sábado, 8 de enero de 2022

Algunos no hemos muerto

 Primera edición española octubre 1957





Introducción:
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Éramos militares, en el frente oriental combatían millones de soldados más. Pero los los episodios que recoge este libro giran casi exclusivamente en torno a la vida de un pelotón. Un grupo de Asalto, con la forzada renovación de sus miembros, se apodera de estas páginas.
Son ellas, simplemente, la novela de un soldado.

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Sí hasta ahora nadie nos ha preguntado a nosotros, hombres de la División Azul, quiénes somos ni lo que buscábamos al ofrecer nuestra juventud a la guerra más dura que conoció la historia.
Nos llamaron locos al alistarnos, porque dejábamos la madre, la casa, y el porvenir y ... la vida a veces no tiene tanta importancia, la salud, y la patria, para correr al puesto que entre las legiones europeas teníamos reservado en la lucha distante; locos nos llamaron después, cuando supieron que en aquellas horribles jornadas las que bajo las noches sin estrellas, la temperatura y el fuego hacían del mundo un infierno, desobedecíamos a nuestros jefes para seguir soldados al sector ya rebasado, perdido; locos, cuando añorando las nieves de la vieja Rusia, soñando con las tumbas sin cruces de nuestros caídos, oímos resonar en nuestras entrañas el silencioso grito de la tremenda importancia de su sacrificio.
Sí llegará el día en el que, borradas las políticas, el mundo, comprendiendo nuestro magnífico impulso, nos brinde el tributo que merecemos.

- Las primeras lágrimas, los primeros luceros, combates horribles, frío sin nombre, luego todo ya incontable. Siluetas de delirio y atroces cuerpo a cuerpo... vencidos por la reacción vital de la existencia, una pereza sensual de los sentidos llegaba después.
Y en ella, un valle o río, una muchacha riendo o el suspiro de la madre.
Era el sueño de la patria. Sentimientos agridulces perdidos en la distancia, en la bruma de los recuerdos.
El sol adornando nuestra marcha vertical por los caminos de la humedad y la pólvora, por las viejas sendas del peligro. Meses enteros sin quitarse los calcetines, sin lavarnos apenas, llenos de piojos y hambre... éramos los caballeros de la nueva cruzada, los hombres del Nuevo Mundo en el que creíamos.
El filósofo, y tan sucio por dentro y por fuera, como el porquero,
se burla la muerte, se cuentan chistes verdes, se engulle de un bocado la miserable comida.
Ya todos iguales, ya todo igual. La vida en la guerra es regulada: se come, se duerme, se mata. Luego soñamos. Entre matar y soñar, van pasando los ataques, los hombres, el destino. Todo corre sin ritmo hacia la nada. Primero gritamos de gozo, luego posteamos las ruinas de nuestra propia derrota; parecíamos los pastores en un rebaño inmenso y atemorizado, éramos el uniforme, la nota, la ametralladora; luego fuimos quizá en la auténtica gloria del soldado, el músculo estornudo de la patria andando por las miserables estepas rusas, desharrapados, insensibles, endurecidos por la rabia callada del fracaso.
Todo esto es la vida nuestra en Rusia: esto es la narración quizá con mano torpe, de la áspera realidad de unos españoles frente a los ojos del mundo. Aspira a servir de esbozo a lo que sería la historia de la división Azul Española; aspira a contar sencillamente el paso de los Infantes de Iberia por tierras extrañas, hostiles la mayoría de las veces, hasta llegar a la gran Esquina de la muerte, allá en Nowgorod, el lago Ilmen y Possad, Krasny - Bor, y Wswad, la "bolsa" y Leningrado.
Allá fue, en aquellos maldecidos paisajes borrados por todas las tormentas __----___

en la palestra blanca -----

donde se erguía la coyuntura única del mundo moderno. 
Y allá, en el más angustioso de los silencios, quedarían los muertos de mi sangre y de mi raza.
Los Matías los que nacieron leones, capitanes de leones, titanes, capitanes de titanes.

***Recogida la introducción por Miguel Esteban Martínez García


1 comentario:

  1. [9/1 11:45] Marce: Hola. Buenos días Miguel, muy interesante el tema, pero a mí no me gusta, y no he entendido nunca la intervención de España en una guerra en la que no intervenimos debido a la falta de hombres, después de nuestra guerra civil, murieron muchos y los que quedaban, estaban encarcelados por motivos políticos.
    [9/1 11:50] Miguel Esteban Martínez G: Así es, pero sin la fuente de un libro de uno que vivió aquello poco se puede entender válido de esa cuestión
    [9/1 11:54] Miguel Esteban Martínez G: Como querer queso graso de vaca y para lograrlo sacar leche a todas las cabras
    [9/1 11:54] Miguel Esteban Martínez G: Buenos días
    [9/1 11:56] Marce: Solo participaron los de ideología fascista, alentados por el gobierno franquista, los hijos de los vencedores, y los que se exiliaron a Francia, donde fueron hechos prisioneros por los alemanes y obligados a luchar contra el comunismo soviets, la auténtica verdad yo la he leído en un libro de un excombatiente español que fue detenido en Francia y luchó, después escribió su Terrible aventura en un pequeño libro en francés, el no volvió nunca a España. Ese libro llegó a mis manos, en la casa de mis con suegros franceses y me encantó la narrativa, era este hombre el abuelo de mi nuera Corin, la mujer de mi hijo adoptado Etien.
    [9/1 12:00] Miguel Esteban Martínez G: El fascismo creo en principio defendía ideales humanos pero su práctica mal aplicada por violencia y salvages déspotas
    [9/1 12:00] Marce: Sobre las guerras, deben escribir autores de países neutrales, para no favorecer a ningún partido, lo demás, es pura propaganda política y no me gusta leer nada relacionado con el tema, mi ideología, es muy moderada y más bien centrista
    [9/1 12:00] Miguel Esteban Martínez G: Es diferencia clara con otras ideilogías
    [9/1 12:01] Miguel Esteban Martínez G: Claro
    [9/1 12:01] Miguel Esteban Martínez G: Y además de 1957
    [9/1 12:02] Miguel Esteban Martínez G: Pura propaganda belicosa
    [9/1 12:02] Miguel Esteban Martínez G: Aunque honesto y realista mucha ficción no vende parece
    [9/1 12:03] Marce: El fascismo jamás defendió eso, nació para dominar y someter al mundo los poderosos a los pobres y desheredados de la sociedad
    [9/1 12:03] Miguel Esteban Martínez G: Buen día Marce

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