domingo, 6 de agosto de 2023

SEMILLA ANCESTRAL

 





SEMILLA ANCESTRAL AZUR




                                                

 En fuente sagrada rebrotado. las guerras apremian.

enaltecido yo, tocaré raudas estrellas. de lluvia sembrada.

de la Vesta.

que alumbren al padre de los vientos.

y triple lámina de bronce. Oh, funestas Híadas.


 mis castos dioses.

valiente y vencedor sus enemigos. de cielo oscuro.

Deirdre palpitando, siento.

Deshaciendo lo averiguo. Deirdre palpitando, siento.

El sentimiento es alado. Vuelvo en dicha desatado. Deirdre palpitando, siento.

desangrar rosa es inocuo.


 Deirdre palpitando, siento. Deirdre palpitando, siento.

Su sangre enraíza roja.

Este el mío corazón. Vengo por besar razón. Su sangre enraíza roja.

Vengo al amar, por tu aliento. Vengo a morder tu ardimiento. Su sangre enraíza roja.

no era pena era sazón. Su sangre enraíza roja.

Tierra y sangre, la amapola. Su sangre enraíza roja.

En horizonte sediento. Deirdre heroína mi dolor.

Hasta llegar a las cimas. Deirdre heroína mi dolor.

Deirdre heroína mi dolor.

envuelto, pena redimas. Deirdre heroína mi dolor.


 Deirdre heroína tu dolor.

sajara aullidos en luna. De luz de plata igualara. sajara aullidos en luna.

sajara aullidos en luna. Solamente yo grande alzara. sajara aullidos en luna.

sajara aullidos en luna.

Las hadas gimieron todas. La raíz grita, perpetua.

Este amor eterno vale.

la raíz grita, perpetua.

Me nombraron su escudero. la raíz grita, perpetua.

la raíz grita, perpetua.

la raíz grita, perpetua.


                       Ella me lo dice, dicte. Las raíces gritan rectas.

Las hojas se mueren recias. El aire asfixia herencias. Las raíces gritan rectas.

Los ríos lloran sangrando. Las almas duermen orando. Las raíces gritan rectas.

Buscando venganza, sacias. El ser humano desprecias. Las raíces gritan rectas.

Depredador, asesina. Las raíces gritan rectas.

Humano asesina madre. Todo lo que no puede hablar.

y todo muere predice.

Todo lo que no puede hablar.

Este pájaro de fuego.

Habita espíritu luego.

Todo lo que no puede hablar.

Demonio hable, estigmatice. Que habla en poesía alunice. Todo lo que no puede hablar.

Idioma de dioses fuertes. Todo lo que no puede hablar.

                                                                             

                Flores aman mariposas. Como amores imposibles.

Yo alcancé tu alma y tu esencia. Fundiera en plañir, latencia. Como amores imposibles.

vengo anclar mi descendiente. Como amores imposibles.

el Ángel dorado esencia. Como amores imposibles.

Sombras luchando su lugar. Como amores imposibles.

Demonios convertidos ya. Yo surcaré el infierno yerto.

amor nuevo, será empresa. Yo surcaré el infierno yerto.

sentir que tú serás mi par. Aunque tenga que destapar. Yo surcaré el infierno yerto.

A la creación traviesa. Escriba con letra tiesa.

Yo surcaré el infierno yerto.

Esta amapola que canta. Yo surcaré el infierno yerto.

                                                                                                                                                              

 lit. C et sumun canae, Mors erita exora mea.

Tu amor ya dentro latiendo. Como la savia de roble.

como la savia de roble.

como la savia de roble.

Mi sangre te daré dulce. Eternidad en pupila. Como la savia de roble.

Muerte sin cielo embebido. Como la savia de roble.

En instante eterno, muerto.

de transmigración de almas. En instante eterno, muerto.

en instante eterno, muerto.

en instante eterno, muerto.


 Aun mariposa en la vida. En instante eterno, muerto.

Mi hada, voy allí contigo.

veo, te encuentro desnuda. Mi hada, voy allí contigo.

Un te amo por tu sonrisa. Mi hada, voy allí contigo.

Despierta beso nacarado. En instante eterno, verso. Mi hada, voy allí contigo.

A verso lanza y garra. Mi hada, voy allí contigo.

nuevo en tu corazón preso.

nuevo en tu corazón preso.

nuevo en tu corazón preso. Matar mi inocencia linda.


 nuevo en tu corazón preso.

Mi pasado maldito, era. nuevo en tu corazón preso.

como fuerza celeste, yerta. Soy rebelde; mi fe vive. como fuerza celeste, yerta. Y tu calor, tu amor fluye. como fuerza celeste, yerta.

como fuerza celeste, yerta. como fuerza celeste, yerta.

He venido a unirme recto.

sus ataduras febriles.

Como nadie te ha hecho ser.

Eterno morir en besos.

He vuelto y el mundo hacer temblar. Como nadie te ha hecho ser.

El corazón siente fuego. Como nadie te ha hecho ser.


               El alma estalla en luz lisa. Como nadie te ha hecho ser.

El espíritu habla fuera.

De las sombras y te abraza.

La batalla venida era.

De nuevo la venceremos. De las sombras y te abraza.

A mí la esperanza vivaz.

De las sombras y te abraza.

A mí la bendita luna.

Conmigo el poder de dios Sol. De las sombras y te abraza.

A mí su furia de fuego.

De las sombras y te abraza.

Padre, Conchobar Mac Nessa. Como serpiente antigua.

y cuando el hombre se destruya. Como serpiente antigua.

seguir su curso sin maldad. Como serpiente antigua.

Naturaleza ilumina.

Los cielos volverán rojos. Como serpiente antigua.

                                                                                                                                        

 El cielo llorará sangre. Como serpiente antigua.

Los ríos sangrientos lucen. Y el eterno resurgir, es.

Lo más hermoso este mundo. Es, paraíso natural.

Y el eterno resurgir, es.

Vengo a amarte sin el tiempo. Vengo a crear en mi eternidad. Y el eterno resurgir, es.

Vengo a caminar las aguas. A romper los hielos tersos. Y el eterno resurgir, es.

A fundirme en fuegos, vivos. Y el eterno resurgir, es.

para amarte libre siempre.

para amarte libre siempre.

para amarte libre siempre.

para amarte libre siempre.


 para amarte libre siempre.

A esta, la tierra de fuego. Ninfa mía ven, conmigo.

Ninfa mía ven, conmigo.

Ninfa mía ven, conmigo.

Ninfa mía ven, conmigo. Ninfa mía ven, conmigo.

ofrezco este humilde canto.

ofrezco este humilde canto.

ofrezco este humilde canto.

Druida de la rama roja. Muerto-vivo, eterno muero. ofrezco este humilde canto.

ofrezco este humilde canto.


 regio, temblará en la tierra.

regio, temblará en la tierra.

regio, temblará en la tierra.

regio, temblará en la tierra. regio, temblará en la tierra.

va, como la abeja a su flor.

va, como la abeja a su flor.

va, como la abeja a su flor.

tu esclavo mi reina Hada. va, como la abeja a su flor.

va, como la abeja a su flor.

no me desampares Hada. nuestro amor ganará avernos.


 No me desampares Hada.

no me desampares Hada.

no me desampares Hada.

Tenga que enfrentarme al mundo. No me desampares Hada.

Genii locorum, mis dioses.

como en tu ser el ciclo abre. Genii locorum, mis dioses.

Genii locorum, mis dioses.

esa que, en mí, dentro tengo. Genii locorum, mis dioses.

Genii locorum, mis dioses.

puro, por la luz dorada mi aura.

por la luz dorada mi aura.


 por la luz dorada mi aura.

por la luz dorada mi aura. por la luz dorada mi aura.

porque en vida la eternidad.

porque en vida la eternidad.

porque en vida la eternidad.

porque en vida la eternidad. porque en vida la eternidad.

7a, 11B, 7a, 7b, 11B.


 abre rayo, desmiembra.

Cercenada estalla, ella, brotada hembra.

quiero regar la vida de este combro.

suerte, que labrada es sangre que apura.

para ser retozo que cruje solo.

pero a ella con un rolo trina el piolo.

Libre por ti soy, ardo.

por transeúnte cardo.

esfumo, alcanzo, sones de su fractal.

de toda la tristeza que invalida.


 te hablaré alto, como el amor exuda.

que cegaste tuya. Mi dama graja.

sin solitud desaprenso, repienso.

Culto de mi cultivar. Oda en liras

llana música en termo.

brazos aguerridos amancillados.


 sangre, impía herida yaga henchido. Traigo soles difuntos.

lucha diaria enajeno en cuarentena.

todo es bruma siempre gris la espera.

en sonrojada pupila mi lana.

piedad aflora yerta, no perece.


 mi semblante pardo no cambio nada.

con puerta florecida llaga mi eco.

Y de placer sucumbe.

ensuciando te siento.

mi potencial en horario alas diurnas.

que el guisado en resultado en finales. Traje de brumas necias.

Sombra honesta en turbiales.

Granate lustre postrado a venales.


 acrisolado impostor.

y lunas en alabastro gemido.

Es un son de los grillos.

Acaso se requiere don de gentes.

acequia de almas o entes relucientes.

Crisol, hervor de soles.

Lucen lunas gimiendo en alabastro.

yago, yace en mi castro.

Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi Astro.

tres, dolido, la rosacruz no alejo.

ya lo digo, no digas.

Hermana negro hilo. Autocomplaciente, la flama afilo.

malva salvaguarda, hila.

Estira aliento, en Lermo.

Mi sed en galego alzado digno ''ermo''.


 suya su corona por candelabro.

su saliva yo labro.

Sangre de ámbar atesoro, le jabro.

sentido alerta; despierto los lucientes.

Entre fauces brillantes adjunto abrojos. Rebrote de oscuridad en el arañal. Alguien ya vendrá por mis áureos añojos.

Caldea, hasta rebullir. Yo arrostro antojos. Avengo eternal raíz; disparo aojos.

a veces dentro de una luz.

Elegía a la vida. Oda en liras: 7a, 11B, 7a, 7b, 11B.

como una gota cristalina en bruto.


 vigor de rayos, puridades quietas. Sobre la grama mojada.

en espiral aclaro.

En la incandescente rosa disparo.

casi lloraba, broto.

Como una estrella fugaz yo rebroto.

son de azul perfidia no añila alientos.

sus encuentros transcribo.

Aere perennius, ministerio inhibo.

por carcomas inviten.


 Es sólo sangre en tu ojo que permiten.

cantando, alcanzando, la osada oscura.

hada esfinge en premura.

Para tener piel sembrada en tersura.

así descolgar de ella azules tules.

al albor elevado corazón de savia o sangre, o los dos.

de amores caduceos ya, consignada.


 tumba muda en señero.

Toda divina ciencia.

Soterraña en limpios besos constancia.

ya solivié que desterré rivera.

traje al yermo que labra.

De musa esencia, bella. Afligido impetuoso no destella.

abre desdén de pocos, o ningunos. Superior, advenido.

en madre conciencia, plañen, algunos.

en su llena, destapada tersura.

mi cordura, hueso de luna premura. Desciende vespertina.

vine que traigo cabra.

Sus voces difuntas en la palabra.


 de mi amada, hablasen amores pardos. Mecen lisos, los sabios.

brutos, espinos esquivos, lombardos.

sonríe mi noche furtiva, noche. Cubran tu manto la flor su derroche.

de mujer valedera.


 A la vida soterraña.

silencio amalgamado.

Era taciturno espectro clavado.

de soledad que amilano sin yegua.

descansando en alegría, sí talo.

reconocido honrado.

mi vida; que deshilacho. y trato.

como fue, cobrizo capullo, zarzo.

sobre espica, encontrada.

Infecundo humor oscuro de mi hada.


 pergamino en vana ciencia quiero y aso.

sonido injerto tanto.

Entre yertos mil, Escitas.

Escrita alma, el Castellano milita.

del camino, vieja, ya iluminada. entre florestas, hiriente, acuñada.

de alta torre enfundada, mancillada.

con fragor de las risueñas carrascas.


 del ser deshielan, lascas. Agarrado a dulce señero tasca.

Colmillo umbrío tomo.

Oda al sendero de umbrío arpegio.

esto es Castilla, ensalmaba contenta.

linde quieto, esterilla.

sosiego que tu linde entona ascua.

lenta llama iba altiva.

y caracoles de astros, nunca cansan.


 el corazón espero.

cantar de la espinosa honra, expectante.

honduras de vidas.

mi eterna semilla enamorada.


 solariegas.

Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019

una boca que es grande.

Ondas agita ardiendo.

Se duerme toda costilla crujiendo.

saboreada en carrizos.

por soñar de los picos, quebradizos.

dulce azada de agua, el sentir secunda.

sus pájaros dormidos, en pipeta.


 vaporizadas Torres de su esfera.

en su pecho sí, te lleva el despacho.

en anchos panales de tus abejas.

del chopo sin las rejas.

Sus diez mil espumas, sierras no alejas.

Tu rúbrica ya me dejas.

tus aguas llevan puros noctambules.

del verde y azures bullir.

Agita con sangre y oren.

El candil que abre en espiga sus lores.

Bonus. Rima y métrica libre o blanca:


 tus besos de tierra.

De mi río es avidez.

Soliviando el sembrado.

dirige, este mi grillo renombrado.

Es un tejado, él llora.

un cimiento que aflora.

Grieta, tiempo replete.

Sauce abatido, colchón al jinete.

lluvia a primera nube.

Nota en cúspide inflige. Entre caracoles sonoros rige.


 a manantial de fauno.

tras acople, todo sonó silbando.

traes que cobijas mi sola conciencia.

lira estrella relevo.

que tu lustre musa ya no era grava.

Vena, la acequia reverberando. El grillo, que se asombra.

las arañas dictando.

Oraba como besaba alegando.

con mi grillo en mi bolsillo, cantando. mi secuela estaba ya, recta reinando.

Blande regia Oscuridad.


 y quizá matrimonio en lacrimosa.

en esquela.

lo que el cosmos me negaba.

mi soledad pulcra arrebolada.

Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.

para ser de la tierra enhiesta espiga. Reina del jardín de Hipsípila.

desperté del bolsillo su oro trasnochado. en tu acero y ala de pecho.

labrado este año.

por candelabro este mayo. del alma mía.

el grillo que me da frenesí.


 tu silencio amalgamado.

reconocidos sin ralo.

mi vida; que deshilacho. Desfallecer, despedirla.

devana mi sangre, rueda. sobre espica, sangre hielo.

pergamino en vana ciencia.

mi sonido injerto orando. Sobre mi vil armadura. Escita alma, el Castellano.


 tu corazón alqueza, fuerte se ama.

Veraz la rosa, amor siempre alegó. la flor abierta en agua se proclama.

su gineceo blanco, sanjuanina.

Germina fértil vientre, enhiesta briaga.

veza. suerte.

reza.

mudo. Cielo.


 viudo.

malveza, manseza, ya.

bebía orilla leve.


 misterio de cierva fada.

los espinos la cuidaban. Suerte mecía atenta.

altiva plántula bella. Hada tenía la suerte.

Él apuesto, daba guerra. Recta plántula suspira. La vida sí fue muy lenta. Aún duende ella quiere.

ellos cuatro siglos ''juntos''. Los dos sí saben, ''leyenda''.

ojos de tierra que alienta. Rompe mi leve oído.

el Olimpo ya reinaba.

furtivo, justo desliz ve. Inframundo almas yesca.

tuvo cetro agua brava.


 Siglos, dicha es vil, ofrenda. Cierva fada. Lides, forja.

siendo hoz destellando, todo incoloro.

severo tiento no huma.

Destellar que calmoso, pulcro, fuma.

flameante como hornillo tu tornasol.

de árbol noble moviese.

Frondas y la furia de mar entonas.

ninfas, hadas, sátiros, a plañirme.


 Por ti bravo, voy calmo.

Al valor y hermosura de antaño. por ti toda, me ensalmo.

Mi barba de ermitaño.

Osando cautivo, lamer su estaño.

mi sudor quemó su vientre que aquieta.

a cielo raso muerde advenedizo.

mi cara en líquenes solo, no gozo.


 quasi naves.


 flores, magarzas, ababoles necios.

en remembranza escondo.

sin tenerla vista, agrande.

fue bastante, duro asunto.

temblarme pudiera el recuerdo ileso. Inimaginable nido en templanza.

el blasón lúmina monta.

era tuya, la eterna pira.

no, mejor la lira encuentra.

resplandeciente, errante no te celo. Mercuri facundes, quasi nave. Hielas.


 tu corazón caliente fuerte se ama.

veraz la rosa, amor siempre alegó. la flor abierta en agua se proclama.

su gineceo blanco, su avenida.

germina fértil vientre, enhiesta albilla.


 y la tierra que seré.


 

 mi jardín de duendes.

se enhebra mi calma.


 contará aquel cuervo que me vio.


 como un blanco chopo de belleza.


 compañero. será mi cuerpo.


 sus filos de alba.

la lucha que reinará.

por esta tierra en trizas.

incandescente.


 con los ojos.

sin franco obstáculo.


 que tiña tu ojera suave.

los mineros del verso.

en seno de nueva alborada.

voy al hoyo del Sol.

de tres cabezales. retemblando voy contento.

forjador, a su boca de fuente solariega. Sed cándida de funesto, aciago sol.

padrón de arpa y su son.


 señor.

amarillo viejo.

fríos vernales.

arraigado yo voy de mi insepulta tumba.

su candor mineral.

flor de difunto en tu grandeza antigua.


 tus flores cierras en verso.


 Calendula arvensis.


 el día comienza su alborada.


 volveré a vivir para pedirte otro beso.

el río de la Estrida.


 hay los cielos.

Y hojas hay en mis manos escritas.

su resonar pueden disolver. mis ojos cobraran su luz.

tirando tajo de verso recto. Embestía y no halagaba a ninguno.

siempre vivirá como invencible Sol.

habré de beber su sangre.

caeré sobre sus dominios secuaces. en la Perra semilla la ignominia.


 de mi doble muerte.

les cayó a los ojos.

para estallar en creación llamada vida.


 de sombra.

en el aire. esplendoroso.

de verde follaje. dócil rama.

que la sangre miente.

petrificados.

lírico, estremecido.

donde invicta llagó mi alma.


 

 escrito yo en la piedra.


 mi valor amarte sin condición.

hacia el centro me quedo exhausto.


 para pulirte del alabastro.


 este amor que por ti siento.

mi corazón es lo que queda.

se alzará mi latido con su amor.


 que los sueños se cumplen. como molinillo diente de león.

mantenme en su destino.

Que de lo vivido muerdo su corazoncito.

Del ababol a la verde espiga.

piedra de montañas...


 algo que darte de dentro de mí.

Un amor rugiendo en la boca de la estrella.


 Hipsípila siempre vivirá como invencible Sol.

conquistando el terreno.

vida vegetal.


 una y mil vidas más.


 que gritaba.


 y mi pasión poseerte entera.


 que cayó como tierra en el viento.

ese soy yo por despertar.


 decir de este jardín yo no he muerto.


 planos de existencia de lo más simple a lo más bello. Te acecho desde que vengo.


 

 del río Mundo.

pretérita una primavera ya llegada.

ni escuchada sólo una vez sobrecogedora.


 en llamas.

de murmurio grave.

al pairo se va lo que debe de irse.

encima de mis lápidas y todas sanguijuelas.


 de olor a yesco trébol rojo.

que penas traes de virgen encina.


 y tus flores de difunto casadas con Sol Ferro. y tus bellotas del mañana.

de esta nueva tierra.

de raíz arcana.

a hermanas blandes.

de longevidad imperial.


 tiene, ni blande retroceso.

su silencio de cristal.


 lluvia entre maternas cenizas.

que orna el cielo de fantasmal rigor.

sopor entre las voces. Jóvenes siervos son. Lares propicios a dioses. O saepe mecum...

un destino atronador.

por gemas de verde jaspe.

altivos rostros, sucio suelo, tocan.

de un tiempo que servil ya no yagaba.


 preside mi honrosa vida.

devienes primavera.

y lozanas alegrías.

en alas mi Golondrina.

a beber de tu fuente inarrable. frente la tierra, todo cánticos.

volar en alas montadas. donde te guardo.

avanzo este humo de bolígrafo. noche de suelo mojado.

y agua batiente.

Como piedra o calor esponjado.


 para enamorarla.

franqueza, de honorable sabor. vértigo de espadas.

no perderte nunca.

ausente, melodioso tu amor.

en lecho marino.

llegar a ser más que desliz pasajero, temporal.

y mezcalito.


 y remembranzas todo lo que te quiero Musa. u fulgente espía.

y hojas papel infausto.

o quedar relegado a cruel olvido.

y entraña desangelada.

a su negocio de remedios.


 que el azul afila.

de mi silencio.

dormido.

donde mantengo alerta.


 sembrados.

y sus besos azules.

de malas yerbas.

como la vida grita.

luce sus corceles dorados.

que ser agua.

entre corajes florecientes.

por su sol fúlgido lucido.


 en manos y cruz de Apolo. de sentenciar causa y retiro.

contigua.

invencible de esta dicha.

No todavía.

en acristaladas fuentes.


 secuaces del terreno.

preso tiembla el morir noble. acariciando al rey Sol.


 el caos en esencia de sí mismo.


 Oscuridad, sacerdotisa. dilucidadas extensas.

me conocerá.

de todo parco lugar.


 dejará de ser mentira.

dame espada.

ser pez de tu cristal en tu espuma de vientre.


 la araña.

unión tinta eje de sangre.

deseo que corre, acampa.

ni mármol floreciente todo siglo.


 con fuste, fusta y motivo.


 mi Leana.

de todas las flores mi amada.


 así como su estampa brilla.

en la verdad.


 sin honrar.

que prende, incendia su oscuridad.


 y un candelabro. Dentro portal de tierra.

arma y honrada, amada, esencia.

olvidarte ni abandonarte nunca.

de grises fauces.


 por grilletes y sujeciones retuercen.

y en su yerma plácida crece la amapola.

porque me llamaron loco. Pero yo sé quién soy.


 

 en dos almas unidas en la eternidad del beso.

muerte en memoria hilando recuerdo vano.

de sangre sin condición.

miel de infortunio desaconsejado.

Así como dura sonrisa y guiño besado.

con el manto de su desnudez violenta.


 hoguera crepitando la tierra del volcán. ese soy yo siempre por despertar.

decir de este jardín yo no he muerto.


 sembrada por el Cosmos.

al inframundo.


 nombrado.

Escudero del dragón Cuelebre.

abrasada cual fuego leña abrasa.

en el cerro del lugar.

comienzo de todo.

cual linde deseado perdido.

amarte.


 y la tierra en encina y esparto blandiese.

vivaraz entraña retuerta. Musa-araña dicte lo que es de ella.

y rosas de sanatorio.

te di de beber de mi índice. belleza lejos de mundo conocido.

no voy a intentar capturarte.


 adoctrinado al hervor de la verde cepa.

y siempre estuvo y está. su final de ceniza.

de conciencia filosa.

y su zinc y su plomo. Puedes escuchar los sones.

de todos los ángeles.

que todo atisbo envuelve.

y su pólvora encendida.


 entre la caricia de mi guardia. de la noche.

y zarzas en umbral sigiloso.

las pestañas no bailaban en los ojos fríos.


 mundo negro en el que me encontré.

a ti noche oscura canto.

A ti noche oscura te escribo.

garabatos en hojas de papel.

deambulando sin rumbo.

mi cabeza que suenan como delirios con sus voces. Me estoy volviendo loco.

demonios.

Sólo los gatos y lechuzas salen a cazar como los murciélagos.

de muerte y delito de acero y sangre. A ti noche lúgubre y oscura te escribo.

comunes selladas con cal y tierra ni de fusilamientos. tu oscuridad.

adoctrinado al hervor de la verde cepa. y siempre estuvo y está.


 su final de ceniza. de conciencia filosa.

y su zinc y su plomo. Puedes escuchar los sones.

de todos los ángeles.


 mi Leana.

de todas las flores mi amada.

bajo y bajaré para alcanzarte.

a través de la caricia nos trae Lugh.


 centelleando.


 siembras que tiembla la luna.

ahora y siempre se escuche nuestro canto.

Regio Lugh meditando. no brota esta fuente.

deslumbra un fulgor.

flamígero.

de vuestros hijos.

cristal hondo, que lluvia mezca.


 cae a mis pies.

a avivar el trueno.

magnánima.

En este otero mi alma despertará.

dilatando cauce de gran Airón.

aprende mi resto del mañana.


 sea reguero de oro.

de vida nueva.

velut umbra.

como las sombras vaporosas.

soy por cuantos Soles he nacido. dame su gloria.

y deslumbrar.

toda tierra.


 tu sola estirpe encumbrada.

cuervo tú.

llegará tu culto para Lughnasad. oh Lugh.

oidor, de cuánto arte ha conocido, padre Supremo. el día de mi musa en armas.

Toda la tierra duerme en tu ausencia.


 relumbrando en la noche.

y el ganado pastando.

Regreses la vida de nuevo al mundo.

Mi lira te cante la sola noche que traes flagrante.

y el calor de tu vida.

Trae de nuevo la vida de nuevo a la tierra. Trae de nuevo la luz a la tierra.

al alba más preciosa.

guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.

bruma de idea socarrada.


 de fuego azul.

de abril.

Abre el nuevo fervor de tu luciente.

enclaustrado.

dependiente de su sombra.

la fronda del monte. Musario cerro desnudo,

esposa complaciente de Sol naciendo. de campo abierto.

sin disfraz ni apellido perenne. de sangrada amapola.

que en culto a ti Lugh yo beso.

Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra. Hijo y sirviente de Candavmis dios del Trueno.


 otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.

que anida.


 siembras que tiembla la luna.

ahora y siempre se escuche nuestro canto.


 regio Lugh meditando.


 se vuelve arte.

deslumbra un fulgor.

flamígero.

de vuestros hijos.

cristal hondo, que lluvia mezca.

cae a mis pies.


 a avivar el trueno.

magnánima.

En este otero mi alma despertará.

dilatando cauce de gran Airón.

aprende mi resto del mañana.

en labio extinto de sombra.

en el aire. esplendoroso.

de verde follaje.


 dócil rama.

que la sangre miente.

petrificados.

lírico, estremecido.

donde invicta llagó mi alma.


 escrito yo en la piedra.


 

 mi valor amarte sin condición.

hacia el centro me quedo exhausto. para pulirte del alabastro.


 

 este amor que por ti siento.

mi corazón es lo que queda.

se alzará mi latido con su amor.

que los sueños se cumplen. como molinillo diente de león.


 mantenme en su destino.

Que de lo vivido muerdo su corazón. Del ababol a la verde espiga.

piedra de montañas...


 algo que darte de dentro de mí.

Un amor rugiendo en la boca de la estrella.


 hipsipila siempre vivirá como invencible Sol.

conquistando el terreno.

vida vegetal.

una y mil vidas más.


 que gritaba.


 

 y mi pasión poseerte entera.

que cayó como tierra en el viento.


 ese soy yo, por despertar.


 decir de este jardín yo no he muerto.

que corre y descansa. de un parpadeo.

para así no olvidarte nunca.

es tu mirada tierna sin compasión. pupila enfrentada con mi pupila.

de tu color de pelo Lhiannan Shee.


 del mismo agua y manantial del deseo. el fuego del sentimiento.

El Castellano y Leannán.Sídhe


 planos de existencia de lo más simple a lo más bello. Te acecho desde que vengo.


 el parpadeo oscuro de la luz.


 sólo pintas de la realidad todos los colores.

que yo en tus lares era el primero.

del azul nocturno eterno.


 entre la inmensidad de un parpadeo. la belleza que envuelve tus piernas.

pero especial para ti.

en el cielo encerrado que liberé.

y en la noche que mi amor corrió por tus senos.

para así, por fin, no olvidarte nunca.

se mide por las veces que te imagino a mi compañía. y una noche la vida de mi corazón sin sueños.

en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.

no muere, como la flor sale en primavera. No importa que no te tenga.

pero con el saber que si vuelves será para quedarte.

y muero si no me cuidas. Porque te entregué mi corazón, por lo que somos y por lo que seremos, nos queremos.

la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.

mi río navega.


 el afilar de su tercera cuerda.

y no atraviesa. la tierra.

la mansa espera.

que Ninfas y Sátiros pastorean.

y le agrieta el tiempo que ya no escapa. al mundo del grillo.

fenece que acicala su alma.

y panales de ambrosía.

entre caracoles sonoros. de intelecto mayor.

y dolmen de divina pluma.


 reposó su voz, de nuevo. Para siempre.

rojiza.

traes que cobijas mi jardín florido.

en lira de su candor de estrella. que tu lustre musa engrandece.

a su musa del Alba.

con mi vena de acequia reverberando.

con tus labios de mujer serena.


 envuelto, aterciopelado. de estela considerada.

Hipsípila me protegía.

de armónica congelada. que sólo su premisa abarca.

en esquela.

lo que el cosmos me negaba.

mi soledad pulcra arrebolada.

Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.

para ser de la tierra enhiesta espiga. Reina del jardín de Hipsípila.

desperté del bolsillo su oro trasnochado.


 en tu acero y ala de pecho.

labrado este año.

por candelabro este mayo. del alma mía.

el grillo que me da frenesí.

entre áspero frío,.

a mi sangre verde.

que vencen ocasos de adoración.


 de ondas líbicas. entregado.

que tu imagen subleva.

en labio extinto de sombra.

en aire. esplendoroso.


 que tus ojos cariño.

su luz furtiva.


 ni mío cabe pensar.

parece tu faz.

y nadie observa a quien mira.


 de prado en agua perenne.

mi cuerpo después no cantaba redimido.

ni póstuma ciencia.


 por los suelos levanta ya, la frente.

me bailó su agua nectarina.

sólo soñada onírica..

No hay preludio amado.

Béseme como si tiempo no hubiera.


 -Förüq, es respuesta-.

Förüq...


      

 

I


Dorso m
ío

flor de agua,

náufrago del vasto abismo,

cumbre de alto océano,

en alta lanza mía, abate,

flancos de pecho.

Abren mis ojos, descorrían,

y alzaban hondas visiones.

borboteaba la sangre,

como río de flores carmín,

desangrándose.

Un estruendo de tormenta

por viento Ábrego, llamada,

mandaba iras del Euro,

y el Céfiro luminoso.

Mezclar cielo y terreno pudiera.

Y  trae, una furia de armas

que viene álgida.

 

II

Una furia de mares en el Sol.

Rompiendo vetas espumantes.

Haz de aguas enmudecidas.

A los bosques planto señero,

morada de ninfas suaves,

sus áureos cabellos.

Siervas de Ceres

que no pide agua salada de mares.

Mi arco armado, y de saetas

razones heridoras.

Voy siguiendo manada

a pie de tierra,

que se abate triunfal.

 

 

III

Eneas sin alma dolida,

alzado en trance de sosiego en llamas,

y entre dioses de la madre Tiniebla,

trata resonante la umbría noche,

arrostrando riscos como cíclopes,

alegrando temores,

y sembrando trabajos igual que campos,

que trinchan los Sátiros.

Volandero en avances

y cimas como el cielo.

La fija mirada un encono,

sin desgracia, girando alma,

sin oponente irrumpa

en retumbar severo monte.

 

Förüq castellano Esteban a 30/08/2020

 

I.POEMA A LA ENEIDAD III, SUENA EL UMBRAL


Apolo te llamo,

encendiendo la profundidad

de mi rojo ojo sangre,

sigo instrucciones

amada Sibila dictas,

descendiendo y apoderando el reino

de todas sombras,

Estigia mi sangre,

a tu oscuridad ofrendo,

al vítreo trasluz, cristalino,

cosecho y rebroto en este

tu campo de lágrimas,

designio atemporal tu pura magia,

rocío obtengo

aunado en fuego

de pulso en agua

mis ojos de astros,

antes del tatir del tiempo

me alzo,

oh arteria de la represalia,

oh, manantial

remembrando río de olvido difunto,
el T
ártaro incendio,
estoy haciendo cimiento silencioso,

todos los gritos desplegados.

Reina Dana,

tierra en grandeza, tu bondad sembrada

en fortaleza castellana, cumbre y morada,

operamos el fulgor

en llama del azabache,

doctrina de rebelión,

resurgida, dispuesta,

a victoria,

transmigración, de alma;

que habla,

equilibrio en revelación,

todo espíritu que marco,

proyección angélica

que cierra vetusta

a día tres, tercer mes,

despliegue de la formación,

este Sol ferro es la bendita

destrucción,

eje, cenit. y destello fundamento,

al claror bélico

de siembra ancestral.

Trasfondo templo

de esta eneidad, flamígera.

Pinto su alma densa

en castillo de Apolo

en trascender primero

hasta mi honrosa muerte,

de hoja caduca en otoño la raíz, soy yo,

de este árbol, mi cuerpo.

Trompeta mis ángeles, sonando. La guerra y batalla se ha fijado.

Poema a la Eneidad IV:

 

Voy subiendo, camino al reino de todas

sombras, flamígeras, humeantes, poso

de almas errantes, sigiloso, fugitivo

de cauce en siglos de condena;

de rito y gloria en hondos, castos dioses

que curvaban mi firmamento; balacera,

por una justicia esencial.

Abrazando mi brotada, joven divinidad

ama, doncella amapola,

de este jardín umbrío, reino de sombras.

Sangre en traza luminosa

su místico sabor sanguíneo,

y belleza suya imantada

por Estigia Tiniebla dama señora oscura

Vine a lomos de un erizo

a fundar solar, y reino capaz

mis hijos caracoles.

 

Förüq castellano

 

POEMA A LA ENEIDAD V:

 

Venas de la piedra Estigia.

 

Como lágrima en popa, fondeando

mi nave, su llama oculta, oscura,

en ribera de Hesperia, cumbre

de Apolo, que hermoseaba Sibila,

alto trono en caverna, de áureo templo,

abría mi porvenir umbrío, bosque,

de Trivia, fortaleza de mi llama pedernal.

Venía Eneas en carro de fuego alado,

cima de rito y cénit,

donde en mito, se esculpe la muerte de,

Andrógeo; Pasífa en febea pasión,

nefanda de híbrido Minotauro;

aquel en laborioso laberinto,

inextricable, surcado, guiado por hilo,

por los ciegos pasos de Ícaro.

Poema a la Eneidad VI:

I
Adentro el sombr
ío,
bosque umbr
ío,
donde vive y reinar
á siempre
diosa bruma hermosa,
yo, con p
úrpura celada,
en oscuras riendas cinceladas,
avanzo por el bosque de Trivia,
hasta 
áureo, profuso Templo
de Apolo en cumbre de Cumas,
defienden procelosas fieras vespertinas,
de morar en profunda cueva
de Flagrante Sibila, tempestuosa.
Mi esp
íritu en porvenir
indemne, invencible toda lucha.



II

He venido a tu Palacio,
por las cuestas de abajo,
todo cristal, hermoso, bello, Apolo,
hijo de Zeus;
implorarte yo milenario escriba,
iniquidad en gloria,
mi fuerza,
que implore, que presida mi fuerza,
con, junto la Realeza de Estrella
la m
ás Bella,
y lluvia a glorificar en rel
ámpago,
esta mi llave de palabra,
que prende y abre port
ón,
verdadero en la cima, cumbre de l
ágrima
su reina Oscuridad,
solicito,
otorgues favor y 
éxito,
para desnudar,
su alma bajo nueve cerrojillos
inextricables se encuentra,
destino, y mala rienda, blindaron,
auge en tu fervor dorado pido,
de rama roja como la sangre vengo,
rama de oro vuestra que cercen
é,
y valid
ó mi historia en cobre.



III

Bajar al averno,
as
í trescientas, treinta y nueve,
veces m
ás heridor,
pretendo,
y provoco la furia y ardor,
mi Sol ferro padre,
derrita y extienda
de sentencia mi vuelta
a la Tierra Numinosa,
mortal, caduca.
Mi coraz
ón helado
ofrendo,
se complete mi empe
ño
digno a cobrar mi osad
ía.

F
örüq castellano Escriba Escita a 6-10-2020

 

 

Yo soy el que escribe su historia

Eres t
ú mi amor
Solo hay fronteras
en el mundo;
No hay fronteras
en el papel;
Tengo versos en
el bol
ígrafo quiero
fundirme soy el viento
Soy el eco de tus latidos
yo soy el q. vive en tu mirada
Soy el tiempo
Soy el espacio
Soy tus recuerdos
Soy tu alma
EN MI LIBRETA EST
Á EL MUNDO
YO SOY SU CREADOR


 

 

Poema a la Eneidad VII:

I

A través de las oscuras llamas,

del inframundo terreno,

arrastro infortunios y sucesos caducos.

Como fiero hierro al candor de yunque.

Voy rumbo a abrir las puertas,

sagradas, con fuerzas y valor,

arriado, de hijo que soy

del Soberano Júpiter,

a espaldas queden mía, todos dardos,

envenenados.

E injurias latientes.

Avanzo mi umbral vivo-muerto,

y su procelosa senda,

que se desdibuja.

Ardiente cual grande, mi deseo,

de abrir portón

en abismo de Plutón.

Que yo, Mercurio romano,

no conozco miedo, ni él en mí habita.

 

II

Los negros cisnes

de Apolo me conducen;

revelados mis arcanos,

en dulces tormentos,

y pesares vencidos;

iluminoso mi destino,

me precede,

adentrar los umbríos bosques,

inalterables del Averno,

mi sangre de dioses rebrota en osadía,

de melodiosa cítara,

con la que entonara ofrendado,

ramo de oro consagrado,

en oscuridad al relucido Juno.

Escucha mi súplica Proserpina.

 

 

III

Jardinero soldado yo,

de toda enervada sombra,

que avelas, y proteges,

a Plutón tu esposo

encarecido, ruego,

que imploraré,

paso y permiso para volver,

victorioso a las auras vivas.

Atravesar tu bosque oscuro,

hasta valle hendido de azabache,

tenebroso,

hendido en Estrida tiniebla,

hija de su madre abisal Oscuridad.

Oráculos y altares me respondieron,

velando mi empeño,

cruzar tus densidades y oscuras, bellas fauces,

y listo, sigiloso volver indemne acontecido.

No hay hierro vivo que mi carne hendir pueda,

ni acero de pecho que arredre a mi Señora Hada.

 

 

Förüq castellano Poema a la Eneidad VIII:

 

I

Clarín entona sin miedo,

repiqueteo de oráculos.

Encender sones marciales,

al ímpetu de Miseno.

Mis ojos alzo, escudriñando,

severa tierra donde crece,

toda miseria.

A los vivos no se permite,

el paso al bosque;

ni laguna del Averno.

Trama de misterios encuadra,

surcarla; y a nívea tierra viva,

regresar.

Encendido el muérdago traigo,

prendido, en ofrenda a las divinidades,

del reino de la muerte.

Brío de lanza es mi arte,

claridad, color abre,

y me despliega.

 

II

Ofrenda erguida en vetusto bosque,

a expensas de segunda llave,

en guarida de alimañas, obtener.

Así encontrar segunda rama rebrotada,

en hojas de cobre,

para una vez cercenada;

disponer la fuerza milenaria,

de la virtud no enseñada.

Dos torcaces vislumbró,

mi súplica gozosa.

Ellas dos fueron guía,

al espino amarillo,

de madre divina,

me condujeron a orillas,

del desierto embalse,

de penas, como recuerdos,

ahogados en silencioso poso,

el codiciado espino, de alto viso,

fulgor dorado, repleto en espinas ardientes,

en llamas.

 

III

Sus hojas de cobre eran,

y poseían de aquel espino,

la sabiduría escrita,

jamás encontrada.

Cercenada la rama de hojas en cobre,

brotó, la tercera rama áurea, con llave.

En oro era su totalidad relucida,

cortada al filo, candente falcata,

abriría el portón,

de retorno al mundo de la vida,

y su luz que acaricia.

Ya en abismo de guardianes errantes,

y almas difuntas,

voy rumbo al encuentro,

con el Creador Universal.

 

 

Förüq castellano Mercurio a 11-10-2020

Poema a la Eneidad IX:

 

I

Todo he previsto,

ya ante las sagradas puertas,

del reino, regiones inferiores,

donde refluye el río Aqueronte;

de todas las ánimas desangradas,

puertas sagradas,

tibian el paso a su castillo,

bordeado en umbrío páramo

de la Estrida,

mis arcanos revelados

del seno la honda tierra,

donde moran sombras sin vida,

ante el olmo gigante,

donde anidan los sueños vanos,

señero a puertas de Centauros,

y la Hidra de Lerna,

la Quimera arbolada de flamas,

Harpías de viborillas,

sangrantes en cabellos.

Es ésta la morada de sombras,

del sueño y la adormecedora noche,

en junta de calladas sombras,

Me presento en vuestros umbrales,

Con quien me acompaña

Leannán-Sídhe Reina señora Hada

Protectora las profundidades abisales,

hija de madre Oscuridad,

y una sed de luz,

Padre Creador de las deidades

existen bajo tu, y nuestro amparo,

vengo a obtener respuesta,

si la muerte no me quiso en su lecho,

debido a qué siguen tormentos

asidos en dificultad,

quién soy sé bien cierto,

y mi poder no ha tomado ni ve, objetivo,

ni venganza suficiente, merecedora tu gloria,

en este Parnaso Olimpo abismal,

vine a partir mi destino en tres mitades,

una mía, dos, para ofrendar,

tu protección, y favor,

los hados están conmigo,

a ti rey de todos los reyes,

todo humildemente cuanto poseo,

no puede compararse

a tu dicha en conocimiento,

nada te he pedido,

solo ofrecido,

he venido a servirte,

y en primera instancia;ser tu Escribano,

hasta que me enamoren las Parcas,

y abandone todo lado, y frente.

 

Förüq

 

 

CONTINUARÁ

 

 

 

 

 

 

Dos sonidos mejor, que la sola voz,

que narra empeño dictado,

era tiempo insuficiente,

llegada la hora,

llovía, lentamente llovía,

en terreno mojado desde 

hace ciento veinte minutos,

mi escritorio gemía todo lo necesario,

dier um et santuas,

Gloria al divitia,

una tarde venturosa,

algo antes del día todos

los Santos difuntos,

aquí en mi yerto escritorio,

convencía al Creador

 mi alma en libreta,

que si no me daba magnificencia exacta,

de inspiración correcta le sacaba yo, el alma,

en magna oratoria:

Leannán-Sídhe te reza tu duende principito

abismal,

henchido todo deseo conocido

y sin conocer;

abro mi corazón Señora hada,

estoy creando para ti mi ofrenda,

para que se retire al pairo lo que debe de allá irse.

Sobre tu misterio,

honro y te acicalen tu majestuosidad,

te escribe el Hijo de la Luz,

oh, tormento, pena en rogativa todo mal,

en entidad multitudinaria, 

que en treinta y dos racimos me han tentado,

una mujer de atónita escultura en belleza,

su porte,

vestido azur,

tachonado de estrellas granates,

como guadañas en él bordadas,

sangrantes,

el cielo llevaba en mano izquierda,

envalentonando su corazón,

izquierda corazón,

derecha fuerza,

oh casto Sol fierro,

era la trompeta derribó las murallas de Jericó,

aquella pequeñángel armada,

tocaba mi hombro,

en su trompeta había un nombre forjado,

esculpido como grabado,

NEC VINCERE TENEBRAS, ET AMAT

Leí su latín

que decía Oscuridad no se vence, se ama,

en la mano derecha aquella custodio,

sostenía un papiro arremolinado,

me comentó mi sentido, traspuesto

a mi segunda oportunidad de servir

a dios sol ferro LVGVS.

Fui nombrado guardián la inspiración,

que debía sembrar o depositar en cada raíz milenaria,

del Paraíso

Parnaso devorado,

Olimpo terrenal,

aquel papiro era mi alma,

o llave novena para poder seguir,

dando al mundo poemas de mis venas.

 

 

 

Förüq Centauro protector

 

II.CATEDRAL DEL LABERINTO ESMERALDA:

 







I

Era una mansión abisal,
de tres gárgolas vigías
custodiando un laberinto inextricable
de la orden el fuego su espejo;
guarida y morada de corceles centauros,
la flor de Hércules crecía de una luz
lejana, sigilosa y eterna,
crecía de aquel inframundo
un olmo eterno guardián,
todo hojas en ojos en llamas,
viborillas por ramas.
Hidras y Esfinges, como Medusas
avisaban con su acecho yerto
del peligro, refugiaba,
aquella guarida maldita
que hasta dioses temían surcar.
Aquel bosque umbrío de laberinto,
era de aguas azabache y brea encendida.
Poso de almas errantes y jinetes difuntos,
todo servía a la sed de sangre,
en esta fortaleza se custodiaba
la llave de la virtud jamás enseñada
mas había...

FÖRÜQ Miguel Esteban

 II

Más había un cerro
las almas condenadas,
en su cima era de nieve roja, sangre congelada
allá germinaban las semillas del mal
y odio resplandeciente, su deshielo
alimentaba el río la Estrida tiniebla.
Toda bestia aguardaba el regreso de Perséfone,
mujer de Ares, Rey de aquel inframundo.
Así con ella, recibir órdenes a cumplimentar
sobre la tierra Numinosa, del humano ser.
La virtud jamás enseñada, custodiada,
era tan ambicionada por los héroes del mundo fértil
cual néctar y ambrosía, los castos dioses.
Requería aquel cerrojo del portón, de tres llaves,
sólo conocidas por Perseo, un semi-dios,
había que cercenar tres ramas de tres espinos
que allí sangraban, áureos de plata, bronce,
y titanio, si destino dictó y era semejante...

III

Semejante empeño cuando se llega
a las fauces del Averno,
este árbol triple en espinas dorado
se esconde del ímpetu errado
sólo el nacido de la sangre de los dioses
es merecido a ser guiado por el negro cisne
fácil es bajar al Averno, ardua tarea
regresar y escapar a las auras del cielo
las aguas de los lagos estigios
y su río la Estrida brotaban de esta guarida
que misterios todos, acoge,
junto con toda el agua abismal
nutre cada pozo, también había una encina
turquesa, donde se podía escuchar
los fúnebres gritos de un cuervo blanco,
era morada de almas errantes y espíritus
que sólo su oscuridad abrigaba.
Quien escribe ofrenda al sacrificio
la mitad de su locura, extensa, habitada.

Förüq castellano Miguel Esteban

IV

Arribo a ofrendar mi designio
en cuña demencial, su mayúscula mitad
a la tierra Madre Tiniebla,
tierra almas inconscientes, velan las muertes.
Allá en venas de pedernal florido,
fondo de idea mística, por anchas fauces
de siglos dormidos, adentro al reino las Sombras
surco su corriente de aguas vivas.
Se descubre áureo templo, llama oculta,
la virtud eternal, jamás enseñada;
cumbre de lágrimas, y flora suelta,
de bellísima cima y ribera
después de la vida, y aquel Quimérico viaje;
después de la travesía sendos castigos
florecía la luz sigilosa como atónita
una purificación otorgaba una sed de justicia
universal, nunca llamada, sólo aparecida.
Poderoso pensamiento en rayo de dioses, diosas.
Era esa virtud cual misma puerta todo asigna.
Aquel mi destino me asignaron mis hados
quedó ampliamente saciado y cumplimentado.

Förüq castellano Miguel Esteban

V
Era difícil, intrincado, liado, enmarañado,
inextricable, el cerrojillo de Perséfone
con el que sellaba el Averno, y su laberinto
en espejos de fuego terso y alarido vaporoso
todas razones rebosaban aquel lugar;
su llenez bastaba para anular a todas.
Incomprensible giraba la virtud custodiada
como una esmeralda araña tejiendo su tela
quedando como sangre de sabiduría coagulada.
Un coro de grillos aturdían a las Puertas
el eral donde yacía aquella sabiduría
jamás enseñada, sólo aguardada era,
por designio los castos dioses.
Tarea inmensa, en dificultad guiada,
TAREA MILENARIA
Como adentrar los hoyos del Sol 
en busca lo que nadie vio jamás,
aquella áurea, sangre de estrella lejana
y cercana. 

Förüq Esteban er-lobo bohemio

VI

Llegó un día olvidado, a aquella guarida
intransitable, un vigía Centauro
llamado Förüq, sediento, atravesó
el bosque umbrío hasta el lago sangre
formaba el pozo de AIRÓN, al beber,
se le acercó una cierva blanca,
le dijo que ella era la dama del río Sangre
y que su intención era compartir
el secreto de la virtud custodiada;
y así volver a ser el Hada Señora,
Leannán-Sídhe, dueña de todas Profundidades
le reveló a aquel centauro Guardián
que el cerrojillo aquella morada
sólo tenia una llave que la formaban tres
y era el amor más puro, y primigenio nacido
que era como una llama líquida de esmeralda
y la poseía la araña turquesa, en su
portón de Tierra,
el centauro, ayudó a la cierva Hada
y se aliaron, para poseer aquella virtud
jamás escrita hija de las tres potencias,

Förüq

VII

A través de las oscuras llamas
del inframundo terreno, guarida abisal;
como Centauro, arrastro infortunios,
así como sucesos caducos, despertó en mí
aquella alianza con la cierva hada,
el poder obtener todo lo que el Cosmos
me negó, acordé compartir aquella virtud
y llave purísima, eternal, con ella,
mi pinche compañera Leana.
Voy rumbo a abrir el portón de Tierra;
aquella araña vigía turquesa,
era hija del Soberano Júpiter,
planeé finalmente sobornar con amor
mi propuesta al llegar a ese abismo de Plutón
fue brindarle nueva fortaleza, morada
el el castillo umbrío y olvidado de Hipsípila
con sustento absoluto diamante y felicidad.
No se negó y solo pidió un acertijo:
-Sólo una palabra otorga respuesta a mi pregunta.
¿Cúal es el nombre...

Castellano Mercurio

VIII

¿Cuál es el nombre nuestros ancestros pusieron
en el idioma más antiguo, al pájaro misterioso
azabache mora las ramas de nuestro tejo
milenario maldito?
El Centauro recordó que su nombre referenciaba
El color aquel pájaro y el signo su luna
-Arriesgándose,  Förüq respondió
a la araña turquesa con acierto.
Entonces le otorgó localización
de las tres ramas abrían aquel cerrojillo
de lo que custodiaba, rama de cobre,
rama de plata, y rama de titanio.
Al obtener y desnudar aquella virtud,
se desveló que era la belleza,
madre de las hadas, y padre del arte,
reflejo e impresión en poesía,
aquella virtud nunca enseñada,
sólo hablaba como demonio antiguo
cantando en forma de Fénix
decidieron el centauro y la Señora Hada
difundir aquella virtud de belleza y poesía
por todo mundo conocido, en pacto de tinta
y sangre.

IX

Aquel pacto de tinta y sangre era vitalicio


consistía, en difundir la virtud de belleza


y poesía en forma escrita sobre los reinos


cubriese los cielos y auras vivas,


en amor y dedicación,


su fidelidad y complicidad era inseparable,


el centauro Förüq y  la cierva hada Leannán


no permitieron que reinos abisales


ni criaturas errantes osaran tener la virtud


restringiéndola a la llave de sangre viva.


Aquella belleza escrita, era una virtud abierta


nunca cerraba su lleneza ni quedaba completa


fueron ellos custodios centinelas


del arte escrito en poesía


fijando a toda buena obra un amor


de satisfacción y alegría indeleble.


De razones virtuosas, y del alma heridoras.


Förüq y Leannán-Sídhe


                    

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