DESTELLEO DE ESTAMBRES:
Eran de noches eclipsadas
un fértil embrujo de sangre,
en los jardines que el aura gasta,
y sus notas de clarines reverdecidos,
un poema me alzaba la dicha,
entre gatos relamiéndose el hocico,
se construían torres al clamor
y su trasiego azulado,
serenidad en rostro de mi aljibe
preñado, sueños y vicisitudes alumbraba,
escalinatas al sosiego mañanero
que todo avanza.
Incolume , ferviente desdén
estre flores granates de sangre,
era mi sueño cojo abajo los años
que sembraban patios sin flores
sólo de versos, al menos eso.
Un beso sin mares de boca,
una caricicia sin pieles erizadas,
una escala al infinito horizonte
sólo para observar quieta mi desquicia,
como espina que sin rosa no se afila.
Fulgores efímeros, inusitados,
en superficies de charcos migratorios,
era feliz mi tordo rutilante
de mi jardín, en el que lo pequeño
es jactancioso y todo rige la ley suprema
de la belleza desnuda,
con tez de arcilla dolida.
el castellano Esteban
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