miércoles, 27 de octubre de 2021

Arpa, alma, camino, fe

 Arpa, alma, camino, fe:








I

Es nuestro amor un cuento mágico soñado,

fue tu verso lluvia de fuego en mi corazón.

Ilusionado vuelvo a verte en el paraíso, 

del sueño escondido.

Por tus ojos soñados 

la luz se transforma 

en todos los colores del arcoíris 

creando luz en ese bosque de ojos encantado.

Espíritu del viento llévame, 

llévame con ella, mi amada doncella Escarlata,

llévame, llévame que mis manos, 

solo quieren mecerla en caricia tierna.

Luz de luna déjame verla, 

que mi latido la llama a cada suspiro,

bella, bella vuela tu alma libre doncella, 

esencia de mariposa.

Lluvia, regálame sus besos, 

haz que nazcan sus flores 

aunque se claven en mi pecho.

De ellas sangrará el te quiero 

fundido en verso, 

esencia fundida dentro, 

donde esta alma dice que viajero 

no hay camino si mis huellas sin ella 

son destino de sombra y noche, no de lucero,

allí donde solo brillan rosetas de penitente, 

y la gran luz, ninfa y hada de las plantas 

toca su arpa 

enamorando al velo de nostalgia 

que tu ausencia desvela.

Fe, es ver en tus palabras 

que no es importante caer 

si no alzar la vista y volverte a leer, 

como si nunca marchaste yesca, 

porque en mi interior siempre te quedaste. 

Y hoy más que nunca te desvelo mi secreto 

cuando te descubrí escrita, 

nunca pensé que las flores andaban, 

ni que hubiese chica más elegante, 

te veo en cada flor y mariposa, 

y tú sigues siendo la más hermosa 

perdóname si me enamoré 

pero hoy como ayer 

te seguiré viendo en cada amanecer 

eres alma de mi alma 

y el camino de mi fe. 

Eres todo lo que deseé.


II

Déjame ser quien guarde tus besos,

quien comparta tus alegrías,

el que cree horizontes contigo,

el que al cerrar tus ojitos veas.

Déjame cumplir todos tus deseos

como anhelos de que otra realidad es posible,

hacerte feliz es lo que pide mi alma,

No quiero que te vayas sólo que veas

que sin ti no soy,

que sin ti no quiero ser,

que sin ti,

sin ti no podría vivir.

Me duele el pecho sólo de pensar en no volverte a leer,

mi alma no duerme si le hacen creer que no te conoceré.

Enamorarte lo pide mi corazón,

capturarte en mi retina mis ojos,

No puedo, ni quiero olvidarte porque te necesito Musa,

y no me puedo imaginar una vida sin ti aunque no lo creas.

Pero se alegra mi alma sólo de creerte sonreír.

Porque existes en mi mundo.

Porque eres mi mundo.

Lo demás rodero que gire, baile y se choque.

Que mi dicha es de, para, y está por ti.


III 

Déjame ser yo.

Yo, quien te quiera,

yo, quien a ti aspire

vivo y afortunado música

para tu sentido.

Yo, el que tus labios admire,

el que en tu ser suspire.

El poeta que te escribe y vive,

afortunado,

por la música de tus sentidos.

De tu corazón enamorado,

el que en tu ser suspire y

en tu pecho se adormile

el que en tus ojos se mire y

tus alientos respire,

con tu dulce susurro a mis sueños cobije.

Quiero sentirme poeta de ti,

que con tus cálidos besos

en el edén me imagine,

poeta de ti ilusionado.

Déjame recorrerte,

como si el tiempo no hubiese.

Que tu cuerpo con el mío

se mezclen en un fuego ardiente

y se confundan en uno,

vivir en tu mirada,

serían mis dulces palabras,

pues no mas son reflejo

de la altura de tu alma.

De una amapola

mi amor para una doncella,

viva y eterna,

dulce y risueña.

En esta noche otoñada,

en que las primeras lluvias

fueron alegrías despejadas,

caen tímidas en mi ventana

y me recuerdan a ti,

mi tierna doncella, mi bella,

mi eternamente dulce y risueña,

como sonrisa de altares en primavera

altares de estrellas a la luz de luciérnagas,

como rojas amapolas en la pradera,

y en lo alto...

El cielo lleno de estrellas,

campanillas por miles,

únicos testigos de nuestros amores juveniles,

en el anochecer de plata tu sentir para mí mieles,

esperando que de tus labios broten los sonidos

que me dicen que me quieres,

y así quiero pasarme las noches,

y los días, vida mía.

pues sin ti las noches son frías,

y los días un mar de melancolía,

solo soñando y sintiendo tu esencia muy cerca mía,

sólo te quiero a ti en mi día.

Como la más cálida sonrisa tierna,

sólo es amor a ti mi bella.




Miguel Esteban Martínez García

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