Fuiste rocío, lágrima de flor
que me caía las avenidas del corazón
eres flor que enraizó
en las soledades y oscuridades de mi alma,
pétalos deshojados
en la luna de tu sonrisa
que vertía su vergel de hielo,
mi cuerda de violín que afilaba la sinfonía
de nuestras estrellas bebidas
fuiste pozo donde bebí la esencia
vuelo tras vuelo en el que abrazarnos
y caminar juntos
sueños explotados en la lengua del deseo,
hoy las cortinas descansan de su lecho de espinas
hoy redes me atrapan la serenata de tus dedos
tus palabras de vino me sangraron la amapola
mi cielo tiñó de alba con tus labios
viérteme el suspiro de nácar
acampa mi niebla de espíritu que sujetas
hagamos temblar el silencio
hasta encontrar su idioma oculto
ese que nos trepa la espalda
flores de piel abriendo al rayo de sol
cielo de color que abre nuestro clamor
enredados en el viento que nos aúlla el corazón
piel de tu piel que ando a encontrarte el placer
luna de este cielo enardecido
que clava su plata en el vidrio de los ojos extraños
árboles que cuentan sus hojas de unión
en las redes del destino te beso
hasta volvernos fuentes
mi puente del olvido cae derrumbado
mi afluente rebosa de amor sentido
el río de gotas en sus almas
te cuenta mi secreto
como estas hojas al viento
te tararean mi sentimiento,
ven, ven conmigo bebe mi camino
túmbate en mis juncos
cántame la vuelta de mi cielo
derríteme la escarcha
asesina este color gris que anidó mi firmamento,
encuéntrame las fuerzas despiertas
para crearte de flores el reino,
para volar en nuestras alas de corazón
y surcar abismos
a vivir en la gota que moja la felicidad
de unión de dos,
de latencia de esta semilla que nos brotó la sangre,
eternidad de la espina y la rosa
alegría de la flor y el insecto que la besa,
latidos sin olvido.
Sueños con nuestro abrigo,
caricias que nos dibujan
que nos arañan las ganas
hoy me hago poema sin importar la letra
derrito mi hielo esperando ser río de tu desvelo,
esperando ser el primero
en sembrar tu locura del latido
tu fuego desbocado en cada surco
del corazón enamorado.
El Castellano y Leannán-Sídhe
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