sábado, 20 de agosto de 2022

Contigo vivo siempre, obra completa

 








I

Diancech escucha

por evitar la destrucción

de tal belleza.

Me vio hecho tierra

su gloriosa certeza,

nacido y apostado

a lágrimas dadas

a emoción, ofrendada,

por montes y consagradas aras,

esparcido,

aquel su acento divino.

 

 

II

Por airado viento,

mi rústica diosa.

Aumentar mi bien,

que vive ante mis ojos,

a su lado marchó,

al compás me marco,

grillo que es la bendita, 

masiva poda

del rosal canino.

Mi evangelio.

Apresura mi tiempo

sin velo.

 

III

Al fondo marchó

entonando pudiera

sobresalto de oír

tatido y rúbrica.

Indeleble tu placer,

dicta el Risco,

el filo de la trilla,

mi ara vestigial

dirige, oh, Flora,

deja de perseguir fieras aladas,

el numen y fiero,

 

 

IV

llegó a tu mando,

a sembrar nervio dulce,

en extasía todo tu almíbar generado.

Nunca pudiera poner fin 

a mi lloro gemido,

estoy gozando,

jamás sufriendo,

corriendo falda

de su alto monte cincelado.

 

V

Atada a mi corazón,
te diviso serena

cercana a toda ilusión,

que plañe, que vuela

oh, ultimátum de alma

despierta, que luce mi elegía

en mis manos grises y labios escarlata,

ajadas de calor humano.

Mi pena ya no bogaba ahogada.

Afán insobornable dicta,

harapo no es mi creencia,

creer tiene más peso que el dogma.

Oh, brillo terso,

la luz intransigente, ya luce granate,

sublimada, goteando

colores y crisoles,

resplandecientes 

como duro bronce.

Entre un mar de gentes y bocas grises.

 

VI

Desdén de pocas sombras,

te han erigido,

alzar vetusta mi nave de tinta y sangre

al hoyo frío del Sol,

a ese fondo sin poso, ni fría vena,

un sopor celestial,

que baña esencias

y corajes toda flor que mi sangre no miente,

belleza, belleza eres

sin verte, un miedo avanza,

no se detiene de pensamiento que estás muerta,

cumbre de flor

mi pecho enraizado.

Vespertino iris encandilado.

Luz, quién te atrapase,

acariciándote para darte gusto,

y arrullo de esquema y estela cual lágrima de estrella.

 

 

VII

Rasgo mi futuro,

entre runas y malvas azures

y le dejó pintarse

sus lunas,

con mis manos ambivalentes.

Lava y ceniza,

es mi cariño profuso,

la sola ternura la Sponsa, su Principito,

todos mis solos otoños, como retoños

donde sus noctambules,

gimen que tú llegas, como un coraje de flor iridiscente,

a traer diligencia de letra entre corona 

y duermevela de candelabro

como canta y respira

la Reina noche,

me surges a borbotones púrpuras,

y de azules golondrinas,

un colchón de luz,

rasgándome el febril vuelo,

de murciélago castellano,

sí, soy yo.

Mi esperanza;

como brilla la última luz oscura,

se llama Musa Escarlata,

que quiero besar

y honroso rezar.

 

 VIII

Sale mi espíritu vivo, encendido

buscando tu pura llama

viva y excelente,

concisos mis ojos

encarecidos de lo vivido,

el mal siente y profesa,

ya no ha de ser mío,

de calor, sendero afable

y color movido,

presente de memoria ciega

oh, faustos raudales

de vil terneza ensoñada, primor

de ascua y acequia,

de bien derretido, sin salida-


IX

Yo ausente de ti,

cómo has de valerme,

si de vida voy que muero ya en ti,

ni gozo diferente blande,

a este sentido intransigente,

espero otro día de noche temprana,

reñida luce mi porfía,

te quiero hasta tercero desespero,

oh mi dulce prenda conjurada,

de hermosísma Ninfa,

y términos cual dioses,

labro embebecido,

escúchame cantando,

entre estas hileras de rastrojos en llamas,

ya este señero, cual piedra erguida,

oh la sola mujer que amo en pesquisa,

Ninfa Musa,

mi pequeña ángel

no fío lo que no poseo,

ni conocida planta ceso resguardo,

Dafne por mi razón llorada,

escurecía bullendo

mi lágrima múltiple que ya regaba,

hincando toda tierra.


Förüq

 

Förüq carpetano castellano

1 comentario:

  1. Ansia electrificada:

    I
    Déjame ser,
    por ti dejaría de ser la noche,
    para ti dejaría de ser el sueño ardiente,
    denso y profundo.
    Dejaría de ser noche,
    en escala y cruz desvelada,
    de luz abocada
    a su evanescer líquido
    de ser estrella de agua.
    Dejaría para ti de ser
    brillo cobrizo
    y encapullado
    toda rosa flamígera del atardecer.


    II
    Por ti dejaría de ser el Único Sol
    que refulge,
    y brilla terso en el día.
    Para ti no hallaría soledad en ojos,
    ni remembranza en melancolía.
    Por ti sería quien te mima,
    desde ascua, hasta tu estela milenaria,
    tu voz.
    Voz Angélica,
    que ni en adversidad,
    abandona belleza de reflejo nominoso.


    III
    Para usted dejaría de ser rayo
    que alumbra cada tormenta.
    Crepitando
    la poderosa centella,
    por y para ti dejaría de ser
    brillo terso.
    Ni electricidad de relámpago,
    refulgentemente bello,
    no sería ni poderosa destrucción,
    que cabe
    y culmina
    en un bello parpadeo.
    Por ti y para ti sería
    poeta solo y acompañado
    hijo de tu silencio infinito.



    Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García

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