Vengo a deshojar mi sangre
y abrir estas puertas
a una primavera sanguinosa
flagrante, y hacer vibrar
lo indecible, he venido a beber de tu sangre
tu placer, en osadía interminable,
somos hijos de la sombra,
noche corre una vez por siempre,
su sendero inabarcable.
Fresca y galante,
de silencio ajada,
suave como nieve de montaña,
y viento de luna
que se extiende como joven grama.
Hojas breves como su sed,.
Era una armonía vestida granate.
Como denso humor insobornable.
II
Suspirando su camino afable,
somos hijos de la oscura rienda,
encargados de servir estrellas,
en vena y colmillo,
su blanco filo,
otorgados del poder nocturnal,
y su concavidad presa
a su clara floresta de la noche,
en flores violetas de lava,
la herida, resurgiendo atónita,
una yaga de una malva.
Soterré mi desquicia,
en campo abierto,
rizaba mi pena, un nunca más
y el cuervo en mi hombro
crascitaba noche siempre.
III
Me habló Perséfone,
de su premisa,
y de su juramento,
de su verso sinfónico,
con arpa abismal,
trofeo en rueda de azabache,
su cabello era sangre,,
como sus lágrimas.
Divino rito se extendía,
por sus labios ardientes,
euforia en raíz y padre tallo,
en gloria al poseer ya,
una higuera del demonio,
Rosa Azur, caléndula roja.
Enigma su velo retirado.
Por yo pobre diablo,
aceptar siempre una hija del Averno.
Förüq er-lobo bohemio
🦇💋
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