viernes, 14 de junio de 2024

LECHO PARA NOBLE SILENCIO


LECHO PARA NOBLE SILENCIO:


Encontrase siguiera,
novia, amor y mujer
este dolor enjaulado
de amistades perdidas,
de amores no perdurables
de tiempo libre, efímero,
clavado en la tierra
de tumba yerta, perenne y muda.
Toda divina causalidad
soterraña de limpios besos fatales.
Yacija filosa de alma su boca,
cónclave de Mercurio, Júpiter y Atenea,
bajo mansas lindes
se acostó mi espíritu,
ya solivié que desterré
la parca negra y sus alfileres.
Atraje a mi yermo ambrosía
de musa su esencia,
ya afligido serví impetuoso
al solo halo flamígero,
desdén de pocos
sin superior,
ni madre conciencia
acuné mi desdicha
en su melífera ternura.
Patio manso,
con redil cercado mi cordura,
osamenta de luna desciende
a mi ambrosíaca esfinge,
acunada mi parda, honda sepultura,
vine que traigo sus voces difuntas
en el carrizo de Helios,
en las rosas de labios de mi amada,
que acaricia que regenta
la negra sangre afligida en esta espina,
maldita sombra, ay de mí,
sonríe mi noche furtiva,
con lengua maligna.
¡Oh, divinidad superior!
Cubran tu manto de las flores estigias,
y los ríos dejen de llorar
sangre mortal,
la fecunda alegría sea cenit
y dichosa ceñida a tu torso
de mujer fecunda,
a ti te abran mis flores
cada primavera,
¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus!
Escucha, susurra nuestro silencio,
el tiempo que cerraba mis ojos,
y vestía la flor de opacidad,
con el color todos mis sueños,
buenos malos, no niego,
Abrid por Catulo
los cerrojos que atavían
a su agua de palabra,
hoy, siempre, se escuche mi marjal
de claras hierbas,
fecundando su clara tierra de piel,
de mujer valedera.

El Castellano


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