miércoles, 20 de julio de 2022

Julio 2013

 






JULIO 2013

Desde un confín a otro confín,
sueña nuestro beso tu voz añil.
Resplandece la hoja quieta,
vive la sílaba en tu boca inquieta
dulce la espera es del agua,
y del agua nació tu lengua.
Respira la noche trenzada a tu pelo,
un calor que quiso ser hielo.
De azul viento bebí tu aliento
firmamento de amor sediento,
escaleras a tu cielo mueve el velo
despierto el placer te celo.
Tu piel, esquiva sangre de pétalo,
destello tierno de tu halo.
Refugio tu corazón, de mi sueño 
donde el sentimiento pone empeño.
Desde tu latido al mío,
una flor a la orilla del río.
Desde que te conocí
eres la mejor locura que sentí.
Quiero ser el viento que te besa,
quiero ser la noche que te sueña.
Desde hoy hasta siempre,
desde hoy quiero ser lumbre.
Alegría, gozosa, fría, amarilla,
se siente tu caricia
cuando el corazón en ardor
pinta y pone rostro al amor
en su color.
Flor de luz en este linde creció,
sinfonía de su juventud.
Pétalos del color del sol.
Certero reflejo de tu ser
clavaste en mi tierra de calma.
Arriba, altiva,
así como eres
quiero sentirte cada día,
a sí como tu reguero de ilusión
me colmó
y cada noche me arropó,
a sí como tierna, ilusionada
encontré tu voz.

Tu hechizo ya está en el alma
arraigado.
En mi armonía
te adueñaste de cada palabra,
este duende soledad vestía
como azul noche sin brisa.
Ahora me acompañas
siendo cómplice y sombra
de mi alegría.

Ven
Creo en la noche de tus labios
que de un latir deshojaron
un tímido beso de amor exhalado.
Me veo en la noche de tus ojos
donde camina el mar
de los suspiros convencidos
en sueño y deseo envuelto,
en alma llamando a mi llama.
Me pierdo en la noche de tu pelo
moldeando caracolas mis dedos,
te beso siendo dueño de tu lengua,
te acaricio en el recuerdo,
me quedo en tus raíces
de piel y encanto,
de colores el cielo de tu noche
que guardo,
como roce de tus labios.
Creo en la noche de los sueños
que contigo se cumplieron,
por eso creo en tu noche
por todas aquellas noches
que nos robamos sin derroche.
Creo en el momento
que venció eterno.
Renaciendo en cada luna
que pensábamos nuestra.
Como runa a la pregunta de tu ternura,
como sendero sin cordura,
viendo que dulce, eres pétalo,
y víctima de nuestro ensueño alzado.
Hoy sin prisa avanzo tu río
siendo sombra de tejo,
y entero ciprés clavado a tu cielo.
Hoy no encuentro desdén
donde acabar el beso, sólo ven,
se mi noche otra vez.

El castellano



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