viernes, 17 de noviembre de 2023

RÍO TODAS LAS FLORES DESANGRADAS

 RÍO DE LAS FLORES DESANGRADAS

























AUTOR MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA

























Prefacio:


Es mi libro con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de plasmar surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de absorción y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno buscador de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la concepción de lo que me parece bello para escribir en base a eso se surten las imágenes como abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.


Ya que la poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor del castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas temporadas seguidas de escritura durante dieciocho años. Un abrazo y gentil saludo autor Miguel Esteban Martínez García 


El castellano.



























Índice:




Contenido


2


Prefacio: 4


Númen mis dioses: 8


9


DEIRDRE REINA MI DOLOR; COSANTES: 9


PROYECTO BRUMA DE SANGRE 16


Liras 16


Culto de mi cultivar. Oda en liras 17


OSCURIDAD GERMINA: 18


Epodo: 20


Reflexión: 20


Elegía a la vida. Oda en liras: 20


Reflexión: 21


Araña de noble silencio; Oda en Liras 21


Raíz de candor mineral-Oda en liras: 22


Castilla Oda en liras: 24


Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B 24


Río Tajo. Oda en liras 25


Grillo Oda en liras 27


ROMANCE DEL DESTIERRO: 28


CRUEZA SEMBRADA: 29


Sonetillo: 29


Flor de Helecho romance: 30


ODA TERCERA: 31


Olmo de espíritu, tercerillas y serventesios: 32


Original: 32


Enhiesta albilla: 33


Raíz: 34


II 35


III 36


RAÍZ DEL AURA: 37


V Candor en raíz: 40


Flor de difunto: 41


Danza en mi oscuridad: 43


Otro beso: 43


COSECHADOR TU AGUA: 44


AGUA: 45


Sentido yerto: 50


Aguerrido albor: 51


Flor de tierra: 52


Quimera quieta: 52


Tierra en el viento: 53


Silbido de la centella: 53


PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS: 54


ODA AL RÍO MUNDO: 56


Prímula escarlata: 56


Ceremonia terruña: 58


Voz de tu preludio: 59


Brotado: 60


Primavera tu hoguera: 61


Memorias frías: 62


Rauda estela: 62


Catarsis: 65


CATALEPSIA Oda a reina Musa: 65


Pacto de tinta y sangre: 67


Sincrónico fulgor: 69


Cuerda yerta: 69


Orfanato de inspiración: 70


Silbido de la sangre: 71


Resurgir: 72


Gloria oscura en auge: 73


Subrepticia: 73


Espiral de reposo: 74


Atisbo de nácar: 74


Sigilo de solitud: 75


Preludio de la certera posesión: 76


Lugus: 76


Oda al Sol: 79


LUGH 81


Yo soy siempre: 86


Sentido yerto: 87


Aguerrido albor: 88


Final con comienzo: 89


Flor de tierra: 89


Quimera quieta: 90


Tierra en el viento: 90


Silbido de la centella: 91


FULGENTE FUENTE: 91


PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS: 92


Belleza: 93


Surco fantasmal: 94


Tu grillo: 95


Granate arterial: 97


El observador: 98


TOMO II   SIMIENTE SOLAR 100


FANTASMAL VISITA: 102


Lluvia sembrada: 103


Cosechada la idea: 104


HALO DE ENTUMIDA ALMA: 105


Niebla sonora: 106


Bosque de jardín umbrío: 106


Urdimbre argenta: 108


Sed de reguero: 111


Noche velada: 114


Ceguera: 115


Tu voz: 116


Los pequeños detalles: 117


Piedra-corazón: 120


Desvelo dulce: 120


Vívido desliz: 121


Lozana silvestrita: 123


Vorágine terreña: 124


Primavera: 125


Poema al alba: 125


Nocturnidad en colmillo: 125


Contigo sangre refulge: 127


Preámbulo derramado: 128


Silencio regenerado: 128


Mecha de oscuridad: 130


Dicho azur: 132


Siembra erguida: 132


Ferviente tajo floreciente: 133


Vientecillo elucubrado: 135


Inmenso placer secuaz, inefable: 135


Sentimiento labrado: 136


Azar relegado: 138


Sendero mi suerte: 139


Soto en sol naciente: 140


Niebla encorajinada: 141


La polilla negra: 143


Beso de ascua: 144


Dulcera en claror: 144


Sed de luz: 145


PUPILA TIERRA ENERVA: 147


Sepulcro en cobre 148


Yunta cadente de mi huebra: 150


TIERRA DE ENTRAÑA: 151


Osadía en clave: 154


Auge conmigo renasce: 156


Río de todas las flores desangradas: 157


Linde quieto abierto: 159


Vine con la lluvia nativa: 161


LLAMEANTE OSCURIDAD: 163


Fulge mi astro: 164


Lágrima del hierro: 165


TINIEBLA LUMINOSA: 166


PENAR FÉRREO: 167


Metal llameante en tu vidrio: 168


En mitad un candelabro: 169


Tu alma de fuente: 170





Nota:


Así suena la guerra que es Santa...




ROMANCE DEL DESTIERRO:




Mi raíz arcana anclada,


dejas el etéreo espacio


en eterno cementerio


tu silencio amalgamado.


Yo era taciturno espectro


misterio, parajes blancos


que salvajes en tu lengua


confrontan en yermo arcano


saciando mi baco imperio


de soledad que amilano


sin inicio, sin futuro;


sólo aplacando los diablos


y esa idea primigenia


cual ojo que jamás hallo


descansando en alegría;


ocho hijos que me has dado


más los bastardos impíos


reconocidos sin ralo.


Anudar aún sin vivir


mi vida; que deshilacho.


Desfallecer, despedirla.


Corona por candelabro


sí, mi raíz es de plata


al fervor de soles alzo


como cobrizo capullo


entre polilla o gusano


devana mi sangre, rueda.


Transmigra verde que escancio


sobre espica, sangre hielo.


De infecundo humor humano


con coraza por pechera


carcoma en espuela calzo,


mi tomo de tierra venzo


roja sangre que yo esparzo


pergamino en vana ciencia.


Que los abrojos espanto


espejo terrenal hondo


mi sonido injerto orando.


Sobre mi vil armadura.


Escita alma, el Castellano.




El Castellano




CRUEZA SEMBRADA:




Amándote ferviente, nueza llama,


presa amapola en sangre se quedó,


sonriente aurora, veza la heredó,


tu corazón alqueza, fuerte se ama.






Renuevo esta mi sangre, pa' ser rama;


Veraz la rosa, amor siempre alegó.


Al latido, su beso le ofreció,


la flor abierta en agua se proclama.






El estambre, súplica nocturnina,


piel acaricia, ya brindó mordaga,


su gineceo blanco, sanjuanina.






Óvulo y ataraxia, adreza aciaga,


tierra, anclada la doña saturnina;


Germina fértil vientre, enhiesta briaga.






El Castellano



ODA TERCERA:


I


Grandioso, que tú me alzas


viles lindes inconclusos que lloro,


mi vigía con auras,


recompongo mi coro;


siendo hoz destellando, todo incoloro.




II


Oh alma, sin llantos tibios


servil cuanto dirijo ciego, bruma,


anublan cielos, lirios,


severo tiento no huma.


Destellar que calmoso, pulcro, fuma.






III


Si sea por la alta lira


alzar su carne, el intransigente sol,


glorificas mi pira,


como el trigo y girasol,


flameante como hornillo tu tornasol.






IV


En tersas noches solas,


mi suave canto puro, ensombreciese;


duras montañas de olas,


de árbol noble moviese.


Frondas y la furia de mar entonas.




V


Desfallezco, ir subiendo,


aljibe mi esencia, terneza firme;


solo voy descubriendo,


canto de áspero al irme,


ninfas, hadas, sátiros, a plañirme.






VI


Por ti bravo, voy calmo.


Al valor y hermosura de antaño.


por ti toda, me ensalmo.


Mi barba de ermitaño.


Osando cautivo, lamer su letra.




Förüq castellano Miguel Esteban


Enhiesta albilla:




Amándote ferviente cada llama,


presa amapola en fuego se quedó,


sonriente aurora, ella la heredó,


tu corazón caliente fuerte se ama.




Renuevo esta mi sangre, dulce dama,


veraz la rosa, amor siempre alegó.


Al latido, su beso le ofreció,


la flor abierta en agua se proclama.




El estambre una súplica advenida,


piel la acaricia y le brindó su daga,


su gineceo blanco, su avenida.






Óvulo atravesado cual semilla


su tierra, anclada joven la biznaga,


germina fértil vientre, enhiesta albilla.




El CASTELLANO



I


27 abril 2016




Raíz:




Tibio resplandor dorado


mi aura escapa de mi cuerpo


para no saber quién ser


el ababol del camino clama


por enternecer la primavera


a rojo carmesí cuando la tierra estalla


en flores ellas dejan su río de sangre


allí donde el olmo viejo


crepitando mi sentido estaré


me nace una espiga de la mirada


a la hora que se acuesta una malva


luce el colorín su trino


la caléndula cierra sus flores en verso


a la hora que el tejo exhala por el tiempo


transcurrido hueso viejo


y su tornasol afilado


hoy es tiempo de colgar sus flores al viento


por si llora mi cielo cuelgo ramilletes


en chopos silentes que la vida


vio colgar de mis pupilas


al dulce trigo en verde olivo


que mi ser yace más que vivo


mi ser es primavera


a la hora que su caricia blande entera


mi tierra y su entraña abre


al esplendor de un estambre


y se eleva mi lumbre quieta


río de sangre que me crece


por soñar soñé y me enraizó la flor


y que la flor sólo sea la flor


Porque jamás mil máquinas podrán hacer


una flor y elevado mece su amor


por la verde grama


que se afila de mis ojos


la guadaña


por el ancho largo


trepó y escaló su cielo


al fiel desliz me hallaba


esperando adoptar su sabiduría


que reverbera en cada pétalo


en cada hoja, en cada raíz


de su fiel testigo estático


quedando quien fui


y la tierra que seré.



El Castellano




II


28 abril 2016




El tiempo que se abra


y brote mi vida


al compás de un Sol mayor


resumen de existir en el brote


de una zarza que allí


baila mi hada


estallando en flores su pelo


tierra yerma que vio trinar


el estruendo de un zorzal


quien te viera caminar


vestida de espiga y lavanda


por ti se abre la Rambla


tus cabellos iridiscentes al brillo


canta al son mi grillo


por un camino se bifurca el reguero


el gato lame su pelo


yo estoy esperando por si te encuentro


mi señora de las flores silvestres


se Acuña mi aliento


en una flor del viento


una flor pálida nació del cielo


con sus colores alegró al tiempo


de sus hijas nacieron alegres vientos


del norte que en color vistieron el bosque


una flor naciente abría su esplendor


a un Sol de mayo por ella tormentas


nacieron germinando a su paso


vivezas de antaño


por los prados viste mi calma


fiel a encontrar tu amor un día


por si el cielo se abre


que sepas que él te mira


mi señora de las flores silvestres


un cardo de la dama en tu mirada


por si vivo mi vida te entraña


fiel de esperanza


una flor bajó del cielo


a expensas de sangre tener


ella se volvió mujer


con tu nombre en la piel


por la floresta danzaba mi suplicio invernado


fiel testigo maravillado


con amor en las venas esperando las flores


de primavera y sus caléndulas


despertaba por fin Ostara


y el cariño de la tierra


mecieron los terrenos


un soplo de su aliento


me floreció un beso


Cuando los jacintos abrieron


sus flores al horizonte del terreno


yo estaba despierto


surcando la mente de quien me piensa


con paso lento y decidido


transmutaba la flor de Odin en luz


cabalgando un arco iris de estrella


sonaba la campanilla entre grama dolida


era el momento de acostar


los dientes de León


al tiempo que besaba fragancias de colores


mi jardín de duendes.






El Castellano




III


29 abril 2016




Todo se baña al calor


de tus ojos


ciñendo la danza


de mi azada


se enhebra mi calma.


Vespertino guiño


de gramas preñadas,


por la sed de arrojo


por tus estrellas desdobladas


Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada


Yo estaba caminando sobre mi línea


la noche me contaba sus mentiras


sobre un parco negro límite


me encontraba


disparé a la luna sin hueso


se me acercó un cuervo


con alas azabache


pregunté a la noche


que su abrazo en letanía aguarda


si yo era merecedor de su dama


yo soy la voz de pasados lejanos


soy la voz de un futuro


soy eco de tormenta


al fuego de su rayo


llevo a cuestas montañas


enjambres de abejas


quieres oír su nombre


que la oscura soledad late


Él es Siempre


como un relámpago de sangre


como una luz que mece y envuelve


es el despertar en otra carne


en otro cuerpo


las sombras cantan a su vuelta


yo que camino por la ortiga que me mueve


hoy verá el cielo llover flores


y los campos abrirán sus colores


al rey astro que nada ni nadie


contra él puede


por si brilla mi suerte


de la mano de la dama nocturna


contará aquel cuervo que me vio.






El Castellano




RAÍZ DEL AURA:










Arrostran secuelas


de cicatrices


en mi nueva forja,


abren caléndulas temperamentales,


cebollinos de lares silvestres,


a Numidio le ofrezco,


jacintos silvestres


que evanescen,


y mis rosas caninas por abrir,


no falten a tu vuelta,


ajipuerros inquietos


aguardan los campos


el reverdecer


de otoño sembrado,


romo hierro acrecienta mi sangre,


labriego invocado,


irritable,


a la vuelta de mi fortuna


sosegada, trillada entera,


como tupida yedra abraza


la sombra de su árbol,


no piso cenizas que se parecen,


honraré sin coturno


a Cécrops


esperando laurel eterno,


cúantos ríos nos desconocen,


este honroso polvo,


Musa mía no abandones tus juegos


modula tu laúd sonoro


que tu voz parte y pretende


dulce y armoniosa,


al fugaz viento


tiende mi fulgor de armas,


se duerma así


con mis oídos dejando


se afilen trompetas


y clarines bélicos,


brillante mira displicente


mi hiel de suerte,


hoy no vendí ni un atisbo


de espíritu a su cruel destino,


argento un color


nombré escudero


que enraizó en la tierra


como un blanco chopo de belleza.






Förüq




II


2017


Raíz descubierta:




Sueño, un haz subordinado


hoy tuve una experiencia


subjetiva al cansancio intuido


de aquel retoño de lagartija salamanquesa


de mi pared habitante de mis tiestos,


la regué y corrió a detenerse vertical


frente mis ojos,


en aquella pared donde caza,


detenida sin presura,


yo acerqué mi mano tapándola


por completo sin asustarse siguió inmóvil


y pude acariciarla con cariño,


empiezo,


que no he terminado,


enmudeció mi soliloquio confinado,


abandoné mi voz,


bajo el latir de tierra


sangre huye,


rojos carmines en avidez


de rizados estambres,


sobre las montañas y su blanco gineceo,


esencias despiertan,


palabras bullir


en carne fundida de suelo


en fértil, serena de aliento


en bruma niña,


madre de este gris anisado,


con crispado horizonte,


toda caída sin destello


ni florida estampa


que seca mi ala,


iris de soturna


carcoma mía


en tejado de oscuridad,


de tronco y su nido,


vamos tejo,


si yo creo que eres mío


háblame de tus penas sin escapar,


de tus romances oscuros


a vientos de luna,


piérdeme la compostura oxidada,


haz que me lloren sin miedo tus hojas


que yo deseo ser tu eterno amigo,


compañero.


En raíz descubierta


que afila el tiempo,


será mi cuerpo.




El Castellano




III



Cuerno sonoro,


cuerno vivo,


cuerno hueco


brillo frío templado,


vive tu osadía la bravura,


osamenta quebrada,


viertes tu sangre,


dando brío a la fuerza,


tu luz no tiene rienda,


tu puñal me dio vida,


y a Quoth el cuervo,


tu fiel agonía,


late, sangre fluye,


corre el lobo que soy


bailé entre serpientes


altura desbocada


he oído alzarse


almas bajo la tierra,


arde regio sol-ferro,


oscuras alas blanden


sus filos de alba.


Regentan iris


la lucha que reinará.


Habla desde la leyenda


el origen de Iberia,


quién espantará


mis gritos entre ruinas,


desciende su poder


somos los otros,


canción de una piedra,


férreo el destino,


amplia senda


honro mis dioses


abrídme el camino,


surcarán abiertos


libres vivos;


oda por esta tierra en llamas


por esta tierra en trizas.


Ahogarán alientos


bajo el dios del Trueno


ávidos guerreros resplandecen,


raíz de plomo


incandescente.




El castellano






IV






Por la vía


que los vetustos


olmos blancos


protegen los desnudos álamos


que aguardan erguidos,


al descanso de trémulos corceles


y sus carros, cruzan sin herir el sendero,


abatida mi contemplación


fue silenciosa entre páramos


angostos esquilmados del ocre


ardiente, encorajinado,


como un negro suelo que rozo


con los ojos.


La sombra que un ciprés rutila


se acrecienta erguida, ahilándose


con aspavientos que retuerce la luz


sin franco obstáculo.


Era de la tierra habitado


un bronco grito sin suerte,


refirió su desventura


y miradas no esquivaron,


quedaron vistas cuatro espigas


juntas en tierra arremolinada,


por las vides de semblanza


y el resurgir del añil


del santo olivo,


misteriosa sombra de ciprés


háblame como se habla a la primavera


para que se lleve los fríos,


quiero compartir tus preocupaciones


preservarte como me preservarás


cuando muera,


al sigilo del rojo brezo


me alzo como flor


que la primavera arrebata al invierno,


y abeja que baila sobre coronas,


como agua clara


que da la misma luna,


así como tú sombra,


yergues tu profunda pupila


desde la misma senda


que te vio nacer


pura, limpia serena


aguardando al alba


tu desnacer


que tiña tu ojera suave. 




El Castellano




V


Candor en raíz:



Sembrar unos versos,


en nueva hornada


que el río lleva


en estribillo


cantad pues


que cantaremos


los mineros del verso.


Luz y claridad


en seno de nueva alborada.


Certeza en mi corazón


que late a las raíces


del antaño oculto,


por padre soy minero


por madre soy barquero,


cavando esta mi sombra


voy al hoyo del Sol.


Medito cual azada


de tres cabezales.


Tiemblo,


retemblando voy contento.


Onda vítrea marco mi andar,


por costales del Álamo


forjador, a su boca de fuente solariega.


Sed cándida de funesto, aciago sol.


Luz en aire es del herbario viejo,


padrón de arpa y su son.


Cantó mi campana


vengo por piadoso cerro


como solitario


señor.


Oro jovial seré


como vena del ámbar


relumbraré


mi añil,


amarillo viejo.


Pintaré lunas


y sus anchas ojeras


que relucirán sin ocasos


ni malvas espantarán,


fríos vernales.


Vendrá la niebla clara


por arboledas


y pinos tupidos


que caracolean


mis ideas reverdeciendo


los antiguos pesares


y su alameda errante,


vine por el murmuro de la piedra;


arraigado yo voy de mi insepulta tumba.


Hierros repican


sones como astros cinceles,


desnaciendo de la roca


su candor mineral.




El Castellano






Flor de difunto:




Caléndula dorada de mi vida,


tibia, eterna, esposa del Sol de día,


amarilla, gran luz de los campos


flor de difunto en tu grandeza antigua.




Que baile el tiempo sobre tu flor


que ni te importa la estación,


sobre tu quietud alcanzo la verdad


del ser sin preocupación




alegría da verte, belleza creada


del rayo de sol, dame tu luz


descíframe el saber de tu ser


para tu oro tener 




ese por el que el muerto encuentra


su luz y la abeja tu beso tener


lozanía del camino si silvestre naces


al ocaso del lucero 


tus flores cierras en verso.




El Castellano




Cáléndula joven del camino,


vieja de la senda que lleva a tu casa,


ardor de luz brotado entre florestas hirientes,


alza tus pétalos comunión de insectos,


por estos solitarios caminos


que me llevan a verte


alzas en pitanza


tu verde semblanza,


de la tierra vida en añoranza,


fulgor entre tus sienes,


darás de flor simientes,


así demostrarás que no hay tierra


sin flor así no importe estación,


María oro, flor de los difuntos,


luz entre luces del alba,


sostenme la caricia en tu flor,


que me creo abeja por un día,


álzate entre cardos y malvas que te rodean,


demuestra que eres única,


que ni caracoles osan morderte por tu savia fuerte,


señero silvestre donde los haya,


oro luciente entre engranajes verdes,


espera a tu ababol compañero


que tú sigues dando flor


sin ser primavera entre despertares y albores


de vidas y sus trinos,


navegas mi alma esta mañana


glorificando mi tierra yerma,


te aman mis ojos, te admiran latidos precoces,


eres más que silvestre flor


eres una vida precoz de luz,


si pudieras ser mujer yo sería tu eterno acompañante,


colmas la belleza de lo sencillo


eres mi alegría del camino,


pasarán fugaces las generaciones


y brotarás cualquier terreno


que el reposo tornó sin construcción,


para que tú grites


que la belleza también tiene casa


contigo,


Calendula arvensis.




El Castellano




Danza en mi oscuridad:




Es el eco furtivo


de estas sombras,


rompe el silencio


guarda su pálpito


es como el mío,


es como el mío,


cuando un agujero 


se abre del cielo,


sombras de gatos


caminan la ciudad,


iluminan mejores tiempos,


que ya pasaron,


canta mi grito solitario,


maestro del animal,


cierran las pestañas,


me ha traicionado el viento,


solo, solo en este oasis de cemento,


mi mala yerba brotará


entre su asfalto,


cruces torcidas


el día escapa deprisa,


un párpado negro al acecho,


me piensa la oscuridad,


su negra ala no  me bastará


al día que llega


desaparecerá,


desaparecerá,


escucho notas de este vacío


perplejo, perplejo ante su miedo,


voy por escalas al infierno,


carreteras oscuras


va construyendo mi vida,


la ciudad desvanece,


la tierra muerde los cuerpos,


este invierno


ya no me seduce,


se clavan mis uñas en la celda


de mi cabeza,


el tiempo esfuma etéreo,


nunca más labraré mi miedo,


aúllan persianas con el viento,


estoy en el otro lado,


contemplo vidas inertes pasar,


el espectáculo de la soga comienza,


es una flor de sangre


abriendo su polen,


no hay un alma 


en esta calle de mi mente,


se retuercen mis ideas


en adversidad,


crepita que arde 


esta lengua de frío,


amanece mi sangre


escribiendo sin madrugada,


el día comienza su alborada.




El Castellano




Otro beso:



Mañana saldrá el sol si yo miro tus ojos,


el mundo se hará pequeño


solo para que nos conozcamos,


tiraré la moneda al pozo de oro,


contestarán sus doradas gotas,


que los sueños hay que vivirlos


para que sean realidad,


al verdor del monte


sembraré dulces vericuetos,


para que diluyan escarchas hirientes,


y sus blancos de sabor a nube,


se rizarán cumbres


dolerán sigilos del álamo,


dejando su nieve


en fusión de escalas al cielo,


eternos alambres alumbrados


por el sol y su desquicia,


me llorarán los ríos nuestras gotas de unión,


tu alma pura, colorada será como mi alma,


intransigente comunión, destellos sin calma,


ganaré la batalla,


la noche será mi criada,


la luna rajará crisoles en estampa helada,


las estrellas me arroparán la sábana,


amor yo nuestra primera noche


no seré hombre,


se destaparán los reinos olvidados


seré el rey animal gobernando tu cuerpo,


mi ciprés tendrá sabor a mujer desnuda,


todo lo teñirá el rojo bermellón,


al tañer de nuestras almas en hoguera,


las sombras se unirán todas


hasta vivir en tus cabellos,


yo pasados los siglos


volveré a vivir para pedirte otro beso.




El Castellano






COSECHADOR TU AGUA:




¡Armaos, perros poetastros,


poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres,


vuestras líneas sin más tardar!


Es tarde para volver atrás;


No dudéis ni un suspiro


de este yerto que cruzó


el río de la Estrida.


¡Mas, por regio el Sol caudillo,


por su blancura de Madre,


oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte,


hay los cielos.


Y hojas hay en mis manos escritas.


¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!


Suenan las grandes trompetas


que ni en toda Babilonia,


ni en alta torre de Hércules


su resonar pueden disolver.


Recobrara mi aliento,


mis ojos cobraran su luz.


¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!


Día tras día nuevo,


tirando tajo de verso recto.


Embestía y no halagaba a ninguno.


Por un pajarillo envío


por una hermosa golondrina,


que allí donde se vea una alborada,


Hipsípila caudillo hijo,


siempre vivirá como invencible Sol.






FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García




AGUA:




Eslabón vasto, ardido, deslizado,


un iris de gota que a ti te llega,


marcha tenue, compás de tu eterna huida


que te marca y da vida,


fulgente fuente en infinitud de bocas


que tu ser desprende,


de su nombre y su alambre,


irisado canto de nubes derretidas,


comunión de trinos,


un beso a la tierra que deja herida,


límite de árboles y sus soles,


siembra de azul,


despensa de tu saliva,


hoy buscaba belleza y belleza eres tú,


río corre directo a tu nacer


río levántate,


jamás te canse tu desnacer,


efímero latido de tierra,


tú vena del cielo,


una solar yaga del gris,


un hogar, cuna de mi tempestad,


para ser agua inmortal elemento


capaz de crear y destruir,


de vivir siempre tejiendo la realidad,


alcanza, desvela que te debo esta existencia,


sin saberte nada existiera,


equilibrio que en tus vasos juega


para estallar en creación llamada vida.



Suspiro fresco


en labio extinto


de sombra.


Día que no se encuentra


su densa forma,


cuerpo con agua de estrella,


querer vivo que llega al aire


tiende y espera,


la muerte que renace


por fuegos de brea


en el aire.


Abren batientes pétalos


de viejo silencio esquilmado,


esplendoroso.


Acurrucados sobre un lecho


que la brisa abre,


en trocados rayos de sol,


esquivos en plano


de verde follaje.


Astuta golondrina encontrando


dócil rama.


Mundo sin mentira de vida,


manantial reluciente de esmeraldas


ahonda y todo siente,


que la sangre miente.


Terruño ojo victorioso


aplaca sus arpas irascibles


estrujando abismos dolorosos,


petrificados.


Reniega la boca vegetal


casi viva,


promesas en frente de violetas,


cantan amando el claror


lírico, estremecido.


Coágulo de viento


en cientos de porciones,


esta luna quieta


semejanza quiere


descubierta la zona umbría


donde invicta llagó mi alma.


 


El Castellano






Ríos que me tibian el corazón,


eslabones de sangre,


¿Dónde está la paz, dónde está el amor?


ríos de sangre se comen mis venas,


cada tropiezo,


otro borbotón,


otro alfeñique para mirar,


¿dónde quedo yo?


que el sol sea mi pena,


cantando espero mi triunfo,


se afila mi papel,


crepita mi alma,


tropiezo con la tiniebla,


hoy navego sobre mis versos,


aliento de la sombra de la creación,


hijo de la luz y de la sombra,


no acabaré de irme,


no cesará mi terco aljibe,


enamorado sin luz avanza


parco el sonido,


deslumbrado albor,


desnudo mi árbol,


hoy centellea mi rayo,


para decir que yo aquí no he muerto,


se viste mi sangre de caléndula y margarita


por si vuelvo al desliz de mi vida,


pasajera de un caudal


que mi entraña mece,


piel con piel, dolor con dolor,


enamorado corazón,


hoy avanzo sin mirar el color de mi flor,


estoy latiendo en el umbral de los dos,


mi sangre está llorando,


el cruel desliz de la parca efímera,


me siembro en los campos para perderla de vista,


suenan los trigos, de la verde espiga al girasol


se viste brotando mi amor,


viene a plañir mi alma


por el sendero sin prisa,


se alza la dicha,


mi ser crepita el alma,


hoy me visto de espiga,


y que el campo me enternezca


al cuchillo dorado de la piedra caliza,


hoy mi amor al albor


gime por su caricia


y que el alma dolorida entienda


que ella maravilla es mi vida,


por este siglo y los que me quedan,


escrito yo en la piedra.


Lima el albor mi nervio,


aliento cruzado que cae tejido,


la ilusión se hace nido,


borbotones de sangre que crepitan,


alcanzo la cima,


el sentido cae dolorido,


de vid y espino alcanzo el sonido,


al compás de un famélico ciprés,


mi alma dirá viviste,


encontrando la flor


por la que mi mundo se desviste,


rayos a la aurora


para su fiel investidura,


flor de niebla que avanza


mi umbral se desvanece,


bullen las fuentes,


el río es otro río de sangre más,


lucen las mortajas coloradas,


fiel desliz que cruza mi alma,


desgañitándose el alba,


el amor por parir una flor,


elevado al rayo de sol,


quién te viera quién te vio


rasguñado tornasol


se desangra mi campo del girasol,


millas aparte mi nombre se blande,


el beso me derrama las mejillas,


en albor quedan las caricias,


de la piel escritas, sentidas,


danzan las estrellas,


me vuelvo a ver en tu vida,


donde el te amo formo bandera,


y en tu ser queda,


resquicios sin nombre


que el ser come,


la rosa y la espina gimen


en tu nombre,


avanzo el ser resguardado,


sin franca escalo la tapia,


a tu cuerpo me encaramo,


hoy soy de ti


como el pájaro a su nido,


como la sed a su agua por beber,


como el río a su montaña por descender,


como el caracol a su mata por comer,


crepito el fuego que me brota


por tu corazón,


soy yo sin más razón,


tránsito veloz,


tu calma y su verdor,


me visto de malva


gimiendo una runa en el sol,


me anclas el gozo en la flor,


me blande el coraje


por el viento exclamo


mi valor amarte sin condición.


Desde mi umbral a la flor,


cantas mi canción,


te aúllo un caracol,


mi vida tornó a mejor,


irisado rayo de sol,


una fuente y un diente


un afilado canto irisado,


hoy acepto mi destino


porque muerto vivo si no te miro,


tengo tu imagen enraizada en mí,


es por mi sino que maldije,


pero hoy después de tanto


tengo el sendero labrado,


mi cuclillo trina al infinito horizonte,


mi ser se hace grande,


mantenme afilándome en la piedra,


hacia el centro me quedo exhausto.


para pulirte del alabastro.




El Castellano y Leannán-Sídhe


Yo soy siempre:


Todo queda bajo el esfumino de mi grillo,


colgando pensamientos en tejados,


al compás de una cigarra,


piel con piel flor con flor


elevado resquicio de tu amor,


sueños atrás volaba mi alma ingrata,


nervios posibles y su cama,


sí soy yo sí eres tú,


qué pasa ahora,


instante de cerrar mis ojos,


por comenzar la historia de mi vida,


y sus siglos de dura existencia carcomida


al disparo de la ilusión y su mentira


donde los demonios llaman y me quieren,


deslizada la tela de araña


mi vida es lo que me queda,


soy Dios de mí mismo ahora,


el demonio me cuelga la espera


mitad luz mitad sombra es mi ahora,


mantenme lejos del nunca,


yo soy por siempre,


ojos renegados de este humor vivo,


gatos maullando a la luna en el tejado,


imposibles galanes,


cuando yo me caso con lobaluna de antaño,


animal feroz corre por mis carnes,


solitario ángel armado para el enemigo,


este es mi sino,


tejos crepitando su savia en albor


asidos a su quietud imperfecta


que el tiempo no determina final,


vida trenzada en albor siniestro mi ida


soy WECHE soy fuerza por y para siempre,


el verso me teje,


tinta mi sangre, pluma mi garra,


por acampar la estrella y su cama


hoy por qué no mantenme fuera de la mentira del fin del universo,


porque yo soy mi universo particular,


humor desdoblado asesino del tiempo,


mi mano acabando con el aliento imperfecto,


soy el imán de hombre que te atrae a mí de nuevo,


soy la ecuación perfecta que asesina tu velo,


toda mi realidad se construye de mi mano,


para acabar elevando al tercer cielo y noveno abismo mi canto


entonado en cal y arena como caracola de mar serena,


es tiempo hoy de morir por las ilusiones fugaces prometidas


y su tela aterciopelada, vestida de nácar,


hoy es final de mi espera,


es el comienzo de mi poder,


mírame estoy rasguñando mi piel a placer,


está quedando solo mi sangre vestida de hiel,


hoy como ayer a tu lado estaré para asesinar la quietud


y su asolada desilusión,


hoy por ti mañana será nuestro eterno comienzo,


para extender nuestras alas al cielo,


todo comienzo exhala su final de su mano izquierda,


elevado amor que me cae por el párpado,


y en mi vena que aguardo para estallar amor al viento


este amor que por ti siento.


tornada mi sangre la verdad de mi aliento,


en difusión magnánima del sentimiento preso,


muerta mi araña


mi corazón es lo que queda.




El Castellano


Blándeme en mitad del campo,


sólo allí que la encina enraíce mi carne,


el hinojo lata al son el tambor de sus flores,


la carrasca grite verdades del monte,


vereda quieta, enarbolada,


soledad disparada sin descanso,


sólo allí reinará mi alma,


en letras escritas en las hojas de vida,


las lindes teñirán de rojo y negro,


de tinta y sangre el resurgir del añil


aliento dibujado de toda vida en color,


del albor a la muerte en flor


se alzará mi latido con su amor.




El Castellano y Leannán-Sídhe




Hálito silente,


yo creo en ella


porque su piel demuestra


que los sueños se cumplen.


Volamos juntos al viento


como molinillo diente de león.


Hoy la vereda canta nuestra canción


dos corazones en un mismo latido unidos al unísono


Su carita que llama a la mía


de su cuerpo es mi caricia


por ella el piropo jamás escrito


solo desvelado en su oído


Sólo al viento le pido viento bonito


mantenme en su destino.


Que de lo vivido muerdo su corazoncito.




Del ababol a la verde espiga.




El Castellano y Leannán-Sídhe




Sentido yerto:



Renace en la piel,


en el albor sin conciencia,


hace más frío que antes


sentido muerto, caído


olvido yerto


raíz del ser


más callado que el invierno


avanza camina a voz


todo lo que he perdido


polvo de estrellas, hierro de océanos


piedra de montañas...


hazme recordar alas cansadas


cosas grises que te gustaba sentir


mi amada así sabes


horizontales que no puedo olvidar


ejes verticales de conciencia


sin dormir


danza la primavera del lugar


con mi soledad pintada


en la sangre de mis ojos


todo lo que veo teñido


la ilusión cae en gotas derramadas


cayendo congeladas


desnudo mi cuerpo en la penumbra


del segundo quieto


raíces comiendo mis venas


hojas de mi historia mustia, abatida


sentido muerto


viviendo por ver morir el momento


momentos atrás que cae el recuerdo


sin miedo, sin sentimiento


todo hirviendo


sólo este sarmiento de cuerpo


esperando que juzguen a su alma


libre de maldad


quién estará allí


quién vendrá a darme un camino que seguir


solo en la oscuridad


donde todo comienza


las sombras me reconfortan


y veo en luz mi vida


para encontrarte


algo que darte de dentro de mí.


Un amor rugiendo en la boca de la estrella.




El Castellano y Leannán-Sídhe




Aguerrido albor:




Diestro del mar a la montaña,


visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas


cual caricia de su jardinero que las ama


el viento armado escala cual seco rayo


su sol enturbiado se paran las oraciones


hipsipila dejó su crisálida


en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales


recolectando toda simiente desde todo confín


al inerte sombrío albor,


mientras su fría luz crece y camina


sin franca tapia ni verja que detenga su escalar


vuela vaga la libélula para posarse en su hombro


recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte


que lleva que trae a su castillo olvidado


hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo


un reino se mantendría vivo


y no era el del humano ser


Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión


abarcando de la tierra a la lluvia


cual rayo cortado de Sol su cabello


los pájaros trinaban en su castillo


Hipsípila siempre vivirá como invencible Sol.




El Castellano y Leannán-Sídhe




Final con comienzo:


Retina escarlata,


su ojo de niebla


y bruma que avanza


donde corta mi flor de luz


el sendero,


esposa del Sol al mirar


lumbre quieta, retina abierta


muerte final con comienzo


en alabado fin de existir


y quebrar el tiempo


conquistando el terreno.


Sangrando raíces que gritan,


aullando hojas al viento,


pintando su dispersión eterna


como sustento y cobijo


de toda vida


mecido del insecto al mamífero


desde el helecho


al alto árbol


hoy canto para ti


vida vegetal.


Mi caricia te sembrará


una y mil vidas más.




El Castellano y Leannán-Sídhe




Flor de tierra:




Fuego en el agua de su mirada


de los vientos auspiciada,


la ceniza consumía su carne


ardía sin mesura su compostura


naufragó valles y sus caricias


su bandera fue de su vena acequia


molinillos fugaces sus pestañas


de él se enamoraban las hadas


de ella la primavera entera


con cabellos del rayo de Sol nacidos


ojos de tierra sin lugar era bella


clamaba su voz la cima de la montaña


descendió abismos


para anclar su esencia en la belleza


que late y envuelve su huella


conquistada en miel


su ambrosía


gemía la caricia


para brotar altares de hueso


y murciélagos de sangre


lloraba piedras en sabiduría prendidas


la bondad alzaba en servicial entrega


su fuerza era de su amor hoguera


él lloraba flores para ella su amada


su verbo a veces tornaba carmín


en pétalos de silvestres rosas desangradas


su voz germinaba la tierra a su paso


el amor a la tierra no le detuvo


ni sostuvo en fracaso,


encontró con ella el amor


que le fue negado llorando espinas


y si sus abrojos nacieron no fue


más que para rajar el viento


difuminando el tiempo en estaca


de eternidad con fuente y manantial


anclado gozo en armonía


bailando de la mano y naciendo del alba


jamás capturada


pupila enfrentada


que mecía


que gritaba.




El Castellano y Leannán-Sídhe




Quimera quieta:




Umbrío, tibio,


al resguardo de voz habitada


serena, llena de luz


en este linde


donde corta mi sendero


y florece mi sombrero


al viento


ojos llenos de paz,


sendero atravesado


en árboles de sosiego


encontrados


en hálito congelado,


lumbre quieta se dibuja,


espino amarillo que clavas al guiño,


calor de mi calor,


cauce de mi sangre displicente


desde la montaña al valle


luce mi traje


para encontrarte


vestida de Sol y caléndula,


resplandor dorado


al trasluz de tu amor,


granate mi sed de tu cuello


al destape


mi río de calma y arrojo


en réquiem por la rajada tierra


en albor de la centella


colmando su belleza


donde mi carcoma quieta


mira y avanza


sintiéndose en armonía plena,


yo fumándome un cigarro


en la piedra de tu belleza,


quién te alzara voz


entre los campos en flor,


fuego de tu fuego sin mas razón,


ciprés que clama protección


para sus muertos que vela


tejo morador de siglos y cobijo,


ababol de versos de piel y abrojos,


desde la verde espiga


a la mora sin espina


y su zarza esquiva


hoy te veo como eres


y perdona


me apasiona


ser guerrero de nuestra luz


donde avanza mi quimera


y mi pasión poseerte entera.




El Castellano y Leannán-Sídhe




Tierra en el viento:




Quieto silencio investido


doblado en el filo de la hoja


ese umbral que corta mi calma


avanza en un sentido


rápido, veloz el resguardo de tu


amada voz


encontrada cercana


donde estática enhebra la silente parca


fluye de un confín a otro confín


yendo mi barca atravesando el brillo


al compás del sí bemol mi traslúcido pío


y su suplicio en la carcoma


que recorre mi horizonte


infinito pintado en el borde de la ola


en la espiral de la araña y su tela


la flor de difunto abre su luz


al resplandor del cielo


que cae emplomado


Se corta mi alma para aullar


en la centella


quemándose en su hoguera


hoy el viento lleva nuestro nombre


mi árbol será sentido


en cada flor de niebla


la bruma su color gris dejará


en este jardín de mundo viví,


para sembrar mi aliento


que cayó como tierra en el viento.




El Castellano y Leannán-Sídhe




Silbido de la centella:




Claman verdades de la tierra


por nacer y resurgir


el eterno ciclo de la vida, muerte


y resurrección de la simiente al albor


de sangre sin condición


yo soy por siempre


Así como dura sonrisa y guiño


al azar de la existencia


efímera esencia


apellido y nombre que nada representa


como resplandor de la centella


cargo el silencio y el infinito de mi verbo


resopló en la montaña sin nombre


de mi tierra que jamás tuvo dueño


latido sin final


agua de manantial


va girando mi vida por enraizar


yo soy siempre


el eterno comienzo sin final


aullido del viento


hoguera crepitando la tierra del volcán


Río que acaba y resurge del mar


ese soy yo por despertar.


Resurgir:


Hoy las fuentes bullen


los ríos desbordan


las vidas dejan sus grises


de invierno y sonríen


al alba de la lluvia


que toda vida mece


sal al jardín ayer sembré mis ojos


esperando que la tierra fuese sangre


las raíces mi boca


y la planta mi cuerpo


para con longevidad imperial


llegado el momento


decir de este jardín yo no he muerto.






El Castellano y Leannán-Sídhe




PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS:



Ojos trazados para todo lo que tú ves


negados a mirar, del laberinto ausentes


prohibidos, coartados de la mirada detrás suya


no soy yo, no eres tú


después del hecho despierto


perpendicular a todo rostro que amanece


y arrasa mi ser en estupor


en silencios por conquistar de perdidas mentes


incapaces de reconocerse, de adaptar su momento


y residencia mental a lo perfecto brillando cobijado


qué paso con lo que soñé y el segundo cambió


aguardé congelado en el seno de la luz y alma


sobre todo lo que vino y vendrá


hablo con la piedra del mirar


no hay rosas sin espinas,


ni rosa sin cruz por florecer


en todo ser humano,


como la flor quiere la abeja


la logia me quiere despierto


informe forma de vivir siempre


conociendo que ya estoy muerto


sin sentido morir de nuevo


volver, ilusiones, esperanzas,


pasado de un mundo hecho


me siento vivo respiro mi aliento


estoy vivo muerto para la sociedad que jamás me verá


siguiendo sus superficialidades que tienen de verdades


todo cambio redención,


de toda elegía del ser


fuerza que me mantiene quemando mares


de gentes asumidas en superficies planas


de falsedades hipócritas de reconocerse


mundo mío del acero, días para los días


de la creencia de que puedo exprimir la perfección


que mi cuerpo guarda


así en inspiración no duerma ni esté cansado


seguro en el arraso de la soledad


un día tengo su medicina


para volverlo sueño del acto plasmado y realizado


puedo escapar por mis ojos


tráeme tu mano te alcanzo una estrella


sonido dirigido a mi


consecuencias del grito sobrevivido


todas las cosas que creo pasan ahora


y pueden cambiar


bebiendo paz y fumando destellos pensados


desde que vine a vivir,


claro me ves de existencia


amando al Sol


dame tiempo seré llama sufriéndote


por tu típica existencia impulsiva de tus deseos


enormes imperios me quieren inmersos


en sus planas filosofías y creencias de sentidos inertes


escapo con el sueño


soy el sentido del sin miedo


calor helado del cielo,


fulgentemente ostentado


en tu caricia del sin nombre rayo de sol


lágrima de lluvia cae de nuevo


prende el suelo en vida


bebiendo todo lo que has sufrido sin sentido


forma de los ángeles buscando la felicidad


de los dioses que cobijamos dentro


ese dentro es ausencia del tiempo inventado


planos de existencia de lo más simple a lo más bello.


Te acecho desde que vengo.






El Castellano a 10-03-2015




ODA AL RÍO MUNDO:




De un mar de tierra


que tú desembocas,


que raspas sus siglos afligidos


de volver a comenzar,


como plañía la eternidad azogada


en verdes espigas,


y senderos verdecidos del inmortal forraje,


cuna de mis erizos seculares,


y orugas de hojas recias,


desde el caracol judío blanco,


al cerro bajo,


haces llorar el alma de belleza


que contigo Mundo juega traviesa,


siglos solariegos


entre juncos de tu extensa rivera,


hábil tenaza del cangrejo cosechador de tu agua,


vienes que sublimas mi esencia


volandera, entre surcos de tu inmensa


hacienda de toda idea,


espárragos trigueros tu orilla en sombra


de boscaje ofrenda,


rito y culto a lo ignoto de tu belleza evidente,


Oh, río Mundo,


ruedo tus acequias que llenas,


cobijo en respeto, tus barbos cobrizos


y carpas doradas,


arteria y vena del terreno


desde tu álgido nacer


en Riopar,


paradigma de chopos amantes,


y cepas de vida,


desnudo mi canto


te ofrendo


en compás de arraigo a mi tierrica bella,


castellana,


que se alce mi voz desde la encina erigida,


hasta un compás en cumbre


donde tierra nace,


y raíces gritan de su silencio sediento,


oh, Castilla cantaré extasiado


a tu saliva,


y lágrima de belleza


en tu horno de espejos


del río Mundo.




Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García




Prímula escarlata:


abril 03, 2021








Abría un abril,


cubriendo la Campiña,


en baja luz de luna que enhechiza,


metamorfoseando la vaga lluvia


que lentamente caía,


bajo cielo derretido, emplomado,


ya goteaban mis flores de difunto,


sobre una porción,


de terreno respirando la interperie,


pretérita una primavera ya llegada.


La luna sempiterna hermoseaba su metal noble,


purísimo al candor sin lumbre quieta,


era bastante para lanzar un beso al alba,


y ver si recogía algo,


quintales de nubes plañían


su melodía jamás interpretada,


ni escuchada sólo una vez sobrecogedora.


A la estrella fugaz que siempre veo,


lanzo un rito antiguo,


como cometa que el negror atraviesa desceñido,


olmo mío,


dime tus penas tú que tienes alma,


que baila entre oscuros romances de savia,


al brillo de mi espino escribo,


beso de camino entre mi rosal canino,


hojas húmedas del héroe entre el lodazal,


herido blanquísimo,


contienda los tímidos alisos,


sus estrellas blancas,


entre piedras pálidas,


que carraspean su canto olvidado,


¿Cómo he acabado aquí donde todo comienza?


Pienso en su prismático mirar,


a punto mi buque y puerto negro


en llamas.


¿Cómo suena su flor?


Acaso fuese líquida,


el yunque mi pecho


está martilleando sobre un cincel


de murmurio grave.


Y suenan las espaldas,


mi vida aterciopelada sujeta incandescente rosa,


sobre azul de mares y vetustas olvidadas,


al tiempo que rezaba serenata,


al azur prodigioso los altos cielos,


tronco flamígero,


en colores sobre las naciones,


absoluto diamantino,


su astilla de su color carnal,


que se extendía,


besando su torso sembrado


por mis castos dioses,


algunos que me odian,


sigo consejo perenne,


al pairo se va lo que debe de irse.


Se querían entre fracasos y transiciones,


como dos muelles fugaces,


aquí yacía mi letra,


en mi jardín de luna,


y sombras vanas a secar,


memoria acaso


el desliz me incubara,


fundadores que caminan,


esta mi soledad original


de campo abierto,


encima de mis lápidas y todas sanguijuelas.




Förüq castellano Miguel Esteban




 Ceremonia terruña:




Tiempo que era llanamente hondo,


como pozo sin poso, ni fondo,


severamente profundo,


como fantasmal visita


sobre lazo silencioso,


buscaba yo tamborileo grave,


entre hileras sordas


enre nuevas flores


de trompetas de los ángeles,


danzar entre círculos de grama húmeda


y corajes de aventar nuevas espigas


de olor a yesco trébol rojo.


Hice una hilera de guijarros;


preparé mi propio templo


con torreón y almena nueva,


un foso bordeando y cuidando


mi nueva siembra de ababoles,


templo asilvestrado con urna para ofrenda


y depósito nueva agua virginal,


era suficiente de tiempo insuficiente


a nuevo otoño que comenzaba,


con olor a hojas de chopos arrebatadas,


y majuelos agudos en espinas,


rebordes cardillos de as damas


erigiéndose tempranamente,


maduraban los tomatillos del diablo,


solanum nigrum


que ni caracoles resistían


sus lustrosas hojas morder,


las colas de zorro ya se divisaban aventando


terreno de su nueva simiente,


afinaba mi cuerda


tendido a ras terreno,


sembrado a pretil gesto,


como se siembra una pipa,


y tarda treinta y un años


que porto en girar el sol,


carrasquillo háblame,


que penas traes de virgen encina.


Cuéntame tus oscuros romances


con vientos de luna,


y tus flores de difunto casadas con Sol Ferro.


Dime a mí que te cuido con esmero,


aguardando tus flores de piedra


y tus bellotas del mañana.


Árbol mío,


avanzo este mi caduco corazón humano,


como vampiro solar


me remarco,


un solo de voz desangelada,


y volví a honrarte,


de esta nueva tierra.


A viento pagano,


voz de alma, amada,


inamovible,


firme, regia,


de raíz arcana.


Tu rostro en verdor


de hojas afiladas llevas,


acaso igual o semejante


a hermanas blandes.


Río de encinas y flora reborde,


amor de tierra a lo que es


y crece en ella,


vine por vuestras voces,


jamás marchiten vuestras notas,


de longevidad imperial.




Förüq castellano




Voz de tu preludio:



Eran dos voces,


se querían ambas entre


dos labios,


eran como azules


sin helada madrugada,


una sangre agitada,


sí dentro de la noche,


se deslizaban como espinas,


entre flores álgidas,


melodía de perro afónico,


y luna plena,


fugaz melancolía,


era la voz hembra,


el brillo se conjugaba


de secuaz beso nítido,


rostro en hora,


giraba flotando como fantasmal,


sábana de anhelo pertinaz,


un valle estiraba y tus gemelas,


reflejas piernas, bulle y besa,


hondo antepasado de diente afilado,


y lecho de abrojo,


arcaicos deseos se conocieron,


bajo mar y hondo terreno,


beso de intimidad sola,


de extenso horizonte,


desecho el sótano en luz


que amuralla,


poniente de carne de cristal,


y pluma en abanico llameante,


labio de quietud ,


escarlata hoguera por ocaso


del lobo mesetario,


que buscaba luna y entabló,


del cielo regia sequía,


silencio que oigan,


dos voces puras,


se quisieron,


sin forma anhelante,


como el poder nunca pudo,


y la creencia,


sin exacta ciencia,


sabía que impulso no dispara


tres veces ni a revés,


tiene, ni blande retroceso.


Oscura música que en perpetua,


sinfonía,


soledad cantaba,


su silencio de cristal.


Y tierra levanta,



Förüq castellano Miguel esteban



Brotado:


Númenes asocia y respeta;


con silencio espectral, la muerte, 


en blancos corceles,


de huesos bellos,


hados dan brillo a tu belleza,


que perjura, rinde, y somete


lluvia entre maternas cenizas.


Brota el testigo del falso juramento;


se baña en fuente, de leves ninfas,


prisioneros hace el hechizo


que metamorfosea 


la callada noche, 


que orna el cielo de fantasmal rigor.


Signos que ríen feroces,


a la sangrante piedra del destino


que hondamente negrea, 


sopor entre las voces.


Jóvenes siervos son.


Lares propicios a dioses.


O saepe mecum...


Aguza mis saetas, incansable,


entre espasmos, relámpagos,


un destino atronador.


No limaré salvo mis huesos,


testimonio mudo, del mineral de azabache,


entre calderos de estrella y estelas breves;


por gemas de verde jaspe.


Grosfo me guardará el latido,


este caballero proceloso,


ahuyenta, las zozobras,


en lentitud de los días,


combato, gallardamente aguerrido,


altivos rostros, sucio suelo, tocan.


Fuga sin escudo,


sacrificio del torbellino,


junto a mi laurel reposo


con mi diablo de flores converso,


de un tiempo que servil ya no yagaba.



Förüq el castellano




Primavera tu hoguera:




marzo 09, 2021



I


Tu solo espíritu


de alto cielo,


preside mi honrosa vida.


Feraz raíz insobornable


como dicha falaz incuestionable


devienes primavera.


En joviales muslos


y lozanas alegrías.


Levísima, poderosa, atónita,


en alas mi Golondrina.


Alzas que me sublevas


a beber de tu fuente inarrable.


Rayo celeste, vital,


frente la tierra, todo cánticos.


Crear tu azul gloria,


es soñarla, como sueña la orugüilla


volar en alas montadas.


Azul, verde, amarilla tu sonrisa,


seno turgente mío erizado 


donde te guardo.






II


Me palpitas de rubor


a espada rompiendo,


esquelas y señales, sin esquemas


avanzo este humo de bolígrafo.


Mi árbol en piel saturas,


lentamente, como llueve sobre


noche de suelo mojado.


Cargado voy en verde savia,


pujante de tu hálito


fugaz, repentino, ingobernable,


como luz derretida,


y agua batiente.


Como piedra o calor esponjado.


Permite te escriba,


vomo se habla a la muerte,


para enamorarla.






III


Suspirante desliz estrellado,


aristas como filos un rubor


franqueza, de honorable sabor.


Embeberte, es de liminal


vértigo de espadas.


Atrevida, de hermosa, sensible azada,


sacas mis penas y alegría se erige,


de este tu muchacho desnudo,


que jura te amó


un día en penumbra


para así, por fín,


no perderte nunca.


Arena vívida de vergüenza


ausente, melodioso tu amor.


No aplaco, le custodio,


como mi vara de nardo


en lecho marino.






Förüq castellano Miguel Esteban


Memorias frías:




Usurpar vestal en llamas,


clarividente hechizo,


usufructo de solas corrientes,


como vertical latido


auge de todo lo que elucubró


llegar a ser más que desliz pasajero, temporal.


Como signo arcano,


revoloteando que ungido,


vestía pliegues y orillas,


de nácar y estela atemporal,


como higo del demonio


y mezcalito.


Era solo desquicia labrada


de un placer atónito,


en aras de trinchera,


y remembranzas todo lo que te quiero Musa.


Con topo, invención, 


u fulgente espía.


Era solo gritar,


te necesito más que en tinta


y hojas papel infausto.


No creo sobrevivir al ocaso de mi error,


o quedar relegado a cruel olvido.


No se puede nadar en ojo remolino,


aún sea espira de vértice


y entraña desangelada.


Este remolino fluvial


que me absorbe y navega mis venas,


Oh mi turquesa, 


en crisálida, de cristalina esencia,


planeo la noche,


vestida cual azur hermoso,


reincido, no deseo ser clavo sin martillo


en tu destino,


ni espina sin rosa malva,


como rosa sin cruz acaso es logia,


acequia sin agua ni arada tierra,


es el verso sin destino,


destinataria eres, 


por ser armada mi soledad,


Como densas calzas un cruel devenir,


en grilletes condición


impuesta por sistema,


sabiendo quién soy,


simple y llano un hombre de bien,


que bailen su mentira médica, 


diagnosticada por cinco días de insomnio,


que libre no es quien pide ayuda asustado,


le condenan vida entera,


a su negocio de remedios.






Förüq castellano Miguel Esteban




Rauda estela:




Surco de noche


ya se retira


sonando el día


y sus rosas heladas


de invierno,


iris matutino


clamado


en este fiel olivo,


surca mi sangre


entre verticales filos,


mi gris vencido del alba


serena, más desnuda


que la transparencia


que el azul afila.


Se clava este verde


militar de ciprés


como cuchillo enervado,


y su canto


en estos sigilos de chopo,


cargo mi revolver


naciente del verso


por un sol de plumas


cae fusilado el aliento,


algo que clavar


al firmamento


héroe del norte


de mi silencio.


Fantasmas


del imperio perdido


su bandera del tiempo


dormido.


Fúlgidos nervios


cabalgan los acres


de esta trinchera


donde mantengo alerta.


Jauría de sienes hendidas,


con fauces somnolientas


quise ser siempre


con esta mente,


profundicé el idioma


de la flor,


hablé con la tierra,


aún guarda mis abrojos


sembrados.


Entre brotes verdes,


impacientados,


aguardan el bravo


crepitar de la tormenta,


y sus besos azules.


Ahonda esta vida


silos del demonio,


simientes oscuras


de malas yerbas.


En este campo yermo


crece mi ilusión


que no me siembren


el dolor,


seré como la flor


soñaré con las piedras,


reiré con abejas,


jugaré con el viento


como la vida grita.


Ahora que la mañana


consume los suspiros


ahogados,


ahora que el cielo


luce sus corceles dorados.


Es por esta pizarra


que me habla el río


me habla qué más


que ser agua.


Deslices anudados


entre corajes florecientes.






II






Voluble cielo


cuidó tu rauda ala clara,


próvido planeta


de florido consuelo,


por su sol fúlgido lucido.


semejanza quiere contigo


corona el día por aspilleras suaves


las glorias que descifra tu nombre,


sublime en altura por quier


anublen desventura


por mesura,


encumbrarse la ya satisfecha


estela endógena no osaba,


realizada dispuesta


en manos y cruz de Apolo.


Amante lebrel


de sentenciar causa y retiro.


Aragua tribute el franco templo,


inimaginado,


con peñascos y mi arroyito,


alevoso corredor


robusta bizarría 


entre furor de tus solos labios,


felonía de caverna umbría,


retiemblo atónito


sorteando fieras,


amansando mustia frente,


sacro fuego tu esplendor


contigua.


Entre tus cauces férreos amada,


quebraste tu saliva y mi lira,


¡Oh musa, tu encanto


no me retires,


Batida mi hada,


pastorcica de Castilla,


invencible de esta dicha.






III






¿Acaso dormiré la noche?


Se callarán los susurros nocturnos,


el blanco cielo ya no acostará plomizo,


su letargo de otoño aguarda,


taimada mía no marchites


mis leves hojas;


No todavía.


Ampara mi dorada yedra


escucha sus notas de savia verde,


abre y abrirán rizos


en acristaladas fuentes.


Allí el clarín entone


enamorando a la dama del lago,


serpeo mi suerte cuando me dictó verte,


común lache yo perezco


en brazos de mi lejanía nunca hallada,


a ti entrego mi labriego,


inquieto, escita de su linde quieto,


aplaca mi bajel de ala irascible,


relampaguea incesante


alta como la luz etérea,


perenne que yo estaré atento


para osar y no desprenderme;


perjura, retrocede, y avanza


alzándote por falaces bocas,


que desaconsejaron


y creíste amigos,


no poseo yo almendro


de almendras de oro,


pero todo se dará,


sin caer en el vulgo,


mi sed al menos procuro,


es la sangre cándida,


arremete, marca su cántaro rodado,


blando, una solitud escarchada,


a la que se desea tras todo estío,


lisonjero de tórridas llamas


secuaces del terreno.


Hoguera me tiendes la llama


sin rendir tu escuadra,


preso tiembla el morir noble.


Peinadas parras de la sombra,


tupida vida que acicalan


acariciando al rey Sol.






El Castellano








Catarsis:




marzo 05, 2021






Verdad


quién te encontrase, 


tu idea eterna perdida 


mi vía para cerrar los ojos


ausencia que revive la voz


iridiscente abismo de color


perder conocimiento


introspección del vacío


perpetuo de locura 


ausencia llamada dicha


gozo del millón de caras


invenciones 


deseos 


inspiración del rayo de Sol


sueños en la realidad incendiada


seguridad tejida


a través del cielo


sueños del alma


donde cada sangre 


grita su libertad


yo no estoy hablando


ni tú escuchando


puedo verte sin mirar


escucharte gritar


mi momento llegó 


las promesas derritieron


quedó el sentir añil


de quien fui


sigo el final de los días del hombre


despierto para caminar al Sol


cargo en la espalda 


mis pasados pensamientos perdidos


asedios de mente


blindados de quien quise ser


desierto embalse de recuerdos ahogados


sangrando el ruido del destino incierto


quedó ser yo mismo


el caos en esencia de sí mismo.






II






CATALEPSIA Oda a reina Musa:






Catatonia madre de impresión superior,


que encumbras musa y te encumbra de este nicho de bronce,


lápida con flor de silencio,


Oh Catatonia,


flor de muerto de esquela en sangre viva,


yerto circulaba de aflicción,


en oscuro tapial primero,


al suburbio universal,


señero por señal,


de mis signos yertos vitales,


te ensalzo sangre,


que amurallo tus sones vestigios,


piramidales,


titánico siembro,


el númen victorioso


mi gesta,


vestal de cuervo Förüq su madre


Oscuridad, sacerdotisa.


Del tercer orden las cosas habidas,


dilucidadas extensas.


Queda solear, este solar,


de letra perdida


hasta atronar mi vuelta a la novena espada,


que el guerrero Miedo,


me conocerá.


Para cantar mi victoria


de todo parco lugar.






Förüq Castellano






III






Mira mis ojos,


es lo que no reconoces,


el verde metálico del gris en turquesa bañado,


el azur dentro de mi noche perenne


sobre la copa mis árboles,


te hablaré como el amor flagrante,


que exuda, que dirige sin parca compostura,


sin directriz,


no sea complacernos Musa,


oh, si osase tu gemida ventura,


oh, si elucubrase tatido feroz,


de alma a pecho,


de carne a víscera,


no se desdibuja osadía,


en alarido interno,


ni mi sentir cae disuelto,


sin tu cobre mirada que electrificas,


saber preso en tela d’ esta araña,


hemos venido por el miedo descalzos,


canta el mirlo nunca de nuevo,


osará la mentira vestirse Miguel


de tu realidad falsa,


ni la mentira verdadera


dejará de ser mentira.


Vengo de sones de abajo,


mirando alto,


necesito tu oscuridad para recto poder dormir,


necesito sueño para embeber tu cuerpo,


hasta esencia sanguinosa,


oh, granate sangre mercurial,


dame espada.


Regiré alarido vestido,


de florestas y azares,


sí con sabores a mujeres desnudas,


será la tierra tu piel,


cándida, ensoñada,


te abrigaré hasta el sentido,


que llora nuestra subrepticia


nuestra noche llorada,


el tiempo derretirá,


habrá premisa de arroparnos en vivos colores,


vistiendo infiernos de flores,


sólo será cenit y dolmen de placer expuesto,


como alma que encuentra cuerpo,


como verdad y templo,


función,


y sierpe de sangre,


aleteo precoz demente,


ser pez de tu cristal en tu espuma de vientre.






Förüq castellano Miguel Esteban












Pacto de tinta y sangre:






I (2020)






Tiempo brillaba,


colgada su tela,


la araña.


El impulso difuminaba,


que de bruma sujeto,


sólo era distracción,


de mi verdadera pretensión,


alzado el mordisco,


tu piel diviso,


pacto en sangre


que avivaba yerta idea,


en eternidad sujeta,


no era tatuaje,


ni seña de propiedad,


carmín de sangre,


y fraguar esencia,


su negro puerto,


nadie está aquí,


nadie allí,


pretérito tiempo difunto,


todo lo que espero,


todo lo que quiero,


ser de ti,


seas de mí,


unión tinta eje de sangre.


Unidos sin final,


de perenne comienzo,


y estela granate de mi sed que abrasa,


envolverte del nervio afilado,


deseo que corre, acampa.


Lame tu sola voz,


esta sed que late,


esta sed que no disuelve,


coronación me llama,


quebrada la sinfonía del ascua,


era un renacer sempiterno,


latente sin sepulcro vertiginoso,


ni mármol floreciente todo siglo.


Que a ti voy y sigo unido,


Fuego y luz, quisieron unirse,


relamo mi destino,


que no te busco,


te encuentro,


sin nombre es como te busco,


Reina de rectos augurios,


y compases húmedos,


todas ganas dictan


y envanecen,


tu lúgubre destelleo quiero besar,


deseoso mi camino,


un mar en brea,


una caricia, que en extasía,


siembra castro y lecho todas flores,


del reino sanguinoso, precede y procede,


beber tu vals, afilarte toda,


un erizar endógeno,


del interior relucido,


agotada la espera,


suspira por tomarte entera,


y dictaminar que me encorajiné


con fuste, fusta y motivo.


II (2016)






Mi alma anclada en gozo,


de que tú seas su ilusión verdadera,


quimera de piel y amable entrega;






soy tuyo hasta el tiempo


que me verá desvanecer a tu lado


naufragando mi barco,


hoy te visto de amaranto,


perfumada de rosa esquiva tu mirada,


para encender mi candil y su verso,


a ti estoy sujeto como el inicio del tiempo,


que jamás me verá desvanecer de tu puerto,


hoy avanzas mi canto,


para pintar de tu color su verso,


que ya no se retuerce ni retorcerá


muerto el beso,


queda servirte mi flor de hueso,


despierto,


despierto mi reino, vuelto el nuestro,


resumiendo el latido por ti confeso,


para resplandecer,


y que viva siempre nuestra luciérnaga de amor,


iluminando el abismo y su garra,


para ser yo quien te ama


mi Leana.


Quien te vistió el cielo


de todas las flores mi amada.






III (2016)






Preludio de tu posesión de alma, 


está mi quimera dispuesta,


para relucir mi vida quieta y su estampa que inverna,


muerta la calma y su abrojo de plata,


todo lo que queda es ella,


vida para el telar de mi letra,


despierto el alarido y su estampa cuelga,


muerta mi araña es ella quien queda,


para florecer el viento flores de sol latiendo,


y su bello campo de amor por deslumbrar al rey lucero,


era o no era llegó mi tiempo


desnudo el tiempo,


me visto de cuervo,


para volar su cielo,


mis violetas nocturnas caen en flor


junto con mis sentimientos,


para acampar el sonido y su destello,


soy yo quien quebró para ella el tiempo,


el horizonte gritaba su amor envuelto,


lloraba una primavera de nuevo,


soy yo el que escuchaba atento,


fiel de su beso,


para mi no era invierno,


si su estampa relucía de nuevo,


era sin duda mi tiempo,


el de rajar el suelo;


sembrando mi aliento,


despertando al muerto,


trepando la ilusión


en su pupila de hierro,


desmenuzado el latido


quedó que yo vivo


por el latido


que me mantiene en vilo,


a ella sujeto y preso,


para florecer en ella el beso


y mi caricia quedar proscrita


a su submundo de los condenados


así como su estampa brilla.






Förüq castellano Miguel Esteban






Sincrónico fulgor:


Sincrónico fulgor: marzo 03, 2021 Prefacio mi entrega: Presento ante ustedes, abrojos versados, mi presunta creación, mi decencia en vals, abro portón inspiracional en tres, tierra, esto es tierra noctámbula, grillos laten, pasada luna llena febrero, adentrando número sagrado en Marzo, todo cambia, todo está cambiado, en la verdad. Nada por olvidar, deseo colmar, tibieza placer, jamás ya esquivo, repletaste y colmaste belleza intransigente en pulcritud del fuego de mis ojos, uno ardo, dos te adoro, tres fascinación cursa, repleto camino sin ser ni con altiveza de pasos destruyan sin honrar. Fase novena activa, oh legión, dame cítara, bajo que voy subiendo, permisividad infausta dictada a la milicia, porte sembrado, abrojos, inculco que descubro esta mi espina del Señor, donde iré por fuera de la noche, sendero a oscuridad magnánima, te estoy besando recuerda, bailo en tu densidad.


Miro tus vidrios, deseo sublimar imagen sí, en oxímoron, cómo hacer base de mi pretensión particular, llenarte como me llenas de letra a mi alma mecha de luz que prende, incendia su oscuridad. Mírame estoy desnaciendo mi decencia, oh, maestra la noche, señorita escarlata, colcúlcame claridad en mi brea, pretendo amarte, tocar violín, limar aspereza y ser su cuerda yerta, grillos criquean, oda a luna sempiterna, en primavera climatológica presente, vuelo alto, como el momento, debido aguardo tu beso eternamente, al claro oscuro escribo, no estoy perdido hierro luce mi alma, esta calma que estalla, arriba tu horizonte Musa, blandiendo azar de nueve fieras, tres velas, y un candelabro. Dentro portal de tierra. Oh Lvgvs, he venido a servir a tu rebelión, oh, Lugh, oh Sol Ferro, ven dame luz, ven, dame sola arma convenza, oh Lugus, he venido a nacer en tu dicha, gloria, mi Tierra, diosa mi Luna semper, sempiterna, encendida, oh, gloria dame blasón, Helvetios, Mercurio, venimos a transmigrar, venimos a incendiar alma, arma y honrada amada esencia. Siempre te amaré, quizás y va a ser algo, nunca cambiará, te amo esta noche de penumbra, para así ni en locura olvidarte ni abandonarte nunca. Esteban er-lobo bohemio Förüq castellano a 3-3-2021 Miguel Esteban Martínez García 




Cuerda yerta:






Estridente vuela la hoja,


devanando respiros cautivos


volando patios de arañas


de grises fauces.


Chirría el viento yunques metálicos


suena su desvelo por lomas


afiladas, al desdén de voces mentales,


azares corren su suerte


por grilletes y sujeciones retuercen.


En un jardín del otoño caduco


mi voz se descubre, sola, sola


como cuando nace la tierra,


y en su yerma plácida crece la amapola.


Cautivos espejos no reflejan lo que siento,


sulfurante sino condenado


para no ser yo ser él el que hable,


de sensaciones acristaladas


y pensamientos sin vaho


empobrecimiento deslizado


por aislamientos que libertad llora,


allí creció una rosa


de trocitos de papel y pintura


porque nada es eterno, esperaba ser real


aislé al tiempo con vacío seco


abrí las puertas de negros lirios


luces me afilaban asidas de momentos


decrépitos, sí estuve allí


en sus sopas medicamentosas


y para curar mi cordura nada hicieron


porque me llamaron loco.


Pero yo sé quien soy.






El Castellano


Orfanato de inspiración:




Recuerdos que llaman a un presente,


de zarzas de tu piel


con las que pincharse y enamorarse,


de besos en la espina del demonio


y nubes de calma dulce de ángel


sángrame las palabras bonitas


viento del sentimiento áspero florecido,


tersa de seda camino tu camino


despertando en tu templo de azúcar,


cabalgando tu incesante ilusión bebida,


hoy me encuentro clavo a clavo


con mi sueño que sembré en tu lengua,


escalo tus montañas


esperando encontrar el tesoro que arde,


que late en tu bosque de corazón,


escucho las voces de mi mundo torcido,


te encuentro las alas,


te alimento las mariposas,


hoy te quiebro el silencio


en el blanco cuarzo de esta distancia


que sintoniza que llora flores de niebla y humedad,


me crecen las cuerdas,


mis pozos se llenaron con tu saliva,


aquel invierno que te tuve en mis brazos,


esperanzas nos llaman a sembrar el nuevo año,


deshacer los siglos que nos juntaron,


quiero encadenar a la dificultad


en los grilletes del olvido,


hacer luz en cada oscuridad que tienta nuestra llama,


quiero desangrar estas rosas de sangre


y escribir el te amo a sangre y fuego,


acariciar tu pelo sentirlo entre mis dedos,


reinar tus pájaros y suspiros,


prender fuego a tu reino con mi cuerpo,


tenerte un poema en cada rama de viento,


tanto quisiera vida que solo te quiero a ti,


mi dulce sinfonía,


mi flor de cada caricia,


rocío de tu alma proscrita


lágrima que camina


en cada tambor de mi tierra


en cada arteria de mi voz que te encuentra,


mato el dolor con mi palabra de corazón


esta noche te canta mi pasión,


flor con flor semilla de tu amor,


agua de tu boca para vivir


quiero ser araña que te araña


esta noche invernada,


despertar nuestro sueño que reines luna mi cielo,


quiero beber de tu cuello,


derretirme en tus ojos de hielo,


mandar al cuerno todo intruso de nuestro desvelo,


abrigarte la noche fría


ser tu sol cada día,


renacer en cada semilla perdida


que nos brotó el aliento


en dos almas unidas en la eternidad del beso.






El Castellano y Leannán-Sidhe




Estameña flor:




marzo 02, 2021


Silbido de la sangre:






Claman verdades de la tierra


por nacer y resurgir


la quietud estameña,


sobre la misma tierra


el eterno ciclo de la vida, 


como traje de la mujer soñada,


muerte en memoria hilando recuerdo vano.


Resurrección como caminillo de hormigas


por la soberbia de la simiente al albor


de sangre sin condición.


Yo soy por siempre 


miel de infortunio desaconsejado.


Así como dura sonrisa y guiño besado.


Al azar de la existencia


efímera esencia del crepúsculo más sonrojado;


apellido y nombre que nada representa


como resplandor de la centella 


vil chisporroteo sin sonar,


cargo el silencio y el infinito de mi verbo


a lomo de frialdad en escama


resopló en la montaña sin nombre


latido de mi húmeda lombriz azulada,


de mi tierra que jamás tuvo dueño


latido sin final


agua de manantial núbil destelleo,


va girando mi vida por enraizar


yo soy siempre


sendero de sierpecilla inútil,


con el manto de su desnudez violenta.


El eterno comienzo sin final


aullido del viento, arena en una gota de lluvia,


hoguera crepitando la tierra del volcán.


Río que acaba y resurge del mar,


ese soy yo siempre por despertar.






El Castellano y Leannán-Sídhe


14-1-2019


Resurgir:






Hoy las fuentes bullen


los ríos desbordan


las vidas dejan sus grises


de invierno y sonríen


al alba de la lluvia


que toda vida mece


sal al jardín ayer sembré mis ojos


esperando que la tierra fuese sangre


las raíces mi boca


y la planta mi cuerpo


para con longevidad imperial


llegado el momento


decir de este jardín yo no he muerto.






El Castellano y Leannán-Sídhe 14-1-2016






II






Sangre y muerte aplaco regio,


duramente como astro viril,


como amor estameño que canta a su veta amada,


en sístole de barretero,


abriendo surco nuevo en piquete,


trágica que ella así vino,


flor de metal desde el suelo,


amparo en destino reguero pulcro,


todo reguero que trueca su suerte;


por muertes de estaño fino,


enamorada dinamita que surca lecho,


un son que grita un baño de raudo fuego,


sin piedad de obrero,


ni réquiem apiadado por la tierra,


un raso enlutado de oscura piedra nacido,


concavidad de caseta y vals minero,


como sinfonía nocturna que abre yacimiento,


regreso y no entristeces,


estameña vida en cobre cubierta,


santa presencia


de altas colmenas,


y simientes que el tiempo avelan,


fontana tú, serena,


viniste al mundo


en la fundición de la primera Armonía,


sombra tú de planeta sin espejos,


turbiedad que no arrostra diamantes,


opacidad serena,


sola,


sola,


como sola nace nueva tierra,


gris fantasma


que velas tu brillo maleable,


rutilas cenizas metálicas


de todos los ayeres en cuerpo metálico, tangible,


sigiloso sembrado, tu vanal estallido,


a sacar de ti mina y provecho,


raíces pétreas,


tu sino de planta de humo,


copia sin espejo,


ni sombra acaso tu reflejo,


perpetua osadía


sembrada por el Cosmos.






El Castellano




Gloria oscura en auge:




Elevado trigal de mi oscuridad,


amapolas desangradas, río de sangre


por llegar,


de este confín


al inframundo.


Del pozo de Airón


va este celta carpetano,


Sigfrido en Alemania


nombrado.


Escudero del dragón Cuelebre.


Araña tejida en el ojo del lugar,


el cuerpo ama el frío caido,


deslumbrado, yerto de la pupila


con su telaraña montada,


en su palabra,


en cicatriz silente, doliente,


abrasada cual fuego leña abrasa.


Avanza mi trino comulgado,


vivo por la ley


de mi corazón invernado,


del suplicio,


al suspicaz verbo


por visualizar,


para su estampa domar,


en el cerro del lugar.


Por el templo de mi congelado habitar


gloria,


de este mundo cruel


jamás caigo destruido,


parco dulce tormento,


que mece de vuelta


al inicio del sentimiento,


jamás dicta su única verdad,


Luz es Luz


Madre de Oscuridad,


comienzo de todo.


Voy con mi caballo a cuestas,


turbado esquivo nacido,


cual linde deseado perdido.


Quiero encontrarte,


conocerte,


tornada quien tú eres,


en efecto y beldad,


amarte.


Ya te amo en verdad,


lleve donde me llevase el cante,


el umbrío, tibio,


parco hálito,


allá donde mi latido no cupiese,


te llevo en mi huerto


mi flor oscura,


en este invierno que el Sol


de amarillo la vida ungiese,


y la tierra en encina y esparto blandiese.


Gloria,


puedo empezar


sólo basta dibujar,


detrás de mis ojos


mi amada está,


llamada poesía a su entraña


de Gloria oscura,


vivaraz entraña retuerta.


Musa-araña dicte lo que es de ella.






El Castellano


Subrepticia:






Ese mi único secreto,


revelado entre celdas de leche


y rosas de sanatorio.


Su encuentro en estadía de larva,


o alma anclada en forma de éter,


forma concisa,


fuego en lágrimas mi sangre,


a dulce mordisco


te di de beber de mi índice.


Hoy, perfección intangible, onírica


del mundo propio del sueño,


belleza lejos de mundo conocido.


Fuente los cielos, candor de dragones,


rizados en todos los colores,


nube de evolución, granate profundo de ojos,


partida de sed sanguínea,


Ser perfecto, cómo llamarte,


que al volar, te dije


vuelve cuando quieras,


no voy a intentar capturarte.






Förüq castellano






II


Espiral de reposo:






Soliviando, viene bregando,


un azar tangible epicúreo,


adoctrinado al hervor de la verde cepa.


Raíces al templo del mañana,


vistas a lo que nunca dio causa


y siempre estuvo y está.


Inmiscuido como ascua besa


su final de ceniza.


Empíreo, cromado sentimiento


de conciencia filosa.


Quizá algún día vuelvas,


Subrepticia hermosa,


quizá más crecida


tras alimentarte de los cielos,


y su bruma del gris encorajinado


y su zinc y su plomo.


Puedes escuchar los sones.


Se afila el clamor


entre trompetas


de todos los ángeles.






Förüq castellano












III


Atisbo de nácar:






Noche de colores enervados


de rienda alzada como vetusta estela


coloreada por oscuridad sempiterna


que todo atisbo envuelve.


Es el son sanguíneo del sigilo


alzo, que dirijo sus resplandores


consecutivos, es un latido de tierra,


repicar de los fusiles,


y sus hocicos al horizonte cantando


un inmiscuir de la brea


y su pólvora encendida.


El dormitar de faroles


y su réplica de luz intransigente


vuelve al pozo sin poso,


es mi sola alegría descorchada,


entre la caricia de mi guardia.


Mi cielo en repiqueteo de colores


que difuminan la densa oscuridad


de la noche.






Förüq castellano


Sigilo de solitud:




Por el tercer orden de las cosas,


avanzo mi solitud extensa


el infierno de la araña custodia,


el destello nacido de la tiniebla


susurro en eco de cicutas sangrantes


es el estambre de la flor llamada muerte,


un sueño eternal


en las lindes del descampado


que atraviesan las almas


al transmigrar,


eterno hálito inmemorial,


un telar entre escarchas azules,


y vides de lúgubre ambrosía


cantada por Dante,


y el grajo negro de Apolo,


surca los párpados yertos,


descubramos hálitos flamígeros


en sinfonía yerma de corazones espinados,


y zarzas en umbral sigiloso.


Puertas al reino de los condenados,


suenan los sones, suenan los clamores


de brea y tinta exaltados,


era una noche lúgubre,


las pestañas no bailaban en los ojos fríos.


Era una neblina cegadora


que abría un fuego tras la oscuridad,


unos ángeles blindados


tras la puerta helada un enero,


unidades de la creación,


vida hermosa,


sueño hermoso


reflecta maravilla,


mundo negro en el que me encontré.


Hijos de la tormenta en la noche oscura,


a ti noche oscura canto.


A ti noche oscura te escribo.


¿Por qué no me das el sueño que tanto ansío?


Paso noches enteras de insomnio escribiendo poemas hasta


enloquecer, llevo ya cinco días sin dormir y veo que se van


mermando mis facultades mentales y escribo frases sin sentido,


garabatos en hojas de papel.


Me asomo a la ventana y contemplo las sombras de la noche como fantasmas,


deambulando sin rumbo.


Mientras apuro la botella esperando matar esos fantasmas de


mi cabeza que suenan como delirios con sus voces.


Me estoy volviendo loco.


Solo veo sombras y figuras que se dibujan en tu oscuridad como


demonios.


Sólo los gatos y lechuzas salen a cazar como los murciélagos.


A ti noche lúgubre y oscura te escribo que bajo tu protección de tu oscuridad


ven salir los ladrones y asesinos a hacer sus acometidos


de muerte y delito de acero y sangre.


A ti noche lúgubre y oscura te escribo.


Tú que no entiendes de genocidios ni de muerte ni de fosas


comunes selladas con cal y tierra ni de fusilamientos.


Tú solo ciegas la luz del sol y solo el fuego y los fusiles iluminan


tu oscuridad.






EL CASTELLANO






Soliviando, viene bregando,


un azar tangible epicúreo,


adoctrinado al hervor de la verde cepa.


Raíces al templo del mañana,


vistas a lo que nunca dio causa


y siempre estuvo y está.


Inmiscuido como ascua besa


su final de ceniza.


Empíreo, cromado sentimiento


de conciencia filosa.


Quizá algún día vuelvas,


Subrepticia hermosa,


quizá más crecida


tras alimentarte de los cielos,


y su bruma del gris encorajinado


y su zinc y su plomo.


Puedes escuchar los sones.


Se afila el clamor


entre trompetas


de todos los ángeles.






Förüq castellano


Preludio de la certera posesión:






Mi alma anclada en gozo,


de que tú seas su ilusión verdadera,


quimera de piel y amable entrega,


soy tuyo hasta el tiempo


que me verá desvanecer a tu lado


naufragando mi barco,


hoy te visto de amaranto,


perfumada de rosa esquiva tu mirada,


para encender mi candil y su verso,


a ti estoy sujeto como el inicio del tiempo,


que jamás me verá desvanecer de tu puerto,


hoy avanzas mi canto,


para pintar de tu color su verso,


que ya no se retuerce ni retorcerá


muerto el beso,


queda servirte mi flor de hueso,


despierto


despierto mi reino vuelto el nuestro,


resumiendo el latido por ti confeso,


para resplandecer,


y que viva siempre nuestra luciérnaga de amor,


iluminando el abismo y su garra,


para ser yo quien te ama


mi Leana.


Quien te vistió el cielo


de todas las flores mi amada.






El Castellano y Leannán-Sídhe


Lugus:




Oh lugh, invencible al crisol


de tus lenguas travesadas


fiel carrusel de rayos sin secuela


de su rizada espera,


blanca luz de tu vera,


entre compases que hielan,


a tu vespertino canto derriten, despiertan


tus mil llamas liberadas,


desnaces a la noche que aguarda,


oh Sol de mis soles,


acoge este iridiscente canto


en tu seno en mi pecho que te aguardo,


al fragor de serpientes frías,


al valor de fieras enardecidas,


bajo y bajaré para alcanzarte.






El rey lucero,


todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color,


a través de la caricia nos trae Lugh.


Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris


que apareció tras mirar fijamente preguntando


a una flor de difunto me comentó


que podría indicarme de la tierra


donde todo es libre






Lugh


mi padre astro,


Dios de las artes,


este afán que me enciende la vela


para que me encuentre






luna madre de Lugh soberano,


encuentra su cuervo en su castaño,


estribo sin llano


un real cerro


de rivera del antaño tajo,


salpicando este corazón por piedra,


con mi dicha


que se acuesta y briza,


mi profunda raíz de tomo,


con negro abismo despejado,


centelleando.






Wotan, Lugh, Morrighan,


ese veris perdida y encontrada,


Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,


y tú mi amada Brigid


Genii locorum dioses ancestrales


abrir este camino,


Diancech sana este mi cuerpo


Badhbh Catha sigue fuerte,


tierra entierra la maldad


sepulta los problemas,


como en tu ser el ciclo 


el eterno resurgir en ti cierra


y comienza,


resurgiendo, abriendo camino,


escudo en fuego sembrado,


hueso del pagano,


me deberán cuanto yo he plasmado,


hierro al hierro,


fondo escueto


del vítreo traspuesto,


senda de la idea,


por ellos socarrada,


lucha, cuanto más arduo es el camino,


cuanto más se abren las pruebas


más se hinchan las fuerzas,


sólo vencer en firmamento,


agujereado de huesos,


siembras que tiembla la luna.


3 claman los genii locorum


que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos,


Diancech sana este mi cuerpo


Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde,


Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba,


Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,


y tú mi amada Brigid poesía,


elevar mi canto


que yo con mis actos


os hago un manto,


Cernunnos comienza nuestra caza,


Candamvis alumbra esta montaña centelleando


el relámpago,


abriendo el cielo de nuestra bruma,


tejiendo nuestro amado ocaso,


que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo,


ahora y siempre se escuche nuestro canto.






Regio Lugh meditando.


Sin mis vencejos


no brota esta fuente.






Abren montes


sucios de azul sereno,


deslumbra un fulgor.


Dios del destino,


dios de luz y del fuego diestro,


doradas sierpes bajan el acecho


flamígero.


sí o no mi lucero,


afrenta amanece,


antepasados servid al viento


de vuestros hijos.


No hay bajeza por recorrer,


raya la senda


cristal hondo, que lluvia mezca.


Renovado filo incierto,


entra luz en círculo


piedras de mi padre Lugh


escrita la noche,


ancho dilata diáfana derrota


cae a mis pies.


Vieja honra goza nuestra libertad,


tumulto en casta recio,


esquilas límpidas las mías


en luz de mi Sol padre,


titilan tersos


los verdes de tierra


espejando joviales reflejos,


dios de fuego y de toda Iberia,


desde portal del bosque


de Cernunos,


Candavmmis abre los cielos


velo de tormentas,


apacienta bella, tu recta belleza,


sobre mi haz


fiero, funde mi luciente,


a avivar el trueno.


A galopes de oscuridad


magnánima.


Dios de brillo terso,


En este otero mi alma despertará.


Aciago comienzo de sangre


en grito ceremonial,


ondas pulcras cantará,


dilatando cauce de gran Airón.


¿Vendré ya a la luna?


Ya filo de alba,


pura tiembla mi brisa nocturna


aprende mi resto del mañana.






Lugh Solar y Poderoso,


jamás a ti te hable el olvido disuelto,


ni se rija tu onda luminosa como tronco esbelto,


digno a abatir el rayo,


noble melancolía por tu madre difunta


Tailtiu, 


en el alto cielo,


tu grandeza


sea reguero de oro.


La tierra secunda en nueva cosecha


por talentos colmados a florecer,


viento sonoro guarda tu hermosura


Rey Padre,


El páramo yerto perecerá


en ámbar blando


de aroma besando tu frescor 


de vida nueva.


Abatirá la sombría dulzura la tierra,


ilumina mi pluma al honrarte,


suspiro de mi estruendo crepuscular;


nombro al pájaro misterioso


que te pertenece


cuervo que otorga el anochecer,


Sicut nubes, quasi naves,


velut umbra.


Años pasan yo busco mi recto yermo,


triste aflicción por aquel tomo de tierra


como las sombras vaporosas.


A ti Creador de luz,


acógeme, pinta esta mi noche negra,


amigo de imagen solar,


soy por cuantos Soles he nacido.


Por sosiego de tierras ignoradas


dame su gloria.


Camino afable con tu candor a seguir,


blasón yo no pido


ayúdeme a desplegar y sembrar mi porte,


en tierra a cabalgar


y deslumbrar.


Lughnasadh, Lammas, abro celebración


para generar nueva vida


en cosecha nueva


limpiando en tu nombre Lugh,


toda tierra.






Oh gran dios del Olimpo celta,


Lugus señor,


tu espada cenit de todos los talentos,


oh gran Sol,


divinidad de tierra,


tu sola estirpe encumbrada.


Patrón de artesanía,


amplísimo espectro, padre de las virtudes,


gran brujo, sabio cuervo,


aquel que te sigue por doquiera,


iluminoso, blanco


cuervo tú.


oh padre,


abre ya en savia nueva tierra,


también te llamó el Cesar a ti, Mercurio,


llegara tu culto para Lughnasad.


Solo uno; dios del Sol tú,


oh Lugh.






El Castellano


Oda al Sol:






Gran Sol, gran hervor de rayos espadas


día clavado; tu iris sediento sanguinoso


en Vestal iridiscente en flamas a lo alto,


a lo alto brillas como crece el talento


sembrado en nuestro corazón,


rueda de fuego, Lugh en tu gloria,


germino toda dicha padre de mi conocimiento,


oidor, de cuánto arte ha conocido, padre Supremo.


Escúchame mientras te honren este,


el día de mi musa en armas.






El invierno se ha ido, nos dejó atrás,


los campos están verdecidos y cantando en flores


que trae Ostara y su caricia de divina nota


de savia que escala todo terreno, y fríos ya lejanos,


Toda la tierra duerme en tu ausencia.






Incluso en los mas oscuros tiempos


tu luz es el camino


para aquellos que necesitan un faro


de esperanza, de brillo, de sosiego,


relumbrando en la noche.


Tu esposa regentada por madre Luna,


buscando toda tu luz, toda oscuridad empuja,






La primavera está aquí, y días aún más cálidos vendrán


los campos están desnudos y vestidos de celestial verde de lanzas


y el ganado pastando.






Encendemos estas velas en tu honor,


Regreses la vida de nuevo al mundo.


Mi lira te cante la sola noche que traes flagrante.






OH LUGUS


Solar y poderoso,


sol sobre nosotros, te pedimos


tu regreso al alma incendiada,


en virtud que te amima y habla,


que traigas a nosotros la luz


y el calor de tu vida.






Trae de nuevo la vida de nuevo a la tierra.


Trae de nuevo la luz a la tierra.


y aleja la saeta oscura que te retiembla la calma,


al alba más preciosa.






Maestro encumbrado


del arte que florece


y en nuestras entrañas germinamos,


nosotros los escribas


cabalgamos todo tiempo difunto,


guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.




Diestro compás


en sol mayor,


bruma de idea socarrada.


Flamígero desdén;


congelado en ascuas


de fuego azul.


Horizonte sin prisas


que arrostró


todos los rostros


de abril.


Abre el nuevo fervor de tu luciente.


Y su solitario azar de relámpagos


de tu azur hermoseando,


enclaustrado.


Vírgenes encinas, y almendro de soto,


entre un nogal


dependiente de su sombra.


Al verdor de inusitados pinos,


me caracolea


la fronda del monte. Musario cerro desnudo,


Espino amarillo de mi dossier,


Caléndulas solariegas


que amarillean su silvestre ralea,


esposa complaciente de Sol naciendo.


Brilla esta infamia


de campo abierto.


A esta última lagartija


lanzo un baquio seguro,


sin disfraz ni apellido perenne.


Mudez última


de sangrada amapola.


Sanguínea tormenta


de dureza blanda


con agua de mi terco aljibe


obtuso en litigio de iris vespertino,


y su sangre que baila


el suelo terreno,


que en culto a ti Lugh yo beso.


Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra.


Hijo y sirviente de Candavmis dios del Trueno.






Förüq






Reflexión:


Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,


es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,


y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,


en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.






El Castellano 29-04-2019




LUGH




31-07-2017




Vida que las montañas me respiran,


raíz en su abismo de hondo tajo,


aire bonito relátame mi destino,


subiré los montes y cerros,


alcanzaré mi soberbia


allá donde el alba despierta


y el linde vuelve vago,


plácido, ferviente,


sed de tallos


y savias que luz llena,


erigiéndose cumbres


y cimas de hervores


a la matutina belleza


que anida.


Y en el ser germina,


febril loma desdeñada


por rizos en apogeo


entre rayos que culminan,


desnuda hacienda ultrajada,


río de encina, cuervo nacido,


por lo que me quedó sin decir,


Wotan, Lugh, Morrighan,


ese veris perdida y encontrada,


Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,


y tú mi amada Brigid


Genii locorum dioses ancestrales


abrir este camino,


Diancech sana este mi cuerpo


Badhbh Catha sigue fuerte,


tierra entierra la maldad


sepulta los problemas,


como en tu ser el ciclo 


el eterno resurgir en ti cierra


y comienza,


resurgiendo, abriendo camino,


escudo en fuego sembrado,


hueso del pagano,


me deberán cuanto yo he plasmado,


hierro al hierro,


fondo escueto


del vítreo traspuesto,


senda de la idea,


por ellos socarrada,


lucha, cuanto más arduo es el camino,


cuanto más se abren las pruebas


más se hinchan las fuerzas,


sólo vencer en firmamento,


agujereado de huesos,


siembras que tiembla la luna.


3 claman los genii locorum


que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos,


Diancech sana este mi cuerpo


Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde,


Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba,


Dagda, Balar, Mórrigán, Lugh,


y tú mi amada Brigid poesía,


elevar mi canto


que yo con mis actos


os hago un manto,


Cernunnos comienza nuestra caza,


Candamvis alumbra esta montaña centelleando


el relámpago,


abriendo el cielo de nuestra bruma,


tejiendo nuestro amado ocaso,


que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo,


ahora y siempre se escuche nuestro canto.




El Castellano






II






08-2017






Impetuoso campo de mi celaje,


allende mis altas torres de belleza;


Inmobles rastros en piedra tumbados,


estos barbechos que me piensan;


Por almenas seculares,


remembranza en bastión,


de andariegos siglos,


me enhechizan flores de sangre,


perduradora loma desgañitada;


Tráfago en mimbre cabalgo,


recama tu alma


como una losa sin frente,


ni gemelo tiznado,


por tener ajuar astro renombrado,


alzo mi quieta dicha


entre gentíos de mi oeste,


desvencijada suerte,


por azares de plomo y zinc,


fúlgidas cabelleras


norteñas en crestas


sin linde mutable,


acababa de irme


y no soy adorable,


es una fosa de recuerdos


ahogados en silencio,


vagaroso desdén


que me enjalbega


en cuerpo,


mi luna fija, vaporosa,


luz en libertad de mi regazo,


abismo cercenado,


de cálido espanto;


sosiego, quietud del bastardo,


regio Lugh meditando.


Sin mis vencejos


no brota esta fuente,


naturaleza cuando amarte


se vuelve arte.






El Castellano






III


10-04-2018






Abren montes


sucios de azul sereno,


deslumbra un fulgor.


Dios del destino,


dios de luz y del fuego diestro,


doradas sierpes bajan el acecho


flamígero.


sí o no mi lucero,


afrenta amanece,


antepasados servid al viento


de vuestros hijos.


No hay bajeza por recorrer,


raya la senda


cristal hondo, que lluvia mezca.


Renovado filo incierto,


entra luz en círculo


piedras de mi padre Lugh


escrita la noche,


ancho dilata diáfana derrota


cae a mis pies.


Vieja honra goza nuestra libertad,


tumulto en casta recio,


esquilas límpidas las mías


en luz de mi Sol padre,


titilan tersos


los verdes de tierra


espejando joviales reflejos,


dios de fuego y de toda Iberia,


desde portal del bosque


de Cernunos,


Candavmmis abre los cielos


velo de tormentas,


apacienta bella, tu recta belleza,


sobre mi haz


fiero, funde mi luciente,


a avivar el trueno.


A galopes de oscuridad


magnánima.


Dios de brillo terso,


En este otero mi alma despertará.


Aciago comienzo de sangre


en grito ceremonial,


ondas pulcras cantará,


dilatando cauce de gran Airón.


¿Vendré ya a la luna?


Ya filo de alba,


pura tiembla mi brisa nocturna


aprende mi resto del mañana.






El Castellano




Suspiro fresco


en labio extinto


de sombra.


Día que no se encuentra


su densa forma,


cuerpo con agua de estrella,


querer vivo que llega al aire


tiende y espera,


la muerte que renace


por fuegos de brea


en el aire.


Abren batientes pétalos


de viejo silencio esquilmado,


esplendoroso.


Acurrucados sobre un lecho


que la brisa abre,


en trocados rayos de sol,


esquivos en plano


de verde follaje.


Astuta golondrina encontrando


dócil rama.


Mundo sin mentira de vida,


manantial reluciente de esmeraldas


ahonda y todo siente,


que la sangre miente.


Terruño ojo victorioso


aplaca sus arpas irascibles


estrujando abismos dolorosos,


petrificados.


Reniega la boca vegetal


casi viva,


promesas en frente de violetas,


cantan amando el claror


lírico, estremecido.


Coágulo de viento


en cientos de porciones,


esta luna quieta


semejanza quiere


descubierta la zona umbría


donde invicta llagó mi alma.






El Castellano






Ríos que me tibian el corazón,


eslabones de sangre,


¿Dónde está la paz, dónde está el amor?


ríos de sangre se comen mis venas,


cada tropiezo,


otro borbotón,


otro alfeñique para mirar,


¿dónde quedo yo?


que el sol sea mi pena,


cantando espero mi triunfo,


se afila mi papel,


crepita mi alma,


tropiezo con la tiniebla,


hoy navego sobre mis versos,


aliento de la sombra de la creación,


hijo de la luz y de la sombra,


no acabaré de irme,


no cesará mi terco aljibe,


enamorado sin luz avanza


parco el sonido,


deslumbrado albor,


desnudo mi árbol,


hoy centellea mi rayo,


para decir que yo aquí no he muerto,


se viste mi sangre de caléndula y margarita


por si vuelvo al desliz de mi vida,


pasajera de un caudal


que mi entraña mece,


piel con piel, dolor con dolor,


enamorado corazón,


hoy avanzo sin mirar el color de mi flor,


estoy latiendo en el umbral de los dos,


mi sangre está llorando,


el cruel desliz de la parca efímera,


me siembro en los campos para perderla de vista,


suenan los trigos, de la verde espiga al girasol


se viste brotando mi amor,


viene a plañir mi alma


por el sendero sin prisa,


se alza la dicha,


mi ser crepita el alma,


hoy me visto de espiga,


y que el campo me enternezca


al cuchillo dorado de la piedra caliza,


hoy mi amor al albor


gime por su caricia


y que el alma dolorida entienda


que ella maravilla es mi vida,


por este siglo y los que me quedan,


escrito yo en la piedra.


Lima el albor mi nervio,


aliento cruzado que cae tejido,


la ilusión se hace nido,


borbotones de sangre que crepitan,


alcanzo la cima,


el sentido cae dolorido,


de vid y espino alcanzo el sonido,


al compás de un famélico ciprés,


mi alma dirá viviste,


encontrando la flor


por la que mi mundo se desviste,


rayos a la aurora


para su fiel investidura,


flor de niebla que avanza


mi umbral se desvanece,


bullen las fuentes,


el río es otro río de sangre más,


lucen las mortajas coloradas,


fiel desliz que cruza mi alma,


desgañitándose el alba,


el amor por parir una flor,


elevado al rayo de sol,


quién te viera quién te vio


rasguñado tornasol


se desangra mi campo del girasol,


millas aparte mi nombre se blande,


el beso me derrama las mejillas,


en albor quedan las caricias,


de la piel escritas, sentidas,


danzan las estrellas,


me vuelvo a ver en tu vida,


donde el te amo formo bandera,


y en tu ser queda,


resquicios sin nombre


que el ser come,


la rosa y la espina gimen


en tu nombre,


avanzo el ser resguardado,


sin franca escalo la tapia,


a tu cuerpo me encaramo,


hoy soy de ti


como el pájaro a su nido,


como la sed a su agua por beber,


como el río a su montaña por descender,


como el caracol a su mata por comer,


crepito el fuego que me brota


por tu corazón,


soy yo sin más razón,


tránsito veloz,


tu calma y su verdor,


me visto de malva


gimiendo una runa en el sol,


me anclas el gozo en la flor,


me blande el coraje


por el viento exclamo


mi valor amarte sin condición.


Desde mi umbral a la flor,


cantas mi canción,


te aúllo un caracol,


mi vida tornó a mejor,


irisado rayo de sol,


una fuente y un diente


un afilado canto irisado,


hoy acepto mi destino


porque muerto vivo si no te miro,


tengo tu imagen enraizada en mí,


es por mi sino, que maldije,


pero hoy después de tanto


tengo el sendero labrado,


mi cuclillo, afila, al infinito horizonte,


mi ser se hace grande,


mantenme afilándome en la piedra,


hacia el centro me quedo exhausto.


para pulirte del alabastro.






El Castellano y Leannán-Sídhe






Yo soy siempre:






Todo queda bajo el esfumino de mi grillo,


colgando pensamientos en tejados,


al compás de una cigarra,


piel con piel flor con flor


elevado resquicio de tu amor,


sueños atrás volaba mi alma ingrata,


nervios posibles y su cama,


sí soy yo sí eres tú,


qué pasa ahora,


instante de cerrar mis ojos,


por comenzar la historia de mi vida,


y sus siglos de dura existencia carcomida


al disparo de la ilusión y su mentira


donde los demonios llaman y me quieren,


deslizada la tela de araña


mi vida es lo que me queda,


soy Dios de mí mismo ahora,


el demonio me cuelga la espera


mitad luz mitad sombra es mi ahora,


mantenme lejos del nunca,


yo soy por siempre,


ojos renegados de este humor vivo,


gatos maullando a la luna en el tejado,


imposibles galanes,


cuando yo me caso con lobaluna de antaño,


animal feroz corre por mis carnes,


solitario ángel armado para el enemigo,


este es mi sino,


tejos crepitando su savia en albor


asidos a su quietud imperfecta


que el tiempo no determina final,


vida trenzada en albor siniestro mi ida


soy weche, soy fuerza, por y para siempre,


el verso me teje,


tinta mi sangre, pluma mi garra,


por acampar la estrella y su cama


hoy por qué no mantenme fuera de la mentira del fin del universo,


porque yo soy mi universo particular,


humor desdoblado asesino del tiempo,


mi mano acabando con el aliento imperfecto,


soy el imán de hombre que te atrae a mí de nuevo,


soy la ecuación perfecta que asesina tu velo,


toda mi realidad se construye de mi mano,


para acabar elevando al tercer cielo y noveno abismo mi canto


entonado en cal y arena como caracola de mar serena,


es tiempo hoy de morir por las ilusiones fugaces prometidas


y su tela aterciopelada, vestida de nácar,


hoy es finl de mi espera,


es el comienzo de mi poder,


mírame estoy rasguñando mi piel a placer,


está quedando solo mi sangre vestida de hiel,


hoy como ayer a tu lado estaré para asesinar la quietud


y su asolada desilusión,


hoy por ti mañana será nuestro eterno comienzo,


para extender nuestras alas al cielo,


todo comienzo exhala su final de su mano izquierda,


elevado amor que me cae por el párpado,


y en mi vena que aguardo para estallar amor al viento


este amor que por ti siento.


tornada mi sangre la verdad de mi aliento,


en difusión magnánima del sentimiento preso,


muerta mi araña


mi corazón es lo que queda.






El Castellano






Blándeme en mitad del campo,


sólo allí que la encina enraíce mi carne,


el hinojo lata al son el tambor de sus flores,


la carrasca grite verdades del monte,


vereda quieta, enarbolada,


soledad disparada sin descanso,


sólo allí reinará mi alma,


en letras escritas en las hojas de vida,


las lindes teñirán de rojo y negro,


de tinta y sangre el resurgir del añil


aliento dibujado de toda vida en color,


del albor a la muerte en flor


se alzará mi latido con su amor.






El Castellano y Leannán-Sídhe






Hálito silente


yo creo en ella


porque su piel demuestra


que los sueños se cumplen.


Volamos juntos al viento


como molinillo diente de león.


Hoy la vereda canta nuestra canción


dos corazones en un mismo latido unidos al unísono


Su carita que llama a la mía


de su cuerpo es mi caricia


por ella el piropo jamás escrito


solo desvelado en su oído


Sólo al viento le pido viento bonito


mantenme en su destino.


Que de lo vivido muerdo su corazoncito.






Del ababol a la verde espiga.






El Castellano y Leannán-Sídhe


Sentido yerto:






Renace en la piel,


en el albor sin conciencia,


hace más frío que antes


sentido muerto, caído


olvido yerto


raíz del ser


más callado que el invierno


avanza camina a voz


todo lo que he perdido


polvo de estrellas, hierro de océanos


piedra de montañas...


hazme recordar alas cansadas


cosas grises que te gustaba sentir


mi amada así sabes


horizontales que no puedo olvidar


ejes verticales de conciencia


sin dormir


danza la primavera del lugar


con mi soledad pintada


en la sangre de mis ojos


todo lo que veo teñido


la ilusión cae en gotas derramadas


cayendo congeladas


desnudo mi cuerpo en la penumbra


del segundo quieto


raíces comiendo mis venas


hojas de mi historia mustia, abatida


sentido muerto


viviendo por ver morir el momento


momentos atrás que cae el recuerdo


sin miedo, sin sentimiento


todo hirviendo


sólo este sarmiento de cuerpo


esperando que juzguen a su alma


libre de maldad


quién estará allí


quién vendrá a darme un camino que seguir


solo en la oscuridad


donde todo comienza


las sombras me reconfortan


y veo en luz mi vida


para encontrarte


algo que darte de dentro de mí.


Un amor rugiendo en la boca de la estrella.






El Castellano y Leannán-Sídhe










Aguerrido albor:




Diestro del mar a la montaña,


visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas


cual caricia de su jardinero que las ama


el viento armado escala cual seco rayo


su sol enturbiado se paran las oraciones


hipsipila dejó su crisálida


en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales


recolectando toda simiente desde todo confín


al inerte sombrío albor,


mientras su fría luz crece y camina


sin franca tapia ni verja que detenga su escalar


vuela vaga la libélula para posarse en su hombro


recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte


que lleva que trae a su castillo olvidado


hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo


un reino se mantendría vivo


y no era el del humano ser


Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión


abarcando de la tierra a la lluvia


cual rayo cortado de Sol su cabello


los pájaros trinaban en su castillo


hipsipila siempre vivirá como invencible Sol.






El Castellano y Leannán-Sídhe








Final con comienzo:






Retina escarlata,


su ojo de niebla


y bruma que avanza


donde corta mi flor de luz


el sendero,


esposa del Sol al mirar


lumbre quieta, retina abierta


muerte final con comienzo


en alabado fin de existir


y quebrar el tiempo


conquistando el terreno.


Sangrando raíces que gritan,


aullando hojas al viento,


pintando su dispersión eterna


como sustento y cobijo


de toda vida


mecido del insecto al mamífero


desde el helecho


al alto árbol


hoy canto para ti


vida vegetal.


Mi caricia te sembrará


una y mil vidas más.






El Castellano y Leannán-Sídhe






Flor de tierra:




Fuego en el agua de su mirada


de los vientos auspiciada,


la ceniza consumía su carne


ardía sin mesura su compostura


naufragó valles y sus caricias


su bandera fue de su vena acequia


molinillos fugaces sus pestañas


de él se enamoraban las hadas


de ella la primavera entera


con cabellos del rayo de Sol nacidos


ojos de tierra sin lugar era bella


clamaba su voz la cima de la montaña


descendió abismos


para anclar su esencia en la belleza


que late y envuelve su huella


conquistada en miel


su ambrosía


gemía la caricia


para brotar altares de hueso


y murciélagos de sangre


lloraba piedras en sabiduría prendidas


la bondad alzaba en servicial entrega


su fuerza era de su amor hoguera


él lloraba flores para ella su amada


su verbo a veces tornaba carmín


en pétalos de silvestres rosas desangradas


su voz germinaba la tierra a su paso


el amor a la tierra no le detuvo


ni sostuvo en fracaso,


encontró con ella el amor


que le fue negado llorando espinas


y si sus abrojos nacieron no fue


más que para rajar el viento


difuminando el tiempo en estaca


de eternidad con fuente y manantial


anclado gozo en armonía


bailando de la mano y naciendo del alba


jamás capturada


pupila enfrentada


que mecía


que gritaba.






El Castellano y Leannán-Sídhe






Quimera quieta:




Umbrío, tibio,


al resguardo de voz habitada


serena, llena de luz


en este linde


donde corta mi sendero


y florece mi sombrero


al viento


ojos llenos de paz,


sendero atravesado


en árboles de sosiego


encontrados


en hálito congelado,


lumbre quieta se dibuja,


espino amarillo que clavas al guiño,


calor de mi calor,


cauce de mi sangre displicente


desde la montaña al valle


luce mi traje


para encontrarte


vestida de Sol y caléndula,


resplandor dorado


al trasluz de tu amor,


granate mi sed de tu cuello


al destape


mi río de calma y arrojo


en réquiem por la rajada tierra


en albor de la centella


colmando su belleza


donde mi carcoma quieta


mira y avanza


sintiéndose en armonía plena,


yo fumándome un cigarro


en la piedra de tu belleza,


quién te alzara voz


entre los campos en flor,


fuego de tu fuego sin mas razón,


ciprés que clama protección


para sus muertos que vela


tejo morador de siglos y cobijo,


ababol de versos de piel y abrojos,


desde la verde espiga


a la mora sin espina


y su zarza esquiva


hoy te veo como eres


y perdona


me apasiona


ser guerrero de nuestra luz


donde avanza mi quimera


y mi pasión poseerte entera.






El Castellano y Leannán-Sídhe


Tierra en el viento:




Quieto silencio investido


doblado en el filo de la hoja


ese umbral que corta mi calma


avanza en un sentido


rápido, veloz el resguardo de tu


amada voz


encontrada cercana


donde estática enhebra la silente parca


fluye de un confín a otro confín


yendo mi barca atravesando el brillo


al compás del sí bemol mi traslúcido pío


y su suplicio en la carcoma


que recorre mi horizonte


infinito pintado en el borde de la ola


en la espiral de la araña y su tela


la flor de difunto abre su luz


al resplandor del cielo


que cae emplomado


Se corta mi alma para aullar


en la centella


quemándose en su hoguera


hoy el viento lleva nuestro nombre


mi árbol será sentido


en cada flor de niebla


la bruma su color gris dejará


en este jardín de mundo viví,


para sembrar mi aliento


que cayó como tierra en el viento.






El Castellano y Leannán-Sídhee






Silbido de la centella:




Claman verdades de la tierra


por nacer y resurgir


el eterno ciclo de la vida, muerte


y resurrección de la simiente al albor


de sangre sin condición


yo soy por siempre


Así como dura sonrisa y guiño


al azar de la existencia


efímera esencia


apellido y nombre que nada representa


como resplandor de la centella


cargo el silencio y el infinito de mi verbo


resopló en la montaña sin nombre


de mi tierra que jamás tuvo dueño


latido sin final


agua de manantial


va girando mi vida por enraízar


yo soy siempre


el eterno comienzo sin final


aullido del viento


hoguera crepitando la tierra del volcán


Río que acaba y resurje del mar


ese soy yo por despertar.






Resurgir


Hoy las fuentes bullen


los ríos desbordan


las vidas dejan sus grises


de invierno y sonrien


al alba de la lluvia


que toda vida mece


sal al jardín ayer sembré mis ojos


esperando que la tierra fuese sangre


las raíces mi boca


y la planta mi cuerpo


para con longevidad imperial


llegado el momento


decir de este jardín yo no he muerto.






El Castellano y Leannán-Sídhe


FULGENTE FUENTE:






Te busqué detrás de la estrella


más brillante del azul eterno,


En el suspiro de amor


que corre y descansa.


entre la inmensidad


de un parpadeo.


Entre la obscuridad que alcanzó


a ver la belleza que te envuelve,


adentrándome dentro


para reposar siendo


una sombra más,


y te encontré en mi sueño


más cálido, en el cielo encerrado


que liberé, en la noche


que la luna baña tu cuerpo,


y en la noche que mi amor


corrió por tu cuerpo,


y te amé aunque fuese un día


en la penumbra


para así no olvidarte nunca.


Manantial fulgente de inspiración


es tu mirada tierna sin compasión.


matices de esmeraldas tu


pupila enfrentada con mi pupila.


La golondrinera el aroma de tu piel


frágil y esquiva,


con sus cipreses y tejos


el color de tus cabellos,


con sus amapolas amarillas la actualidad


de tu color de pelo lhiannan Shee.


que corre, que escapa y vuelve


el cosquilleo,


tu boca con mi boca bebiendo


del mismo agua y manantial del deseo.


tu piel con mi piel avanzando


el fuego del sentimiento.






El Castellano y Leannán.Sídhe






PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS:






Ojos trazados para todo lo que tú ves


negados a mirar, del laberinto ausentes


prohibidos, coartados de la mirada detrás suya


no soy yo, no eres tú


después del hecho despierto


perpendicular a todo rostro que amanece


y arrasa mi ser en estupor


en silencios por conquistar de perdidas mentes


incapaces de reconocerse, de adaptar su momento


y residencia mental a lo perfecto brillando cobijado


qué paso con lo que soñé y el segundo cambió


aguardé congelado en el seno de la luz y alma


sobre todo lo que vino y vendrá


hablo con la piedra del mirar


no hay rosas sin espinas,


ni rosa sin cruz por florecer


en todo ser humano,


como la flor quiere la abeja


la logia me quiere despierto


informe forma de vivir siempre


conociendo que ya estoy muerto


sin sentido morir de nuevo


volver, ilusiones, esperanzas,


pasado de un mundo hecho


me siento vivo respiro mi aliento


estoy vivo muerto para la sociedad que jamás me verá


siguiendo sus superficialidades que tienen de verdades


todo cambio redención,


de toda elegía del ser


fuerza que me mantiene quemando mares


de gentes asumidas en superficies planas


de falsedades hipócritas de reconocerse


mundo mío del acero, días para los días


de la creencia de que puedo exprimir la perfección


que mi cuerpo guarda


así en inspiración no duerma ni esté cansado


seguro en el arraso de la soledad


un día tengo su medicina


para volverlo sueño del acto plasmado y realizado


puedo escapar por mis ojos


tráeme tu mano te alcanzo una estrella


sonido dirigido a mi


consecuencias del grito sobrevivido


todas las cosas que creo pasan ahora


y pueden cambiar


bebiendo paz y fumando destellos pensados


desde que vine a vivir,


claro me ves de existencia


amando al Sol


dame tiempo seré llama sufriéndote


por tu típica existencia impulsiva de tus deseos


enormes imperios me quieren inmersos


en sus planas filosofías y creencias de sentidos inertes


escapo con el sueño


soy el sentido del sin miedo


calor helado del cielo,


fulgentemente ostentado


en tu caricia del sin nombre rayo de sol


lágrima de lluvia cae de nuevo


prende el suelo en vida


bebiendo todo lo que has sufrido sin sentido


forma de los ángeles buscando la felicidad


de los dioses que cobijamos dentro


ese dentro es ausencia del tiempo inventado


planos de existencia de lo más simple a lo más bello.


Te acecho desde que vengo.






El Castellano a 10-03-2015




Oda a la belleza:


Belleza:




Ruge mi vida


con impetuosa saliva,


un desdén de mares afilados,


cose que hila esta malva sensitiva,


azures sarnosos que avanzan


al latir fieles compases destapados


de mi escondida idea,


belleza eres por mares no sostenida,


balanza sin yacija, ni muerte escondida


acaso a ella conoces


que incluso, la tornas, bella,


mira la ventana crispada al infierno,


el parpadeo oscuro de la luz.


tú que definirte nadie podría,


ni el más inteligente


ni el más ignorante,


cumbre de ideales, pedernales deslices,


pólvora de sensaciones, fragor vaporoso,


bendices sin perdonar,


es tu prisma un ocaso sin lejana letanía


de esta realidad que se pierde,


atraviesa tu puñal absorto


hiende mi carne,


solo encontraré que brotará mi cuerpo


todas las flores de los campos,


tu cúspide sin hallar, tu vida sin hallar


cumbre tuya se llama planeta Tierra


abismo centelleante hasta perder la cordura,


madre del acto,


belleza deidad suprema,


nadie la mata solo se la llama


y no siempre responde,


déjame tu azul manto sin amaranto


una noche bailaré con lobos


hablaré de amor con mi quimera,


el miedo me conocerá,


amada mía belleza de las flores


sángrame un horizonte de colores,


deshoja mis infinitas espirales,


haz que me crea como los mortales,


para blandir nuestro nombre entre nubes,


cabalgarán mis corceles tus verdes sienes,


yo no seré yo, así como tú eres distinta


para cada retina,


hada infernal


como leviatán celestial,


tú no entiendes de las maldades del hombre,


sólo pintas de la realidad todos los colores.


contigo izo cumbre,


resoplo agravios y señales


repetición


que nací para servirte,


como pájaro a su nido


señorita ruego


que elija este cuervo,


sin agraz durmiente


sopla mi sed de florecer tu alma


primavera preciosa,


desde mi mar a mi risco


osaré vestirme


de rudo hombre viejo,


soñaré como me sueña mi sueño


que yo en tus lares era el primero.


Señorita bella madre de mi izada bandera,


alza mi curva sombra


por la carne de mi siembra,


reverdeceré con tu cariño


primavera amada,


Mirenla anclada de mar


a la montaña de mi idea,


vengo que voy a vencer mi propio desespero


rizando como riza su vida el helecho,


desde la sombra de abeja,


a mi ceniza bella,


no habrá osadía que no te nombre


mi dama al hervor de siglos


antaños que llevas ya florecidos,


me despido por si te encuentro






El Castellano




Surco fantasmal:


Te vi detrás de la estrella más brillante


del azul nocturno eterno.


En el suspiro de amor que corre y descansa


entre la inmensidad de un parpadeo.


Entre la oscuridad que alcanzó a ver


la belleza que envuelve tus piernas.


Adentrándome para reposar contigo,


siendo una sombra más,


pero especial para ti.


Te encontré en mi sueño más cálido,


en el cielo encerrado que liberé.


En la noche que la luna baña tu cuerpo,


y en la noche que mi amor corrió por tus senos.


Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,


para así, por fin, no olvidarte nunca.


Es solo la vida en mis ojos donde un día


se mide por las veces que te imagino a mi compañía.


y una noche la vida de mi corazón sin sueños.


No importa que no te tenga,


no importa que no te vea, porque te siento,


y te siento más allá de donde acaba el firmamento,


en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.


Donde me di cuenta que el sentimiento descansa,


no muere, como la flor sale en primavera.


No importa que no te tenga.


Porque después del invierno volverás a florecer,


te ame y a mi pesar y a mi conciencia te liberé,


pero con el saber que si vuelves será para quedarte.


Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas


porque a mí, no me engañas, yo soy para ti,


y muero si no me cuidas. Porque te entregué mi corazón,


por lo que somos y por lo que seremos, nos queremos.


No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,


y tu amor prefiero sembrarlo a diario,


la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.




El castellano










Tu grillo:


febrero 12, 2021






Clareando su lividez


por sotos vastos, reales,


mi río navega.


Soliviando su bandoneón


dirige, blande mi grillo


el afilar de su tercera cuerda.


Entre el suelo de un ciprés enhiesto,


rigen blandamente espigas rojas,


jóvenes, juguetonas


como si tuviesen sangre


para sonreír


al viento que pasa


y no atraviesa.


Reposa que aguarda el cráneo


la tierra.


Ay la tierra, hay de ella,


sombras que complacen y acervan


la mansa espera.


Soliviar vetusto


que Ninfas y Sátiros pastorean.






II






Es un tejado llorando por la piedra,


con acequia desnuda de canalón;


un cimiento que plañe la helada,


y le agrieta el tiempo que ya no escapa.


Sauce triste, abatido, con portón


al mundo del grillo.


Entre blanda grama


fenece que acicala su alma.


Entre un arpa estacional,


y panales de ambrosía.


A la lluvia primera


abre su fiel Parnaso devorado


entre caracoles sonoros.


Grita la raíz acrisolada en ámbar


de intelecto mayor.


Cúspide de serena esfinge,


y dolmen de divina pluma.






III






El grillo único pidió un deseo


al manantial eterno de Hipsípila,


y fue no sucumbir


tras el acople, todo sonó


en manantío, y lo inerte


reposó su voz, de nuevo.


Para siempre.


Soledad dantesca de umbría


melodía, extendida por el Baco imperio


regentado por el claro de luna,


donde fluía su sangre de luz,


rojiza.






IV






Solar afán, solar entrega,


llegas que dictas tu pertenencia;


tu arraigo de hiladora,


hermana de negro hilo,


traes que cobijas mi jardín florido.


Mi grillo luce de nuevo


su primavera luciente


en lira de su candor de estrella.


Es su centígrado


que tu lustre musa engrandece.


Un solo marcó el ascua, irisada,


por su reposo en madriguera;


un deseo concedido él cantaba alegre,


a su musa del Alba.


Albilla más hermosa,


clareada sólo por sus pétalos de mujer fecunda.






V






Era un patio sombrío


con mi vena de acequia reverberando.


Un jardinero a la araña de su rosa;


la protegiera,


la cuidara como besaba la luna Sempiterna,


con tus labios de mujer serena.


Desliz en nácar, pétalos de tus falanges me hablan, marcando,


asignando, el vívido resplandor


envuelto, aterciopelado.


Envolvió mi vida, tus latidos flamantes


de estela considerada.






VI






Avancé mi yermo,


con mi grillo en mi bolsillo,


divisé en umbrío, frondoso parral,


mi secuela descendiente,


Hipsípila me protegía.


Pude abrir una nota


al astro mayor,


de armónica congelada.


Desnudabas musa mi latir


que sólo su premisa abarca.












VII






Ahondaba que saltaba,


el ímpetu de carcoma cromada,


al resplandor de su tacto,


y quizá su matrimonio


en unión con su oscuro astro,


blandía a la séptima sílaba,


luna que busqué por sombra y abismo


en esquela.


Era un disparo y azogué


lo que el cosmos me negaba.












VIII






Fui dichoso, me enaltecía


mi soledad pulcra arrebolada.


Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.


No brillaba mi sola desquicia,


era lugar y tiempo suficiente;


para ser de la tierra enhiesta espiga.


Ella mi única amapola


Reina del jardín de Hipsípila.


Un soto y un llano;


desperté del bolsillo su oro trasnochado.






IX






Blándeme Oscuridad,


en tu acero y ala de pecho.


Que canten azabaches


tu magia del cinco


labrado este año.


Afortunado avanzo mi pulso


por candelabro este mayo.


Mi cenit por rectitud


del alma mía.


Un último acorde y me encontré


en la pluma tu arpa,


mi Ninfa que obligas no fenezca


el grillo que me da frenesí.






El Castellano


Granate arterial:




VIII






Renuevo esta mi sangre yerta,


para servirte mi dulce dama,


bajo níveo nogal,


allá bajo su fronda suave


y denso selvaje


que auras allá quema,


bajo hórrida, tupida sombra,


servirte a las puertas


de adorado averno


beoda sed en brindis


de nueva, flagrante condena,


dioses del inframundo canten,


allá donde excelsitud


de tu aurea sonrisa entabla,


y a mis miedos sólo arredra,


bullicio entre ramas


saborear dulces trinos cantores,


que la vida entona;


se amurallan las horas,


se quede la frágil vida,


que honroso te siembro,


escuálida y temblorosa,


fuegos y dichas apacienta,


entre este brindis áspero,


de animosas delicias,


mi sangre fugaz, honrada te sirvo,


pa' ser rama para ser de caudal tu savia,


fausto, aterido soplo,


de horrores no regalaba


ni flauta ni prenda a favonio


arrebataba,


mis estrellas sin temor,


piadoso de nublados ojos,


espíritu de leyes rotas,


caos antiguo


que desvelado, no huye,


ni mi risueña sien


relega en acto


a no seguir queriéndote


ferviente.






Förüq castellano er-lobo bohemio a 17-07-2020




El observador:




A esa flor que es flor en mitad de invierno,


parte de raíz profunda guardando, enterrando lamentos,


de nube densa emplomada,


en floración perpetua


abriendo a un ocaso desde el alba,


afán superior en fresco oscuro, umbrío patio,


un cielo tangible en vals terreno,


todo llevado por una primavera ficticia,


en profanado silencioso, vano vilano,


un cruelo alzado,


la pluma escurre sigilosa,


como mariposa nocturna,


blanca grisácea como agitar


de un ala cansada,


mi zorzal es único


y no espera en precaución al milano señor.


Ninguna rosa ha engañado


la perfidia de suelo terreno,


trampa esquiva del bermellón en pétalo


de rosa humilde canina,


silvestres aguas de gancho azul,


andar mío amargo por su vereda enajenada,


corazón de ceniza inmiscuido,


arriar mi harapo de sentimiento,


no tengo sombra,


ni me hace falta,


acaso fue bastante.


Rasgar anhelos


y vicisitudes atadas a ilusiones.


Una flor descendió de los cielos castellanos,


fé escurridiza,


sobriedad bajo sol humilde de marzo,


desdén altivo


como hundir la esperanza en una parca sonrisa,


girón de viento o paso definitivo,


temor recio de observar a los dioses


tras aparente muerte.






El Castellano a 09-03-2019
























































































TOMO II   SIMIENTE SOLAR




SIMIENTE SOLAR




AUTOR:


MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA


LUGAR: Cabanillas del Campo GUADALAJARA España






PREFACIO:




Señales y azares:




Abre que se agita


presurosa una tarde,


de templada mirada


y querellas entre flores


y ágiles mariposas,


hervidero era este silencio


de mi bondad manantial,


completo dictaba


el son de mi despierto,


lozana puridad de abrevadero,


opacidad, completa era y bastaba


a sombra, asida


en oportunidad


la reluciente, cuan estela breve


en azabache


osasen peinarla


como materia tuviese,


mantos blancos


lucientes vestía


madre tristeza,


de tallos


y capullos,


de flores sin savia


ni vivaces fronteras


de colores ni frescas fragancias


a desnudas mozas que los ríos


trenzando orillas, descubren,


inocencia de rubor


y sopor de belleza


sus curvas fecundas plagien,


entre copa de fresnos,


y hayas secuaces


entre robles y álamos encenizados,


se estire mi suerte entre piquillos


y trinos de verdecillos,


era una sinfonía que casi


el tacto alcanzaba,


satinaban los pensamientos,


y sonaban en madrigueras de sueños,


penas quedaban en destierro,


sin ellas nada en existencia


mereciese a gozo amplificar,


bondad que no te pongo nombre,


ni competencia servil te disuelve,


entre arenas  de fabulaciones,


y brea de desmerecerte,


eres señero,


y lanza erguida sin yodoformo,


ni sueño visualizado,


cumbre y manadero


en fuente de aljibe


y abrevadero,


risco con tapiz de siemprevivas;


rosas pétreas,


y álgidos escaramujos


sin tábano


que suerte


vuela el monte,


buscando depósito


y botijo de sangre.


Bondad sin atrio ni costumbre,


eres bella aunque nunca duelas.






Förüq castellano er-lobo bohemio




FANTASMAL VISITA:




Cálido yo, ante un segmento de cobre


y su templado escalofrío,


un son en llamas del sonido, humeante.


Se rizaba un acordeón,


en patitas algún diablo foráneo,


como un visitante fantasmagórico,


se quedaba sentado con nosotros,


sin reclamar ni vender derechos


consiguió en aire de alguna imagen,


turista o pusilánime prisionero aún condenado,


hablaba solo con sus azares encausados


de invisibilidad trasnochada,


muletero de frío cálido ventisqueo,


era su sombra algo más


recelosa incluso ya no le temía,


partía brisas con miradas,


y servía naipes helados; 


en copa alguna hada verde,


vestía de hojas su desnudez violenta,


relamía eclipses en alguna grama, de patio umbrío,


eternidad caracoleaba, sin lazo,


ni pedernal florido,


era tiempo de batallar,


sobre poste cóncavo


de pino frío y señales


en cable tenso de telégrafo,


jugaba notas, y rúbricas,


de alaridos esquivos,


y densos fantasmas, flotaban,


y hacían de esta bruma,


todo corral, y pretil llanto,


como rocío de toda roseta, de penitente,


abierta a la fugaz mañana,


del hombre y su negra tijera.


Miradas extrañas, que le analizaban,


y encendían su yerta,


hórrida imagen capturada,


flotaba en aire;


de plenilunio,


y solsticio embrujado,


como calor desfasando,


un chirrío,


descorchado, en alguna mente,


que, con él, sin saber


se encuentra,


soldando vapores de océanos,


y espumas, y sus sirenas.


Entre vastedad que incendia, 


todas cosas vanas,


preguntó alguien, 


sin destino, si existir por sí mismo


valiese,


era tiempo necesario;


lo que no se elige, 


tampoco se duda, ni pregunta,


acaso hablamos,


o te acabo de pensar,


cadillo foráneo, forraje


de todo sendero


que lleva a conocerte,


como clavo en sombrero,


y cimitarra en tierra asida. 




Förüq




Lluvia sembrada:




Recorrí un palmo


de tierra sembrada,


como un lazo silencioso,


erguía,


era suficiente


para completar


el fondo fantasmal.


Hice una cumbre


con las piedras de labranza


hileras de rastrojos


me surcaban.


Vestía su pliegue


nuevas cintas de esparto.


Más allá de juncos


y yerbas jóvenes.


Márgenes atrás


seguía viendo campos


y pulgas arrinconadas,


agrupándose en soga


harinosa.


Su pecho, un buen trabajo


como dos cinceles apuntaban,


su tez serena asilvestrada,


su tierra de mirada,


lo siento,


no la cambio por nada.


Fluía todo campo por sus ojos.


Su cabello de realeza


imaginada.


Peinarse en fino no pudiese.


Azabache mortal,


y destellos de Lilith


o sombra de Eva.


noche cenagosa que se pega


en mi palabra.


Sus orígenes de corriente


por tierras de fuego,


huérfanas.


Por capas de agua abajo


reflexionaba años halagüeños


confirmaba mi cable,


férrea unión, palmo a trecho,


cruzar la vida terrestre


fue encontrarla.


Mujer de viejas flores


rebrotadas,


con gotas de rocío


su brillo cristalino,


igual que dones de lluvia


relumbraban su cuerpo.


Tiempo en piel


sobre mis pies de paja,


sobre el barro


la tierra fértil,


con hocico de riera


cruzaba sotos perdidos.


Surqué su reflejo


de años esperando,


su flor de tierra


le otorgó su iris.


Mi pala de vida


ya no tenía que sacar


más terrones tristes.


Hundido entre caléndulas


mi voz parecía


tocar el arpa de su acento,


como insobornable


miel de su voz,


a reposar fabuloso marjal,


era su torso sembrado.


En juncias,


barbecho de Artemisa.






Förüq castellano




Cosechada la idea:




Silenciosa, insomne,


en la línea de un mar de grama,


donde brilla y reluce un silencio


y un poste de luz sigilosa y atónita,


como tubería hundida del cielo


a ras terreno,


en tripa de estaño, y venas de cobre


risa matutina del alba.


Canales hundidos de nueve zanjas


hace trescientos kilómetros


no los veo,


verdor que se espesa


entre espalderas de joven parral,


como terrestre ajuar de lluvia,


entre el duro calizo de cieno y tierra,


una glándula en milla arcillosa,


vibrando insinuante toda raíz terrena.


Lámparas entre el campo


de luna sola,


lucen las luciérnagas,


como ecos solos


que holgazanean erizos seniles


buscando caracoles.


Contra la roca y cerro bajo


entierra drenador seco,


a encogerse como ventilador


quemado de savia,


cielos que remolinean miles estorninos


de torvo ceño,


lanzo mi atarraya,


al río Mundo,


estira tersura


pegajoso pulgar


hincando cebo grueso


de hígado en cebo


esperando cangrejo ávido,


adentrase en su perdición de trampa,


ataque de jaula perfecta


anudada en reluciente alambre,


luego entrará seguro


del fondo del río,


como réquiem


por los cosechadores del agua


los cangrejos cantarán.


Ya se hundía silo dorado


de fardos de nueva cebada,


centeno lucía como ola fracturada,


en rojizo de labriego era su eral,


oficio ya veía trilladora oxidada,


y el molinete de la acequia


surtía agua


al canal y río de riego,


la simiente del arado


esperaba ya ser enterrada, sin mortaja


en el terreno ataúd


su nueva temporal vida.




Förüq castellano




HALO DE ENTUMIDA ALMA:




Al sentido intransigente


mi tinta escudo,


era mi corral umbrío


de flores llanas


en pétalo armadas,


como azares que lluvia


plañe segura sus corolas,


claro entre el oscuro


rojizo terreno,


redil de un patio de estrellas,


a mi entumida alma canto,


esta soledad acristalada


que me crece como musgo


en la piedra de mi corazón.


Voces yertas sequedad


en tierra escuchaban,


regué su sed,


atisbo cómo será la vida en centro


mi globo estrella luminaria del día,


si acaso su lumbre sola se sostiene


ingrávida cómo que viaja,


el hueso de luna su esposa


por mares de arena


su magnético mirar


partida la sombra que me acompaña,


resumí en cáliz mi aposento


en sangre nueva y borbotón yacente,


no es por mí mi halo baja a rodearte


este pájaro me habita


desde soto de carne


a hacer nido en razón ausente


en tormento dulce dormido,


tres monedas mi suerte acuñada


por ti


por mí


por el rifle poesía.


Mi contento brotaba


como germina-arte, la fuente,


implacable éter naciente,


auras revolotean púrpura violácea


vil abrazar mi azul


en oscuro cuarto vestido en tul,


verde, amarilla la sola lagartija


me fascinaba.


Manso alacrán soberano


con la araña lobo lycosa lycosa;


tarántula maternal,


del zorzal al colorín


del verdecillo al verderón


del pardillo al canario de cimbre,


del herrerillo al matemático estornino,


hoy tu piel, diviso;


para por fin hacer nido sedoso,


en tu placer


y humedad permisiva.




Förüq castellano






Niebla sonora:




Cielo no me juzgues,


pero sí me gustas,


y mil desánimos me invaden,


como amar una utopía,


enamorarse de una nube.


Que surca el azul celeste,


de propia vida.


Apagar fuego echando más leña,


ver una quimera de piel;


en imposible caudal


Ambrosíaco,


ver la luz sin tener ojos,


enamorarse de una lagartija


de mi jardín y esperar


que me hable cada día...


Pisar un abrojo


y saborear dulce,


como imaginar la miel


de tu cuerpo.


Escuchar la niebla del sonido.


Es todo lo que siento,


vals de nirvana


si mi doncella mi boca


adentra su boca,


sí de trece veleros


trece estrellas de luceros


que es el amor


que te proceso


me ayudarías


a amarte


¿hasta mi honda sepultura?


llamas de amarte profundas en tus ojos


un tiempo


de locura en la vida


llamas de amor


me sirvan llamas de amor


me soplan llamas de amor en tus brazos


te ardo


llamas de amor


avisa llegues bien a destino


profundo en tus ojos


llamas de amor.




förüq el castellano




Bosque de jardín umbrío:




En el bosque de tus ojos quiero perderme.


En el campo celestial de tu mirada.


Vivo, y quiero vivir, siempre.


Del paraíso de tu cuerpo,


soy caricia de lluvia,


soy melodía de viento,


soy te amo sin tiempo.


Porque de tu corazón, soy eterno,


y tu amor es lo más bello,


y caigo en el sueño,


en que abres tus pétalos, para mí,


bajo aquel árbol del deseo,


y crecen las flores,


y el lago emana,


de la belleza de tu alma,


de las violetas y amapolas,


del jardín de la alegría,


eres tú la ninfa mía.


Y las flores de malva, tienen envidia,


las rosas celosas, crearon sus espinas;


porque mi amor, fue para ti.


Las campanillas más sencillas,


crearon en flores sus voces,


en notas, de amor al que llaman,


y buscan, trepando y enredándose,


en la maleza, y la piedra,


el helecho en duelo,


rechazó la flor, y la semilla,


a esperas, de ganar tu amor,


con sus hojitas en belleza,


que se despliegan como un caracol.


Las droseras ansiosas,


su trampa, desplegaron,


en son de atraparte,


en sus dulces gotitas de reclamo.


El musgo enamorado, así se quedó,


pequeñito y suave, como el terciopelo,


para acariciar tus pies, y sonreír


con la lluvia, y el agua.


Donde la roseta cantaba,


y de la luna, se creía preferida,


abrió su amapola, azul y negra,


la adormidera;


siendo el sueño de las hadas,


su prima, la golondrinera,


su amapola amarilla,


fuego del bosque de las sombras,


liberó su ninfa con una gota de rocío,


con ella, llegó la primavera,


contigo ninfa mía, llegó la belleza,


y tú, amor, en alas de mariposa,


abrigaste cada sueño,


arropaste, cada pensamiento,


y ahora, no sólo eres mi amor,


también, la más linda flor de mi sentimiento.


Nunca marchitarás, porque si pasa, desaceré yo.






Gran luz, gran luz, al conocerte.


Cabalga un sueño, hermoso en los albores,


cruzando el mar, su alma está.


Su casa, su amor y su hogar,


en el corazón de su doncella, está.


Guerrero niño, vasallo nombrado, del amor.


Gran luz en su reino, creado de ilusión,


de fuego incombustible, su interior.




Cabalga su amor, su doncella más cerca está.


Crecen las flores, en los alrededores están.


Deleitadas y coloradas,


dejando en pétalos, su complicidad,


para el romance, que viendo están.


Mientras va el río de colores,


con paso lento, y decidido.




En besos de gotitas,


que dan vida, a las almas al pasar.


Llora una plantita, con una gota de rocío.


- ¿Qué pena tienes tú, plantita,


tú, que eres linda, y la luz 


y el río,


te besa, y acaricia, cada día?


-Mariposa quisiera ser,


¡Mariposa quisiera ser!




Volar a la otra orilla,


y a mi amada Quimera,


que está solita, poder besar.


Al viento le pido, cada día


que traiga sus semillas,


para que, con las mías,


abandonemos la soledad.




El castellano




Urdimbre argenta:




Puedo escribir todos mis pensamientos,


y ninguno podrá reflejar mis sentimientos,


el amor no quiere ser pensado,


ni si quiera ser conocido,


sólo sentido.


Yo te sentí amor


y por querer pensarte,


desapareciste entre la tenue, luz de luna, que me abrigaba.


allí la razón, apagó los latidos, de un corazón.


Como tierra yerma,


marchitó aquella flor, que, 


un día, llamé amor;


y ninguna pudo ocupar, su lugar,


sólo la hiedra brotó, hasta tapar la luz, que me daba calor.


Pero yo te sentí, amor.


y lo vuelvo a hacer.








Cerré los ojos y allí, estabas,


como si no pudieses salir,


de mi interior.


Como si quisieras besarme,


o decirme algo.


Pero tú bella en sueños,


no hablas.


en sueños, no hablas.


Y nos quedamos mirándonos,


a ciegas.


Yo te aviso, que en el bosque


de mi mente, solo hay un camino,


y es un laberinto.


El final lleva a despertar,


y enfrentarse con la realidad.


Pero tú bella, en sueños,


no me hablas.


y yo a primera vista,


me enamoré de ti,


por si algún día acaso,


el sueño se cumple,


y ya de realidad me dices,


te estaba esperando,


siempre te amé.




Logré lo que soñaba,


logré encontrar amor,


conseguí felicidad en el pequeño


y largo momento.


No entendí de ella sus lágrimas,


o quizás sí.


Si su felicidad fue la mía,


al revés también sería.


Al revés también sería.


Y yo la esperaba como


aquel día.


Pero con otra compañía.


No lo elegí, sin saberlo


ella seguía en mi camino.


La consolé cuando llegó en lágrimas,


no me dijo por qué,


pero sentía su dolor.


Tenía un presente,


y no soportaba la idea


de quien por ti sufre


es quien te quiere.


Y esa noche lo que tenía,


se esfumó como suspiro


de oscuridad del callejón conocido.


Esa noche vinieron los jinetes del tiempo,


me mataron en el sueño,


pero el sueño lo termino yo,


y mejor esa noche solo me quedo


contigo amor y mejor,


muero con tu calor


para terminar en ti con el color


de caricias, y besos


como un romance, que no acabó.






Buscándote en el silencio.


Buscándote debajo de una piedra,


o en el fondo de una cueva.




en la flor sin cortar,


o en el fondo del mar.


En la nube o fuera del cielo.


En lo que se ve,




y en lo que solo se siente.


En el sueño y en el recuerdo,


en mi felicidad o en mi tormento.




Buscando, te encontré lejos.


Ahora que en letras te tengo


estás cerca de ser mi vida


y yo, tu verso.






Bella, vuelas libre doncella,


sol te toca, acaricia tus efímeras alas


de mariposa desvelada.


Viento te lleva, allí donde el amor creó,


reflejo de libertad soñada.


Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,


dejaste atrás nubes de tormentos,


rozando tu destino me arrastras.


El manto de las hojas te protege,


buscadora de sueños


de la fronda de mis sentimientos.


Viviendo en la ternura de la dulce mirada,


volando con la fuerza de la palabra sincera.


Durmiendo hasta que se oculta el alba,


ángeles y dragones, arropo en el corazón.


Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,


para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,


cientos de tonterías para tu sonrisa.


Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,


pintando mi vida.


En la caída color gris quedó,


color gris quedó.


En la huida el tiempo y la situación


que cortó un camino en dos.


Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo.


Su esencia mariposa del amor.




Me llama en la noche,


me acaricia su velo,


viene altiva en cada sueño.


Con sus caricias, desvanecerse quiere,


renacer en la oscuridad del ocaso eterno.


Comprendiendo y llevándose mi dolor.


Yo, sin comprender su aparición.


Recreando su alma viajera.


Sueños serán, más cada día, 


amo más.


En la belleza de imaginar,


la complazco con la sencilla palabra de amor


a su alma sin cuerpo.


que me acompaña desde que sufro


por el querer.


Fantasma o fantasía,


me guarda caricia,


sin saber yo su razón.


Ella, hasta dudando de su existir,


que yo por amar, la amo.


Más no sé la razón de su compañía,


cuando el reloj marca la una en madrugada.


Más si pudiese saber, preferiría no saber,


quién es preso de quién, o si ella y yo,


somos presos del querer.






Te vi, detrás de la estrella más brillante


del azul nocturno eterno.


En el suspiro de amor que corre y descansa


entre la inmensidad de un parpadeo.




Entre la oscuridad que alcanzó a ver


la belleza que envuelve tus piernas.


Adentrándome para reposar contigo,


siendo una sombra más,


pero especial para ti.


Te encontré en mi sueño más cálido,


en el cielo encerrado que liberé.




En la noche que la luna baña tu cuerpo,


y en la noche que mi amor corrió por tus senos.


Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,


para así, por fin, no olvidarte nunca.


Es solo la vida en mis ojos donde un día


se mide por las veces que te imagino a mi compañía.


Y una noche la vida de mi palpitar sin sueños.




No importa que no te tenga,


no importa que no te vea, porque te siento,


y te siento más allá de donde acaba el firmamento,


en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.


Donde me di cuenta de que, 


el sentimiento descansa,


no muere, como la flor sale en primavera.


No importa que no te tenga.




Porque después del invierno volverás a florecer,


te amé, y a mi pesar, y a mi conciencia, te liberé,


pero con el saber que, si vuelves será para quedarte.


Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas;


porque a mí no me engañas, yo soy para ti,


y muero si no me cuidas. porque te entregué mi palpitar,


por lo que somos, 


y por lo que seremos, 


nos queremos.




No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,


y tu amor prefiero sembrarlo a diario,


la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.


Sed de reguero:




Manantial fulgente de inspiración,


es tu mirada tierna sin compasión.


Matices de esmeraldas tu pupila,


enfrentada con mi pupila.




La golondrinera el aroma,


de tu piel frágil, y esquiva,


con sus amapolas amarillas,


el color de tus cabellos.




Un piropo, un suspiro;


de mi amor eterno.


Irrefrenable el deseo,


de entre tus afiladas, y moldeadas, piernas.


que corre, que escapa, y vuelve, el cosquilleo.




Tu boca junto a mi boca, bebiendo


del mismo, agua, del deseo.


Tu piel con mi piel avivando,


el fuego del sentimiento.




Aunque te marchaste, sin cumplir mis anhelos,


me robaste mi primer beso,


de niño, que nunca había sentido el amor.


Me dolió que te marcharas,


a otro país, sin despedida.


No te pude decir, que te amaba,


pero si regalarte, una rosa amarilla.




Supuse que te lo imaginabas.


Desde que tu recuerdo, 


me acaricia,


siembro en la misma jardinera,


al último suspiro de verano,


golondrineras amarillas y al igual que espero,


sus amarillas amapolas, en primavera.




Espero, que vuelvas, aunque sea como mariposa


O abeja a mi terraza acariciada por los álamos;


y bañada, por el monte de horizonte.


Espero.




Vida en gris, de la que tú eres, mi luna esperada.


Se cavan surcos de ti, en mi alma soñadora,


por donde fluye el solitario beso;


la tierna caricia anhela ser algo más.




Mis ojos quieren atraparte, en su firmamento,


mis sentimientos arroparte, con fuego.


Pero yo, sólo te quiero a ti, mi vida en verso,


mi motivo para ser, solo tuyo, para no necesitar, nada más.




Ser el sueño, hecho realidad, la felicidad, de dos caminos,


que se cruzaron, en el destino.


Tiempo para esperar, vida para soñar,


cuando te vi llegar provocaste mi despertar,


y ya no quiero descansar, solo luchar, te quiero amar.


Nos merecemos algo más, en este papel que jugamos,


saber si nos amamos, si el deseo, quiere ser pasajero,


el mío, quiere hacerse eterno, y ser tu sustento.




Sólo espera su momento, el sueño para vida plena,


avanza cruza cada noche, el cielo azul, de matices violetas,


siempre te encuentra, la soledad, me abandonó, para poder servirte.


Ahora avanza la duda, el temor, si realmente te merezco.


Pero del corazón, nace mi valor, lo sincero el dulce te espero,


el te quiero.


El pensamiento, que paraliza, cuando te veo, la sensación del amor.




Todo lo que me queda por decirte, y lo que no te dije,


vida para vivirte.


Avanza, no se separa, no se aleja, te alcanza.


Porque eres lo más hermoso de mi mundo,


camino que surca nuestro antiguo paraíso.


Permanece como el compás de mi pulso,


desde que te conocí supe, 


para lo que viví.




Fluye mi vida por tu cauce, el camino de mi amor;


allí donde viven, por el querer, alegrías.






Voy allí y te encuentro dormida, al final del bosque,


te encuentro soñando, con otros días, de amores profundos.


Como el azul del cielo, que, a tu lado, te hacía brillar,


mi caricia hace una pequeña sonrisa en tu rostro,




mientras acercas tus labios para besar los míos,


y fundimos nuestra vida bajo aquellos árboles.


Vistas de un amor eterno que devolvería vida,


para quitar su despertar, de melancolía.






El lobo vigilaba su guarida, allí su mano le sacó, para ver el mundo.


No quiso volver a su cobijo, las palabras dulces y tiernas,


guiaban mi alma a viajar, uniendo su ser volaba hasta regresar.




Te necesito más allá de este sentido, que grita por tenerte,


te necesito más que el fuego a la madera, gritó mi vida por tenerte,


y a la vez te adoro, en cada golpe de viento y reflejo.




Me encuentras, y tu recuerdo, reciente, me besa,


mientras no puedo evitar recrearme,


en el deseo, y corresponderte.




Transparente sentimiento, para sentirlo, una vez más.


La noche está llamando, moviendo su tranquilo velo,


a flor los recuerdos, que te piensan, una vez y otra.


en la soledad, mis manos quieren sentirte, mis ojos verte,


maldita mi suerte, que dejó 


que te fueras para soñarte.


Ahora, los minutos me ganan, 


sin ti, 


no quiero el cielo, sin ti.


Como la brisa a la mar, mi alma reclama, tu compañía,


cómo encontrar sentido, en lo vivido, por su final, si ya no está.




Tú mi noche, y mi día, quiero verte, una vez más,


para así no sentirte soledad, en la oscuridad,


tu reflejo llegará, allí donde se encuentre mi felicidad, tú, estarás.


Hoy, la noche 


me llama una vez más, 


para soñar que a mi lado estás.


El tiempo para sentirte, lima mis nervios con solo mi despertar,


y no verte llegar, para no verte llegar.


Amor dónde estás, si te fuiste quién, te podrá domar.






El castellano




Noche velada:




Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,


pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.


Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.


Más los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.


Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,


tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,


por el tiempo de espera angosto.


El murciélago, 


baila con el colchón de tu luz,


rasgando sombras,


para reposar siendo una más.


Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,


por qué te busco incluso estando solo.


Flores opaco reflejo de luz violeta incluso de noche;


artificie luzca.


Lucero de ciudad,


rompiendo la obscuridad.


La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más,


humo, humo, humo.


De tierra a ceniza llamando,


le ganó el cigarro y el trago,


recuerda que tus ojos tienen sangre


y también se emborrachan.


Cállate sólo eres una fantasma que yo sólo veo.






el castellano




Ceguera:




No lo veo, pero yo también lo estoy sintiendo,


esto no es sólo lo que siento, es un simple lamento,


de no hacer todo lo posible porque me sientas en este momento.


Por darme a mi momento, sin haber parado a pensar cómo iba el tuyo,


quiero compartir que mi base de existir fuiste tú desde conocerte y verte,


esta es mi vida con la enfermedad mía de la ceguera.


Decirle, que la amo aún, así de no poder verla, no se vaya de mi lado.


Entre noches de humo y suspiros de minutos,


busco tu aroma en mi piel entre el calor de mi cama;


tu sabor en vasos de agua.


vivo muriendo en el oasis de tu compañía,


en tus recuerdos, esperando la arena de tu piel para adéntrame.


La luna perpetua de noches en vela de navegante,


sin mar ni tierra, ni final, solo con un duelo al tiempo de tempestad.


Ya olvido quién soy para adaptarme a un tiempo que no me corresponde,


soñando noches de miel, despertando nubes de nostalgias,


acercándome a ti al cerrar los ojos alejándome en la tristeza,


nadando un océano sin saber nadar, navegando a la deriva en tus piernas.


Adentrándome en tu vida sin querer, donde ya se juntó mí querer con el tuyo,


el halagar cala dentro y profundo, llora la distancia;


comienza el despertar de los tambores, llamando a los soldados de la tierra.


Con el susurro de la luz en cristal de gotas de agua,


pensamientos cálidos me arropan tu compañía,


solo una vida solitaria desde aquella lejanía;




un sol pernocta durmiendo disfruta su luna


con tacto terciopelo una vida de amor eterno


un caballero busca a su mujer la extraña.




Avanza entre montañas de azores


y valles de bosque y ríos dulces,


noche de amor entre nubes acolchadas,




con el frío de un mundo en sangre que estaba en guerra.


Ahora su patria era su tierra en la hoguera.


Se despierta frío y solo tras pintar con nostalgias recuerdos.




El castellano








Tu voz:




Eres fuego en el agua,


eres luz en la noche,


calor en mi alma de hielo,


amor en mi mundo de ilusiones en viento,




bésame al final de este deseo de chincharte,


acaríciame con tus labios,


el mordisquito en la oreja,


el susurro en el cuello,




noche de eco entre imágenes,


pupilas mirando pilares al cielo,


entre verde y violeta de árboles,




ojos de gato, tu gemido,


tímido y feroz,


tu voz.




Entre fuerza y coraje saca su garra al tiempo,


lo efímero del segundo al pasar del minuto,


la seda del sentimiento, en su carita del beso,


el piropo y su carmín el despertar de su recuerdo,




acariciando su pelo siendo sus ojos, siendo su boca,


siento sus nervios, me atrapan enredándose contigo,


el momento que dejó el silencio,


el tímido beso con fuego en el interior, su dulce sabor.




Mariposas recorriendo cada paraje de la piel.


Tú y yo solos los dos, tiempo de infinito, sensible el instinto,


se sirve de tu aliento, crea mi armonía,


cada caricia te hace real.




Sostén mi placer cada anochecer,


sé el tiempo que nunca se fue,


sé mi sonrisa y cada imagen que quiero ver,


detén este instante para hacerlo real,




el sueño hecho realidad, la historia sin final,


mi eterno amor, sin dudar,


corazón carmesí, como flor de abril,


navega mi sensación.




Es un te amo lo que me encanta escuchar,


los mil que me quedan por decirte;


los que nunca se irán.






El castellano.




Los pequeños detalles:


Una nube de tranquilidad me cobija mientras observo el paisaje. El caserón vuelve a relucir con el cuchillo dorado de la piedra caliza, que resiste el embiste del viento y las lluvias; la lagartija tomando el sol está, tuerce la cabeza y cierra un ojito, aprovechando los últimos rayos de sol; el escarabajo de tierra camina lento con sus fuertes patas, tropieza y vuelca quedándose varios minutos intentando ponerse derecho; mientras, se despierta uno de los dos grandes murciélagos, que aquella cámara de la gran casa rústica, ocupaban.


Amapolas y amarillos de espinos, con el verdor de los pinos.


Vides para cuidar y cultivar, un pequeño jardín con caseta para las gallinas; frambuesas y arándanos, en un pequeño huerto al lado de la puerta, un pequeño estanque de azulejos en el aljibe, donde nadan tres carpas y un barbo, oscurece y el joven rapaz, de cernícalo primilla, del palomero oscuro de la casa, se lanza a por un pequeño ratón de campo, que andaba merodeando, buscando algún resto de harina o de grano.


Con los primeros rayos de sol, la mariposa de bellos colores azulados, dando sus aleatorios vuelos en busca de flores de lavanda, es atrapada por el pequeño mochuelo, que salta del agujero de aquella antigua encina.


Avanza el día con el volar de un salto de un saltamontes, al criquear de un grillo cebollero bajo el frescor de su madriguera, bajo una atocha de esparto, ya dorada, a mis pasos bordeando las vides, detengo mi visión en un diente de león que paseaba una doncella escarlata, o mariquita; buscando pulgones que comer, voy hasta el roquedal con una trilladora oxidada, que vio mucho oficio, se descubre un bello lagarto ocelado, que asustadizo rehúye mis pasos, un alacrán camina lento su despiste, sin alerta, por la piedra, y una araña lobo lycosa lycosa, le lanza fulminante mordedura sin defensa del aguijonazo del alacrán, todo sigue su curso instintivo, de silvestre ecosistema, donde ni la culebra bastarda se molesta en bufarme, ávida busca nuevo escondrijo; todo sigue la supremacía del devenir de las estaciones, y genética de condiciones, que todo animalito sigue sin recelo.




El castellano




Relente:




En este linde se construyó mi pecho habitado,


se escaló la colmena de labios grises,


por la escarapela fluía veloz el sosiego


de mi vida quieta,


por romances oscuros caminaban mis nervios,


una ruptura de estrella


tumbaba la compuerta de la belleza,


para sembrar allí latidos etéreos,


recto escalafón dorado al beso


y tu cuello me nace doliente


fulgente fuente enternece mi suerte,


yo hablé con mi amor que no existe


y aturdida me contestó la voz,


era como un eco sordo en alta voz


resquebrajando un patio de perdices


y altiva sonaba por las cumbres


jugando y riendo con lobos


sí esos que habitan mis ojos,


aullando y espantando los dolores


en mi sien,


mis dolores que se querían


como hermosas flores desnudándose


en altas espinas profundas,


allí sólo caminaba mi rosa, toda


siento deciros que yo soy del viento


y el viento es mío


en estiaje gris pálido cruza mi relente


del cielo su lluvia,


con impetuosa fama,


sacude la tierra y su flor bella clara ,


dejándome ser como el rocío primero,


en recorrer tus labios,


quiero habitarte en canción


que haga surcos de mí


en tu alma verdadera.




El Castellano






Piedra-corazón:




No es una piedra, es mi palpitar,


su latido cesó y en piedra cristalizó,


ella lo tiene en cuenco con agua,


a símil de mascota que nunca muere.


Le sonríe cada día, normal es mi palpitar,


no huye, es piedra fiel a su amor.


Con caricias sintió que palpitó,


que fue su inspiración, su amor y su dolor,


pero en piedra cristalizó, pudo darle calor,


ya que nunca quiso mi dolor.


Esa piedra-corazón, 


fue músculo,


pero murió y ahora solo le queda esperar,


esperar que el agua y el tiempo,


le otorguen musgo y sangre verde,


que ablande los cristalitos de su interior,


y resucitar.


Quizá algún día, cuando ella se olvide


que es una piedra, volverá su palpitar.


Pero yo ya noté la ausencia


de vivir sin corazón.




el castellano




Desvelo dulce:




Café a la una y once de la noche,


despiertos los murciélagos,


raspando sombras,


bailando a la luz de las farolas.


La ciudad que no duerme,


mi mente volando, siguiéndote,


enredándome en tu pelo,


atravesando la luz incandescente,


como buen murciélago mi vuelo,


cazando letras para tu sentido despierto.


Sorbo de un café con leche y con hielo,


anhelos y sueños de un amor eterno.


En aroma de café a la compañía de una Leannán Sídhe,


Leannán-Sídhe del reino idílico, 


el mío nocturno,


tu fuego el día de mi noche,


quémame porque me dejo quemar,


soy fénix esperando resucitar.


Con brea de estrella un corazón puro,


con oro y plata


los reflejos de la noche en la ciudad.


como buen murciélago mi vuelo,


enredándome en tu pelo.




Vívido desliz: 




Muero por un beso


vivo por un querer


cruel del destino


condena de una pasión


que creó tu pestañeo


al dejarme ver


tu cielo encerrado


fijamente tres minutos,


y morí con tu pestañeo.


demostró que fui


importante para ti


y que a pesar y muy


a mi pesar de los problemas


seguí en tu mirada atrapado


hasta que la aguja


de aquel reloj de pulso


se paró al pasar


ciento ochenta segundos


mi cambio de vida


cuando consumí


medio giro al decir:


-Siempre te amaré.




II


Enciendo maquinaria


de este tiempo disuelto,


en pétalos de éter y formol,


desangra la rosa secreta,


y un estambre rige,


destello que precipita,


el albor.


calidez de ilusión,


y araña que arrastra,


tejiendo el eterno sentimiento.


Yo que arrastro


mis aciertos,


como desnudo sol.


una noche cualquiera,


y activé el engranaje


mi reloj de pulso.




III


Mi carmesí caléndula,


fijó su pestañeo,


en mi camino de destino.


Alumbraba un candil


dormido, una luna llena


de enero.


Era tiempo suficiente


para huir y quedarse.


En la boca formaba


toda sombra de opacidad.


destrenzaba un halo.


Sujeto de una lágrima


pasajera, un segundo más,


y devoró el dulce tormento.




IV


Giré entonces la tuerca


de mi corazón oxidado,


por tantos aullidos nacarados,


y su ente femenino


me atisbó un beso


a mi alma.


Era el crepitar de la llama,


que mandabas como loba


y como luna se prendiesen


todos los colores


de mis sueños


consumiendo mi tiempo abierto,


que completo el giro,


dictó la vuelta


al inicio del sentimiento preso


que sin retorno


siempre te amaré.








El castellano Förüq




Lozana silvestrita:




Mañana fría


en la que aventar


espigas recién brotadas


al revuelo de una mariposa vigía


flora-posando, todo el doquier


ensimismado.


Suelo ario que se blandía


sin atisbo de despedida.


Larva que soñaba volar


sobre alas de mariposa cabalgada.


etéreo desliz de fronda suave;


que espartos abrían


rajando tierra


en calima de cerro viejo.


Las jaras en abanico


se apoderaban del terreno,


al transcurrir


de los caracoles sonoros


judíos, blancos.


Soto de perdigones


entre insectos inherentes


afilan ideas mi paso.


Abría el cielo un febrero


un carrusel de luciérnagas por estrellas


del techo la concavidad


presa o caverna abisal


de horizonte helado.


Los pinos caracoleaban


cada vado


entre secuaces


carrasquillos de flor en piedra,


romeros entre tomillos


atisban como señero


el cerro bajo.


Torreones de álamos


acicalaban al viento


sones de nuevas nieves


fugaces.


Daturas y tomatillos


del diablo, hacían distinción


entre nuevo verdor


de retama que ya en flor


amarilleaba.


Ya asomaba todo vástago


de simiente


del invierno casi gastado.


Ababoles ya sonreían sus dientecillos


de suaves hojas


en jóvenes plántulas.


Lucían incluso espinas


señores cardos


y breves cardillos de las damas.




Vorágine terreña:




Hijos de la niebla,


regresad sueños dulces


sin áspero corpiño


ni denso verde, espumosa moral,


como ensueños caracoleados


que no disipan


en bravo pecho


de gloria tranquila en cerro.


Disipada bruma que años no regresa,


cada momento caminante,


de silenciosa fuente,


y ceño anhelante,


de ávida inocencia


entorchada conciencia


que vuela lides


monótonas y seguras,


donde noches escapan,


como el corazón endurecido


pierde visión de luz,


era un huerto de luna


en la campiña,


de ortigas y forrajes


entre zarzales y tomillos,


entre brezos y carrasquillos,


con fuente de añil


transparencia líquida,


entre esperanzas que alma titubeaba,


servil de días rojizos,


que no se llevaba su paz


ni tempestad enfurecida.


Al pie de un jaral


que ni el tiempo doliente


con él puede ni sepulte


umbral plácido


de fértil viña que el río tajo


escala cumbre,


poco antes que el río sorbe


a su mujer encuentre.


Iniquidad en blasón


de noble comunero,


que ni desenraizarse,


ni matar por su tierra puede.




Förüq castellano






10 Olvido:




Olvido.


Olvidarte nunca podré.


Nunca te podré separar de mí.


Estás en mis sueños, en mis


noches más frías y en las más


calientes.


Como una manta que me abriga y me arropa


cuando me descubro solo.


Como mi sombra.


como mi reflejo.


Olvido ¿Por qué nunca te encuentro?


Será porque no te busco, porque


vendería todos los mañanas,


por un ayer junto a ti, amor.


Ya sé que soy inmaduro,


pero te quiero, y lo sabes.


Si ahora no lo ves, ya lo verás.


Pero mi tiempo ya pasó.


Como guillotina


que partió mi palpitar en dos,


para darte una mitad.


Olvido.


Olvidarte nunca podré.


Siempre te amaré.




Esteban el castellano






16


Primavera:




A ti te escribo primavera,


tú, que llenas de vida el campo.


Pones los campos en flor y verde.


Tiñéndolos de color.


Los pájaros silvestres, 


anidan en las ramas 


de tus árboles; 


dan de comer 


a sus pachoncillos,


y trinan como nunca, 


antes del alba y después.


Los animalitos nocturnos, 


también salen a cazar, murciélagos, mochuelos, y lechuzas, más en esta época;


que hay más vida, y alimento.


los erizos, salen de su letargo, invernal, a cazar caracoles e insectos,


y comer frutas silvestres.


A ti primavera te canto, 


que llenas de vida el campo, tiñéndolo


de color, y vida.




Esteban el castellano




17


Poema al alba:




A ti te escribo que con los gorjeos de los pájaros


ven salir tus primeros rayos de sol que iluminan la tierra


y los campos.


a ti te canto luz del alba.


Ruiseñores, jilgueros y demás pájaros silvestres gorgojan minutos


antes de ver tus rayos.


Yo veo tus amaneceres azulados y tus puestas de sol rojizas nunca


me he perdido una.


Quizás, soy un loco bohemio, que no duerme porque está enamorado


de tu naturaleza.




Esteban el castellano






Nocturnidad en colmillo:




Llameantes pesquisas


de acariciar tu éter sediento


noctámbulo,


preciosa de magia insobornable,


quién pudiera besar


tú honda alma incuestionable,


cuando tú escribes musa,


los destellos dejan de ser secuaces,


las mariposas no se aplastan


embeben tus manos


por mí encauzadas.


Entiendo la secuencia


tu rocío suave permisivo,


sólo dicta que perpetúa fragancia


de nuestra secreta flor.


No llegaré porque sí lo haré


a colmar el atrio castellano,


con mi dicha floreciente


mi sentido a escribirte


mi sentido a difundirme


en la beldad tu entraña


en ese alarido despierto que clama,


algunos cambian


mi amor por ti es más duro que el bronce,


horda madre de las brujas


yo por oscuridad,


compararte pudiera


obstara diosa triple que entonas los campos


prendiendo en flor los campos,


yo por la flor sea la flor


no osaría compararte


pero si mi musa es raíz salvaje


yo abro cielo terreno


y si no soy raíz de los dioses sus hermanos versos,


yo no soy hombre soy hartazgo de bestia


e-nominada porque la amo


sin febril demarcación cuerda,


si me arrebatan su espina en mi pechera,


no habrá piedad existente


porque la verdad de las cosas


a veces es su contrario en puridad,


como es arriba canto


porque igual ídem es abajo,


vivir es más complejo


y fácil morir,


con lo que morir de gusto


es vivir de gusto contigo,


necio sería que no niego,


si pierdo sin vencer,


ganarte el cariño es lema,


reverbera mi palabra de alabastro,


en fuente de ópalo tu regia sangre,


he vencido ya creo escribiendo


mi una de sangre de la madrugada,


ay de los que pueden morir dije,


bienvenida a su nuevo mundo,


porque naciste golondrina para la eternidad,


única, rememorada, pero en condena:


-Jamás sola porque vivo.






förüq el castellano






21


Contigo sangre refulge:


















Te ensalzo mi divina amapola,


por cuántos pétalos


te hicieron esfinge de sangre,


enardece a mi espiga


que dorada te acompaña,


mi céfiro que en tu seno


acoges,


mi sol blandía


entre pajarillos


sones sobre trinos


de cabeza púrpura,


belleza te tuviera secuestrada,


yo, con mi áureo espino en mano,


puras tus alas,


nosotros,


carne y cuerpo de tinta en pluma,


coloso atemporal,


de rayos en perpleja simiente,


osadía mi amapola,


traer derecha en frente,


la llameante lira de occidente,


al instante, nítida y luciente


me traes dique inspiraciones,


por aureola y tu flor secuaz.


Mi vida mi sangre


bermellón, morada,


te desnudo mi brisa desconocida,


por mi jazmín


que ámbares completa,


tu belleza cuidaba,


entre los bastiones


que mi cordura cercaba,


enramada hasta cintura,


en mi jardín soberano y delicado,


beso tu brillo de tierra,


mi amapola.




El castellano, Förüq




Preámbulo derramado:




Devanados de un destino,


fundado en el vals


mi propio engranaje,


místico, áspero,


en flor de supremacía


donde ninfas musas


bailan,


destino insumiso,


parco,


vestido mi precoz precipitación,


como gota de rocío


resbala del precipicio su flor,


a lomos de un caracol;


me pregunto


si acaso vivir


tiene sujeción a la vida,


y la cuerda es de bronce.


Seguiré acontecido


mi suerte ausente,


amándote al silencio


que cerraba los ojos,


y seguía preguntando,


si mi ilusión


colmaba la expectativa,


ojos del metal noble,


fuego al hierro


que mi camino ablanda,


fecundador de mitos y desgracias


mi reverberar de nombre,


solo, traspuesto,


al océano impredecible,


como capataz musa,


de tu huerto de estrellas,


por corralillo


y redil de estelas


y destellos indiscernibles,


voy rumbo al ímpetu


de solana luna


y su guiño me cuelga,


sí acabaré de irme


dejando alto mi estandarte.




Förüq castellano






Silencio regenerado:








Saeta, saeta bella,


saeta parca,


saeta ilusa, saeta inocente,


es el final del espectáculo


saeta madre encubridora,


de toda mentira enclaustrada,


yo te amo saeta,


saeta alada,


saeta heridora,


saeta encausada,


saeta parca,


saeta celestial,


saeta infernal,


saeta canta,


que mis ojos sean tus ojos,


saeta que mis manos sean tus manos,


esta cruel noche un diciembre,


que yo soñaba estaba escribiendo,


un canto a tu cabello de oscuridad,


saeta mística,


saeta horrida y hermosa,


tu beldad piramidal,


se estrechen caminos,


el cielo se abra para escucharte


mi saeta esquiva,


mi saeta complaciente,


como es arriba es abajo canto,


seguir peones vuestro circo,


que este trovador


de campo llano,


sabe quién es y de donde llegó,


ahora te odian saeta,


ahora te aman saeta alada,


me diriges por el parnaso sin final,


o me quitas hasta la vestidura


más pesada,


volemos abismos amada,


volemos cimas inefables cariño,


hasta donde se oculta el sol por el este,


sociedad de creer o no creer


yo elegí creerte saeta


y hoy sigo en la cepa


esta vida que me cabalga la estampa,


cerros intransigentes


molinillos al fragor de vientos voraces,


esparto entre las jaras y solas carrascas


brezos soleados por flores ausentes


un invierno que se desdibuja solo,


saeta amada elévame en tus alas


yo vine por el son recto,


blandiéndome de un hinojo solar,


esta vida que sin ti


saeta la creería una dulce mentira,


por la que morir


y no morir por una crueldad


impuesta por el ajeno


que nunca


nunca serás tú


mi amada saeta,


esta existencia


que se dobla y niega a sí misma


para decir que yo soy el rey


que yo soy el cuchillo,


que yo soy el proceder


inmiscúyete,


otra vez yo sé quién soy mundo


este es mi manifiesto y


el de mi saeta bella mi espada,


mi vida,


mi indecencia,


mi crueldad de espira,


mi corralillo espectros yertos,


era y es


el hipócrita dejará su vestido,


el trigo limpio


será trigo limpio


ahora y siempre,


espiga y cante


hasta rodeado


mi padre trigo.


Vengo de las espigas de abajo,


asolando verdades,


mi panada amada,


por la saeta olvidada,


se despertará


por los que venimos


del trigo limpio.


Volando sobre parajes


entre tierras de añil barbecho


y su azada de viento


mi solaz saeta entre cardos


de todo fértil sendero


que lleva al infierno.




El castellano Förüq




Mecha de oscuridad:




Vengo que vuelvo


de un silencio, profundo,


de un vacío completo,


traigo para sembrar


un ascua melífera,


del seno las arduas estrellas


que llevo


que cuelgan de mis ojos cual arañas,


una vid de vida


en seno esta anublada, azul


escarcha,


todo colmaba el ímpetu de suspirar


sin brasa diestra,


ni compás ambivalente,


sobre estos treinta años que


y que no me sostienen,


porque aún no me hicieron nacer,


sobre los lustres que ya no son,


anudando galaxias


y su cobre perpetuado de sólida luz


inmaterial,


electrificas mi mirada


como aljibe rebosante de ilusión líquida,


toda esta sed que vive el pasado,


y en bruma cegada,


muestra,


que tiende tu rosa helada,


embebida de pétalos de espectrales


sábanas purísimas,


nací en vez primera sin terminar,


y no fui ni abeja ni vencejo,


para poderte acompañar,


era de un eral sujeto,


como membrillo de un árbol sin escuela,


y pera de chopo milenario,


todo cruzaba mi relente


y acabé tendido


en mi osadía de seco tajo


llamándose gloria


para acabar conociéndote.


como dije en primera vez:




mecha de luz:




-Vuelvo de tu vacío repleto,


anidando cobre de galaxias,


desde luego aún no hace treinta años


que nací allí;


en vez primera sin terminar,


vida húmeda y animosa,


alzado a luces de alba sin acabar,


vino tu silencio conmigo sin ti,


como alto arbusto fragoroso,


me paseó mi jardín


como un mordisco


y un beso sonoro deslizando


que suyo me jabra hendiendo la tierra,


una boca de metal de pala,


que abre zanja.


tu alma de recto augurio,


o ave como futuro de hibernación,


ave nocturna


en tablilla de azabache,


como puro origen inmiscuido,


nulidad insobornable,


traición de hechizo


y nota de caligrafía desangelada,


mudez última de relámpago,


pluma de mi ojo abierto,


soledad infinita de mi despierto,


como fe sin cargos


rueda mi vertiente,


siempre relevada por dios sollozo,


palanca usé con la puerta de Plutón,


alcé el margen 


de rebelión sanguínea de los dioses,


cielo asido el vil manifiesto de relámpago


surqué, gloria vespertina de héroe,


Cocitus cantando su aire


de oscuridad iluminada


clavando negras riveras, hundiendo


y desplazando los montes;


lago estigio me alimenta el latido,


y mi férrea sangre


directa a superar lo inabarcable,


tu rama vestigios de plata corté


del cóncavo bosque en tu acre,


creció en su lugar segunda rama,


de titanio,


que conseguí cercenar rotundo


y hoy llevo clavadas sus hojas, 


en dos talones fundidos,


columna y cadera,


con todas sus espinas de titanio


sujetando cada diente mío.


bajar al averno es sencillo,


subir los aires en altos cielos,


nadie pudo;


yo allí voy a mitad camino.








El castellano






Förüq Er-lobo bohemio








Dicho azur:




Adentro esta bruma azul de mi contento,


avanzo estas flores del invierno,


por árboles desnudos y sus cantos,


yaciente mi sed de nuevo,


florido cierzo,


primoroso veo y beso mi sañudo suelo,


lumbre sin sol


en que la luna no aparece,


presurosa de melancólica siembra,


una estrella emblanquece


por cielo extenso,


y en lluvia derrama que desgrana


la vejez de la grama vieja del camino,


custodiado por la señora malva;


acrecienta mi linde vago por majuelos perennes


y solas zarzas,


lágrimas de mi tristura,


regocijo de varios,


ya que antiguo son,


solo mi leana ablandaba mi lira.


amores ponderables


mi ser no rehúya,


desquicias mayores, otros


oigan en retirada,


a murmurio grave me alzo,


en esta tela de araña


y la luz de alborada


me tiende en extasía.




Förüq el castellano




Siembra erguida:




Izar de un cantar,


de tu cariño enfuscado.


batir vuelo, elevándome


entre lares de hayas


y sombras de hojas


escritas y reveladas


de ceniza de fresnos, sembrada,


deseos, sueños y corajes,


y sus raíces del alba


por ocaso admirado


que cerraba flores en versos,


y musas y jerarquías,


de hadas y elementales,


entre árboles y frondas suaves,


su idioma en vertiente


asilvestrada,


lejanías de suspiros,


y granates lucientes


entre fortalezas pedernales,


y cuchillos solares,


hija de la niebla.


doncella oscura,


te llamo desde este latido


proscrito, que te busca;


y entre espinas


su luz gorjea 


que amarte no es vanidad


de ambición ni naciente


ni floreciente.


Es un dulce designio,


entre mis lares cabalgados,


y riveras de río sanguinoso


de todos los lirios


y su hidromiel,


sangrada,


tus cauces, insobornables


que pureza y rocío en flor 


hasta albor de raíces brotado,


destino y camino ingobernable,


valle de signo y tierra alumbrada,


oh se cavan surcos de mí en tu alma


verdadera, nunca para agraviarla ni dolerle,


una dicha y una alegría tejida,


tu sonrisa,


que abre el aura


y deja su energía en mirada,


ya maldigo a este incierto saber


si terco y necio


me reniega osadía, ventura y fortuna


de a tu vera conservar mi labor


y creencia, seguras, 


un beso te dejo


entre zarzales de fuego,


hay alma,


hay alma,


hay alma


porque sin ti;


belleza no existiera.


Miles de lumen, Lit C et sumun Canae.




Förüq castellano a 29-07-2020






Ferviente tajo floreciente:




Exultación, de saturnina rienda,


desempeño en posesión


y toma de filo relucientemente acrisolado.


Protección servil bajo y hondo metal;


luz de esfera, espiral canta,


cariño a sepultura animar,


honrar, preservar,


oda desde este cementerio


solemne alzar de honra,


escala áspera, tangible,


vine y me derretí;


su voz dulce,


inmancable, ni en fíbula


ni en broche al corazón,


que ya sube y derrama,


mil rocíos en flor de caléndula,


mil fragantes deslices


me indulta, que a ellos induce,


poder de arder


flamante,


sombra eres


de Ostara la brillante,


se queman de mí


injurias, infamias,


desquicias de campo abierto,


por este duende,


por este arte,


tornando tu sola mirada,


acampo que acompañaré


toda vítrea lágrima,


estigma que camina sus fábulas necias.


Si soñar, te sueño,


viviendo bajo el orden,


se asigna a defender tu pulcra sonrisa,


uno, ni abismo comparable


al arma reluzco y hago visible,


de Ostara, la brillante,


es viento del este,


es aurora, la bella,


que blande, que rige,


estela inconmensurable,


rocío de nacer, de toda vida en color,


oh gloria,


oh amapola,


de sangre de tierra


en sola viola,


campanas restañen,


una morada y fortaleza inabarcable,


tu amor cruzando y surcando mi sangre,


era, eres d' este amor espuela,


abre tu bosque umbrío,


deja abierto de tu santa ternura,


portón verdadero,


vine por la voz surcada


de un herrerillo,


vine sin calzas


desnudo como me conoce


un diamante blando


y su des nacer limpio,


de turquesa


y azur marino,


elevé ancla en tu aprecio,


tinta de brea


y sangre de azada, mi bandera,


supresor del ruido activo


silencio mortecino,


dicta,


segundo poder


conquistar,


a un sin miedo dama oscuridad,


le preguntan


si luz fue antes


o si tú mi musa pariste esa luz


que inspira, plañe y regodea


sin calzas ni dureza.


tengo permiso y orden


de presentarte al tercer poder.




III


Mantener


uno, todo azar de intensidad


y fuerza que arde hasta esquela,


mantengo tu cariño


vivo en mi ser,


dicha es poco,


lo siguiente a dicha


que se extendía,


bajo puertas del dulce, sinuoso,


umbrío averno,


tomo, que explayo,


número y lugar a defender


te imploro


susurrando,


ven  flagrante a nuestro combate,


te espero hasta tiempo


en clepsidra me derrame


colmado de todo júbilo,


arder. conquistar. mantener.


Coraza, armadura base, de Zeus;


y atenea musa; que armo y amo.




Förüq castellano Setanta a 30-07-2020




Vientecillo elucubrado:






Rompe el melancólico fulgor


el sol en corazón


que la niebla un diciembre


difumina en son,


yo bogaba difuso


como primavera lozana luciente,


suspiro, oh tempestuoso recuerdo


mis flores marchaban,


suspiro de pasión


vino arrebatarme mi desventura,


desde navío en reposo,


cuanto no veas


acuérdate del agua hermosa,


tanto en alma


como en popa de nave,


el cielo carmesí me embravece,


surcando bonanza,


acuérdate alma de mí,


viva fortuna,


que de boca invoca,


musa transparente


su dulce porte,


semblante de arma en dueño,


oh sueño,


contigo tantas veces,


despacio, o desvarío,


cómo alzarte y cantarte lleno,


sin flores ni pajaritos impíos


sin caléndulas azules,


locura de dulce armonía,


lumbre en astro de numen mía,


agrava como amarte


derritiéndonos en la nieve.


Cielo, suelo y anhelo


de hojas arrebatadas,


crujidos de mis tumbas yertas, abiertas,


dones de sufrimiento desploma,


sombría yacija de cuna,


cruel aroma


estiran las rosas de muerto,


y no lo claman vanas


de aliento divino,


quebranto de sosiego anclado


a la fría tierra


de este diciembre


que viento ardoroso,


aclama en soberana lucha.




förüq castellano




Inmenso placer secuaz, inefable:




Clama ante la aurora,


presurosa aura intranquila,


ardua la dicha exclama,


que si por querer fuera


igualara el agua de los montes


que, subiendo, baja,


afilo este mi solo intelecto


por muralla que no cierro


desvela el clamor de la intranquila rosa,


quién a igualar mi dicha baja,


furor ostentado de la piedra frigia,


va mi reguero desnudo


por musario cerro,


su cernícalo avizor vigía,


milano señor en soberano cardo,


luces del alba


plañen sus rayos


de nueva alborada,


ven, agita la guardia,


conmensurable acequia


mi sangre estrena,


voy por piedad avistada,


luna habla,


destello de noche febril


que otro año más no enfriaba.


Iimperios de ojos cerrados


en nocturnidad en cegada,


franca tapia de espejo


y su beligerante reflejo.


Amima, mi viborilla,


secuaz tu alma sólo destrenzo,


tiempo, hálito voraz


que enciende calor presto


de caballero,


a su dama hoguera,


corriendo por fuera el granate,


sanguinoso,


por escalas a este placer inmenso,


esfera tu secuela


en faz instintivo,


desaprendido,


rumbo al carmesí insobornable,


destino dicte quedarme


en tu nube intangible,


en vaporoso éter, tu magia,


hoy vine a besarte,


y a desprenderme,


de tu cauce en tu cuello


aliviarte,


bronce en ala y su verdor


de óxido que rige,


que envanece,


que resplandece.


anhelándote.




Förüq castellano






Sentimiento labrado:




Viento, viento bonito


lleva al cielo cada escrito


arropa este amor en mi cuerpo


en mi corazón te llevo


hadita de mi sentimiento


noche hoy en tu sosiego me encuentro entre nubes violetas


y el cristal luminoso


de esta luna de invierno


bañan mi cuerpo tus latidos


sordos de oscuridad


y a este cielo sonámbulo


lanzo mis ilusiones al viento


siento tu caricia de alma


y te bebes mi calma


despierta esta rosa sangrienta y su aroma de romance antiguo atraviesa el pecho tu amapola eterna primavera


cuando mis ojos te ven entera cada sentido despierto


como fiera al acecho de tu latido hoy en tu bosque me pierdo


tu imagen surca mis sueños


como cada noche que siento tu beso


y como me cuidas,


como soy yo tu alegría


mi vida vistes de amanecida dicha,


hoy la hierba escala mi montaña


la lluvia germina todas mis semillas


de pasión y fuego,


donde entero me entrego


al placer que muerde


y envuelve en quimeras,


como sencilla tu sonrisa


y tierna tu caricia,


ya no hay súplicas


solo felicidad desbordando mis cauces,


te sostengo fuerte en mis brazos


para nunca soltarte


para eterno tenerte


si por soñar soñé acabar con la soledad fría y escarcha de esta melancolía


llegaste tú a mi vida


como cada noche siento tu melodía


y me acompañas cada día,


salió el sol después de la tormenta


y ame tu esencia


regando mi interior tu voz de alma amada


tú bella y dorada calma,


rompí las cadenas que me anclaban al pasado para luchar por mis sueños y alcanzarlos, entendí el idioma del silencio


y hoy contigo


lento construyo mis escaleras al cielo,


este firmamento clama de azul sediento, ermitaño en su montaña del sentimiento


el amor jamás salió de su cuerpo,


de él decían que quería comprender al amor, tras una flor la conoció y la preguntó


qué eres, amor,


no solo nací de esta flor


tu inocencia me enamoró,


curaré tus heridas de dolor viviré de tu amor.


Vuelvo a este dulce tormento buscando llenar de amor el cielo, labrando el campo de tu alma


y bella mi amada


te bajaré las estrellas para que puedas acariciarlas, estas flores cantan la canción


que te enamora el corazón.


Vuelvo a luchar como ayer


con tu amor jamás desfalleceré


eterno en tus alas viviré.




El castellano y Leannan-Sidhe






Azar relegado:




Navego los límites de tu silencio


tu luna, reina mi cielo


en este horizonte de ilusiones y sueños


tus besos florecen mis recuerdos


las mariposas de tu piel tersa de seda acaricio eterno el momento que escapa entre tus labios cuando brota el te quiero,


y en mis ojos te encuentro,


donde me enseñaste a vivir el momento


porque nada es para siempre


escribo el sentimiento


ese que me hace amarte despierto


este viaje sin retorno


me hace buscarte cada noche


para que tu amor surque mi sangre


y mis sueños de tu mano puedan acariciar


lento muerdo el placer preso


y la lluvia envuelve nuestros cuerpos


recorro tus parajes, me pierdo en tu bosque este fuego late en esplendor


encuentro tu dorado amor


oigo los aullidos del corazón


atrapo mis flores de pasión


quiero y te quiero en cada amanecer


donde agradezco cada aliento


cada suspiro que asesina al tiempo


y da vida a mi sentimiento


mi eternidad alcanzo acariciando tu cielo, entero me entrego como el calor de un lucero, sintiendo tu amor latiendo,


avanzando tu cuerpo como quimera de pasión y fuego,


condenando al tiempo


a morir en nuestro pestañeo con un beso, encontrando el lenguaje del alma en cada verso, cabalgando juntos cada firmamento,


flor de sangre naciendo en mi pecho


clamando este amor que te profeso,


cálido, el momento, de desnudar mi alma


mi bella, amada, una flor en tu mirada


vuela libre, doncella, tu esencia mariposa del amor,


en mi interior quedaste


de mi ser te adueñaste


puedo sentir como tú sientes


en cada pensamiento vives,


a tu lado siento desvanecerse el dolor


este ardor de pasión jamás me abandonó,


hoy agradezco que me arropases en tus alas


para nunca soltarme


para abrigarme cada noche fría


por ser mi eterna compañía


y locura del ansía mía,


tu amor mi sinfonía


como tu beso de cada día


fiel me entrego a la caricia,


mi amor sin descanso


incesante fluye el verso por tu abrazo,


a tus pies me encuentro


esta mi sangre te entrego


este fuego late en cada beso,


germinaste dentro todas estas semillas de amor eterno,


hoy hadita te canto a la orejita


encuentro tierna tu sonrisa


en cada flor encuentro la belleza amanecida


en tus labios descrita, en tu piel mi caricia


en tu corazón siente mi brisa


cómo me hago lluvia y río


en cada silencio que rompemos juntos


como juntos nos verán hasta el fin del tiempo.




El castellano y Leannan-Sídhe




Sendero mi suerte:




Corro, a observar,


el vago nublo,


del invierno de mi suerte,


tras él, el brillante sol,


reluce de nuevo,


una fuente de retozos azules,


y caléndulas,


flores de Odín,


bordeadas por espinos,


o majuelos silvestres,


un aspa de luz y de frío vil, sordo,


oh de luz, y de frío,


era mi azul desquicia yerta,


oh cuan abarca mi ineptitud


entre señeros dulces


y crueles ramajes de idea,


oh de luz, y de frío


era mi azul miedo.


ámbar blando arredra cantando


de sol y de frío era mi oscuro invierno,


partido,


quebrado entre destellos de flora,


y sus flores sujetas,


encontrase siguiera


amigos entre los insectos


vendría por mí el solo halo


de soledad que amilano,


vil milano


hermano mi cernícalo avizor,


por altas torres y agrestes sendas


que arregazan caracoleando,


oh mi ámbar


de luz y de frío


sangre del tiempo, petrificado,


por misario cerro


voy con azor en mano


en busca de la insigne


perdiz huidiza mi dulce tormento.


Oh mi suerte, sombra de agua


oh mi luz, y de frío mi insignia pasajera.




Förüq el castellano






Soto en sol naciente:




Noche silenciosa umbría,


de negrez, adjunta;


al crujir del halo


que destella su pulcritud en estela,


coraje por violetas ausentes


y flores yescas alumbradas


por la dulce luna casi llena de enero,


mis falanges ensalman


el sendero inencontrable


hasta el portón verdadero


de nueve cerrojillos infranqueables,


orando por mí mismo se abra


esta insepulta tierra


que me sostiene,


mi semblante perdido


jamás abra el yelmo,


en clave de unión


se abra el aleteo fugaz prometido,


que encarnan tus maderas reflejas piernas,


un sopor y obtuve tu anhelado sabor


de tierra nueva virgen,


como letal aleación de savia y raíz


formando tronco y hojas esbeltos,


como dos rocíos se forman en tu sonrisa,


cómo te enraíza el sórdido éter embelesado,


dictando retorno


de mi primorosa,


mi musa cristalina;


soberana en turmalina esencia,


umbría vivirá nuestra caricia,


por el vespertino cauce


de río en arteria,


bajo que encumbro


el placer nacarado, insubordinado,


rumbo a la tercera estrella


que osó mirarte


colmando tú de lo bello, lo bonito


este parco horizonte asiduo.


Entonando en primor


la lira toda mi carne.


Es adorarte ferviente.




Förüq El castellano




Niebla encorajinada:




Cielo de tu amor que acaricio,


en el suspiro del tiempo desvanecido, en cada luna que te encuentro,


en cada vida que te siento.


Cómo no hacerlo si vives dentro,


si cada minuto lo vuelves tierno. Vuelo, con este sentimiento de fuego,


cabalgo el firmamento,


encontrando el verso despierto.


Como estas ganas de devorarte lento,


que sientas el deseo morder tu cuello,


y la sangre de cada flor de piel y verso. 


Donde el agua y la poesía


hacen el amor con tu cuerpo.


En este campo de sentimiento


la sangre de la tierra vistió de amapolas, cada beso de amor sin tiempo.


el bronce deja su cuchillo


a las espigas del cielo.


Hhierro baña la sangre de este guerrero,


vivo y muerto por tus suspiros.


de tu corazón preso, guardián de cada latido, redentor en el silencio frío.


Amante serpiente en el calor de la ilusión que te dibuja en mi mente.


Siempre presente, a la hora que la oscuridad late y envuelve.


Donde te volviste mi bendición,


realidad, abrigo y latido


de la inspiración invencible.


Como invencible dios sol, que toda vida rige. amada hada, esposa de este mío sentir,


acompañante de cada vuelo fulgente.


Tu semilla de amor germinaste en mi pecho, amapola roja y negra, sangre y tinta


que cada verso expresa sin descanso.


Fluyendo como el río que brota en almas a su paso. voz amante de tu presencia en mi mente,


donde el te amo, cada noche, se siente.


cura de soledad y maravilla hasta la muerte. donde mis rosas dejarán su sangre.


Nunca dejaré de escribir al amor,


a esta pasión de tenerte,


a cada luna que de malva el cielo me tiñe,


a todas las flores sencillas donde te veo,


donde descubrirás que este duende te será fiel,


y a cada semilla que nace pone tu nombre,


donde encontró su latido noble,


y mil veces más fuerte


lento se apodera de tu bosque.


Las campanillas en flor le oyen


y distingue el espíritu de cada árbol,


en cada pequeña vida a dios encuentra,


donde la armonía la acaricia el idioma oculto


de las hojas al viento.


Como el abrazo de la yedra al árbol


y el beso del rocío primero a las flores del campo.


En paz me siento en mi entorno,


y en la ciudad muero lento.


bendita la vida por darme tu amor,


por darme ojos para ver cada vida en color, siente esta caricia sin dolor


observa que de mí el cielo se apiadó,


donde sin envidia ni mal


eterno vivo, como poeta sin tiempo en tu recuerdo, voy allí lejos de este mundo,


donde empieza nuestro bosque sin destino,


donde libre, todo sigue su espiral sagrada,


el ciclo de la vida y la muerte,


el resurgir del agua, la sangre y de la tierra.


Amada te canto, de tu mano siempre mi te amo, contigo siento la fuerza


de la tierra, el agua, el viento, el fuego, y la magia que en arrullo acarician mi cuerpo,


contigo no temo a ningún abismo, infierno, ni tormento,


a ti te debo cada verso.




El castellano y Leannan-Sidhe








La polilla negra:




Acogía perturbador pensamiento


en tristeza, errático mío,


infortunio, todo dormido ceño,


mi sangre colmaba


lóbrega y repleta,


sobre la frente de nublos negros


que encogidos, no lloraban.


era gris mi despedida


de noche tranquila, relucida,


noche azulada, indebida,


de destello desvelado,


y pilares al cielo en hondo tributo,


y carros llevando agua imantada


de grises leviatanes.


sombra de hombro incierta,


arrastra vendavales furtivos,


en espiral sobrecogedora,


y sones de blanca nocturna luna,


lánguido mi pecho ya profuso,


se alzará


a desmembrar, el eterno desliz,


de luz anclada.


En vals y alas,


pequeña mariposa nocturna,


gira la espiral


su terror escondido,


embebiendo el ingrato desvelo,


fulgor de sus círculos errantes,


quimera desangelada


de vago destino caduco,


derredor intranquilo enreda,


misteriosa negrez;


sin partitura de blanca seda,


frenesí que jamás se separa de mí.


coloso de su imán final


de lisonjera luz,


del candil que atraviesa


toda dama oscuridad,


como su cuerpecito leve, frágil,


tembloroso


que ardió en su atracción final


a la llama en luz intransigente.




Förüq el castellano




Beso de ascua:




Vuelvo,


sin caminar


ni fronda,


resquicios


de mi soledad


crepitan,


su falta


de cariño externo,


porque mi soledad


atónita grita,


nada buscaba;


sólo volví


porque nadie me buscaba,


como un azar sin venas


ni razones buscadas,


estoy para ti


sin yo estar,


no tengo ojos


ni respiros


de pez de cara muerta,


una generación ciega


abre que sulfura


sin oxígeno.


Era bastante


y no acabé por huir,


bastante


era tiempo escaso,


imaginada tez


serena en néctar


tu sola dulzura,


te busqué en un papel,


respondió tu carmín


del beso de ayer,


sin inicio de final,


sin ser último


para ser primero,


un escarpar


de mi ausencia habitada


en torres y almenas


de incandescente, lóbrega,


quietud profanada.


el final depende del principio


dijeron,


por lo que tu último beso


empieza


en la eternidad


del sentimiento.




El castellano






Dulcera en claror:




¿Lo recuerdas?


cuando creíamos


dentro del ser haber


encontrado algo.


Recuerdo que los días


están hechos,


mantente.


¿Recuerdas un vivir al filo de la navaja?


tentando la suerte nuestra circunstancia


que nos unió


como agua y oro de aceite.


Recuerdo a veces


llorábamos a las flores,


y otras nos sonreían.


¿Recuerdas el evanescer interior


que se apoderaba del firmamento,


y descendían astros, a mecernos?


Recuerdo tu sonrisa pura,


inocencia de escala,


un desear estar contigo,


para volver todo hacerte brillar,


¿crees amor huido que algo haya cambiado?


dilucido que seguirás siendo


la misma piedra de melodía,


de eco presuroso,


que se adentraba en mis ojos,


para inaccesible habitarme,


como canción sepulcral


el infinito reverberante,


que me erizaba la piel


completando mi existencia


de palmo a trecho


voy manando,


y aunque hoy piedra


del rayo en cegado,


dicha en mi pecho quedaste,


dicha en mi alma blandiste,


porque yo te conocí


porque yo tuve que sentirte,


como agua de rocío


y destino plañidero,


incluso hoy en sueños, te sigo viendo,


brea de estrella en carne de la belleza,


pupila de mi pupila


por el tiempo helada,


he venido hoy a desafiar a mi dulce tormento,


sin tenerte te tengo dentro,


sin quererte sigue en vela y cañón,


mi naipe y última carta,


no se reveló.


¿ves que algo haya cambiado reitero?


sí, que hoy en día


duermo con tu recuerdo etéreo imaginado,


y no con tu piel y carne de estrella.








Esteban er-lobo bohemio




Sed de luz:




Cuanto te acercas a mí


miedo intuyo somero sin rivera


a estar cerca,


más cuanto te alejas


miedo a estar sin mí alegas,


dijo un librillo,


franca tu vera destrenzo,


viva esta espuela,


horizonte vasto me acercas


como lloverte amor sin cesar,


paraísos yertos sin escalas


ni vals terreno,


puridad acaso bastó


como lobo de orejas afiladas


sin aullar no era lobo,


me acerqué hocico


he irremediable


contestó un azar de tres caras


y nueve venas razones,


como derribar la franca tapia


verja de nueve cerrojillos iridiscentes,


los ángeles valientes morían primero


sin ascua eterna


ni mármol florido,


quizá puede como alimento


de vano murmurio,


hoy oso al por mayor


reminiscencias al recto lado,


acompañar tu furor de armas,


desde nimbo pasajero,


y desquicias propias trasmutadas,


al impetuoso servir de la llaga,


Pléyades cercanas como resoplar la luz


y capturarla a ojos fríos,


indicio que su halo dicta


inspiración a raudal,


halo indiscernible


que casi saboreas confines,


de sosegada dicha insobornable,


miedo a tu cercanía cuando caminas lejos,


miedo a tu lejanía cuando cerca


brillas en faz y luna imperecedera,


arrobando mi haz luminoso sin brida


ni correa,


As de trece tréboles de cuatro aspas,


era mi vida sin contar,


un brote de cruel infortunio desaconsejado,


semilla o tiesto espontáneo,


a nadie cambio,


ni dolor ni regia tristura


porque hoy me blanden


poeta raíz de dioses,


quién soy ellos y yo lo saben,


y seguimos sin tener miedo,


en esta trinchera del verbo onírico,


incuestionable


hervor de primaveras desnudas,


y solas saetas en busca de una vida


que mejor, peor, no niego,


qué mejor que un absoluto diamantino,


en esencia mineral candente,


cristal de sus pulsos


que no niego ni me arrebatan


a estigma puro revalidado


en azoteas caducas,


y ojos suaves un abril doliente,


era lo mismo,


que perder venciendo,


aojo que el buen ojo curo,


insignia las estrellas quedan muy cercanas,


si nos llaman a la lucha,


puede defienda mi patio


debido no es mío.


Divagaciones aparte,


pregunté al eco de sombra,


sin quererla como uña a carne,


iluminaría mi pluma saturnina,


hoy quedé en darla un besito


como la imaginación


no osaba,


miel de afortunar, y tremendo desliz


en número y orden,


como afeitar bombilla


broma, como lamer hacienda sin construirse,


en serio pongo balanza,


y un kilo mis sueños


pesan más que cien kilos mis ilusiones,


amar, amarte, en este ente intransigente


me lleva sin anchas calzas


es flagrante,


como el cimiento del verso


es tu letra,


lo fidedigno, que me hace parte


del transcurrir minúsculo


en vida caduca que nos desliza el destino,


no hace falta amarre para osar,


ni buscar luz, cuando ya eres parte de mí...




El castellano Förüq




PUPILA TIERRA ENERVA:




Planicies serenas del azul imantado,


por surcos de febril labriego


como barca entre trillas se deslizan,


espigas y fauces grises, de nublos


voraces.


Carros con aperos


entre terrazos quietos;


su nueva siembra.


Riveras atrás y acres en verdor


de nueva grama,


endrinos y espinos


aislados entre hondo campo,


de pinos y caricias suaves


de joven matorral.


La vid desplegaba su nombre de vida.


Cardos brillaban en espinas erguidos,


saludando a nuevo cierzo


que se alejaba.


Sones en caminillos de hormigas,


el sol medía de la llaga sus hormigueros.


Romeros afilan la suerte del sendero,


que como una rama precoz


pronto, verde rodeaba.


Cristales de roca entre el suelo cálido.


Latido férreo de tierra arcillosa


el escarabajo negro paseaba,


y lombrices purpúreas no asomaban,


el raso donde el pardillo


y el verderón jugaban


su genética de vida,


perdigones entre codornices


sonsacaban el linde,


donde viborilla y culebras


hacían honor


de tranquilo serpear.


Era bastante el sueño precoz


casi saludando nueva veris


por el tronar de ojos suaves


ya no sonaban en sienes acristaladas


ni hacían bajo de pensamientos pobres.


Fertilidad en raudal,


como espasmo que generación abre;


giraba la torcaz


buscando cobijar


y al cielo abarcar.


El cielo que morado lloraba,


el gris del nublo la tierra asumía


en aljibe y abrevadero.


Mi son minero, me pulía la sangre,


en estalactita y veta, el bordear


mi vena.


De mi semblante pardo


no cambio nada.


Todo me lleva a lomo un caballito del diablo


que por sierras mis rúbricas, deja.


A mi sol broncíneo, saludo.


entre simientes frías


esperando


ser nueva vida en color.


Del fuste a la Oliva,


al tordo redondo de olivo señor.






Sepulcro en cobre:




Al panteón de mis escritos hoy escribo


de luto efímero en memoria,


vida remota atisbo sin sien acuartelada,


caléndula y rosa canina


pintarán su estirpe


de historia incrédula


jamás cincelada,


al reluchar indemne


polvo de metal estriben,


y de lirio en cuello que nacieron,


de espanto en puerta,


aliento y yugo fidedigno,


en pusilánime destino,


en cuerda que míseramente gozaba,


puertas sin desquicia atónita,


en umbrales carmines de besos


sin corral ni ascua sembrada,


pedí sus alas


yo que de sol desnudo descendía,


dócil, de grajo en mano fecundo,


inocente, de justicia ausente,


presuroso cerca mis verduras afables,


no se alejaban ya,


de tierra y rayos fragorosos,


lides eternas ya os abrazo,


Castilla dividida


por cumbres enojosas,


jamás creadas,


alzaban mis sentires terruños,


fango de simientes yertas,


ojos al patio socavado


de iracunda hacienda de letra.


Destino magnífico cercenado


de mi mente penitente


y mis ángeles custodios,


arte deslumbraba que regocijaba,


condenas del poder y la mentira,


beldad ya me asombres.


Padrón de cielo en terrestre escala,


tumba al igual de socarrada


sola idea,


ya nunca más esquiva,


miel de mis dioses


y vespertina alma,


penetré yo, su muro


de eternal silencio,


y mi mármol florido gemía,


en las llagas solares


sus hoyos rectos


ay que vil no me apresa


pomposa letra que me corona,


y dolor desciende.


Glorias miro y exclamo:


-¿Dónde?


Ornaba mi sepulcro


dulces abrojos versados,


memorias de fantasía


erguía mi pluma de antorcha,


austero en bóvedas mi sentido inerme


ceñido divino laurel


en universo en arco y saeta


crepitante olvido,


perdurable halago


en formol mi verso.


Embargado reinaba el suelo,


pálida luz descorchada,


presentaba la espina en mi corazón


que lívida me lo arrancaba,


maraña atroz


que tu divino acento


Musa, mi alma imploraba.






Förüq castellano






Yunta cadente de mi huebra:




Hueso, eje:


Huebra, yunta, barbecho, 


acre, cadente, copa de vieja encina, 


plañidera lozana, hilanderas, yugada, 


sembradío, huero, huera, yesca, 


materia muy seca, azumbre anisada.




I


Avanza mi alma yerta,


un encono trashumante,


que viste todos los campos


de mozas plañideras que visten


el azul inmenso inefable


todos los cielos terrenos,


estiran las señoras 


damas hilanderas


la nieve todos los cerros


del tremendo espacio inconmensurable,


afilan viejas encinas sus henchidas copas,


un verde espumoso dentado,


y sus flores de tierra


que dan las bellotas del mañana,


barbecho por tres años esperando


sea huebra bajo yunta


acre cadente como lozana espiga


casada con el ababol vespertino de primavera


que trae Ostara, tempranamente,


alivio mi yesca tierra


de materia muy seca,


como ascua que plañe segura


nueva vida de seca leña,


sé cariño mi moza amante


allá donde lloran las flores,


sé cariño mi señora moza


de alma joven,


honores consagren mi sagrada cepa,


Dionisio le pedí permiso,


con fuste Ambrosíaco


de nueva sangre,


aunque mi sed prefiera


media azumbre anisada,


de anís seco


que por meloso lo elijo dulce


como canta mi carajillo,


y me habla de espíritu en alza,


entre mi sembradío de penas y tormentos,


huera pena,


huero camino de ella,


mi larga sombra que no se detiene,


como terreno de yugada por dolor.






Förüq el castellano




TIERRA DE ENTRAÑA:




Siente, siento la magia primigenia,


esencial canto primero


la llamada furtiva del guerrero,


el alarido primero,


una melodía jamás


nunca más escuchada,


interpretada o inventada,


un desfase en alarido de cópula


un respirar flamígero de la tierra en azul lluvia


y, verde savia enraizada.


Trompetas del averno en superficie,


llamando deseoso,


con espiral armada y clarines bélicos,


todos dispuestos del difunto, nunca más; 


terreno, un gramófono de vida 


un rebosar en pila demencial


sin fin, ni poso,


ni quietud escarlata


un son de divino, redondo, caracol


respirar permeable entonado,


tierra


materia a tierra,


espíritu 


alma y rojo granate, arrojo,


desfogue, vida de la no vida


cursada


y abismo lleno de humedad


Ostara de primavera,


en estío de verano


abriendo, socavando


cual estalactita pretil


de gozo y frescor angelical,


tormenta perfecta clamada


a rito y furtivismo en danza,


rastreo pertinaz


de risco y elegía de alegría


todo era y es


llanto de emoción


todos mis llameantes


castos, bravos, valientes


unidad de avanzada


mis castos dioses.


Llamo, te imploro


como quien soy


vigía, guardián,


centauro protector


castellano con Fenrir,


a mi izquierdo lado,


fuerza imperial,


sangre inmortal 


de linaje y única descendencia


Solar,


Cuervo Förüq iluminoso


de druida poseedor y maestro


todas funciones, virtudes, y artes.


Yo sin nombre,


yo primero y último


guerrero


en pie 


Escriba antiguo


el más adelantado y vetusto


todo lo antiguo


nunca habló


porque yerto, 


silente, yace, que reposa


su vida muerta Awen,


Odín


Creador universal


que no soy yo,


pero 


yo soy la historia


que reside escrita, inacabada


en mi libreta,


soy dueño


de cuanto existe en mi cabeza,


Óh, Candamvis, en dos, te alzo,


en tres, te amo,


mi dios dador, castellano,


ferviente dador del relámpago asido


dios de la tormenta


del risco y toda cima de cumbre terrena,


tres te despierto


porque siempre reposas despierto,


es nuestro momento


a ti mi gloria abre esponjada la tierra,


apaga todo


lo que arde desde sí mismo,


extendiéndose,


riega todo terreno,


de agua dura, limpia


serena.


protege todo campo,


te canto


óh invencible


como mi sol padre,


riega este infierno


de astro apagado,


haz que resople el viento fantasmal


todos los altos cielos,


llamo a la muerte


llamo a vida,


a germinar toda semilla


en eternidad


de longevidad imperial,


madre planta,


padre tallo,


os hablo,


magia fuego, tierra, ceniza, agua.


Río, acequia, sangre 


movimiento, sed colmada,


fronda suave de verdor


inusitado,


llamo a Vivir 


llamo a Vivir


llamo a Vivir en mi Razón


a MUSA LEANNÁN-SÍDHE.


SIEMPRE


SIEMPRE;


para siempre


y cada siglo 


que empieza 


nuestra condena


para sentir que sientas escuchar 


la lluvia 


en la tierra de tus ojos,


musa Señora Hada.


Contigo 


debido soy eterno


Centauro Castellano


lit C et sumun Canae


tu protector.






Förüq










Osadía en clave:




Venga, venga cantando,


la sola idea en hoguera,


del oficio que arde,


su desquicia alada,


De campo yerto;


que por yerto no es campo,


si no hondo cementerio


de acristalada secuaz, idea.


Eco ciego de purísima imagen,


crascitaba mi tiempo,


quemo pensado,


era mejor que si luz,


no hubiera visto.


Sonaba ya una matinata,


del alba nocturna sin calzas,


ni categoría difunta.


Cómo estancia de estela breve,


sin descorchar.


Reinaba un hueso de luna,


descalza de un noviembre


que lloraba, nubes y agravios,


penas y tormentas en flor.


Traje de bruma,


sombra en agua de señales,


en tierra y sus tordos,


escarbando en busca,


de lombrices azuladas;


de ideas que prevalecen,


como venas de senderos,


como laberintos


dando vueltas a la peonza,


del mismo asunto,


sin vida, sin embargo,


era bonita idea,


por la que morir sin pensarlo,


sin crueldad acrisolada,


ni mentira sin conocerla verdadera.


Förüq castellano Miguel Esteban


Oficio arde


del dulce mirarte,


y ojos dulces


no hallen tristura


ni en la paz de guerra


armada ventura,


llorar puedan


orillas suaves,


entre sargazos


y plebeyas sienes


caracolas


y espumas de olas,


tronos de sirenas


entre sajadas


marejadas entre tules


y densos, profundos azules,


ay de mí espuela


y sus noches de tierra


de ventisca


y tormentas de soledad,


ideal aún yacente


animaba tus pechos


graves cuan pedernal.


La más bella


que en mi lugar


sólo belleza hallaba


a reclamar


mi bella doncella amapola


de oda y elegía en sangre


su tierra toda.


Escucha mi ama


de tu cárcel


ni en ojos


ni en rubores


encuentro llave


tus cerrojillos vida,


dicha y fortuna


en flores no me descubran


ni fuga ni huida


que todo destino


sólo a ti me precede


a cuidarte,


servirte


y amarte


como todo dicta


qué alegría


eres, niña de amapola.


Canción


de tornasola.




Förüq castellano er-lobo bohemio a 24/07/2020




Reflector:




Esto es todo en cuanto yo creo, amor, posibilidades a completarme, a ser feliz sin querer serlo, posibilidades a recto cumplir todos mis anhelos, sin la temporalidad por lo notorio en los sentidos, ni del nervio afilado un placer, me provocas, fugacidad de lo caduco de la carne, parte es todo un todo de una parte, no colma yacija que mi historia de alma porta en cuerpo terreno, ¿Dónde quedamos? Posibilidades de Puerto incierto, una travesía, un suspiro, un aullido de viento, lo que creo e invoco, es más que lo que pueden alcanzar sentidos, ojos y palabra, mi regocijo, mi rifle, mi vida, mi poesía. 


Cántico;


oh, tendido


de la lumbre


en cama.


Acaso de azul hundido


a mí muerte


pura tierra


procuro


de suspiro


y templo verde,


sombra de señor olvido


que demás


cenizas desplaza,


ya la tierra


sólo engulle


lo que es de ella,


Primavera viste


en filo de flor y agua,


alguien viera


este frívolo tranvía


sin escala de esquela


ni duro hueso


de estaca y vela.


Fundido en carne


y parca de amigos gusanos.


Entre crujir


de caminillos ávidos


y repiqueteo final


de víscera


en eco de ataúd indolente,


estallido como cicatriz


causa el rayo al árbol deseado


pulcritud de festín


alimento de injuriosa


vida breve que desea alas,


Es tórax abriendo a última toma de aire


sin respiro ni célula en sangre roja


regada.


Lúgubre detalle


de como bella es la vida


bello festín de tenebrios


es cada muerte,


ciclo eterno


de vagido, llanto, respiro,


sonrisa, suerte, copla,


elogio de noche, azar insumiso


que muerde la hora,


yugo destino, saeta, cuerda,


yunque ilusión, risa,


mentira,


siembra, espera


baile, danza final


labriego en calavera.


Festín o sobriedad


en fría escama


lumbre de chasquido inicial


Vista y nulidad en visión


para tercera campanada


ser ceniza de hoguera.


O comienzo de nueva vida


Carne y frenesí


de dantescos dioses del Averno


Inicio con final anunciado.


Tierra y sangre de ella.


Förüq castellano er-lobo bohemio






Auge conmigo renasce:




Noche tus horas breves


un agujero sin salida,


oscuro, de escalofríos que hacen


temblar,


 derretido el suplicio,


un alarido interno, estremece,


Dama escarlata,


de luces ciegas,


y hielo flamígero derretido,


tus sones no me vencen,


ni mis ojos te lloran,


ni esta parca azabache,


cae efímera, 


sin ascua su prendida vela,


ni este dolor cae resuelto,


en vela de navegante, 


sin final, su eterno principio,


para a la mañana


volver a revivir 


la misma pesadilla y sierpe


tu descatálogo,


uno yo he perdonado,


a diferencia,


dos y persona de baja ralea,


tres me quiero y Vty me quiere, 


que me mantiene despierto


en vela llamando,


llamándote desconsiderada,


ay de tus luces firmes,


de tus sopores que me caminan,


todas mis soledades dementes,


este rumbo sin astrolabio,


en océano de brea,


de noche fumando


y versando


todos estos cigarrillos


del diablo probe, que soy yo,


para contemplar que no vienes


no vienes, no vienes


y ni está piedad


reluce como ámbar blando,


ni lágrimas de hadas


ni sollozo de lluvia


mis castos dioses.


Noche, noche ay de mí,


sin tu sonrisa


ni tu quietud escarlata.


El código del guerrero,


el estigma,


la fragua


de campo abierto, 


el cantar silencioso


de lágrima que chilla,


un evanescer en mecedora solitaria


y carcoma sin mueble,


un descender primero,


los colores, 


tus ojos que imagino,


el gris, un tambor de sílaba,


un naipe ardiendo,


una compuerta


de un embalse sin agua


era mi pena


era mi tristeza ya jamás acompañada,


madre de mi aflicción particular,


cumbre de musario cerro,


locura quieta mía,


desangelada,


sopor infernal respirando su llama,


de dulce tormento cosido,


su estela que flagra,


luces miles


que no eran blancas,


en sótano de luz


de traumas docenas


y tenebrios celadores


De soga y sopa medicamentosa,


que se apaguen estás todas luces


 artificiosas de la flor ciudad,


que tu cielo cariño quiero mirar


y recto, honrado rezar.




Förüq castellano er-lobo bohemio






Río de todas las flores desangradas:






























Queréis amar como se ama a la bondad,


queréis amar como se ama a la sola, oscura voz,


queréis amar como se ama al primer amor,


pues id a esa piedra,


alegre o triste del invierno lluvioso,


sobre los musgos y su piel aterciopelada, sedosa,


que mi maravilla mejicana, 


en mí enraizada no la cambio por nada,


queréis seguir a dios,


sí ese el que crea,


pues no améis mi corazón que es como su amor,


una Piedra,


queréis ver el alba más preciosa,


no sigáis banalidades de señoriales utopías,


que mi amor es vida,


y a ella canta,


a su belleza ignota mi Musa Armada,


de paraíso inocente y miel desvencijada,


así frente al enemigo canto,


queréis amor,


o encontrarlo,


pues id a la Piedra del río todas las flores desangradas,


que es mi amor por mi pequeña,


piedrita bella,


mi camarada, mi cruz y mi condena,


a una felicidad extasiada,


mi amor que no se vende y sí arriesga,


porque hay certeza,


y es que ella a mí también me ama.








Förüq Castellano Miguel Esteban








Linde quieto abierto:








Derecho firmamento cristalino


entre filos férreos,


es una piedra que camina,


piedra aventurera,


seca y umbría,


reposa y duerme


cantares del linde,


centellea rayos irisados


se riza con los besos de lluvia,


acaso quiso ser otra,


ella tan yerma, tan plácida,


imperecedera,


cerrada como se cierran


los rayos de luna,


acantonada, de estéril estampa,


dejas muda alabanza,


el día que te hice de voz,


piedra bella, sola,


estridente sin patio de sonido,


y esta voz que te di


voz dorada como tu piel de minera,


como un soto sin perdices,


avanzabas solo tú,


la vida quieta,


sembrándote allí por donde anduvieras,


al candor de piedra única


igual a la siguiente y a la anterior,


sin afán superior


hasta que este poeta te dio voz,


como flores que sin color


acaso fuesen,


un despertar en brazos de cieno,


un respirar de la montaña,


un cuchillo calizo que afilan


erosiones de las eras,


latido férreo, sangre de mineral,


o compostura de arenas,


piedra de mi casa,


piedra de tu casa,


la tierra.




II




Piedra potencia eterna,


nacida como nace una estrella,


cumbre de filos por bandera,


hogar, cobijo y morada


de lagartijas que cuelgan tus venas,


colchón de rayos de sol,


asolada tu espera


por quien te dio voz,


lideras tu guerra sin cuartel,


antes de yo nacer,


tú dabas alientos al suelo


sin importar pertenecer,


siempre fuiste


siempre eras su piel,


de la cantera, al nicho,


del mausoleo, al caserón viejo,


del silo al castillo,


tu fortaleza empedernida,


tu aval de honda certera,


Siempre estabas


siempre estuviste,


como río a su voz del mar,


osado no fui yo


quien te encontró,


solo fui encargado


de darte moción verdadera


ojalá pudieses contestarme


mi piedrita bella.






III




Devuélveme a tu vida eterna,


del soto a tu quimera verdadera,


clávame la oscuridad de tu cueva,


en esta esfera pulida sin espera,


risco de tu sien enarbolada,


millones de hijos


esencia desnuda de tu alma pura,


techo sin compostura


del ser invertebrado,


techumbre que pizarra llora,


su azabache de cristal,


tu sangre de fuego y agua


que nunca te alcanza


sólo partirte puede,


grieta de helada, tus filamentos


que encaran tu azar de vida sin dueño


a tu sangre de musgo me cuelgo,


en verde musgo tu fantasma muerdo,


vida de herramienta,


azar de la idea,


al paraje que te conforma


al que sostienes su vida


siendo el suelo techo de esta hacienda,


si tuvieses dolores todos gritarían


que se acabase la muerte en la tierra.




El Castellano




Vine con la lluvia nativa:




Gran Sol Padre, gran hervor al fervor de rayos espadas


día empalado; tu iris sediento sanguinoso destellante ciego


en Vestal Hispana iridiscente siembra en flamas a lo alto,


a los cielos hundidos brillas, como crece la espina talento


sembrado, enraizado en nuestro corazón enfervorizado,


rueda de fuego y bronce, oh, Lugh en tu gloria te canto,


germino mi alma, toda dicha plañe, padre de mi conocimiento,


que es tuya, oidor, de cuánto arte ha conocido, Padre Sol Superior.


Escucha mi alma de abrojo, mientras te honren, este,


el día de mi musa en armas fundidas.


 


El invierno se ha ido, tinta, oh, savia de mi escritura, atrás mi pasado punible,


los campos están verdecidos, hueso y fierro del pagano, cantando en flores


que trae Ostara mi brillante amante, y su caricia de divina nota


de savia acrisola, que escala todo terreno, y fríos ya señeros,


Toda la tierra, oh, Madre, duerme en tu ausencia.


OH LUGUS


Solar y poderoso, magnificas, mi arma es tu alma


SolFerro sobre nosotros en tu gloria, pido,


oh Elevado, tu regreso al alma incendiada,


en virtud azada y rayo secular, que te amima, y habla,


que traigas la sangre mi letra, a nosotros la luz seca y ardorosa


y el calor de tu vida, hilvanes, mi parco destino de Tres Hermanas de Negro hilo.


 


Trae de nuevo la vida fervorosa, de nuevo a la campiña y vereda castellana.


Trae de nuevo la luz a la fiera en vespertina hoguera mi hueste.


 aleja la saeta oscura parca de su sigilo yerto, que te retiembla la calma,


al alba más preciosa jamás inviolada, avanza mi porte, vine con la lluvia.


 


Maestro encumbrado, he llegado a dos días de primavera,


del arte que florece, lamo tu tierra palmo a trecho, esse Veris dilectus.


Alzo en un sentido,


merezco la sola Parquedad, hacer mi esposa la weche. 


Madre de mi fuerza,


soy el creador fúlgido,


de vellos iridiscentes en pecho,


vine por las voces del cerro las ánimas, padre,


resoplar y resplandecer el solo brillo,


en crisol de valles,


y destellos finitos la ingratitud humana,


que develo y expulso,


a dos días besar La Brillante Ostara,


 en nuestras entrañas germinamos los yertos escitas, guerreros la Parca,


nosotros los escribas de hoja en puño y alma en letra


cabalgamos todo tiempo difunto,


guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz invencible.


 


Diestro compás invicto.


en sol mayor, como es arriba rebrillaras abajo


bruma de idea infausta, socarrada.


Flamígero desdén encumbrado;


congelado éter flamígero, en ascuas,


de fuego azul, en violáceo fulgor.


Horizonte sin prisas


Índigo que se me arrostró


con todos los halos


de un marzo su crueza.




Abre el nuevo fervor de tu luciente Lucero invencible.


Oh, Padre, su solitario azar de relámpagos,


de tu azur hermoseando,


enclaustrado.


Vírgenes encinas, y almendro de soto,


entre un nogal


dependiente de su sombra.


Al verdor de inusitados pinos,


me caracolea


la fronda del monte. Musario cerro desnudo,


Espino amarillo de mi dossier,


Caléndulas solariegas,


que amarillea su silvestre ralea,


esposa complaciente de Sol naciendo.


Brilla esta infamia


de campo abierto.


A esta última lagartija


lanzo un baquio seguro,


sin disfraz ni apellido perenne.


Mudez última


de sangrada amapola.




Sanguínea tormenta


De dureza blanda




con agua de mi terco aljibe


obtuso en litigio de iris vespertino,


y su sangre que baila


el suelo terreno,




que en culto a ti Lugh yo beso.


Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra.


Encumbrado Escita y sirviente de Candavmis dios del Trueno.


Reflexión:


Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,


es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,




Y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,


en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor, a


luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.


 


El Castellano Förüq Miguel Esteban T.


LLAMEANTE OSCURIDAD:




Cálido yo, ante un segmento de cobre


y su templado escalofrío,


un son en llamas del sonido, humeante.


Se rizaba un acordeón,


en patitas algún diablo foráneo,


como un visitante fantasmagórico,


se quedaba sentado con nosotros,


sin reclamar ni vender derechos


consiguió en aire de alguna imagen,


turista o pusilánime prisionero aún condenado,


hablaba solo con sus azares encausados


de invisibilidad trasnochada,


muletero de frío cálido ventisqueo,


era su sombra algo más


recelosa incluso ya no le temía,


partía brisas con miradas,


y servía naipes helados; 


en copa alguna hada verde,


vestía de hojas su desnudez violenta,


relamía eclipses en alguna grama, de patio umbrío,


eternidad caracoleaba, sin lazo,


ni pedernal florido,


era tiempo de batallar,


sobre poste cóncavo


de pino frío y señales


en cable tenso de telégrafo,


jugaba notas, y señales,


alaridos esquivos,


y densos fantasmas, flotaban


y hacían de esta bruma,


todo corral, y pretil llanto


como rocío de toda roseta, de penitente,


abierta a la fugaz mañana,


del hombre y su negra tijera.


Miradas extrañas, que le analizaban,


y encendían su yerta,


hórrida imagen capturada,


flotaba en aire;


de plenilunio,


y solsticio embrujado,


como calor desfasando,


un chirrío,


descorchado, en alguna mente,


que con él sin saber


se encuentra,


soldando vapores de océanos,


y espumas, y sus sirenas.


Entre vastedad que incendia, 


todas cosas vanas,


preguntó alguien, 


sin destino, si existir por sí mismo


valiese,


era tiempo necesario;


lo que no se elige, 


tampoco se duda, ni pregunta,


acaso hablamos,


o te acabo de pensar,


cadillo foráneo, forraje


de todo sendero


que lleva a conocerte,


como clavo en sombrero,


y cimitarra en tierra asida.




Förüq


Fulge mi astro:




Quimera mía,


gloriosa siembra,


abren portones verdaderos,


estoy oscureciendo,


sí allí donde todo cuerpo desvanece,


negro puerto al que arribar,


somos carne, iris flamígero


de horizonte,


somos bruma que desciende,


y todo envuelve,


ven amor este océano


de mar abierto nos pertenece,


halo tras halo,


es lo que sentimos brillo,


destellando primero,


abre tu riera serena,


déjame adentrar tu extasía


en color como tierra esponjada,


no te detengas,


no ceses tus armas,


mi gloria en carne doncella segura,


volvamos el abismo un barco,


para llegar más lejos,


dentro, muy dentro


donde alma bulle


bajo el signo de luna azabache


y bajo druida índigo cuervo,


llamo a mi falange de Austria


de Viena, Praga


y a mis vampiros inimaginados


de bohemia Hungría, Budapest en mis armas,


por la rosa secreta todo canto,


gemido tuyo de silencio,


poesía.


Reina mi condena,


por la que morir y renacer


en tu campiña, de pechos canela


en rama felicidad


por la que fui, soy, y seré,


último dios sin consumar,


sin tus labios besar,


sin tu amapola regar,


he venido alzando tinieblas,


disecando miedos,


construyendo nuestro reloj,


para volver a soñarnos,


de engranaje, y péndulo


de cristal de roca,


porque somos tierra.


Duros hijos del azabache mercurial,


brisa, brisa,


de este octubre que te dibuja,


caballo solar monto,


astas de centella,


alas de Pegaso,


carne y cuerpo de centauro,


arraso todo campo


tendido en pena bóveda,


Quimera incendiemos


la vieja ropa,


no he venido a asumirme,


ni doblegarme,


a indicar llanamente,


que mi guerra por ganar tu cariño,


no ha finalizado,


El Castellano Förüq er-lobo bohemio a 8-10-2020


Lágrima del hierro:


Lágrima del hierro:




Escribo a la madre belleza,


olvidada, de lágrima inerte,


sólida, al vítreo cristal mineral,


al brillo metálico insoslayable.


De llama perpetua, y solo crisol


de brillo calizo.


Era sobre una lisa pizarra,


 tallada una punta de flecha,


que venía a plañir el río cuervo,


de mi visita en mi infancia,


una luna azabache regía,


mi compostura empedernida,


hoy en día,


hablo que me responde,


la belleza encontrada,


en mi piedra bella,


tesoro intangible,


única al fragor de heladas grises,


y solanas que llora el cielo terreno.


A mi `piedra de sangre.




II


Oh, si tu respuesta fuese,


soy sangre, viva-muerta,


que te aguarda y espera;


a mi cuarzo, cristal de roca,


de reloj en eternidad azogada,


silente como silencio reverberante,


su eterno segundo, que vi, 


su pureza de espejo.


Oh, caracola de hilo en carbono,


tu forma de espiral sagrada,


de principio sin final.


Oh mi magnetita de unión


y atracción férrea,


como mi amor a la sangre.


Bajo sello arcano


transmuto esta coralina esencia.




III




En auge mi amado mercurio,


único sólido líquido, como lágrima precipitada, 


oscura, sin poder secar del alma.


A este río vestigial, ancestral,


que vine sin horadar su impronta eterna,


mi muerte, como reflejáis vosotros,


mis reliquias, que besáis incesantes.


Inmutables.


Al hierro en mineral candente,


en sed de forjarse,


como se forja una lágrima las hadas,


en ámbar, oro líquido,


traspasando umbrales temporales, sucesivos,


en brillo, áureo,


del fulgor en cristalizada,


perfecta armonía.


En crisálida.








Förüq castellano Miguel Esteban a 11-04-2021




TINIEBLA LUMINOSA:






Vida, pensamiento, tiempo,


dualidad luz, oscuridad;


pensamiento, sentimiento,


como todo indica,


en principio todo era y fue


oscuro,


y una chispa


como un relámpago


prendió de azar el abismo


absoluto había,


esa luz surgida rápido fue multiplicando,


en fulgor y pariendo


luciérnagas de estrellas los densos cielos,


como luz y oscuridad


eran desde su origen inmensos


y veloces,


rápido surgió su atracción y deseo


encadenado.


Ambos reclamaron su espacio universal


si uno existía


se concordó el otro debía ser opuesto


y existir a la vez.


hijo y vespertino del Averno,


abismático era todo destello,


centella descendiente de rayo obscuro,


así no podemos deshacernos


ni suprimir toda oscuridad interna


ni demonios habitantes


nuestro intelecto,


debido jamás podríamos brillar entonces


como inusitado resplandor de centella,


ni osas brillo esencial purísimo al tacto,


ni azar de ascua encendida acaso fuéramos.


Esa dualidad inherente


es tan necesaria


como respiro de pez en su medio,


absoluto diamantino


y hierro en sangre


hematíes dementes


y espigas rojas


de excelsitud en relevante esencia,


mitad luz mitad sombra azul


de cariño enfundado


era simple y llanamente


mi cariño enfuscado


batallante.






Förüq castellano a 8-8-2020






PENAR FÉRREO:




Lloro en la densidad del sollozo,


en abanico de sopores que avanzan,


que tejen la puridad del placer,


lloro en la frecuencia del gemido


inefable, inaudito,


de cumbre y risco inaudible


de las aras y vestigiales sendas,


que todo amanecer descubren,


canto a los labios de la hoguera


de mi cima sin bandera,


canto del zorzal a su zarzal


que asienta,


trino de vid y girasol,


pintado de caléndula.


Mi llanto de brezo de fuego,


entre el cerro alto que baja


mi cardillo para entregarse a su dama.


Lloro por avenidas de ángeles


que perdieron sus alas,


en sintonía de falsos ideales de un progreso falso


sobre torres de humo


del interés humano, social, deshumanizado,


que vendía y aposentaba material


vestido de granate rubí excelso que portaba


el lustre en movimiento, llamado beneficio,


construir la destrucción del pasado


se pudo, en retinas huecas,


y seres de número y oficina.


Lloro a mi savia de ciprés


de una caída un abril febril


como hoja temprana de otoño que voló, era mi vida,


un tenor de conciencia,


una tijera roja,


sobre papel quemado de sucesos difuntos,


que brillaban más que el albor en sol ferro,


lloro por mis sueños sembrados,


por el valor de virtud


de soñar.


De soñar, sin maldición que me sueña.


Presentes sucesiones de difuntos


que corren


a arremolinarse,


como si años no hubieran nacido


y ahora les diesen privilegio


y fase contada para renacer y volver a matarse,


a esperas de esta vez


no ser de mentira verdadera.




Förüq castellano er-lobo bohemio a 28-09-2020


Metal llameante en tu vidrio:








Iridiscente encanto,


en tu áspero relente sembrado, 


quién sabe de tu ternura 


sin conocerte, 


aplacas que embebes 


mi furtivo viento, 


entre mis soledades 


y punciones áureas, 


como mis nervios 


blincan aterciopelados 


en tu tacto almibarado; 


montaña suave 


me enterneces 


como sol crepita a lo alto, 


un rayo sedoso 


tu pulcra virtud, 


como espadas lunares, 


vertidas en filo enigmático, 


y absoluta entrega, 


no puedo más estallar,


mi devoción ardiente, 


en éter, 


la lágrima el azabache, 


de arma ancestral, 


y mi mercurio celoso, 


te cuenta Musa, 


que no encuentro 


nueva desquicia 


ni en tu sueño diamante, 


confusos crujen, 


mis sigilos de chopo forjador, 


se requería algo simbólico 


y voy que comienzo.




Polvo y sangre 


mi verdad moviese 


sin calor lascivo, 


ni viento en reflejo 


desesperado, 


mi sentido de escribirte 


en canción resurgida, 


como aquel capitán 


del barco hundido 


renasce, 


abrazado a la bella sirena escarlata 


abrazado, 


fiero con el cuello atado, 


su cantada armada 


bajo océano 


de un abril encantado, 


y como usted, 


sola de valor y hermosura, 


que todo pecho hiende, 


cautivo muriendo vivo 


yo en tu pecho, 


corrige mi gallardía 


una nota abismática 


en escama turquesa 


como mi vítreo iris, 


mis ojos, 


te miran, leen, 


y convergen, 


en viles espuelas, 


que se afligen 


como mi espíritu de Lugh 


Sol ferro que porto, 


presurosa tú, 


polvorosa pluma, 


oh mi blanda Musa 


de cristal candente 


y agua en traje su sombra, 


quién amimarte pueda, 


sin que retrocedas, 


quién encontrase, 


su luz dadora, 


y forjadora, 


su contienda de vida, 


en tus poemas solares entregas, 


agora, el tal mañana,


me rinde razón perdida, 


y claustro admiración secreta, 


desenfundada, 


mayor importunio, 


es no osar seguir este camino 


de espigas rojas; 


y dispares ilusiones, 


de fiera, y dura tierra, 


maravillado, señora, 


como Némesis en inmortal saeta, 


la ciencia de la rosa secreta, 


tu aura perfecta, 


tu obra de castro y castillo, 


entre poetas, 


perpetua materia 


es mi esencia de verso, 


que afila, 


mi oscura golondrina, 


mi dulce miseria, 


temer que no se ajuntará, 


mi visión, 


alumbrando contigo, 


mi preñez, 


en desconocimiento.








Förüq el castellano Miguel Esteban




En mitad un candelabro:




I




Extinguía una ausencia,


que brillaba bajo una luz,


tosca, de un sol de abril.


Calentaba su glándula en acre arcilloso.


Un barro que sostenía,


un charco que su agua


formaba miel roja.


El cubo sostenido de la rama,


colgaba mis peticiones,


sobre una plancha repostada


en muro de adobe.


El breve amanecer,


erguido en unas manos sonrojadas.


Ella en pie, sobre el polvo


de una tabla,


bordaba ínfimas costuras,


sobre su respiro valiente.




II


Mi cuchillo con pereza,


cortando un destello en negrura.


Encima, un eral


donde sembraban patatas,


dejaba pruebas, una ligera sombra


de un almendro silvestre de oro.


Que yacía como un dios sin nombre.


Escrita en sangre en su falda,


yacía mi testimonio,


como caligrafía de un cernícalo,


tragado por el árbol.


Era un vuelo de misterioso oficio,


bajo honda raíz de tomo,


enraizada la calavera,


siendo morada de tenebrios,


su follaje de pesadilla y bestiario.




III




Despierto los antepasados


de llama en el cobre


un candelabro.


Mis piedades como cruz,


de barro en cementerio,


fundido de parábolas


y nidos de tordos,


en sus cipreses.


Infundados en negror extendido,


volaban fantasmas y afectos,


como sentires de las tumbas.


El aire cantando, 


ladrones y brujas,


terreno de dientes,


calaveras rojas, y calaveras azules,


sin pérdidas,


historia de palabra relamida.








Förüq castellano Miguel Esteban a 16-04-2021




Tu alma de fuente:




TU ALMA DE FUENTE:


 


Desasirse, tu voz ocurriera,


quedar sin partir mi alma,


como estalactita,


como sola queda la caracola


vacía y hueca sin hallar tu letra,


desasirme y quedar


yo, sin árbol ni aire,


consumirme como llama de vela,


apogeo, torre de breve arena,


cae de arriba,


este demonio sin pena,


hablar de mudas solitudes,


como eterno, es lo temporal,


verdad colmada de ausencia,


arder sin quemarse,


e infierno azul de otra vida,


aprieto de verso me solicitas,


te dijo mi ventana,


como entraña de invierno duro,


alma, asómate,


viste su hermosura porfiada,


¿Viste que mañana seré hoja incrédula?


De planta que yaga pura,


que brilla oscura mi siembra,


mañana iremos a desnacer,


porque hoy sin tu respiro,


ni poema solar, no es vivir,


¡Ay! Lo que no dicen tus ojos hechiceros,


yugo amante, fiel,


que no abandona su sombra,


necesitaba tu dura grana de piel,


y tus rosáceos, granates, áureos labios,


mi alma traslúcida,


imponente,


reniega a achicarse,


lleve donde lleve,


el aire de poniente,


reluce por ella,


todo apócrifo misterio,


te debo tanto que no me imagino,


embargando sangre,


jamás esquiva,


jamás esquiva.


Todo este campo,


cubre y cubriría.


 






II


El nombre y la vida 


conservan mi ceniza,


seña clara el luctuoso querer


de las criaturas del alba,


mi sudor siembro,


como apremio de obras


que dilatan al fulgor


su bronce perenne.


Sabe su dios


por cuánto parecen contradecirse,


sin procurar hacienda


esta pluma mía,


sollozo de mi hada tal vez,


que dicté


no abandonar ni en locura


su vera effigia,


mi otra vía mercurial


divaga si pensamiento o porfía,


si tatido o latido de ciego ansiando luz


que nunca encontró,


triste la clepsidra ve agotarse sus lágrimas,


de tiempo ausente para finalizar,


como se quiere en vez primera,


resplandor en cielo infinito,


es mi conjuro sin oficio,


como deseo de su holganza y seco trino,


que crascita mi noche, vuelta tuya,


en vez primera sin terminar,


dioses por dónde iba,


por donde soy siempre,


por y para siempre fiel,


a virtud, de nota y silabario


tu recta ánima.






Förüq castellano Miguel Esteban


REALEZA LA TIERRA:




Vernales campos me avanzan como torbellinos y ventisqueros,


llenos de hojas y fuentes que aventan la vida,


de los huesos sembrados; poeta tejido


de la solaz llaga fértil al arrope de un calor,


plantan los besos huidizos,


besos repletos que atraen siempre


a la parca lisonjera sin apellido,


largos hilos teje este mi puñal jactancioso,


revestido de relámpagos y truenos azures,


divino silencio, ya no más, ultrajado instrumento


hasta mi locura quieta, si loco, solo, he de hallar,


Treinta más loco solo habido quedaré.


Clamor de misma azada y pluma,


herramienta un destino demencial,


vestirá la caléndula de mi lugar.


Paseen las sombras


que a la muerte no harán fértil.


Delante mi castigo, este León no amansa,


estoy para sentir,


aún en infierno silente sacaré


garra y letra de cernícalo avizor que amo,


para llegada mi vejez recordar que sigo siendo


quien yo era, sí,


canto con la voz encarecida,


templanza de fuego y madera,


sin arma, más que mi garganta,


sin vida más que una divina planta,


Néctar de mi sangre que habla,


levantando a Castilla de mi alma,


labrada entera la tierra, me adentra.






Förüq castellano Miguel Esteban




VIEJA VIGA:


Iré brotando breve


como germina una almendra,


día tras día


sol tras luna,


hablando hondo


de precipicios y suertes


blande toda palabra honesta,


veces que no me entenderán


no me pedirán luz y sombra,


nada verán en mis poemas.


Mientras en la tiniebla densa


todo germina,


como razón se hila.


Oh, flor de belleza,


oh incansable palabra alzada.




II


Agua limpia


de sangres rojas,


transparencia de pez de cristal,


era mi sollozo impune,


como lágrima tejida sin poder precipitar,


sigo vuelo toda belleza asida,


perfecta vida


de poeta que fue soldado,


agua y fuego sangra toda roca,


linea que la fuente brota,


olvido todo sabe, precavido,


voy de asignar movimiento


a lo que no conozco.




III


Oh vieja viga, es mi poema


maestra sobre un rito


sujeta, llegó la guerra,


un grito de infortunio,


muerte vuelve siempre


por sus lágrimas retoños.


La poesía regresa igual


de oídos rectos,


y verdades ciegas, preguntar:


-Cuánto vale una estrella lejana.


Estoy aquí trescientas veces en el viento.


El salto,


cuántas veces concurrido.




Förüq castellano Miguel Esteban








GALERÍA DEL ALMA:


Leo el oscuro día atravesado,


como versos flotando en tintero,


bien amados.


Sortilegio divino, las flores armando


el viento furtivo, permisivo conductor


de errores y grietas, de aciertos enfoscados


como una galería que a nadie glorifica


el recuerdo vivido,


alma de misterio blanco.




Purísimo de Sol negro, brujo elevado al cielo,


puerta de trofeos y tragedias.


Elevar fúlgido, y fehaciente, ojos y mirada


dulce cual miel o néctar de Ambrosía,


Espejo que no solo acecha el reflejo


si no asume la sombra cruel del esperpento osamos,


hierro luce mi calma


esta erguida invernada,


bruñendo soles de escarcha azulada,


oh dolor grotesco, ola de mi sangre


que avanza en un sentido,


rumbo a bañarte


mi pecho sonríe hasta volver a elaborarte,


magia de vidrios del sueño,


agua, brea,


mercurio, iris sediento,


atónita rezaba mi espina en el corazón,


nadie la arrancará.






Förüq castellano Miguel Esteban




SOLLOZO DE GUERRERO:


Quién es el último que habla,


quién el primero que calla.


Belleza, parca, luz, amor,


tierra siempre dice no,


no trae mi ceguera,


ni de viento se llenan cabezas,


áltamente necio sería,


si viese mis huesos


durar hinchados de orgullo,


de huesos y de cráneos


de sepulcros y horizontes negros,


he venido,


aquí volveré novecientas veces


repleto de tierra en el viento,


oh glorioso sollozo,


habrás de saberme


repleto mi nombre


de parcas segadoras,


morir como soldado


mi propio destino.


Mis músculos arriados


superponen horizontes violáceos,


romperé el término, el lenguaje,


la bruma y el ocaso,


gime todo silencio perdurable.


No es gemido mi canto.


No es sollozo


culto al vivo ni al muerto.


Es un designio atemporal


una exclamación de dicha inmortal,


ley del humo del horno


toda palabra brotada,


más allá de labios y manos,


crepitar de la simiente,


un río de sangre sobre la tierra fértil


una lágrima, cumbre


del precio luminoso cegador,


grito y llama,


así sólo así


poder moverme entre la bruma siempre gris.










Förüq castellano Miguel Esteban



Jardín de tinta:


febrero 12, 2022




Noche, oh largueza breve


de piernas de ángeles,


alguien dijo grande


que la palabra gigante


es silencio,


por lo que el silencio


es inmensurable palabra perenne,


en este negro jardín de yedras azules,


voy perdido encontrando,


un destino parco,


brillador,


fuego traslúcido,


tu calor, la apología que hace tu verbo, beso, verso,


sol este negro de noche caduca,


sed viva estampa fulgente de armas,


era una herencia disuelta en sed de poemas,


una sangre que no se apaga,


todo es más que una parte del todo


que nunca llega,


hay un brillo desertor,


de alma renegada,


desertando a morir de tu contienda,


amada así conoces mi alma de grillo,


no me dictes nunca jaula


iré surcando abismos allá para encontrarte,


dulce sonrojado misterio


es tu silabario,


hay un hinojo solar, una desquicia yerta,


comiendo sus paticas de abeja,


el sonido reposa despierto,


el sueño llora colores


a su dama obscuridad que le envuelve,


sed de rayos, de sequías, de campos,


de jardines amarillos, sed de tu ambarina sonrisa,


es un azar por el que dictan las peludas patas de la araña,


de la leyenda del atrapa-sueños,


y el amado murciélago castellano alza vuelo,


por colchones de nubes,


su sigilo esplendente,


el color es eternidad


de la fuente de la sangre,


rojo sagrado, tinta bermellón,


como el jardín que porto,


en vena y arteria,


negro jardín de tinta noctámbula,


por los suelos, levanta ya tu frente,


oh mi Sol sordo,


sé que me escuchas con la luz irradias a la vida


y a lo que descansa sin tiempo para despertar


de tu beso,


flameo contigo en curvas de armas,


oh Castilla, descanso con tus pétalos y espaldares,


de tierra, de sangre, de virginal agua,


es aquella magia vestida de hierro sanguinoso,


y a veraz colmillo obtiene postor y reclamo,


estridencia clama,


que la tierra devora lo que es de ella,


y que el agua es su sed y sangre,


canta mi premisa:


-Los duros somos tierra,


los demás ceniza que se desplaza,


Aere perennius,


más duros y resplandecientes que el bronce,


por el tercer orden todas las cosas habidas,


mi amor no caerá trasplantado,


cuando amo es por mi nombre,


Siempre, por, y para siempre,


vivo y tu aliciente.






Förüq castellano Miguel Esteban



AQUILÓN:




Aquilón, oh dios de los vientos septentrionales


de vertiente helada norteña, levántate,


acoge, tú el más viejo de la vetusta,


de plata fina,


y pretiles sollozos bellos,


como llora toda belleza imantada,


torbellino de cuantos nos sujeta la madre natura,


dentro acoges la locura justa,


de quien acoge tus aullidos,


frenético azar jamás vencido,


oh, rauda fuerza de tempestad,


el viento no es mío,


ni trepando, enviciado en ti,


sólo soy tu hijo, Padre de los vientos,


seguirá invicto tu grito de lobo.


Este humilde loco baja a verte,


y subo a cumplir mi destino.


El amor es semilla y raíz de la verdad,


aunque duerma como duerme la hoja,


aunque respire como suspira la piedra,


locura divina, zarcillo de fuego,


escuchando, la locura quieta,


y tu cascabel de oro,


he venido a escuchar tu lobería,


tus yerbas que laten, baja ya tu belleza insobornable


siempre temida,


por elogiar te, es respetarte,


sólo soy fantasma que desea sublimar tu frío


Glorioso.








Förüq castellano Miguel Esteban




REPIQUETEO DE CARACOL:



I

Abuela es la fe mía,


sobrada bien hondada,


en abundancia,


que se halla donde estoy,


siempre,


usara yo esta palabra,


donde no habita,


caducidad d' este ser


de lo que estoy velloso,


sin litigio a reparar,


amparo de apoyo cariñoso,


aquella su herida cerré


amimando, presagiando,


brotaría, germinaría un día


su luz furtiva.






II


Allá alumbrado


su resplandecer airoso;


brillase ajeno el cantar,


que no es de otro,


ni mío cabe pensar.


Mora silvestre,


de mi zarza,


mora castellana,


te quiero,


de mi zarzal,


verdadera mora


inefable, vestida en carnaval,


bonita de dulzura,


risible, inocente,


parece tu faz.








III


Azúcar de aire,


y de la imberbe nube


caracoleas la maleza,


dando aviso de espina,


devanadera de erizadas manos,


mi carne de gallo,


gritas alegremente,


grito de alegría,


enamorada


de inclemente grito agudo,


pardo y prolongado;


te miro con curiosidad,


y nadie observa a quien mira.






IV


Oscilo los campos,


y páramos,


los baldíos,


y arroyuelos,


de sus acequias,


los almendrucos fugaces,


bienes y haciendas,


paseas como cuna labrada,


también te beso,


ciño a tu semblante,


tu gracia femenina,


rescoldo, que me mueve,


como sangre y pan trigo,


de prado en agua perenne.








Förüq er-lobo bohemio Esteban



SUS PIES EN LA GRAMA:




Imaginé sus pies y el rocío permisivo,


mi caléndula otoñal,


me bailó su agua nectarina.


Fuertemente en mis ojos solos entreabiertos,


mis pupilas entonaban una savia maldita


de una higuera del demonio u estramonio,


al divisar en mente su regio caminar acorde un perdido son,


de espigas y caracoles a esta primera lluvia copiosa


este otoño que ya era extendido,


como silbando al terreno nuevas hojas breves,


tan hermosos eran sus pies de dama,


que me daba miedo dejar de visualizarlos,


a ojos cerrados,


todavía no habían conocido mis senderos,


me llenó el alma su huella,


como mariposa leve, danzarina,


posándose sigilosa en un tridente de trébol,


sigilosamente se detuvo su caminar,


sacó del bolsillo, una nota doblada,


en la cual ella decía


Migue llegó su momento,


no está usted soñando,


-Yo no creí aquello,


no sabía si era la voz del averno o Paraíso terreno-


soy caballero Esteban, su Musa,


he venido a cumplir una promesa


hice a su alba más preciosa


nunca vista,


sólo soñada onírica..


No hay preludio amado.


Béseme como si tiempo no hubiera.


-Yo ya tenía mi corazón en la yerba de sus pies,


cómo negarme,


cómo estropear aquel sueño,


No se vaya compañera


le traigo la flor de Hércules


de la montaña más remota con raíz,


y verdor secuestrada indemne,


¿ Cuál es el nombre del pájaro negro ,


que mora las hojas estos Robles,


ave misteriosa que con su crascitar


anuncia cada noche?


Una palabra su nombre otorga


en el idioma más antiguo,


nuestros ancestros le tejieron, Musa,


-Förüq, es respuesta-.


Ese nombre de cuervo morador,


béseme Förüq, soy yo tu Musa,




Förüq...



FLOR DE TU PUPILA:




Hablo de la pupila,


sobre que muere el amor


en su ausencia de color,


y de este que no escapa


a resucitar de su brillo


y cuando entra relámpago de luz.


Entre arena y piedra crece la rosa,


esquivando a ser cortada,


igual, luz y color,


alimentan la pupila enamorada,


así diferente el sueño,


que se nutre de sangre y razón,


anémona razonada,


no es ni la rosa, ni las pupilas


que la ven.


Perlas de flores y caracolas nítidas,


herencia de lo que prevalece,


como raíz del alma es el sueño,


muerte germinada de cada flor


cortada,


tétrica se ve la tierra


sin su rosa viva,


sola se siente la pupila


muriendo lentamente


sin su color y luz amados,


coral de hierro es todo sueño de sangre,


lúgubre manotazo, asesino del ser,


sin sueño ni anhelo pertinaz,


todos los colores forman ausencia de luz,


verte cariño en pupila, es sumar los colores


que trae la vida y que formar a esta,


para poder llamarte Amor.






Förüq castellano Miguel Esteban



ODA AL CARACOL SILVESTRE:




Caracol silvestre, caracol serrano.


Te escribo caracol del camino enervado


¡Oh tus fauces! Blandas que muerden


su estadía alimenticia.


Del romero al tomillo, desde la jara resinosa,


al brezo flamante.


Tu deslizar por el terreno húmedo,


de la amapola a la caléndula arvensis


con su savia dura.


Desde el musgo a la piedra


igual a la siguiente;


idéntica a la anterior.


Oh caracol, judío blanco,


oh caracol marrón de todo jardín,


caracol estriado


la pulcritud de carbono de tu casa,


mi casa.




Miguel Esteban Martínez García



FLAMA DE PÉTALO EN HOGUERA:




No quiero ser llorado el grillo


que tierra adhieres y abrigas,


en sed de flama y pétalo de hoguera,


hermano mi alma,


que jamás estríen vuestras voces


mi alerta,


alineando sollozos de nubes


y caracoles de color, con instrumento


de alma das amapolas,


mi corazón con siniestra forma de ellos.


Agrupándose en espirales santas,


caracolas,


y oyendo el ala, ola o sólo su aliento


que me escucha,


con herida inabarcable


van mis ramas del difunto,


sin calor, sin pena redimida,


levantar hermanas parcas,


vuestras alas enamoradas,


que sin perdonar,


no os quiero me elevéis de lo vivo,


ni en mano de tormentas


sembraréis el rayo


a mi destino prevalente.


Ni a dientes me surcaréis mi honda calavera.


Mi terciopelo de sangre no es almendra espumante,


ni codicia tiene mi voz enamorada,


alma sin rosa,


sin cruz, y sin delito condenado.


Alma en metales por fuentes y abrevaderos,


manantial desangelado,


amor de la espina, muerte enamorada,


no me veo más vivo contigo,


no te veas dichosa conmigo.








Förüq castellano Miguel Esteban






EL oro rojo del rey:




Oculta intención en aire

que espiro,


suspiro breve mecido


en agua helada una mirada,


al final y comienzo de todo,


como un pronóstico que se anticipa,


al espejo y su pececillo de plata,


flores niñas ya no danzan


un cierzo de noviembre veleidoso,


que arrastraba hojas como forrajes,


besos como nieve roja,


aroma de azul caída,


el miedo no sonaba en los corazones helados,


sí el rubor de campanario,


en cal viva, peces y pájaros


al festín de Dante y Baco,


era el resonar del oro rojo del rey,


por cielos vastos,


y vidas de un pez de papel,


tiempo de caricias llegaba,


como a callar una razón enlutada;


mañana y pasado seguiré viviendo,


al otro lo dejo en tus manos,


beso tras beso deshojado, desposeído,


fauces un vil olvido de filo


renacido,


iré allá, donde el océano no envuelve,


a buscar mi tristeza perdida,


y una ola serena de espuma breve,


mi rostro en vidrio


como plañe el azur un libro,


árboles cantores


un bosque perdido,


cada vez que voy a encontrarme,


bosque de nieve granate,


y vetas oro noble,


campo, campo lindo,


hay en mi olvido,


vestido de zarza y endrino,


calidez de trasparencia,


signo febril de hoz,


y simiente,


ternura, tanta, monte santo,


que quien a ti vino,


es peregrino,


existe mi pena que ya no mira,


si acaso pasa.


Naipe como caracol


del resto de mi espejo.




Förüq




FÉRTIL LIENZO:


Avanzan nubes de fuego,


como gigantesco trompón de los ángeles,


entre cenizas de rivera la Hesperia,


polvorosas encinas, afilaban el serpeo


de mi sendero entre un huerto


que sembraban cipreses disueltos,


era una blanca espina de invierno deshojado,


tembloroso, de heladas patriarcales,


y fríos que llaman vespertinos,


casi llaman las astutas golondrinas chillando,


atrayendo el sabor místico primaveral,


oh, antigua melancolía, entre campos y páramos,


entre arreboles seniles, un negruzco quejigo,


corona y bordea la colina, cima de agua sombría,


gota en mar de tierra, aullidos de viento,


y oro lúcido de campo melodioso,


oh, mi alma, reposa y levántate, descúbrete


en la floresta desnuda, oh tierra, susurra que canta la tierra,


soy duro, soy tierra, las perlas en fuego,


los recios endrinos, y los diamantes llora


en flor el brezo.


Esta espina desnuda, blanquísima,


que me clava su pertenencia


en mi corazón llameante,


no habrá poder ni condena


logren arrebatármela.






Förüq castellano Miguel Esteban






Edición febrero 2017 original febrero 2016:




Adormidera pulcra,


Amapola esquiva


nacías lejos de la tierra


que tú querías


la fe mudó sus caricias


el reino venía tejido


del destino florido


en la gesta del jacinto


en la flor abierta de la primavera


voló mi corazón a tu nido


derramada esperanza vistió


el por qué, de un adiós


el lirio abrió al color


y la grama abrió en flor


flor de sangre


que regeneraba


el dolido destino


por la azucena


caminaba su olvido,


fiel del suspiro nacido


quedar el te amo, en vilo,


la orquídea colorada


aguardaba la fiel ordenanza


cuando un jardinero de versos


dejó su estampa en el papel


un colorín elevó su trino


para que un zorzal


lo alzara en su nido


todas las esperanzas


colmadas de un grillo,


al compás de tu paso


seguía la amapola en duelo


lejos de su tierra


que vio nacer el cielo,


caléndulas esposas del sol


se abrían a la sonrisa


de tu calma amanecida


para yo trenzarte


un beso en la mejilla


quedando las campanillas dormidas,


y las margaritas enrojecidas,


un te amo ardía.


El ascua se encendía


quedaba la sinfonía


de un tordo que visita,


el cielo abría


a sus coloridos jardines


plenos mudaba el grillo de sinfonía


la rosa colorada


dejaba su beso por si acaso


el viento llevara algo,


se hilaba un verso


para el cantar complejo


del baile de la rosa y el clavel masculino


mecida la sonrisa al viento


nacía la basta floresta de los patios


y entre sus escondidos lares un trébol


vertía cuatro hojas


al compás del Sol en su visita,


todo al resguardo de la bella caricia


y la ilusión dormida


que brillaba en tus retinas,


para yo dormirme


dentro de tus ojos.


Abriendo mis flores en son,


ese que hacía brillar los campos


en verde y marrón de un caracol,


relucía el brillo de un brezo,


desplegando su color


un tomillo en albor


por el plantago en flor,


todo lo que dejo


es todo lo que amo,


recuérdame en la flor


del cardo de la dama


me alzo a la altura de la rama

y el espliego amanece conmigo


para el romance del laurel


y el encuentro de la malva con la abeja,


todo el cielo se despeja,


canta la piedra en aspereza


que la vida se torna repleta,


de lo sencillo del musgo


al verde estramonio


con sus trompetas de los ángeles,


rueda la caricia que tu piel divisa,


el campo sin franca tapia ni verja


es dorado por mis sueños


que corren de la vereda a la rambla


fiel de esperanza


la azucena nocturna en flores marcha,


el olivo prendido de olivas


la encina sus bellotas mece


para el tejo guardar su muérdago,


la noche que llora azabache


y ojos de luciérnagas


todo queda prendido


del suelo en duelo


blandiéndose la luna sempiterna de nuevo


y mi verso alzando el vuelo,


queriendo acariciarte de nuevo


la noche que solo conoce la noche


tus ojos que solo conocen tus ojos


por los sueños nacidos vuelan los molinillos,


el monte deja a las carrascas


blandir el horizonte,


las flores a la abeja fabricar su miel,


la tierra se come a los cardos tras el verano,


la adormidera tu piel suscita


llegado el otoño y su caricia


fieles manzanillas abren sus margaritas


y los cardos en espinas


dejan paso a los jilgueros


del campo abierto para regar Ostara tus besos


se anuda un grillo y mi brillo


abriendo una flor


con forma de corazón


dejando paso a nuestro amor.


Con el sigilo de blancos álamos


al verdor de frescos pinos


se cierran todos los caminos


por si acaso vivo que sepa ella


que blindado a la cepa es mi sino,


en estas simientes


en estas verdes sienes


alzo mi latido,


que de madreselva fue vino,


y alzado parto mi destino,


hasta vivir en la mitad


de flor de esta caléndula sostenida,


enraizada en mi pecho,


que no canta


reverbera en esta fuente fría,


porque no tiene despedida,


al fragor de la ascua,


jamás desquita su bella sinfonía,


de raíces y colores de albas,


hasta ser amada


por grises arañas.




El Castellano


RELUCIDO:


I

Aura acompasarte, bajo,


reluciente como una tumba


rebrillaba mi asilo en corazón,




y ya, los pesares no amancillaban


ni eran copos de nieve,


oscuro, imprudente,




inexpugnable,


invisible de recta sonrisa


dioses de sepulcro abierto, sin llave,




II


un instante que solamente,


oculta mi mujer;


en sola frase no yace,




memoria vaga de algún sueño,


hilvano mis deseos de sangre,


mi ávida pequeña fantasma,




que me surcas cada invierno afilando


mis colmillos eras para vencer,


y unirnos como dicta la miel.




III


Trenzado, mi parco destino


expuesto y revelado,


ser frontera derretida la sola piel,




auge en el telar de letra,


verte fiel de hoguera,


fiel de Valquiria Quimera.




Ojo de un ojo dictado


compás de la carrera,


te acecho desde que me esperas.






Förüq castellano Miguel Esteban





FÉRREA PRESTANCIA:


I


Yérguete nació la luz y la sombra


el hombre se creó


para ahuyentar la sombra


con su llanto de sangre,


hoy que mi lágrima


sea fértil espada,


que riegue e ilumine


así ídem el abril


levanta los muertos


y su caléndula predilecta.


Nunca maldigo mis lluvias


y a la Santa noche,


riego mi sombra, antítesis,


de lo que espera mi persona.






II


He de ascender,


he de volver a navegar


el negro puerto,


contar los escalones de mi sótano de luz,


al tercer día flamígero,


la piedra será mi llave,


no mi tumba,


Panida Hijo del dios trigo,


tengo lluvias y carne,


tengo tormentas


y miedo ausente,


Yérguete, sucumbe,


a los suelos, de la madre luz.




III


Ni me arrodillo.


Ni vuelvo a morir en pie,


ni rezo


navego, pido me escuchen mis dioses.


Cumbre son de mi lágrima espada,


el mar, la nube, el río designio de escritura,


baile de un talismán,


oh, lucha entre sombra y su llanto descendiente,


vencido no he caído,


aunque me derrote trescientas veces


sobre esta tierra.




IV


En este pedregal,


juro sembraré flores


para no volver a ver su destreza inerte,


oh, lágrima esclava


ni lluvia,


mi floración ruginosa


abarque todo balde,


y sea réquiem y mármol florido,


mi entraña, todo esto,


ojos secos de hombres,


ejército, que el destino cercena en tres.


Postigo, huerto y verbo decisivo.




Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García




SENTIDO ARMÓNICO:


Ven al fuego etéreo, que abrasa pero no quema, venimos ambos de las sidéreas lumbres, planicies que tibian y no enfrían el corazón azur, era un destino vestido de magia, irrevocable, insoslayable argento cariño fundado, bajo señero dice:


- Aquí los ángeles vinimos a vencer, un latido, una razón, los negros cisnes de Apolo me conducen,


revelados mis arcanos, oh, dulce tormento, mi pechera en bronce rebrotada,


cuál sigilo, no te llorase, siguiera, he venido a desenterrar un agujero de cielo en tu boca, oh reina velando a mis colmillos dormidos,


esta noche de luz amable, imperturbable, y caracoles de faroles despiertos, entero y a mitad izquierda,


mi corazón florido, en pecho, aguardo sones y caracolas, designios me alumbran desde pecho a boca,


un cantar flamígero, encendido, donde todo giraba armónico, y los miedos danzaban rendidos en un cuarto, todo era principio de continuar, y en tu cuerpo el beso pintar.



I


Ven al fuego etéreo,


que abrasa pero no quema,


venimos ambos


de las sidéreas lumbres,


planicies que tibian


y no enfrían el corazón azur,


era un destino vestido


de magia,


irrevocable, insoslayable


argento cariño


fundado, bajo señero dice:


- Aquí los ángeles vinimos


a vencer, un latido,


una razón,


los negros cisnes de Apolo


me conducen,


revelados mis arcanos,


oh, dulce tormento,


mi pechera en bronce rebrotada,


cuál sigilo, no te llorase,


siguiera, he venido


a desenterrar un agujero de cielo


en tu boca,


oh reina


velando a mis colmillos dormidos,


esta noche de luz amable,


imperturbable,


y caracoles de faroles despiertos,


entero y a mitad izquierda,


mi corazón florido,


en pecho,


aguardo sones y caracolas,


designios me alumbran


desde pecho a boca,


un cantar flamígero,


encendido, donde todo


giraba armónico,


y los miedos danzaban


rendidos en un cuarto,


todo era principio de continuar,


y en tu cuerpo el beso pintar.


Förüq



A PERSÉFONE:


A la sombra purísima:



oh, de virginal encanto,


del secreto más pulcro tu origen,


vine yo siguiéndote,


tú a galope de una opacidad


te daba forma,


arquetipo de una figura en suelo,


quién osado,


completase tu opacidad de materia,


resquicio de aliento de un sueño eras,


como bosquejo contorno,


o relieve inimaginado,


eras reflejo suave


todos los colores,


en tu esencia sin carne,


sin cuerpo,


quise peinarte sombra,


como el movimiento te hacía,


y deshacía.


No escapabas nunca,


sortilegio eterno,


de este mundo de espantos.


Resguardos lumínicos


te acogían


y disparaban, mutilándote,


yo cuanto más me acercaba a ti


tú más te alejabas,


quería acariciarte sombra,


ser de tu sangre,


amarte como se ama,


al imposible que belleza dicta,


y tus labios siempre besa


y penetra,


oh parca sombra,


quiero vivir contigo,


como para ti el tiempo es invento,


desliz te capturase,


y te guardase por los siglos fríos,


ardiente en mi corazón que es piedra,


como mi amor a Musa dicta desde tu orilla,


que dilema es pensado,


por mi gato ante el mirlo


que puso tres nidos,


violeta fulgor endiosado eres,


carne y cuerpo de éter,


magia insondable


sin peso ni brida,


ni aljaba,


eres soga todo cuerpo,


que reflejas su erecta perdición de su color,


oh azul índigo te surcase,


trasmutarías hasta ser lo que ven en la luz las polillas,


oh almas errantes,


paso a un estado alado tras muerte,


mensajeras de dioses en plano terreno,


he venido contigo por el son sin tiempo,


a pactar con mi condena,


a casarme contigo mi perdición,


de todo lo que vivo,


aliarme contigo,


amada como sirvo a Leana mi Señora Hada,


no me enterrarán contigo,


pero te alimentaré


de mi sudor y lágrimas riego mi patio,


donde hasta que muera traeré a mi araña,


toda simiente vegetal,


desde el baldío a la rambla deja el arroyo,


desde el cerro bajo al monte del barbecho,


y cultivo, deja vivir con acequia


al bonito forraje


que nunca muere,


porque como yo siempre


crece y crecerá de nuevo,


sea en esta vida o no,


la existencia.


Principito tomando número y orden.


El castellano y Leannán-Sídhe



Vengo a deshojar mi sangre,


y abrir estas puertas a un otoño,


flagrante, hacer vibrar lo indecible.


He venido a beber de tu sangre,


tu placer en osadía interminable,


somos los hijos de la sombra,


noche corre una vez por siempre


su sendero inabarcable.


Fresca y galante, de silencio ajada,


suave como nieve de la montaña


y viento de luna


que se extiende como joven grama.


Hojas breves como su sed.


Era una armonía vestida granate


como denso humor insobornable.




II


Suspirando su camino afable.


Somos hijos de oscura rienda,


encargados de servir estrellas,


en vena y colmillo, su blanco filo.


Otorgados del poder nocturnal,


su concavidad presa.


Su clara floresta de la noche,


en flores violetas,


se lava su herida, resurgiendo atónita,


una yaga de malva.


Soterré mi desquicia


en campo abierto,


rizaba mi pena un nunca más,


el cuervo en mi hombro,


crascitaba:


Noche siempre.




III


Me habló la oscuridad


de su premisa,


y de su silencioso juramento,


de su verso sinfónico,


con arpa abismal.


Su trofeo en rueda de telar azabache.


Como las lágrimas enraizadas de Perséfone.


Mi divino rito, se extendía


por sus labios ardientes.


Euforia en raíz, y padre tallo,


de gloria al poseer un higo del diablo,


Rosa azur, caléndula roja,


Enigma tu velo retirado.


Yo pobre diablo,


que acepta siempre


hasta una hija


del Averno resplandeciente.








Förüq Miguel Esteban


I


Y encumbró su azor en mano

abrió del viento sola ascua,


dejó su chambergo


asido un árbol sin nombre.


Era su vacío


su nada colgada.


Cincelado un silencio bramaba,


lento,


en la faldera un álamo triste


como su barba.


Su lamento,


de negra niebla fugaz,


y húmeda.


Hablaba con su madrugada.




II hoja


Encendió una estrella


de su albor, pretendida,


ilusionado como alborada


dulce, sin esperpentos,


ni hollín sus humos.


Vista la anotada su Musa,


no pudo cerrarse la paz ni la guerra.


No cedía su terreno.


Mujeres y el hastío de soledad


zarpaba otros mares.


Como últimos rosales


desposeídos.




III hoja


Madurez junto al río


la Estrida,


dama tiniebla,


que hacía mito,


junto con Hades


Perséfone y Perseo.


Mi paz era verdadera


como cuerpo de leño


encendido en fuego azul.


Dejé el río mi canto


por montes y cerro amilanado.


Poeta me quite


mi capa de frío fantasmal,


lo siento, no ha nacido.








Förüq Miguel Esteban Martínez García castellano






Yo soy el que escribe su historia




Eres tú mi amor


solo hay fronteras


en el mundo;


no hay fronteras


en el papel;


tengo versos en


el bolígrafo quiero


fundirme soy el viento


soy el eco de tus latidos


yo soy el que vive en tu mirada


soy el tiempo


soy el espacio


soy tus recuerdos


soy tu alma.


EN MI LIBRETA ESTÁ EL MUNDO


YO SOY SU CREADOR.


Eres todo lo que siento,


eres calor de hielo rojo sanguinoso,


eres distinción de Perseidas,


eres alada magia de letra,


mi encarnada Perséfone,


tantas atribuciones, podría


que tu infinito bramaría escaso,


me encanta saberte quien tú eres,


carne y sangre de talento centello,


un cielo extenso,


biología de mi simbiosis de sangre


que llamaron savia,


que para nosotros dos


mi pluma y espada,


le llamamos Tinta


madre reveladora.


Förüq



Dos sonidos mejor, que la sola voz,


que narra empeño dictado,


era tiempo insuficiente,


llegada la hora,


llovía, lentamente llovía,


en terreno mojado desde


hace ciento veinte minutos,


mi escritorio gemía todo lo necesario,


dier um et santuas,


Gloria al divitia,


una tarde venturosa,


algo antes del día todos


los Santos difuntos,


aquí en mi yerto escritorio,


convencía al Creador


mi alma en libreta,


que si no me daba magnificencia exacta,


de inspiración correcta le sacaba yo, el alma,


en magna oratoria:


Leannán-Sídhe te reza tu duende principito


abismal,


henchido todo deseo conocido


y sin conocer;


abro mi corazón Señora hada,


estoy creando para ti mi ofrenda,


para que se retire al pairo lo que debe de allá irse.


Sobre tu misterio,


honro y te acicalen tu majestuosidad,


te escribe el Hijo de la Luz,


oh, tormento, pena en rogativa todo mal,


en entidad multitudinaria,


que en treinta y dos racimos me han tentado,


una mujer de atónita escultura en belleza,


su porte,


vestido azur,


tachonado de estrellas granates,


como guadañas en él bordadas,


sangrantes,


el cielo llevaba en mano izquierda,


envalentonando su corazón,


izquierda corazón,


derecha fuerza,


oh casto Sol fierro,


era la trompeta derribó las murallas de Jericó,


aquella pequeña ángel armada,


tocaba mi hombro,


en su trompeta había un nombre forjado,


esculpido como grabado,


NEC VINCERE TENEBRAS, ET AMAT


Leí su latín


que decía Oscuridad no se vence, se ama,


en la mano derecha aquella custodio,


sostenía un papiro arremolinado,


me comentó mi sentido, traspuesto


a mi segunda oportunidad de servir


a dios sol ferro LVGVS.


Fui nombrado guardián la inspiración,


que debía sembrar o depositar en cada raíz milenaria,


del Paraíso


Parnaso devorado,


Olimpo terrenal,


aquel papiro era mi alma,


o llave novena para poder seguir,


dando al mundo poemas de mis venas.


Förüq Centauro

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