MIS CUCHILLOS SEMBRADOS MI SANGRE YERTA:
Del cuchillo hiriente
a la voz mía por temblar,
en esta zanja de tierra muerta,
el oro que no vuelva a brillar,
ni mi destino a fulgurar,
¡Lluvia! cae y suena de nuevo
te lo ordeno,
mi brazo
mi hombro eres de un trazo
no te hundirás si no
sólo a cavar tu propia sepultura,
el horizonte yace silente,
en difusión de espadas,
paga mi precio de vivir sin ningún miedo,
sin superior mas que mi sombra,
que algún día juro
la alcanzaré,
a veces me rompo en mi pasado,
a veces cabalgo el linde de mi oscura pena,
silvestre como las aguas,
caminante sin sendero mas que su arteria de sangre.
De mi sangre y oro fino,
de oro fino y sembradío
de trigo y de vino,
se viste mi Triana en la arteria del lugar,
campo lindo, amapola en su sangre,
olivo y regadío
sierra y labriego,
sierra y lozanía,
canta mi Castilla de su encina herida,
canta el olmo viejo
quiere tener raíz de pan de centeno,
llora mi vida en la sangre del barbecho,
soles de niebla y barrizal
corren mis lágrimas d’este lugar,
muerto vivo en mi cruz de tuerto,
ya viene la parca a llevarse
a llevarse la rosa de este réquiem,
y alegre viene la parca a llevarse mi cantar,
hombre de bien no quiebres tu rodilla
no quiebres tu rodilla
en reverencia al asesino que gobierna aquel,
campo, campo hay, en mi olvido
que se viste de hinojo y de endrina
de espárrago triguero el suspiro
el suspiro de este mío latido,
jilguero de mi cardillo
no tuerzas tu alita en tu trino,
silba el amor de este reino,
pies de barro arcilla de Caín,
hoz de guadaña de esparto,
grano de nuestro granero,
sed de cada hambriento,
tiembla mi patria con su inepto gobierno,
como dirigir lo que no se puede dirigir,
como clavar cruces a cada campesino y obrero
desta colmena de mi señor,
cada abeja envidia su reina
que se lleva la miga de miel caliente cada día
a costa de nuestro sudor,
muerte, muerte al opresor,
maldita estampa dibuja el viento del usurero
vestido de traje y cordón,
vestido de traje de lino y algodón.
Muerte, muerte en esta canción,
llueve mi sangre el papel,
si mi aliento llevase al vivo a sentir,
si mi Triana fuese guirnalda de harina,
si el pan comiese la boca,
si no se quemara mi tierra en la hoguera
abriría el cielo para clamar mi dolor,
vuelto templo de mis dioses,
levanta, levanta y camina cada camino,
cada camino de zarza y espina
rosa, rosa divina tus labios de mujer
el manantial de tu piel,
fuente de mi hiel,
perfumada de brea, de sal y arena
llora mi flor
no aguanta su dolor,
un desierto que envuelve cada bosque,
humo y alquitrán manda cada ciudad a alzar,
amor sencillo natural, ¿Dónde estás?
dónde estás mi vida que te escondes por las ramas,
por las ramas de mi soledad,
te cultivaron el consumismo en cada lugar
olvidaron lo natural.
Cada raíz de árbol llora y grita en su silencio natural,
Cernunos no encuentra ya su hogar igual,
cada carretera le cercena su moral,
de sierra y siembra tiñe mi umbral,
oda al cielo de mi lluvia inmortal,
de nieve y hielo clavo mi aliento,
hasta adueñar cada lugar,
sombra y demonio de mi morada
despierta, despierta deja de llorar,
espiga de tu pelo
Triana en tu despertar,
quien viera tu caminar,
por las veredas de Andalucía,
por cada poeta muerto que dejó su sangre en la tierra,
te llamo y respondes desde el olivo de Jaén
desde la Alhambra de nuestra Granada
renaces Lorca tu sombra para clamar por nuestra libertad,
para clamar por nuestro pan,
muerto vivo si no siento mi latido,
cada río inundando mi olvido,
mi frío yerto floreciendo mi ciudad,
faroles y coches edificios y hormigón,
muerto en esta jaula,
por respirar aire de montaña,
por tumbarme en la grama a pensar,
por tumbarme en la grama a pensar,
me nació un fantasma que ama de verdad
que se ilusiona en mi mirar,
hoy te entrego mi aliento sin mirar,
vivo para verte caminar,
y que no te maten la ilusión al besar,
alma de mi alma me cantas la luna primera,
esa que enamora mis hojas de otoño
esa que se viste preciosa,
hasta el firmamento del mar,
tristeza seca pena mora
pobreza asesina que nos quieren dibujar,
matar tres veces al que ya yace muerto
en su infinito de cristal
cuándo tu despertar,
cuándo te alzarás para expulsar nuestro mal,
cuantos llantos aguantarás soportar,
cada poema mi letra compañera como mi puñal,
clava la sangre del tirano
en espinos del infierno por dibujar,
ahoga mi llanto hasta volverlo sed de verdad,
sufre mi tierra
en su llorar nacen las semillas del mal,
alma de pobre en este suspirar
por este puente,
por este puente,
réquiem de mi tierra muerta,
réquiem por mi tierra en brasas,
parca, parca bonita enamora mi latido maldito,
muerte, muerte al cacique
siembra tu guadaña en la corte de nuestro mal,
siembra el mal de ojo,
siembra tu oscuridad,
para que el rico no vuelva en oro a brillar.
El Castellano y Leannán-Sídhe
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