domingo, 1 de octubre de 2023

Voz sin derroche, noche

 








 

 

Labrando sueños por llegar

cuando mi presente contigo

avanza aullando de verdad

río de amapolas del lugar

por deslumbrar ojos,

injertos del eco silencioso

de tu belleza sin par mi Valkyrja

Ababol gritando a la noche

que le de voz sin derroche

su sangre de tierra

su pena manifiesta

de estática belleza.

Hoy alegras el camino

y la vida de algún ser

que tù atraes para dispersión

de tus muertas simientes

que rajarán la tierra

abriendo y brotando

en flor de sangre.

Su alabado albor

por dispersar inertes vidas

de latente muerte en simiente

así su eterno ciclo de la conquista

del rajado terreno por su anclada raíz

su existir templo de este ser puesto que la semilla vino antes que el animal

al umbral expongo mi amar

que no hay flor sin abeja

ni almendra sin almendro,

como bonita la rosa

mi amor es maravillosa

como no hay rosa sin cruz

ni cruz sin espina

yo siempre a tu lado Valkyrja Cristina

mi espina es felicidad por ser

correspondido,

Quimera de este cielo encendido

hasta el fin del tiempo a tu lado

me verá el viento.

El Castellano y Leannán-Sídhe

 

 

Ojos de Tierra

 

 

 

 

 

 

Clama la flor, abeja del lugar por gritar.

- Ven, toma mi néctar,

déjame compartir mi vuelo contigo.

Réquiem por la flor, oda visigoda por la margarita

con su mariquita, sauce caído,

cobijado tejo, crepitando:

- tú eres primavera.

Olmo viejo en retozo,

quebrado por la aguja silente

de la carcoma.

El cadillo miente, mientras el abrojo

clava el sentido, quiere la amapola

ser la alegría del lugar.

Cuando el brezo enraíza

el alma de sangre

por derramar mi cuerpo yerto

en la navaja, mientras

la lavanda amamanta la abeja,

y abejorro que llamé genaro.

Amaranto el firmamento

llórame una estrella

y su hueso de luna que

 rompa firmamentos

en auroras,

que venza colgándolas

de las pestañas,

y mientras las pupilas

en sombra abren su cueva

en la clamada verdad.

El Castellano.

 

 

Soñé, te viví, te besé,

te anhelé, te abracé, te sostuve,

te mecí en mis brazos,

te acurruqué, te dí de mis labios

de beber; hice tus piernas

recorrer en pasión,

te viví desde pies a cabeza

y siento decirte algo:

- que no me gustó, me encantó,

me emborrachó, me drogó,

si acaso, hubiese posibilidad

de que yo no estuviese muerto

sería por tu recuerdo, amor.

El Castellano.

 

De este cementerio viviente

que me dejen ser la flor,

que por lo menos

a un muerto da calor;

y al difunto, la caléndula su luz,

adorada, nacida del rayo de Sol.

Quien te quiere, te quiso y

te querrá desde este corazón muerto

te amo en albor flor tras flor,

elevado resquicio de caricia

de Diosa Ostara

en resquemor de primavera

cardos brillando en espina

de dolor, desde mi nicho

pido mi nicho de espinas y de cardos

cuando llegue el momento

si no a mi no me entierran en este cementerio del que vengo

y que la parca fría venga a por mí que este hombre

ya ha muerto y su último suspiro

fue un yo te sentí amor

voy a tu encuentro.

El Castellano.

 

Diente de león por clamar

el prado yerto, donde lo vivo son las plantas silvestres

incluso el cardo de las damas, las malvas, las piedras agujereando el terreno

molinillos al viento, por gemir caléndulas silvestres y

papaver hibridum, amapolas roheas sangrando borbotones de sangre de tierra por brotar

plantago por llenar el campo de espigas con flores, todo escarabajo gozando de la flor

cómo decir que la flor sea sólo la flor, si del reino animal es templo, hogar y morada

donde todo empieza y todo acaba.

Margaritas en envidia miran tus ojos y luego miran las estrellas,

una sabia dice y afirma: son mejores y más bonitos sus ojos que ardieron los luceros,

vidas de tu entraña alborada, que el oro no es oro sin mirar tu corazón;

Corren las amapolas, de tu sangre arden en hoguera

incombustible, plena, yerta, indescriptible esencia.

El Castellano.

 

Golondrinera frágil, esquiva, reina luz del bosque de las sombras

con tus amapolas amarillas, los luceros del cielo.

Por poblar jacintos silvestres, tragopogones, amapolas por doquier

amando la primavera entera en un mundo que cae disuelto

en espinas de cardo y alhajas de flores de todos los colores,

mi templo, mi casa, mi hogar, mi albor, sin alcanzar las plantas silvestres

por poblar este mundo silvestre por mirar y dan ganas de tumbarse

y ser la flor de muerto porque me tumbaría para que me crezcan las malvas

y mi cuerpo críe malvas y cicutas rojas y negras de tinta y sangre

mi condenada bandera.

El Castellano.

 

Estampa quieta, tejida en el umbral silente, nacido de las sombras

y sus benditas estampas de damas de noche, la flor blanca estrellada

canta tambores de la tierra.

Y los grillos afinando el violín están.

Las margaritas tienen el te quiero tatuado a fragua

de la flor que sea flor, belleza creada del rayo de Sol

y su albor mecido por dioses, acariciado por Ostara

el humor de primavera cuelga de las faldas

mientras mujeres hilvan y trenzan sus cabellos en oro fino de seda.

Yo soy un humilde escriba d ela flor de difunto

caléndula officinalis, por la que el muerto encuentra la luz.

El Castellano.

 

Bebo de quel cáliz antiguo siento las estrellas

buscando la respuesta para ser feliz.

En la planta en albor que crece del rayo de Sol,

sabiendo un secreto de druida de que si miras el Sol

al amanecer minutos y minutos todas las plantas en flor silvestres

brillan incluso más fulgente que el rey lucero,

todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color,

a través de la caricia nos trae Lugh.

Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris

que apareció tras mirar fijamente preguntando

a una flor de difunto me comentó que podría indicarme de la tierra

donde todo es libre, no hay dinero, todo vive por suprema ley natural, sin miedo ni odio.

Le pregunté a la lombriz que dónde quedaba aquel lugar,

y me dijo con amplia voz:

- bajo tierra.

El Castellano.

 

Monte elevado en el horizonte,

brezo, encina, carrasca, esparto, espino,

todo crece en albor sin preocupación suprema

nada más que seguir viviendo y echar generaciones.

Hoy me desperté y contemplé la ciudad con todos

los edificios grises, como sus gentes

todo pasa de tierra y aquella que me dijo la lombriz

boca gris me espera, así tenga que estar mi cuerpo

frío, caído de hoja en otoño, no espero vivir eternamente

ni ser festín de gusanos tempranamente.

Yo acabaré por entender la mentalidad de aquella lombriz

de su tierra, que no hay preocupaciones,

fue el ser humano el que inventó el dinero

y la esclavitud que trajo.

 

El Castellano.

 

 

Amapola silvestre,

llévate mi sangre a las entrañas del inframundo

así como tus pétalos elevan la sangre de los suelos,

que tus raíces me conduzcan al tercer reino.

Ooh, espino amarillo, que bajo tus espinas

han visto infinitud de cal varios nacer los montes

y senderos, que todos llevan al mismo sitio

a perderse en el elevado espino de tu luz.

Ooh elevado, cuál sería tu misterio

para dejar a este escriba absorto.

Brezo silvestre, sin miedo, tras el olivo

te vi crecer, y una margarita cerró junto con el verso

de la caléndula arvensis que tapó con sus pétalos

en cuña, al caer la luna al cielo.

A tí genaro, abejorro de mi jardín

te extrano y echo de menos, bonito.

El Castellano.

 

 

Corre trémulo a desvoz el cosquilleo silente,

que avanza, que recorre tus piernas en ambrosía y miel de dioses

junto con tu aura y alma de dulzura sacada de raíz de la tierra, mi hada

ni una flor se te cayó, ni un pétalo dañó, agarraste enraízada con albor

y tú tragopogón, duende, el mismo destino de rey silvestre te espero

y aguardo en mi maceeta, ya que en lo que llevo viviendo

ni una planta se me ha muerto con mi don,

hasta amapolas comunes vieron florecer mis macetas,

hasta margaritas de manzanilla gorda, hinojos, brezos, jacintos silvestres,

crié como un dios creador, dador de vida incluso de la humilde semilla

de la calendula officinalis.

El Castellano.

 

Encina del rayo crepitante, de mi ser llorando,

hojas escritas en sangre, enraizando sentidos sin descubrir

amando inertes actos incluyendo dichos sabidos y en desuso.

Su condición asesina de la estampa en soledad y pena de procesionaria

todo avanza en un sentido mientras yo me detengo a mirar

el cuervo que me persigue por poeta maldito, extraño mi casa,

este ataud es frío de tiempo muerto.

Este ingreso y ni siquiera puedo encender un cigarrillo

para quemar estos pensamientos parcos y yertos

como mi cerebro en esta lata de sardinas, de cuarta planta de suspital de Alcalá de Henares,

donde nací y casi me sostiene eternamente la silente muerte.

El Castellano.

 

 

Mi vida te escribo como gota que va a los mares

tú que fuiste altiva, ningún humano te pisó

los dioses honraste y te honraron

desde el cerro al abismo, tocado y acariciado

donde todo surca la oscuridad madre

y dama de noche sin afectarle el cielo de la yerta amapola de luna desangrada

y su estramonio vestido de gala de estrellas.

Todos bailando en la fiesta de los no importados menos la rosa y el clavel masculino

que tiraron abajo el telón para comenzar la gala y el baile ganó la datura con la dormidera

por sus trompetas de los ángeles abriendo al clamor.

El Castellano.

 

 

 

Ababol de mi tierra

dime en qué fallé

por qué mi falta de conciencia

e impulsos a aquellos límites

que año tras año me condenaban

a falta de realidad

por qué tuvo que caerse el cielo

con este ingreso yerto

para yo despertar y luchar

por lo que quiero de verdad

deja de gemir con tu sangre amor

que ya pasé cinco meses de encierro

y en enero la libertad será lucero

hoy te quiero mañana en mi casa

te cuido con esmero

a nadie le cambio mi estampa

porque de tanto sufrimiento

ya me he ganado el cielo,

amo mi vida y respeto la del resto

hoy árbol mío he llorado mi tristeza

también es enfado conmigo

por los errores que a este encierro patético

me condujeron

lo peor es no entender la siquiatría de este país

que a medicamentos se comió mi vida

como si lo normal en este mundo

fuese ir de sumiso y zombi sin razonamiento

por somnolencia

hoy mi hiel es dolor con piel

mi garganta se desgañita

y adopto el canto de los grillos compañeros

para olvidarme y como no puedo

alimento lo negro

mi sufrimiento es mío

hoy te desvelo, pasaran días,

pasarán meses

pero sigo condenado en este país

con tratamiento y de por vida

la etiqueta de enfermo mental,

haga lo que haga no lo puedo cambiar

como no depende de mí

caléndula mía acompáñame el dolor

y que tu luz mitigue en albor,

poco más llevo muerto desde el 2005.

 

El Castellano

 

 

Ojo sangrante :

Avanza en un sentido

de su umbral tejido,

la caída en rojo tendida

lo efímero y devaneo

su tiempo caía mordido por la moral

retorcida del difunto

arañaba su vida

marcha atrás

dibujaba brillos fugaces en hoguera

de los sentidos,

corría el humor

trenzado, sanguíneo,

colgado del párpado

y sus persianas

que chirrían

deslizándose el alambre de ovillo retorcido

por gatos en sus tejados;

iba mi cordura deslumbrando

intermitentes luces de neón

en el cubito de hielo

del vaso de absenta,

tú tumbada te imaginabas un albor

y hueso para este poema

mas de la cuerda afilada

se sostenía

con su grillo ahorcado

meciendo el sino

espinas de frutos de estramonio

clavadas.

La luna colgada

iba en vuelo

al son de su sí bemol

un sangrado pío

que madre oscuridad vio

sonámbulas las pestañas

hoy cuentan sus arañas

en taciturnos idilios del Creador

sin más razón que amanecer

crepitando del rayo de Sol

y su eco sordo

llorando ojos ausentes

engrillados sin piedad

donde el ciprés

mecia las almas de sus muertos

oscuridad fundida su caricia

en el año internacional de la luz

con su cementerio de lombrices sin razón

y grillos drogadictos esclavos de su perdición

el camino se iba abriendo

en tumbas destapadas

por yertos huesos que querían seguir viviendo,

mas poetas que debieran gobernar este mundo

que se pudre

en envidia, interés y codicia

el ojo en sangre de este cuervo

nada le sorprende

todo está hecho

pero no dicho

con lo que de poema

mi nicho con mi verbo

de espinas.

El Castellano y Leannán-Sídhe

 

 

Sombra te atraparé:

 

 

La sombra se sostiene

mirando altas torres

profundas de oscuridad,

iluminada al final de los días del hombre.

Lloviendo coronas de abrojos inertes

al son del trueno centelleando,

hoy ella me mira y mira

esto ahora pintado lúgubre y umbrío

fuera sí fuera de lombrices

ella camina oscuros límites

de la tierra Estrella Muerta

camina por fuera

pintando su sangre

de Mujer de las flores silvestres

por cicatrices los seres

que la destruyen

hoy pasan el filo de mi letra

vuelta cuchillo de vena,

sótano de luz y nicho casi destruido

que su día avanza sin permiso

en las cabezas de grama por cortar

y florecer la caléndula del mirar,

ojos de sangre acabando la etiqueta,

arterias de venas estrelladas en llamas

para quemar doctores de las mentes

y su fuste y embiste de mentiras,

me visto del último de la fila

para ser el primero

como no hay final sin principio

en este tablero mi astilla florece el viento

y cavo mi surco de vida

sin vivir esperando tierra,

sembrando en ella

para recoger opacidades violetas

yo hoy sí estoy hablando

tú escuchando

siempre y para siempre es mi lema

yerto, vertical, estático.

Mi araña cabalgando en papeles derretidos

asomados al vértice del Dios interior

que de noche lo siento soy Demonio

en tu estampado reino

siente y siente silente

mi infinito consciente

de quiénes somos tú y yo

amada sombra juro

que algún día te atraparé

mi linda.

 

El Castellano y Leannán-Sídhe


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