Anublase mi fortuna
trocara tristeza por llanto dulce
y ese mi llanto ablandase
hasta la piedra más dura
en terneza suave
fantasía mi porfía tornase
mi Musa alzarme del suelo puede;
de hermosura su inmortal materia,
bañado de viento, voy de sueño piadoso
cuerpo mío desterrado y aquejado,
de gemido en dura suerte montado.
Recliné balanza y fuiste tú conmigo,
de sentido alargado, e íntimo secreto,
mi alma renegada no se negaba
entre la mortal gente,
su ribera umbrosa,
de llano y virtudes
que entre la niebla resplandecía,
luciente, de cristal, mi placer era.

MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
CRIATURAS DEL ALBA:
TOMO I:
PREFACIO:
Es mi libro con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de plasmar surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de absorción y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno buscador de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la concepción de lo que me parece bello para escribir en base a eso se surten las imágenes como abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.
Ya que la poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor del castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas temporadas seguidas de escritura durante dieciocho años. Un abrazo y gentil saludo autor Miguel Esteban Martínez García. La obra consta de dos tomos, dos antologías personales, selección propia de mi poesía, recogidas en Manifiesto flor de difunto, si el tiempo se contruye aquí hay casi dos décadas construídas del reflejo en escritura particular.
El castellano.
RIGE UN SOL NEGRO:
I
Ay, flor escarlata,
no pienses que cantado ya voy,
son tus padres principios,
a mí arde que me maravilla,
sola previsión,
como caballero en armas nobles,
dictado, su premura tempestuosa,
mis venas inflaman todo Occidente,
concede mi codicia de minero su verso,
precede mi templanza de pastor,
su éter sediento,
doblón y renacido,
es mi morir recto en aspas de molinillo,
oh, cobarde dinero que no me reverdece,
ni calla a este silencio me escribe.
II
Ronco crascita mi cuervo,
herir mi triste ojo puede,
pero acompasa que ni gana tiene,
murmurio de arroyo, abre sus ansias
libertad en Sol mayor
y dulces cancioncillas,
en celonía perpetua,
ávidas avecillas,
por montes altivos,
va que viaja mi escarpada idea,
en voz de corderos,
y rebaños de fieras,
mi furia visto,
de oro trigo y coronas de reyes
entre magarzas,
después de la muerte solo intuyo,
mis olas caerán aplacadas,
a esparcir negras simientes,
como sola canta la penumbra,
que todo engulle y sosiega mansa.
III
Resuena mi señero,
como dulce peñasco,
gime un son cantero,
oh, murmurio de jilguerillo,
giro, que tañe mi Musa,
Reina en el Olimpo,
Baco y Venus, parecen avecillas
el negro cisne de Apolo,
en lago la Estrida,
abacora mi nítida golondrina,
que va que vuela, al anuncio,
mi amor grande,
mi amor severo,
Por Sol, Luna, labrantíos, todos juntos,
vine a sembrar mi ilusión de alma,
lúgubre noche umbría,
avela, aguarda mi silencio gritado,
mi ciprés regio que vela mis muertes,
entre los pámpanos mi señor Baco.
Förüq castellano Miguel Esteban er-lobo bohemio a 4-03-2021
SUAVE NUBE RÍGIDA:
Foráneas eras propias
con vástagos
de Ninfas y Sátiros;
se plantaron de peces
altos árboles
y guiaron profundos rebaños
en el mar
afrenta impía de soledades,
que duermen
y nadan sus corzos secos
de estirpe dorada,
carcomida, agujereada,
de siglos;
Azul nube de mi vida,
abandonada
sin ojos suyos ni míos.
Bajel de mi custodio
incólume,
de ciprés mi valer
mi férreo pecho
en cobre
de mi fugitiva entraña.
Lluvias de esta sequía
Híadas que mi sangre tiznan.
No me encrespará la osadía
temprana, aunque me enseñaran
a luchar por lo que quiero.
Impávida por este mar de tierra
reduciéndose a la arena
más pálida.
Mi Noto impune
que muerte no teme
conculca mi desorden,
áspera quebranta el pío.
El Castellano
AFILADO TORDO:
A ese mirlo, mirlo único;
Córvido negro de profundo ojo
que picotea y escarba mi idea.
Que crascita su estirpe,
dejadle mi patio cada mañana
rubor de cristalina ala,
sólo hasta que no me queden ideas
que son como lombrices cristalinas
nacidas del agua de mi frente.
De esta enjuta tierra me camina
el alacrán.
Un campo de sierpes y torcaces
de grises ceños al ocaso del día
que entre mantas y saetas
se acuesta un sol ciego.
Audaz mirlo que ahuyentas
mis espadas.
Tordo entre espinas arreboladas
haz que se acueste mi mañana
bajo tus alas.
No me destrenzará la osadía
temprana, ni el día terminará
de llegar.
Tu risueña pitanza en corvo pico
ultrajada; Vine por tus voces
desenterrando abrojos y señales
uniendo el fin del día
con el fin de la noche
como tú quiero vivir,
termina mi idea.
El Castellano
IMPRONTA REVERDECIDA:
Unge el vespertino roce
de tu ausencia habitada,
una viperina falaz de siembra,
allá donde el silencio transmuta
la sosegada vida de mis falanges
rutilantes, un alambre de búsqueda incesante,
de tus mares de boca
mi nectar dispuesto,
miel de Dioses que encajan
mi sinestesia elaborada,
más quisiera apelar a lo innato
de mi naturaleza,
que llamaron pureza,
luces de sueños rotos por enmarcar,
ahondonada de las nuevas visiones,
tiempos cambian,
palabras a la fosa,
yo estoy esperando mi panal
de sombras de idea
sólo tu saliva verdadera
mece mi extasía,
por ende seguiré encargado
de esta acequia
dura, absorta de entregarme
al hendir de esta mi azada
darkness and magic
poder del sueño desagerado,
que nunca he alcanzado,
mira mi camino
soslayando
las rosas de la aurora,
entregando pleitesía
a tu señora mirada,
no te guardes
si vuelve este mi vencejo,
afilaré mi sombra
para entrar en la tuya.
El Castellano
LADO DE MI PUENTE:
Quédase austero
el pretil gesto
de ávidas secuelas,
rupturas d'esta compuerta,
de altura traspuesta
me alumbra esta ausencia
habitada, inducida,
paladeando mi dulce yerto,
conforte de volver a verte,
mampuesto en febril idea;
Apacibilidad de tu seña
y armoniosa senda,
me infundes arte de amarte,
hasta el diminutivo de mi término
castillo.
Por lo que de castro
soy castreño,
andariego,
que morir niega,
perduradora onda
de tu entraña,
clamor exaltado
en visiones de Quimera;
que resuene alto
bajo el asfalto,
que vine a tejerme exhausto
torres con callejas
me nacieron,
en amores
del dulce amargo hiel,
fuente fría y negra
de vivos troncos,
sentenciados;
sed como viva esta empresa
de brasas,
amargas piedras
del lenguaje,
hondo tallo
pronunciado sin base
ni escueta prenda,
Luna no te nombro
porque mañana cuarto mengüante
entro en rito,
confunde mi luz
tu hermosura
en voz y gesto
abismo pedercioso
preñado de paz,
sosiego de mi armadura serena.
Mieses que arrullan
colmenas de nidos
de cobres nativos.
El Castellano
ZANJA DE CARRIL:
Marzo que abrilea
y abril marcea, al dueto
de la sed universal
de su helor que duerme
en heladas;
Ando que me encuentro
perdío en un Sol
de agosto que espera
a su esposa
en cuarto menguante.
Yo seguiré buscando
el almendro de las almendras
de oro, mientras de mi empeño
socavaré a mi tardío
Castellano y su Leannán Sídhe
de su madre conciencia.
Avanzaré su cerca sin permiso
a poner nuevo estandarte
y despertar
al Miguel Esteban
que no nació todavía.
Guardarme el vilo
porque yo no estoy despierto.
Volveré con mis principios numerados.
Si quieres más de ellos,
dí consumido,
en zona yerta y su tierra
viva-muerta.
Donde desterré a mis abrojos,
y enterré mis escritos
con pauta alimenticia
por si despertaran
subsisten estando
nacidos del miedo
como yo estoy hecho de miedo.
El Castellano
PRISMAS EN CALEIDOSCOPIO:
Oscuros, negros, tibios
lirios en sangre de brea;
Acolchadas desquicias
en híbridas campanas azules
de los ángeles, yendo en borde,
siguiendo círculos,
moviendo espirales,
Vientos noruegos me llevan
sin patria, vencida por mitología.
Quicios de lúgubre destelléo
en oscuro límite tétrico
y sus mansedades caminan,
hacen nido sedoso
en moreras del sueño;
Vida través de una vida
dentro los hoyos del Sol
que sudan, sus notas de uvas.
Visitaré a Cernunnos
en el seno del bosque,
hablaré del cuerno roto
y su sangre que brama
flores de helechos.
Quién sembrará mi campiña;
estirados mis soliviares
entre azares que suerte corre.
Traspuesto al mantillo
y su compostaje silvestre
que solo se mantiene;
Verano que socava dormido
para sepultar los cardos
que tierra come
y levantar la estación
de los difuntos con hojas caídas.
Otoño sus fríos que me despiertan,
terminando de vivir el ocre
y su yerma plácida
de tierras sin brotes
en ventura de savia fría.
El Castellano
JURISCONSULTO DE SOMBRA:
Este mi humilde canto,
pedernoso, que blande,
que pregona compás en arraigo.
Quimera a tiempos
en puñal pretencioso
de espigas de idea.
Patria por siempre sin sentar;
Fugitivo sin amores,
surcos de fugaz simiente.
II
Docto de tu dulce vientre
tras fuego de ababol,
entre tierras de tus reflejas piernas.
Sed de mi sangre,
renacer acompañante,
aljibe sin fondo a florecer tu entraña.
Amor de pecho a espada
blancos que el ser crestéa,
jurisconsulto de este ser de espuela.
III
Redentora hoz de labriego
soñador, en soto de silvestre rambla,
febriles rejas de esparto.
Pinos que caracolean
el camino de este fruto de ensueño,
antes que morir sin amapola de fuego.
Creo, nazco y completo
una flor de la misma sombra
que trajo en fruto de la primera mujer Eva.
El Castellano
FLOR DE SOMBRA:
Impetuoso campo de mi celaje,
allende mis altas torres de belleza;
Inmobles rastros en piedra tumbados,
estos barbechos que me piensan;
Por almenas seculares,
remembranza en bastión,
de andariegos siglos,
me enhenchizan flores de sangre,
perduradora loma desgañitada;
Tráfago en mimbre cabalgo,
recama tu alma
como una losa sin frente,
ni gemelo tiznado,
por tener ajuar astro renombrado,
alzo mi quieta dicha
entre gentíos de mi oeste,
desvencijada suerte,
por azares de plomo y zinc,
fúlgidas cabelleras
norteñas en crestas
sin linde mutable,
acababa de irme
y no soy adorable,
es una fosa de recuerdos
ahogados en silencio,
vagaroso desdén
que me enjalbega
en cuerpo,
mi luna fija, vaporosa,
luz en libertad de mi regazo,
abismo cercenado,
de cálido espanto;
sosiego, quietud del bastardo,
regio Lugh meditando.
Sin mis vencejos
no brota esta fuente,
naturaleza cuando amarte
se vuelve arte.
El Castellano
VIDA DE LA VIDA BAJO TIERRA:
Tornadizo quebrar de la simiente
acaso el ojo de tierra no viese,
clepsidra en goteo,
del Nitrato de Chile
En este mes de la parra
y de la zarzamora,
sulfatos de cobre anidan
su violáceo vientre
que respira;
vida de la vida enhiesta,
mantillo sin raíz oscura,
viril anélido sin carcasa,
fértil embrujo de larva
y su hechizo que metamorféa,
sin aroma no preguntes más,
liras blanden su chirrío estacional,
que avasalla sin hacerse espíritu,
tojo clavado al viento;
Castilla tú lloras
dehesa sin letanas espinas,
de lanzas,
lo que vence mi inmortal yaga,
enjalma mi verde intelecto,
orvallo de mi rivera,
viaja mi idea,
callendo el Sol arriba,
desde lo alto,
un largo recodo sin franca,
vega compadecida,
que riega ésta enjuta,
en cal y cantos despierta
de su arcilla dolida,
Diosa zurda tu nombre caminas
más por donde el arriano
plañía, y plañía, plañía,
su seco llanto de corazón
esquilmado.
El Castellano
OLMO DE IMPÍA MANO PLANTADO:
Exiguo campo de fatal avidez
y musas en bronce celadas,
sosiego calcula lo venidero
por dorados techos vencido,
por cuanto Parca ha conocido,
cuadriga del mañana
y sus cien rebaños
del afán que se lleva dentro,
grey de sombras en silencio,
triste, densa tensión escucha,
del funesto día , huésped
en la negra noche profanado,
afrenta de sus campos,
señero inmóvil,
que escucha a las víboras
sonando, guardando
al inofensivo lince asustado.
Vernal lozanía
sacude su rostro de luna,
entre sombras huidizas
y destellos planos,
en seno de esta avara tierra,
se despliegan las rosas
del rosal ya florecido,
su fugaz hermosura,
chopo gris y opulento pino
musitan la acogedora sombra,
suerte en urna del destino
que embarca o hunde en el abismo.
Viaja el corzo mi idea,
entre flores que Primavera exime,
verde flor aún en capullo
soterró el otoño
y los fríos vernales,
alza un lustre caduco
al servil gozo de su tierra.
El Castellano
JURISPRUDENCIA DEL BESO:
Vanos sentidos
temblando la noche tenue
cosida de luces efímeras,
lecho partido
mitad oscuro mitad luz.
Luna que descubre y muda,
sobre la soga que retuerce
el olmo frío y duro
un invierno trasnochado
que huyo
y huyo buscando tenor de ventana,
fría endeble quizás áspera
como la hoja.
Vinieras y te quedaras
como la suave caricia de primavera,
mar de tierra que estira y no duela,
otro camino se afila
sin desvanecer;
piedra cerrada que te alcancé a ver,
cristal de metal, perpetua, fugitiva
destino precoz te alumbraba,
como eras,
pluma de tierra,
sonrojada vida a mi vera,
planteada osadía de quimera,
vorágine encendida
mi esfera prendida,
ascua por el Sol que espera.
Diosa, mi ciudad ardiendo
en el sueño de mi paraíso ciego.
Plaza en la historia del corazón.
Sombra de mi destino prometido,
serpear incesante por tu imagen
no preguntes a mi espejo,
ni al viento sesgado
soy etéreo como sombra de ciprés
un día nublado.
Espectro del vivo silencio
encarnado,
palabra sin precipicio
ni soga que levanta,
moneda de tres caras,
espina en la rosa de tu tierna cara.
El Castellano
LARES DE EQUILIBRIO PERFECTO:
Coso mi atelier simétrico,
nacido entre ocasos vespertinos,
sí esos cuando la flor camina
con nombre de mujer.
Vidas en haz purpúreo
al argénteo astro;
invisibles senderos
sin sombra ni difusos lares
donde los afluentes
confrontan en tu ser,
sin brío no hay pureza,
sin pureza no hay sangre,
y qué yo no te daría,
acaso el silencio no fue esculpido,
por impulso del error,
raciones de arvejas consumidas,
por llamas de lúgubre hendidura,
Dioses míos yo cómo era,
bueno no me acuerdo,
seguiré con mi venda
hasta que ella me la destape,
secuéstrame en tus dignas alas
que yo vigilo
como vigía de nuestro sentir,
custodio d'este sin vivir sin tu ser,
no hay luto de espadas
que no se afilen solas.
sin sueños no soy hombre,
ya lo dijo alguien,
fusión del frenesí
hablando con su infinito a solas,
como cuando se siente amor
en la vida,
sólo una vez y perdura
como la letanía
de escarcha derretida,
yo no estoy despierto
he venido a asesinar al tiempo,
y que se cobren con él mis deudas,
sigilosas, etéreas,
hasta arrebatar su azada traspuesta.
Así mis esferas sean siempre verdiazules,
como la verde espiga el agua
que la vuelve pasto.
El castellano
ECO DE AYER VESTIDO:
Honrada tibia luz caída,
pasaba y me ungía este sol puesto
una mañana amarilla, vestida de invierno
y su frío azul, encendía mi cigarro
y un humo y un eco envolvía
un hueco que dejo abisal la última helada,
carretas deslizaban las nubes
abriendo el vientre helado del cielo
este Sol tímido de invierno
parecía asustado sin ocaso
ni pájaros fantasmales
que le hicieran nido.
Me cobijaba la sombra de un ciprés enhiesto,
abría las puertas de gramas voraces,
lirios negros franqueaban mi verja
de pensamientos que se amontonaban
en la puerta, rezaba a mi Sol
que no me hundiese la primavera
como si él eligiese esta sequía
que la tierra llora y quiebra sus entrañas
vestidas, el viento era más fuerte que yo,
llevando y sujetando el iris de nuevo tierzo,
crascitaba por ramaje de mi muerto brevemente nogal
de sombra densa cobijando tenebrios,
bajo sus hojas caídas.
Portón de tiniebla, el paso de su oscura raíz,
despertando el devenir
rompiendo el nicho de la primavera futura.
El Castellano
CALLAR DEL ASCUA:
Este bregar me cubre,
del que vengo,
un sol de esparto,
un ocurrir del que venga mañana,
nubes acolchadas me aguardan,
por febriles heladas,
horizontes sin guardas,
ni francas tapias
deshacerse puede,
era una luna de trapo,
que espolvoreaba la tierra,
su belleza se acostaba
en dunas de plata
mientras su alta ojera desplomaba,
su insomnio de infancia miro
y dime,
por mi desnuda imagen
que yo cerraba mis ojos
se acostaba a plañir,
tu transparencia me clavas
como ferviente yunque helado,
las espuelas tuyas corren sin caballo,
intranquilos ceños
me conducen por muros
y celdas de sosiego.
Cuándo venceré en este diáfano cuarto,
donde las sombras caminan,
y las voces en letra difuminan,
esbozos en coro de grillos,
en este lecho,
mi nicho donde me acuesto.
Confín de vagorosa imagen
que despierto,
cada vez débil,
cada vez más encerrado,
surtidor de fantasmas
que arregazan era mi dolor,
esperando para brindar con el enemigo,
humo oxidado sin ojos que duelen.
golondrinas dulces balancéan mi día,
día entre sotos sin perdices
caminando mi patio;
fabricándose en él escarchas azules
con todos los rostros de diciembre.
llave fue, cincel encadenado,
lenguaje del ser claveteado
en recuerdos vanos,
polvo de poema parlotea
y dirige a callar hogueras,
fuerte raíz es palabra,
un calor retumba,
sobre márgenes de ríos sanguíneos,
reposa sobre la música su alba,
ventiscas que trae la noche,
alejando, alejando los sueños;
despertando el pasado,
abriendo luces en osadía
a quebrar el tiempo.
El Castellano
BLANQUEAN SUS ASCUAS:
He cosido, dibujado tu sonrisa
con tempetuoso órgano
al clarín violaceo de mis dedos,
avanzo senda con el fervor de mi Sol
dormido o estudiado alzo brillos a su dolor,
intransigentes palabras al silencio
que fue parco sin eco
sobre la sierra febriles dientes de siega,
me dijo su olvido que él no espera
a lo que abrirá mañana.
Ferviente luna sola abre su alta ojera
por cuantos la conocemos sin verla;
así su fondo sin sombras densas,
ni su acuartelada estela.
Mansamente cruzarte será verte
luz uniendo mis sueños de acariciarte,
condicional de reloj de tiempo disuelto,
leve planta criatura azarosa,
de translúcido amor en tu cintura
descorchado,
fujitiva alegría anidada,
el desertar de mi sangre fue llamado,
a realizarse en clepsidra de vida,
huyeron mis borbotones a otro cauce,
otras venas y arterias que te riegan,
juego como animal entre tus riveras,
piedra sin ajibe ni ortigas de auroras,
invierno de transeúnte helado
abrazas mi ascua de nicho,
al abrir de la flor que espera,
segunda tu avenida sin corceles de viento,
ni rizadas venturas afilabas mi carcoma,
oscuridad vencida alegre,
afinaba mi acordeón de quimera,
un transcurrir frío sin secuelas de difuntos,
deslomarse pulcro, entre la grama
de un recién abierto invierno.
Entonaba un grillo
un chirrío de soneto,
miraba mi estrofa ausente
blanqueándose entre hormigones
de leche,
siendo mi vida más
que un simple paso a la muerte.
El Castellano
LAS NUEVE:
Los verdes eran azules,
amor como rocío en la mañana,
viento de cantar
entre tu ciprés secuaz,
despertaba la flor hermanada
con el idioma de la mañana,
viento entre mieses más altas,
era yo entendiendo
el idioma de tus pájaros dormidos
situado entre rejas de gramas,
y tréboles carceleros.
Todo despierto, rigurosa plenitud,
depuesta el alba
y sus rigurosos peinados de luces,
eran las nueve en el patio
de mi amada llena,
su sauce brilló y vibró
sus cuchillitos de hojas
con cuantos años dispuesto a andar,
calles con callejas me llevan
a su mar.
Donde intranquilo se acuesta mi Sol,
cantada abrazó la flor
al viento que pasa y no mira,
que arropa y no descubre,
canciones que bailan su mañana,
por pájaros azares que la vida trae
y en su patio encuentran.
El Castellano
A UNA ROSA DEL TIEMPO:
Verde rosa proscrita
abre del tiempo verdades
que inflaman la oscura noche,
al flamear del angosto
su espina cierne,
hojas del tiempo se cierran
rizando, caracoleando
una espiral malva,
vetustos testigos
estambres del fuego
y de las sombras nacidos,
osadía violeta
entre raíces de siglos,
ascua que arde deseos,
crepitan pétalos
encajados, una realidad
sin techo dorado
firmamento anudado
por cuanto ha conocido,
no llegó su marchitar de brea,
guiños al viento descubre,
mira y se sonrie,
en aquel diáfano cuarto
de estrellas sin encarnar.
Claro oscuro de su prendida suerte,
alumbraba lo inerte,
entrometiéndose por rejas
de momentos tenues,
sotos sin hueso regentaba,
vagos lindes sin estatua,
ni otras flores
que su belleza empañaran,
soledad perpleja del devenir,
aguzada torpe sin rostro
ni desdén devorado,
clama silbidos
que colman de noches
y sus vestigios,
abriendo estelas
tejiendo sus casitas
de arañas que flotaban
como lunas tendidas
del techo de su caverna flor.
Desnudando tristezas
llamando al oro
del alba
y su recto oásis de Sol.
El Castellano
MARIPOSAS EN CARRIL:
Compases labrados
de un tiempo expirado,
soslayado
ademanes de que el amor existe
y corre los parajes
de tu sembrada piel,
resguardos oníricos
de lo que llegó a ser,
como noche
que aguarda el resplandecer.
Siempre nos deseamos
como abejorrito a la flor,
como piedra a la montaña
y agua de cascada a la pendiente
eso es amarte ferviente,
como agua de marzo
abre la primavera,
quiero estar a tu vera entera,
y ser espectro de primera,
no será eterno mi mármol
pero te alzo un beso
como cántaro,
vales mucho corazón
y por si no lo sabes eres sentir
como rayo
que tornasola mi corazón,
te descubrí nos descubrimos
y nada quebrará el designio
que Dioses aguardan
mi princesa del lago
de mi ilusión
mi Araucana de emoción,
no partiremos sin ir de la mano,
en alabanza canta un cuclillo,
dejando canten todos los grillos.
¿Cómo encadenar la luz?
y atar las mariposas,
¿Cómo escribir sin fijar horizontes?
y anudar plomos sin fundir a ideas fugaces,
cómo conocerte y no besarte,
te entiendo y a la vez te siento,
sin semáforos y alquitranes,
sin hormigones de leche,
puliendo el blanquecer de mis ilusiones
que te prometen,
distancia quejumbrosa
entre alas que sostienen
que en tus ojos soy bruma que florece.
Y mayo que reverdece,
contigo soy lo que quiero ser,
mordiendo la solitud
que desvanece,
entre corajes nacientes
y soles pudientes.
Quiero tu dicha eternamente,
siendo el lado de mi suerte.
El Castellano
SONETO APTO:
CRUEZA SEMBRADA:
Amándote ferviente, nueza llama,
presa amapola en sangre se quedó,
sonriente aurora, veza la heredó,
tu corazón alqueza, fuerte se ama.
Renuevo esta mi sangre, pa' ser rama;
Veraz la rosa, amor siempre alegó.
Al latido, su beso le ofreció,
la flor abierta en agua se proclama.
El estambre, súplica nocturnina,
piel acaricia , ya brindó mordaga,
su gineceo blanco, sanjuanina.
Óvulo y ataraxia, adreza aciaga,
tierra, anclada la doña saturnina;
Germina fértil vientre, enhiesta briaga.
El Castellano
NOS QUEREMOS:
Se querían dos sombras
como evanescer líquido
de rocío por savia y tierra
rejuvenecer,
como flores a la alta espina
de proteger,
belleza oxidada,
ellas dos sombras
con camino de piel,
abriendo de la noche
gema profunda de lenguas azules,
era un camino el alba
por descender,
ellas luz querían ser,
vestidas de ásperas ondas
impalpables,
seguras sin obstaculo
eternas,
crispaban el tiempo
y se querían sin envejecer,
fría segura que su alma se iba,
suya, cristal vaporoso
de amarillo viejo,
su entrecejo deseoso,
querían entre noches
de gatos fugaces
por tejados colindantes
que anudaban rayos de luna,
su tristeza era pura
se anidaba en sus cabellos,
seca, entre sus cuerpos etéreos
la ausencia hacía verdad de idea
trasnochada,
su soledad muerta
de insectos ranqueosos,
asida de purpúrea pluma
y lunas enajenadas
con cristales lucientes
en navíos de tinta,
perpétua osadía
de ser luz,
como silencio
de Dioses relumbrados,
y su oro vegetal,
como ásperas rocas
destacadas cerradas
al molino de noche,
se querían dos sombras
inertes
pero vivas al ralentí
y carrusel de estrellas
pudorosas y ponientes,
su quietud sin color,
su amor por unirse
como dos gotas al helor.
El Castellano
BRUMA DE OTOÑO:
Afinaré mi melodía
para sordos,
desmenuzaré la luz
que brilla y alumbra
a oscuras
de la razón más plena,
entre sílabas
de la palabra meseta,
abriré el son
de grillos tartamudos
y erizos de idea;
Me guardarán el vilo
transeúntes de crispadas
espumas de luna,
entre corceles ciegos de viento
encenderé, viajará
mi verso.
Avivaré aspas
de molinos precoces,
mi sol dormirá
un cuclillo despertará,
tiempo entre escalas azules,
y espadas florecientes
navegaré hasta mi suerte.
Por soliviares vetusto
y sus flores de cardo,
soñaré el recodo
y sus ramblas de ensueño,
me enraizará el hinojo
mi sendero esquivo
hasta que se vista de endrino,
negra torcaz aletea
hasta posarse en mi cuerda,
caracolea
el romero mi destino,
surco ahondo
de vid y centeno,
de trigo trillado
en colapso de sienes amarillas,
monte olvido
de mi recuerdo,
fugaz entre estambres plomizos.
Aletargo maestro
de cuchillas calizas
hueso de cal y canto,
corre la sombra
de mi zozobra;
Por cuanto yo he conocido,
quizás más
que un almendro seco,
cuervos fugitivos crascitan
el reverdecer de la encina,
picotea mi cabeza
un pájaro de hondo trino,
hoguera de desquicia hiende mi ser,
por barrotes de esparto
esperando que llueva del cielo
como antaño,
profuso soliviaré
este diente de espina
buscando rocío
anudado en flor.
El Castellano
CAMPOS Y EMOCIONES:
Guadalajara te recoges
en la loma despeñada;
cumbre de valles dormidos
y turbiales del Henares,
agitas ninfas en sus aguas,
al hervir de álamos viejos
arribas calles entre mocedades,
tus retamas de parajes
arden.
Eclipsando antaños
de la perdiz sujeta,
surcos de aras tus uñas hacen;
vestigios de que el poder pudo,
caminas descalza los años fugaces.
Niebla asciende tus iglesias,
reposa y tus gentes
la despiertan,
al otoño que no quiso venir
te hablo como un hijo a su madre.
Cúantos siglos quieren
tus adoquines terrenos,
asidos de hoz
y colmena de tus abejas,
un descender de la vida
entre corajes de encinas
y oscuros soles
que abren de tus parques las fuentes.
cuanto yo he conocido
de ti, es poco.
como infante en tus nidos de tordos,
no te quedaste en los hoyos .
Cimientos te desnacen la entraña
del ayer carpetano,
por cuantos siglos de comulgaron,
hija y madre alcarria,
entre mansedades de hermanos,
sabor de chopo inusitado,
helor del antaño,
resplandor de verde militar de ciprés;
olmo sin fondo ni tajo,
córvido nogal de tus insepulcras raíces.
Miré hoy mi espejo en ti abandonado,
y no quiero desenraizarme
de tu pálida tierra,
por cuantos te conocemos y te conocerán,
fiel canasta que nadie llevará,
tu sonrisa jamás apagada.
Al tiempo que abrirá.
Al tiempo que abrirá.
Tus labios que juegan y se tienden,
hermanos de mi trilla,
hermanos de mi arado,
labios visitando acres de blanca tierra,
por callejas y cuestas de dulce idea,
levantas tu dorado cuerpo
de mujer esculpida,
por cuantas piedras te tejieron
en armonía quiero susurrar a tu belleza innata,
que juega y ríe descansada
en la música de tus álamos.
Ríes trayendo tu canasto de mieles alcarreñas,
juegas con quienes hemos depositado en ti confianza
de vivir en el sosiego de tus senos
que guardan los siglos
que lleva tu entraña erigida.
Mirlos enredan en tus cabellos
sosiegos mañaneros
por cuantos te conocemos
localidad de luz,
que abre su remanso
al Henares y sus espumas,
creación no creada,
nacida por cuantos te conocemos.
Cuartelillo de tus fervientes chopos,
riges tu guarda en tus lanzas de cipreses,
abriendo tus campos al cernícalo señor,
y a los estíos chirriados
que el alma te acogen
¡Oh Guadalajara!
El Castellano
ESCARCHA SOMETE:
Avanzas el campo
de mi irrigada sien,
cara por cara,
ojo por ojo de este abrojo;
Destino ciego de mi celaje,
bronco mar de trasiego
al broncinéo lar
encorajinado, nacido
de un pelo de un pelo,
rescoldo socavado
un acre sin pestaña hiriente,
vistas tras los espejos
para ser libre,
y enraízar este Sol ferro
que rehuye, desnuda las nubes.
Es un viento solar que me encara,
y afila mis fauces
que desencajan el tiempo
que ya marchó.
Pude venir a vivir
en la ola de luz serena,
el relámpago me alzó en compasión.
Pude renacer
pero no soy adorable,
desde estos acres
traigo
la flor de difunto
insoslayada,
sembrado el tiento
queda resurgir del azabache,
y bailar sones de grillos
con sus raíces del mañana.
El Castellano
URDIMBRE PRENDIDA:
Desempeño, tejer la letra
infinito parco de estrella,
desmenuzar lo efímero
donde plañe la belleza,
capturar gotas de lluvia
en estambres que acrisolan versos
de madre flor poema,
avivar su ascua eterna
de silencio acristalado,
hacer lo diminuto gigante,
y lo gigante magia de ensueño,
abrir fauces de la fiera
y ver qué espera,
bailar en el seno de un arco-iris
despertar quimeras sigilosas
en cumbre saciada,
encontrar cadencia anhelada
bañándose en mis recuerdos
como pez iridiscente en llamas,
ver la espuma de la letra
y acompasarla,
abrir el pozo de ilusiones,
desnudar el azabache
que llora la ausencia habitada,
por mil dragones de cien fuegos,
hablar y destrenzar el idioma
del silencio malva.
Rejuvenecer la letanía
entenderme con mis Dioses,
encontrar la certeza dibujada
que puede ser mejor,
afilar hierros de espadas de vocabulario,
dibujar ocasos venideros;
Sumergirme en la oscuridad
y volverte a soñar,
nueve cosas dejo en mi tintero,
todo lo que espero,
lo que nunca escribí.
Si supiera hacerlo no escribiría
lo que siento,
yo sólo pinto lo que no ven mis ojos
aljibes soterrados de mi calavera,
caracol es este talento
unas veces llamado tiento,
el mundo reposa en mi libreta
yo soy su dueño,
papeles testimonios en blanco
de lo que es para mí escribir,
ese idioma de los Dioses
danza de ninfas y sátiros
que abren su caudal de tinta.
Con besos de rocío.
El Castellano
DESTELLEO DE ESTAMBRES:
Eran de noches eclipsadas
un fértil embrujo de sangre,
en los jardines que el aura gasta,
y sus notas de clarines reverdecidos,
un poema me alzaba la dicha,
entre gatos relamiéndose el hocico,
se construían torres al clamor
y su trasiego azulado,
serenidad en rostro de mi aljibe
preñado, sueños y vicisitudes alumbraba,
escalinatas al sosiego mañanero
que todo avanza.
Incolume , ferviente desdén
estre flores granates de sangre,
era mi sueño cojo abajo los años
que sembraban patios sin flores
sólo de versos, al menos eso.
Un beso sin mares de boca,
una caricicia sin pieles erizadas,
una escala al infinito horizonte
sólo para observar quieta mi desquicia,
como espina que sin rosa no se afila.
Fulgores efímeros, inusitados,
en superficies de charcos migratorios,
era feliz mi tordo rutilante
de mi jardín, en el que lo pequeño
es jactancioso y todo rige la ley suprema
de la belleza desnuda,
con tez de arcilla dolida.
El Castellano
CUERVO DE IDEA:
Crispa su metal
como fuente soslayada
del azar que vuela y corre
destellando.
Estridencia recta, dorada al gemido
en hoz de guadaña,
es una espera mi fiel apostado mañana,
cumbre sin rizos de alba.
Yerma, plácida, insostenida,
mutable de verde caduco
al sostén que su pecho hiende,
erizos de senil ascua.
Dioses anclados al servil gozo,
consumado, me alzo que levanto,
negras tardes de las tierras,
salvaje canto en abismo prendido, soterrado.
Ara en fulgor de combate
con mi serio descampado,
rige y exige la semilla al Diablo.
Fiera de las fieras,
compostura que sueña la guerra,
fanales hogueras en colmenas y sus gentes.
Oscura esta noche
de oscuridad y umbría niebla
que cuelga la luz.
Miro la sombra, me desliza su estampa,
ondas tenues en acristalada sien,
lima ideas a la fugaz, encarnada siega.
El Castellano
VENA DEL CIELO:
Solitario rayo
luz me arde ahora
en el mirar ciego del sueño
sin miedo sin embargo
saboreo el viento,
los cielos me poseen
de nuevo sobre los años
que ellos son,
algo llega a la rosacruz
de ayer
y sus nueve caídas
de sus ángeles despiertos
en tu sueño me ves invernando
dorando mis pelos de murciélago
bailo el colchón de nubes
que sostiene esta mi noche
para desaparecer llorada la tierna cara
saboreando una sombra más
que me vuelve
imperceptible
muerto sabor
de obscuridad sin faros ni luces
ni fusiles que matan hermanos
de su tierra y sangre
crecieron los caminos
y el rojo fuego versado
brotó en flor de amapola venidera,
dime qué debo hacer
¿Algo erróneo?
No puedo volver atrás
se sostiene aparte
la fuerza que nadie alcanzará
nada por cambiar
todo está hecho
algo que asalta aparte
puedo volver y empezar de nuevo
sin mí, sin vida, sin cuerpo
sin lo que me ata a éste mundo
mañana veo el futuro
la destrucción del pasado
quedará atrás.
Corpus, anima, crescens
sol refulsit,
lux
et patientiam meam scientiam
florum, est vita
nosotros no somos lo mismo
la bondad sangra las venas
gustos, deseos, vencer,
arder sin perder aposta la partida
esa que las hiladoras tejen
momento del momento
nacido absorbiendo el hilo del tiempo
las piedras lloran flores
el final es volver a empezar
viendo y amando
el ancla errada de mi lugar,
continúo al cuervo
que me vuelve más fuerte
ave más inteligente de la faz
poder de la misma
energía
en tormenta de conciencia
siendo ese rayo solitario
que partió todo inepto,
inconsciente tormento.
El Castellano
ACRISOLADA IDEA:
Acristaladas, relumbradas fuentes
patios de ideas remitentes,
soles pudientes entre espadas fulgentes,
narcisos dementes, encorajinados tapices,
malvas del sueño vespertino, precoz,
carruajes de sienes nacientes,
ilusa suerte en colchones de nubes,
quebrarse quiere al inusitado compás;
Mañana abrirá la nada,
hondos cobijos del ayer,
no puedo dejar atrás,
llueven ayeres en gotas,
hematite del fabricado mañana,
solaz escarcha que me acostumbra,
por nidos de grama y sus testigos;
entre cuchillos de silex avanzo,
dejando generación seca
del brillo crispado.
Octubres secuestrados en su halo,
gritando el sueño de los noviembre
entre fríos feroces.
El azul musitaba entre los árboles,
grité no morir aquel día,
ser relámpago de la brisa,
en esta tierra sin nosotros
traigo el ababol de un otoño que juega
y rehúye los párpados,
como hojas secas prevalecen
el huir de los pájaros.
Destino me alumbre allá
donde los peces se anidan
en los árboles de atardeceres,
joviales como joven vientre de espumas,
el tiempo acaso no partiese,
cansado de ser siempre el mismo,
hogueras atrás yo no estoy despierto,
calzo mis campos
en enredaderas de sones perpetuos.
y afiladas vides de Dionisio.
fenezco como fenece por los siglos
el almendro.
El Castellano
ONDA PERPLEJA:
Luz cautiva, ardua, ofrecida,
el viento me ha dicho,
de su furtiva llama
que él no traslada,
abrí la pupila de la noche,
me vieron cinceles
sonámbulos,
pinceles sedientos soñaban
un ocaso perdido,
espigas blandiendo tiempos
caducos entre retozos
de jóvenes margales,
sin aroma,
el celo del paso del río
cuenta de enredaderas
y sauces cabizbajos,
entre álamos abre sendero
el cuerpo que no se vence,
acristaladas ideas
de renombrada senda
por membrillos
y nogales tartamudos,
era tiempo de trepar el tejado
con gatos fugaces y lunas sin sábanas,
ferviente suerte entre barrotes
que me alejaban de la ciudad
crispada, humeante, entre gravas
y alquitrán florido de edificios,
huir no es opción
pero sí solución.
Hondo reflejo el curso del latido
que amilana a dos voces,
el presente huído del precipicio,
era una ventana
y una nueva esperanza,
zanjas de carriles
sueño que aquellos pinceles
me pintaron el sueño,
y seguí de aquella luz su reguero
disperso, etéreo.
Hasta vivir en la sílaba.
El Castellano
RIERA DESLIZADA:
Hundido por juncias,
despertando caléndulas,
someras, solariegas,
era otro lado donde estaba
hablando, entablando con Ostara;
la tierra que no era pobre
su rigor contestaba,
prado que desciende
juntando un barbecho dolido,
conquistado,
marjal de claras hierbas
flaco acre dispersaba,
bancal de cizaña primaveral,
sutil caricia rizada en patitas de abeja,
parte de mi casa soterraba la desquicia
de un frío traído, heladas patriarcales
por aullidos de viento voraces,
como un rosario deslizado
con aflicción por la tierra,
un silbido del patio oscuro
como lamento sin lluvias socavado,
semillas brotar escabullen, pregunto
vive mi lluvia soñando
vivir deslizándose por la pila sacra
de tus pechos tersos de vientre de seda
y espuma, angelical rostro
llamando florecer colores dispersos,
vieja cueva cantando oscuridad,
como tránsito al amor por tu viña,
cantar de mirada extranjera,
hasta hacer la tierra nuestra.
Impetuosamente soy varón
y no dejo guerras personales para mañana,
ni ganar a puños pequeños,
de opiniones sin cuarteles,
firme elaboro mi respuesta blandida,
vieja, en savia bruta elaborada
necesito mi vera con sangre,
necesito mi vera acompasada
por tu soplo de mujer labrada,
querida dama elisalle amada.
Mi destino como árbol desgastado
de honda sien y senderos de carcoma
apuntalaba mi perpetuo mañana,
acicalando sus ruinas
para elevar su sabor de antaño.
El Castellano
INVERNANDO:
Camino la sierra
y labriego empedernido,
afilan cintas de esparto
y jocosos pinos bordean el monte,
era ella caminaba siendo mujer de húmedas hojas
y gramas recién nacidas
anudadas a la cintura,
era tiempo suficiente
para el recodo de un fondo fantasmal,
estallaba el acre que pisaba
palmo a trecho,
ribazos se despertaban sin alba
dejé un lugar ramificado,
más allá de juncos
y fardos de nueva cosecha,
sin ir más lejos
abría la tierra vieja invernando
su ombligo de invierno
la carrasca de hoja inmoble afinaba
sus dientes de hojas
que el viento pasa y respira.
Campo lejano por cualquier parte
sentir que dejaría plisado
por encontrarse con tus ojos,
pecho de paja nueva silo dormido
de hondo surco y barrizal,
oscilando el filamento de un severo cardo,
entre caracoles mutantes, judíos blancos,
dejé mi traje a reverdecer ortigas y orugas seculares.
entre la jóven hierba y el rojo trébol
del sendero,
recojo mi árbol del mañana y me marcho.
El Castellano
RAÍZ DE SOMBRA:
Nací cuando se disolvió la sombra,
era un patio de grises arañas,
con oscuridad en cada flor de luz,
rizaba y caracoleaba, una yedra su alba,
se acostaba el sueño dormido,
en sus ojeras de nácar de luna,
gritaba la eternidad por una siembra esquiva
que abría la espiga de versos carmín,
una sangre de espera en ababol flameando
es un sendero que abría el cuclillo
en su nido de espinas,
era su vida un soliviar
donde soterrar su miedo a no volver, a brillar,
temblaba mi cepa, un látigo de uva quieta,
livio, liviano, forjado, labrado, superior
es y era un campo de malvas de luna,
yo tengo huerto de sombras
que visitan soldados alados,
mis flores de difunto,
que abren sus soles
en crepitar de amarillos tules,
babéa alegre mi babosa
avanza sin casa,
que no sea mi tiesto,
donde enraíza mi vida,
límpido, es mi ávido deseo
fulgurando un crepitar descorchado
de mi luna de relojes,
acababa de llegar
a la cueva
de förüq vampiro,
allí donde las polillas
no tenían ni quitina,
tejía yo en mi tela
asida la brepticia
del amor a mi estirpe,
desde mi muerta vida,
al compás que marcó mi despedida,
puliendo este hueso
que me habita el corazón.
El Castellano
OSADÍA TEMPRANA:
Cuando te amo
mi mente se hace libre
invade una amalgama
de colores jactanciales,
abandono mi sombra
para saber quien ser,
un colapso de ideas me conforma
para encontrar beso y abrazo
sin despedida,
lo común se hace efímero,
y magia del segundo
traspuesto
entre la calma de la vid
y el chopo que dora el otoño,
cuando yo te amo umbrales abren
dejando mi luz intensa,
no porque lo diga yo
es que yo te amo,
no porque lo digan mis abrojos
de poemas rizados
si no porque esta realidad ya
no nos pudo sostener
sin unir tierra y cielo de tu ser,
cantaron mis grillos sonámbulos
el ser se enmarcó por crestería,
ganó una osadía temprana
y volví a vivir,
cuando yo te amo
estrellas acompasan
un fuego de nácar,
la valentía se hace fiereza,
el instinto no se duerme en sigilo,
las puertas se abren
cuando nos amamos
la realidad se arrulla
ante nuestro paso,
las pesadillas desvanecen
los cariños multiplican,
quedamos solos tú y yo ante la nada.
El Castellano a 30-10-2017
TRANSCURRIR HELADO:
Tiempo vorágine narcisista
que todo abarca
todo se lleva
desde el infinito del mar
al acrisolado
de la realidad del hombre,
retorcía en su nuez
que tenía más duración
que el punzón de la vida
que todo rige,
ilusión dormida en el rayo de sol,
veleta de nueve direcciones,
hueso que crepita lunas y soles
camino de ilusiones,
despertar de conciencias
susurro que gritan las estaciones,
caducidad avanzando
memoria relegando,
surco de vid y arena
surco del trigo y la sinestesia,
etapa doliente inventada
en lágrima del sol pudiente,
retorcer del viento
guiando realidad,
somero descanso
en el remanso de la idea,
nacer, crepitar, extasiar
en manos de su padre destino,
encontrar, desnacer
acaso acabar
en la nuez del tiempo,
relapso ciego
negándose, afirmandose
en su trascurrir etéreo,
del que ninguna materia
escapa a lo mutable de su ser,
compás de pájaros dormidos,
nidos para nunca vencer,
colmenas a lo efímero
que abarca toda disposición
de lo que se cree superior.
El Castellano a 1-11-2017
ODAS SEMBRADAS:
Duero:
Grita mi estupor y cuchillos
hieren volteando
una boca que la onda mece
flameando.
Se duerme la costilla
en el altiplano enjutado
de hayas y fresnos
recuerda su geología
únicamente saboreada
por el soñar de los picos,
virginal cuna del Duero
con tus curvas en rotonda
de castizas fuentes y abrevaderos,
dulce azada de agua
que bascula el sentir
de la enamorada palabra,
por cimas tu voz se hace meseta
haciendo el amor
con los pájaros dormidos,
templo y morada
de la cepa que a ti te alcanza,
agua furtiva corre por tu era
y reposa en tu infinita onda,
que se riza, que se insinúa
en vaporizadas Torres de belleza,
que en tu alma anidan,
sortilegio de rosa y clavel
cenit del dolmen tallado,
quién a ti en la vastedad del ser
en su pecho te lleva prendido
el fuego en fanal hoguera
en anchos panales de tus abejas.
Cuentan de la vida del chopo
tus diez mil espumas,
que por sierras
tu rúbrica dejas,
navegante con alas azules
el terreno que jamás te vence,
secretos de amantes
tus aguas llevan
haciendo bullir el inframundo
de los amores y sus galas mayores,
agitas con sangre terruna
el candil que abre en espiga,
anudando en tu cintura
tu idioma olvidado
pasando años fugaces por tu campo,
rodeando en ortiga
el triguero espárrago,
girando de la vid tu capazo
y sus manos,
haciendo de tu Vera
un Dionisio que al tiempo fermenta
tus besos de tierra.
El Castellano
Arlanza:
Arlanza cubres tus olas
de infinita seda
con el palpitar de olmos secuaces,
al verdor de frescos, jóvenes
álamos en pulcritud
de cenizas de fresnos avanzas,
quién en tus aguas
te lleva de espuelas
por tus solas riveras,
sin ocre con verde aliento,
te elevas de entre tierra de muertos,
deshojas tus notas dulces,
entre crepitar de martillos secos,
inertes en sed del más fuerte,
tu agua sin palabras,
tu agua sin vergüenzas,
sin rubores de plata
y sus nieves de espuma,
haces bullir inframundos de amantes,
romances con tus robles,
nadie te sostiene
tu olvido deslizado,
solo lindes quietos
osan acariciarte para siempre,
tú, tú imperecedera ante la muerte,
eterna suerte,
yo estoy contigo,
magistral obra no creada,
idioma oculto de tu haya,
espiga líquida donde las haya,
senil canto de cigarra
cuna del grillo en su sangre del atardecer,
acaso te alcanzan.
Cumbre eres sin filo ni cima,
rebosar de la vida sin prisa,
hoguera sin ascua,
calor de los seres que amparas,
descampado
porque el campo eres tú,
fulgor entre verdes sienes,
savia dulce de vida,
qué milagro a ti te llenó de vida,
o ya estabas en ella perdida
para ser envidia del Creador,
ciencia sin papeles
libro de tierra,
onda de segada curva
pulcritud de espadas al alba
sin principio ni final
sólo tú alzas la luz,
en esperanza de los que cayeron
en tu huerto donde descansan
las almas.
El Castellano
Río cuervo de pitanza corva
Vestido del risco tu nacimiento
negro en tu soledad de azabache,
tu soledad acristalada
por luces del monte,
tu idea reguero
que mi sangre lleva,
de enebro acincelado
tu cuerpo,
que se hunde y flota
de la roca
tu eternidad azogada,
huyes y ríes con carrascas,
sin quedar graznando
tu alegría.
Tu cuerpo de aguas sin ceniza
que la tierra llora,
recorres mi infancia lejana
sí esa que nunca acaba,
para yo ser del monte
y el monte ser mío
como piedra a su gamusino,
eres de la tierra
un dulce sino,
caracoleas tu rizada vida
de monte y estepa,
de árbol y raíz de tierra,
eres más que sístole
de romance que el alma enerva
con tus negras alas,
entre tus lenguas de plata
bañas la fauna
que a ti te alcanza,
por fresnos y hayas
riges tu templanza,
verdadera, que viste,
que enamora
ojos que te hablan,
abre amor tus pizarras
construiré mi casa
por el tejado de tus aguas,
para decir:
Yo aquí vine a vivir
bajo las alas del río cuervo.
El Castellano
Castilla:
Perduradora onda,
en cresterías
de la honda voz nacida,
tu profundo soto
de altas torres enfundado,
me esmalta la idea
con fragor de risueñas carrascas
las soledades del hombre ultrajadas,
agarrado a dulce señero inmóvil,
al pelaje esmaltan quebrizos
colmillos de umbrío tomo.
Cal y tierra entre follaje
de mi sierra,
pardas vidas me avanzan,
una oda al sendero
y su vida despierta
entre ojos de azores y sus ocres,
se siente, se añora,
se enraíza,
esto es Castilla,
esto es el flamear de una cerilla
de sangre henchida,
linde quieto de tierra madre,
por solares tu voz se despeña,
sosiego que tu linde oculta,
lumbre de entrañas
en quietudes de escarcha,
lento fuego ciego
de sonrisas del alba,
quédate, libérame este haz eterno,
quédese mi piel segura
al retorcer del castillo de Almansa,
honda tumba para tu belleza desvencijada,
entre piedras, y caracoles de astros
tu espada,
patio en sobriedad de tu tarde,
robusta flor entre Ermitas del mañana,
un talle del pueblo
sembrado por tu cúspide naciente,
sueño en fruto
carmesí sangrante
de tu corazón de amapola venidera,
dorada al cantar de espigas
y su mañana,
honduras de vidas
labradas cepas de sarmientos,
acoge en tu alma
este fiel ofrecimiento,
Castilla mi tierra, mi vida,
mi eterna semilla enamorada.
Fiel disparo entre acordeones
de encinas afligidas,
un marco difuso entre colchones de grama,
perdiz entre perdigones viajeros,
voy a tu encuentro,
me hablan fuentes y abrevaderos,
como tus tierras
hacen el amor con parajes dormidos,
respiro tus frías cuchillas
que entre clavos me marcan su herida,
fiel de caricia bebo la sombra
en tu calma sin despedida,
un trino quiebra el silencio
en blanca dama me avanza tu cebada,
un calor presto de caballero
a su dama hoguera,
servil entre abejas
y sus mieles alcarreñas,
tejida, lista,
vaporeada tu siembra
por antaños cobijan tus azadas
solariegas.
El Castellano
REFLEJO NAVEGADO:
Caminillos vencidos
sin escalas a una segura muerte
asida de un cielo de una estrella.
Granate lustre encontrado,
reverdece que no fue poco,
a ti nube imploro,
lleves los ocres
donde allí no existen,
todo juega en tus rizos de plata.
Hazme libre una vez;
Atravesaré la mirada del espejo,
y su fantasía profunda,
seguiré indemne acontecido,
me apoyaré en mis espaldas,
flagraré de mis espíritus
una verdad,
que crezca, devore
surcos de vana hipocresía
y sus llamas
que interés confluye,
leones aquí
dominados en mis venas,
una sombra fría me habla,
me relata el final
en letanía del tiempo cuando cruje
sólo una vez
por última vez,
hablé yo con encinas
que sujetaban mi esperanza
en campo abierto
sólo marchado
por las estaciones
ni mi jardín azul
ni mi acristalada fuente
con mi olmo desnudo
y mi ciprés de valer
ni mis hijas caléndulas
hijas esposas del sol
flores de difunto escaladas
jamás me recordarán
ni contarán sus penas,
silencio de mi enemigo,
encontrado a solas
resonando bajo el asfalto,
vestiré mi fuente de brillos anisados,
abriendo generaciones de luz seca.
Encontrando verdades
bajo las piedras del monte,
liberando el oscuro sentir
fuera los cielos
volviendo al final sin comienzo,
al dulce tormento
y su vuelta al inicio del sentimiento.
El Castellano
HONROSO, TIBIO PULSO:
Grave, y sonrío
entre la gravedad de lo efímero,
el castillo, el soliviar vetusto,
graves aras de sonrojos
al terruño,
un dulce claro oscuro,
tu boca diáfana, perjuro,
gravedad del insecto insulso,
un halago, un pulso,
enjambre de bellezas en tu nombre
quieto, sin arrullo,
cristal de humo partiendo minutos,
por qué árbol mío,
la proporción de tu aire
que alejas,
grave sin sueño alguno,
hondo soto, inconmensurable hacienda,
trilla que trillaron los hombres
antes yo nacer,
y ahora tantas luchas te siguen.
Tu pasión por un crimen de flores
y altas rosas,
corría un otoño plástico
por la vereda y la rambla enajenada,
sortilegios de hierros azarosos
y pulcras vides sanguíneas,
alta te quiero ver como la noche,
y esa luz difusa, vertida en lengua
de castiza fuente soslayada,
cincelando con tus manos los altares
de huesos que pertenecen.
Como pez sencillo de milagro
que tu boca sea musa, mi rosario.
El Castellano
FLORECIDO MÁRMOL:
Días oscuros en la plaza del Sol,
abrirse pudiera entre rayos regentados
matices insoslayables, fauces brillantes,
y candados de luces, humilde haz,
purpúreo al tacto, suave nube rígida
impalpable entre ocasos azules,
y leones grises,
con tacto terciopelo
una vida de amor eterno,
ola infame viene crispando
metales y fuentes, soberanos eclipses
que el viento nocturno navega y juega;
soledad atónita entre enjambres de gentes,
confiante sentirse bajo el Sol humilde,
espumas de ángulos fugaces,
me palpita amplio con serena voz
desangelada, la vida del hielo,
helor entre escarchas,
y su vorágine de cementerio.
serpear entre raíces ahogadas,
afluidas esperanzas unidas
en el trasiego.
con el viento te digo
que no te olvido ni muerto,
no surcaré sus vetustas alas
ni enterraré mis ilusiones
en sus jardines de albas
y hiedras voraces.
Entre ortigas que abren insomnios
fugaces colaterales
donde exista el acero y ala de pecho,
dormiré en los siglos de tus ojos,
entre turbios cipreses con sabor a luna,
entre la grama reposaré mi razón,
despertando habitando mis granates
huéspedes de mi corazón.
El Castellano
MIRADA HILVANADA:
Miradas sacrificadas,
en el vasto infinito
que hace nombre el color,
entre cristales y sus cuchillos
de verde espliego,
entre corazones de cuarzo
fue mirarme dentro de tus ojos,
severos, hondos
como pozos sin cuenca
ni final.
Era el sonido de un murciélago
rasgando sombras,
todo lo que quedó sin marchar,
ruido de otra tempestad,
que sacrifica y avanza
truenos del umbral,
ventanas al paso de los años,
quedarán empañadas,
algunos no cambiamos
a la vuelta de la estrella.
Resguardos del precipicio
aventando el alma,
me miro en el cristal de tierra
y azures desvanecen
azabaches crecen
tapando lunas sin relojes
estampas valientes entre yedras
echando flores,
mármoles dormirán sueños
arremolinados
en aspas afiladas del miedo.
El Castellano
PECHO EN HIERRO MONTADO:
Infiere de nocturna flor
nuestra cabida de luz vana,
un día será el siglo de matices
con su avenida escalonada,
suerte en mimbre de tus estrellas
en mis pupilas,
desafíame el lucero
mi malva runa,
satina mi firmamento de lunas,
llega donde no llegan las enredaderas
de mis vilos noctámbulos,
soy enfrentamiento con mi existencia por ti
partida, vestirán las flores mi magia,
para florecer madrugando,
y que su espera me sepa bella, clara
como el osar brotado en primavera,
centella que gasta tu ambrosía amada
cobrando a mis cerrojillos nacidos del alba,
argos sumos en luceros despertando sus arañas,
nubes cabalga, aire sostiene tocando mi esqueleto,
Campos de Castilla, soturnales labradores,
abrid la tierra espera nuestro fruto de nuestras lágrimas
en acequias, hasta que llore el sudor de nuestras manos,
y las matas canten el fragor de nuestras bocas,
¿Quién me conoce en estas sierras de hoz y guadaña?
Yo soy el encargado de abrir los cielos
hasta que lloren, soy el que despierta a la semilla,
y grita flores con sigilo de chopo me guardo,
y entre rayos de bruma desciendo
hasta mi tierra madre de las sepulturas
de los abrojos creados,
pecho en hierro montado
soy esclavo de mis ojos liberados,
desafiando al viento creyéndole hermano,
soy la vida que me falta por escribir en bronce,
soy sangre, destello que mueve
la hoguera de mi escarcha.
¿Quién viene hoy por mi escala?
El Castellano
INSEPULTA TIERRA:
Entre labios grises
y ojos de fuego,
cobijan maculados
sueños vaporosos
sin vigilia,
entre gemas
y su áureo amarillo,
ignoto, desdentadas ilusiones
en carruajes veloces,
por mármoles del sueño
y ortigas que sepultan vanos
testimonios
en solaz yaga sin vientre oscuro,
se acicala dura como roca
crepitante que noche pule,
despertaban yunques frívolos
en estas paredes sin pesadillas,
el día sujetaba
respiros valientes,
¿cuántos zorzales partieron?
cuántas fuentes esquilmaron
su luz entre agujeros de trinos,
vasto templo de zarzas abre
su sonrisa por cuanto el río desvela.
Allí no habitará el olvido,
ni en sus brazos secos de siglos,
treparé torres de taciturnos
desvelos con ropa mojada
tras lluvias en mi ventana;
Venceré esta insepulta tierra
disuelto en la niebla,
de cielos en cinta,
por castizos senderos
de errores inmortales
serpeará mi pecho,
y su hierro de idea sola
cada vez más sola
entre corajes florecientes
e hinojos señeros
de senderos que me llevaron
al caudal de espadas.
El Castellano
HÓRRIDA SOMBRA:
Hórrido tronco, nogal excelso
que acunar su follaje baja
a orillas de diciembre,
un mar de grama extiende
el charco verde,
corretea y desliza alegre
la babosa como un párpado
del tiempo,
que la tierra sostiene,
sombra densa, despierta
afilada de filos de hojas
sus pasos flagrantes
de indivisible viento,
cava su lengua de fosa
bóveda de filos sin fin
adentrar sería perder
la propia sombra,
sombra de muerte
clama que es suyo
el nogal del tiempo,
caminillos de plata
tejen escarchas,
heridas clamando el despertar
de la cobijada semilla.
Sombra de nogal
quien te pueda acompasar,
ya no vuelan tus hojas,
ni otra tierra las acoge
cuna de pasos sin horizonte
a tu ramaje cuelgo
sueños por despertar,
vidas por sembrar.
El Castellano
SINCERA COMUNIÓN DE FILOS:
Trepo el angosto filo
de mi torre desdentada,
era un rubor de estrella
solitaria, negra, hiriente
lanzó su espada,
fulgor brillado entre sienes,
plomo de nube
esta tarde ceniza fue,
chuzos de vida,
estáticos frentes del verde,
un carruaje de otoño
que no se vence,
ardua torre mi pasión desmedida,
entre sus curvas de encaje,
brillo de mujer sin engranaje,
limo mi nervio
por fulgores de sangre,
hierve, hierve
soy hombre
pienso que fugaces atrás
si el planeta hubiese nacido un día
esquilmado en seres
solo con ella y yo
la supervivencia del ser humano
estaría a buen recaudo,
vida de mi feudo
mis abrojos nacientes
fuente en extasía que mi letra abría,
granate lustre olvidado,
mi locura a buen recaudo,
es negro este río en tinta marcado,
cumbres de punta y filos
derechos a estas cuchillas de versos,
horizontes malvas clavan
lloran flores el sentir de la belleza,
que mis ojos sangra
una lágrima como el brotar de una luz pasajera,
como enraizar tu imagen en la retina,
un sentir para toda la vida,
el admirar arde con gasolina,
tu imagen recorre cada parte
y a veces recorro los parajes de la soledad,
sólo encuentro que no los quiero
porque yo te conocí,
y sin ti,
sin ti el cielo y la tierra se juntan
y no hay espacio ni oxígeno para vivir,
los mares caen de las nubes,
el gris se perpetúa,
no hay belleza en mis ojos sin ti,
todo luciría de ocre,
mis sentimientos no tendrían cauce,
el aburrimiento sería pleno,
no habría moción para levantarme en la mañana,
ni tendría estas ganas de ser mejor sin ti,
mi perdición mi bálsamo de lo sentido,
eres mi flamígera llama,
un fósforo y mi hoguera,
mi destapada quimera quieta,
con nombre de flor,
con azares y suertes
entre mis ganas de saberme tu último hombre,
trémulo fuste entre sarmiento y vid,
mi azada me alza hombre de bien,
diestro mi coraje para ser yo
no necesito traje,
hilvano mis venas porque yo soy sangre,
gracias mis Dioses
hoy soy invencible,
el amor con Margarita me desviste,
hasta ser carne de poema en su lengua,
yo soy de ella,
y ella es mía,
como una comunión explosiva
de luz y estrella nacida.
Sin ella para mí no hay belleza,
no hay vida.
Estoy enamorado
y siembro mi campo.
El Castellano
OSCURIDAD VENCIDA ALEGRE:
Pulcro destelleo entre sienes aladas,
estoy rasgando sombras para verte,
para mirarte serena, flamígera,
redentora como as de trece lenguas,
arremolinada, plena como cuando ciego
encuentra la luz primera,
abierta, candente, como ascua efímera
en la grama de verano.
Saberte honda, transmigrada
como leve flor sonrojada.
Suave entre esquinas desdobladas,
y calles de noviembre heladas
en las que conmigo quiero verte,,
hasta el ocaso del nueve;
se afianza mi suerte,
en el tejado de mi mente,
perros soterran pasos de nieve,
por ciudades de ceniza verde,
atrapo el desdén de gatos erizados,
estirando sentires de cromo,
arrebatando piedras al silencio,
navegando asfaltos sin prisa,
ni desquicia; Acompasa este latido
por arterias sin venas heridas
ni ángeles fieros infrahumanos,
quiero verte como se ve un tigre
en la ciudad, entre árboles de cemento,
y ríos de cristales,
quiero sostenerte
como blanca primavera
entre este otoño rendido
sin flores ni llantos del cielo
que escapan precoces.
Quiero tenerte, osarte,
como si me enraizaran las manos
al acariciarte
para nunca perderte.
El Castellano
PANAL DE IDEA:
Espino amarillo de mi demora
recto aromo entre cardos,
entre hinojos del Sol deslumbrados,
me visto de primer ababol florecido
para ser de la abeja,
y la abeja ser mía,
entre estas guadañas de esparto,
afilo que nazco,
fulgor entre fulgores,
de ojos calizos avanzo,
cuerpo de arcilla
hierro mi idea,
estas espigas me dicen
que quiere tener espinas su sed,
estoy sentado entre una prima retama,
esta primavera que me siembra
yo que soy único poeta de su sangre de ojos,
quién osado me compara,
me blando al nivel
de esta floresta desnuda,
limo mis nervios
con azada de carne de metal,
el miedo grita
de contemplarme avanzando,
me Tumbé en la grama
a pensar, me nació una abeja
que escribe poesía,
soy hijo de la Luna,
única Diosa por Dioses haber sin contar,
luna de guía soy yo su semilla,
tengo ojos donde se acuesta
la oscuridad,
es mía soy de ella,
como flor de su insecto
que la poliniza.
El Castellano
SIMIENTE DE SANGRE:
Tuerce quebrando
este aliento, va reptando
senderos,
que el olvido alzó suyos,
en vicisitud de savia elaborada
saluda a su Sol,
de su ávido granate que le vence,
entiende de pasiones de sus flores,
la floresta cuida
y germina en su parcela,
para ser del campo
su felicidad,
y él ser de su flor,
en extasía de color,
huye de su vida la tristeza seca,
el escribe poemas a la belleza repleta,
en candiles flamígeros
a caricia de ojos,
sí esos,
sus ojos brotados de Tierra,
descansa para seguir creando
la primavera le sostiene
la sangre,
hasta tener el corazón
lleno de simientes
de su esposa del Sol
esperando su muerte,
para que su yerta sangre llore
en flores de difunto.
El Castellano
AVIDEZ EN LABIO DE FUEGO:
Efímero corre el segundo sin saludar
sin despedirse, sin preguntar si todo sigue
igual, avanza la manecilla de mi reloj,
hoy es de esas noches yertas,
que descubro mi tierra que late
bajo mis pies. hay avidez
en el subsuelo donde la sangre late,
destartalados pilares que me alzan,
recorrido de mi alarido
que muerde al conocerte,
he oído estaciones correr,
mi carne se funde bajo tierra abierta,
frente mis ojos
nebulosas abren, crepitan,
he nacido yo de su flamígera ascua,
mi solferro blande su noble falcata,
dentro mi carne la vida bulle,
su caída resplandeciente,
toda carrasca me dibuja al dorado tordo
de este atardecer,
el murciélago myotis
me cuelga la idea,
desde esta ojera férrea,
hoy me comí el firmamento anidado
en tu mirada aplomada,
soy experto recio como un lobo,
frío de segmentos cálidos de hielo,
maestro de mi espada,
escucha el brillar de mi navaja,
yo soy descendiente del miedo,
ámame como se ama
sólo una vez,
en el que nuestro color sea la piel,
afilo el poder de este silencio,
y te dicta
que te volveré a ver.
El CASTELLANO
VILO RECTO, FORJADO:
Con alacridad serena
de mis antaños dulces
con pulcritud de espadas,
vienes y me das una azada.
Al barbecho claro me siembro,
sacando terrones de mi eterno lecho,
de una espina gemía el viento,
y acabó llorando vida el cielo,
trazos con ineptitud
de luzarreros que no evitan la sombra,
ella que la llevo agarrada
a mi cadera, sombra profunda sin espuela.
Fuera del tiempo, fuera de este grillo de tierra,
afilo mi canto sin despedida,
abrió el espejo su tierra
engullendo lo que es de ella.
Dura noche me sostiene
su atadura de luna,
resucito mi etéreo camino de esferas.
Recto colchón mullido
es mi enhebrada calma,
que se acicala entre lenguas malvas.
Vence este mi viejo amarillo,
como sol de tierra
se llama caléndula.
El Castellano
INFINITO ACIAGO SEMBRADO:
Recto vilo me aguarda
esquinado
con su canal infinito de campo
estudiado, consumido
en yerta flor deslumbrado,
yo soy de una margarita
de su floresta destapada,
soy yo un ababol
con cruz de tinta
en sus pétalos carmesí
bermellón,
no puedo matar por mi tierra
pero tampoco puedo desenterrar
mis raíces,
hoy estuve plantado
frente a carritos de la dama
que alzaban sus flores lilas,
eran como éxtasis en caricia
como beso dado a mis ojos
en lengua de espinas blandas,
caminé al mercadillo
de mi localidad
pregunté por caramelos de miel,
tomé mi cafe solo doble con hielo
y seguí caminando
mi lustre jamás vencido,
las malvas me floreaban
por ser ya primavera
los cebollinos se divisaban
pero aún se encontraban fabricando su flor,
para parirla en verano,
bebo agua de la fuente
frente al ayuntamiento,
soy poeta de sus descampados,
de sus molinillos
y de sus charcos,
soy indescriptible esencia
cincelada
en verso de carne y espiga,
en esta higuera del demonio
alzo trompetas de los ángeles
con sus flores,
y las calendulas silvestres
me dictan que jamás
acabaré de irme
sin encontrar luz de tierra en ellas.
El Castellano
LUZ EN REPRESALIA:
Cubo metálico sin fin,
donde se derrama
mi vida en una hoja,
fieles testigos
involucrados
mis verdes sueños
que sonarán,
goteando una clepsidra de mano
un hierro en el bolsillo olvidado
un barrote y un peldaño,
dejé mi inocencia a solas
por si vuelve,
a mi mesita de noche,
a un rosario oxidado,
a un armario cerrado,
a una vela de candelabro,
dónde yo me casé contigo
en su llama
y juré, juré no mentir más
a este arriano corazón esquilmado,
creí que la mentira
era ser feliz sin querer serlo,
de retuerto desliz
desmiento su designio
voluntad coja de verdades
para anticiparse al pasado,
raudales de belleza anidan
sin ser elección
sueño taciturno en cesta de mimbre,
todas las cosas
incluso las no creadas tienen razón.
Su sueño ha acabado
soñó la vida como su propia realidad
pero en realidad usted muriö
en aquel accidente
el coma le venció
y le introducimos su posible devenir
que lo sintiese,
el tiempo se ha acabado,
debo apagar la luz.
No venció su destino.
Su hoja se completó.
El Castellano
CLEPSIDRA DE VIDA:
No me iré
sin el hermano de mi trilla,
ni su simiente de grano
sin despedida,
no afinarán ratones de campo
la melodía que blande
y sostiene mi cigarra cada día,
ni mi olmo secuaz,
desnudo, dirá más verdades
entre mares de gente
ni semáforos precoces,
ni en vitrinas de estante
quedará mi latido,
ni aliento marchito
cual caduca hoja de estío,
mi sábana de paja
reblandecerá su añil graznido,
sortearé escombros relumbrados
de metal y cristales vanos
sin hocico.
Sólo hoy diré
que no me visto porque
sí me marcho,
calzaré senderos y alacranes,
calzaré pedregales
y sus nidos de lagartijas,
quizas no me importe nada hoy
ni que digan que yo vivo.
Mis venas serán encajes
de afluentes y sus ríos,
el mundo seguirá quietito,
los males seguirán empujando,
puede que hoy pregunte
a la serpiente de mi cuento
si me devuelve el ojo,
que yo la perdono,
arderá la compostura
de la araña de mi patio,
en un torno que crepitan las maravillas,
los jacintos silvestres mostrarán
sus botellas azules anunciando
que más tarde llegará otra primavera,
y que de la gala de flores
serán primeros,
guiaré mis rebaños por soliviares
que no me han conocido,
entre cernícalos y bosquejos umbríos
sus ninfas conocerán que a ti te miro
que a ti musa me dedico,
habitaré montes y lomas desdeñadas
y su cortejo será embrujo
para que las estrellas rueden,
llenaré mi granero con tus besos
con esta luna
no me detiene ni el tiempo
que se escapa
entre mis sarmientos.
El Castellano
OLA DE ESCOLLO EN TIERRA:
Clamorosa sombra densa,
es mi soto un oscuro cielo
en el que canto a los Dioses,
no a vosotros, insignificantes;
Así trencen y me trencen
la osadía de un álamo,
que mi padre lleve,
a otra tierra breve,
baco de su trayecto
enardecido,
ni égloga de esforzado
por Salamina lleve,
campo abierto
de polvo y sudor disfruto,
ya no se pudo huir
de la suertuda víbora,
en casaca sin pechera
de topa Licia,
sosegado olmo
compás del serenado
ciprés antiguo,
fabrico del mañana
sendero,
no un hazañoso portento
así como no hay rosal
sin espina,
no hay dicha sin pertinaz
esfuerzo.
solícito de atemporal mar
del tiempo esquivo,
prenderme puedo
de vuestros fuegos,
por los que mi sangre fría,
pervierto, acuso y envuelvo.
El Castellano
CONSIGNA SEMBRADA:
Vesta engarzada,
encorajinados templos,
nacidos del fin de los tiempos.
Túmulos de luz,
con soterrada cripta.
Abriendo, despertando
senderos sin final;
Sólo comienzo marcado,
llamando la resurrección
posando nidos
de nuevas sangres.
Sonando los clamores,
tambores aguardan
la nueva guerra
que trae la vida.
Eterno resurgir
en vestigios yertos
transmigrando
el eterno ciclo existencial
por el que quien nace guerrero,
guerrero muere
y guerrero renace,
para lucha de completar
su alma en final
de navegar el Valhalla,
así bajar hacia arriba
la osadía
de parnasos devorados
saña en furtivo conocimiento.
Que no acaba
como espiral
de perfección.
Siembra con capataz
del único origen de tierra;
Deslumbrado
este hueso avanzo.
El Castellano
LLAMAS EN OJO DE SANGRE:
Flameante fuego
de los cielos
acoges
y frío duermes,
que los campos
ya no emblanquece.
A ti padre de los vientos
te imploro traígas
tu negro vendaval.
Así choques Aquilón
norteño con Ábrego
abre esponjada la tierra
a tender umbroso páramo,
sin azote
del fuego del cielo.
Labrador que clama ya,
la enhiesta primavera.
Cuántas sequías verá esta tierra,
sólo el estío
habitual dirá,
me sembré
sin blanco cielo,
sin que me empujasen,
yo encendí al ocre,
en todo acre,
tierra que consumo sus venas,
invocarme pueden,
siempre vengo
porque siempre estoy,
desde enfermedad sostengo,
me ves cayendo,
arrastrándome de nuevo
tu creencia de mantenerte a salvo,
donde nada escapa,
deslizo el tiempo,
no puedes verme en tu espalda,
estoy cayendo de nuevo.
Alguien me verá latiendo,
algo habrá después de todo.
El Castellano
HORIZONTE QUE ATIENDE:
Largueza que me aguarde,
cual llama en cántaro desvanece,
piélago ardiente,
escancia, sostiene alta suerte,
alegremente la voz del viento;
nobleza de rudo ejercicio
furtivo, desposeído
espíritu sin guía furtivo,
desvanecido, fatídico,
tú que ensalzas
la conjetura voraz
de mi sentido de vida,
cual arrobada insigna.
sonaban enebros
un sopor de encinas
bajo laúd.
Engéndrame grandeza,
que secunda igual
que a mí mismo.
Diana con flores
exterminio de fieras no manda.
Luz invocada
partiremos sin navegante,
estirpe que avivas,
con impávido destelléo
entre fuentes y torcaces,
padre de mi soberbia
furor de lobo que ve al ciervo,
torres bellas altaneras frondas,
sin secuelas de florestas
que acaso Venus no canta.
Nullam, Vare, sacra vite...
Conoce mis arcanos.
Mi Llúcia despierta,
rigor que afronta
guarda, desvele,
su reflejo en cristal claro,
vine por donde he venido
por el gris viento,
perplejo.
El Castellano a 31-08-2017
ETERNA LANZA SESGADA:
Cóncavo cielo
de la pradera de tu ceño,
orfandad de estrellas
convexas que se besan
por nubes que rutilan, y lamen
sombras vanas a morir.
Soto de perdidones
y su proporción de alas de tierras,
cepas en guadaña,
aligustres sargentos,
la noche que la luz negó
a morir,
luna de luto
corría linde absuelto,
despojada su compostura
de alumbrar la llama
que mi pecho hiende,
luna gitana acuartelada
partida por cuchillos verdes
de siglos dormidos
y cipreses iguales,
somos la historia
que escriben muertos
de sus vidas,
engendrados cuerpos incompletos,
carnes de la mesa del creador,
somos lo que vemos
o somos lo que tenemos,
para inefable cena caduca
como otoño reposo del gris árbol,
aventaré mi lustre perdido
demigajando lamentos fríos,
mi yerto sombrero
de campos de idea
brillarán acequias
como molinos de tierra,
el agua será besos de luz efímera,
destartalada, dispersa
como lluvia que ilumina,
y la sangre de tierra camina.
El Castellano
CUERDA YERTA:
Estridente vuela la hoja,
devanando respiros cautivos
volando patios de arañas
de grises fauces.
Chirría el viento yunques metálicos
suena su desvelo por lomas
afiladas, al desdén de voces mentales,
azares corren su suerte
por grilletes y sujecciones retuercen.
En un jardín del otoño caduco
mi voz se descubre, sola, sola
como cuando nace la tierra,
y en su yerma plácida crece la amapola.
Cautivos espejos no reflejan lo que siento,
sulfurante sino condenado
para no ser yo ser él el que hable,
de sensaciones acristaladas
y pensamientos sin vaho
empobrecimiento deslizado
por aislamientos que libertad llora,
allí creció una rosa
de trocitos de papel y pintura
porque nada es eterno, esperaba ser real
aislé al tiempo con vacío seco
abrí las puertas de negros lirios
luces me afilaban asidas de momentos
decrépitos, sí estuve allí
en sus sopas medicamentosas
y para curar mi cordura nada hicieron
porque me llamaron loco.
Pero yo sé quien soy.
El Castellano
RESURGIR REVERDECIDO:
Jilgueros o colorines, verderones, verdecillos, pinzones, tordos,
despidiendo en trino el verano están en sus abrevaderos
como reguardos oníricos de la voz de los muertos
romanzas de amarillos espinos florecidos
encinar puro, vivo
del quejigo hace sombra densa a mi raíz oscura
en la tiniebla
que avanza el camino de la carrasca
hoy por hoy vivo pleno, enamorado
de su ser completo desvencijado, apolillado por ataraxia
así como el verdor del pino opulento
espíritu del viento sostenme
que parta yo en tu mitad mi canto
llévame a la tierra donde las fronteras
las montañas sean y el camino sea de su mano vapulenta,
atravesar el infinito allá en el resquicio
del brillo
del calor de tu mirada en amor
puesto que de tu voz me visto
hoy sólo un relampago me cede el paso
crepitando, centelleando en bandada de estorninos
con su bandada tejiendo ecuaciones del ser Supremo
voy contigo a nuestra tierra de fuego
en esta mecida caricia alada que yo tambien te amo Ostara
Diosa de la primavera no me faltes así mi libertad vuele por Saeta
yo con mi vida estoy conforme
orgulloso y con ganas de hacer bien,
que sigan en sus ciudades
estas lombrices caminantes
donde todo se agujerea en asfalto y hormigón
que yo desnaceré de mi nicho
como reverdece el olmo en corazones de hojas insepultas
y abriré crepitando esta raíz oscura que mi verso mana.
El Castellano
PERPETUO DESMÁN:
Fragorosa fuente
de hondas sienes
punzantes.
Corrompen, bullen,
la tibia agua de sangre
cándidas de tu mirada
hastiando,
rejuveneciendo
el infinito turbial
que el cielo sostiene en tus cejas.
Flagra, flagrando
viene marchando
vaporosa suerte
entre sotos perdidos
de joviales tapiales.
Suya, suya era la muerte
como plato de cena
siempre resplandeciente,
abría su baraja
un helor de diciembre.
Apocando consentida
fuegos de tres avernos
que ceñían la nieve
de sus piernas
sin desmán gemelo.
Derritiéndose
como llama en el hielo,
recodos ocultos
y su murciélago señor
en tules de carne vestido,
granate como brillo de rubí
le marcaba como seña sin fecha,
ni indeleble senda,
era hijo del acero de su mirada,
endoselaba su sentido
como el soñar
y reclamo de las flores
para ser simientes.
Grazno encendido de cada roble
caminaba su destino hiriente,
horizonte que se estiraba
y sonaba con lluvias que taladraban,
como soñaban los campos.
Apacenta su visión serena,
oh, rauda, pura flor
abres tu hastial
como se desliza la primavera
entre tus dos montañas,
que velan que aguardan
sin franca ni verja.
Eres mi vacío perplejo
que quepa y florezca mi sangre.
Mar que inerme
quiere llenarse
sin libro de esencias
ni oscuras tinieblas;
quise ser dueño del aire,
alzar vagorosas ilusiones
como fieles pilares,
castillos que nadie tumbase,
pude ser siempre
y hoy soy lo arado hasta la fecha,
mortal acicalándose el alma
que será siempre.
El Castellano
CANTO A UN TRONCO MUERTO:
Recama heraldo lenguaje
las simas de tu palabra
huero sonido que avanza
y el ser alza.
Inamovibles torres, belleza
aguardan, oro noble
hondo, profuso Sol cercano
padre de fachadas de Castilla.
Encinar raudo,
acoge al puro roble
vetusto soliviar escarpado
cuna del árbol resucitado.
El final en el viento es una promesa.
Desde Cuenca a Toledo
desde la corona brillante
de Ciudad Real a Guadalajara
pasando por Almansa y el frío
de Albacete apostando en el río Cuervo,
y el profundo Tajo, desvistiendo
febril al río Mundo.
Reviviendo este tronco muerto
en Riopar, avanzo, amanezco
ligias y barbechos tras
surcos de furtivos arados.
Fortalezas empedernidas
fervor de ojos lucientes
pasados del mañana.
Me bañan sus fuentes
en patios de arañas e higueras
en sotos de almendros
y nichos de nogales verdecidos.
Mi hoz de trigo y centeno
eleva su carne
por esta mi tierra
y su vorágine.
Canto por el revivir
de este tronco muerto.
Blanca idea, surco en recodo
por brezos y mirtos agujereado,
retemblaré como el esparto.
Graznos escondidos picotean
mi alma; crascita voz serena
alcanza tu semblanza
me tejí exhausto
en tu oscura raíz
del antaño.
Blanda tiniebla envuelve
el dormitar de tu carcoma.
Levantarás de tu sueño
Rey Rodrigo.
Y nuestro Cid
¿Vestirá tu palabra?
El Castellano
SOL CRECIENTE:
Destapa mi tiniebla pura, tibia, serena,
Sol refulxit umbra refulgens,
noche que tus luces breves
duermen el sosiego del asfalto,
plomiza, la música de tus ojos,
funde sus calores mi niebla matutina,
Sol de trece estrellas
acoges tus lenguas de amores,
fuegos irisados a siempre reinar,
el camino de la vida,
y sus fauces sigilosas descienden,
camino de esta bruma
que el mundo extiende,
sin nombre no te busco,
te encuentro, en la cumbre
de toda montaña,
en la concavidad de tu luz que entraña,
desvelo del despierto fundición de mares,
nacimiento de desnacer nos alumbre,
la vida de la solaz muerte,
amor flagrante de lumbre,
vestigio en ascua sin final
ni honda luna secuaz,
odisea en parajes de temprana escarcha,
oh sol de soles, ¿por qué tu osadía de seco tajo?
el nervio de mi ballesta tensa
mi Dios sin nombre sepulta
y aviva mi grana brasa,
la tierra cruzará un día tus fuegos
azules despiertos,
tumulto de quien te vio castizo,
el tiempo se afuelló,
brotaron entrañas de la tierra
sombras densas que apabullaron,
sólo las golondrinas danzaron
y las mismas espinas me arrancaron
el corazón.
Sobre la grama viene a descansar.
El Castellano
CUERVOS NACEN:
Raíces de tierra abren bajo mis pies,
ay la tierra que sólo osaré una vez,
sombras juegan bajo mis pies,
bajo montañas de sangre,
se alza mi espíritu,
un aliento helado de piedra,
un paso más bajo soles apagados,
unos ojos profundos del horizonte,
caída resplandeciente de mi espada,
un atardecer frente a mis ojos,
fieles depósitos de umbra serena,
se abre esta urna,
crepitan soles en estampida,
se afilan las garras,
cavó la piedra,
buscando vida eterna,
fuente fría quedó dormida,
se alzaron bosques de su sombra,
jugaban en un patio de estrellas dormidas,
he visto nacer de sus entrañas la furia,
sombras caminan desde el infierno,
las puedes escuchar,
juegan con latidos de tierra,
sombras despiertan
quién las va a detener,
alzan sus espadas clavadas,
la sangre se aglutina
buscando las puertas,
nació un cuervo entre su sangre,
acecho yerto entre la dama oscuridad,
me descubrieron en un campo de víboras,
al poder del rayo nací,
osado escalo mi vida una noche más,
lobos que aúllan mordiendo la luna,
la noche que es de las fieras,
se ha abierto el infierno,
sombras caminan sin astro,
un poder que el alma sucede,
destierros en compás de fauces,
raíz madre vence este compás
de todo lo que se alza bajo tu entraña,
escucha este latido de tierra y sangre,
aglutina la vieja estampa,
sé mi amparo en toda lucha,
escucha mi lágrima de luz dormida,
dame voz, dame fuerza
entre estas sienes perdidas,
contra la perfidia de estas sombras nacientes,
que no encuentre su maldad
la flor sangrienta que tanto ansían,
no dejaré de surcar senderos ocultados,
no habrá espada oxidada
que venza mi valía
ni quebrará mi escudo,
gritos del ayer,
no partirá mi aliento,
no quebrarán mi hálito,
viento me sostendrá en cobijo,
aguardarán mi oficio,
sembraré la luz en tierra yerma,
mi azada de carne de metal,
rajará la tierra este muerto horizonte,
una espiga roja y negra se alzará
será mi vida,
tinta y sangre de esta osadía
de alzarme.
El Castellano
CUERVO SIEMPRE:
Destinos nacientes
al fervor lumínico
me expando
entre árboles
de verdes filos
perennes,
al fragor
del ardiente otoño
renaciendo,
al vapor
de soles sin sombrero.
Llueve mi ser
esta entraña surcada
en simbiosis desvencijada,
cuatro cipreses me clavan
la visión serena
de que soy insignificante
ante su longevidad
imperial.
Retorcidas mis ramas
se alzan
al latido desertor
de este hiriente
tejo que escribe
sus runas de Odín
con su sangre de tierra,
al resplandor
de este parásito longevo,
que es mi pluma.
Rizados bosques
de helechos
que me trepan
con sus rizomas
mi fría idea.
Al colapso de gramas
por gentes,
metáfora de su vida
comparada en duración
con este ciprés silente
que tengo enfrente,
este cielo está brotando
su oro que ciega mi vista,
aún ciego escribiría
que vino a plañir
mi alma
entre sus filos
por soledades
complacientes.
Yo cuervo poeta
estoy entre pilares
de mi obtuso,
antiguo, existencial
hogar enraizado,
mis venas
que soterradas
pueden ser raíces
de mi espíritu
por descender yo
de mi padre árbol
y mi madre Tierra
esto no es más
que mi corvido
tesoro de letras
ojalá algún día
broten en flores
estaré en la santa cumbre,
allí,
donde los sanguíneos versos,
se vuelven materia,
yo soy un tercio de mi vida
en floración,
porque allá
donde me encuentren
soy primavera.
El Castellano
PUDOROSA SIEGA:
Líbicas extensiones de mi ara,
por eras de soliviares,
angostos, desnudos
sin pinar excelso de tu mirada,
mi acre transitado, exhausto.
De corvo pico y fugaz
idea pasajera.
Hondo grano de mi cereal espera,
dura grama extensa,
inhabitada,
moza de mis ausentes
sin bandera.
Agota, afila
mi profundo tallo
brotado de mi febril
mocedad subyaciente.
Creo mi suspiro
como brillante tajo,
refulgente al candor de entraña.
Amparo sin honor,
de filo que no aguarda.
Quiero renacer así
te encuentre amiga
con otra cara,
otro nombre
no caeré en osadías
eso lo dejo a mis Dioses
de locura extensa
llamada Destino.
Yo necio, torpe,
de hueso en tierra sembrado.
Soy hombre con lo servido
cumplo mi palabra.
Es una gesta descendida
Luz de guerreros
perdidos
en azares funestos.
Quién guerrero del muerto tiempo,
con raíz desamparada;
Trémula deidad
tus labios acostados
en tu cara,
en mi pueblo
me enseñaron a luchar
por lo que quiero
y más solo que el relámpago
tu felicidad quiero.
Mi paz de campo abierto
vástago sin superior
de conciencia
mas que inerte hálito
superviviente.
Frívola suerte consumada
osar tu palabra,
vendré porque aún no he salido.
Clarines y trompetas
entonan este yugo
eclosionado,
en servicial acto,
mi azul fronda
que no hiela tu relente;
rompe con empuje
violenta, feroz, agotada,
malla:
Hidra mía
perdona mis lucientes.
Vesta que Proteo
clama hundiendo los montes.
De vetusta proclamada
en sortilegio de guadañas y hoces
que se recogen sin martillo jactancioso.
Irrumpe mi designio
vaporoso en estela,
que tu sombra yela.
Qué Dios implora
a mi imperio
del precipicio.
Hechizo de mi semblante
otorgues invicto, valeroso
como abismo de agua.
Previsor que detiene
impías naves
en ataque de tormenta.
Sangrada barrera abata
en funesto claro oscuro
sin atadura
ligado, manso Ábrego
sin alma.
Prendida paciencia
sin alarde ni secuela.
Piélago que saña
sin brida
ni cuerda aplaca,
embravecido
con umbroso helecho sombrío.
Bosque temblado de mi mente
que piensa
ausente borrasca
sin ayer.
El Castellano a 25-08-2017
FÉRTIL ESCOLLO:
Hondonada del hondo soto
en ribarzo de tránsito veloz
por rambla angosta acequia
en alta lengua de lenguaje
en fruto, caliza lengua,
profundo tallo, vine exhausto
con canciones de luna
y soberbios cipreses.
A desnacer silente,
Tiempo se derrama
clepsidra de mi sangre,
solaz soto de hoja marchita,
limándome en la lumbre,
atarralla de luces por señuelo,
entre carcomas voraces se tejió mi verbo
señero de un sol despierto,
vine por un destello,
traigo mi botijo, sueños colmados
en un estambre ambrosíaco,
riera en venas
hasta ver florecer tierra madre.
Chopo de su vientre,
silencio secular
entre ojos quemando,
viví,
vine por siempre por sus voces,
rieras ven desfallecer su curso,
colmenas risueñas
por adjetivos precoces,
telar dorado es mi letra,
en el que no aprendí
ni me aprendió el ripio,
al menos nací del silencio
mente blindada criando cerrojillos
de idea flagra que deslizó la sombra,
cerrando tiempos que eclosionaban
viles falaces viperinas,
campo del alacrán
campo de terruños esbozados,
este siglo que comerse
a sí mismo puede.
El Castellano
LATIDO DE UNA ROSA:
Escribo a los fantasmas de esta rosa,
tras su invierno deshojado,
que su voz abre en eco de pétalos,
rosa esquiva de voces dormidas,
soplos de hálitos intransigentes
a un frío de neblina,
bruma voraz desciende entre sus pestañas,
y su sangre de hojas marcada
al rejuvenecer de un ayer,
voces yertas hechas tierra,
aroma de besos dolientes,
y pieles escarchadas,
redondas ojeras suaves de luna,
un aura color rosa fría
de un otoño mustio, herido
que ya no camina.
Sin ella, sin ella la tierra abatida,
me habla de tiempos que fueron,
de sueños que se perdieron,
haz purpúreo vano a morir,
por colchones de ideas,
por todo lo que quedó sin dibujar,
sus voces dictan yo converso,
umbrales que abren al sosiego
de tijeretas que descansan.
Como un beso escondido deleitándose
era ella floreciendo abriéndose al mundo
para ver desde su carcasa el fluir del tiempo.
Fantasmas mudos que reposan la caricia
de esta rosa, única al mundo
temperamento de princesa,
el campo en su pétalo,
rosa, rosa tierna carne de estrella,
ojos de quimera,
estampa quieta,
cuántos te conocieron
cuántos como tu jardinero te querrán.
Rosa esquiva, rosa viva, rosa sin cortar
al cielo quién te viera caminar.
piropo eres para voz soterrar
al latido de tu beso por imaginar,
vive cuanto quieras
que volverás a reinar.
Por tus espinas rizarán albas
y rocíos matutinos
con sabor a tu esencia desnuda.
Ya tu voz no vivirá más ahogada,
hablará tu savia
tu belleza elaborada.
El Castellano.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
ALJIBE BULLE:
A mis campos,
a todo lo que amo,
a lo que nace y se cuida solo,
con pretiles gestos les crece la dicha,
rabiosos vientos descubren,
un cielo oscuro
que ya no destapa el verano,
sólo ahoga esas flores de sombra
que marchó el estío,
cabalgo sobre la vida,
latidos intrusos,
indeleble mi trazo muerdo,
de mi alta torre bellezas
trepan y escalan,
yedras esquivas apostadas firme,
tañen nuevos tiempos,
que no aseguro mejores,
abren abrevaderos sus yagas
de manantiales soterrados,
registros de vida de rebaños,
áspero soliviar,
marchan caminantes
sus ciudades que negrean,
igual que liebre
por monte fragoso,
negro redil
tierra no igualases,
hasta lo más ínfimo
osa y yergue distinto,
cristalinas fuentes
que los capullos abren,
serenidad del insecto justo,
afilaré esta canto,
que abrirá el Tiempo,
surcos sin escollos
que surcan las letras,
ávida promete
nuevos verdores de horizonte,
verdecidas frondas,
rendido no dormía yo
ni mi negra víbora,
mi arco ni aljaba arrebatan,
miro por mis suspiros,
no se mantengan solos,
izaré la montaña,
no me recluirá la cóncava suerte
de su caverna,
así el cielo descienda,
quedará un arco-iris
de flores silvestres
en un aura insoslayable;
Avanzaré trémulo
los ecos de mi voz,
por si reverbera el sueño
en que yo acuesto el alma
de todos vosotros
mis campos que amo.
El Castellano
IMPÁVIDO DESPERTAR:
Iras negras forman celada,
ante y bajo protección
de mi égida,
por cruel invectiva
cabalgo mi piel de astro,
pavesas del fuego aureo
de quien yo era.
Levanta sin suerte
metal de escudo,
arrebolado suspiro sembrado,
fuentes me colman los ojos,
un reverdecer que aguarda,
mirada acristalada
con matices hondos,
tierras crestéan
sus ávidas sienes,
sin someterse,
siempre sin dueño;
Inmoble andamio de la vida,
cuando Noche arrastraba
sus ventiscas bramaba,
sin lluvia, ardiendo,
he cruzado estrellas,
un sol oscuro he prendido,
descendido
con campiña de laurel y mirto.
fatídica era de las sombras,
Dioses del subsuelo,
abaten sin piedad,
cerrando la puerta.
Estas ruinas sin riendas,
desposeídos lugares,
temblará mi nombre,
sin ser
Rey de los cielos.
El Castellano
LUCIENTE LLAMA:
Escita levantas,
de insigne pasajero gesto.
Mi dulzura de cólera nacida,
cantad mis años dulces
a Diana,
entre boscajes
y frondas suaves.
Donde el torvo cielo no amenaza;
Allí se blanda
mi ser recto
de conciencia pura,
cantos se erijan
de verdad desnuda.
Sombra de saetas vanas.
Sangra, luz viva, altiva,
nada sin tus honores consagre
el viento de plenilunio.
Ceñidas las verdes sombras
de las hiedras arrancando
liras al pueblo fragoroso.
Vieja entraña lacerada,
escucha el reverdecer
de la sagrada cepa.
Sin honores no hay versos
ni comensales.
Cuál la vigorosa, valerosa
Quimera
que el ser no enrrosque
llegada la hora.
El Castellano
FÚLGIDO ALIENTO ESCONDIDO:
¿Acaso dormiré la noche?
Se callarán los susurros nocturnos,
el blanco cielo ya no acostará plomizo,
su letargo de otoño aguarda,
taimada mía no marchites
mis leves hojas;
No todavía.
Ampara mi dorada yedra
escucha sus notas de savia verde,
abre y abrirán rizos
en acristaladas fuentes.
Allí el clarín entone
enamorando a la dama del lago,
serpeo mi suerte cuando me dictó verte,
común lache yo perezco
en brazos de mi lejanía nunca hayada,
a ti entrego mi labriego,
inquieto, escita de su linde quieto,
aplaca mi bajel de ala irascible,
relampaguéa incesante
alta como la luz etérea,
perenne que yo estaré atento
para osar y no desprenderme;
perjura, retrocede, y avanza
alzándote por falaces bocas,
que desaconsejaron
y creíste amigos,
no poseo yo almendro
de almendrás de oro,
pero todo se dará,
sin caer en el vulgo,
mi sed al menos procuro,
es la sangre cándida,
arremete, marca su cántaro rodado,
blando, una solitud escarchada,
a la que se desea tras todo estío,
lisonjero de tórridas llamas
secuaces del terreno.
Hoguera me tiendes la llama
sin rendir tu escuadra,
preso tiembla el morir noble.
Peinadas parras de la sombra,
tupida vida que acicalan
acariciando al rey Sol.
El Castellano
TECHO SIN TIERRA:
Inerme descuido
entre fronda misteriosa,
ríos en lágrima cabalgan,
estival aura
y su sol que en carroza
pasa,
entre las puertas de este mundo,
mundo de sombras,
sombras irisadas,
donde mi árbol no se da.
me escucharán árboles
mi sangre repleta
de sombra vana,
quicio indiscreto,
tu abierta ventana
que ya duerme en tus noches,
resguarda que mires
mi marchita hojarasca.
Mi acorde arrancado
a lira de fauno,
a número y medida
mi azar de entraña insepulto,
escruté cielo y mares
y ni un acre de tierras
me concedieron,
auras me levantaron
de la negra muerte,
y hoy sigo doliente,
camino esa noche
que camina todos,
dura coraza me resguarda,
de impetuosa saliva;
Sirve de tumba
a esta mi funesta vida,
un soliviar de acequia pido,
acaso es tanto,
donde la amapola
juegue con el ribarzo,
y se descubran geranios de los caminos
y peinetas de brujas
con abrojos,
magarzas canten a sus coronas
de reyes allí, donde los cardos
hagan nido
y abra a su luz la caléndula silvestre,
abrigando este sino desdentado,
y su añil de tierra,
que mece y sostiene
hasta que muera
sin nada cambiar
hasta encumbrada la fiera.
El Castellano
OJOS ALBOS FIJANDO:
I
Claros y dulces,
ignotos ojos medrados,
iluminando auras fugaces.
Compases abren,
su timbre ecuestre dorado,
por la lira que quedó sin pulsar.
Cogí y ofrecí las malvas,
de mi camino, sujetaban ellas
los campos.
II
Tácito pulso sobre el musgo,
buscando verdades de sangre
en piedras ya no desnudas.
Yunques con señeros trabales,
de sienes crudas
y plomos derretidos.
Vestido albo sin encaje,
cuña de este garfio;
Semblante sin ser rey bárbaro.
III
Déspotas comensales,
fugaz escita háblame del Sol naciente,
sin cordura ni engranaje.
Mi deleite rije, amaneceres
donde se acuesta el este
entre vespertinos roces,
que el alma sacuden,
de irascibles cánticos
al nuevo día que envejezca.
El Castellano
RAÍZ DEL AURA:
Arrostran secuelas
de cicatrices
en mi nueva forja,
abren caléndulas temperamentales,
cebollinos de lares silvestres,
a Numidio le ofrezco,
jacintos silvestres
en evanescencia,
y mis rosas caninas por abrir,
no falten a tu vuelta,
ajipuerros inquietos
aguardan los campos
el reverdecer
de otoño sembrado,
romo hierro acrecenta mi sangre,
labriego invocado,
irritable,
a la vuelta de mi fortuna
sosegada, trillada entera,
como tupida yedra abraza
la sombra de su árbol,
no piso cenizas que se parecen,
honraré sin coturno
a Cécrops
esperando laurel eterno,
cúantos ríos nos desconocen,
este honroso polvo,
Musa mía no abandones tus juegos
modula tu laúd sonoro
que tu voz parte y pretende
dulce y armoniosa,
al fugaz viento
tiende mi fulgor de armas,
se duerma así
con mis oídos dejando
se afilen trompetas
y clarines bélicos,
brillante mira displicente
mi hiel de suerte,
hoy no vendí ni un atisbo
de espíritu a su cruel destino,
argento un color
nombré escudero
que enraizó en la tierra
como un blanco chopo de belleza.
El Castellano
VORÁGINE DE TRASIEGO:
Afila mi sien,
perdido acre
de largas venas,
traspuesto
entre vientos abisales
derritiéndose tierras
podando su eternidad
en soga que el tiempo
roe;
Fértil vientre entre febril cumbre
de opacos rayos acrisolados,
ventanas fijas
al cerrado horizonte.
Por las armas de mi pueblo sin civilizar,
Numancia alzo a tu sangre inmortal
tus más de dos décadas
luchando contra un imperio mortal.
Aciaga afrenta por la anclada
libertad.
Fuego de breas nos vio marchar.
Caminos eternos con valor
surcaremos
para que no nos pisen nuestro hogar.
Lanza y falcata se afilará
y hasta el verde lagarto
a nuestro paso se espantará
recluido en la sombra
que nuestros pies avanza.
Niega, sigue, prosigue
que su sangre rehúye
hasta el ocaso sigiloso,
que se teme incluso desde el mar.
El Castellano
LUCIÉRNAGA DE NOCHE:
Razón mía que enlojada
imperturbable,
abres tu duradera onda
imperceptible, desnuda,
esta luciérnaga que el cielo cruza;
Como un grito sin hacienda ni aire,
acaso sonido fueras,
voz de mis males tenue conciencia,
vosotros que nunca me leéis
yo jamás he escrito.
Papeles en blanco
me enroscan el sentido,
ni agitan al inmoble
Dios de tu hermosura,
quién prodigio, quién mediocre
si estamos de paso.
Nadie a quien impresionar,
nadie a quien agradar,
nada que negar, nada que defender,
todo se acabará afilando
como hueso de durazno
del tiempo germinando.
Millares de ciegos caminan
estas noches perpetuas de septiembre
fuera, por fuera.
Puedo verlos cabalgar
su visión negra
sin el amparo de la luna.
No hay lluvia que gotea
a mi ciprés torcido,
sólo blanca secuela de luz ardiente,
otro verano que no quiere ir,
mi sueño no quiere mi verde roble,
apresta, carga mi ballesta
que mi fuerza no vence,
yo que vivo para morir a gusto,
al mío no al de nadie,
hechos de ratas sumergiéndose,
como infinitud de hombres
que no cumplen su palabra,
será un puerto
con mi buque emergiendo
cuando le toque zarpar a mi cuerpo.
El Castellano
RUNA INMOBLE:
Sombra mía,
esquiva de mi vida
encarnada flor de ella,
entre vientos en tierra
encorajinados de nueva siembra,
de fuéllega luciente,
valor ensimismado
brotando el ababol,
de sangre suya,
sombra sin cuerpo,
acaso tuya,
difumina otra sombra
de quien yo era,
yerguen espigas
con pilares de belleza,
descansando sobre el agua,
que arropa tu fresca cara,
gira mi vencejo la loma,
no había primavera
ni lógica aguantaba
este Ara de hipérbole
de tierra meseteña
de tierra sepulta castellana.
desnacer mío
el terreno me aguarde,
inquebrantable dicha,
visión de mis dioses,
vigía perenne,
oye la lluvia,
no preguntes
tiene miedo llora silencio,
recodo alumbrado con espinas,
llave de mi pecho
destapa dragones y fieras:
Dardo senil de esperanza inmóvil,
caduco, inmortal
para renovar sus hojas
en ascua etérea del mañana,
carne de viento que espera
el cielo, obtuso, abrumado
cuajando destello arrebolado,
cuando se desgañita la vida
por el esperado ocaso
que vieron los ancestros.
El Castellano
CAMINO DEL ESTÍO:
Páramo de mi nervio,
aguantas el tesón
del estío estirado,
ya la silvestría te languidece,
tu soto caduco de forraje,
el ocre te vence
tú que desdentado de savia
ni pereces,
por voces tus cumbres
se hacen mesetas,
inmoble color del hierro,
tus tierras levantan,
con palpitar que al cielo
clama su llanto.
desde la pizarra
al canto rodado
sólo montañas no guardan
tu sed de antaño,
brezos ya laten amarillos,
compases al verdor
de la sombra de santas encinas,
bosque esquilmado rocoso,
denso musgo marchito,
¿cuál la tierra madre?
¿Cuál la piedra oscura
en la que muere la tarde?
Dulce tarde con oro trigo,
sin rastro quedará la seña
y el silbo del ganado,
llamo a mi astro sosiego
permita a la nube avanzar,
paz sin recuerdo en la hondura,
caduco parece tu vientre sereno,
sólo al dormitar de simiente,
un molino corta la áspera onda.
Ara que prevalece su trillado esplendor,
su llanto del cielo gime
la tierra castellana,
estampa dorada sujeta,
por la que la vida marcha.
Camino de Humanes que sigo,
por ramblas padecidas,
sigo el camino del hueso,
para entablarme
con las espinas de un endrino.
El Castellano
SUEÑA LA REPRESALIA:
Sangre expiada,
ceniza aparente
de quienes eran,
incierto azar de las armas,
oscuro riesgo,
desdén del tenebrio
encorajinado,
parca ilusa que todo abarca,
sin oír a los Dioses,
simas y ríos que nos ignoran,
¿Qué campo no me atestigua
en ocres muertes
todo lo que la tierra devora?
Esta avara tierra
que relame sus crines de plata;
Y su destino no embellece,
justo de ala nueva perenne.
En las prósperas sienes
de regocijo,
acogedora sombra del blanco chopo
y este opulento tejo,
que al muérdago muerde
aguardando convencer
a las tres Hermanas de Negros Hilos
no me hundan en el abismo.
Mi musa cautiva toda de nieves
yo, de bronce,
niega ser de origen innoble
con ocho lustros asidos
opresores,
púrpura brillante,
esquiva,
pureza en jaspe
de luna,
del arroyo fugaz
bebe y el viento revolotea
sus suaves cabellos finos
fluctuantes,
se encienden
mis tibias cenizas
por amarla a ella
lágrimas sobre fértil vid
que engalanan,
Valgio abre y llora tu torrencial
desde tu hogar caelis,
deja fundirse contigo al Aquilón
cae tus espejos deshaciendo rastrojos
cabalga tu agua
por estos estrechos campos.
Abstruso tonelaje de mi pensamiento,
hosca patria mística
de amor furtivo,
trémulo de lo que el querer quiso,
sin falso engaste avanzo;
el poder del cuervo siento
ese único que visita mi jardín
a las nueve.
Por oscuro aflige
que ya no es celestial,
ni aunque el cielo fuera pardo.
Vetusto, geométrico, áspero
mi desliz absorbente
como un torbellino,
que ya las penas
de mi olmo desnudo
no llora
ni la belleza refugia en esfinges
sus torres que son de la tierra
como señeros de vivos,
raudos árboles enhiestos,
en su copa
que bebe al tiempo.
El Castellano
NEGRO ASPAVIENTO DE UMBRA:
Ahuyento el crujido,
el espasmo de viento nocturno
que fuma mi cigarro,
es una violeta opaca sombra
su éter de persiana roída
pasaban yertos caminantes
sus ciudades que les negrean,
un suelo quebradizo
blandía figuras
con espasmos de cobre,
por faroles y fuegos,
luzarreros edificios de leche
y hormigón,
perdición flagrada
en toda dirección,
un segundo vuelto atrás
y observo detenido mi desquicia
se alimenta voraz
de estos cielos de plomo y zinc,
solo una vez más
miro mi soledad desde el otro lado,
y se espanta el negro apuesto de vacío
empedernida luna sujeta
por filamento malva de la luz estrella.
cuento 999 y aparece mi cuclillo,
asmático suena mi grillo,
el segundo ya vomita otro minuto,
no me cuentes reflejos
de ávido camaleón me visto,
semáforos disléxicos
me cuentan de mi azar de visión
por la que enfermedad es alegría
y nacer la misma lechuga,
hoy volaré sobre un vencejo,
avistame hondo, fugaz, pertinente,
crispado, retenido entre mares de tierras
a lomos de un caracol que cabalgo,
y no me vence la luciérnaga matutina;
negros soles me cuentan
que su luz es sólo un respiro del Creador,
la tiniebla ganó al tres en círculo
y el mundo se puso de cruz,
amén que trajo un jamén que me enjalbega
mi tuerta creación,
sonido ciego
me avasalla la abierta ventana,
un crepitar valiente escuchó
que abrió sus ojos,
y un irisado que la noche clama
se desperdigó,
era tiempo para volver atrás como
las plantas silvestres
que se hacen las muertas
por qué pues porque siempre están,
como rey lucero
es certeza de mi magna
espiritualidad que ya nadie niega
ni con gafas de Sol.
El Castellano
TRENZADO DEL TERRENO:
Abro de mí, la rigurosa sombra
acogedora de mi blanco almendro
fresco dosel que presta almazaras
llenas de olivos,
hermana del negro hilo
cuándo mi jardín florido.
Rasguña con tembloroso sigilo
de savia dulce su arroyuelo.
Blanca luna que me reflecta
en los sabios bosques.
que sus mieles Himeto me concede,
colinas serenas me aguardan,
y en las prósperas perviertes,
apacibles bellezas
parirán tus ojos;
Lágrimas sobre mis tibias cenizas
de aquel que duelen y sigue
porque son del poeta que te ama.
deshecho en espumas trenzo
vaporosos ríos de mi sangre,
vernal lozanía
que aún gozo
como luce la flor sepulcral.
Ceñida cabeza tuya
de las rosas más vivas,
¿Quién cauto te hará cortesana?
Raudos Lapitas no hay futuro mejor,
el viento me pulirá su acento,
bien funesto que considero
que me sembraron
de la bronca hendidura
que no sucumbe ni se hiende,
Baco enseña haciendo danzar Ninfas,
aguzaban sus canciones,
pobre labriego este que nunca se dio,
pilares auras según lo pidan tus liras,
¡Oh Calíope!
Musa de mi lenta melodía,
tráeme la fronda verdecida
de tus mantos vestidos
de Ferento la sola campiña.
Sin feroz hija hambre,
yo providente augur
de todo lo que amo;
Al escondite del alacrán
no proclamo,
por doquiera me dirija la suerte,
veo la oscura tempestad que anuncia
que yo estoy bailando en la luz
para poder bailar en la oscuridad,
Galatea la corneja no me espantes
que mi buena remembra.
alma présaga de lluvias
que a la flor incitan,
yo que en pulido ribarzo
quiero prender a Ninfas de flores
absorbentes de miradas
y de fugaces estrellas.
Amor tan torpe
¡Oh mis castos Dioses!
soy yo humilde
un ser hermano de la tierra
que no permite
ni a víbora ni culebra
le retiemble
la paz diáfana hallada.
El Castellano
DIESTRO DEL MAR A LA MONTAÑA:
Fuego trenzado, galopado
crepitando el amor fulgente, estridente
de mi madrugada
que avanza que danza sin balanza
el infierno silente de la mañana ampliado
río de mi sangre que colma el páramo deshojado
donde vive donde crece mi chopo viejo
colma el terreno mi sed de abrojo
diestro mi hálito exhala su desliz embelesado
nacarado, embrujado, por mi mujer
endiosado, extasiado de miel y ambrosía
repleto, lleno, colmado, extasiado
mi río de sangre avanza no se detiene
corre del mar a la montaña sin mostrar despecho
de grazno escondido en cada torre
el idioma de la noche se hace presente
tiempo que corría muerto desde
mi sótano de luz
a un horizonte tenue por conquistar
corría la lagartija sin desdén
por enternecer al horizonte diestro
del mar a la montaña dispuesto,
de pieles extasiadas cantaba
el surco del reguero de mi vida
por florecer en la arteria del lugar
graznaba mi alma a los soles de espejo
fuego trenzado en cada ciprés
que me sostiene
que mece el amor de mi sangre caliente
era llena, habitada por la flor
sólo allí donde reposaba la belleza
allí donde ardía el sentido
enarbolado, flamígero al ojo del cuervo
bullían rebosantes mis fuentes
esas por las que se colgaban
parcos los árboles y enamorado
el suspiro acampaba la tierra
de piel de nuevo
esperando mi vida quieta
la ascensión de su alma al cielo
atochas de esparto me sostienen
para tener yo sangre de tierra
gramas me florecen en invierno
el beso congelado
del Tarot helado de mi sangre
hoy gime el tiempo en mi ventana
quien lo viera marchar de cuchillo
de espino y girasol helado
hilvana el viento corazones en los álamos
para que despierte feliz mi Sol,
y concluya el tiempo de la madrugada
de mi vida en fulgor
que dibuja siniestra el corazón
de mi albor,
ese por el que descansan horizontes
crepitan montes, las aguas
brillan fulgentes estallando
mis veintisiete fuentes
como gotas tiene mi vida,
fiel mi caricia anhelante
de una sed por la que revive el inframundo.
El Castellano
DISPUESTA ESPIGA MALVA:
Diestro tapiz me unge,
cabizbajo de este gris
que desnazco;
se amilanan de grana
guadañas que me cincelan,
no me iré de mi abismo
ni en él terminaré de hundirme,
ni este cielo acabará
de blandirme,
quebrará mi espejo de espejos,
y similar me encontrarán.
Mientras subiré por el costal
de mi camisa todo lo que veo
un azul teñido de mares de tierras,
como es arriba es abajo,
soslayando me encontré
con un camaleón de quien yo era,
hoy afirmo que lo vivido valgo,
de vidas de un día me aguardo.
Manantial displicente esquivo
es esta boca de tierra que rehuye,
una vida y un arrebato colgado,
una sinfonía de grillos
que reverberan las fuentes
y sus encinas y sus quejigos,
sus rocas y sus nidos,
sus lunas y sus espejos,
vine que me estoy tejiendo,
una carcasa y una flor
es por mí es por ella,
que el color nace color
se abre paso una rosa bermellón
por ella es que reverdece
mi corazón.
Y un ocaso malva
se escuchó entre los dos.
El Castellano
ALBO ESPÍRITU AZOGADO:
Abrí las rojas puertas
del fantasma de mi corazón,
despertaron grises lheviatanes
como agujas sin cabeza ni redil
era él un fantasma puro, impío
un último respiro alzó
a mi cabeza,
y caí de rodillas
a otro mar
a otro mar
el suyo sin calma
ni espumas purpureas,
abrí esta vez las ventanas de mi pecho
esta vez como si alguien las sujetara
en mi propiedad
de fría carne,
un pulmón marchó a una rivera,
el otro perdido marchó
a otra con mi espíritu,
quedaba mi cuerpo como frío, desierto
páramo sin espacio sujeto
donde anclar señero de luz
mi pecho, el otro espacio
de mí desierto
oscuro como opacidad
de noche de soto sin luna
sin luciérnagas del cielo,
sin fusiles que clavan su plomo,
sin faroles ni lucientes
provocados encumbrados
como este vacío que ya cansado
no más habita mi espejo de alma,
mi pecho partido enraizó
la mejor flor que la vida
pudo darme
como espina para clavar la espina
de mi vida y asir
cielo y tierra en marea
de primaverales caricias
albos ojos fijos
en auroras que marcan
al violácea arpa de mi despertar
creyendo sus ojos un sueño
para habitar.
El Castellano
ENDOSELAR CANTANDO:
Anquilosada bruma negra
me yergue sin piedad,
allá por un fatídico recodo
danzo, danzo con mi lobo,
viles me destrenzan
como muere mi Dios silencio,
era un cable un tranvía
que surca la mente,
por fortuna hablaba mi otro,
un puerto y un barco,
abría de mi pecho
un trémulo espíritu
aullando vespertinos roces
de costillas enlutadas:
Hoy una luz vana
me escarcha el alma,
debato con mis Dioses
dónde quedó mi destino,
acaso merezco acaso desvanezco
puro como lágrima del cielo,
mi tardío quizás diga,
mientras este castigo,
seguirá crujiendo mis huesos,
crascita la belleza
entre los barrotes
de mi calavera,
mientras seguiré
pudriéndose
mi vida en silencio,
como pez en tierra
soslayado de cielo,
lo siento mundo
ya soy completo
un millón de mentes
un millón de mentiras,
esta inspiración no me hace libre,
miedos, ilusiones truncadas
contra el ateo
no me imagino
como un pez sin boca
sin creer en nada
camino la ciudad
que negrea el sentido.
tu cara diviso
ya puedo morir agusto
hasta el nuevo día,
hasta trenzar ocasos
del alba y su espuma malva.
El Castellano
RESURGE EL AÑIL:
Florece agua ignota,
azoga tus blancos corceles
de rocío sereno
sé bruma gris de abrevaderos
juega con mis mariposas serenas
de los vientos, fragua mi sentir
en tus venas rocosidades,
bebe mi sed como un desnudo ayer,
entre flores del paraninfo yerto,
augura mi suerte entre tus vellosidades
colmadas de savia joven,
un reverdecer anhelado
que tantas espumas aguarda,
madre de mi blanco chopo,
tu cristal luciente;
Cuántas eras yo he conocido
tantas vidas más longevas
que la mía,
osadía pulcra de espadas azules,
cuchillos calizos de cerros
castizas fuentes
en ramblas del terreno,
rieras terrunas al sosiego
de vid y centeno,
hablase yo entonces
de un sol que desgasta
de acincelados bosques
de espliego y atochas de esparto
del grillo solariego
que abre el sendero,
baja vida tus espumas verdes
de paz y sosiego,
vence tu paz sepulcral
al fervor de mi vana sombra
que no te puede,
háblame tus hojas
bailando, jugando con el viento,
de este otoño que no llega,
ni su bruma honrosa desciende.
Tráeme tu febril aleteo de estambres
clava la simiente esquiva
que raje la tierra,
contigo el resurgir de las estaciones,
pariendo el desnacer
de toda muerte en color
de simiente.
El Castellano
SOCAVA MI TARDÍO:
Indemne acontecido,
en solaz yaga sin fresno
ni alta haya secular,
jamás aplacado por sotoventos
ni fugaz línea de chopo ferviente,
singular atarraya de vientos esquivos
su páramo veloz de ocres del terreno,
vino a plañir mi alma,
entre oscuros cipreses con sabor a dama,
soy tocado por el rayo de sol,
esta sequía que escapa
en el sitio del ángel de tu mirada,
miro por fuera y el centígrado decrece,
gramas envejecen mi calzado,
te encontré y llamé a tu corazón,
déjame ser agua en tu boca,
lejos brillaré por dentro
un placer preso,
y sus vendavales furtivos secos,
es hora de anudar el firmamento
en una falange y en otra llamar
al viento mi padre.
El río se sembrará de altos árboles
y sus peces anidarán en sus copas,
vine a perderme
por si aún no me he encontrado,
haré de bocas esfinge perdida
por cuanto yo he conocido,
perdigones reposarán en las ideas,
golondrinas llevarán besos de auroras,
yo me trenzaré como el azabache
que llora la noche,
una flor de sombra enraizará mi pecho,
en sangre de amapola negra,
como mi sangre oscura,
vine que se deshizo mi ventura,
por este ignoto torbellino
sin ventanas al pasado,
tejo que yo a ella consagro,
como niebla y bruma
que sin ella otoño no hace,
pregunto a mi lobo esquilmado,
sus broncíferos vellos me responden,
que dicha no es labrada
si no hay manos de recolecta.
Como recompensa trae lo sentido.
El Castellano
TIERRA A RAÍZ, SOMBRA A IDEA:
Por la vía
que los vetustos
olmos blancos
protegen los desnudos álamos
que aguardan erguidos,
al descanso de trémulos corceles
y sus carros, cruzan sin herir el sendero,
abatida mi contemplación
fue silenciosa entre páramos
angostos esquilmados del ocre
ardiente, encorajinado,
como un negro suelo que rozo
con los ojos.
La sombra que un ciprés rutila
se acrecienta erguida, ahilándose
con aspavientos que retuerce la luz
sin franco obstáculo.
Era de la tierra habitado
un bronco grito sin suerte,
refirió su desventura
y miradas no esquivaron,
quedaron vistas cuatro espigas
juntas en tierra arremolinada,
por las vides de semblanza
y el resurgir del añil
del santo olivo,
misteriosa sombra de ciprés
háblame como se habla a la primavera
para que se lleve los fríos,
quiero compartir tus preocupaciones
preservarte como me preservarás
cuando muera,
al sigilo del rojo brezo
me alzo como flor
que la primavera arrebata al invierno,
y abeja que baila sobre coronas,
como agua clara
que da la misma luna,
así como tú sombra,
yergues tu profunda pupila
desde la misma senda
que te vio nacer
pura, limpia serena
aguardando al alba
tu desnacer
que tiña tu ojera suave.
El Castellano
SIGILOS DESPOBLADOS:
Aciago escondo
los faustos de mi recuerdo,
abro la verja donde crece
mi árbol muerto
imploro abran sigilosas
guardias en noches
que apelan tranquilas,
como grutas de mi arrebato,
esculpí mi torre de bronce,
como pasa ciego rayo
entre montañas,
razón impele
baja Calíope
reina musa
afrenta lenta melodía,
yo abriré cadenciosa lira,
aplaca en hombro
la vestal Hispana,
compadecida arrasarás
cuerdas de conciencia
despertaremos del sueño
a gloriosas ninfas,
tañerán tambores
el duro sabor del hierro.
Vidas opulentas
abren y cubren
la tierra cultivable,
sustituyen a mirtos y violetas
junto con sin fin de flores
que esparcen,
y parece su aroma
de la brisa apropiarse,
funesto día
que traía la impía mano,
la afrenta de sus campos,
me imagino aciago
como fragua del fuego brotaba
sangre del candor del hierro,
agota mi huidiza pluma
por cuantas realidades
no he conocido,
hasta decirme yo basta
al mal no he conocido
mi dorada mediocridad
tolero y acepto,
¿Quizás algo más cubriese
mi dicha de diáfana bondad mía?
Que al mal de muchos no acompasa.
El Castellano
VIPERINA FALAZ DE TIERRA:
Sin ir más lejos
nosotros somos de tierra
somos alcarreños
somos del mismo metal
que las estrellas
hierro fragua nuestra entraña,
metal y simiente hijos
de la real abeja,
fuego brota en nuestros ojos,
siglos del barbecho
engendrado por el soto
de la encina y el esparto,
somos compases del miedo,
jauría de zorros al acecho yerto,
vívida estampa del hielo,
sinfonía sin acre desnudo
somos acre de espuela
y vid de nuestro camino,
fervor de silos dormidos,
auge de la espiga
remanso del irisado girasol,
somos lo que ves
es nuestro paisaje
de sangre ferviente,
y espuela doliente,
gira mi arado
verás que sigo al mando,
recuerdos ahogan
la madre compostura olvidada
padre cernícalo por angosto
valle de río dulce
y senil valle juicioso
abre magarza tu esplendor florido
con el ababol y su sangre de tierra
abre sendero al reposo de Castilla
con su sequía herida,
cuántos siglos no te han visto mudar
tu aciago terruño paisaje entre cerros
y febriles solanas
donde el tiempo
escapa angosto.
El Castellano
CELADA QUE DUERME:
Veraz acre que el otoño juega
con sus alas virginales
en mudas que el verde siembra.
Era una blanca luna de espuma
con las que el agraz de la uva
jugaba y ante ella
una belleza ambigua inclinaba,
y entre breñas hacía que dormía,
amenizando los céfiros
y arroyos magnos,
no pude verla errar
por mi sagrado bosque,
abría su lira y se escondía,
mordiendo la negra víbora,
pude regresar más valiente
entre estas torres de belleza
que se erigían,
entre escarpadas escalas
de todo lo que nunca se marcha.
Jugaban los corzos suaves,
sin tiempo ni lobo,
rudo tronco indemne
se aposentaba
frente a la muerte,
de sus vanas cortezas secas
florearon brotes como espadas,
que recorrían hormigas,
serpeando, esquivando
a la gris araña de cueva y madriguera
en acecho yerto.
Se descorchaba en grietas
como mustia caricia
que lluvia no anclaba,
preñada su savia aguardaba
que el tiempo perdonara
con pretiles gestos
de retozos de chubascos,
mientras la carcoma voraz
no cesaba su caminillo
entre sierpes grises
ahondonaba su madera,
su destino pertinaz
que ya preguntaba
si habría un cielo para las plantas
donde renacer aquel purpúreo chopo,
que años ya no surcaban rigor.
El Castellano
CANTAR CON SILENCIO:
Un pasaje a la otra orilla
miraba la vida huir, desvanecerse;
estela vencida, afligida,
mirar la otra orilla
un fresno dormitando
una hoja colgada de una tela de araña,
aguantando leve la insepulta tierra
a deshacerse,
esfera verde naciendo apostándose
en hondo destelleo,
súbito sueño desnaciendo
su caminillo de hormigas
de labios grises.
Dormida yacían sus trenzas
como sedas ligadas de azabache,
leves, acomodadas,
tez de tu hermosa cara,
bajo mi cielo un lamento de gloria,
portal abierto de tierra,
mirada perduradora entre monte y abismo,
bruma frena, envuelve,
de impiadosa niebla gris,
impelido me conduce su profundidad anclada,
un sol oscuro busca respirar su luz,
confiante, humilde, la guarda,
ojos de otros ojos
apostados en mi sien
imagen de mi imagen viva,
resucitando,
como nunca desvanece esta suave
nube rígida
que es mi amor a la vida.
El Castellano
TELÉGRAFO:
Trato hoy, desgañitado, dando mi hiel desquicia al ajeno. Estuve con existencia y soledades, bebiendo en ubre amarilla. Hay un cuarto de formol y un gramo de yodoformo en mi mesita, colores para nuestras naciones. Era un triángulo angular, bajo un terciopelo verde listado, sobre el que se suspendía un alambre oxidado de telégrafo. Era el medio del idioma del hijo de nuestro cielo; un gritar escarpado a lo desconocido, hablando intrínseco con su paralelo perplejo, desconocido: chirriar de un poste de pino muerto, herido por el viento; una carne de metal vacilaba; era una tetera cantando al fuego. Lo ignorado latiendo, súbitamente. Su idioma de ruido, por ruido vertiginoso, vibraba de aquel poste como si el piadoso terciopelo de césped de abajo le sintiese bailar. Tendido con recorte, lucía como una colgadura de iris vertical; como jícara blanda, paralelo, vencido por alambres de boca misteriosa, miedosos, oscilantes, bajo el verde terciopelo tendido, que espera sus corzos secos de invierno.
El Castellano
REDENCIÓN SAGRADA:
Cuando los ángeles desertan a morir,
en los ojos de otros ojos
estás buscándome,
me despierto;
los Dioses celebran
un silencio sepulcral.
Colores me evocan de la nada,
ruido cómplice aborda
como navío tiznado al 2025
senderos del mar de tierra
que abre mi lengua en tu guarida de boca.
Melodiosa suerte de la máquina de tu cuerpo,
tonos sobrios, vespertinos
absorben la mirada como filo inexpugnable.
Absorto cae el tiempo en tu sangrada candente
azada dispuesta, es tu verbo un franquear de desvelos,
que respiran estrellas fraticidas.
Es un solo cuarteado en siglas,
los soplos resplandecen vibran al son de nueva grama.
Sombras inmobles cuentan de tu respiro
infranqueable, por jóvenes tapiales
de tu inexorable, florido, grandioso desvelo
de metales,
cobres anidan campanas de media noche
aguardando el surgir de lo sepultado.
No frena la sintonía de tu saliva, una,
ensueños duermen llamando se cumplan los anhelos,
cuando los ángeles desertan a morir
tu mirada se enciende, abismos silenciosos se prenden,
tu voz se hace palabra.
Me sigues te sigo cariño de ternurita dispuesto,
luz enraíza tu alma, efímera en mi mano,
vuelve a mí una paz que ni los nichos toleran.
contratiempo por fuelle,
magarzas de otoño,
corona de reyes en primavera,
etéreas hojas a solas peregrinas,
dejando embriones por verso,
capataz de siembra única,
al compás liberando golondrinas,
punto de Sol a ciegas,
es mi mente surcando brumas grises
que me acercaron.
Vagido endeleble,
fúlgido yo destellaba tu sien sin marca,
caliente al arrimo de mi ser,
valedera fuga sin ocaso,
un caracol en un verso montado, arrastrando:
sacado del pecho
como heraldo sin desquicia semblanza,
corriente arrastrando cadenas de errores,
fruto de libertad
y conciencia sellada a ciegas.
Comiendo raíces por hechos
en fruto divino insoslayado,
frío de noche
bañando la casa de lo eterno
llamada Diosa de tu entraña
mi musa bella.
El Castellano
TRANSPARENCIA HABITADA:
Aquí me quedo sin casa, sin pudor,
sin vergüenza, sin interperie,
sin descampado de viento, otros sones
no me tientan, sin cuerpo,
sin mi transparencia violenta.
Me quedo porque contigo lo tengo todo
y lo ajeno se difumina a otro tiempo,
ausencias habitadas, opacas de otros seres,
que dejan huellas perecederas.
Ya no sé a qué sabe una flor con tu nombre
ni si el viento pasa y se despide.
El sortilegio del destino se va cerrando,
y sus espadas como cuchillas de dientes
que me ruedan sentidos que a ti me ligan.
Avanzo sin permiso
los campos de abrojos
y cardos, se agrieta el sendero
yo al timón, del sentido de vida osada sin despedida
por esta vez,
las condenas siguientes
no alcanzo a imaginar.
Solo quiero lluvia precoz que reviva los charcos,
seguiré sin elegir nada
mi destino hinchándose,
como cebolla un día en agua
como apartar la vista
y seguir viéndote,
no quiero más vidas que sin la tuya
todas me parecen inertes sucesiones
de difuntos que no germinan.
Sólo suben la escala.
El Castellano a 2/01/2018
ENCINA ME REVERDECÍA:
Llano de altas tierras
es el poema que se piensa,
quiero abrir el mar de encinas; afilarme
en su quieta vereda,
guardarme en sus flores puras de tierra.
Ahondarme brotado, pulcro del fuego,
y su entraña destellaba como luz vieja.
Crispaban rayos entre brezos
cuando un aleteo de nuevos estambres
cedía angosto paso,
colores de trampa abandonada,
fue la era,
escalonado asir de místicas palabras
que yertas de conciencia
no escapan.
Una casa en la loma
de la insepulta tierra, madre de las cosas,
rodaba mi paraje perdido
entre voluptuosos pinos erizados
de un jardín de albas incausado.
Espinos amarillos sujetaban el paisaje
con esparragueras del sueño
camino del linde quieto de Humanes
se exasperaba voluminoso el río Henares.
Misteriosa caricia
al sosiego del jardín que nunca tuve,
tierra que no es de nadie sólo esta se presta
y maneja, como un sosiego acampa sin esfera;
un continuar de lo que siempre estuvo y está
siendo el poema arena honda
y mis manos tierra del siglo que sembró.
Retama del ocaso,
soliviares de encinares espumosos
un color duro, que verdecían ideas su paso,
raíz del mañana
anclada su verde savia.
Perpetua añoranza sin causa,
crascitar que belleza acoge,
que arrulla en sus alas.
El Castellano
CORAZÓN DE AGUA:
Hondo conjuro,
poesía de tu voz
que se hace meseta,
sobremesa de cabales,
reniego al cincel abrupto
de transparencia líquida.
Un osar que llama a la puerta,
se visten quimeras:
verso arde y conjuga el beso,
por cuanto he conocido
es insuficiente.
No me alzaron
camaleones con mi nombre,
amplio silencio
secunde largueza,
como día de recta hoja,
piélago frondoso,
perenne estampa alzándose
en marejada de fértil tierra.
Recia infancia
en linderos de semillas regaladas
por las que nazcan hombres de hueso,
flor en mi entraña parda y austera.
Dura piedra todo corazón,
lustrales colores
hasta el desnudo cielo de zinc
y su verde tallo que no palpita,
no ceja mansedad
en sortilegio de su espejo
que yo místico sueño.
Me desconozco
en este sueño que la letra
me tejía buscando luz
entre la bruma,
encontré mi corazón de agua,
nadando, casi despertando,
mi leño sin cruz podada,
llegué a la oscura nodriza madre,
la tierra.
El Castellano
RAÍZ DE ALBOR:
Broza esculpo,
sus pinceles verdi-azules,
idea, hazme temblar la espera,
que tu voz dolida sea lengua en azabache
de otra noche que ya escapa,
y su vena escarpe por cristales
de vitreo haz,
réquiem blandido en un cielo de espadas,
anudada en tu cintura desnuda,
áspera, erizada ella,
mi idea,
combatiendo ocasos leves
que te dibujaron,
caos febril de plateada rienda,
estrellas miles la amparan.
Su muda vaga entre carditos de la dama
y su vestido amarillo
de rayos acrisolados;
alto templo de erizos seculares,
caracoles avanzan seniles
profundo tallo,
bella eres.
Bella en sueños no me hablas
yo me quedé mirándote
para decirte:
-Si te encuentro, nunca te marcharás.
Desdén en este mundo de secretos,
en este mundo de demonios
buscando paz,
cazador corriendo la noche,
por la vana luz
cabalga el cielo,
un aullido,
llanto de un lobo,
miseria enraizada,
cada triunfo una escarcha
en hoja escondida,
que a la mañana verás morir.
Abrazo mi calma podando,
desmochando
lo que mi espíritu yergue,
forrajes miles acampan el corazón férreo,
mi vena coagula
al sentir mi idea
que al ser pensado el camino
no abandona dictado sentimiento,
cinceles esculpen mis manos
que siembran este beso etéreo
por tu caracola.
El Castellano
ENTRAÑA EFÍMERA:
Abro sortilegio de espadas,
enjuta llora la tierra
sobre un carril húmedo,
surcaba mi sombra de vida
azares y tristezas;
besos y espinas de flores
abisal tormenta
que descubría lo eterno.
Lagar turbio de la forma congelada,
fuente existencial de sangre,
igual letra abierta entre brumas
voraces.
donde siglos rebajaron el estío,
historia de sosiego cabalgo,
mar sin entraña
sólo tierra y sus bellotas
de días futuros.
esperan la voz
de profundos conjuros,
hincan los sotos
sus torres de belleza,
que yergue padre Sol
entre selvas de piedras,
surcos de lumbre
donde muere la tarde.
Asesinada la Esfinge
reposo mi cimiento.
Belleza ¿qué eres tú belleza?
Salmo adornado por los hombres,
virginal cuna de la forma,
encina de tierra,
cuchillo de ciprés que vigila
tu espalda.
Cumbre de ideales sin lumbre quieta,
honda clepsidra de las estaciones,
insectos en tus flores ¿somos?
corrientes de vida que clavan metales
de hermosura.
Voy por el camino de zarzas
sin herirme
voy cerca de un canto que asesine el final
de muerte pautada.
Abrojo sin despedida
sutil caricia,
respiro sin nicho ni ancla
sólo un sol de caléndula
latiendo su espuma verdi-amarilla,
por corajes nacientes,
que deshacen versos de lágrima.
El Castellano
TIERRA DE ENCINA:
Encina carne
y cuerpo que en ti
el campo hizo;
emblema insigna.
Follaje recio, duro,
inmoble al transitar
del viento.
Sobrehaz madre natura
de pedernoso azar de catedral
que de ti hizo san Esteban,
parda encina te escribo
desde el reposo del hombre fluyo,
como sangre me sostiene
en manadero de tu lecho de tierra.
Apretada y densa
lloras al camino,
no caes en invierno
ni te desdibujan heladas,
soles de siglos
doran tu espada,
árbol férreo
de árido horizonte,
frente los ojos,
viejo monumento
que sacudes,
el alma de la roca.
Brotada del mismo fuego pareces,
oh parda encina,
yo a ti acudo virgen
que en tus hojas veo pulcritud de estelas,
puntadas de unión de cielo y terreno,
en ti campo se hizo,
de tus lagrimas otorgaste flores la tierra,
meseta navegas con flor de piedra,
árbol solemne tú eres,
a ti rindieran cantos
a ti rindieran cuchillas,
campo de víboras
has pisado,
espejo de pueblo eres
que guardas reposo
y pasado.
Acoge Virgen de la Encina
mi canto manso.
El Castellano
CANTA MI SANGRE YERTA:
Mi sangre yerta, obra completa
III
Mi sangre yerta esquiva, humeante;
canta mi sangre yerta, granate,
el hierro de mi tierra por sembrar,
canta la amapola vieja, desvencijada;
sangre del corazón carmesí, rubí excelso,
granate lustre postrado.
Sueña mi semilla despertar mi sepultura efímera,
donde el muerto cave su vida,
y mi cicuta triste, desprotegida
enraíce el paraíso
de pieles sedientas y bocas sobre una araña;
hojas muertas, de mi vida escrita.
Corre mi otoño desde la vereda a la rambla,
corre mi frío desde el infierno
al río de flores desangrado de esta alma por ganar.
Encina yerta de mi piel esquiva, flamígera
beso de tierra y vid dorada al beso;
beso de trigo y girasol,
de cuchillo de espiga mi cante,
de zarza y espina mi amor
real como intangible, áspero y rígido,
bravo y valiente, duro y endeble,
metal y simiente.
Pan y niebla, bruma y cal,
mi carcoma sedienta,
niebla y bruma me desprende,
desde la boca hasta el pecho,
donde canta mi pasión sin despecho,
vive esta sangre caliente,
lumbre de mis tocones,
nube del cielo por dibujar,
a estampa de sed y viveza por entrañar,
canta mi umbral,
quiere tener soles y lunas sin gemir,
invierno llegas,
dibujando transparentes los miedos,
avanzas cada campo sin permiso,
helando hasta el sentido despierto,
oda de mi sangre yerta, humeante, dolida;
por mi tierra me arde la siembra,
y el beso queda escueto,
parco lo sentido enamora el hálito,
quién te viera marchar,
vestida de olivo y centeno,
de olivo y cebada,
de trigo y espada mi guadaña,
por la calma abrasas la esperanza,
en maldición cantas tu canción,
y los cuervos te rinden pleito de negra ala,
de grazno escondido en cada roble,
desde la piedra a la cueva
abrasas oscuridad mi entraña,
dibujas tu vívida estampa,
donde el tiempo yace muerto,
y solo las sombras te entienden,
solo las hojas buscan su nueva vida,
deste sembradío de niebla me avanzas sin piedad,
la dicha y el reflejo por ganar,
desde mi tierra encendida, hasta la parca bonita,
desde el cante a la maraña,
te canta mi vida quieta
este amor de la mañana
en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu cara,
suspira el rojo,
quiere ser río de alma y arrojo,
quiere nacer abrojo,
el espino mece la espina de mi antojo,
y la amapola amarilla,
sólo ella abre a la gran luz,
horizonte de mi piel que quiebra como ayer,
enamorado suspiro de frío,
enamora mi hielo,
donde duerme,
donde reposa
el amor de mi sangre yerta,
flamígera, apagada
dueña de mi luz y de mi sombra,
transmigrada a la espera,
de caudal y cauce sin igual,
viviré siempre yo en su siembra.
Vespertino azar;
Sol de mis soles,
era él hálito transparente,
vida de una vida en gota de agua.
Avanzo sin calma
mi existencia en un papel,
hoy no se venderá
al postor rendido.
Verá el tiempo
que no pudo conmigo,
ni desdoblará clepsidra
de mi metal furtivo.
Brotando mi credo,
abriendo tierras,
con orgullo del fulminado ayer
que se escapa en mis manos.
El Castellano
FINAL DEL TOMO I
TOMO II
PROYECTO FLOR DE DIFUNTO
ANTOLOGÍA PERSONAL
PRIMAVERA TU HOGUERA:
I
Tu solo espíritu
de alto cielo,
preside mi honrosa vida.
Feraz raíz insobornable
como dicha falaz incuestionable
devienes primavera.
En joviales muslos
y lozanas alegrías.
Levísima, poderosa, atónita,
en alas mi Golondrina.
Alzas que me sublevas
a beber de tu fuente inarrable.
Rayo celeste, vital,
frente la tierra, todo cánticos.
Crear tu azul gloria,
es soñarla, como sueña la orugüilla
volar en alas montadas.
Azul, verde, amarilla tu sonrisa,
seno turgente mío erizado
donde te guardo.
II
Me palpitas de rubor
a espada rompiendo,
esquelas y señales, sin esquemas
avanzo este humo de bolígrafo.
Mi árbol en piel saturas,
lentamente, como llueve sobre
noche de suelo mojado.
Cargado voy en verde savia,
pujante de tu hálito
fugaz, repentino, ingobernable,
como luz derretida,
y agua batiente.
Como piedra o calor esponjado.
Permite te escriba,
vomo se habla a la muerte,
para enamorarla.
III
Suspirante desliz estrellado,
aristas como filos un rubor
franqueza, de honorable sabor.
Embeberte, es de liminal
vértigo de espadas.
Atrevida, de hermosa, sensible azada,
sacas mis penas y alegría se erige,
de este tu muchacho desnudo,
que jura te amó
un día en penumbra
para así, por fín,
no perderte nunca.
Arena vívida de vergüenza
ausente, melodioso tu amor.
No aplaco, le custodio,
como mi vara de nardo
en lecho marino.
Förüq castellano Miguel Esteban
NÚMEN MIS DIOSES:
Al soberano fulgor
rindo mis cuentas,
al plácido pie de manantial
en fuente sagrada rebrotado.
Trompa que conjugada
con los clarines que sólo
las guerras apremian.
Por cielo medroso
tocaré la lira
en serie los vates líricos
enaltecido yo, tocaré raudas estrellas.
Enaltecido yo, por primavera tangible
y su aciaga, pretil gesta
de lluvia sembrada.
Yo, funesto hijo de Pirra
impetuoso príncipe en templo
de la Vesta.
II
¿Cuál quejosa sierpe,
viene a morderme?
Ojalá mi diosa regrese
ya al cielo y refulgente
guarde estrellas en los rediles
que alumbren al padre de los vientos.
Mi madera de ciprés,
y triple lámina de bronce.
Oh, funestas Híadas.
¿Qué clase de muerte apremiáis,
al que contempló sin lágrima ni pavor
vuestro final sin principio anunciado?
Mudanza no lloran
mis castos dioses.
III
¿Quién osado, el que
me resplandece sin haberme conocido?
Falaz sierpe viperina,
a pared de templo ofrendo mi fortuna
que escribe dignamente
glorias sangrientas
en solemnes premisas
como feroz soldado
hablando en escritos
valiente y vencedor sus enemigos.
Lloro mis sinuosos arroyuelos
sanguinosos como hombre
de cielo oscuro.
Förüq castellano Miguel Esteban
Saeta para Musa Reina Hada:
Saeta, saeta bella,
saeta parca,
saeta ilusa, saeta inocente,
es el final del show
saeta madre encumbradora
de toda mentira enclaustrada,
yo te amo saeta,
saeta alada,
saeta heridora,
saeta encausada,
saeta parca,
saeta celestial,
saeta infernal,
saeta canta,
que mis ojos sean tus ojos,
saeta que mis manos sean tus manos,
esta cruel noche un diciembre,
que yo soñaba estaba escribiendo,
un canto a tu cabello de oscuridad,
saeta mística,
saeta hórrida y hermosa,
tu beldad piramidal,
se estrechen caminos,
el cielo se abra para escucharte
mi saeta esquiva,
mi saeta complaciente,
como es arriba es abajo canto,
seguir peones vuestro circo,
que este trovador
de campo llano,
sabe quién es y de ande llegó,
ahora te odian saeta,
ahora te aman saeta alada,
me diriges por el Parnaso sin final,
o me quitas hasta la vestidura
más pesada,
volemos abismos amada,
volemos cimas inefables cariño,
hasta donde se oculta el Sol por el este,
sociedad de creer o no creer
yo elegí creerte saeta
y hoy sigo en la cepa
esta vida que me cabalga la estampa,
cerros intransigentes
molinillos al fragor de vientos voraces,
esparto entre las jaras y solas carrascas
brezos soleados por flores ausentes
un invierno que se desdibuja solo,
saeta amada elévame en tus alas
yo vine por el son recto,
blandiéndome de un hinojo solar,
esta vida que sin ti
saeta la creería una dulce mentira,
por la que morir
y no morir por una crueldad
impuesta por el ajeno
que nunca
nunca serás tú
mi amada saeta,
esta existencia
que se dobla y niega a sí misma
para decir que yo soy el rey
que yo soy el cuchillo,
que yo soy el proceder
inmiscuyente,
otra vez Yo sé quién soy mundo
este es mi manifiesto y
el de mi Saeta bella mi espada,
mi vida,
mi indecencia,
mi crueldad de espira,
mi corralillo espectros yertos,
era y es
el hipocritus dejará su vestido,
el trigo limpio
será trigo limpio
ahora y siempre,
espiga y cante
hasta rodeado
mi padre trigo.
Vengo de las espigas de abajo,
asolando verdades,
mi panida amada,
por la saeta olvidada,
se despertará
por los que venimos
del trigo limpio.
Volando sobre parajes
entre tierras de añil barbecho
y su azada de viento
mi solaz saeta entre cardos
de todo fértil sendero
que lleva al infierno.
El Castellano Förüq
A Calíope:
Recto escalafón
dorado al beso no dado.
¡Oh! Calíope;
baja imploro
te estoy construyendo
un cielo dorado a ras terreno.
Madre ancestro de musas,
figurados y primigenios.
Estuco tu mirada de puro cuarzo
y tu semblante de estrella inviolada
avanzo tu esmeralda de mujer cristalina,
beso tus pies descalzos Musa.
Necesito colmar tu atrio
de caléndulas solariegas y rosas de muerto,
abriendo fragancia de mujer desnuda
al Paraninfo yerto
Castellano.
Yo Raíz de los dioses en la Tierra.
Tú mi Flor.
Förüq Castellano
CONTRA MI CIRCUNSTANCIA:
Guía de mi calendario
en atroz
desmembramiento de soles
llamados días de noche yerta
y sin reseña avanza mi letra,
es un vaso de sidra y una espera,
fiel eterno mañana
en el que dejar
lo que jamás haré hoy,
definido en boca gris
de darme al vulgo,
y que seis millones de bocas
escriban similar
o casi igual a mis sarmientos,
sí directamente me preocupa
porque yo soy lo que escribo
y no acepto copias baratas de este ser,
seré mejor que el silencio
enarbolando astros, plantas y sus verbos
de imágenes por raíces,
lo siento mundo no soy de vuestra sociedad,
no necesito vuestro material
ni vuestras fábricas de ciudad,
construcción haciendo progreso
de la BocaGris,
para que todo lo pensado
esté en proceso de construcción,
fábrica deja mi felicidad
en manos del viento,
que mi poema es incendio,
deja mi destino yo soy de tierra,
y esta es mi eterna cepa
ahogando el rol
tejido del social humánimal.
Soy lo que escribo repito,
como viaje sin rumbo,
un vertical azote de mis velas en marcha,
un siniestro vértice un silencio mundo,
unos ojos que hablan
y se responden entre tubos,
estoy cantando en la tubería,
estoy rozando mi osadía.
para consumir mi envoltura
de tela de araña,
mi sonatina despierta
mi soga quieta del árbol de mi sueño,
enarenado mi lobo de hierro,
queda satinada mi estrella de agua,
ardiendo mi sentido,
siendo esto nada más
que una bomba atómica.
Una retina escalada,
un cruce de dos estrellas,
en vastedad atropellada,
del ser, una rigidez de árbol
buscando su simpleza de savia,
un insecto y su corona,
un pergamino mi escrito,
abriendo este angosto camino,
en alguna parte que eriza la piel,
fuego del hielo me valgo,
de mi maullido de pájaro,
entonando mi pianola de sílaba,
todo cambiaba,
resumen de mi vida,
nació y está empezando a soñar
desde su muerte.
El Castellano
AGUA:
Eslabón vasto, ardido, deslizado,
un iris de gota que a ti te llega,
marcha tenue, compás de tu eterna huida
que te marca y da vida,
fulgente fuente en infinitud de bocas
que tu ser desprende,
de su nombre y su alambre,
irisado canto de nubes derretidas,
comunión de trinos,
un beso a la tierra que deja herida,
límite de árboles y sus soles,
siembra de azul,
despensa de tu saliva,
hoy buscaba belleza y belleza eres tú,
río corre directo a tu nacer
río levántate,
jamás te canse tu desnacer,
efímero latido de tierra,
tú vena del cielo,
una solar llaga del gris,
un hogar, cuna de mi tempestad,
para ser agua inmortal elemento
capaz de crear y destruir,
de vivir siempre tejiendo la realidad,
alcanza, desvela que te debo esta existencia,
sin saberte nada existiera,
equilibrio que en tus vasos juega
para estallar en creación llamada vida.
ALMA EN YACIJA:
Mañana será mi vida
una sábana sobre mi calor humano
inerte en acto de no portar nada
si no fiel materia asida
si mi forma acaso tuviera,
si yo no la creara,
si no fuera contorno de mi forma
esta sábana muerta
se creería que portara amor,
dulce aleteo ingrávido al peso,
tiempos de cambio palabras a un silencio que muerde,
estoy esperando las nuevas visiones,
con mi canasta de limones,
estoy aguardando la caricia de las sábanas,
como recipiente de quiebro de sueño,
quisiera escribir un poema con varias ramas,
anclado en una idea que se difumina
la identidad de ser ella,
palabras inertes que quieren ser hechos
y tener movimientos,
a un profuso mar me muevo,
siente mi devaneo,
llegó mi momento
de nada carezco soy real,
soy de la tela de araña soy tejido que me lleva,
noche, noche te encuentro en mí,
fiel yacija del destierro de mi sombra,
versos nacidos de una única cerveza,
buena praxis de mi romance eterno con la luna,
lunático por venir de estar con ella en su ático de Madrid,
no te esfuerces jamás podré ser realista
y describir sin ser parte del asunto,
claramente porque soy yo el asunto,
a formar, en orden,
este es mi rifle esta es mi vida,
por la que sirvo y ejecuto un placer nacarado,
como fruto de estrellas,
¿el hueso?
Es que no encontré un motivo claro para escribir,
solo fue y será escribir.
BROTADO:
Silba centella,
como enhiesta espina afilada
en son de tañer
del pozo llamado guitarra
con voz pasajera,
fugaz cual angosta siembra
perpetua de otoño,
una muerte trenzada
a su fin de ser origen
de toda vida vegetal,
la muerte de la flor
en comienzo de la vida
sin la semilla
no iniciara
ningún azar profuso
de sangre, quitina, savia
sin alimento
no hay energía
ni este maldito duende
podría escribir sin alimentarse
del hielo ardiente;
es un árbol
es una crisálida
de ser este mi cuerpo,
que al tuyo invita
a su devenir irisado,
de sus canales de riego,
mi realidad se baña en mis ojos,
sin ellos sólo hablaría la oscuridad
de su negra ala,
lo siento me temo
que por conseguir ser completo
he cambiado de lleno,
con mis manos hice una fosa
para plantar un ciprés
como el que plantó tu madre,
y ha consumido en su llama
miles de años de mi pasado,
siento deciros mundo
que soy completo
que he nacido,
nació un ser perfecto
de su crisálida.
HE NACIDO
He nacido por un principio
libre de causa, lleno en virtud de fin,
ser completo en alma, espíritu y cuerpo,
sin atisbo de superioridad
al resto de semejantes
jamás iguales,
diferencia marcada por mi demonio interior
denominado luz de virtud.
Que brota de mi ser
desarrollando yo su intensidad,
el talento como el nombre más ambiguo
de la realidad,
semilla muerta digna que debe ser empapada por el esfuerzo,
dedicación y entrega nuestra
ceñida por la esencia del don supremo Sabiduría.
La vida es de quien la lleva y esta es mi reflexión contra todos vosotros.
CROMÁTICO AZAR:
Bienvenido a su cuaderno,
es una hoja de chopo,
mecida en vaivén de viento vocal,
un profuso devenir de entraña
que tu ser admira, desentraña
cual iris cromático en escala,
es su cuerpo de mujer un hogar
para tus ojos, como una armónica
sus encantados labios.
Un linde y una cepa que te gobierna.
Inmortal yaga, su ilusión
que te cuelga cual araña,
cristales rotos de tu ser
espejos de un ayer sembrado
en piel.
El sentido se difumina
en su boca de estrella
para el hoy ser ayer
y el ayer ser aciago sueño
cubierto en verde hiel.
Es mi casa su casa
su entraña un nido
y mi espada.
Solar siembra de mi mañana.
Es un canal irisado de sangre
fanal la espera
en la que cuidaré nuestro jardín
y meceré flores
para por si ella muere antes
que no muera la belleza con ella.
El Castellano
BRILLO DE NOCHE:
El sino lanzó un grito a la montaña, contestó un eco con amplia voz
Que sorprendió mi anhelo
siendo una luz en el vasto ciprés
que a la luna alcanza
preguntando por mis yedras en maceta del alba,
un silo y un olvido despertó de su nicho,
cantando con la flor un latido desertor queriendo pedirte caricia eternamente .
Encerrada en iris violáceo la flor corría el sueño estertor,
el sol cambió su amanecer por la tibieza y suavidad de su flor,
siendo esposa del sol, caléndula en ojos
que marcados traen un irisado tornasol llamado amor.
Un ocaso se alzaba en guiño a cada noche que la flor cerraba en verso sus pétalos
afilado el cuclillo de la noche
besando una luna de cuerda,
una inmundicia cantaba su siniestro grillo
del calor de muerto,
despertando la siniestralidad agujereada
del hueso,
un camino eterno con acequia de la sangre que lleva en araña del sentimiento
y un difuso vértice de dos gotas de unión
que se juntaban exclamando
como rocío del molinillo diente de león
para volar con el viento juntas nuestras vidas en vaso retorcido de destino .
El Castellano
ROSA DEL AMANECER:
Abejas del alba,
en un cielo desplomado,
que rige su cenit dorado,
un albor que se dirige a la maravilla,
esperpéntica, despeinada por rayos
de solar afán y entrega,
un camino se retuerce en el iris
para la tierra ser sólo de su tierra,
un carruaje de estrellas desmembradas,
y sus violetas nocturnas a cuestas,
es hora es ahora
que la acequia bulle mi sangre,
en la sombra una espera,
vuelan las avispas del medio día,
con sus emplomados trajes,
es la escena un salón de actos,
es una aciaga siembra
de vuestras mentes retorcidas,
de lombrices esparcidas,
panal eterno de la idea,
se asoma, se afila en alambre
de lengua, de palabra que azoga,
mi tenue soga,
mi inmortal sequía,
por el chopo viejo que vive lejos
se clava mi estaca en tierra,
para que sea de su pueblo la primavera.
Con ímpetu y desgaste
que viva siempre este alambre.
El Castellano
ENHIESTA MALVA:
Y que mi sentir no se esfume en vano
donde las frases son emociones que palpitan
un calor llamado arte
la tristeza que quiso llevar una duda
será que esta vida vale la pena¿?
el amor sí existe
está colgando de tus mejillas efímeras,
para darle un sentido a mi existir
aquello que no ha muerto en la eternidad hará cuchillo
así mi alma alto cante, su destino alumbre
será mi dulce muerte rechazada en el vaivén
que llevó a la tiniebla mi verso
este mundo está habitado
por el reino muerto y el reino vivo
yo muerto sostengo,
mi sino de cuervo Förüq
y que nos sobre una explicación
la sed de sangre me alza en albor
mi reino muerto por una amatista por enraizar
y un azabache por llorar
es una clase de fantasma la mía
un eco sordo por alcanzar
siéntelo
es sangre en tus ojos
la noche palpita sin derroche vida de su azabache
un cuclillo despierta a otro cuclillo
un ejército despierta
alerta.
El castellano
Mi rosa
Por la malva-rosa
INFRA-REALIDAD DEL HIELO:
Hilvano mi sentido de una araña,
tejida su tela de una gota,
esa gota que palpa infinitos,
que crea y destruye,
la supervivencia del ojo,
me mantengo esperando para el brillo,
y quizás el sonido de un grillo,
todo acaba donde el todo comienza,
vive esta rosa de hielo,
y este granate de sangre me vence,
opaca suma de tus parpadeos
hacia la sombra,
que es una eterna, infinita
madre de ausencias y sus tejados,
contémplame allí aullando
extasiado en una siembra de nácar,
quiero vivir hoy en las etiquetas,
en los maullidos sin gato,
ser abeja para zumbar los oídos por despertar,
que me odien por fin por ser quien no soy,
un alarido estremecido,
un temblor de tierra,
un carnal fuego que no se vence a sí mismo,
ser por fin entraña y hueso,
que mi corazón me suba por mi garganta
para que diga que yo te amo.
El Castellano
SOY:
Tiempo, invento deslizado
como hoguera que consume y su horizontal avenida,
como rosa marchita de otoño,
como hoja al devenir de un árbol tejido
de sus escarpias sucesos, un devenir
que corre avanza mecido en el olvido de sus huesos
por retornar las semillas y su vida,
fanales despensas de un silencio mutilado,
lejana la distancia todo se acoge en uno,
un viento, un pájaro, un aliento, una espera,
un suspiro, un destino, una creencia,
una raíz, una tierra, un dueño
sí el que me lleva los pasos,
su cuchillo dorado que se alza sobre tu rendija,
justo tráeme la luz este mar de cielo
que me absorbe,
desciende sobre mí su ocaso puro, limpio, violáceo,
como una ventana para pintar
lo que late y se encuentra detrás de mis sentidos,
un destello que me alumbre,
un iris tuyo que me examine,
camino el límite de la existencia,
capaz de morir por una palabra,
mi noche comienza a sonar,
y mi olvido de sueño aún no comienza
no inicia su palpitar,
este agujero lo cavé con mis brazos,
esta fosa desnacerá para iniciar más vidas,
flores por réquiem, abejas por elegía,
mi semblanza yerta
vuelta dicha,
un tiempo como bucle eterno
en el que nada podrá dejar de ser lo que es,
yo soy carne de palabra,
soy quien soy y esta es mi plegaria.
LIT ET SUMMUN CANAE.
El Castellano
SON DE GRILLO :
Clarín entona sin miedo,
todo lo que siento arriba del astro recuérdame
su violácea arpa del sentido, tejido yo del hierro,
y una escarpia desnuda que anuda,
que desvela mi yunque, mi eje,
apenas dormido yerto el tiempo que te conoció,
arriba muy cerca de la letra dorada,
y su escarcha de silencio senil,
eres más que donde alcanza mi palabra,
un yugo, un arco y una flecha,
una vena trenzada por la sangre consumida
que te lleva que te encuentra,
león aquí león allí en mi corazón,
hilvanas mi calor del fuego,
se funde mi abismo zarzas por ascuas,
Sol por luna dentro de mis ojos te encontrarás,
allí solo habita la luz como quimera una,
que te destapa en sueños,
si por soñarte te hiciste realidad mi bella,
una vez en la vida el tiempo se derretirá,
y nuestros labios beberá,
vuelvo a vivir por ti,
vuelvo a descubrir justo la vida,
matando mi soledad, aumentando el día,
amor que me volviste libre
y elegí amarte
hasta donde cerraban los ojos de la noche,
mi miedo se alimentaba de sus paticas,
yo quiero quedarme contigo
hasta que mi pecho lata abierto,
subiendo cumbres anclando mi sombra,
hasta que la tierra se coma los cardos tras el estío,
hasta que las flores rendidas dejen su belleza,
en son de elevado amor,
que asesine los silos de oscuridad,
que descienda lo perpetuo
y quede asido el cielo
hasta que la imagen sea sonido,
y mi deseo traspase las puertas de tu destino,
solo allí reinará lo sentido.
El Castellano
TEJIDA REALIDAD:
Estaba buscando por algo de luz,
dentro de este abismo nacarado,
como brazo de esta realidad desdoblada,
no esperé más le prendí fuego,
y un surco se abrió paso
entre espejos crepitantes,
entre puntas hirvientes,
y sus curvos ejes,
que hacían de la noche una sola,
comía su adentro, estallaba nuestro encuentro,
por soles consumidos,
por vértices y sus filos,
el sendero comía sus espinos,
por mi vida repoblada,
que buscaba tus nubes de azúcar,
encuentra tu miel y mi subrepticia,
por toda la noche sin despedida,
se alza nuestra caricia,
como árbol sin hoja dormida la sinestesia,
queda iridiscencia del beso,
quedan las espinas de mi piel,
un hervor de hiel,
un destino sin cuchillos,
un devenir que no vino ni se fue,
llórame el azabache de tu noche,
pinta en tus ojos conmigo el fin del tiempo,
detén este instante para hacerlo real,
ven conmigo soy tu despertar,
aúlla al hueso de la luna
que parió una flor de cripta y su helecho,
era cuesta abajo mi lluvia
desplomada, hábil tenaza ,arde y no avanza,
por todo lo que quiso ser en trémulo desliz,
era nuestro campamento de estrellas
por luciérnagas,
estoy desaprendiendo a escribir
y eso es bueno,
mi piel que hiberna en verano,
para abrir su cauce y el reguero
al Sol de invierno.
El Castellano
UMBRA DE PIEL:
Flagrante piel desnuda en su redondez,
infinito con cumbre y desnivel,
aullido a media voz,
un golpe de viento, un primor
de desnuda arena en pie modelado
por tu carne de mujer,
yo soy para el viento otro crujido
de su fuente de voces,
de temblores en seno de su carne de ciruela,
prevenido avanzo como un soplido,
me diluyo en agua siendo tu ávida tez serena
como virgen nieve de canela,
suave mi mano nació para tu piano,
al frente me hago presente,
no hay ilusión que se consuma en olvido,
así no hay esperanza que no me vuelva un ovillo,
si estás tejida con hilos de sinuoso frenesí,
silencio envolviendo este mi cuerpo,
sólo por escalar mi vida,
sombra del color, sombra al fin,
era plena primaria,
tímida y risueña,
era mi naufragio en tu arena,
una veleta y su aspa,
desperté y aún seguía tu esencia,
de piel sin piel ni ropa,
destapando una caricia lejana,
por el laberinto que te conforma
hacia la sombra que me da forma,
te espero mi preciosa.
El Castellano
IRIS VESPERTINO:
Avidez estallada, corre un presente
sus oscuros lindes la eternidad conoce,
me basta con ser su despierto pliegue,
existencia al fin sin más ser
que todo lo que desemboca mi creencia,
que se estira, se dobla y conforma
en surcos de labrada consonancia,
por todo lo que avanza,
siendo de la tierra más que una estática sombra,
siendo todo lo que quiero ser
es más que un capazo de su vendimia,
más que un panal de labios grises,
es un mundo y yo soy su pétalo,
es un río y soy su gota,
al trémulo ciprés me cuelgo,
para asir mis palabras al cielo,
es por su lago que mi esperanza navega
sus oscuros soles en llamas,
en mi vida solo hubo un abismo para condenarme
y es al fuego de sus labios,
su veneno en mis ojos bulle mi retina,
blancos, amarillos. azules
los tules de su escarcha,
círculos de luz, veta de mi mente,
se conforma, se desnuda la piel en sinuosa forma
el viento que es como un almanaque
y un cofre,
el destino mío irisado se vence,
acoge mi ansia plena,
mi álamo saltó, tembló,
era yo, como un furtivo fuego de tierra,
era mi vena una primavera,
era mi vida como solaz yaga,
que sólo quiero compartir con ella
mi señora bella,
la extasía de mi ilusión verdadera.
El Castellano
VIDA DONDE YAGO:
Colgado del tiempo,
expuesto, vulnerable
a un cambio de su viento,
sí todo lo que siento
me mece colgado de tu iris opaco,
por mi retina escarlata
nazco para desnacer en tu cuarto,
para abocarme a mi destino
sin final en el cual te amo,
como flor de todas mis flores
cual rosa oxidada,
mi pasión que corre, avanza
jamás se para
es como lagartija
postrada al Sol de tu amor,
mi vida va desvaneciendo
en son del profeta oscuro,
hielos fugaces,
desiertos transparentes,
ilusiones crepitantes,
quiero permanecer en la guardia
de tu sentimiento
no soy espejismo de viento
yo lato y te envuelvo
para crecer
amaneciendo tu deseo,
sólo eres tú,
nada que yo pueda criticar,
porque como florecita delicada
mueres y te agotas si no te cuido,
llegó mi abismo
en el que loco de amor
cuelgo mis miedos de mi ciprés
que en silos dorados
almacenan el querer de las estrellas
en verticales puntas
deja cristales del alba,
no puedo acabar mis pasos enamorados,
que te pertenecen,
como rayos de tormenta,
y mis venas quietas,
por tu salud abandono a mi ser,
por tu sonrisa y qué no daría yo,
es mi vida al fin y al cabo de Finisterre
es mi desquicia yerta
que asesino pero es mala yerba,
no estoy perdido
porque eres mi sentido
para mi segunda vida
no renuncio, no retrocedo,
no me achanto, no abandono,
no doy nada por perdido
te amo en este infinito
del que cuelgo
y mi palabra
es siempre.
El Castellano
SONATINA YERTA:
Cabálgalas así puras, redondas, irisadas,
oscuras mis letras en sonatina,
destápalas al viento que mueren por unos besos,
desterrados en son antiguo, quemado,
derramado en sed del vino,
esperando dormido se alce tu boca
por todos mis sueños perdidos
como cerrojillos en vena gris,
brota mi sangre siendo de la tierra
fiel fuente y su simiente plena, verdadera,
amor, el tiempo no nos puede sostener,
acaba como eternidad doblada con ganas de más y más
muertes en caricia helada,
redondas, verdes, suaves,
caminan como corceles sin redil
mis manos buscando y buscando
le regocije una armada palabra,
no busco estrellas porque tus ojos guardan mi firmamento,
en un granate perdido en un hielo derretido
en un suspiro y un guiño,
ya me cansan los abismos por recorrer,
junto y sólo junto a ti quiero yo perecer,
encuéntralas a ellas como el pasar del tiempo
en un piano de madera, como llama eterna de nota
y fuste, de ansia y apetito voraz,
de mi carcoma y su crujido,
de mi grillo y sus grados,
es por tu cuerpo vida,
que las letras se me rinden en mi alta ojera
de nácar.
El Castellano
DEVENIR ESTALLADO:
Llegó el día,
se colgó el agravio
en el árbol de las cenizas,
era mi ceniza como un cielo
ceniciento, enjutado de paredes,
era un viento de alambre
y sus espirales que mecen
nervios cual lindes,
despiertos, desvelados,
ven a por mí en esta cepa
que llora tu nombre,
yo fui tu hombre
más el destino me clavó
otro yerto horizonte,
otra nube de cenizas,
otra máscara que nunca elegí,
otra planta y otra flor,
no puedo deshacer mis pasos,
ni construir nuestra casa por el tejado,
en fin me basta con tejer
nuestro lago,
nuestro infinito remanso
donde Yago,
donde en su espina ardo,
Consumiéndome en tu aliento.
El Castellano
DESTINO IRISADO:
Eternidad para dañarme,
dejándome caer
nunca signifiqué más y menos
que dolor
afila tu nervio
dejándome a solas,
sólo encontrarás
que perdiste tu hoguera
sostenme los ojos cansados
con su Malva-Cruz
nada cambia
todo retrocede
todo corre y se desvanece
canta, ríe, corre,
yo no volveré,
mi tierra trabajaré
para cavar mi dulce espera
amaré mi polvo,
me sembraré en cada hoguera,
rayo irisado me descubre
llegaré a deshojar la muerte
y su cuna,
desde este nicho
tela de araña
al submundo de los condenados
donde yago,
mi herida si no cicatrizara
será un recuerdo de que existes
llamándote dolor,
vuelo esta oscura noche
buscando calmar mi sed
siendo consciente
que no volveré a vivir
como cuando estaba vivo
mis pulmones llenos de humo
de noches enteras
fumando cigarrillos en boca del Diablo,
para ser yo
el más grande espejo
de esta soledad deseada
desde antaño destino infundado,
me alimento de todas las flores
que no te he regalado
y nunca te regalaré
cierra tu persiana hoy no te veré,
soñé tanto que por soñar
me llamaron ruego y estirado,
demente su hueso me llamó despecho.
El Castellano
MAULLIDO DE PÁJARO:
Una nota y un horizonte
una secuela y una desmembrada caricia,
se afila el viento y sople, sople mi adentro,
esta vida me cuesta la sed,
y quizás sólo quizás una yerta bienvenida,
por la solar acequia planto mi beso,
a un ababol de mi hueso,
es por el perpendicular recibo
que acuso mi piel expandiendo,
trance de mi endiosada calma,
y paz de espíritu que sujeto,
quedando mi gota frenética sin cauce
esta mañana que lo lejano
se torna cercano,
blandido mi cuello en su hoguera,
queda sembrar allí mi primavera,
y mi primer beso de siembra,
Bramando por ella mi cabellera,
como fiel retorno de las polillas,
habitándome en mis semillas,
es por ellas que mi umbral bulle a la fuga,
ella que lanzada, decidida
abandona de su ser el recto abismo
para llegar su alarido
a un destino y un techo,
tejido por c la araña que nos lleva,
tejiendo nuestra vida
de Violeta y malva.
Un fenetro para el desespero,
un puente para superar
la dificultad,
en malla dorada,
en granate humor de sangre doblado,
es por esta luna de venas,
es por este pájaro de maullido,
es por todo lo que vino a ser
y marchó crujiendo
crepitando, desnaciendo.
El Castellano
DEMONIO DE FLOR:
Que el arte es un demonio con palabra de alas,
una fuerza inmortal que sacude la entraña,
en alborada muestra su zarpa,
siendo del viento su grazno escondido,
viviendo la sed en destartalada acequia de hiel,
un réquiem y una elegía por todo aquel
que sus venas zarpó,
para anclarse en su honda sien,
camuflado de espiga
no hace falta que yo diga,
todo es y será de la caricia
al profuso horizonte de espina,
por su derretida cima viaja mi idea,
encontrando un manantial de sangre,
perdida su costumbre,
queda renacer en el ocaso eterno,
que si vuelvo de nuevo
vuestro aliento se comerá hacia dentro,
para esta abeja ser del viento.
Y el viento ser aullido
de lobo sediento en alambrada de piel,
cavando su azada,
derretido suplicio repetido,
en infinito que cuelga,
grita, desenfunda mi vocabulario yermo,
cual emplomado soldado,
fuente de abrevadero de la sílaba
pronunciada robada, deshabitada,
es de la solariega vega que mi Sol
contra el mundo es eternidad.
Canto viejo, canto de surco y simiente
lo estoy diciendo que no espero a mi yerto,
digno arte de admirarte
que si es para siempre
yo soy más que tu amante,
a la tierra va
a la tierra va mi aliento de serpiente ,
que se ahoga que se deshace
este verano silente.
El Castellano
ABROJO CONSUMADO:
Defiendo entre torres de humo,
al rápido destello veloz me despido,
palabras atrincheradas hueso despierto,
encrucijada entre flores de piel,
hiberno este sentimiento
que me desgarra la sangre,
siendo rayo añil consecuencia en llama,
crepitan de los sones los tambores,
mi brazo está para la lucha,
tejido mi sino está del abrojo
una cruel espina su medio para viajar,
soy de este campo como la fuente
de su encina, soy yo al menos
como mi amado zorzal
como un pájaro en su rama
que el viento le cuenta
de sus alas cansadas,
como un cielo sin techo,
como un tejado sin teja,
como umbral sin muerte ni acto,
despertar en la cueva de luciérnagas,
despertar solo y frío para sentirme en dicha
elaborada, agradecido porque estoy vivo,
mi palabra cual escarabajo verde hoja,
como precipicio de montaña
que ríe que escala su altura difuminada,
es de agua su rima consumada,
siendo yo el último hombre en pie
blandiendo su armada palabra
que avanza, no para,
se consume en eternidad arrancada,
a esta luna de plata que gime auroras,
de sus pestañas escarlata,
un secreto bebido
un halo irisado,
de esta meseta milenaria,
siendo mi alma una flama de lumbre,
un carruaje que lo lleva la noche,
mi ser que a tu alma abrace y alumbre,
porque a veces me consumo,
y si no estoy muerto
que venga a por mi la divina falacia
porque mala hierba nunca muere
y en este nicho de vida
me desvelo fiel Abrojo yerto, consumado.
El Castellano
FUENTE EXTASÍA:
Cercenas esta hoja ilesa,
la niña de mi verso si acaso pudiera
sangrar este cielo,
y su avenida en estruendo quejumbroso
sonido, al menos
un espasmo,
una lengua de nervio,
una acequia de sangre
es el hombre
si al menos fuese hombre,
fiel testerazo ensartado de bestia
caminan las sangres,
y nadie vendrá a vengar a los hermanos,
desfallezco,
exploto en pétalos bermellón,
soy de mí
preso de una historia que nadie me escribió a mí,
rayo colapsado y su vertiginoso alambre,
es una avenida esta fuente mía
en un páramo rojo
en un gozo olvidado,
así la mina que se destapa,
ardiendo la pena dorada,
por quien la siembra,
por su azada maestra,
desquicia fina en teja, con tejado
en alma de ángel por cadenas,
destierro enjutado
en duro, desvelado canto de tierra seca
bañada su era en sangre de cepa,
hay un olivo que vive lejos,
hay un señero y estaca de linde quieto,
por los sorbos que me robó la siega,
viento, viento, labrado,
de letra y estalactita
de surco y olmo doblado mi tinta.
Hierve mi fuente niña.
El Castellano
PIEL DE LOBO:
Torre elevada,
afán y su vanguardia
cosechada,
escriba antiguo
deshaciéndose,
escuchando
el latido disuelto,
en esfera de brillo,
un sentido alarido,
vuelto aullido,
esta noche carcomida,
que debe escapar,
viento al crujido,
yaciente del seno de la ola,
en la boca de la loba,
la flor que se desploma,
la vida que aguarda,
este verano de fuego,
y su canción de grillo y cigarra,
desterrada,
es por ti es por mí,
que el destino no aguanta,
Sol mío invencible,
como lluvia de cielo,
aire aire alcanza a tu hijo,
de profundo monte,
de hoz y guadaña
se teje tu molino,
la amapola, la margarita, la espiga,
el tridente de la estrella tejida,
ven, ven a mí,
por estas hojas por su filo,
abriendo mi cuchillo,
cortaré mi sino,
aguardaré al fiel vivo,
en esta tierra,
en esta hoguera,
quemándose mi quimera quieta.
El Castellano
SILENCIO ESPINADO
Mantenme afuera,
sí, dentro de la luz,
fuera de la noche,
las estrellas
colgadas
en racimos a la espera,
solo sólo yo para ti,
crepita mi hueso
esta escarcha deshojada,
por venas del humo
de mi escuela,
por donde se acaba
el suplicio
y yerta la luna
destapa
sus besos de malva,
por ende este duende
comienza
la libertad de la sombra,
cayendo de nuevo
su araña está,
granate lustre de sed
por avivar
una vez en la existencia
el mar mi sobriedad caminará,
de la mano
tambores de tierra quebrando,
por su camino dorado,
el sueño y su telaraña rizada,
aúlla el camino de la zarza
y destapa
la soledad con capa,
de desertora entraña,
de una vida en la espina,
y su cúspide labrada,
es por el sol
que nace mi albor,
resplandeciente como fulgente
mordiendo mi suerte
es de la luz el siglo resplandeciente,
fuerte siempre fuerte
avivo esta lumbre,
giras evanescente
acoges mi fuente
que en gris y verde,
en verde, azul y gris,
las muertes bulle,
para ser un linde y un campo,
un abrojo y un manto,
un despertar en amaranto.
El Castellano
OTRO DIÁLOGO:
Saeta alada,
vuela y corre,
se alza y descubre
por ende de mi torre,
ríe en su ser
en sosiego
borbotón sanguíneo
desprende,
de sus alas jamás cansadas,
amplia carcajada
y gira su mira
hacia mi vida
nada puedo negar,
nada puedo defender
el ocaso se alza en vértigo,
no puedo empezar de nuevo
y volverme a equivocar,
este mundo se disuelve
sin empezar,
sin acabar,
quién vendrá a sostenerme
esta cuerda se rompe,
puedo ver mi ilusión,
puedo ver lo que no he hecho,
justo es mi vida,
rehaciéndose,
buscando el sol
para brotar en espinas,
y estallar en luz
un brillo deformado,
un ocaso purpúreo de mi alma,
un opaco punto de mi verso,
estampado,
cual fulgente pintura cromada
en tintes de un ayer imperfecto,
yo creo en ti, yo creo en mí,
nada correcto se puede hacer
porque nadie nos corrige
nadie nos importa más
que tú y que yo,
pupila nacida de sombras
pupila recta y serena
como el azul
de un océano y su puerto,
como nuestro
hicimos el fin del tiempo.
El Castellano
CARMESÍ:
Sangre, sangre
que yo sin ti no tengo
vida para morir
preso de tu bello cuerpo,
al tarot helado
me muestro
fiel desespero
en umbral rojo tejido
cae siniestro, rendido,
sangre, sangre fiel te espero,
por estas ramas
de yedra despierto,
el negro cáliz de fuego,
tu nombre destapo
tu sed abraso,
en esta hora
que cuelga mi cuarto,
araña enfundada, tejida,
avista su caricia,
abre el telar de yerta letra,
descampado oscuro
que me aquieta,
hoy parto mi hiel
con cuchillo de piel
sangre, sangre
carmín al abrir,
estertor añil,
brota, sube, emana
de fanal hoguera,
esta es mi vida quieta,
de verso maldita la estampa
fiel condena
abriendo la subrepticia de la noche,
se mece, se acuesta la rambla,
avenida amada
senderos de pieles tuyas sedientas,
colgando tus pestañas,
la noche escapa,
la tela se difumina
en un mar de azabaches
trenzados, soplados
llorados por la luna soñados,
vistas al cristal de cuarzo
tu entraña de araña
tu fiel boca
de estrella tejida,
naciendo otra súplica,
para acabar mi historia
en ti con el color
y el humor
de mi cuchillo envuelto
en feroces testigos
de lo que sujeta
la araña de esta noche
por mis venas escaladas,
por mis ojos fruncidos,
me rompo,
me quiebro,
en mil cristales de roca,
para ser yo
vivo y afortunado
el osado,
el descubierto
en capa humeante,
en tu ser clavado,
fumando mi cigarro de noche,
y el humo que te dibuje,
puedo caer,
puedo nacer,
puedo reverdecer
mi vida sembrada
en este patio
de media luna,
brotando, sucumbiendo
enraizando
tu soto de boca
despierto besando
esta penumbra que sujeta.
El Castellano
HUESO DE LUZ:
Sueño
estos lindes destartalados
esta bruma
y su violeta nocturna
de un ocaso que se destapa
y llama y llama,
a amplio fogonazo su luz
por los candiles que juegan y ríen
luz de consuelo,
se prende un horizonte de huesos
por piel,
vereda abierta del ayer,
nazco, subo y escalo
la hiedra por mi árbol queda,
tu dulce silueta resoplada,
un camino una vid y un olivo,
un apuñalado trigo,
el momento vuela consigo,
fiel tapia caída
reverdecer de mi martillo
resplandece esta luna quieta
de tu ombligo,
cabalgo por el suplicio,
avanzo mi enervado delirio,
hoy no pudo ser un día cualquiera
en mi tijera,
se dibujó la esfera perfecta,
y el susurro de plata corrió sus yardas
y sus escuadras,
brillo de sol, luz de ver el cielo,
de ver un difuso hielo derritiendo,
alzando la puerta a tu alma
que tenías sin pestillo,
espero para el momento
de cenar tu noche,
mi refugio, mi despistado destino
y su hueso crepitando
sobre el último tren
que lleva mi vida
reverbero el canto
porque sin ti no encuentro noche,
ni nido, ni lluvia vuelta poesía
de tu bello cuerpo,
sí, eres todo lo que siento
más que un umbral
llorando de cuarzo
más que una cama de tu regazo
porque eres mi hombro
eres mi trazo,
y mi mente al resguardo,
niebla y sangre de marzo
en hoguera de rosa de la tarde,
en la vida que te habla
eres más que un puñado de pétalos,
más que estrellas de este techo
que cuelga
y derrama llegada la hora.
El Castellano
BEHOLDER, CONTEMPLADOR:
Ahora que el día se ha ido,
ahora que navego letras
absorto a la espera
de una nueva palabra
capaz de crear revolución
capaz de hundirse y resurgir.
De flotar y deshacerse
en mundanal ruido de sueño,
temblando su frío sentido,
un recipiente y un vaso de muerte,
una visión y una explosión
de todo lo que prevalece,
de todo lo que incapaz perece,
un maullido de tejado,
un siniestro azar de suerte,
esperé y esperé y todo lo negué
como este verano frío y helado
que todo lo inexistente surqué,
que mi destino se doblaba en mi sien,
era un día en solar negro,
era como un tenebrio que camina,
como una poza sin aljibe,
como una hora cronometrada sin reloj,
era una súplica teñida de sed,
un grillo y un aguacero despierto de sol,
una montaña sin hielo,
un glaciar sin temperatura,
un brazo sin alcanzar,
una tormenta sin sonar,
era la vida una caricia en mano helada
sin sangre sin nombre,
mutable horizonte sin linde
un pájaro de cemento que aturde,
una noche callejera
y olvidada en la tela de araña,
era tu surco algo más
era vena era rabia desplomada
en el barrio de la quimera despierta,
quizás hoy quizás mañana
jamás prenderás mi alzada palabra
en otra alma en otro nombre
porque esta es mi lumbre,
esta es mi estaca.
El Castellano
NIEBLA DE FLOR PROFANADA:
Voy serpeando la tierra,
mis pasos que jamás yerran,
jamás altivos cercenan,
una estaca en mi corazón
que conseguí separarla un día,
un hondo surco labrado
de sangre desvalida
me azogó profusa y hondamente,
pero ya no te siento dolor,
quizás tu vago recuerdo profano,
para llegar,
para deshacer tu sendero,
de áspero color
y sus azafranes amarillos
de la tarde,
ya no caigo
por tus amplios lindes
de niebla y cuchillo,
aquí en mi alma
se yergue el umbral,
la sombra me abandona
para besar,
espíritu de agua dime
si el devenir de mi vida sostienes,
por qué angosto lo atrincheras
en diáfano cuarto umbrío,
yo que horizontal vago,
por encontrar un día
el vertical disparo
de mi enhiesto ciprés
con verdes refranes de hojas
con acrisolados
cristales de savia
a su altura quiero yo blandirme,
velando a mis muertos abrojos,
devorando la calma de sotos,
ansiando la voz que me habla
la voz que yerta me domina,
preparé un lecho de cardos
para llegado el día
escribir un epitafio
que ponga, que diga
heme yo brotado de la espina
aquí yace, aquí reposa
todo el amor que sentí un día,
y esta estaca
conseguí arrancármela
en su día.
El Castellano
RENACIENDO MI OJO DE TIERRA:
Diestro empeño asolado
en fanal infinito de campo,
eres miembro de brillo,
inmortal crisálida azogada,
un grito y su descampado,
lluvia y solariega rambla de vida
abarcarte no pudiera,
dónde acaba dónde comienza
tu verdad única,
compás del silente grillo que te alza,
pero jamás te alcanza,
del pájaro a tu rama tu balanza,
tu araña de acequia me abrasa,
para ser plural la templanza,
suave tu nube forjada,
naciente tu acompasada azada,
vida de la muerte sembrada,
eterno réquiem de naturaleza amada,
en vasija en cántaro que emana
crea, seca y rellena
una sangre de etérea tierra
como vena de la era,
mi fiel estampa quieta,
acabando la montaña en llana vega,
acabando el río en otro plural
llamado vida otro umbral tejido
perdido en abismo líquido,
retazos de encinas que me respiran.
Ababoles que caminan
destello fugaz que todo lo que nace
una difusa luz sucumbe,
para dispersar más muertes erguidas,
siempre en arduo silencio de despedida,
tenebrosa y umbría su caricia
que la tierra llena,
que la tierra devora,
para ser otra sombra,
otra estática vida
en otra boca,
en otra araña que lleva
su flama,
el acecho yerto jamás descubierto,
hasta llegado su momento,
hoy puedo verlo
mañana jamás podré negarlo
ni catalogarlo de aleatorio azar
todo tiene su razón y su causa imposible de negar,
para yo ser de la tierra y la tierra ser de mí
mi sangre que porto
en vasija de éste cuerpo,
no pude elegir ser otra vida,
ni tener longevidad imperial
de árbol y su carcoma,
mi tiempo avanza angosto
por descubrir la luz que riega el páramo
en solar entrega
diluyéndose fluyendo como rayos ondulantes
que descubren flores
y el campo afligido tiñe de ocres
con un estío subordinado
al renacer y evanescer de la sed.
El Castellano
SER DE TIERRA:
Es más que triste
que esté contento
porque estoy cantando
porque eres rama
porque eres gesta que prevalece
porque se agitan los mares,
y salvada de ellos
se alza Castilla
desde su espiga marchita,
fiel de lumbre, eterna hoguera,
sus pasos, castañas en el fuego,
forjando en uno de sobriedad
avivo el manantial,
los jornaleros tendremos que desfallecer,
alameda mía,
sangre en mis venas no falta,
se forjará mi noche en la azá.
Hoy sólo somos cimientos
mañana torres de sangre y tierra,
de puñal y rama
nuestra verdad,
que claman fusiles,
de gente en estas tierras encumbradas,
este es mi rifle, esta es mi vida,
no me pisarán las rosas del alba,
garantía de mis ojos
que sangrarán los cerrojos,
hay que aprender sobre torres de tierra
aprender cultura,
para saber luchar,
para saber defender,
los valores los cinceles,
las plantas de la vid al olivo
del grano al granero del ayer,
y a sí jamás naufragar,
porque esta tierra cuesta vidas,
y los hambrientos se los come su entraña,
de esparto y fuente mina
mi sierra que camina,
muerta jamás arrastra pena,
violín de cuchillo,
sueño en vergel de sangre,
mi tierra por la razón,
no se agota la espuela,
miles de respiros valientes
troceando nuestra miseria
para ser del pueblo
y el pueblo ser de su tierra.
El Castellano
SUEÑO EXTENDIDO:
Presentes sucesiones de difuntos.
Quevedo
El cielo como granate yerto,
expandido ¿Cómo? con sus cristales por colores,
mansamente no me amanso.
algunos yertos que caminan
ansían la doblez de mi destino,
sábanas mojadas un olor a humano,
saldrá el sol no con más ganas que ayer,
para sujetar este calor,
vidas que ansían otro destello de vida
tras su estancia en breve instancia de caducidad,
que teje su organismo,
mundo no me negarás la visión
por este sueño extendido
de mi jardín de mujer,
sin necesidad de podar escalo sus ramas
abordando su infinita sed,
arde mi cuerpo fiel verano,
quisiera ser río y fuente de montaña,
quisiera ser tantas cosas que sólo elegí una,
la que no elegí,
si no dos células y su vientre,
mis naipes se van desvelando
una baraja helada de sangre,
un destino y un cauce,
mi vida que elige electrificar su cobre,
en círculos la polilla
vampiresa de mi ropa,
destino avocado a su perdición,
estamparse y quemarse en la bombilla,
luego pregúntame por qué tanto buscar la luz,
perdido sosteniendo tu puerta,
el monstruo de tu armario tiene miedo,
quiero devorarte
lentamente.
El Castellano
ALGÚN ALIENTO:
Tú eres mi ventana volada,
eres cielo y fuga de escarcha,
un segundo y un desespero
fumando mi cigarro,
hasta el tiempo de volver a caer en tu cuerpo,
mantenme estas cuerdas,
mantén estas esperanzas,
te vuelves real color
suplicio de rosa gris,
anhelante caricia de tus puertos,
una gota, un oscuro linde,
un respiro de fiel accidente,
momento que se retuerce,
amor demostrado y dolido,
vida de mi sentido,
ufano beso y tiemblo,
carne de esencia, alma plena,
estallido y borbotón de luz,
no eres mala liendre,
eres demasiado buena para beber de mi sangre,
eres un puente de destino
y un alambre rizado,
eres mi sueño en el pasto,
eres flor que se renueva
jamás seca,
eres sueño y camino recorrido,
eres mi ansia que por si vivo
jamás podrás destruir nuestra rosa,
te amo más que dos palabras
es un nombre a nuestro idilio
jamás perdido mi amapola.
El Castellano
ABROJO EN MI DESTELLO:
A veces roto,
a veces nuevo
ecos de este horizonte profuso,
nueva era comienza,
escalando mis aguas,
justo mi vida está empezando
ruptura para ser libre
silencio envolvente
gira mi mente,
no Dios el Demonio eres tú,
Dios del demonio
en este linde por el calor sujeto,
estados febriles
de quebrada conciencia,
tus mentiras son lejanas,
de un océano abierto,
muchas noches te esperé
muchas lágrimas se perdieron
vida aparte,
creo que ya debo irme
dejar esta espina de corazón ,
prenderme en el olvidado brillo,
encontrar la luz del astro,
olvidar a mi umbrío ,
una despedida que me cuelga
la Copa de cerveza,
no bebo pero por un día
no me voy a condenar
más de lo sentido,
más de lo vivido
apelo al olvido,
y su cruel instrumento,
a golpes parados,
melancolía déjate no la conozco,
locura nada esa es pasajera
como humilde tijera,
buscando, buscando
olvidé cómo se escribe
un poema,
dejar de escribir es como morir
demostraré a este verano
que mi tierra de la parcela
llorará flores,
mi combate cincel de arte,
aquello que mi magia sucede
porque tengo sangre,
mi calor mi rojo humor,
ya no soy el mismo reflejo
no soy aquel vendido
soy destello de mí mismo,
fiel abrojo será tarde.
Para derretir todo lo existente.
El Castellano
FLOS UMBRA FLOR DE SOMBRA:
Está en la lluvia,
ella es Dios,
de ojos abiertos atraviesa
un profuso soliviar,
de flores,
de vivos colores,
escrito sin mentiras su nombre,
era un hombre
vendiéndose a otro hombre
que lo volviera hecho y acto
de material afán de éxito,
pero la naturaleza no se puede cambiar,
el artista no nace,
no se hace,
nace y se hace deshaciéndose a sí,
igual que un pre-bonsái
por podar y desmochar su alma
hojas mías quedaron mustias y abatidas
de haberme rendido al sentir de describir
a un amor furtivo que me acechaba
a un sentir interior que me dominaba,
caí como gota de agua,
y el estruendo me partió la vista,
ahora soy tallo nuevo de persona,
podando y podando,
destruyendo para poder crear
para acariciar este Sol
que retuerce , soslaya, pule, amamanta
el hierro de mi entraña,
el miedo no me para
el dolor por ser dolor se acaba,
siento que siento,
amo a la mujer que amo,
tallada en cuarzo,
al final seré el último hombre en pie,
cada verso que lanzar al viento
como fiel testigo cuchillo
de perder la realidad,
justo a la derecha,
recto para ser erróneo,
sigiloso para hacer ruido,
noche, alas blancas
es de ti el tiempo afilado
astros, diáfanos siglos
caducidad de la ciencia
caducidad de su conciencia,
verde monte para rodar,
azul cielo para atravesar,
siembra para ver la flor llegar,
beso para el placer amansar.
Me estoy perdiendo de verdad,
tengo que fumigar.
El Castellano
CUANDO LA LLUVIA CAE ABAJO:
La libertad está tejida
de flechas al horizonte
devanan duros, limpios,
cristales ahogados en profunda sien,
surtidor de velas de los mares,
fuegos en lumbre eterna
por los senderos que labró
el astro verdadero,
inconsciente avenida
mi ser viaja en sinfonía ausente
de tristeza y su carcoma
todas las expectativas
son vivencias
para el vivo
todo cambia
para lanzarlo
y nunca olvidarlo
sólo ser es el reto,
lejos de leones
lejos de sombras cada día,
cada emoción
por mirar
dentro de lo que no se ve,
se siente
promesas
que vuelven en boomeran
rescoldos de vegetales escombros
el pasado se abre en alta simiente
un día amarás decir
es alguien a quien tengo a mi lado
para resurgir de la hoguera
en honda tierra,
y mi ceniza lo siento esta noche
crepitará al viento
que no hay mayor portento
que haber conocido
un día su sustento,
que mi alma escapa de mi cuerpo
para abrazarse al firmamento,
mi lumbre ya avivada
prenderá el cielo
todo lo que siento
indómita expresión del tiempo
al que estoy sujeto
en oscura torre
que yergue mi adentro,
fuera de la noche
dentro de la luz
en veda azul
en vega de solitud
dentro donde tu interés
te miente
donde mis brazos se alzan
asumiendo la eternidad
de mi sendero,
la eternidad del azul del cielo,
donde desde hace siglos
te espero.
El Castellano
SEMPERVIVENS:
Modelo con cincel de viento
las manos de una caricia,
la vida de mi abeja subrepticia
cómo definirla no sabría.
Estreno un nuevo Julio
una gota sedienta de su estío,
fuera del momento
que mi vida se vuelve luz,
mi vena siempreviva se yergue
acariciando a mi Sol,
que este mes me vio nacer,
viento, viento bonito
llévame en tus alas
de vidas labradas,
quiero que me muerda mi amapola,
que se destape tu lecho,
y me dejes apoderarlo,
para siempre volar
como mitad de poema,
que las aguas surca,
para fortalecer el riego de mi tierra,
con sangre de hierro,
tu fiel desespero,
renace mi araña Lichtter
tejiendo mi existencia
en mitad del verso
hoy por ti, siempre por ti
Lhiannan Shee,
se quedó llana y profunda
la cuenca de tu visión,
siendo hondo destello enfundado,
mi calvero y sus ríos de sombra,
sigo por la línea goteante
de nuestro suplicio,
me pende la mirada tu ventana,
mientras hilvanas libre tus cabellos
de rizos de cielo,
los cuadros de mi creencia los conoces
mi veleta, mi Sol, mi flor,
mi árbol, un puente a encontrarte
una vida,
juntarme, en proceso que rige,
que estalla en dos rayos de tormenta,
te quiero, te necesito,
el Sol dice lo que me susurras,
mi cigarra laboraba
el sentir de una esfera
que canta dentro mi alma,
de un grillo el soneto,
de tu cuello el cristal de cuarzo,
de mí la lluvia en tu agraz de marzo,
mi concepto será ejemplo,
avanzaré por mi sentido puente.
Nuestro destino cruzaré.
El Castellano
APIUM:
El barbecho de la espiga,
la mar me trae la ola,
la montaña me trae la cascada
mis ojos llevan el color de siglos
de floresta destapada,
mi tierra se lleva mi espada,
el aire mi aullido
hondo, redondo
crujiendo en las aguas,
mi vida lo siente
lleva sangre en las venas,
arterias de ángeles
estrellados en su eco
alzado a la Estrella,
sostenme en las bocas
que mi silencio reverbera,
mi montaña bonita será sentida,
mi Santa flor en la boca de la abeja,
que mi vida maneja,
tráeme los pinos de los montes,
el aire de las cumbres,
tráeme tu boca para nacer en ella,
sigo a Lucifer
bueno él me sigue a mí,
cosas peores habrá
como abrir y entornar la puerta
para que pase la maldad,
siento decirte que arrastro mis demonios creados,
para enterrarlos en el campo,
al lado de un sigilo de chopo,
que a sí estén de ojos abiertos,
no me enloquecerán más,
estoy hecho de miedo,
soy de hielo
más fuerte que el don austero,
palabras sepultadas en mi zanja,
mis padres y mi gato son inmortales,
¿por qué me llevaste padre a la ciudad?
que lento muero aquí,
sin sentir el viento de mi campo,
sin mis flores y su aroma
a vendavales desnudos,
estos árboles de cemento
no suenan con el aire,
ni estos cristales atraen abejas,
aléjame de rejas,
salva mi muerte
que es del monte.
El Castellano
CORAZA DE TIERRA:
Abrasa mi vida, esquiva es
esta piel de caricia
estoy ardiendo, aviva mi resquemor
en este mundo que se retuerce
y envilece entre sus venas razones
la realidad como lirio de negro pétalo
sólo un sendero por abarcar
llamado vida.
Del astro Rey de sí mismo
a la caléndula de tierra,
su esposa efímera.
Avanza mi subrepticia,
entre páramos deshojados
y sus hojas por gentes.
Espiga flagrante, sentido granate
por mis ojos he visto nacer
los genes de tierra,
por mis ojos he visto morir mi amor
que mi pecho yergue
yedras brotaron tapando su calor.
Mi Sol me enraizó
mi ilusión se diluyó,
una flor de sangre brotó
llenando mi vacío interior,
mi amor por su reino vegetal
me mordió.
Ahora sólo encuentro
tranquilidad y sosiego
en las vidas que siembro.
En mis diablos de flores.
Hasta yo morir
a la altura de los montes.
El Castellano
EXUL UMBRA:
Ataraza mi alma
una fáuce sigilosa
que me devora
hinca, sigue y prosigue,
sembrando mi hastío
que sin él yo no vivo,
respiros inmaculados
a esta sed que mi cuerpo
lo alimente la estrella,
pasado atrás fiel desvelo,
voy construyendo,
voy cavando el surco
milenario de mi destino,
en este cuenco, en esta vasija,
en este recto cuerpo
del que me desprendo,
para que mis manos hablen silencio,
mi sombra es quien habla
de su destierro,
de su rezo al flamígero astro,
mantenme afuera,
espero mi momento,
de entablarme con vuestro Dios,
y preguntarle si merecía tal castigo mi sombra,
sí yo merezco esta pena que me soslaya,
pero si no fuera por este dolor
no sabría que vivo sigo este siglo,
ni mi saeta de luna volaría
a encontrar su desquicia yerta,
y su esfinge malva,
en alto claro
en marco clavado,
es por mis ojos de grillo
que alcancé a ver
mi destino fusilado
para entregarme a un único camino
que me rige que me dirige.
El Castellano
YACIJA:
Vida mía rozagante curso
en solaz de muertes que caminan,
los oscuros límites plausibles,
como dije no puedes mentir
dentro de mis ojos,
llana voz altiva subiendo sus montes
soy libre por ti
en esta generación ciega,
una vez que se ata el sentir
de mi esfera difusa,
en este lugar yo puedo
sembrar la luz en oro de argénteo astro
mis ojos oxidados
yerguen el vapor de cada día
que estalla su retina,
cristalinos en el verde gozo,
sin despedida,
mi tierra puede subyugar en pie este mi ser,
brillante hielo de cuarzo
tejiendo las manecillas de mi reloj,
esmerilado suplicio que lanzo,
que parte tu acero,
trasquilando mi luna
hasta que despierte mi Sol,
fuera del momento, dentro de la noche,
esperando que torne solamente luz,
desvellonado mi lobo ártico,
en hierro de mandíbula
este ser por la defensa de su valor,
que no fue del tiempo flor
fue indómita expresión,
en un cielo que labró,
vengo de un horizonte iluso,
desempolvando mis muertos,
viviendo el polvo de vida,
mi pasado rescoldado, derramado,
por la ventana desolada,
mañana será eso quizás
una deidad sin nombre,
un cuarto sin lumbre,
veleidoso y regio,
consecuencia sin rastro
nombre escrito sin pluma,
yacija inerte caminando los oscuros lindes
de su destierro,
de suspiro de hielo invernado
con brazos lejanos a través de los tiempos,
su ayer llueve a jirones
sombra que caminará el abismo
para encontrarse,
y desafiar al viento,
estallando en luz plena
jamás dominada su desventura.
El Castellano
LETRA DE VIENTO:
Aguzaré al viento
en vertical estampida de elogios,
para que lata con fuerza
se cuelgue en los solares rendidos
de mi agraz intelecto,
las lagartijas correrán su rambla
cruzando la tierra,
mi carrasca lucirá
un sabor a mujer desnuda,
el verde militar del ciprés
tendrá tacto a luna,
somos silentes dentro de la luz
somos veletas del negro puerto,
fiebre navegante
mar de mi vela,
lumbre eterna,
alma de renegados,
jamás complacidos,
rajaré al destino en dos mitades,
una para sacrificar
por si sale mala,
su alta ojera cruzada,
afilaré mi cuerpo para clavarme
al viento que hasta ti me lleve,
solo un segundo marcha atrás
y me sembré en tus manos,
como flor de centella,
qué bueno que existas en mi realidad,
que teje, desvela, nace y devora
la esencia que te alimenta,
hoy lo siento desperté siendo río
que quiso llegar a las tierras que te modelan,
alarido despierto y aullido
en nácar de tu placer,
para solamente ser lo que tus ojos
digan que soy.
El Castellano
Blándeme:
En mitad del campo,
sólo allí que la encina enraíce mi carne,
el hinojo lata al son el tambor de sus flores,
la carrasca grite verdades del monte,
vereda quieta, enarbolada,
soledad disparada sin descanso,
sólo allí reinará mi alma,
en letras escritas en las hojas de vida,
las lindes teñirán de rojo y negro,
de tinta y sangre el resurgir del añil
aliento dibujado de toda vida en color,
del albor a la muerte en flor
se alzará mi latido con su amor.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Renace en la piel,
en el albor sin conciencia,
hace más frío que antes
sentido muerto, caído
olvido yerto
raíz del ser
más callado que el invierno
avanza camina a voz
todo lo que he perdido
polvo de estrellas, hierro de océanos
piedra de montañas...
hazme recordar alas cansadas
cosas grises que te gustaba sentir
mi amada así sabes
horizontales que no puedo olvidar
ejes verticales de conciencia
sin dormir
danza la primavera del lugar
con mi soledad pintada
en la sangre de mis ojos
todo lo que veo teñido
la ilusión cae en gotas derramadas
cayendo congeladas
desnudo mi cuerpo en la penumbra
del segundo quieto
raíces comiendo mis venas
hojas de mi historia mustia, abatida
sentido muerto
viviendo por ver morir el momento
momentos atrás que cae el recuerdo
sin miedo, sin sentimiento
todo hirviendo
sólo este sarmiento de cuerpo
esperando que juzguen a su alma
libre de maldad
quién estará allí
quién vendrá a darme un camino que seguir
solo en la oscuridad
donde todo comienza
las sombras me reconfortan
y veo en luz mi vida
para encontrarte
algo que darte de dentro de mí.
Un amor rugiendo en la boca de la estrella.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Diestro del mar a la montaña,
visten sus flores coloradas orgullosas y sentidas
cual caricia de su jardinero que las ama
el viento armado escala cual seco rayo
su sol enturbiado se paran las oraciones
hipsipila dejó su crisálida
en un caballo alado recorre sierras y sus manantiales
recolectando toda simiente desde todo confín
al inerte sombrío albor,
mientras su fría luz crece y camina
sin franca tapia ni verja que detenga su escalar
vuela vaga la libélula para posarse en su hombro
recio brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte
que lleva que trae a su castillo olvidado
hechiceros de todos los reinos desvelaban que sólo
un reino se mantendría vivo
y no era el del humano ser
Hipsipila cabalgaba por naturaleza su religión
abarcando de la tierra a la lluvia
cual rayo cortado de Sol su cabello
los pájaros trinaban en su castillo
hipsipila siempre vivirá como invencible Sol.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Flor de Bradomín:
Partir me alcance un día,
he de visitar el prado
que yo por Bradomín
nunca he visitado,
he de colgarme
de la flor serena
un día lluvioso
a colgar mi estandarte,
vive, nació y deslumbró,
deberéis guardarme el vilo,
que yo partiré este humo,
quebraré la voz del eco,
soñaré que estaba despierto,
mi simiente sacará su cuchillo para sembrarse
sola como se destapa la primera
gota de rocío que tiembla
el Sol que visita,
esta la haré generación seca
en pergamino de hoguera,
mi letra caerá en el ojo
desde el infinito parco de este abrojo,
el altiplano enjutado,
dirá que me debéis cuanto yo
Arriano he plasmado,
y este granate será mi lustre recordado,
es y será mi casa,
el esfumino en coro de grillos,
aullando bisagra,
a la luna que escarcha,
hazme libre luna,
saca mi alta ojera con tu luz,
abre mi campo
al murciélago señor,
acaso mi espada mi tiempo no blandiera,
me encumbro de la fiera,
para ser quimera a la espera,
mi Leannán dicta
yo converso
que desde su estampa
al hada infernal de esta
yerta conciencia,
resurgiré
de la espina dorsal
de este cuervo Förüq
que me habita,
el ser que me lleva
cantará soñará
que es y será otra primavera
para enloquecer desde ingenua siembra,
graznará el solar del fresno quieto
abrirá el despertar de esta gris araña
entre agujeros de la idea
soterrada, descubierta, alzada
entre sierras y barbechos
despierta, riza, besa, evapora
esta sangre de tierra
que es mi amapola del pecho
anclada, versada, cálida, cariñosa,
abierta entre grietas que palpitan,
fulgente, displicente, dispara que flagra,
sentimiento de esta azada
que es mi vida
al borde de la flor
de caléndula
que es esta realidad tejida
y su floresta que riego desde
que el verso me escribió
a mí la felicidad.
El Castellano,
Señero quieto:
Linde abierto sembrado por Dioses
de plantas que sólo ellos pusieron
y que ven exclamar su muerte
de silencio gritado
lentamente las estaciones.
Es este campo que vive lejos
con señero
un señor de señores
amor de silvestres,
es encargado de ver en flor
sus amores,
vence que atraviesa
sólo su mirada,
un jacinto se yergue
de azules botellas
sus besos de rocío matutino,
matutinos gritos postrados,
con el hervor que reverdece las tierras,
de cal y tierra arenisca,
de arcilla al barro,
de la pizarra al risco
de granito,
es una vida mi estatua,
dulce, risueña, sembrada,
albores cruzados crepitando,
mi nido de grama rehaciéndose,
entre luceros anclados,
arriba mi barco
estos océanos y mares
de tierra,
que todo lo rige
su materia,
desnace el tiempo
abriendo el brillo de mi falcata.
Fiera de fieras
yo soy la fiera,
desde las piedras
a esta mi hoguera.
El Castellano
Aciago, recto vilo quemado:
Cantares quebradizos
se alzan entre aciagas esferas
de la palabra inexistente,
entre sones terrazgos
que sí puede,
llevarme la espuela,
entre la mente que afila,
que pule mi sangre oxidada,
por el puente de venas de mis manos,
diestro al compás que muerde
yo sí estoy hablando
tú no estás escuchando,
esta vida asida en un tiesto,
por encajes sin alba
por encuentros fugaces
en mi averno tejido,
entre estos soles de trapo
que me levantan las flores,
avanza la flojera del día
que llega a su final,
volviendo madrugada de espadas,
quiero contarte hasta tres,
mi aliento que no sabe contar al tuyo
pero sabe que cuentas con él,
yo que ni segura tengo mi muerte,
colgaré destinos
de sus ramas de fresno,
mi piedra será estatua,
no seré yo quien hable si no ella,
el verde musgo llorará el sino dentado,
esta vida de espectro
no me dará de lado,
de un solsticio me haré un cuarto,
entre mis líneas habitarán espasmos
de ideas ausentes,
de fríos hielos de soledad congelada,
liberaré este reino enfuscado
cual vicio cual tierra sin dueño
de crear nuevos palabros
que serán hijos de la nada,
cabalgada, soterrada
en infinito de la siembra alzada.
El Castellano
Linde quieto abierto:
Derecho firmamento
entre filos de gentes,
es una piedra que camina,
piedra aventurera,
seca y umbría,
reposa y duerme
cantares del linde,
centellea rayos irisados
se riza con los besos de lluvia,
acaso quiso ser otra,
ella tan yerma, tan plácida,
imperecedera,
cerrada como se cierran
los rayos de luna,
acantonada, de estéril estampa,
dejas muda alabanza,
el día que te hice de voz,
piedra bella, sola,
estridente sin patio de sonido,
y esta voz que te di
voz dorada como tu piel de minera,
como un soto sin perdices,
avanzabas solo tú,
la vida quieta,
sembrándote allí por donde anduvieras,
al candor de piedra única
igual a la siguiente y a la anterior,
sin afán superior
hasta que este poeta te dio voz,
como flores que sin color
acaso fuesen,
un despertar en brazos de cieno,
un respirar de la montaña,
un cuchillo calizo que afilan
erosiones de las eras,
latido férreo, sangre de mineral,
o compostura de arenas,
piedra de mi casa,
piedra de tu casa,
la tierra.
II
Piedra potencia eterna,
nacida como nace una estrella,
cumbre de filos por bandera,
hogar, cobijo y morada
de lagartijas que cuelgan tus venas,
colchón de rayos de sol,
asolada tu espera
por quien te dio voz,
lideras tu guerra sin cuartel,
antes de yo nacer,
tú dabas alientos al suelo
sin importar pertenecer,
siempre fuiste
siempre eras su piel,
de la cantera, al nicho,
del mausoleo, al caserón viejo,
del silo al castillo,
tu fortaleza empedernida,
tu aval de honda certera,
Siempre estabas
siempre estuviste,
como río a su voz del mar,
osado no fui yo
quien te encontró,
solo fui encargado
de darte moción verdadera
ojalá pudieses contestarme
mi piedrita bella.
III
Devuélveme a tu vida eterna,
del soto a tu quimera verdadera,
clávame la oscuridad de tu cueva,
en esta esfera pulida sin espera,
risco de tu sien enarbolada,
millones de hijos
esencia desnuda de tu alma pura,
techo sin compostura
del ser invertebrado,
techumbre que pizarra llora,
su azabache de cristal,
tu sangre de fuego y agua
que nunca te alcanza
sólo partirte puede,
grieta de helada, tus filamentos
que encaran tu azar de vida sin dueño
a tu sangre de musgo me cuelgo,
en verde musgo tu fantasma muerdo,
vida de herramienta,
azar de la idea,
al paraje que te conforma
al que sostienes su vida
siendo el suelo techo de esta hacienda,
si tuvieses dolores todos gritarían
que se acabase la muerte en la tierra.
El Castellano
Es un fuste:
Quiero deslumbrar mi camino,
ayen de estas víboras que caminan,
palpitar el látigo enfoscado
de sedientos corazones.
Entre sangres fugaces afilo
esta vida en grana marcada,
deshojada, por cuanto he conocido,
más que tristes metales lascivos.
Caparazón este el mío inerte,
vestido de marzos seniles,
agota, coarta la esquela
de mi memoria perturbada.
Camino sin camino
por donde se oculta el este,
veo la flor que desviste,
entre pétalos su iris difunto, perturbable.
Te construyo sin verja, franca,
tapia ni acantonado te hago
a imagen y semejanza del aire.
Que pasa y mira,
que mira pero no descubre,
que nací dueño de tu avenida.
A este sol ferro cuelgo agravios,
ofensas que desvanecen,
como la noche devora lo que es suyo.
El Castellano
Azabache de ojos:
Ojos direccionados
a esta luna de azabache,
el tejer de una gota de savia
plañía la desesperanza fría.
Siniestro compás mece,
en acorde clavado
a este invierno estirado,
al estallar de bombilla me cuelgo.
Curvo escalafón riza besos
de unión de cicuta y sangre,
yermo, plácido, envuelto
en sembradíos de oscuridad.
Quisiera que hablaran mis retinas,
de encuentros fugaces
al temblor de esos filos
que la dama oscura blande.
Gira presto a enraizar mi sangre,
con destellos de espuma
que las tierras bullen.
Yerma, extasía de verdes
por solitudes heridas
una cercenada tajada,
Retiembla mi destino
al cabalgar de soles,
fiel estampida de semblanza.
El Castellano
Flor de destino:
Ama de esta casa, el alma fría,
de mundos retorcidos,
ingrávidos al peso de flores,
destartalado, por gentiles gestos,
azares difusos de mi reino,
saludando a la quema del rastrojo,
un iris por desenclavar,
corona de caléndulas
en soles por doblar,
al rayo seco, tornado en gesta
y sus candilejas fulguradas,
ríe y pasa, pasa y ríe esta espada,
hendiduras febriles
de mis verdes ojos
entre sus cauces la verde grana,
la verde espiga,
un romance del labrador
con su granate amapola,
llora sangre de aquellas santas,
esquiva de obreras guirnaldas,
se cava en rayos seculares del rey astro,
Estallando de luz su rocío primero.
Cuarto para sembrarte:
Duro, seco, estridente,
irusorio destello
al matiz de soles abiertos,
estoy empezando,
alago, avanzo este cuarto
este cuarto de arañas,
repleto, lleno por escuadras
afilo el verbo
preparado, despierto,
granate complaciente
a este lustre olvidado,
quiebra marzo,
estampida en blancas sienes,
réquiem en osadía,
en marca de astros,
luz intransigente,
fulgor
entre tus manecitas
heladas,
miro atrás
nada reverdece el horizonte,
todo son raíces del hombre,
me cuelgan lunas
ojeras sin alba,
quiebro esta ilusión
me afila su espada,
cómo huir
de los que no me conocen
si nunca me conocerán,
me clava la estrella
un tenor en escala mayor,
gimen flores por abrir,
el sol hiela de nuevo,
rizo sorpresas en tus cabellos,
libero el león,
me muevo,
suceden grises
a mis penas,
escarchadas, desvanecidas,
derretidas en claro oscuro,
por lo que dejó de ser,
llevo que traigo,
resoplos y arterias
en este jarrón de sangre,
hasta que caigan dementes azares,
y sus cruces bienaventuradas
de tu carne,
de mi lumbre,
de este alambre.
El Castellano
Tierra perdida:
Limo, sostengo, agito
la vena enardecida mía,
destapa al fuego en círculo,
retiembla destinos ciegos
en crueles, parcos horizontes
sin orificio,
destrenzo el nervio de hierro,
repto avenidas sin salida,
voy y vengo cantando
esto es tierra perdida,
correcto, en el ojo
y soterrada vía del hambre,
nazco que broté de semilla,
estiro que alzo
sangre en caricia,
marcho sin mirar atrás
esto es tierra perdida,
ocaso malva derrite mi vida,
en ríos sin despedida,
en sábanas de escarcha fría,
correcto
es tierra perdida,
nada es súplica advenida,
fulgor entre sienes de carcoma,
festín de arañas grises,
nada me detiene,
avanzo, el sol me cuenta
que es tierra perdida,
cae la tela tejida,
fiel al descanso de mi subrepticia,
gimen tiempos rizados al ascua,
cantan malas yerbas
sin perfidia
que esto es tierra perdida.
Yo contesto
dorado al fulgente metal
que es mi vida,
es pasión, es luz,
es calor,
este es mi rifle
esta es mi vida,
granate al escape
lustre postrado al rejuvenecer
del marco,
yo no estoy colgado,
venzo que avanzo,
resumo, coarto,
me descubro a la luz templado,
todo dicta
que yo voy
que yo vengo
por tierra perdida,
resplandores sujetos,
acuartelados en énfasis,
porque desconocen su sino
madre de
esta tierra perdida.
El Castellano
Extasía de cristal:
Penumbra arrebolada,
hija de la sombra asolada,
temple de maraña,
tejida araña dormida,
sol en su trapo desnudo,
ven a mi cabeza
retuerce mi idea
que se encadena
sumisa a noble premisa,
no puedo parar
no hay tiempo de pensamiento
sólo escribir duro, seco, limpio
como agua de este río.
Sentido volviendo a la vida,
mi espíritu está creciendo,
tantas luces sin alba
tantos astros sin noche
es muy tarde,
nunca para volver
al origen de savia,
desnudo en este reloj
mirando este cementerio
alzarse, enarbolarse
de la nada y su infinito de cristal,
estoy dolido
que tú te lo has creído
si me quiebro
es para renacer
quemando mentiras,
liberando fieras,
roto al tiempo
entero al fragor
de mi espada,
no tiene vuelta atrás,
océanos abiertos me llevan
a flote de nuevos sueños,
rizado a la espera
engalanando mi quimera,
desiertos abiertos
en cal viva,
mantenme el amor quieto
subiendo montañas deshechas,
viviendo el brillo sin estrella,
ojo de un ojo labrado
mantengo mi esencia
en joya de noche
miro dentro
y todo retuerce de nuevo
dame tu mano,
descubre mi reino perdido
a encontrarse en tu mejilla,
háblame de tus vidas
de tus alas en mi extasía,
sólo allí despacio
latirá su osadía
líbrame amiga
de cerrojos
y sus cerrojillos dorados,
exasperados,
esta noche seré luz de hoguera
y tu cobija quieta,
el único sin miedo
a decir lo que siento,
carrusel sin engranajes
caballo sin jinete
tormenta sin nube,
beso donde no lo imaginas,
sólo yo contra el mundo
abriéndome de la tierra
siendo alma en disparo
certero, agudo, estridente,
como la voz que no se pierde,
yo nací albor
nací para ser tu amor
no me pierdo,
estallo osadías repletas
solitudes que trepan
cruzo líneas
de estos cuatro días
que clava tu voz
desmigajando miedos
porque yo soy el miedo,
batallas aparte
soy tu planta silvestre
amando su tierra
más que a su sangre,
mi esencia verdadera.
El Castellano
Cornucopia de tierra:
No rebotan los tiempos llorando,
en escalas a ese cielo anhelado,
voy que viajo
y bajo mis plantas
la tierra brota, rehúye, fluye,
todo me alza
sobre torres sembradas
y sus trompetas abiertas,
desenfundo esta esencia
de estaciones correr,
hogueras profundas
en lágrimas de lluvia,
plantada mi compostura,
me crepitan las montañas,
los cuervos me rinden pleitesía.
Ante estos ojos
el ávido brillo
de oscuras alas,
frente mi carne
fuego enraíza
esta noble falcata,
encinas me enraízan
el dorado anochecer,
noche oscura
entre espectros de letras,
el día derretirá mis flores,
trepando mis venas de encaje,
mi azada será sangre
no más cuerpo y carne de metal,
al erizado filo
clavaré sentidos despiertos,
mi letra será invencible,
en flameante rebosante inspiración
parida de un rayo de sol,
ay la tierra que me clava la siembra,
ay sol ferro,
yo te hablo
al fulgor de venas
al calor de llama azul,
tú invencible
como la palabra te formó,
extasía lumínica
en candor de lunas aulladas,
ven a mi pecho,
te daré asilo,
desgrana este silo,
que mis manos hablen colores,
solo ante la adversidad
esta negra noche que huye
enjaula su oscura sombra
donde la letanía esconde
sus garras de cristal,
quedando repleto este umbral,
he oído llamar
llamar tus sangres de luz,
a violetas nebulosas
sin cauce
empotradas en sagradas espirales,
busqué tu vida eterna,
me contestaron inviernos
desmochando brotes extenuados
de tiempos atravesados
por tu espada eterna,
fuente fría
que llena dulce la fontana,
la vieja luna sonríe,
lo efímero será áspero y duro,
a la caída de este plomo,
se levantarán estatuas de barro,
tu lobo vestirá el sincero metal
por ser de hierro,
hasta su aullido de plata
a la noche sempiterna,
y sus enredaderas malvas,
campo este de víboras nacido,
por un surco repto,
y el alacrán me saluda,
soy yo tiempo olvidado,
resplandores
de este patio de grillos,
me cuelga la corona de caracoles,
por todas mis lumbres
abiertas
de caléndulas solariegas,
más que hoy
no espero nada,
porque yo siembro lo perfecto,
me responden sus voces del suelo,
al intransigente destello
me parto, me quiebro,
hasta dar mi voz
a estos campos
y sus sotos perdidos
encontrados en cada sangre.
El Castellano
Ondas mecen:
Me cruzan las vías
del tren de la noche,
abierto, caracoleado,
en peregrinaje de estrellas
y sus halos,
este insomne caballero
de tu sonrisa nacarado,
arrebolado entre tus brazos lejanos,
una hoja precipita
al tañer de campanas
en garganta de lluvia,
no hay invierno sin frío
ni frío sin invierno,
vuelta atrás estoy vivo,
una vez en la vida
curva de espejos
entre verdes y ocres,
quién dijo que no tuviera esperanzas,
pálpito fugaz de estrella marchado,
el amarillo viste mis flores,
color efímero, sin despedida,
entre un patio de ojos
y sus carcomas solariegas,
danza este caballito sin diablo,
al cuartel de la cucaracha
van los ojerosos grillos,
todo cuelga de un hilo de lana,
horas minutos
para hacerme libre,
termíname tú porque yo no puedo,
este alfiler parco, sobrio
como él mismo,
entre circo de huecos sones
danzan los vellos de mi piel,
por el agujereado brillo de luna
cuento notas perdidas
y el filo de esta mi cuerda
hasta latir con ella
y su desnuda poesía
con cuerpo de mujer,
lejos de la tierra,
entre un soñar del viento,
se destapa mi cordura
le florean pensamientos
fieles ecos en iris despierto,
dulces ondas como dulces sirenas
enamoradas,
de este marinero sin mar
llamado verso,
al senil aleteo de la polilla,
el invierno nace de un cubito de hielo,
que avanza ya su noche
sin pedir permiso,
al vapor de sienes heladas,
entre un coraje acorazado
de haber realizado una buena siembra
me marcho.
El Castellano
Vieja escuela sembrada:
Cierra los ojos
es nuestra creencia,
por la que no hay
rosa sin espina,
línea de destino,
déjame sembrar luz
en la retina,
que caiga mi gota
quebrada,
viviendo tus memorias
lejos de la letanía
enroscada,
crepitan los labios grises
entre crujidos por despertar
leones del nuevo día,
Noche, noche
tus minutos erizados vencen
pasan las horas
y las horas
la misma pesadilla tejida,
en vilo en vela
de navegante sin mar
sin barco, sin puerto,
viviré una vez más
esta soledad del párpado
despierto,
muy alto, muy hondo,
todo se retuerce en sol mayor,
hasta la cima
me verán cabalgar,
resume este papel
un furor oxidado,
soy yo, soy yo su raíz
que ni yo mismo entiendo
dichos soterrados en alma difusa
en corazones sedientos
su fría caricia entre espadas
ni yo hago empeño solariego
ay la tierra perdida de tu raíz
quien osado sólo la viera
de viva materia rompiéndose
sucumbiendo sobre los filos hirientes
hondas espumas
riéndo en camino vivo,
en un sentido
con bordes de rosas y cebollinos
y senda de espinos fugaces al alba,
brotando imperecederos
que enriquecen los pliegues sembrados
de esta mi sonrisa
de esta voz en calma y en tormenta
de desnudos sigilos
que te nombra y nombra
si no estás lo hace sin cuenta
Poeta
Haces la ruta sin pena ni sangre
que no sea portada en tus venas
de solana hacia el sol
en un ovillo giras en tornasol
allí donde sus esposas
amarillean y tu sien gotean
en canto al amor
alzado en rayo de Thor
será un caracol
cuando nos vamos
solos sin nosotros
con o sin Dios
nació un vespertino albor
ocultando el dolor
secando lo que plañía
la sin razón
Se duda entre las cosas
por la vaciedad de las cosas vacuas
de fátuos alambres en fanal
hoguera del hambre
de oblícuas espinas
y los nuevos castillos
que sin su castellano chozas son
destruimos
si nos miramos
vencer o vencer otra vez
Oh raíz
ay de tu tierra que te vio nacer
qué guardas
en tus bases en las grietas
que te clavan que estiran
tus lágrimas del ayer
que no nos dejas ir
por caminos distintos
a los limpios valles de oscuridad
reposo y sosiego que clava el camino
¿Será cómo es
por siglos
de siglos?
De este tiempo oxidado
que latirá el son
con forma de tu siniestro corazón.
El Castellano
Cristal silvestre:
Ámame como se ama a la vida,
porque te amo en caricia
sin despedida,
tú que eres como la noche
en subrepticia,
yo contemplador extasiado,
por el fulgor que se abre paso,
Fin del diario,
este es el momento,
que se queda para descubrir
la expectativa
del vivo hacia la vida,
todo cambia y yo lanzo
mi destello sembrado en mis ojos,
susurros en letargo
abiertos al destino parco
estoy en tierras de la luna,
abriendo, tornando bella
su distancia,
todo sembrado
de quien yo era,
esta mi raíz que canta
plena, sacada,
cortada de su tierra,
para nunca olvidar,
alzada a tormentas del tiempo
y su etéreo desliz envuelto,
en las calles
de los sueños rotos
un pasado que dejo atrás
estoy joven para estas nuevas visiones,
existencia clavada,
al crepitar enroscado entre arterias
de alambres,
y su perfección
erizados gritos liberados
hay que pagar el precio
de ser mejor que este talento,
avanzo lento,
me abro por el fuego,
y no hay sangre que no me deje
envuelto,
miro dentro de tus ojos
buscando mi respuesta,
el sol se está enterrando en tus cabellos,
lima este nervio
que llegó su escarcha
siempre aparte,
siempre en alarde,
hasta yo encontrarte
encontrarme yo
en los sotos de tu voz
hasta ser yo el alarido con nombre
de sol, ser por siempre
ser para siempre,
ser siempre,
y Siempre llevar mis apellidos,
Siempre quemándome
en resquemor intransigente,
precisión de mi duende
llamado amarte.
ARTE,
condenada mi sombra,
a este precipicio
que despeña la letra,
a través del umbrío páramo
de esta piel y su yermo bosque de vida,
sigo la estela
vocecilla, elevada sin razón,
porque sí me sobra corazón,
soy yo mi murciélago de nácar,
vuelo que giro el infra-sentido terrestre,
y me quedo en vilo,
es glorioso este sino,
haciendo el amor con los sentidos
en el saco desdoblado,
de mi realidad soterrada,
destapo que descubro malvas
del sueño taciturno
que conduce a contemplarte,
bajo el sigilo de mi araña,
y su tela irisada,
en extasía de espejos carcomidos
sin dueño,
que no sea sinestesia
del cuadro de visión
llamado visión enardecida,
por la que mi ciprés
tiene tacto a caricia desnuda
y mis caléndulas caminan
con sabor a deseos de rubor.
El Castellano
Quiebro en dicha descrita:
Muero por un beso
aquel sembrado dirá que vivo
vivo por un querer
cruel del destino
condena de una pasión
que creó tu pestañeo
al dejarme ver
tu cielo encerrado
ese que liberado
jamás me abandonará,
fijamente tres minutos,
y morí con tu pestañeo.
Demostró que fui y soy
importante para ti
y que a pesar y muy
a mi pesar de los problemas
problema no es mi apellido,
seguí en tu mirada atrapado
hasta que la aguja
de aquel reloj de pulso
se paró al pasar ciento ochenta segundos
mi cambio de vida
cuando consumí
medio giro al decir
siempre te amaré.
De este resquicio vivo
yo traigo la flor,
en competencia
de ilusión que marcó
esta hoguera sin pena,
eres tú soy yo,
flamígera condena,
por el párpado del cielo,
por mi astro soslayado,
que yo sólo encuentro cielo
en tu mirar encandilado,
soy un muerto con vida
si no te tengo,
y este firmamento
se me cierra seco,
muchas cosas erróneas
en mi vida
que no hay tiempo para la sombra,
no hay tiempo para tristeza,
ni para la vida quieta,
porque todo resume
en buscarte a ti
mi vida completa,
si este corazón es un tiesto,
quiere y te quiere a tu persona,
enraizada, plena,
resplandeciente,
como el brillo,
como el halo,
de tu limpia, dura
sonrisa de perlas
en océano de resurrección
descubierta en dicha,
mía, mía sin despedida.
El Castellano
Tordo acompasado:
En el océano de este mundo
abierto al cielo,
vive el cuervo,
por el desvencijado respiro mío
avanza, mece y sostiene
un tiempo en réquiem de espadas,
por aquellas voces que sordas
laten, se descubren, alzan,
se quiebran al paso de altares de hueso
por mis atardeceres de murciélago
voy ciego al calor del astro,
siente mi caricia de pájaro
esta vida en un verso,
alzando nuestra luna de acanto
y alabastro gimiendo el ocaso,
azabaches ensortijados, derretidos, extasiados
por el sendero despierto,
por el cauce que trae la vida, la mía,
ojos en resplandores dorados al tacto
de mi astro soslayado,
mi azar es sembrado
vida de vida
late esta caricia
no hay retroceso ni regreso
todo está bajo tierras germinando
por la rosa de su pelo,
tu sangre me colmó en beso,
nuestro cielo de amarantos
fiel al respiro que alcanzó a ver
la belleza en noches de miel,
respira abre en ambrosía mi vida,
en este horizonte dormido
quiero ser de la piel resquicio,
que no me sientan perdido,
quiero ser Siempre tu sonido que acompasa
que clava olvidos
en despertares rizados que consumen
la retina y sus astros,
todo lo que anhelo es la verdad en silvestre flor,
tu eco alto que no hay pájaro sin nido,
esta noche será distinta,
el comienzo empieza ahora,
mi sueño de araña
que todo lo tejido
recompensa trae a lo sentido,
un avance de mi sangre,
ven al nirvana del ruido,
anticipa nuestro solsticio,
Yo que amo en mimbre de esparto
y verde espiga de trigo,
fiel comando el suplicio
de los valles de mi sombra
displicente, enamorada.
Encumbrada.
Sostenla sostenme de la pestaña,
me nacerá un alba,
marcho través del hielo,
su azul en la mirada,
estoy sembrando mi escarcha,
y que venga y queme
este laborado tiempo,
que yo nací del viento,
alguien está llamando
oscuro este romance
entre las malvas del cielo,
se escucha mi nombre,
tengo que cerrar este hielo,
colgando mi estampa
del árbol de las cenizas,
y que nazcan ojos de tierra
de este hueso,
que seguiré soñando
que fue sólo eso
un sueño en despierto umbral
de mi alma y su protectorado.
El Castellano
Cercenada razón:
Ilusoria, despierta, vespertina,
trepando lúgubre escala,
iris destartalado, ansiado
cubierto de cromáticos azares,
por un metal afilado va venciendo
a este brillo irisado vestido
de crueles destellos,
raspados destellos
de todo lo que dejó de ser,
reflejos sin nombre
ilusiones de este alambre,
rizado con hilos que gotean sangre,
despierta mi pesadilla
queda asomar la dicha
y mostrar esta araña,
fulgor desnudo al fragor
de transparentes cristales
que enamoran los hielos
que febrero siembra abiertos,
si estoy despierto se equivocan,
nazco que traigo
un cesto lleno de sueños,
se derrite mi estampa
quieta colgada del árbol
donde hago peticiones,
y que este forraje
se desprenda de mi humor,
no me desalienta,
he crecido para brotar
más duro y recio
que el esparto del monte,
traigo mortandad de idea,
en letra extasiada
al filo de verticales escarpias,
soy yo encargado de esta acequia,
que ni el más osado
pedirá que se calle,
alzo su valía
en desgranada espiga
que rompe mi silencio seco,
si no soy gente lo demuestro,
enseño a mi tinta
a no pertenecer
a este mundo de yertos,
mejor que qué cosa
mejor que la opaca suma
de alientos que se creen
tener originalidad,
de su umbral
prendo a cerilla
todo sembrado a diario
de vacía voz,
yo repleto no soy yo,
soy su extasía floreciente
de imagen y su prima
clavada en alfiler sin cabeza,
como un grito de letra,
y mordisco de fiera,
que deslicen décadas
que seguiré siendo yo mismo
entre grietas, entre esferas
quebradas y su olor
a flores desnudas,
que yo sé lo que hago
si no ni lo haría,
noche corría marcha atrás
esperaré su madrugada
soy taciturno con huerto de luna,
y siembro un quién contra mí,
estoy brotando,
no hay miedo yo soy el miedo,
fiera de esta hoguera,
llamada esperanza,
tengo una llave
y no soy cerrajero,
abro este corazón
y despierto su dragón,
hasta acabar de una tajada
con mi sana razón.
El Castellano
Cruzada ojera de luna:
Había sentido
Bravura repleta
no tengo ojos
tengo lágrimas de cristal
al iris en belleza consumada
nadie te alza
tomas tu lugar merecido
jamás colmada
siempre rebosada
de lo bello a lo mejor
sembrado ojo por este ojo
me late me arde una simiente
para el campo de tu alma
vida yo vida no tengo
si no se dirige en mirada
a mi letanía, certera amapola
desde el 2008
jamás en súplica mecida
por este arrojo
en mi pecho sembrado,
viva y descubierta en este tajo
repleto de lo bello a lo bonito
de su interior decretado,
yo hombre de sangre
siembro este sortilegio
de espadas por si llego
a su alma
y liberar libro sus ataduras,
por soñar soñó la primavera
que mis flores eran de ella
yo reviento y exclamo
que son de amapola bella
mi maestra en furor de espigas
nacida
solo tengo un corazón
y es suyo mi dama,
dama blanca
doncella escarchada
de esta vida a esta mi viña,
yo dulce muero despacio
por llenarla de esta dicha,
seguiré en pie porque ella
sigue viva enraizada en este latir
para yo con amplia voz decir
sin ella no hay vida ella es mi vida,
El Castellano
Negra noche sostiene:
A veces me rompo,
a veces me pierdo,
y el mundo reverbera,
se extingue
por oscuras alas
enlutadas,
quieto,
más tranquilo
que un yerto,
hago mis miradas
a su pasado,
no me asustan
sus dulces espantos,
estoy nacido
del hierro de mi idea,
labrado al fulgor
transparente
de mis campos
de soledades,
es por este tiesto
que jamás abandono
lo que siento,
y que mi flor
en vena me muerda,
trepe por mi vera,
hasta sentir que yo
estoy encumbrado de la fiera,
justo aquí justo allí
sólo para servir,
rayos y azares
de consecuencias,
como flores cabalgando estaciones,
al iris lunático sembrado,
hasta atravesar su corazón de cuarzo,
es por este azabache
por el que vive la noche,
suena de nuevo mi caligrafía,
y para esta lluvia
todo valía,
soterrado mi latido
queda decir
que consumado
estallaré sin cuantía
borbotones
que sangren esta luz
intransigente,
el Sol afligido
me nombrará su allegado,
hasta sangrar
retinas indiferentes,
hasta cabalgar sienes
y alientos helados
de espantos,
hasta yo trepar
de mis arañas en sus cuartos,
enterrando esta noche negra
dando inicio a mi condena
de vivir por ella,
porque valdrá la pena.
El Castellano
Las vidas que traigo yo:
Era esta araña
como un Sol ferro con casa,
era como un encontrarse sin despedida,
por qué,
porque yo empiezo esta obra,
camino destrenzo este campo,
me desmigajan a mí
sus flores extasiadas de difunto,
para decirme
que lo suyo es de todas las estaciones,
como hacer el amor
con azares alados y soldados de los campos,
que su simiente no es vida de un día,
yo digno de admiración
digo que me adopten
pues soy familiar
así no tenga savia
tengo sangre carmín
y mi simiente escrita
dura lo mismo que dura
la tierra sosteniendo vida,
desnazco de la hoguera
al crepitar del rayo luminoso
no soy como él invencible,
pero me cincelo mas recto y recio
que un hierro de carne,
sotoventos atrás
las montañas hablan con la gente,
que sin ciudad no hay gobernante,
sin poesía no hay mundo ni creado ni
ni por crear,
más duro que los montes,
cabalgo esta letra
flamígera, extasiada,
al son de una espuela escrita en bronce,
digna del brillante metal puro,
para yo decir yo aquí
me he curtido y tejido duro.
El Castellano
Oscuro haz, luz sembrada:
Larga sombra me abarca,
larga sombra me abraza,
larga sombra que me envuelve
yo quisiera meterla en un mundo más bello,
yo quisiera librarla de hielos que aguardan,
quisiera retornar a un mundo que era negro
sumergirme más profundo que los mares
y encontrar mis verdades,
yo quisiera fundirme fraguas de hierro
ser justicia izada de ser en luz intensa
pero ya no siento nada,
asolada mi estirpe con nombre agujereado,
yo camino descalzo sin miedo ni quietud,
sin estos clavos que me impusieron
camino lejos, lejos sin mi nombre
por si despierta mi azada
con la que sepultar al Miguel Esteban
que no nació todavía,
por si una dicha me aguarda,
no osarán en buscar portentos
a esta larga sombra que avanza,
no cambio sus males
solo servirla flores silvestres
así enamorada torne princesa de profundidades
hada dueña de la sombra,
hada fiel de embeleso en umbrales
por tragar esta mi tierra
que me avanza la despedida,
cuántos pájaros volaron
para ser único pájaro enfundado en trino,
rajado, ultrajado,
cuantas notas se escucharon
hasta ser estrofa de agua
por todos los que estuvieron,
al acecho yerto de esta sombra mía,
que no posee medida,
solo una senda deshaciendo lo trazado,
al firme astro alzo mi perplejo
por toda oscuridad que fusiló mi partida,
me apodero de este jardín
de mi sangre sembrado,
para latir en espejo asomado,
y que viva siempre, siempre
esta sombra fría, vacía, llena en soledades,
completa sin tapiales, hueca de mi carne,
despeñada en vivencias soterradas,
que yo alzaré para sembrar en ella
esta vida que yo le debo a ella,
para que viva siempre mi luz
tejida con ella,
hasta erizarla
y que me responda
cuando nombre a la belleza.
Que sin ella queda sin aliento.
El Castellano
Agua de arteria:
Déjame mirarte dentro de mis ojos
que yo limpio, sereno, yo pena ya no arrojo
hornea este fiel abrojo
que ya no sienta el pecho en rojo,
libre ajado de suave caricia
de endeble espina
solo te creará cosquilla.
Por estos lares insospechado,
por estos surcos sembrado,
de boca, pecho y guadaña,
sin su hoguera no es quien era,
déjame latir a espera
de vivir dentro de ti
como vives dentro de estos ajuares
de gato de hombre dichoso escarpado,
como siembra y su despertar en mayo,
libérame de ser quien no soy,
porque seré agudo, afilado
rizado como metáfora
en flecha de silencio,
yo por ti seré quien quiero ser,
tu orgullo tu inocente servidor
que solo posee estos ramilletes versados,
abriendo al verdor de todos los campos
hasta llenar tu dicha
del color de las flores de valle,
para vivir en esa orilla
en esa casita del río
llamado tu corazón mi señorita linda
mi amiga no puedo embellecer
la belleza es usted.
El Castellano
Solitudes, procesionarias descendientes:
Alma vuela entre aciagas espadas,
de flamígeros astros
y su radiante, desnuda compostura,
ancla etéreo gozo
cuando soy de mi sombra
y la sombra es de mí
como proyección de mi luz,
como condena a ser siempre yo,
quien partió su destino por la mitad
para disfrutar por doble vez,
devuélveme a la vida
me siento más vivo que ella,
puedo sentir un puente de la distancia,
alzo radiantes esferas
el sueño y su verdad
entre solitudes heladas,
su fuego azul y mi enervada amplitud,
lluvia cae y sólo puedo soñar que soy gota
para deslizarme para fluir
esperando evaporación,
ángeles atrás soy más pleno
que la sangre en mi vena,
esperando que mi sombra
se haga luz y su luz centellee a borbotones,
de que soy pleno, digno, como el crepitar del rayo,
como el gemido de la tormenta,
como una vida relamiéndose el alma,
cuánto tengo, cuánto deseo
pregunta si me falta algo
a mi estampa repleta, recia,
materializada de mí,
clávame filos y luces
yo soy la noche,
siente la noche de mí,
sin astros, sin lunas argénteas,
soy la noche de mi recipiente de sangre,
cruel metamorfosis
de crisálida superior llamada carne,
brotarán simientes
brotarán estos rayos de aura,
todo lo que sembré en mi interior
brotará abriendo mi virtud descendiente,
mi bondad,
la gentileza en aspas,
el fuego de pasión,
la máquina de este corazón,
hago libre el dulce suplicio invernado,
y su tormento nacarado,
mi poder intangible,
mi soledad incombustible,
yo quiero decir:
-Hay luz en mi hogar.
Océanos abiertos donde resurgir,
todos los días que te esperé
hasta hoy decir:
Te seguiré esperando
porque sin ti no puedo finalizar
no puedo salir,
de esta metamorfosis ni de esta larva,
la que no se arrepentirá en los jamases
de devorarte completa mi mujer,
y algo que elegir
de esta edad que no se elige
el sosiego, la calma
que perderás conmigo,
para yo sembrarte la felicidad,
energía de este tren de suspiros
y procesionarias.
El Castellano
Hombre lejano yo:
Hoy abre su pupila
una mirada energizada,
abre mi retina mi profunda luz,
clavando en mi mitad
una serena claridad
radiante, profusa, abierta,
mi destino danza en las sombras
mi ser de luz estalla al fragor
de esta luna apagada
y su eclipse de penumbra,
de umbral nacido
en madre oscuridad,
y su latido que alcanza el soñar,
de mi vieja escuela,
párpado en ocasos sembrados,
cabalgo a la novena estrella
por si yo la alzo a ella,
recuerda tu creencia,
desnudo su ámbito en mi hoguera,
abre la puerta,
pasará mi resguardo efímero,
su disparo de letra,
surcaré tu infierno,
te rescataré
en un beso,
sí yo seré grande como el sol,
mi cuclillo te dirá
sentidos granates me trepan,
porque soy mentira,
soy tu mentira rizada
de que no puedes ser feliz,
y que este alma lata,
necesito el brillo,
romper la línea,
avanzar mis filas,
seré resquemor y sangre de espiga
en tu pelo,
seré yo sin prejuicio,
orgullo, beldad y mentira,
realidad y sueño en la grieta
de tu razón,
seré afilado como el corazón,
orgullo, honor de este clavo
sin tijereta de espejos
sin casa, sin caracol
que no sea amarte sin razón
porque mi razón soñó
desde que te encontró,
al fragor de ascuas preguntó
si el destino clavó
y yo desentierro hasta el miedo,
por qué no puedo osar su furor espigado,
por qué mundo
por qué me tengo que conformar
con ser hombre de lejanía
que siembra sus silencios
en su huerto de luces y rayos
de luna, seré el espejo derretido
carne de imagen consentida,
acércame la caricia,
mi mundo desvanece en letanía,
quema mi petición fumando el cigarro,
y que esta ventana me arranque el alba,
espectro soy
del vivo silencio enjaulado,
mi ternura consume el Sol,
por esta reja,
por esta cerca,
por este tapial,
mi yedra nace
para más alto escalar,
esta fiel atadura cristalina
sulfura, visita la inquieta estampa
azogada en énfasis de su compostura,
para nunca olvidar
para nunca más pronunciar
mi propia lejanía.
El Castellano
Brotando de raíz::
Dentro miro, florece el álveo,
un iris marcado, trenzado en espiras
fuego y su volátil marca de luz,
si nacer acaso partirse pueda,
sería una hoguera de purpúreas
y negras llamas, sería un camino denso,
como el crepitar de la forja
duro y endeble, maleable y quebradizo,
fulgente y voraz,
al encuentro de mi nuevo crepitar,
y volver a nacer del fuego
con su lengua que me sostiene
como la primavera a las flores,
desnazco hoy para volver a morir
y crearme de la nada,
ni la espada más aguda podrá
guardarme el filo,
agudo y ágil, duro de escarpia helada,
ojo de mi ojo,
carne de mi azada,
sol de los campos,
agujero de luz,
alma sin nombre ni alarde,
lo siento mundo
soy invencible,
de mi pestaña nació una nube
lloró tinta, mi sangre esquiva,
he creado vida
sembré un alarido de simiente,
le contestaron el verdor y énfasis
floreciendo silvestres caléndulas
un latido me alza
partiendo sombras,
soy pleno, completo,
y nombre puse a ellas,
tenían sabor a bellas hadas,
brilla este agujero del cielo,
cuelgo mis suspiros en verso
acaso bajaran,
pozo de mis recuerdos
en verde musgo
mi fantasma muerdo,
de una espiga floreció su vida,
de una espiga traigo la sangre,
de una espiga ríe el granate,
ocasos ocres, misterios en copas azules,
me bebe su cuello
la esencia erizada,
la belleza desmenuzada,
por el dragón de mi fría fuente,
no me verá caer la lluvia,
sólo ella y a su poder
alzo esta tinaja,
inmortal me lleva la acequia,
su verde limpio, sus florestas destapadas,
me bailan rizándose en mi pecho,
sus venas labradas
entre su cuerpo de tierra,
no me pisarán nunca jamás
mis luces sembradas
de mis caléndulas arvensis,
mis silvestres flores de difunto
con las que recuerdo
que la vida
es más corta
que el paso de la muerte.
El Castellano
Acampado macizo, verso y entraña:
Señor sentido granate,
violeta malva
de este sueño cabalgado,
vuelvo a ser yo
en la sombra de tu corazón,
quieto en las aguas
silvestres aguas
vida para ser libre,
miradas a un pasado
que se hunde
que emerge en las bocas
era yo ese yunque atravesado
de este alma que no elegí.
Compostura arde
el ojo y cabeza de la aguja,
compitiendo conmigo
destrenzando la sangre
de este horizonte estirado,
parco, exasperado,
todo cuelga del astro,
yo no estoy despierto,
esta vida derrite
mi osadía de cuervo,
por lo que quedó sin decir,
tus mentiras eran erróneas
de un océano abierto,
este lo cruza mi hombro.
Este invierno grita en frío,
mi vida comienza a sonar,
todo empieza hoy,
mentiras lejanas
verdades silenciadas,
vida del humo en esta espada,
en esta esfera desdoblada
soy yo quien habla,
de sus lagartijas refugiadas,
estoy haciendo
una creación del rayo de sol,
atravesado por mi línea,
esculpiendo abrojos,
de clavos ilusorios,
Yo hablé con el fuego
dijo estoy creando sombras,
sigo vivo en esta hoguera,
con este destino criminal
de crear el demonio que baila,
rodeando mi cara,
este crisol de cuchillo
y esta escarpia acrisola,
encargado soy
de abrir la acequia
sí de mi tiempo,
a veces quieto,
a veces sin vuelta atrás.
Nací de una almendra
estoy más estable
que una semilla,
sin brotes de mí.
Dime árbol mío
si todo lo di
en qué fallé
yo nada esperé
y solo tuve cariño de una sombra,
que me habla en poesía.
Seguiré mi curso sin mi nombre,
y que mi sangre sea que abre
en claridad de todas
las flores del valle.
La vida se pasa mejor en compañía
si no es así
que el arte me envuelva
en su ala caída,
yo fiel lo elevaré,
alzaré fines y comienzos
de su letra y piel,
lloveré noches con poesía,
sembraré versos como puñales,
la sed querrá beberme a mí.
Ni superior más que la perfección
yo tendré,
estallaré el gozo
en la retina
de mi despierto Lucifer,
para esta vida
y todos mis gritos
que vengan.
Yo seré el árbol de mis cenizas
alzado, enarbolado.
Sagrado.
El Castellano
Sangre, timón y vela:
Aguardo, tiempo atrás
mi sombra volvía luz,
esperando el momento de nuevo,
de cruzar la línea
dentro de la noche otra vez,
todo lo anhelado
todo lo cruzado
frente a mis ojos está,
detengo el horizonte
agoto espirales, sueño alto,
todo lo conseguí en su mano,
aguja de esta aguja que abre,
y soñó conmigo su primavera,
que era la primera,
hablaba la margarita,
bajo estos pies
tierra siente,
bajo los pies la sombra
latiendo está,
lejos cruzo la senda
y el nervio se afila cual cuchillo,
metales de metales hieren, voltean
este surco labrado del ansia,
un soplo y se difuminó
un soplo y se dibujó
su estampa quieta, etérea, inamovible,
cual ascua de llama que no se consume,
carne sin carne
sólo piel de mi deseo, perpetuo
avanzaba sin aspa
me encontré con mi templanza
era mi camino
era mi ascua.
II
Esta es la luz, siéntela
lanzándose afuera,
cruza mi barrera
polvo de estrellas,
cada día estampa quieta,
cree, viva esta materia,
quédate, mueve líneas,
avanza filas,
nunca te dejaré marchar,
vida para el vivo
y nunca morirás,
no te lo permito
mejorará tu huella escrita
vivirá este haz,
cada día, cada momento
eres lo que siento
algo para nunca olvidarlo,
escalando este sol,
corriendo este alma
espejos y cristales tiernos,
un cuarzo de lustre olvidado,
pasados, años atrás,
un día amarás decir
he resurgido de mis cenizas
de quien yo era,
buscando paz,
sosiego rizado cabalgo,
nada torna lejano
resurgiendo contigo,
palabra y torna vida
esta jara de azares traspuestos,
al brillo a esta escarcha que me habita,
es el final del miedo desenterrado,
morderé la estrella,
perderé mi control
encontraré mi camino
dentro de la luz
fuera de la noche,
rompiendo, quebrando,
alzando, alzándome,
y no me detendrás sin tus brazos,
mantenme fuera, nunca podrás
sin tus brazos
sin tu abrazo.
III
Estados de tu mente,
que estoy esperando resplandezcan,
muchas noches
en vela, con timón y pluma,
todo comienza a sonar,
la lluvia baja arriba,
es la vía que la mentira se marcha,
camino mi manera
estudio el ocaso,
comienza, se abre la tijera del cielo
para ser hoy todo lo que quiero,
me mantendré a solas por ti,
así me lo clava la sangre,
que aguarda
que dibuja todos los cuadros
de mi creencia,
de mi serenidad,
no puedo ver el blanco sin ti,
todas las retinas para mirar,
pero solo este corazón
para sentir.
El Castellano
Retina de ocaso sostenido:
Febrero 2016
No me desanimé,
estoy flotando hasta la luna,
mi soledad está comiendo mi tiempo nervioso,
y por la mano estoy caminando solo esta tierra.
Un cuchillo de hierro se eleva,
para estos sentimientos sueltos.
Oscura mi vida,
con ella nada de ella es posible
en mi mente
esta clase de locura
corriendo por
luchando por el acero,
descubre mi falta
desatendiendo mi muelle,
una vez más
no me despiertes
sólo recuerda lo que dije,
no me despiertes
no puedo sentir en este silencio,
si usted está allí,
estoy muerto.
Nunca ha sido tan fuerte,
sólo recuerda quien envié,
solo recuerda quien era yo.
No me rompas,
La luna, las estrellas que estoy tocando,
para descubrirme
para descubrir que no me siento de nuevo,
soy dulce perdida
en mi camino,
descubro que estoy muerto.
Levántenme hasta los insensibles,
abajo orando los cielos,
el producto es mi vida silenciosa
hasta las noches oscuras
de dolores,
la única diferencia entre tú y yo
me siento en la noche oscura
porque mis ojos no se abren
y ver mi vida en negro,
estoy muerto por este tiempo silencioso,
respalda tus sentimientos,
no camino más tiempo,
y miro mi tiempo,
disparar y disparar la luz.
Sólo tú eres sólo yo,
la línea es para siempre,
en sumisión,
ardiendo el infierno
rodeando mi vida otra vez,
ocaso acolchado de la primavera,
es hora del grito otra vez,
para este cielo,
todas las esperanzas que llegan a la tierra,
río de mi sentido,
ángel congelado
yo soy el hombre
hermosas mentiras de ti
crece tu corazón
dentro de mi cabeza,
nacido de nuevo,
llama a mi puerto para cerrar,
tú eres mi mar y mi barco,
alcance silencioso, imaginas todo,
travesía cerca, un cauce de sangre
estoy comenzando ésta,
puede sostener mis brazos,
la noche vuelve a sonar,
mi tiempo de matar el dulce tormento
de dolor,
y mi ternura flotando por,
actualizo mi destino,
yo soy para siempre,
soy tu calor
estoy caminando por tu calle,
abiertos estos cielos y su calma,
volar otra vez dentro de mi cerebro,
se bebe sangre
por mi vampiro en la vena
ojos bonitos,
hermosa boca
es tiempo para la eternidad,
yo soy para siempre,
pasado mi tiempo en la piedra,
ojo roto en el hielo,
mis ojos en el fuego,
queman el cielo de nuevo,
voy a su aliento,
voy a su fuerza,
ojo ciego
mi silencioso sueño de ti,
mi espíritu vuela de nuevo,
agua, fuego, tierra, viento
mi alma está creando un nuevo reino,
lleno, sombras caminan sin parar
es mi poder de la luz
dentro de esta noche.
Permiso, siempre lo haré en tu sangre.
El Castellano
Umbral al destierro:
La sombra salta,
se acurruca en el crujido
de este hueso,
nace un campo de espinas
dentro mi último filo proscrito,
y se va a las filas,
sonriente fulgor entre sienes,
sopla y sopla
no borrarás mi sombra,
se construye el puente
de los ojos abiertos,
espinas atrás te recuerdo,
puedes encontrarme
en la sangre sin vena,
en el café de mi destino iluso,
sopla y sopla
no alcanzarás mi oscuridad,
alzo este mi parco latido,
cumbre tras cumbre deshojado,
clavando su rosa y su cuchillo,
estampas del viento
entre párpados del aire,
vente a la negra estación,
este invierno azul se escapa,
entre pájaros dormidos,
entre riñones de nubes,
y soles de cerilla,
abro esta legaña
justo para llegar
donde el tiempo acaba,
y se marca la noche sin luna,
un descampado en el cielo,
una espiga
y una flor de sangre,
complemento perfecto
de este alarde,
una nota fugaz,
al compás de un transparente trino,
arde un sí bemol,
barreras esquivas
y su caracol de espejos,
mátame silencio si puedes
ya estoy muerto clavado en tu vientre,
azoga un vibrar de la soga,
otro miedo que colgar
sí del pescuezo,
temple de mi sinfonía,
el frío me está llevando
este laborar sin panal
me deshace,
quién viene a esta rueda,
llamada incógnita,
atraviesa conmigo
el centro de la llama,
abrirán centellas
sus pestañas iridiscentes,
por toboganes de luces desteñidas,
tantas mentiras eran cercanas,
adiós color, adiós flor,
apuñalo tus lucientes
hasta encontrar retinas de ojos navegantes,
esos por los que el brillo está desnudo,
y la razón vive en un capullo.
El Castellano
Crisol afilado:
Un iris vespertino
que huye, escapa, se esconde
entre fugaces simas
que acrisola.
Late en compás de labriegos
marchados del aura,
de su iris compañero
sortilegio de destellos sin alba,
listado irisado de surcos de latido
militancia fulgente entre rayos
de enervado tornasol,
naciendo su vena tornasola,
como parpadeo de cuchillos
en el que habitar tu mirada,
algo que anclar a tu sonrisa,
sin prisa sin ancla
mas que esta letra,
más que unos ojos de infinito horizonte,
es un amor que resplandece,
y por tus labios crece,
cumbre de mi filo
bastión de solares
donde el sol eres tú
mi férreo astro
Que yo soy hijo del mar
de tu boca,
rezando en el borde
del renglón,
cantando con un cuclillo
que si la tierra se hunde
y el mar se cierra
viviré en tu entraña,
como olmo de tu margen húmedo.
entre solitudes fervientes
y acuarelas de cielo
elevaré mi te amo
por si baja y seas tú
quien lo escuche,
atravieso océanos
déjame ser como el último intento de la ola,
y sembrar tu tez con mis versos de espuma,
afila mi limadura,
salta un corcel de vientos escarchados,
un destino sin piel ni tela
un marco alzarme
en su corazón desvencijado,
ser como el rocío primero
en quedarme en sus labios.
El Castellano
Aura acompasada:
Azar provocado,
algún día despertaré
para construirme a tu lado.
La tierra plañirá
soles descalzos
a llenar con la imagen
de tu vera,
los ocres abandonados
lucirán verdes,
rayos de esperanza
habitarán los ojos
del lobo amor,
las fauces sigilosas
saciarán el hambre
de firmamentos sin ocaso,
el ser crecerá como espiga
que florece a tu lado,
no habrá dicha sin caricia.
Ni versos sin corazón,
mi sangre clama
que fada,
mujer de flores silvestres,
mi ser te ama y llama
en hoguera
de retina encumbrada,
entre los campos
que la razón tiñó
en flor,
por si despacio
enraizaran tu ilusión,
deslumbran
auras bellas irisadas
al fragor de ondas
bailando tu interior,
me derrito este día
para alzar un grito
de azul espada
hasta cortar el cielo
a mi amada fada.
El Castellano
Drama en azabache:
Subordinado al silencio
esculpido, es una torre
donde colgaban mis sueños
rizando versos,
abiertos en oscuros caminillos,
y dulces pestañas insomnes,
era una jauría abriendo
sus fauces,
un crepitar sin trino,
afilando un estornino,
soñaba la ola
que el rompiente
acaba en su azul espuma,
jugaban mis dolores
en un patio de perdices,
babeaba el caracol
pleno como si no tuviera
preocupación,
mientras marchaba la helada
los parajes que dejan
vellos como escarpias,
allá donde caléndulas silvestres
dejan el amarillo del suelo,
hormigas contentas
por la cosecha pasada,
un mirlo que es amigo mío,
dice que el cielo siempre
es el mismo,
el solar de la era
escampa sus brotes del verde
asesinando a los ocres,
al resurgir de las estaciones,
quise sembrarme
como se siembran
las malezas solas,
como una plántula era
aguardando mi primavera,
que me regocijase
la paz y el sosiego
de sentirme con vida
en este planeta tierra,
mejor que vivir estando muerto
y que lombrices cuiden mis versos,
muero estando vivo
sembrando mi aliento
allá donde miro,
y que alambres cuelguen
esquelas ajenas
que sé donde voy
y no es rumbo a fallecer,
recuerde el tiempo
sus espirales afligidas
y estas cuchillas
que trasquilan la temperatura
de este invierno
que no nací olvidado.
El olvido fue que se olvidó
a sí mismo,
y era de grama el nido,
sostenido este granate
de párpado azabache
era o no es, el silencio
de mi noche.
El Castellano
Rizada espira:
Afilada esta araña
esparce el verso de espuma,
entre una fiel madriguera
de la letra y una despedida yerta,
acicala sílabas,
en el hervor de la sombra,
puede verse el ocaso nacarado,
arrastrándose la idea,
vengo sediento
por el oscuro túnel,
que todo se hace verdad,
una alimaña me brota la garganta,
hilvana que hilvana
mi sentir preso de la montaña,
al verdor de enebros
y sotos sin lengua,
todo lo dije y no dije nada,
congelada la mañana
quedaba construir un paso
furtivo del cielo que sujetaba,
llegaba la hora
de enterrar mis abrojos,
por si despertaran de ojos verdes,
blanca la idea conoció
un suspiro de tres caras,
estaba en el bando equivocado,
el cigarro se consumía sonriendo,
el frío era frío por así verlo,
todo se retorcía
y quería volver a comenzar,
vamos eres libre,
eres brotado de mi aliento,
si tienes suerte no te enterrarán
ojos incautos en su pozo de olvido,
puedes oír y soñar
como sueñan las fuentes
que son boca,
como la primavera sueña
que las flores son sus hijas,
levántate y alza estas penas
y su recámara,
que estamos casi a un mes
de conocer la flor,
de mantener a la derecha la vida,
de romper la línea,
te encontré, desgañitada la siembra,
era un partir sin mirar atrás,
brazos de hoguera
con el ascua rizándote la cabellera.
Oscura luz goteándome la tez,
un segundo de largo
y sonó un redondeado afligido
entonaban entre alambres
las sonatinas y su amarilla fauces.
El Castellano
Carne de metal:
Estridente,
vuela que en su compás
se borra, verde zozobra
al caos que ahoga,
fulgurada, metálica
clavos que ahonda,
sensación del cloro
deslizado,
en un patio de cristal,
escondidos gritos
avocan su perdición
de humo,
entre colchones
del sueño
que llaman
a la siembra
de los cuerpos rendidos,
etéreas sábanas
que portan profusa forma
sin ser más que ella,
todo viene y se va
rumbo al destino informe
de la saeta dormida,
clavo este ciempiés
de una almohada,
yerta iracunda
despierta mi gripe
y su migraña,
algo que alimentar
bocas aparte,
habrá que hinchar
el pétalo de su flor,
a sílaba, verso, entraña,
me sobresalta su mirada,
hay que encender el ascua,
este fuelle de vida
aún me cuesta la estampa,
enamorado fuelle inusitado,
cabalgo hoy el astro,
encierro rayos en un jarro,
para esta tierra yerma,
helada,
germinen mis simientes
enamoradas
y enraícen sueños por cumplir,
al sueño del estornino,
grajee mi pico corvo,
corvino de cuervo ensamblado,
ven a mi manera,
la adelfa muere
al crepitar de la yedra,
y la oscura campánula del día
abre con azucenas de otro campo,
este surco que lleva mi sangre
se vence y me vence,
cogeré del tiempo la azada,
y sacaré terrones de disgustos
que tornaban y me acompañaban,
no había elixir sin ella, mi pena,
soslayada,
tentaciones
me cuelgan de las pestañas
de mi inocencia,
otra licencia
a conducir las carreteras
de mis versos,
fiel enjambre de pasajeros
de los campos
de la idea.
El Castellano
Vida de hielo ardiente:
Horizonte de la caída de este solferro
a reinar como una falcata de rayos afilados,
hondos ojos fijos en solariega planicie,
donde frías juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo de la vida que se fue a dormir,
como un río de luz brotaba la escarcha,
un diciembre tardío saludaba
con sus manos heladas,
acariciando estos campos redondos
de cardos y caléndulas silvestres,
era un día de hacer manteca,
a mí el frío me hacía sentir vivo,
en este soliviar traigo mi espada,
pongo a sentir la tierra a mis versos,
que con cepillos de grama joven
se blanquea mi calzado,
viajo en mi mente
por el cuchillo calizo de la piedra
del caserón terrazgo, abandonado
que posee mi padre,
rodeado por el fervor de pinos de monte,
donde próximas hacían nido las atochas,
a perdigones que son de la tierra
como la montaña a su roca,
cosas talladas puras como amaneceres
pulidos sin grises hojas,
ola rota mecen mis pasos
de un mar olvidado del que cepas anclan
sueños de vida,
del terreno en el que grillos esperan
el frío en sus agujeros
y su despertar para morir al acoplarse
a la melodía que teje la vida.
Avanzo en este campo de víboras
para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,
como mis pasos gorjean las carrascas,
todo mi mundo reverdece
para mí siempre es primavera,
y mi bravura llora flores por mis venas,
hasta tener del cielo
la malva del alba
hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,
me nacieron simientes silbadas,
y mis ojos enraizaron el campo.
El Castellano
Forja de mi sangre:
Avanzo esta tierra abierta,
sangre y lágrimas,
hundió sus zarpas,
el honor de la vieja luz,
vieja urdimbre
en venas de cristal,
venga a construir
la casa abierta de niebla,
abra su puerta de oscuridad
es mi mente,
que como un azadón,
hunde entre altos tallos
de mis pensamientos,
muchos días
que me pensé sembrado,
pasó mi negro caballo,
brillaba este pantano,
entre recuerdos de un alba
en que no dolían
y hacían flor,
lengua de metal
hundía sacaba terrones
para oxigenar mi dolor,
anclé mi sombra,
la puse a dormir
entre la grama,
brezos y caléndulas la acompañaban,
barriendo los campos despertó
esta alma sonámbula,
con el zumbar de abejas caminantes,
con el soñar de las flores
que eran mariposas,
avanza mi surco,
cava mi padre recto como su azada,
y los veintisiete años que nos distancian,
es su trabajo su azada,
que alimentarnos desde la ciudad puede,
sueñan mis versos
que fueron construidos para luchar
luchar contra la sangre del hastío interior,
flores que brillaban sin desesperanza,
altas miras en sus estambres,
un polen de estrellas despiertas,
la miel de este intelecto
que abre sus grilletes,
que asoma sus brotes
a la ternura del cariño sembrado
por venas de mi misma sangre,
amo esta vida
como no amarte padre
si tú me sembraste.
El Castellano
Sangre de ojos:
II
Lámina del cielo
tu gris en estiaje
ángel del cielo teje
macabra sinfonía
lluvia se derrama aplomada
por su guiño de ala,
por venas cavas, su quitina,
estrechas vías consumidas
en atroz entrega
del mensaje del cielo,
sangre de tierra en zigzag,
río de caudal
por arterias de arañas,
por acariciar la flor del iris,
un barco y una vela
un puerto y una quimera,
una vida de aciaga solar siembra,
verso saciado cabalga
el colchón etéreo del aire,
hasta anclarse en valse,
sueña el viento ser capturado,
atrápalo en tu mano
y en la otra derrámate como gota,
precipita tu esencia bebe del cáliz
la yaga de nuestro vino,
infinito remansado en cuña de estambre,
es un ojo de tierra,
es una espera,
una inmortales fauces,
la canción con la que bailan las flores,
un cariño de flamígera estrella,
un armazón dorado de escarabajo,
una casa de caracol,
ven, ven conmigo soy aullido,
una entrega de cuarzo llorado,
un cuchillo de sílex afilado,
en el trillar del campo,
soy mis venas naciendo en un charco,
un sorbo y soy fuego en tu mano,
gimo y corro el vasto templo
de mi perdida religión,
viendo el devenir venir
cruzarse, deshacerse, alzarse
para acabar siendo tierra
del inerte azar profuso,
mi tinta se bebe un rayo solar
en patita de un caballito del diablo,
mi vaga libélula de mi suerte,
para que siempre viva
esta hormiga león
siendo mi cosecha más que tus besos,
más que tus rayos de sol,
siendo yo del camino y el camino ser de mí,
irisada vida en son de mis tambores
de insecto tejiendo, volatilizando lo inmortal.
El Castellano
III
Seco y duro, seco y umbrío,
corría el linde quieto
por la arboleda despejada
daban las tres y treinta
de la madrugada que se marcha
por oscuro diván de la sombra,
un espejo tímido sonaba,
el reloj paraba,
con un grito de estrella,
su alcoba fría en la que despertaba,
no quedaba viento de palabra,
ni pensamiento ágil que en eco no quedara,
lanzó aquel espejo contra el suelo,
y rápidamente sangró un borbotón de sombras,
se abría la noche y sus quimeras despiertas,
brotaba de su ceniza de pulmón,
el irisado que la oscuridad clama,
quedando para siempre
su alcoba fría y vacía,
sombra de aquel que sonaba una noche
que ya escapa.
El Castellano
IV
Fantasma del tiempo:
Indivisible fulgor ostentado
resquicio opaco de la luz
con sabor a fase de luna.
Invierno de los ojos veloz
en una gota de llama de vela
fuego del fuego creado ensimismado
quiero arder lo malo de la maldad
cuando sin sombra ataca
el humor de la sangre existente
si voz tiene cuál fuese dicho ente
hablándote desde la arteria
donde el cuerpo helado busca
y te busca verdad sin pestañeo ni apellido
sin venas surca la ola tibia y oscura
que nació sin viento ni mareada razón
de océano de versos
camino sin recorrido en yerto color
fulgente de la estación sin mente
entresijo de la mecedora
que sensación sola la mueve
con indicio de que la oscuridad me puede
fuerzas que escapan
a la razón del entendimiento
resguardo de luz que por verla doblega
a la insensata dicha escondida
que grita y se engrilla en aquella orilla
distante, que une y divide
ignorantes y sumisos bordes
de lo que existe por soñarlo
suspiro ese suspiro del hastío
y estío de mi río
escapándose a mi legible saber
un vencedor encontrado
círculo perfecto del equilibrio
en la locura nacido
en la frialdad del respiro mecido
yo te tuve, te sostuve
en la risa que dio llanto
en el llanto que dio risa
sin motivo ni razón encausada
allí donde la emoción era transparente
ni necesitaba conciencia para ser
solamente armonía que nadie te describe
porque fui yo quien te tuve
brevemente pero tu recuerdo pasará mi muerte
frío recuerdo de honrarte tan malamente
sin saber describirte
indiferente si vuelvo a encontrarte
porque eres lo más inusual,
te buscan y imposible de encontrar te vuelves
de la suerte llamada casualidad viniste.
Vengo del nacido sin nombre
del que hace lumbre del alarde del hombre
del espíritu parásito engendrado
y el veneno de mi sangre
te llegó a donde el camino se abre
a infinitas escaleras interminables
donde el surrealista se raya la mente
que del caso cuelga el Sol en cruz
en la pared del diáfano enervado calmo cuarto
marcando las marcas de los arañazos de su luz
que en negro dio su astenia quietud
horarios de su ser perdidos
en un atardecer que ya fue
en el azabache de mi bolsillo
sus sombras que recorren mi pasillo
me entretienen para ser fusiladas
al encender la luz,
no puedo creer el encontrarte aquí
inerte arte del único poema que vale
por no tener nada comparable
beso mis sueños que el oscuro espíritu
por no tener color arde
no quiero darte a entender
ni que seas adjetivo ni valoración
solo lo inerte de lanzarte al río y donde llegues
o lo creativo de guardarte en una caja
y enterrarte en el jardín,
para que te crezcan malvas,
es interesante que no llegues a materia
sólo a eternidad de quien te leerá
en mis sucesivas muertes,
tenue destello, elaborado albor
nacido del rayo de sol,
y la noche que ya calló
en las pestañas del amor
milenarios son los espejos de los astros
que dictan y laten en caricia
esa fría cuchilla que se clava
dándote finalidad y fin.
FIN
Miguel Esteban Martínez García a 19-02-2015
Grave soliviar:
Miles dei lumen lit c et summun canae versus littera fagro methafora creavi blandus laetitia exspectare sed ardit
Es mi vida
un agraz durmiente,
medicamentoso, encumbrado
por cimas de mi subrepticia,
por escalas del alba
yo soy siempre
yo soy para siempre,
como relámpago que se aboga
al nivel de tierra,
como una espiga granate y azabache,
en tinta y sangre nacida,
mi nombre que no se mide
ni deslizarse puede,
es su arma el verso
su impronta y su insignia sagrada,
conocidos miles,
hombres él mismo
gentes que darían su aliento
y su mano por él,
solo habitan para ser contados
en su mano izquierda
de ambidiestro,
brota nace y brilla,
yo soy cuervo poeta
y no saco ojos,
los hincho con belleza
que despliega en poemas
que lloran con mi sangre,
el crujir de mi carcoma.
el erguir de mis flores
de jacinto silvestre cada marzo
y su Llúcia elevada
que muerde sentidos,
yo estoy completo
y nada ni nadie
me parte el pecho
solo sólo, acampado,
acompañado de mi extensa sombra
de 2043 poemas sembrados
en mi patio de mi gris araña,
nadie quién contra mí
;el destello lo hago bello,
seguiré durmiendo
que estaba despierto
hasta despertar mis cuclillos
de este soliviar de mis abrojos
versados,
nadie me calla
al abrir sus altas ojeras de nácar
la primavera resplandeciente
de este sembrado 2017.
El Castellano
Sepultada Llúcia en agraz durmiente:
Se acicalan las Llúcia de marzo,
en febril inicio de la primavera,
que yo te amo Ostara,
algunos rayos fugaces
que han crecido,
entre verdes sienes del camino,
ese que me lleva a verte
mi flor silvestre,
hendida de ondas del alba,
sepultada de brillos
imperecederos en fragor
de ávidos destinos recorridos,
desnudos de quejumbrosas voces,
un musgo naranja renaciendo,
entre filamentos verdes
que hacen de su piel esperanza viva,
de este arbol centenario
de mi semblanza,
no serán mis chopos cantores,
ni mi enervado ciprés silente
su calma abandonara,
acuchillando al viento que espera respuesta,
recuérdame,
estoy sembrando mi vida,
todo lo que espero es maravilla,
me acaba este sendero y su colina,
riveras de mi Arlanza,
compás de mi fortaleza,
mi ejército se alza,
arañas de sus telas,
furtivas segadoras de mi idea,
trepando mis entrañas,
mis telas grises que son de ellas.
antes que griten mis sierras rojas
de mi carne,
antes que el tiempo
haga casa de mi cuerpo yerto,
yo seguiré hacia la luz,
el milagro de mi profunda gesta,
cumbre servil de fecunda primavera,
filo ardiente que brota,
entre siegas blancas
de profusa, verde melena,
al borde de mi vena
subo que traigo una azucena
junto mi malva y su viola de campana,
la cuenca que no es,
la visión que no viera,
justo esta generación que comienza,
justo es vida,
es mi verde hogar,
es mi credo,
son mis hojas verticales
en papeles de sangre y savia,
arderá mi caseta.
en ojos de suspiro padre,
en venda que el ojo no vea,
enséñame tu Dios
le pondré a reñir con los míos,
no me iré aunque quieran mieses,
permanecerán mis caléndulas
echando hijas de piel y tierra
cada primavera sembrada por su amarillo,
me nacerá la ilusión verdadera,
seré dueño de esta quimera,
y baja que canta
por riveras de mi suerte,
el hondo espino de mis dolores,
queriéndose como abejas
a las flores,
Estoy soñando
el tiempo que cerraba mis ojos,
retales que cerrar y su olmo blanco,
su jardín azul, su fuente de cristal,
nada desvanecerá al Miguel sin alas,
seco de hoja de otoño
no me llorarán ni mi jardín azul de caléndulas,
ni mi acristalada fuente,
ni el olmo que no es mío ni su blanco
será mi aura intransigente seca a morir,
sobre los años avanzo,
yo soy el Sol.
El Castellano
Señero quieto:
Linde abierto sembrado por Dioses
de plantas que sólo ellos pusieron
y que ven exclamar su muerte
de silencio gritado
lentamente las estaciones.
Es este campo que vive lejos
con señero
un señor de señores
amor de silvestres,
es encargado de ver en flor
sus amores,
vence que atraviesa
sólo su mirada,
un jacinto se yergue
de azules botellas
sus besos de rocío matutino,
matutinos gritos postrados,
con el hervor que reverdece las tierras,
de cal y tierra arenisca,
de arcilla al barro,
de la pizarra al risco
de granito,
es una vida mi estatua,
dulce, risueña, sembrada,
albores cruzados crepitando,
mi nido de grama rehaciéndose,
entre luceros anclados,
arriba mi barco
estos océanos y mares
de tierra,
que todo lo rige
su materia,
desnace el tiempo
abriendo el brillo de mi falcata.
Fiera de fieras
yo soy la fiera,
desde las piedras
a esta mi hoguera.
El Castellano
Ávido camino en piel:
Aciago vilo descorchado
en canal aciago infinito
destapado en sangre
de campo,
él, a veces sonriente
a veces abatido
en su recogimiento
de verdes espadas,
viajaba su idea
como una viborilla
jamás vencida,
siempre con fugaz
aleteo entre estambres.
Vencía cada primavera
al ocre del paisaje,
por cerros era padre
por llanos fiel hijo
de compostura olvidada,
por copas de árboles
brindo esta suerte,
encontrada, cabalgada
por los besos
que puedo dar a mi dama,
que entre forrajes
avanza
a desenterrar
mi espada,
nuestro coraje sembrado
entre mis espuelas.
En los bravos halos
de estrellas apagadas.
Naciendo una
para que brille a ella
mi amada.
Esta negra noche
que avanza
mordiéndose la cola,
entre luna argéntea
deslizada
por sus filos
de pestañas
acuesta al alba.
El Castellano
Aciago, recto vilo quemado:
Cantares quebradizos
se alzan entre aciagas esferas
de la palabra inexistente,
entre sones terrazgos
que sí puede,
llevarme la espuela,
entre la mente que afila,
que pule mi sangre oxidada,
por el puente de venas de mis manos,
diestro al compás que muerde
yo sí estoy hablando
tú no estás escuchando,
esta vida asida en un tiesto,
por encajes sin alba
por encuentros fugaces
en mi averno tejido,
entre estos soles de trapo
que me levantan las flores,
avanza la flojera del día
que llega a su final,
volviendo madrugada de espadas,
quiero contarte hasta tres,
mi aliento que no sabe contar al tuyo
pero sabe que cuentas con él,
yo que ni segura tengo mi muerte,
colgaré destinos
de sus ramas de fresno,
mi piedra será estatua,
no seré yo quien hable si no ella,
el verde musgo llorará el sino dentado,
esta vida de espectro
no me dará de lado,
de un solsticio me haré un cuarto,
entre mis líneas habitarán espasmos
de ideas ausentes,
de fríos hielos de soledad congelada,
liberaré este reino enfuscado
cual vicio cual tierra sin dueño
de crear nuevos palabros
que serán hijos de la nada,
cabalgada, soterrada
en infinito de la siembra alzada.
El Castellano
Linde quieto abierto:
Derecho firmamento
entre filos de gentes,
es una piedra que camina,
piedra aventurera,
seca y umbría,
reposa y duerme
cantares del linde,
centellea rayos irisados
se riza con los besos de lluvia,
acaso quiso ser otra,
ella tan yerma, tan plácida,
imperecedera,
cerrada como se cierran
los rayos de luna,
acantonada, de estéril estampa,
dejas muda alabanza,
el día que te hice de voz,
piedra bella, sola,
estridente sin patio de sonido,
y esta voz que te di
voz dorada como tu piel de minera,
como un soto sin perdices,
avanzabas solo tú,
la vida quieta,
sembrándote allí por donde anduvieras,
al candor de piedra única
igual a la siguiente y a la anterior,
sin afán superior
hasta que este poeta te dio voz,
como flores que sin color
acaso fuesen,
un despertar en brazos de cieno,
un respirar de la montaña,
un cuchillo calizo que afilan
erosiones de las eras,
latido férreo, sangre de mineral,
o compostura de arenas,
piedra de mi casa,
piedra de tu casa,
la tierra.
II
Piedra potencia eterna,
nacida como nace una estrella,
cumbre de filos por bandera,
hogar, cobijo y morada
de lagartijas que cuelgan tus venas,
colchón de rayos de sol,
asolada tu espera
por quien te dio voz,
lideras tu guerra sin cuartel,
antes de yo nacer,
tú dabas alientos al suelo
sin importar pertenecer,
siempre fuiste
siempre eras su piel,
de la cantera, al nicho,
del mausoleo, al caserón viejo,
del silo al castillo,
tu fortaleza empedernida,
tu aval de honda certera,
Siempre estabas
siempre estuviste,
como río a su voz del mar,
osado no fui yo
quien te encontró,
solo fui encargado
de darte moción verdadera
ojalá pudieses contestarme
mi piedrita bella.
III
Devuélveme a tu vida eterna,
del soto a tu quimera verdadera,
clávame la oscuridad de tu cueva,
en esta esfera pulida sin espera,
risco de tu sien enarbolada,
millones de hijos
esencia desnuda de tu alma pura,
techo sin compostura
del ser invertebrado,
techumbre que pizarra llora,
su azabache de cristal,
tu sangre de fuego y agua
que nunca te alcanza
sólo partirte puede,
grieta de helada, tus filamentos
que encaran tu azar de vida sin dueño
a tu sangre de musgo me cuelgo,
en verde musgo tu fantasma muerdo,
vida de herramienta,
azar de la idea,
al paraje que te conforma
al que sostienes su vida
siendo el suelo techo de esta hacienda,
si tuvieses dolores todos gritarían
que se acabase la muerte en la tierra.
El Castellano
Flor de destino:
Requiebro olas en fragor de colmenas
alzadas, sembradas en horizontes yertos,
al fugaz aleteo de la luz,
en fulgor de sombras erizadas,
todo lo sentido más que un haz carcomido,
fiebre en destello de mis astros,
todo lo dicho más que un cielo sin aurora,
más que una navaja de filos
por pestañas,
hilvano que trenzo
la sangre dormida,
es una cabaña de cielo
donde cobijo sueños y quebradizos,
en la cabaña
que Dioses abandonaron,
siembro escarchas de hiel,
todo lo que me dijeron es una verdad,
allí donde la puso el hombre,
bajar acaso puede,
grazna mi vida una vez más,
trenes pasan por estas sierras de nubes,
el destino informe ya cansado se apiada,
toboganes de esta bruma gris
me cuentan, me dictan,
del sentir de la maraña,
hasta que lleguen mis flores
del mañana,
entre el palpitar de azucenas
frías de la tarde,
pataleó el latir exhausto
del silvestre del azul
del sueño, del racimo de mi jacinto,
extraviado,
un sol de invierno que ya se marcha,
por cuencos serranos
por alientos en carne de colores,
abriendo rectas sienes
el crepitar de los vientos,
bienvenido a mi mundo,
yo no estoy despierto.
II
Ama de esta casa, el alma fría,
de mundos retorcidos,
ingrávidos al peso de flores,
destartalado, por gentiles gestos,
azares difusos de mi reino,
saludando a la quema del rastrojo,
un iris por desenclavar,
corona de caléndulas
en soles por doblar,
al rayo seco, tornado en gesta
y sus candilejas fulguradas,
ríe y pasa, pasa y ríe esta espada,
hendiduras febriles
de mis verdes ojos
entre sus cauces la verde grana,
la verde espiga,
un romance del labrador
con su granate amapola,
llora sangre de aquellas santas,
esquiva de obreras guirnaldas,
se cava en rayos seculares del rey astro,
Estallando de luz su rocío primero.
III
Resplandece el día,
entre zarzas salvajes y sus espinas,
duerme que dormita un sueño enhebrado
en blanca cordillera, entre grillos
que aterran saetas dormidas,
al trinar de los cardos
en estepas cabalgadas
de verdes y sus trampas
entre erizos de campánulas
que ya no amarillean,
gimen abrojos el suelo que los vio nacer,
llegado el día del topillo
y su cernícalo que le da digna muerte,
entre este patio de arañas grises
descubro que me hincho de colores
estacionales, perennes, mutables, caducos
en crepitar de savia y duende,
se blande, se rige,
se descubre que todo duerme.
El Castellano
Cuarto para sembrarte:
Duro, seco, estridente,
ilusorio destello
al matiz de soles abiertos,
estoy empezando,
alago, avanzo este cuarto
este cuarto de arañas,
repleto, lleno por escuadras
afilo el verbo
preparado, despierto,
granate complaciente
a este lustre olvidado,
quiebra marzo,
estampida en blancas sienes,
réquiem en osadía,
en marca de astros,
luz intransigente,
fulgor
entre tus manecitas
heladas,
miro atrás
nada reverdece el horizonte,
todo son raíces del hombre,
me cuelgan lunas
ojeras sin alba,
quiebro esta ilusión
me afila su espada,
cómo huir
de los que no me conocen
si nunca me conocerán,
me clava la estrella
un tenor en escala mayor,
gimen flores por abrir,
el sol hiela de nuevo,
rizo sorpresas en tus cabellos,
libero el león,
me muevo,
suceden grises
a mis penas,
escarchadas, desvanecidas,
derretidas en claro oscuro,
por lo que dejó de ser,
llevo que traigo,
resoplos y arterias
en este jarrón de sangre,
hasta que caigan dementes azares,
y sus cruces bienaventuradas
de tu carne,
de mi lumbre,
de este alambre.
El Castellano
Aciago compostaje:
Tantas veces quebrado
como solía ser yo antes,
escalando esta vida,
lejos donde reverdecen cielos,
silvestre en tus aguas,
mirada al pasado que me forma,
se termina mi savia,
incomparable dicha,
sujeta al astro soslayado,
hermanas del fuego deslumbrado,
recto afilado en esta solitud
del hueso,
entre blancas sienes,
entre doradas rosas sin alba,
avanza mi camino fiel de sombra,
aguardando el brillo,
no es una mentira lo sentido,
parado en espera,
deshojando besos del ayer,
de nuevo es mi manera
por la guardia de mis cipreses,
por la desnudez de estas flores
abiertas al color de invierno,
fulgor desangelado,
despierto acres
hermanados de letanía súplica,
hoy surcaré su boca,
me desnacerán dolidas simientes
volarán mis polillas del este,
crecerán tejos sin horizonte,
entre cerros de alarde,
espargasminas enraizarán mi carne,
al techo de esta cueva
brotarán destellos en luciérnaga,
para yo beber mi aciaga espera.
Resoplo agravios en señales,
tiempos agujereados
en mentiras lejanas
laureadas de todo lo que avanza,
brillan hilos por perecer,
arañas trenzadas al amanecer,
no puedo perecer,
me blanden este iris por enternecer,
brechas llamadas a desaparecer,
retiemblan pupilas en noches fugaces
en todo lo que llegué a ver,
diestro aliento en hiel
torcida en extasía de secos metales,
un Sol un Dios
despiértame el dragón,
vestiré en pétalos al albor,
gemiré noches sin luna,
soterraré este cuarto en luz asida,
vendrán a mí estrellas enardecidas,
todo acabará en uno,
un brillo, un relámpago, un son,
un cuarteado corazón,
renegaré de acabar,
tejeré construiré llegaré por puertas
a prender este destino sujeto,
en el parpadeo del suceso
soy hierro tajante,
afilada en cercenada espada
de un tiempo que me perteneció,
soy espíritu, espectro sin nombre
anclado a este devenir postrado
resurge firme su aliento,
entre abrojos de idea,
nunca resignado
siente el color de su noche,
el hálito de caracol,
en su caléndula sostenida,
por su vida alientos hacen súplica,
aguanté, resistiré, me fundiré
con la acidez de mi tierra
asolada, destapada,
colmada, exasperada,
entre tañer de crisoles en capa,
gobernaré
haré reino,
tomaré guardia de este mi camino,
al aguardar de mis rayos
de vivencias dibujadas,
al resoplo del tres,
al dormir del nueve,
nadie me impedirá que me teja
grande.
El Castellano
Tierra perdida:
Limo, sostengo, agito
la vena enardecida mía,
destapa al fuego en círculo,
retiembla destinos ciegos
en crueles, parcos horizontes
sin orificio,
destrenzo el nervio de hierro,
repto avenidas sin salida,
voy y vengo cantando
esto es tierra perdida,
correcto, en el ojo
y soterrada vía del hambre,
nazco que broté de semilla,
estiro que alzo
sangre en caricia,
marcho sin mirar atrás
esto es tierra perdida,
ocaso malva derrite mi vida,
en ríos sin despedida,
en sábanas de escarcha fría,
correcto
es tierra perdida,
nada es súplica advenida,
fulgor entre sienes de carcoma,
festín de arañas grises,
nada me detiene,
avanzo, el sol me cuenta
que es tierra perdida,
cae la tela tejida,
fiel al descanso de mi subrepticia,
gimen tiempos rizados al ascua,
cantan malas yerbas
sin perfidia
que esto es tierra perdida.
Yo contesto
dorado al fulgente metal
que es mi vida,
es pasión, es luz,
es calor,
este es mi rifle
esta es mi vida,
granate al escape
lustre postrado al rejuvenecer
del marco,
yo no estoy colgado,
venzo que avanzo,
resumo, coarto,
me descubro a la luz templado,
todo dicta
que yo voy
que yo vengo
por tierra perdida,
resplandores sujetos,
acuartelados en énfasis,
porque desconocen su sino
madre de
esta tierra perdida.
El Castellano
Dicha insoslayable, flagrando vértice:
Envejezco este hálito
resquebrajan esencias enamoradas
en este patio de estrellas,
por esta vida en doncel consumado,
al resplandor listado venzo
otra primavera nublado,
por este ángel soterrado no me alzan,
no me niegan la inconmensurable pestaña,
abierta a fulgores en lata,
despeño las ideas sin anclarlas,
me vuelve loco abrir mi baraja,
por esta sangre pesos en oro valen,
su quilataje postrero al tacto,
más quisiera mi sanguijuela
no acabar ebria,
resumo que coarto venas
en canales de riego,
soy maestro sin título
del desvanecimiento extasiado,
y que venga por mi letra
la parca efímera
que mi idea es eterna,
caracola de tierra vence
esta sinestesia
de joven biznaga maniatada,
reitero en mi sepulcro
el tiempo no es mío,
venga a mí su ladera,
seré anillo para mi quimera,
un animal de este reino
por desenterrar.
Que me acabe el viento
que yo no puedo,
seguiré escribiendo
por arterias razones,
por pensamientos túneles
que esta noche venceré
a la sola una de la madrugada.
Y su lagartija rizada.
El Castellano
Antaño de vida:
Eres pilar sin margen ni curva,
de tu divina compostura,
tus ojos que acaso sombra cubre
un latido donde se bañan los octubre,
vendaval que entierra nichos
para devolverlos a la vida
en este soliviar barroco
que me puede derrumbar
a la llama fugaz que rige,
avanza y consume mi vida
a la tuya asida por los astros
que son santos,
oscura pila dorada al iris
donde se baña tu alma pura
acaso ella llevarme pudiera
entre sus vientos desnudos,
entre sus alientos
de florestas descuidadas,
acaso ella no me hablara
entre el jilguero y su cardillo,
entre la caléndula y su insectito,
yo volara con ella lejos
donde se oculta el alba,
para demostrarla que yo
libero tu mirada
por rayos de su aura imperecedera,
fuente de alta frente,
cumbre de riscos y valles,
alguien acaso arrebatármela puede,
aunque Ovidio te de más flores
quitarme nunca puede,
ni aunque tiemblen
mis huesos rectos y sangrientos,
osarse en gris mi camino viene,
te traígo golondrinas en suaves trazos,
te traigo sueños en colmena,
y sonrisa en luna venidera,
anclada a esta sepultura,
al resoplo trenzada
mi cristalina esencia,
en crepitar de estacas por clavos
que llevo ardiendo en mi pecho,
a este diáfano vacío
vengo que voy llegando,
caminan pensamientos
de sus sombras colgados,
esta osadía
que ya avanza como vidrio quebrado,
haciendo polvos la idea,
porque no me alzarán en marco
ni será eterno mi mármol,
dirá por este mar he llegado,
y el azul acaso será azul
por yo nombrarlo,
viviré de la letra amarrado
hasta que ella sostenerme pueda,
haré juicio de esta arena,
en escala a aquella estela,
sangres me gotean los ojos
de ver desnuda a Diosa Flora
vistiendo de los campos
la miel para cada sentido
mi amapola yo que nací hombre
nada ningún averno,
ningún paraíso cercenado
ninguna deidad personal
de tantas sardinas que adoran
de boca pequeña
podrán negar que yo asalte
que yo recorra tu flor.
El Castellano
Alevosía sin mirada:
Avanzo el patio de mi araña
y su soledad acrisolada,
no dejes de mirarme
en la cumbre de este ciprés,
cernícalos atrás
soy puro como pizarra
sin pulir sin enmascarar,
dirijo mi acequia por lares
descubiertos, insospechados,
en suplicios dormidos
reino el astro,
te debo más
que lo que no puedo alzar,
por sostenerme el cruel devenir,
danza el momento
de tu caracola y su iris,
en arena rasguñada,
al tarot helado de tus naipes
de mujer, afilada mi idea
queda navegar el vaso de agua,
encumbrarme de la fiera,
sujetar esta quimera,
porque estos sentimientos encauzan,
traspasan la sangre filtran mi insolencia,
si soy hombre de verbo
y escribo parco silencio deshojado
en papel de vida
rizado en aliento renegado a morir,
sólo hay una petición
de rayo en alba postrado,
es contar sonrisas a tu lado,
venceré tormentas
de destino caracoleado,
por el último rayo,
déjame demostrarte esta sangre
este hálito que absorbe
y traspasa pieles sedientas,
es una tela un vello erizado
en penumbra,
por el que abandono mi nombre,
y que mi corazón suba
y hable por mi garganta,
este tiempo de cuchillos
con los que haré un bocadillo,
y que me dejes ser tu lejana miel,
no conozco el frío
destapa tus cartas
caeré rendido para honrarlas,
porque sólo una vez en la vida,
se puede conseguir todo
lo que uno desea
y que me arranquen como mala hierba
que el mundo
se quedará sin destino solaz,
sin rayos de luna,
sin huerto de estrellas,
porque yo sin ti
pierdo hasta la cordura,
y que me juzguen ojos
y vidas de un día,
que yo sin prisa enamoraré
corceles de viento,
desmenuzaré crisoles
abriré molinos por sus aspas
hasta yo quedarme
en tu vereda fugaz,
con solapa honda, dura,
siempre con destino
de envolver tu aura bella,
listada, estridente
al crepitar de todos mis espejos,
mi pianola
desviste surcos
para cantar el sentido alerta
y que nada escape de la hoguera,
este cuclillo trinará
que si fuese cuervito
viviría en la noche
de tu mirada serena.
El Castellano
Ondas mecen:
Me cruzan las vías
del tren de la noche,
abierto, caracoleado,
en peregrinaje de estrellas
y sus halos,
este insomne caballero
de tu sonrisa nacarado,
arrebolado entre tus brazos lejanos,
una hoja precipita
al tañer de campanas
en garganta de lluvia,
no hay invierno sin frío
ni frío sin invierno,
vuelta atrás estoy vivo,
una vez en la vida
curva de espejos
entre verdes y ocres,
quién dijo que no tuviera esperanzas,
pálpito fugaz de estrella marchado,
el amarillo viste mis flores,
color efímero, sin despedida,
entre un patio de ojos
y sus carcomas solariegas,
danza este caballito sin diablo,
al cuartel de la cucaracha
van los ojerosos grillos,
todo cuelga de un hilo de lana,
horas minutos
para hacerme libre,
termíname tú porque yo no puedo,
este alfiler parco, sobrio
como él mismo,
entre circo de huecos sones
danzan los vellos de mi piel,
por el agujereado brillo de luna
cuento notas perdidas
y el filo de esta mi cuerda
hasta latir con ella
y su desnuda poesía
con cuerpo de mujer,
lejos de la tierra,
entre un soñar del viento,
se destapa mi cordura
le florean pensamientos
fieles ecos en iris despierto,
dulces ondas como dulces sirenas
enamoradas,
de este marinero sin mar
llamado verso,
al senil aleteo de la polilla,
el invierno nace de un cubito de hielo,
que avanza ya su noche
sin pedir permiso,
al vapor de sienes heladas,
entre un coraje acorazado
de haber realizado una buena siembra
me marcho.
El Castellano
Filo sonriente:
Agudo filo nacido
mi destino.
Recuérdame en la tijera
desdoblando la espera,
hoy por hoy
mañana por ayer
el frío en la piel,
de estas cuchillas
sonrientes,
y su esperanza
carcomida, acabada
en hoguera.
Miénteme aparte
ancla en gozo
el violín de mi idea,
corriendo por fuera
marchando lanzas
de tierra
y el tiempo
solo, hinchado, dormido.
Rehúyo de mi pasado
que se clava
en mis brazos.
Mírame aparte
del punto y su silencio
seco.
Esta vida en el centro
de una margarita,
miro su caricia
en pétalo de brea
arde mi sinfonía
deshace la lejanía
hasta ser ese lejano
carrusel de estrellas
por boca.
Vida por mi vida,
y yo qué no daría,
a este cielo desplomado
de fieles compases
oxidados,
es por su plomo
que a veces plomo,
a veces más alzado
que las cumbres,
entre regueros y ramblas
libero mi azada,
en cuerpo de sangre y vena,
no conozco a Pena,
entre su alta ojera
clavo una letra,
abre la acequia
destartalada en honda esencia,
allí donde graznan cuervos
su lenguaje de madera,
soy yo a la espera,
abriendo mi destino
en esferas puras, plenas
ay la tierra
vive esta dorada
escolopendra,
sucesos de huesos
arde la compostura
afila su beso de miel,
todo queda en yacija,
derramada hiel,
entre grietas iluminadas
del iris insomne
soterrando verdades,
completando
liberando sus cavidades
y su dama oscura
naciendo la noche
que ya vuela,
entre testimonios del pueblo,
que pertenece a la tierra
y sólo esta a su materia.
El Castellano
Vieja escuela sembrada:
Cierra los ojos
es nuestra creencia,
por la que no hay
rosa sin espina,
línea de destino,
déjame sembrar luz
en la retina,
que caiga mi gota
quebrada,
viviendo tus memorias
lejos de la letanía
enroscada,
crepitan los labios grises
entre crujidos por despertar
leones del nuevo día,
Noche, noche
tus minutos erizados vencen
pasan las horas
y las horas
la misma pesadilla tejida,
en vilo en vela
de navegante sin mar
sin barco, sin puerto,
viviré una vez más
esta soledad del párpado
despierto,
muy alto, muy hondo,
todo se retuerce en sol mayor,
hasta la cima
me verán cabalgar,
resume este papel
un furor oxidado,
soy yo, soy yo su raíz
que ni yo mismo entiendo
dichos soterrados en alma difusa
en corazones sedientos
su fría caricia entre espadas
ni yo hago empeño solariego
ay la tierra perdida de tu raíz
quien osado sólo la viera
de viva materia rompiéndose
sucumbiendo sobre los filos hirientes
hondas espumas
riéndo en camino vivo,
en un sentido
con bordes de rosas y cebollinos
y senda de espinos fugaces al alba,
brotando imperecederos
que enriquecen los pliegues sembrados
de esta mi sonrisa
de esta voz en calma y en tormenta
de desnudos sigilos
que te nombra y nombra
si no estás lo hace sin cuenta
Poeta
Haces la ruta sin pena ni sangre
que no sea portada en tus venas
de solana hacia el sol
en un ovillo giras en tornasol
allí donde sus esposas
amarillean y tu sien gotean
en canto al amor
alzado en rayo de Thor
será un caracol
cuando nos vamos
solos sin nosotros
con o sin Dios
nació un vespertino albor
ocultando el dolor
secando lo que plañía
la sin razón
Se duda entre las cosas
por la vaciedad de las cosas vacuas
de fatuos alambres en fanal
hoguera del hambre
de oblicuas espinas
y los nuevos castillos
que sin su castellano chozas son
destruimos
si nos miramos
vencer o vencer otra vez
Oh raíz
ay de tu tierra que te vio nacer
qué guardas
en tus bases en las grietas
que te clavan que estiran
tus lágrimas del ayer
que no nos dejas ir
por caminos distintos
a los limpios valles de oscuridad
reposo y sosiego que clava el camino
¿Será cómo es
por siglos
de siglos?
De este tiempo oxidado
que latirá el son
con forma de tu siniestro corazón.
El Castellano
Cristal silvestre:
Ámame como se ama a la vida,
porque te amo en caricia
sin despedida,
tú que eres como la noche
en subrepticia,
yo contemplador extasiado,
por el fulgor que se abre paso,
Fin del diario,
este es el momento,
que se queda para descubrir
la expectativa
del vivo hacia la vida,
todo cambia y yo lanzo
mi destello sembrado en mis ojos,
susurros en letargo
abiertos al destino parco
estoy en tierras de la luna,
abriendo, tornando bella
su distancia,
todo sembrado
de quien yo era,
esta mi raíz que canta
plena, sacada,
cortada de su tierra,
para nunca olvidar,
alzada a tormentas del tiempo
y su etéreo desliz envuelto,
en las calles
de los sueños rotos
un pasado que dejo atrás
estoy joven para estas nuevas visiones,
existencia clavada,
al crepitar enroscado entre arterias
de alambres,
y su perfección
erizados gritos liberados
hay que pagar el precio
de ser mejor que este talento,
avanzo lento,
me abro por el fuego,
y no hay sangre que no me deje
envuelto,
miro dentro de tus ojos
buscando mi respuesta,
el sol se está enterrando en tus cabellos,
lima este nervio
que llegó su escarcha
siempre aparte,
siempre en alarde,
hasta yo encontrarte
encontrarme yo
en los sotos de tu voz
hasta ser yo el alarido con nombre
de sol, ser por siempre
ser para siempre,
ser siempre,
y Siempre llevar mis apellidos,
Siempre quemándome
en resquemor intransigente,
precisión de mi duende
llamado amarte.
ARTE,
condenada mi sombra,
a este precipicio
que despeña la letra,
a través del umbrío páramo
de esta piel y su yermo bosque de vida,
sigo la estela
vocecilla, elevada sin razón,
porque sí me sobra corazón,
soy yo mi murciélago de nácar,
vuelo que giro el infra-sentido terrestre,
y me quedo en vilo,
es glorioso este sino,
haciendo el amor con los sentidos
en el saco desdoblado,
de mi realidad soterrada,
destapo que descubro malvas
del sueño taciturno
que conduce a contemplarte,
bajo el sigilo de mi araña,
y su tela irisada,
en extasía de espejos carcomidos
sin dueño,
que no sea sinestesia
del cuadro de visión
llamado visión enardecida,
por la que mi ciprés
tiene tacto a caricia desnuda
y mis caléndulas caminan
con sabor a deseos de rubor.
El Castellano
Quiebro en dicha descrita:
Muero por un beso
aquel sembrado dirá que vivo
vivo por un querer
cruel del destino
condena de una pasión
que creó tu pestañeo
al dejarme ver
tu cielo encerrado
ese que liberado
jamás me abandonará,
fijamente tres minutos,
y morí con tu pestañeo.
Demostró que fui y soy
importante para ti
y que a pesar y muy
a mi pesar de los problemas
problema no es mi apellido,
seguí en tu mirada atrapado
hasta que la aguja
de aquel reloj de pulso
se paró al pasar ciento ochenta segundos
mi cambio de vida
cuando consumí
medio giro al decir
siempre te amaré.
De este resquicio vivo
yo traigo la flor,
en competencia
de ilusión que marcó
esta hoguera sin pena,
eres tú soy yo,
flamígera condena,
por el párpado del cielo,
por mi astro soslayado,
que yo sólo encuentro cielo
en tu mirar encandilado,
soy un muerto con vida
si no te tengo,
y este firmamento
se me cierra seco,
muchas cosas erróneas
en mi vida
que no hay tiempo para la sombra,
no hay tiempo para tristeza,
ni para la vida quieta,
porque todo resume
en buscarte a ti
mi vida completa,
si este corazón es un tiesto,
quiere y te quiere a tu persona,
enraizada, plena,
resplandeciente,
como el brillo,
como el halo,
de tu limpia, dura
sonrisa de perlas
en océano de resurrección
mi ababol amapola
descubierta en dicha,
mía, mía sin despedida.
El Castellano
Solariega atarraya:
Verdades, verdades floridas
sólo para ser feliz,
es un surco, engalanado
este forraje vertido,
quieto, bravo
al desdén que marcó
su mirada en mi sien,
por este horizonte
me alzo con cazamariposas,
al azar de capturar sueños
que derraman sentires rizados,
cromados al tacto,
lancé mi atarraya
al río de mi alma
y no para capturar cangrejos,
sólo para sentir que mi alma
porta versos que nadan
en serena compostura encumbrada,
si no nací ayer nazco hoy
de esta tela,
un destino, besar su entraña,
alborada,
vestida de valles dulces
que hacen gestas dolientes
y su escarcha enamorada
que porta su sangre,
soy su leopardo
soy su cielo ausente
por el que fijo y clavo sueños
jamás corrientes,
mi ser es lluvia
soy cómo un ruego
de la montaña,
quiero ser yo
su aliento de fuego,
el idioma de una piedra,
su fiel compostura despierta
porque si me visto de cordero
solo soy su lobo
para lamer más que su cuerpo,
y brotarme dentro,
era o no era
fue continente de la belleza,
lágrimas de mis Dioses despiertos
porque ella es mi compañera
hasta fijar esta sangre
en fila en orden
para sentir la vida
y su sediento horizonte,
soy de ella como la lluvia
a mis plantas
vistiendo a este señor destino
de traje,
acompañando esta araña
que teje mis sentires por ella
mi ruptura de mi sino,
porque ella es mi camino.
El Castellano
Cercenada razón:
Ilusoria, despierta, vespertina,
trepando lúgubre escala,
iris destartalado, ansiado
cubierto de cromáticos azares,
por un metal afilado va venciendo
a este brillo irisado vestido
de crueles destellos,
raspados destellos
de todo lo que dejó de ser,
reflejos sin nombre
ilusiones de este alambre,
rizado con hilos que gotean sangre,
despierta mi pesadilla
queda asomar la dicha
y mostrar esta araña,
fulgor desnudo al fragor
de transparentes cristales
que enamoran los hielos
que febrero siembra abiertos,
si estoy despierto se equivocan,
nazco que traigo
un cesto lleno de sueños,
se derrite mi estampa
quieta colgada del árbol
donde hago peticiones,
y que este forraje
se desprenda de mi humor,
no me desalienta,
he crecido para brotar
más duro y recio
que el esparto del monte,
traigo mortandad de idea,
en letra extasiada
al filo de verticales escarpias,
soy yo encargado de esta acequia,
que ni el más osado
pedirá que se calle,
alzo su valía
en desgranada espiga
que rompe mi silencio seco,
si no soy gente lo demuestro,
enseño a mi tinta
a no pertenecer
a este mundo de yertos,
mejor que qué cosa
mejor que la opaca suma
de alientos que se creen
tener originalidad,
de su umbral
prendo a cerilla
todo sembrado a diario
de vacía voz,
yo repleto no soy yo,
soy su extasía floreciente
de imagen y su prima
clavada en alfiler sin cabeza,
como un grito de letra,
y mordisco de fiera,
que deslicen décadas
que seguiré siendo yo mismo
entre grietas, entre esferas
quebradas y su olor
a flores desnudas,
que yo sé lo que hago
si no ni lo haría,
noche corría marcha atrás
esperaré su madrugada
soy taciturno con huerto de luna,
y siembro un quién contra mí,
estoy brotando,
no hay miedo yo soy el miedo,
fiera de esta hoguera,
llamada esperanza,
tengo una llave
y no soy cerrajero,
abro este corazón
y despierto su dragón,
hasta acabar de una tajada
con mi sana razón.
El Castellano
Arácnida:
Había sentido
Bravura repleta
no tengo ojos
tengo lágrimas de cristal
al iris en belleza consumada
nadie te alza
tomas tu lugar merecido
jamás colmada
siempre rebosada
de lo bello a lo mejor
sembrado ojo por este ojo
me late me arde una simiente
para el campo de tu alma
vida yo vida no tengo
si no se dirige en mirada
a mi letanía certera suscitada
desde el 2008
jamás en súplica mecida
por este arrojo
en mi pecho sembrado,
viva y descubierta en este tajo
repleto de lo bello a lo bonito
de su interior decretado,
yo hombre de sangre
siembro este sortilegio
de espadas por si llego
a su alma
y liberar libro sus ataduras,
por soñar soñó la primavera
que mis flores eran de ella
yo reviento y exclamo
que son de argenta bella
mi maestra en furor de espigas
nacida
solo tengo un corazón
y es suyo mi dama,
dama blanca
doncella escarchada
de esta vida a esta mi viña,
yo dulce muero despacio
por llenarla de esta dicha,
seguiré en pie porque ella
sigue viva enraizada en este latir
para yo con amplia voz decir
sin ella no hay vida ella es mi vida,
El Castellano
Solar entre clavos:
Iris deslizado
entre grises hastíos
que me hacen hombre,
hombre en fin
de tijeras y clavos
iridiscentes,
no cambio mi estampa,
entre verdes fulgores
a todo lo que crepita
sin nombre,
agujereada tela
estos años dulces de cuervo,
con ineptitud de sangre,
forrajes me tiñen la vista
enferma,
para no saber quien ser,
solamente ser
un crujido
de mi parca mecedora,
que lenta acampa y cabalga
flores de tiempo en mi espalda,
es una noche que grita
que se acabó la luz,
obscura tiniebla
del compás marcado
entre mi coraje y mi blanca piel,
como un párpado desnudo,
y una alimaña de verbo despierto,
quise conocer a mi descendido
aliento entre nubes de plomo,
mi diestro zigzag
mostraba sus pestañas somnolientas,
con el ardor de mil fuentes,
cabalgo esta hendidura
abotonando mi deseo
con solapa y tapa dura,
gentes que ya destierro
y no cabalgan mi idea,
venzo mi granate iluso,
otra despedida
que clavar sin elevada desquicia,
rosácea calma nacida,
entre un tejer de arañas,
vendrá a mí la dulce quimera
enardecida,
que viva
hará caricia
a todas las albas
de mis letras despiertas.
El Castellano
Soliviar barroco:
Próvida estampa
que corre, aletea mi profuso alivio
que juega mi mal,
huida de quienes no me conocen
porque nunca me conocerán,
algo que ni yo mismo hago empeño
puesto que tomo lo que no me dan
con mi esfuerzo,
y no deseo lo que no tengo
porque me enseñaron
a amar lo que tengo
por eso no tengo más
que mi silencio,
porque de amar algo
lo acabas perdiendo,
la mujer que siga siendo mujer
para completar a este animal
que me tejieron,
cavo en mi jardín una fosa
para envolver con oro fino mis escritos,
por si un día despiertan
y me llaman papá,
les dejé una receta de cocina
junto a ellos:
Hacer una hoguera
y meter en una maceta envidia,
hipocresía, odio en mundanal caricia,
mal ojo de deseo,
mentiras, juicios malsanos
y dejar la maceta en el fuego
999 segundos,
con eso estarán alimentados
el resto de siglos que me quedan.
Mundanal zozobra que acuso,
acabaré pagando su recibo
en sangre,
todo lo lejano
como un soliviar de mentir más agudo
buscando vencer a la aguda aguja
decretada en espacio,
hoy seguiré mi curso sin mi nombre
por si consigo empalar a mi etiqueta
que brilla y reluce más gorda que yo
que ya parezco medio espectro de mi silencio,
un réquiem se blande entre mis huesos
que ya no crujen,
están plenos, hinchados porque saben
que durarán más que yo.
Y yo duraré nueve vidas de gato de arena,
por ser lo que soy
un rival de mí mismo,
llego a mi abismo.
El Castellano
Camino de escarcha:
Mantenme en destilación,
es este un real camino,
un abejorro que vive lejos
y posa siempre en las flores,
como quietudes de las estaciones,
resquicios de real amante
de sus estambres,
abierta mi blanca estación,
y su escarcha que inverna,
verdadero amor a tu flor,
camino los lindes del verso
por si acaso descubro
su polen ese que dejan tus ojos,
caminos de grava,
rajada caricia de helada vida,
entra en mi granero del sueño,
entre este manto
de lo que se alza sin dueño.
Corre mi amor
por veredas de torcaces,
y perdigones entre espartos
del monte.
agrieta el linde a mi paso,
necesito acompañarlo de tus pasos,
en religiosa procesión
de anhelos clavados,
en este baldío
se riza mi sino,
en compañía de la espiga,
que siembra mi guadaña,
respiro la jara,
y se abre la añoranza
entre espinos clavados sin ala,
tiembla este granate de sangre,
rezando a este Sol de invierno,
me dé el fulgor de estrellas,
risueña mi dama
trenzando sus cabellos,
entre esta solitud
que ya nunca nos separa.
El Castellano
Ramblas de sueño:
Resumo que venzo
agravios y destellos flamígeros.
Hago diestro empeño
en esta casa de arañas
Por la grieta del álamo blanco,
arañas grises me cuentan
de la estación perdida
entre hilos y retales
del hambre.
Escribo a este reposo
que hace el amor
con las heridas del chopo,
grieta acicalada
por entre notas
del viento y su calma,
sueños temblorosos
crepita su carne de madera,
al calor que retuerce
el astro verdadero.
La tierra deja cicatrices heladas,
se yergue la caléndula
en complacencia de espíritus
de carne de arena.
Es mi torre una estatua bella,
fulgores rizados entre blancas sienes,
con el sigilo de carcoma
vendo mi ayer que se desploma,
Agujerea, crepita, chirría
mi yunque despierto
clavando este pertinaz dolor,
que si lo sacara cantara de un amor
entre venas.
Parto el cristal de mi suerte
por si afilo mi destino,
mi existencia queda en invierno
alamán del nervio
ese que pasa la puerta
del negro lirio,
mi alma partiendo almendras,
desde mi sol dibujado
a esta luna de azúcar,
Soy reflejo de mi sombra
un esmero de la tinta,
si mi vida fuera papel
No habría tinta
para escribir
lo fuerte
que late sin balde ,
al suelo de la encina
abre sus fauces
la hormiga león,
tiempo burlado por cortezas
vivas, desprendida
mi soledad, vuelve
el oscuro, tenue soldado
alado, este suplicio abotonado.
El Castellano
Registro soterrado:
Resopla, para y se piensa,
por pensarse
nació una lombriz azulada,
buscaba su escondrijo húmedo
de la idea,
se aleteaba
como gusano floreciente
haciendo alarde,
él sentado en el trigo
de su verso
no se vio la espalda
llena de abejas
de pensamientos típicos
de su vida parada,
como reposo de barcas.
El puerto rancheaba
oscuros rayos,
era el letargo de su espera
cabalgada su vergüenza
no más románticos cigarros
todos se tornaban
en el uno idéntico
llamado vicio,
el alacrán de su mente
corría feliz o eso creía,
sin tener nadie que lo pisara,
surcos se abrían
en el barbecho soñado
de su dama
que ya era imagen de hoguera,
yerma vida la estampa
que colgaba del poste,
un señero quieto se afilaba
con el viento.
Beba sus penas
en taza de café a temperatura
de la helada que rondaba
lo bonito detenido,
eche el anzuelo en el lago realidad
por si muerde la quimera
Diosa enajenada virtud de virtudes,
arrastré mi pan de celiaco
por su cara y mordí su boca
con suavidad sin dientes,
quería navegar su lengua
otra noche tiznada
de reposos dementes,
cogí las riendas de mi azar
desbocado, rumbo a sus piernas,
amaneció la dicha de estar acompañado,
al último suplicio del espectro engalanado,
gira mi cabeza
que sale un estornino de mi barba,
era este un acre de calaveras
que vestir,
estaba la sonrisa
de todos los tonos sentimentales
de la cara larga,
avanza que da vida
mi escolopendra patidifusa
del millón de espantos,
era un patio de orugas
el caminado por mi salvaje esperpento
difuminado,
un rincón donde clavar la lanza
que nunca sonríe,
caminan dentro, caminan fuera,
más patas que ojos,
sentido inerte de la fiera
por tornar polilla,
y sus pavimentos de la estrella
acolchada de ella
mi almohada.
El Castellano
Cauce en flor:
Inconcluso azar
flor de azahares
en estos cauces
de venas hirientes
parco compás silente,
estalactitas de este amor
fulgente, evanescente,
con surco de mi sangre
caliente.
Su hechizo de piel
que me abruma la hiel.
Colorines me silban
su quietud,
colorada, furtiva
en la pulcritud
de sus mejillas
al alba de mis deseos
nacidas.
Enajenada mi estrella
queda sembrar el cielo
con margaritas,
y vestir el astro de traje
para nuestro encuentro
que viene y avanza
mi adentro
queriendo y siendo
el primero.
Un flamígero capítulo
de mi sanguínea vida
al fragor de simientes
que germinan
nuestro ensortijado cauce
de nuestro albor,
engalanado
en un molinillo diente de león.
El Castellano
Brillante oscuridad:
Despedía el día
la porfía de una melodía
una balada por Belcebú,
el pasillo se abría
cruzaba las calles heladas
de enero y su cuero,
danzaban las sombras
entre el descampado
donde las casas eran malas yerbas,
malas por qué
acaso lo bueno es el humo
de un coche,
cuando ellas en primavera,
arrastran las penas
con su fragancia
a mujeres desnudas,
miro dentro de mí
pregunto por qué todo
torna azabache,
habitan cuervos mis ojos,
ya no hay precipicios
en mi mente,
que se dibuja de ladrillo,
miro al cielo
que todo parece una cueva,
acaso ya bajas,
sigue tu curso de Dios personal,
que te seguirá cómodo,
el bajo cero ciñe su lustre,
mi sentimiento afligido
hoy canta con mis dolores,
con rezos fugaces
alargando la noche
teñida en el ojo de mi despierto,
porque me cansa
esta febril, verde, emplomada
mosca impuesta medicamentosa,
hombre en el acre oscuro
por encontrar mi decencia,
estoy colgando del párpado
de la quietud noctámbula,
yo no estoy escribiendo,
soy un vuelo
sí de murciélago,
vendo mis mañanas
por un ayer construido a su lado.
Es como el hueso
de un poema imaginario.
El Castellano
Azar sin venas:
Fiel reflejo estridente,
los cuadros de tu vida
danzan entre las baldosas,
entre acorchados pasos
todo va quedando atrás.
Un ocaso florecido
de espadas en sigilo,
tiempos huecos
en lúgubre caricia.
Acaso la luna es luna
o alguien despierta
y la pinta.
Cerrojillos en destierro
de este silo de oscuridad,
avanza que imanta
el día y su prisa
por alzar su despedida,
gritos secos se mueven
tras el ventanal,
sangre que coagula
entre compases
de malas yerbas
de mi patio.
Es un mirlo negro
que me visita
siempre vestido igual
estrujé las vidas
del gato de arena que soy.
Suicidios de cardos
corren el patio
se riza durmiendo
mi gato negro.
La soledad me ama
más que a su estampa
vuela y reposa
mi fiel añoranza,
reverdecer mi ilusión,
socavar con sucesos,
así como besos
de este azar
que no siempre
se pinta negro.
Acuchillar esta realidad
con mi suerte de seguir vivo
para tomar con mi esfuerzo
lo que no me dan.
El Castellano
Campo de espigas:
Miro mi soledad
desde el otro lado
donde las sombras nacen
y crujen en las paredes,
caminillos del pececillo
de plata, acurrucada
mi sien
abre los lindes
del sueño retirado.
Es un desfile
la luz del astro
intransigente
sabe que no tiene
mejor en su empeño,
se riza mi idea
sabiéndome cuervo,
adentro el nueve
y el tres sacude.
Vive este caracol
con casa de espejos
habito el espejo
estoy escribiendo en él,
que un día
las imágenes harán
dulce sinfonía,
los sonidos serán
colores derretidos.
Mi casa será una hoguera
mi luz será invencible.
Seré yo el encargado
de cabalgar los tiempos,
el olvido dejará
sus cerrojillos
entre un manto
de abrojos lucidos.
Las hojas llorarán
baladas estridentes,
mi letra rozará
la perfección
de las décadas
florecientes.
Siente el poder
del cuadro
de la oscuridad .
Afílame el cuchillo
hiriente,
tejidas las arañas
de mi carne,
atraviesa esta grieta
de la realidad
que no llora flores,
sólo lleva en tules
almas y su ciego campo
de espigas.
El Castellano
Piel labrada:
Surco de noche
ya se retira
sonando el día
y sus rosas heladas
de invierno,
iris matutino
clamado
en este fiel olivo,
surca mi sangre
entre verticales filos,
mi gris vencido del alba
serena, más desnuda
que la transparencia
que el azul afila.
Se clava este verde
militar de ciprés
como cuchillo enervado,
y su canto
en estos sigilos de chopo,
cargo mi revolver
naciente del verso
por un sol de plumas
cae fusilado el aliento,
algo que clavar
al firmamento
héroe del norte
de mi silencio.
Fantasmas
del imperio perdido
su bandera del tiempo
dormido.
Fúlgidos nervios
cabalgan los acres
de esta trinchera
donde mantengo alerta.
Jauría de sienes hendidas,
con fauces somnolientas
quise ser siempre
con esta mente,
profundicé el idioma
de la flor,
hablé con la tierra,
aún guarda mis abrojos
sembrados.
Entre brotes verdes,
impacientados,
aguardan el bravo
crepitar de la tormenta,
y sus besos azules.
Ahonda esta vida
silos del demonio,
simientes oscuras
de malas yerbas.
En este campo yermo
crece mi ilusión
que no me siembren
el dolor,
seré como la flor
soñaré con las piedras,
reiré con abejas,
jugaré con el viento
como la vida grita.
Ahora que la mañana
consume los suspiros
ahogados,
ahora que el cielo
luce sus corceles dorados.
Es por esta pizarra
que me habla el río
me habla qué más
que ser agua.
Deslices anudados
entre corajes florecientes.
El Castellano
Guardado en un cajón:
A veces me rompo
a veces soy grieta
de estas paredes heladas
de corazón.
Seguro para escalar
mi vida una vez más.
Quieto en las aguas
que suena mi pasado
miradas atrás
hoy soy nuevo.
Se puede escuchar
el crepitar de este hielo,
el sonido palpita,
congelado un brillo,
de humo descorchado.
Garras de esta vida
en el filo de su destino
enmascarado,
y su camino de azul caricia,
me aguardo del fuego
soy destello de hielo
me derrito por una flor
que habita los campos
porque sus semillas
las ponen los Dioses.
Enraíza a fuego
este corazón.
El día mío ya suena
y la sombra se retira
a donde puede jugar.
La mentira queda lejana
espero el tiempo
para derretir mi alma
en sus brazos,
y encontrar fieles
testimonios olvidados
de edad desplomada,
su nueva visión caída
tiempos cambian,
en esta fosa de palabras
rescato afecto alumbrado,
resquebraja
la palabra amor.
Sólo soy unos ojos
con funciones vitales
esperando el encuentro
y tener carne.
Hasta abandonar
el espejismo doblado
en profusa imagen
de lo que anhelo
encontrar.
Se consume mi cigarro,
en este grado bajo cero
de libreta.
Habita una estrella
la mirada,
una babosa
su lengua dorada,
con su luz que arrastra.
A la floresta ausente
destapada,
el reposo de la vida
bajo invierno.
En el que vuela
mi demonio arte.
Mi corazón que late
encerrado en un cajón,
llorando flores
por todo aquello
que no muere
es este río frío,
desborda las letras
rompiendo sus cadenas,
amando libre
desnaciendo mis colores
por amor al arte
hasta la muerte.
El Castellano
Fulgurado sino:
Era un día que se podía rezar
a la estrella mayor,
como si una babosa metálica
se tratara,
busco en este astro una razón
abro a su luz mi creación,
que me cuente
de sus paticas que recorren
los campos tiñendo de ocre,
de su insípida lengua
que me recorre,
un hogar lejano donde descansar,
una novena puerta a transmigrar,
creeme de nuevo si te digo
que soy tu hijo adoptivo,
nacido de estas cuchillas de trillar,
un verbo un suplicio despierto,
cruzo la era solariega
buscando quien yo era,
miro al muro sí ese que dibuja mi mente,
miro a la montaña,
recuerdo que yo soy la montaña,
navego este mar de grama
de esparto y tomillo, tiznada la jara,
sí vivo en Guadalajara,
como cuervo adoptado de Castilla,
avanza mi meseteño aliento,
aúlla que aúllo cual lobo de hierro,
una noche sin despedida de invierno,
avanzo a la llamada de mi averno,
está ardiendo en el cielo,
mi musa belleza,
hasta que se materialice
en mi única florecilla,
llevo mi canasta de melocotones
a ella mi gitana,
arrojo dulce abrojo
la quiero en rojo
a veces en blanco como prima
de la pureza,
sí esa que endereza,
hoy es un día teñido de espadas,
baja mi azul despertando a mi araña,
que hilvano y me hilvana
cual maraña de sábana de su tela,
no nadie entiende
por qué cruzo la espera
fumando el cigarro del minuto sujeto,
mis ojos ardiendo el juego
de su fuego de mujer,
ciegos pálpitos
crujen su negra pupila,
yo no estoy despierto
ella tiene de ausente su presencia,
cuervo soy esperaré su noche
noche negra alza tu sombra lúgubre,
yo cabalgaré tu sien saltando
tus oscuras fauces,
hoy lanzo tu tenue honda,
afilo este cuchillo a ver si canta
junto a mi iris vespertino
su crimen de pasión y de flores,
hasta que se duerman
los campos conmigo.
El Castellano
Vuelta al inicio:
Es del tiempo
la incombustible hoguera
consume la tierra
en perfecta esfera
se alza un maullido
desertor.
Gatos que suenan
como alambres
en casas sin teja
ni tejado.
Soñé un día
su contorno
su silueta
me arrebató
el sueño
diciéndome
y corroborando
su espejismo.
Sol oscuro
en días claros,
humedece mi piel
una áspera lija,
soy de madera
de ciprés.
Soy hijo del Sol
de hierro
y de la luna de acero.
Soy yo el encargado
de partir el viento,
yo que abrí
mi destino en dos mitades,
una para sacrificar
en ofrenda
si se cumplen mis deseos.
Soy de la tierra
una espiga.
Hijo del Sol de invierno,
ardiendo en hoguera,
del cielo
su quimera despierta.
Oye mi respiro
me tiene miedo la fiera.
De este panal
de mundo no soy larva,
soy abejorro mayor
sin reina,
hago énfasis
de esta siembra.
De la tierra
soy flameante espada,
torbellino de este mar
angosto.
Espuma de estas caricias
al alba,
crepita sobre una araña
este fulgor,
Torbellino señor
de rosas sin sangre
y sin cortar.
Como cruel indulto
a la belleza
por encumbrar.
De hojas y espinas nació
este tallo
que ama de verdad.
Que muere en el suplicio
de su despierto tormento
dulce, ensangrentado,
envuelto nacarado.
El Castellano
Sigilo de sobriedad:
Fauces amarillas. El humo de su tabaco seco, cuelga de su blanca sien. Bocas de agudos filos, nada por todo. Tomaba su café de grano recién molido como si goteara del árbol del insomnio. Era un hombre chapado de años. Dormía cuando tenía sueño. Comía cuando tenía hambre. Amaba más a las flores de su jardín que a las personas. La amargura no conocía si no se hubiese casado con ella. Su bigote recto comía por él. Era apuesto, pero le asustaba mirarse al espejo y contemplar que el tiempo podía más. Su diálogo era más parco que una tabla agarrada bajo yunque. No amaba el dinero y sólo lo empleaba en gastarlo para necesidades básicas. Hablaba con sus flores y lo extraño era que le respondían dentro de su cabeza, consecuencia de la soledad avanzada. Seguía la ley del ojo por ojo si le daban amor. Devolvía lo mismo, pero en cuanto al odio, éste, le temía. Gustaba sentarse en su mecedora en el jardín y acercar comida a córvidos negros como azabache y observarles . Era un hombre pleno y hacía honor a su vida, amando lo sencillo, cogiendo su armonía en la mano que sostenía su cigarrillo y que blanqueaba ya su bigote. Con la paz en su soledad, feliz de contentarse en su memoria de cuántos conoció, cambiaba luz en su medianía exacerbada. Afilaba tostadas en miel rebosadas, en su desayuno. Sabía estirar el tiempo como si no existiese. Su simpatía de ignorantes era apreciada por todos los que le medían.
Una mañana, en que regaba su patio como si la sed fuera suya, al acercarse al tupido seto, escuchó unos maullidos leves, estridentes y que venían de una camada de gatitos, arañando ,aún en ceguera precoz, en busca de su madre. Su alma de viejo aguerrido se enterneció. Miró a los recién nacidos y sin dudar, sin tener agresividad de la gata madre, se acercó a tomar a uno de ellos, él único de color negro y se hizo el propósito de adoptarlo con todo lo que ello implicaba. Sus hermanos eran blancos, moteados y en manchas negras. El gato negro elegido, resultó ser el más inteligente que muchas personas que conocía. Lo llamó Blackie.
Blackie se quedaba pegado al cristal de la ventana, gruñendo, deseando lanzarse a por los cuervitos que su dueño alimentaba.
El Castellano
Sangre de musgo:
Trae este viento
memorias perdidas
del tiempo olvidado.
Trae sangre de los Dioses,
en muérdagos lucientes,
sangre en flor del musgo
por vivas piedras tejen,
espíritus en árboles mecen,
traigo estas vidas
traigo grietas en mi destino,
mi bravura que muerde el suelo,
desenterrando su falcata,
sin oxidar que es mi espíritu
para luchar,
voz que me hiende la entraña,
al trueno es ella que silba,
de sus lamentos
vueltos testimonio
de lo que se convierte
la materia,
y su resurgir de tierra,
me avanzan los montes,
me beben los ríos,
para gritar este latido,
que no morirá ni estando muerto,
tiempos perdidos
llevo en una mano
en otra golpea
la voz de mi poesía,
y sus negras nubes de tormenta,
blandiendo su hacha de guerra,
bruma de su gris naciente,
ojos de la noche,
que sigue este lobo de hierro,
gritos en la espesura alimañas
se afilan la entraña,
fuego traigo que yo no deseo,
y fui a la bella fuente,
donde se bañan las almas,
carroña salvaje será mi enemigo,
y sus carnes cantarán con mi espada,
este sol me engendró de hijo,
estoy hecho de tierra y luz,
que mire la carne
que miren ojos que quieren mirar,
el armamento de este temporal,
lucharé por todo aquello
que amaré,
lo que amo será mi guía,
para nunca caer,
deshojaré las ramas de mi tiempo,
y en este cabalgar nocturno,
la novena estrella arroparé,
el tiempo conmigo volverá a nacer,
si es que no lo hizo ya,
mi cuerpo es la forja
dentro llevo la espada,
al tibio resplandor
sigue en pie mi batalla.
El Castellano
Vida de hielo ardiente:
Horizonte de la caída de este solferro
a reinar como una falcata de rayos afilados,
hondos ojos fijos en solariega planicie,
donde frías juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo de la vida que se fue a dormir,
como un río de luz brotaba la escarcha,
un diciembre tardío saludaba
con sus manos heladas,
acariciando estos campos redondos
de cardos y caléndulas silvestres,
era un día de hacer manteca,
a mí el frío me hacía sentir vivo,
en este soliviar traigo mi espada,
pongo a sentir la tierra a mis versos,
que con cepillos de grama joven
se blanquea mi calzado,
viajo en mi mente
por el cuchillo calizo de la piedra
del caserón terrazgo abandonado
que posee mi padre,
rodeado por el fervor de pinos de monte,
donde próximas hacían nido las atochas,
a perdigones que son de la tierra
como la montaña a su roca,
cosas talladas puras como amaneceres
pulidos sin grises hojas,
ola rota mecen mis pasos
de un mar olvidado del que cepas anclan
sueños de vida,
del terreno en el que grillos esperan
el frío en sus agujeros
y su despertar para morir al acoplarse
a la melodía que teje la vida.
Avanzo en este campo de víboras
para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,
como mis pasos gorjean las carrascas,
todo mi mundo reverdece
para mí siempre es primavera,
y mi bravura llora flores por mis venas,
hasta tener del cielo
la malva del alba
hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,
me nacieron simientes silbadas,
y mis ojos enraizaron el campo.
El Castellano
Trilla mi idea:
Canta mi cuclillo canta,
picotea en mi cabeza,
entra al silo de mi idea,
donde telarañas
coagulan mis pensamientos,
abre esta puerta hacia mi oscuridad,
allí donde negros ratones
cobijan con fijos ojos
mi sueño sin desempolvar,
me conduje por escalas
donde colgaban brillantes ojos
sin pestañear,
arriba donde se acumulaban los sacos,
un murciélago despertaba,
era como una sombra que flotaba
entre llenos agujeros de aire,
sombra con alas,
la guadaña estaba recta
pareciera que me esperara,
la trilla afilada,
era nueva de esta primavera
el grano no vio su oficio,
respirad este olor a trigo muerto,
habitantes de mi silo,
hasta la araña teje con tesón
su geométrica hambre,
pardas motas salpican las paredes
por las que corre pegada la salamanquesa,
grietas vivas por este frío infernal,
arriba la sangre parecía evaporarse,
sólo quedaba yo
y esa sombra colgada del techo.
El Castellano
Carmesí inefable:
Turbado yaga mi espíritu,
sin voz yace mi gran momento,
puridad en crisálida perpetua,
oh, lacónica eternidad,
no te temo ya
ni tu crisol de hálito
me vence en inmortal secuela,
recto ganaré a la luz,
por su ceniza coronada,
cantaré hasta el etéreo vuelo,
me trasplantará el viento obscuro,
metálico azar,
erigiré un árbol de brea,
en mitad del todopoderoso silencio,
mi flor no sucumbirá,
ni mi verso armado
será litigio de crin en ascua.
Filial prestancia,
que nadie trepa mi solo nombre,
por cantos obtuso,
en sangre
suceden labriegos
fecundos.
Terrazgo de mi amor atado,
canto a mis generales,
despejen el camino,
y entre férreos cipreses
me avalen.
Tanta herida precedida,
tanta voz que muere,
sin soto de almíbar,
pena que no muere,
son este de mi bronce en ala
de un repecho carmesí,
soledad,
mi gloria tan fuerte.
Azucena helada de mi tarde,
resuena en ti
un azar indeleble
para indicar sin sonido,
que tengo corazón y cielo
atrapados en un solo verso.
Olvido sin espejo,
mantuvo suerte segura;
luz sin día ni ojos
fue perfidia en otro astro,
azul, paz,
cuchillo que mi vida hiendes,
a cercenar toda oscura alegría.
Förüq Castellano
Severidad enfilada:
Destino desvencijo.
Como un borbotón de sangre.
Suspiro rápido y hondo,
entraña amilano,
todo me lleva
sin redil ni correa;
a verme en el ojo de tu espíritu,
sí, resquicio parco, opaco, en tu voz,
en un patio de trincheras
y entes esferas, al crisol
de valles y venas,
en el recital jamás yerto de tu verso,
cauce perdido descubierto
entre sótano de luz injerto,
en la pupila del lugar mágico,
riera en rambla
donde crece mi amapola
de pecho abierto,
tu vida la saboreo despacio,
entre regio y mi coraje en flor
de nuevo cierzo;
tu sangre sabe bien,
alma invernada buscando
horizonte en mente concisa
y como no llega a destaparse
eterna dormida avanzo su esquela.
La veo en mis sueños,
resquicios oníricos del ser claveteado,
de vidas mías lejanas al tranvía etéreo.
¿Cómo no hay?
No hay nada que negar
nada que perseguir
que todo arte nace del sentido inerte inaudible,
en manos del destino me encuentro
y me encanta el momento
de verme en el ojo de tu silencio
recordando mi universo de astringente azur sarnoso,
tu voz, amada luz en mitad el reino tenebroso
donde allí sólo canta mi oscuridad.
Alma de fuego encandilada,
estridencia seca, armoniosa,
velo de sigilo
tu suspiro, nada más.
El tiempo es correcto
para la revolución; jamás mil máquinas
podrán hacer una bendita flor,
Densidad recta
en rienda plumosa lamo esta mi pluma estilográfica,
resguardo en Caja de Pandora es mi alma sin espora.
Cinceles celestiales, un soto veleidoso,
donde sembrar el final sin comienzo anunciado,
por esculpir, tu contorno,
con vistas a tu verbo;
divina tez a blancura helada
por deshojar mi fiel recogimiento.
Así me perdí yo
buscando tantos años
el abrigo
de tu amada voz,
haciendo que mi difunta
cobre su vida.
El Castellano
Soliviar llano:
A las aguas de mi memoria
primoroso apelo,
a tener yo un alma como rambla inmensa,
desapagada,
un tiempo sin días de cobijo alado,
rosario suyo por terco no incendio,
sueño en aras de corcel virgen en grandeza develada,
sudario sonrojado,
metal beleño todo olvido,
arrebujo sin mesurar vil posible
que por ella mi cruz y mi condena,
deslizan mi viva aflicción
de amor a propia ascua en la tierra,
sorprendido, letal no pienso,
neblina y fortuna
grandeza, gloria no gastan,
voy por epitafio soslayado,
remembra cautiva mi soledad infecunda,
alejar vida y belleza cuándo,
rosales míos crían ajos
cebollinos y puerros acuso,
tonada de mi sayal remiendo,
en boca de santo astro.
Peregrina de azar inamovible;
en alba de seda,
viste su dicha inmaculada,
insinuante su figura.
Sonora ella de silencios perpetuos,
oro de riveras
y burgalesas conciencias,
sendero atisbo
voy largo su densidad llana
aria agraria,
luminaria bajo luna de signo azabache,
luminaria gitana sólo su mirada,
mi repecho no fulmino,
ni faldeo,
arboleda de mundo monótono,
distinción no apremia,
ni estrella viola
su espuma de ceniza larga,
como lírica paz
se llamó magia.
El Castellano
Canto de luz fecunda:
Imperecedera faz,
en haz luminoso indeleble,
río de tinta terrena,
insubordinada cava mi azada,
sacando olvidos de la piedra,
anisados reflejos que hienden la carne
como el Sol me clava sus espejos en los ojos,
vítreo desliz enarenado,
es un sol bajo tierra,
hierro de vestido del acero infra-humano
que porto,
soñé desvestir mis sueños como sueño de flores
aguardando su fecundidad de nuevas muertes,
perpetuidad a flote,
en sima de raudales,
pila sacra bajo tierra hierro de estrella,
claridad del destierro
en relámpago de veta azabache,
voy sacando penas por olvidos,
azadón saca terrones a cal y canto,
es mi alma quien se destapa
que una vez en la vida se dispara
una soterrada vía sola, pierde el relente.
En manos de silenciosa vívida estampa,
y su desnudo de ángel custodio,
encenderé las novecientas noventa y nueve velas
del averno,
para encontrar lo que me pertenece
y siempre se me negó,
paz sin guerra...
Que va, otro día se venda.
crisol anidado en tus labios de mujer inmutable,
un deshielo y el cielo me trajo de nuevo,
sobre la luz monto mi corcel de viento,
allá donde la tierra es éter incoloro,
y la suerte es de metal,
de los árboles al bosque
de la sombra carne y cuerpo
de chirrío estacional,
y sus muros de venas
gira mi peonza,
trompo vivísimo,
de aurora incipiente,
montaña o preludio,
el gris se extingue,
luminosa mi trinchera erguida,
con desnudo bronce,
que no es más duro que yo.
Förüq el Castellano a 17-04-2019
Remanso y su era:
Avanza manso
un hontanal
de gramas frescas,
deshilacha al durmiente hombre,
se retira mece y avanza
su calvero expuesto
de su semblanza,
una dama cual blanca cierva
bebía, bebía del vientre
que emana la fuente,
plañía un ababol solitario
del camino, que la rambla sigue,
fiel, duro testimonio sacude
su cuchillo calizo,
huye, huye el tábano por el monte
buscando algún depósito de sangre,
el brezo se apoderó limpio
de un raspado testimonio
la tierra devora lo que es de ella
para ser mi sangre
su eterna ofrenda,
por descampados fugaces
corría mi alma,
como fiel testerazo de hombre,
la espiga rendida,
saludaba a la oliva,
siendo del viento
esta fiel niña
que nunca descubre a quien pasa,
sólo, solo ante ti
me acuerdo de la primavera,
me levanta un sol helado de verano,
para ser mi hoguera
una fuente niña
que desliza, siente, y no consume
mis labios de pradera,
siendo este pasto
mi infinito remanso,
que me habla de la ceniza del fresno,
de la nieve del álamo,
de la sombra de esta abeja,
y su testimonio deja,
entre almendros con sabor a metal,
y encinas sin gorrino,
hoy avanzo el barbecho
para enfrentar mi sino,
a ver si contesta
la brava dama lluvia
que es Dios.
El Castellano
Alborea el otro lado:
Destello que blanquea,
lechoso, estira un seto
en semicírculo,
la retama amarillea
oscuro el agua
de soto sin fondo
en cuchillo en haz de cauce,
compongo el suelo,
con un hueso en mandíbula
pereza coarta la raíz
en mitades que caminan
desencajadas.
Anidaba un cortavientos
la franca entre rendijas
que se ocultaban bajo paja,
decencia que iluminaba el sol,
patio largo del atardecer
lleno de harina.
Escuché a mis heridas
por francos capullos segados,
caídos asisten a ungirse
yazco en una hoja roja,
camino por mi corazón,
exime aliento
una raíz salvaje no sostenida
se deslizaba un rosario
con aflicción del marjal
cubierto por la flor.
Como febril estera
y larvas sujetas
en yunques iluminados por savia;
era mi vida el precio
de estas semillas.
El Castellano
Tañer de hiedra:
Cerro gordo de henchidas horas,
marcha lenta sin subrepticia,
pesadumbre del porvenir
sin hojas ni otoño de vastos
suelos empedernidos,
en este rincón deslizado
un senil canto que abre paso
tras espirales en cuencas de flor,
de floresta blanda,
húmeda donde la maravilla
será villa,
Yunquera llanos fueron
sotos sin perdigones,
pero de fuente
de lo que fue siempre
matiz destellado,
ultrajadas sin abrigo,
en este mausoleo de tiempo
que se pierde sin visiones
vientos sin azares de infelicidad
ni ajuares de inamovible primavera,
donde lo único inamovible
es todo lo que siento por ti,
como un carrusel sin soga,
ni cuerda que atañe,
desde esta urdimbre
anclada, armada, hondonada,
dónde mi manso destello
de esta asolada cuesta abajo
que avanzo
por la vera
verdes,
un ojo que endoseló,
sin compostura
mi dulce cicuta
secular es mi enredadera,
mi sentir sin espera
su blanca ojera de nácar
de rosas y crispadas espinas
flojas,
absurdo, burdo, doncel
en sandez segura
tapiz sin fusionar
dichas ni agravios
extiendo mi locura
¿Alguien duda de mi campiña?
Con murria
de escurrajas,
cuenta ni azada
sin sostener este descanso
que lo dicho tiende,
todo recuerdo de lo que alma tengo,
y recuerde mi cordura,
que Úbeda tiene monte
y yo blando su horizonte,
sin alarde
hago corral de lluvia.
El Castellano
Sombra desnuda:
Yermo terreno del sueño,
un trillado verso avanza
entre espejos y cristales,
fieles aullidos desvalidos
entre semillas sin iris del mal,
entre corceles del fuego,
entre sonrisas fugaces.
Es todo lo que siento
un canto de piedra,
un río desplomado
mi fiel apostada cordura
que viene por enjutos
ojos hirientes
hasta avanzar los besos
de labios grises
y sus fanales colmenas destapadas,
no quiero repetir estos destellos fugaces
ni herir por mis alambres
tejido mi atrapa-sueños
queda mi parca vida
desnuda con el hastío
que asesino de esta manera,
volando mi dulce murciélago de nácar
entre este amor
de estrella me alzo,
es glorioso este canto,
reducto en lúgubre sigilo
es esta inspiración,
tentación de ángel desertor
de morir,
justo la vida
acabará negándose a finalizar,
soy yo la salud
de la una solitaria de la madrugada,
conquistado el cortejo de la noche,
me cuelgo de mi profanado latido
por estos cordones de hueso
vive y viviré mejor
que mi traje funesto,
limará esta sin razón los ocres
hasta lucirlos verdes brotes,
hasta acabar rendida la caricia
por estos espasmos de cobre,
mi destino teñirá las vivencias
por solares complacientes
y lugares dignos de altos sueños,
esta araña dejará crías
por poemas
en escarchas mutiladas
en este hierro candente
y el incendio de mis hielos,
como dijo el grande
no acabaré de irme,
ni estas solapas fundirán
en tristezas secas,
la sombra será mi mujer,
cambiaré el prisma de ver,
y ahora la luz será
la dama siniestra,
por si un día acabo de irme
solo espero
haber podido contagiar mi locura
que ya es rápida,
desborda sus cauces,
brotando en espinas insomnes
el abrir de las compuertas
a ese abismo sin dueño
donde besan los azules
ese nido de malvas,
que mi ser desprende dominando,
sombras miles en este carruaje vespertino
de mi sangre,
mi río de colores
de almas en sus gotas ferviente,
atado a este sentir,
que late,
que sueña
la carcoma de mi estampa.
El Castellano
Suspiro en tierra:
Flor silvestre a ti te escribo esta lápida de mi latido
tú que me das la paz que yo necesito
haces mecer mi amor en tu floresta
cuando flores de margarita cobijan lo que necesito
mi vida gira en una flor de caléndula
avanza mi vida en un sentido hacia el sol como ellas
se siente abrigado mi pecho
que canta por soledades su te quiero
no más montañas oscuras por escalar
no más súplicas por dibujar
todo se mece en una caricia
todo cuelga del alambre
por ver si te tengo hambre
y tus besos me acompañan
fieles testigos desvelados
de todo lo que fui y soy para ti
así como una cascada que bulle hacia arriba
un cielo encerrado en mi pecho
un canto de tus labios
en verde espiga y girasol
un despertar entre pétalos
un parpadeo que me lleva a verte
un abrazo que me lleva a tenerte
es sólo la vida de la flor
y que la flor solo sea la flor
elevado albor
cuando mis pupilas se llenan de tu amor
solo allí amada mía
reinará la flor
y no solo al muerto dará calor
tu sangre se fundirá en polen carmín
tu vida gritará a mi vida
para encontrarla
florecida de los más bellos versos
sin dolor
sólo cantándote
mi amor.
Oh elevada flor de mi amor
a ti te canto sin dolor
que mi ser es primavera
cuando mis ojos te ven entera
y mi Dios es la lluvia
está cayendo ahora
como el invierno se desvanece
es mi tiempo ahora
los cielos tiño de malva
mi vida reverbera
llegó la hora es primavera
con el trino de los pájaros
se blande mi espíritu
al son del tambor de los grillos,
quieren un templo para mi flor
ojos aceitunados cuentan
de los giros de mi alma
al albor de su corazón
ojos de sus ojos donde me encuentro
en amor, bailando en sus pestañas
alzándola en beso
un continente despierto
un mundo y un océano
un hada y un cuervo
un día de mi vida
por si vuelvo
a la vida al viento le pido
que mi boca conozca su boca
y mis ojos
sean más que abrojos
mi beso sea tempestad
y mis labios fuego encendido
para encontrarla a ella
que mi cuerpo siga su estela
y para mi muerte
que ponga yo amé
y aún en este descanso sigo luchando
porque la volveré a ver y yo con ella
en amor estaré.
Me encuentro trenzando la flor de azabache
sí esa que llora la noche
por encontrarla a ella tan bella
cantan los cuclillos y los nocturnos grillos
se tiñe mi horizonte de jacintos
y yo a mi mujer la hago un nido
de pétalos de caléndula
por si vivo que ella sea mi flor
y al sol cantar nuestro elevado amor
sólo soy yo cantando mi epitafio al hueso de la luna
volviendo azul el alba
para que reine la noche sempiterna
y entonces volver a verla
encendida de traje de estrellas fugaces
es por ella por la que se eriza mi piel y corre mi sangre
mi caudal se llena con su amor
y almendros me acampan en flor
desde el verde trigo al verde olivo se mece mi sino
y es encontrarme con ella en un latido
al viento le pido viento bonito siémbrame en su pálpito
y así con el mío jamás verá un suplicio dormido
ojos de cuarzo corazón de granate
acércate te alcanzo una estrella
para que brille nuestro corazón en esfera
y esta amor no será una noche más por su azabache
brillará un reino para los dos
el cielo se vestirá de los más bellos colores
cuclillos entonarán sus sones
los murciélagos bailarán rasgando sombras
y yo amada margarita en tu flor estaré
pintando con mi sangre este amor de mi hiel
y aliento que juntó a ti no verá su desvanecer
y sí hoy es un día para luchar
por las ilusiones fugaces prometidas
mi piel encendida que con la tuya late
en la más tierna caricia
quedando por dibujar mi subrepticia
esta noche encendida
que dibuja y reina mi vida.
III
Amada te escribo mi piel en piedra
que este latido es más que fugaz de estrella,
viste y desviste mi vida,
el verso coagula mi sangre
hasta ser mineral de piedra cuando muera,
en este corral de rosas crece mi ilusión verdadera,
alzarte, rodearte, elevarte en mis brazos,
ganará a esta noche yerta,
tejida vestida en vilo de espera,
para ser yo el encargado de esta acequia
que riega con tus besos
esta elevada floresta.
Donde Margaritas cantan
que es por ellas que el destino nuestro se acuesta,
vivo para vencer este horizonte estirado,
vivo para vivir en tus besos desgañitados,
para sembrar el curso con mi sombra,
con mi divina fantasma que habla
como tú hablas mi amor,
mi amada,
hoy me raja la noche la entraña
para clavarme todo el polen
de nuestro amor,
nacarado, embestido, dibujado, anhelado, florecido
aliento por aliento,
sangre por venas,
hasta morir en tus piernas,
yo soy mi lápida,
esta primavera que comienza a avanzar,
resumo que coarto este tren
por lares insospechados de tu vida
hasta llegar a una Araucanía lejana,
donde se acuesta el sol con la tierra,
donde las nieves que lloran las montañas
viven renaciendo, bullendo, deslizando
manantiales de hierro y cobre
de su sangre de tierra y fuego de volcán,
viviré hasta que un abejorro siembre mi nombre
en todas las flores de tus campos,
seré dichoso orgulloso,
como soy en esta parca existencia taciturna,
por la que me lloras amor noches sin alba
por tus granates de ojos,
es por mis versos nacientes
que el cielo abandona la tierra,
para vivir siempre, por siempre y para siempre,
en tu sonrisa dulce, nacarada
porque yo nací amada
para ser tu primavera,
tu sonrisa verdadera,
y el hombre que dio su sangre
para luchar por su margarita
hasta tenerla en vena,
nadie puede ni podrá contra nosotros,
el tiempo estirará sus azules pétalos,
solo para decir:
Miguel nació, vivió, conoció
y dijo que su vida
no era vida si no podía entregársela
a ella mi flor
su única mujer de sus amores silvestres.
El Castellano
No tengo amigos ni enemigos,
sólo confío en mi alma y su capacidad,
el que alimenta su espíritu no teme al mundo,
deja que arda este en su materialismo,
en sus falacias que intentan dirigir la espiritualidad
de su ''dios'' personal,
yo encontré mi libertad
me baño en sus fuentes
para ser mejor en cada cosa que hago,
sin lucro ni ambición que no sea ser afilado como espada,
hasta cortar toda sumisión,
nada espero, nada quiero, nada deseo todo lo tengo
dejo que brille mi espíritu,
así es y será hasta el fin del tiempo,
del que coja su azada.
El Castellano
Iris de campo:
Adormidera pulcra entre la retama,
amapola esquiva sangre de la tierra
nacías lejos de la tierra que tú querías;
la fe mudó sus caricias
sobrecogido el triguero espárrago.
Serpeo el camino de Humanes,
el reino florido por tejer,
jacintos de botellitas azules
recuestan gramas del lindero
entre espinos amarillos del olvido
yo hablo con zarzamoras de rivera
del Henares.
Corrihuelas abren nuevos sentidos
bajo sauces y olmos viejos
grajean tordos la vida del endrino,
caracoles que trepan el abismo
de savia recia, dura.
El alacrán pasea la represa
cuando la araña lycosa encuentra presa.
Espartos y retamas
prenden su verdor al monte.
Cardos y cardillos de dama
tiñen blandiendo su horizonte
anual.
Cadillos invaden el yermo,
de hinojos y dispersos plantagos,
boquitas de dragón, perritos
que juegan con el viento.
Un ligero testero acoge raíz
a una flor de Odín
caléndula silvestre
flor de difunto que resiste
entre embistes de tiempo,
y heladas grises.
El Castellano
Si a la sombra canté:
No indagues el azar
que su relente tizna
a ojos indomables.
No luce la flor siempre
ni la casi viva yedra,
juventud y fortuna visten
como sombras huidizas
cual Escita sobrecogido
entre mares y el aquilón;
bebe de la fuente virginal
que la sierpe es honda vigía.
El mar de encinas
nos sobrepasa.
Las olas de tierra
son infranqueables
no vistas de alpaca
tu parda sepultura
los más duros son tierra,
el resto afilada ceniza.
Traspasa tu rienda
sé jinete de caballo muerto.
No dejes caminar a gusanos
cada cual busque y encuentre su lugar.
Por los siglos que llevamos
Nunca es bastante,
por amores dignos, pierde el hombre.
Aboco empeño que desafía
mi dorada, encontrada, mediocridad;
contenta ella sin miseria.
Azota el poderoso viento
mi erguido pino,
mi torre altanera jamás vencida
cae en estrépito para nueva siembra erigirse.
Júpiter dame ásperos inviernos
floreceré tus pies
con dignas rosas del atardecer.
No hay mal perpetuo
despiértame la musa de su sueño,
báilame la llama en vela recta.
Tiende el suspiro en el patio de mi araña.
El Castellano
Carne espectral:
Incauto silencio verde,
ignorando que la rosa
no ha muerto siempre,
antesala sin espera ni consulta
donde muerte pasea,
enorme llama en fondo de frío,
ojo helado fijo en labios ardientes,
enjambre solapado
a mis trescientos treinta y tres vidrios
de alma que gasto.
Hermosa ni roca te parió viva,
deshechas las estelas
queda asirse esplendoroso
al metal que ruge.
Mareas de afrecho
visten savias lloviznas
que avivan su verde intransigente,
ángel lánguido voz revierte
surcos en iris pervierte,
quedaba alto nacido del hierro,
el norte que soñaba el viento
fruncía de aojos la vestida noche
y su cenicienta espectral
de las maravilladas flores de difunto
acrisoladas en soles pudientes
hechos de silencio.
lúgubres hendiduras del sueño
y el vientre escamado
de la lagartija
que yo amé,
y seguiré perdido amando
porque yo existo.
El Castellano
Azares de lluvia:
Avanzo el día sufriendo con la luz,
escribiendo mi cuaderno
encima de una mesa de pino,
simple, ruda,
como ella misma.
Hacia el ocaso del nueve,
la cerviz descansaba sobre el rastrojo,
una carrasca enervaba sus flores de piedra,
era suficiente descansado el recodo,
abría el cielo un llanto
de llovizna asilvestrada de Abril.
Suave se esponjaba la oscura tierra,
la viborilla ahondaba su refugio
bajo la severa piedra,
era un tomillo afilado nuevo
de esta rigurosa primavera,
el solar lucía su verdor
de ángeles cazando lagartijas.
Diestro mi ser dudaba si llamar
al gamusino de escritura,
la cocina de baldosas
invitaba a merodear por algo de cafeína
era redondo el tiempo que alzar clavos
y unir galaxias sobre tejado de aspas,
un día cualquiera;
sin mozas en la vista,
era bastante y no se sujetaba mi pensamiento
de vanidades cualquiera.
Angosto trepaba el tejado de mis densas ilusiones,
atravesar raudales sujetando azabaches del cielo,
estirar la luz y bajar la luna,
era un puñado de estrellas apagadas
y volví a sufrir y endoselar cantando,
un reguero tieso de savia
y el vergel se encendía
clamando la desquicia
de que no duraría la siguiente estación,
sigo las ondas del charco
deslizando en él su solo reflejo,
rambla sin margen repleta
de esta lluvia sin cuartel,
un río me desquita de fluir
como lombriz azulada purpúrea al tacto,
es un recuerdo a mi río Henares
en localidad natal surcada,
un solitario flamígero pensar,
y cambio todos los lugares por ninguno,
que es lo mismo,
cimientos absolutos de oscura tierra,
en tímpanos calizos me sostengo,
como esparto del bronce,
y brezo desnudo sin soslayar herida,
el vals terreno me envuelve
y vuelvo a saltar el pretil gesto de Ostara,
anudando el ombligo de la tarde
con la ojera de la noche.
Förüq El Castellano
Son del ascua:
He venido por los sones sin tiempo,
resuenan todos en lo alto de la torre,
indico fiel muro
que acuartela voz sin muerte ni memoria,
bronce a lo alto,
pureza inmiscuida en áspero esplendor.
Risa sin agua, tiempo con sonido,
eternidad azogaba sin corazón
ni anchas calzas finitas,
el cielo cayendo turbado está.
Voz con muerte oí e hice caso,
penumbra de vendaval obscuro,
hálito perenne de triunfo en luz segura,
mi culebra, mi sola flor, un campo soterraño
armado en cantos, solapado,
viperina falaz un soto
al que me trasplante,
dulce miel de tosca celda,
filial que enmarca,
sangre sin latido del suelo terreno,
raíz de terrestre prestancia,
clavo instante, cabeza abajo
de la vida de este mundo,
tajo recto aguardo,
con la verdad profusa de cuánto he amado,
espiga de tinta bebiendo la luz,
de su ardor erizado,
crisol a raudo, puro odio,
eternidad sin voz,
agreste reverbera,
empapada en substancia.
no tendrá que aullar como los presos,
oh dignidad serena,
cuervos de muerte me caen los ojos,
reloj de alma y alba en despido,
como rubí dentro del zarcillo,
me senté en un junquillo,
y me entregó un zorzal su ovillo,
hiedra de espíritu suplicante
trepando quinto cestillo
mi torre anublada de hondo cielo,
sombras miro, me miran todas,
mi cántaro es como el de Dagda
ni fin ni repleto,
viaje eterno,
al encumbrar todo
de nuevo rocío.
Ababoles me cuentan
que todo se alza y rige
gracias a raíces primas.
Förüq Castellano
Tiempo en floración ruginosa:
Una flor que es flor
en mitad de tu tiempo,
floración que vino de raíz del averno,
escalando al cielo,
pluma en tinta
de servil vid de Ferento,
albor en cernícalo vigía
primo del vilano señor,
mariposa metálica que revuela
desde soto carmesí de tus muslos
desplegando su lengua furtiva por tu dulce
vientre de nieve,
corola de un silencio húmedo,
como si flor en palabra
nunca hubiese sido,
trampa de arañas en serviciales rosas
de la aurora más funesta, clavada la hora.
Curvatura morada de mi verde sueño,
corazón despierto o mudo
de grito sordo en el pecho,
amor de rayo empeño asolado.
venas en azur sobre tierra,
un destierro de la esencia intangible
al beso y ala vaga de sol minúsculo.
Rebelde en tierra resumen edificado,
sin vigilia feroz me despoblaba,
inmaculado fuego,
terrible y compasivo,
tú amapola,
crecida en luna de mi huero camino,
labrador de arduo sendero,
lebrela tú musa de mi gana acaudalada,
pez de hilo es este instinto,
a veces parco, a veces sumiso,
azul lento en flor de viento,
oval de campana tu concavidad en bóveda.
Mariposa negra que poema trae en ala,
gota de luz colmando el astro,
mariposa negra solar,
mariposa de muerte sembrando
orugas de vida nueva,
azur todo espejo,
de un tiempo que ya calla,
y todo frío, termina.
Förüq Castellano
Oda al Sol, musa en armas:
Gran Sol, gran hervor de rayos espadas
día clavado; tu iris sediento sanguinoso
en Vestal iridiscente en flamas a lo alto,
a lo alto brillas como crece el talento
sembrado en nuestro corazón,
rueda de fuego, Lugh en tu gloria,
germino toda dicha padre de mi conocimiento,
oidor, de cuánto arte ha conocido, padre Supremo.
Escúchame mientras te honren este,
el día de mi musa en armas.
El invierno se ha ido, nos dejo atrás,
los campos están verdecidos y cantando en flores
que trae Ostara y su caricia de divina nota
de savia que escala todo terreno, y fríos ya lejanos,
Toda la tierra duerme en tu ausencia.
Incluso en los mas oscuros tiempos
tu luz es el camino
para aquellos que necesitan un faro
de esperanza, de brillo, de sosiego,
relumbrando en la noche.
Tu esposa regentada por madre Luna,
buscando toda tu luz, toda oscuridad empuja,
La primavera está aquí, y días aun mas cálidos vendrán
los campos están desnudos y vestidos de celestial verde de lanzas
y el ganado pastando.
Encendemos estas velas en tu honor,
Regreses la vida de nuevo al mundo.
Mi lira te cante la sola noche que traes flagrante.
OH LUGUS
Solar y poderoso,
sol sobre nosotros, te pedimos
tu regreso al alma incendiada,
en virtud que te amima y habla,
que traigas a nosotros la luz
y el calor de tu vida.
Trae de nuevo la vida de nuevo a la tierra.
Trae de nuevo la luz a la tierra.
y aleja la saeta oscura que te retiembla la calma,
al alba más preciosa,
Maestro encumbrado
del arte que florece
y en nuestras entrañas germinamos,
nosotros los escribas
cabalgamos todo tiempo difunto,
guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.
AWEN!
Diestro compás
en sol mayor,
bruma de idea socarrada.
Flamígero desdén;
congelado en ascuas
de fuego azul.
Horizonte sin prisas
que arrostró
todos los rostros
de abril.
Abre el nuevo fervor de tu luciente.
Y su solitario azar de relámpagos
de tu azur hermoseando,
enclaustrado.
Vírgenes encinas, y almendro de soto,
entre un nogal
dependiente de su sombra.
Al verdor de inusitados pinos,
me caracolea
la fronda del monte. Musario cerro desnudo,
Espino amarillo de mi dossier,
Caléndulas solariegas
que amarillean su silvestre ralea,
esposa complaciente de Sol naciendo.
Brilla esta infamia
de campo abierto.
A esta última lagartija
lanzo un baquio seguro,
sin disfraz ni apellido perenne.
Mudez última
de sangrada amapola.
Sanguínea tormenta
de dureza blanda
con agua de mi terco aljibe
obtuso en litigio de iris vespertino,
y su sangre que baila
el suelo terreno,
que en culto a ti Lugh yo beso.
Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra.
Hijo y sirviente de Candavmis dios del Trueno.
Förüq
Reflexión:
Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,
es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,
y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,
en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.
El Castellano 29-04-2019
Sol ferro a tu gloria, compilación:
Voy por tus desangeladas, profusas luces.
Hierro que me tiembla la osadía,
oxidado resorte candente,
que afuello;
relamen linces del tamaño
tu dispuesta ternura.
Hirsuta ciencia tu tomo de tierra.
Acristalado vence marea súbita
de ojos realizados;
mi espada no luce marchita
afila latidos de mi corazón
ignoto, ante tu ser, casi desnudo.
Orando llegue revelado momento
de aspados dientes
y destellos secuaces.
II
Aruña mi tierra una vez más
como un grito en la vena,
como un gemido perplejo
que brilla el tiempo,
que empañó
tus vidrios líbicos,
atemporales, dispuestos,
sin margen, sin curva, ni acervo.
Saliva en aljibe de hondo deseo,
exasperado, irisando crisoles
que jamás marcharon;
beso y muerdo tus orejas malvas
profanando tu blancura primorosa,
en tus piernas gemelas, semi-abiertas.
III
Mis violáceas hojas marchas
raíces que maúllan mi calma;
profundo el zarpazo de amor
que me afliges.
Osadía acariciarte en destellatoria
entre vela y candelabro
avivado tu hornillo de espejos
supinales.
galvanizada garra llega
a arañar la puerta;
rumor de fiera vespertina.
Solo ante tu sosegado
siempre azul violín
que la humedad
de tu floresta,
nunca más virginal,
entona.
IV
Despierta, flamea nuevo cierzo
por tus sotos de rincones sedosos,
humedad permisiva blanden
al desnudar tus mieles
entre tu piel serena;
abejas mías
dejar que la flor duerma.
Corajes florecientes
en ocaso que el alba lanza.
Desde la luz del día
hasta dentro la oscuridad
más densa que late y envuelve.
V
Sus cerrojillos tersos yo beso
en esmero amilanado de erizar sus nervios
a flor de candor estrellado, navego que avanzo,
tus filos de rubores aplacados,
esta luna entre mi tierra y mi solferro
una vez que su luz perdure mi hierro.
Placer enarbolado, en lustre de acanto,
ya mi querer no es piedra rodera
ni de osadía alabastro,
fuera de la batalla,
tersura que gemía la espera.
Mi piel de quimera,
inimaginada senda,
es un hálito y su verbo
una escala y nuestra escuadra.
Al placer preso
de sonido extinto.
VI
Retiembla el agua
un haz sobre espada,
inabarcable sentido
sigue, ahonda fiel
su rendición
en estallido del tesón.
melodiosa sierpe
en un vals del gemido
secundando el alarido
sembrado en su interior.
VII
Fuentecilla parece mi noche oscura,
fuentecilla retozona,
y de verdes lamentos quejumbrosa
como sombra leve de mi pájaro piador
que acuesta a dormir su entraña.
Sombras largas que descubren
el canto los lisonjeros grillos.
Blancura y azabache descansa en la arcilla
el nido mi golondrina.
Al fresco respiro de mi chopo soñador
lanzo un severo destello argento.
Longevidad imperial cercenada
como retazo de persistente
carcoma manida a mi verde intelecto
grave;
embaucaría sin tenerla
todos mis instintos,
todos mis impulsos.
VIII
Canta , canta mi pena azul
sin ocre zozobra.
Abre el verde ramaje ,
a la espesura de mi idea.
Entre un camino serpeaba
como culebrilla de un destino azaroso.
El murciélago castellano
rasgaba bailando, ladeando
el cielo mullido
de levedad de colchón sin luz.
En sintonía opaca que rodeaba
y acariciaba.
El cielo abría su sangre a la noche.
Un sopor de estrellas
que en este invierno no tardaban,
y el rudo vigía ciprés soportaba .
IX
Bajo tenue luz de luna
que los sentidos arrugaba
y mi fiero ciprés de lanza colgaba.
Avanzaba por el camino
los álamos,
como un sendero
en cal de maderos cenizos,
rumbo al Valhalla.
Alumbrado , rememorado,
anhelado
por todo guerrero .
Era un olmo frente la tapia
de un cementerio
en Fuente la higuera.
Caminillos de hormigas dispersaban,
desplazaban los vástagos
de forrajes venideros.
El Castellano
Tangencial, severo, recto
a este sol ferro fiero
de luna pavorosa descolorida.
Rey astro de cielos huérfanos;
soliviaré su fervor
por albas depuestas,
hijas de rayos derretidos,
un eco del hombre resuene alto
en esta umbría noche
que sangre previa
ya desvaneció.
Campo de raices en negra visión
y viborillas temblorosas.
Carne y cuerpo de metal
es mi azada mordiendo la tierra.
¿Cuántos ángeles disolvieron el vuelo?
En son de la belleza tornasola
en quietud reverdeciendo
estas selvas de sombra.
La llamada del guerrero.
La llamada de su espada zorro,
a su silbido forjado.
No es lugar plácido tras la vida,
no es esto, es aquello,
a cuántos insultaron los cielos.
A cuántos a su alma sobornaron
llegado el cristal de espejos,
y su laberinto de reflejos.
Soles cromáticos de escalas
intangibles de luz,
y sus rayos acuartelados.
Llévame en tu estela irisada,
yo me mediré con el Rayo de Zeus.
De letal sonrisa azur,
bailaré sorteando su electricidad.
Acostaré, ceñiré sotos
de vientos arrebolados,
en espirales.
Apolo me dará su brazo,
pondré a bailar Valquirias
en la fiesta de los condenados
a siempre vivir.
El Castellano
Cuerno sonoro,
cuerno vivo,
cuerno hueco
brillo frío templado,
vive tu osadía la bravura,
osamenta quebrada,
viertes tu sangre,
dando brío a la fuerza,
tu luz no tiene rienda,
tu puñal me dio
vida,
y a Quoth el cuervo,
tu fiel agonía,
late, sangre fluye,
corre el lobo que soy
bailé entre serpientes
altura desbocada
he oído alzarse
almas bajo la tierra,
arde regio solferro,
oscuras alas blanden
sus filos de alba.
Regentan iris
la lucha que reinará.
Habla desde la leyenda
el origen de Iberia,
quién espantará
mis gritos entre ruinas,
desciende su poder
somos los otros,
canción de una piedra,
férreo el destino,
amplia senda
honro mis dioses
abridme el camino,
surcarán abiertos
libres vivos;
oda por esta tierra en llamas
por esta tierra en trizas.
Ahogarán alientos
bajo el dios del Trueno
ávidos guerreros resplandecen,
raíz de plomo
incandescente.
El castellano
Avanzas el campo
de mi irrigada sien,
cara por cara,
ojo por ojo de este abrojo;
Destino ciego de mi celaje,
bronco mar de trasiego
al broncíneo lar
encorajinado, nacido
de un pelo de un pelo,
rescoldo socavado
un acre sin pestaña hiriente,
vistas tras los espejos
para ser libre,
y enraizar este Sol ferro
que rehúye, desnuda las nubes.
Es un viento solar que me encara,
y afila mis fauces
que desencajan el tiempo
que ya marchó.
Pude venir a vivir
en la ola de luz serena,
el relámpago me alzó en compasión.
Pude renacer
pero no soy adorable,
desde estos acres
traigo
la flor de difunto
soslayada,
sembrado el tiento
queda resurgir del azabache,
y bailar sones de grillos
con sus raíces del mañana.
El Castellano
Magnánimo arrecido silencio
desnudado, su violín enardecido,
aromos fusilados, nacidos
en yerta conciencia,
y el férreo son amanecido...
Sangre belleza en pureza,
me abre éste el pecho,
sí bemol de opaco pío,
anuda mi clara secuela,
de ufanos clarines violáceos.
Afuello que venzo
mi claro oscuro fuego,
arrastra y consume esta tierra negra,
mi sangre y mi bandera,
esencia de una savia elaborada.
Soy el que abre
del nuevo árbol
un santo olivo,
que da miel a mi
reina madre.
Por mi árbol deshojado
en su nuevo muérdago,
troquel del inerte acto;
Parasitario.
Runas en sabiduría,
malvas granates de simientes,
simbología d'este solferro,
oscuro y su cuervo.
En nogal con su nuez
del tiempo, abriendo,
desnaciendo la nueva era,
afilando su fragua.
Los balcones extasiaban
por sones al llamado
del vítreo tras luz,
trasnochado,
en ascuas cabalgado.
El Castellano
Oscura noche me cuenta
de su vítreo trasluz,
cabalgado, por extenuada sombra,
es mi carcoma está despierta,
yo condeno a los que no son de su estirpe,
destellos malvas de luna,
ahorcan su compostura,
es por mi patio de la gris araña,
por mi tejo de flamas,
por mi fuente azul,
y mi jardín de cristal,
cuando yo me vaya seré tan chulo
que me recordarán,
este filo pulirá el metal,
el pueblo gemirá una hoz y un martillo de tierra,
hasta yo ser caléndula encumbrada,
avanzaré por los senderos del alba,
mi brillo será luz intransigente,
yo seré eterno como una piedra,
idependiente de lo que digan y digáis,
cuervo soy grazno por el sol ferro apagado,
yo voy que me siembro,
soy hecho de mis propias cenizas,
traigo muerte en vena cava
mi talento no acaba,
estoy tejido yo del miedo,
soy más fuerte que el desvencijado
alarido crepitado en eco de yacija
con su espectro
hablando en eco de su silencio,
me casé con la parca negra.
Vino a visitarme y la puse a dormir
en mi cama,
ente de otro ente soy
voz de alma
con voz taladrada dentro de otra voz,
tengo que poseo
dos almas en este mi cuerpo,
por eso hay sombras que no entiendo
en qué realidad me encuentro,
soy Förüq y mi voz seré encargado
de apagarla,
El Castellano
Efímero corre el segundo sin saludar
sin despedirse, sin preguntar si todo sigue
igual, avanza la manecilla de mi reloj,
hoy es de esas noches yertas,
que descubro mi tierra que late
bajo mis pies. hay avidez
en el subsuelo donde la sangre late,
destartalados pilares que me alzan,
recorrido de mi alarido
que muerde al conocerte,
he oído estaciones correr,
mi carne se funde bajo tierra abierta,
frente mis ojos
nebulosas abren, crepitan,
he nacido yo de su flamígera ascua,
mi solferro blande su noble falcata,
dentro mi carne la vida bulle,
su caída resplandeciente,
toda carrasca me dibuja al dorado tordo
de este atardecer,
el murciélago myotis
me cuelga la idea,
desde esta ojera férrea,
hoy me comí el firmamento anidado
en tu mirada aplomada,
soy experto recio como un lobo,
frío de segmentos cálidos de hielo,
maestro de mi espada,
escucha el brillar de mi navaja,
yo soy descendiente del miedo,
ámame como se ama
sólo una vez,
en el que nuestro color sea la piel,
afilo el poder de este silencio,
y te dicta
que te volveré a ver.
El CASTELLANO
Quiero deslumbrar mi camino,
ayen de estas víboras que caminan,
palpitar el látigo enfoscado
de sedientos corazones.
Entre sangres fugaces afilo
esta vida en grana marcada,
deshojada, por cuanto he conocido,
más que tristes metales lascivos.
Caparazón este el mío inerte,
vestido de marzos seniles,
agota, coarta la esquela
de mi memoria perturbada.
Camino sin camino
por donde se oculta el este,
veo la flor que desviste,
entre pétalos su iris difunto, imperturbable.
Te construyo sin verja, franca,
tapia ni acantonado te hago
a imagen y semejanza del aire.
Que pasa y mira,
que mira pero no descubre,
que nací dueño de tu avenida.
A este sol ferro cuelgo agravios,
ofensas que desvanecen,
como la noche devora lo que es suyo.
El Castellano
No rebotan los tiempos llorando,
en escalas a ese cielo anhelado,
voy que viajo
y bajo mis plantas
la tierra brota, rehúye, fluye,
todo me alza
sobre torres sembradas
y sus trompetas abiertas,
desenfundo esta esencia
de estaciones correr,
hogueras profundas
en lágrimas de lluvia,
plantada mi compostura,
me crepitan las montañas,
los cuervos me rinden pleitesía.
Ante estos ojos
el ávido brillo
de oscuras alas,
frente mi carne
fuego enraíza
esta noble falcata,
encinas me enraízan
el dorado anochecer,
noche oscura
entre espectros de letras,
el día derretirá mis flores,
trepando mis venas de encaje,
mi azada será sangre
no más cuerpo y carne de metal,
al erizado filo
clavaré sentidos despiertos,
mi letra será invencible,
en flamante rebosante inspiración
parida de un rayo de sol,
ay la tierra que me clava la siembra,
ay sol ferro,
yo te hablo
al fulgor de venas
al calor de llama azul,
tú invencible
como la palabra te formó,
extasía lumínica
en candor de lunas aulladas,
ven a mi pecho,
te daré asilo,
desgrana este silo,
que mis manos hablen colores,
solo ante la adversidad
esta negra noche que huye
enjaula su oscura sombra
donde la letanía esconde
sus garras de cristal,
quedando repleto este umbral,
he oído llamar
llamar tus sangres de luz,
a violetas nebulosas
sin cauce
empotradas en sagradas espirales,
busqué tu vida eterna,
me contestaron inviernos
desmochando brotes extenuados
de tiempos atravesados
por tu espada eterna,
fuente fría
que llena dulce la fontana,
la vieja luna sonríe,
lo efímero será áspero y duro,
a la caída de este plomo,
se levantarán estatuas de barro,
tu lobo vestirá el sincero metal
por ser de hierro,
hasta su aullido de plata
a la noche sempiterna,
y sus enredaderas malvas,
campo este de víboras nacido,
por un surco repto,
y el alacrán me saluda,
soy yo tiempo olvidado,
resplandores
de este patio de grillos,
me cuelga la corona de caracoles,
por todas mis lumbres
abiertas
de caléndulas solariegas,
más que hoy
no espero nada,
porque yo siembro lo perfecto,
me responden sus voces del suelo,
al intransigente destello
me parto, me quiebro,
hasta dar mi voz
a estos campos
y sus sotos perdidos
encontrados en cada sangre.
El Castellano
Era esta araña
como un Sol ferro con casa,
era como un encontrarse sin despedida,
por qué,
porque yo empiezo esta obra,
camino destrenzo este campo,
me desmigajan a mí
sus flores extasiadas de difunto,
para decirme
que lo suyo es de todas las estaciones,
como hacer el amor
con azares alados y soldados de los campos,
que su simiente no es vida de un día,
yo digno de admiración
digo que me adopten
pues soy familiar
así no tenga savia
tengo sangre carmín
y mi simiente escrita
dura lo mismo que dura
la tierra sosteniendo vida,
desnazco de la hoguera
al crepitar del rayo luminoso
no soy como él invencible,
pero me cincelo mas recto y recio
que un hierro de carne,
soto-vientos atrás
las montañas hablan con la gente,
que sin ciudad no hay gobernante,
sin poesía no hay mundo ni creado ni
ni por crear,
más duro que los montes,
cabalgo esta letra
flamígera, extasiada,
al son de una espuela escrita en bronce,
digna del brillante metal puro,
para yo decir yo aquí
me he curtido y tejido duro.
El Castellano
Horizonte de la caída de este solferro
a reinar como una falcata de rayos afilados,
hondos ojos fijos en solariega planicie,
donde frías juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo de la vida que se fue a dormir,
como un río de luz brotaba la escarcha,
un diciembre tardío saludaba
con sus manos heladas,
acariciando estos campos redondos
de cardos y caléndulas silvestres,
era un día de hacer manteca,
a mí el frío me hacía sentir vivo,
en este soliviar traigo mi espada,
pongo a sentir la tierra a mis versos,
que con cepillos de grama joven
se blanquea mi calzado,
viajo en mi mente
por el cuchillo calizo de la piedra
del caserón terruño abandonado
que posee mi padre,
rodeado por el fervor de pinos de monte,
donde próximas hacían nido las atochas,
a perdigones que son de la tierra
como la montaña a su roca,
cosas talladas puras como amaneceres
pulidos sin grises hojas,
ola rota mecen mis pasos
de un mar olvidado del que cepas anclan
sueños de vida,
del terreno en el que grillos esperan
el frío en sus agujeros
y su despertar para morir al acoplarse
a la melodía que teje la vida.
Avanzo en este campo de víboras
para ser yo como mochuelo recogido en su olivo,
como mis pasos gorjean las carrascas,
todo mi mundo reverdece
para mí siempre es primavera,
y mi bravura llora flores por mis venas,
hasta tener del cielo
la malva del alba
hasta trepar las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo y su luna cuarteada de platas auroras,
me nacieron simientes silbadas,
y mis ojos enraizaron el campo.
El Castellano
DOCTRINA DE INMORTALIDAD:
Este es mi reino,
este es mi camino, mi elección,
devoción,
al uno, al Sol.
Mi guerra mi señor.
Antorcha de sola libertad,
reguero tu luz.
Camino de la virtud,
ascua perenne,
tu amada verdad,
forja de mi sangre,
destino atronador,
tu inmortal destello
iridiscente al alma en guerra,
somos los hombres muertos bailando
en tu corazón.
Clama esta nuestra Legión de Luz
un son férreo,
a lo alto los cielos,
Padre Creador te imploro mi humilde servicio
a tus Falanges cromadas de creación.
Alzo mi recia vida a mi sola espada
nacida y sellada por tu tesón,
En tus hoyos crepita mi dicha Sol Señor.
Tráeme que besaré tu Luz.
A ti rindo mis cenizas
y perpetuidad de alma.
Guíame amado,
a incendiar en reino de las sombras
con tu amor,
es mi reverencia, es mi servicio,
osar mi entrega al lado mis castos dioses,
Padre tú de ellos,
mi amor, mi Sol, mi veneración,
soy tu hijo,
destellado te amo,
desde albor cantado,
al origen de tu hierro en mi sangre.
Hoy es siempre por ti,
ángel en tierra
estruendo ciego,
de la vida de tu ceniza,
Sol dador de hálito exuberante,
mi campiña,
mi suelo y mi cielo,
mi salvación sólo tú señor.
Förüq Castellano
Cauce en rectitud:
Empeño asolado,
flamante compostura
en fanal infinito
de las flores del campo,
del ababol al dulce hinojo
diestro me dirijo hacia la suerte,
por coraza mi pecho,
por yelmo mi palabra,
un fiel reflejo por escudo,
es todo lo que pudo la armada razón,
es todo lo que llegó
al río de las almas de mis venas,
dulce estampa de agua,
a vid de trigo y girasol,
la novena estrella me cabalga,
todo oscuro linde de mi vergüenza deslumbrada.
Ojo de mi ojo, viva siempre la virtud del aojo.
Vida de mi zarza quieta, de cristal en espinas
que su hielo en sangre me temerá;
una fiel hoguera de rizada ascua perenne,
rastrojo al fuego de mi quimera, sola su verdad,
es mi sed verdadera,
escarpada cumbre del hombre,
y su dicha en esquela,
yo lato sin nombre,
allá donde el astro esconde;
sentencio a mi olvido
a no volver jamás,
a este recipiente
de sangre que porto,
que hace cumbre,
resisto aleatorio,
en este panal de esbozos,
me enraízo lejos de este mundo,
me desdoblo en dos dimensiones,
las vidas de un día que me enjuicien
que mi camino no termina, comienza cada día,
en seno de espiral armada;
montaña, yo soy la montaña,
el Juez Supremo ya me dictó mi sendero,
que yo me he ganado,
que yo he tejido,
y que las lombrices
sigan siendo lombrices,
que yo sé donde dirigir mi vuelo
de cuervo poeta,
mi semblanza tejida
camina sobre una araña,
boca sin besos,
en cuarto umbrío,
me teje ella Litcher la llamo, a mi fiel araña,
un destino, pulcritud de estela alma,
un encuentro sembrado,
letra que complace mi tejado,
resbalarán las aguas,
mi navío fue llamado al negro puerto,
siniestro yo el comandante
sigo mi noche
que ahuyenta que se estampa,
mi letra quedará en mitad de tierra,
porque toda materia
es y será polvo de tierra,
un rezo y un ruego
para que sean iguales a mí
cuando me toque zarpar
al otro puerto blanco,
sin retorno cristalino,
ni rayos irisados.
Sólo un campo de zarcillos
y rosas caninas que destapan auroras,
semblantes del ser que fue alguien,
quien quiso ser...
El Castellano
Destello incesante Tornasola:
Sangre, pájaro, sombra luna. muerte en vaso de cobre, flor, estambre, lágrima, opacidad serena oscura, tristeza sola, destello incesante, contagioso azar inmiscuido, terco estruendo, vicisitud labrada...
Empiezo.
Desdén flamígero encorsetado,
en sangre de puridad, de alma o cristal en vaso
de alma y su terco sueño que era forma,
vicisitud o estela,
estambre y flor masculina,
luna de muerte oscura en yacija,
y su opacidad serena,
de argenta guillotina
cercenando al tiempo suelto y libre,
su oscura lágrima
de muerte en recipiente de cobre,
sombra y su noguera nunca ruginosa
de raíces en pulcritud de soledad de savia.
Esencia en vals superior,
como ninguna hoja se retira del árbol
sin motivo elevado.
Tristeza caprichosa como pájaro caminante,
y espíritu en captura de azulada raíz
azul hermosea la vicisitud labrada.
Pureza de sangre su única campiña
yerto sentido,
de tuerto ojo sembrado,
sonaba el repicar del taladro,
como un clavo hendiendo otro clavo,
y una astilla sacando otra estaca,
azar alado,
en litigio de iris sediento,
era yo como cristal
de transparencia habitada
agradeciendo a mi musa de agua,
su fábula del pájaro y la flor,
despierto otra vida
que empezaba a soñar mi vida
a partir de mi presente muerte.
Y su vaporoso candor de estela,
un tambor sonaba mi tierra
abría del suelo una lira sobre un arpa
conjugando resonancia crispada
en cuerda y engranaje maldito
como una peineta de brujas afilando
el violín destino, que dictó
que abandono, sin haber comenzado,
y empiezo sin saber continuar,
porque acaso
¿hablo yo?,
¿O despierto sin haber dormido?
ni conocimiento,
seguiré indemne acontecido,
sin dejar de ser correcto,
jactaros del libre
os hace más esclavos,
perseguir sin incendiar vuestra casa del mal,
os lloverá lo cosechado,
se ama la virtud
la bondad destellada hace arder el odio,
y este en contrario resta luz cuando se le ampara.
Förüq Castellano
Secuencia presa en ''Arañal'':
Plantado mi solo eco,
que abría mayo hasta marzo,
dictaba que hermoseaba,
amor en virtud.
De mi dama cantada,
versos sublimes encontraba
bañándose en el pozo de Airón.
Su edad rezaba mi ignorancia.
Evanesciera el susurro de toda lira.
Recuerdo vagando
que Apolo me deja solo,
y yo con mi arrida sien.
Derramo que riego mi pecho
y su yunque en vello,
me hollaba la fatiga de mi neurología,
y su esplendor se retira;
encanto recordaba de mi ferviente
musa de mis dos umbrales,
uno cuerdo, otro mejor.
Mustio el dolor se arrugaba la frente,
atónito que danzaba perplejo.
Invencible Castilla me aguarda.
De foráneos no queda ni simiente,
de insurgentes mi bayoneta,
don funesto de letra bastarda,
preso y yerto ahincó mi historia,
sepulcral victoria me retenga
de mi guarda, la Gloria.
Förüq Castellano
EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO:
Operación cero,
preparado para destrucción completa.
Temblando ruido agresivo
supresores activos,
hostilidad caótica
controlador inactivo,
ctrl.alt.delete
mente eliminada,
extasía fijada,
dominación eleva la distorsión;
extinta clase,
energía nunca muere.
Raza real avenga el paso,
controla el ruido ahora,
real es terror en el hueso,
juntos:
-Guerra al error,
guerra en la boca de locura,
nadie viene a morir hoy.
Tropas de la luna
blanden metal oscuro.
Más duro que el resto del tributo,
pura luz sellada;
fase helada en un dos tres segundos;
vidas en el ojo de una aguja
sistema sobre saturado
dirigiendo bajo tierra,
era del resplandor metálico.
Mortífera debilidad
perfección dicta
destruid el defecto.
Vandalismo ordena
descanse el tributo enajenado.
Llanto de la guerra crispada,
sórdida esencia implícita,
tercera fase encendida,
fuerza canta
ciega su falta,
exterminio en vena férrea,
faroles dormidos
esperanza difunta,
cobres almas anidan
sigilo deslizado
por entes de éter.
Energía, niveles óptimos.
Conquistar y destruir es lema,
pasado rueda
el olvido del tiempo.
Es hora de estremecer;
por un alma disuelta en electricidad,
fase oscura dispuesta,
era lumínica comienza decadencia,
telégrafos disponen alaridos en cópula
sobre postes de pino muerto.
Escarpias frías
sostienen pensamientos,
nueva era decreta,
hoy es mañana tejido en fábrica
de herramienta llamada éxito,
ilusión en cadena
para realidad de quien la estrena.
El Castellano 14-08-2018
Brota la rosa furtiva.
Hinojos al fuego de sol
expanden ojos viendo
inusitada encina que me respira,
por ende se agita el olmo secuaz,
avanzo el camino de los cardos densos
todo lo que veo crece sin más importar
ababoles en rojo granate tinta
de tierra sin despedida
sangre en vereda en verdad
al chopo viejo defino mi ida
abrojos difuminan la verdad,
enclaustrada savia la reverdecerá
esa que llegado el verano desvanecerá
crepita el suelo en color
añil el canto, digno encanto
se viste de espiga
a la malva tornasol
escucho la súplica
de toda espina que mece mi vida
reposa el colorín
por las margaritas abiertas
nacerían mis te quiero
y los molinillos al viento
acamparían el sentido
y el aliento silvestre nacido
al estramonio seco
canta su renacer de simiente
para el verano y el otoño
brotar sus trompetas de los ángeles
en vida y fulgor
por la ortiga que su hoja pincha
mecería mi vista
con el poder de acariciarte
el pensamiento
por más que avanzo
el cardo llena mi visión
el camino sin final ni retorno
lleva a encontrarte
por los cuclillos nacidos
por la cepa de vino
por el olivar vetusto al sembradío
acampa y despliega mi sino
de trigo y centeno visto
la acequia mi sangre lleva
con el fin de inundar los campos
de mi verso que es mi sangre
diestro compás de espada
lleva la cicuta
al brotar de un cebollino se muestra
fiel la floresta
por el ciprés que los muertos vela
se duermen los siglos
y la morera dulce torna
al trinar de pardillos
visten los castaños de indias
hoja nueva
el umbral silente cocina el hueso demente
a la vista del Sol
la lagartija está
el tragopogon luce su flor
para su posterior de su simiente dispersión
hogueras cándidas al sol
tienen las caléndulas arvensis
en su flor
siendo flores de difunto de los caminos
por la que los muertos bailan en su luz
del pino avanza la procesionaria,
mientras violetas nocturnas
dan nombre y honor a flor
los plantago que tienen su flor de su espiga
fieles estambres enamorados
de la vertical caricia
ven llegar sus soldados alados
infinitud de vidas en color
con flores regadas por la primavera
que mi sangre y de todo lo vivo
altera y mece en alegría
y sutil caricia de vida
su fiel avenida
del sol y la sombra nacida
lluvias despiertan el sueño
de toda simiente caída
brotando mi vida en lluvia
de este abril que tardío marcea.
El Castellano
TORDO ACOMPASADO:
En el océano de este mundo
abierto al cielo,
vive el cuervo,
por el desvencijado respiro mío
avanza, mece y sostiene
un tiempo en réquiem de espadas,
por aquellas voces que sordas
laten, se descubren, alzan,
se quiebran al paso de altares de hueso
por mis atardeceres de murciélago
voy ciego al calor del astro,
siente mi caricia de pájaro
esta vida en un verso,
alzando nuestra luna de acanto
y alabastro gimiendo el ocaso,
azabaches ensortijados, derretidos, extasiados
por el sendero despierto,
por el cauce que trae la vida, la mía,
ojos en resplandores dorados al tacto
de mi astro soslayado,
mi azar es sembrado
vida de vida
late esta caricia
no hay retroceso ni regreso
todo está bajo tierras germinando
por la rosa de su pelo,
tu sangre me colmó en beso,
nuestro cielo de amarantos
fiel al respiro que alcanzó a ver
la belleza en noches de miel,
respira abre en ambrosía mi vida,
en este horizonte dormido
quiero ser de la piel resquicio,
que no me sientan perdido,
quiero ser Siempre tu sonido que acompasa
que clava olvidos
en despertares rizados que consumen
la retina y sus astros,
todo lo que anhelo es la verdad en silvestre flor,
tu eco alto que no hay pájaro sin nido,
esta noche será distinta,
el comienzo empieza ahora,
mi sueño de araña
que todo lo tejido
recompensa trae a lo sentido,
un avance de mi sangre,
ven al nirvana del ruido,
anticipa nuestro solsticio,
Yo que amo en mimbre de esparto
y verde espiga de trigo,
fiel comando el suplicio
de los valles de mi sombra
displicente, enamorada.
Encumbrada.
Sostenla, sostenme de la pestaña,
me nacerá un alba,
marcho, a través del hielo,
su azul en la mirada,
estoy sembrando mi escarcha,
y que venga y queme
este laborado tiempo,
que yo nací del viento,
alguien está llamando
oscuro este romance entre las malvas del cielo,
se escucha mi nombre,
tengo que cerrar este hielo,
colgando mi estampa
del árbol de las cenizas,
y que nazcan ojos de tierra
de este hueso,
que seguiré soñando
que fue sólo eso
un sueño en despierto umbral
de mi alma y su protectorado.
El Castellano
TU ALMA DE FUENTE:
Desasirse, tu voz ocurriera,
quedar sin partir mi alma,
como estalactita,
como sola queda la caracola
vacía y hueca sin hallar tu letra,
desasirme y quedar
yo, sin árbol ni aire,
consumirme como llama de vela,
apogeo, torre de breve arena,
cae de arriba,
este demonio sin pena,
hablar de mudas solitudes,
como eterno, es lo temporal,
verdad colmada de ausencia,
arder sin quemarse,
e infierno azul de otra vida,
aprieto de verso me solicitas,
te dijo mi ventana,
como entraña de invierno duro,
alma, asómate,
viste su hermosura porfiada,
¿Viste que mañana seré hoja incrédula?
De planta que yaga pura,
que brilla oscura mi siembra,
mañana iremos a desnacer,
porque hoy sin tu respiro,
ni poema solar, no es vivir,
¡Ay! Lo que no dicen tus ojos hechiceros,
yugo amante, fiel,
que no abandona su sombra,
necesitaba tu dura grana de piel,
y tus rosáceos, granates, áureos labios,
mi alma traslúcida,
imponente,
reniega a achicarse,
lleve donde lleve,
el aire de poniente,
reluce por ella,
todo apócrifo misterio,
te debo tanto que no me imagino,
embargando sangre,
jamás esquiva,
jamás esquiva.
Todo este campo,
cubre y cubriría.
Förüq castellano Miguel Esteban
CLAVEL:
De una rosa malva y una espina,
nació este vil amor que me camina,
coge amada de esta temprana primavera,
tu céfiro de plata, que en su mitad,
dorará como níspero al viento helado,
en tu lágrima me baño,
por no hacer muda mi costumbre,
al vendaval furtivo
este dulce suspiro,
que se juega entre verde pasto,
y blanca cumbre,
andar iba por la vetusta oscura,
de pertinaz olvido,
vuestro ardiente gesto,
de mirada cual rocío en la seda,
de la ignota tersura aterciopelada,
luz entre vorágines y tempestades,
tus bravos mares,
con hocico de riera, yo, contesto.
Escogida tú de lirio en cuello,
hermosa, enhiesta,
cual hoja que viento mece,
esparce y conculca destino,
sí a Dafne de ramos y racimos cual nardos,
áspero velo me das a cubrirle,
raíces de sus pies en blancura esencial,
causa de mis lágrimas siembro.
Para me concedan tornar beso tuyo,
como brota de la tierra la simiente,
su despertar a besar a Sol padre la alumbre,
pensé en el cantado verso,
y tu piel de jara,
hermosura prendada,
quién solo contra ti,
mi flor armada.
Förüq castellano Miguel Esteban
PLUBIA AMORIS:
Lluvia amor,
Llovía 1 corazón, suspiro amor2.
Clamor 2, deseo, eterna alegría1.
Día 1, noche, crece le amo2.
Proclamo2, vida, venerada sinfonía1.
Reverdecía1 soñaba, amada nuestra3.
Muestra 3 alas, acelera sinfonía1.
Cercanía 1, sueño, verso, amaestra3.
Palestra3 profunda, crea, sonría1.
Beso4 dulce, agua pura5.
Cura5 alma, sinceridad ileso4.
Travieso4 sueño, arde coyuntura5.
Aventura5 esencia, amando sabueso4.
Quería1 decreta, olvido razón6.
Querer7 puro, solo sazón6.
Vía1 una, sentir8.
Bella9 compañía1, contentarse premura5.
Fuego10 complaciendo instinto embeleso4.
El Castellano
Plubia amoris:
Lluvia amor,
Llovía corazón, suspiro amor.
Clamor, deseo, eterna alegría.
Día , noche, crece le amo.
Proclamo, vida, venerada sinfonía.
Reverdecía soñaba, amada nuestra.
Muestra alas, acelera sinfonía.
Cercanía , sueño, verso, amaestra.
Palestra profunda, crea, sonría.
Beso dulce, agua pura.
Cura alma, sinceridad ileso.
Travieso sueño, arde coyuntura.
Aventura esencia, amando sabueso.
Quería decreta, olvido razón.
Querer puro, solo sazón.
Vía una, sentir.
Bella compañía, contentarse premura.
Fuego complaciendo instinto embeleso.
El Castellano
RAÍZ:
I
27 abril 2016
Raíz:
Tibio resplandor dorado
mi aura escapa de mi cuerpo
para no saber quién ser
el ababol del camino clama
por enternecer la primavera
a rojo carmesí cuando la tierra estalla
en flores ellas dejan su río de sangre
allí donde el olmo viejo
crepitando mi sentido estaré
me nace una espiga de la mirada
a la hora que se acuesta una malva
luce el colorín su trino
la caléndula cierra sus flores en verso
a la hora que el tejo exhala por el tiempo
transcurrido hueso viejo
y su tornasol afilado
hoy es tiempo de colgar sus flores al viento
por si llora mi cielo cuelgo ramilletes
en chopos silentes que la vida
vio colgar de mis pupilas
al dulce trigo en verde olivo
que mi ser yace más que vivo
mi ser es primavera
a la hora que su caricia blande entera
mi tierra y su entraña abre
al esplendor de un estambre
y se eleva mi lumbre quieta
río de sangre que me crece
por soñar soñé y me enraizó la flor
y que la flor sólo sea la flor
Porque jamás mil máquinas podrán hacer
una flor y elevado mece su amor
por la verde grama
que se afila de mis ojos
la guadaña
por el ancho largo
trepó y escaló su cielo
al fiel desliz me hallaba
esperando adoptar su sabiduría
que reverbera en cada pétalo
en cada hoja, en cada raíz
de su fiel testigo estático
quedando quien fui
y la tierra que seré.
El Castellano
II
28 abril 2016
El tiempo que se abra
y brote mi vida
al compás de un Sol mayor
resumen de existir en el brote
de una zarza que allí
baila mi hada
estallando en flores su pelo
tierra yerma que vio trinar
el estruendo de un zorzal
quien te viera caminar
vestida de espiga y lavanda
por ti se abre la Rambla
tus cabellos iridiscentes al brillo
canta al son mi grillo
por un camino se bifurca el reguero
el gato lame su pelo
yo estoy esperando por si te encuentro
mi señora de las flores silvestres
se Acuña mi aliento
en una flor del viento
una flor pálida nació del cielo
con sus colores alegró al tiempo
de sus hijas nacieron alegres vientos
del norte que en color vistieron el bosque
una flor naciente abría su esplendor
a un Sol de mayo por ella tormentas
nacieron germinando a su paso
vivezas de antaño
por los prados viste mi calma
fiel a encontrar tu amor un día
por si el cielo se abre
que sepas que él te mira
mi señora de las flores silvestres
un cardo de la dama en tu mirada
por si vivo mi vida te entraña
fiel de esperanza
una flor bajó del cielo
a expensas de sangre tener
ella se volvió mujer
con tu nombre en la piel
por la floresta danzaba mi suplicio invernado
fiel testigo maravillado
con amor en las venas esperando las flores
de primavera y sus caléndulas
despertaba por fin Ostara
y el cariño de la tierra
mecieron los terrenos
un soplo de su aliento
me floreció un beso
Cuando los jacintos abrieron
sus flores al horizonte del terreno
yo estaba despierto
surcando la mente de quien me piensa
con paso lento y decidido
transmutaba la flor de Odin en luz
cabalgando un arco iris de estrella
sonaba la campanilla entre grama dolida
era el momento de acostar
los dientes de León
al tiempo que besaba fragancias de colores
mi jardín de duendes.
El Castellano
III
29 abril 2016
Todo se baña al calor
de tus ojos
ciñendo la danza
de mi azada
se enhebra mi calma.
Vespertino guiño
de gramas preñadas,
por la sed de arrojo
por tus estrellas desdobladas
Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada
Yo estaba caminando sobre mi línea
la noche me contaba sus mentiras
sobre un parco negro límite
me encontraba
disparé a la luna sin hueso
se me acercó un cuervo
con alas azabache
pregunté a la noche
que su abrazo en letanía aguarda
si yo era merecedor de su dama
yo soy la voz de pasados lejanos
soy la voz de un futuro
soy eco de tormenta
al fuego de su rayo
llevo a cuestas montañas
enjambres de abejas
quieres oír su nombre
que la oscura soledad late
Él es Siempre
como un relámpago de sangre
como una luz que mece y envuelve
es el despertar en otra carne
en otro cuerpo
las sombras cantan a su vuelta
yo que camino por la ortiga que me mueve
hoy verá el cielo llover flores
y los campos abrirán sus colores
al rey astro que nada ni nadie
contra él puede
por si brilla mi suerte
de la mano de la dama nocturna
contará aquel cuervo que me vio.
El Castellano
Carmesí inefable:
Turbado yaga mi espíritu,
sin voz yace mi gran momento,
puridad en crisálida perpetua,
oh, lacónica eternidad,
no te temo ya
ni tu crisol de hálito
me vence en inmortal secuela,
recto ganaré a la luz,
por su ceniza coronada,
cantaré hasta el etéreo vuelo,
me trasplantará el viento obscuro,
metálico azar,
erigiré un árbol de brea,
en mitad del todopoderoso silencio,
mi flor no sucumbirá,
ni mi verso armado
será litigio de crin en ascua.
Filial prestancia,
que nadie trepa mi solo nombre,
por cantos obtuso,
en sangre
suceden labriegos
fecundos.
Terrazgo de mi amor atado,
canto a mis generales,
despejen el camino,
y entre férreos cipreses
me avalen.
Tanta herida precedida,
tanta voz que muere,
sin soto de almíbar,
pena que no muere,
son este de mi bronce en ala
de un repecho carmesí,
soledad,
mi gloria tan fuerte.
Azucena helada de mi tarde,
resuena en ti
un azar indeleble
para indicar sin sonido,
que tengo corazón y cielo
atrapados en un solo verso.
Olvido sin espejo,
mantuvo suerte segura;
luz sin día ni ojos
fue perfidia en otro astro,
azul, paz,
cuchillo que mi vida hiendes,
a cercenar toda oscura alegría.
Förüq Castellano
COSECHADOR TU AGUA:
¡Armaos, perros poetastros,
poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres,
vuestras líneas sin más tardar!
Es tarde para volver atrás;
No dudéis ni un suspiro
de este yerto que cruzó
el río de la Estrida.
¡Mas, por regio el Sol caudillo,
por su blancura de Madre,
oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte,
hay los cielos.
Y hojas hay en mis manos escritas.
¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!
Suenan las grandes trompetas
que ni en toda Babilonia,
ni en alta torre de Hércules
su resonar pueden disolver.
Recobrara mi aliento,
mis ojos cobraran su luz.
¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!
Día tras día nuevo,
tirando tajo de verso recto.
Embestía y no halagaba a ninguno.
Por un pajarillo envío
por una hermosa golondrina,
que allí donde se vea una alborada,
Hipsípila caudillo hijo,
siempre vivirá como invencible Sol.
FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García
FINAL MANIFIESTO
FLOR DE DIFUNTO
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