Tres ascuas coronadas:
Mi seco musgo
arrebatas denostando
banalidades.
Agitar embravecido
tu seda y densa tela
perpetúa.
Creceré sin perderme
en tus ojos
visiones rectas de lo que querer
dispuso.
Mis hojas coronas
como frondas suaves
se despejan en tupidos pinos.
Resplandores descarnados
avanzan tus vidrios irisados.
Mis escaleras soplabas,
oíamos rodar la canica
por susurros colgados
en ceniza de hojas.
Avanza regueros campesinos.
Alarido bélico,
desnudo.
Empuje de amado
turbión empujando errante.
Chispa postrera mi sarmiento,
compuesto fuego medroso.
Deshechas las aflicciones,
queda sembrar
música, aullido, sombra y fábula
de arcano son del viento,
visiones riegan
tu raíz de plata salvaje,
arroban tus ropajes
dé argento ángel
en plata iluminado,
por secuelas
arrostran mi firme trazo
que voy a conocerte,
hasta hendida puerta,
y ráfaga inquieta
eres eje,
eres sentido
para germinar
cendales de niebla
en los campos de tu esencia.
Una.
El Castellano
No hay comentarios:
Publicar un comentario