Certero voy,
que alguien a mi zarzo
va subida y erigida.
Presiento, hasta mi verde espuma
ha tomado, toda.
voy yo subido en maravilla.
En su jaula pertenezco
y me quedo.
Aplaco prisas que atesora.
Escucho profundo, toda ella,
su voz, nada como su voz,
como pregonero cálido
y su vendaval.
II
Admito su permiso
a elucubrar su raíz,
salvadora, entusiasmado.
Blando deseos como arena,
y tordo de madera.
Me trae siempre
una canción a mi hombro
nana de estrellas
y pájaro piador
a mi ventana.
Seguro de mi suerte
que me habita en pleno
toda noche de cueva
y estalactita.
III
Cantar a su nido
ella me invita,
y un eco nos dirige,
como pan y cuchillo.
Vida mía, que era y es,
su esencia púrpura.
Todo mar,
voy en su cúspide,
sueño, el nuevo mar su sangre
como cénit y cardinal,
de ola mi talle.
Como ceniza de espiga
azulada.
castellano Miguel Esteban
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