lunes, 24 de junio de 2024

Manifiesto Flor de Odín

 




 



CRIATURAS DEL ALBA:


TOMO I:




PREFACIO:




Es mi libro con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de plasmar surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de absorción y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno buscador de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la concepción de lo que me parece bello para escribir en base a eso se surten las imágenes como abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.

Ya que la poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor del castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas temporadas seguidas de escritura durante dieciocho años. Un abrazo y gentil saludo autor Miguel Esteban Martínez García. La obra consta de dos tomos, dos antologías personales, selección propia de mi poesía, recogidas en Manifiesto flor de difunto, si el tiempo se contruye aquí hay casi dos décadas construídas del reflejo en escritura particular.

El castellano.


RIGE UN SOL NEGRO:

I

Ay, flor escarlata,

no pienses que cantado ya voy,

son tus padres principios,

a mí arde que me maravilla,

sola previsión,

como caballero en armas nobles,

dictado, su premura tempestuosa,

mis venas inflaman todo Occidente,

concede mi codicia de minero su verso,

precede mi templanza de pastor,

su éter sediento,

doblón y renacido,

es mi morir recto en aspas de molinillo,

oh, cobarde dinero que no me reverdece,

ni calla a este silencio me escribe.


II


Ronco crascita mi cuervo,

herir mi triste ojo puede,

pero acompasa que ni gana tiene,

murmurio de arroyo, abre sus ansias

libertad en Sol mayor

y dulces cancioncillas,

en celonía perpetua,

ávidas avecillas,

por montes altivos,

va que viaja mi escarpada idea,

en voz de corderos,

y rebaños de fieras,

mi furia visto,

de oro trigo y coronas de reyes

entre magarzas,

después de la muerte solo intuyo,

mis olas caerán aplacadas,

a esparcir negras simientes,

como sola canta la penumbra,

que todo engulle y sosiega mansa.


III


Resuena mi señero,

como dulce peñasco,

gime un son cantero,

oh, murmurio de jilguerillo,

giro, que tañe mi Musa,

Reina en el Olimpo,

Baco y Venus, parecen avecillas

el negro cisne de Apolo,

en lago la Estrida,

abacora mi nítida golondrina,

que va que vuela, al anuncio,

mi amor grande,

mi amor severo,

Por Sol, Luna, labrantíos, todos juntos,

vine a sembrar mi ilusión de alma,

lúgubre noche umbría,

avela, aguarda mi silencio gritado,

mi ciprés regio que vela mis muertes,

entre los pámpanos mi señor Baco.


Förüq castellano Miguel Esteban er-lobo bohemio a 4-03-2021


SUAVE NUBE RÍGIDA:


Foráneas eras propias

con vástagos

de Ninfas y Sátiros;

se plantaron de peces

altos árboles

y guiaron profundos rebaños

en el mar

afrenta impía de soledades,

que duermen

y nadan sus corzos secos

de estirpe dorada,

carcomida, agujereada,

de siglos;

Azul nube de mi vida,

abandonada

sin ojos suyos ni míos.

Bajel de mi custodio

incólume,

de ciprés mi valer

mi férreo pecho

en cobre

de mi fugitiva entraña.

Lluvias de esta sequía

Híadas que mi sangre tiznan.

No me encrespará la osadía

temprana, aunque me enseñaran

a luchar por lo que quiero.

Impávida por este mar de tierra

reduciéndose a la arena

más pálida.

Mi Noto impune

que muerte no teme

conculca mi desorden,

áspera quebranta el pío.


El Castellano


AFILADO TORDO:


A ese mirlo, mirlo único;

Córvido negro de profundo ojo

que picotea y escarba mi idea.

Que crascita su estirpe,

dejadle mi patio cada mañana

rubor de cristalina ala,

sólo hasta que no me queden ideas

que son como lombrices cristalinas

nacidas del agua de mi frente.

De esta enjuta tierra me camina

el alacrán.

Un campo de sierpes y torcaces

de grises ceños al ocaso del día

que entre mantas y saetas

se acuesta un sol ciego.

Audaz mirlo que ahuyentas

mis espadas.

Tordo entre espinas arreboladas

haz que se acueste mi mañana

bajo tus alas.

No me destrenzará la osadía

temprana, ni el día terminará

de llegar.

Tu risueña pitanza en corvo pico

ultrajada; Vine por tus voces

desenterrando abrojos y señales

uniendo el fin del día

con el fin de la noche

como tú quiero vivir,

termina mi idea.


El Castellano


IMPRONTA REVERDECIDA:


Unge el vespertino roce

de tu ausencia habitada,

una viperina falaz de siembra,

allá donde el silencio transmuta

la sosegada vida de mis falanges

rutilantes, un alambre de búsqueda incesante,

de tus mares de boca

mi nectar dispuesto,

miel de Dioses que encajan

mi sinestesia elaborada,

más quisiera apelar a lo innato

de mi naturaleza,

que llamaron pureza,

luces de sueños rotos por enmarcar,

ahondonada de las nuevas visiones,

tiempos cambian,

palabras a la fosa,

yo estoy esperando mi panal

de sombras de idea

sólo tu saliva verdadera

mece mi extasía,

por ende seguiré encargado

de esta acequia

dura, absorta de entregarme

al hendir de esta mi azada

darkness and magic

poder del sueño desagerado,

que nunca he alcanzado,

mira mi camino

soslayando

las rosas de la aurora,

entregando pleitesía

a tu señora mirada,

no te guardes

si vuelve este mi vencejo,

afilaré mi sombra

para entrar en la tuya.


El Castellano


LADO DE MI PUENTE:


Quédase austero

el pretil gesto

de ávidas secuelas,

rupturas d'esta compuerta,

de altura traspuesta

me alumbra esta ausencia

habitada, inducida,

paladeando mi dulce yerto,

conforte de volver a verte,

mampuesto en febril idea;

Apacibilidad de tu seña

y armoniosa senda,

me infundes arte de amarte,

hasta el diminutivo de mi término

castillo.

Por lo que de castro

soy castreño,

andariego,

que morir niega,

perduradora onda

de tu entraña,

clamor exaltado

en visiones de Quimera;

que resuene alto

bajo el asfalto,

que vine a tejerme exhausto

torres con callejas

me nacieron,

en amores

del dulce amargo hiel,

fuente fría y negra

de vivos troncos,

sentenciados;

sed como viva esta empresa

de brasas,

amargas piedras

del lenguaje,

hondo tallo

pronunciado sin base

ni escueta prenda,

Luna no te nombro

porque mañana cuarto mengüante

entro en rito,

confunde mi luz

tu hermosura

en voz y gesto

abismo pedercioso

preñado de paz,

sosiego de mi armadura serena.

Mieses que arrullan

colmenas de nidos

de cobres nativos.


El Castellano


ZANJA DE CARRIL:


Marzo que abrilea

y abril marcea, al dueto

de la sed universal

de su helor que duerme

en heladas;

Ando que me encuentro

perdío en un Sol

de agosto que espera

a su esposa

en cuarto menguante.

Yo seguiré buscando

el almendro de las almendras

de oro, mientras de mi empeño

socavaré a mi tardío

Castellano y su Leannán Sídhe

de su madre conciencia.

Avanzaré su cerca sin permiso

a poner nuevo estandarte

y despertar

al Miguel Esteban

que no nació todavía.

Guardarme el vilo

porque yo no estoy despierto.

Volveré con mis principios numerados.

Si quieres más de ellos,

dí consumido,

en zona yerta y su tierra

viva-muerta.

Donde desterré a mis abrojos,

y enterré mis escritos

con pauta alimenticia

por si despertaran

subsisten estando

nacidos del miedo

como yo estoy hecho de miedo.


El Castellano


PRISMAS EN CALEIDOSCOPIO:


Oscuros, negros, tibios

lirios en sangre de brea;

Acolchadas desquicias

en híbridas campanas azules

de los ángeles, yendo en borde,

siguiendo círculos,

moviendo espirales,

Vientos noruegos me llevan

sin patria, vencida por mitología.

Quicios de lúgubre destelléo

en oscuro límite tétrico

y sus mansedades caminan,

hacen nido sedoso

en moreras del sueño;

Vida través de una vida

dentro los hoyos del Sol

que sudan, sus notas de uvas.

Visitaré a Cernunnos

en el seno del bosque,

hablaré del cuerno roto

y su sangre que brama

flores de helechos.

Quién sembrará mi campiña;

estirados mis soliviares

entre azares que suerte corre.

Traspuesto al mantillo

y su compostaje silvestre

que solo se mantiene;

Verano que socava dormido

para sepultar los cardos

que tierra come

y levantar la estación

de los difuntos con hojas caídas.

Otoño sus fríos que me despiertan,

terminando de vivir el ocre

y su yerma plácida

de tierras sin brotes

en ventura de savia fría.


El Castellano



JURISCONSULTO DE SOMBRA:


Este mi humilde canto,

pedernoso, que blande,

que pregona compás en arraigo.


Quimera a tiempos

en puñal pretencioso

de espigas de idea.


Patria por siempre sin sentar;

Fugitivo sin amores,

surcos de fugaz simiente.



II

Docto de tu dulce vientre

tras fuego de ababol,

entre tierras de tus reflejas piernas.


Sed de mi sangre,

renacer acompañante,

aljibe sin fondo a florecer tu entraña.


Amor de pecho a espada

blancos que el ser crestéa,

jurisconsulto de este ser de espuela.



III


Redentora hoz de labriego

soñador, en soto de silvestre rambla,

febriles rejas de esparto.


Pinos que caracolean

el camino de este fruto de ensueño,

antes que morir sin amapola de fuego.


Creo, nazco y completo

una flor de la misma sombra

que trajo en fruto de la primera mujer Eva.


El Castellano



FLOR DE SOMBRA:


Impetuoso campo de  mi celaje,

allende mis altas torres de belleza;

Inmobles rastros en piedra tumbados,

estos barbechos que me piensan;

Por almenas seculares,

remembranza en bastión,

de andariegos siglos,

me enhenchizan flores de sangre,

perduradora loma desgañitada;

Tráfago en mimbre cabalgo,

recama tu alma

como una losa sin frente,

ni gemelo tiznado,

por tener ajuar astro renombrado,

alzo mi quieta dicha

entre gentíos de mi oeste,

desvencijada suerte,

por azares de plomo y zinc,

fúlgidas cabelleras

norteñas en crestas

sin linde mutable,

acababa de irme

y no soy adorable,

es una fosa de recuerdos

ahogados en silencio,

vagaroso desdén

que me enjalbega

en cuerpo,

mi luna fija, vaporosa,

luz en libertad de mi regazo,

abismo cercenado,

de cálido espanto;

sosiego, quietud del bastardo,

regio Lugh meditando.

Sin mis vencejos

no brota esta fuente,

naturaleza cuando amarte

se vuelve arte.


El Castellano


VIDA DE LA VIDA BAJO TIERRA:


Tornadizo quebrar de la simiente

acaso el ojo de tierra no viese,

clepsidra en goteo,

del Nitrato de Chile

En este mes de la parra

y de la zarzamora,

sulfatos de cobre anidan

su violáceo vientre

que respira;

vida de la vida enhiesta,

mantillo sin raíz oscura,

viril anélido sin carcasa,

fértil embrujo de larva

y su hechizo que metamorféa,

sin aroma no preguntes más,

liras blanden su chirrío estacional,

que avasalla sin hacerse espíritu,

tojo clavado al viento;

Castilla tú lloras

dehesa sin letanas espinas,

de lanzas,

lo que vence mi inmortal yaga,

enjalma mi verde intelecto,

orvallo de mi rivera,

viaja mi idea,

callendo el Sol arriba,

desde lo alto,

un largo recodo sin franca,

vega compadecida,

que riega ésta enjuta,

en cal y cantos despierta

de su arcilla dolida,

Diosa zurda tu nombre caminas

más por donde el arriano

plañía, y plañía, plañía,

su seco llanto de corazón

esquilmado.


El Castellano



OLMO DE IMPÍA MANO PLANTADO:


Exiguo campo de fatal avidez

y musas en bronce celadas,

sosiego calcula lo venidero

por dorados techos vencido,

por cuanto Parca ha conocido,

cuadriga del mañana

y sus cien rebaños

del afán que se lleva dentro,

grey de sombras en silencio,

triste, densa tensión escucha,

del funesto día , huésped

en la negra noche profanado,

afrenta de sus campos,

señero inmóvil,

que escucha a las víboras

sonando, guardando

al inofensivo lince asustado.

Vernal lozanía

sacude su rostro de luna,

entre sombras huidizas

y destellos planos,

en seno de esta avara tierra,

se despliegan las rosas

del rosal ya florecido,

su fugaz hermosura,

chopo gris y opulento pino

musitan la acogedora sombra,

suerte en urna del destino

que embarca o hunde en el abismo.

Viaja el corzo mi idea,

entre flores que Primavera exime,

verde flor aún en capullo

soterró el otoño

y los fríos vernales,

alza un lustre caduco

al servil gozo de su tierra.


El Castellano


JURISPRUDENCIA DEL BESO:


Vanos sentidos

temblando la noche tenue

cosida de luces efímeras,

lecho partido

mitad oscuro mitad luz.

Luna que descubre y muda,

sobre la soga que retuerce

el olmo frío y duro

un invierno trasnochado

que huyo

y huyo buscando tenor de ventana,

fría endeble quizás áspera

como la hoja.

Vinieras y te quedaras

como la suave caricia de primavera,

mar de tierra que estira y no duela,

otro camino se afila

sin desvanecer;

piedra cerrada que te alcancé a ver,

cristal de metal, perpetua, fugitiva

destino precoz te alumbraba,

como eras,

pluma de tierra,

sonrojada vida a mi vera,

planteada osadía de quimera,

vorágine encendida

mi esfera prendida,

ascua por el Sol que espera.

Diosa, mi ciudad ardiendo

en el sueño de mi paraíso ciego.

Plaza en la historia del corazón.

Sombra de mi destino prometido,

serpear incesante por tu imagen

no preguntes a mi espejo,

ni al viento sesgado

soy etéreo como sombra de ciprés

un día nublado.

Espectro del vivo silencio

encarnado,

palabra sin precipicio

ni soga que levanta,

moneda de tres caras,

espina en la rosa de tu tierna cara.


El Castellano


LARES DE EQUILIBRIO PERFECTO:


Coso mi atelier simétrico,

nacido entre ocasos vespertinos,

sí esos cuando la flor camina

con nombre de mujer.

Vidas en haz purpúreo

al argénteo astro;

invisibles senderos

sin sombra ni difusos lares

donde los afluentes

confrontan en tu ser,

sin brío no hay pureza,

sin pureza no hay sangre,

y qué yo no te daría,

acaso el silencio no fue esculpido,

por impulso del error,

raciones de arvejas consumidas,

por llamas de lúgubre hendidura,

Dioses míos yo cómo era,

bueno no me acuerdo,

seguiré con mi venda

hasta que ella me la destape,

secuéstrame en tus dignas alas

que yo vigilo

como vigía de nuestro sentir,

custodio d'este sin vivir sin tu ser,

no hay luto de espadas

que no se afilen solas.

sin sueños no soy hombre,

ya lo dijo alguien,

fusión del frenesí

hablando con su infinito a solas,

como cuando se siente amor

en la vida,

sólo una vez y perdura

como la letanía

de escarcha derretida,

yo no estoy despierto

he venido a asesinar al tiempo,

y que se cobren con él mis deudas,

sigilosas, etéreas,

hasta arrebatar su azada traspuesta.

Así mis esferas sean siempre verdiazules,

como la verde espiga  el agua

que la vuelve pasto.


El castellano


ECO DE AYER VESTIDO:


Honrada tibia luz caída,

pasaba y me ungía este sol puesto

una mañana amarilla, vestida de invierno

y su frío azul, encendía mi cigarro

y un humo y un eco envolvía

un hueco que dejo abisal la última helada,

carretas deslizaban las nubes

abriendo el vientre helado del cielo

este Sol tímido de invierno

parecía asustado sin ocaso

ni pájaros fantasmales

que le hicieran nido.

Me cobijaba la sombra de un ciprés enhiesto,

abría las puertas de gramas voraces,

lirios negros franqueaban mi verja

de pensamientos que se amontonaban

en la puerta, rezaba a mi Sol

que no me hundiese la primavera

como si él eligiese esta sequía

que la tierra llora y quiebra sus entrañas

vestidas, el viento era más fuerte que yo,

llevando y sujetando el iris de nuevo tierzo,

crascitaba por ramaje de mi muerto brevemente nogal

de sombra densa cobijando tenebrios,

bajo sus hojas caídas.

Portón de tiniebla, el paso de su oscura raíz,

despertando el devenir

rompiendo el nicho de la primavera futura.


El Castellano


CALLAR DEL ASCUA:

Este bregar me cubre,

del que vengo,

un sol de esparto,

un ocurrir del que venga mañana,

nubes acolchadas me aguardan,

por febriles heladas,

horizontes sin guardas,

ni francas tapias

deshacerse puede,

era una luna de trapo,

que espolvoreaba la tierra,

su belleza se acostaba

en dunas de plata

mientras su alta ojera desplomaba,

su insomnio de infancia miro

y dime,

por mi desnuda imagen

que yo cerraba mis ojos

se acostaba a plañir,

tu transparencia me clavas

como ferviente yunque helado,

las espuelas tuyas corren sin caballo,

intranquilos ceños

me conducen por muros

y celdas de sosiego.

Cuándo venceré en este diáfano cuarto,

donde las sombras caminan,

y las voces en letra difuminan,

esbozos en coro de grillos,

en este lecho,

mi nicho donde me acuesto.

Confín de vagorosa imagen

que despierto,

cada vez débil,

cada vez más encerrado,

surtidor de fantasmas

que arregazan era mi dolor,

esperando para brindar con el enemigo,

humo oxidado sin ojos que duelen.

golondrinas dulces balancéan mi día,

día entre sotos sin perdices

caminando mi patio;

fabricándose en él escarchas azules

con todos los rostros de diciembre.

llave fue, cincel encadenado,

lenguaje del ser claveteado

en recuerdos vanos,

polvo de poema parlotea

y dirige a callar hogueras,

fuerte raíz es palabra,

un calor retumba,

sobre márgenes de ríos sanguíneos,

reposa sobre la música su alba,

ventiscas que trae la noche,

alejando, alejando los sueños;

despertando el pasado,

abriendo luces en osadía

a quebrar el tiempo.

El Castellano


BLANQUEAN SUS ASCUAS:


He cosido, dibujado tu sonrisa

con tempetuoso órgano

al clarín violaceo de mis dedos,

avanzo senda con el fervor de mi Sol

dormido o estudiado alzo brillos a su dolor,

intransigentes palabras al silencio

que fue parco sin eco

sobre la sierra febriles dientes de siega,

me dijo su olvido que él no espera

a lo que abrirá mañana.

Ferviente luna sola abre su alta ojera

por cuantos la conocemos sin verla;

así su fondo sin sombras densas,

ni su acuartelada estela.

Mansamente cruzarte será verte

luz uniendo mis sueños de acariciarte,

condicional de reloj de tiempo disuelto,

leve planta criatura azarosa,

de translúcido amor en tu cintura

descorchado,

fujitiva alegría anidada,

el desertar de mi sangre fue llamado,

a realizarse en clepsidra de vida,

huyeron mis borbotones a otro cauce,

otras venas y arterias que te riegan,

juego como animal entre tus riveras,

piedra sin ajibe ni ortigas de auroras,

invierno de transeúnte helado

abrazas mi ascua de nicho,

al abrir de la flor que espera,

segunda tu avenida sin corceles de viento,

ni rizadas venturas afilabas mi carcoma,

oscuridad vencida alegre,

afinaba mi acordeón de quimera,

un transcurrir frío sin secuelas de difuntos,

deslomarse pulcro, entre la grama

de un recién abierto invierno.

Entonaba un grillo

un chirrío de soneto,

miraba mi estrofa ausente

blanqueándose entre hormigones

de leche,

siendo mi vida más

que un simple paso a la muerte.


El Castellano


LAS NUEVE:


Los verdes eran azules,

amor como rocío en la mañana,

viento de cantar

entre tu ciprés secuaz,

despertaba la flor hermanada

con el idioma de la mañana,

viento entre mieses más altas,

era yo entendiendo

el idioma de tus pájaros dormidos

situado entre rejas de gramas,

y tréboles carceleros.

Todo despierto, rigurosa plenitud,

depuesta el alba

y sus rigurosos peinados de luces,

eran las nueve en el patio

de mi amada llena,

su sauce brilló y vibró

sus cuchillitos de hojas

con cuantos años dispuesto a andar,

calles con callejas me llevan

a su mar.

Donde intranquilo se acuesta mi Sol,

cantada abrazó la flor

al viento que pasa y no mira,

que arropa y no descubre,

canciones que bailan su mañana,

por pájaros azares que la vida trae

y en su patio encuentran.


El Castellano


A UNA ROSA DEL TIEMPO:


Verde rosa proscrita

abre del tiempo verdades

que inflaman la oscura noche,

al flamear del angosto

su espina cierne,

hojas del tiempo se cierran

rizando, caracoleando

una espiral malva,

vetustos testigos

estambres del fuego

y de las sombras nacidos,

osadía violeta

entre raíces de siglos,

ascua que arde deseos,

crepitan pétalos

encajados, una realidad

sin techo dorado

firmamento anudado

por cuanto ha conocido,

no llegó su marchitar de brea,

guiños al viento descubre,

mira y se sonrie,

en aquel diáfano cuarto

de estrellas sin encarnar.

Claro oscuro de su prendida suerte,

alumbraba lo inerte,

entrometiéndose por rejas

de momentos tenues,

sotos sin hueso regentaba,

vagos lindes sin estatua,

ni otras flores

que su belleza empañaran,

soledad perpleja del devenir,

aguzada torpe sin rostro

ni desdén devorado,

clama silbidos

que colman de noches

y sus vestigios,

abriendo estelas

tejiendo sus casitas

de arañas que flotaban

como lunas tendidas

del techo de su caverna flor.

Desnudando tristezas

llamando al oro

del alba

y su recto oásis de Sol.


El Castellano


MARIPOSAS EN CARRIL:


Compases labrados

de un tiempo expirado,

soslayado

ademanes de que el amor existe

y corre los parajes

de tu sembrada piel,

resguardos oníricos

de lo que llegó a ser,

como noche

que aguarda el resplandecer.

Siempre nos deseamos

como abejorrito a la flor,

como piedra a la montaña

y agua de cascada a la pendiente

eso es amarte ferviente,

como agua de marzo

abre la primavera,

quiero estar a tu vera entera,

y ser espectro de primera,

no será eterno mi mármol

pero te alzo un beso

como cántaro,

vales mucho corazón

y por si no lo sabes eres sentir

como rayo

que tornasola mi corazón,

te descubrí nos descubrimos

y nada quebrará el designio

que Dioses aguardan

mi princesa del lago

de mi ilusión

mi Araucana de emoción,

no partiremos sin ir de la mano,

en alabanza canta un cuclillo,

dejando canten todos los grillos.

¿Cómo encadenar la luz?

y atar las mariposas,

¿Cómo escribir sin fijar horizontes?

y anudar plomos sin fundir a ideas fugaces,

cómo conocerte y no besarte,

te entiendo y a la vez te siento,

sin semáforos y alquitranes,

sin hormigones de leche,

puliendo el blanquecer de mis ilusiones

que te prometen,

distancia quejumbrosa

entre alas que sostienen

que en tus ojos soy bruma que florece.

Y mayo que reverdece,

contigo soy lo que quiero ser,

mordiendo la solitud

que desvanece,

entre corajes nacientes

y soles pudientes.

Quiero tu dicha eternamente,

siendo el lado de mi suerte.



El Castellano


SONETO APTO:

CRUEZA SEMBRADA:


Amándote ferviente, nueza llama,

presa amapola en sangre se quedó,

sonriente aurora, veza la heredó,

tu corazón alqueza, fuerte se ama.



Renuevo esta mi sangre, pa' ser rama;

Veraz la rosa, amor siempre alegó.

Al latido, su beso le ofreció,

la flor abierta en agua se proclama.



El estambre, súplica nocturnina,

piel acaricia , ya brindó mordaga,

su gineceo blanco, sanjuanina.



Óvulo y ataraxia, adreza aciaga,

tierra, anclada la doña saturnina;

Germina fértil vientre, enhiesta briaga.


El Castellano


NOS QUEREMOS:


Se querían dos sombras

como evanescer líquido

de rocío por savia y tierra

rejuvenecer,

como flores a la alta espina

de proteger,

belleza oxidada,

ellas dos sombras

con camino de piel,

abriendo de la noche

gema profunda de lenguas azules,

era un camino el alba

por descender,

ellas luz querían ser,

vestidas de ásperas ondas

impalpables,

seguras sin obstaculo

eternas,

crispaban el tiempo

y se querían sin envejecer,

fría segura que su alma se iba,

suya, cristal vaporoso

de amarillo viejo,

su entrecejo deseoso,

querían entre noches

de gatos fugaces

por tejados colindantes

que anudaban rayos de luna,

su tristeza era pura

se anidaba en sus cabellos,

seca, entre sus cuerpos etéreos

la ausencia hacía verdad de idea

trasnochada,

su soledad muerta

de insectos ranqueosos,

asida de purpúrea pluma

y lunas enajenadas

con cristales lucientes

en navíos de tinta,

perpétua osadía

de ser luz,

como silencio

de Dioses relumbrados,

y su oro vegetal,

como ásperas rocas

destacadas cerradas

al molino de noche,

se querían dos sombras

inertes

pero vivas al ralentí

y carrusel de estrellas

pudorosas y ponientes,

su quietud sin color,

su amor por unirse

como dos gotas al helor.



El Castellano


BRUMA DE OTOÑO:


Afinaré mi melodía

para sordos,

desmenuzaré la luz

que brilla y alumbra

a oscuras

de la razón más plena,

entre sílabas

de la palabra meseta,

abriré el son

de grillos tartamudos

y erizos de idea;

Me guardarán el vilo

transeúntes de crispadas

espumas de luna,

entre corceles ciegos de viento

encenderé, viajará

mi verso.

Avivaré aspas

de molinos precoces,

mi sol dormirá

un cuclillo despertará,

tiempo entre escalas azules,

y espadas florecientes

navegaré hasta mi suerte.

Por soliviares vetusto

y sus flores de cardo,

soñaré el recodo

y sus ramblas de ensueño,

me enraizará el hinojo

mi sendero esquivo

hasta que se vista de endrino,

negra torcaz aletea

hasta posarse en mi cuerda,

caracolea

el romero mi destino,

surco ahondo

de vid y centeno,

de trigo trillado

en colapso de sienes amarillas,

monte olvido

de mi recuerdo,

fugaz entre estambres plomizos.

Aletargo maestro

de cuchillas calizas

hueso de cal y canto,

corre la sombra

de mi zozobra;

Por cuanto yo he conocido,

quizás más

que un almendro seco,

cuervos fugitivos crascitan

el reverdecer de la encina,

picotea mi cabeza

un pájaro de hondo trino,

hoguera de desquicia hiende mi ser,

por barrotes de esparto

esperando que  llueva del cielo

como antaño,

profuso soliviaré

este diente de espina

buscando rocío

anudado en flor.


El Castellano


CAMPOS Y EMOCIONES:


Guadalajara te recoges

en la loma despeñada;

cumbre de valles dormidos

y turbiales del Henares,

agitas ninfas en sus aguas,

al hervir de álamos viejos

arribas calles entre mocedades,

tus retamas de parajes

arden.

Eclipsando antaños

de la perdiz sujeta,

surcos de aras tus uñas hacen;

vestigios de que el poder pudo,

caminas descalza los años fugaces.

Niebla asciende tus iglesias,

reposa y tus gentes

la despiertan,

al otoño que no quiso venir

te hablo como un hijo a su madre.

Cúantos siglos quieren

tus adoquines terrenos,

asidos de hoz

y colmena de tus abejas,

un descender de la vida

entre corajes de encinas

y oscuros soles

que abren de tus parques las fuentes.

cuanto yo he conocido

de ti, es poco.

como infante en tus nidos de tordos,

no te quedaste en los hoyos .

Cimientos te desnacen la entraña

del ayer carpetano,

por cuantos siglos de comulgaron,

hija y madre alcarria,

entre mansedades de hermanos,

sabor de chopo inusitado,

helor del antaño,

resplandor de verde militar de ciprés;

olmo sin fondo ni tajo,

córvido nogal de tus insepulcras raíces.

Miré hoy mi espejo en ti abandonado,

y no quiero desenraizarme

de tu pálida tierra,

por cuantos te conocemos y te conocerán,

fiel canasta que nadie llevará,

tu sonrisa jamás apagada.

Al tiempo que abrirá.

Al tiempo que abrirá.

Tus labios que juegan y se tienden,

hermanos de mi trilla,

hermanos de mi arado,

labios visitando acres de blanca tierra,

por callejas y cuestas de dulce idea,

levantas tu dorado cuerpo

de mujer esculpida,

por cuantas piedras te tejieron

en armonía quiero susurrar a tu belleza innata,

que juega y ríe descansada

en la música de tus álamos.

Ríes trayendo tu canasto de mieles alcarreñas,

juegas con quienes hemos depositado en ti confianza

de vivir en el sosiego de tus senos

que guardan los siglos

que lleva tu entraña erigida.

Mirlos enredan en tus cabellos

sosiegos mañaneros

por cuantos te conocemos

localidad de luz,

que abre su remanso

al Henares y sus espumas,

creación no creada,

nacida por cuantos te conocemos.

Cuartelillo de tus fervientes chopos,

riges tu guarda en tus lanzas de cipreses,

abriendo tus campos al cernícalo señor,

y a los estíos chirriados

que el alma te acogen

¡Oh Guadalajara!


El Castellano


ESCARCHA SOMETE:


Avanzas el campo

de mi irrigada sien,

cara por cara,

ojo por ojo de este abrojo;

Destino ciego de mi celaje,

bronco mar de trasiego

al broncinéo lar

encorajinado, nacido

de un pelo de un pelo,

rescoldo socavado

un acre sin pestaña hiriente,

vistas tras los espejos

para ser libre,

y enraízar este Sol ferro

que rehuye, desnuda las nubes.

Es un viento solar que me encara,

y afila mis fauces

que desencajan el tiempo

que ya marchó.

Pude venir a vivir

en la ola de luz serena,

el relámpago me alzó en compasión.

Pude renacer

pero no soy adorable,

desde estos acres

traigo

la flor de difunto

insoslayada,

sembrado el tiento

queda resurgir del azabache,

y bailar sones de grillos

con sus raíces del mañana.


El Castellano


URDIMBRE PRENDIDA:


Desempeño, tejer la letra

infinito parco de estrella,

desmenuzar lo efímero

donde plañe la belleza,

capturar gotas de lluvia

en estambres que acrisolan versos

de madre flor poema,

avivar su ascua eterna

de silencio acristalado,

hacer lo diminuto gigante,

y lo gigante magia de ensueño,

abrir fauces de la fiera

y ver qué espera,

bailar en el seno de un arco-iris

despertar quimeras sigilosas

en cumbre saciada,

encontrar cadencia anhelada

bañándose en mis recuerdos

como pez iridiscente en llamas,

ver la espuma de la letra

y acompasarla,

abrir el pozo de ilusiones,

desnudar el azabache

que llora la ausencia habitada,

por mil dragones de cien fuegos,

hablar y destrenzar el idioma

del silencio malva.

Rejuvenecer la letanía

entenderme con mis Dioses,

encontrar la certeza dibujada

que puede ser mejor,

afilar hierros de espadas de vocabulario,

dibujar ocasos venideros;

Sumergirme en la oscuridad

y volverte a soñar,

nueve cosas dejo en mi tintero,

todo lo que espero,

lo que nunca escribí.

Si supiera hacerlo no escribiría

lo que siento,

yo sólo pinto lo que no ven mis ojos

aljibes soterrados de mi calavera,

caracol es este talento

unas veces llamado tiento,

el mundo reposa en mi libreta

yo soy su dueño,

papeles testimonios en blanco

de lo que es para mí escribir,

ese idioma de los Dioses

danza de ninfas y sátiros

que abren su caudal de tinta.

Con besos de rocío.


El Castellano


DESTELLEO DE ESTAMBRES:


Eran de noches eclipsadas

un fértil embrujo de sangre,

en los jardines que el aura gasta,

y sus notas de clarines reverdecidos,

un poema me alzaba la dicha,

entre gatos relamiéndose el hocico,

se construían torres al clamor

y su trasiego azulado,

serenidad en rostro de mi aljibe

preñado, sueños y vicisitudes alumbraba,

escalinatas al sosiego mañanero

que todo avanza.

Incolume , ferviente desdén

estre flores granates de sangre,

era mi sueño cojo abajo los años

que sembraban patios sin flores

sólo de versos, al menos eso.

Un beso sin mares de boca,

una caricicia sin pieles erizadas,

una escala al infinito horizonte

sólo para observar quieta mi desquicia,

como espina que sin rosa no se afila.

Fulgores efímeros, inusitados,

en superficies de charcos migratorios,

era feliz mi tordo rutilante

de mi jardín, en el que lo pequeño

es jactancioso y todo rige la ley suprema

de la belleza desnuda,

con tez de arcilla dolida.


El Castellano


CUERVO DE IDEA:


Crispa su metal

como fuente soslayada

del azar que vuela y corre

destellando.


Estridencia recta, dorada al gemido

en hoz de guadaña,

es una espera mi fiel apostado mañana,

cumbre sin rizos de alba.


Yerma, plácida, insostenida,

mutable de verde caduco

al sostén que su pecho hiende,

erizos de senil ascua.


Dioses anclados al servil gozo,

consumado, me alzo que levanto,

negras tardes de las tierras,

salvaje canto en abismo prendido, soterrado.


Ara en fulgor de combate

con mi serio descampado,

rige y exige la semilla al Diablo.


Fiera de las fieras,

compostura que sueña la guerra,

fanales hogueras en colmenas y sus gentes.


Oscura esta noche

de oscuridad y umbría niebla

que cuelga la luz.


Miro la sombra, me desliza su estampa,

ondas tenues en acristalada sien,

lima ideas a la fugaz, encarnada siega.


El Castellano


VENA DEL CIELO:


Solitario rayo

luz me arde ahora

en el mirar ciego del sueño

sin miedo sin embargo

saboreo el viento,

los cielos me poseen

de nuevo sobre los años

que ellos son,

algo llega a la rosacruz

de ayer

y sus nueve caídas

de sus ángeles despiertos

en tu sueño me ves invernando

dorando mis pelos de murciélago

bailo el colchón de nubes

que sostiene esta mi noche

para desaparecer llorada la tierna cara

saboreando una sombra más

que me vuelve

imperceptible

muerto sabor

de obscuridad sin faros ni luces

ni fusiles que matan hermanos

de su tierra y sangre

crecieron los caminos

y el rojo fuego versado

brotó en flor de amapola venidera,

dime qué debo hacer

¿Algo erróneo?

No puedo volver atrás

se sostiene aparte

la fuerza que nadie alcanzará

nada por cambiar

todo está hecho

algo que asalta aparte

puedo volver y empezar de nuevo

sin mí, sin vida, sin cuerpo

sin lo que me ata a éste mundo

mañana veo el futuro

la destrucción del pasado

quedará atrás.

Corpus, anima, crescens

sol refulsit,

lux

et patientiam meam scientiam

florum, est vita

nosotros no somos lo mismo

la bondad sangra las venas

gustos, deseos, vencer,

arder sin perder aposta la partida

esa que las hiladoras tejen

momento del momento

nacido absorbiendo el hilo del tiempo

las piedras lloran flores

el final es volver a empezar

viendo y amando

el ancla errada de mi lugar,

continúo al cuervo

que me vuelve más fuerte

ave más inteligente de la faz

poder de la misma

energía

en tormenta de conciencia

siendo ese rayo solitario

que partió todo inepto,

inconsciente tormento.


El Castellano


ACRISOLADA IDEA:


Acristaladas, relumbradas fuentes

patios de ideas remitentes,

soles pudientes entre espadas fulgentes,

narcisos dementes, encorajinados tapices,

malvas del sueño vespertino, precoz,

carruajes de sienes nacientes,

ilusa suerte en colchones de nubes,

quebrarse quiere al inusitado compás;

Mañana abrirá la nada,

hondos cobijos del ayer,

no puedo dejar atrás,

llueven ayeres en gotas,

hematite del fabricado mañana,

solaz escarcha que me acostumbra,

por nidos de grama y sus testigos;

entre cuchillos de silex avanzo,

dejando generación seca

del brillo crispado.

Octubres secuestrados en su halo,

gritando el sueño de los noviembre

entre fríos feroces.

El azul musitaba entre los árboles,

grité no morir aquel día,

ser relámpago de la brisa,

en esta tierra sin nosotros

traigo el ababol de un otoño que juega

y rehúye los párpados,

como hojas secas prevalecen

el huir de los pájaros.

Destino me alumbre allá

donde los peces se anidan

en los árboles de atardeceres,

joviales como joven vientre de espumas,

el tiempo acaso no partiese,

cansado de ser siempre el mismo,

hogueras atrás yo no estoy despierto,

calzo mis campos

en enredaderas de sones perpetuos.

y afiladas vides de Dionisio.

fenezco como fenece por los siglos

el almendro.


El Castellano


ONDA PERPLEJA:


Luz cautiva, ardua, ofrecida,

el viento me ha dicho,

de su furtiva llama

que él no traslada,

abrí la pupila de la noche,

me vieron cinceles

sonámbulos,

pinceles sedientos soñaban

un ocaso perdido,

espigas blandiendo tiempos

caducos entre retozos

de jóvenes margales,

sin aroma,

el celo del paso del río

cuenta de enredaderas

y sauces cabizbajos,

entre álamos abre sendero

el cuerpo que no se vence,

acristaladas ideas

de renombrada senda

por membrillos

y nogales tartamudos,

era tiempo de trepar el tejado

con gatos fugaces y lunas sin sábanas,

ferviente suerte entre barrotes

que me alejaban de la ciudad

crispada, humeante, entre gravas

y alquitrán florido de edificios,

huir no es opción

pero sí solución.

Hondo reflejo el curso del latido

que amilana a dos voces,

el presente huído del precipicio,

era una ventana

y una nueva esperanza,

zanjas de carriles

sueño que aquellos pinceles

me pintaron el sueño,

y seguí de aquella luz su reguero

disperso, etéreo.

Hasta vivir en la sílaba.



El Castellano


RIERA DESLIZADA:


Hundido por juncias,

despertando caléndulas,

someras, solariegas,

era otro lado donde estaba

hablando, entablando con Ostara;

la tierra que no era pobre

su rigor contestaba,

prado que desciende

juntando un barbecho dolido,

conquistado,

marjal de claras hierbas

flaco acre dispersaba,

bancal de cizaña primaveral,

sutil caricia rizada en patitas de abeja,

parte de mi casa soterraba la desquicia

de un frío traído, heladas patriarcales

por aullidos de viento voraces,

como un rosario deslizado

con aflicción por la tierra,

un silbido del patio oscuro

como lamento sin lluvias socavado,

semillas brotar escabullen, pregunto

vive mi lluvia soñando

vivir deslizándose por la pila sacra

de tus pechos tersos de vientre de seda

y espuma, angelical rostro

llamando florecer colores dispersos,

vieja cueva cantando oscuridad,

como tránsito al amor por tu viña,

cantar de mirada extranjera,

hasta hacer la tierra nuestra.

Impetuosamente soy varón

y no dejo guerras personales para mañana,

ni ganar a puños pequeños,

de opiniones sin cuarteles,

firme elaboro mi respuesta blandida,

vieja, en savia bruta elaborada

necesito mi vera con sangre,

necesito mi vera acompasada

por tu soplo de mujer labrada,

querida dama elisalle amada.

Mi destino como árbol desgastado

de honda sien y senderos de carcoma

apuntalaba mi perpetuo mañana,

acicalando sus ruinas

para elevar su sabor de antaño.


El Castellano



INVERNANDO:


Camino la sierra

y labriego empedernido,

afilan cintas de esparto

y jocosos pinos bordean el monte,

era ella caminaba siendo mujer de húmedas hojas

y gramas recién nacidas

anudadas a la cintura,

era tiempo suficiente

para el recodo de un fondo fantasmal,

estallaba el acre que pisaba

palmo a trecho,

ribazos se despertaban sin alba

dejé un lugar ramificado,

más allá de juncos

y fardos de nueva cosecha,

sin ir más lejos

abría la tierra vieja invernando

su ombligo de invierno

la carrasca de hoja inmoble afinaba

sus dientes de hojas

que el viento pasa y respira.

Campo lejano por cualquier parte

sentir que dejaría plisado

por encontrarse con tus ojos,

pecho de paja nueva silo dormido

de hondo surco y barrizal,

oscilando el filamento de un severo cardo,

entre caracoles mutantes, judíos blancos,

dejé mi traje a reverdecer ortigas y orugas seculares.

entre la jóven hierba y el rojo trébol

del sendero,

recojo mi árbol del mañana y me marcho.


El Castellano


RAÍZ DE SOMBRA:


Nací cuando se disolvió la sombra,

era un patio de grises arañas,

con oscuridad en cada flor de luz,

rizaba y caracoleaba, una yedra su alba,

se acostaba el sueño dormido,

en sus ojeras de nácar de luna,

gritaba la eternidad por una siembra esquiva

que abría la espiga de versos carmín,

una sangre de espera en ababol flameando

es un sendero que abría el cuclillo

en su nido de espinas,

era su vida un soliviar

donde soterrar su miedo a no volver, a brillar,

temblaba mi cepa, un látigo de uva quieta,

livio, liviano, forjado, labrado, superior

es y era un campo de malvas de luna,

yo tengo huerto de sombras

que visitan soldados alados,

mis flores de difunto,

que abren sus soles

en crepitar de amarillos tules,

babéa alegre mi babosa

avanza sin casa,

que no sea mi tiesto,

donde enraíza mi vida,

límpido, es mi ávido deseo

fulgurando un crepitar descorchado

de mi luna de relojes,

acababa de llegar

a la cueva

de förüq vampiro,

allí donde las polillas

no tenían ni quitina,

tejía yo en mi tela

asida la brepticia

del amor a mi estirpe,

desde mi muerta vida,

al compás que marcó mi despedida,

puliendo este hueso

que me habita el corazón.


El Castellano


OSADÍA TEMPRANA:


Cuando te amo

mi mente se hace libre

invade una amalgama

de colores jactanciales,

abandono mi sombra

para saber quien ser,

un colapso de ideas me conforma

para encontrar beso y abrazo

sin despedida,

lo común se hace efímero,

y magia del segundo

traspuesto

entre la calma de la vid

y el chopo que dora el otoño,

cuando yo te amo umbrales abren

dejando mi luz intensa,

no porque lo diga yo

es que yo te amo,

no porque lo digan mis abrojos

de poemas rizados

si no porque esta realidad ya

no nos pudo sostener

sin unir tierra y cielo de tu ser,

cantaron mis grillos sonámbulos

el ser se enmarcó por crestería,

ganó una osadía temprana

y volví a vivir,

cuando yo te amo

estrellas acompasan

un fuego de nácar,

la valentía se hace fiereza,

el instinto no se duerme en sigilo,

las puertas se abren

cuando nos amamos

la realidad se arrulla

ante nuestro paso,

las pesadillas desvanecen

los cariños multiplican,

quedamos solos tú y yo ante la nada.


El Castellano a 30-10-2017


TRANSCURRIR HELADO:


Tiempo vorágine narcisista

que todo abarca

todo se lleva

desde el infinito del mar

al acrisolado

de la realidad del hombre,

retorcía en su nuez

que tenía más duración

que el punzón de la vida

que todo rige,

ilusión dormida en el rayo de sol,

veleta de nueve direcciones,

hueso que crepita lunas y soles

camino de ilusiones,

despertar de conciencias

susurro que gritan las estaciones,

caducidad avanzando

memoria relegando,

surco de vid y arena

surco del trigo y la sinestesia,

etapa doliente inventada

en lágrima del sol pudiente,

retorcer del viento

guiando realidad,

somero descanso

en el remanso de la idea,

nacer, crepitar, extasiar

en manos de su padre destino,

encontrar, desnacer

acaso acabar

en la nuez del tiempo,

relapso ciego

negándose, afirmandose

en su trascurrir etéreo,

del que ninguna materia

escapa a lo mutable de su ser,

compás de pájaros dormidos,

nidos para nunca vencer,

colmenas a lo efímero

que abarca toda disposición

de lo que se cree superior.


El Castellano a 1-11-2017


ODAS SEMBRADAS:


Duero:


Grita mi estupor y cuchillos

hieren volteando

una boca que la onda mece

flameando.

Se duerme la costilla

en el altiplano enjutado

de hayas y fresnos

recuerda su geología

únicamente saboreada

por el soñar de los picos,

virginal cuna del Duero

con tus curvas en rotonda

de castizas fuentes y abrevaderos,

dulce azada de agua

que bascula el sentir

de la enamorada palabra,

por cimas tu voz se hace meseta

haciendo el amor

con los pájaros dormidos,

templo y morada

de la cepa que a ti te alcanza,

agua furtiva corre por tu era

y reposa en tu infinita onda,

que se riza, que se insinúa

en vaporizadas Torres de belleza,

que en tu alma anidan,

sortilegio de rosa y clavel

cenit del dolmen tallado,

quién a ti en la vastedad del ser

en su pecho te lleva prendido

el fuego en fanal hoguera

en anchos panales de tus abejas.

Cuentan de la vida del chopo

tus diez mil espumas,

que por sierras

tu rúbrica dejas,

navegante con alas azules

el terreno que jamás te vence,

secretos de amantes

tus aguas llevan

haciendo bullir el inframundo

de los amores y sus galas mayores,

agitas con sangre terruna

el candil que abre en espiga,

anudando en tu cintura

tu idioma olvidado

pasando años fugaces por tu campo,

rodeando en ortiga

el triguero espárrago,

girando de la vid tu capazo

y sus manos,

haciendo de tu Vera

un Dionisio que al tiempo fermenta

tus besos de tierra.


El Castellano


Arlanza:


Arlanza cubres tus olas

de infinita seda

con el palpitar de olmos secuaces,

al verdor de frescos, jóvenes

álamos en pulcritud

de cenizas de fresnos avanzas,

quién en tus aguas

te lleva de espuelas

por tus solas riveras,

sin ocre con verde aliento,

te elevas de entre tierra de muertos,

deshojas tus notas dulces,

entre crepitar de martillos secos,

inertes en sed del más fuerte,

tu agua sin palabras,

tu agua sin vergüenzas,

sin rubores de plata

y sus nieves de espuma,

haces bullir inframundos de amantes,

romances con tus robles,

nadie te sostiene

tu olvido deslizado,

solo lindes quietos

osan acariciarte para siempre,

tú, tú imperecedera ante la muerte,

eterna suerte,

yo estoy contigo,

magistral obra no creada,

idioma oculto de tu haya,

espiga líquida donde las haya,

senil canto de cigarra

cuna del grillo en su sangre del atardecer,

acaso te alcanzan.

Cumbre eres sin filo ni cima,

rebosar de la vida sin prisa,

hoguera sin ascua,

calor de los seres que amparas,

descampado

porque el campo eres tú,

fulgor entre verdes sienes,

savia dulce de vida,

qué milagro a ti te llenó de vida,

o ya estabas en ella perdida

para ser envidia del Creador,

ciencia sin papeles

libro de tierra,

onda de segada curva

pulcritud de espadas al alba

sin principio ni final

sólo tú alzas la luz,

en esperanza de los que cayeron

en tu huerto donde descansan

las almas.


El Castellano


Río cuervo de pitanza corva

Vestido del risco tu nacimiento

negro en tu soledad de azabache,

tu soledad acristalada

por luces del monte,

tu idea reguero

que mi sangre lleva,

de enebro acincelado

tu cuerpo,

que se hunde y flota

de la roca

tu eternidad azogada,

huyes y ríes con carrascas,

sin quedar graznando

tu alegría.

Tu cuerpo de aguas sin ceniza

que la tierra llora,

recorres mi infancia lejana

sí esa que nunca acaba,

para yo ser del monte

y el monte ser mío

como piedra a su gamusino,

eres de la tierra

un dulce sino,

caracoleas tu rizada vida

de monte y estepa,

de árbol y raíz de tierra,

eres más que sístole

de romance que el alma enerva

con tus negras alas,

entre tus lenguas de plata

bañas la fauna

que a ti te alcanza,

por fresnos y hayas

riges tu templanza,

verdadera,  que viste,

que enamora

ojos que te hablan,

abre amor tus pizarras

construiré mi casa

por el tejado de tus aguas,

para decir:

Yo aquí vine a vivir

bajo las alas del río cuervo.


El Castellano


Castilla:


Perduradora onda,

en cresterías

de la honda voz nacida,

tu profundo soto

de altas torres enfundado,

me esmalta la idea

con fragor de risueñas carrascas

las soledades del hombre ultrajadas,

agarrado a dulce señero inmóvil,

al pelaje esmaltan quebrizos

colmillos de umbrío tomo.

Cal y tierra entre follaje

de mi sierra,

pardas vidas me avanzan,

una oda al sendero

y su vida despierta

entre ojos de azores y sus ocres,

se siente, se añora,

se enraíza,

esto es Castilla,

esto es el flamear de una cerilla

de sangre henchida,

linde quieto de tierra madre,

por solares tu voz se despeña,

sosiego que tu linde oculta,

lumbre de entrañas

en quietudes de escarcha,

lento fuego ciego

de sonrisas del alba,

quédate, libérame este haz eterno,

quédese mi piel segura

al retorcer del castillo de Almansa,

honda tumba para tu belleza desvencijada,

entre piedras, y caracoles de astros

tu espada,

patio en sobriedad de tu tarde,

robusta flor entre Ermitas del mañana,

un talle del pueblo

sembrado por tu cúspide naciente,

sueño en fruto

carmesí sangrante

de tu corazón de amapola venidera,

dorada al cantar de espigas

y su mañana,

honduras de vidas

labradas cepas de sarmientos,

acoge en tu alma

este fiel ofrecimiento,

Castilla mi tierra, mi vida,

mi eterna semilla enamorada.

Fiel disparo entre acordeones

de encinas afligidas,

un marco difuso entre colchones de grama,

perdiz entre perdigones viajeros,

voy a tu encuentro,

me hablan fuentes y abrevaderos,

como tus tierras

hacen el amor con parajes dormidos,

respiro tus frías cuchillas

que entre clavos me marcan su herida,

fiel de caricia bebo la sombra

en tu calma sin despedida,

un trino quiebra el silencio

en blanca dama me avanza tu cebada,

un calor presto de caballero

a su dama hoguera,

servil entre abejas

y sus mieles alcarreñas,

tejida, lista,

vaporeada tu siembra

por antaños cobijan tus azadas

solariegas.


El Castellano


REFLEJO NAVEGADO:


Caminillos vencidos

sin escalas a una segura muerte

asida de un cielo de una estrella.

Granate lustre encontrado,

reverdece que no fue poco,

a ti nube imploro,

lleves los ocres

donde allí no existen,

todo juega en tus rizos de plata.

Hazme libre una vez;

Atravesaré la mirada del espejo,

y su fantasía profunda,

seguiré indemne acontecido,

me apoyaré en mis espaldas,

flagraré de mis espíritus

una verdad,

que crezca, devore

surcos de vana hipocresía

y sus llamas

que interés confluye,

leones aquí

dominados en mis venas,

una sombra fría me habla,

me relata el final

en letanía del tiempo cuando cruje

sólo una vez

por última vez,

hablé yo con encinas

que sujetaban mi esperanza

en campo abierto

sólo marchado

por las estaciones

ni mi jardín azul

ni mi acristalada fuente

con mi olmo desnudo

y  mi ciprés de valer

ni mis hijas caléndulas

hijas esposas del sol

flores de difunto escaladas

jamás me recordarán

ni contarán sus penas,

silencio de mi enemigo,

encontrado a solas

resonando bajo el asfalto,

vestiré mi fuente de brillos anisados,

abriendo generaciones de luz seca.

Encontrando verdades

bajo las piedras del monte,

liberando el oscuro sentir

fuera los cielos

volviendo al final sin comienzo,

al dulce tormento

y su vuelta al inicio del sentimiento.


El Castellano


HONROSO, TIBIO PULSO:


Grave, y sonrío

entre la gravedad de lo efímero,

el castillo, el soliviar vetusto,

graves aras de sonrojos

al terruño,

un dulce claro oscuro,

tu boca diáfana, perjuro,

gravedad del insecto insulso,

un halago, un pulso,

enjambre de bellezas en tu nombre

quieto, sin arrullo,

cristal de humo partiendo minutos,

por qué árbol mío,

la proporción de tu aire

que alejas,

grave sin sueño alguno,

hondo soto, inconmensurable hacienda,

trilla que trillaron los hombres

antes yo nacer,

y ahora tantas luchas te siguen.

Tu pasión por un crimen de flores

y altas rosas,

corría un otoño plástico

por la vereda y la rambla enajenada,

sortilegios de hierros azarosos

y pulcras vides sanguíneas,

alta te quiero ver como la noche,

y esa luz difusa, vertida en lengua

de castiza fuente soslayada,

cincelando con tus manos los altares

de huesos que pertenecen.

Como pez sencillo de milagro

que tu boca sea musa, mi rosario.


El Castellano


FLORECIDO MÁRMOL:


Días oscuros en la plaza del Sol,

abrirse pudiera entre rayos regentados

matices insoslayables, fauces brillantes,

y candados de luces, humilde haz,

purpúreo al tacto, suave nube rígida

impalpable entre ocasos azules,

y leones grises,

con tacto terciopelo

una vida de amor eterno,

ola infame viene crispando

metales y fuentes, soberanos eclipses

que el viento nocturno navega y juega;

soledad atónita entre enjambres de gentes,

confiante sentirse bajo el Sol humilde,

espumas de ángulos fugaces,

me palpita amplio con serena voz

desangelada, la vida del hielo,

helor entre escarchas,

y su vorágine de cementerio.

serpear entre raíces ahogadas,

afluidas esperanzas unidas

en el trasiego.

con el viento te digo

que no te olvido ni muerto,

no surcaré sus vetustas alas

ni enterraré mis ilusiones

en sus jardines de albas

y hiedras voraces.

Entre ortigas que abren insomnios

fugaces colaterales

donde exista el acero y ala de pecho,

dormiré en los siglos de tus ojos,

entre turbios cipreses con sabor a luna,

entre la grama reposaré mi razón,

despertando habitando mis granates

huéspedes de mi corazón.


El Castellano


MIRADA HILVANADA:


Miradas sacrificadas,

en el vasto infinito

que hace nombre el color,

entre cristales y sus cuchillos

de verde espliego,

entre corazones de cuarzo

fue mirarme dentro de tus ojos,

severos, hondos

como pozos sin cuenca

ni final.

Era el sonido de un murciélago

rasgando sombras,

todo lo que quedó sin marchar,

ruido de otra tempestad,

que sacrifica y avanza

truenos del umbral,

ventanas al paso de los años,

quedarán empañadas,

algunos no cambiamos

a la vuelta de la estrella.

Resguardos del precipicio

aventando el alma,

me miro en el cristal de tierra

y azures desvanecen

azabaches crecen

tapando lunas sin relojes

estampas valientes entre yedras

echando flores,

mármoles dormirán sueños

arremolinados

en aspas afiladas del miedo.


El Castellano


PECHO EN HIERRO MONTADO:


Infiere de nocturna flor

nuestra cabida de luz vana,

un día será el siglo de matices

con su avenida escalonada,

suerte en mimbre de tus estrellas

en mis pupilas,

desafíame el lucero

mi malva runa,

satina mi firmamento de lunas,

llega donde no llegan las enredaderas

de mis vilos noctámbulos,

soy enfrentamiento con mi existencia por ti

partida, vestirán las flores mi magia,

para florecer madrugando,

y que su espera me sepa bella, clara

como el osar brotado en primavera,

centella que gasta tu ambrosía amada

cobrando a mis cerrojillos nacidos del alba,

argos sumos en luceros despertando sus arañas,

nubes cabalga, aire sostiene tocando mi esqueleto,

Campos de Castilla, soturnales labradores,

abrid la tierra espera nuestro fruto de nuestras lágrimas

en acequias, hasta que llore el sudor de nuestras manos,

y las matas canten el fragor de nuestras bocas,

¿Quién me conoce en estas sierras de hoz y guadaña?

Yo soy el encargado de abrir los cielos

hasta que lloren, soy el que despierta a la semilla,

y grita flores con sigilo de chopo me guardo,

y entre rayos de bruma desciendo

hasta mi tierra madre de las sepulturas

de los abrojos creados,

pecho en hierro montado

soy esclavo de mis ojos liberados,

desafiando al viento creyéndole hermano,

soy la vida que me falta por escribir en bronce,

soy sangre, destello que mueve

la hoguera de mi escarcha.

¿Quién viene hoy por mi escala?


El Castellano


INSEPULTA TIERRA:


Entre labios grises

y ojos de fuego,

cobijan maculados

sueños vaporosos

sin vigilia,

entre gemas

y su áureo amarillo,

ignoto, desdentadas ilusiones

en carruajes veloces,

por mármoles del sueño

y ortigas que sepultan vanos

testimonios

en solaz yaga sin vientre oscuro,

se acicala dura como roca

crepitante que noche pule,

despertaban yunques frívolos

en estas paredes sin pesadillas,

el día sujetaba

respiros valientes,

¿cuántos zorzales partieron?

cuántas fuentes esquilmaron

su luz entre agujeros de trinos,

vasto templo de zarzas abre

su sonrisa por cuanto el río desvela.

Allí no habitará el olvido,

ni en sus brazos secos de siglos,

treparé torres de taciturnos

desvelos con ropa mojada

tras lluvias en mi ventana;

Venceré esta insepulta tierra

disuelto en la niebla,

de cielos en cinta,

por castizos senderos

de errores inmortales

serpeará mi pecho,

y su hierro de idea sola

cada vez más sola

entre corajes florecientes

e hinojos señeros

de senderos que me llevaron

al caudal de espadas.


El Castellano


HÓRRIDA SOMBRA:


Hórrido tronco, nogal excelso

que acunar su follaje baja

a orillas de diciembre,

un mar de grama extiende

el charco verde,

corretea y desliza alegre

la babosa como un párpado

del tiempo,

que la tierra sostiene,

sombra densa, despierta

afilada de filos de hojas

sus pasos flagrantes

de indivisible viento,

cava su lengua de fosa

bóveda de filos sin fin

adentrar sería perder

la propia sombra,

sombra de muerte

clama que es suyo

el nogal del tiempo,

caminillos de plata

tejen escarchas,

heridas clamando el despertar

de la cobijada semilla.

Sombra de nogal

quien te pueda acompasar,

ya no vuelan tus hojas,

ni otra tierra las acoge

cuna de pasos sin horizonte

a tu ramaje cuelgo

sueños por despertar,

vidas por sembrar.


El Castellano


SINCERA COMUNIÓN DE FILOS:


Trepo el angosto filo

de mi torre desdentada,

era un rubor de estrella

solitaria, negra, hiriente

lanzó su espada,

fulgor brillado entre sienes,

plomo de nube

esta tarde ceniza fue,

chuzos de vida,

estáticos frentes del verde,

un carruaje de otoño

que no se vence,

ardua torre mi pasión desmedida,

entre sus curvas de encaje,

brillo de mujer sin engranaje,

limo mi nervio

por fulgores de sangre,

hierve, hierve

soy hombre

pienso que fugaces atrás

si el planeta hubiese nacido un día

esquilmado en seres

solo con ella y yo

la supervivencia del ser humano

estaría a buen recaudo,

vida de mi feudo

mis abrojos nacientes

fuente en extasía que mi letra abría,

granate lustre olvidado,

mi locura a buen recaudo,

es negro este río en tinta marcado,

cumbres de punta y filos

derechos a estas cuchillas de versos,

horizontes malvas clavan

lloran flores el sentir de la belleza,

que mis ojos sangra

una lágrima como el brotar de una luz pasajera,

como enraizar tu imagen en la retina,

un sentir para toda la vida,

el admirar arde con gasolina,

tu imagen recorre cada parte

y a veces recorro los parajes de la soledad,

sólo encuentro que no los quiero

porque yo te conocí,

y sin ti,

sin ti el cielo y la tierra se juntan

y no hay espacio ni oxígeno para vivir,

los mares caen de las nubes,

el gris se perpetúa,

no hay belleza en mis ojos sin ti,

todo luciría de ocre,

mis sentimientos no tendrían cauce,

el aburrimiento sería pleno,

no habría moción para levantarme en la mañana,

ni tendría estas ganas de ser mejor sin ti,

mi perdición mi bálsamo de lo sentido,

eres mi flamígera llama,

un fósforo y mi hoguera,

mi destapada quimera quieta,

con nombre de flor,

con azares y suertes

entre mis ganas de saberme tu último hombre,

trémulo fuste entre sarmiento y vid,

mi azada me alza hombre de bien,

diestro mi coraje para ser yo

no necesito traje,

hilvano mis venas porque yo soy sangre,

gracias mis Dioses

hoy soy invencible,

el amor con Margarita me desviste,

hasta ser carne de poema en su lengua,

yo soy de ella,

y ella es mía,

como una comunión explosiva

de luz y estrella nacida.

Sin ella para mí no hay belleza,

no hay vida.

Estoy enamorado

y siembro mi campo.


El Castellano


OSCURIDAD VENCIDA ALEGRE:


Pulcro destelleo entre sienes aladas,

estoy rasgando sombras para verte,

para mirarte serena, flamígera,

redentora como as de trece lenguas,

arremolinada, plena como cuando ciego

encuentra la luz primera,

abierta, candente, como ascua efímera

en la grama de verano.

Saberte honda, transmigrada

como leve flor sonrojada.

Suave entre esquinas desdobladas,

y calles de noviembre heladas

en las que conmigo quiero verte,,

hasta el ocaso del nueve;

se afianza mi suerte,

en el tejado de mi mente,

perros soterran pasos de nieve,

por ciudades de ceniza verde,

atrapo el desdén de gatos erizados,

estirando sentires de cromo,

arrebatando piedras al silencio,

navegando asfaltos sin prisa,

ni desquicia; Acompasa este latido

por arterias sin venas heridas

ni ángeles fieros infrahumanos,

quiero verte como se ve un tigre

en la ciudad, entre árboles de cemento,

y ríos de cristales,

quiero sostenerte

como blanca primavera

entre este otoño rendido

sin flores ni llantos del cielo

que escapan precoces.

Quiero tenerte, osarte,

como si me enraizaran las manos

al acariciarte

para nunca perderte.


El Castellano


PANAL DE IDEA:


Espino amarillo de mi demora

recto aromo entre cardos,

entre hinojos del Sol deslumbrados,

me visto de primer ababol florecido

para ser de la abeja,

y la abeja ser mía,

entre estas guadañas de esparto,

afilo que nazco,

fulgor entre fulgores,

de ojos calizos avanzo,

cuerpo de arcilla

hierro mi idea,

estas espigas me dicen

que quiere tener espinas su sed,

estoy sentado entre una prima retama,

esta primavera que me siembra

yo que soy único poeta de su sangre de ojos,

quién osado me compara,

me blando al nivel

de esta floresta desnuda,

limo mis nervios

con azada de carne de metal,

el miedo grita

de contemplarme avanzando,

me Tumbé en la grama

a pensar,  me nació una abeja

que escribe poesía,

soy hijo de la Luna,

única Diosa por Dioses haber sin contar,

luna de guía soy yo su semilla,

tengo ojos donde se acuesta

la oscuridad,

es mía soy de ella,

como flor de su insecto

que la poliniza.


El Castellano


SIMIENTE DE SANGRE:


Tuerce quebrando

este aliento, va reptando

senderos,

que el olvido alzó suyos,

en vicisitud de savia elaborada

saluda a su Sol,

de su ávido granate que le vence,

entiende de pasiones de sus flores,

la floresta cuida

y germina en su parcela,

para ser del campo

su felicidad,

y él ser de su flor,

en extasía de color,

huye de su vida la tristeza seca,

el escribe poemas a la belleza repleta,

en candiles flamígeros

a caricia de ojos,

sí esos,

sus ojos brotados de Tierra,

descansa para seguir creando

la primavera le sostiene

la sangre,

hasta tener el corazón

lleno de simientes

de su esposa del Sol

esperando su muerte,

para que su yerta sangre llore

en flores de difunto.



El Castellano


AVIDEZ EN LABIO DE FUEGO:


Efímero corre el segundo sin saludar

sin despedirse, sin preguntar si todo sigue

igual, avanza la manecilla de mi reloj,

hoy es de esas noches yertas,

que descubro mi tierra que late

bajo mis pies. hay avidez

en el subsuelo donde la sangre late,

destartalados pilares que me alzan,

recorrido de mi alarido

que muerde al conocerte,

he oído estaciones correr,

mi carne se funde bajo tierra abierta,

frente mis ojos

nebulosas abren, crepitan,

he nacido yo de su flamígera ascua,

mi solferro blande su noble falcata,

dentro mi carne la vida bulle,

su caída resplandeciente,

toda carrasca me dibuja al dorado tordo

de este atardecer,

el murciélago myotis

me cuelga la idea,

desde esta ojera férrea,

hoy me comí el firmamento anidado

en tu mirada aplomada,

soy experto recio como un lobo,

frío de segmentos cálidos de hielo,

maestro de mi espada,

escucha el brillar de mi navaja,

yo soy descendiente del miedo,

ámame como se ama

sólo una vez,

en el que nuestro color sea la piel,

afilo el poder de este silencio,

y te dicta

que te volveré a ver.


El CASTELLANO


VILO RECTO, FORJADO:


Con alacridad serena

de mis antaños dulces

con pulcritud de espadas,

vienes y me das una azada.


Al barbecho claro me siembro,

sacando terrones de mi eterno lecho,

de una espina gemía el viento,

y acabó llorando vida el cielo,


trazos con ineptitud

de luzarreros que no evitan la sombra,

ella que la llevo agarrada

a mi cadera, sombra profunda sin espuela.


Fuera del tiempo, fuera de este grillo de tierra,

afilo mi canto sin despedida,

abrió el espejo su tierra

engullendo lo que es de ella.


Dura noche me sostiene

su atadura de luna,

resucito mi etéreo camino de esferas.


Recto colchón mullido

es mi enhebrada calma,

que se acicala entre lenguas malvas.


Vence este mi viejo amarillo,

como sol de tierra

se llama caléndula.


El Castellano


INFINITO ACIAGO SEMBRADO:


Recto vilo me aguarda

esquinado

con su canal infinito de campo

estudiado,  consumido

en yerta flor deslumbrado,

yo soy de una margarita

de su floresta destapada,

soy yo un ababol

con cruz de tinta

en sus pétalos carmesí

bermellón,

no puedo matar por mi tierra

pero tampoco puedo desenterrar

mis raíces,

hoy estuve plantado

frente a carritos de la dama

que alzaban sus flores lilas,

eran como éxtasis en caricia

como beso dado a mis ojos

en lengua de espinas blandas,

caminé al mercadillo

de mi localidad

pregunté por caramelos de miel,

tomé mi cafe solo doble con hielo

y seguí caminando

mi lustre jamás vencido,

las malvas me floreaban

por ser ya primavera

los cebollinos se divisaban

pero aún se encontraban fabricando su flor,

para parirla en verano,

bebo agua de la fuente

frente al ayuntamiento,

soy poeta de sus descampados,

de sus molinillos

y de sus charcos,

soy indescriptible esencia

cincelada

en verso de carne y espiga,

en esta higuera del demonio

alzo trompetas de los ángeles

con sus flores,

y las calendulas silvestres

me dictan que jamás

acabaré de irme

sin encontrar luz de tierra en ellas.


El Castellano


LUZ EN REPRESALIA:


Cubo metálico sin fin,

donde se derrama

mi vida en una hoja,

fieles testigos

involucrados

mis verdes sueños

que sonarán,

goteando una clepsidra de mano

un hierro en el bolsillo olvidado

un barrote y un peldaño,

dejé mi inocencia a solas

por si vuelve,

a mi mesita de noche,

a un rosario oxidado,

a un armario cerrado,

a una vela de candelabro,

dónde yo me casé contigo

en su llama

y juré, juré no mentir más

a este arriano corazón esquilmado,

creí que la mentira

era ser feliz sin querer serlo,

de retuerto desliz

desmiento su designio

voluntad coja de verdades

para anticiparse al pasado,

raudales de belleza anidan

sin ser elección

sueño taciturno en cesta de mimbre,

todas las cosas

incluso las no creadas tienen razón.

Su sueño ha acabado

soñó la vida como su propia realidad

pero en realidad usted muriö

en aquel accidente

el coma le venció

y le introducimos su posible devenir

que lo sintiese,

el tiempo se ha acabado,

debo apagar la luz.

No venció su destino.

Su hoja se completó.


El Castellano


CLEPSIDRA DE VIDA:


No me iré

sin el hermano de mi trilla,

ni su simiente de grano

sin despedida,

no afinarán ratones de campo

la melodía que blande

y sostiene mi cigarra cada día,

ni mi olmo secuaz,

desnudo, dirá más verdades

entre mares de gente

ni semáforos precoces,

ni en vitrinas de estante

quedará mi latido,

ni aliento marchito

cual caduca hoja de estío,

mi sábana de paja

reblandecerá su añil graznido,

sortearé escombros relumbrados

de metal y cristales vanos

sin hocico.

Sólo hoy diré

que no me visto porque

sí me marcho,

calzaré senderos y alacranes,

calzaré pedregales

y sus nidos de lagartijas,

quizas no me importe nada hoy

ni que digan que yo vivo.

Mis venas serán encajes

de afluentes y sus ríos,

el mundo seguirá quietito,

los males seguirán empujando,

puede que hoy pregunte

a la serpiente de mi cuento

si me devuelve el ojo,

que yo la perdono,

arderá la compostura

de la araña de mi patio,

en un torno que crepitan las maravillas,

los jacintos silvestres mostrarán

sus botellas azules anunciando

que más tarde llegará otra primavera,

y que de la gala de flores

serán primeros,

guiaré mis rebaños por soliviares

que no me han conocido,

entre cernícalos y bosquejos umbríos

sus ninfas conocerán que a ti te miro

que a ti musa me dedico,

habitaré montes y lomas desdeñadas

y su cortejo será embrujo

para que las estrellas rueden,

llenaré mi granero con tus besos

con esta luna

no me detiene ni el tiempo

que se escapa

entre mis sarmientos.


El Castellano


OLA DE ESCOLLO EN TIERRA:


Clamorosa sombra densa,

es mi soto un oscuro cielo

en el que canto a los Dioses,

no a vosotros, insignificantes;

Así trencen y me trencen

la osadía de un álamo,

que mi padre lleve,

a otra tierra breve,

baco de su trayecto

enardecido,

ni égloga de esforzado

por Salamina lleve,

campo abierto

de polvo y sudor disfruto,

ya no se pudo huir

de la suertuda víbora,

en casaca sin pechera

de topa Licia,

sosegado olmo

compás del serenado

ciprés antiguo,

fabrico del mañana

sendero,

no un hazañoso portento

así como no hay rosal

sin espina,

no hay dicha sin pertinaz

esfuerzo.

solícito de atemporal mar

del tiempo esquivo,

prenderme puedo

de vuestros fuegos,

por los que mi sangre fría,

pervierto, acuso y envuelvo.


El  Castellano


CONSIGNA SEMBRADA:


Vesta engarzada,

encorajinados templos,

nacidos del fin de los tiempos.

Túmulos de luz,

con soterrada cripta.

Abriendo, despertando

senderos sin final;

Sólo comienzo marcado,

llamando la resurrección

posando nidos

de nuevas sangres.

Sonando los clamores,

tambores aguardan

la nueva guerra

que trae la vida.

Eterno resurgir

en vestigios yertos

transmigrando

el eterno ciclo existencial

por el que quien nace guerrero,

guerrero muere

y guerrero renace,

para lucha de completar

su alma en final

de navegar el Valhalla,

así bajar hacia arriba

la osadía

de parnasos devorados

saña en furtivo conocimiento.

Que no acaba

como espiral

de perfección.

Siembra con capataz

del único origen de tierra;

Deslumbrado

este hueso avanzo.


El Castellano


LLAMAS EN OJO DE SANGRE:


Flameante fuego

de los cielos

acoges

y frío duermes,

que los campos

ya no emblanquece.


A ti padre de los vientos

te imploro traígas

tu negro vendaval.

Así choques Aquilón

norteño con Ábrego

abre esponjada la tierra

a tender umbroso páramo,

sin azote

del fuego del cielo.

Labrador que clama ya,

la enhiesta primavera.

Cuántas sequías verá esta tierra,

sólo el estío

habitual dirá,

me sembré

sin blanco cielo,

sin que me empujasen,

yo encendí al ocre,

en todo acre,

tierra que consumo sus venas,

invocarme pueden,

siempre vengo

porque siempre estoy,

desde enfermedad sostengo,

me ves cayendo,

arrastrándome de nuevo

tu creencia de mantenerte a salvo,

donde nada escapa,

deslizo el tiempo,

no puedes verme en tu espalda,

estoy cayendo de nuevo.

Alguien me verá latiendo,

algo habrá después de todo.


El Castellano


HORIZONTE QUE ATIENDE:


Largueza que me aguarde,

cual llama en cántaro desvanece,

piélago ardiente,

escancia, sostiene alta suerte,

alegremente la voz del viento;

nobleza de rudo ejercicio

furtivo, desposeído

espíritu sin guía furtivo,

desvanecido, fatídico,

tú que ensalzas

la conjetura voraz

de mi sentido de vida,

cual arrobada insigna.

sonaban enebros

un sopor de encinas

bajo laúd.

Engéndrame grandeza,

que secunda igual

que a mí mismo.

Diana con flores

exterminio de fieras no manda.

Luz invocada

partiremos sin navegante,

estirpe que avivas,

con impávido destelléo

entre fuentes y torcaces,

padre de mi soberbia

furor de lobo que ve al ciervo,

torres bellas altaneras frondas,

sin secuelas de florestas

que acaso Venus no canta.

Nullam, Vare, sacra vite...

Conoce mis arcanos.

Mi Llúcia despierta,

rigor que afronta

guarda, desvele,

su reflejo en cristal claro,

vine por donde he venido

por el gris viento,

perplejo.


El Castellano a 31-08-2017


ETERNA LANZA SESGADA:


Cóncavo cielo

de la pradera de tu ceño,

orfandad de estrellas

convexas que se besan

por nubes que rutilan, y lamen

sombras vanas a morir.

Soto de perdidones

y su proporción de alas de tierras,

cepas en guadaña,

aligustres sargentos,

la noche que la luz negó

a morir,

luna de luto

corría linde absuelto,

despojada su compostura

de alumbrar la llama

que mi pecho hiende,

luna gitana acuartelada

partida por cuchillos verdes

de siglos dormidos

y cipreses iguales,

somos la historia

que escriben muertos

de sus vidas,

engendrados cuerpos incompletos,

carnes de la mesa del creador,

somos lo que vemos

o somos lo que tenemos,

para inefable cena caduca

como otoño reposo del gris árbol,

aventaré mi lustre perdido

demigajando lamentos fríos,

mi yerto sombrero

de campos de idea

brillarán acequias

como molinos de tierra,

el agua será besos de luz efímera,

destartalada, dispersa

como lluvia que ilumina,

y la sangre de tierra camina.


El Castellano


CUERDA YERTA:


Estridente vuela la hoja,

devanando respiros cautivos

volando patios de arañas

de grises fauces.

Chirría el viento yunques metálicos

suena su desvelo por lomas

afiladas, al desdén de voces mentales,

azares corren su suerte

por grilletes y sujecciones retuercen.

En un jardín del otoño caduco

mi voz se descubre, sola, sola

como cuando nace la tierra,

y en su yerma plácida crece la amapola.

Cautivos espejos no reflejan lo que siento,

sulfurante sino condenado

para no ser yo ser él el que hable,

de sensaciones acristaladas

y pensamientos sin vaho

empobrecimiento deslizado

por aislamientos que libertad llora,

allí creció una rosa

de trocitos de papel y pintura

porque nada es eterno, esperaba ser real

aislé al tiempo con vacío seco

abrí las puertas de negros lirios

luces me afilaban asidas de momentos

decrépitos, sí estuve allí

en sus sopas medicamentosas

y para curar mi cordura nada hicieron

porque me llamaron loco.

Pero yo sé quien soy.



El Castellano


RESURGIR REVERDECIDO:


Jilgueros o colorines, verderones, verdecillos, pinzones, tordos,

despidiendo en trino el verano están en sus abrevaderos

como reguardos oníricos de la voz de los muertos

romanzas de amarillos espinos florecidos

encinar puro, vivo

del quejigo hace sombra densa a mi raíz oscura

en la tiniebla

que avanza el camino de la carrasca

hoy por hoy vivo pleno, enamorado

de su ser completo desvencijado, apolillado por ataraxia

así como el verdor del pino opulento

espíritu del viento sostenme

que parta yo en tu mitad mi canto

llévame a la tierra donde las fronteras

las montañas sean y el camino sea de su mano vapulenta,

atravesar el infinito allá en el resquicio

del brillo

del calor de tu mirada en amor

puesto que de tu voz me visto

hoy sólo un relampago me cede el paso

crepitando, centelleando en bandada de estorninos

con su bandada tejiendo ecuaciones del ser Supremo

voy contigo a nuestra tierra de fuego

en esta mecida caricia alada que yo tambien te amo Ostara

Diosa de la primavera no me faltes así mi libertad vuele por Saeta

yo con mi vida estoy conforme

orgulloso y con ganas de hacer bien,

que sigan en sus ciudades

estas lombrices caminantes

donde todo se agujerea en asfalto y hormigón

que yo desnaceré de mi nicho

como reverdece el olmo en corazones de hojas insepultas

y abriré crepitando esta raíz oscura que mi verso mana.


El Castellano


PERPETUO DESMÁN:


Fragorosa fuente

de hondas sienes

punzantes.

Corrompen, bullen,

la tibia agua de sangre

cándidas de tu mirada

hastiando,

rejuveneciendo

el infinito turbial

que el cielo sostiene en tus cejas.

Flagra, flagrando

viene marchando

vaporosa suerte

entre sotos perdidos

de joviales tapiales.

Suya, suya era la muerte

como plato de cena

siempre resplandeciente,

abría su baraja

un helor de diciembre.

Apocando consentida

fuegos de tres avernos

que ceñían la nieve

de sus piernas

sin desmán gemelo.

Derritiéndose

como llama en el hielo,

recodos ocultos

y su murciélago señor

en tules de carne vestido,

granate como brillo de rubí

le marcaba como seña sin fecha,

ni indeleble senda,

era hijo del acero de su mirada,

endoselaba su sentido

como el soñar

y reclamo de las flores

para ser simientes.

Grazno encendido de cada roble

caminaba su destino hiriente,

horizonte que se estiraba

y sonaba con lluvias que taladraban,

como soñaban los campos.

Apacenta su visión serena,

oh, rauda, pura flor

abres tu hastial

como se desliza la primavera

entre tus dos montañas,

que velan que aguardan

sin franca ni verja.

Eres mi vacío perplejo

que quepa y florezca mi sangre.

Mar que inerme

quiere llenarse

sin libro de esencias

ni oscuras tinieblas;

quise ser dueño del aire,

alzar vagorosas ilusiones

como fieles pilares,

castillos que nadie tumbase,

pude ser siempre

y hoy soy lo arado hasta la fecha,

mortal acicalándose el alma

que será siempre.



El Castellano



CANTO A UN TRONCO MUERTO:



Recama heraldo lenguaje

las simas de tu palabra

huero sonido que avanza

y el ser alza.

Inamovibles torres, belleza

aguardan, oro noble

hondo, profuso Sol cercano

padre de fachadas de Castilla.

Encinar raudo,

acoge al puro roble

vetusto soliviar escarpado

cuna del árbol resucitado.

El final en el viento es una promesa.


Desde Cuenca a Toledo

desde la corona brillante

de Ciudad Real a Guadalajara

pasando por Almansa y el frío

de Albacete apostando en el río Cuervo,

y el profundo Tajo, desvistiendo

febril al río Mundo.

Reviviendo este tronco muerto

en Riopar, avanzo, amanezco

ligias y barbechos tras

surcos de furtivos arados.

Fortalezas empedernidas

fervor de ojos lucientes

pasados del mañana.

Me bañan sus fuentes

en patios de arañas e higueras

en sotos de almendros

y nichos de nogales verdecidos.

Mi hoz de trigo y centeno

eleva su carne

por esta mi tierra

y su vorágine.

Canto por el revivir

de este tronco muerto.

Blanca idea, surco en recodo

por brezos y mirtos agujereado,

retemblaré como el esparto.

Graznos escondidos picotean

mi alma; crascita voz serena

alcanza tu semblanza

me tejí exhausto

en tu oscura raíz

del antaño.

Blanda tiniebla envuelve

el dormitar de tu carcoma.

Levantarás de tu sueño

Rey Rodrigo.

Y nuestro Cid

¿Vestirá tu palabra?


El Castellano


SOL CRECIENTE:


Destapa mi tiniebla pura, tibia, serena,

Sol refulxit umbra refulgens,

noche que tus luces breves

duermen el sosiego del asfalto,

plomiza, la música de tus ojos,

funde sus calores mi niebla matutina,

Sol de trece estrellas

acoges tus lenguas de amores,

fuegos irisados a siempre reinar,

el camino de la vida,

y sus fauces sigilosas descienden,

camino de esta bruma

que el mundo extiende,

sin nombre no te busco,

te encuentro, en la cumbre

de toda montaña,

en la concavidad de tu luz que entraña,

desvelo del despierto fundición de mares,

nacimiento de desnacer nos alumbre,

la vida de la solaz muerte,

amor flagrante de lumbre,

vestigio en ascua sin final

ni honda luna secuaz,

odisea en parajes de temprana escarcha,

oh sol de soles, ¿por qué tu osadía de seco tajo?

el nervio de mi ballesta tensa

mi Dios sin nombre sepulta

y aviva mi grana brasa,

la tierra cruzará  un día tus fuegos

azules despiertos,

tumulto de quien te vio castizo,

el tiempo se afuelló,

brotaron entrañas de la tierra

sombras densas que apabullaron,

sólo las golondrinas danzaron

y las mismas espinas me arrancaron

el corazón.

Sobre la grama viene a descansar.


El Castellano


CUERVOS NACEN:


Raíces de tierra abren bajo mis pies,

ay la tierra que sólo osaré una vez,

sombras juegan bajo mis pies,

bajo montañas de sangre,

se alza mi espíritu,

un aliento helado de piedra,

un paso más bajo soles apagados,

unos ojos profundos del horizonte,

caída resplandeciente de mi espada,

un atardecer frente a mis ojos,

fieles depósitos de umbra serena,

se abre esta urna,

crepitan soles en estampida,

se afilan las garras,

cavó la piedra,

buscando vida eterna,

fuente fría quedó dormida,

se alzaron bosques de su sombra,

jugaban en un patio de estrellas dormidas,

he visto nacer de sus entrañas la furia,

sombras caminan desde el infierno,

las puedes escuchar,

juegan con latidos de tierra,

sombras despiertan

quién las va a detener,

alzan sus espadas clavadas,

la sangre se aglutina

buscando las puertas,

nació un cuervo entre su sangre,

acecho yerto entre la dama oscuridad,

me descubrieron en un campo de víboras,

al poder del rayo nací,

osado escalo mi vida una noche más,

lobos que aúllan mordiendo la luna,

la noche que es de las fieras,

se ha abierto el infierno,

sombras caminan sin astro,

un poder que el alma sucede,

destierros en compás de fauces,

raíz madre vence este compás

de todo lo que se alza bajo tu entraña,

escucha este latido de tierra y sangre,

aglutina la vieja estampa,

sé mi amparo en toda lucha,

escucha mi lágrima de luz dormida,

dame voz, dame fuerza

entre estas sienes perdidas,

contra la perfidia de estas sombras nacientes,

que no encuentre su maldad

la flor sangrienta que tanto ansían,

no dejaré de surcar senderos ocultados,

no habrá espada oxidada

que venza mi valía

ni quebrará mi escudo,

gritos del ayer,

no partirá mi aliento,

no quebrarán mi hálito,

viento me sostendrá en cobijo,

aguardarán mi oficio,

sembraré la luz en tierra yerma,

mi azada de carne de metal,

rajará la tierra este muerto horizonte,

una espiga roja y negra se alzará

será mi vida,

tinta y sangre de esta osadía

de alzarme.


El Castellano


CUERVO SIEMPRE:


Destinos nacientes

al fervor lumínico

me expando

entre árboles

de verdes filos

perennes,

al fragor

del ardiente otoño

renaciendo,

al vapor

de soles sin sombrero.

Llueve mi ser

esta entraña surcada

en simbiosis desvencijada,

cuatro cipreses me clavan

la visión serena

de que soy insignificante

ante su longevidad

imperial.

Retorcidas mis ramas

se alzan

al latido desertor

de este hiriente

tejo que escribe

sus runas de Odín

con su sangre de tierra,

al resplandor

de este parásito longevo,

que es mi pluma.

Rizados bosques

de helechos

que me trepan

con sus rizomas

mi fría idea.

Al colapso de gramas

por gentes,

metáfora de su vida

comparada en duración

con este ciprés silente

que tengo enfrente,

este cielo está brotando

su oro que ciega mi vista,

aún ciego escribiría

que vino a plañir

mi alma

entre sus filos

por soledades

complacientes.

Yo cuervo poeta

estoy entre pilares

de mi obtuso,

antiguo, existencial

hogar enraizado,

mis venas

que soterradas

pueden ser raíces

de mi espíritu

por descender yo

de mi padre árbol

y mi madre Tierra

esto no es más

que mi corvido

tesoro de letras

ojalá algún día

broten en flores

estaré en la santa cumbre,

allí,

donde los sanguíneos versos,

se vuelven materia,

yo soy un tercio de mi vida

en floración,

porque allá

donde me encuentren

soy primavera.


El Castellano


PUDOROSA SIEGA:


Líbicas extensiones de mi ara,

por eras de soliviares,

angostos, desnudos

sin pinar excelso de tu mirada,

mi acre transitado, exhausto.

De corvo pico y fugaz

idea pasajera.


Hondo grano de mi cereal espera,

dura grama extensa,

inhabitada,

moza de mis ausentes

sin bandera.

Agota, afila

mi profundo tallo

brotado de mi febril

mocedad subyaciente.

Creo mi suspiro

como brillante tajo,

refulgente al candor de entraña.

Amparo sin honor,

de filo que no aguarda.

Quiero renacer así

te encuentre amiga

con otra cara,

otro nombre

no caeré en osadías

eso lo dejo a mis Dioses

de locura extensa

llamada Destino.

Yo necio, torpe,

de hueso en tierra sembrado.

Soy hombre con lo servido

cumplo mi palabra.

Es una gesta descendida

Luz de guerreros

perdidos

en azares funestos.

Quién guerrero del muerto tiempo,

con raíz desamparada;

Trémula deidad

tus labios acostados

en tu cara,

en mi pueblo

me enseñaron a luchar

por lo que quiero

y más solo que el relámpago

tu felicidad quiero.

Mi paz de campo abierto

vástago sin superior

de conciencia

mas que inerte hálito

superviviente.

Frívola suerte consumada

osar tu palabra,

vendré porque aún no he salido.

Clarines y trompetas

entonan este yugo

eclosionado,

en servicial acto,

mi azul fronda

que no hiela tu relente;

rompe con empuje

violenta, feroz, agotada,

malla:

Hidra mía

perdona mis lucientes.

Vesta que Proteo

clama hundiendo los montes.

De vetusta proclamada

en sortilegio de guadañas y hoces

que se recogen sin martillo jactancioso.

Irrumpe mi designio

vaporoso en estela,

que tu sombra yela.

Qué Dios implora

a mi imperio

del precipicio.

Hechizo de mi semblante

otorgues invicto, valeroso

como abismo de agua.

Previsor que detiene

impías naves

en ataque de tormenta.

Sangrada barrera abata

en funesto claro oscuro

sin atadura

ligado, manso Ábrego

sin alma.

Prendida paciencia

sin alarde ni secuela.

Piélago que saña

sin brida

ni cuerda aplaca,

embravecido

con umbroso helecho sombrío.

Bosque temblado de mi mente

que piensa

ausente borrasca

sin ayer.


El Castellano a 25-08-2017



FÉRTIL ESCOLLO:

Hondonada del hondo soto

en ribarzo de tránsito veloz

por rambla angosta acequia

en alta lengua de lenguaje

en fruto, caliza lengua,

profundo tallo, vine exhausto

con canciones de luna

y soberbios cipreses.

A desnacer silente,

Tiempo se derrama

clepsidra de mi sangre,

solaz soto de hoja marchita,

limándome en la lumbre,

atarralla de luces por señuelo,

entre carcomas voraces se tejió mi verbo

señero de un sol despierto,

vine por un destello,

traigo mi botijo, sueños colmados

en un estambre ambrosíaco,

riera en venas

hasta ver florecer tierra madre.

Chopo de su vientre,

silencio secular

entre ojos quemando,

viví,

vine por siempre por sus voces,

rieras ven desfallecer su curso,

colmenas risueñas

por adjetivos precoces,

telar dorado es mi letra,

en el que no aprendí

ni me aprendió el ripio,

al menos nací del silencio

mente blindada criando cerrojillos

de idea flagra que deslizó la sombra,

cerrando tiempos que eclosionaban

viles falaces viperinas,

campo del alacrán

campo de terruños esbozados,

este siglo que comerse

a sí mismo puede.


El Castellano


LATIDO DE UNA ROSA:


Escribo a los fantasmas de esta rosa,

tras su invierno deshojado,

que su voz abre en eco de pétalos,

rosa esquiva de voces dormidas,

soplos de hálitos intransigentes

a un frío de neblina,

bruma voraz desciende entre sus pestañas,

y su sangre de hojas marcada

al rejuvenecer de un ayer,

voces yertas hechas tierra,

aroma de besos dolientes,

y pieles escarchadas,

redondas ojeras suaves de luna,

un aura color rosa fría

de un otoño mustio, herido

que ya no camina.

Sin ella, sin ella la tierra abatida,

me habla de tiempos que fueron,

de sueños que se perdieron,

haz purpúreo vano a morir,

por colchones de ideas,

por todo lo que quedó sin dibujar,

sus voces dictan yo converso,

umbrales que abren al sosiego

de tijeretas que descansan.

Como un beso escondido deleitándose

era ella floreciendo abriéndose al mundo

para ver desde su carcasa el fluir del tiempo.

Fantasmas mudos que reposan la caricia

de esta rosa, única al mundo

temperamento de princesa,

el campo en su pétalo,

rosa, rosa tierna carne de estrella,

ojos de quimera,

estampa quieta,

cuántos te conocieron

cuántos como tu jardinero te querrán.

Rosa esquiva, rosa viva, rosa sin cortar

al cielo quién te viera caminar.

piropo eres para voz soterrar

al latido de tu beso por imaginar,

vive cuanto quieras

que volverás a reinar.

Por tus espinas rizarán albas

y rocíos matutinos

con sabor a tu esencia desnuda.

Ya tu voz no vivirá más ahogada,

hablará tu savia

tu belleza elaborada.




El Castellano.


MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA



ALJIBE BULLE:


A mis campos,

a todo lo que amo,

a lo que nace y se cuida solo,

con pretiles gestos les crece la dicha,

rabiosos vientos descubren,

un cielo oscuro

que ya no destapa el verano,

sólo ahoga esas flores de sombra

que marchó el estío,

cabalgo sobre la vida,

latidos intrusos,

indeleble mi trazo muerdo,

de mi alta torre bellezas

trepan y escalan,

yedras esquivas apostadas firme,

tañen nuevos tiempos,

que no aseguro mejores,

abren abrevaderos sus yagas

de manantiales soterrados,

registros de vida de rebaños,

áspero soliviar,

marchan caminantes

sus ciudades que negrean,

igual que liebre

por monte fragoso,

negro redil

tierra no igualases,

hasta lo más ínfimo

osa y yergue distinto,

cristalinas fuentes

que los capullos abren,

serenidad del insecto justo,

afilaré esta canto,

que abrirá el Tiempo,

surcos sin escollos

que surcan las letras,

ávida promete

nuevos verdores de horizonte,

verdecidas frondas,

rendido no dormía yo

ni mi negra víbora,

mi arco ni aljaba arrebatan,

miro por mis suspiros,

no se mantengan solos,

izaré la montaña,

no me recluirá la cóncava suerte

de su caverna,

así el cielo descienda,

quedará un arco-iris

de flores silvestres

en un aura insoslayable;

Avanzaré trémulo

los ecos de mi voz,

por si reverbera el sueño

en que yo acuesto el alma

de todos vosotros

mis campos que amo.


El Castellano


IMPÁVIDO DESPERTAR:


Iras negras forman celada,

ante y bajo protección

de mi égida,

por cruel invectiva

cabalgo mi piel de astro,

pavesas del fuego aureo

de quien yo era.

Levanta sin suerte

metal de escudo,

arrebolado suspiro sembrado,

fuentes me colman los ojos,

un reverdecer que aguarda,

mirada acristalada

con matices hondos,

tierras  crestéan

sus ávidas sienes,

sin someterse,

siempre sin dueño;

Inmoble andamio de la vida,

cuando Noche arrastraba

sus ventiscas bramaba,

sin lluvia, ardiendo,

he cruzado estrellas,

un sol oscuro he prendido,

descendido

con campiña de laurel y mirto.

fatídica era de las sombras,

Dioses del subsuelo,

abaten sin piedad,

cerrando la puerta.

Estas ruinas sin riendas,

desposeídos lugares,

temblará mi nombre,

sin ser

Rey de los cielos.


El Castellano



LUCIENTE LLAMA:


Escita levantas,

de insigne pasajero gesto.

Mi dulzura de cólera nacida,

cantad mis años dulces

a Diana,

entre boscajes

y frondas suaves.

Donde el torvo cielo no amenaza;

Allí se blanda

mi ser recto

de conciencia pura,

cantos se erijan

de verdad desnuda.

Sombra de saetas vanas.

Sangra, luz viva, altiva,

nada sin tus honores consagre

el viento de plenilunio.

Ceñidas las verdes sombras

de las hiedras arrancando

liras al pueblo fragoroso.

Vieja entraña lacerada,

escucha el reverdecer

de la sagrada cepa.

Sin honores no hay versos

ni comensales.

Cuál la vigorosa, valerosa

Quimera

que el ser no enrrosque

llegada la hora.


El Castellano


FÚLGIDO ALIENTO ESCONDIDO:


¿Acaso dormiré la noche?

Se callarán los susurros nocturnos,

el blanco cielo ya no acostará plomizo,

su letargo de otoño aguarda,

taimada mía no marchites

mis leves hojas;

No todavía.

Ampara mi dorada yedra

escucha sus notas de savia verde,

abre y abrirán rizos

en acristaladas fuentes.

Allí el clarín entone

enamorando a la dama del lago,

serpeo mi suerte cuando me dictó verte,

común lache yo perezco

en brazos de mi lejanía nunca hayada,

a ti entrego mi labriego,

inquieto, escita de su linde quieto,

aplaca mi bajel de ala irascible,

relampaguéa incesante

alta como la luz etérea,

perenne que yo estaré atento

para osar y no desprenderme;

perjura, retrocede, y avanza

alzándote por falaces bocas,

que desaconsejaron

y creíste amigos,

no poseo yo almendro

de almendrás de oro,

pero todo se dará,

sin caer en el vulgo,

mi sed al menos procuro,

es la sangre cándida,

arremete, marca su cántaro rodado,

blando, una solitud escarchada,

a la que se desea tras todo estío,

lisonjero de tórridas llamas

secuaces del terreno.

Hoguera me tiendes la llama

sin rendir tu escuadra,

preso tiembla el morir noble.

Peinadas parras de la sombra,

tupida vida que acicalan

acariciando al rey Sol.


El Castellano


TECHO SIN TIERRA:


Inerme descuido

entre fronda misteriosa,

ríos en lágrima cabalgan,

estival aura

y su sol que en carroza

pasa,

entre las puertas de este mundo,

mundo de sombras,

sombras irisadas,

donde mi árbol no se da.

me escucharán árboles

mi sangre repleta

de sombra vana,

quicio indiscreto,

tu abierta ventana

que ya duerme en tus noches,

resguarda que mires

mi marchita hojarasca.

Mi acorde arrancado

a lira de fauno,

a número y medida

mi azar de entraña insepulto,

escruté cielo y mares

y ni un acre de tierras

me concedieron,

auras me levantaron

de la negra muerte,

y hoy sigo doliente,

camino esa noche

que camina todos,

dura coraza me resguarda,

de impetuosa saliva;

Sirve de tumba

a esta mi funesta vida,

un soliviar de acequia pido,

acaso es tanto,

donde la amapola

juegue con el ribarzo,

y se descubran geranios de los caminos

y peinetas de brujas

con abrojos,

magarzas canten a sus coronas

de reyes allí, donde los cardos

hagan nido

y abra a su luz la caléndula silvestre,

abrigando este sino desdentado,

y su añil de tierra,

que mece y sostiene

hasta que muera

sin nada cambiar

hasta encumbrada la fiera.


El Castellano


OJOS ALBOS FIJANDO:


I


Claros y dulces,

ignotos  ojos medrados,

iluminando auras fugaces.


Compases abren,

su timbre ecuestre dorado,

por la lira que quedó sin pulsar.


Cogí y ofrecí las malvas,

de mi camino, sujetaban ellas

los campos.


II


Tácito pulso sobre el musgo,

buscando verdades de sangre

en piedras ya no desnudas.


Yunques con señeros trabales,

de sienes crudas

y plomos derretidos.


Vestido albo sin encaje,

cuña de este garfio;

Semblante sin ser rey bárbaro.



III


Déspotas comensales,

fugaz escita háblame del Sol naciente,

sin cordura ni engranaje.


Mi deleite rije, amaneceres

donde se acuesta el este

entre vespertinos roces,


que el alma sacuden,

de irascibles cánticos

al nuevo día que envejezca.


El Castellano



RAÍZ DEL AURA:


Arrostran secuelas

de cicatrices

en mi nueva forja,

abren caléndulas temperamentales,

cebollinos de lares silvestres,

a Numidio le ofrezco,

jacintos silvestres

en evanescencia,

y mis rosas caninas por abrir,

no falten a tu vuelta,

ajipuerros inquietos

aguardan los campos

el reverdecer

de otoño sembrado,

romo hierro acrecenta mi sangre,

labriego invocado,

irritable,

a la vuelta de mi fortuna

sosegada, trillada entera,

como tupida yedra abraza

la sombra de su árbol,

no piso cenizas que se parecen,

honraré sin coturno

a Cécrops

esperando laurel eterno,

cúantos ríos nos desconocen,

este honroso polvo,

Musa mía no abandones tus juegos

modula tu laúd sonoro

que tu voz parte y pretende

dulce y armoniosa,

al fugaz viento

tiende mi fulgor de armas,

se duerma así

con mis oídos dejando

se afilen trompetas

y clarines bélicos,

brillante mira displicente

mi hiel de suerte,

hoy no vendí ni un atisbo

de espíritu a su cruel destino,

argento un color

nombré escudero

que enraizó en la tierra

como un blanco chopo de belleza.


El Castellano


VORÁGINE DE TRASIEGO:


Afila mi sien,

perdido acre

de largas venas,

traspuesto

entre vientos abisales

derritiéndose tierras

podando su eternidad

en soga que el tiempo

roe;

Fértil vientre entre febril cumbre

de opacos rayos acrisolados,

ventanas fijas

al cerrado horizonte.

Por las armas de mi pueblo sin civilizar,

Numancia alzo a tu sangre inmortal

tus más de dos décadas

luchando contra un imperio mortal.

Aciaga afrenta por la anclada

libertad.

Fuego de breas nos vio marchar.

Caminos eternos con valor

surcaremos

para que no nos pisen nuestro hogar.

Lanza y falcata se afilará

y hasta el verde lagarto

a nuestro paso se espantará

recluido en la sombra

que nuestros pies avanza.

Niega, sigue, prosigue

que su sangre rehúye

hasta el ocaso sigiloso,

que se teme incluso desde el mar.



El Castellano



LUCIÉRNAGA DE NOCHE:


Razón mía que enlojada

imperturbable,

abres tu duradera onda

imperceptible, desnuda,

esta luciérnaga que el cielo cruza;

Como un grito sin hacienda ni aire,

acaso sonido fueras,

voz de mis males tenue conciencia,

vosotros que nunca me leéis

yo jamás he escrito.

Papeles en blanco

me enroscan el sentido,

ni agitan al inmoble

Dios de tu hermosura,

quién prodigio, quién mediocre

si estamos de paso.

Nadie a quien impresionar,

nadie a quien agradar,

nada que negar, nada que defender,

todo se acabará afilando

como hueso de durazno

del tiempo germinando.

Millares de ciegos caminan

estas noches perpetuas de septiembre

fuera, por fuera.

Puedo verlos cabalgar

su visión negra

sin el amparo de la luna.

No hay lluvia que gotea

a mi ciprés torcido,

sólo blanca secuela de luz ardiente,

otro verano que no quiere ir,

mi sueño no quiere mi verde roble,

apresta, carga mi ballesta

que mi fuerza no vence,

yo que vivo para morir a gusto,

al mío no al de nadie,

hechos de ratas sumergiéndose,

como infinitud de hombres

que no cumplen su palabra,

será un puerto

con mi buque emergiendo

cuando le toque zarpar a mi cuerpo.


El Castellano


RUNA INMOBLE:


Sombra mía,

esquiva de mi vida

encarnada flor de ella,

entre vientos en tierra

encorajinados de nueva siembra,

de fuéllega luciente,

valor ensimismado

brotando el ababol,

de sangre suya,

sombra sin cuerpo,

acaso tuya,

difumina otra sombra

de quien yo era,

yerguen espigas

con pilares de belleza,

descansando sobre el agua,

que arropa tu fresca cara,

gira mi vencejo la loma,

no había primavera

ni lógica aguantaba

este Ara de hipérbole

de tierra meseteña

de tierra sepulta castellana.

desnacer mío

el terreno me aguarde,

inquebrantable dicha,

visión de mis dioses,

vigía perenne,

oye la lluvia,

no preguntes

tiene miedo llora silencio,

recodo alumbrado con espinas,

llave de mi pecho

destapa dragones y fieras:

Dardo senil de esperanza inmóvil,

caduco, inmortal

para renovar sus hojas

en ascua etérea del mañana,

carne de viento que espera

el cielo, obtuso, abrumado

cuajando destello arrebolado,

cuando se desgañita la vida

por el esperado ocaso

que vieron los ancestros.


El Castellano


CAMINO DEL ESTÍO:


Páramo de mi nervio,

aguantas el tesón

del estío estirado,

ya la silvestría te languidece,

tu soto caduco de forraje,

el ocre te vence

tú que desdentado de savia

ni pereces,

por voces tus cumbres

se hacen mesetas,

inmoble color del hierro,

tus tierras levantan,

con palpitar que al cielo

clama su llanto.

desde la pizarra

al canto rodado

sólo montañas no guardan

tu sed de antaño,

brezos ya laten amarillos,

compases al verdor

de la sombra de santas encinas,

bosque esquilmado rocoso,

denso musgo marchito,

¿cuál la tierra madre?

¿Cuál la piedra oscura

en la que muere la tarde?

Dulce tarde con oro trigo,

sin rastro quedará la seña

y el silbo del ganado,

llamo a mi astro sosiego

permita a la nube avanzar,

paz sin recuerdo en la hondura,

caduco parece tu vientre sereno,

sólo al dormitar de simiente,

un molino corta la áspera onda.

Ara que prevalece su trillado esplendor,

su llanto del cielo gime

la tierra castellana,

estampa dorada sujeta,

por la que la vida marcha.

Camino de Humanes que sigo,

por ramblas padecidas,

sigo el camino del hueso,

para entablarme

con las espinas de un endrino.


El Castellano


SUEÑA LA REPRESALIA:


Sangre expiada,

ceniza aparente

de quienes eran,

incierto azar de las armas,

oscuro riesgo,

desdén del tenebrio

encorajinado,

parca ilusa que todo abarca,

sin oír a los Dioses,

simas y ríos que nos ignoran,

¿Qué campo no me atestigua

en ocres muertes

todo lo que la tierra devora?

Esta avara tierra

que relame sus crines de plata;

Y su destino no embellece,

justo de ala nueva perenne.

En las prósperas sienes

de regocijo,

acogedora sombra del blanco chopo

y este opulento tejo,

que al muérdago muerde

aguardando convencer

a las tres Hermanas de Negros Hilos

no me hundan en el abismo.

Mi musa cautiva toda de nieves

yo, de bronce,

niega ser de origen innoble

con ocho lustros asidos

opresores,

púrpura brillante,

esquiva,

pureza en jaspe

de luna,

del arroyo fugaz

bebe y el viento revolotea

sus suaves cabellos finos

fluctuantes,

se encienden

mis tibias cenizas

por amarla a ella

lágrimas sobre fértil vid

que engalanan,

Valgio abre y llora tu torrencial

desde tu hogar caelis,

deja fundirse contigo al Aquilón

cae tus espejos deshaciendo rastrojos

cabalga tu agua

por estos estrechos campos.

Abstruso tonelaje de mi pensamiento,

hosca patria mística

de amor furtivo,

trémulo de lo que el querer quiso,

sin falso engaste avanzo;

el poder del cuervo siento

ese único que visita mi jardín

a las nueve.

Por oscuro aflige

que ya no es celestial,

ni aunque el cielo fuera pardo.

Vetusto, geométrico, áspero

mi desliz absorbente

como un torbellino,

que ya las penas

de mi olmo desnudo

no llora

ni la belleza refugia en esfinges

sus torres que son de la tierra

como señeros de vivos,

raudos árboles enhiestos,

en su copa

que bebe al tiempo.


El Castellano



NEGRO ASPAVIENTO DE UMBRA:


Ahuyento el crujido,

el espasmo de viento nocturno

que fuma mi cigarro,

es una violeta opaca sombra

su éter de persiana roída

pasaban yertos caminantes

sus ciudades que les negrean,

un suelo quebradizo

blandía figuras

con espasmos de cobre,

por faroles y fuegos,

luzarreros edificios de leche

y hormigón,

perdición flagrada

en toda dirección,

un segundo vuelto atrás

y observo detenido mi desquicia

se alimenta voraz

de estos cielos de plomo y zinc,

solo una vez más

miro mi soledad desde el otro lado,

y se espanta el negro apuesto de vacío

empedernida luna sujeta

por filamento malva de la luz estrella.

cuento 999 y aparece mi cuclillo,

asmático suena mi grillo,

el segundo ya vomita otro minuto,

no me cuentes reflejos

de ávido camaleón me visto,

semáforos disléxicos

me cuentan de mi azar de visión

por la que enfermedad es alegría

y nacer la misma lechuga,

hoy volaré sobre un vencejo,

avistame hondo, fugaz, pertinente,

crispado, retenido entre mares de tierras

a lomos de un caracol que cabalgo,

y no me vence la luciérnaga matutina;

negros soles me cuentan

que su luz es sólo un respiro del Creador,

la tiniebla ganó al tres en círculo

y el mundo se puso de cruz,

amén que trajo un jamén que me enjalbega

mi tuerta creación,

sonido ciego

me avasalla la abierta ventana,

un crepitar valiente escuchó

que abrió sus ojos,

y un irisado que la noche clama

se desperdigó,

era tiempo para volver atrás como

las plantas silvestres

que se hacen las muertas

por qué pues porque siempre están,

como rey lucero

es certeza de mi magna

espiritualidad que ya nadie niega

ni con gafas de Sol.


El Castellano


TRENZADO DEL TERRENO:


Abro de mí, la rigurosa sombra

acogedora de mi blanco almendro

fresco dosel que presta almazaras

llenas de olivos,

hermana del negro hilo

cuándo mi jardín florido.

Rasguña con tembloroso sigilo

de savia dulce su arroyuelo.


Blanca luna que me reflecta

en los sabios bosques.

que sus mieles Himeto me concede,

colinas serenas me aguardan,

y en las prósperas perviertes,

apacibles bellezas

parirán tus ojos;

Lágrimas sobre mis tibias cenizas

de aquel que duelen y sigue

porque son del poeta que te ama.

deshecho en espumas trenzo

vaporosos ríos de mi sangre,

vernal lozanía

que aún gozo

como luce la flor sepulcral.

Ceñida cabeza tuya

de las rosas más vivas,

¿Quién cauto te hará cortesana?

Raudos Lapitas no hay futuro mejor,

el viento me pulirá su acento,

bien funesto que considero

que me sembraron

de la bronca hendidura

que no sucumbe ni se hiende,

Baco enseña haciendo danzar Ninfas,

aguzaban sus canciones,

pobre labriego este que nunca se dio,

pilares auras según lo pidan tus liras,

¡Oh Calíope!

Musa de mi lenta melodía,

tráeme la fronda verdecida

de tus mantos vestidos

de Ferento la sola campiña.

Sin feroz hija hambre,

yo providente augur

de todo lo que amo;

Al escondite del alacrán

no proclamo,

por doquiera me dirija la suerte,

veo la oscura tempestad que anuncia

que yo estoy bailando en la luz

para poder bailar en la oscuridad,

Galatea la corneja no me espantes

que mi buena remembra.

alma présaga de lluvias

que a la flor incitan,

yo que en pulido ribarzo

quiero prender a Ninfas de flores

absorbentes de miradas

y de fugaces estrellas.

Amor tan torpe

¡Oh mis castos Dioses!

soy yo humilde

un ser hermano de la tierra

que no permite

ni a víbora ni culebra

le retiemble

la paz diáfana hallada.


El Castellano



DIESTRO DEL MAR A LA MONTAÑA:


Fuego trenzado, galopado

crepitando el amor fulgente, estridente

de mi madrugada

que avanza que danza sin balanza

el infierno silente de la mañana ampliado

río de mi sangre que colma el páramo deshojado

donde vive donde crece mi chopo viejo

colma el terreno mi sed de abrojo

diestro mi hálito exhala su desliz embelesado

nacarado, embrujado, por mi mujer

endiosado, extasiado de miel y ambrosía

repleto, lleno, colmado, extasiado

mi río de sangre avanza no se detiene

corre del mar a la montaña sin mostrar despecho

de grazno escondido en cada torre

el idioma de la noche se hace presente

tiempo que corría muerto desde

mi sótano de luz

a un horizonte tenue por conquistar

corría la lagartija sin desdén

por enternecer al horizonte diestro

del mar a la montaña dispuesto,

de pieles extasiadas cantaba

el surco del reguero de mi vida

por florecer en la arteria del lugar

graznaba mi alma a los soles de espejo

fuego trenzado en cada ciprés

que me sostiene

que mece el amor de mi sangre caliente

era llena, habitada por la flor

sólo allí donde reposaba la belleza

allí donde ardía el sentido

enarbolado, flamígero al ojo del cuervo

bullían rebosantes mis fuentes

esas por las que se colgaban

parcos los árboles y enamorado

el suspiro acampaba la tierra

de piel de nuevo

esperando mi vida quieta

la ascensión de su alma al cielo

atochas de esparto me sostienen

para tener yo sangre de tierra

gramas me florecen en invierno

el beso congelado

del Tarot helado de mi sangre

hoy gime el tiempo en mi ventana

quien lo viera marchar de cuchillo

de espino y girasol helado

hilvana el viento corazones en los álamos

para que despierte feliz mi Sol,

y concluya el tiempo de la madrugada

de mi vida en fulgor

que dibuja siniestra el corazón

de mi albor,

ese por el que descansan horizontes

crepitan montes, las aguas

brillan fulgentes estallando

mis veintisiete fuentes

como gotas tiene mi vida,

fiel mi caricia anhelante

de una sed por la que revive el inframundo.



El Castellano


DISPUESTA ESPIGA MALVA:


Diestro tapiz me unge,

cabizbajo de este gris

que desnazco;

se amilanan de grana

guadañas que me cincelan,

no me iré de mi abismo

ni en él terminaré de hundirme,

ni este cielo acabará

de blandirme,

quebrará mi espejo de espejos,

y similar me encontrarán.

Mientras subiré por el costal

de mi camisa todo lo que veo

un azul teñido de mares de tierras,

como es arriba es abajo,

soslayando me encontré

con un camaleón de quien yo era,

hoy afirmo que lo vivido valgo,

de vidas de un día me aguardo.

Manantial displicente esquivo

es esta boca de tierra que rehuye,

una vida y un arrebato colgado,

una sinfonía de grillos

que reverberan las fuentes

y sus encinas y sus quejigos,

sus rocas y sus nidos,

sus lunas y sus espejos,

vine que me estoy tejiendo,

una carcasa y una flor

es por mí es por ella,

que el color nace color

se abre paso una rosa bermellón

por ella es que reverdece

mi corazón.

Y un ocaso malva

se escuchó entre los dos.


El Castellano



ALBO ESPÍRITU AZOGADO:


Abrí las rojas puertas

del fantasma de mi corazón,

despertaron grises lheviatanes

como agujas sin cabeza ni redil

era él un fantasma puro, impío

un último respiro alzó

a mi cabeza,

y caí de rodillas

a otro mar

a otro mar

el suyo sin calma

ni espumas purpureas,

abrí esta vez las ventanas de mi pecho

esta vez como si alguien las sujetara

en mi propiedad

de fría carne,

un pulmón marchó a una rivera,

el otro perdido marchó

a otra con mi espíritu,

quedaba mi cuerpo como frío, desierto

páramo sin espacio sujeto

donde anclar señero de luz

mi pecho, el otro espacio

de mí desierto

oscuro como opacidad

de noche de soto sin luna

sin luciérnagas del cielo,

sin fusiles que clavan su plomo,

sin faroles ni lucientes

provocados encumbrados

como este vacío que ya cansado

no más habita mi espejo de alma,

mi pecho partido enraizó

la mejor flor que la vida

pudo darme

como espina para clavar la espina

de mi vida y asir

cielo y tierra en marea

de primaverales caricias

albos ojos fijos

en auroras que marcan

al violácea arpa de mi despertar

creyendo sus ojos un sueño

para habitar.


El Castellano


ENDOSELAR CANTANDO:


Anquilosada bruma negra

me yergue sin piedad,

allá por un fatídico recodo

danzo, danzo con mi lobo,

viles me destrenzan

como muere mi Dios silencio,

era un cable un tranvía

que surca la mente,

por fortuna hablaba mi otro,

un puerto y un barco,

abría de mi pecho

un trémulo espíritu

aullando vespertinos roces

de costillas enlutadas:

Hoy una luz vana

me escarcha el alma,

debato con mis Dioses

dónde quedó mi destino,

acaso merezco acaso desvanezco

puro como lágrima del cielo,

mi tardío quizás diga,

mientras este castigo,

seguirá crujiendo mis huesos,

crascita la belleza

entre los barrotes

de mi calavera,

mientras seguiré

pudriéndose

mi vida en silencio,

como pez en tierra

soslayado de cielo,

lo siento mundo

ya soy completo

un millón de mentes

un millón de mentiras,

esta inspiración no me hace libre,

miedos, ilusiones truncadas

contra el ateo

no me imagino

como un pez sin boca

sin creer en nada

camino la ciudad

que negrea el sentido.

tu cara diviso

ya puedo morir agusto

hasta el nuevo día,

hasta trenzar ocasos

del alba y su espuma malva.


El Castellano



RESURGE EL AÑIL:


Florece agua ignota,

azoga tus blancos corceles

de rocío sereno

sé bruma gris de abrevaderos

juega con mis mariposas serenas

de los vientos, fragua mi sentir

en tus venas rocosidades,

bebe mi sed como un desnudo ayer,

entre flores del paraninfo yerto,

augura mi suerte entre tus vellosidades

colmadas de savia joven,

un reverdecer anhelado

que tantas espumas aguarda,

madre de mi blanco chopo,

tu cristal luciente;

Cuántas eras yo he conocido

tantas vidas más longevas

que la mía,

osadía pulcra de espadas azules,

cuchillos calizos de cerros

castizas fuentes

en ramblas del terreno,

rieras terrunas al sosiego

de vid y centeno,

hablase yo entonces

de un sol que desgasta

de acincelados bosques

de espliego y atochas de esparto

del grillo solariego

que abre el sendero,

baja vida tus espumas verdes

de paz y sosiego,

vence tu paz sepulcral

al fervor de mi vana sombra

que no te puede,

háblame tus hojas

bailando, jugando con el viento,

de este otoño que no llega,

ni su bruma honrosa desciende.

Tráeme tu febril aleteo de estambres

clava la simiente esquiva

que raje la tierra,

contigo el resurgir de las estaciones,

pariendo el desnacer

de toda muerte en color

de simiente.


El Castellano


SOCAVA MI TARDÍO:


Indemne acontecido,

en solaz yaga sin fresno

ni alta haya secular,

jamás aplacado por sotoventos

ni fugaz línea de chopo ferviente,

singular atarraya de vientos esquivos

su páramo veloz de ocres del terreno,

vino a plañir mi alma,

entre oscuros cipreses con sabor a dama,

soy tocado por el rayo de sol,

esta sequía que escapa

en el sitio del ángel de tu mirada,

miro por fuera y el centígrado decrece,

gramas envejecen mi calzado,

te encontré y llamé a tu corazón,

déjame ser agua en tu boca,

lejos brillaré por dentro

un placer preso,

y sus vendavales furtivos secos,

es hora de anudar el firmamento

en una falange y en otra llamar

al viento mi padre.

El río se sembrará de altos árboles

y sus peces anidarán en sus copas,

vine a perderme

por si aún no me he encontrado,

haré de bocas esfinge perdida

por cuanto yo he conocido,

perdigones reposarán en las ideas,

golondrinas llevarán besos de auroras,

yo me trenzaré como el azabache

que llora la noche,

una flor de sombra enraizará mi pecho,

en sangre de amapola negra,

como mi sangre oscura,

vine que se deshizo mi ventura,

por este ignoto torbellino

sin ventanas al pasado,

tejo que yo a ella consagro,

como niebla y bruma

que sin ella otoño no hace,

pregunto a mi lobo esquilmado,

sus broncíferos vellos me responden,

que dicha no es labrada

si no hay manos de recolecta.

Como recompensa trae lo sentido.


El Castellano


TIERRA A RAÍZ, SOMBRA A IDEA:


Por la vía

que los vetustos

olmos blancos

protegen los desnudos álamos

que aguardan erguidos,

al descanso de trémulos corceles

y sus carros, cruzan sin herir el sendero,

abatida mi contemplación

fue silenciosa entre páramos

angostos esquilmados del ocre

ardiente, encorajinado,

como un negro suelo que rozo

con los ojos.

La sombra que un ciprés rutila

se acrecienta erguida, ahilándose

con aspavientos que retuerce la luz

sin franco obstáculo.

Era de la tierra habitado

un bronco grito sin suerte,

refirió su desventura

y miradas no esquivaron,

quedaron vistas cuatro espigas

juntas en tierra arremolinada,

por las vides de semblanza

y el resurgir del añil

del santo olivo,

misteriosa sombra de ciprés

háblame como se habla a la primavera

para que se lleve los fríos,

quiero compartir tus preocupaciones

preservarte como me preservarás

cuando muera,

al sigilo del rojo brezo

me alzo como flor

que la primavera arrebata al invierno,

y abeja que baila sobre coronas,

como agua clara

que da la misma luna,

así como tú sombra,

yergues tu profunda pupila

desde la misma senda

que te vio nacer

pura, limpia serena

aguardando al alba

tu desnacer

que tiña tu ojera suave.


El Castellano



SIGILOS DESPOBLADOS:


Aciago escondo

los faustos de mi recuerdo,

abro la verja donde crece

mi árbol muerto

imploro abran sigilosas

guardias en noches

que apelan tranquilas,

como grutas de mi arrebato,

esculpí mi torre de bronce,

como pasa ciego rayo

entre montañas,

razón impele

baja Calíope

reina musa

afrenta lenta melodía,

yo abriré cadenciosa lira,

aplaca en hombro

la vestal Hispana,

compadecida arrasarás

cuerdas de conciencia

despertaremos del sueño

a gloriosas ninfas,

tañerán tambores

el duro sabor del hierro.

Vidas opulentas

abren y cubren

la tierra cultivable,

sustituyen a mirtos y violetas

junto con sin fin de flores

que esparcen,

y parece su aroma

de la brisa apropiarse,

funesto día

que traía la impía mano,

la afrenta de sus campos,

me imagino aciago

como fragua del fuego brotaba

sangre del candor del hierro,

agota mi huidiza pluma

por cuantas realidades

no he conocido,

hasta decirme yo basta

al mal no he conocido

mi dorada mediocridad

tolero y acepto,

¿Quizás algo más cubriese

mi dicha de diáfana bondad mía?

Que al mal de muchos no acompasa.


El Castellano


VIPERINA FALAZ DE TIERRA:


Sin ir más lejos

nosotros somos de tierra

somos alcarreños

somos del mismo metal

que las estrellas

hierro fragua nuestra entraña,

metal y simiente hijos

de la real abeja,

fuego brota en nuestros ojos,

siglos del barbecho

engendrado por el soto

de la encina y el esparto,

somos compases del miedo,

jauría de zorros al acecho yerto,

vívida estampa del hielo,

sinfonía sin acre desnudo

somos acre de espuela

y vid de nuestro camino,

fervor de silos dormidos,

auge de la espiga

remanso del irisado girasol,

somos lo que ves

es nuestro paisaje

de sangre ferviente,

y espuela doliente,

gira mi arado

verás que sigo al mando,

recuerdos ahogan

la madre compostura olvidada

padre cernícalo por angosto

valle de río dulce

y senil valle juicioso

abre magarza tu esplendor florido

con el ababol y su sangre de tierra

abre sendero al reposo de Castilla

con su sequía herida,

cuántos siglos no te han visto mudar

tu aciago terruño paisaje entre cerros

y febriles solanas

donde el tiempo

escapa angosto.


El Castellano


CELADA QUE DUERME:


Veraz acre que el otoño juega

con sus alas virginales

en mudas que el verde siembra.

Era una blanca luna de espuma

con las que el agraz de la uva

jugaba y ante ella

una belleza ambigua inclinaba,

y entre breñas hacía que dormía,

amenizando los céfiros

y arroyos magnos,

no pude verla errar

por mi sagrado bosque,

abría su lira y se escondía,

mordiendo la negra víbora,

pude regresar más valiente

entre estas torres de belleza

que se erigían,

entre escarpadas escalas

de todo lo que nunca se marcha.

Jugaban los corzos suaves,

sin tiempo ni lobo,

rudo tronco indemne

se aposentaba

frente a la muerte,

de sus vanas cortezas secas

florearon brotes como espadas,

que recorrían hormigas,

serpeando, esquivando

a la gris araña de cueva y madriguera

en acecho yerto.

Se descorchaba en grietas

como mustia caricia

que lluvia no anclaba,

preñada su savia aguardaba

que el tiempo perdonara

con pretiles gestos

de retozos de chubascos,

mientras la carcoma voraz

no cesaba su caminillo

entre sierpes grises

ahondonaba su madera,

su destino pertinaz

que ya preguntaba

si habría un cielo para las plantas

donde renacer aquel purpúreo chopo,

que años ya no surcaban rigor.


El Castellano


CANTAR CON SILENCIO:


Un pasaje a la otra orilla

miraba la vida huir, desvanecerse;

estela vencida, afligida,

mirar la otra orilla

un fresno dormitando

una hoja colgada de una tela de araña,

aguantando leve la insepulta tierra

a deshacerse,

esfera verde naciendo apostándose

en hondo destelleo,

súbito sueño desnaciendo

su caminillo de hormigas

de labios grises.

Dormida yacían sus trenzas

como sedas ligadas de azabache,

leves, acomodadas,

tez de tu hermosa cara,

bajo mi cielo un lamento de gloria,

portal abierto de tierra,

mirada perduradora entre monte y abismo,

bruma frena, envuelve,

de impiadosa niebla gris,

impelido me conduce su profundidad anclada,

un sol oscuro busca respirar su luz,

confiante, humilde, la guarda,

ojos de otros ojos

apostados en mi sien

imagen de mi imagen viva,

resucitando,

como nunca desvanece esta suave

nube rígida

que es mi amor a la vida.


El Castellano



TELÉGRAFO:


Trato hoy, desgañitado, dando mi hiel desquicia al ajeno. Estuve con existencia y soledades, bebiendo en ubre amarilla. Hay un cuarto de formol y un gramo de yodoformo en mi mesita, colores para nuestras naciones. Era un triángulo angular, bajo un terciopelo verde listado, sobre el que se suspendía un alambre oxidado de telégrafo. Era el medio del idioma del hijo de nuestro cielo; un gritar escarpado a lo desconocido, hablando intrínseco con su paralelo perplejo, desconocido: chirriar de un poste de pino muerto, herido por el viento; una carne de metal vacilaba; era una tetera cantando al fuego. Lo ignorado latiendo, súbitamente. Su idioma de ruido, por ruido vertiginoso, vibraba de aquel poste como si el piadoso terciopelo de césped de abajo le sintiese bailar. Tendido con recorte, lucía como una colgadura de iris vertical; como jícara blanda, paralelo, vencido por alambres de boca misteriosa, miedosos, oscilantes, bajo el verde terciopelo tendido, que espera sus corzos secos de invierno.


El Castellano


REDENCIÓN SAGRADA:


Cuando los ángeles desertan a morir,

en los ojos de otros ojos

estás buscándome,

me despierto;

los Dioses celebran

un silencio sepulcral.

Colores me evocan de la nada,

ruido cómplice aborda

como navío tiznado al 2025

senderos del mar de tierra

que abre mi lengua en tu guarida de boca.

Melodiosa suerte de la máquina de tu cuerpo,

tonos sobrios, vespertinos

absorben la mirada como filo inexpugnable.

Absorto cae el tiempo en tu sangrada candente

azada dispuesta, es tu verbo un franquear de desvelos,

que respiran estrellas fraticidas.

Es un solo cuarteado en siglas,

los soplos resplandecen vibran al son de nueva grama.

Sombras inmobles cuentan de tu respiro

infranqueable, por jóvenes tapiales

de tu inexorable, florido, grandioso desvelo

de metales,

cobres anidan campanas de media noche

aguardando el surgir de lo sepultado.

No frena la sintonía de tu saliva, una,

ensueños duermen llamando se cumplan los anhelos,

cuando los ángeles desertan a morir

tu mirada se enciende, abismos silenciosos se prenden,

tu voz se hace palabra.

Me sigues te sigo cariño de ternurita dispuesto,

luz enraíza tu alma, efímera en mi mano,

vuelve a mí una paz que ni los nichos toleran.

contratiempo por fuelle,

magarzas de otoño,

corona de reyes en primavera,

etéreas hojas a solas peregrinas,

dejando embriones por verso,

capataz de siembra única,

al compás liberando golondrinas,

punto de Sol a ciegas,

es mi mente surcando brumas grises

que me acercaron.

Vagido endeleble,

fúlgido yo destellaba tu sien sin marca,

caliente al arrimo de mi ser,

valedera fuga sin ocaso,

un caracol en un verso montado, arrastrando:

sacado del pecho

como heraldo sin desquicia semblanza,

corriente arrastrando cadenas de errores,

fruto de libertad

y conciencia sellada a ciegas.

Comiendo raíces por hechos

en fruto divino insoslayado,

frío de noche

bañando la casa de lo eterno

llamada Diosa de tu entraña

mi musa bella.



El Castellano


TRANSPARENCIA HABITADA:


Aquí me quedo sin casa, sin pudor, 

sin vergüenza, sin interperie, 

sin descampado de viento, otros sones

no me tientan, sin cuerpo,

sin mi transparencia violenta. 

Me quedo porque contigo lo tengo todo

y lo ajeno se difumina a otro tiempo, 

ausencias habitadas, opacas de otros seres, 

que dejan huellas perecederas. 

Ya no sé a qué sabe una flor con tu nombre

ni si el viento pasa y se despide. 

El sortilegio del destino se va cerrando, 

y sus espadas como cuchillas de dientes

que me ruedan sentidos que a ti me ligan. 

Avanzo sin permiso

los campos de abrojos 

y cardos, se agrieta el sendero

yo al timón, del sentido de vida osada sin despedida

por esta vez, 

las condenas siguientes

no alcanzo a imaginar. 

Solo quiero lluvia precoz que reviva los charcos, 

seguiré sin elegir nada

mi destino hinchándose, 

como cebolla un día en agua

como apartar la vista

y seguir viéndote, 

no quiero más vidas que sin la tuya

todas me parecen inertes sucesiones

de difuntos que no germinan. 

Sólo suben la escala.


El Castellano a 2/01/2018


ENCINA ME REVERDECÍA:


Llano de altas tierras

es el poema que se piensa,

quiero abrir el mar de encinas; afilarme

en su quieta vereda,

guardarme en sus flores puras de tierra.

Ahondarme brotado, pulcro del fuego,

y su entraña destellaba como luz vieja.

Crispaban rayos entre brezos

cuando un aleteo de nuevos estambres

cedía angosto paso,

colores de trampa abandonada,

fue la era,

escalonado asir de místicas palabras

que yertas de conciencia

no escapan.

Una casa en la loma

de la insepulta tierra, madre de las cosas,

rodaba mi paraje perdido

entre voluptuosos pinos erizados

de un jardín de albas incausado.

Espinos amarillos sujetaban el paisaje

con esparragueras del sueño

camino del linde quieto de Humanes

se exasperaba voluminoso el río Henares.

Misteriosa caricia

al sosiego del jardín que nunca tuve,

tierra que no es de nadie sólo esta se presta

y maneja, como un sosiego acampa sin esfera;

un continuar de lo que siempre estuvo y está

siendo el poema arena honda

y mis manos tierra del siglo que sembró.

Retama del ocaso,

soliviares de encinares espumosos

un color duro, que verdecían ideas su paso,

raíz del mañana

anclada su verde savia.

Perpetua añoranza sin causa,

crascitar que belleza acoge,

que arrulla en sus alas.


El Castellano


CORAZÓN DE AGUA:


Hondo conjuro,

poesía de tu voz

que se hace meseta,

sobremesa de cabales,

reniego al cincel abrupto

de transparencia líquida.

Un osar que llama a la puerta,

se visten quimeras:

verso arde y conjuga el beso,

por cuanto he conocido

es insuficiente.

No me alzaron

camaleones con mi nombre,

amplio silencio

secunde largueza,

como día de recta hoja,

piélago frondoso,

perenne estampa alzándose

en marejada de fértil tierra.

Recia  infancia

en linderos de semillas regaladas

por las que nazcan hombres de hueso,

flor en mi entraña parda y austera.

Dura piedra todo corazón,

lustrales colores

hasta el desnudo cielo de zinc

y su verde tallo que no palpita,

no ceja mansedad

en sortilegio de su espejo

que yo místico sueño.

Me desconozco

en este sueño que la letra

me tejía buscando luz

entre la bruma,

encontré mi corazón de agua,

nadando, casi despertando,

mi leño sin cruz podada,

llegué a la oscura nodriza madre,

la tierra.


El Castellano


RAÍZ DE ALBOR:


Broza esculpo,

sus pinceles verdi-azules,

idea, hazme temblar la espera,

que tu voz dolida sea lengua en azabache

de otra noche que ya escapa,

y su vena escarpe por cristales 

de vitreo haz,

réquiem blandido en un cielo de espadas,

anudada en tu cintura desnuda,

áspera, erizada ella,

mi idea,

combatiendo ocasos leves

que te dibujaron,

caos febril de plateada rienda,

estrellas miles la amparan.

Su muda vaga entre carditos de la dama

y su vestido amarillo

de rayos acrisolados;

alto templo de erizos seculares,

caracoles avanzan seniles

profundo tallo,

bella eres.

Bella en sueños no me hablas

yo me quedé mirándote

para decirte:

-Si te encuentro, nunca te marcharás.

Desdén en este mundo de secretos,

en este mundo de demonios

buscando paz,

cazador corriendo la noche,

por la vana luz

cabalga el cielo,

un aullido,

llanto de un lobo,

miseria enraizada,

cada triunfo una escarcha

en hoja escondida,

que a la mañana verás morir.

Abrazo mi calma podando,

desmochando

lo que mi espíritu yergue,

forrajes miles acampan el corazón férreo,

mi vena coagula

al sentir mi idea

que al ser pensado el camino

no abandona dictado sentimiento,

cinceles esculpen mis manos

que siembran este beso etéreo

por tu caracola.





El Castellano


ENTRAÑA EFÍMERA:


Abro sortilegio de espadas,

enjuta llora la tierra

sobre un carril húmedo,

surcaba mi sombra de vida

azares y tristezas;

besos y espinas de flores

abisal tormenta

que descubría lo eterno.

Lagar turbio de la forma congelada,

fuente existencial de sangre,

igual letra abierta entre brumas

voraces.

donde siglos rebajaron el estío,

historia de sosiego cabalgo,

mar sin entraña

sólo tierra y sus bellotas

de días futuros.

esperan la voz

de profundos conjuros,

hincan los sotos

sus torres de belleza,

que yergue padre Sol

entre selvas de piedras,

surcos de lumbre

donde muere la tarde.

Asesinada la Esfinge

reposo mi cimiento.



Belleza ¿qué eres tú belleza?

Salmo adornado por los hombres,

virginal cuna de la forma,

encina de tierra,

cuchillo de ciprés que vigila

tu espalda.

Cumbre de ideales sin lumbre quieta,

honda clepsidra de las estaciones,

insectos en tus flores ¿somos?

corrientes de vida que clavan metales

de hermosura.

Voy por el camino de zarzas

sin herirme

voy cerca de un canto que asesine el final

de muerte pautada.

Abrojo sin despedida

sutil caricia,

respiro sin nicho ni ancla

sólo un sol de caléndula

latiendo su espuma verdi-amarilla,

por corajes nacientes,

que deshacen versos de lágrima.


El Castellano


TIERRA DE ENCINA:


Encina carne

y cuerpo que en ti

el campo hizo;

emblema insigna.

Follaje recio, duro,

inmoble al transitar

del viento.

Sobrehaz madre natura

de pedernoso azar de catedral

que de ti hizo san Esteban,

parda encina te escribo

desde el reposo del hombre fluyo,

como sangre me sostiene

en manadero de tu lecho de tierra.

Apretada y densa

lloras al camino,

no caes en invierno

ni te desdibujan heladas,

soles de siglos

doran tu espada,

árbol férreo

de árido horizonte,

frente los ojos,

viejo monumento

que sacudes,

el alma de la roca.

Brotada del mismo fuego pareces,

oh parda encina,

yo a ti acudo virgen

que en tus hojas veo pulcritud de estelas,

puntadas de unión de cielo y terreno,

en ti campo se hizo,

de tus lagrimas otorgaste flores la tierra,

meseta navegas con flor de piedra,

árbol solemne tú eres,

a ti rindieran cantos

a ti rindieran cuchillas,

campo de víboras

has pisado,

espejo de pueblo eres

que guardas reposo

y pasado.

Acoge Virgen de la Encina

mi canto manso.


El Castellano


CANTA MI SANGRE YERTA:


Mi sangre yerta, obra completa

 

III


Mi sangre yerta esquiva, humeante;

canta mi sangre yerta, granate,

el hierro de mi tierra por sembrar,

canta la amapola vieja, desvencijada;

sangre del corazón carmesí, rubí excelso,

granate lustre postrado.

Sueña mi semilla despertar mi sepultura efímera,

donde el muerto cave su vida,

y mi cicuta triste, desprotegida

enraíce el paraíso

de pieles sedientas y bocas sobre una araña;

hojas muertas, de mi vida escrita.

Corre mi otoño desde la vereda a la rambla,

corre mi frío desde el infierno

al río de flores desangrado de esta alma por ganar.

Encina yerta de mi piel esquiva, flamígera

beso de tierra y vid dorada al beso;

beso de trigo y girasol,

de cuchillo de espiga mi cante,

de zarza y espina mi amor

real como intangible, áspero y rígido,

bravo y valiente, duro y endeble,

metal y simiente.

Pan y niebla, bruma y cal,

mi carcoma sedienta,

niebla y bruma me desprende,

desde la boca hasta el pecho,

donde canta mi pasión sin despecho,

vive esta sangre caliente,

lumbre de mis tocones,

nube del cielo por dibujar,

a estampa de sed y viveza por entrañar,

canta mi umbral,

quiere tener soles y lunas sin gemir,

invierno llegas,

dibujando transparentes los miedos,

avanzas cada campo sin permiso,

helando hasta el sentido despierto,

oda de mi sangre yerta, humeante, dolida;

por mi tierra me arde la siembra,

y el beso queda escueto,

parco lo sentido enamora el hálito,

quién te viera marchar,

vestida de olivo y centeno,

de olivo y cebada,

de trigo y espada mi guadaña,

por la calma abrasas la esperanza,

en maldición cantas tu canción,

y los cuervos te rinden pleito de negra ala,

de grazno escondido en cada roble,

desde la piedra a la cueva

abrasas oscuridad mi entraña,

dibujas tu vívida estampa,

donde el tiempo yace muerto,

y solo las sombras te entienden,

solo las hojas buscan su nueva vida,

deste sembradío de niebla me avanzas sin piedad,

la dicha y el reflejo por ganar,

desde mi tierra encendida, hasta la parca bonita,

desde el cante a la maraña,

te canta mi vida quieta

este amor de la mañana

en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu cara,

suspira el rojo,

quiere ser río de alma y arrojo,

quiere nacer abrojo,

el espino mece la espina de mi antojo,

y la amapola amarilla,

sólo ella abre a la gran luz,

horizonte de mi piel que quiebra como ayer,

enamorado suspiro de frío,

enamora mi hielo,

donde duerme,

donde reposa

el amor de mi sangre yerta,

flamígera, apagada

dueña de mi luz y de mi sombra,

transmigrada a la espera,

de caudal y cauce sin igual,

viviré siempre yo en su siembra.

Vespertino azar;

Sol de mis soles,

era él hálito transparente,

vida de una vida en gota de agua.

Avanzo sin calma

mi existencia en un papel,

hoy no se venderá

al postor rendido.

Verá el tiempo

que no pudo conmigo,

ni desdoblará clepsidra

de mi metal furtivo.

Brotando mi credo,

abriendo tierras,

con orgullo del fulminado ayer

que se escapa en mis manos.




El Castellano



FINAL DEL TOMO I


 



























TOMO II






PROYECTO FLOR DE DIFUNTO


ANTOLOGÍA PERSONAL










PRIMAVERA TU HOGUERA:

I

Tu solo espíritu

de alto cielo,

preside mi honrosa vida.

Feraz raíz insobornable

como dicha falaz incuestionable

devienes primavera.

En joviales muslos

y lozanas alegrías.

Levísima, poderosa, atónita,

en alas mi Golondrina.

Alzas que me sublevas

a beber de tu fuente inarrable.

Rayo celeste, vital,

frente la tierra, todo cánticos.

Crear tu azul gloria,

es soñarla, como sueña la orugüilla

volar en alas montadas.

Azul, verde, amarilla tu sonrisa,

seno turgente mío erizado 

donde te guardo.


II

Me palpitas de rubor

a espada rompiendo,

esquelas y señales, sin esquemas

avanzo este humo de bolígrafo.

Mi árbol en piel saturas,

lentamente, como llueve sobre

noche de suelo mojado.

Cargado voy en verde savia,

pujante de tu hálito

fugaz, repentino, ingobernable,

como luz derretida,

y agua batiente.

Como piedra o calor esponjado.

Permite te escriba,

vomo se habla a la muerte,

para enamorarla.


III

Suspirante desliz estrellado,

aristas como filos un rubor

franqueza, de honorable sabor.

Embeberte, es de liminal

vértigo de espadas.

Atrevida, de hermosa, sensible azada,

sacas mis penas y alegría se erige,

de este tu muchacho desnudo,

que jura te amó

un día en penumbra

para así, por fín,

no perderte nunca.

Arena vívida de vergüenza

ausente, melodioso tu amor.

No aplaco, le custodio,

como mi vara de nardo

en lecho marino.



Förüq castellano Miguel Esteban


NÚMEN MIS DIOSES:



Al soberano fulgor

rindo mis cuentas,

al plácido pie de manantial

en fuente sagrada rebrotado.

Trompa que conjugada

con los clarines que sólo

las guerras apremian.

Por cielo medroso

tocaré la lira

en serie los vates líricos

enaltecido yo, tocaré raudas estrellas.

Enaltecido yo, por primavera tangible

y su aciaga, pretil gesta

de lluvia sembrada.

Yo, funesto hijo de Pirra

impetuoso príncipe en templo

de la Vesta.


II

¿Cuál quejosa sierpe,

viene a morderme?

Ojalá mi diosa regrese 

ya al  cielo y refulgente

guarde estrellas en los rediles

que alumbren al padre de los vientos.

Mi madera de ciprés,

y triple lámina de bronce.

Oh, funestas Híadas.

¿Qué clase de muerte apremiáis,

al que contempló sin lágrima ni pavor 

vuestro final sin principio anunciado?

Mudanza no lloran

mis castos dioses.


III

¿Quién osado, el que

me resplandece sin haberme conocido?

Falaz sierpe viperina,

a pared de templo ofrendo mi fortuna

que escribe dignamente

glorias sangrientas

en solemnes premisas

como feroz soldado

hablando en escritos

valiente y vencedor sus enemigos.

Lloro mis sinuosos arroyuelos

sanguinosos como hombre

de cielo oscuro.


Förüq castellano Miguel Esteban


Saeta para Musa Reina Hada:


Saeta, saeta bella,

saeta parca,

saeta ilusa, saeta inocente,

es el final del show

saeta madre encumbradora

de toda mentira enclaustrada,

yo te amo saeta,

saeta alada,

saeta heridora,

saeta encausada,

saeta parca,

saeta celestial,

saeta infernal,

saeta canta,

que mis ojos sean tus ojos,

saeta que mis manos sean tus manos,

esta cruel noche un diciembre,

que yo soñaba estaba escribiendo,

un canto a tu cabello de oscuridad,

saeta mística,

saeta hórrida y hermosa,

tu beldad piramidal,

se estrechen caminos,

el cielo se abra para escucharte

mi saeta esquiva,

mi saeta complaciente,

como es arriba es abajo canto,

seguir peones vuestro circo,

que este trovador

de campo llano,

sabe quién es y de ande llegó,

ahora te odian saeta,

ahora te aman saeta alada,

me diriges por el Parnaso sin final,

o me quitas hasta la vestidura

más pesada,

volemos abismos amada,

volemos cimas inefables cariño,

hasta donde se oculta el Sol por el este,

sociedad de creer o no creer

yo elegí creerte saeta

y hoy sigo en la cepa

esta vida que me cabalga la estampa,

cerros intransigentes

molinillos al fragor de vientos voraces,

esparto entre las jaras y solas carrascas

brezos soleados por flores ausentes

un invierno que se desdibuja solo,

saeta amada elévame en tus alas

yo vine por el son recto,

blandiéndome de un hinojo solar,

esta vida que sin ti

saeta la creería una dulce mentira,

por la que morir

y no morir por una crueldad

impuesta por el ajeno

que nunca

nunca serás tú

mi amada saeta,

esta existencia

que se dobla y niega a sí misma

para decir que yo soy el rey

que yo soy el cuchillo,

que yo soy el proceder

inmiscuyente,

otra vez Yo sé quién soy mundo

este es mi manifiesto y

el de mi Saeta bella mi espada,

mi vida,

mi indecencia,

mi crueldad de espira,

mi corralillo espectros yertos,

era y es

el hipocritus dejará su vestido,

el trigo limpio

será trigo limpio

ahora y siempre,

espiga y cante

hasta rodeado

 mi padre trigo.

Vengo de las espigas de abajo,

asolando verdades,

mi panida amada,

por la saeta olvidada,

se despertará

por los que venimos

del trigo limpio.

Volando sobre parajes

entre tierras de añil barbecho

y su azada de viento

mi solaz saeta entre cardos

de todo fértil sendero

que lleva al infierno.



El Castellano Förüq



A Calíope:


Recto escalafón

dorado al beso no dado.

¡Oh! Calíope;

baja imploro

te estoy construyendo

un cielo dorado a ras terreno.

Madre ancestro de musas,

figurados y primigenios.

Estuco tu mirada de puro cuarzo

y tu semblante de estrella inviolada

avanzo tu esmeralda de mujer cristalina,

beso tus pies descalzos Musa.

Necesito colmar tu atrio

de caléndulas solariegas y rosas de muerto,

abriendo fragancia de mujer desnuda

al Paraninfo yerto

Castellano.

Yo Raíz de los dioses en la Tierra.

Tú mi Flor.


Förüq Castellano


CONTRA MI CIRCUNSTANCIA:


Guía de mi calendario

en atroz

desmembramiento de soles

llamados días de noche yerta

y sin reseña avanza mi letra,

es un vaso de sidra y una espera,

fiel eterno mañana

en el que dejar

lo que jamás haré hoy,

definido en boca gris

de darme al vulgo,

y que seis millones de bocas

escriban similar

o casi igual a mis sarmientos,

sí directamente me preocupa

porque yo soy lo que escribo

y no acepto copias baratas de este ser,

seré mejor que el silencio

enarbolando astros, plantas y sus verbos

de imágenes por raíces,

lo siento mundo no soy de vuestra sociedad,

no necesito vuestro material

ni vuestras fábricas de ciudad,

construcción haciendo progreso

de la BocaGris,

para que todo lo pensado

esté en proceso de construcción,

fábrica deja mi felicidad

en manos del viento,

que mi poema es incendio,

deja mi destino yo soy de tierra,

y esta es mi eterna cepa

ahogando el rol

tejido del social humánimal.

Soy lo que escribo repito,

como viaje sin rumbo,

un vertical azote de mis velas en marcha,

un siniestro vértice un silencio mundo,

unos ojos que hablan

y se responden entre tubos,

estoy cantando en la tubería,

estoy rozando mi osadía.

para consumir mi envoltura

de tela de araña,

mi sonatina despierta

mi soga quieta del árbol de mi sueño,

enarenado mi lobo de hierro,

queda satinada mi estrella de agua,

ardiendo mi sentido,

siendo esto nada más

que una bomba atómica.

Una retina escalada,

un cruce de dos estrellas,

en vastedad atropellada,

del ser, una rigidez de árbol

buscando su simpleza de savia,

un insecto y su corona,

un pergamino mi escrito,

abriendo este angosto camino,

en alguna parte que eriza la piel,

fuego del hielo me valgo,

de mi maullido de pájaro,

entonando mi pianola de sílaba,

todo cambiaba,

resumen de mi vida,

nació y está empezando a soñar

desde su muerte.


El Castellano


AGUA:


Eslabón vasto, ardido, deslizado,

un iris de gota que a ti te llega,

marcha tenue, compás de tu eterna huida

que te marca y da vida,

fulgente fuente en infinitud de bocas

que tu ser desprende,

de su nombre y su alambre,

irisado canto de nubes derretidas,

comunión de trinos,

un beso a la tierra que deja herida,

límite de árboles y sus soles,

siembra de azul,

despensa de tu saliva,

hoy buscaba belleza y belleza eres tú,

río corre directo a tu nacer

río levántate,

jamás te canse tu desnacer,

efímero latido de tierra,

tú vena del cielo,

una solar llaga del gris,

un hogar, cuna de mi tempestad,

para ser agua inmortal elemento

capaz de crear y destruir,

de vivir siempre tejiendo la realidad,

alcanza, desvela que te debo esta existencia,

sin saberte nada existiera,

equilibrio que en tus vasos juega

para estallar en creación llamada vida.



ALMA EN YACIJA:


Mañana será mi vida

una sábana sobre mi calor humano

inerte en acto de no portar nada

si no fiel materia asida

si mi forma acaso tuviera,

si yo no la creara,

si no fuera contorno de mi forma

esta sábana muerta

se creería que portara amor,

dulce aleteo ingrávido al peso,

tiempos de cambio palabras a un silencio que muerde,

estoy esperando las nuevas visiones,

con mi canasta de limones,

estoy aguardando la caricia de las sábanas,

como recipiente de quiebro de sueño,

quisiera escribir un poema con varias ramas,

anclado en una idea que se difumina

la identidad de ser ella,

palabras inertes que quieren ser hechos

y tener movimientos,

a un profuso mar me muevo,

siente mi devaneo,

llegó mi momento

de nada carezco soy real,

soy de la tela de araña soy tejido que me lleva,

noche, noche te encuentro en mí,

fiel yacija del destierro de mi sombra,

versos nacidos de una única cerveza,

buena praxis de mi romance eterno con la luna,

lunático por venir de estar con ella en su ático de Madrid,

no te esfuerces jamás podré ser realista

y describir sin ser parte del asunto,

claramente porque soy yo el asunto,

a formar, en orden,

este es mi rifle esta es mi vida,

por la que sirvo y ejecuto un placer nacarado,

como fruto de estrellas,

¿el hueso?

Es que no encontré un motivo claro para escribir,

solo fue y será escribir.


BROTADO:


Silba centella,

como enhiesta espina afilada

en son de tañer

del pozo llamado guitarra

con voz pasajera,

fugaz cual angosta siembra

perpetua de otoño,

una muerte trenzada

a su fin de ser origen

de toda vida vegetal,

la muerte de la flor

en comienzo de la vida

sin la semilla

no iniciara

ningún azar profuso

de sangre, quitina, savia

sin alimento

no hay energía

ni este maldito duende

podría escribir sin alimentarse

del hielo ardiente;

es un árbol

es una crisálida

de ser este mi cuerpo,

que al tuyo invita

a su devenir irisado,

de sus canales de riego,

mi realidad se baña en mis ojos,

sin ellos sólo hablaría la oscuridad

de su negra ala,

lo siento me temo

que por conseguir ser completo

he cambiado de lleno,

con mis manos hice una fosa

para plantar un ciprés

como el que plantó tu madre,

y ha consumido en su llama

miles de años de mi pasado,

siento deciros mundo

que soy completo

que he nacido,

nació un ser perfecto

de su crisálida.


HE NACIDO


He nacido por un principio

libre de causa,  lleno en virtud de fin,

ser completo en alma,  espíritu y cuerpo,

sin atisbo de superioridad

al resto de semejantes

jamás iguales,

diferencia marcada por mi demonio interior

denominado luz de virtud.

Que brota de mi ser

desarrollando yo su intensidad,

el talento como el nombre más ambiguo

de la realidad,

semilla muerta digna que debe ser empapada por el esfuerzo,

dedicación y entrega nuestra

ceñida por la esencia del don supremo Sabiduría.

La vida es de quien la lleva y esta es mi reflexión contra todos vosotros.


CROMÁTICO AZAR:


Bienvenido a su cuaderno,

es una hoja de chopo,

mecida en vaivén de viento vocal,

un profuso devenir de entraña

que tu ser admira, desentraña

cual iris cromático en escala,

es su cuerpo de mujer un hogar

para tus ojos, como una armónica

sus encantados labios.

Un linde y una cepa que te gobierna.

Inmortal yaga, su ilusión

que te cuelga cual araña,

cristales rotos de tu ser

espejos de un ayer sembrado

en piel.

El sentido se difumina

en su boca de estrella

para el hoy ser ayer

y el ayer ser aciago sueño

cubierto en verde hiel.

Es mi casa su casa

su entraña un nido

y mi espada.

Solar siembra de mi mañana.

Es un canal irisado de sangre

fanal la espera

en la que cuidaré nuestro jardín

y meceré flores

para por si ella muere antes

que no muera la belleza con ella.


El Castellano


BRILLO DE NOCHE:


El sino lanzó un grito a la montaña, contestó un eco con amplia voz

Que sorprendió mi anhelo

siendo una luz en el vasto ciprés

que a la luna alcanza

preguntando por mis yedras en maceta del alba,

un silo y un olvido despertó de su nicho,

cantando con la flor un latido desertor queriendo pedirte caricia eternamente .

Encerrada en iris violáceo la flor corría el sueño estertor,

el sol cambió su amanecer por la tibieza y suavidad de su flor,

siendo esposa del sol, caléndula en ojos

que marcados traen un irisado tornasol llamado amor.

Un ocaso se alzaba en guiño a cada noche que la flor cerraba en verso sus pétalos

afilado el cuclillo de la noche

besando una luna de cuerda,

una inmundicia cantaba su siniestro grillo

del calor de muerto,

despertando la siniestralidad agujereada

del hueso,

un camino eterno con acequia de la sangre que lleva en araña del sentimiento

y un difuso vértice de dos gotas de unión

que se juntaban exclamando

como rocío del molinillo diente de león

para volar con el viento juntas nuestras vidas en vaso retorcido de destino .


El Castellano



ROSA DEL AMANECER:


Abejas del alba,

en un cielo desplomado,

que rige su cenit dorado,

un albor que se dirige a la maravilla,

esperpéntica, despeinada por rayos

de solar afán y entrega,

un camino se retuerce en el iris

para la tierra ser sólo de su tierra,

un carruaje de estrellas desmembradas,

y sus violetas nocturnas a cuestas,

es hora es ahora

que la acequia bulle mi sangre,

en la sombra una espera,

vuelan las avispas del medio día,

con sus emplomados trajes,

es la escena un salón de actos,

es una aciaga siembra

de vuestras mentes retorcidas,

de lombrices esparcidas,

panal eterno de la idea,

se asoma, se afila en alambre

de lengua, de palabra que azoga,

mi tenue soga,

mi inmortal sequía,

por el chopo viejo que vive lejos

se clava mi estaca en tierra,

para que sea de su pueblo la primavera.

Con ímpetu y desgaste

que viva siempre este alambre.


El Castellano


ENHIESTA MALVA:


Y que mi sentir no se esfume en vano

donde las frases son emociones que palpitan

un calor llamado arte

la tristeza que quiso llevar una duda

será que esta vida vale la pena¿?

el amor sí existe

está colgando de tus mejillas efímeras,

para darle un sentido a mi existir

aquello que no ha muerto en la eternidad hará cuchillo

así mi alma alto cante, su destino alumbre

será mi dulce muerte rechazada en el vaivén

que llevó a la tiniebla mi verso

este mundo está habitado

por el reino muerto y el reino vivo

yo muerto sostengo,

mi sino de cuervo Förüq

y que nos sobre una explicación

la sed de sangre me alza en albor

mi reino muerto por una amatista por enraizar

y un azabache por llorar

es una clase de fantasma la mía

un eco sordo por alcanzar

siéntelo

es sangre en tus ojos

la noche palpita sin derroche vida de su azabache

un cuclillo despierta a otro cuclillo

un ejército despierta

alerta.

El castellano

Mi rosa

Por la malva-rosa


INFRA-REALIDAD DEL HIELO:


Hilvano mi sentido de una araña,

tejida su tela de una gota,

esa gota que palpa infinitos,

que crea y destruye,

la supervivencia del ojo,

me mantengo esperando para el brillo,

y quizás el sonido de un grillo,

todo acaba donde el todo comienza,

vive esta rosa de hielo,

y este granate de sangre me vence,

opaca suma de tus parpadeos

hacia la sombra,

que es una eterna, infinita

madre de ausencias y sus tejados,

contémplame allí aullando

extasiado en una siembra de nácar,

quiero vivir hoy en las etiquetas,

en los maullidos sin gato,

ser abeja para zumbar los oídos por despertar,

que me odien por fin por ser quien no soy,

un alarido estremecido,

un temblor de tierra,

un carnal fuego que no se vence a sí mismo,

ser por fin entraña y hueso,

que mi corazón me suba por mi garganta

para que diga que yo te amo.



El Castellano



SOY:


Tiempo, invento deslizado

como hoguera que consume y su horizontal avenida,

como rosa marchita de otoño,

como hoja al devenir de un árbol tejido

de sus escarpias sucesos, un devenir

que corre avanza mecido en el olvido de sus huesos

por retornar las semillas y su vida,

fanales despensas de un silencio mutilado,

lejana la distancia todo se acoge en uno,

un viento, un pájaro, un aliento, una espera,

un suspiro, un destino, una creencia,

una raíz, una tierra, un dueño

sí el que me lleva los pasos,

su cuchillo dorado que se alza sobre tu rendija,

justo tráeme la luz  este mar de cielo

que me absorbe,

desciende sobre mí su ocaso puro, limpio, violáceo,

como una ventana para pintar

lo que late y se encuentra detrás de mis sentidos,

un destello que me alumbre,

un iris tuyo que me examine,

camino el límite de la existencia,

capaz de morir por una palabra,

mi noche comienza a sonar,

y mi olvido de sueño aún no comienza

no inicia su palpitar,

este agujero lo cavé con mis brazos,

esta fosa desnacerá para iniciar más vidas,

flores por réquiem, abejas por elegía,

mi semblanza yerta

vuelta dicha,

un tiempo como bucle eterno

en el que nada podrá dejar de ser lo que es,

yo soy carne de palabra,

soy quien soy y esta es mi plegaria.

LIT ET SUMMUN CANAE.



El Castellano



SON DE GRILLO :


Clarín entona sin miedo,

todo lo que siento arriba del astro recuérdame

su violácea arpa del sentido, tejido yo del hierro,

y una escarpia desnuda que anuda,

que desvela mi yunque, mi eje,

apenas dormido yerto el tiempo que te conoció,

arriba muy cerca de la letra dorada,

y su escarcha de silencio senil,

eres más que donde alcanza mi palabra,

un yugo, un arco y una flecha,

una vena trenzada por la sangre consumida

que te lleva que te encuentra,

león aquí león allí en mi corazón,

hilvanas mi calor del fuego,

se funde mi abismo zarzas por ascuas,

Sol por luna dentro de mis ojos te encontrarás,

allí solo habita la luz como quimera una,

que te destapa en sueños,

si por soñarte te hiciste realidad mi bella,

una vez en la vida el tiempo se derretirá,

y nuestros labios beberá,

vuelvo a vivir por ti,

vuelvo a descubrir justo la vida,

matando mi soledad, aumentando el día,

amor que me volviste libre

y elegí amarte

hasta donde cerraban los ojos de la noche,

mi miedo se alimentaba de sus paticas,

yo quiero quedarme contigo

hasta que mi pecho lata abierto,

subiendo cumbres anclando mi sombra,

hasta que la tierra se coma los cardos tras el estío,

hasta que las flores rendidas dejen su belleza,

en son de elevado amor,

que asesine los silos de oscuridad,

que descienda lo perpetuo

y quede asido el cielo

hasta que la imagen sea sonido,

y mi deseo traspase las puertas de tu destino,

solo allí reinará lo sentido.



El Castellano


TEJIDA REALIDAD:


Estaba buscando por algo de luz,

dentro de este abismo nacarado,

como brazo de esta realidad desdoblada,

no esperé más le prendí fuego,

y un surco se abrió paso

entre espejos crepitantes,

entre puntas hirvientes,

y sus curvos ejes,

que hacían de la noche una sola,

comía su adentro, estallaba nuestro encuentro,

por soles consumidos,

por vértices y sus filos,

el sendero comía sus espinos,

por mi vida repoblada,

que buscaba tus nubes de azúcar,

encuentra tu miel y mi subrepticia,

por toda la noche sin despedida,

se alza nuestra caricia,

como árbol sin hoja dormida la sinestesia,

queda iridiscencia del beso,

quedan las espinas de mi piel,

un hervor de hiel,

un destino sin cuchillos,

un devenir que no vino ni se fue,

llórame el azabache de tu noche,

pinta en tus ojos conmigo el fin del tiempo,

detén este instante para hacerlo real,

ven conmigo soy tu despertar,

aúlla al hueso de la luna

que parió una flor de cripta y su helecho,

era cuesta abajo mi lluvia

desplomada, hábil tenaza ,arde y no avanza,

por todo lo que quiso ser en trémulo desliz,

era nuestro campamento de estrellas

por luciérnagas,

estoy desaprendiendo a escribir

y eso es bueno,

mi piel que hiberna en verano,

para abrir su cauce y el reguero

al Sol de invierno.




El Castellano



UMBRA DE PIEL:


Flagrante piel desnuda en su redondez,

infinito con cumbre y desnivel,

aullido a media voz,

un golpe de viento, un primor

de desnuda arena en pie modelado

por tu carne de mujer,

yo soy para el viento otro crujido

de su fuente de voces,

de temblores en seno de su carne de ciruela,

prevenido avanzo como un soplido,

me diluyo en agua siendo tu ávida tez serena

como virgen nieve de canela,

suave mi mano nació para tu piano,

al frente me hago presente,

no hay ilusión que se consuma en olvido,

así no hay esperanza que no me vuelva un ovillo,

si estás tejida con hilos de sinuoso frenesí,

silencio envolviendo este mi cuerpo,

sólo por escalar mi vida,

sombra del color, sombra al fin,

era plena primaria,

tímida y risueña,

era mi naufragio en tu arena,

una veleta y su aspa,

desperté y aún seguía tu esencia,

de piel sin piel ni ropa,

destapando una caricia lejana,

por el laberinto que te conforma

hacia la sombra que me da forma,

te espero mi preciosa.




El Castellano




IRIS VESPERTINO:


Avidez estallada, corre un presente

sus oscuros lindes la eternidad conoce,

me basta con ser su despierto pliegue,

existencia al fin sin más ser

que todo lo que desemboca mi creencia,

que se estira, se dobla y conforma

en surcos de labrada consonancia,

por todo lo que avanza,

siendo de la tierra más que una estática sombra,

siendo todo lo que quiero ser

es más que un capazo de su vendimia,

más que un panal de labios grises,

es un mundo y yo soy su pétalo,

es un río y soy su gota,

al trémulo ciprés me cuelgo,

para asir mis palabras al cielo,

es por su lago que mi esperanza navega

sus oscuros soles en llamas,

en mi vida solo hubo un abismo para condenarme

y es al fuego de sus labios,

su veneno en mis ojos bulle mi retina,

blancos, amarillos. azules

los tules de su escarcha,

círculos de luz, veta de mi mente,

se conforma, se desnuda la piel en sinuosa forma

el viento que es como un almanaque

y un cofre,

el destino mío irisado se vence,

acoge mi ansia plena,

mi álamo saltó, tembló,

era yo, como un furtivo fuego de tierra,

era mi vena una primavera,

era mi vida como solaz yaga,

que sólo quiero compartir con ella

mi señora bella,

la extasía de mi ilusión verdadera.



El Castellano


VIDA DONDE YAGO:


Colgado del tiempo,

expuesto, vulnerable

a un cambio de su viento,

sí todo lo que siento

me mece colgado de tu iris opaco,

por mi retina escarlata

nazco para desnacer en tu cuarto,

para abocarme a mi destino

sin final en el cual te amo,

como flor de todas mis flores

cual rosa oxidada,

mi pasión que corre, avanza

jamás se para

es como lagartija

postrada al Sol de tu amor,

mi vida va desvaneciendo

en son del profeta oscuro,

hielos fugaces,

desiertos transparentes,

ilusiones crepitantes,

quiero permanecer en la guardia

de tu sentimiento

no soy espejismo de viento

yo lato y te envuelvo

para crecer

amaneciendo tu deseo,

sólo eres tú,

nada que yo pueda criticar,

porque como florecita delicada

mueres y te agotas si no te cuido,

llegó mi abismo

en el que loco de amor

cuelgo mis miedos de mi ciprés

que en silos dorados

almacenan el querer de las estrellas

en verticales puntas

deja cristales del alba,

no puedo acabar mis pasos enamorados,

que te pertenecen,

como rayos de tormenta,

y mis venas quietas,

por tu salud abandono a mi ser,

por tu sonrisa y qué no daría yo,

es mi vida al fin y al cabo de Finisterre

es mi desquicia yerta

que asesino pero es mala yerba,

no estoy perdido

porque eres mi sentido

para mi segunda vida

no renuncio, no retrocedo,

no me achanto, no abandono,

no doy nada por perdido

te amo en este infinito

del que cuelgo

y mi palabra

es siempre.



El Castellano



SONATINA YERTA:


Cabálgalas así puras, redondas, irisadas,

oscuras mis letras en sonatina,

destápalas al viento que mueren por unos besos,

desterrados en son antiguo, quemado,

derramado en sed del vino,

esperando dormido se alce tu boca

por todos mis sueños perdidos

como cerrojillos en vena gris,

brota mi sangre siendo de la tierra

fiel fuente y su simiente plena, verdadera,

amor, el tiempo no nos puede sostener,

acaba como eternidad doblada con ganas de más y más

muertes en caricia helada,

redondas, verdes, suaves,

caminan como corceles sin redil

mis manos buscando y buscando

le regocije una armada palabra,

no busco estrellas porque tus ojos guardan mi firmamento,

en un granate perdido en un hielo derretido

en un suspiro y un guiño,

ya me cansan los abismos por recorrer,

junto y sólo junto a ti quiero yo perecer,

encuéntralas a ellas como el pasar del tiempo

en un piano de madera, como llama eterna de nota

y fuste, de ansia y apetito voraz,

de mi carcoma y su crujido,

de mi grillo y sus grados,

es por tu cuerpo vida,

que las letras se me rinden en mi alta ojera

de nácar.




El Castellano



DEVENIR ESTALLADO:


Llegó el día,

se colgó el agravio

en el árbol de las cenizas,

era mi ceniza como un cielo

ceniciento, enjutado de paredes,

era un viento de alambre

y sus espirales que mecen

nervios cual lindes,

despiertos, desvelados,

ven a por mí en esta cepa

que llora tu nombre,

yo fui tu hombre

más el destino me clavó

otro yerto horizonte,

otra nube de cenizas,

otra máscara que nunca elegí,

otra planta y otra flor,

no puedo deshacer mis pasos,

ni construir nuestra casa por el tejado,

en fin me basta con tejer

nuestro lago,

nuestro infinito remanso

donde Yago,

donde en su espina ardo,

Consumiéndome en tu aliento.



El Castellano



DESTINO IRISADO:


Eternidad para dañarme,

dejándome caer

nunca signifiqué más y menos

que dolor

afila tu nervio

dejándome a solas,

sólo encontrarás

que perdiste tu hoguera

sostenme los ojos cansados

con su Malva-Cruz

nada cambia

todo retrocede

todo corre y se desvanece

canta, ríe, corre,

yo no volveré,

mi tierra trabajaré

para cavar mi dulce espera

amaré mi polvo,

me sembraré en cada hoguera,

rayo irisado me descubre

llegaré a deshojar la muerte

y su cuna,

desde este nicho

tela de araña

al submundo de los condenados

donde yago,

mi herida si no  cicatrizara

será un recuerdo de que existes

llamándote dolor,

vuelo esta oscura noche

buscando calmar mi sed

siendo consciente

que no volveré a vivir

como cuando estaba vivo

mis pulmones llenos de humo

de noches enteras

fumando cigarrillos en boca del Diablo,

para ser yo

el más grande espejo

de esta soledad deseada

desde antaño destino infundado,

me alimento de todas las flores

que no te he regalado

y nunca te regalaré

cierra tu persiana hoy no te veré,

soñé tanto que por soñar

me llamaron ruego y estirado,

demente su hueso me llamó despecho.


El Castellano



MAULLIDO DE PÁJARO:


Una nota y un horizonte

una secuela y una desmembrada caricia,

se afila el viento y sople, sople mi adentro,

esta vida me cuesta la sed,

y quizás sólo quizás una yerta bienvenida,

por la solar acequia planto mi beso,

a un ababol de mi hueso,

es por el perpendicular recibo

que acuso mi piel expandiendo,

trance de mi endiosada calma,

y paz de espíritu que sujeto,

quedando mi gota frenética sin cauce

esta mañana que lo lejano

se torna cercano,

blandido mi cuello en su hoguera,

queda sembrar allí mi primavera,

y mi primer beso de siembra,

Bramando por ella mi cabellera,

como fiel retorno de las polillas,

habitándome en mis semillas,

es por ellas que mi umbral bulle a la fuga,

ella que lanzada, decidida

abandona de su ser el recto abismo

para llegar su alarido

a un destino y un techo,

tejido por c la araña que nos lleva,

tejiendo nuestra vida

de Violeta y malva.

Un fenetro para el desespero,

un puente para superar

la dificultad,

en malla dorada,

en granate humor de sangre doblado,

es por esta luna de venas,

es por este pájaro de maullido,

es por todo lo que vino a ser

y marchó crujiendo

crepitando, desnaciendo.



El Castellano



DEMONIO DE FLOR:


Que el arte es un demonio con palabra de alas,

una fuerza inmortal que sacude la entraña,

en alborada muestra su zarpa,

siendo del viento su grazno escondido,

viviendo la sed en destartalada acequia de hiel,

un réquiem y una elegía por todo aquel

que sus venas zarpó,

para anclarse en su honda sien,

camuflado de espiga

no hace falta que yo diga,

todo es y será de la caricia

al profuso horizonte de espina,

por su derretida cima viaja mi idea,

encontrando un manantial de sangre,

perdida su costumbre,

queda renacer en el ocaso eterno,

que si vuelvo de nuevo

vuestro aliento se comerá hacia dentro,

para esta abeja ser del viento.

Y el viento ser aullido

de lobo sediento en alambrada de piel,

cavando su azada,

derretido suplicio repetido,

en infinito que cuelga,

grita, desenfunda mi vocabulario yermo,

cual emplomado soldado,

fuente de abrevadero de la sílaba

pronunciada robada, deshabitada,

es de la solariega vega que mi Sol

contra el mundo es eternidad.

Canto viejo, canto de surco y simiente

lo estoy diciendo que no espero a mi yerto,

digno arte de admirarte

que si es para siempre

yo soy más que tu amante,

a la tierra va

a la tierra va mi aliento de serpiente ,

que se ahoga que se deshace

este verano silente.


El Castellano


ABROJO CONSUMADO:


Defiendo entre torres de humo,

al rápido destello veloz me despido,

palabras atrincheradas hueso despierto,

encrucijada entre flores de piel,

hiberno este sentimiento

que me desgarra la sangre,

siendo rayo añil consecuencia en llama,

crepitan de los sones los tambores,

mi brazo está para la lucha,

tejido mi sino está del abrojo

una cruel espina su medio para viajar,

soy de este campo como la fuente

de su encina, soy yo al menos

como mi amado zorzal

como un pájaro en su rama

que el viento le cuenta

de sus alas cansadas,

como un cielo sin techo,

como un tejado sin teja,

como umbral sin muerte ni acto,

despertar en la cueva de luciérnagas,

despertar solo y frío para sentirme en dicha

elaborada, agradecido porque estoy vivo,

mi palabra cual escarabajo verde hoja,

como precipicio de montaña

que ríe que escala su altura difuminada,

es de agua su rima consumada,

siendo yo el último hombre en pie

blandiendo su armada palabra

que avanza, no para,

se consume en eternidad arrancada,

a esta luna de plata que gime auroras,

de sus pestañas escarlata,

un secreto bebido

un halo irisado,

de esta meseta milenaria,

siendo mi alma una flama de lumbre,

un carruaje que lo lleva la noche,

mi ser que a tu alma abrace y alumbre,

porque a veces me consumo,

y si no estoy muerto

que venga a por mi la divina falacia

porque mala hierba nunca muere

y en este nicho de vida

me desvelo fiel Abrojo yerto, consumado.


El Castellano


FUENTE EXTASÍA:


Cercenas esta hoja ilesa,

la niña de mi verso si acaso pudiera

sangrar este cielo,

y su avenida en estruendo quejumbroso

sonido, al menos

un espasmo,

una lengua de nervio,

una acequia de sangre

es el hombre

si al menos fuese hombre,

fiel testerazo ensartado de bestia

caminan las sangres,

y nadie vendrá a vengar a los hermanos,

desfallezco,

exploto en pétalos bermellón,

soy de mí

preso de una historia que nadie me escribió a mí,

rayo colapsado y su vertiginoso alambre,

es una avenida esta fuente mía

en  un páramo rojo

en un gozo olvidado,

así la mina que se destapa,

ardiendo la pena dorada,

por quien la siembra,

por su azada maestra,

desquicia fina en teja, con tejado

en alma de ángel por cadenas,

destierro enjutado

en duro, desvelado canto de tierra seca

bañada su era en sangre de cepa,

hay un olivo que vive lejos,

hay un señero y estaca de linde quieto,

por los sorbos que me robó la siega,

viento, viento, labrado,

de letra y estalactita

de surco y olmo doblado mi tinta.

Hierve mi fuente niña.




El Castellano




PIEL DE LOBO:


Torre elevada,

afán y su vanguardia

cosechada,

escriba antiguo

deshaciéndose,

escuchando

el latido disuelto,

en esfera de brillo,

un sentido alarido,

vuelto aullido,

esta noche carcomida,

que debe escapar,

viento al crujido,

yaciente del seno de la ola,

en la boca de la loba,

la flor que se desploma,

la vida que aguarda,

este verano de fuego,

y su canción de grillo y cigarra,

desterrada,

es por ti es por mí,

que el destino no aguanta,

Sol mío invencible,

como lluvia de cielo,

aire aire alcanza a tu hijo,

de profundo monte,

de hoz y guadaña

se teje tu molino,

la amapola, la margarita, la espiga,

el tridente de la estrella tejida,

ven, ven a mí,

por estas hojas por su filo,

abriendo mi cuchillo,

cortaré mi sino,

aguardaré al fiel vivo,

en esta tierra,

en esta hoguera,

quemándose mi quimera quieta.




El Castellano



SILENCIO ESPINADO


Mantenme afuera,

sí, dentro de la luz,

fuera de la noche,

las estrellas

colgadas

en racimos a la espera,

solo sólo yo para ti,

crepita mi hueso

esta escarcha deshojada,

por venas del humo

de mi escuela,

por donde se acaba

el suplicio

y yerta la luna

destapa

sus besos de malva,

por ende este duende

comienza

la libertad de la sombra,

cayendo de nuevo

su araña está,

granate lustre de sed

por avivar

una vez en la existencia

el mar mi sobriedad caminará,

de la mano

tambores de tierra quebrando,

por su camino dorado,

el sueño y su telaraña rizada,

aúlla el camino de la zarza

y destapa

la soledad con capa,

de desertora entraña,

de una vida en la espina,

y su cúspide labrada,

es por el sol

que nace mi albor,

resplandeciente como fulgente

mordiendo mi suerte

es de la luz el siglo resplandeciente,

fuerte siempre fuerte

avivo esta lumbre,

giras evanescente

acoges mi fuente

que en gris y verde,

en verde, azul y gris,

las muertes bulle,

para ser un linde y un campo,

un abrojo y un manto,

un despertar en amaranto.




El Castellano


OTRO DIÁLOGO:


Saeta alada,

vuela y corre,

se alza y descubre

por ende de mi torre,

ríe en su ser

en sosiego

borbotón sanguíneo

desprende,

de sus alas jamás cansadas,

amplia carcajada

y gira su mira

hacia mi vida

nada puedo negar,

nada puedo defender

el ocaso se alza en vértigo,

no puedo empezar de nuevo

y volverme a equivocar,

este mundo se disuelve

sin empezar,

sin acabar,

quién vendrá a sostenerme

esta cuerda se rompe,

puedo ver mi ilusión,

puedo ver lo que no he hecho,

justo es mi vida,

rehaciéndose,

buscando el sol

para brotar en espinas,

y estallar en luz

un brillo deformado,

un ocaso purpúreo de mi alma,

un opaco punto de mi verso,

estampado,

cual fulgente pintura cromada

en tintes de un ayer imperfecto,

yo creo en ti, yo creo en mí,

nada correcto se puede hacer

porque nadie nos corrige

nadie nos importa más

que tú y que yo,

pupila nacida de sombras

pupila recta y serena

como el azul

de un océano y su puerto,

como nuestro

hicimos el fin del tiempo.


El Castellano


CARMESÍ:


Sangre, sangre

que yo sin ti no tengo

vida para morir

preso de tu bello cuerpo,

al tarot helado

me muestro

fiel desespero

en umbral rojo tejido

cae siniestro, rendido,

sangre, sangre fiel te espero,

por estas ramas

de yedra despierto,

el negro cáliz de fuego,

tu nombre destapo

tu sed abraso,

en esta hora

que cuelga mi cuarto,

araña enfundada, tejida,

avista su caricia,

abre el telar de yerta letra,

descampado oscuro

que me aquieta,

hoy parto mi hiel

con cuchillo de piel

sangre, sangre

carmín al abrir,

estertor añil,

brota, sube, emana

de fanal hoguera,

esta es mi vida quieta,

de verso maldita la estampa

fiel condena

abriendo la subrepticia de la noche,

se mece, se acuesta la rambla,

avenida amada

senderos de pieles tuyas sedientas,

colgando tus pestañas,

la noche escapa,

la tela se difumina

en un mar de azabaches

trenzados, soplados

llorados por la luna soñados,

vistas al cristal de cuarzo

tu entraña de araña

tu fiel boca

de estrella tejida,

naciendo otra súplica,

para acabar mi historia

en ti con el color

y el humor

de mi cuchillo envuelto

en feroces testigos

de lo que sujeta

la araña de esta noche

por mis venas escaladas,

por mis ojos fruncidos,

me rompo,

me quiebro,

en mil cristales de roca,

para ser yo

vivo y afortunado

el osado,

el descubierto

en capa humeante,

en tu ser clavado,

fumando mi cigarro de noche,

y el humo que te dibuje,

puedo caer,

puedo nacer,

puedo reverdecer

mi vida sembrada

en este patio

de media luna,

brotando, sucumbiendo

enraizando

tu soto de boca

despierto besando

esta penumbra que sujeta.



El Castellano


HUESO DE LUZ:


Sueño

estos lindes destartalados

esta bruma

y su violeta nocturna

de un ocaso que se destapa

y llama y llama,

a amplio fogonazo su luz

por los candiles que juegan y ríen

luz de consuelo,

se prende un horizonte de huesos

por piel,

vereda abierta del ayer,

nazco, subo y escalo

la hiedra por mi árbol queda,

tu dulce silueta resoplada,

un camino una vid y un olivo,

un apuñalado trigo,

el momento vuela consigo,

fiel tapia caída

reverdecer de mi martillo

resplandece esta luna quieta

de tu ombligo,

cabalgo por el suplicio,

avanzo mi enervado delirio,

hoy no pudo ser un día cualquiera

en mi tijera,

se dibujó la esfera perfecta,

y el susurro de plata corrió sus yardas

y sus escuadras,

brillo de sol, luz de ver el cielo,

de ver un difuso hielo derritiendo,

alzando la puerta a tu alma

que tenías sin pestillo,

espero para el momento

de cenar tu noche,

mi refugio, mi despistado destino

y su hueso crepitando

sobre el último tren

que lleva mi vida

reverbero el canto

porque sin ti no encuentro noche,

ni nido, ni lluvia vuelta poesía

de tu bello cuerpo,

sí, eres todo lo que siento

más que un umbral

llorando de cuarzo

más que una cama de tu regazo

porque eres mi hombro

eres mi trazo,

y mi mente al resguardo,

niebla y sangre de marzo

en hoguera de rosa de la tarde,

en la vida que te habla

eres más que un puñado de pétalos,

más que estrellas de este techo

que cuelga

y derrama llegada la hora.



El Castellano


BEHOLDER, CONTEMPLADOR:


Ahora que el día se ha ido,

ahora que navego letras

absorto a la espera

de una nueva palabra

capaz de crear revolución

capaz de hundirse y resurgir.

De flotar y deshacerse

en mundanal ruido de sueño,

temblando su frío sentido,

un recipiente y un vaso de muerte,

una visión y una explosión

de todo lo que prevalece,

de todo lo que incapaz perece,

un maullido de tejado,

un siniestro azar de suerte,

esperé y esperé y todo lo negué

como este verano frío y helado

que todo lo inexistente surqué,

que mi destino se doblaba en mi sien,

era un día en solar negro,

era como un tenebrio que camina,

como una poza sin aljibe,

como una hora cronometrada sin reloj,

era una súplica teñida de sed,

un grillo y un aguacero despierto de sol,

una montaña sin hielo,

un glaciar sin temperatura,

un brazo sin alcanzar,

una tormenta sin sonar,

era la vida una caricia en mano helada

sin sangre sin nombre,

mutable horizonte sin linde

un pájaro de cemento que aturde,

una noche callejera

y olvidada en la tela de araña,

era tu surco algo más

era vena era rabia desplomada

en el barrio de la quimera despierta,

quizás hoy quizás mañana

jamás prenderás mi alzada palabra

en otra alma en otro nombre

porque esta es mi lumbre,

esta es mi estaca.



El Castellano


NIEBLA DE FLOR PROFANADA:


Voy serpeando la tierra,

mis pasos que jamás yerran,

jamás altivos cercenan,

una estaca en mi corazón

que conseguí separarla un día,

un hondo surco labrado

de sangre desvalida

me azogó profusa y hondamente,

pero ya no te siento dolor,

quizás tu vago recuerdo profano,

para llegar,

para deshacer tu sendero,

de áspero color

y sus azafranes amarillos

de la tarde,

ya no caigo

por tus amplios lindes

de niebla y cuchillo,

aquí en mi alma

se yergue el umbral,

la sombra me abandona

para besar,

espíritu de agua dime

si el devenir de mi vida sostienes,

por qué angosto lo atrincheras

en diáfano cuarto umbrío,

yo que horizontal vago,

por encontrar un día

el vertical disparo

de mi enhiesto ciprés

con verdes refranes de hojas

con acrisolados

cristales de savia

a su altura quiero yo blandirme,

velando a mis muertos abrojos,

devorando la calma de sotos,

ansiando la voz que me habla

la voz que yerta me domina,

preparé un lecho de cardos

para llegado el día

escribir un epitafio

que ponga, que diga

heme yo brotado de la espina

aquí yace, aquí reposa

todo el amor que sentí un día,

y esta estaca

conseguí arrancármela

en su día.




El Castellano



RENACIENDO MI OJO DE TIERRA:


Diestro empeño asolado

en fanal infinito de campo,

eres miembro de brillo,

inmortal crisálida azogada,

un grito y su descampado,

lluvia y solariega rambla de vida

abarcarte no pudiera,

dónde acaba dónde comienza

tu verdad única,

compás del silente grillo que te alza,

pero jamás te alcanza,

del pájaro a tu rama tu balanza,

tu araña de acequia me abrasa,

para ser plural la templanza,

suave tu nube forjada,

naciente tu acompasada azada,

vida de la muerte sembrada,

eterno réquiem de naturaleza amada,

en vasija en cántaro que emana

crea, seca y rellena

una sangre de etérea tierra

como vena de la era,

mi fiel estampa quieta,

acabando la montaña en llana vega,

acabando el río en otro plural

llamado vida otro umbral tejido

perdido en abismo líquido,

retazos de encinas que me respiran.

Ababoles que caminan

destello fugaz que todo lo que nace

una difusa luz sucumbe,

para dispersar más muertes erguidas,

siempre en arduo silencio de despedida,

tenebrosa y umbría su caricia

que la tierra llena,

que la tierra devora,

para ser otra sombra,

otra estática vida

en otra boca,

en otra araña que lleva

su flama,

el acecho yerto jamás descubierto,

hasta llegado su momento,

hoy puedo verlo

mañana jamás podré negarlo

ni catalogarlo de aleatorio azar

todo tiene su razón y su causa imposible de negar,

para yo ser de la tierra y la tierra ser de mí

mi sangre que porto

en vasija de éste cuerpo,

no pude elegir ser otra vida,

ni tener longevidad imperial

de árbol y su carcoma,

mi tiempo avanza angosto

por descubrir la luz que riega el páramo

en solar entrega

diluyéndose fluyendo como rayos ondulantes

que descubren flores

y el campo afligido tiñe de ocres

con un estío subordinado

al renacer y evanescer de la sed.




El Castellano


SER DE TIERRA:


Es más que triste

que esté contento

porque estoy cantando

porque eres rama

porque eres gesta que prevalece

porque se agitan los mares,

y salvada de ellos

se alza Castilla

desde su espiga marchita,

fiel de lumbre, eterna hoguera,

sus pasos, castañas en el fuego,

forjando en uno de sobriedad

avivo el manantial,

los  jornaleros tendremos que desfallecer,

alameda mía,

sangre en mis venas no falta,

se forjará mi noche en la azá.

Hoy sólo somos cimientos

mañana torres de sangre y tierra,

de puñal y rama

nuestra verdad,

que claman fusiles,

de gente en estas tierras encumbradas,

este es mi rifle, esta es mi vida,

no me pisarán las rosas del alba,

garantía de mis ojos

que sangrarán los cerrojos,

hay que aprender sobre torres de tierra

aprender cultura,

para saber luchar,

para saber defender,

los valores los cinceles,

las plantas de la vid al olivo

del grano al granero del ayer,

y a sí jamás naufragar,

porque esta tierra cuesta vidas,

y los hambrientos se los come su entraña,

de esparto y fuente mina

mi sierra que camina,

muerta jamás arrastra pena,

violín de cuchillo,

sueño en vergel de sangre,

mi tierra por la razón,

no se agota la espuela,

miles de respiros valientes

troceando nuestra miseria

para ser del pueblo

y el pueblo ser de su tierra.


El Castellano



SUEÑO EXTENDIDO:


Presentes sucesiones de difuntos.

Quevedo


El cielo como granate yerto,

expandido ¿Cómo? con sus cristales por colores,

mansamente no me amanso.

algunos yertos que caminan

ansían la doblez de mi destino,

sábanas mojadas un olor a humano,

saldrá el sol no con más ganas que ayer,

para sujetar este calor,

vidas que ansían otro destello de vida

tras su estancia en breve instancia de caducidad,

que teje su organismo,

mundo no me  negarás la visión

por este sueño extendido

de mi jardín de mujer,

sin necesidad de podar escalo sus ramas

abordando su infinita sed,

arde mi cuerpo fiel verano,

quisiera ser río y fuente de montaña,

quisiera ser tantas cosas que sólo elegí una,

la que no elegí,

si no dos células y su vientre,

mis naipes se van desvelando

una baraja helada de sangre,

un destino y un cauce,

mi vida que elige electrificar su cobre,

en círculos la polilla

vampiresa de mi ropa,

destino avocado a su perdición,

estamparse y quemarse en la bombilla,

luego pregúntame por qué tanto buscar la luz,

perdido sosteniendo tu puerta,

el monstruo de tu armario tiene miedo,

quiero devorarte

lentamente.



El Castellano



ALGÚN ALIENTO:


Tú eres mi ventana volada,

eres cielo y fuga de escarcha,

un segundo y un desespero

fumando mi cigarro,

hasta el tiempo de volver a caer en tu cuerpo,

mantenme estas cuerdas,

mantén estas esperanzas,

te vuelves real color

suplicio de rosa gris,

anhelante caricia de tus puertos,

una gota, un oscuro linde,

un respiro de fiel accidente,

momento que se retuerce,

amor demostrado y dolido,

vida de mi sentido,

ufano beso y tiemblo,

carne de esencia, alma plena,

estallido y borbotón de luz,

no eres mala liendre,

eres demasiado buena para beber de mi sangre,

eres un puente de destino

y un alambre rizado,

eres mi sueño en el pasto,

eres flor que se renueva

jamás seca,

eres sueño y camino recorrido,

eres mi ansia que por si vivo

jamás podrás destruir nuestra rosa,

te amo más que dos palabras

es un nombre a nuestro idilio

jamás perdido mi amapola.




El Castellano



ABROJO EN MI DESTELLO:


A veces roto,

a veces nuevo

ecos de este horizonte profuso,

nueva era comienza,

escalando mis aguas,

justo mi vida está empezando

ruptura para ser libre

silencio envolvente

gira mi mente,

no Dios el Demonio eres tú,

Dios del demonio

en este linde por el calor sujeto,

estados febriles

de quebrada conciencia,

tus mentiras son lejanas,

de un océano abierto,

muchas noches te esperé

muchas lágrimas se perdieron

vida aparte,

creo que ya debo irme

dejar esta espina de corazón ,

prenderme en el olvidado brillo,

encontrar la luz del astro,

olvidar a mi umbrío ,

una despedida que me cuelga

la Copa de cerveza,

no bebo pero por un día

no me voy a condenar

más de lo sentido,

más de lo vivido

apelo al olvido,

y su cruel instrumento,

a golpes parados,

melancolía déjate no la conozco,

locura nada esa es pasajera

como humilde tijera,

buscando, buscando

olvidé cómo se escribe

un poema,

dejar de escribir es como morir

demostraré a este verano

que mi tierra de la parcela

llorará flores,

mi combate cincel de arte,

aquello que mi magia sucede

porque tengo sangre,

mi calor mi rojo humor,

ya no soy el mismo reflejo

no soy aquel vendido

soy destello de mí mismo,

fiel abrojo será tarde.

Para derretir todo lo existente.



El Castellano



FLOS UMBRA FLOR DE SOMBRA:


Está en la lluvia,

ella es Dios,

de ojos abiertos atraviesa

un profuso soliviar,

de flores,

de vivos colores,

escrito sin mentiras su nombre,

era un hombre

vendiéndose a otro hombre

que lo volviera hecho y acto

de material afán de éxito,

pero la naturaleza no se puede cambiar,

el artista no nace,

no se hace,

nace y se hace deshaciéndose a sí,

igual que un pre-bonsái

por podar y desmochar su alma

hojas mías quedaron mustias y abatidas

de haberme rendido al sentir de describir

a un amor furtivo que me acechaba

a un sentir interior que me dominaba,

caí como gota de agua,

y el estruendo me partió la vista,

ahora soy tallo nuevo de persona,

podando y podando,

destruyendo para poder crear

para acariciar este Sol

que retuerce , soslaya, pule, amamanta

el hierro de mi entraña,

el miedo no me para

el dolor por ser dolor se acaba,

siento que siento,

amo a la mujer que amo,

tallada en cuarzo,

al final seré el último hombre en pie,

cada verso que lanzar al viento

como fiel testigo cuchillo

de perder la realidad,

justo a la derecha,

recto para ser erróneo,

sigiloso para hacer ruido,

noche, alas blancas

es de ti el tiempo afilado

astros, diáfanos siglos

caducidad de la ciencia

caducidad de su conciencia,

verde monte para rodar,

azul cielo para atravesar,

siembra para ver la flor llegar,

beso para el placer amansar.

Me estoy perdiendo de verdad,

tengo que fumigar.


El Castellano



CUANDO LA LLUVIA CAE ABAJO:


La libertad está tejida

de flechas al horizonte

devanan duros, limpios,

cristales ahogados en profunda sien,

surtidor de velas de los mares,

fuegos en lumbre eterna

por los senderos que labró

el astro verdadero,

inconsciente avenida

mi ser viaja en sinfonía ausente

de tristeza y su carcoma

todas las expectativas

son vivencias

para el vivo

todo cambia

para lanzarlo

y nunca olvidarlo

sólo ser es el reto,

lejos de leones

lejos de sombras cada día,

cada emoción

por mirar

dentro de lo que no se ve,

se siente

promesas

que vuelven en boomeran

rescoldos de vegetales escombros

el pasado se abre en alta simiente

un día amarás decir

es alguien a quien tengo a mi lado

para resurgir de la hoguera

en honda tierra,

y mi ceniza lo siento esta noche

crepitará al viento

que no hay mayor portento

que haber conocido

un día su sustento,

que mi alma escapa de mi cuerpo

para abrazarse al firmamento,

mi lumbre ya avivada

prenderá el cielo

todo lo que siento

indómita expresión del tiempo

al que estoy sujeto

en oscura torre

que yergue mi adentro,

fuera de la noche

dentro de la luz

en veda azul

en vega de solitud

dentro donde tu interés

te miente

donde mis brazos se alzan

asumiendo la eternidad

de mi sendero,

la eternidad del azul del cielo,

donde  desde hace siglos

te espero.




El Castellano



SEMPERVIVENS:


Modelo con cincel de viento

las manos de una caricia,

la vida de mi abeja subrepticia

cómo definirla no sabría.

Estreno un nuevo Julio

una gota sedienta de su estío,

fuera del momento

que mi vida se vuelve luz,

mi vena siempreviva se yergue

acariciando a mi Sol,

que este mes me vio nacer,

viento, viento bonito

llévame en tus alas

de vidas labradas,

quiero que me muerda mi amapola,

que se destape tu lecho,

y me dejes apoderarlo,

para siempre volar

como mitad de poema,

que las aguas surca,

para fortalecer el riego de mi tierra,

con sangre de hierro,

tu fiel desespero,

renace mi araña Lichtter

tejiendo mi existencia

en mitad del verso

hoy por ti, siempre por ti

Lhiannan Shee,

se quedó llana y profunda

la cuenca de tu visión,

siendo hondo destello enfundado,

mi calvero y sus ríos de sombra,

sigo por la línea goteante

de nuestro suplicio,

me pende la mirada tu ventana,

mientras hilvanas libre tus cabellos

de rizos de cielo,

los cuadros de mi creencia los conoces

mi veleta, mi Sol, mi flor,

mi árbol, un puente a encontrarte

una vida,

juntarme, en proceso que rige,

que estalla en dos rayos de tormenta,

te quiero, te necesito,

el Sol dice lo que me susurras,

mi cigarra laboraba

el sentir de una esfera

que canta dentro mi alma,

de un grillo el soneto,

de tu cuello el cristal de cuarzo,

de mí la lluvia en tu agraz de marzo,

mi concepto será ejemplo,

avanzaré por mi sentido puente.

Nuestro destino cruzaré.


El Castellano



APIUM:


El barbecho de la espiga,

la mar me trae la ola,

la montaña me trae la cascada

mis ojos llevan el color de siglos

de floresta destapada,

mi tierra se lleva mi espada,

el  aire mi aullido

hondo, redondo

crujiendo en las aguas,

mi vida lo siente

lleva sangre en las venas,

arterias de ángeles

estrellados en su eco

alzado a la Estrella,

sostenme en las bocas

que mi silencio reverbera,

mi montaña bonita será sentida,

mi Santa flor en la boca de la abeja,

que mi vida maneja,

tráeme los pinos de los montes,

el aire de las cumbres,

tráeme tu boca para nacer en ella,

sigo a Lucifer

bueno él me sigue a mí,

cosas peores habrá

como abrir y entornar la puerta

para que pase la maldad,

siento decirte que arrastro mis demonios creados,

para enterrarlos en el campo,

al lado de un sigilo de chopo,

que a sí estén de ojos abiertos,

no me enloquecerán más,

estoy hecho de miedo,

soy de hielo

más fuerte que el don austero,

palabras sepultadas en mi zanja,

mis padres y mi gato son inmortales,

¿por qué me llevaste padre a la ciudad?

que lento muero aquí,

sin sentir el viento de mi campo,

sin mis flores y su aroma

a vendavales desnudos,

estos árboles de cemento

no suenan con el aire,

ni estos cristales atraen abejas,

aléjame de rejas,

salva mi muerte

que es del monte.



El Castellano



CORAZA DE TIERRA:


Abrasa mi vida, esquiva es

esta piel de caricia

estoy ardiendo, aviva mi resquemor

en este mundo que se retuerce

y envilece entre sus venas razones

la realidad como lirio de negro pétalo

sólo un sendero por abarcar

llamado vida.

Del astro Rey de sí mismo

a la caléndula de tierra,

su esposa efímera.

Avanza mi subrepticia,

entre páramos deshojados

y sus hojas por gentes.

Espiga flagrante, sentido granate

por mis ojos he visto nacer

los genes de tierra,

por mis ojos he visto morir mi amor

que mi pecho yergue

yedras brotaron tapando su calor.

Mi Sol me enraizó

mi ilusión se diluyó,

una flor de sangre brotó

llenando mi vacío interior,

mi amor por su reino vegetal

me mordió.

Ahora sólo encuentro

tranquilidad y sosiego

en las vidas que siembro.

En mis diablos de flores.

Hasta yo morir

a la altura de los montes.



El Castellano



EXUL UMBRA:


Ataraza mi alma

una fáuce sigilosa

que me devora

hinca, sigue y prosigue,

sembrando mi hastío

que sin él yo no vivo,

respiros inmaculados

a esta sed que mi cuerpo

lo alimente la estrella,

pasado atrás fiel desvelo,

voy construyendo,

voy cavando el surco

milenario de mi destino,

en este cuenco, en esta vasija,

en este recto cuerpo

del que me desprendo,

para que mis manos hablen silencio,

mi sombra es quien habla

de su destierro,

de su rezo al flamígero astro,

mantenme afuera,

espero mi momento,

de entablarme con vuestro Dios,

y preguntarle si merecía tal castigo mi sombra,

sí yo merezco esta pena que me soslaya,

pero si no fuera por este dolor

no sabría que vivo sigo este siglo,

ni mi saeta de luna volaría

a encontrar su desquicia yerta,

y su esfinge malva,

en alto claro

en marco clavado,

es por mis ojos de grillo

que alcancé a ver

mi destino fusilado

para entregarme a un único camino

que me rige que me dirige.



El Castellano



YACIJA:


Vida mía rozagante curso

en solaz de muertes que caminan,

los oscuros límites plausibles,

como dije no puedes mentir

dentro de mis ojos,

llana voz altiva subiendo sus montes

soy libre por ti

en esta generación ciega,

una vez que se ata el sentir

de mi esfera difusa,

en este lugar yo puedo

sembrar la luz en oro de argénteo astro

mis ojos oxidados

yerguen el vapor de cada día

que estalla su retina,

cristalinos en el verde gozo,

sin despedida,

mi tierra puede subyugar en pie este mi ser,

brillante hielo de cuarzo

tejiendo las manecillas de mi reloj,

esmerilado suplicio que lanzo,

que parte tu acero,

trasquilando mi luna

hasta que despierte mi Sol,

fuera del momento, dentro de la noche,

esperando que torne solamente luz,

desvellonado mi lobo ártico,

en hierro de mandíbula

este ser por la defensa de su valor,

que no fue del tiempo flor

fue indómita expresión,

en un cielo que labró,

vengo de un horizonte iluso,

desempolvando mis muertos,

viviendo el polvo de vida,

mi pasado rescoldado, derramado,

por la ventana desolada,

mañana será eso quizás

una deidad sin nombre,

un cuarto sin lumbre,

veleidoso y regio,

consecuencia sin rastro

nombre escrito sin pluma,

yacija inerte caminando los oscuros lindes

de su destierro,

de suspiro de hielo invernado

con brazos lejanos a través de los tiempos,

su ayer llueve a jirones

sombra que caminará el abismo

para encontrarse,

y desafiar al viento,

estallando en luz plena

jamás dominada su desventura.




El Castellano



LETRA DE VIENTO:


Aguzaré al viento

en vertical estampida de elogios,

para que lata con fuerza

se cuelgue en los solares rendidos

de mi agraz intelecto,

las lagartijas correrán su rambla

cruzando la tierra,

mi carrasca lucirá

un sabor a mujer desnuda,

el verde militar del ciprés

tendrá tacto a luna,

somos silentes dentro de la luz

somos veletas del negro puerto,

fiebre navegante

mar de mi vela,

lumbre eterna,

alma de renegados,

jamás complacidos,

rajaré al destino en dos mitades,

una para sacrificar

por si sale mala,

su alta ojera cruzada,

afilaré mi cuerpo para clavarme

al viento que hasta ti me lleve,

solo un segundo marcha atrás

y me sembré en tus manos,

como flor de centella,

qué bueno que existas en mi realidad,

que teje, desvela, nace y devora

la esencia que te alimenta,

hoy lo siento desperté siendo río

que quiso llegar a las tierras que te modelan,

alarido despierto y aullido

en nácar de tu placer,

para solamente ser lo que tus ojos

digan que soy.


El Castellano


Blándeme:


En mitad del campo,

sólo allí que la encina enraíce mi carne,

el hinojo lata al son el tambor de sus flores,

la carrasca grite verdades del monte,

vereda quieta, enarbolada,

soledad disparada sin descanso,

sólo allí reinará mi alma,

en letras escritas en las hojas de vida,

las lindes teñirán de rojo y negro,

de tinta y sangre el resurgir del añil

aliento dibujado de toda vida en color,

del albor a la muerte en flor

se alzará mi latido con su amor.

El Castellano y Leannán-Sídhe

Renace en la piel,

en el albor sin conciencia,

hace más frío que antes

sentido muerto, caído

olvido yerto

raíz del ser

más callado que el invierno

avanza camina a voz

todo lo que he perdido

polvo de estrellas, hierro de océanos

piedra de montañas...

hazme recordar alas cansadas

cosas grises que te gustaba sentir

mi amada así sabes

horizontales que no puedo olvidar

ejes verticales de conciencia

sin dormir

danza la primavera del lugar

con mi soledad pintada

en la sangre de mis ojos

todo lo que veo teñido

la ilusión cae en gotas derramadas

cayendo congeladas

desnudo mi cuerpo en la penumbra

del segundo quieto

raíces comiendo mis venas

hojas de mi historia mustia, abatida

sentido muerto

viviendo por ver morir el momento

momentos atrás que cae el recuerdo

sin miedo, sin sentimiento

todo hirviendo

sólo este sarmiento de cuerpo

esperando que juzguen a su alma

libre de maldad

quién estará allí

quién vendrá a darme un camino que seguir

solo en la oscuridad

donde todo comienza

las sombras me reconfortan

y veo en luz mi vida

para encontrarte

algo que darte de dentro de mí.

Un amor rugiendo en la boca de la estrella.

El Castellano y Leannán-Sídhe

Diestro del mar a la montaña,

visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas

cual caricia de su jardinero que las ama

el viento armado escala cual seco rayo

su sol enturbiado se paran las oraciones

hipsipila dejó su crisálida

en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales

recolectando toda simiente desde todo confín

al inerte sombrío albor,

mientras su fría luz crece y camina

sin franca tapia ni verja que detenga su escalar

vuela vaga la libélula para posarse en su hombro

recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte

que lleva que trae a su castillo olvidado

hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo

un reino se mantendría vivo

y no era el del humano ser

Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión

abarcando de la tierra a la lluvia

cual rayo cortado de Sol su cabello

los pájaros trinaban en su castillo

hipsipila siempre vivirá como invencible Sol.


El Castellano y Leannán-Sídhe



Flor de Bradomín:


Partir me alcance un día,

he  de visitar el prado

que yo por Bradomín

nunca he visitado,

he de colgarme

de la flor serena

un día lluvioso

a colgar mi estandarte,

vive, nació y deslumbró,

deberéis guardarme el vilo,

que yo partiré este humo,

quebraré la voz del eco,

soñaré que estaba despierto,

mi simiente sacará su cuchillo para sembrarse

sola como se destapa la primera

gota de rocío que tiembla

el Sol que visita,

esta la haré generación seca

en pergamino de hoguera,

mi letra caerá en el ojo

desde el infinito parco de este abrojo,

el altiplano enjutado,

dirá que me debéis cuanto yo

Arriano he plasmado,

y este granate será mi lustre recordado,

es y será mi casa,

el esfumino en coro de grillos,

aullando bisagra,

a la luna que escarcha,

hazme libre luna,

saca mi alta ojera con tu luz,

abre mi campo

al murciélago señor,

acaso mi espada mi tiempo no blandiera,

me encumbro de la fiera,

para ser quimera a la espera,

mi Leannán dicta

yo converso

que desde su estampa

al hada infernal de esta

yerta conciencia,

resurgiré

de la espina dorsal

de este cuervo Förüq

que me habita,

el ser que me lleva

cantará soñará

que es y será  otra primavera

para enloquecer desde ingenua siembra,

graznará el solar del fresno quieto

abrirá el despertar de esta gris araña

entre agujeros de la idea

soterrada, descubierta, alzada

entre sierras y barbechos

despierta, riza, besa, evapora

esta sangre de tierra

que es mi amapola del pecho

anclada, versada, cálida, cariñosa,

abierta entre grietas que palpitan,

fulgente, displicente, dispara que flagra,

sentimiento de esta azada

que es mi vida

al borde de la flor

de caléndula

que es esta realidad tejida

y su floresta que riego desde

que el verso me escribió

a mí la felicidad.



El Castellano,



Señero quieto:


Linde abierto sembrado por Dioses

de plantas que sólo ellos pusieron

y que ven exclamar su muerte

de silencio gritado

lentamente las estaciones.

Es este campo que vive lejos

con señero

un señor de señores

amor de silvestres,

es encargado de ver en flor

sus amores,

vence que atraviesa

sólo su mirada,

un jacinto se yergue

de azules botellas

sus besos de rocío matutino,

matutinos gritos postrados,

con el hervor que reverdece las tierras,

de cal y tierra arenisca,

de arcilla al barro,

de la pizarra al risco

de granito,

es una vida mi estatua,

dulce,  risueña,  sembrada,

albores cruzados crepitando,

mi nido de grama rehaciéndose,

entre luceros anclados,

arriba mi barco

estos océanos y mares

de tierra,

que todo lo rige

su materia,

desnace el tiempo

abriendo el brillo de mi falcata.

Fiera de fieras

yo soy la fiera,

desde las piedras

a esta mi hoguera.



El Castellano


Aciago, recto vilo quemado:


Cantares quebradizos

se alzan entre aciagas esferas

de la palabra inexistente,

entre sones terrazgos

que sí puede,

llevarme la espuela,

entre la mente que afila,

que pule mi sangre oxidada,

por el puente de venas de mis manos,

diestro al compás que muerde

yo sí estoy hablando

tú no estás escuchando,

esta vida asida en un tiesto,

por encajes sin alba

por encuentros fugaces

en mi averno tejido,

entre estos soles de trapo

que me levantan las flores,

avanza la flojera del día

que llega a su final,

volviendo madrugada de espadas,

quiero contarte hasta tres,

mi aliento que no sabe contar al tuyo

pero sabe que cuentas con él,

yo que ni segura tengo mi muerte,

colgaré destinos

de sus ramas de fresno,

mi piedra será estatua,

no seré yo quien hable si no ella,

el verde musgo llorará el sino dentado,

esta vida de espectro

no me dará de lado,

de un solsticio me haré un cuarto,

entre mis líneas habitarán espasmos

de ideas ausentes,

de fríos hielos de soledad congelada,

liberaré este reino enfuscado

cual vicio cual tierra sin dueño

de crear nuevos palabros

que serán hijos de la nada,

cabalgada, soterrada

en infinito de la siembra alzada.



El Castellano




Linde quieto abierto:


Derecho firmamento

entre filos de gentes,

es una piedra que camina,

piedra aventurera,

seca y umbría,

reposa y duerme

cantares del linde,

centellea rayos irisados

se riza con los besos de lluvia,

acaso quiso ser otra,

ella tan yerma, tan plácida,

imperecedera,

cerrada como se cierran

los rayos de luna,

acantonada, de estéril estampa,

dejas muda alabanza,

el día que te hice de voz,

piedra bella, sola,

estridente sin patio de sonido,

y esta voz que te di

voz dorada como tu piel de minera,

como un soto sin perdices,

avanzabas solo tú,

la vida quieta,

sembrándote allí por donde anduvieras,

al candor de piedra única

igual a la siguiente y a la anterior,

sin afán superior

hasta que este poeta te dio voz,

como flores que sin color

acaso fuesen,

un despertar en brazos de cieno,

un respirar de la montaña,

un cuchillo calizo que afilan

erosiones de las eras,

latido férreo, sangre de mineral,

o compostura de arenas,

piedra de mi casa,

piedra de tu casa,

la tierra.


II

Piedra potencia eterna,

nacida como nace una estrella,

cumbre de filos por bandera,

hogar, cobijo y morada

de lagartijas que cuelgan tus venas,

colchón de rayos de sol,

asolada tu espera

por quien te dio voz,

lideras tu guerra sin cuartel,

antes de yo nacer,

tú dabas alientos al suelo

sin importar pertenecer,

siempre fuiste

siempre eras su piel,

de la cantera, al nicho,

del mausoleo, al caserón viejo,

del silo al castillo,

tu fortaleza empedernida,

tu aval de honda certera,

Siempre estabas

siempre estuviste,

como río a su voz del mar,

osado no fui yo

quien te encontró,

solo fui encargado

de darte moción verdadera

ojalá pudieses contestarme

mi piedrita bella.


III

Devuélveme a tu vida eterna,

del soto a tu quimera verdadera,

clávame la oscuridad de tu cueva,

en esta esfera pulida sin espera,

risco de tu sien enarbolada,

millones de hijos

esencia desnuda de tu alma pura,

techo sin compostura

del ser invertebrado,

techumbre que pizarra llora,

su azabache de cristal,

tu sangre de fuego y agua

que nunca te alcanza

sólo partirte puede,

grieta de helada, tus filamentos

que encaran tu azar de vida sin dueño

a tu sangre de musgo me cuelgo,

en verde musgo tu fantasma muerdo,

vida de herramienta,

azar de la idea,

al paraje que te conforma

al que sostienes su vida

siendo el suelo techo de esta hacienda,

si tuvieses dolores todos gritarían

que se acabase la muerte en la tierra.


El Castellano


Es un fuste:


Quiero deslumbrar mi camino,

ayen de estas víboras que caminan,

palpitar el látigo enfoscado

de sedientos corazones.


Entre sangres fugaces afilo

esta vida en grana marcada,

deshojada, por cuanto he conocido,

más que tristes metales lascivos.


Caparazón este el mío inerte,

vestido de marzos seniles,

agota, coarta la esquela

de mi memoria perturbada.


Camino sin camino

por donde se oculta el este,

veo la flor que desviste,

entre pétalos su iris difunto, perturbable.


Te construyo sin verja, franca,

tapia ni acantonado te hago

a imagen y semejanza del aire.


Que pasa y mira,

que mira pero no descubre,

que nací dueño de tu avenida.


A este sol ferro  cuelgo agravios,

ofensas que desvanecen,

como la noche devora lo que es suyo.



El Castellano


Azabache de ojos:


Ojos direccionados

a esta luna de azabache,

el tejer de una gota de savia

plañía la desesperanza fría.


Siniestro compás mece,

en acorde clavado

a este invierno estirado,

al estallar de bombilla me cuelgo.


Curvo escalafón riza besos

de unión de cicuta y sangre,

yermo, plácido, envuelto

en sembradíos de oscuridad.


Quisiera que hablaran mis retinas,

de encuentros fugaces

al temblor de esos filos

que la dama oscura blande.


Gira presto a enraizar mi sangre,

con destellos de espuma

que las tierras bullen.


Yerma, extasía de verdes

por solitudes heridas

una cercenada tajada,


Retiembla mi destino

al cabalgar de soles,

fiel estampida de semblanza.




El Castellano


Flor de destino:


Ama de esta casa, el alma fría,

de mundos retorcidos,

ingrávidos al peso de flores,

destartalado, por gentiles gestos,

azares difusos de mi reino,

saludando a la quema del rastrojo,

un iris por desenclavar,

corona de caléndulas

en soles por doblar,

al rayo seco, tornado en gesta

y sus candilejas fulguradas,

ríe y pasa, pasa y ríe esta espada,

hendiduras febriles

de mis verdes ojos

entre sus cauces la verde grana,

la verde espiga,

un romance del labrador

con su granate amapola,

llora sangre de aquellas santas,

esquiva de obreras guirnaldas,

se cava en rayos seculares del rey astro,

Estallando de luz su rocío primero.



Cuarto para sembrarte:


Duro, seco, estridente,

irusorio destello

al matiz de soles abiertos,

estoy empezando,

alago, avanzo este cuarto

este cuarto de arañas,

repleto, lleno por escuadras

afilo el verbo

preparado, despierto,

granate complaciente

a este lustre olvidado,

quiebra marzo,

estampida en blancas sienes,

réquiem en osadía,

en marca de astros,

luz intransigente,

fulgor

entre tus manecitas

heladas,

miro atrás

nada reverdece el horizonte,

todo son raíces del hombre,

me cuelgan lunas

ojeras sin alba,

quiebro esta ilusión

me afila su espada,

cómo huir

de los que no me conocen

si nunca me conocerán,

me clava la estrella

un tenor en escala mayor,

gimen flores por abrir,

el sol hiela de nuevo,

rizo sorpresas en tus cabellos,

libero el león,

me muevo,

suceden grises

a mis penas,

escarchadas, desvanecidas,

derretidas  en claro oscuro,

por lo que dejó de ser,

llevo que traigo,

resoplos y arterias

en este jarrón de sangre,

hasta que caigan dementes azares,

y sus cruces bienaventuradas

de tu carne,

de mi lumbre,

de este alambre.


El Castellano


Tierra perdida:


Limo, sostengo, agito

la vena enardecida mía,

destapa al fuego en círculo,

retiembla destinos ciegos

en crueles, parcos horizontes

sin orificio,

destrenzo el nervio de hierro,

repto avenidas sin salida,

voy y vengo cantando

esto es tierra perdida,

correcto, en el ojo

y soterrada vía del hambre,

nazco que broté de semilla,

estiro que alzo

sangre en caricia,

marcho sin mirar atrás

esto es tierra perdida,

ocaso malva derrite mi vida,

en ríos sin despedida,

en sábanas de escarcha fría,

correcto

es tierra perdida,

nada es súplica advenida,

fulgor entre sienes de carcoma,

festín de arañas grises,

nada me detiene,

avanzo, el sol me cuenta

que es tierra perdida,

cae la tela tejida,

fiel al descanso de mi subrepticia,

gimen tiempos rizados al ascua,

cantan malas yerbas

sin perfidia

que esto es tierra perdida.

Yo contesto

dorado al fulgente metal

que es mi vida,

es pasión, es luz,

es calor,

este es mi rifle

esta es mi vida,

granate al escape

lustre postrado al rejuvenecer

del marco,

yo no estoy colgado,

venzo que avanzo,

resumo, coarto,

me descubro a la luz templado,

todo dicta

que yo voy

que yo vengo

por tierra perdida,

resplandores sujetos,

acuartelados en énfasis,

porque desconocen su sino

madre de

esta tierra perdida.


El Castellano


Extasía de cristal:


Penumbra arrebolada,

hija de la sombra asolada,

temple de maraña,

tejida araña dormida,

sol en su trapo desnudo,

ven a mi cabeza

retuerce mi idea

que se encadena

sumisa a noble premisa,

no puedo parar

no hay tiempo de pensamiento

sólo escribir duro, seco, limpio

como agua de este río.

Sentido volviendo a la vida,

mi espíritu está creciendo,

tantas luces sin alba

tantos astros sin noche

es muy tarde,

nunca para volver

al origen de savia,

desnudo en este reloj

mirando este cementerio

alzarse, enarbolarse

de la nada y su infinito de cristal,

estoy dolido

que tú te lo has creído

si me quiebro

es para renacer

quemando mentiras,

liberando fieras,

roto al tiempo

entero al fragor

de mi espada,

no tiene vuelta atrás,

océanos abiertos me llevan

a flote de nuevos sueños,

rizado a la espera

engalanando mi quimera,

desiertos abiertos

en cal viva,

mantenme el amor quieto

subiendo montañas deshechas,

viviendo el brillo sin estrella,

ojo de un ojo labrado

mantengo mi esencia

en joya de noche

miro dentro

y todo retuerce de nuevo

dame tu mano,

descubre mi reino perdido

a encontrarse en tu mejilla,

háblame de tus vidas

de tus alas en mi extasía,

sólo allí despacio

latirá su osadía

líbrame amiga

de cerrojos

y sus cerrojillos dorados,

exasperados,

esta noche seré luz de hoguera

y tu cobija quieta,

el único sin miedo

a decir lo que siento,

carrusel sin engranajes

caballo sin jinete

tormenta sin nube,

beso donde no lo imaginas,

sólo yo contra el mundo

abriéndome de la tierra

siendo alma en disparo

certero, agudo, estridente,

como la voz que no se pierde,

yo nací albor

nací para ser tu amor

no me pierdo,

estallo osadías repletas

solitudes que trepan

cruzo líneas

de estos cuatro días

que clava tu voz

desmigajando miedos

porque yo soy el miedo,

batallas aparte

soy tu planta silvestre

amando su tierra

más que a su sangre,

mi esencia verdadera.


El Castellano


Cornucopia de tierra:


No rebotan los tiempos llorando,

en escalas a ese cielo anhelado,

voy que viajo

y bajo mis plantas

la tierra brota, rehúye, fluye,

todo me alza

sobre torres sembradas

y sus trompetas abiertas,

desenfundo esta esencia

de estaciones correr,

hogueras profundas

en lágrimas de lluvia,

plantada mi compostura,

me crepitan las montañas,

los cuervos me rinden pleitesía.

Ante estos ojos

el ávido brillo

de oscuras alas,

frente mi carne

fuego enraíza

esta noble falcata,

encinas me enraízan

el dorado anochecer,

noche oscura

entre espectros de letras,

el día derretirá mis flores,

trepando mis venas de encaje,

mi azada será sangre

no más cuerpo y carne de metal,

al erizado filo

clavaré sentidos despiertos,

mi letra será invencible,

en flameante rebosante inspiración

parida de un rayo de sol,

ay la tierra que me clava la siembra,

ay sol ferro,

yo te hablo

al fulgor de venas

al calor de llama azul,

tú invencible

como la palabra te formó,

extasía lumínica

en candor de lunas aulladas,

ven a mi pecho,

te daré asilo,

desgrana este silo,

que mis manos hablen colores,

solo ante la adversidad

esta negra noche que huye

enjaula su oscura sombra

donde la letanía esconde

sus garras de cristal,

quedando repleto este umbral,

he oído llamar

llamar tus sangres de luz,

a violetas nebulosas

sin cauce

empotradas en sagradas espirales,

busqué tu vida eterna,

me contestaron inviernos

desmochando brotes extenuados

de tiempos atravesados

por tu espada eterna,

fuente fría

que llena dulce la fontana,

la vieja luna sonríe,

lo efímero será áspero y duro,

a la caída de este plomo,

se levantarán estatuas de barro,

tu lobo vestirá el sincero metal

por ser de hierro,

hasta su aullido de plata

a la noche sempiterna,

y sus enredaderas malvas,

campo este de víboras nacido,

por un surco repto,

y el alacrán me saluda,

soy yo tiempo olvidado,

resplandores

de este patio de grillos,

me cuelga la corona de caracoles,

por todas mis lumbres

abiertas

de caléndulas solariegas,

más que hoy

no espero nada,

porque yo siembro lo perfecto,

me responden sus voces del suelo,

al intransigente destello

me parto, me quiebro,

hasta dar mi voz

a estos campos

y sus sotos perdidos

encontrados en cada sangre.


El Castellano


Ondas mecen:


Me cruzan las vías

del tren de la noche,

abierto, caracoleado,

en peregrinaje de estrellas

y sus halos,

este insomne caballero

de tu sonrisa nacarado,

arrebolado entre tus brazos lejanos,

una hoja precipita

al tañer de campanas

en garganta de lluvia,

no hay invierno sin frío

ni frío sin invierno,

vuelta atrás estoy vivo,

una vez en la vida

curva de espejos

entre verdes y ocres,

quién dijo que no tuviera esperanzas,

pálpito fugaz de estrella marchado,

el amarillo viste mis flores,

color efímero, sin despedida,

entre un patio de ojos

y sus carcomas solariegas,

danza este caballito sin diablo,

al cuartel de la cucaracha

van los ojerosos grillos,

todo cuelga de un hilo de lana,

horas minutos

para hacerme libre,

termíname tú porque yo no puedo,

este alfiler parco, sobrio

como él mismo,

entre circo de huecos sones

danzan los vellos de mi piel,

por el agujereado brillo de luna

cuento notas perdidas

y el filo de esta mi cuerda

hasta latir con ella

y su desnuda poesía

con cuerpo de mujer,

lejos de la tierra,

entre un soñar del viento,

se destapa mi cordura

le florean pensamientos

fieles ecos en iris despierto,

dulces ondas como dulces sirenas

enamoradas,

de este marinero sin mar

llamado verso,

al senil aleteo de la polilla,

el invierno nace de un cubito de hielo,

que avanza ya su noche

sin pedir permiso,

al vapor de sienes heladas,

entre un coraje acorazado

de haber realizado una buena siembra

me marcho.



El Castellano



Vieja escuela sembrada:


Cierra los ojos

es nuestra creencia,

por la que no hay

rosa sin espina,

línea de destino,

déjame sembrar luz

en la retina,

que caiga mi gota

quebrada,

viviendo tus memorias

lejos de la letanía

enroscada,

crepitan los labios grises

entre crujidos por despertar

leones del nuevo día,

Noche, noche

tus minutos erizados vencen

pasan las horas

y las horas

la misma pesadilla tejida,

en vilo en vela

de navegante sin mar

sin barco, sin puerto,

viviré una vez más

esta soledad del párpado

despierto,

muy alto, muy hondo,

todo se retuerce en sol mayor,

hasta la cima

me verán cabalgar,

resume este papel

un furor oxidado,

soy yo, soy yo su raíz

que ni yo mismo entiendo

dichos soterrados en alma difusa

en corazones sedientos

su fría caricia entre espadas

ni yo hago empeño solariego

ay la tierra perdida de tu raíz

quien osado sólo la viera

de viva materia rompiéndose

sucumbiendo sobre los filos hirientes

hondas espumas

riéndo en camino vivo,

en un sentido

con bordes de rosas y cebollinos

y senda de espinos fugaces al alba,

brotando imperecederos

que enriquecen los pliegues sembrados

de esta mi sonrisa

de esta voz en calma y en tormenta

de desnudos sigilos

que te nombra y nombra

si no estás lo hace sin cuenta

Poeta

Haces la ruta sin pena ni sangre

que no sea portada en tus venas

de solana hacia el sol

en un ovillo giras en tornasol

allí donde sus esposas

amarillean y tu sien gotean

en canto al amor

alzado en rayo de Thor

será un caracol

cuando nos vamos

solos sin nosotros

con o sin Dios

nació un vespertino albor

ocultando el dolor

secando lo que plañía

la sin razón

Se duda entre las cosas

por la vaciedad de las cosas vacuas

de fátuos alambres en fanal

hoguera del hambre

de oblícuas espinas

y los nuevos castillos

que sin su castellano chozas son

destruimos

si nos miramos

vencer o vencer otra vez

Oh raíz

ay de tu tierra que te vio nacer

qué guardas

en tus bases en las grietas

que te clavan que estiran

tus lágrimas del ayer

que no nos dejas ir

por caminos distintos

a los limpios valles de oscuridad

reposo y sosiego que clava el camino

¿Será cómo es

por siglos

de siglos?


De este tiempo oxidado

que latirá el son

con forma de tu siniestro corazón.



El Castellano


Cristal silvestre:


Ámame como se ama a la vida,

porque te amo en caricia

sin despedida,

tú que eres como la noche

en subrepticia,

yo contemplador extasiado,

por el fulgor que se abre paso,

Fin del diario,


este es el momento,

que se queda para descubrir

la expectativa

del vivo hacia la vida,

todo cambia y yo lanzo

mi destello sembrado en mis ojos,

susurros en letargo

abiertos al destino parco

estoy en tierras de la luna,

abriendo, tornando bella

su distancia,

todo sembrado

de quien yo era,

esta mi raíz que canta

plena, sacada,

cortada de su tierra,

para nunca olvidar,

alzada a tormentas del tiempo

y su etéreo desliz envuelto,

en las calles

de los sueños rotos

un pasado que dejo atrás

estoy joven para estas nuevas visiones,

existencia clavada,

al crepitar enroscado entre arterias

de alambres,

y su perfección

erizados gritos liberados

hay que pagar el precio

de ser mejor que este talento,

avanzo lento,

me abro por el fuego,

y no hay sangre que no me deje

envuelto,

miro dentro de tus ojos

buscando mi respuesta,

el sol se está enterrando en tus cabellos,

lima este nervio

que llegó su escarcha

siempre aparte,

siempre en alarde,

hasta yo encontrarte

encontrarme yo

en los sotos de tu voz

hasta ser yo el alarido con nombre

de sol, ser por siempre

ser para siempre,

ser siempre,

y Siempre llevar mis apellidos,

Siempre quemándome

en resquemor intransigente,

precisión de mi duende

llamado amarte.

ARTE,

condenada mi sombra,

a este precipicio

que despeña la letra,

a través del umbrío páramo

de esta piel y su yermo bosque de vida,

sigo la estela

vocecilla, elevada sin razón,

porque sí me sobra corazón,

soy yo mi murciélago de nácar,

vuelo que giro el infra-sentido terrestre,

y me quedo en vilo,

es glorioso este sino,

haciendo el amor con los sentidos

en el saco desdoblado,

de mi realidad soterrada,

destapo que descubro malvas

del sueño taciturno

que conduce a contemplarte,

bajo el sigilo de mi araña,

y su tela irisada,

en extasía de espejos carcomidos

sin dueño,

que no sea sinestesia

del cuadro de visión

llamado visión enardecida,

por la que mi ciprés

tiene tacto a caricia desnuda

y mis caléndulas caminan

con sabor a deseos de rubor.



El Castellano


Quiebro en dicha descrita:


Muero por un beso

aquel sembrado dirá que vivo

vivo por un querer

cruel del destino

condena de una pasión

que creó tu pestañeo

al dejarme ver

tu cielo encerrado

ese que liberado

jamás me abandonará,

fijamente tres minutos,

y morí con tu pestañeo.

Demostró que fui y soy

importante para ti

y que a pesar y muy

a mi pesar de los problemas

problema no es mi apellido,

seguí en tu mirada atrapado

hasta que la aguja

de aquel reloj de pulso

se paró al pasar ciento ochenta segundos

mi cambio de vida

cuando consumí

medio giro al decir

siempre te amaré.

De este resquicio vivo

yo traigo la flor,

en competencia

de ilusión que marcó

esta hoguera sin pena,

eres tú soy yo,

flamígera condena,

por el párpado del cielo,

por mi astro soslayado,

que yo sólo encuentro cielo

en tu mirar encandilado,

soy un muerto con vida

si no te tengo,

y este firmamento

se me cierra seco,

muchas cosas erróneas

en mi vida

que no hay tiempo para la sombra,

no hay tiempo para tristeza,

ni para la vida quieta,

porque todo resume

en buscarte a ti

mi vida completa,

si este corazón es un tiesto,

quiere y te quiere a tu persona,

enraizada, plena,

resplandeciente,

como el brillo,

como el halo,

de tu limpia, dura

sonrisa de perlas

en océano de resurrección

descubierta en dicha,

mía, mía sin despedida.


El Castellano


Tordo acompasado:


En el océano de este mundo

abierto al cielo,

vive el cuervo,

por el desvencijado respiro mío

avanza, mece y sostiene

un tiempo en réquiem de espadas,

por aquellas voces que sordas

laten, se descubren, alzan,

se quiebran al paso de altares de hueso

por mis atardeceres de murciélago

voy ciego al calor del astro,

siente mi caricia de pájaro

esta vida en un verso,

alzando nuestra luna de acanto

y alabastro gimiendo el ocaso,

azabaches ensortijados, derretidos, extasiados

por el sendero despierto,

por el cauce que trae la vida, la mía,

ojos en resplandores dorados al tacto

de mi astro soslayado,

mi azar es sembrado

vida de vida

late esta caricia

no hay retroceso ni regreso

todo está bajo tierras germinando

por la rosa de su pelo,

tu sangre me colmó en beso,

nuestro cielo de amarantos

fiel al respiro que alcanzó a ver

la belleza en noches de miel,

respira abre en ambrosía mi vida,

en este horizonte dormido

quiero ser de la piel resquicio,

que no me sientan perdido,

quiero ser Siempre tu sonido que acompasa

que clava olvidos

en despertares rizados que consumen

la retina y sus astros,

todo lo que anhelo es la verdad en silvestre flor,

tu eco alto que no hay pájaro sin nido,

esta noche será distinta,

el comienzo empieza ahora,

mi sueño de araña

que todo lo tejido

recompensa trae a lo sentido,

un avance de mi sangre,

ven al nirvana del ruido,

anticipa nuestro solsticio,

Yo que amo en mimbre de esparto

y verde espiga de trigo,

fiel comando el suplicio

de los valles de mi sombra

displicente, enamorada.

Encumbrada.

Sostenla sostenme de la pestaña,

me nacerá un alba,

marcho través del hielo,

su azul en la mirada,

estoy sembrando mi escarcha,

y que venga y queme

este laborado tiempo,

que yo nací del viento,

alguien está llamando

oscuro este romance

entre las malvas del cielo,

se escucha mi nombre,

tengo que cerrar este hielo,

colgando mi estampa

del árbol de las cenizas,

y que nazcan ojos de tierra

de este hueso,

que seguiré soñando

que fue sólo eso

un sueño en despierto umbral

de mi alma y su protectorado.


El Castellano


Cercenada razón:


Ilusoria, despierta, vespertina,

trepando lúgubre escala,

iris destartalado, ansiado

cubierto de cromáticos azares,

por un metal afilado va venciendo

a este brillo irisado vestido

de crueles destellos,

raspados destellos

de todo lo que dejó de ser,

reflejos sin nombre

ilusiones de este alambre,

rizado con hilos que gotean sangre,

despierta mi pesadilla

queda asomar la dicha

y mostrar esta araña,

fulgor desnudo al fragor

de transparentes cristales

que enamoran los hielos

que febrero siembra abiertos,

si estoy despierto se equivocan,

nazco que traigo

un cesto lleno de sueños,

se derrite mi estampa

quieta colgada del árbol

donde hago peticiones,

y que este forraje

se desprenda de mi humor,

no me desalienta,

he crecido para brotar

más duro y recio

que el esparto del monte,

traigo mortandad de idea,

en letra extasiada

al filo de verticales escarpias,

soy yo encargado de esta acequia,

que ni el más osado

pedirá que se calle,

alzo su valía

en desgranada espiga

que rompe mi silencio seco,

si no soy gente lo demuestro,

enseño a mi tinta

a no pertenecer

a este mundo de yertos,

mejor que qué cosa

mejor que la opaca suma

de alientos que se creen

tener originalidad,

de su umbral

prendo a cerilla

todo sembrado a diario

de vacía voz,

yo repleto no soy yo,

soy su extasía floreciente

de imagen y su prima

clavada en alfiler sin cabeza,

como un grito de letra,

y mordisco de fiera,

que deslicen décadas

que seguiré siendo yo mismo

entre grietas, entre esferas

quebradas y su olor

a flores desnudas,

que yo sé lo que hago

si no ni lo haría,

noche corría marcha atrás

esperaré su madrugada

soy taciturno con huerto de luna,

y siembro un quién contra mí,

estoy brotando,

no hay miedo yo soy el miedo,

fiera de esta hoguera,

llamada esperanza,

tengo una llave

y no soy cerrajero,

abro este corazón

y despierto su dragón,

hasta acabar de una tajada

con mi sana razón.



El Castellano


Cruzada ojera de luna:


Había sentido

Bravura repleta

no tengo ojos

tengo lágrimas de cristal

al iris en belleza consumada

nadie te alza

tomas tu lugar merecido

jamás colmada

siempre rebosada

de lo bello a lo mejor

sembrado ojo por este ojo

me late me arde una simiente

para el campo de tu alma

vida yo vida no tengo

si no se dirige en mirada

a mi letanía, certera amapola

desde el 2008

jamás en súplica mecida

por este arrojo

en mi pecho sembrado,

viva y descubierta en este tajo

repleto de lo bello a lo bonito

de su interior decretado,

yo hombre de sangre

siembro este sortilegio

de espadas por si llego

a su alma

y liberar libro sus ataduras,

por soñar soñó la primavera

que mis flores eran de ella

yo reviento y exclamo

que son de amapola bella

mi maestra en furor de espigas

nacida

solo tengo un corazón

y es suyo mi dama,

dama blanca

doncella escarchada

de esta vida a esta mi viña,

yo dulce muero despacio

por llenarla de esta dicha,

seguiré en pie porque ella

sigue viva enraizada en este latir

para yo con amplia voz decir

sin ella no hay vida ella es mi vida,


El Castellano


Negra noche sostiene:


A veces me rompo,

a veces me pierdo,

y el mundo reverbera,

se extingue

por oscuras alas

enlutadas,

quieto,

más tranquilo

que un yerto,

hago mis miradas

a su pasado,

no me asustan

sus dulces espantos,

estoy nacido

del hierro de mi idea,

labrado al fulgor

transparente

de mis campos

de soledades,

es por este tiesto

que jamás abandono

lo que siento,

y que mi flor

en vena me muerda,

trepe por mi vera,

hasta sentir que yo

estoy encumbrado de la fiera,

justo aquí justo allí

sólo para servir,

rayos y azares

de consecuencias,

como flores cabalgando estaciones,

al iris lunático sembrado,

hasta atravesar su corazón de cuarzo,

es por este azabache

por el que vive la noche,

suena de nuevo mi caligrafía,

y para esta lluvia

todo valía,

soterrado mi latido

queda decir

que consumado

estallaré sin cuantía

borbotones

que sangren esta luz

intransigente,

el Sol afligido

me nombrará su allegado,

hasta sangrar

retinas indiferentes,

hasta cabalgar sienes

y alientos helados

de espantos,

hasta yo trepar

de mis arañas en sus cuartos,

enterrando esta noche negra

dando inicio a mi condena

de vivir por ella,

porque valdrá la pena.



El Castellano



Las vidas que traigo yo:


Era esta araña

como un Sol ferro con casa,

era como un encontrarse sin despedida,

por qué,

porque yo empiezo esta obra,

camino destrenzo este campo,

me desmigajan a mí

sus flores extasiadas de difunto,

para decirme

que lo suyo es de todas las estaciones,

como hacer el amor

con azares alados y soldados de los campos,

que su simiente no es vida de un día,

yo digno de admiración

digo que me adopten

pues soy familiar

así no tenga savia

tengo sangre carmín

y mi simiente escrita

dura lo mismo que dura

la tierra sosteniendo vida,

desnazco de la hoguera

al crepitar del rayo luminoso

no soy como él invencible,

pero me cincelo mas recto y recio

que un hierro de carne,

sotoventos atrás

las montañas hablan con la gente,

que sin ciudad no hay gobernante,

sin poesía no hay mundo ni creado ni

ni por crear,

más duro que los montes,

cabalgo esta letra

flamígera, extasiada,

al son de una espuela escrita en bronce,

digna del brillante metal puro,

para yo decir yo aquí

me he curtido y tejido duro.


El Castellano


Oscuro haz, luz sembrada:


Larga sombra me abarca,

larga sombra me abraza,

larga sombra que me envuelve

yo quisiera meterla en un mundo más bello,

yo quisiera librarla de hielos que aguardan,

quisiera retornar a un mundo que era negro

sumergirme más profundo que los mares

y encontrar mis verdades,

yo quisiera fundirme fraguas de hierro

ser justicia izada de ser en luz intensa

pero ya no siento nada,

asolada mi estirpe con nombre agujereado,

yo camino descalzo sin miedo ni quietud,

sin estos clavos que me impusieron

camino lejos, lejos sin mi nombre

por si despierta mi azada

con la que sepultar al Miguel Esteban

que no nació todavía,

por si una dicha me aguarda,

no osarán en buscar portentos

a esta larga sombra que avanza,

no cambio sus males

solo servirla flores silvestres

así enamorada torne princesa de profundidades

hada dueña de la sombra,

hada fiel de embeleso en umbrales

por tragar esta mi tierra

que me avanza la despedida,

cuántos pájaros volaron

para ser único pájaro enfundado en trino,

rajado, ultrajado,

cuantas notas se escucharon

hasta ser estrofa de agua

por todos los que estuvieron,

al acecho yerto de esta sombra mía,

que no posee medida,

solo una senda deshaciendo lo trazado,

al firme astro alzo mi perplejo

por toda oscuridad que fusiló mi partida,

me apodero de este jardín

de mi sangre  sembrado,

para latir en espejo asomado,

y que viva siempre, siempre

esta sombra fría, vacía, llena en soledades,

completa sin tapiales, hueca de mi carne,

despeñada en vivencias soterradas,

que yo alzaré para sembrar en ella

esta vida que yo le debo a ella,

para que viva siempre mi luz

tejida con ella,

hasta erizarla

y que me responda

cuando nombre a la belleza.

Que sin ella queda sin aliento.



El Castellano


Agua de arteria:


Déjame mirarte dentro de mis ojos

que yo limpio, sereno, yo pena ya no arrojo

hornea este fiel abrojo

que ya no sienta el pecho en rojo,

libre ajado de suave caricia

de endeble espina

solo te creará cosquilla.

Por estos lares insospechado,

por estos surcos sembrado,

de boca, pecho y guadaña,

sin su hoguera no es quien era,

déjame latir a espera

de vivir dentro de ti

como vives dentro de estos ajuares

de gato de hombre dichoso escarpado,

como siembra y su despertar en mayo,

libérame de ser quien no soy,

porque seré agudo, afilado

rizado como metáfora

en flecha de silencio,

yo por ti seré quien quiero ser,

tu orgullo tu inocente servidor

que solo posee estos ramilletes versados,

abriendo al verdor de todos los campos

hasta llenar tu dicha

del color de las flores de valle,

para vivir en esa orilla

en esa casita del río

llamado tu corazón mi señorita linda

mi amiga no puedo embellecer

la belleza es usted.


El Castellano


Solitudes, procesionarias descendientes:


Alma vuela entre aciagas espadas,

de flamígeros astros

y su radiante, desnuda compostura,

ancla etéreo gozo

cuando soy de mi sombra

y la sombra es de mí

como proyección de mi luz,

como condena a ser siempre yo,

quien partió su destino por la mitad

para disfrutar por doble vez,

devuélveme a la vida

me siento más vivo que ella,

puedo sentir un puente de la distancia,

alzo radiantes esferas

el sueño y su verdad

entre solitudes heladas,

su fuego azul y mi enervada amplitud,

lluvia cae y sólo puedo soñar que soy gota

para deslizarme para fluir

esperando evaporación,

ángeles atrás soy más pleno

que la sangre en mi vena,

esperando que mi sombra

se haga luz y su luz centellee a borbotones,

de que soy pleno, digno, como el crepitar del rayo,

como el gemido de la tormenta,

como una vida relamiéndose el alma,

cuánto tengo, cuánto deseo

pregunta si me falta algo

a mi estampa repleta, recia,

materializada de mí,

clávame filos y luces

yo soy la noche,

siente la noche de mí,

sin astros, sin lunas argénteas,

soy la noche de mi recipiente de sangre,

cruel metamorfosis

de crisálida superior llamada carne,

brotarán simientes

brotarán estos rayos de aura,

todo lo que sembré en mi interior

brotará abriendo mi virtud descendiente,

mi bondad,

la gentileza en aspas,

el fuego de pasión,

la máquina de este corazón,

hago libre el dulce suplicio invernado,

y su tormento nacarado,

mi poder intangible,

mi soledad incombustible,

yo quiero decir:

-Hay luz en mi hogar.

Océanos abiertos donde resurgir,

todos los días que te esperé

hasta hoy decir:

Te seguiré esperando

porque sin ti no puedo finalizar

no puedo salir,

de esta metamorfosis ni de esta larva,

la que no se arrepentirá en los jamases

de devorarte completa mi mujer,

y algo que elegir

de esta edad que no se elige

el sosiego, la calma

que perderás conmigo,

para yo sembrarte la felicidad,

energía de este tren de suspiros

y procesionarias.



El Castellano


Hombre lejano yo:


Hoy abre su pupila

una mirada energizada,

abre mi retina mi profunda luz,

clavando en mi mitad

una serena claridad

radiante, profusa, abierta,

mi destino danza en las sombras

mi ser de luz estalla al fragor

de esta luna apagada

y su eclipse de penumbra,

de umbral nacido

en madre oscuridad,

y su latido que alcanza el soñar,

de mi vieja escuela,

párpado en ocasos sembrados,

cabalgo a la novena estrella

por si yo la alzo a ella,

recuerda tu creencia,

desnudo su ámbito en mi hoguera,

abre la puerta,

pasará mi resguardo efímero,

su disparo de letra,

surcaré tu infierno,

te rescataré

en un beso,

sí yo seré grande como el sol,

mi cuclillo te dirá

sentidos granates me trepan,

porque soy mentira,

soy tu mentira rizada

de que no puedes ser feliz,

y  que este alma lata,

necesito el brillo,

romper la línea,

avanzar mis filas,

seré resquemor y sangre de espiga

en tu pelo,

seré yo sin prejuicio,

orgullo, beldad y mentira,

realidad y sueño en la grieta

de tu razón,

seré afilado como el corazón,

orgullo, honor de este clavo

sin tijereta de espejos

sin casa, sin caracol

que no sea amarte sin razón

porque mi razón soñó

desde que te encontró,

al fragor de ascuas preguntó

si el destino clavó

y yo desentierro hasta el miedo,

por qué no puedo osar su furor espigado,

por qué mundo

por qué me tengo que conformar

con ser hombre de lejanía

que siembra sus silencios

en su huerto de luces y rayos

de luna, seré el espejo derretido

carne de imagen consentida,

acércame la caricia,

mi mundo desvanece en letanía,

quema mi petición fumando el cigarro,

y que esta ventana me arranque el alba,

espectro soy

del vivo silencio enjaulado,

mi ternura consume el Sol,

por esta reja,

por esta cerca,

por este tapial,

mi yedra nace

para más alto escalar,

esta fiel atadura cristalina

sulfura, visita la inquieta estampa

azogada en énfasis de su compostura,

para nunca olvidar

para nunca más pronunciar

mi propia lejanía.


El Castellano


Brotando de raíz::


Dentro miro, florece el álveo,

un iris marcado, trenzado en espiras

fuego y su volátil marca de luz,

si nacer acaso partirse pueda,

sería una hoguera de purpúreas

y  negras llamas, sería un camino denso,

como el crepitar de la forja

duro y endeble, maleable y quebradizo,

fulgente y voraz,

al encuentro de mi nuevo crepitar,

y volver a nacer del fuego

con su lengua que me sostiene

como la primavera a las flores,

desnazco hoy para volver a morir

y crearme de la nada,

ni la espada más aguda podrá

guardarme el filo,

agudo y ágil, duro de escarpia helada,

ojo de mi ojo,

carne de mi azada,

sol de los campos,

agujero de luz,

alma sin nombre ni alarde,

lo siento mundo

soy invencible,

de mi pestaña nació una nube

lloró tinta, mi sangre esquiva,

he creado vida

sembré un alarido de simiente,

le contestaron el verdor y énfasis

floreciendo silvestres caléndulas

un latido me alza

partiendo sombras,

soy pleno, completo,

y nombre puse a ellas,

tenían sabor a bellas hadas,

brilla este agujero del cielo,

cuelgo mis suspiros en verso

acaso bajaran,

pozo de mis recuerdos

en verde musgo

mi fantasma muerdo,

de una espiga floreció su vida,

de una espiga traigo la sangre,

de una espiga ríe el granate,

ocasos ocres, misterios en copas azules,

me bebe su cuello

la esencia erizada,

la belleza desmenuzada,

por el dragón de mi fría fuente,

no me verá caer la lluvia,

sólo ella y a su poder

alzo esta tinaja,

inmortal me lleva la acequia,

su verde limpio, sus florestas destapadas,

me bailan rizándose en mi pecho,

sus venas labradas

entre su cuerpo de tierra,

no me pisarán nunca jamás

mis luces sembradas

de mis caléndulas arvensis,

mis silvestres flores de difunto

con las que recuerdo

que la vida

es más corta

que el paso de la muerte.


El Castellano





Acampado macizo, verso y entraña:


Señor sentido granate,

violeta malva

de este sueño cabalgado,

vuelvo a ser yo

en la sombra de tu corazón,

quieto en las aguas

silvestres aguas

vida para ser libre,

miradas a un pasado

que se hunde

que emerge en las bocas

era yo ese yunque atravesado

de este alma que no elegí.

Compostura arde

el ojo y cabeza de la aguja,

compitiendo conmigo

destrenzando la sangre

de este horizonte estirado,

parco,  exasperado,

todo cuelga del astro,

yo no estoy despierto,

esta vida derrite

mi osadía de cuervo,

por lo que quedó sin decir,

tus mentiras eran erróneas

de un océano abierto,

este lo cruza mi hombro.

Este invierno grita en frío,

mi vida comienza a sonar,

todo empieza hoy,

mentiras lejanas

verdades silenciadas,

vida del humo en esta espada,

en esta esfera desdoblada

soy yo quien habla,

de sus lagartijas refugiadas,

estoy haciendo

una creación del rayo de sol,

atravesado por mi línea,

esculpiendo abrojos,

de clavos ilusorios,

Yo hablé con el fuego

dijo estoy creando sombras,

sigo vivo en esta hoguera,

con este destino criminal

de crear el demonio que baila,

rodeando mi cara,

este crisol de cuchillo

y esta escarpia acrisola,

encargado soy

de abrir la acequia

sí de mi tiempo,

a veces quieto,

a veces sin vuelta atrás.

Nací de una almendra

estoy más estable

que una semilla,

sin brotes de mí.

Dime árbol mío

si todo lo di

en qué fallé

yo nada esperé

y solo tuve cariño de una sombra,

que me habla en poesía.

Seguiré mi curso sin mi nombre,

y que mi sangre sea que abre

en claridad de todas

las flores del valle.

La vida se pasa mejor en compañía

si no es así

que el arte me envuelva

en su ala caída,

yo fiel lo elevaré,

alzaré fines y comienzos

de su letra y piel,

lloveré noches con poesía,

sembraré versos como puñales,

la sed querrá beberme a mí.

Ni superior más que la perfección

yo tendré,

estallaré el gozo

en la retina

de mi despierto Lucifer,

para esta vida

y todos mis gritos

que vengan.

Yo seré el árbol de mis cenizas

alzado,  enarbolado.

Sagrado.


El Castellano



Sangre, timón y vela:


Aguardo, tiempo atrás

mi sombra volvía luz,

esperando el momento de nuevo,

de cruzar la línea

dentro de la noche otra vez,

todo lo anhelado

todo lo cruzado

frente a mis ojos está,

detengo el horizonte

agoto espirales, sueño alto,

todo lo conseguí en su mano,

aguja de esta aguja que abre,

y soñó conmigo su primavera,

que era la primera,

hablaba la margarita,

bajo estos pies

tierra siente,

bajo los pies la sombra

latiendo está,

lejos cruzo la senda

y el nervio se afila cual cuchillo,

metales de metales hieren, voltean

este surco labrado del ansia,

un soplo y se difuminó

un soplo y se dibujó

su estampa quieta, etérea, inamovible,

cual ascua de llama que no se consume,

carne sin carne

sólo piel de mi deseo, perpetuo

avanzaba sin aspa

me encontré con mi templanza

era mi camino

era mi ascua.



II

Esta es la luz, siéntela

lanzándose afuera,

cruza mi barrera

polvo de estrellas,

cada día estampa quieta,

cree, viva esta materia,

quédate, mueve líneas,

avanza filas,

nunca te dejaré marchar,

vida para el vivo

y nunca morirás,

no te lo permito

mejorará tu huella escrita

vivirá este haz,

cada día, cada momento

eres lo que siento

algo para nunca olvidarlo,

escalando este sol,

corriendo este alma

espejos y cristales tiernos,

un cuarzo de lustre olvidado,

pasados, años atrás,

un día amarás decir

he resurgido de mis cenizas

de quien yo era,

buscando paz,

sosiego rizado cabalgo,

nada torna lejano

resurgiendo contigo,

palabra y torna vida

esta jara de azares traspuestos,

al brillo a esta escarcha que me habita,

es el final del miedo desenterrado,

morderé la estrella,

perderé mi control

encontraré mi camino

dentro de la luz

fuera de la noche,

rompiendo, quebrando,

alzando, alzándome,

y no me detendrás sin tus brazos,

mantenme fuera, nunca podrás

sin tus brazos

sin tu abrazo.




III

Estados de tu mente,

que estoy esperando resplandezcan,

muchas noches

en vela, con timón y pluma,

todo comienza a sonar,

la lluvia baja arriba,

es la vía que la mentira se marcha,

camino mi manera

estudio el ocaso,

comienza, se abre la tijera del cielo

para ser hoy todo lo que quiero,

me mantendré a solas por ti,

así me lo clava la sangre,

que aguarda

que dibuja todos los cuadros

de mi creencia,

de mi serenidad,

no puedo ver el blanco sin ti,

todas las retinas para mirar,

pero solo este corazón

para sentir.


El Castellano



Retina de ocaso sostenido:


Febrero 2016


No me desanimé,

estoy flotando hasta la luna,

mi soledad está comiendo mi tiempo nervioso,

y por la mano estoy caminando solo esta tierra.

Un cuchillo de hierro se eleva,

para estos sentimientos sueltos.

Oscura mi vida,

con ella nada de ella es posible

en mi mente

esta clase de locura

corriendo por

luchando por el acero,

descubre mi falta

desatendiendo mi muelle,

una vez más

no me despiertes

sólo recuerda lo que dije,

no me despiertes

no puedo sentir en este silencio,

si usted está allí,

estoy muerto.

Nunca ha sido tan fuerte,

sólo recuerda quien envié,

solo recuerda quien era yo.

No me rompas,

La luna, las estrellas que estoy tocando,

para descubrirme

para descubrir que no me siento de nuevo,

soy dulce perdida

en mi camino,

descubro que estoy muerto.

Levántenme hasta los insensibles,

abajo orando los cielos,

el producto es mi vida silenciosa

hasta las noches oscuras

de dolores,

la única diferencia entre tú y yo

me siento en la noche oscura

porque mis ojos no se abren

y ver mi vida en negro,

estoy muerto por este tiempo silencioso,

respalda tus sentimientos,

no camino más tiempo,

y miro mi tiempo,

disparar y disparar la luz.

Sólo tú eres sólo yo,

la línea es para siempre,

en sumisión,

ardiendo el infierno

rodeando mi vida otra vez,

ocaso acolchado de la primavera,

es hora del grito otra vez,

para este cielo,

todas las esperanzas que llegan a la tierra,

río de mi sentido,

ángel congelado

yo soy el hombre

hermosas mentiras de ti

crece tu corazón

dentro de mi cabeza,

nacido de nuevo,

llama a mi puerto para cerrar,

tú eres mi mar y mi barco,

alcance silencioso, imaginas todo,

travesía cerca, un cauce de sangre

estoy comenzando ésta,

puede sostener mis brazos,

la noche vuelve a sonar,

mi tiempo de matar el dulce tormento

de dolor,

y mi ternura flotando por,

actualizo mi destino,

yo soy para siempre,

soy tu calor

estoy caminando por tu calle,

abiertos estos cielos y su calma,

volar otra vez dentro de mi cerebro,

se bebe sangre

por mi vampiro en la vena

ojos bonitos,

hermosa boca

es tiempo para la eternidad,

yo soy para siempre,

pasado mi tiempo en la piedra,

ojo roto en el hielo,

mis ojos en el fuego,

queman el cielo de nuevo,

voy a su aliento,

voy a su fuerza,

ojo ciego

mi silencioso sueño de ti,

mi espíritu vuela de nuevo,

agua, fuego, tierra, viento

mi alma está creando un nuevo reino,

lleno, sombras caminan sin parar

es mi poder de la luz

dentro de esta noche.

Permiso, siempre lo haré en tu sangre.



El Castellano


Umbral al destierro:


La sombra salta,

se acurruca en el crujido

de este hueso,

nace un campo de espinas

dentro mi último filo proscrito,

y se va a las filas,

sonriente fulgor entre sienes,

sopla y sopla

no borrarás mi sombra,

se construye el puente

de los ojos abiertos,

espinas atrás te recuerdo,

puedes encontrarme

en la sangre sin vena,

en el café de mi destino iluso,

sopla y sopla

no alcanzarás mi oscuridad,

alzo este mi parco latido,

cumbre tras cumbre deshojado,

clavando su rosa y su cuchillo,

estampas del viento

entre párpados del aire,

vente a la negra estación,

este invierno azul se escapa,

entre pájaros dormidos,

entre riñones de nubes,

y soles de cerilla,

abro esta legaña

justo para llegar

donde el tiempo acaba,

y se marca la noche sin luna,

un descampado en el cielo,

una espiga

y una flor de sangre,

complemento perfecto

de este alarde,

una nota fugaz,

al compás de un transparente trino,

arde un sí bemol,

barreras esquivas

y su caracol de espejos,

mátame silencio si puedes

ya estoy muerto clavado en tu vientre,

azoga un vibrar de la soga,

otro miedo que colgar

sí del pescuezo,

temple de mi sinfonía,

el frío me está llevando

este laborar sin panal

me deshace,

quién viene a esta rueda,

llamada incógnita,

atraviesa conmigo

el centro de la llama,

abrirán centellas

sus pestañas iridiscentes,

por toboganes de luces desteñidas,

tantas mentiras eran cercanas,

adiós color, adiós flor,

apuñalo tus lucientes

hasta encontrar retinas de ojos navegantes,

esos por los que el brillo está desnudo,

y la razón vive en un capullo.



El Castellano

Crisol afilado:

Un iris vespertino

que huye, escapa, se esconde

entre fugaces simas

que acrisola.

Late en compás de labriegos

marchados del aura,

de su iris compañero

sortilegio de destellos sin alba,

listado irisado de surcos de latido

militancia fulgente entre rayos

de enervado tornasol,

naciendo su vena tornasola,

como parpadeo de cuchillos

en el que habitar tu mirada,

algo que anclar a tu sonrisa,

sin prisa sin ancla

mas que esta letra,

más que unos ojos de infinito horizonte,

es un amor que resplandece,

y por tus labios crece,

cumbre de mi filo

bastión de solares

donde el sol eres tú

mi férreo astro

Que yo soy hijo del mar

de tu boca,

rezando en el borde

del renglón,

cantando con un cuclillo

que si la tierra se hunde

y el mar se cierra

viviré en tu entraña,

como olmo de tu margen húmedo.

entre solitudes fervientes

y acuarelas de cielo

elevaré mi te amo

por si baja y seas tú

quien lo escuche,

atravieso océanos

déjame ser como el último intento de la ola,

y sembrar tu tez con mis versos de espuma,

afila mi limadura,

salta un corcel de vientos escarchados,

un destino sin piel ni tela

un marco alzarme

en su corazón desvencijado,

ser como el rocío primero

en quedarme en sus labios.


El Castellano


Aura acompasada:


Azar provocado,

algún día despertaré

para construirme a tu lado.

La tierra plañirá

soles descalzos

a llenar con la imagen

de tu vera,

los ocres abandonados

lucirán verdes,

rayos de esperanza

habitarán los ojos

del lobo amor,

las fauces sigilosas

saciarán el hambre

de firmamentos sin ocaso,

el ser crecerá como espiga

que florece a tu lado,

no habrá dicha sin caricia.

Ni versos sin corazón,

mi sangre clama

que fada,

mujer de flores silvestres,

mi ser te ama y llama

en hoguera

de retina encumbrada,

entre los campos

que la razón tiñó

en flor,

por si despacio

enraizaran tu ilusión,

deslumbran

auras bellas irisadas

al fragor de ondas

bailando tu interior,

me derrito este día

para alzar un grito

de azul espada

hasta cortar el cielo

a mi amada fada.


El Castellano


Drama en azabache:


Subordinado al silencio

esculpido, es una torre

donde colgaban mis sueños

rizando versos,

abiertos en oscuros caminillos,

y dulces pestañas insomnes,

era una jauría abriendo

sus fauces,

un crepitar sin trino,

afilando un estornino,

soñaba la ola

que el rompiente

acaba en su azul espuma,

jugaban mis dolores

en un patio de perdices,

babeaba el caracol

pleno como si no tuviera

preocupación,

mientras marchaba la helada

los parajes que dejan

vellos como escarpias,

allá donde caléndulas silvestres

dejan el amarillo del suelo,

hormigas contentas

por la cosecha pasada,

un mirlo que es amigo mío,

dice que el cielo siempre

es el mismo,

el solar de la era

escampa sus brotes del verde

asesinando a los ocres,

al resurgir de las estaciones,

quise sembrarme

como se siembran

las malezas solas,

como una plántula era

aguardando mi primavera,

que me regocijase

la paz y el sosiego

de sentirme con vida

en este planeta tierra,

mejor que vivir estando muerto

y que lombrices cuiden mis versos,

muero estando vivo

sembrando mi aliento

allá donde miro,

y que alambres cuelguen

esquelas ajenas

que sé donde voy

y no es rumbo a fallecer,

recuerde el tiempo

sus espirales afligidas

y estas cuchillas

que trasquilan la temperatura

de este invierno

que no nací olvidado.

El olvido fue que se olvidó

a sí mismo,

y era de grama el nido,

sostenido este granate

de párpado azabache

era o no es, el silencio

de mi noche.


El Castellano


Rizada espira:


Afilada esta araña

esparce el verso de espuma,

entre una fiel madriguera

de la letra y una despedida yerta,

acicala sílabas,

en el hervor de la sombra,

puede verse el ocaso nacarado,

arrastrándose la idea,

vengo sediento

por el oscuro túnel,

que todo se hace verdad,

una alimaña me brota la garganta,

hilvana que hilvana

mi sentir preso de la montaña,

al verdor de enebros

y sotos sin lengua,

todo lo dije y no dije nada,

congelada la mañana

quedaba construir un paso

furtivo del cielo que sujetaba,

llegaba la hora

de enterrar mis abrojos,

por si despertaran de ojos verdes,

blanca la idea conoció

un suspiro de tres caras,

estaba en el bando equivocado,

el cigarro se consumía sonriendo,

el frío era frío por así verlo,

todo se retorcía

y quería volver a comenzar,

vamos eres libre,

eres brotado de mi aliento,

si tienes suerte no te enterrarán

ojos incautos en su pozo de olvido,

puedes oír y soñar

como sueñan las fuentes

que son boca,

como la primavera sueña

que las flores son sus hijas,

levántate y alza estas penas

y su recámara,

que estamos casi a un mes

de conocer la flor,

de mantener a la derecha la vida,

de romper la línea,

te encontré, desgañitada la siembra,

era un partir sin mirar atrás,

brazos de hoguera

con el ascua rizándote la cabellera.

Oscura luz goteándome la tez,

un segundo de largo

y sonó un redondeado afligido

entonaban entre alambres

las sonatinas y su amarilla fauces.


El Castellano


Carne de metal:


Estridente,

vuela que en su compás

se borra, verde zozobra

al caos que ahoga,

fulgurada, metálica

clavos que ahonda,

sensación del cloro

deslizado,

en un patio de cristal,

escondidos gritos

avocan su perdición

de humo,

entre colchones

del sueño

que llaman

a la siembra

de los cuerpos rendidos,

etéreas sábanas

que portan profusa forma

sin ser más que ella,

todo viene y se va

rumbo al destino informe

de la saeta dormida,

clavo este ciempiés

de una almohada,

yerta iracunda

despierta mi gripe

y su migraña,

algo que alimentar

bocas aparte,

habrá que hinchar

el pétalo de su flor,

a sílaba, verso, entraña,

me sobresalta su mirada,

hay que encender el ascua,

este fuelle de vida

aún me cuesta la estampa,

enamorado fuelle inusitado,

cabalgo hoy el astro,

encierro rayos en un jarro,

para esta tierra yerma,

helada,

germinen mis simientes

enamoradas

y enraícen sueños por cumplir,

al sueño del estornino,

grajee mi pico corvo,

corvino de cuervo ensamblado,

ven a mi manera,

la adelfa muere

al crepitar de la yedra,

y la oscura campánula del día

abre con azucenas de otro campo,

este surco que lleva mi sangre

se vence y me vence,

cogeré del tiempo la azada,

y sacaré terrones de disgustos

que tornaban y me acompañaban,

no había elixir sin ella, mi pena,

soslayada,

tentaciones

me cuelgan de las pestañas

de mi inocencia,

otra licencia

a conducir las carreteras

de mis versos,

fiel enjambre de pasajeros

de los campos

de la idea.


El Castellano


Vida de hielo ardiente:


Horizonte de la caída de este solferro

a reinar como una falcata de rayos afilados,

hondos ojos fijos en solariega planicie,

donde frías juegan moteadas las flores de invierno,

el reposo de la vida que se fue a dormir,

como un río de luz brotaba la escarcha,

un diciembre tardío saludaba

con sus manos heladas,

acariciando estos campos redondos

de cardos y caléndulas silvestres,

era un día de hacer manteca,

a mí el frío me hacía sentir vivo,

en este soliviar traigo mi espada,

pongo a sentir la tierra a mis versos,

que con cepillos de grama joven

se blanquea mi calzado,

viajo en mi mente

por el cuchillo calizo de la piedra

del caserón terrazgo, abandonado

que posee mi padre,

rodeado por el fervor de pinos de monte,

donde próximas hacían nido las atochas,

a perdigones que son de la tierra

como la montaña a su roca,

cosas talladas puras como amaneceres

pulidos sin grises hojas,

ola rota mecen mis pasos

de un mar olvidado del que cepas anclan

sueños de vida,

del terreno en el que grillos esperan

el frío en sus agujeros

y su despertar para morir al acoplarse

a la melodía que teje la vida.

Avanzo en este campo de víboras

para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,

como mis pasos gorjean las carrascas,

todo mi mundo reverdece

para mí siempre es primavera,

y mi bravura llora flores por mis venas,

hasta tener del cielo

la malva del alba

hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,

del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,

me nacieron simientes silbadas,

y mis ojos enraizaron el campo.


El Castellano


Forja de mi sangre:


Avanzo esta tierra abierta,

sangre y lágrimas,

hundió sus zarpas,

el honor de la vieja luz,

vieja urdimbre

en venas de cristal,

venga a construir

la casa abierta de niebla,

abra su puerta de oscuridad

es mi mente,

que como un azadón,

hunde entre altos tallos

de mis pensamientos,

muchos días

que me pensé sembrado,

pasó mi negro caballo,

brillaba este pantano,

entre recuerdos de un alba

en que no dolían

y hacían flor,

lengua de metal

hundía sacaba terrones

para oxigenar mi dolor,

anclé mi sombra,

la puse a dormir

entre la grama,

brezos y caléndulas la acompañaban,

barriendo los campos despertó

esta alma sonámbula,

con el zumbar de abejas caminantes,

con el soñar de las flores

que eran mariposas,

avanza mi surco,

cava mi padre recto como su azada,

y los veintisiete años que nos distancian,

es su trabajo su azada,

que alimentarnos desde la ciudad puede,

sueñan mis versos

que fueron construidos para luchar

luchar contra la sangre del hastío interior,

flores que brillaban sin desesperanza,

altas miras en sus estambres,

un polen de estrellas despiertas,

la miel de este intelecto

que abre sus grilletes,

que asoma sus brotes

a la ternura del cariño sembrado

por venas de mi misma sangre,

amo esta vida

como no amarte padre

si tú me sembraste.


El Castellano


Sangre de ojos:

II


Lámina del cielo

tu gris en estiaje

ángel del cielo teje

macabra sinfonía

lluvia se derrama aplomada

por su guiño de ala,

por venas cavas, su quitina,

estrechas vías consumidas

en atroz entrega

del mensaje del cielo,

sangre de tierra en zigzag,

río de caudal

por arterias de arañas,

por acariciar la flor del iris,

un barco y una vela

un puerto y una quimera,

una vida de aciaga solar siembra,

verso saciado cabalga

el colchón etéreo del aire,

hasta anclarse en valse,

sueña el viento ser capturado,

atrápalo en tu mano

y en la otra derrámate como gota,

precipita tu esencia bebe del cáliz

la yaga de nuestro vino,

infinito remansado en cuña de estambre,

es un ojo de tierra,

es una espera,

una inmortales fauces,

la canción con la que bailan las flores,

un cariño de flamígera estrella,

un armazón dorado de escarabajo,

una casa de caracol,

ven, ven conmigo soy aullido,

una entrega de cuarzo llorado,

un cuchillo de sílex afilado,

en el trillar del campo,

soy mis venas naciendo en un charco,

un sorbo y soy fuego en tu mano,

gimo y corro el vasto templo

de mi perdida religión,

viendo el devenir venir

cruzarse, deshacerse, alzarse

para acabar siendo tierra

del inerte azar profuso,

mi tinta se bebe un rayo solar

en patita de un caballito del diablo,

mi vaga libélula de mi suerte,

para que siempre viva

esta hormiga león

siendo mi cosecha más que tus besos,

más que tus rayos de sol,

siendo yo del camino y el camino ser de mí,

irisada vida en son de mis tambores

de insecto tejiendo, volatilizando lo inmortal.


El Castellano


III


Seco y duro, seco y umbrío,

corría el linde quieto

por la arboleda despejada

daban las tres y treinta

de la madrugada que se marcha

por oscuro diván de la sombra,

un espejo tímido sonaba,

el reloj paraba,

con un grito de estrella,

su alcoba fría en la que despertaba,

no quedaba viento de palabra,

ni pensamiento ágil que en eco no quedara,

lanzó aquel espejo contra el suelo,

y rápidamente sangró un borbotón de sombras,

se abría la noche y sus quimeras despiertas,

brotaba de su ceniza de pulmón,

el irisado que la oscuridad clama,

quedando para siempre

su alcoba fría y vacía,

sombra de aquel que sonaba una noche

que ya escapa.


El Castellano



IV


Fantasma del tiempo:


Indivisible fulgor ostentado

resquicio opaco de la luz

con sabor a fase de luna.

Invierno de los ojos veloz

en una gota de llama de vela

fuego del fuego creado ensimismado

quiero arder lo malo de la maldad

cuando sin sombra ataca

el humor de la sangre existente

si voz tiene cuál fuese dicho ente

hablándote desde la arteria

donde el cuerpo helado busca

y te busca verdad sin pestañeo ni apellido

sin venas surca la ola tibia y oscura

que nació sin viento ni mareada razón

de océano de versos

camino sin recorrido en yerto color

fulgente de la estación sin mente

entresijo de la mecedora

que sensación sola la mueve

con indicio de que la oscuridad me puede

fuerzas que escapan

a la razón del entendimiento

resguardo de luz que por verla doblega

a la insensata dicha escondida

que grita y se engrilla en aquella orilla

distante, que une y divide

ignorantes y sumisos bordes

de lo que existe por soñarlo

suspiro ese suspiro del hastío

y estío de mi río

escapándose a mi legible saber

un vencedor encontrado

círculo perfecto del equilibrio

en la locura nacido

en la frialdad del respiro mecido

yo te tuve, te sostuve

en la risa que dio llanto

en el llanto que dio risa

sin motivo ni razón encausada

allí donde la emoción era transparente

ni necesitaba conciencia para ser

solamente armonía que nadie te describe

porque fui yo quien te tuve

brevemente pero tu recuerdo pasará mi muerte

frío recuerdo de honrarte tan malamente

sin saber describirte

indiferente si vuelvo a encontrarte

porque eres lo más inusual,

te buscan y imposible de encontrar te vuelves

de la suerte llamada casualidad viniste.

Vengo del nacido sin nombre

del que hace lumbre del alarde del hombre

del espíritu parásito engendrado

y el veneno de mi sangre

te llegó a donde el camino se abre

a infinitas escaleras interminables

donde el surrealista se raya la mente

que del caso cuelga el Sol en cruz

en la pared del diáfano enervado calmo cuarto

marcando las marcas de los arañazos de su luz

que en negro dio su astenia quietud

horarios de su ser perdidos

en un atardecer que ya fue

en el azabache de mi bolsillo

sus sombras que recorren mi pasillo

me entretienen para ser fusiladas

al encender la luz,

no puedo creer el encontrarte aquí

inerte arte del único poema que vale

por no tener nada comparable

beso mis sueños que el oscuro espíritu

por no tener color arde

no quiero darte a entender

ni que seas adjetivo ni valoración

solo lo inerte de lanzarte al río y donde llegues

o lo creativo de guardarte en una caja

y enterrarte en el jardín,

para que te crezcan malvas,

es interesante que no llegues a materia

sólo a eternidad de quien te leerá

en mis sucesivas muertes,

tenue destello, elaborado albor

nacido del rayo de sol,

y la noche que ya calló

en las pestañas del amor

milenarios son los espejos de los astros

que dictan y laten en caricia

esa fría cuchilla que se clava

dándote finalidad y fin.


FIN


Miguel Esteban Martínez García a 19-02-2015


Grave soliviar:


Miles dei lumen lit c et summun canae versus littera fagro methafora creavi blandus laetitia exspectare sed ardit


Es mi vida

un agraz durmiente,

medicamentoso, encumbrado

por cimas de mi subrepticia,

por escalas del alba

yo soy siempre

yo soy para siempre,

como relámpago que se aboga

al nivel de tierra,

como una espiga granate y azabache,

en tinta y sangre nacida,

mi nombre que no se mide

ni deslizarse puede,

es su arma el verso

su impronta y su insignia sagrada,

conocidos miles,

hombres él mismo

gentes que darían su aliento

y su mano por él,

solo habitan para ser contados

en su mano izquierda

de ambidiestro,

brota nace y brilla,

yo soy cuervo poeta

y no saco ojos,

los hincho con belleza

que despliega en poemas

que lloran con mi sangre,

el crujir de mi carcoma.

el erguir de mis flores

de jacinto silvestre cada marzo

y su Llúcia elevada

que muerde sentidos,

yo estoy completo

y nada ni nadie

me parte el pecho

solo sólo, acampado,

acompañado de mi extensa sombra

de 2043 poemas sembrados

en mi patio de mi gris araña,

nadie quién contra mí

;el destello lo hago bello,

seguiré durmiendo

que estaba despierto

hasta despertar mis cuclillos

de este soliviar de mis abrojos

versados,

nadie me calla

al abrir sus altas ojeras de nácar

la primavera resplandeciente

de este sembrado 2017.


El Castellano


Sepultada Llúcia en agraz durmiente:


Se acicalan las Llúcia de marzo,

en febril inicio de la primavera,

que yo te amo Ostara,

algunos rayos fugaces

que han crecido,

entre verdes sienes del camino,

ese que me lleva a verte

mi flor silvestre,

hendida de ondas del alba,

sepultada de brillos

imperecederos en fragor

de ávidos destinos recorridos,

desnudos de quejumbrosas voces,

un musgo naranja renaciendo,

entre filamentos verdes

que hacen de su piel esperanza viva,

de este arbol centenario

de mi semblanza,

no serán mis chopos cantores,

ni mi enervado ciprés silente

su calma abandonara,

acuchillando al viento que espera respuesta,

recuérdame,

estoy sembrando mi vida,

todo lo que espero es maravilla,

me acaba este sendero y su colina,

riveras de mi Arlanza,

compás de mi fortaleza,

mi ejército se alza,

arañas de sus telas,

furtivas segadoras de mi idea,

trepando mis entrañas,

mis telas grises que son de ellas.

antes que griten mis sierras rojas

de mi carne,

antes que el tiempo

haga casa de mi cuerpo yerto,

yo seguiré hacia la luz,

el milagro de mi profunda gesta,

cumbre servil de fecunda primavera,

filo ardiente que brota,

entre siegas blancas

de profusa, verde melena,

al borde de mi vena

subo que traigo una azucena

junto mi malva y su viola de campana,

la cuenca que no es,

la visión que no viera,

justo esta generación que comienza,

justo es vida,

es mi verde hogar,

es mi credo,

son mis hojas verticales

en papeles de sangre y savia,

arderá mi caseta.

en ojos de suspiro padre,

en venda que el ojo no vea,

enséñame tu Dios

le pondré a reñir con los míos,

no me iré aunque quieran mieses,

permanecerán mis caléndulas

echando hijas de piel y tierra

cada primavera sembrada por su amarillo,

me nacerá la ilusión verdadera,

seré dueño de esta quimera,

y baja que canta

por riveras de mi suerte,

el hondo espino de mis dolores,

queriéndose como abejas

a las flores,

Estoy soñando

el tiempo que cerraba mis ojos,

retales que cerrar y su olmo blanco,

su jardín azul, su fuente de cristal,

nada desvanecerá al Miguel sin alas,

seco de hoja de otoño

no me llorarán ni mi jardín azul de caléndulas,

ni mi acristalada fuente,

ni el olmo que no es mío ni su blanco

será mi aura intransigente seca a morir,

sobre los años avanzo,

yo soy el Sol.


El Castellano


Señero quieto:


Linde abierto sembrado por Dioses

de plantas que sólo ellos pusieron

y que ven exclamar su muerte

de silencio gritado

lentamente las estaciones.

Es este campo que vive lejos

con señero

un señor de señores

amor de silvestres,

es encargado de ver en flor

sus amores,

vence que atraviesa

sólo su mirada,

un jacinto se yergue

de azules botellas

sus besos de rocío matutino,

matutinos gritos postrados,

con el hervor que reverdece las tierras,

de cal y tierra arenisca,

de arcilla al barro,

de la pizarra al risco

de granito,

es una vida mi estatua,

dulce,  risueña,  sembrada,

albores cruzados crepitando,

mi nido de grama rehaciéndose,

entre luceros anclados,

arriba mi barco

estos océanos y mares

de tierra,

que todo lo rige

su materia,

desnace el tiempo

abriendo el brillo de mi falcata.

Fiera de fieras

yo soy la fiera,

desde las piedras

a esta mi hoguera.



El Castellano


Ávido camino en piel:


Aciago vilo descorchado

en canal aciago infinito

destapado en sangre

de campo,

él,  a veces  sonriente

a veces abatido

en su recogimiento

de verdes espadas,

viajaba su idea

como una viborilla

jamás vencida,

siempre con fugaz


aleteo entre estambres.

Vencía cada primavera

al ocre del paisaje,

por cerros era padre

por llanos fiel hijo

de compostura olvidada,

por copas de árboles

brindo esta suerte,

encontrada,  cabalgada

por los besos

que puedo dar a mi dama,

que entre forrajes

avanza

a desenterrar

mi espada,

nuestro coraje sembrado

entre mis espuelas.

En los bravos halos

de estrellas apagadas.

Naciendo una

para que brille a ella

mi amada.

Esta negra noche

que avanza

mordiéndose la cola,

entre luna argéntea

deslizada

por sus filos

de pestañas

acuesta al alba.


El Castellano


Aciago, recto vilo quemado:


Cantares quebradizos

se alzan entre aciagas esferas

de la palabra inexistente,

entre sones terrazgos

que sí puede,

llevarme la espuela,

entre la mente que afila,

que pule mi sangre oxidada,

por el puente de venas de mis manos,

diestro al compás que muerde

yo sí estoy hablando

tú no estás escuchando,

esta vida asida en un tiesto,

por encajes sin alba

por encuentros fugaces

en mi averno tejido,

entre estos soles de trapo

que me levantan las flores,

avanza la flojera del día

que llega a su final,

volviendo madrugada de espadas,

quiero contarte hasta tres,

mi aliento que no sabe contar al tuyo

pero sabe que cuentas con él,

yo que ni segura tengo mi muerte,

colgaré destinos

de sus ramas de fresno,

mi piedra será estatua,

no seré yo quien hable si no ella,

el verde musgo llorará el sino dentado,

esta vida de espectro

no me dará de lado,

de un solsticio me haré un cuarto,

entre mis líneas habitarán espasmos

de ideas ausentes,

de fríos hielos de soledad congelada,

liberaré este reino enfuscado

cual vicio cual tierra sin dueño

de crear nuevos palabros

que serán hijos de la nada,

cabalgada, soterrada

en infinito de la siembra alzada.


El Castellano


Linde quieto abierto:


Derecho firmamento

entre filos de gentes,

es una piedra que camina,

piedra aventurera,

seca y umbría,

reposa y duerme

cantares del linde,

centellea rayos irisados

se riza con los besos de lluvia,

acaso quiso ser otra,

ella tan yerma, tan plácida,

imperecedera,

cerrada como se cierran

los rayos de luna,

acantonada, de estéril estampa,

dejas muda alabanza,

el día que te hice de voz,

piedra bella, sola,

estridente sin patio de sonido,

y esta voz que te di

voz dorada como tu piel de minera,

como un soto sin perdices,

avanzabas solo tú,

la vida quieta,

sembrándote allí por donde anduvieras,

al candor de piedra única

igual a la siguiente y a la anterior,

sin afán superior

hasta que este poeta te dio voz,

como flores que sin color

acaso fuesen,

un despertar en brazos de cieno,

un respirar de la montaña,

un cuchillo calizo que afilan

erosiones de las eras,

latido férreo, sangre de mineral,

o compostura de arenas,

piedra de mi casa,

piedra de tu casa,

la tierra.


II

Piedra potencia eterna,

nacida como nace una estrella,

cumbre de filos por bandera,

hogar, cobijo y morada

de lagartijas que cuelgan tus venas,

colchón de rayos de sol,

asolada tu espera

por quien te dio voz,

lideras tu guerra sin cuartel,

antes de yo nacer,

tú dabas alientos al suelo

sin importar pertenecer,

siempre fuiste

siempre eras su piel,

de la cantera, al nicho,

del mausoleo, al caserón viejo,

del silo al castillo,

tu fortaleza empedernida,

tu aval de honda certera,

Siempre estabas

siempre estuviste,

como río a su voz del mar,

osado no fui yo

quien te encontró,

solo fui encargado

de darte moción verdadera

ojalá pudieses contestarme

mi piedrita bella.


III

Devuélveme a tu vida eterna,

del soto a tu quimera verdadera,

clávame la oscuridad de tu cueva,

en esta esfera pulida sin espera,

risco de tu sien enarbolada,

millones de hijos

esencia desnuda de tu alma pura,

techo sin compostura

del ser invertebrado,

techumbre que pizarra llora,

su azabache de cristal,

tu sangre de fuego y agua

que nunca te alcanza

sólo partirte puede,

grieta de helada, tus filamentos

que encaran tu azar de vida sin dueño

a tu sangre de musgo me cuelgo,

en verde musgo tu fantasma muerdo,

vida de herramienta,

azar de la idea,

al paraje que te conforma

al que sostienes su vida

siendo el suelo techo de esta hacienda,

si tuvieses dolores todos gritarían

que se acabase la muerte en la tierra.


El Castellano


Flor de destino:


Requiebro olas en fragor de colmenas

alzadas, sembradas en horizontes yertos,

al fugaz aleteo de la luz,

en fulgor de sombras erizadas,

todo lo sentido más que un haz carcomido,

fiebre en destello de mis astros,

todo lo dicho más que un cielo sin aurora,

más que una navaja de filos

por pestañas,

hilvano que trenzo

la sangre dormida,

es una cabaña de cielo

donde cobijo sueños y quebradizos,

en la cabaña

que Dioses abandonaron,

siembro escarchas de hiel,

todo lo que me dijeron es una verdad,

allí donde la puso el hombre,

bajar acaso puede,

grazna mi vida una vez más,

trenes pasan por estas sierras de nubes,

el destino informe ya cansado se apiada,

toboganes de esta bruma gris

me cuentan, me dictan,

del sentir de la maraña,

hasta que lleguen mis flores

del mañana,

entre el palpitar de azucenas

frías de la tarde,

pataleó el latir exhausto

del silvestre del azul

del sueño, del racimo de mi jacinto,

extraviado,

un sol de invierno que ya se marcha,

por cuencos serranos

por alientos en carne de colores,

abriendo rectas sienes

el crepitar de los vientos,

bienvenido a mi mundo,

yo no estoy despierto.



II


Ama de esta casa, el alma fría,

de mundos retorcidos,

ingrávidos al peso de flores,

destartalado, por gentiles gestos,

azares difusos de mi reino,

saludando a la quema del rastrojo,

un iris por desenclavar,

corona de caléndulas

en soles por doblar,

al rayo seco, tornado en gesta

y sus candilejas fulguradas,

ríe y pasa, pasa y ríe esta espada,

hendiduras febriles

de mis verdes ojos

entre sus cauces la verde grana,

la verde espiga,

un romance del labrador

con su granate amapola,

llora sangre de aquellas santas,

esquiva de obreras guirnaldas,

se cava en rayos seculares del rey astro,

Estallando de luz su rocío primero.



III


Resplandece el día,

entre zarzas salvajes y sus espinas,

duerme que dormita un sueño enhebrado

en blanca cordillera, entre grillos

que aterran saetas dormidas,

al trinar de los cardos

en estepas cabalgadas

de verdes y sus trampas

entre erizos de campánulas

que ya no amarillean,

gimen abrojos el suelo que los vio nacer,

llegado el día del topillo

y su cernícalo que le da digna muerte,

entre este patio de arañas grises

descubro que me hincho de colores

estacionales, perennes, mutables, caducos

en crepitar de savia y duende,

se blande, se rige,

se descubre que todo duerme.



El  Castellano


Cuarto para sembrarte:


Duro, seco, estridente,

ilusorio destello

al matiz de soles abiertos,

estoy empezando,

alago, avanzo este cuarto

este cuarto de arañas,

repleto, lleno por escuadras

afilo el verbo

preparado, despierto,

granate complaciente

a este lustre olvidado,

quiebra marzo,

estampida en blancas sienes,

réquiem en osadía,

en marca de astros,

luz intransigente,

fulgor

entre tus manecitas

heladas,

miro atrás

nada reverdece el horizonte,

todo son raíces del hombre,

me cuelgan lunas

ojeras sin alba,

quiebro esta ilusión

me afila su espada,

cómo huir

de los que no me conocen

si nunca me conocerán,

me clava la estrella

un tenor en escala mayor,

gimen flores por abrir,

el sol hiela de nuevo,

rizo sorpresas en tus cabellos,

libero el león,

me muevo,

suceden grises

a mis penas,

escarchadas, desvanecidas,

derretidas  en claro oscuro,

por lo que dejó de ser,

llevo que traigo,

resoplos y arterias

en este jarrón de sangre,

hasta que caigan dementes azares,

y sus cruces bienaventuradas

de tu carne,

de mi lumbre,

de este alambre.


El Castellano


Aciago compostaje:


Tantas veces quebrado

como solía ser yo antes,

escalando esta vida,

lejos donde reverdecen cielos,

silvestre en tus aguas,

mirada al pasado que me forma,

se termina mi savia,

incomparable dicha,

sujeta al astro soslayado,

hermanas del fuego deslumbrado,

recto afilado en esta solitud

del hueso,

entre blancas sienes,

entre doradas rosas sin alba,

avanza mi camino fiel de sombra,

aguardando el brillo,

no es una mentira lo sentido,

parado en espera,

deshojando besos del ayer,

de nuevo es mi manera

por la guardia de mis cipreses,

por la desnudez de estas flores

abiertas al color de invierno,

fulgor desangelado,

despierto acres

hermanados de letanía súplica,

hoy surcaré su boca,

me desnacerán dolidas simientes

volarán mis polillas del este,

crecerán tejos sin horizonte,

entre cerros de alarde,

espargasminas enraizarán mi carne,

al techo de esta cueva

brotarán destellos en luciérnaga,

para yo beber mi aciaga espera.

Resoplo agravios en señales,

tiempos agujereados

en mentiras lejanas

laureadas de todo lo que avanza,

brillan hilos por perecer,

arañas trenzadas al amanecer,

no puedo perecer,

me blanden este iris por enternecer,

brechas llamadas a desaparecer,

retiemblan pupilas en noches fugaces

en todo lo que llegué a ver,

diestro aliento en hiel

torcida en extasía de secos metales,

un Sol un Dios

despiértame el dragón,

vestiré en pétalos al albor,

gemiré noches sin luna,

soterraré este cuarto en luz asida,

vendrán a mí estrellas enardecidas,

todo acabará en uno,

un brillo, un relámpago, un son,

un cuarteado corazón,

renegaré de acabar,

tejeré construiré llegaré por puertas

a prender este destino sujeto,

en el parpadeo del suceso

soy hierro tajante,

afilada en cercenada espada

de un tiempo que me perteneció,

soy espíritu, espectro sin nombre

anclado a este devenir postrado

resurge firme su aliento,

entre abrojos de idea,

nunca resignado

siente el color de su noche,

el hálito de caracol,

en su caléndula sostenida,

por su vida alientos hacen súplica,

aguanté, resistiré, me fundiré

con la acidez de mi tierra

asolada, destapada,

colmada, exasperada,

entre tañer de crisoles en capa,

gobernaré

haré reino,

tomaré guardia de este mi camino,

al aguardar de mis rayos

de vivencias dibujadas,

al resoplo del tres,

al dormir del nueve,

nadie me impedirá que me teja

grande.


El Castellano




Tierra perdida:


Limo, sostengo, agito

la vena enardecida mía,

destapa al fuego en círculo,

retiembla destinos ciegos

en crueles, parcos horizontes

sin orificio,

destrenzo el nervio de hierro,

repto avenidas sin salida,

voy y vengo cantando

esto es tierra perdida,

correcto, en el ojo

y soterrada vía del hambre,

nazco que broté de semilla,

estiro que alzo

sangre en caricia,

marcho sin mirar atrás

esto es tierra perdida,

ocaso malva derrite mi vida,

en ríos sin despedida,

en sábanas de escarcha fría,

correcto

es tierra perdida,

nada es súplica advenida,

fulgor entre sienes de carcoma,

festín de arañas grises,

nada me detiene,

avanzo, el sol me cuenta

que es tierra perdida,

cae la tela tejida,

fiel al descanso de mi subrepticia,

gimen tiempos rizados al ascua,

cantan malas yerbas

sin perfidia

que esto es tierra perdida.

Yo contesto

dorado al fulgente metal

que es mi vida,

es pasión, es luz,

es calor,

este es mi rifle

esta es mi vida,

granate al escape

lustre postrado al rejuvenecer

del marco,

yo no estoy colgado,

venzo que avanzo,

resumo, coarto,

me descubro a la luz templado,

todo dicta

que yo voy

que yo vengo

por tierra perdida,

resplandores sujetos,

acuartelados en énfasis,

porque desconocen su sino

madre de

esta tierra perdida.


El Castellano


Dicha insoslayable, flagrando vértice:


Envejezco este hálito

resquebrajan esencias enamoradas

en este patio de estrellas,

por esta vida en doncel consumado,

al resplandor listado venzo

otra primavera nublado,

por este ángel soterrado no me alzan,

no me niegan la inconmensurable pestaña,

abierta a fulgores en lata,

despeño las ideas sin anclarlas,

me vuelve loco abrir mi baraja,

por esta sangre pesos en oro valen,

su quilataje postrero al tacto,

más quisiera mi sanguijuela

no acabar ebria,

resumo que coarto venas

en canales de riego,

soy maestro sin título

del desvanecimiento extasiado,

y que venga por mi letra

la parca efímera

que mi idea es eterna,

caracola de tierra vence

esta sinestesia

de joven biznaga maniatada,

reitero en mi sepulcro

el tiempo no es mío,

venga  a mí su ladera,

seré anillo para mi quimera,

un animal de este reino

por desenterrar.

Que me acabe el viento

que yo no puedo,

seguiré escribiendo

por arterias razones,

por pensamientos túneles

que esta noche venceré

a la sola una de la madrugada.

Y su lagartija rizada.


El Castellano


Antaño de vida:


Eres pilar sin margen ni curva,

de tu divina compostura,

tus ojos que acaso sombra cubre

un latido donde se bañan los octubre,

vendaval que entierra nichos

para devolverlos a la vida

en este soliviar barroco

que me puede derrumbar

a la llama fugaz que rige,

avanza y consume mi vida

a la tuya asida por los astros

que son santos,

oscura pila dorada al iris

donde se baña tu alma pura

acaso ella llevarme pudiera

entre sus vientos desnudos,

entre sus alientos

de florestas descuidadas,

acaso ella no me hablara

entre el jilguero y su cardillo,

entre la caléndula y su insectito,

yo volara con ella lejos

donde se oculta el alba,

para demostrarla que yo

libero tu mirada

por rayos de su aura imperecedera,

fuente de alta frente,

cumbre de riscos y valles,

alguien acaso arrebatármela puede,

aunque Ovidio te de más flores

quitarme nunca puede,

ni aunque tiemblen

mis huesos rectos y sangrientos,

osarse en gris mi camino viene,

te traígo golondrinas en suaves trazos,

te traigo sueños en colmena,

y sonrisa en luna venidera,

anclada a esta sepultura,

al resoplo trenzada

mi cristalina esencia,

en crepitar de estacas por clavos

que llevo ardiendo en mi pecho,

a este diáfano vacío

vengo que voy llegando,

caminan pensamientos

de sus sombras colgados,

esta osadía

que ya avanza como vidrio quebrado,

haciendo polvos la idea,

porque no me alzarán en marco

ni será eterno mi mármol,

dirá por este mar he llegado,

y el azul acaso será azul

por yo nombrarlo,

viviré de la letra amarrado

hasta que ella sostenerme pueda,

haré juicio de esta arena,

en escala a aquella estela,

sangres me gotean los ojos

de ver desnuda a Diosa Flora

vistiendo de los campos

la miel para cada sentido

mi amapola yo que nací hombre

nada ningún averno,

ningún paraíso cercenado

ninguna deidad personal

de tantas sardinas que adoran

de boca pequeña

podrán negar que yo asalte

que yo recorra tu flor.


El Castellano


Alevosía sin mirada:


Avanzo el patio de mi araña

y su soledad acrisolada,

no dejes de mirarme

en la cumbre de este ciprés,

cernícalos atrás

soy puro como pizarra

sin pulir sin enmascarar,

dirijo mi acequia por lares

descubiertos, insospechados,

en suplicios dormidos

reino el astro,

te debo más

que lo que no puedo alzar,

por sostenerme el cruel devenir,

danza el momento

de tu caracola y su iris,

en arena rasguñada,

al tarot helado de tus naipes

de mujer, afilada mi idea

queda navegar el vaso de agua,

encumbrarme de  la fiera,

sujetar esta quimera,

porque estos sentimientos encauzan,

traspasan la sangre filtran mi insolencia,

si soy hombre de verbo

y escribo parco silencio deshojado

en papel de vida

rizado en aliento renegado a morir,

sólo hay una petición

de rayo en alba postrado,

es contar sonrisas a tu lado,

venceré tormentas

de destino caracoleado,

por el último rayo,

déjame demostrarte esta sangre

este hálito que absorbe

y traspasa pieles sedientas,

es una tela un vello erizado

en penumbra,

por el que abandono mi nombre,

y que mi corazón suba

y hable por mi garganta,

este tiempo de cuchillos

con los que haré un bocadillo,

y que me dejes ser  tu lejana miel,

no conozco el frío

destapa tus cartas

caeré rendido para honrarlas,

porque sólo una vez en la vida,

se puede conseguir todo

lo que uno desea

y que me arranquen como mala hierba

que el mundo

se quedará sin destino solaz,

sin rayos de luna,

sin huerto de estrellas,

porque yo sin ti

pierdo hasta la cordura,

y que me juzguen ojos

y vidas de un día,

que yo sin prisa enamoraré

corceles de viento,

desmenuzaré crisoles

abriré molinos por sus aspas

hasta yo quedarme

en tu vereda fugaz,

con solapa honda, dura,

siempre con destino

de envolver tu aura bella,

listada, estridente

al crepitar de todos mis espejos,

mi pianola

desviste surcos

para cantar el sentido alerta

y que nada escape de la hoguera,

este cuclillo trinará

que si fuese cuervito

viviría en la noche

de tu mirada serena.


El Castellano


Ondas mecen:


Me cruzan las vías

del tren de la noche,

abierto, caracoleado,

en peregrinaje de estrellas

y sus halos,

este insomne caballero

de tu sonrisa nacarado,

arrebolado entre tus brazos lejanos,

una hoja precipita

al tañer de campanas

en garganta de lluvia,

no hay invierno sin frío

ni frío sin invierno,

vuelta atrás estoy vivo,

una vez en la vida

curva de espejos

entre verdes y ocres,

quién dijo que no tuviera esperanzas,

pálpito fugaz de estrella marchado,

el amarillo viste mis flores,

color efímero, sin despedida,

entre un patio de ojos

y sus carcomas solariegas,

danza este caballito sin diablo,

al cuartel de la cucaracha

van los ojerosos grillos,

todo cuelga de un hilo de lana,

horas minutos

para hacerme libre,

termíname tú porque yo no puedo,

este alfiler parco, sobrio

como él mismo,

entre circo de huecos sones

danzan los vellos de mi piel,

por el agujereado brillo de luna

cuento notas perdidas

y el filo de esta mi cuerda

hasta latir con ella

y su desnuda poesía

con cuerpo de mujer,

lejos de la tierra,

entre un soñar del viento,

se destapa mi cordura

le florean pensamientos

fieles ecos en iris despierto,

dulces ondas como dulces sirenas

enamoradas,

de este marinero sin mar

llamado verso,

al senil aleteo de la polilla,

el invierno nace de un cubito de hielo,

que avanza ya su noche

sin pedir permiso,

al vapor de sienes heladas,

entre un coraje acorazado

de haber realizado una buena siembra

me marcho.


El Castellano


Filo sonriente:


Agudo filo nacido

mi destino.

Recuérdame en la tijera

desdoblando la espera,

hoy por hoy

mañana por ayer

el frío en la piel,

de estas cuchillas

sonrientes,

y su esperanza

carcomida, acabada

en hoguera.

Miénteme aparte

ancla en gozo

el violín de mi idea,

corriendo por fuera

marchando lanzas

de tierra

y el tiempo

solo, hinchado, dormido.

Rehúyo de mi pasado

que se clava

en mis brazos.

Mírame aparte

del punto y su silencio

seco.

Esta vida en el centro

de una margarita,

miro su caricia

en pétalo de brea

arde mi sinfonía

deshace la lejanía

hasta ser ese lejano

carrusel de estrellas

por boca.

Vida por mi vida,

y yo qué no daría,

a este cielo desplomado

de fieles compases

oxidados,

es por su plomo

que a veces plomo,

a veces más alzado

que las cumbres,

entre regueros y ramblas

libero mi azada,

en cuerpo de sangre y vena,

no conozco a Pena,

entre su alta ojera

clavo una letra,

abre la acequia

destartalada en honda esencia,

allí donde graznan cuervos

su lenguaje de madera,

soy yo a la espera,

abriendo mi destino

en esferas puras, plenas

ay la tierra

vive esta dorada

escolopendra,

sucesos de huesos

arde la compostura

afila su beso de miel,

todo queda en yacija,

derramada hiel,

entre grietas iluminadas

del iris insomne

soterrando verdades,

completando

liberando sus cavidades

y su dama oscura

naciendo la noche

que ya vuela,

entre testimonios del pueblo,

que pertenece a la tierra

y sólo esta a su materia.


El Castellano

Vieja escuela sembrada:


Cierra los ojos

es nuestra creencia,

por la que no hay

rosa sin espina,

línea de destino,

déjame sembrar luz

en la retina,

que caiga mi gota

quebrada,

viviendo tus memorias

lejos de la letanía

enroscada,

crepitan los labios grises

entre crujidos por despertar

leones del nuevo día,

Noche, noche

tus minutos erizados vencen

pasan las horas

y las horas

la misma pesadilla tejida,

en vilo en vela

de navegante sin mar

sin barco, sin puerto,

viviré una vez más

esta soledad del párpado

despierto,

muy alto, muy hondo,

todo se retuerce en sol mayor,

hasta la cima

me verán cabalgar,

resume este papel

un furor oxidado,

soy yo, soy yo su raíz

que ni yo mismo entiendo

dichos soterrados en alma difusa

en corazones sedientos

su fría caricia entre espadas

ni yo hago empeño solariego

ay la tierra perdida de tu raíz

quien osado sólo la viera

de viva materia rompiéndose

sucumbiendo sobre los filos hirientes

hondas espumas

riéndo en camino vivo,

en un sentido

con bordes de rosas y cebollinos

y senda de espinos fugaces al alba,

brotando imperecederos

que enriquecen los pliegues sembrados

de esta mi sonrisa

de esta voz en calma y en tormenta

de desnudos sigilos

que te nombra y nombra

si no estás lo hace sin cuenta

Poeta

Haces la ruta sin pena ni sangre

que no sea portada en tus venas

de solana hacia el sol

en un ovillo giras en tornasol

allí donde sus esposas

amarillean y tu sien gotean

en canto al amor

alzado en rayo de Thor

será un caracol

cuando nos vamos

solos sin nosotros

con o sin Dios

nació un vespertino albor

ocultando el dolor

secando lo que plañía

la sin razón

Se duda entre las cosas

por la vaciedad de las cosas vacuas

de fatuos alambres en fanal

hoguera del hambre

de oblicuas espinas

y los nuevos castillos

que sin su castellano chozas son

destruimos

si nos miramos

vencer o vencer otra vez

Oh raíz

ay de tu tierra que te vio nacer

qué guardas

en tus bases en las grietas

que te clavan que estiran

tus lágrimas del ayer

que no nos dejas ir

por caminos distintos

a los limpios valles de oscuridad

reposo y sosiego que clava el camino

¿Será cómo es

por siglos

de siglos?


De este tiempo oxidado

que latirá el son

con forma de tu siniestro corazón.



El Castellano


Cristal silvestre:


Ámame como se ama a la vida,

porque te amo en caricia

sin despedida,

tú que eres como la noche

en subrepticia,

yo contemplador extasiado,

por el fulgor que se abre paso,

Fin del diario,


este es el momento,

que se queda para descubrir

la expectativa

del vivo hacia la vida,

todo cambia y yo lanzo

mi destello sembrado en mis ojos,

susurros en letargo

abiertos al destino parco

estoy en tierras de la luna,

abriendo, tornando bella

su distancia,

todo sembrado

de quien yo era,

esta mi raíz que canta

plena, sacada,

cortada de su tierra,

para nunca olvidar,

alzada a tormentas del tiempo

y su etéreo desliz envuelto,

en las calles

de los sueños rotos

un pasado que dejo atrás

estoy joven para estas nuevas visiones,

existencia clavada,

al crepitar enroscado entre arterias

de alambres,

y su perfección

erizados gritos liberados

hay que pagar el precio

de ser mejor que este talento,

avanzo lento,

me abro por el fuego,

y no hay sangre que no me deje

envuelto,

miro dentro de tus ojos

buscando mi respuesta,

el sol se está enterrando en tus cabellos,

lima este nervio

que llegó su escarcha

siempre aparte,

siempre en alarde,

hasta yo encontrarte

encontrarme yo

en los sotos de tu voz

hasta ser yo el alarido con nombre

de sol, ser por siempre

ser para siempre,

ser siempre,

y Siempre llevar mis apellidos,

Siempre quemándome

en resquemor intransigente,

precisión de mi duende

llamado amarte.

ARTE,

condenada mi sombra,

a este precipicio

que despeña la letra,

a través del umbrío páramo

de esta piel y su yermo bosque de vida,

sigo la estela

vocecilla, elevada sin razón,

porque sí me sobra corazón,

soy yo mi murciélago de nácar,

vuelo que giro el infra-sentido terrestre,

y me quedo en vilo,

es glorioso este sino,

haciendo el amor con los sentidos

en el saco desdoblado,

de mi realidad soterrada,

destapo que descubro malvas

del sueño taciturno

que conduce a contemplarte,

bajo el sigilo de mi araña,

y su tela irisada,

en extasía de espejos carcomidos

sin dueño,

que no sea sinestesia

del cuadro de visión

llamado visión enardecida,

por la que mi ciprés

tiene tacto a caricia desnuda

y mis caléndulas caminan

con sabor a deseos de rubor.


El Castellano


Quiebro en dicha descrita:


Muero por un beso

aquel sembrado dirá que vivo

vivo por un querer

cruel del destino

condena de una pasión

que creó tu pestañeo

al dejarme ver

tu cielo encerrado

ese que liberado

jamás me abandonará,

fijamente tres minutos,

y morí con tu pestañeo.

Demostró que fui y soy

importante para ti

y que a pesar y muy

a mi pesar de los problemas

problema no es mi apellido,

seguí en tu mirada atrapado

hasta que la aguja

de aquel reloj de pulso

se paró al pasar ciento ochenta segundos

mi cambio de vida

cuando consumí

medio giro al decir

siempre te amaré.

De este resquicio vivo

yo traigo la flor,

en competencia

de ilusión que marcó

esta hoguera sin pena,

eres tú soy yo,

flamígera condena,

por el párpado del cielo,

por mi astro soslayado,

que yo sólo encuentro cielo

en tu mirar encandilado,

soy un muerto con vida

si no te tengo,

y este firmamento

se me cierra seco,

muchas cosas erróneas

en mi vida

que no hay tiempo para la sombra,

no hay tiempo para tristeza,

ni para la vida quieta,

porque todo resume

en buscarte a ti

mi vida completa,

si este corazón es un tiesto,

quiere y te quiere a tu persona,

enraizada, plena,

resplandeciente,

como el brillo,

como el halo,

de tu limpia, dura

sonrisa de perlas

en océano de resurrección

mi ababol amapola

descubierta en dicha,

mía, mía sin despedida.


El Castellano


Solariega atarraya:


Verdades, verdades floridas

sólo para ser feliz,

es un surco, engalanado

este forraje vertido,

quieto, bravo

al desdén que marcó

su mirada en mi sien,

por este horizonte

me alzo con cazamariposas,

al azar de capturar sueños

que derraman sentires rizados,

cromados al tacto,

lancé mi atarraya

al río de mi alma

y no para capturar cangrejos,

sólo para sentir que mi alma

porta versos que nadan

en serena compostura encumbrada,

si no nací ayer nazco  hoy

de esta tela,

un destino, besar su entraña,

alborada,

vestida de valles dulces

que hacen gestas dolientes

y su escarcha enamorada

que porta su sangre,

soy su leopardo

soy su cielo ausente

por el que fijo y clavo sueños

jamás corrientes,

mi ser es lluvia

soy cómo un ruego

de la montaña,

quiero ser yo

su aliento de fuego,

el idioma de una piedra,

su fiel compostura despierta

porque si me visto de cordero

solo soy su lobo

para lamer más que su cuerpo,

y brotarme dentro,

era o no era

fue continente de la belleza,

lágrimas de mis Dioses despiertos

porque ella es mi compañera

hasta fijar esta sangre

en fila en orden

para sentir la vida

y su sediento horizonte,

soy de ella como la lluvia

a mis plantas

vistiendo a este señor destino

de traje,

acompañando esta araña

que teje mis sentires por ella

mi ruptura de mi sino,

porque ella es mi camino.


El Castellano


Cercenada razón:


Ilusoria, despierta, vespertina,

trepando lúgubre escala,

iris destartalado, ansiado

cubierto de cromáticos azares,

por un metal afilado va venciendo

a este brillo irisado vestido

de crueles destellos,

raspados destellos

de todo lo que dejó de ser,

reflejos sin nombre

ilusiones de este alambre,

rizado con hilos que gotean sangre,

despierta mi pesadilla

queda asomar la dicha

y mostrar esta araña,

fulgor desnudo al fragor

de transparentes cristales

que enamoran los hielos

que febrero siembra abiertos,

si estoy despierto se equivocan,

nazco que traigo

un cesto lleno de sueños,

se derrite mi estampa

quieta colgada del árbol

donde hago peticiones,

y que este forraje

se desprenda de mi humor,

no me desalienta,

he crecido para brotar

más duro y recio

que el esparto del monte,

traigo mortandad de idea,

en letra extasiada

al filo de verticales escarpias,

soy yo encargado de esta acequia,

que ni el más osado

pedirá que se calle,

alzo su valía

en desgranada espiga

que rompe mi silencio seco,

si no soy gente lo demuestro,

enseño a mi tinta

a no pertenecer

a este mundo de yertos,

mejor que qué cosa

mejor que la opaca suma

de alientos que se creen

tener originalidad,

de su umbral

prendo a cerilla

todo sembrado a diario

de vacía voz,

yo repleto no soy yo,

soy su extasía floreciente

de imagen y su prima

clavada en alfiler sin cabeza,

como un grito de letra,

y mordisco de fiera,

que deslicen décadas

que seguiré siendo yo mismo

entre grietas, entre esferas

quebradas y su olor

a flores desnudas,

que yo sé lo que hago

si no ni lo haría,

noche corría marcha atrás

esperaré su madrugada

soy taciturno con huerto de luna,

y siembro un quién contra mí,

estoy brotando,

no hay miedo yo soy el miedo,

fiera de esta hoguera,

llamada esperanza,

tengo una llave

y no soy cerrajero,

abro este corazón

y despierto su dragón,

hasta acabar de una tajada

con mi sana razón.


El Castellano


Arácnida:


Había sentido

Bravura repleta

no tengo ojos

tengo lágrimas de cristal

al iris en belleza consumada

nadie te alza

tomas tu lugar merecido

jamás colmada

siempre rebosada

de lo bello a lo mejor

sembrado ojo por este ojo

me late me arde una simiente

para el campo de tu alma

vida yo vida no tengo

si no se dirige en mirada

a mi letanía certera suscitada

desde el 2008

jamás en súplica mecida

por este arrojo

en mi pecho sembrado,

viva y descubierta en este tajo

repleto de lo bello a lo bonito

de su interior decretado,

yo hombre de sangre

siembro este sortilegio

de espadas por si llego

a su alma

y liberar libro sus ataduras,

por soñar soñó la primavera

que mis flores eran de ella

yo reviento y exclamo

que son de argenta bella

mi maestra en furor de espigas

nacida

solo tengo un corazón

y es suyo mi dama,

dama blanca

doncella escarchada

de esta vida a esta mi viña,

yo dulce muero despacio

por llenarla de esta dicha,

seguiré en pie porque ella

sigue viva enraizada en este latir

para yo con amplia voz decir

sin ella no hay vida ella es mi vida,


El Castellano



Solar entre clavos:


Iris deslizado

entre grises hastíos

que me hacen hombre,

hombre en fin

de tijeras y clavos

iridiscentes,

no cambio mi estampa,

entre verdes fulgores

a todo lo que crepita

sin nombre,

agujereada tela

estos años dulces de cuervo,

con ineptitud de  sangre,

forrajes me tiñen la vista

enferma,

para no saber quien ser,

solamente ser

un crujido

de mi parca mecedora,

que lenta acampa y cabalga

flores de tiempo en mi espalda,

es una noche que grita

que se acabó la luz,

obscura tiniebla

del compás marcado

entre mi coraje y mi blanca piel,

como un párpado desnudo,

y una alimaña de verbo despierto,

quise conocer a mi descendido

aliento entre nubes de plomo,

mi diestro zigzag

mostraba sus pestañas somnolientas,

con el ardor de mil fuentes,

cabalgo esta hendidura

abotonando mi deseo

con solapa y tapa dura,

gentes que ya destierro

y no cabalgan mi idea,

venzo mi granate iluso,

otra despedida

que clavar sin elevada desquicia,

rosácea calma nacida,

entre un tejer de arañas,

vendrá a mí la dulce quimera

enardecida,

que viva

hará caricia

a todas las albas

de mis letras despiertas.



El Castellano


Soliviar barroco:


Próvida estampa

que corre, aletea mi profuso alivio

que juega mi mal,

huida de quienes no me conocen

porque nunca me conocerán,

algo que ni yo mismo hago empeño

puesto que tomo lo que no me dan

con mi esfuerzo,

y no deseo lo que no tengo

porque me enseñaron

a amar lo que tengo

por eso no tengo más

que mi silencio,

porque de amar algo

lo acabas perdiendo,

la mujer que siga siendo mujer

para completar a este animal

que me tejieron,

cavo en mi jardín una fosa

para envolver con oro fino mis escritos,

por si un día despiertan

y me llaman papá,

les dejé una receta de cocina

junto a ellos:

Hacer una hoguera

y meter en una maceta envidia,

hipocresía, odio en mundanal caricia,

mal ojo de deseo,

mentiras, juicios malsanos

y dejar la maceta en el fuego

999 segundos,

con eso estarán alimentados

el resto de siglos que me quedan.

Mundanal zozobra que acuso,

acabaré pagando su recibo

en sangre,

todo lo lejano

como un soliviar de mentir más agudo

buscando vencer a la aguda aguja

decretada en espacio,

hoy seguiré mi curso sin mi nombre

por si consigo empalar a mi etiqueta

que brilla y reluce más gorda que yo

que ya parezco medio espectro de mi silencio,

un réquiem se blande entre mis huesos

que ya no crujen,

están plenos, hinchados porque saben

que durarán más que yo.

Y yo duraré nueve vidas de gato de arena,

por ser lo que soy

un rival de mí mismo,

llego a mi abismo.


El Castellano

Camino de escarcha:


Mantenme en destilación,

es este un real camino,

un abejorro que vive lejos

y posa siempre en las flores,

como quietudes de las estaciones,

resquicios de real amante

de sus estambres,

abierta mi blanca estación,

y su escarcha que inverna,

verdadero amor a tu flor,

camino los lindes del verso

por si acaso descubro

su polen ese que dejan tus ojos,

caminos de grava,

rajada caricia de helada vida,

entra en mi granero del sueño,

entre este manto

de lo que se alza sin dueño.

Corre mi amor

por veredas de torcaces,

y perdigones entre espartos

del monte.

agrieta el linde a mi paso,

necesito acompañarlo de tus pasos,

en religiosa procesión

de anhelos clavados,

en este baldío

se riza mi sino,

en compañía de la espiga,

que siembra mi guadaña,

respiro la jara,

y se abre la añoranza

entre espinos clavados sin ala,

tiembla este granate de sangre,

rezando a este Sol de invierno,

me dé el fulgor de estrellas,

risueña mi dama

trenzando sus cabellos,

entre esta solitud

que ya nunca nos separa.



El Castellano


Ramblas de sueño:


Resumo que venzo

agravios y destellos flamígeros.

Hago diestro empeño

en esta casa de arañas

Por la grieta del álamo blanco,

arañas grises me cuentan

de la estación perdida

entre hilos y retales

del hambre.

Escribo a este reposo

que hace el amor

con las heridas del chopo,

grieta acicalada

por entre notas

del viento y su calma,

sueños temblorosos

crepita su carne de madera,

al calor que retuerce

el astro verdadero.

La tierra deja cicatrices heladas,

se yergue la caléndula

en complacencia de espíritus

de carne de arena.

Es mi torre una estatua bella,

fulgores rizados entre blancas sienes,

con el sigilo de carcoma

vendo mi ayer que se desploma,

Agujerea,  crepita,  chirría

mi yunque despierto

clavando este pertinaz dolor,

que si lo sacara cantara de un amor

entre venas.

Parto el cristal de mi suerte

por si afilo mi destino,

mi existencia queda en invierno

alamán del nervio

ese que pasa la puerta

del negro lirio,

mi alma partiendo almendras,

desde mi sol dibujado

a esta luna de azúcar,

Soy reflejo de mi sombra

un esmero de la tinta,

si mi vida fuera papel

No habría  tinta

para escribir

lo fuerte

que late sin balde ,

al suelo de la encina

abre sus fauces

la hormiga león,

tiempo burlado por cortezas

vivas, desprendida

mi soledad,  vuelve

el oscuro,  tenue soldado

alado,  este suplicio abotonado.



El Castellano



Registro soterrado:


Resopla, para y se piensa,

por pensarse

nació una lombriz azulada,

buscaba su escondrijo húmedo

de la idea,

se aleteaba

como gusano floreciente

haciendo alarde,

él sentado en el trigo

de su verso

no se vio la espalda

llena de abejas

de pensamientos típicos

de su vida parada,

como reposo de barcas.

El puerto rancheaba

oscuros rayos,

era el letargo de su espera

cabalgada su vergüenza

no más románticos cigarros

todos se tornaban

en el uno idéntico

llamado vicio,

el alacrán de su mente

corría feliz o eso creía,

sin tener nadie que lo pisara,

surcos se abrían

en el barbecho soñado

de su dama

que ya era imagen de hoguera,

yerma vida la estampa

que colgaba del poste,

un señero quieto se afilaba

con el viento.

Beba sus penas

en taza de café a temperatura

de la helada que rondaba

lo bonito detenido,

eche el anzuelo en el lago realidad

por si muerde la quimera

Diosa enajenada virtud de virtudes,

arrastré mi pan de celiaco

por su cara y mordí su boca

con suavidad sin dientes,

quería navegar su lengua

otra noche tiznada

de reposos dementes,

cogí las riendas de mi azar

desbocado, rumbo a sus piernas,

amaneció la dicha de estar acompañado,

al último suplicio del espectro engalanado,

gira mi cabeza

que sale un estornino de mi barba,

era este un acre de calaveras

que vestir,

estaba la sonrisa

de todos los tonos sentimentales

de la cara larga,

avanza que da vida

mi escolopendra patidifusa

del millón de espantos,

era un patio de orugas

el caminado por mi salvaje esperpento

difuminado,

un rincón donde clavar la lanza

que nunca sonríe,

caminan dentro, caminan fuera,

más patas que ojos,

sentido inerte de la fiera

por tornar polilla,

y sus pavimentos de la estrella

acolchada de ella

mi almohada.


El Castellano


Cauce en flor:


Inconcluso azar

flor de azahares

en estos cauces

de venas hirientes

parco compás silente,

estalactitas de este amor

fulgente,  evanescente,

con surco de mi sangre

caliente.

Su hechizo de piel

que me abruma la hiel.

Colorines me silban

su quietud,

colorada,  furtiva

en la pulcritud

de sus mejillas

al alba de mis deseos

nacidas.

Enajenada mi estrella

queda sembrar el cielo

con margaritas,

y vestir el astro de traje

para nuestro encuentro

que viene y avanza

mi adentro

queriendo y siendo

el primero.

Un flamígero capítulo

de mi sanguínea vida

al fragor de simientes

que germinan

nuestro ensortijado cauce

de nuestro albor,

engalanado

en un molinillo diente de león.


El Castellano


Brillante oscuridad:


Despedía el día

la porfía de una melodía

una balada por Belcebú,

el pasillo se abría

cruzaba las calles heladas

de enero y su cuero,

danzaban las sombras

entre el descampado

donde las casas eran malas yerbas,

malas por qué

acaso lo bueno es el humo

de un coche,

cuando ellas en primavera,

arrastran las penas

con su fragancia

a mujeres desnudas,

miro dentro de mí

pregunto por qué todo

torna azabache,

habitan cuervos mis ojos,

ya no hay precipicios

en mi mente,

que se dibuja de ladrillo,

miro al cielo

que todo parece una cueva,

acaso ya bajas,

sigue tu curso de Dios personal,

que te seguirá cómodo,

el bajo cero ciñe su lustre,

mi sentimiento afligido

hoy canta con mis dolores,

con rezos fugaces

alargando la noche

teñida en el ojo de mi despierto,

porque me cansa

esta febril, verde, emplomada

mosca impuesta medicamentosa,

hombre en el acre oscuro

por encontrar mi decencia,

estoy colgando del párpado

de la quietud noctámbula,

yo no estoy escribiendo,

soy un vuelo

sí de murciélago,

vendo mis mañanas

por un ayer construido a su lado.

Es como el hueso

de un poema imaginario.


El Castellano


Azar sin venas:


Fiel reflejo estridente,

los cuadros de tu vida

danzan entre las baldosas,

entre acorchados pasos

todo va quedando atrás.

Un ocaso florecido

de espadas en sigilo,

tiempos huecos

en lúgubre caricia.

Acaso la luna es luna

o alguien despierta

y la pinta.

Cerrojillos en destierro

de este silo de oscuridad,

avanza que imanta

el día y su prisa

por alzar su despedida,

gritos secos se mueven

tras el ventanal,

sangre que coagula

entre compases

de malas yerbas

de mi patio.

Es un mirlo negro

que me visita

siempre vestido igual

estrujé las vidas

del gato de arena que soy.

Suicidios de cardos

corren el patio

se riza durmiendo

mi gato negro.

La soledad me ama

más que a su estampa

vuela y reposa

mi fiel añoranza,

reverdecer mi ilusión,

socavar con sucesos,

así  como besos

de este azar

que no siempre

se pinta negro.

Acuchillar esta realidad

con mi suerte de seguir vivo

para tomar con mi esfuerzo

lo que no me dan.


El Castellano


Campo de espigas:


Miro mi soledad

desde el otro lado

donde las sombras nacen

y crujen en las paredes,

caminillos del pececillo

de plata,  acurrucada

mi sien

abre los lindes

del sueño retirado.

Es un desfile

la luz del astro

intransigente

sabe que no tiene

mejor en su empeño,

se riza mi idea

sabiéndome cuervo,

adentro el nueve

y el tres sacude.

Vive este caracol

con casa de espejos

habito el espejo

estoy escribiendo en él,

que un día

las imágenes harán

dulce sinfonía,

los sonidos serán

colores derretidos.

Mi casa será una hoguera

mi luz será invencible.

Seré yo el encargado

de cabalgar los tiempos,

el olvido dejará

sus cerrojillos

entre un manto

de abrojos lucidos.

Las hojas llorarán

baladas estridentes,

mi letra rozará

la perfección

de las décadas

florecientes.

Siente el poder

del cuadro

de la oscuridad .

Afílame el cuchillo

hiriente,

tejidas las arañas

de mi carne,

atraviesa esta grieta

de la realidad

que no llora flores,

sólo lleva en tules

almas y su ciego campo

de espigas.


El Castellano


Piel labrada:


Surco de noche

ya se retira

sonando el día

y sus rosas heladas

de invierno,

iris matutino

clamado

en este fiel olivo,

surca mi sangre

entre verticales filos,

mi gris vencido del alba

serena,  más desnuda

que la transparencia

que el azul afila.

Se clava este verde

militar de ciprés

como cuchillo enervado,

y su canto

en estos sigilos de chopo,

cargo mi revolver

naciente del verso

por un sol de plumas

cae fusilado el aliento,

algo que clavar

al firmamento

héroe del norte

de mi silencio.

Fantasmas

del imperio perdido

su bandera del tiempo

dormido.

Fúlgidos nervios

cabalgan los acres

de esta trinchera

donde mantengo alerta.

Jauría de sienes hendidas,

con fauces somnolientas

quise ser siempre

con esta mente,

profundicé el idioma

de la flor,

hablé con la tierra,

aún guarda mis abrojos

sembrados.

Entre brotes verdes,

impacientados,

aguardan el bravo

crepitar de la tormenta,

y sus besos azules.

Ahonda esta vida

silos del demonio,

simientes oscuras

de malas yerbas.

En este campo yermo

crece mi ilusión

que no me siembren

el dolor,

seré como la flor

soñaré con las piedras,

reiré con abejas,

jugaré con el viento

como la vida grita.

Ahora que la mañana

consume los suspiros

ahogados,

ahora que el cielo

luce sus corceles dorados.

Es por esta pizarra

que me habla el río

me habla qué más

que ser agua.

Deslices anudados

entre corajes florecientes.


El Castellano


Guardado en un cajón:


A veces me rompo

a veces soy grieta

de estas paredes heladas

de corazón.

Seguro para escalar

mi vida una vez más.

Quieto en las aguas

que suena mi pasado

miradas atrás

hoy soy nuevo.

Se puede escuchar

el crepitar de este hielo,

el sonido palpita,

congelado un brillo,

de humo descorchado.

Garras de esta vida

en el filo de su destino

enmascarado,

y su camino de azul caricia,

me aguardo del fuego

soy destello de hielo

me derrito por una flor

que habita los campos

porque sus semillas

las ponen los Dioses.

Enraíza a fuego

este corazón.

El día mío ya suena

y la sombra se retira

a donde puede jugar.

La mentira queda lejana

espero el tiempo

para derretir mi alma

en sus brazos,

y encontrar fieles

testimonios olvidados

de edad desplomada,

su nueva visión caída

tiempos cambian,

en esta fosa de palabras

rescato afecto alumbrado,

resquebraja

la palabra amor.

Sólo soy unos ojos

con funciones vitales

esperando el encuentro

y tener carne.

Hasta abandonar

el espejismo doblado

en profusa imagen

de lo que anhelo

encontrar.

Se consume mi cigarro,

en este grado bajo cero

de libreta.

Habita una estrella

la mirada,

una babosa

su lengua dorada,

con su luz que arrastra.

A la floresta ausente

destapada,

el reposo de la vida

bajo invierno.

En el que vuela

mi demonio arte.

Mi corazón que late

encerrado en un cajón,

llorando flores

por todo aquello

que no muere

es este río frío,

desborda las letras

rompiendo sus cadenas,

amando libre

desnaciendo mis colores

por amor al arte

hasta la muerte.


El Castellano


Fulgurado sino:


Era un día que se podía rezar

a la estrella mayor,

como si una babosa metálica

se tratara,

busco en este astro una razón

abro a su luz mi creación,

que me cuente

de sus paticas que recorren

los campos tiñendo de ocre,

de su insípida lengua

que me recorre,

un hogar lejano donde descansar,

una novena puerta a transmigrar,

creeme de nuevo si te digo

que soy tu hijo adoptivo,

nacido de estas cuchillas de trillar,

un verbo un suplicio despierto,

cruzo la era solariega

buscando quien yo era,

miro al muro sí ese que dibuja mi mente,

miro a la montaña,

recuerdo que yo soy la montaña,

navego este mar de grama

de esparto y tomillo, tiznada la jara,

sí vivo en Guadalajara,

como cuervo adoptado de Castilla,

avanza mi meseteño aliento,

aúlla que aúllo cual lobo de hierro,

una noche sin despedida de invierno,

avanzo a la llamada de mi averno,

está ardiendo en el cielo,

mi musa belleza,

hasta que se materialice

en mi única florecilla,

llevo mi canasta de melocotones

a ella mi gitana,

arrojo dulce abrojo

la quiero en rojo

a veces en blanco como prima

de la pureza,

sí esa que endereza,

hoy es un día teñido de espadas,

baja mi azul despertando a mi araña,

que hilvano y me hilvana

cual maraña de sábana de su tela,

no nadie entiende

por qué cruzo la espera

fumando el cigarro del minuto sujeto,

mis ojos ardiendo el juego

de su fuego de mujer,

ciegos pálpitos

crujen su negra pupila,

yo no estoy despierto

ella tiene de ausente su presencia,

cuervo soy esperaré su noche

noche negra alza tu sombra lúgubre,

yo cabalgaré tu sien saltando

tus oscuras fauces,

hoy lanzo tu tenue honda,

afilo este cuchillo a ver si canta

junto a mi iris vespertino

su crimen de pasión y de flores,

hasta que se duerman

los campos conmigo.


El Castellano


Vuelta al inicio:


Es del tiempo

la incombustible hoguera

consume la tierra

en perfecta esfera

se alza un maullido

desertor.

Gatos que suenan

como alambres

en casas sin teja

ni tejado.

Soñé un día

su contorno

su silueta

me arrebató

el sueño

diciéndome

y corroborando

su espejismo.

Sol oscuro

en días claros,

humedece mi piel

una áspera lija,

soy de madera

de ciprés.

Soy hijo del Sol

de hierro

y de la luna de acero.

Soy yo el encargado

de partir el viento,

yo que abrí

mi destino en dos mitades,

una para sacrificar

en ofrenda

si se cumplen mis deseos.

Soy de la tierra

una espiga.

Hijo del Sol de invierno,

ardiendo en hoguera,

del cielo

su quimera despierta.

Oye mi respiro

me tiene miedo la fiera.

De este panal

de mundo no soy larva,

soy abejorro mayor

sin reina,

hago énfasis

de esta siembra.

De la tierra

soy flameante espada,

torbellino de este mar

angosto.

Espuma de estas caricias

al alba,

crepita sobre una araña

este fulgor,

Torbellino señor

de rosas sin sangre

y sin cortar.

Como cruel indulto

a la belleza

por encumbrar.

De hojas y espinas nació

este tallo

que ama de verdad.

Que muere en el suplicio

de su despierto tormento

dulce,  ensangrentado,

envuelto nacarado.


El Castellano


Sigilo de sobriedad:


Fauces amarillas. El humo de su tabaco seco, cuelga de su blanca sien. Bocas de agudos filos, nada por todo. Tomaba su café de grano recién molido como si goteara del árbol del insomnio. Era un hombre chapado de años. Dormía cuando tenía sueño. Comía cuando tenía hambre. Amaba más a las flores de su jardín que a las personas. La amargura no conocía si no se hubiese casado con ella. Su bigote recto comía por él. Era apuesto, pero le asustaba mirarse al espejo y contemplar que el tiempo podía más. Su diálogo era más parco que una tabla agarrada bajo yunque. No amaba el dinero y sólo lo empleaba en gastarlo para necesidades básicas. Hablaba con sus flores y lo extraño era que le respondían dentro de su cabeza, consecuencia de la soledad avanzada. Seguía la ley del ojo por ojo si le daban amor. Devolvía lo mismo, pero en cuanto al odio, éste, le temía. Gustaba sentarse en su mecedora en el jardín y acercar comida a córvidos negros como azabache y observarles . Era un hombre pleno y hacía honor a su vida, amando lo sencillo, cogiendo su armonía en la mano que sostenía su cigarrillo y que blanqueaba ya su bigote. Con la paz en su soledad, feliz de contentarse en su memoria de cuántos conoció, cambiaba luz en su medianía exacerbada. Afilaba tostadas en miel rebosadas, en su desayuno. Sabía estirar el tiempo como si no existiese. Su simpatía de ignorantes era apreciada por todos los que le medían.


Una mañana, en que regaba su patio como si la sed fuera suya, al acercarse al tupido seto, escuchó unos maullidos leves, estridentes y que venían de una camada de gatitos, arañando ,aún en ceguera precoz, en busca de su madre. Su alma de viejo aguerrido se enterneció. Miró a los recién nacidos y sin dudar, sin tener agresividad de la gata madre, se acercó a tomar a uno de ellos, él único de color negro y se hizo el propósito de adoptarlo con todo lo que ello implicaba. Sus hermanos eran blancos, moteados y en manchas negras. El gato negro elegido, resultó ser el más inteligente que muchas personas que conocía. Lo llamó Blackie.


Blackie se quedaba pegado al cristal de la ventana, gruñendo, deseando lanzarse a por los cuervitos que su dueño alimentaba.


El Castellano


Sangre de musgo:


Trae este viento

memorias perdidas

del tiempo olvidado.

Trae sangre de los Dioses,

en muérdagos lucientes,

sangre en flor del musgo

por vivas piedras tejen,

espíritus en árboles mecen,

traigo estas vidas

traigo grietas en mi destino,

mi bravura que muerde el suelo,

desenterrando su falcata,

sin oxidar que es mi espíritu

para luchar,

voz que me hiende la entraña,

al trueno es ella que silba,

de sus lamentos

vueltos testimonio

de lo que se convierte

la materia,

y su resurgir de tierra,

me avanzan los montes,

me beben los ríos,

para gritar este latido,

que no morirá ni estando muerto,

tiempos perdidos

llevo en una mano

en otra golpea

la voz de mi poesía,

y sus negras nubes de tormenta,

blandiendo su hacha de guerra,

bruma de su gris naciente,

ojos de la noche,

que sigue este lobo de hierro,

gritos en la espesura alimañas

se afilan la entraña,

fuego traigo que yo no deseo,

y fui a la bella fuente,

donde se bañan las almas,

carroña salvaje será mi enemigo,

y sus carnes cantarán con mi espada,

este sol me engendró de hijo,

estoy hecho de tierra y luz,

que mire la carne

que miren ojos que quieren mirar,

el armamento de este temporal,

lucharé por todo aquello

que amaré,

lo que amo será mi guía,

para nunca caer,

deshojaré las ramas de mi tiempo,

y en este cabalgar nocturno,

la novena estrella arroparé,

el tiempo conmigo volverá a nacer,

si es que no lo hizo ya,

mi cuerpo es la forja

dentro llevo la espada,

al tibio resplandor

sigue en pie mi batalla.


El Castellano


Vida de hielo ardiente:


Horizonte de la caída de este solferro

a reinar como una falcata de rayos afilados,

hondos ojos fijos en solariega planicie,

donde frías juegan moteadas las flores de invierno,

el reposo de la vida que se fue a dormir,

como un río de luz brotaba la escarcha,

un diciembre tardío saludaba

con sus manos heladas,

acariciando estos campos redondos

de cardos y caléndulas silvestres,

era un día de hacer manteca,

a mí el frío me hacía sentir vivo,

en este soliviar traigo mi espada,

pongo a sentir la tierra a mis versos,

que con cepillos de grama joven

se blanquea mi calzado,

viajo en mi mente

por el cuchillo calizo de la piedra

del caserón terrazgo abandonado

que posee mi padre,

rodeado por el fervor de pinos de monte,

donde próximas hacían nido las atochas,

a perdigones que son de la tierra

como la montaña a su roca,

cosas talladas puras como amaneceres

pulidos sin grises hojas,

ola rota mecen mis pasos

de un mar olvidado del que cepas anclan

sueños de vida,

del terreno en el que grillos esperan

el frío en sus agujeros

y su despertar para morir al acoplarse

a la melodía que teje la vida.

Avanzo en este campo de víboras

para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,

como mis pasos gorjean las carrascas,

todo mi mundo reverdece

para mí siempre es primavera,

y mi bravura llora flores por mis venas,

hasta tener del cielo

la malva del alba

hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,

del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,

me nacieron simientes silbadas,

y mis ojos enraizaron el campo.


El Castellano



Trilla mi idea:


Canta mi cuclillo canta,

picotea en mi cabeza,

entra al silo de mi idea,

donde telarañas

coagulan mis pensamientos,

abre esta puerta hacia mi oscuridad,

allí donde negros ratones

cobijan con fijos ojos

mi sueño sin desempolvar,

me conduje por escalas

donde colgaban brillantes ojos

sin pestañear,

arriba donde se acumulaban los sacos,

un murciélago despertaba,

era como una sombra que flotaba

entre llenos agujeros de aire,

sombra con alas,

la guadaña estaba recta

pareciera que me esperara,

la trilla afilada,

era nueva de esta primavera

el grano no vio su oficio,

respirad este olor a trigo muerto,

habitantes de mi silo,

hasta la araña teje con tesón

su geométrica hambre,

pardas motas salpican las paredes

por las que corre pegada la salamanquesa,

grietas vivas por este frío infernal,

arriba la sangre parecía evaporarse,

sólo quedaba yo

y esa sombra colgada del techo.


El Castellano


Carmesí inefable:


Turbado yaga mi espíritu,

sin voz yace mi gran momento,

puridad en crisálida perpetua,

oh, lacónica eternidad,

no te temo ya

ni tu crisol de hálito

me vence en inmortal secuela,

recto ganaré a la luz,

por su ceniza coronada,

cantaré hasta el etéreo vuelo,

me trasplantará el viento obscuro,

metálico azar,

erigiré un árbol de brea,

en mitad del todopoderoso silencio,

mi flor no sucumbirá,

ni mi verso armado

será litigio de crin en ascua.

Filial prestancia,

que nadie trepa mi solo nombre,

por cantos obtuso,

en sangre

suceden labriegos

fecundos.

Terrazgo de mi amor atado,

canto a mis generales,

despejen el camino,

y entre férreos cipreses

me avalen.

Tanta herida precedida,

tanta voz que muere,

sin soto de almíbar,

pena que no muere,

son este de mi bronce en ala

de un repecho carmesí,

soledad,

mi gloria tan fuerte.

Azucena helada de mi tarde,

resuena en ti

un azar indeleble

para indicar sin sonido,

que tengo corazón y cielo

atrapados en un solo verso.

Olvido sin espejo,

mantuvo suerte segura;

luz sin día ni ojos

fue perfidia en otro astro,

azul, paz,

cuchillo que mi vida hiendes,

a cercenar toda oscura alegría.


Förüq Castellano


Severidad enfilada:


Destino desvencijo.

Como un borbotón de sangre.

Suspiro rápido y hondo,

entraña amilano,

todo me lleva

sin redil ni correa;

a verme en el ojo de tu espíritu,

sí, resquicio parco, opaco, en tu voz,

en un patio de trincheras

y entes esferas, al crisol

de valles y venas,

en el recital jamás yerto de tu verso,

cauce perdido descubierto

entre sótano de luz injerto,

en la pupila del lugar mágico,

riera en rambla

donde crece mi amapola

de pecho abierto,

tu vida la saboreo despacio,

entre regio y mi coraje en flor

de nuevo cierzo;

tu sangre sabe bien,

alma invernada buscando

horizonte en mente concisa

y como no llega a destaparse

eterna dormida avanzo su esquela.

La veo en mis sueños,

resquicios oníricos del ser claveteado,

de vidas mías lejanas al tranvía etéreo.

¿Cómo no hay?

No hay nada que negar

nada que perseguir

que todo arte nace del sentido inerte inaudible,

en manos del destino me encuentro

y me encanta el momento

de verme en el ojo de tu silencio

recordando mi universo de astringente azur sarnoso,

tu voz, amada luz en mitad el reino tenebroso

donde allí sólo canta mi oscuridad.

Alma de fuego encandilada,

estridencia seca, armoniosa,

velo de sigilo

tu suspiro, nada más.

El tiempo es correcto

para la revolución; jamás mil máquinas

podrán hacer una bendita flor,

Densidad recta

en rienda plumosa lamo esta mi pluma estilográfica,

resguardo en Caja de Pandora es mi alma sin espora.

Cinceles celestiales, un soto veleidoso,

donde sembrar el final sin comienzo anunciado,

por esculpir, tu contorno,

con vistas a tu verbo;

divina tez a blancura helada

por deshojar mi fiel recogimiento.

Así me perdí yo

buscando tantos años

el abrigo

de tu amada voz,

haciendo que mi difunta

cobre su vida.


El Castellano


Soliviar llano:


A las aguas de mi memoria

primoroso apelo,

a tener yo un alma como rambla inmensa,

desapagada,

un tiempo sin días de cobijo alado,

rosario suyo por terco no incendio,

sueño en aras de corcel virgen en grandeza develada,

sudario sonrojado,

metal beleño todo olvido,

arrebujo sin mesurar vil  posible

que por ella mi cruz y mi condena,

deslizan mi viva aflicción

de amor a propia ascua en la tierra,

sorprendido, letal no pienso,

neblina y fortuna

grandeza, gloria no gastan,

voy por epitafio soslayado,

remembra cautiva mi soledad infecunda,

alejar vida y belleza cuándo,

rosales míos crían ajos

cebollinos y puerros acuso,

tonada de mi sayal remiendo,

en boca de santo astro.

Peregrina de azar inamovible;

en alba de seda,

viste su dicha inmaculada,

insinuante su figura.

Sonora ella de silencios perpetuos,

oro de riveras

y burgalesas conciencias,

sendero atisbo

voy largo su densidad llana

aria  agraria,

luminaria bajo luna de signo azabache,

luminaria gitana sólo su mirada,

mi repecho no fulmino,

ni faldeo,

arboleda de mundo monótono,

distinción no apremia,

ni estrella viola

su espuma de ceniza larga,


como lírica paz

se llamó magia.



El Castellano


Canto de luz fecunda:


Imperecedera faz,

en haz luminoso indeleble,

río de tinta terrena,

insubordinada cava mi azada,

sacando olvidos de la piedra,

anisados reflejos que hienden la carne

como el Sol me clava sus espejos en los ojos,

vítreo desliz  enarenado,

es un sol bajo tierra,

hierro de vestido del acero infra-humano

que porto,

soñé desvestir mis sueños como sueño de flores

aguardando su fecundidad de nuevas muertes,

perpetuidad a flote,

en sima de raudales,

pila sacra bajo tierra hierro de estrella,

claridad del destierro

en relámpago de veta azabache,

voy sacando penas por olvidos,

azadón saca terrones a cal y canto,

es mi alma quien se destapa

que una vez en la vida se dispara

una soterrada vía sola, pierde el relente.

En manos de silenciosa vívida estampa,

y su desnudo de ángel custodio,

encenderé las novecientas noventa y nueve velas

del averno,

 para encontrar lo que me pertenece

y siempre se me negó,

paz sin guerra...

Que va, otro día se venda.

crisol anidado en tus labios de mujer inmutable,

un deshielo y el cielo me trajo de nuevo,

sobre la luz monto mi corcel de viento,

allá donde la tierra es éter incoloro,

y la suerte es de metal,

de los árboles al bosque

de la sombra carne y cuerpo

de chirrío estacional,

y sus muros de venas

gira mi peonza,

trompo vivísimo,

de aurora incipiente,

montaña o preludio,

el gris se extingue,

luminosa mi trinchera erguida,

con desnudo bronce,

que no es más duro que yo.


Förüq el Castellano a 17-04-2019


Remanso y su era:


Avanza manso

un hontanal

de gramas frescas,

deshilacha al durmiente hombre,

se retira mece y avanza

su calvero expuesto

de su semblanza,

una dama cual blanca cierva

bebía, bebía del vientre

que emana la fuente,

plañía un ababol solitario

del camino, que la rambla sigue,

fiel, duro testimonio sacude

su cuchillo calizo,

huye, huye el tábano por el monte

buscando algún depósito de sangre,

el brezo se apoderó limpio

de un raspado testimonio

la tierra devora lo que es de ella

para ser mi sangre

su eterna ofrenda,

por descampados fugaces

corría mi alma,

como fiel testerazo de hombre,

la espiga rendida,

saludaba a la oliva,

siendo del viento

esta fiel niña

que nunca descubre a quien pasa,

sólo, solo ante ti

me acuerdo de la primavera,

me levanta un sol helado de verano,

para ser mi hoguera

una fuente niña

que desliza, siente, y no consume

mis labios de pradera,

siendo este pasto

mi infinito remanso,

que me habla de la ceniza del fresno,

de la nieve del álamo,

de la sombra de esta abeja,

y su testimonio deja,

entre almendros con sabor a metal,

y encinas sin gorrino,

hoy avanzo el barbecho

para enfrentar mi sino,

a ver si contesta

la brava dama lluvia

que es Dios.



El Castellano

Alborea el otro lado:


Destello que blanquea,

lechoso, estira un seto

en semicírculo,

la retama amarillea

oscuro el agua

de soto sin fondo

en cuchillo en haz de cauce,

compongo el suelo,

con un hueso en mandíbula

pereza coarta la raíz

en mitades que caminan

desencajadas.

Anidaba un cortavientos

la franca entre rendijas

que se ocultaban bajo paja,

decencia que iluminaba el sol,

patio largo del atardecer

lleno de harina.

Escuché a mis heridas

por francos capullos segados,

caídos asisten a ungirse

yazco en una hoja roja,

camino por mi corazón,

exime aliento

una raíz salvaje no sostenida

se deslizaba un rosario

con aflicción del marjal

cubierto por la flor.

Como febril estera

y larvas sujetas

en yunques iluminados por savia;

era mi vida el precio

de estas semillas.


El Castellano


Tañer de hiedra:


Cerro gordo de henchidas horas,

marcha lenta sin subrepticia,

pesadumbre del porvenir

sin hojas ni otoño de vastos

suelos empedernidos,

en este rincón deslizado

un senil canto que abre paso

tras espirales en cuencas de flor,

de floresta blanda,

húmeda donde la maravilla

será villa,

Yunquera llanos fueron

sotos sin perdigones,

pero de fuente

de lo que fue siempre

matiz destellado,

ultrajadas sin abrigo,

en este mausoleo de tiempo

que se pierde sin visiones

vientos sin azares de infelicidad

ni ajuares de inamovible primavera,

donde lo único inamovible

es todo lo que siento por ti,

como un carrusel sin soga,

ni cuerda que atañe,

desde esta urdimbre

anclada, armada, hondonada,

dónde mi manso destello

de esta asolada cuesta abajo

que avanzo

por la vera

verdes,

un ojo que endoseló,

sin compostura

mi dulce cicuta

secular es mi enredadera,

mi sentir sin espera

su blanca ojera de nácar

de rosas y crispadas espinas

flojas,

absurdo, burdo, doncel

en sandez segura

tapiz sin fusionar

dichas ni agravios

extiendo mi locura

¿Alguien duda de mi campiña?

Con murria

de escurrajas,

cuenta ni azada

sin sostener este descanso

que lo dicho tiende,

todo recuerdo de lo que alma tengo,

y recuerde mi cordura,

que Úbeda tiene monte

y yo blando su horizonte,

sin alarde

hago corral de lluvia.



El Castellano


Sombra desnuda:


Yermo terreno del sueño,

un trillado verso avanza

entre espejos y cristales,

fieles aullidos desvalidos

entre semillas sin iris del mal,

entre corceles del fuego,

entre sonrisas fugaces.

Es todo lo que siento

un canto de piedra,

un río desplomado

mi fiel apostada cordura

que viene por enjutos

ojos hirientes

hasta avanzar los besos

de labios grises

y sus fanales colmenas destapadas,

no quiero repetir estos destellos fugaces

ni herir por mis alambres

tejido mi atrapa-sueños

queda mi parca vida

desnuda con el hastío

que asesino de esta manera,

volando mi dulce murciélago de nácar

entre este amor

de estrella me alzo,

es glorioso este canto,

reducto en lúgubre sigilo

es esta inspiración,

tentación de ángel desertor

de morir,

justo la vida

acabará negándose a finalizar,

soy yo la salud

de la una solitaria de la madrugada,

conquistado el cortejo de la noche,

me cuelgo de mi profanado latido

por estos cordones de hueso

vive y viviré mejor

que mi traje funesto,

limará esta sin razón los ocres

hasta lucirlos verdes brotes,

hasta acabar rendida la caricia

por estos espasmos de cobre,

mi destino teñirá las vivencias

por solares complacientes

y lugares dignos de altos sueños,

esta araña dejará crías

por poemas

en escarchas mutiladas

en este hierro candente

y el incendio de mis hielos,

como dijo el grande

no acabaré de irme,

ni estas solapas fundirán

en tristezas secas,

la sombra será mi mujer,

cambiaré el prisma de ver,

y ahora la luz será

la dama siniestra,

por si un día acabo de irme

solo espero

haber podido contagiar mi locura

que ya es rápida,

desborda sus cauces,

brotando en espinas insomnes

el abrir de las compuertas

a ese abismo sin dueño

donde besan los azules

ese nido de malvas,

que mi ser desprende dominando,

sombras miles en este carruaje vespertino

de mi sangre,

mi río de colores

de almas en sus gotas ferviente,

atado a este sentir,

que late,

que sueña

la carcoma de mi estampa.



El Castellano


Suspiro en tierra:


Flor silvestre a ti te escribo esta lápida de mi latido

tú que me das la paz que yo necesito

haces mecer mi amor en tu floresta

cuando flores de margarita cobijan lo que necesito

mi vida gira en una flor de caléndula

avanza mi vida en un sentido hacia el sol como ellas

se siente abrigado mi pecho

que canta por soledades su te quiero

no más montañas oscuras por escalar

no más súplicas por dibujar

todo se mece en una caricia

todo cuelga del alambre

por ver si te tengo hambre

y tus besos me acompañan

fieles testigos desvelados

de todo lo que fui y soy para ti

así como una cascada que bulle hacia arriba

un cielo encerrado en mi pecho

un canto de tus labios

en verde espiga y girasol

un despertar entre pétalos

un parpadeo que me lleva a verte

un abrazo que me lleva a tenerte

es sólo la vida de la flor

y que la flor solo sea la flor

elevado albor

cuando mis pupilas se llenan de tu amor

solo allí amada mía

reinará la flor

y no solo al muerto dará calor

tu sangre se fundirá en polen carmín

tu vida gritará a mi vida

para encontrarla

florecida de los más bellos versos

sin dolor

sólo cantándote

mi amor.

Oh elevada flor de mi amor

a ti te canto sin dolor

que mi ser es primavera

cuando mis ojos te ven entera

y mi Dios es la lluvia

está cayendo ahora

como el invierno se desvanece

es mi tiempo ahora

los cielos tiño de malva

mi vida reverbera

llegó la hora es primavera

con el trino de los pájaros

se blande mi espíritu

al son del tambor de los grillos,

quieren un templo para mi flor

ojos aceitunados cuentan

de los giros de mi alma

al albor de su corazón

ojos de sus ojos donde me encuentro

en amor, bailando en sus pestañas

alzándola en beso

un continente despierto

un mundo y un océano

un hada y un cuervo

un día de mi vida

por si vuelvo

a la vida al viento le pido

que mi boca conozca su boca

y mis ojos

sean más que abrojos

mi beso sea tempestad

y mis labios fuego encendido

para encontrarla a ella

que mi cuerpo siga su estela

y para mi muerte

que ponga yo amé

y aún en este descanso sigo luchando

porque la volveré a ver y yo con ella

en amor estaré.


Me encuentro trenzando la flor de azabache

sí esa que llora la noche

por encontrarla a ella tan bella

cantan los cuclillos y los nocturnos grillos

se tiñe mi horizonte de jacintos

y yo a mi mujer la hago un nido

de pétalos de caléndula

por si vivo que ella sea mi flor

y al sol cantar nuestro elevado amor

sólo soy yo cantando mi epitafio al hueso de la luna

volviendo azul el alba

para que reine la noche sempiterna

y entonces volver a verla

encendida de traje de estrellas fugaces

es por ella por la que se eriza mi piel y corre mi sangre

mi caudal se llena con su amor

y almendros me acampan en flor

desde el verde trigo al verde olivo se mece mi sino

y es encontrarme con ella en un latido

al viento le pido viento bonito siémbrame en su pálpito

y así con el mío jamás verá un suplicio dormido

ojos de cuarzo corazón de granate

acércate te alcanzo una estrella

para que brille nuestro corazón en esfera

y esta amor no será una noche más por su azabache

brillará un reino para los dos

el cielo se vestirá de los más bellos colores

cuclillos entonarán sus sones

los murciélagos bailarán rasgando sombras

y yo amada margarita en tu flor estaré

pintando con mi sangre este amor de mi hiel

y aliento que juntó a ti no verá su desvanecer

y sí hoy es un día para luchar

por las ilusiones fugaces prometidas

mi piel encendida que con la tuya late

en la más tierna caricia

quedando por dibujar mi subrepticia

esta noche encendida

que dibuja y reina mi vida.


III

Amada te escribo mi piel en piedra

que este latido es más que fugaz de estrella,

viste y desviste mi vida,

el verso coagula mi sangre

hasta ser mineral de piedra cuando muera,

en este corral de rosas crece mi ilusión verdadera,

alzarte, rodearte, elevarte en mis brazos,

ganará a esta noche yerta,

tejida vestida en vilo de espera,

para ser yo el encargado de esta acequia 

que riega con tus besos

esta elevada floresta.

Donde Margaritas cantan

que es por ellas que el destino nuestro se acuesta,

vivo para vencer este horizonte estirado,

vivo para vivir en tus besos desgañitados,

para sembrar el curso con mi sombra,

con mi divina fantasma que habla

como tú hablas mi amor,

mi amada,

hoy me raja la noche la entraña

para clavarme todo el polen

de nuestro amor,

nacarado, embestido, dibujado, anhelado, florecido

aliento por aliento,

sangre por venas,

hasta morir en tus piernas,

yo soy mi lápida,

esta primavera que comienza a avanzar,

resumo que coarto este tren

por lares insospechados de tu vida

hasta llegar a una Araucanía lejana,

donde se acuesta el sol con la tierra,

donde las nieves que lloran las montañas

viven renaciendo, bullendo, deslizando

manantiales de hierro y cobre

de su sangre de tierra y fuego de volcán,

viviré hasta que un abejorro siembre mi nombre

en todas las flores de tus campos,

seré dichoso orgulloso,

como soy en esta parca existencia taciturna,

por la que me lloras amor noches sin alba

por tus granates de ojos,

es por mis versos nacientes

que el cielo abandona la tierra,

para vivir siempre, por siempre y para siempre,

en tu sonrisa dulce, nacarada

porque yo nací amada

para ser tu primavera,

tu sonrisa verdadera,

y el hombre que dio su sangre

para luchar por su margarita

hasta tenerla en vena,

nadie puede ni podrá contra nosotros,

el tiempo estirará sus azules pétalos,

solo para decir:

Miguel nació, vivió, conoció

y dijo que su vida

no era vida si no podía entregársela

a ella mi flor

su única mujer de sus amores silvestres.


El Castellano


No tengo amigos ni enemigos,

sólo confío en mi alma y su capacidad,

el que alimenta su espíritu no teme al mundo,

deja que arda este en su materialismo,

en sus falacias que intentan dirigir la espiritualidad

de su ''dios'' personal,

yo encontré mi libertad

me baño en sus fuentes

para ser mejor en cada cosa que hago,

sin lucro ni ambición que no sea ser afilado como espada,

hasta cortar toda sumisión,

nada espero, nada quiero, nada deseo todo lo tengo

dejo que brille mi espíritu,

así es y será hasta el fin del tiempo,

del que coja su azada.


El Castellano


Iris de campo:


Adormidera pulcra entre la retama,

amapola esquiva sangre de la tierra

nacías lejos de la tierra que tú querías;

la fe mudó sus caricias

sobrecogido el triguero espárrago.

Serpeo el camino de Humanes,

el reino florido por tejer,

jacintos de botellitas azules

recuestan gramas del lindero

entre espinos amarillos del olvido

yo hablo con zarzamoras de rivera

del Henares.

Corrihuelas abren nuevos sentidos

bajo sauces y olmos viejos

grajean tordos la vida del endrino,

caracoles que trepan el abismo

de savia recia, dura.

El alacrán pasea la represa

cuando la araña lycosa encuentra presa.

Espartos y retamas

prenden su verdor al monte.

Cardos y cardillos de dama

tiñen blandiendo su horizonte

anual.

Cadillos invaden el yermo,

de hinojos y dispersos plantagos,

boquitas de dragón, perritos

que juegan con el viento.

Un ligero testero acoge raíz

a una flor de Odín

caléndula silvestre

flor de difunto que resiste

entre embistes de tiempo,

y heladas grises.


El Castellano


Si a la sombra canté:


No indagues el azar

que su relente tizna

a ojos indomables.

No luce la flor siempre

ni la casi viva yedra,

juventud y fortuna visten

como sombras huidizas

cual Escita sobrecogido

entre mares y el aquilón;

bebe de la fuente virginal

que la sierpe es honda vigía.

El mar de encinas

nos sobrepasa.

Las olas de tierra

son infranqueables

no vistas de alpaca

tu parda sepultura

los más duros son tierra,

el resto afilada ceniza.

Traspasa tu rienda

sé jinete de caballo muerto.

No dejes caminar a gusanos

cada cual busque y encuentre su lugar.

Por los siglos que llevamos

Nunca es bastante,

por amores dignos, pierde el hombre.

Aboco empeño que desafía

mi dorada, encontrada, mediocridad;

contenta ella sin miseria.

Azota el poderoso viento

mi erguido pino,

mi torre altanera jamás vencida

cae en estrépito para nueva siembra erigirse.

Júpiter dame ásperos inviernos

floreceré tus pies

con dignas rosas del atardecer.

No hay mal perpetuo

despiértame la musa de su sueño,

báilame la llama en vela recta.

Tiende el suspiro en el patio de mi araña.


El Castellano


Carne espectral:


Incauto silencio verde,

ignorando que la rosa

no ha muerto siempre,

antesala sin espera ni consulta

donde muerte pasea,

enorme llama en fondo de frío,

ojo helado fijo en labios ardientes,

enjambre solapado

a mis trescientos treinta y tres vidrios

de alma que gasto.

Hermosa ni roca te parió viva,

deshechas las estelas

queda asirse esplendoroso

al metal que ruge.

Mareas de afrecho

visten savias lloviznas

que avivan su verde intransigente,

ángel lánguido voz revierte

surcos en iris pervierte,

quedaba alto nacido del hierro,

el norte que soñaba el viento

fruncía de aojos la vestida noche

y su cenicienta espectral

de las maravilladas flores de difunto

acrisoladas en soles pudientes

hechos de silencio.

lúgubres hendiduras del sueño

y el vientre escamado

de la lagartija

que yo amé,

y seguiré perdido amando

porque yo existo.


El Castellano


Azares de lluvia:


Avanzo el día sufriendo con la luz,

escribiendo mi cuaderno

encima de una mesa de pino,

simple, ruda,

como ella misma.

Hacia el ocaso del nueve,

la cerviz descansaba sobre el rastrojo,

una carrasca enervaba sus flores de piedra,

era suficiente descansado el recodo,

abría el cielo un llanto

de llovizna asilvestrada de Abril.

Suave se esponjaba la oscura tierra,

la viborilla ahondaba su refugio

bajo la severa piedra,

era un tomillo afilado nuevo

de esta rigurosa primavera,

el solar lucía su verdor

de ángeles cazando lagartijas.

Diestro mi ser dudaba si llamar

al gamusino de escritura,

la cocina de baldosas

invitaba a merodear por algo de cafeína

era redondo el tiempo que alzar clavos

y unir galaxias sobre tejado de aspas,

un día cualquiera;

sin mozas en la vista,

era bastante y no se sujetaba mi pensamiento

de vanidades cualquiera.

Angosto trepaba el tejado de mis densas ilusiones,

atravesar raudales sujetando azabaches del cielo,

estirar la luz y bajar la luna,

era un puñado de estrellas apagadas

y volví a sufrir y endoselar cantando,

un reguero tieso de savia

y el vergel se encendía

clamando la desquicia

de que no duraría la siguiente estación,

sigo las ondas del charco

deslizando en él su solo reflejo,

rambla sin margen repleta

de esta lluvia sin cuartel,

un río me desquita de fluir

como lombriz azulada purpúrea al tacto,

es un recuerdo a mi río Henares

en localidad natal surcada,

un solitario flamígero pensar,

y cambio todos los lugares por ninguno,

que es lo mismo,

cimientos absolutos de oscura tierra,

en tímpanos calizos me sostengo,

como esparto del bronce,

y brezo desnudo sin soslayar herida,

el vals terreno me envuelve

y vuelvo a saltar el pretil gesto de Ostara,

anudando el ombligo de la tarde

con la ojera de la noche.


Förüq El Castellano


Son del ascua:


He venido por los sones sin tiempo,

resuenan todos en lo alto de la torre,

indico fiel muro

que acuartela voz sin muerte ni memoria,

bronce a lo alto,

pureza inmiscuida en áspero esplendor.

Risa sin agua, tiempo con sonido,

eternidad azogaba sin corazón

ni anchas calzas finitas,

el cielo cayendo turbado está.

Voz con muerte oí e hice caso,

penumbra de vendaval obscuro,

hálito perenne de triunfo en luz segura,

mi culebra, mi sola flor, un campo soterraño

armado en cantos, solapado,

viperina falaz un soto

al que me trasplante,

dulce miel de tosca celda,

filial que enmarca,

sangre sin latido del suelo terreno,

raíz de terrestre prestancia,

clavo instante, cabeza abajo

de la vida de este mundo,

tajo recto aguardo,

con la verdad profusa de cuánto he amado,

espiga de tinta bebiendo la luz,

de su ardor erizado,

crisol a raudo, puro odio,

eternidad sin voz,

agreste reverbera,

empapada en substancia.

no tendrá que aullar como los presos,

oh dignidad serena,

cuervos de muerte me caen los ojos,

reloj de alma y alba en despido,

como rubí dentro del zarcillo,

me senté en un junquillo,

y me entregó un zorzal su ovillo,

hiedra de espíritu suplicante

trepando quinto cestillo

mi torre anublada de hondo cielo,

sombras miro, me miran todas,

mi cántaro es como el de Dagda

ni fin ni repleto,

viaje eterno,

al encumbrar todo

de nuevo rocío.

Ababoles me cuentan

que todo se alza y rige

gracias a raíces primas.


Förüq Castellano

Tiempo en floración ruginosa:


Una flor que es flor

en mitad de tu tiempo,

floración que vino de raíz del averno,

escalando al cielo,

pluma en tinta

de servil vid de Ferento,

albor en cernícalo vigía

primo del vilano señor,

mariposa metálica que revuela

desde soto carmesí de tus muslos

desplegando su lengua furtiva por tu dulce

vientre de nieve,

corola de un silencio húmedo,

como si flor en palabra

nunca hubiese sido,

trampa de arañas en serviciales rosas

de la aurora más funesta, clavada la hora.

Curvatura morada de mi verde sueño,

corazón despierto o mudo

de grito sordo en el pecho,

amor de rayo empeño asolado.

venas en azur sobre tierra,

un destierro de la esencia intangible

al beso y ala vaga de sol minúsculo.

Rebelde en tierra resumen edificado,

sin vigilia feroz me despoblaba,

inmaculado fuego,

terrible y compasivo,

tú amapola,

crecida en luna de mi huero camino,

labrador de arduo sendero,

lebrela tú musa de mi gana acaudalada,

pez de hilo es este instinto,

a veces parco, a veces sumiso,

azul lento en flor de viento,

oval de campana tu concavidad en bóveda.

Mariposa negra que poema trae en ala,

gota de luz colmando el astro,

mariposa negra solar,

mariposa de muerte sembrando

orugas de vida nueva,

azur todo espejo,

de un tiempo que ya calla,

y todo frío, termina.



Förüq Castellano


Oda al Sol, musa en armas:



Gran Sol, gran hervor de rayos espadas

día clavado; tu iris sediento sanguinoso

en Vestal iridiscente en flamas a lo alto,

a lo alto brillas como crece el talento

sembrado en nuestro corazón,

rueda de fuego, Lugh en tu gloria,

germino toda dicha padre de mi conocimiento,

oidor, de cuánto arte ha conocido, padre Supremo.

Escúchame mientras te honren este,

el día de mi musa en armas.


El invierno se ha ido, nos dejo atrás,

los campos están verdecidos y cantando en flores

que trae Ostara y su caricia de divina nota

de savia que escala todo terreno,  y fríos ya lejanos,

Toda la tierra duerme en tu ausencia.


Incluso en los mas oscuros tiempos

tu luz es el camino

para aquellos que necesitan un faro

de esperanza, de brillo, de sosiego,

relumbrando en la noche.

Tu esposa regentada por madre Luna,

buscando toda tu luz, toda oscuridad empuja,


La primavera está aquí, y días aun mas cálidos vendrán

los campos están desnudos y vestidos de celestial verde de lanzas

y el ganado pastando.


Encendemos estas velas en tu honor,

Regreses la vida de nuevo al mundo.

Mi lira te cante la sola noche que traes flagrante.


OH LUGUS

Solar y poderoso,

sol sobre nosotros, te pedimos

tu regreso al alma incendiada,

en virtud que te amima y habla,

que traigas a nosotros la luz

y el calor de tu vida.


Trae de nuevo la vida de nuevo a la tierra.

Trae de nuevo la luz a la tierra.

y aleja la saeta oscura que te retiembla la calma,

al alba más preciosa,

Maestro encumbrado

del arte que florece

y en nuestras entrañas germinamos,

nosotros los escribas

cabalgamos todo tiempo difunto,

guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.

AWEN!



Diestro compás

en sol mayor,

bruma de idea socarrada.

Flamígero desdén;

congelado en ascuas

de fuego azul.

Horizonte sin prisas

que arrostró

todos los rostros

de abril.

Abre el nuevo fervor de tu luciente.

Y su solitario azar de relámpagos

de tu azur hermoseando,

enclaustrado.

Vírgenes encinas, y almendro de soto,

entre un nogal

dependiente de su sombra.

Al verdor de inusitados pinos,

me caracolea

la fronda del monte. Musario cerro desnudo,

Espino amarillo de mi dossier,

Caléndulas solariegas

que amarillean su silvestre ralea,

esposa complaciente de Sol naciendo.

Brilla esta infamia

de campo abierto.

A esta última lagartija

lanzo un baquio seguro,

sin disfraz ni apellido perenne.

Mudez última

de sangrada amapola.

Sanguínea tormenta

de dureza blanda

con agua de mi terco aljibe

obtuso en litigio de iris vespertino,

y su sangre que baila

el suelo terreno,

que en culto a ti Lugh yo beso.

Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra.

Hijo y sirviente de Candavmis dios del Trueno.

Förüq



Reflexión:

Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,

es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,

y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,

en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.


El Castellano 29-04-2019


Sol ferro a tu gloria, compilación:


Voy por tus desangeladas,  profusas luces.

Hierro que me tiembla la osadía,

oxidado resorte candente,

que afuello;

relamen linces del tamaño

tu dispuesta ternura.

Hirsuta ciencia tu tomo de tierra.

Acristalado vence marea súbita

de ojos realizados;

mi espada no luce marchita

afila latidos de mi corazón

ignoto,  ante tu ser,  casi desnudo.

Orando llegue revelado momento

de aspados dientes

y destellos secuaces.


II


Aruña mi tierra una vez más

como un grito en la vena,

como un gemido perplejo

que brilla el tiempo,

que empañó

tus vidrios líbicos,

atemporales,  dispuestos,

sin margen,  sin curva,  ni acervo.

Saliva en aljibe de hondo deseo,

exasperado,  irisando crisoles

que jamás marcharon;

beso y muerdo tus orejas malvas

profanando tu blancura primorosa,

en tus piernas gemelas,  semi-abiertas.



III


Mis violáceas hojas marchas

raíces que maúllan mi calma;

profundo el zarpazo de amor

que me afliges.

Osadía acariciarte en destellatoria

entre vela y candelabro

avivado tu hornillo de espejos

supinales.

galvanizada garra llega

a arañar la puerta;

rumor de fiera vespertina.

Solo ante tu sosegado

siempre azul violín

que la humedad

de tu floresta,

nunca más virginal,

entona.


IV


Despierta, flamea nuevo cierzo

por tus sotos de rincones sedosos,

humedad permisiva blanden

al desnudar tus mieles

entre tu piel serena;

abejas mías

dejar que la flor duerma.

Corajes florecientes

en ocaso que el alba lanza.

Desde la luz del día

hasta dentro la oscuridad

más densa que late y envuelve.



V


Sus cerrojillos tersos yo beso

en esmero amilanado de erizar sus nervios

a flor de candor estrellado, navego que avanzo,

tus filos de rubores aplacados,

esta luna entre mi tierra y mi solferro

una vez que su luz perdure mi hierro.

Placer enarbolado, en lustre de acanto,

ya mi querer no es piedra rodera

ni de osadía alabastro,

fuera de la batalla,

tersura que gemía la espera.

Mi piel de quimera,

inimaginada senda,

es un hálito y su verbo

una escala y nuestra escuadra.

Al placer preso

de sonido extinto.


VI


Retiembla el agua

un haz sobre espada,

inabarcable sentido

sigue, ahonda fiel

su rendición

en estallido del tesón.

melodiosa sierpe

en un vals del gemido

secundando el alarido

sembrado en su interior.


VII


Fuentecilla parece mi noche oscura,

fuentecilla retozona,

y de verdes lamentos quejumbrosa

como sombra leve de mi pájaro piador

que acuesta a dormir su entraña.

Sombras largas que descubren

el canto los lisonjeros grillos.

Blancura y azabache descansa en la arcilla

el nido mi golondrina.

Al fresco respiro de mi chopo soñador

lanzo un severo destello argento.

Longevidad imperial cercenada

como retazo de persistente

carcoma manida a mi verde intelecto

grave;

embaucaría sin tenerla

todos mis instintos,

todos mis impulsos.



VIII


Canta , canta mi pena azul

sin ocre zozobra.

Abre el verde ramaje ,

a la espesura de mi idea.

Entre un camino serpeaba

como culebrilla de un destino azaroso.

El murciélago castellano

rasgaba bailando,  ladeando

el cielo mullido

de levedad de colchón sin luz.

En sintonía opaca que rodeaba

y acariciaba.

El cielo abría su sangre a la noche.

Un sopor de estrellas

que en este invierno no tardaban,

y el rudo vigía  ciprés soportaba .



IX


Bajo tenue luz de luna

que los sentidos arrugaba

y mi fiero ciprés de lanza colgaba.

Avanzaba por el camino

los álamos,

como un sendero

en cal de maderos cenizos,

rumbo al Valhalla.

Alumbrado , rememorado,

anhelado

por todo guerrero .

Era un olmo frente la tapia

de un cementerio

en Fuente la higuera.

Caminillos de hormigas dispersaban,

desplazaban los vástagos

de forrajes venideros.

 

El Castellano


Tangencial, severo, recto

a este sol ferro fiero

de luna pavorosa descolorida.

Rey astro de cielos huérfanos;

soliviaré su fervor

por albas depuestas,

hijas de rayos derretidos,

un eco del hombre resuene alto

en esta umbría noche

que sangre previa

ya desvaneció.

Campo de raices en negra visión

y viborillas temblorosas.

Carne y cuerpo de metal

es mi azada mordiendo la tierra.

¿Cuántos ángeles disolvieron el vuelo?

En son de la belleza tornasola

en quietud reverdeciendo

estas selvas de sombra.

La llamada del guerrero.

La llamada de su espada zorro,

a su silbido forjado.

No es lugar plácido tras la vida,

no es esto, es aquello,

a cuántos insultaron los cielos.

A cuántos a su alma sobornaron

llegado el cristal de espejos,

y su laberinto de reflejos.

Soles cromáticos de escalas

intangibles de luz,

y sus rayos acuartelados.

Llévame en tu estela irisada,

yo me mediré con el Rayo de Zeus.

De letal sonrisa azur,

bailaré sorteando su electricidad.

Acostaré, ceñiré sotos

de vientos arrebolados,

en espirales.

Apolo me dará su brazo,

pondré a bailar Valquirias

en la fiesta de los condenados

a siempre vivir.


El Castellano


Cuerno sonoro,

cuerno vivo,

cuerno hueco

brillo frío templado,

vive tu osadía la bravura,

osamenta quebrada,

viertes tu sangre,

dando brío a la fuerza,

tu luz no tiene rienda,

tu puñal me dio

 vida,

y a Quoth el cuervo,

tu fiel agonía,

late, sangre fluye,

corre el lobo que soy

bailé entre serpientes

altura desbocada

he oído alzarse

almas bajo la tierra,

arde regio solferro,

oscuras alas blanden

sus filos de alba.

Regentan iris

la lucha que reinará.

Habla desde la leyenda

el origen de Iberia,

quién espantará

mis gritos entre ruinas,

desciende su poder

somos los otros,

canción de una piedra,

férreo el destino,

amplia senda

honro mis dioses

abridme el camino,

surcarán abiertos

libres vivos;

oda por esta tierra en llamas

por esta tierra en trizas.

Ahogarán alientos

bajo el dios del Trueno

ávidos guerreros resplandecen,

raíz de plomo

incandescente.


El castellano


Avanzas el campo

de mi irrigada sien,

cara por cara,

ojo por ojo de este abrojo;

Destino ciego de mi celaje,

bronco mar de trasiego

al broncíneo lar

encorajinado, nacido

de un pelo de un pelo,

rescoldo socavado

un acre sin pestaña hiriente,

vistas tras los espejos

para ser libre,

y enraizar este Sol ferro

que rehúye, desnuda las nubes.

Es un viento solar que me encara,

y afila mis fauces

que desencajan el tiempo

que ya marchó.

Pude venir a vivir

en la ola de luz serena,

el relámpago me alzó en compasión.

Pude renacer

pero no soy adorable,

desde estos acres

traigo

la flor de difunto

soslayada,

sembrado el tiento

queda resurgir del azabache,

y bailar sones de grillos

con sus raíces del mañana.


El Castellano


Magnánimo arrecido silencio

desnudado, su violín enardecido,

aromos fusilados, nacidos

en yerta conciencia,

y el férreo son amanecido...


Sangre belleza en pureza,

me abre éste el pecho,

sí bemol de opaco pío,

anuda mi clara secuela,

de ufanos clarines violáceos.


Afuello que venzo

mi claro oscuro fuego,

arrastra y consume esta tierra negra,

mi sangre y mi bandera,

esencia de una savia elaborada.


Soy el que abre

del nuevo árbol

un santo olivo,

que da miel a mi

reina madre.


Por mi árbol deshojado

en su nuevo muérdago,

troquel del inerte acto;

Parasitario.

Runas en sabiduría,

malvas granates de simientes,

simbología d'este solferro,

oscuro y su cuervo.

En nogal con su nuez

del tiempo, abriendo,

desnaciendo la nueva era,

afilando su fragua.

Los balcones extasiaban

por sones al llamado

del vítreo tras luz,

trasnochado,

en ascuas cabalgado.



El Castellano


Oscura noche me cuenta

de su vítreo trasluz,

cabalgado, por extenuada sombra,

es mi carcoma está despierta,

yo condeno a los que no son de su estirpe,

destellos malvas de luna,

ahorcan su compostura,

es por mi patio de la gris araña,

por mi tejo de flamas,

por mi fuente azul,

y mi jardín de cristal,

cuando yo me vaya seré tan chulo

que me recordarán,

este filo pulirá el metal,

el pueblo gemirá una hoz y un martillo de tierra,

hasta yo ser caléndula encumbrada,

avanzaré por los senderos del alba,

mi brillo será luz intransigente,

yo seré eterno como una piedra,

idependiente de lo que digan y digáis,

cuervo soy grazno por el sol ferro apagado,

yo voy que me siembro,

soy hecho de mis propias cenizas,

traigo muerte en vena cava

mi talento no acaba,

estoy tejido yo del miedo,

soy más fuerte que el desvencijado

alarido crepitado en eco de yacija

con su espectro

hablando en eco de su silencio,

me casé con la parca negra.

Vino a visitarme y la puse a dormir

en mi cama,

ente de otro ente soy

voz de alma

con voz taladrada dentro de otra voz,

tengo que poseo

dos almas en este mi cuerpo,

por eso hay sombras que no entiendo

en qué realidad me encuentro,

soy Förüq y mi voz seré encargado

de apagarla,


El Castellano


Efímero corre el segundo sin saludar

sin despedirse, sin preguntar si todo sigue

igual, avanza la manecilla de mi reloj,

hoy es de esas noches yertas,

que descubro mi tierra que late

bajo mis pies. hay avidez

en el subsuelo donde la sangre late,

destartalados pilares que me alzan,

recorrido de mi alarido

que muerde al conocerte,

he oído estaciones correr,

mi carne se funde bajo tierra abierta,

frente mis ojos

nebulosas abren, crepitan,

he nacido yo de su flamígera ascua,

mi solferro blande su noble falcata,

dentro mi carne la vida bulle,

su caída resplandeciente,

toda carrasca me dibuja al dorado tordo

de este atardecer,

el murciélago myotis

me cuelga la idea,

desde esta ojera férrea,

hoy me comí el firmamento anidado

en tu mirada aplomada,

soy experto recio como un lobo,

frío de segmentos cálidos de hielo,

maestro de mi espada,

escucha el brillar de mi navaja,

yo soy descendiente del miedo,

ámame como se ama

sólo una vez,

en el que nuestro color sea la piel,

afilo el poder de este silencio,

y te dicta

que te volveré a ver.


El CASTELLANO


Quiero deslumbrar mi camino,

ayen de estas víboras que caminan,

palpitar el látigo enfoscado

de sedientos corazones.


Entre sangres fugaces afilo

esta vida en grana marcada,

deshojada, por cuanto he conocido,

más que tristes metales lascivos.


Caparazón este el mío inerte,

vestido de marzos seniles,

agota, coarta la esquela

de mi memoria perturbada.


Camino sin camino

por donde se oculta el este,

veo la flor que desviste,

entre pétalos su iris difunto, imperturbable.


Te construyo sin verja, franca,

tapia ni acantonado te hago

a imagen y semejanza del aire.


Que pasa y mira,

que mira pero no descubre,

que nací dueño de tu avenida.


A este sol ferro  cuelgo agravios,

ofensas que desvanecen,

como la noche devora lo que es suyo.



El Castellano


No rebotan los tiempos llorando,

en escalas a ese cielo anhelado,

voy que viajo

y bajo mis plantas

la tierra brota, rehúye, fluye,

todo me alza

sobre torres sembradas

y sus trompetas abiertas,

desenfundo esta esencia

de estaciones correr,

hogueras profundas

en lágrimas de lluvia,

plantada mi compostura,

me crepitan las montañas,

los cuervos me rinden pleitesía.

Ante estos ojos

el ávido brillo

de oscuras alas,

frente mi carne

fuego enraíza

esta noble falcata,

encinas me enraízan

el dorado anochecer,

noche oscura

entre espectros de letras,

el día derretirá mis flores,

trepando mis venas de encaje,

mi azada será sangre

no más cuerpo y carne de metal,

al erizado filo

clavaré sentidos despiertos,

mi letra será invencible,

en flamante rebosante inspiración

parida de un rayo de sol,

ay la tierra que me clava la siembra,

ay sol ferro,

yo te hablo

al fulgor de venas

al calor de llama azul,

tú invencible

como la palabra te formó,

extasía lumínica

en candor de lunas aulladas,

ven a mi pecho,

te daré asilo,

desgrana este silo,

que mis manos hablen colores,

solo ante la adversidad

esta negra noche que huye

enjaula su oscura sombra

donde la letanía esconde

sus garras de cristal,

quedando repleto este umbral,

he oído llamar

llamar tus sangres de luz,

a violetas nebulosas

sin cauce

empotradas en sagradas espirales,

busqué tu vida eterna,

me contestaron inviernos

desmochando brotes extenuados

de tiempos atravesados

por tu espada eterna,

fuente fría

que llena dulce la fontana,

la vieja luna sonríe,

lo efímero será áspero y duro,

a la caída de este plomo,

se levantarán estatuas de barro,

tu lobo vestirá el sincero metal

por ser de hierro,

hasta su aullido de plata

a la noche sempiterna,

y sus enredaderas malvas,

campo este de víboras nacido,

por un surco repto,

y el alacrán me saluda,

soy yo tiempo olvidado,

resplandores

de este patio de grillos,

me cuelga la corona de caracoles,

por todas mis lumbres

abiertas

de caléndulas solariegas,

más que hoy

no espero nada,

porque yo siembro lo perfecto,

me responden sus voces del suelo,

al intransigente destello

me parto, me quiebro,

hasta dar mi voz

a estos campos

y sus sotos perdidos

encontrados en cada sangre.


El Castellano


Era esta araña

como un Sol ferro con casa,

era como un encontrarse sin despedida,

por qué,

porque yo empiezo esta obra,

camino destrenzo este campo,

me desmigajan a mí

sus flores extasiadas de difunto,

para decirme

que lo suyo es de todas las estaciones,

como hacer el amor

con azares alados y soldados de los campos,

que su simiente no es vida de un día,

yo digno de admiración

digo que me adopten

pues soy familiar

así no tenga savia

tengo sangre carmín

y mi simiente escrita

dura lo mismo que dura

la tierra sosteniendo vida,

desnazco de la hoguera

al crepitar del rayo luminoso

no soy como él invencible,

pero me cincelo mas recto y recio

que un hierro de carne,

soto-vientos atrás

las montañas hablan con la gente,

que sin ciudad no hay gobernante,

sin poesía no hay mundo ni creado ni

ni por crear,

más duro que los montes,

cabalgo esta letra

flamígera, extasiada,

al son de una espuela escrita en bronce,

digna del brillante metal puro,

para yo decir yo aquí

me he curtido y tejido duro.


El Castellano


Horizonte de la caída de este solferro

a reinar como una falcata de rayos afilados,

hondos ojos fijos en solariega planicie,

donde frías juegan moteadas las flores de invierno,

el reposo de la vida que se fue a dormir,

como un río de luz brotaba la escarcha,

un diciembre tardío saludaba

con sus manos heladas,

acariciando estos campos redondos

de cardos y caléndulas silvestres,

era un día de hacer manteca,

a mí el frío me hacía sentir vivo,

en este soliviar traigo mi espada,

pongo a sentir la tierra a mis versos,

que con cepillos de grama joven

se blanquea mi calzado,

viajo en mi mente

por el cuchillo calizo de la piedra

del caserón terruño abandonado

que posee mi padre,

rodeado por el fervor de pinos de monte,

donde próximas hacían nido las atochas,

a perdigones que son de la tierra

como la montaña a su roca,

cosas talladas puras como amaneceres

pulidos sin grises hojas,

ola rota mecen mis pasos

de un mar olvidado del que cepas anclan

sueños de vida,

del terreno en el que grillos esperan

el frío en sus agujeros

y su despertar para morir al acoplarse

a la melodía que teje la vida.

Avanzo en este campo de víboras

para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,

como mis pasos gorjean las carrascas,

todo mi mundo reverdece

para mí siempre es primavera,

y mi bravura llora flores por mis venas,

hasta tener del cielo

la malva del alba

hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,

del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,

me nacieron simientes silbadas,

y mis ojos enraizaron el campo.


El Castellano



DOCTRINA DE INMORTALIDAD:

 


Este es mi reino,

este es mi camino, mi elección,

devoción,

al uno, al Sol.

Mi guerra mi señor.

Antorcha de sola libertad,

reguero tu luz.

Camino de la virtud,

ascua perenne,

tu amada verdad,

forja de mi sangre,

destino atronador,

tu inmortal destello

iridiscente al alma en guerra,

somos los hombres muertos bailando

en tu corazón.

Clama esta nuestra Legión de Luz

un son férreo,

a lo alto los cielos,

Padre Creador te imploro mi humilde servicio

a tus Falanges cromadas de creación.

Alzo mi recia vida a mi sola espada

nacida y sellada por tu tesón,

En tus hoyos crepita mi dicha Sol Señor.

Tráeme que besaré tu Luz.

A ti rindo mis cenizas

y perpetuidad de alma.

Guíame amado,

a incendiar en reino de las sombras

con tu amor,

es mi reverencia, es mi servicio,

osar mi entrega al lado mis castos dioses,

Padre tú de ellos,

mi amor, mi Sol, mi veneración,

soy tu hijo,

destellado te amo,

desde albor cantado,

al origen de tu hierro en mi sangre.

Hoy es siempre por ti,

ángel en tierra

estruendo ciego,

de la vida de tu ceniza,

Sol dador de hálito exuberante,

mi campiña,

mi suelo y mi cielo,

mi salvación sólo tú señor.



Förüq Castellano


Cauce en rectitud:


Empeño asolado,

flamante compostura

en fanal infinito

de las flores del campo,

del ababol al dulce hinojo

diestro me dirijo hacia la suerte,

por coraza mi pecho,

por yelmo mi palabra,

un fiel reflejo por escudo,

es todo lo que pudo la armada  razón,

es todo lo que llegó

al río de las almas de mis venas,

dulce estampa de agua,

a vid de trigo y girasol,

la novena estrella me cabalga,

todo oscuro linde de mi vergüenza deslumbrada.

Ojo de mi ojo, viva siempre la virtud del aojo.

Vida de mi zarza quieta, de cristal en espinas

que su hielo en sangre me temerá;

una fiel hoguera de rizada ascua perenne,

rastrojo al fuego de mi quimera, sola su verdad,

es mi sed verdadera,

escarpada cumbre del hombre,

y su dicha en esquela,

yo lato sin nombre,

allá donde el astro esconde;

sentencio a mi olvido

a no volver jamás,

a este recipiente

de sangre que porto,

que hace cumbre,

resisto aleatorio,

en este panal de esbozos,

me enraízo lejos de este mundo,

me desdoblo en dos dimensiones,

las vidas de un día que me enjuicien

que mi camino no termina, comienza cada día,

en seno de espiral armada;

montaña, yo soy la montaña,

el Juez Supremo ya me dictó mi sendero,

que yo me he ganado,

que yo he tejido,

y que las lombrices

sigan siendo lombrices,

que yo sé donde dirigir mi vuelo

de cuervo poeta,

mi semblanza tejida

camina sobre una araña,

boca sin besos,

en cuarto umbrío,

me teje ella Litcher la llamo, a mi fiel araña,

un destino, pulcritud de estela alma,

un encuentro sembrado,

letra que complace mi tejado,

resbalarán las aguas,

mi navío fue llamado al negro puerto,

siniestro yo el comandante

sigo mi noche

que ahuyenta que se estampa,

mi letra quedará en mitad de tierra,

porque toda materia

es y será polvo de tierra,

un rezo y un ruego

para que sean iguales a mí

cuando me toque zarpar

al otro puerto blanco,

sin retorno cristalino,

ni rayos irisados.

Sólo un campo de zarcillos

y rosas caninas que destapan auroras,

semblantes del ser que fue alguien,

quien quiso ser...


El Castellano


Destello incesante Tornasola:


Sangre, pájaro, sombra luna. muerte en vaso de cobre, flor, estambre, lágrima, opacidad serena oscura, tristeza sola, destello incesante, contagioso azar inmiscuido, terco estruendo, vicisitud labrada...

 

Empiezo.

Desdén flamígero encorsetado,

en sangre de puridad, de alma o cristal en vaso

de alma y su terco sueño que era forma,

vicisitud o estela,

estambre y flor masculina,

 luna de muerte oscura en yacija,

y su opacidad serena,

de argenta guillotina

cercenando al tiempo suelto y libre,

su oscura lágrima

de muerte en recipiente de cobre,

sombra y su noguera nunca ruginosa

de raíces en pulcritud de soledad de savia.

Esencia en vals superior,

como ninguna hoja se retira del árbol

sin motivo elevado.

Tristeza caprichosa como pájaro caminante,

y espíritu en captura de azulada raíz

azul hermosea la vicisitud labrada.

Pureza de sangre su única campiña

yerto sentido,

de tuerto ojo sembrado,

sonaba el repicar del taladro,

como un clavo hendiendo otro clavo,

y una astilla sacando otra estaca,

azar alado,

en litigio de iris sediento,

era yo como cristal

de transparencia habitada

agradeciendo a mi musa de agua,

su fábula del pájaro y la flor,

despierto otra vida

que empezaba a soñar mi vida

a partir de mi presente muerte.

Y su vaporoso candor de estela,

un tambor sonaba mi tierra

abría del suelo una lira sobre un arpa

conjugando resonancia crispada

en cuerda y engranaje maldito

como una peineta de brujas afilando

el violín destino, que dictó

que abandono, sin haber comenzado,

y empiezo sin saber continuar,

porque acaso

¿hablo yo?,

¿O despierto sin haber dormido?

ni conocimiento,

seguiré indemne acontecido,

sin dejar de ser correcto,

jactaros del libre

os hace más esclavos,

perseguir sin incendiar vuestra casa del mal,

os lloverá lo cosechado,

se ama la virtud

la bondad destellada hace arder el odio,

y este en contrario resta luz cuando se le ampara.



 Förüq Castellano



Secuencia presa en ''Arañal'':


Plantado mi solo eco,

que abría mayo hasta marzo,

dictaba que hermoseaba,

amor en virtud.


De mi dama cantada,

versos sublimes encontraba

bañándose en el pozo de Airón.

Su edad rezaba mi ignorancia.


Evanesciera el susurro de toda lira.

Recuerdo vagando

que Apolo me deja solo,

y yo con mi arrida sien.


Derramo que riego mi pecho

y su yunque en vello,

me hollaba la fatiga de mi neurología,

y su esplendor se retira;


encanto recordaba de mi ferviente

musa de mis dos umbrales,

uno cuerdo, otro mejor.


Mustio el dolor se arrugaba la frente,

atónito que danzaba perplejo.

Invencible Castilla me aguarda.


De foráneos no queda ni simiente,

de insurgentes mi bayoneta,

don funesto de letra bastarda,


preso y yerto ahincó mi historia,

sepulcral victoria me retenga


de mi guarda, la Gloria.



Förüq Castellano



EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO:


Operación cero,

preparado para destrucción completa.

Temblando ruido agresivo

supresores activos,

hostilidad caótica

controlador inactivo,

ctrl.alt.delete

mente eliminada,

extasía fijada,

dominación eleva la distorsión;

extinta clase,

energía nunca muere.

Raza real avenga el paso,

controla el ruido ahora,

real es terror en el hueso,

juntos:

-Guerra al error,

guerra en la boca de locura,

nadie viene a morir hoy.

Tropas de la luna

blanden metal oscuro.

Más duro que el resto del tributo,

pura luz sellada;

fase helada en un dos tres segundos;

vidas en el ojo de una aguja

sistema sobre saturado

dirigiendo bajo tierra,

era del resplandor metálico.

Mortífera debilidad

perfección dicta

destruid el defecto.

Vandalismo ordena

descanse el tributo enajenado.

Llanto de la guerra crispada,

sórdida esencia implícita,

tercera fase encendida,

fuerza canta

ciega su falta,

exterminio en vena férrea,

faroles dormidos

esperanza difunta,

cobres almas anidan

sigilo deslizado

por entes de éter.

Energía, niveles óptimos.

Conquistar y destruir es lema,

pasado rueda

el olvido del tiempo.

Es hora de estremecer;

por un alma disuelta en electricidad,

fase oscura dispuesta,

era lumínica comienza decadencia,

telégrafos disponen alaridos en cópula

sobre postes de pino muerto.

Escarpias frías

sostienen pensamientos,

nueva era decreta,

hoy es mañana tejido en fábrica

de herramienta llamada éxito,

ilusión en cadena

para realidad de quien la estrena.

 


El Castellano 14-08-2018



Brota la rosa furtiva.

Hinojos al fuego de sol

expanden ojos viendo

inusitada encina que me respira,

por ende se agita el olmo secuaz,

avanzo el camino de los cardos densos

todo lo que veo crece sin más importar

ababoles en rojo granate tinta

de tierra sin despedida

sangre en vereda en verdad

al chopo viejo defino mi ida

abrojos difuminan la verdad,

enclaustrada savia la reverdecerá

esa que llegado el verano desvanecerá

crepita el suelo en color

añil el canto, digno encanto

se viste de espiga

a la malva tornasol

escucho la súplica

de toda espina que mece mi vida

reposa el colorín

por las margaritas abiertas

nacerían mis te quiero

y los molinillos al viento

acamparían el sentido

y el aliento silvestre nacido

al estramonio seco

canta su renacer de simiente

para el verano y el otoño

brotar sus trompetas de los ángeles

en vida y fulgor

por la ortiga que su hoja pincha

mecería mi vista

con el poder de acariciarte

el pensamiento

por más que avanzo

el cardo llena mi visión

el camino sin final ni retorno

lleva a encontrarte

por los cuclillos nacidos

por la cepa de vino

por el olivar vetusto al sembradío

acampa y despliega mi sino

de trigo y centeno visto

la acequia mi sangre lleva

con el fin de inundar los campos

de mi verso que es mi sangre

diestro compás de espada

lleva la cicuta

al brotar de un cebollino se muestra

fiel la floresta

por el ciprés que los muertos vela

se duermen los siglos

y la morera dulce torna

al trinar de pardillos

visten los castaños de indias

hoja nueva

el umbral silente cocina el hueso demente

a la vista del Sol

la lagartija está

el tragopogon luce su flor

para su posterior de su simiente dispersión

hogueras cándidas al sol

tienen las caléndulas arvensis

en su flor

siendo flores de difunto de los caminos

por la que los muertos bailan en su luz

del pino avanza la procesionaria,

mientras violetas nocturnas

dan nombre y honor a flor

los plantago que tienen su flor de su espiga

fieles estambres enamorados

de la vertical caricia

ven llegar sus soldados alados

infinitud de vidas en color

con flores regadas por la primavera

que mi sangre y de todo lo vivo

altera y mece en alegría

y sutil caricia de vida

su fiel avenida

del sol y la sombra nacida

lluvias despiertan el sueño

de toda simiente caída

brotando mi vida en lluvia

de este abril que tardío marcea.



El Castellano


TORDO ACOMPASADO:


En el océano de este mundo

abierto al cielo,

vive el cuervo,

por el desvencijado respiro mío

avanza, mece y sostiene

un tiempo en réquiem de espadas,

por aquellas voces que sordas

laten, se descubren, alzan,

se quiebran al paso de altares de hueso

por mis atardeceres de murciélago

voy ciego al calor del astro,

siente mi caricia de pájaro

esta vida en un verso,

alzando nuestra luna de acanto

y alabastro gimiendo el ocaso,

azabaches ensortijados, derretidos, extasiados

por el sendero despierto,

por el cauce que trae la vida, la mía,

ojos en resplandores dorados al tacto

de mi astro soslayado, 

mi azar es sembrado

vida de vida

late esta caricia

no hay retroceso ni regreso

todo está bajo tierras germinando

por la rosa de su pelo,

tu sangre me colmó en beso,

nuestro cielo de amarantos

fiel al respiro que alcanzó a ver

la belleza en noches de miel,

respira abre en ambrosía mi vida,

en este horizonte dormido

quiero ser de la piel resquicio,

que no me sientan perdido,

quiero ser Siempre tu sonido que acompasa

que clava olvidos

en despertares rizados que consumen

la retina y sus astros,

todo lo que anhelo es la verdad en silvestre flor,

tu eco alto que no hay pájaro sin nido,

esta noche será distinta,

el comienzo empieza ahora,

mi sueño de araña

que todo lo tejido

recompensa trae a lo sentido,

un avance de mi sangre,

ven al nirvana del ruido,

anticipa nuestro solsticio,

Yo que amo en mimbre de esparto

y verde espiga de trigo,

fiel comando el suplicio

de los valles de mi sombra

displicente, enamorada.

Encumbrada.

Sostenla, sostenme de la pestaña,

me nacerá un alba,

marcho, a través del hielo,

su azul en la mirada,

estoy sembrando mi escarcha,

y que venga y queme

este laborado tiempo,

que yo nací del viento,

alguien está llamando

oscuro este romance entre las malvas del cielo,

se escucha mi nombre,

tengo que cerrar este hielo,

colgando mi estampa

del árbol de las cenizas,

y que nazcan ojos de tierra

de este hueso,

que seguiré soñando

que fue sólo eso

un sueño en despierto umbral

de mi alma y su protectorado.


El Castellano


TU ALMA DE FUENTE:


Desasirse, tu voz ocurriera,

quedar sin partir mi alma,

como estalactita,

como sola queda la caracola

vacía y hueca sin hallar tu letra,

desasirme y quedar

yo, sin árbol ni aire,

consumirme como llama de vela,

apogeo, torre de breve arena,

cae de arriba,

este demonio sin pena,

hablar de mudas solitudes,

como eterno, es lo temporal,

verdad colmada de ausencia,

arder sin quemarse,

e infierno azul de otra vida,

aprieto de verso me solicitas,

te dijo mi ventana,

como entraña de invierno duro,

alma, asómate,

viste su hermosura porfiada,

¿Viste que mañana seré hoja incrédula?

De planta que yaga pura,

que brilla oscura mi siembra,

mañana iremos a desnacer,

porque hoy sin tu respiro,

ni poema solar, no es vivir,

¡Ay! Lo que no dicen tus ojos hechiceros,

yugo amante, fiel, 

que no abandona su sombra,

necesitaba tu dura grana de piel,

y tus rosáceos, granates, áureos labios,

mi alma traslúcida,

imponente,

reniega a achicarse,

lleve donde lleve,

el aire de poniente,

reluce por ella,

todo apócrifo misterio,

te debo tanto que no me imagino,

embargando sangre,

jamás esquiva,

jamás esquiva.

Todo este campo,

cubre y cubriría.


Förüq castellano Miguel Esteban


CLAVEL:


De una rosa malva y una espina,

nació este vil amor que me camina,

coge amada de esta temprana primavera,

tu céfiro de plata, que en su mitad,

dorará como níspero al viento helado,

en tu lágrima me baño,

por no hacer muda mi costumbre,

al vendaval furtivo

este dulce suspiro,

que se juega entre verde pasto,

y blanca cumbre,

andar iba por la vetusta oscura,

de pertinaz olvido,

vuestro ardiente gesto,

de mirada cual rocío en la seda,

de la ignota tersura aterciopelada,

luz entre vorágines y tempestades,

tus bravos mares,

con hocico de riera, yo, contesto.

Escogida tú de lirio en cuello,

hermosa, enhiesta,

cual hoja que viento mece,

esparce y conculca destino,

sí a Dafne de ramos y racimos cual nardos,

áspero velo me das a cubrirle,

raíces de sus pies en blancura esencial,

causa de mis lágrimas siembro.

Para me concedan tornar beso tuyo,

como brota de la tierra la simiente,

su despertar a besar a Sol padre la alumbre,

pensé en el cantado verso,

y tu piel de jara,

hermosura prendada,

quién solo contra ti,

mi flor armada.


Förüq castellano Miguel Esteban


PLUBIA AMORIS:


Lluvia amor,


Llovía 1 corazón, suspiro amor2.

Clamor 2, deseo, eterna alegría1.

Día 1, noche, crece le amo2.

Proclamo2, vida, venerada sinfonía1.


Reverdecía1 soñaba, amada nuestra3.

Muestra 3 alas, acelera sinfonía1.

Cercanía 1, sueño, verso, amaestra3.

Palestra3 profunda, crea, sonría1.


Beso4 dulce, agua pura5.

Cura5 alma, sinceridad ileso4.

Travieso4 sueño, arde coyuntura5.

Aventura5 esencia, amando sabueso4.


Quería1 decreta, olvido razón6.

Querer7 puro, solo sazón6.

Vía1 una, sentir8.


Bella9 compañía1, contentarse premura5.

Fuego10 complaciendo instinto embeleso4.


El Castellano




Plubia amoris:


Lluvia amor,


Llovía corazón, suspiro amor.

Clamor, deseo, eterna alegría.

Día , noche, crece le amo.

Proclamo, vida, venerada sinfonía.


Reverdecía soñaba, amada nuestra.

Muestra alas, acelera sinfonía.

Cercanía , sueño, verso, amaestra.

Palestra profunda, crea, sonría.


Beso dulce, agua pura.

Cura alma, sinceridad ileso.

Travieso sueño, arde coyuntura.

Aventura esencia, amando sabueso.


Quería decreta, olvido razón.

Querer puro, solo sazón.

Vía una, sentir.


Bella compañía, contentarse premura.

Fuego complaciendo instinto embeleso.


El Castellano


RAÍZ:


 I

27 abril 2016


Raíz:


Tibio resplandor dorado

mi aura escapa de mi cuerpo

para no saber quién ser

el ababol del camino clama

por enternecer la primavera

a rojo carmesí cuando la tierra estalla

en flores ellas dejan su río de sangre

allí donde el olmo viejo

crepitando mi sentido estaré

me nace una espiga de la mirada

a la hora que se acuesta una malva

luce el colorín su trino

la caléndula cierra sus flores en verso

a la hora que el tejo exhala por el tiempo

transcurrido hueso viejo

y su tornasol afilado

hoy es tiempo de colgar sus flores al viento

por si llora mi cielo cuelgo ramilletes

en chopos silentes que la vida

vio colgar de mis pupilas

al dulce trigo en verde olivo

que mi ser yace más que vivo

mi ser es primavera

a la hora que su caricia blande entera

mi tierra y su entraña abre

al esplendor de un estambre

y se eleva mi lumbre quieta

río de sangre que me crece

por soñar soñé y me enraizó la flor

y que la flor sólo sea la flor

Porque jamás mil máquinas podrán hacer

una flor y elevado mece su amor

por la verde grama

que se afila de mis ojos

la guadaña

por el ancho largo

trepó y escaló su cielo

al fiel desliz me hallaba

esperando adoptar su sabiduría

que reverbera en cada pétalo

en cada hoja, en cada raíz

de su fiel testigo estático

quedando quien fui

y la tierra que seré.


El Castellano


II

28 abril 2016


El tiempo que se abra

y brote mi vida

al compás de un Sol mayor

resumen de existir en el brote

de una zarza que allí

baila mi hada

estallando en flores su pelo

tierra yerma que vio trinar

el estruendo de un zorzal

quien te viera caminar

vestida de espiga y lavanda

por ti se abre la Rambla

tus cabellos iridiscentes al brillo

canta al son mi grillo

por un camino se bifurca el reguero

el gato lame su pelo

yo estoy esperando por si te encuentro

mi señora de las flores silvestres

se Acuña mi aliento

en una flor del viento

una flor pálida nació del cielo

con sus colores alegró al tiempo

de sus hijas nacieron alegres vientos

del norte que en color vistieron el bosque

una flor naciente abría su esplendor

a un Sol de mayo por ella tormentas

nacieron germinando a su paso

vivezas de antaño

por los prados viste mi calma

fiel a encontrar tu amor un día

por si el cielo se abre

que sepas que él te mira

mi señora de las flores silvestres

un cardo de la dama en tu mirada

por si vivo mi vida te entraña

fiel de esperanza

una flor bajó del cielo

a expensas de sangre tener

ella se volvió mujer

con tu nombre en la piel

por la floresta danzaba mi suplicio invernado

fiel testigo maravillado

con amor en las venas esperando las flores

de primavera y sus caléndulas

despertaba por fin Ostara

y el cariño de la tierra

mecieron los terrenos

un soplo de su aliento

me floreció un beso

Cuando los jacintos abrieron

sus flores al horizonte del terreno

yo estaba despierto

surcando la mente de quien me piensa

con paso lento y decidido

transmutaba la flor de Odin en luz

cabalgando un arco iris de estrella

sonaba la campanilla entre grama dolida

era el momento de acostar

los dientes de León

al tiempo que besaba fragancias de colores

mi jardín de duendes.



El Castellano


III

29 abril 2016


Todo se baña al calor

de tus ojos

ciñendo la danza

de mi azada

se enhebra mi calma.

Vespertino guiño

de gramas preñadas,

por la sed de arrojo

por tus estrellas desdobladas

Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada

Yo estaba caminando sobre mi línea

la noche me contaba sus mentiras

sobre un parco negro límite

me encontraba

disparé a la luna sin hueso

se me acercó un cuervo

con alas azabache

pregunté a la noche

que su abrazo en letanía aguarda

si yo era merecedor de su dama

yo soy la voz de pasados lejanos

soy la voz de un futuro

soy eco de tormenta

al fuego de su rayo

llevo a cuestas montañas

enjambres de abejas

quieres oír su nombre

que la oscura soledad late

Él es Siempre

como un relámpago de sangre

como una luz que mece y envuelve

es el despertar en otra carne

en otro cuerpo

las sombras cantan a su vuelta

yo que camino por la ortiga que me mueve

hoy verá el cielo llover flores

y los campos abrirán sus colores

al rey astro que nada ni nadie

contra él puede

por si brilla mi suerte

de la mano de la dama nocturna

contará aquel cuervo que me vio.



El Castellano


Carmesí inefable:


Turbado yaga mi espíritu,

sin voz yace mi gran momento,

puridad en crisálida perpetua,

oh, lacónica eternidad,

no te temo ya

ni tu crisol de hálito

me vence en inmortal secuela,

recto ganaré a la luz,

por su ceniza coronada,

cantaré hasta el etéreo vuelo,

me trasplantará el viento obscuro,

metálico azar,

erigiré un árbol de brea,

en mitad del todopoderoso silencio,

mi flor no sucumbirá,

ni mi verso armado

será litigio de crin en ascua.

Filial prestancia,

que nadie trepa mi solo nombre,

por cantos obtuso,

en sangre

suceden labriegos

fecundos.

Terrazgo de mi amor atado,

canto a mis generales,

despejen el camino,

y entre férreos cipreses

me avalen.

Tanta herida precedida,

tanta voz que muere,

sin soto de almíbar,

pena que no muere,

son este de mi bronce en ala

de un repecho carmesí,

soledad,

mi gloria tan fuerte.

Azucena helada de mi tarde,

resuena en ti

un azar indeleble

para indicar sin sonido,

que tengo corazón y cielo

atrapados en un solo verso.

Olvido sin espejo,

mantuvo suerte segura;

luz sin día ni ojos

fue perfidia en otro astro,

azul, paz,

cuchillo que mi vida hiendes,

a cercenar toda oscura alegría.


Förüq Castellano


COSECHADOR TU AGUA:

 

¡Armaos, perros poetastros,

poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres,

vuestras líneas sin más tardar!

Es tarde para volver atrás;

No dudéis ni un suspiro

de este yerto que cruzó

el río de la Estrida.

¡Mas, por regio el Sol caudillo,

por su blancura de Madre,

oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte,

hay los cielos.

Y hojas hay en mis manos escritas.

¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!

Suenan las grandes trompetas

que ni en toda Babilonia,

ni en alta torre de Hércules

su resonar pueden disolver.

Recobrara mi aliento,

mis ojos cobraran su luz.

¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!

Día tras día nuevo,

tirando tajo de verso recto.

Embestía y no halagaba a ninguno.

Por un pajarillo envío

por una hermosa golondrina,

que allí donde se vea una alborada,

Hipsípila caudillo hijo,

siempre vivirá como invencible Sol.


FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García



FINAL MANIFIESTO










FLOR DE DIFUNTO

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