I
¿Quién eres tú Migue?
Me preguntaron un día,
empecé a orar,
dentro muy dentro mía,
quizá pudiese responder
rápido, sin divagar,
segundos marchaban
cual guillotinas funestas,
respuesta digna
hijo de madre mujer,
e hijo de padre hombre,
sin referencia temporal
fue difícil blandir,
una larga travesía me trajo,
hijo de un siglo resplandeciente,
que mi alma bulle,
está ardiendo,
en mi ser la epopeya
infranqueable de un tiempo
disuelto entre cascabeles y canicas,
infancia puede de bicho bichín,
entre sacar cardillos del asfalto y
tejerlos a vivir en tiestos,
trompista esencial
y malabarista de curiosidades,
me preguntaron como arma arrojadija intuí
por lo que debía contestar con otra pregunta
cual gallego,
o explayarme insoslayable,
indestructible,
¿Quién eres tú Migue?
-Soy lo que nunca serás,
porque nunca has sido ni tú mismo,
soy constructor de tiempos,
hijo del entretenimiento flamígero,
nacido de semilla, daga, y vientre de fuego,
por mi virtud, sombra y brazo de Caín,
que semilla toco,
semilla brota,
sé al noventa quien no soy,
ni trepa letras ni juntador de versos,
ni funambulista de vértigos en palabras,
ni filólogo,
ni asaltador de diccionarios,
tejí mi palabra
desde pubertad,
y que ella me haga hombre,
en presente,
socavaré laberintos,
saldré la crisálida
de la boca un dragón,
mi Musa me contestará
aunque no pueda,
rebrillaré noches
entre hormigones celestes,
soy una cuestión,
lo que varios entes,
o cabezas de grama,
nunca osarán ser,
mi fin es dedicarme a la agricultura,
para ello nací,
entre ascua y un oráculo
me revelaron mi designio,
crece cuanto quieras,
siembra tu aliento en las tierras,
todos hasta tú saben
para qué viniste a ser,
¿Quién eres tú Migue?
-Semilla de mis castos dioses en Tierra,
mi reino llegó como este mi momento.
Esteban Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
II
Amapola de fuego:
Fuiste rocío, lágrima de flor
que me caía las avenidas del corazón
eres flor que enraizó
en las soledades y oscuridades de mi alma,
pétalos deshojados
en la luna de tu sonrisa
que vertía su vergel de hielo,
mi cuerda de violín que afilaba la sinfonía
de nuestras estrellas bebidas
fuiste pozo donde bebí la esencia
vuelo tras vuelo en el que abrazarnos
y caminar juntos
sueños explotados en la lengua del deseo,
hoy las cortinas descansan de su lecho de espinas
hoy redes me atrapan la serenata de tus dedos
tus palabras de vino me sangraron la amapola
mi cielo tiñó de alba con tus labios
viérteme el suspiro de nácar
acampa mi niebla de espíritu que sujetas
hagamos temblar el silencio
hasta encontrar su idioma oculto
ese que nos trepa la espalda
flores de piel abriendo al rayo de sol
cielo de color que abre nuestro clamor
enredados en el viento que nos aúlla el corazón
piel de tu piel que ando a encontrarte el placer
luna de este cielo enardecido
que clava su plata en el vidrio de los ojos extraños
árboles que cuentan sus hojas de unión
en las redes del destino te beso
hasta volvernos fuentes
mi puente del olvido cae derrumbado
mi afluente rebosa de amor sentido
el río de gotas en sus almas
te cuenta mi secreto
como estas hojas al viento
te tararean mi sentimiento,
ven, ven conmigo bebe mi camino
túmbate en mis juncos
cántame la vuelta de mi cielo
derríteme la escarcha
asesina este color gris que anidó mi firmamento,
encuéntrame las fuerzas despiertas
para crearte de flores el reino,
para volar en nuestras alas de corazón
y surcar abismos
a vivir en la gota que moja la felicidad
de unión de dos,
de latencia de esta semilla que nos brotó la sangre,
eternidad de la espina y la rosa
alegría de la flor y el insecto que la besa,
latidos sin olvido.
Sueños con nuestro abrigo,
caricias que nos dibujan
que nos arañan las ganas
hoy me hago poema sin importar la letra
derrito mi hielo esperando ser río de tu desvelo,
esperando ser el primero
en sembrar tu locura del latido
tu fuego desbocado en cada surco
del corazón enamorado.
El Castellano y Leannán-Sídhe 2016
III
¿Cuándo podremos enfrentar mirada? Preguntaba
al matiz insoslayable una espera ensortijada,
¿Qué ocurrirá tras semajante prodigio?
Mares turquesa surcarán hasta adentrar mi almoHada,
no habrá ya pajaritos afligidos suicidas,
ni gorriones estrellados en ventanales
ni golondrinas volando en picado,
los campos regirán esmeraldas sabores
la vida afilará bellezas
nada bien hecho desvanecerá
aljibes emanaran oro líquido,
no habrá ya despensas de olvido procaz,
huirán colmenas de espalda
de pensamientos vanos,
se vestirán todos colores de bellas ilusiones
la epopeya me surca
concederá comunión final de astros,
tuyos y míos,
estrellas por cielo, miles,
acogerán tu parpadeo,
entre pestañas y ojeras de luna,
puede ya pueda considerarme merecedor
tu cariño imantado,
y de llamar con brío e impetu
segundo paso nuestra contienda
y trébol en sueño despierto,
lo sé que verte quizá es merecerte,
inciso baila,
me enseñaron a luchar cuanto quiero,
y afirmo serás realidad en mi vida
el contrario no ciñe idea,
sí el plan de acercarme al punto más óptimo
vislumbres mi inocencia y bondad.
Sin ti soy, pero sin ti no quiero ser.
El Inocente
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