domingo, 19 de marzo de 2023

CATEDRAL DEL LABERINTO ESMERALDA







I

Era una mansión abisal,
de tres gárgolas vigías
custodiando un laberinto inextricable
de la orden el fuego su espejo;
guarida y morada de corceles centauros,
la flor de Hércules crecía de una luz
lejana, sigilosa y eterna,
crecía de aquel inframundo
un olmo eterno guardián,
todo hojas en ojos en llamas,
viborillas por ramas.
Hidras y Esfinges, como Medusas
avisaban con su acecho yerto
del peligro, refugiaba,
aquella guarida maldita
que hasta dioses temían surcar.
Aquel bosque umbrío de laberinto,
era de aguas azabache y brea encendida.
Poso de almas errantes y jinetes difuntos,
todo servía a la sed de sangre,
en esta fortaleza se custodiaba
la llave de la virtud jamás enseñada
mas había...

FÖRÜQ Miguel Esteban

 II

Más había un cerro
las almas condenadas,
en su cima era de nieve roja, sangre congelada
allá germinaban las semillas del mal
y odio resplandeciente, su deshielo
alimentaba el río la Estrida tiniebla.
Toda bestia aguardaba el regreso de Perséfone,
mujer de Ares, Rey de aquel inframundo.
Así con ella, recibir órdenes a cumplimentar
sobre la tierra Numinosa, del humano ser.
La virtud jamás enseñada, custodiada,
era tan ambicionada por los héroes del mundo fértil
cual néctar y ambrosía, los castos dioses.
Requería aquel cerrojo del portón, de tres llaves,
sólo conocidas por Perseo, un semi-dios,
había que cercenar tres ramas de tres espinos
que allí sangraban, áureos de plata, bronce,
y titanio, si destino dictó y era semejante...

III

Semejante empeño cuando se llega
a las fauces del Averno,
este árbol triple en espinas dorado
se esconde del ímpetu errado
sólo el nacido de la sangre de los dioses
es merecido a ser guiado por el negro cisne
fácil es bajar al Averno, ardua tarea
regresar y escapar a las auras del cielo
las aguas de los lagos estigios
y su río la Estrida brotaban de esta guarida
que misterios todos, acoge,
junto con toda el agua abismal
nutre cada pozo, también había una encina
turquesa, donde se podía escuchar
los fúnebres gritos de un cuervo blanco,
era morada de almas errantes y espíritus
que sólo su oscuridad abrigaba.
Quien escribe ofrenda al sacrificio
la mitad de su locura, extensa, habitada.

Förüq castellano Miguel Esteban

IV

Arribo a ofrendar mi designio
en cuña demencial, su mayúscula mitad
a la tierra Madre Tiniebla,
tierra almas inconscientes, velan las muertes.
Allá en venas de pedernal florido,
fondo de idea mística, por anchas fauces
de siglos dormidos, adentro al reino las Sombras
surco su corriente de aguas vivas.
Se descubre áureo templo, llama oculta,
la virtud eternal, jamás enseñada;
cumbre de lágrimas, y flora suelta,
de bellísima cima y ribera
después de la vida, y aquel Quimérico viaje;
después de la travesía sendos castigos
florecía la luz sigilosa como atónita
una purificación otorgaba una sed de justicia
universal, nunca llamada, sólo aparecida.
Poderoso pensamiento en rayo de dioses, diosas.
Era esa virtud cual misma puerta todo asigna.
Aquel mi destino me asignaron mis hados
quedó ampliamente saciado y cumplimentado.

Förüq castellano Miguel Esteban

V
Era difícil, intrincado, liado, enmarañado,
inextricable, el cerrojillo de Perséfone
con el que sellaba el Averno, y su laberinto
en espejos de fuego terso y alarido vaporoso
todas razones rebosaban aquel lugar;
su llenez bastaba para anular a todas.
Incomprensible giraba la virtud custodiada
como una esmeralda araña tejiendo su tela
quedando como sangre de sabiduría coagulada.
Un coro de grillos aturdían a las Puertas
el eral donde yacía aquella sabiduría
jamás enseñada, sólo aguardada era,
por designio los castos dioses.
Tarea inmensa, en dificultad guiada,
TAREA MILENARIA
Como adentrar los hoyos del Sol 
en busca lo que nadie vio jamás,
aquella áurea, sangre de estrella lejana
y cercana. 

Förüq Esteban er-lobo bohemio

VI

Llegó un día olvidado, a aquella guarida
intransitable, un vigía Centauro
llamado Förüq, sediento, atravesó
el bosque umbrío hasta el lago sangre
formaba el pozo de AIRÓN, al beber,
se le acercó una cierva blanca,
le dijo que ella era la dama del río Sangre
y que su intención era compartir
el secreto de la virtud custodiada;
y así volver a ser el Hada Señora,
Leannán-Sídhe, dueña de todas Profundidades
le reveló a aquel centauro Guardián
que el cerrojillo aquella morada
sólo tenia una llave que la formaban tres
y era el amor más puro, y primigenio nacido
que era como una llama líquida de esmeralda
y la poseía la araña turquesa, en su
portón de Tierra,
el centauro, ayudó a la cierva Hada
y se aliaron, para poseer aquella virtud
jamás escrita hija de las tres potencias,

Förüq

VII

A través de las oscuras llamas
del inframundo terreno, guarida abisal;
como Centauro, arrastro infortunios,
así como sucesos caducos, despertó en mí
aquella alianza con la cierva hada,
el poder obtener todo lo que el Cosmos
me negó, acordé compartir aquella virtud
y llave purísima, eternal, con ella,
mi pinche compañera Leana.
Voy rumbo a abrir el portón de Tierra;
aquella araña vigía turquesa,
era hija del Soberano Júpiter,
planeé finalmente sobornar con amor
mi propuesta al llegar a ese abismo de Plutón
fue brindarle nueva fortaleza, morada
el el castillo umbrío y olvidado de Hipsípila
con sustento absoluto diamante y felicidad.
No se negó y solo pidió un acertijo:
-Sólo una palabra otorga respuesta a mi pregunta.
¿Cúal es el nombre...

Castellano Mercurio

VIII

¿Cuál es el nombre nuestros ancestros pusieron
en el idioma más antiguo, al pájaro misterioso
azabache mora las ramas de nuestro tejo
milenario maldito?
El Centauro recordó que su nombre referenciaba
El color aquel pájaro y el signo su luna
-Arriesgándose,  Förüq respondió
a la araña turquesa con acierto.
Entonces le otorgó localización
de las tres ramas abrían aquel cerrojillo
de lo que custodiaba, rama de cobre,
rama de plata, y rama de titanio.
Al obtener y desnudar aquella virtud,
se desveló que era la belleza,
madre de las hadas, y padre del arte,
reflejo e impresión en poesía,
aquella virtud nunca enseñada,
sólo hablaba como demonio antiguo
cantando en forma de Fénix
decidieron el centauro y la Señora Hada
difundir aquella virtud de belleza y poesía
por todo mundo conocido, en pacto de tinta
y sangre.

IX

Aquel pacto de tinta y sangre era vitalicio


consistía, en difundir la virtud de belleza


y poesía en forma escrita sobre los reinos


cubriese los cielos y auras vivas,


en amor y dedicación,


su fidelidad y complicidad era inseparable,


el centauro Förüq y  la cierva hada Leannán


no permitieron que reinos abisales


ni criaturas errantes osaran tener la virtud


restringiéndola a la llave de sangre viva.


Aquella belleza escrita, era una virtud abierta


nunca cerraba su lleneza ni quedaba completa


fueron ellos custodios centinelas


del arte escrito en poesía


fijando a toda buena obra un amor


de satisfacción y alegría indeleble.


De razones virtuosas, y del alma heridoras.


Förüq y Leannán-Sídhe



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realeza de estrella