Hoy abro con una serenata
a la señora Luna,
y a sus estrellas mi canto,
que se funde con las nubes
y lleva luciérnagas.
Extasiadas.
Mi canto provoca, me florezcan
rosas azules en invierno,
y las flores de malva~luna
sangren versos humeantes.
II hoja
La cuerda de mi reloj está suelta.
Las horas me parecen minutos
y los minutos horas.
No sé si estoy o no, vivo.
Y cada mañana en vilo llamándote.
El horizonte me parece
esclavo de su azul eterno.
Por falta de dinero ni llevo cartera,
ni llevo monedero.
Amarte con el pecho abierto
mi pequeña oscura 👼 ángel.
Abierto un canal
por el que se desangran azucenas
nocturnas,
y violetas ausentes
gime toda noche.
III hoja
Durmiendo en una de sus nubes
estaba el ángel de alas granates,
cayó de su Averno indómito
como mar extenso y cielo negro inmenso,
mi Ángel pequeña no lloraba,
extasiaba por sus dos alas.
Yo lloré por verla de su abismo caer,
Encogidas sus alas, quería volver a brillar
como fuego terso era su amor valiente.
Me acerqué a consolarla
y sus dos ojos de fanal fuego limpio
se encendieron.
Encendieron de su ceniza de alma
un amor más reluciente y duradero
que el bronce,
aprenderás a planear le dije,
otra vez más para siempre en tus sueños;
Seré sueño real en tu mundo,
y abrazaremos los ecos vestigiales
nuestro antiguo cielo y paraíso
en este nuevo destino mutuo
que prevalece.
En el que tus alegrías son mi contento.
Förüq castellano Miguel Esteban 2015
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