Pedernosa pregona,
arraigo a la quimera
un pasado de tiempo
en puñal pretencioso,
oh, espigas de idea se alzan,
surcos de fugaz simiente,
cual verte, y no verte, sentirte
cual poeta de tu dulce vientre
tras fuego de ababol entre tierras
oh, sed de mi sangre,
Suave sollozo, en vals flamígero
sin tacto ardoroso, terciopelo,
en recuerdo que rodaba
el grato murmullo, grato,
vivo del agua
como grande mi sed de lluvia,
este año seco.
Fue mi noche un gran descuido
despierto yo, hasta una hora,
que la luna bailaba sola.
Al día siguiente
hubo un difunto en el tercero
de cuerpo presente
y mío
diré de madrugada
a medio día en un mundo
onírico
del cual divisé
mi entierro,
creo hasta entró mi gato
a amasar
mi pancita como si le fuera
a dar algo.
Soñé hasta una voz estridente,
y yo dije:
-Trabajo cuando quiero.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
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