TU ALMA DE FUENTE:
Desasirse, tu voz ocurriera,
quedar sin partir mi alma,
como estalactita,
como sola queda la caracola
vacía y hueca sin hallar tu letra,
desasirme y quedar
yo, sin árbol ni aire,
consumirme como llama de vela,
apogeo, torre de breve arena,
cae de arriba,
este demonio sin pena,
hablar de mudas solitudes,
como eterno, es lo temporal,
verdad colmada de ausencia,
arder sin quemarse,
e infierno azul de otra vida,
aprieto de verso me solicitas,
te dijo mi ventana,
como entraña de invierno duro,
alma, asómate,
viste su hermosura porfiada,
¿Viste que mañana seré hoja incrédula?
De planta que yaga pura,
que brilla oscura mi siembra,
mañana iremos a desnacer,
porque hoy sin tu respiro,
ni poema solar, no es vivir,
¡Ay! Lo que no dicen tus ojos hechiceros,
yugo amante, fiel,
que no abandona su sombra,
necesitaba tu dura grana de piel,
y tus rosáceos, granates, áureos labios,
mi alma traslúcida,
imponente,
reniega a achicarse,
lleve donde lleve,
el aire de poniente,
reluce por ella,
todo apócrifo misterio,
te debo tanto que no me imagino,
embargando sangre,
jamás esquiva,
jamás esquiva.
Todo este campo,
cubre y cubriría.
II
El nombre y la vida
conservan mi ceniza,
seña clara el luctuoso querer
de las criaturas del alba,
mi sudor siembro,
como apremio de obras
que dilatan al fulgor
su bronce perenne.
Sabe su dios
por cuánto parecen contradecirse,
sin procurar hacienda
esta pluma mía,
sollozo de mi hada tal vez,
que dicté
no abandonar ni en locura
su vera effigia,
mi otra vía mercurial
divaga si pensamiento o porfía,
si tatido o latido de ciego ansiando luz
que nunca encontró,
triste la clepsidra ve agotarse sus lágrimas,
de tiempo ausente para finalizar,
como se quiere en vez primera,
resplandor en cielo infinito,
es mi conjuro sin oficio,
como deseo de su holganza y seco trino,
que crascita mi noche, vuelta tuya,
en vez primera sin terminar,
dioses por dónde iba,
por donde soy siempre,
por y para siempre fiel,
a virtud de nota y silabario
tu recta ánima.
Förüq castellano Miguel Esteban
III 2024 20-03
Vienes embebiendo mi noche,
no debes saber quién yo soy
ni comprender la vida jamás esquiva,
la fiesta de los condenados
retumbará osadías,
yo cogeré tu mano,
y en ráfaga te relucirán mil flores,
de tus cabellos se apresaron,
años de juventud afilada,
secreto lata de puro asombro,
y la vez que tu silencio me haya hablado
partir sin mí diré
que siempre completo en ti desnaceré.
Victoria del sentido infausto,
que ya dice me quiere el viento,
fugaz y leve, volátil y aullado,
aquí pues bajo la sombra
un ciprés enhiesto,
destrenzaré ilusiones,
colgaré mis agravios y señales,
y el soplo se entregará
como perla a mar serena
y simiente a su madre tierra,
hoy por ti,
siempre en la guardía
casi se invoca sola,
honda, vívida,
cosa pensativa
aterrar la palabra en jardín gozoso,
que misterioso laberinto dance
suena ya mi reloj,
a pulso mi razón,
y el ahí estás,
todas puertas abre,
entonces, despierta el alba
que la Brillante siembra,
y al inframundo despierta.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
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