domingo, 31 de julio de 2022

PRINCIPIO SIN FINAL, CONTINUIDAD












Galante, alzo el hueso celeste,
oh, noche sin luna de espejo,
negrez de ojera suave,
oh la musa, de ojos en sombra,
negra noche escarlata,
sus ojos no reconocidos,
me recuerdan a esta negra hoguera sin poso
como cincel de noche, su extasía,
inviolada,
su piel como el campo de girasoles quemados,
bajo sol lucido de julio,
requemado el respirar, oh sí vive mi llama,
negra y alta de fértil campo,
sí mi noche alzada sin luna semper,
cielo de claro-oscuro fuerte,
mi hermana de negro hilo,
lucero de azur cercano,
vistas de un tiempo al crisol de valles,
y almendros,
oh parca lisonjera te encantaré mi aullido de plata
mi morena,
oh vistas de un tiempo construido en mi cepa,
un tieMpo al fervor sin comienzo,
solo brotado por haber nacido,
y ser Rey de lo sentido,
azar de nueve arterias de estos ángeles,
vida de una vida bajo estela,
vine somero,
como el raudo trueno,
oh Tierra acoge mi espada,
vine a sembrarme 
oh, río poderoso, bravo y simiente,
cauce de alma bajo a exhalarte,
a abrir tus nueve cerrojillos inextricables esta tarde de nadie,
mi aura hirviendo agito,
a vibrar en la cuerda tu estampa,
oh mirar de espectral rivera,
almendros suaves
y tus florestas desnudas,
regaré de arroyito claro,
todas mis flores desangradas,
que buscan tu carne,
como todo río busca origen los mares.
Seré lo planteado al designio mis dioses,
solo, en vida muerta apelo,
que mi letra será hoguera y vida en tierra,
mientras me dure  luz en alma.

AWEN

sábado, 30 de julio de 2022

CATARSIS

 















Catarsis:


marzo 05, 2021



Verdad

quién te encontrase, 

tu idea eterna perdida 

mi vía para cerrar los ojos

ausencia que revive la voz

iridiscente abismo de color

perder conocimiento

introspección del vacío

perpetuo de locura 

ausencia llamada dicha

gozo del millón de caras

invenciones 

deseos 

inspiración del rayo de Sol

sueños en la realidad incendiada

seguridad tejida

a través del cielo

sueños del alma

donde cada sangre 

grita su libertad

yo no estoy hablando

ni tú escuchando

puedo verte sin mirar

escucharte gritar

mi momento llegó 

las promesas derritieron

quedó el sentir añil

de quien fui

sigo el final de los días del hombre

despierto para caminar al Sol

cargo en la espalda 

mis pasados pensamientos perdidos

asedios de mente

blindados de quien quise ser

desierto embalse de recuerdos ahogados

sangrando el ruido del destino incierto

quedó ser yo mismo

el caos en esencia de sí mismo.



II

CATALEPSIA Oda a reina Musa:


Catatonia madre de impresión superior,

que encumbras musa y te encumbra de este nicho de bronce,

lápida con flor de silencio,

Oh Catatonia,

flor de muerto de esquela en sangre viva,

yerto circulaba de aflicción,

en oscuro tapial primero,

al suburbio universal,

señero por señal,

de mis signos yertos vitales,

te ensalzo sangre,

que amurallo tus sones vestigios,

piramidales,

titánico siembro,

el númen victorioso

mi gesta,

vestal de cuervo Förüq su madre

Oscuridad, sacerdotisa.

Del tercer orden las cosas habidas,

dilucidadas extensas.

Queda solear, este solar,

de letra perdida

hasta atronar mi vuelta a la novena espada,

que el guerrero Miedo,

me conocerá.

Para cantar mi victoria

de todo parco lugar.



Förüq Castellano


III



Mira mis ojos,

es lo que no reconoces,

el verde metálico del gris en turquesa bañado,

el azur dentro de mi noche perenne

sobre la copa mis árboles,

te hablaré como el amor flagrante,

que exuda, que dirige sin parca compostura,

sin directriz,

no sea complacernos Musa,

oh, si osase tu gemida ventura,

oh, si elucubrase tatido feroz,

de alma a pecho,

de carne a víscera,

no se desdibuja osadía,

en alarido interno,

ni mi sentir cae disuelto,

sin tu cobre mirada que electrificas,

saber preso en tela d’ esta araña,

hemos venido por el miedo descalzos,

canta el mirlo nunca de nuevo,

osará la mentira vestirse Miguel

de tu realidad falsa,

ni la mentira verdadera

dejará de ser mentira.

Vengo de sones de abajo,

mirando alto,

necesito tu oscuridad para recto poder dormir,

necesito sueño para embeber tu cuerpo,

hasta esencia sanguinosa,

oh, granate sangre mercurial,

dame espada.

Regiré alarido vestido,

de florestas y azares,

sí con sabores a mujeres desnudas,

será la tierra tu piel,

cándida, ensoñada,

te abrigaré hasta el sentido,

que llora nuestra subrepticia

nuestra noche llorada,

el tiempo derretirá,

habrá premisa de arroparnos en vivos colores,

vistiendo infiernos de flores,

sólo será cenit y dolmen de placer expuesto,

como alma que encuentra cuerpo,

como verdad y templo,

función,

y sierpe de sangre,

aleteo precoz demente,

ser pez de tu cristal en tu espuma de vientre.



Förüq castellano Miguel Esteban




Río de las flores desangradas, solícito 🐛🐜🐌🐝🌹🥀🌱🌷🌼🌻🌺💐🌸💮🏵🐝

  




RÍO DE LAS FLORES DESANGRADAS





AUTOR MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA



Prefacio:

Es mi libro con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de plasmar surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de absorción y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno buscador de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la concepción de lo que me parece bello para escribir en base a eso se surten las imágenes como abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.

Ya que la poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor del castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas temporadas seguidas de escritura durante dieciocho años. Un abrazo y gentil saludo autor Miguel Esteban Martínez García 

El castellano.

Índice:


Contenido

2

Prefacio: 4

Númen mis dioses: 8

9

DEIRDRE REINA MI DOLOR; COSANTES: 9

PROYECTO BRUMA DE SANGRE 16

Liras 16

Culto de mi cultivar. Oda en liras 17

OSCURIDAD GERMINA: 18

Epodo: 20

Reflexión: 20

Elegía a la vida. Oda en liras: 20

Reflexión: 21

Araña de noble silencio; Oda en Liras 21

Raíz de candor mineral-Oda en liras: 22

Castilla Oda en liras: 24

Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B 24

Río Tajo. Oda en liras 25

Grillo Oda en liras 27

ROMANCE DEL DESTIERRO: 28

CRUEZA SEMBRADA: 29

Sonetillo: 29

Flor de Helecho romance: 30

ODA TERCERA: 31

Olmo de espíritu, tercerillas y serventesios: 32

Original: 32

Enhiesta albilla: 33

Raíz: 34

II 35

III 36

RAÍZ DEL AURA: 37

V Candor en raíz: 40

Flor de difunto: 41

Danza en mi oscuridad: 43

Otro beso: 43

COSECHADOR TU AGUA: 44

AGUA: 45

Sentido yerto: 50

Aguerrido albor: 51

Flor de tierra: 52

Quimera quieta: 52

Tierra en el viento: 53

Silbido de la centella: 53

PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS: 54

ODA AL RÍO MUNDO: 56

Prímula escarlata: 56

Ceremonia terruña: 58

Voz de tu preludio: 59

Brotado: 60

Primavera tu hoguera: 61

Memorias frías: 62

Rauda estela: 62

Catarsis: 65

CATALEPSIA Oda a reina Musa: 65

Pacto de tinta y sangre: 67

Sincrónico fulgor: 69

Cuerda yerta: 69

Orfanato de inspiración: 70

Silbido de la sangre: 71

Resurgir: 72

Gloria oscura en auge: 73

Subrepticia: 73

Espiral de reposo: 74

Atisbo de nácar: 74

Sigilo de solitud: 75

Preludio de la certera posesión: 76

Lugus: 76

Oda al Sol: 79

LUGH 81

Yo soy siempre: 86

Sentido yerto: 87

Aguerrido albor: 88

Final con comienzo: 89

Flor de tierra: 89

Quimera quieta: 90

Tierra en el viento: 90

Silbido de la centella: 91

FULGENTE FUENTE: 91

PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS: 92

Belleza: 93

Surco fantasmal: 94

Tu grillo: 95

Granate arterial: 97

El observador: 98

TOMO II   SIMIENTE SOLAR 100

FANTASMAL VISITA: 102

Lluvia sembrada: 103

Cosechada la idea: 104

HALO DE ENTUMIDA ALMA: 105

Niebla sonora: 106

Bosque de jardín umbrío: 106

Urdimbre argenta: 108

Sed de reguero: 111

Noche velada: 114

Ceguera: 115

Tu voz: 116

Los pequeños detalles: 117

Piedra-corazón: 120

Desvelo dulce: 120

Vívido desliz: 121

Lozana silvestrita: 123

Vorágine terreña: 124

Primavera: 125

Poema al alba: 125

Nocturnidad en colmillo: 125

Contigo sangre refulge: 127

Preámbulo derramado: 128

Silencio regenerado: 128

Mecha de oscuridad: 130

Dicho azur: 132

Siembra erguida: 132

Ferviente tajo floreciente: 133

Vientecillo elucubrado: 135

Inmenso placer secuaz, inefable: 135

Sentimiento labrado: 136

Azar relegado: 138

Sendero mi suerte: 139

Soto en sol naciente: 140

Niebla encorajinada: 141

La polilla negra: 143

Beso de ascua: 144

Dulcera en claror: 144

Sed de luz: 145

PUPILA TIERRA ENERVA: 147

Sepulcro en cobre 148

Yunta cadente de mi huebra: 150

TIERRA DE ENTRAÑA: 151

Osadía en clave: 154

Auge conmigo renasce: 156

Río de todas las flores desangradas: 157

Linde quieto abierto: 159

Vine con la lluvia nativa: 161

LLAMEANTE OSCURIDAD: 163

Fulge mi astro: 164

Lágrima del hierro: 165

TINIEBLA LUMINOSA: 166

PENAR FÉRREO: 167

Metal llameante en tu vidrio: 168

En mitad un candelabro: 169

Tu alma de fuente: 170
































































































































































































































































































































































































































































Nota:

Así suena la guerra que es Santa...


Númen mis dioses:

marzo 08, 2021


Al soberano fulgor

rindo mis cuentas,

al plácido pie de manantial

en fuente sagrada rebrotado.

Trompa que conjugada

con los clarines que sólo

las guerras apremian.

Por cielo medroso

tocaré la lira

en serie los vates líricos

enaltecido yo, tocaré raudas estrellas.

Enaltecido yo, por primavera tangible

y su aciaga, pretil gesta

de lluvia sembrada.

Yo, funesto hijo de Pirra

impetuoso príncipe en templo

de la Vesta.


II

¿Cuál quejosa sierpe,

viene a morderme?

Ojalá mi diosa regrese, 

Ya al cielo, y refulgente,

guarde estrellas en los rediles

que alumbren al padre de los vientos.

Mi madera de ciprés,

y triple lámina de bronce.

Oh, funestas Híadas.

¿Qué clase de muerte apremiáis,

al que contempló sin lágrima ni pavor 

vuestro final sin principio anunciado?

Mudanza no lloran

mis castos dioses.



III

¿Quién osado, el que

me resplandece sin haberme conocido?

Falaz sierpe viperina,

a pared de templo ofrendo mi fortuna

que escribe dignamente

glorias sangrientas

en solemnes premisas

como feroz soldado

hablando en escritos

valiente y vencedor sus enemigos.

Lloro mis sinuosos arroyuelos

sanguinosos como hombre

de cielo oscuro.


Förüq castellano Miguel Esteban






DEIRDRE REINA MI DOLOR; COSANTES:

I

Poeta sin tiempo no expira,

Deirdre palpitando, siento.


Escriba llaga lo antiguo

Deshaciendo lo averiguo.

Deirdre palpitando, siento.


El sentimiento es alado.

Vuelvo en dicha desatado.

Deirdre palpitando, siento.


Miel de dioses estado quo,

desangrar rosa es inocuo.

Deirdre palpitando, siento.


Poeta sin tiempo, alma expira,

Deirdre palpitando, siento.


II

Crece que late amapola

Su sangre enraíza roja.


Este el mío corazón.

Vengo por besar razón.

Su sangre enraíza roja.


Vengo al amar, por tu aliento.

Vengo a morder tu ardimiento.

Su sangre enraíza roja.


Fosa cava mi azadón,

no era pena era sazón.

Su sangre enraíza roja.


Tierra y sangre, la amapola.

Su sangre enraíza roja.


III


En horizonte sediento.

Deirdre heroína mi dolor.


Hasta llegar a las cimas.

Robé el amor que amimas,

Deirdre heroína mi dolor.


Ven amada, liberemos,

quita cadenas, volemos;

Deirdre heroína mi dolor.


Del placer entre calimas 

envuelto, pena redimas.

Deirdre heroína mi dolor.


En horizonte sediento,

Deirdre heroína tu dolor.


IV

Al dulce momento vuelto,

sajara aullidos en luna.


De luz de plata igualara.

Yo lobo celta encumbrara,

sajara aullidos en luna. 


Yo antiguo luz que cultivo,

Vine por beso asertivo, 

sajara aullidos en luna. 


Solamente yo grande alzara.

Llevo corazón en ara,

sajara aullidos en luna.


De adormideras envuelto,

sajara aullidos en luna.


V


Las hadas gimieron todas.

La raíz grita, perpetua. 


Este amor eterno vale.

El dragón verde sale,

la raíz grita, perpetua.


Me nombraron su escudero.

Rama roja el duradero,

la raíz grita, perpetua.



Yo espíritu antiguo cale,

amigo del duende exhale,

la raíz grita, perpetua.



Leo la naturaleza yerta,

la raíz grita, perpetua.


VI


Ella me lo dice, dicte.

Las raíces gritan rectas.


Las hojas se mueren recias.

El aire asfixia herencias.

Las raíces gritan rectas.


Los ríos lloran sangrando.

Las almas duermen orando.

Las raíces gritan rectas.


Buscando venganza, sacias.

El ser humano desprecias.

Las raíces gritan rectas.


Depredador, asesina.

Las raíces gritan rectas.


VII


Humano asesina madre.

Todo lo que no puede hablar.


Silencio grita, maldice

y todo muere predice.

Todo lo que no puede hablar.


Este pájaro de fuego.

Habita espíritu luego.

Todo lo que no puede hablar.


Demonio hable, estigmatice.

Que habla en poesía alunice.

Todo lo que no puede hablar.



Idioma de dioses fuertes.

Todo lo que no puede hablar.



VIII


Flores aman mariposas.

Como amores imposibles.


Yo alcancé tu alma y tu esencia.

Fundiera en plañir, latencia.

Como amores imposibles.


Y mil veces más ardiente,

vengo anclar mi descendiente.

Como amores imposibles.



Guerrero de complacencia,

el Ángel dorado esencia.

Como amores imposibles.


Sombras luchando su lugar.

Como amores imposibles.


IX

Demonios convertidos ya. 

Yo surcaré el infierno yerto.


Y en la muerte traeré ilesa,

amor nuevo, será empresa.

Yo surcaré el infierno yerto.


sentir que tú serás mi par.

Aunque tenga que destapar.

Yo surcaré el infierno yerto.


A la creación traviesa.

Escriba con letra tiesa.

Yo surcaré el infierno yerto.



Esta amapola que canta.

Yo surcaré el infierno yerto.


lit. C et sumun canae,

Miles Dei lumen,

Mea unguis timor alum,

Mors erita exora mea.



X


Tu amor ya dentro latiendo.

Como la savia de roble.


Vuelvo, inicial sentimiento,

Vuelvo a amarte sin el tiempo,

como la savia de roble.


En este lecho de antiguo 

romance, tu sangre bebo,

como la savia de roble.


Mi sangre te daré dulce.

Eternidad en pupila.

Como la savia de roble.


Muerte sin cielo embebido.

Como la savia de roble.


XI


Condena a renacer libre,

En instante eterno, muerto.


En segundo estado bello,

de transmigración de almas.

En instante eterno, muerto.


En letras rompo condena

Para yo, ocupar mi lugar,

en instante eterno, muerto.


Flor de Odín caléndula era,

esposa de mi Sol vivaz,

en instante eterno, muerto.


Aun mariposa en la vida.

En instante eterno, muerto.




XII


Saber qué flor encontrarte

Mi hada, voy allí contigo. 


Voy al final, busque olvido,

veo, te encuentro desnuda.

Mi hada, voy allí contigo.


Mi caricia te lo dice

Un te amo por tu sonrisa.

Mi hada, voy allí contigo.


Despierta beso nacarado.

En instante eterno, verso.

Mi hada, voy allí contigo.


A verso lanza y garra.

Mi hada, voy allí contigo.



XIII


Rescato el amor eterno,

nuevo en tu corazón preso.


Fui, nací, que agarré tu piel,

bebe placer, vivo fuego,

nuevo en tu corazón preso.


Tuve mi vicio y el demonio,

quisieron a golpes matar,

nuevo en tu corazón preso.


Matar mi inocencia linda.

Hoy he venido a vencer, vida,

nuevo en tu corazón preso.


Mi pasado maldito, era.

nuevo en tu corazón preso.



XIV


He venido a aceptar a dios,

como fuerza celeste, yerta.


Soy rebelde; mi fe vive.

Hoy como ayer luché eterno,

como fuerza celeste, yerta.


Y tu calor, tu amor fluye.

Tu rosa, tu piel, tu seda,

como fuerza celeste, yerta.


Tu bondad pura, me besa,

Flores crecieron invictas,

como fuerza celeste, yerta.


Sol ilumina oscuridad,

como fuerza celeste, yerta.




xv


He venido a unirme recto.

Como nadie te ha hecho ser


Para despojar al tiempo,

sus ataduras febriles.

Como nadie te ha hecho ser.


Eterno morir en besos.

He vuelto y el mundo hacer temblar.

Como nadie te ha hecho ser.


Porque de nuevo siento amor,

El corazón siente fuego.

Como nadie te ha hecho ser.


El alma estalla en luz lisa.

Como nadie te ha hecho ser.



XVI


El espíritu habla fuera.

De las sombras y te abraza.


La batalla venida era.

De nuevo la venceremos.

De las sombras y te abraza.


A mí la fuerza flamante,

A mí la esperanza vivaz.

De las sombras y te abraza.


A mí la bendita luna.

Conmigo el poder de dios Sol.

De las sombras y te abraza.


A mí su furia de fuego.

De las sombras y te abraza.



XVII


Padre, Conchobar Mac Nessa.

Como serpiente antigua.


Eterno viviré en tierra,

y cuando el hombre se destruya.

Como serpiente antigua.


Por avaricia el mundo es,

seguir su curso sin maldad.

Como serpiente antigua.


Naturaleza ilumina.

Los cielos volverán rojos.

Como serpiente antigua.


El cielo llorará sangre.

Como serpiente antigua.






XVIII


Los ríos sangrientos lucen.

Y el eterno resurgir, es.


Lo más hermoso este mundo.

Es, paraíso natural.

Y el eterno resurgir, es.


Vengo a amarte sin el tiempo.

Vengo a crear en mi eternidad.

Y el eterno resurgir, es.


Vengo a caminar las aguas.

A romper los hielos tersos.

Y el eterno resurgir, es.


A fundirme en fuegos, vivos.

Y el eterno resurgir, es.



Vengo a destruir mis cadenas, 

para amarte libre siempre. 


Como el pájaro a su vuelo, 

yo, pájaro sin sus alas, 

para amarte libre siempre. 


Yo pez cortaron aletas, 

que no cortaron libertad, 

para amarte libre siempre. 


En tormenta tendré el agua, 

en caricias tendré hoguera, 

para amarte libre siempre. 


Eterna del amor quema, 

para amarte libre siempre. 


II 

A esta, la tierra de fuego. 

Ninfa mía ven, conmigo. 


Luna mía, sé mi amparo, 

sea mi abrigo en noches de humo, 

Ninfa mía ven, conmigo. 


Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh, Brigid, 

elevar mi canto al cielo, 

Ninfa mía ven, conmigo. 


Fuego que dentro sí tengo, 

en fe os sirvo como druida, 

Ninfa mía ven, conmigo. 


Ya Artús, dame tu fuerza, 

Ninfa mía ven, conmigo. 


III 

Taranis riega estas tierras, 

ofrezco este humilde canto. 


Epona diosa silvestre, 

salva la naturaleza, 

ofrezco este humilde canto. 


Que me queda darme fuerzas, 

en este amor que alimenta, 

ofrezco este humilde canto. 


Druida de la rama roja. 

Muerto-vivo, eterno muero. 

ofrezco este humilde canto. 


No habrá clemencia para el mal, 

ofrezco este humilde canto. 


IV 

Este será humilde canto, 

regio, temblará en la tierra. 


Claro es, este amor que siento, 

que de mi alma se apodera, 

regio, temblará en la tierra. 


Como soy tu luz y calor, 

como el pez a su río, es, 

regio, temblará en la tierra.

 

Quiero como árbol a tierra, 

y el ciprés a muertos vela, 

regio, temblará en la tierra. 


Hoy de nuevo como el ayer, 

regio, temblará en la tierra. 


Y la luz que cegará el hoy, 

va, como la abeja a su flor. 


Era como ciego mi amor, 

te seguirá tuyo, grande, 

va, como la abeja a su flor. 


No habrá de poder, ni brujo, 

que pueda separar mi alma, 

va, como la abeja a su flor. 


Eterno te sirvo Musa, 

tu esclavo mi reina Hada. 

va, como la abeja a su flor. 


Vigoroso iré en la muerte, 

va, como la abeja a su flor. 


VI 

Dama eterna voy a tenerte, 

no me desampares Hada. 


Eres mi fuerza en la lucha, 

nuestro amor ganará avernos. 

No me desampares Hada. 


Que nos quiso sangrar vida, 

y en muerte condenar fiera, 

no me desampares Hada. 


Como amapola florece, 

cada junio en el camino, 

no me desampares Hada. 


Tenga que enfrentarme al mundo. 

No me desampares Hada. 



VII 

Diancech sana este mi cuerpo, 

Genii locorum, mis dioses. 


Tierra entierra las maldades, 

como en tu ser el ciclo abre. 

Genii locorum, mis dioses. 


Agua riega esta amapola, 

quiero cesar dificultad, 

Genii locorum, mis dioses. 


Fuego prende eterna llama, 

esa que, en mí, dentro tengo. 

Genii locorum, mis dioses. 


Eterno soy, con mi Hada, 

Genii locorum, mis dioses. 


VIII 

Magia creo en tu poder 

puro, por la luz dorada mi aura. 


En letras dejo la sangre, 

alma antigua, cuerpo joven, 

por la luz dorada mi aura. 


Y demuestra eternamente,  

siempre tienes final feliz, 

por la luz dorada mi aura. 


En la penumbra yo, guerrero, 

el cielo se apiadó, canto, 

por la luz dorada mi aura. 


La luz brota de oscuridad,  

por la luz dorada mi aura. 


IX 

Para arroparte tu sueño,  

porque en vida la eternidad.

 

Condeno al tiempo sea alzado, 

a sudor y sangre quiero, 

porque en vida la eternidad. 


Por amarte puro, verdad, 

no quiero el cielo si no era, 

porque en vida la eternidad. 


Conquistando llamarada, 

diosa aurora se enamora, 

porque en vida la eternidad. 


Al río de las almas voy, 

porque en vida la eternidad.


El castellano Förüq




PROYECTO BRUMA DE SANGRE

Liras

7a, 11B, 7a, 7b, 11B.

Lira:

A MUSA

I

Todo lo que descubro

aliento ciego, bucólica siembra

como esbozo elucubro,

abre rayo, desmiembra.

Cercenada estalla, ella, brotada hembra.


II

En sangre de limpia agua,

carmines me recorren, eres mi hombro

un postrero abre fragua,

de mi sino un escombro,

quiero regar la vida de este combro.


III

Engarzando yo, quieto

ella el iris de mi bella natura

brilla en puente Himeto

desde ojo que aojo cura,

suerte, que labrada es sangre que apura.



IV

Hoy campos son de endrina,

para ser retozo que cruje solo.

Desnudar de la encina,

hoy olvido logrolo,

pero a ella con un rolo trina el piolo.


V

Libre por ti soy, ardo.

En rambla sin ribazo de secarral,

por transeúnte cardo.

como raíz de parral

esfumo, alcanzo, sones de su fractal.


VI

Mis astros que son santos,

obtusa furia que engulle impelida,

prosigue, consume a tos,

destapa desvalida,

de toda la tristeza que invalida.


VII

Hasta que engulla esta enorme

sombra que sigue procelosa, rauda

el siglo engasta fome

mi silvestre alma escuda,

te hablaré alto, como el amor exuda.


VIII

Sin directriz, ni engaste,

porque mi carne no tiene baraja,

hoy clamaré desgaste

mi ataraxia cuaja,

que cegaste tuya. Mi dama graja.


IX

Desde rejuvenecer

que gasta emblanquece por cielo extenso,

Sueño del resplandecer,

hoy no bastó lo tenso,

sin solitud desaprenso, repienso.


El Castellano






Culto de mi cultivar. Oda en liras


7a 11B 7a 7b 11B

Culto de mi cultivar:


I

Traigo de mi alma en fuego

incrédula, extraña poesía runa,

al capítulo llego;

de tierra, viril luna;

seco abrojo regio, cumbre que ayuna,


II

Habitado tras yermo,

con mis sentidos inermes postrados,

llana música en termo.

Mi Virgen seduce hados, *

brazos aguerridos amancillados.




III

El silencio esquilmado

escondido de mi alma traigo hendido,

vislumbra trazo arado

solitario, nacido

sangre, impía herida yaga henchido.


IV

Traigo soles difuntos.

Melancolía hija, el siglo enajena,

alzo, beso mis adjuntos;

sin honrosos entrena,

lucha diaria enajeno en cuarentena.


V

Al pie de soto llano,

viperina sierpe de frondosa era

aspereza abre plano,

placer dioses quimera,

todo es bruma siempre gris la espera.


VI

Esfuma lecho real

de sangre gualda disputada grana,

mi directa pluma, lean,

nimbo mis astros cana,

en sonrojada pupila mi lana.





VII

Misterio, azar o tinta

siderales ensueños, envanece,

avanzo, yelmo pinta;

arrepiente, fenece

piedad aflora yerta, no perece.


VIII

Ante Lugh no se humilla,

apego mi faz ya desorientada

cuarteada sien cepilla

mi jofaina aplacada,

mi semblante pardo no cambio nada.




IX

Fervor sí prendo fuego

desde este sueño de orgullo reseco,

Indefinido apego,

sin rastro yo la checo,

con puerta florecida llaga mi eco.


BONUS: (Rima y métrica libre o blanca)


Custodiada por los mil alacranes

que puridad cuida,

por los Suelos

¡Levanta la frente!

Y de placer sucumbe.


El Castellano


Oda completa en liras, ''Oscuridad germina'' 11-1-2019



OSCURIDAD GERMINA:

A Obscuridad

-Nec vincere tenebras, et amat,

Oscuridad no se vence, se ama


I

Azar disuelto en viento ;

vienes, te lavas las manos soturnas,

ensuciando te siento.

Grande en horas nocturnas,

mi potencial en horario alas diurnas.


II

Cuestan más, especias

que el guisado en resultado en finales.

Traje de brumas necias.

Sombra honesta en turbiales.

Granate lustre postrado a venales.


III

Jamás vendido al postor,

por mis colmillos guerra al error ido,

acrisolado impostor.

Voy por hervor florido,

y lunas en alabastro gemido.


IV

Es un son de los grillos.

Acaso se requiere don de gentes.

Redil de carrasquillos;

hematíes dementes;

acequia de almas o entes relucientes.



V

Crisol, hervor de soles.

Lucen lunas gimiendo en alabastro.

Indemne como moles,

yago, yace en mi castro.

Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi Astro.





VI

La vanal inmundicia,

anisando lo habitado en espejo;

ayer de hombre en malicia,

dicha, uno, dos, despejo,

tres, dolido, la rosacruz no alejo.


VII

Con besos por espigas,

y ángeles soterrados, sin vilo;

ya lo digo, no digas.

Hermana negro hilo.

Autocomplaciente, la flama afilo.


VIII

Esta acequia rutila,

y ángeles soterrados, sin yermo,

malva salvaguarda, hila.

Estira aliento, en Lermo.

Mi sed en galego alzado digno ''ermo''.


IX

En el patio su araña,

suya su corona por candelabro.

Se siembra, tiesto apaña;

su saliva yo labro.

Sangre de ámbar atesoro, le jabro.



Serventesio:


Estampas de la sangre resplandecientes,

granate su sangre encumbrada, son venal;

sentido alerta; despierto los lucientes.


Sin bombilla 💡 en sótano de luz, el penal

Entre fauces brillantes adjunto abrojos.

Rebrote de oscuridad en el arañal.

Alguien ya vendrá por mis áureos añojos.


Epodo:

Caldea, hasta rebullir. Yo arrostro antojos.

Avengo eternal raíz; disparo aojos.


El Castellano


Reflexión:

A veces dentro la oscuridad;

a veces dentro de una luz.

MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA


Elegía a la vida. Oda en liras:


7a, 11B, 7a, 7b, 11B.

I

Perenne diamantino;

abro de tu mirada un absoluto,

cometa matutino,

raudo al Sol impoluto

como una gota cristalina en bruto.


II

Bajo el Sol humilde y ellos

conductores de fracasos y grietas,

reflectores destellos,

y epicúreos ascetas,

vigor de rayos, puridades quietas.


III

Sobre la grama mojada.

Murmullo de un goteo anisado claro,

serpea estela sajada,

en espiral aclaro.

En la incandescente rosa disparo.




IV

Un otoño caduco;

rosa sin cruz aquel cometa roto,

desnuda luz estuco,

casi lloraba, broto.

Como una estrella fugaz yo rebroto.


V

Astilla y ojos boscajes,

ella astilla, en bosque de ojos sedientos:

infinitos anclajes,

sorprende, son atentos,

son de azul perfidia no añila alientos.



VI

¡Oh transcender primero!

aire canto perenne, como estribo;

lanza en viento, el alero,

sus encuentros transcribo.

Aere perennius, ministerio inhibo.


VII

La noche quiere ahogarse,

sí, en sus ojos que su sonido, visten,

desnace así asomarse,

por carcomas inviten.

Es sólo sangre en tu ojo que permiten.



VIII

Es solana mi vena,

cantando, alcanzando, la osada oscura.

Llora mi savia pena,

hada esfinge en premura.

Para tener piel sembrada en tersura.


IX

Brotes en azulete

brote y noche tapada en noctambules;

el nido ramillete,

teje araña hambre y azules,

así descolgar de ella azules tules.


El Castellano


Reflexión:

-Ella la vida, sed de inmortal espera,

llama a la muerte en espiral,

para ser eterna como el tiempo deslizado,

y como todo principio depende del final,

vida llamando muerte, muerte llama vida

su eterno ciclo en resurgir de simiente

al albor elevado corazón de savia o sangre, o los dos.

Miguel Esteban Martínez García a 06-03-2019



Araña de noble silencio; Oda en Liras


Liras:

I

Encontrase siguiera,

novia, amor y mujer determinada,

mi dolor consiguiera,

de amistades borrada

de amores caduceos ya, consignada.

II

Tiempo libre, efímero,

clavado en tierra lenta, su estridencia

tumba muda en señero.

Toda divina ciencia.

Soterraña en limpios besos constancia.

III

Yacija filosa alma

Por Mercurio, Júpiter, Atenea, era

las mansas lindes calma

se acostó mi remera,

ya solivié que desterré rivera.


IV

La parca negra jabra

sus alfileres pulcros, hilaba ella;

traje al yermo que labra.

De musa esencia, bella.

Afligido impetuoso no destella.




V

Solo halo no nacido

abre desdén de pocos, o ningunos.

Superior, advenido.

de melíferos tunos,

en madre conciencia, plañen, algunos.


VI


Sí acuné mi desdicha

en su llena, destapada tersura.

Patio manso, la dicha

con redil cercada aura,

mi cordura, hueso de luna premura.


VII

Desciende vespertina.

Helada esfinge, acunada ella labra,

parda, honda saturnina,

vine que traigo cabra.

Sus voces difuntas en la palabra.


VIII


En las rosas de labios

de mi amada, hablasen amores pardos.

Mecen lisos, los sabios.

negra sangre en los cardos,

brutos,  espinos esquivos, lombardos.


IX

Sombra, ay de mi llegada,

sonríe mi noche furtiva, noche.

Lengua maligna, holgada

¡Divinidad en broche!

Cubran tu manto la flor su derroche.


Bonus, rima y métrica libre:


Y los ríos dejen de llorar

sangre mortal,

la fecunda alegría sea cenit

y dichosa ceñida a tu torso

de mujer fecunda,

a ti te abran mis flores

cada primavera,

¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus!

Escucha, susurra nuestro silencio,

el tiempo que cerraba mis ojos,

y vestía la flor de opacidad,

con el color todos mis sueños,

buenos malos, no niego,

Abrid por Catulo

los cerrojos que atavían

a su agua de palabra,

hoy, siempre, se escuche mi marjal

de claras hierbas,

fecundando su clara tierra de piel,

de mujer valedera.


El Castellano


Raíz de candor mineral-Oda en liras:

A la vida soterraña.

I

Raíz arcana ligio,

dejas etéreo espacio acompasado

eterno su prodigio,

silencio amalgamado.

Era taciturno espectro clavado.


II

Misterio, parajes blancos

que salvajes concitan en tu lengua

confrontan en yermo flanco

saciando imperio en legua

de soledad que amilano sin yegua.





III

Sin inicio, futuro;

sólo aplacando de los diablos malos,

en esa idea carburo,

ojo que vence halos,

descansando en alegría, sí talo.


IV

Ocho hijos me has dado

más los bastardos impíos neonatos,

reconocido honrado.

Anudar yo, sensato

mi vida; que deshilacho. y trato.


V

Desfallecer, despedir,

corona y candelabro engarzo

sí, mi raíz es redil

fervor, soles esparzo,

como fue,  cobrizo capullo, zarzo.


VI

Su polilla, o gusano

devana sangre, rueda transmigrada,

Transmigra verde plano,

sobre espica, encontrada.

Infecundo humor oscuro de mi hada.



VII

Coraza por pechera,

carcoma y espuela calzo voy al Parnaso,

tomo de tierra viera

roja sangre, que yo amaso,

pergamino en vana ciencia quiero y aso.




VIII

Los abrojos espanto

espejo terrenal hondo crascita,

sonido injerto tanto.

Entre yertos mil, Escitas.

Escrita alma, el Castellano milita.


IX


Caléndula, flamante

del camino, vieja, ya iluminada.

De la senda tu Dante,

ardor de luz brotada

entre florestas, hiriente, acuñada.


El castellano


Castilla Oda en liras:


Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B

I

Perdurables sus ondas,

en cresterías estigias, esbozadas

de la honda voz Gioconda,

en voz difuminadas

de alta torre enfundada, mancillada.



II

Me esmalta la idea obtusa,

con fragor de las risueñas carrascas.

Las soledades, acusan,

del ser deshielan, lascas.

Agarrado a dulce señero tasca.


III

Colmillo umbrío tomo.

Cal y tierra entre follaje regio,

de mi sierra es el plomo,

yesca vida en colegio,

Oda al sendero de umbrío arpegio.





IV

Era vida atenta,

entre ojos de azores y sus colores,

se siente, se alienta,

se enraízan las flores,

esto es Castilla, ensalmaba contenta.


V

Esto es son de cerilla

de sangre henchida, abriendo helada fragua

linde quieto, esterilla.

Por solares besa agua,

sosiego que tu linde entona ascua.



VI

Lumbre de entrañas vivas,

en quietudes de escarcha, hiende derecha

lenta llama iba altiva.

sonrisas del alba echa,

quedarse, libérame este haz que arrecha,



VII

Quedarse piel segura

al retorcer del castillo de Almansa,

honda tumba hermosura,

entre sus piedras mansas

y caracoles de astros, nunca cansan.



VIII

Patio en somero alarde,

robusta era en Ermitas del mañana,

un talle del pueblo arde,

sembrado por tu mana;

Faro en brea, cúspide nace, engalana


IX

Sueño en fruto severo

rojo carmesí, pesquisa sangrante

el corazón espero.

Ancho venal, cantante,

cantar de la espinosa honra, expectante.




Bonus rima y métrica libre:


Y su mañana,

honduras de vidas.

labradas cepas de sarmientos,

acoge en tu alma

este fiel ofrecimiento,

Castilla mi tierra, mi vida,

mi eterna semilla enamorada.

Fiel disparo entre acordeones

de encinas afligidas,

un marco difuso entre colchones de grama,

perdiz entre perdigones viajeros,

voy a tu encuentro,

me hablan fuentes y abrevaderos,

como tus tierras

hacen el amor con parajes dormidos,

respiro tus frías cuchillas

que entre clavos me marcan su herida,

fiel de caricia bebo la sombra

en tu calma sin despedida,

un trino quiebra el silencio

en blanca dama me avanza tu cebada,

un calor presto de caballero

a su dama hoguera,

servil entre abejas

y sus mieles alcarreñas,

tejida, lista,

vaporeada tu siembra

por años cobijan tus azadas

solariegas.


El Castellano


Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019


Río Tajo:


I

Grita mi estupor, blande

cuchillos que hieren volteando, hendiendo,

una boca que es grande.

Ondas agita ardiendo.

Se duerme toda costilla crujiendo.


II

Altiplano enjutado,

de hayas, olmos y los fresnos cenizos;

geología, alojado,

saboreada en carrizos.

por soñar de los picos, quebradizos.


III

Virginal luna rige

con sus curvas en rotonda, fecunda,

castiza fuente inflige

y abrevaderos cundan,

dulce azada de agua, el sentir secunda.






IV

Enamorada palabra,

por cimas tu voz se hace la meseta

haciendo el amor, labra,

templo y morar asceta

sus pájaros dormidos, en pipeta.



V

De la cepa que alcanza,

agua furtiva corre por las eras

infinita bonanza,

pitanza riza la era,

vaporizadas Torres de su esfera.


VI

Que en tu alma anidan, alas

sortilegio de rosa y clavel macho,

cenit cavan las palas,

quién a ti el ser lacho,

en su pecho sí, te lleva el despacho.


VII


Fuego, fanal hoguera

en anchos panales de tus abejas.

Cuentan vidas someras

del chopo sin las rejas.

Sus diez mil espumas, sierras no alejas.





VIII


Tu rúbrica ya me dejas.

Es navegante con alas azules

el terreno semejas,

secretos entre tules

tus aguas llevan puros noctambules.



IX

Tú río haciendo bullir

el inframundo, galas entre amores

del verde y azures bullir.

Agita con sangre y oren.

El candil que abre en espiga sus lores.


Bonus. Rima y métrica libre o blanca:


Anudando en tu cintura

tu idioma olvidado

pasando años fugaces por tu campo,

rodeando en ortiga

el triguero espárrago,

girando de la vid tu capazo

y sus manos,

haciendo de tu Vera

un Dionisio que al tiempo fermenta

tus besos de tierra.

¡Oh, río Tajo!



El Castellano


Grillo Oda en liras

Al grillo:



I


Clareando su lividez

por sotos vastos, reales, relumbrados

De mi río es avidez.

Soliviando el sembrado.

dirige, este mi grillo renombrado.


II


Es un tejado, él llora.

La acequia desnuda de molinete;

un cimiento que aflora.

Grieta, tiempo replete.

Sauce abatido, colchón al jinete.


III

Entre blanda alma sube,

entre un arpa estacional él, aflige,

lluvia a primera nube.

Nota en cúspide inflige.

Entre caracoles sonoros rige.



IV


El grillo único uno,

le pidió un deseo renegando

a manantial de fauno.

No aminorar cantando

tras acople, todo sonó silbando.


V


Solar afán, entrega,

llegas que dictas tu no pertenencia;

tu arraigo de gallega,

hermana negra ciencia,

traes que cobijas mi sola conciencia.






VI

Mi grillo luce nuevo

su primavera luciente socava,

lira estrella relevo.

El centígrado, cava

que tu lustre musa ya no era grava.


VII


Era un patio la sombra,

Vena, la acequia reverberando.

El grillo, que se asombra.

las arañas dictando.

Oraba como besaba alegando.






VIII


Vengo, avancé mi peral,

con mi grillo en mi bolsillo, cantando.

No divisé umbrío eral,

viva vid, entonando,

mi secuela estaba ya, recta reinando.


IX


Blande regia Oscuridad.

Ahondaba que saltaba, silenciosa

el ímpetu  en soledad,

resplandor de enojosa,

y quizá matrimonio en lacrimosa.


Bonus rima y métrica libre o blanca:


En unión con su oscuro astro,

blandía a la séptima sílaba,

luna que busqué por sombra y abismo

en esquela.

Era un disparo y azogué

lo que el cosmos me negaba.


Fui dichoso, me enaltecía

mi soledad pulcra arrebolada.

Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.

No brillaba mi sola desquicia,

era lugar y tiempo suficiente;

para ser de la tierra enhiesta espiga.

Ella mi única amapola

Reina del jardín de Hipsípila.

Un soto y un llano;

desperté del bolsillo su oro trasnochado.

Blándeme Oscuridad,

en tu acero y ala de pecho.

Que canten azabaches

tu magia del cinco

labrado este año.

Afortunado avanzo mi pulso

por candelabro este mayo.

Mi cenit por rectitud

del alma mía.

Un último acorde y me encontré

en la pluma tu arpa,

mi Ninfa que obligas no fenezca

el grillo que me da frenesí.



El Castellano


ROMANCE DEL DESTIERRO:


Mi raíz arcana anclada,

dejas el etéreo espacio

en eterno cementerio

tu silencio amalgamado.

Yo era taciturno espectro

misterio, parajes blancos

que salvajes en tu lengua

confrontan en yermo arcano

saciando mi baco imperio

de soledad que amilano

sin inicio, sin futuro;

sólo aplacando los diablos

y esa idea primigenia

cual ojo que jamás hallo

descansando en alegría;

ocho hijos que me has dado

más los bastardos impíos

reconocidos sin ralo.

Anudar aún sin vivir

mi vida; que deshilacho.

Desfallecer, despedirla.

Corona por candelabro

sí, mi raíz es de plata

al fervor de soles alzo

como cobrizo capullo

entre polilla o gusano

devana mi sangre, rueda.

Transmigra verde que escancio

sobre espica, sangre hielo.

De infecundo humor humano

con coraza por pechera

carcoma en espuela calzo,

mi tomo de tierra venzo

roja sangre que yo esparzo

pergamino en vana ciencia.

Que los abrojos espanto

espejo terrenal hondo

mi sonido injerto orando.

Sobre mi vil armadura.

Escita alma, el Castellano.


El Castellano


CRUEZA SEMBRADA:


Amándote ferviente, nueza llama,

presa amapola en sangre se quedó,

sonriente aurora, veza la heredó,

tu corazón alqueza, fuerte se ama.



Renuevo esta mi sangre, pa' ser rama;

Veraz la rosa, amor siempre alegó.

Al latido, su beso le ofreció,

la flor abierta en agua se proclama.



El estambre, súplica nocturnina,

piel acaricia, ya brindó mordaga,

su gineceo blanco, sanjuanina.



Óvulo y ataraxia, adreza aciaga,

tierra, anclada la doña saturnina;

Germina fértil vientre, enhiesta briaga.



El Castellano







Sonetillo:


Fuerte

veza.

Crueza

suerte.


Muerte

reza.

Nueza

vierte,


Diablo,

hablo

mudo.


Cielo.

Duelo,

viudo.



Abreza que adereza,

aceza con agudeza,

esa belleza despliega,

con pronteza, la alteza,

escurraja desliza,

fiel perfidia en pereza,

dulceza habla su clareza,

corteza por variar

acaso adereza,

afirmo la alqueza una,

ancheza del alto lar,

lindeza, listeza, por

llaneza, lleneza,

abre longueza, sin par

de majeza abierta ella,

maleza, la osada,

ensimismada roza

malveza, manseza, ya.



El Castellano


Flor de Helecho romance:


Agua lleva, suena río,

alma de roca ya merma,

bebía orilla leve.

Flor roja, sangre sí cuenta,

blanca cierva fada triste

cazador hiere su flecha,

blanda espina gemía

flor abierta grana lerda,

fada herida descansa

latiendo la parca negra,

yace helecho silente

suspira sangre plebeya, ella;

el helecho comprensivo

flor mágica forma bresca,

tambores suenan despiertos

vid en helecho acerba,

afligidos, piedra mueven

cazador choca sin venda

flor helecho coge alma

lo que frío bosque agremia

misterio de cierva fada.

Fada descansa, inverna,

cicutas toman la sangre

veneno hacen, su penca

cuervos la cena discuten,

cazador río afrenta,

lleva el río latido,

aliento verde no medra

duendes coronaban fada,

fada su vida dispersa

los espinos la cuidaban.

Suerte mecía atenta.

Enhiesta flor fue semilla,

altiva plántula bella.

Hada tenía la suerte.

Él apuesto, daba guerra.

Recta plántula suspira.

La vida sí fue muy lenta.

Aún duende ella quiere.

Ella, hada, como hiedra

ellos cuatro siglos ''juntos''.

Los dos sí saben, ''leyenda''.

Entre pámpanos exhaustos

cuervos, que ciprés alegra,

ronca voz enardecida

ojos de tierra que alienta.

Rompe mi leve oído.

Bruma que siglos almuerza,

Entre fugas y sus carros

negra sombra sube cuenca,

el Olimpo ya reinaba.

Venus baila, suerte tierna

furtivo, justo desliz ve.

Inframundo almas yesca.

Mal destino él mecía

rivera de calma arrecha,

tuvo cetro agua brava.

Siglos, dicha es vil, ofrenda.

Cierva fada. Lides, forja.


El Castellano


ODA TERCERA:

I

Grandioso, que tú me alzas

viles lindes inconclusos que lloro,

mi vigía con auras,

recompongo mi coro;

siendo hoz destellando, todo incoloro.


II

Oh alma, sin llantos tibios

servil cuanto dirijo ciego, bruma,

anublan cielos, lirios,

severo tiento no huma.

Destellar que calmoso, pulcro, fuma.



III

Si sea por la alta lira

alzar su carne, el intransigente sol,

glorificas mi pira,

como el trigo y girasol,

flameante como hornillo tu tornasol.



IV

En tersas noches solas,

mi suave canto puro, ensombreciese;

duras montañas de olas,

de árbol noble moviese.

Frondas y la furia de mar entonas.


V

Desfallezco, ir subiendo,

aljibe mi esencia, terneza firme;

solo voy descubriendo,

canto de áspero al irme,

ninfas, hadas, sátiros, a plañirme.



VI

Por ti bravo, voy calmo.

Al valor y hermosura de antaño.

por ti toda, me ensalmo.

Mi barba de ermitaño.

Osando cautivo, lamer su letra.


Förüq castellano Miguel Esteban


Olmo de espíritu, tercerillas y serventesios:

Original:


Sátiro, hadas,

auras y ninfas,

aromos fragantes

entre olmos recios

como si hubiesen erguido

el infierno,

flores, magarzas,

amapolas,

coronas de reyes;

acoged mi canto destilado,

en remembranza

como antigua extasía blande,

como besar a mi Musa

sin haberla conocido,

junto al junco pregunto

a la espiga

si sangre acaso

fue bastante,

imagino

el dulce recuerdo

impreso,

palpitante su magia

por doquier,

temblarme pudiera

aquel recuerdo

inimaginable

como nido

en poste de telégrafo

tu pronta belleza

inmiscúyete,

conseguir el blasón luminoso

aquel placer de antaño

que mi letra sin escribir

era tuya,

solo eterna por idearla,

delirio de recuerdo,

pregunto,

no, mejor creo liras

y se me pasa que pacté

con el cielo

quererte siempre

hasta bailar el infierno

resplandeciente,

mercuri facundes,

quasi naves.


El Castellano y Leannán-Sídhe

I

Hadas, Sátiros auras, ninfas solas

aromos fragantes entre olmos recios

como si hubiesen erguido corolas,

flores, magarzas, ababoles necios.


Coronas de rey; alto ahondo

el canto, no destilado,

en remembranza escondo.


Antigua extasía blande,

como besar a mi Musa

sin tenerla vista, agrande.


Junto al zarzo no pregunto;

a espiga si sangre acaso

fue bastante, duro asunto.


Dulce recuerdo plasmado, aquel, tieso

palpitante su magia por semblanza,

temblarme pudiera el recuerdo ileso.

Inimaginable nido en templanza.


De telégrafo tu impronta

belleza la inmiscuyente,

el blasón lúmina monta.


El placer de antaño lira

que mi letra sin escribir

era tuya, la eterna pira.


Por idearla, delirio entra,

de recuerdo, lo pregunto,

no, mejor la lira encuentra.


Y se me pasa que pacté con velo

quererte siempre, y bailar las estelas

resplandeciente, errante no te celo.

Mercuri facundes, quasi nave. Hielas.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Enhiesta albilla:


Amándote ferviente cada llama,

presa amapola en fuego se quedó,

sonriente aurora, ella la heredó,

tu corazón caliente fuerte se ama.


Renuevo esta mi sangre, dulce dama,

veraz la rosa, amor siempre alegó.

Al latido, su beso le ofreció,

la flor abierta en agua se proclama.


El estambre una súplica advenida,

piel la acaricia y le brindó su daga,

su gineceo blanco, su avenida.



Óvulo atravesado cual semilla

su tierra, anclada joven la biznaga,

germina fértil vientre, enhiesta albilla.


El CASTELLANO


























I

27 abril 2016


Raíz:


Tibio resplandor dorado

mi aura escapa de mi cuerpo

para no saber quién ser

el ababol del camino clama

por enternecer la primavera

a rojo carmesí cuando la tierra estalla

en flores ellas dejan su río de sangre

allí donde el olmo viejo

crepitando mi sentido estaré

me nace una espiga de la mirada

a la hora que se acuesta una malva

luce el colorín su trino

la caléndula cierra sus flores en verso

a la hora que el tejo exhala por el tiempo

transcurrido hueso viejo

y su tornasol afilado

hoy es tiempo de colgar sus flores al viento

por si llora mi cielo cuelgo ramilletes

en chopos silentes que la vida

vio colgar de mis pupilas

al dulce trigo en verde olivo

que mi ser yace más que vivo

mi ser es primavera

a la hora que su caricia blande entera

mi tierra y su entraña abre

al esplendor de un estambre

y se eleva mi lumbre quieta

río de sangre que me crece

por soñar soñé y me enraizó la flor

y que la flor sólo sea la flor

Porque jamás mil máquinas podrán hacer

una flor y elevado mece su amor

por la verde grama

que se afila de mis ojos

la guadaña

por el ancho largo

trepó y escaló su cielo

al fiel desliz me hallaba

esperando adoptar su sabiduría

que reverbera en cada pétalo

en cada hoja, en cada raíz

de su fiel testigo estático

quedando quien fui

y la tierra que seré.




El Castellano


II

28 abril 2016


El tiempo que se abra

y brote mi vida

al compás de un Sol mayor

resumen de existir en el brote

de una zarza que allí

baila mi hada

estallando en flores su pelo

tierra yerma que vio trinar

el estruendo de un zorzal

quien te viera caminar

vestida de espiga y lavanda

por ti se abre la Rambla

tus cabellos iridiscentes al brillo

canta al son mi grillo

por un camino se bifurca el reguero

el gato lame su pelo

yo estoy esperando por si te encuentro

mi señora de las flores silvestres

se Acuña mi aliento

en una flor del viento

una flor pálida nació del cielo

con sus colores alegró al tiempo

de sus hijas nacieron alegres vientos

del norte que en color vistieron el bosque

una flor naciente abría su esplendor

a un Sol de mayo por ella tormentas

nacieron germinando a su paso

vivezas de antaño

por los prados viste mi calma

fiel a encontrar tu amor un día

por si el cielo se abre

que sepas que él te mira

mi señora de las flores silvestres

un cardo de la dama en tu mirada

por si vivo mi vida te entraña

fiel de esperanza

una flor bajó del cielo

a expensas de sangre tener

ella se volvió mujer

con tu nombre en la piel

por la floresta danzaba mi suplicio invernado

fiel testigo maravillado

con amor en las venas esperando las flores

de primavera y sus caléndulas

despertaba por fin Ostara

y el cariño de la tierra

mecieron los terrenos

un soplo de su aliento

me floreció un beso

Cuando los jacintos abrieron

sus flores al horizonte del terreno

yo estaba despierto

surcando la mente de quien me piensa

con paso lento y decidido

transmutaba la flor de Odin en luz

cabalgando un arco iris de estrella

sonaba la campanilla entre grama dolida

era el momento de acostar

los dientes de León

al tiempo que besaba fragancias de colores

mi jardín de duendes.



El Castellano


III

29 abril 2016


Todo se baña al calor

de tus ojos

ciñendo la danza

de mi azada

se enhebra mi calma.

Vespertino guiño

de gramas preñadas,

por la sed de arrojo

por tus estrellas desdobladas

Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada

Yo estaba caminando sobre mi línea

la noche me contaba sus mentiras

sobre un parco negro límite

me encontraba

disparé a la luna sin hueso

se me acercó un cuervo

con alas azabache

pregunté a la noche

que su abrazo en letanía aguarda

si yo era merecedor de su dama

yo soy la voz de pasados lejanos

soy la voz de un futuro

soy eco de tormenta

al fuego de su rayo

llevo a cuestas montañas

enjambres de abejas

quieres oír su nombre

que la oscura soledad late

Él es Siempre

como un relámpago de sangre

como una luz que mece y envuelve

es el despertar en otra carne

en otro cuerpo

las sombras cantan a su vuelta

yo que camino por la ortiga que me mueve

hoy verá el cielo llover flores

y los campos abrirán sus colores

al rey astro que nada ni nadie

contra él puede

por si brilla mi suerte

de la mano de la dama nocturna

contará aquel cuervo que me vio.



El Castellano


RAÍZ DEL AURA:





Arrostran secuelas

de cicatrices

en mi nueva forja,

abren caléndulas temperamentales,

cebollinos de lares silvestres,

a Numidio le ofrezco,

jacintos silvestres

que evanescen,

y mis rosas caninas por abrir,

no falten a tu vuelta,

ajipuerros inquietos

aguardan los campos

el reverdecer

de otoño sembrado,

romo hierro acrecienta mi sangre,

labriego invocado,

irritable,

a la vuelta de mi fortuna

sosegada, trillada entera,

como tupida yedra abraza

la sombra de su árbol,

no piso cenizas que se parecen,

honraré sin coturno

a Cécrops

esperando laurel eterno,

cúantos ríos nos desconocen,

este honroso polvo,

Musa mía no abandones tus juegos

modula tu laúd sonoro

que tu voz parte y pretende

dulce y armoniosa,

al fugaz viento

tiende mi fulgor de armas,

se duerma así

con mis oídos dejando

se afilen trompetas

y clarines bélicos,

brillante mira displicente

mi hiel de suerte,

hoy no vendí ni un atisbo

de espíritu a su cruel destino,

argento un color

nombré escudero

que enraizó en la tierra

como un blanco chopo de belleza.



Förüq


II

2017

Raíz descubierta:


Sueño, un haz subordinado

hoy tuve una experiencia

subjetiva al cansancio intuido

de aquel retoño de lagartija salamanquesa

de mi pared habitante de mis tiestos,

la regué y corrió a detenerse vertical

frente mis ojos,

en aquella pared donde caza,

detenida sin presura,

yo acerqué mi mano tapándola

por completo sin asustarse siguió inmóvil

y pude acariciarla con cariño,

empiezo,

que no he terminado,

enmudeció mi soliloquio confinado,

abandoné mi voz,

bajo el latir de tierra

sangre huye,

rojos carmines en avidez

de rizados estambres,

sobre las montañas y su blanco gineceo,

esencias despiertan,

palabras bullir

en carne fundida de suelo

en fértil, serena de aliento

en bruma niña,

madre de este gris anisado,

con crispado horizonte,

toda caída sin destello

ni florida estampa

que seca mi ala,

iris de soturna

carcoma mía

en tejado de oscuridad,

de tronco y su nido,

vamos tejo,

si yo creo que eres mío

háblame de tus penas sin escapar,

de tus romances oscuros

a vientos de luna,

piérdeme la compostura oxidada,

haz que me lloren sin miedo tus hojas

que yo deseo ser tu eterno amigo,

compañero.

En raíz descubierta

que afila el tiempo,

será mi cuerpo.


El Castellano


III




Cuerno sonoro,

cuerno vivo,

cuerno hueco

brillo frío templado,

vive tu osadía la bravura,

osamenta quebrada,

viertes tu sangre,

dando brío a la fuerza,

tu luz no tiene rienda,

tu puñal me dio vida,

y a Quoth el cuervo,

tu fiel agonía,

late, sangre fluye,

corre el lobo que soy

bailé entre serpientes

altura desbocada

he oído alzarse

almas bajo la tierra,

arde regio sol-ferro,

oscuras alas blanden

sus filos de alba.

Regentan iris

la lucha que reinará.

Habla desde la leyenda

el origen de Iberia,

quién espantará

mis gritos entre ruinas,

desciende su poder

somos los otros,

canción de una piedra,

férreo el destino,

amplia senda

honro mis dioses

abrídme el camino,

surcarán abiertos

libres vivos;

oda por esta tierra en llamas

por esta tierra en trizas.

Ahogarán alientos

bajo el dios del Trueno

ávidos guerreros resplandecen,

raíz de plomo

incandescente.





El castellano



IV



Por la vía

que los vetustos

olmos blancos

protegen los desnudos álamos

que aguardan erguidos,

al descanso de trémulos corceles

y sus carros, cruzan sin herir el sendero,

abatida mi contemplación

fue silenciosa entre páramos

angostos esquilmados del ocre

ardiente, encorajinado,

como un negro suelo que rozo

con los ojos.

La sombra que un ciprés rutila

se acrecienta erguida, ahilándose

con aspavientos que retuerce la luz

sin franco obstáculo.

Era de la tierra habitado

un bronco grito sin suerte,

refirió su desventura

y miradas no esquivaron,

quedaron vistas cuatro espigas

juntas en tierra arremolinada,

por las vides de semblanza

y el resurgir del añil

del santo olivo,

misteriosa sombra de ciprés

háblame como se habla a la primavera

para que se lleve los fríos,

quiero compartir tus preocupaciones

preservarte como me preservarás

cuando muera,

al sigilo del rojo brezo

me alzo como flor

que la primavera arrebata al invierno,

y abeja que baila sobre coronas,

como agua clara

que da la misma luna,

así como tú sombra,

yergues tu profunda pupila

desde la misma senda

que te vio nacer

pura, limpia serena

aguardando al alba

tu desnacer

que tiña tu ojera suave. 


El Castellano











V

Candor en raíz:













Sembrar unos versos,

en nueva hornada

que el río lleva

en estribillo

cantad pues

que cantaremos

los mineros del verso.

Luz y claridad

en seno de nueva alborada.

Certeza en mi corazón

que late a las raíces

del antaño oculto,

por padre soy minero

por madre soy barquero,

cavando esta mi sombra

voy al hoyo del Sol.

Medito cual azada

de tres cabezales.

Tiemblo,

retemblando voy contento.

Onda vítrea marco mi andar,

por costales del Álamo

forjador, a su boca de fuente solariega.

Sed cándida de funesto, aciago sol.

Luz en aire es del herbario viejo,

padrón de arpa y su son.

Cantó mi campana

vengo por piadoso cerro

como solitario

señor.

Oro jovial seré

como vena del ámbar

relumbraré

mi añil,

amarillo viejo.

Pintaré lunas

y sus anchas ojeras

que relucirán sin ocasos

ni malvas espantarán,

fríos vernales.

Vendrá la niebla clara

por arboledas

y pinos tupidos

que caracolean

mis ideas reverdeciendo

los antiguos pesares

y su alameda errante,

vine por el murmuro de la piedra;

arraigado yo voy de mi insepulta tumba.

Hierros repican

sones como astros cinceles,

desnaciendo de la roca

su candor mineral.


El Castellano



Flor de difunto:


Caléndula dorada de mi vida,

tibia, eterna, esposa del Sol de día,

amarilla, gran luz de los campos

flor de difunto en tu grandeza antigua.


Que baile el tiempo sobre tu flor

que ni te importa la estación,

sobre tu quietud alcanzo la verdad

del ser sin preocupación


alegría da verte, belleza creada

del rayo de sol, dame tu luz

descíframe el saber de tu ser

para tu oro tener 


ese por el que el muerto encuentra

su luz y la abeja tu beso tener

lozanía del camino si silvestre naces

al ocaso del lucero 

tus flores cierras en verso.


El Castellano


Cáléndula joven del camino,

vieja de la senda que lleva a tu casa,

ardor de luz brotado entre florestas hirientes,

alza tus pétalos comunión de insectos,

por estos solitarios caminos

que me llevan a verte

alzas en pitanza

tu verde semblanza,

de la tierra vida en añoranza,

fulgor entre tus sienes,

darás de flor simientes,

así demostrarás que no hay tierra

sin flor así no importe estación,

María oro, flor de los difuntos,

luz entre luces del alba,

sostenme la caricia en tu flor,

que me creo abeja por un día,

álzate entre cardos y malvas que te rodean,

demuestra que eres única,

que ni caracoles osan morderte por tu savia fuerte,

señero silvestre donde los haya,

oro luciente entre engranajes verdes,

espera a tu ababol compañero

que tú sigues dando flor

sin ser primavera entre despertares y albores

de vidas y sus trinos,

navegas mi alma esta mañana

glorificando mi tierra yerma,

te aman mis ojos, te admiran latidos precoces,

eres más que silvestre flor

eres una vida precoz de luz,

si pudieras ser mujer yo sería tu eterno acompañante,

colmas la belleza de lo sencillo

eres mi alegría del camino,

pasarán fugaces las generaciones

y brotarás cualquier terreno

que el reposo tornó sin construcción,

para que tú grites

que la belleza también tiene casa

contigo,

Calendula arvensis.


El Castellano


Danza en mi oscuridad:


Es el eco furtivo

de estas sombras,

rompe el silencio

guarda su pálpito

es como el mío,

es como el mío,

cuando un agujero 

se abre del cielo,

sombras de gatos

caminan la ciudad,

iluminan mejores tiempos,

que ya pasaron,

canta mi grito solitario,

maestro del animal,

cierran las pestañas,

me ha traicionado el viento,

solo, solo en este oasis de cemento,

mi mala yerba brotará

entre su asfalto,

cruces torcidas

el día escapa deprisa,

un párpado negro al acecho,

me piensa la oscuridad,

su negra ala no  me bastará

al día que llega

desaparecerá,

desaparecerá,

escucho notas de este vacío

perplejo, perplejo ante su miedo,

voy por escalas al infierno,

carreteras oscuras

va construyendo mi vida,

la ciudad desvanece,

la tierra muerde los cuerpos,

este invierno

ya no me seduce,

se clavan mis uñas en la celda

de mi cabeza,

el tiempo esfuma etéreo,

nunca más labraré mi miedo,

aúllan persianas con el viento,

estoy en el otro lado,

contemplo vidas inertes pasar,

el espectáculo de la soga comienza,

es una flor de sangre

abriendo su polen,

no hay un alma 

en esta calle de mi mente,

se retuercen mis ideas

en adversidad,

crepita que arde 

esta lengua de frío,

amanece mi sangre

escribiendo sin madrugada,

el día comienza su alborada.


El Castellano


Otro beso:



Mañana saldrá el sol si yo miro tus ojos,

el mundo se hará pequeño

solo para que nos conozcamos,

tiraré la moneda al pozo de oro,

contestarán sus doradas gotas,

que los sueños hay que vivirlos

para que sean realidad,

al verdor del monte

sembraré dulces vericuetos,

para que diluyan escarchas hirientes,

y sus blancos de sabor a nube,

se rizarán cumbres

dolerán sigilos del álamo,

dejando su nieve

en fusión de escalas al cielo,

eternos alambres alumbrados

por el sol y su desquicia,

me llorarán los ríos nuestras gotas de unión,

tu alma pura, colorada será como mi alma,

intransigente comunión, destellos sin calma,

ganaré la batalla,

la noche será mi criada,

la luna rajará crisoles en estampa helada,

las estrellas me arroparán la sábana,

amor yo nuestra primera noche

no seré hombre,

se destaparán los reinos olvidados

seré el rey animal gobernando tu cuerpo,

mi ciprés tendrá sabor a mujer desnuda,

todo lo teñirá el rojo bermellón,

al tañer de nuestras almas en hoguera,

las sombras se unirán todas

hasta vivir en tus cabellos,

yo pasados los siglos

volveré a vivir para pedirte otro beso.


El Castellano



COSECHADOR TU AGUA:


¡Armaos, perros poetastros,

poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres,

vuestras líneas sin más tardar!

Es tarde para volver atrás;

No dudéis ni un suspiro

de este yerto que cruzó

el río de la Estrida.

¡Mas, por regio el Sol caudillo,

por su blancura de Madre,

oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte,

hay los cielos.

Y hojas hay en mis manos escritas.

¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!

Suenan las grandes trompetas

que ni en toda Babilonia,

ni en alta torre de Hércules

su resonar pueden disolver.

Recobrara mi aliento,

mis ojos cobraran su luz.

¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!

Día tras día nuevo,

tirando tajo de verso recto.

Embestía y no halagaba a ninguno.

Por un pajarillo envío

por una hermosa golondrina,

que allí donde se vea una alborada,

Hipsípila caudillo hijo,

siempre vivirá como invencible Sol.



FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García


AGUA:


Eslabón vasto, ardido, deslizado,

un iris de gota que a ti te llega,

marcha tenue, compás de tu eterna huida

que te marca y da vida,

fulgente fuente en infinitud de bocas

que tu ser desprende,

de su nombre y su alambre,

irisado canto de nubes derretidas,

comunión de trinos,

un beso a la tierra que deja herida,

límite de árboles y sus soles,

siembra de azul,

despensa de tu saliva,

hoy buscaba belleza y belleza eres tú,

río corre directo a tu nacer

río levántate,

jamás te canse tu desnacer,

efímero latido de tierra,

tú vena del cielo,

una solar yaga del gris,

un hogar, cuna de mi tempestad,

para ser agua inmortal elemento

capaz de crear y destruir,

de vivir siempre tejiendo la realidad,

alcanza, desvela que te debo esta existencia,

sin saberte nada existiera,

equilibrio que en tus vasos juega

para estallar en creación llamada vida.




Suspiro fresco

en labio extinto

de sombra.

Día que no se encuentra

su densa forma,

cuerpo con agua de estrella,

querer vivo que llega al aire

tiende y espera,

la muerte que renace

por fuegos de brea

en el aire.

Abren batientes pétalos

de viejo silencio esquilmado,

esplendoroso.

Acurrucados sobre un lecho

que la brisa abre,

en trocados rayos de sol,

esquivos en plano

de verde follaje.

Astuta golondrina encontrando

dócil rama.

Mundo sin mentira de vida,

manantial reluciente de esmeraldas

ahonda y todo siente,

que la sangre miente.

Terruño ojo victorioso

aplaca sus arpas irascibles

estrujando abismos dolorosos,

petrificados.

Reniega la boca vegetal

casi viva,

promesas en frente de violetas,

cantan amando el claror

lírico, estremecido.

Coágulo de viento

en cientos de porciones,

esta luna quieta

semejanza quiere

descubierta la zona umbría

donde invicta llagó mi alma.

 

El Castellano



Ríos que me tibian el corazón,

eslabones de sangre,

¿Dónde está la paz, dónde está el amor?

ríos de sangre se comen mis venas,

cada tropiezo,

otro borbotón,

otro alfeñique para mirar,

¿dónde quedo yo?

que el sol sea mi pena,

cantando espero mi triunfo,

se afila mi papel,

crepita mi alma,

tropiezo con la tiniebla,

hoy navego sobre mis versos,

aliento de la sombra de la creación,

hijo de la luz y de la sombra,

no acabaré de irme,

no cesará mi terco aljibe,

enamorado sin luz avanza

parco el sonido,

deslumbrado albor,

desnudo mi árbol,

hoy centellea mi rayo,

para decir que yo aquí no he muerto,

se viste mi sangre de caléndula y margarita

por si vuelvo al desliz de mi vida,

pasajera de un caudal

que mi entraña mece,

piel con piel, dolor con dolor,

enamorado corazón,

hoy avanzo sin mirar el color de mi flor,

estoy latiendo en el umbral de los dos,

mi sangre está llorando,

el cruel desliz de la parca efímera,

me siembro en los campos para perderla de vista,

suenan los trigos, de la verde espiga al girasol

se viste brotando mi amor,

viene a plañir mi alma

por el sendero sin prisa,

se alza la dicha,

mi ser crepita el alma,

hoy me visto de espiga,

y que el campo me enternezca

al cuchillo dorado de la piedra caliza,

hoy mi amor al albor

gime por su caricia

y que el alma dolorida entienda

que ella maravilla es mi vida,

por este siglo y los que me quedan,

escrito yo en la piedra.

Lima el albor mi nervio,

aliento cruzado que cae tejido,

la ilusión se hace nido,

borbotones de sangre que crepitan,

alcanzo la cima,

el sentido cae dolorido,

de vid y espino alcanzo el sonido,

al compás de un famélico ciprés,

mi alma dirá viviste,

encontrando la flor

por la que mi mundo se desviste,

rayos a la aurora

para su fiel investidura,

flor de niebla que avanza

mi umbral se desvanece,

bullen las fuentes,

el río es otro río de sangre más,

lucen las mortajas coloradas,

fiel desliz que cruza mi alma,

desgañitándose el alba,

el amor por parir una flor,

elevado al rayo de sol,

quién te viera quién te vio

rasguñado tornasol

se desangra mi campo del girasol,

millas aparte mi nombre se blande,

el beso me derrama las mejillas,

en albor quedan las caricias,

de la piel escritas, sentidas,

danzan las estrellas,

me vuelvo a ver en tu vida,

donde el te amo formo bandera,

y en tu ser queda,

resquicios sin nombre

que el ser come,

la rosa y la espina gimen

en tu nombre,

avanzo el ser resguardado,

sin franca escalo la tapia,

a tu cuerpo me encaramo,

hoy soy de ti

como el pájaro a su nido,

como la sed a su agua por beber,

como el río a su montaña por descender,

como el caracol a su mata por comer,

crepito el fuego que me brota

por tu corazón,

soy yo sin más razón,

tránsito veloz,

tu calma y su verdor,

me visto de malva

gimiendo una runa en el sol,

me anclas el gozo en la flor,

me blande el coraje

por el viento exclamo

mi valor amarte sin condición.

Desde mi umbral a la flor,

cantas mi canción,

te aúllo un caracol,

mi vida tornó a mejor,

irisado rayo de sol,

una fuente y un diente

un afilado canto irisado,

hoy acepto mi destino

porque muerto vivo si no te miro,

tengo tu imagen enraizada en mí,

es por mi sino que maldije,

pero hoy después de tanto

tengo el sendero labrado,

mi cuclillo trina al infinito horizonte,

mi ser se hace grande,

mantenme afilándome en la piedra,

hacia el centro me quedo exhausto.

para pulirte del alabastro.


El Castellano y Leannán-Sídhe

Yo soy siempre:

Todo queda bajo el esfumino de mi grillo,

colgando pensamientos en tejados,

al compás de una cigarra,

piel con piel flor con flor

elevado resquicio de tu amor,

sueños atrás volaba mi alma ingrata,

nervios posibles y su cama,

sí soy yo sí eres tú,

qué pasa ahora,

instante de cerrar mis ojos,

por comenzar la historia de mi vida,

y sus siglos de dura existencia carcomida

al disparo de la ilusión y su mentira

donde los demonios llaman y me quieren,

deslizada la tela de araña

mi vida es lo que me queda,

soy Dios de mí mismo ahora,

el demonio me cuelga la espera

mitad luz mitad sombra es mi ahora,

mantenme lejos del nunca,

yo soy por siempre,

ojos renegados de este humor vivo,

gatos maullando a la luna en el tejado,

imposibles galanes,

cuando yo me caso con lobaluna de antaño,

animal feroz corre por mis carnes,

solitario ángel armado para el enemigo,

este es mi sino,

tejos crepitando su savia en albor

asidos a su quietud imperfecta

que el tiempo no determina final,

vida trenzada en albor siniestro mi ida

soy WECHE soy fuerza por y para siempre,

el verso me teje,

tinta mi sangre, pluma mi garra,

por acampar la estrella y su cama

hoy por qué no mantenme fuera de la mentira del fin del universo,

porque yo soy mi universo particular,

humor desdoblado asesino del tiempo,

mi mano acabando con el aliento imperfecto,

soy el imán de hombre que te atrae a mí de nuevo,

soy la ecuación perfecta que asesina tu velo,

toda mi realidad se construye de mi mano,

para acabar elevando al tercer cielo y noveno abismo mi canto

entonado en cal y arena como caracola de mar serena,

es tiempo hoy de morir por las ilusiones fugaces prometidas

y su tela aterciopelada, vestida de nácar,

hoy es final de mi espera,

es el comienzo de mi poder,

mírame estoy rasguñando mi piel a placer,

está quedando solo mi sangre vestida de hiel,

hoy como ayer a tu lado estaré para asesinar la quietud

y su asolada desilusión,

hoy por ti mañana será nuestro eterno comienzo,

para extender nuestras alas al cielo,

todo comienzo exhala su final de su mano izquierda,

elevado amor que me cae por el párpado,

y en mi vena que aguardo para estallar amor al viento

este amor que por ti siento.

tornada mi sangre la verdad de mi aliento,

en difusión magnánima del sentimiento preso,

muerta mi araña

mi corazón es lo que queda.


El Castellano

Blándeme en mitad del campo,

sólo allí que la encina enraíce mi carne,

el hinojo lata al son el tambor de sus flores,

la carrasca grite verdades del monte,

vereda quieta, enarbolada,

soledad disparada sin descanso,

sólo allí reinará mi alma,

en letras escritas en las hojas de vida,

las lindes teñirán de rojo y negro,

de tinta y sangre el resurgir del añil

aliento dibujado de toda vida en color,

del albor a la muerte en flor

se alzará mi latido con su amor.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Hálito silente,

yo creo en ella

porque su piel demuestra

que los sueños se cumplen.

Volamos juntos al viento

como molinillo diente de león.

Hoy la vereda canta nuestra canción

dos corazones en un mismo latido unidos al unísono

Su carita que llama a la mía

de su cuerpo es mi caricia

por ella el piropo jamás escrito

solo desvelado en su oído

Sólo al viento le pido viento bonito

mantenme en su destino.

Que de lo vivido muerdo su corazoncito.


Del ababol a la verde espiga.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Sentido yerto:





Renace en la piel,

en el albor sin conciencia,

hace más frío que antes

sentido muerto, caído

olvido yerto

raíz del ser

más callado que el invierno

avanza camina a voz

todo lo que he perdido

polvo de estrellas, hierro de océanos

piedra de montañas...

hazme recordar alas cansadas

cosas grises que te gustaba sentir

mi amada así sabes

horizontales que no puedo olvidar

ejes verticales de conciencia

sin dormir

danza la primavera del lugar

con mi soledad pintada

en la sangre de mis ojos

todo lo que veo teñido

la ilusión cae en gotas derramadas

cayendo congeladas

desnudo mi cuerpo en la penumbra

del segundo quieto

raíces comiendo mis venas

hojas de mi historia mustia, abatida

sentido muerto

viviendo por ver morir el momento

momentos atrás que cae el recuerdo

sin miedo, sin sentimiento

todo hirviendo

sólo este sarmiento de cuerpo

esperando que juzguen a su alma

libre de maldad

quién estará allí

quién vendrá a darme un camino que seguir

solo en la oscuridad

donde todo comienza

las sombras me reconfortan

y veo en luz mi vida

para encontrarte

algo que darte de dentro de mí.

Un amor rugiendo en la boca de la estrella.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Aguerrido albor:


Diestro del mar a la montaña,

visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas

cual caricia de su jardinero que las ama

el viento armado escala cual seco rayo

su sol enturbiado se paran las oraciones

hipsipila dejó su crisálida

en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales

recolectando toda simiente desde todo confín

al inerte sombrío albor,

mientras su fría luz crece y camina

sin franca tapia ni verja que detenga su escalar

vuela vaga la libélula para posarse en su hombro

recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte

que lleva que trae a su castillo olvidado

hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo

un reino se mantendría vivo

y no era el del humano ser

Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión

abarcando de la tierra a la lluvia

cual rayo cortado de Sol su cabello

los pájaros trinaban en su castillo

Hipsípila siempre vivirá como invencible Sol.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Final con comienzo:




Retina escarlata,

su ojo de niebla

y bruma que avanza

donde corta mi flor de luz

el sendero,

esposa del Sol al mirar

lumbre quieta, retina abierta

muerte final con comienzo

en alabado fin de existir

y quebrar el tiempo

conquistando el terreno.

Sangrando raíces que gritan,

aullando hojas al viento,

pintando su dispersión eterna

como sustento y cobijo

de toda vida

mecido del insecto al mamífero

desde el helecho

al alto árbol

hoy canto para ti

vida vegetal.

Mi caricia te sembrará

una y mil vidas más.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Flor de tierra:


Fuego en el agua de su mirada

de los vientos auspiciada,

la ceniza consumía su carne

ardía sin mesura su compostura

naufragó valles y sus caricias

su bandera fue de su vena acequia

molinillos fugaces sus pestañas

de él se enamoraban las hadas

de ella la primavera entera

con cabellos del rayo de Sol nacidos

ojos de tierra sin lugar era bella

clamaba su voz la cima de la montaña

descendió abismos

para anclar su esencia en la belleza

que late y envuelve su huella

conquistada en miel

su ambrosía

gemía la caricia

para brotar altares de hueso

y murciélagos de sangre

lloraba piedras en sabiduría prendidas

la bondad alzaba en servicial entrega

su fuerza era de su amor hoguera

él lloraba flores para ella su amada

su verbo a veces tornaba carmín

en pétalos de silvestres rosas desangradas

su voz germinaba la tierra a su paso

el amor a la tierra no le detuvo

ni sostuvo en fracaso,

encontró con ella el amor

que le fue negado llorando espinas

y si sus abrojos nacieron no fue

más que para rajar el viento

difuminando el tiempo en estaca

de eternidad con fuente y manantial

anclado gozo en armonía

bailando de la mano y naciendo del alba

jamás capturada

pupila enfrentada

que mecía

que gritaba.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Quimera quieta:


Umbrío, tibio,

al resguardo de voz habitada

serena, llena de luz

en este linde

donde corta mi sendero

y florece mi sombrero

al viento

ojos llenos de paz,

sendero atravesado

en árboles de sosiego

encontrados

en hálito congelado,

lumbre quieta se dibuja,

espino amarillo que clavas al guiño,

calor de mi calor,

cauce de mi sangre displicente

desde la montaña al valle

luce mi traje

para encontrarte

vestida de Sol y caléndula,

resplandor dorado

al trasluz de tu amor,

granate mi sed de tu cuello

al destape

mi río de calma y arrojo

en réquiem por la rajada tierra

en albor de la centella

colmando su belleza

donde mi carcoma quieta

mira y avanza

sintiéndose en armonía plena,

yo fumándome un cigarro

en la piedra de tu belleza,

quién te alzara voz

entre los campos en flor,

fuego de tu fuego sin mas razón,

ciprés que clama protección

para sus muertos que vela

tejo morador de siglos y cobijo,

ababol de versos de piel y abrojos,

desde la verde espiga

a la mora sin espina

y su zarza esquiva

hoy te veo como eres

y perdona

me apasiona

ser guerrero de nuestra luz

donde avanza mi quimera

y mi pasión poseerte entera.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Tierra en el viento:


Quieto silencio investido

doblado en el filo de la hoja

ese umbral que corta mi calma

avanza en un sentido

rápido, veloz el resguardo de tu

amada voz

encontrada cercana

donde estática enhebra la silente parca

fluye de un confín a otro confín

yendo mi barca atravesando el brillo

al compás del sí bemol mi traslúcido pío

y su suplicio en la carcoma

que recorre mi horizonte

infinito pintado en el borde de la ola

en la espiral de la araña y su tela

la flor de difunto abre su luz

al resplandor del cielo

que cae emplomado

Se corta mi alma para aullar

en la centella

quemándose en su hoguera

hoy el viento lleva nuestro nombre

mi árbol será sentido

en cada flor de niebla

la bruma su color gris dejará

en este jardín de mundo viví,

para sembrar mi aliento

que cayó como tierra en el viento.


El Castellano y Leannán-Sídhe


Silbido de la centella:


Claman verdades de la tierra

por nacer y resurgir

el eterno ciclo de la vida, muerte

y resurrección de la simiente al albor

de sangre sin condición

yo soy por siempre

Así como dura sonrisa y guiño

al azar de la existencia

efímera esencia

apellido y nombre que nada representa

como resplandor de la centella

cargo el silencio y el infinito de mi verbo

resopló en la montaña sin nombre

de mi tierra que jamás tuvo dueño

latido sin final

agua de manantial

va girando mi vida por enraizar

yo soy siempre

el eterno comienzo sin final

aullido del viento

hoguera crepitando la tierra del volcán

Río que acaba y resurge del mar

ese soy yo por despertar.

Resurgir:

Hoy las fuentes bullen

los ríos desbordan

las vidas dejan sus grises

de invierno y sonríen

al alba de la lluvia

que toda vida mece

sal al jardín ayer sembré mis ojos

esperando que la tierra fuese sangre

las raíces mi boca

y la planta mi cuerpo

para con longevidad imperial

llegado el momento

decir de este jardín yo no he muerto.



El Castellano y Leannán-Sídhe


PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS:






Ojos trazados para todo lo que tú ves

negados a mirar, del laberinto ausentes

prohibidos, coartados de la mirada detrás suya

no soy yo, no eres tú

después del hecho despierto

perpendicular a todo rostro que amanece

y arrasa mi ser en estupor

en silencios por conquistar de perdidas mentes

incapaces de reconocerse, de adaptar su momento

y residencia mental a lo perfecto brillando cobijado

qué paso con lo que soñé y el segundo cambió

aguardé congelado en el seno de la luz y alma

sobre todo lo que vino y vendrá

hablo con la piedra del mirar

no hay rosas sin espinas,

ni rosa sin cruz por florecer

en todo ser humano,

como la flor quiere la abeja

la logia me quiere despierto

informe forma de vivir siempre

conociendo que ya estoy muerto

sin sentido morir de nuevo

volver, ilusiones, esperanzas,

pasado de un mundo hecho

me siento vivo respiro mi aliento

estoy vivo muerto para la sociedad que jamás me verá

siguiendo sus superficialidades que tienen de verdades

todo cambio redención,

de toda elegía del ser

fuerza que me mantiene quemando mares

de gentes asumidas en superficies planas

de falsedades hipócritas de reconocerse

mundo mío del acero, días para los días

de la creencia de que puedo exprimir la perfección

que mi cuerpo guarda

así en inspiración no duerma ni esté cansado

seguro en el arraso de la soledad

un día tengo su medicina

para volverlo sueño del acto plasmado y realizado

puedo escapar por mis ojos

tráeme tu mano te alcanzo una estrella

sonido dirigido a mi

consecuencias del grito sobrevivido

todas las cosas que creo pasan ahora

y pueden cambiar

bebiendo paz y fumando destellos pensados

desde que vine a vivir,

claro me ves de existencia

amando al Sol

dame tiempo seré llama sufriéndote

por tu típica existencia impulsiva de tus deseos

enormes imperios me quieren inmersos

en sus planas filosofías y creencias de sentidos inertes

escapo con el sueño

soy el sentido del sin miedo

calor helado del cielo,

fulgentemente ostentado

en tu caricia del sin nombre rayo de sol

lágrima de lluvia cae de nuevo

prende el suelo en vida

bebiendo todo lo que has sufrido sin sentido

forma de los ángeles buscando la felicidad

de los dioses que cobijamos dentro

ese dentro es ausencia del tiempo inventado

planos de existencia de lo más simple a lo más bello.

Te acecho desde que vengo.



El Castellano a 10-03-2015


ODA AL RÍO MUNDO:


De un mar de tierra

que tú desembocas,

que raspas sus siglos afligidos

de volver a comenzar,

como plañía la eternidad azogada

en verdes espigas,

y senderos verdecidos del inmortal forraje,

cuna de mis erizos seculares,

y orugas de hojas recias,

desde el caracol judío blanco,

al cerro bajo,

haces llorar el alma de belleza

que contigo Mundo juega traviesa,

siglos solariegos

entre juncos de tu extensa rivera,

hábil tenaza del cangrejo cosechador de tu agua,

vienes que sublimas mi esencia

volandera, entre surcos de tu inmensa

hacienda de toda idea,

espárragos trigueros tu orilla en sombra

de boscaje ofrenda,

rito y culto a lo ignoto de tu belleza evidente,

Oh, río Mundo,

ruedo tus acequias que llenas,

cobijo en respeto, tus barbos cobrizos

y carpas doradas,

arteria y vena del terreno

desde tu álgido nacer

en Riopar,

paradigma de chopos amantes,

y cepas de vida,

desnudo mi canto

te ofrendo

en compás de arraigo a mi tierrica bella,

castellana,

que se alce mi voz desde la encina erigida,

hasta un compás en cumbre

donde tierra nace,

y raíces gritan de su silencio sediento,

oh, Castilla cantaré extasiado

a tu saliva,

y lágrima de belleza

en tu horno de espejos

del río Mundo.


Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García


Prímula escarlata:

abril 03, 2021




Abría un abril,

cubriendo la Campiña,

en baja luz de luna que enhechiza,

metamorfoseando la vaga lluvia

que lentamente caía,

bajo cielo derretido, emplomado,

ya goteaban mis flores de difunto,

sobre una porción,

de terreno respirando la interperie,

pretérita una primavera ya llegada.

La luna sempiterna hermoseaba su metal noble,

purísimo al candor sin lumbre quieta,

era bastante para lanzar un beso al alba,

y ver si recogía algo,

quintales de nubes plañían

su melodía jamás interpretada,

ni escuchada sólo una vez sobrecogedora.

A la estrella fugaz que siempre veo,

lanzo un rito antiguo,

como cometa que el negror atraviesa desceñido,

olmo mío,

dime tus penas tú que tienes alma,

que baila entre oscuros romances de savia,

al brillo de mi espino escribo,

beso de camino entre mi rosal canino,

hojas húmedas del héroe entre el lodazal,

herido blanquísimo,

contienda los tímidos alisos,

sus estrellas blancas,

entre piedras pálidas,

que carraspean su canto olvidado,

¿Cómo he acabado aquí donde todo comienza?

Pienso en su prismático mirar,

a punto mi buque y puerto negro

en llamas.

¿Cómo suena su flor?

Acaso fuese líquida,

el yunque mi pecho

está martilleando sobre un cincel

de murmurio grave.

Y suenan las espaldas,

mi vida aterciopelada sujeta incandescente rosa,

sobre azul de mares y vetustas olvidadas,

al tiempo que rezaba serenata,

al azur prodigioso los altos cielos,

tronco flamígero,

en colores sobre las naciones,

absoluto diamantino,

su astilla de su color carnal,

que se extendía,

besando su torso sembrado

por mis castos dioses,

algunos que me odian,

sigo consejo perenne,

al pairo se va lo que debe de irse.

Se querían entre fracasos y transiciones,

como dos muelles fugaces,

aquí yacía mi letra,

en mi jardín de luna,

y sombras vanas a secar,

memoria acaso

el desliz me incubara,

fundadores que caminan,

esta mi soledad original

de campo abierto,

encima de mis lápidas y todas sanguijuelas.


Förüq castellano Miguel Esteban


 Ceremonia terruña:




 

Tiempo que era llanamente hondo,

como pozo sin poso, ni fondo,

severamente profundo,

como fantasmal visita

sobre lazo silencioso,

buscaba yo tamborileo grave,

entre hileras sordas

enre nuevas flores

de trompetas de los ángeles,

danzar entre círculos de grama húmeda

y corajes de aventar nuevas espigas

de olor a yesco trébol rojo.

Hice una hilera de guijarros;

preparé mi propio templo

con torreón y almena nueva,

un foso bordeando y cuidando

mi nueva siembra de ababoles,

templo asilvestrado con urna para ofrenda

y depósito nueva agua virginal,

era suficiente de tiempo insuficiente

a nuevo otoño que comenzaba,

con olor a hojas de chopos arrebatadas,

y majuelos agudos en espinas,

rebordes cardillos de as damas

erigiéndose tempranamente,

maduraban los tomatillos del diablo,

solanum nigrum

que ni caracoles resistían

sus lustrosas hojas morder,

las colas de zorro ya se divisaban aventando

terreno de su nueva simiente,

afinaba mi cuerda

tendido a ras terreno,

sembrado a pretil gesto,

como se siembra una pipa,

y tarda treinta y un años

que porto en girar el sol,

carrasquillo háblame,

que penas traes de virgen encina.

Cuéntame tus oscuros romances

con vientos de luna,

y tus flores de difunto casadas con Sol Ferro.

Dime a mí que te cuido con esmero,

aguardando tus flores de piedra

y tus bellotas del mañana.

Árbol mío,

avanzo este mi caduco corazón humano,

como vampiro solar

me remarco,

un solo de voz desangelada,

y volví a honrarte,

de esta nueva tierra.

A viento pagano,

voz de alma, amada,

inamovible,

firme, regia,

de raíz arcana.

Tu rostro en verdor

de hojas afiladas llevas,

acaso igual o semejante

a hermanas blandes.

Río de encinas y flora reborde,

amor de tierra a lo que es

y crece en ella,

vine por vuestras voces,

jamás marchiten vuestras notas,

de longevidad imperial.


Förüq castellano


Voz de tu preludio:




Eran dos voces,

se querían ambas entre

dos labios,

eran como azules

sin helada madrugada,

una sangre agitada,

sí dentro de la noche,

se deslizaban como espinas,

entre flores álgidas,

melodía de perro afónico,

y luna plena,

fugaz melancolía,

era la voz hembra,

el brillo se conjugaba

de secuaz beso nítido,

rostro en hora,

giraba flotando como fantasmal,

sábana de anhelo pertinaz,

un valle estiraba y tus gemelas,

reflejas piernas, bulle y besa,

hondo antepasado de diente afilado,

y lecho de abrojo,

arcaicos deseos se conocieron,

bajo mar y hondo terreno,

beso de intimidad sola,

de extenso horizonte,

desecho el sótano en luz

que amuralla,

poniente de carne de cristal,

y pluma en abanico llameante,

labio de quietud ,

escarlata hoguera por ocaso

del lobo mesetario,

que buscaba luna y entabló,

del cielo regia sequía,

silencio que oigan,

dos voces puras,

se quisieron,

sin forma anhelante,

como el poder nunca pudo,

y la creencia,

sin exacta ciencia,

sabía que impulso no dispara

tres veces ni a revés,

tiene, ni blande retroceso.

Oscura música que en perpetua,

sinfonía,

soledad cantaba,

su silencio de cristal.

Y tierra levanta,




Förüq castellano Miguel esteban

Brotado:






Númenes asocia y respeta;

con silencio espectral, la muerte, 

en blancos corceles,

de huesos bellos,

hados dan brillo a tu belleza,

que perjura, rinde, y somete

lluvia entre maternas cenizas.

Brota el testigo del falso juramento;

se baña en fuente, de leves ninfas,

prisioneros hace el hechizo

que metamorfosea 

la callada noche, 

que orna el cielo de fantasmal rigor.

Signos que ríen feroces,

a la sangrante piedra del destino

que hondamente negrea, 

sopor entre las voces.

Jóvenes siervos son.

Lares propicios a dioses.

O saepe mecum...

Aguza mis saetas, incansable,

entre espasmos, relámpagos,

un destino atronador.

No limaré salvo mis huesos,

testimonio mudo, del mineral de azabache,

entre calderos de estrella y estelas breves;

por gemas de verde jaspe.

Grosfo me guardará el latido,

este caballero proceloso,

ahuyenta, las zozobras,

en lentitud de los días,

combato, gallardamente aguerrido,

altivos rostros, sucio suelo, tocan.

Fuga sin escudo,

sacrificio del torbellino,

junto a mi laurel reposo

con mi diablo de flores converso,

de un tiempo que servil ya no yagaba.





Förüq el castellano


Primavera tu hoguera:



marzo 09, 2021



I

Tu solo espíritu

de alto cielo,

preside mi honrosa vida.

Feraz raíz insobornable

como dicha falaz incuestionable

devienes primavera.

En joviales muslos

y lozanas alegrías.

Levísima, poderosa, atónita,

en alas mi Golondrina.

Alzas que me sublevas

a beber de tu fuente inarrable.

Rayo celeste, vital,

frente la tierra, todo cánticos.

Crear tu azul gloria,

es soñarla, como sueña la orugüilla

volar en alas montadas.

Azul, verde, amarilla tu sonrisa,

seno turgente mío erizado 

donde te guardo.



II

Me palpitas de rubor

a espada rompiendo,

esquelas y señales, sin esquemas

avanzo este humo de bolígrafo.

Mi árbol en piel saturas,

lentamente, como llueve sobre

noche de suelo mojado.

Cargado voy en verde savia,

pujante de tu hálito

fugaz, repentino, ingobernable,

como luz derretida,

y agua batiente.

Como piedra o calor esponjado.

Permite te escriba,

vomo se habla a la muerte,

para enamorarla.



III

Suspirante desliz estrellado,

aristas como filos un rubor

franqueza, de honorable sabor.

Embeberte, es de liminal

vértigo de espadas.

Atrevida, de hermosa, sensible azada,

sacas mis penas y alegría se erige,

de este tu muchacho desnudo,

que jura te amó

un día en penumbra

para así, por fín,

no perderte nunca.

Arena vívida de vergüenza

ausente, melodioso tu amor.

No aplaco, le custodio,

como mi vara de nardo

en lecho marino.



Förüq castellano Miguel Esteban

Memorias frías:


Usurpar vestal en llamas,

clarividente hechizo,

usufructo de solas corrientes,

como vertical latido

auge de todo lo que elucubró

llegar a ser más que desliz pasajero, temporal.

Como signo arcano,

revoloteando que ungido,

vestía pliegues y orillas,

de nácar y estela atemporal,

como higo del demonio

y mezcalito.

Era solo desquicia labrada

de un placer atónito,

en aras de trinchera,

y remembranzas todo lo que te quiero Musa.

Con topo, invención, 

u fulgente espía.

Era solo gritar,

te necesito más que en tinta

y hojas papel infausto.

No creo sobrevivir al ocaso de mi error,

o quedar relegado a cruel olvido.

No se puede nadar en ojo remolino,

aún sea espira de vértice

y entraña desangelada.

Este remolino fluvial

que me absorbe y navega mis venas,

Oh mi turquesa, 

en crisálida, de cristalina esencia,

planeo la noche,

vestida cual azur hermoso,

reincido, no deseo ser clavo sin martillo

en tu destino,

ni espina sin rosa malva,

como rosa sin cruz acaso es logia,

acequia sin agua ni arada tierra,

es el verso sin destino,

destinataria eres, 

por ser armada mi soledad,

Como densas calzas un cruel devenir,

en grilletes condición

impuesta por sistema,

sabiendo quién soy,

simple y llano un hombre de bien,

que bailen su mentira médica, 

diagnosticada por cinco días de insomnio,

que libre no es quien pide ayuda asustado,

le condenan vida entera,

a su negocio de remedios.



Förüq castellano Miguel Esteban


Rauda estela:


Surco de noche

ya se retira

sonando el día

y sus rosas heladas

de invierno,

iris matutino

clamado

en este fiel olivo,

surca mi sangre

entre verticales filos,

mi gris vencido del alba

serena, más desnuda

que la transparencia

que el azul afila.

Se clava este verde

militar de ciprés

como cuchillo enervado,

y su canto

en estos sigilos de chopo,

cargo mi revolver

naciente del verso

por un sol de plumas

cae fusilado el aliento,

algo que clavar

al firmamento

héroe del norte

de mi silencio.

Fantasmas

del imperio perdido

su bandera del tiempo

dormido.

Fúlgidos nervios

cabalgan los acres

de esta trinchera

donde mantengo alerta.

Jauría de sienes hendidas,

con fauces somnolientas

quise ser siempre

con esta mente,

profundicé el idioma

de la flor,

hablé con la tierra,

aún guarda mis abrojos

sembrados.

Entre brotes verdes,

impacientados,

aguardan el bravo

crepitar de la tormenta,

y sus besos azules.

Ahonda esta vida

silos del demonio,

simientes oscuras

de malas yerbas.

En este campo yermo

crece mi ilusión

que no me siembren

el dolor,

seré como la flor

soñaré con las piedras,

reiré con abejas,

jugaré con el viento

como la vida grita.

Ahora que la mañana

consume los suspiros

ahogados,

ahora que el cielo

luce sus corceles dorados.

Es por esta pizarra

que me habla el río

me habla qué más

que ser agua.

Deslices anudados

entre corajes florecientes.



II



Voluble cielo

cuidó tu rauda ala clara,

próvido planeta

de florido consuelo,

por su sol fúlgido lucido.

semejanza quiere contigo

corona el día por aspilleras suaves

las glorias que descifra tu nombre,

sublime en altura por quier

anublen desventura

por mesura,

encumbrarse la ya satisfecha

estela endógena no osaba,

realizada dispuesta

en manos y cruz de Apolo.

Amante lebrel

de sentenciar causa y retiro.

Aragua tribute el franco templo,

inimaginado,

con peñascos y mi arroyito,

alevoso corredor

robusta bizarría 

entre furor de tus solos labios,

felonía de caverna umbría,

retiemblo atónito

sorteando fieras,

amansando mustia frente,

sacro fuego tu esplendor

contigua.

Entre tus cauces férreos amada,

quebraste tu saliva y mi lira,

¡Oh musa, tu encanto

no me retires,

Batida mi hada,

pastorcica de Castilla,

invencible de esta dicha.



III



¿Acaso dormiré la noche?

Se callarán los susurros nocturnos,

el blanco cielo ya no acostará plomizo,

su letargo de otoño aguarda,

taimada mía no marchites

mis leves hojas;

No todavía.

Ampara mi dorada yedra

escucha sus notas de savia verde,

abre y abrirán rizos

en acristaladas fuentes.

Allí el clarín entone

enamorando a la dama del lago,

serpeo mi suerte cuando me dictó verte,

común lache yo perezco

en brazos de mi lejanía nunca hallada,

a ti entrego mi labriego,

inquieto, escita de su linde quieto,

aplaca mi bajel de ala irascible,

relampaguea incesante

alta como la luz etérea,

perenne que yo estaré atento

para osar y no desprenderme;

perjura, retrocede, y avanza

alzándote por falaces bocas,

que desaconsejaron

y creíste amigos,

no poseo yo almendro

de almendras de oro,

pero todo se dará,

sin caer en el vulgo,

mi sed al menos procuro,

es la sangre cándida,

arremete, marca su cántaro rodado,

blando, una solitud escarchada,

a la que se desea tras todo estío,

lisonjero de tórridas llamas

secuaces del terreno.

Hoguera me tiendes la llama

sin rendir tu escuadra,

preso tiembla el morir noble.

Peinadas parras de la sombra,

tupida vida que acicalan

acariciando al rey Sol.



El Castellano




Catarsis:


marzo 05, 2021



Verdad

quién te encontrase, 

tu idea eterna perdida 

mi vía para cerrar los ojos

ausencia que revive la voz

iridiscente abismo de color

perder conocimiento

introspección del vacío

perpetuo de locura 

ausencia llamada dicha

gozo del millón de caras

invenciones 

deseos 

inspiración del rayo de Sol

sueños en la realidad incendiada

seguridad tejida

a través del cielo

sueños del alma

donde cada sangre 

grita su libertad

yo no estoy hablando

ni tú escuchando

puedo verte sin mirar

escucharte gritar

mi momento llegó 

las promesas derritieron

quedó el sentir añil

de quien fui

sigo el final de los días del hombre

despierto para caminar al Sol

cargo en la espalda 

mis pasados pensamientos perdidos

asedios de mente

blindados de quien quise ser

desierto embalse de recuerdos ahogados

sangrando el ruido del destino incierto

quedó ser yo mismo

el caos en esencia de sí mismo.



II



CATALEPSIA Oda a reina Musa:



Catatonia madre de impresión superior,

que encumbras musa y te encumbra de este nicho de bronce,

lápida con flor de silencio,

Oh Catatonia,

flor de muerto de esquela en sangre viva,

yerto circulaba de aflicción,

en oscuro tapial primero,

al suburbio universal,

señero por señal,

de mis signos yertos vitales,

te ensalzo sangre,

que amurallo tus sones vestigios,

piramidales,

titánico siembro,

el númen victorioso

mi gesta,

vestal de cuervo Förüq su madre

Oscuridad, sacerdotisa.

Del tercer orden las cosas habidas,

dilucidadas extensas.

Queda solear, este solar,

de letra perdida

hasta atronar mi vuelta a la novena espada,

que el guerrero Miedo,

me conocerá.

Para cantar mi victoria

de todo parco lugar.



Förüq Castellano



III



Mira mis ojos,

es lo que no reconoces,

el verde metálico del gris en turquesa bañado,

el azur dentro de mi noche perenne

sobre la copa mis árboles,

te hablaré como el amor flagrante,

que exuda, que dirige sin parca compostura,

sin directriz,

no sea complacernos Musa,

oh, si osase tu gemida ventura,

oh, si elucubrase tatido feroz,

de alma a pecho,

de carne a víscera,

no se desdibuja osadía,

en alarido interno,

ni mi sentir cae disuelto,

sin tu cobre mirada que electrificas,

saber preso en tela d’ esta araña,

hemos venido por el miedo descalzos,

canta el mirlo nunca de nuevo,

osará la mentira vestirse Miguel

de tu realidad falsa,

ni la mentira verdadera

dejará de ser mentira.

Vengo de sones de abajo,

mirando alto,

necesito tu oscuridad para recto poder dormir,

necesito sueño para embeber tu cuerpo,

hasta esencia sanguinosa,

oh, granate sangre mercurial,

dame espada.

Regiré alarido vestido,

de florestas y azares,

sí con sabores a mujeres desnudas,

será la tierra tu piel,

cándida, ensoñada,

te abrigaré hasta el sentido,

que llora nuestra subrepticia

nuestra noche llorada,

el tiempo derretirá,

habrá premisa de arroparnos en vivos colores,

vistiendo infiernos de flores,

sólo será cenit y dolmen de placer expuesto,

como alma que encuentra cuerpo,

como verdad y templo,

función,

y sierpe de sangre,

aleteo precoz demente,

ser pez de tu cristal en tu espuma de vientre.



Förüq castellano Miguel Esteban






Pacto de tinta y sangre:



I (2020)



Tiempo brillaba,

colgada su tela,

la araña.

El impulso difuminaba,

que de bruma sujeto,

sólo era distracción,

de mi verdadera pretensión,

alzado el mordisco,

tu piel diviso,

pacto en sangre

que avivaba yerta idea,

en eternidad sujeta,

no era tatuaje,

ni seña de propiedad,

carmín de sangre,

y fraguar esencia,

su negro puerto,

nadie está aquí,

nadie allí,

pretérito tiempo difunto,

todo lo que espero,

todo lo que quiero,

ser de ti,

seas de mí,

unión tinta eje de sangre.

Unidos sin final,

de perenne comienzo,

y estela granate de mi sed que abrasa,

envolverte del nervio afilado,

deseo que corre, acampa.

Lame tu sola voz,

esta sed que late,

esta sed que no disuelve,

coronación me llama,

quebrada la sinfonía del ascua,

era un renacer sempiterno,

latente sin sepulcro vertiginoso,

ni mármol floreciente todo siglo.

Que a ti voy y sigo unido,

Fuego y luz, quisieron unirse,

relamo mi destino,

que no te busco,

te encuentro,

sin nombre es como te busco,

Reina de rectos augurios,

y compases húmedos,

todas ganas dictan

y envanecen,

tu lúgubre destelleo quiero besar,

deseoso mi camino,

un mar en brea,

una caricia, que en extasía,

siembra castro y lecho todas flores,

del reino sanguinoso, precede y procede,

beber tu vals, afilarte toda,

un erizar endógeno,

del interior relucido,

agotada la espera,

suspira por tomarte entera,

y dictaminar que me encorajiné

con fuste, fusta y motivo.

II (2016)



Mi alma anclada en gozo,

de que tú seas su ilusión verdadera,

quimera de piel y amable entrega;



soy tuyo hasta el tiempo

que me verá desvanecer a tu lado

naufragando mi barco,

hoy te visto de amaranto,

perfumada de rosa esquiva tu mirada,

para encender mi candil y su verso,

a ti estoy sujeto como el inicio del tiempo,

que jamás me verá desvanecer de tu puerto,

hoy avanzas mi canto,

para pintar de tu color su verso,

que ya no se retuerce ni retorcerá

muerto el beso,

queda servirte mi flor de hueso,

despierto,

despierto mi reino, vuelto el nuestro,

resumiendo el latido por ti confeso,

para resplandecer,

y que viva siempre nuestra luciérnaga de amor,

iluminando el abismo y su garra,

para ser yo quien te ama

mi Leana.

Quien te vistió el cielo

de todas las flores mi amada.



III (2016)



Preludio de tu posesión de alma, 

está mi quimera dispuesta,

para relucir mi vida quieta y su estampa que inverna,

muerta la calma y su abrojo de plata,

todo lo que queda es ella,

vida para el telar de mi letra,

despierto el alarido y su estampa cuelga,

muerta mi araña es ella quien queda,

para florecer el viento flores de sol latiendo,

y su bello campo de amor por deslumbrar al rey lucero,

era o no era llegó mi tiempo

desnudo el tiempo,

me visto de cuervo,

para volar su cielo,

mis violetas nocturnas caen en flor

junto con mis sentimientos,

para acampar el sonido y su destello,

soy yo quien quebró para ella el tiempo,

el horizonte gritaba su amor envuelto,

lloraba una primavera de nuevo,

soy yo el que escuchaba atento,

fiel de su beso,

para mi no era invierno,

si su estampa relucía de nuevo,

era sin duda mi tiempo,

el de rajar el suelo;

sembrando mi aliento,

despertando al muerto,

trepando la ilusión

en su pupila de hierro,

desmenuzado el latido

quedó que yo vivo

por el latido

que me mantiene en vilo,

a ella sujeto y preso,

para florecer en ella el beso

y mi caricia quedar proscrita

a su submundo de los condenados

así como su estampa brilla.



Förüq castellano Miguel Esteban



Sincrónico fulgor:

Sincrónico fulgor: marzo 03, 2021 Prefacio mi entrega: Presento ante ustedes, abrojos versados, mi presunta creación, mi decencia en vals, abro portón inspiracional en tres, tierra, esto es tierra noctámbula, grillos laten, pasada luna llena febrero, adentrando número sagrado en Marzo, todo cambia, todo está cambiado, en la verdad. Nada por olvidar, deseo colmar, tibieza placer, jamás ya esquivo, repletaste y colmaste belleza intransigente en pulcritud del fuego de mis ojos, uno ardo, dos te adoro, tres fascinación cursa, repleto camino sin ser ni con altiveza de pasos destruyan sin honrar. Fase novena activa, oh legión, dame cítara, bajo que voy subiendo, permisividad infausta dictada a la milicia, porte sembrado, abrojos, inculco que descubro esta mi espina del Señor, donde iré por fuera de la noche, sendero a oscuridad magnánima, te estoy besando recuerda, bailo en tu densidad.

Miro tus vidrios, deseo sublimar imagen sí, en oxímoron, cómo hacer base de mi pretensión particular, llenarte como me llenas de letra a mi alma mecha de luz que prende, incendia su oscuridad. Mírame estoy desnaciendo mi decencia, oh, maestra la noche, señorita escarlata, colcúlcame claridad en mi brea, pretendo amarte, tocar violín, limar aspereza y ser su cuerda yerta, grillos criquean, oda a luna sempiterna, en primavera climatológica presente, vuelo alto, como el momento, debido aguardo tu beso eternamente, al claro oscuro escribo, no estoy perdido hierro luce mi alma, esta calma que estalla, arriba tu horizonte Musa, blandiendo azar de nueve fieras, tres velas, y un candelabro. Dentro portal de tierra. Oh Lvgvs, he venido a servir a tu rebelión, oh, Lugh, oh Sol Ferro, ven dame luz, ven, dame sola arma convenza, oh Lugus, he venido a nacer en tu dicha, gloria, mi Tierra, diosa mi Luna semper, sempiterna, encendida, oh, gloria dame blasón, Helvetios, Mercurio, venimos a transmigrar, venimos a incendiar alma, arma y honrada amada esencia. Siempre te amaré, quizás y va a ser algo, nunca cambiará, te amo esta noche de penumbra, para así ni en locura olvidarte ni abandonarte nunca. Esteban er-lobo bohemio Förüq castellano a 3-3-2021 Miguel Esteban Martínez García 


Cuerda yerta:



Estridente vuela la hoja,

devanando respiros cautivos

volando patios de arañas

de grises fauces.

Chirría el viento yunques metálicos

suena su desvelo por lomas

afiladas, al desdén de voces mentales,

azares corren su suerte

por grilletes y sujeciones retuercen.

En un jardín del otoño caduco

mi voz se descubre, sola, sola

como cuando nace la tierra,

y en su yerma plácida crece la amapola.

Cautivos espejos no reflejan lo que siento,

sulfurante sino condenado

para no ser yo ser él el que hable,

de sensaciones acristaladas

y pensamientos sin vaho

empobrecimiento deslizado

por aislamientos que libertad llora,

allí creció una rosa

de trocitos de papel y pintura

porque nada es eterno, esperaba ser real

aislé al tiempo con vacío seco

abrí las puertas de negros lirios

luces me afilaban asidas de momentos

decrépitos, sí estuve allí

en sus sopas medicamentosas

y para curar mi cordura nada hicieron

porque me llamaron loco.

Pero yo sé quien soy.



El Castellano

Orfanato de inspiración:


Recuerdos que llaman a un presente,

de zarzas de tu piel

con las que pincharse y enamorarse,

de besos en la espina del demonio

y nubes de calma dulce de ángel

sángrame las palabras bonitas

viento del sentimiento áspero florecido,

tersa de seda camino tu camino

despertando en tu templo de azúcar,

cabalgando tu incesante ilusión bebida,

hoy me encuentro clavo a clavo

con mi sueño que sembré en tu lengua,

escalo tus montañas

esperando encontrar el tesoro que arde,

que late en tu bosque de corazón,

escucho las voces de mi mundo torcido,

te encuentro las alas,

te alimento las mariposas,

hoy te quiebro el silencio

en el blanco cuarzo de esta distancia

que sintoniza que llora flores de niebla y humedad,

me crecen las cuerdas,

mis pozos se llenaron con tu saliva,

aquel invierno que te tuve en mis brazos,

esperanzas nos llaman a sembrar el nuevo año,

deshacer los siglos que nos juntaron,

quiero encadenar a la dificultad

en los grilletes del olvido,

hacer luz en cada oscuridad que tienta nuestra llama,

quiero desangrar estas rosas de sangre

y escribir el te amo a sangre y fuego,

acariciar tu pelo sentirlo entre mis dedos,

reinar tus pájaros y suspiros,

prender fuego a tu reino con mi cuerpo,

tenerte un poema en cada rama de viento,

tanto quisiera vida que solo te quiero a ti,

mi dulce sinfonía,

mi flor de cada caricia,

rocío de tu alma proscrita

lágrima que camina

en cada tambor de mi tierra

en cada arteria de mi voz que te encuentra,

mato el dolor con mi palabra de corazón

esta noche te canta mi pasión,

flor con flor semilla de tu amor,

agua de tu boca para vivir

quiero ser araña que te araña

esta noche invernada,

despertar nuestro sueño que reines luna mi cielo,

quiero beber de tu cuello,

derretirme en tus ojos de hielo,

mandar al cuerno todo intruso de nuestro desvelo,

abrigarte la noche fría

ser tu sol cada día,

renacer en cada semilla perdida

que nos brotó el aliento

en dos almas unidas en la eternidad del beso.



El Castellano y Leannán-Sidhe


Estameña flor:


marzo 02, 2021

Silbido de la sangre:



Claman verdades de la tierra

por nacer y resurgir

la quietud estameña,

sobre la misma tierra

el eterno ciclo de la vida, 

como traje de la mujer soñada,

muerte en memoria hilando recuerdo vano.

Resurrección como caminillo de hormigas

por la soberbia de la simiente al albor

de sangre sin condición.

Yo soy por siempre 

miel de infortunio desaconsejado.

Así como dura sonrisa y guiño besado.

Al azar de la existencia

efímera esencia del crepúsculo más sonrojado;

apellido y nombre que nada representa

como resplandor de la centella 

vil chisporroteo sin sonar,

cargo el silencio y el infinito de mi verbo

a lomo de frialdad en escama

resopló en la montaña sin nombre

latido de mi húmeda lombriz azulada,

de mi tierra que jamás tuvo dueño

latido sin final

agua de manantial núbil destelleo,

va girando mi vida por enraizar

yo soy siempre

sendero de sierpecilla inútil,

con el manto de su desnudez violenta.

El eterno comienzo sin final

aullido del viento, arena en una gota de lluvia,

hoguera crepitando la tierra del volcán.

Río que acaba y resurge del mar,

ese soy yo siempre por despertar.



El Castellano y Leannán-Sídhe

14-1-2019

Resurgir:



Hoy las fuentes bullen

los ríos desbordan

las vidas dejan sus grises

de invierno y sonríen

al alba de la lluvia

que toda vida mece

sal al jardín ayer sembré mis ojos

esperando que la tierra fuese sangre

las raíces mi boca

y la planta mi cuerpo

para con longevidad imperial

llegado el momento

decir de este jardín yo no he muerto.



El Castellano y Leannán-Sídhe 14-1-2016



II



Sangre y muerte aplaco regio,

duramente como astro viril,

como amor estameño que canta a su veta amada,

en sístole de barretero,

abriendo surco nuevo en piquete,

trágica que ella así vino,

flor de metal desde el suelo,

amparo en destino reguero pulcro,

todo reguero que trueca su suerte;

por muertes de estaño fino,

enamorada dinamita que surca lecho,

un son que grita un baño de raudo fuego,

sin piedad de obrero,

ni réquiem apiadado por la tierra,

un raso enlutado de oscura piedra nacido,

concavidad de caseta y vals minero,

como sinfonía nocturna que abre yacimiento,

regreso y no entristeces,

estameña vida en cobre cubierta,

santa presencia

de altas colmenas,

y simientes que el tiempo avelan,

fontana tú, serena,

viniste al mundo

en la fundición de la primera Armonía,

sombra tú de planeta sin espejos,

turbiedad que no arrostra diamantes,

opacidad serena,

sola,

sola,

como sola nace nueva tierra,

gris fantasma

que velas tu brillo maleable,

rutilas cenizas metálicas

de todos los ayeres en cuerpo metálico, tangible,

sigiloso sembrado, tu vanal estallido,

a sacar de ti mina y provecho,

raíces pétreas,

tu sino de planta de humo,

copia sin espejo,

ni sombra acaso tu reflejo,

perpetua osadía

sembrada por el Cosmos.



El Castellano


Gloria oscura en auge:


Elevado trigal de mi oscuridad,

amapolas desangradas, río de sangre

por llegar,

de este confín

al inframundo.

Del pozo de Airón

va este celta carpetano,

Sigfrido en Alemania

nombrado.

Escudero del dragón Cuelebre.

Araña tejida en el ojo del lugar,

el cuerpo ama el frío caido,

deslumbrado, yerto de la pupila

con su telaraña montada,

en su palabra,

en cicatriz silente, doliente,

abrasada cual fuego leña abrasa.

Avanza mi trino comulgado,

vivo por la ley

de mi corazón invernado,

del suplicio,

al suspicaz verbo

por visualizar,

para su estampa domar,

en el cerro del lugar.

Por el templo de mi congelado habitar

gloria,

de este mundo cruel

jamás caigo destruido,

parco dulce tormento,

que mece de vuelta

al inicio del sentimiento,

jamás dicta su única verdad,

Luz es Luz

Madre de Oscuridad,

comienzo de todo.

Voy con mi caballo a cuestas,

turbado esquivo nacido,

cual linde deseado perdido.

Quiero encontrarte,

conocerte,

tornada quien tú eres,

en efecto y beldad,

amarte.

Ya te amo en verdad,

lleve donde me llevase el cante,

el umbrío, tibio,

parco hálito,

allá donde mi latido no cupiese,

te llevo en mi huerto

mi flor oscura,

en este invierno que el Sol

de amarillo la vida ungiese,

y la tierra en encina y esparto blandiese.

Gloria,

puedo empezar

sólo basta dibujar,

detrás de mis ojos

mi amada está,

llamada poesía a su entraña

de Gloria oscura,

vivaraz entraña retuerta.

Musa-araña dicte lo que es de ella.



El Castellano

Subrepticia:



Ese mi único secreto,

revelado entre celdas de leche

y rosas de sanatorio.

Su encuentro en estadía de larva,

o alma anclada en forma de éter,

forma concisa,

fuego en lágrimas mi sangre,

a dulce mordisco

te di de beber de mi índice.

Hoy, perfección intangible, onírica

del mundo propio del sueño,

belleza lejos de mundo conocido.

Fuente los cielos, candor de dragones,

rizados en todos los colores,

nube de evolución, granate profundo de ojos,

partida de sed sanguínea,

Ser perfecto, cómo llamarte,

que al volar, te dije

vuelve cuando quieras,

no voy a intentar capturarte.



Förüq castellano



II

Espiral de reposo:



Soliviando, viene bregando,

un azar tangible epicúreo,

adoctrinado al hervor de la verde cepa.

Raíces al templo del mañana,

vistas a lo que nunca dio causa

y siempre estuvo y está.

Inmiscuido como ascua besa

su final de ceniza.

Empíreo, cromado sentimiento

de conciencia filosa.

Quizá algún día vuelvas,

Subrepticia hermosa,

quizá más crecida

tras alimentarte de los cielos,

y su bruma del gris encorajinado

y su zinc y su plomo.

Puedes escuchar los sones.

Se afila el clamor

entre trompetas

de todos los ángeles.



Förüq castellano






III

Atisbo de nácar:



Noche de colores enervados

de rienda alzada como vetusta estela

coloreada por oscuridad sempiterna

que todo atisbo envuelve.

Es el son sanguíneo del sigilo

alzo, que dirijo sus resplandores

consecutivos, es un latido de tierra,

repicar de los fusiles,

y sus hocicos al horizonte cantando

un inmiscuir de la brea

y su pólvora encendida.

El dormitar de faroles

y su réplica de luz intransigente

vuelve al pozo sin poso,

es mi sola alegría descorchada,

entre la caricia de mi guardia.

Mi cielo en repiqueteo de colores

que difuminan la densa oscuridad

de la noche.



Förüq castellano

Sigilo de solitud:


Por el tercer orden de las cosas,

avanzo mi solitud extensa

el infierno de la araña custodia,

el destello nacido de la tiniebla

susurro en eco de cicutas sangrantes

es el estambre de la flor llamada muerte,

un sueño eternal

en las lindes del descampado

que atraviesan las almas

al transmigrar,

eterno hálito inmemorial,

un telar entre escarchas azules,

y vides de lúgubre ambrosía

cantada por Dante,

y el grajo negro de Apolo,

surca los párpados yertos,

descubramos hálitos flamígeros

en sinfonía yerma de corazones espinados,

y zarzas en umbral sigiloso.

Puertas al reino de los condenados,

suenan los sones, suenan los clamores

de brea y tinta exaltados,

era una noche lúgubre,

las pestañas no bailaban en los ojos fríos.

Era una neblina cegadora

que abría un fuego tras la oscuridad,

unos ángeles blindados

tras la puerta helada un enero,

unidades de la creación,

vida hermosa,

sueño hermoso

reflecta maravilla,

mundo negro en el que me encontré.

Hijos de la tormenta en la noche oscura,

a ti noche oscura canto.

A ti noche oscura te escribo.

¿Por qué no me das el sueño que tanto ansío?

Paso noches enteras de insomnio escribiendo poemas hasta

enloquecer, llevo ya cinco días sin dormir y veo que se van

mermando mis facultades mentales y escribo frases sin sentido,

garabatos en hojas de papel.

Me asomo a la ventana y contemplo las sombras de la noche como fantasmas,

deambulando sin rumbo.

Mientras apuro la botella esperando matar esos fantasmas de

mi cabeza que suenan como delirios con sus voces.

Me estoy volviendo loco.

Solo veo sombras y figuras que se dibujan en tu oscuridad como

demonios.

Sólo los gatos y lechuzas salen a cazar como los murciélagos.

A ti noche lúgubre y oscura te escribo que bajo tu protección de tu oscuridad

ven salir los ladrones y asesinos a hacer sus acometidos

de muerte y delito de acero y sangre.

A ti noche lúgubre y oscura te escribo.

Tú que no entiendes de genocidios ni de muerte ni de fosas

comunes selladas con cal y tierra ni de fusilamientos.

Tú solo ciegas la luz del sol y solo el fuego y los fusiles iluminan

tu oscuridad.



EL CASTELLANO



Soliviando, viene bregando,

un azar tangible epicúreo,

adoctrinado al hervor de la verde cepa.

Raíces al templo del mañana,

vistas a lo que nunca dio causa

y siempre estuvo y está.

Inmiscuido como ascua besa

su final de ceniza.

Empíreo, cromado sentimiento

de conciencia filosa.

Quizá algún día vuelvas,

Subrepticia hermosa,

quizá más crecida

tras alimentarte de los cielos,

y su bruma del gris encorajinado

y su zinc y su plomo.

Puedes escuchar los sones.

Se afila el clamor

entre trompetas

de todos los ángeles.



Förüq castellano

Preludio de la certera posesión:



Mi alma anclada en gozo,

de que tú seas su ilusión verdadera,

quimera de piel y amable entrega,

soy tuyo hasta el tiempo

que me verá desvanecer a tu lado

naufragando mi barco,

hoy te visto de amaranto,

perfumada de rosa esquiva tu mirada,

para encender mi candil y su verso,

a ti estoy sujeto como el inicio del tiempo,

que jamás me verá desvanecer de tu puerto,

hoy avanzas mi canto,

para pintar de tu color su verso,

que ya no se retuerce ni retorcerá

muerto el beso,

queda servirte mi flor de hueso,

despierto

despierto mi reino vuelto el nuestro,

resumiendo el latido por ti confeso,

para resplandecer,

y que viva siempre nuestra luciérnaga de amor,

iluminando el abismo y su garra,

para ser yo quien te ama

mi Leana.

Quien te vistió el cielo

de todas las flores mi amada.



El Castellano y Leannán-Sídhe

Lugus:


Oh lugh, invencible al crisol

de tus lenguas travesadas

fiel carrusel de rayos sin secuela

de su rizada espera,

blanca luz de tu vera,

entre compases que hielan,

a tu vespertino canto derriten, despiertan

tus mil llamas liberadas,

desnaces a la noche que aguarda,

oh Sol de mis soles,

acoge este iridiscente canto

en tu seno en mi pecho que te aguardo,

al fragor de serpientes frías,

al valor de fieras enardecidas,

bajo y bajaré para alcanzarte.



El rey lucero,

todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color,

a través de la caricia nos trae Lugh.

Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris

que apareció tras mirar fijamente preguntando

a una flor de difunto me comentó

que podría indicarme de la tierra

donde todo es libre



Lugh

mi padre astro,

Dios de las artes,

este afán que me enciende la vela

para que me encuentre



luna madre de Lugh soberano,

encuentra su cuervo en su castaño,

estribo sin llano

un real cerro

de rivera del antaño tajo,

salpicando este corazón por piedra,

con mi dicha

que se acuesta y briza,

mi profunda raíz de tomo,

con negro abismo despejado,

centelleando.



Wotan, Lugh, Morrighan,

ese veris perdida y encontrada,

Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,

y tú mi amada Brigid

Genii locorum dioses ancestrales

abrir este camino,

Diancech sana este mi cuerpo

Badhbh Catha sigue fuerte,

tierra entierra la maldad

sepulta los problemas,

como en tu ser el ciclo 

el eterno resurgir en ti cierra

y comienza,

resurgiendo, abriendo camino,

escudo en fuego sembrado,

hueso del pagano,

me deberán cuanto yo he plasmado,

hierro al hierro,

fondo escueto

del vítreo traspuesto,

senda de la idea,

por ellos socarrada,

lucha, cuanto más arduo es el camino,

cuanto más se abren las pruebas

más se hinchan las fuerzas,

sólo vencer en firmamento,

agujereado de huesos,

siembras que tiembla la luna.

3 claman los genii locorum

que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos,

Diancech sana este mi cuerpo

Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde,

Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba,

Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,

y tú mi amada Brigid poesía,

elevar mi canto

que yo con mis actos

os hago un manto,

Cernunnos comienza nuestra caza,

Candamvis alumbra esta montaña centelleando

el relámpago,

abriendo el cielo de nuestra bruma,

tejiendo nuestro amado ocaso,

que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo,

ahora y siempre se escuche nuestro canto.



Regio Lugh meditando.

Sin mis vencejos

no brota esta fuente.



Abren montes

sucios de azul sereno,

deslumbra un fulgor.

Dios del destino,

dios de luz y del fuego diestro,

doradas sierpes bajan el acecho

flamígero.

sí o no mi lucero,

afrenta amanece,

antepasados servid al viento

de vuestros hijos.

No hay bajeza por recorrer,

raya la senda

cristal hondo, que lluvia mezca.

Renovado filo incierto,

entra luz en círculo

piedras de mi padre Lugh

escrita la noche,

ancho dilata diáfana derrota

cae a mis pies.

Vieja honra goza nuestra libertad,

tumulto en casta recio,

esquilas límpidas las mías

en luz de mi Sol padre,

titilan tersos

los verdes de tierra

espejando joviales reflejos,

dios de fuego y de toda Iberia,

desde portal del bosque

de Cernunos,

Candavmmis abre los cielos

velo de tormentas,

apacienta bella, tu recta belleza,

sobre mi haz

fiero, funde mi luciente,

a avivar el trueno.

A galopes de oscuridad

magnánima.

Dios de brillo terso,

En este otero mi alma despertará.

Aciago comienzo de sangre

en grito ceremonial,

ondas pulcras cantará,

dilatando cauce de gran Airón.

¿Vendré ya a la luna?

Ya filo de alba,

pura tiembla mi brisa nocturna

aprende mi resto del mañana.



Lugh Solar y Poderoso,

jamás a ti te hable el olvido disuelto,

ni se rija tu onda luminosa como tronco esbelto,

digno a abatir el rayo,

noble melancolía por tu madre difunta

Tailtiu, 

en el alto cielo,

tu grandeza

sea reguero de oro.

La tierra secunda en nueva cosecha

por talentos colmados a florecer,

viento sonoro guarda tu hermosura

Rey Padre,

El páramo yerto perecerá

en ámbar blando

de aroma besando tu frescor 

de vida nueva.

Abatirá la sombría dulzura la tierra,

ilumina mi pluma al honrarte,

suspiro de mi estruendo crepuscular;

nombro al pájaro misterioso

que te pertenece

cuervo que otorga el anochecer,

Sicut nubes, quasi naves,

velut umbra.

Años pasan yo busco mi recto yermo,

triste aflicción por aquel tomo de tierra

como las sombras vaporosas.

A ti Creador de luz,

acógeme, pinta esta mi noche negra,

amigo de imagen solar,

soy por cuantos Soles he nacido.

Por sosiego de tierras ignoradas

dame su gloria.

Camino afable con tu candor a seguir,

blasón yo no pido

ayúdeme a desplegar y sembrar mi porte,

en tierra a cabalgar

y deslumbrar.

Lughnasadh, Lammas, abro celebración

para generar nueva vida

en cosecha nueva

limpiando en tu nombre Lugh,

toda tierra.



Oh gran dios del Olimpo celta,

Lugus señor,

tu espada cenit de todos los talentos,

oh gran Sol,

divinidad de tierra,

tu sola estirpe encumbrada.

Patrón de artesanía,

amplísimo espectro, padre de las virtudes,

gran brujo, sabio cuervo,

aquel que te sigue por doquiera,

iluminoso, blanco

cuervo tú.

oh padre,

abre ya en savia nueva tierra,

también te llamó el Cesar a ti, Mercurio,

llegara tu culto para Lughnasad.

Solo uno; dios del Sol tú,

oh Lugh.



El Castellano

Oda al Sol:



Gran Sol, gran hervor de rayos espadas

día clavado; tu iris sediento sanguinoso

en Vestal iridiscente en flamas a lo alto,

a lo alto brillas como crece el talento

sembrado en nuestro corazón,

rueda de fuego, Lugh en tu gloria,

germino toda dicha padre de mi conocimiento,

oidor, de cuánto arte ha conocido, padre Supremo.

Escúchame mientras te honren este,

el día de mi musa en armas.



El invierno se ha ido, nos dejó atrás,

los campos están verdecidos y cantando en flores

que trae Ostara y su caricia de divina nota

de savia que escala todo terreno, y fríos ya lejanos,

Toda la tierra duerme en tu ausencia.



Incluso en los mas oscuros tiempos

tu luz es el camino

para aquellos que necesitan un faro

de esperanza, de brillo, de sosiego,

relumbrando en la noche.

Tu esposa regentada por madre Luna,

buscando toda tu luz, toda oscuridad empuja,



La primavera está aquí, y días aún más cálidos vendrán

los campos están desnudos y vestidos de celestial verde de lanzas

y el ganado pastando.



Encendemos estas velas en tu honor,

Regreses la vida de nuevo al mundo.

Mi lira te cante la sola noche que traes flagrante.



OH LUGUS

Solar y poderoso,

sol sobre nosotros, te pedimos

tu regreso al alma incendiada,

en virtud que te amima y habla,

que traigas a nosotros la luz

y el calor de tu vida.



Trae de nuevo la vida de nuevo a la tierra.

Trae de nuevo la luz a la tierra.

y aleja la saeta oscura que te retiembla la calma,

al alba más preciosa.



Maestro encumbrado

del arte que florece

y en nuestras entrañas germinamos,

nosotros los escribas

cabalgamos todo tiempo difunto,

guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.


Diestro compás

en sol mayor,

bruma de idea socarrada.

Flamígero desdén;

congelado en ascuas

de fuego azul.

Horizonte sin prisas

que arrostró

todos los rostros

de abril.

Abre el nuevo fervor de tu luciente.

Y su solitario azar de relámpagos

de tu azur hermoseando,

enclaustrado.

Vírgenes encinas, y almendro de soto,

entre un nogal

dependiente de su sombra.

Al verdor de inusitados pinos,

me caracolea

la fronda del monte. Musario cerro desnudo,

Espino amarillo de mi dossier,

Caléndulas solariegas

que amarillean su silvestre ralea,

esposa complaciente de Sol naciendo.

Brilla esta infamia

de campo abierto.

A esta última lagartija

lanzo un baquio seguro,

sin disfraz ni apellido perenne.

Mudez última

de sangrada amapola.

Sanguínea tormenta

de dureza blanda

con agua de mi terco aljibe

obtuso en litigio de iris vespertino,

y su sangre que baila

el suelo terreno,

que en culto a ti Lugh yo beso.

Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra.

Hijo y sirviente de Candavmis dios del Trueno.



Förüq



Reflexión:

Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,

es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,

y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,

en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.



El Castellano 29-04-2019


LUGH


31-07-2017


Vida que las montañas me respiran,

raíz en su abismo de hondo tajo,

aire bonito relátame mi destino,

subiré los montes y cerros,

alcanzaré mi soberbia

allá donde el alba despierta

y el linde vuelve vago,

plácido, ferviente,

sed de tallos

y savias que luz llena,

erigiéndose cumbres

y cimas de hervores

a la matutina belleza

que anida.

Y en el ser germina,

febril loma desdeñada

por rizos en apogeo

entre rayos que culminan,

desnuda hacienda ultrajada,

río de encina, cuervo nacido,

por lo que me quedó sin decir,

Wotan, Lugh, Morrighan,

ese veris perdida y encontrada,

Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,

y tú mi amada Brigid

Genii locorum dioses ancestrales

abrir este camino,

Diancech sana este mi cuerpo

Badhbh Catha sigue fuerte,

tierra entierra la maldad

sepulta los problemas,

como en tu ser el ciclo 

el eterno resurgir en ti cierra

y comienza,

resurgiendo, abriendo camino,

escudo en fuego sembrado,

hueso del pagano,

me deberán cuanto yo he plasmado,

hierro al hierro,

fondo escueto

del vítreo traspuesto,

senda de la idea,

por ellos socarrada,

lucha, cuanto más arduo es el camino,

cuanto más se abren las pruebas

más se hinchan las fuerzas,

sólo vencer en firmamento,

agujereado de huesos,

siembras que tiembla la luna.

3 claman los genii locorum

que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos,

Diancech sana este mi cuerpo

Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde,

Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba,

Dagda, Balar, Mórrigán, Lugh,

y tú mi amada Brigid poesía,

elevar mi canto

que yo con mis actos

os hago un manto,

Cernunnos comienza nuestra caza,

Candamvis alumbra esta montaña centelleando

el relámpago,

abriendo el cielo de nuestra bruma,

tejiendo nuestro amado ocaso,

que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo,

ahora y siempre se escuche nuestro canto.


El Castellano



II



08-2017



Impetuoso campo de mi celaje,

allende mis altas torres de belleza;

Inmobles rastros en piedra tumbados,

estos barbechos que me piensan;

Por almenas seculares,

remembranza en bastión,

de andariegos siglos,

me enhechizan flores de sangre,

perduradora loma desgañitada;

Tráfago en mimbre cabalgo,

recama tu alma

como una losa sin frente,

ni gemelo tiznado,

por tener ajuar astro renombrado,

alzo mi quieta dicha

entre gentíos de mi oeste,

desvencijada suerte,

por azares de plomo y zinc,

fúlgidas cabelleras

norteñas en crestas

sin linde mutable,

acababa de irme

y no soy adorable,

es una fosa de recuerdos

ahogados en silencio,

vagaroso desdén

que me enjalbega

en cuerpo,

mi luna fija, vaporosa,

luz en libertad de mi regazo,

abismo cercenado,

de cálido espanto;

sosiego, quietud del bastardo,

regio Lugh meditando.

Sin mis vencejos

no brota esta fuente,

naturaleza cuando amarte

se vuelve arte.



El Castellano



III

10-04-2018



Abren montes

sucios de azul sereno,

deslumbra un fulgor.

Dios del destino,

dios de luz y del fuego diestro,

doradas sierpes bajan el acecho

flamígero.

sí o no mi lucero,

afrenta amanece,

antepasados servid al viento

de vuestros hijos.

No hay bajeza por recorrer,

raya la senda

cristal hondo, que lluvia mezca.

Renovado filo incierto,

entra luz en círculo

piedras de mi padre Lugh

escrita la noche,

ancho dilata diáfana derrota

cae a mis pies.

Vieja honra goza nuestra libertad,

tumulto en casta recio,

esquilas límpidas las mías

en luz de mi Sol padre,

titilan tersos

los verdes de tierra

espejando joviales reflejos,

dios de fuego y de toda Iberia,

desde portal del bosque

de Cernunos,

Candavmmis abre los cielos

velo de tormentas,

apacienta bella, tu recta belleza,

sobre mi haz

fiero, funde mi luciente,

a avivar el trueno.

A galopes de oscuridad

magnánima.

Dios de brillo terso,

En este otero mi alma despertará.

Aciago comienzo de sangre

en grito ceremonial,

ondas pulcras cantará,

dilatando cauce de gran Airón.

¿Vendré ya a la luna?

Ya filo de alba,

pura tiembla mi brisa nocturna

aprende mi resto del mañana.



El Castellano


Suspiro fresco

en labio extinto

de sombra.

Día que no se encuentra

su densa forma,

cuerpo con agua de estrella,

querer vivo que llega al aire

tiende y espera,

la muerte que renace

por fuegos de brea

en el aire.

Abren batientes pétalos

de viejo silencio esquilmado,

esplendoroso.

Acurrucados sobre un lecho

que la brisa abre,

en trocados rayos de sol,

esquivos en plano

de verde follaje.

Astuta golondrina encontrando

dócil rama.

Mundo sin mentira de vida,

manantial reluciente de esmeraldas

ahonda y todo siente,

que la sangre miente.

Terruño ojo victorioso

aplaca sus arpas irascibles

estrujando abismos dolorosos,

petrificados.

Reniega la boca vegetal

casi viva,

promesas en frente de violetas,

cantan amando el claror

lírico, estremecido.

Coágulo de viento

en cientos de porciones,

esta luna quieta

semejanza quiere

descubierta la zona umbría

donde invicta llagó mi alma.



El Castellano



Ríos que me tibian el corazón,

eslabones de sangre,

¿Dónde está la paz, dónde está el amor?

ríos de sangre se comen mis venas,

cada tropiezo,

otro borbotón,

otro alfeñique para mirar,

¿dónde quedo yo?

que el sol sea mi pena,

cantando espero mi triunfo,

se afila mi papel,

crepita mi alma,

tropiezo con la tiniebla,

hoy navego sobre mis versos,

aliento de la sombra de la creación,

hijo de la luz y de la sombra,

no acabaré de irme,

no cesará mi terco aljibe,

enamorado sin luz avanza

parco el sonido,

deslumbrado albor,

desnudo mi árbol,

hoy centellea mi rayo,

para decir que yo aquí no he muerto,

se viste mi sangre de caléndula y margarita

por si vuelvo al desliz de mi vida,

pasajera de un caudal

que mi entraña mece,

piel con piel, dolor con dolor,

enamorado corazón,

hoy avanzo sin mirar el color de mi flor,

estoy latiendo en el umbral de los dos,

mi sangre está llorando,

el cruel desliz de la parca efímera,

me siembro en los campos para perderla de vista,

suenan los trigos, de la verde espiga al girasol

se viste brotando mi amor,

viene a plañir mi alma

por el sendero sin prisa,

se alza la dicha,

mi ser crepita el alma,

hoy me visto de espiga,

y que el campo me enternezca

al cuchillo dorado de la piedra caliza,

hoy mi amor al albor

gime por su caricia

y que el alma dolorida entienda

que ella maravilla es mi vida,

por este siglo y los que me quedan,

escrito yo en la piedra.

Lima el albor mi nervio,

aliento cruzado que cae tejido,

la ilusión se hace nido,

borbotones de sangre que crepitan,

alcanzo la cima,

el sentido cae dolorido,

de vid y espino alcanzo el sonido,

al compás de un famélico ciprés,

mi alma dirá viviste,

encontrando la flor

por la que mi mundo se desviste,

rayos a la aurora

para su fiel investidura,

flor de niebla que avanza

mi umbral se desvanece,

bullen las fuentes,

el río es otro río de sangre más,

lucen las mortajas coloradas,

fiel desliz que cruza mi alma,

desgañitándose el alba,

el amor por parir una flor,

elevado al rayo de sol,

quién te viera quién te vio

rasguñado tornasol

se desangra mi campo del girasol,

millas aparte mi nombre se blande,

el beso me derrama las mejillas,

en albor quedan las caricias,

de la piel escritas, sentidas,

danzan las estrellas,

me vuelvo a ver en tu vida,

donde el te amo formo bandera,

y en tu ser queda,

resquicios sin nombre

que el ser come,

la rosa y la espina gimen

en tu nombre,

avanzo el ser resguardado,

sin franca escalo la tapia,

a tu cuerpo me encaramo,

hoy soy de ti

como el pájaro a su nido,

como la sed a su agua por beber,

como el río a su montaña por descender,

como el caracol a su mata por comer,

crepito el fuego que me brota

por tu corazón,

soy yo sin más razón,

tránsito veloz,

tu calma y su verdor,

me visto de malva

gimiendo una runa en el sol,

me anclas el gozo en la flor,

me blande el coraje

por el viento exclamo

mi valor amarte sin condición.

Desde mi umbral a la flor,

cantas mi canción,

te aúllo un caracol,

mi vida tornó a mejor,

irisado rayo de sol,

una fuente y un diente

un afilado canto irisado,

hoy acepto mi destino

porque muerto vivo si no te miro,

tengo tu imagen enraizada en mí,

es por mi sino, que maldije,

pero hoy después de tanto

tengo el sendero labrado,

mi cuclillo, afila, al infinito horizonte,

mi ser se hace grande,

mantenme afilándome en la piedra,

hacia el centro me quedo exhausto.

para pulirte del alabastro.



El Castellano y Leannán-Sídhe



Yo soy siempre:



Todo queda bajo el esfumino de mi grillo,

colgando pensamientos en tejados,

al compás de una cigarra,

piel con piel flor con flor

elevado resquicio de tu amor,

sueños atrás volaba mi alma ingrata,

nervios posibles y su cama,

sí soy yo sí eres tú,

qué pasa ahora,

instante de cerrar mis ojos,

por comenzar la historia de mi vida,

y sus siglos de dura existencia carcomida

al disparo de la ilusión y su mentira

donde los demonios llaman y me quieren,

deslizada la tela de araña

mi vida es lo que me queda,

soy Dios de mí mismo ahora,

el demonio me cuelga la espera

mitad luz mitad sombra es mi ahora,

mantenme lejos del nunca,

yo soy por siempre,

ojos renegados de este humor vivo,

gatos maullando a la luna en el tejado,

imposibles galanes,

cuando yo me caso con lobaluna de antaño,

animal feroz corre por mis carnes,

solitario ángel armado para el enemigo,

este es mi sino,

tejos crepitando su savia en albor

asidos a su quietud imperfecta

que el tiempo no determina final,

vida trenzada en albor siniestro mi ida

soy weche, soy fuerza, por y para siempre,

el verso me teje,

tinta mi sangre, pluma mi garra,

por acampar la estrella y su cama

hoy por qué no mantenme fuera de la mentira del fin del universo,

porque yo soy mi universo particular,

humor desdoblado asesino del tiempo,

mi mano acabando con el aliento imperfecto,

soy el imán de hombre que te atrae a mí de nuevo,

soy la ecuación perfecta que asesina tu velo,

toda mi realidad se construye de mi mano,

para acabar elevando al tercer cielo y noveno abismo mi canto

entonado en cal y arena como caracola de mar serena,

es tiempo hoy de morir por las ilusiones fugaces prometidas

y su tela aterciopelada, vestida de nácar,

hoy es finl de mi espera,

es el comienzo de mi poder,

mírame estoy rasguñando mi piel a placer,

está quedando solo mi sangre vestida de hiel,

hoy como ayer a tu lado estaré para asesinar la quietud

y su asolada desilusión,

hoy por ti mañana será nuestro eterno comienzo,

para extender nuestras alas al cielo,

todo comienzo exhala su final de su mano izquierda,

elevado amor que me cae por el párpado,

y en mi vena que aguardo para estallar amor al viento

este amor que por ti siento.

tornada mi sangre la verdad de mi aliento,

en difusión magnánima del sentimiento preso,

muerta mi araña

mi corazón es lo que queda.



El Castellano



Blándeme en mitad del campo,

sólo allí que la encina enraíce mi carne,

el hinojo lata al son el tambor de sus flores,

la carrasca grite verdades del monte,

vereda quieta, enarbolada,

soledad disparada sin descanso,

sólo allí reinará mi alma,

en letras escritas en las hojas de vida,

las lindes teñirán de rojo y negro,

de tinta y sangre el resurgir del añil

aliento dibujado de toda vida en color,

del albor a la muerte en flor

se alzará mi latido con su amor.



El Castellano y Leannán-Sídhe



Hálito silente

yo creo en ella

porque su piel demuestra

que los sueños se cumplen.

Volamos juntos al viento

como molinillo diente de león.

Hoy la vereda canta nuestra canción

dos corazones en un mismo latido unidos al unísono

Su carita que llama a la mía

de su cuerpo es mi caricia

por ella el piropo jamás escrito

solo desvelado en su oído

Sólo al viento le pido viento bonito

mantenme en su destino.

Que de lo vivido muerdo su corazoncito.



Del ababol a la verde espiga.



El Castellano y Leannán-Sídhe

Sentido yerto:



Renace en la piel,

en el albor sin conciencia,

hace más frío que antes

sentido muerto, caído

olvido yerto

raíz del ser

más callado que el invierno

avanza camina a voz

todo lo que he perdido

polvo de estrellas, hierro de océanos

piedra de montañas...

hazme recordar alas cansadas

cosas grises que te gustaba sentir

mi amada así sabes

horizontales que no puedo olvidar

ejes verticales de conciencia

sin dormir

danza la primavera del lugar

con mi soledad pintada

en la sangre de mis ojos

todo lo que veo teñido

la ilusión cae en gotas derramadas

cayendo congeladas

desnudo mi cuerpo en la penumbra

del segundo quieto

raíces comiendo mis venas

hojas de mi historia mustia, abatida

sentido muerto

viviendo por ver morir el momento

momentos atrás que cae el recuerdo

sin miedo, sin sentimiento

todo hirviendo

sólo este sarmiento de cuerpo

esperando que juzguen a su alma

libre de maldad

quién estará allí

quién vendrá a darme un camino que seguir

solo en la oscuridad

donde todo comienza

las sombras me reconfortan

y veo en luz mi vida

para encontrarte

algo que darte de dentro de mí.

Un amor rugiendo en la boca de la estrella.



El Castellano y Leannán-Sídhe





Aguerrido albor:


Diestro del mar a la montaña,

visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas

cual caricia de su jardinero que las ama

el viento armado escala cual seco rayo

su sol enturbiado se paran las oraciones

hipsipila dejó su crisálida

en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales

recolectando toda simiente desde todo confín

al inerte sombrío albor,

mientras su fría luz crece y camina

sin franca tapia ni verja que detenga su escalar

vuela vaga la libélula para posarse en su hombro

recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte

que lleva que trae a su castillo olvidado

hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo

un reino se mantendría vivo

y no era el del humano ser

Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión

abarcando de la tierra a la lluvia

cual rayo cortado de Sol su cabello

los pájaros trinaban en su castillo

hipsipila siempre vivirá como invencible Sol.



El Castellano y Leannán-Sídhe




Final con comienzo:



Retina escarlata,

su ojo de niebla

y bruma que avanza

donde corta mi flor de luz

el sendero,

esposa del Sol al mirar

lumbre quieta, retina abierta

muerte final con comienzo

en alabado fin de existir

y quebrar el tiempo

conquistando el terreno.

Sangrando raíces que gritan,

aullando hojas al viento,

pintando su dispersión eterna

como sustento y cobijo

de toda vida

mecido del insecto al mamífero

desde el helecho

al alto árbol

hoy canto para ti

vida vegetal.

Mi caricia te sembrará

una y mil vidas más.



El Castellano y Leannán-Sídhe



Flor de tierra:


Fuego en el agua de su mirada

de los vientos auspiciada,

la ceniza consumía su carne

ardía sin mesura su compostura

naufragó valles y sus caricias

su bandera fue de su vena acequia

molinillos fugaces sus pestañas

de él se enamoraban las hadas

de ella la primavera entera

con cabellos del rayo de Sol nacidos

ojos de tierra sin lugar era bella

clamaba su voz la cima de la montaña

descendió abismos

para anclar su esencia en la belleza

que late y envuelve su huella

conquistada en miel

su ambrosía

gemía la caricia

para brotar altares de hueso

y murciélagos de sangre

lloraba piedras en sabiduría prendidas

la bondad alzaba en servicial entrega

su fuerza era de su amor hoguera

él lloraba flores para ella su amada

su verbo a veces tornaba carmín

en pétalos de silvestres rosas desangradas

su voz germinaba la tierra a su paso

el amor a la tierra no le detuvo

ni sostuvo en fracaso,

encontró con ella el amor

que le fue negado llorando espinas

y si sus abrojos nacieron no fue

más que para rajar el viento

difuminando el tiempo en estaca

de eternidad con fuente y manantial

anclado gozo en armonía

bailando de la mano y naciendo del alba

jamás capturada

pupila enfrentada

que mecía

que gritaba.



El Castellano y Leannán-Sídhe



Quimera quieta:


Umbrío, tibio,

al resguardo de voz habitada

serena, llena de luz

en este linde

donde corta mi sendero

y florece mi sombrero

al viento

ojos llenos de paz,

sendero atravesado

en árboles de sosiego

encontrados

en hálito congelado,

lumbre quieta se dibuja,

espino amarillo que clavas al guiño,

calor de mi calor,

cauce de mi sangre displicente

desde la montaña al valle

luce mi traje

para encontrarte

vestida de Sol y caléndula,

resplandor dorado

al trasluz de tu amor,

granate mi sed de tu cuello

al destape

mi río de calma y arrojo

en réquiem por la rajada tierra

en albor de la centella

colmando su belleza

donde mi carcoma quieta

mira y avanza

sintiéndose en armonía plena,

yo fumándome un cigarro

en la piedra de tu belleza,

quién te alzara voz

entre los campos en flor,

fuego de tu fuego sin mas razón,

ciprés que clama protección

para sus muertos que vela

tejo morador de siglos y cobijo,

ababol de versos de piel y abrojos,

desde la verde espiga

a la mora sin espina

y su zarza esquiva

hoy te veo como eres

y perdona

me apasiona

ser guerrero de nuestra luz

donde avanza mi quimera

y mi pasión poseerte entera.



El Castellano y Leannán-Sídhe

Tierra en el viento:


Quieto silencio investido

doblado en el filo de la hoja

ese umbral que corta mi calma

avanza en un sentido

rápido, veloz el resguardo de tu

amada voz

encontrada cercana

donde estática enhebra la silente parca

fluye de un confín a otro confín

yendo mi barca atravesando el brillo

al compás del sí bemol mi traslúcido pío

y su suplicio en la carcoma

que recorre mi horizonte

infinito pintado en el borde de la ola

en la espiral de la araña y su tela

la flor de difunto abre su luz

al resplandor del cielo

que cae emplomado

Se corta mi alma para aullar

en la centella

quemándose en su hoguera

hoy el viento lleva nuestro nombre

mi árbol será sentido

en cada flor de niebla

la bruma su color gris dejará

en este jardín de mundo viví,

para sembrar mi aliento

que cayó como tierra en el viento.



El Castellano y Leannán-Sídhee



Silbido de la centella:


Claman verdades de la tierra

por nacer y resurgir

el eterno ciclo de la vida, muerte

y resurrección de la simiente al albor

de sangre sin condición

yo soy por siempre

Así como dura sonrisa y guiño

al azar de la existencia

efímera esencia

apellido y nombre que nada representa

como resplandor de la centella

cargo el silencio y el infinito de mi verbo

resopló en la montaña sin nombre

de mi tierra que jamás tuvo dueño

latido sin final

agua de manantial

va girando mi vida por enraízar

yo soy siempre

el eterno comienzo sin final

aullido del viento

hoguera crepitando la tierra del volcán

Río que acaba y resurje del mar

ese soy yo por despertar.



Resurgir

Hoy las fuentes bullen

los ríos desbordan

las vidas dejan sus grises

de invierno y sonrien

al alba de la lluvia

que toda vida mece

sal al jardín ayer sembré mis ojos

esperando que la tierra fuese sangre

las raíces mi boca

y la planta mi cuerpo

para con longevidad imperial

llegado el momento

decir de este jardín yo no he muerto.



El Castellano y Leannán-Sídhe

FULGENTE FUENTE:



Te busqué detrás de la estrella

más brillante del azul eterno,

En el suspiro de amor

que corre y descansa.

entre la inmensidad

de un parpadeo.

Entre la obscuridad que alcanzó

a ver la belleza que te envuelve,

adentrándome dentro

para reposar siendo

una sombra más,

y te encontré en mi sueño

más cálido, en el cielo encerrado

que liberé, en la noche

que la luna baña tu cuerpo,

y en la noche que mi amor

corrió por tu cuerpo,

y te amé aunque fuese un día

en la penumbra

para así no olvidarte nunca.

Manantial fulgente de inspiración

es tu mirada tierna sin compasión.

matices de esmeraldas tu

pupila enfrentada con mi pupila.

La golondrinera el aroma de tu piel

frágil y esquiva,

con sus cipreses y tejos

el color de tus cabellos,

con sus amapolas amarillas la actualidad

de tu color de pelo lhiannan Shee.

que corre, que escapa y vuelve

el cosquilleo,

tu boca con mi boca bebiendo

del mismo agua y manantial del deseo.

tu piel con mi piel avanzando

el fuego del sentimiento.



El Castellano y Leannán.Sídhe



PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS:



Ojos trazados para todo lo que tú ves

negados a mirar, del laberinto ausentes

prohibidos, coartados de la mirada detrás suya

no soy yo, no eres tú

después del hecho despierto

perpendicular a todo rostro que amanece

y arrasa mi ser en estupor

en silencios por conquistar de perdidas mentes

incapaces de reconocerse, de adaptar su momento

y residencia mental a lo perfecto brillando cobijado

qué paso con lo que soñé y el segundo cambió

aguardé congelado en el seno de la luz y alma

sobre todo lo que vino y vendrá

hablo con la piedra del mirar

no hay rosas sin espinas,

ni rosa sin cruz por florecer

en todo ser humano,

como la flor quiere la abeja

la logia me quiere despierto

informe forma de vivir siempre

conociendo que ya estoy muerto

sin sentido morir de nuevo

volver, ilusiones, esperanzas,

pasado de un mundo hecho

me siento vivo respiro mi aliento

estoy vivo muerto para la sociedad que jamás me verá

siguiendo sus superficialidades que tienen de verdades

todo cambio redención,

de toda elegía del ser

fuerza que me mantiene quemando mares

de gentes asumidas en superficies planas

de falsedades hipócritas de reconocerse

mundo mío del acero, días para los días

de la creencia de que puedo exprimir la perfección

que mi cuerpo guarda

así en inspiración no duerma ni esté cansado

seguro en el arraso de la soledad

un día tengo su medicina

para volverlo sueño del acto plasmado y realizado

puedo escapar por mis ojos

tráeme tu mano te alcanzo una estrella

sonido dirigido a mi

consecuencias del grito sobrevivido

todas las cosas que creo pasan ahora

y pueden cambiar

bebiendo paz y fumando destellos pensados

desde que vine a vivir,

claro me ves de existencia

amando al Sol

dame tiempo seré llama sufriéndote

por tu típica existencia impulsiva de tus deseos

enormes imperios me quieren inmersos

en sus planas filosofías y creencias de sentidos inertes

escapo con el sueño

soy el sentido del sin miedo

calor helado del cielo,

fulgentemente ostentado

en tu caricia del sin nombre rayo de sol

lágrima de lluvia cae de nuevo

prende el suelo en vida

bebiendo todo lo que has sufrido sin sentido

forma de los ángeles buscando la felicidad

de los dioses que cobijamos dentro

ese dentro es ausencia del tiempo inventado

planos de existencia de lo más simple a lo más bello.

Te acecho desde que vengo.



El Castellano a 10-03-2015


Oda a la belleza:

Belleza:


Ruge mi vida

con impetuosa saliva,

un desdén de mares afilados,

cose que hila esta malva sensitiva,

azures sarnosos que avanzan

al latir fieles compases destapados

de mi escondida idea,

belleza eres por mares no sostenida,

balanza sin yacija, ni muerte escondida

acaso a ella conoces

que incluso, la tornas, bella,

mira la ventana crispada al infierno,

el parpadeo oscuro de la luz.

tú que definirte nadie podría,

ni el más inteligente

ni el más ignorante,

cumbre de ideales, pedernales deslices,

pólvora de sensaciones, fragor vaporoso,

bendices sin perdonar,

es tu prisma un ocaso sin lejana letanía

de esta realidad que se pierde,

atraviesa tu puñal absorto

hiende mi carne,

solo encontraré que brotará mi cuerpo

todas las flores de los campos,

tu cúspide sin hallar, tu vida sin hallar

cumbre tuya se llama planeta Tierra

abismo centelleante hasta perder la cordura,

madre del acto,

belleza deidad suprema,

nadie la mata solo se la llama

y no siempre responde,

déjame tu azul manto sin amaranto

una noche bailaré con lobos

hablaré de amor con mi quimera,

el miedo me conocerá,

amada mía belleza de las flores

sángrame un horizonte de colores,

deshoja mis infinitas espirales,

haz que me crea como los mortales,

para blandir nuestro nombre entre nubes,

cabalgarán mis corceles tus verdes sienes,

yo no seré yo, así como tú eres distinta

para cada retina,

hada infernal

como leviatán celestial,

tú no entiendes de las maldades del hombre,

sólo pintas de la realidad todos los colores.

contigo izo cumbre,

resoplo agravios y señales

repetición

que nací para servirte,

como pájaro a su nido

señorita ruego

que elija este cuervo,

sin agraz durmiente

sopla mi sed de florecer tu alma

primavera preciosa,

desde mi mar a mi risco

osaré vestirme

de rudo hombre viejo,

soñaré como me sueña mi sueño

que yo en tus lares era el primero.

Señorita bella madre de mi izada bandera,

alza mi curva sombra

por la carne de mi siembra,

reverdeceré con tu cariño

primavera amada,

Mirenla anclada de mar

a la montaña de mi idea,

vengo que voy a vencer mi propio desespero

rizando como riza su vida el helecho,

desde la sombra de abeja,

a mi ceniza bella,

no habrá osadía que no te nombre

mi dama al hervor de siglos

antaños que llevas ya florecidos,

me despido por si te encuentro



El Castellano


Surco fantasmal:

Te vi detrás de la estrella más brillante

del azul nocturno eterno.

En el suspiro de amor que corre y descansa

entre la inmensidad de un parpadeo.

Entre la oscuridad que alcanzó a ver

la belleza que envuelve tus piernas.

Adentrándome para reposar contigo,

siendo una sombra más,

pero especial para ti.

Te encontré en mi sueño más cálido,

en el cielo encerrado que liberé.

En la noche que la luna baña tu cuerpo,

y en la noche que mi amor corrió por tus senos.

Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,

para así, por fin, no olvidarte nunca.

Es solo la vida en mis ojos donde un día

se mide por las veces que te imagino a mi compañía.

y una noche la vida de mi corazón sin sueños.

No importa que no te tenga,

no importa que no te vea, porque te siento,

y te siento más allá de donde acaba el firmamento,

en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.

Donde me di cuenta que el sentimiento descansa,

no muere, como la flor sale en primavera.

No importa que no te tenga.

Porque después del invierno volverás a florecer,

te ame y a mi pesar y a mi conciencia te liberé,

pero con el saber que si vuelves será para quedarte.

Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas

porque a mí, no me engañas, yo soy para ti,

y muero si no me cuidas. Porque te entregué mi corazón,

por lo que somos y por lo que seremos, nos queremos.

No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,

y tu amor prefiero sembrarlo a diario,

la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.


El castellano





Tu grillo:

febrero 12, 2021



Clareando su lividez

por sotos vastos, reales,

mi río navega.

Soliviando su bandoneón

dirige, blande mi grillo

el afilar de su tercera cuerda.

Entre el suelo de un ciprés enhiesto,

rigen blandamente espigas rojas,

jóvenes, juguetonas

como si tuviesen sangre

para sonreír

al viento que pasa

y no atraviesa.

Reposa que aguarda el cráneo

la tierra.

Ay la tierra, hay de ella,

sombras que complacen y acervan

la mansa espera.

Soliviar vetusto

que Ninfas y Sátiros pastorean.



II



Es un tejado llorando por la piedra,

con acequia desnuda de canalón;

un cimiento que plañe la helada,

y le agrieta el tiempo que ya no escapa.

Sauce triste, abatido, con portón

al mundo del grillo.

Entre blanda grama

fenece que acicala su alma.

Entre un arpa estacional,

y panales de ambrosía.

A la lluvia primera

abre su fiel Parnaso devorado

entre caracoles sonoros.

Grita la raíz acrisolada en ámbar

de intelecto mayor.

Cúspide de serena esfinge,

y dolmen de divina pluma.



III



El grillo único pidió un deseo

al manantial eterno de Hipsípila,

y fue no sucumbir

tras el acople, todo sonó

en manantío, y lo inerte

reposó su voz, de nuevo.

Para siempre.

Soledad dantesca de umbría

melodía, extendida por el Baco imperio

regentado por el claro de luna,

donde fluía su sangre de luz,

rojiza.



IV



Solar afán, solar entrega,

llegas que dictas tu pertenencia;

tu arraigo de hiladora,

hermana de negro hilo,

traes que cobijas mi jardín florido.

Mi grillo luce de nuevo

su primavera luciente

en lira de su candor de estrella.

Es su centígrado

que tu lustre musa engrandece.

Un solo marcó el ascua, irisada,

por su reposo en madriguera;

un deseo concedido él cantaba alegre,

a su musa del Alba.

Albilla más hermosa,

clareada sólo por sus pétalos de mujer fecunda.



V



Era un patio sombrío

con mi vena de acequia reverberando.

Un jardinero a la araña de su rosa;

la protegiera,

la cuidara como besaba la luna Sempiterna,

con tus labios de mujer serena.

Desliz en nácar, pétalos de tus falanges me hablan, marcando,

asignando, el vívido resplandor

envuelto, aterciopelado.

Envolvió mi vida, tus latidos flamantes

de estela considerada.



VI



Avancé mi yermo,

con mi grillo en mi bolsillo,

divisé en umbrío, frondoso parral,

mi secuela descendiente,

Hipsípila me protegía.

Pude abrir una nota

al astro mayor,

de armónica congelada.

Desnudabas musa mi latir

que sólo su premisa abarca.






VII



Ahondaba que saltaba,

el ímpetu de carcoma cromada,

al resplandor de su tacto,

y quizá su matrimonio

en unión con su oscuro astro,

blandía a la séptima sílaba,

luna que busqué por sombra y abismo

en esquela.

Era un disparo y azogué

lo que el cosmos me negaba.






VIII



Fui dichoso, me enaltecía

mi soledad pulcra arrebolada.

Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.

No brillaba mi sola desquicia,

era lugar y tiempo suficiente;

para ser de la tierra enhiesta espiga.

Ella mi única amapola

Reina del jardín de Hipsípila.

Un soto y un llano;

desperté del bolsillo su oro trasnochado.



IX



Blándeme Oscuridad,

en tu acero y ala de pecho.

Que canten azabaches

tu magia del cinco

labrado este año.

Afortunado avanzo mi pulso

por candelabro este mayo.

Mi cenit por rectitud

del alma mía.

Un último acorde y me encontré

en la pluma tu arpa,

mi Ninfa que obligas no fenezca

el grillo que me da frenesí.



El Castellano

Granate arterial:


VIII



Renuevo esta mi sangre yerta,

para servirte mi dulce dama,

bajo níveo nogal,

allá bajo su fronda suave

y denso selvaje

que auras allá quema,

bajo hórrida, tupida sombra,

servirte a las puertas

de adorado averno

beoda sed en brindis

de nueva, flagrante condena,

dioses del inframundo canten,

allá donde excelsitud

de tu aurea sonrisa entabla,

y a mis miedos sólo arredra,

bullicio entre ramas

saborear dulces trinos cantores,

que la vida entona;

se amurallan las horas,

se quede la frágil vida,

que honroso te siembro,

escuálida y temblorosa,

fuegos y dichas apacienta,

entre este brindis áspero,

de animosas delicias,

mi sangre fugaz, honrada te sirvo,

pa' ser rama para ser de caudal tu savia,

fausto, aterido soplo,

de horrores no regalaba

ni flauta ni prenda a favonio

arrebataba,

mis estrellas sin temor,

piadoso de nublados ojos,

espíritu de leyes rotas,

caos antiguo

que desvelado, no huye,

ni mi risueña sien

relega en acto

a no seguir queriéndote

ferviente.



Förüq castellano er-lobo bohemio a 17-07-2020


El observador:


A esa flor que es flor en mitad de invierno,

parte de raíz profunda guardando, enterrando lamentos,

de nube densa emplomada,

en floración perpetua

abriendo a un ocaso desde el alba,

afán superior en fresco oscuro, umbrío patio,

un cielo tangible en vals terreno,

todo llevado por una primavera ficticia,

en profanado silencioso, vano vilano,

un cruelo alzado,

la pluma escurre sigilosa,

como mariposa nocturna,

blanca grisácea como agitar

de un ala cansada,

mi zorzal es único

y no espera en precaución al milano señor.

Ninguna rosa ha engañado

la perfidia de suelo terreno,

trampa esquiva del bermellón en pétalo

de rosa humilde canina,

silvestres aguas de gancho azul,

andar mío amargo por su vereda enajenada,

corazón de ceniza inmiscuido,

arriar mi harapo de sentimiento,

no tengo sombra,

ni me hace falta,

acaso fue bastante.

Rasgar anhelos

y vicisitudes atadas a ilusiones.

Una flor descendió de los cielos castellanos,

fé escurridiza,

sobriedad bajo sol humilde de marzo,

desdén altivo

como hundir la esperanza en una parca sonrisa,

girón de viento o paso definitivo,

temor recio de observar a los dioses

tras aparente muerte.



El Castellano a 09-03-2019












































TOMO II   SIMIENTE SOLAR


SIMIENTE SOLAR


AUTOR:

MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA

LUGAR: Cabanillas del Campo GUADALAJARA España



PREFACIO:


Señales y azares:


Abre que se agita

presurosa una tarde,

de templada mirada

y querellas entre flores

y ágiles mariposas,

hervidero era este silencio

de mi bondad manantial,

completo dictaba

el son de mi despierto,

lozana puridad de abrevadero,

opacidad, completa era y bastaba

a sombra, asida

en oportunidad

la reluciente, cuan estela breve

en azabache

osasen peinarla

como materia tuviese,

mantos blancos

lucientes vestía

madre tristeza,

de tallos

y capullos,

de flores sin savia

ni vivaces fronteras

de colores ni frescas fragancias

a desnudas mozas que los ríos

trenzando orillas, descubren,

inocencia de rubor

y sopor de belleza

sus curvas fecundas plagien,

entre copa de fresnos,

y hayas secuaces

entre robles y álamos encenizados,

se estire mi suerte entre piquillos

y trinos de verdecillos,

era una sinfonía que casi

el tacto alcanzaba,

satinaban los pensamientos,

y sonaban en madrigueras de sueños,

penas quedaban en destierro,

sin ellas nada en existencia

mereciese a gozo amplificar,

bondad que no te pongo nombre,

ni competencia servil te disuelve,

entre arenas  de fabulaciones,

y brea de desmerecerte,

eres señero,

y lanza erguida sin yodoformo,

ni sueño visualizado,

cumbre y manadero

en fuente de aljibe

y abrevadero,

risco con tapiz de siemprevivas;

rosas pétreas,

y álgidos escaramujos

sin tábano

que suerte

vuela el monte,

buscando depósito

y botijo de sangre.

Bondad sin atrio ni costumbre,

eres bella aunque nunca duelas.



Förüq castellano er-lobo bohemio


FANTASMAL VISITA:


Cálido yo, ante un segmento de cobre

y su templado escalofrío,

un son en llamas del sonido, humeante.

Se rizaba un acordeón,

en patitas algún diablo foráneo,

como un visitante fantasmagórico,

se quedaba sentado con nosotros,

sin reclamar ni vender derechos

consiguió en aire de alguna imagen,

turista o pusilánime prisionero aún condenado,

hablaba solo con sus azares encausados

de invisibilidad trasnochada,

muletero de frío cálido ventisqueo,

era su sombra algo más

recelosa incluso ya no le temía,

partía brisas con miradas,

y servía naipes helados; 

en copa alguna hada verde,

vestía de hojas su desnudez violenta,

relamía eclipses en alguna grama, de patio umbrío,

eternidad caracoleaba, sin lazo,

ni pedernal florido,

era tiempo de batallar,

sobre poste cóncavo

de pino frío y señales

en cable tenso de telégrafo,

jugaba notas, y rúbricas,

de alaridos esquivos,

y densos fantasmas, flotaban,

y hacían de esta bruma,

todo corral, y pretil llanto,

como rocío de toda roseta, de penitente,

abierta a la fugaz mañana,

del hombre y su negra tijera.

Miradas extrañas, que le analizaban,

y encendían su yerta,

hórrida imagen capturada,

flotaba en aire;

de plenilunio,

y solsticio embrujado,

como calor desfasando,

un chirrío,

descorchado, en alguna mente,

que, con él, sin saber

se encuentra,

soldando vapores de océanos,

y espumas, y sus sirenas.

Entre vastedad que incendia, 

todas cosas vanas,

preguntó alguien, 

sin destino, si existir por sí mismo

valiese,

era tiempo necesario;

lo que no se elige, 

tampoco se duda, ni pregunta,

acaso hablamos,

o te acabo de pensar,

cadillo foráneo, forraje

de todo sendero

que lleva a conocerte,

como clavo en sombrero,

y cimitarra en tierra asida. 


Förüq


Lluvia sembrada:


Recorrí un palmo

de tierra sembrada,

como un lazo silencioso,

erguía,

era suficiente

para completar

el fondo fantasmal.

Hice una cumbre

con las piedras de labranza

hileras de rastrojos

me surcaban.

Vestía su pliegue

nuevas cintas de esparto.

Más allá de juncos

y yerbas jóvenes.

Márgenes atrás

seguía viendo campos

y pulgas arrinconadas,

agrupándose en soga

harinosa.

Su pecho, un buen trabajo

como dos cinceles apuntaban,

su tez serena asilvestrada,

su tierra de mirada,

lo siento,

no la cambio por nada.

Fluía todo campo por sus ojos.

Su cabello de realeza

imaginada.

Peinarse en fino no pudiese.

Azabache mortal,

y destellos de Lilith

o sombra de Eva.

noche cenagosa que se pega

en mi palabra.

Sus orígenes de corriente

por tierras de fuego,

huérfanas.

Por capas de agua abajo

reflexionaba años halagüeños

confirmaba mi cable,

férrea unión, palmo a trecho,

cruzar la vida terrestre

fue encontrarla.

Mujer de viejas flores

rebrotadas,

con gotas de rocío

su brillo cristalino,

igual que dones de lluvia

relumbraban su cuerpo.

Tiempo en piel

sobre mis pies de paja,

sobre el barro

la tierra fértil,

con hocico de riera

cruzaba sotos perdidos.

Surqué su reflejo

de años esperando,

su flor de tierra

le otorgó su iris.

Mi pala de vida

ya no tenía que sacar

más terrones tristes.

Hundido entre caléndulas

mi voz parecía

tocar el arpa de su acento,

como insobornable

miel de su voz,

a reposar fabuloso marjal,

era su torso sembrado.

En juncias,

barbecho de Artemisa.



Förüq castellano


Cosechada la idea:


Silenciosa, insomne,

en la línea de un mar de grama,

donde brilla y reluce un silencio

y un poste de luz sigilosa y atónita,

como tubería hundida del cielo

a ras terreno,

en tripa de estaño, y venas de cobre

risa matutina del alba.

Canales hundidos de nueve zanjas

hace trescientos kilómetros

no los veo,

verdor que se espesa

entre espalderas de joven parral,

como terrestre ajuar de lluvia,

entre el duro calizo de cieno y tierra,

una glándula en milla arcillosa,

vibrando insinuante toda raíz terrena.

Lámparas entre el campo

de luna sola,

lucen las luciérnagas,

como ecos solos

que holgazanean erizos seniles

buscando caracoles.

Contra la roca y cerro bajo

entierra drenador seco,

a encogerse como ventilador

quemado de savia,

cielos que remolinean miles estorninos

de torvo ceño,

lanzo mi atarraya,

al río Mundo,

estira tersura

pegajoso pulgar

hincando cebo grueso

de hígado en cebo

esperando cangrejo ávido,

adentrase en su perdición de trampa,

ataque de jaula perfecta

anudada en reluciente alambre,

luego entrará seguro

del fondo del río,

como réquiem

por los cosechadores del agua

los cangrejos cantarán.

Ya se hundía silo dorado

de fardos de nueva cebada,

centeno lucía como ola fracturada,

en rojizo de labriego era su eral,

oficio ya veía trilladora oxidada,

y el molinete de la acequia

surtía agua

al canal y río de riego,

la simiente del arado

esperaba ya ser enterrada, sin mortaja

en el terreno ataúd

su nueva temporal vida.


Förüq castellano


HALO DE ENTUMIDA ALMA:


Al sentido intransigente

mi tinta escudo,

era mi corral umbrío

de flores llanas

en pétalo armadas,

como azares que lluvia

plañe segura sus corolas,

claro entre el oscuro

rojizo terreno,

redil de un patio de estrellas,

a mi entumida alma canto,

esta soledad acristalada

que me crece como musgo

en la piedra de mi corazón.

Voces yertas sequedad

en tierra escuchaban,

regué su sed,

atisbo cómo será la vida en centro

mi globo estrella luminaria del día,

si acaso su lumbre sola se sostiene

ingrávida cómo que viaja,

el hueso de luna su esposa

por mares de arena

su magnético mirar

partida la sombra que me acompaña,

resumí en cáliz mi aposento

en sangre nueva y borbotón yacente,

no es por mí mi halo baja a rodearte

este pájaro me habita

desde soto de carne

a hacer nido en razón ausente

en tormento dulce dormido,

tres monedas mi suerte acuñada

por ti

por mí

por el rifle poesía.

Mi contento brotaba

como germina-arte, la fuente,

implacable éter naciente,

auras revolotean púrpura violácea

vil abrazar mi azul

en oscuro cuarto vestido en tul,

verde, amarilla la sola lagartija

me fascinaba.

Manso alacrán soberano

con la araña lobo lycosa lycosa;

tarántula maternal,

del zorzal al colorín

del verdecillo al verderón

del pardillo al canario de cimbre,

del herrerillo al matemático estornino,

hoy tu piel, diviso;

para por fin hacer nido sedoso,

en tu placer

y humedad permisiva.


Förüq castellano



Niebla sonora:


Cielo no me juzgues,

pero sí me gustas,

y mil desánimos me invaden,

como amar una utopía,

enamorarse de una nube.

Que surca el azul celeste,

de propia vida.

Apagar fuego echando más leña,

ver una quimera de piel;

en imposible caudal

Ambrosíaco,

ver la luz sin tener ojos,

enamorarse de una lagartija

de mi jardín y esperar

que me hable cada día...

Pisar un abrojo

y saborear dulce,

como imaginar la miel

de tu cuerpo.

Escuchar la niebla del sonido.

Es todo lo que siento,

vals de nirvana

si mi doncella mi boca

adentra su boca,

sí de trece veleros

trece estrellas de luceros

que es el amor

que te proceso

me ayudarías

a amarte

¿hasta mi honda sepultura?

llamas de amarte profundas en tus ojos

un tiempo

de locura en la vida

llamas de amor

me sirvan llamas de amor

me soplan llamas de amor en tus brazos

te ardo

llamas de amor

avisa llegues bien a destino

profundo en tus ojos

llamas de amor.


förüq el castellano


Bosque de jardín umbrío:


En el bosque de tus ojos quiero perderme.

En el campo celestial de tu mirada.

Vivo, y quiero vivir, siempre.

Del paraíso de tu cuerpo,

soy caricia de lluvia,

soy melodía de viento,

soy te amo sin tiempo.

Porque de tu corazón, soy eterno,

y tu amor es lo más bello,

y caigo en el sueño,

en que abres tus pétalos, para mí,

bajo aquel árbol del deseo,

y crecen las flores,

y el lago emana,

de la belleza de tu alma,

de las violetas y amapolas,

del jardín de la alegría,

eres tú la ninfa mía.

Y las flores de malva, tienen envidia,

las rosas celosas, crearon sus espinas;

porque mi amor, fue para ti.

Las campanillas más sencillas,

crearon en flores sus voces,

en notas, de amor al que llaman,

y buscan, trepando y enredándose,

en la maleza, y la piedra,

el helecho en duelo,

rechazó la flor, y la semilla,

a esperas, de ganar tu amor,

con sus hojitas en belleza,

que se despliegan como un caracol.

Las droseras ansiosas,

su trampa, desplegaron,

en son de atraparte,

en sus dulces gotitas de reclamo.

El musgo enamorado, así se quedó,

pequeñito y suave, como el terciopelo,

para acariciar tus pies, y sonreír

con la lluvia, y el agua.

Donde la roseta cantaba,

y de la luna, se creía preferida,

abrió su amapola, azul y negra,

la adormidera;

siendo el sueño de las hadas,

su prima, la golondrinera,

su amapola amarilla,

fuego del bosque de las sombras,

liberó su ninfa con una gota de rocío,

con ella, llegó la primavera,

contigo ninfa mía, llegó la belleza,

y tú, amor, en alas de mariposa,

abrigaste cada sueño,

arropaste, cada pensamiento,

y ahora, no sólo eres mi amor,

también, la más linda flor de mi sentimiento.

Nunca marchitarás, porque si pasa, desaceré yo.



Gran luz, gran luz, al conocerte.

Cabalga un sueño, hermoso en los albores,

cruzando el mar, su alma está.

Su casa, su amor y su hogar,

en el corazón de su doncella, está.

Guerrero niño, vasallo nombrado, del amor.

Gran luz en su reino, creado de ilusión,

de fuego incombustible, su interior.


Cabalga su amor, su doncella más cerca está.

Crecen las flores, en los alrededores están.

Deleitadas y coloradas,

dejando en pétalos, su complicidad,

para el romance, que viendo están.

Mientras va el río de colores,

con paso lento, y decidido.


En besos de gotitas,

que dan vida, a las almas al pasar.

Llora una plantita, con una gota de rocío.

- ¿Qué pena tienes tú, plantita,

tú, que eres linda, y la luz 

y el río,

te besa, y acaricia, cada día?

-Mariposa quisiera ser,

¡Mariposa quisiera ser!


Volar a la otra orilla,

y a mi amada Quimera,

que está solita, poder besar.

Al viento le pido, cada día

que traiga sus semillas,

para que, con las mías,

abandonemos la soledad.


El castellano


Urdimbre argenta:


Puedo escribir todos mis pensamientos,

y ninguno podrá reflejar mis sentimientos,

el amor no quiere ser pensado,

ni si quiera ser conocido,

sólo sentido.

Yo te sentí amor

y por querer pensarte,

desapareciste entre la tenue, luz de luna, que me abrigaba.

allí la razón, apagó los latidos, de un corazón.

Como tierra yerma,

marchitó aquella flor, que, 

un día, llamé amor;

y ninguna pudo ocupar, su lugar,

sólo la hiedra brotó, hasta tapar la luz, que me daba calor.

Pero yo te sentí, amor.

y lo vuelvo a hacer.




Cerré los ojos y allí, estabas,

como si no pudieses salir,

de mi interior.

Como si quisieras besarme,

o decirme algo.

Pero tú bella en sueños,

no hablas.

en sueños, no hablas.

Y nos quedamos mirándonos,

a ciegas.

Yo te aviso, que en el bosque

de mi mente, solo hay un camino,

y es un laberinto.

El final lleva a despertar,

y enfrentarse con la realidad.

Pero tú bella, en sueños,

no me hablas.

y yo a primera vista,

me enamoré de ti,

por si algún día acaso,

el sueño se cumple,

y ya de realidad me dices,

te estaba esperando,

siempre te amé.


Logré lo que soñaba,

logré encontrar amor,

conseguí felicidad en el pequeño

y largo momento.

No entendí de ella sus lágrimas,

o quizás sí.

Si su felicidad fue la mía,

al revés también sería.

Al revés también sería.

Y yo la esperaba como

aquel día.

Pero con otra compañía.

No lo elegí, sin saberlo

ella seguía en mi camino.

La consolé cuando llegó en lágrimas,

no me dijo por qué,

pero sentía su dolor.

Tenía un presente,

y no soportaba la idea

de quien por ti sufre

es quien te quiere.

Y esa noche lo que tenía,

se esfumó como suspiro

de oscuridad del callejón conocido.

Esa noche vinieron los jinetes del tiempo,

me mataron en el sueño,

pero el sueño lo termino yo,

y mejor esa noche solo me quedo

contigo amor y mejor,

muero con tu calor

para terminar en ti con el color

de caricias, y besos

como un romance, que no acabó.



Buscándote en el silencio.

Buscándote debajo de una piedra,

o en el fondo de una cueva.


en la flor sin cortar,

o en el fondo del mar.

En la nube o fuera del cielo.

En lo que se ve,


y en lo que solo se siente.

En el sueño y en el recuerdo,

en mi felicidad o en mi tormento.


Buscando, te encontré lejos.

Ahora que en letras te tengo

estás cerca de ser mi vida

y yo, tu verso.



Bella, vuelas libre doncella,

sol te toca, acaricia tus efímeras alas

de mariposa desvelada.

Viento te lleva, allí donde el amor creó,

reflejo de libertad soñada.

Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,

dejaste atrás nubes de tormentos,

rozando tu destino me arrastras.

El manto de las hojas te protege,

buscadora de sueños

de la fronda de mis sentimientos.

Viviendo en la ternura de la dulce mirada,

volando con la fuerza de la palabra sincera.

Durmiendo hasta que se oculta el alba,

ángeles y dragones, arropo en el corazón.

Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,

para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,

cientos de tonterías para tu sonrisa.

Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,

pintando mi vida.

En la caída color gris quedó,

color gris quedó.

En la huida el tiempo y la situación

que cortó un camino en dos.

Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo.

Su esencia mariposa del amor.


Me llama en la noche,

me acaricia su velo,

viene altiva en cada sueño.

Con sus caricias, desvanecerse quiere,

renacer en la oscuridad del ocaso eterno.

Comprendiendo y llevándose mi dolor.

Yo, sin comprender su aparición.

Recreando su alma viajera.

Sueños serán, más cada día, 

amo más.

En la belleza de imaginar,

la complazco con la sencilla palabra de amor

a su alma sin cuerpo.

que me acompaña desde que sufro

por el querer.

Fantasma o fantasía,

me guarda caricia,

sin saber yo su razón.

Ella, hasta dudando de su existir,

que yo por amar, la amo.

Más no sé la razón de su compañía,

cuando el reloj marca la una en madrugada.

Más si pudiese saber, preferiría no saber,

quién es preso de quién, o si ella y yo,

somos presos del querer.



Te vi, detrás de la estrella más brillante

del azul nocturno eterno.

En el suspiro de amor que corre y descansa

entre la inmensidad de un parpadeo.


Entre la oscuridad que alcanzó a ver

la belleza que envuelve tus piernas.

Adentrándome para reposar contigo,

siendo una sombra más,

pero especial para ti.

Te encontré en mi sueño más cálido,

en el cielo encerrado que liberé.


En la noche que la luna baña tu cuerpo,

y en la noche que mi amor corrió por tus senos.

Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,

para así, por fin, no olvidarte nunca.

Es solo la vida en mis ojos donde un día

se mide por las veces que te imagino a mi compañía.

Y una noche la vida de mi palpitar sin sueños.


No importa que no te tenga,

no importa que no te vea, porque te siento,

y te siento más allá de donde acaba el firmamento,

en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.

Donde me di cuenta de que, 

el sentimiento descansa,

no muere, como la flor sale en primavera.

No importa que no te tenga.


Porque después del invierno volverás a florecer,

te amé, y a mi pesar, y a mi conciencia, te liberé,

pero con el saber que, si vuelves será para quedarte.

Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas;

porque a mí no me engañas, yo soy para ti,

y muero si no me cuidas. porque te entregué mi palpitar,

por lo que somos, 

y por lo que seremos, 

nos queremos.


No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,

y tu amor prefiero sembrarlo a diario,

la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.

Sed de reguero:


Manantial fulgente de inspiración,

es tu mirada tierna sin compasión.

Matices de esmeraldas tu pupila,

enfrentada con mi pupila.


La golondrinera el aroma,

de tu piel frágil, y esquiva,

con sus amapolas amarillas,

el color de tus cabellos.


Un piropo, un suspiro;

de mi amor eterno.

Irrefrenable el deseo,

de entre tus afiladas, y moldeadas, piernas.

que corre, que escapa, y vuelve, el cosquilleo.


Tu boca junto a mi boca, bebiendo

del mismo, agua, del deseo.

Tu piel con mi piel avivando,

el fuego del sentimiento.


Aunque te marchaste, sin cumplir mis anhelos,

me robaste mi primer beso,

de niño, que nunca había sentido el amor.

Me dolió que te marcharas,

a otro país, sin despedida.

No te pude decir, que te amaba,

pero si regalarte, una rosa amarilla.


Supuse que te lo imaginabas.

Desde que tu recuerdo, 

me acaricia,

siembro en la misma jardinera,

al último suspiro de verano,

golondrineras amarillas y al igual que espero,

sus amarillas amapolas, en primavera.


Espero, que vuelvas, aunque sea como mariposa

O abeja a mi terraza acariciada por los álamos;

y bañada, por el monte de horizonte.

Espero.


Vida en gris, de la que tú eres, mi luna esperada.

Se cavan surcos de ti, en mi alma soñadora,

por donde fluye el solitario beso;

la tierna caricia anhela ser algo más.


Mis ojos quieren atraparte, en su firmamento,

mis sentimientos arroparte, con fuego.

Pero yo, sólo te quiero a ti, mi vida en verso,

mi motivo para ser, solo tuyo, para no necesitar, nada más.


Ser el sueño, hecho realidad, la felicidad, de dos caminos,

que se cruzaron, en el destino.

Tiempo para esperar, vida para soñar,

cuando te vi llegar provocaste mi despertar,

y ya no quiero descansar, solo luchar, te quiero amar.

Nos merecemos algo más, en este papel que jugamos,

saber si nos amamos, si el deseo, quiere ser pasajero,

el mío, quiere hacerse eterno, y ser tu sustento.


Sólo espera su momento, el sueño para vida plena,

avanza cruza cada noche, el cielo azul, de matices violetas,

siempre te encuentra, la soledad, me abandonó, para poder servirte.

Ahora avanza la duda, el temor, si realmente te merezco.

Pero del corazón, nace mi valor, lo sincero el dulce te espero,

el te quiero.

El pensamiento, que paraliza, cuando te veo, la sensación del amor.


Todo lo que me queda por decirte, y lo que no te dije,

vida para vivirte.

Avanza, no se separa, no se aleja, te alcanza.

Porque eres lo más hermoso de mi mundo,

camino que surca nuestro antiguo paraíso.

Permanece como el compás de mi pulso,

desde que te conocí supe, 

para lo que viví.


Fluye mi vida por tu cauce, el camino de mi amor;

allí donde viven, por el querer, alegrías.



Voy allí y te encuentro dormida, al final del bosque,

te encuentro soñando, con otros días, de amores profundos.

Como el azul del cielo, que, a tu lado, te hacía brillar,

mi caricia hace una pequeña sonrisa en tu rostro,


mientras acercas tus labios para besar los míos,

y fundimos nuestra vida bajo aquellos árboles.

Vistas de un amor eterno que devolvería vida,

para quitar su despertar, de melancolía.



El lobo vigilaba su guarida, allí su mano le sacó, para ver el mundo.

No quiso volver a su cobijo, las palabras dulces y tiernas,

guiaban mi alma a viajar, uniendo su ser volaba hasta regresar.


Te necesito más allá de este sentido, que grita por tenerte,

te necesito más que el fuego a la madera, gritó mi vida por tenerte,

y a la vez te adoro, en cada golpe de viento y reflejo.


Me encuentras, y tu recuerdo, reciente, me besa,

mientras no puedo evitar recrearme,

en el deseo, y corresponderte.


Transparente sentimiento, para sentirlo, una vez más.

La noche está llamando, moviendo su tranquilo velo,

a flor los recuerdos, que te piensan, una vez y otra.

en la soledad, mis manos quieren sentirte, mis ojos verte,

maldita mi suerte, que dejó 

que te fueras para soñarte.

Ahora, los minutos me ganan, 

sin ti, 

no quiero el cielo, sin ti.

Como la brisa a la mar, mi alma reclama, tu compañía,

cómo encontrar sentido, en lo vivido, por su final, si ya no está.


Tú mi noche, y mi día, quiero verte, una vez más,

para así no sentirte soledad, en la oscuridad,

tu reflejo llegará, allí donde se encuentre mi felicidad, tú, estarás.

Hoy, la noche 

me llama una vez más, 

para soñar que a mi lado estás.

El tiempo para sentirte, lima mis nervios con solo mi despertar,

y no verte llegar, para no verte llegar.

Amor dónde estás, si te fuiste quién, te podrá domar.



El castellano


Noche velada:


Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,

pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.

Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.

Más los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.

Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,

tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,

por el tiempo de espera angosto.

El murciélago, 

baila con el colchón de tu luz,

rasgando sombras,

para reposar siendo una más.

Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,

por qué te busco incluso estando solo.

Flores opaco reflejo de luz violeta incluso de noche;

artificie luzca.

Lucero de ciudad,

rompiendo la obscuridad.

La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más,

humo, humo, humo.

De tierra a ceniza llamando,

le ganó el cigarro y el trago,

recuerda que tus ojos tienen sangre

y también se emborrachan.

Cállate sólo eres una fantasma que yo sólo veo.



el castellano


Ceguera:


No lo veo, pero yo también lo estoy sintiendo,

esto no es sólo lo que siento, es un simple lamento,

de no hacer todo lo posible porque me sientas en este momento.

Por darme a mi momento, sin haber parado a pensar cómo iba el tuyo,

quiero compartir que mi base de existir fuiste tú desde conocerte y verte,

esta es mi vida con la enfermedad mía de la ceguera.

Decirle, que la amo aún, así de no poder verla, no se vaya de mi lado.

Entre noches de humo y suspiros de minutos,

busco tu aroma en mi piel entre el calor de mi cama;

tu sabor en vasos de agua.

vivo muriendo en el oasis de tu compañía,

en tus recuerdos, esperando la arena de tu piel para adéntrame.

La luna perpetua de noches en vela de navegante,

sin mar ni tierra, ni final, solo con un duelo al tiempo de tempestad.

Ya olvido quién soy para adaptarme a un tiempo que no me corresponde,

soñando noches de miel, despertando nubes de nostalgias,

acercándome a ti al cerrar los ojos alejándome en la tristeza,

nadando un océano sin saber nadar, navegando a la deriva en tus piernas.

Adentrándome en tu vida sin querer, donde ya se juntó mí querer con el tuyo,

el halagar cala dentro y profundo, llora la distancia;

comienza el despertar de los tambores, llamando a los soldados de la tierra.

Con el susurro de la luz en cristal de gotas de agua,

pensamientos cálidos me arropan tu compañía,

solo una vida solitaria desde aquella lejanía;


un sol pernocta durmiendo disfruta su luna

con tacto terciopelo una vida de amor eterno

un caballero busca a su mujer la extraña.


Avanza entre montañas de azores

y valles de bosque y ríos dulces,

noche de amor entre nubes acolchadas,


con el frío de un mundo en sangre que estaba en guerra.

Ahora su patria era su tierra en la hoguera.

Se despierta frío y solo tras pintar con nostalgias recuerdos.


El castellano




Tu voz:


Eres fuego en el agua,

eres luz en la noche,

calor en mi alma de hielo,

amor en mi mundo de ilusiones en viento,


bésame al final de este deseo de chincharte,

acaríciame con tus labios,

el mordisquito en la oreja,

el susurro en el cuello,


noche de eco entre imágenes,

pupilas mirando pilares al cielo,

entre verde y violeta de árboles,


ojos de gato, tu gemido,

tímido y feroz,

tu voz.


Entre fuerza y coraje saca su garra al tiempo,

lo efímero del segundo al pasar del minuto,

la seda del sentimiento, en su carita del beso,

el piropo y su carmín el despertar de su recuerdo,


acariciando su pelo siendo sus ojos, siendo su boca,

siento sus nervios, me atrapan enredándose contigo,

el momento que dejó el silencio,

el tímido beso con fuego en el interior, su dulce sabor.


Mariposas recorriendo cada paraje de la piel.

Tú y yo solos los dos, tiempo de infinito, sensible el instinto,

se sirve de tu aliento, crea mi armonía,

cada caricia te hace real.


Sostén mi placer cada anochecer,

sé el tiempo que nunca se fue,

sé mi sonrisa y cada imagen que quiero ver,

detén este instante para hacerlo real,


el sueño hecho realidad, la historia sin final,

mi eterno amor, sin dudar,

corazón carmesí, como flor de abril,

navega mi sensación.


Es un te amo lo que me encanta escuchar,

los mil que me quedan por decirte;

los que nunca se irán.



El castellano.


Los pequeños detalles:

Una nube de tranquilidad me cobija mientras observo el paisaje. El caserón vuelve a relucir con el cuchillo dorado de la piedra caliza, que resiste el embiste del viento y las lluvias; la lagartija tomando el sol está, tuerce la cabeza y cierra un ojito, aprovechando los últimos rayos de sol; el escarabajo de tierra camina lento con sus fuertes patas, tropieza y vuelca quedándose varios minutos intentando ponerse derecho; mientras, se despierta uno de los dos grandes murciélagos, que aquella cámara de la gran casa rústica, ocupaban.

Amapolas y amarillos de espinos, con el verdor de los pinos.

Vides para cuidar y cultivar, un pequeño jardín con caseta para las gallinas; frambuesas y arándanos, en un pequeño huerto al lado de la puerta, un pequeño estanque de azulejos en el aljibe, donde nadan tres carpas y un barbo, oscurece y el joven rapaz, de cernícalo primilla, del palomero oscuro de la casa, se lanza a por un pequeño ratón de campo, que andaba merodeando, buscando algún resto de harina o de grano.

Con los primeros rayos de sol, la mariposa de bellos colores azulados, dando sus aleatorios vuelos en busca de flores de lavanda, es atrapada por el pequeño mochuelo, que salta del agujero de aquella antigua encina.

Avanza el día con el volar de un salto de un saltamontes, al criquear de un grillo cebollero bajo el frescor de su madriguera, bajo una atocha de esparto, ya dorada, a mis pasos bordeando las vides, detengo mi visión en un diente de león que paseaba una doncella escarlata, o mariquita; buscando pulgones que comer, voy hasta el roquedal con una trilladora oxidada, que vio mucho oficio, se descubre un bello lagarto ocelado, que asustadizo rehúye mis pasos, un alacrán camina lento su despiste, sin alerta, por la piedra, y una araña lobo lycosa lycosa, le lanza fulminante mordedura sin defensa del aguijonazo del alacrán, todo sigue su curso instintivo, de silvestre ecosistema, donde ni la culebra bastarda se molesta en bufarme, ávida busca nuevo escondrijo; todo sigue la supremacía del devenir de las estaciones, y genética de condiciones, que todo animalito sigue sin recelo.


El castellano


Relente:


En este linde se construyó mi pecho habitado,

se escaló la colmena de labios grises,

por la escarapela fluía veloz el sosiego

de mi vida quieta,

por romances oscuros caminaban mis nervios,

una ruptura de estrella

tumbaba la compuerta de la belleza,

para sembrar allí latidos etéreos,

recto escalafón dorado al beso

y tu cuello me nace doliente

fulgente fuente enternece mi suerte,

yo hablé con mi amor que no existe

y aturdida me contestó la voz,

era como un eco sordo en alta voz

resquebrajando un patio de perdices

y altiva sonaba por las cumbres

jugando y riendo con lobos

sí esos que habitan mis ojos,

aullando y espantando los dolores

en mi sien,

mis dolores que se querían

como hermosas flores desnudándose

en altas espinas profundas,

allí sólo caminaba mi rosa, toda

siento deciros que yo soy del viento

y el viento es mío

en estiaje gris pálido cruza mi relente

del cielo su lluvia,

con impetuosa fama,

sacude la tierra y su flor bella clara ,

dejándome ser como el rocío primero,

en recorrer tus labios,

quiero habitarte en canción

que haga surcos de mí

en tu alma verdadera.


El Castellano



Piedra-corazón:


No es una piedra, es mi palpitar,

su latido cesó y en piedra cristalizó,

ella lo tiene en cuenco con agua,

a símil de mascota que nunca muere.

Le sonríe cada día, normal es mi palpitar,

no huye, es piedra fiel a su amor.

Con caricias sintió que palpitó,

que fue su inspiración, su amor y su dolor,

pero en piedra cristalizó, pudo darle calor,

ya que nunca quiso mi dolor.

Esa piedra-corazón, 

fue músculo,

pero murió y ahora solo le queda esperar,

esperar que el agua y el tiempo,

le otorguen musgo y sangre verde,

que ablande los cristalitos de su interior,

y resucitar.

Quizá algún día, cuando ella se olvide

que es una piedra, volverá su palpitar.

Pero yo ya noté la ausencia

de vivir sin corazón.


el castellano


Desvelo dulce:


Café a la una y once de la noche,

despiertos los murciélagos,

raspando sombras,

bailando a la luz de las farolas.

La ciudad que no duerme,

mi mente volando, siguiéndote,

enredándome en tu pelo,

atravesando la luz incandescente,

como buen murciélago mi vuelo,

cazando letras para tu sentido despierto.

Sorbo de un café con leche y con hielo,

anhelos y sueños de un amor eterno.

En aroma de café a la compañía de una Leannán Sídhe,

Leannán-Sídhe del reino idílico, 

el mío nocturno,

tu fuego el día de mi noche,

quémame porque me dejo quemar,

soy fénix esperando resucitar.

Con brea de estrella un corazón puro,

con oro y plata

los reflejos de la noche en la ciudad.

como buen murciélago mi vuelo,

enredándome en tu pelo.


Vívido desliz: 


Muero por un beso

vivo por un querer

cruel del destino

condena de una pasión

que creó tu pestañeo

al dejarme ver

tu cielo encerrado

fijamente tres minutos,

y morí con tu pestañeo.

demostró que fui

importante para ti

y que a pesar y muy

a mi pesar de los problemas

seguí en tu mirada atrapado

hasta que la aguja

de aquel reloj de pulso

se paró al pasar

ciento ochenta segundos

mi cambio de vida

cuando consumí

medio giro al decir:

-Siempre te amaré.


II

Enciendo maquinaria

de este tiempo disuelto,

en pétalos de éter y formol,

desangra la rosa secreta,

y un estambre rige,

destello que precipita,

el albor.

calidez de ilusión,

y araña que arrastra,

tejiendo el eterno sentimiento.

Yo que arrastro

mis aciertos,

como desnudo sol.

una noche cualquiera,

y activé el engranaje

mi reloj de pulso.


III

Mi carmesí caléndula,

fijó su pestañeo,

en mi camino de destino.

Alumbraba un candil

dormido, una luna llena

de enero.

Era tiempo suficiente

para huir y quedarse.

En la boca formaba

toda sombra de opacidad.

destrenzaba un halo.

Sujeto de una lágrima

pasajera, un segundo más,

y devoró el dulce tormento.


IV

Giré entonces la tuerca

de mi corazón oxidado,

por tantos aullidos nacarados,

y su ente femenino

me atisbó un beso

a mi alma.

Era el crepitar de la llama,

que mandabas como loba

y como luna se prendiesen

todos los colores

de mis sueños

consumiendo mi tiempo abierto,

que completo el giro,

dictó la vuelta

al inicio del sentimiento preso

que sin retorno

siempre te amaré.




El castellano Förüq


Lozana silvestrita:


Mañana fría

en la que aventar

espigas recién brotadas

al revuelo de una mariposa vigía

flora-posando, todo el doquier

ensimismado.

Suelo ario que se blandía

sin atisbo de despedida.

Larva que soñaba volar

sobre alas de mariposa cabalgada.

etéreo desliz de fronda suave;

que espartos abrían

rajando tierra

en calima de cerro viejo.

Las jaras en abanico

se apoderaban del terreno,

al transcurrir

de los caracoles sonoros

judíos, blancos.

Soto de perdigones

entre insectos inherentes

afilan ideas mi paso.

Abría el cielo un febrero

un carrusel de luciérnagas por estrellas

del techo la concavidad

presa o caverna abisal

de horizonte helado.

Los pinos caracoleaban

cada vado

entre secuaces

carrasquillos de flor en piedra,

romeros entre tomillos

atisban como señero

el cerro bajo.

Torreones de álamos

acicalaban al viento

sones de nuevas nieves

fugaces.

Daturas y tomatillos

del diablo, hacían distinción

entre nuevo verdor

de retama que ya en flor

amarilleaba.

Ya asomaba todo vástago

de simiente

del invierno casi gastado.

Ababoles ya sonreían sus dientecillos

de suaves hojas

en jóvenes plántulas.

Lucían incluso espinas

señores cardos

y breves cardillos de las damas.


Vorágine terreña:


Hijos de la niebla,

regresad sueños dulces

sin áspero corpiño

ni denso verde, espumosa moral,

como ensueños caracoleados

que no disipan

en bravo pecho

de gloria tranquila en cerro.

Disipada bruma que años no regresa,

cada momento caminante,

de silenciosa fuente,

y ceño anhelante,

de ávida inocencia

entorchada conciencia

que vuela lides

monótonas y seguras,

donde noches escapan,

como el corazón endurecido

pierde visión de luz,

era un huerto de luna

en la campiña,

de ortigas y forrajes

entre zarzales y tomillos,

entre brezos y carrasquillos,

con fuente de añil

transparencia líquida,

entre esperanzas que alma titubeaba,

servil de días rojizos,

que no se llevaba su paz

ni tempestad enfurecida.

Al pie de un jaral

que ni el tiempo doliente

con él puede ni sepulte

umbral plácido

de fértil viña que el río tajo

escala cumbre,

poco antes que el río sorbe

a su mujer encuentre.

Iniquidad en blasón

de noble comunero,

que ni desenraizarse,

ni matar por su tierra puede.


Förüq castellano



10 Olvido:


Olvido.

Olvidarte nunca podré.

Nunca te podré separar de mí.

Estás en mis sueños, en mis

noches más frías y en las más

calientes.

Como una manta que me abriga y me arropa

cuando me descubro solo.

Como mi sombra.

como mi reflejo.

Olvido ¿Por qué nunca te encuentro?

Será porque no te busco, porque

vendería todos los mañanas,

por un ayer junto a ti, amor.

Ya sé que soy inmaduro,

pero te quiero, y lo sabes.

Si ahora no lo ves, ya lo verás.

Pero mi tiempo ya pasó.

Como guillotina

que partió mi palpitar en dos,

para darte una mitad.

Olvido.

Olvidarte nunca podré.

Siempre te amaré.


Esteban el castellano



16

Primavera:


A ti te escribo primavera,

tú, que llenas de vida el campo.

Pones los campos en flor y verde.

Tiñéndolos de color.

Los pájaros silvestres, 

anidan en las ramas 

de tus árboles; 

dan de comer 

a sus pachoncillos,

y trinan como nunca, 

antes del alba y después.

Los animalitos nocturnos, 

también salen a cazar, murciélagos, mochuelos, y lechuzas, más en esta época;

que hay más vida, y alimento.

los erizos, salen de su letargo, invernal, a cazar caracoles e insectos,

y comer frutas silvestres.

A ti primavera te canto, 

que llenas de vida el campo, tiñéndolo

de color, y vida.


Esteban el castellano


17

Poema al alba:


A ti te escribo que con los gorjeos de los pájaros

ven salir tus primeros rayos de sol que iluminan la tierra

y los campos.

a ti te canto luz del alba.

Ruiseñores, jilgueros y demás pájaros silvestres gorgojan minutos

antes de ver tus rayos.

Yo veo tus amaneceres azulados y tus puestas de sol rojizas nunca

me he perdido una.

Quizás, soy un loco bohemio, que no duerme porque está enamorado

de tu naturaleza.


Esteban el castellano



Nocturnidad en colmillo:


Llameantes pesquisas

de acariciar tu éter sediento

noctámbulo,

preciosa de magia insobornable,

quién pudiera besar

tú honda alma incuestionable,

cuando tú escribes musa,

los destellos dejan de ser secuaces,

las mariposas no se aplastan

embeben tus manos

por mí encauzadas.

Entiendo la secuencia

tu rocío suave permisivo,

sólo dicta que perpetúa fragancia

de nuestra secreta flor.

No llegaré porque sí lo haré

a colmar el atrio castellano,

con mi dicha floreciente

mi sentido a escribirte

mi sentido a difundirme

en la beldad tu entraña

en ese alarido despierto que clama,

algunos cambian

mi amor por ti es más duro que el bronce,

horda madre de las brujas

yo por oscuridad,

compararte pudiera

obstara diosa triple que entonas los campos

prendiendo en flor los campos,

yo por la flor sea la flor

no osaría compararte

pero si mi musa es raíz salvaje

yo abro cielo terreno

y si no soy raíz de los dioses sus hermanos versos,

yo no soy hombre soy hartazgo de bestia

e-nominada porque la amo

sin febril demarcación cuerda,

si me arrebatan su espina en mi pechera,

no habrá piedad existente

porque la verdad de las cosas

a veces es su contrario en puridad,

como es arriba canto

porque igual ídem es abajo,

vivir es más complejo

y fácil morir,

con lo que morir de gusto

es vivir de gusto contigo,

necio sería que no niego,

si pierdo sin vencer,

ganarte el cariño es lema,

reverbera mi palabra de alabastro,

en fuente de ópalo tu regia sangre,

he vencido ya creo escribiendo

mi una de sangre de la madrugada,

ay de los que pueden morir dije,

bienvenida a su nuevo mundo,

porque naciste golondrina para la eternidad,

única, rememorada, pero en condena:

-Jamás sola porque vivo.



förüq el castellano



21

Contigo sangre refulge:









Te ensalzo mi divina amapola,

por cuántos pétalos

te hicieron esfinge de sangre,

enardece a mi espiga

que dorada te acompaña,

mi céfiro que en tu seno

acoges,

mi sol blandía

entre pajarillos

sones sobre trinos

de cabeza púrpura,

belleza te tuviera secuestrada,

yo, con mi áureo espino en mano,

puras tus alas,

nosotros,

carne y cuerpo de tinta en pluma,

coloso atemporal,

de rayos en perpleja simiente,

osadía mi amapola,

traer derecha en frente,

la llameante lira de occidente,

al instante, nítida y luciente

me traes dique inspiraciones,

por aureola y tu flor secuaz.

Mi vida mi sangre

bermellón, morada,

te desnudo mi brisa desconocida,

por mi jazmín

que ámbares completa,

tu belleza cuidaba,

entre los bastiones

que mi cordura cercaba,

enramada hasta cintura,

en mi jardín soberano y delicado,

beso tu brillo de tierra,

mi amapola.


El castellano, Förüq


Preámbulo derramado:


Devanados de un destino,

fundado en el vals

mi propio engranaje,

místico, áspero,

en flor de supremacía

donde ninfas musas

bailan,

destino insumiso,

parco,

vestido mi precoz precipitación,

como gota de rocío

resbala del precipicio su flor,

a lomos de un caracol;

me pregunto

si acaso vivir

tiene sujeción a la vida,

y la cuerda es de bronce.

Seguiré acontecido

mi suerte ausente,

amándote al silencio

que cerraba los ojos,

y seguía preguntando,

si mi ilusión

colmaba la expectativa,

ojos del metal noble,

fuego al hierro

que mi camino ablanda,

fecundador de mitos y desgracias

mi reverberar de nombre,

solo, traspuesto,

al océano impredecible,

como capataz musa,

de tu huerto de estrellas,

por corralillo

y redil de estelas

y destellos indiscernibles,

voy rumbo al ímpetu

de solana luna

y su guiño me cuelga,

sí acabaré de irme

dejando alto mi estandarte.


Förüq castellano



Silencio regenerado:




Saeta, saeta bella,

saeta parca,

saeta ilusa, saeta inocente,

es el final del espectáculo

saeta madre encubridora,

de toda mentira enclaustrada,

yo te amo saeta,

saeta alada,

saeta heridora,

saeta encausada,

saeta parca,

saeta celestial,

saeta infernal,

saeta canta,

que mis ojos sean tus ojos,

saeta que mis manos sean tus manos,

esta cruel noche un diciembre,

que yo soñaba estaba escribiendo,

un canto a tu cabello de oscuridad,

saeta mística,

saeta horrida y hermosa,

tu beldad piramidal,

se estrechen caminos,

el cielo se abra para escucharte

mi saeta esquiva,

mi saeta complaciente,

como es arriba es abajo canto,

seguir peones vuestro circo,

que este trovador

de campo llano,

sabe quién es y de donde llegó,

ahora te odian saeta,

ahora te aman saeta alada,

me diriges por el parnaso sin final,

o me quitas hasta la vestidura

más pesada,

volemos abismos amada,

volemos cimas inefables cariño,

hasta donde se oculta el sol por el este,

sociedad de creer o no creer

yo elegí creerte saeta

y hoy sigo en la cepa

esta vida que me cabalga la estampa,

cerros intransigentes

molinillos al fragor de vientos voraces,

esparto entre las jaras y solas carrascas

brezos soleados por flores ausentes

un invierno que se desdibuja solo,

saeta amada elévame en tus alas

yo vine por el son recto,

blandiéndome de un hinojo solar,

esta vida que sin ti

saeta la creería una dulce mentira,

por la que morir

y no morir por una crueldad

impuesta por el ajeno

que nunca

nunca serás tú

mi amada saeta,

esta existencia

que se dobla y niega a sí misma

para decir que yo soy el rey

que yo soy el cuchillo,

que yo soy el proceder

inmiscúyete,

otra vez yo sé quién soy mundo

este es mi manifiesto y

el de mi saeta bella mi espada,

mi vida,

mi indecencia,

mi crueldad de espira,

mi corralillo espectros yertos,

era y es

el hipócrita dejará su vestido,

el trigo limpio

será trigo limpio

ahora y siempre,

espiga y cante

hasta rodeado

mi padre trigo.

Vengo de las espigas de abajo,

asolando verdades,

mi panada amada,

por la saeta olvidada,

se despertará

por los que venimos

del trigo limpio.

Volando sobre parajes

entre tierras de añil barbecho

y su azada de viento

mi solaz saeta entre cardos

de todo fértil sendero

que lleva al infierno.


El castellano Förüq


Mecha de oscuridad:


Vengo que vuelvo

de un silencio, profundo,

de un vacío completo,

traigo para sembrar

un ascua melífera,

del seno las arduas estrellas

que llevo

que cuelgan de mis ojos cual arañas,

una vid de vida

en seno esta anublada, azul

escarcha,

todo colmaba el ímpetu de suspirar

sin brasa diestra,

ni compás ambivalente,

sobre estos treinta años que

y que no me sostienen,

porque aún no me hicieron nacer,

sobre los lustres que ya no son,

anudando galaxias

y su cobre perpetuado de sólida luz

inmaterial,

electrificas mi mirada

como aljibe rebosante de ilusión líquida,

toda esta sed que vive el pasado,

y en bruma cegada,

muestra,

que tiende tu rosa helada,

embebida de pétalos de espectrales

sábanas purísimas,

nací en vez primera sin terminar,

y no fui ni abeja ni vencejo,

para poderte acompañar,

era de un eral sujeto,

como membrillo de un árbol sin escuela,

y pera de chopo milenario,

todo cruzaba mi relente

y acabé tendido

en mi osadía de seco tajo

llamándose gloria

para acabar conociéndote.

como dije en primera vez:


mecha de luz:


-Vuelvo de tu vacío repleto,

anidando cobre de galaxias,

desde luego aún no hace treinta años

que nací allí;

en vez primera sin terminar,

vida húmeda y animosa,

alzado a luces de alba sin acabar,

vino tu silencio conmigo sin ti,

como alto arbusto fragoroso,

me paseó mi jardín

como un mordisco

y un beso sonoro deslizando

que suyo me jabra hendiendo la tierra,

una boca de metal de pala,

que abre zanja.

tu alma de recto augurio,

o ave como futuro de hibernación,

ave nocturna

en tablilla de azabache,

como puro origen inmiscuido,

nulidad insobornable,

traición de hechizo

y nota de caligrafía desangelada,

mudez última de relámpago,

pluma de mi ojo abierto,

soledad infinita de mi despierto,

como fe sin cargos

rueda mi vertiente,

siempre relevada por dios sollozo,

palanca usé con la puerta de Plutón,

alcé el margen 

de rebelión sanguínea de los dioses,

cielo asido el vil manifiesto de relámpago

surqué, gloria vespertina de héroe,

Cocitus cantando su aire

de oscuridad iluminada

clavando negras riveras, hundiendo

y desplazando los montes;

lago estigio me alimenta el latido,

y mi férrea sangre

directa a superar lo inabarcable,

tu rama vestigios de plata corté

del cóncavo bosque en tu acre,

creció en su lugar segunda rama,

de titanio,

que conseguí cercenar rotundo

y hoy llevo clavadas sus hojas, 

en dos talones fundidos,

columna y cadera,

con todas sus espinas de titanio

sujetando cada diente mío.

bajar al averno es sencillo,

subir los aires en altos cielos,

nadie pudo;

yo allí voy a mitad camino.




El castellano



Förüq Er-lobo bohemio




Dicho azur:


Adentro esta bruma azul de mi contento,

avanzo estas flores del invierno,

por árboles desnudos y sus cantos,

yaciente mi sed de nuevo,

florido cierzo,

primoroso veo y beso mi sañudo suelo,

lumbre sin sol

en que la luna no aparece,

presurosa de melancólica siembra,

una estrella emblanquece

por cielo extenso,

y en lluvia derrama que desgrana

la vejez de la grama vieja del camino,

custodiado por la señora malva;

acrecienta mi linde vago por majuelos perennes

y solas zarzas,

lágrimas de mi tristura,

regocijo de varios,

ya que antiguo son,

solo mi leana ablandaba mi lira.

amores ponderables

mi ser no rehúya,

desquicias mayores, otros

oigan en retirada,

a murmurio grave me alzo,

en esta tela de araña

y la luz de alborada

me tiende en extasía.


Förüq el castellano


Siembra erguida:


Izar de un cantar,

de tu cariño enfuscado.

batir vuelo, elevándome

entre lares de hayas

y sombras de hojas

escritas y reveladas

de ceniza de fresnos, sembrada,

deseos, sueños y corajes,

y sus raíces del alba

por ocaso admirado

que cerraba flores en versos,

y musas y jerarquías,

de hadas y elementales,

entre árboles y frondas suaves,

su idioma en vertiente

asilvestrada,

lejanías de suspiros,

y granates lucientes

entre fortalezas pedernales,

y cuchillos solares,

hija de la niebla.

doncella oscura,

te llamo desde este latido

proscrito, que te busca;

y entre espinas

su luz gorjea 

que amarte no es vanidad

de ambición ni naciente

ni floreciente.

Es un dulce designio,

entre mis lares cabalgados,

y riveras de río sanguinoso

de todos los lirios

y su hidromiel,

sangrada,

tus cauces, insobornables

que pureza y rocío en flor 

hasta albor de raíces brotado,

destino y camino ingobernable,

valle de signo y tierra alumbrada,

oh se cavan surcos de mí en tu alma

verdadera, nunca para agraviarla ni dolerle,

una dicha y una alegría tejida,

tu sonrisa,

que abre el aura

y deja su energía en mirada,

ya maldigo a este incierto saber

si terco y necio

me reniega osadía, ventura y fortuna

de a tu vera conservar mi labor

y creencia, seguras, 

un beso te dejo

entre zarzales de fuego,

hay alma,

hay alma,

hay alma

porque sin ti;

belleza no existiera.

Miles de lumen, Lit C et sumun Canae.


Förüq castellano a 29-07-2020



Ferviente tajo floreciente:


Exultación, de saturnina rienda,

desempeño en posesión

y toma de filo relucientemente acrisolado.

Protección servil bajo y hondo metal;

luz de esfera, espiral canta,

cariño a sepultura animar,

honrar, preservar,

oda desde este cementerio

solemne alzar de honra,

escala áspera, tangible,

vine y me derretí;

su voz dulce,

inmancable, ni en fíbula

ni en broche al corazón,

que ya sube y derrama,

mil rocíos en flor de caléndula,

mil fragantes deslices

me indulta, que a ellos induce,

poder de arder

flamante,

sombra eres

de Ostara la brillante,

se queman de mí

injurias, infamias,

desquicias de campo abierto,

por este duende,

por este arte,

tornando tu sola mirada,

acampo que acompañaré

toda vítrea lágrima,

estigma que camina sus fábulas necias.

Si soñar, te sueño,

viviendo bajo el orden,

se asigna a defender tu pulcra sonrisa,

uno, ni abismo comparable

al arma reluzco y hago visible,

de Ostara, la brillante,

es viento del este,

es aurora, la bella,

que blande, que rige,

estela inconmensurable,

rocío de nacer, de toda vida en color,

oh gloria,

oh amapola,

de sangre de tierra

en sola viola,

campanas restañen,

una morada y fortaleza inabarcable,

tu amor cruzando y surcando mi sangre,

era, eres d' este amor espuela,

abre tu bosque umbrío,

deja abierto de tu santa ternura,

portón verdadero,

vine por la voz surcada

de un herrerillo,

vine sin calzas

desnudo como me conoce

un diamante blando

y su des nacer limpio,

de turquesa

y azur marino,

elevé ancla en tu aprecio,

tinta de brea

y sangre de azada, mi bandera,

supresor del ruido activo

silencio mortecino,

dicta,

segundo poder

conquistar,

a un sin miedo dama oscuridad,

le preguntan

si luz fue antes

o si tú mi musa pariste esa luz

que inspira, plañe y regodea

sin calzas ni dureza.

tengo permiso y orden

de presentarte al tercer poder.


III

Mantener

uno, todo azar de intensidad

y fuerza que arde hasta esquela,

mantengo tu cariño

vivo en mi ser,

dicha es poco,

lo siguiente a dicha

que se extendía,

bajo puertas del dulce, sinuoso,

umbrío averno,

tomo, que explayo,

número y lugar a defender

te imploro

susurrando,

ven  flagrante a nuestro combate,

te espero hasta tiempo

en clepsidra me derrame

colmado de todo júbilo,

arder. conquistar. mantener.

Coraza, armadura base, de Zeus;

y atenea musa; que armo y amo.


Förüq castellano Setanta a 30-07-2020


Vientecillo elucubrado:



Rompe el melancólico fulgor

el sol en corazón

que la niebla un diciembre

difumina en son,

yo bogaba difuso

como primavera lozana luciente,

suspiro, oh tempestuoso recuerdo

mis flores marchaban,

suspiro de pasión

vino arrebatarme mi desventura,

desde navío en reposo,

cuanto no veas

acuérdate del agua hermosa,

tanto en alma

como en popa de nave,

el cielo carmesí me embravece,

surcando bonanza,

acuérdate alma de mí,

viva fortuna,

que de boca invoca,

musa transparente

su dulce porte,

semblante de arma en dueño,

oh sueño,

contigo tantas veces,

despacio, o desvarío,

cómo alzarte y cantarte lleno,

sin flores ni pajaritos impíos

sin caléndulas azules,

locura de dulce armonía,

lumbre en astro de numen mía,

agrava como amarte

derritiéndonos en la nieve.

Cielo, suelo y anhelo

de hojas arrebatadas,

crujidos de mis tumbas yertas, abiertas,

dones de sufrimiento desploma,

sombría yacija de cuna,

cruel aroma

estiran las rosas de muerto,

y no lo claman vanas

de aliento divino,

quebranto de sosiego anclado

a la fría tierra

de este diciembre

que viento ardoroso,

aclama en soberana lucha.


förüq castellano


Inmenso placer secuaz, inefable:


Clama ante la aurora,

presurosa aura intranquila,

ardua la dicha exclama,

que si por querer fuera

igualara el agua de los montes

que, subiendo, baja,

afilo este mi solo intelecto

por muralla que no cierro

desvela el clamor de la intranquila rosa,

quién a igualar mi dicha baja,

furor ostentado de la piedra frigia,

va mi reguero desnudo

por musario cerro,

su cernícalo avizor vigía,

milano señor en soberano cardo,

luces del alba

plañen sus rayos

de nueva alborada,

ven, agita la guardia,

conmensurable acequia

mi sangre estrena,

voy por piedad avistada,

luna habla,

destello de noche febril

que otro año más no enfriaba.

Iimperios de ojos cerrados

en nocturnidad en cegada,

franca tapia de espejo

y su beligerante reflejo.

Amima, mi viborilla,

secuaz tu alma sólo destrenzo,

tiempo, hálito voraz

que enciende calor presto

de caballero,

a su dama hoguera,

corriendo por fuera el granate,

sanguinoso,

por escalas a este placer inmenso,

esfera tu secuela

en faz instintivo,

desaprendido,

rumbo al carmesí insobornable,

destino dicte quedarme

en tu nube intangible,

en vaporoso éter, tu magia,

hoy vine a besarte,

y a desprenderme,

de tu cauce en tu cuello

aliviarte,

bronce en ala y su verdor

de óxido que rige,

que envanece,

que resplandece.

anhelándote.


Förüq castellano



Sentimiento labrado:


Viento, viento bonito

lleva al cielo cada escrito

arropa este amor en mi cuerpo

en mi corazón te llevo

hadita de mi sentimiento

noche hoy en tu sosiego me encuentro entre nubes violetas

y el cristal luminoso

de esta luna de invierno

bañan mi cuerpo tus latidos

sordos de oscuridad

y a este cielo sonámbulo

lanzo mis ilusiones al viento

siento tu caricia de alma

y te bebes mi calma

despierta esta rosa sangrienta y su aroma de romance antiguo atraviesa el pecho tu amapola eterna primavera

cuando mis ojos te ven entera cada sentido despierto

como fiera al acecho de tu latido hoy en tu bosque me pierdo

tu imagen surca mis sueños

como cada noche que siento tu beso

y como me cuidas,

como soy yo tu alegría

mi vida vistes de amanecida dicha,

hoy la hierba escala mi montaña

la lluvia germina todas mis semillas

de pasión y fuego,

donde entero me entrego

al placer que muerde

y envuelve en quimeras,

como sencilla tu sonrisa

y tierna tu caricia,

ya no hay súplicas

solo felicidad desbordando mis cauces,

te sostengo fuerte en mis brazos

para nunca soltarte

para eterno tenerte

si por soñar soñé acabar con la soledad fría y escarcha de esta melancolía

llegaste tú a mi vida

como cada noche siento tu melodía

y me acompañas cada día,

salió el sol después de la tormenta

y ame tu esencia

regando mi interior tu voz de alma amada

tú bella y dorada calma,

rompí las cadenas que me anclaban al pasado para luchar por mis sueños y alcanzarlos, entendí el idioma del silencio

y hoy contigo

lento construyo mis escaleras al cielo,

este firmamento clama de azul sediento, ermitaño en su montaña del sentimiento

el amor jamás salió de su cuerpo,

de él decían que quería comprender al amor, tras una flor la conoció y la preguntó

qué eres, amor,

no solo nací de esta flor

tu inocencia me enamoró,

curaré tus heridas de dolor viviré de tu amor.

Vuelvo a este dulce tormento buscando llenar de amor el cielo, labrando el campo de tu alma

y bella mi amada

te bajaré las estrellas para que puedas acariciarlas, estas flores cantan la canción

que te enamora el corazón.

Vuelvo a luchar como ayer

con tu amor jamás desfalleceré

eterno en tus alas viviré.


El castellano y Leannan-Sidhe



Azar relegado:


Navego los límites de tu silencio

tu luna, reina mi cielo

en este horizonte de ilusiones y sueños

tus besos florecen mis recuerdos

las mariposas de tu piel tersa de seda acaricio eterno el momento que escapa entre tus labios cuando brota el te quiero,

y en mis ojos te encuentro,

donde me enseñaste a vivir el momento

porque nada es para siempre

escribo el sentimiento

ese que me hace amarte despierto

este viaje sin retorno

me hace buscarte cada noche

para que tu amor surque mi sangre

y mis sueños de tu mano puedan acariciar

lento muerdo el placer preso

y la lluvia envuelve nuestros cuerpos

recorro tus parajes, me pierdo en tu bosque este fuego late en esplendor

encuentro tu dorado amor

oigo los aullidos del corazón

atrapo mis flores de pasión

quiero y te quiero en cada amanecer

donde agradezco cada aliento

cada suspiro que asesina al tiempo

y da vida a mi sentimiento

mi eternidad alcanzo acariciando tu cielo, entero me entrego como el calor de un lucero, sintiendo tu amor latiendo,

avanzando tu cuerpo como quimera de pasión y fuego,

condenando al tiempo

a morir en nuestro pestañeo con un beso, encontrando el lenguaje del alma en cada verso, cabalgando juntos cada firmamento,

flor de sangre naciendo en mi pecho

clamando este amor que te profeso,

cálido, el momento, de desnudar mi alma

mi bella, amada, una flor en tu mirada

vuela libre, doncella, tu esencia mariposa del amor,

en mi interior quedaste

de mi ser te adueñaste

puedo sentir como tú sientes

en cada pensamiento vives,

a tu lado siento desvanecerse el dolor

este ardor de pasión jamás me abandonó,

hoy agradezco que me arropases en tus alas

para nunca soltarme

para abrigarme cada noche fría

por ser mi eterna compañía

y locura del ansía mía,

tu amor mi sinfonía

como tu beso de cada día

fiel me entrego a la caricia,

mi amor sin descanso

incesante fluye el verso por tu abrazo,

a tus pies me encuentro

esta mi sangre te entrego

este fuego late en cada beso,

germinaste dentro todas estas semillas de amor eterno,

hoy hadita te canto a la orejita

encuentro tierna tu sonrisa

en cada flor encuentro la belleza amanecida

en tus labios descrita, en tu piel mi caricia

en tu corazón siente mi brisa

cómo me hago lluvia y río

en cada silencio que rompemos juntos

como juntos nos verán hasta el fin del tiempo.


El castellano y Leannan-Sídhe


Sendero mi suerte:


Corro, a observar,

el vago nublo,

del invierno de mi suerte,

tras él, el brillante sol,

reluce de nuevo,

una fuente de retozos azules,

y caléndulas,

flores de Odín,

bordeadas por espinos,

o majuelos silvestres,

un aspa de luz y de frío vil, sordo,

oh de luz, y de frío,

era mi azul desquicia yerta,

oh cuan abarca mi ineptitud

entre señeros dulces

y crueles ramajes de idea,

oh de luz, y de frío

era mi azul miedo.

ámbar blando arredra cantando

de sol y de frío era mi oscuro invierno,

partido,

quebrado entre destellos de flora,

y sus flores sujetas,

encontrase siguiera

amigos entre los insectos

vendría por mí el solo halo

de soledad que amilano,

vil milano

hermano mi cernícalo avizor,

por altas torres y agrestes sendas

que arregazan caracoleando,

oh mi ámbar

de luz y de frío

sangre del tiempo, petrificado,

por misario cerro

voy con azor en mano

en busca de la insigne

perdiz huidiza mi dulce tormento.

Oh mi suerte, sombra de agua

oh mi luz, y de frío mi insignia pasajera.


Förüq el castellano



Soto en sol naciente:


Noche silenciosa umbría,

de negrez, adjunta;

al crujir del halo

que destella su pulcritud en estela,

coraje por violetas ausentes

y flores yescas alumbradas

por la dulce luna casi llena de enero,

mis falanges ensalman

el sendero inencontrable

hasta el portón verdadero

de nueve cerrojillos infranqueables,

orando por mí mismo se abra

esta insepulta tierra

que me sostiene,

mi semblante perdido

jamás abra el yelmo,

en clave de unión

se abra el aleteo fugaz prometido,

que encarnan tus maderas reflejas piernas,

un sopor y obtuve tu anhelado sabor

de tierra nueva virgen,

como letal aleación de savia y raíz

formando tronco y hojas esbeltos,

como dos rocíos se forman en tu sonrisa,

cómo te enraíza el sórdido éter embelesado,

dictando retorno

de mi primorosa,

mi musa cristalina;

soberana en turmalina esencia,

umbría vivirá nuestra caricia,

por el vespertino cauce

de río en arteria,

bajo que encumbro

el placer nacarado, insubordinado,

rumbo a la tercera estrella

que osó mirarte

colmando tú de lo bello, lo bonito

este parco horizonte asiduo.

Entonando en primor

la lira toda mi carne.

Es adorarte ferviente.


Förüq El castellano


Niebla encorajinada:


Cielo de tu amor que acaricio,

en el suspiro del tiempo desvanecido, en cada luna que te encuentro,

en cada vida que te siento.

Cómo no hacerlo si vives dentro,

si cada minuto lo vuelves tierno. Vuelo, con este sentimiento de fuego,

cabalgo el firmamento,

encontrando el verso despierto.

Como estas ganas de devorarte lento,

que sientas el deseo morder tu cuello,

y la sangre de cada flor de piel y verso. 

Donde el agua y la poesía

hacen el amor con tu cuerpo.

En este campo de sentimiento

la sangre de la tierra vistió de amapolas, cada beso de amor sin tiempo.

el bronce deja su cuchillo

a las espigas del cielo.

Hhierro baña la sangre de este guerrero,

vivo y muerto por tus suspiros.

de tu corazón preso, guardián de cada latido, redentor en el silencio frío.

Amante serpiente en el calor de la ilusión que te dibuja en mi mente.

Siempre presente, a la hora que la oscuridad late y envuelve.

Donde te volviste mi bendición,

realidad, abrigo y latido

de la inspiración invencible.

Como invencible dios sol, que toda vida rige. amada hada, esposa de este mío sentir,

acompañante de cada vuelo fulgente.

Tu semilla de amor germinaste en mi pecho, amapola roja y negra, sangre y tinta

que cada verso expresa sin descanso.

Fluyendo como el río que brota en almas a su paso. voz amante de tu presencia en mi mente,

donde el te amo, cada noche, se siente.

cura de soledad y maravilla hasta la muerte. donde mis rosas dejarán su sangre.

Nunca dejaré de escribir al amor,

a esta pasión de tenerte,

a cada luna que de malva el cielo me tiñe,

a todas las flores sencillas donde te veo,

donde descubrirás que este duende te será fiel,

y a cada semilla que nace pone tu nombre,

donde encontró su latido noble,

y mil veces más fuerte

lento se apodera de tu bosque.

Las campanillas en flor le oyen

y distingue el espíritu de cada árbol,

en cada pequeña vida a dios encuentra,

donde la armonía la acaricia el idioma oculto

de las hojas al viento.

Como el abrazo de la yedra al árbol

y el beso del rocío primero a las flores del campo.

En paz me siento en mi entorno,

y en la ciudad muero lento.

bendita la vida por darme tu amor,

por darme ojos para ver cada vida en color, siente esta caricia sin dolor

observa que de mí el cielo se apiadó,

donde sin envidia ni mal

eterno vivo, como poeta sin tiempo en tu recuerdo, voy allí lejos de este mundo,

donde empieza nuestro bosque sin destino,

donde libre, todo sigue su espiral sagrada,

el ciclo de la vida y la muerte,

el resurgir del agua, la sangre y de la tierra.

Amada te canto, de tu mano siempre mi te amo, contigo siento la fuerza

de la tierra, el agua, el viento, el fuego, y la magia que en arrullo acarician mi cuerpo,

contigo no temo a ningún abismo, infierno, ni tormento,

a ti te debo cada verso.


El castellano y Leannan-Sidhe




La polilla negra:


Acogía perturbador pensamiento

en tristeza, errático mío,

infortunio, todo dormido ceño,

mi sangre colmaba

lóbrega y repleta,

sobre la frente de nublos negros

que encogidos, no lloraban.

era gris mi despedida

de noche tranquila, relucida,

noche azulada, indebida,

de destello desvelado,

y pilares al cielo en hondo tributo,

y carros llevando agua imantada

de grises leviatanes.

sombra de hombro incierta,

arrastra vendavales furtivos,

en espiral sobrecogedora,

y sones de blanca nocturna luna,

lánguido mi pecho ya profuso,

se alzará

a desmembrar, el eterno desliz,

de luz anclada.

En vals y alas,

pequeña mariposa nocturna,

gira la espiral

su terror escondido,

embebiendo el ingrato desvelo,

fulgor de sus círculos errantes,

quimera desangelada

de vago destino caduco,

derredor intranquilo enreda,

misteriosa negrez;

sin partitura de blanca seda,

frenesí que jamás se separa de mí.

coloso de su imán final

de lisonjera luz,

del candil que atraviesa

toda dama oscuridad,

como su cuerpecito leve, frágil,

tembloroso

que ardió en su atracción final

a la llama en luz intransigente.


Förüq el castellano


Beso de ascua:


Vuelvo,

sin caminar

ni fronda,

resquicios

de mi soledad

crepitan,

su falta

de cariño externo,

porque mi soledad

atónita grita,

nada buscaba;

sólo volví

porque nadie me buscaba,

como un azar sin venas

ni razones buscadas,

estoy para ti

sin yo estar,

no tengo ojos

ni respiros

de pez de cara muerta,

una generación ciega

abre que sulfura

sin oxígeno.

Era bastante

y no acabé por huir,

bastante

era tiempo escaso,

imaginada tez

serena en néctar

tu sola dulzura,

te busqué en un papel,

respondió tu carmín

del beso de ayer,

sin inicio de final,

sin ser último

para ser primero,

un escarpar

de mi ausencia habitada

en torres y almenas

de incandescente, lóbrega,

quietud profanada.

el final depende del principio

dijeron,

por lo que tu último beso

empieza

en la eternidad

del sentimiento.


El castellano



Dulcera en claror:


¿Lo recuerdas?

cuando creíamos

dentro del ser haber

encontrado algo.

Recuerdo que los días

están hechos,

mantente.

¿Recuerdas un vivir al filo de la navaja?

tentando la suerte nuestra circunstancia

que nos unió

como agua y oro de aceite.

Recuerdo a veces

llorábamos a las flores,

y otras nos sonreían.

¿Recuerdas el evanescer interior

que se apoderaba del firmamento,

y descendían astros, a mecernos?

Recuerdo tu sonrisa pura,

inocencia de escala,

un desear estar contigo,

para volver todo hacerte brillar,

¿crees amor huido que algo haya cambiado?

dilucido que seguirás siendo

la misma piedra de melodía,

de eco presuroso,

que se adentraba en mis ojos,

para inaccesible habitarme,

como canción sepulcral

el infinito reverberante,

que me erizaba la piel

completando mi existencia

de palmo a trecho

voy manando,

y aunque hoy piedra

del rayo en cegado,

dicha en mi pecho quedaste,

dicha en mi alma blandiste,

porque yo te conocí

porque yo tuve que sentirte,

como agua de rocío

y destino plañidero,

incluso hoy en sueños, te sigo viendo,

brea de estrella en carne de la belleza,

pupila de mi pupila

por el tiempo helada,

he venido hoy a desafiar a mi dulce tormento,

sin tenerte te tengo dentro,

sin quererte sigue en vela y cañón,

mi naipe y última carta,

no se reveló.

¿ves que algo haya cambiado reitero?

sí, que hoy en día

duermo con tu recuerdo etéreo imaginado,

y no con tu piel y carne de estrella.




Esteban er-lobo bohemio


Sed de luz:


Cuanto te acercas a mí

miedo intuyo somero sin rivera

a estar cerca,

más cuanto te alejas

miedo a estar sin mí alegas,

dijo un librillo,

franca tu vera destrenzo,

viva esta espuela,

horizonte vasto me acercas

como lloverte amor sin cesar,

paraísos yertos sin escalas

ni vals terreno,

puridad acaso bastó

como lobo de orejas afiladas

sin aullar no era lobo,

me acerqué hocico

he irremediable

contestó un azar de tres caras

y nueve venas razones,

como derribar la franca tapia

verja de nueve cerrojillos iridiscentes,

los ángeles valientes morían primero

sin ascua eterna

ni mármol florido,

quizá puede como alimento

de vano murmurio,

hoy oso al por mayor

reminiscencias al recto lado,

acompañar tu furor de armas,

desde nimbo pasajero,

y desquicias propias trasmutadas,

al impetuoso servir de la llaga,

Pléyades cercanas como resoplar la luz

y capturarla a ojos fríos,

indicio que su halo dicta

inspiración a raudal,

halo indiscernible

que casi saboreas confines,

de sosegada dicha insobornable,

miedo a tu cercanía cuando caminas lejos,

miedo a tu lejanía cuando cerca

brillas en faz y luna imperecedera,

arrobando mi haz luminoso sin brida

ni correa,

As de trece tréboles de cuatro aspas,

era mi vida sin contar,

un brote de cruel infortunio desaconsejado,

semilla o tiesto espontáneo,

a nadie cambio,

ni dolor ni regia tristura

porque hoy me blanden

poeta raíz de dioses,

quién soy ellos y yo lo saben,

y seguimos sin tener miedo,

en esta trinchera del verbo onírico,

incuestionable

hervor de primaveras desnudas,

y solas saetas en busca de una vida

que mejor, peor, no niego,

qué mejor que un absoluto diamantino,

en esencia mineral candente,

cristal de sus pulsos

que no niego ni me arrebatan

a estigma puro revalidado

en azoteas caducas,

y ojos suaves un abril doliente,

era lo mismo,

que perder venciendo,

aojo que el buen ojo curo,

insignia las estrellas quedan muy cercanas,

si nos llaman a la lucha,

puede defienda mi patio

debido no es mío.

Divagaciones aparte,

pregunté al eco de sombra,

sin quererla como uña a carne,

iluminaría mi pluma saturnina,

hoy quedé en darla un besito

como la imaginación

no osaba,

miel de afortunar, y tremendo desliz

en número y orden,

como afeitar bombilla

broma, como lamer hacienda sin construirse,

en serio pongo balanza,

y un kilo mis sueños

pesan más que cien kilos mis ilusiones,

amar, amarte, en este ente intransigente

me lleva sin anchas calzas

es flagrante,

como el cimiento del verso

es tu letra,

lo fidedigno, que me hace parte

del transcurrir minúsculo

en vida caduca que nos desliza el destino,

no hace falta amarre para osar,

ni buscar luz, cuando ya eres parte de mí...


El castellano Förüq


PUPILA TIERRA ENERVA:


Planicies serenas del azul imantado,

por surcos de febril labriego

como barca entre trillas se deslizan,

espigas y fauces grises, de nublos

voraces.

Carros con aperos

entre terrazos quietos;

su nueva siembra.

Riveras atrás y acres en verdor

de nueva grama,

endrinos y espinos

aislados entre hondo campo,

de pinos y caricias suaves

de joven matorral.

La vid desplegaba su nombre de vida.

Cardos brillaban en espinas erguidos,

saludando a nuevo cierzo

que se alejaba.

Sones en caminillos de hormigas,

el sol medía de la llaga sus hormigueros.

Romeros afilan la suerte del sendero,

que como una rama precoz

pronto, verde rodeaba.

Cristales de roca entre el suelo cálido.

Latido férreo de tierra arcillosa

el escarabajo negro paseaba,

y lombrices purpúreas no asomaban,

el raso donde el pardillo

y el verderón jugaban

su genética de vida,

perdigones entre codornices

sonsacaban el linde,

donde viborilla y culebras

hacían honor

de tranquilo serpear.

Era bastante el sueño precoz

casi saludando nueva veris

por el tronar de ojos suaves

ya no sonaban en sienes acristaladas

ni hacían bajo de pensamientos pobres.

Fertilidad en raudal,

como espasmo que generación abre;

giraba la torcaz

buscando cobijar

y al cielo abarcar.

El cielo que morado lloraba,

el gris del nublo la tierra asumía

en aljibe y abrevadero.

Mi son minero, me pulía la sangre,

en estalactita y veta, el bordear

mi vena.

De mi semblante pardo

no cambio nada.

Todo me lleva a lomo un caballito del diablo

que por sierras mis rúbricas, deja.

A mi sol broncíneo, saludo.

entre simientes frías

esperando

ser nueva vida en color.

Del fuste a la Oliva,

al tordo redondo de olivo señor.



Sepulcro en cobre:


Al panteón de mis escritos hoy escribo

de luto efímero en memoria,

vida remota atisbo sin sien acuartelada,

caléndula y rosa canina

pintarán su estirpe

de historia incrédula

jamás cincelada,

al reluchar indemne

polvo de metal estriben,

y de lirio en cuello que nacieron,

de espanto en puerta,

aliento y yugo fidedigno,

en pusilánime destino,

en cuerda que míseramente gozaba,

puertas sin desquicia atónita,

en umbrales carmines de besos

sin corral ni ascua sembrada,

pedí sus alas

yo que de sol desnudo descendía,

dócil, de grajo en mano fecundo,

inocente, de justicia ausente,

presuroso cerca mis verduras afables,

no se alejaban ya,

de tierra y rayos fragorosos,

lides eternas ya os abrazo,

Castilla dividida

por cumbres enojosas,

jamás creadas,

alzaban mis sentires terruños,

fango de simientes yertas,

ojos al patio socavado

de iracunda hacienda de letra.

Destino magnífico cercenado

de mi mente penitente

y mis ángeles custodios,

arte deslumbraba que regocijaba,

condenas del poder y la mentira,

beldad ya me asombres.

Padrón de cielo en terrestre escala,

tumba al igual de socarrada

sola idea,

ya nunca más esquiva,

miel de mis dioses

y vespertina alma,

penetré yo, su muro

de eternal silencio,

y mi mármol florido gemía,

en las llagas solares

sus hoyos rectos

ay que vil no me apresa

pomposa letra que me corona,

y dolor desciende.

Glorias miro y exclamo:

-¿Dónde?

Ornaba mi sepulcro

dulces abrojos versados,

memorias de fantasía

erguía mi pluma de antorcha,

austero en bóvedas mi sentido inerme

ceñido divino laurel

en universo en arco y saeta

crepitante olvido,

perdurable halago

en formol mi verso.

Embargado reinaba el suelo,

pálida luz descorchada,

presentaba la espina en mi corazón

que lívida me lo arrancaba,

maraña atroz

que tu divino acento

Musa, mi alma imploraba.



Förüq castellano



Yunta cadente de mi huebra:


Hueso, eje:

Huebra, yunta, barbecho, 

acre, cadente, copa de vieja encina, 

plañidera lozana, hilanderas, yugada, 

sembradío, huero, huera, yesca, 

materia muy seca, azumbre anisada.


I

Avanza mi alma yerta,

un encono trashumante,

que viste todos los campos

de mozas plañideras que visten

el azul inmenso inefable

todos los cielos terrenos,

estiran las señoras 

damas hilanderas

la nieve todos los cerros

del tremendo espacio inconmensurable,

afilan viejas encinas sus henchidas copas,

un verde espumoso dentado,

y sus flores de tierra

que dan las bellotas del mañana,

barbecho por tres años esperando

sea huebra bajo yunta

acre cadente como lozana espiga

casada con el ababol vespertino de primavera

que trae Ostara, tempranamente,

alivio mi yesca tierra

de materia muy seca,

como ascua que plañe segura

nueva vida de seca leña,

sé cariño mi moza amante

allá donde lloran las flores,

sé cariño mi señora moza

de alma joven,

honores consagren mi sagrada cepa,

Dionisio le pedí permiso,

con fuste Ambrosíaco

de nueva sangre,

aunque mi sed prefiera

media azumbre anisada,

de anís seco

que por meloso lo elijo dulce

como canta mi carajillo,

y me habla de espíritu en alza,

entre mi sembradío de penas y tormentos,

huera pena,

huero camino de ella,

mi larga sombra que no se detiene,

como terreno de yugada por dolor.



Förüq el castellano


TIERRA DE ENTRAÑA:


Siente, siento la magia primigenia,

esencial canto primero

la llamada furtiva del guerrero,

el alarido primero,

una melodía jamás

nunca más escuchada,

interpretada o inventada,

un desfase en alarido de cópula

un respirar flamígero de la tierra en azul lluvia

y, verde savia enraizada.

Trompetas del averno en superficie,

llamando deseoso,

con espiral armada y clarines bélicos,

todos dispuestos del difunto, nunca más; 

terreno, un gramófono de vida 

un rebosar en pila demencial

sin fin, ni poso,

ni quietud escarlata

un son de divino, redondo, caracol

respirar permeable entonado,

tierra

materia a tierra,

espíritu 

alma y rojo granate, arrojo,

desfogue, vida de la no vida

cursada

y abismo lleno de humedad

Ostara de primavera,

en estío de verano

abriendo, socavando

cual estalactita pretil

de gozo y frescor angelical,

tormenta perfecta clamada

a rito y furtivismo en danza,

rastreo pertinaz

de risco y elegía de alegría

todo era y es

llanto de emoción

todos mis llameantes

castos, bravos, valientes

unidad de avanzada

mis castos dioses.

Llamo, te imploro

como quien soy

vigía, guardián,

centauro protector

castellano con Fenrir,

a mi izquierdo lado,

fuerza imperial,

sangre inmortal 

de linaje y única descendencia

Solar,

Cuervo Förüq iluminoso

de druida poseedor y maestro

todas funciones, virtudes, y artes.

Yo sin nombre,

yo primero y último

guerrero

en pie 

Escriba antiguo

el más adelantado y vetusto

todo lo antiguo

nunca habló

porque yerto, 

silente, yace, que reposa

su vida muerta Awen,

Odín

Creador universal

que no soy yo,

pero 

yo soy la historia

que reside escrita, inacabada

en mi libreta,

soy dueño

de cuanto existe en mi cabeza,

Óh, Candamvis, en dos, te alzo,

en tres, te amo,

mi dios dador, castellano,

ferviente dador del relámpago asido

dios de la tormenta

del risco y toda cima de cumbre terrena,

tres te despierto

porque siempre reposas despierto,

es nuestro momento

a ti mi gloria abre esponjada la tierra,

apaga todo

lo que arde desde sí mismo,

extendiéndose,

riega todo terreno,

de agua dura, limpia

serena.

protege todo campo,

te canto

óh invencible

como mi sol padre,

riega este infierno

de astro apagado,

haz que resople el viento fantasmal

todos los altos cielos,

llamo a la muerte

llamo a vida,

a germinar toda semilla

en eternidad

de longevidad imperial,

madre planta,

padre tallo,

os hablo,

magia fuego, tierra, ceniza, agua.

Río, acequia, sangre 

movimiento, sed colmada,

fronda suave de verdor

inusitado,

llamo a Vivir 

llamo a Vivir

llamo a Vivir en mi Razón

a MUSA LEANNÁN-SÍDHE.

SIEMPRE

SIEMPRE;

para siempre

y cada siglo 

que empieza 

nuestra condena

para sentir que sientas escuchar 

la lluvia 

en la tierra de tus ojos,

musa Señora Hada.

Contigo 

debido soy eterno

Centauro Castellano

lit C et sumun Canae

tu protector.



Förüq





Osadía en clave:


Venga, venga cantando,

la sola idea en hoguera,

del oficio que arde,

su desquicia alada,

De campo yerto;

que por yerto no es campo,

si no hondo cementerio

de acristalada secuaz, idea.

Eco ciego de purísima imagen,

crascitaba mi tiempo,

quemo pensado,

era mejor que si luz,

no hubiera visto.

Sonaba ya una matinata,

del alba nocturna sin calzas,

ni categoría difunta.

Cómo estancia de estela breve,

sin descorchar.

Reinaba un hueso de luna,

descalza de un noviembre

que lloraba, nubes y agravios,

penas y tormentas en flor.

Traje de bruma,

sombra en agua de señales,

en tierra y sus tordos,

escarbando en busca,

de lombrices azuladas;

de ideas que prevalecen,

como venas de senderos,

como laberintos

dando vueltas a la peonza,

del mismo asunto,

sin vida, sin embargo,

era bonita idea,

por la que morir sin pensarlo,

sin crueldad acrisolada,

ni mentira sin conocerla verdadera.

Förüq castellano Miguel Esteban

Oficio arde

del dulce mirarte,

y ojos dulces

no hallen tristura

ni en la paz de guerra

armada ventura,

llorar puedan

orillas suaves,

entre sargazos

y plebeyas sienes

caracolas

y espumas de olas,

tronos de sirenas

entre sajadas

marejadas entre tules

y densos, profundos azules,

ay de mí espuela

y sus noches de tierra

de ventisca

y tormentas de soledad,

ideal aún yacente

animaba tus pechos

graves cuan pedernal.

La más bella

que en mi lugar

sólo belleza hallaba

a reclamar

mi bella doncella amapola

de oda y elegía en sangre

su tierra toda.

Escucha mi ama

de tu cárcel

ni en ojos

ni en rubores

encuentro llave

tus cerrojillos vida,

dicha y fortuna

en flores no me descubran

ni fuga ni huida

que todo destino

sólo a ti me precede

a cuidarte,

servirte

y amarte

como todo dicta

qué alegría

eres, niña de amapola.

Canción

de tornasola.


Förüq castellano er-lobo bohemio a 24/07/2020


Reflector:


Esto es todo en cuanto yo creo, amor, posibilidades a completarme, a ser feliz sin querer serlo, posibilidades a recto cumplir todos mis anhelos, sin la temporalidad por lo notorio en los sentidos, ni del nervio afilado un placer, me provocas, fugacidad de lo caduco de la carne, parte es todo un todo de una parte, no colma yacija que mi historia de alma porta en cuerpo terreno, ¿Dónde quedamos? Posibilidades de Puerto incierto, una travesía, un suspiro, un aullido de viento, lo que creo e invoco, es más que lo que pueden alcanzar sentidos, ojos y palabra, mi regocijo, mi rifle, mi vida, mi poesía. 

Cántico;

oh, tendido

de la lumbre

en cama.

Acaso de azul hundido

a mí muerte

pura tierra

procuro

de suspiro

y templo verde,

sombra de señor olvido

que demás

cenizas desplaza,

ya la tierra

sólo engulle

lo que es de ella,

Primavera viste

en filo de flor y agua,

alguien viera

este frívolo tranvía

sin escala de esquela

ni duro hueso

de estaca y vela.

Fundido en carne

y parca de amigos gusanos.

Entre crujir

de caminillos ávidos

y repiqueteo final

de víscera

en eco de ataúd indolente,

estallido como cicatriz

causa el rayo al árbol deseado

pulcritud de festín

alimento de injuriosa

vida breve que desea alas,

Es tórax abriendo a última toma de aire

sin respiro ni célula en sangre roja

regada.

Lúgubre detalle

de como bella es la vida

bello festín de tenebrios

es cada muerte,

ciclo eterno

de vagido, llanto, respiro,

sonrisa, suerte, copla,

elogio de noche, azar insumiso

que muerde la hora,

yugo destino, saeta, cuerda,

yunque ilusión, risa,

mentira,

siembra, espera

baile, danza final

labriego en calavera.

Festín o sobriedad

en fría escama

lumbre de chasquido inicial

Vista y nulidad en visión

para tercera campanada

ser ceniza de hoguera.

O comienzo de nueva vida

Carne y frenesí

de dantescos dioses del Averno

Inicio con final anunciado.

Tierra y sangre de ella.

Förüq castellano er-lobo bohemio



Auge conmigo renasce:


Noche tus horas breves

un agujero sin salida,

oscuro, de escalofríos que hacen

temblar,

 derretido el suplicio,

un alarido interno, estremece,

Dama escarlata,

de luces ciegas,

y hielo flamígero derretido,

tus sones no me vencen,

ni mis ojos te lloran,

ni esta parca azabache,

cae efímera, 

sin ascua su prendida vela,

ni este dolor cae resuelto,

en vela de navegante, 

sin final, su eterno principio,

para a la mañana

volver a revivir 

la misma pesadilla y sierpe

tu descatálogo,

uno yo he perdonado,

a diferencia,

dos y persona de baja ralea,

tres me quiero y Vty me quiere, 

que me mantiene despierto

en vela llamando,

llamándote desconsiderada,

ay de tus luces firmes,

de tus sopores que me caminan,

todas mis soledades dementes,

este rumbo sin astrolabio,

en océano de brea,

de noche fumando

y versando

todos estos cigarrillos

del diablo probe, que soy yo,

para contemplar que no vienes

no vienes, no vienes

y ni está piedad

reluce como ámbar blando,

ni lágrimas de hadas

ni sollozo de lluvia

mis castos dioses.

Noche, noche ay de mí,

sin tu sonrisa

ni tu quietud escarlata.

El código del guerrero,

el estigma,

la fragua

de campo abierto, 

el cantar silencioso

de lágrima que chilla,

un evanescer en mecedora solitaria

y carcoma sin mueble,

un descender primero,

los colores, 

tus ojos que imagino,

el gris, un tambor de sílaba,

un naipe ardiendo,

una compuerta

de un embalse sin agua

era mi pena

era mi tristeza ya jamás acompañada,

madre de mi aflicción particular,

cumbre de musario cerro,

locura quieta mía,

desangelada,

sopor infernal respirando su llama,

de dulce tormento cosido,

su estela que flagra,

luces miles

que no eran blancas,

en sótano de luz

de traumas docenas

y tenebrios celadores

De soga y sopa medicamentosa,

que se apaguen estás todas luces

 artificiosas de la flor ciudad,

que tu cielo cariño quiero mirar

y recto, honrado rezar.


Förüq castellano er-lobo bohemio



Río de todas las flores desangradas:















Queréis amar como se ama a la bondad,

queréis amar como se ama a la sola, oscura voz,

queréis amar como se ama al primer amor,

pues id a esa piedra,

alegre o triste del invierno lluvioso,

sobre los musgos y su piel aterciopelada, sedosa,

que mi maravilla mejicana, 

en mí enraizada no la cambio por nada,

queréis seguir a dios,

sí ese el que crea,

pues no améis mi corazón que es como su amor,

una Piedra,

queréis ver el alba más preciosa,

no sigáis banalidades de señoriales utopías,

que mi amor es vida,

y a ella canta,

a su belleza ignota mi Musa Armada,

de paraíso inocente y miel desvencijada,

así frente al enemigo canto,

queréis amor,

o encontrarlo,

pues id a la Piedra del río todas las flores desangradas,

que es mi amor por mi pequeña,

piedrita bella,

mi camarada, mi cruz y mi condena,

a una felicidad extasiada,

mi amor que no se vende y sí arriesga,

porque hay certeza,

y es que ella a mí también me ama.




Förüq Castellano Miguel Esteban




Linde quieto abierto:




Derecho firmamento cristalino

entre filos férreos,

es una piedra que camina,

piedra aventurera,

seca y umbría,

reposa y duerme

cantares del linde,

centellea rayos irisados

se riza con los besos de lluvia,

acaso quiso ser otra,

ella tan yerma, tan plácida,

imperecedera,

cerrada como se cierran

los rayos de luna,

acantonada, de estéril estampa,

dejas muda alabanza,

el día que te hice de voz,

piedra bella, sola,

estridente sin patio de sonido,

y esta voz que te di

voz dorada como tu piel de minera,

como un soto sin perdices,

avanzabas solo tú,

la vida quieta,

sembrándote allí por donde anduvieras,

al candor de piedra única

igual a la siguiente y a la anterior,

sin afán superior

hasta que este poeta te dio voz,

como flores que sin color

acaso fuesen,

un despertar en brazos de cieno,

un respirar de la montaña,

un cuchillo calizo que afilan

erosiones de las eras,

latido férreo, sangre de mineral,

o compostura de arenas,

piedra de mi casa,

piedra de tu casa,

la tierra.


II


Piedra potencia eterna,

nacida como nace una estrella,

cumbre de filos por bandera,

hogar, cobijo y morada

de lagartijas que cuelgan tus venas,

colchón de rayos de sol,

asolada tu espera

por quien te dio voz,

lideras tu guerra sin cuartel,

antes de yo nacer,

tú dabas alientos al suelo

sin importar pertenecer,

siempre fuiste

siempre eras su piel,

de la cantera, al nicho,

del mausoleo, al caserón viejo,

del silo al castillo,

tu fortaleza empedernida,

tu aval de honda certera,

Siempre estabas

siempre estuviste,

como río a su voz del mar,

osado no fui yo

quien te encontró,

solo fui encargado

de darte moción verdadera

ojalá pudieses contestarme

mi piedrita bella.



III


Devuélveme a tu vida eterna,

del soto a tu quimera verdadera,

clávame la oscuridad de tu cueva,

en esta esfera pulida sin espera,

risco de tu sien enarbolada,

millones de hijos

esencia desnuda de tu alma pura,

techo sin compostura

del ser invertebrado,

techumbre que pizarra llora,

su azabache de cristal,

tu sangre de fuego y agua

que nunca te alcanza

sólo partirte puede,

grieta de helada, tus filamentos

que encaran tu azar de vida sin dueño

a tu sangre de musgo me cuelgo,

en verde musgo tu fantasma muerdo,

vida de herramienta,

azar de la idea,

al paraje que te conforma

al que sostienes su vida

siendo el suelo techo de esta hacienda,

si tuvieses dolores todos gritarían

que se acabase la muerte en la tierra.


El Castellano


Vine con la lluvia nativa:


Gran Sol Padre, gran hervor al fervor de rayos espadas

día empalado; tu iris sediento sanguinoso destellante ciego

en Vestal Hispana iridiscente siembra en flamas a lo alto,

a los cielos hundidos brillas, como crece la espina talento

sembrado, enraizado en nuestro corazón enfervorizado,

rueda de fuego y bronce, oh, Lugh en tu gloria te canto,

germino mi alma, toda dicha plañe, padre de mi conocimiento,

que es tuya, oidor, de cuánto arte ha conocido, Padre Sol Superior.

Escucha mi alma de abrojo, mientras te honren, este,

el día de mi musa en armas fundidas.

 

El invierno se ha ido, tinta, oh, savia de mi escritura, atrás mi pasado punible,

los campos están verdecidos, hueso y fierro del pagano, cantando en flores

que trae Ostara mi brillante amante, y su caricia de divina nota

de savia acrisola, que escala todo terreno, y fríos ya señeros,

Toda la tierra, oh, Madre, duerme en tu ausencia.

OH LUGUS

Solar y poderoso, magnificas, mi arma es tu alma

SolFerro sobre nosotros en tu gloria, pido,

oh Elevado, tu regreso al alma incendiada,

en virtud azada y rayo secular, que te amima, y habla,

que traigas la sangre mi letra, a nosotros la luz seca y ardorosa

y el calor de tu vida, hilvanes, mi parco destino de Tres Hermanas de Negro hilo.

 

Trae de nuevo la vida fervorosa, de nuevo a la campiña y vereda castellana.

Trae de nuevo la luz a la fiera en vespertina hoguera mi hueste.

 aleja la saeta oscura parca de su sigilo yerto, que te retiembla la calma,

al alba más preciosa jamás inviolada, avanza mi porte, vine con la lluvia.

 

Maestro encumbrado, he llegado a dos días de primavera,

del arte que florece, lamo tu tierra palmo a trecho, esse Veris dilectus.

Alzo en un sentido,

merezco la sola Parquedad, hacer mi esposa la weche. 

Madre de mi fuerza,

soy el creador fúlgido,

de vellos iridiscentes en pecho,

vine por las voces del cerro las ánimas, padre,

resoplar y resplandecer el solo brillo,

en crisol de valles,

y destellos finitos la ingratitud humana,

que develo y expulso,

a dos días besar La Brillante Ostara,

 en nuestras entrañas germinamos los yertos escitas, guerreros la Parca,

nosotros los escribas de hoja en puño y alma en letra

cabalgamos todo tiempo difunto,

guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz invencible.

 

Diestro compás invicto.

en sol mayor, como es arriba rebrillaras abajo

bruma de idea infausta, socarrada.

Flamígero desdén encumbrado;

congelado éter flamígero, en ascuas,

de fuego azul, en violáceo fulgor.

Horizonte sin prisas

Índigo que se me arrostró

con todos los halos

de un marzo su crueza.


Abre el nuevo fervor de tu luciente Lucero invencible.

Oh, Padre, su solitario azar de relámpagos,

de tu azur hermoseando,

enclaustrado.

Vírgenes encinas, y almendro de soto,

entre un nogal

dependiente de su sombra.

Al verdor de inusitados pinos,

me caracolea

la fronda del monte. Musario cerro desnudo,

Espino amarillo de mi dossier,

Caléndulas solariegas,

que amarillea su silvestre ralea,

esposa complaciente de Sol naciendo.

Brilla esta infamia

de campo abierto.

A esta última lagartija

lanzo un baquio seguro,

sin disfraz ni apellido perenne.

Mudez última

de sangrada amapola.


Sanguínea tormenta

De dureza blanda


con agua de mi terco aljibe

obtuso en litigio de iris vespertino,

y su sangre que baila

el suelo terreno,


que en culto a ti Lugh yo beso.

Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra.

Encumbrado Escita y sirviente de Candavmis dios del Trueno.

Reflexión:

Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,

es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,


Y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,

en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor, a

luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.

 

El Castellano Förüq Miguel Esteban T.

LLAMEANTE OSCURIDAD:


Cálido yo, ante un segmento de cobre

y su templado escalofrío,

un son en llamas del sonido, humeante.

Se rizaba un acordeón,

en patitas algún diablo foráneo,

como un visitante fantasmagórico,

se quedaba sentado con nosotros,

sin reclamar ni vender derechos

consiguió en aire de alguna imagen,

turista o pusilánime prisionero aún condenado,

hablaba solo con sus azares encausados

de invisibilidad trasnochada,

muletero de frío cálido ventisqueo,

era su sombra algo más

recelosa incluso ya no le temía,

partía brisas con miradas,

y servía naipes helados; 

en copa alguna hada verde,

vestía de hojas su desnudez violenta,

relamía eclipses en alguna grama, de patio umbrío,

eternidad caracoleaba, sin lazo,

ni pedernal florido,

era tiempo de batallar,

sobre poste cóncavo

de pino frío y señales

en cable tenso de telégrafo,

jugaba notas, y señales,

alaridos esquivos,

y densos fantasmas, flotaban

y hacían de esta bruma,

todo corral, y pretil llanto

como rocío de toda roseta, de penitente,

abierta a la fugaz mañana,

del hombre y su negra tijera.

Miradas extrañas, que le analizaban,

y encendían su yerta,

hórrida imagen capturada,

flotaba en aire;

de plenilunio,

y solsticio embrujado,

como calor desfasando,

un chirrío,

descorchado, en alguna mente,

que con él sin saber

se encuentra,

soldando vapores de océanos,

y espumas, y sus sirenas.

Entre vastedad que incendia, 

todas cosas vanas,

preguntó alguien, 

sin destino, si existir por sí mismo

valiese,

era tiempo necesario;

lo que no se elige, 

tampoco se duda, ni pregunta,

acaso hablamos,

o te acabo de pensar,

cadillo foráneo, forraje

de todo sendero

que lleva a conocerte,

como clavo en sombrero,

y cimitarra en tierra asida.


Förüq

Fulge mi astro:


Quimera mía,

gloriosa siembra,

abren portones verdaderos,

estoy oscureciendo,

sí allí donde todo cuerpo desvanece,

negro puerto al que arribar,

somos carne, iris flamígero

de horizonte,

somos bruma que desciende,

y todo envuelve,

ven amor este océano

de mar abierto nos pertenece,

halo tras halo,

es lo que sentimos brillo,

destellando primero,

abre tu riera serena,

déjame adentrar tu extasía

en color como tierra esponjada,

no te detengas,

no ceses tus armas,

mi gloria en carne doncella segura,

volvamos el abismo un barco,

para llegar más lejos,

dentro, muy dentro

donde alma bulle

bajo el signo de luna azabache

y bajo druida índigo cuervo,

llamo a mi falange de Austria

de Viena, Praga

y a mis vampiros inimaginados

de bohemia Hungría, Budapest en mis armas,

por la rosa secreta todo canto,

gemido tuyo de silencio,

poesía.

Reina mi condena,

por la que morir y renacer

en tu campiña, de pechos canela

en rama felicidad

por la que fui, soy, y seré,

último dios sin consumar,

sin tus labios besar,

sin tu amapola regar,

he venido alzando tinieblas,

disecando miedos,

construyendo nuestro reloj,

para volver a soñarnos,

de engranaje, y péndulo

de cristal de roca,

porque somos tierra.

Duros hijos del azabache mercurial,

brisa, brisa,

de este octubre que te dibuja,

caballo solar monto,

astas de centella,

alas de Pegaso,

carne y cuerpo de centauro,

arraso todo campo

tendido en pena bóveda,

Quimera incendiemos

la vieja ropa,

no he venido a asumirme,

ni doblegarme,

a indicar llanamente,

que mi guerra por ganar tu cariño,

no ha finalizado,

El Castellano Förüq er-lobo bohemio a 8-10-2020

Lágrima del hierro:

Lágrima del hierro:


Escribo a la madre belleza,

olvidada, de lágrima inerte,

sólida, al vítreo cristal mineral,

al brillo metálico insoslayable.

De llama perpetua, y solo crisol

de brillo calizo.

Era sobre una lisa pizarra,

 tallada una punta de flecha,

que venía a plañir el río cuervo,

de mi visita en mi infancia,

una luna azabache regía,

mi compostura empedernida,

hoy en día,

hablo que me responde,

la belleza encontrada,

en mi piedra bella,

tesoro intangible,

única al fragor de heladas grises,

y solanas que llora el cielo terreno.

A mi `piedra de sangre.


II

Oh, si tu respuesta fuese,

soy sangre, viva-muerta,

que te aguarda y espera;

a mi cuarzo, cristal de roca,

de reloj en eternidad azogada,

silente como silencio reverberante,

su eterno segundo, que vi, 

su pureza de espejo.

Oh, caracola de hilo en carbono,

tu forma de espiral sagrada,

de principio sin final.

Oh mi magnetita de unión

y atracción férrea,

como mi amor a la sangre.

Bajo sello arcano

transmuto esta coralina esencia.


III


En auge mi amado mercurio,

único sólido líquido, como lágrima precipitada, 

oscura, sin poder secar del alma.

A este río vestigial, ancestral,

que vine sin horadar su impronta eterna,

mi muerte, como reflejáis vosotros,

mis reliquias, que besáis incesantes.

Inmutables.

Al hierro en mineral candente,

en sed de forjarse,

como se forja una lágrima las hadas,

en ámbar, oro líquido,

traspasando umbrales temporales, sucesivos,

en brillo, áureo,

del fulgor en cristalizada,

perfecta armonía.

En crisálida.




Förüq castellano Miguel Esteban a 11-04-2021


TINIEBLA LUMINOSA:



Vida, pensamiento, tiempo,

dualidad luz, oscuridad;

pensamiento, sentimiento,

como todo indica,

en principio todo era y fue

oscuro,

y una chispa

como un relámpago

prendió de azar el abismo

absoluto había,

esa luz surgida rápido fue multiplicando,

en fulgor y pariendo

luciérnagas de estrellas los densos cielos,

como luz y oscuridad

eran desde su origen inmensos

y veloces,

rápido surgió su atracción y deseo

encadenado.

Ambos reclamaron su espacio universal

si uno existía

se concordó el otro debía ser opuesto

y existir a la vez.

hijo y vespertino del Averno,

abismático era todo destello,

centella descendiente de rayo obscuro,

así no podemos deshacernos

ni suprimir toda oscuridad interna

ni demonios habitantes

nuestro intelecto,

debido jamás podríamos brillar entonces

como inusitado resplandor de centella,

ni osas brillo esencial purísimo al tacto,

ni azar de ascua encendida acaso fuéramos.

Esa dualidad inherente

es tan necesaria

como respiro de pez en su medio,

absoluto diamantino

y hierro en sangre

hematíes dementes

y espigas rojas

de excelsitud en relevante esencia,

mitad luz mitad sombra azul

de cariño enfundado

era simple y llanamente

mi cariño enfuscado

batallante.



Förüq castellano a 8-8-2020



PENAR FÉRREO:


Lloro en la densidad del sollozo,

en abanico de sopores que avanzan,

que tejen la puridad del placer,

lloro en la frecuencia del gemido

inefable, inaudito,

de cumbre y risco inaudible

de las aras y vestigiales sendas,

que todo amanecer descubren,

canto a los labios de la hoguera

de mi cima sin bandera,

canto del zorzal a su zarzal

que asienta,

trino de vid y girasol,

pintado de caléndula.

Mi llanto de brezo de fuego,

entre el cerro alto que baja

mi cardillo para entregarse a su dama.

Lloro por avenidas de ángeles

que perdieron sus alas,

en sintonía de falsos ideales de un progreso falso

sobre torres de humo

del interés humano, social, deshumanizado,

que vendía y aposentaba material

vestido de granate rubí excelso que portaba

el lustre en movimiento, llamado beneficio,

construir la destrucción del pasado

se pudo, en retinas huecas,

y seres de número y oficina.

Lloro a mi savia de ciprés

de una caída un abril febril

como hoja temprana de otoño que voló, era mi vida,

un tenor de conciencia,

una tijera roja,

sobre papel quemado de sucesos difuntos,

que brillaban más que el albor en sol ferro,

lloro por mis sueños sembrados,

por el valor de virtud

de soñar.

De soñar, sin maldición que me sueña.

Presentes sucesiones de difuntos

que corren

a arremolinarse,

como si años no hubieran nacido

y ahora les diesen privilegio

y fase contada para renacer y volver a matarse,

a esperas de esta vez

no ser de mentira verdadera.


Förüq castellano er-lobo bohemio a 28-09-2020

Metal llameante en tu vidrio:




Iridiscente encanto,

en tu áspero relente sembrado, 

quién sabe de tu ternura 

sin conocerte, 

aplacas que embebes 

mi furtivo viento, 

entre mis soledades 

y punciones áureas, 

como mis nervios 

blincan aterciopelados 

en tu tacto almibarado; 

montaña suave 

me enterneces 

como sol crepita a lo alto, 

un rayo sedoso 

tu pulcra virtud, 

como espadas lunares, 

vertidas en filo enigmático, 

y absoluta entrega, 

no puedo más estallar,

mi devoción ardiente, 

en éter, 

la lágrima el azabache, 

de arma ancestral, 

y mi mercurio celoso, 

te cuenta Musa, 

que no encuentro 

nueva desquicia 

ni en tu sueño diamante, 

confusos crujen, 

mis sigilos de chopo forjador, 

se requería algo simbólico 

y voy que comienzo.


Polvo y sangre 

mi verdad moviese 

sin calor lascivo, 

ni viento en reflejo 

desesperado, 

mi sentido de escribirte 

en canción resurgida, 

como aquel capitán 

del barco hundido 

renasce, 

abrazado a la bella sirena escarlata 

abrazado, 

fiero con el cuello atado, 

su cantada armada 

bajo océano 

de un abril encantado, 

y como usted, 

sola de valor y hermosura, 

que todo pecho hiende, 

cautivo muriendo vivo 

yo en tu pecho, 

corrige mi gallardía 

una nota abismática 

en escama turquesa 

como mi vítreo iris, 

mis ojos, 

te miran, leen, 

y convergen, 

en viles espuelas, 

que se afligen 

como mi espíritu de Lugh 

Sol ferro que porto, 

presurosa tú, 

polvorosa pluma, 

oh mi blanda Musa 

de cristal candente 

y agua en traje su sombra, 

quién amimarte pueda, 

sin que retrocedas, 

quién encontrase, 

su luz dadora, 

y forjadora, 

su contienda de vida, 

en tus poemas solares entregas, 

agora, el tal mañana,

me rinde razón perdida, 

y claustro admiración secreta, 

desenfundada, 

mayor importunio, 

es no osar seguir este camino 

de espigas rojas; 

y dispares ilusiones, 

de fiera, y dura tierra, 

maravillado, señora, 

como Némesis en inmortal saeta, 

la ciencia de la rosa secreta, 

tu aura perfecta, 

tu obra de castro y castillo, 

entre poetas, 

perpetua materia 

es mi esencia de verso, 

que afila, 

mi oscura golondrina, 

mi dulce miseria, 

temer que no se ajuntará, 

mi visión, 

alumbrando contigo, 

mi preñez, 

en desconocimiento.




Förüq el castellano Miguel Esteban


En mitad un candelabro:


I


Extinguía una ausencia,

que brillaba bajo una luz,

tosca, de un sol de abril.

Calentaba su glándula en acre arcilloso.

Un barro que sostenía,

un charco que su agua

formaba miel roja.

El cubo sostenido de la rama,

colgaba mis peticiones,

sobre una plancha repostada

en muro de adobe.

El breve amanecer,

erguido en unas manos sonrojadas.

Ella en pie, sobre el polvo

de una tabla,

bordaba ínfimas costuras,

sobre su respiro valiente.


II

Mi cuchillo con pereza,

cortando un destello en negrura.

Encima, un eral

donde sembraban patatas,

dejaba pruebas, una ligera sombra

de un almendro silvestre de oro.

Que yacía como un dios sin nombre.

Escrita en sangre en su falda,

yacía mi testimonio,

como caligrafía de un cernícalo,

tragado por el árbol.

Era un vuelo de misterioso oficio,

bajo honda raíz de tomo,

enraizada la calavera,

siendo morada de tenebrios,

su follaje de pesadilla y bestiario.


III


Despierto los antepasados

de llama en el cobre

un candelabro.

Mis piedades como cruz,

de barro en cementerio,

fundido de parábolas

y nidos de tordos,

en sus cipreses.

Infundados en negror extendido,

volaban fantasmas y afectos,

como sentires de las tumbas.

El aire cantando, 

ladrones y brujas,

terreno de dientes,

calaveras rojas, y calaveras azules,

sin pérdidas,

historia de palabra relamida.




Förüq castellano Miguel Esteban a 16-04-2021


Tu alma de fuente:


TU ALMA DE FUENTE:

 

Desasirse, tu voz ocurriera,

quedar sin partir mi alma,

como estalactita,

como sola queda la caracola

vacía y hueca sin hallar tu letra,

desasirme y quedar

yo, sin árbol ni aire,

consumirme como llama de vela,

apogeo, torre de breve arena,

cae de arriba,

este demonio sin pena,

hablar de mudas solitudes,

como eterno, es lo temporal,

verdad colmada de ausencia,

arder sin quemarse,

e infierno azul de otra vida,

aprieto de verso me solicitas,

te dijo mi ventana,

como entraña de invierno duro,

alma, asómate,

viste su hermosura porfiada,

¿Viste que mañana seré hoja incrédula?

De planta que yaga pura,

que brilla oscura mi siembra,

mañana iremos a desnacer,

porque hoy sin tu respiro,

ni poema solar, no es vivir,

¡Ay! Lo que no dicen tus ojos hechiceros,

yugo amante, fiel,

que no abandona su sombra,

necesitaba tu dura grana de piel,

y tus rosáceos, granates, áureos labios,

mi alma traslúcida,

imponente,

reniega a achicarse,

lleve donde lleve,

el aire de poniente,

reluce por ella,

todo apócrifo misterio,

te debo tanto que no me imagino,

embargando sangre,

jamás esquiva,

jamás esquiva.

Todo este campo,

cubre y cubriría.

 



II

El nombre y la vida 

conservan mi ceniza,

seña clara el luctuoso querer

de las criaturas del alba,

mi sudor siembro,

como apremio de obras

que dilatan al fulgor

su bronce perenne.

Sabe su dios

por cuánto parecen contradecirse,

sin procurar hacienda

esta pluma mía,

sollozo de mi hada tal vez,

que dicté

no abandonar ni en locura

su vera effigia,

mi otra vía mercurial

divaga si pensamiento o porfía,

si tatido o latido de ciego ansiando luz

que nunca encontró,

triste la clepsidra ve agotarse sus lágrimas,

de tiempo ausente para finalizar,

como se quiere en vez primera,

resplandor en cielo infinito,

es mi conjuro sin oficio,

como deseo de su holganza y seco trino,

que crascita mi noche, vuelta tuya,

en vez primera sin terminar,

dioses por dónde iba,

por donde soy siempre,

por y para siempre fiel,

a virtud, de nota y silabario

tu recta ánima.



Förüq castellano Miguel Esteban



Sanguinoso, solícito

   LLego desde la fúlgida sangre, desde la espiral, enterrada en lo más profundo del corazón de la tierra, desbordadas van ya mis venas, que...