
Madre de la metáfora
Madre de toda raíz,
es y veo ser la simiente.
Semilla de la escritura,
es la metáfora,
madre encumbradora
toda mentira encausada.
Escribir es amarte,
como lucha clara
de contrarios.
Vislumbrar la luz del sol,
estridente y eterna,
sin desplegar color la noche,
no se puede,
hacer temblar los valles,
sin cerros ni montes tampoco.
Más vale pájaro en mano,
que ciento volando,
acoger tu cariño
y darle cobijo
de dulce nido.
Metáfora de saeta heridora.
Descubrir la realidad,
tras su mentira,
de que se viste de sueño,
intangible como canto pedernal,
y nota tu silencio,
quién tuviera tu magia en sus manos,
quien besara tu belleza,
sin herirse.
Madre de la escritura,
se le llamó
pureza, barbecho claro
de Artemisa,
canto flamígero,
que la elegancia,
hace nombre,
rito y plegaria,
toda atractiva nota.
Metáfora,
madre causada,
de vestir verdad latente,
con otra realidad bella,
como fundir mares y terrenos
en dulces florestas crean su mirada,
miel de dioses.
Herida en sangre reverberante,
es mi pasión en pecho,
monumento de savia,
sería mi querer,
si un día llego a su bosque
de jardín umbrío.
Jardín redentor sería
su cariño custodiado.
Förüq castellano Miguel Esteban
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