miércoles, 7 de junio de 2023

RIERA EN RAMBLA DE FLORES DESANGRADAS POR ATARAXIA

 


RIERA
EN RAMBLA DE FLORES DESANGRADAS POR ATARAXIA



PROYECTO:



























Lira es un tipo
de 
estrofa de cinco
versos de la 
métrica española e italiana,
compuesta de tres versos heptasílabos (siete sílabas) y dos endecasílabos (once
sílabas).










7a, 11B, 7a, 7b, 11B.



Lira:



A
Musa



 



Todo lo que descubro



aliento ciego, bucólica siembra



como esbozo elucubro,



abre rayo, desmiembra.



Cercenada estalla, ella, brotada hembra.



 



En sangre de limpia agua,



carmines me recorren, eres mi hombro



un postrero abre fragua,



de mi sino un escombro,



quiero regar la vida de este combro.



 



 



Engarzando yo, quieto



ella el iris de mi bella natura



brilla en puente Himeto



desde ojo que aojo cura,



suerte, que labrada es sangre que apura.



 



 



Hoy campos son de endrina,



para ser retozo que cruje solo.



Desnudar de la encina,



hoy olvido logrolo,



pero a ella con un rolo trina el piolo.



 



 



Libre por ti soy, ardo.



En rambla sin ribazo de secarral,



por transeúnte cardo.



como raíz de parral



esfumo, alcanzo, sones de su fractal.



 



 



Mis astros que son santos,



obtusa furia que engulle impelida,



prosigue, consume a tos,



destapa desvalida,



de toda la tristeza que invalida.



 



 



Hasta que engulla esta enorme



sombra que sigue procelosa, rauda



el siglo engasta fome



mi silvestre alma escuda,



te hablaré alto, como el amor exuda.



 



 



 



Sin directriz, ni engaste,



porque mi carne no tiene baraja,



hoy clamaré desgaste



mi ataraxia cuaja,



que cegaste tuya. Mi dama graja.



 



 



 



Desde rejuvenecer



que gasta emblanquece por cielo extenso,



Sueño del resplandecer,



hoy no bastó lo menso,



sin solitud desaprenso, repienso.



 



 



El Castellano



 



II



 








7a 11B 7a 7b 11B



Culto de mi cultivar:



A Agrosfo



I



Traigo de mi alma en fuego



incrédula, extraña poesía runa,



al capítulo llego;



de tierra, viril luna;



seco abrojo regio, cumbre que ayuna,



II



Habitado tras yermo,



con mis sentidos inermes postrados,



llana música en termo.



Mi Virgen seduce hados,



brazos aguerridos amancillados.



III



El silencio esquilmado



escondido de mi alma traigo hendido,



vislumbra trazo arado



solitario, nacido



sangre, impía herida yaga henchido.



 



IV



Traigo soles difuntos.



Melancolía hija, el siglo enajena,



alzo, beso mis adjuntos;



sin honrosos entrena,



lucha diaria enajeno en cuarentena.



 



V



Al pie de soto llano,



viperina sierpe de frondosa era



aspereza abre plano,



placer dioses quimera,



todo es bruma siempre gris la espera.



 



 



 



VI



Esfuma lecho real



de sangre gualda disputada grana,



mi directa pluma lean,



nimbo mis astros cana,



en sonrojada pupila mi lana.



 



 



VII



Misterio, azar o tinta



siderales ensueños, envanece,



avanzo, yelmo pinta;



arrepiente, fenece



piedad aflora yerta, no perece.



 



 



VIII



Ante Lugh no se humilla,



apego mi faz ya desorientada



cuarteada sien cepilla



mi jofaina aplacada,



mi semblante pardo no cambio nada.



 



 



 



 



 



IX



Fervor sí, prendo fuego



desde este sueño de orgullo reseco,



Indefinido apego,



sin rastro yo la checo,



con puerta florecida llaga mi eco.



 



 



 



 



BONUS: (Rima y métrica libre o blanca)



 



Custodiada por los mil alacranes



que puridad cuida,



por los Suelos



¡Levanta la frente!



Y de placer sucumbe.



 



El Castellano



 



OSCURIDAD
GERMINA



A Obscuridad



-Nec vincere tenebras, et amat,



Oscuridad no se vence, se ama



 











 



 



 



 



 



I



Azar disuelto en viento;



vienes, te lavas las manos soturnas,



ensuciando te siento.



Grande en horas nocturnas,



mi potencial en horario alas diurnas.



 



 



II



Cuestan más, especias



que el guisado en resultado en finales.



Traje de brumas necias.



Sombra honesta en turbiales.



Granate lustre postrado a venales.



 



III



Jamás vendido al postor,



por mis colmillos guerra al error ido,



acrisolado impostor.



Voy por hervor florido,



y lunas en alabastro gemido.



 



IV



Es un son de los grillos.



Acaso se requiere don de gentes.



Redil de carrasquillos;



hematíes dementes;



acequia de almas o entes relucientes.



 



V



Crisol, hervor de soles.



Lucen lunas gimiendo en alabastro.



Indemne como moles,



yago, yace en mi castro.



Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi Astro.



 



VI



La banal inmundicia,



anisando lo habitado en espejo;



ayer de hombre en malicia,



dicha, uno, dos, despejo,



tres, dolido, la rosacruz no alejo.



 



VII



Con besos por espigas,



y ángeles soterrados, sin vilo;



ya lo digo, no digas.



Hermana negro hilo.



Autocomplaciente la flama afilo.



 



VIII



Esta acequia rutila,



y ángeles soterrados, sin yermo,



malva salvaguarda, hila.



Estira aliento, en Lermo.



Mi sed en galego alzado digno ''ermo''.



 



IX



En el patio su araña,



suya su corona por candelabro.



Se siembra, tiesto apaña;



su saliva yo labro.



Sangre de ámbar atesoro, le jabro.



 



Serventesio:



Estampas de la sangre resplandecientes,



granate su sangre encumbrada, son venal;



sentido alerta; despierto los lucientes.



 



Sin bombilla 💡 en sótano de luz, el penal



Entre fauces brillantes adjunto abrojos.



Rebrote de oscuridad en el arañal.



Alguien ya vendrá por mis áureos añojos.



 



Epodo:



Caldea, hasta rebullir. Yo arrostro antojos.



Avengo eternal raíz; disparo aojos.



 



 



El Castellano



 



Reflexión:



A veces dentro la oscuridad;



a veces dentro de una luz.



MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA



 



 



 



 



 








 










 








 








 








 








 








 



VENA DE LOS CIELOS
SOTERRADOS
:



 



Alas en bronce proclamo,



desamparo magnánimo, con hexámetro en hierro dispuesto,



a mi izquierda el peso de sus argentas plumas.



Áureo filo insondable, una ventana;



con casa de caracol en espejo rotundo,



su dorado desliz, me labren,



al paso y avance de mi póstuma;



un encaje de mis vellos en pecho



tapiz inabarcable, voy derecho un vuelo suplicante,



ramilletero ciego, oficio del impalpable



tesorero soñador,



como unir dos flores y besar el suelo tejido



por flores del cielo.



Sempiterna ella mi luna de acero.



Arranca todos mis hierros.



Versátil como si arrastrara una trilladora por mi pecho;



mis hierros esos yunques que llevo en la tierra de mi corazón.



Suplicante abre un repecho, digno, servil, de cuanto he profesado.



Heredero yo de todo lo que he servido.



Esperando me devuelvan un día



lo llorado por mi sangre arriana.



Entre súplica y ruego encontré un solitario anhelo como poderosa
parra



que tierra jabra.



Hendía, profundizaba negra tierra, de oscura sangre, una raíz
cromada revestida.



Como cuchillo, de hondo mango.



Hablé con el tiempo.



-Me respondió su mitad acuartelada.



Su vena en aire todo filtra,



nada corrompe, es una victoriosa siembra divina.



Osé caminar nueve kilómetros,



para adentrar el baldío secarral de mi yermo.



Encontré que coseché quinientos gramos



de campanas de adormidera yertas,



Pero repletas de simientes sostenidas,



Hoy la tierra guarda su segunda muerte



Esperando germinar más muertes en color,



Y sus alfileres, sueño de las ninfas y hadas.



 



 









El Castellano








 



Silbido de la sangre:



 



Claman verdades de la tierra



por nacer y resurgir



la quietud estameña,



sobre la misma tierra



el eterno ciclo de la vida,



como traje de la mujer soñada,



muerte en memoria hilando recuerdo vano.



Resurrección como caminillo de hormigas



por la soberbia de la simiente al albor



de sangre sin condición.



Yo soy por siempre



miel de infortunio desaconsejado.



Así como dura sonrisa y guiño besado.



Al azar de la existencia



efímera esencia del crepúsculo más sonrojado;



apellido y nombre que nada representa



como resplandor de la centella



vil chisporroteo sin sonar,



cargo el silencio y el infinito de mi verbo



a lomo de frialdad en escama



resopló en la montaña sin nombre



latido de mi húmeda lombriz azulada,



de mi tierra que jamás tuvo dueño



latido sin final



agua de manantial núbil destelleo,



va girando mi vida por enraizar



yo soy siempre



sendero de sierpecilla inútil,



con el manto de su desnudez violenta.



El eterno comienzo sin final



aullido del viento, arena en una gota de lluvia,



hoguera crepitando la tierra del volcán.



Río que acaba y resurge del mar,



ese soy yo siempre por despertar.



 



 



El Castellano y Leannán-Sídhe



14-1-2019



 



Resurgir



 



Hoy las fuentes bullen



los ríos desbordan



las vidas dejan sus grises



de invierno y sonríen



al alba de la lluvia



que toda vida mece



sal al jardín ayer sembré mis ojos



esperando que la tierra fuese sangre



las raíces mi boca



y la planta mi cuerpo



para con longevidad imperial



llegado el momento



decir de este jardín yo no he muerto.



 



El Castellano y Leannán-Sídhe 14-1-2016



 



Sin
luz late brillante oscuridad 13-1-2019
:




 



 



 



Danzo totalidad atribuye al menos todo



empeño en horadar propia sombra esquilada,



finalidad de sentir en la carne



frialdad de su negror,



que siempre asigno me ama.



Danza mi tristeza gemela,



un sopor de ángel sin estrella,



aplaca ella



monótona nota desangelada,



gravita torno cerro musario



donde mis espinas brotan



del fango fragoroso como branquias,



alborota mi fantasía de respirarla.



Lecho rápido dinamitado,



voy por fecundar tercera secuela



que arrostra mi trazo,



por ventanales de alma profunda y sus mares,



se note de ella su azul altísimo,



encrestado en figura su polvillo,



y mi viborilla secunda al azar de nueve puntas.



Espuma gire la manecilla



de su abismo,



e indulto displicente suene,



moviendo montes,



deslizando inmóvil el sueño del cuclillo del trece



afilándose este enero,



con abisal mirada,



y su insignia jamás aplazada.



Pugnada, conjugada cual veleta fija



a brillante sol naciente,



sin columna



ni designio que aplasta



su cuervo ahogado



bajo precipicio intransigente



opaco rostro inconmovible



como milenaria raíz



de este mi índigo origen



en metálico obscuro



la rebelión



con su ángel caído



de secos ojos.



Desertando a morir.



Su sueño Förüq se ha agotado.



 



El Castellano



 








 



Brillante
oscuridad 13-1-2017:



Despedía el día



la porfía de una melodía



una balada por Belcebú,



el pasillo se abría



cruzaba las calles heladas



de enero y su cuero,



danzaban las sombras



entre el descampado



donde las casas eran malas yerbas,



malas por qué



acaso lo bueno es el humo



de un coche,



cuando ellas en primavera,



arrastran las penas



con su fragancia



a mujeres desnudas,



miro dentro de mí



pregunto por qué todo



torna azabache,



habitan cuervos mis ojos,



ya no hay precipicios



en mi mente,



que se dibuja de ladrillo,



miro al cielo



que todo parece una cueva,



acaso ya bajas,



sigue tu curso de Dios personal,



que te seguirá cómodo,



el bajo cero ciñe su lustre,



mi sentimiento afligido



hoy canta con mis dolores,



con rezos fugaces



alargando la noche



teñida en el ojo de mi despierto,



porque me cansa



esta fébril, verde, emplomada



mosca impuesta medicamentosa,



hombre en el acre oscuro



por encontrar mi decencia,



estoy colgando del párpado



de la quietud noctámbula,



yo no estoy escribiendo,



soy un vuelo



sí de murciélago,



vendo mis mañanas



por un ayer construido a su lado.



Es como el hueso



de un poema imaginario.



 



 



 



El Castellano



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



Trilla mi idea 23-12-2016:



 








 



 



Canta mi cuclillo canta,



picotea en mi cabeza,



entra al silo de mi idea,



donde telarañas



coagulan mis pensamientos,



abre esta puerta hacia mi oscuridad,



allí donde negros ratones



cobijan con fijos ojos



mi sueño sin desempolvar,



me conduje por escalas



donde colgaban brillantes ojos



sin pestañear,



arriba donde se acumulaban los sacos,



un murciélago despertaba,



era como una sombra que flotaba



entre llenos agujeros de aire,



sombra con alas,



la guadaña estaba recta



pareciera que me esperara,



la trilla afilada,



era nueva de esta primavera



el grano no vio su oficio,



respirad este olor a trigo muerto,



habitantes de mi silo,



hasta la araña teje con tesón



su geométrica hambre,



pardas motas salpican las paredes



por las que corre pegada la salamanquesa,



grietas vivas por este frío infernal,



arriba la sangre parecía evaporarse,



sólo quedaba yo



y esa sombra colgada del techo.



 



 



 



 



El Castellano



 



Redención
sagrada
:



 



Cuando los
ángeles desertan a morir,



en los ojos de
otros ojos



estás
buscándome,



me despierto;



los dioses
celebran



un silencio
sepulcral.



Colores me
evocan de la nada,



ruido cómplice
aborda



como navío
tiznado al 2025



senderos del
mar de tierra



que abre mi
lengua en tu guarida de boca.



Melodiosa
suerte de la máquina de tu cuerpo,



tonos sobrios,
vespertinos



absorben la
mirada como filo inexpugnable.



Absorto cae el
tiempo en tu sangrada candente



azada
dispuesta, es tu verbo un franquear de desvelos,



que respiran estrellas
fratricidas.



Es un solo
cuarteado en siglas,



los soplos
resplandecen vibran al son de nueva grama.



Sombras
inmobles cuentan de tu respiro



infranqueable,
por jóvenes tapiales



de tu
inexorable, florido, grandioso desvelo



de metales,



cobres anidan campanas
de media noche



aguardando el
surgir de lo sepultado.



No frena la
sintonía de tu saliva, una,



ensueños
duermen llamando se cumplan los anhelos,



cuando los
ángeles desertan a morir



tu mirada se
enciende, abismos silenciosos se prenden,



tu voz se hace
palabra.



Me sigues te
sigo cariño de ternura dispuesto,



luz enraíza tu
alma, efímera en mi mano,



vuelve a mí una
paz que ni los nichos toleran.



contratiempo
por fuelle,



magarzas de
otoño,



corona de reyes
en primavera,



etéreas hojas a
solas peregrinas,



dejando
embriones por verso,



capataz de
siembra única,



al compás
liberando golondrinas,



punto de Sol a
ciegas,



es mi mente
surcando brumas grises



que me
acercaron.



Vagido
indeleble,



fúlgido yo
destellaba tu sien sin marca,



caliente al
arrimo de mi ser,



valedera fuga
sin ocaso,



un caracol en
un verso montado, arrastrando:



sacado del
pecho



como heraldo
sin desquicia semblanza,



corriente
arrastrando cadenas de errores,



fruto de
libertad



y conciencia
sellada a ciegas.



Comiendo raíces
por hechos



en fruto divino
insoslayable,



frío de noche



bañando la casa
de lo eterno



llamada Diosa
de tu entraña



mi musa bella.



 



El Castellano



 



 



Resurge el añil:



Florece agua
ignota,



azoga tus
blancos corceles



de rocío sereno



sé bruma gris
de abrevaderos



juega con mis
mariposas serenas



de los vientos,
fragua mi sentir



en tus venas,
roquedos,



bebe mi sed
como un desnudo ayer,



entre flores
del paraninfo yerto,



augura mi
suerte entre tus vellosidades



colmadas de
savia joven,



un reverdecer
anhelado



que tantas
espumas aguarda,



madre de mi
blanco chopo,



tu cristal
luciente;



Cuántas eras yo
he conocido



tantas vidas
más longevas



que la mía,



osadía pulcra
de espadas azules,



cuchillos
calizos de cerros



castizas
fuentes



en ramblas del
terreno,



rieras terrenas
al sosiego



de vid y
centeno,



hablase yo
entonces



de un sol que
desgasta



de cincelados
bosques



de espliego y
atochas de esparto



del grillo
solariego



que abre el
sendero,



baja vida tus
espumas verdes



de paz y
sosiego,



vence tu paz
sepulcral



al fervor de mi
vana sombra



que no te
puede,



háblame tus
hojas



bailando,
jugando con el viento,



de este otoño
que no llega,



ni su bruma
honrosa desciende.



Tráeme tu
febril aleteo de estambres



clava la
simiente esquiva



que raje la
tierra,



contigo el
resurgir de las estaciones,



pariendo el
desnacer



de toda muerte
en color



de simiente.



 



 



El Castellano



 



Río de encinas:








 



 



Manadero de
silencio,



sepulcral de
enjutos,



ojos
complacientes,



sien de verde
amarre,



sin febril
cumbre,



entre llanos
que velan,



su coraje



entre espigas
del mañana,



por este río
grande



de encinas
sorteado,



clava el
paisaje,



que su tierra
nace



en retina
pasajera



al fervor



de nichos que
caminan,



conjuro de
sierra labrada



por espartos de
savia y fuego,



de estío
navegante,



su perenne edad
sin hombre,



calma sin vicio



ni manso
aletargo



donde verdecía



mi estridente
simiente,



mi noble
Castilla



vestida de
encina,



que el monte
hace santidad



de alacranes,



entraña sí



de esa mi madre



porque soy de
tierra,



lustrales fríos
olvidados,



en copa de sed,



pardo, noble,
antaño azul,



de torcaz
mensajera negra,



entre córvida
espera,



hablaré sin mí
con el Sol,



y que mi pueblo



me guarde el
solitario sueño,



por el que
místico



encaro la vida



porque yo
siembro la mía.



 



El Castellano



 



Trenzado del
terreno:








 








 



 



Abro de mí, la
rigurosa sombra



acogedora de mi
blanco almendro



fresco dosel
que presta almazaras



llenas de
olivos,



hermana del
negro hilo



cuándo mi
jardín florido.



Rasguña con
tembloroso sigilo



de savia dulce
su arroyuelo.



 



Blanca luna que
me reflecta



en los sabios
bosques,



que sus mieles
Himeto me concede,



colinas serenas
me aguardan,



y en las
prósperas perviertes,



apacibles
bellezas



parirán tus
ojos;



Lágrimas sobre
mis tibias cenizas



de aquel que
duelen y sigue



porque son del
poeta que te ama.



Derecho, en
espumas trenzo



vaporosos ríos
de mi sangre,



vernal lozanía



que aún gozo



como luce la
flor sepulcral.



Ceñida cabeza
tuya



de las rosas
más vivas,



¿Quién cauto te
hará cortesana?



Raudos Lapitas
no hay futuro mejor,



el viento me
pulirá su acento,



bien funesto
que considero



que me
sembraron



de la bronca
hendidura



que no sucumbe
ni se hiende,



Baco enseña
haciendo danzar Ninfas,



aguzaban sus
canciones,



pobre labriego
este que nunca se dio,



pilares auras
según lo pidan tus liras,



¡Oh Calíope!



Musa de mi
lenta melodía,



tráeme la
fronda verdecida



de tus mantos vestidos



de Ferento la
sola campiña.



Sin feroz hija
hambre,



yo providente
augur



de todo lo que
amo;



al escondite
del alacrán



no proclamo,



por doquiera me
dirija la suerte,



veo la oscura
tempestad que anuncia



que yo estoy
bailando en la luz



para poder
bailar en la oscuridad,



Galatea la
corneja no me espantes



que mi buena
remembra.



alma présaga de
lluvias



que a la flor
incitan,



yo que en
pulido ribazo



quiero prender
a Ninfas de flores



absorbentes de
miradas



y de fugaces
estrellas.



Amor tan torpe



¡Oh mis castos
Dioses!



soy yo humilde



un ser hermano
de la tierra



que no permite



ni a víbora ni
culebra



le retiemble



la paz diáfana
hallada.



 



 



 



 



El
Castellano



 



Florecido
mármol:





 



 



 



 



Días
oscuros en la plaza del Sol,



abrirse
pudiera entre rayos regentados



matices
insoslayados, fauces brillantes,



y
candados de luces, humilde haz,



purpúreo
al tacto, suave nube rígida



impalpable
entre ocasos azules,



y
leones grises,



con
tacto terciopelo



una
vida de amor eterno,



ola
infame viene crispando



metales
y fuentes, soberanos eclipses



que
el viento nocturno navega y juega;



soledad
atónita entre enjambres de gentes,



confiante
sentirse bajo el Sol humilde,



espumas
de ángulos fugaces,



me
palpita amplio con serena voz



desangelada,
la vida del hielo,



helor
entre escarchas,



y
su vorágine de cementerio.



serpear
entre raíces ahogadas,



afluidas
esperanzas unidas



en
el trasiego.



con
el viento te digo



que
no te olvido ni muerto,



no
surcaré sus vetustas alas



ni
enterraré mis ilusiones



en
sus jardines de albas



y
hiedras voraces.



Entre
ortigas que abren insomnios



fugaces
colaterales



donde
exista el acero y ala de pecho,



dormiré
en los siglos de tus ojos,



entre
turbios cipreses con sabor a luna,



entre
la grama reposaré mi razón,



despertando
habitando mis granates



huéspedes
de mi corazón.



 



 



El
Castellano



 



 



Sigilo
de sobriedad:



 



Fauces
amarillas



el
humo de su tabaco seco



cuelga
de su blanca sien.



Bocas
de agudos filos



nada
por todo.



Tomaba
su café



de
grano recién molido.



Como
si goteara del árbol



del
insomnio.



Era
un hombre chapado de años,



dormía
cuando tenía sueño,



comía
cuando tenía hambre,



amaba
más las flores de su jardín



que
a las personas,



la
amargura no conocía



si
no se hubiese casado con ella,



su
bigote recto comía por él,



era
apuesto



pero
le asustaba mirarse al espejo



y
contemplar que el tiempo



podía
más que él,



de
diálogo era más parco que una tabla



agarrada
bajo yunque,



no
amaba el dinero



que
sólo empleaba en gastarlo



en
necesidades básicas



hablaba
con sus flores,



lo
extraño que le respondían en su cabeza,



consecuencia
de la soledad avanzada,



seguía
la ley del ojo por ojo



si
le daban amor devolvía lo mismo,



en
cuanto a odio este le temía.



Le
gustaba sentarse en su mecedora



en
su jardín y acercar comida



a
córvidos negros como azabache



y
observarles,



era
pleno, hacía honor a su vida



amando
lo sencillo



cogiendo
su armonía en una mano



con
su cigarrillo



que
blanqueaba ya su bigote.



 



El
Castellano



 



II



 








 



 



Lámina
del cielo



tu
gris en estiaje



ángel
del cielo teje



macabra
sinfonía



lluvia
se derrama aplomada



por
su guiño de ala,



por
venas cavas, su quitina,



estrechas
vías consumidas



en
atroz entrega



del
mensaje del cielo,



sangre
de tierra en zigzag,



río
de caudal



por
arterias de arañas,



por
acariciar la flor del iris,



un
barco y una vela



un
puerto y una quimera,



una
vida de aciaga solar siembra,



verso
saciado cabalga



el
colchón etéreo del aire,



hasta
anclarse en valse,



sueña
el viento ser capturado,



atrápalo
en tu mano



y
en la otra derrámate como gota,



precipita
tu esencia bebe del cáliz



la
yaga de nuestro vino,



infinito
remansado en cuña de estambre,



es
un ojo de tierra,



es
una espera,



una
inmortal faz,



la
canción con la que bailan las flores,



un
cariño de flamígera estrella,



un
armazón dorado de escarabajo,



una
casa de caracol,



ven,
ven conmigo soy aullido,



una
entrega de cuarzo llorado,



un
cuchillo de sílex afilado,



en
el trillar del campo,



soy
mis venas naciendo en un charco,



un
sorbo y soy fuego en tu mano,



gimo
y corro el vasto templo



de
mi perdida religión,



viendo
el devenir venir



cruzarse,
deshacerse, alzarse



para
acabar siendo tierra



del
inerte azar profuso,



mi
tinta se bebe un rayo solar



en
patita de un caballito del diablo,



mi
vaga libélula de mi suerte,



para
que siempre viva



esta
hormiga león



siendo
mi cosecha más que tus besos,



más
que tus rayos de sol,



siendo
yo del camino y el camino ser de mí,



irisada
vida en son de mis tambores



de
insecto tejiendo, volatilizando lo inmortal.



 



 



 



El
Castellano



 



 



 



 



 



 



 



 



III



III


III



 



Seco
y duro, seco y umbrío,



corría
el linde quieto



por
la arboleda despejada



daban
las tres y treinta



de
la madrugada que se marcha



por
oscuro diván de la sombra,



un
espejo tímido sonaba,



el
reloj paraba,



con
un grito de estrella,



su
alcoba fría en la que despertaba,



no
quedaba viento de palabra,



ni
pensamiento ágil que en eco no quedara,



lanzó
aquel espejo contra el suelo,



y
rápidamente sangró un borbotón de sombras,



se
abría la noche y sus quimeras despiertas,



brotaba
de su ceniza de pulmón,



el
irisado que la oscuridad clama,



quedando
para siempre



su
alcoba fría y vacía,



sombra
de aquel que sonaba una noche



que
ya escapa.



 



 



 



 



El
Castellano



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



IV



 



Fantasma
del tiempo:








 



 



Indivisible
fulgor ostentado



resquicio
opaco de la luz



con
sabor a fase de luna.



Invierno
de los ojos veloz



en
una gota de llama de vela



fuego
del fuego creado ensimismado



quiero
arder lo malo de la maldad



cuando
sin sombra ataca



el
humor de la sangre existente



si
voz tiene cuál fuese dicho ente



hablándote
desde la arteria



donde
el cuerpo helado busca



y
te busca verdad sin pestañeo ni apellido



sin
venas surca la ola tibia y oscura



que
nació sin viento ni mareada razón



de
océano de versos



camino
sin recorrido en yerto color



fulgente
de la estación sin mente



entresijo
de la mecedora



que
sensación sola la mueve



con
indicio de que la oscuridad me puede



fuerzas
que escapan



a
la razón del entendimiento



resguardo
de luz que por verla doblega



a
la insensata dicha escondida



que
grita y se engrilla en aquella orilla



distante,
que une y divide



ignorantes
y sumisos bordes



de
lo que existe por soñarlo



suspiro
ese suspiro del hastío



y
estío de mi río



escapándose
a mi legible saber



un
vencedor encontrado



círculo
perfecto del equilibrio



en
la locura nacido



en
la frialdad del respiro mecido



yo
te tuve, te sostuve



en
la risa que dio llanto



en
el llanto que dio risa



sin
motivo ni razón encausada



allí
donde la emoción era transparente



ni
necesitaba conciencia para ser



solamente
armonía que nadie te describe



porque
fui yo quien te tuve



brevemente
pero tu recuerdo pasará mi muerte



frío
recuerdo de honrarte tan malamente



sin
saber describirte



indiferente
si vuelvo a encontrarte



porque
eres lo más inusual,



te
buscan y imposible de encontrar te vuelves



de
la suerte llamada casualidad viniste.



Vengo
del nacido sin nombre



del
que hace lumbre del alarde del hombre



del
espíritu parásito engendrado



y
el veneno de mi sangre



te
llegó a donde el camino se abre



a
infinitas escaleras interminables



donde
el surrealista se raya la mente



que
del caso cuelga el Sol en cruz



en
la pared del diáfano enervado calmo cuarto



marcando
las marcas de los arañazos de su luz



que
en negro dio su astenia quietud



horarios
de su ser perdidos



en
un atardecer que ya fue



en
el azabache de mi bolsillo



sus
sombras que recorren mi pasillo



me
entretienen para ser fusiladas



al
encender la luz,



no
puedo creer el encontrarte aquí



inerte
arte del único poema que vale



por
no tener nada comparable



beso
mis sueños que el oscuro espíritu



por
no tener color arde



no
quiero darte a entender



ni
que seas adjetivo ni valoración



solo
lo inerte de lanzarte al río y donde llegues



o
lo creativo de guardarte en una caja



y
enterrarte en el jardín,



para
que te crezcan malvas,



es
interesante que no llegues a materia



sólo
a eternidad de quien te leerá



en
mis sucesivas muertes,



ténue
destello, elaborado albor



nacido
del rayo de sol,



y
la noche que ya calló



en
las pestañas del amor



milenarios
son los espejos de los astros



que
dictan y laten en caricia



esa
fría cuchilla que se clava



dándote
finalidad y fin.



 



FIN



 



Miguel
Esteban Martínez García a 19-02-2015



 



Pseudónimo:
El Castellano



 



 



V



 



Te
busqué voz:



 








 



 



Todo
me lleva al cauce,



que
te dibuja displicente



allí
donde la muerte



se
siente imaginada



puesto
que ni la belleza simple



la
piensa, ni imagina



ya
que es de la enfermedad invento



no
la voy a dar creativo alimento.



Inspiración
lejana,



para
encontrar la esencia de su ser



eterna
eres ni muerte te veo



fuente
nocturna, o diurna



o
ninguna, surges a amplia voz



a
latidos no puedo contenerte



y
el que no sabe



ya
está viviendo de ello,



el
mundo nos es ajeno,



calma
de tu calma invernada,



diáfana
quietud



de
tu silencio sembrado,



en
el barbecho de mi pecho,



regadío
del olvido



que
a imposible crece



para
letra ser



y
beber la sidra de tu piel,



que
ni la manzana prohibida



Eva
la pudo morder,



iridiscente
canto sin ser canto,



voy
buscando belleza



habrá
que darle ritmo



a
lo inerte de la suerte,



aljibe
donde encontrarte



bebiéndote
en el tejo



de
alabada montaña perdida,



que
en sus arroyos y arrullos



me
tumbé a mirarte,



me
nació del helecho un curvo hecho,



con
boca gris me dijo:



-Lucha
que todo ser vivo tiene un motivo,



sólo
le faltó decir



que
del barro fui creado



mi
tejo amado enamorado de la nube,



soñando
su imposible beso



viéndola
única porque todas son iguales,



menos
cuando la atmósfera se cabrea,



manantial
de los manantiales



los
ríos del cielo



donde
en espejo se hace eterno



para
regar los campos que Castilla



dibujó
a vid y Encina.



 



 



El
Castellano



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



VI



Subrepticia:




 



 








 



 



Desgarrado,
desaconsejado,



al
mal intencionado intento



de
sacarte provecho



noche
de subrepticia



que
traes flagrante,



camino
sanguíneo



oculta
intención



de
elevarte a los cielos



en
espiritualidad sagrada



donde
los reyes lanzaron



sus
coronas denigrantes a lagunas yertas



de
tus profundidades,



olvidadas,



sociedad
de creer o no creer,



yo
amo lo oculto



mas
inspiración lejos de éste mundo,



elegí
creer



yo
lejos de creerte te sueño Demonio,



Dios
es una chica y tú eres un hombre



con
lo que único que respondes



te
hago caso gran sabio



mas
me entrego



con
un deseo ciego



que
me da inspiración



si
no es confusión



el
norte círculos de piedras adoradas,



el
este de cosacos borrachos



de
éste continente.



Contigo
dentro demonio de literatura



locura
de tu verso,



yo
ya estoy muerto



designio
poeta maldito



que
en su locura



vive
del yerto suplicio de tu posesión



sin
mundo cuerdo



eres
bueno y Luz tu belleza



te
denomino subrepticia de la noche



estado
entre velas y tijeras,



entre
espejos e invocaciones a símbolos



y
tu estrella me proclama



que
se equivocan



viniste
a esta tierra



pero
no eres de éste mundo



quisieron
leyendas hacerte



y
atribuirte el mal de todos



a
invenciones y metáforas



serpiente,



dragón
que el arcángel te mandó al subsuelo



yo
te sirvo flor de conocimiento



te
digo que el mundo siga con sus mentiras



de
sociedad impuesta



que
la iluminación



viene
de tu boca



y
todo éste planeta tierra



tiene
miedo a saber la verdad



a
metáforas padres la empleo



por
la belleza olvidada



por
la rosa secreta



y
los sueños y deseos consumidos



en
el rocío



tu
llamada me llama



mientras
las damas hilvanan



los
hilos de seda en sus cabellos.



Desgastado
tiempo que entre velas e incienso




estabas con ojos abiertos



clamando
por complacer a este ser



un
alma en larva me trajiste adorado



voz
para ser inspiración



le
dije vuelve cuando quieras



no
voy a intentar capturarte



y
de rosas negras



anoche
soñé con ese único



secreto
mío



de
espada solitario en mi mano,



el
de entregarme al amaranto de la naturaleza,



cambio
me trajo



hoy
sigo en contacto así sea onírico



con
ella, la perfección no escrita.



Resquicios
de su existir



que
a mí vino para ser yo su eterno aprendiz



para
mí único secreto y verdad



de
que tengo una pasión,



lejana
de este mundo me habla



el
ser perfecto y su inicial reclamo insecto



que
mi sangre dio a luz su verdad



y
mi duda de mi origen,



de
mi objetivo vital



que
ricen su lengua



lombrices
grises de ciudad



que
yo en mi tierra compito contra mí mismo



a
escritos sin suerte espero a mi dama



y
ella lo sabe por eso no la nombro



porque
no la conozco



y
quiero conocerla.



 



 



El
Castellano



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



VII



 



Callar
del ascua: 





 



 



 



Este
bregar me cubre,



del
que vengo,



un
sol de esparto,



un
ocurrir del que venga mañana,



nubes
acolchadas me aguardan,



por
febriles heladas,



horizontes
sin guardas,



ni
francas tapias



deshacerse
puede,



era
una luna de trapo,



que
espolvoreaba la tierra,



su
belleza se acostaba



en
dunas de plata



mientras
su alta ojera desplomaba,



su
insomnio de infancia miro



y
dime,



por
mi desnuda imagen



que
yo cerraba mis ojos



se
acostaba a plañir,



tu
transparencia me clavas



como
ferviente yunque helado,



las
espuelas tuyas corren sin caballo,



intranquilos
ceños



me
conducen por muros



y
celdas de sosiego.



Cuándo
venceré en este diáfano cuarto,



donde
las sombras caminan,



y
las voces en letra difuminan,



esbozos
en coro de grillos,



en
este lecho,



mi
nicho donde me acuesto.



Confín
de vagarosa imagen



que
despierto,



cada
vez débil,



cada
vez más encerrado,



surtidor
de fantasmas



que
arregazan era mi dolor,



esperando
para brindar con el enemigo,



humo
oxidado sin ojos que duelen.



golondrinas
dulces balancean mi día,



día
entre sotos sin perdices



caminando
mi patio;



fabricándose
en él escarchas azules



con
todos los rostros de diciembre.



llave
fue, cincel encadenado,



lenguaje
del ser claveteado



en
recuerdos vanos,



polvo
de poema parlotea



y
dirige a callar hogueras,



fuerte
raíz es palabra,



un
calor retumba,



sobre
márgenes de ríos sanguíneos,



reposa
sobre la música su alba,



ventiscas
que trae la noche,



alejando,
alejando los sueños;



despertando
el pasado,



abriendo
luces en osadía



a
quebrar el tiempo.



 



 



 



 



El
Castellano



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



VIII



 



Odas
sembradas:



 



Duero



 








 



Grita
mi estupor y cuchillos



hieren
volteando



una
boca que la onda mece



flameando.



Se
duerme la costilla



en
el altiplano enjutado



de
hayas y fresnos



recuerda
su geología



únicamente
saboreada



por
el soñar de los picos,



virginal
cuna del Duero



con
tus curvas en rotonda



de
castizas fuentes y abrevaderos,



dulce
azada de agua



que
bascula el sentir



de
la enamorada palabra,



por
cimas tu voz se hace meseta



haciendo
el amor



con
los pájaros dormidos,



templo
y morada



de
la cepa que a ti te alcanza,



agua
furtiva corre por tu era



y
reposa en tu infinita onda,



que
se riza, que se insinúa



en
vaporizadas Torres de belleza,



que
en tu alma anidan,



sortilegio
de rosa y clavel



cenit
del dolmen tallado,



quién
a ti en la vastedad del ser



en
su pecho te lleva prendido



el
fuego en fanal hoguera



en
anchos panales de tus abejas.



Cuentan
de la vida del chopo



tus
diez mil espumas,



que
por sierras



tu
rúbrica dejas,



navegante
con alas azules



el
terreno que jamás te vence,



secretos
de amantes



tus
aguas llevan



haciendo
bullir el inframundo



de
los amores y sus galas mayores,



agitas
con sangre terrena



el
candil que abre en espiga,



anudando
en tu cintura



tu
idioma olvidado



pasando
años fugaces por tu campo,



rodeando
en ortiga



el
triguero espárrago,



girando
de la vid tu capazo



y
sus manos,



haciendo
de tu Vera



un
Dionisio que al tiempo fermenta



tus
besos de tierra.



 



 



El
Castellano



 



 



Arlanza:



 



Arlanza
cubres tus olas



de
infinita seda



con
el palpitar de olmos secuaces,



al
verdor de frescos, jóvenes



álamos
en pulcritud



de
cenizas de fresnos avanzas,



quién
en tus aguas



te
lleva de espuelas



por
tus solas riveras,



sin
ocre con verde aliento,



te
elevas de entre tierra de muertos,



deshojas
tus notas dulces,



entre
crepitar de martillos secos,



inertes
en sed del más fuerte,



tu
agua sin palabras,



tu
agua sin vergüenzas,



sin
rubores de plata



y
sus nieves de espuma,



haces
bullir inframundos de amantes,



romances
con tus robles,



nadie
te sostiene



tu
olvido deslizado,



solo
lindes quietos



osan
acariciarte para siempre,



tú,
tú imperecedera ante la muerte,



eterna
suerte,



yo
estoy contigo,



magistral
obra no creada,



idioma
oculto de tu haya,



espiga
líquida donde las haya,



senil
canto de cigarra



cuna
del grillo en su sangre del atardecer,



acaso
te alcanzan.



Cumbre
eres sin filo ni cima,



rebosar
de la vida sin prisa,



hoguera
sin ascua,



calor
de los seres que amparas,



descampado



porque
el campo eres tú,



fulgor
entre verdes sienes,



savia
dulce de vida,



qué
milagro a ti te llenó de vida,



o
ya estabas en ella perdida



para
ser envidia del Creador,



ciencia
sin papeles



libro
de tierra,



onda
de segada curva



pulcritud
de espadas al alba



sin
principio ni final



sólo
tú alzas la luz,



en
esperanza de los que cayeron



en
tu huerto donde descansan



las
almas.



 



 



El
Castellano



 



 








 








 



 



Río
cuervo de pitanza corva



Vestido
del risco tu nacimiento



negro
en tu soledad de azabache,



tu
soledad acristalada



por
luces del monte,



tu
idea reguero



que
mi sangre lleva,



de
enebro cincelado



tu
cuerpo,



que
se hunde y flota



de
la roca



tu
eternidad azogada,



huyes
y ríes con carrascas,



sin
quedar graznando



tu
alegría.



Tu
cuerpo de aguas sin ceniza



que
la tierra llora,



recorres
mi infancia lejana




esa que nunca acaba,



para
yo ser del monte



y
el monte ser mío



como
piedra a su gamusino,



eres
de la tierra



un
dulce sino,



caracoleas
tu rizada vida



de
monte y estepa,



de
árbol y raíz de tierra,



eres
más que sístole



de
romance que el alma enerva



con
tus negras alas,



entre
tus lenguas de plata



bañas
la fauna



que
a ti te alcanza,



por
fresnos y hayas



riges
tu templanza,



verdadera, que
viste,



que
enamora



ojos
que te hablan,



abre
amor tus pizarras



construiré
mi casa



por
el tejado de tus aguas,



para
decir:



Yo
aquí vine a vivir



bajo
las alas del río cuervo.



 



 



El
Castellano



 



Castilla:



 








 



 



 



Perdurable
onda,



en
cresterías



de
la honda voz nacida,



tu
profundo soto



de
altas torres enfundado,



me
esmalta la idea



con
fragor de risueñas carrascas



las
soledades del hombre ultrajadas,



agarrado
a dulce señero inmóvil,



al
pelaje esmaltan quebradizos



colmillos
de umbrío tomo.



Cal
y tierra entre follaje



de
mi sierra,



pardas
vidas me avanzan,



una
oda al sendero



y
su vida despierta



entre
ojos de azores y sus ocres,



se
siente, se añora,



se
enraíza,



esto
es Castilla,



esto
es el flamear de una cerilla



de
sangre henchida,



linde
quieto de tierra madre,



por
solares tu voz se despeña,



sosiego
que tu linde oculta,



lumbre
de entrañas



en
quietudes de escarcha,



lento
fuego ciego



de
sonrisas del alba,



quédate,
libérame este haz eterno,



quédese
mi piel segura



al
retorcer del castillo de Almansa,



honda
tumba para tu belleza desvencijada,



entre
piedras, y caracoles de astros



tu
espada,



patio
en sobriedad de tu tarde,



robusta
flor entre Ermitas del mañana,



un
talle del pueblo



sembrado
por tu cúspide naciente,



sueño
en fruto



carmesí
sangrante



de
tu corazón de amapola venidera,



dorada
al cantar de espigas



y
su mañana,



honduras
de vidas



labradas
cepas de sarmientos,



acoge
en tu alma



este
fiel ofrecimiento,



Castilla
mi tierra, mi vida,



mi
eterna semilla enamorada.



Fiel
disparo entre acordeones



de
encinas afligidas,



un
marco difuso entre colchones de grama,



perdiz
entre perdigones viajeros,



voy
a tu encuentro,



me
hablan fuentes y abrevaderos,



como
tus tierras



hacen
el amor con parajes dormidos,



respiro
tus frías cuchillas



que
entre clavos me marcan su herida,



fiel
de caricia bebo la sombra



en
tu calma sin despedida,



un
trino quiebra el silencio



en
blanca dama me avanza tu cebada,



un
calor presto de caballero



a
su dama hoguera,



servil
entre abejas



y
sus mieles alcarreñas,



tejida,
lista,



vaporeada
tu siembra



por
años cobijan tus azadas



solariegas.



 



El
Castellano



 



 



IX



 








 



 



Cáléndula
joven del camino,



vieja
de la senda que lleva a tu casa,



ardor
de luz brotado entre florestas hirientes,



alza
tus pétalos comunión de insectos,



por
estos solitarios caminos



que
me llevan a verte



alzas
en pitanza



tu
verde semblanza,



de
la tierra vida en añoranza,



fulgor
entre tus sienes,



darás
de flor simientes,



así
demostrarás que no hay tierra



sin
flor así no importe estación,



María
oro, flor de los difuntos,



luz
entre luces del alba,



sostenme
la caricia en tu flor,



que
me creo abeja por un día,



álzate
entre cardos y malvas que te rodean,



demuestra
que eres única,



que
ni caracoles osan morderte por tu savia fuerte,



señero
silvestre donde los haya,



oro
luciente entre engranajes verdes,



espera
a tu ababol compañero



que
tú sigues dando flor



sin
ser primavera entre despertares y albores



de
vidas y sus trinos,



navegas
mi alma esta mañana



glorificando
mi tierra yerma,



te
aman mis ojos, te admiran latidos precoces,



eres
más que silvestre flor



eres
una vida precoz de luz,



si
pudieras ser mujer yo sería tu eterno acompañante,



colmas
la belleza de lo sencillo



eres
mi alegría del camino,



pasarán
fugaces las generaciones



y
brotarás cualquier terreno



que
el reposo tornó sin construcción,



para
que tú grites



que
la belleza también tiene casa



contigo,



Caléndula
arvensis



 



El Castellano



 



 



Elogio
en sombra
:








 



 



 



Sin
mi otro, él mismo,



primerizo
hexámetro



en
miles largos



de
centésimas



en
broncíneo



invocando
mi falange griega,



insoslayable
argento



tejiendo
mi póstuma égida.



Musa
o ardua estela vislumbré



en
arcano fuego,



tengo
miedo de ser perfecto para ella.



Sin
y con cumbre



en arduo
intelecto



mi
Sol mayor blande



cenit
de esta idea



por
cuantas cóleras desvencijada,



mis
herramientas cabales



dictan



muerta
mi araña,



paredes
para mi yacija y su sombra



alumbrada,
esquiva,



por
piadosas ninfas



muestra
lo que perdura.



Otros
jáctense de páginas que han escrito,



ni
me rozan en vil osadía,



manifiesta.



No
habré inquirido



declinación
laboriosa



en
afán de romper sintaxis.



He
profesado a mi musa de agua



que
soy su aguja esquiva.



Ni
sargento ni venas de Horacio fui



ni
filólogo ni malabarista de letras,



Ciego
y quebrantado,



labré
mi verso



todos
los meses,



desde
cruel insomnio aplacado



que
despertó mi quimera



quebradiza
de ocho patas



aquel
2005 que comencé



a
ser alguien con mi existencia a espaldas.



Rostros
y mis notas.



Vanas
apariencias que anidan.



Alacrán
manso y ciempiés soberano,



mirto
e hinojo que hace monte.



Tus
pies de jara.



Cierra
muralla.



Hacedor
que invoca su río,



Heráclito
de intangible astro,



llorando
mi amor, por cuánto espero,



por
cuanto he conocido,



las
tres armas, el guerrero



reminiscencia
en laberinto de sus espejos.



Serán
ascuas



corazón
y sequedad de piedra.



Tiento
de cuanta ceniza yo amo,



pensamiento,
muerte



o
proclamo;



tinta
servil de amarse a sí mismo.



El
Castellano



 



Anisar tu honda presencia:



Terca mi sangre,



tiempo del frío río



inmenso, todo dado en espinas



su rivera,



por ciega neblina bajo



con tabaco precoz,



pienso,



todo he soñado



para el letal lecho del olvido.



Mi temor sorprendido



alega que no existe;



vida o belleza,



ala o metal cansado,



gloria de grandeza, ¿Dónde?



Mi tabaco de neblina



ahonda, penetra y surca



la esmaltada silueta de tu figura,



por mi caricia ruda



y el agua afligida,



admirarte yo cual fugaz garuma,



anisado vive el cielo,



nuestra blanca estrella



mineral candente



refulge su luz desnuda,



por vespertino son



de todo lo que tiembla



como abanico de mi pluma.



 



 



 



El Castellano



 



Rostro beso de vieja herida:



Solitario bogo,



aterido soplo de la montaña,



pastor de tus astros,



torres de nidos de tu saliva,



perfilada tu sombra me acompasa,



mi sayal remiendo



entre sedas



de moreras de ensueño,



olvidos me trepan por enredaderas,



tarde en la tarde mi esperanza vive,



si soñase volaría a tu vera.



Sol este de oro



ciñe mi álamo negro



y su esmeralda araña,



cumbre te nombra



en la saeta mi oscura golondrina azabache,



traerte conmigo siempre



eternidad risueña, melosa



sangre de mis dioses.



Señora tú de silencios



y sepulcrales vértigos,



no amansa mi fosa



la dulce azada de metal soporífera,



carne y cuerpo



mi rigidez de pluma,



lírico trasnochar.



Claro cristal entre paisajes,



ceniza de recuerdo



es ella, recuerda,



aire desnudo fama de estrella



inviolada,



mi musa bella,



un azar flamígero



que no pido ni alumbro,



no espera



ni las aguas de tiempo inmenso,



jamás complacen.



Ay día, rosario terco,



deja ya la gloria,



grandeza en amor



se llamó belleza,



lastimada mi carne desvelada.



Gusano soy



que hila su capullo,



tejiendo desde sentir interior,



mi vida en serenatas blancas



levantaré,



su fronda,



inabarcable vergel primoroso,



cuenta mi linaje



alas ignoradas de mi pecho.



No podrán tapar en vida



mi silencio que aflora.



 



 



 



El Castellano



 



Vespertina verdecida:



Oración a la misa del alba,



revuela una golondrina,



esquiva los ramajes



cenizos del fresno,



abre monótona brisa



una caricia de tierra



por el musario cerro,



carrascas afilan allí



sus flores de piedra



para dar sus bellotas,



ya escondida la luna de seda,



aumenta un zorzal su trino,



sube entre rayos de sol



la espuma de un desnudo álamo,



a su raíz un precoz mamón



sonríe al iris de nueva luz,



un grillo chirría su nota



en melancolía por nuevo cierzo,



la encina secular



no pierde atisbo de rigor



en follaje,



como nervudo verde



que no llora,



la retama grita al esparto



que su amarillo impera,



plegaria entre verdades del monte



un nuevo esplendor



canta la paz sepulcral del campo,



como luminaria entre río reverdecido



en tapiz de terruño arado,



aria dolida en arrebol



de sollozo verde,



lento abre su retoño la tierra.



Entre vid de nueva espera.



 



El Castellano



 



Criatura
en el alba
:








 








 



 



 



Eres tú,



cantil todo almíbar



que hunde en forma



todo mar,



toda luna,



nombre en mi fecha,



sombra de peces en aire,



aquellos, rocas,



plomo metálico



impiadoso,



fuego en mi vida,



numen que luz arrastra



a otra orilla,



a otro cruel reflejo



con tu solo nombre,



puñal de este Sol dorado



intransigente velo



delicia de inviolable ojo,



prenda, morir en espumas



del mar en olvido su hondo,



rompiente de tu faz cristalina,



crispa mi cuerpo



mi oscura golondrina,



en su azul leve, frenético,



claro falaz que envuelve,



mudez



de argento astro,



mi boca dentro su boca.



Muerte transparente me toca,



ángel de halo



como tierra en una gota de agua,



como un puñado de arena,



hoyo de mi pena que no existe,



gloria que entraña ella,



quimera de dulce espera,



color de sangre



en quimera,



una fiel mujer



de espectral rivera,



es ella como nota oscura



cantando su oscuridad brillante.



 



El Castellano



 



Gloria oscura inédita 2015:



 



Elevado trigal de mi oscuridad,



amapolas desangradas, río de sangre



por llegar,



de este confín



al inframundo.



Del pozo de Airón



va este celta carpetano,



Sigfrido en Alemania



nombrado.



Escudero del dragón Cuelebre.



Araña tejida en el ojo del lugar,



el cuerpo ama el frío caído,



deslumbrado, yerto de la pupila



con su telaraña montada,



en su palabra,



en cicatriz silente, doliente,



abrasada cual fuego leña abrasa.



Avanza mi trino comulgado,



vivo por la ley



de mi corazón invernado,



del suplicio,



al suspicaz verbo



por visualizar,



para su estampa domar,



en el cerro del lugar.



Por el templo de mi congelado habitar



gloria,



de este mundo cruel



jamás caigo destruido,



parco dulce tormento,



que mece de vuelta



al inicio del sentimiento,



jamás dicta su única verdad,



Luz es Luz



Madre de Oscuridad,



comienzo de todo.



Voy con mi caballo a cuestas,



turbado esquivo nacido,



cual linde deseado perdido.



Quiero encontrarte,



conocerte,



tornada quien tú eres,



en efecto y beldad,



amarte.



Ya te amo en verdad,



lleve donde me llevase el cante,



el umbrío, tibio,



parco hálito,



allá donde mi latido no cupiese,



te llevo en mi huerto



mi flor oscura,



en este invierno que el Sol



de amarillo la vida ungiese,



y la tierra en encina y esparto blandiese.



Gloria,



puedo empezar



sólo basta dibujar,



detrás de mis ojos



mi amada está,



llamada poesía a su entraña



de Gloria oscura,



vivara entraña retuerta.



Musa-araña dicte lo que es de ella.



 








 



El Castellano



 



Como
ciega figura contesta tu presencia
:








 








 








 



 



 



Insondable, la luz



de tu impalpable seña,



guiño áureo al latido,



insubordinado, labrado



en madero de este hierro,



ya dejó de ser infamia tornasola



en ascua de piel borrosa.



Ensueño alado te alzo



mi musa en estridencia recta,



develada, reveladora senda



dictas que afliges voluptuosa



cuan cerilla arrostra mi alma,



rebulle tu sueño alado



de golondrina azabache,



no perturba mi paso



tu luminoso azar descorajinado,



en sones del capataz del brillo primero.



Arde no se colma mi vaso,



al cantoral



fraguo férreo lazo,



indivisible alianza, comunión



de ambos argentos astros,



como entrelazan alba y ocaso,



pura seda mi correr



de atleta precipitado,



arrostró



mi piedra espectral,



tu brisa ya nunca más fría.



Alumbró mi sien



el fractal de frágil leño.



Y desveló que todo es y fue



más que un sueño.



Enmudecida siembra tu garganta



lamo la tierra boca a boca,



tu raíz salvaje me toca,



como verde planta a tu corazón invoca,



silvestre y musical nuestra rosa azul canta,



henchido de tu voz voy



mi doncella escarlata.



 



 



El Castellano



 



Mi
mujer fantasma
:








 








 








 



Mi ausente estrella,



murmuro de grito silencioso,



nota de terso metal crispado,



un sigilo de viento nocturno



descendido,



que sangra tu voz



en verde grama



de aullido solar,



vespertina estrella



que refulge tu eco solaz,



llana entre quejumbres,



alza tu violácea brisa



ensortijada,



como blanca aurora fugaz



entre sienes



y aladas razones de mi corazón



sin mi pecho,



que tu luz siembre mi carne



y germine siendo flor de mi sierpe,



hoy y siempre alzaré mis rosas desangradas



sobre Galatea



partirán oscuros sones



mi hiel bandera,



serás tangible



como yesca espera,



abre tu espíritu de hielo,



retemblarán negras caléndulas,



y rosas de difuntos



entre crisantemos



avalando tu áureo nombre,



llorará tu etéreo faz,



alzará tu nombre yerto



que mi ser injerto



orando a ti



mi dulce amada fantasma,



viniste a despertarme el invierno,



para ser solsticio



de eternidad sin nombre,



ni suplicio irisado,



hoy por hoy



viniste para ser siempre



sonrojando



mi invectiva condena



de observar el sonido de la noche



en tus ojos,



vine a coger tu mano,



y descifrarte



como azul enredadera,



late,



sé disparo de plata,



inmortal hacienda



en la que vivir



siguiendo la azur estela.



Te amo sin manto ni rienda,



te brindé



mis flores argentas, solitarias,



desangradas en tu tez serena.



Veré para siempre, en cada siglo



el sonido de la noche en tus ojos,



lividez carmesí flamígera,



en nuestra condena



que dictó la posesión



de tu alma certera;



para siempre deslumbrar



que llegas en otoño



para ser el añil invierno



que me desposee



y llena mi vida



de ti mi amante estrella fría,



mi dorada ausencia repleta,



te extrañaba



viniste mi no-estrella,



que yo te creo, tú me creas.



incendia mi semblante



arderé el abismo



para sembrar allí



mis latidos por ti confesos.



Miel de tu sombra,



mi cariño,



un azar de nueve venas razones.



Vivirán a tu lado



todas mis densas, sanguíneas



ilusiones.



Donde yace,



donde tu magia,



es tu halo intransigente



que esta vida dictó



fuera mi sangre,



certera posesión



de tu alma en comunión



de astro padre



y luna madre,



rizarán ascuas



que sembraré tu luz,



y tu alma será carne.



Mi amante fantasma



quiero aceptes mi mano,



en sediento compromiso,



azar desvelado en despierto iris,



su sombra de flor oscura.



Que yo amo.



 



 



Förüq a 26-12-2018



 



Litigio
de iris sediento
:



 








 








 



El Principio estaba en la Colina.



Un hecho,



claridad de brea encendida,



o transparecia de pez de cristal.



Timón enfurecido



que tormenta iracunda tizna,



Cuervo en el alma



mi ser alzo, prendo,



mi idea luce



cual hollín de azabache tuviera,



gragea mi voz un crascitar



de mi señor Baco,



persona de garabato nombro a sombra latiente,



acaso opacidad de materia cuidase,



sacrificador mi tiento.



Sonetada su parda sepultura.



Falte mi ley, sonará la albilla.



Diablo aguador mi buen Luciente;



cordován, recuerdo de soleta,



no me faltará maceta,



Parnaso que ya cae asaetado,



cisnes negros,



de Apolo,



cuidados como vellón descendía su grajo.



Musario monte yo he sembrado.



Yo, pensamiento y porfía guardo,



me los retiemble



el Sol lucido,



ninguno estribe



mi mesura,



Señora, valerme quiera,



ni peligroso



el tiempo Bárbaro se me pareciera.



 



 



Förüq



 



 



Sol creciente:



Destapa mi tiniebla pura, tibia, serena,



Sol refulxit umbra refulgens,



noche que tus luces breves



duermen el sosiego del asfalto,



plomiza, la música de tus ojos,



funde sus calores mi niebla matutina,



Sol de trece estrellas



acoges tus lenguas de amores,



fuegos irisados a siempre reinar,



el camino de la vida,



y sus fauces sigilosas descienden,



camino de esta bruma



que el mundo extiende,



sin nombre no te busco,



te encuentro, en la cumbre



de toda montaña,



en la concavidad de tu luz que entraña,



desvelo del despierto; fundición de mares,



nacimiento de desnacer nos alumbre,



la vida de solaz muerte,



amor flagrante de lumbre,



vestigio en ascua sin final



ni honda luna secuaz,



odisea en parajes de temprana escarcha,



oh sol de soles, ¿por qué tu osadía de seco tajo?



el nervio de mi ballesta tensa



mi Dios sin nombre sepulta



y aviva mi grana brasa,



la tierra cruzará un día tus fuegos



azules, despiertos,



tumulto de quien te vio castizo,



el tiempo se fuelló,



brotaron entrañas de la tierra



sombras densas que apabullaron,



sólo las golondrinas danzaron



y las mismas espinas me arrancaron



el corazón.



Sobre la grama viene a descansar.



 



 



El Castellano



 








 



Poema de misteriosa fronda:



 



Traigo de mi alma



una incrédula, extraña poesía,



entre un capítulo de tierra y viril llanto,



seco abrojo regio en cumbre de plegaria,



culto de mi cultivar



a lo habitado tras mis sentidos inermes,



llana música afligida,



entre virgen llena de mi Pesar



que mi brazo aguerrido no amancilla



ni mancha en vano,



silencio esquilmado



escondido de mi alma traigo,



vislumbra mi trazo



la solitaria musa de su araña



por impía herida



traigo mis soles de caléndula.



Melancolía hija del siglo venidero,



alzo beso su belleza



sin honroso templo desnudo,



lucha diaria enajeno



al pie de este soto,



viperina sierpe



su aspereza alcanzo,



placer de mis dioses arregazo,



todo es bruma siempre gris,



esfuma mi lecho real



de sangre gualda,



mi directa pluma,



nimbo mis astros guardo



en sonrojada pupila,



misterio, azar o tinta



siderales los ensueños,



avanzo,



arrepentido de cuando no he elegido,



piedad aflora yerta,



y ante Lugh no se humilla,



apego mi faz



acuartelamiento entre rejillas;



y mi rostro penitente,



mi semblante pardo no cambio.



Fervor por el que prendo fuego



a este sueño de orgullo seco,



Indefinida vida



sin rastro de su silueta,



con puerta florecida



custodiada por los mil alacranes



que puridad cuida,



por los Suelos



¡Levanta la frente!



 



 



El Castellano y Leannán-Sídhe a 21-12-2018



 



Vestal en llamas:



Sueño de mi Vestal



mármol al pie del ámbar del alba



aromo lineado,



espuma de rosas balanceadas es tu mirada dama,



pies sedosos de cristales pulcros pulidos,



asestas mi mar innominada,



mi sueño no traiga el viento,



somnus versus littera



methaphora blanditia,



azur levanta.



Lejos donde la puerta mi amada,



irisada tallada,



ángel mío diga si sembrarla



a destellos la he pulido,



lejos muy lejos, ¿Dónde ahora?



esbelto suena su vuelo



sí en la sangre mis ojos.



Sí ha elegido,



cal y sal delineadas,



verde, amarillo, azul clareados



al vespertino brillo ungido,



alta como ella sola y mi nieve,



densa espuma de alevosía,



de pétalo intacto, sonrisa dura,



transparente, helada,



vidrio y azabache en escala,



llegar su alma puedo,



espada en pristila esencia,



sainé como pez de metal.



Sonora arboladura,



de frío intacto.



Gozo en término de arpón,



gruta o lux esquiva flox bellator,



otra vez si amansar la aurora,



rosa pétrea,



lanza de mis cenizas que laten.



 



 



 



El Castellano y Leannán-Sídhe a 20-12-2018



 



Caballero
solar
:



 



Mil
ecos acogen mi beldad,



sangre
en piedra negra



que
abre extensa eterna noche.



Canto
a tu pluma



de
mineral candente,



abierto
a nueva brea del mañana,



muros
de mi Arlanza por tuerto rayo,



a
la llamada del cerro estaba yo despierto,



últimos
caminantes apostaron más que sus ojos.



Somnia
de sacro labrador,



corazón
de roble,



flamígera
eternal savia



larga
noche de pedrusco,



veo
las flamas estrellas,



humo
lento de dicha en círculo de piedras,



oscuras
maderas, señor que de la guerra viene,



puntales
llevo en la camisa azul,



el
yunque soporífero reposa en tierra.



Es
usted un capitán de tierra,



espejos
de ámbar te acogen tu solo reflejo.



Lluvia
encendida



y
recuerdos entre niebla umbría.



Tempestad
bajo tus pies señor,



Guillotina
de las memorias de otoño.



Hijo
y padre del Sol naciente,



cuidas
tu caballo solar



en
redil de tu morada en llamas.



 



El
Castellano





·        
Lo relativo al Sol, la estrella del sistema planetario en
el que se encuentra la Tierra.





·        
Solarlinaje o descendencia noble.



·        
Casa solar o solar del linaje,
primera casa donde una persona portó un apellido genealógico.



 



 



Añejo,
extenso afán entregues ni fíes venidero
:



 



-Mercuri
facunde...



Atlas
y su nieto secunde,



como
Hombre primitivo



a
ti Mercurio afloro,



temples
mi bonanza



o
rudo y noble ejercicio.



Canto
place



mi
solícito mensaje,



como
buey audaz abrió surco



cuando
era niño,



recobrar
cuanto no he perdido



aboco
que imploro.



Yo
desposeído de Troya



con
su rico Príamo,



sopores
Atridas cayeron,



en
fatidicas hogueras de Tésalas.



Mi
alma piadosa exiguo



su
aposento en el Elíseo.



Alzo
mi áureo caduceo



con
barba extensa de grey mísera



de
albos espíritus



certeza
que soy grato



al
Averno sus dioses



y
recelo de encumbrados,



encegados
en Olimpo pulcro,



que
mi aposento no amancillo.



Esta
claridad serena,



con
mi sangre nítida



no
mancho,



empírea
ascua del mañana.



 



 



El
Castellano



 



Impoluta,
rauda estela
:



 



Voluble
cielo



crió
tu rauda ala clara,



próvido
planeta



de
florido consuelo,



por
su sol fúlgido lucido.



semejanza
quiere contigo



corona
el día por aspilleras suaves



las
glorias que descifra tu nombre,



sublime
en altura por quier



anublen
desventura



por
mesura,



encumbrarse
la ya satisfecha



estela
endógena no osaba,



realizada
dispuesta



en
manos y cruz de Apolo.



Amante
lebrel



de
sentenciar causa y retiro.



Aragua
tribute el franco templo,



inimaginado,



con
peñascos y mi arroyito,



alevoso
corredor



robusta
bizarría



entre
furor de tus solos labios,



felonía
de caverna umbría,



retiemblo
atónito



sorteando
fieras,



amansando
mustia frente,



sacro
fuego tu esplendor



contigua.



Entre
tus cauces férreos amada,



quebraste
tu saliva y mi lira,



¡Oh
musa, tu encanto



no
me retires,



Batida
mi hada,



pastorcica
de Castilla,



invencible
de esta dicha.



 



 



El
Castellano



 








 








 



 



El
Castellano



 



Como
tocar la luz de tu voz
:








 








 








 








 








 








 



 



 



Quiero
mantener



mi
suerte segura,



como
hondas imágenes



en
frío lacustre.



Agua
de labriego sordo.



Eco
en árbol de sigiloso azar.



Hombre
al menos



en terrazgo
seguro



al
pie de bandoneón,



clavando
cigarra



a
su escarcha afligida,



manos
trabajen



la
melodía



a
tu voz morena.



Primor
en viento



de
mi sepulcral prestancia,



tierra
o ceniza



eternal
mármol turbado



de
vida atada a tu vida



y
perseverante esencia.



Árbol
de luz y acento,



revuelo
a tu son



el
mundo no trasplante.



dulces
sueños



sones
flamígeros te aguarden



en
su seno.



Suelo
en miel



de
nota obscura,



guerra,
oh gran momento,



rizar
mis ascuas al viento,



hoja
que tu filial enmarca,



verdecida
mamona yesca,



invadido
por substancia



de
tu irisada voz en letra fraguada.



Resonancia
de altivos lares,



fecundos...



Llevo
verdecida mi sangre,



Asaltando
el trigo mis ojos,



palabra
con sonido



eterna
herida



resuena
que sigo en ti



como
aromo de flor



y
curva pitanza corva,



redimido
a la abeja



el
avispero ya no zigzaguea,



abre
cariño tu senda,



nácar
dispuesto y frágil



al
candor de mi cóncava vena.



Para
cosechar mi pena, mi cruz



y
mi condena.



 



 



 



 



El
Castellano



 



 



 



 



 



 



 



Mamones
(versos), el Oficio
:



 



 








 








 








 








 








 








mamón, a



1adj./ s. Que está en edad de mamar su hijo todavía es mamón. lactante



2. Que mama mucho o más tiempo del normal mi hijo pequeño fue un niño mamón.



3Insulto sin significado preciso deja ya de pitar, mamón . capullo



4coloquial Se aplica a la persona que toma con frecuencia bebidas alcohólicas siempre bebe ron, es muy mamón.



5s. m. Diente de leche.



6BOTÁNICA Vástago de un árbol, que le chupa la savia.



7BOTÁNICA Árbol sapindáceo de América tropical cuya fruta es acídula y comestible. mamoncillo



8adj. Méx. Se aplica a la persona muy arrogante o soberbia.



 



NOTA: Nombre científico: (Melicocca bijuga.)



 



 



Verdecida mi sangre



en son de mis latidos



de alto suelo,



oígo la agreste reverberante,



al pie de solaz viento



mi sentido.



En sones de férrea fragua



afilo mi metal primordial.



Canto a sus manos



de terrazgo quieto,



insubordinado.



Atadas sienes



cruzan tus ríos soberanos;



vegetal extasía



y cumbre en tu nombre



de perenne morada.



Vástaga palabra herida



de sonido disuelto.



Voz etérea



viviendo mi secuencia,



metamorfosea cual bronce



de hoz sin tiempo



resuena suave el hálito



desertor.



Soledad vigorosa



de voz difunta



sin morir mi pena.



Fragor redimido suena el martillo,



agua, tu risa y la suegra y nuera.



He de amarte



aunque tu hipnotismo dictes.



Ni olvido a primer vuelo,



perderte puede,



en la eternidad del corazón



y su cielo de soporífera muerte.



Perfilas camino a encontrar mi aljaba



y diriges su certera flecha primigenia,



por mi ardiente vena



danzo, danza mi lobo.



La áspera prisión de mi cordura,



cual amor con espejo,



siempre dura.



Cautivo mi soga enroscas,



calor sin ojos



como luz sin verte es niebla



y lejos paz, azul, nervio silente



ardua premura,



noche mi cruz



sonriendo amplia



mi condena.



 



 



El Castellano y Leannán-Sídhe a
12-12-2018



 



 



Por
mi olmo, Insurrección 04\2016 Reedición
:



 








 








 



 



Diestro
albor



de
tiempo nacido



algún
día retorcerán las flores



al
mirar los astros



lejos
veo mi cielo colgado



al
trémulo desliz nacarado



vuelvo



jinetes
muertos



se
comen mi tiempo



un
día caminaré por fuera



veré
ajeno el dolor



me
carcome el sentido



por
el que colgar flores al viento



me
enamoré de una Hadita



y
hoy sólo siento frío



que
juega naipes helados de mi sangre



mi
Señora Hada



diestro
el viento



se
lleva lo que siento



telarañas
ahogadas en tazas de café




esas que nunca tomé



el
paraíso de lo sentido



queda
lejano



dulce
cruel estampa



al
invento deshojado,



abandonada
la razón



queda
el fuego vespertino



de
todo aquello que duró



como
hoja mecida en suspiro;



yermo
terreno investido



por
el que se descubre



yerto
mi pecho



me
caminan las soledades del hombre



ya
sólo quedan bailando mis tenues sueños



cogidos
de la mano de flores



mi
pecho ya cansado de abrirse



florece
en ababoles de sangre



mi
pulso lo caminan ilusiones



siempre
se podrá estar peor



que
el muro que divide las dos realidades



en
mi sótano de luz cuelgo pensamientos



y
nacen opacos colores



al
atardecer de la suerte



yo
la amo en verde



brotan
mis pesadillas asesinadas



hoy
mi Sol agotado llama a las nubes



releven
su acto



yo
seguiré buscando la flor lejana en la Solana



de
su mar perdido.



Iluminó
mi vida donde ya mis ilusiones



son
un manto de caricias por entregar mi tundra



despierta,



como
siempre me mantengo fiel a la luz



llamada
esperanza de poder cuidarla



y
protegerla hoy y siempre



por
ella armo mi égida y avanzada.



 



 



 



 



 



 



II



 



¿Que
por qué te adoro?



Porque
ni el azul de los mares y los ríos



se
mide en belleza anisada



como
pura llevas el alma



ni
el brillo del sol y de la luna blanden



ni
poseen tu ternura



como
tu piel madura



joya
de alabastro y de miel



tu
almíbar en ambrosía al son de tu mirada púrpura



me
hago un templo de mares y océanos



si
lloran de emoción enamorada



yo
soy océano



porque
ni el fuego de los volcanes



puede
con el de tu corazón



y
el mío mece enamorado



el
sino de un sembrador labrado



esperanza
que espera



la
risa de tus labios



pura.
bella



ella
es mi azucena fría,



de
la tarde de mi corazón



que
llora



que
ríe



que
se deslumbra su calma de estrella inviolada



mi
buque mi navío



quiere
arribar



y
jamás naufragar



al
son de su fragua serena,



porque
su espíritu me clava



me
blande el verbo



y
el verso en silencio



ella
es Leannán-Sídhe mi acompañante en mi



naufragio
sereno



en
lides de su alma y esencia



una,
pura en terneza y pulcritud



soslayada.



 



 



III



 



Retiemblo



en
un tiempo



que
no me corresponde



agujas
inermes



al
eco sordo de oscuridad



flamígera



que
late y envuelve;



se
desdibuja mi horizonte



vestido
de guirnaldas



fugaces
y trompetas de los ángeles



el
suspiro cae derretido



por
tus labios mi señora hada



hoy
avanzo como ayer



no
tengo nada que perder



sólo
tu piel por enternecer



resquicios
del idioma del viento



crujiendo
persianas



y
los suplicios invernados



que
cayeron asesinados,



no
puedo elegir



llevo
años amándote



y
no se desvanece tu figura



llevo
años adorándote



y
no se desangra tu corazón



eres
todo lo que alcanzo



a
soñar de verdad



y
en la realidad me visto de sembrador



de
tu jardín de rosas



quiero
ser al que recuerdes



en
brea y espuela,



si
no mis sentimientos



por
ti plasmados en ámbar de Förüq



hoy
por hoy



ayer
por ayer



te
seguiré perteneciendo



desde
la malva-luna,



al
diente de león celeste



abriendo
yo en la flor de Odín



dame
un firmamento



vestido
de tu sonrisa



dame
un sol



y
una luna como tu mirada



que
visto de flores



de
todas las eras



dame
una salvación a mi alma



dame
un calor



que
me recorra la espalda



dame
un firmamento



para
que vivamos los dos allí



no
puedo descender



estoy
en el cielo desde que te insignia



y
solo allí encontré el idioma secreto



de
los pájaros al viento su nido sedoso



por
ti se desmochan



los
árboles tras el invierno



para
que resurjan cada primavera



con
la fuerza de un lucero



gente
dice que mi Sol ha muerto



mi
dios de dioses es invencible



te
alzo mi Sol



te
aro en albor



piel
con piel



corazón
con corazón



no
me faltará una razón



para
adorarte y mimarte como dicta



mi
sentimiento preso



estoy
esperando mi nueva vida



por
ti enardecida hasta que avance



y
tu ser abrace;



mientras
seguiré solo



como
mi pensamiento



y
mi imagen



se alimentará
de tu vivo eclipse de párpados



soy
yo quien pidió el cielo en colores



para
su amada.



Mereció
más que albo traje de su azur



eternidad,
fuente de su serenidad



margen
de esquiva puridad



en
su mirar.



 



 



El
Castellano y Leannán-Sídhe a 11-12-2018



 



Paisaje
tu claro mirar
:



I



Vislumbro
tu voz



que
clarea el soto



del
campo mi templada dicha.



Clarísimo
sonido



en
virtud y calidad



del
cristal



como
llamas se dibujan



en
la amapola de mi corazón



y
el azur de mi vivo ser



se
prende.



Nacen
relámpagos ruborosos



en
la fluidez de tu ternura



ensordecida.



 



II
HOJA



 



Rueda
mi azada



sobre
mi cabeza;



súbito
hematíes sanguinoso



que
me tiendes,



iluminado
mi ruginoso lienzo.



Río
virtuoso



de
mi acecho cual zorro



persiguiendo
en litigio



la
espantada tórtola.



No
es más hombre



que
yo, mi verbo.



 



 



 



III
HOJA



 



Quisieran
ser tus mejillas



soñadas,
dos flores



entreabiertas.



Mis
animalitos



como
falanges



o
nervios de estambres.



En
pie de luz



cantando
tus horizontales



muslos
gemelos.



Ilusión, dicha
o fervor



seguiré
quietito en el campo



y
su derredor.



 



El
Castellano



 



 



Tesituras
afables, filo inexpugnable
:








 



 



Ensombrecido
en caudal



encumbrando
la tersura armoniosa



de
espadas.



Caudal
tenebroso



este
fiero, adusto Sol de flamígero son.



Por
la vena de luz de luna



mansa,
descubre su reguero



en cal
y canto su piel sedienta.



Avanzad
mis ciegos corceles



vamos
a sembrar nuestros ramilletes



y
que nos apiade suyo



el
Padre de los hoyos del sol,



surcos
extensos



con
superficies de luz,



llorando
a esa luna



que
blande mi runa de cuervo,



danzo
mi hoguera



en
un torno de cristal,



profunda
encañada,



desapagable
herida,



fui
niño ciprés, con pie



de
soto, entre acordeones



de
oscuros fresnos



y
pureza labrada en ojos,



hito
de fuerte mimbre



ahogaba
que soterraba



la
violácea arpa,



bajo
manos de mi madre,



un
río se acervaba,



por
sedientos muros,



sosiego
mañanero



que
acicala mi espada,



en
siglo de hondo tajo,



mi
montaña, cumbre de Nervión



irascible,
su clara secuela,



por
mi lengua de heno,



mi
hijo es de agua,



como
pretiles chubascos,



sudor
de senos



que
recoge,



una
égloga en Sol tramontado,



yo
sin luz,



febeo
arriendo,



con
espinas



descolocando
las ondas



de
su paso,



tapial
se alza entre mis muertos,



con
hoz que sosiega,



mampuesto



entre
sangre de mayo,



que
la tierra abre surco,



claridad
de amapolas,



magarzas,



por
un regato apostado



en
este mi tejado cristalino.



Hasta
avengar todo mi pasado



yerto
en huecos



y
fisuras de un tiempo difunto.



Por
él y lo acontecido



marcho,



afilo
mi zarpazo



abriendo
clavelinas



y
fuentes como inermes regazos



de
lo que dispuso



el
hierro de mi destino,



surcando
a solas



la
bravura de procelosas



tesituras,



en
colmena y comunión



de
mis ancestros;



padre
y madre soporíferos



en
numen del astro áspero.



Regio
Lugh mediando.



 



 



 



El
Castellano



 



 



Candor
en raíz
:



 













 








 








 



Sembrar
unos versos,



en
nueva hornada



que
el río lleva



en
estribillo



cantad
pues



que
cantaremos



los
mineros del verso.



Luz
y claridad



en
seno de nueva alborada.



Certeza
en mi corazón



que
late a las raíces



del
antaño oculto,



por
padre soy minero



por
madre soy barquero,



cavando
esta mi sombra



voy
al hoyo del Sol.



Medito
cual azada



de
tres cabezales.



Tiemblo,



retemblando
voy contento.



Onda
vítrea marco mi andar,



por
costales del Álamo



forjador,
a su boca de fuente solariega.



Sed
cándida de funesto, aciago sol.



Luz
en aire es del herbario viejo,



padrón
de arpa y su son.



Cantó
mi campana



vengo
por piadoso cerro



como
solitario



señor.



Oro
jovial seré



como
vena del ámbar



relumbraré



mi
añil,



amarillo
viejo.



Pintaré
lunas



y
sus anchas ojeras



que
relucirán sin ocasos



ni
malvas espantarán,



fríos
vernales.



Vendrá
la niebla clara



por
arboledas



y
pinos tupidos



que
caracolean



mis
ideas reverdeciendo



los
antiguos pesares



y
su alameda errante,



vine
por el murmuro de la piedra;



arraigado
yo voy de mi insepulta tumba.



Hierros
repican



sones
como astros cinceles,



desnaciendo
de la roca



su
candor mineral.



 



 



 



El
Castellano



 



 



Puridad
en crisálida
:



 



Ensombrecido
querer



traspuesto
a los fuegos



del
hombre,



y
su azar flamígero



de
tres caras.



En
halo umbrío



alzó
rosas sobre Galatea,



alta
honra en flor;



la
más hermosa,



en
belleza gala,



sobre
el áureo



plano
insubordinado.



Astros
que callan su beldad



entre
todas las cosas.



Indecencia
bañada



en
vil ascua intransigente,



es
mi origen.



Aureola
de sopor iracundo,



por
las venas y sangre



que
me dio mi padre.



Que
quemar todo puede.



Aroma
en desdén



de
lumínica era;



que
nace de la tierra



la
amapola vieja,



cumbre
de Nervión



sobre
escala de savia borde.



Y
sus filos de alegría fecunda,



en
color de pigmentos



colgar
quiere.



Rosácea
tez avanza



su
inviolada amarillez.



Que
exuda entre notas



y
acordes su alto sabor.



En
copa, preside,



dicta
cual amor



😍 que morir sin amapola de fuego.



No
es complacer,



ni
transmigrar el alma



su
crisálida en romo metal



consigue.



 



 



El
Castellano



 



 



Exul
umbra
:








 



 



 



Tregua
soporífera,



blando
augurio



entre
escarchas rectas,



sombría
se alza



la
inquieta mirada,



recuerdo



entre
amplios lares



primigenios,



una
calma en trance



de
verdes estrellas



que
tensan



ásperas
cuerdas



de
estos ángeles de hielo.



Alma
en soto cercado,



avenida
sin fuego ni brea,



un
grito soterrado,



un
suspiro en vals



aplacando



el
erizar de una piel ausente.



Muerte
vana



o
flor de niebla,



transparencia
amarilla,



mitad
oscura.



Puro
alacrán



camina
de la vereda



a
la rambla enajenada.



¡Cuán
pulcritud no bastó!



Yerto
el viento,



mansa
late la espera,



en irisada
vega compadecida,



donde
suaves las fuentes



riegan
la sangre.



Ocaso
de morada negra,



fiereza
deslumbrada



en
sones



abriendo
el nacer de nueva tierra.



Vela
sin prisa



denostando



antiguo
sepulcro de adobe,



triste
olvido en destierro



de
mi sombra.



 



 



 



El Castellano
a 26-11-2018



 



 



 



 



Alacridad
empírea
:



 



 



Recta
acritud al evanescer



del
cenizo claror.



Un
soto escueto amalgamado,



un
tránsito por acordeones de fuego



y
venas calizas,



como
cromados aromos



al
extender de la estela inviolada,



madre
de mis fúlgidas cabelleras,



Pensamientos
que abren crisol



en
violácea arpa



durmiendo
mi mortecina desquicia.



Áurea
honra bélica



en
claridad de clareza inerme.



Atarralla
en pie del bandoneón



por
el que mi grillo sonando fenece



y
el centígrado decrece,



Cumbre
de romo hierro ultrajado



extasía
corpórea



esclarecida
la niebla.



Abertura
del gris que desnace



una
escolopendra en limbo



que
su mandíbula no le duele,



tiempos
mejores escucho.



Al
acecho insubordinado,



de
francas sedas



y
crisálidas vespertinas



acunando
las simientes del mañana,



horizonte
sediento como el ayer,



y
mis sarmientos



sin
esas manos ajenas.



Fulgente
chopo



etéreo
percal



por
el que apuesto tu soberbia.



Mi
ego es mío.



 



 



El
Castellano



 








 



Hueso
o eje central:



Acritud,
alacridad



acridad, 
alacritud



crisol,
acenizado, claror



cenizo



amalgamado



romo,
fúlgido



mortecina, desquicia



violácea, atarraya



cándido, esclarecida



empírea,
áurea, estela



honra,
claridad



terneza,
clareza.



24/11/2018



 



 



 



 



 



 



 



 



 



Lebrela
tu labrada estela
:



 








 



 



 



 



Llueven
las estrellas,



tus
estrellas



de
tu sitio.



Sopor
flamígero inevitable,



moviendo
círculos



siguiendo
espirales,



qué
no daría



en
el centro de la caracola.



Serpeo
esta vida,



voy
rumbo al estupor,



desnudo,



la
penumbra mueve



yo
de esta ausencia opaca hago nido,



resueno
alto bajo tu pavimento,



estela
en rubor de nácar



y
una sombra mía se hace tuya,



para
ver y brindar por la tormenta,



un
solo de arpa abre esta nube de hierro,



resquicio
tenue, veloz mi densidad



alza
en pulcritud



pordiosea
mi miseria otra esfera,



pude
ser adorable



me
quedé en lo hondo



tu
silencio,



una
vez para cada vez



volver
ataraxia



este
brillo descarnado.



Hoy
por ti



mañana
será turno



de
mi araña de acequia.



Abre
mi claror bélico



tu
profusa esencia



riza
eleva, mi desdén



por
el que nacer en seno tu azur



es
cabalgar tu iris



en
letra montado,



y
perecer en cuarto de luna



misma
alegría



caracol
de espejos



laberinto
en tela mi honda aura



si
decidiese seguiría indemne acontecido



de
quererte sin perjurio.



Incólume
seguiré espectro



de
este mordido silencio.



 



 



El
Castellano a 12-11-2018



 



 



Hondo
crepitar completo
:



 








 



 



Voy
por tus desangeladas, profusas luces.



Hierro
que me tiembla la osadía,



oxidado
resorte candente,



que
afuello;



relamen
linces del tamaño



tu
dispuesta ternura.



Hirsuta
ciencia tu tomo de tierra.



Acristalado
vence marea súbita



de
ojos realizados;



mi
espada no luce marchita



afila
latidos de mi corazón



ignoto,
 ante tu ser,  casi desnudo.



Orando
llegue revelado momento



de
aspados dientes



y
destellos secuaces.



 



II



 



Aruña
mi tierra una vez más



como
un grito en la vena,



como
un gemido perplejo



que
brilla el tiempo,



que
empañó



tus
vidrios líbicos,



atemporales,
dispuestos,



sin
margen, sin curva, ni acervo.



Saliva
en aljibe de hondo deseo,



exasperado,
irisando crisoles



que
jamás marcharon;



beso
y muerdo tus orejas malvas



profanando
tu blancura primorosa,



en
tus piernas gemelas, semiabiertas.



 



 



III



 



Mis
violáceas hojas marchas



raíces
que maúllan mi calma;



profundo
el zarpazo de amor



que
me afliges.



Osadía
acariciarte en destelleo



entre
vela y candelabro



avivado
tu hornillo de espejo,



supina.



galvanizada
garra llega



a
arañar la puerta;



rumor
de fiera vespertina.



Solo
ante tu sosegado



siempre
azul violín



que
la humedad



de
tu floresta,



nunca
más virginal,



entona.



 



IV



 



Despierta,
flamea nuevo cierzo



por
tus sotos de rincones sedosos,



humedad
permisiva blanden



al
desnudar tus mieles



entre
tu piel serena;



abejas
mías



dejar
que la flor duerma.



Corajes
florecientes



en
ocaso que el alba lanza.



Desde
la luz del día



hasta
dentro la oscuridad



más
densa que late y envuelve.



 



 



 



 



 



V



 



Sus
cerrojillos tersos yo beso



en
esmero amilanado de erizar sus nervios



a
flor de candor estrellado, navego que avanzo,



tus
filos de rubores aplacados,



esta
luna entre mi tierra y mi solferro



una
vez que su luz perdure mi hierro.



Placer
enarbolado, en lustre de acanto,



ya
mi querer no es piedra rodera



ni
de osadía alabastro,



fuera
de la batalla,



tersura
que gemía la espera.



Mi
piel de quimera,



inimaginada
senda,



es
un hálito y su verbo



una
escala y nuestra escuadra.



Al
placer preso



de
sonido extinto.



 



 



VI



 



Retiembla
el agua



un
haz sobre espada,



inabarcable
sentido



sigue,
ahonda fiel



su
rendición



en
estallido del tesón.



melodiosa
sierpe



en
un vals del gemido



secundando
el alarido



sembrado
en su interior.



VII



 








 



Fuentecilla
parece mi noche oscura,



fuentecilla
retozona,



y
de verdes lamentos quejumbrosa



como
sombra leve de mi pájaro piador



que
acuesta a dormir su entraña.



Sombras
largas que descubren



el
canto los lisonjeros grillos.



Blancura
y azabache descansa en la arcilla



el
nido mi golondrina.



Al
fresco respiro de mi chopo soñador



lanzo
un severo destello argento.



Longevidad
imperial cercenada



como
retazo de persistente



carcoma
manida a mi verde intelecto



grave;



embaucaría
sin tenerla



todos
mis instintos,



todos
mis impulsos.



 



 



VIII



 



Canta
, canta mi pena azul



sin
ocre zozobra.



Abre
el verde ramaje,



a
la espesura de mi idea.



Entre
un camino serpeaba



como
culebrilla de un destino azaroso.



El
murciélago castellano



rasgaba
bailando, ladeando



el
cielo mullido



de
levedad de colchón sin luz.



En
sintonía opaca que rodeaba



y
acariciaba.



El
cielo abría su sangre a la noche.



Un
sopor de estrellas



que
en este invierno no tardaban,



y
el rudo vigía ciprés soportaba.



 



 



IX



 



Bajo
tenue luz de luna



que
los sentidos, arrugaba



y
mi fiero ciprés de lanza colgaba.



Avanzaba
por el camino



los
álamos,



como
un sendero



en
cal de maderos cenizos,



rumbo
al Valhala.



Alumbrado
, rememorado,



anhelado



por
todo guerrero.



Era
un olmo frente la tapia



de
un cementerio



en
Fuente la higuera.



Caminillos
de hormigas dispersaban,



desplazaban
los vástagos



de
forrajes venideros.



 








 








 



 



 



El
Castellano



 



 



Pétalos
flamígeros
:








 



 



 



Vestigio
yerto,



al
candor del astro.



Una
luz en onda



como
limpia esfinge cegadora.



Es
un aspado sentimiento



entre
serviles ruegos;



los
arrojé todos al fuego,



cenizas
enervaron pavesas



al
amplio aire.



Honda
pena que soslaya



que
habita



la
pulcra espina



de
mi razón.



Cavé
una fosa



en
el patio de mi araña



donde
enterrar



mi
fiel sobrecogimiento.



No
logré más.



La
tierra me devolvió



la
flor de su recuerdo.



No
tuve ni compasión



ni
vencimiento



del
aura de este pesar.



Remembranza
que existo,



porque
no marchitan



los
pétalos de este dolor.



El
Castellano



 



Fuente de tu ánima:



Virgínea sombra casi tuya, casi mía,



etérea
cadena que amilanaba



a
dos voces purpúreas, purísimas,



albor
en simiente, franco,



inabarcable,
de esencia



en
ascua flamígera al tacto.



Lasciva
entre hondos secretos,



sierpe
de una mirada verde,



promesa
en ojos de rocío esmaltados,



romos
hierros en crepitar de albores



y
ondas extensas de inerme sostén.



Pulida
atraviesas mi tardío,



por
sotos de espuela



y
carcoma translúcida.



Tierna
sombra en transistor



me
desciendes,



en
sienes nativas de ti



océano
abierto



o
tierra madre sin numen de estela.



coagulaba
yo sin fragor



cuantas
dichas tejidas me dictaban



su
cruel esperanza imberbe a ojos ignotos,



como
aceros ruginosos



en
umbrío páramo de monte



con
bosque implacable,



albo
rizar de sus enraizadas



espumas
verdes.



Heridor
azar de noche lisa,



por
luna espolvoreada,



escala
de un eco



que
crujía las ramas



de
un tiempo oxidado,



quiero
tus ojos sombríos



de
luna sempiterna



mi
dama de oscuridad tenue,



camuflada,
desangelada



abre
tu sombra



dejándome
adentrarla,



sin
tus hálitos



no
vuelan las golondrinas,



y
mis murciélagos



se
recogen del frío yerto



que
peina mi alma,



sangra
mi árbol



de
este horizonte palpable



mi
caricia en Sol mayor



que
te ilumine



y
sea certeza de fresca agua del azul



imantado



hasta
percepción, ilusión o vida.



Hereda
que transmigra, transmuta



mi
sangre malva.



Sotos
sin voz



de
alaridos en magnificencia



exacta
de este carbón y ascua de pluma.



 



 



 



El
Castellano



 



Rubor
quebradizo
:








 



 



El
yerto,



esfumino



de
la torcaz silencio,



en
sotos de ranqueadas



magarzas
al sigilo de blancos



álamos,



acequia
cercena



el
oro en tierra



por
donde mece extasía



lebrela
alada



tras
la matutina liebre.



jauría
de fiero colmillo.



Aulla
el vaho en pensamiento,



ávido
cual estela tangible



que
sigue la galga.



Sopor
maldito



de
torvo pico,



en
ala negra de grajo,



crascita
mi sien aquella huella,



un
día de campo.



Anublan
hijas de tiniebla



un
sol desempolvado,



en
batalla de Candamvis,



con
tempestad que soterraba



rostro
abandonado;



en
estancia yesca,



descarnada,



sigo
la ceniza del fresno



y
el quehacer encuentro



de
esta mi vida oscura.



 



 



 



El
Castellano



 



Azur:








 








 



 



 



De
tu savia



extraje
tu tierra,



era
como matrona ciega



y dulce,
de blanco seno



lleno
de hondo heno.



Dulce
jugo en oro viejo;



espolvoreado.



Frondosa
villa



entre
sierpes y caléndulas,



hermosa
villa inquebrantable,



era
tu boca maravilla,



de
santo sueño de sol



y
pétalos de girasol.



Suave
rumor



de
pecho en ala



y
alma erecta.



Duda
el dolor,



destierro
de este abrojo



al
cielo



compasivo



campo
en pretiles candores



y
venas sin su calor.



Albas
huérfanas



entre
rayos de miradas altivas.



Abre
mi pecho el frío colmado,



Tierra
de nacimiento



vespertino,



convertido,



fuente,
ala o roca,



trilla,
espiga



o
verde grama mojada, blanda.



Tierra,
silencio



o
espada.



Fiel
oruga que soñaba volar



y
que volaba en alas montada.



 



 



El
Castellano



 



Canto
a la fuerza de la naturaleza
:








 








 



 



¡Oh
lluvia!



¡Oh
tormenta!



Que
con tus rayos



iluminas
la oscuridad



de
la noche.



Fuerza
devastadora



que
hace desoladas regiones,



incendia
bosques,



que
inunda vastos territorios.



Fuerza
celestial



rayos
cargados por Zeus.



Nubes
negras y densas,



vientos
devastadores,



que
arrancan arboles enteros.



Granizos
que arrasan cosechas,



tejados
y persianas.



¡Oh
temporal! Que sacudes con violencia



la
mar y los barcos de los hombres,



hundiéndolos
y llevándote sus vidas



al
fondo del océano.



¡Oh
fuerza de la naturaleza!



Que
llenas de vida y destruyes



a
la vez.



Fuerza
devastadora y vital.



Fuerza
destructiva y magnífica.



Que
contigo no puede el hombre ni



con
sus diques ni con sus presas.



Tu
agua corre sin descanso por la tierra



anegando
y llevándose todo a su paso.




no entiendes de bien y de mal.




sólo surges como la noche o el día,



como
la brisa y los vientos.



Sin
arrepentimiento ni conciencia devastas y



arrasas.



Y
el hombre que se ha creído todopoderoso



siglos
y siglos no puede contigo.



Naturaleza
grande y hermosa pero mortífera



a
la vez.



A
ti te invoco con este poema.



Para
que alivies la sequía que corre por España.



Por
sus parajes y páramos España te necesita.



La
tierra te necesita, el campo te necesita.



Los
bosques te necesitan.



El
hombre te llama a gritos y mira



a
los cielos con la esperanza de que llueva.



Para
aliviar su sed.



Agua
de vida, agua que da vida.



Agua
que forma nuestros cuerpos y tejidos.



¿Qué
seremos sin ti?



Si
no riegas nuestros campos y ríos.



Moriremos
por maltratarte y contaminar



tu
atmósfera.



Han
llegado nuestros días hemos acabado



con
la selva, tu pulmón.



Hemos
derretido glaciares y los polos con nuestra



soberbia.



Y
con nuestro pensamiento de que tus recursos



son
ilimitados.



Pobre
ser humano que con su ignorancia ha dañado el planeta.



Te
ha maltratado hasta dejarte sin árboles y sin bosques.



Tus
océanos sin peces.



Ya
no llueve como antaño.



Hemos
cambiado el clima.



Dioses
se están vengando del hombre.



La
vida volverá a surgir después del hombre.



El
hombre ha destruido su casa y todo lo que le rodea.



Sin
conciencia alguna.



Sólo
sobreviviremos los hombres de los dioses;



que
vemos la naturaleza como obras suyas



y
que la cuidamos y respetamos como don divino.



Perdona
al hombre que ha destruido y asediado



tu
creación.



Yo
a ti te invoco naturaleza celestial.



Naturaleza
divina.



Haz
que llueva sin descanso.



 



Esteban
el castellano



 



 



La
una petrificada 2016
:








 



 



Perpetua
una,



por
el bajel del alma,



bajaba
recorrida,



por
entre encajes olvidados



me
descubría,



el
caballo del ansia mía,



donde
empezaba a abrir



en
sus piedras de ojos negros,



y
la cabellera levita



por
altas ramas,



donde
acaba el sueño



taciturno
de su sonrisa helada,



voy
allí sembrando ojos



en
sus labios áridos,



no
me apetece seguir sufriendo



para
ello sirvo mi aliento,



donde
acaba lo que siempre



creí
conocer más me detuve a envejecer



sin
mecer alas cansadas,



el
horizonte me cuelga la rama,



y
yo loco callado pienso



en
un tiempo que me apetecía recorrer



tus
simientes azules,



en
un mundo, que mis labios, cierra



tornándolos
grises,



la
idea vuela eterna del estado mental



por
conquistar,



esta
es mi vida,



esta
es mi suerte,



pregunta
a mi orificio demente,



que
dispara por mi boca



la
locura quieta que mía te arropa ,



haciendo
cálida la estrella



de
mi popa



y
mi ángel sangrando versos de hielo,



en
el tibio, ancho, escurrido desliz



que
me llevó a contarte mi verdad,



por
la que quedaba frágil,



vulnerable
sostenido yo



en
un destino incierto



del
comienzo del alba a mi insomnio



que
me da energía.



Que
fiel asesinó la caricia,



en
cama de ojos en alfiler



y
patadas del sueño,



crujiendo
mi ser en una araña,



llegó
el tiempo de escalar



por
si un día abandono



será
cuando me vuelva polvo.



 



II



Bello
alto claro de mi silencio,



cumbre
sin lomo, torre espinada



de
mi única belleza,



con
su pajarito que pregunta:



¿Por
aquí? Es por allá bonito,



estoy
creado y soy perfecto,



hasta
mi mala suerte



y
mis defectos son perfectos,



resumen
de lo vivido



en
esta esfera escrita se encuentra,



hoy
no es un día cualquiera,



ninguna
bruja está de fiesta,



ningún
muerto no sabe que ya está muerto,



flor,
vista, vida, lozanía, fuente, verso, letra,



color,
sabor un desencuentro con mi inspiración,



recto
escalafón, augurio exterior,



un
patio para esta oscuridad,



cercanía,
sueño que no recuerdo,



yo
era mejor que mi voz,



un
ciempiés, casado con una tijereta,



mi
dulce estampa cromada,



un
iris de plata, una escala al abismo interior,



era
o no era estoy hablando con mi quimera,



mundo
atención,



esta
es mi vida, esta es mi religión



este
es mi rifle sí señor.



Resumo
en esta botella que llevo,



que
no me vence ni la araña de mi recuerdo,



soy
feliz o intento serlo,



soy
la duración de la madrugada




en mis ojos,



soy
el verdadero maestro de mi vida,



por
encumbrar mi propia salida,



por
construir mi futuro tejado,



letanía
trenzada sobre un caracol de mármol,



aunque
no me acuerde quien yo era,



a
este mundo un disparo de mi siembra,



lobo
furtivo en este coto



llamado
tejida realidad de sangre,



es
un amanecer sonriente



es
una luna de hueso,



un
destino ciego sin ventanas,



un
desespero, un hielo, un desnacer cabalgado,



un
verbo, un adjetivo derretido, es mi palabra,



un
monstruo, un pajarraco, una alimaña desempolvada,



es
mi vida una de la mañana, es mortaja,



no
conozco el peligro,



yo
soy el peligro, arde, arde, arde



he
venido a ganar.



Soy
la una de la madrugada.



 



 



III



Etéreo
desliz sin sargento



cumbre
febril por lomas desgañitadas,



soliviar
vetusto sin intelecto grave;



avanzo
que escampo,



este
mar de venas en ojos,



es
un frío yerto,



padre
de la tiniebla rizada,



encuentro
con el hielo de la eterna



oscura
mañana,



desnace
el viento en una mano,



en
la otra atrapa



lo
que gemía mañana,



esto
es bajo tierra,



encuentra
germina la malva.



Vespertina
ciencia colmada



casada
con vespertino abrojo,



era
mi dolor que más no retuerce



ni
canta con quimeras de mi aliento.



Recto
escalafón dorado al gemido,



hoy
el silencio se adueñó



se
embebió del luto de áspera luna



de
ojera suave,



en
dulce sueño, no mira leones



ni
soles perdidos



amamantando
halos dorados,



era
la una solitaria,



Un
manto de estrella velada,



un
maullido de pájaro estridente,



como
vagido azar indeleble



que
la osadía dorada mece.



Es
por ti



que
me he quedado



más
ciego que tu pseudónimo,



avento
que avengo el paso



esta
rosa-malva será eterna



así
egos ajenos se devoren a ellos.



 



 



 



El
Castellano



 



 



Añil
remembranza
:










 



 



Luna
plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,



pero
te escondes entre bloques de hormigón y cemento.



Quiero
verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.



Mas
los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.



Cielo
obtuso, de sueños fluorescentes,



tú,
de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,



por
el tiempo de espera angosto.



El
murciélago baila con el colchón de tu luz,



rasgando
sombras,



para
reposar siendo una más.



Oscura
nebulosa de tu vítreo trasluz dime,



por
qué te siento incluso estando solo.



flores
opaco reflejo de luz violeta incluso de noche;



artificie
luzzae.



Lucero
de ciudad,



rompiendo
la obscuridad.



La
noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más,



humo,
humo, humo.



De
tierra a ceniza llamando,



su
inerme sentido mágico.



 



 



 



 



Luna
plateada,en las noches voy a tu encuentro,pero te escondes.Quiero verte,pero
incluso te escondes,por las violetas ramas.Mas los dragones, del cielo
sonámbulo te acarician.Cielo obtuso,de sueños fluorescentes,tú,de color
líquido,solo frío con miradas intermitentes,por el tiempo angosto;El murciélago
baila rasgando ...sombras,para reposar siendo una más. La noche se detiene para
sentir que estás conmigo otra vez más.



 



 



 



 



 



Luna
plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,



pero
te escondes entre bloques de hormigón y cemento.



Quiero
verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.



Mas
los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.



Cielo
obtuso, de sueños fluorescentes,



tú,
de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,



por
el tiempo de espera angosto.



El
murciélago baila con el colchón de tu luz,



rasgando
sombras,



para
reposar siendo una más.



La
noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más.



 



 



 



 



 



Viene
acariciando, ella,



con
sus palabras altivas,



desvanecerse
quiere, con letras solitarias.



 



En
sus ojitos los luceros,



por
sus labios, disfruta el piropo.



Despeinarla
con caricias piden sus manos.



 



El
dulce golpe de su voz quiero escuchar,



dificil
de olvidar, todo por ganar.



Creo
que la quiero.



 



Pues
díselo.



Calma
para llegar,



por
poder luchar y no abandonar.



A
veces, invade mi pensamiento,



y
más deseo crea su recuerdo.



Pienso
que no estaré agusto hasta que no la diga lo que siento.



 



XII



 



Luna
plateada de mi cielo,



en
las noches



voy
a tu encuentro,



pero
te escondes



entre
bloques



de
hormigón y cemento.



Quiero
verte,



pero
incluso te escondes,



por
las violetas ramas.



Mas
los dragones,



del
cielo sonámbulo te acarician.



Cielo
obtuso,



de
sueños fluorescentes,



tú,
de color líquido,



solo
templado



con
miradas intermitentes,



por
el tiempo de espera angosto.



El
murciélago baila



con
el colchón de tu luz,



rasgando
sombras,



para
reposar siendo una más.



Oscura
nebulosa de tu vítreo trasluz dime,



por
qué te siento incluso estando solo.



flores
opaco reflejo



de
luz violeta



incluso
de noche;



artifficie
luzzae.



Lucero
de ciudad,



rompiendo
la obscuridad.



La
noche se detiene



para
sentir que estás conmigo



otra
vez más,



recuerda



que
tus ojos tienen sangre



recuerda
el viento



que
aúlla mi nombre



recuerda
la luz que tiembla



y
cruje la noche en las pupilas



recuerda
que me hablaste



de
amor en el tiempo



que
cae muerto



que
pactamos con el hielo



la
vuelta del invierno,



recuerda
cada latido



de
oscuridad



que
llama a tus venas de humo



recuérdame
en la eternidad del beso,



en
cada rosa que robe tu cuerpo,



recuerda
que vivo para ti



dando
voz a la soledad asesina,



la
flor vive soñando



que
fue mariposa y abeja,



vive
durmiendo la semilla



enamorada
de la tierra



para
despertar



y
enamorarse del sol,



clávame
estas nubes de sangre



en
el hierro de mi destino,



se
me negó la luz



encadenada
a esta tierra sin cuerpo,



solo
tú me sientes



en
este camino



que
no lleva retorno



sólo
espiral anhelada de renacer



el
tiempo ya no nos puede sostener



camino
buscando el frío



en
este calor que quema el alarido,



te
encontré perdido



hoy
vives un amor



que
sientes soplándote al oído,



en
la puerta del infierno caído,



te
casaste con la luna



que
reinaba en tu corazón,



al
viento le diste voz,



a
la lluvia la nombraste



lágrimas
de mi ayer,



le
diste ojos



a
la sombra para mirar,



la
espina caía herida,



la
caricia retornó a las polillas,



la
vida marcha deprisa



cuando
abras los ojos



ya
todo habrá cambiado



solo
encontrarás que seguiré a tu lado



aguardando
tu otoño



y
la caída de tus hojas,



esperando
que seas mi acompañante



en
los siglos y milenios



que
nos condenaron,



encontrarás
esta sed del cielo



en
cada silencio muerto,



en
cada raíz



que
grita en su tierra



toma
de la vida lo que quieras,



siembra
tu aliento



en
cada tierra,




todo lo tienes



yo
solo soy una fantasma



que
sólo tú ves.



 



 



El
Castellano



 



Oda
de sombra nocturna:








 



 



Noche
silo de oscuridad



destapada,
traspasas



mi
ventana entre espejos



tu
voz se hace la dormida.



Carruajes
malvas del sueño



taciturno
entre las espigas.



Fuegos
y fusiles iluminan



tu
dama de oscuridad,



amanecida
por soles



que
bajo ella



parecen
de trapo.



 



Canto
a tus pestañas morenas



a
tu iris deslizado



entre
colchones sonámbulos



te
clavo este guiño



a
tu dama de sosiego.



 



Por
este hueso único



desangro
a mi murciélago.



Altas,
profundas esferas



gimen
luciérnagas.



El
otoño tupido



se
acuesta con mantas



de
hojas arrebatadas,



árboles
desnudos



que
descansan,



ya
no hacen el amor



con
el viento,



persianas
de un tiempo oxidado,



al
abrigo la vida contra el frío



de
la luz.



Escarchas
de punta



lloran
las avenidas



victoriosas
de la noche



que
todo devora



y
mece lentamente



con
su ojo de sombra.



 



 



El
Castellano



 



Latido
sembrado:





 



 



 



Solo,
acompañado de una doncella escarlata



que
me late y envuelve mi fascinación,



este
día vuelto noche sólo por ella,



 



no
tengo piel soy agua de su saliva,



rocío
de su comunión de estrellas



trashumantes,
plácido rasguño de rosa,



 



yo
no tengo sombra, no tengo aliento



ni
alma puesto que soy vampiro



de
su silencio,



 



alzo
mis cuchillas de luz, coronas vestidas



de
fugaces caricias al alba forjada,



edificios
hirientes de mi amor etéreo,



 



canto
alto que ella me hace



sentir
eterno,



como
el cuchillo inmortal de su silencio,



 



cargo
mi luz para atravesar su corazón,



disparo,
su alma es mi blanco,



mi
párpado de la noche llora por su beso escrito,



 



rizada
saliva verdadera,



estas
rosas del alba cantan



que
si admirarte es para siempre,



 



seré
guardián de todos los latidos punzantes,



porque
solo tú sembraste la belleza,



hasta
colmarla de infinitos sonrientes



 



que
mis ojos lloran,



pintando
la veneración a lo que en silencio



trepa
y escala



la
caléndula enraizada en mi corazón.



 



sigo
y seguiré tu camino



que
me lleva por el cielo,



corto
el aliento de la noche,



 



al
despertar de mis sentidos resplandecientes,



no
me despiertes,



eres
mi sueño de penumbra y sus formas de mujer.



Late
mi caracol siniestro con la forma de corazón.



 



 



 



 



El
Castellano








 








 








 















 








 








 








 













 








 








 













 








 








 








 








 








 



 



 








 








 








 








 








 








 








 








 








 








 








 















 



Lividez
carmesí 2017 reedición
:




 



 



Sangre,
sangre



que
yo sin ti no tengo



vida
para morir



preso
de tu bello cuerpo,



al
tarot helado



me
muestro



fiel
desespero



en
umbral rojo tejido



cae
siniestro, rendido,



sangre,
sangre fiel te espero,



por
estas ramas



de
yedra despierto,



el
negro cáliz de fuego,



tu
nombre destapo



tu
sed abraso,



en
esta hora



que
cuelga mi cuarto,



araña
enfundada, tejida,



avista
su caricia,



abre
el telar de yerta letra,



descampado
oscuro



que
me aquieta,



hoy
parto mi hiel



con
cuchillo de piel



sangre,
sangre;



carmín
al abrir,



estertor
añil,



brota,
sube, emana



de
fanal hoguera,



esta
es mi vida quieta,



de
verso maldita la estampa



fiel
condena



abriendo
la subrepticia de la noche,



se
mece, se acuesta la rambla,



avenida
amada



senderos
de pieles tuyas sedientas,



colgando
tus pestañas,



la
noche escapa,



la
tela se difumina



en
un mar de azabaches



trenzados,
soplados



llorados
por la luna soñados,



vistas
al cristal de cuarzo



tu
entraña de araña



tu
fiel boca



de
estrella tejida,



naciendo
otra súplica,



para
acabar mi historia



en
ti con el color



y
el humor



de
mi cuchillo envuelto



en
feroces testigos



de
lo que sujeta



la
araña de esta noche



por
mis venas escaladas,



por
mis ojos fruncidos,



me
rompo,



me
quiebro,



en
mil cristales de roca,



para
ser yo



vivo
y afortunado



el
osado,



el
descubierto



en
capa humeante,



en
tu ser clavado,



fumando
mi cigarro de noche,



y
el humo que te dibuje,



puedo
caer,



puedo
nacer,



puedo
reverdecer



mi
vida sembrada



en
este patio



de
media luna,



brotando,
sucumbiendo



enraizando



tu
soto de boca



despierto
besando



esta
penumbra que sujeta.



 



II



 



Y
el ser amamanta,



estela
de mi yerta cara,



pediste
rescate



en
esta la tela



de
mi araña,



peligro
en cauce



de
aguardar el beso



no
hay resistillo



que
tu alma cubra,



Remembranza
en bastión



de
oscuras danzas,



abrirán
perplejos los mañana,



brillando
ocres en verde, los noviembre,



por
sujetar un cierzo que agarra,



y
tu floresta tiesa escampa,



un
abrir del cielo a la tierra,



sangre,
sangre



que
sin ti no encuentro,



ni
réquiem despierto,



conduce
mi aspaviento



refulgiré
en tu ser repleto.



Dulce
alma, no hay esencia



fruto
del amor



que
te crease,



no
hay cielo ni cigüeña,



que
belleza de tu tamaño



entornase,
ni roja hiel



humor
carmín te engendrase



al
cristal hiriente alzo



mis
agravios y señales;



ven,
ven a mi yermo arcano,



digno
del carrizo del mar



más
sereno,



encumbradas
pestañas que quieren mirar,



altos
sotos sin hacienda



siendo
naturaleza,



desdén
erosionado, cabalgas



luna
sempiterna, luna de plata



cobija 
arrostra mi sentir en tu caracola



de
serenidad repleta,



al
encuentro que te presto mis ojos



y
me devuelves dos flores,



altas,
soturnas, dignas de tus bellas frondas



por
las que perder a mi gato negro



y
algo más, perder mi tristeza, por tu alegría.



 



El
Castellano



 



Cerrojillos dormidos II:



Rubor cristalino,



en
haz luminoso de hoja purpúrea,



deshoja
esta nieve de chopo,



liman
vientres



mientras
envejezco



el
matiz liberado



entre
fuelles de viento,



alzado
tu silencio perplejo,



una
escala al cielo,



un
sortilegio



en
clavos sedientos



aclaman
sones



sus
verdaderas razones,



me
acicalan procesiones



en
hálitos de perfectas oraciones,



hoy
verá el día



izarse,
levantarse



su
raíz de tiempos lúgubres,



desparramo
que fluyo



por
ataraxias desmenuzadas



trémula
mirada fundida



en
solanas de lunas



y
sus mares



bajo
yunque,



se
clavan sienes forjadas



al
verdor de pinos,



y
sus consecuencias de yemas,



un
verbo despuebla mis santos astros,



coagula
mi pensar



entre
trenes fulgurados,



solapados
del ayer difunto,



rizando
lo que siento



por
repetirme



es
más que mi don funesto templado,



un
dialogar si encontrase oyente,



un
hervor de mi recta frente,



noche
sin llegar,



vienes
y perviertes,



mi
osadía vestida



de
placajes sin hacienda



de
viento,



transparente
se dibuja el miedo



rayos
sin luna



y
oscuras rúbricas



sin
luz de vela,



enfrento
mi brava espera



por
si baja Ostara



y
se duerme en mis flores de caléndula,



hoy
es por mí guíame hasta ti,



bajo
el relámpago asido



a
embeberme tus cauces



a
tormenta sin cresta,



lloverán
tus estrellas



que
paran mis relojes



por
atar segundos



de
espera quieta,



ven
a mi cabaña del cielo



y
bebamos nubes,



desliza
y enmaraña



tus
hilos de cabellos,



extenuando
mi yermo claro



en
mi siembra directa



a
finalizar mi Indeleble trazo



que
tu sed viste y aguarda,



en
fiel, impetuoso regazo.



Desnudo
en son



del
etéreo esplendor geométrico,



que
te bañan las fuentes de mi tinta.



 



 



El
Castellano



 



Semblanza
etérea
:








 



 



Obtuso
limbo,



de
perenne yerta cárcel.



Entre
sosiego y dichas,



enajenadas.



De
oro en paño sus barrotes,



por
crisoles de luces rosáceas ;



un
Sol muerto rige



su
fiel compostura deslumbrada,



aojo
que blande su pulcritud



de
estelas inermes, rectas, embelesadas.



Cárcel
recta y umbría



sin
pestañas lucientes



es
mi querer.



 



II



Mi
querer pulcro sin sonrojo



ni
otra senda



de
yedras esquivas.



Avanzo
sin mirar



el
solo llanto



😿 vestido de la ambrosía, verdura.



Un
desliz y supe



que
nací por un destino superior,



escrito, predestinado, independiente



de
lo realizado,



él
ya estaba fijado.



 



 



 



III



Pude
ser otro



pero
no soy adorable.



En
esta cepa broto que afilo



este
sino desdentado



y
su cruel miseria



gira
en alambres,



de
azares flamígeros.



Vine
a la tierra



y
soy de ella



con
lo que ella es mía.



En
pordiosera complacencia.



 



IV



Mi
amor, mi familia, mi gato,



no
son míos



por
lo que soñando sé



que
existo.



Una
alondra y un piquillo



huyen
de mi ilusión postrera.



Mi
amor de nombre



en
batalla



como
insecto de barbas de oro;



un
llorar eterno de rosa



🌹 o instigadora bajo fronda suave



de carnal
caricia dulcísima,



postrera
senda.



 



 



El
Castellano



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



Oda
pasada a limpio en 2009
:








 



 



ODA A LOS
CAMPOS DE CASTILLA



 



¡Oh
viejo encinar! Que llenas de vida los vastos páramos de nuestra geografía.



Que
bajo tus veredas han visto la vida infinidad de seres vivos.



Y
hasta has dado de comer a hombres y animales.



¿Qué
pena tienes que mueres sin ninguna explicación?



Por
la mano del hombre que ha contaminado tu tierra,



ha
explotado tus recursos hasta ahogar la tierra que te vio nacer.



¿Por
qué mueres tú? Que has sido tan



noble.



El
águila imperial



ya
no vuela sobre tus cielos.



La
sequía se ha apoderado de tu tierra.



Haciendo
asesinar tus raíces con hongos



Que
te matan por dentro.



¿Qué
penas tienes? cuéntame.




que has visto crecer al hombre por varios siglos y que fuiste su pan de cada
día.



¿Qué
penas tienes? Para morir sin explicación.



El
hombre te libró de los incendios limpiando el monte,



pero
te ha matado contaminado el aire que te rodea.




que vives siglos y siglos y das cobijo a numerosos animales,



¿Por
qué mueres sin explicación?



Los
campos de castilla te necesitan.



Pero
ya es demasiado tarde para ti el hombre te ha dado muerte



con
su avaricia y sin ningún arrepentimiento te ha matado.



No
solo eres un árbol eres un ser vivo creado



por
dioses.



Como
el hombre y como tal es nuestra obligación ayudarte a hacer que crezcas sano y
fuerte.



Pero
ya es demasiado tarde para ti.



La
vida se te escapa fugaz y con ella toda la fauna a la que das cobijo y



Sustento.



Cuando
el hombre se mate por destruir el planeta en el que vive,



volverás
a nacer.



Y
la vida seguirá su curso sin el hombre.



¿Qué
penas tienes? que mueres en soledad y en silencio.



Tus
hojas caen mustias y abatidas, tú que has sido



emblema
de castilla, orgullo de jóvenes y viejos.



Te
mueres sin explicación alguna y el hombre no puede hacer nada



por
ti.



Gracias
a ti el Imperio del sol vio nacer su armada invencible.



Y
sus galeras de remos, un imperio con tan



vastos
dominios



Que
no veía ponerse el sol.



El
hombre que con tanto esmero te cuidó y taló con sus manos y brazos.



Tus
ramas muertas han modificado la atmósfera y ya no llueve sobre tus campos y
páramos.



Los
olivos te toman el relevo.



Te
talan sin compasión para sacar madera y tierra de cultivo.



¡Oh
viejo encinar! vereda de la infantería española que sacó tu madera para librar
ardua batalla contra turcos donde Cervantes perdió el brazo.



¿Qué
penas tienes? cuéntamelas que el hombre no te escucha.



Ya
no hay mochuelos, ya no hay águilas volando y anidando en tus ramas.



¿En
qué monstruo nos hemos convertido? para hacer daño a la madre natura.



Que
nos da cobijo y alimento.



Ya
no llueve como antaño.



Los
ríos se secan los embalses se vacían, los peces se mueren.



Contaminamos
nuestros ríos.



Fumigamos
con herbicidas que van a parar a la tierra



y al
agua de los ríos matando y asediando al cangrejo autóctono y a infinidad de
peces,



que
la península Ibérica vio nacer en abundancia.



¿En
q monstruos asesinos nos hemos convertido?



Cuéntame
tus penas que yo me las sé



todas.



Hemos
traicionado nuestra naturaleza.



Nos
hemos convertido en viles asesinos de vida.



La
única fauna que llegaremos a ver serán las granjas de pollos



¿En
qué nos hemos convertido?



Ya
no somos humanos somos monstruos.



Ya
no quedan humedales, los pájaros migratorios pasan de largo



al
volar sobre España.




que has visto nacer al hombre y ahora se ha vuelto contra ti



y
te mata y mueres en silencio.



La
tierra grita, tus raíces gritan, tus ramas gritan, pero nadie lo oye.



Somos
hijos de Dios pero los animales y los bosques también.



Dios
se avergüenza del hombre y del monstruo que ha creado.



Ya
nos castigará.



Pero
tú te mueres sin remedio.



Y
contigo la conciencia y el alma del ser humano.



 



MIGUEL
ESTEBAN el Castellano



 



 



Panida
mirada
:








 








 



 



I
hoja:



 



Canta
mi piedra



por
inencontrable esencia,



promesa
de luz del sol.



Azar
de imposible



fuego
fatuo en tejas



que
son nubes de altos cielos.



Serenamente
místico, me alzo.



Ascua
empírea fueres



o
carbón del destino atronador.



Mito,
constelación:



constante,
pura flamígera,



eterna
de cimiento terreno



sobrevivirás
a lo alto.



Escarno
mis solas sombras.



Promesa
de tiniebla,



promesa
tibia,



nunca
alcanzaré luz tan ardiente.



 



 



II
hoja:



 



Perecer
a los cielos que yo amé,



te
amo en medio de mares,



entre
pulcras esferas feroces.



Clamor
por férreos bosques,



boscajes
de tu sed de miel,



arrebatada
tú, de tu albo espíritu,



generosa
es la penumbra



eco
pálido de azul viejo



virginal
fuerza de noche añil.



Presencia
misteriosa



en
haz, de luna áspera.



Destino
opaco, inclinación



por
verdades de monte desgarrado.



 



 



III
hoja:



 



Tránsito
estremecido, el río,



ligero,
nitidez de espejos



que
dulces presiden



hondas
tierras.



Constante
agitar de sus fuentes.



Resplandor
baten tus argentísimas alas,



palabras
entreabiertas



buscando
dicha.



Esencia,
eclipse de mi sangre.



Sideral
cuerpo estrellado.



Sigilo,
tus pupilas



con
las que a fuerte garra



me
amas,



y ardua
me miras.



 



 



IV
hoja:



 



Lejos
queda el miedo en cestillo,



a
ser feliz; si tú escribes.



Por
esos juncos que el día



no
cierra.



Un
remero hábil,



desnuda
la noche.



Bogando
que su luna sonría.



Oscuridad
larga



que
nunca secunde.



Desemboca
arriba ardiendo,



tu
frente rosácea abarca.



Mi
armadura, mi espada, fragor,



pico
torvo, ojos cerrados.



Penumbra
desconsolada



por
riveras de mi ciego Arlanza.



 



 



 



V
hoja:



 



Fondo
de monte



en
el verde mar



de
tu boca.



Claros
rectos, únicos, confunden,



luz
vasta y su sombra



que
más ya no languidece.



Viento,
velo, acallada luna.



Muda
escucha



espesos
vellos.



Faroles
latiendo



corazones
en celdas



con
llave de tu alma.



Noble
secuela



de
mi dios Gemineye.



Entre
azucenas de la tarde



mi
suegra y consuegra arde.



Rubricó
tu gentileza, orquestando.



 



 



 



 



VI
hoja:



 



Luminiscente
polen



en
interiores de colmena.



Abro
espumas esbeltas.



Desnudeces
en carnal tomo



de
mi cepa.



Brusco
y dormido



en
leyenda diferente.



Caí
a mi tierra.



Toqué
maravilla, flor de supremacía.



Palpé
tu olor fecundo



a
esquiva adormidera,



de
tu órgano erizado.



Por
tus estelas claras



que
escriben galaxias



y
agujeros de luceros.



 



VII
hoja:



 



Viejo
pabilo iluminado



humo
rojo vióse apuesto.



Gallarda
tu entraña.



Decreta,
no cese



Mas
nunca mi terco aljibe



que
te escribe.



Con
ojos rendidos,



ojos
cada vez más humanos.



Pureza,
tu plata.



Amortecida
ahuyenta la negra Parca.



Piadosa
suerte



en
sombra densa montada.



Eco
amplio,



ley
presunta de todo linde quieto.



 



VIII
hoja:



 



Difieren
ligeros, tus sortilegios,



de
verbos que nacen.



Ya
nacidos estudio.



Ellos
que escalan mis ojos.



Opulentos
pinos reposan



su
verde nupcial.



Ato
presunto borde,



llego
a tu almena



donde
vive tu alma serena.



 



El
Castellano



 



Telégrafo
dicta, ordena avance
:



 








 



Trato hoy, desgañitado,



dando mi hiel desquicia



al ajeno.



Estuve con existencia



y soledades,



bebiendo en ubre amarilla.



Hay un cuarto de formol



y un gramo de yodoformo



en mi mesita,



colores para nuestras naciones.



Era un triángulo angular,



bajo un terciopelo verde listado,



sobre el que se suspendía



un alambre oxidado de telégrafo.



Era el medio del idioma



del hijo de nuestro cielo;



un gritar escarpado a lo desconocido,



hablando intrínseco en plata de tiniebla,



con su paralelo perplejo, desconocido:



chirriar de un poste de pino muerto,



herido por el viento;



una carne de metal vacilaba;



era una tetera cantando al fuego.



Lo ignorado latiendo,



súbitamente.



Su idioma de ruido,



por ruido vertiginoso,



vibraba de aquel poste



como si el piadoso terciopelo de césped



de abajo le sintiese bailar.



Tendido con recorte,



lucía como una colgadura



de iris vertical;



como jícara blanda,



paralelo, vencido por alambres



de boca misteriosa,



miedosos, oscilantes,



bajo el verde terciopelo tendido,



que espera sus corzos secos de invierno.



Afilado desdén



hirviendo en escarchado



seco,



aguzado,



era solo él



sonido escita del silencio



que oscuridad pautaba



para yo seguir vivo,



traspuesto.



Orando germinase



mi hábil perplejidad,



prima de su sanguíneo cauce;



que destapa mis vides verdaderas.



Desterrado a petición unísona,



propia



que cantó:



COMPLETO PARA LA OSCURIDAD



REINA DE LA SOMBRA



El cuclillo en mi azotea



dijo soy buen pájaro cuco.



Encontré mi sentido



y ella oscuridad,



no puede negar mi devenir



ensangrentado,



en soles de regencia,



y terciopelo anisado,



el hijo del cielo es nuestro poema



haber si una orden judicial lo acaba,



y tapa mi grito soterraño que avanza;



besa su escarlata espalda



casualidad, preguntar a la centella



si ella no nació perfecta,



y sólo acato su sentencia,



porque ella no habla, escribe,



¿Quién puede acompasarla?



Un juego de telégrafo y señal



haciendo estría,



entre halos va siguiendo



digno hilo eterno en cobre



de su Chile natal,



electrifica su letra,



misiva en jícara certera,



profundidad abisal,



sin fecha,



ven a mi diario



esto es prosa,



amada sentencia recta.



 



El Castellano



24-06-2018



 



Cuchillo de doble cara II:





Tú mi ventana volada,



un
cristal que escapaba,



recto
hacia el frío desertor,



nazco
del suplicio invernado,



no
erró mi destino en llamas de sangre,



se
iba alimentando mi camino afligido,



entre
yedras desoladas,



y
su escarcha helada,



era
una nueva era sola,



en
la que alzar alas rotas rasguñadas,



y
enraizar en esta copa de sangre



borbotones
relucientes.



Un
monte dividido, dos espejismos nacidos,



reflejos
en par de lunas abotonadas,



un
ínfimo horizonte derretido



en
azar de lo que prevalece,



un
iris yerto y su magia nocturna,



sin
razón cabalgada a la novena luna,



titubeaba
mi dolor en mi sien enraizando,



un
despojo pulido hasta que relució,



despojo,
de mi alma que no quería



que
no toleraba parásitos,



era
una voz dentro de mi voz,



yo
la amé sin importar su naturaleza,



hoy
la pido permiso para que me deje descubrirme,



encontrarme
desde el hueso a la cábala del muerto,



abierto
mi pecho, un despierto retuerto,



no
calculo eso es del experto,



subvierto
mi agua en este desierto,



advierto
a las vidas de un día que mi alma revierto,



y
mi ser divierto,



el
sentido opaco injerto,



hasta
mi dicha pervierto,



quedando
mi cauce abierto,



aúllo
a mi lobaluna para que siempre sea mía,



preludio
de mi posesión certera,



como
mi solear nocturna en luna de trapo,



de
sombra ramificada,



eterna
rama asida a mi vida,



paralela
entre dos ríos de brea,



entre
dos realidades,



razón
y locura



una
buena y otra estupenda,



hasta
juntar en eclipse



las
dos dimensiones de quien quiero ser



en
un abrojo entre tierno y filoso.



 



El
Castellano



Halo
umbrío
:








 



Oscuridad.





Dentro
de mi cabeza



hay
algo escalando,



llamando
y llamando nuevamente



mi
cuerpo ensambla y encuentra,



llamando
a la tierra, viento y fuego,



besando
mi autocontrol,



arte
de conflicto mi autocontrol.



Perdiendo;
mi antigua generación ciega perdida,



lleno
de dolor, está corriendo de nuevo,



restaura
mi mente,



dentro
de mi cuerpo a la tierra,



el
amor dispara de nuevo,




eres mi alma,



eres
mi dolor.



No
creo en mí



este
tipo de brillo,



matando
y matando una vez más.



Estoy
perdiendo el control,



mi
deleite,



mi
espíritu



caminando
por las calles, camina solo.



Yo
nunca podré ser el mismo,



involucrarme
en su magia.



Voy
a chamán del nuevo viento,



la
tristeza podría describirte,



en
mi piso curando locura, nunca más,



y
nunca más ser el mismo.



Necesito
la oscuridad.



Necesito
sombras,



dormir
y una vez más despertar para ser la luz,



en
mis noches de oscuridad estaré contigo,



mi
maravilla,



mi
brillante de sombra de mi ternura,



escalando
la línea del horizonte,



matando
mis ojos de plena esperanza,




mi ilusión nunca más,



mi
tipo de flor de esta luz que rodea la tierra muerta



de
sueños, pensamientos este tipo de locura



matando
y matando mi vida personal



porque
yo soy tuyo



y
me rodeas



madre
de la oscuridad.



 



 



 



El
Castellano



 



 



Original
fecha febrero 2016:



 



Darkness



 



Inside
my head



there
is something climbing by,



calling
and calling again



my
body assemble



calling
to the earth, wind and fire,



kissing
my self control,



art
of conflict my self control



loosing
my old blind generation lost,



full
of pain it's runnig again,



restores
my mind,



inside
my body to the earth,



love
shoots again,



you
are my soul,



you
are my pain,



I
don't belive in me



this
kind of brightness,



killing
and killing once more,



I'm
loosing control,



my
delight,



my
espirit



walking
by the streets walks alone,



I
could never be the same,



involve
me in magic,



I
will shaman of the new wind,



sadness
could describe you,



in
my floor healing insane thing nevermore,



and
nevermore be the same,



I
need darkness. I need shadows



to
sleep and oncemore wake up for be the light,



in
my darkness nights I will be with you,



my
wonderfull,



my
bright of shadow of my tenderness,



climbing
the line of the horizont,



killing
my eyes of full hope,



be
my ilusion nevermore,



my
kind of flower of this light surrounding dead earth



of
dreams , thoughts this kind of madness



killing
and killing my self life



because
myself is yours



and
you surrounds me



mother
of darkness.



 



El
Castellano



 



Dispuesta égida forma celada:



Luna venidera,



aguardo,
augurio de tu siembra,



vengo
que nazco



a
párpado fijo encumbrado,



ven,
ven quimera a mi yermo,



donde
todo luce dispuesto,



y
un ángel redentor



te
esquilma el beso,



preparado
para disparar



y
tu anhelo flagrar



preparado



dispare



acoge
amor



mi
temprana osadía



estoy
nacido del hierro



de
tus ojos.



Venga
a este mi ser



tu
alumbrada existencia



para
nacer de exhausta



secuencia
indeterminada.



Ahondo
que surco



venzo
dispuesto



mi flamígero
desespero,



soy
porque seré



tu
sol Lugh



mi
enhebrada luna



aventaja
mi ansia



nómbrame
tu apoderado,



cuántas
lunas sempiternas pasaron,



y
yo nací para



que
fueses mía



en
taciturna desangelada



sonrisa
venidera,



no
me desampares,




mi fuerza,




mi anhelo



que
yo tengo diosa,



que
yo tengo madre de mi luz



verdadera.



Por
este soto derriten las estrellas



para
ti ofrezco



una
estampa, una espiral



que
no acaba



por 
mis cinco litros de sangre



irrigada,



nacerá
una estela tuya y mía



desde
hoy hasta siempre



el tiempo
mi rival,



soy
yo nacido para la eternidad,



ámame
musa



porque
comienzo a amarte



desde
tu ambrosía,



que
decreta no ser



vida
de un día,



germinará
esta etérea semilla.



Miles
dei lumen, flagro metaphora



creavi
blandus morx timun malum,



veneravi
blanditia, dedisco cordis solus unno,



verstro
paremo, sed de vita ostendi alae,



decreto
ser de tierra



y
tú musa, luz que germina



mi
entraña verdadera.



No
me desampares



estoy
formando celada.



De
égida dispuesta



este
Escita levanta



por
ti de su tierra castellana.



 



 



El
Castellano



 



Poemas
inicio 2016
:








 








 



 



 



 



I



Blándeme
en mitad del campo,



sólo
allí que la encina enraíce mi carne,



el
hinojo lata al son el tambor de sus flores,



la
carrasca grite verdades del monte,



vereda
quieta, enarbolada,



soledad
disparada sin descanso,



sólo
allí reinará mi alma,



en
letras escritas en las hojas de vida,



las
lindes teñirán de rojo y negro,



de
tinta y sangre el resurgir del añil



aliento
dibujado de toda vida en color,



del
albor a la muerte en flor



se
alzará mi latido con su amor.



 



El
Castellano



 



II



 



Hálito
silente



yo
creo en ella



porque
su piel demuestra



que
los sueños se cumplen.



Volamos
juntos al viento



como
molinillo diente de león.



Hoy
la vereda canta nuestra canción



dos
corazones en un mismo latido unidos al unísono



Su
carita que llama a la mía



de
su cuerpo es mi caricia



por
ella el piropo jamás escrito



solo
desvelado en su oído



Sólo
al viento le pido viento bonito



mantenme
en su destino.



Que
de lo vivido muerdo su corazoncito.



Weche
tengo en mí la fuerza



escrita
corriendo como puma gris



de
sus Andes por sus campos



sus
margaritas que mi te quiero



no
sólo su nombre, llevan, e incitan



en
caricia ella me quiere



del
ababol a la verde espiga



Yo
la quiero a ella mi margarita.



 



El
Castellano



 



 



 



Sentido
yerto:



 



Renace
en la piel,



en
el albor sin conciencia,



hace
más frío que antes



sentido
muerto, caído



olvido
yerto



raíz
del ser



más
callado que el invierno



avanza
camina a voz



todo
lo que he perdido



polvo
de estrellas, hierro de océanos



piedra
de montañas...



hazme
recordar alas cansadas



cosas
grises que te gustaba sentir



mi
amada así sabes



horizontales
que no puedo olvidar



ejes
verticales de conciencia



sin
dormir



danza
la primavera del lugar



con
mi soledad pintada



en
la sangre de mis ojos



todo
lo que veo teñido



la
ilusión cae en gotas derramadas



cayendo
congeladas



desnudo
mi cuerpo en la penumbra



del
segundo quieto



raíces
comiendo mis venas



hojas
de mi historia mustia, abatida



sentido
muerto



viviendo
por ver morir el momento



momentos
atrás que cae el recuerdo



sin
miedo, sin sentimiento



todo
hirviendo



sólo
este sarmiento de cuerpo



esperando
que juzguen a su alma



libre
de maldad



quién
estará allí



quién
vendrá a darme un camino que seguir



solo
en la oscuridad



donde
todo comienza



las
sombras me reconfortan



y
veo en luz mi vida



para
encontrarte



algo
que darte de dentro de mí.



Un
amor rugiendo en la boca de la estrella.



 



El
Castellano



 



 



Aguerrido
albor



Diestro
del mar a la montaña,



visten
sus flores coloradas orgullosas y sentidas



cual
caricia de su jardinero que las ama



el
viento armado escala cual seco rayo



su
sol enturbiado se paran las oraciones



Hipsípila
dejó su crisálida



en
un caballo alado recorre sierras y sus manantiales



recolectando
toda simiente desde todo confín



al
inerte sombrío albor,



mientras
su fría luz crece y camina



sin
franca tapia ni verja que detenga su escalar



vuela
vaga la libélula para posarse en su hombro



recio
brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte



que
lleva que trae a su castillo olvidado



hechiceros
de todos los reinos desvelaban que sólo



un
reino se mantendría vivo



y
no era el del humano ser



Hipsípila
cabalgaba por naturaleza su religión



abarcando
de la tierra a la lluvia



cual
rayo cortado de Sol su cabello



los
pájaros trinaban en su castillo



hipsipila
siempre vivirá como invencible Sol.



 



El
Castellano



 



Final
con comienzo



 



Retina
escarlata,



su
ojo de niebla



y
bruma que avanza



donde
corta mi flor de luz



el
sendero,



esposa
del Sol al mirar



lumbre
quieta, retina abierta



muerte
final con comienzo



en
alabado fin de existir



y
quebrar el tiempo



conquistando
el terreno.



Sangrando
raíces que gritan,



aullando
hojas al viento,



pintando
su dispersión eterna



como
sustento y cobijo



de
toda vida



mecido
del insecto al mamífero



desde
el helecho



al
alto árbol



hoy
canto para ti



vida
vegetal.



Mi
caricia te sembrará



una
y mil vidas más.



 



El
Castellano



 



Flor
de tierra



Fuego
en el agua de su mirada



de
los vientos auspiciada,



la
ceniza consumía su carne



ardía
sin mesura su compostura



naufragó
valles y sus caricias



su
bandera fue de su vena acequia



molinillos
fugaces sus pestañas



de
él se enamoraban las hadas



de
ella la primavera entera



con
cabellos del rayo de Sol nacidos



ojos
de tierra sin lugar era bella



clamaba
su voz la cima de la montaña



descendió
abismos



para
anclar su esencia en la belleza



que
late y envuelve su huella



conquistada
en miel



su
ambrosía



gemía
la caricia



para
brotar altares de hueso



y
murciélagos de sangre



lloraba
piedras en sabiduría prendidas



la
bondad alzaba en servicial entrega



su
fuerza era de su amor hoguera



él
lloraba flores para ella su amada



su
verbo a veces tornaba carmín



en
pétalos de silvestres rosas desangradas



su
voz germinaba la tierra a su paso



el
amor a la tierra no le detuvo



ni
sostuvo en fracaso,



encontró
con ella el amor



que
le fue negado llorando espinas



y
si sus abrojos nacieron no fue



más
que para rajar el viento



difuminando
el tiempo en estaca



de
eternidad con fuente y manantial



anclado
gozo en armonía



bailando
de la mano y naciendo del alba



jamás
capturada



pupila
enfrentada



que
mecía



que
gritaba



siempre
te amaré musa de agua mía.



 



El Castellano



Quimera
quieta



Umbrío,
tibio,



al
resguardo de voz habitada



serena,
llena de luz



en
este linde



donde
corta mi sendero



y
florece mi sombrero



al
viento



ojos
llenos de paz,



sendero
atravesado



en
árboles de sosiego



encontrados



en
hálito congelado,



lumbre
quieta se dibuja,



espino
amarillo que clavas al guiño,



calor
de mi calor,



cauce
de mi sangre displicente



desde
la montaña al valle



luce
mi traje



para
encontrarte



vestida
de Sol y caléndula



mi
bella doncella escarlata;



resplandor
dorado



al
trasluz de tu amor,



granate
mi sed de tu cuello



al
destape



mi
río de calma y arrojo



en
réquiem por la rajada tierra



en
albor de la centella



colmando
su belleza



donde
mi carcoma quieta



mira
y avanza



sintiéndose
en armonía plena,



yo
fumándome un cigarro



en
la piedra de tu belleza,



quién
te alzara voz



entre
los campos en flor,



fuego
de tu fuego sin más razón,



ciprés
que clama protección



para
sus muertos que vela



tejo
morador de siglos y cobijo,



ababol
de versos de piel y abrojos,



desde
la verde espiga



a
la mora sin espina



y
su zarza esquiva



hoy
te veo como eres



y
perdona



me
apasiona



ser
guerrero de nuestra luz



donde
avanza mi quimera



y
mi pasión poseerte entera.



 



El
Castellano



 



Tierra
en el viento



Quieto
silencio investido



doblado
en el filo de la hoja



ese
umbral que corta mi calma



avanza
en un sentido



rápido,
veloz el resguardo de tu



amada
voz



encontrada
cercana



donde
estática enhebra la silente parca



fluye
de un confín a otro confín



yendo
mi barca atravesando el brillo



al
compás del sí bemol mi traslúcido pío



y
su suplicio en la carcoma



que
recorre mi horizonte



infinito
pintado en el borde de la ola



en
la espiral de la araña y su tela



la
flor de difunto abre su luz



al
resplandor del cielo



que
cae emplomado



Se
corta mi alma para aullar



en
la centella



quemándose
en su hoguera



hoy
el viento lleva nuestro nombre



mi
árbol será sentido



en
cada flor de niebla



la
bruma su color gris dejará



en
este jardín de mundo viví



para
sembrar mi aliento



que
cayó como tierra en el viento.



 



El
Castellano



 



Silbido
de la centella



Claman
verdades de la tierra



por
nacer y resurgir



el
eterno ciclo de la vida, muerte



y
resurrección de la simiente al albor



de
sangre sin condición



yo
soy por siempre



Así
como dura sonrisa y guiño



al
azar de la existencia



efímera
esencia



apellido
y nombre que nada representa



como
resplandor de la centella



cargo
el silencio y el infinito de mi verbo



resopló
en la montaña sin nombre



de
mi tierra que jamás tuvo dueño



latido
sin final



agua
de manantial



va
girando mi vida por enraizar



yo
soy siempre



el
eterno comienzo sin final



aullido
del viento



hoguera
crepitando la tierra del volcán



Río
que acaba y resurge del mar



ese
soy yo por despertar.



 



Resurgir



Hoy
las fuentes bullen



los
ríos desbordan



las
vidas dejan sus grises



de
invierno y sonríen



al
alba de la lluvia



que
toda vida mece



sal
al jardín ayer sembré mis ojos



esperando
que la tierra fuese sangre



las
raíces mi boca



y
la planta mi cuerpo



para
con longevidad imperial



llegado
el momento



decir
de este jardín yo no he muerto.



 



El
Castellano



 



 



 



Compilación 2018:



Solitario bogo,



aterido
soplo de la montaña,



pastor
de tus astros,



torres
de nidos de tu saliva,



perfilada
tu sombra me acompasa,



mi
sayal remiendo



entre
sedas



de
moreras de ensueño,



olvidos
me trepan por enredaderas,



tarde
en la tarde mi esperanza vive,



si
soñase volaría a tu vera.



Sol
este de oro



ciñe
mi álamo negro



y
su esmeralda araña,



cumbre
te nombra



en
la saeta mi oscura golondrina azabache,



traerte
conmigo siempre



eternidad
risueña, melosa



sangre
de mis dioses.



Señora
tú de silencios



y
sepulcrales vértigos,



no
amansa mi fosa



la
dulce azada de metal soporífera,



carne
y cuerpo



mi
rigidez de pluma,



lírico
trasnochar.



Claro
cristal entre paisajes,



ceniza
de recuerdo



es
ella, recuerda,



aire
desnudo fama de estrella



inviolada,



mi
musa bella,



un
azar flamígero



que
no pido ni alumbro,



no
espera



ni
las aguas de tiempo inmenso,



jamás
complacen.



Ay
día, rosario terco,



deja
ya la gloria,



grandeza
en amor



se
llamó belleza,



lastimada
mi carne desvelada.



Gusano
soy



que
hila su capullo,



tejiendo
desde sentir interior,



mi
vida en serenatas blancas



levantaré,



su
fronda,



inabarcable
vergel primoroso,



cuenta
mi linaje



alas
ignoradas de mi pecho.



No
podrán tapar en vida



mi
silencio que aflora.



 



El
Castellano



 



Terca
mi sangre,



tiempo
del frío río



inmenso,
todo dado en espinas



su rivera,



por
ciega neblina bajo



con
tabaco precoz,



pienso,



todo
he soñado



para
el letal lecho del olvido.



Mi
temor sorprendido



alega
que no existe;



vida
o belleza,



ala
o metal cansado,



gloria
de grandeza, ¿Dónde?



Mi
tabaco de neblina



ahonda,
penetra y surca



la
esmaltada silueta de tu figura,



por
mi caricia ruda



y
el agua afligida,



admirarte
yo cual fugaz garuma,



anisado
vive el cielo,



nuestra
blanca estrella



mineral
candente



refulge
su luz desnuda,



por
vespertino son



de
todo lo que tiembla



como
abanico de mi pluma.



 



 



 



El
Castellano



 



 



 



 



El
Principio estaba en la Colina.



Un
hecho,



claridad
de brea encendida,



o
transparencia de pez de cristal.



Timón
enfurecido



que
tormenta iracunda tizna,



Cuervo
en el alma



mi
ser alzo, prendo,



mi
idea luce



cual
hollín de azabache tuviera,



gragea
mi voz un crascitar



de
mi señor Baco,



persona
de garabato nombro a sombra latiente,



acaso
opacidad de materia cuidase,



sacrificador
mi tiento.



Sonetada
su parda sepultura.



Falte
mi ley, sonará la albilla.



Diablo
aguador mi buen Luciente;



cordován,
recuerdo de soleta,



no
me faltará maceta,



Parnaso
que ya cae asaetado,



cisnes
negros,



de
Apolo,



cuidados
como vellón descendía su grajo.



Musario
monte yo he sembrado.



Yo,
pensamiento y porfía guardo,



me
los retiemble



el
Sol lucido,



ninguno
estribe



mi
mesura,



Señora,
valerme quiera,



ni
peligroso



el
tiempo Bárbaro se me pareciera.



 



 



Förüq



 



Insondable,
la luz



de
tu impalpable seña,



guiño
áureo al latido,



insubordinado,
labrado



en
madero de este hierro,



ya
dejó de ser infamia tornasola



en ascua
de piel borrosa.



Ensueño
alado te alzo



mi
musa en estridencia recta,



develada,
reveladora senda



dictas
que afliges voluptuosa



cuan
cerilla arrostra mi alma,



rebulle
tu sueño alado



de
golondrina azabache,



no
perturba mi paso



tu
luminoso azar descorajinado,



en
sones del capataz del brillo primero.



Arde
no se colma mi vaso,



al
cantoral



fraguo
férreo lazo,



indivisible
alianza, comunión



de
ambos argentos astros,



como
entrelazan alba y ocaso,



pura
seda mi correr



de
atleta precipitado,



arrostró



mi
piedra espectral,



tu
brisa ya nunca más fría.



Alumbró
mi sien



el
fractal de frágil leño.



Y
desveló que todo es y fue



más
que un sueño.



Enmudecida
siembra tu garganta



lamo
la tierra boca a boca,



tu
raízsalvaje me toca,



como
verde planta a tu corazón invoca,



silvestre
y musical nuestra rosa azul canta,



henchido
de tu voz voy



mi
doncella escarlata.



 



 



El
Castellano



 



 



 



Oración
a la misa del alba,



revuela
una golondrina,



esquiva
los ramajes



cenizos
del fresno,



abre
monótona brisa



una
caricia de tierra



por
el musario cerro,



carrascas
afilan allí



sus
flores de piedra



para
dar sus bellotas,



ya
escondida la luna de seda,



aumenta
un zorzal su trino,



sube
entre rayos de sol



la
espuma de un desnudo álamo,



a
su raíz un precoz mamón



sonríe
al iris de nueva luz,



un
grillo chirría su nota



en
melancolía por nuevo cierzo,



la
encina secular



no
pierde atisbo de rigor



en
follaje,



como
nervudo verde



que
no llora,



la
retama grita al esparto



que
su amarillo impera,



plegaria
entre verdades del monte



un
nuevo esplendor



canta
la paz sepulcral del campo,



como
luminaria entre río reverdecido



en
tapiz de terruño arado,



aria
dolida en arrebol



de
sollozo verde,



lento
abre su retoño la tierra.



Entre
vid de nueva espera.



 



El
Castellano



 



Quiero
mantener



mi
suerte segura,



como
hondas imágenes



en
frío lacustre.



Agua
de labriego, sordo.



Eco
en árbol de sigiloso azar.



Hombre
al menos



en
terrazgo seguro



al
pie de bandoneón,



clavando
cigarra



a
su escarcha afligida,



manos
trabajen



la
melodía



a
tu voz morena.



Primor
en viento



de
mi sepulcral prestancia,



tierra
o ceniza



eternal
mármol turbado



de
vida atada a tu vida



y
perseverante esencia.



Árbol
de luz y acento,



revuelo
a tu son



el
mundo no trasplante.



dulces
sueños



sones
flamígeros te aguarden



en
su seno.



Suelo
en miel



de
nota obscura,



guerra,
oh gran momento,



rizar
mis ascuas al viento,



hoja
que tu filial enmarca,



verdecido
mamón,



yesca
su sangre;



invadido
por substancia



de
tu irisada voz en letra fraguada.



Resonancia
de altivos lares,



fecundos...



Llevo
verdecida mi sangre,



Asaltando
el trigo mis ojos,



palabra
con sonido



eterna
herida



resuena
que sigo en ti



como
aromo de flor



y
curva pitanza corva,



redimido
a la abeja



el
avispero ya no zigzaguea,



abre
cariño tu senda,



nácar
dispuesto y frágil



al
candor de mi cóncava vena.



Para
cosechar mi pena, mi cruz



y
mi condena.



 



 



 



 



El
Castellano



 



Mi alma vespertina:



Anubló la tarde,



su
grillo bruñó su último acorde,



el
día escapaba deprisa.



Con
perfil de cerro viejo,



desfalleciente
rebrota un viejo hinojo,



su
tallo de nuevo anís resurgido



de
entre sus escamas anuales.



Lentamente
un charco se apodera



del
sueño del paisaje,



todo
siente que su agua no miente;



nostalgia
entre borrones de savia nueva,



caminos
se perdieron entre retazos su verde sien.



Mi
corazón



por
mamones de carrasquillo,



entre
ensalmos de romero silvestre,



entre
rosas caninas de añiles fauces,



vendería
mi dicha ya cansada,



por
su prosperidad,



lejos
su tierra que ellos querían,



dime
mamón de almendro



si
yo todo hice hasta pedir permiso



en
tiesto mi patio de la araña



acogeréis
vuestra segunda vida pautada,



esclavitud
sumisa de compostaje superior.



Alto
ventano os puse a todos



mis
hijos adoptados.



La
fortuna os reverdezca.



El
desencanto final no hallaréis,



por
oscuro redil de mi cuidado,



os
descienda la gloria.



Sórdido
plano en tierra nueva,



de
ocaso desnudo con infinita alba,



mi
mano brindó por vosotros



con
sueños sin cruz



encima
mi pecho.



Mis
hijos invernales os ofrezco mis cantos



y
sangre de esta tarde muerta,



sois
más nobles hoy que si nunca os hubiese desterrado.



Enjutez
en cobre irisado, un sol de trapo,



frondazón
del musario cerro



que
indemnes, os vio nacer.



Volar
mis criaturas sin osar



el
cielo de las plantas.



 



 



 



El
Castellano y Leannán.Sídhe:





 



 








 








 








 



 



 








 







 








 








 



 



 








 








 








 








 








 








 








 








 








 



Litigio
crepuscular
:



I-                                       
1/09/2016



·        
 



Mi
polilla desvencijada



nace
del espejo que crepita



una
boca de esfera y su artificio,



revoloteos
en torno a la bombilla



que
más quisiera ser ella la estrella



que
te atrae



tu
noctámbula sed



de
espinas blandidas,



un
viento lunar se reposa



en
mi ventana,



siega
del mar oscuro



que
todo tiñe de malva nocturno,



hoy
estoy aquí



ante
ustedes cigarros



para
latir



y
que vuestro color



sea
expulsado,



recibo
que acuso



ponlo
en mi pierna



caminaré
el infierno



por
si consigo pagarlo



con
mi sangre algún día,



serrana
se torna mi almohada



de
su musgo y lozano rostro,



por
el canto de este caracol



que
ya no late se quedó seco



en
su intento,



es
una luna menguante



y
su aguacero litigio áspero,



un
iris y un prisma lejano



es
mi hombría un surco



en
mi jardín de cementerio



por
el frío rígido



y
sus cristales de hueso



de
un sol



que
le enfadaba su luz.



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



II
19-1-2019








Nuestro
tiempo derretía



como
oscura poesía,



hermoseaba
una melodía



de
tu voz serena;



en
virtud y nota



de
un salve a tu condena



que
hollaba.



Con
inspiración sublime húmeda,



se
arrostraban tus azules labios,



fuego
sacro, oh musa



de
esplendor retirado,



cóncavo
cielo que más no habita.



Este
dolor sin manos, todo ojos



te
visualiza quebrando la lira



de
mi pecho naciente,



Vana
memoria, destierro evanescente,



placer
oía,



sucumbir
acaso al frente,



virtud
en sollozo,



por
oscuras sombras latiendo inerme



mi
dicha que relampagueaba,



esta
estación de hielo,



y
azabache nevado en la retina,



límpido
tu celaje golondrina nocturna,



brillas
bailando tu presencia ruda,



no
aseguro más que lo que no puedo conseguir



con
ímpetu esforzado,



esbelta
tu flor



brilla
fugaz su vaga huella,



que
enraíza tu candor de frente,



brava
fuente,



que
me brinda mi corona



de
brumosas tempestades.



III



Te
brindo y dejo mi destino incierto,



sobre
las zarzas de la tierra



de
mi camino,



armonía
solaz de ojos duros



y
nítidos,



silencio
expresivo, desunía;



santo
sueño,



su
quietud inabarcable que mío



su
transcurso que yo te miro,



mi
dama del pensamiento mío.



Sañudo
el arrebatarme,



el
designio inexorable,



mi
guardia implacable,



sentir
late eterno en y sobre la tierra,



en
su vientre profundiza



su
raíz de tiempo



que
es huella eterna, con infranqueable tapial,



a
esta luna canto,



su
aspereza que germina



invernal
siembra difunta.



Toda
sombra ella fulgura,



crepúsculo
esparce por colinas,



su
luz agrietada profundos lagares ilumina,



alma
de tierra acuso



en
ocaso que mece, y yace su digna,



inefable
espera.



 



 



El
Castellano



 



Esa luna que ama:





En la noche



como
etérea surtidora



de
azules, longevas aguas.



Esencia
de tiempo



y
su febril carcoma,



verdad
o mentira



todo
lo tuyo gira.



Ya
tus aguas en sustancia;



oscura
abre el seno



de
mi acrisolada fuente,



luz
de natura



a
sol oculto,



que
en mis manos crece.



Y
su noche aparece,



coge
este mi solcillo,



al
candor de arreboles,



dictarán
mi exilio,



amigos
a pie de página.



Gira
este solaz trompo espacial,



o
arduo ligamento severo



en
sentidos y sentires férreos.



Corazón
verdecido,



con
semblante déspota milenario,



acurruca
tu raíz salvaje,



como
fe firme



de
argento ángel,



tu
carne rememora el libro olvidado



de
tus falanges dictando,



tomo
brotando del destino insumiso,



endiosado
como púrpura de nieve roja,



azar
cromático



de
tu agua geométrica,



mi
musa cristalina.



 



 



El
Castellano



 



Armada
irreal
:












Miro tus ojos en los míos,

como crepitar enroscado

de enredadera

como filamentos que adhieren

mi retina.

Son luces bailando

en el rocío tus labios,

ensayando sones

de espirales en espera,

apacigua mi alba

sobre tu río,

de infranqueable seda;

desliza tu brillo por mi ensenada,

silencio mío de corbata,

deseo de cristal o divagar

jugando nuestras sombras,

camino o pensamiento,

anudar deslizando el viento

en tus mejillas,

recojo mi aliento

que marcha acariciando

tu mirar sereno,

vestigio de tu figura iluminada

por mis enajenados candiles

al rubor de astros.

Perdóname

sólo es mi amor

como reguero surcando el viento

de tu insondable palabra,

rayando fulgores en esfera fría,

rasgo perpetuo de inmarcable seña;

lienzo deslucido

ingrato cuan abarca mi espejismo

de acariciar tus ojos

si así danzo en la luna

de tu alma,

enseñándola que la quiero,

como a tus peces de cristal.





El Castellano



 



Bajo el signo de la luna Azabache:



 



I



Me
llama en la noche,



me
acaricia su recuerdo,



con
sus caricias desvanecerse



quiere;



y
renacer en la oscuridad



del
ocaso eterno.



Comprendiendo
y llevando dolor.



Yo
sin comprender su aparición.



Pero
recreando su alma viajera.



sueños
serán, pero cada día



la
siento más.



En
la belleza de imaginar



la
complazco con la sencilla palabra



de
amor a su alma



sin
cuerpo.



Que
me acompaña



desde
que sufro por el querer.



 



 



II



Te
busqué detrás de la estrella



más
brillante del azul eterno.



En
el suspiro de amor



que
corre y descansa



entre
la inmensidad de un parpadeo.



Entre
la oscuridad que alcanzó



a
ver la belleza que envuelve



tus
imaginadas piernas,



adentrándome
para reposar



siendo
una sombra más.



Y
te encontré en mi sueño



más
cálido, en el cielo encerrado



que
liberé.



En
la noche que mi amor corrió



en
tu flamígero seno,



y
te amé aunque fuese un día



en
la penumbra.



Para
así no olvidarte nunca.



 



III



Manantial
fulgente de inspiración



tu
mirada tierna sin compasión.



Matices
de esmeraldas



tu
pupila enfrentada con mi pupila.



La
golondrinera el aroma



de
tu piel frágil y esquiva,



con
sus amapolas amarillas



el
color de tu áureo.



Un
piropo, el suspiro



de
mi amor eterno.



Que
corre que escapa y vuelve



el
cosquilleo.



Tu
boca con mi boca bebiendo



del
mismo agua del deseo,



tu
piel con mi piel



avivando
el ascua



del
sentimiento preso.



 



IV



Resplandor
de auroras en los recovecos,



donde
se refugian mis ilusiones



en
mi pensamiento.



Tu
tez conoció mis manos



y
mis manos te moldearon para su recuero.



Eterna
batalla a la noche,



cuando
noto tu ausencia,



la
noche que galopa



y
yo con palabras sufridas,



de
nuestra vida sentida.



Ya
no hay felicidad entregada



con
besos y roce de nuestros cuerpos,



medida
y entregada,



ya
no te buscaré en esa nostalgia.



Me
enamoré de la vida



y
nada me falta



porque
todo me llena.



Te
volviste a pasear por mis sueños,



y
en ellos nos reconciliamos.



Vuelve
a mí el dulce tormento



para
vivir soñando



con
el recuerdo.



Y
amarte soñando despierto.



 



V



Noche
en vela de navegante



sin
destino,



noche
despertada,



por
la luna.



Y
acariciada por sonrisas de estrellas,



cercanas
y lejanas



según
sean miradas,



a
través de la copa de sangre



o
con la nostalgia del corazón.



Luz
a la vela que ilumina la pluma;



tinta
de ánima mezclada



con
los recuerdos de una vida a tu compañía,



pasada,
con hielo y fuego, con besos



huidizos
y fulgentes,



eternos
y efímeros,



con
sueños rotos,



y
días de amor



a
la sombra de tu reflejo,



disuelto
por el embiste del tiempo,



que
partió mi corazón en dos y un cuarto,



en
el que me alimenté de las rosas



y
flores desangradas.



La
copa de sangre



en
recuerdo



de
una sonrisa que resplandeció.



 



VI



Amada
mía te escribo esta noche invernada



detrás
de la estrella apagada



que
yo te amo amada.



Luna
mía, tú mi flor que brilla



luces
bonita, estrellita mía



sólo
tú eres mi vida



runa
azabache mía,



jamás
se apagará tu boquita,



que
llama a la mía.



mía
sólo mía,



mi
flor de luna



sólo
para mí encendida.



Yo
nací para tus ojos,



madera
de los cipreses.



Yo
sólo soy escarabajito,



yo
camino despacito



de
tu mano, duermo contigo.



 



 



 



VII



Sólo
soy lo que tus ojos



dicen
de mí.



Sólo
soy amor, vivo en ti;



yo
nací de un rayo de sol,



dije
soy fuego sin más razón;



de
mí la sangre huyó,



yo
sólo viví como flor



al
muerto le di helor,



porque
yo viví solo, solo



como
vive la flor



pero
ni aroma tuve



ni
tuve color,



sólo
tuve polen carmín rojo,



que
a la tierra llegó.



 



VIII



Muerto
vivo, si no te miro;



luna
muerta vi encender



y a
mí llegó.



Para
yo decir viví, fui, amé,



reí,
y con su amor



digno
orgulloso sucumbí,



hasta
de su boca morí



pero
un día desperté



frío
como sol que fui



y
ella huyó de mí.



Así
mi condena



cuando
yo muero,



ella
vive por mí.



 



IX



Amada
inspiración lejana



o
cercana, según seas mirada,



del
interior embelesada



alma
de mi alma,



espíritu
sin nombre.



Destello
sin horizonte.



Luz
atraída cual estela indefinida,



venda
que el ojo no vea;



orilla
de mi barcaza,



sin
suspiro, ni terraza



cruel
hornaza,



letanía
sin lejanía.



Ni
caricia existe



sin
manos que te modelen cual arcilla,



lugar
de mi lugar sin hallar;



bello
templo tu mirar.



Ni
beso existe sin sentimiento inicial.



quién
afortunado



que
en mitad de la rima,



muriese
para no cesar.



 



El
Castellano



 



 



 









 



FINAL



 



 



 




Contenido


A Musa. 2


Culto de
mi cultivar
. 4


OSCURIDAD
GERMINA
. 6


VENA DE
LOS CIELOS SOTERRADOS
. 11


Silbido de
la sangre
. 13


Sin luz
late brillante oscuridad 13-1-2019
. 15


Brillante
oscuridad 13-1-2017:
16


Trilla mi
idea 23-12-2016
. 18


Redención
sagrada
. 20


Elogio en
sombra
. 55


Anisar tu
honda presencia
. 57


Rostro
beso de vieja herida
. 58


Vespertina
verdecida
. 59


Criatura
en el alba
. 61


Gloria
oscura inédita 2015
. 62


Como ciega
figura contesta tu presencia
. 65


Mi mujer
fantasma
. 68


Litigio de
iris sediento
. 71


Sol
creciente
. 73


Poema de
misteriosa fronda
. 74


Vestal en
llamas
. 76


Caballero
solar
. 77


Astronomía. 78


Historia. 78


Añejo,
extenso afán entregues ni fíes venidero
. 78


Impoluta,
rauda estela
. 79


Como tocar
la luz de tu voz
. 81


Mamones
(versos), el Oficio
. 85


mamón, a. 87


Por mi
olmo, Insurrección 04\2016 Reedición
. 89


Paisaje tu
claro mirar
. 94


Tesituras afables,
filo inexpugnable
. 95


Candor en
raíz
. 98


Puridad en
crisálida
. 101


Exul umbra. 103


Alacridad
empírea
. 104


Lebrela tu
labrada estela
. 106


Hondo
crepitar completo
. 108


Pétalos
flamígeros
. 115


Fuente de
tu ánima
. 116


Rubor
quebradizo
. 118


Azur. 119


Canto a la
fuerza de la naturaleza
. 121


La una
petrificada 2016
. 124


Añil
remembranza
. 128


Lividez
carmesí 2017 reedición
. 146


Cerrojillos
dormidos II
150


Semblanza
etérea
. 152


Oda pasada
a limpio en 2009
. 154


ODA A LOS
CAMPOS DE CASTILLA
. 155


Panida
mirada
. 157


Telégrafo
dicta, ordena avance
. 161


Cuchillo
de doble cara II
164


Halo
umbrío
. 166


Dispuesta
égida forma celada
. 168


Poemas
inicio 2016
. 171


Compilación
2018
. 180


Mi alma
vespertina
. 187


Litigio
crepuscular
. 194


Esa luna
que ama
. 198


Armada
irreal
199


Bajo el
signo de la luna Azabache:
200


 




 

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