Batallar la centella:
I
Niebla sonora:
cielo no me juzgues,
Pero sí me gustas
Y mil desánimos me invaden
Como amar una utopía,
Enamorarse de una nube
Que surca el azul celeste
De propia vida,
Apagar fuego echando más leña,
Ver una quimera de piel
En imposible caudal
Ambrosíaco,
Ver la luz sin tener ojos,
Enamorarse de una lagartija
De mi jardín y esperar
Que me hable cada día...
Pisar un abrojo
Y saborear dulce
Como imaginar la miel
De tu cuerpo.
Escuchar la niebla del sonido
Es todo lo que siento
Vals de nirvana
Si mi doncella mi boca
Adentra su boca,
Sí de trece veleros
Trece estrellas de luceros
Que es el amor
Que te proceso
Me ayudarías
A amarte
¿Hasta mi honda sepultura?
Llamas de amarte profundas en tus ojos
Un tiempo
De locura en la vida
Llamas de amor
Me sirvan llamas de amor
Me soplan llamas de amor en tus brazos
Te ardo
Llamas de amor
Avisa llegues bien a destino
Profundo en tus ojos
Llamas de amor.
Förüq el castellano
II
Queréis amar como se ama a la bondad,
queréis amar como se ama a la sola, oscura voz,
queréis amar como se ama al primer amor,
pues id a esa piedra,
alegre o triste del invierno lluvioso,
sobre los musgos y su piel aterciopelada, sedosa,
que mi visión
en mí enraizada, no la cambio por nada,
queréis seguir a dios,
sí ese el que crea,
pues no améis mi corazón que es como su amor,
una falange de Piedra,
queréis ver el alba más preciosa,
no sigáis banalidades de señoriales utopías,
que mi amor es vida,
y a ella canta el desfase,
a su belleza ignota, mi Musa Armada de Oscuridad en preñez de sílaba,
de paraíso inocente, y miel desvencijada,
así frente al enemigo canto,
queréis amor,
o encontrarlo,
pues id a la Piedra sanguínea del río todas las flores desangradas,
que es mi amor por mi pequeña,
Oscura Ángel,
mi camarada, mi cruz y mi salvatoria,
a una felicidad extasiada,
mi amor que no se vende y sí arriesga,
porque hay certeza,
y es que ella a mí también me arma de pecho a espada.
Förüq Castellano Miguel Esteban
(FACTA NON VERBA)
III
No olvidé amarte
ni desnudo en la penumbra,
justo aquí siente el corazón,
todo me dispara latidos a la sien,
aquí, allá, el subterfugio mi lobera,
no pierdo el control,
sostengo eje, pilar, y ruta,
así nunca venderemos un mañana por un ayer,
nada cambia de color,
clavado, de maternal cielo,
avanzo trémulo
con deidad oxigenada,
contemplo la grave desventura
de lágrimas voy sesgado,
rienda de mi temeridad,
cuántas alas gasta nuestro silencio,
cuan congelada mi sonrisa
en memorias
de un hielo no acaba,
poeta triste de áureo entresijo,
cerca su lugar sombrío,
donde yace una lágrima
y su historia que hace
río y llamaron Henares,
derramado de victoria,
obscura nube que llamé amor,
día sereno en peñasco duro.
Rigor que mi alma siente,
de rigurosa azur rosa,
y su violín glorioso,
y doy lágrimas al río,
verde a su pasto,
el deseo más ardiente
llena todo mi contento,
a tierra germine,
mi alegría,
a las Ninfas y Nereidas Musas
hoy canto que sin mi Señora Hada
no hay nocturnal primavera.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
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