jueves, 7 de julio de 2022

Caléndula

 




Te divisé, alegre caléndula.
De pétalos juntos,
abrir y enraizar mi corazón.
Mecer fulgente tu amarilla corola,
entre el granate interior mi pecho,
frágil como cefirillo leve,
en mi pecho como en cuello
de hechicera,
allí me revolabas,
como al fuego mi Sol ferro
brillabas que encandilabas,
las golondrinas de tu amor
cantoras me danzaban.
Cuidando guarnecida,
mi semblante,
y amor en pecho valiente,
purpúrea inviolada
tu simiente, y raíz en mi sangre
despliegas.
Tú de trono en ferviente osadía,
al último y primer astro,
alzo tu renacido empeño,
amor de este duende,
tu principito.
De rojo,
de sangre,
de noche siempre,
tu húmedo tajo floreciente,
anclas mi dicha rebrotada,
de tu vida,
¡Ay, flor fulgente!
Te amo como el sosiego canta.
Tu aureola resplandeciente,
nacida de aurora,
y sonrojada alba, purísima,
como el día por ti
se desnuda.

Förüq

27 abril 2016

 

Flor de difunto:

 

Caléndula dorada de mi vida,

tibia, eterna, esposa del Sol de día,

amarilla, gran luz de los campos

flor de difunto en tu grandeza antigua.

 

Que baile el tiempo sobre tu flor

que ni te importa la estación,

sobre tu quietud alcanzo la verdad

del ser sin preocupación

 

alegría da verte, belleza creada

del rayo de sol, dame tu luz

descíframe el saber de tu ser

para tu oro tener

 

ese por el que el muerto encuentra

su luz y la abeja tu beso tener

lozanía del camino si silvestre naces

al ocaso del lucero

tus flores cierras en verso.

 

El Castellano

 

Caléndula joven del camino,

vieja de la senda que lleva a tu casa,

ardor de luz brotado entre florestas hirientes,

alza tus pétalos comunión de insectos,

por estos solitarios caminos

que me llevan a verte

alzas en pitanza

tu verde semblanza,

de la tierra vida en añoranza,

fulgor entre tus sienes,

darás de flor simientes,

así demostrarás que no hay tierra

sin flor así no importe estación,

María oro, flor de los difuntos,

luz entre luces del alba,

sostenme la caricia en tu flor,

que me creo abeja por un día,

álzate entre cardos y malvas que te rodean,

demuestra que eres única,

que ni caracoles osan morderte por tu savia fuerte,

señero silvestre donde los haya,

oro luciente entre engranajes verdes,

espera a tu ababol compañero

que tú sigues dando flor

sin ser primavera entre despertares y albores

de vidas y sus trinos,

navegas mi alma esta mañana

glorificando mi tierra yerma,

te aman mis ojos, te admiran latidos precoces,

eres más que silvestre flor

eres una vida precoz de luz,

si pudieras ser mujer yo sería tu eterno acompañante,

colmas la belleza de lo sencillo

eres mi alegría del camino,

pasarán fugaces las generaciones

y brotarás cualquier terreno

que el reposo tornó sin construcción,

para que tú grites

que la belleza también tiene casa

contigo,

Calendula arvensis.

 

El Castellano

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