POLILLA DE CEMENTO
Miguel Esteban Martínez García
PRÓLOGO:
“fuerza y brío danzan en mi espalda"
Miguel Esteban Martínez García
Un poder único radica en la obra de Miguel
Esteban, son suaves trazos que van afilando los aspectos de su plena realidad,
en ocasiones enigmática y que nace de una posición visionante y encajada para
ese truque vital del artista con su entorno. Se podría llamar claridad y
firmeza.
Estas dos formalidades auxilian la construcción
de todos los poemas; son lienzos cargados de un infinito e interminable
establecimiento con el juego pasional que queda alterado entre la belleza de
los ángulos construidos. Hablaríamos ahí de un humanismo fruto de las semillas
cordiales que se imprimen desde la serenidad.
Ese reposo, en ocasiones vuela hacia la huida
del marco espacial y se produce como una transfusión de trazos que, en su
evanescencia, velan para llegar a un alimentado simbolismo que se fusiona con
la propia vida del autor. En definitiva una poesía de alto desarrollo plástico
que interpresa sueños y perspectivas conexionadas con ese azar que es la vida
desmenuzada. Un bello intento de formalizar distintas interpretaciones de la
materia. El sustrato es magia personal y pulcramente pulida para un poemario de
sonidos únicos.
(luzyabsenta)
AUSTERO
ESQUELETO
Solamente yo solo cantando
entre mis soledades,
cumbre verde de este enjambre,
un espejo de ventana
que suena ardiente
su cristal caliente,
vine a cortar el tiempo
en dos mitades,
una para anclar al gozo
de lo que fue posible,
fumando mi cigarrillo de tinta
por voladas avenidas,
pajarraco es este talento,
se viste para visitar
mi agraz durmiente,
venga o no venga mi suerte,
a dos voces cruzo los montes,
este lobo jamás sentirá pena
por serlo,
cenizas fugaces
hierros nacientes,
este margen de curso solar,
mi crepitante aleluya,
partir me alumbre allá
donde el Sol no se pone
y mi espiral vive
desde antes de la edad del cobre
es mi alambre,
es un cabello de venus
esta arañuela,
doncel jamás postrero
mi señor esqueleto,
muerte que no perdonas,
eternidad azogada,
demente entre ocasos
y líneas dobladas,
entre estos almendros sin flor
comienza el latir del otoño seco,
promesas de miel
traen abejas
yo por hombre
no puedo prometer
más que lo que podré alcanzar
con certeza dibujada,
ilusión me llama,
letras responden
entre mi cuerpo rosáceo amanecido,
si acaso este latido
luz no prefiere,
mi oscura dama
teñirá el azul celeste,
por estas profusas abejas
que me cruzan la mente
y todo lo que conocieron mis ojos
dirá que volví a verte.
Debido a esta faz
jamás desencajada por la que el cielo
es por los siglos gris
vive siempre y para siempre
su haz.
Noche silo de oscuridad
destapada, traspasas
mi ventana entre espejos
tu voz se hace la dormida.
Carruajes malvas del sueño
taciturno entre las espigas.
Fuegos y fusiles iluminan
tu dama de oscuridad,
amanecida por soles
que bajo ella
parecen de trapo.
Canto a tus pestañas morenas
a tu iris deslizado
entre colchones sonámbulos
te clavo este guiño
a tu dama de sosiego.
Por este hueso único
desangro a mi murciélago.
Altas, profundas esferas
gimen luciérnagas.
El otoño tupido
se acuesta con mantas
de hojas arrebatadas,
árboles desnudos
que descansan,
ya no hacen el amor
con el viento,
persianas de un tiempo oxidado,
al abrigo la vida contra el frío
de la luz.
Escarchas de punta
lloran las avenidas
victoriosas de la noche
que todo devora
y mece lentamente
con su ojo de sombra.
Telaraña de vorágine,
araña descendiente
de turbios, de lúgubres pensamientos,
de etéreas raíces en punta,
blanco sueño devorado
al compás de cuclillos nocturnos,
de ondas en listadas cadenas
a la esclavitud del latido,
en corvado trino,
es el final dictado
de la oscuridad,
la era lumínica comienza
de esta esfera,
entre sogas de mi calor humano
verdes estos ojos
verde trigo de mi verde sino.
La noche quiere ahogarse en mis ojos,
que su sonido visten y desvisten
por carcomas
del mutilado iris insomne.
Es sólo sangre en tus ojos,
es sólo mi vena
alcanzando tu osadía
de oscura dama.
Llora mi azabache
por tener piel de arena
y brotes azules de la noche,
por estos nidos carcomidos
mis abejas
tejen sus panales,
en fúnebres procesiones
de todo lo que dejó de ser
y así descolgar de esta araña
la eternidad.
Veleidoso y regio
si el soñar del son
el grillo acaso trae
vestidas de caléndulas solariegas
son mis quijadas recios cerrojos
que de tanto reír el último
se han desencajado,
el cielo los astros bellos,
la luna y su organza
acaso son cielo, astros y luna,
o son nuestros ojos que nos engañan
astros por luciérnagas
cielo por agua,
luna por ventana,
nuestro techo de esta cueva
llamada planeta,
el infra-terrestre corazón me abruma
la espalda donde llevo mitos y leyendas
de un mundo que fue mejor,
donde no se enjuiciaba por religión
a los que se tejían grandes,
y los Dioses eran Dioses
perfectos reflejos de cada necesidad de hombre
y de sus cosas que no se explicaban,
se imaginaban,
no como ahora que sólo sirve un Único Dios
para la venganza de los pueblos,
seguiré mi curso sin el hombre
que se ha perdido
en las máquinas tragaperras de todo índole.
A ver si me vence mi preocupación formal
por la estética de mi poesía barroca,
o al menos eso creo que sea mi desempeño,
porque nunca he defendido contrario a la belleza,
que ahoga, resume, coarta
mi saliva verdadera,
retorciendo un infinito de imágenes laboradas,
por el don Supremo Arte.
Resquicio
un agujero sin salida
hablando entre tubos
subterránea vía del hambre
y su sabor alas de bronce
por el oscuro jardín
me muevo
y demuestro
que lo que poseo
lo vuelvo
diestro empeño poseso
del noveno cielo
y su soturna escalera
que demuestro
no es más que un acertijo
de lagartija de pared,
y se siente
jamás me creo poseedor
de la castaña del castaño de oro
con lo que prevalezco
en gritar difuso y difuso,
profundo y profundo,
hasta estar tan enterrado
que nadie me entiende,
hasta el fin de la nube
estoy esperando
el camino de mi carretera
con mi tren sobre una acequia,
si no soy persona lo demuestro,
sobre un pilar de imagen
que me hacía militancia seca,
una losa
sobre una mariposa de cemento,
una cama de sábanas de algodón
con su polilla eterna descansando
sí Marián
me avanza tu profusa luna
cabalgando astros,
ven ven a mí
tengo tu néctar que deseas
por eso valgo
hechos de ratas sumergiendo
por lo que soy único
devaneos del tiempo
en profuso caracol
y su casa de espejos,
puedo ver los hechos
colgados del techo,
día a día me alimento
de tu aliento
sobreviviendo más allá
de la escala que mide a las personas
por sus empleos
qué he conseguido yo
me preguntas
pues 1861 bocetos de poesía
infra realista
y sí orgulloso estoy
de mi carcoma,
orgulloso de mis abrojos nacidos,
si me detengo
es para seguir creando
cual hora mortis nostrae.
Lejos de la tierra cruzo la senda,
donde amanece la sombra,
hombre, hombre de luces y tijeras,
hombre de bien al menos,
a veces algo que entender
navegando dentro de la luz
un cuchillo del negro puerto
porque yo no caigo ni muerto,
ni es mi soturna vía,
un espejo estridente sin sangre,
amo la noche sí y ella me ama a mí,
un velo de sosiego, calma
y enervada súplica nacarada,
es su juego es mi baile entre estrellas,
y grillos que se marchan
por ser otoño,
como un pez en tierra
intento escapar de la tierra
y respirar en mi medio
cuando aleteo
y solo giro sobre mí mismo,
una estampa, escrito yo en cobre,
sonido si al menos fuese sonido,
muerte al lamento y al diario
sea de la temática que quiera
una garra, una sombra,
un océano abierto
se necesita caer despierto,
un trance de momento,
y la lluvia cae de nuevo,
el terreno se vence,
la luna se sacude la vergüenza,
mi aljibe jamás se secará
si lo hace ya no estaré
para sacarle su oro de verso,
cromado,
un rayo, una cumbre
y finalizó mi osadía
entre cerrojillos desempolvados,
tengo sed, de liberarme de mi mal
y volverme más que un talento,
más que lo que no he elegido,
ser del viento y que el viento sea mío,
esperando cabalgar
mi caballito del diablo emplomado.
Próvida estampa
que corre, aletea mi profuso alivio
que juega mi mal,
huida de quienes no me conocen
porque nunca me conocerán,
algo que ni yo mismo hago empeño
puesto que tomo lo que no me dan
con mi esfuerzo,
y no deseo lo que no tengo
porque me enseñaron
a amar lo que tengo
por eso no tengo más
que mi silencio,
porque de amar algo
lo acabas perdiendo,
la mujer que siga siendo mujer
para completar a este animal
que me tejieron,
cavo en mi jardín una fosa
para envolver con oro fino mis escritos,
por si un día despiertan
y me llaman papá,
les dejé una receta de cocina
junto a ellos:
Hacer una hoguera
y meter en una maceta envidia,
hipocresía, odio en mundanal caricia,
mal ojo de deseo,
mentiras, juicios malsanos
y dejar la maceta en el fuego
999 segundos,
con eso estarán alimentados
el resto de siglos que me quedan.
Mundanal zozobra que acuso,
acabaré pagando su recibo
en sangre,
todo lo lejano
como un soliviar de mentir más agudo
buscando vencer a la aguda aguja
decretada en espacio,
hoy seguiré mi curso sin mi nombre
por si consigo empalar a mi etiqueta
que brilla y reluce más gorda que yo
que ya parezco medio espectro de mi silencio,
un réquiem se blande entre mis huesos
que ya no crujen,
están plenos, hinchados porque saben
que durarán más que yo.
Y yo duraré nueve vidas de gato de arena,
por ser lo que soy
un rival de mí mismo,
llego a mi abismo.
Un rayo de Sol
iris de su párpado
cabalga el albor
de un cielo de plomo
la belleza abre sus alas de amor
se desliza el sueño en color
por los que estuvieron y nunca estarán
cicatrices carmín mecen los ojos
de un tiempo desvanecido,
tejidos en el esfumino
del estridente grillo
por un horizonte de sangre
se forma, gotea y sostiene
lo que el ser alcanzó a ver
pálpitos de estrella que dibuja la floresta
yo lloré sobre una montaña
allí sostuve mi alma colmada
fuego que destapaba
la libertad del hombre era pintada
sobre ascuas del miedo volátil
que avanza nunca para
hacia más lejos de la novena estrella
iba la conquista destellos fugaces del ser
cobijaban mis manos
el reino vivo lloraba en mitad de la mar
su pena que crujía con las olas
ecos de su destino informe
ojos de sus ojos que en cristales bañan
su osadía de cerrojos
la tierra en silencio grita lo que ella habita
baila y juega en inocencia
un fulgor se abría pasó del cielo
tormentas ceñían su pensamiento
hijo del rayo conquistaba su corazón
un resplandor de la nube se abrió
su vida clamaba perdón
por su alma sentía insuficiente su respirar
por esperar, una flor abrió en la montaña
paciencia le dijo no hay razón
para la belleza ella nace encausada sin más
así el cauce de tus actos abrirá
en besos carmín cuando tu destino tome forma
crepitando su felicidad, cabalgando
más lejos de donde se ocultaba el alba
cada planta despertaba con él siguiendo
el camino del amanecer
sus miedos quemó en una hoguera
y de sus cenizas surgió la belleza
con forma de mujer, ardían sus ojos
con el candor del Sol
ni la caléndula más bella alzaba el color
de sus cabellos,
un cuervo posó en su hombro
y le dijo: -Ha llegado tu momento.
Es la hora de bajar el firmamento,
y tomar tu lugar hasta tu desvanecimiento.
Corría un otoño plástico
por la vereda y la rambla de la espina,
era un cristal de luna gimiendo
en su cristal de arena,
nacía mi quimera despierta
ojo de su ojo que avanza,
una pestaña líquida,
fusión de espejos en ascuas
etéreas, flamígeras llamas
soñando que eran incendio,
era un agraz perdido,
un sin vivir tejido,
consecución de ocaso prendido,
muchas lágrimas terminaron por irse,
por perderse en la tierra de nunca,
estaba colgado de su cruz,
encumbrado de la fiera,
dormido de la tiniebla,
era o no era llegó su primavera,
alzaba besos al viento,
como despliegues oníricos
de una profusa recolecta,
y que su reflejo no hiriese más,
sembraré en el tiempo
un soliviar en intelecto,
por si responde su eco,
yo estaré despierto,
soy loco experto,
de que me acabe este horizonte sediento,
por si vuelvo no traeré mi cesta de limones,
traeré sentires, traeré un destino renovado,
que yo si puedo
el mundo deshace en mi mano,
condenando a los que no son de mi extirpe,
aullaré por si desciende mi rosa-malva,
y que luces me pueblen los cuencos,
fuego quien me viera marchar,
la arista desdobla,
cuelgo a la pulga de un pelo,
me caso con mi desespero,
Sol mío yo cómo era,
este ojo surrealista me desdobla,
y subo su araña,
porque yo no tengo superior ni nombre,
que yo haya elegido,
soy un cuaderno de cabeza y manos
en pluma de humo de mi diablo,
porque se siente
sé lo que valgo,
y es más que un billete de reales
como el resto de seres que caminan,
mi subrepticia a veces fiera
a veces esquiva me domina
y esto no es un poema
es un charco en yacija
de sangre mía.
Sobre un lejano tren
marcha mi noche
un respiro del azabache
un horizonte profuso de cuarzo
el pulso se detiene
en nube acolchada de plomo
yo no estoy hablando
tú no estás escuchando,
este hierro que llora la luna
es mi profunda espada,
ceñida en albor de soles,
son estos humores que sangran flores,
el destino me clavó una máscara,
me dictó su iris que abandonara,
pero un guerrero sin luchar que va,
manténme afuera
dentro de la luz de tus brazos,
un abismo me veo caminar,
hace más frío que antes,
el Sol arde más,
dentro de madre luz,
sálvame de mi penumbra particular,
dentro de la noche
se desliza, avanza, nace y muere
el plomo de este cuervo poeta Förüq,
está ardiendo en los cielos,
ha vuelto a crepitar su mentira Diosa poesía.
Un crisol de cuchillo,
una hija de mi Sol nacida,
llamada poesía,
centelleaba por su llanto,
abría las compuertas
para incendiar al abismo,
y pedir a su madre oscuridad,
a esto se alzaba un héroe inmortal,
Hípsipila nacido de una libélula
y del agua de la fuente eterna,
ojos de zinc cuerpo aguerrido
con los mil vellos de fuego
ojos y fuego de su origen
del dragón volador,
cabalgó y cabalgó,
surcando estepas, bosques
y ríos de valles dulces
en una orilla encontró
una bella doncella de cabellos de rayo de sol,
Brigid se llamaba,
estuvieron día y noche conversando,
se atrajeron y el río vio su unión
de la que tras el embarazo
nació un hada mitad sombra mitad luz,
a la que llamaron Leannán,
tras su unión el padre de Brigid Dios Sol
otorgó los poderes de la tierra
a Hipsipila inmortal,
que a su morar llevaba
que traía toda simiente vegetal,
de aquellas vidas en las que su castillo se hundía
en su profundidad.
FÖRÜQ BREVE RECOPILACIÓN (NUEVE
ENTREGAS)
Hablo desde esta sombra
que me habita,
un cielo noctámbulo me cuelga la caricia,
mi vida que jamás se consume en desquicia,
rajo este sol que visita tu retina,
espacio derredor acaricio
en agujas que te cuelgan el techo,
flor con flor brilló nuestro corazón,
una luna tejida por su alarido
a galope del viento en mi mundo
te alzo en piel de piedra
crepitando tu rayo que me cuenta
de tu vena y su carcoma
muy lejos de la tierra hilvano tus ganas
con destello furtivo
de sed de abrojo
cambio tu vida a mi antojo
sí tu pecho en rojo,
sabes quien soy
soy fantasma que sólo tú ves
flagrando el viento a tu merced,
háblame del puerto y su negro sentimiento,
háblame del cuervo,
de tu alma sin cuerpo,
ven, ven a mí
veremos el amanecer
en la sangre de mis ojos,
acabaremos con el destino inerte
que cruza mi suerte,
ven de nuevo quiero verte, apoderarte,
alimentarte de mis rosas desangradas,
es por tu roce que mi sangre bulle
y jamás de ti se esconde
te siento en cada silencio seco,
en cada eco de oscuridad
que a mi espíritu sucede
cómo no tenerte
si por tu idioma me florece el verso,
piel con alma simiente del atardecer,
umbrío cae su sonido;
Tu cuerda que afina el grillo
y cigarra con su guitarra
acantonando nuestro oído,
es por ti que mi suplicio cae investido
fiel a recorrer tu segunda vida,
ninguna mentira me dijiste,
el miedo ahuyentamos juntos de la mano,
la noche llega de nuevo en tu pupila
de esferas yertas
y sus paraísos de hielo
que cruzo al verte
quiero que me sigas sonando
eternamente la noche
para todos los siglos
que empieza nuestra condena
sintiendo hoy la lluvia bajo tus ojos.
Tumbado el horizonte
se acuesta mi ilusión,
este mundo arde en un verso,
la decencia queda volcada,
la gente se pierde en el alambre
que sujeta el verso,
mirada a la tijera
y que suene la campana,
todos mis sueños quedaron amados detrás,
yermo el terreno mecía un alarido
por la tierra que no estaba muerta,
vuelo sin suplicio dormido,
la acequia mi sangre lleva,
pierdo el control por quemarme con su luz,
resumen de lo vivido en la esfera de su retina
más que un crujido de mi ventana,
al viento le pido me acerque su latido,
camino por fuera del límite,
anudado el tiempo y sus cuchillas doradas,
sol tras sol, día tras día,
todo lo haría para que te quedaras en mi vida,
graznando viene la noche
por el círculo dibujado por la luna
se cava la llegada del día,
desde el lugar que yo amé antes,
te escucho gritar,
la oscuridad me sostiene
con su manto templado,
vuelo al alfeizar,
tu habitación muerde mi pupila,
el tiempo me vio nacer cuervo,
jamás rendido desde una torre a otra
exclamaba el perdón de los Dioses
por alimentarme de sangre,
llegada la hora
que luciérnagas cuelgan noches en los robles,
se abría el reguero de mi sed de abrojo,
la araña tejía su cena,
yo te esperaba como cada noche,
los minutos derretidos en mi colmillo,
granate albor se deslizaba por la tercera campanada,
tibio, parco, sumiso, el sentido,
se vencía mi sed de nuevo,
concluida la estampa de la sombra,
que araña cada grito en su cama,
danzando mi calma.
Hoy no será una noche cualquiera,
se prende la hoguera,
la sombra me abraza cayendo de nuevo el sentimiento
yo no me acuesto,
limo mis nervios con acero,
la lluvia canta en mis oídos,
será otro amanecer violeta postrado,
mírame soy el alba de tu amanecer
hoy no me verán perecer,
mírame voy por ti.
Estupor nacido
tus brazos no están lejanos
a través de los tiempos
todo lo que siento
es un ramillete de estrellas
esperándote en la cruel avenida
de ángeles estrellados en sus caricias
puedes verme caer en mi subrepticia
vida que para en vivo
y me deja verte
resumen de lo vivido
cuando la noche comienza a sonar
yo vengo por el camino de las espinas
hoy que no se bendiga
me mantendré esperando
con mi soledad por ti
ecos de un tiempo
que se desvanece en el vértice
si ese por el que colgar mis ilusiones
gana el horizonte
yo era más viejo a la entrada
de las nuevas visiones
yo cambiaba el tiempo
en la hoguera
al parpadeo estaba besándote
al fulgor crepitando la estrella
en amor latidos sordos de penumbra
me cuelgan las pestañas
todo te lo di
y te di más que nada
me enraízan las malvas en mi nicho
hoy seré yo quien muerda tu cuello
al son de la luna seré el vampiro despierto
a través del tren de la noche
atravieso zarzas y cardos
hasta llegar a tu ventana
el azabache es llorado de nuevo
queda tu corazón de cuarzo
la noche se mueve
mis grillos cantan un réquiem por la flor
se despierta un cuclillo en amor
eres mi fuerza, eres mi hombro
me deslizaré en tu cuarto
cuando las sábanas arropen tu cuerpo
y yo beberé de ti el sentido
hálito de vida en hierro
esta noche de primavera
que corría hacia atrás
seré espectro en oración
hasta llegar a tu puerta
y devolverte a la nueva vida
tiempos negros me trepan
cuando su eco sordo
baila en mis pestañas
me fumo un cigarrillo
a la hora que lechuzas despiertan
se oye el resquemor de tu ventana
mis colmillos brillan
tú dormida sientes frío desde tu cuello
a tu sentido
visiones de tu nueva vida
te entran despiertas
y yo ya no estoy en tu cuarto
por las violetas nocturnas
recorres la grama de tu patio
comienzas a explorar tus nuevos sentidos
y escuchas en tu cabeza
bienvenida a mi mundo.
Resueno
en el borde del papel
la condena dilecta
que marca un futuro
en subrepticia subyugada
a la luz vuelta oscuridad
del alma deseos de sangre
que jamás se cumplirán
solo la sed de vida por gastar
besando en la noche la sed
de vida ganar
asesinando creencia,
aliento y latido
en la oscuridad vuelta luz
un silencioso lugar
sólo el latido escapó,
el espejo no refleja
lo que reconozco
y mi vida va quedando atrás
solo tu mente atrayendo
para sentir el aliento.
Deshaciendo este frío
hojas y hojas de pensamientos
van cayendo
cuando me paré a mirar tus ojos
que ahora no puedo borrar
ni en oscuridad.
Te voy viendo llegar,
tu calor y corazón latiendo
estáticos dueños
de su tejida existencia,
te veo en paciencia
y me voy adueñando de tu pensar
mas que sangre
quiero cerca tu vida
para yo sentirme con otra
que hasta alma tiene,
y se va desgastando el camino,
los pasos trazados
se vuelven ilusiones.
Un día derretido,
el segundo quedó en vacío eterno
sin manipulación
de un ser superior
no puedo ayudarme
en este frío y vacío espacio
cada noche
deseo sentir tu amor
algún día
para siempre.
Avanzo despierto
las sombras por carretera
del mundo inerte
que vive en la sangre
por brotar yertas espinas
grazna el cuervo del lugar
y los altares gotean
sangrando murciélagos
ojos ausentes de sus ojos
que juzgan en su mentira superficial
qué necesitas
cuando todo suena a final
y el circo de la sociedad mece
y teje tu actividad
rojos al mirar
guerreros del abismo soñados
no cielo para vivir
eterna batalla espiritual
del interior de la tierra
llueve de nuevo
nubes se derriten
plano elevado en vida
único libre de acto y pensamiento
al océano de hierro y construcción
solo un deseo que se pudra en albor
y el resurgir venga
brillando sangres
mas lombrices maldiciéndose
por haber acabado su hogar,
desaparece y viene la oscura noche
a pesadilla mece el sonámbulo devenir
de quién me habla en mi cabeza
diáfano cuarto donde se clava
el sembrado silencio
donde el respiro cuelgo del techo
crujiendo paredes el sentido
me nubla los ojos
hay algo que me llama
es el hambre de la caza.
Iba la tiniebla bajando mi escala,
iba vestida como florece una roca
de anchas y hondas calzas,
desertora de la mundanal zozobra
que me acusaba,
bajaba y se preguntaba si la luz estaba con hambre,
entonces abrí la ventana y apareció su madre,
azogada, cansada de ocultar la luna,
abrió sus oscuros párpados
y una espectral sonrisa se dibujó en su cara,
para decirme: -Esteban su Sol ha muerto.
¿cómo?
Entonces encendí una lumbre,
y lentamente devoró aquella madre oscuridad,
mientras yo escribía una elegía,
posó mi ventana un cuervo,
que dijo: -Noche siempre.
entonces un vil recuerdo de mi Sol
cruzó mi mente,
yo que le creí invencible
ahora la luna era una esfera negra,
un espectro se colaba por mi ventana
era una mujer sembrada en sábana,
me acarició el hombro con su manecita helada,
ella que dudaba más de su existencia
que la propia duda,
entonces miré mi imagen en el espejo
y la imagen me devoró el rostro,
ahora lucía una piel pálida
como la arena
y unos colmillos que atravesarían la madera,
era el inicio de mi condena.
Mi polilla desvencijada
nace del espejo que crepita
una boca de esfera y su artificio,
revoloteos en torno a la bombilla
que más quisiera ser ella la estrella
que te atrae
tu noctámbula sed
de espinas blandidas,
un viento lunar se reposa
en mi ventana,
siega del mar oscuro
que todo tiñe de malva nocturno,
hoy estoy aquí
ante ustedes cigarros
para latir
y que vuestro color
sea expulsado,
recibo que acuso
ponlo en mi pierna
caminaré el infierno
por si consigo pagarlo
con mi sangre algún día,
serrana se torna mi almohada
de su musgo y lozano rostro,
por el canto de este caracol
que ya no late se quedó seco
en su intento,
es una luna menguante
y su aguacero litigio áspero,
un iris y un prisma lejano
es mi hombría un surco
en mi jardín de cementerio
por el estío rígido
y sus cristales de hueso
de un sol
que le enfadaba su luz.
Seco y duro, seco y umbrío,
corría el linde quieto
por la arboleda despejada
daban las tres y treinta
de la madrugada que se marcha
por oscuro diván de la sombra,
un espejo tímido sonaba,
el reloj paraba,
con un grito de estrella,
su alcoba fría en la que despertaba,
no quedaba viento de palabra,
ni pensamiento agil que en eco no quedara,
lanzó aquel espejo contra el suelo,
y rápidamente sangró un borbotón de sombras,
se abría la noche y sus quimeras despiertas,
brotaba de su ceniza de pulmón,
el irisado que la oscuridad clama,
quedando para siempre
su alcoba fría y vacía,
sombra de aquel que sonaba una noche
que ya escapa.
Una flor vino del cielo
a la puerta de este mundo.
De sombras libró
los sentimientos puros de corazón,
la señora de las flores silvestres
la adornó del color de la noche.
Luz de luceros caía a ella
sangre de oro, polvo de estrella
quién era la más bella
dormida su nota suspira
única dama de la noche
gustaba la flor llamarse
llave de este mundo
con el mundo de lo inerte
la visión
de espíritu suplicante,
blanco vestía, en traje luminoso
sus pétalos abiertos al valle,
de la niebla y la bruma,
valle de árboles cantores
y nereidas como hogueras,
de bellas súcubos en las cuevas,
rezando los guerreros de ojos rojos,
de druidas los lobos,
y de las sílfides los prados,
las margaritas y las hiedras
que las ramas trepan.
De las salamandras de fuego el hierro,
y de ninfas el agua,
dioses combatiendo por el cielo,
mientras reyes celtas
con el deber de serpientes
poblar la tierra
como aconsejaba la tradición.
Para en prosperidad reinar.
Si en sueños llega la 1:30
bien vistosa te veo,
bien dulce te siento,
bien fiel te oígo dentro,
si nací ciego para verte con el corazón,
si no todo en la vida vida mía
con los ojos se ve,
dime sombra por qué has enamorado
cada parte de mi ser,
si existes por qué insistes
en transmitirme como sientes
si ya dentro vives,
si ya de ti me tienes,
si ya has asesinado mi soledad
y feliz voy a vivir contigo la eternidad.
Con hueso y fuste un fiel desespero,
vio reinar el cielo
única dama de noche desvelada
por ella azucenas nocturnas
su pelo acampaban,
en oro y sangre
se alzaba este lobo
por encontrar la paz en su mundo,
trémulo desliz nacarado
fuego en la piel
hierro fulgente de estrella en los ojos,
me acompaña tu latido fiel de la noche
que cierras con un beso al horizonte,
con garra y letra inspiras este ser,
por el camino de nunca volver,
eco sordo de oscuridad
mece tu mirada,
al viento que aúlla tu nombre
hada fiel de la sombra
que tu Hipsípila te llama,
cuando todo lo suyo es para siempre
un tiempo que se resquebraja dormido,
la puerta de este mundo no encontraste cerrada
hoy te amo retorciendo tu esencia en mi cuerpo
se congeló la maldad
derrota su caricia brilló mi bondad
refugio de tu latido con el mío
a las flores por abrir en mayo
es nuestra comunión de estrellas
es mi vida en la floresta
donde enarbolar
tu belleza sin igual,
allí solo allí que entone mi grillo,
abriendo un suplicio de todo lo vivo.
Hilvanando sentires de plata
en estrofas cuarteadas,
quién a acompañarme baja,
mi yunque despierto se alza
entre madrigueras del sueño,
danzan las procesionarias en fila,
queda desolado mi alfeñique
que canta en el clavo esta vez,
un retal con retrato de quien fui,
las pupilas en orden caminan
el horizonte del cielo,
mi aljibe de cobre será sentido,
es un nido de grama
donde corretean versos de espuma,
chirría la carcoma
la madera de mi espalda
donde sostengo la sombra de Caín,
encumbrándose de la fiera
se alza mi bella entera
gritando por más oscuros sentimientos,
¿Puedes sentirlos?
¿Puedes sentirme?
camino fuegos
hasta complacer el ojo humano,
destrenzo el sonido de los árboles,
es un cuervo quien soy yo,
es un alarido que alza la noche,
por entre sillas desnudas
del alba sin final ni comienzo,
que sólo juega y ríe con las luces,
despistando flores,
entre ruego y plegaria
mi lamento tornó crujido de mi mecedora,
es una vid y un olivo que vive lejos ahora,
una linde en cruz con señero,
un agujero abierto
es una herida abierta
mi pozo con palabras en vez de agua.
Construyo mi silencio,
esculpiendo bustos
que no deseo,
me rodean pensamientos
como martillos sonámbulos
quisiera dejar
de ser yo quien hable
que hablen ellos
de su negra estación
que se alimenta de mis sueños
para volverlos pesadillas,
hablé bueno ladré
a mi amor que no existe,
no me contestó su voz,
me contestaron sus lágrimas
por sus sueños no materializados,
quisiera apoyar más que ladrar
pero mi mundo volvió sortilegio de espinas,
ni yo mismo puedo dejar este reflejo
amargado que me habita,
este corazón dejó su brillo
su escolopendra huyó a un paraíso
en el que no duele su mandíbula,
mis ojos cansados ya no juegan
con sus dolores,
anclado al firmamento
quedó este lamento
que quiso ser poema .
Entonan las riveras de mi sed,
un crepitar en estruendo llamado,
de almas sencillas, olvidadas,
en dulces espinas de abrojos
su lago férreo sensible al tacto,
un momento danza atrás,
y desperté para no saber quién ser.
Hijo de la sombra repleta y de la luz
avanzo firme en un sentido,
cuando mi sol duerme yo estoy despierto
y te ansío para florecer el viento mi humor vivo,
por si vivo jamás celdas podrán silenciar mi trino,
que se alza sobre los mortales,
meciendo versos en paz y sosiego,
dignos de los altos hombres,
afilándose mi muerte sobre la grama,
no pedirá que calle,
este trino que se blande,
fiel testigo de mi sino,
que en amor vence sobre lo desolado efímero,
hálito hilvanado desde un confín al astro crepitando en
albor,
hoy soy yo elevado corazón,
bajo relamiéndome el alma de cal y brillo,
cruzando firme mi sendero que lleva a verte mi amor
eterno,
retales afilados cáen desdoblados,
se dibuja mi silueta en la penumbra,
oscuro opaco de tu vítreo trasluz,
dime por qué sombra no te alcanzo y te abrazo,
fiel compañera débil en la oscura tiniebla,
se mece en luz mi vida
para descubrir eterno el sonido,
desmochado mi nido,
desmigájame en partes,
mantén con vida este corazón que te habla,
estoy medio vivo, mantén mis miedos aparte,
sólo tú cruzas mi mente,
en este nicho de vida voy cavando mi dulce muerte,
para resurgir llegada la hora en flor de niebla y trigal,
pasada una vereda corriendo por la rambla
se mece mi vida entera,
encima de los fusiles mi alma deslumbra,
sólo la oscuridad entiende de sus crímenes,
me ciega la luz del sol al que amo con ardor,
destellos al fulgor que bajo de la montaña a la tierra
rigiéndome en amor, esperanza oculta
hasta fundirme en tornasol,
de la sierra a mi valle luce mi talle
vestido de caléndula y ababol va mi cuerpo
entonado en un caracol,
la línea de mi historia
la describen horizontes y visiones dentro de mis ojos,
va mi alma en destierro buscando su amada,
me mantengo seguro pues Margarita,
tu persona entraña el amor y el reino que quiero,
sueños atrás estoy contigo
una vez más,
afilándose mi verbo en el ramaje del alma,
que clama que sólo contigo
este guerrero partiría su alma.
Habrá un silencio ocre,
la pianola de mis dedos
escupirá versos de cobre,
la tierra cerrará en valse
escurriendo por tus labios
mi ahogada serenata.
Abrirá mi colchón marino
una sábana de algas,
para naufragar flores y rosas
el alba conjugará besos de mi sed,
encumbrando mi anochecer,
cantará mi martillo,
sobre el yunque sonámbulo
de mi cuerpo.
Se afilarán mis cuerdas vocales
para cantar:
UN HORIZONTE INMENSO
un cielo emplomado,
ella es Dios es lluvia,
es preciosa sonata
de hojas bailando
el origen de savia
ha estado oculta
su bondad, por miedo
a que puedan hacerla daño
por creerla debilidad,
siempre aplomada
por venas razones
que enjuician
y la apresan
por quien ella no es
así se decidió
por la vía rápida
ser única, ser sólo la mejor
porque no tenía rival
ni semejante
ella era lluvia,
lágrima de los Dioses,
cuchillos de raíces,
la única bendición,
la única destrucción,
eres portal de vida,
eres más que tristeza del cielo gris,
eres un motivo para vivir
para nosotros los seres de tierra.
Estabas y no estabas,
estabas en el viento
que roza las sienes,
estabas en las hojas de los árboles,
lejana y cercana
según seas mirada,
me acariciabas la mirada,
te alzabas por cumbres nevadas
y cuchillos de grama
te gritaban,
te encontrabas en la margarita
sencilla del prado,
cuando la flor te posee entera
y no hallas más brazos
para jugar,
ríes y lloras sin parar,
la tristeza tornas
con melancolía
de quien te observa plena
como un rayo de luna,
como un horizonte malva
estampado en estrellas,
como un río y una mar,
no giras,
eres belleza sin igual.
Eres madre de la naturaleza,
principio y causa
de toda era
desencadenante perfecto
en eterna hoguera,
un ojo de un cuervo
te observa,
siendo de la noche
quimera bella,
siendo del día
laborado panal de abeja,
eres realidad
estás en silvestres aguas,
en la fiel madera
del árbol que te lleva,
eres agua de la rosa,
sudor de todo amor,
estás en la cueva
latiendo su estalactita,
en cada corazón vivo
y en cada azar de muerte,
eres sonido de viento,
sonido de trino,
una senda incontable de todo camino,
estás y eres fuego, elemento vivo
en la simiente y en cada alma que te yergue,
estás en cada palmo de tierra,
en cada siembra,
en la simiente que espera,
estás en cada planta
hasta brotar en mi garganta
cuando intento plasmar poesía,
estás en todo lo creado, por manos
del Creador Universal,
Belleza eres madre de este planeta
y del humano ser
acaso siguiera.
Cuánto afán se midió en la estrella
donde el tiempo amansa y se acurruca,
es un afán perpétuo que deslizan los temblores
de las femes sus cabellos,
no fue azar ni ternura cabe
por la sombra que tiñe verde
mi cansado amor,
cuál charco se vende a mis lágrimas,
por una grieta acababa yo de irme,
cuando nació de mi poema una escolopendra,
escaleras a mi Sol carcomido en busca
de un crujido invierno,
de mi desvalido sueño
por el que dejar algo más que mis ojos claros
al mirarle,
voy con mi canasta de limones
allí donde las mozas trenzan sus ilusiones,
mi caracol tiene su canto afilado
por los soldados que violan espigas,
soldados alados dónde irán,
una casa se construye para que viva siempre
la ventana pedigüeña del hijo.
profuso monte desvalido
del olmo que vive lejos,
es mi savia un poder de dar vida a mis injertos
poblados,
una furia que atraviesa
mi vena de luz,
donde juega y baila mi amado murciélago,
en su colchón de luna.
Mi timón es una cárcel,
mi vela es mi mano,
un dulce enjambre de estrellas,
una sacudida sin despedida,
doblando, desdoblando mi avenida,
ya no te amo subrepticia,
el origen de mi Sol,
quedará en imaginado
surco de su haz,
viva que vive mi caracol,
es un canto naranja,
es una entrega de rama lejana,
un hotel del cielo en mis dedos,
es un paraíso sin piso,
hoy agito hoy cuelgo
mi decencia y su amapola,
nazco del precipicio,
dolmen de mi escudo,
de mis ancestros esculpidos,
escritos en bronce,
fieles cuchillas del linde sin dueño,
espíritu de mi árbol,
sosténme bravo
en este desempeño,
que rebanaré el viento,
alcanzaré el sonido,
fulgurado brillo
mi compás que marca
la Guitarra de Gerardo Diego,
mi pozo y su aljibe,
con aire por alas,
con abejas por palomas,
será una casa
para las golondrinas
este azar
de entre los mortales,
caminará mi dicha,
su gozo
fumando mi cigarrillo.
Empeño asolado
al fanal infinito
de las flores del campo
diestro me dirijo hacia la muerte,
por coraza mi pecho,
por yelmo mi palabra,
un fiel reflejo por escudo,
es todo lo que pudo la sin razón,
es todo lo que llegó
al río de las almas,
dulce estampa de agua
la novena estrella me cabalga,
oscuro linde de mi vergüenza deslumbrada.
ojo de mi ojo,
vida de mi zarza quieta,
una fiel hoguera
rastrojo al fuego de mi quimera,
es mi sed verdadera,
escarpada cumbre del hombre,
yo lato sin nombre,
sentencio a mi olvido
a no volver jamás,
a este recipiente
de sangre que porto,
resisto aleatorio,
en este panal de escombros,
me enraízo lejos de este mundo,
me desdoblo en dos dimensiones,
las vidas de un día que me enjuicien
que mi camino no termina,
montaña, yo soy la montaña,
el Juez Supremo ya me dictó mi sendero,
que yo me he ganado,
que yo he tejido,
y que las lombrices
sigan siendo lombrices,
que yo sé donde dirigir mi vuelo
de cuervo poeta,
mi semblanza única
camina sobre una araña,
boca sin besos,
en cuarto umbrío,
me teje ella Litcher la llamo,
un destino,
un encuentro sembrado,
letra que complace mi tejado,
resbalarán las aguas,
mi navío fue llamado al negro puerto,
siniestro yo el comandante
sigo mi noche
que ahuyenta que se estampa,
mi letra quedará en mitad de tierra,
porque toda materia
es y será polvo de tierra,
un rezo y un ruego
para que sean iguales a mí
cuando me toque zarpar
al otro puerto blanco,
sin retorno.
Arde, miel elaborada
al afán sin mesura
se desmembró mi atadura
desde la luz del día
dentro de la oscuridad
me vuelvo a ver brillar,
el camino de la zarza mece la espina,
destino teje mi araña,
un ojo dentro de un ojo,
un rasguño de gato negro sí el mío.
No puedes mentirme dentro de mis ojos
donde se encienden más de cien fuegos,
los albores quedan cojos,
crepitan los ayeres en rojo,
voy surcando mi vida quieta,
para deslumbrar
relumbrando mi hoguera,
queda la esperanza
que mi vida tejió entera,
sinos y demonios
arropo en la mirada
hasta colmar la bravura repleta,
todo lo que vio fue mi quimera primera,
por si brillo en el lucero quédate, sujétame
que me sostiene ella,
caminos al fuego del resplandor dorado
tornado en ilusión hoy surco tu amor,
y créeme me blande tu calor,
por este astro mío que ya no luce apagado,
es de nuevo el tiempo de la construcción
dentro mis ojos,
trabajando en la mina,
por cavar hacia tu corazón
suena el túnel al albor,
canto en la tubería,
grillos me acampan las pestañas,
para tu oído mi te amo quiero llevar,
bravo y condenado
a tu corazón atravesar
cual flecha siniestra de esta ballesta,
que mi boca dirige a tu entraña bella,
vive mi araña, por el telar de sus letras
se rige mi poesía,
puedes habitar mis ojos
donde el piropo arde sin mesura
su compostura,
eso sí no puedes escaparte,
avanzo para traerte de un brazo
fiel a mi regazo,
mi vida se dibuja de un trazo,
infiernos y abismos destruyo a la par,
hilvano mis ilusiones
para dejarlas cocinándose,
la luna me contagia su sonrisa,
cuantas noches la vi en duelo,
por su vida daría yo mi vida,
yo alzaría en mi pecho su bandera,
la noche que reina
desaparecen mis tormentos,
estrellas en el cielo brillan su cruel reflejo,
para gobernar tu bella calma
hoy por hoy, ahora por ahora
mis lágrimas cayeron germinando
en flores de luna,
no me llores de nuevo,
reza por mí,
el silencio deshacerlo
reinas tú lo alto del cielo
por las noches alzas mi firmamento
a ti te acompaña mi lamento,
servir flores silvestres en este jardín de rosas,
alzame bello un sonido te devuelvo su eco escrito,
puedes ver a través de mis ojos
que el firmamento cae cojo
por mis retinas se dibuja sangre
y nuestro mundo en rojo,
te avanzo el sentimiento en arrojo,
loba luna llórame una flor de luna,
la noche que llora su azabache
su cielo tiñe de malva
no me pisarán ni muerto
nuestras rosas del alba
para, se acuesta y mece
su azucena nocturna
que crepita doble el nombre de la luna
condenas atrás me rige la libertad
lunamante de decirte,
que locura por ti sólo hay una
como luna solo existes tú
y tu espiga que en luz habla,
bañada por astros a tu espera,
por si vivo y vuelvo a nacer
que sepas que tú reinas mi camino
del verso y su plata
por el añil de tu canto
y mi certeza
que yo te amo.
Ríos que me tibian el corazón,
eslabones de sangre,
¿Dónde está la paz, dónde está el amor?
ríos de sangre se comen mis venas,
cada tropiezo,
otro borbotón,
otro alfeñique para mirar,
¿dónde quedo yo?
que el sol sea mi pena,
cantando espero mi triunfo,
se afila mi papel,
crepita mi alma,
tropiezo con la tiniebla,
hoy navego sobre mis versos,
aliento de la sombra de la creación,
hijo de la luz y de la sombra,
no acabaré de irme,
no cesará mi terco aljibe,
enamorado sin luz avanza
parco el sonido,
deslumbrado albor,
desnudo mi árbol,
hoy centellea mi rayo,
para decir que yo aquí no he muerto,
se viste mi sangre de caléndula y margarita
por si vuelvo al desliz de mi vida,
pasajera de un caudal
que mi entraña mece,
piel con piel, dolor con dolor,
enamorado corazón,
hoy avanzo sin mirar el color de mi flor,
estoy latiendo en el umbral de los dos,
mi sangre está llorando,
el cruel desliz de la parca efímera,
me siembro en los campos para perderla de vista,
suenan los trigos, de la verde espiga al girasol
se viste brotando mi amor,
viene a plañir mi alma
por el sendero sin prisa,
se alza la dicha,
mi ser crepita el alma,
hoy me visto de espiga,
y que el campo me enternezca
al cuchillo dorado de la piedra caliza,
hoy mi amor al albor
gime por su caricia
y que el alma dolorida entienda
que ella Margarita es mi vida,
por este siglo y los que me quedan,
escrito yo en la piedra.
Lima el albor mi nervio,
aliento cruzado que cae tejido,
la ilusión se hace nido,
borbotones de sangre que crepitan,
alcanzo la cima,
el sentido cae dolorido,
de vid y espino alcanzo el sonido,
al compás de un famélico ciprés,
mi alma dirá viviste,
encontrando la flor
por la que mi mundo se desviste,
rayos a la aurora
para su fiel investidura,
flor de niebla que avanza
mi umbral se desvanece,
bullen las fuentes,
el río es otro río de sangre más,
lucen las mortajas coloradas,
fiel desliz que cruza mi alma,
desgañitándose el alba,
el amor por parir una flor,
elevado al rayo de sol,
quién te viera quién te vio
rasguñado tornasol
se desangra mi campo del girasol,
millas aparte mi nombre se blande,
el beso me derrama las mejillas,
en albor quedan las caricias,
de la piel escritas, sentidas,
danzan las estrellas,
me vuelvo a ver en tu vida,
donde el te amo formo bandera,
y en tu ser queda,
resquicios sin nombre
que el ser come,
la rosa y la espina gimen
en tu nombre,
avanzo el ser resguardado,
sin franca escalo la tapia,
a tu cuerpo me encaramo,
hoy soy de ti
como el pájaro a su nido,
como la sed a su agua por beber,
como el río a su montaña por descender,
como el caracol a su mata por comer,
crepito el fuego que me brota
por tu corazón,
soy yo sin más razón,
tránsito veloz,
tu calma y su verdor,
me visto de malva
gimiendo una runa en el sol,
me anclas el gozo en la flor,
me blande el coraje
por el viento exclamo
mi valor amarte sin condición.
Desde mi umbral a la flor,
cantas mi canción,
te aúllo un caracol,
mi vida tornó a mejor,
irisado rayo de sol,
una fuente y un diente
un afilado canto irisado,
hoy acepto mi destino
porque muerto vivo si no te miro,
tengo tu imagen enraizada en mí,
es por mi sino que maldije,
pero hoy después de tanto
tengo el sendero labrado,
mi cuclillo trina al infinito horizonte,
mi ser se hace grande,
mantenme afilándome en la piedra,
hacia el centro me quedo exhausto.
para pulirte del alabastro.
Hija de la noche así te llamo
un sabor digno del amaranto
que la luna encierra tu canto
entre oscuros reclamos te vistes de encanto
los grillos lloran tu nombre
en esfera de azabache te haces certera
el viento es tu incipiente respiro
incesante, desvencijado halo de sangre
despiertas por el latido que llora tu nombre
por el que la polilla es reina de la estrella
ese que plañía la noche
cuando la sombra se hace eterna
gimes en las fuentes de primavera
un beso de horizonte malva
el espíritu lleva tu nombre grabado
como desvelo consumado,
aire es tu apellido engalanado
a la novena estrella sin luna caminas
tu vida no entiende de clasificaciones
sólo tú reinas la noche
cuando el sueño hace el amor con los dormidos
ries y lloras con la lluvia
la tormenta es tu carcajada
al latido sordo de oscuridad abres tus ojos
el día por tú tenerlos tan claros ciega
las ondas en el agitada agua
mecen tus rizos
un sueño despierto del fulgor y la belleza
te engendró a imagen de la centella olvidada
tu ser respira ambrosía amada
perdición de muchos
orgullo y alabanza por mí
que soy más fuerte que el mal
que juega, corre y cosquillea
con tu entraña sí esa por la que mis buques
dejarían su ancla
lobo de día cuervo de noche
que en tu ser se acurruca
y al sol desnuda
resplandor de almas fugaces
nuestro baile
vespertina perdición si amanece el sol
quiero ser de ti como el murciélago
a su rincón,
volar contigo como si el mundo no importara
despertar para abrazar otra noche
en la que girar
y en tu mirada encontrar fuego de astros
por dibujar y mi vida contigo sembrar
musa incipiente del artista
alma amada que se funde
prejuicio, mentira y verdad
ababol sembrado
tu corazón sin igual.
Entre sierras y montañas
de verdes y valles de ríos sangrientos,
ven pasar la espada de Hipsipila
árboles milenarios
asolando a los caídos,
ven lejos los astros prepotentes
de sí mismos,
desconocen el hijo del viento y el Sol
que va por los senderos,
¿Dónde irá ese hombre?
-Sólo él lo sabe,
a una princesa vampiresa
le prometió una flor
de la montaña más remota y alejada
pasada la Torre de Hércules.
Con raíces la trajo,
sin un solo pétalo perdido
ni hoja caída,
a la orilla del río la puso,
a la orilla del río ella la quiso.
Cada primavera iba a visitarla,
cada primavera su flor
de color distinto vistió.
Un año notaron triste a su flor,
extrañaba su montaña.
Su amada le pidió piedras y tierra
de donde fue encontrada,
a si lo quiso, a sí sería.
Al llegar a la montaña
en el lugar de donde estaba la flor,
allí una serpiente sabia encontró,
cual ella le dijo:
Si muere esa flor morirá tu alma,
-¿Qué misterios entraña
pues dicha hermosa flor?
Es hija de los cielos como tú, contestó.
Sí quieres saber más pregunta
a la reina de las mariposas,
que yo estoy tomando el sol.
Cogió las piedras y tierra y marchó,
en el camino una mariposa
se posó en su hombro,
le dijo al oído
sígueme mi madre te espera en el bosque,
allí fue,
la reina de las mariposas,
le dijo que esa flor fue
de las más antiguas en crecer
después de los helechos,
tan antigua que tenía
capacidad de sentir intacta
como los humanos.
De ella se despidió
tras darla permiso
para beber de su néctar.
Rodeando la flor
puso la tierra y las piedras,
decidió tras el consejo
de la serpiente y de la reina mariposa,
visitar a la flor cada mañana.
Su princesa también se alegró
y del bosque un lobo para Hipsipila
regaló,
en amor juntos vivieron.
Un día la flor se cerró,
en su interior
semillas latieron hasta
caer a la tierra
con las primeras lluvias;
de cada una de ellas,
brotaron plantas jóvenes
con los colores del arco-iris en sus hojas,
de cada semilla
de esa antigua flor
despertaron las hijas sidhe;
hadas que cuidaron el bosque
y cada arroyo, esa fue su leyenda,
un cuervo un día en su ventana posó
dijo con amplia voz:
A la tercera luna llena
vuestro mundo caerá en guerra
solo el tejo milenario de las runas del padre
tuyo Hipsipila tiene las llaves para a los muertos llamar
a volver a vivir
y a vuestro lado luchar
el árbol inmortal solo pedirá un acertijo
para ayudar mi nombre que es Förüq
os ayudo por traerme sustento cada día
desde que sigo a vuestro lobo del bosque
de la sombra y el manantial eterno.
Hipsipila, crisálida azogada,
reflejando su muda,
y a su dueño abandonarla
para ver lámina de cielo emplomado,
lejano y distante su reino de amor está
como su princesa por capturar,
el pájaro único, igual a todos,
blandea en estiaje gris lánguido,
mientras llueve en el jardín inglés
bruñido su color añil.
Vientre de hierro
donde crece su flor de difunto.
Vaga libélula destinada
al estanque de la vida eterna.
Camina, difumina, rige su cenit.
Viejo lobo reclama
a su enamorada luna
que le lleve,
tordo, de la oliva tu fuste
junto con el córvido tesoro
de nueces,
el duende su pipa humeando
el esfumino del sonido del grillo.
El reposo de Castilla
sin preludio de su princesa
que no amará su tierra
si no a su Hipsipila captor de su vida
alba más preciosa
que su anterior atavio triste
mira los ojos de zinc de su dragón
y la magia vuelve a su Amor.
Fúlgido insecto primero en descubrir
el estanque y al beber
dragón tornó su ser.
Ahora le vendrá el reino
de los valerosos hombres
él con ojos de fuego y sangre
mimetizarse puede y en voz
deslizarse, fúlgidas cabelleras
cual hombre del norte,
nada le oculta a su princesa
que ya más no quiere
seguir sus tareas de castillo
ella quiere casarse con su dragón
locuaz inmortal que le guiará
al estanque de la vida eterna
un pensamiento divaga
del ser en que ella abrirá
el albita de la cuerda
del grillo que marcará su son
en violín y oro caracol
con siniestra forma de corazón.
Grama fría
en la aguja que mece,
que sostiene la enhebrada parca
de la mente que clama
la muerte de la conciencia
y su desdoblado humor.
Gris el hálito crepitando
que cayeron los templos
de huesos mientras
Hipsipila nacía
de la fuente de la vida
en reino inerte cobraba lugar
él lloraba piedras de montañas
subió los montes,
los hielos derritió con paso lento y decidido
a las plantas les dió voz,
el reino del hombre cabalgó
sin entender su religión
que no era basada en el rayo de Sol
Hipsipila cabalgó y cabalgó
Sangrando su dolor en rocío de flor.
Un día se detuvo en un castillo
de las tierras del norte
allí descubrió una princesa
de ojos color tierra
y unos cabellos color de su fulgurado
Sol y su ilusión se encendió
pidió cobijo y allí conquistó aquella princesa
para luego hacerla su compañera eterna
compartiendo su secreto del manantial
ningún reino pudo más que al
de Hipsipila inmortal que a su castillo llevó
que traía toda simiente vegetal
y todo pájaro trinó Hipsipila siempre vivirá.
Legaba su destino a Hipsipila la segunda
luna nacarada, repleta en el ojo distante
del castillo reino del inmortal albor nacido
crepitando en la hoja de aquella crisálida bajo la flor
el bosque de la sombra y el manantial
con el que despertó aquel inmortal dragón
era iluminado en golondrineras y yedras siniestras
el lobo corría marcando sendero
hacia el tejo milenario puerta de la vida de los muertos
un torcaz mensajero llegó al castillo
con premisa de ofensa para hipsípila
pedía la vuelta de su amada a las tierras del Norte
si era negativa la respuesta todo humano reino se alzaría
en armas
contra ÉL denominado en aquella carta capataz y jardinero
del Demonio
sólo la sangre le hervía en dorada rabia cuando su origen
era el origen de todo lo visible
ÉL, último guerrero de la luz
ya ante el tejo guardíán presentado
humilde le pido ayuda todo nuestro origen peligra
el animal humano planea arrasar nuestro reino crecido
gran sabio árbol
sólo usted posee la llave de la tierra que hace temblarla
y despertar
todo yerto ser que en ella
descansa y reposa y duerme le ofrezco mi humilde vida a
cambio para acabar con ésta cruel injuria
que nos azoga el alma y amenaza avanza
no descansa de la sinrazón del humano
-Sólo una respuesta tiene mi pregunta
y su recompensa será escuchada
¿Cuál es el nombre en el idioma más antiguo conocido de cuervo
negro
que mora nuestras hojas?
- Förüq es la respuesta, contestó Hipsipila
tomad la llave y salvad este mundo de la maldad del
hombre
fue presuroso en compañía de su amada y su lobo
a la orilla del manantial de la vida eterna sólo allí se
encontraba la cerradura
del cerrajero universal llamado Hierro
al meter la llave se escucharon todos los grillos
cantando al únísono
del mundo entero y la princesa tropezó del susto cayendo
al manantial
toda el agua torno color rojo hierro fundido y una
silueta en roja sangre se iba dibujando
en corazón naciendo del agua abriéndose
una mujer dorada con alas de murciélago y ojos sangre
dijo al despertar:
Hola mi amado Castellano soy la súcubo Leannán-Sídhe
dueña de la sombra.
Mundo salpicado de colores
de líneas decadentes y sumisas
al poder del linaje
el reino del hombre se alzaba a la tercera luna
como un pintor de batallas
él estuvo allí combatiendo
entre galeras y cañones de fuego
los mares teñidos de rojo Hierro
tuvo que combatir pero regresó a su castillo
allí su mujer le esperó
recordó quiénes fueron sus antepasados
y un temor le invadía
el denominado Diablo y su anterior existencia
con el nombre de Caballito del Diablo
vaga libélula que zigzagueaba buscando agua.
Le esperaba su nueva oportunidad de servir
a su padre darle un nieto en albor,
la sangre de Hierro le aguardaba
y le pidió a su mujer un lecho de flores de estramonio
trompetas de Higueras del Demonio
aquella noche sin luna
cabalgó la pasión de la victoria
con todo el reino de fieras yertas a su lado
codo con codo contra todo humano guerrero
los animales le ayudaban decía la leyenda,
le prestaban sus ojos
la verdad él solo lo sabe porque sigue vivo.
La pasión le envolvía
aquella noche que su mujer se transformó
en la verdadera Señora Hada Lhiannan Shee
y el deseo cabalgó aquel Hipsipila en dragón de ojos de
zinc
como su nombre dragón volador voló
adentrándose en el cielo encerrado de su mujer
todos los murciélagos del mundo
fueron a colgarse del castillo del inmortal y su mujer
nueve meses nueve días y nueve horas
dieron para que naciera de Leannán-Sídhe
la más bella hormiga León del mundo conocido
esperando hacerse adulta y beber
aquel hijo de Hipsipila del manantial ahora férreo
de la eternidad,
a espensas del ser futuro que avanzará de su muda
la joven Hormiga León Nepa Grandis.
Pasaron lunas
pasaron soles
mudó de pupa Hormiga León alimentada por sus padres
ya adulta lucía un cuerpo de libélula y alas enormes
preciosas de cristal
acompañó a sus padres al manantial
y al beber
fueron naciendo pelos en su cuerpo que se iba quebrando
finalizando en la más bella Araña Lobo con alas de dragón
teniendo comienzo el reino de los inmortales
~
Iba avanzando el esplendor, de la dibujada primavera
de Ostara en resquicios parcos de vidas entre el reino vegetal
del castillo de Hipsípila,
el otro reino inerte alzado eterno al meter la llave
en la cerradura del cerrajero universal, cobraba en
fiesta
su segunda existencia sin condición
hasta duendes y elementales de cinco siglos de vida
jugaban y correteaban por las plantas crecidas del
castillo
dragones volaban rojos amaneceres del cielo
en este mundo sin el humano ser
sólo reinaba la bondad, no existía envidia ni odio
los caracoles hacían carreras con meta el la planta
que trajo Hipsipila de la montaña más remota
pasada la Torre de Hércules
los seres se agrupaban por clanes haciendo sus
competiciones
y torneos del reino de sus semejantes
se daban regalos entre ellos
los duendes celebraban coronación ahora
en el bosque de la sombra y su río de sangre
bañado por el manantial eterno.
Suena el río, agua llevaba,
alma de fada silva ella,
bebía en la orilla alegre
flor roja lloró su tierra,
blanca cierva a fada triste
cazador hiere su flecha,
enhiesta espina gemía
flor abierta brotó en yerba,
fada herida ya descansa
latiendo la parca negra,
yace en helecho silente
suspira su sangre yerta;
Enamorado el helecho
una flor mágica asienta,
tambores suenan la tierra
los duendes lloran su fada,
ahora el helecho era ella,
mueven la piedra ocultada
cazador tropieza cerca,
el río ya lo llevara,
fada flor de helecho yerra
duendes cobraron venganza,
cantó lo que el bosque alberga,
misterio de cierva fada.
Fada flor de helecho inverna,
cicutas toman la sangre
veneno hacen, blanca cierva
cuervos la cena discuten,
cazador ya río lleva,
lleva el río su latido,
campanillas suena yerba
duendes coronaban fada,
fada su vida celebra
los espinos la cuidaban;
Flor de helecho fada bella.
Enhiesta flor fue semilla,
altiva plántula fue ella.
Quién fuera ella, tan linda.
Él fue y es, ella no yerra.
Aún plántula fue fada.
Valor, honor, sí fue cierta.
Él aún duende a ella la ama.
Ella la flor, no era yesca
ellos cuatro siglos ''juntos''.
Los dos sí saben, ''leyenda''.
Aquel fauno cazador cayó al río,
y el duende enamorado del hada
preparaba su entrevista con Hipsípila
debido y lanzado a revelar su secreto.
Ya en el alfeizar de la ventana del castillo
llamó con insistencia al cristal
Hipsipila le vio e hizo entrar
a qué se debe su honrada y grata visita
señor duende
-Pues traigo noticias importantes para usted
de mi origen, mi único secreto de vida.
Muy bien cuente sus nuevas si gusta
-Pues resulta que le llevo soñando
y todos mis sueños me indican que usted es el origen
eterno de mi espíritu en cuerpo
usted Hipsipila fue y es mi siguiente vida
le agradezco despertarme de la entraña de la tierra
para poder descubrir con resurgir que mi vida
no cayó conmigo,
le pido con este mensaje cierto y verdadero
que me otorgue permiso para beber de la fuente
de la vida eterna para ver mi nuevo cuerpo así como usted
luce
apuesto, grande y recio cual hombre del Norte.
~
Afirmativo fue el permiso de Hipsipila
al señor duende resurgido desde del umbral,
se iban hacia el manantial una semana más tarde
de la visita, algo desconocía el duende enamorado
y era la sorpresa que le aguardaba...
Hipsipila cortó una rama con destino agua eterna
para ser injertada en el helecho hada amada por el
duende.
Llegaron tras cruzar el bosque de la sombra
al dichoso manantial ahora custodiado por dragones
enormemente armados
de fuego vivo su aliento, Hipsípila cogíó con una tinaja
de cristal
agua para la rama mientras el duende se decidía
fue bebiendo y todo su cuerpo se iba rajando por espinas
vegetales
sus dos brazos eran dos flores enormes blancas de
estramonio
y su cabello eran ababoles rojos finalmente cuatro alas
de libélula en cristal
hirvieron bajo rojo color de sangre sus ojos eran como dos
botones de hierro fundido.
La rama de la planta tan antigua empezaba a abrir en
flores de difunto
o caléndula a partir de sus terminaciones en hojas
era el momento a la novena luna llena haría Hipsípila el
injerto como agradecimiento,
allí fue, se adentró en el bosque guiado por su lobo
injertó aquella rama a partir de la yema de la enorme
flor de amapola del helecho hada
al entrar en contacto la savia de ambas plantas el agua
eterna comenzó a trabajar
el tallo leñoso iba dibujando la figura y silueta
creciente cubierta de hojas
con rostro bellísimo y dos hojas grandes de alas salía de
la tierra y la planta
un hada con dos ojos turquesa en llamas para decir a
Hipsipila:
Gracias soy Lhiannan Shee dueña de las entrañas de la
tierra,
su amado duende al verla no pudo caer en mayor gozo,
y quedó preñada Lhiannan shee dando a lúz a los
trescientos treinta y tres días siguientes
un abejorro enorme eterno de ocho patas y alas de cuarzo,
sus dos ojos
eran de mercurio y su cuerpo de azabache y vello de
hierro.
Corría de la vereda a la rambla castellana
el inmortal hálito de quien bebió de ese manantial de la
vida,
decidieron el duende y el hada Lhiannan Shee
llamar a su hijo abejorro Genaro,
él iba feliz cumpliendo recados de su madre
como picar todas las flores del bosque sombrío
y traer el pólen a su madre que fabricaría con él polvo
de hadas
con el que todo el reino inmortal viviría en amor y bondad
sin guerras,
un día llegado el verano y su estiaje
planificó Hipsípila un viaje de vacaciones
junto con su señora hada Lheannan-Sídhe
viajaron a la tierra de los mouros gigantes de las
tierras del norte
allí cenaron y de la simpatía derramada
el dragón Culebre mitad serpiente mitad duende
se ofreció como escudero guardian del castillo y jardín
de Hipsípila
a cambio de alimento Hipsipila aceptó,
aquella noche en las tierras del norte Leannán-Sídhe
reveló a hipsipila que le esperaba incluso antes de
conocerlo
debido a que aquella antigua princesa que habitaba
tenía el alma de la despertada Lhiannan Shee
que falleció en cuerpo por aquel cazador fauno del bosque
mientras bebía agua y desde el helecho su alma era capaz
de mudarse de cuerpo
hasta establecerse en el de la princesa que desde pequeña
jugaba con duendes
necesitando volver a despertar eterna
en su cuerpo de hada con el agua e injerto que hiciste
el duende que despertaste tu antigua vida murió de
soledad
regando el helecho con la flor de su hada
y protegiéndolo de toda fiera
debemos invitarle esposo Hipsipila a que vivan en nuestro
castillo
y el duende sea real jardinero tuyo.
Así lo hicieron tras regresar con Culebre
y todo el mundo deslumbró de felicidad.
Canta mi sangre yerta,
de agua eterna
el hierro de mi tierra por sembrar,
trayendo toda simiente hasta desde el umbral
canta la amapola vieja,
sangre del corazón carmesí,
sueña mi semilla despertar,
donde el muerto cave su vida,
y mi cicuta triste,
enraize el paraíso,
de pieles sedientas
y hojas muertas,
corre mi otoño desde la vereda a la rambla,
de la fuente eterna
corre mi frío desde el infierno
al río de esta alma por ganar,
encina yerta de mi piel esquiva,
beso de tierra y vid,
beso de trigo y girasol,
canta mi amada Leana en su mirar
de cuchillo de espiga mi cante,
de zarza y espina mi amor
real como intangible nuestra eternidad,
áspero y rígido,
bravo y valiente,
duro y endeble,
metal y simiente,
pan y niebla,
niebla y bruma me desprende,
desde la boca hasta el pecho,
donde canta mi pasión sin despecho,
vive esta sangre caliente,
lumbre de mis tocones,
nube del cielo por dibujar,
a estampa de sed y viveza por entrañar,
canta mi umbral,
quiere tener soles y lunas sin gemir,
invierno llegas,
dibujando transparentes los miedos,
avanzas cada campo sin permiso,
helando hasta el hielo,
oda de mi sangre yerta,
por mi tierra me arde la siembra,
y el beso queda escueto,
parco el sentido enamora el hálito,
de nuestro feliz mundo
quién te viera marchar,
vestida de olivo y centeno,
de olivo y cebada,
de trigo y espada mi guadaña,
por la calma abrasas la esperanza,
en maldición cantas tu canción,
y los cuervos te rinde pleito de negra ala,
de grazno escondido en cada roble,
del humano yerto ser
desde la piedra a la cueva
abrasas oscuridad mi entraña,
dibujas tu vívida estampa,
donde el tiempo yace muerto,
y solo los duendes te entienden,
solo las hojas buscan su nueva vida,
deste sembradío de niebla me avanzas sin piedad,
la dicha y la sombra por ganar,
desde mi tierra encendida hasta la parca bonita,
desde el cante a la maraña,
te canta mi vida quieta
este amor de la mañana
en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu cara,
suspira el rojo,
quiere ser río de alma y arrojo,
quiere nacer abrojo,
el espino mece la espina de mi antojo,
y la amapola amarilla,
solo ella abre a la gran luz,
horizonte de mi piel que quiebra como ayer,
enamorado suspiro de frío,
enamora mi hielo,
donde duerme,
donde reposa el amor de mi sangre eterna.
-Cantaba Hipsipila tras respirar los polvos de hada de
Lhiannan Shee
que juntos en armonía vivían en el castillo antigua y nueva
vida
Tú mi ventana volada,
un cristal que escapaba,
recto hacia el frío,
nazco del suplicio,
no erró mi destino,
se iba alimentando mi camino,
entre yedras desoladas
y su escarcha helada,
era una nueva era,
en la que alzar alas rotas,
y enraizar en esta copa de sangre,
un monte dividido,
un ínfimo horizonte derretido
en azar de lo que prevalece,
un iris y su magia nocturna,
sin razón cabalgada a la novena luna,
titubeaba mi dolor en mi sien,
un despojo pulido hasta que relució,
despojo de mi alma que no quería
que no toleraba parásitos,
era una voz dentro de mi voz,
yo la amé sin importar su naturaleza,
hoy la pido permiso para que me deje descubrirme,
encontrarme desde el hueso a la cabala del muerto,
abierto mi pecho, un despierto retuerto,
no calculo eso es del experto,
subvierto mi agua en este desierto,
advierto a las vidas de un día que mi alma revierto,
y mi ser divierto,
el sentido opaco injerto,
hasta mi dicha pervierto,
quedando mi cauce abierto,
aúllo a mi lobaluna para que siempre sea mía,
preludio de mi posesión certera,
como mi amada Leannan quimera,
de sombra ramificada,
eterna rama asida a mi vida,
paralela entre dos ríos,
entre dos realidades,
razón y locura
una buena y otra estupenda,
hasta juntar en eclipse
las dos dimensiones de quien quiero ser
en un abrojo.
Nirvana definición de ruido
enjambre en oasis de mies
adolorida hasta morir en almas,
urdimbres en fulgor
por lo que sólo ocurre
pasado el amanecer del cuervo
un río ungido, unido en avenida
corpórea es por esta sangre
que el destino se cuelga de arañas,
porque no puedo estar ni un día
sin escribir silencio gritado
por estas manos,
la vanguardia que quede
para los que no son barrocos,
"fumando espero
a la margarita que yo más quiero" frase cogida que
no es mía,
Porque soy incapaz
de continuar mi vida de poeta sin ella
sin ella mi musa,
porque solo tengo una musa
que es la belleza,
que es ella.
Sin ti,
sin ti hace un mal tiempo que sujeta,
las flores caen mustias abatidas,
el cielo llora chuzos de punta,
sin ti el cielo se cierra,
y el paraíso pide entrada,
el infierno queda pequeño,
la vida se viste un traje en gris lánguido,
el sol deja de brillar,
ahora ciega la vista,
sin ti los árboles crecen hacia abajo,
el mar luce un traje carmesí,
el mundo conocido brota en espinas,
sin ti yo no tengo vida,
el aire se come mis pulmones,
mis tripas se comen entre ellas,
sin ti no hay alegría
en mi ser
que casi viste de negro,
de todo lo que me haces falta,
de todo lo que te echo de menos,
el horizonte queda corto,
para expresar todo lo que te necesito,
muero en silencio como un olmo viejo,
eres mi vida de un trazo,
y te quiero en mi regazo.
Puedo escribir a tus ojos
la cumbre enésima de nuestra teja,
la flor del miedo de que cambies tu parecer
en tu circunstancia de aquellos dos meses
ya paro porque no depende de mí
la vida es apostar
no rescato mi pena
porque si creo en un futuro
a tu santo lado
Creo en ti
no creo en el destino,
puedo mostrarte mi desespero
por el que jamás voy a perder
sin intentarlo
porque te amo y eres mía
Si no lo fueras te aplaudiría
me estoy consumiendo
y lo sabes.
Tiempo nacido
algún día retorcerán las flores
vivos amaneceres crepitantes
al mirar los astros
lejos veo mi cielo colgado
al trémulo desliz nacarado vuelvo
jinetes muertos se comen mi tiempo
un día caminaré por fuera
veré ajeno el dolor
me carcome el sentido
por el que colgar flores al viento
me enamoré de un espejismo
y hoy sólo siento frío
que juega naipes helados de mi sangre
diestro el viento se lleva lo que siento
telarañas ahogadas en tazas de café
sí esas que nunca tomé con ella
el paraíso de lo sentido
queda lejano como un iris sin vena
dulce cruel estampa
al invento deshojado,
abandonada la razón del periódico helado
queda el fuego vespertino
de todo aquello que duró
lo que el tiempo hace parpadeo
yermo terreno investido
por el que se descubre yerto mi pecho
en la penumbra desnudo mi sino vespertino
me caminan las soledades del hombre
como muertes de mi Encina
ya sólo quedan bailando mis tenues sueños
cogidos de la mano de flores
mi pecho ya cansado de abrirse
florece en ababoles de sangre
mi pulso lo caminan ilusiones
siempre se podrá estar peor
en mi sótano de luz cuelgo pensamientos
y nacen opacos colores
al atardecer de la suerte
brotan mis pesadillas asesinadas
hoy mi Sol agotado llama a las nubes
releven su acto
yo seguiré buscando la flor lejana
hasta tornarla más cercana que mi alma
que ilumine mi vida donde ya mis ilusiones
son un manto de caricias por entregar
como siempre me mantengo fiel a la luz
llamada esperanza.
Luz de virtud a mi encina deshojada,
es un sonido que avanza temblando
por acequias descolgadas del acto,
Encina mía dime qué hice
para perder tus hojas,
invento deslizado
mi dulce sangrado,
es por mi avenida
que la luz se adapta a la forma de la sombra
de su araña,
el oscuro camino renace y deslumbra
por hechos de bondad,
llama mi puerta un reflejo de quien fui,
no contesto yo, será otro camaleón
con mi nombre.
Mi cabalgada desventura
en el pecho de mujer que hiendes
es una solapa dura,
que se presta en manos
del aire y de los rosarios,
es un hospital un barco
donde intentaron curar mi cordura,
y no me retraigo,
traigo mis sepulcros etéreos
a zarpar venas de encaje,
de eternas piedras y voladuras,
que fea dibuja mi araña,
rajo y asomo por entre un horizonte tuerto,
las cofias de este milenario otoño,
ir y nacer,
si nacer partirse pudiera,
como la abeja tejer la miel ocurriera,
acabo de irme y no me he ido,
siguen mis corceles de viento jugando,
ríen mis dolores que se desnudan
por torres de líquidas palabras,
entre esmerilados lobos lunáticos
soplan las abejas sonado en Z mayor,
carcajadas serenas en esencia de flores ausentes,
traigo, que llevo a este viento
mi néctar profano del tiempo fusilado,
mi gato de arena maúlla en tejados sin techo ni teja,
cristales me empañan la visión
de nueva era
el tiempo siempre es el mismo
cambia sólo su contenido,
que es de bocas de grama el nido.
Blándeme en mitad del campo,
sólo allí que la encina enraíce mi carne,
el hinojo lata al son el tambor de sus flores,
la carrasca grite verdades del monte,
vereda quieta, enarbolada,
soledad disparada sin descanso,
sólo allí reinará mi alma,
en letras escritas en las hojas de vida,
las lindes teñirán de rojo y negro,
de tinta y sangre el resurgir del añil
aliento dibujado de toda vida en color,
del albor a la muerte en flor
se alzará mi latido con su amor.
Hálito silente
yo creo en ella
porque su piel demuestra
que los sueños se cumplen.
Volamos juntos al viento
como molinillo diente de león.
Hoy la vereda canta nuestra canción
dos corazones en un mismo latido unidos al unísono
Su carita que llama a la mía
de su cuerpo es mi caricia
por ella el piropo jamás escrito
solo desvelado en su oído
Sólo al viento le pido viento bonito
mantenme en su destino.
Que de lo vivido muerdo su corazoncito.
Weche tengo en mì la fuerza
escrita corriendo como puma gris
de sus Andes por sus campos
sus margaritas que mi te quiero
no sólo su nombre llevan e incitan
en caricia ella me quiere
del ababol a la verde espiga
Yo la quiero a ella mi margarita.
Renace en la piel,
en el albor sin conciencia,
hace más frío que antes
sentido muerto, caído
olvido yerto
raíz del ser
más callado que el invierno
avanza camina a voz
todo lo que he perdido
polvo de estrellas, hierro de océanos
piedra de montañas...
hazme recordar alas cansadas
cosas grises que te gustaba sentir
mi amada así sabes
horizontales que no puedo olvidar
ejes verticales de conciencia
sin dormir
danza la primavera del lugar
con mi soledad pintada
en la sangre de mis ojos
todo lo que veo teñido
la ilusión cae en gotas derramadas
cayendo congeladas
desnudo mi cuerpo en la penumbra
del segundo quieto
raíces comiendo mis venas
hojas de mi historia mustia, abatida
sentido muerto
viviendo por ver morir el momento
momentos atrás que cae el recuerdo
sin miedo, sin sentimiento
todo hirviendo
sólo este sarmiento de cuerpo
esperando que juzguen a su alma
libre de maldad
quién estará allí
quién vendrá a darme un camino que seguir
solo en la oscuridad
donde todo comienza
las sombras me reconfortan
y veo en luz mi vida
para encontrarte
algo que darte de dentro de mí.
Un amor rugiendo en la boca de la estrella.
Diestro del mar a la montaña,
visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas
cual caricia de su jardinero que las ama
el viento armado escala cual seco rayo
su sol enturbiado se paran las oraciones
hipsipila dejó su crisálida
en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales
recolectando toda simiente desde todo confín
al inerte sombrío albor,
mientras su fría luz crece y camina
sin franca tapia ni verja que detenga su escalar
vuela vaga la libélula para posarse en su hombro
recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte
que lleva que trae a su castillo olvidado
hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo
un reino se mantendría vivo
y no era el del humano ser
Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión
abarcando de la tierra a la lluvia
cual rayo cortado de Sol su cabello
los pájaros trinaban en su castillo
hipsipila siempre vivirá como invencible Sol.
Retina escarlata,
su ojo de niebla
y bruma que avanza
donde corta mi flor de luz
el sendero,
esposa del Sol al mirar
lumbre quieta, retina abierta
muerte final con comienzo
en alabado fin de existir
y quebrar el tiempo
conquistando el terreno.
Sangrando raíces que gritan,
aullando hojas al viento,
pintando su dispersión eterna
como sustento y cobijo
de toda vida
mecido del insecto al mamífero
desde el helecho
al alto árbol
hoy canto para ti
vida vegetal.
Mi caricia te sembrará
una y mil vidas más.
Fuego en el agua de su mirada
de los vientos auspiciada,
la ceniza consumía su carne
ardía sin mesura su compostura
naufragó valles y sus caricias
su bandera fue de su vena acequia
molinillos fugaces sus pestañas
de él se enamoraban las hadas
de ella la primavera entera
con cabellos del rayo de Sol nacidos
ojos de tierra sin lugar era bella
clamaba su voz la cima de la montaña
descendió abismos
para anclar su esencia en la belleza
que late y envuelve su huella
conquistada en miel
su ambrosía
gemía la caricia
para brotar altares de hueso
y murciélagos de sangre
lloraba piedras en sabiduría prendidas
la bondad alzaba en servicial entrega
su fuerza era de su amor hoguera
él lloraba flores para ella su amada
su verbo a veces tornaba carmín
en pétalos de silvestres rosas desangradas
su voz germinaba la tierra a su paso
el amor a la tierra no le detuvo
ni sostuvo en fracaso,
encontró con ella el amor
que le fue negado llorando espinas
y si sus abrojos nacieron no fue
más que para rajar el viento
difuminando el tiempo en estaca
de eternidad con fuente y manantial
anclado gozo en armonía
bailando de la mano y naciendo del alba
jamás capturada
pupila enfrentada
que mecía
que gritaba
siempre te amaré Valkyrja mía.
Umbrío, tibio,
al resguardo de voz habitada
serena, llena de luz
en este linde
donde corta mi sendero
y florece mi sombrero
al viento
ojos llenos de paz,
sendero atravesado
en árboles de sosiego
encontrados
en hálito congelado,
lumbre quieta se dibuja,
espino amarillo que clavas al guiño,
calor de mi calor,
cauce de mi sangre displicente
desde la montaña al valle
luce mi traje
para encontrarte
vestida de Sol y caléndula
mi bella Valkyrja
resplandor dorado
al trasluz de tu amor,
granate mi sed de tu cuello
al destape
mi río de calma y arrojo
en réquiem por la rajada tierra
en albor de la centella
colmando su belleza
donde mi carcoma quieta
mira y avanza
sintiéndose en armonía plena,
yo fumándome un cigarro
en la piedra de tu belleza,
quién te alzara voz
entre los campos en flor,
fuego de tu fuego sin mas razón,
ciprés que clama protección
para sus muertos que vela
tejo morador de siglos y cobijo,
ababol de versos de piel y abrojos,
desde la verde espiga
a la mora sin espina
y su zarza esquiva
hoy te veo como eres
y perdona
me apasiona
ser guerrero de nuestra luz
donde avanza mi quimera
y mi pasión poseerte entera.
Quieto silencio investido
doblado en el filo de la hoja
ese umbral que corta mi calma
avanza en un sentido
rápido, veloz el resguardo de tu
amada voz
encontrada cercana
donde estática enhebra la silente parca
fluye de un confín a otro confín
yendo mi barca atravesando el brillo
al compás del sí bemol mi traslúcido pío
y su suplicio en la carcoma
que recorre mi horizonte
infinito pintado en el borde de la ola
en la espiral de la araña y su tela
la flor de difunto abre su luz
al resplandor del cielo
que cae emplomado
Se corta mi alma para aullar
en la centella
quemándose en su hoguera
hoy el viento lleva nuestro nombre
mi árbol será sentido
en cada flor de niebla
la bruma su color gris dejará
en este jardín de mundo viví
para sembrar mi aliento
que cayó como tierra en el viento.
Claman verdades de la tierra
por nacer y resurgir
el eterno ciclo de la vida, muerte
y resurrección de la simiente al albor
de sangre sin condición
yo soy por siempre
Así como dura sonrisa y guiño
al azar de la existencia
efímera esencia
apellido y nombre que nada representa
como resplandor de la centella
cargo el silencio y el infinito de mi verbo
resopló en la montaña sin nombre
de mi tierra que jamás tuvo dueño
latido sin final
agua de manantial
va girando mi vida por enrraizar
yo soy siempre
el eterno comienzo sin final
aullido del viento
hoguera crepitando la tierra del volcán
Río que acaba y resurje del mar
ese soy yo por despertar.
Hoy las fuentes bullen
los ríos desbordan
las vidas dejan sus grises
de invierno y sonrien
al alba de la lluvia
que toda vida mece
sal al jardín ayer sembré mis ojos
esperando que la tierra fuese sangre
las raíces mi boca
y la planta mi cuerpo
para con longevidad imperial
llegado el momento
decir de este jardín yo no he muerto.
Mariposa nocturna,
amiga de las noches
que escapadas revolotean en las luces,
mariposa blanca, blanca nube, blanca muerte,
cristalino rastro,
polvo de estrellas,
Transmigración de las almas,
Vuela mi conciencia,
descansa y juega con mi luz,
esta noche mi alma es tuya
blanca dama alada,
avoca tu perdición en mi sendero,
olvida tu atracción lumínica,
las estrellas nunca se pueden alcanzar
bonita ni la luz capturar.
Canto carraspeado, estirando el calor
por surcos y grietas de un rayo solar,
termómetro yerto, estirado
de todo espíritu muerto,
rejón de grados tu cuerda de cigarra,
cada simple vida de la nota sujetas,
por un campo que haces tuyo cantando,
que necesitaste medio siglo
para florecer en voz,
al viento que te dio garra
y cimitarra,
tu libertad es incuestionable,
agarrada a un profundo horizonte,
cuando el astro rey hierve,
tu crascitas el canto de día
porque la noche te puede,
para el relevo del único grillo
que afila el cuchillo del silencio
su fiel gemido sin nombre ni reino.
Armazón de quitina, acorazado
capaz de avanzar con sus patas, guardando alas,
escarabajo de todo ámbito y lugar,
tan variado como único al mirar,
desde la flor al desván,
tu voraz fauce desde el árbol a la flor,
desde el desecho al coraje vivo,
suerte desde el descender de tu larva
al evanescer de tu metamorfosis,
azar profuso reconocido en belleza de tu carcasa,
vida de calma y pulcritud,
apetito que no cesa,
muerte que no detiene,
ni elemento ni realidad que no ocupes
del reino animal
Rey insecto desde Egipto a Castilla
con su gorgojo de la encina,
desde un continente a ningún lugar
donde no se encuentre tu nombre de Escarabajo.
Cuatro riendas aladas
un mundo asesino de ojos,
corazón en pareja,
planear infinito por umbrales de luz y agua,
un reposo de la noche en un ser vivo,
colores de osadía por los que la belleza pinta tu cuerpo,
caballito del diablo,
libélula zigzagueante en esfera de mandíbula
espuela infernal del ser que acechas,
mensajero del cielo,
astilla con alas de la puerta que abre la vida.
Ambrosía de ser vivo sagrado,
oficios y tareas consumados,
albañil efímero tu dicha de genes elaborados,
quién a ti te osase,
tu esencia tu labor de escuela,
miel de tu panal donde forjas hermandad con la Flor,
tu tejer de los campos recogiendo,
siendo supervivencia de casi toda planta
tu legado Hymenóptera familia
tanto depredadores como recolectores
abeja que ante el peligro osas quitar tu vida,
en defensa de lo que amas.
Reina araña de esta tierra de conejos,
ocho patas acecho de los campos,
maternal hasta llevar tu prole en el lomo,
araña lobo capaz de enfrentarse
con el alacrán y siempre ganar,
al acecho desde tu madriguera,
un hoyo donde vivir a la espera del despistado,
tranquilidad serena te sujeta por ser de tierra
tarántula lycosa lycosa.
Danza mi alvéo una sonatina
de hormigas famélicas
quieren alimentar a sus reinas aladas,
con semillas danzarinas
en busca de su nueva vida,
yo margarita quiero mi vida contigo,
para alimentar tu alma con versos,
nacidos del fuego en fundición de verbos,
recorro tu existencia
de la que soy tu hormiga león
del signo que me vió nacer,
la constelación del cisne,
quiero que sientas orgullo
de que soy tu hombre
asi no te dé un libro
te doy sangre para que escribas trece,
has demostrado belleza por tu fuente,
me verás eclosionar de mi etérea crisálida,
mi motivo para escribir a la naturaleza
descubrirás porque soy animal de verdad.
Muerte disimulada, hasta detener tus funciones vitales,
antiguo ser en evolución detenida de insectos primeros,
ágil correteas mis pensamientos,
muerdes mi azúcar desvelada, habitante de las sobras de
cocina,
habitante donde haya humedad,
como un río que habitas corriendo,
como lepisma pececillo de plata,
tu longevidad mayor que la de un gato,
destello de que lo tuyo es perpetuo.
Temblor un hechizo de sangre,
un color, un elevado suplicio,
desliza, recorre un abismo de plata
y nácar, gime el tiempo descalzo
por avenidas estampadas en espadas,
tiempo sujeto en eje etéreo,
carcomido en hiel,
suspiro trémulo avanza, yerra, se encuentra,
en boca de dragón recto, displicente,
llama en hielo de compás,
por el que abandonar todo menos la fuerza
que guía, dirige todo azar de vida y contrario,
el encuentro acelerado para encontrar
fuego en el agua de la mar,
dentro de tus ojos,
dentro de mi cabeza un gato negro
sí el mío,
pasea tu desvelo
como el color de mi suplicio
en yerta madre de todo
como este guerrero de la luz sabe
que sin ella nada existiera,
yo paseo ciudades que negrean,
y humean fósiles del intra-terrestre
astro soslayado y apagado
que pisamos desde memoria
y razón cabalgada.
Jinetes del tiempo muertos caen
en este horizonte sediento
piel con piel,
beso con beso
nace un verso.
Me reuní con aquella lombriz boca gris
si quería yo saber de mi devenir
contesté yo que sujeto al destino estaba,
yo que indomable y sumiso amo mi camino,
sí mañana voy allí donde dices,
a la tierra que todo es libre
y me despedí.
Tras aquella razón que di
a aquel ser.
Yo amo mi condena y a mí sería
al que tendrían que pagar para quitármela
sin mi sufrimiento no sería quien soy
y sí señor sé quien soy,
tú sigue tu rol tejido feliz
y déjame tranquilo es mi sino
ser atípico
lejos de andar de flor en flor
cultivo cada flor
y a sí elevado amor
asido al rojo horizonte
por conquistar y mi color llevar,
hablo con mis pensamientos
de más allá y otro lado,
orilla por llegar
allí sombras y saetas
alcanzan a deslumbrar
cuando hipsipila nació
el ojo de este vampiro
bien contemplándolo estaba.
Abro las puertas de mi mente
hacia desembocaduras heladas,
y tierras del hielo donde todo acaba,
una sonrisa congelada con una llave de hielo
en mis manos, es sólo un recorrido,
todo empieza,
tu vida hoy no es lejana,
ni esta tristeza es del alma,
hoy mi sangre se derrama
floreciendo la amapola de tu cuerpo,
ese por el que siempre pierdo,
¿cómo de helada mi vida?
descansa en las compuertas del ayer,
nada se cierra la muerte está lanzada,
escapa de sus redes tejidas,
mis pensamientos se hacen contigo,
latidos de lágrima descongelada,
muy bonito, muy bello,
un paraíso lejano oscuro,
navega mi barca de una orilla
a su confín de despedida,
aciago témpano donde florece el viento,
por un trino hasta el crepitar del sonido,
una danza de hojas de otoño,
un suspiro de cobre,
tu cabello que me electrifica mi tacto,
soy fuerte sin alabastro
soy fuerte sin noche de azabache
soy fuerte por la memoria del invierno,
que se acurruca en tiempo eterno,
ventana reflejo de máscara.
mentiras de que estás viva sombra de Eva,
granate de tu mirada,
sangre de fresno con tus cenizas,
muerte te beberé entera
para que abandones mi botella,
pudo decir todo y se quedó en lo hondo
como cigarra que tarda cuarenta años
en dejar de ser larva.
Un reposo de luz,
una mandíbula sigilosa
de ojos enigmáticos
las criaturas de la noche
meras fauces del sigilo lumínico,
en luna de runas,
en bosques de la sombra,
como abanicos de oscuridad,
abocada a silenciosos instintos,
es por ellas que el infierno es una caricia
si la perdición la porta la vida,
un granate sanguíneo,
un evanescer de la sed,
oculta por rincones del alba,
en la cruz que cada ser vivo zozobra
con su destino,
es por el Sol que el mundo se amansa,
abriendo supervivencia
en grito nocturno,
a lo largo de los tiempos,
un carnívoro suplicio de las estrellas,
una vorágine en su gala mayor,
un apetito feroz,
un descender de la carne en ojos de nácar,
es por lo oculto que se descubre
el devenir del destino inerte,
y mi azar difuso de la sangre.
Gime mi astilla,
en pulcritud de clavos,
versados yunques de mi estío,
mi casa es el viento,
la sangre mi electricidad,
qué puedo decir,
qué puedo hacer,
tuerca de mi piel,
para encontrar placer,
y que el grillo afile su violín,
en este calor silencioso
por el que volverme sudor
en tu cuerpo de mujer,
seguiré cantando en la tubería
de tu sien.
Una vida que no fue mía
porque la llevo a cuestas,
deslumbrando osadías
noches negras,
de cabezas de cerilla,
y humo de tabaco del diablo,
quizás mi único amigo se llama Lucifer,
por eso estoy digno
porque siempre responde
sin necesitar hacerle reclamo ni oración,
aplico la ley del ojo por ojo y abrojo por abrojo,
satisfecho sí porque tengo un tesoro,
digno como el plomo
de balín que disparar,
así es mi palabra,
una imagen a cuestas de otra imagen,
telarañas para atrapar,
voy a leer poetas yertos como Gerardo Diego
a ver que me imprimen, permiso.
Yo pensaba en mis cinceles,
para estampar mis versos,
fumándome mis pensamientos,
en alcobas vacías de invierno,
siendo una claridad de estrella
y sus rayos altos, profundos, ondulados,
mi otoño de hojas derramadas,
mi primavera que nunca se fue
porque siempre vuelve, gracias Pablo Neruda,
mi fronda sin quiosco amado,
una torre honda, parca, de silvestre azada,
para volar no hace falta lanzarse por la ventana
como hice,
un azar iluso se viste de redención,
por la onda de tu voz,
por el cuchillo de mi hoz,
mi profecía de una borrasca nacerá como alta nube,
que una nube es colchón de la luna,
por eso el viento es mi padre,
fumaré mis abrojos versados,
llegando entre valles de azores
y ríos dulces,
un verde militar de ciprés,
el color de mi sonrisa,
alzada entre los mortales,
mi topo único llamado mesías,
de evanescentes sandalias,
cima tras cima encuentro la sombra,
hasta anclarme a su lágrima de malva.
no sé acabar tendré que volver a empezar,
mi estandarte de arte que prefiero cerrado
como lumbre en horno de mi suerte,
es por mi mente que a veces demente
a veces único hombre,
una espiral que corre y se mece.
Retiemblo el ojal del cielo,
por la lluvia desnuda en trasparente,
deslizado iris del azul,
rendida en plenitud
reposando en tejados
la fábrica teje en mi trastero
una vida en avenida de soles
sin ser color ni artificio de viento
su humo,
quiere ser materia de alambre
que retuerce da forma
porque por eso es imagen
por adoptar forma profusa,
como una caracola que sin casa
sólo sería al menos babosa
de pleamar,
sonar en el seno de la ola es vital
para esta vida que sujeto,
ya no me llenan astros
ni medias tintas de vanguardia,
estoy aquí para latir ante ustedes abrojos,
mis hijos creados,
os enterrarán en el olvido,
ojos incautos,
yo seré el último en osadía
que daré mi sangre por vosotros,
protegerme de soberbia
porque a veces me creo poseedor de la astilla única,
otras más desnudo que la transparencia,
ser jauría de cristales,
de que gané al aliento impersonal
de las gentes,
estoy aquí para desfallecer,
hundirme y crearme de la nada,
soy vuestro recipiente colmando el alma
con el Dionisio de la palabra,
mi espiral única y sagrada
como pescadilla que se muerde la cola
llamada arte,
sólo mi fulgente fuente
por mis simientes
por las que sembrar mi aliento
en cada tierra,
hasta que golondrinas me eternicen,
hasta que los truenos sean mi romántica muerte,
y el pájaro único lleve mi canto,
por sierras de amaranto,
por lozanías,
y ojos sin pueblo,
ojos sin ser más que tiempo
de eternidad conquistada,
hasta que me recuerde el siglo
que tuve mente para ser alguien.
Tenías un abanico que el viento presionaba
tu horizonte bello de miras como es tu cara
modelada de la arcilla, esa por la que soy alfarero al
besarte,
me rindió tu valle enamorando la tez de mi torso
crepitando en mi caballo soñando que tu fondo se podía
alcanzar, colmar para ser carne con carne,
una historia interminable un voy que vengo y me quedo,
sin prisa el cielo cayó en tus pestañas sumisas,
yo sostengo la sombra de Caín con mi cuerpo,
porque nos contaron la historia del revés,
las semillas en ofrenda ganaron al cordero,
porque lo más sencillo es más bello que lo complejo,
porque la agricultura es sangre de esfuerzo,
el pastoreo un mero paseo,
hoy las auroras descansan en tus pupilas,
por las que el cielo es azul y el bosque verde,
en tu ser retorcías mi saliva como fuente inagotable,
por silos de nuestra lengua,
hoy fue el brotar de una espina honda,
en mil espinas erizadas que la piel sostienen,
tus caricias fueron sentidas como dulces mariposas
desveladas, el viento un quehacer del firmamento,
es tu cuerpo mujer más que mi suspiro despierto,
un éxtasis en ambrosía de panales,
mi montaña febril fue derrumbada,
en caos por quien fue la existencia de esa montaña,
no quise ser tan grande pero aquella montaña que fui.
brilla por otras cualidades,
mi corazón desvalido has revivido,
hoy no siento soledad fría,
porque me has hecho tan feliz que me gusta mi propia
compañía,
ya que jamás deseo lo que no tengo y mi vida entrego
a las tres hilanderas del destino,
eres todo lo que alcancé a soñar
y que en ti descubrí.
eres de mí como soy de ti,
al igual que rayo de la tormenta
tú eres mi nube bella,
tantas cosas que quisiera ser
que soy yo mismo para darte mi esencia
en atisbo de nácar, en cristal perfecto
ese por el que eres medio reflejo de todo lo que amo,
como un aullido y jauría cazando en tu cuerpo.
Seguiré cantando al mar de tierra
como la cigarra primera,
todas las veces que me mataron
renaci con más fuerza que un titán
para que jamás me pisen las rosas del alba,
porque este guerrero está en esta tierra
de marionetas para ser libre seguir sufriendo
y aprendiendo desvalijando el tiempo
que en sus ojos latía tristeza,
áspera su vida de añoranza
jamás partió su pecho la desesperanza
si lo hizo fue para reconstruirse de sus pedazos,
así como fuegos de fanales lumbres
quemaban burdas sin razones,
por un corcel de viento
cabalgaba su sentimiento,
por venas razones para levantarse
y seguir luchando,
a lomos de su lobo ártico,
no te venzas,
quien muere guerrero,
vuelve a nacer guerrero
y así seguirá siendo.
Un palmo de tierra ,
millones de bestias bailando,
un festín de sus cuerpos embrutecidos,
riendo mi lobo emplomado,
por si su luna bajaba acariciarle,
famélico mi río de espuma,
cabecea , acorta y dirige
mi piel de cobre,
con su néctar que manadas desean,
mi torso que no se afligía
ni el mármol vencía,
como una torre mi estatua era,
a la altura que sobrecogía mi alma,
era sólo una mi calma ,
con panales de las abejas
de sus caminos,
transeúntes polvorientos de los campos,
recto este cuervo
contra el mal hacer de la lombriz,
la esencia no cambia
así que seguiré escribiendo
tan mal como empecé,
no lo creo
creo que el alma es un recipiente
que hay que completar con belleza
y sabiduría,
el pan de mi día,
que burdos no alcanzan,
mis ojos amansan,
al tránsito veloz de mi fantasma,
mis techos plasma,
con la seriedad de una balanza,
se colapsa mi esperanza,
por oscuros lindes desvalidos
y sus azucenas amarillas de la tarde,
en un cofre descansa, reposa
lo que sobró de mi vida lastimosa,
como un maullido sin gato,
nació, caminó mi estatua
era mi suerte empedernida.
Entra a mi registro, mi sombra huye complaciente,
es un son y su carcelero mimbre del sueño,
un alambre guardia de mi canción que se cuelga
por techos de humo, por caballitos del diablo vivos,
es quizá un septiembre que empiezo a deslizarlo por mis
ojales,
un rastro en cal viva aullentada en sosa caústica,
era quizás mi vida un sobre de estampas reflejos de unas
imágenes,
quizás solo soy todo lo que veo,
un cuarto de este trastero un cobre de este viento,
con mi canasta de limones destrenzo un mundo entero,
para acompañar a mi flor, que no sienta sola su alma
quieta,
por todo el que estampa su sangre en vena,
por el grito fugaz, pasajero de un segundo y su
desespero,
sigo tejiendo al filo del ladrillo,
una casa sin caseta un tejado sin cielo,
qué más pues una lluvia en este estiaje,
residente de mi ciruela soy,
con corazón de melocotón y lo siento
por el que no le guste la fruta,
pepinillos del diablo me estallan en la razón,
un desvelado canto siniestro por mi amor,
ese que envuelto avanza hasta quemar mi sinrazón,
hasta llenar la despensa de esta hormiga león,
florecían mis dolores en mis sienes
sí esos dolores míos que se querían
como rosas violadas desnudándose
buscando las espinas de sus ramas,
era un patio de gramas una red que teje mi sangre,
mis dolores que se querían como jóvenes muchachas,
al encuentro de sus navegantes sin mar ni cielo,
era mi destino más que un navío,
de pertrechos y azares de pesca,
era como un iris que se eclipsaba,
y lanzaba su ballesta a ciegas,
es un tejo que vive lejos
como la fuente de su álamo,
quise preguntar a mi suerte si existía,
si era real y verdadera,
y me contestó que existía
según como la vieran los ojos
de quien la tuviera.
Suavizas mi baja mar,
entre corales de mi cuerpo tu cuerpo,
un erizo de mar camina serio,
es el azogue de marea alta,
un vestido te hice con una caracola,
por si acaso llegase mi sombra y mi ola,
hola cómo estás te pregunta al zarpar
mi navío fugaz,en tu profundidad desvalido,
viene con una nécora de mi cabeza,
a elevar su ancla, a sembrarse de viento
sí esa su vela, que ya no será más ojera,
es una hacienda diagnosticada herencia
que entona en cal y arena
la estrofa, goteante qui est la de mare,
un diente de león se asoma
por el paseo marítimo de los navegantes de las tierras,
cruzando tu abanico con caricias del alba,
esa tan preciosa que de bella plañía aureolas,
venga que vinieras, vaya que te quedes,
y vuelvas verdes mis tardes grises,
esta sí esta no ardiente tu velo de corazón,
que sí alcanzo y si hasta allí llego
pregunto si puedo beber un beso tuyo
para hacerlo mío,
lo siento pero sonrío.
Por ti crascita mi voz un día desempolvado,
que el cuervo me ungió la entraña,
oscura de negra onda pitanza corva,
es por este ser que se abre mi ala de noche,
un día mal parado,
a solas con mi endeble osadía,
Siempre, un pico de grajo rehúye,
mi cruel infortunio concebido,
nunca la vida que he tenido ha podido
esconder, escarbar un plenilunio,
mi pensamiento que sea hueso esta vez,
de azar desvelado, profusa mente,
destino de su color de ala,
por mi siembra que trascienda mi araña,
que genere dicha enmarcada,
no un funesto desapego,
quise ser siempre, el cuervo mi ser aliente
porque fui nunca por siempre,
imita, dirige la senda que antaño fue mía,
un corvo destello,
en rastro de azabache,
áspera templanza cruel la disonancia
que te llena en alabanza,
pobre mi despedida porque no existe,
brota mi día que sin querer encendiste,
no tengo elección, me queda una ilusión
llena en borbotón de esperanza,
se llama Gracias.
Gracias a ti que la pena bebiste
de mi vena socavada honda,
en acequia que mi sangre lleva,
pudo ser hoy el día más feliz que sentí,
miré mi soledad zarpada
en compañía del río,
y sólo sentí alegría,
sólo dije el mundo se hundirá
cuando el color oscuro
me impida pensar
por no tener hálito ni humor
y este río seguirá navegando sin final
tuve más que su agua que me forma
tuve su idea y mi ser se alza
para saltar su montaña
de todo quien que le quiera ver hundido,
exclama un buen grito:
- YO SOY LIBRE.
Resplandece, se afila en solapa
era un brillo, una incesante gota,
que destrenzaba el silencio de sus manos,
solo quizás quiso ser más
que una gota de luz,
Infinito se llama nada ,
es un océano donde navega
un vacío completo por auroras,
no quiere soles ni lunas,
ni ser reflejo de nada conocido,
es un grito sin voz,
un desvellonado canto de oscuridad,
una exposición fulgente al camino
de quien lo llamó como su contrario
Todo, el vacío es un infinito la nada
es más que una sombra de la materia,
de ese otro infinito repleto,
me hiela la idea haberlo dicho todo,
por también pensar que no dije nada,
el frio de este Sol me abrasa la conciencia,
me queda este viento para expandirme,
y ser obtuso corcel sin sangre por pena,
fue como cavar una sepultura,
sí a este mar que nunca muere
sólo crece, con profuso horizonte,
un pensamiento se alzaba como simiente,
es mi suerte un azar de azares,
estoy casi trinando por sentir mi vida
completa lleno su recipiente sin tristeza
seca que ya no porta mi sangre,
estoy dichoso, consumado mi gozo
del hielo de mi desvelo por ser
momentáneamente feliz como las lombrices
que caminan, a ver quién pueda contagiarlo.
Hora superflua era ella,
era la madrugada,
como fiel desquicia
que avanzaba lenta
a cansar los ojos de quien la viera,
comiendo sus mieses,
por delantera,
sí esas mieses
que no brotan en profundas espinas
del día, necesitan el remanso de los ojos cansados,
durmientes que las vean con su corazón,
y los grises no serán verdes,
ni azules, ni blancos
donde el sueño escapa en elevados sones,
en caricia del minuto,
el descanso de su paréntesis,
una noche que me cuelga las ramas,
una despedida del mirar voraz,
hoy mi infinita calma mieles,
orando yo porque no despierte su lobo
que me odia que solo destapa mi dolor,
no perdona aquel día que el vacío fue altura,
y viene a devorar lo cosechado
diciendo que es un derroche de mi tiempo,
yo le contesto que mi vida es del ser que la lleva,
y así lleve sin privacidad
desde que inventaron el internet,
el que se tiene que perdonar soy yo.
Fuelle del viento,
irascible, despojado,
del alambre crepitante,
es del hombre este difuso cielo,
me levanté y fui a saludar
a mi Sol.
Le pregunté si su luz
quemaba más al mirar
que en su época que lucía más vertical,
si esa luz no quemara jugaría con ella
en mis ojos,
que hoy lucen
como fuentes desvalidas
de mis lentes,
un marco, un hartazgo del mirar,
lo que sólo se siente,
aquello que mi flor brilló,
por ser yo abeja,
un irisado cristal del viento,
un devenir que quiere estrellarse,
un sentido de fuego,
por nacer de la tierra de fuego,
ser mensaje liminal
lo siento porque la palabra acabo de crearla,
la colina será inmortal mina,
pariente del destello de este hierro,
y la meseta que quema se ahoga
con mi siembra del mañana fabricado,
los elementos contando la magia son seis
dispuestos, la cumbre de mi grillo,
Padre que me protege,
de cigarras que no cantan con motivo
creación que me labra la idea,
diré con impetuosa fama:
De la montaña, al valle de niebla,
pasando por ríos dulces de aurora,
ella es tu DIOSA es belleza es lluvia,
lluvia de corazón plubia amôris,
flagrando su eterna consecuencia,
de ser libre y silvestre como las aguas.
No me cansé pero tengo que terminar
lo que empecé, un beso al ayer
un erizar de mi piel.
Veleidoso afirmo que es de la piel
un precipicio, un acústico canto,
un soñar que la era, era primavera,
firme en su escalafón,
el miedo no le acompasó,
de él dijeron que quiso comprender
el amor por un tiempo de grillos,
que le vio desfallecer
en su tijera y en su espejo,
retornó la caricia al hielo,
un profuso momento,
y abrió su corazón por el sentir
de su esquilmado caparazón,
no quiso ser babosa ni caracol,
sólo elevarse por encima de lo mortal,
elevado al hueso de lo que avanza sin permiso,
el son se abría para destapar su cambio,
de allegado remanso que caía difuminado,
embelesado, por todas las palabras como colores,
por mis venas razones que recuerda esta escarcha
de verano brillando el Sol arriba,
el interrogante seguirá siendo interrogante,
porque el miedo es el único resquicio que paraliza,
es una carpa en tierra y su respiro,
es un abismo para soñar,
que tenía el poder de tornar fuego su mirar,
lo mejor que de los sueños no se puede vivir,
o sí, porque soy escritor, o llevo doce años
intentando serlo,
el tiempo no se construyó para abandonar
a primera de cambio y soñó la primavera,
que era una ventana abierta,
por todo lo que marchó y quedó el recuerdo
de que llegó ojalá recuerde mi flor,
que no tengo vergüenza y el miedo no me frena,
por ser mal consejero sólo quise no incomodar,
y mi eterna duda ganó
por considerarme peor que el silencio,
y andar con mi autoestima tirada
durmiendo en el colchón del tiempo.
Que como no es mío te lo regalo entero.
Resoplo
en un horizonte de verbos,
una sábana
donde yace aquel sin nombre,
como desmembramiento de soles,
y sus cabañas del cielo,
un sueño precipitado,
cae desplomado
sus imágenes consumieron
comiendo su adentro,
hasta ser al menos recuerdo
que fue sueño,
gracias por abandonarme,
ya no queda prendido horizonte
ni tu ser asido,
queda mi seca soledad
como siempre,
y siempre fue y es vacío
que me enerva,
estoy preparado
para entrar a la oscuridad
y allí buscar a mi alma,
vendré de allí
como un rescoldo de quien fui,
resumen de lo vivido
este mundo es una ilusión
que sólo trata de cambiarte,
seguiré consumiendo mi vela a la luna,
alzaré mi espada
para ver si el viento canta,
estaré afilado
con mi madre luz,
esposa del Creador Universal.
Mañana será epitafio sin nombre,
una deidad vaporosa en alambre,
una alta ojera de nácar caerá
por el descendido horizonte del hombre,
será su suerte una llama sin aurora,
flama de inmortal discordia,
un beso atrapado en etérea yacija,
un granate verso inconcluso
que encadena la vida de quien la lleva,
hombre al menos por tener valor de ser hombre,
poema sí por tener imágenes para bastar a la belleza,
para hacer lo diminuto gigante,
y lo gigante magia de silencio,
es un aliento, un hálito y un verbo,
una tijereta en esta ciruela,
donde se derrama la idea,
mas si no alcanzas a dar impresión de belleza
jamás serás poeta,
serás narrador de tus diarios
de insulsa existencia sin afán superior
que no sea lamer tu conciencia,
de este nicho traigo la lombriz,
estaba en su tierra recogidita, feliz ella,
aquí en esta tierra sembré mi verso,
esperando que se abra
y sea inmortalidad de alta esfera trenzada,
por quien la sostiene sea quizás eso
una deidad con nombre.
Felicidad, el producto ha de ser creado,
creado para el consumo,
consumo es la marca de esta civilización,
producto basado en caducidad,
felicidad de venta en cadena,
estado mental basado en el material,
producir sueños e ilusiones,
esperanzas embotelladas con código de barras,
la alegría visual sea principio
de nuestro chip que incorporamos,
todo lo pensado que sea proceso de construcción,
atención nueva era está comenzando,
somos encargados de construir el futuro
sobre pasado de torres de humo,
el mañana abrirá al nuevo humano
llamado consumismo,
un abrir de sus manos en declive de su mente,
nosotros somos avance de la civilización,
nosotros somos herramienta
que lleva éxito en la mano de quien la lleva.
La revolución ha comenzado.
Nueva era para el mañana fabricado.
Avanza mansa
una hontana
de gramas frescas,
deshilacha al durmiente hombre,
se retira mece y avanza
su calvero expuesto
de su semblanza,
una dama cual blanca cierva
bebía, bebía del vientre
que emana la fuente,
plañía un ababol solitario
del camino, que la rambla sigue,
fiel, duro testimonio sacude
su cuchillo calizo,
huye, huye el tábano por el monte
buscando algún depósito de sangre,
el brezo se apoderó limpio
de un raspado testimonio
la tierra devora lo que es de ella
para ser mi sangre
su eterna ofrenda,
por descampados fugaces
corría mi alma,
como fiel testerazo de hombre,
la espiga rendida,
saludaba a la oliva,
siendo del viento
esta fiel niña
que nunca descubre a quien pasa,
sólo, solo ante ti
me acuerdo de la primavera,
me levanta un sol helado de verano,
para ser mi hoguera
una fuente niña
que desliza, siente, y no consume
mis labios de pradera,
siendo este pasto
mi infinito remanso,
que me habla de la ceniza del fresno,
de la nieve del álamo,
de la sombra de esta abeja,
y su testimonio deja,
entre almendros con sabor a metal,
y encinas sin gorrino,
hoy avanzo el barbecho
para enfrentar mi sino,
a ver si contesta
la brava dama lluvia
que es Dios.
Un charco gris,
un cielo rojo,
coagula mi fuente por destellos del alba,
se anuda el quejido de la montaña,
un sapo de oro y tierra
avanza entre olivos de azúcar,
vicisitud labrada,
sí allí en el charco gris,
y en el cielo rojo,
es un cangrejo de río esta hábil tenaza,
prosigue, avanza, en escarpia helada,
a veces roto, a veces nuevo,
este iris que me gobierna,
pregunta a mis ojos de duende,
si su dolor fue pasajero,
hinca tu sombra en mi sombra,
arrástrame la vida,
es como una espiga,
es más fugaz que una despedida,
abre la puerta del negro lirio,
susurra a este viento todo lo que siento,
aquí y ahora que mi cuclillo descansa,
yedras de esta maceta que se acicalan,
es un túnel y una mina,
una desgañitada caricia,
hijo de la tormenta,
canta el rayo,
acaso me ves muerto,
yo soy el encargado de abrir la compuerta
para regar el tiempo,
no busques más en mi aliento vago,
porque no sirvo más que a mi alma,
así me cueste la espada,
seguiré en pie en esta azada.
Resoplo agravios y señales,
beso tus dedos suaves,
me fio de la caléndula descendiente del astro
y de su razón, es una tierra y abre un son,
por solares mansos se acicala mi espera,
que no es del tiempo si no esfera,
en blanca ala rota,
afila sus dientes con quejidos
de estrella y la solar yaga que quema
transeúntes y sus cuerpos de carcoma,
todo quedó dicho falta reverdecer el dicho,
y que suene quebrada mi pianola,
es por mí es por ti que las vidas hacen cola,
despropósitos comerciantes en lengua de barro,
es un grillo que se mudó y vive cerca,
es un iris torrencial
en esquela de una nube,
salta, salta, salta ahoga la bruma,
detén el párpado de la luna,
el miedo no se construyó para el humano,
por eso tantas guerras,
soldados que temen a la falta de armas,
las máquinas se crearon para cercenar el sudor,
hoy no se hizo para el ayer,
ni la luz para dar oscuridad,
salta, salta, salta, quema tu vida
porque jamás volverá a ser altura,
entonces no saltes porque tienes que aceptar
que no vivirás mejor que cuando querías saltar,
este fuego de dolor vive, asalta cada vida,
como que te has creído que no vas a seguir sufriendo,
diestro empeño de herramienta difusa,
puedes verlo jamás tendrás valor para luchar por tus
sueños,
me retiro cansado a mi nicho
para al siguiente alba,
luchar para abandonar este bicho.
Cal y son de tambores de tierra
en litio que lleva una palabra desmembrada,
este cielo de tijera abandona su espera dorada,
para ser del viento su última sierra,
enjutada siega de la emoción sembrada,
es del hierro la fanal abeja,
con flor de eterna, deslizada que hiela,
un trance de carnal estrella labrada,
un linde quieto, vida en su huella, y solar llama que yerra
yaga de terreno dolido que la lluvia deja herida,
sangrando, des-naciendo, borrándose, jamás cierra,
suena mi miseria entre azares difusos,
de agua y vino quedan obtusos, patidifusos,
lobo de hierro alzándose desde mi entraña,
vestida en cal y arena, el despertar de su tela,
un álamo que vive lejos, una acequia que me riega,
siendo del infierno en tierra su inmortal vela.
Tejido horizonte en mar de soles,
un irisado de grillos sacudiendo nocturnas ilusiones,
es del viento el cante de mi piel y su vello erizo,
del campo este cadillo que miente deliberadamente,
para ser el río un océano a lomos de nube,
es por ti que mi libélula ya no es caballito de otro,
la amapola común no dejará de ser sangre de tierra,
así se abra esta quemada por el estío,
renacerá, volverá a brotar cada primavera,
que la flor goza entera,
dicha y gozo de este duende en su mirar,
una casa pintada por habitar, que tu sombra y la mía
retocen por juntarse porque no te voy a abandonar,
mis yedras del alba recorrerán el muro
en vertical gancho por alcanzar la estrella y su amante.
Son mis abrojos renaciendo, y sus maullidos de pájaro,
es una luna profeta cuando mi ser reverbera,
no hay mal flor que no me haga más fuerte,
ni alambre rizado que no desdoble mi suerte,
en esta noble rambla el verso encuentro
con sabor a metal,
y su profecía en verde militar,
por mi ciprés valiente es que bulle, se decide
el inframundo de los amores,
llorándome azabaches en galas mayores,
sí esas que desnudas sus niñas
alzan a esta fuente-mina,
vítores de semblanza y áspera añoranza
de blanca y profunda sien,
jamás podrás mentir dentro de mis ojos de tierra.
Aguzaré en ramas de viento,
la solaz yaga de mi intelecto,
atravesaré con mi plomo,
cada siembra que mi ser derrama,
hasta volverla metal noble
de postrero envejecimiento,
quiero la apreciación
quiero la insignia
de este mundo que escapa
que huidizo deletrea
su énfasis de costumbre cómoda,
yo no soy de ojos cualquiera,
así el fuego me resquebraja
la hoz y el martillo
clavado en la esencia del pueblo,
no tengo superior ni inferior ni igual,
debate mi Dios entre las sombras,
si dotar a mi esfera de un poder que convenza,
y consuma en retina ajena,
siglos dormidos de fuste y escarchas de parpadeos,
no nací para este social mundo,
podéis quedároslo,
mis pensamientos ojalá
algún día solo le importen a mi vida,
y la boca de los seres cierre
y abra sólo la Sabiduría
que tierna, yerma y estática
avanza entre torres de tierra de las que vengo,
los juicios todos queden vanos sin ella,
esta es mi vida que me sujeta,
que vence y plena
desangra de la estrella su pestaña,
un soliloquio que hablo solo,
y sí mundo de cabezas de grama
estoy satisfecho
porque amo mi destino,
que si nazco no le cambio,
a la bastarda opinión decrezco,
cuál el ojo único,
cuál el listón que tumbar,
se siente si le gusta a mi Narciso
es mi poema perfecto,
tenga el fuste y de belleza inciso,
cabalgar mi estaca porque valgo,
no como vosotros que miráis
únicamente lo que tengo,
tengo esta vida esta pluma de tinta infinita,
y haber quién me alcanza,
quien detiene mi latido de sangre y tierra,
que seguirá escribiendo hasta que muera,
ser mejor que este silencio es mi meta,
y recuerde este tiempo bastardo que nada detiene,
y otorga como arrebata,
mis guerreros en pie,
a formar azadas del bien,
marchen mis cuchillas de recuerdo,
por acabar con desquicias funestas,
fundirá mi aliento por escalas con el cielo,
mis castillos en el aire,
dirán de verdad siempre vive
y vivirá este Castellano,
derretido el cuarzo
gemirá el tiempo terminando este mundo
como todo termina
incluso el latido
final feliz no puedo dictar en sentencia
a esta esfera,
leyes naturales existen
como Diosas certezas,
finalizo este escrito sin tristezas,
me pusieron en su sitio bellezas,
desafío a lo que me rodea
a desnudar si es verdadero
porque eternamente solo
que mal acompañado,
salto, salto, santo mi abismo,
entender que nazco con cada poema
puliendo sombras,
hasta hablar por tuberías nacientes
de mis cauces de sangre,
lo siento mi Sol
mi inspiración será mejor
que la envidia que corroe,
que la competencia de mi suerte
solo una razón
porque busco ser perfecto.
Espíritu dichoso labrado
fulgente resplandor arrebolado,
mieses en colmena,
al verdor de fuentes
el sol compitió con este globo verde,
enjaulado, le nacieron
opacos rayos de tierras,
en su condición brillaron
blancas sienes regentadas.
Espigas compitieron
con lanzas de rayos,
argénteas manos caricia brindaron,
solares sin sol, que Ares riega con almas,
acequias de sangre de tierra,
ababol ensimismado,
al calor del Dios lucero,
ese que cabalga en luz montado, los cielos,
plomo de sus hijas
precipitando llantos grises,
que los verdes del suelo reflejan con alegrías,
entre una flor y un abrojo acaso nacería,
son y sones
suenan de la tierra sus tambores,
albas ocres me acogen fieles,
al candor y fuego,
al estruendo y amor,
de este mi Sol,
porque yo moriré cuando él muera,
mi letra dorará desdoblada mi compostura,
que respirará mientras pueda,
réquiem por esta tierra parca,
elegía por todas las almas que en ella descansan,
surco de vid y centeno,
surco de olivo y girasol,
la grama del monte con verde intransigente,
el río de almas en sus gotas,
viaja por valles y empeños dulces,
entre montañas de azores y cuervos
yo vine por sus voces,
vine destapando fulgor entre fulgores,
me reñí entre del tiempo sus leones,
avanzando lapsos muertos,
abrazando jinetes entre mármoles del sueño,
me descubrió la ausencia
que torné bella
con el calor y palabra
de mi morena fada,
entre sierras y bosques
entre asolados pulmones de savia,
que predican que Galicia
siempre brillará verde,
así como un día leí
que sin poesía no hay ciudad,
sin sangre en el corazón
no hay poesía, contesto yo,
entre brumas acrisoladas
y luz coronada entre reyes,
vivirán siempre mis ilusiones.
Se escondió la verdad
en los cielos
aventurados
de espasmos de cobre,
tal como la puso en tierras
el hombre,
hay dos realidades
la real y la ficticia,
pero la verdad nadie la sabe
por si un día aparece
que ponga a cada cual
en su lugar,
en esta tierra de conejos
acaso hay español verdadero,
el español antiguo
y el español moderno
como decía Lope de Vega
cuál el de plata
cuál el de cobre
no lo sé
mientras tanto seguiré
muriéndome en mi bronce
de cuerpo
por si despierto
y me doy cuenta
de lo que trata este sueño,
llueven chuzos de plomo
regando cabezas de grama,
es un nido mi intelecto
que lo siento,
no está completo,
mecánico es el infierno
en horizontes de prismas necios,
no me enfrento
jamás a un contrario
y a un similar menos
porque no tengo,
perdonadme por hablar
con mis pensamientos
una zona aparte
de mi cerebro
que riega el frío de mi corazón
naciendo silos de oscuridad
vuelos aparte
muevo mis heladas cartas
porque llegó el tiempo
de sorprender a mi tardío,
que entierra en soturnas vías
la hiél de esta desquicia
que chupa mis venas,
y tarda, mece y descubre
un ojo de su ojo
crepitando, naciendo el umbral
que tanto busco
en esta muerte,
en esta dulce vida ficticia,
soñada
porque nunca me iré
porque jamás elegí venir
ni comenzar solariego trayecto
vivencias para los vivos
donde está el amor,
donde está el odio
que mata,
tiene casa,
dueño acaso tiene
o se presenta sólo
sin llamar a la puerta
es un infinito esta nada
susurros blandidos en casa
sin techo ni tejado con teja
vamos, mi cuerpo,
mi azar de que seas al menos
mejor que la vivencia
porque yo escribo
para asesinar mi tedio
a diferencia de los entregados
a la vivencia de su voz amor,
esta voz es fea
con lo que busco realidades paralelas
a formar en verso
ese es mi desempeño
buscar un adjetivo correcto
es como intentar
aplastar una mariposa con una rueda
y te digo que seguirá viva
esta polilla de cemento.
Erizada mi cordura,
tañen cascabeles
de cordones necios,
que yo por envidia tengo
al que no tiene tinta ni tintero,
sin mal tiene
al de arriba ni al de abajo,
venga la historia al más rico
y al más pobre,
la muerte no distingue
de barroca sepultura,
campanas del cielo
me llaman a medias voces,
un canto de sirena
que atraviesa la tierra,
cual tierra de mi polo opuesto
me atrae su marea,
estas soledades vienen
y me acompañan,
por entre sarmientos fugaces,
cordeles en plata
de mi bella fada,
mi mujer hada,
en embistes quieren
vestirla en seda mis manos,
acogerla en mi fuego
que no quema
mi destapada palabra,
mares rojos, sangres
de humores voraces.
Voy a vestir nuestro cielo de traje,
elevaré el azul de los mares,
porque ella es mujer
de infinitos horizontes y valles,
el verde esperanza de sus campos
me dio la suya,
quiero juntar tierra y cielo
y volverla a besar
como se besa de verdad,
como se abandona por tiempo
el alma en el aliento,
y no existe, no hay
percepción de éste,
porque quien vistió de flores
el corazón de su amada
merecerá más que el azul eterno
del cielo en su mirada.
Tiempo obtuso
cordero eterno degollado,
fiel carruaje de estrellas
desmembradas,
sigilo de olmo viejo,
vorágine centelleante
entre espirales del sueño iluso,
torcido manto de flores
y sus estaciones
que nunca se fueron
porque siempre estuvieron,
avanzo parco mi sendero
que me tejieron mis huesos,
fieles alambres consumidos
de mi torpeza viril,
si pudieran cantar los caracoles
enamorarían
besando a las plantas,
mi tenue voz deshojada
avanza entre espinas retorcidas,
y sube por escalones a una luna de tela,
siniestro buque navega
por cordones y nudos marineros
al puerto negro,
oscuridad presura mi canto
que crascita,
que esmerila mi aguda torre
de blanca rima,
aprisiona, vence y derrama
por agitadas sierras
la cumbre de mi ladrillo postrado,
es mi polilla de cemento un fiel,
esfumado aviso
de hacia donde alcanzo a llegar,
para deshacer mi sangre
en semblanzas bellas de azabache,
la noche cabalga
hundiéndose en mi sien,
este otoño plástico
que se comió medio lapso
el verano apoderado,
rima mi fada naciendo
del abrazo de mis brazos,
si no soy gallego como ella
lo demuestro,
me adentro por solares quietos
de mi silvestre vida,
quito sus corpiños
me acurruco en su regazo,
no seré yo quien diga
que ella es mi vida de un trazo,
vuelvo al inicio
de mi dulce tormento
por el que soy poeta del viento,
al que lanzo mis besos secos,
tengo una pizarra
en colgante de mi fada,
tengo su corazón dentro el mío,
hay valor para volver a nacer honesto
en este tiesto,
demuestro la sangre en este recipiente,
escaleras en las que se pierde mi mente,
alguien duda que es mi suerte,
voy que vengo que yo juro
que vuelvo a verte mi fadita bella,
sembraré mis abrojos
por el reguero del gato,
Castilla es mi barco
con sus paisajes trillados de encina,
ocres patios
donde Dioses juegan los barbechos
y los llanos
yo sé lo que quiero cariño,
yo sé por lo que lucho,
yo sé la torre que defiendo,
porque soy único hombre que sabe
y valora quien es,
de un monte a una espiga
de una torcaz a un gamusino
yo muerto no vivo
porque estás tú
en mi camino.
Túrbase esta luz
habitante de mis lares,
entre crujidos dolientes
prendido mi Sol
queda henchida mi clara sombra,
entre mis cuencos derrama,
la verdad deshojada,
cumbres de filos,
estrellas de este surcado cielo,
quisiera labrar las nubes de tus labios,
hacer surcos de mí en tus ribarzos
que el campo se me clave,
que tu vida me arranque de esta tierra,
fada, fadita morena,
es la hora labraré mi siembra,
vestirán tus cabellos
este viento manchego,
surcará mi azada tu barbecho gallego,
présaga tierra en dicha,
en alcanzada, desnudada caricia
que eclipsa y se eclipsa,
por nudos de hiedra,
por abrazos de savia,
luna morena, luna de piel
y sábanas de mujer,
humilde mi celo te envuelve,
vive, este huésped de Arganza
vid que tres álamos ciñe,
yedra mujer
que los chopos trepa,
entre riberas me tumbo a sosegar,
el cristalino riego de mi sangre,
va el río Mundo desconociendo sus pasos,
quién te puso tal nombre digno
Oh gran río, entre mis tierras de cuchillos
calizos de Albacete
tu rúbrica transparente dejas,
desnudos tus juncos el Segura te acompaña,
pájaros dormidos entre árboles nacidos,
hacen tus aguas el amor con estos habitantes,
con mis yunques combatientes,
clavo estos sentires,
esperando abrir el fruto del amanecer,
esperando mi vida por enternecer,
allí donde el sol no se pone,
reluce mi túmulo
estigmata del sentido,
iris en fulgor de astros en cadenas,
era o no era
me tocó rajar mi crisálida de cuerpo,
para que hable mi alma
que te ama mi fada gallega,
mi ser de vida quieta
rompe sus cadenas
naciendo un hombre de mí
que te mueve las montañas
hasta encontrar de tu boca
el te quiero,
mi fiel desespero
que conociéndote te espero,
con el calor de un lucero
mi fiel cuerpo de espejos,
iris en sangre del sentimiento,
broté de mi sombra,
buscando esa luz plena,
verdadera,
vives ya en mi sangre cariño,
por si un día despierto en este camino
que viva siempre nuestro cebollino.
Y nuestro jacinto ofrezca su ramillete
a la noche que envuelve.
Prendido en hiel de un abismo,
desdoblado compás y su sino,
crujiendo el alba más preciosa,
por esquinas del cielo de nácar,
es esta escarcha un fiel carruaje
desmembrado entre corceles ciegos,
cabalgada cordura entre cristales,
entre espejos ardiendo,
un calor entre calores,
una vida que ni sí misma
se deja atrás.
Avanza, mece, y se deshace
corre vengo por ti,
traigo entre lirios del campo
mi silvestre trigo,
traéme tu voz, traéme tu vida,
estoy moliendo mis azares,
haciendo surcos en mi alma verdadera,
trilla, trillando tu sentir morena,
esta espada que es una quimera,
entre juncos desnudos,
entre pizarras y cuchillos
alzo que vuelvo a nacer entre hierro,
luchando por la luz que me corresponde,
desnace esta era,
entre de mi siembra la espera,
por esta cerca el campo
que dueño acaso tuviera,
ni inspiración cabe con barreras,
la idea quiere marchar ensimismada,
por riendas de un caballito del diablo,
una desventura en plomo
un mar de esferas es todo lo que siento,
por si pudiera manifiesto,
que el gris teñido de bruma,
abandona su sepultura,
vuelvo a mi gusto muerto,
la sombra que me envuelve
preside, rige, y desnuda mi alma,
para ser por fin rosa de sangre,
vestida en azules trajes nocturnos,
mi semblanza a este ocaso
que mi voz sucede.
Entre espartos de mi iris,
por alfileres sembrando
clavos del campo,
anochece siendo de día
resplandece la una ausente,
y gozo la soledad de mi suerte,
sintiendo por fin dicha
por fin alegría
descubriendo este horizonte
por mares de sentir que valgo,
y que sí puedo
que lo vuelvo bello,
hasta en tus molinos que amanezco,
silos oscuros por yedras que te alcanzan,
es mi siembra una locura quieta,
es mi compostura de primera,
por la que clavo a mi destino
este abismo de tinta
encendido.
Suena por lindes
mi crepitante metal,
por mares
que visten de azul traje,
migajas de mi sueño
siempre quietas
en fulgor de anillos desvelados
por rompientes,
vengo de aquel nacido sin nombre
en carreteras tangentes
a mi suerte,
en precipicios desdoblados hacia arriba,
tanto me estimó el mundo
que nací completo
entre brumas nacientes
y soles enajenados,
tiempos cambiantes,
palabras a la fosa
no necesitamos afecto,
necesitamos llevarnos
sobre torres de tiempo dormido,
sí ese que despierta entre leones
de existencia de tierras,
despiértame la flor
entre surcos de tu barro,
mi estatua en arcilla quedó
de la más bizarra caricia,
si el tiempo desnacer pudiera,
si de flores te trajera mi corona,
sería el reposo un partir
la muerte un instante,
de la eternidad,
haciendo surco grabado en tinta
su rúbrica,
desdén nacido,
surco de vida
en fulgor de grillos,
es por mi gato de arena
que desnudo al tiempo
en mi yacija,
a través de espacios
se desvencija
esta mirada entre semillas de odio
que nunca riego,
entre simiente del mal ajeno
va mi barca bordeando los paisajes
en cal y canto
nace un dulce amaranto
de mi fiel desquicia
germinado su manto,
granjea mi aliento
por desnudar mi solariego talento,
de la vid tallo de sarmiento,
¿Qué eternidades
se prestan a mi temprana vida?
Pues la que voy labrando con mis manos,
fénix de este ciego,
mi Sol con tardanza
de un día con vida
y renacer entre súplica,
mis caléndulas cantaban
por encajes del alba,
lloraban mis crisantemos
de la mañana,
para sonreír
a mis azucenas de la tarde
su amarilla fáuce naciente
un beso sirvo a este calor de otoño
hasta que tumbe
las hojas de mi vida
esquiva, escondida.
Halle donde me halle,
crecerá del viento
la semilla en su valle.
La hoja muda criará
retoños del ciprés,
mi sol dormirá.
El pececillo de plata
correrá, morderá,
el azúcar de mi sonata.
La dulce cicuta triste
mi piel enraizará,
mi alma dirá viviste.
La nube llorará
mi grama mojada,
el sueño perdurará.
Luna de plata sempiterna
y su réquiem elevado,
mi montaña de nieve eterna.
El río llevará un latido,
nacerán las gotas,
mi árbol será sentido.
Olmo viejo en retozo,
raíz de su padre,
alma anclada en gozo.
Almendro de invierno,
sombra de abeja
deshace mi infierno.
Caracol de mi camino,
encuentra la mata,
olvida el romero su destino.
Tierra viví para sembrarte
mi aliento ciego,
brotado para nunca olvidarte.
Golondrina de solsticio,
vuela tu fuego en círculo,
que tus ojos sean mi vicio.
Amapola de rojo,
sangra mi tierra a tu antojo,
ama mi sed de arrojo.
Cielo pequeño alcánzame
mágico el sonido,
tiene el viento quien le reclame.
Olivo de sembradío,
trigal de sentido,
naranjo de mi regadío.
Salamanquesa de pared
bebe de mis plantas
tu sed.
Helecho de bosque sombrío
alegra el verso seco,
luce la golondrinera su brío.
Hada de mi zarzamora,
tu pena vuelta mora,
espino amarillo de mi demora.
Hierro luce mi espada
esta calma otoñada
mi vida de tu savia preñada.
Salvaje canto de la madrugada,
grillo de galán de noche,
blanca dama de noche, su flor estrellada.
Hinojo al fuego,
semilla de sol latiendo
mi curativo ruego.
Abrojo de campo,
celoso canto de silencio,
muerto en vilo mi tiempo.
Surco de piel labrada,
saco de mis esperanzas,
placer de aquella parada.
Ola de mar que llega
caracola que entona
en sal y arena.
Vid de mi quimera,
uva pasa en la espera,
flor abierta de primavera.
Pozo de mi recuerdo,
en verde musgo un fantasma
de lo vivido muerdo.
Corazón te abrí,
te sentí,
y voló un colibrí.
Recto mi sombra y este servidor,
he soñado altos mundos,
sueños extraños dirán
los sueños sueños serán,
pero cada día la vivo más
a si sea otra dimensión
mi hada vuelta realidad,
he perjurado, he gritado, he odiado,
HE PERJURADO
mandé al demonio a todo,
y lo único que quedó fue mi fe
inmutable desde mi viaje a Escocia del 2004.
La vida cae, como otoño entra,
hilos teje la araña del destino
encontrarte fue mi sino .
Rima perecedera,
muéstrame el camino,
todo arte lo cocino.
Venga a mi la ladera.
artesano del arte cansino,
desde joven sin cultivar el borroso vicio.
Ven ven a mi vera,
artesana de lo no sano,
amada araña lobo.
Nada de música pachanguera,
ni El Cano podría con este luciente,
como todo guerrero de la luz que vino.
Cómo va mi regadera,
mejor que la pradera
y ladera en primavera.
Quiero vivir en los nombres sin peladera
ni etiqueta yo Caín,
agricultor de todo lo silvestre.
El primer hombre fue deus
imagen de sí creando y disfrutando
de lo creado como el Sol.
Cómo hago para saber que vivo sigo
pues robo una semilla a mi camino,
y siempre nace y digo eterno vivo.
Resquicios de mi padre Sol
y su hijo con su cuervo en el brazo izquierdo
mas su sabiduría es saberse cuerdo.
más pelo dorado de Sol a Sol,
al cielo mi amor seguimos luchando
el arte de vivir mas la nuestra amando.
Diáfano espacio vida de mi vida,
suerte y bendición advenida,
la vida para en vivo.
Rico el vivo pobre el muerto,
se me escapó el pasado
entre agujas silentes de tiempo.
Soy el que soy y aprendí a amar
al pasado aplaudo por llevarse
por arrancar mis malas yerbas.
Caléndula del lugar
esposa del sol
más sangre su mirar.
Hierba del podador sin igual
al cielo su caminar
cuando de cada mes es floral.
Quien te viera caminar,
mi terraza tu morar,
de tu difunto eternidad.
Silvestre mi ida,
en la piel acogida
sangre de tierra mi dicha.
Amapola común,
joven creces y hoy te divisé,
de mi maceta su summun.
Vera tuya
un joven ciprés de semilla,
como joven ternura.
De la magia del mundo
la singular aventura,
de ser dueño de la vida.
De montañés el talle
mas del valle mi traje,
del abrojo mi sonrojo.
Quimera de mi destino
esta vida que tiene de vampiresa
mi sangre de planta silvestre del camino.
Camino sin linde ni desvelo
las trompetas de los ángeles cayeron
de mi florero al que vida apelo.
Flor de luz del lindero
nunca yerto fiel desvelo
mi acequia sangre en arteria primero.
Desierto embalse de augurios yertos
embiste mi flor que viste
en frutos de higueras de diablos.
Sangrante olvido jamás bebido
golpes de silencio
la razón van consumiendo en mi camino.
Tierno amor mecido, flagrante
como armónica endiosada disonante
como juventud elevada, auspiciada en la retina.
Ojo con ojo tu vista alegra mi antojo
quemo mi pasado para ser eterno presente
hoy con hoy mi corazón abre del amor mi pecho en rojo.
Resquicio tenue veloz
es el resguardo de tu amada voz
por grama acabar mi hoz.
Diente de león Tragopogon
molinillo gigante fulgente
brota, nace de nuestro fulgor.
Soy el muerto que ves
eternamente brotando en vida sus recolectadas
simientes inertes.
Busco en la tierra el calor
sí ese el de la flor,
ciempiés amigo mío, de tu jardín no picador.
Satansdán le llamo
a ti mi Valkyria te proclamo
que ya tu felicidad se ha acabado.
Hinojo ardes mi tiesto,
Foeniculum vulgare manifiesto:
Que no hay siembra mía que tierra tenga estático color
funesto.
Polvo soy, polvo de estrella seré
a mi amada diosa hasta mi muerte amaré
guardian del jardín seré.
Es nuestra promesa
arroparnos en vivos colores
sea en esta vida o no la existencia.
Viva presencia opaca violeta morada
de noche constatada ausente
hasta que la trajo de presente el amor de mi triunfal
estacada
Retiro lo anterior dicho de mi sonrisa
sólo tengo una y es mía.
Qué el tiempo goce lo que me ha arrancado..
Nada tengo por seguro ni la muerte acuso
toda fija creencia puede caer de plomo
pero esta mi relación, mi desempeño me hincha mi Narciso.
A sí el interés mueva la tierra
no lo veo en mi fada
de su boca tengo el céfiro de ella mi bella.
Al final de los días, del silencio
marcado tiempo de gozo estallado
voy allí amando mi dulce suplicio.
El final comienzo de todo
Sol naciendo el nuevo día
mi mirada fija naciendo del lobo.
Quién nos recordará la pérfida
por eso lucho
con paso lento decidido sin desidia.
Ortiga de mi camino que muerde
el sentido oblicuo,
perpendicular de verde.
Esposa del Sol de cultivo
años en albor sin suplicio
que no sea tu mudar de floración.
Meconopsis cámbrica el amarillo
tu luz de amapola Golondrinera
del bosque de sombra nacido.
Peineta de brujas
vuestro fruto clavando el aire
poeta del viento este al que le hablas.
Espino amarillo de mi desierto embalse
de recuerdos ahogados
muertos, sepultados que ya no hacen bache.
Amando amarte papaver rhoeas
amapola de mi camino en sangre de tierra
éste es mi ojo de tierras.
He nacido libre de causa,
camina está procesionaria,
hasta su metamorfosis en piel y vena mía quema.
Resplandor sin suplicio invernado,
mi campo parnaso devorado,
pairo al que se va lo que tiene que ir.
Fuente extasía de mi verbo,
solaz yaga del gris que recuerdo,
vencerá mi abismo desnudando gramas.
Cabalgada sin razón
alumbrado mi corazón,
era o no era vengo de la enajenada estrella.
Resumen de lo vivido
en el margen de mi tulipán amarillo,
le creció luz en cada ribera de su sangre.
Lanzó besos al aire,
le contestaron los aromas de flores,
corre, avanza el compás del alba.
Qué no diera el fuego
si su empeño fuera ser justo
soy del viento y el viento es mío.
Deshojo mi ternura disimulada,
hago del río un puerto,
a navegar mis ilusiones y mis recuerdos.
Recto escalafón sin hueso,
dorando este precipicio del terceto,
sí mi mundo, sí mi cielo, luzco que soy completo.
Mi inspiración desvelo doliéndome
que es mi Sol nacido fulgente resplandeciente,
invencible que nadie puede con esta brava fuente.
Dios entre Dioses, resquemor de luciones,
dragoncito llamado por este manso,
Blanus Cinereus por la vida encumbrado.
Mi solaz quiere mi agraz intelecto
con su buena memoria mejor recurso de tontos,
soturna vía me recorre porque mi riqueza es mi palabra.
Vente cariño entre esposas de este sol
recoge mi siega por labriegos de mi era,
mi amor corrió por la ensenada.
yerma, plácida, destapada,
viaja esta lumbre consumiendo, devorando opacidades,
suerte brotada en vasta caricia estallada.
Al don Austero y su insignia pasajero,
postrero deja mi aliento
en letra retorcía, en verso suplicaba mi cuchilla.
Hueso, espina nacida sin beso,
como carpa en tierra
bebía que creía que el aire era su cielo.
Fulgor intransigente amor del odio
elevado, aprecio alumbrado,
yo amo a quien me odia, si su odio me hace ser mejor.
Insurrección del pensamiento,
globos sanguíneos corredores de mi retal
por el que mi araña es lustre cuando tejer el sentir se
dijo.
Fiel desvisto mi hiel
entre mis espinas de piel,
viene mi quimera.
Va por horizontales desquicias,
abriendo estáticas sienes sin prisas,
cabezas por cebollinos, ojos por ajos.
Todo lo vivido es más que de la tierra,
un jacinto, porque la vida es Lana de mi tela,
hoy mi fada tomó tierra y mi zanja cierra.
Granate, tiento de sangre caliente,
lucho por lo que considero mío
mi destino no es mío.
Por lo que quien estuvo
es libre de marchar cuando quiera,
tules en abrazos sin corpiño.
vela que mi ojo encienda
venda que mi ojo no vea,
porque quiero deshacer a la imagen.
Por no creerme,
a esta mi fada a mi vera,
la llamé sueño.
Y mi sueño ardió siendo realidad
vente, vente
que he colgado de un árbol mi soledad.
Lo siento no he escrito un poema,
he detonado en esta guerra
mi bomba atómica.
NUEVE SIMIENTES (PARTE V)
I
Brotada mi euforia
detona la memoria de mi sangre,
consumida sin ángel ni aurora.
Resumen de lo vivido
todo contado en abismo enardecido,
felicidad estática, soy Hipsípila nacido.
Redención de las represalias,
soy feliz yo mismo,
cultivando mi novia flor.
II
Diestro empeño asolado
en fanal infinito de las flores del campo,
arde su compostura en otra sombra,
Infinita, regia enarbolada
esta abeja, panal de estrella,
era y es mi novia bella.
No caeré en araña redes,
soy feliz por fin quiera o no quiera,
mi espejismo real es, doy mi vida por ella.
III
Resplandor dorado,
un cielo de quimera ultrajado,
alba sin hueso fulgente mi ardor nacarado.
Trance, calma se rindió mi era,
despertada al fragor de batalla,
sembrada tierra era mi poema.
Noche que viene a mí
todo suena como si no fuera yo,
desaparece oscura nebulosa de vítreo trasluz.
IV
Susurro de luz,
acequia de mi sangre que llama,
por qué te siento incluso estando solo.
Flores opaco reflejo de luz violeta al beso,
sólo estoy recordando,
sólo soy fantasma que sólo tú ves,
Noche te llamo en esta sepultura,
-Tú todo lo tienes,
siembra tu latido en cada tierra.
V
Rayo crepitante, metal precipitado,
irisado estertor de horizontes fugaces,
ven a mí, me parto.
Pasado de mi pasado que me arde,
estoy abriendo mi nueva generación.
granate de mi lustre postrado.
Vid de mi vida,
sarmiento de mi cobre alzado,
uva pasa en letanía, azar de esperanza.
VI
Nunca me verán desvanecer,
un universo por enternecer,
es mi momento se me verá evanescer.
Veo las llamas, todo cambia la realidad,
mi sentido yerto llama a su verdad,
se desdibuja la claridad.
Un día, yo me alzaré
estas sombras consumiré,
el iris apuñalaré, desnaceré.
VII
Un camino se abre ramblas nacen,
es mi acequia de sangre, mis versos reverdecen,
sonidos lejanos, mira mi vida sus latidos no perecen.
Frío brota, está renaciendo mi ojo de tierra,
mantenme fuera, fuera, dentro de la luz en abrazos de sierra,
en el ojo de la caléndula y su tacto a seda que mi alma aberra.
Lluvia cae de nuevo, todo debe marchar,
mi beso cuelga de un hilo por acampar,
otra vez, luna con sabor a mujer sin aplacar.
VIII
Noche vuelvo a ti, reloj que estampo,
miro el espejo me disgusta el marco
mi imagen que cada vez detesto alcanzo.
El espejo lo tiro al suelo,
un millar de sombras brotan con grajeo,
devoran mi imagen hasta no quedar ni hueso.
Oscuridad ferviente, mi alma un latido,
acaso de aquel que una noche fue sonido,
rompiendo y reviviendo el hambre de la noche y su sino.
IX
Tierra me llama,
tierra me llena con su llama,
mi ser en flor ama.
Mi acecho yerto jamás descubierto,
carcoma de mis luces presidiarias, mi pecho abierto,
un réquiem es mi poema pero no he muerto.
Compás de silente grillo,
era y es un solo de mi brillo,
una vez en la vida comeré su hoja cual caracolillo.
El Castellano Evasto Tellano 14-11-2016
NUEVE SIMIENTES (PARTE VI)
I
No estoy en peligro,
yo soy el peligro,
de este fuego nacido.
Se desdobla mi idea,
yo soy libre, tijeretas atrás
nazco de una ciruela.
Mi suplicio es vencido,
sin hueso ni eje,
estalla mi trompo carcomido.
II
Sueña esta amapola
que no fue sangre de tierra,
que fue mariposa y abeja.
Al fragor de silos
espinas hirientes consumen,
violan lamentos vespertinos.
Descendiente de la luz y de la
sombra,
hermano, dame tu abrojo
consumado,
será mi letra mi horca.
III
Parca efímera que desvisto,
de hombre luciente me visto,
nuevo por fuera sombra y noche
por dentro.
Crepita este patio
en el café de poetas yertos me
encuentro
mis soledades hablan de sus
puñales por sembrar.
Oscuro es el fulgor,
quemado por no tener mejor,
miro al cielo ¿Puedes bajar mi
ilusión?
IV
Dominado, apoderado, espina al
mando,
lata de conservas en la que
desnazco,
insurrección en este
recipiente.
Corredor de las represalias
soy,
al destino mío emborracho hoy
con nueve litros de absenta.
Aguja hiriente brilla mi ser
resplandeciente,
amo esta vida de cara muerta,
vive que muere este sol
naciente.
V
Granate trashumante,
seguidor del diablo
embotellado,
acaso no se dibujó esta vida
demente.
De escritor surrealista,
con su ojo de prisma
cual arista febril idealista.
Cerrajero universal
con casa sin cerraduras,
perfección inmortal.
VI
Caminante de fríos hielos
perdonen que me ría primero,
realidad de ratas sumergiendo.
Solsticio bisiesto por apostar,
es mi Sol mi religiosidad
un Dios como miles de años le
vieron pasar.
Esta es mi vida esta es mi
azada,
soy funesto clavo en la sangre
esta empalizada postrada.
VII
Era mi suerte como un retel de
cangrejos,
era mi amor como una ataraya,
pero se fastidiaron soy hombre
como años lejos.
Fumando mi cigarrillo
no miro de su ceniza su
caminillo,
me asusta ser brujo cuervo
certero.
Puertas dos para atrás
al pasado una ventana sin
cuerda,
veintisiete años de rebelión
mirarás.
VIII
Pureza éxtasis en vena,
nirvana en escritura
trasquilada,
talento que a diario me reta.
Disfruta estos sueños,
no tengo miedo,
yo estoy hecho de miedo.
Estoy flotando en las olas,
siendo evidente sonará mi
diente,
entre sal y arena de caracolas.
IX
Entre montañas de azores
y valles de ríos dulces,
mis versos serán de grama un
nido.
Abriré de mi mujer sus
cerrojillos,
el placer navegará
por sus muslos como molinillos.
He nacido soy perfecto,
por algo soy completo con el
amor a mi flor
que en mi corazón se clava
directo.
El Castellano Evasto Tellano a
15-11-2016
NUEVE SIMIENTES (PARTE VII)
I
Pensamientos cabalgan
muletas desordenadas
insomnio del padre arrendado.
Violeta dicta de su ausencia
avalentada, distancia,
orfanato,
de estrellas un prisma de
viento.
Caleidoscopio de azares
mis retinas son, dormí en la
grama,
me nació un fantasma que ama de
verdad.
II
Ventanas de el último tren
mi vida inmersa sobre raíles
solariegos campos me mueven la
sonrisa.
Verdor al candor de regueros,
molinillos me llevan,
estatua de quien fui.
Colorín no tuerzas
tu alita en reverencia
a quien gobierna aquel.
III
Esperando para el nuevo siglo
me creo que llegaré
con mi cigarro en la mano.
Azures queman azucenas de mi
tarde,
desafiando a esta araña estoy,
soy helor de cielos derretidos
escarchas de este ayer.
Pude pero yo soy único,
yo elegí nacer en Castilla
y ser padre de mi chulería.
IV
Respiro que te miro María
Margarita,
perdona pero contaré
en esta obra maestra,
que me hiciste feliz cuatro
años casi
y los que nos quedan,
espejo para ser común,
respira mi imagen entre sus
cristales
porque es otro hombre,
no es mi imagen, me desconozco.
V
Cuervos de pitanza corva
fieles grajos de la luz que se
oculta,
nocturno graznido que mi alma
crascita.
Negra ala color de todos los
colores
en curva espalda forjado,
alienta que nunca más fallaré a
mi mujer.
Mujer de las flores silvestres,
cuida mi cebollino que no es
mío,
lo adopté de tus campos por si
la flor osase.
VI
Fuente desnuda, bullir de
adjetivas voces,
extasía entre palabras
mortales,
semblanza silvestre por molinos
del alba.
Mi pueblo sin ser mío es y está
en Albacete traigo que llevo,
mi cuchillo por veredas de
encinas dormidas.
Mundo, un río con saliva de
amores furtivos,
sueña que esta tierra en ocres
abre,
su despertar la cigarra a este
mundo de grillos.
VII
Novio de la noche soy,
abrazo arcoiris cromáticos de
todo lo que vino a ser
y se fue, amo su oscuridad.
Amo su desliz nacarado y sus
gemidos de viento,
en persianas y hojas sin tinta
sólo con vida,
ambi-diestra suerte vapor de
candores.
Es mi letra una espiga roja de
mi sangre que porta,
abre mi rabia, saldrán mis lobos,
nació mi espiga roja y negra
sangre y tinta que espera.
VIII
Paréntesis es mi destino,
mi vida una coma
que llora que tiene miedo.
A que llegue y sea un punto
final,
yo que soy hijo del Sol,
mi hermana que es hija de la
luna.
Mi madre que es eterna
y mi padre su eterno
acompañante,
vida te amo porque intenté
quitarte mi latido.
IX
Arrepentido por no llegar ni a
insecto,
ningún animal odia su vida,
yo no la odié, odié este mundo.
Y lo sigo odiando,
algunas personas no tendrían,
no deberían haber nacido.
Camino por este mundo,
sendero de penas de abortos
porque hablan y respiran.
Evasto Tellano El Castellano a
15-11-2016
NUEVE SIMIENTES (PARTE VIII)
I
Soy lunático
para el mundo secreto no es,
ayer la luna estaba cerca en su
viaje.
Tan cerca que tardará
veinte años o más,
en volver tan cerca.
Hoy salí,
a ver que se contaba,
seguía llena, plena, no se fue
corriendo.
II
Corvino deseo,
añil etéreo demuestro,
mi sangre que porto nunca fue
tan granate.
Purpúreo galope de este nocturno
cielo,
ascuas delante me gusta
sentirte,
frío también no me olvido
Marián.
Mujer seas de Drácula,
él no me llega ni a la espuela,
oscuro, tenue desliz pasajero.
III
Estoy con la mejor flor que la
vida
pudo darme, porque ella camina,
mis semillas espero.
Espero de comer me den un día,
para algo mi cabeza las
expulsó,
un saturnino grito se escuchó.
Vida sedada la mía,
se pudo vivir bien o vivir mal,
zombí me eligieron a mí.
IV
Ojo no me quejo
porque soy completo,
por lo menos estos médicos,
del demonio me dejan vivir,
sartén de astros este el mío,
jamas impedido, ni cojo ni
lisiado,
se llevó mi apetito,
cuando vuelva,
el puñetazo mío se lleva.
V
Príncipe de qué reino pregunto,
el mío responde una voz,
sin imaginación,
no tendría yo divertimento,
es el abrojo una mala yerba
incluso nacido del baldío seco
campo.
Yo elevé su canto,
le adopté como hijo,
incluso un libro denominé a su
destierro.
VI
Me queda aún no me quedé en
blanco,
dudas o afirmas quimera que yo
valgo,
bipolar como una pila,
me paríó este mundo demente,
ausente incluso sin fuste el
que escribe,
los Dioses me libren.
Quién el ignorante
que le creyó uno solo,
con tantos soles, tantos
firmamentos.
VII
Seguimos, tantos luceros,
planetas que no están yertos,
más lunas que dedos en dos
manos,
uno solo no daría a basto para
reinar el universo,
Menos aún con tanta gilipollez
humana,
que le cambia el nombre,
y mata en su apellido.
Hierro mío en mis piernas
forjado
no doy detalles,
pero camino gracias a él.
VIII
Si el materialismo fuese
literal
amo el material por el que
estoy formado,
incluso reconstruido el hueso
orgánico que me sostiene.
Pero la estupidez humana
amó el material artificial,
jamás el materíal que los hace
personas.
Hoz de mi martillo,
no voy a hablar de política,
de eso me libro pero soy
republicano de derechas.
IX
Soy el verdadero sirviente
de mi Dios,
quieres verlo, mira al cielo es
mi Sol.
Ya me repito con él pero yo lo
amo
hasta decir basta,
pregunto, qué sería sin él,
Pues la tiniebla ganaría a las
tres en raya, y la sombra única reinara,
la luz quedaría subordinada a
vivir como luces de ciudad,
hasta la podredumbre divulgada
por cielo mar y aire.
Evasto Tellano El Castellano a
15-11-2016
NUEVE SIMIENTES (PARTE IX)
I
Halle donde se halle,
se encontrará siempre en el
viento
mi talle.
Lo siento el mundo me demostró
que inmortal soy,
lejos de delirio yo soy el
delirio, piensA.
Zarpa mi vena esta noche
solitaria,
avanza que frena alimento mi añoranza,
yo soy pura templanza.
II
Lejos desobedezco al que
recomendó,
al que desaconsejó
no creerse uno quien no es.
Si fuese yo sería solo
y solamente un cacho de carnaza
fresca,
pero con mi intelecto soy mucho
más.
Estoy hecho de una siembra
divina,
soy primer demonio consumado
escriba.
III
Sopla mi sombra a ver donde
llega,
hoy conocí que ya me condené,
no tengo alma.
Pasé debajo de una puerta
mecánica,
de esas que se abren solas
cuando alguien se acerca y
siguió cerrada.
Repetidos intentos y no se
abría,
igual que desconocer mi imagen
en un espejo,
perdí mi aliento.
IV
Y qué me gusta estar muerto,
perdí el hambre para alimentos,
un chiste que dudo que sea por
estar volviéndome vampiro.
Porque ya soy vampiro,
y voy a terminar mi escrito
con mi nombre verdadero de
Förüq.
Sigo que sigo perdido,
alguien vendrá a volar conmigo,
es mi sino maldito aceptar a
este ser que me lleva.
V
No voy a repetir palabras,
creo que la longitud de mi
vocabulario
se acaba.
Aliento helado,
con sabor a siglos de olvido,
hago frente a esta voz de
sangre.
Yerto pero jamás frustrado,
no estoy hipnotizado,
juego que apuesto la noble
creación.
VI
El mundo es tuyo pienso,
que va solo lo dicen en una
canción
de hardcore.
Voy a formalizarme
y tratar de escribir un poema
de los míos,
voy a ello.
Lucho por esta carcoma
y por la araña que se dejó
en el túnel.
VII
Me creo palabras de tenebrios,
sueños de mis sueños,
cuchillas que esmerilan mi voz.
Dime donde se esconde
aparte de en casa del conde,
mi talento enardecido.
Casa de arañas un tejer
en esta España tela de araña,
poco original que va repito
araña.
VIII
Colina de mi agraz doblado,
un murciélago hermano,
y la pèsadilla tiene paticas y
cabeza.
No pierdo el lustre,
chistera con la creatividad de
dueña,
vendrá a mí su fortuna
verdadera,
acaso no se acuesta
no, un surrealista no duerme
hasta dejar
completas sus obras.
IX
Aliento de mi creación,
verso humeante en acción,
tejiendo me vio
tararear un son siniestro,
sones crepitan mis tambores,
despierta la vida de su muerte.
Estoy que vine a rubricar
mi clase que es de fantasma,
Muerdo y me debéis cuanto yo he
escrito.
Förüq a 16-11-2016
CAPA DE ESPADA
Granate frustrado, represalias
del azul
bienvenido a la dimensión del
pez muerto,
horizonte que acuesta sus ganas
de vencer a las malvas,
camino líneas, muevo en
espirales
mi ficha del tablero,
esa que soy,
que no quiero
ser un número del oro,
otoño llegas dominando tu
compostura,
en ocres afilados el sueño de
árboles,
para sentir hacen falta venas,
lustre de mi sed de abrojos
caminan mis sentimientos,
por ojos desvelados me voy
consumiendo,
acaso flor con piernas
ramillete con brazos
la ternura me descubre,
con este doctor cincel me
acuesto en sus cumbres,
mi humana necedad
mi viril latido,
tejida entre sombras parcas mi
necesidad
de cielos grises,
de mantos sin alas, este suave
abismo
que los Dioses han dado a su
cristal,
a su copa y a su pez,
un bruto compás cabe
entre barcas del sueño,
sí ese en el que yo era quien
no soy,
lo siento he crecido hoy,
lejos de urracas y de gatos
furtivos,
mi sino se puso feliz,
no necesité nada
todo lo encontré.
Altiveces bajas profusos
encuentros,
es una cama de la estrella
mi agotada quimera
que seguirá viva hasta que
muera,
desdichado es el fulgor por no
tener mejor,
enredo de esta maraña
lo sentido es para siempre mi
fada
el bullir de esta mi sangre,
el desconcierto de mi voz
presidente,
que hoy encuentro suplicio,
en este tormento llamado
poesía,
tormento por no haber más bello
desempeño
que servir a la belleza,
mi juez supremo santo,
el fiscal de mi alma se
encuentra borracho,
fuerza y brío danzan en mi
espada
apostada con mi brazo diestro,
tal guadaña que corta la
palabra,
tal réquiem sin yugo ni sombra,
que todo alcanza,
digna, plena consume mi
alabanza,
tejido yo de su araña,
me trepo el desván del tiempo,
en este horizonte sediento,
mi apenas cruzado cuarto de
siglo,
que por volver a nacer regalo,
un arco y una flecha certera
es más que mi vida quieta,
es sudor de mi alma
que sangra rosas a mi amada
por la que existe la poesía
porque me siento vivo, efusivo
y puedo escribir estas perdices
oscuras,
sin tenebrios ni a tristeza
sujetas,
la libertad con fuste de
creación,
es ella más que musa es
sentimiento furtivo
que me domina,
luciendo esta endrina.
SOMBRA DESNUDA
Yermo terreno del sueño,
un trillado verso avanza
entre espejos y cristales,
fieles aullidos desvalidos
entre semillas sin iris del
mal,
entre corceles del fuego,
entre sonrisas fugaces.
Es todo lo que siento
un canto de piedra,
un río desplomado
mi fiel apostada cordura
que viene por enjutos
ojos hirientes
hasta avanzar los besos
de labios grises
y sus fanales colmenas
destapadas,
no quiero repetir estos
destellos fugaces
ni herir por mis alambres
tejido mi atrapa-sueños
queda mi parca vida
desnuda con el hastío
que asesino de esta manera,
volando mi dulce murciélago de
nácar
entre este amor
de estrella me alzo,
es glorioso este canto,
reducto en lúgubre sigilo
es esta inspiración,
tentación de ángel desertor
de morir,
justo la vida
acabará negándose a finalizar,
soy yo la salud
de la una solitaria de la
madrugada,
conquistado el cortejo de la
noche,
me cuelgo de mi profanado
latido
por estos cordones de hueso
vive y viviré mejor
que mi traje funesto,
limará esta sin razón los ocres
hasta lucirlos verdes brotes,
hasta acabar rendida la caricia
por estos espasmos de cobre,
mi destino teñirá las vivencias
por solares complacientes
y lugares dignos de altos
sueños,
esta araña dejará crías
por poemas
en escarchas mutiladas
en este hierro candente
y el incendio de mis hielos,
como dijo el grande
no acabaré de irme,
ni estas solapas fundirán
en tristezas secas,
la sombra será mi mujer,
cambiaré el prisma de ver,
y ahora la luz será
la dama siniestra,
por si un día acabo de irme
solo espero
haber podido contagiar mi
locura
que ya es rápida,
desborda sus cauces,
brotando en espinas insomnes
el abrir de las compuertas
a ese abismo sin dueño
donde besan los azules
ese nido de malvas,
que mi ser desprende dominando,
sombras miles en este carruaje
vespertino
de mi sangre,
mi río de colores
de almas en sus gotas
ferviente,
atado a este sentir,
que late,
que sueña
la carcoma de mi estampa.
MALDITA UNA
Bello alto claro de mi
silencio,
cumbre sin lomo, torre espinada
de mi única belleza,
con su pájarillo que pregunta:
¿Por aquí? Es por allá bonito,
estoy creado y soy perfecto,
hasta mi mala suerte
y mis defectos son perfectos,
resumen de lo vivido
en esta esfera escrita se
encuentra,
hoy no es un día cualquiera,
ninguna bruja está de fiesta,
ningún muerto no sabe que ya
está muerto,
flor, vista, vida, lozanía,
fuente, verso, letra,
color, sabor un desencuentro
con mi inspiración,
recto escalafón, augurio
exterior,
un patio para esta oscuridad,
cercanía, sueño que no
recuerdo,
yo era mejor que mi voz,
un ciempiés, casado con una
tijereta,
mi dulce estampa cromada,
un iris de plata, una escala al
abismo interior,
era o no era estoy hablando con
mi quimera,
mundo atención,
esta es mi vida, esta es mi
religión
este es mi rifle sí señor.
Resumo en esta botella que
llevo,
que no me vence ni la araña de
mi recuerdo,
soy feliz o intento serlo,
soy la duración de la madrugada
sí en mis ojos,
soy el verdadero maestro de mi
vida,
por encumbrar mi propia salida,
por construir mi futuro tejado,
letanía trenzada sobre un
caracol de mármol,
aunque no me acuerde quien yo
era,
a este mundo un disparo de mi
siembra,
lobo furtivo en este coto
llamado tejida realidad de
sangre,
es un amanecer sonriente
es una luna de hueso,
un destino ciego sin ventanas,
un desespero, un hielo, un
desnacer cabalgado,
un verbo, un adjetivo
derretido, es mi palabra,
un monstruo, un pajarraco, una
alimaña desempolvada,
es mi vida una de la mañana, es
mortaja,
no conozco el peligro,
yo soy el peligro, arde, arde,
arde
he venido a ganar.
Soy la una de la madrugada.
SED DE LUZ, ILUMINADA PUPILA
Entra en mi aciaga noche
entre estos vítores ardientes,
que me condenan.
Clamores sedientos
deslizan los humores,
deslizadas gentes
por las calles de noviembre,
acaso esta deidad
cosas buenas no prefiere
que nos manda a sufrir
por todo lo que ampara.
Avanzo por mis olivos del
sueño,
entre estas nubes acostadas,
y sus retorcidos alambres que
me chillan,
un viento torcido de otoño,
desvencijada sien,
abierta al resplandor
de la inerte luz.
Es un dolor nacido
entre espigas estridentes.
Flagrante por pupilas
sin ser ojos
si no un reducto anclado
donde acaba mi mundo.
Solo puedo escribir
gracias a mis ojos
todo lo visto
me sangra la idea
y sus árboles de venas razones,
con su realidad que va secando.
Ven, si no vienes
desvanezco entre los leones
de esta realidad pasajera,
que come y me come
los sueños gritados,
desvencijados,
meto en este jarrón
rayos de sol
para liberarlos
cuando la oscuridad eterna
me alcance.
CLAVEL Y ROSA
Temprana noche por tu arbolada
roja y verde tu siega en
figura,
opaca suma de tus sonrisas
desveladas,
lugar seco de tus esquinas,
lugar frío de mis salivas,
no me he rendido,
no te has rendido
esta noche vuelta mañana,
entre dos cipreses del sueño
entre esta puerta a vencer
sí en tu lengua.
Oscuro se me torna el día
que a su plomo llamo noche,
precipicio desbancado,
aullido forjado,
he vuelto a vivir en tus
labios,
alguna vez me fui, pregunto,
sombras febriles
mares que plañen mis abrojos,
me acicalo el alma,
hasta besarte la calma,
me encuentro digno
en este hoy teñido de azules
espadas,
bajé mi escala
acaso no brilla esta araña,
entre mis descampados bruñidos
se alza mi dama de noche
al blanco desnudo
alzo mi timidez sonora,
por ser ella mi señora,
era un paraíso desmigajado
en alvéos que lloran flores,
mi árbol, mi flor, mi amor
por qué gané en derredor,
mi esperanza surcó sus valles
al otoño le dí mi flor,
busqué lo que callaba el mundo,
y ella apareció,
llevo surcándola años
mi fiel desventura de imágenes,
cabalgo su voz,
hoy es todo indefinible esencia
modulada,
destapada al fragor de mis
buques,
ella es hoy
mi dicha.
ÉXTASIS
Resumo por esta visión
cuantos antaños yo he nacido,
sereno derrumbo marcos,
ventanas acrisoladas
de ayeres de espuma.
En este campo de luna
yo he vivido,
cada respiro un océano de
olvido
un soñar entre leones
un caminar entre fugaces
sienes,
somos los que somos
y cambiamos algunos,
hago mis promesas de barro,
mi latido esquilma el miedo,
tijeretas atrás y nazco de la
ciruela
mi hombría se encarcela
entre fanales labios de
hoguera,
lago donde se baña mi suerte,
hoy y siempre mordí mi estrella
vengo en llamas prendido,
es esta quimera una hoja
quieta,
sopla sopla mi alma llena,
polvo del polvo,
una senda mi silencio quema,
horizontes verticales
ratas sumergiéndose,
granates estallados, gramas que
caminan,
voy por las calles de
noviembre,
ahogando sus rincones afilados,
estas calles me saben a humo,
estas gentes desconocidas
parece que las mueven
y arrastran en un sentido,
todo es fuerte
pero la oscuridad es más
fuerte,
panales de esta luz
intransigente,
luces intermitentes,
sudores de semáforo,
me cuelgo de un escaparate,
todo está fabricado,
y en proceso de construcción,
hasta el hoy podrá venderse
en tinta y pluma,
en imagen y con solapa dura,
una ventana sin cristal,
un agujero sin salida,
tambores de mi sueño,
relojes sin maquinaria
soles guiados por cuerdas,
el infinito es ahora,
lucen mis espirales siniestras,
ancladas a este azabache,
es hoy el día,
brotada mi subrepticia,
deshojan mis esperanzas
caminillos de plata,
recta duda erizada en mis besos
de hiel,
trasquilado mi lobo
queda una certeza despierta,
alimenta cariño esta mi esfera,
pierdo el control
me avasallo
en mi piel de agasajo,
he nacido para esto,
que sea bueno o malo no
pregunto,
porque escribo para mí,
estas certezas mías de escalas
cómo medir el arte,
sólo comparándolo con un
similar,
poco más porque jamás medirse
puede en virtud
ni en talento ambiguo
florecido,
era un abismo descorchado,
un tren que cruzaba mi noche,
hasta alzarme sin derroche,
entre sus navajas que me
apuñalan
los versos
que sangran carmines,
y nacen cuervos que muerden,
era una polilla de cemento
que nació aleteando
estos pavimentos de mi sueño
augurando la cremación
de mis labios
en otros ojos.
SINCERA COMUNIÓN DE FILOS
Trepo el angosto filo
de mi torre desdentada,
era un rubor de estrella
solitaria, negra, hiriente
lanzó su espada,
fulgor brillado entre sienes,
plomo de nube
esta tarde ceniza fue,
chuzos de vida,
estáticos frentes del verde,
un carruaje de otoño
que no se vence,
ardua torre mi pasión
desmedida,
entre sus curvas de encaje,
brillo de mujer sin engranaje,
limo mi nervio
por fulgores de sangre,
hierve, hierve
soy hombre
pienso que fugaces atrás
si el planeta hubiese nacido un
día
esquilmado en seres
solo con ella y yo
la supervivencia del ser humano
estaría a buen recaudo,
vida de mi feudo
mis abrojos nacientes
fuente en extasía que mi letra
abría,
granate lustre olvidado,
mi locura a buen recaudo,
es negro este río en tinta
marcado,
cumbres de punta y filos
derechos a estas cuchillas de
versos,
horizontes malvas clavan
lloran flores el sentir de la
belleza,
que mis ojos sangra
una lágrima como el brotar de
una luz pasajera,
como enraizar tu imagen en la
retina,
un sentir para toda la vida,
el admirar arde con gasolina,
tu imagen recorre cada parte
y a veces recorro los parajes
de la soledad,
sólo encuentro que no los quiero
porque yo te conocí,
y sin ti,
sin ti el cielo y la tierra se
juntan
y no hay espacio ni oxígeno
para vivir,
los mares caen de las nubes,
el gris se perpetúa,
no hay belleza en mis ojos sin
ti,
todo luciría de ocre,
mis sentimientos no tendrían
cauce,
el aburrimiento sería pleno,
no habría moción para
levantarme en la mañana,
ni tendría estas ganas de ser
mejor sin ti,
mi perdición mi bálsamo de lo
sentido,
eres mi flamígera llama,
un fósforo y mi hoguera,
mi destapada quimera quieta,
con nombre de flor,
con azares y suertes
entre mis ganas de saberme tu
último hombre,
trémulo fuste entre sarmiento y
vid,
mi azada me alza hombre de
bien,
diestro mi coraje para ser yo
no necesito traje,
hilvano mis venas porque yo soy
sangre,
gracias mis Dioses
hoy soy invencible,
el amor con Margarita me
desviste,
hasta ser carne de poema en su
lengua,
yo soy de ella,
y ella es mía,
como una comunión explosiva
de luz y estrella nacida.
Sin ella para mí no hay
belleza,
no hay vida.
Estoy enamorado
y siembro mi campo.
ELEGÍA A LA VIDA
Ven a estas flores,
descuelga su belleza por
derredores,
rompe la luz del día con tus
dientes,
sangra entre mis cejas tus
carnales abejas,
recorre conmigo mi ciprés
muerto,
rompe a dura carcajada este
silencio,
nacerá esta sangre de tierra
un lilio de mi bonanza,
el aire susurrará amores de
semblanza,
llórame esta mi luna argentea,
ven conmigo por este panal de
añoranza,
raja esta tierra entre tus
almas rosas,
bebe la esencia que mi ser
gotea,
enciende con tu boca mi llama,
desciende entre estos
pajarillos del alba,
yo soy Sol tú eres mi luna
mujer,
esbozada de antaños fugaces que
me crecen
me crecen las venas porque mi
dolor
es y será que antes que yo no
te irás
así el funesto azar dicte,
yo no podré vivir sin ti
esperando mi otra orilla,
vuestro Dios me habrá de
perdonar
nos iremos el mismo día
a zarpar los encajes y entre
negras visiones,
apagaremos los colores,
raja mi entraña adolorida,
alimenta los peces de mi piel,
lima mis asperezas, de mis
venas certezas,
que yo te estoy amando como se
tiene al tiempo
en una mano y a la vida en la
otra,
no te vayas jamás de mi lado,
dancemos estrellas cogidos de
la mano,
tráeme tus aromos de los
campos,
no hay ya dolor decidí hoy
llevarte cada día
desde que las aguas nos
separen,
desde que las tierras siembren,
una flor para que recuerdes que
te seguiré amando,
malva de mi sueño un firmamento
sediento,
escarba mi mandíbula para rogar
al inframundo,
que de mí se apiade,
vivirá siempre y para siempre,
esta nuestra malvarosa
de nuestro amor sanguíneo
bermellón,
me brotarán los verdes los
azules reirán su eternidad,
esta injusticia ya no será
abriré el universo
lloraré al Juez Supremo si no
me da solución
será él quien me tenga que
perdonar.
CARACOLAS DE PIEL
Sobre mi alma
traigo la dicha,
ya no duerme atormentada,
yo que pregunté al alma
espumosa de la rosa,
crecí entre tu verde helecho
vida mía,
ajada mi sombra deslumbraba,
hilvana que hilvanaba,
caracolas que esta tierra
alimentaba,
trae tu alma a esta colmena,
destapa tus sangres,
tiembla estas luces del alba,
por tu saturnino aliento
clavo mi abrojo,
esperando el viento toque su
violín,
a esta escarcha de noviembre
a esta comunión de celos
trepo los hielos,
es el momento de alzarse de la
tierra,
encumbrarse de la fiera,
yo soy la fiera,
y mi granate lustre postrado
luce ya esquilmado,
respiro en esta fosa,
por este orificio un cielo,
una vena del azul,
soy yo alguien lo preguntaba,
un despertar frío entre mi
otoño sin flores,
graznidos entre mi árbol
desnudo,
puertas a mi pasado,
puertas a un destino carcoma de
mi sino,
un escombro a la pura
dedicación,
mi mundo detrás de un olivo,
cantó mi abismo
de su gota de luz,
de su incendio en estampida,
ya no hay flores, palabras ni
tallos,
temblando están mis años,
quisiera sembrarlos,
y tocar el arpa de tu sueño,
rendir horizontes
entre estas malvas fugaces
lamer el cielo
hasta encontrarme preso de tu
boca.
FLOR DE DIFUNTO
Cáléndula joven del camino,
vieja de la senda que lleva a
tu casa,
ardor de luz brotado entre
florestas hirientes,
alza tus pétalos comunión de
insectos,
por estos solitarios caminos
que me llevan a verte
alzas en pitanza
tu verde semblanza,
de la tierra vida en añoranza,
fulgor entre tus sienes,
darás de flor simientes,
así demostrarás que no hay
tierra
sin flor así no importe
estación,
María oro, flor de los
difuntos,
luz entre luces del alba,
sostenme la caricia en tu flor,
que me creo abeja por un día,
álzate entre cardos y malvas
que te rodean,
demuestra que eres única,
que ni caracoles osan morderte
por tu savia fuerte,
señero silvestre donde los
haya,
oro luciente entre engranajes
verdes,
espera a tu ababol compañero
que tú sigues dando flor
sin ser primavera entre
despertares y albores
de vidas y sus trinos,
navegas mi alma esta mañana
glorificando mi tierra yerma,
te aman mis ojos, te admiran
latidos precoces,
eres más que silvestre flor
eres una vida precoz de luz,
si pudieras ser mujer yo sería
tu eterno acompañante,
colmas la belleza de lo
sencillo
eres mi alegría del camino,
pasarán fugaces las generaciones
y brotarás cualquier terreno
que el reposo tornó sin
construcción,
para que tú grites
que la belleza también tiene
casa
contigo,
Calendula arvensis
UNA DE SANGRE
Arte supremo,
el sol mi Sol,
amar, la vida,
sentir
la estrella,
sentido sentir,
la luna,
sentimiento,
fugaces atrás
veo,
sonido,
quizás dentro,
la poesía
playa de sangre,
mar adentro,
latido
de la parca
efímero,
ceniza,
mi sentimiento,
era o es
llegó el momento,
ven revélate,
puedes tomar
tu lugar
dentro de mi cabeza,
verdad,
mentira
todo se acoge en uno,
arráncame de raíz,
mi tiesto es la poesía,
humo
la sombra,
oscuridad me llama,
no estoy en peligro,
yo soy el peligro,
te escucho
gritar quien soy yo,
yo soy tu pasado
tu presente
y tu futuro,
el tren de la noche
me persigue,
lunas atrás
el sonido arañaba,
el cristal gemía,
la oscuridad se retorcía,
mi azabache lloraba,
crepitaba la aguja
de mi reloj,
dormía el astro,
me encontré con la una,
las alimañas vivían,
se rizaba el segundo
entre arañas grises,
todo parecía
renunciar a la luz del día,
vi mi poder vencer,
me gusta más la madrugada
que la luz siguiente al alba,
la una no será más la sola una,
la acompañaré
será la una acompañada
de la madrugada,
mi sonrisa taciturna desvelada.
LIME ESTA ARAÑA
Limé el tiempo se abrió
estremecieron fulgores mansos,
mordí el viento
aboqué aromas de florestas
húmedas
a un límpido reposo
digno de altas flores,
yo construí el engranaje de mi
silencio
latido de este el mío verbo,
hojas atrás no murió mi ímpetu,
cabalgó horas de hastío rey del
tormento,
un cebollino nombré caballero
de mi poesía
transhumante.
Diestro compás silente me reí
de la muerte,
pétalos atrás no caí sin
simiente
era o no mi dulce suerte,
rajando al silencio clavándole
fugaces muertes para otros ojos
para otros esbozos dementes,
ritmo cadente al fragor de
nanas aterciopeladas,
en verde musgo un fantasma de
lo vivido muerdo,
abrigué mi latido me tocó vivir
en casa del surrealismo,
un trance desdoblado de boca
abierta,
siendo esta escritura un pez de
eterna cola,
satisfecho cuándo
no dejaré de escribir ni aunque
muera,
alguien lo pregunta,
no me cansa esta limadura,
abro la puerta del cerrajero
universal
por si algo suena,
una serpiente preguntó
si era yo real acaso tú lo eres
o te acabo de pensar,
vente al lago de la vida eterna
mataremos a Hipsípila
que luce senil y arrogante,
carpa respira en tierra creyó
que la tierra era su cielo,
un ocaso perdido,
una luz difunta,
entre el verdor de los pinos
una lustre sombra camina,
jilguero que en su cardillo
posa,
bola que no sé dónde anclarla,
vida en mi tiesto
si no soy planta lo demuestro,
luce de risa mi esqueleto,
raspas atrás alimento este don
funesto,
ventanas rotas,cristales
calientes
todos los cuadros de tu vida
volviéndose polvo,
todos tus héroes vueltos pasto,
infinito remanso
cúspide de mi alma hiriente,
sones quiebran tambores,
abeja de mi panal yo quiero tu
flor
tengo el aguijón,
viviendo para el momento,
nací mejor que la estática muda
de esta araña infernal,
entre estos jardines del alba
nací vencejo
como toda existencia tuve
infancia
con mis animalitos que
encontraba
feliz fui,
crecí y tomé del mundo
gustos como disgustos,
a mi sufrimiento
lo puse con marco en mi
habitación.
saqué mis clavos con otros
clavos,
y qué, fui malo y bueno,
este planeta acaso no obliga,
reí lloré al fin dije
estoy vivo, que venga el mejor
que yo
que yo mejoro lo mío,
consumí solariegas planicies
del polvo,
pero no fui pelo ni pelusa,
me gusta lo que me gusta,
azares precoces de mi destino
desnudo en oscuros puertos sin
salida,
indemne tras estamparme
de precipicios al ardor de
cinco silos,
era o no era soy el mayor
egoísta cobarde,
pero amo mi estampa porque sólo
yo la llevo,
qué remedio mejor vendido
ninguno,
déjame ser veleta de este negro
puerto,
flagra mis espinas de hierro,
seré mejor que yo mismo
conforme mande el tiempo,
llórame estas nubes de otoño,
que me arde este cuarto de
siglo,
disfruté y lloró mi abismo,
dame los puntos cardinales
de tu cuerpo
seré reflejo y tormenta perfecta,
perdí el norte en mi poema
llegaré derretido el horizonte
a tu casa cabaña del cielo
lloraré metales y simientes
hasta que zarpes mis mares.
FUENTE-MINA
Irremediable
con la ineptitud
de mis años dulces,
mis alientos de mozo,
cascabel de víboras
uniformadas,
y sus bodas de azúcar
que la historia resume
en vuelos del único pájaro,
momentos de etéreo aire
balanceado en persianas de
sucesos,
levedades plomizas me alzan la
vista,
lo sencillo seguirá siendo
bello
sin describirlo,
años fugaces hieren y agrietan
la madera de mi viejo chopo,
heridas vueltas casa de arañas
grises arañas,
frente de escarchas del alba,
miles espumas cabalgan
crines peinadas,
es mi azar esta pluma,
nunca cansada alza que prende
entre aciagas espadas
caminillos de flores
desnudando colores
mudando ocres por amarillos
tules,
ya no camina, vuela
entre esferas coloradas se
acicala
rellena su sed entre cosas
vanas,
es mi camino de flores
por el que derrumbo a tesón
miedos vestidos de traje de
lino y algodón,
no nací para el miedo
ni él nació para habitarme el
pecho,
sigo señales
miro nubes,
camino líneas,
dibujo círculos como espirales,
verticales mis agujas mueven
nazco del hierro en mi pecho
montado,
tumbo el gris de este otoño,
sí estoy enamorado,
venga para mí
su dulce secuela,
quiero ser feliz
y equivocarme
para poder salir triunfante,
sotos de su boca me llevan a
verla
campos de ocre solitud,
mi esperanza avanza ramblas
y senderos con final en ella,
guadaña mi siega verá la
trilla,
de esta villa traje la hoz
de trigo y espargamina
mi martillo germina
vientos del pueblo,
verso de puñalada,
pueblo que no puede
considerarse
por no poderse gobernar en
unidad
el pueblo es pueblo por ser
plural.
Si sus vientos llevaron a mi
tocayo
yo soy poeta de una caléndula,
belleza única musa
si no la hay no hay poesía,
diosa dueña de la luz y de la
sombra,
hacedora de la verdad alumbrada
como de la más retorcida
metáfora
que la oculta pareciendo
mentira bien fundada,
mares de tierras olas de campos
al verdor de espumas,
quién apagara este fuego,
y callará esta quimera maldita,
soy su mochuelo
ella es mi olivo,
nacerán mis venas
y estas acequias darán mi
sangre
a las tierras.
CIELO DE LAS PLANTAS
Insolente,
descendiente
de mis ojeras
mutiladas de nácar,
cumbre de mis filos hirientes,
alzarme puede
entre las sábanas
libre al fragor de silos
dormidos
es mi cama un nido,
sueños cruzados me despiertan,
¿Acaso no estoy dormido?
Escribo, veleidoso, regio
como si mi tinta me diese de
comer,
libero ocasos,
me llegan altas noches sin
auroras,
sin latidos que su dama
siembra,
es por esta esfera
que la realidad se desdobla
me nace coja,
limando mis asperezas
abrigo este corazón de espino,
amo a quien amo
y no me nació del vino,
así sea guerrero de la luz
amo la oscuridad sabiendo
y creyéndola primera causa
porque de su estático límite
nació la creación ensimismada
luz,
consentida donde las haya,
nada la frena,
sólo la densa materia,
pulcritud de su infinita fuerza
madre de metáforas
como conocimiento,
espíritu y destrenzada alma,
yo también te doy tu don divino
de madre redentora
cumbre de visión suprema,
mi fe solar es invencible
por eso te amo
sobre las sombras madre
de la bondad redentora,
afila mi duelo de espadas
en esta noche lunática
que calma las fieras,
ven a por mi tu poeta maldito
te llama,
desde este infinito
a las flores trasnochadas del
campo,
creación nacida entre sangre
¿Te piensas que soy cobarde?
esta encina que me respira
me dicta así haya muerto mi
ciprés
no me guardará rencor supremo
lo cuidé cuatro años,
no brotará entre ardores de la
mañana,
pero también habrá
un cielo para las plantas,
ya no podré cuidarlo de rayos
secos
ni arrebatarle sudores con agua
de riego,
me duele,
ya en la noche que siempre es
la misma
no como el día dividido,
mañana y tarde
no hay altos en la noche
para ella siempre es tarde
con prisa avanza desvelada
haciendo el amor
con los que duermen,
a mí no me vence su latido
maldito
soy buen vampiro consentido,
flechas de mi intelecto grave
entre mi agraz lúcido
despertado,
trémulo a des-voz un
garrote-vil
cuenta sus troqueles corriendo
el tiempo de su castigo,
nunca más grazna un cuervo
gritando,
afilaré este verso,
que se irá soñando,
por limpias paredes
de esta calma que envuelve,
deshoja, igual que enraíza mi
calavera,
escucha.
Oscuridad me ganó la apuesta,
pero sé que mañana saldrá el
sol
y no tendrá piedad con ella,
mejoraré a golpes
cual piedra que se rompe
brillando en minerales,
el desespero no ganará mi
partida,
yo tallaré, yo limaré, yo
construiré,
yo sembraré, yo labraré un poema
bello,
brillando mis hirientes
cuchillas,
cantando con gatos en tejados,
volando con estos pájaros de
otoño
su destino mudo
susurrando versos
al sueño de las flores.
BELLEZA
Ruge mi vida
con impetuosa saliva,
un desdén de mares afilados,
cose que hila esta malva
sensitiva,
azures sarnosos que avanzan
al latir fieles compases
destapados
de mi escondida idea,
belleza eres,
balanza sin yacija
acaso la muerte conoces
que incluso la tornas bella,
mira la ventana al infierno,
el parpadeo oscuro de la luz.
tú que definirte nadie podría,
ni el más inteligente
ni el más ignorante,
cumbre de ideales,
pólvora de sensaciones,
bendices sin perdonar,
es tu prisma un ocaso
de esta realidad que se pierde,
atraviesa tu puñal absorto
hiende mi carne,
solo encontraré que brotará mi
cuerpo
todas las flores de los campos,
tu cúspide sin hallar,
cumbre tuya se llama planeta
Tierra
abismo centelleante hasta
perder la cordura,
madre del acto,
belleza deidad suprema,
nadie la mata solo se la llama
y no siempre responde,
déjame tu azul manto
una noche bailaré con lobos
hablaré de amor con mi quimera,
el miedo me conocerá,
amada mía belleza de las flores
sángrame un horizonte de
colores,
deshoja mis infinitas
espirales,
haz que me crea como los
mortales,
para blandir nuestro nombre
entre nubes,
cabalgarán mis corceles,
yo no seré yo así como tú eres
distinta
para cada retina,
hada infernal
como leviathán celestial,
tú no entiendes de las maldades
del hombre,
sólo pintas de la realidad
todos los colores.
FERVIENTE PALABRA DESCENDIENTE
Yo hablé con mi amor que sentía
celos,
acaso no sería más preocupante
que no los sintiera,
mirando al cielo de noche
hablé con mi amor que no
existía,
aturdida me contestó una voz
sin despedida,
acaso bajar puede,
mi Sol dormía,
acaso se rindiera el solitario
horizonte,
pregunté a la estrella
aquella que el hombre deseos
pide,
¿A caso bajar amor puedes?
limpios mares de azul traje
cabalgan,
solapas precipitadas donde todo
fluye,
riendo con mis lobos dolores,
un infinito que eleva flores,
altiva contestó mi voz,
que era como un crujir de
caléndulas,
mi obsesión verdadera,
siente el veneno de mis
piernas,
siente mi latido seco,
en esta estrella que se
desploma,
vente amor conmigo,
envenena mi intelecto,
que yo solo piense en ti hasta
cuando en cama desvanezco,
te espero amor,
te espero ahora.
La iluminación comienza a
fallar,
las delicias juegan en tus
muslos,
siempre te esperaré
porque quiero que vuelvas a
decir:
-Nunca te vayas Migue,
mi contraseña,
nuestra palabra mágica es -amor
filos ardientes, complacientes,
que deshojan nuestro árbol,
en magnitud de escalas a un
cielo,
que arde en tus labios de
mujer,
es el tiempo del compromiso
olvidado,
yo soy poeta del viento por ti
nombrado,
tú eres mi aroma de floresta
desnuda destapado,
mi azar mutilado,
mi hielo acompañado,
por el fragor de mi astro
encarcelado.
REAL SEMÁFORO
Somos humanos seres
o somos sentidos humanos,
quién nos dice que nuestro ojo
sea el superior de esta
realidad
o si solo es realidad bajo
nuestro prisma
particular, quién sujeta los
colores
de lo que vemos,
o el verde es azul y el azul es
verde,
voy al ejemplo del animal
sencillo
la abeja y su realidad malva,
acaso nuestro ojo no nos engaña
y nuestra piel no es de otro
color,
como amalgama surrealista
de colores entre vello y piel,
entre cabello y uña,
nos creemos superiores de esta
realidad
pero acaso no somos un caso
particular,
hasta el ojo de un gato
tejerá su infinito de cristal
en otra tonalidad,
nuestros sentidos
puede que nos tengan engañados,
y la evolución se equivocó con
nosotros,
si es que acaso la hubo
o todos seguimos iguales
desde que llegamos,
puede incluso valer más la
realidad
de otros seres que nos ven
azules,
el color es únicamente color
porque lo vemos bajo nuestra
visión
o es relativo a los animales
visuales
con los que juega,
sus caminos del rojo que es
gris
los colores que atraviesan los
ojos del murciélago,
que aunque poco tienen oficio
furtivo,
a imaginar la visión del
caracol,
lamiendo su extasía húmeda
alimenticia,
es nuestra realidad superior
o a los ojos de Dioses
somos un infinito de colores,
yo voy orgulloso portando mi
piel azul,
hasta juntar mi tacto relativo
con mi cromática mujer de
infinita turquesa.
El Castellano
ACUCHILLADA OSADÍA
Descendiente fulgor entre
grises sienes,
humores de tierna fontana
precipitada,
es mi jauría de estrellas que
la sed
vence, conforma, infinito panal
ahogado,
que vence y me vence,
este granate frustrado avanza
su extasía de cristal,
forma y conforma un lustre
yerto,
ardiendo entre cerillas
de momentos intransigentes,
me proclama mi verso
entre manada de lobos
el padre del lobo de hierro,
aullando su temperamento de
metal,
entre sierras madres de ríos
dulces,
y de florestas destapadas,
yo tiempo, vencí al doliente
tormento,
entre clavos y yunques
despiertos
clavé mi aliento,
soñando que te soñaba
se alzaba mi tiento,
acaso yo no estoy durmiendo,
necesito la superficie
de los guerreros alzados,
represalias de caras muertas,
salta, salta mi abismo,
este es el sonido de mi
escopeta de cristal,
esta clase es de fantasma,
vivo si yo escribo,
parco, tibio mi Dios de mis
Dioses
solo entre estas cuchillas de
gentes,
inmortalidad asolada
descendiendo
entre sombras de oscuridad
madre,
cuando todo indica
que la oscuridad te supera,
no hay soledad asesina,
porque me gusta hasta mi
cuerpo,
en este otoño que los ocres
lucen el suelo
y llega el reverdecer del
cielo,
en pie llegó el momento
y atravesar este viento todo lo
que siento,
hasta ser de la vida
el victorioso esperpento
que acuchilló su osadía.
El Castellano
RUIDO DE NIRVANA
Es solo ruido
en las hendiduras de mi
calavera,
un iris doblado del nirvana,
un hastío florecido,
es una calma de mi Dios solo,
un panal infinito de belleza,
fatal hoguera consumiendo,
desmembramiento de soles,
entre fulgores amarillos,
que el nocturno sujeta,
sangre de acequias perdidas,
felicidad enjaulada
que algo me cuenta
de sus tulipanes amarillos,
por crisantemos helados
viaja mi esencia,
una noche que silba,
cantando con árboles difuntos
de otoño,
es una vida de mi araña
destapada,
un tejer sin estrella,
un álamo que ya no vive lejos,
derramada, acostada, nacida
esta parca,
hoy yo sí estoy hablando,
mi sentido yerto
desconcertando,
que era un ajuar de gotas del
alba,
era un caminar somnoliento
por la carne de metal de esta
azada,
quién fuese silvestre como una
planta
en este mundo que se envilece,
destierros forzados de la
locura de la ciudad,
escarchas dolientes entre mis
sienes
que azogan solares póstumos
de mi serenidad alcanzada,
es un firmamento para cabalgar
a voces
que lo mío es para siempre,
como un candor fulgente
en estas hogueras
que el aliento helado de la
vida cuecen,
era la cara oculta del espejo
un aullido de la fiera
que el tiempo arrastra
entre punzones enajenados,
avanzando la caducidad del
hombre,
era mi suerte una rueda
y una hélice que no volvía,
era este tiempo como la
dimensión
del pez muerto,
clavando cuchillos al éxtasis
de la creación ensimismada,
ardor de los mil fuegos
deseo haciendo bandera,
hoy no me arrebatarán nada
ni el destino que todo se
adueña y lleva,
cruje mi calavera,
haciendo sonar este silencio
duro,
desnudo mi chopo
queda ser como el rocío primero
para besar sus labios de mujer
verdadera,
un viaje por su fantasía,
estoy flotando en sus olas,
disfrutame estoy volviendo
realidad
nuestro sueño,
reinando este corazón,
siendo austero como un jarrón
lleno en ilusión,
siendo caballero de tu dura
sonrisa desvelada,
que acapara y acampa
el alma de mi polilla de
cemento.
El Castellano
OTRO BESO
Mañana saldrá el sol si yo miro
tus ojos,
el mundo se hará pequeño
solo para que nos conozcamos,
tiraré la moneda al pozo de
oro,
contestarán sus doradas gotas,
que los sueños hay que vivirlos
para que sean realidad,
al verdor del monte
sembraré dulces vericuetos,
para que diluyan escarchas
hirientes,
y sus blancos de sabor a nube,
se rizarán cumbres
dolerán sigilos del álamo,
dejando su nieve
en fusión de escalas al cielo,
eternos alambres alumbrados
por el sol y su desquicia,
me llorarán los ríos nuestras
gotas de unión,
tu alma pura, colorada será
como mi alma,
intransigente comunión,
destellos sin calma,
ganaré la batalla,
la noche será mi criada,
la luna rajará crisoles en
estampa helada,
las estrellas me arroparán la
sábana,
amor yo nuestra primera noche
no seré hombre,
se destaparán los reinos
olvidados
seré el rey animal gobernando
tu cuerpo,
mi ciprés tendrá sabor a mujer
desnuda,
todo lo teñirá el rojo
bermellón,
al tañer de nuestras almas en
hoguera,
las sombras se unirán todas
hasta vivir en tus cabellos,
yo pasados los siglos
volveré a vivir para pedirte
otro beso.
El Castellano
CHARCO DE CIELO
Corre, rasura mis venas
esta escarcha helada
que la noche solidifica su
latido
inerte, yermo, plácido,
compases de la luz que fue
negada,
avanzan mis sienes pidiendo
su blanca primavera,
su tez insegura
en almendros de invierno,
hoja sin hoja ilesa, afilada al
sonar,
que las campanas noctámbulas
tañen,
su infinito de cristal,
sus flores de sangre gimiendo
un tiempo que se va,
su alta espina profunda
desvanece en negras torres
hirientes,
cabalga esta noche de
cristales,
ya avanzan los soles nacientes,
con sus filos de luz dolientes,
cuadrado azar entre colchones,
vida difuminada entre rosas
salvajes,
un canto desliza su quietud de
cerilla,
consumida la idea oculta y su
subrepticia,
esa que deshojaré la margarita
en caricia, abriré los
estambres del cielo,
cantaré con mis grillos
que estoy loco por ella,
¿Algún viejo ruiseñor lo
niega?,
Soy cuclillo desvencijado de mi
silencio mudo,
ese por el que surco los
parajes
y en su cuerpo tengo nido,
lustre postrado en mullido
párpado del cielo,
llueve mi adentro otras vidas
en las que nací
despierto, desvelando que nací
para vencer al ocaso parco,
ambivalente charco por el que
esto no es un poema
es un charco de mi sangre
coagulado,
hasta que broten mis simientes
de áureos rayos a la vida
eterna de la letra.
El Castellano
OASIS SIN AGUA
Era tarde y no fue más que
pronto,
una noche gritando que era de día,
mentira que tanto izada
murió siendo verdad,
transparencia que fue color
negro,
la suma de todo color,
contrarios confrontados en
unidad,
de ser todo y no ser nada,
agua evaporada para ser arena,
aguarda mi espiral un canto de
caracola,
serena que llama y entona,
un sonido de mar ausente por
ser de tierra,
hoja muda, estornudo en cal y
canto,
fue un disparo a la luna
pasajera,
sangró su alta ojera,
un rayo solar que atraviesa la
idea,
una carcoma y ni idea,
silbido a esta luna morena,
responden serenatas de plata,
vine a afilar mi canto
entre estos jarrones de barro,
es mi sed enclaustrada abierta,
destapada,
al cáos febril de noche me
unto,
sin laúd sin más arma que mis
manos,
destrenzo de la oscuridad su
cuerda,
infinito se llama ahora,
infierno unas vacaciones de la
vida,
un azote corre sin voz,
enjaulado grillo demente,
cantando a la libertad en el
psiquiátrico,
princesas escarlata de la
vanidad
que muerde y asfixia
tirando sus trenzas
escondiendo mi hombría
no sea que la dañen,
nació y desnació en el día de
la bestia,
solo solo acompañado
se abre el umbral
cuelgo de la tercera estampa
quieta
mía enardecida en áspera
flaqueza,
este sol ya nada me cuenta,
buscaré otro fulgor,
otra sien otro infinito cobarde
que navegar,
¿Que si quiero decir algo?
Tienes razón ni dije ni quiero
decir nada,
seguiré navegando mi mar
enajenado
por si algo alcanzo
por diversión hasta vivir
ahogado.
El Castellano
CIELO SIN LUZ Y
SIN PALABRAS
He sido carne, luz abierta en
dos partes,
un borbotón sangrante, estrella
sin combustible,
y otra mi ángel iluminado
desertando a morir,
sólo he sido espectro del vivo
silencio,
condenado, una flor de difunto
aguardando,
me condenaron a ser deseo,
un interrogante sin solución,
sin otro cuerpo, sin otra luz,
sin otra carne, quedó solo
mi infinito atropellado,
camino sin piel, aura doblada,
un canto de alma que no
derretirá,
no poseerá otros labios
ni otra estela, sólo una
esquela,
quedaré como eterna culebra,
quedaré sangrando cielos de
luces
y sonrisas fulgentes
al color gris que late y
envuelve,
mi árbol perdió su última hoja
que era mi vida,
hoy no encuentro
hoy me veo solo vagando
este cielo y sus cristales sin
hueso,
diestro empeño asolado en
vencer
a este mármol.
Seré luz en cristal de gotas
sin alba,
carne sin otra carne,
como ciruela sin hueso,
como árbol sin hoja ni fruto,
no es árbol, caminaré el
sendero ausente
para encontrar lo que me fue
arrebatado,
ya que se arrancó mi corazón
como mala yerba, lo bueno que
sus espinas
no fallecerán de sus manos.
El Castellano
LATIDO SEMBRADO
Solo, acompañado de una
doncella escarlata
que me late y envuelve mi
fascinación,
este día vuelto noche sólo por
ella,
no tengo piel soy agua de su
saliva,
rocío de su comunión de
estrellas
trashumantes, plácido rasguño
de rosa,
yo no tengo sombra, no tengo
aliento
ni alma puesto que soy vampiro
de su silencio,
alzo mis cuchillas de luz,
coronas vestidas
de fugaces caricias al alba
forjada,
edificios hirientes de mi amor
etéreo,
canto alto que ella me hace
sentir eterno,
como el cuchillo inmortal de su
silencio,
cargo mi luz para atravesar su
corazón,
disparo, su alma es mi blanco,
mi párpado de la noche llora
por su beso escrito,
rizada saliva verdadera,
estas rosas del alba cantan
que si admirarte es para
siempre,
seré guardián de todos los
latidos punzantes,
porque solo tú sembraste la
belleza,
hasta colmarla de infinitos
sonrientes
que mis ojos lloran,
pintando la veneración a lo que
en silencio
trepa y escala
la caléndula enraizada en mi
corazón.
sigo y seguiré tu camino
que me lleva por el cielo,
corto el aliento de la noche,
al despertar de mis sentidos
resplandecientes,
no me despiertes,
eres mi sueño de penumbra y sus
formas de mujer.
Late mi caracol siniestro con
la forma de corazón.
El Castellano
BRUMA DEL GRIS
Camino este cielo
y su bruma gris que se
desprende,
es un ojo soterrado en nubes,
vuelvo por si me pierdo,
camino mi alma con su
gris despeñado,
se creyó ella que era mi cielo,
pero ¿Dónde estaba Dios?
Estaba dormitabundo
contando gotas plomizas
en su colchón mullido
de nubes de algodón,
a lenguas descendía esta bruma
que mi alma abrazaba tan
profundo
como si fuese ella,
mi Sol dormía acostando su luz,
cabalgando un iris emplomado
del otoño y sus
precipitaciones,
el azul estaba cansado,
le crecían barbas canas en
longitud
de ocasos perdidos,
era un cielo que parecía
cosecha lánguida
del blanco almidonado,
transparentes cuchillas
del frío que atravesaba los
huesos,
era un descender de la vida,
toboganes de nubes estas
escaleras
a un cielo ocupado,
barrera sangrante de sus mil
fuentes
agua colorada en su ventana,
esfumino del aliento de las
deidades,
lengua fría que lluvia desliza,
sembradío del gris
por altas torres del humo de
agua,
niebla encapotada, azul
difuminado
con traje de senil eternidad
con sus nieves del techo
llorando,
blanquecino lánguido gris
aullando sus cuchillos de
viento,
camino me venzo en estas nubes
para llorar con ellas
hasta que descansen y salga mi
Dios,
salga el señor Sol rey
celestial y ponga orden,
para que puedan desfilar sus
rayos,
y la luz vuelva a ser completa
asesinando
esta bruma gris que apodera
todo
del cielo a la tierra.
VIDA SIN ALIENTO
Mi sombra desterrada
como fiel mutismo agónico
de la luz a carcajada,
esta yacija de cuerpo
sostiene famélica
una jauría desenjaulada
que aúlla y me aúlla
su desvanecimiento
como el retorcer
de un cielo de alambres
es un pensar complicado
para mis bostezos,
cuna de la llama
que arden mis ojos,
mi forma que insegura
huye
dejando atrás mi cuerpo
inerte
esperando al nuevo día
que lo llamé su café
de la mañana,
es un horizonte siniestro
sin aurora
el cerrar
de mis párpados
vespertinos,
la noche que el sueño
imanta,
cae como el Sol
en flor va cerrando,
religiosa y enfática
la luna danza
con mis ideas otra noche
que seré taciturno sin
taza
más que mi cigarro,
mi desvelo provocado
de enésima noche
en la que dejo a todo de
lado
para escribir con mi sangre
violeta
todo lo que deseo a mi vera
y todo lo que conforme dejo se
marche
de mi tintero consumado,
un austero gesto
y brota cual fuente
de las veintisiete
lenguas
de este diablo,
para el mundo un mensaje
soy experto no me drogo,
a veces no me entiendo ni
yo
pienso que me nacen
borbotones
surrealistas,
sin estas aristas de
versos
sentir no podría,
hirientes filos de la
acequia
que mi voz lleva,
hoy no será Dios
porque en mi reloj ya es
mañana,
dulce cumbre enajenada,
verticales azogues
que siguen en estela
el camino desventurado
de mi insomnio desvelado,
diestro compás helado
a un cuarto para las tres
marcado,
marcado en austera ley del
lobo,
el mundo no es mío
hoy la noche sí,
eso pienso cada noche
alguna vez será verdad
aunque sea para siempre,
liebre dormida de mi día,
monte de estrellas,
negros trajes visten su
osadía,
comuniones en fuegos
fugaces
espinos de hogueras al
alba
del ocaso naciente,
hoy cabalgo
sin ti no es cabalgar,
la soledad me abraza
le canta mi calma
que jamás me siento solo
aunque ella se haga
materia,
desgañitado grito al
arrojo
de esta cacerola
porque lo siento
lo mío es para siempre.
El Castellano
OCASO DEL VIOLETA
Nacido en estiaje
gris, pálido, estremecido,
cruza del cielo
su relente sediento
y sus dulces corceles
azules.
Para ser del viento
un alma
con destino clavado,
siendo mi carne
fuente de todas las flores,
fatal abrevadero
de su erguida muerte.
Es por este soñar
incesante,
que los pájaros anidan
su descanso.
Cenit de mi sangre
tallada
cincel abrupto
de mi escarcha
corre mis nieves
con impetuosa saliva
desangrada;
Siembra mía
que te acapara vestida
de mis deseos
que te desvisten,
fuego sanguíneo
me alzo
como se alzan las cumbres
desde mis abrojos
de piel
hasta ocasos nacientes
de tu húmeda cueva.
Mi ser
siendo primavera
de tus ciruelas.
Un canto de eternidad
deslizada,
soterrada,
de la soturna vía
que me lleva
por hondos parajes
de la carcoma
crepitante,
me vence mi aullido
de nácar.
Anochece que es poco
el cielo cuelga
su sangre,
las nubes parecen
carne.
Se riza, se insinúa
esta escala del iris,
me destapa,
su honda ojera
cruzada.
El Castellano
CUERVO SIEMPRE
Destinos nacientes
al fervor lumínico
me expando
entre árboles
de verdes filos
perennes,
al fragor
del ardiente otoño
renaciendo,
al vapor
de soles sin sombrero.
Llueve mi ser
esta entraña surcada
en simbiosis desvencijada,
cuatro cipreses me clavan
la visión serena
de que soy insignificante
ante su longevidad
imperial.
Retorcidas mis ramas
se alzan
al latido desertor
de este hiriente
tejo que escribe
sus runas de Odín
con su sangre de tierra,
al resplandor
de este parásito longevo,
que es mi pluma.
Rizados bosques
de helechos
que me trepan
con sus rizomas
mi fría idea.
Al colapso de gramas
por gentes,
metáfora de su vida
comparada en duración
con este ciprés silente
que tengo enfrente,
este cielo está brotando
su oro que ciega mi vista,
aún ciego escribiría
que vino a plañir
mi alma
entre sus filos
por soledades
complacientes.
Yo cuervo poeta
estoy entre pilares
de mi obtuso,
antiguo, existencial
hogar enraizado,
mis venas
que soterradas
pueden ser raíces
de mi espíritu
por descender yo
de mi padre árbol
y mi madre Tierra
esto no es más
que mi corvido
tesoro de letras
ojalá algún día
broten en flores
estaré en la santa cumbre,
allí,
donde los sanguíneos versos,
se vuelven materia,
yo soy un tercio de mi vida
en floración,
porque allá
donde me encuentren
soy primavera
en compañía de mi amada
Margarita.
RAÍZ MADRE
Hoy canto a la raíz madre,
cuna de tantas fosas,
sepulturas olvidadas,
letanías en cumbre
de estas cicutas de tinta,
raíz madre de caras
sempiternas,
hijas raíces
que bailan con la muerte,
raíz del metal
en honda lápida,
raíz madre alza tus huesos,
llora quebrando fulgores,
levanta tus ríos de polvo,
canta con hermanos cuervos
que quieres tener sangre,
madre de las madres
levántate de la tierra
donde yaces dormida,
escucha del tiempo la súplica,
corre al lado de la lagartija,
cráneos rotos,
sombras del ayer latentes,
silencio que tu ansia recorre
al anochecer,
suspiros en halo
en hondo lamento
de la sed del fuego,
abren al caer
entre árboles te puedo ver
tu rizada simiente,
el sonido de un ayer,
acompasa latiendo
tu párpado de nocturno chirrío,
eres la voz perdida
de la grama recién cortada,
un graznido y su pico de
espada,
eres anterior a la vida
eres del inicio de los
ancestros,
cuando girabas bailando
con la oscuridad,
eres raíz arpegio de la muerte,
afilas su guadaña de cristal,
a tu diestro diente
no hay nada que no sucumbe,
conservas del pueblo
pasos en cal y tierra,
las voces de quienes fueron
siempre,
tu voz es su legado en piedra,
desde la espiral eterna
y sus brazos del rey astro,
desentierro antepasados
levanta raíz madre,
canta tus olvidos de tierra,
peregrina de latidos nacientes,
irisado de sigilos
de tus blancos árboles,
despertar de los huesos
filo de infinitos hirientes,
azada eterna,
de calizas lanzas,
acompañadas de silos durmientes
en la granja de las almas,
despertar de todos los despertares
eres sólo tú,
raíz madre.
TALLO PADRE
Responde tallo padre,
su resplandor de cuchillas,
hojas en fervor
de sienes enterradas,
alzadas en transparentes hilos
de realidad abierta,
al corazón de tierra,
realidades que respiran
sus poros de savia,
senderos para caminar el sol,
hálito del gris aguacero,
entre colchones de cielo,
halla perdido el eje hueso,
tus fuentes del verde,
soledades crepitantes,
entre mares de arena,
zahorí de umbríos páramos,
bosques alzados de la sombra,
a ti te vuelvo a llamar
padre tallo,
clava tu sinestesia vertical
del verde y los matices
de todas las eras,
en tu nombre alza espíritus a
respirar,
esta larga noche que se alza,
desmocha tu cumbre
atraviesa el cielo padre de los
brotes,
escucha el latir del horizonte,
bajo tu clorofila
las hogueras subsistirán,
siembra de las ramas
infinitos cuchillos
sonoros al amor de los vientos,
esposo tú de la raíz madre,
acoge la súplica
de tu hijo hombre,
acuchilla al movimiento,,
empala matices del azul llanto,
ya no necesito escalas,
no llores ya soy tu cuervo,
tú eres mi cumbre,
vertical sigilo te abraza,
tus venas de madera extasiada,
hogar y templo de mi devoción
eres,
sustento de animal hambriento,
cobijo y morada hasta del
simple insecto,
tu crujido sostendrá el tiempo,
como imperial crisálida
de tus frondas nacientes,
levanta y corre
padre tallo.
EL CAMPO DEL ÁSPID
Es un monte de víboras
el que escalo,
monte de víboras
entre el áspero esparto,
campo del áspid
sin obra de mano santa.
allí hasta el sabio
alacrán
se esconde hondo,
allí donde escarcha
sudor no amaga,
tierra, hogar sin encontrar,
tierra donde culebra hace
nombre,
como maldito es santo para
ellas,
y su maldad innata,
sangre que habla
bajo bosques de piedras,
sangre fría arde en el suelo
de la penumbra rizada,
arterias de arena
colmillos del tiempo,
sed de la simple vida
por derredor
solo grita y bufa su ardor,
lo más doloroso
que vi que soy serpiente
en un campo de víboras del
señor,
sus hondas sienes me avanzan la
visión,
no más yagas me cegarán el
camino,
no se detendrá mi sendero
oculto,
sobre las ruinas
el tiempo me guiará
el sonido me acompañará,
y jamás se borrará mi nombre,
el mundo gris escuchará sus
quejidos,
el más fuerte no llegará,
el horizonte partirá
en tres lágrimas,
cada una para acabar
la sed de la anterior,
he podido escuchar
sus latidos de tierra,
he escuchado sus voces
bajo tierra,
escalo este monte de víboras,
el miedo descubro lo tienen
ellas,
gramas quiebran al pasar,
es la canción del viento,
en mi sien perdida,
enciendo mis ojos,
sólo hay una avenida,
caminos perdidos
de vida eterna,
lo siento hoy no me llegó el
día,
he renacido,
hoy murió toda
murió toda mi antigua
escritura.
FINAL
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