domingo, 4 de julio de 2021

Traje de bruma, sombra de agua

















Vosotras 
mis humildes criaturas, 
hallasteis oscuridad 
y refugio de mi posesión,
era un descubrir 
entre un ocaso, 
pálido, seguro, 
estertor de erosiones hábiles,
sudor y caliza de tierra, 
ahora hogar tenue y, secuaz,
mi azabache, mi caracola, mis runas, 
mi cuarzo verde, mis llaves,
luz monótona y suave 
que acaricia sin esquema,
ni lágrima del hierro invertida,
estelas por manos, 
sudor y flores de tierras, 
cardillos voraces,
caléndulas miles, 
soplidos y sombra de abeja, 
abro este infierno desmerecido.
¿Qué soñáis? 
¿Qué en silencio gritáis?
oh, tierra madre, 
cuál infortunio 
por ser fragmento del fuego ígneo,
¿Cuál el sentimentalismo barato?, 
si todo lloré 
y nada dejó de ocurrir,
vosotras céfiros en escalas,
un ensordecedor límite 
de paredes blindadas.
amarte sin libertad 
de oscura complacencia,
es de paciencia ciencia,
apariencia de latido desapagado, 
qué va,
oh, cristal de roca,
tu transparencia habitada,
tu umbral, que toda luz atraviesa,
quien vivir contigo pudiera 
si se vería por dentro y por fuera,
dualidad corpórea, 
diestro color ambivalente,
este oro que no es oro 
si no cobre 
un destino persistente,
valencias de metal, 
y sopores cósmicos,
tu deseo me generas,
descorchar materia 
en alfileres y riendas,
lleven al tapiz sinfónico 
te cubra de izquierda a derecha,
sin ganar tu cariño, 
sí, luchando por no perderlo.



Förüq castellano Miguel Esteban

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realeza de estrella