Silbido de la centella:
Claman verdades de la tierra por nacer y resurgir el eterno ciclo de la vida, muerte y resurrección de la simiente al albor de sangre sin condición yo soy por siempre Así como dura sonrisa y guiño al azar de la existencia efímera esencia apellido y nombre que nada representa como resplandor de la centella cargo el silencio y el infinito de mi verbo resopló en la montaña sin nombre de mi tierra que jamás tuvo dueño latido sin final agua de manantial va girando mi vida por enraizar yo soy siempre el eterno comienzo sin final aullido del viento hoguera crepitando la tierra del volcán Río que acaba y resurge del mar ese soy yo por despertar. Resurgir: Hoy las fuentes bullen los ríos desbordan las vidas dejan sus grises de invierno y sonríen al alba de la lluvia que toda vida mece sal al jardín ayer sembré mis ojos esperando que la tierra fuese sangre las raíces mi boca y la planta mi cuerpo para con longevidad imperial llegado el momento decir de este jardín yo no he muerto. El Castellano y Leannán-Sídhe
Vengo sin palabras,
de una lumbre celeste,
como fuego quemando hasta la verde hoja,cómo soñar, y pintarte sin arma, sin lenguaje,cómo hacer notar sin quemarme del vulgo,ser aire en alegría encendido,tierra de forrajes extensos,camino sin mar, y sin roca de mundo cierto,hacer sentirte, sintiéndome,sin las dulces cualidades que hiere y exponecada primavera, preludio de tu posesión certera,rosa azul que vibra, en su claro oscuro matinal.Pintarte lo hondo, sin tristeza, sin trabajo,sin palabras,profunda noche sin luna, sin el criqueolos grillos, que arropan los oídos insomnes,correr hacia la madriguera, con todos campos en flores,que en júbilo puedas llamarmecriatura hermana,raíz de silencio salvaje.Förüq castellano Miguel Esteban Martínez GarcíaLugar UME GuadalajaraA 5/01/2022
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