martes, 12 de julio de 2022

SANGRE DE SOL

  




SANGRE DE SOL







Autor: Miguel Esteban Martínez García




LUGAR: La Campiña España Castilla
































Tabla de contenido


Paradigma, arquetipo de mi inspiración: 6


Faz vivo: 8


Destino irisado floreciente: 9


Embeberse el alma: 9


CADUCEO ESPIRO: 11


EXIMIA FLOR DE CENIZA 12


Abeja de tu arpa silenciosa: 13


Indemne acontecido: 13


La esencia: 14


Al sol mío venidero: 15


Pesquisa superior: 16


Silencio en tu hielo de ojos: 17


FLAMEAR, Destellatoria, OCITÁNUL: 18


Sacerdote de Musa: 19


Beso de agua ignota: 19


Halo chirría: 20


Poema de 2012: 21


Outsider (Fuera lugar): 22


A Calíope: 22


FUENTE EXTASÍA: 23


SILENCIO ESPINADO 23


Umbrío trueno: Oigo estruendo 24


RENACER DEL ASTRO: 25


EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO: 26


Campo de espigas: 28


Piel labrada: 28


Fulgurado sino: 29


Vuelta al inicio: 30


Sangre de musgo: 31


Carmesí inefable: 32


Severidad enfilada: 33


Soliviar llano: 34


Canto de luz fecunda: 34


Remanso y su era: 35


Alborea el otro lado: 36


Tañer de hiedra: 36


Carne espectral: 37


Azares de lluvia: 37


Son, del ascua: 38


Tiempo en floración ruginosa: 39


DOCTRINA DE INMORTALIDAD: 44


Cauce en rectitud: 45


Destello, incesante Tornasola: 46


Secuencia presa en ''Arañal'': 48


Rosa de los tiempos: 48


Flagraré tu ascua: 49


Grillo IX COMPLETO: 51


Aderezada estela clara: 53


poema reeditado 15 de mayo 2013: 53


Réquiem blande: 54


Abre pulso, transparencia habitada: 55


SURCO MELOSO: 56


Cuervo primigenio: 58


Origen en libreta, ¿Cómo llamarte?: 59


Serenidad eternal: I 60


Pureza acristalada de entraña: 64


Desposeído umbrío: 65


Latido inefable: 66


Sangre de Sol: 67


Escrito en sótano de luz 2015: 69


Fractal: 69


El Castellano 72


Mi sangre yerta reedición: 72


Uccellasica Concanauna 73


Zarcillo su campo: 74


Escritos del azabache: 78


Un cuento de 1997 primer escrito con 8 años: 78


Siembra abisal (2011): 79


Mariposa esencial, septiembre 2011: 79


Rubrica el hierro: 80


EXPRESO: 80


Cuatro cartas y diez monedas: 81


83


TOMO SEGUNDO 84


ABABOL SANGRE DE SOL 84


Liras 84


Araña de noble silencio; Oda en Liras 96


Raíz de candor mineral-Oda en liras: 98


Castilla Oda en liras: 100


Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019: Río Tajo: 102


Grillo Oda en liras 104


TOMO III 108


III IX Oscuro haz, luz sembrada: 108


Mi SOL; 108


Oscuro haz, luz sembrada: 108


Tablero de existencia: 110


ERRE QUE ERRE: 110


Graznido escondido: 113


Libreta Hipsípila bitácora Armonía: 116


IX 125


Ama a quien te mire por tener magia: 125


 Alevosía tu vítrea mirada: 129


Ascua espiritual: 132


AÑIL SECUELA: 136


XII 137


Oda de sombra nocturna: 140


Latido sembrado: 141


Espectro en el silencio: 143


ÉGIDA DESPIERTA: 149


Espiga roja sangrante: 151


POR MI PRINCESA ARAUCANA: 158


CERNÍCALO PROFUSO: 160


NIEBLA CON ABISMO EN RAÍZ MILENARIA: 161


SIEMBRA TEJIDA: 162


OCASO SEMBRADO: 163


VI FERVIENTE IRISADA CONDENA: 166


Progreso de la boca gris: 168


Honra castellana: 170


TERCERA ASCUA: 172



LECTURA


III 24-05-2019


Paradigma, arquetipo de mi inspiración:


Alma.


Pilar, cimiento, señero, clepsidra de sangre,


veleta de un destino superior fundado en cuerpo razón y voz de lenguaje.


Templo, morar, y fortaleza


de mi égida despierta, armadura de Atenea, escudo base de Zeus, claridad de esquela sembrada,


vida de la vida bajo tierra, sol oscuro de intelecto,


deshojar del árbol naciente en materia hija del éter personal,


torrente de caudal mágico,


ciencia de umbrío tomo,


sembrando luz y sus ríos sanguinosos,


Madre sin ciencia, con superior.


Bondad en nitrato de Chile,


Espiral de comienzo si este arde


pero sin final pautado hasta mi muerte


que será quizá cuando se complete mi hoja.


Fuerza y brío danzan en mi espalda.


Aere perennius.


Más duro que el bronce,


raíz de los  dioses insignia;


es mi estirpe sola,


inspiración; espiral,


comienzo dispuesto del que parte mi sangre o savia,


a mi razón acrisolada


en sótano de luz, inicio sin final determinado,


desempeño soldado escritor poeta Castellano, hoja de Hipsípila su ser, destino morir a mi gusto no al de nadie y completar mi hoja que es mi vida presente, siembra, toda siembra trae cosecha, pulcritud as de nueve espadas, labrado superior, ó Valhalla, sombra, sombrear, dar detalle a un dibujo, sombrear mi celada de intelecto, detalle, arquetipo, paradigma Oscuridad se ama no se vence.




EL CASTELLANO


























Reverdecía la Virgen encina:










Soliviar vetusto acoge, siembra


llano de altas tierras


que es el poema que se piensa,


quiero abrir el mar de encinas; afilarme


en su quieta vereda, enajenada, obtusa,


guardarme en sus flores puras de tierra.


hondar brotado, pulcro del fuego,


y su entraña destellaba como luz vieja.


Crispaban rayos entre brezos de fuego,


cuando un aleteo de nuevos estambres erigió;


cedía angosto paso,


colores de trampa abandonada,


fue la era, entre trilladoras oxidadas,


escalonado asir de místicas palabras


que yertas de conciencia


no escapan. ni difuminan.


Una casa en la loma desgañitada


de la insepulta tierra, madre de las cosas,


rodaba mi paraje perdido, inencontrable


entre voluptuosos pinos erizados


en verde nupcial de un jardín de albas incausado.


Espinos amarillos sujetaban el paisaje


con esparragueras del sueño yermo,


camino del linde quieto de Humanes


se exasperaba voluminoso el río Henares.


Misteriosa caricia mañanera,


al sosiego del jardín que nunca tuve,


tierra que no es de nadie sólo esta se presta


y maneja, como un mampuesto acampa sin esfera;


un continuar de lo que siempre estuvo y está


siendo el poema arena honda, flamígera


sembrado en brea,


y mis manos tierra del siglo que sembró


la retama del ocaso,


soliviares de encinares espumosos


un color duro, recio,


que verdecían ideas su paso,


raíz del mañana acrisolada,


anclada su verde savia.


Perpetua añoranza sin causa, un origen


el sembrado por los dioses;


crascitar que belleza acoge,


que arrulla en sus alas.


Metamorfosea, dictando rubor


entre escalas terrenas,


cónclave rumbo al cielo de las plantas,


un cuchillo de grama blandía


sequedad de estío insubordinado,


oro trigo esmaltada la sed que acusa,


un solo dictaba el grillo


en Sol mayor,


paseaba el camino la zarza,


me crucé con un alacrán soberano


quien yo era,


con sus pincitas


cercenar mi poema puede.


Hombre de lluvia


entre el marjal solanero,


pretiles gestos soterraños,


poza de su silencio


amalgamado de nuevo,


solo desliz pasajero y vuelta


a su patio de caléndulas


de sueños azules.






El Castellano


Faz vivo:




Ojos tuyos que enigmáticamente


avivan el furor de los astros


en abismo paralelo, cósmico;


un crujir de ascua, interna


y desfondada late


la profunda luz


que mi pecho abre,


eterna batalla


cuando en tu mirada


suena la sempiterna noche.


Un deslizar intangible


que marca el tiempo


sobre la ojera de la luna,


desviste que alumbra tu paso


onírico en carrusel


de estelas flagrantes


dictando como es arriba es abajo


tu bella secuela.


Zarpazo superior


y vuelve que se aposenta


azar de tres caras,


corralillo de estrellas


y volví a descubrir


que los ángeles no tenemos miedo,


cromático azar indeleble


un parpadeo bramador,


en escuela errante


del nido mi cuclillo correcto,


sentí al ver en la tierra


mi placer que cierra,


canción de río mi bravísima alma,


por frondoso valle


de faz en luna amante.




El Castellano


























Destino irisado floreciente:










Dama de la noche


tus mil especímenes


de besos en negrura caminantes.


Por un crimen de flores


avanzo que adentro la tiniebla magna,


una sola esfera


mil sombras camino


hacia la negra puerta


del sigilo nocturnal


todo se vence en un abismo


cromado, rasguñado,


las solas tempestades aladas


luz afligida, en torno


la cornucopia veloz


que todo distendí,


mineral candente acusado azabache


pletórico,


entre bruma esfumada,


informe desliz nacarado en musa mayor,


entre el señor Niebla


y sus rocas mortecinas,


abren esqueletos nimbos indescriptibles;


espectral bruma mi soslayo,


entre este humo solitario


y mi adoración endógena,


como sendas surcadas


por mi babosa metálica,


hilvanados caminos plateados,


conjeturas por sombras


y sus halos indiscernibles.




El Castellano


Embeberse el alma:




Ven, aguarda


el suspiro que escampa,


por orillas infranqueables


lo esencial tu magia,


como torrente pulsado,


de falanges paseando,


silencio eterno en las aras,


voz como núbil destelleo,


incesante que acrisola


entre tus dos pétalos de labios,


avalanzó el torrente


queda engarzar y trenzar el beso


fugaz entre dos ríos,


pardo y perenne.


Dulzura incipiente,


como fueres


siempre a tu lado del azul


intangible,


vagando yo aciago


por las lindes de tu alma,


anhelante,


quieto expectante,


de tu rubor en abrevadero


y sola poza,


en destino,


franca, flama


y un deseo que corre


y te acampa,


voy hacia el tercer suceso


tu gracia


terneza, entre puridad


y ardor entre ascua y candelabro,


entre vida, sueño o beber tu guiño celeste,


vaporeado.


Desnací en tu agua quieta,


una vez y así constantemente


avivando la ilusión


abismal que nos envuelve.




El Castellano






LECHO PARA NOBLE SILENCIO:






Encontrase siguiera,


novia, amor y mujer


este dolor enjaulado


de amistades perdidas,


de amores no perdurables


de tiempo libre, efímero,


clavado en la tierra


de tumba yerta, perenne y muda.


Toda divina causalidad


soterraña de limpios besos fatales.


Yacija filosa de alma su boca,


cónclave de Mercurio, Júpiter y Atenea,


bajo mansas lindes


se acostó mi espíritu,


ya solivié que desterré


la parca negra y sus alfileres.


Atraje a mi yermo ambrosía


de musa su esencia,


ya afligido serví impetuoso


al solo halo flamígero,


desdén de pocos


sin superior,


ni madre conciencia


acuné mi desdicha


en su melífera ternura.


Patio manso,


con redil cercado mi cordura,


osamenta de luna desciende


a mi ambrosíaca esfinge,


acunada mi parda, honda sepultura,


vine que traigo sus voces difuntas


en el carrizo de Helios,


en las rosas de labios de mi amada,


que acaricia que regenta


la negra sangre afligida en esta espina,


maldita sombra, ay de mí,


sonríe mi noche furtiva,


con lengua maligna.


¡Oh, divinidad superior!


Cubran tu manto de las flores estigias,


y los ríos dejen de llorar


sangre mortal,


la fecunda alegría sea cenit


y dichosa ceñida a tu torso


de mujer fecunda,


a ti te abran mis flores


cada primavera,


¡Oh, esse  Veris dilectus tui in melieribus!


Escucha, susurra nuestro silencio,


el tiempo que cerraba mis ojos,


y vestía la flor de opacidad,


con el color todos mis sueños,


buenos malos, no niego,


Abrid por Catulo


los cerrojos que atavían


a su agua de palabra,


hoy, siempre, se escuche mi marjal


de claras hierbas,


fecundando su clara tierra de piel,


de mujer valedera.








El Castellano








CADUCEO ESPIRO:




Ola de escollo en tierra


consigna sembrada.


Llamas en ojo de sangre,


horizonte que atiende,


Luciente llama.


Escita levantas


de insignia pasajera;


mi dulzura de cólera nacida,


cantad mis años dulces a Diana


entre boscajes y frondas suaves


donde el torvo cielo no amenaza,


allí se blande mi ser recto


de conciencia pura


cantos se erijan


de verdad desnuda.


Sombra de saetas vanas.


Sangra luz viva,


altiva, nada sin tus honores


consagre el viento de plenilunio


ceñidas las verdes sombras


de las hiedras arrancando


liras al pueblo fragoroso.


Vieja entraña lacerada,


escucha


el reverdecer de la sagrada cepa.


Vestal engarzada,


encorajinados templos


nacidos del fin


de los tiempos,


túmulos de luz


con soterrada cripta,


abriendo, despertando


senderos sin final,


sólo comienzo


llamando la resurrección;


posando nido de nueva sangre,


sonando los clamores,


tambores aguardan la nueva guerra


que trae la vida,


eterno resurgir


en vestigios yertos


transmigrando el eterno


ciclo existencial


por el que


quien nace guerrero,


guerrero muere


y guerrero renace,


en la lucha de completar


su alma en final.


De navegar el Valhala,


así bajar hacia arriba


la osadía


de Parnasos devorados


y furtivo conocimiento, que no acaba


como espiral de perfección era,


de siembra


de capataz del único


origen de tierra,


deslumbrado este hueso avanzo.




Llameante fuego,


de los cielos


acoges y al frío duermes


que los campos


ya no emblanquece.


A ti padre de los vientos


te imploro traigas tu negro vendaval.


Así choques Aquilón norteño,


con Ábrego;


abre esponjada la tierra


a tender umbroso,


páramo sin azote


del fuego del cielo,


oh labrador,


que clama ya,


la enhiesta primavera.


Sin honores


no hay versos,


ni comensales.


Cuál la vigorosa,


valerosa quimera


que el ser no enrosque,


llegada la hora.




El Castellano




EXIMIA FLOR DE CENIZA




Eximio:


ilustre, excelente, notable, magnífico, eminente, destacado, insigne, relevante, sobresaliente, superior




afamado  - cimero - ilustre - insigne




EXIMIA FLOR DE CENIZA:




Limitada siembra, de los que venimos de la urna de arcilla;


o flor de tierra, añiles fervientes inmiscuye,


de salmo en raíces, mi una dicha,


mundo en partición de yacijas terrenas,


piedra y luz es azotea en España tela de araña,


redimido compás de los que no son de mi estirpe,


o íntimo metal soy descendiente de mi Sol.


Luz adjunta mi musa, derramó en virtud,


A sincera vista; discurso de su alma.


como poliedro en la solana que muda crisálida,


vamos marchamos hacia la ausencia repleta,


o al ánimo para siempre,


mi localidad en luna de oro,


bañada en sempiterno campo lírico,


defiendo al ídolo castellano de su encina,


o infierno de paraíso terreno,


flor del monte eximio de entre las ánimas,


brillantez de corona perpleja luciente,


como arribar del barco esencial que trae alimento


a todo espíritu que yaga en su padre tiempo,


lírica naciente de sus pétalos de ceniza,


alimaña enraizada con espiral armada,


llave del portón de madre tiniebla.


Pan y estrella de mi panida olvidada,


palpar vigoroso de orador inmiscuyendo,


certera sentencia relegada,


como cosecha de mi huerto de propia campiña,


anuncio que llegó la primavera


de este soldado,


abrió su primera margarita,


en patio de la araña


abriendo borbotones que alineaban suspiros


de la tierra germinada, en ciclo de muerte y resurrección


del planeta o estrella apagada,


mi dulce miseria,


la llamé eximia flor de ceniza en pétalos de carmesí persona.


primavera del hombre vivo-muerto,


camino a su ínsula radiante.


Alegoría desdichada soy;


de Sol que desnudo canta,


para un mundo de cabezas de grama en dossier,


y cebollinos que caminan,


resistencia particular del otro fuego azul,


tomo un anís en la posada del sueño,


que soñé visitaba Valparaíso.


Donde están los cardos,


anido allá los sones de alma,


y se abre y trasciende el campo de poesía,


con poemas augurales.


De gotas puras,


o lágrimas apodadas sin poder precipitar,


como sembrar de voz el aire


y ver que llora lluvia la virgen de la cueva.




Förüq Castellano




Abeja de tu arpa silenciosa:




Ardorosa retina,


en frente un sol tímido


de centelleante rocío permisivo,


alborada con viento furtivo


de nueva alborada forjada;


pupila en abanico cual veleta,


pura rosa entre mis cristales,


de cal y sosiego,


borbotón espantado


en brea encendida.


Ver florecer tu silueta enamorada,


herida de absoluto diamante.


Desdicha en astro palpitante


entre sus piernas gemelas,


congela este desliz inmiscuido


que quiso ser dentro de tu ser,


adelante mi lozana castellana,


de albor intocable,


y sonrisa numinosa,


ardor en pecho amante


que sienten apretadas las mariposas de tierra


de mi carne;


llagado mi deseo


de cruel infortunio desaconsejado,


no retiro y no alzo mi osadía


en cuchilla de quimera entre mis manos.


aljófares destrenzan almíbares


en escalas de hielo,


con mis fauces entre sus labios,


oh sonrojada nota,


instante de negro cielo, y negro día,


voy rumbo su carmesí terciopelo,


luna no cae ni su azúcar ni sus flores de café.


Agarro tu tempestad,


afiebrado, frío gané el pulso del olvido,


rompí sus esquemas,


y no viví terror que te fueras y no volvieras,


abeja yo que vuela su fatiga animosa,


de plañir nueva siembra,


estridente mi porfía,


escondía la umbría,


sombra fugaz entre mi frente.


Entre que avance


su dimensión del pez muerto,


y su desnudez violenta


sin atisbo de nácar ni alta ojera enfundada.


Espiga en los cuarteles terrenos,


de mi vestida primavera primordial.




Förüq Castellano


Indemne acontecido:




Salir ileso


de tu hechizo que metamorfosea,


prendido de tu arcano fuego,


horadando todos mis resquicios tenues,


lúgubres;


destellando por más de ti.


Tu obscuridad me está llamando,


de nuevo sin mi otro, sin mí, él mismo,


inundar de luz tu abismo,


con la lluvia de mi Sol;


candor en raíz que precipita,


mi arpa luce su vástago simiente,


que del albor a mi albo traje,


nadie negará que yo te ame,


sea como fuere, y el destino mande.


Semblante distendido,


enajenado mi lobo ártico.


Danzo, danzo como espectro ante la luz


beso mi suelo de nuevo.


Florecen mis ganas de beberte


y dejar rastro de flores.


En combustión, que cede y retrocede


con besos en la madrugada escueta.


Guardo retales y tus halos


flamígeros al tacto.


Espero mi fábula


de grillo en jaula.


Déjame ser yo esta noche,


que de Mercurio haré islote.


Dormiré su profunda ojera,


desnaciéndote, surcaré mares


de pecho en boca,


hasta anidar náufrago de tus impases.


Diamantinos, absolutos,


perplejos, conjugados,


vespertinos, incendiados,


acompasadas hendiduras


traspuestas al solo cóncavo,


de la cresta de tu mirada.


Buenas obras se le pide


a tu soldado.


Colmaré tu atrio


hasta resplandecer


tu una dicha, amante.




Förüq Castellano










La esencia:




Hueso, eje:


Mercurio Ninfas ardoroso mi sueño,


desceñida, Apolo, campiña Liris, río silencioso,


liberta, parco asiduo adorador de los dioses,


imbuido en recia doctrina,


Júpiter Estigia diosa púrpura.




La esencia:




Mercurio


tus barbas zigzaguean


el plomo de nobles relámpagos


metales irisados en fundido tacto.


padre dios del brillo primero


sin descendencia,


oh, tu filo insondable,


por el que visualizo


ardua Musa de tu rivera fecunda,


ardoroso mi sueño,


eres tú quien lo desempeña


y otorga.


Desceñido vals


de mil antorchas


a Apolo lanzo


mi baquio seguro,


candente de mi ser, estela,


campiña lucen


los pechos de mi diosa amada Venus,


con su río silencioso


hace mella en el Liris, mi esencia,


Liberta mi oscura Ninfa,


musa que proceso rito y culto,


parco, asiduo,


adorador en hondo terreno


mis dioses del averno,


que beso para tocar el cielo,


como es, arriba, es abajo canto;


imbuido en recta filosa doctrina


de venas razones


amar la oscuridad


sin condiciones,


por Júpiter, no hay guerra


finalizada sin comenzar,


tengo duro, limpio abismo con portón


abierto de inspiratoria doncella escarlata,


llamada volver a comenzar,


diosa púrpura sólo ella mi musa.






Förüq Castellano




Al sol mío venidero:












Canto,


al lánguido fulgor de amores


que desvanecen,


que embisten,


que resplandecen


de la centella indecible,


indefinible,


la esencia que lo atavía,


como furor de las armas viles,


acaso existió


la distancia para el alma, pregunto,


candoroso desdén,


en sopor armonioso,


hermosura presurosa,


de bello luciente,


mi astro,


derramé súbito destello,


acaso abandonaré esa sombra


que corre procelosa,


los campos,


las lindes


de los instantes vehementes,


con parco semblante


de fanal fuego


de sombría melancolía,


canta alma mía,


que ese azar funesto perece,


apelo mi contento,


firmamento no subo,


aquí justo, bajo los cielos,


que puso el hombre.


Avivo que presento,


la corona mi espíritu,


entre lirio y lanza de Atenea,


forjar esmerilado


sueño que arrostró


anhelo quieto,


de caduco rostro,


postrero avance la niebla mía


que no difunde ni envilece,


ángeles clamorosos, fraternales,


de anisada llaga de vida,


os bendigo


en dichoso vuelo.


Yo no dejo mi amor en agua ni en tierra,


sí en la simiente,


vagarosa alma mía


viva tu imagen,


viva tu solo espejo,


por mi carne acompañado,


escuchar mi acento,


de barquilla en brea perdida


en tabaco fugaz.


A formar trino,


armonía cela,


que ya aclama,


entre laureles de mis dioses,


y no perdono


enviarte la somera


golondrina humilde mi suerte,


te dejé una flor con una nota


de único romance,


mi crujido que envanece,


y repican las campanas


los rotundos cristales


que afloran mi pecho


por su transparencia habitada.


Dejé marchar a mi sombra


pero siempre vuelve


porque me quiere,


mayor bogo el veinte y seis


de este mes


que hacen tres lustres


en latencia


mis tres latencias


de treinta años que marco


al fervor mis soles,


un tercio mi vida asida,


cumplimentada


si te ocultas hoy


cuan luna en destreza hermosa,


puede que te alcance


en uno de los soles venideros


y sus hoyos magnos


donde me dan de beber su sangre.




El Castellano


Pesquisa superior:




Cantaré a tu gloria,


de belleza fecunda.


Mi fiel abatimiento;


en rito o plegaria


avanzará o surcará


mi amor valiente.


Tercer cielo


que nueve hojas


me abarcará.


Batiente el reflejo,


tu aura acompasada,


transmigrar tu honda dicha,


será, será, será.


El azul que era malva,


el malva que fue violeta.






II


Cantando a las azucenas


de la tarde guardada.


Bardos mis deseos


no desvanecen.


Y al cantar sujeto,


efluvios siderales.


Tapial este silencio


perdurador.


Franca verja tu amor enjaulado,


bajo nueve cerrojillos


en bronce mi tajo,


abrieron dos.




III


Esencia rauda,


afilar la palabra,


y descuartelar la letra


en un, dos, despierto.


Ánimo mercurial destrenzo,


en dulces acordes,


besando de tu violín,


surco y pulso cuerda.


Un amanecido grillo,


eterno dice que Förüq


Hipsípila no morirá


tras acople.






IV


Cruzo el viento,


y veo la alegría,


a calmar tu férrea nube


canto.


Abre la fiebre argentosa,


el cuarto cerrojillo dorado,


entumido halo,


en penumbra renombrado;


abrió oscuridad sus alas,


letargo de postrero


avance,


ventura por tempestuosa


niebla encaro.


Imagen de luz,


de torre mi penar,


que retira.




V


Orilla que descubre


tu reliquia onírica,


que magia apremia.


Fui directo y ablandé


mi tensión superior.


Camino el Valhalla mi letra


Aposenté.




El Castellano




Silencio en tu hielo de ojos:




Sonatina extensa, yerta,


embelesada; flagro que venzo


un son cobrizo,


del metal noble,


sin margen, ni acerbo, ni curva,


un solo de quebradiza arpa lira,


mi ser no delira, te ama,


con ropa tu intelecto,


en flores de tu vestido solariego,


traspuesta tú,


por los sucesos difuntos ave negra nocturnal prestancia,


voy hacia la décimo octava estrella


que son dos nueves en llamas.


Sin franca, tapia, ni verja,


es un Sol inmiscuido


de onda ojera de luna argenta;


es mi sino,


carrusel, infranqueable de espinosas,


aspas de lucientes,


y su luz que ciega,


es un cantar al crisol de reina musa,


es un heliotropo sondear;


buscando a Leannán-Sídhe,


por concavidades de su hogar,


por astrales límites de su unión


sujeta sangre,


de mi erizada savia.




Förüq
















FLAMEAR, Destellatoria, OCITÁNUL:




He bailado en tu obscuridad,


para poder sonetar


nuestra propia luz.


Flamear constante de tu nitidez


de estrella endiosada, incipiente,


flagrante, absorta de atónito atuendo,


dilucidado expuesto,


acreciente mi beso


con el tuyo dado


a mi puridad


de imagen Solar,


avanzo tu alma


el silencio es más lunático


que su reversa palabra Ocitánul,


es un resquicio...


Tibia, desangelada,


de tu musa belleza


y mensaje empíreo


de tu sola alma,


debo decirla


que ya no más sola,


tengo sentido vívido,


y tus falanges lo sostienen


musa golondrina


abeja de mi caléndula de pecho


trenzo el azabache


que nos llora la noche,


para despertar a mi lobo.


Luna en constancia sempiterna


te vuelco en tus cuencas ondulantes


de tus manos abiertas.


Ven, ven a mí


deja tu cena romántica


para mi póstuma celada y su égida


de Zeus y Atenea.


Tu querubín


yace que yaga en un tiesto,


capaz de germinar en flor


el tulipán amarillo vetusto del destierro,


alzo que seré referente


magno de mis castos dioses


en la tierra castellano,


su sangre mi tinta;


Raíz de ellos y Cernunnos, Candavmis.


Ó Valhalla,


venga musa a pasear


mi yermo arcano,


encuentro que sigo tu estela luminaria


de aquí a Mercurio,


exacerbo, a diosa Venus,


y mi dios Gemineye


con ojo sangriento,


me dirige,


que soy yo solamente su sirviente,


nacido de la novena estrella y su telaraña destellatoria,


eres tú musa


digno afán de tercera constelación,


vengo con mi canasto


en clepsidra que plañe la comunión


certera de tu pluma


y nuestros astros,


sonríe plena mi condena,


y el ripio


para quien se guíe


y cabalgue definición,


señor de yertos fantasmas


cabalgando los cielos,


caballos espectrales


de claros relinchos azures,


hálito de hielo bésame;


cabalgaré tu sonrisa


doncella escarlata,


quiebra mi arpa


con mis manos sobre mi pechera,


AERE PERENNIUS.


Más duro que el bronce,


quién me destierra


si yo soy de tierra


y ella es mía,


inmortal, etérea hacienda,


los duros somos tierra


los demás, ceniza.


Mi Sol es invencible,


baja e imanta mi Luna de plata


que eres tú Musa.




Förüq




Sacerdote de Musa:




Silencio me extirpa del vulgo profano


mis cantos olvidarte jamás pueden,


Musa,


sacerdote yo de las Ninfas Musas,


coronada implora tu gloria,


desdén que amancilla los mortales,


espejo inmiscuya,


tu beldad piramidal


.


Doncellas hadas y Sátiros me escuchen


entre el bosque de reina sombría,


mi bardo imperio implore que presida


a la izquierda de mis castos dioses;


Céfiros de tu alma me acaricien la forja,


tempestuoso ímpetu de solana pulcritud;


ungida en tus mares de manos que escriben,


mi árbol alegre lluvias preludia,


sobre la faz de esta espada,


campo de primavera rigurosa


con sus pretiles gestos sin azada furiosa.


Turbio dispongo el alma de la piedra Frigia,


sol humilde me acompase,


púrpura naciente tu sayal desciende,


vid de hondo señero de Falerno,


su umbría sombra en racimo cultiva densa,


a pie de honroso pueblo.


El Castellano




Beso de agua ignota:








I


Modulas tu consistente


clamorosa felicidad,


de oscura nota


que suena la noche en tus ojos,


indescifrable relámpago percibido


en anterior registro,


paisaje latente tu dicha


por mí acompañada.


Dulce acorde


que cae a chorro


por las venas de opacidad de materia.


Rizas que embebes el descansar


de la flor.


Pupila cristalina


en rocío sobre papel de luna.


Silencio sobre polvo de memoria,


oscura cauta luz


de muerte entre los besos,


escaleras y espejos carnales.


Límites de anhelo ojalá los vistiese,


sangrando ríos de escamas inefables.


Entre el crepúsculo más sonrojado.






JUNIO Hace seis años:


II


Descuelgo en tus alas


mi impetuoso servir a tu cantar.


Me adueño de aquel néctar


desvelo de tu silueta.


Donde derrama


el sueño enarbolado de mi calma


que atrapa clamor de fulgores.


Entre tus pupilas que musitan


quédate siempre.


Descampado de ilusiones donde naces


y mi interior floreces.


Oh flor de embeleso,


cristal de tu aliento,


corren puras tus aguas


en los suspiros


donde no encuentro olvido.


Sólo reflejos de tus ojos


a cada hora que se cuela en mi ventana.


Quiero perderme en tu inspiración,


clavar un firmamento con tu sabor,


ser viento que te lleva lo que siento,


ser piel de esencia en tu cuerpo,


rayo que rompe el silencio.


Para tus ojos quizás


solo poeta enamorado,


letra en tu cariño,


jardín en tus recuerdos,


quizás sólo quiera ser yo en tu sonrisa.


Camino tu cielo sin prisa,


me dibujo óleo de tu aliento.


Un nudo de tu destino,


una gota de luz que acampa tu alma.


Quiero ser un latir en tu mirada.




III


Corre el beso, se afila el verso.


Desafío a este silencio.


Cierro mis ojos y dentro te veo,


sólo sueño


y tu destello se vuelve maravilla


en sus pétalos iridiscentes.


En tus pupilas se disuelve mi vida,


vida.


Te bebes mis nervios


y entre jardines noctámbulos amanezco.


Surcando tu cabello azabache,


vendiendo mis mañanas


por el ayer a tu lado acurrucado.


Efímero el segundo


descansa en tu parpadeo.


Cruzando el río de mi adentro te veo,


dando vida al dulce tormento,


ese que me tiene pintándote de ternura


un firmamento,


del color de tu alma pura.


De tus labios tomo la dulzura,


remolino de cariño te vas volviendo,


cuando tu cuerpo manantial secreto


observa como el agua y la poesía


hacen el amor etéreo.








El Castellano y Leannán-Sídhe




Halo chirría:




Hoja, dime tus devenires


desde un otoño caduco,


a tus mil aullidos de árbol.


Entre resquicios opacos, umbríos, lúgubres;


sin luminaria fidedigna;


avanzada de una tenue luz difusa


y un crujido seco, soñador,


de oídos precoces,


un solo de arpa y volví a ser


un chasquido en la ventana


puerta de este mundo


con el halo de mi vívida fantasma


sonámbula,  habitada en todo estridente


reflejo, llamado invierno.




Förüq Castellano




Poema de 2012:




Gran luz, amarillo brillo de tu amor,


luz de tu esencia, sangre de fuego en tus venas


de vida en color, mas atada a tu tierra,


solitaria de tus páramos,


amapola amarilla de montaña,


reina hada del bosque de las sombras,


en tu despertar iluminas espíritus olvidados


del corazón más profundo del bosque.


Mas tu hermana sangrienta roseta de penitente


nace debatiendo qué color vestirá su flor


violeta de reflejo de luna,


manchada de sombras de amor a la noche,


o rojo cual granate hechizado de corazón de sangre congelado,


sea cual sea su manto, no olvida;


vestirse de todos los colores


con el negro más opaco,


de recuerdo al fin y el resurgir,


al comienzo del pétalo amado.


Aún sabiéndote amante de la soledad


también creces en familia,


de sangre marcada tu insignia


recordando que quisiste tener corazón


y te ataron a la tierra,


hasta en tierra muerta creces,


para aliviar tu pena poco necesitas,


tu belleza alivia tu alma,


del viento obtienes tus caricias,


de insectos los besos, y del tiempo


el sustento para tus semillas de tus urnas,


ciegas nacen, ciegas caen a la tierra, en la noche de lluvia.


Un día de primavera a una


se le ocurre el sueño de despertar,


pronto sus hermanas le siguen,


en belleza de la vida ves nacer y morir,


espíritu de reina tu entraña amapola,


nadie te odia, muchos te aman,


bendices la casa si tú, gran luz,


floreces amarilla en la rocalla.


Mas si tu bendición es ser blanca y morada


das el sueño de la más bella hada.


Si naces roja y negra das tranquilidad y alegría


al espíritu que en guerra se encuentra,


si eres roja como el carmín del deseo


tienes el amor del camino que cruzan las almas,


como tu eternidad en la tierra


a la que te ligas y esclavizas.


Quién te daría ese nombre de amor,


quién te nombraría desde la antigüedad


planta de la alegría,


quién conoce tus secretos,


sólo quien se funde con tu sangre,


quien ve tu alegría en la primavera,


que te cobija,


quien ama la vida,


reina flor te ve en la tierra


y amada musa tu belleza,


quién te conociera, quién te conociera.




El Castellano














Outsider (Fuera lugar):




Es mi oficio,


un desempeño,


tangible, armonioso,


y epicúreo.


Bronce de mi sangre belleza


¿Oh dulce sangre!


sanguinoso destello


carmín, bermellón.


Empíreo azar indeleble,


madre y padre de musas,


rito y constancia


fiel prestancia,


litigio iridiscente incendiado de brea,


azabache nacido de oscura retina,


amor al arte es falacia


es honrada servidumbre


a los dioses, mis padres,


mi ruginosa letra endemoniada.


Sangre sin cristo ni espuela,


es azar de siete telarañas,


candil que se enciende,


es endógena inspiración,


inmiscuida,


soy sirviente escribano


del fulgente hálito ambrosíaco,


azar de nueve barcos


bajo océano de tinta roja,


un beso y un epitafio,


una bandera de sangre y brea.


una desquicia resuelta,


una moneda de nueve caras;


un despertar y lamer hacienda,


es el ninfo rey Arte.


mi desempeño a diosa letra,


mi oficio y mi yermo,


mi cementerio,


y mi hospitalillo maldito.


Suerte del aojo enfundado.


Es un grito bajo tierra.


Soy outsider,


camino fuera de la línea,


os compadezco vidas cepas de un día.


Yo muerte siembro


y lo bonito que me florece.




El Castellano






---.T




A Calíope:




Recto escalafón


dorado al beso no dado.


¡Oh! Calíope;


baja imploro


te estoy construyendo


un cielo dorado a ras terreno.


Madre ancestro de musas,


figurados y primigenios.


Estuco tu mirada de puro cuarzo


y tu semblante de estrella inviolada


avanzo tu esmeralda de mujer cristalina,


beso tus pies descalzos Musa.


Necesito colmar tu atrio


de caléndulas solariegas y rosas de muerto,


abriendo fragancia de mujer desnuda


al Paraninfo yerto


Castellano.


Yo Raíz de los dioses en la Tierra.


Tú mi Flor.




Förüq Castellano










FUENTE EXTASÍA:




Cercenas esta hoja ilesa,


la niña de mi verso si acaso pudiera


sangrar este cielo,


y su avenida en estruendo quejumbroso


sonido, al menos


un espasmo,


una lengua de nervio,


una acequia de sangre


es el hombre


si al menos fuese hombre,


fiel testerazo ensartado de bestia


caminan las sangres,


y nadie vendrá a vengar a los hermanos,


desfallezco,


exploto en pétalos bermellón,


soy de mí


preso de una historia que nadie me escribió a mí,


rayo colapsado y su vertiginoso alambre,


es una avenida esta fuente mía


en  un páramo rojo


en un gozo olvidado,


así la mina que se destapa,


ardiendo la pena dorada,


por quien la siembra,


por su azada maestra,


desquicia fina en teja, con tejado


en alma de ángel por cadenas,


destierro enjutado


en duro, desvelado canto de tierra seca


bañada su era en sangre de cepa,


hay un olivo que vive lejos,


hay un señero y estaca de linde quieto,


por los sorbos que me robó la siega,


viento, viento, labrado,


de letra y estalactita


de surco y olmo doblado mi tinta.


Hierve mi fuente niña.




El Castellano




SILENCIO ESPINADO




Mantenme afuera,


sí, dentro de la luz,


fuera de la noche,


las estrellas


colgadas


en racimos a la espera,


solo sólo yo para ti,


crepita mi hueso


esta escarcha deshojada,


por venas del humo


de mi escuela,


por donde se acaba


el suplicio


y yerta la luna


destapa


sus besos de malva,


por ende, este duende


comienza


la libertad de la sombra,


cayendo de nuevo


su araña está,


granate lustre de sed


por avivar


una vez en la existencia


el mar mi sobriedad caminará,


de la mano


tambores de tierra quebrando,


por su camino dorado,


el sueño y su telaraña rizada,


aúlla el camino de la zarza


y destapa


la soledad con capa,


de desertora entraña,


de una vida en la espina,


y su cúspide labrada,


es por el sol


que nace mi albor,


resplandeciente como fulgente


mordiendo mi suerte


es de la luz el siglo resplandeciente,


fuerte siempre fuerte


avivo esta lumbre,


giras, evanescente


acoges mi fuente


que en gris y verde,


en verde, azul y gris,


las muertes, bulle,


para ser un linde y un campo,


un abrojo y un manto,


un despertar en amaranto.




El Castellano




Umbrío trueno:




Oigo estruendo


servil de azote


de relámpagos,


¿Oyes el tintinear


de sus cadenas?


Son cuatro que tiran


los párpados del ojo


de mi abuelo Balar,


agitan los carros


de fantasmales corceles,


abren ellos los sones,


fulgura mi romo hierro,


timbales estruendosos


en polvo y humo figuran


y voces y solanas lunas de acero


y crepitar solo entre mares


de yermos arcanos


y son de armas


sus pesquisas afiladas,


sentencias me iluminan


mis atinados ojos,


entre la sombra


y una deidad suprema,


bailo mi oscura estela


siguiendo cruces y arquetipos,


voraces fauces alineadas.


Divisas tú el crepitar argento


de mis infantes;


es sólo sangre en mis ojos,


reverbera, luce,


cruel insignia advenediza,


como esquela sembrada


en rango de visión,


humo y acero de pecho


y solo azur mi nombre cabalgo,


castellano de su llano,


por coraza su dicha,


por polisíndeton un ente fulgurado


del camaleón yo era,


o Poli- Policarpo Díaz.


Boxeador Español;


todo relativo de intuición que busque


en el campo la espada,


una flama, una vela,


cinco mil razones para seguir


a la musa del ocaso,


de cromada secuencia


en alma sujeta, ella,


amada luna sempiterna.






El Castellano


Oigo son de armas  y  de carros  y  de voces  y  timbales... 


¿no divisas un fulgor de infantes  y  caballos  


y  polvo  y  humo  y  fulgurar de acero?


Giacomo Leopardi "A Italia" (1798-1837)






RENACER DEL ASTRO:




Una de sangre:




Arte supremo,


Lugh,


el sol mi Sol,


amar, la vida,


sentir


la estrella,


sentido sentir,


la luna,


sentimiento,


fugaces atrás


veo,


sonido,


destrenzo


quizás dentro,


la poesía


playa de sangre,


mar adentro,


latido


de la parca


efímero,


ceniza,


mi sentimiento,


era o es


llegó el momento,


ven, revélate,


puedes tomar


tu lugar


dentro de mi cabeza,


verdad,


mentira


todo se acoge en uno,


arráncame de raíz,


mi tiesto es la poesía,


humo


la sombra,


oscuridad me llama,


no estoy en peligro,


yo soy el peligro,


te escucho


gritar quien soy yo,


yo soy tu pasado


tu presente


y tu futuro,


el tren de la noche


me persigue,


lunas atrás


el sonido arañaba,


el cristal gemía,


la oscuridad se retorcía,


mi azabache lloraba,


crepitaba la aguja


de mi reloj,


dormía el astro,


me encontré con la una,


las alimañas vivían,


se rizaba el segundo


entre arañas grises,


todo parecía


renunciar a la luz del día,


vi mi poder vencer,


me gusta más la madrugada


que la luz siguiente al alba,


la una no será más la sola una,


la acompañaré


será la una acompañada


de la madrugada,


mi sonrisa taciturna desvelada.


El párpado deshojado,


el sonido de un grillo errante,


el abrir de la noche


que fue instante,


esferas negras


ilusiones consumidas,


tiempos navegantes,


entre miradas


y lazos que evanescentes


marchaban,


y se quedaban.


Resumido en el besito


que anidaba proscrito.






Es una cruz, un origen


la vela y el candelabro que marcho.


Entumece visión su huella ausente,


aludido encumbra el párpado mío,


deseos en tierra soterraños,


avanzan los años


y se siente se exacerba ella su belleza


es dueña,


avanza sin rival ni reseña,


si su alma acaso me duela,


encuentro mi verso soldado,


por un mundo que cae en harapo,


es clase de fantasma que gasto,


es sangre en mis ojos,


el ruido,


la siembra,


los colores,


la verdad,


las mentiras,


el sol


mi astro,


la entrada, el portal,


la vida, mi secuencia


pureza soledad alacridad extensa.


vine a romper el hielo en su frente,


el gris,


las fuentes,


la calma,


la esencia


que es brillo


que es fulgor destapado,


desavenido destello crispado,


cariño


la secuela,


fantasma de primavera.


Ario yo, en similitud sembrada


cadena de ausencia


arrastra mi alma renegada,


las luces, el orgullo,


abruma mi ser


su historia de plata,


porque la vive entera mi persona,


y de su ente no me puedo desterrar,


si cesa su alma


cesa mi sentido


y aliento forjaría veleidoso


como escalar la sombra de mi parra,


como hacer casa sin tejado,


abandonaría todo menos a mi ser.


En mi guardería propia de estrellas


para ella, mi calma


de espíritu en botella. 




EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO:




Operación cero,


preparado para destrucción completa.


Temblando ruido agresivo


supresores activos,


hostilidad caótica


controlador inactivo,


Ctrl. Alt. Delete.


mente eliminada,


extasía fijada,


dominación eleva la distorsión;


extinta clase,


energía nunca muere.


Raza real avenga el paso,


controla el ruido ahora,


real es terror en el hueso,


juntos:


-Guerra al error,


guerra en la boca de locura,


nadie viene a morir hoy.


Tropas de la luna


blanden metal oscuro.


Más duro que el resto del tributo,


pura luz sellada;


fase helada en un, dos, tres segundos;


vidas en el ojo de una aguja


sistema sobre saturado


dirigiendo bajo tierra,


era del resplandor metálico.


Mortífera debilidad


perfección dicta


destruid el defecto.


Vandalismo ordena


descanse el tributo enajenado.


Llanto de la guerra crispada,


sórdida esencia implícita,


tercera fase encendida,


fuerza canta


ciega su falta,


exterminio en vena férrea,


faroles dormidos


esperanza difunta,


cobres almas anidan


sigilo deslizado


por entes de éter.


Energía, niveles óptimos.


Conquistar y destruir es lema,


pasado rueda


el olvido del tiempo.


Es hora de estremecer;


por un alma disuelta en electricidad,


fase oscura dispuesta,


era lumínica comienza decadencia,


telégrafos disponen alaridos en cópula


sobre postes de pino muerto.


Escarpias frías


sostienen pensamientos,


nueva era decreta,


hoy es mañana tejido en fábrica


de herramienta llamada éxito,


ilusión en cadena


para realidad de quien la estrena.






14-06-2019




Dicen que mi Sol ha muerto,


oh desventura,


mi luz gigante que toca su albor


de nuevo ocaso,


no nació dicen para la vida


por lo que la Parca muerte le rehúye,


invencible astro,


como mi amor


entre cristales de albas intermitentes,


fulgor, crestas de rayos


en soledad de perenne luz,


hervor de ondas inmiscuidas


sola, candorosa al crisol


de aspas luminarias,


hasta el torvo grajo le teme,


oh Sol de mis soles,


cuándo tu osadía de seco tajo


me raje los cielos.


Tosco como ninguno,


esfera al cristal de hielos


tu transparencia cegadora que clavas,


gigante entre infinitud


de argos sumos luceros


lejanos,


tú, ventana de eternidad que todo puede,


caracol de espejos


tú, sola esencia


que llora desangelada


luz como nieve intangible crispada,


hervor entre soles


te alzo mi digna espada.


No elegí nacer


y si vivo es para morir,


morir me pregunta ¿Cuándo?


Morir no quiero...


Pero vivir para morir, menos.




El Castellano


Campo de espigas:




Miro mi soledad


desde el otro lado


donde las sombras nacen


y crujen en las paredes,


caminillos del pececillo


de plata, acurrucada


mi sien


abre los lindes


del sueño retirado.


Es un desfile


la luz del astro


intransigente


sabe que no tiene


mejor en su empeño,


se riza mi idea


sabiéndome cuervo,


adentro el nueve


y el tres sacude.


Vive este caracol


con casa de espejos


habito el espejo


estoy escribiendo en él,


que un día


las imágenes harán


dulce sinfonía,


los sonidos serán


colores derretidos.


Mi casa será una hoguera


mi luz será invencible.


Seré yo el encargado


de cabalgar los tiempos,


el olvido dejará


sus cerrojillos


entre un manto


de abrojos lucidos.


Las hojas llorarán


baladas estridentes,


mi letra rozará


la perfección


de las décadas


florecientes.


Siente el poder


del cuadro


de la oscuridad.


Afílame el cuchillo


hiriente,


tejidas las arañas


de mi carne,


atraviesa esta grieta


de la realidad


que no llora flores,


sólo lleva en tules


almas y su ciego campo


de espigas.




El Castellano




Piel labrada:




Surco de noche


ya se retira


sonando el día


y sus rosas heladas


de invierno,


iris matutino


clamado


en este fiel olivo,


surca mi sangre


entre verticales filos,


mi gris vencido del alba


serena, más desnuda


que la transparencia


que el azul, afila.


Se clava este verde


militar de ciprés


como cuchillo enervado,


y su canto


en estos sigilos de chopo,


cargo mi revolver


naciente del verso


por un sol de plumas


cae fusilado el aliento,


algo que clavar


al firmamento


héroe del norte


de mi silencio.


Fantasmas


del imperio perdido


su bandera del tiempo


dormido.


Fúlgidos nervios


cabalgan los acres


de esta trinchera


donde mantengo alerta.


Jauría de sienes hendidas,


con fauces somnolientas


quise ser siempre


con esta mente,


profundicé el idioma


de la flor,


hablé con la tierra,


aún guarda mis abrojos


sembrados.


Entre brotes verdes,


impacientados,


aguardan el bravo


crepitar de la tormenta,


y sus besos azules.


Ahonda esta vida


silos del demonio,


simientes oscuras


de malas yerbas.


En este campo yermo


crece mi ilusión


que no me siembren


el dolor,


seré como la flor


soñaré con las piedras,


reiré con abejas,


jugaré con el viento


como la vida grita.


Ahora que la mañana


consume los suspiros


ahogados,


ahora que el cielo


luce sus corceles dorados.


Es por esta pizarra


que me habla el río


me habla qué más


que ser agua.


Deslices anudados


entre corajes florecientes.




El Castellano


Fulgurado sino:




Era un día que se podía rezar


a la estrella mayor,


como si una babosa metálica


se tratase,


busco en este astro una razón


abro a su luz mi creación,


que me cuente


de sus paticas que recorren


los campos tiñendo de ocre,


de su insípida lengua


que me recorre,


un hogar lejano donde descansar,


una novena puerta, a transmigrar,


creeme de nuevo si te digo


que soy tu hijo adoptivo,


nacido de estas cuchillas de trillar,


un verbo un suplicio despierto,


cruzo la era solariega


buscando quien yo era,


miro al muro sí ese que dibuja mi mente,


miro a la montaña,


recuerdo que yo soy la montaña,


navego este mar de grama


de esparto y tomillo, tiznada la jara,


sí vivo en Guadalajara,


como cuervo adoptado de Castilla,


avanza mi meseteño aliento,


aúlla que aúllo cual lobo de hierro,


una noche sin despedida de invierno,


avanzo a la llamada de mi averno,


está ardiendo en el cielo,


mi musa belleza,


hasta que se materialice


en mi única florecilla,


llevo mi canasta de melocotones


a ella mi gitana,


arrojo dulce abrojo


la quiero en rojo


a veces en blanco como prima


de la pureza,


sí esa que endereza,


hoy es un día teñido de espadas,


baja mi azul despertando a mi araña,


que hilvano y me hilvana


cual maraña de sábana de su tela,


no nadie entiende


por qué cruzo la espera


fumando el cigarro del minuto sujeto,


mis ojos ardiendo el juego


de su fuego de mujer,


ciegos pálpitos


crujen su negra pupila,


yo no estoy despierto


ella tiene de ausente su presencia,


cuervo soy esperaré su noche


noche negra alza tu sombra lúgubre,


yo cabalgaré tu sien saltando


tus oscuras fauces,


hoy lanzo tu tenue honda,


afilo este cuchillo a ver si canta


junto a mi iris vespertino


su crimen de pasión y de flores,


hasta que se duerman


los campos conmigo.




El Castellano




Vuelta al inicio:




Es del tiempo


la incombustible hoguera


consume la tierra


en perfecta esfera


se alza un maullido


desertor.


Gatos que suenan


como alambres


en casas sin teja


ni tejado.


Soñé un día


su contorno


su silueta


me arrebató


el sueño


diciéndome


y corroborando


su espejismo.


Sol oscuro


en días claros,


humedece mi piel


una áspera lija,


soy de madera


de ciprés.


Soy hijo del Sol


de hierro


y de la luna de acero.


Soy yo el encargado


de partir el viento,


yo que abrí


mi destino en dos mitades,


una para sacrificar


en ofrenda


si se cumplen mis deseos.


Soy de la tierra


una espiga.


Hijo del Sol de invierno,


ardiendo en hoguera,


del cielo


su quimera despierta.


Oye mi respiro


me tiene miedo la fiera.


De este panal


de mundo no soy larva,


soy abejorro mayor


sin reina,


hago énfasis


de esta siembra.


De la tierra


soy flameante espada,


torbellino de este mar


angosto.


Espuma de estas caricias


al alba,


crepita sobre una araña


este fulgor,


Torbellino señor


de rosas sin sangre


y sin cortar.


Como cruel indulto


a la belleza


por encumbrar.


De hojas y espinas nació


este tallo


que ama de verdad.


Que muere en el suplicio


de su despierto tormento


dulce, ensangrentado,


envuelto nacarado.




El Castellano




Sangre de musgo:




Trae este viento


memorias perdidas


del tiempo olvidado.


Trae sangre de los Dioses,


en muérdagos lucientes,


sangre en flor del musgo


por vivas piedras tejen,


espíritus en árboles mecen,


traigo estas vidas


traigo grietas en mi destino,


mi bravura que muerde el suelo,


desenterrando su sable,


sin oxidar que es mi espíritu


para luchar,


voz que me hiende la entraña,


al trueno es ella que silba,


de sus lamentos


vueltos testimonio


de lo que se convierte


la materia,


y su resurgir de tierra,


me avanzan los montes,


me beben los ríos,


para gritar este latido,


que no morirá ni estando muerto,


tiempos perdidos


llevo en una mano


en otra golpea


la voz de mi poesía,


y sus negras nubes de tormenta,


blandiendo su hacha de guerra,


bruma de su gris naciente,


ojos de la noche,


que sigue este lobo de hierro,


gritos en la espesura alimañas


se afilan la entraña,


fuego traigo que yo no deseo,


y fui a la bella fuente,


donde se bañan las almas,


carroña salvaje será mi enemigo,


y sus carnes cantarán con mi espada,


este sol me engendró de hijo,


estoy hecho de tierra y luz,


que mire la carne


que miren ojos que quieren mirar,


el armamento de este temporal,


lucharé por todo aquello


que amaré,


lo que amo será mi guía,


para nunca caer,


deshojaré las ramas de mi tiempo,


y en este cabalgar nocturno,


la novena estrella arroparé,


el tiempo conmigo volverá a nacer,


si es que no lo hizo ya,


mi cuerpo es la forja


dentro llevo la espada,


al tibio resplandor


sigue en pie mi batalla.




El Castellano




Carmesí inefable:




Turbado yaga mi espíritu,


sin voz yace mi gran momento,


puridad en crisálida perpetua,


oh, lacónica eternidad,


no te temo ya


ni tu crisol de hálito


me vence en inmortal secuela,


recto ganaré a la luz,


por su ceniza coronada,


cantaré hasta el etéreo vuelo,


me trasplantará el viento obscuro,


metálico azar,


erigiré un árbol de brea,


en mitad del todopoderoso silencio,


mi flor no sucumbirá,


ni mi verso armado


será litigio de crin en ascua.


Filial prestancia,


que nadie trepa mi solo nombre,


por cantos obtuso,


en sangre


suceden labriegos


fecundos.


Terrazgo de mi amor atado,


canto a mis generales,


despejen el camino,


y entre férreos cipreses


me avalen.


Tanta herida precedida,


tanta voz que muere,


sin soto de almíbar,


pena que no muere,


son este de mi bronce en ala


de un repecho carmesí,


soledad,


mi gloria tan fuerte.


Azucena helada de mi tarde,


resuena en ti


un azar indeleble


para indicar sin sonido,


que tengo corazón y cielo


atrapados en un solo verso.


Olvido sin espejo,


mantuvo suerte segura;


luz sin día ni ojos


fue perfidia en otro astro,


azul, paz,


cuchillo que mi vida hiendes,


a cercenar toda oscura alegría.




Förüq Castellano
















Severidad enfilada:




Destino desvencijo.


Como un borbotón de sangre.


Suspiro rápido y hondo,


entraña amilano,


todo me lleva


sin redil ni correa;


a verme en el ojo de tu espíritu,


sí, resquicio parco, opaco, en tu voz,


en un patio de trincheras


y entes esferas, al crisol


de valles y venas,


en el recital jamás yerto de tu verso,


cauce perdido descubierto


entre sótano de luz injerto,


en la pupila del lugar mágico,


riera en rambla


donde crece mi amapola


de pecho abierto,


tu vida la saboreo despacio,


entre regio y mi coraje en flor


de nuevo cierzo;


tu sangre sabe bien,


alma invernada buscando


horizonte en mente concisa


y como no llega a destaparse


eterna dormida avanzo su esquela.


La veo en mis sueños,


resquicios oníricos del ser claveteado,


de vidas mías lejanas al tranvía etéreo.


¿Cómo no hay?


No hay nada que negar


nada que perseguir


que todo arte nace del sentido inerte inaudible,


en manos del destino me encuentro


y me encanta el momento


de verme en el ojo de tu silencio


recordando mi universo de astringente azur sarnoso,


tu voz, amada luz en mitad el reino tenebroso


donde allí sólo canta mi oscuridad.


Alma de fuego encandilada,


estridencia seca, armoniosa,


velo de sigilo


tu suspiro, nada más.


El tiempo es correcto


para la revolución; jamás mil máquinas


podrán hacer una bendita flor,


Densidad recta


en rienda plumosa lamo esta mi pluma estilográfica,


resguardo en Caja de Pandora es mi alma sin espora.


Cinceles celestiales, un soto veleidoso,


donde sembrar el final sin comienzo anunciado,


por esculpir, tu contorno,


con vistas a tu verbo;


divina tez a blancura helada


por deshojar mi fiel recogimiento.


Así me perdí yo


buscando tantos años


el abrigo


de tu amada voz,


haciendo que mi difunta


cobre su vida.




El Castellano






















Soliviar llano:




A las aguas de mi memoria


primoroso apelo,


a tener yo un alma como rambla inmensa,


desapagada,


un tiempo sin días de cobijo alado,


rosario suyo por terco no incendio,


sueño en aras de corcel virgen en grandeza develada,


sudario sonrojado,


metal beleño todo olvido,


arrebujo sin mesurar vil, posible


que por ella mi cruz y mi condena,


deslizan mi viva aflicción


de amor a propia ascua en la tierra,


sorprendido, letal no pienso,


neblina y fortuna


grandeza, gloria no gastan,


voy por epitafio soslayado,


remembra cautiva mi soledad infecunda,


alejar vida y belleza cuándo,


rosales míos crían ajos


cebollinos y puerros acuso,


tonada de mi sayal remiendo,


en boca de santo astro.


Peregrina de azar inamovible;


en alba de seda,


viste su dicha inmaculada,


insinuante su figura.


Sonora ella de silencios perpetuos,


oro de riveras


y burgalesas conciencias,


sendero atisbo


voy largo su densidad llana


aria, agraria,


luminaria bajo luna de signo azabache,


luminaria gitana sólo su mirada,


mi repecho no fulmino,


ni faldeo,


arboleda de mundo monótono,


distinción no apremia,


ni estrella viola


su espuma de ceniza larga,


como lírica paz


se llamó magia.






El Castellano




Canto de luz fecunda:




Imperecedera faz,


en haz luminoso indeleble,


río de tinta terrena,


insubordinada cava mi azada,


sacando olvidos de la piedra,


anisados reflejos que hienden la carne


como el Sol me clava sus espejos en los ojos,


vítreo desliz, enarenado,


es un sol bajo tierra,


hierro de vestido del acero infrahumano


que porto,


soñé desvestir mis sueños como sueño de flores


aguardando su fecundidad de nuevas muertes,


perpetuidad a flote,


en sima de raudales,


pila sacra bajo tierra hierro de estrella,


claridad del destierro


en relámpago de veta azabache,


voy sacando penas por olvidos,


azadón saca terrones a cal y canto,


es mi alma quien se destapa


que una vez en la vida se dispara


una soterrada vía sola, pierde el relente.


En manos de silenciosa vívida estampa,


y su desnudo de ángel custodio,


encenderé las novecientas noventa y nueve velas


del averno,


para encontrar lo que me pertenece


y siempre se me negó,


paz sin guerra...


Que va, otro día se venda.


crisol anidado en tus labios de mujer inmutable,


un deshielo y el cielo me trajo de nuevo,


sobre la luz monto mi corcel de viento,


allá donde la tierra es éter incoloro,


y la suerte es de metal,


de los árboles al bosque


de la sombra carne y cuerpo


de chirrío estacional,


y sus muros de venas


gira mi peonza,


trompo vivísimo,


de aurora incipiente,


montaña o preludio,


el gris se extingue,


luminosa mi trinchera erguida,


con desnudo bronce,


que no es más duro que yo.




Förüq el Castellano a 17-04-2019






Remanso y su era:




Avanza manso


un hontanal


de gramas frescas,


deshilacha al durmiente hombre,


se retira mece y avanza


su calvero expuesto


de su semblanza,


una dama cual blanca cierva


bebía, bebía del vientre


que emana la fuente,


plañía un ababol solitario


del camino, que la rambla sigue,


fiel, duro testimonio sacude


su cuchillo calizo,


huye, huye el tábano por el monte


buscando algún depósito de sangre,


el brezo se apoderó limpio


de un raspado testimonio


la tierra devora lo que es de ella


para ser mi sangre


su eterna ofrenda,


por descampados fugaces


corría mi alma,


como fiel testerazo de hombre,


la espiga rendida,


saludaba a la oliva,


siendo del viento


esta fiel niña


que nunca descubre a quien pasa,


sólo, solo ante ti


me acuerdo de la primavera,


me levanta un sol helado de verano,


para ser mi hoguera


una fuente niña


que desliza, siente, y no consume


mis labios de pradera,


siendo este pasto


mi infinito remanso,


que me habla de la ceniza del fresno,


de la nieve del álamo,


de la sombra de esta abeja,


y su testimonio deja,


entre almendros con sabor a metal,


y encinas sin gorrino,


hoy avanzo el barbecho


para enfrentar mi sino,


a ver si contesta


la brava dama lluvia


que es Dios.




El Castellano




Alborea el otro lado:




Destello que blanquea,


lechoso, estira un seto


en semicírculo,


la retama amarillea


oscuro el agua


de soto sin fondo


en cuchillo en haz de cauce,


compongo el suelo,


con un hueso en mandíbula


pereza coarta la raíz


en mitades que caminan


desencajadas.


Anidaba, un corta vientos,


la franca entre rendijas


que se ocultaban bajo paja,


decencia que iluminaba el sol,


patio largo del atardecer


lleno de harina.


Escuché a mis heridas


por francos capullos segados,


caídos asisten a ungirse


yazco en una hoja roja,


camino por mi corazón,


exime aliento


una raíz salvaje no sostenida


se deslizaba un rosario


con aflicción del marjal


cubierto por la flor.


Como febril estera


y larvas sujetas


en yunques iluminados por savia;


era mi vida el precio


de estas semillas.




El Castellano




Tañer de hiedra:




Cerro gordo de henchidas horas,


marcha lenta sin subrepticia,


pesadumbre del porvenir


sin hojas ni otoño de vastos


suelos empedernidos,


en este rincón deslizado


un senil canto que abre paso


tras espirales en cuencas de flor,


de floresta blanda,


húmeda donde la maravilla


será villa,


Yunquera llanos fueron


sotos sin perdigones,


pero de fuente


de lo que fue siempre


matiz destellado,


ultrajadas sin abrigo,


en este mausoleo de tiempo


que se pierde sin visiones


vientos sin azares de infelicidad


ni ajuares de inamovible primavera,


donde lo único inamovible


es todo lo que siento por ti,


como un carrusel sin soga,


ni cuerda que atañe,


desde esta urdimbre


anclada, armada, hondonada,


dónde mi manso destello


de esta asolada cuesta abajo


que avanzo


por la vera


verdes,


un ojo que endoseló,


sin compostura


mi dulce cicuta


secular es mi enredadera,


mi sentir sin espera


su blanca ojera de nácar


de rosas y crispadas espinas


flojas,


absurdo, burdo, doncel


en sandez segura


tapiz sin fusionar


dichas ni agravios


extiendo mi locura


¿Alguien duda de mi campiña?


Con murria


de escurrajas,


cuenta ni azada


sin sostener este descanso


que lo dicho tiende,


todo recuerdo de lo que alma tengo,


y recuerde mi cordura,


que Úbeda tiene monte


y yo blando su horizonte,


sin alarde


hago corral de lluvia.




El Castellano








Carne espectral:




Incauto silencio verde,


ignorando que la rosa


no ha muerto siempre,


antesala sin espera ni consulta


donde muerte pasea,


enorme llama en fondo de frío,


ojo helado fijo en labios ardientes,


enjambre solapado


a mis trescientos treinta y tres vidrios


de alma que gasto.


Hermosa ni roca te parió viva,


deshechas las estelas


queda asirse esplendoroso


al metal que ruge.


Mareas de afrecho


visten savias lloviznas


que avivan su verde intransigente,


ángel lánguido voz revierte


surcos en iris pervierte,


quedaba alto nacido del hierro,


el norte que soñaba el viento


fruncía de aojos la vestida noche


y su cenicienta espectral


de las maravilladas flores de difunto


acrisoladas en soles pudientes


hechos de silencio.


lúgubres hendiduras del sueño


y el vientre escamado


de la lagartija


que yo amé,


y seguiré perdido amando


porque yo existo.




El Castellano


Azares de lluvia:




Avanzo el día sufriendo con la luz,


escribiendo mi cuaderno


encima de una mesa de pino,


simple, ruda,


como ella misma.


Hacia el ocaso del nueve,


la cerviz descansaba sobre el rastrojo,


una carrasca enervaba sus flores de piedra,


era suficiente descansado el recodo,


abría el cielo un llanto


de llovizna asilvestrada de abril.


Suave se esponjaba la oscura tierra,


la viborilla ahondaba su refugio


bajo la severa piedra,


era un tomillo afilado nuevo


de esta rigurosa primavera,


el solar lucía su verdor


de ángeles cazando lagartijas.


Diestro mi ser dudaba si llamar


al gamusino de escritura,


la cocina de baldosas


invitaba a merodear por algo de cafeína


era redondo el tiempo que alzar clavos


y unir galaxias sobre tejado de aspas,


un día cualquiera;


sin mozas en la vista,


era bastante y no se sujetaba mi pensamiento


de vanidades cualquiera.


Angosto trepaba el tejado de mis densas ilusiones,


atravesar raudales sujetando azabaches del cielo,


estirar la luz y bajar la luna,


era un puñado de estrellas apagadas


y volví a sufrir y endoselar cantando,


un reguero tieso de savia


y el vergel se encendía


clamando la desquicia


de que no duraría la siguiente estación,


sigo las ondas del charco


deslizando en él su solo reflejo,


rambla sin margen repleta


de esta lluvia sin cuartel,


un río me desquita de fluir


como lombriz azulada purpúrea al tacto,


es un recuerdo a mi río Henares


en localidad natal surcada,


un solitario flamígero pensar,


y cambio todos los lugares por ninguno,


que es lo mismo,


cimientos absolutos de oscura tierra,


en tímpanos calizos me sostengo,


como esparto del bronce,


y brezo desnudo sin soslayar herida,


el vals terreno me envuelve


y vuelvo a saltar el pretil gesto de Ostara,


anudando el ombligo de la tarde


con la ojera de la noche.








Förüq El Castellano




Son, del ascua:




He venido por los sones sin tiempo,


resuenan todos en lo alto de la torre,


indico fiel muro


que acuartela voz sin muerte ni memoria,


bronce a lo alto,


pureza inmiscuida en áspero esplendor.


Risa sin agua, tiempo con sonido,


eternidad azogaba sin corazón


ni anchas calzas finitas,


el cielo cayendo turbado está.


Voz con muerte oí e hice caso,


penumbra de vendaval obscuro,


hálito perenne de triunfo en luz segura,


mi culebra, mi sola flor, un campo soterraño


armado en cantos, solapado,


viperina falaz un soto


al que me trasplante,


dulce miel de tosca celda,


filial que enmarca,


sangre sin latido del suelo terreno,


raíz de terrestre prestancia,


clavo instante, cabeza abajo


de la vida de este mundo,


tajo recto aguardo,


con la verdad profusa de cuánto he amado,


espiga de tinta bebiendo la luz,


de su ardor erizado,


crisol a raudo, puro odio,


eternidad sin voz,


agreste reverbera,


empapada en substancia.


no tendrá que aullar como los presos,


oh dignidad serena,


cuervos de muerte me caen los ojos,


reloj de alma y alba en despido,


como rubí dentro del zarcillo,


me senté en un junquillo,


y me entregó un zorzal su ovillo,


hiedra de espíritu suplicante


trepando quinto cestillo


mi torre anublada de hondo cielo,


sombras miro, me miran todas,


mi cántaro es como el de Dagda


ni fin ni repleto,


viaje eterno,


al encumbrar todo


de nuevo rocío.


Ababoles me cuentan


que todo se alza y rige


gracias a raíces primas.




Förüq Castellano




Tiempo en floración ruginosa:




Una flor que es flor


en mitad de tu tiempo,


floración que vino de raíz del averno,


escalando al cielo,


pluma en tinta


de servil vid de Ferento,


albor en cernícalo vigía


primo del vilano señor,


mariposa metálica que revuela


desde soto carmesí de tus muslos


desplegando su lengua furtiva por tu dulce


vientre de nieve,


corola de un silencio húmedo,


como si flor en palabra


nunca hubiese sido,


trampa de arañas en serviciales rosas


de la aurora más funesta, clavada la hora.


Curvatura morada de mi verde sueño,


corazón despierto o mudo


de grito sordo en el pecho,


amor de rayo empeño asolado.


venas en azur sobre tierra,


un destierro de la esencia intangible


al beso y ala vaga de sol minúsculo.


Rebelde en tierra resumen edificado,


sin vigilia feroz me despoblaba,


inmaculado fuego,


terrible y compasivo,


tú amapola,


crecida en luna de mi huero camino,


labrador de arduo sendero,


lebrela tú musa de mi gana acaudalada,


pez de hilo es este instinto,


a veces parco, a veces sumiso,


azul lento en flor de viento,


oval de campana tu concavidad en bóveda.


Mariposa negra que poema trae en ala,


gota de luz colmando el astro,


mariposa negra solar,


mariposa de muerte sembrando


orugas de vida nueva,


azur todo espejo,


de un tiempo que ya calla,


y todo frío, termina.






Förüq Castellano














IX: LUGUS:




Sol de cristal;


Oh lugh, invencible al crisol


de tus lenguas travesadas


fiel carrusel de rayos sin secuela


de su rizada espera,


blanca luz de tu vera,


entre compases que hielan,


a tu vespertino canto derriten, despiertan


tus mil llamas liberadas,


desnaces a la noche que aguarda,


oh Sol de mis soles,


acoge este iridiscente canto


en tu seno en mi pecho que te aguardo,


al fragor de serpientes frías,


al valor de fieras enardecidas,


bajo y bajaré para alcanzarte.






El rey lucero,


todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color,


a través de la caricia nos trae Lugh.


Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris


que apareció tras mirar fijamente preguntando


a una flor de difunto me comentó


que podría indicarme de la tierra


donde todo es libre






Lugh


mi padre astro,


Dios de las artes,


este afán que me enciende la vela


para que me encuentre.






Luna madre de Lugh soberano,


encuentra su cuervo en su castaño,


estribo sin llano


un real cerro


de rivera del antaño tajo,


salpicando este corazón por piedra,


con mi dicha


que se acuesta y briza,


mi profunda raíz de tomo,


con negro abismo despejado,


centelleando.








Wotan, Lugh, Morrighan,


ese veris perdida y encontrada,


Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,


y tú mi amada Brigid


Genii locorum dioses ancestrales


abrir este camino,


Diancech sana este mi cuerpo


Badhbh Catha sigue fuerte,


tierra entierra la maldad


sepulta los problemas,


como en tu ser el ciclo


el eterno resurgir en ti cierra


y comienza,


resurgiendo, abriendo camino,


escudo en fuego sembrado,


hueso del pagano,


me deberán cuanto yo he plasmado,


hierro al hierro,


fondo escueto


del vítreo traspuesto,


senda de la idea,


por ellos socarrada,


lucha, cuanto más arduo es el camino,


cuanto más se abren las pruebas,


más se hinchan las fuerzas,


sólo vencer en firmamento,


agujereado de huesos,


siembras que tiembla la luna.


3 claman los genii locorum


que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos,


Diancech sana este mi cuerpo


Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde,


Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba,


Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,


y tú mi amada Brigid poesía,


elevar mi canto


que yo con mis actos


os hago un manto,


Cernunnos comienza nuestra caza,


Candamvis alumbra esta montaña centelleando


el relámpago,


abriendo el cielo de nuestra bruma,


tejiendo nuestro amado ocaso,


que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo,


ahora y siempre se escuche nuestro canto. 




Regio Lugh meditando.


Sin mis vencejos


no brota esta fuente.




Abren montes


sucios de azul sereno,


deslumbra un fulgor.


Dios del destino,


dios de luz y del fuego diestro,


doradas sierpes bajan el acecho


flamígero.


sí o no mi lucero,


afrenta amanece,


antepasados servid al viento


de vuestros hijos.


No hay bajeza por recorrer,


raya la senda


cristal hondo, que lluvia mece.


Renovado filo incierto,


entra luz en círculo


piedras de mi padre Lugh


escrita la noche,


ancho dilata diáfana derrota


cae a mis pies.


Vieja honra goza nuestra libertad,


tumulto en casta recio,


esquilas límpidas las mías


en luz de mi Sol padre,


titilan tersos


los verdes de tierra


espejando joviales reflejos,


dios de fuego y de toda Iberia,


desde portal del bosque


de Cernunos,


Candavmmis abre los cielos


velo de tormentas,


apacienta bella, tu recta belleza,


sobre mi haz


fiero, funde mi luciente,


a avivar el trueno.


A galopes de oscuridad


magnánima.


Dios de brillo terso,


En este otero mi alma despertará.


Aciago comienzo de sangre


en grito ceremonial,


ondas pulcras cantará,


dilatando cauce de gran Airón.


¿Vendré ya a la luna?


Ya filo de alba,


pura tiembla mi brisa nocturna


aprende mi resto del mañana.












Lugh Solar y Poderoso,


jamás a ti te hable el olvido disuelto,


ni se rija tu onda luminosa como tronco esbelto,


digno a abatir el rayo,


noble melancolía por tu madre difunta


Tailtiu,


en el alto cielo,


tu grandeza


sea reguero de oro.


La tierra secunda en nueva cosecha


por talentos colmados a florecer,


viento sonoro guarda tu hermosura


Rey Padre,


El páramo yerto perecerá


en ámbar blando


de aroma besando tu frescor


de vida nueva.


Abatirá la sombría dulzura la tierra,


ilumina mi pluma al honrarte,


suspiro de mi estruendo crepuscular;


nombro al pájaro misterioso


que te pertenece


cuervo que otorga el anochecer,


Sicut nubes, quasi naves,


velut umbra.


Años pasan yo busco mi recto yermo,


triste aflicción por aquel tomo de tierra


como las sombras vaporosas.


A ti Creador de luz,


acógeme, pinta esta mi noche negra,


amigo de imagen solar,


soy por cuantos Soles he nacido.


Por sosiego de tierras ignoradas


dame su gloria.


Camino afable con tu candor a seguir,


blasón yo no pido


ayúdeme a desplegar y sembrar mi porte,


en tierra a cabalgar


y deslumbrar.


Lughnasadh, Lammas.






Oh gran dios del Olimpo celta,


Lugus señor,


tu espada cenit de todos los talentos,


oh gran Sol,


divinidad de tierra,


tu sola estirpe encumbrada.


Patrón de artesanía,


amplísimo espectro, padre de las virtudes,


gran brujo, sabio cuervo,


aquel que te sigue por doquiera,


iluminoso, blanco


cuervo tú.


oh padre,


abre ya en savia nueva tierra,


también te llamó el Cesar a ti, Mercurio,


llegará tu rito para Lughnasad.


Solo uno; dios del Sol tú,


oh Lugh.










El Castellano








Reflexión:


Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,


es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,


y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,


en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.




El Castellano 29-04-2019






Ababol, sangre de sol:








Ababol, oh tu carmesí sangrante,


oh tu sangre de Sol,


en brea de pétalo flamígero,


sordo me alzo yo solo a tus cantos,


por sembradas frentes,


acoges tu belleza incausada,


rizada ascua gimes


de la tierra al cielo los castos dioses,


en la altura los montes


a la cumbre de sembrados árboles


anidados, repletos de peces.


Monumento tú del yerro,


y tu rivera a mi izquierda,


impetuoso me alzo


desde tu desbordada mar de tierra,


al río en rambla,


de Júpiter complaciente,


príncipe y rey tú,


oh, gran olvidado linaje,


caudillo orador de los vientos,


rajas el ocre


de tierra impune que mi Noto,


muerte no teme;


lámina de bronce mi pecho,


qué clase de muerte


tú difundes y apremias


como divinidad en coro de Ninfas y Sátiros,


mis ojos, sin lágrimas vierte.


Oh sola belleza tú,


amapola venidera,


augur de cuanto he sembrado,


Ababol sonriente, Vestal en llamas


iridiscente,


por Helena de refulgentes estrellas


por cabellos,


derriten todas mis arañuelas,


Padre de los cielos,


Padre del viento, acoge mi fiel ofrecimiento,


en este atrio castellano.








El Castellano




VESPERTINO SALMO:








Rocalla y celada,


roca y yelmo,


entre su negra sangre


te invoco, espíritu del yermo,


entre tu contorsión de sol


creció una espina


en mitad del corazón de la piedra,


no fue rosa ni la más bella de Júpiter,


espiraba su retorcido dolor,


dando vida a su roca base y nicho


su lamento que yaga,


un tallo prendido


sus ilusiones en flores


como espino abría al cielo,


compasión de aflicción,


como una capa y corpiño de dama,


frente un olmo forjador


dador de aliento


al inframundo terreno,


greña de flores mecía


el tallo de la espina


como ternura llorada


abrazaba su desolación,


entre mirtos y espliegos,


y el alhelí de los caminos,


sangre de tierra plañía mi ababol,


que el perdurable fervor


durara, toda la estación.


No era una piedra brotada


era mi corazón,


incrédulo por cuanto


sirvió,


guardián y vigía


de todo lo profesado,


mezo mano


y doy abrazo


a esta sombra mía


que camina.


Entre vientos amantes


de sierras madres


y esta rocalla


que delimita mi pulcro, espinado


corazón.








El Castellano




DOCTRINA DE INMORTALIDAD:




Este es mi reino,


este es mi camino, mi elección,


devoción,


al uno, al Sol.


Mi guerra mi señor.


Antorcha de sola libertad,


reguero tu luz.


Camino de la virtud,


ascua perenne,


tu amada verdad,


forja de mi sangre,


destino atronador,


tu inmortal destello


iridiscente al alma en guerra,


somos los hombres muertos bailando


en tu corazón.


Clama esta nuestra Legión de Luz


un son férreo,


a lo alto los cielos,


Padre Creador te imploro mi humilde servicio


a tus Falanges cromadas de creación.


Alzo mi recia vida a mi sola espada


nacida y sellada por tu tesón,


En tus hoyos crepita mi dicha Sol Señor.


Tráeme que besaré tu Luz.


A ti rindo mis cenizas


y perpetuidad de alma.


Guíame amado,


a incendiar en reino de las sombras


con tu amor,


es mi reverencia, es mi servicio,


osar mi entrega al lado mis castos dioses,


Padre tú de ellos,


mi amor, mi Sol, mi veneración,


soy tu hijo,


destellado te amo,


desde albor cantado,


al origen de tu hierro en mi sangre.


Hoy es siempre por ti,


ángel en tierra


estruendo ciego,


de la vida de tu ceniza,


Sol dador de hálito exuberante,


mi campiña,


mi suelo y mi cielo,


mi salvación sólo tú señor.




Förüq Castellano




Cauce en rectitud:




Empeño asolado,


flamante compostura


en fanal infinito


de las flores del campo,


del ababol al dulce hinojo


diestro me dirijo hacia la suerte,


por coraza mi pecho,


por yelmo mi palabra,


un fiel reflejo por escudo,


es todo lo que pudo la armada  razón,


es todo lo que llegó


al río de las almas de mis venas,


dulce estampa de agua,


a vid de trigo y girasol,


la novena estrella me cabalga,


todo oscuro linde de mi vergüenza deslumbrada.


Ojo de mi ojo, viva siempre la virtud del aojo.


Vida de mi zarza quieta, de cristal en espinas


que su hielo en sangre me temerá;


una fiel hoguera de rizada ascua perenne,


rastrojo al fuego de mi quimera, sola su verdad,


es mi sed verdadera,


escarpada cumbre del hombre,


y su dicha en esquela,


yo lato sin nombre,


allá donde el astro esconde;


sentencio a mi olvido


a no volver jamás,


a este recipiente


de sangre que porto,


que hace cumbre,


resisto aleatorio,


en este panal de esbozos,


me enraízo lejos de este mundo,


me desdoblo en dos dimensiones,


las vidas de un día que me enjuicien


que mi camino no termina, comienza cada día,


en seno de espiral armada;


montaña, yo soy la montaña,


el Juez Supremo ya me dictó mi sendero,


que yo me he ganado,


que yo he tejido,


y que las lombrices


sigan siendo lombrices,


que yo sé dónde dirigir mi vuelo


de cuervo poeta,


mi semblanza tejida


camina sobre una araña,


boca sin besos,


en cuarto umbrío,


me teje ella Litcher la llamo, a mi fiel araña,


un destino, pulcritud de estela alma,


un encuentro sembrado,


letra que complace mi tejado,


resbalarán las aguas,


mi navío fue llamado al negro puerto,


siniestro yo el comandante


sigo mi noche


que ahuyenta que se estampa,


mi letra quedará en mitad de tierra,


porque toda materia


es y será polvo de tierra,


un rezo y un ruego


para que sean iguales a mí


cuando me toque zarpar


al otro puerto blanco,


sin retorno cristalino,


ni rayos irisados.


Sólo un campo de zarcillos


y rosas caninas que destapan auroras,


semblantes del ser que fue alguien,


quien quiso ser...




El Castellano










Destello, incesante Tornasola:




Sangre, pájaro, sombra luna. muerte en vaso de cobre, flor, estambre, lágrima, opacidad serena oscura, tristeza sola, destello incesante, contagioso azar inmiscuido, terco estruendo, vicisitud labrada...






Empiezo.


Desdén flamígero encorsetado,


en sangre de puridad, de alma o cristal en vaso


de alma y su terco sueño que era forma,


vicisitud o estela,


estambre y flor masculina,


luna de muerte oscura en yacija,


y su opacidad serena,


de argenta guillotina


cercenando al tiempo suelto y libre,


su oscura lágrima


de muerte en recipiente de cobre,


sombra y su noguera nunca ruginosa


de raíces en pulcritud de soledad de savia.


Esencia en vals superior,


como ninguna hoja se retira del árbol


sin motivo elevado.


Tristeza caprichosa como pájaro caminante,


y espíritu en captura de azulada raíz


azul hermosea la vicisitud labrada.


Pureza de sangre su única campiña


yerto sentido,


de tuerto ojo sembrado,


sonaba el repicar del taladro,


como un clavo hendiendo otro clavo,


y una astilla sacando otra estaca,


azar alado,


en litigio de iris sediento,


era yo como cristal


de transparencia habitada


agradeciendo a mi musa de agua,


su fábula del pájaro y la flor,


despierto otra vida


que empezaba a soñar mi vida


a partir de mi presente muerte.


Y su vaporoso candor de estela,


un tambor sonaba mi tierra


abría del suelo una lira sobre un arpa


conjugando resonancia crispada


en cuerda y engranaje maldito


como una peineta de brujas afilando


el violín destino, que dictó


que abandono, sin haber comenzado,


y empiezo sin saber continuar,


porque acaso


¿hablo yo?,


¿O despierto sin haber dormido?


ni conocimiento,


seguiré indemne acontecido,


sin dejar de ser correcto,


jactaros del libre


os hace más esclavos,


perseguir sin incendiar vuestra casa del mal,


os lloverá lo cosechado,


se ama la virtud


la bondad destellada hace arder el odio,


y este en contrario resta luz cuando se le ampara.






Förüq Castellano


















Sombra de paraíso:








Midir, Mider, midithir,


Dios irlandés del Otro Mundo,


alza que traes negro, profundo


respiro secreto, que revolotea


entre los rectos huesos,


sangre floreciente


llevas que surca


mis redes cerradas;


por mis venas de océano


salvaguardas,


entre mi ardorosa sien,


claro auge dictas,


entre truenos de adoradores


entre espinas,


silbas que cabrilleas,


centelleando mi padre lucero


entre tus oscuras entrañas,


este mi cuerpo cobrizo


en espasmos de luz vana,


noche alumbrando


su emerger bajo poderosa tierra.


Túmulo del pez vivo,


dormido osarías ser Sol


o su sangre crispada luciente.


Feroz acero me reflectas,


hijo del viento


o hacedor de este mar de tierra,


bruñes tú Mider


los besos de pájaros que surcan


los aires.


Platina de oscuridad,


por los que adentran sus espejos,


oh maravilla ella,


de hollar el tartamudo desliz,


inmiscuido,


fuego de su frío presente,


duro hueso de mi pluma inmóvil,


a ti soberano rindo que desquito mi égida


de Atenea,


y beso los pies de Minerva,


Oh Brigantia,


haz señero de mi solo anhelo,


mantenme en la lucha seguro,


a los pies de mi oro trigo,


aventando espigas, yaciendo,


entre la grama del Parnaso,


anhelando surcar con mi amada


sus páramos descalzos.


Ó Valhalla.








El Castellano




Secuencia presa en ''Arañal'':




Plantado, mi solo eco,


que abría mayo hasta marzo,


dictaba que hermoseaba,


amor en virtud.




De mi dama cantada,


versos sublimes encontraba


bañándose en el pozo de Airón.


Su edad rezaba mi ignorancia.




Evanesciera el susurro de toda lira.


Recuerdo vagando


que Apolo me deja solo,


y yo con mi arrida sien.




Derramo que riego mi pecho


y su yunque en vello,


me hollaba la fatiga de mi neurología,


y su esplendor se retira;




encanto recordaba de mi ferviente


musa de mis dos umbrales,


uno cuerdo, otro mejor.




Mustio el dolor se arrugaba la frente,


atónito que danzaba perplejo.


Invencible Castilla me aguarda.




De foráneos no queda ni simiente,


de insurgentes mi bayoneta,


don funesto de letra bastarda,




preso y yerto ahincó mi historia,


sepulcral victoria me retenga




de mi guarda, la Gloria.






Förüq Castellano




Rosa de los tiempos:




Verde rosa proscrita


abre del tiempo verdades


que inflaman la oscura noche,


al flamear del angosto


su espina cierne,


hojas del tiempo se cierran


rizando, caracoleando


una espiral malva,


vetustos testigos


estambres del fuego


y de las sombras nacidos,


osadía violeta


entre raíces de siglos,


ascua que arde deseos,


crepitan pétalos


encajados, una realidad


sin techo dorado


firmamento anudado


por cuanto ha conocido,


no llegó su marchitar de brea,


guiños al viento descubre,


mira y se sonríe,


en aquel diáfano cuarto


de estrellas sin encarnar.


Claro oscuro de su prendida suerte,


alumbraba lo inerte,


entrometiéndose por rejas


de momentos tenues,


sotos sin hueso regentaba,


vagos lindes sin estatua,


ni otras flores


que su belleza, empañaran,


soledad perpleja del devenir,


aguzada torpe sin rostro


ni desdén devorado,


clama silbidos


que colman de noches


y sus vestigios,


abriendo estelas


tejiendo sus casitas


de arañas que flotaban


como lunas tendidas


del techo de su caverna flor.


Desnudando tristezas


llamando al oro


del alba


y su recto oasis de Sol.




El Castellano


Flagraré tu ascua:




Ven poeta a mi yermo,


arcano es este sentir azabache,


descubierto entre álamos


que blanquean


y un sol oscuro de invierno,


un sol muerto con hoyos crepitantes.


Que nubes negrean su muerte


entre caracoles de faroles


y luces difusas agrietadas,


por adoquines ermitaños.


Ven vida a mis flores rutilantes


umbra fragorosa de sombras de nubes


por corceles suaves te escondes


por hormigones de leche


y sus canosos cristales seniles


tu polvo de estrellas viertes,


más de lo que he perdido eres;


voy soñando mi linde despierto


cal entre cantos de espera


entreabiertas sus esferas yertas.


Estas calles de diciembre se encienden,


como perro ladrando de noche,


mientras tanto te busco, luna dulce;


entre tus mieles luminosas que viertes,


entre cuchillos yertos de asfalto que florecen lágrimas,


y gravas secuaces al fervor de silos yacentes,


el soto mío perviertes en aspas de nueva lumbre,


los edificios suenan


a nanas sonámbulas, con tus pasos desangelados


camino mi azotea,


mientras tus altas ojeras cuelgas.


Una fosa es mi palabra,


que entierra ideas


cual tordos que grama escarban,


verdes espigas, es un perfil angosto,


espolvoreado,


pudiese yo retornar al otro lado


y seguir indemne,


acontecido del suplicio investido


no lo sé.


Mientras seguiré crujiendo


sonidos secos, ellos que ululan, descorchando sueños


en vals de toda carcoma del sentido nacido,


su río desangrado de flores que fluyen


de sentidos dentados en haz purpúreo


y su afligido azar de venas razones,


yo te busco luna por cuanto yo he conocido


por silos de arena blanda,


por coches y entramadas inertes


que jamás desvanecen,


por cristales hirientes


y su reflejo ámbar,


tu idioma secuestrado me desciendes,


días festivos danzaron huyendo


como ecuaciones de estorninos


jamás fugaces.


Terminaste de escuchar mi ruego


sin escapar,


te escondes cuando te busco


entre verdes ramas,


y violetas flores


bajo luz de oscuridad


artificial ciudad,


edificios que no aúllan con el viento,


venas roídas entre encajes grises,


capas de noche humeante,


por cuanto he conocido,


por cuanto he huido


para encontrarte.


Mi flor de tormenta irisada


mi éter y su magia soslayada,


un torbellino sintiéndome en la luz,


madre de toda penumbra subversiva,


no sé el porqué de lo sentido,


un silencioso ruego,


no puedo ayudarme,


sabiendo quién eres.


Relámpago asido soy


que ama verdadero sólo una vez en vida


una vez para siempre,


una vez por todos sus destellos afligidos,


lo sentido es más que un carrusel de estrellas,


más que tu sonrisa venidera,


he perdido venciendo,


ámame como una luz parca y efímera,


como un estruendo en mitad del fuego,


he venido a vivir en tu yacimiento de pecho,


deberán desenterrarme


cual raicita en tu vientre protegida,


hoy es por mí porque siempre es por ti,


imploro piedad me brindes mi poema solar,


serviré aseguro a tu ser


dama de mineral candente,


por los tiempos difuntos,


porque usted valora mi terco empeño


de soslayar nuestro verbo,


arrullando en comunión de astros


tu tez en piel serena, tu miel de dioses dispuesta,


parto de un respeto que no cabe en mi pecho


señorita de once umbrales que quebraste,


no figures límite,


por no tener yo, no tengo ni vergüenza


será abanico de mi pluma esta entrega,


sirviendo, disponiendo,


su munición en una letra


omega fin que es principio de causa,


de señal que aguarda la vuelta al comienzo del sentimiento,


y su fiel tormento nacarado,


volviendo a comenzar, conociendo


que el camino no lleva retorno.


Ni opción a besarte musa.


Sólo amarte como platónica ascua ilusionada


por quererte y admirarte


como el alma eriza


al leer tu esencia


mi doncella escarlata.




El Castellano






Grillo IX COMPLETO:




Clareando su lividez


por sotos vastos, reales,


mi río navega.


Soliviando su bandoneón


dirige, blande mi grillo


el afilar de su tercera cuerda.


Entre el suelo de un ciprés enhiesto,


rigen blandamente espigas rojas,


jóvenes, juguetonas


como si tuviesen sangre


para sonreír


al viento que pasa


y no atraviesa.


Reposa que aguarda el cráneo


la tierra.


Ay la tierra, hay de ella,


sombras que complacen y acervan


la mansa espera.


Soliviar vetusto


que Ninfas y Sátiros pastorean.






II


Es un tejado llorando por la piedra,


con acequia desnuda de canalón;


un cimiento que plañe la helada,


y le agrieta el tiempo que ya no escapa.


Sauce triste, abatido, con portón


al mundo del grillo.


Entre blanda grama


fenece que acicala su alma.


Entre un arpa estacional,


y panales de ambrosía.


A la lluvia primera


abre su fiel Parnaso devorado


entre caracoles sonoros.


Grita la raíz acrisolada en ámbar


de intelecto mayor.


Cúspide de serena esfinge,


y dolmen de divina pluma.






III




El grillo único pidió un deseo


al manantial eterno de Hipsípila,


y fue no sucumbir


tras el acople, todo sonó


en manantío, y lo inerte


reposó su voz, de nuevo.


Para siempre.


Soledad dantesca de umbría


melodía, extendida por el Baco imperio


regentado por el claro de luna,


donde fluía su sangre de luz,


rojiza. 




IV


Solar afán, solar entrega,


llegas que dictas tu pertenencia;


tu arraigo de hiladora,


hermana de negro hilo,


traes que cobijas mi jardín florido.


Mi grillo luce de nuevo


su primavera luciente


en lira de su candor de estrella.


Es su centígrado


que tu lustre musa engrandece.


Un solo marcó el ascua irisada,


por su reposo en madriguera;


un deseo concedido él cantaba alegre,


a su musa del Alba.


Albilla más hermosa,


clareada sólo por sus pétalos de mujer fecunda.








V




Era un patio sombrío


con mi vena de acequia reverberando.


Un jardinero a la araña de su rosa;


la protegiera,


la cuidara como besaba la luna Sempiterna,


con tus labios de mujer serena.


Desliz en nácar, pétalos de tus falanges me hablan, marcando,


asignando, el vívido resplandor


envuelto, aterciopelado.


Envolvió mi vida, tus latidos flamantes


de estela considerada.




VI




Avancé mi yermo,


con mi grillo en mi bolsillo,


divisé en umbrío, frondoso parral,


mi secuela descendiente,


Hipsípila me protegía.


Pude abrir una nota


al astro mayor,


de armónica congelada.


Desnudabas musa mi latir


que sólo su premisa abarca.










VII




Ahondaba que saltaba,


el ímpetu de carcoma cromada,


al resplandor de su tacto,


y quizá su matrimonio


en unión con su oscuro astro,


blandía a la séptima sílaba,


luna que busqué por sombra y abismo


en esquela.


Era un disparo y azogué


lo que el cosmos me negaba.






VIII




Fui dichoso, me enaltecía


mi soledad pulcra arrebolada.


Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.


No brillaba mi sola desquicia,


era lugar y tiempo suficiente;


para ser de la tierra enhiesta espiga.


Ella mi única amapola


Reina del jardín de Hipsípila.


Un soto y un llano;


desperté del bolsillo su oro trasnochado.




IX




Blándeme Oscuridad,


en tu acero, y ala de pecho.


Que canten azabaches


tu magia del cinco


labrado este año.


Afortunado avanzo mi pulso


por candelabro este mayo.


Mi cenit por rectitud


del alma mía.


Un último acorde y me encontré


en la pluma tu arpa,


mi Ninfa que obligas no fenezca


el grillo que me da frenesí.






El Castellano






Aderezada estela clara:


poema reeditado 15 de mayo 2013:




Indómito palpitar entre noches


que dibujan tu silueta,


y aguardan mi renacer del asfalto sembrado,


entre suspiros que exaltan tu belleza invernada.


Fiel de caricia acuchillada


carmines sedosos te recorren que acampan.


Recuerdos del frío


que te tenía yerta, a mí abrazada


como somnífero azar indeleble,


Cada caricia que sentía tu piel de flores repleta,






cada beso que sentía la lluvia nacer de tus labios.


Ahora es tu sombra la que me guarda,


la que en cada sueño se acurruca en mi almohada.


Es tu mirada algo estridente, es hoguera


que ahuyenta mis fríos,


es brillo y bosque que habité,


es donde quiero renacer.


Bajo aquel árbol de ciudad


que no fue sepultado por asfalto


ni hormigones de leche.


Ecos de tu ternura aún me bañan,


aún acampan mi alma


y es en esta calma


donde veo que mi corazón te ama.


Vistió la estrella su estela


arropando nuestro amanecer.






Este fuego no se alineó,


se alimentó de tus latidos sembrados.


Entre mis jardines de sangre


mi amor surcó,


entre mis ojos deslumbró y mi ilusión tocó;


hondo, quedando todos mis anhelos


en tu mirada atrapados.


Halos de tu indeleble trazo,


aguardando mi rizar de ascua


y sigo por mi sendero de polilla,


vengo que atravieso


tu carnal umbral irisado


en lente mi oscuro astro invencible,


placer que del hielo desciende.


Solo abrigado en tu nieve


que ya no más oscura, late.


Al resguardo de mi escudo afilo que desnazco,


tantos suplicios invernados


que no sé dónde alzo


dónde me acabo.


Un querubín me colmó el atrio,


dispuse mi defensa


en estampa de un tiempo que me cambió el rostro.


Hoy es por ti que no es necesario,


seguiré sin conocer tu sembrado nombre


para este castellano fragor


descalzo de su tierra


y talones fundidos,


serás dama oscura que agrieta el azabache


de su entraña,


y viste que derrama su esencia


en negra alma como un silo de umbra.


Es despavorido lo que alcancé a soñar.


pudo ser más mi señora hada dueña de la sombra


que cabalga toda esquela


del tiempo preso,


un latido desertor


clama el son de mi rebelión


resurgir venda que el ojo no vea


me apodero de tu número flamígero,


vendrá, que no se irá


mi devenir del ayer difunto,


bailo, baila mi vela,


dictando que tu iris de letra


me regenera,


y reposo mi estridencia recta,


para combatir a la izquierda tu cariño estrellado,


mineral al candor


de secuencia tangencial,


y ala que te partes en tu pecho,


desnudando quizá algo más.


Quedando raíz salvaje


en atisbo de argento nácar que te beso.


Musa ardua de sentencia clara,


y amor de todos mis dioses del averno.








Föruq Castellano




El Castellano y Leannán-Sídhe




Réquiem blande:




Mi razón hace cumbre y risco


en la soledad de tus ojos,


nacidos para el solo armónico


tu mirada.


Ella que nació


del borde sereno intangible,


letra irisada cual ascua incendiaria


en un soto grama seca,


esto no fue hablar por hablar,


mi soto reverdece,


es como sombra de paraíso y su verde yelmo,


negra es desquicia,


negro es azar,


hoy tuve mal augurio


encontré mi futuro ababol


ya difunto,


ocupado, roído y dado en vil sentencia


sin abrir él,


su capullo era casa de una tijereta ya severa,


feliz ella,


corta-pichas directo a donde más me dolió,


se comió mi ababol


antes de poder desplegar su flor,


como si cortan la rosa


al jardinero que la cuidó con esmero,


mi razón enlutada


ya no era mi cordura en una amapola,


era mi desdicha en una tijereta,


he venido hoy, corriendo alto,


donde mi alma yaga


su cruel injuria de no ser de lo rodero semejante,


vine por sus voces en risco de humildad,


quise descorchar estrellas por sus halos,


vestir lunas y asignarlas colores.


Como sola nace el alba más preciosa


hija del Sol y su esposa,


fui directo a beberme tu luz musa,


soñando que reposaba despierto


toda senda hacia la novena


constelación de tu sonrisa,


abarqué mi solo Mercurio,


sublimé la escarcha tu esencia,


el éter quedó tañendo.


Escuché mi astro susurrar


tu nombre que no conozco,


a la ausencia dilucidada


llorar imágenes,


de colores difuntos perpetuados


en eco tu apostada mirada.


Las luces gimieron todas


en escalas un placer soslayado,


sin barrotes ni celdas


un albor, una fe sin ciencia


de que es posible


vivir colmando lo bonito


tomándote por ejemplo.




El Castellano Förüq




Abre pulso, transparencia habitada:






Vuelve a mí el dulce tormento


para vivir soñando


con el recuerdo.


Y amarte soñando despierto.


Vuelta al final,


sin comienzo anunciado,


dulce tormento,


dulce complacer de masoquismo


desdoblado,


vuelta en espiral cíclica,


algunos no hemos cambiado,


descorchar madre Conciencia


de su eje alineado,


rompo mis filas


avanzo,


voy derecho mi infierno particular,


de vivir soñando despierto,


lo indecible del verso,


busco eje o idea a seguir,


abandono primera persona


en uno, dos, tres,


despierto,


escribir, escritura al menos fue eso,


demonio gigante


con alas de cobre brotado


en raíz oscura;


lejos de esta tierra


crece y riega la acequia


servil hacia el castaño de oro,


espectral rivera de la suerte,


sombra de ángel desplumada.


Réquiem seguro blande el pulso,


en estas calles tórridas de junio


donde todo es lo mismo


y los engranajes


mueven las gentes,


dilucidado precipicio extenso,


acaso yo estoy despierto, pregunto.


Rieles mecen la falda de mi amada,


como un telón que agita el rubor


sonrojado,


destino mi blanca dicha,


de seguir indemne acontecido,


que va no me repito,


limo que agito el ídem trasnochado,


ven poeta, ven


a mi yermo arcano


y todo, cuelga y hiende de un alambre,


cordura que baila de la soga


mecida en patio de la araña,


por sorprender mi gato negro vigila mi alegría.


Cambio de tercio,


ser de tierra cuándo,


acaso ceniza final, transmuta,


no lo sé, igual que desconozco su rostro,


hilvano estas ganas flamígeras


de un repecho sigiloso,


compenetrarme en sus hechizos solos,


caminar al borde de mi nación emocional,


qué quiero yo,


lo primigenio,


que ella sienta felicidad correspondida,


tres ejes de dinero, sexo y comida


quedaron relegados detrás de los sentidos,


y el principio del silencio vana apariencia


tirando el telón de ropa ausente,


en inocencia


y su desnudez violenta


casi transparente,


ni motivo de peso poseyó para tirar y quebrar


el telón de acero de mi fidedigno


DULCE TORMENTO.


De final sin principio,


de principio sin final,


en hálito de vida desmochado,


en cruel invectiva


llamada diosa letra


y su vorágine insumisa.


Hoy siempre por ella un viva.


Esta incrédula condena,


por así verla,


y en oscuridad,


todos gatos son pardos.




El Castellano


SURCO MELOSO:








Te llamo yo a ti


de mi inspiración dulce vientre,


génesis de nube perfecta errante.


Esfera candorosa de todo mi infinito sonriente,


son eres de raíz que me hace árbol,


luz en sombra de ambigüedad


eclipsada,


adorarte hoy ya me atrevo,


en la ilusión, candado de cerrojillos,


fiel amada insepulta,


delirio tangible del vapor en río


mi sangre.


Aliento me delineas que sometes,


por qué me sostienes,


eterna pluma,


suspiro tú


de ceñir pardas esposas al cielo,


anhelarte tanto, rueda por mis espaldas,


lumbre del sentido nacido,


Ven esta hermosa noche,


a desnudar los oscuros rincones,


del verso y su suspiro en estiaje,


de sed del más fuerte,


nuestro juego por la luna,


abarcando el monte.


Vivamente te conforma el color


de toda luz herradora,


te dejo mi faz de amante,


esperando seamos siempre


sol y luna venidera.








El Castellano a 15-06-2019












Cuarto para amarte:




Maravilla tú en pleamar de tierra


Caléndula acrisolada, flamenquilla,


flor de difunto, mexicana;


destrenzados sotos, en compás de enredo,


donde creces mi sola amapola.


Soliloquios tartamudos en impás de soles,


aguas vírgenes me cuentan de tu luz que habita,


ven cariño bebamos la sombra,


trencemos un acorde desangelado


por todo lo que no dijimos y nunca diremos,


destello irisado tu aire que me destellas,


empírea ascua fueres de mi deseo insubordinado,


acaricias que eximes esta incausada dicha,


de percibir un lugar desmembrado


entre lunas y argentos brillos,


telaraña de vorágine y mi anhelo,


concurra por mis castos dioses,


con el tuyo,


una vez en la vida se dispara,


mil y una se intenta ser certero,


voy a hendir tu anhelo,


por esta mi malva-rosa.


Siente vida, porque si vuelvo a vivir


las rosas no caminarán


porque ya lo haces tú,


Luna mujer no me dejes,


avanza el solo arpegio


de tu tela fina,


descúbreme en cuarto para sembrarte


a beso y espada,


el tomo de tierra que discurre,


anhelo tener alma como dispones,


pero creo ya gasté un deseo


y la canjeé


aún vampiro solar,


vengo que traigo un cesto


mis ilusiones, en esquilmada razón


morder el placer extenuado,


en vaporoso gemido de luna sempiterna,


cónclave de tu mineral candente


cadencia ilimitada, difunde,


ando  desaprendiendo, a escribir,


relojes y sus manecillas heladas


a una hora para la medianoche.


Suspiro y me dicta el tiempo,


que no poseo novia


poseo musa,


y es lo segundo mejor


que me pasó en la vida,


lo primero fue nacer,


y este mundo puede quedarse todo,


que yo soy feliz,


gracias doncella escarlata,


gracias mi golondrina azabache


que anuncias toda primavera,


a tu oscuro halo rindo mis falanges,


en oscuro candor que te alza pleitesía


en sola mirada iridiscente a tu abismo de nácar.


Quién osase adentrar.


descubriese que prendiste fuego


a incertidumbre


llamada arte.


Lo siento vida oscura


a imaginaciones particulares,


me siento querido por ti,


Mi ambición no quiere pedir,


sólo ofrecer,


y agradezco no me relegues


de ser vigía tu corazón preso,


contigo mis dioses Musa.




El Castellano


Cuervo primigenio:




Marca sigilosa,


azar de nueve venas.


Concadenado, cruz en esfera.


Sigilo en réquiem


por la sangre olvidada;


flamas en cauce


avanzan en un sentido,


inerme paso del tiempo


como un tren de espigas,


solo, solo ante la vorágine.


Como no canta la despedida;


insepulto ante la encina.


Mi carne sí posee baraja.


Naipe de tres lenguas.


De la vida bajo tierra.


Todo me suena en uno.


Vapor de identidad.


Buscando su esencia perdida.


En vasto soto real.


Camino buscando el agua.


En mi desierto embalse de recuerdos


ahogados;


vengo que voy hacia el poder


del cuervo y su esfinge,


tallada en el roble de mi pecho.


No-vida baila de nuevo.


Hacia el patíbulo de estrellas.


La lira se prendió.


En recto intento,


alcanzando sones


y su fractal azabache.




El Castellano


Origen en libreta, ¿Cómo llamarte?:




Dictan veleidosas las estrellas,


tu aura intransigente


que no conozco yo sirviente,


tu nombre mi dama en la tierra,


oscura soledad que amancilla todos los besos


encumbrados, solos, flamígeros,


sin rubrica ni trazo tangible,


acompañar tu alma esencial,


cómo llamaré sin tu nombre,


mi amor en la tierra,


cuando toda adjetivación propia


a fuente inspiratoria


se mece, que baila tus contornos


en oscuridad liberada de arañal


del que parten mis impulsos.


En mi libreta estalla


que duerme mi mundo,


es mi retiro al Moncayo de la letra,


en cepa de Apolo, en vid de Mercurio,


en racimo de Loki,


te llamé para que me entiendas Musa de agua.


Dilucidar entre mis sombras es parecido,


sendas sin fondo ni poso,


fragua tu belleza mi solo evanescer,


tu partitura,


tu partitura me colma el Atrio,


sierra que cruzo sin encontrar lamento,


ávido, sujeto renombrado,


dulce tormento de amarte sin rienda, sin espuela,


puridad en crisálida del éter dispuesto,


adoro tu alma sin confusión,


sin decreto banal


que interés confluye,


viene tu tristeza a mis floridos zarzales,


agua cae sobre malvas-rosas propias,


que abren de tus lirios espumas virginales.


Entre tus faldas de encina,


no hay ya más oscuras golondrinas


lirando en mi antiguo tejado de ciudad,


como céfiro de sol desnudo me vio el mundo,


sol naciente tu parca mirada aseguro cristalina,


en vano grita que canta


el campesino a su arada tierra


ya no más yerma, ya no más sepulcral


lontananzas de flores arrullas,


en tu sensibilidad exacerbada,


inocente mi cuna de luna,


hermosea la noche


lo hermosa que escribió su partitura


de tiniebla,


ya se aprecia,


ya se siente,


tormenta candorosa, acrisoladamente bella,


en mis cúspides de entraña.


De repente. 




El Castellano


Serenidad eternal:




I


¿Acaso oculto canto


de soledad te envío?


Puede, tan nítido,


que ningún hombre


en tierra, pueda negarlo.


Prende mis rosas azules


entre mis fragantes zarzales.


Ya no musa has tú de esconderte.


Sólo despertar a la luna


tus azares contundentes.


Te logro ver plena


irisando el gozo somero.






II




Danzando yo atrás de la tela de araña.


Púrpura visión,


no se me niega serenidad virginal


que florece


entre el tranvía de estrellas,


pasaje al Otro Mundo del que vengo.


Tempestuosa tú, amada;


sirves al cántico


sanguinoso inicial.




III




Florecientes mármoles


me acogen,


tu magnificencia


exacta, digna de altos dioses.


Perenne diamantino vistes que exhalas,


que desnuda tu letra.


Acorde al compás de mis soles


en tu fecundar


de su ascua


milenaria.






El Castellano a 19-06-2019




































































Operación tres coronas:














































Rayo lunar


Traigo de tu entraña


planetas y luminares,


Conciencia en madre luna,


bajo la constelación del cisne nací


empiezo:




Blander dije yo, mi sangre orquestada a Apolo,


Calíope me brinda


su protección de la luna bajo el signo azabache


mi alma,


Yulé mi gran Sol


lo contacté para rendir pleito


a Lugh hijo de Dagda hermano de Brighit


Brigantia hermanada con Minerva;


me abrió mi ruego una oración a la luna


en energía inconsciente


a veces regresiva, percibida


mi refugio, mi clamor,


la conozco familiarizada,


regenta que consume mis deslices umbríos,


despliego a día de solsticio


de inicio de verano,


mi luna,


mi sabiduría lunar involucrada,


energía básica,


me nutro de mi Luna


y formo égida y celada,


¿Quién más fuerte que yo, Miguel Esteban Martínez García?


Cuido mi alma me preparo


y dispongo mi defensa astral.


Permiso:


Continuo


Toma de contacto


con mi sombra lunar armada,






Por Candamvis dios Padre dame tu electricidad,


hermano tú de Zeus,


dios Castellano,


Rey señor dador sembrador del trueno,


Sirvo a desplegar


mi trueno lunar en tierra


de aquí pa' siempre,


Canta musa,


canta,


canta,


de un verano enternecido,


que me abrió el pecho,


sombra enfundo


un garabato de vileza encontrada,


se apostó


en mi oro trigo,


le atravesaron mis espigas azules


del barbecho de mi cielo castellano,


Ven a este mi fuego azul,


ardieron lanzas apostadas,


ante Lugh no se humilla,


dicha en un, dos, tres, labrada,


osadía superior,


operación tres, marcha


que despliega,


mi solo potencial reverbera,


semblante difuso encendido,


cruel miseria acuchillada,


bondad llama


ternura tornasola,


potencial cargando munición,


guerra al error proclamada,


esto no es un pasquín, es proclama,


Saetas vuelan sus notas


quimérica siembra,


desplegada mi quimera


Hada señora Leannán-Sídhe,


avanzo a los hoyos del Sol


mi Astro mi padre, fiel fundición


de vaporosos mares


de sangre de hierro,


Lugh te estrecho mano,


eres mi hombro eres mi tinta,


mi acero dispuesto, mi fuerza mi semblante eterno,


yo soy para Siempre.


Eco de relámpago solícito,


azul de mares y océanos,


príncipe de tu milicia celestial,


Lugh,


soy tu sangre, soy tu carne,


tus falanges dictan,


yo me blando al nivel


de la montaña nuestro soberano


Candamvis,


Operación tres despierta,


Desposeo mi mundo


en alarido de cópula,


cobres nativos me cuentan


de la electricidad mi alma,


fase oscura apagada,


cázame si puedes esta noche,


red real se despliega,


decencia soterrada,


es lamento por la luna helada


mi partida,


avanzo despierto,


fantasmas que arregazan el inframundo


mis honores consagrados,


regato cristalino


clase de fantasma vestida.


Umbral endógeno


aflicción marca,


la tinta de sola estrella,


vida de no-vida resurrecta


sangre al hueso injertada,


hierro al hierro Dame padre tu acero


por mis hierros estigmatizados,


dulce tormento entablado,


sombra de paraíso


yerto,


en laguna del pozo de Airón,


puerta con mi dominio


del Otro Mundo,


sintonía prendida


en vela de transistor


negra roja es mi alma


brea mi hálito, carmín mi sangre,


despierto lucientes,


conquistar y convertir es lema,


insurrección, dictado a la milicia,


vivir para morir,


vivir para vencer es lema.


Hemos nacido para morir,


nos llaman guerreros muertos,


con jinetes


difuntos de otro desliz no temporal,


Tenemos ganado un blasón


nacimos y estamos marcados


todos bajo el signo de la luna azabache,


nuestro relámpago de espada


es invencible,


Trueno lunar padre convocado


inspiración y magia


disolviéndose,


marcando formación


¡AWEN!








Cuervo Förüq el Castellano


Pureza acristalada de entraña:










I




Heridora luz en la entraña mi pecho ardía.


Crisálida inabarcable mi hondo señero esquilmado,


afinadamente retuerto,


cuántos sones abarcando mi Sol,


abandonaré o quizás, volveré a comenzar,


un tiempo que se come sí mismo por sus patitas doradas,


un repecho y miro alto


donde las almas desvanecen,


puridad en crisantemo ahora suena,


una pureza


que mi dama inmiscuye,


frontal de profunda visión,


si yo por soñar escribía


su éter en esencia afilado.






II




Es un escarabajo


su plateado sino docente,


es una lucha hilvanada,


su azar de novena estrella,


buscando asir la luz primera,


una escala de peldaños esperanzados


a llegar a una cima esmeralda de la idea.


Suave viaja el horizonte,


una divina siembra.


Diestro empeño asolado,


la magia de pureza acuartelada,


honda pesquisa voy al tercer reino,


sin musa con su araña converso,


destino insumiso atrapo


que agazapo,


y su ojera me dicta


un soplo lunático


que precipita


sólo una vez en la vida,


para siempre.






III




Inmiscuida razón.


al hervor de astros,


y soles relojes,


entre cepas de ambrosía,


tendida la umbra


que su piel esquiva,


miré dentro su poso,


me saludó mi vacío completo,


rumbo al dossier solipsista;


hoy es un día, que no enterró cualquiera,


las estrellas lucen apagadas


a lo alto los cerros del cielo.


Mi raíz espejada


con tres broches


savia, tinta y brea,


ea ea tengo espuela,


servil en cántaro todos los fuegos


recolecté


en dieciocho años de propio desempeño.


escribiendo yo y el que me acompaña.


Desliz nacarado,


he visto un hombre mirar el éxito de otro hombre


venderse por un puñado cuarteados


afligidos; aplausos dictados,


hoy no vendieron mi alma,


ni la competencia servil,


blandió feraz carcajada,


hoy el mañana quedó


en estante


encuadernado con solapas


y tapa de hormigón indestructible.


Mi árbol de su raíz


no quedó bajo asfalto


de alquitranes precoces,


siguió respirando,


en un mundo que no fue ni será mío,


podéis quedároslo.


Seguiré trenzando el ocho,


infinito perpendicular


el verde en un tiesto.


Seguiré muerto


si acaso dicen que vivo.




El Castellano


Desposeído umbrío:




Furor sostenido en tu piel,


tangencial, somera,


acaudalada por todos los cauces


que gimen,


las ascuas tus bellas estrellas.


Abro que dispongo


el néctar los dioses


Hidromiel que embebo,


surco mi campiña


quiero cielo y tierra


en un cuenco.


Mi araña dicta, yo converso,


era un patio de astros,


amada, mi sola ojera;


en guardia, armada,


ricé el réquiem


de su insomnio valedero,


esencial,


en vez de un ramillete


de destellos parpadeantes


me prestó un racimo su negrez.


Avanzo mi libreta,


sombras caminan su muerte,


de media tarde.


Estoy preparado para la luz,


y su esquela derramada.


Voy por el tercer aleteo,


que subasto crisol encontrado.


Ven, vuelve a mi partida


Musa.


Brindaremos aojos fugaces,


daños colaterales.


Redención en aspas,


de nuestras ganas de escribir


afiladas.


Ramilletero pulcro


es oficio.


Un tres, tres ilusiones,


vivir, cumplir, servir,


vislumbré que capturé


su alma con una botella.


Tesorero mi destino aflijo,


que me alzo,


a la tercera campanada


de mi suerte.


Observé el sonido


que blandía la alborada,


desaconsejada.


Cristal de valles,


solísimo eco matutino,


mi zorzal en mi zarzal,


florido.


Flores que demuestran


que la vida es más corta


que la duración de la muerte.


Azar inmiscuido de un colorín,


buscando sus semillas  de cardo,


la tierra brindó,


sed y calor


de nueva alborada terrena,


por peñas y peñascos


vigila mi cuervo


desde su nogal excelso,


de hórrida sombra,


portón de los tres umbrales,


luz, tierra, tiniebla.


Un tordo músico


acompasa en un olivo,


desposeído,


como si rasgara el viento en trino


hendiendo su cuchillo,


Carraspeaba un grillo,


su criqueo, en Sol mayor,


Llegó el verano.




El Castellano




Latido inefable:




Cegadora siembra celestial,


en una acogedora alma,


dispuesta, los ríos sanguinosos tangibles.


Afino este mi acordeón del diablo.


Euforia sempiterna


en dos, tres esferas;


euforia es mi Real Acorde.


Sentencia relegada


de ángel desertando a morir.


Vida de la sangre en umbral.


Silenciosa premisa


en vals


de camino en piedra.


Rectitud en escala,


el ímpetu en sincronismo


de fase y etapa.


Dragón silente despierto,


suspiro cromático


una vena, una acequia,


un sendero en aflicción,


particular cercenado.


Bajo el signo de la rosa flamígera


despierto mi quimera


en estela.


Leannán-Sídhe


rompe tu letargo,


cielo e infierno,


comulgan en comunión,


de astros terrestres,


un ruego,


un sentido,


lucha contra uno mismo activa.


portal hacia la novena estrella


abierto.


Redención comienza,


Fase lunar cabalga,


reverbera la sola una.


Alma sin poso ni fondo.


Amarre en oscuridad


servido.


Al desangelado hálito escribo,


que al mar de luna,


le permito hasta donde acaba


mi intelecto.


Errante solar


caballito del demonio,


en cuatro alas montado,


voy a desgañitar


mi sola voz en papel


y tinta carmín


de pluma estilográfica


y su cruz,


carcoma de éter,


dispuesta,


ven a mi astro


no te morderá


la hormiga león que soy yo.


Mineral candente


su coto de luminarias,


invocado.


Estela cultivada refulge,


ahora.


Mientras cruje mi calavera,


un son minero,


exacerbado,


hoy sí musa


me alié con un cuclillo,


quien yo era.






El Castellano FÖRÜQ




Sangre de Sol:




Raudal,


severidad enfilada


de luz crispada,


banal dicha ostentada,


acérrimo devenir,


camino por fuera,


desde el lugar amé antes,


sola noche me cuenta


de un alba siguiente


y sus pestañas,


voy rumbo a descuartelar


mi inmundicia,


en un sótano de luz


donde todo es lo mismo,


cinco cuatro cinco sigo,


hijo de tu sombra me blandí


sin esquela,


sin nombre ya no te busco,


si forma acaso mi acrisolada


imaginación te dibujara.


Seguiré indemne acontecido,


un astro una verdad


crepita desde mi Ser


al mundo en un capullo,


destrenzaré su amalgamada,


afamada beldad,


es rumbo al cuartelillo


de las flamas


donde fijo punto,


y sus estrellas apagadas


me cuentan de tu sola


dicha descarnada,


un rubor sin razón


ya voy por el patíbulo


los astros y estrellas menores,


quiero la gloria el azur concede,


en vitral desposado,


su hervor su ardorosa siembra


de fuego vuelto agua,


sublimación de mi deseo


traspuesto,


nací,


creo viví,


morí ya y sigo viviendo


soñando desde mi muerte,


mi vida presente,


ascuas me rizan el deseo


en el arañal,


donde a ella encuentro


mi musa-araña,


todos los años la visito,


siempre es la misma,


a veces ocupa más tela,


otras, tiene prole,


y otras me escucha le recite


crisol de mis amores versados.


Reducidos todos en uno,


mi amor oscuro,


voy, vuelvo, que aún no he salido,


tengo pavor a cerrar mis ojos,


se derrita mi idea,


dame musa


la gloria otra noche colgada


la tela de araña,


todo se rija en unidad


te conozca yo sin nombre,


te acrisole


que esmalte mi éter fijo,


sin horizonte


sin luna de escarcha azul,


sin infinitos desempeños


manidos infinitud de veces.


Yo te amo sin nombre,


sin imagen, sin corpiño,


sin figura solo te amo


como se ama la vez primera,


de esencia cumbre cenital


y magia, más mi avaricia


se comió hace mucho a sí misma.


Río candente clamoroso,


servil, un ángel oxidándose,


metal del metal,


primor en alas magnánimas,


acompáñame mi deidad


te amo en el mundo


no existe ninguna cosa,


arco iris


de tu oscuridad superior.






El Castellano












Escrito en sótano de luz 2015:












Lloro, tinta en el umbrío cuarto,


atajando vestigios por descubrir,


cenizas en baldío esfuerzo coherente,


dispares, ausentes del frío desvanecido,


por tu piel junto a mi piel, mujer,


río ancho por el silencioso


valle de sembradas flores por vencer,


luminosas; templos y palabra


del Creador Universal,


sin verme lejos de lugar,


al desvalorizado aliento por retratar,


aliento escrito que jamás se podrá juzgar.


Por ser arte del idioma de Artemisa,


vengo por tu piel con alboroto,


por todo el placer vuelto vergel.


Esfinge de mi ser,


proscritos, infectos,


de aunar el febril, velado aliento,


de nuestros protectores yertos,


va mi asamblea de cabezas de grama,


y abrojos clavados en sus pechos,


por descorchar su sangre,


y desenlatar sus cerebros.


Ardiendo, para flagrar cardos caminantes


de las ciudades.




Turbado, esquivo, nacido cual linde


deseado, perdido,


quiero encontrarte.


Lejos de enmarañarte,


conocerte, tornada


quien tú eres,


en efecto y beldad incipiosa,


Mi fiebre como ayer


en sótano de luz acantonado,


de oídos precoces


solapados en paredes frías que retuercen


alaridos en ambrosía de cópula,


Nicho frío de mi silencio amurallado,


lecho de antiguo y nuevo romance,


el escrito en bronce.


Sanguíneo río todas mis flores desangradas,


aliento por desvanecer


como niebla que en azur acaba,


dama, tu traje de astros


te precede,


y el Valhalla nuestro jardín de espectros.








El Castellano


Fractal:




Luna espiritual, caleidoscopio, esencial negrura, escala, telégrafo infinitud intangible, ser esencia rauda, esquiva, amplitud en corazón de mirada, esquela sonora de latido disparado, amplitud de violín solo, es un cuarto de cuarteada luna, sótano de luz sempiterna, reto sanguinoso tradicional, éter tu placer disuelto en turquesa, rubor de estrella directo al sucumbir en escala, pesquisa al infrarrojo mundo mi amor en tierra, durazno tu palpitar abre portón ya Oscuridad somera. Tejiendo elucubrando mi aporte a Musa Calíope.




Trabajo, soy jardinero


de las cenizas de la luna,


espiritual poeta suyo,


mi solo porte,


visión reverdecida


en arco de iris substanciales,


caleidoscopios esenciales


en negrura mi parda sombra,


escala novena de mis falanges


dispuestas.


Hablando vibra mi cable


oxidante de telégrafo particular,


infinitud destrenzada su rauda estalactita


de su deseo que me gotea lo intangible


de su Todo cuarteado en la estrella.


Esquiva alma te cazaré


raudal encorajinado.


Amplitud de mi corazón en clepsidra,


río de magia sanguina.


Mirada como miraba la muerte de la una sujeta sola


de mi madrugada


mía porque todas son casi iguales, menos la mía.


Esquela en pulcritud de astros,


mi dicha sonora,


oh, gloria.


Cargo mi verso apunto


musa no se esconde,


apunto,


disparo,


interné es blanco,


latido colgado en simpleza de su violín,


afino mi órgano,


Cuarto fractal de esencial esencia pura,


pulcra, viva mi araña.


Libre en mi sótano de luz


encerrado tamboreando


el sempiterno halo


en reto personal de esclavo libertario,


fluye mi éter personal


ambidiestro tradicional,


su placer en ojo mi turquesa,


vetas su rubor en deseo disuelto,


cuan hombre soy no envilece


la dulce miseria,


rubor de estrella sí la oscura,


la más bella,


directo al sucumbir en escala cromática,


pesquisa al infrarrojo mundo,


mi amor en tierra,


durazno


tu palpitar abre portón


ya; Oscuridad somera.


Tejiendo elucubrando mi aporte a Musa.


ACOMPLISHED


Er-lobo bohemio Esteban el Castellano








































Contigo, llórame noche:














Escribo al ánimo mercurial,


gota tras gota de incesante


consecución de días


en esquela volátil,


recto devenir en gotas


una tras otra


como gotas del agujero del cielo,


fluctuantes en raudo


taladro de sienes inmiscuido.


Hoy es un mañana prefabricado


y mañana quizá


será un vestigio del ayer labrado.


Zigzagueante azar plumoso,


percusión de hondos campos


señero.


Voy por el inconcluso, magnánimo


éter sin ciencia ni papeles,


escribir acaso dicta,


precoz, voluptuoso,


arraigo terruño,


flagraré recta pesquisa


para guerra de Júpiter,


y Marte quedara insubordinado,


áureo involucrado,


mi pecho en alza,


místico querer


de mi vana sombra


a mi saeta inominosa,


negrura de sola noche que no avanza


y todo el terreno ya devora,


goteo incrédulo


de alisos entre azucenas de la tarde,


fuelle eterno de alaridos,


entre iluminada evanescente,


ven luz a este canasto te haré


oro de mimbre solo.


Hilvanada que trenza su muerte


en escala soporífera


la noche y su magia eternal


como gota adentrando dentro de otra gota


como reguero de una precipitación incesante


donde todo se reducía


al fractal de la gota sola


buscando compañía


de suelo o frente,


de estío o de sudor,


de río o rambla,


de riera o manantial eterno,


en idea de lo que fuera


fundirme en tu cuerpo.


Mi solísima noche,


tu sonido en reloj de esencia


criqueante como grillo


de este estío reverberante.




El Castellano


Mi sangre yerta reedición:




Original 2008


IV 2019




Canta, respira


mi sangre onírica, yerta,


el romo hierro


de tierra por sembrar,


reza que canta la amapola vieja,


sangre rubí del corazón carmesí,


sueña mi semilla despertar brotando


donde el muerto sueñe y cave su vida,


y mi cicuta afligida,


en negror enraíce el paraíso,


de pieles sedientas y bocas esquivas.


Hojas muertas,


corre mi otoño terruño


desde la vereda a toda rambla,


corre mi frío yerto,


desde el infierno fragoroso


al río de esta alma por sembrar,


encina liberta de mi piel esquiva,


beso de tierra y vid,


beso de trigo y girasol,


de cuchillo de espiga mi cante,


de zarza y espina mi amor


real como intangible,


áspero y rígido,


bravo y valiente,


duro y endeble,


metal y simiente,


pan y niebla,


niebla y bruma tizna que desprende,


desde la boca hasta el pecho doliente,


donde canta mi pasión sin despecho,


vive esta sangre caliente,


ascua y lumbre de mis tocones,


nube del cielo por dibujar cantando,


a estampa de sed y viveza por entrañar,


canta mi umbral, desea ser reloj infernal,


quiere tener soles y lunas sin gemir,


invierno llegas,


dibujando transparentes los miedos,


espejo hondo severo


en caracol rotundo sonoro,


avanzas cada campo sin permiso,


helando hasta el hielo,


oda de mi sangre dulce yerta,


por mi tierra me arde la siembra flamígera,


y el beso queda frío, escueto,


parco el sentido enamora el hálito,


quién te viera marchar,


vestida de olivo y centeno,


de olivo y cebada,


de trigo y espada mi guadaña,


por la calma abrasas la esperanza,


en maldición cantas tu canción,


y los cuervos te rinde pleito de negra ala,


de grazno escondido en cada roble,


desde la piedra a la cueva encerrada,


abrasas oscuridad mi entraña,


dibujas tu vívida estampa,


donde el tiempo yace muerto,


y solo los duendes te entienden,


solo las hojas buscan su nueva vida,


d' este sembradío de niebla me avanzas sin piedad,


la dicha y la sombra por ganar,


desde mi tierra encendida hasta la parca bonita,


desde el cante a la maraña,


te canta mi vida quieta


este amor de la mañana


en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu aura,


suspira el petirrojo,


quiere ser río de alma y arrojo,


quiere nacer abrojo,


el espino mece la espina de mi antojo,


y la amapola amarilla,


solo ella abre a la gran luz,


horizonte de mi piel que quiebra como ayer,


enamorado suspiro de río,


enamora mi hielo,


donde duerme,


donde reposa el amor de mi sangre yerta.


Su secuela en escuela, dicta


hoy es para el olmo seco estío chirriante,


grito de carcoma voraz,


por el sendero de hormigas


a la hueca corteza de mi seco árbol,


cruje su cicatriz


de herida reseca.


Un compás de chicharras


y grillos secuaces,


lloró el centígrado,


y soñó toda sangre


que la savia su olmo


latía grana


que jamás yerta circulaba.




El Castellano




Uccellasica Concanauna




¡Oh divinidad antigua!,


antigua divinidad,


primera semilla,


madre y padre


de Dagda esposo de Dana,


padre y madre ellos,


de los dioses,


etérea semblanza tú


de los dioses y su cultivar de astros,


destello de luz fecunda.


Oh musa, oh vida,


entono tu lira este atardecer,


madre creadora del solo destello ramificado,


sien de superior intelecto en estela,


dadora del divino don supremo,


duende Arte y su fauno.


Su caldero de regocijo pulcro,


musa de la que descendió


tu nieta Brigid, Brigantia, Brighid,


fiel luz de poesía.


A ti te honren mis falanges,


este surco y fosa alumbrado


por Lugh tu guerrero del Sol


y su cuervo,


a puño y lanza vivo muerto,


asido a mi destino dictado


al más allá celta,


esperando me abran su portón


verdadero, del otro lado,


custodiado por Ninfas, Sátiros, duendes, dioses,


espíritus, hadas, ó ínsula a la que voy de viaje


desde que nací.


Cepa de vid y vida tú de toda magia,


con raíces acrisoladas en tus cabellos,


guardiana, de hálito férreo del guerrero,


dueña dadora del destino,


hiladora universal,


de tres agujas,


tres madejas; vida, muerte, renacer,


dominas el resurgir de la naturaleza


y sus cauces silvestres,


son tus sueños,


bailo mi cuerno roto sonoro,


te llamo te imploro como hijo llama a su madre,


de mi izquierda el peso de tus argentas vestimentas,


a mi derecha el romo peso en poemas


de mi sangre granate.


Voy allí, voy a descansar mi lucha,


¡Ó, Valhalla!.




El Castellano


Zarcillo su campo: 








Lúgubres alegrías canto,


en tierra, batalla y hondo campo,


feraz siembra


en el campo la espina,


zarcillos por bandera,


hojas en abanico caduco sepulcral,


al ojo de la crueza la rosa,


de belleza mortífera,


y silvestres pestañas espinosas,


al pie de jara te encuentro,


soñando días venideros,


de presente vanagloriado,


un destino, su señero parco


me alumbre.


Canto con bandoneón,


el crujido de mi olmo seco,


encarar de azules caléndulas


su gloria nunca más esquiva,


ronronear entre mármol florecido,


y solas calandrias vigías


de su rocío permisivo.


Cedo angosto paso


al alacrán


de su tierra


y oro virgen


de libertad sin esquela,


carrasquillo fugaz


que promete verdor al monte,


sierras de azores


y ocres en guadaña de esparto,


camino mi cruz


en escala el infierno celeste,


rey sopor calorífero,


tiñe que aclara mi visión


sin nuevo cierzo,


Soberano Lugh del cielo asido,


todo marcha, hacia mi corral


de muerto,


custodiado por el arañal sempiterno,


ciño somero umbral


de esta mi vida bajo tierra,


sangre de musgo me acicala


que desnudas pizarras


acogen su brío eterno,


bajo las alas del río cuervo.


Un malear entre nuevos sones


y erizos secuaces de idea,


batalla feroz sin luciérnaga


ni dormir de faroles,


encuentro la contienda


por caracoles sonoros,


serranos y blancos,


pesquisa de reencarnación


en futuro elemental,


soterraño, guardián


de toda flora en el campo


d' esta espina.








El Castellano




Vena del cielo 2015:






Solitario rayo


luz me arde ahora


en el mirar ciego del sueño;


sin miedo, sin embargo


saboreo el viento,


los cielos me poseen


de nuevo sobre los años


que ellos son,


algo llega a la rosacruz


de ayer


y sus nueve caídas


de sus ángeles despiertos


en tu sueño me ves invernando


dorando mis pelos de murciélago


bailo el colchón de nubes


que sostiene esta mi noche


para desaparecer llorada la tierna cara


saboreando una sombra más


que me vuelve


imperceptible


muerto sabor


de obscuridad sin faros ni luces


ni fusiles que matan hermanos


de su tierra y sangre


crecieron los caminos


y el rojo fuego versado


brotó en flor de amapola venidera,


dime qué debo hacer


¿Algo erróneo?


No puedo volver atrás


se sostiene aparte


la fuerza que nadie alcanzará


nada por cambiar


todo está hecho


algo que asalta aparte


puedo volver y empezar de nuevo


sin mí, sin vida, sin cuerpo


sin lo que me ata a éste mundo


mañana veo el futuro


la destrucción del pasado


quedará atrás.


Corpus, anima, crescens


sol refulsit,


lux


et patientiam meam scientiam


florum, est vita


nosotros no somos lo mismo


la bondad sangra las venas


gustos, deseos, vencer,


arder sin perder aposta la partida


esa que las hiladoras tejen


momento del momento


nacido absorbiendo el hilo del tiempo


las piedras lloran flores


el final es volver a empezar


viendo y amando


el ancla errada de mi lugar,


continúo al cuervo


que me vuelve más fuerte


ave más inteligente de la faz


poder de la misma


energía


en tormenta de conciencia


siendo ese rayo solitario


que partió todo inepto,


inconsciente tormento.








El Castellano




Como ángel soterraño:








Postrero entendimiento


va sin ralo,


sin hálito fugaz, transparente


ni secuela rizada en portento,


en embalse raudo


de mis recuerdos ahogados,


allí repleto,


creció una flor mi pecho


insubordinado,


quise fecundar aras


por campos lunares,


silvestre campo mis flores de sangre,


aliento abrió


y desplegó su flor de sombra,


resurgiendo de mi oscuridad particular,


resucitando del incipiente


sueño emergido,


que mi sol era invencible,


por cuántos entusiasmos en lágrimas.


Mísera y reluciente flor de julio,


por todas las heridas pura,


en alma honrosa,


redonda, completa,


sin prisión quejumbrosa,


en ofrenda armoniosa


retira que alegra mi tristura,


injertos mi cordura,


en ventura decid,


por si vuelvo indemne mi astro,


abrió el repliegue


en destello oscuro, su numen,


sacro, armonioso,


inocente alba,


de altar pernicioso,


por viles sus ascuas melancolías,


excelso combate halle,


entre mudas sienes


desnudo mi fe


del buen hacer magna, dolida,


entre turbas elegantes esquiva,


remembranzas de alta luna,


con el demonio dentro,


en hondo portento


su letra,


ha vuelto.






El Castellano Förüq a 21-07-2019




Todo y nada en unidad:




Diestro empeño, un destino esquivo, soles de cuarzo malvas, recto escalar entre bordes dentados, camino el sonetado final sin comienzo, gualdo iris en flamas, el brillo primero, un sopor, un cuadro de visión serena, colores amalgamados sin directriz uniforme, sinestesia del sentido pardo, parco, soleado, observar colores del sentimiento expuesto, revelado, el azur que fue savia, el blanco vítreo azar del tras luz, avanzaré sin permiso, la sola rabieta del alma, por justo será última, seré hoja de esta noche estival, savia infinita de aliento desvelado, coso mi atelier simétrico, en torno la hoguera iracunda que me lleva, vendrá a mí la amalgama de quimera, día del lobo alfa en anuncio del mesías retirado, seguiré curso sin venda ni esquela dulce, abriré surco de barbecho, sembraré mi vida y me abandonará la turquesa de esmeralda cristalina, sé quién soy, quién fui parece relativo, azar encorsetado y sangre solar muerdo, en este mundo de alquitranes os dejo la miseria, os dejo la indecencia, os dejo el humánimal quien yo era, vestido de ropa vieja avanzo minuto y cierro.






Diestro empeño,


un destino esquivo,


soles de cuarzo malvas,


recto escalar entre bordes dentados,


camino el sonetado final


sin comienzo,


gualdo iris en flamas,


el brillo primero,


un sopor,


un cuadro de visión serena,


colores amalgamados


sin directriz uniforme,


sinestesia del sentido pardo,


parco, soleado,


observar colores


del sentimiento expuesto,


revelado,


el azur que fue savia,


el blanco vítreo azar


del tras luz,


avanzaré sin permiso,


la sola rabieta del alma,


por justo será última,


seré hoja de esta noche estival,


savia infinita


de aliento desvelado,


coso mi atelier simétrico,


en torno la hoguera iracunda


que me lleva,


vendrá a mí la amalgama


de quimera,


día del lobo alfa


en anuncio


del mesías retirado,


seguiré curso


sin venda ni esquela dulce,


abriré surco de barbecho,


sembraré mi vida


y me abandonará


la turquesa


de esmeralda cristalina,


sé quién soy,


quién fui parece relativo,


azar encorsetado


y sangre solar muerdo,


en este mundo de alquitranes


os dejo


la miseria,


os dejo la indecencia,


os dejo el humánimal


quien yo era,


vestido de ropa vieja


avanzo minuto y cierro.






El Castellano




Escritos del azabache:




Te vi detrás de la estrella más brillante


del azul nocturno eterno.


En el suspiro de amor que corre y descansa


entre la inmensidad de un parpadeo.




Entre la oscuridad que alcanzó a ver


la belleza que envuelve tus piernas.


Adentrándome para reposar contigo,


siendo una sombra más,


pero especial para ti.


Te encontré en mi sueño más cálido,


en el cielo encerrado que liberé.




En la noche que la luna baña tu cuerpo,


y en la noche que mi amor corrió por tus senos.


Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,


para así, por fin, no olvidarte nunca.


Es solo la vida en mis ojos donde un día


se mide por las veces que te imagino a mi compañía.


y una noche la vida de mi corazón sin sueños.




No importa que no te tenga,


no importa que no te vea, porque te siento,


y te siento más allá de donde acaba el firmamento,


en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.


Donde me di cuenta, 


que el sentimiento descansa,


no muere, como la flor sale en primavera.


No importa que no te tenga.




Porque después del invierno volverás a florecer,


te amé y a mi pesar, y a mi conciencia te liberé,


pero con el saber que si vuelves será para quedarte.


Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas


porque a mí, no me engañas, yo soy para ti,


y muero si no me cuidas. Porque te entregué mi corazón,


por lo que somos y por lo que seremos, nos queremos.




No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,


y tu amor prefiero sembrarlo a diario,


la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.




El castellano




Un cuento de 1997 primer escrito con 8 años:




Érase una vez un ruiseñor y una serpiente que sólo tenían un ojo cada uno y llevaban viviendo mucho tiempo en la misma casa en paz y armonía. Pero un día que invitaron al ruiseñor a una boda éste le dijo a la serpiente:




-Me han invitado a una boda y no me gustaría ir con un solo ojo ¡Sé buena y préstame el tuyo! mañana te lo devolveré.




Y la serpiente le hizo el favor. Y prestó su ojo al ruiseñor y se pudo ir a la boda con dos ojos.




Pero al día siguiente el ruiseñor no quiso devolverle a la serpiente el ojo y juró que se vengaría de él.




¡Inténtalo si quieres!-Dijo el ruiseñor. Luego cantó:




construiré mi nido en ese árbol tan alto que jamás conseguirás alcanzarlo.




y luego pasó una semana y se vengó del ruiseñor;




Le convirtió en murciélago el cual volaba con una correa de cinturón atado a una pata con la que chocaba y chocaba.




Fantasma:




Me llama en la noche,


me acaricia su velo,


viene altiva en cada sueño.


Con sus caricias, desvanecerse quiere,


renacer en la oscuridad del ocaso eterno.


Comprendiendo y llevándose mi dolor.


Yo, sin comprender su aparición.


Recreando su alma viajera.


Sueños serán, mas cada día la siento más.


En la belleza de imaginar,


la complazco con la sencilla palabra de amor


a su alma sin cuerpo.


Que me acompaña desde que sufro


por el querer.


Fantasma o fantasía,


me guarda caricia,


sin saber yo su razón.


Ella, hasta dudando de su existir,


que yo por amar, la amo.


Mas no sé la razón de su compañía,


cuando el reloj marca la una en madrugada.


Mas si pudiese saber preferiría no saber,


quién es preso de quién o si ella y yo,


somos presos del querer.


Siembra abisal (2011):




Buscándote en el silencio.


Buscándote debajo de una piedra,


o en el fondo de una cueva.


En la flor sin cortar,


o en el fondo del mar.


En la nube o fuera del cielo.


En lo que se ve,


y en lo que solo se siente.


En el sueño y en el recuerdo,


en mi felicidad o en mi tormento.


Buscando, te encontré lejos.


Ahora que en letras te tengo


estás cerca de ser mi vida


y yo tu verso.




Mariposa esencial, septiembre 2011:




Bella, vuelas libre doncella,


sol te toca, acaricia tus efímeras alas


de mariposa desvelada.


Viento te lleva, allí donde el amor creó,


reflejo de libertad soñada.


Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,


dejaste atrás nubes de tormentos,


rozando tu destino me arrastras.


El manto de las hojas te protege,


buscadora de sueños


de la fronda de mis sentimientos.


Viviendo en la ternura de la dulce mirada,


volando con la fuerza de la palabra sincera.


Durmiendo hasta que se oculta el alba,


ángeles y dragones arropo en el corazón.


Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,


para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,


cientos de tonterías para tu sonrisa.


Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,


pintando mi vida.


En la caída color gris quedó,


color gris quedó.


En la huida el tiempo y la situación


que cortó un camino en dos.


Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo.


Su esencia mariposa del amor.


Rubrica el hierro:




Cerré los ojos y allí estabas,


como si no pudieses salir


de mi interior.


Como si quisieras besarme


o decirme algo.


Pero tú bella en sueños


no hablas.


En sueños no hablas.


y nos quedamos mirándonos


a ciegas.


Yo te aviso que en el bosque


de mi mente solo hay un camino,


y es un laberinto.


El final lleva a despertar


y enfrentarse con la realidad.


Pero tú bella en sueños,


no me hablas.


Y yo a primera vista


me enamoré de ti,


por si algún día acaso


el sueño se cumple,


y ya de realidad me dices,


te estaba esperando




siempre te amé.


EXPRESO:


12 de julio de 2011






Cómo derretir las palabras complejas,


cómo congelar los momentos vividos,


vuelvo a mirar dentro de tus ojos,


admiro contemplar que aún me esperas.




Vuelvo a despertar sueño fue,


allí inseparable te encontré,


sin cantar a la tristeza porque tiene fin,


canto y lloro al viento que me trajo tu apoyo.




Pidiéndole sostener la esperanza,


sin ceder en la certeza que dejé marca,


continúo para dejarte mi pedacito.


De nuevo aquí para ti, sin yo estar.




Te encuentro dentro de mí,


y fuera te encuentro en la belleza,


belleza del rayo de sol,


ese que atraviesa la tormenta.




En cada gota de lluvia que da vida a la tierra.


Aunque nos separan miedo, circunstancia y distancia,


te dejo parte de mí para que veas,


que puedo huir, pero no dejar de sentirte.




Siempre vuelvo porque nunca me marché,


ya que siento que nunca te olvidaré.


Destruyo mi coraza quemando sentimientos,


y avivo el fuego con recuerdos.




II




Por qué te escribo


De mi destino no soy dueño,


si mi sino ese fuera


por qué vivir no hubiera, elegiría y tendría.




En lo bueno y en lo malo te escribo,


para conservar tu cariño,


para pintar de color este jardín umbrío.


Por qué te escribo




Para que sientas que sigo a tu lado


en lo bueno y en lo malo.


Cuando llegaste detuve el tiempo


para así crecer de pensamiento,




y conquistar lentamente el verso


de tu corazón y sentimiento,


y aunque no soy perfecto


me gusta escribirte lo que siento.




Por qué te escribo


para no huir en la batalla del amor


en la que ninguno pierde ambos ganamos.


Pido paciencia, salud y calma




por eso te escribo desde mi alma


porque cuando lo hago me creo poeta enamorado.




III




Realidad en una distancia,


como el dolor que se niega,


para mitigar su ausencia.


Como la flor sin agua seca.




Tú chica, yo chico, cruzo la línea,


tu mirada que atraviesa, mi palabra cesa.


Halla mi sonrisa tu cara bonita.


Vela mi compañía una esperanza.




Se lleva el viento mi amor ciego,


lo deja en tu pecho mi cielo,


quiero tus besos que no encuentro


cuando me siento solo.




Sólo pienso en tu abrazo,


llenaste mi mundo revuelto,


¿Cómo sería?, ¿Qué cambiaría?


Sería tu abrazo sincero.




Como tu te quiero


de un once de enero.


Como los nervios que siento


cuando te veo y te leo.




Cuatro cartas y diez monedas:






Vivo para ti; sueño por un devenir.


Como es arriba es abajo,


pudo ser mi pacto,


pero aún no estoy condenado.




Fidelidad a quien me protege.


Sesenta y siete suman; un pasado.


Doce reyes de salud, tres monedas,


un cáliz de vida eterna, una espada.




Para el mundo un sentido, para lo que vendrá,


muchos; pudo ser, vino y se fue.


Sesenta y siete suman,


cuatro cartas y diez monedas de cinco.




No quise saber, solo sumé y escribí,


(50+17=67, 6+7=13)


aunque no entiendas esto no quieras saber


cómo persiguen los números,


ni cómo las letras se enredan por eso


vivo para mí, pero sueño con tu venir.




POETA DEL VIENTO:




Volver al eterno sueño de una pasión vivida.


Del amor que cura sin marca la herida.


Aventura del taciturno que busca el idilio;


se pierde en la forma, encuentra el vello fino.




Busca en letras belleza, cuando ella lo es y era.


Algo sencillo y declaración de amor consentida.


Tormentosa pero reconfortante la espera.




Esperaba, calma en su ventana,


tiempo atrás vino una escarcha,


a ella la veía fiel en su mirada,


su palabra sincera la cobijaba,




de terceras alimañas con envidia.


Un argumento y todo era sencillo,


ya fuese realidad o fantasía,


no se perdía en un camino.




Nostalgia llenó su amor de letra prohibida,


de anochecer que ansiaba un mundo sin ira.


Ella no quiso ver una mirada vacía.


Frío y calor se desearon y surgió el beso,


llegó el viento.




YO ESCRIBÍA:




Eres fuego en el agua,


eres luz en la noche,


calor en mi alma de hielo,


amor en mi mundo de ilusiones en viento,


bésame al final de este deseo de chincharte,


acaríciame con tus labios,


el mordisquito en la oreja,


el susurro en el cuello,


noche de eco entre imágenes,


pupilas mirando pilares al cielo,


entre verde y violeta de árboles,


ojos de gato, tu gemido,


tímido y feroz,


tu voz.




Esteban el Castellano.




Inmortal VOZ:




























Amo esta herida que yaga


que descansa mi azar de oscura luz.


Alcancé mi suelo


mordiendo el vestigio yerto


mi sola ánima en persona,


y hoy advenedizo,


no me arrepiento


de afirmar de sombra a vellos


enraizados,


que no llegó más fuerte


a mi camino sin despedida.


Oigo retemblar de flamígeros sones,


viento o gemido


que va quiero placer inmiscuido,


canción no


rezambullir entre la espada mi blasón.


Sangre Solar escribió:


Mis sueños azotan ruido beligerante,


de armas,


con un trillado estandarte,


Aere perennius,


piedra yo que respira alma,


hálito que ignorado,


no se niega a sí mismo.


Nueve hojas completas


a servir,


en tinta roja.


Cielo abismático,


o Sol de cristal mi padre,


pájaro o disparo,


inmortal llaga de cuervo


sediento.


Que reclama su título


de origen y linaje Solar,


militar guerrero de sí mismo,


Förüq Castellano,


sin rival aún en tierra


le haga merecedor su Gloria


de reunirse con sus hermanos


en el Valhalla,


y trepar las enredaderas


hasta la divina sombra


de mi padre Creador Universal Odín.










Förüq Castellano a 23-07-2019


Lugar La Campiña


Castilla país España








TOMO SEGUNDO




ABABOL SANGRE DE SOL




Liras




7a, 11B, 7a, 7b, 11B.


Lira:


I


Todo lo que descubro


aliento ciego, bucólica siembra


como esbozo elucubro,


abre rayo, desmiembra.


Cercenada estalla, ella, brotada hembra.




II


En sangre de limpia agua,


carmines me recorren, eres mi hombro


un postrero abre fragua,


de mi sino un escombro,


quiero regar la vida de este combro.




III


Engarzando yo, quieto


ella el iris de mi bella natura


brilla en puente Himeto


desde ojo que aojo cura,


suerte, que labrada es sangre que apura.




IV


Hoy campos son de endrina,


para ser retozo que cruje solo.


Desnudar de la encina,


hoy olvido logrolo,


pero a ella con un rolo trina el piolo.




V


Libre por ti soy, ardo.


En rambla sin ribazo de secarral,


por transeúnte cardo.


como raíz de parral


esfumo, alcanzo, sones de su fractal.






VI


Mis astros que son santos,


obtusa furia que engulle impelida,


prosigue, consume a tos,


destapa desvalida,


de toda la tristeza que invalida.




VII


Hasta que engulla esta enorme


sombra que sigue procelosa, rauda


el siglo engasta fome


mi silvestre alma escuda,


te hablaré alto, como el amor exuda.




VIII


Sin directriz, ni engaste,


porque mi carne no tiene baraja,


hoy clamaré desgaste


mi ataraxia cuaja,


que cegaste tuya. Mi dama graja.




IX


Desde rejuvenecer


que gasta emblanquece por cielo extenso,


Sueño del resplandecer,


hoy no bastó, lo menso,


sin solitud desaprenso, repienso.




El Castellano
































Culto de mi cultivar. Oda en liras




7a 11B 7a 7b 11B


Culto de mi cultivar:


I


Traigo de mi alma en fuego


incrédula, extraña poesía runa,


al capítulo llego;


de tierra, viril luna;


seco abrojo regio, cumbre que ayuna,




II


Habitado tras yermo,


con mis sentidos inermes postrados,


llana música en termo.


Mi Virgen seduce hados, *


brazos aguerridos amancillados.




III


El silencio esquilmado


escondido de mi alma traigo hendido,


vislumbra trazo arado


solitario, nacido


sangre, impía herida yaga henchido.




IV


Traigo soles difuntos.


Melancolía hija, el siglo enajena,


alzo, beso mis adjuntos;


sin honrosos entrena,


lucha diaria enajeno en cuarentena.










V


Al pie de soto llano,


viperina sierpe de frondosa era


aspereza abre plano,


placer dioses quimera,


todo es bruma siempre gris la espera.










VI


Esfuma lecho real


de sangre gualda disputada grana,


mi directa pluma, lean,


nimbo mis astros cana,


en sonrojada pupila mi lana.












VII


Misterio, azar o tinta


siderales ensueños, envanece,


avanzo, yelmo pinta;


arrepiente, fenece


piedad aflora yerta, no perece.










VIII


Ante Lugh no se humilla,


apego mi faz ya desorientada


cuarteada sien cepilla


mi jofaina aplacada,


mi semblante pardo no cambio nada.




IX


Fervor sí prendo fuego


desde este sueño de orgullo reseco,


Indefinido apego,


sin rastro yo la checo,


con puerta florecida llaga mi eco.






BONUS: (Rima y métrica libre o blanca)




Custodiada por los mil alacranes


que puridad cuida,


por los Suelos


¡Levanta la frente!


Y de placer sucumbe.




El Castellano




Oda completa en liras, ''Oscuridad germina'' 11-1-2019




OSCURIDAD GERMINA


A Obscuridad


-Nec vincere tenebras, et amat,


Oscuridad no se vence, se ama. 
















I


Azar disuelto en viento;


vienes, te lavas las manos soturnas,


ensuciando te siento.


Grande en horas nocturnas,


mi potencial en horario alas diurnas.












II


Cuestan más, especias


que el guisado en resultado en finales.


Traje de brumas necias.


Sombra honesta en turbiales.


Granate lustre postrado a venales.




III


Jamás vendido al postor,


por mis colmillos guerra al error ido,


acrisolado impostor.


Voy por hervor florido,


y lunas en alabastro gemido.










IV


Es un son de los grillos.


Acaso se requiere don de gentes.


Redil de carrasquillos;


hematíes dementes;


acequia de almas o entes relucientes.




V


Crisol, hervor de soles.


Lucen lunas gimiendo en alabastro.


Indemne como moles,


yago, yace en mi castro.


Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi Astro.




VI


La vanal inmundicia,


anisando lo habitado en espejo;


ayer de hombre en malicia,


dicha, uno, dos, despejo,


tres, dolido, la rosacruz no alejo.








VII


Con besos por espigas,


y ángeles soterrados, sin vilo;


ya lo digo, no digas.


Hermana negro hilo.


Autocomplaciente la flama, afilo.




VIII


Esta acequia rutila,


y ángeles soterrados, sin yermo,


malva salvaguarda, hila.


Estira aliento, en Lermo.


Mi sed en galego alzado digno ''ermo''.














IX


En el patio su araña,


suya su corona por candelabro.


Se siembra, tiesto apaña;


su saliva yo labro.


Sangre de ámbar atesoro, le jabro.










Serventesio:


Estampas de la sangre resplandecientes,


granate su sangre encumbrada, son venal;


sentido alerta; despierto los lucientes.






Sin bombilla 💡 en sótano de luz, el penal


Entre fauces brillantes adjunto abrojos.


Rebrote de oscuridad en el arañal.


Alguien ya vendrá por mis áureos añojos.








Epodo:


Caldea, hasta rebullir. Yo arrostro antojos.


Avengo eternal raíz; disparo aojos.




El Castellano




Reflexión:


A veces dentro la oscuridad;


a veces dentro de una luz.




MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
























Elegía a la vida, Oda en liras


















Elegía a la vida Oda en liras :




7a, 11B, 7a, 7b, 11B.


I


Perenne diamantino;


abro de tu mirada un absoluto,


cometa matutino,


raudo al Sol impoluto


como una gota cristalina en bruto.










II


Bajo el Sol humilde y ellos


conductores de fracasos y grietas,


reflectores destellos,


y epicúreos ascetas,


vigor de rayos, puridades quietas.




III


Sobre la grama mojada.


Murmullo de un goteo anisado claro,


serpea estela sajada,


en espiral aclaro.


En la incandescente rosa disparo.






IV


Un otoño caduco;


rosa sin cruz aquel cometa roto,


desnuda luz estuco,


casi lloraba, broto.


Como una estrella fugaz yo rebroto.






V


Astilla y ojos boscajes,


ella astilla, en bosque de ojos sedientos:


infinitos anclajes,


sorprende, son atentos,


son de azul perfidia no añila alientos.




VI


¡Oh transcender primero!


aire canto perenne, como estribo;


lanza en viento, el alero,


sus encuentros transcribo.


Aere perennius, ministerio inhibo.






VII


La noche quiere ahogarse,


sí, en sus ojos que su sonido, visten,


desnace así asomarse,


por carcomas inviten.


Es sólo sangre en tu ojo que permiten.








VIII


Es solana mi vena,


cantando, alcanzando, la osada oscura.


Llora mi savia pena,


hada esfinge en premura.


Para tener piel sembrada en tersura.




IX


Brotes en azulete


brote y noche tapada en noctambules;


el nido ramillete,


teje araña hambre y azules,


así descolgar de ella azules tules.




El Castellano




Reflexión:


-Ella la vida, sed de inmortal espera,


llama a la muerte en espiral,


para ser eterna como el tiempo deslizado,


y como todo principio depende del final,


vida llamando muerte, muerte llama vida


su eterno ciclo en resurgir de simiente


al albor elevado corazón de savia o sangre, o los dos.


Miguel Esteban Martínez García a 06-03-2019




Araña de noble silencio; Oda en Liras








Araña de noble silencio; Oda en Liras




Liras:


I


Encontrase siguiera,


novia, amor y mujer determinada,


mi dolor consiguiera,


de amistades borrada


de amores caduceos ya, consignada.






II


Tiempo libre, efímero,


clavado en tierra lenta, su estridencia


tumba muda en señero.


Toda divina ciencia.


Soterraña en limpios besos constancia.






III


Yacija filosa alma


Por Mercurio, Júpiter, Atenea, era


las mansas lindes calma


se acostó mi remera,


ya solivié que desterré rivera.












IV


La parca negra jabra


sus alfileres pulcros, hilaba ella;


traje al yermo que labra.


De musa esencia, bella.


Afligido impetuoso no destella.




V


Solo halo no nacido


abre desdén de pocos, o ningunos.


Superior, advenido.


de melíferos tunos,


en madre conciencia, plañen, algunos.






VI


Le acuné mi desdicha


en su llena, destapada tersura.


Patio manso, la dicha


con redil cercada aura,


mi cordura, hueso de luna premura.




VII


Desciende vespertina.


Helada esfinge, acunada ella labra,


parda, honda saturnina,


vine que traigo cabra.


Sus voces difuntas en la palabra.












VIII




En las rosas de labios


de mi amada, hablasen amores pardos.


Mecen lisos, los sabios.


negra sangre en los cardos,


brutos espinos, esquivos, lombardos.








IX


Sombra, ay de mi llegada,


sonríe mi noche furtiva, noche.


Lengua maligna, holgada


¡Divinidad en broche!


Cubran tu manto la flor su derroche.






Bonus, rima y métrica libre:




Y los ríos dejen de llorar


sangre mortal,


la fecunda alegría sea cenit


y dichosa ceñida a tu torso


de mujer fecunda,


a ti te abran mis flores


cada primavera,


¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus!


Escucha, susurra nuestro silencio,


el tiempo que cerraba mis ojos,


y vestía la flor de opacidad,


con el color todos mis sueños,


buenos malos, no niego,


Abrid por Catulo


los cerrojos que atavían


a su agua de palabra,


hoy, siempre, se escuche mi marjal


de claras hierbas,


fecundando su clara tierra de piel,


de mujer valedera.




El Castellano




Raíz de candor mineral-Oda en liras:




A la vida soterraña.


I


La raíz velo, ligio,


dejas etéreo espacio acompasado


eterno su prodigio,


silencio amalgamado.


Era taciturno espectro clavado.




II


Misterio, lares blancos


que salvajes concitan en tu lengua


confrontan de yermo flanco


saciando imperio en legua


de soledad que amilano sin yegua.




III


Sin inicio, futuro;


solo aplacando de los diablos malos,


en esa idea carburo,


ojo que vence tu halo,


descansando en alegría, sí talo.












IV


Ocho hijos tú me has dado


más los bastardos impíos neonatos,


reconocido honrado.


Anudar yo, sensato


mi vida; que deshilacho. y yo sí trato.




V


Desfallecer, despedir,


corona por el candelabro engarzo


ahora, raíz es redil


fervor, soles esparzo,


como fue, cobrizo capullo zarzo.












VI


Su polilla, o gusano


devana sangre, rueda transmigrada,


Transmigra verde plano,


sobre espica, encontrada.


Infecundo humor oscuro de mi hada.








VII


Coraza por pechera,


carcoma y espuela calzo voy al Parnaso,


tomo de tierra viera


roja sangre, que yo amaso,


pergamino en vana ciencia quiero y aso.




VIII


Los abrojos espanto


espejo terrenal hondo crascita,


sonido injerto tanto.


Entre yertos mil, Escitas.


Escrita alma, el Castellano milita.














IX


Caléndula, la flamante; 8-1=7 sílabas


De su camino, vieja, iluminada.


De la senda tu Dante,


ardor de luz brotada


entre florestas, hiriente, acuñada.




El castellano


Castilla Oda en liras:




Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B


I


Perdurables sus ondas,


cresterías estigias, esbozadas


de la honda voz Gioconda,


en voz difuminadas


de alta torre enfundada, mancillada.








II


Me esmalta la idea obtusa,


con fragor de las risueñas carrascas.


Soledades, acusan,


del ser deshielan, lascas.


Agarrado a dulce señero tasca.




III


Colmillo umbrío tomo.


Cal y tierra entre los follajes regios,


de mi sierra es el plomo,


yesca vida en colegios,


Oda al sendero de umbrío arpegio.










IV


Era una vida atenta,


entre ojos de azores y sus colores,


ya se siente, se alienta,


se enraízan las flores,


esto es Castilla, ensalmaba contenta.




V


Esto es son de cerilla


de sangre henchida, abriendo helada fragua


linde quieto, esterilla.


Por solares besa agua,


sosiego que tu linde entonas ascua.








VI


Lumbre de entrañas vivas,


en quietudes de escarcha, hiende derecha


lenta llama iba altiva.


sonrisas del alba hecha,


quedarse, libérame este haz que arrecha,




VII


Quedarse piel segura


al retorcer del castillo de Almansa,


honda tumba hermosura,


entre sus piedras mansas


y caracoles de astros, nunca cansan.




VIII


Patio en somero alarde,


robusta era en Ermitas del mañana,


un talle del pueblo arde,


sembrado por tu mana;


aro en brea, cúspide nace, engalana




IX


Sueño en fruto severo


rojo carmesí, pesquisa sangrante


el corazón espero.


Ancho venal, cantante,


cantar de la espigada honra, expectante.






Bonus rima y métrica libre:




Y su mañana,


honduras de vidas.


labradas cepas de sarmientos,


acoge en tu alma


este fiel ofrecimiento,


Castilla mi tierra, mi vida,


mi eterna semilla enamorada.


Fiel disparo entre acordeones


de encinas afligidas,


un marco difuso entre colchones de grama,


perdiz entre perdigones viajeros,


voy a tu encuentro,


me hablan fuentes y abrevaderos,


como tus tierras


hacen el amor con parajes dormidos,


respiro tus frías cuchillas


que entre clavos me marcan su herida,


fiel de caricia bebo la sombra


en tu calma sin despedida,


un trino quiebra el silencio


en blanca dama me avanza tu cebada,


un calor presto de caballero


a su dama hoguera,


servil entre abejas


y sus mieles alcarreñas,


tejida, lista,


vaporeada tu siembra


por años cobijan tus azadas


solariegas.




El Castellano




Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019:


Río Tajo:




I


Grita mi estupor, blande;


cuchillos nos hieren volteando, hendiendo,


una boca que es grande.


Ondas agita ardiendo.


Se duerme toda costilla crujiendo.




II


Altiplano enjutado,


por hayas, olmos y los fresnos cenizos;


geología, alojado


saboreada en carrizos.


por soñar de los picos, quebradizos.










III


Virginal luna rige


con sus curvas en rotonda, fecunda,


castiza fuente inflige


y abrevaderos cundan,


dulce azada de agua, el sentir secunda.




IV


Enamoras palabra,


por cimas tu voz se hace la meseta


haciendo el amor, labra,


templo y morar asceta


sus pájaros dormidos, en pipeta.












V


De la cepa que alcanza,


agua furtiva corre por las eras


infinita bonanza,


pitanza riza la era,


vaporizadas Torres de su esfera.






VI


Que en tu alma anidan, alas


sortilegio de rosa y clavel macho,


cenit cavan las palas,


efluvio a ti, el ser lacho,


en su pecho sí, te lleva el despacho.




VII


Fuego, fanal hoguera


en anchos panales de tus abejas.


Cuentan vidas someras


del chopo sin las rejas.


Sus diez mil espumas, sierras no alejas.






VIII


Tu rúbrica ya me dejas.


Es navegante con alas azules


el terreno semejas,


secretos entre tules


tus aguas llevan puros noctambules.














IX


Cual río, haces rebullir


el inframundo, galas entre amores


del verde y azures, bullir.


Agita con sangre y oren.


El candil que abre en espiga sus lores.






Bonus. Rima y métrica libre o blanca:




Anudando en tu cintura


tu idioma olvidado


pasando años fugaces por tu campo,


rodeando en ortiga


el triguero espárrago,


girando de la vid tu capazo


y sus manos,


haciendo de tu Vera


un Dionisio que al tiempo fermenta


tus besos de tierra.


¡Oh, río Tajo!




El Castellano


Grillo Oda en liras


Al grillo:


I


Clareando su lividez


por sotos vastos, reales, relumbrados


De mi río es avidez.


Soliviando el sembrado.


Dirige, este mi grillo renombrado.






II


Es un tejado, él llora.


La acequia desnuda de molinete;


un cimiento que aflora.


Grieta, tiempo replete.


Sauce abatido, colchón al jinete.








III


Entre blanda alma sube,


entre un arpa estacional él, aflige,


lluvia a primera nube.


Nota en cúspide inflige.


Entre caracoles sonoros rige.








IV




Grillo único aunado, uno,


le pidió un gran deseo, renegando,


a manantial de fauno.


No aminorar cantando


tras acople, todo sonó silbando.










V


Solar afán, entrega,


llegas que dictas tu no pertenencia;


tu arraigo de gallega,


hermana negra ciencia,


traes que cobijas mi sola conciencia.




VI


Mi grillo luce nuevo


su primavera luciente socava,


lira estrella relevo.


El centígrado, cava;


que tu lustre entre musas ya no era grava.






VII




Era un patio la sombra,


Vena que era acequia reverberando.


El grillo, desescombra


las arañas dictando.


Oraba como besaba alegando.






VIII




Vengo, avancé mi peral,


con mi grillo en mi bolsillo, cantando.


No divisé umbrío eral,


viva vid, entonando,


mi secuela estaba ya, recta reinando.




IX


Blande regia Oscuridad.


Ahondaba que saltaba, silenciosa


el ímpetu en soledad,


resplandor de enojosa,


y quizá matrimonio en lacrimosa.






Bonus rima y métrica libre o blanca:




En unión con su oscuro astro,


blandía a la séptima sílaba,


luna que busqué por sombra y abismo


en esquela.


Era un disparo y azogué


lo que el cosmos me negaba.


Fui dichoso, me enaltecía


mi soledad pulcra arrebolada.


Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.


No brillaba mi sola desquicia,


era lugar y tiempo suficiente;


para ser de la tierra enhiesta espiga.


Ella mi única amapola


Reina del jardín de Hipsípila.


Un soto y un llano;


desperté del bolsillo su oro trasnochado.


Blándeme Oscuridad,


en tu acero y  ala de pecho.


Que canten azabaches


tu magia del cinco


labrado este año.


Afortunado avanzo mi pulso


por candelabro este mayo.


Mi cenit por rectitud


del alma mía.


Un último acorde y me encontré


en la pluma tu arpa,


mi Ninfa que obligas no fenezca


el grillo que me da frenesí.




El Castellano


TOMO III 


III IX Oscuro haz, luz sembrada:


Mi SOL;




Oscuro haz, luz sembrada:








Larga sombra me abarca,


larga sombra me abraza,


larga sombra que me envuelve


yo quisiera meterla en un mundo más bello,


yo quisiera librarla de hielos que aguardan,


quisiera retornar a un mundo que era negro


sumergirme más profundo que los mares


y encontrar mis verdades,


yo quisiera fundirme fraguas de hierro


ser justicia izada de ser en luz intensa


pero ya no siento nada,


asolada mi estirpe con nombre agujereado,


yo camino descalzo sin miedo ni quietud,


sin estos clavos que me impusieron


camino lejos, lejos sin mi nombre


por si despierta mi azada


con la que sepultar al Miguel Esteban


que no nació todavía,


por si una dicha me aguarda,


no osarán en buscar portentos


a esta larga sombra que avanza,


no cambio sus males


solo servirla flores silvestres


así enamorada torne princesa de profundidades


hada dueña de la sombra,


hada fiel de embeleso en umbrales


por tragar esta mi tierra


que me avanza la despedida,


cuántos pájaros volaron


para ser único pájaro enfundado en trino,


rajado, ultrajado,


cuantas notas se escucharon


hasta ser estrofa de agua


por todos los que estuvieron,


al acecho yerto de esta sombra mía,


que no posee medida,


solo una senda deshaciendo lo trazado,


al firme astro alzo mi perplejo


por toda oscuridad que fusiló mi partida,


me apodero de este jardín


de mi sangre sembrado,


para latir en espejo asomado,


y que viva siempre, siempre


esta sombra fría, vacía, llena en soledades,


completa sin tapiales, hueca de mi carne,


despeñada en vivencias soterradas,


que yo alzaré para sembrar en ella


esta vida que yo le debo a ella,


para que viva siempre mi luz


tejida con ella,


hasta erizarla


y que me responda


cuando nombre a la belleza.


Que sin ella queda sin aliento.




El Castellano
















Tablero de existencia:




Otro día más.


Otro día menos.


Horas, minutos, segundos


pasan.


Decisiones, esperanzas, vidas truncadas.


Gentes luchando por cambiar el hastío.


Luchando por cambiar la rutina.


Peones de este juego de ajedrez.


Sólo avanzan en un sentido,


alimentándose de lo que encuentran en su camino


que avanza sin retroceder hasta llegar al final del tablero.


Unos ansían convertirse al llegar ahí en otras fichas más poderosas,


para seguir comiendo a otras gentes.




ERRE QUE ERRE:




Es este el poder del lobo,


desnudo en letra,


sin vestiduras de cordero,


sin más doble cara


que su pluma y su letra,


jactancias reveladas,


abajo de la eternidad


y su aliento deshojado


en saliva y sangre escrita,


que consumieron


siglos pasados, doblados,


en las espigas de los campos,


un desvalijar el aliento de cobre


de los cielos


para plasmar oro en los escritos,


este es el mes celta del serbal


yo soy ciprés


y para mí siempre es el mes


de mi caléndula


porque me regala flor cada mes,


reductos sumergidos al respirar


del pez de cara muerta,


respiros de ratas emergiendo,


abriré las compuertas


desbordaré estos ríos del cielo,


el azul tranquilidad


rebosará la visión,


los cardos de las damas casaré


con cebollinos,


si me repetí es intencionado,


austral mi alma, esmerila


este lobo ártico,


soy yo el encargado


de clavar mis estampas quietas


hasta que un día me griten padre,


hasta ese día lloraré


estos plomizos latidos soturnos,


anhelando que estas piedras


lloren flores y el tiempo enraíce mi serenidad,


siente estos sentidos nublados míos,


el frío se alzará


por la contaminación


hasta ser única estación,


bueno yo no elegí este mundo para venir,


ni que el hombre sea un zoquete


imprudente, desnaturalizado,


se congela mi pensamiento,


fluía veloz su azada,


logrando la siembra


del sargento de mi alma,


condenado con su fiscal borracho,


aventaja por acompasadas


trincheras de este amor sujeto,


quiero estirar los soles


de los días


para adelantar el tiempo


y que llegue nuestro momento,


hasta mi primavera naciente


de mi invierno,


por blanca nieve


decretar a mis zorros blancos


esta glaciación necia del hombre,


a mí porque me gusta el frío


y soy consciente


que hemos avanzado y retrocedido


hasta ser capaces de comer piedras,


en este futuro ocaso helado,


de capa de azufre y plomo mecánico,


entero me siembro


hasta florecer mi sangre


con cristales de hielo.




El Castellano
































Graznido escondido:










Con el grajo de Apolo en mis manos,


avanzo


que imploro la gloria


de mi señor Baco,


por su tulipán negro


entre crascitar alado


se rige que place


el torvo cielo


cóncavo,


negra simiente divina,


de mensaje abismático


quebrado a ras terreno.


Torvo, desliz encorvado;


la sola pesquisa


y nota de los dioses del averno.


Lugh rinde pleito de negra ala


en mis manos,


al amanecer de mi honda suerte.


El cisne negrecido


de soto terrestre.


Al nogal excelso


lanzó pertinaz deseo


soterrado.


Dime árbol de mi mañana


si el recto umbral


a mis pies doblegará.


Entre encorsetadas saetas,


y malditos acordes,


un chascar de azabache


sonará


que las almas


incluso del pozo de Airón


reinará bajo tormenta


de Zeus y Atenea,


abriendo la pulcritud


del mortecino Olimpo,


de Parnaso y Ateneo.


Donde, cabalgan corceles difuntos


y espectros bailan


la sonatina de Dante.








Förüq el Castellano.




Poso fantasmal:




Canto, cantando viene la parca


alegre de pletórica,


mi sangre adhiere, entumida


por vagos nublos


de cielo en capa,


avanza mi sola pesquisa,


por afamado viento precoz


entre corajes que tierra


brota sin reseña


y su esquela de estío difunto


estrena.


Mi alma despierta


por el tulipán negro


del cuello su señor Baco.


Una vil sentencia relega


y se anota llena de fortuna.




II


Cobriza estela


entre rayos áureo solares.


Sierras dentadas,


y senderos agrestes,


bajaba el reguero


por el cerro,


condensadas lágrimas


de mis dioses.


El hijo del Sol


blanda su seco tajo,


un septiembre


a una semana por finalizar.


Valles dulces y caricias


de retamas entre jaras


y benditas carrascas


hijas encinas.




III


El esparto rige


que gobierna el acre


palmo a trecho.


Era un recodo fantasmal


de cal y canto sentenciado.


A mis pies de chasquidos


y gemidos enrojecidos.


Avanzaba la sola campiña,


los cebollinos y ajopuerros


ya estremecían


su regio tallo soñador;


este otoño 🍁 cabalgado


todo despertar de simiente.


Era tiempo suficiente.






El Castellano.




Libreta Hipsípila bitácora Armonía:








Cae la noche,


sobre ingrávido


lecho de mi juventud.


Acostando luna de cuarzo


entre áspero frío.


Cuerpo mineral candente


quieto en pantanos de tela


retorcidos sus destellos


en esta nube de leche


el fango fragoroso gira


imploro a esta luna que ame


y el morado cielo ladea


mi sangre verde.


Es por este escarabajo


que llega el verbo


soledad, soledad


tus pulcras alas


que vencen auroras de adoración.


Aurora funesta clavada la hora.


Vorágine o trasiego


luz que ignora


si acaso nace.


Tu liso, amarillo barco


de oscuro torso.


Tus infinitos beso


dime corazón


al apoyo de tus párpados.


Cuál profunda verdad


en esta espectral rivera


de ondas líbicas.


Espuma densa


de océano de ideas entregado.


Profunda ascua invencible


es mi dolor


que más no quiere retirarse,


que sentencias invade


todo ojos


montaña de hojarasca


cristal de pulsos


que tu imagen toca.








Förüq




























Suspiro fresco


en labio extinto de sombra


día que no se encuentra


su densa forma,


cuerpo con agua de estrella


querer vivo que llega al aire.


Tiende y espera


la muerte que renace


por fuegos de brea


en el aire.


Abren batientes pétalos


de viejo silencio esquilando


esplendoroso.


Acurrucados sobre un lecho


que la brisa abre


trocados rayos de Sol


esquivos en plano


de verde follaje.


Astuta golondrina encontrando


dócil rama.


Mundo sin mentira


de la vida


se abre manantial


reluciente de esmeraldas


y todo siente


que la sangre miente.


Terruño ojo victorioso


aplaca sus arpas irascibles


estrujando abismos dolorosos


petrificados.


Reniega la boca vegetal


casi viva


promesas enfrente de violetas


cortan amando al claror


lírico, estremecido.


Coágulo de viento


en cientos de porciones


esta luna quieta


que semejanza quiere.






Förüq






Descubierta la zona Umbría donde yago.












Labro aciaga tierra sin pestañeo


mi ingrávido lecho


de tinta roja y negra.


Aplasta mi sombra


contra sí misma


derrumbando opacidades


de granates profundos


ballesta, súbito forjada,


a tu entraña.


Derrite mar de boca


que pide extensa


negra noche,


y sus espectrales corceles.


Tiembla que rueda


paz, orgullo bello.


El desliz rayóme firme.


Conservo mis principios numerados


reluce mi roce pulido,


entre cielo asido


palpita mi iluminada tristeza


haciendo camino.


Vendrá mi torvo grajo


se constatará mi lucero roto.


Turba mi aliento


bajo mi pecho la quiero,


con montes limpios


enturbiados por sarmientos.


delinea este viento


lividez plena.


Fuga el desaliento


con todos los jirones de mis ascuas.


Diáfano, ancho, repleto a trote primerizo


no cabalgarás,


no cabalgarás si no es conmigo,


cabalga,


cabalga


el llano,


que sólo


a mi lado cabalgarás.


Cabalga que sólo a mí encontrarás






Förüq el Castellano








































































Estoy escuchando semirrecto


el retemblar de hojas huecas


sobre la gravedad


de un arroyuelo que fluctúa


cauce, entre la copa de árboles


sobre semi-vacío  cristal


con limpia brisas


encima de un blindado


cantaba, dictaba, antiguo sargento,


su presionar, disparar,


como hueco en la ausencia del polvo.


Abrid la ensenada


al señor capataz del brillo primero,


tímida la floresta


escondía las amapolas.


Núbiles gestos danzaban


la cabeza en loma que silvestre evanescía


el coraje de la flor


vuelta mujer por Ostara.


Patio de perdices soslayaba


entre el quejido


de carrascas afiladas.


Hacían sus hojas


mi última espada.


A mi izquierda


el peso de su hierro estable.


Sibila destrenzabas


tu cándido mirar


en fraguas de belleza


inviolada.


En tus altos, profundos


ojos de ámbar.


Luna que en fractura


recorre mi tejado de alma.






Förüq


IX


Ama a quien te mire por tener magia:




Número cinco conseguido,


2894 entradas


Amaré a ella mi dulcinea


que me mira con magia,


las sombras ya no caminan


las escuché,


relapso insobornable,


sin proclamar avanzo,


mañana sí hoy también,


el signo de ellos los que protejo


mis dioses,


los guerreros,


los bestiales dueños de la tierra,


flora y fauna


de hálitos sin esquela memorial,


animales del destino frío,


que yo no dirigí


sólo ella mi mujer la Tierra,


yo abracé de este a oeste


de norte a sur,


mi hogar, el hogar de mis ancestros,


la sola ánima me fulguró,


de cornisa a terreno,


y no logró arrebatarme,


las flores clamaron,


por un crimen de flores avanzo


hoy solo anuncio que puede consiga un nueve,


un seis invertido porque soy hombre,


no será hoy,


no sé cuándo,


estoy en jornada de reflexión,


calculando


cómo finalizar mi hoja.


Un soldado de la naturaleza,


asaltando el cielo,


no es mi ámbito


pero si el cielo llama a tierra,


tierra no gana


porque alberga el Infierno,


el dulce tormento


renombrado.


No me niego a mí ser


tú sabes quién soy .




Förüq Miguel Esteban Martínez García






Resplandores consecutivos:










Al tiempo acantonado,


le importa más a la chicharra


el sopor que el frío, pregunto,


para entonar chirrío estacional,


pudo ser mudez primera


de lluvia sin cuartel


ni hacienda,


abandonada su guitarra


amarilla sonatina,


en las lindes de la esencia


allá donde el margen


no es ausente de las orillas,


del amar naciente,


allá donde la mudez no es segunda,


amarillez del óxido


fraternizado,


sin diques ni ribazos someros.




Recta composición enaltecida


sin violencia mi alma renegada,


cómo decir queremos vencer muertos, muriendo,


yo respondo morir vosotros a vuestro gusto


traidores vende patrias,


poco más yo azulando,


mi virgen de la campiña


en amarillez sedosa,


aquí estoy,


aquí estoy,


a veces sonriente


a veces preparado para encontrar,


hielo en la escarcha del sonido,


me llamas, puedes llamarme,


la Roma,


estoy preparado lamiendo propia falcata,


el desembarco en mi tierra,


mía acaso tuviera santo y seña;


no hay movimiento sin unirse con los otros,


acontecimiento,


mi oro no es axón,


mi hierro es blasón


de piedra de mi sangre,


alimento d'esta mi estrella


que me ampara,


el dormir y maullarte el ronroneo,


precoz de tractorcito


mi solo barbecho de Gloria.


Acaso no está


pactado mi sueño cuando escribo,


mi dormir y no despertar


por algo que merezca la pena luchar.


Gracias.


Hijos de la tormenta somos.


Y no morimos matando.


Ni lo queremos


El morir matando.


Se niega a reconocer


que la guerra está ya perdida.


Auge entonó


risueña melodía


en la turquesa de esmeralda cristalina,


te amo más de lo que el poder pudo


jurisconsulta legisladora


en musa de agua granate mía. 




El Castellano




Alevosía tu vítrea mirada:
















Abacora mi alma


que supedita, que avasalla, 


caiga y renazca


y vuelta al chasquido inicial,


haiga tierra en el viento


de comenzar, 


raiga, estruendo superior


beligerante traiga estos corceles, 


de fuego a brear la taiga, 


biga, inconmensurable,


diga, sola muerte vi y retrocedí.


Meiga, mi sombreada pesquisa,


higa, en lecho melífero


liga, que gira


la miga, relucida.


Oiga, roiga, mi grana triga, 


siga que avance toda viga.


Báciga que fadiga,


emperdiga mi vida y arraiga,


compás de nueve lebreles,


canta la llama 🔥 


y suena mi voz con sabor a noble


madera, mortecina


sangre que apura,


en mamones 


entre flores yescas del alba


desoiga que trasoiga


la espiga que respiga,


sola, sola,


como nace nueva tierra.


enligue que abstraiga 


litiga mi dulce ortiga,


hoy por hoy,


mañana por ayer,


vi el hinojo solar


hasta resplandecer.


En cuadriga 


de redil desposeído,


avanzo el patio de mi araña,


su virgen sola.


No dejes de mirarme


en la amplitud


la cumbre d´este ciprés


ambiguo;


cernícalos atrás


mi pureza se espeja


con la pizarra.


Sin pulir,


sin capa,


rizado en aliento 


renegado a morir,


embebe tu caracola


de iris despierto


que navego un vaso de agua,


al tarot helado de tus naipes


se afila mi indecencia


de a cal y sangre 


entera poseerte.








Förüq el Castellano






















Ascua espiritual:












Ruido en la opacidad del silencio,


pero impalpable, insumiso


avanzo, como maestro escudero


d'este silencio que envaneces,


sé cuánto alcanza un espectro


ante la luz en osadía,


misteriosa, armoniosa


como vil armónica endiosada,


que besa tus labios,


y habla por tus manos de viento,


inocuo, evanescente, dictado


al trémulo desliz pasajero,


a mi entender conjugando el tuyo


encontraremos los cauces


que toda alma navega,


miénteme dulce


te amo entre ascuas,


me respondes contigo o con nadie,


conjugará mi luna con tu astro atado,


repleta mi ausencia;


con mis muertes quedaré


si no comulgas


me dicte quedarme con mis espíritus


valientes,


entre surcos en ambrosía,


y mis enemigos revelados,


ellos cuanto no conocen envidian,


cuánto no abarcan quieren abarcar,


ellos viven en los cerros,


las nubes, los fulgores iracundos,


las silvestres aguas,


en las flores y tus abismos,


enigmáticos


ignotos que viven


porque les das honor de recuerdo,


nuestras voces vagas aspiran,


como corona de sortilegios,


murmullo de mi silencio


profundo que ves.


Abriendo trompetas de los ángeles,


como ríos que se unen al desnivel,


replétame que hoy no seré


hoy no vendré,


hoy no evitaré,


hoy no buscaré,


porque mejor vivir una mentira


que morir por una crueldad,


hoy sabré quien ser


por no ser quien yo sé


que siempre soy.




El Castellano Förüq




















AÑIL SECUELA:




Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,


pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.


Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.


Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.


Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,


tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,


por el tiempo de espera angosto.


El murciélago baila con el colchón de tu luz,


rasgando sombras,


para reposar siendo una más.


Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,


por qué te siento incluso estando solo.


flores opaco reflejo de luz violeta incluso de noche;


artificie luzzae.


Lucero de ciudad,


rompiendo la obscuridad.


La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más,


humo, humo, humo.


De tierra a ceniza llamando,


su inerme sentido mágico.




Luna plateada, en las noches voy a tu encuentro, pero te escondes. Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.


Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.


Cielo obtuso, de sueños fluorescentes, tú, de color líquido, solo frío con miradas intermitentes, por el tiempo angosto; El murciélago baila rasgando... Sombras, para reposar siendo una más. La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más.






Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,


pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.


Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.


Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.


Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,


tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,


por el tiempo de espera angosto.


El murciélago baila con el colchón de tu luz,


rasgando sombras,


para reposar siendo una más.


La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más.




Viene acariciando, ella,


con sus palabras altivas,


desvanecerse quiere, con letras solitarias.




En sus ojitos los luceros,


por sus labios, disfruta el piropo.


Despeinarla con caricias piden sus manos.




El dulce golpe de su voz quiero escuchar,


dificil de olvidar, todo por ganar.


Creo que la quiero.




Pues díselo.


Calma para llegar,


por poder luchar y no abandonar.


A veces, invade mi pensamiento,


y más deseo crea su recuerdo.


Pienso que no estaré a gusto, hasta que no la diga lo que siento.




XII




Luna plateada de mi cielo,


en las noches


voy a tu encuentro,


pero te escondes


entre bloques


de hormigón y cemento.


Quiero verte,


pero incluso te escondes,


por las violetas ramas.


Mas los dragones,


del cielo sonámbulo te acarician.


Cielo obtuso,


de sueños fluorescentes,


tú, de color líquido,


solo templado


con miradas intermitentes,


por el tiempo de espera angosto.


El murciélago baila


con el colchón de tu luz,


rasgando sombras,


para reposar siendo una más.


Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,


por qué te siento incluso estando solo.


flores opaco reflejo


de luz violeta


incluso de noche;


artifficie luzzae.


Lucero de ciudad,


rompiendo la obscuridad.


La noche se detiene


para sentir que estás conmigo


otra vez más,


recuerda


que tus ojos tienen sangre


recuerda el viento


que aúlla mi nombre


recuerda la luz que tiembla


y cruje la noche en las pupilas


recuerda que me hablaste


de amor en el tiempo


que cae muerto


que pactamos con el hielo


la vuelta del invierno,


recuerda cada latido


de oscuridad


que llama a tus venas de humo


recuérdame en la eternidad del beso,


en cada rosa que robe tu cuerpo,


recuerda que vivo para ti


dando voz a la soledad asesina,


la flor vive soñando


que fue mariposa y abeja,


vive durmiendo la semilla


enamorada de la tierra


para despertar


y enamorarse del sol,


clávame estas nubes de sangre


en el hierro de mi destino,


se me negó la luz


encadenada a esta tierra sin cuerpo,


solo tú me sientes


en este camino


que no lleva retorno


sólo espiral anhelada de renacer


el tiempo ya no nos puede sostener


camino buscando el frío


en este calor que quema el alarido,


te encontré perdido


hoy vives un amor


que sientes soplándote al oído,


en la puerta del infierno caído,


te casaste con la luna


que reinaba en tu corazón,


al viento le diste voz,


a la lluvia la nombraste


lágrimas de mi ayer,


le diste ojos


a la sombra para mirar,


la espina caía herida,


la caricia retornó a las polillas,


la vida marcha deprisa


cuando abras los ojos


ya todo habrá cambiado


solo encontrarás que seguiré a tu lado


aguardando tu otoño


y la caída de tus hojas,


esperando que seas mi acompañante


en los siglos y milenios


que nos condenaron,


encontrarás esta sed del cielo


en cada silencio muerto,


en cada raíz


que grita en su tierra


toma de la vida lo que quieras,


siembra tu aliento


en cada tierra,


tú todo lo tienes


yo solo soy una fantasma


que sólo tú ves.




El Castellano


Oda de sombra nocturna:




Noche silo de oscuridad


destapada, traspasas


mi ventana entre espejos


tu voz se hace la dormida.


Carruajes malvas del sueño


taciturno entre las espigas.


Fuegos y fusiles iluminan


tu dama de oscuridad,


amanecida por soles


que bajo ella


parecen de trapo.




Canto a tus pestañas morenas


a tu iris deslizado


entre colchones sonámbulos


te clavo este guiño


a tu dama de sosiego.




Por este hueso único


desangro a mi murciélago.


Altas, profundas esferas


gimen luciérnagas.


El otoño tupido


se acuesta con mantas


de hojas arrebatadas,


árboles desnudos


que descansan,


ya no hacen el amor


con el viento,


persianas de un tiempo oxidado,


al abrigo la vida contra el frío


de la luz.


Escarchas de punta


lloran las avenidas


victoriosas de la noche


que todo devora


y mece lentamente


con su ojo de sombra.






El Castellano


Latido sembrado:




Solo, acompañado de una doncella escarlata


que me late y envuelve mi fascinación,


este día vuelto noche sólo por ella,




no tengo piel soy agua de su saliva,


rocío de su comunión de estrellas


trashumantes, plácido rasguño de rosa,




yo no tengo sombra, no tengo aliento


ni alma puesto que soy vampiro


de su silencio,




alzo mis cuchillas de luz, coronas vestidas


de fugaces caricias al alba forjada,


edificios hirientes de mi amor etéreo,




canto alto que ella me hace


sentir eterno,


como el cuchillo inmortal de su silencio,




cargo mi luz para atravesar su corazón,


disparo, su alma es mi blanco,


mi párpado de la noche llora por su beso escrito,




rizada saliva verdadera,


estas rosas del alba cantan


que si admirarte es para siempre,




seré guardián de todos los latidos punzantes,


porque solo tú sembraste la belleza,


hasta colmarla de infinitos sonrientes




que mis ojos lloran,


pintando la veneración a lo que en silencio


trepa y escala


la caléndula enraizada en mi corazón.




sigo y seguiré tu camino


que me lleva por el cielo,


corto el aliento de la noche,




al despertar de mis sentidos resplandecientes,


no me despiertes,


eres mi sueño de penumbra y sus formas de mujer.


Late mi caracol siniestro con la forma de corazón.




El Castellano
























Espectro en el silencio:














De silencio llora


este alabastro,


con él se rige mi canto,


por las azucenas nocturnas


dentados azares en pétalos;


irisados,


y las flores de azabache


el compás de un grillo


me blande en el silencio.


un cromático desliz iridiscente,


que es mi cruel idioma,


y el de mis ancestros,


avanzo el campo de espinas


sin final elucubrado,


cuando la luna se acuesta


todo placer me secunde;


reposo en tu pecho mi amada dama


la noche se cierra en verso y en mi lira,


y yo estoy despierto al criqueo,


tu grillo encerrado.


Mi placer insubordinado.


Acunando un rosario de madera


trepando tu espalda


cuando la luna se acuesta allí a lo alto,


yo reposo en las flores de niebla


de ojos dormidos,


me mece de vivos colores


como silencio de ente terruño,


un grito despierto y un alarido


que cruza abismos y sus soles


sin pestañear en la cárcel tus ojos,


todo por encontrar, nada por gemir,


resquicios huecos de mi árbol de las cenizas


mírame en claro de luna no soy tu pesadilla


soy jardinero del umbral muerto


vine por tu aldaba


esa que el idioma de mi silencio calla


y nace de la espiga un verso


en granate Parnaso


en abismático diamante,


se afila mi caricia en vals minero


sientes fría mi visita


el cuclillo mece en trino mi sino


a la hora que el horizonte


hace el amor con las flores


dejando su rocío perplejo


yo me alimento de tu ser


por si vuelvo a vivir


no te aguardes


sé mi comunión de estrellas endiosadas


y el infinito que quiero ver


sé mi arco-iris tornasol


yo tendré luz en mis venas


la sangre esquiva huirá de mí


yo seré tu mundo en la sombra


de la subrepticia amada entonándose


en Sol mayor


resplandeceré la cuerda de tu violín


seré más que tu sombra


aliento de muerte y resurrección


en el fondo de un siniestro caracol


con forma de un corazón


mi nota será entonada por el viento y una nube


lloveré para hacer el color con las plantas


seré resquicio taciturno


del verso y su encanto


reinaré a la hora


que la oscuridad late y envuelve


seré tu medio corazón


un sino despierto del rayo de sol


vine a quedarme a tu lado amor,


y el cielo para mí no se construyó


de la tierra al fondo de una cueva


se blande mi ser como ente


de la penumbra que late y envuelve;


ramilletes de luna llevo en los bolsillos


el origen sin final


un susurro sin alzar


un guiño por encontrar


se desdobla mi estampa


sin acabar soy paréntesis del destino


enamorado crujido de tu puerta


soy hoy por hoy


espectro en el silencio


latiendo despierto,


volviendo al dulce final sin comienzo.


















Espectro ríe, aúlla su alarido crepitante, que hace temblar de deseo a su dama, era otra noche situada en la penumbra de la iglesia del pueblo, yacían las tres solitarias de la madrugada al tañer estridente de las campanas de bronce, despertaban los cuclillos de párpado tieso, y seguían el reposo en su nido, revoloteaba un murciélago myotis myotis con prodigioso quiebro de ala, rasgando sombras en aquel descampado húmedo que comía la niebla de la isla de Manx antigua Escocia,


su eco encontraba objetivo en el pelo de la dama de Förüq y rizado se enroscaba en su cabello para decirla al oído : él es mi hermano, es vampiro.


Te necesito mi dama, castellana, toma tu lugar merecido y sé la compañera eterna de tu vampiro 




EL Castellano.




Soy ente resplandeciente,


afilado de una astilla,


estoy hecho de mi propia costilla,


Soy hueso de hierro,


hoy cabalgo mi desvelo,


fumo cigarrillos de tinta,


asustando a mis palabras,


mi realidad se retuerce,


en un suspiro de mi hada


y mi flor de caléndula,


que ella me enraizó


en mi pecho,


soy oculto al ojo,


atravieso paredes


porque ellas no son más duras que yo,


pido mis ilusiones


escribiéndolas en mi árbol de las cenizas,


soy duro porque recio es poco


comparado conmigo,


hablo y converso


con mi demencial silencio,


oscuridad que late y envuelve


es doncella de vestido


con malvas de luna,


mi ser furtivo


esclarecido


pertenece a mi dama


que debo despertar


con un pacto de sangre eternal,


crepitan mis bisagras,


esta soledad bautizada,


desdoblan mis serenos


Rizando los alambres


para colgar estos mis versos,


hoy hablé con un escarabajo verde,


me contó que su familia


esperaba el despertar de mis flores


llevadas a adultas desde simiente,


bella durmiente,


robada a los campos en floresta desnuda


insoslayable,


para mi vida pertenecer y ser de ti,


chirría el grillo de mi idea


otro jardín muerto


me consume mi eterna vida


a mi jardinero del demonio


Hipsípila no se me ha muerto


ni un solo ser vegetal,


en mis años sirviendo a su sed.


Nadie ni yo mismo


puedo ni quiero arrancar


de mi vivir de espectro


a mi dama musa


amor de mi no-vida


mi oscura rienda siniestra,


mi amada aterciopelada,


mi placer que cierra y maneja.


Mi vívida estampa,


un crujido soy en tu ventana,


y fui amante


en arpegio mayor sostenido,


un cuclillo


y un beso por si en tu flor vivo,


vine y no me iré,


aunque me hinque el colmillo


en mi sangre azabache,


hoy veré, hoy te amaré


desde mi nicho floreciente,


al compás en sí menor


mi extasía de color,


sinestesia labrada


en un, dos,


tatidos en tierra abierta


mi zanja espectral


donde yago


con mi caballito infernal.




El Castellano y Leannán-Sídhe.




ÉGIDA DESPIERTA:




Vengo, que escribo


sangre en tierra;


atisbo sanguinoso


en roja espiga,


mi granate lustre


rubor carmín.


Vida de mi no-vida,


oro en vena


acordeón en fuelle de agua,


montado;


ceniza de mi árbol,


difunto, en soles


de alabastro relucientes,


soterraña vía esquiva


del renacer de simiente


y savia encumbrada


que retiembla la entraña.


Iracundo desliz


nacarado por


esferas de azabache.


Un soliviar de acequia


onírico.


Renombrado Parnaso


devorado Atelier


simétrico


de musa Atenea,


por Zeus


alzo mi égida.




II


Brisa tenue


al crisol nacido del valle,


como flor de sombra;


entre este parral de idea,


trashumante avanza


mi densa condena.


Entre escarchas


seniles.


Y vellos erizados,


al trasluz onírico,


vítreo, entre humos.


Rizados por ascua de tintineo llano.


Inédito, sin encontrar,


en la trilladora.


Mecida el alba,


sin ocaso sembrado.


Parral sombrío


de inusitado esplendor


férreo de cobrizo


tomo en aljibe de Apolo,


su negro cisne,


que ahonda su azabache


es como alimentar


la dulce silueta de musa


Belleza.


Como diluir tres gotas del mismo agua,


y erigir entraña a madre Oscuridad,


somera y su hija tiniebla.






III


Febeo quiebro de ala,


en pecho batiente,


una sola pesquisa nacida,


la inconmensurable


alta honra sin esquela,


amplia, dolida.


Encrucijada de honda sien,


descarnada


en profundo tallo


de tu silencio sepulcral.


Silencio profundo,


Bello, inmiscuido,


sus altas torres fecundas.


De sopor


por ángeles abismáticos.


Una sola esfera


de luminaria precoz


y rotunda aria;


designada estela,


su faz agraria.


Trepa mi espalda,


sembrada por Caín.


Remembranza


por cuantos añiles


cantaron mi dicha.


Sola, en alta


ojera celeste


mi musa sempiterna.


Aposté mi desnudez violenta


sin cargos,


Hoy sigo que vislumbraré


indemne acontecido.






El Castellano Förüq




Espiga roja sangrante:




Con el filo descarnado


y brillo reluciente


está la espada que severidad,


dirige


blandiendo surcos


en fosas yertas, funerarias.


A lo que su empeño consta


y sucede.


entre adobes y cuchillos calizos


entre cal y tierra férrea,


la sangre del infrarrojo mundo reverdece.


Quilla de un flagrante monte


que Geríones desplaza,


surcado por el metal


de hilo de cobre esquela nativa


de mis ancestros,


sonaba con el viento


haciendo temblar calaveras


por gramas densas y espigas sanguíneas


en lo alto de aquel poste de telégrafo.


El viento tenía estridencia


y lamento seco como chirriar de gemido.


Digno a desatar quimeras y bestias rectas.


Capaz de dar voz a lo inerte de la vida.


Entre coraje y sentencia


volaba el vilano


en magnificencia del fría aura,


sola como nace la primavera


en una flor contagiosa.






II Hoja:




Allí plantado


como se siembra una pipa


en mitad del abismo,


me encontré, detuve el sonido


entre escalas y cielos soterrados.


con un precoz almíbar


Planté una pila de lluvia sobre marzo,


contestó entre gramófonos la tierra;


de septiembre


una melodía jamás interpretada


y jamás semejante o similar


a haberla escuchado una vez.


Era como un maullido entre gramas


y bocas sedientas de un gato morado.


Como cerrar y esperar que la compuerta secara,


de esa acequia que mi sangre lleva


como desplomar semillas


y aventar espigas granates;


plantado como una sola


de carne y tinta


que la espera viola.


Y frunce su golondrina espectral.


Era un soto de daturas


y ababoles cabalgados,


como un crujir de la mecedora


del linde vago,


era entablar con el alacrán soberano


quien yo era,


como afilar pesquisas


que caminan yertas


su alacridad helada,


por caballos de fuego


y acordeones de agua,


como elevar el ara


y ver qué desquicia se siembra.


Voy por el tercer junco de Castilla,


y hasta su encina afligida,


entre soturnos lindes


teñidos de cal y canto,


arrastrando errores inmortales,


y sueños desangelados.


Premisa que ardía en un solitario espino,


acampado de sus falanges


amilanadas por vastedades


y simientes frívolas


despertaba el otoño


justo en el carrizo


y mi tabaco fugaz


de antigua brea


que expulsaba su color,


rencilla entre espasmos


y savias precoces del terreno,


jamás dormido,


jamás monótono, despierto,


un caminar y descubrir


que todo vuelve a comenzar.








Förüq el Castellano




































DESTINO ELÉCTRICO, TU MAGIA:




























Prendidas las novecientas


noventa y nueve velas del averno,


iluminan mi severidad en oscura


premisa beligerante,


las trescientas treinta y tres ascuas


gasta mi alma,


en pulcritud todos sus cristales


inefables, rectos, filosos,


por quiebro de éter


insobornable,


voy trayendo pretiles gestos


inmiscuidos,


mi sola ánima,


un soto de perdigones viajeros.


En solana luna mi romo acero,


flamígero al tacto


aventaré que descubrí


mi amor por mi salamanquesa


me crujía mi idea un venal,


espacio sin acequia


ni araña tendida a la espera,


un soliviar vetusto que esmaltaba


mi umbría ciencia


de saetas vanas.


Entre musas desnudas


trenzando sus cabellos.


Crecía mi sopor solo,


en deseo relumbrado en el paso


mi rubor infranqueable.


yo amé una lagartija,


y hoy la sigo viendo única;


entre acordeones de fuelle solar


y esta sed que avanza, sigue y prosigue,


mi sanguinoso rubí, carmín fragoroso,


era un deseo férreo, descarnado,


un brillante colmillo que alzo,


el hambre de caza que llama,


agazapado mi servicial instinto,


era su sangre


algo eternal,


un tomo arcano


entre ligueros,


de sus pulcras florestas


de piel y deseo,


de ángeles sin miedo y súcubos


en sus dos piernas femeninas gemelas,


-entre corona y candelabro,


me asediaba la sed


de devolverla a su nueva vida muerta,


incendiaba su luna mi deseo particular,


entre mares de seda y su oro fino


en letras insubordinadas,


era el auge la generación ciega,


blindaba que esmaltaba


el sereno del nueve


un nueve del mes noveno,


de un dos mil diecinueve


imploro el perdón de mis castos dioses


oh Lugh, oh Mercurio romano


soy cuervo que añora la sangre


de su musa esencial


sin credenciales


conocidos más que mi deseo


en ella fraguado,


abro mi runa ruginosa


a este desliz perenne,


en ababol y flor de difunto


entre ella,


el alba más preciosa


que temen hasta mis ancestros


su belleza inviolada.




Förüq El Castellano




POR MI PRINCESA ARAUCANA:








Compases labrados


de un tiempo expirado,


insoslayado


ademanes de que el amor existe


y corre los parajes


de tu sembrada piel,


resguardos oníricos


de lo que llegó a ser,


como la noche


que aguarda el resplandecer.


Siempre nos deseamos


como abejorrito a la flor,


como piedra a la montaña


y agua de cascada a la pendiente


eso es amarte ferviente,


como agua de marzo


abre la primavera,


quiero estar a tu vera entera,


y ser espectro de primera,


no será eterno mi mármol


pero te alzo un beso


como cántaro,


vales mucho corazón


y por si no lo sabes eres sentir


como rayo


que tornasola mi corazón,


te descubrí nos descubrimos


y nada quebrará el designio


que dioses aguardan


mi princesa del lago


de mi ilusión


mi Araucana de emoción,


no partiremos sin ir de la mano,


en alabanza canta un cuclillo,


dejando canten todos los grillos.


¿Cómo encadenar la luz?


Y atar las mariposas,


¿Cómo escribir sin fijar horizontes?


Y anudar plomos sin fundir a ideas fugaces,


cómo conocerte y no besarte,


te entiendo y a la vez te siento,


sin semáforos y alquitranes,


sin hormigones de leche,


puliendo el blanquecer de mis ilusiones


que te prometen,


distancia quejumbrosa


entre alas que sostienen


que en tus ojos soy bruma que florece.


Y mayo que reverdece,


contigo soy lo que quiero ser,


mordiendo las solicitudes


que desvanecen,


entre corajes nacientes


y soles pudientes.


Quiero tu dicha eternamente,


siendo el lado de mi suerte.




II


CERNÍCALO PROFUSO:




Ojos suaves tenía,


como un milano, gavilán


recién nacido de huevo,


miraban tan profundo


que alma dolían.


Soledad mía , extensa, inhabitada,


acaso bastaban moldes de arena,


lejos mi cara pálida


en sus palmas,


eras soplo hondo,


como roca transportando


su propia erosión,


soplo de vida tenue


como si el hielo perpetuo


te hubiese afilado en los Andes chilenos,


yo mera pantera gris de tu cordillera,


fuí a encontrarte


al lago de castillo


por el que solo existía


el invierno para retenernos


como dos gotas se solidifican


en unión


de temperatura yerta, aposentada.


Tú mi amada densa


eras princesa de valle umbrío


y maleza recta,


eras Dulcinea


de mi interior entraña,


a nado crucé tu lago de nereidas,


me llevó a lomos


el barbo de aletas flagrantes de cristal forjado


decenas de peces vigilaban


el tesoro olvidado


en halos de cobre milenario.


Frágil resbaló mi otoño


de alma en cernícalo avizor,


encontré el topillo que recelosa


guardabas en órdenes de pudor.


Princesa mía Araucana


Margarita, María renombrada


nunca me des libertad de la cárcel de tus ojos


suaves, incesantes como pureza anida


lo que siempre se perpetúa.




III


NIEBLA CON ABISMO EN RAÍZ MILENARIA:






Va bregando un excelso, filamentoso


soto sin pérdida de memoria,


junto a esta ducal maravilla,


atrasa mi sosegada flecha,


de esta mi anclada araucana


que goza.


Esta soterrada, primaveral gris lluviosa,


un cristal de espejo,


sin pecho no me borres, no me borres.


Redonda pleamar de tierra,


con su propio mar


en el que sujeta el pinar angosto,


se espeja sin contar


mi flor de difunto,


de este patio sin muerte,


donde hasta el más efímero insecto,


nace y crece,


de  una loma sin carcoma,


a un infinito que se ahoga


trenza parca mi soga.


Hondo rasgón,


violeta al tacto,


es mi oración en carrizo


sin cuerda ni cadena,


de mi perdida marea,


En la umbría  nace mi cicuta virosa,


adormidera compañera


del linde sin sembrar,


luna madre de Lugh soberano,


encuentra su cuervo en su castaño,


estribo sin llano


un real cerro


de rivera del antaño tajo,


salpicando este corazón por piedra,


con mi dicha


que se acuesta y briza,


mi profunda raíz de tomo,


con negro abismo despejado,


centelleando.




IV


SIEMBRA TEJIDA:




Atelier simétrico


las facciones


de tu cara araucana,


sombra densa investida


cubren tus dignas pestañas


donde se acuestan dunas


de lunas que en tus ojos


encuentran.


Diciembre que esparce


vientos vernales,


abriendo silos


con sentires perpetuos,


mi gato negro cruza mi idea


en nuestra casa y su tejado


de tréboles.


Entre corazoncitos de hojas de sauces


abatidos


y mi siembra del mañana,


abriendo las tierras


arados tras corceles,


surcos de mi divina calma,


por cuantas primaveras he conocido,


y todas las que a tu lado


me aguardan.


Incluso aquel pueblo se nos rinde


y nuestro mundo nos coronará,


vencimos y venceremos


a ese cuartelillo de nubes


que en letanía de distancia


separa y su bruma gris


encuentra.


Mares y océanos cabalga


tu Hipsípila con una flor remota


de su helecho


busca a su mujer,


avanza nieves de espuma,


hasta arribar su negro puerto.


Le esperan valles y ríos dulces


por tierras de azores y perdices fugaces.


Su sueño vestía ella


como dormir de las estaciones


era ella su sueño de otra esfera.


Abrían sus flores orgullosas


y deleitadas.


Fúlgidos cabellos,


sangre iridiscente de nueva brea,


cañón y galera,


lanzas de su futura siembra


en el interior de su amada.




V


OCASO SEMBRADO:








Villanos, malandrines encorvados,


me han querido robar el ánimo,


con fuste y aliento marcho mis relojes


con presura de segundos extasiados,


yo vi su horizonte en dura y áspera


semblanza deshojada,


temblaba el azar entre los azares,


una vida de quitina a la espera,


mi aliento es pez de mi jardín de cristal,


he servido a su péndulo,


entre granates y engranajes


danzo atrás el tiempo,


sí ese, mi tiempo, que cuido con esmero,


por si un día me llenase el estómago,


flagro la versatilidad de mi siembra,


cabalga las yemas de mis dedos,


hilvano que voy sobre un abejorro,


aunque no pique sigue siendo abejorrito,


le imploro al verso me abra con presura


una primavera de sabores


entre arduos cipreses con sabor a luna,


marca de silos azules


entre siniestros anocheceres,


amo a quien amo


y yo el Castellano


voy a la araucaria


para llevarle una noche derretida a sus labios,


cazaré el gamusino de sus parajes,


avanzaré con paso lento y decidido


al compás de lunas y soles en desventura,


nacerá la hoguera,


consumiendo todo lo que ya no rozará mi vida,


decreto que estoy vivo,


y que mi vida la arrastro para no ser santo


ni demonio ni mal nacido,


si no un hombre que tuvo voz y espíritu


para ser alguien,


desde la nada,


desde las espinas que sangraban,


vivió trece vidas


que un hombre de su estatura podría vivir,


hoy afilo mi alma


válgame la compostura,


que si vuelvo a su entraña


se abre el cielo y la tierra


para acoger lo que siento,


que es más que un cebollino


más que un tulipán amarillo,


es mi arma, un corazón por letra,


es sangre en hoguera


tristeza se llama sangre en la poesía,


robaré al tiempo sus besos del alba,


mi amor gritará al sol que descienda


y viva en tus ojos mi araucana.


Llegaré por la rivera,


llego de las cordilleras de abajo,


buscando un atajo


para llegar y hechizar


el callejón de tu beso,


entre rizadas ternuras


trasnochar ocasos,


he venido a implorar ruego


por mi inconsciencia


vine a plañir mi alma,


que ya cabalga,


vine a besar tu aura,


riendo entre flores


naciendo en rocío


de mis latidos presos,


encorajinados.






El Castellano




VI FERVIENTE IRISADA CONDENA:








Anegado que negaré,


el solo, flamígero al tacto


crisol, acristalado que acrisola


tornasol en destellos secuaces,


mi sola, rauda estela crispada,


de su hondo llano,


en grama roja montada,


quedará abnegada la indecencia


marcada, en signo luna azabache,


voy por el tercer sigilo mi ascua,


directo al cerro las ánimas,


inundada la luz que late mis ojos.


Parco núbil aleteo de mi alqueza,


araucana hábil en destreza dicta,


que acampa mi segada alma,


incendiada en sus ojos suaves


que rige, que dispara,


voy en mi libélula montado,


hasta llegar que llegaré


a su isla mágica,


Araucanía madre


de su silueta de araucaria araucana


su piel de araucaria filamentosa excelsa,


retiro anzuelo del barbo


guardián, su lago atemporal,


donde reposan y relucen espíritus,


barbo de cobre,


pez de cristal metal noble,


me pide contraseña


para el portón de argentas compuertas


espirituales,


contesto:


-Carassius Auratus


carpa áurea padre del dragón primigenio


que fue carpa que remontó


su río hasta el origen primero


y su primera gota de agua brotada,


allí se convirtió en dragón.


Por eso las carpas doradas


son capaces de hibridar y cambiar de color


en sus vástagos sembrados


el colapso del azul


y la puridad de la turquesa


del agua que habitan.


Contraseña aceptada


vengo por el alma de la princesa


araucana Margarita


para morderla


y que me acompañe siguientes vidas,


dije al caballito de mar vigía


del lago su ilusión valedera,


él era encargado de alejar nadadores


y ahondarlos en sus profundidades,


también vigilaba un cofre mercurial,


donde yacía nuestra condena,


y su desapagado abrojo que sangraba,


un borbotón de azuletes


y absolutos diamantinos


de placer inmiscuido,


sólo se abriría


tras nuestro pacto de sangre,


en litigio sanguinoso


el cobre nativo de estrellas.


Sí esas, las nuestras,


bajo el dulce tormento


nuestra luna azabache.






Förüq el Castellano




Progreso de la boca gris:








Sierpes de carrizos


brota el sílex de la trilladora


como espasmos de cobre


en oro grano de antigua cosecha,


borbotones de amarillo viejo,


al vaivén de unas manos cansadas


se despedía un verano,


relegando una falsa avena,


y un trigo abochornado,


devenir irisado,


por entre estelas que puridad


plañe segura y sangra su tierra,


en manos de un infierno soldado,


llevado en brazos


de un demonio llamado progreso


en sinfonía con aras de la destrucción del pasado,


entre torres de humo que incendian


labores milenarias


en vals de invernaderos


y fábricas de clonación de vida,


entre granos y simientes


de mutación transgénica,


entre tomates con sabor a agua,


y pollos feminizados para engorde,


era la era que oscuridad empuja


pero a diferencia ya nadie buscaba la luz,


Caín en destierro por el infierno,


se reía del devenir del Reino celeste


y lo que desemboca en presente,


una lira acantona


el patio de mi araña,


donde forrajes hacen cuarto


y aventaja sangre la desquicia,


lo silvestre rige alas de azabache,


el cardo ni miedo posee


a impía mano le desenraice,


todo baña la ley de belleza


a su escala,


caracoles lamen su extasía húmeda


les alimenta


como el nocturno cielo


embebe luciérnagas por astros,


carruajes malvas como esbozos oníricos


de un resplandecer de pretil gesto


y lluvia apuntalada,


era bastante el tiempo suficiente


para maldecir,


la lombriz boca gris


de ciudad encontraba su mofa


en lo que no practicaba,


hoy su rol tejido le alimenta,


entre plásticos


y alquitranes de brea,


entre océanos desperdicios


y acristaladas sienes,


por árboles de leche


y hormigones enraizados


era la era encementada,


edificios del gris,


y pura energía entre espasmos


del cobre flamígero azul,


escalas que subían difuntos


buscando a su dios,


que en certeza les dicta destino,


a volver a vivir su infierno terrestre,


nada que negar,


nada que defender,


ya mi número está tejido,


algo por cambiar,


algo que descubrir


mientras todo sigue y seguirá


igual empujando,


los males no retrocederán,


la rosa secreta seguirá sin atisbar


sagrado pétalo al orden del día,


como es arriba será abajo,


idéntico azar de tres caras


y nueve cruces


la lengua no morderá la boca.


ni la niebla desvanecerá mi razón


enlutada, en gris abrumada.






Förüq el Castellano












Honra castellana:




Sentí que hice caso


a la llamada del guerrero,


encumbrada la simiente,


como melodía


jamás entonada,


unas hojas de pétalos


sin cortar,


en flores difuntas,


un inmiscuir de la ceniza


vana ensimismada,


al asilo de mi pulmón


que marchó a otro lado


sin mi pecho por siempre.


Un asilo yermo


sin dudas combatientes,


en fiel yacija ruborosa


donde yacía mi sola suerte.


Azar de nueve venas tres razones,


inexpugnable dicha infondable,


era mi sepulcro de llave


y profunda retina.


Un querer oscuro de pertinaz cicatriz,


llave de la cárcel mi silencio atronador,


vestido de lágrimas los ayes.


Los que venimos de la urna de arcilla


oímos la llamada,


cuando cielo llama a la tierra,


Tierra forma égida,


y siempre canta victoria


porque alberga el Infierno,


los tres umbrales


lo vivo,


lo muerto,


lo etéreo,


rebelión marcada


en argenta mirada


de todo ángel abismático,


superior raíz salvaje


sin eclipsarse,


una lid de vigía sierpe,


feudo su magia castellana,


sus flébiles notas,


recuerda


el trémulo viento,


de musitar encorsetado,


alza que baila su voz extinguida.


Rubor en pecho indolente,


acordeón de fuelle solar,


dicta a mi Förüq,


caballito del diablo en ámbar


atrapado.








El Castellano Förüq






TERCERA ASCUA:








Aguardo los cielos en cinta,


de pretiles resguardos


oníricos,


avengo tu sabor


de áureas gemas amarillas,


de brillo ignoto


añil al sentido.


Colorea tu espumosa


vítrea sonrisa,


mis liras ya en el recio monte,


campos entre jaras


de abismo y sola corriente,


íntimo tu espíritu secuencial,


como mi zorzal


que dispuso tres nidos


como gigante sombra


de la planta que mejor cuidaba,


entre sol que arrebata


y nace,


afán de brote


y lágrima sesgada,


este viento de engaño


que su flor no me diste.


Rezo a tu amimosa intimidad


a su arrojo de mar alzada


y profunda laguna.


mis relámpagos


de estruendos armados


plañirán


como gemidos veloces,


a suspiro perplejo


en tu arca escondida,


mil sones abocan tu dulzura,


palabras de afecto,


en llama dulce


placer que rige y no quema,


envuelto en rienda mi caballo,


auguro viento


que retiembla el camino,


mi férrea torre de Hércules


colma ya tu arroyuelo,


como batalla que mi espada crestea,


centellas ladrad,


que mi placer no hace tatidos,


ruge en vientre


como trueno su profundo escudo,


clavando sereno alarido,


y duro vendaval


de romo alazán,


voy por romo Sol ensangrentado,


por abismo ensordecido


y pulcras fauces ardientes, sedientas,


tu candor musitan


que beberte el alma


es para siempre,




















como furor sin muralla,


patíbulo nuestra guerra.




Förüq el Castellano








FINAL


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