Alboroteo la tarde,
hendido, de raíces dulces,
que todas ven ciegas como primas.
Soñando me hacía
el sueño terso,
de fábula y de pinos en el viento.
Siervo sin piedades en mis espaldas,
abro una ágil caricia dentada
a esta mi raíz depredadora.
Insomne, revuelta como agitada ola,
oh, mi alimaña,
pez de cristal que nada alegre.
Abajo hunde mi silencio,
desmantelado, de ojos que abrazan,
herida de llaga, y copa mi abrojo.
Arrobado, de nombre que no descansa,
oh, herida sin patria,
corre al trigal, mi ama doncella amapola.
A mi izquierda el romo peso
estas azules simientes,
a mi diestra el honrado suplicio invernado.
Este baila mi trance
del gran silencio del bronce,
sin cuerpo de tierra abuela,
Regresaré prometiendo mundos,
y gemas afables
como granates.
Förüq castellano Miguel Esteban
No hay comentarios:
Publicar un comentario