sábado, 10 de diciembre de 2022

PECHO EN HIERRO MONTADO Formando Triarii

 


PECHO EN HIERRO MONTADO:



 

Infiere de nocturna flor

nuestra cabida de luz vana,

un día será el siglo de matices

con su avenida escalonada,

suerte en mimbre de tus estrellas

en mis pupilas,

desafíame el lucero

mi malva runa,

satina mi firmamento de lunas,

llega donde no llegan las enredaderas

de mis vilos noctámbulos,

soy enfrentamiento con mi existencia por ti

partida, vestirán las flores mi magia,

para florecer madrugando,

y que su espera me sepa bella, clara

como el osar brotado en primavera,

centella que gasta tu ambrosía amada

cobrando a mis cerrojillos nacidos del alba,

argos sumos en luceros despertando sus arañas,

nubes cabalga, aire sostiene tocando mi esqueleto,

Campos de Castilla, saturnales labradores,

abrid la tierra espera nuestro fruto de nuestras lágrimas

en acequias, hasta que llore el sudor de nuestras manos,

y las matas canten el fragor de nuestras bocas,

¿Quién me conoce en estas sierras de hoz y guadaña?

Yo soy el encargado de abrir los cielos

hasta que lloren, soy el que despierta a la semilla,

y grita flores con sigilo de chopo me guardo,

y entre rayos de bruma desciendo

hasta mi tierra madre de las sepulturas

de los abrojos creados,

pecho en hierro montado

soy esclavo de mis ojos liberados,

desafiando al viento creyéndole hermano,

soy la vida que me falta por escribir en bronce,

soy sangre, destello que mueve

la hoguera de mi escarcha.

¿Quién viene hoy por mi escala?


II y III

Es como tu extasía,

avidez en labio de fuego,

escala celeste sin retorno,

tu vida entrando a la mía,

la verdadera revelación sinfónica,

todo creí en fugarme del infierno,

la notoria cuestión,

primero debería haber ingresado voluntario,

sí, para darle más emoción,

era una energía

que me baila sin freno,

como fecundar toda belleza a través mis ojos,

tocar el sonido era otra asignatura,

derretir colores traspuestos

a la llenez de mi gozo explícito,

oh, sombra juré un día te alcanzaría

y hoy vengo con mi coraza de pecho

en hierro montado, 

sangre, sangre color añíl,

mercuri facundes Quasi naves,

aere perennius,

malva luna, por ella canto,

a la lluvia abre copón ya mi arrida primavera,

oh ese veris dilectus tui et melieribus,

oh virgen primavera,

amada tú entre todas o, parcas flores,

danzando virginal en tu mente,

tejido el momento acaricio mi diosa araña,

bienvenidos al color,

venimos del granate lustre postrado,

apostando el verdín de luna,

una, sola como ella ninguna,

quiso ser estrella,

para mí es la más bella,

derrito colores , los acaricio, fundo esencias,

vamos al azur hermoso,

ámame esta noche cuclillos ya duermen,

hazme sonido de imagen,

afíncame en tu palpitar sereno,

llama a mi nombre,

no soy ni cortés

ni cobarde,

los valientes morimos en triarii

los cobardes muerden más tarde,

oh avanzada,

catafracta, abro el sendero para conseguir

el eros, la magia necesito dominar,

muéstrame tu día,

construiré la nueva osadía,

mantente, 

exclama que eres comunión de éter,

no moriré sin juntarte 

cada cual tiene un sentido y destino incandescente,

gloria ardiente, umbral desmembrado,

estamos rompiendo el nueve,

y continuidad dando vida

al principio sin final anunciado,

oh dulce tormento

miel de dioses estado quo.


 

El Castellano



IV


Silbido de la sangre:

 

Claman verdades de la tierra

por nacer y resurgir

la quietud estameña,

sobre la misma tierra

el eterno ciclo de la vida,

como traje de la mujer soñada,

muerte en memoria hilando recuerdo vano.

Resurrección como caminillo de hormigas

por la soberbia de la simiente al albor

de sangre sin condición.

Yo soy por siempre

miel de infortunio desaconsejado.

Así como dura sonrisa y guiño besado.

Al azar de la existencia

efímera esencia del crepúsculo más sonrojado;

apellido y nombre que nada representa

como resplandor de la centella

vil chisporroteo sin sonar,

cargo el silencio y el infinito de mi verbo

a lomo de frialdad en escama

resopló en la montaña sin nombre

latido de mi húmeda lombriz azulada,

de mi tierra que jamás tuvo dueño

latido sin final

agua de manantial núbil destelleo,

va girando mi vida por enraizar

yo soy siempre

sendero de sierpecilla inútil,

con el manto de su desnudez violenta.

El eterno comienzo sin final

aullido del viento, arena en una gota de lluvia,

hoguera crepitando la tierra del volcán.

Río que acaba y resurge del mar,

ese soy yo siempre por despertar.

 

 

El Castellano y Leannán-Sídhe

14-1-2019


V

FLORECIDO MARMOL:


Florecido mármol:

 

Días oscuros en la plaza del Sol,

abrirse pudiera entre rayos regentados

matices soslayados, fauces brillantes,

y candados de luces, humilde haz,

purpúreo al tacto, suave nube rígida

impalpable entre ocasos azules,

y leones grises,

con tacto terciopelo

una vida de amor eterno,

ola infame viene crispando

metales y fuentes, soberanos eclipses

que el viento nocturno navega y juega;

soledad atónita entre enjambres de gentes,

confiante sentirse bajo el Sol humilde,

espumas de ángulos fugaces,

me palpita amplio con serena voz

desangelada, la vida del hielo,

helor entre escarchas,

y su vorágine de cementerio.

serpear entre raíces ahogadas,

afluidas esperanzas unidas

en el trasiego.

con el viento te digo

que no te olvido ni muerto,

no surcaré sus vetustas alas

ni enterraré mis ilusiones

en sus jardines de albas

y hiedras voraces.

Entre ortigas que abren insomnios

fugaces colaterales

donde exista el acero y ala de pecho,

dormiré en los siglos de tus ojos,

entre turbios cipreses con sabor a luna,

entre la grama reposaré mi razón,

despertando habitando mis granates

huéspedes de mi corazón.

 

 

El Castellano

VI
LITIGIO DE IRIS SEDIENTO:

El Principio estaba en la Colina.

Un hecho,

claridad de brea encendida,

o transparencia de pez de cristal.

Timón enfurecido

que tormenta iracunda tizna,

Cuervo en el alma

mi ser alzo, prendo,

mi idea luce

cual hollín de azabache tuviera,

gragea mi voz un crascitar

de mi señor Baco,

persona de garabato nombro a sombra latiente,

acaso opacidad de materia cuidase,

sacrificador mi tiento.

Sonetada su parda sepultura.

Falte mi ley, sonará la albilla.

Diablo aguador mi buen Luciente;

cordobán, recuerdo de soleta,

no me faltará maceta,

Parnaso que ya cae asaetado,

cisnes negros,

de Apolo,

cuidados como vellón descendía su grajo.

Musario monte yo he sembrado.

Yo, pensamiento y porfía guardo,

me los retiemble

el Sol lucido,

ninguno estribe

mi mesura,

Señora, valerme quiera,

ni peligroso

el tiempo Bárbaro se me pareciera.

 

 

Förüq

 

VII

Sol creciente:

Destapa mi tiniebla pura, tibia, serena,

Sol refulxit umbra refulgens,

noche que tus luces breves

duermen el sosiego del asfalto,

plomiza, la música de tus ojos,

funde sus calores mi niebla matutina,

Sol de trece estrellas

acoges tus lenguas de amores,

fuegos irisados a siempre reinar,

el camino de la vida,

y sus fauces sigilosas descienden,

camino de esta bruma

que el mundo extiende,

sin nombre no te busco,

te encuentro, en la cumbre

de toda montaña,

en la concavidad de tu luz que entraña,

desvelo del despierto; fundición de mares,

nacimiento de desnacer nos alumbre,

la vida de solaz muerte,

amor flagrante de lumbre,

vestigio en ascua sin final

ni honda luna secuaz,

odisea en parajes de temprana escarcha,

oh sol de soles, ¿por qué tu osadía de seco tajo?

El nervio de mi ballesta tensa

mi Dios sin nombre sepulta

y aviva mi grana brasa,

la tierra cruzará un día tus fuegos

azules, despiertos,

tumulto de quien te vio castizo,

el tiempo se fuelló,

brotaron entrañas de la tierra

sombras densas que apabullaron,

sólo las golondrinas danzaron

y las mismas espinas me arrancaron

el corazón.

Sobre la grama viene a descansar.

 

El Castellano

 

 VIII

 

Poema de misteriosa fronda:

 

Traigo de mi alma

una incrédula, runa o extraña poesía,

entre un capítulo de tierra y viril llanto,

seco abrojo regio en cumbre de plegaria,

culto de mi cultivar

a lo habitado tras mis sentidos inermes,

llana música afligida,

entre virgen llena de mi Pesar

que mi brazo aguerrido no amancilla

ni mancha en vano,

silencio esquilmado

escondido de mi alma traigo,

vislumbra mi trazo

la solitaria musa de su araña

por impía herida

traigo mis soles de caléndula.

Melancolía hija del siglo venidero,

alzo beso su belleza

sin honroso templo desnudo,

lucha diaria enajeno

al pie de este soto,

viperina sierpe

su aspereza alcanzo,

placer de mis dioses arregazo,

todo es bruma siempre gris,

esfuma mi lecho real

de sangre gualda,

mi directa pluma,

nimbo mis astros guardo

en sonrojada pupila,

misterio, azar o tinta

siderales los ensueños,

avanzo,

arrepentido de cuando no he elegido,

piedad aflora yerta,

y ante Lugh no se humilla,

apego mi faz

acuartelamiento entre rejillas;

y mi rostro penitente,

mi semblante pardo no cambio.

Fervor por el que prendo fuego

a este sueño de orgullo seco,

Indefinida vida

sin rastro de su silueta,

con puerta florecida

custodiada por los mil alacranes

que puridad cuida,

por los Suelos

¡Levanta la frente!

 

 

El Castellano y Leannán-Sídhe a 21-12-2018

 

IX

Vestal en llamas:

Sueño de mi Vestal

mármol al pie del ámbar del alba

aromo lineado,

espuma de rosas balanceadas es tu mirada dama,

pies sedosos de cristales pulcros pulidos,

asestas mi mar innominada,

mi sueño no traiga el viento,

somnus versus littera

methaphora blanditia,

azur levanta.

Lejos donde la puerta mi amada,

irisada tallada,

ángel mío diga si sembrarla

a destellos la he pulido,

lejos muy lejos, ¿Dónde ahora?

esbelto suena su vuelo

sí en la sangre mis ojos.

Sí ha elegido,

cal y sal delineadas,

verde, amarillo, azul clareados

al vespertino brillo ungido,

alta como ella sola y mi nieve,

densa espuma de alevosía,

de pétalo intacto, sonrisa dura,

transparente, helada,

vidrio y azabache en escala,

llegar su alma puedo,

espada en pristila esencia,

sainé como pez de metal.

Sonora arboladura,

de frío intacto.

Gozo en término de arpón,

gruta o lux esquiva flox bellator,

otra vez si amansar la aurora,

rosa pétrea,

lanza de mis cenizas que laten.

 

 

 

El Castellano y Leannán-Sídhe a 20-12-2018

 

Caballero solar:

 

Mil ecos acogen mi beldad,

sangre en piedra negra

que abre extensa eterna noche.

Canto a tu pluma

de mineral candente,

abierto a nueva brea del mañana,

muros de mi Arlanza por tuerto rayo,

a la llamada del cerro estaba yo despierto,

últimos caminantes apostaron más que sus ojos.

Somnia de sacro labrador,

corazón de roble,

flamígera eternal savia

larga noche de pedrusco,

veo las flamas estrellas,

humo lento de dicha en círculo de piedras,

oscuras maderas, señor que de la guerra viene,

puntales llevo en la camisa azul,

el yunque soporífero reposa en tierra.

Es usted un capitán de tierra,

espejos de ámbar te acogen tu solo reflejo.

Lluvia encendida

y recuerdos entre niebla umbría.

Tempestad bajo tus pies señor,

Guillotina de las memorias de otoño.

Hijo y padre del Sol naciente,

cuidas tu caballo solar

en redil de tu morada en llamas.

 

El Castellano




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realeza de estrella