Vívido desliz:
Muero por un beso
vivo por un querer
cruel del destino
condena de una pasión
que creó tu pestañeo
al dejarme ver
tu cielo encerrado
fijamente tres minutos,
y morí con tu pestañeo.
demostró que fui
importante para ti
y que a pesar y muy
a mi pesar de los problemas
seguí en tu mirada atrapado
hasta que la aguja
de aquel reloj de pulso
se paró al pasar
ciento ochenta segundos
mi cambio de vida
cuando consumí
medio giro al decir:
-Siempre te amaré.
II
Enciendo maquinaria
de este tiempo disuelto,
en pétalos de éter y formol,
desangra la rosa secreta,
y un estambre rige,
destello que precipita,
el albor.
calidez de ilusión,
y araña que arrastra,
tejiendo el eterno sentimiento.
Yo que arrastro
mis aciertos,
como desnudo sol.
una noche cualquiera,
y activé el engranaje
mi reloj de pulso.
III
Mi carmesí caléndula,
fijó su pestañeo,
en mi camino de destino.
Alumbraba un candil
dormido, una luna llena
de enero.
Era tiempo suficiente
para huir y quedarse.
En la boca formaba
toda sombra de opacidad.
destrenzaba un halo.
Sujeto de una lágrima
pasajera, un segundo más,
y devoró el dulce tormento.
IV
Giré entonces la tuerca
de mi corazón oxidado,
por tantos aullidos nacarados,
y su ente femenino
me atisbó un beso
a mi alma.
Era el crepitar de la llama,
que mandabas como loba
y como luna se prendiesen
todos los colores
de mis sueños
consumiendo mi tiempo abierto,
que completo el giro,
dictó la vuelta
al inicio del sentimiento preso
que sin retorno
siempre te amaré.
Incierto gira mi saber preso,
oh, dulce tormento,
era este fiel abatimiento,
de filo floreciente, y tajo de incierto
saber preso, ya no me quedaba
caracol hueco de talento rizado,
sí un borbotón mi sangre
yaciente, y compostaje de ilusión.
Y sus parcas simientes,
una zozobra más y quise
volver a poseerte,
ven, ven, aflora mi camino,
quiero verte, cual tiempo no hubiese.
Desliz encadenado es este silencio
oh, Musa y Luna de amparo
cierto, acoge hoy mi fiel ofrecimiento.
VI
Espigas rojas, carmín, granate
luce esta mi sangre yerta,
oh sones flamígeros,
y vestales iridiscentes,
ya no muero, debido no puedo,
inmortal mezco ultrajando,
valles, flores y metales,
este caballero, avanza su templanza,
y diferencia clara, que no puede morir,
ni incendiado el tiempo,
en vela de estaca y epitafio,
terrena sierpe victoriosa,
blande colmillo grave.
VII
Al compás de un sí bemol,
canta su translúcido pío,
mientras va mi barca atravesando,
de un confín a otro confín,
del río de Valle-Inclán,
y su rosa de sanatorio,
noche en vela de navegante,
sin final,
noche despertada
entre violetas ausentes,
y flores de niebla y humo,
destellaba mi intelecto redondo,
como vaporosa siembra infernal,
era un soto de perdigones viajeros,
mi dolor, ya era lobo afónico.
VIII
Oh caléndula de fuego y brea,
esposa este Sol de Poniente,
fijo mi destino del brillo,
terso, incuestionable,
primavera caracoleaba,
oh, esse Veris predilecta tú entre mujeres,
toda hecha de flores,
oh, Primavera dilecta,
predilecta, guárdame tu vera,
que me creo abeja,
por los siglos mis manos te siembran.
Tácito hálito inmemoriable,
en higuera del demonio,
y mi historia yertica naciente.
IX
Vivo por el beso de Darkness,
oh, dulce infortunio,
era mi amor desaconsejado,
vi un relámpago y reflejo,
que soy importante para ella,
oh, desliz encorsetado,
sin brida ni soga,
déjame ver, ese paraíso encerrado,
que guardas,
manecilla mi reloj que no cesa,
a mi giro, vuelvo a encontrarte,
mi condena de predilección,
esta pluma es aguja y bólido,
de argenta plata maciza,
que dicta implícita
que Förüq,
siempre te amará.
Er lobo-bohemio Esteban
El castellano Förüq
No hay comentarios:
Publicar un comentario