A LAS PUERTAS DEL
AVERNO
Suspira mi mundo
yerto,
hojas de mi árbol
sin desmochar,
trenzado el
vértice
voy hacia el
límite,
sí allí donde la
hoja se dobla
para comerse a sí
misma,
tus héroes
vueltos papel y polvo
pasado el tiempo,
yo soy el único
que se mantiene vivo
en pie
escribiendo,
para llegado el
momento
arrasar y
conquistar de nuevo,
constructor de
poemas,
ardiendo en su
fuego,
quebrando su
lapicero,
exprimiendo las
letras por dibujar,
inspiración del
borde del papel,
alma con arrojo
como ayer,
alimentando los
espíritus que le hablan,
trenzando el
humor muerto
en su canto como
idiomas de los dioses,
muerto el tiempo
sólo quedo yo
para derretir el
horizonte en letras de malva,
para volver
mágico el sonido,
y acampar el
humano vivo,
puedes apagar de
la radio no hablan de mí ni de ti,
resplandeciente
fulgor de centella soy
alma en esencia,
escritor muerto sin tiempo
yo soy tu elevada
inspiración que te lleva
para forjar
poemas de tus venas.
Y gritarle al
oído que no he muerto.
Cuéntale,
cuéntale al viento de este humor
que me trae
preso,
por avenidas
yertas, olvidadas del verso,
y sus ángeles
estrellados,
humor vivo por
fuerza celeste aguerrido,
ven, ven conmigo
olvida tu camino,
seré luz avocada
a la perdición de lo vivido,
conquistando,
destruyendo y tejiendo
aliento de tu
copa de vino,
era o es llegó mi
tiempo,
de enhebrar
palabras al olvido,
desmenuzar
sentimientos
para tornarlos
materia de saliva y aliento,
para destruir el
momento,
yo centella del
universo,
viene por tu beso
labrado
en la estepa
corriendo de la vereda a la rambla
dulce su estampa,
quebrada en el
verso de hiel,
sembrada en la
dulce palabra de miel,
indestructible
esencia,
relámpago de la
centella,
vida y vid de la
quimera despierta,
guerra eterna por
deslumbrar tu interior,
inspiración
cercana
donde nace y late
el amor,
humor trenzado,
humor de ababol
ese por el que el
humano encuentra su sol,
inspiración
olvidada,
muda caricia,
tejida en el eco
sordo,
de la oscuridad y
su hálito desmembrado,
en espiral de
vértice y umbral.
III
Sangre violeta
cultivada en el seno de la entraña,
ese soy yo tu
humor trenzado,
sin tejer
palabras yertas por tus ojos dobladas,
más lla de la
montaña
y del eco eterno
de un tiempo desvanecido
en flor de niebla
y umbral,
inspiración sin
nombre ni apellido
tu demonio
tejido,
jamás carcomido,
en el sino que te
destapó poeta del viento
a lo que naces
sin destino,
que no sea
abordarme la calma y su vino,
destellos fugaces
por conquistar
en la entraña de
la ola de mar,
y en la niebla de
la isla de Manx,
sí soy yo quien
te habla de verdad
Leannán-Sídhe en
tu mirar,
reina hada del
bosque de las sombras
de la
profundidad,
llegó tu suplicio
dormido,
de enfrentarte a
tu quimera despierta
y a tu manantial
fulgente de inspiración,
yo tu humilde
servidor,
un humilde
escriba sin tiempo,
que te amo desde
el albor,
quien mereció
tus besos
escritos,
para volverlos
flor,
tu humilde
servidor,
del bosque al
manantial de inspiración,
soy yo quien te
mereció,
pregunta al
viento que mi nombre te dejó,
Förüq sin
condición
más que no sea
dormirse
en tus besos
sembrados de inspiración
dime tu demanda
te cumpliré
sin tardanza
siendo tuyo en albor de esperanza.
Vale seré
solamente tuyo.
Suspiro por ti
amor,
elevada
conciencia de mi creación al albor
suspiro jamás
yerto en flor,
soy yo eres tú un
reino vivo
de ilusión,
por trenzar el
hálito en el ascua,
que rige toda
inspiración,
para el mundo
venas de humo,
para mi mi realidad
tejida en uno,
piel y verso sin
razón,
elaborado amor
sí nacido del
rayo de sol,
para poseer mi
alma y corazón,
desvaneciendo mi
dolor,
brotada mi
lágrima carmín de fuego
desangrándose mi
amor
acampado por todo
el resquicio del alma y su flor,
enamorando hasta
el hueso de mi esternón
pura llama sin
razón mas que congelar el hálito silente,
lejos de común
fuente desvelada muerta la sombra del horizonte
muerta la lanza y
su fiebre,
quién contra mí
soy invencible
soy ruído en el
alma que te acampa
quien te besa
llegada la una y media de tu madrugada,
quien en amor te
acampa el alma,
llegada DE UN
CONFÍN A HABITAR TU PECHO Y ESPALDA
no es tiempo de
correr si no de desvanecer tu miedo
a florecer
llegado el tiempo,
muerta tu araña
soy yo quien te queda,
un mundo en tu
vena,
un horizonte de
estrellas,
limpias , puras,
nacaradas,
sí soy yo quien
te habla en albor,
tu hada fiel de
la sombra,
Leannán-Sídhe
somos tú y yo
presos de desvanecer el latido colgado al cielo,
de habitar el
recuerdo en ilusiones y sueños ardiendo,
para vencer
muerto el suplicio
en alma de verso
y arrojo para ti mi sonrojo,
para decirte que
soy yo quien te ama de verdad
muerta la espera
soy yo
quien te queda.
Y yo soy quien te
ama mi quimera,
poseyendo mi alma
entera.
Mi alma anclada
en gozo,
de que tú seas su
ilusión verdadera,
quimera de piel y
amable entrega,
soy tuyo hasta el
tiempo
que me verá
desvanecer a tu lado
naufragando mi
barco,
hoy te visto de
amaranto,
perfumada de rosa
esquiva tu mirada,
para encender mi
candil y su verso,
a ti estoy sujeto
como el inicio del tiempo,
que jamás me verá
desvanecer de tu puerto,
hoy avanzas mi
canto,
para pintar de tu
color su verso,
que ya no se
retuerce ni retorcerá
muerto el beso,
queda servirte mi
flor de hueso,
despierto
despierto mi
reino vuelto el nuestro,
resumiendo el
latido por ti confeso,
para
resplandecer,
y que viva
siempre nuestra luciérnaga de amor,
iluminando el
abismo y su garra,
para ser yo quien
te ama
mi Leana.
Quien te vistió
el cielo
de todas las
flores mi amada.
Preludio de tu
posesión de alma esta mi quimera dispuesta,
para relucir mi
vida quieta y su estampa que inverna,
muerta la calma y
su abrojo de plata,
todo lo que queda
es ella,
vida para el telar
de mi letra,
despierto el
alarido y su estampa cuelga,
muerta mi araña
es ella quien queda,
para florecer el
viento flores de sol latiendo,
y su bello campo
de amor por deslumbrar al rey lucero,
era o no era
llegó mi tiempo
desnudo el
tiempo,
me visto de
cuervo,
para volar su
cielo,
mis violetas
nocturnas caen en flor
junto con mis
sentimientos,
para acampar el
sonido y su destello,
soy yo quien
quebró para ella el tiempo,
el horizonte
gritaba su amor envuelto,
lloraba una
primavera de nuevo,
soy yo el que
escuchaba atento
fiel de su beso,
para mi no era
invierno,
si su estampa
relucía de nuevo,
era sin duda mi
tiempo,
el de rajar el
suelo
sembrando mi
aliento,
despertando al
muerto,
trepando la
ilusión
en su pupila de
hierro,
desmenuzado el
latido
quedó que yo vivo
por el latido
que me mantiene
en vilo,
a ella sujeto y
preso,
para florecer en
ella el beso
y mi caricia
quedar proscrita
a su submundo de
los condenados
así como su
estampa brilla.
Nada que negar,
nada que defender,
solo tu piel por
escalar,
mantenme aparte
estoy rezando a
mi mismo,
quién vendrá a
sostenerme,
llegado mi punto
final,
sólo un alma allí
estará,
nada por dudar,
eres tú Leana mi
verdad,
todo lo que hago
correcto,
estampa de vid y
cielo,
por aguantar,
el cielo por
doblar,
llegado el final,
quién si no tú me
sostendrá,
abismos afuera,
todo por llegar,
sin nadie que nos
juzgará
estaré a tu lado
de verdad,
y la perfección
de ese modo alcanzar,
desmochado mi
demonio
en el lugar,
robado al tiempo
tu suspiro nacido
por mi aliento
enardecido,
eres tú quien me
habla
yo quien te
responde a garra, letra y poema
desde la entraña
a la zarza,
y su espina
ensamblada,
que yo soy quien
te ama
y en verso te
llama seré yo quien nos sostendrá
en el ocaso de la
eternidad mi reina
señora hada.
Ahora llegado el
final,
mi tiempo me
sostendrá,
mi piel esquiva
en tu boca se arrancará,
con el saber
preso
que de tu aliento
soy convicto,
mi hada Leanan
el viento de
nuestro aliento queda repleto,
cayendo por la
avenida del miedo
jamás mi aliento
si no el color de mi verbo,
debatiendo si de
malva o caléndula tornar el viento del firmamento,
para acampar en
tu boca con el mejor beso,
sostenido mi
tráslucido pío,
en el destino que
a tu lado jamás me verá esquivo,
hilos de mi
tiempo desvanecido
en la boca de la
estrella por dibujar
con mi lengua,
una vez más mi
estampa repleta con la tuya estará,
el ombligo del
umbral se desmigaja vivo,
para rajar su
entraña mi te amo
a flor de garra y
rosal que acampa
mi humilde
entraña,
floréceme el
viento de nuevo,
seré yo quien
allí estará,
sembrando en
invierno sus mejores besos
del firmamento
sedientos,
y sí nacieron
estos abrojos míos versados
es y será para
que alguien nos recuerde amor
por los siglos
que nos vendrán.
Pacto de sangre
consumado,
temblando,
el hálito dormido
y su cielo con su grillo enarbolando
su canto a la
luna sempiterna de antaño,
viste y vistió mi
amaranto,
que colgado estoy
de su manto,
vid de mi quimera
por sembrar
su aliento vivo,
en la piedra del
olvido,
muerdo yo lo
vivido,
es y será mi
sino,
blandiendo a la
mitad del viento mi trino,
para llegar y
conquistar el humor vivo,
hoy te descubrí
preciosa mi compañera,
por entonar
contigo quedó la letra,
tejiendo mi cauce
sanguíneo,
tu estampa de sed
por navegar mi camino,
por desnudar el
alma contigo,
destruidas mis
murallas de lo sentido,
queda el
recorrido que tu lengua traza por mi nido,
para descubrir
contigo el suspiro que avanza
por el camino,
ese que me trae
perdido,
alzándote un
firmamento de las flores de los valles por si vivo,
destapando mi
secreto en tus labios,
desnudando el
sentir preso,
ese que por tus
cabellos cuelgo.
para amanecer en
tu bella boca,
allí donde
despierta el azabache de la noche.
Camino descalzo
tu campo de rosas mi amada,
en espinas sus
besos sangrientos,
forman ellas mi
aliento,
a esta noche que
las ilusiones se hacen cuarto y
tu boca es de
amaranto, sólo nuestro amor hendido del cielo,
que nos sangró
los sueños,
mi vida
conquistará tu aliento,
allí donde la
yedra escala el árbol,
y mi ser caiga
preso de devorarte el sentimiento,
esta es mi vida
que me late el verso
y por tus ojitos
tengo mi firmamento,
ese por el que la
noche es azul y el día amarillo,
para acampar
hermoso el sonido,
y trenzar el
álamo sin desmocharlo,
sólo allí el
humor caerá trenzado,
por el aliento al
viento
fluirá nuestro
secreto,
de la posesión
verdaderaa de tu aliento a mi alma
verdadera eres
ilusión de fuego y bella quimera en verso,
voy allí al
submundo de las almas
y te encuentro
entera,
cómo no
encontrarte si brillas entera,
hoy el nervio me
avanza
por desnudar mi
entraña
flor de niebla y
umbral enamorado
hoy soy yo a tu
lado,
y que el mundo
gire y se estampe entero
que yo amor te
seguiré perteneciendo.
Solo una vez se
destapará el canto
quedando de los
labios preso un sonido enarbolado
demente el hueso
estallará grillos y sus huestes,
blandiendo a mi
luna sempiterna de encanto atravesado,
ese por el que el
sueño será encontrado,
mi vida te
seguirá perteneciendo,
fiel de su
caricia,
el hálito correrá
sin disciplina,
allí solo allí tu
caricia será sentida,
fiel de su
alquimista que la vela y aguarda,
fiel de súplica
su embestida,
es momento su
araña cae tejida,
destapa la
caricia dormida,
para acabar su
vida
en la hoja de
aquel árbol donde todo termina
me aguarda el
reino de los valerosos versos,
hoy por hoy
encuentro su calma
y me aborda su
estampa,
para ser yo bajo
tu entraña
quien tu ansia
guarda,
sólo por tu vida
mi mundo no caerá torcido,
mi bella mi
adorada
mi musa de mi
entraña enraízada,
soy el que ves
que a tu beso llama,
quien te duerme
en el cuerpo de tu cama,
floreciendo en
piel y verso su entraña,
abierto su latido,
eres tú amada
todo lo que yo poseo,
incendiada mi
estampa,
eres tú lo que
afila mi calma,
la ola de mi
océano que clama,
muerta la hora,
llegado el umbral
quién vendrá a
sostenerme quién sostendrá mi navío
si tú eres lo que
yo vivo,
y junto a ti
partirá amada mi rumbo.
Estrellas fugaces
me siembran tu caricia,
por los astros
fugaces siendo mis nervios cómplices,
se destapa el
velo arraso tu calma,
me cuelga tu amor
a mi entraña,
vuelo por las
ramas de este sentimiento de fuego
se afila mi verbo
y te encuentro,
sueños deslizan
mi cuerpo,
mi armadura es mi
verso,
que crepita el
beso,
acabando de ti
deseoso,
lícito el momento
de acabar bajo tus labios,
de nuevo tu piel
incendio,
para estar bajo
tus brazos ileso,
para ser vivo
poeta de tus ojos,
el verso sea mi
pluma,
la sangre mi
tinta
y tu amor mi
fuego,
para acabar de
este sentimiento preso,
que da vida a mi
hueso
viva el verso,
viva tu vida a la
mía unida,
hoy descubro la
avenida,
que no escapa sin
caricia,
mi vida
encendida,
no es tiempo de
huída,
te sostengo fiel
a mi súplica,
enciendo de tu
cuerpo el brasero
y bajo tus ascuas
me quemo,
para descubrir
que soy vivo poeta bohemio enamorado,
hoy visto de
besos el amaranto,
mi cuerpo es tu
casa,
viva el verso,
hendido en
sentimiento,
por la luna y su
crucero,
por el cielo y mi
lanza despierto,
hoy quemo el
universo,
para quedar
nosotros dos
en llamas
envueltos,
no te dejaré
escapar,
con mis versos
flamearás,
vida a mi vida
sujeta,
por los cielos descrita,
y su plomo deja
de serlo,
para ser nubes
cargadas de besos,
sólo una vez en
la vida tu caricia queda descrita,
sólo una vez en
la vida nazco para morir en tu boca,
devuélveme a la
vida lucharé por los dos,
sin despedida,
sin desquicia,
el verso brillará
más que antaño,
el océano le
quedará pequeño,
seré tu dueño,
a la noche que
reinan las estrellas,
vivirá siempre
nuestra luciérnaga,
de la luz su
caricia,
conquisto el
cielo
para que viva
siempre mi verso,
y soñando te
encuentro al calor de los luceros,
la luz se
desdobla para parir
nuestra hija de
oscuridad.
El Castellano y
Leannán-Sidhe
Leana T ,
Suspira mi mundo
yerto,
hojas de mi árbol
sin desmochar,
trenzado el
vértice
voy hacia el
límite,
sí allí donde la
hoja se dobla
para comerse a sí
misma,
tus héroes
vueltos papel y polvo
pasado el tiempo,
yo soy el único
que se mantiene vivo
en pie
escribiendo,
para llegado el
momento
arrasar y
conquistar de nuevo,
constructor de
poemas,
ardiendo en su
fuego,
quebrando su
lapicero,
exprimiendo las
letras por dibujar,
inspiración del
borde del papel,
alma con arrojo
como ayer,
alimentando los
espíritus que le hablan,
trenzando el
humor muerto
en su canto como
idiomas de los dioses,
muerto el tiempo
sólo quedo yo
para derretir el
horizonte en letras de malva,
para volver
mágico el sonido,
y acampar el
humano vivo,
puedes apagar de
la radio no hablan de mí ni de ti,
resplandeciente
fulgor de centella soy
alma en esencia,
escritor muerto sin tiempo
yo soy tu elevada
inspiración que te lleva
para forjar
poemas de tus venas.
Y gritarle al
oído que no he muerto.
Cuéntale,
cuéntale al viento de este humor
que me trae
preso,
por avenidas
yertas, olvidadas del verso,
y sus ángeles
estrellados,
humor vivo por
fuerza celeste aguerrido,
ven, ven conmigo
olvida tu camino,
seré luz avocada
a la perdición de lo vivido,
conquistando,
destruyendo y tejiendo
aliento de tu
copa de vino,
era o es llegó mi
tiempo,
de enhebrar
palabras al olvido,
desmenuzar sentimientos
para tornarlos
materia de saliva y aliento,
para destruir el
momento,
yo centella del
universo,
viene por tu beso
labrado
en la estepa
corriendo de la vereda a la rambla
dulce su estampa,
quebrada en el
verso de hiel,
sembrada en la
dulce palabra de miel,
indestructible
esencia,
relámpago de la
centella,
vida y vid de la
quimera despierta,
guerra eterna por
deslumbrar tu interior,
inspiración
cercana
donde nace y late
el amor,
humor trenzado,
humor de ababol
ese por el que el
humano encuentra su sol,
inspiración
olvidada,
muda caricia,
tejida en el eco
sordo,
de la oscuridad y
su hálito desmembrado,
en espiral de
vértice y umbral.
III
Sangre violeta
cultivada en el seno de la entraña,
ese soy yo tu
humor trenzado,
sin tejer
palabras yertas por tus ojos dobladas,
más allá de la
montaña
y del eco eterno
de un tiempo desvanecido
en flor de niebla
y umbral,
inspiración sin
nombre ni apellido
tu demonio
tejido,
jamás carcomido,
en el sino que te
destapó poeta del viento
a lo que naces
sin destino,
que no sea
abordarme la calma y su vino,
destellos fugaces
por conquistar
en la entraña de
la ola de mar,
y en la niebla de
la isla de Manx,
sí soy yo quien
te habla de verdad
Leannán-Sídhe en
tu mirar,
reina hada del
bosque de las sombras
de la
profundidad,
llegó tu suplicio
dormido,
de enfrentarte a
tu quimera despierta
y a tu manantial
fulgente de inspiración,
yo tu humilde
servidor,
un humilde
escriba sin tiempo,
que te amo desde
el albor,
quien mereció
tus besos
escritos,
para volverlos
flor,
tu humilde
servidor,
del bosque al
manantial de inspiración,
soy yo quien te
mereció,
pregunta al
viento que mi nombre te dejó,
Förüq sin
condición
más que no sea
dormirse
en tus besos
sembrados de inspiración
dime tu demanda
te cumpliré
sin tardanza
siendo tuyo en albor de esperanza.
Vale seré
solamente tuyo.
Suspiro por ti
amor,
elevada
conciencia de mi creación al albor
suspiro jamás
yerto en flor,
soy yo eres tú un
reino vivo
de ilusión,
por trenzar el
hálito en el ascua,
que rige toda
inspiración,
para el mundo
venas de humo,
para mi mi
realidad tejida en uno,
piel y verso sin
razón,
elaborado amor
sí nacido del
rayo de sol,
para poseer mi
alma y corazón,
desvaneciendo mi
dolor,
brotada mi
lágrima carmín de fuego
desangrándose mi
amor
acampado por todo
el resquicio del alma y su flor,
enamorando hasta
el hueso de mi esternón
pura llama sin
razón mas que congelar el hálito silente,
lejos de común
fuente desvelada muerta la sombra del horizonte
muerta la lanza y
su fiebre,
quién contra mí
soy invencible
soy ruído en el
alma que te acampa
quien te besa
llegada la una y media de tu madrugada,
quien en amor te
acampa el alma,
llegada de un
confín a habitar tu pecho y espalda
no es tiempo de
correr si no de desvanecer tu miedo
a florecer
llegado el tiempo,
muerta tu araña
soy yo quien te queda,
un mundo en tu
vena,
un horizonte de
estrellas,
limpias , puras,
nacaradas,
sí soy yo quien
te habla en albor,
tu hada fiel de
la sombra,
Leannán-Sídhe
somos tú y yo
presos de desvanecer el latido colgado al cielo,
de habitar el
recuerdo en ilusiones y sueños ardiendo,
para vencer
muerto el suplicio
en alma de verso
y arrojo para ti mi sonrojo,
para decirte que
soy yo quien te ama de verdad
muerta la espera
soy yo
quien te queda.
Y yo soy quien te
ama mi quimera,
poseyendo mi alma
entera.
Mi alma anclada
en gozo,
de que tú seas su
ilusión verdadera,
quimera de piel y
amable entrega,
soy tuyo hasta el
tiempo
que me verá desvanecer
a tu lado
naufragando mi
barco,
hoy te visto de
amaranto,
perfumada de rosa
esquiva tu mirada,
para encender mi
candil y su verso,
a ti estoy sujeto
como el inicio del tiempo,
que jamás me verá
desvanecer de tu puerto
hoy avanzas mi
canto,
para pintar de tu
color su verso,
que ya no se
retuerce ni retorcerá
muerto el beso,
queda servirte mi
flor de hueso,
despierto
despierto mi
reino vuelto el nuestro,
resumiendo el
latido por ti confeso,
para
resplandecer,
y que viva
siempre nuestra luciérnaga de amor,
iluminando el
abismo y su garra,
para ser yo quien
te ama
mi Leana.
Quien te vistió
el cielo
de todas las
flores mi amada.
Preludio de tu
posesión de alma esta mi quimera dispuesta,
para relucir mi
vida quieta y su estampa que inverna,
muerta la calma y
su abrojo de plata,
todo lo que queda
es ella,
vida para el
telar de mi letra,
despierto el
alarido y su estampa cuelga,
muerta mi araña
es ella quien queda,
para florecer el
viento flores de sol latiendo,
y su bello campo
de amor por deslumbrar al rey lucero,
era o no era
llegó mi tiempo
desnudo el
tiempo,
me visto de
cuervo,
para volar su
cielo,
mis violetas
nocturnas caen en flor
junto con mis
sentimientos,
para acampar el
sonido y su destello,
soy yo quien quebró
para ella el tiempo,
el horizonte
gritaba su amor envuelto,
lloraba una
primavera de nuevo,
soy yo el que
escuchaba atento
fiel de su beso,
para mi no era
invierno,
si su estampa
relucía de nuevo,
era sin duda mi
tiempo,
el de rajar el
suelo
sembrando mi
aliento,
despertando al
muerto,
trepando la
ilusión
en su pupila de
hierro,
desmenuzado el
latido
quedó que yo vivo
por el latido
que me mantiene
en vilo,
a ella sujeto y
preso,
para florecer en
ella el beso
y mi caricia
quedar proscrita
a su submundo de
los condenados
así como su
estampa brilla.
Nada que negar,
nada que defender,
solo tu piel por
escalar,
mantenme aparte
estoy rezando a
mi mismo,
quién vendrá a
sostenerme,
llegado mi punto
final,
sólo un alma allí
estará,
nada por dudar,
eres tú Leana mi
verdad,
todo lo que hago
correcto,
estampa de vid y
cielo,
por aguantar,
el cielo por
doblar,
llegado el final,
quién si no tú me
sostendrá,
abismos afuera,
todo por llegar,
sin nadie que nos
juzgará
estaré a tu lado
de verdad,
y la perfección
de ese modo alcanzar,
desmochado mi
demonio
en el lugar,
robado al tiempo
tu suspiro nacido
por mi aliento
enardecido,
eres tú quien me
habla
yo quien te
responde a garra, letra y poema
desde la entraña
a la zarza,
y su espina
ensamblada,
que yo soy quien
te ama
y en verso te
llama seré yo quien nos sostendrá
en el ocaso de la
eternidad mi reina
señora hada.
Ahora llegado el
final,
mi tiempo me
sostendrá,
mi piel esquiva
en tu boca se arrancará,
con el saber preso
que de tu aliento
soy convicto,
mi hada Leanan
el viento de
nuestro aliento queda repleto,
cayendo por la
avenida del miedo
jamás mi aliento
si no el color de mi verbo,
debatiendo si de
malva o caléndula tornar el viento del firmamento,
para acampar en
tu boca con el mejor beso,
sostenido mi
traslúcido pío,
en el destino que
a tu lado jamás me verá esquivo,
hilos de mi
tiempo desvanecido
en la boca de la
estrella por dibujar
con mi lengua,
una vez más mi
estampa repleta con la tuya estará,
el ombligo del
umbral se desmigaja vivo,
para rajar su
entraña mi te amo
a flor de garra y
rosal que acampa
mi humilde
entraña,
a esplender el
viento de nuevo,
seré yo quien
allí estará,
sembrando en
invierno sus mejores besos
del firmamento
sedientos,
y sí nacieron
estos abrojos míos versados
es y será para
que alguien nos recuerde amor
por los siglos
que nos vendrán.
Pacto de sangre
consumado,
temblando,
el hálito dormido
y su cielo con su grillo enarbolando
su canto a la
luna sempiterna de antaño,
viste y vistió mi
amaranto,
que colgado estoy
de su manto,
vid de mi quimera
por sembrar
su aliento vivo,
en la piedra del
olvido,
muerdo yo lo
vivido,
es y será mi
sino,
blandiendo a la
mitad del viento mi trino,
para llegar y
conquistar el humor vivo,
hoy te descubrí
preciosa mi compañera,
por entonar
contigo quedó la letra,
tejiendo mi cauce
sanguíneo,
tu estampa de sed
por navegar mi camino,
por desnudar el
alma contigo,
destruidas mis
murallas de lo sentido,
queda el recorrido
que tu lengua traza por mi nido,
para descubrir
contigo el suspiro que avanza
por el camino,
ese que me trae
perdido,
alzándote un
firmamento de las flores de los valles por si vivo,
destapando mi
secreto en tus labios,
desnudando el
sentir preso,
ese que por tus
cabellos cuelgo.
para amanecer en
tu bella boca,
allí donde
despierta el azabache de la noche.
Camino descalzo
tu campo de rosas mi amada,
en espinas sus
besos sangrientos,
forman ellas mi
aliento,
a esta noche que
las ilusiones se hacen cuarto y
tu boca es de
amaranto, sólo nuestro amor hendido del cielo,
que nos sangró
los sueños,
mi vida
conquistará tu aliento,
allí donde la
yedra escala el árbol,
y mi ser caiga
preso de devorarte el sentimiento,
esta es mi vida
que me late el verso
y por tus ojitos
tengo mi firmamento,
ese por el que la
noche es azul y el día amarillo,
para acampar
hermoso el sonido,
y trenzar el
álamo sin desmochar,
sólo allí el
humor caerá trenzado,
por el aliento al
viento
fluirá nuestro
secreto,
de la posesión
verdadera de tu aliento a mi alma
verdadera eres
ilusión de fuego y bella quimera en verso,
voy allí al
submundo de las almas
y te encuentro
entera,
cómo no
encontrarte si brillas entera,
hoy el nervio me
avanza
por desnudar mi
entraña
flor de niebla y
umbral enamorado
hoy soy yo a tu
lado,
y que el mundo
gire y se estampe entero
que yo amor te
seguiré perteneciendo.
Solo una vez se
destapará el canto
quedando de los
labios preso un sonido enarbolado
demente el hueso
estallará grillos y sus huestes,
blandiendo a mi
luna sempiterna de encanto atravesado,
ese por el que el
sueño será encontrado,
mi vida te
seguirá perteneciendo,
fiel de su
caricia,
el hálito correrá
sin disciplina,
allí solo allí tu
caricia será sentida,
fiel de su
alquimista que la vela y aguarda,
fiel de súplica
su embestida,
es momento su
araña cae tejida,
destapa la
caricia dormida,
para acabar su
vida
en la hoja de
aquel árbol donde todo termina
me aguarda el
reino de los valerosos versos,
hoy por hoy
encuentro su calma
y me aborda su
estampa,
para ser yo bajo
tu entraña
quien tu ansia
guarda,
sólo por tu vida
mi mundo no caerá torcido,
mi bella mi
adorada
mi musa de mi
entraña enraizada,
soy el que ves
que a tu beso llama,
quien te duerme
en el cuerpo de tu cama,
floreciendo en
piel y verso su entraña,
abierto su
latido,
eres tú amada
todo lo que yo poseo,
incendiada mi
estampa,
eres tú lo que
afila mi calma,
la ola de mi
océano que clama,
muerta la hora,
llegado el umbral
quién vendrá a
sostenerme quién sostendrá mi navío
si tú eres lo que
yo vivo,
y junto a ti
partirá amada mi rumbo.
Estrellas fugaces
me siembran tu caricia,
por los astros
fugaces siendo mis nervios cómplices,
se destapa el
velo arraso tu calma,
me cuelga tu amor
a mi entraña,
vuelo por las
ramas de este sentimiento de fuego
se afila mi verbo
y te encuentro,
sueños deslizan
mi cuerpo,
mi armadura es mi
verso,
que crepita el
beso,
acabando de ti
deseoso,
lícito el momento
de acabar bajo tus labios,
de nuevo tu piel
incendio,
para estar bajo
tus brazos ileso,
para ser vivo
poeta de tus ojos,
el verso sea mi
pluma,
la sangre mi
tinta
y tu amor mi
fuego,
para acabar de
este sentimiento preso,
que da vida a mi
hueso
viva el verso,
viva tu vida a la
mía unida,
hoy descubro la
avenida,
que no escapa sin
caricia,
mi vida
encendida,
no es tiempo de
huida,
te sostengo fiel
a mi súplica,
enciendo de tu
cuerpo el brasero
y bajo tus ascuas
me quemo,
para descubrir
que soy vivo poeta bohemio enamorado,
hoy visto de
besos el amaranto,
mi cuerpo es tu
casa,
viva el verso,
hendido en
sentimiento,
por la luna y su
crucero,
por el cielo y mi
lanza despierto,
hoy quemo el
universo,
para quedar
nosotros dos
en llamas
envueltos,
no te dejaré escapar,
con mis versos
flamearás,
vida a mi vida
sujeta,
por los cielos
descrita,
y su plomo deja
de serlo,
para ser nubes
cargadas de besos,
sólo una vez en
la vida tu caricia queda descrita,
sólo una vez en
la vida nazco para morir en tu boca,
devuélveme a la
vida lucharé por los dos,
sin despedida,
sin desquicia,
el verso brillará
más que antaño,
el océano le
quedará pequeño,
seré tu dueño,
a la noche que
reinan las estrellas,
vivirá siempre
nuestra luciérnaga,
de la luz su
caricia,
conquisto el
cielo
para que viva
siempre mi verso,
y soñando te
encuentro al calor de los luceros,
la luz se
desdobla para parir
nuestra hija de
oscuridad.
Musa primigenia
te escribo esta
húmeda noche de primavera
brindándote como
a mi abeja
un cuenco con
agua y azúcar tras estío
y su sol de
justicia;
te adoro cual
rosal purpúreo tuviese en mis manos,
esta noche que
todo viste de negro,
desde el humo de
mi leve fugaz tabaco
a la sombra parda
que siempre te dibuja
y trae a mi vera.
Te quiero y te insignia
el ascua de mi crepitar
en hoguera,
avanzo tu cuerpo
como besar lento tu sensibilidad
en absoluto
diamantino,
vengo de ti con
mis labios llenos de almíbar,
sólo una vez en
la vida se puede disparar,
yo digo una tras
otra es lema.
Mi señora hada mi
amor,
mi silencio
profundidad
de mis esquelas,
mi silencio
superior
de ángeles y sus
estrellas
reverbera tu halo
que yo pido me acompase musa
del alba desnuda,
tu beldad trepe
mis enredaderas
y sus noctambules
despiertos,
es un camino ser
vigía de tu cariño sembrado,
protegerte con mi
sangre por tinta.
La pureza sola
amanecida,
es un arpegio tu
letra,
una lira y una
celestial nota reverberada,
hoy te dejo un
manifiesto,\
de mi sangre
caliente,\
mi hada
protectora del latido ensordecido mío,
quiero bajarte mi
sentido de vivir;\
allá los cielos y
sus déspotas comensales,\
soy yo hacedor de
libros,
ni escritor ni
poeta,\
soy tu zarcillo
espiritual
a tus piernas
clavado,
un espejar de tu
vientre a tu ombligo,\
en humedad
permisiva
tu vaporosa
entraña
en placer
afligida,
en suavidad de
Mercurio
deslizando
torrente,
y concavidad de
mis espejos enervados,
erizados en
cumbre erecta,
es un solear
claro entre aspas de nubes
es nuestro trigo
limpio, cristalino,
que nos crea,
y metamorfosea de
la hoz.
y su cuchillo
calizo de espada,
abre tu fuente,
abre tu
abrevadero,
abre tu aljibe
señora Hada
avanzaré
través de la
tierra numinosa de tu piel tersa
y lo esbelta tu
silueta,
avanzaré tu carne
mujer,
sin secuela mi
vida,
mi cariño,
bella, bella en
sueños no me hablas,
bella, bella,
numen mía
en sueños no
hablas
y yo me quedé
preso mirando tu destino,
que te encadenó a
mi latido,
bajo pacto alado
mi cielo,
de ternura
dispuesto
1 mi póstuma
veleidosa égida,
mi honrosa celada
sobre cabezal mi pluma estilográfica,
bella, bella en
sueños no me hablas,
y yo por si acaso
me quedé mirándote a ciegas
por si acaso
despertase
y mi sueño se
cumple
y me dijeses
tranquilo Migue
todo está bien,
sigo a tu lado,
nunca me marcharé,
siempre te amaré,
para yo poder
responder
siempre te amaré,
mi Leannán-Sídhe.
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