AZUR SANGRANTE,
SEMILLA DE SOL
AUTOR
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ
GARCÍA
Es
mi libro con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de
plasmar surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de
absorción y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno
buscador de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la
concepción de lo que me parece bello para escribir en base a eso se surten las
imágenes como abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.
Ya
que la poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor
del castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas
temporadas seguidas de escritura durante dieciocho años. Un abrazo y gentil
saludo autor Miguel Esteban Martínez García El castellano.
Contenido
Culto de mi cultivar. Oda en liras
Elegía a la vida. Oda en liras :
Araña de noble silencio; Oda en Liras
Raíz de candor mineral-Oda en liras:
Olmo de espíritu, tercerillas y serventesios:
Inmenso placer secuaz, inefable:
SED DE FLAMA:
Sucumbir de
gozo en tu yermo arcano,
suspiros complacientes del fuego fértil
que yo amé, sobre estos cielos
y su brea luminosa, atisbo sien precipitada
en seña de nueva siembra,
azar veleidoso plañe
respiro sin estrofa,
ni quietud bastarda,
flanco áureo, diestro, ambivalente,
acompasado, todo es en parte,
parte es del todo desliz oxigenado,
dar vida a este claustro,
espectro ante la luz sonando,
lío meloso en ciprés silente,
es por siempre, never more crascitado,
suave nube rígida,
dioses qué
estaba pensando,
fuelle sin ventisca solar,
luna de encaje
a florearse superior de todo mayo,
oh servil entrega diestra,
luna, por cuántos te conocemos familiar,
todo envés de hoja dice
que desde raíz en tierra
todo grita y trasciende en vil silencio
renombrado endógeno como sola voz
de mi hada que ya ningún siglo más considero
externa o ajena a ser de incumbencia que atañe,
ay dulce tormento
final sin comienzo desplegado,
en vilezas, sienes, desmanteladas,
y su trino que cierran,
a color.
Un tatido, como vagido indeleble,
conciencia presa
del saber que quiere,
que degusta,
todo comienza
donde acaba la nada,
principio sin causa vengo a exhumar,
encanto en una vil lata conservas,
yesca mi hoguera amo y me gusta lo que me gusta,
soliloquio confinado,
tierra, materia a Tierra.
Fuente traicionera
es mi sola premura,
voy al barbecho dolido
mi encausada suerte,
lindes quietos, afaman
al perdigón viajero,
es mi rifle,
es mi arma,
es incombustible flama,
mi poesía dama,
alma con alma fiel, enamorada,
piel de su piel,
sangre granate al rubí excelso,
por extenuar,
vid de vida, honrosa Quimera,
Ferento acoge sin pérdida,
solar extenso, mi hoja quieta,
virtud soñada, estameña,
alma con alma sin dolor,
beso en este sortilegio dispuesto,
un son de grillo y volví a renacer
un verano angosto que me cedía el paso,
cepa de vidita que advierto
a vidas de un día
que inspiración en campana
no revierto,
ni a envidia la disuelvo,
relente febril
de competencia sin compostura,
como flor sin agua acaso era,
entre corona y candelabro me marcho
como tierra en el viento me marco,
como locura de amor, cargo mis versos, apunto y disparo;
ya lo dije,
en este réquiem por la tierra olvidada
clavo mi espada,
ojo de tierra me observa,
y mi aura embelesa,
amapola de runa valkirja
bueno soterré la desquicia,
corazón en el agua,
pudo ser de la lluvia,
riera encumbrada,
clavando el destierro del abrojo y su breve antología,
del que sabe que el tiempo es para construirlo,
proyecto de la bruma gris,
fue clavar semillas en el corazón del sueño,
y su batir en vuelo de la polilla de cemento,
yunques en la tierra
que soy de mi pluma herramienta, eterna azada,
para ser de tierra nueva
sangre que exclama,
que mi sangre es de Sol.
Förüq castellano Miguel Esteban
Númen mis dioses:
Al
soberano fulgor
rindo mis cuentas,
al plácido pie de manantial
en fuente sagrada rebrotado.
Trompa que conjugada
con
los clarines que sólo
las
guerras apremian.
Por
cielo medroso
tocaré
la lira
en
serie los vates líricos
enaltecido
yo, tocaré raudas estrellas.
Enaltecido
yo, por primavera tangible
y
su aciaga, pretil gesta
de
lluvia sembrada.
Yo,
funesto hijo de Pirra
impetuoso
príncipe en templo
de
la Vesta.
II
¿Cuál
quejosa sierpe,
viene
a morderme?
Ojalá
mi diosa regrese
ya
al cielo y refulgente
guarde
estrellas en los rediles
que
alumbren al padre de los vientos.
Mi
madera de ciprés,
y
triple lámina de bronce.
Oh,
funestas Híadas.
¿Qué
clase de muerte apremiáis,
al
que contempló sin lágrima ni pavor
vuestro
final sin principio anunciado?
Mudanza
no lloran
mis
castos dioses.
III
¿Quién
osado, el que
me
resplandece sin haberme conocido?
Falaz
sierpe viperina,
a
pared de templo ofrendo mi fortuna
que
escribe dignamente
glorias
sangrientas
en
solemnes premisas
como
feroz soldado
hablando
en escritos
valiente
y vencedor sus enemigos.
Lloro
mis sinuosos arroyuelos
sanguinosos
como hombre
de
cielo oscuro.
Förüq
castellano Miguel Esteban
PROYECTO SANGRE DE BRUMA
Liras
7a, 11B, 7a, 7b, 11B.
Lira:
A MUSA
I
Todo lo que descubro
aliento ciego, bucólica
siembra
como esbozo elucubro,
abre rayo, desmiembra.
Cercenada estalla, ella,
brotada hembra.
II
En sangre de limpia
agua,
carmines me recorren,
eres mi hombro
un postrero abre fragua,
de mi sino un escombro,
quiero regar la vida de
este combro.
III
Engarzando yo, quieto
ella el iris de mi bella
natura
brilla en puente Himeto
desde ojo que aojo cura,
suerte, que labrada es
sangre que apura.
IV
Hoy campos son de
endrina,
para ser retozo que
cruje solo.
Desnudar de la encina,
hoy olvido logrolo,
pero a ella con un rolo
trina el piolo.
V
Libre por ti soy, ardo.
En rambla sin ribazo de secarral,
por transeúnte cardo.
como raíz de parral
esfumo, alcanzo, sones
de su fractal.
VI
Mis astros que son
santos,
obtusa furia que engulle
impelida,
prosigue, consume a tos,
destapa desvalida,
de toda la tristeza que
invalida.
VII
Hasta que engulla esta
enorme
sombra que sigue
procelosa, rauda
el siglo engasta fome
mi silvestre alma
escuda,
te hablaré alto, como el
amor exuda.
VIII
Sin directriz, ni
engaste,
porque mi carne no tiene
baraja,
hoy clamaré desgaste
mi ataraxia cuaja,
que cegaste tuya. Mi
dama graja.
IX
Desde rejuvenecer
que gasta emblanquece
por cielo extenso,
Sueño del resplandecer,
hoy no bastó lo menso,
sin solitud desaprenso,
repienso.
El Castellano
Culto de mi cultivar.
Oda en liras
7a 11B 7a 7b 11B
Culto de mi cultivar:
I
Traigo de mi alma en
fuego
incrédula, extraña
poesía runa,
al capítulo llego;
de tierra, viril luna;
seco abrojo regio,
cumbre que ayuna,
II
Habitado tras yermo,
con mis sentidos inermes
postrados,
llana música en termo.
Mi Virgen seduce hados,
*
brazos aguerridos
amancillados.
III
El silencio esquilmado
escondido de mi alma
traigo hendido,
vislumbra trazo arado
solitario, nacido
sangre, impía herida
yaga henchido.
IV
Traigo soles difuntos.
Melancolía hija, el
siglo enajena,
alzo, beso mis adjuntos;
sin honrosos entrena,
lucha diaria enajeno en
cuarentena.
V
Al pie de soto llano,
viperina sierpe de
frondosa era
aspereza abre plano,
placer dioses quimera,
todo es bruma siempre
gris la espera.
VI
Esfuma lecho real
de sangre gualda
disputada grana,
mi directa pluma lean,
nimbo mis astros cana,
en sonrojada pupila mi
lana.
VII
Misterio, azar o tinta
siderales ensueños,
envanece,
avanzo, yelmo pinta;
arrepiente, fenece
piedad aflora yerta, no
perece.
VIII
Ante Lugh no se humilla,
apego mi faz ya desorientada
cuarteada sien cepilla
mi jofaina aplacada,
mi semblante pardo no
cambio nada.
IX
Fervor sí prendo fuego
desde este sueño de
orgullo reseco,
Indefinido apego,
sin rastro yo la checo,
con puerta florecida
llaga mi eco.
BONUS: (Rima y métrica libre
o blanca)
Custodiada por los mil
alacranes
que puridad cuida,
por los Suelos
¡Levanta la frente!
Y de placer sucumbe.
El Castellano
Oda completa en liras,
''Oscuridad germina'' 11-1-2019
OSCURIDAD GERMINA:
A Obscuridad
-Necvinceretenebras, et amat,
Oscuridad no se vence,
se ama
I
Azar disuelto en viento
;
vienes, te lavas las
manos soturnas,
ensuciando te siento.
Grande en horas
nocturnas,
mi potencial en horario
alas diurnas.
II
Cuestan más, especias
que el guisado en
resultado en finales.
Traje de brumas necias.
Sombra honesta en
turbiales.
Granate lustre postrado
a venales.
III
Jamás vendido al postor,
por mis colmillos guerra
al error ido,
acrisolado impostor.
Voy por hervor florido,
y lunas en alabastro
gemido.
IV
Es un son de los grillos.
Acaso se requiere don de
gentes.
Redil de carrasquillos;
hematíes dementes;
acequia de almas o entes
relucientes.
V
Crisol, hervor de soles.
Lucen lunas gimiendo en
alabastro.
Indemne como moles,
yago, yace en mi castro.
Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi
Astro.
VI
La vanal inmundicia,
anisando lo habitado en
espejo;
ayer de hombre en
malicia,
dicha, uno, dos,
despejo,
tres, dolido, la
rosacruz no alejo.
VII
Con besos por espigas,
y ángeles soterrados,
sin vilo;
ya lo digo, no digas.
Hermana negro hilo.
Autocomplaciente la
flama afilo.
VIII
Esta acequia rutila,
y ángeles soterrados,
sin yermo,
malva salvaguarda, hila.
Estira aliento, en
Lermo.
Mi sed en galego alzado
digno ''ermo''.
IX
En el patio su araña,
suya su corona por
candelabro.
Se siembra, tiesto
apaña;
su saliva yo labro.
Sangre de ámbar atesoro,
le jabro.
Serventesio:
Estampas de la sangre
resplandecientes,
granate su sangre
encumbrada, son venal;
sentido alerta;
despierto los lucientes.
Sin bombilla 💡 en sótano de luz, el penal
Entre fauces brillantes
adjunto abrojos.
Rebrote de oscuridad en
el arañal.
Alguien ya vendrá por
mis áureos añojos.
Epodo :
Caldea, hasta rebullir.
Yo arrostro antojos.
Avengo eternal raíz;
disparo aojos.
El Castellano
Reflexión :
A veces dentro la
oscuridad;
a veces dentro de una
luz.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ
GARCÍA
Elegía a la vida. Oda en
liras :
7a, 11B, 7a, 7b, 11B.
I
Perenne diamantino;
abro de tu mirada un
absoluto,
cometa matutino,
raudo al Sol impoluto
como una gota cristalina
en bruto.
II
Bajo el Sol humilde y
ellos
conductores de fracasos
y grietas,
reflectores destellos,
y epicúreos ascetas,
vigor de rayos,
puridades quietas.
III
Sobre la grama mojada.
Murmullo de un goteo
anisado claro,
serpea estela sajada,
en espiral aclaro.
En la incandescente rosa
disparo.
IV
Un otoño caduco;
rosa sin cruz aquel
cometa roto,
desnuda luz estuco,
casi lloraba, broto.
Como una estrella fugaz
yo rebroto.
V
Astilla y ojos boscajes,
ella astilla, en bosque
de ojos sedientos:
infinitos anclajes,
sorprende, son atentos,
son de azul perfidia no
añila alientos.
VI
¡Oh transcender primero!
aire canto perenne, como
estribo;
lanza en viento, el
alero,
sus encuentros
transcribo.
Aereperennius,
ministerio inhibo.
VII
La noche quiere ahogarse,
sí, en sus ojos que su
sonido visten,
desnace así asomarse,
por carcomas inviten.
Es sólo sangre en tu ojo
que permiten.
VIII
Es solana mi vena,
cantando, alcanzando, la
osada oscura.
Llora mi savia pena,
hada esfinge en premura.
Para tener piel sembrada
en tersura.
IX
Brotes en azulete
brote y noche tapada en
noctambules;
el nido ramillete,
teje araña hambre y
azules,
así descolgar de ella
azules tules.
El Castellano
Reflexión:
-Ella la vida, sed de
inmortal espera,
llama a la muerte en espiral,
para ser eterna como el
tiempo deslizado,
y como todo principio
depende del final,
vida llamando muerte,
muerte llama vida
su eterno ciclo en
resurgir de simiente
al albor elevado corazón
de savia o sangre, o los dos.
Miguel Esteban Martínez García
a 06-03-2019
Araña de noble silencio;
Oda en Liras
Liras:
I
Encontrase siguiera,
novia, amor y mujer
determinada,
mi dolor consiguiera,
de amistades borrada
de amores caduceos ya,
consignada.
II
Tiempo libre, efímero,
clavado en tierra lenta,
su estridencia
tumba muda en señero.
Toda divina ciencia.
Soterraña en limpios
besos constancia.
III
Yacija filosa alma
Por Mercurio, Júpiter,
Atenea, era
las mansas lindes calma
se acostó mi remera,
ya solivié que desterré
rivera.
IV
La parca negra jabra
sus alfileres pulcros
hilaba ella;
traje al yermo que
labra.
De musa esencia, bella.
Afligido impetuoso no
destella.
V
Solo halo no nacido
abre desdén de pocos, o
ningunos.
Superior, advenido.
de melíferos tunos,
en madre conciencia,
plañen, algunos.
VI
Sí acuné mi desdicha
en su llena, destapada
tersura.
Patio manso, la dicha
con redil cercada aura,
mi cordura, hueso de
luna premura.
VII
Desciende vespertina.
Helada esfinge, acunada
ella labra,
parda, honda saturnina,
vine que traigo cabra.
Sus voces difuntas en la
palabra.
VIII
En las rosas de labios
de mi amada, hablasen
amores pardos.
Mecen lisos, los sabios.
negra sangre en los
cardos,
brutos, espinos esquivos, lombardos.
IX
Sombra, ay de mi
llegada,
sonríe mi noche furtiva,
noche.
Lengua maligna, holgada
¡Divinidad en broche!
Cubran tu manto la flor
su derroche.
Bonus, rima y métrica
libre:
Y los ríos dejen de
llorar
sangre mortal,
la fecunda alegría sea
cenit
y dichosa ceñida a tu
torso
de mujer fecunda,
a ti te abran mis flores
cada primavera,
¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus!
Escucha, susurra nuestro
silencio,
el tiempo que cerraba
mis ojos,
y vestía la flor de
opacidad,
con el color todos mis
sueños,
buenos malos, no niego,
Abrid por Catulo
los cerrojos que atavían
a su agua de palabra,
hoy, siempre, se escuche
mi marjal
de claras hierbas,
fecundando su clara
tierra de piel,
de mujer valedera.
El Castellano
Raíz de candor
mineral-Oda en liras:
A la vida soterraña.
I
Raíz arcana ligio,
dejas etéreo espacio
acompasado
eterno su prodigio,
silencio amalgamado.
Era taciturno espectro
clavado.
II
Misterio, parajes
blancos
que salvajes concitan en
tu lengua
confrontan en yermo
flanco
saciando imperio en
legua
de soledad que amilano
sin yegua.
III
Sin inicio, futuro;
sólo aplacando de los
diablos malos,
en esa idea carburo,
ojo que vence halos,
descansando en alegría,
sí talo.
IV
Ocho hijos me has dado
más los bastardos impíos
neonatos,
reconocido honrado.
Anudar yo, sensato
mi vida; que deshilacho.
y trato.
V
Desfallecer, despedir,
corona y candelabro
engarzo
sí, mi raíz es redil
fervor, soles esparzo,
comofue, cobrizo capullo zarzo.
VI
Su polilla, o gusano
devana sangre, rueda
transmigrada,
Transmigra verde plano,
sobre espica,
encontrada.
Infecundo humor oscuro de
mi hada.
VII
Coraza por pechera,
carcoma y espuela calzo
voy al Parnaso,
tomo de tierra viera
roja sangre, que yo
amaso,
pergamino en vana
ciencia quiero y aso.
VIII
Los abrojos espanto
espejo terrenal hondo
crascita,
sonido injerto tanto.
Entre yertos mil,
Escitas.
Escrita alma, el
Castellano milita.
IX
Cáléndula, flamante
del camino, vieja, ya
iluminada.
De la senda tu Dante,
ardor de luz brotada
entre florestas,
hiriente, acuñada.
El castellano
Castilla Oda en liras:
Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B
I
Perdurables sus ondas,
en cresterías estigias,
esbozadas
de la honda voz
Gioconda,
en voz difuminadas
de alta torre enfundada,
mancillada.
II
Me esmalta la idea
obtusa,
con fragor de las
risueñas carrascas.
Las soledades acusan,
del ser deshielan,
lascas.
Agarrado a dulce señero
tasca.
III
Colmillo umbrío tomo.
Cal y tierra entre
follaje regio,
de mi sierra es el
plomo,
yesca vida en colegio,
Oda al sendero de umbrío
arpegio.
IV
Era vida atenta,
entre ojos de azores y
sus colores,
se siente, se alienta,
se enraízan las flores,
esto es Castilla,
ensalmaba contenta.
V
Esto es son de cerilla
de sangre henchida,
abriendo helada fragua
linde quieto, esterilla.
Por solares besa agua,
sosiego que tu linde
entona ascua.
VI
Lumbre de entrañas
vivas,
en quietudes de
escarcha, hiende derecha
lenta llama iba altiva.
sonrisas del alba echa,
quedarse, libérame este
haz que arrecha,
VII
Quedarse piel segura
al retorcer del castillo
de Almansa,
honda tumba hermosura,
entre sus piedras mansas
y caracoles de astros,
nunca cansan.
VIII
Patio en somero alarde,
robusta era en Ermitas
del mañana,
un talle del pueblo
arde,
sembrado por tu mana;
Laro en brea, cúspide
nace, engalana
IX
Sueño en fruto severo
rojo carmesí, pesquisa
sangrante
el corazón espero.
Ancho venal, cantante,
cantar de la espigosa
honra, expectante.
Bonus rima y métrica
libre:
Y su mañana,
honduras de vidas.
labradas cepas de
sarmientos,
acoge en tu alma
este fiel ofrecimiento,
Castilla mi tierra, mi
vida,
mi eterna semilla
enamorada.
Fiel disparo entre
acordeones
de encinas afligidas,
un marco difuso entre
colchones de grama,
perdiz entre perdigones
viajeros,
voy a tu encuentro,
me hablan fuentes y
abrevaderos,
como tus tierras
hacen el amor con
parajes dormidos,
respiro tus frías cuchillas
que entre clavos me
marcan su herida,
fiel de caricia bebo la
sombra
en tu calma sin
despedida,
un trino quiebra el
silencio
en blanca dama me avanza
tu cebada,
un calor presto de
caballero
a su dama hoguera,
servil entre abejas
y sus mieles alcarreñas,
tejida, lista,
vaporeada tu siembra
por años cobijan tus
azadas
solariegas.
El Castellano
Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019
Río Tajo:
I
Grita mi estupor, blande
cuchillos que hieren
volteando, hendiendo,
una boca que es grande.
Ondas agita ardiendo.
Se duerme toda costilla
crujiendo.
II
Altiplano enjutado,
de hayas, olmos y los
fresnos cenizos;
geología alojado
saboreada en carrizos.
por soñar de los picos,
quebradizos.
III
Virginal luna rige
con sus curvas en
rotonda, fecunda,
castiza fuente inflige
y abrevaderos cundan,
dulce azada de agua, el
sentir secunda.
IV
Enamorada palabra,
por cimas tu voz se hace
la meseta
haciendo el amor, labra,
templo y morar asceta
sus pájaros dormidos, en
pipeta.
V
De la cepa que alcanza,
agua furtiva corre por
las eras
infinita bonanza,
pitanza riza la era,
vaporizadas Torres de su
esfera.
VI
Que en tu alma anidan,
alas
sortilegio de rosa y
clavel macho,
cenit cavan las palas,
quién a ti el ser lacho,
en su pecho sí, te lleva
el despacho.
VII
Fuego, fanal hoguera
en anchos panales de tus
abejas.
Cuentan vidas someras
del chopo sin las rejas.
Sus diez mil espumas,
sierras no alejas.
VIII
Tu rúbrica ya me dejas.
Es navegante con alas
azules
el terreno semejas,
secretos entre tules
tus aguas llevan puros
noctambules.
IX
Tú río haciendo bullir
el inframundo, galas
entre amores
del verde y azures
bullir.
Agita con sangre y oren.
El candil que abre en
espiga sus lores.
Bonus. Rima y métrica libre o blanca:
Anudando en tu cintura
tu idioma olvidado
pasando años fugaces por
tu campo,
rodeando en ortiga
el triguero espárrago,
girando de la vid tu
capazo
y sus manos,
haciendo de tu Vera
un Dionisio que al
tiempo fermenta
tus besos de tierra.
¡Oh, río Tajo!
El Castellano
Grillo Oda en liras
Al grillo:
I
Clareando su lividez
por sotos vastos,
reales, relumbrados
De mi río es avidez.
Soliviando el sembrado.
dirige, este mi grillo
renombrado.
II
Es un tejado, él llora.
La acequia desnuda de
molinete;
un cimiento que aflora.
Grieta, tiempo replete.
Sauce abatido, colchón
al jinete.
III
Entre blanda alma sube,
entre un arpa estacional
él, aflige,
lluvia a primera nube.
Nota en cúspide inflige.
Entre caracoles sonoros
rige.
IV
El grillo único uno,
le pidió un deseo
renegando
a manantial de fauno.
No aminorar cantando
tras acople, todo sonó
silbando.
V
Solar afán, entrega,
llegas que dictas tu no
pertenencia;
tu arraigo de gallega,
hermana negra ciencia,
traes que cobijas mi
sola conciencia.
VI
Mi grillo luce nuevo
su primavera luciente
socava,
lira estrella relevo.
El centígrado cava
que tu lustre musa ya no
era grava.
VII
Era un patio la sombra,
Vena, la acequia
reverberando.
El grillo, desescombra
las arañas dictando.
Oraba como besaba
alegando.
VIII
Vengo, avancé mi peral,
con mi grillo en mi
bolsillo, cantando.
No divisé umbrío eral,
viva vid, entonando,
mi secuela estaba ya,
recta reinando.
IX
Blande regia Oscuridad.
Ahondaba que saltaba,
silenciosa
el ímpetu en soledad,
resplandor de enojosa,
y quizá matrimonio en
lacrimosa.
Bonus rima y métrica
libre o blanca:
En unión con su oscuro
astro,
blandía a la séptima
sílaba,
luna que busqué por
sombra y abismo
en esquela.
Era un disparo y azogué
lo que el cosmos me
negaba.
Fui dichoso, me
enaltecía
mi soledad pulcra
arrebolada.
Espejaba ella el vestido
a mi mujer verdadera.
No brillaba mi sola
desquicia,
era lugar y tiempo
suficiente;
para ser de la tierra
enhiesta espiga.
Ella mi única amapola
Reina del jardín de
Hipsípila.
Un soto y un llano;
desperté del bolsillo su
oro trasnochado.
Blándeme Oscuridad,
en tu acero y ala de pecho.
Que canten azabaches
tu magia del cinco
labrado este año.
Afortunado avanzo mi
pulso
por candelabro este
mayo.
Mi cenit por rectitud
del alma mía.
Un último acorde y me
encontré
en la pluma tu arpa,
mi Ninfa que obligas no
fenezca
el grillo que me da
frenesí.
El Castellano
ROMANCE DEL DESTIERRO:
Mi raíz arcana anclada,
dejas el etéreo espacio
en eterno cementerio
tu silencio amalgamado.
Yo era taciturno
espectro
misterio, parajes
blancos
que salvajes en tu
lengua
confrontan en yermo
arcano
saciando mi baco imperio
de soledad que amilano
sin inicio, sin futuro;
sólo aplacando los
diablos
y esa idea primigenia
cual ojo que jamás hallo
descansando en alegría;
ocho hijos que me has dado
más los bastardos impíos
reconocidos sin ralo.
Anudar aún sin vivir
mi vida; que deshilacho.
Desfallecer, despedirla.
Corona por candelabro
sí, mi raíz es de plata
al fervor de soles alzo
como cobrizo capullo
entre polilla o gusano
devana mi sangre, rueda.
Transmigra verde que
escancio
sobre espica, sangre
yelo.
De infecundo humor
humano
con coraza por pechera
carcoma en espuela
calzo,
mi tomo de tierra venzo
roja sangre que yo
esparzo
pergamino en vana
ciencia.
Que los abrojos espanto
espejo terrenal hondo
mi sonido injerto
orando.
Sobre mi vil armadura.
Escita alma, el
Castellano.
El Castellano
CRUEZA SEMBRADA:
Amándote ferviente,
nueza llama,
presa amapola en sangre
se quedó,
sonriente aurora, veza
la heredó,
tu corazón alqueza,
fuerte se ama.
Renuevo esta mi sangre,
pa' ser rama;
Veraz la rosa, amor
siempre alegó.
Al latido, su beso le
ofreció,
la flor abierta en agua
se proclama.
El estambre, súplica
nocturnina,
piel acaricia , ya
brindó mordaga,
su gineceo blanco,
sanjuanina.
Óvulo y ataraxia, adreza
aciaga,
tierra, anclada la doña
saturnina;
Germina fértil vientre,
enhiesta briaga.
El Castellano
Sonetillo:
Fuerte
veza.
Crueza
suerte.
Muerte
reza.
Nueza
vierte,
Diablo,
hablo
mudo.
Cielo.
Duelo,
viudo.
Abreza que adereza,
aceza con agudeza,
esa belleza despliega,
con pronteza, la alteza,
escurraja desliza,
fiel perfidia en pereza,
dulceza habla su
clareza,
corteza por variar
acaso adereza,
afirmo la alqueza una,
ancheza del alto lar,
lindeza, listeza, por
llaneza, lleneza,
abre longueza, sin par
de majeza abierta ella,
maleza, la osada,
ensimismada roza
malveza, manseza, ya.
El Castellano
Flor de Helecho romance:
Agua lleva, suena río,
alma de roca ya merma,
bebía orilla leve.
Flor roja, sangre sí
cuenta,
blanca cierva fada triste
cazador hiere su flecha,
blanda espina gemía
flor abierta grana
lerda,
fada herida descansa
latiendo la parca negra,
yace helecho silente
suspira sangre plebeya,
ella;
el helecho comprensivo
flor mágica forma
bresca,
tambores suenan
despiertos
vid en helecho acerba,
afligidos, piedra mueven
cazador choca sin venda
flor helecho coge alma
lo que frío bosque
agremia
misterio de cierva fada.
Fada descansa, inverna,
cicutas toman la sangre
veneno hacen, su penca
cuervos la cena
discuten,
cazador río afrenta,
lleva el río latido,
aliento verde no medra
duendes coronaban fada,
fada su vida dispersa
los espinos la cuidaban.
Suerte mecía atenta.
Enhiesta flor fue
semilla,
altiva plántula bella.
Hada tenía la suerte.
Él apuesto, daba guerra.
Recta plántula suspira.
La vida sí fue muy
lenta.
Aún duende ella quiere.
Ella, hada, como hiedra
ellos cuatro siglos
''juntos''.
Los dos sí saben,
''leyenda''.
Entre pámpanos exhaustos
cuervos, que ciprés
alegra,
ronca voz enardecida
ojos de tierra que
alienta.
Rompe mi leve oído.
Bruma que siglos
almuerza,
Entre fugas y sus carros
negra sombra sube
cuenca,
el Olimpo ya reinaba.
Venus baila, suerte
tierna
furtivo, justo desliz
ve.
Inframundo almas yesca.
Mal destino él mecía
rivera de calma arrecha,
tuvo cetro agua brava.
Siglos, dicha es vil,
ofrenda.
Cierva fada. Lides,
forja.
El Castellano
ODA TERCERA:
I
Grandioso, que tú me
alzas
viles lindes inconclusos
que lloro,
mi vigía con auras,
recompongo mi coro;
siendo hoz destellando,
todo incoloro.
II
Oh alma, sin llantos
tibios
servil cuanto dirijo
ciego, bruma,
anublan cielos, lirios,
severo tiento no huma.
Destellar que calmoso,
pulcro, fuma.
III
Si sea por la alta lira
alzar su carne, el
intransigente sol,
glorificas mi pira,
como el trigo y girasol,
flameante como hornillo
tu tornasol.
IV
En tersas noches solas,
mi suave canto puro,
ensombreciese;
duras montañas de olas,
de árbol noble moviese.
Frondas y la furia de
mar entonas.
V
Desfallezco, ir
subiendo,
aljibe mi esencia,
terneza firme;
solo voy descubriendo,
canto de áspero al irme,
ninfas, hadas, sátiros,
a plañirme.
VI
Por ti bravo, voy calmo.
Al valor y hermosura de
antaño.
por ti toda, me ensalmo.
Mi barba de ermitaño.
Osando cautivo, lamer su
letra.
Förüq
castellano Miguel Esteban
Olmo de espíritu,
tercerillas y serventesios:
Original:
Sátiro, hadas,
auras y ninfas,
aromos fragantes
entre olmos recios
como si hubiesen erguido
el infierno,
flores, magarzas,
amapolas,
coronas de reyes;
acoged mi canto
destilado,
en remembranza
como antigua extasía
blande,
como besar a mi Musa
sin haberla conocido,
junto al junco pregunto
a la espiga
si sangre acaso
fue bastante,
imagino
el dulce recuerdo
impreso,
palpitante su magia
por doquier,
temblarme pudiera
aquel recuerdo
inimaginable
como nido
en poste de telégrafo
tu pronta belleza
inmiscuyente,
conseguir el blasón
luminoso
aquel placer de antaño
que mi letra sin
escribir
era tuya,
solo eterna por idearla,
delirio de recuerdo,
pregunto,
no, mejor creo liras
y se me pasa que pacté
con el cielo
quererte siempre
hasta bailar el infierno
resplandeciente,
mercurifacundes,
quasi naves.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
I
Hadas, Sátiros auras,
ninfas solas
aromos fragantes entre
olmos recios
como si hubiesen erguido
corolas,
flores, magarzas,
ababoles necios.
Coronas de rey; alto
ahondo
el canto, no destilado,
en remembranza escondo.
Antigua extasía blande,
como besar a mi Musa
sin tenerla vista,
agrande.
Junto al zarzo no
pregunto;
a espiga si sangre acaso
fue bastante, duro
asunto.
Dulce recuerdo plasmado,
aquel, tieso
palpitante su magia por
semblanza,
temblarme pudiera el
recuerdo ileso.
Inimaginable nido en
templanza.
De telégrafo tu impronta
belleza la inmiscuyente,
el blasón lúmina monta.
El placer de antaño lira
que mi letra sin
escribir
era tuya, la eterna
pira.
Por idearla, delirio
entra,
de recuerdo, lo
pregunto,
no, mejor la lira
encuentra.
Y se me pasa que pacté
con velo
quererte siempre, y
bailar las estelas
resplandeciente, errante
no te celo.
Mercurifacundes, quasi
nave. Hielas.
El Castellano y
Leannán-Sídhe
Enhiesta albilla:
Amándote ferviente
cada llama,
presa amapola en fuego
se quedó,
sonriente aurora, ella
la heredó,
tu corazón caliente fuerte
se ama.
Renuevo esta mi sangre,
dulce dama,
veraz la rosa, amor
siempre alegó.
Al latido, su beso le
ofreció,
la flor abierta en agua
se proclama.
El estambre una súplica advenida,
piel la acaricia y le
brindó su daga,
su gineceo blanco, su
avenida.
Óvulo atravesado cual semilla
su tierra, anclada joven
la biznaga,
germina fértil vientre,
enhiesta albilla.
El CASTELLANO
FANTASMAL VISITA:
Cálido yo, ante un
segmento de cobre
y su templado escalofrío,
un son en llamas del
sonido, humeante.
Se rizaba un acordeón,
en patitas algún diablo foráneo,
como un visitante
fantasmagórico,
se quedaba sentado con
nosotros,
sin reclamar ni vender
derechos
consiguió en aire de alguna
imagen,
turista o pusilánime prisionero aún condenado,
hablaba solo con sus
azares encausados
de invisibilidad
trasnochada,
muletero de frío cálido ventisqueo,
era su sombra algo más
recelosa incluso ya no
le temía,
partía brisas con
miradas,
y servía naipes helados;
en copa alguna hada
verde,
vestía de hojas su
desnudez violenta,
relamía eclipses en
alguna grama, de patio umbrío,
eternidad caracoleaba,
sin lazo,
ni pedernal florido,
era tiempo de batallar,
sobre poste cóncavo
de pino frío y señales
en cable tenso de telégrafo,
jugaba notas, y rúbricas,
de alaridos esquivos,
y densos fantasmas,
flotaban,
y hacían de esta bruma,
todo corral, y pretil
llanto,
como rocío de toda roseta,
de penitente,
abierta a la fugaz mañana,
del hombre y su negra
tijera.
Miradas extrañas, que le
analizaban,
y encendían su yerta,
hórrida imagen
capturada,
flotaba en aire;
de plenilunio,
y solsticio embrujado,
como calor desfasando,
un chirrío,
descorchado, en alguna
mente,
que, con él, sin saber
se encuentra,
soldando vapores de océanos,
y espumas, y sus
sirenas.
Entre vastedad que
incendia,
todas cosas vanas,
preguntó alguien,
sin destino, si existir
por sí mismo
valiese,
era tiempo necesario;
lo que no se elige,
tampoco se duda, ni
pregunta,
acaso hablamos,
o te acabo de pensar,
cadillo foráneo, forraje
de todo sendero
que lleva a conocerte,
como clavo en sombrero,
y cimitarra en tierra
asida.
Förüq
I
27 abril 2016
Raíz:
Tibio resplandor dorado
mi aura escapa de mi cuerpo
para no saber quién ser
el ababol del camino clama
por enternecer la primavera
a rojo carmesí cuando la tierra estalla
en flores ellas dejan su río de sangre
allí donde el olmo viejo
crepitando mi sentido estaré
me nace una espiga de la mirada
a la hora que se acuesta una malva
luce el colorín su trino
la caléndula cierra sus flores en verso
a la hora que el tejo exhala por el tiempo
transcurrido hueso viejo
y su tornasol afilado
hoy es tiempo de colgar sus flores al viento
por si llora mi cielo cuelgo ramilletes
en chopos silentes que la vida
vio colgar de mis pupilas
al dulce trigo en verde olivo
que mi ser yace más que vivo
mi ser es primavera
a la hora que su caricia blande entera
mi tierra y su entraña abre
al esplendor de un estambre
y se eleva mi lumbre quieta
río de sangre que me crece
por soñar soñé y me enraizó la flor
y que la flor sólo sea la flor
Porque jamás mil máquinas podrán hacer
una flor y elevado mece su amor
por la verde grama
que se afila de mis ojos
la guadaña
por el ancho largo
trepó y escaló su cielo
al fiel desliz me hallaba
esperando adoptar su sabiduría
que reverbera en cada pétalo
en cada hoja, en cada raíz
de su fiel testigo estático
quedando quien fui
y la tierra que seré.
El Castellano
II
28 abril 2016
El tiempo que se abra
y brote mi vida
al compás de un Sol mayor
resumen de existir en el brote
de una zarza que allí
baila mi hada
estallando en flores su pelo
tierra yerma que vio trinar
el estruendo de un zorzal
quien te viera caminar
vestida de espiga y lavanda
por ti se abre la Rambla
tus cabellos iridiscentes al brillo
canta al son mi grillo
por un camino se bifurca el reguero
el gato lame su pelo
yo estoy esperando por si te encuentro
mi señora de las flores silvestres
se Acuña mi aliento
en una flor del viento
una flor pálida nació del cielo
con sus colores alegró al tiempo
de sus hijas nacieron alegres vientos
del norte que en color vistieron el bosque
una flor naciente abría su esplendor
a un Sol de mayo por ella tormentas
nacieron germinando a su paso
vivezas de antaño
por los prados viste mi calma
fiel a encontrar tu amor un día
por si el cielo se abre
que sepas que él te mira
mi señora de las flores silvestres
un cardo de la dama en tu mirada
por si vivo mi vida te entraña
fiel de esperanza
una flor bajó del cielo
a expensas de sangre tener
ella se volvió mujer
con tu nombre en la piel
por la floresta danzaba mi suplicio invernado
fiel testigo maravillado
con amor en las venas esperando las flores
de primavera y sus caléndulas
despertaba por fin Ostara
y el cariño de la tierra
mecieron los terrenos
un soplo de su aliento
me floreció un beso
Cuando los jacintos abrieron
sus flores al horizonte del terreno
yo estaba despierto
surcando la mente de quien me piensa
con paso lento y decidido
transmutaba la flor de Odin en luz
cabalgando un arco iris de estrella
sonaba la campanilla entre grama dolida
era el momento de acostar
los dientes de León
al tiempo que besaba fragancias de colores
mi jardín de duendes.
El Castellano
III
29 abril 2016
Todo se baña al calor
de tus ojos
ciñendo la danza
de mi azada
se enhebra mi calma.
Vespertino guiño
de gramas preñadas,
por la sed de arrojo
por tus estrellas desdobladas
Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada
Yo estaba caminando sobre mi línea
la noche me contaba sus mentiras
sobre un parco negro límite
me encontraba
disparé a la luna sin hueso
se me acercó un cuervo
con alas azabache
pregunté a la noche
que su abrazo en letanía aguarda
si yo era merecedor de su dama
yo soy la voz de pasados lejanos
soy la voz de un futuro
soy eco de tormenta
al fuego de su rayo
llevo a cuestas montañas
enjambres de abejas
quieres oír su nombre
que la oscura soledad late
Él es Siempre
como un relámpago de sangre
como una luz que mece y envuelve
es el despertar en otra carne
en otro cuerpo
las sombras cantan a su vuelta
yo que camino por la ortiga que me mueve
hoy verá el cielo llover flores
y los campos abrirán sus colores
al rey astro que nada ni nadie
contra él puede
por si brilla mi suerte
de la mano de la dama nocturna
contará aquel cuervo que me vio.
El Castellano
RAÍZ DEL
AURA:
Arrostran secuelas
de cicatrices
en mi nueva forja,
abren caléndulas temperamentales,
cebollinos de lares silvestres,
a Numidio le ofrezco,
jacintos silvestres
que evanescen,
y mis rosas caninas por abrir,
no falten a tu vuelta,
ajipuerros inquietos
aguardan los campos
el reverdecer
de otoño sembrado,
romo hierro acrecienta mi sangre,
labriego invocado,
irritable,
a la vuelta de mi fortuna
sosegada, trillada entera,
como tupida yedra abraza
la sombra de su árbol,
no piso cenizas que se parecen,
honraré sin coturno
a Cécrops
esperando laurel eterno,
cúantos ríos nos desconocen,
este honroso polvo,
Musa mía no abandones tus juegos
modula tu laúd sonoro
que tu voz parte y pretende
dulce y armoniosa,
al fugaz viento
tiende mi fulgor de armas,
se duerma así
con mis oídos dejando
se afilen trompetas
y clarines bélicos,
brillante mira displicente
mi hiel de suerte,
hoy no vendí ni un atisbo
de espíritu a su cruel destino,
argento un color
nombré escudero
que enraizó en la tierra
como un blanco chopo de belleza.
Förüq
II
2017
Raíz descubierta:
Sueño, un haz subordinado
hoy tuve una experiencia
subjetiva al cansancio intuido
de aquel retoño de lagartija salamanquesa
de mi pared habitante de mis tiestos,
la regué y corrió a detenerse vertical
frente mis ojos,
en aquella pared donde caza,
detenida sin presura,
yo acerqué mi mano tapándola
por completo sin asustarse siguió inmóvil
y pude acariciarla con cariño,
empiezo,
que no he terminado,
enmudeció mi soliloquio confinado,
abandoné mi voz,
bajo el latir de tierra
sangre huye,
rojos carmines en avidez
de rizados estambres,
sobre las montañas y su blanco gineceo,
esencias despiertan,
palabras bullir
en carne fundida de suelo
en fértil, serena de aliento
en bruma niña,
madre de este gris anisado,
con crispado horizonte,
toda caída sin destello
ni florida estampa
que seca mi ala,
iris de soturna
carcoma mía
en tejado de oscuridad,
de tronco y su nido,
vamos tejo,
si yo creo que eres mío
háblame de tus penas sin escapar,
de tus romances oscuros
a vientos de luna,
piérdeme la compostura oxidada,
haz que me lloren sin miedo tus hojas
que yo deseo ser tu eterno amigo,
compañero.
En raíz descubierta
que afila el tiempo,
será mi cuerpo.
El Castellano
III
Cuerno sonoro,
cuerno vivo,
cuerno hueco
brillo frío templado,
vive tu osadía la bravura,
osamenta quebrada,
viertes tu sangre,
dando brío a la fuerza,
tu luz no tiene rienda,
tu puñal me dio vida,
y a Quoth el cuervo,
tu fiel agonía,
late, sangre fluye,
corre el lobo que soy
bailé entre serpientes
altura desbocada
he oído alzarse
almas bajo la tierra,
arde regio sol-ferro,
oscuras alas blanden
sus filos de alba.
Regentan iris
la lucha que reinará.
Habla desde la leyenda
el origen de Iberia,
quién espantará
mis gritos entre ruinas,
desciende su poder
somos los otros,
canción de una piedra,
férreo el destino,
amplia senda
honro mis dioses
abrídme el camino,
surcarán abiertos
libres vivos;
oda por esta tierra en llamas
por esta tierra en trizas.
Ahogarán alientos
bajo el dios del Trueno
ávidos guerreros resplandecen,
raíz de plomo
incandescente.
El castellano
IV
Por la vía
que los vetustos
olmos blancos
protegen los desnudos álamos
que aguardan erguidos,
al descanso de trémulos corceles
y sus carros, cruzan sin herir el sendero,
abatida mi contemplación
fue silenciosa entre páramos
angostos esquilmados del ocre
ardiente, encorajinado,
como un negro suelo que rozo
con los ojos.
La sombra que un ciprés rutila
se acrecienta erguida, ahilándose
con aspavientos que retuerce la luz
sin franco obstáculo.
Era de la tierra habitado
un bronco grito sin suerte,
refirió su desventura
y miradas no esquivaron,
quedaron vistas cuatro espigas
juntas en tierra arremolinada,
por las vides de semblanza
y el resurgir del añil
del santo olivo,
misteriosa sombra de ciprés
háblame como se habla a la primavera
para que se lleve los fríos,
quiero compartir tus preocupaciones
preservarte como me preservarás
cuando muera,
al sigilo del rojo brezo
me alzo como flor
que la primavera arrebata al invierno,
y abeja que baila sobre coronas,
como agua clara
que da la misma luna,
así como tú sombra,
yergues tu profunda pupila
desde la misma senda
que te vio nacer
pura, limpia serena
aguardando al alba
tu desnacer
que tiña tu ojera suave.
El Castellano
V
Candor en raíz:
Sembrar unos versos,
en nueva hornada
que el río lleva
en estribillo
cantad pues
que cantaremos
los mineros del verso.
Luz y claridad
en seno de nueva alborada.
Certeza en mi corazón
que late a las raíces
del antaño oculto,
por padre soy minero
por madre soy barquero,
cavando esta mi sombra
voy al hoyo del Sol.
Medito cual azada
de tres cabezales.
Tiemblo,
retemblando voy contento.
Onda vítrea marco mi andar,
por costales del Álamo
forjador, a su boca de fuente solariega.
Sed cándida de funesto, aciago sol.
Luz en aire es del herbario viejo,
padrón de arpa y su son.
Cantó mi campana
vengo por piadoso cerro
como solitario
señor.
Oro jovial seré
como vena del ámbar
relumbraré
mi añil,
amarillo viejo.
Pintaré lunas
y sus anchas ojeras
que relucirán sin ocasos
ni malvas espantarán,
fríos vernales.
Vendrá la niebla clara
por arboledas
y pinos tupidos
que caracolean
mis ideas reverdeciendo
los antiguos pesares
y su alameda errante,
vine por el murmuro de la piedra;
arraigado yo voy de mi insepulta tumba.
Hierros repican
sones como astros cinceles,
desnaciendo de la roca
su candor mineral.
El Castellano
HALO DE ENTUMIDA ALMA:
Al sentido intransigente
mi tinta escudo,
era mi corral umbrío
de flores llanas
en pétalo armadas,
como azares que lluvia
plañe segura sus
corolas,
claro entre el oscuro
rojizo terreno,
redil de un patio de
estrellas,
a mi entumida alma
canto,
esta soledad acristalada
que me crece como musgo
en la piedra de mi corazón.
Voces yertas sequedad
en tierra escuchaban,
regué su sed,
atisbo cómo será la vida en centro
mi globo estrella
luminaria del día,
si acaso su lumbre sola
se sostiene
ingrávida cómo que viaja,
el hueso de luna su
esposa
por mares de arena
su magnético mirar
partida la sombra que me
acompaña,
resumí en cáliz mi aposento
en sangre nueva y borbotón yacente,
no es por mí mi halo baja a
rodearte
este pájaro me habita
desde soto de carne
a hacer nido en razón ausente
en tormento dulce
dormido,
tres monedas mi suerte
acuñada
por ti
por mí
por el rifle poesía.
Mi contento brotaba
como germina-arte, la
fuente,
implacable éter naciente,
auras revolotean púrpura violácea
vil abrazar mi azul
en oscuro cuarto vestido
en tul,
verde, amarilla la sola
lagartija
me fascinaba.
Manso alacrán soberano
con la araña lobo
lycosalycosa;
tarántula maternal,
del zorzal al colorín
del verdecillo al verderón
del pardillo al canario
de cimbre,
del herrerillo al matemático estornino,
hoy tu piel, diviso;
para por fin hacer nido
sedoso,
en tu placer
y humedad permisiva.
Förüq castellano
Flor de difunto:
Caléndula dorada de mi vida,
tibia, eterna, esposa del Sol de día,
amarilla, gran luz de los campos
flor de difunto en tu grandeza antigua.
Que baile el tiempo sobre tu flor
que ni te importa la estación,
sobre tu quietud alcanzo la verdad
del ser sin preocupación
alegría da verte, belleza creada
del rayo de sol, dame tu luz
descíframe el saber de tu ser
para tu oro tener
ese por el que el muerto encuentra
su luz y la abeja tu beso tener
lozanía del camino si silvestre naces
al ocaso del lucero
tus flores cierras en verso.
El Castellano
Cáléndula joven del camino,
vieja de la senda que lleva a tu casa,
ardor de luz brotado entre florestas hirientes,
alza tus pétalos comunión de insectos,
por estos solitarios caminos
que me llevan a verte
alzas en pitanza
tu verde semblanza,
de la tierra vida en añoranza,
fulgor entre tus sienes,
darás de flor simientes,
así demostrarás que no hay tierra
sin flor así no importe estación,
María oro, flor de los difuntos,
luz entre luces del alba,
sostenme la caricia en tu flor,
que me creo abeja por un día,
álzate entre cardos y malvas que te rodean,
demuestra que eres única,
que ni caracoles osan morderte por tu savia fuerte,
señero silvestre donde los haya,
oro luciente entre engranajes verdes,
espera a tu ababol compañero
que tú sigues dando flor
sin ser primavera entre despertares y albores
de vidas y sus trinos,
navegas mi alma esta mañana
glorificando mi tierra yerma,
te aman mis ojos, te admiran latidos precoces,
eres más que silvestre flor
eres una vida precoz de luz,
si pudieras ser mujer yo sería tu eterno acompañante,
colmas la belleza de lo sencillo
eres mi alegría del camino,
pasarán fugaces las generaciones
y brotarás cualquier terreno
que el reposo tornó sin construcción,
para que tú grites
que la belleza también tiene casa
contigo,
Calendulaarvensis.
El Castellano
Danza en mi oscuridad:
Es el eco furtivo
de estas sombras,
rompe el silencio
guarda su palpito
es como el mío,
es como el mío,
cuando un agujero
se abre del cielo,
sombras de gatos
caminan la ciudad,
iluminan mejores tiempos,
que ya pasaron,
canta mi grito solitario,
maestro del animal,
cierran las pestañas,
me ha traicionado el viento,
solo, solo en este oasis de cemento,
mi mala yerba brotará
entre su asfalto,
cruces torcidas
el día escapa deprisa,
un párpado negro al acecho,
me piensa la oscuridad,
su negra ala no me bastará
al día que llega
desaparecerá,
desaparecerá,
escucho notas de este vacío
perplejo, perplejo ante su miedo,
voy por escalas al infierno,
carreteras oscuras
va construyendo mi vida,
la ciudad desvanece,
la tierra muerde los cuerpos,
este invierno
ya no me seduce,
se clavan mis uñas en la celda
de mi cabeza,
el tiempo esfuma etéreo,
nunca más labraré mi miedo,
aúllan persianas con el viento,
estoy en el otro lado,
contemplo vidas inertes pasar,
el espectáculo de la soga comienza,
es una flor de sangre
abriendo su polen,
no hay un alma
en esta calle de mi mente,
se retuercen mis ideas
en adversidad,
crepita que arde
esta lengua de frío,
amanece mi sangre
escribiendo sin madrugada,
el día comienza su alborada.
El Castellano
Otro beso:
Mañana saldrá el sol si yo miro tus ojos,
el mundo se hará pequeño
solo para que nos conozcamos,
tiraré la moneda al pozo de oro,
contestarán sus doradas gotas,
que los sueños hay que vivirlos
para que sean realidad,
al verdor del monte
sembraré dulces vericuetos,
para que diluyan escarchas hirientes,
y sus blancos de sabor a nube,
se rizarán cumbres
dolerán sigilos del álamo,
dejando su nieve
en fusión de escalas al cielo,
eternos alambres alumbrados
por el sol y su desquicia,
me llorarán los ríos nuestras gotas de unión,
tu alma pura, colorada será como mi alma,
intransigente comunión, destellos sin calma,
ganaré la batalla,
la noche será mi criada,
la luna rajará crisoles en estampa helada,
las estrellas me arroparán la sábana,
amor yo nuestra primera noche
no seré hombre,
se destaparán los reinos olvidados
seré el rey animal gobernando tu cuerpo,
mi ciprés tendrá sabor a mujer desnuda,
todo lo teñirá el rojo bermellón,
al tañer de nuestras almas en hoguera,
las sombras se unirán todas
hasta vivir en tus cabellos,
yo pasados los siglos
volveré a vivir para pedirte otro beso.
El Castellano
Apium:
El barbecho de la espiga,
la mar me trae la ola,
la montaña me trae la cascada
mis ojos llevan el color de siglos
de floresta destapada,
mi tierra se lleva mi espada,
el aire mi aullido
hondo, redondo
crujiendo en las aguas,
mi vida lo siente
lleva sangre en las venas,
arterias de ángeles
estrellados en su eco
alzado a la Estrella,
sostenme en las bocas
que mi silencio reverbera,
mi montaña bonita será sentida,
mi Santa flor en la boca de la abeja,
que mi vida maneja,
tráeme los pinos de los montes,
el aire de las cumbres,
tráeme tu boca para nacer en ella,
sigo a Luciffer
bueno él me sigue a mí,
cosas peores habrá
como abrir y entornar la puerta
para que pase la maldad,
siento decirte que arrastro mis demonios
creados,
para enterrarlos en el campo,
al lado de un sigilo de chopo,
que a sí estén de ojos abiertos,
no me enloquecerán más,
estoy hecho de miedo,
soy de hielo
más fuerte que el don austero,
palabras sepultadas en mi zanja,
mis padres y mi gato son inmortales,
¿por qué me llevaste padre a la ciudad?
que lento muero aquí,
sin sentir el viento de mi campo,
sin mis flores y su aroma
a vendavales desnudos,
estos árboles de cemento
no suenan con el aire,
ni estos cristales atraen abejas,
aléjame de rejas,
salva mi muerte
que es del monte.
El Castellano
Silencio regenerado:
Saeta, saeta bella,
saeta parca,
saeta ilusa, saeta
inocente,
es el final del espectáculo
saeta madre encubridora,
de toda mentira
enclaustrada,
yo te amo saeta,
saeta alada,
saeta heridora,
saeta encausada,
saeta parca,
saeta celestial,
saeta infernal,
saeta canta,
que mis ojos sean tus
ojos,
saeta que mis manos sean
tus manos,
esta cruel noche un
diciembre,
que yo soñaba estaba
escribiendo,
un canto a tu cabello de
oscuridad,
saeta mística,
saeta horrida y hermosa,
tu beldad piramidal,
se estrechen caminos,
el cielo se abra para
escucharte
mi saeta esquiva,
mi saeta complaciente,
como es arriba es abajo
canto,
seguir peones vuestro
circo,
que este trovador
de campo llano,
sabe quién es y de donde
llegó,
ahora te odian saeta,
ahora te aman saeta
alada,
me diriges por el
parnaso sin final,
o me quitas hasta la
vestidura
más pesada,
volemos abismos amada,
volemos cimas inefables
cariño,
hasta donde se oculta el
sol por el este,
sociedad de creer o no
creer
yo elegí creerte saeta
y hoy sigo en la cepa
esta vida que me cabalga
la estampa,
cerros intransigentes
molinillos al fragor de
vientos voraces,
esparto entre las jaras
y solas carrascas
brezos soleados por
flores ausentes
un invierno que se
desdibuja solo,
saeta amada elévame en tus alas
yo vine por el son
recto,
blandiéndome de un hinojo
solar,
esta vida que sin ti
saeta la creería una dulce
mentira,
por la que morir
y no morir por una
crueldad
impuesta por el ajeno
que nunca
nunca serás tú
mi amada saeta,
esta existencia
que se dobla y niega a sí misma
para decir que yo soy el
rey
que yo soy el cuchillo,
que yo soy el proceder
inmiscúyete,
otra vez yo sé quién soy mundo
este es mi manifiesto y
el de mi saeta bella mi
espada,
mi vida,
mi indecencia,
mi crueldad de espira,
mi corralillo espectros
yertos,
era y es
el hipócrita dejará su vestido,
el trigo limpio
será trigo limpio
ahora y siempre,
espiga y cante
hasta rodeado
mi padre trigo.
Vengo de las espigas de
abajo,
asolando verdades,
mi panada amada,
por la saeta olvidada,
se despertará
por los que venimos
del trigo limpio.
Volando sobre parajes
entre tierras de añil barbecho
y su azada de viento
mi solaz saeta entre
cardos
de todo fértil sendero
que lleva al infierno.
El castellano Förüq
Mecha de oscuridad:
Vengo que vuelvo
de un silencio,
profundo,
de un vacío completo,
traigo para sembrar
un ascua melífera,
del seno las arduas
estrellas
que llevo
que cuelgan de mis ojos
cual arañas,
una vid de vida
en seno esta anublada,
azul
escarcha,
todo colmaba el ímpetu de suspirar
sin brasa diestra,
ni compás ambivalente,
sobre estos treinta años que
y que no me sostienen,
porque aún no me hicieron
nacer,
sobre los lustres que ya
no son,
anudando galaxias
y su cobre perpetuado de
sólida
luz
inmaterial,
electrificas mi mirada
como aljibe rebosante de
ilusión líquida,
toda esta sed que vive
el pasado,
y en bruma cegada,
muestra,
que tiende tu rosa
helada,
embebida de pétalos de
espectrales
sábanas purísimas,
nací en vez primera sin
terminar,
y no fui ni abeja ni vencejo,
para poderte acompañar,
era de un eral sujeto,
como membrillo de un árbol sin escuela,
y pera de chopo
milenario,
todo cruzaba mi relente
y acabé tendido
en mi osadía de seco tajo
llamándose gloria
para acabar conociéndote.
como dije en primera vez:
Mecha de luz:
-Vuelvo de tu vacío repleto,
anidando cobre de
galaxias,
desde luego aún no hace treinta años
que nací allí;
en vez primera sin
terminar,
vida húmeda y animosa,
alzado a luces de alba
sin acabar,
vino tu silencio conmigo
sin ti,
como alto arbusto
fragoroso,
me paseó mi jardín
como un mordisco
y un beso sonoro
deslizando
que suyo me jabra
hendiendo la tierra,
una boca de metal de
pala,
que abre zanja.
tu alma de recto
augurio,
o ave como futuro de
hibernación,
ave nocturna
en tablilla de azabache,
como puro origen
inmiscuido,
nulidad insobornable,
traición de hechizo
y nota de caligrafía desangelada,
mudez última de relámpago,
pluma de mi ojo abierto,
soledad infinita de mi
despierto,
como fe sin cargos
rueda mi vertiente,
siempre relevada por
dios sollozo,
palanca usé con la puerta de
Plutón,
alcé el margen
de rebelión sanguínea de los dioses,
cielo asido el vil
manifiesto de relámpago
surqué, gloria vespertina
de héroe,
Cocitus cantando su aire
de oscuridad iluminada
clavando negras riveras,
hundiendo
y desplazando los
montes;
lago estigio me alimenta
el latido,
y mi férrea sangre
directa a superar lo
inabarcable,
tu rama vestigios de
plata corté
del cóncavo bosque en tu
acre,
creció en su lugar
segunda rama,
de titanio,
que conseguí cercenar rotundo
y hoy llevo clavadas sus
hojas,
en dos talones fundidos,
columna y cadera,
con todas sus espinas de
titanio
sujetando cada diente mío.
bajar al averno es
sencillo,
subir los aires en altos
cielos,
nadie pudo;
yo allí voy a mitad
camino.
El castellano
Förüq Er-lobo bohemio
Dicho azur:
Adentro esta bruma azul
de mi contento,
avanzo estas flores del
invierno,
por árboles desnudos y
sus cantos,
yaciente mi sed de
nuevo,
florido cierzo,
primoroso veo y beso mi
sañudo suelo,
lumbre sin sol
en que la luna no
aparece,
presurosa de melancólica siembra,
una estrella emblanquece
por cielo extenso,
y en lluvia derrama que
desgrana
la vejez de la grama
vieja del camino,
custodiado por la señora malva;
acrecienta mi linde vago
por majuelos perennes
y solas zarzas,
lágrimas de mi
tristura,
regocijo de varios,
ya que antiguo son,
solo mi leana ablandaba
mi lira.
amores ponderables
mi ser no rehúya,
desquicias mayores,
otros
oigan en retirada,
a murmurio grave me
alzo,
en esta tela de araña
y la luz de alborada
me tiende en extasía.
Förüq el castellano
Siembra erguida:
Izar de un cantar,
de tu cariño enfuscado.
batir vuelo, elevándome
entre lares de hayas
y sombras de hojas
escritas y reveladas
de ceniza de fresnos,
sembrada,
deseos, sueños y corajes,
y sus raíces del alba
por ocaso admirado
que cerraba flores en
versos,
y musas y jerarquías,
de hadas y elementales,
entre árboles y frondas
suaves,
su idioma en vertiente
asilvestrada,
lejanías de suspiros,
y granates lucientes
entre fortalezas pedernales,
y cuchillos solares,
hija de la niebla.
doncella oscura,
te llamo desde este
latido
proscrito, que te busca;
y entre espinas
su luz gorjea
que amarte no es vanidad
de ambición ni naciente
ni floreciente.
Es un dulce designio,
entre mis lares cabalgados,
y riveras de río sanguinoso
de todos los lirios
y su hidromiel,
sangrada,
tus cauces,
insobornables
que pureza y rocío en flor
hasta albor de raíces brotado,
destino y camino
ingobernable,
valle de signo y tierra
alumbrada,
oh se cavan surcos de mí en tu alma
verdadera, nunca para
agraviarla ni dolerle,
una dicha y una alegría tejida,
tu sonrisa,
que abre el aura
y deja su energía en mirada,
ya maldigo a este
incierto saber
si terco y necio
me reniega osadía, ventura y
fortuna
de a tu vera conservar
mi labor
y creencia, seguras,
un beso te dejo
entre zarzales de fuego,
hay alma,
hay alma,
hay alma
porque sin ti;
belleza no existiera.
Miles de lumen, Lit C et
sumun Canae.
Förüq castellano a
29-07-2020
Ferviente tajo
floreciente:
Exultación, de saturnina
rienda,
desempeño en posesión
y toma de filo
relucientemente acrisolado.
Protección servil bajo y
hondo metal;
luz de esfera, espiral
canta,
cariño a sepultura
animar,
honrar, preservar,
oda desde este
cementerio
solemne alzar de honra,
escala áspera, tangible,
vine y me derretí;
su voz dulce,
inmancable, ni en fíbula
ni en broche al corazón,
que ya sube y derrama,
mil rocíos en flor de caléndula,
mil fragantes deslices
me indulta, que a ellos
induce,
poder de arder
flamante,
sombra eres
de Ostara la brillante,
se queman de mí
injurias, infamias,
desquicias de campo
abierto,
por este duende,
por este arte,
tornando tu sola mirada,
acampo que acompañaré
toda vítrea lágrima,
estigma que camina sus fábulas necias.
Si soñar, te sueño,
viviendo bajo el orden,
se asigna a defender tu
pulcra sonrisa,
uno, ni abismo
comparable
al arma reluzco y hago
visible,
de Ostara, la brillante,
es viento del este,
es aurora, la bella,
que blande, que rige,
estela inconmensurable,
rocío de nacer, de toda
vida en color,
oh gloria,
oh amapola,
de sangre de tierra
en sola viola,
campanas restañen,
una morada y fortaleza
inabarcable,
tu amor cruzando y
surcando mi sangre,
era, eres d' este amor
espuela,
abre tu bosque umbrío,
deja abierto de tu santa
ternura,
portón verdadero,
vine por la voz surcada
de un herrerillo,
vine sin calzas
desnudo como me conoce
un diamante blando
y su des nacer limpio,
de turquesa
y azur marino,
elevé ancla en tu
aprecio,
tinta de brea
y sangre de azada, mi
bandera,
supresor del ruido activo
silencio mortecino,
dicta,
segundo poder
conquistar,
a un sin miedo dama
oscuridad,
le preguntan
si luz fue antes
o si tú mi musa pariste
esa luz
que inspira, plañe y regodea
sin calzas ni dureza.
tengo permiso y orden
de presentarte al tercer
poder.
III
Mantener
uno, todo azar de
intensidad
y fuerza que arde hasta
esquela,
mantengo tu cariño
vivo en mi ser,
dicha es poco,
lo siguiente a dicha
que se extendía,
bajo puertas del dulce,
sinuoso,
umbrío averno,
tomo, que explayo,
número y lugar a defender
te imploro
susurrando,
ven flagrante a nuestro combate,
te espero hasta tiempo
en clepsidra me derrame
colmado de todo júbilo,
arder. conquistar.
mantener.
Coraza, armadura base,
de Zeus;
y atenea musa; que armo
y amo.
Förüq castellano
Setanta a 30-07-2020
Inmenso placer secuaz,
inefable:
Clama ante la aurora,
presurosa aura
intranquila,
ardua la dicha exclama,
que si por querer fuera
igualara el agua de los
montes
que, subiendo, baja,
afilo este mi solo
intelecto
por muralla que no
cierro
desvela el clamor de la
intranquila rosa,
quién a igualar mi
dicha baja,
furor ostentado de la
piedra frigia,
va mi reguero desnudo
por musario cerro,
su cernícalo avizor vigía,
milano señor en soberano
cardo,
luces del alba
plañen sus rayos
de nueva alborada,
ven, agita la guardia,
conmensurable acequia
mi sangre estrena,
voy por piedad avistada,
luna habla,
destello de noche febril
que otro año más no enfriaba.
Iimperios de ojos
cerrados
en nocturnidad en
cegada,
franca tapia de espejo
y su beligerante
reflejo.
Amima, mi viborilla,
secuaz tu alma sólo destrenzo,
tiempo, hálito voraz
que enciende calor
presto
de caballero,
a su dama hoguera,
corriendo por fuera el
granate,
sanguinoso,
por escalas a este
placer inmenso,
esfera tu secuela
en faz instintivo,
desaprendido,
rumbo al carmesí insobornable,
destino dicte quedarme
en tu nube intangible,
en vaporoso éter, tu magia,
hoy vine a besarte,
y a desprenderme,
de tu cauce en tu cuello
aliviarte,
bronce en ala y su
verdor
de óxido que rige,
que envanece,
que resplandece.
anhelándote.
Förüq castellano
Sentimiento labrado:
Viento, viento bonito
lleva al cielo cada
escrito
arropa este amor en mi
cuerpo
en mi corazón te llevo
hadita de mi sentimiento
noche hoy en tu sosiego
me encuentro entre nubes violetas
y el cristal luminoso
de esta luna de invierno
bañan mi cuerpo tus
latidos
sordos de oscuridad
y a este cielo sonámbulo
lanzo mis ilusiones al
viento
siento tu caricia de
alma
y te bebes mi calma
despierta esta rosa
sangrienta y su aroma de romance antiguo atraviesa el pecho tu amapola eterna
primavera
cuando mis ojos te ven
entera cada sentido despierto
como fiera al acecho de
tu latido hoy en tu bosque me pierdo
tu imagen surca mis sueños
como cada noche que
siento tu beso
y como me cuidas,
como soy yo tu alegría
mi vida vistes de
amanecida dicha,
hoy la hierba escala mi
montaña
la lluvia germina todas
mis semillas
de pasión y fuego,
donde entero me entrego
al placer que muerde
y envuelve en quimeras,
como sencilla tu sonrisa
y tierna tu caricia,
ya no hay súplicas
solo felicidad
desbordando mis cauces,
te sostengo fuerte en
mis brazos
para nunca soltarte
para eterno tenerte
si por soñar soñé acabar con la
soledad fría y escarcha de esta melancolía
llegaste tú a mi vida
como cada noche siento
tu melodía
y me acompañas cada día,
salió el sol después de la tormenta
y ame tu esencia
regando mi interior tu
voz de alma amada
tú bella y dorada
calma,
rompí las cadenas que me
anclaban al pasado para luchar por mis sueños y alcanzarlos, entendí el idioma del silencio
y hoy contigo
lento construyo mis
escaleras al cielo,
este firmamento clama de
azul sediento, ermitaño en su montaña del sentimiento
el amor jamás salió de su cuerpo,
de él decían que quería comprender al
amor, tras una flor la conoció y la preguntó
qué eres, amor,
no solo nací de esta flor
tu inocencia me enamoró,
curaré tus heridas de
dolor viviré de tu amor.
Vuelvo a este dulce
tormento buscando llenar de amor el cielo, labrando el campo de tu alma
y bella mi amada
te bajaré las estrellas para
que puedas acariciarlas, estas flores cantan la canción
que te enamora el corazón.
Vuelvo a luchar como
ayer
con tu amor jamás desfalleceré
eterno en tus alas viviré.
El castellano y
Leannan-Sidhe
Azar relegado:
Navego los límites de tu silencio
tu luna, reina mi cielo
en este horizonte de
ilusiones y sueños
tus besos florecen mis
recuerdos
las mariposas de tu piel
tersa de seda acaricio eterno el momento que escapa entre tus labios cuando
brota el te quiero,
y en mis ojos te
encuentro,
donde me enseñaste a vivir el
momento
porque nada es para
siempre
escribo el sentimiento
ese que me hace amarte
despierto
este viaje sin retorno
me hace buscarte cada
noche
para que tu amor surque
mi sangre
y mis sueños de tu mano
puedan acariciar
lento muerdo el placer
preso
y la lluvia envuelve
nuestros cuerpos
recorro tus parajes, me
pierdo en tu bosque este fuego late en esplendor
encuentro tu dorado amor
oigo los aullidos del
corazón
atrapo mis flores de
pasión
quiero y te quiero en
cada amanecer
donde agradezco cada
aliento
cada suspiro que asesina
al tiempo
y da vida a mi
sentimiento
mi eternidad alcanzo
acariciando tu cielo, entero me entrego como el calor de un lucero, sintiendo
tu amor latiendo,
avanzando tu cuerpo como
quimera de pasión y fuego,
condenando al tiempo
a morir en nuestro pestañeo con un beso,
encontrando el lenguaje del alma en cada verso, cabalgando juntos cada
firmamento,
flor de sangre naciendo
en mi pecho
clamando este amor que
te profeso,
cálido, el momento,
de desnudar mi alma
mi bella, amada, una
flor en tu mirada
vuela libre, doncella,
tu esencia mariposa del amor,
en mi interior quedaste
de mi ser te adueñaste
puedo sentir como tú sientes
en cada pensamiento
vives,
a tu lado siento
desvanecerse el dolor
este ardor de pasión jamás me abandonó,
hoy agradezco que me
arropases en tus alas
para nunca soltarme
para abrigarme cada
noche fría
por ser mi eterna compañía
y locura del ansía mía,
tu amor mi sinfonía
como tu beso de cada día
fiel me entrego a la
caricia,
mi amor sin descanso
incesante fluye el verso
por tu abrazo,
a tus pies me encuentro
esta mi sangre te
entrego
este fuego late en cada
beso,
germinaste dentro todas
estas semillas de amor eterno,
hoy hadita te canto a la
orejita
encuentro tierna tu
sonrisa
en cada flor encuentro
la belleza amanecida
en tus labios descrita,
en tu piel mi caricia
en tu corazón siente mi brisa
cómo me hago lluvia y
río
en cada silencio que
rompemos juntos
como juntos nos verán hasta el fin del
tiempo.
El castellano y
Leannan-Sídhe
Sendero mi suerte:
Corro, a observar,
el vago nublo,
del invierno de mi
suerte,
tras él, el brillante
sol,
reluce de nuevo,
una fuente de retozos
azules,
y caléndulas,
flores de Odín,
bordeadas por espinos,
o majuelos silvestres,
un aspa de luz y de frío vil, sordo,
oh de luz, y de frío,
era mi azul desquicia
yerta,
oh cuan abarca mi
ineptitud
entre señeros dulces
y crueles ramajes de
idea,
oh de luz, y de frío
era mi azul miedo.
ámbar blando arredra cantando
de sol y de frío era mi oscuro
invierno,
partido,
quebrado entre destellos
de flora,
y sus flores sujetas,
encontrase siguiera
amigos entre los
insectos
vendría por mí el solo halo
de soledad que amilano,
vil milano
hermano mi cernícalo avizor,
por altas torres y
agrestes sendas
que arregazan caracoleando,
oh mi ámbar
de luz y de frío
sangre del tiempo,
petrificado,
por misario cerro
voy con azor en mano
en busca de la insigne
perdiz huidiza mi dulce
tormento.
Oh mi suerte, sombra de
agua
oh mi luz, y de frío mi insignia
pasajera.
Förüq el castellano
Soto en sol naciente:
Noche silenciosa umbría,
de negrez, adjunta;
al crujir del halo
que destella su
pulcritud en estela,
coraje por violetas
ausentes
y flores yescas
alumbradas
por la dulce luna casi
llena de enero,
mis falanges ensalman
el sendero inencontrable
hasta el portón verdadero
de nueve cerrojillos
infranqueables,
orando por mí mismo se abra
esta insepulta tierra
que me sostiene,
mi semblante perdido
jamás abra el yelmo,
en clave de unión
se abra el aleteo fugaz
prometido,
que encarnan tus maderas
reflejas piernas,
un sopor y obtuve tu
anhelado sabor
de tierra nueva virgen,
como letal aleación de savia y raíz
formando tronco y hojas
esbeltos,
como dos rocíos se forman en tu
sonrisa,
cómo te enraíza el sórdido éter embelesado,
dictando retorno
de mi primorosa,
mi musa cristalina;
soberana en turmalina
esencia,
umbría vivirá nuestra caricia,
por el vespertino cauce
de río en arteria,
bajo que encumbro
el placer nacarado,
insubordinado,
rumbo a la tercera
estrella
que osó mirarte
colmando tú de lo bello, lo
bonito
este parco horizonte
asiduo.
Entonando en primor
la lira toda mi carne.
Es adorarte ferviente.
Förüq El castellano
Niebla encorajinada:
Cielo de tu amor que
acaricio,
en el suspiro del tiempo
desvanecido, en cada luna que te encuentro,
en cada vida que te
siento.
Cómo no hacerlo si
vives dentro,
si cada minuto lo
vuelves tierno. Vuelo, con este sentimiento de fuego,
cabalgo el firmamento,
encontrando el verso
despierto.
Como estas ganas de
devorarte lento,
que sientas el deseo
morder tu cuello,
y la sangre de cada flor
de piel y verso.
Donde el agua y la poesía
hacen el amor con tu
cuerpo.
En este campo de
sentimiento
la sangre de la tierra
vistió de amapolas, cada beso de amor sin tiempo.
el bronce deja su
cuchillo
a las espigas del cielo.
Hhierro baña la sangre de este
guerrero,
vivo y muerto por tus
suspiros.
de tu corazón preso, guardián de cada latido,
redentor en el silencio frío.
Amante serpiente en el
calor de la ilusión que te dibuja en mi mente.
Siempre presente, a la
hora que la oscuridad late y envuelve.
Donde te volviste mi
bendición,
realidad, abrigo y
latido
de la inspiración invencible.
Como invencible dios
sol, que toda vida rige. amada hada, esposa de este mío sentir,
acompañante de cada vuelo
fulgente.
Tu semilla de amor
germinaste en mi pecho, amapola roja y negra, sangre y tinta
que cada verso expresa
sin descanso.
Fluyendo como el río que brota en
almas a su paso. voz amante de tu presencia en mi mente,
donde el te amo, cada
noche, se siente.
cura de soledad y
maravilla hasta la muerte. donde mis rosas dejarán su sangre.
Nunca dejaré de escribir al
amor,
a esta pasión de tenerte,
a cada luna que de malva
el cielo me tiñe,
a todas las flores
sencillas donde te veo,
donde descubrirás que este duende
te será fiel,
y a cada semilla que
nace pone tu nombre,
donde encontró su latido noble,
y mil veces más fuerte
lento se apodera de tu
bosque.
Las campanillas en flor
le oyen
y distingue el espíritu de cada árbol,
en cada pequeña vida a dios
encuentra,
donde la armonía la acaricia el
idioma oculto
de las hojas al viento.
Como el abrazo de la
yedra al árbol
y el beso del rocío primero a las
flores del campo.
En paz me siento en mi
entorno,
y en la ciudad muero
lento.
bendita la vida por
darme tu amor,
por darme ojos para ver
cada vida en color, siente esta caricia sin dolor
observa que de mí el cielo se apiadó,
donde sin envidia ni mal
eterno vivo, como poeta
sin tiempo en tu recuerdo, voy allí lejos de este mundo,
donde empieza nuestro
bosque sin destino,
donde libre, todo sigue
su espiral sagrada,
el ciclo de la vida y la
muerte,
el resurgir del agua, la
sangre y de la tierra.
Amada te canto, de tu
mano siempre mi te amo, contigo siento la fuerza
de la tierra, el agua,
el viento, el fuego, y la magia que en arrullo acarician mi cuerpo,
contigo no temo a ningún abismo, infierno,
ni tormento,
a ti te debo cada verso.
El castellano y
Leannan-Sidhe
La polilla negra:
Acogía perturbador
pensamiento
en tristeza, errático mío,
infortunio, todo dormido
ceño,
mi sangre colmaba
lóbrega y repleta,
sobre la frente de
nublos negros
que encogidos, no
lloraban.
era gris mi despedida
de noche tranquila,
relucida,
noche azulada, indebida,
de destello desvelado,
y pilares al cielo en
hondo tributo,
y carros llevando agua imantada
de grises leviatanes.
sombra de hombro
incierta,
arrastra vendavales
furtivos,
en espiral
sobrecogedora,
y sones de blanca
nocturna luna,
lánguido mi pecho ya
profuso,
se alzará
a desmembrar, el eterno
desliz,
de luz anclada.
En vals y alas,
pequeña mariposa
nocturna,
gira la espiral
su terror escondido,
embebiendo el ingrato
desvelo,
fulgor de sus círculos errantes,
quimera desangelada
de vago destino caduco,
derredor intranquilo
enreda,
misteriosa negrez;
sin partitura de blanca
seda,
frenesí que jamás se separa de mí.
coloso de su imán final
de lisonjera luz,
del candil que atraviesa
toda dama oscuridad,
como su cuerpecito leve,
frágil,
tembloroso
que ardió en su atracción final
a la llama en luz
intransigente.
Förüq el castellano
Dulcera en claror:
¿Lo recuerdas?
cuando creíamos
dentro del ser haber
encontrado algo.
Recuerdo que los días
están hechos,
mantente.
¿Recuerdas un vivir al filo de la navaja?
tentando la suerte
nuestra circunstancia
que nos unió
como agua y oro de
aceite.
Recuerdo a veces
llorábamos a las flores,
y otras nos sonreían.
¿Recuerdas el evanescer interior
que se apoderaba del
firmamento,
y descendían astros, a
mecernos?
Recuerdo tu sonrisa
pura,
inocencia de escala,
un desear estar contigo,
para volver todo hacerte
brillar,
¿crees amor huido que algo haya cambiado?
dilucido que seguirás siendo
la misma piedra de melodía,
de eco presuroso,
que se adentraba en mis
ojos,
para inaccesible
habitarme,
como canción sepulcral
el infinito
reverberante,
que me erizaba la piel
completando mi
existencia
de palmo a trecho
voy manando,
y aunque hoy piedra
del rayo en cegado,
dicha en mi pecho
quedaste,
dicha en mi alma
blandiste,
porque yo te conocí
porque yo tuve que
sentirte,
como agua de rocío
y destino plañidero,
incluso hoy en sueños, te sigo viendo,
brea de estrella en
carne de la belleza,
pupila de mi pupila
por el tiempo helada,
he venido hoy a desafiar
a mi dulce tormento,
sin tenerte te tengo
dentro,
sin quererte sigue en
vela y cañón,
mi naipe y última carta,
no se reveló.
¿ves que algo haya cambiado reitero?
sí, que hoy en día
duermo con tu recuerdo
etéreo imaginado,
y no con tu piel y carne
de estrella.
Esteban er-lobo bohemio
Cantos de tierra:
Solitario bogo,
aterido soplo de la
montaña,
pastor de tus astros,
torres de nidos de tu
saliva,
perfilada tu sombra me
acompasa,
mi sayal remiendo
entre sedas
de moreras de ensueño,
olvidos me trepan por
enredaderas,
tarde en la tarde mi
esperanza vive,
si soñase volaría a tu vera.
Sol este de oro
ciñe mi álamo negro
y su esmeralda araña,
cumbre te nombra
en la saeta mi oscura
golondrina azabache,
traerte conmigo siempre
eternidad risueña, melosa
sangre de mis dioses.
Señora tú de silencios
y sepulcrales vértigos,
no amansa mi fosa
la dulce azada de metal
soporífera,
carne y cuerpo
mi rigidez de pluma,
lírico trasnochar.
Claro cristal entre
paisajes,
ceniza de recuerdo
es ella, recuerda,
aire desnudo fama de
estrella
inviolada,
mi musa bella,
un azar flamígero
que no pido ni alumbro,
no espera
ni las aguas de tiempo
inmenso,
jamás complacen.
ay día, rosario terco,
deja ya la gloria,
grandeza en amor
se llamó belleza,
lastimada mi carne
desvelada.
Gusano soy
que hila su capullo,
tejiendo desde sentir
interior,
mi vida en serenatas
blancas
levantaré,
su fronda,
inabarcable vergel
primoroso,
cuenta mi linaje
alas ignoradas de mi
pecho.
no podrán tapar en vida
mi silencio que aflora.
El castellano
Terca mi sangre,
tiempo del frío río
inmenso, todo dado en
espinas
su rivera,
por ciega neblina bajo
con tabaco precoz,
pienso,
todo he soñado
para el letal lecho del
olvido.
Mi temor sorprendido
alega que no existe;
vida o belleza,
ala o metal cansado,
gloria de grandeza, ¿Dónde?
mi tabaco de neblina
ahonda, penetra y surca
la esmaltada silueta de
tu figura,
por mi caricia ruda
y el agua afligida,
admirarte yo cual fugaz
garuma,
anisado vive el cielo,
nuestra blanca estrella
mineral candente
refulge su luz desnuda,
por vespertino son
de todo lo que tiembla
como abanico de mi
pluma.
El castellano
el principio estaba en
la colina.
Un hecho,
claridad de brea
encendida,
o, transparencia de pez
de cristal.
Timón enfurecido
que tormenta iracunda
tizna,
cuervo en el alma
mi ser alzo, prendo,
mi idea luce
cual hollín de azabache
tuviera,
gragea mi voz un
crascitar
de mi señor Baco,
persona de garabato
nombro a sombra latiente,
acaso opacidad de
materia cuidase,
sacrificador mi tiento.
Soneteada su parda
sepultura.
falte mi ley, sonará la albilla.
Diablo aguador mi buen
luciente;
cordobán, recuerdo de
soleta,
no me faltará maceta,
parnaso que ya cae
asaetado,
cisnes negros,
de apolo,
cuidados como vellón descendía su grajo.
Musario monte yo he
sembrado.
yo, pensamiento y porfía guardo,
me los retiemble
el sol lucido,
ninguno estribe
mi mesura,
señora, valerme
quiera,
ni peligroso
el tiempo bárbaro se me
pareciera.
Förüq
Insondable, la luz
de tu impalpable seña,
guiño áureo al latido,
insubordinado, labrado
en madero de este
hierro,
ya dejó de ser infamia
tornasola
en ascua de piel
borrosa.
Ensueño alado te alzo
mi musa en estridencia
recta,
develada, reveladora
senda
dictas que afliges
voluptuosa
cuan cerilla arrostra mi
alma,
rebulle tu sueño alado
de golondrina azabache,
no perturba mi paso
tu luminoso azar
encorajinado,
en sones del capataz del
brillo primero.
Arde no se colma mi
vaso,
al cantoral
fraguo férreo lazo,
indivisible alianza,
comunión
de ambos argentos
astros,
como entrelazan alba y
ocaso,
pura seda mi correr
de atleta precipitado,
arrostró
mi piedra espectral,
tu brisa ya nunca más fría.
alumbró mi sien
el fractal de frágil leño.
Y desveló que todo es y fue
más que un sueño.
enmudecida siembra tu
garganta
lamo la tierra boca a
tramo,
tu raíz salvaje me toca,
como verde planta a tu
corazón invoca,
silvestre y musical
nuestra rosa azul canta,
henchido de tu voz voy
mi doncella escarlata.
El castellano
Oración a la misa del
alba,
revuela una golondrina,
esquiva los ramajes
amenizados del fresno,
abre monótona brisa
una caricia de tierra
por el misario cerro,
carrascas afilan allí
sus flores de piedra
para dar sus bellotas,
ya escondida la luna de
seda,
aumenta un zorzal su
trino,
sube entre rayos de sol
la espuma de un desnudo álamo,
a su raíz un precoz mamón
sonríe al iris de nueva
luz,
un grillo chirría su nota
en melancolía por nuevo cierzo,
la encina secular
no pierde atisbo de
rigor
en follaje,
como nervudo verde
que no llora,
la retama grita al
esparto
que su amarillo impera,
plegaria entre verdades
del monte
un nuevo esplendor
canta la paz sepulcral
del campo,
como luminaria entre río reverdecido
en tapiz de terruño arado,
aria dolida en arrebol
de sollozo verde,
lento abre su retoño la tierra.
Entre vid de nueva
espera.
El castellano
Quiero mantener
mi suerte segura,
como hondas imágenes
en frío lacustre.
Agua de labriego sordo.
eco en árbol de sigiloso
azar.
Hombre al menos
en terrazgo seguro
al pie de bandoneón,
clavando cigarra
a su escarcha afligida,
manos trabajen
la melodía
a tu voz morena.
primor en viento
de mi sepulcral
prestancia,
tierra o ceniza
eternal mármol turbado
de vida atada a tu vida
y perseverante esencia.
árbol de luz y acento,
revuelo a tu son
el mundo no trasplante.
Dulces sueños
sones flamígeros te aguarden
en su seno.
suelo en miel
de nota obscura,
guerra, oh gran momento,
rizar mis ascuas al
viento,
hoja que tu filial enmarca,
verdecido mamón yesca,
invadido por substancia
de tu irisada voz en
letra fraguada.
Resonancia de altivos
lares,
fecundos...
Llevo verdecida mi
sangre,
asaltando el trigo mis
ojos,
palabra con sonido
eterna herida
Resuena que sigo en ti
como aromo de flor
y curva pitanza corva,
redimido a la abeja
el avispero ya no
zigzaguea,
abre cariño tu senda,
nácar dispuesto y frágil
al candor de mi cóncava vena.
Para cosechar mi pena,
mi cruz
y mi condena.
El castellano
Sed de luz:
Cuanto te acercas a mí
miedo intuyo somero sin
rivera
a estar cerca,
más cuanto te alejas
miedo a estar sin mí alegas,
dijo un librillo,
franca tu vera
destrenzo,
viva esta espuela,
horizonte vasto me
acercas
como lloverte amor sin
cesar,
paraísos yertos sin
escalas
ni vals terreno,
puridad acaso bastó
como lobo de orejas
afiladas
sin aullar no era lobo,
me acerqué hocico
he irremediable
contestó un azar de tres
caras
y nueve venas razones,
como derribar la franca
tapia
verja de nueve
cerrojillos iridiscentes,
los ángeles valientes
morían primero
sin ascua eterna
ni mármol florido,
quizá puede como
alimento
de vano murmurio,
hoy oso al por mayor
reminiscencias al recto
lado,
acompañar tu furor de
armas,
desde nimbo pasajero,
y desquicias propias
trasmutadas,
al impetuoso servir de
la llaga,
Pléyades cercanas como
resoplar la luz
y capturarla a ojos fríos,
indicio que su halo
dicta
inspiración a raudal,
halo indiscernible
que casi saboreas
confines,
de sosegada dicha
insobornable,
miedo a tu cercanía cuando caminas
lejos,
miedo a tu lejanía cuando cerca
brillas en faz y luna
imperecedera,
arrobando mi haz
luminoso sin brida
ni correa,
As de trece tréboles de cuatro
aspas,
era mi vida sin contar,
un brote de cruel
infortunio desaconsejado,
semilla o tiesto espontáneo,
a nadie cambio,
ni dolor ni regia
tristura
porque hoy me blanden
poeta raíz de dioses,
quién soy ellos y yo lo
saben,
y seguimos sin tener
miedo,
en esta trinchera del
verbo onírico,
incuestionable
hervor de primaveras
desnudas,
y solas saetas en busca
de una vida
que mejor, peor, no
niego,
qué mejor que un
absoluto diamantino,
en esencia mineral
candente,
cristal de sus pulsos
que no niego ni me
arrebatan
a estigma puro
revalidado
en azoteas caducas,
y ojos suaves un abril
doliente,
era lo mismo,
que perder venciendo,
aojo que el buen ojo
curo,
insignia las estrellas
quedan muy cercanas,
si nos llaman a la
lucha,
puede defienda mi patio
debido no es mío.
Divagaciones aparte,
pregunté al eco de sombra,
sin quererla como uña a carne,
iluminaría mi pluma
saturnina,
hoy quedé en darla un besito
como la imaginación
no osaba,
miel de afortunar, y
tremendo desliz
en número y orden,
como afeitar bombilla
broma, como lamer
hacienda sin construirse,
en serio pongo balanza,
y un kilo mis sueños
pesan más que cien kilos
mis ilusiones,
amar, amarte, en este
ente intransigente
me lleva sin anchas
calzas
es flagrante,
como el cimiento del
verso
es tu letra,
lo fidedigno, que me
hace parte
del transcurrir minúsculo
en vida caduca que nos
desliza el destino,
no hace falta amarre para
osar,
ni buscar luz, cuando ya
eres parte de mí...
El castellano Förüq
PUPILA TIERRA ENERVA:
Planicies serenas del
azul imantado,
por surcos de febril
labriego
como barca entre trillas
se deslizan,
espigas y fauces grises,
de nublos
voraces.
Carros con aperos
entre terrazos quietos;
su nueva siembra.
Riveras atrás y acres en verdor
de nueva grama,
endrinos y espinos
aislados entre hondo
campo,
de pinos y caricias
suaves
de joven matorral.
La vid desplegaba su
nombre de vida.
Cardos brillaban en
espinas erguidos,
saludando a nuevo cierzo
que se alejaba.
Sones en caminillos de
hormigas,
el sol medía de la llaga sus
hormigueros.
Romeros afilan la suerte
del sendero,
que como una rama precoz
pronto, verde rodeaba.
Cristales de roca entre
el suelo cálido.
Latido férreo de tierra
arcillosa
el escarabajo negro
paseaba,
y lombrices purpúreas no asomaban,
el raso donde el
pardillo
y el verderón jugaban
su genética de vida,
perdigones entre
codornices
sonsacaban el linde,
donde viborilla y
culebras
hacían honor
de tranquilo serpear.
Era bastante el sueño precoz
casi saludando nueva
veris
por el tronar de ojos
suaves
ya no sonaban en sienes
acristaladas
ni hacían bajo de
pensamientos pobres.
Fertilidad en raudal,
como espasmo que
generación abre;
giraba la torcaz
buscando cobijar
y al cielo abarcar.
El cielo que morado
lloraba,
el gris del nublo la
tierra asumía
en aljibe y abrevadero.
Mi son minero, me pulía la sangre,
en estalactita y veta,
el bordear
mi vena.
De mi semblante pardo
no cambio nada.
Todo me lleva a lomo un
caballito del diablo
que por sierras mis rúbricas, deja.
A mi sol broncíneo, saludo.
entre simientes frías
esperando
ser nueva vida en color.
Del fuste a la Oliva,
al tordo redondo de
olivo señor.
Memoria fría, discernible:
Viene, se descubre
como clara sábana espectral
bajo el azulete,
viene sin rienda ni
corcel,
este dulce invierno
jamás dormido,
vive tras todos los
reflejos parcos,
tras todos los
resquicios tibios
de solitud, y viven
sus sombras
de opacidad de materia
como caricias
que mecen sus cabellos.
Era la hora,
fría mi cama;
no había eco de palabra,
ni pensamiento ágil,
que en vaho no quedara,
miré el espejo,
me sonrió un crujido seco
que mi soledad
cada invierno me acompañaba,
a veces creí tocar el ruido
como si su compañía me besara,
o fuese cruzar este
plano existencial
y atravesar precipicios
de mismas,
solas imágenes, estáticas yertas
en esta vida que se
miente
y niega que otra existe
paralela,
con otro plano
secuencial,
otras imágenes,
otra realidad
superpuesta
a nuestro discernir,
una escala del éter
como el mundo onírico
tiene su mundo y sonido
propio
inaudible al exterior
del sueño,
formas, colores, entes
que imagino en el poder
errático
de mi mente,
avanzo
con una araña converso,
y recuerdo los fantasmas
de mi rosa,
cuántos sueños cobijaban sus pétalos,
como un hervor
en abanico,
y rocíos que dejaban
estrellas
en madrugada,
todo se juntaba en
querer
lo que no se puede
poseer
como la belleza tímida,
escondida en unos labios
de mujer,
así sus estambres de
mi rosa
que recuerdo con recelo
protegidos por pétalos
como sábanas
arropando su corazón.
Trazos magnos
que no abaten el frío
de este invierno,
un cariño de esquela,
y sus tijeretas
retiradas,
augurios largos en vals
de áurea fragancia
suave,
hoy escribo a los
fantasmas de mi rosa,
sólo ella que de
bella
dejó herida en mi
memoria,
perpetua, doliente
he incandescente,
como un inmiscuir recto
finalizando el primer
mes del año,
sabiendo que otra rosa
ocupará su lugar en el
rosal,
la flor por mis castos
dioses
que sólo sea la flor,
belleza nacida del rayo
de sol,
así como la luz
ni la estrella
se pueden capturar,
las flores de la belleza
siempre han
y deben de estar.
Förüq el castellano
Sepulcro en cobre:
Al panteón de mis escritos
hoy escribo
de luto efímero en memoria,
vida remota atisbo sin
sien acuartelada,
caléndula y rosa canina
pintarán su estirpe
de historia incrédula
jamás cincelada,
al reluchar indemne
polvo de metal estriben,
y de lirio en cuello que
nacieron,
de espanto en puerta,
aliento y yugo
fidedigno,
en pusilánime destino,
en cuerda que míseramente gozaba,
puertas sin desquicia atónita,
en umbrales carmines de
besos
sin corral ni ascua
sembrada,
pedí sus alas
yo que de sol desnudo
descendía,
dócil, de grajo en
mano fecundo,
inocente, de justicia
ausente,
presuroso cerca mis
verduras afables,
no se alejaban ya,
de tierra y rayos
fragorosos,
lides eternas ya os
abrazo,
Castilla dividida
por cumbres enojosas,
jamás creadas,
alzaban mis sentires
terruños,
fango de simientes
yertas,
ojos al patio socavado
de iracunda hacienda de
letra.
Destino magnífico cercenado
de mi mente penitente
y mis ángeles custodios,
arte deslumbraba que
regocijaba,
condenas del poder y la
mentira,
beldad ya me asombres.
Padrón de cielo en
terrestre escala,
tumba al igual de
socarrada
sola idea,
ya nunca más esquiva,
miel de mis dioses
y vespertina alma,
penetré yo, su muro
de eternal silencio,
y mi mármol florido gemía,
en las llagas solares
sus hoyos rectos
ay que vil no me apresa
pomposa letra que me
corona,
y dolor desciende.
Glorias miro y exclamo:
-¿Dónde?
Ornaba mi sepulcro
dulces abrojos versados,
memorias de fantasía
erguía mi pluma de
antorcha,
austero en bóvedas mi sentido
inerme
ceñido divino laurel
en universo en arco y
saeta
crepitante olvido,
perdurable halago
en formol mi verso.
Embargado reinaba el
suelo,
pálida luz
descorchada,
presentaba la espina en
mi corazón
que lívida me lo
arrancaba,
maraña atroz
que tu divino acento
Musa, mi alma imploraba.
Förüq castellano
Yunta cadente de mi
huebra:
Hueso, eje:
Huebra, yunta, barbecho,
acre, cadente, copa de
vieja encina,
plañidera lozana,
hilanderas, yugada,
sembradío, huero, huera,
yesca,
materia muy seca,
azumbre anisada.
I
Avanza mi alma yerta,
un encono trashumante,
que viste todos los
campos
de mozas plañideras que visten
el azul inmenso inefable
todos los cielos
terrenos,
estiran las señoras
damas hilanderas
la nieve todos los
cerros
del tremendo espacio
inconmensurable,
afilan viejas encinas
sus henchidas copas,
un verde espumoso
dentado,
y sus flores de tierra
que dan las bellotas del
mañana,
barbecho por tres años esperando
sea huebra bajo yunta
acre cadente como lozana
espiga
casada con el ababol
vespertino de primavera
que trae Ostara
tempranamente,
alivio mi yesca tierra
de materia muy seca,
como ascua que plañe segura
nueva vida de seca leña,
sé cariño mi moza amante
allá donde lloran las
flores,
sé cariño mi señora moza
de alma joven,
honores consagren mi
sagrada cepa,
Dionisio le pedí permiso,
con fuste Ambrosíaco
de nueva sangre,
aunque mi sed prefiera
media azumbre anisada,
de anís seco
que por meloso lo elijo
dulce
como canta mi carajillo,
y me habla de espíritu en alza,
entre mi sembradío de penas y
tormentos,
huera pena,
huero camino de ella,
mi larga sombra que no
se detiene,
como terreno de yugada
por dolor.
Förüq el castellano
¡Armaos, perros poetastros,
poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres,
vuestras líneas sin más tardar!
Es tarde para volver atrás;
No dudéis ni un suspiro
de este yerto que cruzó
el río de la Estrida.
¡Mas, por regio el Sol caudillo,
por su blancura de Madre,
oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte,
hay los cielos.
Y hojas hay en mis manos escritas.
¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa
olvidada!
Suenan las grandes trompetas
que ni en toda Babilonia,
ni en alta torre de Hércules
su resonar pueden disolver.
Recobrara mi aliento,
mis ojos cobraran su luz.
¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!
Día tras día nuevo,
tirando tajo de verso recto.
Embestía y no halagaba a ninguno.
Por un pajarillo envío
por una hermosa golondrina,
que allí donde se vea una alborada,
Hipsípila caudillo hijo,
siempre vivirá como invencible Sol.
FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García
AGUA:
Eslabón vasto, ardido, deslizado,
un iris de gota que a ti te llega,
marcha tenue, compás de tu eterna huida
que te marca y da vida,
fulgente fuente en infinitud de bocas
que tu ser desprende,
de su nombre y su alambre,
irisado canto de nubes derretidas,
comunión de trinos,
un beso a la tierra que deja herida,
límite de árboles y sus soles,
siembra de azul,
despensa de tu saliva,
hoy buscaba belleza y belleza eres tú,
río corre directo a tu nacer
río levántate,
jamás te canse tu desnacer,
efímero latido de tierra,
tú vena del cielo,
una solar yaga del gris,
un hogar, cuna de mi tempestad,
para ser agua inmortal elemento
capaz de crear y destruir,
de vivir siempre tejiendo la realidad,
alcanza, desvela que te debo esta existencia,
sin saberte nada existiera,
equilibrio que en tus vasos juega
para estallar en creación llamada vida.
Suspiro fresco
en labio extinto
de sombra.
Día que no se encuentra
su densa forma,
cuerpo con agua de estrella,
querer vivo que llega al aire
tiende y espera,
la muerte que renace
por fuegos de brea
en el aire.
Abren batientes pétalos
de viejo silencio esquilmado,
esplendoroso.
Acurrucados sobre un lecho
que la brisa abre,
en trocados rayos de sol,
esquivos en plano
de verde follaje.
Astuta golondrina encontrando
dócil rama.
Mundo sin mentira de vida,
manantial reluciente de esmeraldas
ahonda y todo siente,
que la sangre miente.
Terruño ojo victorioso
aplaca sus arpas irascibles
estrujando abismos dolorosos,
petrificados.
Reniega la boca vegetal
casi viva,
promesas en frente de violetas,
cantan amando el claror
lírico, estremecido.
Coágulo de viento
en cientos de porciones,
esta luna quieta
semejanza quiere
descubierta la zona umbría
donde invicta llagó mi alma.
El Castellano
Ríos que me tibian el corazón,
eslabones de sangre,
¿Dónde está la paz, dónde está el amor?
ríos de sangre se comen mis venas,
cada tropiezo,
otro borbotón,
otro alfeñique para mirar,
¿dónde quedo yo?
que el sol sea mi pena,
cantando espero mi triunfo,
se afila mi papel,
crepita mi alma,
tropiezo con la tiniebla,
hoy navego sobre mis versos,
aliento de la sombra de la creación,
hijo de la luz y de la sombra,
no acabaré de irme,
no cesará mi terco aljibe,
enamorado sin luz avanza
parco el sonido,
deslumbrado albor,
desnudo mi árbol,
hoy centellea mi rayo,
para decir que yo aquí no he muerto,
se viste mi sangre de caléndula y margarita
por si vuelvo al desliz de mi vida,
pasajera de un caudal
que mi entraña mece,
piel con piel, dolor con dolor,
enamorado corazón,
hoy avanzo sin mirar el color de mi flor,
estoy latiendo en el umbral de los dos,
mi sangre está llorando,
el cruel desliz de la parca efímera,
me siembro en los campos para perderla de vista,
suenan los trigos, de la verde espiga al girasol
se viste brotando mi amor,
viene a plañir mi alma
por el sendero sin prisa,
se alza la dicha,
mi ser crepita el alma,
hoy me visto de espiga,
y que el campo me enternezca
al cuchillo dorado de la piedra caliza,
hoy mi amor al albor
gime por su caricia
y que el alma dolorida entienda
que ella maravilla es mi vida,
por este siglo y los que me quedan,
escrito yo en la piedra.
Lima el albor mi nervio,
aliento cruzado que cae tejido,
la ilusión se hace nido,
borbotones de sangre que crepitan,
alcanzo la cima,
el sentido cae dolorido,
de vid y espino alcanzo el sonido,
al compás de un famélico ciprés,
mi alma dirá viviste,
encontrando la flor
por la que mi mundo se desviste,
rayos a la aurora
para su fiel investidura,
flor de niebla que avanza
mi umbral se desvanece,
bullen las fuentes,
el río es otro río de sangre más,
lucen las mortajas coloradas,
fiel desliz que cruza mi alma,
desgañitándose el alba,
el amor por parir una flor,
elevado al rayo de sol,
quién te viera quién te vio
rasguñado tornasol
se desangra mi campo del girasol,
millas aparte mi nombre se blande,
el beso me derrama las mejillas,
en albor quedan las caricias,
de la piel escritas, sentidas,
danzan las estrellas,
me vuelvo a ver en tu vida,
donde el te amo formo bandera,
y en tu ser queda,
resquicios sin nombre
que el ser come,
la rosa y la espina gimen
en tu nombre,
avanzo el ser resguardado,
sin franca escalo la tapia,
a tu cuerpo me encaramo,
hoy soy de ti
como el pájaro a su nido,
como la sed a su agua por beber,
como el río a su montaña por descender,
como el caracol a su mata por comer,
crepito el fuego que me brota
por tu corazón,
soy yo sin más razón,
tránsito veloz,
tu calma y su verdor,
me visto de malva
gimiendo una runa en el sol,
me anclas el gozo en la flor,
me blande el coraje
por el viento exclamo
mi valor amarte sin condición.
Desde mi umbral a la flor,
cantas mi canción,
te aúllo un caracol,
mi vida tornó a mejor,
irisado rayo de sol,
una fuente y un diente
un afilado canto irisado,
hoy acepto mi destino
porque muerto vivo si no te miro,
tengo tu imagen enraizada en mí,
es por mi sino que maldije,
pero hoy después de tanto
tengo el sendero labrado,
mi cuclillo trina al infinito horizonte,
mi ser se hace grande,
mantenme afilándome en la piedra,
hacia el centro me quedo exhausto.
para pulirte del alabastro.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Yo soy siempre:
Todo queda bajo el esfumino de mi grillo,
colgando pensamientos en tejados,
al compás de una cigarra,
piel con piel flor con flor
elevado resquicio de tu amor,
sueños atrás volaba mi alma ingrata,
nervios posibles y su cama,
sí soy yo sí eres tú,
qué pasa ahora,
instante de cerrar mis ojos,
por comenzar la historia de mi vida,
y sus siglos de dura existencia carcomida
al disparo de la ilusión y su mentira
donde los demonios llaman y me quieren,
deslizada la tela de araña
mi vida es lo que me queda,
soy Dios de mí mismo ahora,
el demonio me cuelga la espera
mitad luz mitad sombra es mi ahora,
mantenme lejos del nunca,
yo soy por siempre,
ojos renegados de este humor vivo,
gatos maullando a la luna en el tejado,
imposibles galanes,
cuando yo me caso con lobaluna de antaño,
animal feroz corre por mis carnes,
solitario ángel armado para el enemigo,
este es mi sino,
tejos crepitando su savia en albor
asidos a su quietud imperfecta
que el tiempo no determina final,
vida trenzada en albor siniestro mi ida
soy WECHE soy fuerza por y para siempre,
el verso me teje,
tinta mi sangre, pluma mi garra,
por acampar la estrella y su cama
hoy por qué no mantenme fuera de la mentira del fin del universo,
porque yo soy mi universo particular,
humor desdoblado asesino del tiempo,
mi mano acabando con el aliento imperfecto,
soy el imán de hombre que te atrae a mí de nuevo,
soy la ecuación perfecta que asesina tu velo,
toda mi realidad se construye de mi mano,
para acabar elevando al tercer cielo y noveno abismo mi canto
entonado en cal y arena como caracola de mar serena,
es tiempo hoy de morir por las ilusiones fugaces prometidas
y su tela aterciopelada, vestida de nácar,
hoy es finl de mi espera,
es el comienzo de mi poder,
mírame estoy rasguñando mi piel a placer,
está quedando solo mi sangre vestida de hiel,
hoy como ayer a tu lado estaré para asesinar la quietud
y su asolada desilusión,
hoy por ti mañana será nuestro eterno comienzo,
para extender nuestras alas al cielo,
todo comienzo exhala su final de su mano izquierda,
elevado amor que me cae por el párpado,
y en mi vena que aguardo para estallar amor al viento
este amor que por ti siento.
tornada mi sangre la verdad de mi aliento,
en difusión magnánima del sentimiento preso,
muerta mi araña
mi corazón es lo que queda.
El Castellano
Blándeme en mitad del campo,
sólo allí que la encina enraíce mi carne,
el hinojo lata al son el tambor de sus flores,
la carrasca grite verdades del monte,
vereda quieta, enarbolada,
soledad disparada sin descanso,
sólo allí reinará mi alma,
en letras escritas en las hojas de vida,
las lindes teñirán de rojo y negro,
de tinta y sangre el resurgir del añil
aliento dibujado de toda vida en color,
del albor a la muerte en flor
se alzará mi latido con su amor.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Hálito silente,
yo creo en ella
porque su piel demuestra
que los sueños se cumplen.
Volamos juntos al viento
como molinillo diente de león.
Hoy la vereda canta nuestra canción
dos corazones en un mismo latido unidos al unísono
Su carita que llama a la mía
de su cuerpo es mi caricia
por ella el piropo jamás escrito
solo desvelado en su oído
Sólo al viento le pido viento bonito
mantenme en su destino.
Que de lo vivido muerdo su corazoncito.
Del ababol a la verde espiga.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Sentido yerto:
Renace en la piel,
en el albor sin conciencia,
hace más frío que antes
sentido muerto, caído
olvido yerto
raíz del ser
más callado que el invierno
avanza camina a voz
todo lo que he perdido
polvo de estrellas, hierro de océanos
piedra de montañas...
hazme recordar alas cansadas
cosas grises que te gustaba sentir
mi amada así sabes
horizontales que no puedo olvidar
ejes verticales de conciencia
sin dormir
danza la primavera del lugar
con mi soledad pintada
en la sangre de mis ojos
todo lo que veo teñido
la ilusión cae en gotas derramadas
cayendo congeladas
desnudo mi cuerpo en la penumbra
del segundo quieto
raíces comiendo mis venas
hojas de mi historia mustia, abatida
sentido muerto
viviendo por ver morir el momento
momentos atrás que cae el recuerdo
sin miedo, sin sentimiento
todo hirviendo
sólo este sarmiento de cuerpo
esperando que juzguen a su alma
libre de maldad
quién estará allí
quién vendrá a darme un camino que seguir
solo en la oscuridad
donde todo comienza
las sombras me reconfortan
y veo en luz mi vida
para encontrarte
algo que darte de dentro de mí.
Un amor rugiendo en la boca de la estrella.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Aguerrido albor:
Diestro del mar a la montaña,
visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas
cual caricia de su jardinero que las ama
el viento armado escala cual seco rayo
su sol enturbiado se paran las oraciones
hipsipila dejó su crisálida
en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales
recolectando toda simiente desde todo confín
al inerte sombrío albor,
mientras su fría luz crece y camina
sin franca tapia ni verja que detenga su escalar
vuela vaga la libélula para posarse en su hombro
recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte
que lleva que trae a su castillo olvidado
hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo
un reino se mantendría vivo
y no era el del humano ser
Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión
abarcando de la tierra a la lluvia
cual rayo cortado de Sol su cabello
los pájaros trinaban en su castillo
Hipsípila siempre vivirá como invencible Sol.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Final con comienzo:
Retina escarlata,
su ojo de niebla
y bruma que avanza
donde corta mi flor de luz
el sendero,
esposa del Sol al mirar
lumbre quieta, retina abierta
muerte final con comienzo
en alabado fin de existir
y quebrar el tiempo
conquistando el terreno.
Sangrando raíces que gritan,
aullando hojas al viento,
pintando su dispersión eterna
como sustento y cobijo
de toda vida
mecido del insecto al mamífero
desde el helecho
al alto árbol
hoy canto para ti
vida vegetal.
Mi caricia te sembrará
una y mil vidas más.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Flor de tierra:
Fuego en el agua de su mirada
de los vientos auspiciada,
la ceniza consumía su carne
ardía sin mesura su compostura
naufragó valles y sus caricias
su bandera fue de su vena acequia
molinillos fugaces sus pestañas
de él se enamoraban las hadas
de ella la primavera entera
con cabellos del rayo de Sol nacidos
ojos de tierra sin lugar era bella
clamaba su voz la cima de la montaña
descendió abismos
para anclar su esencia en la belleza
que late y envuelve su huella
conquistada en miel
su ambrosía
gemía la caricia
para brotar altares de hueso
y murciélagos de sangre
lloraba piedras en sabiduría prendidas
la bondad alzaba en servicial entrega
su fuerza era de su amor hoguera
él lloraba flores para ella su amada
su verbo a veces tornaba carmín
en pétalos de silvestres rosas desangradas
su voz germinaba la tierra a su paso
el amor a la tierra no le detuvo
ni sostuvo en fracaso,
encontró con ella el amor
que le fue negado llorando espinas
y si sus abrojos nacieron no fue
más que para rajar el viento
difuminando el tiempo en estaca
de eternidad con fuente y manantial
anclado gozo en armonía
bailando de la mano y naciendo del alba
jamás capturada
pupila enfrentada
que mecía
que gritaba.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Quimera quieta:
Umbrío, tibio,
al resguardo de voz habitada
serena, llena de luz
en este linde
donde corta mi sendero
y florece mi sombrero
al viento
ojos llenos de paz,
sendero atravesado
en árboles de sosiego
encontrados
en hálito congelado,
lumbre quieta se dibuja,
espino amarillo que clavas al guiño,
calor de mi calor,
cauce de mi sangre displicente
desde la montaña al valle
luce mi traje
para encontrarte
vestida de Sol y caléndula,
resplandor dorado
al trasluz de tu amor,
granate mi sed de tu cuello
al destape
mi río de calma y arrojo
en réquiem por la rajada tierra
en albor de la centella
colmando su belleza
donde mi carcoma quieta
mira y avanza
sintiéndose en armonía plena,
yo fumándome un cigarro
en la piedra de tu belleza,
quién te alzara voz
entre los campos en flor,
fuego de tu fuego sin mas razón,
ciprés que clama protección
para sus muertos que vela
tejo morador de siglos y cobijo,
ababol de versos de piel y abrojos,
desde la verde espiga
a la mora sin espina
y su zarza esquiva
hoy te veo como eres
y perdona
me apasiona
ser guerrero de nuestra luz
donde avanza mi quimera
y mi pasión poseerte entera.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Tierra en el viento:
Quieto silencio investido
doblado en el filo de la hoja
ese umbral que corta mi calma
avanza en un sentido
rápido, veloz el resguardo de tu
amada voz
encontrada cercana
donde estática enhebra la silente parca
fluye de un confín a otro confín
yendo mi barca atravesando el brillo
al compás del sí bemol mi traslúcido pío
y su suplicio en la carcoma
que recorre mi horizonte
infinito pintado en el borde de la ola
en la espiral de la araña y su tela
la flor de difunto abre su luz
al resplandor del cielo
que cae emplomado
Se corta mi alma para aullar
en la centella
quemándose en su hoguera
hoy el viento lleva nuestro nombre
mi árbol será sentido
en cada flor de niebla
la bruma su color gris dejará
en este jardín de mundo viví,
para sembrar mi aliento
que cayó como tierra en el viento.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Silbido de la centella:
Claman verdades de la tierra
por nacer y resurgir
el eterno ciclo de la vida, muerte
y resurrección de la simiente al albor
de sangre sin condición
yo soy por siempre
Así como dura sonrisa y guiño
al azar de la existencia
efímera esencia
apellido y nombre que nada representa
como resplandor de la centella
cargo el silencio y el infinito de mi verbo
resopló en la montaña sin nombre
de mi tierra que jamás tuvo dueño
latido sin final
agua de manantial
va girando mi vida por enrraízar
yo soy siempre
el eterno comienzo sin final
aullido del viento
hoguera crepitando la tierra del volcán
Río que acaba y resurje del mar
ese soy yo por despertar.
Resurgir:
Hoy las fuentes bullen
los ríos desbordan
las vidas dejan sus grises
de invierno y sonrien
al alba de la lluvia
que toda vida mece
sal al jardín ayer sembré mis ojos
esperando que la tierra fuese sangre
las raíces mi boca
y la planta mi cuerpo
para con longevidad imperial
llegado el momento
decir de este jardín yo no he muerto.
El Castellano y Leannán-Sídhe
PRECIPITACIÓN DE MIS OJOS:
Ojos trazados para todo lo que tú ves
negados a mirar, del laberinto ausentes
prohibidos, coartados de la mirada detrás suya
no soy yo, no eres tú
después del hecho despierto
perpendicular a todo rostro que amanece
y arrasa mi ser en estupor
en silencios por conquistar de perdidas mentes
incapaces de reconocerse, de adaptar su momento
y residencia mental a lo perfecto brillando cobijado
qué paso con lo que soñé y el segundo cambió
aguardé congelado en el seno de la luz y alma
sobre todo lo que vino y vendrá
hablo con la piedra del mirar
no hay rosas sin espinas,
ni rosa sin cruz por florecer
en todo ser humano,
como la flor quiere la abeja
la logia me quiere despierto
informe forma de vivir siempre
conociendo que ya estoy muerto
sin sentido morir de nuevo
volver, ilusiones, esperanzas,
pasado de un mundo hecho
me siento vivo respiro mi aliento
estoy vivo muerto para la sociedad que jamás me verá
siguiendo sus superficialidades que tienen de verdades
todo cambio redención,
de toda elegía del ser
fuerza que me mantiene quemando mares
de gentes asumidas en superficies planas
de falsedades hipócritas de reconocerse
mundo mío del acero, días para los días
de la creencia de que puedo exprimir la perfección
que mi cuerpo guarda
así en inspiración no duerma ni esté cansado
seguro en el arraso de la soledad
un día tengo su medicina
para volverlo sueño del acto plasmado y realizado
puedo escapar por mis ojos
tráeme tu mano te alcanzo una estrella
sonido dirigido a mi
consecuencias del grito sobrevivido
todas las cosas que creo pasan ahora
y pueden cambiar
bebiendo paz y fumando destellos pensados
desde que vine a vivir,
claro me ves de existencia
amando al Sol
dame tiempo seré llama sufriéndote
por tu típica existencia impulsiva de tus deseos
enormes imperios me quieren inmersos
en sus planas filosofías y creencias de sentidos inertes
escapo con el sueño
soy el sentido del sin miedo
calor helado del cielo,
fulgentemente ostentado
en tu caricia del sin nombre rayo de sol
lágrima de lluvia cae de nuevo
prende el suelo en vida
bebiendo todo lo que has sufrido sin sentido
forma de los ángeles buscando la felicidad
de los dioses que cobijamos dentro
ese dentro es ausencia del tiempo inventado
planos de existencia de lo más simple a lo más bello.
Te acecho desde que vengo.
El Castellano a 10-03-2015
ODA AL RÍO MUNDO:
De un mar de tierra
que tú desembocas,
que raspas sus siglos afligidos
de volver a comenzar,
como plañía la eternidad azogada
en verdes espigas,
y senderos verdecidos del inmortal forraje,
cuna de mis erizos seculares,
y orugas de hojas recias,
desde el caracol judío blanco,
al cerro bajo,
haces llorar el alma de belleza
que contigo Mundo juega traviesa,
siglos solariegos
entre juncos de tu extensa rivera,
hábil tenaza del cangrejo cosechador de tu agua,
vienes que sublimas mi esencia
volandera, entre surcos de tu inmensa
hacienda de toda idea,
espárragos trigueros tu orilla en sombra
de boscaje ofrenda,
rito y culto a lo ignoto de tu belleza evidente,
Oh, río Mundo,
ruedo tus acequias que llenas,
cobijo en respeto, tus barbos cobrizos
y carpas doradas,
arteria y vena del terreno
desde tu álgido nacer
en Riopar,
paradigma de chopos amantes,
y cepas de vida,
desnudo mi canto
te ofrendo
en compás de arraigo a mi tierrica bella,
castellana,
que se alce mi voz desde la encina erigida,
hasta un compás en cumbre
donde tierra nace,
y raíces gritan de su silencio sediento,
oh, Castilla cantaré extasiado
a tu saliva,
y lágrima de belleza
en tu horno de espejos
del río Mundo.
Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
Prímula escarlata:
Abría un abril,
cubriendo la Campiña,
en baja luz de luna que enhechiza,
metamorfoseando la vaga lluvia
que lentamente caía,
bajo cielo derretido, emplomado,
ya goteaban mis flores de difunto,
sobre una porción,
de terreno respirando la interperie,
pretérita una primavera ya llegada.
La luna sempiterna hermoseaba su metal noble,
purísimo al candor sin lumbre quieta,
era bastante para lanzar un beso al alba,
y ver si recogía algo,
quintales de nubes plañían
su melodía jamás interpretada,
ni escuchada sólo una vez sobrecogedora.
A la estrella fugaz que siempre veo,
lanzo un rito antiguo,
como cometa que el negror atraviesa desceñido,
olmo mío,
dime tus penas tú que tienes alma,
que baila entre oscuros romances de savia,
al brillo de mi espino escribo,
beso de camino entre mi rosal canino,
hojas húmedas del héroe entre el lodazal,
herido blanquísimo,
contienda los tímidos alisos,
sus estrellas blancas,
entre piedras pálidas,
que carraspean su canto olvidado,
¿Cómo he acabado aquí donde todo comienza?
Pienso en su prismático mirar,
a punto mi buque y puerto negro
en llamas.
¿Cómo suena su flor?
Acaso fuese líquida,
el yunque mi pecho
está martilleando sobre un cincel
de murmurio grave.
Y suenan las espaldas,
mi vida aterciopelada sujeta incandescente rosa,
sobre azul de mares y vetustas olvidadas,
al tiempo que rezaba serenata,
al azur prodigioso los altos cielos,
tronco flamígero,
en colores sobre las naciones,
absoluto diamantino,
su astilla de su color carnal,
que se extendía,
besando su torso sembrado
por mis castos dioses,
algunos que me odian,
sigo consejo perenne,
al pairo se va lo que debe de irse.
Se querían entre fracasos y transiciones,
como dos muelles fugaces,
aquí yacía mi letra,
en mi jardín de luna,
y sombras vanas a secar,
memoria acaso
el desliz me incubara,
fundadores que caminan,
esta mi soledad original
de campo abierto,
encima de mis lápidas y todas sanguijuelas.
Förüq castellano Miguel Esteban
Lluvia corazón:
Ceremonia terruña:
Tiempo que era llanamente hondo,
como pozo sin poso, ni fondo,
severamente profundo,
como fantasmal visita
sobre lazo silencioso,
buscaba yo tamborileo grave,
entre hileras sordas
enre nuevas flores
de trompetas de los ángeles,
danzar entre círculos de grama húmeda
y corajes de aventar nuevas espigas
de olor a yesco trébol rojo.
Hice una hilera de guijarros;
preparé mi propio templo
con torreón y almena nueva,
un foso bordeando y cuidando
mi nueva siembra de ababoles,
templo asilvestrado con urna para ofrenda
y depósito nueva agua virginal,
era suficiente de tiempo insuficiente
a nuevo otoño que comenzaba,
con olor a hojas de chopos arrebatadas,
y majulos agudos en espinas,
rebordes cardillos de as damas
erigiéndose tempranamente,
maduraban los tomatillos del diablo,
solanumnigrum
que ni caracoles resistían
sus lustrosas hojas morder,
las colas de zorro ya se divisaban aventando
terreno de su nueva simiente,
afinaba mi cuerda
tendido a ras terreno,
sembrado a pretil gesto,
como se siembra una pipa,
y tarda treinta y un años
que porto en girar el sol,
carrasquillo háblame,
que penas traes de virgen encina.
Cuéntame tus oscuros romances
con vientos de luna,
y tus flores de difunto casadas con Sol Ferro.
Dime a mí que te cuido con esmero,
aguardando tus flores de piedra
y tus bellotas del mañana.
Árbol mío,
avanzo este mi caduco corazón humano,
como vampiro solar
me remarco,
un solo de voz desangelada,
y volví a honrarte,
de esta nueva tierra.
A viento pagano,
voz dealma amada,
inamovible,
firme, regia,
de raíz arcana.
Tu rostro en verdor
de hojas afiladas llevas,
acaso igual o semejante
a hermanas blandes.
Río de encinas y flora reborde,
amor de tierra a lo que es
y crece en ella,
vine por vuestras voces,
jamás marchiten vuestras notas,
de longevidad imperial.
Förüq castellano
Escuadra bronce:
Ilusiones quemadas en papeles con tinta,
con los sonidos sordos de un eco de imágenes
el amanecer en sus ojos del cielo encerrado.
Silencio en palabras que el despierto corazón duerme,
la mente ciega las observa con su pensamiento claro
sus penas bebidas del fondo de su copa de cerveza.
Sonrisa arrancada a la luna de un viernes,
un secreto en un gesto que su mirada grita.
El despiste que convierte en ofensa el fallo;
Un sentimiento distante que próxima te quiere.
El tiempo que tarda en decir adios al por qué gana,
ahora llora la almohada al viento que no dijo nada.
Pensamientos negros:
Te sentí amor y por querer pensarte
la realidad silenció mis latidos;
Aquella flor que llamada amor
ninguna más bonita pudo ocupar su lugar.
Entre la tenue luz de luna que me abrigaba
abrí la puerta que me condujo al campo
de negros lirios por el camino de ida sin regreso;
La cabra rojiza los masticaba al compás de un si bemol;
Donde la luz que me daba calor era ausente,
tras de sí un sendero agrietado por el que fluía
el río de las flores desangradas;
Hacían ellas mi último aliento,
un yo te perdí amor y se hizo la noche sin luna,
cesó aquel si bemol.
Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, noviembre 21, 2009
Podando recuerdos para volver a amarte,
dolorosos detalles caen y vuelvo a desearte
aquella mi rosa que llama al frío pero resiste
cantando a la vispera del invierno triste.
El ocaso del tiempo que la dispara ya se disipa;
gota de rocío que se evapora con el sol en su visita
y la sonrisa que resplandece sus labios los besa,
para encontrarse con el te quiero el beso que alegra.
El fuego del deseo se hacía con su compañía,
con el que los besos y caricias recorrían su fantasía;
De deseo en deseo transcurrió su vida y su anhelo
de cuidarla para no perderla nunca y soñar despierto.
Con su campo de derrotas y victorias en sus sueños
un nuevo insomnio de sentimiento en sus recuerdos;
solos en el encerrado mar del amor no demostrado
su amor quiso ser fuerte y no caer olvidado.
Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, noviembre 21, 2009
El ritmo de tu cuerpo,
donde el agua y la poesía
hacen el amor.
El fondo de tu mirada
el manantial de esmeraldas.
El calor de tus piernas,
El terciopelo de tu piel.
La suavidad de tus caricias
mi motivo para viajar
allí donde el te quiero
lo dices sin hablar.
Lo que me alegras
sólo con tu existir.
Es todo lo que significas para mí,
lo que me haces sentir.
Es el agua de tus besos.
Es el fuego de tus labios.
Eres tú.
Eres tú mi vida, mi luna.
Eres tú en cada noche fría mi calor.
Eres tú la chica que siempre soñé,
la chica que siempre deseé,
la que vivía en mi subconsciente
para cuando apareciese
darla lo mejor de mi existencia.
Deseos, ilusiones, anhelos
definiendo mis sentimientos.
En mis recuerdos tus besos
sabor de hiel.
Tú mi motivo para soñar.
Tú mi sueño, mi dormir y no despertar,
tú todo para mi.
¿Por qué no has aparecido
en mi vida todavía?
cuando por amor se quiere
a quien no ama
y por soñar se vive amando,
por amar se vive soñando,
y el que siente se miente
quiero mi despertar y verte a mi lado
para sentir que en un pasado
andé con la botella en la boca
y no que ella
chupó de mí mi vida entera.
Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, noviembre 21, 2009
Yo te sentí:
Puedo escribir todos mis pensamientos
y ninguno podrá reflejar mis sentimientos,
el amor no quiere ser pensado,
ni si quiera ser conocido,
sólo sentido.
Yo te sentí amor
y por querer pensarte
desapareciste entre la ténue luz de luna que me abrigaba.
Allí la razón apagó los latidos de un corazón.
Como tierra yerma
marchitó aquella flor que un día llamé amor
y ninguna pudo ocupar su lugar,
sólo la hiedra brotó hasta tapar la luz que me daba calor.
Pero yo te sentí amor.
Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, octubre 10, 2009
Contando mis recuerdos para volver a amarte,
me pierdo en tus detalles y vuelvo a desearte.
¿Cómo estar triste? si siempre te tengo presente.
¿Cómo ser débil? si tu amor me hizo ser fuerte.
Es el ocaso del tiempo que me dispara,
derrotas y victorias en este campo de batalla.
Una sonrisa y un beso recogió mi alma
junto con un te quiero sincero esa fue tu arma.
Mi pensamiento vi volar junto a ti
desde el momento en que te conocí.
Con mis besos y caricias tu cuerpo recorrí.
Mi pasión mantenerte viva dentro de mi.
Contigo en mi vida, se encendió el fuego del deseo
y de deseo en deseo encontré mi anhelo,
el insomnio de este vivo sentimiento
no perderte nunca para soñar despierto.
Y a si cada día volver a amarte y desearte.
El castellano
Lugar:
La Campiña Castilla Mirador del Henares España
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