Califa es, vestida de reina mora,
reina de raza Azteca,
en un bosque de miel y néctar ambrosíaco,
entre las estrellas alzaba y danzaba melodía,
de laurel divina su facha
y tersa compostura,
crepuscular del guiño del oro de antaño,
vuelo suyo era color y fractal deseoso,
ráfaga en mimbre suyo,
cabalgo,
oh árbol de canela nítido,
desconsuelo de ciervo y ligre,
a lomo de aleteo furtivo el alcotán,
vuelo sobre su lago,
oh de los versos solares,
de arcana lengua
y oro en paño
su signatura,
frente la sierpe,
brotó mi sanguínea caléndula,
hipnotiza su rocío
la madre mi tersura de luz,
de ritmo lento
sobre una azada,
a mi servicio,
el mágico hechizo,
justo la vida
se niega a acabar su eco de sueño,
marcha y canta mi reina al otro lado,
donde espera encontrarme,
aroma de niña asoma,
dora mi día,
y viento y faisán,
hacen rosa fresca de viento,
versos de mayo
que abren pecado sobre sus labios,
pinté mi tentación,
un día sobre corazón,
mi reina Azteca
de llama y de estrella
su melodía roja.
Förüq y Leannán-Sídhe
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