1
Erase una noche fría de invierno. Las lechuzas estaban recogidas. Lluvia caía al suelo. La niebla y la bruma eran intensas.
Sólo una sombra caminaba por la calle.
Era la muerte asordinada.
2
Cuando la luna sale los vampiros y los murciélagos están cazando.
Era la noche yerta. Los ataúdes se abrían, pero sólo para que entrasen los cuerpos de la epidemia, que asolaba a la ciudad.
3
La vida del gusano Juan era muy sencilla. Él vivía dentro de una almendra;
y tenía suficiente comida para hacerse adulto y hacer la metamorfosis a los meses siguientes.
La hizo y nació de la pupa un hombre con vocación política.
4
Era la noche de los gusanos, todos estaban bebiendo licor de hojas en la cantina. Pero un escarabajo encadenó la puerta de la cantina y la prendió fuego con todos los gusanos dentro, los escarabajos, recogieron la carne braseada.
Y tuvieron despensa llena para pasar el invierno.
5
Soslayada la flor del cielo. Abría los caminos de la vida eterna. Una polilla como una hoja de adelfa caminaba el cielo. Corrió hacia la luz estrella, con ímpetu y brío hasta estamparse en ella. Se formó entonces, el hueso de luna que todos vemos.
6
Era una noche de cristales rotos. Los lentes míos cansados reposaban sobre el escritorio. Miré al espejo no reconocí al que estaba sentado. Pregunté: -¿Quién está ahí? Aturdida contestó una voz: Soy el que nunca serás,
porque siempre has sido yo mismo.
7
Eco sordo en alta voz resurgía entre la ceniza de su cigarrillo, no tenía manera de saber sólo apostaba
al nivel de la montaña, quiso conocer pero una mala oración, se llevó su tormento dulce, a la entraña del frío áspid.
8
Belleza si acaso estuvieses forjada. Quién sería tu padre quién tu madre. Inconmensurable por infinitud de sendas
ella abrió sus párpados viendo su reflejo en el lago. Sólo de la impresión acudieron todos los peces de colores, a besar su imagen.
Llevándola a
su profundidad.
9
Se retozaba por acres difusos. Donde vuelan polillas de las tierras. De una flor nació una polilla de cemento con la esencia de las ciudades que dijo:
9
Se retozaba por acres difusos. Donde vuelan polillas de las tierras. De una flor nació una polilla de cemento con la esencia de las ciudades que dijo:
-La oscuridad por poder te puede, pero la realidad, es que me supera.
X
X
Meditaba una noche sobre los grandes misterios que el Padre de la Luz, otorgaba. En mi escritorio, sobre unas tablas de pino frío sin tentativas del diablo Tomás, de repente se abrió mi ventana atizada por un viento negro como la noche surcaba.
Nada me distrajo, le dije pasa si quieres, al rato sentí en mi hombro como me tocaba una manecita helada, era una fantasma sembrada en sábanas, una mujer de belleza hermosísima, cubierta en blancura bajo azulete parecía.
Su voz no era pálida, parecía del más bello ave en trino engendrado. Su tela estaba llena de símbolos en granates bordados. Como la roja sangre parecían indescifrables, como bordados por el Creador universal en fuego vivo. En su otra mano llevaba una trompeta en oro forjada, se agachó e hizo un gesto de reverencia ofrendándome aquella trompeta abismal, sus ojos, como fuego de estrellas azures, encandilaban como una vieja profecía.
Me dijo:
-Soy la madre de la sombra, de un viento voraz, y un azabache nacida, como Oscuridad que todo puede, el despertar del tercer umbral queda en tus manos, milenario escriba, deberás leer la naturaleza viva y yerta, para tras sus señales marcar nota angelical del inicio del dulce tormento de resurrección, las ánimas yertas, durmientes, solo en ese momento principito, se te abrirá el portón verdadero y sabrás ver tu camino asignado junto a la Reina iridiscente.
el castellano
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