domingo, 24 de octubre de 2021

DICHA ANGELICAL






 Esplendente guiño 

de tu furor inusitado, desmembrar estelas malvas en azules besos, quebrando mi alma si pudiera para brillarte una aurora lo que me provocas, como un puente irisado a una centella incipiente, unir dos abismos, como mechas prende la luz endógena, abismática,

de horizontes traspuestos, avecilla piadora, y su vuelo estridente, tus melodías circulares como metáforas madres, de un disparo azuraste mi dicha cuando qué explayar si mi mundo eres tú si me permites, ya somos nuestros, de manifiestos y mechas de oscuridad, diestro compás ambivalente al fuego terco que avanza, de boca a pecho y su granate durmiente, tu agua ciega o sangre, allá voy, por lo que me quedó sin descubrirte,

Musa puede que fuera muy parco al insinuarte mi desapagada razón que no escribo notas ni canciones a difuntas,

y rectifico, si escribo siempre eres eje, pluma herramienta, Musa, mi arquitecta, mi predilecta dama vampiro, a los mitad vivos nos cuesta asumir nuestra cristalina verdad, y, desde nuestro lapso breve de coincidencia,en tierra numinosa, te tejiste voluntariamente muerta de silencio espectral, que a murallas mil, argucias solas en hiel, es complicidad absoluta un silencio compartido profundo, brillador, te sugerí cogieras tu libertad, y sigue siendo tuya, quería la vieses privilegio como ave enigmática anuncia cada primavera,me encanta lo propuesto, y me fortalezco, en pesquisa, soy libre por elegir amarte, como el poder no quiso, y mi fortaleza ha de ser tu contento, mi doncella escarlata.


Esplendente guiño
de tu furor inusitado,
desmembrar estelas malvas 
en azules besos, 
quebrando mi alma 
si pudiera 
para brillarte 
una aurora 
lo que me provocas, 
como un puente irisado 
a una centella incipiente, 
unir dos abismos, 
como mechas prende 
la luz endógena, 
abismática;

de horizontes traspuestos, 
avecilla piadora, 
y su vuelo estridente, 
tus melodías circulares 
como metáforas madres, 
de un disparo azuraste 
mi dicha 
cuando qué explayar, 
si mi mundo eres tú, 
si me permites, 
ya somos nuestros, 
de manifiestos 
y mechas de oscuridad, 
diestro compás ambivalente 
al fuego terco 
que avanza, 
de boca a pecho 
y su granate durmiente, 
tu agua ciega o sangre, 
allá voy, 
por lo que me quedó 
sin descubrirte,

Musa, 
puede que fuera muy parco 
al insinuarte 
mi desapagada razón 
que no escribo notas 
ni canciones a difuntas,

y rectifico, 
si escribo siempre 
eres eje, pluma, 
herramienta, Musa, 
mi arquitecta, 
mi predilecta dama vampiro, 
a los mitad vivos 
nos cuesta asumir 
nuestra cristalina verdad, 
y, desde nuestro lapso breve 
de coincidencia,
en tierra numinosa, 
te tejiste voluntariamente 
muerta, de silencio espectral, 
que a murallas mil, 
argucias solas, en hiel, 
es complicidad absoluta, 
un silencio compartido profundo, 
brillador, te sugerí 
cogieras tu libertad, 
y sigue siendo tuya, 
quería la vieses privilegio. 
Como ave enigmática 
anuncia cada primavera,
me encanta lo propuesto, 
y me fortalezco, 
en pesquisa, 
soy libre por elegir amarte, 
como el poder no quiso, 
y mi fortaleza 
ha de ser tu contento, 
mi doncella escarlata.





Förüq

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