miércoles, 12 de octubre de 2022

A las puertas del Averno

 










A LAS PUERTAS DEL AVERNO

 

Suspira mi mundo yerto,

hojas de mi árbol sin desmochar,

trenzado el vértice

voy hacia el límite,

sí allí donde la hoja se dobla

para comerse a sí misma,

tus héroes vueltos papel y polvo

pasado el tiempo,

yo soy el único que se mantiene vivo

en pie escribiendo,

para llegado el momento

arrasar y conquistar de nuevo,

constructor de poemas,

ardiendo en su fuego,

quebrando su lapicero,

exprimiendo las letras por dibujar,

inspiración del borde del papel,

alma con arrojo como ayer,

alimentando los espíritus que le hablan,

trenzando el humor muerto

en su canto como idiomas de los dioses,

muerto el tiempo sólo quedo yo

para derretir el horizonte en letras de malva,

para volver mágico el sonido,

y acampar el humano vivo,

puedes apagar de la radio no hablan de mí ni de ti,

resplandeciente fulgor de centella soy

alma en esencia, escritor muerto sin tiempo

yo soy tu elevada inspiración que te lleva

para forjar poemas de tus venas.

Y gritarle al oído que no he muerto.

 

Cuéntale, cuéntale al viento de este humor

que me trae preso,

por avenidas yertas, olvidadas del verso,

y sus ángeles estrellados,

humor vivo por fuerza celeste aguerrido,

ven, ven conmigo olvida tu camino,

seré luz avocada a la perdición de lo vivido,

conquistando, destruyendo y tejiendo

aliento de tu copa de vino,

era o es llegó mi tiempo,

de enhebrar palabras al olvido,

desmenuzar sentimientos

para tornarlos materia de saliva y aliento,

para destruir el momento,

yo centella del universo,

viene por tu beso labrado

en la estepa corriendo de la vereda a la rambla

dulce su estampa,

quebrada en el verso de hiel,

sembrada en la dulce palabra de miel,

indestructible esencia,

relámpago de la centella,

vida y vid de la quimera despierta,

guerra eterna por deslumbrar tu interior,

inspiración cercana

donde nace y late el amor,

humor trenzado, humor de ababol

ese por el que el humano encuentra su sol,

inspiración olvidada,

muda caricia,

tejida en el eco sordo,

de la oscuridad y su hálito desmembrado,

en espiral de vértice y umbral.

 

 

 

III

 

Sangre violeta cultivada en el seno de la entraña,

ese soy yo tu humor trenzado,

sin tejer palabras yertas por tus ojos dobladas,

más lla de la montaña

y del eco eterno de un tiempo desvanecido

en flor de niebla y umbral,

inspiración sin nombre ni apellido

tu demonio tejido,

jamás carcomido,

en el sino que te destapó poeta del viento

a lo que naces sin destino,

que no sea abordarme la calma y su vino,

destellos fugaces por conquistar

en la entraña de la ola de mar,

y en la niebla de la isla de Manx,

sí soy yo quien te habla de verdad

Leannán-Sídhe en tu mirar,

reina hada del bosque de las sombras

de la profundidad,

llegó tu suplicio dormido,

de enfrentarte a tu quimera despierta

y a tu manantial fulgente de inspiración,

yo tu humilde servidor,

un humilde escriba sin tiempo,

que te amo desde el albor,

quien mereció

tus besos escritos,

para volverlos flor,

tu humilde servidor,

del bosque al manantial de inspiración,

soy yo quien te mereció,

pregunta al viento que mi nombre te dejó,

Förüq sin condición

más que no sea dormirse

en tus besos sembrados de inspiración

dime tu demanda te cumpliré

sin tardanza siendo tuyo en albor de esperanza.

Vale seré solamente tuyo.

 

 

Suspiro por ti amor,

elevada conciencia de mi creación al albor

suspiro jamás yerto en flor,

soy yo eres tú un reino vivo

de ilusión,

por trenzar el hálito en el ascua,

que rige toda inspiración,

para el mundo venas de humo,

para mi mi realidad tejida en uno,

piel y verso sin razón,

elaborado amor

sí nacido del rayo de sol,

para poseer mi alma y corazón,

desvaneciendo mi dolor,

brotada mi lágrima carmín de fuego

desangrándose mi amor

acampado por todo el resquicio del alma y su flor,

enamorando hasta el hueso de mi esternón

pura llama sin razón mas que congelar el hálito silente,

lejos de común fuente desvelada muerta la sombra del horizonte

muerta la lanza y su fiebre,

quién contra mí soy invencible

soy ruído en el alma que te acampa

quien te besa llegada la una y media de tu madrugada,

quien en amor te acampa el alma,

llegada DE UN CONFÍN A HABITAR TU PECHO Y ESPALDA

no es tiempo de correr si no de desvanecer tu miedo

a florecer llegado el tiempo,

muerta tu araña soy yo quien te queda,

un mundo en tu vena,

un horizonte de estrellas,

limpias , puras, nacaradas,

sí soy yo quien te habla en albor,

tu hada fiel de la sombra,

Leannán-Sídhe

 

somos tú y yo presos de desvanecer el latido colgado al cielo,

de habitar el recuerdo en ilusiones y sueños ardiendo,

para vencer muerto el suplicio

en alma de verso y arrojo para ti mi sonrojo,

para decirte que soy yo quien te ama de verdad

muerta la espera soy yo

quien te queda.

Y yo soy quien te ama mi quimera,

poseyendo mi alma entera.

 

Mi alma anclada en gozo,

de que tú seas su ilusión verdadera,

quimera de piel y amable entrega,

soy tuyo hasta el tiempo

que me verá desvanecer a tu lado

naufragando mi barco,

hoy te visto de amaranto,

perfumada de rosa esquiva tu mirada,

para encender mi candil y su verso,

a ti estoy sujeto como el inicio del tiempo,

que jamás me verá desvanecer de tu puerto,

hoy avanzas mi canto,

para pintar de tu color su verso,

que ya no se retuerce ni retorcerá

muerto el beso,

queda servirte mi flor de hueso,

despierto

despierto mi reino vuelto el nuestro,

resumiendo el latido por ti confeso,

para resplandecer,

y que viva siempre nuestra luciérnaga de amor,

iluminando el abismo y su garra,

para ser yo quien te ama

mi Leana.

 

Quien te vistió el cielo

de todas las flores mi amada.

Preludio de tu posesión de alma esta mi quimera dispuesta,

para relucir mi vida quieta y su estampa que inverna,

muerta la calma y su abrojo de plata,

todo lo que queda es ella,

vida para el telar de mi letra,

despierto el alarido y su estampa cuelga,

muerta mi araña es ella quien queda,

para florecer el viento flores de sol latiendo,

y su bello campo de amor por deslumbrar al rey lucero,

era o no era llegó mi tiempo

desnudo el tiempo,

me visto de cuervo,

para volar su cielo,

mis violetas nocturnas caen en flor

junto con mis sentimientos,

para acampar el sonido y su destello,

soy yo quien quebró para ella el tiempo,

el horizonte gritaba su amor envuelto,

lloraba una primavera de nuevo,

soy yo el que escuchaba atento

fiel de su beso,

para mi no era invierno,

si su estampa relucía de nuevo,

era sin duda mi tiempo,

el de rajar el suelo

sembrando mi aliento,

despertando al muerto,

trepando la ilusión

en su pupila de hierro,

desmenuzado el latido

quedó que yo vivo

por el latido

que me mantiene en vilo,

a ella sujeto y preso,

para florecer en ella el beso

y mi caricia quedar proscrita

a su submundo de los condenados

así como su estampa brilla.

Nada que negar, nada que defender,

solo tu piel por escalar,

mantenme aparte

estoy rezando a mi mismo,

quién vendrá a sostenerme,

llegado mi punto final,

sólo un alma allí estará,

nada por dudar,

eres tú Leana mi verdad,

todo lo que hago correcto,

estampa de vid y cielo,

por aguantar,

el cielo por doblar,

llegado el final,

quién si no tú me sostendrá,

abismos afuera, todo por llegar,

sin nadie que nos juzgará

estaré a tu lado de verdad,

y la perfección de ese modo alcanzar,

desmochado mi demonio

en el lugar,

robado al tiempo tu suspiro nacido

por mi aliento enardecido,

eres tú quien me habla

yo quien te responde a garra, letra y poema

desde la entraña a la zarza,

y su espina ensamblada,

que yo soy quien te ama

y en verso te llama seré yo quien nos sostendrá

en el ocaso de la eternidad mi reina

señora hada.

 

Ahora llegado el final,

mi tiempo me sostendrá,

mi piel esquiva en tu boca se arrancará,

con el saber preso

que de tu aliento soy convicto,

mi hada Leanan

el viento de nuestro aliento queda repleto,

cayendo por la avenida del miedo

jamás mi aliento si no el color de mi verbo,

debatiendo si de malva o caléndula tornar el viento del firmamento,

para acampar en tu boca con el mejor beso,

sostenido mi tráslucido pío,

en el destino que a tu lado jamás me verá esquivo,

hilos de mi tiempo desvanecido

en la boca de la estrella por dibujar

con mi lengua,

una vez más mi estampa repleta con la tuya estará,

el ombligo del umbral se desmigaja vivo,

para rajar su entraña mi te amo

a flor de garra y rosal que acampa

mi humilde entraña,

floréceme el viento de nuevo,

seré yo quien allí estará,

sembrando en invierno sus mejores besos

del firmamento sedientos,

y sí nacieron estos abrojos míos versados

es y será para que alguien nos recuerde amor

por los siglos que nos vendrán.

 

Pacto de sangre consumado,

temblando,

el hálito dormido y su cielo con su grillo enarbolando

su canto a la luna sempiterna de antaño,

viste y vistió mi amaranto,

que colgado estoy de su manto,

vid de mi quimera por sembrar

su aliento vivo,

en la piedra del olvido,

muerdo yo lo vivido,

es y será mi sino,

blandiendo a la mitad del viento mi trino,

para llegar y conquistar el humor vivo,

hoy te descubrí preciosa mi compañera,

por entonar contigo quedó la letra,

tejiendo mi cauce sanguíneo,

tu estampa de sed por navegar mi camino,

por desnudar el alma contigo,

destruidas mis murallas de lo sentido,

queda el recorrido que tu lengua traza por mi nido,

para descubrir contigo el suspiro que avanza

por el camino,

ese que me trae perdido,

alzándote un firmamento de las flores de los valles por si vivo,

destapando mi secreto en tus labios,

desnudando el sentir preso,

ese que por tus cabellos cuelgo.

para amanecer en tu bella boca,

allí donde despierta el azabache de la noche.

 

 

 

 

 

Camino descalzo tu campo de rosas mi amada,

en espinas sus besos sangrientos,

forman ellas mi aliento,

a esta noche que las ilusiones se hacen cuarto y

tu boca es de amaranto, sólo nuestro amor hendido del cielo,

que nos sangró los sueños,

mi vida conquistará tu aliento,

allí donde la yedra escala el árbol,

y mi ser caiga preso de devorarte el sentimiento,

esta es mi vida que me late el verso

y por tus ojitos tengo mi firmamento,

ese por el que la noche es azul y el día amarillo,

para acampar hermoso el sonido,

y trenzar el álamo sin desmocharlo,

sólo allí el humor caerá trenzado,

por el aliento al viento

fluirá nuestro secreto,

de la posesión verdaderaa de tu aliento a mi alma

verdadera eres ilusión de fuego y bella quimera en verso,

voy allí al submundo de las almas

y te encuentro entera,

cómo no encontrarte si brillas entera,

hoy el nervio me avanza

por desnudar mi entraña

flor de niebla y umbral enamorado

hoy soy yo a tu lado,

y que el mundo gire y se estampe entero

que yo amor te seguiré perteneciendo.

 

 

 

 

Solo una vez se destapará el canto

quedando de los labios preso un sonido enarbolado

demente el hueso estallará grillos y sus huestes,

blandiendo a mi luna sempiterna de encanto atravesado,

ese por el que el sueño será encontrado,

mi vida te seguirá perteneciendo,

fiel de su caricia,

el hálito correrá sin disciplina,

allí solo allí tu caricia será sentida,

fiel de su alquimista que la vela y aguarda,

fiel de súplica su embestida,

es momento su araña cae tejida,

destapa la caricia dormida,

para acabar su vida

en la hoja de aquel árbol donde todo termina

me aguarda el reino de los valerosos versos,

hoy por hoy encuentro su calma

y me aborda su estampa,

para ser yo bajo tu entraña

quien tu ansia guarda,

sólo por tu vida mi mundo no caerá torcido,

mi bella mi adorada

mi musa de mi entraña enraízada,

soy el que ves que a tu beso llama,

quien te duerme en el cuerpo de tu cama,

floreciendo en piel y verso su entraña,

abierto su latido,

eres tú amada todo lo que yo poseo,

incendiada mi estampa,

eres tú lo que afila mi calma,

la ola de mi océano que clama,

muerta la hora, llegado el umbral

quién vendrá a sostenerme quién sostendrá mi navío

si tú eres lo que yo vivo,

y junto a ti partirá amada mi rumbo.

 

 

 

 

Estrellas fugaces me siembran tu caricia,

por los astros fugaces siendo mis nervios cómplices,

se destapa el velo arraso tu calma,

me cuelga tu amor a mi entraña,

vuelo por las ramas de este sentimiento de fuego

se afila mi verbo y te encuentro,

sueños deslizan mi cuerpo,

mi armadura es mi verso,

que crepita el beso,

acabando de ti deseoso,

lícito el momento de acabar bajo tus labios,

de nuevo tu piel incendio,

para estar bajo tus brazos ileso,

para ser vivo poeta de tus ojos,

el verso sea mi pluma,

la sangre mi tinta

y tu amor mi fuego,

para acabar de este sentimiento preso,

que da vida a mi hueso

viva el verso,

viva tu vida a la mía unida,

hoy descubro la avenida,

que no escapa sin caricia,

mi vida encendida,

no es tiempo de huída,

te sostengo fiel a mi súplica,

enciendo de tu cuerpo el brasero

y bajo tus ascuas me quemo,

para descubrir que soy vivo poeta bohemio enamorado,

hoy visto de besos el amaranto,

mi cuerpo es tu casa,

viva el verso,

hendido en sentimiento,

por la luna y su crucero,

por el cielo y mi lanza despierto,

hoy quemo el universo,

para quedar nosotros dos

en llamas envueltos,

no te dejaré escapar,

con mis versos flamearás,

vida a mi vida sujeta,

por los cielos descrita,

y su plomo deja de serlo,

para ser nubes cargadas de besos,

sólo una vez en la vida tu caricia queda descrita,

sólo una vez en la vida nazco para morir en tu boca,

devuélveme a la vida lucharé por los dos,

sin despedida, sin desquicia,

el verso brillará más que antaño,

el océano le quedará pequeño,

seré tu dueño,

a la noche que reinan las estrellas,

vivirá siempre nuestra luciérnaga,

de la luz su caricia,

conquisto el cielo

para que viva siempre mi verso,

y soñando te encuentro al calor de los luceros,

la luz se desdobla para parir

nuestra hija de oscuridad.

 

El Castellano y Leannán-Sidhe

 

 

Leana T ,

 

Suspira mi mundo yerto,

 

hojas de mi árbol sin desmochar,

trenzado el vértice

voy hacia el límite,

sí allí donde la hoja se dobla

para comerse a sí misma,

tus héroes vueltos papel y polvo

pasado el tiempo,

yo soy el único que se mantiene vivo

en pie escribiendo,

para llegado el momento

arrasar y conquistar de nuevo,

constructor de poemas,

ardiendo en su fuego,

quebrando su lapicero,

exprimiendo las letras por dibujar,

inspiración del borde del papel,

alma con arrojo como ayer,

alimentando los espíritus que le hablan,

trenzando el humor muerto

en su canto como idiomas de los dioses,

muerto el tiempo sólo quedo yo

para derretir el horizonte en letras de malva,

para volver mágico el sonido,

y acampar el humano vivo,

puedes apagar de la radio no hablan de mí ni de ti,

resplandeciente fulgor de centella soy

alma en esencia, escritor muerto sin tiempo

yo soy tu elevada inspiración que te lleva

para forjar poemas de tus venas.

Y gritarle al oído que no he muerto.

 

Cuéntale, cuéntale al viento de este humor

que me trae preso,

por avenidas yertas, olvidadas del verso,

y sus ángeles estrellados,

humor vivo por fuerza celeste aguerrido,

ven, ven conmigo olvida tu camino,

seré luz avocada a la perdición de lo vivido,

conquistando, destruyendo y tejiendo

aliento de tu copa de vino,

era o es llegó mi tiempo,

de enhebrar palabras al olvido,

desmenuzar sentimientos

para tornarlos materia de saliva y aliento,

para destruir el momento,

yo centella del universo,

viene por tu beso labrado

en la estepa corriendo de la vereda a la rambla

dulce su estampa,

quebrada en el verso de hiel,

sembrada en la dulce palabra de miel,

indestructible esencia,

relámpago de la centella,

vida y vid de la quimera despierta,

guerra eterna por deslumbrar tu interior,

inspiración cercana

donde nace y late el amor,

humor trenzado, humor de ababol

ese por el que el humano encuentra su sol,

inspiración olvidada,

muda caricia,

tejida en el eco sordo,

de la oscuridad y su hálito desmembrado,

en espiral de vértice y umbral.

 

 

III

 

Sangre violeta cultivada en el seno de la entraña,

ese soy yo tu humor trenzado,

sin tejer palabras yertas por tus ojos dobladas,

más allá de la montaña

y del eco eterno de un tiempo desvanecido

en flor de niebla y umbral,

inspiración sin nombre ni apellido

tu demonio tejido,

jamás carcomido,

en el sino que te destapó poeta del viento

a lo que naces sin destino,

que no sea abordarme la calma y su vino,

destellos fugaces por conquistar

en la entraña de la ola de mar,

y en la niebla de la isla de Manx,

sí soy yo quien te habla de verdad

Leannán-Sídhe en tu mirar,

reina hada del bosque de las sombras

de la profundidad,

llegó tu suplicio dormido,

de enfrentarte a tu quimera despierta

y a tu manantial fulgente de inspiración,

yo tu humilde servidor,

un humilde escriba sin tiempo,

que te amo desde el albor,

quien mereció

tus besos escritos,

para volverlos flor,

tu humilde servidor,

del bosque al manantial de inspiración,

soy yo quien te mereció,

pregunta al viento que mi nombre te dejó,

Förüq sin condición

más que no sea dormirse

en tus besos sembrados de inspiración

dime tu demanda te cumpliré

sin tardanza siendo tuyo en albor de esperanza.

Vale seré solamente tuyo.

 

Suspiro por ti amor,

elevada conciencia de mi creación al albor

suspiro jamás yerto en flor,

soy yo eres tú un reino vivo

de ilusión,

por trenzar el hálito en el ascua,

que rige toda inspiración,

para el mundo venas de humo,

para mi mi realidad tejida en uno,

piel y verso sin razón,

elaborado amor

sí nacido del rayo de sol,

para poseer mi alma y corazón,

desvaneciendo mi dolor,

brotada mi lágrima carmín de fuego

desangrándose mi amor

acampado por todo el resquicio del alma y su flor,

enamorando hasta el hueso de mi esternón

pura llama sin razón mas que congelar el hálito silente,

lejos de común fuente desvelada muerta la sombra del horizonte

muerta la lanza y su fiebre,

quién contra mí soy invencible

soy ruído en el alma que te acampa

quien te besa llegada la una y media de tu madrugada,

quien en amor te acampa el alma,

llegada de un confín a habitar tu pecho y espalda

no es tiempo de correr si no de desvanecer tu miedo

a florecer llegado el tiempo,

muerta tu araña soy yo quien te queda,

un mundo en tu vena,

un horizonte de estrellas,

limpias , puras, nacaradas,

sí soy yo quien te habla en albor,

tu hada fiel de la sombra,

 

Leannán-Sídhe

somos tú y yo presos de desvanecer el latido colgado al cielo,

de habitar el recuerdo en ilusiones y sueños ardiendo,

para vencer muerto el suplicio

en alma de verso y arrojo para ti mi sonrojo,

para decirte que soy yo quien te ama de verdad

muerta la espera soy yo

quien te queda.

Y yo soy quien te ama mi quimera,

poseyendo mi alma entera.

Mi alma anclada en gozo,

de que tú seas su ilusión verdadera,

quimera de piel y amable entrega,

soy tuyo hasta el tiempo

que me verá desvanecer a tu lado

naufragando mi barco,

hoy te visto de amaranto,

perfumada de rosa esquiva tu mirada,

para encender mi candil y su verso,

a ti estoy sujeto como el inicio del tiempo,

que jamás me verá desvanecer de tu puerto

hoy avanzas mi canto,

para pintar de tu color su verso,

que ya no se retuerce ni retorcerá

muerto el beso,

queda servirte mi flor de hueso,

despierto

despierto mi reino vuelto el nuestro,

resumiendo el latido por ti confeso,

para resplandecer,

y que viva siempre nuestra luciérnaga de amor,

iluminando el abismo y su garra,

para ser yo quien te ama

mi Leana.

Quien te vistió el cielo

de todas las flores mi amada.

 

Preludio de tu posesión de alma esta mi quimera dispuesta,

para relucir mi vida quieta y su estampa que inverna,

muerta la calma y su abrojo de plata,

todo lo que queda es ella,

vida para el telar de mi letra,

despierto el alarido y su estampa cuelga,

muerta mi araña es ella quien queda,

para florecer el viento flores de sol latiendo,

y su bello campo de amor por deslumbrar al rey lucero,

era o no era llegó mi tiempo

desnudo el tiempo,

me visto de cuervo,

para volar su cielo,

mis violetas nocturnas caen en flor

junto con mis sentimientos,

para acampar el sonido y su destello,

soy yo quien quebró para ella el tiempo,

el horizonte gritaba su amor envuelto,

lloraba una primavera de nuevo,

soy yo el que escuchaba atento

fiel de su beso,

para mi no era invierno,

si su estampa relucía de nuevo,

era sin duda mi tiempo,

el de rajar el suelo

sembrando mi aliento,

despertando al muerto,

trepando la ilusión

en su pupila de hierro,

desmenuzado el latido

quedó que yo vivo

por el latido

que me mantiene en vilo,

a ella sujeto y preso,

para florecer en ella el beso

y mi caricia quedar proscrita

a su submundo de los condenados

así como su estampa brilla.

 

Nada que negar, nada que defender,

solo tu piel por escalar,

mantenme aparte

estoy rezando a mi mismo,

quién vendrá a sostenerme,

llegado mi punto final,

sólo un alma allí estará,

nada por dudar,

eres tú Leana mi verdad,

todo lo que hago correcto,

estampa de vid y cielo,

por aguantar,

el cielo por doblar,

llegado el final,

quién si no tú me sostendrá,

abismos afuera, todo por llegar,

sin nadie que nos juzgará

estaré a tu lado de verdad,

y la perfección de ese modo alcanzar,

desmochado mi demonio

en el lugar,

robado al tiempo tu suspiro nacido

por mi aliento enardecido,

eres tú quien me habla

yo quien te responde a garra, letra y poema

desde la entraña a la zarza,

y su espina ensamblada,

que yo soy quien te ama

y en verso te llama seré yo quien nos sostendrá

en el ocaso de la eternidad mi reina

señora hada.

 

Ahora llegado el final,

mi tiempo me sostendrá,

mi piel esquiva en tu boca se arrancará,

con el saber preso

que de tu aliento soy convicto,

mi hada Leanan

el viento de nuestro aliento queda repleto,

cayendo por la avenida del miedo

jamás mi aliento si no el color de mi verbo,

debatiendo si de malva o caléndula tornar el viento del firmamento,

para acampar en tu boca con el mejor beso,

sostenido mi traslúcido pío,

en el destino que a tu lado jamás me verá esquivo,

hilos de mi tiempo desvanecido

en la boca de la estrella por dibujar

con mi lengua,

una vez más mi estampa repleta con la tuya estará,

el ombligo del umbral se desmigaja vivo,

para rajar su entraña mi te amo

a flor de garra y rosal que acampa

mi humilde entraña,

a esplender el viento de nuevo,

seré yo quien allí estará,

sembrando en invierno sus mejores besos

del firmamento sedientos,

y sí nacieron estos abrojos míos versados

es y será para que alguien nos recuerde amor

por los siglos que nos vendrán.

 

Pacto de sangre consumado,

temblando,

el hálito dormido y su cielo con su grillo enarbolando

su canto a la luna sempiterna de antaño,

viste y vistió mi amaranto,

que colgado estoy de su manto,

vid de mi quimera por sembrar

su aliento vivo,

en la piedra del olvido,

muerdo yo lo vivido,

es y será mi sino,

blandiendo a la mitad del viento mi trino,

para llegar y conquistar el humor vivo,

hoy te descubrí preciosa mi compañera,

por entonar contigo quedó la letra,

tejiendo mi cauce sanguíneo,

tu estampa de sed por navegar mi camino,

por desnudar el alma contigo,

destruidas mis murallas de lo sentido,

queda el recorrido que tu lengua traza por mi nido,

para descubrir contigo el suspiro que avanza

por el camino,

ese que me trae perdido,

alzándote un firmamento de las flores de los valles por si vivo,

destapando mi secreto en tus labios,

desnudando el sentir preso,

ese que por tus cabellos cuelgo.

para amanecer en tu bella boca,

allí donde despierta el azabache de la noche.

 

Camino descalzo tu campo de rosas mi amada,

en espinas sus besos sangrientos,

forman ellas mi aliento,

a esta noche que las ilusiones se hacen cuarto y

tu boca es de amaranto, sólo nuestro amor hendido del cielo,

que nos sangró los sueños,

mi vida conquistará tu aliento,

allí donde la yedra escala el árbol,

y mi ser caiga preso de devorarte el sentimiento,

esta es mi vida que me late el verso

y por tus ojitos tengo mi firmamento,

ese por el que la noche es azul y el día amarillo,

para acampar hermoso el sonido,

y trenzar el álamo sin desmochar,

sólo allí el humor caerá trenzado,

por el aliento al viento

fluirá nuestro secreto,

de la posesión verdadera de tu aliento a mi alma

verdadera eres ilusión de fuego y bella quimera en verso,

voy allí al submundo de las almas

y te encuentro entera,

cómo no encontrarte si brillas entera,

hoy el nervio me avanza

por desnudar mi entraña

flor de niebla y umbral enamorado

hoy soy yo a tu lado,

y que el mundo gire y se estampe entero

que yo amor te seguiré perteneciendo.

 

 

Solo una vez se destapará el canto

quedando de los labios preso un sonido enarbolado

demente el hueso estallará grillos y sus huestes,

blandiendo a mi luna sempiterna de encanto atravesado,

ese por el que el sueño será encontrado,

mi vida te seguirá perteneciendo,

fiel de su caricia,

el hálito correrá sin disciplina,

allí solo allí tu caricia será sentida,

fiel de su alquimista que la vela y aguarda,

fiel de súplica su embestida,

es momento su araña cae tejida,

destapa la caricia dormida,

para acabar su vida

en la hoja de aquel árbol donde todo termina

me aguarda el reino de los valerosos versos,

hoy por hoy encuentro su calma

y me aborda su estampa,

para ser yo bajo tu entraña

quien tu ansia guarda,

sólo por tu vida mi mundo no caerá torcido,

mi bella mi adorada

mi musa de mi entraña enraizada,

soy el que ves que a tu beso llama,

quien te duerme en el cuerpo de tu cama,

floreciendo en piel y verso su entraña,

abierto su latido,

eres tú amada todo lo que yo poseo,

incendiada mi estampa,

eres tú lo que afila mi calma,

la ola de mi océano que clama,

muerta la hora, llegado el umbral

quién vendrá a sostenerme quién sostendrá mi navío

si tú eres lo que yo vivo,

y junto a ti partirá amada mi rumbo.

Estrellas fugaces me siembran tu caricia,

por los astros fugaces siendo mis nervios cómplices,

se destapa el velo arraso tu calma,

me cuelga tu amor a mi entraña,

vuelo por las ramas de este sentimiento de fuego

se afila mi verbo y te encuentro,

sueños deslizan mi cuerpo,

mi armadura es mi verso,

que crepita el beso,

acabando de ti deseoso,

lícito el momento de acabar bajo tus labios,

de nuevo tu piel incendio,

para estar bajo tus brazos ileso,

para ser vivo poeta de tus ojos,

el verso sea mi pluma,

la sangre mi tinta

y tu amor mi fuego,

para acabar de este sentimiento preso,

que da vida a mi hueso

viva el verso,

viva tu vida a la mía unida,

hoy descubro la avenida,

que no escapa sin caricia,

mi vida encendida,

no es tiempo de huida,

te sostengo fiel a mi súplica,

enciendo de tu cuerpo el brasero

y bajo tus ascuas me quemo,

para descubrir que soy vivo poeta bohemio enamorado,

hoy visto de besos el amaranto,

mi cuerpo es tu casa,

viva el verso,

hendido en sentimiento,

por la luna y su crucero,

por el cielo y mi lanza despierto,

hoy quemo el universo,

para quedar nosotros dos

en llamas envueltos,

no te dejaré escapar,

con mis versos flamearás,

vida a mi vida sujeta,

por los cielos descrita,

y su plomo deja de serlo,

para ser nubes cargadas de besos,

sólo una vez en la vida tu caricia queda descrita,

sólo una vez en la vida nazco para morir en tu boca,

devuélveme a la vida lucharé por los dos,

sin despedida, sin desquicia,

el verso brillará más que antaño,

el océano le quedará pequeño,

seré tu dueño,

a la noche que reinan las estrellas,

vivirá siempre nuestra luciérnaga,

de la luz su caricia,

conquisto el cielo

para que viva siempre mi verso,

y soñando te encuentro al calor de los luceros,

la luz se desdobla para parir

nuestra hija de oscuridad.

Musa primigenia

te escribo esta húmeda noche de primavera

brindándote como a mi abeja

un cuenco con agua y azúcar tras estío

y su sol de justicia;

te adoro cual rosal purpúreo tuviese en mis manos,

esta noche que todo viste de negro,

desde el humo de mi leve fugaz tabaco

a la sombra parda que siempre te dibuja

y trae a mi vera.

Te quiero y te insignia el ascua de mi crepitar

en hoguera,

avanzo tu cuerpo como besar lento tu sensibilidad

en absoluto diamantino,

vengo de ti con mis labios llenos de almíbar,

sólo una vez en la vida se puede disparar,

yo digo una tras otra es lema.

Mi señora hada mi amor,

mi silencio profundidad

de mis esquelas,

mi silencio superior

de ángeles y sus estrellas

reverbera tu halo que yo pido me acompase musa

del alba desnuda,

tu beldad trepe mis enredaderas

y sus noctambules despiertos,

es un camino ser vigía de tu cariño sembrado,

protegerte con mi sangre por tinta.

La pureza sola amanecida,

es un arpegio tu letra,

una lira y una celestial nota reverberada,

hoy te dejo un manifiesto,\

de mi sangre caliente,\

mi hada protectora del latido ensordecido mío,

quiero bajarte mi sentido de vivir;\

allá los cielos y sus déspotas comensales,\

soy yo hacedor de libros,

ni escritor ni poeta,\

soy tu zarcillo espiritual

a tus piernas clavado,

un espejar de tu vientre a tu ombligo,\

en humedad permisiva

tu vaporosa entraña

en placer afligida,

en suavidad de Mercurio

deslizando torrente,

y concavidad de mis espejos enervados,

erizados en cumbre erecta,

es un solear claro entre aspas de nubes

es nuestro trigo limpio, cristalino,

que nos crea,

y metamorfosea de la hoz.

y su cuchillo calizo de espada,

abre tu fuente,

abre tu abrevadero,

abre tu aljibe señora Hada

avanzaré

través de la tierra numinosa de tu piel tersa

y lo esbelta tu silueta,

avanzaré tu carne mujer,

sin secuela mi vida,

mi cariño,

bella, bella en sueños no me hablas,

bella, bella, numen mía

en sueños no hablas

y yo me quedé preso mirando tu destino,

que te encadenó a mi latido,

bajo pacto alado mi cielo,

de ternura dispuesto

1 mi póstuma veleidosa égida,

mi honrosa celada sobre cabezal mi pluma estilográfica,

bella, bella en sueños no me hablas,

y yo por si acaso me quedé mirándote a ciegas

por si acaso despertase

y mi sueño se cumple

y me dijeses tranquilo Migue

todo está bien, sigo a tu lado,

nunca me marcharé,

siempre te amaré,

para yo poder responder

siempre te amaré,

 

mi Leannán-Sídhe.

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