martes, 3 de enero de 2023

YO NO HABLO; ESCRIBO, fase armada

 3/01/2023



VANGUARDIA III:

 

1

Érase una noche fría

de invierno.

Las lechuzas estaban recogidas,

lluvia caía al suelo,

la niebla y la bruma

eran intensas,

sólo una sombra caminaba

por la calle,

era la muerte.

 

2

Cuando la luna sale los vampiros

y los murciélagos están cazando.

Era la noche yerta,

los ataúdes se abrían,

pero sólo

para que entrasen los cuerpos

de la epidemia

que asolaba a la ciudad.

 

3

La vida del gusano Juan

era muy sencilla.

Él vivía dentro de una almendra

y tenía suficiente comida

para hacerse adulto

y hacer la metamorfosis

a los meses siguientes.

La hizo y nació

de la pupa un hombre

con vocación política.

 

4

Era la noche

de los gusanos

todos estaban bebiendo

licor de hojas en la cantina.

Pero un escarabajo encadenó la puerta

de la cantina

y la prendió fuego

con todos los gusanos dentro,

los escarabajos

recogieron la carne braseada

y tuvieron despensa llena

para pasar el invierno.

 

5

Soslayada la flor del cielo,

abría los caminos de la vida eterna,

una polilla como una hoja de adelfa

caminaba el cielo,

corrió hacia la luz estrella

con ímpetu y brío

hasta estamparse en ella,

se formó entonces

el hueso de luna

que todos vemos.

 

6

Era una noche

de cristales rotos,

los lentes míos cansados

reposaban sobre el escritorio,

miré al espejo no reconocí

al que estaba sentado,

pregunté ¿Quién está ahí?

Aturdida contestó una voz:

Soy el que nunca serás,

porque siempre has sido yo mismo.

 

 

7

Eco sordo

en alta voz

resurgía

entre la ceniza de su cigarrillo,

no tenía manera de saber

sólo apostaba

al nivel de la montaña,

quiso conocer

pero una mala oración

se llevó su tormento dulce

a la entraña del frío áspid.

 

 

8

Belleza si acaso estuvieses forjada,

quién sería tu padre

quién tu madre,

inconmensurable

por infinitud de sendas

ella abrió sus párpados

viendo su reflejo en el lago,

sólo de la impresión

acudieron todos los peces de colores

a besar su imagen,

llevándola a su profundidad.

 

 

9

Se rezogaba

por acres difusos,

donde vuelan

polillas de las tierras,

de una flor

nació una polilla de cemento

con la esencia

de las ciudades

que dijo la oscuridad por poder

te puede pero la realidad

es que me supera.


DUDA DE CERTEZA:

 

Contralto sin indicio vivo,

secuencia inamovible,

juega con el órgano de mi carne,

preludio de tu posesión certera,

sigue, tu duda no vence la mía.

Juega y ríe descansada,

a mi esfinge ni paz ni soga

basta,

acuesta en hondón de mi cabeza

cuantos quicios obré por ella.

Siembra tú mi bóveda de cráneo.

Espíritu de luz acaso,

cegadoras sienes

su intelecto grave

no germinan.

Brega sin ama, sin rienda,

desarmo tu tacha, alzo mi escudo.

Límites adultos, astrales,

descarnados

en tu pulcritud de infinito

que rige filo,

asiento personal paraíso.

Tres angélicas opciones,

a mi ninfa preguntan

cuándo podré quererte.


ABRE TU NÚMERO:

 

Ahínco, fieles cinceles abruptos,

en cósmica unión de mis pinceles

por lira de tres ramajes

dignamente inefables.

 

Sángrame tu voz en mitad de mi soto,

vergüenza de tanta trampa

no tengo.

 

Por venales conciencias marcho,

me deshago contigo

mi vil manifiesto.

 

Confieso mi afán

en tus batanes,

atraviesan tus escarpias mis cristales.

 

Briosa tu leve rosa azul

firme, esbelta;

elegancia en aire resuelta.

Humilde respalda espinas

y honrosos vestigios

clemente bogaré tu piedad

deslumbrada.

Azota tu alquimia tu esencia

y quinta esencia.


DEVELADO ASCENSO:

 

Metamorféa mi cariño:

1

Alzo digno puente sobre el vacío,

culebra bastarda entre cadena y telón,

almanaque de muda en escamas escarlata,

2

flor de pecado sería morder

tu latido proscrito,

circuló mi sangre

3

noventa años por tu cauce,

Telón con mi lienzo

milagro en llanto

4

de anhelarte tanto.

Río chico que a mi pasión pregunta,

desde ventura, fondo o poso

5

hasta acariciar la brizna de tu corazón.

Verde es mi escarcha

devela, avanza

6

tu crisálida

de mujer exacta,

tendida mi araña.


BRUMA DE IDEA:

 

Tiniebla de la nada,

pensamiento, tormenta,

en sólo tres inciertas sombras,

tres telas en asombro por ánades

dudas pasajeras de calandrias,

chopos transparentados

en telas azules

proyectos de murciélagas alas,

arroyo de sangre de piedras,

tu cauce quizá.

Venideros ya no sueñan

los esquivos mordiscos.

Entre raso y sierra

manantío venal,

espera tu lengua,

promesa en cosecha de idea,

criatura mía

concha altanera.

soy yo semilla, rajando acres

de solana mar perdida,

busco nombre por cadenas,

corazón sin tierra,

vado de mi soledad avanzado,

futura puede ser ella,

lo que ella crea,

cielo en ciudad de puja lisonjera,

puede acontecer

arcángel en esfera de plata,

arcángel en burbuja.

Ya adhiere su piel la cota de malla.

Nido estallando de su amplia sin razón.

Se alzará todo lo no acontecido.


ORFEO INVICTO:

 

¿A quién canta tu férrea lira?

¿Para quién despliegas enervada

tu alma de luz,

la magarza de tu pecho,

el tulipán silvestre de tu cuello?

Bréa en fuego que arde Apolo,

la fuga de narcisos y crinejas de tus cabellos,

tersos en huracanes de mis manos silentes.

Árboles tupidos, besos

de virginales savias.

Fruncen tus ceños imantados,

Atalanta cobija la roca de tu piel esquiva,

erizando mis vellos de escarpias cobrizas,

agita, concentra leve destello,

pasajero de mi viento tejido.

Tu voz que edifica, rompe silencio

perdura en tus hilos dorados de entraña.

Desnuda mi arpa la música a Eurídice.


ELOGIO EN SOMBRA:

 

Sin mi otro, él mismo,

primerizo hexámetro

en miles largos

de centésimas

en broncineo

invocando mi falange griega,

insoslayable argento

tejiendo mi póstuma égida.

Musa o ardua estela vislumbré

en arcano fuego,

tengo miedo de ser perfecto para ella.

Sin y con cumbre

en árduo intelecto

mi Sol mayor blande

cenit d'esta idea

por cuantas cóleras desvencijada,

mis herramientas cabales

dictan

muerta mi araña,

paredes para mi yacija y su sombra

alumbrada, esquiva,

por piadosas ninfas

muestra lo que perdura.

Otros jáctense de páginas que han escrito,

ni me rozan en vil osadía,

manifiesta.

No habré inquirido

declinación laboriosa

en afán de romper sintáxis.

He profesado a mi musa de agua

que soy su aguja esquiva.

Ni sargento ni venas de Horacio fuí

ni filólogo ni malabarista de letras,

Ciego y quebrantado,

labré mi verso

todos los meses,

desde cruel insomnio aplacado

que despertó mi quimera

quebriza de ocho patas

aquel 2005 que comencé

a ser alguien con mi existencia a espaldas.

Rostros y mis notas.

Vanas apariencias que anidan.

Alacrán manso y ciempiés soberano,

mirto e hinojo que hace monte.

Tus piés de jara.

Cierra muralla.

Hacedor que invoca su río,

Heráclito de intangible astro,

llorando mi amor, por cuánto espero,

por cuanto he conocido,

las tres armas, el guerrero

reminiscencia en laberinto de sus espejos.

Serán ascuas

corazón y sequedad de piedra.

Tiento de cuanta ceniza yo amo,

pensamiento, muerte

o proclamo;

tinta servil de amarse a sí mismo.


EN MEDIA AZUMBRE:

 

Nunca seremos nunca,

enfilando seremos ceniza

secreta puerta,

desolación con corazón,

materia de luz remota

sombra, olvido, brillo

palabras en el polvo,

tintero, sinfonía,

melodiosa sierpe,

me ensordeciera tu rayo de luna.

rastrojos por cebollas difuntas.

Animosas amapolas

órganos de mi ruda piel,

alada mi alma de almendra.

Parca enamorada es contemplarte

colmenera sería tu alma para anidarla.

Me esparcen la razón,

bueyes arrostran mi redil de venas,

fugaces, secuaces.

Halagan mi jardín sin alondra,

mi nombre te dejo,

pecho de ala,

tórculo de este recuerdo,

dejo presente

que quiero ser siempre, contigo.

Sufrimos tú y yo

la miseria de la vana luz,

en lecho, buque, beso

y noche de perros sonando

como lobos despiertos.

los valles redondos de ondas viejas

navegan las dunas

de tu luna sempiterna,

en arena gemías mi placer

y sus grajos que crascitan

enamorados de nuestra espera,

delicia como tú así es esta vida,

piedra ligera en viaje definitivo.


VERTIGINOSA CONTIENDA:

 

Soy hijo de tu oscuridad.

Tarde prendida entre apóstatas,

sienes y jinetes de curvos ejes,

partir me alcance este día,

desde mi flor de Bradomín.

Retorcido entre carruseles, tranvías

del sueño noctámbulo

y malvas del sueño de Castilla.

 

Quiebran mis señeros

una luz sin espasmos,

ni cobres caminantes;

un canal que la floresta sigue

por senderos,

apuesto mi perdida ala en son de tu lengua,

donde el azahar sembraba

y se extendía como ciencia de umbrío tomo.

 

Era mi era como mujer sin barba ni corpiño,

entre mi siega labraba una espera

esperaba una lagartija

del fuego nacida,

una contienda de bombardeos

de simientes risueñas,

como un látigo que la estepa enciende,

su signo bravo, un linde en ávida crestería,

por el desliz de esta hoguera,

acábose mi rodada espera,

sin marca ni flamígera contienda,

estaba quieta, jamás yerta

tu flor del alba,

como niña perdida de la madrugada,

abrió destartalado su ronco latido,

naciendo una vid, primeriza

entre avernos con hijo de tu flameante

oscuridad hendida

y huellas de trigo venidero,

disparé al viento,

me contestó su voz

entre sarmientos de cobre,

rindiendo mis miedos,

de violetas noches postradas,

en soliviares que abren azadas

de la tarde en su compostaje,

sembrando

que volveré a verte.

Para poseerte,

dicta rauda tu señal

seguiré cauce

sin embelesar, sin regentar

sólo tu letra por anidar.

Y mi vida en ti sembrar.


VASTO DOMINIO TE ESCRIBO:

 

Atrapa mi carne,

en orilla de otro sitio,

en levedad de tu oscuro abismo,

púlsame mi figura que ensordece,

mi voz libre que penetra

sórdamente tu sombra.

Abismal silencio

yerto el tiempo

que disparar

manecillas de relojes rotos,

fulguran, encandilan tu mirar,

absorbe mi cruel indulto

transmigrado a evanescer,

vida sin amor no ofrezco,

deseo hondísimo

en vaso infranqueable;

abismática tú

ruego batas tus oscuras alas,

enigma o poso del mundo,

bajo la tierra oscurece el día.

Sombra justa que mandas,

penumbra en perfil de cielo puro;

torso de tinta,

parpadeo de espumas,

noche cerrada,

los luceros sobre tu parda mirada;

sierpe que palpita

llamada esperanza en azul

montada,

luz ciñe tus colinas, tus exactas sílabas,

perseguidas por tus labios dispuestos.

Mi viento inquieto te circunda,

demarcando sueños auras

y tesituras perdurables.

Diosa suave eres,

asaetada,

deslumbrada por padre lucero,

déjame admirarte,

no quiero refulgir si no es a tu nombre,

bosque de venas,

hojas malvas,

ascua del mundo,

es darte mi corazón,

yemas ofrecidas

hierve tu belleza colmada,

eterna duraste, cruzaste

la senda que lo bonito te llevó a mi casa

de ciego verbo,


ALBO TRAJE TU MIRAR:

 

I hoja:

 

Canta mi piedra

por inencontrable esencia,

promesa de luz del sol.

Azar de imposible

fuego fatuo en tejas

que son nubes de altos cielos.

Serénamente místico, me alzo.

Ascua empírea fueres

o carbón del destino atronador.

Mito, constelación:

constante, pura flamígera,

eterna de cimiento terreno

sobrevivirás a lo alto.

Escarno mis solas sombras.

Promesa de tiniebla,

promesa tibia,

nunca alcanzaré luz tan ardiente.

 

 

II hoja:

 

Perecer a los cielos que yo amé,

te amo en medio de mares,

entre pulcras esferas feroces.

Clamor por férreos bosques,

boscajes de tu sed de miel,

arrebatada tú, de tu albo espíritu,

generosa es la penumbra

eco pálido de azul viejo

virginal fuerza de noche añil.

Presencia misteriosa

en haz, de luna áspera.

Destino opaco, inclinación

por verdades de monte desgarrado.

 

 

III hoja:

 

Tránsito estremecido, el río,

ligero, nitidez de espejos

que dulces presiden

hondas tierras.

Constante agitar de sus fuentes.

Resplandor baten tus argentísimas alas,

palabras entreabiertas

buscando dicha.

Esencia, eclipse de mi sangre.

Sideral cuerpo estrellado.

Sigilo, tus pupilas

con las que a fuerte garra

me amas,

y árdua me miras.


ROMANCE DEL DESTIERRO:

 

Mi raíz arcana anclada,

dejas el etéreo espacio

en eterno cementerio

tu silencio amalgamado.

Yo era taciturno espectro

misterio, parajes blancos

que salvajes en tu lengua

confrontan en yermo arcano

saciando mi baco imperio

de soledad que amilano

sin inicio, sin futuro;

sólo aplacando los diablos

y esa idea primigenia

cual ojo que jamás hallo

descansando en alegría;

ocho hijos que me has dado

más los bastardos impíos

reconocidos sin ralo.

Anudar aún sin vivir

mi vida; que deshilacho.

Desfallecer, despedirla.

Corona por candelabro

sí, mi raíz es de plata

al fervor de soles alzo

como cobrizo capullo

entre polilla o gusano

devana mi sangre, rueda.

Transmigra verde que escancio

sobre espica, sangre yelo.

De infecundo humor humano

con coraza por pechera

carcoma en espuela calzo,

mi tomo de tierra venzo

roja sangre que yo esparzo

pergamino en vana ciencia.

Que los abrojos espanto

espejo terrenal hondo

mi sonido injerto orando.

Sobre mi vil armadura.

Escita alma, el Castellano.

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