón de sangre.

Suspiro rápido y hondo,

entraña amilano,

todo me lleva

sin redil ni correa;

a verme en el ojo de tu espíritu,

sí, resquicio parco, opaco, en tu voz,

en un patio de trincheras

y entes esferas, al crisol

de valles y venas,

en el recital jamás yerto de tu verso,

cauce perdido descubierto

entre sótano de luz injerto,

en la pupila del lugar mágico,

riera en rambla

donde crece mi amapola

de pecho abierto,

tu vida la saboreo despacio,

entre regio y mi coraje en flor

de nuevo cierzo;

tu sangre sabe bien,

alma invernada buscando

horizonte en mente concisa

y como no llega a destaparse

eterna dormida avanzo su esquela.

La veo en mis sueños,

resquicios oníricos del ser claveteado,

de vidas mías lejanas al tranvía etéreo.

¿Cómo no hay?

No hay nada que negar

nada que perseguir

que todo arte nace del sentido inerte inaudible,

en manos del destino me encuentro

y me encanta el momento

de verme en el ojo de tu silencio

recordando mi universo de astringente azur sarnoso,

tu voz, amada luz en mitad el reino tenebroso

donde allí sólo canta mi oscuridad.

Alma de fuego encandilada,

estridencia seca, armoniosa,

velo de sigilo

tu suspiro, nada más.

El tiempo es correcto

para la revolución; jamás mil máquinas

podrán hacer una bendita flor,

Densidad recta

en rienda plumosa lamo esta mi pluma estilográfica,

resguardo en Caja de Pandora es mi alma sin espora.

Cinceles celestiales, un soto veleidoso,

donde sembrar el final sin comienzo anunciado,

por esculpir, tu contorno,

con vistas a tu verbo;

divina tez a blancura helada

por deshojar mi fiel recogimiento.

Así me perdí yo

buscando tantos años

el abrigo

de tu amada voz,

haciendo que mi difunta

cobre su vida.

 

El Castellano

 

Soliviar llano:

 

A las aguas de mi memoria

primoroso apelo,

a tener yo un alma como rambla inmensa,

desapagada,

un tiempo sin días de cobijo alado,

rosario suyo por terco no incendio,

sueño en aras de corcel virgen en grandeza develada,

sudario sonrojado,

metal beleño todo olvido,

arrebujo sin mesurar vil  posible

que por ella mi cruz y mi condena,

deslizan mi viva aflicción

de amor a propia ascua en la tierra,

sorprendido, letal no pienso,

neblina y fortuna

grandeza, gloria no gastan,

voy por epitafio soslayado,

remembra cautiva mi soledad infecunda,

alejar vida y belleza cuándo,

rosales míos crían ajos

cebollinos y puerros acuso,

tonada de mi sayal remiendo,

en boca de santo astro.

Peregrina de azar inamovible;

en alba de seda,

viste su dicha inmaculada,

insinuante su figura.

Sonora ella de silencios perpetuos,

oro de riveras

y burgalesas conciencias,

sendero atisbo

voy largo su densidad llana

aria  agraria,

luminaria bajo luna de signo azabache,

luminaria gitana sólo su mirada,

mi repecho no fulmino,

ni faldeo,

arboleda de mundo monótono,

distinción no apremia,

ni estrella viola

su espuma de ceniza larga,

 

como lírica paz

se llamó magia.

 

 

El Castellano

 

Canto de luz fecunda:

 

Imperecedera faz,

en haz luminoso indeleble,

río de tinta terrena,

insubordinada cava mi azada,

sacando olvidos de la piedra,

anisados reflejos que hienden la carne

como el Sol me clava sus espejos en los ojos,

vítreo desliz  enarenado,

es un sol bajo tierra,

hierro de vestido del acero infra-humano

que porto,

soñé desvestir mis sueños como sueño de flores

aguardando su fecundidad de nuevas muertes,

perpetuidad a flote,

en sima de raudales,

pila sacra bajo tierra hierro de estrella,

claridad del destierro

en relámpago de veta azabache,

voy sacando penas por olvidos,

azadón saca terrones a cal y canto,

es mi alma quien se destapa

que una vez en la vida se dispara

una soterrada vía sola, pierde el relente.

En manos de silenciosa vívida estampa,

y su desnudo de ángel custodio,

encenderé las novecientas noventa y nueve velas

del averno,

 para encontrar lo que me pertenece

y siempre se me negó,

paz sin guerra...

Que va, otro día se venda.

crisol anidado en tus labios de mujer inmutable,

un deshielo y el cielo me trajo de nuevo,

sobre la luz monto mi corcel de viento,

allá donde la tierra es éter incoloro,

y la suerte es de metal,

de los árboles al bosque

de la sombra carne y cuerpo

de chirrío estacional,

y sus muros de venas

gira mi peonza,

trompo vivísimo,

de aurora incipiente,

montaña o preludio,

el gris se extingue,

luminosa mi trinchera erguida,

con desnudo bronce,

que no es más duro que yo.

 

Förüq el Castellano a 17-04-2019

 

Remanso y su era:

 

Avanza manso

un hontanal

de gramas frescas,

deshilacha al durmiente hombre,

se retira mece y avanza

su calvero expuesto

de su semblanza,

una dama cual blanca cierva

bebía, bebía del vientre

que emana la fuente,

plañía un ababol solitario

del camino, que la rambla sigue,

fiel, duro testimonio sacude

su cuchillo calizo,

huye, huye el tábano por el monte

buscando algún depósito de sangre,

el brezo se apoderó limpio

de un raspado testimonio

la tierra devora lo que es de ella

para ser mi sangre

su eterna ofrenda,

por descampados fugaces

corría mi alma,

como fiel testerazo de hombre,

la espiga rendida,

saludaba a la oliva,

siendo del viento

esta fiel niña

que nunca descubre a quien pasa,

sólo, solo ante ti

me acuerdo de la primavera,

me levanta un sol helado de verano,

para ser mi hoguera

una fuente niña

que desliza, siente, y no consume

mis labios de pradera,

siendo este pasto

mi infinito remanso,

que me habla de la ceniza del fresno,

de la nieve del álamo,

de la sombra de esta abeja,

y su testimonio deja,

entre almendros con sabor a metal,

y encinas sin gorrino,

hoy avanzo el barbecho

para enfrentar mi sino,

a ver si contesta

la brava dama lluvia

que es Dios.

 

 

El Castellano

Alborea el otro lado:

 

Destello que blanquea,

lechoso, estira un seto

en semicírculo,

la retama amarillea

oscuro el agua

de soto sin fondo

en cuchillo en haz de cauce,

compongo el suelo,

con un hueso en mandíbula

pereza coarta la raíz

en mitades que caminan

desencajadas.

Anidaba un cortavientos

la franca entre rendijas

que se ocultaban bajo paja,

decencia que iluminaba el sol,

patio largo del atardecer

lleno de harina.

Escuché a mis heridas

por francos capullos segados,

caídos asisten a ungirse

yazco en una hoja roja,

camino por mi corazón,

exime aliento

una raíz salvaje no sostenida

se deslizaba un rosario

con aflicción del marjal

cubierto por la flor.

Como febril estera

y larvas sujetas

en yunques iluminados por savia;

era mi vida el precio

de estas semillas.

 

El Castellano

 

Tañer de hiedra:

 

Cerro gordo de henchidas horas,

marcha lenta sin subrepticia,

pesadumbre del porvenir

sin hojas ni otoño de vastos

suelos empedernidos,

en este rincón deslizado

un senil canto que abre paso

tras espirales en cuencas de flor,

de floresta blanda,

húmeda donde la maravilla

será villa,

Yunquera llanos fueron

sotos sin perdigones,

pero de fuente

de lo que fue siempre

matiz destellado,

ultrajadas sin abrigo,

en este mausoleo de tiempo

que se pierde sin visiones

vientos sin azares de infelicidad

ni ajuares de inamovible primavera,

donde lo único inamovible

es todo lo que siento por ti,

como un carrusel sin soga,

ni cuerda que atañe,

desde esta urdimbre

anclada, armada, hondonada,

dónde mi manso destello

de esta asolada cuesta abajo

que avanzo

por la vera

verdes,

un ojo que endoseló,

sin compostura

mi dulce cicuta

secular es mi enredadera,

mi sentir sin espera

su blanca ojera de nácar

de rosas y crispadas espinas

flojas,

absurdo, burdo, doncel

en sandez segura

tapiz sin fusionar

dichas ni agravios

extiendo mi locura

¿Alguien duda de mi campiña?

Con murria

de escurrajas,

cuenta ni azada

sin sostener este descanso

que lo dicho tiende,

todo recuerdo de lo que alma tengo,

y recuerde mi cordura,

que Úbeda tiene monte

y yo blando su horizonte,

sin alarde

hago corral de lluvia.

 

 

El Castellano

 

Sombra desnuda:

 

Yermo terreno del sueño,

un trillado verso avanza

entre espejos y cristales,

fieles aullidos desvalidos

entre semillas sin iris del mal,

entre corceles del fuego,

entre sonrisas fugaces.

Es todo lo que siento

un canto de piedra,

un río desplomado

mi fiel apostada cordura

que viene por enjutos

ojos hirientes

hasta avanzar los besos

de labios grises

y sus fanales colmenas destapadas,

no quiero repetir estos destellos fugaces

ni herir por mis alambres

tejido mi atrapa-sueños

queda mi parca vida

desnuda con el hastío

que asesino de esta manera,

volando mi dulce murciélago de nácar

entre este amor

de estrella me alzo,

es glorioso este canto,

reducto en lúgubre sigilo

es esta inspiración,

tentación de ángel desertor

de morir,

justo la vida

acabará negándose a finalizar,

soy yo la salud

de la una solitaria de la madrugada,

conquistado el cortejo de la noche,

me cuelgo de mi profanado latido

por estos cordones de hueso

vive y viviré mejor

que mi traje funesto,

limará esta sin razón los ocres

hasta lucirlos verdes brotes,

hasta acabar rendida la caricia

por estos espasmos de cobre,

mi destino teñirá las vivencias

por solares complacientes

y lugares dignos de altos sueños,

esta araña dejará crías

por poemas

en escarchas mutiladas

en este hierro candente

y el incendio de mis hielos,

como dijo el grande

no acabaré de irme,

ni estas solapas fundirán

en tristezas secas,

la sombra será mi mujer,

cambiaré el prisma de ver,

y ahora la luz será

la dama siniestra,

por si un día acabo de irme

solo espero

haber podido contagiar mi locura

que ya es rápida,

desborda sus cauces,

brotando en espinas insomnes

el abrir de las compuertas

a ese abismo sin dueño

donde besan los azules

ese nido de malvas,

que mi ser desprende dominando,

sombras miles en este carruaje vespertino

de mi sangre,

mi río de colores

de almas en sus gotas ferviente,

atado a este sentir,

que late,

que sueña

la carcoma de mi estampa.

 

 

El Castellano

 

Suspiro en tierra:

 

Flor silvestre a ti te escribo esta lápida de mi latido

tú que me das la paz que yo necesito

haces mecer mi amor en tu floresta

cuando flores de margarita cobijan lo que necesito

mi vida gira en una flor de caléndula

avanza mi vida en un sentido hacia el sol como ellas

se siente abrigado mi pecho

que canta por soledades su te quiero

no más montañas oscuras por escalar

no más súplicas por dibujar

todo se mece en una caricia

todo cuelga del alambre

por ver si te tengo hambre

y tus besos me acompañan

fieles testigos desvelados

de todo lo que fui y soy para ti

así como una cascada que bulle hacia arriba

un cielo encerrado en mi pecho

un canto de tus labios

en verde espiga y girasol

un despertar entre pétalos

un parpadeo que me lleva a verte

un abrazo que me lleva a tenerte

es sólo la vida de la flor

y que la flor solo sea la flor

elevado albor

cuando mis pupilas se llenan de tu amor

solo allí amada mía

reinará la flor

y no solo al muerto dará calor

tu sangre se fundirá en polen carmín

tu vida gritará a mi vida

para encontrarla

florecida de los más bellos versos

sin dolor

sólo cantándote

mi amor.

Oh elevada flor de mi amor

a ti te canto sin dolor

que mi ser es primavera

cuando mis ojos te ven entera

y mi Dios es la lluvia

está cayendo ahora

como el invierno se desvanece

es mi tiempo ahora

los cielos tiño de malva

mi vida reverbera

llegó la hora es primavera

con el trino de los pájaros

se blande mi espíritu

al son del tambor de los grillos,

quieren un templo para mi flor

ojos aceitunados cuentan

de los giros de mi alma

al albor de su corazón

ojos de sus ojos donde me encuentro

en amor, bailando en sus pestañas

alzándola en beso

un continente despierto

un mundo y un océano

un hada y un cuervo

un día de mi vida

por si vuelvo

a la vida al viento le pido

que mi boca conozca su boca

y mis ojos

sean más que abrojos

mi beso sea tempestad

y mis labios fuego encendido

para encontrarla a ella

que mi cuerpo siga su estela

y para mi muerte

que ponga yo amé

y aún en este descanso sigo luchando

porque la volveré a ver y yo con ella

en amor estaré.

 

Me encuentro trenzando la flor de azabache

sí esa que llora la noche

por encontrarla a ella tan bella

cantan los cuclillos y los nocturnos grillos

se tiñe mi horizonte de jacintos

y yo a mi mujer la hago un nido

de pétalos de caléndula

por si vivo que ella sea mi flor

y al sol cantar nuestro elevado amor

sólo soy yo cantando mi epitafio al hueso de la luna

volviendo azul el alba

para que reine la noche sempiterna

y entonces volver a verla

encendida de traje de estrellas fugaces

es por ella por la que se eriza mi piel y corre mi sangre

mi caudal se llena con su amor

y almendros me acampan en flor

desde el verde trigo al verde olivo se mece mi sino

y es encontrarme con ella en un latido

al viento le pido viento bonito siémbrame en su pálpito

y así con el mío jamás verá un suplicio dormido

ojos de cuarzo corazón de granate

acércate te alcanzo una estrella

para que brille nuestro corazón en esfera

y esta amor no será una noche más por su azabache

brillará un reino para los dos

el cielo se vestirá de los más bellos colores

cuclillos entonarán sus sones

los murciélagos bailarán rasgando sombras

y yo amada margarita en tu flor estaré

pintando con mi sangre este amor de mi hiel

y aliento que juntó a ti no verá su desvanecer

y sí hoy es un día para luchar

por las ilusiones fugaces prometidas

mi piel encendida que con la tuya late

en la más tierna caricia

quedando por dibujar mi subrepticia

esta noche encendida

que dibuja y reina mi vida.

 

III

Amada te escribo mi piel en piedra

que este latido es más que fugaz de estrella,

viste y desviste mi vida,

el verso coagula mi sangre

hasta ser mineral de piedra cuando muera,

en este corral de rosas crece mi ilusión verdadera,

alzarte, rodearte, elevarte en mis brazos,

ganará a esta noche yerta,

tejida vestida en vilo de espera,

para ser yo el encargado de esta acequia

que riega con tus besos

esta elevada floresta.

Donde Margaritas cantan

que es por ellas que el destino nuestro se acuesta,

vivo para vencer este horizonte estirado,

vivo para vivir en tus besos desgañitados,

para sembrar el curso con mi sombra,

con mi divina fantasma que habla

como tú hablas mi amor,

mi amada,

hoy me raja la noche la entraña

para clavarme todo el polen

de nuestro amor,

nacarado, embestido, dibujado, anhelado, florecido

aliento por aliento,

sangre por venas,

hasta morir en tus piernas,

yo soy mi lápida,

esta primavera que comienza a avanzar,

resumo que coarto este tren

por lares insospechados de tu vida

hasta llegar a una Araucanía lejana,

donde se acuesta el sol con la tierra,

donde las nieves que lloran las montañas

viven renaciendo, bullendo, deslizando

manantiales de hierro y cobre

de su sangre de tierra y fuego de volcán,

viviré hasta que un abejorro siembre mi nombre

en todas las flores de tus campos,

seré dichoso orgulloso,

como soy en esta parca existencia taciturna,

por la que me lloras amor noches sin alba

por tus granates de ojos,

es por mis versos nacientes

que el cielo abandona la tierra,

para vivir siempre, por siempre y para siempre,

en tu sonrisa dulce, nacarada

porque yo nací amada

para ser tu primavera,

tu sonrisa verdadera,

y el hombre que dio su sangre

para luchar por su margarita

hasta tenerla en vena,

nadie puede ni podrá contra nosotros,

el tiempo estirará sus azules pétalos,

solo para decir:

Miguel nació, vivió, conoció

y dijo que su vida

no era vida si no podía entregársela

a ella mi flor

su única mujer de sus amores silvestres.

 

El Castellano

 

No tengo amigos ni enemigos,

sólo confío en mi alma y su capacidad,

el que alimenta su espíritu no teme al mundo,

deja que arda este en su materialismo,

en sus falacias que intentan dirigir la espiritualidad

de su ''dios'' personal,

yo encontré mi libertad

me baño en sus fuentes

para ser mejor en cada cosa que hago,

sin lucro ni ambición que no sea ser afilado como espada,

hasta cortar toda sumisión,

nada espero, nada quiero, nada deseo todo lo tengo

dejo que brille mi espíritu,

así es y será hasta el fin del tiempo,

del que coja su azada.

 

El Castellano

 

Iris de campo:

 

Adormidera pulcra entre la retama,

amapola esquiva sangre de la tierra

nacías lejos de la tierra que tú querías;

la fe mudó sus caricias

sobrecogido el triguero espárrago.

Serpeo el camino de Humanes,

el reino florido por tejer,

jacintos de botellitas azules

recuestan gramas del lindero

entre espinos amarillos del olvido

yo hablo con zarzamoras de rivera

del Henares.

Corrihuelas abren nuevos sentidos

bajo sauces y olmos viejos

grajean tordos la vida del endrino,

caracoles que trepan el abismo

de savia recia, dura.

El alacrán pasea la represa

cuando la araña lycosa encuentra presa.

Espartos y retamas

prenden su verdor al monte.

Cardos y cardillos de dama

tiñen blandiendo su horizonte

anual.

Cadillos invaden el yermo,

de hinojos y dispersos plantagos,

boquitas de dragón, perritos

que juegan con el viento.

Un ligero testero acoge raíz

a una flor de Odín

caléndula silvestre

flor de difunto que resiste

entre embistes de tiempo,

y heladas grises.

 

El Castellano

 

Si a la sombra canté:

 

No indagues el azar

que su relente tizna

a ojos indomables.

No luce la flor siempre

ni la casi viva yedra,

juventud y fortuna visten

como sombras huidizas

cual Escita sobrecogido

entre mares y el aquilón;

bebe de la fuente virginal

que la sierpe es honda vigía.

El mar de encinas

nos sobrepasa.

Las olas de tierra

son infranqueables

no vistas de alpaca

tu parda sepultura

los más duros son tierra,

el resto afilada ceniza.

Traspasa tu rienda

sé jinete de caballo muerto.

No dejes caminar a gusanos

cada cual busque y encuentre su lugar.

Por los siglos que llevamos

Nunca es bastante,

por amores dignos, pierde el hombre.

Aboco empeño que desafía

mi dorada, encontrada, mediocridad;

contenta ella sin miseria.

Azota el poderoso viento

mi erguido pino,

mi torre altanera jamás vencida

cae en estrépito para nueva siembra erigirse.

Júpiter dame ásperos inviernos

floreceré tus pies

con dignas rosas del atardecer.

No hay mal perpetuo

despiértame la musa de su sueño,

báilame la llama en vela recta.

Tiende el suspiro en el patio de mi araña.

 

El Castellano

 

Carne espectral:

 

Incauto silencio verde,

ignorando que la rosa

no ha muerto siempre,

antesala sin espera ni consulta

donde muerte pasea,

enorme llama en fondo de frío,

ojo helado fijo en labios ardientes,

enjambre solapado

a mis trescientos treinta y tres vidrios

de alma que gasto.

Hermosa ni roca te parió viva,

deshechas las estelas

queda asirse esplendoroso

al metal que ruge.

Mareas de afrecho

visten savias lloviznas

que avivan su verde intransigente,

ángel lánguido voz revierte

surcos en iris pervierte,

quedaba alto nacido del hierro,

el norte que soñaba el viento

fruncía de aojos la vestida noche

y su cenicienta espectral

de las maravilladas flores de difunto

acrisoladas en soles pudientes

hechos de silencio.

lúgubres hendiduras del sueño

y el vientre escamado

de la lagartija

que yo amé,

y seguiré perdido amando

porque yo existo.

 

El Castellano

 

Azares de lluvia:

 

Avanzo el día sufriendo con la luz,

escribiendo mi cuaderno

encima de una mesa de pino,

simple, ruda,

como ella misma.

Hacia el ocaso del nueve,

la cerviz descansaba sobre el rastrojo,

una carrasca enervaba sus flores de piedra,

era suficiente descansado el recodo,

abría el cielo un llanto

de llovizna asilvestrada de Abril.

Suave se esponjaba la oscura tierra,

la viborilla ahondaba su refugio

bajo la severa piedra,

era un tomillo afilado nuevo

de esta rigurosa primavera,

el solar lucía su verdor

de ángeles cazando lagartijas.

Diestro mi ser dudaba si llamar

al gamusino de escritura,

la cocina de baldosas

invitaba a merodear por algo de cafeína

era redondo el tiempo que alzar clavos

y unir galaxias sobre tejado de aspas,

un día cualquiera;

sin mozas en la vista,

era bastante y no se sujetaba mi pensamiento

de vanidades cualquiera.

Angosto trepaba el tejado de mis densas ilusiones,

atravesar raudales sujetando azabaches del cielo,

estirar la luz y bajar la luna,

era un puñado de estrellas apagadas

y volví a sufrir y endoselar cantando,

un reguero tieso de savia

y el vergel se encendía

clamando la desquicia

de que no duraría la siguiente estación,

sigo las ondas del charco

deslizando en él su solo reflejo,

rambla sin margen repleta

de esta lluvia sin cuartel,

un río me desquita de fluir

como lombriz azulada purpúrea al tacto,

es un recuerdo a mi río Henares

en localidad natal surcada,

un solitario flamígero pensar,

y cambio todos los lugares por ninguno,

que es lo mismo,

cimientos absolutos de oscura tierra,

en tímpanos calizos me sostengo,

como esparto del bronce,

y brezo desnudo sin soslayar herida,

el vals terreno me envuelve

y vuelvo a saltar el pretil gesto de Ostara,

anudando el ombligo de la tarde

con la ojera de la noche.

 

Förüq El Castellano

 

Son del ascua:

 

He venido por los sones sin tiempo,

resuenan todos en lo alto de la torre,

indico fiel muro

que acuartela voz sin muerte ni memoria,

bronce a lo alto,

pureza inmiscuida en áspero esplendor.

Risa sin agua, tiempo con sonido,

eternidad azogaba sin corazón

ni anchas calzas finitas,

el cielo cayendo turbado está.

Voz con muerte oí e hice caso,

penumbra de vendaval obscuro,

hálito perenne de triunfo en luz segura,

mi culebra, mi sola flor, un campo soterraño

armado en cantos, solapado,

viperina falaz un soto

al que me trasplante,

dulce miel de tosca celda,

filial que enmarca,

sangre sin latido del suelo terreno,

raíz de terrestre prestancia,

clavo instante, cabeza abajo

de la vida de este mundo,

tajo recto aguardo,

con la verdad profusa de cuánto he amado,

espiga de tinta bebiendo la luz,

de su ardor erizado,

crisol a raudo, puro odio,

eternidad sin voz,

agreste reverbera,

empapada en substancia.

no tendrá que aullar como los presos,

oh dignidad serena,

cuervos de muerte me caen los ojos,

reloj de alma y alba en despido,

como rubí dentro del zarcillo,

me senté en un junquillo,

y me entregó un zorzal su ovillo,

hiedra de espíritu suplicante

trepando quinto cestillo

mi torre anublada de hondo cielo,

sombras miro, me miran todas,

mi cántaro es como el de Dagda

ni fin ni repleto,

viaje eterno,

al encumbrar todo

de nuevo rocío.

Ababoles me cuentan

que todo se alza y rige

gracias a raíces primas.

 

Förüq Castellano

Tiempo en floración ruginosa:

 

Una flor que es flor

en mitad de tu tiempo,

floración que vino de raíz del averno,

escalando al cielo,

pluma en tinta

de servil vid de Ferento,

albor en cernícalo vigía

primo del vilano señor,

mariposa metálica que revuela

desde soto carmesí de tus muslos

desplegando su lengua furtiva por tu dulce

vientre de nieve,

corola de un silencio húmedo,

como si flor en palabra

nunca hubiese sido,

trampa de arañas en serviciales rosas

de la aurora más funesta, clavada la hora.

Curvatura morada de mi verde sueño,

corazón despierto o mudo

de grito sordo en el pecho,

amor de rayo empeño asolado.

venas en azur sobre tierra,

un destierro de la esencia intangible

al beso y ala vaga de sol minúsculo.

Rebelde en tierra resumen edificado,

sin vigilia feroz me despoblaba,

inmaculado fuego,

terrible y compasivo,

tú amapola,

crecida en luna de mi huero camino,

labrador de arduo sendero,

lebrela tú musa de mi gana acaudalada,

pez de hilo es este instinto,

a veces parco, a veces sumiso,

azul lento en flor de viento,

oval de campana tu concavidad en bóveda.

Mariposa negra que poema trae en ala,

gota de luz colmando el astro,

mariposa negra solar,

mariposa de muerte sembrando

orugas de vida nueva,

azur todo espejo,

de un tiempo que ya calla,

y todo frío, termina.

 

 

Förüq Castellano

 

Oda al Sol, musa en armas:

 

 

Gran Sol, gran hervor de rayos espadas

día clavado; tu iris sediento sanguinoso

en Vestal iridiscente en flamas a lo alto,

a lo alto brillas como crece el talento

sembrado en nuestro corazón,

rueda de fuego, Lugh en tu gloria,

germino toda dicha padre de mi conocimiento,

oidor, de cuánto arte ha conocido, padre Supremo.

Escúchame mientras te honren este,

el día de mi musa en armas.

 

El invierno se ha ido, nos dejo atrás,

los campos están verdecidos y cantando en flores

que trae Ostara y su caricia de divina nota

de savia que escala todo terreno,  y fríos ya lejanos,

Toda la tierra duerme en tu ausencia.

 

Incluso en los mas oscuros tiempos

tu luz es el camino

para aquellos que necesitan un faro

de esperanza, de brillo, de sosiego,

relumbrando en la noche.

Tu esposa regentada por madre Luna,

buscando toda tu luz, toda oscuridad empuja,

 

La primavera está aquí, y días aun mas cálidos vendrán

los campos están desnudos y vestidos de celestial verde de lanzas

y el ganado pastando.

 

Encendemos estas velas en tu honor,

Regreses la vida de nuevo al mundo.

Mi lira te cante la sola noche que traes flagrante.

 

OH LUGUS

Solar y poderoso,

sol sobre nosotros, te pedimos

tu regreso al alma incendiada,

en virtud que te amima y habla,

que traigas a nosotros la luz

y el calor de tu vida.

 

Trae de nuevo la vida de nuevo a la tierra.

Trae de nuevo la luz a la tierra.

y aleja la saeta oscura que te retiembla la calma,

al alba más preciosa,

Maestro encumbrado

del arte que florece

y en nuestras entrañas germinamos,

nosotros los escribas

cabalgamos todo tiempo difunto,

guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.

AWEN!

 

 

Diestro compás

en sol mayor,

bruma de idea socarrada.

Flamígero desdén;

congelado en ascuas

de fuego azul.

Horizonte sin prisas

que arrostró

todos los rostros

de abril.

Abre el nuevo fervor de tu luciente.

Y su solitario azar de relámpagos

de tu azur hermoseando,

enclaustrado.

Vírgenes encinas, y almendro de soto,

entre un nogal

dependiente de su sombra.

Al verdor de inusitados pinos,

me caracolea

la fronda del monte. Musario cerro desnudo,

Espino amarillo de mi dossier,

Caléndulas solariegas

que amarillean su silvestre ralea,

esposa complaciente de Sol naciendo.

Brilla esta infamia

de campo abierto.

A esta última lagartija

lanzo un baquio seguro,

sin disfraz ni apellido perenne.

Mudez última

de sangrada amapola.

Sanguínea tormenta

de dureza blanda

con agua de mi terco aljibe

obtuso en litigio de iris vespertino,

y su sangre que baila

el suelo terreno,

que en culto a ti Lugh yo beso.

Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra.

Hijo y sirviente de Candavmis dios del Trueno.

Förüq

 

 

Reflexión:

Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,

es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,

y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,

en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.

 

El Castellano 29-04-2019

 

Sol ferro a tu gloria, compilación:

 

Voy por tus desangeladas,  profusas luces.

Hierro que me tiembla la osadía,

oxidado resorte candente,

que afuello;

relamen linces del tamaño

tu dispuesta ternura.

Hirsuta ciencia tu tomo de tierra.

Acristalado vence marea súbita

de ojos realizados;

mi espada no luce marchita

afila latidos de mi corazón

ignoto,  ante tu ser,  casi desnudo.

Orando llegue revelado momento

de aspados dientes

y destellos secuaces.

 

II

 

Aruña mi tierra una vez más

como un grito en la vena,

como un gemido perplejo

que brilla el tiempo,

que empañó

tus vidrios líbicos,

atemporales,  dispuestos,

sin margen,  sin curva,  ni acervo.

Saliva en aljibe de hondo deseo,

exasperado,  irisando crisoles

que jamás marcharon;

beso y muerdo tus orejas malvas

profanando tu blancura primorosa,

en tus piernas gemelas,  semi-abiertas.

 

 

III

 

Mis violáceas hojas marchas

raíces que maúllan mi calma;

profundo el zarpazo de amor

que me afliges.

Osadía acariciarte en destellatoria

entre vela y candelabro

avivado tu hornillo de espejos

supinales.

galvanizada garra llega

a arañar la puerta;

rumor de fiera vespertina.

Solo ante tu sosegado

siempre azul violín

que la humedad

de tu floresta,

nunca más virginal,

entona.

 

IV

 

Despierta, flamea nuevo cierzo

por tus sotos de rincones sedosos,

humedad permisiva blanden

al desnudar tus mieles

entre tu piel serena;

abejas mías

dejar que la flor duerma.

Corajes florecientes

en ocaso que el alba lanza.

Desde la luz del día

hasta dentro la oscuridad

más densa que late y envuelve.

 

 

V

 

Sus cerrojillos tersos yo beso

en esmero amilanado de erizar sus nervios

a flor de candor estrellado, navego que avanzo,

tus filos de rubores aplacados,

esta luna entre mi tierra y mi solferro

una vez que su luz perdure mi hierro.

Placer enarbolado, en lustre de acanto,

ya mi querer no es piedra rodera

ni de osadía alabastro,

fuera de la batalla,

tersura que gemía la espera.

Mi piel de quimera,

inimaginada senda,

es un hálito y su verbo

una escala y nuestra escuadra.

Al placer preso

de sonido extinto.

 

VI

 

Retiembla el agua

un haz sobre espada,

inabarcable sentido

sigue, ahonda fiel

su rendición

en estallido del tesón.

melodiosa sierpe

en un vals del gemido

secundando el alarido

sembrado en su interior.

 

VII

 

Fuentecilla parece mi noche oscura,

fuentecilla retozona,

y de verdes lamentos quejumbrosa

como sombra leve de mi pájaro piador

que acuesta a dormir su entraña.

Sombras largas que descubren

el canto los lisonjeros grillos.

Blancura y azabache descansa en la arcilla

el nido mi golondrina.

Al fresco respiro de mi chopo soñador

lanzo un severo destello argento.

Longevidad imperial cercenada

como retazo de persistente

carcoma manida a mi verde intelecto

grave;

embaucaría sin tenerla

todos mis instintos,

todos mis impulsos.

 

 

VIII

 

Canta , canta mi pena azul

sin ocre zozobra.

Abre el verde ramaje ,

a la espesura de mi idea.

Entre un camino serpeaba

como culebrilla de un destino azaroso.

El murciélago castellano

rasgaba bailando,  ladeando

el cielo mullido

de levedad de colchón sin luz.

En sintonía opaca que rodeaba

y acariciaba.

El cielo abría su sangre a la noche.

Un sopor de estrellas

que en este invierno no tardaban,

y el rudo vigía  ciprés soportaba .

 

 

IX

 

Bajo tenue luz de luna

que los sentidos arrugaba

y mi fiero ciprés de lanza colgaba.

Avanzaba por el camino

los álamos,

como un sendero

en cal de maderos cenizos,

rumbo al Valhalla.

Alumbrado , rememorado,

anhelado

por todo guerrero .

Era un olmo frente la tapia

de un cementerio

en Fuente la higuera.

Caminillos de hormigas dispersaban,

desplazaban los vástagos

de forrajes venideros.

 

El Castellano

 

Tangencial, severo, recto

a este sol ferro fiero

de luna pavorosa descolorida.

Rey astro de cielos huérfanos;

soliviaré su fervor

por albas depuestas,

hijas de rayos derretidos,

un eco del hombre resuene alto

en esta umbría noche

que sangre previa

ya desvaneció.

Campo de raices en negra visión

y viborillas temblorosas.

Carne y cuerpo de metal

es mi azada mordiendo la tierra.

¿Cuántos ángeles disolvieron el vuelo?

En son de la belleza tornasola

en quietud reverdeciendo

estas selvas de sombra.

La llamada del guerrero.

La llamada de su espada zorro,

a su silbido forjado.

No es lugar plácido tras la vida,

no es esto, es aquello,

a cuántos insultaron los cielos.

A cuántos a su alma sobornaron

llegado el cristal de espejos,

y su laberinto de reflejos.

Soles cromáticos de escalas

intangibles de luz,

y sus rayos acuartelados.

Llévame en tu estela irisada,

yo me mediré con el Rayo de Zeus.

De letal sonrisa azur,

bailaré sorteando su electricidad.

Acostaré, ceñiré sotos

de vientos arrebolados,

en espirales.

Apolo me dará su brazo,

pondré a bailar Valquirias

en la fiesta de los condenados

a siempre vivir.

 

El Castellano

 

Cuerno sonoro,

cuerno vivo,

cuerno hueco

brillo frío templado,

vive tu osadía la bravura,

osamenta quebrada,

viertes tu sangre,

dando brío a la fuerza,

tu luz no tiene rienda,

tu puñal me dio

 vida,

y a Quoth el cuervo,

tu fiel agonía,

late, sangre fluye,

corre el lobo que soy

bailé entre serpientes

altura desbocada

he oído alzarse

almas bajo la tierra,

arde regio solferro,

oscuras alas blanden

sus filos de alba.

Regentan iris

la lucha que reinará.

Habla desde la leyenda

el origen de Iberia,

quién espantará

mis gritos entre ruinas,

desciende su poder

somos los otros,

canción de una piedra,

férreo el destino,

amplia senda

honro mis dioses

abridme el camino,

surcarán abiertos

libres vivos;

oda por esta tierra en llamas

por esta tierra en trizas.

Ahogarán alientos

bajo el dios del Trueno

ávidos guerreros resplandecen,

raíz de plomo

incandescente.

 

El castellano

 

Avanzas el campo

de mi irrigada sien,

cara por cara,

ojo por ojo de este abrojo;

Destino ciego de mi celaje,

bronco mar de trasiego

al broncíneo lar

encorajinado, nacido

de un pelo de un pelo,

rescoldo socavado

un acre sin pestaña hiriente,

vistas tras los espejos

para ser libre,

y enraizar este Sol ferro

que rehúye, desnuda las nubes.

Es un viento solar que me encara,

y afila mis fauces

que desencajan el tiempo

que ya marchó.

Pude venir a vivir

en la ola de luz serena,

el relámpago me alzó en compasión.

Pude renacer

pero no soy adorable,

desde estos acres

traigo

la flor de difunto

soslayada,

sembrado el tiento

queda resurgir del azabache,

y bailar sones de grillos

con sus raíces del mañana.

 

El Castellano

 

Magnánimo arrecido silencio

desnudado, su violín enardecido,

aromos fusilados, nacidos

en yerta conciencia,

y el férreo son amanecido...

 

Sangre belleza en pureza,

me abre éste el pecho,

sí bemol de opaco pío,

anuda mi clara secuela,

de ufanos clarines violáceos.

 

Afuello que venzo

mi claro oscuro fuego,

arrastra y consume esta tierra negra,

mi sangre y mi bandera,

esencia de una savia elaborada.

 

Soy el que abre

del nuevo árbol

un santo olivo,

que da miel a mi

reina madre.

 

Por mi árbol deshojado

en su nuevo muérdago,

troquel del inerte acto;

Parasitario.

Runas en sabiduría,

malvas granates de simientes,

simbología d'este solferro,

oscuro y su cuervo.

En nogal con su nuez

del tiempo, abriendo,

desnaciendo la nueva era,

afilando su fragua.

Los balcones extasiaban

por sones al llamado

del vítreo tras luz,

trasnochado,

en ascuas cabalgado.

 

 

El Castellano

 

Oscura noche me cuenta

de su vítreo trasluz,

cabalgado, por extenuada sombra,

es mi carcoma está despierta,

yo condeno a los que no son de su estirpe,

destellos malvas de luna,

ahorcan su compostura,

es por mi patio de la gris araña,

por mi tejo de flamas,

por mi fuente azul,

y mi jardín de cristal,

cuando yo me vaya seré tan chulo

que me recordarán,

este filo pulirá el metal,

el pueblo gemirá una hoz y un martillo de tierra,

hasta yo ser caléndula encumbrada,

avanzaré por los senderos del alba,

mi brillo será luz intransigente,

yo seré eterno como una piedra,

idependiente de lo que digan y digáis,

cuervo soy grazno por el sol ferro apagado,

yo voy que me siembro,

soy hecho de mis propias cenizas,

traigo muerte en vena cava

mi talento no acaba,

estoy tejido yo del miedo,

soy más fuerte que el desvencijado

alarido crepitado en eco de yacija

con su espectro

hablando en eco de su silencio,

me casé con la parca negra.

Vino a visitarme y la puse a dormir

en mi cama,

ente de otro ente soy

voz de alma

con voz taladrada dentro de otra voz,

tengo que poseo

dos almas en este mi cuerpo,

por eso hay sombras que no entiendo

en qué realidad me encuentro,

soy Förüq y mi voz seré encargado

de apagarla,

 

El Castellano

 

Efímero corre el segundo sin saludar

sin despedirse, sin preguntar si todo sigue

igual, avanza la manecilla de mi reloj,

hoy es de esas noches yertas,

que descubro mi tierra que late

bajo mis pies. hay avidez

en el subsuelo donde la sangre late,

destartalados pilares que me alzan,

recorrido de mi alarido

que muerde al conocerte,

he oído estaciones correr,

mi carne se funde bajo tierra abierta,

frente mis ojos

nebulosas abren, crepitan,

he nacido yo de su flamígera ascua,

mi solferro blande su noble falcata,

dentro mi carne la vida bulle,

su caída resplandeciente,

toda carrasca me dibuja al dorado tordo

de este atardecer,

el murciélago myotis

me cuelga la idea,

desde esta ojera férrea,

hoy me comí el firmamento anidado

en tu mirada aplomada,

soy experto recio como un lobo,

frío de segmentos cálidos de hielo,

maestro de mi espada,

escucha el brillar de mi navaja,

yo soy descendiente del miedo,

ámame como se ama

sólo una vez,

en el que nuestro color sea la piel,

afilo el poder de este silencio,

y te dicta

que te volveré a ver.

 

El CASTELLANO

 

Quiero deslumbrar mi camino,

ayen de estas víboras que caminan,

palpitar el látigo enfoscado

de sedientos corazones.

 

Entre sangres fugaces afilo

esta vida en grana marcada,

deshojada, por cuanto he conocido,

más que tristes metales lascivos.

 

Caparazón este el mío inerte,

vestido de marzos seniles,

agota, coarta la esquela

de mi memoria perturbada.

 

Camino sin camino

por donde se oculta el este,

veo la flor que desviste,

entre pétalos su iris difunto, imperturbable.

 

Te construyo sin verja, franca,

tapia ni acantonado te hago

a imagen y semejanza del aire.

 

Que pasa y mira,

que mira pero no descubre,

que nací dueño de tu avenida.

 

A este sol ferro  cuelgo agravios,

ofensas que desvanecen,

como la noche devora lo que es suyo.

 

 

El Castellano

 

No rebotan los tiempos llorando,

en escalas a ese cielo anhelado,

voy que viajo

y bajo mis plantas

la tierra brota, rehúye, fluye,

todo me alza

sobre torres sembradas

y sus trompetas abiertas,

desenfundo esta esencia

de estaciones correr,

hogueras profundas

en lágrimas de lluvia,

plantada mi compostura,

me crepitan las montañas,

los cuervos me rinden pleitesía.

Ante estos ojos

el ávido brillo

de oscuras alas,

frente mi carne

fuego enraíza

esta noble falcata,

encinas me enraízan

el dorado anochecer,

noche oscura

entre espectros de letras,

el día derretirá mis flores,

trepando mis venas de encaje,

mi azada será sangre

no más cuerpo y carne de metal,

al erizado filo

clavaré sentidos despiertos,

mi letra será invencible,

en flamante rebosante inspiración

parida de un rayo de sol,

ay la tierra que me clava la siembra,

ay sol ferro,

yo te hablo

al fulgor de venas

al calor de llama azul,

tú invencible

como la palabra te formó,

extasía lumínica

en candor de lunas aulladas,

ven a mi pecho,

te daré asilo,

desgrana este silo,

que mis manos hablen colores,

solo ante la adversidad

esta negra noche que huye

enjaula su oscura sombra

donde la letanía esconde

sus garras de cristal,

quedando repleto este umbral,

he oído llamar

llamar tus sangres de luz,

a violetas nebulosas

sin cauce

empotradas en sagradas espirales,

busqué tu vida eterna,

me contestaron inviernos

desmochando brotes extenuados

de tiempos atravesados

por tu espada eterna,

fuente fría

que llena dulce la fontana,

la vieja luna sonríe,

lo efímero será áspero y duro,

a la caída de este plomo,

se levantarán estatuas de barro,

tu lobo vestirá el sincero metal

por ser de hierro,

hasta su aullido de plata

a la noche sempiterna,

y sus enredaderas malvas,

campo este de víboras nacido,

por un surco repto,

y el alacrán me saluda,

soy yo tiempo olvidado,

resplandores

de este patio de grillos,

me cuelga la corona de caracoles,

por todas mis lumbres

abiertas

de caléndulas solariegas,

más que hoy

no espero nada,

porque yo siembro lo perfecto,

me responden sus voces del suelo,

al intransigente destello

me parto, me quiebro,

hasta dar mi voz

a estos campos

y sus sotos perdidos

encontrados en cada sangre.

 

El Castellano

 

Era esta araña

como un Sol ferro con casa,

era como un encontrarse sin despedida,

por qué,

porque yo empiezo esta obra,

camino destrenzo este campo,

me desmigajan a mí

sus flores extasiadas de difunto,

para decirme

que lo suyo es de todas las estaciones,

como hacer el amor

con azares alados y soldados de los campos,

que su simiente no es vida de un día,

yo digno de admiración

digo que me adopten

pues soy familiar

así no tenga savia

tengo sangre carmín

y mi simiente escrita

dura lo mismo que dura

la tierra sosteniendo vida,

desnazco de la hoguera

al crepitar del rayo luminoso

no soy como él invencible,

pero me cincelo mas recto y recio

que un hierro de carne,

soto-vientos atrás

las montañas hablan con la gente,

que sin ciudad no hay gobernante,

sin poesía no hay mundo ni creado ni

ni por crear,

más duro que los montes,

cabalgo esta letra

flamígera, extasiada,

al son de una espuela escrita en bronce,

digna del brillante metal puro,

para yo decir yo aquí

me he curtido y tejido duro.

 

El Castellano

 

Horizonte de la caída de este solferro

a reinar como una falcata de rayos afilados,

hondos ojos fijos en solariega planicie,

donde frías juegan moteadas las flores de invierno,

el reposo de la vida que se fue a dormir,

como un río de luz brotaba la escarcha,

un diciembre tardío saludaba

con sus manos heladas,

acariciando estos campos redondos

de cardos y caléndulas silvestres,

era un día de hacer manteca,

a mí el frío me hacía sentir vivo,

en este soliviar traigo mi espada,

pongo a sentir la tierra a mis versos,

que con cepillos de grama joven

se blanquea mi calzado,

viajo en mi mente

por el cuchillo calizo de la piedra

del caserón terruño abandonado

que posee mi padre,

rodeado por el fervor de pinos de monte,

donde próximas hacían nido las atochas,

a perdigones que son de la tierra

como la montaña a su roca,

cosas talladas puras como amaneceres

pulidos sin grises hojas,

ola rota mecen mis pasos

de un mar olvidado del que cepas anclan

sueños de vida,

del terreno en el que grillos esperan

el frío en sus agujeros

y su despertar para morir al acoplarse

a la melodía que teje la vida.

Avanzo en este campo de víboras

para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,

como mis pasos gorjean las carrascas,

todo mi mundo reverdece

para mí siempre es primavera,

y mi bravura llora flores por mis venas,

hasta tener del cielo

la malva del alba

hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,

del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,

me nacieron simientes silbadas,

y mis ojos enraizaron el campo.

 

El Castellano

 

 

DOCTRINA DE INMORTALIDAD:

 

 

Este es mi reino,

este es mi camino, mi elección,

devoción,

al uno, al Sol.

Mi guerra mi señor.

Antorcha de sola libertad,

reguero tu luz.

Camino de la virtud,

ascua perenne,

tu amada verdad,

forja de mi sangre,

destino atronador,

tu inmortal destello

iridiscente al alma en guerra,

somos los hombres muertos bailando

en tu corazón.

Clama esta nuestra Legión de Luz

un son férreo,

a lo alto los cielos,

Padre Creador te imploro mi humilde servicio

a tus Falanges cromadas de creación.

Alzo mi recia vida a mi sola espada

nacida y sellada por tu tesón,

En tus hoyos crepita mi dicha Sol Señor.

Tráeme que besaré tu Luz.

A ti rindo mis cenizas

y perpetuidad de alma.

Guíame amado,

a incendiar en reino de las sombras

con tu amor,

es mi reverencia, es mi servicio,

osar mi entrega al lado mis castos dioses,

Padre tú de ellos,

mi amor, mi Sol, mi veneración,

soy tu hijo,

destellado te amo,

desde albor cantado,

al origen de tu hierro en mi sangre.

Hoy es siempre por ti,

ángel en tierra

estruendo ciego,

de la vida de tu ceniza,

Sol dador de hálito exuberante,

mi campiña,

mi suelo y mi cielo,

mi salvación sólo tú señor.

 

 

Förüq Castellano

 

Cauce en rectitud:

 

Empeño asolado,

flamante compostura

en fanal infinito

de las flores del campo,

del ababol al dulce hinojo

diestro me dirijo hacia la suerte,

por coraza mi pecho,

por yelmo mi palabra,

un fiel reflejo por escudo,

es todo lo que pudo la armada  razón,

es todo lo que llegó

al río de las almas de mis venas,

dulce estampa de agua,

a vid de trigo y girasol,

la novena estrella me cabalga,

todo oscuro linde de mi vergüenza deslumbrada.

Ojo de mi ojo, viva siempre la virtud del aojo.

Vida de mi zarza quieta, de cristal en espinas

que su hielo en sangre me temerá;

una fiel hoguera de rizada ascua perenne,

rastrojo al fuego de mi quimera, sola su verdad,

es mi sed verdadera,

escarpada cumbre del hombre,

y su dicha en esquela,

yo lato sin nombre,

allá donde el astro esconde;

sentencio a mi olvido

a no volver jamás,

a este recipiente

de sangre que porto,

que hace cumbre,

resisto aleatorio,

en este panal de esbozos,

me enraízo lejos de este mundo,

me desdoblo en dos dimensiones,

las vidas de un día que me enjuicien

que mi camino no termina, comienza cada día,

en seno de espiral armada;

montaña, yo soy la montaña,

el Juez Supremo ya me dictó mi sendero,

que yo me he ganado,

que yo he tejido,

y que las lombrices

sigan siendo lombrices,

que yo sé donde dirigir mi vuelo

de cuervo poeta,

mi semblanza tejida

camina sobre una araña,

boca sin besos,

en cuarto umbrío,

me teje ella Litcher la llamo, a mi fiel araña,

un destino, pulcritud de estela alma,

un encuentro sembrado,

letra que complace mi tejado,

resbalarán las aguas,

mi navío fue llamado al negro puerto,

siniestro yo el comandante

sigo mi noche

que ahuyenta que se estampa,

mi letra quedará en mitad de tierra,

porque toda materia

es y será polvo de tierra,

un rezo y un ruego

para que sean iguales a mí

cuando me toque zarpar

al otro puerto blanco,

sin retorno cristalino,

ni rayos irisados.

Sólo un campo de zarcillos

y rosas caninas que destapan auroras,

semblantes del ser que fue alguien,

quien quiso ser...

 

El Castellano

 

Destello incesante Tornasola:

 

Sangre, pájaro, sombra luna. muerte en vaso de cobre, flor, estambre, lágrima, opacidad serena oscura, tristeza sola, destello incesante, contagioso azar inmiscuido, terco estruendo, vicisitud labrada...

 

Empiezo.

Desdén flamígero encorsetado,

en sangre de puridad, de alma o cristal en vaso

de alma y su terco sueño que era forma,

vicisitud o estela,

estambre y flor masculina,

 luna de muerte oscura en yacija,

y su opacidad serena,

de argenta guillotina

cercenando al tiempo suelto y libre,

su oscura lágrima

de muerte en recipiente de cobre,

sombra y su noguera nunca ruginosa

de raíces en pulcritud de soledad de savia.

Esencia en vals superior,

como ninguna hoja se retira del árbol

sin motivo elevado.

Tristeza caprichosa como pájaro caminante,

y espíritu en captura de azulada raíz

azul hermosea la vicisitud labrada.

Pureza de sangre su única campiña

yerto sentido,

de tuerto ojo sembrado,

sonaba el repicar del taladro,

como un clavo hendiendo otro clavo,

y una astilla sacando otra estaca,

azar alado,

en litigio de iris sediento,

era yo como cristal

de transparencia habitada

agradeciendo a mi musa de agua,

su fábula del pájaro y la flor,

despierto otra vida

que empezaba a soñar mi vida

a partir de mi presente muerte.

Y su vaporoso candor de estela,

un tambor sonaba mi tierra

abría del suelo una lira sobre un arpa

conjugando resonancia crispada

en cuerda y engranaje maldito

como una peineta de brujas afilando

el violín destino, que dictó

que abandono, sin haber comenzado,

y empiezo sin saber continuar,

porque acaso

¿hablo yo?,

¿O despierto sin haber dormido?

ni conocimiento,

seguiré indemne acontecido,

sin dejar de ser correcto,

jactaros del libre

os hace más esclavos,

perseguir sin incendiar vuestra casa del mal,

os lloverá lo cosechado,

se ama la virtud

la bondad destellada hace arder el odio,

y este en contrario resta luz cuando se le ampara.

 

 

 Förüq Castellano

 

 

Secuencia presa en ''Arañal'':

 

Plantado mi solo eco,

que abría mayo hasta marzo,

dictaba que hermoseaba,

amor en virtud.

 

De mi dama cantada,

versos sublimes encontraba

bañándose en el pozo de Airón.

Su edad rezaba mi ignorancia.

 

Evanesciera el susurro de toda lira.

Recuerdo vagando

que Apolo me deja solo,

y yo con mi arrida sien.

 

Derramo que riego mi pecho

y su yunque en vello,

me hollaba la fatiga de mi neurología,

y su esplendor se retira;

 

encanto recordaba de mi ferviente

musa de mis dos umbrales,

uno cuerdo, otro mejor.

 

Mustio el dolor se arrugaba la frente,

atónito que danzaba perplejo.

Invencible Castilla me aguarda.

 

De foráneos no queda ni simiente,

de insurgentes mi bayoneta,

don funesto de letra bastarda,

 

preso y yerto ahincó mi historia,

sepulcral victoria me retenga

 

de mi guarda, la Gloria.

 

 

Förüq Castellano

 

 

EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO:

 

Operación cero,

preparado para destrucción completa.

Temblando ruido agresivo

supresores activos,

hostilidad caótica

controlador inactivo,

ctrl.alt.delete

mente eliminada,

extasía fijada,

dominación eleva la distorsión;

extinta clase,

energía nunca muere.

Raza real avenga el paso,

controla el ruido ahora,

real es terror en el hueso,

juntos:

-Guerra al error,

guerra en la boca de locura,

nadie viene a morir hoy.

Tropas de la luna

blanden metal oscuro.

Más duro que el resto del tributo,

pura luz sellada;

fase helada en un dos tres segundos;

vidas en el ojo de una aguja

sistema sobre saturado

dirigiendo bajo tierra,

era del resplandor metálico.

Mortífera debilidad

perfección dicta

destruid el defecto.

Vandalismo ordena

descanse el tributo enajenado.

Llanto de la guerra crispada,

sórdida esencia implícita,

tercera fase encendida,

fuerza canta

ciega su falta,

exterminio en vena férrea,

faroles dormidos

esperanza difunta,

cobres almas anidan

sigilo deslizado

por entes de éter.

Energía, niveles óptimos.

Conquistar y destruir es lema,

pasado rueda

el olvido del tiempo.

Es hora de estremecer;

por un alma disuelta en electricidad,

fase oscura dispuesta,

era lumínica comienza decadencia,

telégrafos disponen alaridos en cópula

sobre postes de pino muerto.

Escarpias frías

sostienen pensamientos,

nueva era decreta,

hoy es mañana tejido en fábrica

de herramienta llamada éxito,

ilusión en cadena

para realidad de quien la estrena.

 

 

El Castellano 14-08-2018

 

 

Brota la rosa furtiva.

Hinojos al fuego de sol

expanden ojos viendo

inusitada encina que me respira,

por ende se agita el olmo secuaz,

avanzo el camino de los cardos densos

todo lo que veo crece sin más importar

ababoles en rojo granate tinta

de tierra sin despedida

sangre en vereda en verdad

al chopo viejo defino mi ida

abrojos difuminan la verdad,

enclaustrada savia la reverdecerá

esa que llegado el verano desvanecerá

crepita el suelo en color

añil el canto, digno encanto

se viste de espiga

a la malva tornasol

escucho la súplica

de toda espina que mece mi vida

reposa el colorín

por las margaritas abiertas

nacerían mis te quiero

y los molinillos al viento

acamparían el sentido

y el aliento silvestre nacido

al estramonio seco

canta su renacer de simiente

para el verano y el otoño

brotar sus trompetas de los ángeles

en vida y fulgor

por la ortiga que su hoja pincha

mecería mi vista

con el poder de acariciarte

el pensamiento

por más que avanzo

el cardo llena mi visión

el camino sin final ni retorno

lleva a encontrarte

por los cuclillos nacidos

por la cepa de vino

por el olivar vetusto al sembradío

acampa y despliega mi sino

de trigo y centeno visto

la acequia mi sangre lleva

con el fin de inundar los campos

de mi verso que es mi sangre

diestro compás de espada

lleva la cicuta

al brotar de un cebollino se muestra

fiel la floresta

por el ciprés que los muertos vela

se duermen los siglos

y la morera dulce torna

al trinar de pardillos

visten los castaños de indias

hoja nueva

el umbral silente cocina el hueso demente

a la vista del Sol

la lagartija está

el tragopogon luce su flor

para su posterior de su simiente dispersión

hogueras cándidas al sol

tienen las caléndulas arvensis

en su flor

siendo flores de difunto de los caminos

por la que los muertos bailan en su luz

del pino avanza la procesionaria,

mientras violetas nocturnas

dan nombre y honor a flor

los plantago que tienen su flor de su espiga

fieles estambres enamorados

de la vertical caricia

ven llegar sus soldados alados

infinitud de vidas en color

con flores regadas por la primavera

que mi sangre y de todo lo vivo

altera y mece en alegría

y sutil caricia de vida

su fiel avenida

del sol y la sombra nacida

lluvias despiertan el sueño

de toda simiente caída

brotando mi vida en lluvia

de este abril que tardío marcea.

 

 

El Castellano

 

TORDO ACOMPASADO:

 

En el océano de este mundo

abierto al cielo,

vive el cuervo,

por el desvencijado respiro mío

avanza, mece y sostiene

un tiempo en réquiem de espadas,

por aquellas voces que sordas

laten, se descubren, alzan,

se quiebran al paso de altares de hueso

por mis atardeceres de murciélago

voy ciego al calor del astro,

siente mi caricia de pájaro

esta vida en un verso,

alzando nuestra luna de acanto

y alabastro gimiendo el ocaso,

azabaches ensortijados, derretidos, extasiados

por el sendero despierto,

por el cauce que trae la vida, la mía,

ojos en resplandores dorados al tacto

de mi astro soslayado,

mi azar es sembrado

vida de vida

late esta caricia

no hay retroceso ni regreso

todo está bajo tierras germinando

por la rosa de su pelo,

tu sangre me colmó en beso,

nuestro cielo de amarantos

fiel al respiro que alcanzó a ver

la belleza en noches de miel,

respira abre en ambrosía mi vida,

en este horizonte dormido

quiero ser de la piel resquicio,

que no me sientan perdido,

quiero ser Siempre tu sonido que acompasa

que clava olvidos

en despertares rizados que consumen

la retina y sus astros,

todo lo que anhelo es la verdad en silvestre flor,

tu eco alto que no hay pájaro sin nido,

esta noche será distinta,

el comienzo empieza ahora,

mi sueño de araña

que todo lo tejido

recompensa trae a lo sentido,

un avance de mi sangre,

ven al nirvana del ruido,

anticipa nuestro solsticio,

Yo que amo en mimbre de esparto

y verde espiga de trigo,

fiel comando el suplicio

de los valles de mi sombra

displicente, enamorada.

Encumbrada.

Sostenla, sostenme de la pestaña,

me nacerá un alba,

marcho, a través del hielo,

su azul en la mirada,

estoy sembrando mi escarcha,

y que venga y queme

este laborado tiempo,

que yo nací del viento,

alguien está llamando

oscuro este romance entre las malvas del cielo,

se escucha mi nombre,

tengo que cerrar este hielo,

colgando mi estampa

del árbol de las cenizas,

y que nazcan ojos de tierra

de este hueso,

que seguiré soñando

que fue sólo eso

un sueño en despierto umbral

de mi alma y su protectorado.

 

El Castellano

 

TU ALMA DE FUENTE:

 

Desasirse, tu voz ocurriera,

quedar sin partir mi alma,

como estalactita,

como sola queda la caracola

vacía y hueca sin hallar tu letra,

desasirme y quedar

yo, sin árbol ni aire,

consumirme como llama de vela,

apogeo, torre de breve arena,

cae de arriba,

este demonio sin pena,

hablar de mudas solitudes,

como eterno, es lo temporal,

verdad colmada de ausencia,

arder sin quemarse,

e infierno azul de otra vida,

aprieto de verso me solicitas,

te dijo mi ventana,

como entraña de invierno duro,

alma, asómate,

viste su hermosura porfiada,

¿Viste que mañana seré hoja incrédula?

De planta que yaga pura,

que brilla oscura mi siembra,

mañana iremos a desnacer,

porque hoy sin tu respiro,

ni poema solar, no es vivir,

¡Ay! Lo que no dicen tus ojos hechiceros,

yugo amante, fiel,

que no abandona su sombra,

necesitaba tu dura grana de piel,

y tus rosáceos, granates, áureos labios,

mi alma traslúcida,

imponente,

reniega a achicarse,

lleve donde lleve,

el aire de poniente,

reluce por ella,

todo apócrifo misterio,

te debo tanto que no me imagino,

embargando sangre,

jamás esquiva,

jamás esquiva.

Todo este campo,

cubre y cubriría.

 

Förüq castellano Miguel Esteban

 

CLAVEL:

 

De una rosa malva y una espina,

nació este vil amor que me camina,

coge amada de esta temprana primavera,

tu céfiro de plata, que en su mitad,

dorará como níspero al viento helado,

en tu lágrima me baño,

por no hacer muda mi costumbre,

al vendaval furtivo

este dulce suspiro,

que se juega entre verde pasto,

y blanca cumbre,

andar iba por la vetusta oscura,

de pertinaz olvido,

vuestro ardiente gesto,

de mirada cual rocío en la seda,

de la ignota tersura aterciopelada,

luz entre vorágines y tempestades,

tus bravos mares,

con hocico de riera, yo, contesto.

Escogida tú de lirio en cuello,

hermosa, enhiesta,

cual hoja que viento mece,

esparce y conculca destino,

sí a Dafne de ramos y racimos cual nardos,

áspero velo me das a cubrirle,

raíces de sus pies en blancura esencial,

causa de mis lágrimas siembro.

Para me concedan tornar beso tuyo,

como brota de la tierra la simiente,

su despertar a besar a Sol padre la alumbre,

pensé en el cantado verso,

y tu piel de jara,

hermosura prendada,

quién solo contra ti,

mi flor armada.

 

Förüq castellano Miguel Esteban

 

PLUBIA AMORIS:

 

Lluvia amor,

 

Llovía 1 corazón, suspiro amor2.

Clamor 2, deseo, eterna alegría1.

Día 1, noche, crece le amo2.

Proclamo2, vida, venerada sinfonía1.

 

Reverdecía1 soñaba, amada nuestra3.

Muestra 3 alas, acelera sinfonía1.

Cercanía 1, sueño, verso, amaestra3.

Palestra3 profunda, crea, sonría1.

 

Beso4 dulce, agua pura5.

Cura5 alma, sinceridad ileso4.

Travieso4 sueño, arde coyuntura5.

Aventura5 esencia, amando sabueso4.

 

Quería1 decreta, olvido razón6.

Querer7 puro, solo sazón6.

Vía1 una, sentir8.

 

Bella9 compañía1, contentarse premura5.

Fuego10 complaciendo instinto embeleso4.

 

El Castellano

 

 

 

Plubia amoris:

 

Lluvia amor,

 

Llovía corazón, suspiro amor.

Clamor, deseo, eterna alegría.

Día , noche, crece le amo.

Proclamo, vida, venerada sinfonía.

 

Reverdecía soñaba, amada nuestra.

Muestra alas, acelera sinfonía.

Cercanía , sueño, verso, amaestra.

Palestra profunda, crea, sonría.

 

Beso dulce, agua pura.

Cura alma, sinceridad ileso.

Travieso sueño, arde coyuntura.

Aventura esencia, amando sabueso.

 

Quería decreta, olvido razón.

Querer puro, solo sazón.

Vía una, sentir.

 

Bella compañía, contentarse premura.

Fuego complaciendo instinto embeleso.

 

El Castellano

 

RAÍZ:

 

 I

27 abril 2016

 

Raíz:

 

Tibio resplandor dorado

mi aura escapa de mi cuerpo

para no saber quién ser

el ababol del camino clama

por enternecer la primavera

a rojo carmesí cuando la tierra estalla

en flores ellas dejan su río de sangre

allí donde el olmo viejo

crepitando mi sentido estaré

me nace una espiga de la mirada

a la hora que se acuesta una malva

luce el colorín su trino

la caléndula cierra sus flores en verso

a la hora que el tejo exhala por el tiempo

transcurrido hueso viejo

y su tornasol afilado

hoy es tiempo de colgar sus flores al viento

por si llora mi cielo cuelgo ramilletes

en chopos silentes que la vida

vio colgar de mis pupilas

al dulce trigo en verde olivo

que mi ser yace más que vivo

mi ser es primavera

a la hora que su caricia blande entera

mi tierra y su entraña abre

al esplendor de un estambre

y se eleva mi lumbre quieta

río de sangre que me crece

por soñar soñé y me enraizó la flor

y que la flor sólo sea la flor

Porque jamás mil máquinas podrán hacer

una flor y elevado mece su amor

por la verde grama

que se afila de mis ojos

la guadaña

por el ancho largo

trepó y escaló su cielo

al fiel desliz me hallaba

esperando adoptar su sabiduría

que reverbera en cada pétalo

en cada hoja, en cada raíz

de su fiel testigo estático

quedando quien fui

y la tierra que seré.

 

El Castellano

 

II

28 abril 2016

 

El tiempo que se abra

y brote mi vida

al compás de un Sol mayor

resumen de existir en el brote

de una zarza que allí

baila mi hada

estallando en flores su pelo

tierra yerma que vio trinar

el estruendo de un zorzal

quien te viera caminar

vestida de espiga y lavanda

por ti se abre la Rambla

tus cabellos iridiscentes al brillo

canta al son mi grillo

por un camino se bifurca el reguero

el gato lame su pelo

yo estoy esperando por si te encuentro

mi señora de las flores silvestres

se Acuña mi aliento

en una flor del viento

una flor pálida nació del cielo

con sus colores alegró al tiempo

de sus hijas nacieron alegres vientos

del norte que en color vistieron el bosque

una flor naciente abría su esplendor

a un Sol de mayo por ella tormentas

nacieron germinando a su paso

vivezas de antaño

por los prados viste mi calma

fiel a encontrar tu amor un día

por si el cielo se abre

que sepas que él te mira

mi señora de las flores silvestres

un cardo de la dama en tu mirada

por si vivo mi vida te entraña

fiel de esperanza

una flor bajó del cielo

a expensas de sangre tener

ella se volvió mujer

con tu nombre en la piel

por la floresta danzaba mi suplicio invernado

fiel testigo maravillado

con amor en las venas esperando las flores

de primavera y sus caléndulas

despertaba por fin Ostara

y el cariño de la tierra

mecieron los terrenos

un soplo de su aliento

me floreció un beso

Cuando los jacintos abrieron

sus flores al horizonte del terreno

yo estaba despierto

surcando la mente de quien me piensa

con paso lento y decidido

transmutaba la flor de Odin en luz

cabalgando un arco iris de estrella

sonaba la campanilla entre grama dolida

era el momento de acostar

los dientes de León

al tiempo que besaba fragancias de colores

mi jardín de duendes.

 

 

El Castellano

 

III

29 abril 2016

 

Todo se baña al calor

de tus ojos

ciñendo la danza

de mi azada

se enhebra mi calma.

Vespertino guiño

de gramas preñadas,

por la sed de arrojo

por tus estrellas desdobladas

Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada

Yo estaba caminando sobre mi línea

la noche me contaba sus mentiras

sobre un parco negro límite

me encontraba

disparé a la luna sin hueso

se me acercó un cuervo

con alas azabache

pregunté a la noche

que su abrazo en letanía aguarda

si yo era merecedor de su dama

yo soy la voz de pasados lejanos

soy la voz de un futuro

soy eco de tormenta

al fuego de su rayo

llevo a cuestas montañas

enjambres de abejas

quieres oír su nombre

que la oscura soledad late

Él es Siempre

como un relámpago de sangre

como una luz que mece y envuelve

es el despertar en otra carne

en otro cuerpo

las sombras cantan a su vuelta

yo que camino por la ortiga que me mueve

hoy verá el cielo llover flores

y los campos abrirán sus colores

al rey astro que nada ni nadie

contra él puede

por si brilla mi suerte

de la mano de la dama nocturna

contará aquel cuervo que me vio.

 

 

El Castellano

 

Carmesí inefable:

 

Turbado yaga mi espíritu,

sin voz yace mi gran momento,

puridad en crisálida perpetua,

oh, lacónica eternidad,

no te temo ya

ni tu crisol de hálito

me vence en inmortal secuela,

recto ganaré a la luz,

por su ceniza coronada,

cantaré hasta el etéreo vuelo,

me trasplantará el viento obscuro,

metálico azar,

erigiré un árbol de brea,

en mitad del todopoderoso silencio,

mi flor no sucumbirá,

ni mi verso armado

será litigio de crin en ascua.

Filial prestancia,

que nadie trepa mi solo nombre,

por cantos obtuso,

en sangre

suceden labriegos

fecundos.

Terrazgo de mi amor atado,

canto a mis generales,

despejen el camino,

y entre férreos cipreses

me avalen.

Tanta herida precedida,

tanta voz que muere,

sin soto de almíbar,

pena que no muere,

son este de mi bronce en ala

de un repecho carmesí,

soledad,

mi gloria tan fuerte.

Azucena helada de mi tarde,

resuena en ti

un azar indeleble

para indicar sin sonido,

que tengo corazón y cielo

atrapados en un solo verso.

Olvido sin espejo,

mantuvo suerte segura;

luz sin día ni ojos

fue perfidia en otro astro,

azul, paz,

cuchillo que mi vida hiendes,

a cercenar toda oscura alegría.

 

Förüq Castellano

 

COSECHADOR TU AGUA:

 

¡Armaos, perros poetastros,

poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres,

vuestras líneas sin más tardar!

Es tarde para volver atrás;

No dudéis ni un suspiro

de este yerto que cruzó

el río de la Estrida.

¡Mas, por regio el Sol caudillo,

por su blancura de Madre,

oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte,

hay los cielos.

Y hojas hay en mis manos escritas.

¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!

Suenan las grandes trompetas

que ni en toda Babilonia,

ni en alta torre de Hércules

su resonar pueden disolver.

Recobrara mi aliento,

mis ojos cobraran su luz.

¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!

Día tras día nuevo,

tirando tajo de verso recto.

Embestía y no halagaba a ninguno.

Por un pajarillo envío

por una hermosa golondrina,

que allí donde se vea una alborada,

Hipsípila caudillo hijo,

siempre vivirá como invencible Sol.

 

FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García

 

 

FINAL PROYECTO FLOR DE HÉRCULES

TOMO II TIERRA YERTA MI ÉGIDA Y CELADA






















നുന്ചാ അസുമിര്‌ഇ മി ഫൈനല്‍
പൊര്‌ഖുഎ ടെ അമോ ടെ വെര്‍ദാദ്.


Cubo metálico sin fin,
donde se derrama,
mi vida, en una hoja,
fieles testigos
involucrados
mis verdes sueños
que sonarán,
goteando una clepsidra de mano
un hierro en el bolsillo olvidado
un barrote y un peldaño,
dejé mi inocencia a solas
por si vuelve,
a mi mesita de noche,
a un rosario oxidado,
a un armario cerrado,
a una vela de candelabro,
dónde yo me casé contigo
en su llama
y juré, juré no mentir más
a este arriano corazón esquilmado,
creí que la mentira
era ser feliz sin querer serlo,
de retuerto desliz
desmiento su designio
voluntad coja de verdades
para anticiparse al pasado,
raudales de belleza anidan
sin ser elección
sueño taciturno en cesta de mimbre,
todas las cosas
incluso las no creadas tienen razón.
Su sueño ha acabado
soñó la vida como su propia realidad
pero en realidad usted muriö
en aquel accidente
el coma le venció
y le introdujimos su posible devenir
que lo sintiese,
el tiempo se ha acabado,
debo apagar la luz.
No venció su destino.
Su hoja se completó.



El Castellano


II
Tus brazos no están lejanos
de este alma que te habla,
mis ojos cerrados
no cesaron en emitir
su brillo ilusionado,
recuerda que lo mío es para siempre,
cuando todas las luces comienzan a cerrarse,
cuando la noche comienza a sonar
yo estaré allí, esperando el momento por y para ti,
la línea del horizonte te bajaré a besos fugaces,
para que me recuerdes sembraré en tu cama ilusiones,
aguántame el embiste de la luz,
porque brillaré y mágico te alcanzaré,
tiene el viento quien le trence el sonido,
y por tus labios se descubre mi nido,
ese por el que el te amo queda crujido
en las pupilas que gotea el destino,
no lo puedo negar no te puedo dejar,
ni esperar que los cielos me bajen tus besos,
por ti  Quimera quiero luchar,
y llegado el momento los astros bajar,
el umbral queda escrito para tu piel alcanzar,
y los sueños realizar,
estrellas fugaces donde anclar mis esperanzas,
esas que tu campo avanzan,
y para los dos tienen trenzado el cielo,
la lluvia cae hacia arriba,
la noche comienza sonar,
el miedo se va por la avenida del beso,
y quedan mis labios de los tuyos presos,
llamando a tu corazón me verá el tiempo,
incendiando y prendiendo el cielo
llamando a tu amor.
Buscando ayuda prendiendo mi cigarrillo,
en tus ojos me miro, en la esperanza de mi sino,
alcánzame un sonido yo por ti vivo,
hazme libre cuando en tu ser me adormilo,
quiero sentirme vivo por si tu boca puedo acariciar
en vilo destellos en redención
eres más que un suplicio dormido,
eres donde mis sueños hacen nido,
y yo quedo en juicio,
por si vuelvo a la vida de nuevo,
que sepas que yo te miro que corriendo mi destino
de flores te envuelvo,
la puerta no se cierra de noche
y vuelvo a la vida a la mañana
cabalgo la oscura verdad
que sin tu ser me desvanezco
en letras del olvido que sin estar juntos
mis sueños se chocan con la franca tapia y verja
de todo lo que no puedo alcanzar
cuando yo, Quimera te amo de verdad,
y la inseguridad del destino se estrella
a las puertas de mi corazón
para ti abierto una vez más,
no juzgues este preso de tus labios
que jamás puede huir de la brisa de tus labios
y al horizonte clama la vuelta de tus besos
porque sin ellos la vida se escapa fugaz
en tu parpadeo,
solo y la soledad se escalda,
sálvame de un silencio que crepita tu nombre,
libre por ti quiero ser,
cayendo esta noche
que las flores y sus tules
me derraman tu sonrisa escampada,
no puedo correr no me puedo mover
estoy abriendo mi entraña para ti
sólo una vez en la vida
que tus ojos me devuelvan a la nueva vida.
Rezando a la noche de nuevo me devuelva a tus brazos,
cantando a tus ojos la vuelta de mi sonido a tu oído,
la ilusión jamás muerta quedó recuérdame
por si vuelvo a tus labios de nuevo,
escucha mi lamento por un desliz
no merecedor de tu aliento,
yo escalo el viento y traigo el fulgor
a tus ojos esos que la miel tejieron
y por los que encuentro mi mundo en flor,
escucha el latido de este corazón
estoy llorando por ti amor,
cuando los sueños se cerraron en flor,
yo estaba viendo allí para los dos,
el borde del papel a la espera no se cerró,
vivirá siempre esta hoguera
y mis ilusiones que jamás se desvanecen en la arena,
perdido mi mundo el nuestro quiere brillar por el cielo,
devuélveme al camino, mis ojos te quieren pertenecer,
y la luz encender brillando el sentimiento como ayer,
mi quimera despierta se hace verdadera
y yo mi vida no puedo detener de hacerte la primera,
porque al guiño del sol eres todo lo que amo de verdad,
ilusiones encendidas del fuego,
al fugaz sosiego vida eres todo lo que yo tengo,
al crepitar de la tormenta estaba yo despierto
buscando un lucero para encenderlo,
sí yo te merezco y tu latido me hace grande
no mires el fallo mira este calor que mueve mi aliento
a encender tu corazón este frío quiero abandonar
y quedar de tus párpados asido
a la verdad que mece el umbral del destino,
para alzar tu latido,
cuando jamás quiero blande(i)rme en el destierro de tu piel,
recuérdame sí recuérdame en el tiempo que quiso ser mi hiel,
para encenderme del ayer
y que no me imagino sin tus ojos de miel,
déjame resurgir y tu latido descubrir,
a un tiempo que me dispara
soy yo el que su trino avanza
por tu corazón su esperanza,
de servir luego a la añoranza
y dulce organza que tus labios acampa
mi Leana estoy llorando que si no vuelves
no mates de mi ser el cariño profundo nacido,
que surca el infierno y te baja el cielo,
por si acaso mis lágrimas
no sean realidad para mi corazón
que sin este desliz tuyo fue,
y que sueña que añora pertenecerte
como la abeja a su miel,
como la primavera a su caricia de flor,
seguirás siendo mi vida
a un tiempo que inverna
quien vuelve a ti siempre te perteneció
y al albor del rayo de sol
jamás podrás negar en albor.
Porque mi destino se trenzó para nosotros dos.
Sólo te pido me recuerdes
cabalgando la flor
por conseguir tu amor.
Y volviste de nuevo a mí, el camino jamás se cerró
para nosotros dos, la luz del firmamento brilló,
y bajo tus labios encerró el latir de este poeta bohemio
enamorado de la vida y de ti,
por sueños que cumplir desmenuzó el tiempo que te vivió
en más que un desliz esperanzas caen colmadas,
y su horizonte lejano en beso derramado,
pregunta al cielo por mis sentimientos de fuego,
al albor crecieron crepitando que quiero ser tuyo en amor,
leones aléjense lo mío es mío para siempre,
y que mi aliento no descanse,
para servir febril al amaranto en rama de este corazón prendido,
y que haga templo del humor vivo
ese que te tiene a su amor rezándote en vilo,
paredes caen desdibujadas y mi corazón un cuarto
abre al esplendor del acanto que mece de ti mi amor
más que el viento de tu voz, más que la miel de tus ojos,
resquicios de mi ser cabalgando infiernos,
soslayando astros para pedir tu mano,
al sueño y su voz onírica tejo de mi sentir la lírica,
fuego al albor del rey lucero al que le pido
brille este sentimiento preso
y me lleve a tus brazos por si vivo de nuevo
que en tus ojos me miro,
camino las aguas, rompo hielos, dibujo en tu piel firmamentos
de algodón y azúcar conduciendo el sendero
que me lleve a verte de verdad,
y me haga libre para que nunca se apague mi hoguera
que entera te colma mi bella,
para ser yo tu poeta, tu castellano,
ventanas a mi pasado derraman la avenida
y sólo quedo yo desnudo en la penumbra
mirando todo lo que dura
y mi amor por ti que jamás mi Leana te caiga en duda,
déjame mecer en mis brazos la belleza que te envuelve,
y por la miel de tu cara encontrar la ambrosía
esa fiel de mi caricia.

III.....III........III

Afilaba que tendía un
homicida cuchillo atricida, vampiro en sótano de fosa y de cúpula, con el santo lindero que es mi cuarto.



El Castellano y Leannán-Sídhe


III







Entre este cielo de auroras,
hay una bella que se alza entre todas,
es la noche de tu carita si yo pudiera hablarle
a la altura de los hombres,
le cantaría pidiendo su beso,
por ella desgranaría mis flores,
pidiendo rozar sus labios,
que brillan como destellos de todo lo que siento,
y es más que un hueso es espina dorsal
que me mantiene recto,
no hay ya estrellas en el cielo
que brillen más que ella, en mi corazón,
es de la noche esta armonía,
y su silencio que me cuelga,
para mi no hay más vida que osar su compañía,
mi campo de batalla su interior
que me fascina,
quiero recorrer su avenida
y su sonrisa sin prisa
amamantando a Diosa Luna,
ser su alegría como mi Sol sale cada día,
sostenerla en eterno arrullo
quiere cantar mi alma
que por ella estoy dispuesto a vencer
siendo hombre en amanecer
perpetuo de la estrella asido
jamás vencido, dispuesto a luchar
esto es sólo una furia que avanza
y yo la amo, y yo la siento,
Quiero luchar por los dos.




El Castellano








Espinelas:
1
Enhiesta flor fue semilla,
altiva plántula fue ella.
Quién fuese aquella tan bella.
Él, pupa acabó polilla.
Aún plántula fue pilla,
él aún pupa la amaba.
Aún flor la respetaba
juntos cuatro meses bellos
cómo fue lo saben ellos.
Él desde pupa esperaba.

2
Bellis annua siempre bella
sin ningún pacto indebido,
licor de mora bebido
brindé yo por amor de ella
y mío mas la botella
casi entera, mi infinito
lleva en corazón finito.
sólo nosotros dos flores
libres en cante folclores,
soy alcalaíno, cito.

3
Amor te adoro bastante,
tanto que ni te imaginas,
volamos sobre colinas.
Nada encuentro yo distante
feliz yo, el único amante,
ambos somos golondrinas,
folclores mas las endrinas,
el weche, mapuche, arriano,
nunca solar artesiano,
no hay destino en las neblinas.



4
Ahora, es ayer, henchir.
Amor obtuso, incesante,
mi vida en valor constante
valiendo la pena hinchir,
sin pena yo, rehenchir,
vigoroso, parco, regio,
como corazón de arpegio,
ella firmamento mella,
mas yo nunca ser aquella,
hijo del viento, bastante.


5
Te observo, mas yo la endioso,
amor, pasión más los vinos
lo mismo, yo catavinos.
a ella doy mi sangre de oso.
Vivamos sin el ser soso.
Toda mi sangre antibaquio
a mi mujer; Lofobranquio.
Viva yo y más mi caballo.
mas es él saltacaballo.
A ella la amo, todo baquio.















6
Tesoro mío guardado
dentro tuya el sentir puro,
espíritu era ello oscuro,
espíritu mi candado,
en alma estaba bordado.
La espera, vida gallega.
Lluvia hasta aquí las allega,
Beltane, una, mas las diosas
Aurora, Flora preciosas
su ayer muerto, entalega.



7

De celos ya no latere*,
amor, tan viva a raudales,
nacido en los manantiales.
nocturna cuenta el me quiere,
luceros, el Sol mas mi ere,
todo lo quiero en las calmas,
nacer temprano, los ensalmas,
universo cisne e indemne,
desde quince años solemne.
Celta el fuego, hace reales.












8
Vida, para amor morir
en tu pupila, en placer,
llegué donde renacer,
mucho tuyo a descubrir,
eterna alma, su existir.
Criaré las zarzas, hinojos,
mas viviré dorando ojos,
mi conversación es cena,
estabilidad la escena,
mas sabiduría, abrojos.

9

Este amor todas mis venas
se come mas manifiesto
toda mi sangre dispuesto
sin riendas cómo me frenas
te deseo sin cadenas,
te amo como sangres hiervo
deseo ser tu agua, siervo.
Ven a mí quiero tu risa,
ver que fui feliz deprisa
pero tu te amo fue FERVO.


10

Amado Nervo es el nervio,
fuera instintos y amistad...
de amistad mi lealtad,
amiga mi sombra, antuvio,
digna casa con compluvio,
antuvio en desuso ya anda,
hecho anticipado, banda
rosa por hierro, fragancia,
mi instinto digna elegancia,
del mío dragón parranda.

11

Mordedura con dolor,
amor ni cura ni ungüento,
puro y eterno es su cuento,
en mi abrazo le doy color,
envidia resbala, albor,
premisa estar en tu vida,
porque no hay razón, anida,
cuándo sepa dejaré esto,
este Miguel no es funesto,
tu merced de mi embestida.

El Castellano


FINAL TIERRA YERTA MI ÉGIDA Y CELADA









Poder sanguinoso



Abre esponjada la tierra
un candil flamígero
en calvero de líquida lumbre.
Sonetada parda
de misericordia sonora,
al pretil gesto
que anticipa el Samhain
de febrero
y su nueva primavera celta
en arteria, son y vena.
Sonrisa alba por tu tez serena,
y la mañana cansada
nuevamente vestida
del pétalo y caricia lisonjera,
al día de ninguno,
o de todos,
imperecedero afán
surca los cielos de nuevo en mis manos,
ferviente clarea
el lago que frunce
su espiral atónita descorchada,
inmiscuida chirría la navaja,
un eclipsar en sol cansado
de tanto destellar,
voy por los sotos solares
y sus hogueras, lumbres líquidas
que el ojo celeste jamás parpadea en vano,
un descubrir al capataz de siembra solar,
un abanico tornasol de sus simientes,
era la desquicia yerta
que la belleza plañía,
recodos del hondo aquelarre
y sus venas
ya férreas,
oro y sangre,
plomo y brea,
espiga y cante
la irisada guadaña que avanza,
un cerro y un eje tuerto,
todo lo que la tierra
abrió en gloria,
maraña desangelada
del ritmo huérfano,
tiempo y viento suficiente
para derramar
una lágrima en la aguja silente
del lugar,
percusión luminaria
en aras de espadas milenarias,
un señero meloso
un faz de luna imperecedera,
abrí la puerta de negros lirios,
al compás de un sí bemol,
al transparente pío enjaulado,
hacían ellas mi última nota,
las flores de osadía
llorando un río de sangre,
era el desvanecer de la idea,
el desnacer en abismo,
indolente,
un yo te sentí amor,
y volví a caer en la cuenta
de un sin vivir en vida,
de sombras grises
y hechizos de ojos fugaces,
labios míos en copla fúnebre,
sí esa que no existe,
y es baile difunto,
dulces sonrisas,
obnubiladas entre espigas rojas
de Júpiter,
mi guerra que no acaba sin atisbo
de comenzar aún,
al murmurio luminoso,
que abren las cicatrices
del tiempo angosto,
buscándote en la noche,
gritos de un silencio
que exonera
mirando la cuerda
que sostiene el palpitar,
preso de la noche;
en ternura de caída escuchando
mi alma crepitando
la señal de mi insignia desvelada,
mi destilación
siente aparte,
destruyéndome brillando,
yo soy mi destino,
quién se atreve
a cambiar su color,
sólo me dijeron
planeaban alinear la belleza de la sangre,
y poesía fuera sed
de transcurrir
entre dolor y palabras bellas de vida,
despertar semillas en el corazón del sueño
planteaba yo,
un sonar de eterna esquela,
atemporal o sin tiempo
de dejar de ser poder,
poder de sangre, bella,
granate, carmín al beber
por labios derretidos en extasía de placer,
el poder sanguinoso
que arredra y eleva a nueva vida,
transfusión elaborada,
de hematíes insomnes,
sed que no yaga ni descansa,
yace en secuaz manto
que su vida
irremediablemente
me evanesce.



Förüq castellano


Tramontado en Clavelina 2017



Ensombrecido en caudal
encumbrando la tersura armoniosa
de espadas.
Caudal tenebroso
este fiero, adusto Sol de flamígero son.
Por la vena de luz de luna
mansa, descubre su reguero
en cal y canto su piel sedienta.
Avanzad mis ciegos corceles
vamos a sembrar nuestros ramilletes
y que nos apiade suyo
el Padre de los hoyos del sol,
surcos extensos
con superficies de luz,
llorando a esa luna
que blande mi runa de cuervo,
danzo mi hoguera
en un torno de cristal,
profunda encañada,
desapagable herida,
fui niño ciprés, con pie
de soto, entre acordeones
de oscuros fresnos
y pureza labrada en ojos,
hito de fuerte mimbre
ahogaba que soterraba
la violácea arpa,
bajo manos de mi madre,
un río se acervaba,
por sedientos muros,
sosiego mañanero
que acicala mi espada,
en siglo de hondo tajo,
mi montaña, cumbre de nervión
irascible, su clara secuela,
por mi lengua de eno,
mi hijo es de agua,
como pretiles chubascos,
sudor de senos
que recoge,
una égloga en Sol tramontado,
yo sin luz,
febeo arriendo,
con espinas
descolocando las ondas
de su paso,
tapial se alza entre mis muertos,
con hoz que sosiega,
mampuesto
entre sangre de mayo,
que la tierra abre surco,
claridad de amapolas,
magarzas,
por un regato apostado
en este mi tejado cristalino.
Hasta avengar todo mi pasado
yerto en huecos
y fisuras de un tiempo difunto.
Por él y lo acontecido
marcho,
afilo mi zarpazo
abriendo clavelinas
y fuentes como inermes regazos
de lo que dispuso
el hierro de mi destino,
surcando a solas
la bravura de procelosas
tesituras,
en colmena y comunión
de mis ancestros;
padre y madre soporíferos
en numen del astro áspero.
Regio Lugh mediando.




El Castellano


 

 

Ojos de Tierra


Clama la flor, abeja del lugar por gritar.

- Ven, toma mi néctar,

déjame compartir mi vuelo contigo.

Réquiem por la flor, oda visigoda por la margarita

con su mariquita, sauce caído,

cobijado tejo, crepitando:

- tú eres primavera.

Olmo viejo en retozo,

quebrado por la aguja silente

de la carcoma.

El cadillo miente, mientras el abrojo

clava el sentido, quiere la amapola

ser la alegría del lugar.

Cuando el brezo enraíza

el alma de sangre

por derramar mi cuerpo yerto

en la navaja, mientras

la lavanda amamanta la abeja,

y abejorro que llamé genaro.

Amaranto el firmamento

llórame una estrella

y su hueso de luna que

 rompa firmamentos

en auroras,

que venza colgándolas

de las pestañas,

y mientras las pupilas

en sombra abren su cueva

en la clamada verdad.

El Castellano.

 

 

Soñé, te viví, te besé,

te anhelé, te abracé, te sostuve,

te mecí en mis brazos,

te acurruqué, te dí de mis labios

de beber; hice tus piernas

recorrer en pasión,

te viví desde pies a cabeza

y siento decirte algo:

- que no me gustó, me encantó,

me emborrachó, me drogó,

si acaso, hubiese posibilidad

de que yo no estuviese muerto

sería por tu recuerdo, amor.

El Castellano.

 

De este cementerio viviente

que me dejen ser la flor,

que por lo menos

a un muerto da calor;

y al difunto, la caléndula su luz,

adorada, nacida del rayo de Sol.

Quien te quiere, te quiso y

te querrá desde este corazón muerto

te amo en albor flor tras flor,

elevado resquicio de caricia

de Diosa Ostara

en resquemor de primavera

cardos brillando en espina

de dolor, desde mi nicho

pido mi nicho de espinas y de cardos

cuando llegue el momento

si no a mi no me entierran en este cementerio del que vengo

y que la parca fría venga a por mí que este hombre

ya ha muerto y su último suspiro

fue un yo te sentí amor

voy a tu encuentro.

El Castellano.

 

Diente de león por clamar

el prado yerto, donde lo vivo son las plantas silvestres

incluso el cardo de las damas, las malvas, las piedras agujereando el terreno

molinillos al viento, por gemir caléndulas silvestres y

papaver hibridum, amapolas roheas sangrando borbotones de sangre de tierra por brotar

plantago por llenar el campo de espigas con flores, todo escarabajo gozando de la flor

cómo decir que la flor sea sólo la flor, si del reino animal es templo, hogar y morada

donde todo empieza y todo acaba.

Margaritas en envidia miran tus ojos y luego miran las estrellas,

una sabia dice y afirma: son mejores y más bonitos sus ojos que ardieron los luceros,

vidas de tu entraña alborada, que el oro no es oro sin mirar tu corazón;

Corren las amapolas, de tu sangre arden en hoguera

incombustible, plena, yerta, indescriptible esencia.

El Castellano.

 

Golondrinera frágil, esquiva, reina luz del bosque de las sombras

con tus amapolas amarillas, los luceros del cielo.

Por poblar jacintos silvestres, tragopogones, amapolas por doquier

amando la primavera entera en un mundo que cae disuelto

en espinas de cardo y alhajas de flores de todos los colores,

mi templo, mi casa, mi hogar, mi albor, sin alcanzar las plantas silvestres

por poblar este mundo silvestre por mirar y dan ganas de tumbarse

y ser la flor de muerto porque me tumbaría para que me crezcan las malvas

y mi cuerpo críe malvas y cicutas rojas y negras de tinta y sangre

mi condenada bandera.

El Castellano.

 

Estampa quieta, tejida en el umbral silente, nacido de las sombras

y sus benditas estampas de damas de noche, la flor blanca estrellada

canta tambores de la tierra.

Y los grillos afinando el violín están.

Las margaritas tienen el te quiero tatuado a fragua

de la flor que sea flor, belleza creada del rayo de Sol

y su albor mecido por dioses, acariciado por Ostara

el humor de primavera cuelga de las faldas

mientras mujeres hilvan y trenzan sus cabellos en oro fino de seda.

Yo soy un humilde escriba d ela flor de difunto

caléndula officinalis, por la que el muerto encuentra la luz.

El Castellano.

 

Bebo de quel cáliz antiguo siento las estrellas

buscando la respuesta para ser feliz.

En la planta en albor que crece del rayo de Sol,

sabiendo un secreto de druida de que si miras el Sol

al amanecer minutos y minutos todas las plantas en flor silvestres

brillan incluso más fulgente que el rey lucero,

todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color,

a través de la caricia nos trae Lugh.

Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris

que apareció tras mirar fijamente preguntando

a una flor de difunto me comentó que podría indicarme de la tierra

donde todo es libre, no hay dinero, todo vive por suprema ley natural, sin miedo ni odio.

Le pregunté a la lombriz que dónde quedaba aquel lugar,

y me dijo con amplia voz:

- bajo tierra.

El Castellano.

 

Monte elevado en el horizonte,

brezo, encina, carrasca, esparto, espino,

todo crece en albor sin preocupación suprema

nada más que seguir viviendo y echar generaciones.

Hoy me desperté y contemplé la ciudad con todos

los edificios grises, como sus gentes

todo pasa de tierra y aquella que me dijo la lombriz

boca gris me espera, así tenga que estar mi cuerpo

frío, caído de hoja en otoño, no espero vivir eternamente

ni ser festín de gusanos tempranamente.

Yo acabaré por entender la mentalidad de aquella lombriz

de su tierra, que no hay preocupaciones,

fue el ser humano el que inventó el dinero

y la esclavitud que trajo.

 

El Castellano.

 

 

Amapola silvestre,

llévate mi sangre a las entrañas del inframundo

así como tus pétalos elevan la sangre de los suelos,

que tus raíces me conduzcan al tercer reino.

Ooh, espino amarillo, que bajo tus espinas

han visto infinitud de cal varios nacer los montes

y senderos, que todos llevan al mismo sitio

a perderse en el elevado espino de tu luz.

Ooh elevado, cuál sería tu misterio

para dejar a este escriba absorto.

Brezo silvestre, sin miedo, tras el olivo

te vi crecer, y una margarita cerró junto con el verso

de la caléndula arvensis que tapó con sus pétalos

en cuña, al caer la luna al cielo.

A tí genaro, abejorro de mi jardín

te extrano y echo de menos, bonito.

El Castellano.

 

 

Corre trémulo a desvoz el cosquilleo silente,

que avanza, que recorre tus piernas en ambrosía y miel de dioses

junto con tu aura y alma de dulzura sacada de raíz de la tierra, mi hada

ni una flor se te cayó, ni un pétalo dañó, agarraste enraízada con albor

y tú tragopogón, duende, el mismo destino de rey silvestre te espero

y aguardo en mi maceeta, ya que en lo que llevo viviendo

ni una planta se me ha muerto con mi don,

hasta amapolas comunes vieron florecer mis macetas,

hasta margaritas de manzanilla gorda, hinojos, brezos, jacintos silvestres,

crié como un dios creador, dador de vida incluso de la humilde semilla

de la calendula officinalis.

El Castellano.

 

Encina del rayo crepitante, de mi ser llorando,

hojas escritas en sangre, enraizando sentidos sin descubrir

amando inertes actos incluyendo dichos sabidos y en desuso.

Su condición asesina de la estampa en soledad y pena de procesionaria

todo avanza en un sentido mientras yo me detengo a mirar

el cuervo que me persigue por poeta maldito, extraño mi casa,

este ataud es frío de tiempo muerto.

Este ingreso y ni siquiera puedo encender un cigarrillo

para quemar estos pensamientos parcos y yertos

como mi cerebro en esta lata de sardinas, de cuarta planta de suspital de Alcalá de Henares,

donde nací y casi me sostiene eternamente la silente muerte.

El Castellano.

 

 

Mi vida te escribo como gota que va a los mares

tú que fuiste altiva, ningún humano te pisó

los dioses honraste y te honraron

desde el cerro al abismo, tocado y acariciado

donde todo surca la oscuridad madre

y dama de noche sin afectarle el cielo de la yerta amapola de luna desangrada

y su estramonio vestido de gala de estrellas.

Todos bailando en la fiesta de los no importados menos la rosa y el clavel masculino

que tiraron abajo el telón para comenzar la gala y el baile ganó la datura con la dormidera

por sus trompetas de los ángeles abriendo al clamor.

El Castellano.

 

 

 

Ababol de mi tierra

dime en qué fallé

por qué mi falta de conciencia

e impulsos a aquellos límites

que año tras año me condenaban

a falta de realidad

por qué tuvo que caerse el cielo

con este ingreso yerto

para yo despertar y luchar

por lo que quiero de verdad

deja de gemir con tu sangre amor

que ya pasé cinco meses de encierro

y en enero la libertad será lucero

hoy te quiero mañana en mi casa

te cuido con esmero

a nadie le cambio mi estampa

porque de tanto sufrimiento

ya me he ganado el cielo,

amo mi vida y respeto la del resto

hoy árbol mío he llorado mi tristeza

también es enfado conmigo

por los errores que a este encierro patético

me condujeron

lo peor es no entender la siquiatría de este país

que a medicamentos se comió mi vida

como si lo normal en este mundo

fuese ir de sumiso y zombi sin razonamiento

por somnolencia

hoy mi hiel es dolor con piel

mi garganta se desgañita

y adopto el canto de los grillos compañeros

para olvidarme y como no puedo

alimento lo negro

mi sufrimiento es mío

hoy te desvelo, pasaran días,

pasarán meses

pero sigo condenado en este país

con tratamiento y de por vida

la etiqueta de enfermo mental,

haga lo que haga no lo puedo cambiar

como no depende de mí

caléndula mía acompáñame el dolor

y que tu luz mitigue en albor,

poco más llevo muerto desde el 2005.

 

El Castellano

 

 

Ojo sangrante :

Avanza en un sentido

de su umbral tejido,

la caída en rojo tendida

lo efímero y devaneo

su tiempo caía mordido por la moral

retorcida del difunto

arañaba su vida

marcha atrás

dibujaba brillos fugaces en hoguera

de los sentidos,

corría el humor

trenzado, sanguíneo,

colgado del párpado

y sus persianas

que chirrían

deslizándose el alambre de ovillo retorcido

por gatos en sus tejados;

iba mi cordura deslumbrando

intermitentes luces de neón

en el cubito de hielo

del vaso de absenta,

tú tumbada te imaginabas un albor

y hueso para este poema

mas de la cuerda afilada

se sostenía

con su grillo ahorcado

meciendo el sino

espinas de frutos de estramonio

clavadas.

La luna colgada

iba en vuelo

al son de su sí bemol

un sangrado pío

que madre oscuridad vio

sonámbulas las pestañas

hoy cuentan sus arañas

en taciturnos idilios del Creador

sin más razón que amanecer

crepitando del rayo de Sol

y su eco sordo

llorando ojos ausentes

engrillados sin piedad

donde el ciprés

mecia las almas de sus muertos

oscuridad fundida su caricia

en el año internacional de la luz

con su cementerio de lombrices sin razón

y grillos drogadictos esclavos de su perdición

el camino se iba abriendo

en tumbas destapadas

por yertos huesos que querían seguir viviendo,

mas poetas que debieran gobernar este mundo

que se pudre

en envidia, interés y codicia

el ojo en sangre de este cuervo

nada le sorprende

todo está hecho

pero no dicho

con lo que de poema

mi nicho con mi verbo

de espinas.

El Castellano y Leannán-Sídhe

 

 

Sombra te atraparé:

 

 

La sombra se sostiene

mirando altas torres

profundas de oscuridad,

iluminada al final de los días del hombre.

Lloviendo coronas de abrojos inertes

al son del trueno centelleando,

hoy ella me mira y mira

esto ahora pintado lúgubre y umbrío

fuera sí fuera de lombrices

ella camina oscuros límites

de la tierra Estrella Muerta

camina por fuera

pintando su sangre

de Mujer de las flores silvestres

por cicatrices los seres

que la destruyen

hoy pasan el filo de mi letra

vuelta cuchillo de vena,

sótano de luz y nicho casi destruido

que su día avanza sin permiso

en las cabezas de grama por cortar

y florecer la caléndula del mirar,

ojos de sangre acabando la etiqueta,

arterias de venas estrelladas en llamas

para quemar doctores de las mentes

y su fuste y embiste de mentiras,

me visto del último de la fila

para ser el primero

como no hay final sin principio

en este tablero mi astilla florece el viento

y cavo mi surco de vida

sin vivir esperando tierra,

sembrando en ella

para recoger opacidades violetas

yo hoy sí estoy hablando

tú escuchando

siempre y para siempre es mi lema

yerto, vertical, estático.

Mi araña cabalgando en papeles derretidos

asomados al vértice del Dios interior

que de noche lo siento soy Demonio

en tu estampado reino

siente y siente silente

mi infinito consciente

de quiénes somos tú y yo

amada sombra juro

que algún día te atraparé

mi linda.

 

El Castellano y Leannán-Sídhe


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Sanguinoso, solícito

   LLego desde la fúlgida sangre, desde la espiral, enterrada en lo más profundo del corazón de la tierra, desbordadas van ya mis venas, que...