domingo, 6 de agosto de 2023

Cantar laureado, obra Solar

 




Silbido de la sangre:

I
Claman verdades de la tierra
por nacer y resurgir
la quietud estameña,
sobre la misma tierra
el eterno ciclo de la vida,
como traje de la mujer soñada,
muerte en memoria hilando recuerdo vano.
Resurrección como caminillo de hormigas
por la soberbia de la simiente al albor
de sangre sin condición.
Yo soy por siempre
miel de infortunio desaconsejado.
Así como dura sonrisa y guiño besado.
Al azar de la existencia
efímera esencia del crepúsculo más sonrojado;
apellido y nombre que nada representa
como resplandor de la centella
vil chisporroteo sin sonar,
cargo el silencio y el infinito de mi verbo
a lomo de frialdad en escama
resopló en la montaña sin nombre
latido de mi húmeda lombriz azulada,
de mi tierra que jamás tuvo dueño
latido sin final
agua de manantial núbil destelleo,
va girando mi vida por enraizar
yo soy siempre
sendero de sierpecilla inútil,
con el manto de su desnudez violenta.
El eterno comienzo sin final
aullido del viento, arena en una gota de lluvia,
hoguera crepitando la tierra del volcán.
Río que acaba y resurge del mar,
ese soy yo siempre por despertar.


El Castellano y Leannán-Sídhe

14-1-2019

II
Resurgir:


Hoy las fuentes bullen
los ríos desbordan
las vidas dejan sus grises
de invierno y sonríen
al alba de la lluvia
que toda vida mece
sal al jardín ayer sembré mis ojos
esperando que la tierra fuese sangre
las raíces mi boca
y la planta mi cuerpo
para con longevidad imperial
llegado el momento
decir de este jardín yo no he muerto.

El Castellano y Leannán-Sídhe 14-1-2016

III

Sangre y muerte aplaco regio,
duramente como astro viril,
como amor estameño que canta a su veta amada,
en sístole de barretero,
abriendo surco nuevo en piquete,
trágica que ella así vino,
flor de metal desde el suelo,
amparo en destino reguero pulcro,
todo reguero que trueca su suerte;
por muertes de estaño fino,
enamorada dinamita que surca lecho,
un son que grita un baño de raudo fuego,
sin piedad de obrero,
ni réquiem apiadado por la tierra,
un raso enlutado de oscura piedra nacido,
concavidad de caseta y vals minero,
como sinfonía nocturna que abre yacimiento,
regreso y no entristeces,
estameña vida en cobre cubierta,
santa presencia
de altas colmenas,
y simientes que el tiempo avelan,
fontana tú, serena,
viniste al mundo
en la fundición de la primera Armonía,
sombra tú de planeta sin espejos,
turbiedad que no arrostra diamantes,
opacidad serena,
sola,
sola,
como sola nace nueva tierra,
gris fantasma
que velas tu brillo maleable,
rutilas cenizas metálicas
de todos los ayeres en cuerpo metálico, tangible,
sigiloso sembrado, tu vanal estallido,
a sacar de ti mina y provecho,
raíces pétreas,
tu sino de planta de humo,
copia sin espejo,
ni sombra acaso tu reflejo,
perpetua osadía
sembrada por el Cosmos.

El Castellano


IV
Me acompañasteis,
espíritus de bajo y alto cielo,
de magno poder fuerte,
como la fuerza todo poder trae,
asiendo lumbres quietas,
iluminando mis días,
bajo pulcra feraz sien,
de signo y ala de cobre,
como mi padre Sol, y mi madre Luna,
oro y plata,
Mercurio del Mercurio,
cobre de Venus.
Mi ser es tierra extensa,
sin dueño múltiple,
ni azul gloria de eternidad,
de rayo vital todo cántico,
misterio gozoso,
tu boca incrédula,
de agua sensual y cuerpo extasiado,
mares profusos,
de cielo y nubes remotas,
oh extasía resonante,
cubre mis sentidos infra-humanos,
avienta mi sed angélica,
de azur blasón, y custodia eterna,
no seré pues ardor cantado,
ni emblema caótico,
alzaré mi ser la profunda tierra,
hasta encontrar en mitad su entraña
la piedra maravilla oculta;
el Uno en esencia tres en efecto,
si dije que ídem es arriba,
ídem es abajo,
superior concordando con inferior,
tierra espiritual voy tratando,
este poeta del viento,
sólo mantiene un destino,
todo lo demás por semejanza
es Obra Solar.


Förüq

V
Símbolo fuiste de amor,
y concordia,
en hora nocturna consumada,
musa del alba,
fulgor de plena empatía,
con tu luna de plata regente,
igual fulgor que la muda letra,
tus pestañas tienden
y arrullan,
presides mi dicha de remembranza sempiterna,
tierna de seno en luz alegre,
sereno ademán silencioso,
te baila las entrañas,
de estancia liminar,
y posada lunática, suave como tierra,
de boca y dientes clementes,
convocaba y en ti me adentro
que te quiero,
una sombra tuya atravesé
y te vi en la punta todo monte,
yo como la luz del Sol,
transparente,
pura,
inamovible,
fuego de mitad blande la tierra-hombre,
de mortalidad vencida,
alto como sangre de Sol
mi Padre,
como tersura de espada
y dura sonrisa desvelada,
marcho rumbo a tu corazón de esmeralda.


Förüq











VI

Cómo cesar, mi alma es mitad suya,
vine a fundir planetas, en aleación de tierras,
sí los duros somos tierra AERE PERENNIUS,
música es el ataque de la secuencia,
música es el desglosar de mi clima,
este mundo que ya no sueña,
aquí y ahora baila con corceles ciegos
de viento solar, te canto, tú liviana, azul y única,
tus relentes en racimos de uvas tintas,
mi sangre que no fluye encorajinada,
quizá como cerviz parda y tórtola buscando,
acompañante, eral de invierno y su viento,
cuando en vuelo salí me juré que volvería,
no para poseerte, sí para surcarte,
hendirte y perdurar en ti pasadas flores, designios y consecuciones.


VII
Trenzado del terreno,
era hoy un día de nadie,
un día de frío no pedido
otorgado,
astros en tiestos,
y racimos de esperas,
todo parecía girar la tierra,
enero al raso calentando
el sentimiento,
y el expuesto sentido,
dictaba tierra de quien la trabaja,
sigue mi camino ciega,
sin preguntar,
hombres peores no hay,
mirando por dentro
un catalejo esencial,
cómo yo sentía, bueno no me acuerdo,
desnudo como un Sol vengo .
Todo gime
derrotado y perdido
esperando señal
para renacer de la ceniza.
Y celda esencial.

VIII
Quiero vivir mis nueve vidas
de gato de arena,
llevo dos, acrisolar la verdad
flamígera,
descorchar la sidra de tu boca,
cambiar mi oleaje
por placer sin riendas,
atravesar soledad en escama
y pintarla de colores primarios,
liarla con cuerda
y bailarla como una peonza,
resumir mi cariño
y hacer con él
una égloga contemporánea
que anide piernas humanas
y abrace desde fuera
hacia dentro.

El castellano Miguel Esteban Martínez García
A 12/01/2022
Lugar UME Guadalajara

IX



Iridiscente encanto,
en tu áspero relente sembrado, 

quién sabe de tu ternura 
sin conocerte, 
aplacas que embebes 
mi furtivo viento, 
entre mis soledades 
y punciones áureas, 
como mis nervios 
blincan aterciopelados 
en tu tacto almibarado; 
montaña suave 
me enterneces 
como sol crepita a lo alto, 
un rayo sedoso 
tu pulcra virtud, 
como espadas lunares, 
vertidas en filo enigmático, 
y absoluta entrega, 
no puedo más estallar,
mi devoción ardiente, 
en éter, 
la lágrima el azabache, 
de arma ancestral, 
y mi mercurio celoso, 
te cuenta Musa, 
que no encuentro 
nueva desquicia 
ni en tu sueño diamante, 
confusos crujen, 
mis sigilos de chopo forjador, 
se requería algo simbólico 
y voy que comienzo.

Polvo y sangre 
mi verdad moviese 
sin calor lascivo, 
ni viento en reflejo 
desesperado, 
mi sentido de escribirte 
en canción resurgida, 
como aquel capitán 
del barco hundido 
renasce, 
abrazado a la bella sirena escarlata 
abrazado, 
fiero con el cuello atado, 
su cantada armada 
bajo océano 
de un abril encantado, 
y como usted, 
sola de valor y hermosura, 
que todo pecho hiende, 
cautivo muriendo vivo 
yo en tu pecho, 
corrige mi gallardía 
una nota abismática 
en escama turquesa 
como mi vítreo iris, 
mis ojos, 
te miran, leen, 
y convergen, 
en viles espuelas, 
que se afligen 
como mi espíritu de Lugh 
Sol ferro que porto, 
presurosa tú, 
polvorosa pluma, 
oh mi blanda Musa 
de cristal candente 
y agua en traje su sombra, 
quién amimarte pueda, 
sin que retrocedas, 
quién encontrase, 
su luz dadora, 
y forjadora, 
su contienda de vida, 
en tus poemas solares entregas, 
agora, el tal mañana,
me rinde razón perdida, 
y claustro admiración secreta, 
desenfundada, 
mayor importunio, 
es no osar seguir este camino 
de espigas rojas; 
y dispares ilusiones, 
de fiera, y dura tierra, 
maravillado señora, 
como Némesis en inmortal saeta, 
la ciencia de la rosa secreta, 
tu aura perfecta, 
tu obra de castro y castillo, 
entre poetas, 
perpetua materia 
es mi esencia de verso, 
que afila, 
mi oscura golondrina, 
mi dulce miseria, 
temer que no se ajuntará, 
mi visión, 
alumbrando contigo, 
mi preñez, 
en desconocimiento.



Förüq el castellano Miguel Esteban


 

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