Crisol endulzado:
Un iris vespertino humeante,
que huye, escapa, se esconde,
entre fugaces simas y colores
que acrisola.
Late en compás de labriegos renacidos;
marcharon del aura,
de su iris compañero
a lomos de un caracol,
sortilegio de destellos sin alba,
listado irisado de surcos de latido,
militancia fulgente, entre rayos prismáticos
de enerbado tornasol,
naciendo su vena tornasolada,
como parpadeo de cuclillos
en el que habitar tu mirada,
algo que anclar a tu sonrisa,
sin prisa, sin ancla,
mas que esta letra,
más que unos ojos,
de infinito horizonte,
es un amor que resplandece,
y por tus labios crece,
cumbre de mi filo
bastión de solares,
donde el sol eres tú
mi férreo astro a unión.
Que yo soy hijo del mar
de tu boca,
rezando en el borde
del renglón,
cantando con un cuervo,
que si la tierra se hunde
y el mar se cierra,
viviré en tu entraña,
como olmo de tu margen húmedo.
entre solicitudes fervientes,
y acuarelas de cielo.
Elevaré mi te amo;
por si baja y seas tú,
quien lo escuche,
atravieso océanos.
Déjame ser como el último intento de la ola,
y sembrar tu tez con mis versos de espuma,
afila mi limadura,
salta un corcel de vientos escarchados,
azules,
un destino sin piel ni tela,
un marco, alzarme,
en tu corazón desvencijado,
ser como el rocío primero,
en quedarme en sus labios azules.
El castellano
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