Te leo, lejos de serenidad clara, concisa, cegadora,
esa, que posee y se otorga al difunto,
viviendo, siempre, pido lucha,
no te deseo me envuelvas ni abarques,
no te deseo, ni aunque veas dormida a mi alma,
mirarte, amargura, mi vida en torno lejana;
piedra de alma clara, pasión,
de ella, mi esencia herida de altas espinas,
profusas, beberé tu agua siempre,
nunca igual que la bebida ayer,
contemplaré mis calaveras,
y la bella silueta,
de tu forma tierna,
librándose de tortura, y turbios sin sabores.
Sin saberlo, la vida que para en vivo,
y la muerte se mantiene en lo muerto.
El viento que hoy me canta airoso,
por nunca me volverá a cantar.
Eso bien cierto tengo como que soy hombre,
no deserto d' esta lucha a enraizarme
desde tus venas,
a tu honroso corazón,
me preguntan el tañer de las campanas:
_¿Cuándo podré vivir, en y de tu sangre?
Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
A 3-01-2022
Lugar UME Guadalajara
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