SANGRE DE SOL
Autor: Miguel Esteban Martínez García
LUGAR: La Campiña España Castilla
Lvgvs
Tabla de contenido
Paradigma, arquetipo de mi inspiración: 6
Faz vivo: 8
Destino irisado floreciente: 9
Embeberse el alma: 9
CADUCEO ESPIRO: 11
EXIMIA FLOR DE CENIZA 12
Abeja de tu arpa silenciosa: 13
Indemne acontecido: 13
La esencia: 14
Al sol mío venidero: 15
Pesquisa superior: 16
Silencio en tu hielo de ojos: 17
FLAMEAR, Destellatoria, OCITÁNUL: 18
Sacerdote de Musa: 19
Beso de agua ignota: 19
Halo chirría: 20
Poema de 2012: 21
Outsider (Fuera lugar): 22
A Calíope: 22
FUENTE EXTASÍA: 23
SILENCIO ESPINADO 23
Umbrío trueno: Oigo estruendo 24
RENACER DEL ASTRO: 25
EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO: 26
Campo de espigas: 28
Piel labrada: 28
Fulgurado sino: 29
Vuelta al inicio: 30
Sangre de musgo: 31
Carmesí inefable: 32
Severidad enfilada: 33
Soliviar llano: 34
Canto de luz fecunda: 34
Remanso y su era: 35
Alborea el otro lado: 36
Tañer de hiedra: 36
Carne espectral: 37
Azares de lluvia: 37
Son, del ascua: 38
Tiempo en floración ruginosa: 39
DOCTRINA DE INMORTALIDAD: 44
Cauce en rectitud: 45
Destello, incesante Tornasola: 46
Secuencia presa en ''Arañal'': 48
Rosa de los tiempos: 48
Flagraré tu ascua: 49
Grillo IX COMPLETO: 51
Aderezada estela clara: 53
poema reeditado 15 de mayo 2013: 53
Réquiem blande: 54
Abre pulso, transparencia habitada: 55
SURCO MELOSO: 56
Cuervo primigenio: 58
Origen en libreta, ¿Cómo llamarte?: 59
Serenidad eternal: I 60
Pureza acristalada de entraña: 64
Desposeído umbrío: 65
Latido inefable: 66
Sangre de Sol: 67
Escrito en sótano de luz 2015: 69
Fractal: 69
El Castellano 72
Mi sangre yerta reedición: 72
Uccellasica Concanauna 73
Zarcillo su campo: 74
Escritos del azabache: 78
Un cuento de 1997 primer escrito con 8 años: 78
Siembra abisal (2011): 79
Mariposa esencial, septiembre 2011: 79
Rubrica el hierro: 80
EXPRESO: 80
Cuatro cartas y diez monedas: 81
83
TOMO SEGUNDO 84
ABABOL SANGRE DE SOL 84
Liras 84
Araña de noble silencio; Oda en Liras 96
Raíz de candor mineral-Oda en liras: 98
Castilla Oda en liras: 100
Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019: Río Tajo: 102
Grillo Oda en liras 104
TOMO III 108
III IX Oscuro haz, luz sembrada: 108
Mi SOL; 108
Oscuro haz, luz sembrada: 108
Tablero de existencia: 110
ERRE QUE ERRE: 110
Graznido escondido: 113
Libreta Hipsípila bitácora Armonía: 116
IX 125
Ama a quien te mire por tener magia: 125
Alevosía tu vítrea mirada: 129
Ascua espiritual: 132
AÑIL SECUELA: 136
XII 137
Oda de sombra nocturna: 140
Latido sembrado: 141
Espectro en el silencio: 143
ÉGIDA DESPIERTA: 149
Espiga roja sangrante: 151
POR MI PRINCESA ARAUCANA: 158
CERNÍCALO PROFUSO: 160
NIEBLA CON ABISMO EN RAÍZ MILENARIA: 161
SIEMBRA TEJIDA: 162
OCASO SEMBRADO: 163
VI FERVIENTE IRISADA CONDENA: 166
Progreso de la boca gris: 168
Honra castellana: 170
TERCERA ASCUA: 172
Prefacio:
<Canción de pájaro, tu corazón de nido>
Dicen que hablar sobre una obra para hacer un prólogo, se debe leer completa.
También está la opción de conocer al poeta y su forma de pensar, de actuar, de entregar confianza y llenarse de su esencia. Prefiero ésta porque desde la génesis, con respeto digo, creo conocer a la persona que se mece en su poesía.
Miguel Esteban Martínez García, sus dos nombres y apellidos como al poeta le gusta y su firma, El Castellano y que a veces suma un nombre especial que acompaña parte de su alma poética.
Hablar de este poeta hace un año atrás, dos, o tres, quien sabe, más, no es igual que referirse al de hoy, presente porque es una tómbola de canicas en cuello cantadas y cambiante en colores. No es que sea inestable, no. Simplemente es que este poeta, es buscador de la belleza y la perfección, algo utópico, pero también parte de la logia literaria que en un sentido mayor o menor, es lo que la mayoría persigue.
Crear es amar lo que ya está creado y respetar, no clonar e intentar lograr lo mismo en cada inspiración; en cada observación o en los pensamientos. El poeta tiene ojos propios para posarlos en lo que es su interés y desde esa perspectiva, el poeta de hoy, no nombro para no sonar repetido, hace la diferencia. Vuelco hay y en muchos grados desde hace una hora atrás, a lo pueda plasmar en este instante y este movimiento constante es debido a su incesante buscar, escuchar, observar, aprender de los que más saben y de los libros de quienes es asiduo.
Toma en sus manos una avecilla y ya es poesía caminante para quien lo ve, pero es él, el observante que está siendo cobijo de un ser viviente para luego hacerlo eterno en su poema.
Está su faceta romántica porque admira, elije y ama. Puede hacerlo muchas veces y de distintas musas y a todas las amará de verdad. No es confusión. Es su inspiración liberada porque el poeta no es pajarillo de jaula, sino un espíritu en libertad. No es de nadie y es de todos. Sacar conclusiones personales. No tiene palabra fácil porque se acostumbró a lo más refinado, no a lo del común de los escritores y nadie está mal, sólo es opción. Sus lectores serán de elite y tal vez, tarden más en venir, pero no es relevante porque tampoco está ansioso por ello.
Está la lectura en la que puedes viajar a través de los versos y otra que te identifica y te traspasa el alma por lo mismo. Lectores hay para todo y nada debe apreciarse en menoscabo. La del poeta <Canción de pájaro, tu corazón de nido> te permite aprender de las cosas simples, de esas por las que se pasa sin mirar y del amor apasionado por la musa que en algún momento se apropie de su palabra y enganche a la suya.
Atentamente y con la mano en los misterios de tu obra.
María Margarita Pérez Vallejos
LECTURA
III 24-05-2019
Paradigma, arquetipo de mi inspiración:
Alma.
Pilar, cimiento, señero, clepsidra de sangre,
veleta de un destino superior fundado en cuerpo razón y voz de lenguaje.
Templo, morar, y fortaleza
de mi égida despierta, armadura de Atenea, escudo base de Zeus, claridad de esquela sembrada,
vida de la vida bajo tierra, sol oscuro de intelecto,
deshojar del árbol naciente en materia hija del éter personal,
torrente de caudal mágico,
ciencia de umbrío tomo,
sembrando luz y sus ríos sanguinosos,
Madre sin ciencia, con superior.
Bondad en nitrato de Chile,
Espiral de comienzo si este arde
pero sin final pautado hasta mi muerte
que será quizá cuando se complete mi hoja.
Fuerza y brío danzan en mi espalda.
Aere perennius.
Más duro que el bronce,
raíz de los dioses insignia;
es mi estirpe sola,
inspiración; espiral,
comienzo dispuesto del que parte mi sangre o savia,
a mi razón acrisolada
en sótano de luz, inicio sin final determinado,
desempeño soldado escritor poeta Castellano, hoja de Hipsípila su ser, destino morir a mi gusto no al de nadie y completar mi hoja que es mi vida presente, siembra, toda siembra trae cosecha, pulcritud as de nueve espadas, labrado superior, ó Valhalla, sombra, sombrear, dar detalle a un dibujo, sombrear mi celada de intelecto, detalle, arquetipo, paradigma Oscuridad se ama no se vence.
EL CASTELLANO
Reverdecía la Virgen encina:
Soliviar vetusto acoge, siembra
llano de altas tierras
que es el poema que se piensa,
quiero abrir el mar de encinas; afilarme
en su quieta vereda, enajenada, obtusa,
guardarme en sus flores puras de tierra.
hondar brotado, pulcro del fuego,
y su entraña destellaba como luz vieja.
Crispaban rayos entre brezos de fuego,
cuando un aleteo de nuevos estambres erigió;
cedía angosto paso,
colores de trampa abandonada,
fue la era, entre trilladoras oxidadas,
escalonado asir de místicas palabras
que yertas de conciencia
no escapan. ni difuminan.
Una casa en la loma desgañitada
de la insepulta tierra, madre de las cosas,
rodaba mi paraje perdido, inencontrable
entre voluptuosos pinos erizados
en verde nupcial de un jardín de albas incausado.
Espinos amarillos sujetaban el paisaje
con esparragueras del sueño yermo,
camino del linde quieto de Humanes
se exasperaba voluminoso el río Henares.
Misteriosa caricia mañanera,
al sosiego del jardín que nunca tuve,
tierra que no es de nadie sólo esta se presta
y maneja, como un mampuesto acampa sin esfera;
un continuar de lo que siempre estuvo y está
siendo el poema arena honda, flamígera
sembrado en brea,
y mis manos tierra del siglo que sembró
la retama del ocaso,
soliviares de encinares espumosos
un color duro, recio,
que verdecían ideas su paso,
raíz del mañana acrisolada,
anclada su verde savia.
Perpetua añoranza sin causa, un origen
el sembrado por los dioses;
crascitar que belleza acoge,
que arrulla en sus alas.
Metamorfosea, dictando rubor
entre escalas terrenas,
cónclave rumbo al cielo de las plantas,
un cuchillo de grama blandía
sequedad de estío insubordinado,
oro trigo esmaltada la sed que acusa,
un solo dictaba el grillo
en Sol mayor,
paseaba el camino la zarza,
me crucé con un alacrán soberano
quien yo era,
con sus pincitas
cercenar mi poema puede.
Hombre de lluvia
entre el marjal solanero,
pretiles gestos soterraños,
poza de su silencio
amalgamado de nuevo,
solo desliz pasajero y vuelta
a su patio de caléndulas
de sueños azules.
El Castellano
Faz vivo:
Ojos tuyos que enigmáticamente
avivan el furor de los astros
en abismo paralelo, cósmico;
un crujir de ascua, interna
y desfondada late
la profunda luz
que mi pecho abre,
eterna batalla
cuando en tu mirada
suena la sempiterna noche.
Un deslizar intangible
que marca el tiempo
sobre la ojera de la luna,
desviste que alumbra tu paso
onírico en carrusel
de estelas flagrantes
dictando como es arriba es abajo
tu bella secuela.
Zarpazo superior
y vuelve que se aposenta
azar de tres caras,
corralillo de estrellas
y volví a descubrir
que los ángeles no tenemos miedo,
cromático azar indeleble
un parpadeo bramador,
en escuela errante
del nido mi cuclillo correcto,
sentí al ver en la tierra
mi placer que cierra,
canción de río mi bravísima alma,
por frondoso valle
de faz en luna amante.
El Castellano
Destino irisado floreciente:
Dama de la noche
tus mil especímenes
de besos en negrura caminantes.
Por un crimen de flores
avanzo que adentro la tiniebla magna,
una sola esfera
mil sombras camino
hacia la negra puerta
del sigilo nocturnal
todo se vence en un abismo
cromado, rasguñado,
las solas tempestades aladas
luz afligida, en torno
la cornucopia veloz
que todo distendí,
mineral candente acusado azabache
pletórico,
entre bruma esfumada,
informe desliz nacarado en musa mayor,
entre el señor Niebla
y sus rocas mortecinas,
abren esqueletos nimbos indescriptibles;
espectral bruma mi soslayo,
entre este humo solitario
y mi adoración endógena,
como sendas surcadas
por mi babosa metálica,
hilvanados caminos plateados,
conjeturas por sombras
y sus halos indiscernibles.
El Castellano
Embeberse el alma:
Ven, aguarda
el suspiro que escampa,
por orillas infranqueables
lo esencial tu magia,
como torrente pulsado,
de falanges paseando,
silencio eterno en las aras,
voz como núbil destelleo,
incesante que acrisola
entre tus dos pétalos de labios,
avalanzó el torrente
queda engarzar y trenzar el beso
fugaz entre dos ríos,
pardo y perenne.
Dulzura incipiente,
como fueres
siempre a tu lado del azul
intangible,
vagando yo aciago
por las lindes de tu alma,
anhelante,
quieto expectante,
de tu rubor en abrevadero
y sola poza,
en destino,
franca, flama
y un deseo que corre
y te acampa,
voy hacia el tercer suceso
tu gracia
terneza, entre puridad
y ardor entre ascua y candelabro,
entre vida, sueño o beber tu guiño celeste,
vaporeado.
Desnací en tu agua quieta,
una vez y así constantemente
avivando la ilusión
abismal que nos envuelve.
El Castellano
LECHO PARA NOBLE SILENCIO:
Encontrase siguiera,
novia, amor y mujer
este dolor enjaulado
de amistades perdidas,
de amores no perdurables
de tiempo libre, efímero,
clavado en la tierra
de tumba yerta, perenne y muda.
Toda divina causalidad
soterraña de limpios besos fatales.
Yacija filosa de alma su boca,
cónclave de Mercurio, Júpiter y Atenea,
bajo mansas lindes
se acostó mi espíritu,
ya solivié que desterré
la parca negra y sus alfileres.
Atraje a mi yermo ambrosía
de musa su esencia,
ya afligido serví impetuoso
al solo halo flamígero,
desdén de pocos
sin superior,
ni madre conciencia
acuné mi desdicha
en su melífera ternura.
Patio manso,
con redil cercado mi cordura,
osamenta de luna desciende
a mi ambrosíaca esfinge,
acunada mi parda, honda sepultura,
vine que traigo sus voces difuntas
en el carrizo de Helios,
en las rosas de labios de mi amada,
que acaricia que regenta
la negra sangre afligida en esta espina,
maldita sombra, ay de mí,
sonríe mi noche furtiva,
con lengua maligna.
¡Oh, divinidad superior!
Cubran tu manto de las flores estigias,
y los ríos dejen de llorar
sangre mortal,
la fecunda alegría sea cenit
y dichosa ceñida a tu torso
de mujer fecunda,
a ti te abran mis flores
cada primavera,
¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus!
Escucha, susurra nuestro silencio,
el tiempo que cerraba mis ojos,
y vestía la flor de opacidad,
con el color todos mis sueños,
buenos malos, no niego,
Abrid por Catulo
los cerrojos que atavían
a su agua de palabra,
hoy, siempre, se escuche mi marjal
de claras hierbas,
fecundando su clara tierra de piel,
de mujer valedera.
El Castellano
CADUCEO ESPIRO:
Ola de escollo en tierra
consigna sembrada.
Llamas en ojo de sangre,
horizonte que atiende,
Luciente llama.
Escita levantas
de insignia pasajera;
mi dulzura de cólera nacida,
cantad mis años dulces a Diana
entre boscajes y frondas suaves
donde el torvo cielo no amenaza,
allí se blande mi ser recto
de conciencia pura
cantos se erijan
de verdad desnuda.
Sombra de saetas vanas.
Sangra luz viva,
altiva, nada sin tus honores
consagre el viento de plenilunio
ceñidas las verdes sombras
de las hiedras arrancando
liras al pueblo fragoroso.
Vieja entraña lacerada,
escucha
el reverdecer de la sagrada cepa.
Vestal engarzada,
encorajinados templos
nacidos del fin
de los tiempos,
túmulos de luz
con soterrada cripta,
abriendo, despertando
senderos sin final,
sólo comienzo
llamando la resurrección;
posando nido de nueva sangre,
sonando los clamores,
tambores aguardan la nueva guerra
que trae la vida,
eterno resurgir
en vestigios yertos
transmigrando el eterno
ciclo existencial
por el que
quien nace guerrero,
guerrero muere
y guerrero renace,
en la lucha de completar
su alma en final.
De navegar el Valhala,
así bajar hacia arriba
la osadía
de Parnasos devorados
y furtivo conocimiento, que no acaba
como espiral de perfección era,
de siembra
de capataz del único
origen de tierra,
deslumbrado este hueso avanzo.
Llameante fuego,
de los cielos
acoges y al frío duermes
que los campos
ya no emblanquece.
A ti padre de los vientos
te imploro traigas tu negro vendaval.
Así choques Aquilón norteño,
con Ábrego;
abre esponjada la tierra
a tender umbroso,
páramo sin azote
del fuego del cielo,
oh labrador,
que clama ya,
la enhiesta primavera.
Sin honores
no hay versos,
ni comensales.
Cuál la vigorosa,
valerosa quimera
que el ser no enrosque,
llegada la hora.
El Castellano
EXIMIA FLOR DE CENIZA
Eximio:
ilustre, excelente, notable, magnífico, eminente, destacado, insigne, relevante, sobresaliente, superior
afamado - cimero - ilustre - insigne
EXIMIA FLOR DE CENIZA:
Limitada siembra, de los que venimos de la urna de arcilla;
o flor de tierra, añiles fervientes inmiscuye,
de salmo en raíces, mi una dicha,
mundo en partición de yacijas terrenas,
piedra y luz es azotea en España tela de araña,
redimido compás de los que no son de mi estirpe,
o íntimo metal soy descendiente de mi Sol.
Luz adjunta mi musa, derramó en virtud,
A sincera vista; discurso de su alma.
como poliedro en la solana que muda crisálida,
vamos marchamos hacia la ausencia repleta,
o al ánimo para siempre,
mi localidad en luna de oro,
bañada en sempiterno campo lírico,
defiendo al ídolo castellano de su encina,
o infierno de paraíso terreno,
flor del monte eximio de entre las ánimas,
brillantez de corona perpleja luciente,
como arribar del barco esencial que trae alimento
a todo espíritu que yaga en su padre tiempo,
lírica naciente de sus pétalos de ceniza,
alimaña enraizada con espiral armada,
llave del portón de madre tiniebla.
Pan y estrella de mi panida olvidada,
palpar vigoroso de orador inmiscuyendo,
certera sentencia relegada,
como cosecha de mi huerto de propia campiña,
anuncio que llegó la primavera
de este soldado,
abrió su primera margarita,
en patio de la araña
abriendo borbotones que alineaban suspiros
de la tierra germinada, en ciclo de muerte y resurrección
del planeta o estrella apagada,
mi dulce miseria,
la llamé eximia flor de ceniza en pétalos de carmesí persona.
primavera del hombre vivo-muerto,
camino a su ínsula radiante.
Alegoría desdichada soy;
de Sol que desnudo canta,
para un mundo de cabezas de grama en dossier,
y cebollinos que caminan,
resistencia particular del otro fuego azul,
tomo un anís en la posada del sueño,
que soñé visitaba Valparaíso.
Donde están los cardos,
anido allá los sones de alma,
y se abre y trasciende el campo de poesía,
con poemas augurales.
De gotas puras,
o lágrimas apodadas sin poder precipitar,
como sembrar de voz el aire
y ver que llora lluvia la virgen de la cueva.
Förüq Castellano
Abeja de tu arpa silenciosa:
Ardorosa retina,
en frente un sol tímido
de centelleante rocío permisivo,
alborada con viento furtivo
de nueva alborada forjada;
pupila en abanico cual veleta,
pura rosa entre mis cristales,
de cal y sosiego,
borbotón espantado
en brea encendida.
Ver florecer tu silueta enamorada,
herida de absoluto diamante.
Desdicha en astro palpitante
entre sus piernas gemelas,
congela este desliz inmiscuido
que quiso ser dentro de tu ser,
adelante mi lozana castellana,
de albor intocable,
y sonrisa numinosa,
ardor en pecho amante
que sienten apretadas las mariposas de tierra
de mi carne;
llagado mi deseo
de cruel infortunio desaconsejado,
no retiro y no alzo mi osadía
en cuchilla de quimera entre mis manos.
aljófares destrenzan almíbares
en escalas de hielo,
con mis fauces entre sus labios,
oh sonrojada nota,
instante de negro cielo, y negro día,
voy rumbo su carmesí terciopelo,
luna no cae ni su azúcar ni sus flores de café.
Agarro tu tempestad,
afiebrado, frío gané el pulso del olvido,
rompí sus esquemas,
y no viví terror que te fueras y no volvieras,
abeja yo que vuela su fatiga animosa,
de plañir nueva siembra,
estridente mi porfía,
escondía la umbría,
sombra fugaz entre mi frente.
Entre que avance
su dimensión del pez muerto,
y su desnudez violenta
sin atisbo de nácar ni alta ojera enfundada.
Espiga en los cuarteles terrenos,
de mi vestida primavera primordial.
Förüq Castellano
Indemne acontecido:
Salir ileso
de tu hechizo que metamorfosea,
prendido de tu arcano fuego,
horadando todos mis resquicios tenues,
lúgubres;
destellando por más de ti.
Tu obscuridad me está llamando,
de nuevo sin mi otro, sin mí, él mismo,
inundar de luz tu abismo,
con la lluvia de mi Sol;
candor en raíz que precipita,
mi arpa luce su vástago simiente,
que del albor a mi albo traje,
nadie negará que yo te ame,
sea como fuere, y el destino mande.
Semblante distendido,
enajenado mi lobo ártico.
Danzo, danzo como espectro ante la luz
beso mi suelo de nuevo.
Florecen mis ganas de beberte
y dejar rastro de flores.
En combustión, que cede y retrocede
con besos en la madrugada escueta.
Guardo retales y tus halos
flamígeros al tacto.
Espero mi fábula
de grillo en jaula.
Déjame ser yo esta noche,
que de Mercurio haré islote.
Dormiré su profunda ojera,
desnaciéndote, surcaré mares
de pecho en boca,
hasta anidar náufrago de tus impases.
Diamantinos, absolutos,
perplejos, conjugados,
vespertinos, incendiados,
acompasadas hendiduras
traspuestas al solo cóncavo,
de la cresta de tu mirada.
Buenas obras se le pide
a tu soldado.
Colmaré tu atrio
hasta resplandecer
tu una dicha, amante.
Förüq Castellano
La esencia:
Hueso, eje:
Mercurio Ninfas ardoroso mi sueño,
desceñida, Apolo, campiña Liris, río silencioso,
liberta, parco asiduo adorador de los dioses,
imbuido en recia doctrina,
Júpiter Estigia diosa púrpura.
La esencia:
Mercurio
tus barbas zigzaguean
el plomo de nobles relámpagos
metales irisados en fundido tacto.
padre dios del brillo primero
sin descendencia,
oh, tu filo insondable,
por el que visualizo
ardua Musa de tu rivera fecunda,
ardoroso mi sueño,
eres tú quien lo desempeña
y otorga.
Desceñido vals
de mil antorchas
a Apolo lanzo
mi baquio seguro,
candente de mi ser, estela,
campiña lucen
los pechos de mi diosa amada Venus,
con su río silencioso
hace mella en el Liris, mi esencia,
Liberta mi oscura Ninfa,
musa que proceso rito y culto,
parco, asiduo,
adorador en hondo terreno
mis dioses del averno,
que beso para tocar el cielo,
como es, arriba, es abajo canto;
imbuido en recta filosa doctrina
de venas razones
amar la oscuridad
sin condiciones,
por Júpiter, no hay guerra
finalizada sin comenzar,
tengo duro, limpio abismo con portón
abierto de inspiratoria doncella escarlata,
llamada volver a comenzar,
diosa púrpura sólo ella mi musa.
Förüq Castellano
Al sol mío venidero:
Canto,
al lánguido fulgor de amores
que desvanecen,
que embisten,
que resplandecen
de la centella indecible,
indefinible,
la esencia que lo atavía,
como furor de las armas viles,
acaso existió
la distancia para el alma, pregunto,
candoroso desdén,
en sopor armonioso,
hermosura presurosa,
de bello luciente,
mi astro,
derramé súbito destello,
acaso abandonaré esa sombra
que corre procelosa,
los campos,
las lindes
de los instantes vehementes,
con parco semblante
de fanal fuego
de sombría melancolía,
canta alma mía,
que ese azar funesto perece,
apelo mi contento,
firmamento no subo,
aquí justo, bajo los cielos,
que puso el hombre.
Avivo que presento,
la corona mi espíritu,
entre lirio y lanza de Atenea,
forjar esmerilado
sueño que arrostró
anhelo quieto,
de caduco rostro,
postrero avance la niebla mía
que no difunde ni envilece,
ángeles clamorosos, fraternales,
de anisada llaga de vida,
os bendigo
en dichoso vuelo.
Yo no dejo mi amor en agua ni en tierra,
sí en la simiente,
vagarosa alma mía
viva tu imagen,
viva tu solo espejo,
por mi carne acompañado,
escuchar mi acento,
de barquilla en brea perdida
en tabaco fugaz.
A formar trino,
armonía cela,
que ya aclama,
entre laureles de mis dioses,
y no perdono
enviarte la somera
golondrina humilde mi suerte,
te dejé una flor con una nota
de único romance,
mi crujido que envanece,
y repican las campanas
los rotundos cristales
que afloran mi pecho
por su transparencia habitada.
Dejé marchar a mi sombra
pero siempre vuelve
porque me quiere,
mayor bogo el veinte y seis
de este mes
que hacen tres lustres
en latencia
mis tres latencias
de treinta años que marco
al fervor mis soles,
un tercio mi vida asida,
cumplimentada
si te ocultas hoy
cuan luna en destreza hermosa,
puede que te alcance
en uno de los soles venideros
y sus hoyos magnos
donde me dan de beber su sangre.
El Castellano
Pesquisa superior:
Cantaré a tu gloria,
de belleza fecunda.
Mi fiel abatimiento;
en rito o plegaria
avanzará o surcará
mi amor valiente.
Tercer cielo
que nueve hojas
me abarcará.
Batiente el reflejo,
tu aura acompasada,
transmigrar tu honda dicha,
será, será, será.
El azul que era malva,
el malva que fue violeta.
II
Cantando a las azucenas
de la tarde guardada.
Bardos mis deseos
no desvanecen.
Y al cantar sujeto,
efluvios siderales.
Tapial este silencio
perdurador.
Franca verja tu amor enjaulado,
bajo nueve cerrojillos
en bronce mi tajo,
abrieron dos.
III
Esencia rauda,
afilar la palabra,
y descuartelar la letra
en un, dos, despierto.
Ánimo mercurial destrenzo,
en dulces acordes,
besando de tu violín,
surco y pulso cuerda.
Un amanecido grillo,
eterno dice que Förüq
Hipsípila no morirá
tras acople.
IV
Cruzo el viento,
y veo la alegría,
a calmar tu férrea nube
canto.
Abre la fiebre argentosa,
el cuarto cerrojillo dorado,
entumido halo,
en penumbra renombrado;
abrió oscuridad sus alas,
letargo de postrero
avance,
ventura por tempestuosa
niebla encaro.
Imagen de luz,
de torre mi penar,
que retira.
V
Orilla que descubre
tu reliquia onírica,
que magia apremia.
Fui directo y ablandé
mi tensión superior.
Camino el Valhalla mi letra
Aposenté.
El Castellano
Silencio en tu hielo de ojos:
Sonatina extensa, yerta,
embelesada; flagro que venzo
un son cobrizo,
del metal noble,
sin margen, ni acerbo, ni curva,
un solo de quebradiza arpa lira,
mi ser no delira, te ama,
con ropa tu intelecto,
en flores de tu vestido solariego,
traspuesta tú,
por los sucesos difuntos ave negra nocturnal prestancia,
voy hacia la décimo octava estrella
que son dos nueves en llamas.
Sin franca, tapia, ni verja,
es un Sol inmiscuido
de onda ojera de luna argenta;
es mi sino,
carrusel, infranqueable de espinosas,
aspas de lucientes,
y su luz que ciega,
es un cantar al crisol de reina musa,
es un heliotropo sondear;
buscando a Leannán-Sídhe,
por concavidades de su hogar,
por astrales límites de su unión
sujeta sangre,
de mi erizada savia.
Förüq
FLAMEAR, Destellatoria, OCITÁNUL:
He bailado en tu obscuridad,
para poder sonetar
nuestra propia luz.
Flamear constante de tu nitidez
de estrella endiosada, incipiente,
flagrante, absorta de atónito atuendo,
dilucidado expuesto,
acreciente mi beso
con el tuyo dado
a mi puridad
de imagen Solar,
avanzo tu alma
el silencio es más lunático
que su reversa palabra Ocitánul,
es un resquicio...
Tibia, desangelada,
de tu musa belleza
y mensaje empíreo
de tu sola alma,
debo decirla
que ya no más sola,
tengo sentido vívido,
y tus falanges lo sostienen
musa golondrina
abeja de mi caléndula de pecho
trenzo el azabache
que nos llora la noche,
para despertar a mi lobo.
Luna en constancia sempiterna
te vuelco en tus cuencas ondulantes
de tus manos abiertas.
Ven, ven a mí
deja tu cena romántica
para mi póstuma celada y su égida
de Zeus y Atenea.
Tu querubín
yace que yaga en un tiesto,
capaz de germinar en flor
el tulipán amarillo vetusto del destierro,
alzo que seré referente
magno de mis castos dioses
en la tierra castellano,
su sangre mi tinta;
Raíz de ellos y Cernunnos, Candavmis.
Ó Valhalla,
venga musa a pasear
mi yermo arcano,
encuentro que sigo tu estela luminaria
de aquí a Mercurio,
exacerbo, a diosa Venus,
y mi dios Gemineye
con ojo sangriento,
me dirige,
que soy yo solamente su sirviente,
nacido de la novena estrella y su telaraña destellatoria,
eres tú musa
digno afán de tercera constelación,
vengo con mi canasto
en clepsidra que plañe la comunión
certera de tu pluma
y nuestros astros,
sonríe plena mi condena,
y el ripio
para quien se guíe
y cabalgue definición,
señor de yertos fantasmas
cabalgando los cielos,
caballos espectrales
de claros relinchos azures,
hálito de hielo bésame;
cabalgaré tu sonrisa
doncella escarlata,
quiebra mi arpa
con mis manos sobre mi pechera,
AERE PERENNIUS.
Más duro que el bronce,
quién me destierra
si yo soy de tierra
y ella es mía,
inmortal, etérea hacienda,
los duros somos tierra
los demás, ceniza.
Mi Sol es invencible,
baja e imanta mi Luna de plata
que eres tú Musa.
Förüq
Sacerdote de Musa:
Silencio me extirpa del vulgo profano
mis cantos olvidarte jamás pueden,
Musa,
sacerdote yo de las Ninfas Musas,
coronada implora tu gloria,
desdén que amancilla los mortales,
espejo inmiscuya,
tu beldad piramidal
.
Doncellas hadas y Sátiros me escuchen
entre el bosque de reina sombría,
mi bardo imperio implore que presida
a la izquierda de mis castos dioses;
Céfiros de tu alma me acaricien la forja,
tempestuoso ímpetu de solana pulcritud;
ungida en tus mares de manos que escriben,
mi árbol alegre lluvias preludia,
sobre la faz de esta espada,
campo de primavera rigurosa
con sus pretiles gestos sin azada furiosa.
Turbio dispongo el alma de la piedra Frigia,
sol humilde me acompase,
púrpura naciente tu sayal desciende,
vid de hondo señero de Falerno,
su umbría sombra en racimo cultiva densa,
a pie de honroso pueblo.
El Castellano
Beso de agua ignota:
I
Modulas tu consistente
clamorosa felicidad,
de oscura nota
que suena la noche en tus ojos,
indescifrable relámpago percibido
en anterior registro,
paisaje latente tu dicha
por mí acompañada.
Dulce acorde
que cae a chorro
por las venas de opacidad de materia.
Rizas que embebes el descansar
de la flor.
Pupila cristalina
en rocío sobre papel de luna.
Silencio sobre polvo de memoria,
oscura cauta luz
de muerte entre los besos,
escaleras y espejos carnales.
Límites de anhelo ojalá los vistiese,
sangrando ríos de escamas inefables.
Entre el crepúsculo más sonrojado.
JUNIO Hace seis años:
II
Descuelgo en tus alas
mi impetuoso servir a tu cantar.
Me adueño de aquel néctar
desvelo de tu silueta.
Donde derrama
el sueño enarbolado de mi calma
que atrapa clamor de fulgores.
Entre tus pupilas que musitan
quédate siempre.
Descampado de ilusiones donde naces
y mi interior floreces.
Oh flor de embeleso,
cristal de tu aliento,
corren puras tus aguas
en los suspiros
donde no encuentro olvido.
Sólo reflejos de tus ojos
a cada hora que se cuela en mi ventana.
Quiero perderme en tu inspiración,
clavar un firmamento con tu sabor,
ser viento que te lleva lo que siento,
ser piel de esencia en tu cuerpo,
rayo que rompe el silencio.
Para tus ojos quizás
solo poeta enamorado,
letra en tu cariño,
jardín en tus recuerdos,
quizás sólo quiera ser yo en tu sonrisa.
Camino tu cielo sin prisa,
me dibujo óleo de tu aliento.
Un nudo de tu destino,
una gota de luz que acampa tu alma.
Quiero ser un latir en tu mirada.
III
Corre el beso, se afila el verso.
Desafío a este silencio.
Cierro mis ojos y dentro te veo,
sólo sueño
y tu destello se vuelve maravilla
en sus pétalos iridiscentes.
En tus pupilas se disuelve mi vida,
vida.
Te bebes mis nervios
y entre jardines noctámbulos amanezco.
Surcando tu cabello azabache,
vendiendo mis mañanas
por el ayer a tu lado acurrucado.
Efímero el segundo
descansa en tu parpadeo.
Cruzando el río de mi adentro te veo,
dando vida al dulce tormento,
ese que me tiene pintándote de ternura
un firmamento,
del color de tu alma pura.
De tus labios tomo la dulzura,
remolino de cariño te vas volviendo,
cuando tu cuerpo manantial secreto
observa como el agua y la poesía
hacen el amor etéreo.
El Castellano y Leannán-Sídhe
Halo chirría:
Hoja, dime tus devenires
desde un otoño caduco,
a tus mil aullidos de árbol.
Entre resquicios opacos, umbríos, lúgubres;
sin luminaria fidedigna;
avanzada de una tenue luz difusa
y un crujido seco, soñador,
de oídos precoces,
un solo de arpa y volví a ser
un chasquido en la ventana
puerta de este mundo
con el halo de mi vívida fantasma
sonámbula, habitada en todo estridente
reflejo, llamado invierno.
Förüq Castellano
Poema de 2012:
Gran luz, amarillo brillo de tu amor,
luz de tu esencia, sangre de fuego en tus venas
de vida en color, mas atada a tu tierra,
solitaria de tus páramos,
amapola amarilla de montaña,
reina hada del bosque de las sombras,
en tu despertar iluminas espíritus olvidados
del corazón más profundo del bosque.
Mas tu hermana sangrienta roseta de penitente
nace debatiendo qué color vestirá su flor
violeta de reflejo de luna,
manchada de sombras de amor a la noche,
o rojo cual granate hechizado de corazón de sangre congelado,
sea cual sea su manto, no olvida;
vestirse de todos los colores
con el negro más opaco,
de recuerdo al fin y el resurgir,
al comienzo del pétalo amado.
Aún sabiéndote amante de la soledad
también creces en familia,
de sangre marcada tu insignia
recordando que quisiste tener corazón
y te ataron a la tierra,
hasta en tierra muerta creces,
para aliviar tu pena poco necesitas,
tu belleza alivia tu alma,
del viento obtienes tus caricias,
de insectos los besos, y del tiempo
el sustento para tus semillas de tus urnas,
ciegas nacen, ciegas caen a la tierra, en la noche de lluvia.
Un día de primavera a una
se le ocurre el sueño de despertar,
pronto sus hermanas le siguen,
en belleza de la vida ves nacer y morir,
espíritu de reina tu entraña amapola,
nadie te odia, muchos te aman,
bendices la casa si tú, gran luz,
floreces amarilla en la rocalla.
Mas si tu bendición es ser blanca y morada
das el sueño de la más bella hada.
Si naces roja y negra das tranquilidad y alegría
al espíritu que en guerra se encuentra,
si eres roja como el carmín del deseo
tienes el amor del camino que cruzan las almas,
como tu eternidad en la tierra
a la que te ligas y esclavizas.
Quién te daría ese nombre de amor,
quién te nombraría desde la antigüedad
planta de la alegría,
quién conoce tus secretos,
sólo quien se funde con tu sangre,
quien ve tu alegría en la primavera,
que te cobija,
quien ama la vida,
reina flor te ve en la tierra
y amada musa tu belleza,
quién te conociera, quién te conociera.
El Castellano
Outsider (Fuera lugar):
Es mi oficio,
un desempeño,
tangible, armonioso,
y epicúreo.
Bronce de mi sangre belleza
¿Oh dulce sangre!
sanguinoso destello
carmín, bermellón.
Empíreo azar indeleble,
madre y padre de musas,
rito y constancia
fiel prestancia,
litigio iridiscente incendiado de brea,
azabache nacido de oscura retina,
amor al arte es falacia
es honrada servidumbre
a los dioses, mis padres,
mi ruginosa letra endemoniada.
Sangre sin cristo ni espuela,
es azar de siete telarañas,
candil que se enciende,
es endógena inspiración,
inmiscuida,
soy sirviente escribano
del fulgente hálito ambrosíaco,
azar de nueve barcos
bajo océano de tinta roja,
un beso y un epitafio,
una bandera de sangre y brea.
una desquicia resuelta,
una moneda de nueve caras;
un despertar y lamer hacienda,
es el ninfo rey Arte.
mi desempeño a diosa letra,
mi oficio y mi yermo,
mi cementerio,
y mi hospitalillo maldito.
Suerte del aojo enfundado.
Es un grito bajo tierra.
Soy outsider,
camino fuera de la línea,
os compadezco vidas cepas de un día.
Yo muerte siembro
y lo bonito que me florece.
El Castellano
---.T
A Calíope:
Recto escalafón
dorado al beso no dado.
¡Oh! Calíope;
baja imploro
te estoy construyendo
un cielo dorado a ras terreno.
Madre ancestro de musas,
figurados y primigenios.
Estuco tu mirada de puro cuarzo
y tu semblante de estrella inviolada
avanzo tu esmeralda de mujer cristalina,
beso tus pies descalzos Musa.
Necesito colmar tu atrio
de caléndulas solariegas y rosas de muerto,
abriendo fragancia de mujer desnuda
al Paraninfo yerto
Castellano.
Yo Raíz de los dioses en la Tierra.
Tú mi Flor.
Förüq Castellano
FUENTE EXTASÍA:
Cercenas esta hoja ilesa,
la niña de mi verso si acaso pudiera
sangrar este cielo,
y su avenida en estruendo quejumbroso
sonido, al menos
un espasmo,
una lengua de nervio,
una acequia de sangre
es el hombre
si al menos fuese hombre,
fiel testerazo ensartado de bestia
caminan las sangres,
y nadie vendrá a vengar a los hermanos,
desfallezco,
exploto en pétalos bermellón,
soy de mí
preso de una historia que nadie me escribió a mí,
rayo colapsado y su vertiginoso alambre,
es una avenida esta fuente mía
en un páramo rojo
en un gozo olvidado,
así la mina que se destapa,
ardiendo la pena dorada,
por quien la siembra,
por su azada maestra,
desquicia fina en teja, con tejado
en alma de ángel por cadenas,
destierro enjutado
en duro, desvelado canto de tierra seca
bañada su era en sangre de cepa,
hay un olivo que vive lejos,
hay un señero y estaca de linde quieto,
por los sorbos que me robó la siega,
viento, viento, labrado,
de letra y estalactita
de surco y olmo doblado mi tinta.
Hierve mi fuente niña.
El Castellano
SILENCIO ESPINADO
Mantenme afuera,
sí, dentro de la luz,
fuera de la noche,
las estrellas
colgadas
en racimos a la espera,
solo sólo yo para ti,
crepita mi hueso
esta escarcha deshojada,
por venas del humo
de mi escuela,
por donde se acaba
el suplicio
y yerta la luna
destapa
sus besos de malva,
por ende, este duende
comienza
la libertad de la sombra,
cayendo de nuevo
su araña está,
granate lustre de sed
por avivar
una vez en la existencia
el mar mi sobriedad caminará,
de la mano
tambores de tierra quebrando,
por su camino dorado,
el sueño y su telaraña rizada,
aúlla el camino de la zarza
y destapa
la soledad con capa,
de desertora entraña,
de una vida en la espina,
y su cúspide labrada,
es por el sol
que nace mi albor,
resplandeciente como fulgente
mordiendo mi suerte
es de la luz el siglo resplandeciente,
fuerte siempre fuerte
avivo esta lumbre,
giras, evanescente
acoges mi fuente
que en gris y verde,
en verde, azul y gris,
las muertes, bulle,
para ser un linde y un campo,
un abrojo y un manto,
un despertar en amaranto.
El Castellano
Umbrío trueno:
Oigo estruendo
servil de azote
de relámpagos,
¿Oyes el tintinear
de sus cadenas?
Son cuatro que tiran
los párpados del ojo
de mi abuelo Balar,
agitan los carros
de fantasmales corceles,
abren ellos los sones,
fulgura mi romo hierro,
timbales estruendosos
en polvo y humo figuran
y voces y solanas lunas de acero
y crepitar solo entre mares
de yermos arcanos
y son de armas
sus pesquisas afiladas,
sentencias me iluminan
mis atinados ojos,
entre la sombra
y una deidad suprema,
bailo mi oscura estela
siguiendo cruces y arquetipos,
voraces fauces alineadas.
Divisas tú el crepitar argento
de mis infantes;
es sólo sangre en mis ojos,
reverbera, luce,
cruel insignia advenediza,
como esquela sembrada
en rango de visión,
humo y acero de pecho
y solo azur mi nombre cabalgo,
castellano de su llano,
por coraza su dicha,
por polisíndeton un ente fulgurado
del camaleón yo era,
o Poli- Policarpo Díaz.
Boxeador Español;
todo relativo de intuición que busque
en el campo la espada,
una flama, una vela,
cinco mil razones para seguir
a la musa del ocaso,
de cromada secuencia
en alma sujeta, ella,
amada luna sempiterna.
El Castellano
Oigo son de armas y de carros y de voces y timbales...
¿no divisas un fulgor de infantes y caballos
y polvo y humo y fulgurar de acero?
Giacomo Leopardi "A Italia" (1798-1837)
RENACER DEL ASTRO:
Una de sangre:
Arte supremo,
Lugh,
el sol mi Sol,
amar, la vida,
sentir
la estrella,
sentido sentir,
la luna,
sentimiento,
fugaces atrás
veo,
sonido,
destrenzo
quizás dentro,
la poesía
playa de sangre,
mar adentro,
latido
de la parca
efímero,
ceniza,
mi sentimiento,
era o es
llegó el momento,
ven, revélate,
puedes tomar
tu lugar
dentro de mi cabeza,
verdad,
mentira
todo se acoge en uno,
arráncame de raíz,
mi tiesto es la poesía,
humo
la sombra,
oscuridad me llama,
no estoy en peligro,
yo soy el peligro,
te escucho
gritar quien soy yo,
yo soy tu pasado
tu presente
y tu futuro,
el tren de la noche
me persigue,
lunas atrás
el sonido arañaba,
el cristal gemía,
la oscuridad se retorcía,
mi azabache lloraba,
crepitaba la aguja
de mi reloj,
dormía el astro,
me encontré con la una,
las alimañas vivían,
se rizaba el segundo
entre arañas grises,
todo parecía
renunciar a la luz del día,
vi mi poder vencer,
me gusta más la madrugada
que la luz siguiente al alba,
la una no será más la sola una,
la acompañaré
será la una acompañada
de la madrugada,
mi sonrisa taciturna desvelada.
El párpado deshojado,
el sonido de un grillo errante,
el abrir de la noche
que fue instante,
esferas negras
ilusiones consumidas,
tiempos navegantes,
entre miradas
y lazos que evanescentes
marchaban,
y se quedaban.
Resumido en el besito
que anidaba proscrito.
Es una cruz, un origen
la vela y el candelabro que marcho.
Entumece visión su huella ausente,
aludido encumbra el párpado mío,
deseos en tierra soterraños,
avanzan los años
y se siente se exacerba ella su belleza
es dueña,
avanza sin rival ni reseña,
si su alma acaso me duela,
encuentro mi verso soldado,
por un mundo que cae en harapo,
es clase de fantasma que gasto,
es sangre en mis ojos,
el ruido,
la siembra,
los colores,
la verdad,
las mentiras,
el sol
mi astro,
la entrada, el portal,
la vida, mi secuencia
pureza soledad alacridad extensa.
vine a romper el hielo en su frente,
el gris,
las fuentes,
la calma,
la esencia
que es brillo
que es fulgor destapado,
desavenido destello crispado,
cariño
la secuela,
fantasma de primavera.
Ario yo, en similitud sembrada
cadena de ausencia
arrastra mi alma renegada,
las luces, el orgullo,
abruma mi ser
su historia de plata,
porque la vive entera mi persona,
y de su ente no me puedo desterrar,
si cesa su alma
cesa mi sentido
y aliento forjaría veleidoso
como escalar la sombra de mi parra,
como hacer casa sin tejado,
abandonaría todo menos a mi ser.
En mi guardería propia de estrellas
para ella, mi calma
de espíritu en botella.
EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO:
Operación cero,
preparado para destrucción completa.
Temblando ruido agresivo
supresores activos,
hostilidad caótica
controlador inactivo,
Ctrl. Alt. Delete.
mente eliminada,
extasía fijada,
dominación eleva la distorsión;
extinta clase,
energía nunca muere.
Raza real avenga el paso,
controla el ruido ahora,
real es terror en el hueso,
juntos:
-Guerra al error,
guerra en la boca de locura,
nadie viene a morir hoy.
Tropas de la luna
blanden metal oscuro.
Más duro que el resto del tributo,
pura luz sellada;
fase helada en un, dos, tres segundos;
vidas en el ojo de una aguja
sistema sobre saturado
dirigiendo bajo tierra,
era del resplandor metálico.
Mortífera debilidad
perfección dicta
destruid el defecto.
Vandalismo ordena
descanse el tributo enajenado.
Llanto de la guerra crispada,
sórdida esencia implícita,
tercera fase encendida,
fuerza canta
ciega su falta,
exterminio en vena férrea,
faroles dormidos
esperanza difunta,
cobres almas anidan
sigilo deslizado
por entes de éter.
Energía, niveles óptimos.
Conquistar y destruir es lema,
pasado rueda
el olvido del tiempo.
Es hora de estremecer;
por un alma disuelta en electricidad,
fase oscura dispuesta,
era lumínica comienza decadencia,
telégrafos disponen alaridos en cópula
sobre postes de pino muerto.
Escarpias frías
sostienen pensamientos,
nueva era decreta,
hoy es mañana tejido en fábrica
de herramienta llamada éxito,
ilusión en cadena
para realidad de quien la estrena.
14-06-2019
Dicen que mi Sol ha muerto,
oh desventura,
mi luz gigante que toca su albor
de nuevo ocaso,
no nació dicen para la vida
por lo que la Parca muerte le rehúye,
invencible astro,
como mi amor
entre cristales de albas intermitentes,
fulgor, crestas de rayos
en soledad de perenne luz,
hervor de ondas inmiscuidas
sola, candorosa al crisol
de aspas luminarias,
hasta el torvo grajo le teme,
oh Sol de mis soles,
cuándo tu osadía de seco tajo
me raje los cielos.
Tosco como ninguno,
esfera al cristal de hielos
tu transparencia cegadora que clavas,
gigante entre infinitud
de argos sumos luceros
lejanos,
tú, ventana de eternidad que todo puede,
caracol de espejos
tú, sola esencia
que llora desangelada
luz como nieve intangible crispada,
hervor entre soles
te alzo mi digna espada.
No elegí nacer
y si vivo es para morir,
morir me pregunta ¿Cuándo?
Morir no quiero...
Pero vivir para morir, menos.
El Castellano
Campo de espigas:
Miro mi soledad
desde el otro lado
donde las sombras nacen
y crujen en las paredes,
caminillos del pececillo
de plata, acurrucada
mi sien
abre los lindes
del sueño retirado.
Es un desfile
la luz del astro
intransigente
sabe que no tiene
mejor en su empeño,
se riza mi idea
sabiéndome cuervo,
adentro el nueve
y el tres sacude.
Vive este caracol
con casa de espejos
habito el espejo
estoy escribiendo en él,
que un día
las imágenes harán
dulce sinfonía,
los sonidos serán
colores derretidos.
Mi casa será una hoguera
mi luz será invencible.
Seré yo el encargado
de cabalgar los tiempos,
el olvido dejará
sus cerrojillos
entre un manto
de abrojos lucidos.
Las hojas llorarán
baladas estridentes,
mi letra rozará
la perfección
de las décadas
florecientes.
Siente el poder
del cuadro
de la oscuridad.
Afílame el cuchillo
hiriente,
tejidas las arañas
de mi carne,
atraviesa esta grieta
de la realidad
que no llora flores,
sólo lleva en tules
almas y su ciego campo
de espigas.
El Castellano
Piel labrada:
Surco de noche
ya se retira
sonando el día
y sus rosas heladas
de invierno,
iris matutino
clamado
en este fiel olivo,
surca mi sangre
entre verticales filos,
mi gris vencido del alba
serena, más desnuda
que la transparencia
que el azul, afila.
Se clava este verde
militar de ciprés
como cuchillo enervado,
y su canto
en estos sigilos de chopo,
cargo mi revolver
naciente del verso
por un sol de plumas
cae fusilado el aliento,
algo que clavar
al firmamento
héroe del norte
de mi silencio.
Fantasmas
del imperio perdido
su bandera del tiempo
dormido.
Fúlgidos nervios
cabalgan los acres
de esta trinchera
donde mantengo alerta.
Jauría de sienes hendidas,
con fauces somnolientas
quise ser siempre
con esta mente,
profundicé el idioma
de la flor,
hablé con la tierra,
aún guarda mis abrojos
sembrados.
Entre brotes verdes,
impacientados,
aguardan el bravo
crepitar de la tormenta,
y sus besos azules.
Ahonda esta vida
silos del demonio,
simientes oscuras
de malas yerbas.
En este campo yermo
crece mi ilusión
que no me siembren
el dolor,
seré como la flor
soñaré con las piedras,
reiré con abejas,
jugaré con el viento
como la vida grita.
Ahora que la mañana
consume los suspiros
ahogados,
ahora que el cielo
luce sus corceles dorados.
Es por esta pizarra
que me habla el río
me habla qué más
que ser agua.
Deslices anudados
entre corajes florecientes.
El Castellano
Fulgurado sino:
Era un día que se podía rezar
a la estrella mayor,
como si una babosa metálica
se tratase,
busco en este astro una razón
abro a su luz mi creación,
que me cuente
de sus paticas que recorren
los campos tiñendo de ocre,
de su insípida lengua
que me recorre,
un hogar lejano donde descansar,
una novena puerta, a transmigrar,
creeme de nuevo si te digo
que soy tu hijo adoptivo,
nacido de estas cuchillas de trillar,
un verbo un suplicio despierto,
cruzo la era solariega
buscando quien yo era,
miro al muro sí ese que dibuja mi mente,
miro a la montaña,
recuerdo que yo soy la montaña,
navego este mar de grama
de esparto y tomillo, tiznada la jara,
sí vivo en Guadalajara,
como cuervo adoptado de Castilla,
avanza mi meseteño aliento,
aúlla que aúllo cual lobo de hierro,
una noche sin despedida de invierno,
avanzo a la llamada de mi averno,
está ardiendo en el cielo,
mi musa belleza,
hasta que se materialice
en mi única florecilla,
llevo mi canasta de melocotones
a ella mi gitana,
arrojo dulce abrojo
la quiero en rojo
a veces en blanco como prima
de la pureza,
sí esa que endereza,
hoy es un día teñido de espadas,
baja mi azul despertando a mi araña,
que hilvano y me hilvana
cual maraña de sábana de su tela,
no nadie entiende
por qué cruzo la espera
fumando el cigarro del minuto sujeto,
mis ojos ardiendo el juego
de su fuego de mujer,
ciegos pálpitos
crujen su negra pupila,
yo no estoy despierto
ella tiene de ausente su presencia,
cuervo soy esperaré su noche
noche negra alza tu sombra lúgubre,
yo cabalgaré tu sien saltando
tus oscuras fauces,
hoy lanzo tu tenue honda,
afilo este cuchillo a ver si canta
junto a mi iris vespertino
su crimen de pasión y de flores,
hasta que se duerman
los campos conmigo.
El Castellano
Vuelta al inicio:
Es del tiempo
la incombustible hoguera
consume la tierra
en perfecta esfera
se alza un maullido
desertor.
Gatos que suenan
como alambres
en casas sin teja
ni tejado.
Soñé un día
su contorno
su silueta
me arrebató
el sueño
diciéndome
y corroborando
su espejismo.
Sol oscuro
en días claros,
humedece mi piel
una áspera lija,
soy de madera
de ciprés.
Soy hijo del Sol
de hierro
y de la luna de acero.
Soy yo el encargado
de partir el viento,
yo que abrí
mi destino en dos mitades,
una para sacrificar
en ofrenda
si se cumplen mis deseos.
Soy de la tierra
una espiga.
Hijo del Sol de invierno,
ardiendo en hoguera,
del cielo
su quimera despierta.
Oye mi respiro
me tiene miedo la fiera.
De este panal
de mundo no soy larva,
soy abejorro mayor
sin reina,
hago énfasis
de esta siembra.
De la tierra
soy flameante espada,
torbellino de este mar
angosto.
Espuma de estas caricias
al alba,
crepita sobre una araña
este fulgor,
Torbellino señor
de rosas sin sangre
y sin cortar.
Como cruel indulto
a la belleza
por encumbrar.
De hojas y espinas nació
este tallo
que ama de verdad.
Que muere en el suplicio
de su despierto tormento
dulce, ensangrentado,
envuelto nacarado.
El Castellano
Sangre de musgo:
Trae este viento
memorias perdidas
del tiempo olvidado.
Trae sangre de los Dioses,
en muérdagos lucientes,
sangre en flor del musgo
por vivas piedras tejen,
espíritus en árboles mecen,
traigo estas vidas
traigo grietas en mi destino,
mi bravura que muerde el suelo,
desenterrando su sable,
sin oxidar que es mi espíritu
para luchar,
voz que me hiende la entraña,
al trueno es ella que silba,
de sus lamentos
vueltos testimonio
de lo que se convierte
la materia,
y su resurgir de tierra,
me avanzan los montes,
me beben los ríos,
para gritar este latido,
que no morirá ni estando muerto,
tiempos perdidos
llevo en una mano
en otra golpea
la voz de mi poesía,
y sus negras nubes de tormenta,
blandiendo su hacha de guerra,
bruma de su gris naciente,
ojos de la noche,
que sigue este lobo de hierro,
gritos en la espesura alimañas
se afilan la entraña,
fuego traigo que yo no deseo,
y fui a la bella fuente,
donde se bañan las almas,
carroña salvaje será mi enemigo,
y sus carnes cantarán con mi espada,
este sol me engendró de hijo,
estoy hecho de tierra y luz,
que mire la carne
que miren ojos que quieren mirar,
el armamento de este temporal,
lucharé por todo aquello
que amaré,
lo que amo será mi guía,
para nunca caer,
deshojaré las ramas de mi tiempo,
y en este cabalgar nocturno,
la novena estrella arroparé,
el tiempo conmigo volverá a nacer,
si es que no lo hizo ya,
mi cuerpo es la forja
dentro llevo la espada,
al tibio resplandor
sigue en pie mi batalla.
El Castellano
Carmesí inefable:
Turbado yaga mi espíritu,
sin voz yace mi gran momento,
puridad en crisálida perpetua,
oh, lacónica eternidad,
no te temo ya
ni tu crisol de hálito
me vence en inmortal secuela,
recto ganaré a la luz,
por su ceniza coronada,
cantaré hasta el etéreo vuelo,
me trasplantará el viento obscuro,
metálico azar,
erigiré un árbol de brea,
en mitad del todopoderoso silencio,
mi flor no sucumbirá,
ni mi verso armado
será litigio de crin en ascua.
Filial prestancia,
que nadie trepa mi solo nombre,
por cantos obtuso,
en sangre
suceden labriegos
fecundos.
Terrazgo de mi amor atado,
canto a mis generales,
despejen el camino,
y entre férreos cipreses
me avalen.
Tanta herida precedida,
tanta voz que muere,
sin soto de almíbar,
pena que no muere,
son este de mi bronce en ala
de un repecho carmesí,
soledad,
mi gloria tan fuerte.
Azucena helada de mi tarde,
resuena en ti
un azar indeleble
para indicar sin sonido,
que tengo corazón y cielo
atrapados en un solo verso.
Olvido sin espejo,
mantuvo suerte segura;
luz sin día ni ojos
fue perfidia en otro astro,
azul, paz,
cuchillo que mi vida hiendes,
a cercenar toda oscura alegría.
Förüq Castellano
Severidad enfilada:
Destino desvencijo.
Como un borbotón de sangre.
Suspiro rápido y hondo,
entraña amilano,
todo me lleva
sin redil ni correa;
a verme en el ojo de tu espíritu,
sí, resquicio parco, opaco, en tu voz,
en un patio de trincheras
y entes esferas, al crisol
de valles y venas,
en el recital jamás yerto de tu verso,
cauce perdido descubierto
entre sótano de luz injerto,
en la pupila del lugar mágico,
riera en rambla
donde crece mi amapola
de pecho abierto,
tu vida la saboreo despacio,
entre regio y mi coraje en flor
de nuevo cierzo;
tu sangre sabe bien,
alma invernada buscando
horizonte en mente concisa
y como no llega a destaparse
eterna dormida avanzo su esquela.
La veo en mis sueños,
resquicios oníricos del ser claveteado,
de vidas mías lejanas al tranvía etéreo.
¿Cómo no hay?
No hay nada que negar
nada que perseguir
que todo arte nace del sentido inerte inaudible,
en manos del destino me encuentro
y me encanta el momento
de verme en el ojo de tu silencio
recordando mi universo de astringente azur sarnoso,
tu voz, amada luz en mitad el reino tenebroso
donde allí sólo canta mi oscuridad.
Alma de fuego encandilada,
estridencia seca, armoniosa,
velo de sigilo
tu suspiro, nada más.
El tiempo es correcto
para la revolución; jamás mil máquinas
podrán hacer una bendita flor,
Densidad recta
en rienda plumosa lamo esta mi pluma estilográfica,
resguardo en Caja de Pandora es mi alma sin espora.
Cinceles celestiales, un soto veleidoso,
donde sembrar el final sin comienzo anunciado,
por esculpir, tu contorno,
con vistas a tu verbo;
divina tez a blancura helada
por deshojar mi fiel recogimiento.
Así me perdí yo
buscando tantos años
el abrigo
de tu amada voz,
haciendo que mi difunta
cobre su vida.
El Castellano
Soliviar llano:
A las aguas de mi memoria
primoroso apelo,
a tener yo un alma como rambla inmensa,
desapagada,
un tiempo sin días de cobijo alado,
rosario suyo por terco no incendio,
sueño en aras de corcel virgen en grandeza develada,
sudario sonrojado,
metal beleño todo olvido,
arrebujo sin mesurar vil, posible
que por ella mi cruz y mi condena,
deslizan mi viva aflicción
de amor a propia ascua en la tierra,
sorprendido, letal no pienso,
neblina y fortuna
grandeza, gloria no gastan,
voy por epitafio soslayado,
remembra cautiva mi soledad infecunda,
alejar vida y belleza cuándo,
rosales míos crían ajos
cebollinos y puerros acuso,
tonada de mi sayal remiendo,
en boca de santo astro.
Peregrina de azar inamovible;
en alba de seda,
viste su dicha inmaculada,
insinuante su figura.
Sonora ella de silencios perpetuos,
oro de riveras
y burgalesas conciencias,
sendero atisbo
voy largo su densidad llana
aria, agraria,
luminaria bajo luna de signo azabache,
luminaria gitana sólo su mirada,
mi repecho no fulmino,
ni faldeo,
arboleda de mundo monótono,
distinción no apremia,
ni estrella viola
su espuma de ceniza larga,
como lírica paz
se llamó magia.
El Castellano
Canto de luz fecunda:
Imperecedera faz,
en haz luminoso indeleble,
río de tinta terrena,
insubordinada cava mi azada,
sacando olvidos de la piedra,
anisados reflejos que hienden la carne
como el Sol me clava sus espejos en los ojos,
vítreo desliz, enarenado,
es un sol bajo tierra,
hierro de vestido del acero infrahumano
que porto,
soñé desvestir mis sueños como sueño de flores
aguardando su fecundidad de nuevas muertes,
perpetuidad a flote,
en sima de raudales,
pila sacra bajo tierra hierro de estrella,
claridad del destierro
en relámpago de veta azabache,
voy sacando penas por olvidos,
azadón saca terrones a cal y canto,
es mi alma quien se destapa
que una vez en la vida se dispara
una soterrada vía sola, pierde el relente.
En manos de silenciosa vívida estampa,
y su desnudo de ángel custodio,
encenderé las novecientas noventa y nueve velas
del averno,
para encontrar lo que me pertenece
y siempre se me negó,
paz sin guerra...
Que va, otro día se venda.
crisol anidado en tus labios de mujer inmutable,
un deshielo y el cielo me trajo de nuevo,
sobre la luz monto mi corcel de viento,
allá donde la tierra es éter incoloro,
y la suerte es de metal,
de los árboles al bosque
de la sombra carne y cuerpo
de chirrío estacional,
y sus muros de venas
gira mi peonza,
trompo vivísimo,
de aurora incipiente,
montaña o preludio,
el gris se extingue,
luminosa mi trinchera erguida,
con desnudo bronce,
que no es más duro que yo.
Förüq el Castellano a 17-04-2019
Remanso y su era:
Avanza manso
un hontanal
de gramas frescas,
deshilacha al durmiente hombre,
se retira mece y avanza
su calvero expuesto
de su semblanza,
una dama cual blanca cierva
bebía, bebía del vientre
que emana la fuente,
plañía un ababol solitario
del camino, que la rambla sigue,
fiel, duro testimonio sacude
su cuchillo calizo,
huye, huye el tábano por el monte
buscando algún depósito de sangre,
el brezo se apoderó limpio
de un raspado testimonio
la tierra devora lo que es de ella
para ser mi sangre
su eterna ofrenda,
por descampados fugaces
corría mi alma,
como fiel testerazo de hombre,
la espiga rendida,
saludaba a la oliva,
siendo del viento
esta fiel niña
que nunca descubre a quien pasa,
sólo, solo ante ti
me acuerdo de la primavera,
me levanta un sol helado de verano,
para ser mi hoguera
una fuente niña
que desliza, siente, y no consume
mis labios de pradera,
siendo este pasto
mi infinito remanso,
que me habla de la ceniza del fresno,
de la nieve del álamo,
de la sombra de esta abeja,
y su testimonio deja,
entre almendros con sabor a metal,
y encinas sin gorrino,
hoy avanzo el barbecho
para enfrentar mi sino,
a ver si contesta
la brava dama lluvia
que es Dios.
El Castellano
Alborea el otro lado:
Destello que blanquea,
lechoso, estira un seto
en semicírculo,
la retama amarillea
oscuro el agua
de soto sin fondo
en cuchillo en haz de cauce,
compongo el suelo,
con un hueso en mandíbula
pereza coarta la raíz
en mitades que caminan
desencajadas.
Anidaba, un corta vientos,
la franca entre rendijas
que se ocultaban bajo paja,
decencia que iluminaba el sol,
patio largo del atardecer
lleno de harina.
Escuché a mis heridas
por francos capullos segados,
caídos asisten a ungirse
yazco en una hoja roja,
camino por mi corazón,
exime aliento
una raíz salvaje no sostenida
se deslizaba un rosario
con aflicción del marjal
cubierto por la flor.
Como febril estera
y larvas sujetas
en yunques iluminados por savia;
era mi vida el precio
de estas semillas.
El Castellano
Tañer de hiedra:
Cerro gordo de henchidas horas,
marcha lenta sin subrepticia,
pesadumbre del porvenir
sin hojas ni otoño de vastos
suelos empedernidos,
en este rincón deslizado
un senil canto que abre paso
tras espirales en cuencas de flor,
de floresta blanda,
húmeda donde la maravilla
será villa,
Yunquera llanos fueron
sotos sin perdigones,
pero de fuente
de lo que fue siempre
matiz destellado,
ultrajadas sin abrigo,
en este mausoleo de tiempo
que se pierde sin visiones
vientos sin azares de infelicidad
ni ajuares de inamovible primavera,
donde lo único inamovible
es todo lo que siento por ti,
como un carrusel sin soga,
ni cuerda que atañe,
desde esta urdimbre
anclada, armada, hondonada,
dónde mi manso destello
de esta asolada cuesta abajo
que avanzo
por la vera
verdes,
un ojo que endoseló,
sin compostura
mi dulce cicuta
secular es mi enredadera,
mi sentir sin espera
su blanca ojera de nácar
de rosas y crispadas espinas
flojas,
absurdo, burdo, doncel
en sandez segura
tapiz sin fusionar
dichas ni agravios
extiendo mi locura
¿Alguien duda de mi campiña?
Con murria
de escurrajas,
cuenta ni azada
sin sostener este descanso
que lo dicho tiende,
todo recuerdo de lo que alma tengo,
y recuerde mi cordura,
que Úbeda tiene monte
y yo blando su horizonte,
sin alarde
hago corral de lluvia.
El Castellano
Carne espectral:
Incauto silencio verde,
ignorando que la rosa
no ha muerto siempre,
antesala sin espera ni consulta
donde muerte pasea,
enorme llama en fondo de frío,
ojo helado fijo en labios ardientes,
enjambre solapado
a mis trescientos treinta y tres vidrios
de alma que gasto.
Hermosa ni roca te parió viva,
deshechas las estelas
queda asirse esplendoroso
al metal que ruge.
Mareas de afrecho
visten savias lloviznas
que avivan su verde intransigente,
ángel lánguido voz revierte
surcos en iris pervierte,
quedaba alto nacido del hierro,
el norte que soñaba el viento
fruncía de aojos la vestida noche
y su cenicienta espectral
de las maravilladas flores de difunto
acrisoladas en soles pudientes
hechos de silencio.
lúgubres hendiduras del sueño
y el vientre escamado
de la lagartija
que yo amé,
y seguiré perdido amando
porque yo existo.
El Castellano
Azares de lluvia:
Avanzo el día sufriendo con la luz,
escribiendo mi cuaderno
encima de una mesa de pino,
simple, ruda,
como ella misma.
Hacia el ocaso del nueve,
la cerviz descansaba sobre el rastrojo,
una carrasca enervaba sus flores de piedra,
era suficiente descansado el recodo,
abría el cielo un llanto
de llovizna asilvestrada de abril.
Suave se esponjaba la oscura tierra,
la viborilla ahondaba su refugio
bajo la severa piedra,
era un tomillo afilado nuevo
de esta rigurosa primavera,
el solar lucía su verdor
de ángeles cazando lagartijas.
Diestro mi ser dudaba si llamar
al gamusino de escritura,
la cocina de baldosas
invitaba a merodear por algo de cafeína
era redondo el tiempo que alzar clavos
y unir galaxias sobre tejado de aspas,
un día cualquiera;
sin mozas en la vista,
era bastante y no se sujetaba mi pensamiento
de vanidades cualquiera.
Angosto trepaba el tejado de mis densas ilusiones,
atravesar raudales sujetando azabaches del cielo,
estirar la luz y bajar la luna,
era un puñado de estrellas apagadas
y volví a sufrir y endoselar cantando,
un reguero tieso de savia
y el vergel se encendía
clamando la desquicia
de que no duraría la siguiente estación,
sigo las ondas del charco
deslizando en él su solo reflejo,
rambla sin margen repleta
de esta lluvia sin cuartel,
un río me desquita de fluir
como lombriz azulada purpúrea al tacto,
es un recuerdo a mi río Henares
en localidad natal surcada,
un solitario flamígero pensar,
y cambio todos los lugares por ninguno,
que es lo mismo,
cimientos absolutos de oscura tierra,
en tímpanos calizos me sostengo,
como esparto del bronce,
y brezo desnudo sin soslayar herida,
el vals terreno me envuelve
y vuelvo a saltar el pretil gesto de Ostara,
anudando el ombligo de la tarde
con la ojera de la noche.
Förüq El Castellano
Son, del ascua:
He venido por los sones sin tiempo,
resuenan todos en lo alto de la torre,
indico fiel muro
que acuartela voz sin muerte ni memoria,
bronce a lo alto,
pureza inmiscuida en áspero esplendor.
Risa sin agua, tiempo con sonido,
eternidad azogaba sin corazón
ni anchas calzas finitas,
el cielo cayendo turbado está.
Voz con muerte oí e hice caso,
penumbra de vendaval obscuro,
hálito perenne de triunfo en luz segura,
mi culebra, mi sola flor, un campo soterraño
armado en cantos, solapado,
viperina falaz un soto
al que me trasplante,
dulce miel de tosca celda,
filial que enmarca,
sangre sin latido del suelo terreno,
raíz de terrestre prestancia,
clavo instante, cabeza abajo
de la vida de este mundo,
tajo recto aguardo,
con la verdad profusa de cuánto he amado,
espiga de tinta bebiendo la luz,
de su ardor erizado,
crisol a raudo, puro odio,
eternidad sin voz,
agreste reverbera,
empapada en substancia.
no tendrá que aullar como los presos,
oh dignidad serena,
cuervos de muerte me caen los ojos,
reloj de alma y alba en despido,
como rubí dentro del zarcillo,
me senté en un junquillo,
y me entregó un zorzal su ovillo,
hiedra de espíritu suplicante
trepando quinto cestillo
mi torre anublada de hondo cielo,
sombras miro, me miran todas,
mi cántaro es como el de Dagda
ni fin ni repleto,
viaje eterno,
al encumbrar todo
de nuevo rocío.
Ababoles me cuentan
que todo se alza y rige
gracias a raíces primas.
Förüq Castellano
Tiempo en floración ruginosa:
Una flor que es flor
en mitad de tu tiempo,
floración que vino de raíz del averno,
escalando al cielo,
pluma en tinta
de servil vid de Ferento,
albor en cernícalo vigía
primo del vilano señor,
mariposa metálica que revuela
desde soto carmesí de tus muslos
desplegando su lengua furtiva por tu dulce
vientre de nieve,
corola de un silencio húmedo,
como si flor en palabra
nunca hubiese sido,
trampa de arañas en serviciales rosas
de la aurora más funesta, clavada la hora.
Curvatura morada de mi verde sueño,
corazón despierto o mudo
de grito sordo en el pecho,
amor de rayo empeño asolado.
venas en azur sobre tierra,
un destierro de la esencia intangible
al beso y ala vaga de sol minúsculo.
Rebelde en tierra resumen edificado,
sin vigilia feroz me despoblaba,
inmaculado fuego,
terrible y compasivo,
tú amapola,
crecida en luna de mi huero camino,
labrador de arduo sendero,
lebrela tú musa de mi gana acaudalada,
pez de hilo es este instinto,
a veces parco, a veces sumiso,
azul lento en flor de viento,
oval de campana tu concavidad en bóveda.
Mariposa negra que poema trae en ala,
gota de luz colmando el astro,
mariposa negra solar,
mariposa de muerte sembrando
orugas de vida nueva,
azur todo espejo,
de un tiempo que ya calla,
y todo frío, termina.
Förüq Castellano
IX: LUGUS:
Sol de cristal;
Oh lugh, invencible al crisol
de tus lenguas travesadas
fiel carrusel de rayos sin secuela
de su rizada espera,
blanca luz de tu vera,
entre compases que hielan,
a tu vespertino canto derriten, despiertan
tus mil llamas liberadas,
desnaces a la noche que aguarda,
oh Sol de mis soles,
acoge este iridiscente canto
en tu seno en mi pecho que te aguardo,
al fragor de serpientes frías,
al valor de fieras enardecidas,
bajo y bajaré para alcanzarte.
El rey lucero,
todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color,
a través de la caricia nos trae Lugh.
Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris
que apareció tras mirar fijamente preguntando
a una flor de difunto me comentó
que podría indicarme de la tierra
donde todo es libre
Lugh
mi padre astro,
Dios de las artes,
este afán que me enciende la vela
para que me encuentre.
Luna madre de Lugh soberano,
encuentra su cuervo en su castaño,
estribo sin llano
un real cerro
de rivera del antaño tajo,
salpicando este corazón por piedra,
con mi dicha
que se acuesta y briza,
mi profunda raíz de tomo,
con negro abismo despejado,
centelleando.
Wotan, Lugh, Morrighan,
ese veris perdida y encontrada,
Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,
y tú mi amada Brigid
Genii locorum dioses ancestrales
abrir este camino,
Diancech sana este mi cuerpo
Badhbh Catha sigue fuerte,
tierra entierra la maldad
sepulta los problemas,
como en tu ser el ciclo
el eterno resurgir en ti cierra
y comienza,
resurgiendo, abriendo camino,
escudo en fuego sembrado,
hueso del pagano,
me deberán cuanto yo he plasmado,
hierro al hierro,
fondo escueto
del vítreo traspuesto,
senda de la idea,
por ellos socarrada,
lucha, cuanto más arduo es el camino,
cuanto más se abren las pruebas,
más se hinchan las fuerzas,
sólo vencer en firmamento,
agujereado de huesos,
siembras que tiembla la luna.
3 claman los genii locorum
que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos,
Diancech sana este mi cuerpo
Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde,
Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba,
Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,
y tú mi amada Brigid poesía,
elevar mi canto
que yo con mis actos
os hago un manto,
Cernunnos comienza nuestra caza,
Candamvis alumbra esta montaña centelleando
el relámpago,
abriendo el cielo de nuestra bruma,
tejiendo nuestro amado ocaso,
que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo,
ahora y siempre se escuche nuestro canto.
Regio Lugh meditando.
Sin mis vencejos
no brota esta fuente.
Abren montes
sucios de azul sereno,
deslumbra un fulgor.
Dios del destino,
dios de luz y del fuego diestro,
doradas sierpes bajan el acecho
flamígero.
sí o no mi lucero,
afrenta amanece,
antepasados servid al viento
de vuestros hijos.
No hay bajeza por recorrer,
raya la senda
cristal hondo, que lluvia mece.
Renovado filo incierto,
entra luz en círculo
piedras de mi padre Lugh
escrita la noche,
ancho dilata diáfana derrota
cae a mis pies.
Vieja honra goza nuestra libertad,
tumulto en casta recio,
esquilas límpidas las mías
en luz de mi Sol padre,
titilan tersos
los verdes de tierra
espejando joviales reflejos,
dios de fuego y de toda Iberia,
desde portal del bosque
de Cernunos,
Candavmmis abre los cielos
velo de tormentas,
apacienta bella, tu recta belleza,
sobre mi haz
fiero, funde mi luciente,
a avivar el trueno.
A galopes de oscuridad
magnánima.
Dios de brillo terso,
En este otero mi alma despertará.
Aciago comienzo de sangre
en grito ceremonial,
ondas pulcras cantará,
dilatando cauce de gran Airón.
¿Vendré ya a la luna?
Ya filo de alba,
pura tiembla mi brisa nocturna
aprende mi resto del mañana.
Lugh Solar y Poderoso,
jamás a ti te hable el olvido disuelto,
ni se rija tu onda luminosa como tronco esbelto,
digno a abatir el rayo,
noble melancolía por tu madre difunta
Tailtiu,
en el alto cielo,
tu grandeza
sea reguero de oro.
La tierra secunda en nueva cosecha
por talentos colmados a florecer,
viento sonoro guarda tu hermosura
Rey Padre,
El páramo yerto perecerá
en ámbar blando
de aroma besando tu frescor
de vida nueva.
Abatirá la sombría dulzura la tierra,
ilumina mi pluma al honrarte,
suspiro de mi estruendo crepuscular;
nombro al pájaro misterioso
que te pertenece
cuervo que otorga el anochecer,
Sicut nubes, quasi naves,
velut umbra.
Años pasan yo busco mi recto yermo,
triste aflicción por aquel tomo de tierra
como las sombras vaporosas.
A ti Creador de luz,
acógeme, pinta esta mi noche negra,
amigo de imagen solar,
soy por cuantos Soles he nacido.
Por sosiego de tierras ignoradas
dame su gloria.
Camino afable con tu candor a seguir,
blasón yo no pido
ayúdeme a desplegar y sembrar mi porte,
en tierra a cabalgar
y deslumbrar.
Lughnasadh, Lammas.
Oh gran dios del Olimpo celta,
Lugus señor,
tu espada cenit de todos los talentos,
oh gran Sol,
divinidad de tierra,
tu sola estirpe encumbrada.
Patrón de artesanía,
amplísimo espectro, padre de las virtudes,
gran brujo, sabio cuervo,
aquel que te sigue por doquiera,
iluminoso, blanco
cuervo tú.
oh padre,
abre ya en savia nueva tierra,
también te llamó el Cesar a ti, Mercurio,
llegará tu rito para Lughnasad.
Solo uno; dios del Sol tú,
oh Lugh.
El Castellano
Reflexión:
Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,
es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,
y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,
en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.
El Castellano 29-04-2019
Ababol, sangre de sol:
Ababol, oh tu carmesí sangrante,
oh tu sangre de Sol,
en brea de pétalo flamígero,
sordo me alzo yo solo a tus cantos,
por sembradas frentes,
acoges tu belleza incausada,
rizada ascua gimes
de la tierra al cielo los castos dioses,
en la altura los montes
a la cumbre de sembrados árboles
anidados, repletos de peces.
Monumento tú del yerro,
y tu rivera a mi izquierda,
impetuoso me alzo
desde tu desbordada mar de tierra,
al río en rambla,
de Júpiter complaciente,
príncipe y rey tú,
oh, gran olvidado linaje,
caudillo orador de los vientos,
rajas el ocre
de tierra impune que mi Noto,
muerte no teme;
lámina de bronce mi pecho,
qué clase de muerte
tú difundes y apremias
como divinidad en coro de Ninfas y Sátiros,
mis ojos, sin lágrimas vierte.
Oh sola belleza tú,
amapola venidera,
augur de cuanto he sembrado,
Ababol sonriente, Vestal en llamas
iridiscente,
por Helena de refulgentes estrellas
por cabellos,
derriten todas mis arañuelas,
Padre de los cielos,
Padre del viento, acoge mi fiel ofrecimiento,
en este atrio castellano.
El Castellano
VESPERTINO SALMO:
Rocalla y celada,
roca y yelmo,
entre su negra sangre
te invoco, espíritu del yermo,
entre tu contorsión de sol
creció una espina
en mitad del corazón de la piedra,
no fue rosa ni la más bella de Júpiter,
espiraba su retorcido dolor,
dando vida a su roca base y nicho
su lamento que yaga,
un tallo prendido
sus ilusiones en flores
como espino abría al cielo,
compasión de aflicción,
como una capa y corpiño de dama,
frente un olmo forjador
dador de aliento
al inframundo terreno,
greña de flores mecía
el tallo de la espina
como ternura llorada
abrazaba su desolación,
entre mirtos y espliegos,
y el alhelí de los caminos,
sangre de tierra plañía mi ababol,
que el perdurable fervor
durara, toda la estación.
No era una piedra brotada
era mi corazón,
incrédulo por cuanto
sirvió,
guardián y vigía
de todo lo profesado,
mezo mano
y doy abrazo
a esta sombra mía
que camina.
Entre vientos amantes
de sierras madres
y esta rocalla
que delimita mi pulcro, espinado
corazón.
El Castellano
DOCTRINA DE INMORTALIDAD:
Este es mi reino,
este es mi camino, mi elección,
devoción,
al uno, al Sol.
Mi guerra mi señor.
Antorcha de sola libertad,
reguero tu luz.
Camino de la virtud,
ascua perenne,
tu amada verdad,
forja de mi sangre,
destino atronador,
tu inmortal destello
iridiscente al alma en guerra,
somos los hombres muertos bailando
en tu corazón.
Clama esta nuestra Legión de Luz
un son férreo,
a lo alto los cielos,
Padre Creador te imploro mi humilde servicio
a tus Falanges cromadas de creación.
Alzo mi recia vida a mi sola espada
nacida y sellada por tu tesón,
En tus hoyos crepita mi dicha Sol Señor.
Tráeme que besaré tu Luz.
A ti rindo mis cenizas
y perpetuidad de alma.
Guíame amado,
a incendiar en reino de las sombras
con tu amor,
es mi reverencia, es mi servicio,
osar mi entrega al lado mis castos dioses,
Padre tú de ellos,
mi amor, mi Sol, mi veneración,
soy tu hijo,
destellado te amo,
desde albor cantado,
al origen de tu hierro en mi sangre.
Hoy es siempre por ti,
ángel en tierra
estruendo ciego,
de la vida de tu ceniza,
Sol dador de hálito exuberante,
mi campiña,
mi suelo y mi cielo,
mi salvación sólo tú señor.
Förüq Castellano
Cauce en rectitud:
Empeño asolado,
flamante compostura
en fanal infinito
de las flores del campo,
del ababol al dulce hinojo
diestro me dirijo hacia la suerte,
por coraza mi pecho,
por yelmo mi palabra,
un fiel reflejo por escudo,
es todo lo que pudo la armada razón,
es todo lo que llegó
al río de las almas de mis venas,
dulce estampa de agua,
a vid de trigo y girasol,
la novena estrella me cabalga,
todo oscuro linde de mi vergüenza deslumbrada.
Ojo de mi ojo, viva siempre la virtud del aojo.
Vida de mi zarza quieta, de cristal en espinas
que su hielo en sangre me temerá;
una fiel hoguera de rizada ascua perenne,
rastrojo al fuego de mi quimera, sola su verdad,
es mi sed verdadera,
escarpada cumbre del hombre,
y su dicha en esquela,
yo lato sin nombre,
allá donde el astro esconde;
sentencio a mi olvido
a no volver jamás,
a este recipiente
de sangre que porto,
que hace cumbre,
resisto aleatorio,
en este panal de esbozos,
me enraízo lejos de este mundo,
me desdoblo en dos dimensiones,
las vidas de un día que me enjuicien
que mi camino no termina, comienza cada día,
en seno de espiral armada;
montaña, yo soy la montaña,
el Juez Supremo ya me dictó mi sendero,
que yo me he ganado,
que yo he tejido,
y que las lombrices
sigan siendo lombrices,
que yo sé dónde dirigir mi vuelo
de cuervo poeta,
mi semblanza tejida
camina sobre una araña,
boca sin besos,
en cuarto umbrío,
me teje ella Litcher la llamo, a mi fiel araña,
un destino, pulcritud de estela alma,
un encuentro sembrado,
letra que complace mi tejado,
resbalarán las aguas,
mi navío fue llamado al negro puerto,
siniestro yo el comandante
sigo mi noche
que ahuyenta que se estampa,
mi letra quedará en mitad de tierra,
porque toda materia
es y será polvo de tierra,
un rezo y un ruego
para que sean iguales a mí
cuando me toque zarpar
al otro puerto blanco,
sin retorno cristalino,
ni rayos irisados.
Sólo un campo de zarcillos
y rosas caninas que destapan auroras,
semblantes del ser que fue alguien,
quien quiso ser...
El Castellano
Destello, incesante Tornasola:
Sangre, pájaro, sombra luna. muerte en vaso de cobre, flor, estambre, lágrima, opacidad serena oscura, tristeza sola, destello incesante, contagioso azar inmiscuido, terco estruendo, vicisitud labrada...
Empiezo.
Desdén flamígero encorsetado,
en sangre de puridad, de alma o cristal en vaso
de alma y su terco sueño que era forma,
vicisitud o estela,
estambre y flor masculina,
luna de muerte oscura en yacija,
y su opacidad serena,
de argenta guillotina
cercenando al tiempo suelto y libre,
su oscura lágrima
de muerte en recipiente de cobre,
sombra y su noguera nunca ruginosa
de raíces en pulcritud de soledad de savia.
Esencia en vals superior,
como ninguna hoja se retira del árbol
sin motivo elevado.
Tristeza caprichosa como pájaro caminante,
y espíritu en captura de azulada raíz
azul hermosea la vicisitud labrada.
Pureza de sangre su única campiña
yerto sentido,
de tuerto ojo sembrado,
sonaba el repicar del taladro,
como un clavo hendiendo otro clavo,
y una astilla sacando otra estaca,
azar alado,
en litigio de iris sediento,
era yo como cristal
de transparencia habitada
agradeciendo a mi musa de agua,
su fábula del pájaro y la flor,
despierto otra vida
que empezaba a soñar mi vida
a partir de mi presente muerte.
Y su vaporoso candor de estela,
un tambor sonaba mi tierra
abría del suelo una lira sobre un arpa
conjugando resonancia crispada
en cuerda y engranaje maldito
como una peineta de brujas afilando
el violín destino, que dictó
que abandono, sin haber comenzado,
y empiezo sin saber continuar,
porque acaso
¿hablo yo?,
¿O despierto sin haber dormido?
ni conocimiento,
seguiré indemne acontecido,
sin dejar de ser correcto,
jactaros del libre
os hace más esclavos,
perseguir sin incendiar vuestra casa del mal,
os lloverá lo cosechado,
se ama la virtud
la bondad destellada hace arder el odio,
y este en contrario resta luz cuando se le ampara.
Förüq Castellano
Sombra de paraíso:
Midir, Mider, midithir,
Dios irlandés del Otro Mundo,
alza que traes negro, profundo
respiro secreto, que revolotea
entre los rectos huesos,
sangre floreciente
llevas que surca
mis redes cerradas;
por mis venas de océano
salvaguardas,
entre mi ardorosa sien,
claro auge dictas,
entre truenos de adoradores
entre espinas,
silbas que cabrilleas,
centelleando mi padre lucero
entre tus oscuras entrañas,
este mi cuerpo cobrizo
en espasmos de luz vana,
noche alumbrando
su emerger bajo poderosa tierra.
Túmulo del pez vivo,
dormido osarías ser Sol
o su sangre crispada luciente.
Feroz acero me reflectas,
hijo del viento
o hacedor de este mar de tierra,
bruñes tú Mider
los besos de pájaros que surcan
los aires.
Platina de oscuridad,
por los que adentran sus espejos,
oh maravilla ella,
de hollar el tartamudo desliz,
inmiscuido,
fuego de su frío presente,
duro hueso de mi pluma inmóvil,
a ti soberano rindo que desquito mi égida
de Atenea,
y beso los pies de Minerva,
Oh Brigantia,
haz señero de mi solo anhelo,
mantenme en la lucha seguro,
a los pies de mi oro trigo,
aventando espigas, yaciendo,
entre la grama del Parnaso,
anhelando surcar con mi amada
sus páramos descalzos.
Ó Valhalla.
El Castellano
Secuencia presa en ''Arañal'':
Plantado, mi solo eco,
que abría mayo hasta marzo,
dictaba que hermoseaba,
amor en virtud.
De mi dama cantada,
versos sublimes encontraba
bañándose en el pozo de Airón.
Su edad rezaba mi ignorancia.
Evanesciera el susurro de toda lira.
Recuerdo vagando
que Apolo me deja solo,
y yo con mi arrida sien.
Derramo que riego mi pecho
y su yunque en vello,
me hollaba la fatiga de mi neurología,
y su esplendor se retira;
encanto recordaba de mi ferviente
musa de mis dos umbrales,
uno cuerdo, otro mejor.
Mustio el dolor se arrugaba la frente,
atónito que danzaba perplejo.
Invencible Castilla me aguarda.
De foráneos no queda ni simiente,
de insurgentes mi bayoneta,
don funesto de letra bastarda,
preso y yerto ahincó mi historia,
sepulcral victoria me retenga
de mi guarda, la Gloria.
Förüq Castellano
Rosa de los tiempos:
Verde rosa proscrita
abre del tiempo verdades
que inflaman la oscura noche,
al flamear del angosto
su espina cierne,
hojas del tiempo se cierran
rizando, caracoleando
una espiral malva,
vetustos testigos
estambres del fuego
y de las sombras nacidos,
osadía violeta
entre raíces de siglos,
ascua que arde deseos,
crepitan pétalos
encajados, una realidad
sin techo dorado
firmamento anudado
por cuanto ha conocido,
no llegó su marchitar de brea,
guiños al viento descubre,
mira y se sonríe,
en aquel diáfano cuarto
de estrellas sin encarnar.
Claro oscuro de su prendida suerte,
alumbraba lo inerte,
entrometiéndose por rejas
de momentos tenues,
sotos sin hueso regentaba,
vagos lindes sin estatua,
ni otras flores
que su belleza, empañaran,
soledad perpleja del devenir,
aguzada torpe sin rostro
ni desdén devorado,
clama silbidos
que colman de noches
y sus vestigios,
abriendo estelas
tejiendo sus casitas
de arañas que flotaban
como lunas tendidas
del techo de su caverna flor.
Desnudando tristezas
llamando al oro
del alba
y su recto oasis de Sol.
El Castellano
Flagraré tu ascua:
Ven poeta a mi yermo,
arcano es este sentir azabache,
descubierto entre álamos
que blanquean
y un sol oscuro de invierno,
un sol muerto con hoyos crepitantes.
Que nubes negrean su muerte
entre caracoles de faroles
y luces difusas agrietadas,
por adoquines ermitaños.
Ven vida a mis flores rutilantes
umbra fragorosa de sombras de nubes
por corceles suaves te escondes
por hormigones de leche
y sus canosos cristales seniles
tu polvo de estrellas viertes,
más de lo que he perdido eres;
voy soñando mi linde despierto
cal entre cantos de espera
entreabiertas sus esferas yertas.
Estas calles de diciembre se encienden,
como perro ladrando de noche,
mientras tanto te busco, luna dulce;
entre tus mieles luminosas que viertes,
entre cuchillos yertos de asfalto que florecen lágrimas,
y gravas secuaces al fervor de silos yacentes,
el soto mío perviertes en aspas de nueva lumbre,
los edificios suenan
a nanas sonámbulas, con tus pasos desangelados
camino mi azotea,
mientras tus altas ojeras cuelgas.
Una fosa es mi palabra,
que entierra ideas
cual tordos que grama escarban,
verdes espigas, es un perfil angosto,
espolvoreado,
pudiese yo retornar al otro lado
y seguir indemne,
acontecido del suplicio investido
no lo sé.
Mientras seguiré crujiendo
sonidos secos, ellos que ululan, descorchando sueños
en vals de toda carcoma del sentido nacido,
su río desangrado de flores que fluyen
de sentidos dentados en haz purpúreo
y su afligido azar de venas razones,
yo te busco luna por cuanto yo he conocido
por silos de arena blanda,
por coches y entramadas inertes
que jamás desvanecen,
por cristales hirientes
y su reflejo ámbar,
tu idioma secuestrado me desciendes,
días festivos danzaron huyendo
como ecuaciones de estorninos
jamás fugaces.
Terminaste de escuchar mi ruego
sin escapar,
te escondes cuando te busco
entre verdes ramas,
y violetas flores
bajo luz de oscuridad
artificial ciudad,
edificios que no aúllan con el viento,
venas roídas entre encajes grises,
capas de noche humeante,
por cuanto he conocido,
por cuanto he huido
para encontrarte.
Mi flor de tormenta irisada
mi éter y su magia soslayada,
un torbellino sintiéndome en la luz,
madre de toda penumbra subversiva,
no sé el porqué de lo sentido,
un silencioso ruego,
no puedo ayudarme,
sabiendo quién eres.
Relámpago asido soy
que ama verdadero sólo una vez en vida
una vez para siempre,
una vez por todos sus destellos afligidos,
lo sentido es más que un carrusel de estrellas,
más que tu sonrisa venidera,
he perdido venciendo,
ámame como una luz parca y efímera,
como un estruendo en mitad del fuego,
he venido a vivir en tu yacimiento de pecho,
deberán desenterrarme
cual raicita en tu vientre protegida,
hoy es por mí porque siempre es por ti,
imploro piedad me brindes mi poema solar,
serviré aseguro a tu ser
dama de mineral candente,
por los tiempos difuntos,
porque usted valora mi terco empeño
de soslayar nuestro verbo,
arrullando en comunión de astros
tu tez en piel serena, tu miel de dioses dispuesta,
parto de un respeto que no cabe en mi pecho
señorita de once umbrales que quebraste,
no figures límite,
por no tener yo, no tengo ni vergüenza
será abanico de mi pluma esta entrega,
sirviendo, disponiendo,
su munición en una letra
omega fin que es principio de causa,
de señal que aguarda la vuelta al comienzo del sentimiento,
y su fiel tormento nacarado,
volviendo a comenzar, conociendo
que el camino no lleva retorno.
Ni opción a besarte musa.
Sólo amarte como platónica ascua ilusionada
por quererte y admirarte
como el alma eriza
al leer tu esencia
mi doncella escarlata.
El Castellano
Grillo IX COMPLETO:
Clareando su lividez
por sotos vastos, reales,
mi río navega.
Soliviando su bandoneón
dirige, blande mi grillo
el afilar de su tercera cuerda.
Entre el suelo de un ciprés enhiesto,
rigen blandamente espigas rojas,
jóvenes, juguetonas
como si tuviesen sangre
para sonreír
al viento que pasa
y no atraviesa.
Reposa que aguarda el cráneo
la tierra.
Ay la tierra, hay de ella,
sombras que complacen y acervan
la mansa espera.
Soliviar vetusto
que Ninfas y Sátiros pastorean.
II
Es un tejado llorando por la piedra,
con acequia desnuda de canalón;
un cimiento que plañe la helada,
y le agrieta el tiempo que ya no escapa.
Sauce triste, abatido, con portón
al mundo del grillo.
Entre blanda grama
fenece que acicala su alma.
Entre un arpa estacional,
y panales de ambrosía.
A la lluvia primera
abre su fiel Parnaso devorado
entre caracoles sonoros.
Grita la raíz acrisolada en ámbar
de intelecto mayor.
Cúspide de serena esfinge,
y dolmen de divina pluma.
III
El grillo único pidió un deseo
al manantial eterno de Hipsípila,
y fue no sucumbir
tras el acople, todo sonó
en manantío, y lo inerte
reposó su voz, de nuevo.
Para siempre.
Soledad dantesca de umbría
melodía, extendida por el Baco imperio
regentado por el claro de luna,
donde fluía su sangre de luz,
rojiza.
IV
Solar afán, solar entrega,
llegas que dictas tu pertenencia;
tu arraigo de hiladora,
hermana de negro hilo,
traes que cobijas mi jardín florido.
Mi grillo luce de nuevo
su primavera luciente
en lira de su candor de estrella.
Es su centígrado
que tu lustre musa engrandece.
Un solo marcó el ascua irisada,
por su reposo en madriguera;
un deseo concedido él cantaba alegre,
a su musa del Alba.
Albilla más hermosa,
clareada sólo por sus pétalos de mujer fecunda.
V
Era un patio sombrío
con mi vena de acequia reverberando.
Un jardinero a la araña de su rosa;
la protegiera,
la cuidara como besaba la luna Sempiterna,
con tus labios de mujer serena.
Desliz en nácar, pétalos de tus falanges me hablan, marcando,
asignando, el vívido resplandor
envuelto, aterciopelado.
Envolvió mi vida, tus latidos flamantes
de estela considerada.
VI
Avancé mi yermo,
con mi grillo en mi bolsillo,
divisé en umbrío, frondoso parral,
mi secuela descendiente,
Hipsípila me protegía.
Pude abrir una nota
al astro mayor,
de armónica congelada.
Desnudabas musa mi latir
que sólo su premisa abarca.
VII
Ahondaba que saltaba,
el ímpetu de carcoma cromada,
al resplandor de su tacto,
y quizá su matrimonio
en unión con su oscuro astro,
blandía a la séptima sílaba,
luna que busqué por sombra y abismo
en esquela.
Era un disparo y azogué
lo que el cosmos me negaba.
VIII
Fui dichoso, me enaltecía
mi soledad pulcra arrebolada.
Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.
No brillaba mi sola desquicia,
era lugar y tiempo suficiente;
para ser de la tierra enhiesta espiga.
Ella mi única amapola
Reina del jardín de Hipsípila.
Un soto y un llano;
desperté del bolsillo su oro trasnochado.
IX
Blándeme Oscuridad,
en tu acero, y ala de pecho.
Que canten azabaches
tu magia del cinco
labrado este año.
Afortunado avanzo mi pulso
por candelabro este mayo.
Mi cenit por rectitud
del alma mía.
Un último acorde y me encontré
en la pluma tu arpa,
mi Ninfa que obligas no fenezca
el grillo que me da frenesí.
El Castellano
Aderezada estela clara:
poema reeditado 15 de mayo 2013:
Indómito palpitar entre noches
que dibujan tu silueta,
y aguardan mi renacer del asfalto sembrado,
entre suspiros que exaltan tu belleza invernada.
Fiel de caricia acuchillada
carmines sedosos te recorren que acampan.
Recuerdos del frío
que te tenía yerta, a mí abrazada
como somnífero azar indeleble,
Cada caricia que sentía tu piel de flores repleta,
cada beso que sentía la lluvia nacer de tus labios.
Ahora es tu sombra la que me guarda,
la que en cada sueño se acurruca en mi almohada.
Es tu mirada algo estridente, es hoguera
que ahuyenta mis fríos,
es brillo y bosque que habité,
es donde quiero renacer.
Bajo aquel árbol de ciudad
que no fue sepultado por asfalto
ni hormigones de leche.
Ecos de tu ternura aún me bañan,
aún acampan mi alma
y es en esta calma
donde veo que mi corazón te ama.
Vistió la estrella su estela
arropando nuestro amanecer.
Este fuego no se alineó,
se alimentó de tus latidos sembrados.
Entre mis jardines de sangre
mi amor surcó,
entre mis ojos deslumbró y mi ilusión tocó;
hondo, quedando todos mis anhelos
en tu mirada atrapados.
Halos de tu indeleble trazo,
aguardando mi rizar de ascua
y sigo por mi sendero de polilla,
vengo que atravieso
tu carnal umbral irisado
en lente mi oscuro astro invencible,
placer que del hielo desciende.
Solo abrigado en tu nieve
que ya no más oscura, late.
Al resguardo de mi escudo afilo que desnazco,
tantos suplicios invernados
que no sé dónde alzo
dónde me acabo.
Un querubín me colmó el atrio,
dispuse mi defensa
en estampa de un tiempo que me cambió el rostro.
Hoy es por ti que no es necesario,
seguiré sin conocer tu sembrado nombre
para este castellano fragor
descalzo de su tierra
y talones fundidos,
serás dama oscura que agrieta el azabache
de su entraña,
y viste que derrama su esencia
en negra alma como un silo de umbra.
Es despavorido lo que alcancé a soñar.
pudo ser más mi señora hada dueña de la sombra
que cabalga toda esquela
del tiempo preso,
un latido desertor
clama el son de mi rebelión
resurgir venda que el ojo no vea
me apodero de tu número flamígero,
vendrá, que no se irá
mi devenir del ayer difunto,
bailo, baila mi vela,
dictando que tu iris de letra
me regenera,
y reposo mi estridencia recta,
para combatir a la izquierda tu cariño estrellado,
mineral al candor
de secuencia tangencial,
y ala que te partes en tu pecho,
desnudando quizá algo más.
Quedando raíz salvaje
en atisbo de argento nácar que te beso.
Musa ardua de sentencia clara,
y amor de todos mis dioses del averno.
Föruq Castellano
El Castellano y Leannán-Sídhe
Réquiem blande:
Mi razón hace cumbre y risco
en la soledad de tus ojos,
nacidos para el solo armónico
tu mirada.
Ella que nació
del borde sereno intangible,
letra irisada cual ascua incendiaria
en un soto grama seca,
esto no fue hablar por hablar,
mi soto reverdece,
es como sombra de paraíso y su verde yelmo,
negra es desquicia,
negro es azar,
hoy tuve mal augurio
encontré mi futuro ababol
ya difunto,
ocupado, roído y dado en vil sentencia
sin abrir él,
su capullo era casa de una tijereta ya severa,
feliz ella,
corta-pichas directo a donde más me dolió,
se comió mi ababol
antes de poder desplegar su flor,
como si cortan la rosa
al jardinero que la cuidó con esmero,
mi razón enlutada
ya no era mi cordura en una amapola,
era mi desdicha en una tijereta,
he venido hoy, corriendo alto,
donde mi alma yaga
su cruel injuria de no ser de lo rodero semejante,
vine por sus voces en risco de humildad,
quise descorchar estrellas por sus halos,
vestir lunas y asignarlas colores.
Como sola nace el alba más preciosa
hija del Sol y su esposa,
fui directo a beberme tu luz musa,
soñando que reposaba despierto
toda senda hacia la novena
constelación de tu sonrisa,
abarqué mi solo Mercurio,
sublimé la escarcha tu esencia,
el éter quedó tañendo.
Escuché mi astro susurrar
tu nombre que no conozco,
a la ausencia dilucidada
llorar imágenes,
de colores difuntos perpetuados
en eco tu apostada mirada.
Las luces gimieron todas
en escalas un placer soslayado,
sin barrotes ni celdas
un albor, una fe sin ciencia
de que es posible
vivir colmando lo bonito
tomándote por ejemplo.
El Castellano Förüq
Abre pulso, transparencia habitada:
Vuelve a mí el dulce tormento
para vivir soñando
con el recuerdo.
Y amarte soñando despierto.
Vuelta al final,
sin comienzo anunciado,
dulce tormento,
dulce complacer de masoquismo
desdoblado,
vuelta en espiral cíclica,
algunos no hemos cambiado,
descorchar madre Conciencia
de su eje alineado,
rompo mis filas
avanzo,
voy derecho mi infierno particular,
de vivir soñando despierto,
lo indecible del verso,
busco eje o idea a seguir,
abandono primera persona
en uno, dos, tres,
despierto,
escribir, escritura al menos fue eso,
demonio gigante
con alas de cobre brotado
en raíz oscura;
lejos de esta tierra
crece y riega la acequia
servil hacia el castaño de oro,
espectral rivera de la suerte,
sombra de ángel desplumada.
Réquiem seguro blande el pulso,
en estas calles tórridas de junio
donde todo es lo mismo
y los engranajes
mueven las gentes,
dilucidado precipicio extenso,
acaso yo estoy despierto, pregunto.
Rieles mecen la falda de mi amada,
como un telón que agita el rubor
sonrojado,
destino mi blanca dicha,
de seguir indemne acontecido,
que va no me repito,
limo que agito el ídem trasnochado,
ven poeta, ven
a mi yermo arcano
y todo, cuelga y hiende de un alambre,
cordura que baila de la soga
mecida en patio de la araña,
por sorprender mi gato negro vigila mi alegría.
Cambio de tercio,
ser de tierra cuándo,
acaso ceniza final, transmuta,
no lo sé, igual que desconozco su rostro,
hilvano estas ganas flamígeras
de un repecho sigiloso,
compenetrarme en sus hechizos solos,
caminar al borde de mi nación emocional,
qué quiero yo,
lo primigenio,
que ella sienta felicidad correspondida,
tres ejes de dinero, sexo y comida
quedaron relegados detrás de los sentidos,
y el principio del silencio vana apariencia
tirando el telón de ropa ausente,
en inocencia
y su desnudez violenta
casi transparente,
ni motivo de peso poseyó para tirar y quebrar
el telón de acero de mi fidedigno
DULCE TORMENTO.
De final sin principio,
de principio sin final,
en hálito de vida desmochado,
en cruel invectiva
llamada diosa letra
y su vorágine insumisa.
Hoy siempre por ella un viva.
Esta incrédula condena,
por así verla,
y en oscuridad,
todos gatos son pardos.
El Castellano
SURCO MELOSO:
Te llamo yo a ti
de mi inspiración dulce vientre,
génesis de nube perfecta errante.
Esfera candorosa de todo mi infinito sonriente,
son eres de raíz que me hace árbol,
luz en sombra de ambigüedad
eclipsada,
adorarte hoy ya me atrevo,
en la ilusión, candado de cerrojillos,
fiel amada insepulta,
delirio tangible del vapor en río
mi sangre.
Aliento me delineas que sometes,
por qué me sostienes,
eterna pluma,
suspiro tú
de ceñir pardas esposas al cielo,
anhelarte tanto, rueda por mis espaldas,
lumbre del sentido nacido,
Ven esta hermosa noche,
a desnudar los oscuros rincones,
del verso y su suspiro en estiaje,
de sed del más fuerte,
nuestro juego por la luna,
abarcando el monte.
Vivamente te conforma el color
de toda luz herradora,
te dejo mi faz de amante,
esperando seamos siempre
sol y luna venidera.
El Castellano a 15-06-2019
Cuarto para amarte:
Maravilla tú en pleamar de tierra
Caléndula acrisolada, flamenquilla,
flor de difunto, mexicana;
destrenzados sotos, en compás de enredo,
donde creces mi sola amapola.
Soliloquios tartamudos en impás de soles,
aguas vírgenes me cuentan de tu luz que habita,
ven cariño bebamos la sombra,
trencemos un acorde desangelado
por todo lo que no dijimos y nunca diremos,
destello irisado tu aire que me destellas,
empírea ascua fueres de mi deseo insubordinado,
acaricias que eximes esta incausada dicha,
de percibir un lugar desmembrado
entre lunas y argentos brillos,
telaraña de vorágine y mi anhelo,
concurra por mis castos dioses,
con el tuyo,
una vez en la vida se dispara,
mil y una se intenta ser certero,
voy a hendir tu anhelo,
por esta mi malva-rosa.
Siente vida, porque si vuelvo a vivir
las rosas no caminarán
porque ya lo haces tú,
Luna mujer no me dejes,
avanza el solo arpegio
de tu tela fina,
descúbreme en cuarto para sembrarte
a beso y espada,
el tomo de tierra que discurre,
anhelo tener alma como dispones,
pero creo ya gasté un deseo
y la canjeé
aún vampiro solar,
vengo que traigo un cesto
mis ilusiones, en esquilmada razón
morder el placer extenuado,
en vaporoso gemido de luna sempiterna,
cónclave de tu mineral candente
cadencia ilimitada, difunde,
ando desaprendiendo, a escribir,
relojes y sus manecillas heladas
a una hora para la medianoche.
Suspiro y me dicta el tiempo,
que no poseo novia
poseo musa,
y es lo segundo mejor
que me pasó en la vida,
lo primero fue nacer,
y este mundo puede quedarse todo,
que yo soy feliz,
gracias doncella escarlata,
gracias mi golondrina azabache
que anuncias toda primavera,
a tu oscuro halo rindo mis falanges,
en oscuro candor que te alza pleitesía
en sola mirada iridiscente a tu abismo de nácar.
Quién osase adentrar.
descubriese que prendiste fuego
a incertidumbre
llamada arte.
Lo siento vida oscura
a imaginaciones particulares,
me siento querido por ti,
Mi ambición no quiere pedir,
sólo ofrecer,
y agradezco no me relegues
de ser vigía tu corazón preso,
contigo mis dioses Musa.
El Castellano
Cuervo primigenio:
Marca sigilosa,
azar de nueve venas.
Concadenado, cruz en esfera.
Sigilo en réquiem
por la sangre olvidada;
flamas en cauce
avanzan en un sentido,
inerme paso del tiempo
como un tren de espigas,
solo, solo ante la vorágine.
Como no canta la despedida;
insepulto ante la encina.
Mi carne sí posee baraja.
Naipe de tres lenguas.
De la vida bajo tierra.
Todo me suena en uno.
Vapor de identidad.
Buscando su esencia perdida.
En vasto soto real.
Camino buscando el agua.
En mi desierto embalse de recuerdos
ahogados;
vengo que voy hacia el poder
del cuervo y su esfinge,
tallada en el roble de mi pecho.
No-vida baila de nuevo.
Hacia el patíbulo de estrellas.
La lira se prendió.
En recto intento,
alcanzando sones
y su fractal azabache.
El Castellano
Origen en libreta, ¿Cómo llamarte?:
Dictan veleidosas las estrellas,
tu aura intransigente
que no conozco yo sirviente,
tu nombre mi dama en la tierra,
oscura soledad que amancilla todos los besos
encumbrados, solos, flamígeros,
sin rubrica ni trazo tangible,
acompañar tu alma esencial,
cómo llamaré sin tu nombre,
mi amor en la tierra,
cuando toda adjetivación propia
a fuente inspiratoria
se mece, que baila tus contornos
en oscuridad liberada de arañal
del que parten mis impulsos.
En mi libreta estalla
que duerme mi mundo,
es mi retiro al Moncayo de la letra,
en cepa de Apolo, en vid de Mercurio,
en racimo de Loki,
te llamé para que me entiendas Musa de agua.
Dilucidar entre mis sombras es parecido,
sendas sin fondo ni poso,
fragua tu belleza mi solo evanescer,
tu partitura,
tu partitura me colma el Atrio,
sierra que cruzo sin encontrar lamento,
ávido, sujeto renombrado,
dulce tormento de amarte sin rienda, sin espuela,
puridad en crisálida del éter dispuesto,
adoro tu alma sin confusión,
sin decreto banal
que interés confluye,
viene tu tristeza a mis floridos zarzales,
agua cae sobre malvas-rosas propias,
que abren de tus lirios espumas virginales.
Entre tus faldas de encina,
no hay ya más oscuras golondrinas
lirando en mi antiguo tejado de ciudad,
como céfiro de sol desnudo me vio el mundo,
sol naciente tu parca mirada aseguro cristalina,
en vano grita que canta
el campesino a su arada tierra
ya no más yerma, ya no más sepulcral
lontananzas de flores arrullas,
en tu sensibilidad exacerbada,
inocente mi cuna de luna,
hermosea la noche
lo hermosa que escribió su partitura
de tiniebla,
ya se aprecia,
ya se siente,
tormenta candorosa, acrisoladamente bella,
en mis cúspides de entraña.
De repente.
El Castellano
Serenidad eternal:
I
¿Acaso oculto canto
de soledad te envío?
Puede, tan nítido,
que ningún hombre
en tierra, pueda negarlo.
Prende mis rosas azules
entre mis fragantes zarzales.
Ya no musa has tú de esconderte.
Sólo despertar a la luna
tus azares contundentes.
Te logro ver plena
irisando el gozo somero.
II
Danzando yo atrás de la tela de araña.
Púrpura visión,
no se me niega serenidad virginal
que florece
entre el tranvía de estrellas,
pasaje al Otro Mundo del que vengo.
Tempestuosa tú, amada;
sirves al cántico
sanguinoso inicial.
III
Florecientes mármoles
me acogen,
tu magnificencia
exacta, digna de altos dioses.
Perenne diamantino vistes que exhalas,
que desnuda tu letra.
Acorde al compás de mis soles
en tu fecundar
de su ascua
milenaria.
El Castellano a 19-06-2019
Operación tres coronas:
Rayo lunar
Traigo de tu entraña
planetas y luminares,
Conciencia en madre luna,
bajo la constelación del cisne nací
empiezo:
Blander dije yo, mi sangre orquestada a Apolo,
Calíope me brinda
su protección de la luna bajo el signo azabache
mi alma,
Yulé mi gran Sol
lo contacté para rendir pleito
a Lugh hijo de Dagda hermano de Brighit
Brigantia hermanada con Minerva;
me abrió mi ruego una oración a la luna
en energía inconsciente
a veces regresiva, percibida
mi refugio, mi clamor,
la conozco familiarizada,
regenta que consume mis deslices umbríos,
despliego a día de solsticio
de inicio de verano,
mi luna,
mi sabiduría lunar involucrada,
energía básica,
me nutro de mi Luna
y formo égida y celada,
¿Quién más fuerte que yo, Miguel Esteban Martínez García?
Cuido mi alma me preparo
y dispongo mi defensa astral.
Permiso:
Continuo
Toma de contacto
con mi sombra lunar armada,
Por Candamvis dios Padre dame tu electricidad,
hermano tú de Zeus,
dios Castellano,
Rey señor dador sembrador del trueno,
Sirvo a desplegar
mi trueno lunar en tierra
de aquí pa' siempre,
Canta musa,
canta,
canta,
de un verano enternecido,
que me abrió el pecho,
sombra enfundo
un garabato de vileza encontrada,
se apostó
en mi oro trigo,
le atravesaron mis espigas azules
del barbecho de mi cielo castellano,
Ven a este mi fuego azul,
ardieron lanzas apostadas,
ante Lugh no se humilla,
dicha en un, dos, tres, labrada,
osadía superior,
operación tres, marcha
que despliega,
mi solo potencial reverbera,
semblante difuso encendido,
cruel miseria acuchillada,
bondad llama
ternura tornasola,
potencial cargando munición,
guerra al error proclamada,
esto no es un pasquín, es proclama,
Saetas vuelan sus notas
quimérica siembra,
desplegada mi quimera
Hada señora Leannán-Sídhe,
avanzo a los hoyos del Sol
mi Astro mi padre, fiel fundición
de vaporosos mares
de sangre de hierro,
Lugh te estrecho mano,
eres mi hombro eres mi tinta,
mi acero dispuesto, mi fuerza mi semblante eterno,
yo soy para Siempre.
Eco de relámpago solícito,
azul de mares y océanos,
príncipe de tu milicia celestial,
Lugh,
soy tu sangre, soy tu carne,
tus falanges dictan,
yo me blando al nivel
de la montaña nuestro soberano
Candamvis,
Operación tres despierta,
Desposeo mi mundo
en alarido de cópula,
cobres nativos me cuentan
de la electricidad mi alma,
fase oscura apagada,
cázame si puedes esta noche,
red real se despliega,
decencia soterrada,
es lamento por la luna helada
mi partida,
avanzo despierto,
fantasmas que arregazan el inframundo
mis honores consagrados,
regato cristalino
clase de fantasma vestida.
Umbral endógeno
aflicción marca,
la tinta de sola estrella,
vida de no-vida resurrecta
sangre al hueso injertada,
hierro al hierro Dame padre tu acero
por mis hierros estigmatizados,
dulce tormento entablado,
sombra de paraíso
yerto,
en laguna del pozo de Airón,
puerta con mi dominio
del Otro Mundo,
sintonía prendida
en vela de transistor
negra roja es mi alma
brea mi hálito, carmín mi sangre,
despierto lucientes,
conquistar y convertir es lema,
insurrección, dictado a la milicia,
vivir para morir,
vivir para vencer es lema.
Hemos nacido para morir,
nos llaman guerreros muertos,
con jinetes
difuntos de otro desliz no temporal,
Tenemos ganado un blasón
nacimos y estamos marcados
todos bajo el signo de la luna azabache,
nuestro relámpago de espada
es invencible,
Trueno lunar padre convocado
inspiración y magia
disolviéndose,
marcando formación
¡AWEN!
Cuervo Förüq el Castellano
Pureza acristalada de entraña:
I
Heridora luz en la entraña mi pecho ardía.
Crisálida inabarcable mi hondo señero esquilmado,
afinadamente retuerto,
cuántos sones abarcando mi Sol,
abandonaré o quizás, volveré a comenzar,
un tiempo que se come sí mismo por sus patitas doradas,
un repecho y miro alto
donde las almas desvanecen,
puridad en crisantemo ahora suena,
una pureza
que mi dama inmiscuye,
frontal de profunda visión,
si yo por soñar escribía
su éter en esencia afilado.
II
Es un escarabajo
su plateado sino docente,
es una lucha hilvanada,
su azar de novena estrella,
buscando asir la luz primera,
una escala de peldaños esperanzados
a llegar a una cima esmeralda de la idea.
Suave viaja el horizonte,
una divina siembra.
Diestro empeño asolado,
la magia de pureza acuartelada,
honda pesquisa voy al tercer reino,
sin musa con su araña converso,
destino insumiso atrapo
que agazapo,
y su ojera me dicta
un soplo lunático
que precipita
sólo una vez en la vida,
para siempre.
III
Inmiscuida razón.
al hervor de astros,
y soles relojes,
entre cepas de ambrosía,
tendida la umbra
que su piel esquiva,
miré dentro su poso,
me saludó mi vacío completo,
rumbo al dossier solipsista;
hoy es un día, que no enterró cualquiera,
las estrellas lucen apagadas
a lo alto los cerros del cielo.
Mi raíz espejada
con tres broches
savia, tinta y brea,
ea ea tengo espuela,
servil en cántaro todos los fuegos
recolecté
en dieciocho años de propio desempeño.
escribiendo yo y el que me acompaña.
Desliz nacarado,
he visto un hombre mirar el éxito de otro hombre
venderse por un puñado cuarteados
afligidos; aplausos dictados,
hoy no vendieron mi alma,
ni la competencia servil,
blandió feraz carcajada,
hoy el mañana quedó
en estante
encuadernado con solapas
y tapa de hormigón indestructible.
Mi árbol de su raíz
no quedó bajo asfalto
de alquitranes precoces,
siguió respirando,
en un mundo que no fue ni será mío,
podéis quedároslo.
Seguiré trenzando el ocho,
infinito perpendicular
el verde en un tiesto.
Seguiré muerto
si acaso dicen que vivo.
El Castellano
Desposeído umbrío:
Furor sostenido en tu piel,
tangencial, somera,
acaudalada por todos los cauces
que gimen,
las ascuas tus bellas estrellas.
Abro que dispongo
el néctar los dioses
Hidromiel que embebo,
surco mi campiña
quiero cielo y tierra
en un cuenco.
Mi araña dicta, yo converso,
era un patio de astros,
amada, mi sola ojera;
en guardia, armada,
ricé el réquiem
de su insomnio valedero,
esencial,
en vez de un ramillete
de destellos parpadeantes
me prestó un racimo su negrez.
Avanzo mi libreta,
sombras caminan su muerte,
de media tarde.
Estoy preparado para la luz,
y su esquela derramada.
Voy por el tercer aleteo,
que subasto crisol encontrado.
Ven, vuelve a mi partida
Musa.
Brindaremos aojos fugaces,
daños colaterales.
Redención en aspas,
de nuestras ganas de escribir
afiladas.
Ramilletero pulcro
es oficio.
Un tres, tres ilusiones,
vivir, cumplir, servir,
vislumbré que capturé
su alma con una botella.
Tesorero mi destino aflijo,
que me alzo,
a la tercera campanada
de mi suerte.
Observé el sonido
que blandía la alborada,
desaconsejada.
Cristal de valles,
solísimo eco matutino,
mi zorzal en mi zarzal,
florido.
Flores que demuestran
que la vida es más corta
que la duración de la muerte.
Azar inmiscuido de un colorín,
buscando sus semillas de cardo,
la tierra brindó,
sed y calor
de nueva alborada terrena,
por peñas y peñascos
vigila mi cuervo
desde su nogal excelso,
de hórrida sombra,
portón de los tres umbrales,
luz, tierra, tiniebla.
Un tordo músico
acompasa en un olivo,
desposeído,
como si rasgara el viento en trino
hendiendo su cuchillo,
Carraspeaba un grillo,
su criqueo, en Sol mayor,
Llegó el verano.
El Castellano
Latido inefable:
Cegadora siembra celestial,
en una acogedora alma,
dispuesta, los ríos sanguinosos tangibles.
Afino este mi acordeón del diablo.
Euforia sempiterna
en dos, tres esferas;
euforia es mi Real Acorde.
Sentencia relegada
de ángel desertando a morir.
Vida de la sangre en umbral.
Silenciosa premisa
en vals
de camino en piedra.
Rectitud en escala,
el ímpetu en sincronismo
de fase y etapa.
Dragón silente despierto,
suspiro cromático
una vena, una acequia,
un sendero en aflicción,
particular cercenado.
Bajo el signo de la rosa flamígera
despierto mi quimera
en estela.
Leannán-Sídhe
rompe tu letargo,
cielo e infierno,
comulgan en comunión,
de astros terrestres,
un ruego,
un sentido,
lucha contra uno mismo activa.
portal hacia la novena estrella
abierto.
Redención comienza,
Fase lunar cabalga,
reverbera la sola una.
Alma sin poso ni fondo.
Amarre en oscuridad
servido.
Al desangelado hálito escribo,
que al mar de luna,
le permito hasta donde acaba
mi intelecto.
Errante solar
caballito del demonio,
en cuatro alas montado,
voy a desgañitar
mi sola voz en papel
y tinta carmín
de pluma estilográfica
y su cruz,
carcoma de éter,
dispuesta,
ven a mi astro
no te morderá
la hormiga león que soy yo.
Mineral candente
su coto de luminarias,
invocado.
Estela cultivada refulge,
ahora.
Mientras cruje mi calavera,
un son minero,
exacerbado,
hoy sí musa
me alié con un cuclillo,
quien yo era.
El Castellano FÖRÜQ
Sangre de Sol:
Raudal,
severidad enfilada
de luz crispada,
banal dicha ostentada,
acérrimo devenir,
camino por fuera,
desde el lugar amé antes,
sola noche me cuenta
de un alba siguiente
y sus pestañas,
voy rumbo a descuartelar
mi inmundicia,
en un sótano de luz
donde todo es lo mismo,
cinco cuatro cinco sigo,
hijo de tu sombra me blandí
sin esquela,
sin nombre ya no te busco,
si forma acaso mi acrisolada
imaginación te dibujara.
Seguiré indemne acontecido,
un astro una verdad
crepita desde mi Ser
al mundo en un capullo,
destrenzaré su amalgamada,
afamada beldad,
es rumbo al cuartelillo
de las flamas
donde fijo punto,
y sus estrellas apagadas
me cuentan de tu sola
dicha descarnada,
un rubor sin razón
ya voy por el patíbulo
los astros y estrellas menores,
quiero la gloria el azur concede,
en vitral desposado,
su hervor su ardorosa siembra
de fuego vuelto agua,
sublimación de mi deseo
traspuesto,
nací,
creo viví,
morí ya y sigo viviendo
soñando desde mi muerte,
mi vida presente,
ascuas me rizan el deseo
en el arañal,
donde a ella encuentro
mi musa-araña,
todos los años la visito,
siempre es la misma,
a veces ocupa más tela,
otras, tiene prole,
y otras me escucha le recite
crisol de mis amores versados.
Reducidos todos en uno,
mi amor oscuro,
voy, vuelvo, que aún no he salido,
tengo pavor a cerrar mis ojos,
se derrita mi idea,
dame musa
la gloria otra noche colgada
la tela de araña,
todo se rija en unidad
te conozca yo sin nombre,
te acrisole
que esmalte mi éter fijo,
sin horizonte
sin luna de escarcha azul,
sin infinitos desempeños
manidos infinitud de veces.
Yo te amo sin nombre,
sin imagen, sin corpiño,
sin figura solo te amo
como se ama la vez primera,
de esencia cumbre cenital
y magia, más mi avaricia
se comió hace mucho a sí misma.
Río candente clamoroso,
servil, un ángel oxidándose,
metal del metal,
primor en alas magnánimas,
acompáñame mi deidad
te amo en el mundo
no existe ninguna cosa,
arco iris
de tu oscuridad superior.
El Castellano
Escrito en sótano de luz 2015:
Lloro, tinta en el umbrío cuarto,
atajando vestigios por descubrir,
cenizas en baldío esfuerzo coherente,
dispares, ausentes del frío desvanecido,
por tu piel junto a mi piel, mujer,
río ancho por el silencioso
valle de sembradas flores por vencer,
luminosas; templos y palabra
del Creador Universal,
sin verme lejos de lugar,
al desvalorizado aliento por retratar,
aliento escrito que jamás se podrá juzgar.
Por ser arte del idioma de Artemisa,
vengo por tu piel con alboroto,
por todo el placer vuelto vergel.
Esfinge de mi ser,
proscritos, infectos,
de aunar el febril, velado aliento,
de nuestros protectores yertos,
va mi asamblea de cabezas de grama,
y abrojos clavados en sus pechos,
por descorchar su sangre,
y desenlatar sus cerebros.
Ardiendo, para flagrar cardos caminantes
de las ciudades.
Turbado, esquivo, nacido cual linde
deseado, perdido,
quiero encontrarte.
Lejos de enmarañarte,
conocerte, tornada
quien tú eres,
en efecto y beldad incipiosa,
Mi fiebre como ayer
en sótano de luz acantonado,
de oídos precoces
solapados en paredes frías que retuercen
alaridos en ambrosía de cópula,
Nicho frío de mi silencio amurallado,
lecho de antiguo y nuevo romance,
el escrito en bronce.
Sanguíneo río todas mis flores desangradas,
aliento por desvanecer
como niebla que en azur acaba,
dama, tu traje de astros
te precede,
y el Valhalla nuestro jardín de espectros.
El Castellano
Fractal:
Luna espiritual, caleidoscopio, esencial negrura, escala, telégrafo infinitud intangible, ser esencia rauda, esquiva, amplitud en corazón de mirada, esquela sonora de latido disparado, amplitud de violín solo, es un cuarto de cuarteada luna, sótano de luz sempiterna, reto sanguinoso tradicional, éter tu placer disuelto en turquesa, rubor de estrella directo al sucumbir en escala, pesquisa al infrarrojo mundo mi amor en tierra, durazno tu palpitar abre portón ya Oscuridad somera. Tejiendo elucubrando mi aporte a Musa Calíope.
Trabajo, soy jardinero
de las cenizas de la luna,
espiritual poeta suyo,
mi solo porte,
visión reverdecida
en arco de iris substanciales,
caleidoscopios esenciales
en negrura mi parda sombra,
escala novena de mis falanges
dispuestas.
Hablando vibra mi cable
oxidante de telégrafo particular,
infinitud destrenzada su rauda estalactita
de su deseo que me gotea lo intangible
de su Todo cuarteado en la estrella.
Esquiva alma te cazaré
raudal encorajinado.
Amplitud de mi corazón en clepsidra,
río de magia sanguina.
Mirada como miraba la muerte de la una sujeta sola
de mi madrugada
mía porque todas son casi iguales, menos la mía.
Esquela en pulcritud de astros,
mi dicha sonora,
oh, gloria.
Cargo mi verso apunto
musa no se esconde,
apunto,
disparo,
interné es blanco,
latido colgado en simpleza de su violín,
afino mi órgano,
Cuarto fractal de esencial esencia pura,
pulcra, viva mi araña.
Libre en mi sótano de luz
encerrado tamboreando
el sempiterno halo
en reto personal de esclavo libertario,
fluye mi éter personal
ambidiestro tradicional,
su placer en ojo mi turquesa,
vetas su rubor en deseo disuelto,
cuan hombre soy no envilece
la dulce miseria,
rubor de estrella sí la oscura,
la más bella,
directo al sucumbir en escala cromática,
pesquisa al infrarrojo mundo,
mi amor en tierra,
durazno
tu palpitar abre portón
ya; Oscuridad somera.
Tejiendo elucubrando mi aporte a Musa.
ACOMPLISHED
Er-lobo bohemio Esteban el Castellano
Contigo, llórame noche:
Escribo al ánimo mercurial,
gota tras gota de incesante
consecución de días
en esquela volátil,
recto devenir en gotas
una tras otra
como gotas del agujero del cielo,
fluctuantes en raudo
taladro de sienes inmiscuido.
Hoy es un mañana prefabricado
y mañana quizá
será un vestigio del ayer labrado.
Zigzagueante azar plumoso,
percusión de hondos campos
señero.
Voy por el inconcluso, magnánimo
éter sin ciencia ni papeles,
escribir acaso dicta,
precoz, voluptuoso,
arraigo terruño,
flagraré recta pesquisa
para guerra de Júpiter,
y Marte quedara insubordinado,
áureo involucrado,
mi pecho en alza,
místico querer
de mi vana sombra
a mi saeta inominosa,
negrura de sola noche que no avanza
y todo el terreno ya devora,
goteo incrédulo
de alisos entre azucenas de la tarde,
fuelle eterno de alaridos,
entre iluminada evanescente,
ven luz a este canasto te haré
oro de mimbre solo.
Hilvanada que trenza su muerte
en escala soporífera
la noche y su magia eternal
como gota adentrando dentro de otra gota
como reguero de una precipitación incesante
donde todo se reducía
al fractal de la gota sola
buscando compañía
de suelo o frente,
de estío o de sudor,
de río o rambla,
de riera o manantial eterno,
en idea de lo que fuera
fundirme en tu cuerpo.
Mi solísima noche,
tu sonido en reloj de esencia
criqueante como grillo
de este estío reverberante.
El Castellano
Mi sangre yerta reedición:
Original 2008
IV 2019
Canta, respira
mi sangre onírica, yerta,
el romo hierro
de tierra por sembrar,
reza que canta la amapola vieja,
sangre rubí del corazón carmesí,
sueña mi semilla despertar brotando
donde el muerto sueñe y cave su vida,
y mi cicuta afligida,
en negror enraíce el paraíso,
de pieles sedientas y bocas esquivas.
Hojas muertas,
corre mi otoño terruño
desde la vereda a toda rambla,
corre mi frío yerto,
desde el infierno fragoroso
al río de esta alma por sembrar,
encina liberta de mi piel esquiva,
beso de tierra y vid,
beso de trigo y girasol,
de cuchillo de espiga mi cante,
de zarza y espina mi amor
real como intangible,
áspero y rígido,
bravo y valiente,
duro y endeble,
metal y simiente,
pan y niebla,
niebla y bruma tizna que desprende,
desde la boca hasta el pecho doliente,
donde canta mi pasión sin despecho,
vive esta sangre caliente,
ascua y lumbre de mis tocones,
nube del cielo por dibujar cantando,
a estampa de sed y viveza por entrañar,
canta mi umbral, desea ser reloj infernal,
quiere tener soles y lunas sin gemir,
invierno llegas,
dibujando transparentes los miedos,
espejo hondo severo
en caracol rotundo sonoro,
avanzas cada campo sin permiso,
helando hasta el hielo,
oda de mi sangre dulce yerta,
por mi tierra me arde la siembra flamígera,
y el beso queda frío, escueto,
parco el sentido enamora el hálito,
quién te viera marchar,
vestida de olivo y centeno,
de olivo y cebada,
de trigo y espada mi guadaña,
por la calma abrasas la esperanza,
en maldición cantas tu canción,
y los cuervos te rinde pleito de negra ala,
de grazno escondido en cada roble,
desde la piedra a la cueva encerrada,
abrasas oscuridad mi entraña,
dibujas tu vívida estampa,
donde el tiempo yace muerto,
y solo los duendes te entienden,
solo las hojas buscan su nueva vida,
d' este sembradío de niebla me avanzas sin piedad,
la dicha y la sombra por ganar,
desde mi tierra encendida hasta la parca bonita,
desde el cante a la maraña,
te canta mi vida quieta
este amor de la mañana
en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu aura,
suspira el petirrojo,
quiere ser río de alma y arrojo,
quiere nacer abrojo,
el espino mece la espina de mi antojo,
y la amapola amarilla,
solo ella abre a la gran luz,
horizonte de mi piel que quiebra como ayer,
enamorado suspiro de río,
enamora mi hielo,
donde duerme,
donde reposa el amor de mi sangre yerta.
Su secuela en escuela, dicta
hoy es para el olmo seco estío chirriante,
grito de carcoma voraz,
por el sendero de hormigas
a la hueca corteza de mi seco árbol,
cruje su cicatriz
de herida reseca.
Un compás de chicharras
y grillos secuaces,
lloró el centígrado,
y soñó toda sangre
que la savia su olmo
latía grana
que jamás yerta circulaba.
El Castellano
Uccellasica Concanauna
¡Oh divinidad antigua!,
antigua divinidad,
primera semilla,
madre y padre
de Dagda esposo de Dana,
padre y madre ellos,
de los dioses,
etérea semblanza tú
de los dioses y su cultivar de astros,
destello de luz fecunda.
Oh musa, oh vida,
entono tu lira este atardecer,
madre creadora del solo destello ramificado,
sien de superior intelecto en estela,
dadora del divino don supremo,
duende Arte y su fauno.
Su caldero de regocijo pulcro,
musa de la que descendió
tu nieta Brigid, Brigantia, Brighid,
fiel luz de poesía.
A ti te honren mis falanges,
este surco y fosa alumbrado
por Lugh tu guerrero del Sol
y su cuervo,
a puño y lanza vivo muerto,
asido a mi destino dictado
al más allá celta,
esperando me abran su portón
verdadero, del otro lado,
custodiado por Ninfas, Sátiros, duendes, dioses,
espíritus, hadas, ó ínsula a la que voy de viaje
desde que nací.
Cepa de vid y vida tú de toda magia,
con raíces acrisoladas en tus cabellos,
guardiana, de hálito férreo del guerrero,
dueña dadora del destino,
hiladora universal,
de tres agujas,
tres madejas; vida, muerte, renacer,
dominas el resurgir de la naturaleza
y sus cauces silvestres,
son tus sueños,
bailo mi cuerno roto sonoro,
te llamo te imploro como hijo llama a su madre,
de mi izquierda el peso de tus argentas vestimentas,
a mi derecha el romo peso en poemas
de mi sangre granate.
Voy allí, voy a descansar mi lucha,
¡Ó, Valhalla!.
El Castellano
Zarcillo su campo:
Lúgubres alegrías canto,
en tierra, batalla y hondo campo,
feraz siembra
en el campo la espina,
zarcillos por bandera,
hojas en abanico caduco sepulcral,
al ojo de la crueza la rosa,
de belleza mortífera,
y silvestres pestañas espinosas,
al pie de jara te encuentro,
soñando días venideros,
de presente vanagloriado,
un destino, su señero parco
me alumbre.
Canto con bandoneón,
el crujido de mi olmo seco,
encarar de azules caléndulas
su gloria nunca más esquiva,
ronronear entre mármol florecido,
y solas calandrias vigías
de su rocío permisivo.
Cedo angosto paso
al alacrán
de su tierra
y oro virgen
de libertad sin esquela,
carrasquillo fugaz
que promete verdor al monte,
sierras de azores
y ocres en guadaña de esparto,
camino mi cruz
en escala el infierno celeste,
rey sopor calorífero,
tiñe que aclara mi visión
sin nuevo cierzo,
Soberano Lugh del cielo asido,
todo marcha, hacia mi corral
de muerto,
custodiado por el arañal sempiterno,
ciño somero umbral
de esta mi vida bajo tierra,
sangre de musgo me acicala
que desnudas pizarras
acogen su brío eterno,
bajo las alas del río cuervo.
Un malear entre nuevos sones
y erizos secuaces de idea,
batalla feroz sin luciérnaga
ni dormir de faroles,
encuentro la contienda
por caracoles sonoros,
serranos y blancos,
pesquisa de reencarnación
en futuro elemental,
soterraño, guardián
de toda flora en el campo
d' esta espina.
El Castellano
Vena del cielo 2015:
Solitario rayo
luz me arde ahora
en el mirar ciego del sueño;
sin miedo, sin embargo
saboreo el viento,
los cielos me poseen
de nuevo sobre los años
que ellos son,
algo llega a la rosacruz
de ayer
y sus nueve caídas
de sus ángeles despiertos
en tu sueño me ves invernando
dorando mis pelos de murciélago
bailo el colchón de nubes
que sostiene esta mi noche
para desaparecer llorada la tierna cara
saboreando una sombra más
que me vuelve
imperceptible
muerto sabor
de obscuridad sin faros ni luces
ni fusiles que matan hermanos
de su tierra y sangre
crecieron los caminos
y el rojo fuego versado
brotó en flor de amapola venidera,
dime qué debo hacer
¿Algo erróneo?
No puedo volver atrás
se sostiene aparte
la fuerza que nadie alcanzará
nada por cambiar
todo está hecho
algo que asalta aparte
puedo volver y empezar de nuevo
sin mí, sin vida, sin cuerpo
sin lo que me ata a éste mundo
mañana veo el futuro
la destrucción del pasado
quedará atrás.
Corpus, anima, crescens
sol refulsit,
lux
et patientiam meam scientiam
florum, est vita
nosotros no somos lo mismo
la bondad sangra las venas
gustos, deseos, vencer,
arder sin perder aposta la partida
esa que las hiladoras tejen
momento del momento
nacido absorbiendo el hilo del tiempo
las piedras lloran flores
el final es volver a empezar
viendo y amando
el ancla errada de mi lugar,
continúo al cuervo
que me vuelve más fuerte
ave más inteligente de la faz
poder de la misma
energía
en tormenta de conciencia
siendo ese rayo solitario
que partió todo inepto,
inconsciente tormento.
El Castellano
Como ángel soterraño:
Postrero entendimiento
va sin ralo,
sin hálito fugaz, transparente
ni secuela rizada en portento,
en embalse raudo
de mis recuerdos ahogados,
allí repleto,
creció una flor mi pecho
insubordinado,
quise fecundar aras
por campos lunares,
silvestre campo mis flores de sangre,
aliento abrió
y desplegó su flor de sombra,
resurgiendo de mi oscuridad particular,
resucitando del incipiente
sueño emergido,
que mi sol era invencible,
por cuántos entusiasmos en lágrimas.
Mísera y reluciente flor de julio,
por todas las heridas pura,
en alma honrosa,
redonda, completa,
sin prisión quejumbrosa,
en ofrenda armoniosa
retira que alegra mi tristura,
injertos mi cordura,
en ventura decid,
por si vuelvo indemne mi astro,
abrió el repliegue
en destello oscuro, su numen,
sacro, armonioso,
inocente alba,
de altar pernicioso,
por viles sus ascuas melancolías,
excelso combate halle,
entre mudas sienes
desnudo mi fe
del buen hacer magna, dolida,
entre turbas elegantes esquiva,
remembranzas de alta luna,
con el demonio dentro,
en hondo portento
su letra,
ha vuelto.
El Castellano Förüq a 21-07-2019
Todo y nada en unidad:
Diestro empeño, un destino esquivo, soles de cuarzo malvas, recto escalar entre bordes dentados, camino el sonetado final sin comienzo, gualdo iris en flamas, el brillo primero, un sopor, un cuadro de visión serena, colores amalgamados sin directriz uniforme, sinestesia del sentido pardo, parco, soleado, observar colores del sentimiento expuesto, revelado, el azur que fue savia, el blanco vítreo azar del tras luz, avanzaré sin permiso, la sola rabieta del alma, por justo será última, seré hoja de esta noche estival, savia infinita de aliento desvelado, coso mi atelier simétrico, en torno la hoguera iracunda que me lleva, vendrá a mí la amalgama de quimera, día del lobo alfa en anuncio del mesías retirado, seguiré curso sin venda ni esquela dulce, abriré surco de barbecho, sembraré mi vida y me abandonará la turquesa de esmeralda cristalina, sé quién soy, quién fui parece relativo, azar encorsetado y sangre solar muerdo, en este mundo de alquitranes os dejo la miseria, os dejo la indecencia, os dejo el humánimal quien yo era, vestido de ropa vieja avanzo minuto y cierro.
Diestro empeño,
un destino esquivo,
soles de cuarzo malvas,
recto escalar entre bordes dentados,
camino el sonetado final
sin comienzo,
gualdo iris en flamas,
el brillo primero,
un sopor,
un cuadro de visión serena,
colores amalgamados
sin directriz uniforme,
sinestesia del sentido pardo,
parco, soleado,
observar colores
del sentimiento expuesto,
revelado,
el azur que fue savia,
el blanco vítreo azar
del tras luz,
avanzaré sin permiso,
la sola rabieta del alma,
por justo será última,
seré hoja de esta noche estival,
savia infinita
de aliento desvelado,
coso mi atelier simétrico,
en torno la hoguera iracunda
que me lleva,
vendrá a mí la amalgama
de quimera,
día del lobo alfa
en anuncio
del mesías retirado,
seguiré curso
sin venda ni esquela dulce,
abriré surco de barbecho,
sembraré mi vida
y me abandonará
la turquesa
de esmeralda cristalina,
sé quién soy,
quién fui parece relativo,
azar encorsetado
y sangre solar muerdo,
en este mundo de alquitranes
os dejo
la miseria,
os dejo la indecencia,
os dejo el humánimal
quien yo era,
vestido de ropa vieja
avanzo minuto y cierro.
El Castellano
Escritos del azabache:
Te vi detrás de la estrella más brillante
del azul nocturno eterno.
En el suspiro de amor que corre y descansa
entre la inmensidad de un parpadeo.
Entre la oscuridad que alcanzó a ver
la belleza que envuelve tus piernas.
Adentrándome para reposar contigo,
siendo una sombra más,
pero especial para ti.
Te encontré en mi sueño más cálido,
en el cielo encerrado que liberé.
En la noche que la luna baña tu cuerpo,
y en la noche que mi amor corrió por tus senos.
Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,
para así, por fin, no olvidarte nunca.
Es solo la vida en mis ojos donde un día
se mide por las veces que te imagino a mi compañía.
y una noche la vida de mi corazón sin sueños.
No importa que no te tenga,
no importa que no te vea, porque te siento,
y te siento más allá de donde acaba el firmamento,
en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.
Donde me di cuenta,
que el sentimiento descansa,
no muere, como la flor sale en primavera.
No importa que no te tenga.
Porque después del invierno volverás a florecer,
te amé y a mi pesar, y a mi conciencia te liberé,
pero con el saber que si vuelves será para quedarte.
Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas
porque a mí, no me engañas, yo soy para ti,
y muero si no me cuidas. Porque te entregué mi corazón,
por lo que somos y por lo que seremos, nos queremos.
No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,
y tu amor prefiero sembrarlo a diario,
la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.
El castellano
Un cuento de 1997 primer escrito con 8 años:
Érase una vez un ruiseñor y una serpiente que sólo tenían un ojo cada uno y llevaban viviendo mucho tiempo en la misma casa en paz y armonía. Pero un día que invitaron al ruiseñor a una boda éste le dijo a la serpiente:
-Me han invitado a una boda y no me gustaría ir con un solo ojo ¡Sé buena y préstame el tuyo! mañana te lo devolveré.
Y la serpiente le hizo el favor. Y prestó su ojo al ruiseñor y se pudo ir a la boda con dos ojos.
Pero al día siguiente el ruiseñor no quiso devolverle a la serpiente el ojo y juró que se vengaría de él.
¡Inténtalo si quieres!-Dijo el ruiseñor. Luego cantó:
construiré mi nido en ese árbol tan alto que jamás conseguirás alcanzarlo.
y luego pasó una semana y se vengó del ruiseñor;
Le convirtió en murciélago el cual volaba con una correa de cinturón atado a una pata con la que chocaba y chocaba.
Fantasma:
Me llama en la noche,
me acaricia su velo,
viene altiva en cada sueño.
Con sus caricias, desvanecerse quiere,
renacer en la oscuridad del ocaso eterno.
Comprendiendo y llevándose mi dolor.
Yo, sin comprender su aparición.
Recreando su alma viajera.
Sueños serán, mas cada día la siento más.
En la belleza de imaginar,
la complazco con la sencilla palabra de amor
a su alma sin cuerpo.
Que me acompaña desde que sufro
por el querer.
Fantasma o fantasía,
me guarda caricia,
sin saber yo su razón.
Ella, hasta dudando de su existir,
que yo por amar, la amo.
Mas no sé la razón de su compañía,
cuando el reloj marca la una en madrugada.
Mas si pudiese saber preferiría no saber,
quién es preso de quién o si ella y yo,
somos presos del querer.
Siembra abisal (2011):
Buscándote en el silencio.
Buscándote debajo de una piedra,
o en el fondo de una cueva.
En la flor sin cortar,
o en el fondo del mar.
En la nube o fuera del cielo.
En lo que se ve,
y en lo que solo se siente.
En el sueño y en el recuerdo,
en mi felicidad o en mi tormento.
Buscando, te encontré lejos.
Ahora que en letras te tengo
estás cerca de ser mi vida
y yo tu verso.
Mariposa esencial, septiembre 2011:
Bella, vuelas libre doncella,
sol te toca, acaricia tus efímeras alas
de mariposa desvelada.
Viento te lleva, allí donde el amor creó,
reflejo de libertad soñada.
Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,
dejaste atrás nubes de tormentos,
rozando tu destino me arrastras.
El manto de las hojas te protege,
buscadora de sueños
de la fronda de mis sentimientos.
Viviendo en la ternura de la dulce mirada,
volando con la fuerza de la palabra sincera.
Durmiendo hasta que se oculta el alba,
ángeles y dragones arropo en el corazón.
Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,
para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,
cientos de tonterías para tu sonrisa.
Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,
pintando mi vida.
En la caída color gris quedó,
color gris quedó.
En la huida el tiempo y la situación
que cortó un camino en dos.
Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo.
Su esencia mariposa del amor.
Rubrica el hierro:
Cerré los ojos y allí estabas,
como si no pudieses salir
de mi interior.
Como si quisieras besarme
o decirme algo.
Pero tú bella en sueños
no hablas.
En sueños no hablas.
y nos quedamos mirándonos
a ciegas.
Yo te aviso que en el bosque
de mi mente solo hay un camino,
y es un laberinto.
El final lleva a despertar
y enfrentarse con la realidad.
Pero tú bella en sueños,
no me hablas.
Y yo a primera vista
me enamoré de ti,
por si algún día acaso
el sueño se cumple,
y ya de realidad me dices,
te estaba esperando
siempre te amé.
EXPRESO:
12 de julio de 2011
Cómo derretir las palabras complejas,
cómo congelar los momentos vividos,
vuelvo a mirar dentro de tus ojos,
admiro contemplar que aún me esperas.
Vuelvo a despertar sueño fue,
allí inseparable te encontré,
sin cantar a la tristeza porque tiene fin,
canto y lloro al viento que me trajo tu apoyo.
Pidiéndole sostener la esperanza,
sin ceder en la certeza que dejé marca,
continúo para dejarte mi pedacito.
De nuevo aquí para ti, sin yo estar.
Te encuentro dentro de mí,
y fuera te encuentro en la belleza,
belleza del rayo de sol,
ese que atraviesa la tormenta.
En cada gota de lluvia que da vida a la tierra.
Aunque nos separan miedo, circunstancia y distancia,
te dejo parte de mí para que veas,
que puedo huir, pero no dejar de sentirte.
Siempre vuelvo porque nunca me marché,
ya que siento que nunca te olvidaré.
Destruyo mi coraza quemando sentimientos,
y avivo el fuego con recuerdos.
II
Por qué te escribo
De mi destino no soy dueño,
si mi sino ese fuera
por qué vivir no hubiera, elegiría y tendría.
En lo bueno y en lo malo te escribo,
para conservar tu cariño,
para pintar de color este jardín umbrío.
Por qué te escribo
Para que sientas que sigo a tu lado
en lo bueno y en lo malo.
Cuando llegaste detuve el tiempo
para así crecer de pensamiento,
y conquistar lentamente el verso
de tu corazón y sentimiento,
y aunque no soy perfecto
me gusta escribirte lo que siento.
Por qué te escribo
para no huir en la batalla del amor
en la que ninguno pierde ambos ganamos.
Pido paciencia, salud y calma
por eso te escribo desde mi alma
porque cuando lo hago me creo poeta enamorado.
III
Realidad en una distancia,
como el dolor que se niega,
para mitigar su ausencia.
Como la flor sin agua seca.
Tú chica, yo chico, cruzo la línea,
tu mirada que atraviesa, mi palabra cesa.
Halla mi sonrisa tu cara bonita.
Vela mi compañía una esperanza.
Se lleva el viento mi amor ciego,
lo deja en tu pecho mi cielo,
quiero tus besos que no encuentro
cuando me siento solo.
Sólo pienso en tu abrazo,
llenaste mi mundo revuelto,
¿Cómo sería?, ¿Qué cambiaría?
Sería tu abrazo sincero.
Como tu te quiero
de un once de enero.
Como los nervios que siento
cuando te veo y te leo.
Cuatro cartas y diez monedas:
Vivo para ti; sueño por un devenir.
Como es arriba es abajo,
pudo ser mi pacto,
pero aún no estoy condenado.
Fidelidad a quien me protege.
Sesenta y siete suman; un pasado.
Doce reyes de salud, tres monedas,
un cáliz de vida eterna, una espada.
Para el mundo un sentido, para lo que vendrá,
muchos; pudo ser, vino y se fue.
Sesenta y siete suman,
cuatro cartas y diez monedas de cinco.
No quise saber, solo sumé y escribí,
(50+17=67, 6+7=13)
aunque no entiendas esto no quieras saber
cómo persiguen los números,
ni cómo las letras se enredan por eso
vivo para mí, pero sueño con tu venir.
POETA DEL VIENTO:
Volver al eterno sueño de una pasión vivida.
Del amor que cura sin marca la herida.
Aventura del taciturno que busca el idilio;
se pierde en la forma, encuentra el vello fino.
Busca en letras belleza, cuando ella lo es y era.
Algo sencillo y declaración de amor consentida.
Tormentosa pero reconfortante la espera.
Esperaba, calma en su ventana,
tiempo atrás vino una escarcha,
a ella la veía fiel en su mirada,
su palabra sincera la cobijaba,
de terceras alimañas con envidia.
Un argumento y todo era sencillo,
ya fuese realidad o fantasía,
no se perdía en un camino.
Nostalgia llenó su amor de letra prohibida,
de anochecer que ansiaba un mundo sin ira.
Ella no quiso ver una mirada vacía.
Frío y calor se desearon y surgió el beso,
llegó el viento.
YO ESCRIBÍA:
Eres fuego en el agua,
eres luz en la noche,
calor en mi alma de hielo,
amor en mi mundo de ilusiones en viento,
bésame al final de este deseo de chincharte,
acaríciame con tus labios,
el mordisquito en la oreja,
el susurro en el cuello,
noche de eco entre imágenes,
pupilas mirando pilares al cielo,
entre verde y violeta de árboles,
ojos de gato, tu gemido,
tímido y feroz,
tu voz.
Esteban el Castellano.
Inmortal VOZ:
Amo esta herida que yaga
que descansa mi azar de oscura luz.
Alcancé mi suelo
mordiendo el vestigio yerto
mi sola ánima en persona,
y hoy advenedizo,
no me arrepiento
de afirmar de sombra a vellos
enraizados,
que no llegó más fuerte
a mi camino sin despedida.
Oigo retemblar de flamígeros sones,
viento o gemido
que va quiero placer inmiscuido,
canción no
rezambullir entre la espada mi blasón.
Sangre Solar escribió:
Mis sueños azotan ruido beligerante,
de armas,
con un trillado estandarte,
Aere perennius,
piedra yo que respira alma,
hálito que ignorado,
no se niega a sí mismo.
Nueve hojas completas
a servir,
en tinta roja.
Cielo abismático,
o Sol de cristal mi padre,
pájaro o disparo,
inmortal llaga de cuervo
sediento.
Que reclama su título
de origen y linaje Solar,
militar guerrero de sí mismo,
Förüq Castellano,
sin rival aún en tierra
le haga merecedor su Gloria
de reunirse con sus hermanos
en el Valhalla,
y trepar las enredaderas
hasta la divina sombra
de mi padre Creador Universal Odín.
Förüq Castellano a 23-07-2019
Lugar La Campiña
Castilla país España
TOMO SEGUNDO
ABABOL SANGRE DE SOL
Liras
7a, 11B, 7a, 7b, 11B.
Lira:
I
Todo lo que descubro
aliento ciego, bucólica siembra
como esbozo elucubro,
abre rayo, desmiembra.
Cercenada estalla, ella, brotada hembra.
II
En sangre de limpia agua,
carmines me recorren, eres mi hombro
un postrero abre fragua,
de mi sino un escombro,
quiero regar la vida de este combro.
III
Engarzando yo, quieto
ella el iris de mi bella natura
brilla en puente Himeto
desde ojo que aojo cura,
suerte, que labrada es sangre que apura.
IV
Hoy campos son de endrina,
para ser retozo que cruje solo.
Desnudar de la encina,
hoy olvido logrolo,
pero a ella con un rolo trina el piolo.
V
Libre por ti soy, ardo.
En rambla sin ribazo de secarral,
por transeúnte cardo.
como raíz de parral
esfumo, alcanzo, sones de su fractal.
VI
Mis astros que son santos,
obtusa furia que engulle impelida,
prosigue, consume a tos,
destapa desvalida,
de toda la tristeza que invalida.
VII
Hasta que engulla esta enorme
sombra que sigue procelosa, rauda
el siglo engasta fome
mi silvestre alma escuda,
te hablaré alto, como el amor exuda.
VIII
Sin directriz, ni engaste,
porque mi carne no tiene baraja,
hoy clamaré desgaste
mi ataraxia cuaja,
que cegaste tuya. Mi dama graja.
IX
Desde rejuvenecer
que gasta emblanquece por cielo extenso,
Sueño del resplandecer,
hoy no bastó, lo menso,
sin solitud desaprenso, repienso.
El Castellano
Culto de mi cultivar. Oda en liras
7a 11B 7a 7b 11B
Culto de mi cultivar:
I
Traigo de mi alma en fuego
incrédula, extraña poesía runa,
al capítulo llego;
de tierra, viril luna;
seco abrojo regio, cumbre que ayuna,
II
Habitado tras yermo,
con mis sentidos inermes postrados,
llana música en termo.
Mi Virgen seduce hados, *
brazos aguerridos amancillados.
III
El silencio esquilmado
escondido de mi alma traigo hendido,
vislumbra trazo arado
solitario, nacido
sangre, impía herida yaga henchido.
IV
Traigo soles difuntos.
Melancolía hija, el siglo enajena,
alzo, beso mis adjuntos;
sin honrosos entrena,
lucha diaria enajeno en cuarentena.
V
Al pie de soto llano,
viperina sierpe de frondosa era
aspereza abre plano,
placer dioses quimera,
todo es bruma siempre gris la espera.
VI
Esfuma lecho real
de sangre gualda disputada grana,
mi directa pluma, lean,
nimbo mis astros cana,
en sonrojada pupila mi lana.
VII
Misterio, azar o tinta
siderales ensueños, envanece,
avanzo, yelmo pinta;
arrepiente, fenece
piedad aflora yerta, no perece.
VIII
Ante Lugh no se humilla,
apego mi faz ya desorientada
cuarteada sien cepilla
mi jofaina aplacada,
mi semblante pardo no cambio nada.
IX
Fervor sí prendo fuego
desde este sueño de orgullo reseco,
Indefinido apego,
sin rastro yo la checo,
con puerta florecida llaga mi eco.
BONUS: (Rima y métrica libre o blanca)
Custodiada por los mil alacranes
que puridad cuida,
por los Suelos
¡Levanta la frente!
Y de placer sucumbe.
El Castellano
Oda completa en liras, ''Oscuridad germina'' 11-1-2019
OSCURIDAD GERMINA
A Obscuridad
-Nec vincere tenebras, et amat,
Oscuridad no se vence, se ama.
I
Azar disuelto en viento;
vienes, te lavas las manos soturnas,
ensuciando te siento.
Grande en horas nocturnas,
mi potencial en horario alas diurnas.
II
Cuestan más, especias
que el guisado en resultado en finales.
Traje de brumas necias.
Sombra honesta en turbiales.
Granate lustre postrado a venales.
III
Jamás vendido al postor,
por mis colmillos guerra al error ido,
acrisolado impostor.
Voy por hervor florido,
y lunas en alabastro gemido.
IV
Es un son de los grillos.
Acaso se requiere don de gentes.
Redil de carrasquillos;
hematíes dementes;
acequia de almas o entes relucientes.
V
Crisol, hervor de soles.
Lucen lunas gimiendo en alabastro.
Indemne como moles,
yago, yace en mi castro.
Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi Astro.
VI
La vanal inmundicia,
anisando lo habitado en espejo;
ayer de hombre en malicia,
dicha, uno, dos, despejo,
tres, dolido, la rosacruz no alejo.
VII
Con besos por espigas,
y ángeles soterrados, sin vilo;
ya lo digo, no digas.
Hermana negro hilo.
Autocomplaciente la flama, afilo.
VIII
Esta acequia rutila,
y ángeles soterrados, sin yermo,
malva salvaguarda, hila.
Estira aliento, en Lermo.
Mi sed en galego alzado digno ''ermo''.
IX
En el patio su araña,
suya su corona por candelabro.
Se siembra, tiesto apaña;
su saliva yo labro.
Sangre de ámbar atesoro, le jabro.
Serventesio:
Estampas de la sangre resplandecientes,
granate su sangre encumbrada, son venal;
sentido alerta; despierto los lucientes.
Sin bombilla 💡 en sótano de luz, el penal
Entre fauces brillantes adjunto abrojos.
Rebrote de oscuridad en el arañal.
Alguien ya vendrá por mis áureos añojos.
Epodo:
Caldea, hasta rebullir. Yo arrostro antojos.
Avengo eternal raíz; disparo aojos.
El Castellano
Reflexión:
A veces dentro la oscuridad;
a veces dentro de una luz.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
Elegía a la vida, Oda en liras
Elegía a la vida Oda en liras :
7a, 11B, 7a, 7b, 11B.
I
Perenne diamantino;
abro de tu mirada un absoluto,
cometa matutino,
raudo al Sol impoluto
como una gota cristalina en bruto.
II
Bajo el Sol humilde y ellos
conductores de fracasos y grietas,
reflectores destellos,
y epicúreos ascetas,
vigor de rayos, puridades quietas.
III
Sobre la grama mojada.
Murmullo de un goteo anisado claro,
serpea estela sajada,
en espiral aclaro.
En la incandescente rosa disparo.
IV
Un otoño caduco;
rosa sin cruz aquel cometa roto,
desnuda luz estuco,
casi lloraba, broto.
Como una estrella fugaz yo rebroto.
V
Astilla y ojos boscajes,
ella astilla, en bosque de ojos sedientos:
infinitos anclajes,
sorprende, son atentos,
son de azul perfidia no añila alientos.
VI
¡Oh transcender primero!
aire canto perenne, como estribo;
lanza en viento, el alero,
sus encuentros transcribo.
Aere perennius, ministerio inhibo.
VII
La noche quiere ahogarse,
sí, en sus ojos que su sonido, visten,
desnace así asomarse,
por carcomas inviten.
Es sólo sangre en tu ojo que permiten.
VIII
Es solana mi vena,
cantando, alcanzando, la osada oscura.
Llora mi savia pena,
hada esfinge en premura.
Para tener piel sembrada en tersura.
IX
Brotes en azulete
brote y noche tapada en noctambules;
el nido ramillete,
teje araña hambre y azules,
así descolgar de ella azules tules.
El Castellano
Reflexión:
-Ella la vida, sed de inmortal espera,
llama a la muerte en espiral,
para ser eterna como el tiempo deslizado,
y como todo principio depende del final,
vida llamando muerte, muerte llama vida
su eterno ciclo en resurgir de simiente
al albor elevado corazón de savia o sangre, o los dos.
Miguel Esteban Martínez García a 06-03-2019
Araña de noble silencio; Oda en Liras
Araña de noble silencio; Oda en Liras
Liras:
I
Encontrase siguiera,
novia, amor y mujer determinada,
mi dolor consiguiera,
de amistades borrada
de amores caduceos ya, consignada.
II
Tiempo libre, efímero,
clavado en tierra lenta, su estridencia
tumba muda en señero.
Toda divina ciencia.
Soterraña en limpios besos constancia.
III
Yacija filosa alma
Por Mercurio, Júpiter, Atenea, era
las mansas lindes calma
se acostó mi remera,
ya solivié que desterré rivera.
IV
La parca negra jabra
sus alfileres pulcros, hilaba ella;
traje al yermo que labra.
De musa esencia, bella.
Afligido impetuoso no destella.
V
Solo halo no nacido
abre desdén de pocos, o ningunos.
Superior, advenido.
de melíferos tunos,
en madre conciencia, plañen, algunos.
VI
Le acuné mi desdicha
en su llena, destapada tersura.
Patio manso, la dicha
con redil cercada aura,
mi cordura, hueso de luna premura.
VII
Desciende vespertina.
Helada esfinge, acunada ella labra,
parda, honda saturnina,
vine que traigo cabra.
Sus voces difuntas en la palabra.
VIII
En las rosas de labios
de mi amada, hablasen amores pardos.
Mecen lisos, los sabios.
negra sangre en los cardos,
brutos espinos, esquivos, lombardos.
IX
Sombra, ay de mi llegada,
sonríe mi noche furtiva, noche.
Lengua maligna, holgada
¡Divinidad en broche!
Cubran tu manto la flor su derroche.
Bonus, rima y métrica libre:
Y los ríos dejen de llorar
sangre mortal,
la fecunda alegría sea cenit
y dichosa ceñida a tu torso
de mujer fecunda,
a ti te abran mis flores
cada primavera,
¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus!
Escucha, susurra nuestro silencio,
el tiempo que cerraba mis ojos,
y vestía la flor de opacidad,
con el color todos mis sueños,
buenos malos, no niego,
Abrid por Catulo
los cerrojos que atavían
a su agua de palabra,
hoy, siempre, se escuche mi marjal
de claras hierbas,
fecundando su clara tierra de piel,
de mujer valedera.
El Castellano
Raíz de candor mineral-Oda en liras:
A la vida soterraña.
I
La raíz velo, ligio,
dejas etéreo espacio acompasado
eterno su prodigio,
silencio amalgamado.
Era taciturno espectro clavado.
II
Misterio, lares blancos
que salvajes concitan en tu lengua
confrontan de yermo flanco
saciando imperio en legua
de soledad que amilano sin yegua.
III
Sin inicio, futuro;
solo aplacando de los diablos malos,
en esa idea carburo,
ojo que vence tu halo,
descansando en alegría, sí talo.
IV
Ocho hijos tú me has dado
más los bastardos impíos neonatos,
reconocido honrado.
Anudar yo, sensato
mi vida; que deshilacho. y yo sí trato.
V
Desfallecer, despedir,
corona por el candelabro engarzo
ahora, raíz es redil
fervor, soles esparzo,
como fue, cobrizo capullo zarzo.
VI
Su polilla, o gusano
devana sangre, rueda transmigrada,
Transmigra verde plano,
sobre espica, encontrada.
Infecundo humor oscuro de mi hada.
VII
Coraza por pechera,
carcoma y espuela calzo voy al Parnaso,
tomo de tierra viera
roja sangre, que yo amaso,
pergamino en vana ciencia quiero y aso.
VIII
Los abrojos espanto
espejo terrenal hondo crascita,
sonido injerto tanto.
Entre yertos mil, Escitas.
Escrita alma, el Castellano milita.
IX
Caléndula, la flamante; 8-1=7 sílabas
De su camino, vieja, iluminada.
De la senda tu Dante,
ardor de luz brotada
entre florestas, hiriente, acuñada.
El castellano
Castilla Oda en liras:
Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B
I
Perdurables sus ondas,
cresterías estigias, esbozadas
de la honda voz Gioconda,
en voz difuminadas
de alta torre enfundada, mancillada.
II
Me esmalta la idea obtusa,
con fragor de las risueñas carrascas.
Soledades, acusan,
del ser deshielan, lascas.
Agarrado a dulce señero tasca.
III
Colmillo umbrío tomo.
Cal y tierra entre los follajes regios,
de mi sierra es el plomo,
yesca vida en colegios,
Oda al sendero de umbrío arpegio.
IV
Era una vida atenta,
entre ojos de azores y sus colores,
ya se siente, se alienta,
se enraízan las flores,
esto es Castilla, ensalmaba contenta.
V
Esto es son de cerilla
de sangre henchida, abriendo helada fragua
linde quieto, esterilla.
Por solares besa agua,
sosiego que tu linde entonas ascua.
VI
Lumbre de entrañas vivas,
en quietudes de escarcha, hiende derecha
lenta llama iba altiva.
sonrisas del alba hecha,
quedarse, libérame este haz que arrecha,
VII
Quedarse piel segura
al retorcer del castillo de Almansa,
honda tumba hermosura,
entre sus piedras mansas
y caracoles de astros, nunca cansan.
VIII
Patio en somero alarde,
robusta era en Ermitas del mañana,
un talle del pueblo arde,
sembrado por tu mana;
aro en brea, cúspide nace, engalana
IX
Sueño en fruto severo
rojo carmesí, pesquisa sangrante
el corazón espero.
Ancho venal, cantante,
cantar de la espigada honra, expectante.
Bonus rima y métrica libre:
Y su mañana,
honduras de vidas.
labradas cepas de sarmientos,
acoge en tu alma
este fiel ofrecimiento,
Castilla mi tierra, mi vida,
mi eterna semilla enamorada.
Fiel disparo entre acordeones
de encinas afligidas,
un marco difuso entre colchones de grama,
perdiz entre perdigones viajeros,
voy a tu encuentro,
me hablan fuentes y abrevaderos,
como tus tierras
hacen el amor con parajes dormidos,
respiro tus frías cuchillas
que entre clavos me marcan su herida,
fiel de caricia bebo la sombra
en tu calma sin despedida,
un trino quiebra el silencio
en blanca dama me avanza tu cebada,
un calor presto de caballero
a su dama hoguera,
servil entre abejas
y sus mieles alcarreñas,
tejida, lista,
vaporeada tu siembra
por años cobijan tus azadas
solariegas.
El Castellano
Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019:
Río Tajo:
I
Grita mi estupor, blande;
cuchillos nos hieren volteando, hendiendo,
una boca que es grande.
Ondas agita ardiendo.
Se duerme toda costilla crujiendo.
II
Altiplano enjutado,
por hayas, olmos y los fresnos cenizos;
geología, alojado
saboreada en carrizos.
por soñar de los picos, quebradizos.
III
Virginal luna rige
con sus curvas en rotonda, fecunda,
castiza fuente inflige
y abrevaderos cundan,
dulce azada de agua, el sentir secunda.
IV
Enamoras palabra,
por cimas tu voz se hace la meseta
haciendo el amor, labra,
templo y morar asceta
sus pájaros dormidos, en pipeta.
V
De la cepa que alcanza,
agua furtiva corre por las eras
infinita bonanza,
pitanza riza la era,
vaporizadas Torres de su esfera.
VI
Que en tu alma anidan, alas
sortilegio de rosa y clavel macho,
cenit cavan las palas,
efluvio a ti, el ser lacho,
en su pecho sí, te lleva el despacho.
VII
Fuego, fanal hoguera
en anchos panales de tus abejas.
Cuentan vidas someras
del chopo sin las rejas.
Sus diez mil espumas, sierras no alejas.
VIII
Tu rúbrica ya me dejas.
Es navegante con alas azules
el terreno semejas,
secretos entre tules
tus aguas llevan puros noctambules.
IX
Cual río, haces rebullir
el inframundo, galas entre amores
del verde y azures, bullir.
Agita con sangre y oren.
El candil que abre en espiga sus lores.
Bonus. Rima y métrica libre o blanca:
Anudando en tu cintura
tu idioma olvidado
pasando años fugaces por tu campo,
rodeando en ortiga
el triguero espárrago,
girando de la vid tu capazo
y sus manos,
haciendo de tu Vera
un Dionisio que al tiempo fermenta
tus besos de tierra.
¡Oh, río Tajo!
El Castellano
Grillo Oda en liras
Al grillo:
I
Clareando su lividez
por sotos vastos, reales, relumbrados
De mi río es avidez.
Soliviando el sembrado.
Dirige, este mi grillo renombrado.
II
Es un tejado, él llora.
La acequia desnuda de molinete;
un cimiento que aflora.
Grieta, tiempo replete.
Sauce abatido, colchón al jinete.
III
Entre blanda alma sube,
entre un arpa estacional él, aflige,
lluvia a primera nube.
Nota en cúspide inflige.
Entre caracoles sonoros rige.
IV
Grillo único aunado, uno,
le pidió un gran deseo, renegando,
a manantial de fauno.
No aminorar cantando
tras acople, todo sonó silbando.
V
Solar afán, entrega,
llegas que dictas tu no pertenencia;
tu arraigo de gallega,
hermana negra ciencia,
traes que cobijas mi sola conciencia.
VI
Mi grillo luce nuevo
su primavera luciente socava,
lira estrella relevo.
El centígrado, cava;
que tu lustre entre musas ya no era grava.
VII
Era un patio la sombra,
Vena que era acequia reverberando.
El grillo, desescombra
las arañas dictando.
Oraba como besaba alegando.
VIII
Vengo, avancé mi peral,
con mi grillo en mi bolsillo, cantando.
No divisé umbrío eral,
viva vid, entonando,
mi secuela estaba ya, recta reinando.
IX
Blande regia Oscuridad.
Ahondaba que saltaba, silenciosa
el ímpetu en soledad,
resplandor de enojosa,
y quizá matrimonio en lacrimosa.
Bonus rima y métrica libre o blanca:
En unión con su oscuro astro,
blandía a la séptima sílaba,
luna que busqué por sombra y abismo
en esquela.
Era un disparo y azogué
lo que el cosmos me negaba.
Fui dichoso, me enaltecía
mi soledad pulcra arrebolada.
Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.
No brillaba mi sola desquicia,
era lugar y tiempo suficiente;
para ser de la tierra enhiesta espiga.
Ella mi única amapola
Reina del jardín de Hipsípila.
Un soto y un llano;
desperté del bolsillo su oro trasnochado.
Blándeme Oscuridad,
en tu acero y ala de pecho.
Que canten azabaches
tu magia del cinco
labrado este año.
Afortunado avanzo mi pulso
por candelabro este mayo.
Mi cenit por rectitud
del alma mía.
Un último acorde y me encontré
en la pluma tu arpa,
mi Ninfa que obligas no fenezca
el grillo que me da frenesí.
El Castellano
TOMO III
III IX Oscuro haz, luz sembrada:
Mi SOL;
Oscuro haz, luz sembrada:
Larga sombra me abarca,
larga sombra me abraza,
larga sombra que me envuelve
yo quisiera meterla en un mundo más bello,
yo quisiera librarla de hielos que aguardan,
quisiera retornar a un mundo que era negro
sumergirme más profundo que los mares
y encontrar mis verdades,
yo quisiera fundirme fraguas de hierro
ser justicia izada de ser en luz intensa
pero ya no siento nada,
asolada mi estirpe con nombre agujereado,
yo camino descalzo sin miedo ni quietud,
sin estos clavos que me impusieron
camino lejos, lejos sin mi nombre
por si despierta mi azada
con la que sepultar al Miguel Esteban
que no nació todavía,
por si una dicha me aguarda,
no osarán en buscar portentos
a esta larga sombra que avanza,
no cambio sus males
solo servirla flores silvestres
así enamorada torne princesa de profundidades
hada dueña de la sombra,
hada fiel de embeleso en umbrales
por tragar esta mi tierra
que me avanza la despedida,
cuántos pájaros volaron
para ser único pájaro enfundado en trino,
rajado, ultrajado,
cuantas notas se escucharon
hasta ser estrofa de agua
por todos los que estuvieron,
al acecho yerto de esta sombra mía,
que no posee medida,
solo una senda deshaciendo lo trazado,
al firme astro alzo mi perplejo
por toda oscuridad que fusiló mi partida,
me apodero de este jardín
de mi sangre sembrado,
para latir en espejo asomado,
y que viva siempre, siempre
esta sombra fría, vacía, llena en soledades,
completa sin tapiales, hueca de mi carne,
despeñada en vivencias soterradas,
que yo alzaré para sembrar en ella
esta vida que yo le debo a ella,
para que viva siempre mi luz
tejida con ella,
hasta erizarla
y que me responda
cuando nombre a la belleza.
Que sin ella queda sin aliento.
El Castellano
Tablero de existencia:
Otro día más.
Otro día menos.
Horas, minutos, segundos
pasan.
Decisiones, esperanzas, vidas truncadas.
Gentes luchando por cambiar el hastío.
Luchando por cambiar la rutina.
Peones de este juego de ajedrez.
Sólo avanzan en un sentido,
alimentándose de lo que encuentran en su camino
que avanza sin retroceder hasta llegar al final del tablero.
Unos ansían convertirse al llegar ahí en otras fichas más poderosas,
para seguir comiendo a otras gentes.
ERRE QUE ERRE:
Es este el poder del lobo,
desnudo en letra,
sin vestiduras de cordero,
sin más doble cara
que su pluma y su letra,
jactancias reveladas,
abajo de la eternidad
y su aliento deshojado
en saliva y sangre escrita,
que consumieron
siglos pasados, doblados,
en las espigas de los campos,
un desvalijar el aliento de cobre
de los cielos
para plasmar oro en los escritos,
este es el mes celta del serbal
yo soy ciprés
y para mí siempre es el mes
de mi caléndula
porque me regala flor cada mes,
reductos sumergidos al respirar
del pez de cara muerta,
respiros de ratas emergiendo,
abriré las compuertas
desbordaré estos ríos del cielo,
el azul tranquilidad
rebosará la visión,
los cardos de las damas casaré
con cebollinos,
si me repetí es intencionado,
austral mi alma, esmerila
este lobo ártico,
soy yo el encargado
de clavar mis estampas quietas
hasta que un día me griten padre,
hasta ese día lloraré
estos plomizos latidos soturnos,
anhelando que estas piedras
lloren flores y el tiempo enraíce mi serenidad,
siente estos sentidos nublados míos,
el frío se alzará
por la contaminación
hasta ser única estación,
bueno yo no elegí este mundo para venir,
ni que el hombre sea un zoquete
imprudente, desnaturalizado,
se congela mi pensamiento,
fluía veloz su azada,
logrando la siembra
del sargento de mi alma,
condenado con su fiscal borracho,
aventaja por acompasadas
trincheras de este amor sujeto,
quiero estirar los soles
de los días
para adelantar el tiempo
y que llegue nuestro momento,
hasta mi primavera naciente
de mi invierno,
por blanca nieve
decretar a mis zorros blancos
esta glaciación necia del hombre,
a mí porque me gusta el frío
y soy consciente
que hemos avanzado y retrocedido
hasta ser capaces de comer piedras,
en este futuro ocaso helado,
de capa de azufre y plomo mecánico,
entero me siembro
hasta florecer mi sangre
con cristales de hielo.
El Castellano
Graznido escondido:
Con el grajo de Apolo en mis manos,
avanzo
que imploro la gloria
de mi señor Baco,
por su tulipán negro
entre crascitar alado
se rige que place
el torvo cielo
cóncavo,
negra simiente divina,
de mensaje abismático
quebrado a ras terreno.
Torvo, desliz encorvado;
la sola pesquisa
y nota de los dioses del averno.
Lugh rinde pleito de negra ala
en mis manos,
al amanecer de mi honda suerte.
El cisne negrecido
de soto terrestre.
Al nogal excelso
lanzó pertinaz deseo
soterrado.
Dime árbol de mi mañana
si el recto umbral
a mis pies doblegará.
Entre encorsetadas saetas,
y malditos acordes,
un chascar de azabache
sonará
que las almas
incluso del pozo de Airón
reinará bajo tormenta
de Zeus y Atenea,
abriendo la pulcritud
del mortecino Olimpo,
de Parnaso y Ateneo.
Donde, cabalgan corceles difuntos
y espectros bailan
la sonatina de Dante.
Förüq el Castellano.
Poso fantasmal:
Canto, cantando viene la parca
alegre de pletórica,
mi sangre adhiere, entumida
por vagos nublos
de cielo en capa,
avanza mi sola pesquisa,
por afamado viento precoz
entre corajes que tierra
brota sin reseña
y su esquela de estío difunto
estrena.
Mi alma despierta
por el tulipán negro
del cuello su señor Baco.
Una vil sentencia relega
y se anota llena de fortuna.
II
Cobriza estela
entre rayos áureo solares.
Sierras dentadas,
y senderos agrestes,
bajaba el reguero
por el cerro,
condensadas lágrimas
de mis dioses.
El hijo del Sol
blanda su seco tajo,
un septiembre
a una semana por finalizar.
Valles dulces y caricias
de retamas entre jaras
y benditas carrascas
hijas encinas.
III
El esparto rige
que gobierna el acre
palmo a trecho.
Era un recodo fantasmal
de cal y canto sentenciado.
A mis pies de chasquidos
y gemidos enrojecidos.
Avanzaba la sola campiña,
los cebollinos y ajopuerros
ya estremecían
su regio tallo soñador;
este otoño 🍁 cabalgado
todo despertar de simiente.
Era tiempo suficiente.
El Castellano.
Libreta Hipsípila bitácora Armonía:
Cae la noche,
sobre ingrávido
lecho de mi juventud.
Acostando luna de cuarzo
entre áspero frío.
Cuerpo mineral candente
quieto en pantanos de tela
retorcidos sus destellos
en esta nube de leche
el fango fragoroso gira
imploro a esta luna que ame
y el morado cielo ladea
mi sangre verde.
Es por este escarabajo
que llega el verbo
soledad, soledad
tus pulcras alas
que vencen auroras de adoración.
Aurora funesta clavada la hora.
Vorágine o trasiego
luz que ignora
si acaso nace.
Tu liso, amarillo barco
de oscuro torso.
Tus infinitos beso
dime corazón
al apoyo de tus párpados.
Cuál profunda verdad
en esta espectral rivera
de ondas líbicas.
Espuma densa
de océano de ideas entregado.
Profunda ascua invencible
es mi dolor
que más no quiere retirarse,
que sentencias invade
todo ojos
montaña de hojarasca
cristal de pulsos
que tu imagen toca.
Förüq
Suspiro fresco
en labio extinto de sombra
día que no se encuentra
su densa forma,
cuerpo con agua de estrella
querer vivo que llega al aire.
Tiende y espera
la muerte que renace
por fuegos de brea
en el aire.
Abren batientes pétalos
de viejo silencio esquilando
esplendoroso.
Acurrucados sobre un lecho
que la brisa abre
trocados rayos de Sol
esquivos en plano
de verde follaje.
Astuta golondrina encontrando
dócil rama.
Mundo sin mentira
de la vida
se abre manantial
reluciente de esmeraldas
y todo siente
que la sangre miente.
Terruño ojo victorioso
aplaca sus arpas irascibles
estrujando abismos dolorosos
petrificados.
Reniega la boca vegetal
casi viva
promesas enfrente de violetas
cortan amando al claror
lírico, estremecido.
Coágulo de viento
en cientos de porciones
esta luna quieta
que semejanza quiere.
Förüq
Descubierta la zona Umbría donde yago.
Labro aciaga tierra sin pestañeo
mi ingrávido lecho
de tinta roja y negra.
Aplasta mi sombra
contra sí misma
derrumbando opacidades
de granates profundos
ballesta, súbito forjada,
a tu entraña.
Derrite mar de boca
que pide extensa
negra noche,
y sus espectrales corceles.
Tiembla que rueda
paz, orgullo bello.
El desliz rayóme firme.
Conservo mis principios numerados
reluce mi roce pulido,
entre cielo asido
palpita mi iluminada tristeza
haciendo camino.
Vendrá mi torvo grajo
se constatará mi lucero roto.
Turba mi aliento
bajo mi pecho la quiero,
con montes limpios
enturbiados por sarmientos.
delinea este viento
lividez plena.
Fuga el desaliento
con todos los jirones de mis ascuas.
Diáfano, ancho, repleto a trote primerizo
no cabalgarás,
no cabalgarás si no es conmigo,
cabalga,
cabalga
el llano,
que sólo
a mi lado cabalgarás.
Cabalga que sólo a mí encontrarás
Förüq el Castellano
Estoy escuchando semirrecto
el retemblar de hojas huecas
sobre la gravedad
de un arroyuelo que fluctúa
cauce, entre la copa de árboles
sobre semi-vacío cristal
con limpia brisas
encima de un blindado
cantaba, dictaba, antiguo sargento,
su presionar, disparar,
como hueco en la ausencia del polvo.
Abrid la ensenada
al señor capataz del brillo primero,
tímida la floresta
escondía las amapolas.
Núbiles gestos danzaban
la cabeza en loma que silvestre evanescía
el coraje de la flor
vuelta mujer por Ostara.
Patio de perdices soslayaba
entre el quejido
de carrascas afiladas.
Hacían sus hojas
mi última espada.
A mi izquierda
el peso de su hierro estable.
Sibila destrenzabas
tu cándido mirar
en fraguas de belleza
inviolada.
En tus altos, profundos
ojos de ámbar.
Luna que en fractura
recorre mi tejado de alma.
Förüq
IX
Ama a quien te mire por tener magia:
Número cinco conseguido,
2894 entradas
Amaré a ella mi dulcinea
que me mira con magia,
las sombras ya no caminan
las escuché,
relapso insobornable,
sin proclamar avanzo,
mañana sí hoy también,
el signo de ellos los que protejo
mis dioses,
los guerreros,
los bestiales dueños de la tierra,
flora y fauna
de hálitos sin esquela memorial,
animales del destino frío,
que yo no dirigí
sólo ella mi mujer la Tierra,
yo abracé de este a oeste
de norte a sur,
mi hogar, el hogar de mis ancestros,
la sola ánima me fulguró,
de cornisa a terreno,
y no logró arrebatarme,
las flores clamaron,
por un crimen de flores avanzo
hoy solo anuncio que puede consiga un nueve,
un seis invertido porque soy hombre,
no será hoy,
no sé cuándo,
estoy en jornada de reflexión,
calculando
cómo finalizar mi hoja.
Un soldado de la naturaleza,
asaltando el cielo,
no es mi ámbito
pero si el cielo llama a tierra,
tierra no gana
porque alberga el Infierno,
el dulce tormento
renombrado.
No me niego a mí ser
tú sabes quién soy .
Förüq Miguel Esteban Martínez García
Resplandores consecutivos:
Al tiempo acantonado,
le importa más a la chicharra
el sopor que el frío, pregunto,
para entonar chirrío estacional,
pudo ser mudez primera
de lluvia sin cuartel
ni hacienda,
abandonada su guitarra
amarilla sonatina,
en las lindes de la esencia
allá donde el margen
no es ausente de las orillas,
del amar naciente,
allá donde la mudez no es segunda,
amarillez del óxido
fraternizado,
sin diques ni ribazos someros.
Recta composición enaltecida
sin violencia mi alma renegada,
cómo decir queremos vencer muertos, muriendo,
yo respondo morir vosotros a vuestro gusto
traidores vende patrias,
poco más yo azulando,
mi virgen de la campiña
en amarillez sedosa,
aquí estoy,
aquí estoy,
a veces sonriente
a veces preparado para encontrar,
hielo en la escarcha del sonido,
me llamas, puedes llamarme,
la Roma,
estoy preparado lamiendo propia falcata,
el desembarco en mi tierra,
mía acaso tuviera santo y seña;
no hay movimiento sin unirse con los otros,
acontecimiento,
mi oro no es axón,
mi hierro es blasón
de piedra de mi sangre,
alimento d'esta mi estrella
que me ampara,
el dormir y maullarte el ronroneo,
precoz de tractorcito
mi solo barbecho de Gloria.
Acaso no está
pactado mi sueño cuando escribo,
mi dormir y no despertar
por algo que merezca la pena luchar.
Gracias.
Hijos de la tormenta somos.
Y no morimos matando.
Ni lo queremos
El morir matando.
Se niega a reconocer
que la guerra está ya perdida.
Auge entonó
risueña melodía
en la turquesa de esmeralda cristalina,
te amo más de lo que el poder pudo
jurisconsulta legisladora
en musa de agua granate mía.
El Castellano
Alevosía tu vítrea mirada:
Abacora mi alma
que supedita, que avasalla,
caiga y renazca
y vuelta al chasquido inicial,
haiga tierra en el viento
de comenzar,
raiga, estruendo superior
beligerante traiga estos corceles,
de fuego a brear la taiga,
biga, inconmensurable,
diga, sola muerte vi y retrocedí.
Meiga, mi sombreada pesquisa,
higa, en lecho melífero
liga, que gira
la miga, relucida.
Oiga, roiga, mi grana triga,
siga que avance toda viga.
Báciga que fadiga,
emperdiga mi vida y arraiga,
compás de nueve lebreles,
canta la llama 🔥
y suena mi voz con sabor a noble
madera, mortecina
sangre que apura,
en mamones
entre flores yescas del alba
desoiga que trasoiga
la espiga que respiga,
sola, sola,
como nace nueva tierra.
enligue que abstraiga
litiga mi dulce ortiga,
hoy por hoy,
mañana por ayer,
vi el hinojo solar
hasta resplandecer.
En cuadriga
de redil desposeído,
avanzo el patio de mi araña,
su virgen sola.
No dejes de mirarme
en la amplitud
la cumbre d´este ciprés
ambiguo;
cernícalos atrás
mi pureza se espeja
con la pizarra.
Sin pulir,
sin capa,
rizado en aliento
renegado a morir,
embebe tu caracola
de iris despierto
que navego un vaso de agua,
al tarot helado de tus naipes
se afila mi indecencia
de a cal y sangre
entera poseerte.
Förüq el Castellano
Ascua espiritual:
Ruido en la opacidad del silencio,
pero impalpable, insumiso
avanzo, como maestro escudero
d'este silencio que envaneces,
sé cuánto alcanza un espectro
ante la luz en osadía,
misteriosa, armoniosa
como vil armónica endiosada,
que besa tus labios,
y habla por tus manos de viento,
inocuo, evanescente, dictado
al trémulo desliz pasajero,
a mi entender conjugando el tuyo
encontraremos los cauces
que toda alma navega,
miénteme dulce
te amo entre ascuas,
me respondes contigo o con nadie,
conjugará mi luna con tu astro atado,
repleta mi ausencia;
con mis muertes quedaré
si no comulgas
me dicte quedarme con mis espíritus
valientes,
entre surcos en ambrosía,
y mis enemigos revelados,
ellos cuanto no conocen envidian,
cuánto no abarcan quieren abarcar,
ellos viven en los cerros,
las nubes, los fulgores iracundos,
las silvestres aguas,
en las flores y tus abismos,
enigmáticos
ignotos que viven
porque les das honor de recuerdo,
nuestras voces vagas aspiran,
como corona de sortilegios,
murmullo de mi silencio
profundo que ves.
Abriendo trompetas de los ángeles,
como ríos que se unen al desnivel,
replétame que hoy no seré
hoy no vendré,
hoy no evitaré,
hoy no buscaré,
porque mejor vivir una mentira
que morir por una crueldad,
hoy sabré quien ser
por no ser quien yo sé
que siempre soy.
El Castellano Förüq
AÑIL SECUELA:
Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,
pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.
Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.
Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.
Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,
tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,
por el tiempo de espera angosto.
El murciélago baila con el colchón de tu luz,
rasgando sombras,
para reposar siendo una más.
Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,
por qué te siento incluso estando solo.
flores opaco reflejo de luz violeta incluso de noche;
artificie luzzae.
Lucero de ciudad,
rompiendo la obscuridad.
La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más,
humo, humo, humo.
De tierra a ceniza llamando,
su inerme sentido mágico.
Luna plateada, en las noches voy a tu encuentro, pero te escondes. Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.
Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.
Cielo obtuso, de sueños fluorescentes, tú, de color líquido, solo frío con miradas intermitentes, por el tiempo angosto; El murciélago baila rasgando... Sombras, para reposar siendo una más. La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más.
Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,
pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.
Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.
Mas los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.
Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,
tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,
por el tiempo de espera angosto.
El murciélago baila con el colchón de tu luz,
rasgando sombras,
para reposar siendo una más.
La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más.
Viene acariciando, ella,
con sus palabras altivas,
desvanecerse quiere, con letras solitarias.
En sus ojitos los luceros,
por sus labios, disfruta el piropo.
Despeinarla con caricias piden sus manos.
El dulce golpe de su voz quiero escuchar,
dificil de olvidar, todo por ganar.
Creo que la quiero.
Pues díselo.
Calma para llegar,
por poder luchar y no abandonar.
A veces, invade mi pensamiento,
y más deseo crea su recuerdo.
Pienso que no estaré a gusto, hasta que no la diga lo que siento.
XII
Luna plateada de mi cielo,
en las noches
voy a tu encuentro,
pero te escondes
entre bloques
de hormigón y cemento.
Quiero verte,
pero incluso te escondes,
por las violetas ramas.
Mas los dragones,
del cielo sonámbulo te acarician.
Cielo obtuso,
de sueños fluorescentes,
tú, de color líquido,
solo templado
con miradas intermitentes,
por el tiempo de espera angosto.
El murciélago baila
con el colchón de tu luz,
rasgando sombras,
para reposar siendo una más.
Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,
por qué te siento incluso estando solo.
flores opaco reflejo
de luz violeta
incluso de noche;
artifficie luzzae.
Lucero de ciudad,
rompiendo la obscuridad.
La noche se detiene
para sentir que estás conmigo
otra vez más,
recuerda
que tus ojos tienen sangre
recuerda el viento
que aúlla mi nombre
recuerda la luz que tiembla
y cruje la noche en las pupilas
recuerda que me hablaste
de amor en el tiempo
que cae muerto
que pactamos con el hielo
la vuelta del invierno,
recuerda cada latido
de oscuridad
que llama a tus venas de humo
recuérdame en la eternidad del beso,
en cada rosa que robe tu cuerpo,
recuerda que vivo para ti
dando voz a la soledad asesina,
la flor vive soñando
que fue mariposa y abeja,
vive durmiendo la semilla
enamorada de la tierra
para despertar
y enamorarse del sol,
clávame estas nubes de sangre
en el hierro de mi destino,
se me negó la luz
encadenada a esta tierra sin cuerpo,
solo tú me sientes
en este camino
que no lleva retorno
sólo espiral anhelada de renacer
el tiempo ya no nos puede sostener
camino buscando el frío
en este calor que quema el alarido,
te encontré perdido
hoy vives un amor
que sientes soplándote al oído,
en la puerta del infierno caído,
te casaste con la luna
que reinaba en tu corazón,
al viento le diste voz,
a la lluvia la nombraste
lágrimas de mi ayer,
le diste ojos
a la sombra para mirar,
la espina caía herida,
la caricia retornó a las polillas,
la vida marcha deprisa
cuando abras los ojos
ya todo habrá cambiado
solo encontrarás que seguiré a tu lado
aguardando tu otoño
y la caída de tus hojas,
esperando que seas mi acompañante
en los siglos y milenios
que nos condenaron,
encontrarás esta sed del cielo
en cada silencio muerto,
en cada raíz
que grita en su tierra
toma de la vida lo que quieras,
siembra tu aliento
en cada tierra,
tú todo lo tienes
yo solo soy una fantasma
que sólo tú ves.
El Castellano
Oda de sombra nocturna:
Noche silo de oscuridad
destapada, traspasas
mi ventana entre espejos
tu voz se hace la dormida.
Carruajes malvas del sueño
taciturno entre las espigas.
Fuegos y fusiles iluminan
tu dama de oscuridad,
amanecida por soles
que bajo ella
parecen de trapo.
Canto a tus pestañas morenas
a tu iris deslizado
entre colchones sonámbulos
te clavo este guiño
a tu dama de sosiego.
Por este hueso único
desangro a mi murciélago.
Altas, profundas esferas
gimen luciérnagas.
El otoño tupido
se acuesta con mantas
de hojas arrebatadas,
árboles desnudos
que descansan,
ya no hacen el amor
con el viento,
persianas de un tiempo oxidado,
al abrigo la vida contra el frío
de la luz.
Escarchas de punta
lloran las avenidas
victoriosas de la noche
que todo devora
y mece lentamente
con su ojo de sombra.
El Castellano
Latido sembrado:
Solo, acompañado de una doncella escarlata
que me late y envuelve mi fascinación,
este día vuelto noche sólo por ella,
no tengo piel soy agua de su saliva,
rocío de su comunión de estrellas
trashumantes, plácido rasguño de rosa,
yo no tengo sombra, no tengo aliento
ni alma puesto que soy vampiro
de su silencio,
alzo mis cuchillas de luz, coronas vestidas
de fugaces caricias al alba forjada,
edificios hirientes de mi amor etéreo,
canto alto que ella me hace
sentir eterno,
como el cuchillo inmortal de su silencio,
cargo mi luz para atravesar su corazón,
disparo, su alma es mi blanco,
mi párpado de la noche llora por su beso escrito,
rizada saliva verdadera,
estas rosas del alba cantan
que si admirarte es para siempre,
seré guardián de todos los latidos punzantes,
porque solo tú sembraste la belleza,
hasta colmarla de infinitos sonrientes
que mis ojos lloran,
pintando la veneración a lo que en silencio
trepa y escala
la caléndula enraizada en mi corazón.
sigo y seguiré tu camino
que me lleva por el cielo,
corto el aliento de la noche,
al despertar de mis sentidos resplandecientes,
no me despiertes,
eres mi sueño de penumbra y sus formas de mujer.
Late mi caracol siniestro con la forma de corazón.
El Castellano
Espectro en el silencio:
De silencio llora
este alabastro,
con él se rige mi canto,
por las azucenas nocturnas
dentados azares en pétalos;
irisados,
y las flores de azabache
el compás de un grillo
me blande en el silencio.
un cromático desliz iridiscente,
que es mi cruel idioma,
y el de mis ancestros,
avanzo el campo de espinas
sin final elucubrado,
cuando la luna se acuesta
todo placer me secunde;
reposo en tu pecho mi amada dama
la noche se cierra en verso y en mi lira,
y yo estoy despierto al criqueo,
tu grillo encerrado.
Mi placer insubordinado.
Acunando un rosario de madera
trepando tu espalda
cuando la luna se acuesta allí a lo alto,
yo reposo en las flores de niebla
de ojos dormidos,
me mece de vivos colores
como silencio de ente terruño,
un grito despierto y un alarido
que cruza abismos y sus soles
sin pestañear en la cárcel tus ojos,
todo por encontrar, nada por gemir,
resquicios huecos de mi árbol de las cenizas
mírame en claro de luna no soy tu pesadilla
soy jardinero del umbral muerto
vine por tu aldaba
esa que el idioma de mi silencio calla
y nace de la espiga un verso
en granate Parnaso
en abismático diamante,
se afila mi caricia en vals minero
sientes fría mi visita
el cuclillo mece en trino mi sino
a la hora que el horizonte
hace el amor con las flores
dejando su rocío perplejo
yo me alimento de tu ser
por si vuelvo a vivir
no te aguardes
sé mi comunión de estrellas endiosadas
y el infinito que quiero ver
sé mi arco-iris tornasol
yo tendré luz en mis venas
la sangre esquiva huirá de mí
yo seré tu mundo en la sombra
de la subrepticia amada entonándose
en Sol mayor
resplandeceré la cuerda de tu violín
seré más que tu sombra
aliento de muerte y resurrección
en el fondo de un siniestro caracol
con forma de un corazón
mi nota será entonada por el viento y una nube
lloveré para hacer el color con las plantas
seré resquicio taciturno
del verso y su encanto
reinaré a la hora
que la oscuridad late y envuelve
seré tu medio corazón
un sino despierto del rayo de sol
vine a quedarme a tu lado amor,
y el cielo para mí no se construyó
de la tierra al fondo de una cueva
se blande mi ser como ente
de la penumbra que late y envuelve;
ramilletes de luna llevo en los bolsillos
el origen sin final
un susurro sin alzar
un guiño por encontrar
se desdobla mi estampa
sin acabar soy paréntesis del destino
enamorado crujido de tu puerta
soy hoy por hoy
espectro en el silencio
latiendo despierto,
volviendo al dulce final sin comienzo.
Espectro ríe, aúlla su alarido crepitante, que hace temblar de deseo a su dama, era otra noche situada en la penumbra de la iglesia del pueblo, yacían las tres solitarias de la madrugada al tañer estridente de las campanas de bronce, despertaban los cuclillos de párpado tieso, y seguían el reposo en su nido, revoloteaba un murciélago myotis myotis con prodigioso quiebro de ala, rasgando sombras en aquel descampado húmedo que comía la niebla de la isla de Manx antigua Escocia,
su eco encontraba objetivo en el pelo de la dama de Förüq y rizado se enroscaba en su cabello para decirla al oído : él es mi hermano, es vampiro.
Te necesito mi dama, castellana, toma tu lugar merecido y sé la compañera eterna de tu vampiro
EL Castellano.
Soy ente resplandeciente,
afilado de una astilla,
estoy hecho de mi propia costilla,
Soy hueso de hierro,
hoy cabalgo mi desvelo,
fumo cigarrillos de tinta,
asustando a mis palabras,
mi realidad se retuerce,
en un suspiro de mi hada
y mi flor de caléndula,
que ella me enraizó
en mi pecho,
soy oculto al ojo,
atravieso paredes
porque ellas no son más duras que yo,
pido mis ilusiones
escribiéndolas en mi árbol de las cenizas,
soy duro porque recio es poco
comparado conmigo,
hablo y converso
con mi demencial silencio,
oscuridad que late y envuelve
es doncella de vestido
con malvas de luna,
mi ser furtivo
esclarecido
pertenece a mi dama
que debo despertar
con un pacto de sangre eternal,
crepitan mis bisagras,
esta soledad bautizada,
desdoblan mis serenos
Rizando los alambres
para colgar estos mis versos,
hoy hablé con un escarabajo verde,
me contó que su familia
esperaba el despertar de mis flores
llevadas a adultas desde simiente,
bella durmiente,
robada a los campos en floresta desnuda
insoslayable,
para mi vida pertenecer y ser de ti,
chirría el grillo de mi idea
otro jardín muerto
me consume mi eterna vida
a mi jardinero del demonio
Hipsípila no se me ha muerto
ni un solo ser vegetal,
en mis años sirviendo a su sed.
Nadie ni yo mismo
puedo ni quiero arrancar
de mi vivir de espectro
a mi dama musa
amor de mi no-vida
mi oscura rienda siniestra,
mi amada aterciopelada,
mi placer que cierra y maneja.
Mi vívida estampa,
un crujido soy en tu ventana,
y fui amante
en arpegio mayor sostenido,
un cuclillo
y un beso por si en tu flor vivo,
vine y no me iré,
aunque me hinque el colmillo
en mi sangre azabache,
hoy veré, hoy te amaré
desde mi nicho floreciente,
al compás en sí menor
mi extasía de color,
sinestesia labrada
en un, dos,
tatidos en tierra abierta
mi zanja espectral
donde yago
con mi caballito infernal.
El Castellano y Leannán-Sídhe.
ÉGIDA DESPIERTA:
Vengo, que escribo
sangre en tierra;
atisbo sanguinoso
en roja espiga,
mi granate lustre
rubor carmín.
Vida de mi no-vida,
oro en vena
acordeón en fuelle de agua,
montado;
ceniza de mi árbol,
difunto, en soles
de alabastro relucientes,
soterraña vía esquiva
del renacer de simiente
y savia encumbrada
que retiembla la entraña.
Iracundo desliz
nacarado por
esferas de azabache.
Un soliviar de acequia
onírico.
Renombrado Parnaso
devorado Atelier
simétrico
de musa Atenea,
por Zeus
alzo mi égida.
II
Brisa tenue
al crisol nacido del valle,
como flor de sombra;
entre este parral de idea,
trashumante avanza
mi densa condena.
Entre escarchas
seniles.
Y vellos erizados,
al trasluz onírico,
vítreo, entre humos.
Rizados por ascua de tintineo llano.
Inédito, sin encontrar,
en la trilladora.
Mecida el alba,
sin ocaso sembrado.
Parral sombrío
de inusitado esplendor
férreo de cobrizo
tomo en aljibe de Apolo,
su negro cisne,
que ahonda su azabache
es como alimentar
la dulce silueta de musa
Belleza.
Como diluir tres gotas del mismo agua,
y erigir entraña a madre Oscuridad,
somera y su hija tiniebla.
III
Febeo quiebro de ala,
en pecho batiente,
una sola pesquisa nacida,
la inconmensurable
alta honra sin esquela,
amplia, dolida.
Encrucijada de honda sien,
descarnada
en profundo tallo
de tu silencio sepulcral.
Silencio profundo,
Bello, inmiscuido,
sus altas torres fecundas.
De sopor
por ángeles abismáticos.
Una sola esfera
de luminaria precoz
y rotunda aria;
designada estela,
su faz agraria.
Trepa mi espalda,
sembrada por Caín.
Remembranza
por cuantos añiles
cantaron mi dicha.
Sola, en alta
ojera celeste
mi musa sempiterna.
Aposté mi desnudez violenta
sin cargos,
Hoy sigo que vislumbraré
indemne acontecido.
El Castellano Förüq
Espiga roja sangrante:
Con el filo descarnado
y brillo reluciente
está la espada que severidad,
dirige
blandiendo surcos
en fosas yertas, funerarias.
A lo que su empeño consta
y sucede.
entre adobes y cuchillos calizos
entre cal y tierra férrea,
la sangre del infrarrojo mundo reverdece.
Quilla de un flagrante monte
que Geríones desplaza,
surcado por el metal
de hilo de cobre esquela nativa
de mis ancestros,
sonaba con el viento
haciendo temblar calaveras
por gramas densas y espigas sanguíneas
en lo alto de aquel poste de telégrafo.
El viento tenía estridencia
y lamento seco como chirriar de gemido.
Digno a desatar quimeras y bestias rectas.
Capaz de dar voz a lo inerte de la vida.
Entre coraje y sentencia
volaba el vilano
en magnificencia del fría aura,
sola como nace la primavera
en una flor contagiosa.
II Hoja:
Allí plantado
como se siembra una pipa
en mitad del abismo,
me encontré, detuve el sonido
entre escalas y cielos soterrados.
con un precoz almíbar
Planté una pila de lluvia sobre marzo,
contestó entre gramófonos la tierra;
de septiembre
una melodía jamás interpretada
y jamás semejante o similar
a haberla escuchado una vez.
Era como un maullido entre gramas
y bocas sedientas de un gato morado.
Como cerrar y esperar que la compuerta secara,
de esa acequia que mi sangre lleva
como desplomar semillas
y aventar espigas granates;
plantado como una sola
de carne y tinta
que la espera viola.
Y frunce su golondrina espectral.
Era un soto de daturas
y ababoles cabalgados,
como un crujir de la mecedora
del linde vago,
era entablar con el alacrán soberano
quien yo era,
como afilar pesquisas
que caminan yertas
su alacridad helada,
por caballos de fuego
y acordeones de agua,
como elevar el ara
y ver qué desquicia se siembra.
Voy por el tercer junco de Castilla,
y hasta su encina afligida,
entre soturnos lindes
teñidos de cal y canto,
arrastrando errores inmortales,
y sueños desangelados.
Premisa que ardía en un solitario espino,
acampado de sus falanges
amilanadas por vastedades
y simientes frívolas
despertaba el otoño
justo en el carrizo
y mi tabaco fugaz
de antigua brea
que expulsaba su color,
rencilla entre espasmos
y savias precoces del terreno,
jamás dormido,
jamás monótono, despierto,
un caminar y descubrir
que todo vuelve a comenzar.
Förüq el Castellano
DESTINO ELÉCTRICO, TU MAGIA:
Prendidas las novecientas
noventa y nueve velas del averno,
iluminan mi severidad en oscura
premisa beligerante,
las trescientas treinta y tres ascuas
gasta mi alma,
en pulcritud todos sus cristales
inefables, rectos, filosos,
por quiebro de éter
insobornable,
voy trayendo pretiles gestos
inmiscuidos,
mi sola ánima,
un soto de perdigones viajeros.
En solana luna mi romo acero,
flamígero al tacto
aventaré que descubrí
mi amor por mi salamanquesa
me crujía mi idea un venal,
espacio sin acequia
ni araña tendida a la espera,
un soliviar vetusto que esmaltaba
mi umbría ciencia
de saetas vanas.
Entre musas desnudas
trenzando sus cabellos.
Crecía mi sopor solo,
en deseo relumbrado en el paso
mi rubor infranqueable.
yo amé una lagartija,
y hoy la sigo viendo única;
entre acordeones de fuelle solar
y esta sed que avanza, sigue y prosigue,
mi sanguinoso rubí, carmín fragoroso,
era un deseo férreo, descarnado,
un brillante colmillo que alzo,
el hambre de caza que llama,
agazapado mi servicial instinto,
era su sangre
algo eternal,
un tomo arcano
entre ligueros,
de sus pulcras florestas
de piel y deseo,
de ángeles sin miedo y súcubos
en sus dos piernas femeninas gemelas,
-entre corona y candelabro,
me asediaba la sed
de devolverla a su nueva vida muerta,
incendiaba su luna mi deseo particular,
entre mares de seda y su oro fino
en letras insubordinadas,
era el auge la generación ciega,
blindaba que esmaltaba
el sereno del nueve
un nueve del mes noveno,
de un dos mil diecinueve
imploro el perdón de mis castos dioses
oh Lugh, oh Mercurio romano
soy cuervo que añora la sangre
de su musa esencial
sin credenciales
conocidos más que mi deseo
en ella fraguado,
abro mi runa ruginosa
a este desliz perenne,
en ababol y flor de difunto
entre ella,
el alba más preciosa
que temen hasta mis ancestros
su belleza inviolada.
Förüq El Castellano
POR MI PRINCESA ARAUCANA:
Compases labrados
de un tiempo expirado,
insoslayado
ademanes de que el amor existe
y corre los parajes
de tu sembrada piel,
resguardos oníricos
de lo que llegó a ser,
como la noche
que aguarda el resplandecer.
Siempre nos deseamos
como abejorrito a la flor,
como piedra a la montaña
y agua de cascada a la pendiente
eso es amarte ferviente,
como agua de marzo
abre la primavera,
quiero estar a tu vera entera,
y ser espectro de primera,
no será eterno mi mármol
pero te alzo un beso
como cántaro,
vales mucho corazón
y por si no lo sabes eres sentir
como rayo
que tornasola mi corazón,
te descubrí nos descubrimos
y nada quebrará el designio
que dioses aguardan
mi princesa del lago
de mi ilusión
mi Araucana de emoción,
no partiremos sin ir de la mano,
en alabanza canta un cuclillo,
dejando canten todos los grillos.
¿Cómo encadenar la luz?
Y atar las mariposas,
¿Cómo escribir sin fijar horizontes?
Y anudar plomos sin fundir a ideas fugaces,
cómo conocerte y no besarte,
te entiendo y a la vez te siento,
sin semáforos y alquitranes,
sin hormigones de leche,
puliendo el blanquecer de mis ilusiones
que te prometen,
distancia quejumbrosa
entre alas que sostienen
que en tus ojos soy bruma que florece.
Y mayo que reverdece,
contigo soy lo que quiero ser,
mordiendo las solicitudes
que desvanecen,
entre corajes nacientes
y soles pudientes.
Quiero tu dicha eternamente,
siendo el lado de mi suerte.
II
CERNÍCALO PROFUSO:
Ojos suaves tenía,
como un milano, gavilán
recién nacido de huevo,
miraban tan profundo
que alma dolían.
Soledad mía , extensa, inhabitada,
acaso bastaban moldes de arena,
lejos mi cara pálida
en sus palmas,
eras soplo hondo,
como roca transportando
su propia erosión,
soplo de vida tenue
como si el hielo perpetuo
te hubiese afilado en los Andes chilenos,
yo mera pantera gris de tu cordillera,
fuí a encontrarte
al lago de castillo
por el que solo existía
el invierno para retenernos
como dos gotas se solidifican
en unión
de temperatura yerta, aposentada.
Tú mi amada densa
eras princesa de valle umbrío
y maleza recta,
eras Dulcinea
de mi interior entraña,
a nado crucé tu lago de nereidas,
me llevó a lomos
el barbo de aletas flagrantes de cristal forjado
decenas de peces vigilaban
el tesoro olvidado
en halos de cobre milenario.
Frágil resbaló mi otoño
de alma en cernícalo avizor,
encontré el topillo que recelosa
guardabas en órdenes de pudor.
Princesa mía Araucana
Margarita, María renombrada
nunca me des libertad de la cárcel de tus ojos
suaves, incesantes como pureza anida
lo que siempre se perpetúa.
III
NIEBLA CON ABISMO EN RAÍZ MILENARIA:
Va bregando un excelso, filamentoso
soto sin pérdida de memoria,
junto a esta ducal maravilla,
atrasa mi sosegada flecha,
de esta mi anclada araucana
que goza.
Esta soterrada, primaveral gris lluviosa,
un cristal de espejo,
sin pecho no me borres, no me borres.
Redonda pleamar de tierra,
con su propio mar
en el que sujeta el pinar angosto,
se espeja sin contar
mi flor de difunto,
de este patio sin muerte,
donde hasta el más efímero insecto,
nace y crece,
de una loma sin carcoma,
a un infinito que se ahoga
trenza parca mi soga.
Hondo rasgón,
violeta al tacto,
es mi oración en carrizo
sin cuerda ni cadena,
de mi perdida marea,
En la umbría nace mi cicuta virosa,
adormidera compañera
del linde sin sembrar,
luna madre de Lugh soberano,
encuentra su cuervo en su castaño,
estribo sin llano
un real cerro
de rivera del antaño tajo,
salpicando este corazón por piedra,
con mi dicha
que se acuesta y briza,
mi profunda raíz de tomo,
con negro abismo despejado,
centelleando.
IV
SIEMBRA TEJIDA:
Atelier simétrico
las facciones
de tu cara araucana,
sombra densa investida
cubren tus dignas pestañas
donde se acuestan dunas
de lunas que en tus ojos
encuentran.
Diciembre que esparce
vientos vernales,
abriendo silos
con sentires perpetuos,
mi gato negro cruza mi idea
en nuestra casa y su tejado
de tréboles.
Entre corazoncitos de hojas de sauces
abatidos
y mi siembra del mañana,
abriendo las tierras
arados tras corceles,
surcos de mi divina calma,
por cuantas primaveras he conocido,
y todas las que a tu lado
me aguardan.
Incluso aquel pueblo se nos rinde
y nuestro mundo nos coronará,
vencimos y venceremos
a ese cuartelillo de nubes
que en letanía de distancia
separa y su bruma gris
encuentra.
Mares y océanos cabalga
tu Hipsípila con una flor remota
de su helecho
busca a su mujer,
avanza nieves de espuma,
hasta arribar su negro puerto.
Le esperan valles y ríos dulces
por tierras de azores y perdices fugaces.
Su sueño vestía ella
como dormir de las estaciones
era ella su sueño de otra esfera.
Abrían sus flores orgullosas
y deleitadas.
Fúlgidos cabellos,
sangre iridiscente de nueva brea,
cañón y galera,
lanzas de su futura siembra
en el interior de su amada.
V
OCASO SEMBRADO:
Villanos, malandrines encorvados,
me han querido robar el ánimo,
con fuste y aliento marcho mis relojes
con presura de segundos extasiados,
yo vi su horizonte en dura y áspera
semblanza deshojada,
temblaba el azar entre los azares,
una vida de quitina a la espera,
mi aliento es pez de mi jardín de cristal,
he servido a su péndulo,
entre granates y engranajes
danzo atrás el tiempo,
sí ese, mi tiempo, que cuido con esmero,
por si un día me llenase el estómago,
flagro la versatilidad de mi siembra,
cabalga las yemas de mis dedos,
hilvano que voy sobre un abejorro,
aunque no pique sigue siendo abejorrito,
le imploro al verso me abra con presura
una primavera de sabores
entre arduos cipreses con sabor a luna,
marca de silos azules
entre siniestros anocheceres,
amo a quien amo
y yo el Castellano
voy a la araucaria
para llevarle una noche derretida a sus labios,
cazaré el gamusino de sus parajes,
avanzaré con paso lento y decidido
al compás de lunas y soles en desventura,
nacerá la hoguera,
consumiendo todo lo que ya no rozará mi vida,
decreto que estoy vivo,
y que mi vida la arrastro para no ser santo
ni demonio ni mal nacido,
si no un hombre que tuvo voz y espíritu
para ser alguien,
desde la nada,
desde las espinas que sangraban,
vivió trece vidas
que un hombre de su estatura podría vivir,
hoy afilo mi alma
válgame la compostura,
que si vuelvo a su entraña
se abre el cielo y la tierra
para acoger lo que siento,
que es más que un cebollino
más que un tulipán amarillo,
es mi arma, un corazón por letra,
es sangre en hoguera
tristeza se llama sangre en la poesía,
robaré al tiempo sus besos del alba,
mi amor gritará al sol que descienda
y viva en tus ojos mi araucana.
Llegaré por la rivera,
llego de las cordilleras de abajo,
buscando un atajo
para llegar y hechizar
el callejón de tu beso,
entre rizadas ternuras
trasnochar ocasos,
he venido a implorar ruego
por mi inconsciencia
vine a plañir mi alma,
que ya cabalga,
vine a besar tu aura,
riendo entre flores
naciendo en rocío
de mis latidos presos,
encorajinados.
El Castellano
VI FERVIENTE IRISADA CONDENA:
Anegado que negaré,
el solo, flamígero al tacto
crisol, acristalado que acrisola
tornasol en destellos secuaces,
mi sola, rauda estela crispada,
de su hondo llano,
en grama roja montada,
quedará abnegada la indecencia
marcada, en signo luna azabache,
voy por el tercer sigilo mi ascua,
directo al cerro las ánimas,
inundada la luz que late mis ojos.
Parco núbil aleteo de mi alqueza,
araucana hábil en destreza dicta,
que acampa mi segada alma,
incendiada en sus ojos suaves
que rige, que dispara,
voy en mi libélula montado,
hasta llegar que llegaré
a su isla mágica,
Araucanía madre
de su silueta de araucaria araucana
su piel de araucaria filamentosa excelsa,
retiro anzuelo del barbo
guardián, su lago atemporal,
donde reposan y relucen espíritus,
barbo de cobre,
pez de cristal metal noble,
me pide contraseña
para el portón de argentas compuertas
espirituales,
contesto:
-Carassius Auratus
carpa áurea padre del dragón primigenio
que fue carpa que remontó
su río hasta el origen primero
y su primera gota de agua brotada,
allí se convirtió en dragón.
Por eso las carpas doradas
son capaces de hibridar y cambiar de color
en sus vástagos sembrados
el colapso del azul
y la puridad de la turquesa
del agua que habitan.
Contraseña aceptada
vengo por el alma de la princesa
araucana Margarita
para morderla
y que me acompañe siguientes vidas,
dije al caballito de mar vigía
del lago su ilusión valedera,
él era encargado de alejar nadadores
y ahondarlos en sus profundidades,
también vigilaba un cofre mercurial,
donde yacía nuestra condena,
y su desapagado abrojo que sangraba,
un borbotón de azuletes
y absolutos diamantinos
de placer inmiscuido,
sólo se abriría
tras nuestro pacto de sangre,
en litigio sanguinoso
el cobre nativo de estrellas.
Sí esas, las nuestras,
bajo el dulce tormento
nuestra luna azabache.
Förüq el Castellano
Progreso de la boca gris:
Sierpes de carrizos
brota el sílex de la trilladora
como espasmos de cobre
en oro grano de antigua cosecha,
borbotones de amarillo viejo,
al vaivén de unas manos cansadas
se despedía un verano,
relegando una falsa avena,
y un trigo abochornado,
devenir irisado,
por entre estelas que puridad
plañe segura y sangra su tierra,
en manos de un infierno soldado,
llevado en brazos
de un demonio llamado progreso
en sinfonía con aras de la destrucción del pasado,
entre torres de humo que incendian
labores milenarias
en vals de invernaderos
y fábricas de clonación de vida,
entre granos y simientes
de mutación transgénica,
entre tomates con sabor a agua,
y pollos feminizados para engorde,
era la era que oscuridad empuja
pero a diferencia ya nadie buscaba la luz,
Caín en destierro por el infierno,
se reía del devenir del Reino celeste
y lo que desemboca en presente,
una lira acantona
el patio de mi araña,
donde forrajes hacen cuarto
y aventaja sangre la desquicia,
lo silvestre rige alas de azabache,
el cardo ni miedo posee
a impía mano le desenraice,
todo baña la ley de belleza
a su escala,
caracoles lamen su extasía húmeda
les alimenta
como el nocturno cielo
embebe luciérnagas por astros,
carruajes malvas como esbozos oníricos
de un resplandecer de pretil gesto
y lluvia apuntalada,
era bastante el tiempo suficiente
para maldecir,
la lombriz boca gris
de ciudad encontraba su mofa
en lo que no practicaba,
hoy su rol tejido le alimenta,
entre plásticos
y alquitranes de brea,
entre océanos desperdicios
y acristaladas sienes,
por árboles de leche
y hormigones enraizados
era la era encementada,
edificios del gris,
y pura energía entre espasmos
del cobre flamígero azul,
escalas que subían difuntos
buscando a su dios,
que en certeza les dicta destino,
a volver a vivir su infierno terrestre,
nada que negar,
nada que defender,
ya mi número está tejido,
algo por cambiar,
algo que descubrir
mientras todo sigue y seguirá
igual empujando,
los males no retrocederán,
la rosa secreta seguirá sin atisbar
sagrado pétalo al orden del día,
como es arriba será abajo,
idéntico azar de tres caras
y nueve cruces
la lengua no morderá la boca.
ni la niebla desvanecerá mi razón
enlutada, en gris abrumada.
Förüq el Castellano
Honra castellana:
Sentí que hice caso
a la llamada del guerrero,
encumbrada la simiente,
como melodía
jamás entonada,
unas hojas de pétalos
sin cortar,
en flores difuntas,
un inmiscuir de la ceniza
vana ensimismada,
al asilo de mi pulmón
que marchó a otro lado
sin mi pecho por siempre.
Un asilo yermo
sin dudas combatientes,
en fiel yacija ruborosa
donde yacía mi sola suerte.
Azar de nueve venas tres razones,
inexpugnable dicha infondable,
era mi sepulcro de llave
y profunda retina.
Un querer oscuro de pertinaz cicatriz,
llave de la cárcel mi silencio atronador,
vestido de lágrimas los ayes.
Los que venimos de la urna de arcilla
oímos la llamada,
cuando cielo llama a la tierra,
Tierra forma égida,
y siempre canta victoria
porque alberga el Infierno,
los tres umbrales
lo vivo,
lo muerto,
lo etéreo,
rebelión marcada
en argenta mirada
de todo ángel abismático,
superior raíz salvaje
sin eclipsarse,
una lid de vigía sierpe,
feudo su magia castellana,
sus flébiles notas,
recuerda
el trémulo viento,
de musitar encorsetado,
alza que baila su voz extinguida.
Rubor en pecho indolente,
acordeón de fuelle solar,
dicta a mi Förüq,
caballito del diablo en ámbar
atrapado.
El Castellano Förüq
TERCERA ASCUA:
Aguardo los cielos en cinta,
de pretiles resguardos
oníricos,
avengo tu sabor
de áureas gemas amarillas,
de brillo ignoto
añil al sentido.
Colorea tu espumosa
vítrea sonrisa,
mis liras ya en el recio monte,
campos entre jaras
de abismo y sola corriente,
íntimo tu espíritu secuencial,
como mi zorzal
que dispuso tres nidos
como gigante sombra
de la planta que mejor cuidaba,
entre sol que arrebata
y nace,
afán de brote
y lágrima sesgada,
este viento de engaño
que su flor no me diste.
Rezo a tu amimosa intimidad
a su arrojo de mar alzada
y profunda laguna.
mis relámpagos
de estruendos armados
plañirán
como gemidos veloces,
a suspiro perplejo
en tu arca escondida,
mil sones abocan tu dulzura,
palabras de afecto,
en llama dulce
placer que rige y no quema,
envuelto en rienda mi caballo,
auguro viento
que retiembla el camino,
mi férrea torre de Hércules
colma ya tu arroyuelo,
como batalla que mi espada crestea,
centellas ladrad,
que mi placer no hace tatidos,
ruge en vientre
como trueno su profundo escudo,
clavando sereno alarido,
y duro vendaval
de romo alazán,
voy por romo Sol ensangrentado,
por abismo ensordecido
y pulcras fauces ardientes, sedientas,
tu candor musitan
que beberte el alma
es para siempre,
como furor sin muralla,
patíbulo nuestra guerra.
Förüq el Castellano
FINAL
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