IMPRONTA REVERDECIDA:
Unge el vespertino roce
de tu ausencia habitada,
una viperina falaz de siembra,
allá donde el silencio transmuta
la sosegada vida de mis falanges
rutilantes, un alambre de búsqueda incesante,
de tus mares de boca
mi nectar dispuesto,
miel de Dioses que encajan
mi sinestesia elaborada,
más quisiera apelar a lo innato
de mi naturaleza,
que llamaron pureza,
luces de sueños rotos por enmarcar,
ahondonada de las nuevas visiones,
tiempos cambian,
palabras a la fosa,
yo estoy esperando mi panal
de sombras de idea
sólo tu saliva verdadera
mece mi extasía,
por ende seguiré encargado
de esta acequia
dura, absorta de entregarme
al hendir de esta mi azada
darkness and magic
poder del sueño desagerado,
que nunca he alcanzado,
mira mi camino
soslayando
las rosas de la aurora,
entregando pleitesía
a tu señora mirada,
no te guardes
si vuelve este mi vencejo,
afilaré mi sombra
para entrar en la tuya.
El Castellano
LADO DE MI PUENTE:
Quédase austero
el pretil gesto
de ávidas secuelas,
rupturas d'esta compuerta,
de altura traspuesta
me alumbra esta ausencia
habitada, inducida,
paladeando mi dulce yerto,
conforte de volver a verte,
mampuesto en febril idea;
Apacibilidad de tu seña
y armoniosa senda,
me infundes arte de amarte,
hasta el diminutivo de mi término
castillo.
Por lo que de castro
soy castreño,
andariego,
que morir niega,
perduradora onda
de tu entraña,
clamor exaltado
en visiones de Quimera;
que resuene alto
bajo el asfalto,
que vine a tejerme exhausto
torres con callejas
me nacieron,
en amores
del dulce amargo hiel,
fuente fría y negra
de vivos troncos,
sentenciados;
sed como viva esta empresa
de brasas,
amargas piedras
del lenguaje,
hondo tallo
pronunciado sin base
ni escueta prenda,
Luna no te nombro
porque mañana cuarto mengüante
entro en rito,
confunde mi luz
tu hermosura
en voz y gesto
abismo pedercioso
preñado de paz,
sosiego de mi armadura serena.
Mieses que arrullan
colmenas de nidos
de cobres nativos.
El Castellano
ZANJA DE CARRIL:
Marzo que abrilea
y abril marcea, al dueto
de la sed universal
de su helor que duerme
en heladas;
Ando que me encuentro
perdío en un Sol
de agosto que espera
a su esposa
en cuarto menguante.
Yo seguiré buscando
el almendro de las almendras
de oro, mientras de mi empeño
socavaré a mi tardío
Castellano y su Leannán Sídhe
de su madre conciencia.
Avanzaré su cerca sin permiso
a poner nuevo estandarte
y despertar
al Miguel Esteban
que no nació todavía.
Guardarme el vilo
porque yo no estoy despierto.
Volveré con mis principios numerados.
Si quieres más de ellos,
dí consumido,
en zona yerta y su tierra
viva-muerta.
Donde desterré a mis abrojos,
y enterré mis escritos
con pauta alimenticia
por si despertaran
subsisten estando
nacidos del miedo
como yo estoy hecho de miedo.
El Castellano
PRISMAS EN CALEIDOSCOPIO:
Oscuros, negros, tibios
lirios en sangre de brea;
Acolchadas desquicias
en híbridas campanas azules
de los ángeles, yendo en borde,
siguiendo círculos,
moviendo espirales,
Vientos noruegos me llevan
sin patria, vencida por mitología.
Quicios de lúgubre destelléo
en oscuro límite tétrico
y sus mansedades caminan,
hacen nido sedoso
en moreras del sueño;
Vida través de una vida
dentro los hoyos del Sol
que sudan, sus notas de uvas.
Visitaré a Cernunnos
en el seno del bosque,
hablaré del cuerno roto
y su sangre que brama
flores de helechos.
Quién sembrará mi campiña;
estirados mis soliviares
entre azares que suerte corre.
Traspuesto al mantillo
y su compostaje silvestre
que solo se mantiene;
Verano que socava dormido
para sepultar los cardos
que tierra come
y levantar la estación
de los difuntos con hojas caídas.
Otoño sus fríos que me despiertan,
terminando de vivir el ocre
y su yerma plácida
de tierras sin brotes
en ventura de savia fría.
El Castellano