jueves, 4 de abril de 2024

Sentido, eje TERCETOS ENCADENADOS

 






Ay, quién pudiera ser otro

que te llenase de felicidad 

con las mismas ganas,

bosquejos de ti me entran

y una bondad regresiva 

me aflora, 

de ti toda me baña, 

mi pena azabache se despide, 

adiós eriales, montes sucios

de azur sereno, flores, 

Campiñas y barbechos . 

Aras, aperos y labor de campo

quisiera cantar como canta la vida

entre vosotros, belleza natural 

dónde estás que despierto y no te veo

por más te busco, no te encuentro. 

Retazos de verde savia me siembran de ti

y el pajarillo piador me trina su jolgorío, 

te busco entre cascadas, pilones y fuentes, 

el murmurío de tu agua torna estridente, 

mientras me avanza la idea milenaria 

que nunca te fuiste y en mí siempre estás

como granate cauce de vida que compone

mis venas, no aprenderé a olvidarte

y si llego a querer será para de ti,

nunca borrarme, 

si pudiera callar mi letra 

sólo sería para silbarte 

la inmensidad de tu belleza para mí. 


Miguel Esteban Martínez García 



TERCETOS ENCADENADOS:


Ay, quién pudiera ser otro mismo
que te llenase de la felicidad
con las mismas ganas, en cataclismo

bosquejos de ti me entrañan sin piedad
y una bondad regresiva me acoge
me aflora, forjando ella mi identidad

de ti toda a mí, me baña, escoge
mi pena azabache que se despide,
y adiós erial,río fuerza coge

de azur sereno, flores, ya decide
Campiñas, barbechos, y sus marjales.
Aras, aperos, labor de planicie

quisiera cantar como cantan turbiales
entre vosotros, belleza natural
ella está, que despierto y veo perales

por más te busco, te encuentro.en el erial.
Retazos de verde savia me siembran
el pájaro piador trina su serial,

busco en cascadas, pilones, no encubran,
el murmurío de tu agua torna incipiente,
mientras me avanza la idea pocos abran

que nunca te fuiste y en mí así, ferviente
como granate cauce de vida que compone
mis venas, no aprenderé displicente,

y mi querer, tu merced interpone,
nunca borrarme, fin de acompañarte
pudiera callar, lo que letra entone

y sólo sería para silbarte
toda la inmensidad de tu belleza.
De firme siempre encontrarte, arrullarte.







Miguel Esteban Martínez García

Carlos Alberto Huamán

Los tercetos encadenados que has compartido son un hermoso ejemplo de esta forma poética. Veamos cómo se ajustan a las características de los tercetos encadenados:

Estructura rítmica y de rimas:
Los tercetos encadenados se componen de tres versos (tercetos) que siguen un patrón de rimas específico.
En este poema, la secuencia de rimas es ABA, BCB, CDC, DED, … y así sucesivamente.

Predominio de la emoción y la subjetividad:
El hablante expresa sus sentimientos y anhelos personales. La nostalgia, el deseo y la búsqueda amorosa están presentes.

Dualidad entre lo perdido y lo deseado:
El poema oscila entre la añoranza por lo perdido (“me acoge”, “lo que letra entone”) y la esperanza de encontrarlo nuevamente (“por más te busco, te encuentro”).
La dualidad es una característica romántica común.

Imágenes naturales y emocionales:
Las referencias a la naturaleza (“azur sereno”, “flores”, “perales”, “cascadas”) evocan belleza y serenidad.
El uso de metáforas como “granate cauce de vida” y “murmullo de tu agua” añade profundidad emocional.

El yo lírico y la introspección:
El hablante reflexiona sobre su identidad, su búsqueda y su conexión con la naturaleza.
La primera persona (“me aflora”, “quisiera cantar”, “mi querer”) personaliza el poema.

La musicalidad y el ritmo:
Aunque no sigue una métrica fija, el poema mantiene un ritmo fluido y melódico.
Las repeticiones y las imágenes sensoriales contribuyen a la musicalidad.

En resumen, estos tercetos encadenados capturan la esencia romántica al explorar la pasión, la nostalgia y la búsqueda constante. El uso de la naturaleza y las emociones crea una atmósfera cautivadora. ¡Un hermoso poema!

CONCLUSIÓN:
Miguel Esteban Martinez Garcia, cuando por naturaleza nos alineamos con el Romanticismo, a pesar de nuestro cuidado, el lenguaje poético va aparecer como manido. Es por eso que aconsejo se busque metáforas amorosas complejas y que al decir de Huidobro se conviertan en llaves que abran mil puertas.

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